CAPACIDADES COGNITIVAS DE CHIMPANCÉS Y BONOBOS
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CAPACIDADES COGNITIVAS DE CHIMPANCÉS Y BONOBOS
CAPACIDADES COGNITIVAS DE CHIMPANCÉS Y BONOBOS "Todos (el hombre y los animales) poseen los mismos sentidos, las mismas intuiciones y sufren las mismas sensaciones; sienten idénticas pasiones, afecciones, y emociones aunque sean tan complejas como la celotipia, la sospecha, la emulación, la gratitud y la magnanimidad; usan de dolos, son vengativos y temen al ridículo; gustan del juego y la broma y sienten admiración y curiosidad; al propio tiempo manifiestan poseer las mismas facultades de imitación, atención, deliberación, elección, memoria, imaginación, asociación de ideas y razón, aunque en distintos grados". Darwin, 1871. Los experimentos de Köhler (1926) fueron los primeros en mostrar evidencia de los procesos mentales superiores en los chimpancés. Desde estos primeros trabajos, hace 70 años, los estudios sobre las capacidades cognitivas de los primates, especialmente de los simios, han demostrado muchas similitudes con las de los humanos, es decir, muchas de las capacidades que existen en el desarrollo humano aparecen progresivamente en los primates no-humanos. En la actualidad, los biólogos evolucionistas interesados en los orígenes de las capacidades cognitivas y psicológicas intentan reconstruir la historia evolutiva de los estados y procesos mentales. Uno de los problemas para evaluar las capacidades mentales de los chimpancés es que la mayor parte de los experimentos que se han realizado en ellos terminan cuando los individuos son subadultos, excepto por los estudios en curso con el bonobo Kanzi, conducidos por Savage-Rumbaugh y con un grupo de chimpancés por los Fouts. Esto es muy desafortunado, ya que los datos con gorilas demuestran que los conocimientos adquiridos en la infancia se vuelven mucho más complejos con los años. La gorila Koko inició su aprendizaje lingüístico en 1972, al año de edad. Este estudio fue llevado a cabo por Francine Petterson en el Zoológico de San Francisco, California. El método consistió en enseñarle el significado de las palabras del ASL1 pero ninguna otra habilidad lingüística directamente; cuando Koko cumplió siete años poseía un vocabulario corriente de 375 signos y entendía cientos de palabras en inglés, respondía con "triste" o "feliz" cuando le preguntaban como se sentía, se refería a eventos pasados y futuros, comenzaba a mostrar lo que parecía ser sentido del humor, insultaba a sus compañeros humanos, mentía para evitar ser castigada, hacía comentarios acerca de los cuentos que le leían, definía y nombraba objetos desconocidos mediante palabras ya conocidas y corregía comunicación errónea (Petterson, 1978). Ahora Koko tiene más de 20 años y el estudio de sus capacidades cognitivas ha sido continuo. Su vocabulario consta de más de 1000 palabras (en series de 3 a 6) y entiende casi todo el inglés hablado cotidianamente; aprendió letras del abecedario y puede "leer" algunas palabras, incluyendo su nombre; obtuvo entre 85 y 95 puntos en la prueba de inteligencia Stanford-Binet; demuestra una clara conciencia del yo, ya sea ante el espejo, definiéndose cuando se le pregunta quien es ella o enumerando las diferencias entre ella y un humano; anticipa las respuestas de otros a sus acciones, engaña y se apena; realiza juegos imaginarios sola o con otros; recuerda y puede hablar acerca de eventos pasados; entiende y usa en el tiempo apropiado palabras como "antes", "después", "más tarde" y "ayer"; habla acerca de sus sentimientos, usando palabras como "feliz", "triste", "asustada", "frustrada", "enojada", "amor", "disfrutar"; define palabras e inventa asociaciones de dos palabras para definir objetos nuevos; ha estado triste mucho tiempo por su gato que murió y por un amigo que se fue; puede hablar acerca de io que pasa cuando alguien muere, pero se muestra incómoda para hablar de su propia muerte o la de sus compañeros; es muy cariñosa con sus mascotas y expresa simpatía por otros 1 El ASL (American Sign Language) es el lenguaje de signos corporales utilizado por los sordomudos. 