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73 | 1 | 15 73 | 1 | 15 5 6 7 Editorial Seidell, J.C. (Amsterdam) Annales Nestlé Economía en Salud y Nutrición: sobrealimentación y desnutrición Vol. 73, No. 1, 2015 Annales Nestlé Enfoque: La carga global de la obesidad y los desafíos de la prevención La carga global de la obesidad y los desafíos de la prevención Seidell, J.C.; Halberstadt, J. (Amsterdam) Enfoque: Diabetes mellitus gestacional y macrosomía: revisión de la bibliografía 14 Diabetes mellitus gestacional y macrosomía: revisión de la bibliografía 13 Bailey, R.L. (Bethesda, Md./Baltimore, Md.); West, K.P.; Black, R.E (Baltimore, Md.) Enfoque: Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos: beneficios y costo-efectividad 35 Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos: beneficios y costo-efectividad 34 Detzel, P. (Lausanne); Wieser, S. (Zürich) Economía en Salud y Nutrición: sobrealimentación y desnutrición Enfoque: La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes 22 La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes Economía en Salud y Nutrición: sobrealimentación y desnutrición Editores: Jacob C. Seidell y Jörg Spieldenner KC, K.; Shakya, S.; Zhang, H. (Chongqing) 21 Annales Nestlé Karger Annales Nestlé Economía en Salud y Nutrición: sobrealimentación y desnutrición Editores Jacob C. Seidell, Amsterdam Jörg Spieldenner, Lausanne Consejo editorial Jatinder Bhatia, Augusta, Ga. Carlos Lifschitz, Buenos Aires Maria Makrides, Adelaide Etienne Nel, Ciudad del Cabo Frank M. Ruemmele, París Hania Szajewska, Varsovia by SupportedSupported by S. Karger Medical and Scientific Publishers Basel . Freiburg . Paris . London . New York . Chennai . New Delhi Bangkok Beijing Shanghai Tokyo Kuala Lumpur Singapore Sydney Reimpreso de Annals of Nutrition and Metabolism Vol. 66, Suppl. 2, 2015 Nota del patrocinador Esta publicación fue patrocinada por un financiamiento educativo sin restricciones de Nestlé Nutrition Institute. El instituto es una asociación no lucrativa creada para proporcionar información médica y científica a los profesionales de la salud en el campo de la nutrición pediátrica, para adultos y deportistas con la información más reciente sobre la nutrición y los trastornos relacionados con la misma (disponibles en www.nestlenutrition-institute.org). Queda expresamente excluida cualquier responsabilidad de los patrocinadores derivada del contenido de estos documentos. Declaración de intereses por los Editores invitados Jacob C. Seidell no cuenta con conflictos de interés a declarar. Jörg Spieldenner es empleado de Nestec SA en el Nestlé Research Center, Lausanne, Suiza. S. Karger Medical and Scientific Publishers Basel • Freiburg • Paris • London • New York • Chennai • New Delhi • Bangkok • Beijing • Shanghai • Tokyo • Kuala Lumpur • Singapore • Sydney E-Mail [email protected] Aviso de exención de responsabilidades S. Karger AG no se hace responsable de errores u omisiones, ni por cualquier consecuencia derivada del uso de la información aquí contenida. Dosis de fármacos Los autores y el editor han realizado todos los esfuerzos para asegurarse de que la selección de medicamentos y su dosificación propuesta en este texto vayan de acuerdo con las recomendaciones y prácticas en uso en el momento de la publicación. No obstante, dada la investigación continua, los cambios en los reglamentos gubernamentales y el flujo continuo de información relacionada con la farmacoterapia y las reacciones debidas a medicamentos, se insta al lector a verificar el inserto en el paquete de cada medicamento para determinar cualquier cambio en las indicaciones y las dosis, así como para detectar cualquier advertencia y precaución adicional. Esto es en particular importante cuando el agente recomendado es nuevo o de uso poco frecuente, o ambas cosas. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede traducirse a otras lenguas, reproducirse o utilizarse de ninguna manera ni por medio alguno, electrónico o mecánico, incluidas las fotocopias, grabaciones, microcopias o por ningún tipo de información o sistema de recuperación, sin el permiso por escrito del editor. © Copyright 2014 por Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG P.O. Box, CH-4009 Basel (Switzerland) Vol. 73, No. 1, 2015 Annales Nestlé Contenido 5 Editorial Seidell, J.C. (Amsterdam) 6 Enfoque: La carga global de la obesidad y los desafíos de la prevención 7 La carga global de la obesidad y los desafíos de la prevención Seidell, J.C.; Halberstadt, J. (Amsterdam) 13 Enfoque: Diabetes mellitus gestacional y macrosomía: revisión de la bibliografía 14 Diabetes mellitus gestacional y macrosomía: revisión de la bibliografía KC, K.; Shakya, S.; Zhang, H. (Chongqing) 21 Enfoque: La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes 22 La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes Bailey, R.L. (Bethesda, Md./Baltimore, Md.); West, K.P.; Black, R.E (Baltimore, Md.) 34 35 Enfoque: Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos: beneficios y costo-efectividad Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos: beneficios y costo-efectividad Detzel, P. (Lausanne); Wieser, S. (Zürich) Los artículos anteriores se publicaron originalmente en un suplemento de Annals of Nutrition and Metabolism y se reimprimen aquí bajo autorización. © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] Annales Nestlé Declaración de políticas Nestlé Nutrition Institute fue creado para proporcionar información actualizada sobre nutrición y trastornos relacionados con ésta a los profesionales de la salud, con el fin de permitirles mejorar continuamente el cuidado de los pacientes, con base en los últimos desarrollos médicos y científicos. Uno de los pilares clave de Nestlé Nutrition Institute lo constituyen Annales Nestlé, una revista pediátrica que se ha publicado de manera regular desde 1942. Contiene artículos de revisión sobre práctica clínica e investigación en todos los campos de la Pediatría con un enfoque especial en nutrición. Annales Nestlé comprende tres números cada año, en tres idiomas (inglés, francés y español), y con cerca de 50 000 copias por número es una de las publicaciones pediátricas más leídas en el mundo. Un consejo editorial independiente, formado por líderes de opinión en investigación pediátrica, edita Annales Nestlé, lo cual garantiza la imparcialidad médica y científica de la revista; de ahí que tenga un alto nivel de respeto y apreciación en los círculos médicos y científicos. El consejo editorial establece la política editorial, identifica los temas a tratar, selecciona los autores y se encarga del proceso de revisión de cada publicación. A partir de 2011, Annales Nestlé se publica como un suplemento de Annals of Nutrition and Metabolism y se puede acceder en línea en PubMed. Nos complace ofrecerle nuestro diseño innovador, el cual resulta de una cooperación creativa y eficaz con Karger Publishers, Suiza. Natalia Wagemans, MD Directora de Nestlé Nutrition Institute Vevey (Suiza) © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] Editorial Annales Nestlé Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):5 DOI: 10.1159/000381072 Editorial En este número se presentan los procedimientos de una reunión sobre los problemas nutricionales globales. Se examinan varios problemas que antes se creía eran mutuamente excluyentes: la desnutrición y la sobrealimentación. La primera se consideraba un problema relacionado con la pobreza, que puede ocasionarse por la ingesta inadecuada de energía y/o micronutrientes y de trabajos extenuantes. Las enfermedades crónicas no transmisibles se relacionaban con la opulencia y el consumo excesivo de alimento vinculado, así como estilos de vida sedentarios. Los artículos en este número demuestran que ésta ya no es una distinción útil. De hecho, en numerosas circunstancias, en especial en países con ingresos bajos y medios, la gente tiene acceso a alimentos con gran densidad de energía pero, al mismo tiempo, con poca cantidad de nutrientes. Esta es una tendencia creciente en los países en desarrollo, donde la transición demográfica y socioeconómica impone mayores restricciones para lidiar con la doble carga de enfermedades infecciosas y no transmisibles, así como con la desnutrición en un ámbito pobre, caracterizado por sistemas de salud frágiles. Se ha predicho que, para 2020, las enfermedades no transmisibles causarán siete de cada diez muertes en los países en desarrollo. Entre las afecciones no transmisibles se ha prestado atención especial a la enfermedad cardiovascular, la diabetes, el cáncer y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. La carga de estas enfermedades afecta al mundo en general, pero tiene una tendencia creciente en los países en desarrollo. Las estrategias preventivas deben tomar en cuenta la tendencia creciente de los factores de riesgo correlacionados con estas afecciones. Al mismo tiempo, pese al éxito © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] de los programas de vacunación para polio y algunas enfermedades infantiles, otras enfermedades como SIDA, tuberculosis, paludismo y dengue aún están fuera de control en numerosas regiones del mundo. Además, prevenir y combatir las deficiencias de micronutrientes es de gran importancia. Es esencial una estrategia para combatir la desnutrición y la sobrealimentación que implique todas las etapas de la vida. Esto se ilustra en el artículo por KC et al., que se enfoca en la diabetes gestational y la macrosomía. Muchas de las enfermedades no transmisibles tienen su origen in utero. El retraso del crecimiento intrauterino que ocasiona bajo peso al nacer así como macrosomía (peso alto al nacer) se relacionan con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular en el producto. El artículo por Seidell y Halberstadt demuestra que la obesidad es un problema creciente en niños alrededor del mundo. De modo similar, el artículo por Bailey et al. muestra que el problema global de las deficiencias de micronutrientes inicia pronto enla vida con consecuencias a largo plazo. Tanto la desnutrición como la sobrealimentación contribuyen en gran medida a la carga global de enfermedad con consecuencias económicas globales graves. Esto no sólo se asocia con costos directos relacionados con las consecuencias médicas de la desnutrición sino que además se vincula con costos indirectos de productividad reducida de aquellos afectados. El artículo por Detzel y Wieser en este número ilustra que combatir la deficiencia de hierro mediante la fortificación alimenticia puede ser costo-efectiva. Jacob C. Seidell E N F O Q UE La ocurrencia de obesidad en un individuo o en una población es el resultado de combinaciones de factores a múltiples niveles de influencia Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):7–12 La carga global de la obesidad y los desafíos de la prevención por Jacob C. Seidell y Jutka Halberstadt Información clave La ocurrencia de obesidad en un individuo o en una población es resultado de una combinación de factores que actúan a múltiples niveles. El incremento simultáneo de la obesidad alrededor del mundo parece desencadenarse por cambios en el suministro global de alimentos, que ahora ofrece alimentos más procesados, asequibles y con mayor densidad de nutrientes. Esto, combinado con factores socioculturales, ambientales y económicos, afecta el comportamiento alimenticio y la actividad física. Estos factores desencadenantes multifactoriales de la obesidad sugieren la necesidad de intervenciones que reinicien las normas ambientales y sociales para facilitar las conductas saludables. Conocimientos actuales Durante el periodo de 28 años de 1980 a 2008 casi se ha duplicado la prevalencia mundial de la obesidad. En 2008, un estimado de 1.5 billones de adultos tenían un índice de masa corporal (IMC) de 25 o más y, de éstos, alrededor de 500 millones se consideraron obesos. La obesidad ya no es más una aflicción de la bonanza, sino que se ha incrementado de manera dramática en países en desarrollo e, inclusive, se ha tornado cada vez más prevalente en niños y adolescentes. Implicaciones prácticas La clasificación más reciente de los adultos con sobrepeso por la OMS aplica puntos de corte para IMC como la medida aceptada de forma universal para el grado de sobrepeso. No obstante, estas medidas necesitan individualizarse para poblaciones específicas: por ejemplo, a un IMC dado, los asiáticos tendrían grados de adiposidad vastamente diferentes y una distribución de grasa distinta en comparación con los caucásicos. La investigación ha sugerido que la © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] Compromiso político Evaluación del progreso y los objetivos para informar a los funcionarios que dictan las políticas Obesidad Asegurar recursos para implementar las políticas Establecer los servicios de soporte adecuados El manejo y la prevención de la obesidad requieren acción a distintos niveles. distribución de la grasa abdominal debe tomarse en cuenta para una clasificación precisa del sobrepeso y la obesidad respecto a los riesgos de salud reales. El tratamiento efectivo para la obesidad emplea una combinación de intervenciones del estilo de vida y, cuando es apropiado, terapias médicas adicionales como medicamentos y cirugía bariátrica. Lectura recomendada Ng M, Fleming T, Robinson M, Thomson B, Graetz N, Margono C, et al: Global, regional, and national prevalence of overweight and obesity in children and adults during 1980–2013: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2013. Lancet 2014;384:766–781. Sobrealimentación y desnutrición Annales Nestlé Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):7–12 DOI: 10.1159/000375143 La carga global de la obesidad y los desafíos de la prevención Jacob C. Seidell Jutka Halberstadt Departamento de Ciencias de la Salud, VU University, Amsterdam, Países Bajos Mensajes clave • Al menos la tercera parte de la población adulta mundial tiene sobrepeso u obesidad. • Por lo general, en comparación con países con ingresos altos, la prevalencia es menor en países con ingresos bajos y medios, pero está creciendo con rapidez. • Las medidas preventivas deben considerar el manejo de los factores predisponentes de la obesidad. en la evidencia epidemiológica que vincula la obesidad con una gama de enfermedades psicosociales y físicas, es razonable describir a la obesidad como una crisis de salud pública que afecta en gran medida la salud y la calidad de vida de las personas y se agrega de manera considerable a los presupuestos en servicios de salud de las naciones. La acción intersectorial para manejar y prevenir la obesidad se rerquiere con urgencia para revertir las tendencias actuales. © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel Prevalencia global de la obesidad Palabras clave Obesidad · Prevalencia · Epidemiología · Prevención Resumen La prevalencia de la obesidad ha aumentado a una velocidad alarmante en muchas partes del mundo. Cerca de 2 billones de personas presenta sobrepeso y un tercio de ellos tiene obesidad. El problema de las poblaciones más afectadas, como aquellas de países con ingresos cuantiosos en Norteamérica, Australasia y Europa, se ha publicado de manera extensa. Sin embargo, los incrementos más recientes de la obesidad en la población de países con ingresos bajos y medios observados en últimas fechas se han reconocido en menor grado. Con base en la prevalencia y las tendencias existentes, así como © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] Durante las últimas tres o cuatro décadas la sobrealimentación y la obesidad se han transformado de problemas relativamente menores para la salud pública que afectaban sobre todo a las sociedades más acaudaladas en una amenaza importante para la salud pública que se observa cada vez con mayor frecuencia alrededor del mundo. El problema de las poblaciones más afectadas, como aquellas en países con grandes ingresos en Norteamérica, Australasia y Europa, se ha publicado de manera extensa. Sin embargo, los incrementos más recientes de la obesidad en la población de países con ingresos bajos y medios observados a últimas fechas se han reconocido en menor grado. Dos artículos relativamente recientes documentaron la prevalencia global de la obesidad.1,2 El Global Burden of Metabolic Risk Factors of Chronic Diseases Collaborating Group analizó los datos de 199 países y territorios y 9.1 millones de adultos respecto a la prevalencia de sobrepeso y Jacob C. Seidell Department of Health Sciences, Faculty of Earth and Life Sciences VU University Amsterdam, Building W&N, Room O552 De Boelelaan 1085, NL–1081 HV Amsterdam (The Netherlands) Correo electrónico j.c.seidell @ vu.nl obesidad entre 1980 y 2008.1 Durante dicho periodo de 28 años la prevalencia de obesidad casi se duplicó alrededor del mundo. En 2008 se estimó que cerca de 1.5 billones de adultos tenían un índice de masa corporal (IMC) de 25 más (casi 34%). De éstos, se consideró que 500 millones eran obesos (alrededor de 10% en hombres y 14% en mujeres). En 2008 se observaron las tasas más altas de obesidad en mujeres, en orden descendiente de magnitud, en el sur y el norte de África, Medio Oriente, Centroamérica, Norteamérica (EUA y Canadá) y Sudamérica. En los hombres las cinco regiones con tasa más alta fueron Norteamérica (EUA y Canadá), Sudamérica, Australasia, la región central de Europa y Centroamérica. Debe notarse que muchas de estas regiones comprenden países con ingresos bajos o medios. En fechas más recientes, los análisis para el Global Burden of Disease Study 20132 documentaron que, a nivel mundial, la proporción de adultos con un IMC ≥ 25 aumentó entre 1980 y 2013 de casi 29 a 37% en hombres y de cerca de 30 a 38% en mujeres. Estas estimaciones son ligeramente mayores que las calculadas por Finucane et al.1 Las estimaciones por Ng et al.2 pueden reflejar aumentos adicionales entre 2008 y 2013, pero esto también puede deberse a las diferencias metodológicas entre ambos estudios. En los adultos la prevalencia estimada de obesidad excedió 50% en hombres en Tonga (Polinesia) y en mujeres en algunos países en Medio Oriente, Polinesia y Micronesia. Desde 2006 el incremento de la obesidad en adultos parece haberse estabilizado en varios países con ingresos altos, pero en general la incidencia permanece mayor que en los países con ingresos bajos y medios. Entre 1980 y 2013 la proporción de adultos con un IMC ≥ 25 aumentó de cerca de 29 a 37% en hombres y de casi 30 a 38% en mujeres. En los análisis para el Global Burden of Disease Study2 también se realizaron estimaciones para la prevalencia global de sobrepeso y obesidad en niños y adolescentes. Ng et al.2 demostraron que en niños y adolescentes de países desarrollados la prevalencia en 2013 fue alta; cerca de 24% de los niños y 23% de las niñas tenían sobrepeso u obesidad. En general, la prevalencia de sobrepeso y obesidad aumentó de manera considerable desde 1980. Sin embargo, hubo grandes diferencias en la prevalencia de obesidad y tendencias seculares. La prevalencia de sobrepeso y obesidad también ha aumentado en niños y adolescentes en los países en desarrollo, de casi 8% en 1980 a 13% en 2013 para niños y niñas. Ng et al.2 estimaron que en 2013 más de 2 billones de personas en el mundo eran obesas o tenían sobrepeso y cerca de 671 millones de ellas eran obesas. 