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HOT CHIP THE 2 BEARS RICHIE HAWTIN TOTALLY ENORMOUS EXTINCT DINOSAURS JULIA HOLTER / FRANKE ROSE MAYA JANE COLES PATRICK WATSON DANIEL MILLER DOMINIQUE A SAINT ETIENNE TRUST LANA DEL REY SÓNAR’S OFFICIAL MAGAZINE 132 JUNIO 2012 CONSIGUE LA EDICIÓN CON CD EN TU QUIOSCO GO SERIES 91: SÓNAR 2012 MIXED BY XXXY Incluye temas de Richie Hawtin, The 2 Bears, Maya Jane Coles, John Talabot, Untold, Modeselektor, Kode9, Nehuen & xxxy, Azari & III, Yosi Horikawa, Eltron John, DVA, Nightwave... € 4,90 (€ 5,05 en Islas Canarias) 00132 8 414090 228688 020/021 sónar 2012 Lana Del Rey ESPECIAL SÓNAR 2012 LANA DEL REY LA FAMA Y LA LANA Texto Virginia Arroyo Su vueltecita en el “Saturday Night Live” ha poblado la blogosfera superpuesta al hundimiento del Titanic, las cacerías del rey en Botswana, el ojo de Sauron, la mano de King Kong o los cadáveres de las niñas de “El resplandor”. Muñequita de porcelana, personaje sacado de “Mad men”, diva pop del momento, sufrida cantautora, niña bien con aspiraciones artísticas, sensible e introvertida chica de pueblo… Hay tantas versiones de Lana Del Rey como dedos escriben o bocas hablan sobre ella, incluida la suya. Lana Del Rey conversa con nosotros acerca de la fama, la difamación, su supuesto disco oculto y el controvertido “Born to die” (Universal, 12). 022/023 sónar 2012 Lana Del Rey L a penthouse del Hotel Majestic de Barcelona es el lugar fijado para nuestro encuentro una tarde de sábado. Lana acaba de enterarse de que va a ser portada de nuestro número de junio y yo me he enterado la tarde anterior, así que la emoción se palpa en el ambiente. “¡Es genial!”, exclama en cuanto nos dejan solas en la habitación, “dile a todos que muchísimas gracias, de verdad”. Lana despliega una sonrisa de oreja a oreja que raramente se borrará a lo largo de la media hora que dura nuestra charla. Fiel a su habitual imagen, lleva un vestido blanco por la rodilla, una rebequita torera de algodón y una bandana de colores sujetándole la melena. Es una estrella mundial del pop y no parece vestirse ni comportarse como tal. Pero lo cierto es que la carrera musical de Lizzy Grant, más conocida como Lana Del Rey, nació como la de tantas otras jóvenes americanas: “Vivía en un pueblecito en el condado de Essex. Teníamos la iglesia al lado de casa, así que empecé a cantar allí. Como siempre me había gustado escribir historias, cuando cumplí 17 o 18 años aprendí a tocar la guitarra y empecé a componer canciones”. Y, entonces, como en tantas otras historias, la niñita de pueblo se hace una mujer y decide mudarse a la gran ciudad: “Me fui a vivir al Bronx y a Brooklyn y empecé a actuar en noches de Open Mic. Y así empezó todo”. Para empezar a escribir tan joven, tus letras casi siempre han sido historias de amor muy turbias. ¿Tan oscura era y es tu visión del amor? En realidad no. De hecho, mi vida amorosa no era tan complicada, pero el resto de mi vida sí, así que cuando me sentaba a escribir lo hacía con un estado de ánimo melancólico. No es que me gusten los romances oscuros, sino los romances intensos (mira hacia la puerta, chasquea la lengua, visiblemente molesta, y se levanta para pedirle a su crew que baje el volumen. Vuelve a sentarse y continúa, aunque se le nota un poco incómoda). La primera vez que me enamoré, me sentí electrizada, viva. Pero él se metía en muchos problemas y yo, que había sido una adolescente conflictiva y ahora estaba intentando llevar una buena vida… Espera... (Busca de nuevo algo con la mirada y con el oído, se gira y lo halla en la puerta del balcón que, entreabierta, deja pasar el lejano murmullo de los coches de Paseo de Gracia, diez plantas más abajo. Se levanta, la cierra, se queda un segundo comprobando que el silencio es absoluto, y prosigue, manifiestamente aliviada y mucho más relajada). Como decía, eso empezó a crear muchos problemas en nuestra relación. No obstante, no sólo me interesan las historias de amor, es simplemente que cuando quise escribir me apeteció hacerlo sobre relaciones. Mucha gente me ha tachado de antifeminista por escribir lo que escribo. Es curioso que escribir sobre relaciones sea antifeminista y subir medio desnuda a un escenario, como hacen gran parte de las cantantes pop mainstream, no lo sea. Tú no vistes cosas bizarras como Lady Gaga ni vas enseñándolo todo. Tienes un estilo propio en cuanto a imagen… Guau, gracias. Es verdad. Y quería saber si alguien te advirtió no seguir esos ejemplos o si te han aconsejado sobre tu imagen. Siempre he tenido trabajos normales y me he dedicado a mi comunidad, así que, por la noche, cuando tenía tiempo de sentarme a escribir, mi preocupación se centraba exclusivamente en mi voz y mis letras. Supongo que por eso cuando llegó el momento de salir por televisión o de que me hicieran fotos, simplemente… ¡Me daba igual mi imagen! (risas). A ver, hay cosas que me gustan: me gusta maquillarme, vestir de blanco, llevar pañuelos en la cabeza… Pero nunca le he dado demasiadas vueltas. Hablabas de cómo te centras principalmente en tu voz, y lo cierto es que es posiblemente lo que le confiere más personalidad a tu música. ¿La entrenas de alguna manera? Cuando estaba en Nueva York hice dos clases. El problema era que ya tenía 22 años y mi voz ya estaba tan indisciplinada que intentar fortalecerla no parecía posible en el poco tiempo libre del que disponía. ¿Y qué hago ahora? No practico pero sí que escucho a mis favoritos, y eso es como una práctica en sí misma porque oyes un montón de tonos y de timbres y los interiorizas. ¿Quiénes son esos favoritos? ¿Cuáles son esos artistas que han influido en tu forma de cantar y de componer? En términos de mi voz, soy muy fan de dos voces de oro, Elvis Presley y Frank Sinatra. En términos de contar historias, Kurt Cobain y Bob Dylan. Aunque en realidad escucho muchísima música y no toda se ve reflejada en mis temas. Algo que sí que creo que ha influenciado mi sonido han sido las bandas sonoras, como la de “American beauty” o la de “Scarface”. Por eso el disco suena tan cinemático. Tus primeros temas generaron muchísima expectación. ¿Te afectó de algún modo a la hora de afrontar la composición del resto del álbum? No, porque supongo que ya tenía otras presiones más importantes en otros aspectos de mi vida. A ver, me encanta mi música y me la tomo en serio, pero sólo para mí misma porque nadie escucha las canciones con tanta intensidad. Incluso cuando empezaba, nunca me preocupé de lo que la gente diría de mis canciones porque en mi cabeza ya había asumido que no les iban a gustar. Sin embargo, parece que ciertas opiniones sí que te acaban afectando. Leí en una revista que habías afirmado que no volverías a hacer un álbum… Me di cuenta de que la gente puede escribir por ahí lo que quiera, aunque no sea verdad. Incluso gente que yo tenía por periodistas responsables, que yo admiraba… Y la cuestión es que mi álbum es bueno. Es bueno porque sencillamente no es malo. No hay nada horrible en él. Puede no gustarte, pero no es tan malo como para que los críticos lo ataquen. Porque es que, además, en general, en lugar de escribir sobre mi música, escriben sobre lo que creen que saben sobre mí. Y lo que ellos no saben es que yo me he dedicado en cuerpo y alma a mi gente durante diez años, que tengo una familia que cuidar y de la que preocuparme… Y ellos escriben cosas irresponsables sin tener en cuenta que yo no opero sola, que tengo hermanos, primos… Así que, sí, si eso va a hacer daño a mi familia, entonces no volveré a grabar un disco. Creo que siempre cantaré, pero no tengo que hacerlo necesariamente para ganarme la vida. No es tan importante, he trabajado de otras cosas antes y puedo volver a hacerlo. Para mí la paz es mucho más importante que la música, y no tengo paz si la gente está atacando a mi familia. Es verdad que la mayoría de gente, críticos incluidos, o te odia o te adora, y ambos sentimientos parece que los suscitas con mucha intensidad. Los que te odian, te odian visceralmente. Sí, y no entiendo muy bien por qué. Lo cierto es que la gente no siempre ha fundamentado estas críticas. Por ejemplo: tras tu aparición en el “Saturday Night Live” crítica y público se te echaron encima y, aunque no fue precisamente tu mejor actuación, por decirlo de algún modo, gran parte de ellos no se molestó en buscar por YouTube otros directos en los que sí dabas la talla. Ahí es donde definitivamente me di cuenta de que la verdad ya no importa. La verdad es lo que la gente dice que es verdad y si el New York Times dice que algo es terrible, entonces mucha gente asumirá que así es. ¡El New York Times retuiteó a una revista de cotilleos! ¡Eso debería ser ilegal! ¿Y qué hay de lo del disco escondido (hablamos de “Lana Del Rey AKA Lizzy Grant” autopublicado en enero de 2010)? La gente habla del ‘disco oculto’ de Lana Del Rey como si alguien lo hubiera hecho desaparecer, pero lo cierto es que todos los temas se pueden encontrar en YouTube. Era un disco bonito y fue lanzado bajo el nombre de Lana Del Rey, siempre actué bajo ese nombre. Ese álbum fue producido por David Kahne; “Born to die” por Justin Parker, Jeff Bhasker, Rick Nowels… Parece que sabes rodearte de buenos productores. ¿Cuál es su papel dentro de tus canciones? Yo escribía todas las letras y melodías y ellos se encargaban de la música que hay debajo. Una vez hecho esto, le llevaba los temas a Emile Hainey y le decía “éste quiero que suene como unas adolescentes que se escapan de casa en mitad de la noche en Miami”, y entonces él empezaba a añadir efectos de chicas riendo y alarmas de coche, construyendo un paisaje sonoro que ayudara a crear un estado de ánimo y a meterte en la canción. También los llevamos a la Philadelphia Orchestra para que metieran cuerdas y les dieran el punto cinemático y exuberante. Hablemos del Sónar. Serás una de sus cabezas de cartel