2 Por ejemplo actividades relacionadas a usar fuego, manipular los motores de botes, desmontar con animales viéndolos en foto, por ejemplo, ante animales heridos, hace el signo de "triste" (Petterson y Gordon, 1993). Koko se comunica en ASL con su compañero Michael, quien comenzó a ser instruido cuando tenía cuatro años y maneja menos símbolos; ambos han tratado de "enseñar" palabras a otros gorilas incluso moldeando las manos de éstos para formar los símbolos; hacen sonidos rítmicos con objetos (nueces, cordones, etc.) y partes del cuerpo (aplauden, tamborilean con los pies) (Ibidem). Mediante este rápido resumen de las capacidades de Koko y Michael, nos damos cuenta de que los grandes simios aprenden nuevas capacidades y desarrollan las adquiridas después de los primeros años de vida. Es necesario que los estudios que ahora se están haciendo con chimpancés nacidos en cautiverio se prolonguen tantos años como sea posible. A continuación se expondrá el resultado de experimentos y la evidencia que ha proporcionado las observaciones en la naturaleza y en cautiverio sobre las capacidades de cognición que poseen los chimpancés. APRENDIZAJE Y ENSEÑANZA El aprendizaje es una conducta que generalmente sucede entre coespecíficos; es una comunicación en un sólo sentido (realizada por un individuo, el observador, ya que el demostrador no toma una parte activa) y depende de la observación, imitación, ensayo y error. El aprendizaje es posible por medio de estos tres procesos por separado, pero la observación e imitación usualmente se combinan con el ensayo y error. La imitación es la copia de un acto novedoso o improbable para el que claramente no existe una tendencia instintiva (Thorpe, 1963; en Nishida, 1987b). Es la reproducción de tareas complejas, o sea, aprender nuevas acciones por verlas hacerse y luego realizarlas, replicarlas con un propósito y meta, sin que nadie inste al individuo a la imitación2 La imitación es importante porque se ha ligado al mecanismo de transmisión social de conocimiento, porque es producida mediante importantes procesos mentales y es un elemento básico en la inteligencia de los primates (Russon and Galdikas, 1993). Existe evidencia clara de sucesos de imitación por parte de chimpancés en cautiverio, por ejemplo, en la conducta de fumar y en situaciones poco comunes: una chimpancé comenzó a beber de un foso y a jugar sumergida en el agua y este comportamiento fue imitado por varios de los individuos observadores (Kollar, 1972). Ya que la imitación real ha sido raramente demostrada para otros que no sean primates3, la mayoría de los animales aprenden por observación y después refuerzan la conducta aprendida mediante ensayo y error. Ejemplos de aprendizaje observacional son algunos de los patrones de conducta social adquiridos por un individuo en su grupo, como el contexto de las vocalizaciones, acicalamiento o presentaciones. El aprendizaje social juega un papel sobresaliente en la expresión del comportamiento de ¡os mamíferos, ya que a través de éste las conductas no innatas son pasadas de una generación a otra (Bauer, 1976). La enseñanza puede ser más común entre los primates que entre cualquier otro animal (Nishida, 1987b). Involucra al menos dos individuos que toman una 2 Por ejemplo actividades relacionadas a usar fuego, manipular los motores de botes, desmontar con machete un sendero, uso de herramientas, uso de objetos personales como repelente para insectos o shampoo (Russon y Galdikas, 1993). 3 La excepción pueden ser los cetáceos y los carnívoros (Nishida, 1987b). El autor observó en el perro doméstico (Canis familiaris) un caso de aprendizaje por imitación: un individuo recién llegado aprendió a traer la pelota de la misma manera que un individuo que sí había sido entrenado. Russon y Galdikas (1993) argumentan que los simios y no los monos, son quienes son capaces de una verdadera imitación. Aunque los macacos, por ejemplo, no son capaces de usar un objeto a manera de arma si observa a un humano hacerlo (Mondragón, comunicación personal), han llegado a copiar conductas como el lavado de camotes o los baños en aguas temíales (ver capítulo XIII). conducta activa (el recipiente y el demostrador); el demostrador muestra un patrón de transmisión intencional aparente (Nishida, 1987b) que puede llevar a cabo por desanimación y animación. La enseñanza por desanimación ha sido observada entre monos y simios, por ejemplo la madre que saca un alimento desconocido de la boca de la cría, la separa de un objeto peligroso o le quita