Problemática actual del VPH y su prevención
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Problemática actual del VPH y su prevención
sumario REVISIÓN Problemática actual del VPH y su prevención V. PALACIOS LÓPEZ Unidad de ETS y Dermatología. Hospital Monte Naranco. Oviedo. ■ Introducción La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la infección de transmisión sexual vírica más frecuente en la actualidad. Se estima que hasta un 50% de los adultos sexualmente activos, han podido estar infectados por el VPH (1). La evidencia sólida y consistente entre la infección persistente por VPH y el carcinoma de cervix, constituye en la actualidad uno de los avances más transcendentes para comprender la etiología del cáncer (2); esta situación y la posibilidad de disponer de un diagnóstico etiológico, accesible y fiable, provoca el replanteamiento de las estrategias dirigidas a la prevención del cáncer relacionado con la infección VPH (3). ■ Etiología Las técnicas de biología molecular han conseguido caracterizar con exactitud la estructura genética del VPH. La secuenciación del genoma vírico ha permitido introducir un nuevo sistema de clasificación del VPH basado en la comparación de la secuencia de ADN de los fragmentos E6, E7 y L1. Una homología inferior al 90% supone la asignación de un nuevo tipo; del 90-98% define un subtipo y cuando la homología es superior al 98% indica una variante o polimorfismo (4). Asumiendo que el proceso de identificación de un nuevo VPH es continuo, actualmente se han logrado diferenciar alrededor de 130 tipos. El virus es específico de huésped y cada tipo está relacionado con diferentes procesos morbosos (Tabla 1). Aunque todavía no disponemos de sistemas de cultivo, las técnicas de biología molecular nos han acercado al conocimiento del ciclo vital de estos virus. Sabemos que este se desarrolla de manera coordinada con la diferenciación y división celular de los queratinocitos. En éste proceso cobra especial relevancia la secuencia final que incluye la expresión de los genes tardíos (L1,L2) y la síntesis y ensamblaje de la cápside que se produce en las células más diferenciadas o queratinizadas del estrato espinoso. La secuencia L1 es la proteína principal de la cápside, es la responsable de la adherencia específica del virus a la célula y de ser el antígeno frente al que se produce la respuesta humoral y celular. El hecho de que este fragmento esté altamente conservado y que permita una reactividad cruzada entre los diferentes genotipos del VPH, hace que tenga un enorme interés estratégico para el desarrollo de técnicas serológicas aplicables al diagnóstico y en la investigación de modelos de vacunas profilácticas (5). ■ Epidemiología Los sistemas de registro actualmente vigentes en nuestro medio, Enfermedades de declaración obligatoria (EDO), Boletín epidemiológico semanal (BES); no nos permiten disponer de cifras que nos informen sobre la incidencia o prevalencia de ésta y otras infecciones emergentes (herpes genital, infecciones no gonocócicas) (6). Los datos aportados desde otros observatorios epidemiológicos nos informan que la infección VPH es la ETS más prevalente en la actualidad. Podemos estimar el impacto de esta infección recurriendo a la medición de varios parámetros: incidencia de tumores malignos asociados a infección VPH, incidencia o prevalencia de condilomas, incidencia o prevalencia de ADN viral y prevalencia de anticuerpos circulantes frente a secuencias o proteínas vírales específicas (7). Basándose en técnicas de recuperación del ADN viral a partir de citología exfoliativa, sería aceptable asumir una prevalencia de ADN de VPH del 10% en mujeres de países desarrollados y un 15% en mujeres de países en vías de desarrollo. Aplicando estos porcentajes a la población mundial de mujeres de más de 15 años, se obtiene una cifra de portadoras de ADN-VPH de 270 millones de mujeres. El 10% de estas (27 millones) tendrían condilomas acuminados; una cifra similar tendría lesiones cervicales de bajo grado; alrededor de 1,5 millones de mujeres con lesiones cervicales de alto grado y cerca de 400.000 casos de carcinoma invasor. 