8 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):7–12 DOI: 10.1159/000375143 Hace casi 25 años la obesidad se consideraba un problema particular de los países con ingresos elevados. En dichos países, como lo ilustran Molarius et al.,3 se observó una relación inversa entre obesidad y estado socioeconómico, en particular en mujeres. En contraste, en los países con ingresos bajos o medios la prevalencia de obesidad tendió a ser baja y estaba confinada a aquellos con estado socioeconómico relativamente alto.4 Monteiro et al.4 se encontraron entre los primeros en demostrar que esto ya no era verdad en 2003 y que la obesidad también se había convertido en un problema de grupos socioeconómicos más bajos, en particular mujeres de países de ingresos medios. En fechas más recientes, Dinsa et al.5 observaron que en 2012 la relación entre estado socioeconómico y obesidad permaneció positiva tanto para hombres como para mujeres en países con pocos ingresos. No obstante, en los países con ingresos medios la relación varió en gran medida en hombres y por lo general era negativa en mujeres. Sin embargo, en niños y adolescentes la obesidad permaneció como un problema predominante en aquellos con estado socioeconómico relativamente alto en países con ingresos bajos o medios. La epidemiología de la obesidad ha sido difícil de estudiar durante varios años debido a que numerosos países tenían criterios específicos para la clasificación de diferentes grados de sobrepeso. No obstante, de modo gradual, durante la década de 1990 el IMC (peso/estatura2) se convirtió en una medida de aceptación universal para el grado de sobrepeso, y ahora se recomiendan puntos de corte idénticos. Esta clasificación más reciente del sobrepeso en adultos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) se proporciona en el Cuadro 1.6 En diversos estudios comunitarios sobre sociedades acaudaladas este esquema se ha simplificado y los puntos de corte de 25 y 30 se utilizan con propósitos descriptivos. Tanto la prevalencia de un IMC muy bajo (< 18.5) como de un IMC muy alto (40 o mayor) por lo general es baja, alrededor de 1 a 2% o menos. Un consultor experto de la OMS7 reconoció que, a un IMC dado, las personas de las poblaciones asiáticas podrían tener niveles de adiposidad con vastas diferencias y una distribución grasa distinta en comparación con las poblaciones caucásicas. Esto, al menos en parte, puede dar paso a riesgos de salud similares en asiáticos con grados menores de IMC que en poblaciones caucásicas. El consultor concluyó que la proporción de personas asiáticas con alto riesgo de diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular es sustancial con IMC menores que los puntos de corte actuales de la OMS para sobrepeso (IMC ≥ 25). Sin embargo, los datos disponibles no indican necesariamente un punto de corte claro para IMC para todos los asiáticos en cuanto a sobrepeso u obesidad. El punto de corte para riesgo moderado de salud varía con un IMC de 22 a 25 en diferentes poblaciones asiáticas; para alto riesgo varía con un IMC de 26 a 31. Debido a las grandes variaciones en los Seidell/Halberstadt Cuadro 1. Clasificación del sobrepeso en adultos según la OMS Clasificación IMC Riesgos de salud relacionados Peso bajo < 18.5 Pocos (pero aumenta el riesgo de otras alteraciones clínicas) Intervalo normal 18.5 a 24.9 Promedio Sobrepeso 25.0 o mayor Preobesidad 25.0 a 29.9 Incrementados Obesidad clase I 30.0 a 34.9 Incrementados en grado moderado Obesidad clase II 35.0 a 39.9 Incrementados en grado grave Obesidad clase III 40 o mayor Incrementados en grado muy grave vínculos entre IMC y riesgos de salud en las poblaciones asiáticas no se ha realizado intento alguno para redefinir los puntos de corte para cada población por separado. No obstante, la Asia Pacific Cohort Studies Collaboration ha propuesto que la clasificación internacional de obesidad debería adaptarse para los países asiáticos.8 Ellos indicaron que, en las poblaciones de Asia, el sobrepeso debería clasificarse como un IMC mayor de 23 y la obesidad como un IMC de 25 o más. Si se aplicara dicha clasificación, la prevalencia de obesidad (IMC ≥ 25) en Japón sería sustancialmente mayor (más de 20% en lugar de 2 a 3%).9 Por lo tanto, la prevalencia de obesidad podría estar subestimada en gran medida debido a que muchas personas en Asia estarían clasificadas de forma errónea por su grado de IMC. Varios países como China han adoptado sus propios puntos de corte para la clasificación del IMC. Xi et al.,10 por ejemplo, definieron la obesidad en China como un IMC > 27.5. Ellos analizaron datos de la China Health and Nutrition Survey, realizada de 1993 a 2009. La prevalencia de obesidad aumentó durante este periodo de casi 3 a 11% en hombres y de 5 a 10% en mujeres. Se han observado tendencias semejantes en todos los grupos de edad y regiones. La clasificación de IMC no sólo es problemática debido a las variaciones étnicas en la composición corporal, sino que mucha de la investigación en la última década ha sugerido que, para una clasificación precisa de sobrepeso y obesidad respecto a los riesgos de salud, también es necesario determinar la distribución de la grasa abdominal. Por lo general esto se ha indicado por una razón relativamente alta entre la circunferencia de cadera y cintura. Se ha propuesto que la circunferencia de cintura por sí sola puede ser una medida mejor y más simple de los riesgos de salud relacionados con La carga global de la obesidad la adiposidad abdominal.11 En 1998 los US National Institutes of Health (National Heart, Lung, and Blood Institute) adoptaron la clasificación de IMC y la combinaron con puntos de corte de cintura.12 En esta clasificación se propone la combinación de sobrepeso (IMC entre 25 y 30) y obesidad moderada (IMC entre 30 y 35) con una gran circunferencia de cintura (≥ 102 cm en hombres o ≥ 88 cm en mujeres) para ajustar el riesgo adicional.12 Además, estos puntos de corte para cintura pueden tener que ser específicos según la etnicidad.7 Consecuencias de la obesidad sobre la salud El aumento de la obesidad en el mundo tiene un impacto importante sobre la alteración de la salud y la reducción de la calidad de vida.13,14 En particular, la obesidad brinda una contribución significativa a la incidencia global de enfermedad cardiovascular, diabetes mellitus tipo 2, cáncer, osteoartritis, discapacidad laboral y apnea del sueño. La obesidad tiene un impacto más pronunciado sobre la morbilidad que sobre la mortalidad. Visscher y Seidell13 predijeron en 2001 que la discapacidad debida a enfermedades cardiovasculares relacionadas con la obesidad aumentaría en especial en los países industrializados, ya que los pacientes sobreviven a las enfermedades cardiovasculares en estos países con mayor frecuencia que en los países no industrializados. La discapacidad debida a diabetes tipo 2 relacionada con la obesidad también aumentaría, en particular en los países con ingresos bajos y medios, ya que es común que el suministro de insulina sea insuficiente en dichos países. Como resultado, en esas naciones se espera un incremento de la discapacidad por nefropatía, arteriosclerosis, neuropatía y retinopatía. Es probable que los incrementos en la prevalencia de obesidad lleven a un aumento en la cantidad de años que los individuos sufren de morbilidad y discapacidad relacionadas con la obesidad.13 El Global Burden of Disease Study y la OMS han documentado en fechas recientes que la obesidad es un factor importante que contribuye a la salud frágil, la discapacidad y la mortalidad en numerosas regiones del mundo.15,16 Prevención de la obesidad El manejo adecuado de la obesidad como una afección crónica para aquellos que ya son obesos es importante y requiere los principios de la atención integral para el manejo de las enfermedades.17 Un ejemplo de una estrategia nacional para el manejo de la obesidad es el estándar de servicios de salud para la obesidad en los Países Bajos. Este estándar implica estrategias para la detección temprana, el diagnóstico y el tratamiento de la obesidad. Siguiendo los principios del manejo escalonado, el tratamiento preferido es una intervención combinada de estilo de vida y, según sea el caso, terapias médicas adicionales como medicamentos y cirugía bariátrica. Las intervenciones combinadas del estilo de vida están dirigidas a la actividad física, así como a la dieta, e incluyen Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):7–12 DOI: 10.1159/000375143 9 Ambiente físico Ambiente económico Metabolismo/ genes del individuo Ambiente sociocultural Conducta y peso corporal Figura 1. Representación gráfica de las influencias ambientales que interactúan con la biología individual y los efectos sobre la conducta y el peso corporal. técnicas psicológicas como entrevistas motivacionales y terapia cognitiva conductual. La fase de intervención, enfocada al cambio de conducta y la pérdida ponderal, va seguida de una fase de prevención de recaídas y, si es necesario, soporte de mantenimiento de peso y conducta a largo plazo. La implementación de dicho estándar trasciende los límites tradicionales de los sistemas de servicios de salud convencionales y las profesiones de atención a la salud, y en cambio se enfoca en las competencias de grupos de profesionales en salud que organizan la atención desde una perspectiva orientada hacia el paciente.17 Desde una perspectiva de salud pública, una estrategia sostenible hacia una prevención efectiva es una estrategia más asequible. Para prevenir la obesidad de modo adecuado primero deben identificarse los factores causales. Swinburn et al.18 señalaron que el aumento simultáneo de la obesidad en casi todos los países parece haberse desencadenado principalmente por cambios en el suministro global de alimentos, que ofrece alimentos más procesados, asequibles y con mercadotecnia más eficaz que nunca antes. Los alimentos apetecibles con gran densidad de energía provocan un consumo excesivo que, a su vez, contribuye a la ganancia ponderal y la obesidad. Los factores en el sistema global de alimentos combinados con los factores ambientales locales provocan grandes diferencias en la prevalencia de obesidad entre poblaciones. Los individuos responden a los factores ambientales locales como los factores socioculturales y económicos y al ambiente físico 10 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):7–12 DOI: 10.1159/000375143 (Figura 1). Glass y McAtee19 construyeron un modelo multinivel útil para examinar los complejos contextos que interactúan en la prevención de la obesidad. Éste integra influencias biológicas y socioambientales (economía, cultura, redes sociales y características del ambiente físico) sobre las conductas como la alimentación y la actividad física.19,20 La adquisición y el consumo de alimentos están influidos por diversos factores como el precio, la palatabilidad y los hábitos formados por la cultura y la etnicidad. Estos factores interactúan no sólo de manera lineal, sino que se influyen entre sí en numerosas formas. El modelo multinivel observa la obesidad como resultado del modo en que los individuos interactúan entre sí y con los factores ambientales como organismos en un ecosistema. Dicho punto de vista sobre los sistemas ilustra que una sola causa de la epidemia de obesidad es poco probable. También sugiere que la ocurrencia de obesidad en un individuo o en poblaciones es consecuencia de las combinaciones de factores a múltiples niveles de influencia.20 Por lo general la cantidad de personas que se vuelven obesas es una consecuencia de los factores ambientales; quién se torna obeso suele tener una relación más fuerte con factores biológicos (genéticos). Esta falta de un solo factor causal también implica que es poco probable que las intervenciones únicas tengan más que sólo un pequeño impacto por sí solas. Es necesario un conjunto sistémico sostenido de iniciativas, proporcionadas a gran escala, para dirigir la prevención de la obesidad. Se requieren intervenciones que se basen menos en la responsabilidad personal y la educación de individuos y más en los cambios del ambiente y las normas sociales. Dichas intervenciones ‘reajustan los incumplimientos’ para facilitar las conductas saludables. En un informe reciente del McKinsey Global Institute21 se sugirió que dichas intervenciones deben incluir la reducción del tamaño de las porciones preestablecidas, cambiar las prácticas de mercadotecnia y reestructurar los ambientes urbanos y educativos para facilitar la actividad física. En el informe se explicó que ‘ningún sector individual en la sociedad, ya sea gobiernos, minoristas, compañías de bienes de consumo, restaurantes, empresas, organizaciones mediáticas, educadores, proveedores de servicios de salud o individuos, puede manejar la obesidad por sí solo’.21 Una combinación de intervenciones gubernamentales y corporativas verticales descendentes con intervenciones comunitarias ascendentes tiene la mayor probabilidad de éxito. Una de las estrategias integradas existentes que combina actividades comunitarias descendentes y ascendentes es la iniciativa EPODE.22 EPODE (Ensemble Prévenons l’Obésité Des Enfants o Juntos Prevengamos la Obesidad Infantil) es una estrategia coordinada constructora de capacidades a gran escala para comunidades para implementar estrategias sostenibles y efectivas a fin de prevenir la obesidad infantil. Desde 2004 EPODE se ha implementado en más de 500 comunidades en seis países. Esta estrategia se basa en cuatro pilares:22 Seidell/Halberstadt Organización central Organización local Promoción** Compromiso político Equipo de coordinación central Comunidad Niño Ambiente Hogar Escuelas Vecindarios Asociaciones públicas/privadas Organización local* Comportamiento del niño Actividad física ↑ Nutrición saludable ↑ Construcción de capacidades comunitarias*** Aumento del % de niños con un peso saludable Individuales (familia y niño) Mercadotecnia social Actividades físicas y nutricionales**** Actitudes Consciencia Habilidades Conocimiento Vigilancia y evaluación *Organización local Liderazgo Establecimiento de una estructura organizacional Asociaciones y redes Conocimiento y pericia Uso de la mercadotecnia social **Promoción Establecer prioridades organizacionales Establecer políticas organizacionales Establecer actividades organizacionales Obtener la aceptación social ***Construcción de capacidades comunitarias Informar y estimular la participación de los miembros de la comunidad y de los accionistas Identificar, capacitar y brindar apoyo a los accionistas Asegurar recursos sostenibles Construir relaciones y funciones organizacionales ****Actividades nutricionales y físicas Organizar actividades y eventos que promuevan la salud Materiales de comunicación personalizados Figura 2. Metodología de EPODE en la forma de un modelo lógico conciso que abarca cuatro componentes críticos: compromiso político, asociaciones públicas y privadas, mercadotecnia y evaluación sociales (fuente: Van Koperen et al.;23 reproducida con permiso de Wiley Publishers). (1) Compromiso político: obtener el compromiso político formal a nivel central y local de los líderes de las organizaciones clave, que influyen sobre las políticas nacionales, federales o estatales, así como locales, ámbito infantil y su ambiente; (2) Recursos: asegurar recursos suficientes para financiar los servicios de soporte centrales y la evaluación, así como contribuciones de organizaciones locales para proveer fondos a la implementación local; (3) Servicios de soporte: planear, coordinar y proporcionar mercadotecnia social, servicios de comunicación y soporte para practicantes y líderes comunitarios; (4) Evidencia: utilizar evidencia de una gran variedad de fuentes para informar la entrega de EPODE y evaluar el proceso, el impacto y los desenlaces del programa EPODE. Numerosos países han adoptando esta estrategia. En cada uno de ellos EPODE combina una estrategia descendente y ascendente. La metodología EPODE promueve la inclusión de múltiples inversionistas coordinados a nivel nacional (p. ej., con respaldo de ministros y apoyo de grupos de salud, organizaciones no gubernamentales y socios privados), y el programa se beneficia con un comité asesor científico (un grupo de especialistas y académicos de diferentes disciplinas).22 No obstante, su núcleo es una estrategia local dirigida a las familias y escuelas en los vecindarios. Van Koperen et al.23 describieron la metodología en la forma de un modelo lógico conciso (Figura 2) que abarca cuatro componentes críticos: el compromiso político, las asociaciones públicas y privadas, la merca- La carga global de la obesidad Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):7–12 DOI: 10.1159/000375143 11 dotecnia social y la evaluación. Dicho modelo lógico sugiere una serie de actividades e información que siguen una ruta causal lineal, pero este no es el caso. Este modelo cuenta con varias curvas para retroalimentación en las diferentes etapas. El modelo lógico EPODE presentado aquí puede utilizarse como una referencia para la investigación futura y de seguimiento; para dar soporte a la implementación futura de EPODE en las comunidades; como una herramienta en el compromiso de los inversionistas y para guiar la construcción de un plan de evaluación personalizado localmente. Debido al gran impacto de la obesidad sobre la salud poblacional alrededor del mundo se requiere con urgencia una estrategia efectiva para prevenir y manejar la epidemia. Ningún país ha sido capaz de mostrar una disminución significativa de la prevalencia de obesidad como resultado de políticas integrales. La acción intersectorial para manejar y prevenir la obesidad es necesaria con urgencia para revertir las tendencias actuales. Conflictos de interés Los autores no cuentan con conflictos de interés que declarar. Referencias 1 Finucane MM, Stevens GA, Cowan MJ, Danaei G, Lin JK, Paciorek CJ, et al: National, regional, and global trends in body-mass in- dex since 1980: systematic analysis of health examination surveys and epidemiological studies with 960 country-years and 9.1 million participants. Lancet 2011;377:557–567. 