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Tessa se acaba de despertar de un sueño. Es consciente de que era todo demasiadobonitoparasercierto…¿Esposiblevolverasonreírcuandotodo se rompe en pedazos? Ella y Hardin parecían hechos el uno para el otro, como dos almas gemelas, pero él lo ha roto todo, se ha acabado el sueño para siempre. ¿Cómo ha podido ser tan ingenua? Si quiere recuperarla, Hardindeberálucharcomonuncaporloquehahecho.¿Estarápreparado? ¿Sepuedeperdonartodo? www.lectulandia.com-Página2 AnnaTodd Enmilpedazos After-2 ePubr1.0 Titivillus09.02.15 www.lectulandia.com-Página3 Títulooriginal:AfterWeCollided AnnaTodd,2014 Traducción:VickyCharquesCànoves&MarisaRodríguez Editordigital:Titivillus ePubbaser1.2 www.lectulandia.com-Página4 NOTADELEDITOR Descubre la aplicación Serie AFTER y prepárate para una experiencia de lectura 360°. Descargagratuitamentelaaplicaciónentumóvil,siguelossímbolosdelinfinito queencontrarásrepartidosalolargodelaspáginasdeAfteryprepárateparavivirla historiadeHardinyTessaenprimerapersona. Fotos, vídeos, pistas de audio, listas de música y otras sorpresas que te harán disfrutaraúnmásdelaexperienciaAfter. www.lectulandia.com-Página5 Atodoelqueleaestanovela, contodomiamorymigratitud www.lectulandia.com-Página6 PRÓLOGO Hardin Nosientoelasfaltoheladobajomicuerponilanievequemecaeencima.Sólonoto el agujero que me desgarra el pecho. Me arrodillo desesperado viendo cómo Zed arrancaelcocheysaledelaparcamientoconTessaenelasientodelacompañante. Nuncalohabríaimaginado,nienmispeorespesadillashabríapensadoquepodría sentirundolorsemejante.Eldolordelapérdida,lollaman.Jamáshabíatenidonada nianadiedeverdad,jamáshabíasentidolanecesidaddeteneraalguien,dehacera alguiencompletamentemío,deaferrarmeaalguiencontantaintensidad.Elpánico,el putopánicoquemedaperderla,noentrabaenmisplanes.Nadadeestoentrabaen misplanes.Ibaasercoserycantar:melatiraba,meganabaunapastayelderechoa restregárseloaZed.Puntopelota.Sóloquenofueasí.Larubiaconfaldaslargasque hacelistasinterminablesdetareaspendientessemefuemetiendobajolapielhasta que estuve tan loco por ella que ni yo mismo me lo creía. No me di cuenta de lo enamoradoqueestabadeellahastaquemeencontrévomitandoenellavabodespués dehaberlesenseñadoaloscafresdemisamigoslapruebadesuvirginidadrobada. Fuehorribleylopaséfatal…,peroesonomeimpidióhacerlo. Ganélaapuestaperoheperdidoloúnicoquehaconseguidohacermefelizenla vida,ademásdetodaslascosasbuenasquemehizoverqueyotenía.Lanieveme estácalandolaropaymegustaríaculparamipadreporhabermepasadosuadicción; me gustaría culpar a mi madre por haberlo aguantado demasiado tiempo y haber ayudadoacrearauncríodetarados;ytambiénculparaTessaporhabermedirigido lapalabraalgunavez.Joder,megustaríaculparatodoelmundo. Peronopuedo.Lohehechoyosolito.Lahedestrozadoaellaytambiénloque teníamos. Sinembargo,haréloquehagafalta,sealoquesea,paracompensarmiserrores. ¿Adóndeiráahora?¿Podrévolveraencontrarla? www.lectulandia.com-Página7 CAPÍTULO1 Tessa —Tardómásdeunmes—sollozomientrasZedterminadecontarmecómoempezó lodelaapuesta. Semerevuelveelestómagoycierrolosojosenbuscadealivio. —Lo sé. No paraba de salirnos con excusas y de pedir más tiempo, y rebajó la cantidad que iba a percibir. Era muy raro. Todos pensamos que estaba obsesionado conganar,condemostraralgoovetetúasaber,peroahoraloentiendo.—Zedhace unapausayestudiamiexpresión—.Nohablabadeotracosa.Eldíaqueteinvitéa verunapelículaselefuelaolla.Despuésdellevarteacasamecantólascuarentay me dijo que me alejara de ti. Pero me lo tomé a broma porque pensaba que estaba borracho. —¿Os contó… os contó lo del arroyo? ¿Y todo… lo demás? —Contengo la respiración.Lalástimaqueveoensusojosestodalarespuestaquenecesito—.Dios mío.—Metapolacaraconlasmanos. —Noslocontótodo…Conpelosyseñales…—diceenvozbaja. Permanezcoensilencioyapagoelmóvil.Nohadejadodevibrardesdequesalí delbar.Notieneningúnderechoallamarme. —¿Dóndeestátunuevaresidencia?—preguntaZed.Estamoscercadelcampus. —Novivoenunaresidencia.Hardinyyo…—Apenassipuedoterminarlafrase —.Meconvencióparaquemefueraavivirconélhaceunasemana. —No.—Zedalucina. —Sí. Es un… Es un… —tartamudeo, incapaz de encontrar la palabra adecuada parasucrueldad. —Nosabíaquehubierallegadotanlejos.Creíaquedespuésdeenseñarnos…,ya sabes,laprueba…volveríaalanormalidad,aliarseconunadistintacadanoche.Pero desapareció.Apenaslehemosvistoelpelo,exceptolaotranoche,cuandovinoalos muelles a intentar convencernos a Jace y a mí de que no te contásemos nada. Le ofrecióaJaceunmontóndedineroparaquemantuvieralabocacerrada. —¿Dinero?—digo. Hardinnopodríasermásrastrero.LacabinadelacamionetadeZedsehacemás pequeñaconcadarepugnanterevelación. —Sí.Jaceselimitóareírse,claroestá,yledijoaHardinquenoibaacontarte nada. www.lectulandia.com-Página8 —¿Y tú? —pregunto recordando los nudillos magullados de Hardin y la cara nuevadeZed. —Noexactamente…Ledijeque,sinotelocontabaélpronto,loharíayo.Saltaa la vista que no le gustó la idea —dice señalando su cara—. Por si te hace sentir mejor,creoqueleimportasdeverdad. —No le importo y, aunque le importara, lo mismo da —replico apoyando la cabezaenlaventanilla. Hardin ha compartido con sus amigos cada beso y cada caricia, todos los momentos que hemos pasado juntos. Mis momentos más íntimos. Los únicos momentosdeintimidaddemividaresultaquenolohansido. —¿Quieres que vayamos a mi casa? No va con segundas ni nada por el estilo. Puedesdormirenelsofáhastaque…decidasquévasahacer—meofrece. —No.No,gracias.¿Puedousartumóvil?MegustaríallamaraLandon. Zed señala con un gesto de la cabeza hacia su móvil, que está sobre el salpicadero, y por un momento me pregunto cómo habrían sido las cosas si no hubierarechazadoaZedporHardindespuésdelahoguera.Nuncahabríacometido todosestoserrores. Landonrespondealsegundotimbrey,talycomoesperaba,medicequevayaasu casa.Nolehecontadoloquehapasado,peroélesasídeamable.LedoyaZedla direccióndeLandonypermaneceensilenciomientrasatravesamoslaciudad. —Vaavenirabuscarmepornohabertellevadoconél—medice. —Tepediríadisculpasporhabertemetidoenesto…,perolociertoesqueoslo habéisbuscado—replicoconsinceridad. Zedmedaunpocodepenaporquecreoquesusintencioneseranmásnoblesque lasdeHardin,peromisheridasestándemasiadorecientescomoparapoderpensaren esoahoramismo. —Losé—dice—.Sinecesitascualquiercosa,llámame—seofrece,yyoasiento antesdebajardelcoche. Elvahosaledemibocaenbocanadascálidasquesepierdenenelairegélido.Sin embargo,yonosientoelfrío.Nosientonada. Landon es mi único amigo pero vive en casa del padre de Hardin. No se me escapaloirónicodelasituación. —Laqueestácayendo—diceinvitándomeaentraratodaprisa—.¿Ytuabrigo?— meriñemedioenbroma.Luegoparpadeaperplejoencuantolaluzmedaenlacara —.¿Quéhapasado?¿Quétehahecho? Examinolahabitación,rezandoparaqueKenyKarennoesténabajo. —¿Tantosemenota?—Mesecolaslágrimas. Medaunabrazoyyomesecolosojosotravez.Yanotengofuerzas,nifísicasni mentales,parasollozar.Estoymásallá,muchomásallá,delossollozos. www.lectulandia.com-Página9 Metraeunvasodeagua. —Subeatuhabitación—medice. Consigo sonreír, pero un instinto perverso me lleva a la puerta del cuarto de Hardincuandollegoaloaltodelaescalera.Encuantomedoycuenta,eldolorque amenazacondesgarrarmereaparececonmayorintensidad.Rápidamente,doymedia vuelta y me meto en el cuarto que hay al otro lado del pasillo. Me asaltan los recuerdos de la noche en la que crucé el pasillo corriendo al oír a Hardin gritar en sueños. Me siento en la cama de «mi habitación», incómoda, sin saber qué hacer después. Landonaparecealospocosminutos.Sesientaamilado,lobastantecercapara demostrarme que está preocupado y lo bastante lejos para ser respetuoso, como de costumbre. —¿Quiereshablardeloocurrido?—mepreguntaconamabilidad. Asiento. A pesar de que repetir todo el culebrón duele aún más que haber descubierto el pastel, el hecho de contárselo a Landon es casi una liberación, y me consuela saber que al menos había una persona que no estaba al tanto de mi humillación. Él me escucha inerte como una piedra, hasta tal punto que no sé qué está pensando. Quiero saber qué opina de su hermanastro. De mí. Aunque cuando termino,salta,cargadodeenergíafuriosa. —¡Pero¿quédemonioslepasaaesetío?!Esquenomelopuedocreer.Yoque pensaba que casi se estaba convirtiendo… en una buena persona… y va y hace… ¡esto!¡Esdelocos!Nomepuedocreerquetelohayahechoprecisamenteati.¿Por quéibaajorobarloúnicoquetiene? Tanprontoterminalafrase,vuelvelacabezaalarmado. Entoncesyotambiénlooigo.Alguienestásubiendoporlaescalera.Nosonunos pasos cualesquiera, sino pesadas botas que hacen crujir los peldaños de madera y avanzanatodavelocidad. —Estáaquí—decimosalunísono,yduranteunafraccióndesegundomeplanteo escondermeenelarmario. Landonmemiramuyserio. —¿Quieresverlo? Niegofrenéticaconlacabezayélselevantaacerrarlapuertaalmismotiempo quelavozdeHardinmeatraviesa: —¡Tessa! EncuantoLandonalargaelbrazo,Hardinvuelaporelpasilloyloechaaunlado para entrar en la habitación. Se detiene en el centro y yo me levanto de la cama. Landonsequedaahíparado,patidifuso;noestáacostumbradoaestascosas. —Tessasuertequeestásaquí.—Suspiraysepasalasmanosporelpelo. Medueleelpechodeverlo,apartolamiradaymeconcentroenlapared. —Tessa,nena.Escúchame,porfavor.Túsólo… www.lectulandia.com-Página10 Nodigonadaycaminohaciaél.Seleiluminalamirada,esperanzado,yextiende elbrazoparacogerme,peroyosigoandandoylodejoatrás.Conelrabillodelojo veocómolaesperanzadesaparecedesusojos. «Telomereces.» —Háblame—mesuplica. PeroniegoconlacabezaymeplantojuntoaLandon. —No,¡novoyavolverahablartenunca!—grito. —Nolodicesenserio… Seacercaanosotros. —¡Nometoques!—gritocuandomecogedelbrazo. Landon se interpone entre nosotros y le apoya a su hermanastro la mano en el hombro. —Hardin,serámejorquetevayas. Élaprietalosdientesynosmiraaunoyaotro. —Landon,serámejorquetequitesdeenmedio—leadvierte. PeroLandonnosemueve,yconozcoaHardinlosuficienteparasaberqueestá sopesandosusopciones,sivalelapenaonopegarleunpuñetazodelantedemí. Finalmenteparecedecidirquenoyrespirahondo. —Porfavor…,danosunminuto—diceintentandomantenerlacalma. Landonmemiraymisojoslesuplicanquenolohaga.LedalaespaldaaHardin. —Noquierehablarcontigo. —¡No me digas lo que quiere! —le grita Hardin, y estrella el puño contra la pared. Elyesoseabollayseagrieta. Pegounbrincoymeechoallorardenuevo.«Ahorano,ahorano»,merepitoen silenciointentandocontrolarmisemociones. —¡Hardin,vete!—gritaLandonjustocuandoKenyKarenaparecenenlapuerta. «Ay,no.Nodeberíahabervenido.» —¿Quédemoniospasaaquí?—preguntaKen. Nadiedicenada.KarenmemiracomprensivayKenrepitelapregunta. Hardinlelanzaentoncesunamiradaasesina. —¡EstoyintentandohablarconTessayLandonseempeñaenmetersedondeno lollaman! KenmiraaLandonyluegoamí. —¿Qué has hecho, Hardin? —Su tono de voz ha cambiado. Ha pasado de la preocupaciónal…¿enfado?Nosémuybiencómodefinirlo. —¡Nada!¡Joder!—Hardindaunmanotazoalaire. —Lohafastidiadotodo,esoesloquehahecho,yahoraTessanotieneadóndeir —aclaraLandon. Quierohablar,sóloquenotengoniideadequédecir. —Síquetieneadóndeir.Puedeiracasa,queesdondedebeestar.Conmigo— www.lectulandia.com-Página11 replicaHardin. —HardinhaestadojugandoconTessatodoeltiempo.¡Lehahechoalgohorrible! —explotaLandon. Karenahogaungritoyvienehaciamí. Quiero desaparecer. Nunca me he sentido más expuesta e insignificante. No queríaqueKenyKarenseenterasen…,aunquetampocoimportamuchoporqueno creoquequieranvolveravermedespuésdeestanoche. —¿Túquieresirteconél?—mepreguntaKenfrenandomibarrenamental. Niegodébilmenteconlacabeza. —Nopiensoirmesinti—saltaHardin. Daunpasohaciamí,peroretrocedo. —Creoqueeshoradequetevayas,Hardin—diceKenparamisorpresa. —¿Perdona? —La cara de su hijo adquiere un tono de rojo que sólo puedo describircomorabioso—.Puedesconsiderarteafortunadodequevengaatucasa… ¿Cómoteatrevesaecharme? —Me ha hecho muy feliz ver crecer nuestra relación, hijo, pero esta noche es mejorquetevayas. Hardindamanotazosenelaire. —Menudamierda;¡¿atiquéteimportaella?!—grita. Kenmemirayluegomiraasuhijo. —No sé lo que le has hecho, pero espero que haya valido la pena porque has perdidoloúnicobuenoqueteníasenlavida—diceagachandolacabeza. NosésilohandejadopasmadolaspalabrasdeKenosisuenfadohaalcanzadoel punto máximo y luego se ha disipado como una tormenta, pero lo cierto es que Hardin se queda muy quieto, me mira un instante y sale de la habitación. Nadie se muevemientraslooímosbajarlaescaleraabuenritmo. Elportazoretumbaenlacasaensilencio.MiroaKenysollozo: —Losiento.Yamevoy.Noeramiintenciónqueocurrieranadadeesto. —No, quédate todo el tiempo que necesites. Aquí siempre eres bienvenida — dice,yKarenyélmeabrazan. Entonces ella me coge de la mano y me la estrecha. Ken me mira cansado y exasperado. —Tessa,quieroaHardin—asegura—,perocreoquelosdossabemosque,sinti, nohaynadaquenosuna. www.lectulandia.com-Página12 CAPÍTULO2 Tessa Permanecíbajoelaguatodocuantopude,dejandoqueéstacayerasobremí.Quería que me purificara, que me diera confianza. Pero la ducha caliente no me ayudó a relajarmecomoesperabaquelohiciera.Nopuedopensarennadaquevayaacalmar eldolorquesientopordentro.Pareceinfinito.Permanente.Comounorganismoque se ha aposentado en mi interior y a la vez como un agujero que poco a poco se va haciendomásgrande. —Sientomucholodelapared.Meheofrecidoapagarla,peroKenseniega—le digoaLandonmientrasmecepilloelpelohúmedo. —No te preocupes por eso. Ya tienes bastante —repone frunciendo el ceño mientrasmepasalamanoporlaespalda. —No entiendo cómo mi vida ha acabado así, cómo he llegado a este punto — explicomirandoalfrenteporquenoquieroverlosojosdemimejoramigo—.Hace tresmesestodoteníasentidoparamí.TeníaaNoah,quenuncamehabríahechonada parecidoaesto.Estabamuyunidaamimadreyteníaunaideaclaradecómoibaaser mivida.Yahoranotengonada.Nadaenabsoluto.Nisiquierasésideberíavolvera las prácticas porque Hardin puede aparecer por allí o tal vez convencer a Christian Vance de que me despida simplemente porque sabe que puede hacerlo. —Cojo la almohada que hay en la cama y la sujeto con fuerza—. Hardin no tenía nada que perder,peroyosí.Hepermitidoquemeloquitaratodo.Mividaantesdeconocerlo era muy sencilla y lo tenía todo muy claro. Ahora…, después de él…, es sólo… después. Landonmemiraconlosojosmuyabiertos. —Tessa, no puedes dejar las prácticas, ya te ha quitado bastante. No dejes que tambiéntequiteeso—dicecasisuplicando—.LobuenodelavidadespuésdeHardin esquepuedeshacerconellaloquequieras.Comosiquieresempezardecero. Sé que tiene razón, pero no es tan fácil. Ahora todo a mi alrededor guarda relación con Hardin, incluso me pintó el puñetero coche. De algún modo se ha convertidoenelpegamentoquemanteníamividaensusitio,yensuausenciasólo mequedanlasruinasdeloquefuemiexistencia. Cuandocedoyasientopococonvencida,Landonmesonríeunpocoymedice: —Voyadejartedescansar. Luegomeabrazaysedirigehacialapuerta. www.lectulandia.com-Página13 —¿Creesquepasaráalgúndía?—pregunto,ydamediavuelta. —¿Elqué? Mivozesapenasunsusurrocuandodigo: —Eldolor. —Nolosé…Quieropensarquesí.Eltiempolocura…casitodo—mecontesta reconfortándomeconsumediasonrisa,ceñomediofruncido. Nosésieltiempomecuraráono,peroséque,sinolohace,nosobreviviré. Conmuchadecisióndisimuladaconsusmodalesintachablesysubuenaeducación, Landonmesacadelacamaalamañanasiguienteparaasegurarsedequenofaltoa lasprácticas.MetomounminutoparadejarlesunanotadeagradecimientoaKenya KarenyparapedirlesperdónunavezmásporelagujeroqueHardinleshahechoen lapared.Landonestámuycalladoymemiraconelrabillodelojomientrasconduce, intentando animarme con sonrisas y pequeñas frases de autoayuda. Pero yo sigo encontrándomefatal. Losrecuerdosinvadenmimentecuandoentramosenelaparcamiento.Hardinde rodillasenlanieve.Zedexplicándomelaapuesta.Abrolapuertademicochelomás rápidoquepuedoparametermedentroyescapardelfrío.Hagounamuecaalvermi reflejo en el retrovisor. Tengo los ojos inyectados en sangre y rodeados de sendos círculos negros con unas bolsas enormes. Parezco sacada de una película de terror. Voyanecesitarmuchomásmaquillajedelqueimaginaba. MedirijoaWalmart—laúnicatiendaquehayabiertaaestashoras—acomprar todoloquenecesitoparaenmascararmissentimientos,peronotengonilasfuerzasni laenergíaparaesforzarmedeverdadconlasapariencias,asíquenoestoysegurade tenermuybuenaspecto. Un ejemplo: llego a la editorial y Kimberly ahoga un grito al verme. Intento sonreírlecuandosaltadesusillón. —Tessa,cielo,¿estásbien?—mepreguntamuypreocupada. —¿Tanmalacaratengo?—digoencogiéndomedehombros,sinfuerzas. —No,claroqueno—miente—.Sóloesqueseteve… —Agotada. Lo estoy. Los exámenes finales casi consiguen acabar conmigo — contesto. Asienteymededicaunacálidasonrisa,peroséquenomequitaojodeencima hastaquellegoamidespacho.Despuésdeeso,eldíasemehaceeterno,comosino fueraaacabarnunca,hastaqueaúltimahoraelseñorVancellamaamipuerta. —Buenastardes,Tessa—diceconunasonrisa. —Buenastardes—consigoresponder. —Sólo quería que supieras que estoy muy impresionado con el trabajo que has hechohastaahora.—Sonríe—.Enrealidad,hacesuntrabajomejorymásdetallado quemuchosdemisempleados. www.lectulandia.com-Página14 —Gracias,significamuchoparamí—digo,ydeinmediatounavozenmicabeza merecuerdaqueconseguíestasprácticasgraciasaHardin. —Dichoesto,megustaríainvitarteauncongresoenSeattleelfindesemanaque viene.Suelensermuyaburridos,peroéstetratarásobreedicióndigital,«elfuturoya estáaquí»ytodoeso.Conocerásamuchagenteyaprenderáscosas.Voyaabriruna sucursalenSeattledentrodeunosmesesynecesitohacercontactos.—Seríe—.¿Qué me dices? Tendrás los gastos pagados y saldremos el viernes por la tarde. Puedes traerte a Hardin si quieres. No al congreso, pero sí a Seattle —me explica con una sonrisadecomplicidad. Sisupieraloquedeverdadestápasando… —Porsupuestoquequieroir,yagradezcomuchosuinvitación—ledigo sinpoderdisimularmientusiasmoyelalivioquesiento.Porfinmesucede algobueno. —¡Genial! Kimberly te dará todos los detalles y te explicará cómo va lo de los gastos…—prosigue,aunqueyotengolacabezaenotraparte. Laideadeasistiralcongresoaliviaunpocoeldolor.EstarélejosdeHardinpero, porotraparte,SeattleahoramerecuerdaacuandoHardinhablabadellevarmeallí. Lohamancilladotodoenmivida,incluyendoelestadodeWashington.Eldespacho sehacemáspequeñoyelairemásdenso. —¿Te encuentras bien? —pregunta el señor Vance frunciendo el ceño preocupado. —Sí, sí… Sólo es que… no he comido y anoche tampoco dormí mucho —le digo. —Anda,veteacasa.Puedesacabarloqueestéshaciendoallí. —Nopasanada,puedo… —No, vete a casa. Aquí no hay emergencias. Nos las apañaremos sin ti —me aseguraconungesto,ysemarcha. Recojo mis cosas y me miro en el espejo del baño. Sí, sigo estando hecha una pena.EstoyapuntodesubiralascensorcuandoKimberlymellama. —¿Tevasacasa?—mepregunta,yasiento—.QuesepasqueHardinestádemal humor.Tencuidado. —¿Qué?¿Cómolosabes? —Porque me ha dicho de todo cuando no he querido pasarte sus llamadas. — Sonríe—.Nisiquieraladécimavezquelohaintentado.Mefiguroque,siquisieras hablarconél,tehabríallamadoalmóvil. —Gracias —le digo, y se lo agradezco también en silencio por ser tan observadora.LavozdeHardinporelauricularhabríahechodiezvecesmásgrandeel agujeroquetengoenelpecho. Consigollegaralcocheantesdeecharmeallorardenuevo.Eldolorsóloparece ir a peor cuando no tengo con qué distraerme, cuando me quedo sola con mis pensamientos y mis recuerdos y, por supuesto, cuando veo las quince llamadas www.lectulandia.com-Página15 perdidasdeHardinenlapantallademimóvilylosdiezmensajesdetextoquenovoy aleer. Merecompongolosuficienteparapoderconduciryhagoloquetantomiedome dahacer:llamaramimadre. Respondealprimertimbre. —¿Diga? —Mamá —sollozo. La palabra se me hace rara cuando sale de mi boca, pero ahoramismonecesitosuconsuelo. —¿Quétehahecho? Ésa es la reacción de todo el mundo. Todos veían que Hardin era un peligro inminente.Todosmenosyo. —Yo…, él… —No consigo articular una frase completa—. ¿Puedo ir a casa, aunquesóloseaundía?—lepregunto. —Porsupuesto,Tessa.Nosvemosdentrodedoshoras—medice,ycuelga. Muchomejordeloquemeimaginaba,peronotancariñosacomoesperaba.Ojalá tuvierauncarácterparecidoaldeKaren,dulceycapazdeaceptarcualquierdefecto. Desearíaquefueraunpocomástierna,lojustoparaqueyopudieratenerelconsuelo deunamadre,unamadreafectuosaycomprensiva. Memetoenlaautopistayapagoelmóvilantesdehacerunaestupidez,comoleer algunodelosmensajesdeHardin. www.lectulandia.com-Página16 CAPÍTULO3 Tessa Eltrayectodevueltaalhogardemiinfanciaesfácilyloconozcobien;nonecesito pensarmucho.Meobligoagritarlotodo,talcual,agritartodocuantomepermiten mispulmoneshastaquemeduelelagarganta,antesdellegaralaciudadenlaque nací.Mecuestamuchomásdeloquepensabaporquenotengoganasdegritar.Delo querealmentetengoganasesdellorarydequesemetraguelatierra.Daríacualquier cosaporretrocedereneltiempohastamiprimerdíaenlauniversidad;habríaseguido elconsejodemimadreymehabríacambiadodehabitación.Aellalepreocupabaque Stephfueraunamalainfluencia;ay,sinoshubiéramosdadocuentadequeelchico maleducadodepelorizadoibaaserelproblema.Dequeibaacogerme,amarearme yahacermepedacitosparaluegosoplaryesparcirlosporelcieloybajolasbotasde susamigos. Sólo he estado a dos horas de casa todo este tiempo, pero con todo lo que ha pasado,parececomosihubieraestadomuchomáslejos.Nohevueltoaquídesdeque empecé la universidad. Si no hubiera roto con Noah, habría vuelto a menudo. Me obligoamantenerlavistaenlacarreteracuandopasopordelantedesucasa. Aparco en nuestra entrada y salto del coche. Pero cuando estoy delante de la puerta no sé si debo llamar o no. Se me hace raro llamar, pero no me encuentro cómodaentrandosinmás.¿Cómopuedenhabercambiadotantolascosasdesdeque mefuialauniversidad? Finalmentedecidoentrarsinmásymeencuentroamimadre,depiejuntoalsofá marróndecuero,completamentemaquillada,conunvestidoyzapatosdetacón.Todo estáigualquesiempre:limpioyperfectamenteordenado.Laúnicadiferenciaesque parecemáspequeño,talvezencomparaciónconlacasadeKen.Bueno,laverdades que la casa de mis padres es pequeña y fea vista desde fuera, pero por dentro está muybiendecoradaymimadresiemprehizoloimposibleporesconderelcaosdesu matrimonio detrás de unas paredes bien pintadas, flores y atención a las líneas limpias.Unaestrategiadecorativaconlaquecontinuódespuésdequemipadrenos dejara, creo que porque para entonces ya se había convertido en costumbre. Hace calorenlacasa,yelfamiliararomadevainillainvademisfosasnasales.Mimadre siemprehaestadoobsesionadaconlosquemadoresdeaceitesesenciales,yhayuno encadahabitación.Mequitoloszapatosenlapuerta;séquenoquiererestosdenieve ensusuelodemaderareciénencerado. www.lectulandia.com-Página17 —¿Teapeteceuncafé,Theresa?—preguntaantesdedarmeunabrazo. Heheredadolaadicciónalcafédemimadre,yesapequeñaconexiónmedibuja unasonrisaenloslabios. —Sí,porfavor. Lasigoalacocinaymesientoalamesasinsabermuybiencómoempezarla conversación. —¿Vasacontarmeloquehaocurrido?—preguntasinreparos. Respirohondoyledoyunsorboamicaféantesderesponderle. —Hardinyyohemosroto. Suexpresiónesneutra. —¿Porqué? —Bueno,porqueresultónoserquienyocreíaqueera—digo. Sujeto la taza de café con ambas manos para intentar no pensar en el dolor y prepararmeparalacontestacióndemimadre. —Y¿quiéncreíasqueera? —Alguienquemequería.—NoestoymuyseguradequiéncreíaqueeraHardin, comopersona,porsímismo,másalládeeso. —Y¿ahorayanolocrees? —No,ahoraséquenosignificoparaélloqueyomepensaba. —¿Porquéestástansegura?—preguntaconsangrefría. —Porqueconfiabaenélymehatraicionadodeunmodohorripilante. Séqueestoyomitiendolosdetalles,perosigosintiendolaextrañanecesidadde proteger a Hardin de los juicios de mi madre. Me regaño a mí misma por ser tan tonta,porpensarenélsiquiera,cuandoestáclaroqueélnoharíalomismopormí. —¿No crees que deberías haber considerado esa posibilidad antes de haber decididoirteavivirconél? —Sí,losé.Adelante,dimelotontaquesoy,dimequeyameloadvertiste. —Te lo advertí, te advertí que había tipos como él. Es mejor mantenerse bien lejos de hombres como él y como tu padre. Sólo me alegro de que todo haya terminadoantesdeempezar.Lagentecometeerrores,Tessa.—Bebedesutazaydeja unamarcarosadelápizdelabiosenelborde—.Estoyseguradequeteperdonará. —¿Quién? —Noah,¿quiénsino? «Pero¿esquenoloentiende?»Sólonecesitohablarconella,quemeconsuele,no quemepresioneparaquevuelvaconNoah.Mepongodepie,lamiroyluegomiro alrededor.«¿Lodiráenserio?Nopuedeserqueloestédiciendoenserio.» —¡QuelascosasnohayanfuncionadoconHardinnosignificaquevayaavolver conNoah!—salto. —Y¿porquéno?Tessa,deberíasdarlasgraciasdequeestédispuestoadarteuna segundaoportunidad. —¿Qué?¿Porquénopuedesdejarlocorrer?Ahoramismononecesitoestarcon www.lectulandia.com-Página18 nadie, y menos aún con Noah. —Quiero arrancarme el pelo a mechones. O arrancárseloaella. —¿Quésignificaesode«ymenosaúnconNoah»?¿Cómopuedesdeciralgoasí deél?Sehaportadocontigodemaravilladesdequeeraiscríos. Suspiroyvuelvoasentarme. —Losé,mamá,yNoahmeimportamucho,sóloquenodeesamanera. —Nosabesloquedices.—Selevantaytirasucaféporeldesagüe—.Elamorno siempreeslomásimportante,Theresa.Loimportanteeslaestabilidadylaseguridad. —Sólotengodieciochoaños—ledigo. Noquieropensarenestarconalguiensinamarlo,sóloporlaestabilidad.Quiero conseguirpormímismaseguridadyestabilidad.Quieroaalguienaquienamaryque meame. —Casidiecinueve,ysinollevascuidadoahoraluegonadietequerrá.Ahoravea retocarte el maquillaje porque Noah llegará en cualquier momento —anuncia mi madre,ysaledelacocina. Noséporquéhevenidoaquíenbuscadeconsuelo.Mehabríaidomejorsime hubieraquedadotodoeldíadurmiendoenelcoche. Tal y como ha dicho, Noah llega cinco minutos después, aunque yo no me he molestadoenarreglarme.Cuandoloveoentrarenlapequeñacocinamesientocaer muchomásbajodeloquehecaídohastaahora,cosaquenocreíaquefueraposible. Mesonríeconsuperfectaycálidasonrisa. —Hola—saluda. —Hola,Noah. Se acerca y me levanto para darle un abrazo. Su cuerpo emana calor y su sudaderahuelemuybien,talcomoyolorecordaba. —Tumadremehallamado—dice. —Losé.—Intentosonreír—.Perdonaquesigametiéndoteenesto.Noentiendo cuálessuproblema. —Yosí:quierequeseasfeliz—dicedefendiéndola. —Noah…—leadvierto. —Loquepasaesquenosabequétehacerealmentefeliz.Quierequeseayo,a pesardequenoesasí.—Seencogedehombros. —Perdona. —Tess,dejadepedirmeperdón.Sóloqueríaasegurarmedequeestabasbien— meconfirma,ymedaotroabrazo. —Noloestoy—confieso. —Losé.¿Quiereshablardeello? —No lo sé… ¿Seguro que no te importa? —No quiero hacerle daño otra vez hablándoledelchicoporelquelodejé. —Sí,seguro—dice,ysesirveunvasodeaguaantesdesentarsealamesafrente amí. www.lectulandia.com-Página19 —Vale…—repongo,ybásicamenteselocuentotodo. Mereservolosdetallessexuales,porqueesoesprivado. Bueno,enmicaso,no,peroparamíloson.SigosinpodercreermequeHardin les contara a sus amigos todo lo que hacíamos… Eso es lo peor. Aún peor que haberlesenseñadolassábanaseselhechodeque,despuésdedecirmequemequería, ydehacerelamor,pudieradarmediavueltayburlarsedeloquehabíapasadoentre nosotrosdelantedetodoelmundo. —Sabía que iba a hacerte daño pero no me imaginaba hasta qué punto —dice Noah.Esevidentequeestámuyenfadado.Meresultararoverloexteriorizarasílas emociones, dado que normalmente es muy tranquilo y muy callado—. Eres demasiadobuenaparaél,Tessa.Esetipoesescoria. —Nomepuedocreerlotontaquehesido.Lodejétodoporél.Perolopeordel mundoesamaraalguienquenotequiere. Noahcogeelvasoyledavueltasentrelasmanos. —Quémevasacontar—dicecondulzura. Quieroabofetearmeporloqueacabodedecir,porhabérselodichoaél.Abrola bocaperomecortaantesdequepuedadisculparme. —No pasa nada —replica, y alarga el brazo para acariciarme la mano con el pulgar. Jo,ojaláestuvieraenamoradadeNoah.Conélseríamuchomásfelizyélnunca seríacapazdehacermenadaparecidoaloquemehahechoHardin. Noahmeponealdíadetodoloquemeheperdido,quenoesmucho.Vaaira estudiaraSanFranciscoenvezdealaWCU,cosaqueleagradezcounmontón.Al menos,hasalidoalgobuenodeldañoquelehehecho:lehadadoelempujoncitoque necesitabaparasalirdeWashington.Mehabladeloquehaestadoinvestigandosobre Californiay,paracuandosemarcha,yahaanochecidoycaigoenlacuentadequemi madresehaquedadoensucuartotodoelratoquehaduradolavisita. Salgo al jardín de atrás y acabo en el invernadero en el que pasé casi toda mi infancia. Contemplo mi reflejo en el cristal y miro hacia el interior de la pequeña estructura.Lasplantasylasfloresestánmuertasyestátodohechoundesastre.Muy apropiado. Tengotantascosasquehacer,tantoenloquepensar…Hedeencontrarunlugar donde vivir y el modo de recoger todas mis cosas del apartamento de Hardin. He pensadoseriamenteennoirabuscarlas,peronopuedo.Todamiropaestáallíy,lo queesmásimportante,tambiénmislibrosdetexto. Mellevolamanoalbolsillo,enciendoelmóvilyalospocossegundostengoel correollenoyapareceelsímbolodelbuzóndevoz.Pasodelbuzóndevozyechoun vistazo rápido a los mensajes, pero sólo al remitente. Todos son de Hardin excepto uno. Kimberlymehaescrito: www.lectulandia.com-Página20 Christianmehadichoquetequedesencasamañana.Todoelmundoseirá al mediodía porque hay que pintar la primera planta, así que no vengas a la oficina.Avísamesinecesitasalgo.Bss. Qué alivio, mañana tengo el día libre. Me encantan mis prácticas, pero estoy empezandoapensarquedeberíacambiarmedeuniversidadoinclusomarcharmede Washington.ElcampusnoeslobastantegrandeparapoderevitaraHardinyatodos susamigos,ynoquieroquemerecuerdeconstantementeloquetuveconél.Bueno, loquecreíatenerconél. Paracuandoentrodenuevoencasanosientonilasmanosnilacaraacausadel frío.Mimadreestásentadaenunasilla,leyendounarevista. —¿Puedoquedarmeadormir?—lepregunto. Memirauninstante. —Sí. Mañana veremos cómo te metemos otra vez en una residencia —dice, y sigueleyendosurevista. Imaginoquenovaadecirmenadamásestanoche.Suboamiantiguahabitación, que está tal y como la dejé. No ha cambiado nada. Ni siquiera me molesto en desmaquillarme.Mecuesta,peromeobligoadormirysueñoconlostiemposenlos quemividaeramuchomejor.AntesdeconoceraHardin. Suenaelmóvilenplenanocheymedespierta.PasodeélymepreguntosiHardin serácapazdedormir. Alamañanasiguiente,todocuantomimadremediceantesdeirseatrabajaresque llamará a la facultad y los obligará a aceptarme de vuelta en la residencia, en un edificiodistintodeldeantes.Memarchoconlaintencióndeiralcampus,peroluego decido pasar por el apartamento. Cojo la salida a la carretera que lleva hasta allí y conduzcotodolodeprisaquepuedoparallegarantesdepodercambiardeopinión. BuscoelcochedeHardinenelparking.Dosveces.Cuandomeaseguro dequenoestá,aparcoenlanieve,cercadelaentrada.Llegoalvestíbulocon losbajosdelosvaquerosempapadosyestoycongelada.Tratodepensaren cualquiercosamenosenHardinperomeresultaimposible. Hardindebíadeodiarmedeverdadparahaberllegadoaesosextremoscontalde destrozarmelavidayluegohacerquememudaraaunapartamentolejosdetodaslas personas que conozco. Debe de sentirse muy orgulloso de sí mismo por hacerme sufrirasí. Mepeleoconlasllavesantesdeabrirlapuertadenuestroapartamentoymeentra elpánico,demodoquecasimecaigoalsuelo. «¿Cuándovaapararesto?¿Sevolverámássoportable?» Entrodirectamenteeneldormitorioysacomismaletasdelarmario.Metotodami ropaenellassinningúncuidado.Misojosseposanenlamesilladenoche,dondehay www.lectulandia.com-Página21 un pequeño portarretratos. Es la foto que nos hicimos Hardin y yo, la mar de sonrientes,antesdelabodadeKen. Quépenaquefueratodounafarsa.Laagarroestirándomeporencimadelacama ylaarrojoconrabiaalsuelodehormigón.Elcristalsehaceañicos.Pasoentonces por encima de la cama, recojo la foto del suelo y la rompo en pedazos lo más pequeñosquepuedo.Nomedoycuentadequeestoysollozandohastaquenopuedo respirar. Cojo mis libros, los meto en una caja vacía y, de forma instintiva, me guardo tambiénlacopiadeCumbresborrascosasdeHardin.Nocreoquelaechedemenos y,laverdad,meladebedespuésdetodoloquemehaarrebatado. Meduelelagarganta,asíquevoyalacocinaymepongounvasodeagua.Me sientoalamesaunosminutosyfinjoquenadadeestohapasado.Meimaginoque, envezdetenerqueenfrentarmeyosolaalosdíasvenideros,Hardinestáapuntode volveracasadespuésdeclaseymesonreiráymediráquemequiereyquemeha echadodemenosdurantetodoeldía.Quemesentaráenlaencimeraymebesarácon deseoyamor… Derepente,elruidodelosgoznesdelapuertamesacademiridículaensoñación. MepongoenpiedeunbrincocuandoveoapareceraHardin.Élnomeveporqueestá mirandohaciaatrás. Aunamorenaconunvestidonegrodepunto. —Esaquí…—empiezaadecir,ysecallaencuantovemismaletasenelsuelo. Mequedoheladacuandosusojosrecorrenelapartamentoylacocina.Losabre comoplatosalverme. —¿Tess?—dicecomosinoestuvierasegurodequefuerareal. www.lectulandia.com-Página22 CAPÍTULO4 Tessa Estoy hecha un asco. Llevo unos pantalones vaqueros caídos y una sudadera, el maquillajedeayeryelpeloenmarañado.Miroalachicaqueestádepiedetrásdeél. El pelo castaño le cae en sedosos rizos por la espalda como una cascada. Lleva un maquillaje ligero y perfecto, es una de esas mujeres que ni siquiera lo necesitan. Cómono. Esto es muy humillante y desearía que me tragase la tierra y desaparecer de la vistadeesapreciosachica. Cuando me agacho a recoger una de mis maletas del suelo, Hardin parece recordarqueellaestáahíysevuelveparamirarla. —Tessa,¿quéhacesaquí?—pregunta.Intentolimpiarmelosrestosdemaquillaje dedebajodelosojosmientraslepreguntaasunuevachica—:¿Nosdasunminuto? Ellamemira,asienteysalealpasillodeledificio. —Nomepuedocreerqueestésaquí—diceHardinentrandoenlacocina. Se quita la chaqueta, cosa que hace que se le levante la camiseta blanca y aparezca su torso bronceado. El tatuaje que lleva ahí, en el estómago, las ramas retorcidasconfuriadeunárbolmuerto,meatormenta.Mepidequeloacaricie.Me encanta ese tatuaje. Es mi favorito de todos los que lleva. Sólo ahora veo el paralelismoentreelárbolyél.Ningunodelosdosescapazdesentirnada.Ambos estánsolos.Almenos,elárboltienelaesperanzadevolveraflorecer.Hardin,no. —Ya…yameiba—consigodecir. Estáperfecto,guapísimo.Eldesastremáshermoso. —Por favor, deja que me explique —me suplica, y veo que sus ojeras son aún máspronunciadasquelasmías. —No. Intentocogerdenuevomismaletasperomelasquitadelasmanosylasdejaotra vezenelsuelo. —Dosminutos.Sólotepidoeso,Tess—dice. DosminutosconHardinesdemasiadotiempo,peroeslaconclusiónquenecesito para poder seguir con mi vida. Suspiro y me siento tratando de contener cualquier sonido que pueda traicionar mi cara de póquer. Salta a la vista que Hardin está sorprendido,perorápidamentesesientafrenteamí. —Yaveoquenohasperdidoeltiempo—digoenvozbajalevantandolabarbilla www.lectulandia.com-Página23 hacialapuerta. —¿Qué? —dice él, y entonces parece acordarse de la morena—. Trabaja conmigo.Sumaridoestáabajo,consuhijareciénnacida.Estánbuscandopisoyella queríavernuestro…apartamento. —¿Temudas?