este año y será tu primer show en un festival ante miles de personas. Siempre me han encantado las actuaciones en noches de verano al aire libre, o sea que será perfecto, muy romántico y glamuroso… ¡Y además será casi tu cumpleaños! (Risas) Sí, sí, ¡es cierto! ¡Qué buena celebración! Ya llevo preparada una tercera parte de las proyecciones que se verán durante mi actuación, que están inspiradas en Europa y en el verano. Y, además de mi banda habitual, también vendrá una sección de cuerdas, que creo que le aportará todavía más romanticismo al concierto. El set incluye cinco canciones que no he tocado todavía en directo y temas de mi disco muy apropiados para una noche de verano, como “Summertime sadness” o “National anthem”. Supongo que no faltará “Video games”, que ha sido la canción más remezclada de los últimos tiempos. ¿Tienes algún remix favorito? Es una locura, ¿verdad? Me gustó mucho la versión que hicieron Kasabian para BBC Radio1 y, en cuanto a los remixes, no sabría elegir, pero me han gustado todos. Aunque no suelo salir por la noche, la semana pasada fui con mis amigos a The Standard y estábamos bailando y de repente empezó a sonar “Video games” con un ritmo super bailable por debajo (Empieza a cantar el estribillo del tema chasqueando los dedos al ritmo de un bombo techno imaginario). Cuando la compusiste, ¿pensaste que podría llegar a ser tan popular? Qué va. En cuanto acabé de componerla, le dije a Justin: “Seguro que a nadie más le va a gustar, pero es mi canción favorita”. Pues parece que te equivocaste... (Risas) Sí, eso parece. * SonarPub, Sonar de noche, viernes 15 024/025 sónar 2012 Lana Del Rey La Reina del remix El fenómeno Lana Del Rey no termina en sus carnosos labios o en su ya mítico paso de baile de la actuación en “Saturday Night Live” que tan bien nutre la blogosfera Tumblr. Su música, guste o no, inspira a otros artistas a realizar una serie de remezclas que añaden más gasolina al fuego. Sin orden alguno y con el único criterio de rebuscar entre la mejor basura de internet, a continuación os dejamos con una selección de las mejores remezclas. Texto Beto Vidal Empezar por la contribución de Peter O'Grady en realidad es muy tramposo, ya que para un servidor es el mejor remix de todos. Orbison sigue rayando al nivel del último año —es decir, glorioso— e imprime una capa de ese house sui-generis al que nos tiene acostumbrados. Cuando entra el bombo martilleante marca de la casa, amigos, todo cobra sentido: estás ante un maldito temazo colosal. Imparable. que destapó todo el fenómeno Lana Del Rey. Los de Londres extienden a más de 7 minutos el tema, insertando patrones rítmicos electrónicos y desvirtuando la voz de Lana, equiparándola a la que podría darnos una máquina programada. A media canción, la hipnótica atmósfera creada se dispara y el groove aumenta sin previo aviso, mutando hacia una especie de hit clubber instantáneo para poner brazos en alto. Una inesperada y agradable sorpresa, oigan. ODD FUTURE'S THE INTERNET “BLUE JEANS” BLOOD ORANGE “BLUE JEANS” Que el raruno y devastador colectivo Odd Future se fijara en la diva mainstream algo debe significar. Nunca sabremos si se debe a respeto o admiración o bien para realizar más ruido. La cuestión es que el fin siempre justificará los medios. En concreto, The Internet (Syd The Kid y Matt Martian) manosean el single “Blue jeans” a su antojo, bajando las pulsaciones hasta niveles comatosos. Con un parecido al tema “Fastlane” del dúo, la remezcla añade más liviandad y ambiente acuoso al asunto. Y eso siempre es bueno. Misterio y paisajes que fluctúan vertiginosamente entre lo cálido y gélido es lo que propone Dev Hynes, el personaje detrás de Blood Orange. El productor mantiene el esqueleto de “Blue jeans” prácticamente intacto, mientras se dedica a juguetear con la capacidad de los sintes para crear una creativa versión sintética del single. Hynes pasa de la luz a la oscuridad con la misma facilidad y rapidez con la que untas margarina en una tostada recién hecha. Un mago. JAMIE WOON “VIDEO GAMES” WOODKID & THE SHOES “BORN TO DIE” El talentoso cantante y beatmaker británico Jamie Woon convierte “Video games” en un viaje post-dubstep a los rincones más placenteros del sistema límbico. El londinense aplica con la pericia que le caracteriza un plácido trasfondo R&B mientras juega con el pitch a deformar la voz de Lana y suporponerla con la original. Notable alto rozando el sobresaliente. Yoann Lemoine, conocido como Woodkid en el entorno musical y director del barroco vídeo con tigres de Bengala de la versión original del tema que nos ocupa, une sus fuerzas a The Shoes para colorear de otra manera “Born to die”. La pareja accidental mantiene en gran parte la esencia del tema original (percusiones bélicas y orquestación), pero saben añadir con destreza una tuerca más de melancolía que acaba por teñir el remix de una belleza palpable. JOY ORBISON “VIDEO GAMES” GESAFFELSTEIN “BLUE JEANS” El bueno de Gesaffelstein quita el oxígeno al tema de Lana de la misma forma que una mano parece estrangularla bajo el agua en la portada del sencillo. El francés agrega sus delicias dark-electro que arropan con mala hostia la (¿excelsa?) voz de la americana. Funciona para acentuar una pegajosa resaca, para una sesión de sexo cargada de resentimientos o bien para bailar solo en la pista de baile con movimientos de cabeza espasmódicos. CHAD VALLEY “BORN TO DIE” El jovenzuelo de Oxford instalado en la (ya falta de fuerza) escena Chillwave se atreve con la canción que da título al debut en largo de la estadounidense. Hugo Manuel, como se llama el majete artista, compone una de las más acertadas remezclas: alisa el tema como si fuera a planchar una camisa, superponiendo paulatinamente capas de sintes ochenteros que acarician los gemidos de Lizzy Grant mientras todo acaba estallando en un orgasmo controlado. Abre las ventanas de par en par y deja correr el aire, que ya es verano. WHITE LIES C-MIX “VIDEO GAMES” La banda indie inglesa White Lies se atreve a desmembrar sin compasión el tema PDP/13 “BORN TO DIE” Damon Albarn es un tipo listo. Excepto cuando juega al gato y al ratón sobre el futuro de sus proyectos, posee el don de escoger la ruta acertada. Por ejemplo, firmar un remix del hype más apedreado del momento y salir a hombros del estadio. Elaborado a medias con Richard Russel bajo el seudónimo pdp/13, la remezcla huele a dub por todos los costados, y eso siempre es buena noticia. “Born to die” es procesado a cámara lenta, como si un fantasma cruzase la habitación, con bajos bien gordotes y humo inundando todos los espacios. Tu gozo en un pozo. BONUS TRACK: AZEALIA BANKS (SMIMS&BELLE) “BLUE JEANS” Diva petarda (Azealia) versus diva botox (Lana) en una suerte de remix poligonero. Por supuesto, entenderán que esto debía ser el bonus track forzado. El parto lo ejercen dos de los miembros de Foster The People, Isom Innis y Mark Foster, quienes cometen la fechoría bajo el seudónimo Smims&Belle. La dupla inventa un tema entre ZZT y Tiesto, con los rapeos de la propia Azealia Banks sobre una base electrónica muy ‘piyuli’. Hitazo. 026/027 sónar 2012 Hot Chip * SonarPub, Sónar de noche, sábado 16 hot chip READY FOR THE FLOOR (AGAIN) Parecía que Hot Chip se nos habían hecho mayores y que, como esos matrimonios que con el tiempo se acaban queriendo mucho pero poco más, tenían cubiertas sus necesidades festivas y musicales con sus escarceos individuales. Poco podíamos imaginar que, tras un flojillo “One life stand”, el quinteto londinense volvería con un álbum preñado de house y electrónica bailonga. “In our heads” los trae de nuevo al centro de la pista de baile con el puño en alto. Como debe ser. Texto Foto Virginia Arroyo Steve Gullick A finales del año pasado, los fans de Hot Chip estaban un poco inquietos, y con razón. Ya habían pasado casi dos años desde el último trabajo del quinteto británico y, no sólo no había noticias de un posible nuevo trabajo, sino que estaban todos desperdigados con proyectos musicales de diversa índole: Al Doyle y Felix Martin llevaban un par de años con su banda de electropop New Build (junto con Pat Mahoney de LCD Soundsystem, Janine Rostron de Planningtorock y Tom Hopkins), igual que Alexis Taylor con el supergrupo de jazz About Group y Joe Goddard en solitario con temazos como “Gabriel” o como mitad del dúo The 2 Bears que, para más INRI, lo estaba petando. Además, estos cinco londinenses se habían recorrido por separado medio mundo, pasando por las cabinas de catedrales de la música de baile como Space o Ministry of Sound. Vamos, que nada les empujaba a juntarse de nuevo. Por si fuera poco, su último trabajo, “One life stand”, había pasado bastante desapercibido entre los críticos y el público general olvidaba a pasos agigantados los pocos tracks memorables que contenía como “I feel better” o “Take it in”. Por eso, cuando se desveló que Hot Chip tenían nuevo LP bajo el brazo, hubo comedida cautela y alegría desmedida a partes iguales en los mentideros virtuales. Lo que estaba claro es que tenerlos de vuelta siempre es una buena noticia. “En ningún momento nos planteamos no volver. Nos lo hemos pasado y nos lo pasamos muy bien con nuestros proyectos individuales, pero también con Hot Chip. Además, llevar tanto tiempo juntos hace que cada uno conozca su rol en la banda y que tenga su parcela de autonomía”. Eso hace “más cómodo trabajar juntos, no hay que discutirlo todo mil veces”. Sobre lo que sí que hubo debate fue sobre cómo empezar el disco. Y es que, tras un álbum que los alejaba de las pistas de baile, este “In our heads” (Domino / Pias, 12) los devuelve a la discoteca por la puerta grande desde el tema que lo abre, “Motion sickness”. “Tuvimos bastante claro desde el principio que ése tenía que ser el primer tema del disco, pero también nos preocupaba que fuera demasiado energético y potente