Misericordia en los escritos del P. Dehon
Transcripción
Misericordia en los escritos del P. Dehon
Misericordia en los escritos del P. Dehon Un vacío en la literatura dehoniana La literatura dehoniana guarda silencio sobre el tema de la misericordia. En nuestra Regla de vida la palabra no se encuentra ni siquiera una vez; indicación de un problema ideológico y de un conocimiento limitado de nuestro fundador. Los estudios dehonianos postconciliares no dejaban espacios para la misericordia. En el índice de nuestra revista Dehoniana la misericordia está – con un título señalado, en 1980 (p. 177s.). Por lo demás esto se refiere no a un verdadero artículo sino a la simple reproducción – sin comentarios – de tres páginas del Retraite du Sacré-Coeur. Una fuerte presencia: misericordia en la obra de Dehon Si bien el sitio dehondocs está aún lejos de estar completo, los documentos insertos son ya numerosos y el sitio se revela un instrumento muy precioso por ejemplo para rastrear palabras clave específicas. La palabra miséricorde aparece 731 veces, 197 veces miséricordieux, 66 veces misericordia. Este resultado no está a la altura de los resultados que comparecen términos como amour (ca. 3627), péché (1799) o charité (1563), pero es más usado que términos como pardon (519), conversion (386). De todos modos, las convergencias son suficientes para considerarla una palabra querida al P. Dehon. Siempre teniendo en mente que dehondocs no está completo (falta p.e. toda la correspondencia) la distribución de los resultados para miséricorde es la siguiente: Obras espirituales 272, Obras sociales 9, Diarios 262, Artículos 149 veces. Un número considerable de resultados se encuentran en una categoría que no he seguido, se trata de los artículos o Chroniques que Dehon escribe para Le Règne y otras revistas. Sería quizás interesante dar a estos textos una mirada más atenta. No lo he hecho por motivos de tiempo, pero sobretodo porque Dehon ahí, decíamos, no toma mucho tiempo en desarrollar su idea de misericordia. Estos escritos funcionan según las leyes de las revistas y de los periódicos: una comunicación veloz, utilizando fórmulas conocidas por el público. La misericordia se integra en un discurso religioso sobre problemas y desafíos sociales e incluso políticos. Una visión profunda de la concepción de misericordia no es imposible entreverlo, pero es muy difícil. Dehon narra a Dios Las cosas se presentan de modo muy diferente en los escritos espirituales, sobre todo en las Couronnes d'amour, en Retraite du Sacré-Coeur y en Mois du Sacré-Coeur. En su introducción a las OEuvres Spirituelles Manzoni escribe: "Las meditaciones más bellas son aquellas sobre la misericordia del Corazón de Jesús” (Introduction, p. XIV). Si bien en otras obras espirituales como Le Mois de Marie o L’Année avec le Sacré-Ceur, Dehon trata ampliamente sobre la misericordia, es sobre todo en las citadas obras (CAM, RSC, MSC), donde Dehon se toma el tiempo y el espacio necesario para desarrollar su visión de misericordia. Hay numerosos capítulos totalmente dedicados a esto. Aquí Dehon, diría, está en su elemento, es más auténtico. Escribe no como teólogo sino como experto de experiencias y dinámicas espirituales. Y como tales se deben acoger estos escritos. No se trata de un tratado teológico, sino de textos pedagógicos o mistagógicos que narran la experiencia de un cierto modo de ser de Dios. El cuadro general de su aproximación a la misericordia parece de todos modos claro y nos suscita alguna dificultad hoy. Dehon mismo lo define bastante pronto con una cita de San Agustín: “Tu eres médico, yo soy enfermo; tu eres misericordioso, yo soy mísero” (NHV 5/143). Ciertamente Dehon está en muchas cosas ligado a una antropología que ve al hombre sustancialmente como pecador. “De nosotros mismos no tenemos más que la nada y el pecado” (NHV 5/195). La fuerza de los textos y el ‘focus’ de Dehon sin embargo no es tanto el hombre sino narrar un cierto Dios. Un Dios apasionado de buscar y encontrar Bajo el título ‘misericordia’ Dehon narra un ser de Dios. Y lo narra con las narraciones bíblicas: aparecen la oveja perdida, buscada y encontrada, la moneda hallada, el hijo pródigo, Zaqueo, Mateo, la Samaritana, Pedro, Tomás; todos son