López Vencroni, Felipe Neri Elementos para una crítica de la
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López Vencroni, Felipe Neri Elementos para una crítica de la
RESEÑA López Vencroni, Felipe Neri Elementos para una crítica de la ciencia de la comunicación. México: Editorial Trillas, 1989, 107 p. Si no hay pensamiento ni conocimiento, la comunicación no sólo no es posible, sino que no tiene sentido (ídem: p. 86). En los últimos años se han presentado continuas discusiones entre los especialistas de la comunicación en cuanto a la necesidad de un refinamiento teórico en el área. Podemos afirmar que cualquier encuentro entre expertos de esta materia revelará un profundo desacuerdo sobre cuestiones elementales tales como ¿cuál es su objeto de estudio? ¿cuál es la mejor manera teórica y metodológica de abordarlo?, etcétera. Estas interrogantes probablemente nacen de una insatisfacción en relación con los resultados obtenidos hasta ahora dentro de los paradigmas predominantes. En Elementos para una critica de la ciencia de la comunicación se considera esa necesidad de reflexión en torno a los elementos básicos conceptuales de la comunicación. Su autor, López Veneroni, hace referencia a algunas ideas de Pablo González Casanova, respecto a los retos de las ciencias sociales que nos pueden ayudar a esclarecer los alcances y propósito general de su trabajo: La crisis que estamos viviendo abarca todas las ideologías del mundo contemporáneo; todos los pronósticos indican que tienComunicacián y Sociedad, núm. 10-11,septiembre-abril1991,pp. 235- 262 263 de a extenderse y profundizarse. Enfrentarla en el terreno de las ciencias sociales supone, en primer término, el estudio de la crisis en sus distintos aspectos (...) como conjunto de estructuras conceptuales que al estudiar la crisis. se hallan también en crisis. (... ) como ese esfuerzo de pensamiento riguroso no es ajeno a las ideologías, ni en tanto posición política ideológica dentro de las estructuras y sistemas sociales existentes, ni en tanto proyecto para cambiar o mantener esas estructuras y sistemas (...), la critica de las ciencias sociales existentes ocupa un papel por lo menos tan importante como las ideologías y la retórica que se mezcla al debate cientlfico y que es parte del mismo. (Así,) conocimiento riguroso y crítica científica del conocimiento suponen un cierto relativismo en la investigación científica. (...) A este respecto, la tarea crítica no puede limitarse a enjuiciar las ideologías expresadas con una retórica abiertamente política. La crítica requiere abordar el cuestionamiento de un pensamiento político o tecnocrático que utiliza el recurso de la "objetividad científica", más para legitimar un discurso previamente acordado que para precisar un problema previamente problematizado (p.S). Como parte de estos retos y partiendo de la llamada "objetividad científica", López Veneroni examina la validez de la concepción que ha dado origen a la definición de lo comunicativo como un proceso de transmisión-recepción-retransmisión de mensajes entre dos polos a través de un medio. El ensayo, que por sus características se torna denso, consta de tres partes, las cuales, a su vez, se dividen en capítulos. En la primera sección el autor considera que "la existencia de la comunicación como disciplina social es lógica y metodológicamente indemostrable". Critica la idea que pretende determinar la objetividad del fenómeno comunicativo a partir de los medios, y afirma que estos medios, en sí mismos, sólo entrañan una sustancialidad tecnológica, y es su uso (económico, político, social, etcétera) lo que los convierte en objeto de interés social. Por lo tanto, bastaría estudiar cualquier disciplina formalmente estructurada para adquirir un instrumental teóricometodológico necesario y luego especializarse en el estudio de los medios. En la segunda parte del libro se abordan las bases fundamentales para el análisis de lo que el investigador nombra el 264 "falso planteamiento de la ciencia de la comunicación". Para tal efecto, contextualiza el tema a partir de su origen, desarrollo y evolución, desde los esquemas de Lasswell, los conductistas, los sociólogos, todos ellos llamados "padres de la mass communication research". El ensayista asegura que los datos objetivos a partir de los cuales se ha propuesto la contextualización no son suficientes para aprehender su determinación específica. A diferencia de otras disciplinas sociales, la ciencia y la teoría de comunicación carecen de antecedentes previos al racionalismo tecnológico, ya que nacen dentro de él y con él, por lo que están totalmente configuradas a partir de los parámetros de esta lógica. Esto conduce a una falsa concepción de la historia del fenómeno, es decir, una concepción cosificada y fetichizada. Como dice el autor, es una falacia suponer que ocho décadas resumen el proceso comunicativo social. Entonces, ¿cómo construir un objeto o desarrollar un método sin historia? El mismo se responde: los hombres son transitorios en cuanto que se realizan a sí mismos, así como a su historia y el conocimiento de ella. Los medios no constituyen una historia, su historia sólo puede tener sentido válido como una "parte de la historia social" (p. 58). En la última parte, López Veneroni elabora una reflexión desde la teoría del conocimiento. Establece que para poder determinar epistemológicamcnte el fenómeno de la comunicación se debe considerar a éste "como un modo concreto y particular de ser del hombre y como objeto de estudio de 10 científico social". El hombre, como ser social, necesita comunicarse y esa comunicación adquiere una forma concreta a partir de lo que el autor denomina relación "trifásica". Esto singnifica que la comunicación es posible a partir de la praxis material del hombre, la cual surge de una determinada concepción del mundo, y de esta concepción como una práctica específica que requiere representarse objetivamente. La representación objetiva se traduce en la producción de formas simbólicas que van adquiriendo características concretas; verbales, escritas, icónicas, numéricas: 265 La expresividad humana es capaz de objetivarse, o sea, se manifiesta en productos de la actividad humana, que están al alcance tanto de sus productores como de los otros hombres, por ser elementos de un mundo común (p. 84). Así que la comunicación en cuanto objeto del conocimiento científico de lo social sólo podría plantearse como una forma particular de relación social, como un momento específico de la construcción o realización de la totalidad humana social. Finalmente. se propone que en la base de la conjugación de la semiología, lingüística. antropología e historia, radica el fundamento gnoseológico real que permitiría superar la condición indeterminada del fenómeno como subproducto general de todas las disciplinas. para poder ubicarlo como un fenómeno concreto. con un rigor y un método específico. En el estudio no se trata de inventar una "ciencia" de la comunicación. sino establecer los elementos epistemológicos necesarios para acceder científicamente a la determinación de este fenómeno, y así sentar las bases de una nueva aproximación que eventualmente pudieran conducir a una teoría y método específicos de lo comunicativo. como una parte del conocimiento científico social. Elementos para una crítica de la ciencia de la comunicación es un texto de gran valor por lo novedoso y actual. Aporta elementos básicos que pueden ayudar a disipar dudas y clarificar ideas, características comunes de los estudiantes que se inician en esta materia. Para los que se dedican a la investigación, y para los teóricos en esta área, más que constituir una fuente de referencia podría servir de incentivo para afrontar el reto de continuar analizando este campo. Todavía queda mucho por hacer. Gabriela Gómez Rodríguez 266