2 Ng M, Fleming T, Robinson M, Thomson B, Graetz N, Margono C, et al: Global, regional, and national prevalence of overweight and obesity in children and adults during 1980– 2013: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2013. Lancet 2014; 384:766–781. 3 Molarius A, Seidell JC, Sans S, Tuomilehto J, Kuulasmaa K: Educational level, relative body weight, and changes in their association over 10 years: an international perspective from the WHO MONICA project. Am J Public Health 2000;90:1260–1268. 4 Monteiro CA, Moura EC, Conde WL, et al: Socioeconomic status and obesity in adult populations of developing countries: a re- view. 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Información clave La macrosomía fetal es un término utilizado para definir a los neonatos con tamaño significativamente mayor que el promedio (peso al nacer ≥ 4 000 g). Entre 15 y 45% de los recién nacidos de madres con diabetes mellitus gestacional (DMG) son macrosómicos (en comparación con 12% de los neonatos de madres normales). Los productos macrosómicos de madres con DMG tienen mayor riesgo de presentar sobrepeso u obesidad a una edad temprana y mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 más tarde en la vida. Los hallazgos de varios estudios sugieren que las alteraciones epigenéticas en diferentes genes fetales podrían provocar la transmisión de DMG y diabetes tipo 2 de la madre a su descendencia. Madre Control glucémico alterado Cifras altas de glucosa (hiperglucemia) Feto insulina (hiperinsulinemia) Conocimientos actuales En madres con DMG las cifras más elevadas de glucosa en sangre pasan a través de la placenta hacia la circulación fetal. A partir del segundo trimestre, el páncreas fetal responde a la hiperglucemia mediante la secreción de insulina, lo que ocasiona hiperinsulinemia. Esta combinación de hiperinsulinemia e hiperglucemia produce un aumento de los depósitos de proteína y grasa en el feto, con la macrosomía resultante. Numerosos estudios han explorado el impacto de la DMG sobre la macrosomía fetal y han demostrado los efectos sobre la salud materna y fetal. Implicaciones prácticas Para el lactante, la macrosomía incrementa el riesgo de distocia de hombro, fracturas claviculares y lesión del plexo braquial, además de aumentar la necesidad de admisión en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Para la madre, los riesgos relacionados con la macrosomía son parto por cesárea, hemorragia posparto y laceraciones vaginales. Se cuenta con varias recomendaciones para el manejo de la macrosomía dirigidas a prevenir los traumatismos maternos y fetales al nacimiento, incluidas la inducción del parto y la cesárea electiva. La regulación estricta de las concentraciones maternas de glucosa en sangre pueden limitar los desenlaces adversos perinatales. Los neonatos de madres con DMG deben someterse a una exploración física exhaustiva, incluida la valoración en busca de anomalías genéticas, hipoglucemia, policitemia, hiperbilirrubinemia y alteraciones electrolíticas. © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] almacenamiento de proteína y grasa Hipótesis modificada de Pedersen que explica la fisiopatología de la macrosomía. Cuando el control glucémico materno se altera y la concentración sérica de glucosa materna es alta, la glucosa atraviesa la placenta –pero la insulina no lo hace. En el segundo trimestre, el páncreas fetal responde a la hiperglucemia y secreta insulina de manera autónoma (hiperinsulinemia). La combinación de hiperinsulinemia e hiperglucemia provoca un aumento de los depósitos de proteína y grasa en el feto, lo que ocasiona la macrosomía. Lectura recomendada Ding GL, Wang FF, Shu J, et al: Transgenerational glucose intolerance with Igf2/H19 epigenetic alterations in mouse islet induced by intrauterine hyperglycemia. Diabetes 2012;61:1133–1142. Sobrealimentación y desnutrición Annales Nestlé Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):14–20 DOI: 10.1159/000371628 Diabetes mellitus gestacional y macrosomía: revisión de la bibliografía Kamana KCa,b Sumisti Shakyac Hua Zhanga,b Departamento de Ginecología y Obstetricia, bCanada-China-New Zealand Joint Laboratory of Maternal and Fetal Medicine, The First Affiliated Hospital of Chongqing Medical University, y cDepartamento de Ginecología y Obstetricia, The Second Affiliated Hospital of Chongqing Medical University, Chongqing , PR China a Mensajes clave • La macrosomía fetal, resultado de la hiperinsulinemia fetal en respuesta a la diabetes materna, podría ser un factor predictivo de intolerancia a la glucosa ulterior. • La diabetes materna durante el embarazo puede provocar la transmisión transgeneracional del riesgo de diabetes. • Los fetos de madres obesas con diabetes mellitus gestacional tienen mayor riesgo de desarrollar macrosomía que aquellos de madres sin obesidad con diabetes mellitus gestacional. Palabras clave Diabetes mellitus gestacional · Grande para la edad gestational · Macrosomía · Hiperglucemia · Obesidad · Embarazo · Epigenética Resumen Antecedentes: la macrosomía fetal, definida como un peso al nacimiento ≥ 4 000 g, puede afectar a 12% de los neonatos de madres normales y 15 a 45% de los neonatos de mujeres con diabetes mellitus gestacional (DMG). El riesgo incrementado de macrosomía en DMG se debe principalmente al aumento de la resistencia a la insulina en la madre. En DMG, una mayor cantidad de glucosa sanguínea pasa a través de la placenta hacia la circulación fetal. Como resultado, la glucosa © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] adicional en el feto se almacena como grasa corporal y provoca macrosomía, que también se denomina ‘feto grande para la edad gestacional’. Este artículo revisa estudios que exploraron el impacto de la DMG y la macrosomía fetal, así como las complicaciones relacionadas con la macrosomía en los desenlaces de nacimiento; además ofrece una evaluación de la salud materna y fetal. Síntesis: la macrosomía fetal es un desenlace adverso infantil común de la DMG si no se reconoce y no se trata a tiempo. Para el lactante, la macrosomía aumenta el riesgo de distocia de hombro, fracturas claviculares y lesión del plexo braquial, además de incrementar la tasa de admisiones a la unidad de cuidados intensivos neonatales. Para la madre, los riesgos relacionados con macrosomía son parto por cesárea, hemorragia posparto y laceraciones vaginales. Los lactantes de mujeres con DMG tienen mayor riesgo de presentar sobrepeso u obesidad a una edad más temprana (durante la adolescencia) y mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 en etapas posteriores de la vida. Además, son preocupantes los hallazgos de varios estudios respecto a que las alteraciones epigenéticas de diversos genes en el feto in utero de una madre con DMG podrían provocar la transmisión transgeneracional de DMG y diabetes tipo 2. © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel Introducción La diabetes mellitus gestacional (DMG) se define como la intolerancia a la glucosa en grado variable que inicia, o se reconoce por vez primera, durante el embarazo. Cerca de 15 Hua Zhang, MD, PhD, Department of Obstetrics and Gynecology Canada-China-New Zealand Joint Laboratory of Maternal and Fetal Medicine The First Affiliated Hospital of Chongqing Medical University No. 1 Youyi Road, Yuzhong District, Chongqing 400016 (PR China) Correo electrónico [email protected] a 45% de los productos nacidos de madres diabéticas pueden tener macrosomía, una tasa tres veces mayor a la de los controles normoglucémicos. Por lo regular la macrosomía se define como un peso al nacimiento mayor que el 90° percentil para la edad gestacional o > 4 000 g. A diferencia de la hiperglucemia materna, la obesidad materna tiene un efecto poderoso e independiente sobre la macrosomía fetal.1 La edad gestacional al parto, el índice de masa corporal (IMC) materno previo al embarazo, la ganancia ponderal durante el embarazo, la estatura materna, la hipertensión y el tabaquismo también tienen un impacto significativo. Al comparar mujeres obesas con mujeres con peso normal, los neonatos de madres obesas tienen un riesgo mayor del doble de macrosomía en comparación con aquellos de madres con peso normal.2 Los neonatos de madres obesas tuvieron más del doble de riesgo de macrosomía que aquellos de madres con peso normal. Los datos del Diabetes in Early Pregnancy Study indican que el peso fetal al nacimiento se correlaciona mejor con las cifras posprandiales de glucosa en sangre durante el segundo y tercer trimestres y no con las concentraciones de glucosa en ayuno ni promedio.3 Cuando los valores posprandiales de glucosa promedian los 120 mg/dL o menos puede esperarse que alrededor de 20% de los lactantes sea macrosómico, y si los valores de glucosa son tan altos como 160 mg/dL, la tasa de macrosomía puede alcanzar hasta 35%. Los fetos macrosómicos en embarazos diabéticos desarrollan un patrón único de crecimiento excesivo, que implica el depósito central de grasa subcutánea en el área abdominal e interescapular.4 Tienen circunferencias de hombros y extremidades más grandes, una razón cabeza:hombro disminuida, una cantidad mucho mayor de grasa corporal y pliegues cutáneos más gruesos en las extremidades superiores. Debido a que el tamaño de la cabeza fetal no aumenta y la cintura escapular y la abdominal pueden aumentar de modo marcado, el riesgo de parálisis de Erb, distocia de hombro y traumatismo del plexo braquial es más común. Sin embargo, el crecimiento esquelético casi no se afecta. Los datos del Australian Carbohydrate Intolerance Study in Pregnant Women (ACHOIS) demostraron una relación positiva entre la gravedad de la hiperglucemia materna en Diabetes mellitus gestacional y macrosomía ayuno y el riesgo de distocia de hombro, en que un incremento de 1 mmol de la glucosa en ayuno provoca un riesgo relativo de 2.09 para distocia de hombro.5 La macrosomía se relaciona con tasas excesivas de morbilidad neonatal. Los neonatos macrosómicos tienen tasas cinco veces más altas de hipoglucemia grave y una duplicación del riesgo de ictericia neonatal en comparación con los lactantes de madres sin diabetes.6 Además, las cifras excesivas de insulina fetal parecen ser una causa de crecimiento fetal acelerado. En un estudio que comparó el suero del cordón umbilical de lactantes de madres diabéticas y controles, los productos de mayor peso de embarazos diabéticos también tenían hiperinsulinemia.7 Fisiopatología de DMG Los mecanismos exactos detrás de la DMG aún son desconocidos. Los siguientes factores maternos y fetales-placentarios se interrelacionan y actúan de un modo integrado en el desarrollo de resistencia a insulina y DMG. El papel de la unidad fetal-placentaria en el desarrollo de DMG Durante el embarazo, a medida que la edad gestacional progresa, el tamaño de la placenta aumenta. Hay un incremento de las concentraciones de las hormonas relacionadas con el embarazo, como estrógeno, progesterona, cortisol y lactógeno placentario en la circulación materna8,9 acompañado de una resistencia creciente a insulina. En general esto inicia entre las semanas de gestación 20 y 24. Conforme la madre entra en trabajo de parto y nace el feto, la producción de hormona placentaria se detiene, así como la enfermedad de DMG, lo cual sugiere en gran medida que estas hormonas causan DMG.10 El lactógeno placentario humano aumenta cerca de 10 veces en la segunda mitad del embarazo. Estimula la lipólisis, que provoca un aumento de los ácidos grasos libres para proporcionar un combustible diferente a la madre y para conservar glucosa y aminoácidos para el feto. A su vez, el incremento de las cifras de ácidos grasos libres interfiere de modo directo con la entrada de glucosa a las células dirigida por la insulina. Por lo tanto, el lactógeno placentario humano se considera un antagonista potente de la actividad de insulina durante el embarazo. El papel del tejido adiposo en el desarrollo de DMG El tejido adiposo produce adipocitocinas, que incluyen leptina, adiponectina, factor de necrosis tumoral α (TNF-α) e interleucina 6, así como resistina, visfatina y apelina, de reciente descubrimiento.11,12 Los papeles de las adipocitocinas y las concentraciones elevadas de lípidos en el embarazo también se han relacionado con los cambios en la sensibilidad a insulina en mujeres que no están embarazadas13 y en Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):14–20 DOI: 10.1159/000371628 15 Maternos Placentarios Liberación de insulina Fetales Peso al nacimiento Lípidos Utilización de glucosa Glucógeno Insulina (hiperinsulinemia) Hiperglucemia Hiperglucemia Figura 1. Resultados de la hiperglucemia materna modificados según la hipótesis de Pedersen. aquellas que sí lo están.14 La evidencia sugiere que una o más de estas adipocinas podrían alterar la señalización de insulina y causar resistencia a esta hormona.12 De manera específica, TNF-α tiene un papel potencial en la disminución de la sensibilidad a insulina.15 Hipótesis de Pedersen modificada La fisiopatología de la macrosomía puede explicarse según la hipótesis de Pedersen sobre hiperglucemia materna que provoca hiperinsulinemia fetal y utilización aumentada de glucosa y, por ello, un incremento del tejido adiposo fetal. Cuando el control glucémico materno se altera y la concentración sérica de glucosa en la madre es elevada, la glucosa cruza la placenta. Sin embargo, la insulina derivada de la madre o de la administración exógena no cruza la placenta. Como resultado, en el segundo trimestre el páncreas fetal, que ahora es capaz de secretar insulina, comienza a responder a la hiperglucemia y secreta insulina de manera autónoma sin importar la estimulación de glucosa. Esta combinación de hiperinsulinemia (la insulina es una hormona anabólica importante) e hiperglucemia (la glucosa es un combustible anabólico fundamental) provoca un incremento de los depósitos de grasa y proteína en el feto, lo que ocasiona macrosomía (Figura 1). Complicaciones relacionadas con macrosomía Complicaciones maternas Si el producto es atípicamente grande el parto vaginal puede ser más complicado. Hay riesgo de parto prolongado en el cual el feto puede quedar atascado en el canal de parto, puede necesitarse parto instrumental (con fórceps o vacío), e incluso una cesárea no planeada o de emergencia. Durante el nacimiento hay un mayor riesgo de laceración y desgarro del tejido vaginal comparado con los productos de tamaño normal, y el músculo entre la vagina y el ano puede desgarrarse (desgarro perineal). 16 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):14–20 DOI: 10.1159/000371628 También hay una gran probabilidad de atonía uterina. El músculo uterino no puede contraerse de forma apropiada, lo que resulta en sangrado profuso y hemorragia posparto. El riesgo de sangrado posparto y lesión del tracto genital fue cercano a 3 a 5 veces mayor en partos macrosómicos.16 Además, si la madre se sometió a cesáreas previas hay mayor probabilidad de desgarro uterino a lo largo de la línea de sutura de la cirugía previa. Complicaciones fetales Complicaciones inmediatas Nacimiento prematuro. Debido a la inducción temprana del parto antes de las 39 semanas de gestación y/o la rotura prematura de membranas, hay riesgo de parto pretérmino. Aunque se tomen todas las precauciones necesarias antes de la inducción del parto temprano, los neonatos aún están en riesgo de complicaciones relacionadas con la prematuridad, que incluyen dificultad para la respiración y la alimentación, infecciones, ictericia, admisión a la unidad de cuidados intensivos y muerte perinatal. Distocia de hombro y parálisis de Erb. Una de las complicaciones más graves del parto vaginal en productos macrosómicos es la distocia de hombro, que se relaciona con traumatismo al nacimiento. Los recién nacidos con un peso al nacer de 4 500 g o más conllevan un riesgo seis veces mayor de traumatismo al nacimiento,17 y el riesgo de lesión del plexo braquial es casi 20 veces mayor cuando el peso al nacer es > 4 500 g.18 Hipoglucemia al nacimiento. Una de las alteraciones metabólicas más comunes del neonato de una madre con DMG es la hipoglucemia. Ésta ocurre debido a la hiperinsulinemia del feto en respuesta a la hiperglucemia materna in utero. La hipoglucemia puede provocar complicaciones más graves, como alteraciones del sistema nervioso central y cardiopulmonares. Las secuelas principales a largo plazo incluyen daño neurológico que produce retraso mental, actividad convulsiva recurrente, retraso del desarrollo y trastornos de la personalidad. Ictericia neonatal. Los factores que pueden promover la ictericia son la prematuridad, la congujación hepática alterada de bilirrubina y el aumento de la circulación enterohepática de bilirrubina debido a la alimentación inadecuada. En la macrosomía los neonatos tienen una demanda de oxígeno incrementada que causa eritropoyesis aumentada y, por último, policitemia. Por lo tanto, cuando estas células se degradan, la bilirrubina (un subproducto de los eritrocitos) aumenta y provoca ictericia neonatal. Anomalías congénitas. Los defectos cardiacos y los defectos del tubo neural, como la espina bífida, son los tipos más frecuentes de defectos al nacimiento. Las cifras altas de glucosa en sangre de madres con DMG puede lesionar los órganos en desarrollo del feto y provocar anomalías congénitas. KC/Shakya/Zhang Complicaciones ulteriores Obesidad infantil y síndrome metabólico. Numerosos estudios sugieren que una de las razones de la obesidad infantil es la DMG. Se cuenta con evidencia respecto a la programación fetal de la adiposidad ulterior en los hijos expuestos a diabetes in utero. Los descendientes de mujeres indias Pima con diabetes tipo 2 preexistente y DMG fueron más grandes para su edad gestacional al nacimiento y, después de casi 5 años de edad, eran más pesados que los hijos de madres prediabéticas o sin diabetes.19 El estudio Exploring Perinatal Outcomes among Children (EPOCH) encontró que la exposición a DMG materna está relacionada con un mayor IMC, una mayor circunferencia de cintura, mayor tejido adiposo subcutáneo y visceral, así como un patrón de distribución de la grasa más centralizado en niños multiétnicos de 6 a 13 años de edad.20 Asimismo, los jóvenes expuestos a DMG materna in utero tuvieron un crecimiento del IMC promedio global mayor de los 27 meses a los 13 años de edad y una mayor velocidad de aumento del IMC iniciando a los 10 a 13 años de edad.21 Estos hallazgos sugieren que los efectos a largo plazo de la exposición intrauterina a DMG no siempre son