—pregunto. —No, si tú te quedas. Pero no le veo sentido a quedarme aquí sin ti. Estoy sopesandomisopciones. Unapartedemísienteungranalivio,peroalinstantemipartemásaladefensiva merecuerdaqueelquenosehayaacostadoconlamorenanosignificaquenovayaa acostarse con otra en breve. Ignoro la punzada de pena que siento al oír a Hardin hablardemudarse,apesardequenovoyaestaraquícuandoesoocurra. —¿Creesquetraeríaaalguienaquí,anuestroapartamento?Sólohanpasadodos días…¿Esesoloquepiensasdemí? Peroquécaratiene. —¡Sí!¡Ahoraesesoloquepiensodeti! Asiento furiosamente y el dolor le cruza la cara, pero después de un instante simplementesuspiraabatido. —¿Dóndedormisteanoche?Fuiacasademipadreynoestabasallí. —Encasademimadre. —Ah.—Bajalacabezaysemiralasmanos—.¿Habéishecholaspaces? Lomirodirectamentealosojos.Esincreíblequetengaelvalordepreguntarme pormifamilia. —Esoyanoesdetuincumbencia. Extiendelamanohaciamíperosedetiene. —Teechomuchodemenos,Tessa. Mequedosinaliento,aunqueentoncesrecuerdolobienqueseledaretorcerlas cosas.Mevuelvo. —Ya,seguroquesí. Apesardequemisemocionessonuntorbellino,nomepermitodesmoronarme delantedeél. —Teechodemenos,Tessa—repite—.Séquelahefastidiadoamásnopoder, perotequiero.Tenecesito. —Calla,Hardin.Ahórrateeltiempoylasfuerzas.Yanomeengañas.Yatieneslo quequerías,¿porquénolodejasdeunavez? —Porque no puedo. —Intenta cogerme la mano pero la aparto—. Te quiero. Tienesquedarmeotraoportunidadparaquepuedacompensarte.Tenecesito,Tessa. Tenecesito.Ytútambiénmenecesitasamí. —No,laverdadesqueno—replico—.Meibamuybienhastaqueaparecisteen mivida. —Quetefueramuybiennoeslomismoqueserfeliz—dice. —¿Feliz?—resoplo—.Y¿ahorasemevefeliz? www.lectulandia.com-Página24 ¿Cómoseatreveaafirmarqueélmehacefeliz? Sinembargo,mehizofeliz.Mehacíamuyfeliz. —Nopuedesquedarteahísentadaydecirmequenotecreesquetequiero. —Sé que no me quieres. Para ti no era más que un juego. Tú me estabas utilizandomientrasyomeenamorabadeti. Selellenanlosojosdelágrimas. —Dejaquetedemuestrequetequiero,porfavor.Haréloquesea,Tessa.Loque sea. —Yamehasdemostradobastante,Hardin.Laúnicarazónporlaqueestoyaquí sentada es porque me debo a mí misma escuchar lo que tienes que decir para así poderseguiradelanteconmivida. —Noquieroquesigascontuvida—dice. Resoplo. —¡Me da igual lo que tú quieras! Lo que me importa es el daño que me has hecho. Suvozsuenadébilyquebradizacuandoañade: —Dijistequenuncaibasadejarme. Nomefíodemímismacuandoseponeasí.Odioquesudolormecontroleyme hagaperderelbuenjuicio. —Te dije que no te dejaría si no me dabas un motivo para hacerlo. Pero lo has hecho. Ahoraentiendoperfectamenteporquésiempretemíaquelodejara.Yocreíaque eranparanoiassuyas,quecreíanoserlobastantebuenoparamí,peromeequivocaba. Ydequémanera.Sabíaquesaldríahuyendoencuantodescubrieralaverdad.Debería echaracorrerahoramismo.Lebuscabaexcusasportodoloquelepasódeniño,pero entoncesempiezoapreguntarmesitodoesonoestambiénunamentira.Deprincipio afin. —Nopuedoseguirasí—digo—.Confiabaenti,Hardin.Confiabaenticontodo mi ser. Creía en ti, te quería y tú me estabas utilizando desde el primer momento. ¿Tienes la menor idea de cómo me siento? Todo el mundo se burlaba de mí a mis espaldas,empezandoporti,lapersonaenlaquemásconfiaba. —Losé,Tessa,losé.Nosécómodecirtelomuchoquelosiento.Noséenqué coñopensabacuandopropuselodelaapuesta.Creíaqueibaasermuyfácil…—Le tiemblan las manos mientras me suplica—. Creía que te acostarías conmigo y se acabó.Perotúerastantestarudaytan…fascinantequederepentenopodíadejarde pensar en ti. Me sentaba en mi habitación planeando excusas para volver a verte, aunquesólofueraparapelearnos.Supequeyanoeraunaapuestadespuésdelodel arroyo pero no fui capaz de admitirlo. Estaba luchando conmigo mismo y me preocupabamireputación.Séqueesdelocos,peroestoyintentandosersincero.Y cuando le contaba a todo el mundo las cosas que hacíamos, no les contaba lo que hacíamos de verdad… No podía hacerte eso, ni siquiera al principio. Me inventaba www.lectulandia.com-Página25 historiasyellosselastragaban. Algunas lágrimas ruedan por mis mejillas y Hardin alarga el brazo para enjugármelas.Nomemuevolobastanterápidoyeltactodesupielenciendelamía. Tengoquesacarfuerzasdeflaquezaparanoesconderlacaraensumano. —Odioverteasí—musita. Cierro los ojos y vuelvo a abrirlos, desesperada por contener las lágrimas. Permanezcoensilenciomientrasélsiguehablando. —Telojuro,empecéacontarlesaNateyaLoganlodelarroyoperonotéqueme estabacabreando,quemeponíacelosodepensarqueibanaenterarsedeloquehacía contigo…,decómotehacíasentir,asíquelesdijequemehiciste…,bueno,lesconté unatrola. Séqueelhechodequelesmintierasobreloquehicimosnoesmejorqueelhecho de que les contara la verdad, en serio. Pero por alguna razón me siento aliviada al saber que Hardin y yo somos los únicos que realmente sabemos lo que ha pasado entrenosotros,losdetallesdenuestrosmomentosdeintimidad. Aunqueconesonobasta.Además,seguroqueloquemeestácontandotambién esmentira.Notengomaneradesaberlo,yaquíestoy,dispuestaacreerlo.«Estoyfatal delomío.» —Aunquetecreyera,nopuedoperdonarte—digo. Parpadeoparacontenerlaslágrimasyélsellevalasmanosalacabeza. —¿Nomequieres?—preguntamirándomeporentrelosdedos. —Sí,tequiero—admito. Elpesodemiconfesióncaesobrenosotros.Hardinbajalasmanosymemiracon una expresión que hace que desee tragarme mis palabras. Aunque sea la verdad: lo quiero,loquierodemasiado. —Entonces¿porquénopuedesperdonarme? —Porque es imperdonable. No sólo me mentiste. Me robaste la virginidad para ganar una apuesta y luego le enseñaste a la gente las sábanas manchadas con mi sangre.¿Creesquehayalguiencapazdeperdonareso? Dejacaerlasmanosysusojosverdesybrillantesparecendesesperados. —¡Tehiceperderlavirginidadporquetequiero!—dice,cosaquesóloconsigue quenieguefervientementeconlacabeza.Asíquecontinúa—:Yanoséniquiénsoy sinti. Desvíolamirada. —De todas maneras, no habría funcionado, ambos lo sabíamos —le digo para sentirmemejor. Es horrible estar sentada delante de él y verlo sufrir pero, al mismo tiempo, mi sentido de la justicia hace que el hecho de verlo sufrir me haga sentir… un poco mejor. —¿Porquénohabríasalidobien?Nosibadeperlas… —Loqueteníamosestababasadoenunamentira,Hardin.—Y,comoelhechode www.lectulandia.com-Página26 verlo sufrir de repente me ha dado confianza en mí misma, añado—: Además,¿tútehasvisto?Y¿mehasvistoamí? No lo digo en serio, pero la cara que pone cuando utilizo su mayor inseguridadsobrenuestrarelaciónensucontra,aunquepordentromemata,también merecuerdaqueselomerece.Siemprelehapreocupadocómonosvenlosdemás, quesoydemasiadobuenaparaél.Yahoraacaboderestregárseloporlacara. —¿LodicesporNoah?Lohasvisto,¿noesasí? La mandíbula me llega al suelo. ¿Cómo se atreve? Los ojos se le llenan de lágrimas y tengo que recordarme a mí misma que él se lo ha buscado. Lo ha estropeadotodo. —Sí, pero es irrelevante. Ése es tu problema, que vas por ahí haciéndole a la genteloquetesaledelasnarices,sinpreocupartedelasconsecuencias,¡yesperas quetodosteríanlagracia!—legritolevantándomedelamesa. —¡Noesverdad,Tessa!—exclama,ypongolosojosenblanco.Alverlo,hace una pausa, se levanta y mira por la ventana y luego a mí—. Bueno, sí, es posible. Perotúmeimportasdeverdad. —Ya,puesdeberíashaberlopensadoantesdepresumirdetuconquistaantetus amigos—respondoalinstante. —¿Miconquista?¿Lodicesenserio?Noeresningunaconquista.¡Loerestodo para mí! Eres el aire que respiro, el dolor que siento, mi corazón, ¡mi vida! — exclamadandounpasoenmidirección. Loquemásmeentristeceesquesonlaspalabrasmásconmovedorasquemeha dichonunca,peromelasestádiciendoagritos. —¡Abuenashoras!—ledevuelvolosgritos—.¿Creesquepuedes…? Mepillaporsorpresacuandomecogeporlanuca,meatraehaciasíysuslabios atrapanlosmíos.Elcalordesubocacasihacequemecaigaderodillas.Muevola lenguacomorespuestaalasuyaantesdequemimenteproceseloqueestápasando. Gime de alivio y trato de apartarlo. Me coge ambas muñecas con una mano y las aprieta contra su pecho mientras continúa besándome y yo sigo intentando que me suelte,peromibocalesigueelritmo.Empiezaaandarhaciaatrásytirademíhasta queestácontralaencimerayllevalaotramanoaminucaparasujetarme.Micorazón roto y todo el dolor que siento empiezan a disolverse y relajo las manos. Esto está mal,peromesientamuybien. Aunqueestámal. Meapartoeintentavolverajuntarnuestroslabios,peroalejolacabeza. —No—ledigo. Sumiradasedulcifica. —Porfavor…—suplica. —No,Hardin.Hedeirme. Mesueltalasmuñecas. —¿Adónde? www.lectulandia.com-Página27 —Pues… Aún no lo sé. Mi madre está intentando volver a meterme en una residencia. —No…,no…—Menealacabezaysuvozsetornafrenética—:Túvivesaquí,no vuelvasalaresidencia.—Sepasalasmanosporelpelo—.Sialguientienequeirse, soyyo.Porfavor,quédateaquíparaquesepadóndeestás. —Notehacefaltasaberdóndeestoy. —Quédate—repite. Sihedesersinceraconmigomisma,deseoquedarmeconél.Deseodecirlequelo quiero más que al aire que respiro, pero no puedo. Me niego a que vuelva a enredarmeyavolveraseresachicaquedejaqueuntíohagaconellaloquequiera. Cojomismaletasymientoydigoloúnicoqueséqueleimpediráseguirme: —Noahymimadremeestánesperando.Hedeirme—ysalgoporlapuerta. Nomesigue,ynomepermitomiraratrásparaverlosufrir. www.lectulandia.com-Página28 CAPÍTULO5 Tessa Cuandollegoalcochenomeechoallorar,comopensabaqueibaahacer.Envezde eso,mequedosentadaymiroporlaventanilla.Lanievesehapegadoalparabrisas, cobijándomeenelinterior.Elvientoaúllaenelexterior,recogelanieveylaarrastra enremolinos,envolviéndomeporcompleto.Cadacopoquecubreelcristalformauna barreraentrelacrudarealidadymicoche. NomepuedocreerqueHardinhayaaparecidoenelapartamentojustomientras yo recogía mis cosas. Esperaba no tener que verlo. Aunque ha ayudado, no para aliviareldolor,perosíalasituaciónengeneral.Almenosahorapuedointentardejar atrás este desastroso momento de mi vida. Deseo creerlo y creerme que me quiere, pero estoy metida en esto por haberlo creído. Podría estar comportándose así sólo porquesabequeyanotieneningúncontrolsobremí.Aunquemequiera,¿quécambia eso?Nocambiaríanadadeloquehahecho,niborraríatodaslasburlasnilomucho quehafanfarroneadosobrelascosasquehemoshecho,nilasmentiras. Ojalápudierapagarelapartamentoyosola;mequedaríayobligaríaaHardina marcharse. No quiero volver a la residencia a compartir habitación y las duchas comunitarias. ¿Por qué tuvo que empezar todo con una mentira? De habernos conocido de otra manera, ahora mismo estaríamos los dos en el apartamento, riéndonosenelsofáobesándonoseneldormitorio,ynoestaríayosolaenelcoche sinteneradóndeir. Arrancoelmotor,tengolasmanoscongeladas.¿Nopodríahabermequedadoen lacalleenverano? Vuelvo a sentirme como Catherine, sólo que no la Catherine de Cumbres borrascosas,sinolaCatherinedeLaabadíadeNorthanger:estupefactayobligadaa emprender un largo viaje en solitario. Es cierto que no voy a recorrer más de cien kilómetrosdesdeNorthangerdespuésdehabersidohumilladaydespedidapero,aun así,comprendolomalquesesentía.NoconsigodecidirquiénseríaHardinenesta versióndelanovela.Porunlado,escomoHenry,listoydivertido,ysabetantode literaturacomoyo.Sinembargo,HenryesmuchomásamablequeHardin,yeneso esenloqueHardinseparecemásaJohn,arroganteymaleducado. Conduzco por la ciudad sin rumbo fijo y me doy cuenta de que las palabras de Hardinhanproducidoenmíunimpactomayordelquemegustaría.Elhechodeque me suplicara que me quedara casi lo recompone todo para volver a destrozarlo www.lectulandia.com-Página29 después.Estoyseguradequeúnicamentequeríaquemequedaraparademostrarque eracapazdeconvencerme.Porque,desdeluego,nihallamadonimehaescritodesde quemehemarchadodeallí. Meobligoairalafacultadyahacerelúltimoexamenantesdelasfiestas.Me sientomuydistantedurantelaprueba,ymepareceimposiblequelagentedelcampus no sepa por lo que estoy pasando. Se ve que una sonrisa falsa y la charla intrascendentepuedenesconderhastaeldolormásinsoportable. Llamoamimadreparaverquétalvalodemetermeenotraresidencia.Sólome dice«Nohahabidosuerte»ycuelgaalinstante.Sigoconduciendosinsaberadóndeir unratomásyderepenteveoqueestoyaunamanzanadeVanceyquesoncasilas cinco.NoquieroaprovecharmedeLandonpidiéndolequemedejepasarotranoche en casa de Ken. Sé que no le importaría, pero no es justo que meta a la familia de Hardinenesto,ylaverdadesqueesacasametraedemasiadosrecuerdos.Nopodría soportarlo. Paso una calle tapizada de moteles y aparco en uno de los que tienen mejor aspecto. De repente caigo en la cuenta de que nunca he estado en un motel, perotampocotengomásopciones. El hombre bajito detrás del mostrador parece amable. Me sonríe y me pide el carnet.Unosminutosdespuésmeentregalatarjetaqueabrelahabitaciónyunahoja depapelconlaclavedelaconexiónwifi.Conseguirhabitaciónenunmotelesmucho másfácildeloqueimaginaba;unpococaro,peronoquieroquedarmeenunobarato yjugarmeelcuello. —Bajandoporlaaceraalaizquierda—meindicaconunasonrisa. Le doy las gracias, salgo al gélido exterior y muevo el coche a la plaza más cercanaamihabitaciónparanotenerquecargarlasmaletasmuylejos. Aestoesaloquemehallevadoesechicodesconsideradoyegoísta:atenerque hospedarme en un motel, sola, con todas mis cosas metidas en bolsas de mala manera. Soy la que no tiene a nadie a quien acudir en vez de la chica que siempre teníaunplan. Cojoalgunasdemispertenencias,cierroelcoche,quepareceunacacajuntoal BMWquehayaparcadoallado.Cuandopiensoquemidíanopodíairpeor,seme caeunadelasmaletasenlaaceracubiertadenieve.Todamiropayunpardelibros se desparraman sobre la nieve húmeda. Me apresuro a recogerlos con la mano que tengolibre,peromedamiedoverquélibrosson.Nocreoquepuedasoportarvermis máspreciadaspertenenciasestropeadas,hoyno. —Permítame que la ayude —dice una voz masculina, y a mi lado aparece una manoenmiauxilio—.¿Tessa? Levanto la vista aturdida y encuentro unos ojos azules que me miran con preocupación. —¿Trevor? —digo, a pesar de que sé perfectamente que es él. Me enderezo y miroalrededor—.¿Quéhacesaquí? —Yopodríapreguntartelomismo.—Mesonríe. www.lectulandia.com-Página30 —Bueno…esque…—Memuerdoellabioinferior. Sinembargo,meahorratenerquedarleexplicaciones. —Miscañeríassehanvueltolocas,yhemeaquí. Se agacha y recoge algunas de mis cosas. Me pasa un ejemplar empapado de Cumbresborrascosas con una ceja enarcada. Luego me entrega un par de suéteres mojadosyOrgulloyprejuicio,ydiceconcaradepena: —Ésteestábastanteperjudicado. Eluniversomeestágastandounabromapesada. —Yasabíayoquetegustabanlosclásicos—mediceconunasonrisaamigable. Me coge las maletas y le doy las gracias con un gesto de la cabeza antes de introducirlallaveelectrónicaenlaranurayabrirlapuerta.Lahabitaciónestáhelada ycorroaponerlacalefacciónalmáximo. —Con lo que cobran, ya podrían ser menos tacaños con la electricidad —dice Trevordejandolasmaletasenelsuelo. Sonríoyasiento.Cojolaropaquehacaídoenlanieveylatiendoenlabarrade lacortinadeladucha.Cuandovuelvoaldormitoriosehaceunincómodosilenciocon estapersonaalaqueapenasconozco,enestahabitaciónquenoesmía. —¿Está cerca de aquí tu apartamento? —pregunto intentando entablar conversación. —Micasa.Sí,estáapocomásdeunkilómetro.Megustavivircercadeltrabajo, asínuncallegotarde. —Québuenaidea…—Parecepropiodemí. Trevor está muy distinto con ropa de calle. Siempre lo he visto con traje y corbata,peroahorallevaunosvaquerosajustadosyunjerseyrojoyelpelorevuelto, cuandonormalmentelollevarepeinadoyengominado. —Eso creo. ¿Has venido sola? —pregunta mirando al suelo. Le incomoda husmear. —Sí,estoysola.—Sisupierahastaquépunto… —Noquierofisgonear,sólolopreguntoporqueatunovionoparezcocaerlebien. —Seríeunpocoyseapartaelpelonegrodelafrente. —Ah,aHardinnadielecaebien.Noesnadapersonal.—Memuerdolasuñas—. Aunquenoesminovio. —Perdona.Pensabaqueloera. —Loera…,másomenos. «¿Lofue?»Dijoqueloera,entreotrasmuchascosas. —Perdona,deverdad.Nohagomásquemeterlapata.—Seríe. —Nopasanada.Nomeimporta—ledigo,ydeshagoelrestodemismaletas. —¿Quieresquemevaya?Noquieromolestar.—Sevuelvehacialapuerta,como paraqueveaquelodicedeverdad. —No, no, quédate. Si quieres, claro está. No hace falta que te vayas —digo demasiadorápido. www.lectulandia.com-Página31 «Pero¿quémepasa?» —Decidido. Entonces me quedo —dice sentándose en la silla que hay junto al escritorio. Buscounsitioenelquesentarme.Optoporhacerloenelbordedelacama.Estoy suficientementelejosdeél.Vaya,lahabitaciónesbastantegrande. —¿Te gusta trabajar en Vance? —me pregunta dibujando en la mesa con los dedos. —Meencanta.Esmuchomejordeloqueimaginaba.Enrealidad,eseltrabajode missueños.Esperoquemecontratencuandoterminelauniversidad. —Creo que Christian te ofrecerá un puesto bastante antes. Le gustas mucho. El manuscrito que le pasaste la semana pasada fue el único tema de conversación durantelacomidadelotrodía.Dicequetienesbuenojoy,viniendodeél,estodoun cumplido. —¿De verdad? ¿Eso dijo? —No puedo evitar sonreír. Me resulta extraño e incómodohacerlo,peroreconfortantealavez. —Sí,¿porquésinoibaainvitartealcongreso?Sólovamosairloscuatro. —¿Loscuatro?—pregunto. —Sí.Christian,Kim,túyyo. —Ah,nosabíaqueKimberlytambiénfuera. EsperoqueelseñorVancenosesintieraobligadoainvitarmepormirelacióncon Hardin,elhijodesumejoramigo. —Nopodríasobrevivirtodoelfindesemanasinella—añadeTrevor—.Porlo organizadaquees,porsupuesto. Lesonrío. —Yaveo.Y¿túporquévas?—preguntoantesdedarmeunapatadaenelculo mentalmente—.Quierodecir,quecómoesquevasairsitútrabajasencontabilidad —intentoaclarar. —No,siloentiendo,losbibliófiloscomovosotrosnonecesitáistenercercaala calculadorahumana.—Ponelosojosenblancoymeechoareírconganas—.Vaa abrirunasucursalenSeattleenbreveyvamosareunirnosconunposibleinversor. También vamos a buscar oficina y me necesita cerca para asegurarse de que conseguimos un buen trato, y Kimberly quiere ver el edificio para comprobar que encajaconnuestraformadetrabajar. —¿Tambiénllevastemasinmobiliarios? Lahabitaciónporfinsehacalentado,asíquemequitoloszapatosymesiento conlaspiernascruzadas. —No,paranada,perosemedanbienlosnúmeros—presume—.Lopasaremos bien.Seattleesunaciudadmuybonita.¿Laconoces? —Sí,esmiciudadfavorita.Aunquetampocoesquetengamuchasentrelasque elegir… —Yotampoco.SoydeOhio,asíquenohevistomuchas.ComparadaconOhio, www.lectulandia.com-Página32 SeattlepareceNuevaYork. DerepentesientoverdaderointerésensabermássobreTrevor. —Y¿cómoesquevinisteaWashington? —Mimadrefalleciódurantemiúltimoañodeinstitutoyteníaquesalirdeallí. Haytantoparaver…Justoantesdequemurieraleprometíquenoibaapasarelresto de mi vida en el pueblucho de mala muerte en el que vivíamos. Cuando me admitieronenlaWCUfueelmejoryelpeordíademivida. —¿Porquéelpeor?—pregunto. —Porque ella murió justo ese día. Irónico, ¿no te parece? —Me dedica una sonrisalánguida.Esadorablecuandosólolamitaddesubocasonríe. —Losientomucho. —Notepreocupes.Eraunadeesaspersonasquenoencajabanaquí,contodoslos demás. Era demasiado buena, ¿sabes? Pudimos disfrutarla más tiempo del que merecíamosynocambiaríanada—dice.Meregalaunasonrisacompletaymeseñala —.Y¿quéhaydeti?¿Vasaquedarteaquí? —No, siempre he querido mudarme a Seattle. Pero últimamente he pensado en irmeinclusomáslejos—confieso. —Deberías. Deberías viajar y ver mundo. A una mujer como tú no se la debe encerrarentrecuatroparedes.—Seguroquenotaquepongocarararaporqueañade rápidamente—: Perdona…, sólo quiero decir que podrías hacer mil cosas. Tienes muchotalento,setenota. Nomehamolestadoloquehadicho.Hayalgoenelmodoenquemehallamado mujerquemehacefeliz.Siempremehesentidocomounaniñaporqueasíescomo metratatodoelmundo.Trevoressólounamigo,unnuevoamigo,peromealegrode contarconsucompañíaenundíatanterrible. —¿Hascenado?—pregunto. —Aún no. Estaba pensando en pedir pizza para no tener que salir con este tiempo.—Seríe. —¿Compartimosuna?—leofrezco. —Tratohecho—diceconlamiradamásamablequehevistoenmuchotiempo. www.lectulandia.com-Página33 CAPÍTULO6 Hardin Mipadreponelacaramásestúpidaquehevistoenmivida.Siemprelaponecuando intenta parecer autoritario, como ahora, con los brazos cruzados, plantado en el umbraldelapuertaprincipal. —Novaaveniraquí,Hardin.Sabequelaencontrarías. Lucho contra el impulso de empotrarle los dientes en el paladar. Me paso los dedosporelpeloyhagounamuecacuandosientoeldolorenlosnudillos.Estavez, los cortes son más profundos que de costumbre. Darle de puñetazos a la pared de ladrillodelapartamentohacausadomásdañoenmismanosdelquepensaba.Noes nada comparado con cómo me siento por dentro. No sabía que esta clase de dolor existiera,esmuchopeorquecualquierdolorfísicoquepuedainfligirmeamímismo. —Hijo,creoquedeberíasdarleuntiempo. «¿Éstequiéncoñosecreequees?» —¿Untiempo?¡Nonecesitatiempo!¡Loquenecesitaesvolveracasa!—grito. Laviejadealladosevuelveamirarnosylevantolosbrazosensudirección. —Porfavor,noseasmaleducadoconmisvecinos—meadviertemipadre. —¡Pues diles a tus puñeteros vecinos que se vayan a tomar por saco! —Estoy segurodequelabrujalohaoído. —Adiós,Hardin—dicemipadreconunsuspiro,ycierralapuerta. —¡Joder!—gritodandovueltasenelsitiohastaquemedecidoavolveralcoche. «¿Dónde mierda se habrá metido?» Estoy enloquecido, preocupado a más no poderporella.¿Estaráacompañada?¿Tendrámiedo?Ja,esTessa.Noletemeanada. Estarárepasandolasrazonesquetieneparaodiarme.Dehecho,seguroquelasestá poniendoporescrito.Suestúpidanecesidaddecontrolarlotodoysusridículaslistas solían ponerme de los nervios, pero ahora me muero por verla anotar las chorradas más irrelevantes. Daría cualquier cosa por verla morderse el carnoso labio inferior cuandoseconcentra,oquemedirijasuadorablemiradaasesinaunavezmás.Ahora que está con Noah y con su madre, la oportunidad que creía tener se ha esfumado. Cuandolerecuerdenqueesdemasiadobuenaparamí,volveráasersuya. Lallamodenuevoperosaltaelbuzóndevozporenésimavez.Malditasea,soy unimbécilintegral.Despuésdeconducirduranteunahoraatodaslasbibliotecasy www.lectulandia.com-Página34 librerías de la zona, decido volver al apartamento. «Puede que vuelva, puede que vuelva…»,medigo.Aunqueséperfectamentequenovolverá. Pero¿ysivuelve?Necesitolimpiareldesastrequeheliadoycomprarunavajilla nuevaparareemplazarlosplatosquehelanzadocontralasparedes.Porsivuelvea casa. Unavozmasculinaretumbaenelaireyenmishuesos. —¿Dóndeestás,Scott? —Lohevistosalirdelbar.Séqueestáaquí—diceotrohombre. Elsueloestáfríocuandosalgodelacama.Alprincipiocreíaqueeranpapáysus amigos.Ahoraséqueno. —¡Sal! ¡Sal si eres tan valiente! —dice la voz más grave, y oigo un terrible estruendo. —Aquínoestá—oigoquecontestamimadrecuandollegoalpiedelaescaleray puedoverlosatodos.Mimadreycuatrohombres. —Vaya, vaya… Mira lo que tenemos aquí —dice el más alto de todos ellos—. QuiénseibaaimaginarquelamujerdeScottestabatanbuena. Cogeamimadredelbrazoylalevantadelsofádeuntirón. Ellaleagarralacamisacondesesperación. —Porfavor…Noestáaquí.Siosdebedinero,osdarétodoloquetengo.Podéis llevarosloquequeráis.Llevaoseltelevisor… Peroelhombreseríedeella. —¿Eltelevisor?Noquierounaputatele. Veocómomimadreserevuelveparaintentarliberarse,igualqueunpezquecogí enunaocasión. —Llevaosmisjoyas…Nosongrancosa,pero…Porfavor… —¡Cierraelpico!—diceotrohombreabofeteándola. —¡Mamá!—gritocorriendoendirecciónalasaladeestar. —¡Hardin,subeatucuarto!—mechilla,peronopiensodejaramimadrecon esoshombresmalos. —Lárgate,mocoso—meespetaunodeellos,ymedaunempujóntanfuerteque mecaigodeculo—.Verás,zorra,elproblemaesquetumaridomehahechoesto— diceseñalándoselacabeza.Untajoenormelecruzalacalva—.Y,comonoestáen casa,loúnicoquequeremosesati.—Sonríeymimadreintentadarleunapatada. —Hardin,cariño,veteatuhabitación…¡Corre!—megrita. «¿Porquéestáenfadadaconmigo?» —Creoquequieremirar—diceeldeltajoenlacabeza,ylatiraenelsofá. Medespiertoviolentamenteymesientoenlacama. «Mierda.» www.lectulandia.com-Página35 No cesan. Cada noche es peor que la anterior. Me había acostumbrado a no tenerlasyapoderdormir.Graciasaella.Todograciasaella. Peroaquíestoy,alascuatrodelamañana,conlassábanasmanchadasdesangre demisnudillosyundolordecabezaespantosoacausadelaspesadillas. Cierro los ojos e intento fingir que ella está aquí conmigo, y rezo para poder volveradormirme. www.lectulandia.com-Página36 CAPÍTULO7 Tessa —Tessa, nena, despierta —me susurra Hardin mientras con sus labios acaricia la pielsensiblededebajodemioreja—.Estáspreciosaporlasmañanas. Sonríoyletirodelpeloparapoderverlelosojos.Ledoyunbesodeesquimaly seríe. —Tequiero—dice,ysuslabiostomanlosmíos. Soylaúnicaquepuededisfrutarlos. —¿Hardin?—preguntoentonces—.¿Hardin? Perosedesvanece… Abro los ojos y aterrizo en la fría realidad. La habitación está oscura como la nocheyporuninstantenosédóndeestoy.Hastaquemeacuerdo:enlahabitaciónde unmotel.Sola.Cojoelteléfonodelamesilla:sólosonlascuatrodelamañana.Me enjugolaslágrimasycierrolosojosparaintentarregresarjuntoaHardin,aunquesea sóloensueños. Cuandovuelvoadespertarmesonlassiete.Memetoenladuchaeintentodisfrutar delaguacaliente,quemerelaja.Mesecoelpeloconelsecadorymemaquillo.Hoy eselprimerdíaenelquequieroestarpresentable.Necesitolibrarmedeeste…caos quellevodentro.Comonoséquéotracosahacer,sigoelejemplodemimadreyme pintounacaraperfectaparaenterrarloquesiento. Paracuandoterminonosóloparezcobiendescansada,sinoquetengomuybuen aspecto.Merizoelpeloysacoelvestidoblancodelamaleta.Ay.Menosmalquehay unaplanchaenlahabitación.Hacedemasiadofríoparaestevestido,quenomellega a las rodillas, pero no voy a estar mucho rato en la calle. Escojo unas bailarinas negrasylasdejosobrelacama,juntoalvestido. Antesdevestirme,vuelvoahacerlasmaletasparaordenarsucontenido.Espero que mi madre me llame con buenas noticias sobre la residencia. De lo contrario, tendréquequedarmeaquíhastaquelohaga,cosaquemedejaráprontosinlospocos ahorrosquetengo.Alomejordeberíabuscarapartamento.Talvezpuedapermitirme unopequeñocercadeVance. Abro la puerta y veo que el sol de la mañana ha derretido casi toda la nieve. Menosmal.VoyaabrirelcochecuandoTrevorsaledesuhabitación,queestáados www.lectulandia.com-Página37 puertasdelamía.Llevauntrajenegroycorbataverde;vaimpecable. —¡Buenosdías!Podríahaberteayudadoallevarlas—dicecuandomevecargada conlasmaletas. Anoche, después de comernos la pizza, vimos un rato la tele y compartimos historiasdelauniversidad.Élteníamuchasmásqueyoporqueyasehagraduadoy, aunque disfruté mucho escuchando cómo podría haber sido mi vida en la facultad, cómodeberíahabersido,meentristecióunpoco.Nodeberíahaberestadoyendode fiestaenfiestacongentecomoHardin.Deberíahabermebuscadounpequeñogrupo deamigosdeverdad.Todohabríasidomuydistintoymuchomejor. —¿Hasdormidobien?—mepreguntasacandounjuegodellavesdelbolsillo. Conunclic,elBMWseponeenmarcha.Teníaquesersuyo. —¿Tucochearrancasolo?—merío. Levantalallave. —Conayudadeesto. —Muybonito.—Sonríoconalgodesarcasmo. —Muycómodo—contraatacaél. —¿Extravagante? —Unpoco.—Seechaareír—.Perosiguesiendomuycómodo.Estáspreciosa, comodecostumbre. Metomiequipajeenelmaletero. —Gracias.Haceunfríohorrible—digosentándome. —Nos vemos en la oficina, Tessa —repone él al tiempo que se monta en su BMW. Apesardequebrillaelsol,haceunfríoquepela,asíquemeapresuroaarrancar elmotorypongolacalefacción. «Clic…,clic…,clic»,estodocuantorespondemicoche. Lointentodenuevoconelceñofruncido.Nada. —¿Es que no puede salirme nada bien? —exclamo en voz alta golpeando el volanteconlaspalmasdelasmanos. Intentoarrancarelcocheporterceravezpero,cómono,siguesinfuncionar.Esta veznisiquieraemitesonidoalguno.LevantolavistaydoylasgraciasdequeTrevor siga en el aparcamiento. Baja la ventanilla y no puedo evitar reírme de mi mala suerte. —¿Teimportaríallevarmealtrabajo?—pregunto,yasiente. —Cómono.Creoqueséadóndevas…—Seechaareírysalgodemicoche. NopuedoevitarencenderelmóvilduranteelcortotrayectohastaVance.Parami sorpresa,nohayunsolosmsdeHardin.Tengounospocosmensajesenelbuzónde voz,peronosésisonsuyosodemimadre.Prefieronoescucharlos,porsiacaso.Le escribo a mi madre para preguntarle por la residencia. Trevor me deja en la puerta paraquenotengaqueandarconestefrío.Esmuyconsiderado. —Se te ve descansada —me dice Kimberly con una sonrisa cuando paso por www.lectulandia.com-Página38 delantedesumostradorycojoundonut. —Meencuentroalgomejor—digosirviéndomeunatazadecafé. —¿Lista para mañana? Me muero por pasar fuera el fin de semana. Seattle es genial para ir de compras y, mientras el señor Vance y Trevor van de reunión en reunión, seguro que se nos ocurren mil cosas para hacer… y… ¿Has hablado con Hardin? Tardounsegundoendecidirmeacontárselo.Sevaaenterardetodasmaneras. —No.Recogímiscosasayer—ledigo,yellafrunceelceño. —Nosabescuántolosiento.Setepasaráconeltiempo. Nosé,esoespero. El día transcurre más rápido de lo que esperaba y termino el manuscrito de esta semana antes de lo previsto. Tengo muchas ganas de ir a Seattle, y espero poder quitarmeaHardindelacabeza,aunquesóloseaunrato.Ellunesesmicumpleaños, aunquenomehaceningunailusión.Silascosasnosehubierantorcidotanrápido,el martes estaría de camino a Inglaterra con Hardin. Tampoco me apetece pasar la Navidad con mi madre. Espero estar en una residencia para entonces, aunque esté vacíadurantelasfiestas.Asípodrépensarenunabuenarazónparanotenerqueira su casa. Sé que es Navidad y que es horrible que piense así, pero no estoy para fiestas. Mi madre me contesta al final de la jornada. No hay respuesta de ninguna residencia.Fantástico.AlmenossólofaltaunanocheparaelviajeaSeattle.Estode irdeunladoparaotroesunalata. Cuandomeestoypreparandoparasalirrecuerdoquenohevenidoenmicoche. EsperoqueTrevornosehayaidoya. —Hastamañana.Nosvemosaquí.ElchóferdeChristiannosllevaráaSeattle— meinformaKimberly. «¿ElseñorVancetienechófer?» Cómono. Al salir del ascensor veo a Trevor sentado en uno de los sofás negros del vestíbulo. El contraste del sofá negro, el traje negro y sus ojos azules es muy atractivo. —Nosabíasiibasanecesitarquetellevaraono,ynoqueríaimportunarteentu despacho—medice. —Gracias,deverdad.Voyabuscaraalguienquemearregleelcocheencuanto vuelvaalmotel. Hacemenosfríoqueestamañana,perosólounpoco. —Puedoayudarte,siquieres.Yamehanarregladolascañerías,asíquenovoya dormirenelmotel.Peropuedoacompañartesi…—Dejadehablarderepenteyabre unosojoscomoplatos. www.lectulandia.com-Página39 —¿Qué?—preguntosiguiendosumirada. Hardinestáenelaparcamiento,depiejuntoasucoche,ynosmirafurioso. Mehadejadosinaireenlospulmonesdenuevo.¿Cómoesquecadavezestovaa peor? —¿Quéhacesaquí,Hardin?—preguntoacercándomeaélagrandeszancadas. —Nomehasdejadootraopción:nomecogeselteléfono—dice. —Sinotelocojo,seráporalgo.¡Nopuedesaparecerasícomoasíenmilugarde trabajo!—legrito. TrevorpareceincómodoylointimidalapresenciadeHardin,peropermanecea milado. —¿Estásbien?—dice—.Avísamecuandoestéslista. —¿Listaparaqué?—replicaHardinconmiradadeloco. —Vaallevarmedevueltaalmotelporquemicochenoarranca. —¡Unmotel!—exclamaHardinlevantandolavoz. AntesdequepuedadetenerloseabalanzasobreTrevor,locogedelasolapadel trajeyloempotracontraunacamionetaroja. —¡Hardin,para!¡Suéltalo!¡Nocompartimoshabitación!—leexplico. No sé por qué le estoy dando explicaciones, pero no quiero que le haga daño a Trevor. HardinsueltaentoncesaTrevorperosiguepegadoasucara. —Aparta,Hardin.—Locojodelhombroyserelajaunpoco. —Noteacerquesaella—espetaapocoscentímetrosdelacaradeTrevor. Élestálívidoy,unavezmás,hemetidoauninocenteenesteembrollo. —Losientomucho—ledigoaTrevor. —Nopasanada.¿Todavíanecesitasquetelleve?—pregunta. —No—respondeHardinpormí. —Sí,porfavor—ledigoaTrevor—.Dameunminuto. Comoestodouncaballero,élasienteysemarchahaciasucocheparadarnosun pocodeintimidad. www.lectulandia.com-Página40 CAPÍTULO8 Tessa —Nomepuedocreerquetehayasbuscadounmotel—dicepasándoselamanoporel pelo. —Ya…,yotampoco. —Puedes quedarte en el apartamento. Yo me quedaré en la fraternidad o donde sea. —No.—Deeso,nihablar. —Porfavor,notepongasasí.—Sepasalasmanosporlafrente. —¿Quenomepongaasí?¿Melodicesenserio?¡Nisiquieraséporquétedirijo lapalabra! —¿Quierestranquilizarte?Ahoradime,¿quélepasaatucoche?Y¿quéhaceese pavoenelmotel? —Noséquélepasaamicoche—gruño. NovoyadecirlenadasobreTrevor,noesasuntosuyo. —Leecharéunvistazo. —No,llamaréaunmecánico.Ahoravete. —Voyaseguirtealmotel—diceseñalandolacarreteraconlacabeza. —¿Quieres dejarlo de una vez? —bramo, y Hardin pone los ojos en blanco—. ¿Esotrodetusjueguecitos?¿Quieresverhastadóndepuedesllegar? Daunpasoatrás,comosilehubieradadounempujón.ElcochedeTrevorsigue enelaparcamiento,esperándome. —No,noeseso.¿Cómopuedespensarasídespuésdetodoloquehehecho? —Lopiensoprecisamenteportodoloquehashecho—digoapuntodeecharmea reírporlaeleccióndesuspalabras. —Sóloquierohablarcontigo.Séquepodemosarreglarlo—insiste.Hajugadode talmaneraconmigodesdeelprincipioqueyanoséquéesrealyquéno—.Séquetú tambiénmeechasdemenos—añadeapoyándoseensucoche. Mequedodepiedra.Esunarrogante. —¿Esesoloquequieresoír?¿Queteechodemenos?Puesclaroqueteechode menos.Pero¿sabesqué?Quenoesatiaquienextraño,sinoalapersonaquecreía que eras, no a la persona que sé que eres en realidad. ¡De ti no quiero saber nada, Hardin!—legrito. —¡Siemprehassabidoquiénera!¡Hesidoyotodoeltiempoylosabes!—gritaa www.lectulandia.com-Página41 suvez. ¿Porquénopodemoshablarsinchillarnos?Porquemesacademiscasillas,por eso. —No,nolosé—replico—.Sihubierasabidoque…—Mecalloantesdeconfesar quequieroperdonarlo.Loquequierohaceryloqueséquedeberíahacersoncosas muydistintas. —¿Qué? —pregunta. Evidentemente tenía que intentar obligarme a terminar la frase. —Nada.Vete. —Tess,nosabeslomalquelohepasadoestosdías.Nopuedodormir,nopuedo pensarsinti.Necesitosaberqueexistelaposibilidaddequevolvamos… Nolodejoacabar. —¿Lomalquelohaspasado?—¿Cómopuedesertanegoísta?—.Y¿cómocrees que lo he pasado yo, Hardin? ¡Imagínate lo que se siente cuando tu vida se desmoronaencuestióndehoras!¡Imagínateloquesesientealestartanenamorado dealguienquelodejastodoporesapersonaparadescubrirquetodofueunsimple juego, una apuesta! ¿Cómo te crees que sienta eso? —Doy un paso hacia él manoteando—.¿Cómocreesquemesientoporhaberarruinadomirelaciónconmi madre por alguien a quien no le importo una mierda? ¿Qué crees que se siente al tener que dormir en un motel? ¿Cómo crees que me siento mientras intento salir adelantecuandotúnodejasdeaparecerportodaspartes?