243 Vol. 4, Núm. 4. Mayo 2001 Tabla 1 Tipos de VPH y su asociación con las principales enfermedades ENFERMEDAD VPHS FRECUENTES VPHS MENOS FRECUENTES Verruga Plantar 1,2 4,6,3 Verruga Común 1,2,7,10 3,4,26,27,28,29,41,57,65 Verruga Plana 3,10 27,38,41,49 Condilomas 6,11 30,42-44,45,51,54,55,70 VERRUGAS NEOPLASIA INTRAEPITELIAL DEL TRACTO GENITAL 30,34,39,40,53,57,59,62,64,66,67-69 Bajo grado 6,11 16,18,31,33,35,42-44,45,51,52,56,58,66 Alto grado 16,18 6,11,31,33,35,39,42-4445,51,52,56,58,66 16 31,34,39,42,45 CÁNCER DE CÉRVIX 16,18 31,33,35,39,45,51,52,56,58,66 CÁNCER DE PENE, VULVA,VAGINA y ANO 16,18 31.33,35,39,45,51,52,56,58,66 2,3,5,8,9,10 12,14,15,17,19,20,21,25,36,37,38,47,50 Cáncer de amígdala y orofaringe 16 31,33 Cáncer periungueal y conjuntival 16 PAPULOSIS BOWENOIDE OTROS CÁNCERES Cáncer de piel escamoso y basocelular OTRAS ENFERMEDADES E. Verruciforme PRR (Papilomatosis Respiratoria recurrente) Papilomas conjuntivales 2,3,5,8,8,10 12,14,15,17,19,20,21-25,36,37,47,50 6,11 32 6,11,16 Si acercamos estos cálculos a la comunidad europea en la que hay una población de mujeres mayor de 15 años de 15 millones, se obtendrían 15,5 millones de portadoras de VPH, 1,5 millones de mujeres con condilomas y 1,5 de lesiones de bajo grado; 85.000 casos de lesiones de alto grado y 23.000 casos de carcinoma invasor. Estas cifras sugieren la aproximación de que entre 19 y 20 millones de mujeres de la comunidad europea tienen en algún momento determinado alguna lesión genital atribuible a la infección VPH . En España, aplicando un rango de prevalencia de ADNVPH entre 3-6% hablamos de 700.000 a 1,4 millones de mujeres portadoras; entre 450-500.000 casos de condilomas y lesiones de bajo grado; entre 8.500 a 9.000 casos de lesiones de alto grado y entre 1.500 a 2.000 casos de carcinoma invasor. Estas cifras nos confirman que la infección VPH es una infección muy frecuente con un pico de incidencia en los grupos de edad con mayor actividad sexual 244 ( 20-25 años). En esta franja, la prevalencia de infección subclínica por VPH puede afectar hasta un 40% de la población femenina con tasas de infección de un 10-15% anual. A partir de edades por encima de 35 años, la prevalencia de infección declina gradualmente. La gran parte de estas infecciones tienen un carácter transitorio, persistiendo durante 8-12 meses y no relacionándose con ningún riesgo de transformación neoplásica. Este riesgo se limita al grupo de mujeres en las que la infección es persistente (10-20%). Todos los genotipos de VPH que afectan al área genital en sus zonas más susceptibles: zona de transición del cuello uterino y línea pectinea del canal anal, son capaces de producir lesiones escamosas intraepiteliales de bajo grado (SIL-BG). Sin embargo, la progresión a lesiones de alto grado (SIL-AG) sólo es posible por la infección y persistencia de determinados genotipos que incluimos en el grupo de Alto Riesgo (16, 18, 31 ,33 ,35 ,39 ,45 ,51 ,52 ,56 ,58 ,59 ,68 ). Además de la Problemática actual del VPH y su prevención presencia del VPH que será el factor etiológico fundamental (9-10); del genotipo, de su persistencia y de la carga viral; participan en el desarrollo de la lesión otros factores: infecciones, déficit inmunitario y tabaco entre otras. ■ La infección en la población Una manera aproximada de conocer el nivel de penetración de esta infección en la sociedad sería a través de técnicas serológicas que detectarían la presencia de anticuerpos circulantes. El desarrollo de estas técnicas se ha implementado en los últimos años pero todavía no son aplicables sistemáticamente, entre otras cosas, por su ecasa sensibilidad. Se han desarrollado diferentes posibilidades, destacando las basadas en lo que se conoce como Virus Like Particles (VLPs) que consisten en estructuras proteicas de la capside viral L1 y L2, desprovistas de ADN. Han sido realizados varios estudios utilizando VPH16 