evidentes en la infancia temprana, sino que emergen durante la pubertad, otro periodo sensible para el desarrollo de obesidad. Los hijos de madres diabéticas también son susceptibles al inicio de síndromes metabólicos, como hipertensión arterial, hiperglucemia, obesidad y cifras anómalas de colesterol, que ocurren juntos y aumentan el riesgo de cardiopatías, eventos vasculares cerebrales y diabetes. Transmisión transgeneracional de DMG y epigenética En la DMG el ambiente intrauterino metabólico anómalo afecta el desarrollo del feto al inducir cambios en la expresión génica a través de mecanismos epigenéticos de las células susceptibles, lo cual da paso al desarrollo de diabetes en la adultez. La descendencia (generación F1) de madres con hiperglucemia grave y leve desarrolla DMG y otras alteraciones metabólicas en etapas posteriores de la vida, afectando también a la segunda generación (generación F2). De esta manera, la DMG da origen a un círculo vicioso en el cual las madres con DMG tienen productos con cambios epigenéticos que son propensos a desarrollar enfermedades metabólicas en etapas ulteriores de la vida, lo cual da origen a una nueva generación de madres con DMG. Esta tendencia a transferir la enfermedad de una generación a otra mediante cambios epigenéticos se conoce como transmisión transgeneracional (Figura 2). Ahora se acepta en gran medida que el ambiente preconcepcional e intrauterino adverso se relaciona con una programación epigenética errada del metabolismo fetal y predisposición a enfermedades crónicas y, en particular, afecciones metabólicas en las etapas venideras de la vida.22,23 La epigenética es el estudio de los cambios hereditarios en la expresión génica que ocurren sin cambios en la secuen- Diabetes mellitus gestacional y macrosomía cia de DNA.24 La metilación del DNA y las modificaciones de las histonas son dos reguladores epigenéticos fundamentales en las células mamíferas, que tienen una relación funcional en la transcripción y pueden proporcionar un mecanismo para la propagación estable de la actividad génica de una generación de células a la siguiente.25 Los cambios bioquímicos, es decir, en la forma de metilación del DNA y modificaciones de histonas, controlan los patrones altamente coordinados de la expresión génica espacial, temporal y específica de los padres. Debido a que las influencias exógenas pueden inducir modificaciones epigenéticas, la variación epigenética entre individuos puede determinarse por la genética o el ambiente.26 Numerosos estudios han hecho notar que las condiciones adversas tempranas se relacionan con diabetes y disfunción metabólica en las siguientes etapas de la vida. Las condiciones adversas tempranas se relacionan con diabetes y disfunción metabólica en etapas ulteriores de la vida. A pesar de que los mecanismos implicados en las modificaciones epigenéticas que preparan la posibilidad de transmisión transgeneracional aún no son claros, la evidencia sugiere que la metilación en las células germinales puede ser la responsable.27 Otros sugieren que el ambiente uterino hiperglucémico durante el embarazo afecta múltiples locus en el epigenoma fetal e inicia la programación metabólica, que no sólo da paso a la transmisión transgeneracional de DMG sino además a otras tantas enfermedades metabólicas.28,29 En un estudio,30 en los hijos de madres con DMG tanto F1 como F2 en ratas, la expresión de los genes imprimados Igf2 y H19 presentó regulación descendente en los islotes pancreáticos, causada por el estado de metilación anómala de la región metilada de modo diferencial, que puede ser uno de los mecanismos para la ultraestructura y la función alteradas de los islotes. Además, en el mismo estudio, la expresión génica afectada de los genes Igf2 y H19 se encontró en el esperma de la descendencia adulta F1 con DMG, lo que indica que los cambios en la epigenética de las células germinales contribuyó a la transmisión transgeneracional. En otro estudio,28 para evaluar los efectos de la DMG sobre el epigenoma de la siguiente generación, se examinó la sangre y la placenta de madres con DMG. Aquí, el gen MEST imprimado en la madre, el gen NR3C1 para el receptor de glucocorticoides no imprimado y las repeticiones ALU intercaladas mostraron niveles de metilación disminuidos de manera significativa en los grupos con DMG en comparación con los controles. También se observó metilación de MEST en sangre reducida de forma significativa en adul- Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):14–20 DOI: 10.1159/000371628 17 Mujeres embarazadas: diabetes/obesidad Productos: diabetes/obesidad Productos: diabetes/obesidad Mujeres embarazadas: diabetes/obesidad Figura 2. Círculo vicioso de la transmisión transgeneracional de DMG. tos con obesidad mórbida en comparación con los controles con peso normal, lo cual sugiere que la programación epigenética errónea de MEST puede contribuir a la predisposición a obesidad a lo largo de la vida. Se llevaron a cabo varios estudios sobre diversos genes para comprender los mecanismos epigenéticos de DMG y la transformación transgeneracional. Todos estos estudios encontraron alteraciones epigenéticas en los genes respectivos estudiados.28,31-34 Por lo tanto, gracias a estos estudios se puede concluir que los mecanismos epigenéticos predisponen a la descendencia para que desarrolle diabetes tipo 2, DMG y otras enfermedades metabólicas en etapas ulteriores de la vida. Una necesidad incrementada de insulina por el feto para lidiar con las cifras elevadas de glucosa causadas por DMG es una circunstancia ambiental que quizás desencadene cambios epigenéticos en las etapas tempranas de la vida, e implique genes críticos para el desarrollo del páncreas y la función de las células β, la captación de glucosa periférica y la resistencia a la insulina. Obesidad materna, DMG y macrosomía La mayoría de las madres con DMG es obesa, y una proporción significativa de aquellas obesas tiene DMG.35 Un metaanálisis demostró que el riesgo de desarrollar DMG era 2.14 veces mayor en mujeres embarazadas con sobrepeso, 3.56 veces mayor en embarazadas con obesidad y 8.56 veces mayor en mujeres embarazadas con obesidad grave en comparación con embarazadas con peso normal.36 Un análisis de datos de más de 23 000 mujeres en el estudio HAPO (Hyperglycemia and Adverse Pregnancy Outcomes)37 demostró que la prevalencia de macrosomía en 17 244 mujeres sin obesidad ni DMG era de 6.7%, en comparación con 10.2% en 2 791 mujeres sin obesidad con DMG, y 20.2% en 935 mujeres obesas con DMG. 18 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):14–20 DOI: 10.1159/000371628 Un estudio ha demostrado que la obesidad materna es un factor predictivo más potente de lactantes grandes para la edad gestacional que la hiperglucemia materna.38 En el estudio HAPO37 los investigadores encontraron que la frecuencia de macrosomía en DMG aumentó 50% en comparación con los grupos sin DMG sin y con obesidad. La obesidad se relacionó con una frecuencia dos veces mayor de macrosomía ya fuera en el grupo sin o con DMG. La macrosomía en sólo DMG se encontró en 26%, en DMG más obesidad en 33% y sólo en obesidad en 41%. En un estudio prospectivo grande en España se encontró que el cuartil superior de IMC materno fue responsable de 23% de la macrosomía, mientras que la DMG causó 3.8%.39 Las mujeres que no tenían DMG pero sí obesidad tuvieron un riesgo incrementado de 13.6% de macrosomía (definida como peso al nacimiento ≥ 4 000 g) en comparación con las mujeres sin obesidad.37 Con estos datos se puede concluir que, aunque la DMG y la obesidad materna tienen una relación independiente con desenlaces adversos en el embarazo, la combinación de ambas tiene un efecto mayor sobre la macrosomía. Manejo de la macrosomía Se han divulgado varias recomendaciones para el manejo de la macrosomía, que varían desde el manejo expectante hasta la inducción electiva del parto antes de término y la cesárea electiva para un peso fetal estimado ≥ 4250 g40 o > 4500 g,41 según el estudio. Los estudios han demostrado que la probabilidad de parto vaginal es mayor cuando ocurre un parto espontáneo que cuando se induce.42 Sin embargo, esperar el inicio de una labor de parto espontánea es una opción limitada por la edad gestacional. A medida que la edad gestacional excede las 41 semanas de gestación, la morbimortalidad materna y perinatal aumenta. Por lo tanto, es necesario tomar acción oportuna para inducir el parto. Inducción temprana del trabajo de parto Debido a que después de las 37 semanas de gestación el feto continúa creciendo a una tasa de 230 g/semana,43 la inducción electiva de la labor de parto antes o cerca de término se ha propuesto para prevenir la macrosomía y sus complicaciones.44 No obstante, hay dos factores necesarios para inducir el trabajo de parto: el primero es la maduración pulmonar fetal. Se ha demostrado que los fetos de madres diabéticas tienen una madurez pulmonar retardada. En condiciones normales la maduración pulmonar ocurre a una edad gestacional promedio de 34 a 35 semanas. A las 37 semanas 99% de los fetos ha madurado. Sin embargo, en el feto de una madre diabética los pulmones pueden no madurar hasta las 38.5 semanas. El segundo punto importante es que la paciente que se someterá a inducción debe tener un cérvix maduro con una puntuación de Bishop ≥ 6; de otro modo, hay gran probabilidad de KC/Shakya/Zhang falla de la inducción, lo cual conduciría a una cesárea.45 En un estudio46 se compararon los desenlaces de lactantes con sospecha de macrosomía de madres sometidas a manejo expectante vs. inducción electiva de la labor de parto. Se encontró que la tasa de cesáreas era muy alta (57 vs. 31%) en aquellas asignadas al grupo de inducción electiva. En algunos estudios se observó que la inducción electiva del trabajo de parto por macrosomía aumentaba la tasa de parto por cesárea sin mejorar los desenlaces perinatales.42,47 En algunos estudios se encontró que la inducción electiva del parto por macrosomía aumenta la tasa de parto por cesárea sin mejorar los desenlaces perinatales. Cesárea electiva Numerosos estudios sugieren ofrecer la cesárea a pacientes con sospecha de fetos macrosómicos, en especial a aquellas con DMG, diabetes insulinodependiente y un hijo previo con peso alto al nacer para prevenir traumatismos maternos y fetales al nacimiento. Por desgracia las medidas para calcular el peso del feto son imprecisas.48 En un estudio se afirmó que, en la población general, realizar una cesárea electiva para prevenir la plexopatía braquial es poco razonable.49 Manejo del neonato Los neonatos grandes para la edad gestacional no sólo incluyen a los lactantes postérmino, sino además a los recién nacidos de término o incluso pretérmino. Esto debe tomarse en consideración ya que el manejo y las principales preocupaciones terapéuticas podrían diferir. Un control estricto de las concentraciones maternas de glucosa en sangre disminuye los desenlaces perinatales adversos. Los neonatos de madres diabéticas deben someterse a una exploración física completa de la cabeza a los pies en busca de anomalías congénitas (defectos cardiacos congénitos, fístulas traqueoesofágicas y anomalías del sistema nervioso central), y los traumatismos al nacimiento son aún más preocupantes. Ellos deben recibir observación y cuidados intensivos, además de evaluarse en busca de hipoglucemia, policitemia, hiperbilirrubinemia y anomalías electrolíticas. Las concentraciones de glucosa en sangre deben examinarse dentro de la primera hora de vida, luego cada hora durante las siguientes 6 a 8 h y después según sea necesario. Se recomienda la alimentación oral tan pronto como sea posible, siendo ideal la alimentación al seno materno, y si la alimentación oral es insuficiente debe iniciarse una infusión intravenosa de glucosa. Conflictos de interés Ninguno de los autores cuenta con conflictos de interés relacionados con este estudio. 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Dia- Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):14–20 DOI: 10.1159/000371628 betologia 2005;48:1736–1742. 40 Conway DL, Langer O: Elective delivery of infants with macrosomia in diabetic women: reduce shoulder dystocia versus increase cesarean deliveries. Am J Obstet Gynecol 1998; 178:922–925. 41 American College of Obstetricians and Gynecologists Committee on Practice Bulletins – Obstetrics: ACOG Practice Bulletin. Clinical management guidelines for obstetrician-gynecologists. Number 30, September 2001 (replaces Technical Bulletin Number 200, December 1994). Gestational diabetes. Obstet Gynecol 2001;98:525–538. 42 Sanchez-Ramos L, Bernstein S, Kaunitz AM: Expectant management versus labor induction for suspected fetal macrosomia: a systematic review. Obstet Gynecol 2002;100: 997–1002. 43 Ott WJ: The diagnosis of altered fetal growth. 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KC/Shakya/Zhang EN F OQ U E Al igual que la pobreza, la desnutrición y las deficiencias de micronutrientes a menudo ocurren como parte de un ciclo intergeneracional Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes por Regan L. Bailey et al. Información clave Las deficiencias de micronutrientes (MND) tienen un impacto directo en los individuos y las sociedades, con peor salud, menores logros educativos, así como capacidad laboral y potencial adquisitivo reducidos. La nutrición es el factor ambiental adaptable más poderoso que puede alterarse para disminuir la carga de enfermedades a lo largo de la vida de un individuo. Las MND son prevenibles y el retorno de la inversión para la provisión de micronutrientes es elevado. Comprender cómo interpretar los biomarcadores de MND junto con indicadores clínicos y funcionales es fundamental para caracterizar la carga global de MND e identificar las intervenciones óptimas. Conocimientos actuales Alrededor del mundo, las embarazadas y los niños menores de 5 años de edad se encuentran en gran riesgo de MND. Las deficiencias de hierro, yodo, folato, vitamina A y zinc son las MND más extendidas y son factores comunes que contribuyen a un menor crecimiento, alteraciones intelectuales, complicaciones perinatales y mayor riesgo de morbimortalidad. La mayor preocupación es el hecho de que el ciclo de MND se perpetúa a través de las generaciones, con consecuencias de largo alcance en la población futura. Implicaciones prácticas El tratamiento de las MND se ha logrado de manera tradicional a través de la suplementación, la fortificación y las estrategias basadas en alimentos, como la diversificación dietética. Es importante señalar que la intervención en los primeros 1 000 días de vida es más efectiva para romper el ciclo de la desnutrición; sin embargo, es necesario un compromiso sostenible y coordinado para escalar las intervenciones nutricionales a nivel © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] Lactancia Niñez • Peso bajo al nacer • Mayor tasa de mortalidad • Desarrollo mental alterado • Riesgo aumentado de enfermedades crónicas • Retraso del crecimiento • Capacidad mental y productividad reducidas • Infecciones frecuentes • Crecimiento inadecuado • Mayor tasa de mortalidad Adultez • Productividad reducida • Estado socioeconómico bajo • Desnutrición • Aumento de la mortalidad y complicaciones perinatales Adolescencia • Retraso del crecimiento • Capacidad mental reducida • Infecciones frecuentes • Fatiga Las deficiencias de micronutrientes tienen consecuencias a lo largo de la vida del individuo y se perpetúan a través de las generaciones. global. La suplementación es una solución costo-efectiva, pero no afecta la causa de raíz de las MND. A largo plazo, la fortificación podría ofrecer un medio más eficaz para tratar las MND, ya que permite alcanzar un segmento más grande de la población. Lectura recomendada Black RE, Victora CG, Walker SP, et al: Maternal and child undernutrition and overweight in low-income and middle-income countries. Lancet 2013;382:427–451. Sobrealimentación y desnutrición Annales Nestlé Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes Regan L. Baileya,b Keith P. West Jr.b Robert E. Blackb Oficina de Suplementos Dietéticos, National Institutes of Health, Bethesda, Md., b Departamento de Nutrición Internacional, The Bloomberg School of Public Health, Johns Hopkins University, Baltimore, Md., EUA a Mensajes clave Palabras clave • La nutrición es la exposición ambiental más adaptable para reducir la carga de enfermedad y muerte a lo largo de la vida alrededor del mundo. Las deficiencias de micronutrientes (MND) tienen efectos directos en los individuos y efectos indirectos en las sociedades. En general, han habido ganancias sustanciales realizadas para mejorar el estado nutricional. Sin embargo, aún queda gran trabajo por hacer para llegar a todos los individuos que ya presentan o están en riesgo de MND. • Las MND son prevenibles. El retorno de la inversión para la provisión de micronutrientes es sustancial. La elección de intervenciones debe basarse en la causa de raíz y el alcance y la gravedad de las MND. • Los biomarcadores del estado nutricional pueden influirse por infecciones e inflamación, que son comunes con MND. Comprender cómo interpretar los indicadores bioquímicos junto con los indicadores clínicos y funcionales es clave para describir la extensión de la carga global de las MND. • Terminar el ciclo de desnutrición es crítico. Las intervenciones durante el embarazo y a lo largo de los primeros 1 000 días son óptimas. Son necesarias estrategias multidimensionales, coordinadas y sostenibles para combatir las MND, al igual que se requieren soluciones a corto y largo plazo. © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] Epidemiología · Deficiencias de micronutrientes · Vitaminas · Minerales Resumen Los micronutrientes son esenciales para mantener la vida y una función fisiológica óptima. La población en mayor riesgo de deficiencias globales extensas de micronutrientes (MND) es la de mujeres embarazadas y sus hijos menores de 5 años de edad. Las deficiencias de hierro, yodo, folato, vitamina A y zinc son las MND más extendidas, y todas ellas son factores que colaboran al crecimiento escaso, alteraciones intelectuales, complicaciones perinatales y mayor riesgo de morbimortalidad. La deficiencia de hierro es la MND más común alrededor del mundo y provoca anemia microcítica, capacidad reducida para el trabajo y alteraciones de la función inmunitaria y endocrina. La deficiencia de yodo también es extensa y provoca bocio, retraso mental o función cognitiva reducida. Las cantidades adecuadas de zinc son necesarias para una función inmunitaria óptima, y su deficiencia se relaciona con una mayor incidencia de diarrea e infecciones