¿Esquenosabesdejarlo estar? No dice nada, así que continúo echándole la bronca. Una parte de mí sabe que estoysiendodemasiadoduraconél,peromehatraicionadodelapeormaneraposible yselomerece. —¡Nomevengasconqueteresultamuyduroporqueestodoculpatuya! —prosigo—.¡Lohasestropeadotodo!Esoesloquehacessiempre.Y¿sabes qué?Nomedasningunapena…Bueno,enrealidad,sí.Medaspenaporque nunca serás feliz. Estarás solo toda tu vida y por eso me das pena. Yo seguiré adelante,encontraréunbuenhombrequemetratecomotúdeberíashaberlohechoy noscasaremosytendremoshijos.Yoseréfeliz. Estoysinalientodespuésdemilargomonólogo,yHardinmemiraconlosojos rojosylabocaabierta. —Y ¿sabes qué es lo peor? Que me lo advertiste. Me dijiste que ibas a acabar conmigoyyonoteescuché. Intentocontrolarlaslágrimasdesesperadamenteperonopuedo.Caenimplacables pormismejillas,semecorreelrímelymepicanlosojos. —Yo…Perdóname.Yamevoy—diceenvozbaja. Parece totalmente abatido, tal y como yo quería verlo, pero no me produce la satisfacciónqueesperabasentir. Simehubieradicholaverdad,quizáhabríasidocapazdeperdonarloalprincipio, www.lectulandia.com-Página42 inclusodespuésdehabernosacostado,peroenvezdeesomeloocultóyleofrecióa la gente dinero a cambio de su silencio e intentó atraparme haciéndome firmar el contratodealquiler.Miprimeravezesalgoquenuncaolvidaré,yHardinmelaha fastidiado. CorroalcochedeTrevorymemetodentro.Lacalefacciónestápuestayelaire calientemegolpealacaraysemezclaconmislágrimas.Élnodicenadamientrasme llevaalmotel,cosaqueagradezco. Paracuandoseponeelsolmeobligoadarmeunaducha,demasiadocaliente.La expresión de Hardin mientras se alejaba de mí y se metía en su coche se me ha quedadograbadaenlamente.Laveocadavezquecierrolosojos. ElmóvilnohasonadoniunavezdesdequesalídelaparcamientodeVance.Me había hecho la ilusión, tonta e ingenua, de que podía funcionar. De que a pesar de nuestras diferencias y de su pronto…, bueno, del pronto de ambos…, podríamos hacer que funcionara. No sé muy bien cómo consigo obligarme a dormir, pero me duermo. A la mañana siguiente estoy un poco nerviosa por emprender mi primer viaje de negocios y me entra el pánico. Además, se me ha olvidado llamar para que me arreglenelcoche.Buscoelmecánicomáscercanoyllamo.Probablementemetocará pagarmásparaquemeguardenelcocheduranteelfindesemanapero,ahoramismo, ésaeslamenordemispreocupaciones.Noselomencionoalamableseñorqueme contestaalotrolado,conlaesperanzadequenoseacuerdendecobrarmeelextra. Me rizo el pelo y me maquillo más que de costumbre. Elijo un vestido azul marinoqueaúnnoheestrenado.LocompréporquesabíaqueaHardinleencantaría cómolatelafinaabrazamiscurvas.Elvestidoensínoesnadaatrevido:elbajome llega al comienzo de las pantorrillas y la manga es semilarga, pero me sienta muy bien. Odioquetodomerecuerdeaél.Meplantoanteelespejoymeimaginocómome estaría mirando si me viera con este vestido, cómo se le dilatarían las pupilas y se relameríaysemorderíaellabiomientrasyomeatusoelpeloporúltimavez. Llamanalapuertayvuelvoalmundoreal. —¿La señorita Young? —pregunta un hombre con mono azul de mecánico cuandoabrolapuerta. —Soy yo —digo abriendo el bolso para sacar las llaves—. Aquí tiene, es el Corollablanco—ledigoentregándoselas. Miraatrás. —¿ElCorollablanco?—preguntaconfuso. Salgodelahabitaciónyveoquemicoche…noestá. —Pero¿qué…?Espere,voyallamararecepciónparapreguntarsihanhechoque lagrúasellevemicocheporhaberlodejadoaparcadoahítodoeldía. www.lectulandia.com-Página43 Quéformamásestupendadeempezareldía. —Hola,soyTessaYoung,delahabitacióntreintayseis—digocuandomecogen el teléfono—. Creo que ayer llamaron a la grúa para que se llevara mi coche… — Estoyintentandoseramable,perolaverdadesqueestoesmuyfrustrante. —No,nohemosllamadoalagrúa—contestaelrecepcionista. Lacabezamedavueltas. —Bueno,puesdebendehabermerobadoelcoche… Como me lo hayan robado me han jodido pero bien. Ya casi es hora de marcharme. —No, esta mañana ha venido un amigo suyo y se lo ha llevado —añade el hombre. —¿Unamigomío? —Sí,unchicollenode…tatuajesytodoeso—diceenvozbaja,comosiHardin pudieraoírlo. —¿Qué?—Loheentendidoperfectamente,peronoséquéotracosadecir. —Sí,havenidoconunremolque,haráunashoras—dice—.Perdone,creíaquelo sabía… —Gracias —gruño, y cuelgo. Me vuelvo hacia el hombre vestido de azul y le digo—: Lo siento muchísimo. Por lo visto, alguien se ha llevado mi coche a otro mecánico.Nolosabía.Perdonequelehayahechoperdereltiempo. Sonríeymeaseguraquenopasanada. DespuésdelapeleadeayerconHardin,semehabíaidodelacabezaquenecesito que alguien me lleve al trabajo. Llamo a Trevor y me dice que ya le ha pedido al señorVanceyaKimberlyquepasenarecogermedecaminoalaoficina.Ledoylas gracias, cuelgo y abro las cortinas. Un coche negro aparca entonces delante de mi habitación,laventanillacomienzaabajaryveoelpelorubiodeKimberly. —¡Buenos días, venimos a rescatarte! —anuncia con una carcajada en cuanto abrolapuerta. Trevor,amableeinteligente,hapensadoentodo. Elconductorsaledelcocheysellevalamanoalagorraparasaludarme.Cogemi bolsa y la mete en el maletero. Cuando abre la puerta trasera, veo que hay dos asientos enfrentados. En uno de ellos está Kimberly, dando palmaditas en el cuero, invitándomeasentarmeconella.EnelotroestánsentadoselseñorVanceyTrevor, quememiranconexpresióndivertida. —¿Lista para tu escapada de fin de semana? —me pregunta Trevor con una ampliasonrisa. —Másdeloqueteimaginas—contestosubiendoalcoche. www.lectulandia.com-Página44 CAPÍTULO9 Tessa NosmetemosenlaautopistayTrevoryelseñorVanceretomanloquepareceseruna conversación muy profunda sobre el precio por metro cuadrado de un edificio de nuevaconstrucciónenSeattle.Kimberlymedauncodazoeimitasuparloteoconla mano. —Estoshombressonunrollo—dice—.Oye,Trevormehacontadoqueelcoche teestádandoproblemas. —Sí,noséquélepasa—contestotratandodequitarleimportancia,locualmees más fácil gracias a la cálida sonrisa de Kimberly—. Ayer no arrancaba, así que he llamadoaunmecánico,peroHardinyahabíahechoquevinieranabuscarlo. Sonríe. —Nosedaporvencido. Suspiro. —Esoparece.Ojalámedieratiempoparaprocesarlotodo. —¿Quéesloquetienesqueprocesar?—pregunta. Había olvidado que ella no sabe nada de la apuesta ni de mi humillación, y no quierocontárselo.SólosabequeHardinyyohemosroto. —No sé, todo. Están pasando muchas cosas y todavía no tengo donde vivir. Siento que no se lo está tomando tan en serio como debería. Cree que puede hacer conmigoyconmividaloquequiera,quepuedeaparecerydisculparseyqueselo voyaperdonartodo,ylascosasnofuncionanasí,almenosyano—resoplo. —Bienporti.Mealegrodequetehayaspuestoentusitio—dice. Yyomealegrodequenomepidadetalles. —Gracias,yotambién. Estoy muy orgullosa de mí misma por haberle plantado cara a Hardin y por no haber cedido, aunque también me siento fatal por lo que le dije ayer. Sé que se lo teníamerecido,peronopuedoevitarpensar:«¿Ysideverdadleimportotantocomo dice?». No obstante, aunque en el fondo sea así, no creo que con eso baste para garantizarquenovolveráahacermedaño. Porqueésaessucostumbre:hacerledañoalagente. Kimberlyentoncescambiadetemayañadeentusiasmada: —Deberíamossalirestanochedespuésdelaúltimacharla.Eldomingoesosdos estaránreunidostodalamañanaypodremosirdecompras.Podemossalirestanoche www.lectulandia.com-Página45 yelsábado,¿quéteparece? —Y¿adóndevamosair?—Meechoareír—.Sólotengodieciochoaños. —Daigual.ChristianconoceamuchagenteenSeattle.Sivasconél,entrarásen todaspartes. MeencantacómoseleiluminalacaracuandohabladelseñorVance,yesoquelo tienesentadoallado. —Vale —digo—. Nunca he «salido». He estado en unas cuantas fiestas de la fraternidad,peronuncahepisadounclubninadaparecido. —Telopasarásbien,notepreocupes—measegura—.Ytienesqueponerteese vestido—añadeconunacarcajada. www.lectulandia.com-Página46 CAPÍTULO10 Hardin «Estarássolotodatuvidayporesomedaspena.Yoseguiréadelante,encontraréun buen hombre que me trate como tú deberías haberlo hecho y nos casaremos y tendremoshijos.Yoseréfeliz.» LaspalabrasdeTessaresuenanenmicabezasincesar.Séquetienerazón,pero desearíaquenofueraasí.Nuncamehabíaimportadoestarsolohastaahora.Ahorasé loquemeestabaperdiendo. —¿Teapuntas?—LavozdeJacemesacademissombríospensamientos. —¿Cómodices?—pregunto.Casimeolvidodequeestoyconduciendo. Ponelosojosenblancoyledaunacaladaalcanuto. —VamosairacasadeZed,¿teapuntas? Gruño. —Nosé… —¿Porquéno?Tienesquedejardesertannenaza.Vasllorandoporlosrincones comounbebé. Le lanzo una mirada asesina. Si hubiera podido pegar ojo anoche, lo estrangularía. —Noesverdad—digolentamente. —Tío,nohacesotracosa.Loquenecesitasescogerteunbuenpedoyecharun polvoestanoche.Seguroqueestarállenodechicasfáciles. —Nonecesitoecharunpolvo.—Yosóloladeseoaella. —Venga, vamos a casa de Zed. Si no te apetece follar, al menos tómate unas cuantascervezas—insiste. —¿Notecansasdehacersiemprelomismo?—lepregunto,yélmemiracomosi tuvieramonosenlacara. —¿Qué? —Ya sabes, ¿no se te hace aburrido ir de fiesta y liarte con una distinta cada noche? —Madremía,¡estáspeordeloqueimaginaba!¡Tehadadofuerte,colega! —Noeseso.Sóloesqueestoyhartodehacersiemprelomismo. NosabeloagradablequeesmeterseenlacamayhacerreíraTessa.Nosabelo divertidoqueesoírlahablarsinparardesusnovelasfavoritas,quemepeguecuando intentometerlemano.Ledamilvueltasacualquierfiesta. www.lectulandia.com-Página47 —Tehadejadohechopolvo.Menudamierda.—Seechaareír. —Noesverdad—miento. —Ya, claro… —Tira lo que queda del canuto por la ventanilla—. Está soltera, ¿no?—inquiere,ycuandomeveapretandoelvolantesepartedelarisa—.Sólote estoytomandoelpelo,Scott.Queríaversiteenfadabas. —Quetejodan—masculloy,parademostrarqueseequivoca,girohaciacasade Zed. www.lectulandia.com-Página48 CAPÍTULO11 Tessa ElFourSeasonsdeSeattleeselhotelmásbonitoquehevistojamás.Intentocaminar despacioparaapreciartodoslosdetalles,peroKimberlymearrastraalascensorque hayalfondodelvestíbuloydejaatrásaTrevoryalseñorVance. Alpoco,nosdetenemosdelantedeunapuerta. —Ésta es tu habitación —dice—. Te veo en nuestra suite en cuanto hayas terminadodedeshacerlasmaletaspararepasarelitinerariodelfindesemana,aunque estoy segura de que ya lo has hecho. Deberías cambiarte, creo que tendrías que reservar ese vestido para cuando salgamos esta noche. —Me guiña el ojo y sigue andandoporelpasillo. Ladiferenciaentreelhotelenelquehedormidolasdosúltimasnochesyéstees abismal.Uncuadrodelvestíbulodebedecostarmásquetodoloquesehangastado endecorarunahabitaciónenteradelmotel.Lasvistassonincreíbles.Seattleesuna ciudad preciosa. Me imagino viviendo en ella, en un rascacielos, trabajando en SeattlePublishing,oinclusoenVance,ahoraquevanaabrirunasucursalaquí.Sería fantástico. Cuelgolaropadelfindesemanaenelarmario.Mepongounafaldalápiznegray unacamisalila.Tengomuchasganasdequeempieceelcongresoylosnerviosaflor de piel. Sé que necesito divertirme un poco, pero todo esto es nuevo para mí y todavíasientoelvacíodeldañoqueHardinmehacausado. SonlasdosymediacuandollegoalasuitequecompartenKimberlyyelseñor Vance.Estoymuynerviosaporqueséquetenemosqueestarenlasaladecongresosa lastres. Kimberly me recibe con una sonrisa y me invita a pasar. Su suite tiene salón y saladeestar.Parecemásgrandequelacasademimadre. —Es…Caray…—digo. ElseñorVanceseríeysesirveunacopadealgoquepareceagua. —Noestámal. —Hemos llamado al servicio de habitaciones para poder comer algo antes de bajar.Llegaráencualquiermomento—diceKimberly,ysonríoyledoylasgracias. No me había dado cuenta del hambre que tenía hasta que la he oído hablar de comida.Noheprobadobocadoentodoeldía. —¿Listaparaaburrirtehastalasaciedad?—preguntaTrevoracercándosedesdeel www.lectulandia.com-Página49 salón. —No creo que se me haga nada aburrido. —Sonrío y él se echa a reír—. De hecho,esposiblequenoquierairmedeaquí—añado. —Yotampoco—confiesa. —Lomismodigo—diceKimberly. ElseñorVancemenealacabeza. —Esotienefácilarreglo,amor.—Leacaricialaespaldaconlamanoyapartola miradaanteesegestotaníntimo. —¡Deberíamos trasladar a Seattle la central y vivir todos aquí! —bromea Kimberly.Oesocreo. —ASmithleencantaríaestaciudad. —¿Smith?—pregunto,luegomeacuerdodequesuhijoestabaenlabodayme sonrojo—.Suhijo.Perdón. —No pasa nada. Sé que es un nombre poco común. —Se ríe y se apoya en Kimberly. Debe de ser muy bonito mantener una relación llena de cariño y confianza. EnvidioaKimberly;medavergüenzaadmitirlo,peroyaquerríayoalgoasíparamí. Tieneensuvidaunhombreaquienleimportadeverdadyqueharíacualquiercosa porhacerlafeliz.Esmuyafortunada. Sonrío. —Esunnombreprecioso. Bajamos después de comer y me encuentro en una enorme sala de congresos repletadeamantesdeloslibros.Estoyenelcielo. —Contactos, contactos, contactos —dice el señor Vance—. Se trata de hacer contactos. Ydurantetreshorasmepresentaprácticamenteatodoslosasistentes.Lomejores que no me presenta como a una becaria, sino que él y todos me tratan como a una adulta. www.lectulandia.com-Página50 CAPÍTULO12 Hardin —Pero mira a quién tenemos aquí —dice Molly, y pone los ojos en blanco cuando JaceyyoentramosenelapartamentodeZed. —¿Yaestásborrachayembarazada?—lecontesto. —¿Y?Sonlascincopasadas—diceconunasonrisamaliciosa.Meneolacabeza cuandoañade—:Tómateunchupitoconmigo,Hardin—ycogeunabotelladelicor marrónydosvasosdechupitodelaencimera. —Estábien.Uno—digo,ysonríeantesdellenarlospequeñosvasos. Diezminutosdespués,estoymirandolagaleríadeimágenesdemimóvil.Ojalále hubiera dejado a Tessa hacernos más fotos juntos. Ahora tendría más que mirar. Joder, me ha dado fuerte de verdad, como ha dicho Jace. Creo que me estoy volviendolocoylopeoresquemedaigualcontaldequeesomeayudeavolvera estarconella. «Yoseréfeliz»,dijo.Séqueyonolahehechofeliz,peropodríahacerlo.Aunque tampoco es justo que continúe persiguiéndola. Le he arreglado el coche porque no queríaquesepreocuparadehacerloella.Mealegrodehaberlohechoporquenome habríaenteradodequeseibaaSeattlesinohubierallamadoaVanceparaasegurarme dequeteníaquienlallevaraatrabajar. ¿Porquénomelodijo?AhoraesecapullodeTrevorestáconTessa,cuandoel que debería estar allí soy yo. Sé que le gusta y ella podría enamorarse de él. Él es justoloquenecesitaylosdossonmuyparecidos.Nocomoellayyo.Trevorpodría hacerla feliz. La idea me cabrea hasta tal punto que quiero tirarlo de cabeza por la ventana… PerotalveztengaquedarletiempoaTessaylaoportunidaddeserfeliz.Ayerme dejóclaroquenopuedeperdonarme. —¡Molly!—gritodesdeelsofá. —¿Qué? —Tráemeotrochupito. Nomehacefaltamirarla,notocómosusonrisavictoriosallenalahabitación. www.lectulandia.com-Página51 CAPÍTULO13 Tessa —¡Ha sido increíble! Muchísimas gracias por haberme traído, señor Vance —le sueltodeuntirónamijefecuandonosmetemostodosenelascensor. —Ha sido un placer, de verdad. Eres una de mis mejores empleadas, muy brillanteapesardeserunabecaria.Y,porelamordeDios,llámameChristian,como yatedije—reponeconfalsaindignación. —Sí, sí, de acuerdo. Pero es que no tengo palabras, señor… Christian. Ha sido genialpoderoíratodoelmundodarsuopiniónsobrelaedicióndigital,ymásporque novaaparardecreceryestancómodoytanfácilparaloslectores.Estremendo,yel mercadovaaseguirenexpansión…—continúoconmiperorata. —Cierto,cierto.YestanochehemosayudadoaqueVancecrezcaunpocomás. Imaginaladeclientesnuevosquevamosaconseguircuandohayamosterminadode optimizarnuestrasoperaciones. —Vosotrosdos,¿habéisacabadoya?—protestaKimberlycogiéndosedelbrazo de Christian—. ¡Vamos a cambiarnos y a comernos la ciudad! Es el primer fin de semanaenmesesquetenemosniñera—añadeconunmohínjuguetón. Éllesonríe. —Asusórdenes,señora. MealegrodequeelseñorVance,quierodecir,Christian,hayavueltoaencontrar lafelicidadtraslamuertedesuesposa.MiroaTrevor,quemeregalaunapequeña sonrisa. —Necesitountrago—diceKimberly. —Yotambién—asienteChristian—.Nosvemosenelvestíbulodentrodemedia hora.Elchófernosrecogeráenlapuerta.¡Yoinvitoacenar! Vuelvo a mi habitación y enchufo las tenacillas para retocarme el peinado. Me aplicounasombradeojososcuraenlospárpadosymemiroalespejo.Senotapero no es excesiva. Me pongo delineador de ojos negro y un poco de colorete en las mejillas.Luegomearregloelpelo.Elvestidoazulmarinodeestamañanaahorame queda mucho mejor, con el maquillaje de noche y el pelo algo cardado. Cómo me gustaríaqueHardin… «No,nomegustaría.No,noyno»,merepitoamímismamientrasmepongolos zapatosnegrosdetacón.Cojoelmóvilyelbolsoantesdesalirdelahabitaciónpara reunirmeconmisamigos…¿Sonmisamigos? www.lectulandia.com-Página52 Nolosé.SientoqueKimberlyesmiamigayTrevoresmuyamable.Christianes mijefe,asíqueesotracosa. EnelascensorleenvíounmensajeaLandondiciéndolequemeloestoypasando muybienenSeattle.Loechodemenosyesperoquepodamosseguirsiendobuenos amigos,aunqueyoyanoestéconHardin. Al salir del ascensor veo el pelo negro de Trevor cerca de la entrada. Lleva pantalonesnegrosdevestiryunjerseydecolorcrema.MerecuerdaunpocoaNoah. Admiro durante un segundo lo apuesto que es antes de hacerle saber que ya estoy aquí.Cuandomeve,abremucholosojosyemiteunsonidoentreunatosyungritito. Nopuedoevitarecharmeareírunpocoalvercómoseruboriza. —Estás…estáspreciosa—dice. Sonríoylecontesto: —Gracias.Tútampocoestásmal. Seruborizaunpocomás. —Gracias—musita. Esmuyextrañoverloasídetímido.Normalmenteessiempremuytranquilo,muy sereno. —¡Ahíestán!—oigoqueexclamaKimberly. —¡Vaaaya, Kim! —le digo llevándome la mano a la boca como si tuviera que contenerlaspalabras. Estáespectacularconunvestidorojodelosqueseatanalcuelloquesólolellega alamitaddelmuslo.Llevaelpelocortoyrubiorecogidoconhorquillas.Ledaun aspectosexiperoelegantealavez. —Me parece que nos vamos a pasar la noche espantando moscones —le dice ChristianaTrevor,yambosseríenmientrasnosacompañanalasalidadelhotel. ConunaordendeChristian,elcochenosllevaaunamarisqueríamuybonitaen la que tomamos el salmón y las croquetas de cangrejo más suculentos del mundo. Christian nos cuenta unas anécdotas divertidísimas de cuando trabajaba en Nueva York.Lopasamosmuybien,yTrevoryKimberlybromeanconél.Esunhombrecon sentidodelhumoryseríedetodo. Despuésdecenar,elcochenosllevaaunedificiodetresplantasqueestodode cristal. Por las ventanas se ven cientos de luces brillantes que iluminan cuerpos en movimiento y crean una fascinante combinación de luces y sombras en cuerpos, piernasybrazos.Nodistamuchodecómomeimaginabaqueeraunclub,sóloquees muchomásgrandeyhaymuchamásgente. AlsalirdelcocheKimberlymecogedelbrazo. —Mañanairemosaunlugarmástranquilo.Unascuantaspersonasdelcongreso queríanveniraquí.¡Yaquíestamos!—diceconunacarcajada. Elgigantescohombrequevigilalapuertasostieneunacarpetaenlamano,yes evidentequecontrolaelaccesoalinterior.Lacoladalavueltaalaesquina. —¿Vamosatenerqueesperarmucho?—lepreguntoaTrevor. www.lectulandia.com-Página53 —No—diceconunasonrisa—.ElseñorVancenuncatienequeesperar. No tardo en averiguar a qué se refiere. Christian le susurra algo al portero y, al instante,elgigantónretiraelcordónparadejarnospasar.Memareounpocoalentrar, lamúsicaestámuyaltaylaslucesbailanenelinterior,enormeyllenodehumo. Estoyseguradequejamásentenderéporquéalagentelegustapagarportener dolordecabezayrespirarhumoartificialmientrasserestriegancontraextraños. Unamujerconunvestidomuycortonosconduceescalerasarriba,aunapequeña salaconfinascortinasenlugardeparedes.Enélhaydossofásyunamesa. —Eslazonavip,Tessa—mediceKimberly,ymiroalrededorconcuriosidad. —Ah—contesto.Sigosuejemploymesientoenunodelossofás. —¿Quésuelesbeber?—mepreguntaTrevor. —Nosuelobeber—digo. —Yotampoco.Bueno,megustaelvino,peronosoyungranbebedor. —Ah,no.Estanochevasabeber,Tessa.Tehacefalta—intervieneKimberly. —Yo…No…—empiezoadecir. —Unsexoenlaplayaparaellayotroparamí—ledicealamujerquenosha acompañado. Ellaasiente,yChristianlepideunabebidaquenoconozcoyTrevorunacopade vinotinto.Nadiemehapreguntadositengoedaddebeber.Alomejoresqueparezco mayor de lo que soy, o Christian es tan famoso que no quieren contrariarlo ni molestarasusacompañantes. No tengo la menor idea de qué es eso de «sexo en la playa», pero prefiero no mostrar mi ignorancia. Cuando regresa, la mujer me trae un vaso de tubo con una rodaja de piña y una sombrilla rosa. Le doy las gracias y pruebo un sorbo con la pajita.Estádelicioso,dulceperoconunpuntoamargoaltragar. —¿Tegusta?—preguntaKimberly. Asientoyledoyuntragomáslargo. www.lectulandia.com-Página54 CAPÍTULO14 Hardin —Joder,venga,Hardin.Unamás—mesusurraMollyaloído. Aún no he decidido si quiero emborracharme o no. Ya me he tomado tres chupitosyséque,simetomoelcuarto,estaréborracho.Porotrolado,pillarunbuen pedoyolvidarmedetodosuenagenial.Peroquieropoderpensarconclaridad. —¿Ysinosvamos?—mepreguntaentoncesarrastrandolaspalabras. Mollyhueleawhiskyyamarihuana.Unapartedemíquierellevarlaalbañoy follársela,sóloporquepuedo.SóloporqueTessaestáenSeattleconelputoTrevory yoestoyatreshorasdeallí,sentadoenunsofáymedioborracho. —Vamos,Hardin.Sabesquepuedohacerquelaolvides—dicesentándoseenmi regazo. —¿Qué?—lepreguntocuandomeechalasmanosalcuello. —Tessa.Haréqueteolvidesdeella.Puedesfollarmehastaquenoteacuerdesni desunombre. Sualientotibiomerozaelcuello,ylaaparto. —Levanta—ledigo. —¿Quécoñotepasa,Hardin?—salta.Heheridosuorgullo. —Contigonoquieronada—leespetoconbrusquedad. —¿Desdecuándo?Noteheoídoquejartenunca,ymiraquehemosfolladolatira deveces. —Nodesde…—empiezoadecir. —¿No desde qué? —Salta del sofá y empieza a manotear en el aire—. ¿Desde queconocisteaesazorraestirada? TengoquehacerunesfuerzoporrecordarqueMollyesunachica,noeldemonio quepareceser,antesdehacerunaestupidez. —Nohablesasídeella—replicoponiéndomeenpie. —Eslaverdad,yahoramírate.¡ErescomoelperritofalderodeunaVirgenMaría convertidaenputaquenoquiereniverte!—grita,nosésiriendoollorando;enella eshabitualconfundirambascosas. AprietolospuñosyenesemomentoJaceyZedaparecendetrásdeella.Mollyse apoyaenelhombrodeJace. —Decídselo, chicos. Decidle que no hay quien lo aguante desde que lo desenmascaramosanteella. www.lectulandia.com-Página55 —Nosotros,no.Fuistetú—lacorrigeZed. Mollylelanzaunamiradaasesina. —Eslomismo—diceponiendolosojosenblanco. —¿Quéospasa?—preguntaJace. —Nada—respondoporella—.Lehasentadomalquenoquierafollarmesuculo lastimero. —No,estoycabreadaporqueeresgilipollas.Quesepasquenadietesoporta.Por esoJacemedijoqueselocontaratodo. Mehiervelasangre. —¿Qué?—exclamoentredientes. SabíaqueJaceerauncapullo,peroestabaconvencidodequeMollyselocontó todoaTessaporquesemoríadecelos. —Sí.Élmedijoqueselocontara.Loteníatodoplaneado:yodebíacontárselo delante de ti cuando ella llevara unas copas encima y luego él iría a consolarla mientrastúllorabascomounbebé.—Seríe—.¿Nofueesoloquedijiste,Jace?¿Que ibas a follártela hasta dejarla sin sentido? —dice Molly usando las garras para entrecomillarlasfrases. DoyunpasohaciaJace. —Tío,eraunabroma—empiezaadecirél. Sinomeequivoco,loslabiosdeZedsecurvanenunasonrisacuandolecruzola caraaJace. Le pego tantos puñetazos a Jace que no siento los nudillos. La rabia lo puede todo. Me siento encima de él y sigo repartiendo hostias. Me lo imagino tocando a Tessa,besándola,desnudándola,ylepegoconmásfuerza.Lasangrequelecubrela caraesunincentivomás,quierohacerletodoeldañoquepueda. LasgafasdepastanegradeJaceestánrotasytiradasenelsuelo,juntoasucara ensangrentada,mientrasunasfuertesmanosmeseparandeél. —¡Paraya!¡Vasamatarlo!—megritaLoganparasacarmedemitrance. —¡Sitenéisalgoquedecir,melodecísalacara!—legritoalgrupo,aesosalos quecreíamisamigos,oalgoparecido. Todoelmundoguardasilencio,inclusoMolly. —Vaenserio.¡Sialguienmásseatreveamencionarla,lepartirélacara! LelanzounaúltimamiradaaJace,queestáintentandolevantarsedelsuelo.Salgo delapartamentodeZedymeadentroenlafríanoche. www.lectulandia.com-Página56 CAPÍTULO15 Tessa —¡Estoestádevicio!—legritoaKimberlybebiéndomelopocoquequedabaenmi vaso. Rebusco con la pajita entre los cubitos de hielo las últimas gotas del líquido afrutado. Sonríedeorejaaoreja. —¿Otra? —Tiene los ojos un poco rojos pero sigue la mar de compuesta, mientrasqueyotengolarisaflojaylacabezaenlasnubes. Estoyborracha.Esoesloqueestoy. Asientoconentusiasmoy,conlosdedosenlasrodillas,tamborileoalritmodela música. —¿Teencuentrasbien?—Trevorloveyseechaareír. —¡Sí!¡Meencuentrodemaravilla!—gritoporencimadelamúsica. —¡Deberíamosbailar!—diceKimberly. —¡Yo no bailo! Quiero decir, que no sé bailar, y menos con esta música — contesto.Nuncahebailadocomobailalagentedelclubymeaterraunirmeaellos. Pero el alcohol que fluye por mis venas me infunde valor—. A la porra. ¡Vamos a bailar!—exclamo. Kimberly sonríe, se vuelve hacia Christian y le da un pico que dura más de lo normal.Luegoselevantadelsofáenunabrirycerrardeojosymeconducealapista de baile. Cuando pasamos junto a la barandilla, miro abajo, donde hay dos plantas llenasdegentebailando.Estántanabsortosquemeasustaymeatraealavez. Cómono,Kimberlysemuevecomounaexperta,asíquecierrolosojoseintento dejarquelamúsicacontrolemicuerpo.Mesientoincómodaperoquierocaerlebiena Kim,esloúnicoquetengo. Después de bailar no sé cuántas canciones y dos copas más, todo empieza a darme vueltas. Me excuso para ir al baño, sujetándome el bolso mientras me abro pasoentrecuerpossudorosos.Notoquemimóvilempiezaavibrar.Losaco del bolso. Es mi madre; paso de contestar. Estoy demasiado borracha para poder hablar con ella. Cuando llego a la cola del baño, reviso el buzón y frunzoelceñoalverquenohayningúnmensajedeHardin. «¿Ysilollamo,averquéhace?» No.Nopuedohacereso.Seríairresponsableymañanalolamentaría. Las luces que rebotan en las paredes empiezan a marearme mientras espero. www.lectulandia.com-Página57 Intentoconcentrarmeenlapantalladelmóvil,esperandoaquesemepase.Cuandola puertadeunodelosbañosseabrealfin,entrodeunsaltoymeinclinosobrelataza delváter,esperandoaquemicuerpodecidasivaavomitarono.Detestosentirme así.SiHardinestuvieraaquí,metraeríaaguayseofreceríaasujetarmeelpelo. «No,noloharía.» Deberíallamarlo. Cuandoparecequefinalmentenovoyadevolver,salgodelcubículoendirección aloslavabos.Tocounpardebotonesdelmóvil,losujetoconelhombroylamejilla y cojo una toalla de papel del dispensador. La pongo debajo del grifo para humedecerla pero no sale agua hasta que la paso por el sensor. Odio los grifos automáticos.Semehacorridounpocoelmaquillajeyparezcootrapersona.Llevoel peloalborotadoytengolosojosinyectadosensangre.Cuelgoaltercertimbreydejo elmóvilenelbordedellavabo. «¿Porquédemoniosnolocoge?»,mepregunto.Entonceselteléfonoempiezaa vibrarycasisecaedentrodelagua,cosaquehacequemeecheareíracarcajadas. Noséporquémehacetantagracia. ElnombredeHardinapareceenlapantallaylatococonlosdedoshúmedos. —¿Harold?—pregunto. «¿Harold?»Ay,madre,hebebidodemasiado. LavozdeHardinsuenararaycomosinalientoalotrolado. —¿Tessa?¿Vatodobien?¿Mehasllamado? Enserio,tieneunavozcelestial. —Nosé,¿tesaleminombreenlapantalla?Deserasí,esprobablequehayasido yo—digosinparardereír. —¿Hasbebido?—preguntaentonoserio. —Talvez—digoconvozaguda,ylanzolatoalladepapelalcubodelabasura. Entonces entran dos chicas borrachas, una de ellas trastabilla sola y todo el mundosepartederisa.Semetentambaleantesenelcubículomásgrandeyyovuelvo aconcentrarmeenlallamada. —¿Dóndeestás?—preguntaHardindemalasmaneras. —Oye,cálmate.—Élsiempremeestádiciendoquemecalme.Ahorametocaa mí. Suspira. —Tessa…—Séqueestáenfadado,peroestoydemasiadoatontadaparaqueme importe—.¿Cuántastehastomado? —Nosé…Puedequecinco.Oseis.Creo—respondoapoyadaenlapared.Elfrío de los azulejos atraviesa la fina tela de mi vestido, son una gozada contra mi piel sudada. —¿Cincooseisqué? —Sexosenlaplaya…Nuncalohemosprobado…Habríasidodivertido—digo conunasonrisapícara. www.lectulandia.com-Página58 Ojalápudieraverlelacaradetonto.Nodetonto…,deadonis.Peroahoramismo lode«caradetonto»mesuenamejor. —Madre mía, estás como una cuba —dice, y adivino que se está pasando las manosporelpelo—.¿Dóndeestás? Séqueesinfantil,perorespondo: —Lejosdeti. —Esoyalosé.Ahoradimedóndeestás.¿Estásenunclub?—ladra. —Uy…Pareceselenanitogruñón—replicoechándomeareír. Séquepuedeoírlamúsica,poresolocreocuandomedice: —Nomeserádifícilencontrarte. Melasuda. Laspalabrassalendemibocaantesdequepuedacerrarla: —¿Porquénomehasllamadohoy? —¿Qué?—inquiere.Estáclaroquenoseesperabalapregunta. —Hoynohasintentadollamarme.—Soypatética. —Creíaquenoqueríasquetellamara. —Ynoquiero.Peroaunasí… —Vale,puestellamomañana—diceconcalma. —Nocuelgues. —Novoyacolgar…Sóloqueríadecirquemañanatellamaré,aunquenomelo cojas—meexplica,ymicorazóndaunsaltomortal. Intentofingirdesinterés. —Vale. «Pero¿quéestoyhaciendo?» —¿Vasadecirmedóndeestás? —No. —¿Trevorestácontigo?—preguntamuyserio. —Sí, pero también están Kim y… Christian. —No sé por qué me estoy justificando. —¿Éseerasuplan?¿Llevartealcongresoyemborracharteenunputoclub?— inquiere levantando la voz—. Lo que tienes que hacer es volver al hotel. No estás acostumbradaabeber,yencimaestásporahíconTrevor… Lecuelgosindejarloacabar.Pero¿quiénsecreequees?Tienesuertedequelo hayallamado,aunqueseaborracha.Menudoaguafiestas. Necesitootracopa. Me vibra el móvil varias veces pero ignoro todas las llamadas. «Chúpate ésa, Hardin.» Encuentroelcaminodevueltaalazonavipylepidootracopaalacamarera. —¿Teencuentrasbien?—mepreguntaKimberly—.Parecesenfadada. —¡Estoybien! Mebebolacopaencuantomelasirven.Hardinesunimbécil.Esculpasuyaque www.lectulandia.com-Página59 no estemos juntos. ¡Y encima tiene el morro de gritarme cuando lo llamo! Podría estaraquíconmigosinohubierahecholoquehizo.PerotengoaTrevor,queesmuy dulceymuyguapo. —¿Qué?—preguntaélconunasonrisacuandomepillamirándolo. Meríoydesvíolamirada. —Nada. Meterminootracopayhablamosdelointeresantequeserámañana.Melevanto yanuncio: —¡Mevoyabailar! Da la impresión de que Trevor quiere decir algo, tal vez quiera ofrecerse a acompañarme, pero se ruboriza y no abre la boca. Kimberly parece que ha tenido suficienteymedicequemevayaconungestodelamano.Puedoiryosola,nome importa. Me abro paso hasta el centro de la pista de baile y empiezo a moverme. Seguroqueestoyridícula,perosientatanbiendisfrutardelamúsicayolvidartodolo demás,comoelhaberllamadoaHardinestandoborracha… Amediacanciónnotoquehayalguienaltodetrásdemí,cercademí.Mevuelvo. Esunchicomuymono,convaquerososcurosycamisetablanca.Llevaelpelomuy cortoytieneunabonitasonrisa.NoesHardin,peroesquenadieescomoHardin. «Dejadepensarenél»,merecuerdomientraselchicomecogeporlascaderasy mepreguntaaloído: —¿Puedobailarcontigo? —Sí…,claro—contesto.Peroenrealidadeselalcoholelquehabla. —Eresmuyguapa—medice,medalavueltayponefinaloscentímetrosque nosseparaban. Se pega a mi espalda y cierro los ojos, intentando imaginarme que soy otra persona.Unamujerquebailacondesconocidosenunclub. El ritmo de la segunda canción es más lento, más sensual, y mis caderas se mueven más despacio. Nos volvemos, estamos cara a cara. Se lleva mi mano a la bocaymeacaricialapielconloslabios.Susojosencuentranlosmíosyderepente tengo su lengua en mi boca. Mi corazón grita para que lo aparte y el sabor desconocidocasimeproducearcadas.Peromicerebro…micerebromedicetodolo contrario:«BésaloyolvídatedeHardin.Bésalo». Asíqueignoroelmalestarquesientoenelestómago.Cierrolosojosyentrelazo lalenguaconlasuya.Hebesadoamástíosentresmesesdeuniversidadqueentoda mi vida. Las manos del desconocido se deslizan a mi espalda y comienzan a descender. —¿Ysinosvamosamicasa?—dicecuandonuestrasbocasseseparan. —¿Qué?—Loheoído,peroesperoqueloqueacabodedecirborresupregunta. —Vayamosamicasa—repitearrastrandolaspalabras. —Nocreoqueseabuenaidea. —Esunagranidea—reponeechándoseareír. www.lectulandia.com-Página60 Las luces multicolores son como un caleidoscopio en su cara, y hacen que parezcaextrañoymuchomásamenazadorqueantes. —¿Quétehacepensarquevoyairatucasacontigo?¡Noteconozcodenada!— grito. —Porquetepongoyteencanta,guarrilla—dicecomosifueraevidenteynada ofensivo. Me preparo para cantarle las cuarenta o pegarle un rodillazo en la entrepierna, perointentocalmarmeypararmeapensar.Leheestadorestregandoelculoylohe besado. Normal que quiera más. Pero ¿qué demonios me ocurre? Acabo de enrollarmeconundesconocidoenunclub.Noespropiodemí. —Losiento,perono—digoechandoaandar. Cuando regreso junto al grupo, parece que Trevor está a punto de quedarse dormidoenelsofá.Nopuedoevitarsonreírantesuadorabilidad. ¿Esapalabraexiste?Oh,creoquehebebidodemasiado. Mesientoysacounabotelladeaguadelacubiteraquehayencimadelamesa. —¿Lohaspasadobien?—mepreguntaKimberly. Asiento. —Sí,melohepasadogenial—digoapesardeloocurridohaceunosminutos. —¿Nosvamos,cielo?Mañanatenemosquemadrugar—lediceChristianaKim. —Sí.Cuandotúquieras—respondeellaacariciándoleelmuslo. Apartolamiradaynotoquemesonrojo. PinchoaTrevorconeldedo. —¿Vienesoprefieresquedarteaquíadormir?—bromeo. Seechaareíryseendereza. —Aúnnolohedecidido.Elsofáesmuycómodoylamúsicaesmuyrelajante. Christian llama al chófer, que dice que estará en la puerta dentro de cinco minutos.Noslevantamosybajamosporlaescaleradecaracolquehayenunodelos lateralesdelclub.Enlabarradelprimerpiso,Kimberlypidelaúltimacopayyome planteotomarmeotramientrasesperamos,perofinalmentedecidoqueyahebebido bastante.Unamásyperderéelconocimiento.Ovomitaré.Nomeapetecenilounoni lootro. Christian recibe un mensaje de texto y vamos a la salida. Se agradece el aire fresco,aunquenoesmásqueunasuavebrisacuandosubimosalcoche. Soncasilastresdelamadrugadacuandoregresamosalhotel.Estoyborrachay memuerodehambre.Nodejonadacomestibleenelminibar,tropiezoconlacamay mequedotumbada.Nisiquieramemolestoenquitarmeloszapatos. www.lectulandia.com-Página61 CAPÍTULO16 Tessa —Caaaallaaa—gruñocuandounmolestoruidomedespiertadelamona. Tardounossegundosendarmecuentadequenosonlosgritosdemimadre,sino queestánllamandoalapuertaagolpes. —¡Yava,yava!—grito,ytrastabillomientrasvoyaabrir. Entoncesmeparoymiroelreloj:soncasilascuatrodelamadrugada. «¿Quiéndiablosserá?» Inclusoborracha,empiezaaentrarmemiedo.¿YsiesHardin?Hanpasadomásde tres horas desde que lo llamé con un pedo tremendo. Es imposible que me haya localizado.Y¿quéledigo?Noestoypreparadaparaesto. Cuandovuelvenaaporrearlapuerta,apartomispensamientosylaabro,listapara lopeor. Pero sólo es Trevor. Es una decepción tan grande que hasta me duele el pecho. Mefrotolosojos.Estoytanborrachacomoantesdeacostarme. —Perdonaquetehayadespertado,pero¿notendrástúmimóvilporcasualidad? —pregunta. —¿Eh?—digo,ydoyunpardepasosatrásparaquepuedaentrar. Cierra la puerta y nos rodea la oscuridad salvo por las luces de la ciudad que entran por la ventana. Estoy demasiado borracha para ponerme a buscar el interruptor. —Creoquehemosintercambiadolosmóviles.Yotengoeltuyo,ycreoquetúhas cogidoelmíoporerror.