y que pudiera dar una idea equivocada de lo que iba a venir a continuación”. Porque la mona, aunque se vista de seda, mona se queda, y aunque Hot Chip nos entreguen como tarjeta visita una intro festivalera y unos sintes piyulis, siempre seguirán teniendo un hueco para la ñoñería en su corazón y no todo el disco está hecho para ser bailado con el puño en alto. Los BPMs suben considerablemente y, como ellos mismos reconocen, “el house de Chicago vuelve a ser una influencia muy importante”, pero ahí están “Look at where we are” o “Now there’s nothing” para recordarte que los románticos nunca mueren. Aunque, qué quieren que les diga, igual deberían, porque toparte con el baladón “Now there is nothing” después del subidón de “Flutes” es de destrempe total. “Bueno, la puedes bailar, sólo que un poco más lento (risas). Le guste a la gente o no, somos una banda de pop. Vamos evolucionando pero todas las sonoridades que vamos adoptando y asimilando las encajamos dentro de las estructuras y el enfoque pop. Y una de las características de nuestra forma de entender el pop es combinar temas más rápidos con otros más lentos en el mismo álbum. No deja de ser un disco duro en cierta medida, pero con sus luces y sus sombras”. Con todo, sí que se nota esa voluntad de volver a ser los amos de la pista, un gusanillo que han despertado sus intensas giras como DJs en los últimos años. “El haber estado haciendo bailar a la gente tras los platos durante todo este tiempo ha influido de una manera decisiva en este álbum. No estoy seguro de que haya sido algo consciente, pero está claro que está ahí. Sin ir más lejos, algunos de los temas más bailables de este disco duran más de seis minutos. Eso es pensar en formato de club”. Un buen ejemplo es “Flutes”, hit absoluto del disco que inicialmente habían descartado como single precisamente debido a su duración, pero que te mantiene frenético en la pista durante sus siete minutos con subidón festivalero incluido. No es de extrañar que Alexis Taylor, Joe Goddard y compañía se declaren fans absolutos de los remixes y 12” de los temas pop de los 80. “Han sido una gran inspiración para nosotros porque, al fin y al cabo, no deja de ser pop de toda la vida, pero con una vuelta de tuerca más. Tienen garra y son únicos porque toman un tema pop pulidito y lo retuercen, lo condimentan, le añaden efectitos, ruidos extraños… Y eso era lo que queríamos nosotros, sonar pop pero también impetuosos, deshacernos del corsé de la canción para la radio, romper la barrera de los tres minutos, alcanzar, en definitiva, más libertad dentro de nuestro propio estilo”. También les confirió mucha más libertad el hecho de no estar bajo ninguna presión de tiempo, de juntarse en el estudio y poder trabajar los cinco codo con codo con el productor y técnico Mark Ralph, quien “favorecía que fluyeran nuestras ideas y además aportaba un enfoque fresco. Nos aportaba un equilibrio que le ha ido muy bien al disco. No lo parece, porque es un tipo muy humilde, pero la verdad es que su mano ha sido decisiva a la hora de dar forma al disco. Por otro lado, nos lo hemos pasado genial todos juntos, ha sido la grabación más divertida que hemos hecho hasta la fecha. Las ideas fluían con mucha naturalidad y eso es porque muchas veces estábamos ahí juntos en el estudio, sin hacer nada en concreto, simplemente estar por allí, probar alguna cosa cuando te apetecía, charlar… De ese modo las cosas van surgiendo de una manera muy espontánea”. Y si encima trabajas con una mesa de mezclas fabricada por el mismísimo Conny Plank (Kraftwerk), ¿qué más puedes pedir? Sí, puedes pedir no quedarte atascado sin motivo aparente, pero cualquiera que haya tenido un trabajo creativo sabrá que eso es prácticamente imposible: “Había un tema que no había manera de que quedara bien, el que acabó siendo ‘Don’t deny your heart’. Pasamos una cantidad de tiempo increíble dándole vueltas, metiéndole arreglos, quitándole capas… ¡Llegamos a tener como cinco versiones del tema! Y al final, cuando ya casi lo dábamos por perdido, dimos con la versión que nos convencía a todos”. La nota de prensa que venía con “In our heads” definía a Hot Chip como electrorománticos, término con el que los autores de hits imperecederos como “Boy from school” o “Ready for the floor” no se muestran ni de acuerdo ni en desacuerdo. “No sé. Nosotros sólo hacemos música y le metemos una historia. Intentamos explicar las cosas a nuestra manera y con las herramientas que dominamos y de que disponemos. De hecho, normalmente la gente interpreta nuestros temas y nuestras letras de un modo que jamás hubiéramos previsto, lo cual está muy bien, porque significa que conectan con la canción a un nivel personal. No obstante, piensa que, cuando escribimos las canciones para un disco, solemos hacerlo en un periodo de tiempo relativamente corto, por lo que algunas cosas que tengamos en mente en esa época, o que nos preocupen, o que hayamos vivido recientemente, o en las que estemos particularmente interesados en ese momento en concreto, seguramente se verán reflejadas de un modo más o menos obvio en nuestras composiciones; otra cosa es que seamos conscientes de ello”. En cualquier caso, si quieres contagiarte de su romanticismo, consciente e inconsciente, y bailar los mejores temas de su discografía, deberías pasarte por su actuación en el Sónar de Noche el sábado a la 01.30h (SonarPub). No verás “pirámides rosas gigantes ni ninguna cosa rara por el estilo”, pero sí que disfrutarás de un “buen show en el que, además, traemos unos visuales chulos. También nos acompañarán una nueva batería, Sarah Jones, y Grosvenor a la batería, guitarra y sintes. Queremos que el show fluya como un buen DJ set: ahora una versión, ahora un tema nuevo, ahora una canción antigua”. 028/029 sónar 2012 Totally Enormous Extint Dinosaurs Totally Enormous Extinct Dinosaurs PASOS DE DINOSAURIO Single tras single, video tras video, remix tras remix, Totally Enormous Extinct Dinosaurs (Orlando Higginbottom en su pasaporte) se ha convertido en una de las jóvenes promesas de la música electrónica internacional con su muy adictiva mezcla de pop, house, electro y synth-wave. Un éxito que ha venido forjando desde 2009 con la publicación de varios EPs y que culmina ahora con el lanzamiento de su primer larga duración, “Trouble”. * SonarVillage, Sonar de día, jueves 14. Texto Israel Márquez E l joven Orlando ha sido testigo en muy poco tiempo de cómo su alter ego jurásico se convertía en algo más grande de lo que pretendía su creador, ese joven británico de apenas 24 años con aspecto tímido y reservado y no muy amigo de teorías y conceptos enrevesados a la hora de explicar su música con palabras: “¿Realmente importa? ¿Alguien lo necesita?”. De la entrevista que mantuvimos con Orlando se deduce que lo que menos le gusta de su trabajo es hablar sobre su música, sobre el origen de su alter ego y un puñado de preguntas más sobre las que no tiene mucho que decir, o sencillamente no le apetece. Le contactamos vía Internet y lo primero que nos dice es que está realmente cansado por toda la actividad (entrevistas, viajes, conciertos, etc.) que está suponiendo el lanzamiento de “Trouble” (Polydor / Universal, 12), su primer disco. Aún así, señala que está muy “emocionado y agradecido de que éste sea mi trabajo”. Muchos han sido los que han ayudado a Orlando en este ascenso meteórico hacia lo más alto de la escena electrónica internacional, empezando por Joe Goddard, de Hot Chip, quien no se lo pensó dos veces a la hora de ficharle para su sello Greco-Roman. Damon Albarn también se fijó en él y le invitó a participar en su proyecto de música africana contemporánea DRC Music, cuyo resultado fue el corte “Virginia” para el álbum “Kinshasa One Two”. Su single “Garden” pasó de sonar hasta la saciedad en la emisora británica BBC Radio 1 (de la mano de Annie Mac y Nick Grimshaw) para convertirse en la banda sonora de un anuncio de Nokia Lumia, del que Orlando dice estar muy orgulloso aunque “aún hay mucho de la canción por descubrir”. Grimshaw lo elevó aún más haciendo de “Trouble” y “Tapes and money” (remezclada recientemente por nuestro John Talabot) canciones del mes en mayo de 2011 y febrero de 2012 respectivamente. Y por si esto fuera poco, la mismísima Lady Gaga le pidió a Orlando un remix de su reciente “Marry the night” (“definitivamente, no es el mejor remix que he hecho”), sumándose a una larga lista de remezclas para gente como Sugarbabes, Friendly Fires o Katy Perry. Con semejante nómina, todo estaba preparado para el lanzamiento de “Trouble”, cuya mayor influencia, según Orlando, ha sido “escuchar música de mierda, que me ha hecho tener ganas de hacer algo mejor”. El resultado es un disco que mezcla sin reparos un sinfín de influencias, géneros y subgéneros que forman un conjunto tan ecléctico como el pasado musical del productor (corista, pianista, profesor de música y DJ de jungle y hip hop): “Empecé escuchando un montón de música clásica, y luego me metí en cosas que mis hermanos y hermanas escuchaban. Después con 12 o 13 años me enamoré de la música jungle y rave, y en cierta forma vengo de todo eso”. Pero es sin duda la mezcla de house, electro y synth-wave con una sensibilidad pop y cierto aire melancólico lo que hace de este disco una pieza realmente adictiva, que en cortes como “Panpipes” recuerda incluso a los mejores Radiohead: “Creo que Radiohead han tenido una enorme influencia en la mayoría de músicos de mi generación”. En su meteórico ascenso, igual de importante que su música ha sido todo el imaginario jurásico que rodea su nombre (“es sólo un nombre al azar, no soy aficionado a los dinosaurios ni nada de eso”), así como su gusto por disfrazarse, ya sea de dinosaurio, de indio o de lo que le venga en gana: “Me gusta disfrazarme. Es divertido. También me gusta diseñar los disfraces. De hecho, yo mismo hice el primero aunque descubrí que no soy muy bueno en ello. Ahora, algunos amigos lo hacen por mí”. Asimismo, el interés que ha despertado en blogs, foros y redes sociales ha hecho que más de una publicación le haya caracterizado como un “fenómeno de Internet”, aunque Orlando no sea “un gran fan de los blogs. La mayor parte del tiempo no hay ningún tipo de periodismo involucrado. Mi forma de verlo es que me permite dar un mayor acceso a mi música, pero tampoco pienso mucho en ello”. Y es que al productor de Oxford sólo parece importarle su música, sus disfraces, sus conciertos y “seguir trabajando”, como me dice al despedirnos por esas redes digitales que siguen y seguirán alimentando al joven dinosaurio. 