respiratorias agudas, causas principales de muerte en aquellos < 5 años de edad. El ácido fólico administrado en las etapas tempranas del embarazo puede prevenir los defectos del tubo neural. El folato es esencial para la síntesis y reparación del DNA, y su deficiencia provoca anemia macrocítica. La deficiencia de vitamina A es la causa principal de ceguera Regan L. Bailey Office of Dietary Supplements, National Institutes of Health 6100 Executive Boulevard, Suite 3B01 Bethesda, MD 20892 (USA) Correo electrónico: baileyr @ mail.nih.gov alrededor del mundo y también afecta la función inmunitaria y la diferenciación celular. Es raro que las MND únicas ocurran solas; a menudo coexisten múltiples MND. Las consecuencias a largo plazo de las MND no sólo se observan a nivel individual sino además tienen un impacto deletéreo sobre el desarrollo económico y de capital humano a nivel nacional. Tal vez lo más preocupante sea el ciclo de las MND que persisten por generaciones y las consecuencias intergeneracionales de las MND que apenas se empiezan a comprender. La prevención de las MND es crítica y, por tradición, se ha logrado mediante la suplementación, la fortificación y las estrategias basadas en alimentos que incluyen la diversificación. Se ha aceptado en gran medida que la intervención en los primeros 1 000 días es crítica para romper el ciclo de desnutrición; sin embargo, aún es necesario un compromiso coordinado y sustentable para escalar la nutrición a nivel global. El entendimiento de la epidemiología de las MND es fundamental para comprender cuáles estrategias de intervención funcionarán mejor bajo distintas condiciones. © 2015 National Institutes of Health (NIH)/ Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel Introducción Micronutriente es el término general utilizado para representar las vitaminas y los minerales requeridos de la dieta para mantener virtualmente todas las funciones celulares y moleculares normales.1 Si bien las cantidades necesarias de micronutrientes son muy pequeñas, las deficiencias de micronutrientes (MND) pueden tener impactos negativos amplios sobre la salud que podrían dar paso a la muerte si no reciben tratamiento. Las MND son comunes, afectan alrededor de 2 000 millones de personas alrededor del mundo.2 Las deficiencias más frecuentes son aquellas de vitamina A, folato, hierro, yodo y zinc; no obstante, hay otras alteraciones por MND. La coexistencia de múltiples MND ocurre con frecuencia. Es común que las MND se presenten como parte de un ciclo de desnutrición y pueden aunarse a desnutrición proteica o energética. Las embarazadas y sus hijos de 5 años de edad o menores son los subgrupos poblacionales más vulnerables. Aunque la mayoría de las alteraciones por MND pueden revertirse al proveer los micronutrientes faltantes, algunas enfermedades por deficiencias tienen consecuencias irreversibles de por vida. La gravedad, el momento y la extensión de la deficiencia determinará sus secuelas. Por ello, es necesario contar con estrategias informadas basadas en evidencia para la prevención de MND a nivel global. Entender la epidemiología de las MND es fundamental para comprender cuáles estrategias de intervención funcionarán mejor bajo distintas condiciones. Definición de deficiencia El estado nutricional de un micronutriente puede caracterizarse a lo largo de un continuo desde la deficiencia hasta el exceso (Figura 1).3 El estado de suficiencia para los micronutrientes puede determinarse a lo largo de este continuo mediante biomarcadores, datos de la ingesta dietética o indicadores funcionales inespecíficos, como retraso del crecimiento o peso bajo al nacer. De manera ideal, una MND se determina a través de un biomarcador válido y confiable. Es común que los biomarcadores se definan como mediciones biológicas (es decir, sangre, orina, etc.) que se utilizan para indicar “procesos biológicos normales, procesos patológicos o respuestas farmacológicas a intervenciones terapéuticas”.4 Es desafortunado que no se dispongan de biomarcadores para todas las MND, mientras que otros biomarcadores no son prácticos o factibles para la valoración extendida o para utilizarse fuera del ámbito clínico. Asimismo, los biomarcadores pueden verse influidos por inflamación, infecciones, estado de hidratación, edad, función renal y método analítico, todo lo cual dificulta su interpretación. Por último, hay varios aspectos a considerar respecto al uso de los puntos de corte de los biomarcadores para determinar la deficiencia o suficiencia, así como la distribución alrededor del punto de corte; estos últimos pueden diferir por numerosos factores Óptimo 100 Función (%) Marginal Deficiencia Marginal Muerte Figura 1. Ingesta hipotética de micronutrientes/distribución por estado. La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes 0 Toxicidad Muerte Concentración o ingesta del nutriente Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 23 (p.ej., por grupo de edad o método analítico), y la selección del punto de corte a utilizar es problemática. Las encuestas nacionales que contienen datos dietéticos no se recolectan de forma rutinaria en la mayoría de los países en desarrollo. Además, las bases de datos necesarias para analizar las ingestas notificadas deben ser específicas según la región y con frecuencia no existen o están desactualizadas. El empleo de indicadores funcionales para caracterizar la extensión de las MND es problemático debido a que demasiados factores contribuyen a estos problemas de salud. Con frecuencia las MND son sólo una de las causas de estos tipos de indicadores. Por ello, en ausencia de datos dietéticos o biomarcadores, sólo puede asumirse que los países con una tasa elevada de indicadores físicos funcionales adversos también tienen una carga elevada de MND. Causas de MND Las MND son sólo una forma de desnutrición. Otras formas de desnutrición se manifiestan de modo más visible, razón por la cual a menudo las MND se refieren como hambre oculta.5 Al nivel más básico, las MND, como todas las formas de desnutrición, ocurren debido a la ingesta insuficiente o a la ingesta suficiente combinada con una absorción alterada debida a infecciones, enfermedades o inflamación.6,7 En los lactantes las MND pueden ser consecuencia in utero de una MND materna o de un crecimiento posnatal rápido.8 Los antecedentes de estas causas inmediatas de la desnutrición son complejos y pueden apreciarse en su totalidad al examinar el 2013 UNICEF Conceptual Framework for the Determinants of Undernutrition (Figura 2).6 Las causas subyacentes que contribuyen a las causas inmediatas incluyen inseguridad alimentaria, cuidados o prácticas de alimentación inadecuados y un ambiente insalubre con acceso inadecuado a los servicios de salud. El estado nutricional se altera en gran medida por las infecciones.9 La infección es la causa principal de mortalidad infantil.10 Las infecciones respiratorias agudas y la diarrea son las causas más comunes de mortalidad infantil, y las MND contribuyen en gran medida a la respuesta inmunitaria.11 La desnutrición es la causa principal de inmunodeficiencia a nivel mundial.7 La raíz de la mayor parte de la desnutrición es la pobreza. Como resultado, los países con ingresos bajos o medios tienen la mayor tasa de MND; sin embargo, éstas existen incluso en ciertos grupos poblacionales en países con mayores ingresos. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU incluyen la erradicación de la pobreza extrema y el hambre como objetivo prioritario.12 Al igual que la pobreza, la desnutrición y las MND a menudo ocurren como parte de un ciclo intergeneracional (Figura 3). Durante el embarazo y la lactancia los requerimientos de macro y micronutrientes son elevados.13 Las madres embarazadas sin ingestas nutricionales óptimas tienen hijos con estados nutricionales subópti- 24 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 mos, incluida la alteración del desarrollo físico y mental, lo que provoca una evolución deletérea del lactante con retraso del crecimiento, mayor probabilidad de infecciones y retrasos del desarrollo.14 A su vez, estos niños entran a su etapa reproductiva con una desventaja nutricional y el ciclo continúa. Inclusive es frecuente que los adultos con desventajas nutricionales tengan una menor capacidad de trabajo debido a los retrasos del desarrollo temprano mediados por la falta de educación.14 De este modo, tanto la desnutrición como la pobreza a menudo se siguen una a la otra y operan de manera sinérgica. MND como una gran preocupación pública Hierro El hierro es un mineral componente esencial de la hemoglobina, la mioglobina, las enzimas y los citocromos, y es necesario para el transporte de oxígeno y la respiración celular.15 El hierro también es fundamental para el crecimiento óptimo y la función cognitiva. El hierro existe en dos formas, principalmente hem y no hem. El hierro hem se encuentra en las fuentes animales, mientras que el hierro no hem se halla en las plantas y se utiliza para la fortificación. Ninguna de las formas del hierro es bastante biodisponible; se estima que la biodisponibilidad del hierro hem es de 12 a 25%, mientras que en el hierro no hem es < 5%;1,15 sin embargo, con excepción de las mujeres embarazadas y durante la menstruación, el hierro in vivo se conserva en gran medida.15 Las infecciones respiratorias agudas y la diarrea son las causas más comunes de mortalidad infantil, y las MND contribuyen en gran medida a la respuesta inmunitaria. La deficiencia de hierro es la MND más común en el mundo, y afecta a más de 30% de la población mundial, una estimación de 2 billones de personas.16 La deficiencia de hierro causa anemia y altera la función óptima de los sistemas endocrino e inmunitario. La deficiencia de hierro es en particular común durante el embarazo debido al aumento de los requerimientos para el crecimiento y desarrollo fetales. La deficiencia de hierro en la madre se relaciona con bajo peso al nacer, nacimiento prematuro y gran variedad de complicaciones perinatales, en especial hemorragia. Se estima que la anemia contribuye a 20% de las muertes maternas.16 Los niños nacidos de madres con deficiencia de hierro tienen mayor probabilidad de contar con pocas reservas de hierro y presentar alteraciones del desarrollo físico y cognitivo, además de contar con sistemas inmunitarios subóptimos. El estado de hierro en las primeras Bailey/West/Black Socioculturales, económicas y políticas Capital financiero, humano, físico y social inadecuados Causas BÁSICAS Acceso casero a una cantidad y calidad adecuadas de recursos: tierra, educación, empleo, ingreso, tecnología Causas SUBYACENTES Inseguridad alimentaria en el hogar Causas INMEDIATAS Ingesta dietética inadecuada Hogar y ambiente insalubres, servicios de salud inadecuados Cuidados y prácticas alimentarias inadecuadas Enfermedad DESNUTRICIÓN MATERNA E INFANTIL Consecuencias a largo plazo: Consecuencias a corto plazo: Mortalidad, morbilidad, discapacidad Estatura adulta, habilidad cognitiva, productividad económica, desempeño reproductivo, enfermedad metabólica y cardiovascular Consecuencias intergeneracionales Figura 2. Marco conceptual actualizado para los determinantes de la desnutrición según la UNICEF (adaptado de UNICEF).6 etapas de la vida influye de modo sustancial sobre el potencial humano a nivel individual y nacional.16-18 La deficiencia de hierro también puede relacionarse con refuerzo de la absorción de toxinas metálicas ambientales, como el cadmio.19 Por lo general el estado del hierro se valora a través de la ferritina plasmática, la saturación de transferrina y las concentraciones de hemoglobina. De manera ideal, todos estos marcadores están disponibles para una evaluación; sin embargo, de manera rutinaria sólo 1 o 2 de éstos están disponibles para detección y valoración. La hemoglobina se utiliza con frecuencia para determinar anemia. La ferritina refleja las reservas corporales de hierro; pero, debido a que también es una proteína de fase aguda, la ferritina se encuentra en concentraciones elevadas en enfermedades agudas o crónicas, y las pruebas pueden dar resultados engañosos. A nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 25% de la población (1.62 billones de personas; IC 1.50–1.74 billones) tiene anemia.16 Los niños preescolares (47.4%) y las embarazadas (41.8%) tienen la prevalencia más alta. África (67.6 y 57.1%) y el sureste de Asia (65.5 y 48.2%) tienen la carga más elevada de anemia en niños preescolares y embarazadas, respectivamente.16 Las mujeres en etapas perinatales y sus lactantes (< 6 meses de edad) se consideran en el mayor riesgo para deficiencia de hierro. La suplementación habitual con hierro durante el embarazo y la infancia se recomienda en áreas sin paludismo endémico.20 La suplementación con hierro en aquellos con palaudismo podría exacerbar las complicaciones y la mortalidad relacionadas con P. falciparum.20 En fechas recientes se han propuesto esfuerzos enlazados de nutrición con hierro en conjunción con programas de control de paludismo.21 Los programas de fortificación con hierro existen en varios países con vehículos alimenticios de elección que varían desde harinas, lácteos, condimentos, azúcar y sal hasta fórmulas infantiles. La fortificación y la suplementación pueden ser adecuadas en áreas con grandes concentraciones de vegetarianos. La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 25 Anciano • Morbilidad aumentada (osteoporosis, alteración mental, etc.) • Mortalidad aumentada Bebé • Peso bajo al nacer • Mayor tasa de mortalidad • Desarrollo mental alterado • Riesgo aumentado de enfermedades crónicas Niño Adulto • Productividad reducida • Estado socioeconómico bajo • Desnutrición • Retraso del crecimiento • Capacidad mental disminuida • Infecciones frecuentes • Alcance inadecuado del crecimiento • Productividad reducida • Mayor tasa de mortalidad Estado inadecuado de vitaminas y minerales Mujer embarazada • Mortalidad aumentada • Complicaciones perinatales aumentadas • Productividad reducida Adolescente • Retraso del crecimiento • Capacidad mental disminuida • Fatiga • Mayor vulnerabilidad a infecciones Figura 3. Marco conceptual para el ciclo de cantidades inadecuadas de micronutrientes a lo largo de la vida (adaptado de ACC/SCN).14 Vitamina A La vitamina A es una vitamina liposoluble que tiene múltiples papeles en el organismo, incluidas la visión, la diferenciación celular, la función inmunitaria, la reproducción, al igual que la formación y el crecimiento de órganos y huesos. La vitamina A proviene de fuentes animales en la dieta preformada como retinol o retinilésteres, o de los carotenoides provitamina A encontrados en plantas. Los carotenoides provitamina A, que presentan actividad diferencial de vitamina A, se convierten en formas activas de la vitamina (retinal y ácido retinoico) para utilizarse en el organismo. La deficiencia de vitamina A (VAD) se ha relacionado con tasas y gravedad aumentadas de infecciones, y es la causa principal de morbimortalidad infantil en los países en desarrollo, en particular África y el sureste de Asia.22 La VAD es la causa principal de ceguera prevenible en niños, xeroftalmia, una serie de manifestaciones oculares como ceguera nocturna, manchas de Bitot y ulceraciones y lesiones corneales.1 La OMS estima que 250 a 500 millones de niños están ciegos debido a VAD, y la mitad de ellos fallecerá en el primer año después de la pérdida visual. La VAD también es frecuen- 26 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 te en el embarazo en países con pocos ingresos, donde las estimaciones varían de 10 a 20%. Se sabe muy poco sobre niños mayores y adultos respecto al estado de vitamia A; no obstante, debido a que VAD tiende a agruparse en familias, comunidades y regiones, puede asumirse que el estado de vitamina A es bajo en áreas con carga infantil y de embarazadas. La VAD subclínica afecta a una mayor cantidad de individuos, en particular en África y Asia.23 La VAD se determina mediante el retinol en suero, donde la hiporretinolemia se define como concentraciones < 0.70 μmol/L, parámetros clínicos determinados mediante examen oftálmico y/o indicadores funcionales como ceguera nocturna. A menudo la VAD ocurre en racimos, por lo que la prevención y el tratamiento deben llevarse a cabo para proporcionar una suplementación oral de dosis altas intermitentes (es decir, semianual, cada 4 a 6 meses, etc.) con base en la edad (iniciar al nacimiento), la etapa vital y la gravedad de la deficiencia. La vitamin A también puede agregarse como fortificante a los alimentos. Por ejemplo, en Guatemala se añade vitamina A al azúcar24 además de los programas de suplementación intermitente, lo que ha dado como resul- Bailey/West/Black tado una tasa disminuida de VAD determinada por retinol sérico.25 A pesar de que las revisiones Cochrane limitan la suplementación materna, neonatal e infantil de suplementación con vitamina A en países en desarrollo,26,27 debe hacerse énfasis en los programas de suplementación con vitamina A en el sureste de Asia debido a los efectos documentados sobre la salud ocular y la mortalidad.22,28,29 Yodo El yodo es un mineral traza, y su función primaria radica en la síntesis de hormona tiroidea. Alrededor de 60% de la reserva corporal total de yodo se almacena en la glándula tiroides.30 La hormona tiroidea es necesaria para la regulación del crecimiento y el desarrollo humanos. Por lo regular el yodo en los alimentos y los suplementos dietéticos se encuentra como sales o en su forma orgánica.31 El contenido de yodo de numerosos alimentos depende de la concentración del elemento en la tierra y de las prácticas de fertilización e irrigación.15 El contenido de yodo del pescado y las algas también es muy variable.32 El yodo se almacena in vivo en un estado suficiente que se estima en 60 μg, mientras que en la deficiencia las reservas son mucho menores, en el intervalo de 10 a 20 μg.30 La absorción y la utilización del yodo puede alterarse por la presencia de factores que generan bocio33 o la exposición a percolato, disulfuros y tiocianatos (por la exposición a tabaco).34 Puede ocurrir hipotiroidismo en individuos con ingestas dietéticas menores de 10 a 20 μg diarios, y a menudo está acompañado de bocio.15 Las hormonas tiroideas son esenciales para el crecimiento y desarrollo óptimos del sistema nervioso central fetal y posnatal.35,36 Los requerimientos maternos de yodo aumentan más de 50% durante el embarazo para satisfacer las necesidades fetales y debido a la depuración renal aumentada y el metabolismo alterado de yodo durante el embarazo.37 La deficiencia materna de yodo, en particular cuando ocurre durante las primeras etapas