—Abrelamanoymeenseñamiteléfono—.Ibaaesperara quesehicieradedía,perotumóvilnohaparadodesonar. —Ah—melimitoadecir. Encuentromibolsoyloabro.LoprimeroqueapareceeselmóvildeTrevor. —Perdona…Debodehaberlocogidosinquerercuandoíbamosenelcoche—me disculpoyselodevuelvo. —Nopasanada.Perdonaquetehayadespertado.Ereslaúnicachicaqueconozco queestáigualdeguapaaldespertarque… Ungolpetremendoenlapuertaleimpideacabarlafrase,yelestruendomepone demuymalhumor. —Pero¡¿quépasa?¿Hayunafiestaenmihabitaciónoqué?!—gritoempezando aandarhacialapuerta,listaparaecharlelabroncadesuvidaalempleadodelhotel www.lectulandia.com-Página62 queseguramentehavenidoapedirnosaTrevoryamíquenohagamostantoruidoy que,irónicamente,hahechomuchomásruidoquenosotros. Alargo la mano para abrir cuando los porrazos se intensifican y me quedo petrificadadelsusto.Acontinuación,seoye: —¡Tessa!¡Abrelamalditapuerta! LavozdeHardinretumbaenelairecomosinadaseinterpusieraentrenosotros. Seenciendelaluzdetrásdemí.Trevorestálívidodeterror. Si Hardin lo encuentra en mi habitación, esto va a acabar en llanto y crujir de dientes,aunquenohayapasadonada. —Escóndeteenelbaño—ledigo,yélabreunosojoscomoplatos. —¿Qué?¡Nopuedoescondermeenelbaño!—exclama. Tienerazón,esunaideaabsurda. —¡Abre la puta puerta! —vuelve a gritar Hardin. Entonces empieza a darle patadas.Sinparar. MiroaTrevorunaúltimavezparaintentarmemorizarsushermososrasgosantes dequeHardinlehagaunacaranueva. —¡Yava!—grito,yabrolapuertahastalamitad. Hardin está que echa humo y va todo de negro. Lo recorro de arriba abajo con ojosdeborracha.Nollevalasbotasdesiempre,sinounasConversenegras.Nuncalo habíavistosinsusbotas.Megustanesoszapatos… Peromeestoydispersando. EntoncesHardinabrelapuertadeunempujón,entraalacargayvaderechoapor Trevor.Porfortuna,locojodelacamisetayconsigodetenerlo. —¡¿Crees que puedes emborracharla y meterte en su habitación?! —le grita mientrasintentasoltarse.Séquenoloestáintentandocontodassusfuerzasporque,si asífuera,yoyatendríaelculoentierra—.Hevistocómoencendíaslaluzporelojo delacerradura.¿Quéestabaishaciendoaoscuras? —Noestábamos…—empiezaadecirTrevor. —¡Hardin, para ya! ¡No puedes ir por ahí pegándole a todo el mundo! —grito tirándoledelacamiseta. —¡Síquepuedo!—brama. —Trevor, vuelve a tu habitación para que intente hacerlo entrar en razón — intervengo—.Perdonaqueseestécomportandocomounacabraloca. Trevor casi se echa a reír por mi elección de palabras, pero se corta con una miradadeHardin. HardinsevuelvehaciamíyTrevorsemarchademihabitación. —¿Unacabraloca? —¡Sí, porque estás chiflado! ¡No puedes aparecer hecho un energúmeno en mi habitacióneintentardarleunapalizaamiamigo! —No debería estar aquí. ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué sigues vestida? ¿De dónde coño ha salido ese vestido? —dice recorriéndome de arriba abajo con la www.lectulandia.com-Página63 mirada. Paso de la oleada de calor que me revuelve el vientre y me concentro en estar indignada. —Havenidoacogersumóvilporqueyoselohabíaquitadosinquerer.Y…ya nomeacuerdodequémásmehaspreguntado—confieso. —Ya,puestalveznodeberíashaberbebidotanto. —Bebo lo que quiero, cuando quiero, donde quiero y siempre que quiero. Gracias. Ponelosojosenblanco. —Erescomoungranoenelculohastacuandoestáspedo—meespeta,ysedeja caerenelsillón. —Y tú eres un grano en el culo… siempre. ¿Quién te ha dicho que puedes sentarte?—resoplocruzándomedebrazos. Élmemiraconsusojosverdesybrillantes.Joder,estátanbueno… —Nomepuedocreerquelohayapilladoentuhabitación. —Nomepuedocreerquetehayadejadoentrarenmihabitación—replico. —¿Telohasfollado? —¿Qué?¡¿Cómoteatrevesapreguntarmeeso?!—grito. —Respondeamipregunta. —No,gilipollas.Porsupuestoqueno. —¿Ibasafollártelo?¿Teapetecefollártelo? —¡Paraelcarro,Hardin!¡Estásloco!—exclamoaltiempoquesacudolacabeza ycaminodelacamaalaventana. —Entonces¿porquésiguesvestida? —¡Eso no tiene sentido! —Pongo los ojos en blanco—. Además, no es asunto tuyoconquiénmeacuestoodejodeacostarme.Puedequemehayaacostadoconél, puedequemehayaacostadoconotro.—Lascomisurasdemislabiosamenazancon dibujarunasonrisa,peromeobligoapermanecermuyseriacuandodigolentamente —:Nuncalosabrás. MispalabrasproducenelefectodeseadoyaHardinlecambialacarahastaque pareceladeunabestia. —¡¿Quéacabasdedecir?!—brama. Ja.Estoesmuchomásdivertidodeloquecreía.Meencantaestarborrachacon Hardin porque digo las cosas sin pensar, cosas que van en serio, y todo me hace muchagracia. —Yamehasoído…—replico,ymeacercoparaplantarmedelantedeél—.Alo mejorhedejadoqueeltipodeladiscotecamellevaraalbaño.AlomejorTrevorme lohahechoaquímismo—digomirandolacamaporencimadelhombro. —Cállate.Cállate,Tessa—meadvierteHardin. Peromeechoareír.Mesientofuerte,segura,yquieroarrancarlelacamiseta. —¿Quétepasa,Hardin?¿NotegustaimaginarmeenbrazosdeTrevor?—Nosé www.lectulandia.com-Página64 sieslairadeHardin,elalcohol,olomuchoqueloechodemenos,perosinpensarlo dosvecesmeencaramoensuregazo.Apoyolasrodillasjuntoasusmuslos.Lohe pilladoporsorpresay,sinomeequivoco,estátemblando. —¿Qué…quéestáshaciendo…,Tessa? —Dime,Hardin,¿tegustaríaqueTrevor…? —Calla.¡Dejadedecireso!—mesuplica,ylodejoestar. —Anímate,Hardin.Sabesquenoloharía. Lerodeoelcuelloconlasmanos.Lanostalgiadeestarentresusbrazosmetiene casisinaliento. —Estásborracha,Tessa—diceintentandosoltarse. —¿Y?…Tedeseo.—Niyomismameesperabadecireso. Decidodejardepensar,almenosconlógica,ylocojodelpelo.Cómoechabade menossentirsusrizosentremisdedos. —Tessa…Nosabesloquehaces.Vasmuypedo—medice. Perolodicesinconvicción. —Hardin…, no le des tantas vueltas. ¿Es que no me echas de menos? —digo contrasucuello,chupándoselounpoco.Mishormonashantomadoelcontrol,ynosé sialgunavezlohedeseadomás. —Sí… —sisea, y succiono con más fuerza para asegurarme de que le hago un chupetón—.Tessa,nopuedo…,porfavor. Meniegoaparar.Muevolascaderassobresuentrepiernaygime. —No…—susurra,ysusgrandesmanosseaferranamiscaderasylasobligana detenerse. Contrariada,lelanzounamiradaasesina. —Tienesdosopciones:omefollasotelargas.Túdecides. «¿Quédiablosacabodedecir?» —Mañana me odiarás si te toco un solo pelo estando… como estás —dice mirándomealosojos. —Yateodioahora—espeto,yHardinhaceunamuecaaloírlo—.Másomenos —añadoconmásdulzuradelaquedebería. Mesueltalascaderashastaquepuedovolveramoverlas. —¿Nopodemoshablarprimero? —No,ydejadesertanplomo—gruñorestregándomecontrasupierna. —Nopodemoshacerlo…Así,no. ¿Desdecuándotienesentidodelamoralidad? —Séquequiereshacerlo,Hardin.Notoloduraquesetehapuesto—lesusurroal oído. Nomepuedocreerlasguarradasquebrotandemibocadeborracha,perolade Hardinesrosaytienelaspupilastandilatadasquesusojosparecencasinegros. —Ven —le susurro mordisqueándole el lóbulo de la oreja—, ¿no te apetece follarme encima del escritorio? ¿O mejor en la cama? Las posibilidades son www.lectulandia.com-Página65 infinitas… —Joder…Estábien.Alamierdatodo—dice,ymecogedelpeloyatraemiboca hacialasuya. En cuanto nuestros labios se tocan, mi cuerpo entra en ignición. Gimo y él me recompensaconungemidosimilar.Enroscolosdedosensupeloytiroconfuerza, incapazdecontrolarme,incapazdecontrolarlasganasqueletengo.Séqueseestá conteniendo y eso me vuelve loca. Le suelto el pelo y cojo el bajo de su camiseta negra, tiro de la tela y se la quito por la cabeza. Nuestros labios se separan un segundoyHardinechalacabezaatrás. —Tessa…—suplica. —Hardin—respondorecorriendosustatuajesconlosdedos. Echabademenoscómosusmúsculossetensanbajolapiel,cómolosintrincados remolinosdetintanegraledecoranelcuerpoperfecto. —No puedo aprovecharme de ti —dice, pero entonces gime y le lamo el labio inferiorconlalengua. Tengoquereírme. —Serámejorquetecalles. Mimanodesciendehastasuentrepierna.Séquenopuederesistirseamí,cosaque me complace más de lo que debería. Nunca pensé que alguna vez sería yo la que tendríatodoelcontrolestandoconél.Escuriosocómosevuelvenlastornas. Estátanduroytanexcitado…Mebajodesuregazoybuscolacremallera. www.lectulandia.com-Página66 CAPÍTULO17 Hardin La cabeza me da vueltas y sé que está mal, pero no puedo evitarlo. La deseo, la necesito.Memueroporella.Tienequesermíaymehadadounultimátum:omela follo,omelargo.Siésassonmisopciones,nopiensolargarme.Loqueestásaliendo poresabocasuenatanraro…,tanimpropiodeella. Peromeponemuchísimo. Sus pequeñas manos intentan bajarme la cremallera de los vaqueros. Meneo la cabezacuandoelcinturónmecaeporlostobillos.Nopuedopensarconclaridad.No puedo razonar. Estoy borracho y loco por esta mujer dulce y, en este momento salvaje,alaquequieromásdeloquepuedosoportar. —Espera…—repito. Nodeseoquepare,peromiladobuenoquiereoponerunmínimoderesistencia paranosentirsetanculpable. —No…, no espero. Ya he esperado bastante —dice con voz suave y seductora mientrasmebajaelbóxerymelacogeconlamano. —Joder,Tessa… —Éseeselplan:joder,Tessa. Nopuedodetenerla.Niaunquequisiera.Lonecesita,menecesita.Y,borrachao no, soy lo bastante egoísta para aceptar si éste es el único modo en que puedo conseguirquemequiera. Se arrodilla y se la mete en la boca. Cuando bajo la vista, me mira y pestañea. Joder, parece un ángel y un demonio a la vez, tan dulce y tan guarra mientras me vuelvelococonlaboca,arribayabajoytrazandocírculos. Haceunapausa,sesacalapolla,selaponejuntoalacaraymepreguntaconuna sonrisa: —¿Tegustoasí? Casimecorrosólodeoírla.Asiento,incapazdehablar,ysemetragadenuevo, ahuecalasmejillasychupaconfuerzametiéndoseuntramomásensupreciosaboca. Noquieroquepareperonecesitotocarla.Sentirla. —Para—lesuplico,ylepongolamanoenelhombroparaecharlaatrás.Niega conlacabezaymetorturasubiendoybajandoavelocidaddevértigo—.Tessa…,por favor—jadeo,perolanotoreír,unavibraciónprofundaquemeatraviesahastaque, porfortuna,parajustocuandoestoyapuntodecorrermeensugarganta. www.lectulandia.com-Página67 Sonríeyselimpialoslabioshinchadosconeldorsodelamano. —Esquesabesmuybien—dice. —Joder, ¿desde cuándo tienes una boca tan sucia? —le pregunto cuando se levantadelsuelo. —Nolosé…Siemprepiensoestascosas,sóloesquenuncatengoloscojonesde decirlas—respondeacercándosealacama. Casimeechoareíracarcajadasaloírladecir«cojones».NoespropiodeTess, peroestanochemandaellaylosabe.Séqueestádisfrutandodetenermeasumerced. Esevestidobastaparahacerperderlarazónacualquiera.Latelaabrazatodassus curvas,cadamovimientodesupielperfecta.Nuncahevistonadamássexi.Hastaque seloquitaporlacabezaymelotirajuguetona.Creoquesemevanasalirlosojosde las órbitas; tiene un cuerpo perfecto. El encaje blanco del sujetador apenas puede contener sus senos plenos, y lleva enrollado uno de los laterales de la braguita de encaje,dejandoexpuestalasuavepielentrelacaderayelpubis.Leencantaquela beseahí,aunqueséqueseavergüenzadelasfinaslíneasblancas,casitransparentes desupiel.Noséporqué;paramíesperfecta.Conosinmarcas. —Tetoca.—Sonríe,ysedejacaerenlacama. He soñado con esto desde el día en que me dejó. No creía que fuera a llegar y aquíestamos.Séquenecesitoprestaratenciónacadadetalleporqueesprobableque novuelvaasuceder. Alparecer,lopiensodemasiadoporquelevantalacabezaymemiraconunaceja enarcada. —¿Voyatenerqueempezaryosola?—mepincha. «Joder,esinsaciable.» Envezdecontestarle,meacercoalacama,mesientojuntoasuspiernasyella comienza a dar tirones con impaciencia a las bragas. Le aparto las manos y se las bajo. —Teheechadomuchodemenos—digo,peroellasólomecogedelpeloyme hundelacabezaahíabajo,dondemequiere. Me resisto un poco pero al final cedo y la acaricio con los labios. Gime y se arqueacuandolededicotodaslasatencionesdemilenguaasupuntomássensible. Sélomuchoquelegusta.Recuerdoquelaprimeravezqueselotoquémepreguntó quéeraeso. Suinocenciameexcitabamucho.Mesigueexcitandomuchísimo. —Así,Hardin…—gime. Loechabademenos.Normalmenteharíaalgúncomentariosobrelomojadaque está,peronoencuentrolaspalabras.Meconsumensusgemidosyelmodoenquese agarra a la sábana por el placer que le estoy dando. Le meto un dedo, lo deslizo dentroyfuerayellaarquealaespalda. —Más,Hardin.Más,porfavor—mesuplica,yledoyloquequiere. Curvo dos dedos dentro de ella antes de sacarlos y regalarle mi lengua. Se le www.lectulandia.com-Página68 tensanlaspiernas,comopasasiemprequeestáapunto.Meapartoparaobservarlas cariciasdemisdedos,quesemuevencadavezmásvelocesdeunladoaotro.Grita. Gritaminombremientrassecorreenmisdedos.Lamiromemorizandocadadetalle, los ojos cerrados, sus labios entreabiertos, su pecho que sube y baja y el rubor sonrosado que cubre sus mejillas durante el orgasmo. La quiero. Joder, cuánto la quiero.Nopuedoevitarmetermelosdedosenlabocacuandohaterminado.Sabea gloria,yesperopoderrecordarlocuandomedejeotravez. Elsubirybajardesupechomedistraehastaqueabrelosojos.Tieneunasonrisa deorejaaorejaensupreciosacaraynopuedoevitarsonreírcuandomeindicaconel dedoquemeacerque. —¿Llevasuncondón?—mepreguntamientrasmetumboencimadeella. —Sí… —digo. La sonrisa desaparece y frunce el ceño. Espero que no saque conclusionesequivocadas—.Eslacostumbre—admitoconsinceridad. —Medaigual—mascullamirandomisvaquerostiradosenelsuelo. Sesienta,loscogeyrebuscaenlosbolsilloshastaqueencuentraloquequiere. Cojodemalaganaelenvoltoriodelpreservativoylesostengolamirada. —¿Estássegura?—lepreguntoporenésimavez. —Sí. Y si vuelves a preguntármelo me iré a la habitación de Trevor con tu condón—ladra. Bajo la vista. Esta noche no tiene ningún pudor, pero no me la puedo imaginar connadiemás,sóloconmigo.Talvezporquecreoqueesomemataría.Semeacelera elpulsocuandomelaimaginoconelfalsoesedeNoah.Lasangremehierveenlas venasymepongodemalhumor. —Comoquieras.Estoyseguradequeleencantará…—empiezaadecir,perole tapolabocaconlamanoparahacerlacallar. —Noteatrevasaacabarlafrase—amenazo,ynotocómosuslabiosdibujanuna sonrisabajomisdedos. Sé que esto es muy mal rollo, y que me provoque así, y tirármela estando borracha, pero no parece que ninguno de los dos podamos evitarlo. No puedo negarme cuando sé que soy lo que quiere y que cabe la posibilidad…, la remota posibilidaddequerecuerdeloquetenemosjuntosymedéotraoportunidad.Lequito la mano de la boca y rasgo el envoltorio del condón. En cuanto me lo pongo, se encaramaamiregazo. —Quiero hacerlo así primero —insiste cogiéndome la polla antes de metérsela dentro. Dejoescaparunsuspirodeplacerydederrotayellaempiezaamoverlascaderas contra las mías. Traza círculos lentos; es el ritmo más delicioso del mundo. Su cuerpo,subocacarnosayperfecta…,estoeshipnóticoytremendamentesexi.Séque no voy a durar mucho, llevo demasiado sin hacerlo. Últimamente lo único que he hechohasidocascármelayosoloimaginándomequeestabaconella. —Háblame, Hardin, háblame como antes —gimotea rodeándome el cuello con www.lectulandia.com-Página69 losbrazosyatrayéndomehaciasí.Odioelmodoenquedice«comoantes»,comosi fuerahacecienaños. Me incorporo un poco sobre la cama para seguir sus movimientos y pegarle la bocaaloído. —Te gusta que te diga guarradas, ¿verdad? —susurro, y Tessa gime—. Contéstame—digo,yasienteconlacabeza—.Losabía.Intentasparecerunaingenua peroyoteconozcobien.—Lemuerdoelcuello. Miautocontrolhadesaparecidoychupoconfuerzaparadejarlemarca.Paraque elputoTrevorlavea.Paraquetodoslavean. —Sabes que soy el único que puede hacerte sentir así… Sabes que nadie más puede hacerte gritar como yo… Nadie más sabe exactamente cómo tocarte —digo bajando la mano y frotando con los dedos el punto en el que se unen nuestros cuerpos. Estáempapadaymisdedossedeslizanconfacilidadgraciasalahumedad. —¡Sí,sí!—ronronea. —Dilo,Tessa.Diquesoyelúnico. Leacaricioelclítorisenpequeñoscírculosylaembistoconlascaderassinque elladejedemoverse. —Loeres.—Losojoslevanallegaralacoronilla.Estáperdidaenlapasiónque sientepormíyyoestoyapuntodeunirmeaella. —¿Quésoy? Necesitoquelodiga,aunqueseamentira.Laquierocontaldesesperaciónqueme damiedo.Lacojodelascaderasyconunmovimientorápidolatumbodeespaldas sobrelacamaymepongoencimadeella.Gritacuandoentroysalgodesucuerpo conmásfuerzaquenunca.Lemetolosdedosenlaboca.Quieroquemesienta.Que mesientadeltodoyquemequieratantocomoyoaella.Esmíayyosoysuyo.El sudorbrillaensupielsuaveyestáparacomérsela.Sussenossubenybajanconcada embestidayechalacabezaatrás. —Ereselúnico…,Hardin…,elúnico…—dice,ysemuerdeellabio. Se lleva las manos a la cara y luego me coge la mía. Observo cómo se corre debajodemí…yesmuyhermoso.Tieneunaformadeolvidarsedetodoqueesmás queperfecta.Suspalabrassontodocuantonecesitoparaacabar,yentoncesellame clavalasuñasenlaespalda.Seagradeceeldolor,meencantalapasiónquehayentre nosotros.Meincorporoylalevantoconmigo.Lasientoenmiregazoparaquepueda montarmeotravez.Laabrazoysucabezacaesobremishombrosmientraslevanto las caderas fuera de la cama. Mi polla entra y sale de su interior a buen ritmo mientrasmecorroenelcondónrugiendosunombre. Metumbosinsoltarlaysuspiracuandoleacariciolafrenteconlosdedos yleapartoelpeloempapadodelacara.Supechosubeybaja,subeybaja,y mereconforta. —Tequiero—ledigo,eintentomirarlaperovuelvelacabezaymetapalaboca www.lectulandia.com-Página70 conundedo. —Calla… —No,nomecallo…—Ruedohaciaunladoyañadoenvozbaja—:Tenemosque hablar. —Adormir…Tengoquelevantarmedentrodetreshoras…Adormir…—musita rodeándomelacinturaconelbrazo. Que me abrace me hace sentir mejor que el polvo que acabamos de echar, y la idea de dormir en la misma cama que ella es una gozada, ha pasado demasiado tiempo. —Vale—digo,yledoyunbesoenlafrente. Haceunamuecaperoséqueestádemasiadocansadapararesistirse. —Tequiero—lerepito,perocuandonodicenadamásmetranquilizopensando queyadebedehabersedormido. Nuestrarelación,oloqueseaesto,hacambiadoporcompletoenunasolanoche. Derepentemeheconvertidoenloquemásmiedomedabaser,yellamecontrolaa su antojo. Podría hacerme el hombre más feliz sobre la faz de la Tierra o podría hundirmeenlamiseriaconunasolapalabra. www.lectulandia.com-Página71 CAPÍTULO18 Tessa Laalarmademimóvilirrumpeenmisueñocomounpingüinobailarín.Literalmente, porquemisubconscientetraduceelsonidoenlaimagendeunpingüinoquebaila. Sinembargo,laplacenterafantasíanoduramucho.Medespiertoydeinmediato empieza a dolerme la cabeza. Cuando intento sentarme, algo me lo impide… O alguien. «Ay,no.» Recuerdo a un tío que daba grima. Me entra el pánico y abro los ojos de sopetón…PeroloqueveoeslapieltatuadadeHardinencimademí.Tienelacabeza sobremiestómagoymerodeaconunbrazo. «Mierda.» Intento hacerlo a un lado sin despertarlo, pero él gime y abre los ojos muy despacio. Los cierra otra vez, se levanta y desenreda nuestras piernas. Salto de la cama y, cuando vuelve a abrirlos, no dice nada, sólo me observa como si estuviera viendoaundepredador.LaimagendeHardinpenetrándomesincesarygritandomi nombreserepiteenmimenteunayotravez. «Pero¿enquédemoniosestabapensando?» Quiero decir algo, pero la verdad es que no se me ocurre nada. Por dentro me estoy poniendo mala, me va a dar un ataque. Como si supiera lo que pasa por mi mente,saltadelacama,sábanaenmano,ysecubreelcuerpodesnudo.Ay,porfavor. Se sienta en una silla y me mira y me doy cuenta de que sólo llevo puesto el sujetador.Cierrolaspiernasyvuelvoasentarmeenlacama. —Dialgo—mepide. —Yo…Noséquédecir—confieso. Nomepuedocreerquehayapasado.NopuedocreerqueHardinestéaquí,enmi cama,desnudo. —Losiento—dice,ydejacaerlacabezaentrelasmanos. Mevaaexplotarelcerebroporlascantidadesingentesdealcoholquetoméayer yporhabermeacostadoconHardin. —Mástevale—mascullo. Setiradelpelo. —Fuistetúquienmellamó. —Peronotedijequevinieras—replico. www.lectulandia.com-Página72 Noséquévoyahacer.Nohedecididoaúnsiquieropelearmeconél,echarloa patadasointentarresolverlocomounaadulta. Melevantoymevoyalbaño.Suvozmeacompaña. —Estabas borracha y pensé que te encontrabas en apuros o algo así y Trevor estabaaquí. Abroelgrifodeladuchaymemiroalespejo.Llevounchupetónencarnadoenel cuello.MetocolamarcayrecuerdolalenguadeHardinsobremipiel.Debodeestar un poco ebria todavía porque no consigo pensar con claridad. Creía que lo estaba superandoyresultaquetengoalcabrónquemerompióelcorazónenmihabitacióny unchupetónenormeenelcuello,igualqueunaadolescenteindomable. —¿Tessa?—diceentrandoenelbaño. Me meto en la ducha. Permanezco en silencio mientras el agua caliente limpia mispecados. —¿Estás…? —Se le quiebra la voz—. ¿Estás bien después de lo que pasó anoche? ¿Porquéestátanraro?Meesperabaunasonrisadesuperioridadycomomínimo cinco«denada»encuantoabrieralosojos. —No…Nolosé.No,noestoybien—ledigo. —¿Meodias…másqueantes? Parece tan vulnerable que me da un vuelco el corazón pero necesito plantarme. Esto es un desastre: empezaba a olvidarlo. «No te lo crees ni tú», se mofa mi subconsciente,peropasodeél. —No,másomenosigualqueantes—contesto. —Ah. Meaclaroelpelounaúltimavezyrezoparaqueelaguadeladuchamerehidrate ymelibredelaresaca. —No era mi intención aprovecharme de ti, te lo juro —dice cuando cierro el grifo. Cojounatoalladelpequeñoestanteymeenvuelvoconella.Estáapoyadoenel marcodelapuertayloúnicoquellevapuestoeselbóxer.Tieneelpechoyelcuello cubiertosdemarcasrojas. Nopiensovolverabeber. —Tessa,séquedebesdeestarenfadada,perotenemosmuchodequehablar. —No, no hay nada que hablar. Estaba borracha y te llamé. Viniste y nos acostamos.¿Quéhayquehablar?—Intentomantenerlacalma,noquieroquesepalo muchoquemeafecta.Lomuchoquemeafectólodeanoche. Entoncesveoquetienelosnudillosencarneviva. —¿Qué te ha pasado en las manos? ¡Joder, Hardin! ¡¿No me digas que le has partidolacaraaTrevor?!—grito,yhagounamuecaporelterribledolordecabeza quetengo. —¿Qué?¡No!—exclamalevantandolasmanosparadefenderse. www.lectulandia.com-Página73 —Entonces¿aquién? Menealacabeza. —Lomismoda.Tenemoscosasmásimportantesdelasquehablar. —No,notenemosnadaquehablar.Nohacambiadonada. Abroelestuchedemaquillajeysacoelcorrector.Meloaplicogenerosamenteen elcuellomientrasHardinsiguedepiedetrásdemí,ensilencio. —Ha sido un error. No debería haberte llamado —digo al cabo de un rato, enfadadaporquenicontrescapasdecorrectorconsigodisimularelchupetón. —Nohasidounerror.Estáclaroquemeechasdemenos.Poresomellamaste. —¿Qué?No.Tellamépor…poraccidente.Noeramiintención. —Mentira. Meconocedemasiadobien. —¿Sabesqué?Noimportaporquétellamé—salto—.Nodeberíashabervenido. Cojoeldelineadordeojosyempiezoapintarmeunarayabastantegruesa. —Pues yo digo que tenía que venir. Estabas borracha y cualquiera sabe lo que podríahaberpasado. —¿Como,porejemplo,quemeacostaraconquiennodebía? Se le encienden las mejillas. Sé que estoy siendo un poco borde, pero debería haber sabido que no tenía que acostarse conmigo estando tan borracha. Me paso el cepilloporelpelohúmedo. —Nomedejasteotraopción,hazmemoria—replicatanbordecomoyo. Meacuerdo.Recuerdoquesaltéencimadeélyempecéarestregarmecontrasu entrepierna.Recuerdoqueledijequeoseacostabaconmigooseiba.Recuerdoque medijoquenoymepidióqueparase.Mesientomuyhumilladayhorrorizadapormi comportamiento pero, lo peor de todo, es que me recuerda a la primera vez que lo besé,cuandomeacusódehabermelanzadoasusbrazos. Larabiabulleenmiinteriorytiroelcepillocontraelmuebledelbaño. —¡Noteatrevasaculparmeamí!¡Podríashaberdichoqueno!—legrito. —¡Tedijequeno!¡Variasveces!—mecontestaagritos. —¡Noeraconscientedeloquehacíaylosabes! Noesdeltodocierto.Sabíaloquequería,sóloquenoestoydispuestaaadmitirlo. Sinembargo,empiezaarepetirmelasguarradasqueledijeanoche: —«¡Es que sabes muy bien!» «¡Háblame como antes!» «¡Eres el único, Hardin!»… Meestásacandodemiscasillas. —¡Fueradeaquí!¡Largo!—legrito,ycojoelmóvilparaverlahora. —Anochenoqueríasquememarchara—replicacontodalacrueldaddelmundo. Mevuelvoparamirarlo. —Meibamuybienantesdequellegaras.TeníaaquíaTrevor—digoporquesélo malquelevaasentar. Peroentoncesmesorprendeechándoseareír. www.lectulandia.com-Página74 —Por favor… Los dos sabemos que con Trevor no tienes ni para empezar. Me deseabasamíysóloamí.Ytodavíamedeseas—semofa. —¡Estababorracha,Hardin!¿Paraquétequieroatiteniéndoloaél?—lesuelto, peromearrepientoalinstantedehaberlodicho. Lebrillanlosojos,nosésiporquelehehechodañooporquesehapuestoceloso, ydoyunpasohaciaél. —No—diceextendiendolosbrazosparaquenomeacerque—.¿Sabesqué?Me parece perfecto. ¡Eres toda suya! No sé por qué coño he venido. ¡Debería haber sabidoqueibasaportarteasí! Intento bajar la voz antes de que alguien llame para quejarse, pero no sé si lo consigo: —¿Me tomas el pelo? Te plantas aquí, te aprovechas de mí y ¿encima tienes el valordeinsultarme? —¿Quemeaprovechédeti?¡Túteaprovechastedemí,Tessa!Sabesquenosé decirtequeno,¡ynoparabasdeinsistir! Sé que tiene razón, pero estoy cabreada y me siento humillada por mi comportamientoagresivodeanoche. —Daigualquiénseaprovecharadequién.Loúnicoqueimportaesquetevayas ynovuelvasaacercarteamí—sentencio,luegoenciendoelsecadorparanooírsu respuesta. Alospocossegundosarrancaelcabledelenchufedeuntirón;unpocomásyse llevahastaelmarco. —Pero ¡¿a ti qué coño te pasa?! —le grito enchufando el secador de nuevo—. ¡Podríashaberloroto! Hardinescapazdehacerleperderlapacienciaaunsanto. «¿Cómosemeocurrióllamarlo?» —Novoyamarcharmehastaquehayamoshablado—resopla. Ignoroeldolorquesientoenelpecho. —Ya te lo he dicho: no tenemos nada de que hablar. Me has hecho daño y no puedoperdonártelo.Findelacuestión. Por mucho que intente luchar contra mis sentimientos, en el fondo sé que me encantaquehayavenido.Aunqueestemosgritándonosypeleándonos,loheechado muchodemenos. —Nisiquierahasintentadoperdonarme—diceenuntonomuchomásdulce. —Loheintentado.Heintentadosuperarlo,peronopuedo.Nosésitodoestoes partedetujuego.Nosésivolverásahacermedaño. Enchufolastenacillasysuspiro. —Tengoqueterminardearreglarme. Desaparececuandovuelvoaponerenmarchaelsecador.Unapequeñapartede míesperaencontrarlosentadoenlacamacuandosalgadelbaño,lamuyidiota.Noes miparteracional.Eslachicaingenuaytontaqueseenamoródeunchicoqueestodo www.lectulandia.com-Página75 locontrariodeloqueellanecesita.UnarelaciónentreHardinyyonuncafuncionará, losé.Megustaríaqueellatambiénlosupiera. Merizoelpeloyterminodepeinarmedetalmodoqueéstemetapaelchupetón que me ha hecho en el cuello. Cuando salgo del baño a preparar lo que voy a ponerme,Hardinestásentadoenlacamaylachicatontasealegraunpoco.Sacoun sujetador rojo y unas bragas de la maleta y me las pongo sin quitarme la toalla. Cuandoladejocaer,Hardinahogaungritoeintentadisimularlotosiendo. Sacoelvestidoblancodelarmarioynotoqueunhiloinvisiblenosune,perome resisto y me meto el vestido por la cabeza. Me siento muy cómoda con él aquí, teniendoencuentalasituación.¿Porquétienequesertodotanconfusoyagotador? ¿Por qué tiene que ser tan complicado? Y, lo más importante, ¿por qué no puedo olvidarloyseguirconmivida? —Deberíasirte—digoenvozbaja. —¿Necesitasayuda?—preguntacuandovequemecuestasubirmelacremallera delvestido. —No…Puedosola. —Espera. Selevantayseacercaamí.Caminamossobrelafinalíneaqueseparaelamordel odio,latempestaddelacalma.Meresultaextrañoyembriagador. Me levanto el pelo y Hardin se toma su tiempo para subirme la cremallera del vestido.Semeaceleraelpulsoymeechounabroncamentalporhaberpermitidoque meayude. —¿Cómoconseguisteencontrarme?—inquieroencuantolapreguntasemepasa porlacabeza. Se encoge de hombros como si no me hubiera seguido desde la otra punta del estado. —LlaméaVance. —¿Tediominúmerodehabitación?—Nomegustanadalaidea. —No, me la dio el recepcionista. —Sonríe orgulloso de sí mismo—. Puedo ser muypersuasivo. Elhechodequehayasidocosadelhotelnohacequemesientamejor. —No podemos seguir así…, ya sabes, contigo bromeando y actuando como si fuéramosamigos—digosubiéndomealoszapatosnegrosdetacón. Élcogesusvaquerosyempiezaaponérselos. —¿Porquéno? —Porquenonoshaceningúnbienestarenlamismahabitación. Sonríeyaparecensushoyuelosmalvados. —Sabes que eso no es verdad —dice poniéndose la camiseta con absoluta tranquilidad. —Loes. —No. www.lectulandia.com-Página76 —¿Quieresdejarloestar?—lesuplico. —Nolodicesenserio,ylosé.Sabíasmuybienloquetehacíascuandodejaste quemequedaraanoche. —No, no lo sabía —protesto—. Estaba borracha. Anoche no sabía lo que me hacía,nicuandobeséaaqueltíonicuandoteabrílapuerta. Cierrolabocaalinstante.Esperonohaberlodichoenvozalta.Noobstante,por el modo en que Hardin abre los ojos y aprieta los dientes, sé que me ha oído. Mi dolordecabezasemultiplicapordiezymeentranganasdedarmedebofetadas. —¡¿Qué…quéacabasdedecir?!—brama. —Nada…,yo… —¿Besaste a un tío? ¿A quién? —pregunta con la voz rota como si acabara de correrunmaratón. —Auntíoenelclub—confieso. —¿Va en serio? —jadea. Asiento y explota—: Pero ¿qué…? Pero ¿qué coño te pasa, Tessa? ¿Besaste a un tío en un puñetero club y a continuación te acostaste conmigo?Pero¿túquiéneres? Sepasalasmanosporlacara.Siloconozcotanbiencomocreo,estáapuntode romperalgo. —Sucedió y ya está, y te recuerdo que tú y yo no estamos juntos. —Intento defenderme,peroséqueloúnicoqueconsigoesempeorarlo. —Joder…Eresincreíble.¡MiTessajamáshabríabesadoaunputodesconocido enunclub!—ladra. —NosoytuTessa—leinformo. Menealacabezaunayotravez.Alfinalmemiraalosojosyescupe: —¿Sabesunacosa?Tienesrazón.Y,sóloparaquelosepas,mientrastúteestabas besuqueandoconesepavo,yomeestabafollandoaMolly. www.lectulandia.com-Página77 CAPÍTULO19 Tessa «MeestabafollandoaMolly.»«MeestabafollandoaMolly.»«Meestabafollandoa Molly.» «Me estaba follando a Molly.» «Me estaba follando a Molly.» «Me estaba follando a Molly.» «Me estaba follando a Molly.» «Me estaba follando a Molly.» «MeestabafollandoaMolly.»«MeestabafollandoaMolly.»«Meestabafollandoa Molly.»«MeestabafollandoaMolly.» LaspalabrasdeHardinresuenanenmicabezamuchodespuésdequehayasalido para siempre de mi vida con un portazo. Intento tranquilizarme antes de bajar a reunirmeconlosdemás. Debería haber sabido que estaba jugando conmigo, que seguía liándose con ese putón.Seguroquehaestadoacostándoseconellatodoeltiempoquehemosestado «saliendo» juntos. ¿Cómo puedo ser tan tonta? Anoche estuve a punto de creerlo cuandomedijoquemequería.Pensaba:«¿Porqué,sino,havenidoencochehasta Seattle?».Perolaverdaderarazónesésta:porqueesHardinyhaceesetipodecosas para marearme. Siempre las ha hecho y siempre las hará. Me confunde lo culpable quemesientoporhaberlesoltadoquebeséauntipoyporhaberloculpadoaéldelo sucedido anoche, cuando sé perfectamente que yo quería que pasara tanto como él. Sóloesquenoquieroadmitirlo,nianteél,niamímisma. SemerevuelveelestómagoalimaginármeloconMolly.Sinocomopronto,voy adevolver.Nosóloporlaresaca,sinotambiénporlaconfesióndeHardin.Teníaque ser con Molly… La detesto. La estoy viendo, con su sonrisa de superioridad, disfrutandoalsabereldañoquemehacequevuelvaaacostarseconél. Esospensamientosfunestosmeacosancomobuitreshastaquedetengoelataque de nervios justo al borde del abismo, me limpio los lagrimales con un pañuelo de papelycojoelbolso.Enelascensorestoyapuntodederrumbarmedenuevo,pero paracuandollegoalaplantabajayaherecuperadoelcontrol. —¡Tessa!—mellamaTrevordesdelaotrapuntadelvestíbulo—.Buenosdías— diceacercándomeunatazadecafé. —Gracias,Trevor.TepidodisculpasporelcomportamientodeHardinanoche— empiezoadecir. —Nopasanada,deverdad.Esechicoesunpoco…¿intenso? Casimeechoareír,perolasolaideamedanáuseas. —Sí…Eso…,intenso—mascullo,yledoyunsorboalcafé. www.lectulandia.com-Página78 Miraelmóvilyseloguardaotravezenelbolsillo. —Kimberly y Christian bajarán dentro de unos minutos. —Sonríe—. ¿Hardin sigueaquí? —No,ytampocovaavolver—replicotratandodefingirquenomeimporta—. ¿Hasdormidobien?—preguntoparacambiardetema. —Sí,peroestabapreocupadoporti. Sumiradaseposaenmicuelloymerecolocoelpeloporsisemeveelchupetón. —¿Yeso?—digo. —¿Puedopreguntartealgo?Noquieroquetesientemalninada…—lodicecon tonocautoyesomeponeunpoconerviosa. —Sí…,adelante. —¿Alguna vez… alguna vez te ha hecho daño Hardin? —me suelta entonces mirandoalsuelo. —¿Qué?Discutimosconstantemente,asíque,sí,mehacedañoatodashoras—le contesto.Luegoledoyotrosorboaladeliciosatazadecafé. Trevormemiraconojosdecordero. —Merefieroafísicamente—musita. Ladeo la cabeza para poder verlo bien. ¿Me está preguntando si Hardin me ha pegadoalgunavez?Mequieromorir. —¡No!—exclamo—.Porsupuestoqueno.Élnuncaharíaalgoasí. Porsumirada,séquenoerasuintenciónofenderme. —Perdona…Essóloqueparecemuyviolentoysiempreestáenfadado. —Hardin está enfadado con el mundo y a veces se pone violento, pero nunca, jamás,mepondríalamanoencima. Resultararo,peroTrevormeestácabreandoporacusaraHardindeunacosaasí. Élnoloconoce…Aunque,porlovisto,yotampoco. Permanecemosdepievariosminutosensilencioyledoyvueltasalasuntohasta queveoelpelorubiodeKimberlyacercándoseanosotros. —Perdóname, de verdad. Sólo es que creo que te mereces que te traten mucho mejor—añadeTrevorenvozbajaantesdequelosdemásseunananosotros. —Meencuentrofatal.Peorquefatal—gruñeKimberly. —Yo también. La cabeza me va a explotar —comparto con ella mientras recorremosellargopasilloqueconducealasaladecongresos. —Sí,perotútienesunaspectomagníficoyyotodavíallevopegadaslaslegañas —añade. —Estáspreciosa—lediceChristian,ylabesaenlafrente. —Gracias,cariño,perotúnoeresobjetivo.—Kimberlyseríeyacontinuaciónse masajealassienes. —Parecequeestanochenovamosasalir—intervieneTrevorconunasonrisa. Todoelmundoestádeacuerdoconél. Llegamosalcongresoyvoydirectaalamesadeldesayunoacogeruncuencode www.lectulandia.com-Página79 cereales.Comomásdeprisadeloquedeberíaynopuedodejardepensarenloque dijoHardin.Mehabríagustadopoderbesarlounavezmás…No,no,mal.Seveque todavíaestoyborracha. Los seminarios se suceden con rapidez, y aunque Kimberly gruñe porque el volumendelmicrófonodeloradorprincipalestádemasiadoalto,amediodíamidolor decabezayacasihadesaparecido. Mediodía. Hardin ya debe de haber llegado a casa. Seguro que está con Molly. Seguro que se ha ido directamente a buscarla sólo para fastidiarme. ¿Se habrán acostado ya en nuestro antiguo dormitorio? ¿En la cama que era para nosotros? Recuerdo sus caricias y cómo gemía mi nombre anoche, y de repente el cuerpo de Molly sustituye al mío. Lo único que veo es a Hardin con Molly. A Molly con Hardin. —¿Mehasoído?—preguntaTrevorsentándoseamilado. Sonríoparadisculparme. —Perdona,teníalacabezaenotraparte. —Como esta noche nadie quiere salir, me preguntaba si te gustaría cenar conmigo.