el objeto. Esto es diferente que el castigo (por ejemplo los comportamientos asociados con deferencia a los individuos de alto rango) (Nishida, 1987b). Ejemplo de enseñanza por animación son los casos en que las madres ayudan a aprender a caminar a sus infantes (Nishida, 1987b), o el caso de enseñanza activa en la fractura de nueces por los chimpancés de Tai. Los chimpancés jóvenes, igual que los niños humanos, pueden aprender comportamientos observando a los demás, imitando esa conducta y practicando después (Goodall, en Peterson y Goodall, 1993). Los comportamientos lúdicos, o sea de juego, son básicos en el aprendizaje: mediante estos la cría comienza a aprender sobre los objetos que forman parte de su mundo, sobre la manera de comportarse en su sociedad, su reproducción, sobre los recursos utilizados. Figura 6.1 Aprendizaje del comportamiento social por observación (tomada de Goodall, 1990). Al principio las crías juegan cerca de donde la madre está pescando termitas; después comienzan a exhibir las conductas que forman parte de la pesca, pero aisladamente, como arrancar ramas, quitarles hojas y meterlas en hoyos (Goodall, 1986b). Cuando tienen 18 meses, ocasionalmente comen un insecto descartado por la madre y frecuentemente pasan tiempo observando a la madre muy de cerca y cuidadosamente; cuando cumplen dos años, los primeros intentos reales de pescar termitas comienzan introduciendo una rama poco adecuada en el agujero apropiado4 (íbidem). Sin embargo, las chimpancés que utilizan piedras como martillos para cascar nueces, en Tai forest, enseñan intencionalmente a sus crías (Boesch, 1991). Estas influencian el desarrollo de romper nueces de tres maneras diferentes: 1. Estimulación. Las madres dejan los martillos o las nueces cerca del yunque, e incluso acomodan la nuez en el yunque, antes de ir a recolectar más, en tanto la cría permanece a un lado del yunque. Las madres sin infantes nunca han sido observadas dejando nueces intactas. 2. Facilitación en la fractura de nueces. Las madres mejoran directamente la técnica de romper nueces en sus hijos mediante la provisión de martillos y nueces apropiados: permiten a los infantes tomar sus propias herramientas y nueces (incluso toman el 90% de las nueces), a pesar de que esto involucra costos de tiempo y energía para la madre. 3. Enseñanza activa. La madre hace demostraciones de cómo resolver los problemas a los que se enfrenta la cria en la fractura de nueces. 4 Las primeras veces que logra atrapar una termita, tiene miedo y deja caer la herramienta con el insecto. Incluso una hembra fue una vez con su madre, le presentó la rama con la termita, y esta la comió. Cuando la cría reanudó su tarea, el próximo insecto lo comió ella aunque con exageradas mordidas (Goodall, 1986b). Por ejemplo, limpia la superficie del yunque y coloca la nuez en la posición correcta antes de dejar que la cría continúe golpeando o bien muestran muy lentamente la manera correcta de agarrar el martillo y después, de cascar las nueces, permitiendo al infante comerlas. El dominio de la técnica requiere de 10 años. 4. Las madres muestran interés en el aprendizaje de sus crías sobre el uso de herramientas y muestran la habilidad de comparar la conducta de su cría con su propia concepción de como debería hacerse y de anticipar los posibles efectos de sus acciones en aquellas de sus crías. Por ejemplo, las madres de Tai enseñan activamente a las crías y esto es complejo, pero no llegan a tomar la mano de la cría. Otra evidencia de enseñanza activa es la de Washoe, una chimpancé que aprendió ASL y a su vez comenzó a enseñar este lenguaje a su hijo adoptivo, de diez meses de edad, quien no era instruido por humanos. La enseñanza fue activa, llegando al extremo dé que Washoe modeló el signo en la mano de la cría para comida en el contexto apropiado o bien puso objetos delante de infante y después hizo el signo que correspondía a éstos5 Cuando Louis tenía 15 meses empezó a usar sus primeras combinaciones de dos signos y utilizaba signos para comunicarse con otros chimpancés y con humanos (Fouts y Fouts, 1993) y a los ocho años de edad utilizaba 58 de estos signos en contextos apropiados (Goodall, 1990). No sólo los chimpancés han rendido evidencia de enseñanza activa: Milton (1988) explica que en los monos araña (Áteles geoffroyi) las madres tienen un comportamiento que parece ser enseñanza activa hacia las crías6 5 La enseñanza de Washoe fue deliberada, por ejemplo, primero hizo el signo de goma de mascar en sí misma y luego en el cachete del infante, trajo una silla y luego hizo el signo (Roger Fouts, comunicación personal). 