VLPs, que han demostrado que la infección genital por los papilomavirus es seguida de una respuesta inmune serológica frente a las proteínas de la capside viral (11-12). Sin embargo, los títulos detectables en suero de anticuerpos frente a VPH-VLPs son bajos (13). Esta respuesta inmune es específica para cada tipo de VPH y dirigida contra los epitopes conformacionales (14, 15). No todas las personas infectadas tienen niveles de anticuerpos detectables serológicamente; entre el 20-50% de las mujeres VPH-DNA, no tienen anticuerpos anti VPH tipo-específicos detectables (16). Esto puede ser debido a la disminución en el título de anticuerpos que se produce a medida que transcurre el tiempo desde la infección (12,17). Diversos estudios de seguimiento, han demostrado que la seroconversión ocurre más frecuentemente entre los 6-18 meses después de la detección del DNA (18,19). Los anticuerpos anti-VLP son raramente detectables en pacientes con infección VPH-DNA transitoria (12), están más relacionados con la presencia persistente de DNA-VPH. Los anticuerpos anti-VLPs persisten durante varios años (20) y pueden ser un indicador fiable de infección pasada, así como de infección actual. La adquisición de la infección VPH está íntimamente relacionada con el comportamiento sexual. La prevalencia de infección, se incrementa con el aumento en el número de parejas sexuales y cuanto más temprana sea la primera relación sexual (11). Recientemente hemos podido comprobar que los grupos sociales con mayor riesgo de exposición a las ETS tienen porcentajes de infección frente al VPH muy superiores a la población normal. Utilizando estas novedosas técnicas de serología se observó un porcentaje de Anticuerpos anti-VLPs en mujeres prostitutas del 61,6%; frente al 10,4% obtenido en un grupo de mujeres de la población general (21). ■ Vacunas Se están desarrollando estudios siguiendo dos estrategias vacunales diferentes. Por un lado las vacunas profilácticas y por otro las terapéuticas. En el caso de la inmunización profiláctica es necesario identificar la población susceptible. En situación ideal, la población diana de estudio para estas vacunas sería una población virgen al VPH, pero lógicamente se plantean problemas éticos para elegir esta población. La segunda estrategia, vacunas terapéuticas, consiste en administrar vacunas que activen la inmunidad de personas ya infectadas por el VPH. Existen una serie de factores favorables que sugieren que sea factible el logro de una vacuna frente al VPH (22): - Muchos VPH están altamente conservados. - Sólo hay 8 genes virales, lo que limita la complejidad de la respuesta inmune. - Existen modelos animales (perro, conejo, vaca, mono) que sugieren que la vacunación es posible en humanos. Por el contrario, también son evidentes otros factores que dificultan el desarrollo de una vacuna efectiva. En general se plantean tres estrategias vacunales que serían efectivas en el control de las lesiones neoplásicas y preneoplásicas asociadas a VPH: 1. Vacunas profilácticas mediante inmunización con VLPs construidos genéticamente para producir anticuerpos neutralizantes. 2. Inmunoterapia basada en las proteínas no extructurales E6 y E7 expresadas en células cancerosas. 3. Vacunas contra la infección existente y lesiones premalignas tempranas expresadas en células madre suprabasales del epitelio infectado. Un problema importante en la vacuna profiláctica consiste en la elección de los genotipos frente a los que se adquiere protección. Actualmente las vacunas en desarrollo (Fase II), protegen contra los tipos virales presentes en el 80% de los cánceres del cuello uterino. Un 20% quedaría desprotegido en base a la acción de los genotipos más infrecuentes. Resulta entonces, de especial relevancia, el conocimiento de los genotipos más prevalentes en una población para que el diseño de la vacuna aporte el máximo rendimiento (21). La posibilidad de disponer de una vacuna efectiva es real pero todavía no es accesible. Las vacunas en ensayo, son inestables, requieren multidosis para inducir inmunización y son costosas. Todas estas premisas negativas conducen a la idea de que su distribución en los países subdesarrollados en los que además la prevalencia de cáncer genital es elevada, será difícil. La posibilidad de vacunas combinadas basadas en quimeras que combinen VLPs de L1 con fragmentos de E6 y E7, ofrecerían una máxima eficiencia sanitaria al permitir la vacunación de mujeres adultas sin requerir un test previo de detección de la infección. 