—Mirosusrelucientesojosazulesy,comotardoenresponder,tartamudea —:Sinoteapetece…,nopasanada. —Laverdadesquemeencantaría—ledigo. —¿De verdad? —Por fin respira. Se nota que pensaba que lo iba a rechazar, y másdespuésdelmodoenqueHardinsecomportóconélanoche. Durante las siguientes cuatro horas de charlas y conferencias, dejo que mi corazón disfrute sabiendo que Trevor aún quiere salir conmigo después de que el energúmenodemiexlohayaamenazado. —Qué bien que por fin ha terminado. Necesito dormir —gruñe Kimberly mientras subimosalascensor. —Parecequeteestáshaciendomayor—seburlaChristian,yellaponelosojosen blancoyapoyalacabezaensuhombro. —Tessa, mañana por la mañana, mientras ellos están reunidos, nosotras nos iremosdecompras—diceantesdecerrarlosojos. Pormí,perfecto.IgualqueunacenatranquilaenSeattleconTrevor.Dehecho, suenademaravilladespuésdeminochesalvajeconHardin.Nomeestágustandomi comportamiento este fin de semana: he besado a un desconocido y prácticamente obliguéaHardinaqueseacostaraconmigo.Yahoramevoyacenarconotrotío.No obstante,esteúltimoeselmenosmalodetodos,yséquenohabrásexoconél. «Puede que tú no tengas sexo, pero seguro que Hardin y Molly…», empieza a decirmisubconsciente.Quépesado,yameestátocandolasnarices. Alllegaralapuertademihabitación,Trevorsedetieneydice: —Pasaréarecogertealasseisymedia,siteparecebien. www.lectulandia.com-Página80 Lesonrío,asientoyentroenlaescenadelcrimen. Iba a intentar echarme una siesta antes de salir a cenar con él, pero termino dándome otra ducha. Me siento sucia después de todo lo que ocurrió anoche y necesitoquitarmeelolordeHardindelapiel.Hacedossemanasestabaseguradeque eldíadehoyibaasermuydistinto.Hardinyyoestaríamoshaciendolasmaletaspara iravisitarasumadreaLondresporNavidad.Ahoranisiquieratengodóndevivir,lo quemerecuerdaquedebodevolverlelasllamadasamimadre.Anochemetelefoneó milveces. Salgodeladucha,empiezoamaquillarmeymarcosunúmero. —Hola,Tessa—respondecortante. —Perdona que no pudiera llamarte anoche. Estoy en Seattle, en el congreso de edición,yayerestuvimoscenandohastatardeconunosclientes. —Anda,miraquébien.¿EstáHardinahí?—pregunta.Ésanomelaesperaba. —No…¿Porquélodices?—contestohaciéndomelaloca. —Porquemellamóanocheintentandoaveriguardóndeestabas.Nomegustaque lehayasdadominúmero.Sabesloqueopinodeél,Theresa. —Yonolehedadoelnúmero… —Creíaquehabíaisroto—mecorta. —Hemos roto. Yo rompí con él. Será que necesita preguntarme algo sobre el apartamentooalgoparecido—miento. Debíadeestarmuydesesperadoparallamaracasademimadre.Mealegro,pero tambiénmeduele. —Ya que lo mencionas, no vamos a poder encontrarte habitación en una residenciahastapasadaslasvacacionesdeNavidad.Comonotienesqueiratrabajar ytampocohabráclases,puedesquedarteaquíhastaentonces. —Ah…Vale. No quiero pasar las vacaciones de Navidad con mi madre, pero ¿acaso tengo elección? —Teveoellunes.Y,Tessa,sisabesloqueteconviene,procuranoacercarteaese chico—diceantesdecolgar. Una semana en casa de mi madre. El infierno. No sé cómo he podido vivir allí durantedieciochoaños.Laverdadesquenomehabíadadocuentadelohorribleque era hasta que disfruté de un poco de libertad. A lo mejor, como Hardin se va a Inglaterraelmartes,podríapasardosnochesmásenelmotelyluegoquedarmeenel apartamento hasta que él regrese. No me apetece nada volver allí, pero firmé el contratodealquileryHardinnotieneporquéenterarse. Miroelmóvilyveoquenimehallamadonimehaenviadoningúnmensaje.Lo sabía.NomepuedocreerqueseacostaraconMollyymelorestregaraluegoporla cara. Lo peor es que, si no le hubiera soltado que besé a un tipo, no me lo habría contado. Igual que lo de la apuesta con la que empezó nuestra «relación». Y eso significaquenopuedoconfiarenél. www.lectulandia.com-Página81 Terminodearreglarmeydecidoponermeunvestidonegro,sinadornos.Misdías defaldasplisadasdelanasoncosadelpasado.Meaplicootracapadecorrectorenel cuelloyesperoaquellegueTrevor.Comoeradeesperar,llamaalapuertaalasseisy mediaenpunto. www.lectulandia.com-Página82 CAPÍTULO20 Hardin Contemplolaenormecasademipadresindecidirmeaentrar. Karenhaadornadoeljardíncondemasiadasluces,pequeñosárbolesdeNavidad y lo que parece ser un reno bailarín. Un Santa Claus hinchable se retuerce con el viento,escomosiseestuvieraburlandodemí.Salgodelcocheypedazosdebilletes deaviónrotosrevoloteanporelasientohastaquecierrolapuerta. Voyatenerquellamarparaquemereembolsenlosbilletesomeloscambienpor otros;delocontrario,habrétiradodosmilpavosalabasura.Deberíairmeyosoloy escapardeestepaísdemierdaunatemporadapero,noséporqué,volveracasa,a Londres,nomeapetecenadasinTessa.Menosmalqueamimadrenolehaparecido malaidealodeveniraverme.Dehecho,medalaimpresióndequelehaceilusión veniraEstadosUnidos. Toco el timbre e intento buscar una excusa que explique qué hago aquí. Pero Landonapareceantesdequesemeocurranada. —Hola—losaludocuandoabrelapuerta. —¿Hola?—pregunta. Memetolasmanosenlosbolsillos,sinsaberquédecirniquéhacer. —Tessanoestáaquí—diceyendoalasaladeestar,indiferenteamipresencia. —Sí…Yalosé.EstáenSeattle—digopisándolelostalones. —¿Entonces? —Pues…Hevenidoa…ahablarcontigo…oconmipadre.Quierodecir,Ken— divago. —¿Hablar?¿Dequé? Sacaelpuntodellibroquellevaenlamanoyempiezaaleer.Quieroarrancárselo delasmanosytirarloalfuegodelachimenea,peroesonovaallevarmeaninguna parte. —DeTessa—respondoenvozbaja.Ledoyvueltasalpiercingdellabioconlos dedos,esperandoqueLandonseecheareír. Élmemiraycierraellibro. —Aversiloentiendo…Tessanoquieresabernadadetiyporesohasvenido… ¿ahablarconmigo?¿Ocontupadre?¿Inclusoconmimadre? —Sí… Supongo… —Joder, qué pesado es. Como si esto no fuera ya bastante humillante. www.lectulandia.com-Página83 —Vale… Y ¿qué te hace pensar que me importas un pimiento? Personalmente, creoqueTessanodeberíavolveradirigirtelapalabray,aestasalturas,creíaqueya habríaspasadoalasiguiente. —Noseascapullo.Yaséquelahecagado…,perolaquiero,Landon.Yséque ellamequiereamí.Loqueocurreesqueestámuydolida. Élrespirahondoyserascalabarbillaconlosdedos. —No sé, Hardin. Lo que le has hecho no tiene perdón. Confiaba en ti y la humillastedelantedetodoelmundo. —Losé…,losé.Joder,¿tecreesquenolosé? Suspira. —Bueno,sihasvenidoaquíapedirayuda,imaginoquecomprendeslomalque estálasituación. —Y¿quécreesquedeberíahacer?Nocomosuamigo,sinocomomi…,yasabes, comoelhijastrodemipadre. —¿Quieresdecircomotuhermanastro?Tuhermanastro.—Landonsonríe.Pongo losojosenblancoyélseríe—.¿Haspodidohablarconella? —Sí…Dehecho,anochefuiaSeattleydejóquemequedaraconella—ledigo. —¿Qué?—inquieremuysorprendido. —Sí. Estaba borracha. Muy borracha, y prácticamente me obligó a que me la follara. —Por su expresión, entiendo que no he elegido bien las palabras—. Perdona… Me obligó a que me acostara con ella. Bueno, no tuvo que obligarme, porqueyoqueríahacerlo,¿cómoibaadecirlequeno?…Es…es… «¿Porquélecuentotodoesto?» Landonagitalamanoenelaire. —¡Vale,vale!Yalopillo. —Enfin,queestamañanalehedichounagilipollezquenodeberíahaberledicho sóloporquemehacontadoquehabesadoaotro. —¿Tessahabesadoaotro?—preguntaconincredulidad. —Sí…,aunpavoenunputoclub—gruño.Noquieronipensarlo. —Madremía,síquedebedeestarcabreadacontigo. —Losé. —Y¿quéesesoquelehasdichoestamañana? —LehedichoqueayermefolléaMolly—confieso. —¿Enserio?Quierodecir…,¿deverdadteacostasteayerconMolly? —No,joder,no.—Niegoconlacabeza. «¿Quédemoniosestápasando?¿Cómoesqueestoyteniendounacharlararísima acorazónabiertonimásnimenosqueconLandon?» —Y¿porquéselohasdichoentonces? —Porque estaba cabreado. —Me encojo de hombros—. Porque había besado a otro. —Vale… O sea, que le has dicho que te has acostado con Molly sabiendo que www.lectulandia.com-Página84 Tesslaodiasóloparahacerledaño. —Sí… —Granidea—replica,yponelosojosenblanco. Entoncesleborroelsarcasmodelacarasoltandounabomba: —¿Túcreesquemequiere?—Tengoquesaberlo. Landonlevantalacabeza,sehapuestomuyserioderepente. —Nolosé…—Mientedepena. —Dímelo.Laconocesmejorquenadie,aunquenotantocomoyo. —Tequiere,peroporelmodoenquelatraicionaste,estáconvencidadequetúno lahasqueridonunca. Semevuelveapartirelcorazón.Ynomepuedocreerqueleestépidiendoayuda, perolanecesito. —¿Quépuedohacer?¿Vasaecharmeunamano? —Nolosé…—Memirasinsaberquédecir,peroseguroquenotalodesesperado queestoy—.Supongoquepuedointentarhablarconella.Ellunesessucumpleaños. Esolosabes,¿no? —Sí, claro que lo sé. ¿Has hecho planes con ella? —le pregunto. Más le vale responderqueno. —No,mehadichoqueibaairacasadesumadre. —¿Acasadesumadre?¿Porqué?¿Cuándohashabladoconella? —Mehaenviadounmensajehaceunpardehoras.Y¿quéotracosavaahacer? ¿Pasarsucumpleañossolaenunmotel? Decido ignorar ese último comentario. Si no hubiera perdido los nervios esta mañana,esposiblequemehubieradejadoquedarmeestanochetambiénconella.Y ahoraestáenSeattleconeldichosoTrevor. Se oyen pasos que bajan la escalera y mi padre aparece en la puerta instantes después. —Mehaparecidooírtuvoz… —Sí…HevenidoahablarconLandon—miento. Bueno, es una verdad a medias. He venido a hablar con el primero que pillase. Soypatético. Mipadreparecesorprendido. —¿Ah,sí? —Sí.Otracosa,mamállegaelmartesporlamañana—ledigo—.Parapasarlas Navidades. —Mealegrasaberlo.Teechamuchísimodemenos. Megustaríacontestarle,soltarlealgúncomentariosobrelamierdadepadreque es,peronotengofuerzas. —Bueno,osdejoquehabléis—añade,ysevuelveparasubirporlaescalera—. Oye,Hardin…—diceamitaddecamino. —¿Sí? www.lectulandia.com-Página85 —Mealegraverteaquí. —Vale—contesto.Noséquéotracosadecir. Mipadremesonríeysiguesubiendo. Vayadíademierda.Meduelelacabeza. —Bueno…Puesyamevoy…—ledigoaLandon. Asiente. —Haréloquepueda—meprometemientrasmeacompañaalasalida. —Gracias—digo.Y,cuandolosnosquedamosdepieincómodosenelumbral, mascullo—: Sabes que no voy a darte un abrazo ni a hacer ninguna otra gilipollez parecida,¿no? Salgoylooigoreírseycerrarlapuerta. www.lectulandia.com-Página86 CAPÍTULO21 Tessa —¿TienesplanesparaNavidad?—mepreguntaTrevor. Levanto un dedo para indicarle que espere un momento mientras saboreo este bocadoderavioli.Lacomidaesexcelente;nosoyunaexperta,peroesterestaurante porlomenosdebedeserdecincotenedores. —La verdad es que nada del otro mundo —contesto al cabo—. Voy a pasar la semanaencasademimadre.¿Ytú? —Voyatrabajarcomovoluntarioenuncomedorsocial.Laverdadesquenome gusta mucho volver a Ohio. Tengo allí tías y primos, pero desde que mi madre murió…Allínohaynadaparamí—meexplica. —Sientomucholodetumadre,Trevor.Aunqueestodoundetallequetrabajesde voluntario. Sonríoparamostrarlemisimpatíaymellevoalabocaelúltimotrozoderavioli. Me sabe tan bien como el primero, pero después de lo que me ha contado Trevor, disfrutomenosconlacomidaapesardequeapreciolacenaaúnmás.¿Noesraro? Seguimoscharlandoymepongolasbotasconunatartadechocolatesinharina bañadadecaramelo.Mástarde,cuandolacamareratraelacuenta,élsacalacartera. —Noserásunadeesasmujeresqueinsistenenpagaramedias,¿verdad? —Ja.—Merío—.Puede,siestuviéramosenunMcDonald’s… Trevorseríeperonodicenada.Hardinhabríahechoalgúncomentarioestúpido sobrecómoacabodehacerretrocederelfeminismomediosiglo. Vuelve a caer una especie de aguanieve y Trevor me dice que espere en el restaurantemientrasélbuscauntaxi.Esmuyconsiderado.Alcabodepocosminutos, mehacegestosalotroladodelcristalysalgocorriendodelrestauranteparasubiral coche. —¿Cómo es que quieres trabajar en el mundo editorial? —me pregunta de caminoalhotel. —Meencantaleer,nohagootracosa.Esloúnicoquemeinteresa,asíqueesla carreraperfecta.Algúndíameencantaríaserescritora,peroporahoradisfrutomucho conloquemepermitenhacerenVance—ledigo. Sonríe. www.lectulandia.com-Página87 —Amímepasaigualconlacontabilidad.Tampocomeinteresanadamás.Desde pequeñosupequeacabaríatrabajandoconnúmeros. Aborrezcolasmatemáticas,perosonríomientrasélsiguehablandodeltema. —¿Tegustaleer?—preguntocuandoporfinsecallayeltaxisedetienedelante delhotel. —Sí,másomenos.Peronoleoficción. —Anda…,y¿porquéno?—Nopuedoevitarpreguntárselo. Seencogedehombros. —Nomevalaficción.—Saledeltaxiymeofrecelamano. —¿Cómoesposible?—preguntoaceptándolaysaliendoamivez—.Lalectura es la mejor manera de escapar de las preocupaciones del día a día, de poder vivir cientos,inclusomilesdevidasdistintas.Loquenoesficciónnotieneesepoder,note cambiadelmismomodoquelaficción. —¿Laficcióntecambia? —Sí,tecambia.Sinoteafecta,aunquesóloseaunpoco,esquenoestásleyendo el libro adecuado. —Mientras atravesamos el vestíbulo contemplo los maravillosos cuadros que adornan las paredes—. Me gusta pensar que todas las novelas que he leído hasta ahora ya forman parte de mí, que me han hecho como soy, en cierto sentido. —¡Eresmuyapasionada!—diceriéndose. —Sí…Supongoquesí—convengo. Hardin estaría de acuerdo conmigo y podríamos seguir charlando de lo mismo durantehoras,inclusodías. En el ascensor ninguno de los dos dice gran cosa y, cuando bajamos, Trevor caminaunpasodetrásdemítodoelpasillo.Estoycansadaylistaparairmeadormir, yesoquesólosonlasnueve. Élsonríecuandollegamosalapuertademihabitación. —Lohepasadodemaravillaestanoche.Graciasporcenarconmigo. —Graciasatiporhabermeinvitado.—Ledevuelvolasonrisa. —De verdad que he disfrutado mucho con tu compañía. Tenemos mucho en común. Me encantaría volver a verte. —Espera mi respuesta y luego puntualiza—: Fueradeltrabajo. —Claro,amítambiénmegustaría—digo. Da un paso hacia mí y me quedo helada. Me pone la mano en la cadera y se acerca. —Creo…quenoeselmejormomento—añadoconvozaguda. Seponecoloradocomountomatedelavergüenzaymesientomuyculpablepor haberlorechazado. —Locomprendo.Serámejorquemevaya—dice—.Buenasnoches,Tessa—y seva. Encuantoentroenmihabitación,dejoescaparunenormesuspiro.Nomehabía www.lectulandia.com-Página88 percatadodequeheestadoreprimiéndolotodalanoche.Mequitoloszapatosyme pregunto si debo desvestirme o tumbarme un rato. Estoy cansada, muy cansada. Decidotumbarmeunratoymequedodormidaencuestióndeminutos. EldíaconKimberlysemepasavolandoy,másquecomprar,compartimoscotilleos. —¿Quétalanoche?—pregunta. Lamujerquemeestápintandolasuñaslevantalacabezaparaoírnosmejor,yle sonrío. —Estuvo bien. Hardin y yo salimos a cenar —digo, y Kimberly pone cara de perplejidad. —¿Hardin? —Trevor.QueríadecirTrevor.—Sinomeestuvieranpintandolasuñas,medaría debofetadas. Terminandehacernoslamanicuraybuscamosunosgrandesalmacenes.Miramos unmontóndezapatosyencuentromuchascosasquemegustan,peronadaqueme apetezcacomprarme.Kimberlycompravariasblusasycamisetascontalentusiasmo quenohacefaltaquemedigaqueleencantairdecompras. Pasamosjuntoalaseccióndecaballerosyescogeunacamisaazulmarino. —Creo que también le voy a comprar una camisa a Christian. Es divertido, porqueodiaquemegastedineroenél. —Pero¿aél…no…nolesobra?—pregunto.Esperonoparecerunaentrometida. —Yatedigo.Lesaleporlasorejas.Peromegustapagarmipartecuandosalimos. Noestoyconélporsudinero—diceconorgullo. MealegrodehaberconocidoaKimberly.EllayLandonsonmisúnicosamigos ahoramismo.Ynuncahetenidomuchasamigas,asíqueestoesnuevoparamí. Apesardeeso,mealegrocuandoChristianenvíasucochearecogernos.Melohe pasado genial en Seattle, pero también ha sido un fin de semana horrible. Duermo todoeltrayectodevueltaacasaypidoquemedejenenelmotel.Paramisorpresa, micochemeestáesperando.Aparcadodondelodejé. Pagodosnochesmásyleescriboamimadreparadecirlequenomeencuentro bien y que creo que es una intoxicación alimentaria. No me contesta. Enciendo el televisorymepongoelpijama.Nodannada,nadaquevalgalapena,ylaverdades queprefieroleer.Cojolasllavesdelcocheysalgoabuscarmimaleta. Cuando abro la puerta del coche veo una cosa negra. ¿Un lector de libros electrónicos? Locojoyleoelpequeñopósitquellevapegadoenlapartesuperior: «Felizcumpleaños,Hardin»,dice. Elcorazónparecequemevaaexplotaryluegomedaunvuelco.Nuncamehan gustado estos aparatos, prefiero un libro de verdad, palpar el papel. Pero, tras el congreso,hecambiadoligeramentedeopinión.Además,asímeserámásfácilllevar www.lectulandia.com-Página89 conmigolosmanuscritosdeltrabajosintenerquemalgastarpapelimprimiéndolos. Aun así, cojo el ejemplar de Cumbresborrascosas de Hardin de la guantera y vuelvoamihabitación.Cuandoenciendoelaparatoprimerosonríoyluegomeecho allorar.Enlapantalladeiniciohayunapestañaenlaquepone«Tess».Latococon eldedoyapareceunalargalistaquecontienetodaslasnovelasdelasqueHardiny yohemoshablado,discutidoeinclusoaquellasdelasquenoshemosreído. www.lectulandia.com-Página90 CAPÍTULO22 Tessa Cuandoporfinmedespiertosonlasdosdelatarde.Norecuerdocuándofuelaúltima vez que dormí hasta después de las once, y creo que nunca había dormido hasta la tarde,peromeperdonoporqueanocheestuveleyendoyjugandoconelmaravilloso regalodeHardinhastaaltashoras.Estantanconsiderado…Eselmejorregaloque mehanhechonunca. Cojoelmóvildelamesilladenocheyrevisolasllamadasperdidas.Haydosde mi madre, una de Landon. Tengo unas pocas felicitaciones de cumpleaños en el buzón,entreellas,unadeNoah.Nuncamehaimportadomuchomicumpleaños,la verdad,perotampocomeapasionalaideadepasarlosola. Bueno, no estaré sola. Catherine Earnshaw y Elizabeth Bennet son mejor compañíaquemimadre. Pidounmontóndecomidachinaymepasoeldíaenpijamaenlahabitación.Mi madre se pone hecha una furia cuando la llamo para decirle que no me encuentro bien.Séquenomecreeperoelcasoesquemeimportaunbledo.Esmicumpleaños ypuedohacerloquemedélagana,ysiloquemeapeteceestumbarmeenlacama concomidachinaymijuguetenuevo,puesesoesloquevoyahacer. Mis dedos intentan marcar el número de Hardin unas cuantas veces, pero se lo impido.Pormuymaravillosoqueseasuregalo,seacostóconMolly.Cadavezque creoquenopuedehacermemásdaño,vaysesupera.Empiezoapensarenmicena del sábado con Trevor, que es tan amable y encantador. Dice lo que siente y me regalacumplidos.Nomegritanimehacerabiar.Nuncamehamentido.Nuncatengo que adivinar lo que piensa o lo que siente. Es inteligente, educado y tiene éxito, y trabaja como voluntario en un comedor social durante las vacaciones. Comparado conHardin,esperfecto. El problema es que no debería compararlo con Hardin. Trevor es un poco aburrido y no comparte conmigo la misma pasión por las novelas que sentimos Hardinyyo.Perotampococompartimosunpasadodemierda. LoquemásmecabreadeHardinesqueenrealidadmeencantasupersonalidad, inclusosumalaeducación.Esdivertido,ingeniosoymuydulcecuandoquiere.Este regalo me está mareando. Que no se me olvide lo que me ha hecho. Todas las mentiras,lossecretosyladevecesquesehatiradoaMolly. LemandounmensajeaLandonparadarlelasgraciasymecontestaalospocos www.lectulandia.com-Página91 segundosparapedirmeladireccióndelmotel.Quierodecirlequenohacefaltaque conduzcahastaaquí,perotampocomeapetecepasarloquequedademicumpleaños completamente sola. No me visto pero me pongo el sujetador y espero a Landon leyendo. Llama a la puerta una hora después y, cuando abro, su amable sonrisa me hace sonreír.Medaunabrazo. —Felizcumpleaños,Tessa. —Gracias—lecontesto,yloestrechoconfuerza. Mesueltaysesientaenlasilladelescritorio. —¿Tesientesmásmayor? —No… Bueno, sí. Siento como si la semana pasada hubiera envejecido diez años. Sonríetímidamenteperonohacecomentarios. —He pedido comida china… Ha sobrado mucha, si tienes hambre… —le ofrezco. Se da la vuelta, coge uno de los recipientes de poliestireno y un tenedor de plásticodelescritorio. —Gracias.¿Estoesloquehasestadohaciendotodoeldía?—seburla. —Yaves.—Meríoymesientoconlaspiernascruzadassobrelacama. Mientrasmastica,miradetrásdemíyenarcaunaceja. —¿Tienesunlibroelectrónico?Creíaqueodiabasesostrastos. —Bueno… Así era, pero ahora creo que me encantan. —Cojo el aparato y lo contemploconadmiración—.¡Milesdelibrosenlapuntadelosdedos!¿Acasohay algomejor?—Sonríoyladeolacabeza. —Nohaynadamejorquehacerseunregaloeldíaenquecumplesaños—dice conlabocallena. —Enrealidad,esunregalodeHardin.Melohadejadoenelcoche. —Vaya.Estodoundetalle—reponeconuntonodevozmuypeculiar. —Sí,desdeluego.Inclusohacargadounmontóndenovelasmaravillosasy…— Mecontengo. —Y¿quéteparece?—pregunta. —Pues me confunde aún más. A veces tiene este tipo de detalles superbonitos, peroalmismotiempoescapazdehacermelascosasmáshirientes. Landonsonríeydiceblandiendoeltenedor: —Perotequiere.Pordesgracia,elamoryelsentidocomúnnosiemprevandela mano. Suspiro. —Nosabeloqueeselamor. Leolalistadenovelasrománticasycaigoenlacuentadequeelsentidocomún nosueleaparecerenningunadelastramas. —Ayervinoahablarconmigo—dice,yelregalosemecaesobreelcolchón. www.lectulandia.com-Página92 —¿Cómodices? —Sí,yalosé.Paramítambiénfuetodaunasorpresa.Vinoabuscarmeamí,asu padre,oamimadre—explica,ymeneolacabeza. —¿Paraqué? —Parapedirayuda. Empiezoapreocuparme. —¿Ayuda?¿Conqué?¿Estábien? —Sí…Bueno,no.Mepidióqueleecharaunamanocontigo.Estáhechopolvo, Tessa.Imagínatecómodebíadeestarparairacasadesupadre. —Y¿quédijo? No me imagino a Hardin llamando a la puerta de casa de su padre para pedirle consejossobrerelaciones. —Que te quiere. Que quiere que lo ayude a convencerte de que le des otra oportunidad.Deseabaquelosupierasporquenoquieroocultartenada. —Nosé…noséquédecir.Esincreíblequeacudieraati.Quepidieraayuda. —Pormuchoqueodieadmitirlo,noeselmismoHardinScottqueconocí.Incluso bromeóacercadedarmeunabrazo. Seechaareír. Nopuedoevitarqueamítambiénmedélarisa. —¡Nomelocreo!—Noséquépensardetodoesto,perolodeabrazaraLandon tienegracia.Cuandodejodereír,lomiroymeatrevoapreguntar—:¿Túcreesque mequieredeverdad? —Sí. No sé si deberías perdonarlo, pero si de algo estoy seguro es de que te quiere. —Peromemintió,meconvirtióenelhazmerreírdelcampus;apesardehaberme dichoquemequería,fueylescontóloquehabíapasadoentrenosotros.Yluego,en cuantoempiezoapensarquepodríaolvidarelasunto,vayseacuestaconMolly. Las lágrimas me escuecen en los ojos, cojo la botella de agua de la mesilla de nocheybeboparaintentardistraerme. —Noseacostóconella—reponeLandon. Meloquedomirando. —Lohizo—contesto—.Melodijo. Éldejadecomeryniegaconlacabeza. —Sólolodijoparahacertedaño.Séquenomejoramucholascosas,peroambos tenéistendenciaacombatirelfuegoconfuego. Miro a Landon y lo primero que se me pasa por la cabeza es que Hardin es un hacha. Ha conseguido que su hermanastro se crea sus mentiras. Pero luego pienso: «¿Y si de verdad no se acostó con Molly?». Sin eso, ¿sería capaz de perdonarlo? Estabadecididaanohacerlo,peronoconsigolibrarmedeél. Y,comosieluniversoseburlarademí,enesemomentolapantalladelmóvilse iluminaconunmensajedeTrevor: www.lectulandia.com-Página93 Felizcumpleaños,preciosa. LeescribounagradecimientorápidoyluegoledigoaLandon: —Necesitomástiempo.Noséquépensar. Asiente. —Meparecebien.¿QuévasahacerenNavidad? —Esto —digo señalando los recipientes vacíos de comida para llevar y el libro electrónico. Cogeelmandoadistancia. —¿Novasairteacasa? —Aquímesientomásencasaqueconmimadre—digointentandonopensaren lopatéticaquesoy. —No puedes pasar la Navidad sola en un motel, Tessa. Deberías venir a casa. Creoquemimadretecompróunascuantascosasantesdeque…yasabes. —¿Antes de que mi vida se fuera a la mierda? —digo medio riéndome, y él asiente—. En realidad, estaba pensando que, como Hardin se va mañana, podría quedarmeenelapartamento…hastaquemedenhabitaciónenlaresidencia,quecon suerteseráantesdequeélvuelvaasuhumildemorada. Misituaciónestanabsurdaquenopuedoevitarreírmedeella. —Sí… Eso deberías hacer —dice Landon con la mirada fija en la pantalla del televisor. —¿Túcrees?¿YsiHardinapareceoalgoasí? Sindejardemirareltelevisor,responde: —Pero¿novaaestarenLondres? —Sí,tienesrazón.Además,mifirmaestáenelcontrato. VemoslatelevisiónyhablamosdeDakota,queenbreveseiráaNuevaYork.Si elladecidequedarseallí,élestápensandoentrasladarsealaNYUelañoqueviene. Mealegroporél,peronoquieroquesevayadeWashington,aunquetampocovoya decirle eso, claro está. Se queda hasta las nueve. Luego me meto en la cama y me quedodormidaleyendo. Alamañanasiguientemepreparopararegresaralapartamento.Noestoyconvencida de volver allí, pero no tengo alternativa. No quiero aprovecharme de Landon, y de ningunamaneravoyairacasademimadre,perosisigoenelmotelmequedarésin dinero.Mesientoculpablepornoiracasademimadre,aunquelociertoesqueno me apetece nada tener que oír sus comentarios insidiosos durante toda la semana. PuedequevayaaverlaenNavidad,perohoyno.Tengocincodíasparadecidirlo. Unavezheterminadodemaquillarmeyderizarmeelpelo,mepongounablusa blanca de manga larga y unos vaqueros oscuros. Me gustaría quedarme en pijama, perotengoqueiralatiendaacomprarcomidaparalospróximosdías.Simecomolo www.lectulandia.com-Página94 queHardinhayadejadoenelapartamento,sabráqueheestadoallí.Metomisescasas pertenencias en mis maletas y corro al coche. Para mi sorpresa, le han pasado el aspiradoryhueleunpocoamenta.Hardin. Empiezaanevardecaminoalatienda.Comprosuficientecomidacomoparaque medurehastaquehayadecididoquévoyahacerlospróximosdías.Esperoenlacola pensandoenquémehabríacompradoHardinparaNavidad.Elregalodecumpleaños hasidotanacertadoqueasaberquéselehabríaocurrido.Esperoquefueraunacosa sencilla,nadacaro. —¿Vasapasar?—oigoquegruñeunamujerdetrásdemí. Cuandolevantolavista,lacajeraestáesperandoimpacienteyconcaradepocos amigos.Nomehabíadadocuentadequeyanoquedabanadiedelante. —Losiento—musitocolocandolacompraenlacintatransportadora. Elpulsosemeaceleracuandollegoalparkingdelapartamento.¿Ysiaúnnose haido?Sóloesmediodía.Buscosucocheconlamirada.Noestá.Esprobablequelo hayadejadoenelaeropuerto. «OpuedequelohayallevadoMolly.» Mi subconsciente no sabe cuándo cerrar la boca. Decido que no está en casa, aparcoycojolacompra.Nievaconfuerzayunafinacapadenievecubreloscoches amialrededor.Almenosdentrodepocoestarécalentitaenelapartamento.Cuando estoy delante de la puerta, respiro hondo antes de meter la llave en la cerradura y entrar. Me encanta esta casa. Es perfecta para nosotros…, para él… o para mí, por separado. Abrolosarmariosdelacocinaylaneveraymesorprendeverqueestánllenosde comida. Al parecer, Hardin ha hecho la compra hace poco. Meto mi comida donde puedoyvuelvoalcocheapormiscosas. NopuedodejardepensarenloquedijoLandon.EsalucinantequeHardinfueraa pedirleconsejoaalguienyqueLandonestétansegurodequemequiere,cosaquesé queheguardadoenlasprofundidadesyluegohetiradolallavepormiedoaqueme dieraesperanzas.SimepermitoadmitirqueHardinmequiere,loúnicoqueestaría haciendoseríaempeorarlascosas. Encuantovuelvoalapartamentocierrolapuertayllevolasmaletasaldormitorio. Sacocasitodamiropaylacuelgoenelarmarioparaquenosearrugue.Lomaloes que usar el armario que iba a compartir con Hardin no hace más que retorcer de nuevo la daga que llevo clavada en el corazón. Sólo ha colgado unos pocos pantalones negros en el lado izquierdo. Tengo que contenerme para no colgarle las camisetas que siempre lleva un poco arrugadas, y aun así se las apaña para estar perfecto.Mirolacamisanegradevestirquecuelgademalamaneraalfondo,laque sepusoparalaboda.Acaboatodaprisadecolgarlaropaymealejodelarmario. Mepreparounosmacarronesyenciendolatele.Suboelvolumenparapoderoír unantiguoepisodiode«Friends»quehevistoporlomenosveintevecesymemeto enlacocina.Repitolosdiálogosmientrascargoellavavajillas;esperoqueHardinno www.lectulandia.com-Página95 lonote,peroesqueodioquehayaplatossuciosenelfregadero.Enciendounavelay limpio la encimera. Antes de darme cuenta estoy barriendo el suelo, pasando la aspiradoraporelsofáyhaciendolacama.Cuandoterminodelimpiarelapartamento, pongolalavadoraydoblolaropaqueHardinsehadejadoenlasecadora.Eseldía mástranquiloyserenoquehetenidoentodalasemana.Hastaqueoigovocesyveoa cámaralentacómoseabrelapuerta. «Mierda.» Ya está aquí, otra vez. Y ¿cómo es que siempre aparece cuando yo estoy en el apartamento? Espero que no le haya dado las llaves a uno de sus amigos… ¿Y si es Zed con una chica? «Me da igual quién sea, pero que no sea Hardin,porfavor.» Unamujeralaquenohevistonuncaentraporlapuertapero,dealgunamanera, séquiénesalinstante.Elparecidoesinnegable,yespreciosa. —Hardin,esunpisomuybonito—diceconunacentotanmarcadocomoeldesu hijo. «Esto…no…puede…estar…pasando.»Voyaquedarcomounapsicópataante lamadredeHardin,conmicomidaenlosarmarios,laropaenlalavadoray elapartamentocomoloschorrosdeloro.Mequedodepie,petrificada,yme entraelpánico. —¡Quéalegría!¡TúdebesdeserTessa!—mesonríeella,ycorrehaciamí. Hardinentraporlapuerta,ladealacabezaydejalasmaletasconestampadofloral desumadreenelsuelo.Sucaradesorpresaestodounpoema.Dejodemirarloyme centroenlamujerquesemeacercaconlosbrazosabiertos. —MellevéunadecepcióncuandoHardinmedijoqueestasemanaestaríasfuera de la ciudad —dice estrechándome contra sí—. El muy pícaro me tenía bien engañada.¡Menudasorpresa! «¿Qué?» Mecogeporloshombrosymeapartaparapodervermebien. —¡Erespreciosa!—exclamaemocionada,ymedaotroabrazo. Ledevuelvoelabrazoensilencio.Hardinpareceaterrorizadoyatónito. Bienvenidoalclub. www.lectulandia.com-Página96 CAPÍTULO23 Tessa LamadredeHardinmeabrazaporcuartavezyélporfinmasculla: —Mamá,nolaatosigues.Esunpocotímida. —Tienes toda la razón. Perdona, Tessa. Es que estoy muy contenta, por fin te conozco.Hardinmehahabladomuchodeti—diceconafecto. Noto que se me encienden las mejillas y ella da un paso atrás y asiente con comprensión.Mesorprendequesepaqueexisto.Imaginabaque,comosiempre,me manteníaensecreto. —Tranquila—consigodecirapesardequeestoyhorrorizada. LaseñoraDanielssonríefelizymiraasuhijo,queestádiciendo: —Mamá,¿porquénovasalacocinaaporunvasodeagua? SemarchayHardinsemeacercadespacio. —¿Podemoshablar…unmomento…eneldormitorio?—tartamudea. Asientoyechounvistazoalacocinaantesdeseguirloaldormitorioquesolíamos compartir. —Pero¿quédemoniosesesto?—preguntoenvozbajacerrandolapuerta. Élhaceunamuecaysesientaenlacama. —Lo sé… Lo siento. No he sido capaz de contarle lo que ha pasado. No podía contarleloquehehecho.Y¿hasvenido…paraquedarte?—Lodiceconmásilusión delaquepuedosoportar. —No. —Ah. Suspiroymepasolasmanosporelpelo.Esegestomelohapegadoél,creo. —Y¿ahoraquéhago?—lepregunto. —Nolosé…—diceconunlargosuspiro—.Noesperoquemesigaslacorriente ninada…Sólonecesitabaunpocomásdetiempoantesdecontárselo. —Nosabíaqueibasaestaraquí.PensabaqueteibasaLondres. —Cambiédeparecer.Noqueríairmesinti…—reponesinalientoyconlosojos llenosdedolor. —¿Hayalgunarazónporlaquenolehayascontadoqueyanoestamosjuntos?— Nosésiquierooírlarespuesta. —Estaba muy contenta porque había encontrado a alguien… No quería entristecerla. www.lectulandia.com-Página97 RecuerdoqueKenmedijoquenuncapensóqueHardinfueracapazdeteneruna relación, y estaba en lo cierto. Sin embargo, no quiero fastidiarle la estancia a su madre, y desde luego no voy a decir lo que estoy a punto de decir por hacerle un favoraél. —Vale.Cuéntaselocuandocreasoportuno.Peronoledigasnadadelaapuesta. Agacho la cabeza pensando que seguro que su madre sufriría al enterarse de lo quehahechosuhijoparaperderasuprimeryúnicoamor. —¿De veras? ¿Te parece bien que crea que seguimos juntos? —Parece más sorprendido de lo que debería. Cuando asiento, respira aliviado—. Gracias. Estaba convencidodequeibasadescubrirmedelantedeella. —Yo nunca haría eso. —Y lo digo en serio. Por muy enfadada que esté con Hardin,seríaincapazdearruinarlarelaciónconsumadre—.Meiréencuantoacabe dehacerlacolada.Pensabaquenoestaríasencasa.Ibaaquedarmeaquíenvezdeen elmotel. Merevuelvoincómoda.Llevamosdemasiadoratoeneldormitorio. —¿Notienesadóndeir?—pregunta. —Puedoiracasademimadre,sóloquenomeapetece—confieso—.Elmotelno estámal,peroesunpococaro. Eslaconversaciónmáscivilizadaquehemosmantenidoentodalasemana. —Séquenoaceptarásquedarteaquí,pero¿mepermitesquetedéalgodedinero? Séquetememireacción. —Nonecesitotudinero—repongo. —Losé,sóloeraunofrecimiento.—Agachalacabeza. —Serámejorquesalgamos—suspiro,yabrolapuerta. —Ahoravoy—diceenvozbaja. Nomegustalaideadeestarasolasconsumadre,peronopuedoquedarmeenel pequeñodormitorioconHardin.Respirohondoysalgoporlapuerta. Cuandoentroenlacocina,laseñoraDanielsmemiradesdeelfregadero. —Noestáenfadadoconmigo,¿verdad?Noqueríaimportunarte.—Tieneunavoz muydulce,nadaqueverconladesuhijo. —No, claro que no. Sólo estaba… repasando algunas cosas para la semana — miento.Semedafatalmentir,ysueloevitarloatodacosta. —Me alegro. Sé que es muy temperamental. —Tiene una sonrisa tan afectuosa quenopuedoevitardevolvérsela. Me sirvo un vaso de agua para tranquilizarme y la señora Daniels empieza a hablar. —Mecuestaacostumbrarmealoguapaqueeres.Medijoqueeraslachicamás bonitaquehabíaconocido,perocreíaqueeraunaexageracióndemihijo. Conmenoseleganciaquelachicamásbonitaqueunchicohayaconocido,escupo eltragodeaguadevueltaalvaso.«¿Hardinhadichoqué?»Quieropedirlequemelo repita,perobebootrotragoparaintentardisimularmihorrendareacción. www.lectulandia.com-Página98 Seechaareír. —Laverdadesqueteimaginabacubiertadetatuajesyconelpeloverde. —No, nada de tatuajes. No son para mí. Ni tampoco el pelo verde. —Me río y sientoquesemerelajanunpocoloshombros. —VasagraduarteenFilologíaInglesa,comoHardin,¿verdad? —Sí,señoraDaniels. —¿SeñoraDaniels?LlámameTrish. —EnrealidadestoyhaciendoprácticasenlaeditorialVance,asíquemihorario declasesesunpocoraro,yahoramismoestamosdevacaciones. —¿Vance?¿ChristianVance?—pregunta.Asiento—.Haceporlomenos…diez añosquenoloveo.—Bajalavistaalvasoquetengoenlasmanos—.Hardinyyo estuvimos viviendo con él durante un año después de que Ken… Bueno, eso no importa. A Hardin no le gusta que me vaya de la lengua —añade con una risita nerviosa. No sabía que Hardin y su madre se hubieran quedado en casa del señor Vance, pero sí que estaban muy unidos, mucho más que si Christian fuera sólo el mejor amigodesupadre. —SélodeKen—digointentandoquenosesientatanincómoda. Sinembargo,deinmediatomepreocupaquecreaqueséloqueleocurrióaella,y esperoquenosehayamolestado. —¿Ah,sí?—contesta. Intentosubsanarelerroryrespondo: —Sí,Hardinmehacontado… Dejodehablarencuantoélentraenlacocina,yhedeconfesarqueagradezcola interrupción. Enarcaunaceja. —¿QuétehacontadoHardin?—inquiere. Semedisparalatensiónpero,paramisorpresa,sumadremecubre. —Nada,hijo,cosasdemujeres. Seacercaaélylerodealacinturaconelbrazo.Hardinseapartaunpoco,como por instinto. Ella frunce el ceño pero me da la sensación de que para ellos es lo normal. Lasecadorapita.Melotomocomounaseñalparasalirdelahabitaciónyacabar dehacerlacolada.Cuantoantesmevaya,mejor. Sacolaropacalientedelamáquinaymesientoenelsuelodelpequeñolavadero paradoblarla.LamadredeHardinesunencantoymehabríagustadoconocerlaen circunstancias normales. No estoy enfadada con Hardin. He pasado demasiado tiempoenfadada.Estoytristeyextrañoloquepodríamoshabertenido. Cuandoterminoconlacolada,medirijoaldormitorioahacerlasmaletas.Ojalá nohubieracolgadolaropaenelarmarionihubieraguardadolacomidaenlacocina. —¿Necesitasayuda,cariño?