del embarazo, puede provocar complicaciones neurológicas irreversibles y retraso mental en el producto, conocido como trastorno por deficiencia de yodo (IDD).35 IDD representa un espectro de enfermedades que afectan todas las etapas de la vida. Desde la lactancia hasta la adultez, IDD incluye bocios, función mental alterada e hipo o hipertiroidismo. En su forma más grave, la deficiencia intrauterina de yodo puede provocar cretinismo.38 Por lo regular el estado del yodo se valora mediante el contenido urinario de yodo debido a que es un indicador confiable de la ingesta reciente, ya que cerca de 90% del yodo dietético ingerido se excreta en orina en rangos parecidos a los de las ingestas dietéticas30,36,39 y la depuración renal es relativamente constante.40 La OMS define la insuficiencia de yodo en niños y adultos como la mediana de la concentración urinaria de yodo < 100 μg/L. Durante el embarazo puede haber distintas tasas de excreción urinaria de yodo;41 La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes por ello, el estado de suficiencia en la embarazada se define como la mediana de la concentración urinaria de yodo de 150 a 249 μg/L, con concentraciones < 150 μg/L definidas como insuficientes.42 Por intuición es posible pensar que las hormonas tiroideas pueden funcionar como biomarcadores del estado del yodo; sin embargo, dichas hormonas, con excepción de la tiroglobulina,43 no parecen tener la sensibilidad adecuada para cambiar el estado del yodo.44,45 Las embarazadas y los lactantes (< 24 meses de edad) son los grupos poblacionales en mayor riesgo de deficiencia de yodo. Como ya se mencionó, durante el embarazo los requerimientos de yodo se incrementan en gran medida, y los lactantes tienen el más alto requerimiento por kilogramo de peso corporal de cualquier grupo de edad.30 Los lactantes alimentados con lactancia materna exclusiva también pueden estar en riesgo si no reciben alimentos complementarios que contienen yodo.46 Si bien el yodo se encuentra en la leche materna,15 su concentración depende de la ingesta y el estado maternos.47,48 A nivel mundial, se estima que ∼2 billones tienen un estado de yodo inadecuado.49,50 Se cree que la mitad de la población europea (52%, 459.7 millones de personas) tiene un estado de yodo inadecuado y más de 500 millones de individuos están afectados en el sureste de Asia. Aunque el grupo más preocupante es el de embarazadas, no se cuenta con una estimación global de la carga de deficiencia de yodo en este grupo.51 En el mundo cerca de 30% (241 millones) de los niños en edad escolar tiene ingestas insuficientes de yodo.52 La yodación universal de sal es la estrategia más práctica para reducir la deficiencia de yodo a nivel mundial. Numerosos países (∼120) cuentan con sal de mesa fortificada con yodo debido a que este elemento se encuentra de modo natural en muy pocos alimentos.53 La sal es el vehículo alimenticio tradicional elegido para la yodación debido a que se consume alrededor del mundo en cifras relativamente consistentes; el proceso de adición de yodo a la sal es muy barato, a menos de cinco centavos por persona por año. Las estimaciones globales de UNICEF indican que 68% de los hogares cuenta con la sal de mesa yodada adecuada.51 La yodación universal de sal se refiere a todas las sales utilizadas dentro de un país, sin importar si es sal de mesa o la sal utilizada por la industria alimentaria. Muy pocos países han alcanzado la yodación universal de sal y, con frecuencia, la industria de los alimentos no utiliza sal yodada en la producción de alimentos.30 El yodo también puede encontrarse en suplementos dietéticos. La yodación universal de la sal es la Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 27 estrategia más práctica para disminuir la deficiencia de yodo a nivel mundial. Corregir la deficiencia de yodo tiene algunos riesgos para la salud en ciertas poblaciones en términos de función tiroidea, y debe considerarse dentro del contexto de cada país por separado.38 otras vitaminas B, pero no con ácido fólico.67,68 Ha surgido la preocupación sobre una exposición alta a ácido fólico a través de las prácticas de fortificación y suplementos en grupos a quienes no están dirigidos (es decir, mujeres que no están en la etapa reproductiva) como niños, hombres y ancianos. Folato Folato es un término genérico para múltiples formas de la vitamina B esencial. El folato se encuentra de manera natural en los alimentos, mientras que el ácido fólico es una forma sintética de la vitamina que se utiliza en alimentos fortificados y en suplementos dietéticos. El ácido fólico está mucho más biodisponible que el folato natural de los alimentos y, cuando se ingiere, se convierte en dihidrofolato mediante la dihidrofolato reductasa y luego en la forma tetrahidrofolato del folato; estos compuestos reducidos son idénticos a los que se producirían por la ingesta de folato natural. El folato es esencial para la síntesis de purinas y timidilato, por lo cual está implicado en la síntesis, la estabilidad y la reparación de DNA. El folato también funciona en el metabolismo del carbono y, como tal, puede alterar la metilación del DNA, que es un determinante epigenético significativo de la expresión de genes, el mantenimiento de la integridad del DNA y el desarrollo de mutaciones. La deficiencia de folato puede determinarse por las concentraciones de folato en suero, plasma o eritrocitos. La deficiencia de folato es muy baja en países con programas obligatorios o voluntarios de fortificación con ácido fólico.52 La deficiencia de folato causa anemia megaloblástica o macrocítica e incrementa la probabilidad de embarazos afectados por defectos del tubo neural. La prevalencia global de anemia secundaria a deficiencia de folato es muy baja. La deficiencia de folato en el embarazo también se ha relacionado con peso bajo al nacer, parto pretérmino y retraso del crecimiento fetal.53,54 A nivel mundial, sólo cerca de 30% de las mujeres toma suplementos de ácido fólico antes de la concepción.55 No se cuenta con estimaciones sobre la deficiencia global de folato en aquellos considerados en alto riesgo: mujerers en edad reproductiva, mujeres embarazadas y niños pequeños.56 La suplementación de ácido fólico en el periodo periconcencional reduce de modo inequívoco la ocurrencia de defectos del tubo neural.57,58 Por esta razón, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá instituyeron programas nacionales de fortificación con ácido fólico para reforzar las dietas de las mujeres en edad rerproductiva,59-61 y las tasas de defectos del tubo neural disminuyeron tanto en Estados Unidos62 como en Canadá.63-65 Desde entonces, más de 75 países han instituido programas de fortificación con ácido fólico, y la cantidad agregada de ácido fólico varía por país.66 Varios países más permiten la adición de ácido fólico a la harina de forma voluntaria, mientras otros la fortifican con hierro y 28 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 La suplementación de zinc durante el embarazo se relaciona con una reducción significativa de nacimientos pretérmino sin un efecto sobre el peso del lactante al nacimieinto. Zinc El zinc es un mineral esencial implicado en múltiples aspectos del metabolismo celular.69 El zinc es necesario para la actividad de más de 200 enzimas, y es crítico para la función del sistema inmunitario, la división celular y la síntesis proteica y de DNA.15 El zinc también es necesario para el crecimiento y desarrollo normales desde la vida intrauterina hasta la pubertad. El cuerpo humano no cuenta con un sistema de almacenamiento a largo plazo de zinc, por lo que la ingesta dietética consistente es necesaria para mantener todas estas funciones, así como la reserva intercambiable relativamente pequeña de zinc. Debido a sus diversas funciones in vivo, ha sido difícil desarrollar un solo biomarcador para el estado del zinc; se han utilizado las concentraciones plasmáticas de zinc, pero este biomarcador es inespecífico.69 El zinc se encuentra sobre todo en productos animales y mariscos. Semejante al hierro, la absorción de zinc se altera por los fitatos, la fibra y las ligninas, los cuales alteran la biodisponibilidad de las fuentes no animales de zinc. El calcio y la caseína pueden disminuir la biodisponibilidad de zinc en la leche de vaca. El zinc está presente en la leche materna humana. El estado del zinc se ha relacionado con una menor incidencia, gravedad y mortalidad debidas a diarrea e infecciones respiratorias y palúdicas (como se resume por Patel et al.70 y Black et al.71). Se sabe que las infecciones comprometen la ingesta dietética y la absorción de micronutrientes, y la diarrea puede contribuir a pérdidas de micronutrientes clave. Una revisión Cochrane reciente de estudios clínicos de asignación aleatoria (80 estudios con 205 401 participantes) en niños de 6 meses a 12 años de edad indica un efecto positivo de la suplementación de zinc en la reducción de la mortalidad por todas las causas y por causas infecciosas, así como un pequeño impacto positivo en el crecimiento lineal.72 Un estudio clínico reciente en lactantes de término en India que recibieron placebo o 5 mg de zinc diarios indicó un grosor mucho más grande del pliegue cutáneo para Bailey/West/Black lactantes en el grupo de tratamiento en comparación con el ción nutricional, las prácticas de subsistencia en agricultura, grupo placebo, sin una diferencia observada en el crecimien- los precios volátiles de los alimentos, la urbanización, las eleto lineal.73 El efecto del zinc sobre la antropometría, pero no vadas tasas de infecciones (tanto agudas como crónicas), y sobre el crecimiento lineal, también se observó en un estudio los problemas de sanidad, cambio climático y acceso a agua clínico peruano en el que se suplementó con zinc a madres potable.5,78-80 en el periodo prenatal; los lactantes nacidos de madres suHa sido difícil examinar las estimaciones de MND múltiplementadas tuvieron una mayor ganancia ponderal, una ples debido a limitaciones de los datos disponibles. Muthayya circunferencia torácica y de et al.5 estimaron índices pantorrilla más grandes y globales de hambre ocultos La suplementación como estrategia una mayor área muscular para hierro, vitamina A y requiere que la provisión de suplementos zinc juntos y determinade la pantorrilla que los niños nacidos de madres ron que 18 de los 20 países sea factible y que los programas sin suplementación con con las mayores cargas de educativos adecuados estén establecidos MND múltiples se encuenzinc.74 La suplementación con zinc durante el embatran en África, en tanto para conseguir su cumplimiento. razo se relaciona con una Afganistán e India (OMS reducción significativa de región Asia) completan nacimientos pretérmino la lista. El yodo puede ser sin un efecto sobre el peso del producto al nacimiento.75 la excepción al agrupamiento de MND, y la deficiencia de Se piensa que la deficiencia de zinc es una de las causas yodo es específica según las regiones y no necesariamente principales de morbilidad en países en desarrollo y, aun así, concuerda con los países con hambre oculta elevada.5 No se sabe muy poco sobre el estado del zinc en el mundo.76 De- obstante, la deficiencia de otros micronutrientes, como selebido a los aspectos concernientes a la valoración del estado nio, hierro y vitamina A, pueden exacerbar la deficiencia de del zinc por biomarcadores, las estimaciones de su inadecua- yodo al alterar la función tiroidea.81-83 ción se basan en gran medida en la prevalencia del retraso del crecimiento infantil, las estimaciones de la ingesta dieEstrategias e intervenciones tética y la disponibilidad del zinc a partir del abastecimiento Se cuenta con varias opciones para combatir las MND, inalimenticio.76 A nivel mundial se estima que 17.3% de la cluidas la suplementación, la fortificación y las estrategias población tiene ingestas inadecuadas de zinc, con las ma- basadas en alimentos como la diversificación dietética. La yores estimaciones en África (23.9%) y Asia (19.4%). Las elección de la estrategia o las estrategias de intervención mujeres embarazadas y sus niños pequeños son los grupos deberá depender de la causa, la gravedad y el alcance de la en mayor riesgo de deficiencia de zinc. En la actualidad la MND. La estrategia de intervención siempre deberá intenOMS y la UNICEF recomiendan la provisión de suplemen- tar eliminar la causa de raíz y debe considerarse dentro de tos de zinc durante 10 a 14 días junto con el tratamiento de las preferencias culturales.2 Comprender la sustentabilidad rehidratación oral para la diarrea aguda; no obstante, no se y viabilidad de las intervenciones es fundamental a priori. cuenta con recomendaciones actuales para la suplementa- Asegurar el acceso continuo a la intervención o estrategia es ción rutinaria en la prevención de deficiencias de zinc. de suma importancia según la intervención. En general, la suplementación es la estrategia a utilizar MND múltiples cuando una MND es grave y requiere una estrategia teraEs raro que ocurran MND únicas aisladas; con mayor fre- péutica, o para propósitos de prevención.2 La suplementacuencia ocurren múltiples MND de manera simultánea.1,5 ción puede ser diaria o intermitente (1 a 2 veces por año). Las MND múltiples parecen presentarse sobre todo por la El éxito expandido se ha alcanzado con la suplementación ausencia de seguridad alimentaria, definida por la Orga- de vitamina A para prevenir la ceguera nocturna y la mortanización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la lidad infantil; el éxito se debe en parte a los requerimientos Agricultura (FAO) (1996) en la Cumbre Mundial sobre intermitentes de la suplementación (1 a 2 veces por año vs. la Alimentación como sigue: ‘cuando todas las personas en diario). La suplementación como estrategia requiere que la todo momento tienen acceso a alimentos suficientes, segu- provisión de suplementos sea factible y que los programas ros y nutritivos para mantener una vida saludable y activa’.77 educativos adecuados se hayan establecido para conseguir Numerosos factores contribuyen a la seguridad alimentaria su cumplimiento. Idealmente, la suplementación se limita y las MND, incluidos la ausencia de calidad y diversidad de a dichos propósitos debido a que no trata la causa original alimentos disponibles, la pobreza en ciertos grupos pobla- de la deficiencia. Sin embargo, la suplementación ofrece una cionales, la ausencia de acceso a servicios de salud y educa- solución relativamente costo-efectiva a corto plazo para las La epidemiología de las deficiencias globales de micronutrientes Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 29 MND. Ha surgido la preocupación de que los nutrientes suplementarios puedan presentar respuestas fisiológicas y absorción diferentes comparadas con aquellas de los nutrientes encontrados en los alimentos; esto se ha observado para el ácido fólico, el zinc y el hierro. La fortificación de los alimentos es una estrategia a más largo plazo para combatir las MND que la suplementación. La fortificación difiere de la suplementación en que la mayoría de la población se expone a la fortificación, mientras que la suplementación está dirigida a ciertos individuos o grupos. Por lo general la fortificación requiere cambios políticos y de procedimientos, así como el compromiso de la industria alimentaria, por lo que requiere mucho mayor tiempo para implementarse que la suplementación. No obstante, si una MND es extensa, la fortificación es la herramienta con la mayor capacidad para alcanzar a la mayoría dentro de un país. La elección del vehículo alimenticio tiene una importancia fundamental, tanto como la cantidad de fortificante a agregar; de forma ideal la fortificación reforzará la ingesta en la cola más baja de la distribución de la ingesta sin causar ingestas excesivas entre aquellos que ya tienen ingestas elevadas. Emplear más de un vehículo alimenticio y comprender los patrones de ingesta actuales se han recomendado para evitar la ingesta excesiva de nutrientes causada por la fortificación.84 Una opción emergente para reforzar las ingestas de micronutrientes es a través de la biofortificación. Este método utiliza tecnología de DNA recombinante o procedimientos de fermentación para alterar el contenido de micronutrientes, pero no la apariencia, el sabor o el aroma de un alimento o cosecha existente.85 El uso de nanotecnología para crear nuevos sistemas de entrega y almacenamiento de micronutrientes también es un campo en rápida evolución.86,87 Es necesaria la vigilancia continua de cualquier programa expandido de fortificación alimenticia. Una alternativa a la fortificación de la fuente alimenticia son los sistemas de fortificación en el hogar, en los que se agregan micronutrientes a los alimentos que ya se consumen en la vivienda. Esta estrategia, con frecuencia denominada ‘fortificación casera’, evita la implicación de la política y la industria alimenticia, además de permitir una intervención dirigida a las necesidades individuales. Casi siempre la fortificación casera implica añadir múltiples micronutrientes a un alimento semisólido preparado en el hogar. En general, los micronutrientes se proveen como paquetes o bolsas. Los programas de fortificación basados en el hogar están activos en 22 países desde 2011. En un estudio en Pakistán el uso de fortificación casera con múltiples micronutrientes en niños de 6 a 18 meses de edad se relacionó con una disminución significativa de la anemia por deficiencia de hierro, pero también se vinculó con tasas mayores de diarrea.88 Una revisión Cochrane sobre la fortificación casera sugiere que esta estrategia con múltiples micronutrientes es efectiva para 30 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 reducir la anemia y la deficiencia de hierro, pero debe tenerse precaución para utilizar estos productos de modo juicioso en áreas con paludismo, ya que hasta el momento los datos son limitados. Ha surgido inquietud respecto al cumplimiento de los sistemas de fortificación caseros y sobre el incremento de la contaminación debida al empaque cubierto por aluminio necesario para preservar los micronutrientes.89 Aunque óptimo en términos de sustentabilidad, cambiar los patrones dietéticos de los individuos y las comunidades puede ser difícil de lograr. La diversificación dietética puede no ser posible debido a la disponibilidad limitada de los alimentos dentro de ciertas regiones. Sin embargo, los recursos podrían dirigirse a las prácticas de agricultura para cambiar la disponibilidad de alimentos; éste es un mecanismo sostenible para asegurar el acceso a alimentos particulares. No obstante, un cambio en los patrones