6 La hembra comienza a seguir la ruta de forrajeo, luego se sienta, a veces el infante se cansa de esperar y se mueve un poco hacia adelante por los árboles, la madre entonces se mueve detrás, reforzando la locomoción independiente de la cría en posición de líder, río de seguidor; este es un proceso que toma tiempo, que requiere mucha paciencia por parte de la madre, quien, aunque hambrienta, prefiere esperar hasta que la cría tome la iniciativa en lugar de viajar rápido hasta la fuente de alimento (Milton, 1988). Mediante experimentos de laboratorios acerca del uso de herramientas en chimpancés y niños humanos, se llegó a la conclusión de que existen diferentes procesos de aprendizaje social en ambas especies y que esto tiene implicaciones para sus diferentes formas de organización social (Nagell et. al., 1993). En el primero de los experimentos los chimpancés no estaban culturizados, es decir, no habían sido criados en un ambiente familiar humano y los resultados fueron que la imitación por parte de los infantes de la actividad de uso de herramientas realizada por un sujeto demostrador fue más exacta en los niños que en los chimpancés; esta diferencia puede deberse a que los niños humanos crecen en un ambiente cultural rico, donde son motivados y premiados por los adultos a imitar, ya que en el segundo de los experimentos los chimpancés habían sido criados en el ambiente culturizado y mostraron el mismo proceso de imitación que los niños (Nagell et. ai, 1993). Esto muestra que la estructura social humana es más rica para estimular la imitación y el aprendizaje que aquella de los chimpancés salvajes, aunque el proceso de aprendizaje de ambas especies es muy parecido. CURIOSIDAD Los chimpancés son los animales más curiosos después del hombre. La investigación mediante observación y manipulación es muy importante, cualquier objeto extraño lo investigan, lo abren, cierran, mueven, sacuden, jalan, empujan, estiran, tuercen, huelen, prueban; juegan con los insectos, a veces desmembrándolos y con pequeños mamíferos; hurgan en los hoyos de los árboles o del suelo. Los chimpancés jóvenes son más aventureros y exploradores que los adultos, incluso se atreven a probar más alimentos nuevos (Goodall, 1986b). Juego e imaginación. Los animales que más juegan son los simios, los monos, los delfines, los cuervos córax y los keas (Droscher, 1991)7. El juego social desempeña un papel muy importante en el aprendizaje y socialización de muchas especies, especialmente las que viven en grupos sociales y cuyo periodo de maduración es lento; mediante el juego los infantes aprenden sus roles sexuales, rangos de dominancia y a establecer lazos afiliativos con otros (Anaya-Huertas et. al., 1995). En los chimpancés salvajes el juego forma parte indispensable del aprendizaje en las crías, no sólo social, sino de las conductas ligadas a las herramientas; por ejemplo, los infantes juegan con "herramientas" parecidas a las usadas por sus madres para obtener temitas u otros insectos o fracturar nueces. La frecuencia de juego durante la vida de un primate y una infancia prolongada se pueden relacionar con el desarrollo de la corteza cerebral y por ello con su inteligencia (Ibidem). El juego sigue siendo importante en los chimpancés adultos, sobre todo los juegos que involucran adultos con crías8, aunque también juegan entre ellos (Goodall, 1986b). Existen muchas observaciones de interacciones interespecíficas entre chimpancés comunes y otros primates. Goodall (Ibidem) describe varios episodios de juego entre chimpancés y babuinos en Gombe, especialmente entre las crías de ambos. Se han reportado también interacciones con contacto físico entre chimpancés del Parque Nacional de Tai y monos colobos rojos; en una ocasión se observó un juego con un duiker azul que después fue abandonado intacto sobre el suelo (Boesch y Boesch, 1989). 