—mepreguntaTrish. www.lectulandia.com-Página99 —No,sóloestoyhaciendolamaletaparairmeacasademimadre—contesto.El motelesdemasiadocaro,asíquenomequedaotra. —¿Vasamarchartehoy?¿Ahoramismo?—Frunceelceño. —Sí…LedijequeibaairacasaporNavidad—explico. PorunavezquieroqueHardinaparezcaymesaquedeésta. —Quépena.Esperabaquetequedarasalmenosunanoche.Quiénsabecuándo volveré a verte… Me encantaría conocer a la chica de la que se ha enamorado mi hijo. De repente algo en mí quiere hacer feliz a esta mujer. No sé si es por haber metidolapataaldecirlequesabíalodeellayKen,osiesporcómomehaprotegido delantedeHardin.Peroséquenoquieropensarlodosveces,asíquehagocallarami vocecitainterior,asientoydigo: —Estábien. —¿Deverdad?¿Vasaquedarte?Sóloseráunanoche.Luegopodrásirteacasade tumadre.Además,noteconvieneconducirbajolanieve. Medaelquintoabrazodeldía. Bueno,ellaestaráaquíparasuavizarlascosasentreHardinyyo.Mientrasesté presente no podemos pelearnos. Al menos, yo no pienso pelearme. Sé que es… la peorideaquehetenidoenmivida,peroesdifícildecirlequenoaTrish.Igualquea suhijo. —Voyadarmeunaducharápida.¡Elvuelohasidomuylargo!—Sonríedeoreja aorejayseva. Medesplomosobrelacamaycierrolosojos.Vanaserlasveinticuatrohorasmás largas y dolorosas de mi vida. Haga lo que haga, siempre acabo en el mismo sitio: conHardin. Abrolosojosunosminutosdespués.Hardinestádelantedelarmario,deespaldas amí. —Perdona, no quería molestarte —dice dándose la vuelta. Me incorporo. Está muy raro, no para de disculparse—. He visto que has limpiado el apartamento — comentaenvozbaja. —Sí…Nohepodidoevitarlo.—Sonríoyélmesonríetambién—.Hardin,lehe dichoatumadrequepasaríalanocheaquí.Sóloestanochepero,sinoteparecebien, meiré.Mesabíamalporqueesmuyamableynohepodidodecirlequeno,perosi vasaestarincómodo… —Tessa, me parece bien —dice a toda prisa, aunque le tiembla la voz cuando añade—:Quieroquetequedes. No sé qué decir y no entiendo este extraño giro de los acontecimientos. Deseo darlelasgraciasporsuregalo,peroahoramismonomecabenadamásenlacabeza. —¿Lopasastebienayerentucumpleaños?—mepregunta. —Sí.Landonvinoaverme. —Ah… www.lectulandia.com-Página100 PeroentoncesoímosasumadreenelsalónyHardinsedisponeasalir.Sedetiene antesdeabrirlapuertaymemira. —Nosécómotengoquecomportarme. Suspiro. —Yotampoco. Y,coneso,asienteylosdosnoslevantamosparareunirnosconsumadreenla otrahabitación. www.lectulandia.com-Página101 CAPÍTULO24 Tessa CuandoHardinyyoentramosenelsalón,sumadreestásentadaenelsofáyseha recogidoelpelo.Parecemuchomásjovendeloqueesysuaspectoesimponente. —Deberíamos alquilar alguna película. ¡Prepararé la cena! —exclama—. ¿Has echadodemenoslacomidademamá,garbancito? Hardinponelosojosenblancoyseencogedehombros. —Claro.Ereslamejorcocineradelmundo. Estonopodríasermásincómodo. —¡Oye! ¡Que tampoco se me da tan mal! —Se echa a reír—. Y, gracias a ese comentario,estanochetúereselchef. Merevuelvoincómoda.NosécómocomportarmeconHardinahoraquenonos estamospeleandoniestamosjuntos.Esunmomentomuyraroparaambos,aunquede repentemedoycuentadequeespropiodenuestrarelación:KarenyKencreíanque estábamossaliendomuchoantesdequeempezáramosasalir. —Tessa,¿sabescocinar?—preguntaTrishsacándomedemiensimismamiento—. ¿OdeesoseencargaHardin? —Lo hacemos entre los dos. Aunque, más que cocinar, preparamos cosas — contesto. —Mealegrodequeestéscuidandoamichico,yelapartamentoesmuybonito. SospechoquelaquelimpiaesTessa. Noestoycuidandodesuchicoporqueesoesloquesepierdeporhabermehecho dañodeesamanera. —Sí…Élesunguarro—respondo. Hardinmemiraconunalevesonrisajugandoensuslabios. —Nosoyunguarro…Ellaesdemasiadolimpia. Pongolosojosenblanco. —Esunguarro—exclamamosTrishyyoalunísono. —¿Vamosaverunapelículauosvaisapasarlanochemetiéndoosconmigo?— inquiereHardinconunmohín. Mesientoenelsofáparanotenerquetomarlaincómodadecisióndedóndeme acomodo.SéqueHardinnosestámirandoalsofáyamí,preguntándosequéhacer. Alcabodeunmomentotomaasientoamiladoynotoelcalordesucercanía. —¿Quéosapetecever?—preguntasumadre. www.lectulandia.com-Página102 —Medaigual—diceél. —Eligetú.—Intentosuavizarsurespuesta. Ellasonríeyelige50primerascitas,unapelículaqueestoyseguradequeHardin debedeodiar. Alinstante,élgruñeyempieza: —¡Esapelículaesmásviejaquelatos! —Chsss—ledigo,yresoplaperodejadeprotestar. LopillomirándomevariasvecesmientrasTrishyyoreímosysuspiramosconla película.Meloestoypasandobieny,duranteunosbrevesinstantes,casimeolvidode todo lo que ha ocurrido entre Hardin y yo. Me cuesta no recostarme sobre él, no acariciarlelamanooapartarleelpeloquelecaeenlafrente. —Tengohambre—mascullacuandoacabalapelícula. —Mivuelohasidomuylargo.¿PorquénococináisTessaytú?—sonríeTrish. —Leestássacandomuchopartidoalodelvuelo,¿sabes?—replicaHardin. Trishasienteyesbozaunamediasonrisaquelehevistounpardevecesasuhijo. —Cocinoyo—meofrezco,ymelevanto. Entroenlacocinaymeapoyoenlaencimera.Mecojoalbordedelmármolcon másfuerzadelanecesaria,intentandorecobrarelaliento.Nosécuántotiempomás podréseguirhaciendoesto,fingirqueHardinnolohaestropeadotodo,fingirquelo quiero.«Loquiero,desgraciadamenteestoyenamoradadeél.»Elproblemanoesque nosientanadaporestechicoegoístaytemperamental.Elproblemaesquelehedado ya muchas oportunidades, que he mirado hacia otro lado para no ver las cosas tan horriblesquehaceydice.Peroestoesdemasiado. —Hardin, sé un caballero y échale una mano —oigo decir a Trish, y corro al congelador, a fingir que no estaba teniendo un pequeño ataque de nervios. —Oye…,¿teayudo?—resuenasuvozenlapequeñacocina. —Vale…—contesto. —¿Polos? —pregunta, y miro lo que tengo en las manos. Iba a coger el pollo, peromehedistraído. —Sí,atodoelmundolegustanlospolos,¿no?—digo,ysonríeyaparecenesos diabólicoshoyuelos. «Puedo hacerlo. Puedo estar en la misma habitación que Hardin. Puedo ser amableconélypodemosllevarnosbien.» —Deberíashacerlapastaesaconpolloquepreparasteparamí—lesugiero. Memirafijamenteconsusojosverdes. —¿Esoesloqueteapetececomer? —Sí,sinoesmuchotrabajo. —Noloes. —Hoyestásmuyraro—susurroparaquenuestrainvitadanopuedaoírnos. —Quéva.—Seencogedehombrosydaunpasohaciamí. www.lectulandia.com-Página103 Semeaceleraelpulsoalverqueseagacha,ycuandoempiezoaapartarmecoge lapuertadelcongeladorylaabre. «Pensabaqueibaabesarme.Pero¿amíquémepasa?» Preparamoslacenacasiencompletosilencio,ningunodelosdossabequédecir. NolequitolosojosdeencimaaHardin,elmodoenquesuslargosdedossostienenla basedelcuchilloparatrocearelpolloylasverduras,cómoserelamelascomisuras deloslabioscuandopruebalasalsa.Séquemirarloasínomeayudaaserimparcial, niessano,peronopuedoevitarlo. —Voyaponerlamesamientrasledicesatumadrequelacenaestálista—digo cuandotermina. —¿Qué?Ahoralepegoungrito. —No,esoesdemalaeducación.Veydíselo. Ponelosojosenblancoperoobedece.Regresaalinstante,solo. —Sehadormido—medice. Loheoído,peroaunasípregunto: —¿Qué? —Sí.Sehaquedadofritaenelsofá.¿Ladespierto? —No… Ha tenido un día muy largo. Le guardaré la comida para cuando se despierte.Estarde. —Sonlasocho. —Sí…Muytarde. —Supongo. —Pero¿quétepasa?Séqueestoesmuyincómodo,perodetodosmodosestás muyraro—señalosirviendodosplatossinpensar. —Gracias—diceagarrandounoantesdesentarsealamesa. Cojountenedordelcajónydecidocomerdepie,juntoalaencimera. —¿Novasacontármelo?—insisto. —¿Quétengoquecontarte?—Cargaeltenedoryempiezaacomer. —Porquéestástan…callado…yerestan…amable.Esmuyraro. Setomaunmomentoparamasticarytragarantesderesponder: —Esquenoquieroabrirelpicoymeterlapata. —Ah —digo. Es todo lo que se me ocurre. Esa respuesta no era la que me esperaba. Ledalavueltaalatortilla. —Y¿túporquéestássiendotanamableyestástanrara? —Porquetumadreestáaquíylopasadopasadoestá,nopuedohacernadapara cambiarlo.Nopuedoestarenfadadatodalavida.—Meapoyoenlaencimeraconel codo. —¿Esoquésignifica? —Nada.Sólodigoquequieroquenostratemosconcortesíaydejemosdepelear. Nocambianadaentrenosotros.—Memuerdolalenguaparanoecharmeallorar. www.lectulandia.com-Página104 Envezderesponder,Hardinselevantayarrojaelplatoalapiladelfregadero.La porcelanaseparteporlamitadconunsonorocrujidoydoyunsalto.Élnisiquiera pestañea.Sevaaldormitoriosinecharlavistaatrás. Me dirijo al salón para comprobar que su impulsividad no ha despertado a su madre.Porsuerte,siguedurmiendo.Tienelabocaentreabiertadetalmodoqueaún separecemásasuhijo. Como siempre, me toca a mí recoger los platos rotos de Hardin. Cargo el lavavajillas y guardo las sobras. Limpio la encimera. Estoy cansada, mentalmente agotada,perotengoqueducharmeantesdeacostarme.¿Dóndevoyadormir?Hardin estáeneldormitorioyTrishenelsofá.Alomejordeberíavolveralmotel. Subounpocolacalefacciónyapagolaslucesdelsalón.Entroeneldormitorioa cogerelpijama.Hardinestásentadoenelbordedelacama,conloscodosapoyados en las rodillas y la cara entre las manos. No levanta la vista, así que cojo unos pantalones cortos, unas bragas y una camiseta de mi maleta antes de salir de la habitación.Cuandoestoyenlapuertaoigoalgoquepareceunsollozoahogado. «¿Hardinestállorando?» Nopuedeser.Noesposible. Pero,porsiacaso,nopuedosalirdelahabitación.Vuelvoalacamaymepongo delantedeél. —¿Hardin? —digo en voz baja intentando apartarle las manos de la cara. Se resisteytiroconmásfuerza—.Mírame—lesuplico. Me quedo sin aire en los pulmones cuando lo hace. Tiene los ojos rojos y las mejillasbañadasenlágrimas.Intentocogerlelasmanosperomeaparta. —Vete,Tessa—dice. Esacanciónyamelasé. —No—repongoarrodillándomeentresuspiernas. Selimpialosojosconeldorsodelamano. —Estohasidounapésimaidea.Porlamañanaselocontarétodoamimadre. —Noesnecesario.—Lecaenunascuantaslágrimasmás,peroyanoeselllanto estremecedordeantes. —Lo es. Tenerte tan cerca y tan lejos me está matando. Es el peor castigo imaginable. No es que no me lo merezca… Pero es demasiado —solloza—. Hasta paramí. Respirahondo. —Cuandoaccedisteaquedartepensé…quealomejor…quealomejortodavía teimportabaigualquetúamí.Peroloveo,Tess,veocómomemirasahora.Veoel daño que te he hecho. Veo cómo has cambiado por mi culpa. Sé que me lo he buscado, pero aun así me mata ver cómo te me escurres entre los dedos. —Las lágrimasfluyenahoramuchomásrápidoycaenensucamisetanegra. Quierodecirlealgo,cualquiercosa,paraquepare.Paraquedejedesufrir. Pero¿dóndeestabaélcuandoyomepasabalasnochesllorando? www.lectulandia.com-Página105 —¿Quieresquemevaya?—pregunto,yasiente. Me duele su rechazo, incluso ahora. Sé que no debería estar aquí, que no deberíamoshaceresto,peronecesitomás.Necesitomástiempoconél.Inclusoestos momentospeligrososydolorosossonmejorquenada.Ojalánoloquisiera.Ojaláno lohubieraconocido. Peroloconozcoyloquiero. —Vale.—Tragosalivaymepongodepie. Mecogeporlamuñecaparadetenerme. —Perdóname. Por todo. Por haberte hecho daño, por todo —dice con tono de despedida. Por mucho que me resista, en el fondo sé que no estoy preparada para que se rinda. Por otra parte, tampoco estoy lista para perdonarlo. Llevo días confusa las veinticuatrohoras,perolodehoynotienenombre. —No…—empiezoadecir,peromeinterrumpo. —¿Qué? —Noquieroirme—digotanbajitoquenoestoyseguradequemehayaoído. —¿Qué?—mepreguntaotravez. —Noquieroirme.Séquedebería,peronoquiero.Almenos,noestanoche. Juroque,trasdecireso,puedovercómolospedazosdeestehombredestrozado sejuntanunoaunohastaquevuelveaestardeunapieza.Esprecioso,perotambién aterrador. —¿Esoquésignifica? —No lo sé, pero tampoco estoy preparada para averiguarlo —digo con la esperanzadepoderdescifrarestesentimientohablando. Hardinmemiraperplejo,comosinohubieraestadollorando.Comounrobot,se limpialacaraconlacamisetaydice: —Vale.Túdormirásaquíyyoenelsuelo. Cogedosalmohadasyunamantadelacamaynopuedoevitarpensarquepuede, puede,quefueranlágrimasdecocodrilo.Peroséquenoesasí.Losé. www.lectulandia.com-Página106 CAPÍTULO25 Tessa Bajoeledredón,noparodepensarenquenunca,nuncajamáspensabaqueveríaa Hardinasí.Estabatandesvalido,tanvulnerable,temblandoporelllanto…Sientoque ladinámicaentreélyyocambiaconstantemente,yunosiempretienemáspoderque elotro.Ahoramismo,yosoyquientienelasarténporelmango. Peronomegusta,ytampocomegustaestadinámica.Elamornodeberíaseruna batalla tras otra. Además, no me fío de mí misma en lo que a nosotros se refiere. Hastahaceunashorasloteníatodoclarísimo,peroahora,despuésdehaberlovisto tanmal,nopuedopensarconclaridadytengolacabezaembotada. Inclusoenlaoscuridad,séqueHardinmeestámirando.Cuandosuspirocontoda elalma,dice: —¿Quieresquepongalatele? —No.Siatiteapetece,hazlo.Yoestoybienasí—contesto. Ojaláhubieracogidoellibroelectrónicoparapoderleerhastaquedarmedormida. A lo mejor contemplar cómo Catherine y Heathcliff se arruinan la existencia haría que la mía pareciera más fácil, menos traumática. Catherine se pasó la vida intentando luchar contra el amor que sentía por ese hombre hasta el día en que le suplicaquelaperdoneyafirmaquenopuedevivirsinél…Totalparamorirsealas pocas horas. Yo podré vivir sin Hardin, ¿no? No voy a pasarme el resto de mi existencia así. Esto es temporal, ¿verdad? No nos pasaremos la vida siendo unos infelices y haciendo desgraciados a los demás por ser unos cabezotas, ¿a que no? Empiezaapreocuparmeelparalelismo,ymásporqueimplicaqueTrevoresEdgar. Noséquépensar.Esmuyraro. —¿Tess?—mellamamiHeathcliff. —¿Sí?—digoconlavozrota. —No me follé… No me acosté con Molly —dice, como si corrigiendo su lenguajesoezlafrasefueraarepugnarmemenos. Permanezcoensilencio.Enparte,perplejaporquehayasacadoeltema,enparte porquequierocreerlo.Sinembargo,nopuedopermitirmeolvidarqueesunmaestro delamentirayelengaño. —Telojuro—añade. «Bueno,yaquemelo“jura”…» —Entonces¿porquélodijiste?—preguntodemalamanera. www.lectulandia.com-Página107 —Para herirte. Estaba muy cabreado porque acababas de soltarme que habías besadoaotro,asíquedijeloquemásdañosabíaquepodíahacerte. No lo veo, pero sé que está boca arriba, con los brazos cruzados debajo de la cabeza,mirandoaltecho. —¿Deverdadbesasteaotro?—preguntasindarmetiempoacontestar. —Sí—confieso.Perocuandolooigorespirarhondo,intentosuavizarelgolpe—: Bueno,sólounavez. —¿Porqué?—Sutonodevozescalmado,perosenotaquelaprocesiónvapor dentro.Esunsonidoextraño. —La verdad es que no tengo ni idea… Estaba cabreada por cómo me habías habladoporteléfonoyhabíabebidodemasiado.Mepuseabailarconaqueltipoyme besó. —¿Bailasteconél?¿Cómo? Pongo los ojos en blanco. Tiene que saberlo todo de todo lo que hago, incluso cuandonoestamosjuntos. —Serámejorquenotelocuente. —Cuéntamelo. Surespuestahacequelatensiónvuelvaapodercortarseconuncuchillo. —Hardin,bailamoscomobailalagenteenunclub.Luegomebesóeintentóque mefueraacasaconél. Mirolasaspasdelventiladordeltecho.Séque,siseguimoshablandodeesto,al finalsedetendrán,incapacesdecortarlatensión. Intentocambiardetema. —Graciasporellibroelectrónico.Estodoundetalle. —¿Intentóllevarteasucasa?¿Tefuisteconél? Looigoresoplaryrevolverlamantayséqueahoraestásentado. Yosigopegadaalcolchón. —¿Deverdadmelopreguntas?Sabesquenuncaharíaalgoasí—leespeto. —Bueno,tambiéncreíaquenuncabailaríasconunextrañoytebesuquearíascon élenunclub,ymira—meladra. Dejopasardossegundosdesilencioyreplico: —Nocreoqueteapetezcahablardelascosasquenonosesperábamosdelotro. Serevuelveentrelasmantasdenuevoyderepentenotoqueestáamilado,conla vozenmioído: —Porfavor,dimequenotefuisteconél. Sesientaenlacamajuntoamíymeaparto. —Sabesdesobraquenomefuiconél.Estuvecontigoesamismanoche. —Necesito oírtelo decir. —Su voz es dura pero suplicante—. Dime que sólo lo besasteunavezyquenohasvueltoahablarconél. —Sólolobeséunavezynohevueltoahablarconél—repitosóloporqueséque necesitaoírlocondesesperación. www.lectulandia.com-Página108 Mantengo la mirada fija en el remolino de tinta que asoma por el cuello de su camiseta.Metranquilizaymeinquietaqueestéenlacama.Nopuedosoportarpor mástiempolabatallaqueselibraenmiinteriorconmigoenmedio. —¿Hayalgomásquedebasaber?—preguntaenvozbaja. —No—miento. No voy a contarle lo de mi cita con Trevor. No pasó nada, y no es asunto de Hardin.MegustaTrevoryquieromantenerloasalvodelabombaderelojeríamás conocidacomoHardin. —¿Seguro? —Hardin…Nocreoqueestésenposicióndedudardemí—ledigomirándoloa losojos.Nopuedoevitarlo. Paramisorpresa,responde: —Losé. Selevantadelacamaeintentoignorarelenormevacíoquemeengulle. www.lectulandia.com-Página109 CAPÍTULO26 Hardin Hepasadoeldíaenelinfierno,uninfiernoenelquehecaídoconmuchogusto,pero el infierno, al fin y al cabo. No esperaba encontrarme a Tessa en el apartamento al volver del aeropuerto. Me había inventado una mentira sencilla: mi novia no iba a estarencasaporquesehabíaidoasupuebloapasarlaNavidad.Mimadreprotestó unpocoperonohizomáspreguntasnicuestionómiexcusa.Estabamuyemocionada, y sorprendida, a decir verdad, de que tuviera una mujer en mi vida. Creo que mi padreyellaesperabanquemepasaratodalavidasolo.Yotambiénlocreía. En cierto sentido, me fascina no poder estar ni un segundo sin pensar en ella, cuando hace apenas tres meses únicamente quería estar solo. No sabía lo que me estabaperdiendoy,ahoraqueloheencontrado,noquieroperderlo.Esella.Hagalo quehaga,noconsigoolvidarla. Heintentadodejarloestar,quitármeladelacabeza,seguiradelante…Perohasido undesastre.LarubiamajaconlaquesalíelsábadonoeraTessa.Nohayotracomo Tessa.Deaspectoseleparecíamuchoyvestíaigualqueella.Seruborizabacuando meoíamaldeciryparecíatenermeunpocodemiedodurantelacena.Eraagradable, peroaburridísima. LefaltabaelfuegoquetieneTess.Nocriticabamilenguajesoezynodijonada cuandolepuselamanoenelmuslodurantelacena.Séquesóloaceptósalirconmigo parahacerrealidadalgunaridículafantasíasobreelchicomaloantesdeiramisaala mañana siguiente. Por mí perfecto, porque yo también la estaba utilizando para reemplazaraTessa,paraolvidarqueTessaestabaenSeattleconelbabosodeTrevor. Laculpabilidadquesentícuandofuiabesarlafueabrumadora.Meapartéysucara inocentenopodíamostrarmásvergüenza.Huicorriendoalcocheyladejétiradaen elrestaurante. Mesientoymiroalachicadormidadelaqueestoylocamenteenamorado.Verla ennuestroapartamento,suropaenlalavadora,lacasalimpiaysucepillodedientes en el cuarto de baño… Me había hecho ilusiones. Pero eso que dicen sobre las ilusionesesverdad. Soy consciente de que me estoy aferrando a un clavo ardiendo, a la remota posibilidaddequemeperdone.Sisedespierta,seguroquesepondráagritaralver queestoydepiejuntoalacama. Séquenecesitorelajarmeunpoco,darletiempoyespacio.Loquesientoyloque www.lectulandia.com-Página110 hagomedejanagotado,meconsumenynotengoniideadecómosobrellevarlo.Pero loresolveré,arreglarétodoesto.Leapartounmechónrebeldedelacaraymeobligo a alejarme de la cama, a volver al montón de mantas, al suelo de cemento, donde deboestar. Alomejorestanocheconsigodormir. www.lectulandia.com-Página111 CAPÍTULO27 Tessa Cuando me despierto, el techo rojo de ladrillo me confunde unos instantes. Se me hacerarodespertarmeaquídespuésdehaberpasadovariosdíasenelmotel.Cuando saltodelacama,elsueloestálimpio;lamantaylasalmohadas,amontonadasjuntoal armario.Cojolabolsadeaseoymemetoenelbaño. OigolavozdeHardinprocedentedelsalón. —Nopuedequedarsehoytambién,mamá.Sumadrelaestáesperando. —Y¿nopodríaveniraquí?Meencantaríaconocerla—contestaTrish. «Ay,no.» —No.Asumadre…nolecaigobien—dice. —¿Porquéno? —CreequenosoylosuficientementebuenoparaTessa.Ypormiaspecto. —¿Qué aspecto tienes, Hardin? No dejes que nadie te llene de inseguridades. Creíaqueteencantabatu…estilo. —Ymegusta.Meimportaunamierdaloquepiensenlosdemás,aexcepciónde Tessa. Abrolabocadeparenpar.Trishseechaareír. —¿Quiénerestúydóndeestámihijo?—bromea.Entonces,conlavozcargada de felicidad, añade—: No recuerdo cuándo fue la última vez que hablamos sin que memandarasapaseo.Años.Estomegusta. —Ya… Vale… —gruñe él, y me río imaginándome a Trish intentando darle un abrazo. Me ducho y decido terminar de arreglarme antes de salir del baño. Sé que soy una cobarde,peronecesitounpocomásdetiempohastaquemeplanteunasonrisafalsa enlacaraparalamadredeHardin.Noesunasonrisafalsa,nodeltodo…«Yahíestá el problema», me recuerda mi subconsciente. Ayer lo pasé muy bien y he dormido mejorqueentodalasemana. Conelpelorizadocasialaperfección,recojomiscosasylasguardoenlabolsa deaseo.Entoncesllamanalapuertatímidamente. —¿Tess?—preguntaHardin. —Yaheterminado—contesto. www.lectulandia.com-Página112 Abro y me lo encuentro vestido con unas bermudas grises de algodón y una camisetablanca. —Noquierometerteprisa,perotengoquemear. Mesonríeyasiento.Intentonofijarmeencómolospantaloneslecuelgandelas caderas, en cómo la tinta en cursiva del costado se transparenta a través de la camisetablanca. —Terminodevestirmeymevoy—ledigo. Miralapared. —Estábien. Entro en el dormitorio. Me siento muy culpable por engañar a su madre y por marcharme tan pronto. Sé que le hacía mucha ilusión conocerme y yo voy a desaparecerensusegundodíadevisita. Decido ponerme el vestido blanco con medias negras debajo porque hace demasiadofríoparairsinnada.Talvezdeberíaponermevaquerosycamiseta,pero meencantalasensacióndeseguridadenmímismaquemedaesevestidoyhoyla voyanecesitar.Guardootravezlaropaenlamaletaymetolasperchasenelarmario. —¿Teayudo?—preguntaTrishdetrásdemí. Pego un brinco del susto y se me cae el vestido azul marino que me puse en Seattle. Examinaconlamiradaelcontenidodelarmariomediovacío. —¿Cuántotiempovasaquedarteencasadetumadre? —Pues…—Soyunapésimamentirosa. —Parecequevasaestarfueraunalargatemporada. —Ya…Esquenotengomucharopa—digoconunavocecitaaguda. —Quería preguntarte si te apetecería salir de compras conmigo. Podríamosirjuntassiregresasantesdequeyomevaya. Nosésimecreeosisospechaquenotengointencióndevolver. —Sí…,claro—vuelvoamentir. —Mamá…—diceHardinenvozbajaentrandoenlahabitación.Frunceelceño alverelarmariovacío.Esperoquesumadrenolotengatancaladocomoyo. —Estoy terminando de hacer la maleta —le explico, y asiente. Cierro la cremalleradelaúltimaylomirosinsaberquédebodecir. —Ya te las llevo yo —dice cogiendo mis llaves de encima de la cómoda y desapareciendoconmisbártulos. Cuandosemarcha,Trishmedaunabrazo. —Me alegro mucho de haberte conocido, Tessa. No tienes ni idea de cuánto significaparamíveramiúnicohijoasí. —¿Así?—consigopreguntar. —Feliz—responde,yempiezanapicarmelosojos. Si le parece que ahora mismo es feliz, no quiero ver al Hardin al que ella está acostumbrada. www.lectulandia.com-Página113 —¿Tessa?—diceentonces.Mevuelvoparamirarlaporúltimavez—.Regresarás acasaconél,¿verdad? Semecaeelalmaalospies.Tengoelpresentimientodequenoserefieresóloa quevuelvacuandohayanpasadolasfiestas. Nosésilavozmevaadelatar,asíqueasientoconlacabezaymemarchoatoda velocidad. En la puerta del ascensor decido bajar por la escalera para no tener que ver a Hardin.Meenjugolaslágrimasyrespirohondoantesdesaliralanieve.Alllegaral cocheveoquenohaynieveenelparabrisasyqueelmotorestáenmarcha. Decidonollamaramimadreparadecirlequeestoyencamino.Ahoramismonome apetecehablarconella.Quieroaprovecharlasdoshorasalvolanteparadespejarme. NecesitohacerunalistamentaldelosprosyloscontrasdevolverconHardin.Séque parezcotontaporpensarlosiquieraporquemehahecholoindecible.Mehamentido, me ha traicionado y me ha humillado. Por ahora, en la columna de los contras tenemoslasmentiras,lassábanas,elcondón,laapuesta,sugenio,susamigos,Molly, suego,suactitudyelquesehayacargadolaconfianzaquedepositéenél. Enlacolumnadelosprostenemos…Queloquiero.Quemehacefeliz,mehace sentirmemásfuerte,mássegurademímisma.Quenormalmentequierelomejorpara mí,menoscuandomehacedañoporserundescerebrado…Suformadesonreírysu risa,sumaneradeabrazarme,debesarme,deestrecharmeentresusbrazosyquese notaqueestácambiandopormí. Séquelacolumnadelosprosestállenadecosasinsignificantes,sobretodosilas comparamosconlonegativo,pero¿acasonosonlascosaspequeñaseinsignificantes las más importantes en la vida? No sé si estoy loca por plantearme perdonarlo o si estoy siguiendo los dictados del corazón. ¿Quién me guiará mejor en el amor: mi cerebroomissentimientos? Intento luchar contra lo que siento, alejarme de él. Es algo que nunca he conseguidohacer. Enestemomentomeiríabientenerunamigoconquienhablar,alguienquehaya pasadoporunasituaciónsimilar.MegustaríapoderllamaraSteph,peroellatambién memintiódesdeelprincipio.HablaríaconLandon,peroélyamehadadosuopinión yaveceslaperspectivadeunamujeresmásacertada,máscercana. Nievamuchoyhaceunfuerteviento.Meacurrucoenelcocheentrelascarreteras desiertas.Deberíahabermequedadoenelmotel.Nosécómosemehaocurridovenir. Pasoalgúnmomentodeapuroperoaunasíeltrayectosemehacemáscortodeloque pensabay,antesdedarmecuenta,lacasademimadresealzaantemí. Memetoenelsenderoperfecto,sinnieve,ymeabrelapuertaalaterceravezque toco el timbre. Lleva puesto un albornoz y el pelo húmedo. Puedo contar con los dedosdeunamanolasvecesquelahevistosinpeinarysinmaquillar. www.lectulandia.com-Página114 —¿Qué haces aquí? ¿Por qué no has llamado para avisar? —me dispara con menossimpatíaquenunca. Entroencasa. —Nolosé.Estabaconduciendobajolanieveynoqueríadistraerme. —Aunasí,deberíashaberllamadoparaquepudieraarreglarme. —Nohacefaltaquetearregles,soyyo,mamá. Bufa. —Ninguna excusa es buena para ir hecha un desastre, Tessa —dice como si se estuvierarefiriendoamiaspecto. Es un comentario tan ridículo que casi me echo a reír a carcajadas, pero me contengo. —¿Ytusmaletas?—inquiere. —Enelcoche.Luegoiréaporellas. —¿Esoquellevaspuesto…esunvestido?—Meinspeccionadearribaabajo. —Esparalaoficina.Megustamucho. —Esdemasiadoprovocador…Peroalmenoselcoloresbonito. —Gracias.Oye,¿cómoestánlosPorter?—pregunto.Séquehablardelafamilia deNoahladistraerá. —Estánmuybien.Teechandemenos.—Entraenlacocinaydicesindarsela vuelta—:Podríamosinvitarlosacenarconnosotrasestanoche. Hagounamuecaycorrotrasella. —No,nocreoqueseaunabuenaidea. Memirayluegosesirveunatazadecafé. —¿Por? —Nosé…Semeharíamuyraro. —Theresa,conocesalosPorterdesdehaceaños.Meencantaríaquesupieranque hasconseguidounabecadeprácticasyqueestásyendoalauniversidad. —¿Loquequieresespresumirdehija? Esunaideaquenomegusta.Sóloquierequevenganparatenerotracosadela quealardear. —No,quieroqueveantodostuslogros.Esonoespresumir—meespeta. —Preferiríaquenolosinvitaras. —Theresa,éstaesmicasay,simeapeteceinvitarlos,loharé.Voyaterminarde ponermepresentable.Enseguidavuelvo. Yconungiroteatralmedejasolaenlacocina. Pongolosojosenblancoymevoyamiantiguahabitación.Estoyagotada.Me tumbo en la cama y espero a que mi madre termine su largo y laborioso ritual de belleza. —¿Theresa? www.lectulandia.com-Página115 Lavozdemimadremedespierta.Norecuerdohabermequedadodormida. LevantolacabezaqueteníaapoyadaenBuddha,mielefantedepeluche,ydigo desorientada: —¡Voy! Medio grogui, me levanto y me arrastro por el pasillo. Cuando llego al salón, Noah está sentado en el sofá. No es la familia Porter al completo, como mi madre habíaamenazado,perobastaparadespertarmedeltodo. —¡Miraquiénhavenidomientrasdormías!—dicemimadreconsusonrisamás falsa. —Hola—saludo,peroloquedeverdadpiensoes:«Yasabíayoquenodebería habervenido». Noahmesaludaconlamano. —Hola,Tessa.Estásmuyguapa. Conélnotengoproblema.Loquierounmontón,comosifueradelafamilia.Pero necesitoundescansoenmividaysupresenciahacequeaúnmesientamásculpable ydolida.Séquenoesculpasuyayquenoesjustoquelotratemal,ymásaúnconlo bienquesehaportadodurantelaruptura. Mi madre nos deja solos. Me quito los zapatos y me siento en el sofá, lejos de Noah. —¿Quétallasvacaciones?—pregunta. —Bien,¿ylastuyas? —Bientambién.TumadremehacontadoquehasestadoenSeattle. —Sí,hasidogenial.Fuiconmijefeyunoscuantoscompañerosdetrabajo. Asiente,interesado. —Eso es fantástico, Tessa. Me alegro mucho por ti. ¡Te estás metiendo en el mundoeditorial! —¡Gracias!—Sonrío.Estonoestanrarocomopensaba. Un momento después mira el pasillo por el que ha desaparecido mi madre y se acercaamí. —Oye, tu madre está muy tensa desde el sábado. Mucho más de lo habitual. ¿Cómollevastúelasunto? Frunzoelceño. —Noentiendoaquéterefieres. —A lo de tu padre —dice muy despacio, como si yo supiera de qué me está hablando. «Unmomento.» —¿Mipadre? —¿Notelohacontado?—Echaotrovistazoalpasillovacío—.Ah…Oye,nole digasquetelohedicho… Nolodejoacabar.Mepongodepieyechoaandarfuriosaporelpasillo,haciasu habitación. www.lectulandia.com-Página116 —¡Mamá! ¿Quépasaconmipadre?Nolohevistonisénadadeéldesdehaceochoaños. PorlosolemnequesehapuestoNoah…¿Sehabrámuerto?Nosécómomesentiría sifueraeso. —¡¿Qué pasa con papá?! —grito en cuanto entro en su habitación. Ella parece sorprendida,peroserecuperarápido—.¿Ybien? Ponelosojosenblanco. —Tessa,bajalavoz.Noesnada,nadadeloquedebaspreocuparte. —Esolodecidiréyo.¡Dimequéestápasando!¿Estámuerto? —¿Muerto?Uy,no.Sisehubieramuerto,telocontaría—dicegesticulandocon desdén. —Entonces¿quéocurre? Suspiraymemiraunsegundo. —Havuelto.Estáviviendonomuylejosdedondevivestú,peronovaaintentar ponerseencontactocontigo,notepreocupes.Yameheencargadoyo. —¿Esoquédemoniossignifica? YatengobastantesfollonesenlacabezaporculpadeHardin,yahoraelpadreque meabandonóhavueltoaWashington.Ahoraquelopienso,nisiquierasabíaquese hubieramarchadodeWashingtonalgunavez.Sólosabíaqueyonoteníapadre. —No significa nada. Iba a contártelo cuando te llamé el viernes, pero como estabasdemasiadoocupadaparadevolvermelasllamadas,losolventépormicuenta. Esanocheestabademasiadoborrachaparahablarconella,ymenosmalquenolo hice.Nuncapodríahabersoportadolanoticiaestandopedo.Apenaspuedosoportarla ahora. —Novaamolestarte,asíquedejadeponeresacaralargayarréglate.Nosvamos decompras—dicecondemasiadaindiferencia. —No quiero ir de compras, mamá. Esto me ha pillado por sorpresa y es importanteparamí. —No, no lo es —replica molesta y con desprecio—. Lleva años sin verte y así seguirá.Nocambianada. Desapareceensuvestidorymedoycuentadequenotienesentidodiscutircon ella. Regresoalsalón,cojoelmóvilymepongoloszapatos. —¿Adóndevas?—preguntaNoah. —¿Quiénsabe?—digo,ysalgoalairegélidodelacalle. Heperdidounmontóndetiempoparaveniraquí,doshorasconduciendobajola nievesóloparaquesecomportecomounaarpía…No,comounazorra.Esunazorra. Limpio la nieve del parabrisas con el brazo. Resulta ser muy mala idea porque se hielaaúnmás.Memetoenelcochey,tiritandodefrío,enciendoelmotoryesperoa quesecaliente. Grito sin parar mientras conduzco y llamo a mi madre de todo hasta que me www.lectulandia.com-Página117 quedo sin voz. Intento pensar en lo que voy a hacer a continuación pero tengo la cabezallenaderecuerdosdemipadreynoconsigoconcentrarme.Laslágrimasme ruedanporlasmejillas.Cojoelmóvildelasientodeallado. AlospocossegundoslavozdeHardinmesaluda: —¿Tess?¿Estásbien? —Sí…—empiezoadecir,perometraicionalavozymeahogoenmitaddeun sollozo. —¿Quéhapasado?¿Quétehahecho? —Ha…¿Puedovolveracasa?—pregunto,yoigoquedejaescaparunprofundo suspiro. —Claro que puedes volver, nena… Tessa —se corrige, aunque me gustaría que nolohubierahecho. »¿Acuántoestás?—pregunta. —Aveinteminutos—lloro. —Vale,¿quieresquesigamoshablando? —No…Estánevando—leexplico,ycuelgo. No debería haberme marchado de allí. Es irónico que vuelva corriendo con Hardinapesardetodoloquemehahecho. Mucho, demasiado tiempo después, entro en el parking del apartamento. Sigo llorandoymelimpiolacaralomejorquepuedo,perosemecorreelmaquillajeyme ensucialapiel.Cuandopongounpieenlanieve,veoaHardinenlapuerta,cubierto deblanco.Sinpensar,corrohaciaélyloabrazo.Daunpasoatrás,perplejopormi demostracióndeafecto,peroluegomerodeaconlosbrazosymedejallorarsobresu sudaderacubiertadenieve. www.lectulandia.com-Página118 CAPÍTULO28 Hardin Abrazarlaporprimeravezenloquesemeantojatodaunavidaesalgoquenotengo palabrasparadescribir.Sientountremendoaliviofísicocuandocorreamisbrazos. No me lo esperaba. Ha estado tan fría y distante últimamente… No la culpo pero, joder,cómoduele. —¿Estásbien?—preguntoconlabocaensupelo. Asienteconlacabezacontramipechoperonoparadellorar.Séquenoestábien. Seguroquesumadrelehasoltadoalgunamierdaquenodebía.Sabíaqueibaapasar y,parasersincero,mipartemezquinasealegradequehayametidolapata.Nome gustaquelehayahechodañoaTessa,aunqueesohaprovocadoquemichicaacudaa míenbuscadeconsuelo. —Vayamosadentro—ledigo. Asientedenuevoperonosemueve.Meobligoasoltarlaycaminamoshaciael interior. Churretes negros recorren su preciosa cara y tiene los labios hinchados. Esperoquenohayavenidollorandotodoeltrayecto. Encuantoentramosenelvestíbulomequitolabufandayletapolacabezaylas orejashastaquesóloseleveesacaratanbonitaquetiene.Debedeestarheladacon ese vestido. Ese vestido… En condiciones normales empezaría a fantasear largo y tendidosobrequitárselo,perohoyno,talycomoestá,no. Leentraelhipomásadorabledelmundoysesubelabufandahastacubrirsela cabeza.Elpelorubiosobresaleporunlateraldelnudoyparecemuchomásjovenque decostumbre. —¿Quieres contármelo? —aprovecho para preguntarle cuando bajamos del ascensoryechamosaandarhacianuestro…haciaelapartamento. Asiente y abro la puerta. Mi madre está sentada en el sofá y pone cara de preocupación al ver el estado en que se encuentra Tessa. Le lanzo una mirada de advertencia,esperandoquerecuerdequemehaprometidoquenoibaabombardearla apreguntasnadamásllegar.Mimadredejademirarlayfingequevelatelevisión. —Estaremos en el dormitorio —anuncio, y ella asiente. Sé que la incomoda no poderhablar,peronovoyaconsentirquesucuriosidadprovoquequeTessasesienta peor. Me detengo un momento por el camino para subir el termostato porque sé que estámuertadefrío.Cuandoentroeneldormitorio,ellayaestásentadaenelbordede www.lectulandia.com-Página119 lacama.Nosécuántosemepermiteacercarme,asíqueesperoaquedigaalgo. —¿Hardin? —me llama con un hilo de voz. La ronquera me confirma que ha estadollorandotodoelcamino,ymesientofatalporella. Me coloco frente a ella y vuelve a dejarme de piedra cuando me coge de la camisetaytirademíhastaquemetieneentresuspiernas.Séquehaocurridoalgo másgravedelohabitualconsumadre. —Tess…¿Quétehahecho? Rompe a llorar de nuevo y me mancha de maquillaje el bajo de mi camiseta blanca.Nomeimporta,melaguardaréderecuerdoparacuandovuelvaadejarme. —Mipadre…—diceconlavozrota,ymequedohelado. —¿Tupadre?Siestabaen…Tessa,¿tupadreestabaencasa?¿Tehahechoalgo? —lepreguntoentredientes. Niega con la cabeza y le levanto la barbilla para que me mire. Nunca deja de hablar,nisiquieracuandoestáenfadada.Dehecho,cuandoseenfadaescuandomás seexpresa. —Sehatrasladadoaviviraquíyyonisiquierasabíaquesehubieraido—explica a continuación—. Quiero decir, me lo imaginaba, pero nunca me había parado a pensarlo.Nuncahepensadoenél. Mivoznosuenatanserenacomodesearíacuandolepregunto: —¿Hashabladohoyconél? —No. Pero ella sí. Me ha dicho que mi padre no se me va a acercar, pero no quieroqueseaellaquienlodecida. —¿Quieresverlo? Tess sólo me ha contado cosas malas de su padre. Era un hombre violento que pegabaasumadredelantedeella.