245 Vol. 4, Núm. 4. Mayo 2001 ■ Tratamiento La novedad más relevante en el último año ha sido la disponibilidad de un nuevo producto frente a los condilomas acuminados e infección VPH. El Imiquimod, es un potente inductor de interferón alfa y citoquinas locales: factor de necrosis tumoral alfa e interleuquinas. Por su buena tolerancia y aparición de un menor número de recidivas ha sido una notable incorporación al arsenal terapéutico (23) En situación de investigación (Fase II) se encuentran varios antivíricos: Hypericina y Papirinas, así como el citostático Cytarabina. Un modelo terapéutico muy atractivo en el futuro es la terapia celular adoptiva. Consiste en la obtención de linfocitos de sangre periférica de un paciente con cáncer o donador histocompatible. Estos linfocitos se estimulan in vitro con un péptido y citoquinas. Una vez activados se reintroducen en el paciente con el fin de controlar la infección (24). ■ Prevención La infección VPH es una ETS y como tal deben de aplicarse las medidas que universalmente se reconocen como eficaces y necesarias para la prevención de estos procesos: educación sanitaria, uso del preservativo, etc. El aspecto más trascendente de esta infección es su relación con el cáncer genital y fundamentalmente con el cáncer de cuello uterino (2,9). Para que la prevención primaria de este cáncer sea eficaz es necesario que los programas de cribado tengan una amplia cobertura en la población. Esta responsabilidad ha recaído hasta estas fechas en la citología exfoliativa. El test de Papanicolaou ha sido una herramienta fundamental en la reducción de la mortalidad por cáncer cervical sobre todo en los países donde ha sido aplicado masivamente. Una de las limitaciones más obvias de esta técnica es la elevada frecuencia de falsos ne- gativos que se estiman entre el 30-60%. A esto se añaden otras condiciones negativas como la lentitud en el procesamiento, escasa homogenización en la interpretación de los resultados y elevado costo (25). Las técnicas actualmente disponibles de detección viral son más sensibles que la citología convencional en la localización de lesiones de alto grado (26). La detección viral ha sido propuesta como técnica complementaria de diagnóstico en varios supuestos: 1. Como técnica de cribado primario en poblaciones seleccionadas, como por ejemplo en mujeres de grupo de edades media y avanzada. 2. Como método de cribado secundario en pacientes con alteraciones citológicas ambiguas (ASCUS/AGUS). 3. Como sistema de control de calidad interlaboratorios. En la actualidad las pruebas de identificación viral han mejorado notablemente en los niveles de sensibilidad y especificidad. Básicamente siguen dos líneas: 1. Pruebas basadas en sistemas de amplificación (PCR), utilizando"primers" de consenso (MY09/11 y GP5+/6+). 2. Sistemas de captura de híbridos de última generación (HC-II). En ambos casos esta tecnología está estandarizada y en gran medida automatizada, aportando las siguientes ventajas: - Menor dependencia en la calidad de la muestra recogida. - Lectura objetiva y cuantitativa de resultados. - Facilidad de transferencia al laboratorio. - Automatización del proceso. - Elevado rendimiento por unidad de persona/tiempo - Alta reproductibilidad interlaboratorios Esta tecnología, cuando en un futuro inmediato, disminuya su costo y supere la discusión en los grupos de decisión, será una herramienta fundamental en los programas de cribado y prevención del cáncer. Bibliografía 1. 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