Aneurisma de Aorta Abdominal, una problemática que
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Aneurisma de Aorta Abdominal, una problemática que
Información de Prensa - Agradeceremos su difusión - El tratamiento debe ser elegido por un equipo multidisciplinario Aneurisma de Aorta Abdominal, una problemática que puede tratarse en forma mínimamente invasiva En los últimos años, se perfeccionó el uso de técnicas para tratar por vía endovascular esta enfermedad, importante causa de muerte. Argentina fue pionera en este tipo de intervenciones. Consiste en la colocación de un dispositivo por cateterismo en el interior de la aorta abdominal, para normalizar el flujo sanguíneo cuando se produce una dilatación patológica de ese sector de la arteria. El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) está elaborando un Consenso para determinar en qué casos debiera recurrirse a esta técnica. Buenos Aires, 28 de Enero de 2013.- El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) está elaborando un Consenso para el Tratamiento Percutáneo del Aneurisma de Aorta Abdominal (AAA), una dilatación patológica permanente de la aorta abdominal que en muchos casos puede tratarse por vía endovascular. Entre otras indicaciones, el consenso señala que el tratamiento mínimamente invasivo (percutáneo) está reservado a casos específicos, y que su elección debe ser efectuada por un equipo multidisciplinario, a fin de obtener los mejores resultados con esta técnica. El aneurisma de aorta abdominal ocupa el 13° lugar como causa de muerte en EEUU, donde se estima que 1.100.000 personas entre 50 y 84 años son portadores de este cuadro. Cada año se diagnostican en dicho país más de 100.000 nuevos casos y fallecen aproximadamente 15.000 pacientes por esta causa. "Si bien es más frecuente en el hombre (con una relación de 5 a 1 con respecto a las mujeres), son ellas quienes tienen peor pronóstico, con un alto índice de mortalidad por ruptura", comentó el Dr. Miguel Osvaldo Villegas, médico especialista en Cardiología, Hemodinamia, Angiografía y Cardioangiología Intervencionista, y uno de los autores del Consenso. En opinión del Dr. Aníbal Damonte, también especialista en cardioangiología intervencionista y miembro del CACI, la prevalencia del AAA varía con la edad, sexo y localización geográfica, pero en poblaciones mayores de 65 años se ubica entre el 4 y el 7 por ciento. La aorta es la principal arteria del cuerpo humano, y se divide en tres secciones, de las cuales la abdominal es la que comienza en el diafragma y se bifurca para irrigar abdomen, pelvis y piernas. Cuando se produce una debilidad o dilatación en la pared de la aorta abdominal, ya sea por aterosclerosis u otros motivos, se evalúa su gravedad, ya que en algunos casos puede romperse y causar una hemorragia interna. “La consecuencia más importante de la falta de tratamiento de un AAA es la ruptura, situación de altísima seriedad porque obliga a un tratamiento de emergencia con una alta tasa de mortalidad. De allí la necesidad de hacer un control y seguimiento riguroso a estos pacientes, ya que a mayor tamaño del AAA mayor es la posibilidad de su ruptura”, manifestó el Dr. Alberto José Licheri, cardioangiólogo intervencionista miembro del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI). “Existe un antiguo aforismo pero con mucha vigencia que dice que ante un AAA roto ‘hay algún médico que tuvo la culpa’; esto significa que hay que palpar el abdomen de los pacientes: persona que llega con un aneurisma de 10 cm., como hemos tenido que tratar, significa que nadie antes le palpó el abdomen”, insistió. Para reparar este aneurisma se puede emplear cirugía convencional (CC), que reemplaza el vaso anormal con un injerto de material sintético, o un procedimiento mínimamente invasivo llamado reparación endovascular del aneurisma (EVAR, por sus siglas en inglés). Argentina fue pionera en el tratamiento endovascular del AAA, que se define como la colocación de una prótesis por dentro de la Aorta Abdominal para sustituir al segmento dilatado. "El tratamiento quirúrgico del AAA comenzó a principios de la década del ´50, siendo un procedimiento distintivo en la década del ´70, pero con alta morbimortalidad", explicó el Dr. Ariel Zelaya, médico especialista en Cardioangiología y otro de los autores del Consenso. "En la década del ´90 los Dres. Juan Carlos Parodi, Julio Palmaz y Héctor Barone realizaron en Buenos Aires el primer implante percutáneo de una endoprótesis aórtica. Esta técnica revolucionaria se encontraba destinada a cambiar todo y a señalar el comienzo de la nueva era en la terapéutica aórtica", destacó. Y a más de 20 años de las primeras intervenciones de este tipo, se ha avanzado notablemente para mejorar su resultado, con claras ventajas sobre la cirugía convencional. El procedimiento de reparación endovascular del aneurisma (EVAR) comienza con una o dos intervenciones pequeñas sobre una arteria de la ingle con anestesia local o regional. Desde ese lugar, y observando con rayos X, se avanza por dentro de la luz de la aorta con un dispositivo de endoprótesis contenido dentro de una vaina especial. Una vez localizado en el sitio de la dilatación (aneurisma) se libera progresivamente logrando su expansión hasta un tamaño previamente determinado, logrando así una suerte de ‘encamisado’ interno que cierra el lugar afectado y evita que progrese la anormalidad, dirigiendo el flujo de sangre dentro de la nueva estructura. Dos importantes estudios, EVAR-1 y DREAM, mostraron que el uso de EVAR logró una significativa reducción de la mortalidad, de 3,5 veces con respecto a la cirugía convencional (5% CC vs 1.5% EVAR). Además, "en esta última década se han aprendido una gran cantidad de lecciones y las tecnologías han mejorado en forma significativa, los dispositivos de hoy son mucho más avanzados, con mejores diseños y testeados