¿Porquéibaaquererverlo? —No… Bueno, no lo sé. Pero quiero decidirlo yo. —Se limpia los ojos con el dorsodelamano—.Aunquenocreoqueélquieraverme… Quieroencontraraesehombreyasegurarmedequenoseacerquenuncaaella,y tengoquecontenermeparanohacerunaestupidez. —Nopuedoevitarpensar:¿ysiesigualqueeltuyo? —¿Quéquieresdecir? —¿Y si ha cambiado? ¿Y si ha dejado de beber? —La esperanza en su voz me parteelcorazón…Oloquequedadeél. —No lo sé… No es lo habitual —le digo con sinceridad. Veo cómo tuerce el gestoyañado—:Peropodríaser.Alomejorahoraesunhombredistinto…—Nome locreoniyo,pero¿paraquéquitarlelailusión?—.Nosabíaqueteinteresaratantotu padre. —Nomeinteresa…Nomeinteresaba.Sóloestoyenfadadaporquemimadreme lohaestadoocultando—dice,yentonces,enlaspausasentrellantosysollozos,me cuentaelresto. LamadredeTessaeslaúnicamujerdelmundocapazderevelarquesuexmarido www.lectulandia.com-Página120 alcohólico ha vuelto y a continuación anunciar que va a irse de compras. No hago ningún comentario sobre la visita de Noah, por mucho que me fastidie. No hay maneradequitarseaesecapullodeencima. Porfinlevantalavistaymemira,algomáscalmada.Selaveunpocomejorque cuando ha venido corriendo hacia mí en el aparcamiento, y quiero pensar que es graciasaqueyoestoyconella. —¿Notemolestaquemequedeaquí?—pregunta. —No, claro que no. Puedes quedarte todo el tiempo que necesites. Al fin y al cabo,estuapartamento. Intento sonreír y, para mi sorpresa, me devuelve la sonrisa antes de volver a sonarselanarizenmicamiseta. —Lasemanaquevienemedaránhabitaciónenlaresidencia. Asiento sin decir nada. Si abro la boca, le suplicaré como un patético que no vuelvaadejarme. www.lectulandia.com-Página121 CAPÍTULO29 Tessa Memetoenelbañoparadesmaquillarmeyrecomponerme.Elaguacalienteborralos rastrosdeldíatanemocionantequehetenido,ylaverdadesqueestoycontentade habervuelto.ApesardetodoloquehemospasadoHardinyyo,mealegrasaberque todavía tengo un lugar seguro en el que refugiarme con él. Hardin es la única constanteenmivida.Recuerdoquemedijoesounavez.Mepreguntosilosentía. Y, aunque entonces no lo sintiera, estoy segura de que ahora sí que lo siente. Ojalámehablaramásdesussentimientos.Ayer,cuandosevinoabajo,fuelaprimera vezqueloviexpresarsussentimientoscontantafuerza.Sóloquierooírlaspalabras quehaydetrásdelaslágrimas. Vuelvoaldormitorioyloencuentrodejandomismaletasenelsuelo. —Hesalidoaportuscosas—meinforma. —Gracias. De verdad que espero no molestaros —le digo agachándome para cogerunospantalonesdechándalyunacamiseta.Noaguantomásestevestido. —Quiero tenerte aquí; lo sabes, ¿verdad? —repone en voz baja. Me encojo de hombrosyfrunceelceño—.Deberíassaberlo,Tess. —Losé…Sóloquetumadreestáaquí,ynooshaceningunafaltaqueaparezca yoconmisdramas…—leexplico. —Mimadresealegradequeestésaquíyyotambién. Mehinchocomounpavorealperocambiodetema. —¿Tenéisplanesparahoy? —Creoquequeríairalcentrocomercial,peropodemosdejarloparamañana. —No,idsiqueréis.Yopuedoentretenermesola. Noquieroquecancelesusplanesconsumadre,alaquellevabatantotiemposin ver. —No,deverdadquenomeimporta.Noteconvieneestarsola. —Estoybien. —¿Esquenomehasoído,Tessa?—meruge,ylomiro. Parecehaberolvidadoqueyanopuededecidirpormí.Nadievaadecidirpormí nuncamás. Entonces,cambiadetonoyrectifica: —Perdona…Quédateaquíyyoirédecomprasconmimadre. —Muchomejor—ledigomientrastratodenosonreír. www.lectulandia.com-Página122 Hardinestásiendotan…amable,tanprudenteestosdías…Aunquenoestábien quemepresione,hasidoagradablesaberquesiguesiendoHardin. Me dispongo a cambiarme de ropa y en cuanto me quito el vestido llama a la puerta. —¿Tess? —¿Sí? Tardaunsegundoendecir: —¿Seguirásaquícuandovolvamos? Merío. —Sí.Notengootrositioadondeir. —Vale.Sinecesitasalgo,llámame—añadeconvoztriste. A los pocos minutos oigo cerrarse la puerta principal y salgo del dormitorio. Deberíahabermeidoconellosparanoquedarmeaquíconmispensamientos.Yame sientobastantesola.Veolateleduranteunahoraymeaburromortalmente.Devezen cuandoelmóvilvibrayapareceelnombredemimadreenlapantalla.Pasodeella,y desearíaqueHardinhubieraregresadoya.Cojoellibroelectrónicoymepongoaleer paramatarelrato,peronopuedodejardemirarelreloj. Quiero escribirle a Hardin y preguntarle cuánto van a tardar en volver, pero finalmentedecidoqueserámejorquemepongaaprepararlacena.Entroenlacocina paradecidirquévoyacocinar:algofácilperoquerequieratiempo.Lasaña. Dan las ocho, las ocho y media, y a las nueve ya estoy pensando otra vez en escribirle. «Pero¿quémepasa?»¿Unapeleaconmimadreyderepentenopuedovivirsin Hardin?Siendosincera,laverdadesquenuncahepodidovivirsinHardiny,aunque nomegustaadmitirlo,séquenoestoypreparadaparapasarelrestodemividasinél. Novoyalanzarmealapiscinaconél,peroestoyhartadelucharconmigomisma.Por muymalquesehayaportadoconmigo,soymuchomásdesgraciadasinélquecuando descubrílodelaapuesta.Unapartedemíestámuyenfadadaporsertandébil,pero otra parte no puede negar lo resuelta que me sentía cuando he vuelto hoy aquí. Todavíanecesitotiempoparapensar,paravercómosenosdalodeestarcerca.Sigo estandomuyconfusa. Lasnueveycuarto.Sólosonlasnueveycuartocuandoterminodeponerlamesa yderecogerlacocina.Voyamandarleunmensaje,sólouno,unsimple«Hola,¿qué tal vais?», para ver cómo están. Está nevando, es normal que me preocupe por su seguridad. Encuantocojoelmóvilseabrelapuerta.Dejoelteléfonocondisimuloalverlos entrar. —¿Quétaloshaido?—pregunto. —¿Haspreparadolacena?—preguntaélalmismotiempo. —Túprimero—decimosalavez. Ynosechamosareír. www.lectulandia.com-Página123 Levantounamanoylosinformo: —Hehecholacena,aunquesiyahabéiscenado,tampocopasanada. —¡Huele de maravilla! —dice Trish inspeccionando la mesa llena de comida. Sueltalasbolsasysesienta—.Muchasgracias,queridaTessa.Elcentrocomercialha sidounhorror,llenodegentecomprandolosregalosdeNochebuenaaúltimahora. ¿Quiénseesperaacomprarlosregalosdosdíasantes? —¿Tú?—diceHardinsirviéndoseunvasodeagua. —¡Chsss!—loregañaTrish,ysellevaalabocaunpalitodepan. Hardin se sienta a la mesa al lado de su madre y yo me instalo enfrente. Trish habla de lo horroroso que ha sido salir de compras y de cómo los guardias de seguridad han derribado a un hombre que estaba intentando robar un vestido en Macy’s.Hardinaseguraqueelvestidoeraparaelhombre,peroTrishponelosojosen blancoysigueconlapelículadeterror.Lacenaquehepreparadoestáespecialmente rica,muchomejorquedecostumbre,yenlafuentedelasañacasinoquedanadapara cuando los tres acabamos de comer. Yo he repetido. Es la última vez que no como nadaentodoeldía. —Hemoscompradounárbol—dicesumadrederepente—.Unopequeño,para quepodáistenerloaquí.¡EsvuestraprimeraNavidadjuntos!—Aplaudeymeechoa reír. Hardin y yo nunca hemos hablado de comprar un árbol de Navidad, ni siquiera antesdequetodosefueraapique.Lamudanzameteníatanocupada,yHardintan distraída,quecasinimeacordabadequeeraNavidad.Ningunodelosdoscelebró Acción de Gracias, él por razones obvias y yo porque no quería pasar el día en la iglesiaalaquevamimadre,asíquepedimospizzaypasamoselratoenmicuarto. —Os parece bien, ¿verdad? —pregunta Trish, y entonces caigo en la cuenta de quenolehecontestado. —Por supuesto que sí —le digo mirando a Hardin, que tiene la vista fija en su platovacío. Trish vuelve a monopolizar la conversación y se lo agradezco. Unos minutos después,anuncia: —Me encantaría quedarme un rato más con vosotros, pero necesito mi sueño reparador. Medalasgraciasdenuevoporlacenayllevasuplatoalfregadero.Nosdalas buenasnochesyseinclinaparabesaraHardinenlamejilla.Élprotestayseaparta, asíqueellaapenaslorozaconloslabios,peroparecedarseporsatisfechaconelleve contacto. Luego me rodea los hombros con los brazos y me da un beso en la coronilla. Hardin pone los ojos en blanco y le pego un puntapié por debajo de la mesa.Unavezsehaido,melevantoyguardolopocoquehasobrado. —Graciasporprepararlacena.Noteníasporquéhacerlo—diceHardin. Asientoconlacabezaynosdirigimosaldormitorio. —Comoanochedormistetúenelsuelo,hoymetocaamí—meofrezco,apesar www.lectulandia.com-Página124 dequeséquenuncamedejaríahacereso. —No,noesnecesario.Tampocoseduermetanmal—repone. MesientoenlacamayHardinsacalasmantasdelarmarioylasextiendeenel suelo. Le lanzo dos almohadas y me sonríe ligeramente antes de desabrocharse los vaqueros.«Deberíamirarhaciaotraparte.»Noquiero,peroséquedeberíahacerlo. Se baja los vaqueros negros y saca los pies de las perneras. El modo en que se muevensusabdominalestatuadosmehaceimposibleapartarlavistaymerecuerdalo muchoquemesigueatrayendoapesardemienfado.Elbóxernegroseabrazaasu piel,yHardinlevantalacabezaymemira.Suexpresiónesdura,lamiradafijaenmí, yesomeponeaúnpeor.Tieneunamandíbulatanbiendibujada,tanfascinante…Y siguesindejardemirarme. —Perdona—ledigo,ymeobligoavolverlacabeza,rojadelahumillación. —No, es culpa mía. Es la costumbre. —Se encoge de hombros y saca unos pantalonesdealgodóndelacómoda. Miroalaparedhastaquedice: —Buenasnoches,Tess. Yapagalaluz.Prácticamentepuedoversusonrisadesatisfacción. Medespiertaunsonidoagudoymequedomirandoeltecho.Apenaspuedodistinguir lasaspasdelventiladormoviéndoseenlaoscuridad. LuegooigoaHardin,suvoz. —¡No,porfavor!—gimotea. «Mierda.Tieneotrapesadilla.»Saltodelacamaymearrodillojuntoasucuerpo tembloroso. —¡No!—repitemuchomásalto. —¡Hardin! ¡Hardin, despierta! —le digo al oído mientras lo sujeto por los hombros. Tienelacamisetaempapadadesudoryelrostrocontorsionado.Abrelosojosyse incorpora. —Tess…—jadeaestrechándomeensusbrazos. Lepasolosdedosporelpeloyluegoleacariciolaespalda,apenasunrocepor encimadelapiel. —Todovabien—lerepitounayotravez,yélmeabrazaconmásfuerza—.Ven, vayamosalacama. Melevantoy,sinsoltarmicamiseta,semeteenlacamaconmigo. —¿Teencuentrasbien?—lepreguntoencuantoseacuesta. Asienteymepegoaél. —¿Teimportaríatraermeunvasodeagua?—dice. —Claroqueno.Ahoravuelvo. Enciendolalámparadelamesilladenoche,melevantodelacamaeintentono www.lectulandia.com-Página125 hacerruidoparanodespertaraTrish.Sinembargo,cuandoentroenlacocina,ellaya estáallí. —¿Estábien?—pregunta. —Sí,yaselehapasado.Voyallevarleunvasodeagua—ledigollenandouno conaguadelgrifo. Cuandomedoylavuelta,tirademí,meabrazaymedaunbesoenlamejilla. —¿Mañanapodríamoshablar?—mepregunta. Derepenteestoydemasiadonerviosaparaarticularniunapalabra.Asientoconla cabezayellamesonríeaunque,cuandomevoy,solloza. Devueltaeneldormitorio,Hardinponecaradealivioalverme,medalasgracias y acepta el vaso de agua. Se lo bebe de un trago mientras yo lo miro y disfruto de volveratenerloenlacama.Séqueestáinquieto,creoqueporlapesadilla,perosé queenparteespormí. —Venaquí—ledigo. Entonces veo cómo le cambia la expresión cuando acerca el cuerpo al mío, lo rodeoconlosbrazosyapoyolacabezaensupecho.Mereconfortatantocomoaél.A pesardetodoloquehahecho,mesientoencasaenbrazosdeestechicocontantos defectos. —Nomesueltes,Tess—mesusurra,ycierralosojos. www.lectulandia.com-Página126 CAPÍTULO30 Tessa Me despierto sudando. Hardin se abraza a mí como un oso, con la cabeza descansando sobre mi estómago. Seguro que se le han dormido los brazos bajo mi peso.Tenemoslaspiernasentrelazadasyestároncandounpoco. Respirohondoy,concuidado,muevoelbrazoparaapartarleelpelodelafrente. Es como si hiciera años que no se lo toco, cuando en realidad sólo llevo desde el sábado.EnmicabezarepasoelfindesemanaenSeattlecomosiestuvieraviendouna películamientrascontinúoacariciándolelasuavemarañadepelo. Abrelosojosyescondolamanoatodavelocidad. —Perdona—digoavergonzadadequemehayapilladoconlasmanosenlamasa. —No,sieramuyagradable—reponeconlavozroncaporelsueño. Sedespereza,mehuelelapielunmomentoysedespegademídemasiadopronto. Desearíanohaberletocadoelpeloparaquesiguieradurmiendo,abrazadoamí. —Hoytengotrabajo.Meiréunratoalaciudad—dice. A continuación, saca unos vaqueros negros del armario, coge las botas y se las ponerápidamente.Tengolaimpresióndequeestádeseandolargarse. —Vale—asiento. «¿Cómoque“vale”?»Pensabaqueestaríacontentodehaberdormidoconmigoy dequenoshayamosabrazadoporprimeravezenvariosdías.Pensabaquecambiaría algo,notodo,peroalmenosveríaqueestabamermandomiresistencia,quemetenía unpocomáscercadevolverareconciliarmeconél. —Bueno…—dice,yledavueltasalpiercingdelacejacondosdedosantesde quitarselacamisetablancaporlacabezaysacarunanegradelcajón. Luego sale de la habitación sin añadir nada más y me deja hecha un lío. Me esperabamuchascosas,peronoquesalierahuyendo.¿Quéesesetrabajotanurgente que tiene que hacer hoy? Lee manuscritos, igual que yo, sólo que él tiene libertad parahacerlodesdecasa.¿Porquéquiereiratrabajarprecisamentehoy?Elrecuerdo deloqueHardinestuvohaciendolaúltimavezque«teníaquetrabajar»merevuelve elestómago. Looigohablarunosinstantesconsumadreyluegolapuertaprincipalqueseabre y se cierra. Me tumbo sobre las almohadas y pataleo en la cama como una niña enfadada.Sinembargo,entoncesoigoelcantodesirenadelacafeína,melevantode lacamaymevoyalacocinaatomarmeuncafé. www.lectulandia.com-Página127 —Buenosdías,cielo—mesaludaalegrementeTrishcuandopasojuntoaella. —Buenos días. Gracias por haber hecho café —digo cogiendo la cafetera caliente. —Hardinmehacontadoqueteníatrabajo.—Porsutono,parecequemeloestá preguntando. —Sí…Esohadicho—contesto,nomuyseguradequédecir. Noobstante,ellanoparecenotarlo. —Mealegrodequeestébiendespuésdelodeanoche—sigueafirmando.Parece preocupada. —Sí,yotambién.—Yentonces,sinpensar,añado—:Nodeberíahaberlehecho dormirenelsuelo. Frunceelceñoconexpresióninquisitiva. —¿Notienepesadillascuandonoduermeenelsuelo?—preguntaconcautela. —No.Nolastienecuando…—Noterminolafrase.Remuevoelcaféeintento pensarencómosalirdeésta. —Cuandotúestásconél—acabalafrasepormí. —Sí…Cuandoestoyconél. Memiraconesamiradaesperanzadaquesólotienenlasmadrescuandohablande sushijos,oesomehandicho. —¿Quieressaberporquélastiene?Séquemevaaodiarporcontártelo,perocreo quedeberíassaberlo. —No, por favor, Trish. —Trago saliva. No quiero que ella me explique esa historia—.Yamelohacontadoél…,lodeaquellanoche. Tragosalivadenuevocuandoabreunosojoscomoplatos. —¿Telohacontado?—diceconungritoquedo. —Lo siento, no era mi intención soltarlo así. La otra noche pensaba que ya lo sabías…—medisculpo,yledoyotrotragoalcafé. —No…,no…Nomepidasdisculpas.Essóloquemecuestacreerquetelohaya contado.Esevidentequesabeslodelaspesadillas,peroesto…Estoesincreíble.— Sesecalosojosconlosdedosysonríedetodocorazón. —Esperoquenotehayamolestado—repito—.Sientomucholoocurrido. No quiero husmear en los secretos de la familia, pero tampoco he tenido que lidiarnuncaconnadaparecido. —Nomehasmolestado,Tessa,querida—diceempezandoasollozar—.Mehace muyfelizquetehayaencontrado…Eranunaspesadillastanhorriblesquesepasaba la noche gritando. Intenté que fuera a terapia, pero ya conoces a Hardin. No les contaba nada. Nada. Ni siquiera abría la boca. Sólo se sentaba en la consulta y se quedabamirandolapared. Dejolatazaenlaencimeraylaabrazo. —No sé qué te hizo volver ayer, pero me alegro de que lo hicieras —añade pegadaamihombro. www.lectulandia.com-Página128 —¿Qué? Seapartaymemiraconironía. —Cariño,soymayorperonotonta.Sabíaquepasabaalgoentrevosotros.Vila caradesorpresaquepusoHardincuandollegamosalapartamento,ysupequealgo noibabiencuandomedijoquenoibasapoderveniraInglaterra. TeníalaimpresióndequeTrishsospechabaalgo,peronosabíaquepodíaleernos como si fuéramos un libro abierto. Le doy un buen trago a mi café, que se ha enfriado,ymeparoapensar. Entonces,mecogedelbrazoconternura. —Estaba muy ilusionado… con que vinieras a Inglaterra y, de repente, hace un pardedíasmedijoquenoibasapoder,queteníasqueirtefuera.¿Quéospasó? Bebootrosorboylamiroalosojos. —Bueno… Noséquédecirle,porque«Tuhijomedesvirgóparaganarunaapuesta»nome parecelomásapropiadoenestemomento. —Me mintió —me limito a contestar. No quiero que se enfade con Hardin ni contarlelosdetalles,perotampocoquieroengañarla. —¿Unamentiramuygrande? —Unamentiradescomunal. Memiracomosiestuvieramirandounaminaantipersona. —Y¿losiente? SemehacerarohablarconTrishdeesto.Nisiquieralaconozco,yessumadre, asíquesiempresepondrádesupartepaseloquepase.Condelicadeza,respondo: —Sí…Creoquesí—ymebeboloquequedadecafé. —¿Tehadichoquelosiente? —Sí…Unpardeveces. —Y¿telohademostrado? —Másomenos. «¿Me lo ha demostrado?» Sé que el otro día se desmoronó y que está más tranquiloquedecostumbre,perolaverdadesquenomehadicholoquequierooír. Trish me mira y por un momento me da miedo su respuesta pero, para mi sorpresa,dice: —Verás, yo soy su madre y tengo que aguantarlo, pero tú no. Si quiere que lo perdones,tendráqueganárselo.Tienequedemostrartequenovolveráahacernunca nadaparecidoaloqueseaquetehahecho,ymeimaginoquelamentiratuvoqueser muygordaparaquetefuerasdecasa.Trataderecordarquenosueleestarencontacto con sus emociones. Es un chico, un hombre ya, que le guarda mucho rencor al mundo. Sé que parece una pregunta ridícula, la gente miente a todas horas, pero las palabrassemeescapandelabocaantesdequemicerebropuedacensurarlas. —¿Perdonaríasaalguienquetehubieramentido?—digo. www.lectulandia.com-Página129 —Todo depende de la mentira y del arrepentimiento que esa persona me demostrara. Lo que sí te diré es que, cuando uno se permite creer demasiadas mentiras,luegoleresultamuydifícilvolveraencontrarlaverdad. «¿Meestádiciendoquenodeberíaperdonarlo?» Tamborileaconlosdedossobrelaencimera. —Sin embargo, conozco a mi hijo y noto lo mucho que ha cambiado desde la últimavezquelovi.Enlosúltimosmeseshacambiadomuchísimo,Tessa,nosabes cuánto. Se ríe y sonríe a menudo. Ayer incluso charló conmigo. —Su sonrisa es radiante,apesardequeeltemaesmuyserio—.Séquesiteperdieravolveríaaser comoeraantes,peronoquieroquetesientasobligadaaseguirconélsóloporeso. —No,nomesientoobligada.Sóloesquenoséquépensar. Desearía poder contarle toda la historia para que pudiera darme su sincera opinión.OjalámimadrefueratancomprensivacomopareceserloTrish. —Bueno,esoeslodifícil—repone—.Tienesquedecidirlotú.Tómatetutiempo yhazqueselogane.Amihijotodoleresultamuyfácil,desdesiempre.Talvezen parteseaésesuproblema:siempreconsigueloquequiere. Meechoareírporquenopodríasermáscierto. —Ésaesunagranverdad. Suspiroyabrolaalacenaparacogerunacajadecereales,peroTrishinterrumpe misplanes. —¿Y si nos vestimos y salimos a desayunar y a hacer cosas de chicas? Me vendríabiencortarmeelpelo—seríeyagitalamelenacastañaadelanteyatrás. Tieneunsentidodelhumorparecidoaldesuhijo,aunqueélnolodemuestraa menudo.EldeHardinesmásobsceno,aunqueveodequiénlohaheredado. —Genial.Voyaducharme—digoguardandoloscereales. —¿A ducharte? ¡Está nevando y nos van a lavar el pelo! Yo iba a salir así. — Señalaelchándalnegroquellevapuesto—.¡Ponteunosvaquerosyvámonos! Sifueraasalirconmimadre,lascosasseríanmuydistintas.Tendríaquellevarla ropa planchada, el pelo rizado y el maquillaje perfecto… Aunque sólo fuéramos a hacerlacompraalatiendadelaesquina. Sonrío. —Muybien. Eneldormitorio,sacounosvaquerosyunasudaderadelarmarioymerecojoel peloenlacoronillaconunagoma.MepongomisToms,entroenelbañoymelavola caraylosdientes.CuandomereúnoconTrishenelsalón,estálistayesperandojunto alapuerta. —DeberíadejarleunanotaaHardin—digo. Peroellasonríeymeempujahacialapuerta. —Elchicoestarábien. www.lectulandia.com-Página130 Después de pasar el resto de la mañana y parte de la tarde con Trish, estoy mucho másrelajada.Esamable,divertida,ysabeescuchar.Mantienelaconversaciónalegre y me hace reír casi todo el rato. Nos arreglan el pelo a las dos y ella se corta el flequillo.Meretaaquemelocorteyotambién,perolorechazoconunasonrisa.Sin embargo,dejoquemeconvenzaparaquemecompreunvestidonegroparaNavidad, apesardequenotengoniideadequévoyahaceresedía.Noquieroestropeárselaa Hardinyasumadre,ytampocohecompradoregalosninada.Creoqueaceptaréla invitacióndeLandonypasaréeldíaensucasa.Ahoraquenoestamosjuntos,pasar el día de Navidad con Hardin me parece demasiado. Nos encontramos en esta fase extraña: no estamos juntos pero, hasta esta mañana, sentía que nos estábamos acercando. Paracuandoregresamosalapartamento,veoelcochedeHardinenelparkingy yoempiezoaponermenerviosa.Subimosacasaynosloencontramossentadoenel sofá,conelregazoylamesitaauxiliarllenosdepapeles.Tieneunbolígrafoentrelos dientesyparecemuyconcentradoensutarea.Sospechoqueestátrabajando,aunque sólolohevistotrabajarunpardevecesdesdequeloconozco. —¡Hola,hijo!—losaludaTrishconvozalegre. —Hola—respondeélsinentusiasmo. —¿Noshasechadodemenos?—bromeaTrish,yélponelosojosenblancoantes derecogerlashojassueltasymeterlasenunarchivador. —Estaréeneldormitorio—bufalevantándosedelsofá. MiroaTrishymeencojodehombros.LuegosigoaHardinalahabitación. —¿Adóndehabéisido?—preguntadejandoelarchivadorenlacómoda.Unade lashojassecaeyvuelveaembutirladentro. Mesientoenlacamaconlaspiernascruzadas. —Adesayunar.Luegohemosidoacortarnoselpeloydecompras. —Ah. —¿Ytú?—pregunto. Sequedamirandoalsuelo. —Heidoatrabajar. —MañanaesNochebuena.Nomelotrago—replicoenuntonoqueindicaque estoyaprendiendodeTrish. Hardinmelanzaunamiradaasesina. —Me importa un pimiento que te lo tragues o no —dice en tono de burla sentándoseenlaotrapuntadelacama. —¿Quémoscatehapicado?—leespeto. —Nada.Amínomepasanada. Estáaladefensiva,notolosmurosquehalevantadoparaprotegerse. —Saltaalavistaqueteocurrealgo—insisto—.¿Porquétehasmarchadoesta mañana? Sepasalasmanosporelpelo. www.lectulandia.com-Página131 —Yatelohedicho. —Mentirmenotevaaayudarennada.Precisamenteporesoestamos…metidos enestefollón—lerecuerdo. —¡Vale!¿Quieressaberdóndeheestado?¡Encasademipadre!—megrita,yse levanta. —¿Encasadetupadre?¿Paraqué? —HeestadohablandoconLandon.—Sesientaenlasilla. Pongolosojosenblanco. —Lodeltrabajoeramáscreíble. —Sinomecrees,llámalo. —Vale,y¿dequéhashabladoconLandon? —Deti,porsupuesto. —¿Quépasaconmigo?—Levantolasmanosparainvitarloaqueseexplique. —Puesdetodo.Paraempezar,séquenoquieresestaraquí—replicamirándome fijamente. —Sinoquisieraestaraquí,noestaríaaquí. —Notienesotrositioadondeir.Silotuvieras,noestaríasaquí. —¿Quétehaceestartanseguro?Anochedormimosenlamismacama. —Sí,ysabesmuybienporqué.Sinohubieratenidounapesadilla,nolohabrías hecho.Sólolohicisteporeso,yésaeslaúnicarazónporlaquemesigueshablando. Tedoypena. Letiemblanlasmanosysusojossemeclavancomodagas.Veovergüenzadetrás desusirisverdes. —Elporquéeslodemenos—digonegandoconlacabeza. Noséporquésiempretienequesacaresetipodeconclusiones.¿Porquélecuesta tantoaceptarquealguienloquiera? —¡Te da pena el pobre Hardin que tiene pesadillas y no puede dormir solo! — exclama.Estálevantandomucholavoz,ytenemoscompañía. —¡Dejadegritardeunavez!¡Tumadreestádetrásdeesapuerta!—leespeto. —¿Esoesloquehabéisestadohaciendotodoeldía?,¿hablardemí?Nomehace faltaquemetengaslástima,Tess. —¡Por Dios, Hardin! ¡Eres de lo más frustrante! No hemos hablado de ti, no comotúcrees.Y,paraqueconste,nomedaspena.Tequeríaenlacamaconmigo, conosinpesadillas. Cruzolosbrazos. —Vengaya—meladra. —El problema no son mis sentimientos; el problema es cómo te sientes tú respectoatimismo.Tienesquedejardecompadecertedetimismo,paraempezar— ledigoconlamismadureza. —Nomecompadezcodemímismo. —Pues a mí me parece que sí. Acabas de provocar una pelea sin motivo. www.lectulandia.com-Página132 Deberíamosavanzar,noretroceder. —¿Avanzar?—Memiraalosojos. —Sí…Quierodecir,talvez.—Semetrabalalengua. —¿Talvez?—Sonríe. Y de repente está más contento que unas pascuas, sonriendo como un niño en Navidad.Haceunsegundoestabadiscutiendoconmigo,conlasmejillasencendidas. Por raro que parezca, a mí también se me ha pasado el enfado casi del todo. El controlquetienesobremímeaterra. —Estásloco.Locodeatar—ledigo. Meregalaunasonrisadesuperioridad. —Megustacómotehandejadoelpelo. —Tienesquehacértelomirar—lopincho,yseríe. —Novoyadiscutírtelo—replica. Ynopuedoevitarecharmeareírconél…Puedequeestétanlocacomoél. www.lectulandia.com-Página133 CAPÍTULO31 Tessa Mimóvilinterrumpenuestromomentocuandoempiezaavibraryabailarencimade lacómoda.Hardinlocogepormí,miralapantallaydice: —Landon. Lequitoelteléfonoyrespondo. —¿Diga? —Hola,Tessa—diceLandon—.Mimadremehapedidoquetellameparaversi vasaveniracasaeldíadeNavidad. Sumadreestanencantadora…Apuestoaquehacelosmejoresdulcesnavideños delmundo. —Sí,megustaríamucho.¿Aquéhoratengoqueestarahí? —Amediodía.—Seechaareír—.Yahaempezadoacocinar,asíqueyodejaría decomerhastaentonces. —Que empiece el ayuno —bromeo—. ¿Tengo que llevar algo? Sé que Karen cocinamuchomejorqueyo,peropodríaprepararalgo.¿Quétalelpostre? —Sí, trae un postre… Y otra cosa… Sé que es muy raro y, si no te sientes cómoda, no pasa nada —dice bajando la voz—. Pero quieren invitar también a Hardinyasumadre.AunquesiHardinytúseguíscomoelperroyelgato… —Ahoranosllevamosmejor,másomenos—lointerrumpo. Hardinenarcaunacejaaloírloyyolesonríonerviosa. Landonrespiraaliviado. —Estupendo. Si puedes, invítalos de nuestra parte. Mis padres te lo agradecen mucho. —Loharé—legarantizo—.¿Quépuedocomprarles?¿Seteocurrealgúnregalo? —No,no.¡Nada!Notienesquetraerregalos. MirolaparedeintentonopensarqueHardinnomequitalosojosdeencima. —Vale,entendido.Perovoyallevarregalos—insisto—.¿Seteocurrealgo? Landonsuspira. —Tancabezotacomosiempre.Amimadrelegustacocinar,yaKen…cómprale unpisapapelesoalgoasí. —¿Unpisapapeles?—Nosalgodemiasombro—.Esunregalohorroroso. Seechaareír. —Nolecompresunacorbataporqueselavoyaregalaryo.—Luegoprotesta—: www.lectulandia.com-Página134 Oye,sinecesitasalgo,avisa.Tengoquedejarte,hedeayudaralimpiarlacasa—y coneso,cuelga. DejoelmóvilenlacómodayHardinnotardaenpreguntar: —¿VasapasarconelloslaNavidad? —Sí…Noquieroiracasademimadre—digosentándomeenlacama. —Nomeextraña.—Serascalabarbillaconelíndice—.¿Podríaspasarlaaquí? Comienzoaarrancarmelaspielesdealrededordelasuñas. —Podrías…venirconmigo—sugiero. —¿Ydejarsolaamimadre?—gruñe. —¡No! Por supuesto que no. Karen y tu padre quieren que vaya, quieren que vayáislosdos. Hardinmemiracomosiestuvieraloca. —Sí,claro,y¿porquécreesquemimadrevaaquererirapasareldíaconmi padreysunuevaesposa? —No…nolosé.Peropodríaserguayestartodosjuntos. Laverdadesquenoestoymuyseguradecómoacabaríalacosa,másquenada porquenoséenquétérminosseencuentranTrishyKenahora,siesquesehablan. Tampoco me corresponde a mí intentar que todos hagan las paces. No soy de la familia.NisiquierasoylanoviadeHardin. —Paso.—Frunceelceño. ApesardelfollónquetenemosHardinyyo,habríasidobonitopasarla Navidadconél.Peroloentiendo.ConvenceraHardindequefueraacasade supadreyaeramuydifícil;quelleveasumadreesmisiónimposible. Como a mi cerebro le gusta solucionar problemas, empiezo a pensar en que necesitocomprarregalosparaLandonysuspadresypuedequetambiénparaTrish. ¿Quélescompro?Deberíasalirya.Sonlascincopasadas.Sólomequedaunratode hoyymañana,queesNochebuena.Notengoniideadesideberíacomprarlealgoa Hardinono.Dehecho,estoycasiseguradequeno.Seríamuyrarohacerleunregalo ahoraqueestamosenestafasetanextraña. —¿Quétepasa?—MepreguntaHardinalvermetancallada. Refunfuño. —Tengoqueiralcentrocomercial.EsomepasapornotenercasaenNavidad. —Nocreoquelamalaplanificacióntenganadaqueverconnotenercasa—me pincha. Nosonríemucho,perolebrillanlosojos…¿Estáflirteandoconmigo?Meechoa reírsólodepensarlo. —Enlavidaheplanificadonadamal. —Ya,ya…—seburla,ylevantolamanoensudirección. Mecogelamuñecaparadetenermigolpejuguetón.Uncalorfamiliarfluyepor mis venas y por todo mi cuerpo y lo miro a los ojos. Me suelta rápidamente y ningunodelosdossabeadóndemirar.Elairesecargadetensiónymelevantopara www.lectulandia.com-Página135 volveracalzarme. —¿Yatevas?—pregunta. —Sí…Elcentrocomercialcierraalasnueve—lerecuerdo. —¿Vasairsola?—Cambiaelpesodeunapiernaalaotra,nervioso. —¿Teapetecevenir?—digo. Sé que no es buena idea, pero al menos quiero intentar que avancemos, e ir al centrocomercialestábien,¿verdad? —¿Decomprascontigo? —Sí…,perosinoteapetecenopasanada—digountantoincómoda. —No,claroquemeapetece.Sóloesquenoesperabaquemelopidieras. Asiento, cojo el bolso y el móvil y salgo al salón con Hardin pisándome los talones. —Nosvamosalcentrocomercial—lediceHardinasumadre. —¿Losdos?—preguntaellaponiendolosojosenblanco.Cuandoestamosenla puerta, grita sin levantarse—: ¡Tessa, cariño, si te apetece dejarlo allí, prometo no protestar! Meechoareír. —Lotendréencuenta—digosaliendodelapartamento. Hardinarrancaelcocheyunamelodíadepianoqueconozcomuybienresuenaenel habitáculo. Se apresura a bajar el volumen pero es demasiado tarde. Lo miro muy satisfecha. —Leshepilladoelgusto,¿vale? —Sí,claro…—meburlo,ysuboelvolumendenuevo. Si las cosas pudieran ser siempre así… Si esta relación cordial, el flirteo y el punto intermedio en el que estamos ahora pudieran durar para siempre… Pero no durarán, es imposible. Tenemos que hablar de lo ocurrido y de cómo será todo de ahora en adelante. Sé que tenemos mucho que aclarar, pero no vamos a resolver el problemadeunasentada,nisiquieraaunqueyoinsista.Quieroencontrarelmomento oportunoeirpocoapocohastaentonces. Pasamoscasitodoeltrayectoensilencio.Lamúsicadicetodoloquemegustaría que pudiéramos decirnos el uno al otro. Cuando estamos cerca de la entrada de Macy’s,Hardinanuncia: —Tedejoenlapuerta.—Yyoasiento. Loesperobajolarejilladeventilaciónmientrasélaparcaelcocheycaminaporel fríoenmibusca. Despuésdepasarcasiunahoramirandofuentesparahorneardetodaslasformas ytamaños,decidoregalarleaKarenunjuegodemoldesparatartas.Séquedebede tenerunmontón,peroparecequelacocinaylajardineríasonsusúnicasaficiones,y notengotiempoparapensarennadamejor. www.lectulandia.com-Página136 —¿Podemosllevarestoalcocheyluegoseguirconlascompras?—lepreguntoa Hardinmientrasintentoquenosemecaigalacaja. —Dame,yalallevoyo.Espérameaquí—dicealtiempoquemelaquitadelas manos. Encuantoseva,mevoyalaseccióndecaballero,dondecientosdecorbatasen cajas largas y estrechas parecen burlarse de mí y de Landon, que las considera un regaloinfalible.Sigobuscandoperonuncahecompradoun«regalodepadre»yno tengoniideadequéregalarleaKen. —Haceunfríodelcarajo—diceHardincuandovuelvedelcoche,temblandoy frotándoselasmanos. —Unacamisetanoparecelomásidóneoparalanieve. Ponelosojosenblanco. —Tengohambre,¿ytú? Vamosalagaleríaderestauración.Hardinmebuscasitioycompraporcionesde pizzadelaúnicafranquiciaaceptable.Minutosdespuéssesientaconmigoalamesa condosplatosllenosarebosar.Cojounaporciónyunaservilletayledoyunpequeño bocado. —Qué elegancia —se burla cuando ve que me limpio la boca al terminar de masticar. —Cállate—ledigocogiendootrotrozo. —Estoes…muyagradable,¿nocrees?—pregunta. —¿La pizza? —pregunto la mar de inocente, aunque sé que no se refiere a la comida. —Nosotrosdospasandolatardejuntos.Hacíamuchoquenoestábamosasí. «Parecequefuehacemilaños…» —Sólohacealgunosdías,enrealidad—lerecuerdo. —Paranosotros,esoesmucho. —Ya…—Doyunbocadomásgrandeparapoderpermanecercalladamástiempo. —¿Desdecuándollevaspensandoenavanzar?—pregunta. Terminodemasticarlentamenteytomounlargotragodeagua. —Desde hace unos pocos días, creo. —Quiero mantener la conversación tan trivial como sea posible para evitar montar una escena, pero añado—: Todavía tenemosquehablardemuchascosas. —Losé,peroestoytan…—Abremucholosojosporalgoquehavistodetrásde mí. Giro la cabeza y se me revuelve el estómago al divisar una mata de pelo rojo. Steph.Y,juntoaella,sunovioTristan. —Vámonos—digo. Melevantoydejolabandejadecomidasobrelamesa. —Tessa,aúnnohascompradotodoslosregalos.Además,nocreoquenoshayan visto. www.lectulandia.com-Página137 Cuando me vuelvo otra vez, los ojos de Steph se encuentran con los míos. Es evidentequeestásorprendida,nosésidevermeamíodevermeconHardin.Puede queambascosas. —Mehavisto—digo. Laparejasenosacercaysientoquetengolospiesclavadosalsuelo. —Hola—saludaTristanincómodocuandollegajuntoanosotros. —Hola—diceHardinfrotándoselanuca. Noquierodecirnada.MiroaSteph,cojomibolsodeencimadelamesayechoa andar. —¡Tessa,espera!—mellamaella.Suszapatosdeplataformagolpeanlosduros baldosinesmientrasintentaalcanzarme—.¿Podemoshablar? —¿Hablardequé,Steph?—leespeto—.¿Decómomiprimerayúnicaamigade lafacultaddejóquemehumillasendelantedetodoelmundo? HardinyTristansemiranelunoalotro,nosabensidebenintervenirono. Stephextiendelasmanos. —Perdóname, ¿vale? Sé que debería habértelo dicho. Yo… ¡creía que te lo contaría! —Yconesosearreglatodo,¿no? —No,yaséqueno.Perodeverasquelosiento,Tessa.Séquedeberíahabértelo contado. —Peronolohiciste.—Cruzolosbrazos. —Teechodemenos.Echodemenosestarcontigo—añade. —Seguroqueechasdemenosnopoderhacermeelblancodetusbromas. —Teequivocas,Tessa.Eres…erasmiamiga.Séquelahecagado,perodeveras quelosiento. Ladisculpamepillaconlaguardiabaja,aunquemerecuperoyledigo: —Ya,puesnopuedoperdonarte. Frunceelceño.Yentoncesponecaradeenfado. —Pero ¿a él sí que puedes perdonarlo? Él fue quien lo empezó todo y tú se lo perdonas.¿Nosetehaceraro? Quieroponerlaensusitio,llamarladetodo,peroséquetienerazón. —Noseloheperdonado,sóloestoy…Noséloqueestoyhaciendo—gimoteo,y mellevolasmanosalacara. Stephsuspira. —Tessa,noesperoquesetepasesinmás,peroalmenosdameunaoportunidad. Podríamosquedar,sólonosotroscuatro.Elgruposehaidoalamierda,laverdad. Melaquedomirando. —¿Quéquieresdecir? —JaceestámásinsoportablequedecostumbredesdequeHardinlepególapaliza desuvida.Tristanyyonosmantenemosalejadosdetodos. MiroaHardinyaTristan,quenosestánobservando,yluegootravezaSteph. www.lectulandia.com-Página138 —¿HardinlehapegadoaJace? —Sí…,elfindesemanapasado.—Frunceelceño—.¿Notehadichonada? —No… QuieroenterarmedetodoloquepuedaantesdequeHardinseacerqueylecalle laboca.ComoStephquierecongraciarseconmigo,empiezaahablarsinqueyotenga quedecirlenada. —Sí,fueporqueMollyledijoaHardinqueJacelohabíaplaneadotodo…,yame entiendes —añade en voz baja—, que te lo contara delante de todos… —Pero entoncesseríetímidamente—.Laverdadesqueselohabíabuscado,ylacaraque puso ella cuando Hardin se la quitó de encima no tenía precio. En serio, ¡debería haberlehechounafoto! MequedopensandoqueHardinrechazóaMollyylepegóunapalizaaJaceantes deviajaraSeattle.EntoncesoigodeciraTristan: —Chicas…—casicomoparaavisarnosdequeHardinestácerca. Hardinvieneamiladoymecogedelamano.TristanintentaquitaraStephdeen medio.Ellamemirauninstanteydiceconlosojosmuyabiertos: —Tessa,túsólopiénsalo,porfavor.¿Teparecebien?Teechodemenos. www.lectulandia.com-Página139 CAPÍTULO32 Tessa —¿Estásbien?—mepreguntaHardincuandoporfinsevan. —Sí…,estoybien—contesto. —¿Quétehadicho? —Nada…,quierequelaperdone.