dietéticos no suele ser suficiente para aminorar ciertas deficiencias como la deficiencia de yodo debido a que la causa de raíz es la localización geográfica donde se producen los alimentos, animales y mariscos. Las estrategias basadas en alimentos pueden incluir la adición o el cambio a prácticas de alimentación complementarias cuando los lactantes inician el consumo de alimentos distintos a la leche materna o a las fórmulas infantiles. Este periodo de transición entre la nutrición líquida y la sólida a menudo se acompaña de MND en países en desarrollo. Los recursos pueden dirigirse a las prácticas de agricultura para cambiar la disponibilidad de los alimentos. La provisión de comidas servidas fuera de casa, como los almuerzos escolares, brinda una oportunidad para reforzar la ingesta de micronutrientes de niños en edad escolar. Se cuenta con varios productos alimenticios fortificados para agregar micronutrientes a la dieta sin cambiar los patrones dietéticos, como galletas o pastas para sopa, entregados por programas auxiliares intermitentes o consistentes según el alcance del problema. Por último, si la infección es la causa de raíz de una MND, ninguna de estas estrategias de intervención solas podrá combatir el problema de las MND. En dichos casos es necesaria la desparasitación u otras medidas de control de salud pública.2 De este modo, aquellos que instituyen intervenciones deben evaluar de manera adecuada todas las causas de la MND para determinar cuál estrategia o combinación de estrategias deberá utilizarse. Impacto económico de las MND Debido al gran alcance del impacto que tienen las MND a lo largo de la vida, no es sorprendente que causen cargas Bailey/West/Black financieras tremendas a las sociedades.71 El estado nutricional adecuado es un bloque primario en el capital humano.90,91 La nutrición en etapas tempranas de la vida tiene un impacto duradero en el individuo y la sociedad, que incluye peor salud de los adultos, desempeño educativo y capacidad de trabajo reducidos, y menor potencial de ingresos a lo largo de la vida.71,92 Cerca de 11% del producto nacional bruto en África y Asia se pierde cada año debido a la elevada carga de desnutrición. Las estimaciones de un mayor potencial de ingresos debido a intervenciones nutricionales en las primeras etapas de la vida son de hasta 50% (p. ej., niños en Guatemala). Por esta razón, el Expert Panel for the Copenhagen Consensus Center determinó que la nutrición a través de intervenciones aunadas de micronutrientes es el principal tema de salud global recomendado para dirigir los recursos en 2012. Conflictos de interés Regan L. Bailey y Keith P. West Jr. no cuentan con conflictos de interés a declarar. Robert E. Black preside en los consejos gubernamentales de Micronutrient Initiative y Vitamin Angels; también es miembro del Creating Shared Value Advisory Council de Nestlé. Referencias 1 West KP, Stewart CP, Caballero B, Black RE: Nutrition; in Merson MH, Black RE, Mills AJ (eds): Global Health: Diseases, Programs, Systems, and Policies, ed 3. Burlington, Jones and Bartlett Learning, 2012, pp 271–304. 2 Committee on Micronutrient Deficiencies, Board on International Health, Food and Nutrition Board; Howson CP, Kennedy ET, Horwitz A: Prevention of Micronutrient Deficiencies: Tools for Policymakers and Public Health Workers. 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Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):22–33 DOI: 10.1159/000371618 33 E N F O Q UE La evidencia actual sugiere que la fortificación alimenticia es un medio costo-efectivo para tratar la deficiencia de hierro a nivel poblacional, en particular en lactantes y niños pequeños Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos: beneficios y costo-efectividad por Patrick Detzel y Simon Wieser Información clave Características de un vehículo alimeticio fortificado La anemia por deficiencia de hierro tiene un impacto profundo sobre la salud y productividad humanas, con efectos en especial pronunciados y duraderos en los primeros 1 000 días de vida. El empleo de alimentos fortificados es una herramienta costoefectiva para tratar la deficiencia de hierro en lactantes y niños pequeños en Filipinas. Se utilizan tres categorías de los vehículos alimenticios empleados con más frecuencia para este propósito: elementos alimenticios básicos (arroz, aceites y trigo), condimentos (salsa de pescado, salsa de soya y azúcar) y elementos alimenticios comerciales procesados (alimentos complementarios infantiles, lácteos y fideos). Para lactantes y niños pequeños se ha demostrado que el uso de alimentos complementarios fortificados es más seguro y efectivo comparado con los suplementos. • El elemento alcanza la población objetivo al usar sistemas disponibles de entrega de alimentos • El elemento no requiere cambios importantes de los patrones dietéticos de la población • El elemento es una parte regular de la dieta de la población • El consumo del elemento alimenticio fortificado mantiene depósitos corporales estables del nutriente en cuestión • El elemento es asequible para la población a la que está dirigida Este cuadro muestra las características de un vehículo alimenticio ideal para fortificación. Conocimientos actuales En Filipinas un gran porcentaje de la población padece una o más formas de desnutrición, incluidas deficiencias de micronutrientes. La forma más común de desnutrición en la población filipina es la deficiencia de hierro, en particular entre los niños. Con frecuencia la deficiencia de hierro se manifiesta como anemia por deficiencia de hierro. Debido a los efectos deletéreos de la deficiencia de hierro en todos los aspectos de la salud de un individuo y a lo largo de la vida, el hierro es un objetivo clave para optimizar la salud, el potencial físico y cognitivo, así como la productividad económica. Implicaciones prácticas La viabilidad y la costo-efectividad de utilizar leche fortificada en polvo para aumentar la ingesta de micronutrientes en niños se estimaron con base en una encuesta de consumidores de 1 800 hogares filipinos. Se encontró que la leche en polvo es un vehículo apropiado, ya que se administra de manera © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] extensa a niños en Filipinas. No es sorprendente que los hogares más pobres fueran más sensibles a los precios, lo cual indica que comprarían más leche si el precio fuese menor. En conjunto, las intervenciones más costo-efectivas que provocarían los mayores beneficios económicos y de salud son aquellas dirigidas al 20% más pobre de la población. Lectura recomendada Wieser S, Plessow R, Eichler K, Malek O, Capanzana MV, Agdeppa I, et al: Burden of micronutrient deficiencies by socioeconomic strata in children aged 6 months to 5 years in the Philippines. BMC Public Health 2013;13:1167. Sobrealimentación y desnutrición Annales Nestlé Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 DOI: 10.1159/000375144 Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos: beneficios y costo-efectividad Patrick Detzela Simon Wieserb Nestlé Research Center, Lausanne, y bWinterthur Institute of Health Economics, Zürich University of Applied Sciences, Zürich, Suiza a Mensajes clave • En Filipinas un gran porcentaje de la población padece una o más formas de desnutrición, que incluyen las deficiencias de micronutrientes. • La deficiencia de hierro (manifiesta como anemia por deficiencia de hierro) es la forma más frecuente de desnutrición en la población filipina, en especial en niños. • Asegurar un estado adecuado de hierro reforzará la salud individual, con un impacto positivo sobre la productividad física y cognitiva; esto aumentará la capacidad individual para contribuir a la sociedad y la economía. • La fortificación de los elementos alimenticios consumidos con mayor frecuencia representa una oportunidad para aumentar la ingesta de nutrientes de una población, y por lo tanto mejora el estado nutricional. • Los aspectos de seguridad y cumplimiento indican que la fortificación es superior a la suplementación. • Los impactos de la deficiencia de hierro se miden en costos de servicios de salud, pérdida de productividad y años de vida ajustados por discapacidad. • Las consecuencias estimadas de estas deficiencias en la niñez a lo largo de la vida del individuo, al utilizar un modelo de economía en salud, son grandes, significativas y varían de manera sustancial entre estratos socioeconómicos. • La viabilidad y la costo-efectividad de utilizar leche en polvo fortificada para aumentar la ingesta de © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel E-Mail [email protected] micronutrientes en niños se estimaron con base en una encuesta a los consumidores de 1 800 hogares filipinos. • Las intervenciones más costo-efectivas son aquellas dirigidas al 20% más pobre de la población, ya que los costos de la intervención aumentan más rápido en relación con los años de vida ajustados por discapacidad ganados si la intervención se extiende a los segmentos más opulentos de la población. Palabras clave Deficiencias de micronutrientes · Primeros 1 000 días · Fortificación de alimentos · Carga de enfermedades · Costo de la enfermedad · Análisis de costo-efectividad · Filipinas Resumen La deficiencia de hierro es una de las afecciones nutricionales más diseminadas tanto en países en desarrollo como en países industrializados, lo que la hace un problema de salud pública global. La anemia, sobre todo la debida a deficiencia de hierro, afecta a una tercera parte de la población mundial y se concentra en mujeres y niños menores de 5 años de edad. La anemia por deficiencia de hierro tiene un impacto profundo sobre la salud y la productividad humanas, y los efectos de la deficiencia de hierro son en particular pronunciados durante los primeros Patrick Detzel Nestlé Research Center Vers-chez-les-Blanc CH–1000 Lausanne 26 (Switzerland) Correo electrónico [email protected] 1 000 días de vida. Esta ventana crítica de tiempo sienta las bases para la futura salud cognitiva y fisiológica del individuo, y subraya la importancia del manejo de la deficiencia de hierro en lactantes y niños pequeños. Esta revisión se enfoca en el uso de alimentos fortificados como una herramienta costo-efectiva para manejar la deficiencia de hierro en lactantes y niños pequeños en Filipinas. © 2015 Nestec Ltd., Vevey/S. Karger AG, Basel Introducción Las últimas décadas han atestiguado el imponente crecimiento socioeconómico en la región de Asia y el Pacífico.1 Aun así, a pesar de estos avances, los beneficios del desarrollo no han alcanzado a todos los sectores de la sociedad. La desnutrición en mujeres y niños aún es extensa en dicha región, y el ciclo de desnutrición en proceso, el peso bajo y la desnutrición en niñas dan origen a una generación de madres desnutridas de productos con bajo peso.2-4 La denutrición temprana afecta la salud física y cognitiva en etapas ulteriores de la vida, con efectos sobre el bienestar personal y el potencial económico de la futura generación.4,5 La deficiencia de hierro (manifestada como anemia por deficiencia de hierro) es la forma más común de desnutrición en la población filipina, en especial en niños. En Filipinas un gran porcentaje de la población padece una o más formas de desnutrición, que incluyen deficiencias de micronutrientes.6 Entre los niños filipinos, las cuatro deficiencias principales son la desnutrición energético-proteica, la enfermedad por deficiencia de yodo, la deficiencia de vitamina A y la deficiencia de hierro.7 La deficiencia de hierro (manifiesta como anemia por deficiencia de hierro) es la forma más común de desnutrición en la población filipina, en especial en niños.6,8 A pesar de su importancia en la etiología de numerosas enfermedades, la anemia por deficiencia de hierro no ha recibido la atención necesaria en muchas esferas de salud pública.9 Se piensa que esto se debe a varios factores. Primero, los efectos relativamente sutiles de la anemia son menos aparentes en comparación con los efectos dramáticos de la vitamina A (ceguera nocturna y xeroftalmía) o de la deficiencia de yodo (bocio y cretinismo), lo que provoca una concepción equívoca de que la anemia es consecuencia de otros procesos patológicos en vez de un objetivo principal para intervención.3 Segundo, otra percepción errónea es que la anemia por deficiencia de hierro debe manejarse de forma 36 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 DOI: 10.1159/000375144 terapéutica por la profesión médica (mediante prescripciones para suplementos de hierro), más que a través de estrategias preventivas que pueden estar influenciadas mediante el conocimiento de la población y las políticas públicas.10 El propósito de esta revisión es examinar la fortificación de alimentos como un medio para tratar la deficiencia de hierro en Filipinas. La primera parte de esta revisión explica los efectos del hierro sobre la salud y la eficacia de la fortificación de alimentos cuando se utiliza para mejorar el estado del hierro a nivel poblacional. A esto sigue una discusión sobre la carga económica relacionada con la deficiencia de hierro y la costo-efectividad de la fortificación de alimentos como una herramienta en el manejo de la deficiencia de hierro en Filipinas, en particular en lactantes y niños pequeños. Deficiencia de hierro: efectos sobre la salud El hierro es un micronutriente esencial, ya que tiene papeles clave en numerosos procesos metabólicos, como el transporte de oxígeno, la síntesis de DNA, la síntesis de neurotransmisores, el metabolismo energético, el crecimiento y diferenciación celulares, así como el transporte de electrones.11,12 Debido a su papel esencial en tantas funciones fisiológicas, la homeostasis del hierro está regulada de manera estrecha. Dado que el cuerpo humano carece de mecanismos específicos para activar la excreción de hierro, el equilibrio del hierro se regula en gran medida mediante su absorción.11 En general, el hierro se conserva en el organismo y no se pierde con facilidad. Sin embargo, ocurre un aumento de la demanda durante el crecimiento en la infancia y el embarazo, así como en los casos de sangrado o menstruación. El adulto promedio almacena de 1 a 3 g de hierro en el cuerpo.11 La deficiencia de hierro ocurre cuando el suministro o absorción de hierro no son suficientes para compensar los requerimientos y pérdidas individuales del mismo.13 Las personas con requerimientos altos particulares de hierro, incluidas las embarazadas, los lactantes, niños pequeños y adolescentes, tienen mayor riesgo de deficiencia de hierro.13-17 La condición de deficiencia de hierro se define como un estado en el cual no se dispone de reservas movilizables de hierro en el organismo, lo que resulta en un abastecimiento comprometido de hierro a los tejidos. La deficiencia de hierro puede existir con o sin el desarrollo de anemia. La anemia se define como la condición en la que la cantidad de eritrocitos es baja, o si contienen una cantidad de hemoglobina menor a la normal.18 La anemia afecta a casi una tercera parte de la población mundial, en especial niños menores de 5 años de edad y mujeres,2,3 lo que la hace una preocupación de salud pública global. La mitad de todas las anemias se relaciona con deficiencia de hierro.19 En países en desarrollo la causa principal de deficiencia de hierro es la poca biodisponibilidad de hierro de la dieta debido a la presencia concomitante de sustancias como fitatos o polifenoles que limitan la absorción de hierro.13 Detzel/Wieser Las consecuencias fisiológicas de la deficiencia de hierro afectan al individuo en diversos niveles (Cuadro 1). La deficiencia de hierro tiene un efecto directo sobre la función cognitiva;20 durante el periodo neonatal y la infancia temprana es un factor importante en el desarrollo cognitivo alterado.21,22 Según la duración y gravedad de la deficiencia de hierro, estos déficits cognitivos pueden ser irreversibles. Los efectos bien conocidos de la deficiencia de hierro sobre la memoria, la inteligencia y la percepción sensorial tienen un impacto directo sobre el desempeño escolar, que luego se traduce en una reducción de la productividad económica y el potencial adquisitivo.21,22 La deficiencia de hierro también afecta la función inmunitaria, con aumento de la susceptibilidad del individuo a infecciones.23,24 Durante el embarazo la deficiencia de hierro puede causar cambios irreversibles en los procesos bioquímicos y celulares fetales, por ejemplo, con alteración del desarrollo renal y neuronal en el feto.25,26 En Filipinas la prevalencia más elevada de anemia por deficiencia de hierro se observa en los lactantes de 6 a 11 meses de edad (56.5%), seguida de los lactantes mayores de 12 a 23 meses de edad (41%).6,27 La proporción de niños de hasta 5 años de edad con anemia por deficiencia de hierro permanece alta, y varía de 20 a 50% según la región.7 De manera similar, cerca de la mitad de las embarazadas en Filipinas presenta anemia, un factor que puede contribuir a la tasa de mortalidad infantil, una de las más altas en el sureste de Asia.8 No es de sorprender la elevada incidencia de peso bajo al nacer y prematuridad que también se ha informado en Filipinas.8 Los estudios en cohortes de nacimientos de países con ingresos bajos a medios (incluido Filipinas) han demostrado que ser pretérmino o de término pequeño para la edad gestacional tiene una relación con déficits de la estatura adulta y desempeño escolar reducido, y que este patrón es consistente a través de todas las cohortes de nacimientos.28,29 Por lo tanto, múltiples argumentos apoyan la inversión para mejorar el estado del hierro. Asegurar un estado de hierro adecuado reforzará la salud individual, con un impacto positivo sobre la productividad física y cognitiva.9 A su vez, esto aumentará la capacidad del individuo para contribuir a la sociedad y la economía. La ventana clave de intervención se encuentra durante los primeros 1 000 días de vida. Éste es un periodo crítico en el desarrollo cerebral cuando el estado adecuado del hierro es crucial para asegurar los procesos morfológicos, celulares y bioquímicos óptimos que modulan la función cerebral.20,28 Manejar el estado del hierro en niños tendrá efectos duraderos a lo largo de la vida, con mejoras en las tasas de enfermedades y abandono escolar (lo que disminuirá el gasto público en salud y educación) y fortalecimiento de sus prospectos económicos a largo plazo.9 El beneficio adicional de tratar a los niños y las embarazadas es que esto puede compensar los sesgos culturales contra niñas y facilitar una salud óptima para ambos géneros.9 Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos Cuadro 1. Consecuencias