a su modo testigos de un Dios misericordioso. Y por lo tanto Dehon construye una visión de Dios, que toma la iniciativa, que detrás del perdido, un Dios que deja los espacios y las personas conocidas para buscar aquel que no lo reconoce ya. “¿No ves cómo el pastor va en busca de la oveja perdida? No se limita a esperarla; sino que deja las otras, recorre los bosques, las gargantas, los precipicios. Cuando finalmente la encuentra: la toma y la carga sobre las espaldas. Así quiero hacer yo contigo.” (RSC 292). Un Dios que según Dehon no solo busca, sino que acoge sin poner condiciones, que abraza, que olvida el pasado y con el que un inicio es posible para el hombre más allá de sus esperanzas y más allá de sus posibilidades: "En el Eclesiástico, le hace decir que sus pecados desaparecieron bajo el fuego de su misericordia ‘como la nieve se funde al sol’… En Isaías le hace decir que ‘aunque fuesen rojos como escarlata por sus pecados, arrepintiéndose se tornarán blancos como la nieve’” (RSC 297). Dios olvida y colma de gracia, haciendo posible una nueva existencia, más allá de las esperas del hombre y sus posibilidades. Para quien se abre a la misericordia. A Dehon le gusta acompañar a menudo la palabra misericordia con infini; para subrayar la iniciativa soberana de Dios, para indicar un actuar sin medida. Un actuar que incluso pone fuera de juego la ‘justicia’. De hecho, “Jesús tiene hacia nosotros un corazón de médico y de amigo, no tiene un corazón de juez severo… El buen pastor con una aparente derrota de la justicia, abandona las ovejas fieles para correr en busca de la oveja desgraciada” (CAM 1/244) y hablando del hijo pródigo “… por un nueva derrota de la justicia, el padre concede todos los favores al hijo culpable y parecer olvidar al otro que le fue fiel, olvido que el hijo mayor le reprocha abiertamente” (CAM 1/244). Ciertamente, no sería Dehon si se detuviese solo en el gozar de la belleza de misericordia. Meditando el encuentro de Jesús con Zaqueo insiste en el hecho de que, quien se conmueve debe moverse: “… es necesario corresponder a las gracias y cooperar también por nuestra parte. En fin, admiremos e imitemos las generosas y eficaces resoluciones de Zaqueo. Con él estaremos preparados a cumplir todos nuestros deberes de justicia y a practicar la misericordia hacia el prójimo” (RSC 318). Es también verdad que en otros escritos Dehon identifica el calvario, la cruz, la pasión como lugar supremo de misericordia en la Biblia, cita el himno de la Carta a los Filipenses como acto supremo de misericordia divina. En los textos fundamentales sobre la misericordia, sin embargo, el programa bíblico es el del encuentro, el sentimiento prevalente es el de alegría por parte de quien da y de quien recibe misericordia. No es sorprendente que Dehon en Retraite du Sacré Coeur concluya: “No hay otro atributo divino que la S. Escritura glorifique más que su misericordia” (RSC 72). Quizás sea necesario estar atentos a esto: el lenguaje teológico de Dehon no siempre corresponde a la narración de su experiencia espiritual, es más, a veces lo esconde. Lo que Dehon describe bajo el título misericordia es más que un atributo, es un cierto ser de Dios. Una puerta abierta para Dehon – Teresa de Lisieux Otra observación que merecería ulteriores estudios: el lazo en Dehon entre su visión de misericordia y su creciente interés por santa Teresa de Lisieux. Esta santa, dicho de modo general, es reveladora de un traslado en la espiritualidad de Dehon y en la espiritualidad querida por Dehon para la Congregación. Un elemento en tal sentido es la adhesión de Dehon a la experiencia de misericordia de la santa carmelita. Por ello Dehon cita a santa Teresa así: “Comprendo, escribe la pequeña santa, cómo no todas las almas se parezcan; es necesario que haya de diferentes familias con el fin de honrar de modo particular a cada una de las perfecciones divinas. A mí el Señor me ha dado su ‘misericordia infinita’ y a través de este espejo inefable contemplo todos los demás atributos que se me aparecen todos radiantes de amor” (CAM 3/215). Dehon se identificaba mucho con el recorrido espiritual de Teresa, por él resumido como “vía de amor” y “víctima de amor”. Stefan Tertünte scj [email protected]