030/031 sónar 2012 Trust trust SALE EL ESPECTRO Tal vez te suene la historia: una banda formada por un tío hosco y ajeno y una chica ajena y misteriosa, provenientes de Toronto, cuyas canciones retuercen los sintetizadores atmosféricos de los años ochenta hasta volverlos nebulosas oscuras y densas. No, no son Crystal Castles, pero casi. Robert Alfons y Maya Postepski siguen el mismo ritual de malditismo, afectación y sonoridades electrónicas opresivas que Ethan Kath y Alice Glash. “TRST" (Arts & Crafts, 12) es su credo. * SonarComplex, Sonar de día, jueves 14 Texto Albert Fernández A h, la música y las personas. La música, las personas y los teléfonos. Desde el momento en que Robert Alfons descuelga, mi oído desciende a un infierno de ruidos que resuenan e interferencias, como si todo lo que le rodeara fuera cargado de una estática parecida a la extraña aureola de sus canciones. En algún lugar de ese miasma de chasquidos de bar, conversaciones ajenas y grandes carcajadas de la mesa de al lado, se adivina el hilo de voz de Robert. Aunque su disposición es tensa, pues está todo el tiempo alerta, como a punto de lanzarse sobre algún error que yo cometiera, y su tono distante, nuestro diálogo se convierte en un buen intercambio, donde a cada propuesta de disertación le sigue una frase lapidaria, en un crescendo de entendimiento dislocado formidable. Para introducir a la banda, le consulto sobre la fugacidad de la formación de Trust. Es curioso que Robert y Maya se conocieran a finales de 2009, y a principios de 2010 ya estuvieran editando singles y EPs. "Nos conocimos porque íbamos los dos al mismo estudio. Teníamos amigos en común. Intentamos hacer alguna cosa juntos y todo fluyó. Fue una bonita colaboración", comenta Robert con desapego. Colaboración, dice. Es curioso, porque en todas partes se habla de Trust como un dúo. Ahí están en las fotos, los dos con las gafas oscuras, todo actitud. Pero parece que Robert ya no quiera acordarse de Maya, también componente de Austra. Yo buscaba un relato sobre dos músicos que conectaron sus mundos instantáneamente, y tal vez haya dado con una pseudo-ruptura. "Honestamente, hablo por mí mismo. Tenía escritas unas cuantas canciones que quería empezar a utilizar. También tenía la idea de lo que quería hacer en un espectáculo en directo. Maya apareció y resultó ser algo así como el ingrediente secreto". En todo caso, desde que se conocieron, han llegado a editar cinco EPs, y un disco que se llama casi como la banda, "TRST", de Trust. "Creo que hay algo realmente temeroso en mí. Diría que eso es lo que explica el nombre", asevera Robert. Una de las primeras señales cuando alcanzas cierto reconocimiento en el mundo de la música es el florecimiento de etiquetas alrededor de una banda. De Trust se puede leer que hacen dark pop, electro goth, dance, sinth pop, trance, electro gloom... "Yo tampoco tengo una sola palabra para expresar lo que hacemos. Creo que todas esas etiquetas pueden resumir lo que pasa en nuestras canciones hasta cierto punto, pero prefiero acogerme a decir que lo que sucede en nuestra música tiene que ver con la maldad". Brrrr. En "TRST" caminamos por un reguero fantasmagórico de melodías aterradoramente hermosas. Son canciones de puntas redondeadas, moldeadas sobre un sonido suave, que parece haber nacido limpio y haberse ido embruteciendo, como cuando se pasa levemente un borrador sobre una línea de tiza perfecta, hasta volverla borrosa. "No sé si puedo explicar cómo conseguimos eso. Es como leer una gran historia épica. Cualquiera que nos escuche debería apreciar que son sonidos que se deben acoger desde la espiritualidad". No hay duda de que Trust son un grupo ligado a la deriva electrónica de hoy en día, pero albergan una clara impronta de los ochenta. Si ponderas sobre eso, te das cuenta de cuán dificil es crear algo nuevo en música, es posible que haga lustros que nadie consiga hacer algo que pueda calificarse así. Pero tal vez sea incluso más duro tratar de levantar algo bello, capaz de ser recordado, sobre el legado del sonido de otras décadas. "Creo que, cuando creas, todo el mundo se siente de la misma manera, siente una excitación genuina. Imagino que tiraría la toalla si le diera demasiadas vueltas a lo que hago, si pensara mucho sobre ello. Es cierto que en ocasiones puedo ser extremadamente nostálgico, si la ocasión lo requiere. Y la verdad es que la historia se solapa y se repite, simplemente es así". En ese patrón de sintetizadores, paisajismo sintético y beats ciclotímicos, es posible que se haga difícil encontrar el camino que te lleve a casa, dar con el paso correcto para terminar la canción. "A veces intento diferentes rutas. En cierta manera te conviertes en el narrador de la historia, necesitas llevarla donde debería. Tienes que escuchar la canción y saber lo que necesita, y esa es justo la parte divertida". 032/033 sónar 2012 The 2 Bears the 2 bears ANIMALICOS Joe Goddard no sólo tiene tiempo para componer y cantar en Hot Chip. También le sobra para pinchar, remezclar y otra vez componer, junto a Raf Rundell, para el proyecto de house-pop The 2 Bears. Y aún le sigue sobrando para publicar bajo su propio nombre joyas como “Gabriel” y descubrir voces espectaculares como la de Valentina. Y aún le queda tiempo para dar entrevistas y para tener hijos: eso es a lo que yo llamo hiperactividad. * SÓnarPub, Sónar de noche, sábado 16 Texto Half Nelson P illamos a Joe Goddard en Barcelona junto a Alexander Waldron (DJ Full Nelson) a punto de pinchar en Razzmatazz en una de las fiestas organizadas por el colectivo transformado en sello Greco-Roman Soundsystem. Precisamente, de una de estas fiestas en Londres surgió el proyecto The 3 Bears con el propio Goddard (que también está en Hot Chip), Raf Rundell y Joe Mount, aunque este último abandonó en favor de sus compromisos con Metronomy. Así que ya sólo quedan dos. “El nombre era una referencia a nuestro aspecto: barbudos que pinchan house y disco music”, nos explica amablemente Joe, “aunque no seamos ‘osos’ en el sentido gay del término”. Tras largas conversaciones a altas horas de la madrugada, los compromisos de Goddard les dejan tiempo para publicar varios maxis que desembocan en su debut en largo “Be strong” (Southern Fried, 12), una bonita colección de canciones de base electrónica, pero con multitud de referencias, “algo inevitable cuando vives en Londres”, asegura Goddard. Más house que la de Hot Chip, la música de The 2 Bears está al mismo tiempo llena de speeches de películas o series, acepta canciones con pedal steel y hasta con steel drums (“Church”), todas ellas con letras de lo más optimista. “Ya está el mundo bastante mal como para que ahora vengamos nosotros a deprimiros a todos”, aclara Goddard mientras recuerdo sus impagables fotos disfrazado de oso y haciendo el cabra por las calles de Londres o las palas de ping-pong (“nos encanta el ping-pong”) con el logo de The 2 Bears que puedes comprar en su página web. “No somos una banda de broma, nos lo tomamos muy en serio, pero sí que es cierto que hay mucho sentido del humor en el disco. En la música electrónica hay demasiada seriedad, incluso en la música de baile, que se supone que ha de ser pura diversión”. Me sorprende la hiperactividad de Goddard, quien organiza su vida alrededor de tres proyectos musicales distintos. “No es tan difícil, si escribo con Alexis (Taylor) es para Hot Chip, si estoy con Raf es para The 2 Bears y si estoy solo, es para mí (risas). Pero el proyecto más importante ahora mismo es la niña que tuve el año pasado con mi mujer”. Dejamos de lado la nota rosa y avanzamos hacia “Gabriel” (Greco-Roman / Blanco y negro, 11), un auténtico trallazo house-pop a nombre de Goddard con la voz de la debutante Valentina. “En realidad se trata de una remezcla de un tema escrito por la propia Valentina, que efectivamente es una gran cantante. Su mánager Dom Mentsh también es miembro de Greco-Roman, pero a ella no le interesa para nada la música electrónica, así que sacamos el tema a mi nombre. A lo largo del año sacaremos cosas suyas en Greco-Roman, pero nada de electrónica, ya verás… (risas)”. Nos explica Alexander Waldron, tercer responsable del sello, que Greco-Roman empezó a consecuencia del éxito de las fiestas del mismo nombre en las que él y Joe “pinchábamos y sudábamos como si fuéramos dos luchadores en los Juegos Olímpicos (risas)”. Ahora tienen oficinas en Londres y Berlín y lanzamientos de Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Hackman, Disclosure, Drums Of Death y Baio (proyecto en solitario de Chris Baio de Vampire Weekend). “Nuestra pretensión es editar música arriesgada, pero divertida; electrónica, pero no siempre de baile… y por supuesto, extender las fiestas a Barcelona y otras ciudades, ya que es la mejor manera de dar el sello a conocer. Tú eres Half Nelson y yo soy Full Nelson, estaría bien pinchar un día juntos…”. El talento comercial de Waldron se pone de manifiesto a pasos agigantados hasta que Goddard le corta elegantemente. “¿Y no me vas a preguntar nada de Hot Chip?”