7 Estos últimos son nestóridos de Nueva Zelanda y además de tener juegos complejos de luchas cuerpo a cuerpo y perseguirse, son los únicos animales, junto a los macacos japoneses; que juegan con la nieve. Los keas empujan bolas de nieve con la frente y las hacen rodar hasta que alcanzan unos veinte centímetros de diámetro, en esto participan tres o cuatro jóvenes (Droscher, 1991). 8 Se han observado adultos persiguiendo crías alrededor de árboles hasta por 20 minutos. Se ha descubierto un comportamiento en los bonobos salvajes en la región de Lilungu, Zaire, que cumple todos los requisitos para ser considerado como juego (Sabater Pi, et. al, 1993): esta conducta consiste en capturar crías de tres especies de primates, Colobus angolensis, Cercocebus aterrimus y Cercopithecus ascanius, después entran en contacto con ellas en una interacción de intensa exploración creativa (observando cuidadosamente las articulaciones mediante movimientos de brazos y piernas, los dedos, la cabeza, la forma en que camina la cría agarrada por la cola); el bonobo trata de inducir a la cría a cooperar en el juego, incluso acicalándola por períodos considerables, tratando de cargarla en posición ventral o dorsal, abrazándola después de aventarla hacia arriba y atraparla en el aire y tratando de comunicarse con ella como si fuera otro bonobo. La cría parece ser más atractiva como objeto de curiosidad que como comida, porque no se encontraron evidencias de que las crías hayan sido comidas; algunas ocasiones la cría murió durante la interacción y los bonobos fueron vistos cargando los cuerpos por varias horas, sin comerlos. Además se analizaron las heces y no se encontraron rastros de carne. La imaginación en chimpancés se ha inferido principalmente mediante la señalización privada y el juego. El 5% de todas las expresiones o declaraciones de un análisis de conductas de los chimpancés fueron imaginarias: se referían a objetos no existentes y hablaban con los juguetes como si estos estuvieran vivos (Fouts y Fouts, 1993). Los chimpancés cautivos muestran una gran variedad de juegos imaginarios, desde un juguete de jalar inexistente, hasta el "juego del cieguito", tapándose los ojos con objetos o con las manos y caminando después. Figura 6.2 La bonobo Lana jugando al "ciegüito" con una hoja de plátano, Zoológico de San Diego (tomada de de Waal, 1989a). Los bonobos del San Diego Zoo, tienen diferentes tipos de juegos, hay dos que reflejan especialmente altos procesos mentales (de Waal, 1989a): el primero es el de "el ciegüito", en el que el bonobo cubre sus ojos con una hoja de plátano o una bolsa, poniendo el pulgar sobre un ojo y el índice sobre otro o bien poniendo el brazo sobre la cara y después camina sobre una soga 5 m. arriba del piso; el juego de "el ciegüito" es realizado por simios y monos9, pero nunca de manera tan concentrada y dedicada como los bonobos. El segundo tipo de juego es una gran variedad de caras graciosas que hacen los bonobos y que no están dirigidas a nadie, sino que forman una pantomima solitaria. Memoria En el estudio del proceso de la memoria reproductiva visual en chimpancés y humanos, se demostró que los chimpancés tienen esta a corto plazo 9 Por ejemplo, los macacos cola de muñón (Macaca arctoides) del Instituto Mexicano de Psiquiatría (Mondragón, comunicación personal). comparable a la de los humanos; sin embargo, las dos especies tienen diferencias en algunos aspectos del procesamiento de la información: Los chimpancés aprenden a integrarla a partir de una variedad de fuentes sólo después de entrenamiento (Fujita y Matsuzawa, 1990). Los chimpancés muestran memoria también a largo plazo. Por ejemplo Washoe, después de no ver a sus padres adoptivos por once años, los miró e inmediatamente hizo el signo de sus nombres; esta chimpancé no sólo mostró memoria de cosas y objetos, sino también de tiempo: en diciembre dijo que era el tiempo de poner el "Candy-tree", como llamaba al árbol de navidad (Fouts y Fouts, 1993). Con el fin de medir la memoria en los chimpancés, Premack y Premack (1988) realizaron un experimento con varios individuos: se trataba de ver si recordaban una fruta a partir de sólo un segmento de ella, es decir, de una semilla, un pedúnculo, un trozo de cáscara; los resultados fueron correctos en más del 90% de los casos. Con este experimento se demostró que los chimpancés son capaces de almacenar información detallada de los elementos de su mundo. Percepción Las series de experimentos realizados con chimpancés sugieren