de la deficiencia de hierro12,20 Alteración de las funciones metabólicas e inmunitarias Capacidad aeróbica máxima Resistencia Capacidad para el trabajo Regulación de la temperatura Inmunidad (aumenta el riesgo de infecciones) Embarazo, crecimiento y desarrollo Mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo (nacimiento prematuro, retraso del crecimiento fetal) Retraso del crecimiento que provoca un producto pequeño para la edad gestacional al nacimiento Función cognitiva alterada Memoria Periodo de atención Inteligencia Percepción sensorial Desempeño escolar Fortificación de los alimentos como herramienta para tratar la deficiencia de micronutrientes La fortificación de elementos alimenticios de consumo habitual representa una oportunidad para aumentar la ingesta de nutrientes de una población, con lo que se mejora el estado nutricional.30 En países desarrollados la fortificación de alimentos básicos con hierro se ha utilizado desde hace tiempo para incrementar la ingesta de hierro de la población.31 Los vehículos alimenticios utilizados con mayor frecuencia para este propósito se dividen en tres categorías: alimentos básicos (arroz, aceites y trigo), condimentos (salsa de pescado, salsa de soya y azúcar) y alimentos procesados comerciales (alimentos infantiles complementarios, productos lácteos y fideos).32 La eficacia de cualquier intervención que busca mejorar el estado nutricional de una población objetivo depende de varios factores, como el sistema de entrega, el cumplimiento del receptor y los beneficios percibidos.33,34 La fortificación con hierro de diferentes vehículos alimenticios se ha utilizado con éxito para administrar hierro a grandes segmentos de la población, lo que incluye harinas (en Venezuela), salsa de pescado (en Vietnam), salsa de soya (en China) y arroz (en Filipinas).31 Sin embargo, estos alimentos son adecuados para niños mayores y adultos, pero dirigirse a los lactantes y niños pequeños plantea varios desafíos. Esta población objetivo requiere vehículos alimenticios especializados.1 En lactantes y niños pequeños se ha demostrado que el uso de alimentos complementarios fortificados es más efectivo en comparación con los suplementos.35 Tres estudios grandes en niños Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 DOI: 10.1159/000375144 37 de entre 1 mes y 4 años de edad en Nepal, India y África 6.2 g/L y el riesgo de anemia fue 50% menor en los niños demostraron que los niños que recibieron hierro/ácido fó- que recibieron la leche o los cereales infantiles fortificados. lico adicional más zinc en forma de suplementos desarrolla- Asimismo, los resultados de este estudio revelaron que la forron más efectos adversos comparados con aquellos que sólo tificación con hierro más múltiples micronutrientes fue más recibieron placebo, lo que ocasionó preocupación sobre las efectiva que la fortificación con hierro sola para mejorar los posibles interacciones negativas potenciales entre hierro y parámetros hematológicos.43 zinc y sobre la seguridad de esta estrategia.36-39 En contraste, Los beneficios de los alimentos complementarios fortino surgieron problemas de ficados para disminuir la seguridad cuando se admide hierro tamEl uso de leche y productos basados en deficiencia nistró hierro y zinc a través bién han sido demostrados cereales fortificados fue más efectivos de los alimentos, lo que supor varios grupos indepengiere que estas interaccio- para reducir la anemia en niños pequeños dientes. Un estudio ilustró nes adversas se minimizan la efectividad de la leche y en países en desarrollo en comparación los fideos fortificados para con esta estrategia.39,40 Otra cuestión que ha surgido es disminuir la anemia en nicon los productos sin fortificar. el cumplimiento, un factor ños indonesios de 6 a 59 que puede haber afectado meses e edad en una mueslos desenlaces de seguridad tra grande de familias (total en los estudios de suplementación de hierro/ácido fólico y de 81 885) en áreas rurales y barrios pobres urbanos.44 En zinc.40 Un estudio en el norte de India evaluó el cumplimien- esta población el consumo de leche y fideos fortificados se to de los consumidores de dos estrategias de fortificación relacionó con una disminución significativa de la probabibasadas en el hogar para proporcionar hierro y zinc: un ali- lidad de anemia en la infancia44 y retraso del crecimiento.45 mento complementario fortificado basado en arroz vs. par- Un estudio de asignación aleatoria doble ciego evaluó la eficatículas para espolvorear entregadas en bolsitas para lactantes cia de un programa subsidiado a gran escala de leche fortificada de 6 a 24 meses de edad.40 Los autores encontraron que el con hierro para disminuir las tasas de anemia y deficiencia de empleo del alimento complementario fortificado durante hierro en niños mexicanos entre 12 y 30 meses de edad.46 Este 6 meses provocó un incremento significativo de las concen- estudio demostró una reducción significativa de anemia en la traciones promedio de hemoglobina y que tuvo un mayor población de estudio después de 6 y 12 meses del programa cumplimiento comparado con el uso de las partículas de distribución de leche fortificada subsidiada. Es importante para espolvorear.40 Estos hallazgos han recibido apoyo de señalar que los efectos tuvieron relevancia biológica y se refleotros estudios, que indican las ventajas de utilizar alimentos jaron por las concentraciones séricas mejoradas de ferritina y fortificados en vez de suplementos de micronutrientes, en del receptor soluble de transferrina, dos biomarcadores de los particular para lactantes y niños pequeños.41,42 depósitos corporales de hierro.46 Se han informado hallazgos Por lo regular, los alimentos complementarios fortifi- similares en una revisión sistemáticas sobre el uso de suplecados para lactantes mayores de 6 meses de edad consisten mentos de hierro (incluida la fórmula fortificada con hierro) en leche o productos basados en cereal para utilizarse en en lactantes con bajo peso al nacimiento.47 combinación con la lactancia materna continua. Uno de los En conjunto, estos datos apoyan los beneficios y la viaproblemas es que estos alimentos a menudo se excluyen de bilidad de utilizar leche y alimentos complementarios los programas nacionales que proporcionan alimentos for- fortificados para tratar la deficiencia de hierro en lactantes y tificados para la población general.43 En comparación con niños pequeños. la eficacia de otros tipos de alimentos fortificados, se cuenta con relativamente pocos datos sobre los efectos de la leche y El impacto económico de la deficiencia de los cereales fortificados en niños. Un metaanálisis reciente hierro comparó el impacto de la leche y los productos basados en El impacto económico de una enfermedad (incluida la deficereales fortificados con micronutrientes vs. alimentos simi- ciencia de hierro) se expresa de dos maneras. Primero, puede lares sin fortificar en niños de 6 meses a 5 años de edad.43 capturarse en términos de ‘costo de la enfermedad’, enfocado Este análisis incluyó 18 estudios controlados de asignación en los costos de servicios de salud y la pérdida de producaleatoria y 5 468 niños. El estudio concluyó que el uso de le- tividad para el individuo afectado. Segundo, el impacto de che y productos basados en cereal fortificados fue más eficaz una enfermedad puede expresarse en términos de ‘carga para disminuir la anemia en niños pequeños de países en de- de la enfermedad’, que identifica el impacto sobre el indivisarrollo en comparación con los productos no fortificados. duo afectado en términos de años vividos con discapacidad La hemoglobina en sangre tuvo un aumento significativo de (años de vida ajustados para discapacidad; DALY) y años de 38 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 DOI: 10.1159/000375144 Detzel/Wieser POBLACIÓN: estructurada por 10 estratos socioeconómicos y 2 grupos de edad por estrato (niños de 6 a 23 y 24 a 59 meses) DEFICIENCIAS DE MICRONUTRIENTES: hierro, vitamina A, zinc CONSECUENCIAS SOBRE LA SALUD de las deficiencias de micronutrientes: mortalidad, morbilidad, limitación del desarrollo físico y cognitivo Costos médicos directos - Uso de servicios de salud Figura 1. Estructura general del estudio (fuente: Wieser et al.48). Pérdida de producción - Corto plazo: ingreso de los padres - Largo plazo: menor ingreso de los niños como adultos Costos intangibles en DALY - Cantidad de años de vida perdidos - Calidad de vida perdida vida perdidos.48 Los costos de la enfermedad y la carga de la enfermedad se utilizan con frecuencia como indicadores para reflejar el impacto de una enfermedad y con ello clasificar la importancia de canalizar cada enfermedad a los funcionarios que dictan las políticas. En un estudio que evaluó la relación causal entre la deficiencia de hierro y las consecuencias funcionales en términos económicos para 10 países en desarrollo, se encontró que la mediana de las pérdidas anuales debido a la productividad física reducida era de $2.32 dólares per cápita (0.57% del producto interno bruto).49 La mediana de las pérdidas totales (pérdidas físicas y cognitivas combinadas) fueron de $16.78 dólares per cápita o 4.05% del producto interno bruto. Asumiendo un costo de $1.33 dólares por caso de anemia prevenida, los autores calcularon la razón costo-beneficio para los programas de fortificación con hierro a largo plazo. La mediana de la razón costo-beneficio fue de 6:1 para los 10 países examinados, lo que aumentó a 36:1 cuando los beneficios futuros potenciales debidos a la mejoría cognitiva se incluyeron en la estimación.49 El Asian Development Bank estimó que las pérdidas de productividad debidas a anemia por deficiencia de hierro en obreros manuales son de 17% para los trabajadores que realizan trabajos físicos pesados y 5% para los obreros.50 En niños, el desempeño cognitivo disminuido debido a la deficiencia de hierro se relacionó con una reducción de 4% en los ingresos por hora en etapas ulteriores de la vida.50 Un estudio reciente por Wieser et al.48 utilizó un modelo de economía en salud que simuló las consecuencias de las deficiencias de micronutrientes (de manera específica hierro, vitamina A y zinc) en lactantes filipinos de 6 a 23 y 24 a 59 meses de edad. Los autores diseñaron un modelo que les per- mitió extrapolar las consecuencias de estas deficiencias en la niñez a lo largo de la vida del individuo (Figura 1). Los costos totales a lo largo de la vida se reflejaron en los tres parámetros siguientes: costos médicos, que comprendieron $30 millones de dólares, pérdidas de producción de $618 millones de dólares y otros costos intangibles de 122 138 DALY.48 El volumen de los costos incurridos se debió a los costos proyectados a lo largo de la vida, resultado de la alteración del desarrollo físico y mental y los costos de las muertes prematuras. Asimismo, los autores revelaron que la carga de las deficiencias de micronutrientes variaron de manera sustancial entre estratos socioeconómicos: los costos fueron cinco veces mayores en el tercio más pobre de los hogares en comparación con el tercio más acaudalado. Las conclusiones de este estudio fueron dobles. Primero, los resultados subrayan la importancia de tratar las deficiencias de micronutrientes en los lactantes y niños pequeños en Filipinas. Segundo, este estudio confirma que la población objetivo en mayor riesgo comprende a los niños en los hogares más pobres (Figura 2). Este último hallazgo tiene implicaciones importantes al determinar la estrategia para dirigirse a esta población. El vehículo alimenticio no sólo debe ser adecuado para los niños, sino que el medio de entrega debe ser accesible para las familias del estrato socioeconómico más bajo en Filipinas.48 Fortificación de alimentos para tratar la deficiencia de hierro en niños filipinos Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 DOI: 10.1159/000375144 Ahorro de costos relacionados con la fortificación de alimentos A pesar de haber evidencia para apoyar la costo-efectividad de las estrategias de fortificación de alimentos en general, se cuenta con relativamente poca información sobre la costoefectividad en niños preescolares. Al extender los hallazgos de estudios anteriores sobre la eficacia de la fortificación de 39 Niños de 6 a 23 meses de edad 0.3 25 20 0.2 15 10 0.1 5 0 30 Prevalencia (%) Prevalencia (%) 30 0 1 Niños de 24 a 59 meses de edad 35 Prevalencia de IDA grave (%) 35 25 ZnD VAD IDA moderada IDA grave (eje derecho) 20 15 10 5 0 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Estrato socioeconómico (bajo-alto) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Estrato socioeconómico (bajo-alto) Figura 2. Prevalencia de las deficiencias de micronutrientes por clase socioeconómica y grupo de edad (adaptada de National Nutrition Survey 200827 y National Demographic and Health Survey57). IDA = anemia por deficiencia de hierro; ZnD = deficiencia de zinc; VAD = deficiencia de vitamina A. la leche y los cereales en lactantes y niños pequeños43 y sobre la carga de costos de la deficiencia de hierro en Filipinas,48 Wieser et al.51 evaluaron la viabilidad y costo-efectividad de utilizar leche fortificada en polvo en 1 800 hogares filipinos. Los autores diseñaron distintas intervenciones con leche en polvo fortificada basadas en el precio para evaluar la eficacia y costo-efectividad de cada intervención sobre la reducción de las deficiencias de hierro y vitamina A en niños filipinos de 6 a 23 meses de edad. La leche en polvo se eligió como el vehículo más apropiado, ya que es un alimento utilizado en gran medida para este grupo de edad en Filipinas y está bien integrado en los hábitos dietéticos locales. Mediante un cuestionario diseñado para una encuesta doméstica, los autores obtuvieron resultados de 1 800 hogares de ingresos bajos a medios con por lo menos un lactante de 6 a 23 meses de edad. En estas viviendas los encuestados objetivo fueron madres que además eran quienes tomaban las decisiones importantes respecto a los alimentos adquiridos para el niño.51 Los hallazgos de este estudio tienen varias implicaciones. Primero, los autores encontraron que una gran proporción de los hogares (32% en el quintil socioeconómico más bajo y 83% en el más alto) ya utiliza leche en polvo fortificada con regularidad. Esto fortalece la idea para leche en polvo fortificada como vehículo para intervención. Segundo, y no es de sorprender, los hogares más pobres fueron más sensibles a los precios, lo que significa que comprarían más leche si el precio fuese menor. Tercero, los autores observaron que el conocimiento nutricional de las madres (conciencia) no tuvo impacto alguno sobre la demanda de leche en polvo fortificada, que estos productos estaban disponibles en gran 40 Reimpreso con permiso de: Ann Nutr Metab 2015;66(suppl 2):35–42 DOI: 10.1159/000375144 medida (disponibilidad) y que el precio del producto fue uno de los principales factores que influían sobre la demanda (asequibilidad). En conjunto, estos hallazgos sugieren que para mejorar las deficiencias nutricionales con leche en polvo fortificada, la familia del niño primero debe estar en posición de comprar el producto. Uno de los mecanismos por los cuales esto se puede llevar a cabo es disminuir el precio del mismo.51 Los hogares más pobres también presentan una mayor elasticidad respecto a los precios, donde un pequeño cambio en el precio puede provocar un cambio más grande en la demanda, en comparación con los hogares más acaudalados. Los autores concluyeron que las intervenciones más costo-efectivas son aquellas dirigidas al 20% más pobre de la población, ya que los costos de la intervención incrementan con mayor rapidez en relación con las ganancias adicionales de DALY si la intervención se extiende a los segmentos más opulentos de la población.51 Otros estudios también han demostrado que, en general, el costo es un factor significativo que influye sobre la adquisición de alimentos, en particular en los hogares más pobres. Un estudio de Sudáfrica demostró que comprar alimentos más saludables provocó costos diarios 69% mayores y que este incremento del costo representa una gran proporción del ingreso total para gran parte de la población.52 Un estudio chino encontró que, en poblaciones rurales, la fortificación de alimentos fue una estrategia costo-efectiva. Los autores compararon los costos de la suplementación, la fortificación de alimentos y la diversificación dietética por DALY.53 Los resultados indicaron que, para la deficiencia de hierro, la fortificación de alimentos fue el método más Detzel/Wieser costo-efectivo (expresada en dólares internacionales; I$) con un costo de I$66 por DALY, mientras que la suplementación y la diversificación dietética han estimado costos de I$179 y 103 por DALY, respectivamente. Los autores concluyeron que la fortificación de alimentos es una de las estrategias más efectivas para tratar poblaciones rurales.53 Es importante notar que al diseñar programas de intervención dirigidos a una población específica, el costo puede no ser el único factor a considerar, ya que los consumidores también son sensibles al sabor,54 color55 y textura56 de los alimentos implicados, lo que muestra que la aceptación del producto fortificado es clave. Conclusiones La eficacia de cualquier intervención que busca mejorar el estado nutricional de una población depende de una gran cantidad de variables, que incluye el sistema de entrega, el cumplimiento por el receptor, así como las características de la población a tratar.34 La fortificación de alimentos aún es un medio promisorio para tratar las deficiencias de micronutrientes, en particular en lactantes y niños pequeños. Las características ideales del vehículo alimenticio para fortificación incluyen las siguientes: (1) permite que la intervención alcance a la población objetivo, mediante sistemas de entrega de alimentos mejorados o existentes; (2) no requiere cambios importantes en los patrones dietéticos de la población, y (3) el consumo regular del elemento fortificado permite que el individuo mantenga reservas corporales estables del nutriente en cuestión.32 La evidencia actual sugiere que la fortificación alimenticia es un medio costoefectivo para tratar la deficiencia de hierro a nivel poblacional, en particular en lactantes y niños pequeños. Conflictos de interés Para llevar a cabo este estudio se recibió una beca parcial para investigación de Nestlé Research Center, Lausanne, Suiza. Referencias 1 Bhutta ZA, Ahmed T, Black RE, Cousens S, Dewey K, Giugliani E, et al: What works? Interventions for maternal and child undernutrition and survival. 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