. Bueno, ¿qué hay del nuevo disco de Hot Chip? “Aún no te puedo decir nada, saldrá en verano, entonces hablaremos (carcajadas)”. Daniel Miller 034/035 sónar 2012 Daniel Miller EL OTRO HOMBRE DE NEGRO * SonarVillage, Sónar de Día, viernes 15 Pocas figuras hay tan influyentes y decisivas en la historia de la música electrónica como la de Daniel Miller, y no precisamente por su legado musical, pues en su currículum apenas lucen un puñado de singles y algún disco largo, repartidos durante más de tres décadas de carrera. Sin embargo, y más allá de su escasa discografía, Miller es el responsable de haber dirigido con mano firme una plataforma tan relevante para la escena como Mute Records. Un sello, y estudio de grabación, que ha apadrinado, protegido o publicado a un incontable listado de artistas: Depeche Mode, Yazoo, D.A.F., Eisntürzende Neubauten, Nitzer Ebb, Plastikman, Pan Sonic, Moby o Goldfrapp conforman apenas la punta de lanza de un catálogo único, irrepetible. A punto de cumplir treinta y cinco años al frente de su criatura, con su independencia recuperada y un sinfín de proyectos en cartera, Miller se subirá a la cabina del SonarVillage el próximo viernes 15 de junio. Una excusa perfecta para mantener una charla con él. Texto Vidal Romero C orría 1978 cuando el primer proyecto de Daniel Miller, The Normal, publicó su single de debut, el seminal "Warm leatherette/TVOD". Nacido en el ecuador del siglo XX, Miller había estudiado cine y televisión, y había dedicado su primera juventud a recorrer Europa como ayudante de dirección en películas, series y documentales para televisión. Viajes en los que había quedado expuesto a fenómenos tan poco conocidos en Inglaterra como el del krautrock, a la incipiente escena de clubes que recorría el continente y, en fin, a esa cosa que entonces comenzaba a dar sus primeros pasos fuera del ámbito de los laboratorios y las escuelas de arte contemporáneo, y que terminaríamos por llamar música electrónica. Fiel a los dictados del efervescente momento en el que vivía, el joven Miller inventó Mute sólo para publicar aquel single de The Normal, pero sucesivos encontronazos con artistas que le fascinaban (Fad Gadget, D.A.F., Non, Smegma) le llevaron a ir alejando poco a poco la fecha de caducidad del sello. Un par de años más tarde, descubrió a unos jovencísimos Depeche Mode, y su inesperado éxito mundial terminó por convencer a nuestro hombre de que su futuro pasaba por dirigir un sello, y no por subirse a un escenario. Al otro lado del teléfono, tras conseguir hacer hueco en su apretada agenda, Daniel Miller reflexiona sobre cómo ha cambiado el negocio de la música en más de tres décadas. "Creo que la principal diferencia que existe entre la época en la que yo comencé a hacer música, a finales de los setenta, y el momento actual es que entonces todos los músicos sabían manejar sus instrumentos. Quiero decir, que todos eran músicos de verdad, que sabían lo que estaban haciendo y se tomaban su trabajo en serio. Ahora, en cambio, la mayoría de la gente que hace música no sabe tocar muy bien, o en el caso de muchos productores de música electrónica, no saben tocar en absoluto. Un cambio que no tengo claro si ha sido para bien o para mal". Sin embargo, en Mute siempre habéis sido grandes defensores de la estética ‘do it yourself’ y de las músicas realizadas al margen de las convenciones. Por supuesto. No me malinterpretes, sin el punk y esa energía que desprendía, posiblemente yo no estaría aquí ahora mismo. Fue gracias a toda esa gente que comenzó a hacer las cosas por sí misma, de una manera amateur, por lo que tipos como yo se atrevieron a coger un equipo tan básico como un sintetizador y un cuatro pistas, para ver qué salía de ahí. Cuando cayó en mis manos mi primer sintetizador, descubrí un universo lleno de posibilidades. La música que se podía hacer con esas máquinas no se parecía a nada que hubieras escuchado antes, así que de algún modo éramos como pioneros conquistando un nuevo mundo, en el que las leyes clásicas no tenían valor. Un sonido que grabaras en la calle podía convertirse en la base para un ritmo, un patrón repetitivo podía sonar durante horas, las melodías no tenían por qué ser complicadas. Todo estaba por inventar. Algo que contrasta vívidamente con el entorno actual, en el que todo parece inventado. No creo que eso sea del todo cierto. Es verdad que ahora hay mucha más gente haciendo música ahí fuera, y que además resulta mucho más sencillo escucharla. Por eso puede dar la sensación de que todo suena igual. Pero en el fondo la situación no ha cambiado tanto desde los primeros tiempos de Mute: hay muchos artistas, pero muy pocos son excepcionales. Y la labor del sello sigue siendo descubrir a esos artistas excepcionales y sacar lo mejor de ellos. Acerca de lo que dices, el año pasado, en la feria del Sónar, había muchísimos puestos con tecnología para hacer música o para pinchar, y sin embargo los puestos de sellos y de venta de discos habían desaparecido en su práctica totalidad. Creo que es un reflejo muy claro del momento que vivimos, en el que hay mucha más gente haciendo música que comprando música. No creo que haya que trazar una relación directa entre las ventas de discos y el interés de la gente por hacer música. La gente sigue escuchando mucha música, aunque lo haga cada vez más de espaldas a la industria; pero eso es cosa nuestra, somos nosotros los que tenemos que descubrir cómo sobrevivir y seguir aportando ideas. Y por otro lado, los equipos han bajado tanto de precio, y un estudio casero es tan fácil de montar, que es inevitable que haya un montón de gente probando suerte. Otra cosa es que hagan algo interesante; desafortunadamente, la mayoría no se esfuerzan por buscar un sonido propio, sino que se limitan a copiar lo que les gusta con mayor o menor fortuna. ¿Crees que el revival de synth pop y música cósmica de los ochenta que se está pro- duciendo ahora, sobre todo entre los artistas más jóvenes, tiene que ver con eso, con la facilidad para producir música? La mayoría de los jóvenes que conozco tienen la mente mucho más abierta que las generaciones anteriores. No tienen ningún problema en tomar lo que les gusta; les da igual que se haya hecho antes o que les vayan a acusar de plagio. Es algo que ha sucedido siempre en el pop y en el rock, así que está bien que esa situación se normalice también en la música electrónica. Yo creo que en ese revival tiene mucho que ver también la tecnología. Tradicionalmente, la música electrónica ha ido evolucionando a medida que se producían avances a nivel de hardware o de software, hasta el punto de que determinadas máquinas están asociadas a ciertos estilos (como la Roland TB-303 y el acid). Sin embargo, la llegada de los ordenadores ha provocado un estancamiento inesperado. Es como si hubiéramos llegado tan lejos que ya no hay por donde avanzar. Hay algo de cierto en lo que comentas. Existen tantos programas, sintetizadores y plugins, que cualquier tipo de sonido que quieras manejar lo tienes al alcance de la mano. Y lo que debería ser una ventaja es un problema, porque la gente se vuelve perezosa y no investiga qué es lo que puede hacer con eso, no es consciente de la potencia que tienen las herramientas que utilizan. En los ochenta, los músicos se preocupaban por exprimir sus máquinas, por buscar un sonido que les diferenciara de los demás, y esa actitud es la que han seguido los mejores artistas desde entonces. Soy de la opinión de que los programas y los sintetizadores deberían venir en blanco, sin ningún tipo de presets, para obligar a los músicos a trabajar en un sonido propio. Yo, al menos, no conozco ningún disco bueno que esté hecho a partir de presets. Treinta y cinco años después, sigues dándole vueltas a Mute. Acabáis de crear un nuevo subsello, Liberation Technologies. Históricamente, Mute ha buscado un nicho propio para trabajar con la música electrónica y experimental, así que esto es un paso en esa dirección. Y aunque ése solía ser el papel de NovaMute, había llegado un momento en el que como sello tenía una carga histórica demasiado potente, un pasado del que no es posible desligarlo y que no encaja con lo que queremos que sea Liberation Technologies. Básicamente, se trata de una plataforma con la que proporcionar cobertura a artistas jóvenes para que puedan experimentar y llevar sus ideas lo más lejos posible. ¿A qué te refieres con lo de "carga histórica"? NovaMute surgió porque a principios de los noventa teníamos mucho contacto con el club Tresor de Berlín; les ayudábamos con el sello y con asuntos de márketing. Y a través de ellos llegamos a conocer a mucha gente, sobre todo artistas de Detroit, que estaban construyendo una escena fascinante. Ahora, esos artistas se han convertido en clásicos, y no nos parecía bien que los jóvenes que queremos editar en Liberation Technologies tuvieran que crecer a su sombra. Eso no quiere decir que NovaMute vaya a desaparecer; el techno es una música que siempre me ha interesado, y que me sigue interesando todavía, es lo que suelo pinchar en mi programa de radio, o cuando voy a algún club. Entonces, ¿podemos esperar que tu sesión en el Sónar esté construida alrededor del techno? Pues si te digo la verdad, todavía no lo había pensado. Es un entorno muy particular y una hora muy particular, creo que las seis de la tarde. No sé, ¿qué harías tú? Bueno, yo he visto cosas muy distintas en ese mismo escenario y a esa misma hora, y la verdad es que el público reacciona muy bien, tanto si tiras por palos más experimentales, como si apuestas por una música más de baile. Es lo que me encanta del Sónar, que es como una especie de universo paralelo en el que las leyes que supuestamente conoces, y que funcionan en el resto del mundo, se pueden pervertir con una facilidad extrema. ¿Has estado muchas veces en el festival? Sí, varias veces, hemos tenido showcases del sello, y muchos de nuestros artistas han pasado por allí. Y aunque debo reconocer que odio profundamente todos los festivales, el Sónar de Día me parece una excepción. Me encanta la energía que desprende el público, y me encanta la posibilidad de ir dando tumbos por el recinto, descubriendo músicas extrañas y excitantes, de las que nunca antes había oído hablar. 