que su percepción es equivalente a la humana, pueden distinguir perfectamente cada letra del alfabeto romano y usar el sistema de estas letras para representar el mundo perceptual como los humanos y son capaces de entender ideogramas complejos como símbolos de un sistema lingüístico. Un chimpancé llamado Ain, fue capaz de nombrar individuos conocidos, tanto chimpancés como humanos, a partir de fotografías (Matsuzawa, 1990). Kanzi identifica y empareja fotos de objetos con palabras que le son dichas en inglés. Todos los chimpancés tienen la capacidad para aparejar lo que perciben del mundo real con un concepto o palabra aprendidos en el entrenamiento lingüístico. Distinción de similitudes y diferencias La capacidad de distinguir similitudes y diferencias entre objetos y construir clases es un componente fundamental en la cognición lógica humana, es considerada básica para la formación del razonamiento lógico y necesaria para el desarrollo del pensamiento representacional (Spinozzi, 1993), es una de las formas más simples de abstracción (Premack y Premack, 1988). Los primates no-humanos son capaces de aprender a hacer pares a partir de estímulos individuales, pero los chimpancés procesan relaciones de identidad a un grado más alto que los monos: son capaces de generalizar, es decir, de llevar una habilidad aprendida a todos los objetos y pasar a un segundo nivel, el de relaciones de relaciones, lo que no ocurre con los monos (Spinozzi, 1993). Los chimpancés con entrenamiento son capaces de emitir juicios de "igual" y "diferente", ya sea con imágenes complejas o con relaciones funcionales (Premack y Premack, 1988). Los chimpancés salvajes poseen una capacidad natural para reaccionar a similitudes y diferencias entre objetos y construir clases, o sea, construir relaciones abstractas; los infantes no sólo perciben las relaciones de similitud y diferencia entre objetos, sino también entre relaciones y esta habilidad se vuelve progresivamente más compleja de acuerdo con la edad. Comparados con niños humanos, muestran el mismo desarrollo hasta los dos años, después los humanos van más rápido que los chimpancés, pero se da en la misma forma, por lo que se asume que esta especie comparte con los humanos la estructura básica de la cognición lógica (Spinozzi, 1993). Categorización y clasificación. Varias especies de animales, entre ellos los primates, los mamíferos y las palomas, reaccionan a la semejanza que existe entre objetos y aprenden a emparejar cosas del mismo color o forma; sin embargo, a diferencia de los demás animales, los simios aprenden rápido y su nivel de transferencia es perfecto (Premack y Premack, 1988). Los niños humanos desde muy pequeños empiezan a dividir el mundo, es decir, a clasificar, y hacen esto de manera natural, espontáneamente, sin instrucción ni entrenamiento. Los chimpancés también lo hacen "La capacidad de emparejar objetos de forma generalizada es una versión de laboratorio de lo que el chimpancé hace en su entorno natural: clasificar las cosas espontáneamente" (Premack y Premack, 1988:52). La diferencia del simio con respecto a otros animales se ha demostrado mediante el juicio de igual-diferente, ya que este juicio es mucho más que la respuesta a un mero parecido físico, por ejemplo: Una manzana se parece a otra y un elefante a otro, pero deducir que un conjunto de manzanas se parecen a un conjunto de elefantes es mucho más complejo: Aquí ya no se puede depender de la similitud física, sino del entendimiento de que un conjunto de dos elementos es igual a otro del mismo número de elementos y esta es una abstracción. Los niños humanos de 3 y 4 años encuentran este problema difícil y necesitan de un entrenamiento especial para resolverlo, el simio está en una situación similar y su entrenamiento especial es el adiestramiento lingüístico, pero después del entrenamiento ambos son capaces de resolver el problema (Premack y Premack, 1988). Figura 6.3 La prueba de aparejamiento con la muestra en números: en la primera de la izquierda se plantea el problema a Sarah, y en la imagen de la derecha empuja 1? bandeja correcta para aparejar el tres con las tres tazas de la muestra (tomada de Premack y Premack, 1988) Los chimpancés, al igual que los humanos, necesitan un entrenamiento previo para relacionar un objeto o figura real con un símbolo, y