exhaustivamente. También existe una experiencia más amplia en lo que concierne al procedimiento, con operadores que se han perfeccionado en su entrenamiento y con estrategias mejores de selección de casos, todo esto llevó a superiores promedios de éxito con EVAR", señalan los autores. Actualmente, ante el conocimiento de los dos procedimientos terapéuticos, los pacientes prefieren el EVAR al quirúrgico (84% y 3%, respectivamente). No obstante, el consenso enfatiza la necesidad de seleccionar los casos en forma adecuada, ya que aunque la cirugía convencional está asociada a intervenciones largas, anestesia general, recuperación y tiempos de internación prolongados en salas de cuidados intensivos, sigue siendo el tratamiento de elección. Sin embargo, en ciertos casos los médicos eligen 'empujar la indicación' endovascular en pacientes con anatomías que se encuentran por fuera de las indicaciones aprobadas, lo que lleva a que los resultados no siempre sean satisfactorios. "A la hora de decidir el tratamiento, se le debe explicar al paciente el motivo por el cual se eligió esta vía, el tiempo de internación, el tipo de anestesia local o regional (aclarando que a largo plazo puede existir una complicación que lo lleve a un procedimiento con anestesia general) y la frecuencia de morbimortalidad del procedimiento", aconsejó el Dr. Zelaya. Según el Consenso, "la decisión final en el tipo de tratamiento del paciente debe ser tomada por un grupo de médicos que involucre a todos los especialistas que están a cargo del paciente: Clínico, Cardiólogo Clínico, Anestesiólogo, Cirujano Vascular, Cardioangiólogo Intervencionista, Neumonólogo, Nefrólogo y/o Nutricionista, de ser necesario". Quiénes pueden padecerlo El Dr. Villegas, quien además es miembro del CACI, explicó que el Aneurisma de Aorta Abdominal "es una enfermedad degenerativa y progresiva, asociada a factores como la edad, hipertensión arterial, tabaquismo y herencia, y que debería ser sospechada en pacientes que presentan enfermedad aterosclerótica". Asimismo, el médico destacó que "hay que considerar quiénes tienen mayor riesgo de ruptura, y esto está relacionado con la edad, el tamaño del aneurisma y la velocidad de crecimiento del mismo". "El cuadro cursa asintomático y generalmente se diagnostica ante la presencia de complicaciones del aneurisma o en un examen de rutina. Una simple ecografía de abdomen sirve para diagnosticar el 100% de los AAA", insistió el Dr. Villegas. Según el especialista, "el síntoma principal está asociado a la complicación del aneurisma, y es el dolor abdominal, generalmente de aparición brusca, que puede estar acompañado por sudoración y palidez por hipotensión. Un signo que puede llevar a la sospecha de un aneurisma es la palpación de una masa pulsátil en abdomen". Una de las formas de prevenir el aneurisma de aorta es la modificación de hábitos, fundamentalmente el tabaquismo y la dieta: existe una fuerte asociación entre el tabaquismo y el desarrollo de AAA, la cual aumenta con el tiempo en que se mantiene el hábito y en función del número de cigarrillos diarios. Asimismo, abandonar el tabaquismo y consumir frutas, verduras, nueces y pescados está asociado con una disminución del riesgo de desarrollar un aneurisma de aorta abdominal”, concluyó el Dr. Damonte. Acerca de CACI El Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) es la única sociedad argentina en esta especialidad. Fue creado en 1985 con la finalidad de nuclear a todos los especialistas en diagnóstico y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares por cateterismo. Hoy cuenta con más de 500 miembros asociados. CACI desarrolla una amplia actividad científica en el país. Desde el año 1990 realiza un congreso anual de Cardioangiología Intervencionista en distintas ciudades del interior del país, con una importancia cada vez mayor y una creciente concurrencia. Coordina el Programa Educativo Integral (P.E.I.), junto con los consejos de hemodinamia y cardiología intervencionista de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC) y de la Federación Argentina de Cardiología (FAC). CACI cuenta con la primera y más antigua carrera de Especialista en Cardioangiología Intervencionista del mundo, de tres años de duración, llevada a cabo conjuntamente con la Universidad de Buenos Aires. Ya ha formado a más de 150 cardiólogos intervencionistas de Argentina y del mundo. CACI participa, junto a distintas organizaciones de Salud, en el desarrollo de nuevas regulaciones y guías de trabajos, así como en la aceptación de la tecnología de reciente lanzamiento; y es el encargado de supervisar a los médicos y a lo centros asistenciales que practican la especialidad en la Argentina. Para mayor información consultar en www.caci.org.ar // www.revistacaci.org.ar Contacto de Prensa JM Oribe Comunicaciones José María Oribe (+54 11) 4314-3883 int. 104 / 15 5412-0205 [email protected] Sr. Periodista: Para mayor información, por favor consultar con: Dr. Aníbal Damonte - MN: 74.566 Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista Miembro del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) Tel.: (0341) 15 500-5144 / E-mail: [email protected] Dr. Alberto José Licheri – MP (Santa Fe): 1.445 Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista Miembro del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) Tel.: (0342) 15 630-6141 / E-mail: [email protected] Dr. Miguel Osvaldo Villegas - MN: 79791/MP 53833 Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista Miembro del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) Tel.: (03489) 15 666010 / E-mail: [email protected] Dr. Ariel Zelaya Médico especialista en Cardioangiología Intervencionista Miembro del Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) Tel.: 15 6434-1465 / E-mail: [email protected] Dr. Ernesto M. 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