036/037 sónar 2012 Maya Jane Coles Maya Jane Coles IN DA HOUSE Un nuevo embrión de la reina de las pistas de baile está gestándose. Desde Londres, despacito y con buena letra. Su nombre, Maya. Su lenguaje, el deep house cocido a fuego lento con paciencia, tanto en sus pulcras producciones como en sus demandadas sesiones a los platos. Sin ir más lejos, el reciente y sensacional “DJ Kicks” sirve como el mejor aperitivo para su actuación en el Sónar. Ahí nos vemos. * SonarLab, Sónar de noche, sábado 16 Texto Foto Beto Vidal Mads Perch “N o considero pinchar como un trabajo en particular, o al menos nunca lo siento como tal, porque es algo que me apasiona. Esto no quiere decir que no me tome las cosas muy en serio: consumo mucho tiempo tratando de encontrar la música que me inspira y que también lo haga a la audiencia. No soy esa clase de DJ que se mira el ombligo. Me gusta hacer las cosas bien y a mi manera”. Con esta certera rotundidad se expresa Maya Jane Coles, la nueva esperanza del house femenino mundial. Desde Londres, uno de los principales altavoces universales de todo lo que se guisa con sustancia en los clubs underground referente a la música de baile, esta veinteañera viene aguijoneando con fuerza desde hace casi media década (debutó en 2008 en la escudería Dogmatik con un estilo cercano al tech-house). Tras certificar una progresión meteórica firmando maxis deep house 4x4 pata negra en Mobilee o 20:20 Vision (qué grande es “Focus now”), la escena clubber ha hecho sitio a Maya para que amenice sus noches en la pista de baile. Porque, oiga, la jovenzuela que tiene un cuarto de siglo domina ambas disciplinas –la producción y pinchar discos– como quien domina el arte de ponerse los calcetines cada mañana: algo automático y trivial. Maya admite que “producir ha sido siempre mi primer amor. Empecé a componer hip hop y trip hop cuando tenía 15 años. En realidad, pinchar ha empezado a ser algo importante en mi vida solamente durante los dos últimos años, pese a que aprendí a mezclar con vinilos ya hace unos años más. Pero si te soy sincera, ahora me encuentro con la situación que mientras doy bolos por aquí y por allá, resulta muy difícil sentarme con calma a producir. Pero sé que he de encontrar el momento para hacerlo, ya que componer música es algo muy especial e importante para mí”. Pero vayamos por partes: referente a su innata habilidad para cuadrar temas con escrupulosidad aritmética y su olfato para escoger entre las mejores temazos –como ya ha demostrado sobradamente en su reciente inclusión en la serie “DJ Kicks” (!K7 / ¡Pop stock!)–, Maya confiesa que en la maleta “llevo de todo, no solo discos de deep house. Como fanática de la música, prefiero no limitarme a ningún género. Durante un día corriente puedo escuchar a Bat For Lashes, Missy Elliot, Peaking Lights, Portishead, The xx, Little Dragon, Jean Grae o Grimes... ¡sin escuchar ni un solo disco de house! Prefiero no atrincherarme en ningún sitio”. Por otra parte, si hablamos de sus benditas producciones, no sólo destaca su exquisito gusto por el house, sino que cuando en su agenda de workaholic encuentra un slot disponible, Maya puede convertirse en una vampira del dubstep, como demuestra su alias Nocturnal Sunshine que tan bien saca a pasear en “DJ Kicks”. Y si le dan algo más de tiempo, promete sumergirse dentro de las aguas pantanosas del debut larga duración: el paso definitivo para toda promesa. Maya nos da los primeros detalles de su inmersión a pleno pulmón: “Mi álbum no se basará solo en puro house o techno. Mi idea es que vaya más allá de cualquier género establecido y que refleje que realmente mi música está por encima de los gustos musicales que la gente me atribuye a priori. Prueba de ello es que también he producido dub con She Is Danger y dubstep con mi otro alias Nocturnal Sunshine. Todas las diferentes facetas unidas forman mi verdadera expresión artística”. Por tanto, podemos esperar solo cosas buenas tanto de su debut como, por supuesto, de la inminente actuación en el Sónar. “Pinché en una fiesta off Sónar para el sello Dogmatik hace un tiempo y la verdad es que me lo pasé en grande. Barcelona es una de mis ciudades favoritas, así que pienso descubrir la urbe aprovechando que actúo”, declara Maya. Una sesión que prevé “cargada de buena música y buenos momentos”, porque si en algo avasalla la londinense es en el tempo clubber, en la satisfacción ajena del fiestero. No olvidemos que ella lo ha sido antes: “Tengo mi grupo de amigos fiesteros todavía activo, pero por motivos de tiempo ya no estoy tan enérgica por la noche. De todos modos, amo la escena clubber de Londres, ya que gracias al house y a Londres estoy donde estoy ahora mismo”. 038/039 sónar 2012 Richie Hawtin * SonarClub, Sónar de noche, viernes 15 Richie Hawtin TRADICIÓN Al tiempo que estrena residencia los jueves en Space lbiza, el hombre de plástico vuelve a pisar su festival favorito en lo que ya se ha convertido en una tradición tan arraigada en la Ciudad Condal como el pà amb tomàquet o los escaparates rotos de Las Ramblas tras las victorias del Barça. El inglés, consolidado tiempo ha en la élite del techno que engrasa en una misma cadena hedonismo de masas y vanguardia conceptual con una facilidad pasmosa, charló un buen rato con nosotros. Texto David G. Balasch C omo buen treintañero que uno es, he bailado a Hawtin de noche, de día, bajo los focos del club, en descampados viendo amanecer o en mi habitación en la más absoluta soledad. Hubo un tiempo en que “Spastik” sonaba hasta en las sesiones de los DJs de mi barrio, en la discoteca del pueblo. La empalmaban con cualquier cosa, era una tema largo y con eternas y calculadas subidas y bajadas de intensidad. Como esas chicas dotadas con el maravilloso don del 'todo me sienta bien', “Spastik” no dejaba dudas, fuera cual fuera la forma de mezclarse en vivo. Hawtin me contesta al teléfono tras unas cuantas llamadas perdidas. No hay rastros espásticos en su voz a pesar de que es un viernes y son las 10 de la mañana en Montreal. Desde algunos años atrás, el músico de ascendencia canadiense movió su base de operaciones hasta la inagotable Berlín. “Montreal me encanta, pero lo que ocurre en Berlín no pasa en ningún lado del mundo: es el epicentro mundial del clubbing y de la tecnología musical. Están todas las compañías del sector. Hay más productores aquí por metro cuadrado que en ninguna otra ciudad. Diría que toda la industria alrededor de la música electrónica se concentra en esta ciudad”. Ya desprendido de las colaboraciones con Sven Väth en su megaclub Cocoon y aprovechando que estrena residencia en Ibiza, le pregunto por los cambios que en la isla se suceden desde los años 90 hasta nuestros días: “Bien, lo cierto es que en los 90 Ibiza estaba muy inmersa en el sonido más comercial, había poco espacio para las propuestas más arriesgadas. Al minimal, por ejemplo, le costó entrar. Estos últimos años, Ibiza ha cogido impulso; definitivamente ha mejorado en lo musical”. Entre el 5 de julio y el 20 de septiembre, Hawtin estrena sesión por todo alto, con las cuatro salas de Space programadas por él y la pandilla de m_nus: Enter.Sake (bar de temática japonesa), Enter.Interakt (tecnología y conexiones en directo por internet), Enter. Kehakuma (en la terraza) y Enter.Air (albergada en la sala principal de Space) serán su apuesta semanal durante cada uno de esos jueves. Hace menos de dos años, Hawtin se vio envuelto en una polémica que él mismo fabricó un tanto absurda. En su facebook oficial publicó una fotografía de un DJ arrastrando una maleta de vinilos con el jocoso comentario “¿Qué hace este DJ cargando con discos? ¿Estamos en Berlín en 2011 o en Nueva York/Detroit/Chicago en 1988? ¡Hasta dónde hemos llegado y que poco hemos progresado!”. Le pregunto por ello, aunque me esquiva sutilmente. Hace poco tuvimos a Óscar Mulero dando una lectura en Madrid y, en una parte de la conversación, salió a colación el tema de la música digital, que me recordó la polémica que tuviste con tus fans con la publicación de una foto en facebook (que por cierto, sigue en tu ficha de la wikipedia). A Óscar, algunos de sus fans le criticaron en foros de internet por arrinconar el vinilo al pasarse completamente al digital. ¿Por qué crees que hay un sector de los oyentes de música electrónica que sigue siendo en parte reacio a los cambios tecnológicos? España siempre ha sido un sitio especial en muchos sentidos. Al principio, mediados-finales de los 90, tenía que pinchar mucho más rápido y fuerte, subía los BPM cada vez que venía a vuestro país. Había mucha gente que no soportaba lo que pinchaba, se notaba: algunos se acercaban y se plantaban delante mío gritándome sin parar. En esto se trata de creer en uno mismo, seguir tus propios pasos. Al final la gente te respetará. El tema del digital y el vinilo es sólo una mota de polvo en un gran cuadro. Respecto a la pregunta: creo que el público es algo más conservador de lo que la música quiere ser o es. Mientras el artista haga su trabajo y la gente se divierta... ¿A quién le importa lo que pase de puertas para adentro en una cabina? Nosotros tratamos de buscar herramientas que nos faciliten el trabajo. Hay que pasar página en este tema. Lo cierto es que pasan los años y las generaciones que a ellos pertenecen siguen confiando en los grandes nombres que pueblan los festivales como disparos seguros. Por ejemplo, nombres como el tuyo o el de Jeff Mills siguen en la picota. ¿Por qué crees que no hay relevo en la parte alta del techno en clubes y