después incluirlo en una categoría determinada. Por ejemplo, todos los alimentos bajo la etiqueta de "comida" o los utensilios bajo la de "herramientas". Pero una vez teniendo este entrenamiento, los chimpancés muestran una perfecta generalización del acto de categorizar incluso objetos desconocidos o no familiares; esto se realiza a partir de estímulos e información que se dan al individuo acerca del objeto, con lo que este puede integrar la diferente información y clasificarlo y esto último es importante porque el proceso de abstracción necesita la integración de información de diferentes medios (Fujita y Matsuzawa, 1990). Es importante señalar que "las especies que categorizan de forma espontánea son también las que tienden a ser capaces de aprender una forma de lenguaje" (Premack y Premack, 1988:50); con los chimpancés entrenados en el lenguaje de lexigramas se ha probado que mediante la capacidad de categorizar es posible llegar a producir símbolos (Savage Rumbaughfrf. al, 1980). Inferencia transitiva y ordinalidad. La inferencia transitiva es definida como un juicio inferencial de la relación ordinal entre dos elementos, derivadas de premisas que especifican la relación de cada uno de los elementos con un tercero, por ejemplo: A (es mayor que) B, B que C y C que D, entonces el individuo necesita inferir la relación entre B y D (Halford, 1984; Kingma y Zumbo, 1987; Citados en Boysen et. al, 1993). La ordinalidad se refiere a la apreciación del orden intrínseco de los números, significa que los símbolos de los números están claramente representados y ligados a cantidades específicas, sólo si un individuo entiende este concepto, podemos decir que es capaz de contar (Boysen et. ai, 1993). Los chimpancés muestran la capacidad de entender la ordinalidad, de entender las posiciones relativas de los elementos en una serie, de contar y llevar a cabo la inferencia transitiva en tareas que usan representaciones simbólicas de números (íbidem). Otros experimentos realizados con chimpancés apoyan estos resultados. Proporciones. Los Premack (1988) realizaron con Sarah varios experimentos de proporciones. Los objetos utilizados eran vasos con agua coloreada (llenos hasta un cuarto, un medio, tres cuartos y un entero), fruta (se igualó el tamaño de las frutas, de manera que un cuarto de manzana grande era dePrnismo tamaño que una manzana pequeña) y discos de madera (uno completo, otros de tres cuartos, un medio y un cuarto). Sarah resolvió los poblemas desde la primera vez que se le plantearon y continuó resolviéndolos con facilidad, emparejando un cuarto de manzana con el vaso lleno hasta un cuarto o con ía rebanada que representaba un cuarto del disco de madera. Para hacer este razonamiento Sarah debía tener en la mente la idea de la unidad, reconstruir la unidad y juzgar basándose en lo que sabía e infería y no en las apariencias. La ordinalidad se refiere a la apreciación del orden intrínseco de los números, significa que los símbolos de los números están claramente representados y ligados a cantidades específicas, sólo si un individuo entiende este concepto, podemos decir que es capaz de contar (Boysen et. ai, 1993). Los chimpancés muestran la capacidad de entender la ordinalidad, de entender las posiciones relativas de los elementos en una serie, de contar y llevar a cabo la inferencia transitiva en tareas que usan representaciones simbólicas de números (íbidem). Otros experimentos realizados con chimpancés apoyan estos resultados. Proporciones. Los Premack (1988) realizaron con Sarah varios experimentos de proporciones. Los objetos utilizados eran vasos con agua coloreada (llenos hasta un cuarto, un medio, tres cuartos y un entero), fruta (se igualó el tamaño de las frutas, de manera que un cuarto de manzana grande era dePrnismo tamaño que una manzana pequeña) y discos de madera (uno completo, otros de tres cuartos, un medio y un cuarto). Sarah resolvió los poblemas desde la primera vez que se le plantearon y continuó resolviéndolos con facilidad, emparejando un cuarto de manzana con el vaso lleno hasta un cuarto o con ía rebanada que representaba un cuarto del disco de madera. Para hacer este razonamiento Sarah debía tener en la mente la idea de la unidad, reconstruir la unidad y juzgar basándose en lo que sabía e infería y no en las apariencias. Figura 6.4 En la fotografía de la izquierda Sarah necesita comprender que proporción del vaso esta lleno, teniendo las opciones de Vi y % del disco de madera, en la siguiente fotografía Sarah elige correctamente el disco de madera correspondiente (tomada de Premack y Premack, 1988). Relación causa-efecto. Premack y Premack (1988) nunca enseñaron a Sarah a analizar las acciones que se llevaban a cabo cotidianamente en su entorno inmediato, pero a pesar de ello, cuando se le enseñaba una acción incompleta (el inicio o el final) era capaz de completar la acción correctamente; los individuos sin entrenamiento lingüístico también muestran esta capacidad, aunque los chimpancés con entrenamiento eran capaces de relacionar causas y efectos a un nivel mucho más complejo. En el experimento que los Premack llevaron a cabo, los chimpancés fueron capaces de reconocer los instrumentos que podían cambiar un objeto de un estado inicial a otro final: una manzana cortada, una esponja empapada y un papel pintado eran el resultado de la acción de un cuchillo, un tazón lleno de líquido y un lapicero, respectivamente; también pudieron relacionar las acciones de cortar, mojar y pintar incluso cuando se realizaban sobre objetos desconocidos e incluso anómalos (como por ejemplo una manzana con dibujos). Savage-Rumbaugh (1984) describe el desarrollo de la capacidad de causalidad en Kanzi: a los diez meses de edad descubrió que sus acciones producían efectos y que las podía alterar para producir, otros efectos; comenzó a darse cuenta de la forma en que su conducta afectaba a otros, por lo que fue capaz de anticipar los efectos y Consecuentemente alterar sus propias acciones con los demás. El desarrollo de la capacidad de causalidad estuvo presente en Kanzi en todas las formas y su comportamiento cambió radicalmente ante el descubrimiento de que sus acciones teman consecuencias que podían ser predichas antes de ejecutar la acción. Esta predicción le permitió reflexionar y elegir alternativas antes de actuar en diferentes situaciones y fue desde ese momento Kanzi pudo planear deliberadamente algo antes de hacerlo. Conceptos espacio-temporales. La representación mental, definida como la habilidad para planear una acción en el futuro o realizar búsquedas sistemáticas de objetos escondidos o fuera de la vista, es encontrada en orangutanes, gorilas, chimpancés y humanos, pero no en los monos (Lin et. al, 1992). Los chimpancés son capaces de entender conceptos espacio-temporales, es decir que pueden anticipar eventos futuros (Hayes, 1983). Un ejemplo es la conducta de la pesca de termitas: cuando un chimpancé está descansando, mira a todos lados, camina hacia una concentración de pastos, elige un tallo, lo adapta como herramienta y lo lleva hasta un termitero, que puede estar a cientos de metros de distancia y ser invisible desde el lugar donde el chimpancé seleccionó el útil; esto demuestra que los chimpancés pueden conceptualizar situaciones fuera de vista y hacer planes para un futuro inmediato (Goodall, en Peterson y Goodall, 1993; Goodall, 1990). Los chimpancés que han aprendido el ASL han rendido numerosas evidencias de su capacidad para planear a futuro. Por ejemplo, Lucy era capaz de esconder la llave de su cuarto dentro de la boca antes de que la encerraran para poder salir después (Termerlin(1975). Numerosos experimentos han demostrado que los chimpancés son capaces de "guardar" en la mente actos negativos sufridos por otros y después vengarse, incluso mucho tiempo después, cuando encuentran el momento oportuno. Esto también se ha reportado en la naturaleza, pero no ha sido encontrado en ningún otro animal (de Waal, 1989a; Goodall, 1986b). Frecuentemente los chimpancés atrasan su respuesta a una situación particular, esperando pacientemente la mejor oportunidad y tanteando el terreno antes de hacer un movimiento social; se han observado en esta colonia cinco conflictos serios de "toma de poder", en los que los machos realizan complicados movimientos sociales cuyo proceso dura varios meses (de Waal, 1989a). Otro ejemplo de planeación a futuro es el de los chimpancés del Zoológico de Arnhem, que toman su tiempo para buscar piedras, pesándolas con la mano; después de esto caminan tranquilamente hacia donde están los otro chimpancés y enfrente de su rival comienzan un desplante (de Waal, 1989a).