festivales? Creo que festivales como Sónar son un buen ejemplo de festival que abre las puertas a nuevos talentos. Aunque hay gente nueva pisando fuerte, tienes parte de razón en tus afirmaciones. Estuviste en el principio de casi todo. Tuviste relación estrecha con las raves, el techno y Detroit y fundaste Plus 8, sello de referencia durante los años dorados del género. Me interesa mucho tu visión de futuro acerca del tema. ¿Hacia dónde crees que camina el sonido techno de Detroit y alrededores? El techno no para de avanzar aunque a veces sean cosas intangibles. Estamos en un momento muy interesante. Por ejemplo, me encanta el sonido de Marcel Dettmann y el sonido de Berlín en su globalidad. Ahora, por ejemplo, está volviendo el primer beat más crudo de Detroit. Todo me parece muy saludable. El techno en sus primeros años fue una revolución social que tuvo consecuencias enormes para mucha gente. Ahora, parece que toda ese pastel se lo está comiendo el dubstep, con sus sub-escenas y su creciente popularidad incluso en EE.UU. ¿Qué ha quedado de todo eso en el techno y por qué esos cambios? Siempre hay excitación cuando un nuevo sonido, un nuevo movimiento, pasa por nuestras vidas. Al mismo tiempo, es muy difícil mantener algo durante muchos años arriba y que sea al mismo tiempo underground y puro. Innovar continuamente es casi imposible y cada vez lo será más. A veces, para los fans más veteranos, es complicado meterse en un recinto enorme con treinta mil personas rodeándote. ¿Has pensado alguna vez en cambiar el formato de tus sesiones o directos hacia algo más íntimo? Quiero decir, te planteas un 'back to basics' en salas pequeñas? A mí, por ejemplo, me cuesta entrar en una dinámica con miles de personas alrededor. ¡Lo hago continuamente! Dos días atrás, por ejemplo: estuve en Génova pinchando en un club bastante pequeño, creo que no había más de 600 personas. Si sólo pinchara en grandes eventos al final me aburriría. A principios de abril estuve también en la sala Metro de Alicante. La pista de baile albergaba a no más de 500 personas. Un sitio increíble, ¡la gente se volvía loca! Personalmente, mi disco favorito de Plastikman siempre ha sido “Artifakts (BC)”, pero creo que mis colegas no apoyarían mi moción. Para casi toda la prensa, tu pico artístico está en la joya “Closer.” ¿Crees que ese ha sido tu zenit creativo? Si pensara eso debería dejar mi carrera automáticamente. Como artista siempre tienes que avanzar hacia adelante. No puedo negar que ése fue un disco muy importante en mi carrera, estaba en un cruce de caminos importante en mi vida y es algo que sigo percibiendo en el sonido. Pero no creo que ése fuera mi punto más alto. Muchas cosas que me pasaron en ese momento se reflejan en el sonido del disco y eso lo he utilizado en momentos posteriores. Uno de los cambios sustanciales respecto al consumo de música electrónica viene, cómo no, de internet. Publicar un CD mix se ha convertido ya casi en un suicidio, sin embargo, los podcasts en los portales florecen a veces de forma incontrolada. Hablando como empresario: ¿cuál es tu punto de vista en este nuevo paradigma? Estos últimos años, especialmente los dos que nos preceden, el cambio ha sido impresionante. Esto, lo que está haciendo, es llevar la música electrónica a todas partes, haciendo la escena más y más grande. Se utilizan los podcasts en los gimnasios, cuando montamos en bici, corriendo de camino a la oficina. Quiero decir, es algo que lo único que consigue es hacerlo todo más accesible, y eso está muy bien. Tras un suave intercambio final de golpes, Hawtin me confirma que está trabajando en nuevo material de Plastikman y se despide con un “¡nos vemos en Sónar, man!” Un placer, Mr. Hawtin. Allí nos vemos. 040/041 sónar 2012 Artistas Sónar 2012 Artistas Sónar 2012 INIMITABLES Falta un año para que el Festival Internacional de Música Avanzada y New Media Art de Barcelona, Sónar, cumpla veinte años educando a más de una generación de fans y artistas de la música electrónica. En esta edición 19ª, Sónar continúa apostando por artistas desconocidos y grandes nombres, pero esta vez han mimado los espectáculos más visuales y experimentales como los de Squarepusher, Amon Tobin o Diamond Flash. Texto Manu González DIAMOND VERSION + ATSUHIRO ITO NINA KRAVIZ Cualquiera que siga esta publicación sabe que en esta santa casa nos desvivimos por todo lo que publican Castern Nicolai y Olaf Bender, los dueños de Raster-Noton. Todavía no sabemos si Diamond Version es ese proyecto ultra-techno que los dos llevan prometiendo años (se ve que sí), pero lo que está claro es que esta asociación con el artista Atsuhiro Ito (creador de sinfonías ruidistas con tubos fluorescentes manipulados) es un show muy exclusivo que no puedes dejar de perderte. Esperemos que ese disco del proyecto Diamond Version vea la luz antes de que acabe 2012. *SonarHall, Sónar de Día, sábado 16 Radio Slave (gran músico, mejor persona y dueño del label Rekids) fue quien dio la alternativa a esta joven DJ siberiana que residía en Moscú alegrando con sus sesiones de house a las almas rusas ávidas de música de baile. Después fue un cachorro de la prestigiosa Red Bull Music Academy. En menos de tres años se ha convertido en la gran promesa europea del deep house con ese homónimo álbum de debut que ha publicado hace apenas un par de meses. En el Sónar presentará en directo ese trabajo cerrando el Sónar de Día el viernes en la carpa del SonarDôme. * SonarDôme, Sónar de Día, viernes 15 ANNIE MAC SQUAREPUSHER A Annie MacManus la queremos por dos razones. La primera es que tiene el mismo pelo loco que nuestra colaboradora Virginia Arroyo (y eso provoca cariño). La segunda razón es su trabajo junto a Nick Grimshaw en el programa Switch de BBC One (domingos a partir de las 19 h) donde monta los especiales “Annie Mac presents” en los que siempre hay algún artista nuevo que, seguro, petará en un futuro no muy lejano. Si no, échenle un vistazo a su anterior “Annie Mac presents 2010” (publicado por Island el mismo año) con temas de Tensnake, Totally Enormous Extinct Dinosaurs, Joy Orbison o nuestros Delorean. * SonarLab, Sónar de Noche, viernes 15 Como muy bien indica nuestro colaborador Beto Vidal en la crítica de “Ufabulum” unas cuantas páginas más adelante (en la sección de discos), hace años que ya no esperábamos a Tom Jenkinson. Sus trabajos de la primera década de este siglo habían sido bastante decepcionantes (en relación con sus primeras obras para Warp). Por eso el impacto de esta última obra de Squarepusher ha sido tan impresionante (por recuperar aquel glorioso pasado), y más cuando viene acompañado de una puesta en escena deslumbrante gracias a ese espectáculo de luces leds al que Jenkinson ha adornado con un casco de luz muy daftpunkiano, evidentemente, pero cien por cien efectivo. * SonarClub, Sónar de Noche, viernes 15 FLYING LOTUS No es la primera vez que un artista toca dos veces en el Sónar, pero normalmente suele ser con dos facetas, con un directo como artista y DJ. El californiano Steven Ellison actuará dos veces en esta edición del Sónar: el jueves comandando el showcase de su sello Brainfedeer (junto a Lapalux, Kutmah, Thundercat y Jeremiah Joe) y el viernes en un directo para el SonarDôme de Red Bull Music Academy. Teniendo en cuenta que su último trabajo es de 2010, ¿tendremos nuevas canciones en estos dos conciertos? * SonarVillage, Sónar de día, jueves 14 * SonarDôme, Sónar de día, viernes 15 AMON TOBIN PEAKING LIGHTS MOSTLY ROBOT “936” (Not Not Fun-Weird World-Domino, 11) ha sido la carta de presentación mundial del matrimonio formado por los norteamericanos Indra Dunis y Aaron Coyes. Un disco que se hizo fuerte con el boba-oreja de los blogs musicales de medio mundo y que, a día de hoy, sigue siendo un misterio inclasificable. Por las canciones de “936” se pasean estilos como el dub, folk, la kosmiche o la psicodelia más planeadora sin querer nunca casarse con ninguno de ellos, dejándonos siempre una sensación dulce de frescura y una colección de melodías que podremos disfrutar en esta nueva edición del Sónar. * SonarComplex, Sónar de Día, viernes 15 Esta reunión de ‘robots’ es uno de esos espectáculos que muy pocas veces se pueden ver en España sino existiera un festival como el Sónar. Mostly Robot es la feliz unión de seis personajes como son Jamie Lidell (la voz cantante del colectivo No-Future), DJ Shiftee (campeón del DMC en dos ocasiones), Tim Exile (el abstracto artista de Warp y Planet Mu), Mr Jimmy (colaborador habitual de Lidell), Jeremy Ellis (percusionista brillante especializado en finger-drumming) y el artista audiovisual Pfadfinderei (colaborador de gente como Modeselektor). Se rumorea que habrá disco en breve y que es una jodida maravilla. * SonarHall, Sóna de Día, jueves 14 El brasileño nunca fue uno de los grandes nombres de la época dorada del drum’n’bass de finales de los noventa. Sus discos en Ninja Tune (siempre) como Amon Tobin, o bajo el seudónimo Cujo, eran demasiado abstractos para ser plato preferente de un gran público que demandaba beats acelerados. Gracias a esto, el autor de “Supermodified” (01) ha podido disfrutar siempre de buenas críticas sin muchas presiones. Su último y notable trabajo, “ISAM” (11), tiene un directo espectacular compuesto de un entramado de cubos con proyecciones en 3D. * SonarClub, Sónar de Noche, viernes 15 042/043 sónar 2012 xxxy / go series 91 Sónar 2012 xxxy INFALIBLE Al señor Rupert Taylor no le falta ni sobra ningún cromosoma en su mapa genético, pese a las alusiones al síndrome de Klinefelter de su alias. Tampoco anda falto de talento e inspiración durante el último año, donde ha rayado a un nivel que pocos pueden soportar firmando EPs estratosféricos. Un tipo hasta ahora infalible que viene a firmar el último “Go Series” en formato físico de esta santa casa. Todo un honor. * SonarDôme Red Bull Music Academy, Sónar de Día, sábado 16 Texto Beto Vidal S eguir el rastro de Rupert Taylor es igual o más difícil que buscar trufas en el bosque. El mancuniano es capaz de firmar lindezas post-dubstep al nivel de Joy O. —“You always start It / Ordinary thing” (Ten Thousand Yen, 11)—, meterse en jardines electro y drum'n'bass —“You gotta do you / Open your eyes” (Orca, 11)— o bien crear tres temazos sin bajarse del autobús —“Everything EP” (Well Rounded, 12)—. Decida lo que decida su anárquica pero privilegiada cabeza, es una verdadera distinción para esta casa contar con él para nuestro último “Go Series” de venta en kioscos. Aprovechamos la ocasión para que nos rellenara un (escueto) cuestionario y nos abriera las puertas y entrañas de la colosal mezcla que se ha marcado. Es un verdadero placer que seas el último en cerrar la puerta del formato físico para este último “Go Series 91” que has mezclado. ¡En la oficina hemos bailado como posesos! Creo que la mezcla contiene las proporciones perfectas de bass music, techno (gracias por incluir “Minus Orange A1” de Richie Hawtin) y house. Pero más importante aún, refleja perfectamente el estado de ánimo del festival Sónar. Cuando empezaste a crear esta mezcla, ¿qué pretendías expresar con las canciones elegidas para la mezcla final? Muchas gracias. Mi intención era poner en el mismo saco y mezclar a todos los artistas que más me gustan y que van a tocar en esta edición del Sónar. He querido hacerlo de una manera en la que todo fluyera armónicamente, sin parecer forzado. ¡Tan solo quería mostrar a la gente la cantidad de buena música que va a haber este año en el Sónar! ¿Tuviste que dejar a muchos artistas que te gustan fuera de la mezcla final? No, la verdad es que ninguno. Hubo un par de temas que fueron rechazados por los respectivos sellos o por los mismos artistas, pero la mayoría de los temas que pretendía mezclar están presentes. Pero volviendo a los artistas seleccionados, llama la atención que hayas elegido, lógicamente, un montón de jóvenes cachorros que están en su punto de ebullición: ahí están presentes Maya Jane Coles, Julio Bashmore, Lapalux o Nguzunguzu. Una generación de artistas con mucha proyección y calidad contrastada. ¿Podemos hablar de una escena real? ¿Una escena sana y fuerte? Definitivamente, existe una gran cantidad de jóvenes y talentosos artistas que están rompiendo todas las barreras y límites establecidos dando lugar a una escena muy sana. ¿Qué opinión te merecen los jóvenes productores españoles? ¿Sigues de cerca la escena electrónica española? Aprovechamos para comentar que la fusión entre John Talabot y Pional con Untold es sencillamente excepcional. Gracias, la verdad es que a priori no parecían pegar esas canciones tan distintas. Lamentablemente, mi conocimiento de la escena electrónica española es muy limitada, me encantaría conocer más artistas. ¿Consideras la bass music y todas las mutaciones dubstep en los últimos 3 o 4 años como un género en sí mismo? Creo que los últimos años en Gran Bretaña han sido muy saludables para la música electrónica en general, con un montón de artistas que vienen haciendo una música excitante y diferente. Solo por eso, merece la pena. ¿Con qué equipo has grabado el “Go Series 91”? Utilicé el Serato Scratch Live y Ableton, más un par de platos y el correspondiente ordenador. ¿Podríamos decir que esta mezcla refleja las sesiones de xxxy habituales? Hace un par de semanas yo y muchos más nos quedamos hipnotizados con la sesionaca que te marcaste en el Boiler Room... Gracias, en Boiler Room estuve muy cómodo pinchando. La verdad es que esta sesión es diferente a las que suelo realizar habitualmente. Pero he considerado este “Go Series” como una oportunidad para experimentar con diferentes ritmos, efectos y loops. Para todos los lectores que van a consumir esta gran sesión y antes de que la devoren, ¿dónde crees que les funcionará mejor la reproducción de la misma? Estoy seguro que puede funcionar en muchas situaciones diversas: antes de salir de fiesta, para bailar en tu sala de estar, en el autobús o tren, en el coche y por supuesto antes de pisar el recinto del Sónar. ¿Dónde te sientes más cómodo, Rupert, detrás de un par de platos o produciendo en el estudio? A decir verdad, me siento igual de cómodo en ambas situaciones. Pero, qué vino por primera vez, ¿pinchar o producir? Ser DJ fue lo primero. Poco después vino la producción. Creo que son cosas muy compatibles en el fondo. En 2011, además de ser un gran año para tus producciones, compartiste espacio en la Red Bull Music Academy con otros grandes artistas. ¿Qué es lo que te llevas de la experiencia? Fue una vivencia increíble que me instruyó sobre todo en aprender a dominar mis habilidades, además de mostrarme otras nuevas que desconocía por completo. Conocer a otros jóvenes artistas que están en tu nueva posición y recibir lecciones de otros ya consagrados acaba siendo muy útil. Rupert Taylor nació en Manchester pero ahora vive en Londres. ¿Qué extrañas de tu ciudad natal? ¿Cuán diferente es la escena clubber en ambas ciudades? Sobre todo echo de menos a mis amigos, pero también echo de menos vivir en un lugar donde conozco cada centímetro de la ciudad. Respecto a la escena clubbing, es realmente diferente. Manchester es mucho más pequeña que Londres, por lo que el grupo de promotores es más accesible. Adicionalmente, considero mucho más agradable encontrarme las mismas caras de clubbers en las mismas discotecas de siempre. Es más entrañable y a mí nunca me cansaba. Eso no quita que la escena clubber de Londres sea espectacular y sobre todo muy variopinta. Nuestros lectores quieren saber de antemano cómo será tu actuación en el Sónar. ¿Qué podemos esperar de xxxy? Espero que sea divertido para todos los que vienen a verme. No puedo adelantar cómo va a ser en términos de lo que toco, pero lo que está claro es que quiero hacer bailar a todo el mundo. Y para terminar: ¿tienes en mente un álbum de debut? Creo que mucha gente (yo incluido) está deseosa... Eso ya lo veremos... C Varios Autores / xxxy “Go Series 91: Sónar 2012. Selected and mixed by xxxy” ontar con Rupert Taylor para una sesión es sinónimo de los mejores artefactos house y bass, asegurando el dominio de la pista de baile y del tempo de las emociones de los clubbers. Es por ello que el último Go Series con forma redondeada no podría haber quedado en mejores manos. xxxy empieza la mezcla con UK funky, es decir, toda una declaración de intenciones: DVA y su reciente “Madness” abren la veda con la sensualidad suficiente para que coja el relevo el gamberro de Eltron John con su infeccioso “Not in your hand”, que bien podría ser el himno del Sónar 2012 con ese in crescendo luminoso hasta tocar el cielo. Primera obra maestra de Rupert: fusionar sutilmente la sucia y carcomida pieza techno “Motion the dance” de Untold a cara de perro con la radiante y pulcra (de sobras conocida por todos) “So will be now” de nuestros Talabot y Pional. El camino que alumbra xxxy prosigue bajo la senda del house palpitante de Azari and III (qué temazo es “Hungry for the power” y qué bien madura con el tiempo, oiga), la pequeña reina Maya Jane Coles (“Little one”, house facturado con elegancia extraído del EP “Focus now”) y con el tándem Joe Goddard y Raff Rundell de Hot Chip (The 2 bears) dando por válido el género disco ochentero gracias al hit sudoroso “Be strong”. Es entonces cuando llega la primera producción —a medias con Nehuen— del que firma el mix: la imperial “Jacktrax”, grabada en la última edición de la Red Bull Music Academy y que significa un viaje retrospectivo a los tiempos dorados de Phuture, donde los borbotones ácidos te salpicarán la cara sin remedio. La senda del UK funky vuelve de la mano del galés y último fichaje de 50 Weapons, Doc Daneeka. “Murdah strings” es un tema seguramente inspirado vía Kode9, ya que si hablamos de UK funky queda claro que el “Black sun” de Goodman es un referente. Otra salvajada acid, la corrosiva “What you do with what you have” de Blawan vuelve a subir la temperatura de la sesión, para dar paso de puntillas —y de nuevo con Rupert mezclando a la perfección— a “Minus Orange A1” de Hawtin. De manera intermitente, el gran himno techno localizado en “Minus Orange” se amalgama con la aterciopelada voz de Thom Yorke (la viejuna pero infalible “The white flash” junto con Modeselektor). Momentazo estelar y de lágrima de la sesión. El francés Canblaster y su festivalera “Jetpack” sirve de transición para el Padre Nuestro del post-dubstep: “Battle for middle you” del ya eterno Julio Bashmore. La cabra tira al monte, ¿verdad Rupert? Las estrofas heladas de Cooly G no sirven para derretir la imparable “Everything” de nuestro hombre. Un temazo casi recién sacado del horno que coloca a xxxy en primer plano del complejo mapa UK garage y sirve de punto álgido para este “Go Series”. A partir de aquí, bajada gradual de temple con el R&B sensual de Brenmar o los beats abstractos y narcóticos de Nguzunguzu (“Timesup”), aunque el repunte de los temazos enganchados que firman Jacques Greene (“Baby I don't know what you want”, de nuevo reflujo ácido) y Nightwave (“Feel”, ese gran track trancero ninguneado) vuelven a activar el hipotálamo. El delicioso remix psicodélico que realiza Salva de “Prawn cocktail” suma sus fuerzas con los también oníricos beats incrustados en “Gone” de Lapalux. Finalmente, la calma total aterriza con los ecos tribales y selváticos de “Wandering”, mientras que la abstracción Chicago de Salva (“Wake ups”) coloca el punto final a una serie épica que ha concentrado 91 referencias en las calles. Pero tranquilos, que habrá 92 en formato digital muy pronto. Beto Vidal * Este CD promocional se vende exclusivamente con el número #132 de GO MAG disponible en quioscos de toda España.
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