—Meencojodehombrosynosdirigimosala zonadetránsito. NecesitoprocesartodoloqueStephmehadichoantesdecomentárseloaHardin. Debió de asistir a una de sus fiestas antes de ir a Seattle, y Molly estaba allí. Casi resultagraciosoquemedijeraqueseacostóconellalanocheenque,enrealidad,la rechazó.Casi.Laculpabilidadquesientoporhaberbesadoaaquelextrañoenunclub mientrasHardinestabaquitándosedeencimaaMollynotardaensermuchomayor quelaironíadelasituaciónoelpesoquemehequitadodeencima. —¿Tess? —Hardin deja de andar y agita una mano delante de mi cara—. ¿Qué pasa? —Nada. Estaba pensando en qué le compro a tu padre. —Se me da muy mal mentir,ymirespuestasalemásatropelladadeloquemegustaría—.¿Legustanlos deportes? Creo que sí. Recuerdo que estuvisteis viendo juntos el partido de fútbol americano. Hardinmemirauninstanteyluegodice: —LosPackers,legustaelequipodelosPackers. Estoy segura de que quiere hacerme más preguntas sobre la conversación con Steph,perosecontiene. Vamosaunatiendadedeportesylosdosestamosmuycallados.Hardinescoge unpardecosasparasupadre.Nomedejapagar,asíquecojounllaveroquehabía cercadelacajaregistradoraylopagosóloparafastidiarlo.Ponelosojosenblancoy lesacolalengua. —Eresconscientedequetehasequivocadodeequipo,¿verdad?—dicecuando salimosdelatienda. —¿Qué?—Sacoelpequeñoobsequiodelabolsa. —EsdelosGiants,nodelosPackers—seburlaHardin. —Enfin…—digovolviendoaguardarelllavero—.Menosmalquenadiesabrá quelosregalosbuenossonlostuyos. —¿Hemosterminado?—lloriquea. www.lectulandia.com-Página140 —No,mefaltaLandon. —Ah,sí.Dijoquequeríaprobarunpintalabiosnuevo.¿Eraentonocoral? MepongoenjarrasymeplantodelantedeHardin. —¡Notemetasconél!Alomejordeberíacomprarteatielpintalabios,yaque sabesexactamenteeltonoytodo—loriño. Me gusta discutir en broma con Hardin, es mucho mejor que cuando vamos directosalasyugulares. Ponelosojosenblancoperosonríeantesdehablar. —Cómpraleentradasparaelhockey.Esoesfácilynomuycaro. —Buenaidea. —Losé—admite—.Quépenaquenotenganiunamigoconelqueir. —Yopuedoirconél. ElmodoenqueHardinseburladeLandonmehacegraciaporquenotienenada queverconcómoseburlabadeélantes.Ahorayanolohaceconmalicia. —Tambiénquierocomprarunregaloparatumadre—ledigo. Melanzaunamiradadivertida,sexieinofensiva. —¿Porqué? —PorqueesNavidad. —Cómpraleunjersey—dice,yseñalaunatiendaderopaparaancianas. Lamirounmomentoydigo: —Semedafatalestodecomprarregalos.¿Túquélehascomprado? Loquemeregalópormicumpleañoseratanperfectoqueimaginoqueasumadre lehacompradoundetalleigualdeacertado. Seencogedehombros. —Unapulserayunabufanda. —¿Una pulsera? —pregunto arrastrándolo hacia las profundidades del centro comercial. —No,queríadeciruncollar.Esuncollarmuysencilloenelquepone«Mamá»o algunagilipollezparecida. —Québonito—digomientrasvolvemosaentrarenMacy’s.Miroalrededoryme animounpoco—.Creoqueaquíencontraréalgo…Legustanloschándales. —¡No,porfavor!¡Máschándalesno!Esloquellevatodoslosdías. Sonríoalversuexpresióndecontrariedad. —Razóndemásparacomprarleunonuevo. Vemosvariosmodelos.Hardintocalateladeunoylesechounbuenvistazoasus nudillosyalascostrasquelosrecubrenyvuelvoapensarenloquemehacontado Steph. Notardoenencontrarunchándalverdementaquecreoquelegustaráyvamosa lacaja.Porelcamino,mesientovaliente,enparteporqueahoraséqueesverdadque noseacostóconMollymientrasyoestabaenSeattle. Cuandolleganuestroturno,dejoelchándalsobreelmostrador,mevuelvohacia www.lectulandia.com-Página141 Hardinydigo: —Tenemosquehablar,estanoche. La cajera nos mira a uno y a otro confusa. Quiero decirle que es de mala educaciónquedarsemirandoalagente,peroHardinmecontestaantesdequehaya podidoreunirelvalorsuficiente: —¿Hablar? —Sí… —digo observando cómo la cajera quita la alarma de la prenda—. Despuésdeponerelárbolquetumadrenoscompróayer. —Y¿dequéquiereshablar? Mevuelvoparamirarlo. —Detodo—digo. Parece aterrorizado, y las implicaciones de esa palabra resuenan en el aire. Cuando la cajera pasa el lector del código de barras por la etiqueta del chándal, el pitidorompeelsilencioyHardinmusita: —Voyaporelcoche. MientrasobservoalacajerameterelchándaldeTrishenunabolsa,medigo:«El año que viene me aseguraré de comprar unos regalos fabulosos para compensar lo cutresquesonesteaño».Perodespuéspienso:«¿Elañoqueviene?¿Quiéndiceque elañoquevieneestaréconél?». Ninguno de los dos abre la boca durante el trayecto de vuelta al apartamento. Yo estoy ocupada intentando organizar mis ideas y todo lo que quiero decir, y él… Bueno,medalasensacióndequeestáhaciendolomismo.Cuandollegamos,cojolas bolsasycorrobajolalluviaheladahaciaelvestíbulo.Prefierolanieve,sinduda. Subimosalascensoryoigoquemerugeelestómago. —Tengohambre—ledigoaHardincuandomemiralatripa. —Ah.—Parececomosituvierauncomentariosarcásticoenlapuntadelalengua perodecideguardárselo. Elhambrevaapeorcuandoentramosenelapartamentoyeloloraajoseapodera demissentidos.Semehacelabocaagua. —¡Hepreparadolacena!—anunciaTrish—.¿Quétalporelcentrocomercial? Hardinmequitalasbolsasdelasmanosydesapareceeneldormitorio. —Nohaidomal—respondo—.Nohabíatantagentecomometemía. —Mejor.¿Teapetecequepongamoselárbol?NocreoqueHardinnosayudecon eso. —Sonríe—. Detesta todo lo que es divertido. Pero podemos hacerlo nosotras dos,¿quieres? Meechoareír. —Claroquesí. —Comealgoprimero—ordenaHardincuandoentraenlacocinadandograndes zancadas. www.lectulandia.com-Página142 Lelanzounamiradaenfurecidaysigocharlandoconsumadre.Despuésdeponer el árbol con ella me espera la temida charla con Hardin, y no tengo ninguna prisa. Además,necesitoporlomenosmediahoraparacogerfuerzasypoderdecirtodolo que quiero. Tener una conversación como ésta con su madre en casa no es lo más acertado,peronopuedoesperarmás.Hayquedejarlascosasclarasdeunavezpor todas. Se me está acabando la paciencia: no podemos seguir mucho más tiempo en estafaserara. —¿Tieneshambre,Tessa?—mepreguntaTrish. —Laverdadesquesí—ledigosinhacercasodelplomodesuhijo. MientrasTrishmesirveunplatodepolloasadoconespinacasyajo,mesientoa lamesaymeconcentroenlobienquehuele.Meloponedelanteycasisemesaltan laslágrimasalverquesabemejordeloquehuele. —Hardin,¿podríassacarlaspiezasdelárboldelacaja?—diceentoncesella—. Esonosfacilitaríamucholatarea. —Claro—diceél. Trishmesonríe. —Tambiénhecompradoadornos—explica. Para cuando termino de cenar, Hardin ha colocado las ramas en las ranuras correspondientesyelárbolyaestámontado. —¿Aquenohasidotanterrible?—ledicesumadre.Hardincogelacajadelos adornosyellaselaquitadelasmanos—.Dame,teayudaremosconeso. Llena a reventar, me levanto de la mesa y pienso que nunca, jamás, me habría imaginadoqueibaaadornarunárboldeNavidadenloqueeranuestroapartamento, conHardinysumadre.Disfrutomuchohaciéndoloy,cuandoterminamos,aunquelos adornosparecenestarpuestosalazar,Trishestámuysatisfecha. —¡Vamosahacernostodosunafoto!—sugiere. —Nomevanlasfotos—refunfuñaHardin. —Vamos,Hardin,esNavidad. Trishparpadeaconcoqueteríayélponelosojosenblancoporenésimavezdesde quellegóella. —Hoy,no—replica. Séquenoesjustopormiparte,peromedapenasumadre,asíquemiroaHardin conojitostiernosyledigo: —¿Sólouna? —Vale,pesadas.Perosólouna. Se coloca de pie frente al árbol con Trish. Cojo el móvil para hacerles la foto. Hardin apenas sonríe, pero la felicidad de Trish lo compensa. Me alegro de que no sugieraquenoshagamosotraHardinyyo.Necesitamosdecidirquévamosahacer antesdeempezarasacarnosfotosrománticasconárbolesdeNavidaddefondo. LepidoaTrishsunúmerodemóvilyleenvíounacopiadelafotoconHardin, quienvuelvealacocinaaservirselacena. www.lectulandia.com-Página143 —Voyaenvolverlosregalosantesdequesemehagamástarde—anuncio. —Hastamañana,cariño—diceTrishdándomeunabrazo. MemetoeneldormitorioyveoqueHardinyahapreparadoelpapelderegalo, los lazos, la cinta adhesiva y todo lo necesario. Me concentro en la tarea para que podamoshablarcuantoantes.Quierozanjarelasuntoperomedamiedoloquepueda pasar.Séqueyamehedecidido,peronoestoyseguradeestarlistaparaadmitirlo. Soyconscientedequeesunatontería,peronohehechomásquetonteríasdesdeque conocíaHardin,ynosiemprehasidoparamal. Estoy terminando de escribir el nombre de Ken en la etiqueta de uno de los regaloscuandoélentra. —¿Hasterminado?—pregunta. —Sí…TengoqueimprimirlasentradasdeLandonantesdequepodamoshablar. Ladealacabeza. —¿Porqué? —Porque necesito que me ayudes y no sueles ser muy colaborador cuando discutimos. —¿Cómosabesquevamosadiscutir? —Porque es lo que hacemos siempre —digo medio riendo, y él asiente en silencio. —Sacarélaimpresoradelarmario. Enciendoelportátil.Veinteminutosdespuéstenemosimpresasymetidasenuna pequeñacajaderegalodosentradasparaveralosSeattleThunderbirds. —Vale…¿Algunaotracosamásantesdequepodamos…hablar?—mepregunta. —No,creoqueno—digo. Nos sentamos en la cama, él apoyado en la cabecera, con sus largas piernas estiradas,yyoalospiesconlaspiernascruzadas.Nosépordóndeempezarniqué decir. —Bien…—comienzaHardin. Estoesmuyincómodo. —Bien…—Empiezoatirarmedelaspielecitasdealrededordelasuñas—.¿Qué tepasóconJace? —¿TelohacontadoSteph? —Sí,melohacontado. —Ya,estabahablandodemasiado. —Hardin,tienesquehablarconmigoonovamosaningunaparte. Abremucholosojosindignado. —Estoyhablando. —Hardin… —Vale, vale… —Deja escapar un suspiro de enfado—. Tenía planeado intentar liarsecontigo. Semerevuelveelestómagosólodepensarlo.Aunque,porloquemehacontado www.lectulandia.com-Página144 Steph,ésenofueelmotivodelapelea.¿Meestarámintiendootravez? —¿Y?—replico—.Sabesqueesonohabríasucedidonienunmillóndeaños. —Esonocambianada.Sólodeimaginármeloponiéndotelasmanosencima…— Se estremece y continúa—: Además, él fue quien… Bueno, él y Molly. Los dos planearoncontártelodelantedetodoelmundo.Jacenoteníaderechoahumillartede esemodo.Loestropeótodo. ElaliviomomentáneoquesientoahoraquelaversióndeHardinencajaconlade Stephsetornaenenfadoalcomprobarquesiguecreyendoquesiyonomehubiera enteradodelodelaapuestatodoseríaperfecto. —Hardin, lo estropeaste todo tú solito —le recuerdo—. Ellos sólo me lo contaron. —Yalosé,Tessa—dicemolesto. —¿Deverdad?¿Estásseguro?Porquenohasdichonadaalrespecto. Encogelaspiernasconunmovimientobrusco. —¿Cómoqueno?¡Sielotrodíainclusomeechéallorar,joder! Notoquelelanzounamiradaasesina. —Paraempezar,tienesquedejardesoltartantostacoscuandomehablas.Y,para continuar,ésahasidolaúnicaocasiónenlaquetehevistodeciralgo,perotampoco mucho. —LointentéenSeattle,peronoqueríashablarconmigo.Yhasestadopasandode mí,asíque¿cómoibaadecirtenada? —Hardin, lo importante es que, si vamos a intentar superarlo, necesito queteabrasamí,necesitosaberexactamentecómotesientes. Meclavasusojosverdes. —Y¿cuándovoyapoderoírcómotesientestú,Tessa?Erestancerradacomoyo. —¿Qué?No…Noesverdad. —¡Loes!Nomehasdichocómotesientescontodoesto.Loúnicoquerepites sincesaresquenoquieresnadaconmigo.—Agitalosbrazosenmidirección—.Sin embargo,aquíestás.Noentiendonada. Necesitounmomentoparapensarenloquehadicho.Tengolacabezaaturullada detantascosasqueheolvidadodecirle… —Heestadohechaunlío. —Noleoelpensamiento,Tessa.¿Porquéestáshechaunlío? Tengounnudoenlagarganta. —Poresto.Pornosotros.Noséquéhacer.Niconnosotrosnicontutraición.— Acabamosdeempezarahablaryyaestoyalbordedelllanto. —Y¿quéquiereshacer?—inquiereenuntonoalgoborde. —Nolosé. —Síquelosabes. Metienecalada. Necesito oírlo decir un montón de cosas antes de poder estar segura de lo que www.lectulandia.com-Página145 quierohacer. —¿Quéquieresquehaga?—digo. —Quiero que te quedes conmigo. Quiero que me perdones y me des otra oportunidad. Sé que ya me has dado muchas pero, por favor, dame otra más. No puedovivirsinti.Loheintentadoyséquetútambién.Novamosaencontraranadie más.Onosreconciliamos,oacabaremossolos,yséquetútambiénlosabes. Tienelosojosllorososcuandoacabadehablar,ynecesitosecarmelaslágrimas. —Mehashechomuchísimodaño,Hardin—digo. —Lo sé, nena, lo sé. Daría lo que fuera por poder cambiar eso —asegura, y se queda mirando la cama con una expresión extraña—. No es verdad. No cambiaría nada.Bueno,telohabríacontadoantes,esosí—dice.Levantolacabeza.Éllevanta la suya y me mira a los ojos—. No lo cambiaría porque, si no hubiera hecho una cabronada como ésa, no habríamos acabado juntos. Nuestros destinos nunca se habrían cruzado de verdad, no del modo que ha hecho que estemos tan unidos. Aunquemehadestrozadolavida,sinlamalditaypérfidaapuestanohabríatenido ninguna vida que destruir. Seguro que ahora aún me odias más que antes, pero queríasoírlaverdad. Lomiroatravésdesusojosverdes.Noséquédecir. Porque, cuando lo pienso, cuando lo pienso seriamente, sé que yo tampoco cambiaríanada. www.lectulandia.com-Página146 CAPÍTULO33 Hardin Nuncahabíasidotansinceroconnadie,peroquieroponertodaslascartassobrela mesa. Tessaseechaallorarymepreguntaconternura: —¿Cómoséquenovasavolverahacermedaño? Séquellevaconteniendolaslágrimastodoeltiempo,peromealegrodequese haya rendido. Necesitaba ver alguna muestra de emoción… Ha estado muy fría últimamente,yesonoespropiodeella.Antesmebastabaconmirarlaalosojospara saber en qué estaba pensando. Ahora ha levantado un muro que me impide verla comosóloyopuedoverla.Ojaláqueeltiempoquehemospasadojuntoshoyjueguea mifavor. Esoymisinceridad. —Nohayformadesaberlo,Tessa—confieso—.Teaseguroquevolveréahacerte daño,ytúmeloharásamí.Perotambiénteaseguroquenuncateocultarénadani volveréatraicionarte.Esposiblequesueltesalgunaburradaquenosientesdeverdad, y ya verás como yo también diré barbaridades, pero podemos solucionar nuestros problemasporqueesoesloquehacelagente.Sólonecesitounaúltimaoportunidad parademostrartequepuedoserelhombrequemereces.Porfavor,Tessa.Porfavor… —lesuplico. Memirafijamenteconlosojosrojos,mordiéndoseloscarrillos.Odioverlaasíy meodioamímismoporhaberlapuestoasí. —Mequieres,¿noesasí?—pregunto.Miedomedalarespuesta. —Sí,másqueanada—reconoceconunsuspiro. Nopuedoocultarlasonrisaquedibujanmislabios.Oírdesubocaqueaúnme quieremedevuelvealavida.Mepreocupabamuchísimoquehubieratiradolatoalla, quehubieradejadodequerermeysiguieraadelanteconsuvida.Nomelamerezcoy sé que lo sabe. Pero la cabeza me da vueltas y está demasiado callada. No soporto estartanlejosdeella. —¿Quépuedohacer?¿Quéquieresquehagaparaquepodamosdejarestoatrás? —preguntodesesperado,condemasiadoénfasis.Loséporelmodoenquememira, como si la hubiera asustado o molestado o… qué sé yo—. ¿He dicho algo que no debería?—Mellevolasmanosalacaraymesecolosojos—.Sabíaqueibaameter lapata.Nosemedanbienlaspalabras. www.lectulandia.com-Página147 Nuncamehepuestotansentimentalentodamivida,ynoesagradable.Nuncahe tenidoqueexpresarlemissentimientosanadienihetenidoganasdehacerlo,aunque por esta chica haría lo que fuera. Siempre lo fastidio todo, pero esto tengo que arreglarlo,oalmenosintentarlocontodasmisfuerzas. —No…—solloza—.Sóloesque…Nosé.Quieroestarcontigo.Quieroolvidarlo todoperonoquieroarrepentirmedespués.Noquieroserlachicaquesedejapisotear ymaltratarysiemprevuelveapormás. Meinclinohaciaellaypregunto: —¿Quiéncreesquevaapensarasídeti? —Todoelmundo.Mimadre.Tusamigos…Tú. Sabía que era eso. Sabía que le preocupaba más lo que debe hacer que lo que quierehacer. —Nopiensesenlosdemás—digo—.¿Quémásdaloquepiensenadie?Poruna vez,piensaenloquequieres,enloquetúquieres.¿Quétehacefeliz? Conunosojazospreciosos,redondos,rojosyllorosos,dice: —Tú. Yelcorazónmedaunbrinco. —Estoycansadadeguardármelotodoparamí.Todocuantoqueríadecirteynote hedichometieneagotada—añade. —Puesnoteloguardes—replico. —Mehacesfeliz,Hardin.Perotambiénmehacesmuydesgraciada,mecabreasy, sobretodo,mevuelvesloca. —Ahíestálagracia,¿no?Poresohacemostanbuenapareja,Tess,porquesomos lopeorelunoparaelotro. Amíellatambiénmevuelveloco,ymecabreaymehacefeliz.Muyfeliz. —Somoslopeorelunoparaelotro—diceconunalevesonrisa. —Lo somos —repito, y le devuelvo la sonrisa—. Pero te quiero más de lo que nadietequerránunca,ytejuroquededicaréelrestodemividaacompensártelo.Si medejas. Espero que haya oído la sinceridad en mi voz, lo mucho que deseo que me perdone.Lonecesito.Lanecesitocomonuncahenecesitadoanadanianadie,ysé queellamequiere.Noestaríaaquídenoserasí,aunquenopuedocreermequeacabe dedecir«elrestodemivida».Esperonohaberlaasustado. No dice nada y se me parte el corazón. Las lágrimas se agolpan detrás de mis párpadosysusurro: —Losientomucho,Tessa…Tequieroconlocura… Medesarmacuandosaltacomounrayoysesientaenmiregazo.Lecojolacara entrelasmanos.Respirahondoyapoyalamejillaenlapalmademimano. Memira. —Necesitoqueseaconmiscondiciones—suplica—.Nopodrésoportarqueme rompasotravezelcorazón. www.lectulandia.com-Página148 —Loquehagafalta.Yosóloquieroestarcontigo—leaseguro. —Tenemos que ir despacio. No debería estar haciendo esto… Si vuelves a hacermedaño,noteloperdonaréjamás—amenaza. —Noloharé.Telojuro. Preferiría morir a volver a hacerle daño. Todavía no me creo que vaya a darme otraoportunidad. —Teheechadomuchodemenos,Hardin. Cierralosojosyquierobesarla,quierosentirsuslabiosardientescontralosmíos, peroacabadedecirmequequiereirdespacio. —Yotambiénati—respondo. Apoyalafrenteenlamíayrespiroaliviado. —Entonces ¿va en serio? —pregunto intentando que no se me note lo desesperadoqueestoy. Se sienta derecha y la miro a los ojos, esos ojos que se han pasado la semana atormentándomecadavezquecierrolospárpados.Sonríeyasiente. —Sí…Creoquesí. Lerodeolacinturaconlosbrazosyserecuestaenmí. —¿Medasunbeso?—leruego. Nointentaocultarlasorpresa.Meacaricialafrenteymeapartaelpelodelacara. Joder,meencantaquehagaeso. —Porfavor—digo. Ymehacecallarconsuslabios. www.lectulandia.com-Página149 CAPÍTULO34 Tessa Abro la boca y Hardin no desaprovecha la oportunidad de meterme la lengua. El metal del piercing de su labio inferior está frío, y paso la lengua por la suave superficie.Esunsaborquemeresultafamiliarymeponeacien,comosiempre.Por muchoquemeresista,lonecesito.Necesitotenerlocerca,necesitoquemeconsuele, quemerete,quemehagaenfadar,quemebeseyquemequiera.Enroscolosdedos en su pelo y tiro de los suaves mechones cuando me estrecha entre sus brazos con másfuerza.Hadichotodocuantonecesitabaoír,ymesientomejorconmiinsensata decisión de permitirle que vuelva a mi vida…, aunque la verdad es que nunca ha dejado de formar parte de ella. Sé que debería haber aguantado más, que debería haberlotorturadoyhaberlohechoesperarigualqueélmetorturóconsusmentiras. Peronopuedo.Noescomoenlaspelículas.Eslavidareal,mivida,yamividale falta algo sin él. Mi vida es insoportable sin él. Este chico tatuado, maleducado y enfadado con el mundo se me ha metido en la piel, en el corazón, y sé que, por muchoquelointente,noconseguirélibrarmedeél. Sulenguameacariciaellabioinferiorymemuerodelavergüenzacuandoseme escapaungemidogutural.Meaparto.Estamossinaliento,meardelapielyéltiene lasmejillasencendidas. —Graciaspordarmeotraoportunidad—jadeaestrechándomecontrasupecho. —Lodicescomosihubieratenidoelección—replico. —Latienes—dicefrunciendoelceño. —Losé—miento. Lo cierto es que no he tenido elección desde que lo conocí. Estoy loca por él desdelaprimeravezquenosbesamos. —¿Yahoraqué?—pregunto. —Loquetúdecidas.Yoséloquequiero. —Quieroquevolvamosaestarcomoantesde…comoantesdetodoloquepasó. Hardinasiente. —Esoquieroyotambién,nena.Telocompensaré,teloprometo. CadavezqueHardinmellama«nena»sientomariposasenelestómago.Suvoz ronca, el acento británico y la delicadeza que hay detrás de su tono son una www.lectulandia.com-Página150 combinaciónirresistible. —Porfavor,nohagasquemearrepienta—lesuplico,ymecogelacaraentrelas manosdenuevo. —Noloharé.Yaloverás—meprometeymebesaotravez. Sé que tenemos muchas cosas que solucionar, pero estoy tranquila, decidida y seguradehaberhecholocorrecto.Mepreocupalareaccióndetodoelmundo,sobre todolademimadre,aunqueyameocuparédeesollegadoelmomento.Elhechode quenovayaapasarlaNavidadconellaporprimeravezendieciochoañosparapoder estar con Hardin y que hayamos decidido volver a estar juntos no hará más que empeorarlascosasconella,perolaverdadesquemedaigual.Bueno,meimporta, pero no puedo seguir bregando con cada decisión que tomo y es imposible tenerla contenta,asíquehedejadodeintentarlo. ApoyolacabezaenelpechodeHardinyélmecogelacoletaylaretuerceentre losdedos.Mealegrodehaberterminadodeenvolverlosregalos.Yahasidobastante estresantetenerquecomprarlosaúltimahora. «Mierda. No le he comprado nada a Hardin.» ¿Me habrá comprado él algún regalo?Nocreo,peroahoraquevolvemosaestarjuntos…Oqueestamosjuntospor primeravez…Mepreocupaquemehayacompradoalgoyquesesientamalcuando veaqueyonotengoregaloparaél.¿Quépodríaregalarle? —¿Quétepasa?—preguntalevantándomelabarbilla. —Nada… —No habrás… —empieza a decir, despacio y dubitativo—. No habrás… cambiadodeopinión. —No…,no.Sóloesque…notehecompradoningúnregalo—confieso. Sonríeymemira. —¿Estás preocupada porque no me has comprado nada? —Se echa a reír—. Tessa, de verdad, me lo has dado todo. Es absurdo que te preocupes por un simple regalodeNavidad. Aunasí,mesientoculpable,aunquemeencantalaconvicciónconlaquelodice. —¿Estásseguro?—pregunto. —Deltodo.—Vuelveareírse. —Tecompraréunsuperregalodecumpleaños—digo,yvuelveaacariciarmeel labioinferiorconeldedo. Entreabrolabocayesperoaquemebesedenuevo,perosuslabiosseposanen minarizyluegoenmifrente.Esungestosorprendentementedulce. —Nocelebromicumpleaños—explica. —Losé…,yotampococelebroelmío.—Esdelopocoquetenemosencomún. —¿Hardin?—SeoyelavozdeTrishmientrasllamaconcuidadoalapuerta. Élgruñeyponelosojosenblancoyyomebajodesuregazo. Lomiroalgoofendida. —Notevasamorirportratarlaunpocomejor…Llevamuchotiemposinverte. www.lectulandia.com-Página151 —Nolatratomal—dice.Yséquedeverdadlocree. —Intentaserunpocomásamableconella,hazlopormí.—Parpadeocomouna vampiresayélmenealacabeza. —Eresundemonio—meespeta. Sumadrevuelveallamar. —¿Hardin? —¡Voy!—dice,ysebajadelacamadeunsalto. Cuandoabrelapuerta,veoquesumadrepareceterriblementeaburrida. —¿Osapeteceverunapelícula?—pregunta. Hardinsevuelvehaciamíyenarcaunacejacuandodigo: —Sí—ymelevantodelacama. —¡Fantástico!—sonríeellaydespeinaasuhijo. —Voy a cambiarme —dice Hardin echándonos del cuarto con un gesto de la mano. Trishmetiendelamano. —Ven,Tessa.Vamosaprepararalgoparapicar. Sigo a su madre a la cocina. Será mejor que no vea a Hardin cambiándose de ropa.Quieroirpocoapoco.Despacio.Nosésiesoesposibleconél.Mepreguntosi deberíadecirleaTrishquehedecididoperdonarasuhijo,oalmenosintentarlo. —¿Galletas?—sugiere. Asientoyabrolosarmariosdelacocina. —¿Demantequilladecacahuete?—lepreguntocogiendolaharina. Trishenarcalascejasimpresionada. —¿Sabes hacerlas? Yo suelo comprar la masa lista para hornear, pero mucho mejorsisabeshacerlascaseras. —No soy una gran cocinera, pero Karen me ha enseñado a preparar una receta fácildegalletasdemantequilladecacahuete. —¿Karen?—pregunta,ysemecaeelalmaalospies. NoqueríamencionaraKaren.LoúltimoquepretendoesincomodaraTrish.Me vuelvoparaencenderelhornoyescondermivergüenza. —¿Laconoces?—dice. Noséinterpretarsutonodevoz,asíquemeandoconpiesdeplomo. —Sí…Suhijo,Landon,esmiamigo…,mimejoramigo. Trishmepasaunoscuencosyunacucharaypreguntaintentandoparecerneutral: —Ah…Y¿cómoes? Enrasolaharinaenlacucharademedirylaechoenuncuencograndetratando quenuestrasmiradasnoseencuentren.Noquierocontestar.Nomeapetecementir, peronosécómosesienteconrespectoaKenyasunuevaesposa. —Puedescontármelo—insiste. —Esencantadora—confieso. Asiente. www.lectulandia.com-Página152 —Meloimaginaba. —Nohasidomiintenciónmencionarla.Semehaescapado—medisculpo. Mepasalamantequilla. —Notepreocupes,cielo.Noledeseonadamaloaesamujer,nadaenabsoluto, aunqueporsupuestomeencantaríaoírqueesmásfeaqueuntrol.—Seechaareíry mesientomuyaliviada—.PeromealegrodequeelpadredeHardinseafeliz.Sólo querríaquemihijoolvidaratodoelrencorquesientehaciaél. —Lo ha… —empiezo a decir, pero cierro el pico en cuanto Hardin entra en la cocina. —¿Quédecías?—mepreguntaTrish. Miroaunoyaotra.NomecorrespondeamídecírselosiHardinnolohahecho. —¿Dequéestáishablando,pareja?—preguntaHardin. —Detupadre—respondeTrish,yélpalidece.Porsuexpresión,séquenotenía intencióndecontarlelarelaciónincipienteconsupadre. —Nosabíaque…—intentoexplicarle,perolevantalamanoparaquemecalle. Odiolomuchoquelegustaguardarsuintimidad.Imaginoquetendréquevivir conello. —Tranquila,Tess.Heestado…pasandoalgodetiempoconél—diceHardinrojo comountomate. Sin pensar, me pongo a su lado. Esperaba que se enfadara conmigo y que le mintieraasumadre,peromealegrodehabermeequivocado. —¿Enserio?—preguntaellamuysorprendida. —Sí… Perdona, mamá. Ni me acerqué a él hasta hace un par de meses. Me emborrachéyledestrocéelsalón…,peroluegopaséunpardenochesensucasay fuimosasuboda. —¿Has vuelto a beber? —inquiere Trish, y los ojos empiezan a llenársele de lágrimas—.Hardin,porfavor,dimequenohasvueltoabeber. —No,mamá.Sólofueenunpardeocasiones.Nadaqueverconlodeantes—le promete. ¿«Lodeantes»?Séquesolíabeberdemasiadopero,porlareaccióndesumadre, esmuchopeordeloquemehabíadadoaentender. —¿Estásenfadadaconmigoporhaberidoaverlo?—preguntaHardin,ylepongo lamanoenlacinturaparareconfortarlo. —Ay, hijo. Nunca me enfadaría contigo por relacionarte con tu padre. Estoy sorprendida,esoestodo.Podríashabérmelodicho.—Parpadeaunpardevecespara contenerlaslágrimas—.Llevomuchotiempodeseandoqueolvideselresentimiento que le tienes. Fue una época horrible de nuestras vidas, pero sobrevivimos y la dejamosatrás.Tupadrenoeselhombrequeerayyotampocosoylamismamujer. —Esonocambianada—diceélenvozbaja. —No,nocambianada,peroavecesunotienequeelegirolvidar,seguiradelante. Mehacemuymuyfelizquehayasestadoviéndolo.Teharábien.Larazónporlaque www.lectulandia.com-Página153 teenviéaquí…,bueno,unadelasrazones,fueparaqueloperdonaras. —Noloheperdonado. —Puesdeberías—diceellaconsinceridad—.Yolohehecho. Hardinseapoyasobreloscodosenlaencimeraydejacaerlacabezamientrasle acariciolaespaldaconlamano.Alnotarelgesto,Trishmesonríecomodiciéndome quelohapillado.Laadmiromásquenunca.Estanfuerteycariñosapesealopoco afectuosoqueessuhijo…Ojalátuvieraaalguienensuvida,igualqueKentienea Karen. Hardindebedeestarpensandoexactamentelomismoporquedejacaerlacabeza ydice: —Pero él vive en una mansión y conduce coches caros. Tiene una nueva esposa…ytúestássola. —Medanigualsucasaysudinero—leaseguraella.Luegosonríe—.Y¿quéte hacepensarqueestoysola? —¿Qué?—Levantalacabezasorprendido. —¡Noteasombrestanto!Soyunbuenpartido,hijo. —¿Estássaliendoconalguien?¿Conquién? —ConMike.—Seruboriza,ymeencanta. LamandíbuladeHardinllegaalsuelo. —¿ConMike?¿Elvecino? —Sí, con el vecino. Es un hombre muy bueno, Hardin. —Se echa a reír y me miraconcomplicidad—.Ymeresultamuycómodotenerlojustoallado. Hardinhaceoídossordosaesoúltimo. —¿Desdecuándo?¿Porquénomelohabíasdicho? —Desdehaceunpardemeses.Noesnadaserio…,porahora.Además,nocreo queseasquiénparadarmeconsejosamorosos—seburlaella. —Pero¿Mike?Esunpoco… —Nohablesmaldeél.Todavíaestásenedadderecibirunaazotaina—loregaña Trishconunasonrisajuguetona. Hardinlevantalosbrazosenseñaldederrota. —Vale,vale… Está mucho más relajado que esta mañana. La tensión entre nosotros casi ha desaparecidoymehacemuyfelizverlobromearconsumadre. Acontinuación,Trishanunciamuycontenta: —¡Perfecto!Voyaescogerlapelícula.Novengáissinlasgalletas. Sonríeynosdejasolosenlacocina. Meacercoalcuencodelosingredientesyterminodemezclarlamasa.Mechupo eldedoyHardin,siempredegranayuda,apunta: —Nocreoqueesoseamuyhigiénico. Metoeldedoenelcuenco,rebañolamasapegajosaymeacercoaél. —Prueba. www.lectulandia.com-Página154 Intentotransferirlamasaasumanoperosellevamidedoalabocaylochupa. Ahogoungemidoytratodeconvencermedequesóloessuformadelimpiarmela masadegalleta…apesardecómomeestámirando…,apesardecómomepasala lengua por el dedo. A pesar de que la temperatura en la cocina haya subido trescientosgradosyapesardequeelcorazónmelatatanfuertequesemevaasalir delpecho. —Yabasta—digosacandoeldedodesuboca. Melanzaunasonrisamaliciosa. —Tendráqueesperar. Elplatodegalletasdesaparecedurantelosprimerosdiezminutosdepelícula.Hede confesarquemesientoorgullosadehaberaprendidoahacergalletas.Trishmealaba mucho,yHardinsecomelamitad,cosaquemesirvecomocumplido. —¿EsmaloqueestasgalletasseanloquemásmehagustadodeEstadosUnidos hastalafecha?—dicellevándoselaúltimaalaboca. —Sí,unapena—seburlaHardin,yyomeríoporlobajo. —Vasatenerquehacerlastodoslosdíashastaquemevaya,Tessa. —Pormí,perfecto.—SonríoymeacurrucocontraHardin.Merodealacintura conelbrazoydoblolaspiernasparapoderestarmáscercadeél. Trishsequedadormidacasialfinaldelapelícula,peroHardinbajaelvolumen deltelevisorparaquepodamosterminardeverlasindespertarla.Paraentoncesestoy llorandoamocotendido.Esunadelaspelículasmástristesquehevisto.Nosécómo Trishhapodidoquedarsedormida. —Hasidoespantoso.Muybonitaperomuytriste—sollozo. —Esculpademimadre.Yoqueríaverunacomediaynosécómohemosacabado viendoLamillaverde.Yateloadvertí. Subelamanodemicinturaamishombros,meestrechacontrasupechoymeda unbesoenlafrente. —Podemosponer«Friends»cuandoestemoseneldormitorioparaqueteolvides dequealfinalsemue… —¡Hardin,nomelorecuerdes!—protesto. Noobstante,seechaareírantesdelevantarsedelsofáytirardemibrazopara queyohagalomismo.Unavezenlahabitación,Hardinenciendelalámparadela mesilladenocheyeltelevisor. Cierra la puerta y vuelve junto a mí con esos ojos verdes brillantes y esos hoyuelosmalévolosymeestremezco. www.lectulandia.com-Página155 CAPÍTULO35 Hardin —Voyacambiarme—diceTessaydesaparecetraslapuertadelarmarioabierta,con unpañuelodepapelenlamano. Tiene los ojos rojos de tanto llorar con la película. Sabía que le iba a afectar, aunquehedeconfesarqueestabaesperandoversureacción.Noporquedesearaverla llorar,sinoporquemegustalomuchoqueseimplicaentodo.Seabresinreparosala fuerzadelaficción,yaseaunapelículaounanovela,ysepermiteperderseenella porcompleto.Esfascinante. Cuandoregresa,vatansóloconunosshortsyelsujetadordeencajepuesto. «Joder.»Nisiquieraintentodisimularquelaestoymirando. —¿Crees que podrías ponerte… mi camiseta? —le pregunto. No sé qué le parecerá,peroechodemenosverladormirconella. —Meencantaría.—Sonríeycogelacamisetaquemehepuestohoydeencima delcestodelacolada. —Québien—afirmointentandodisimularmientusiasmo. Sin embargo, cuando veo cómo sus tetas sobresalen por encima del encaje al levantarlosbrazos… «Dejademirar.Despacio,quiereirdespacio.Puedoirdespacio…,dentroyfuera deella.Mierda,¿quéclasedeobsesosoy?»Cuandomedecidoadesviarlamirada,se mete la mano debajo de la camiseta y se saca el sujetador por una manga… «Jodeeer…» —¿Estásbien?—preguntametiéndoseenlacama. —Sí—digo. Tragosalivaycontemplohipnotizadocómosesueltalacoleta.Lasondassuaves y rubias caen sobre sus hombros y mueve la cabeza a un lado y a otro. Lo está haciendoapropósito. —Vale…—asiente,ysetumbaencimadeledredón.Megustaríaquesemetiera debajoparanotenerla…tanalavista. Melanzaunamiradainquisitiva. —¿Novienesalacama? Nimehabíadadocuentadequeaúnsigodepieenmediodelahabitación. —Yavoy… —Sehaceunpocoraroestodevolveraestarjuntos,peronotienesporquéestar www.lectulandia.com-Página156 tandistante—dicenerviosa. —Lo sé —respondo, y me acuesto con las manos estiradas hacia adelante para ocultarciertascosas. —Aunquenotanrarocomopensaba—añadeenunsusurro. —Sí… Me alegra oírlo. Me preocupaba que no fuera como antes, que estuviera a la defensivaynofueralaTessalaquetantoquiero.Sólohanpasadounaspocashoras, peroesperoquetodosigacomohastaelmomento.Estanfácilestarconella,tantan fácil…Ytandifícilalavez… Ponesupequeñamanoencimadelamíayapoyalacabezaenmipecho. —Estásmuyraro.¿Enquépiensas?—pregunta. —Sóloestoycontentodetenerteaquí.Estodo. «Ynopuedoparardepensarquememueroporhacerteelamor»,añadoparamis adentros.YanoquierotirarmeaTessacomoantes,ahoraesmuchomás.Muchísimo más.Quierotenerlalomáscercaposible.Quieroquevuelvaaconfiaraciegasenmí. Medueleelcorazóncuandopiensoenlaconfianzaquedepositóenmíyencómola traicioné. —Hayalgomás—dice.Mehapillado. Niegoconlacabezaysusdedosdibujanunafinalíneadesdemisienhastaelaro demetalquellevoenlaceja. —Noquierassaberquéestoypensando—confieso. No me gustaría que creyera que para mí es sólo un objeto, que sólo quiero utilizarla.Noquierocontarlequéestoypensando,peronopuedoseguirocultándole cosas.Tengoquesersinceroconella,ahoraysiempre. Memiraysucaradepreocupaciónmeparteelalma. —Dímelo. —Pues…estabapensandoen…follar…,quierodecir,enhacerteelamor. —Ah—diceenvozbajayabriendomucholosojos. —Losé,soyuncerdo—gruño.¿Porquéhabrétenidoquedecirlelaverdad? —No…Noloeres.—Seruboriza—.Yoestabapensandolomismo. Semuerdeellabioinferior.Estoesunatortura. —¿Ah,sí? —Sí… Quiero decir que hace mucho que no… Bueno, sin contar lo de Seattle, peroesanocheestabamuyborracha. Buscoensucaraalgúnsignodedespreciopormifaltadeautocontrollasemana pasada,cuandosemeabalanzóencimacomounafiera,peronohaynirastro.Loque veoesqueledavergüenzarecordarloqueocurrió.Meaprietaelbóxerdepensaren lodeSeattle. —Noquieroquecreasqueteestoyutilizando…portodoloquehaocurrido—le explico. —Hardin,teaseguroqueésaprecisamentenoesunadelascosasquesemepasan www.lectulandia.com-Página157 porlacabezaenestemomento. Me daba miedo que mi estupidez hubiera arruinado nuestros momentos íntimos parasiempre. —¿Estássegura?Porquenoquierovolveracagarla—digo. Sellevamimanoasuentrepiernaamododerespuesta. «Joder.» Le cojo la muñeca con la otra mano y la atraigo hacia mí. En cuestión de segundosestoyencimadeella,conunarodillaentresusmuslos.Primerolebesoel cuello, mi boca delirante y veloz se aferra a su piel suave. Tira de su camiseta y levantalaespaldadelacamalojustoparaquepuedaquitársela.Milenguadejaun senderohúmedoensuclavículayensupecho.Tirademicamisetaydemisudadera alavezylaayudohastaquesólollevopuestoelbóxer. Quieroacariciarhastaelúltimomilímetrodesucuerpo,cadacurva,cadaángulo. Dios,espreciosa.Meagachoparabesarleelvientreysusdedosdesaparecenenmi peloytirandelasraíces.Lamuerdo.Susbragasysusshortsaterrizanenelsuelo.Mi lenguaacaricialapieldesuscaderas. Explorosucuerpocomosifueralaprimeraolaúltimavez,peromemeteprisa. —Hardin…,porfavor… Pongo la boca en su parte más sensible y deslizo la lengua arriba y abajo, saboreándolamientrasconsumemissentidos. —Así—jadea,ymetiramásfuertedelpelo. Despega las caderas de la cama para apretarse contra mi lengua. Me aparto y gimotea.Meencantaquemetengatantasganascomoyoaella.Meincorporo,abroel cajóndelamesilladenoche,cojoelenvoltoriometálicoylorasgoconlosdientes. Nomequitalosojosdeencimayyoaellatampoco.Observocómosupechosube ybajaexpectante.Medeshagodelbóxerylabesoenlamejilla,conlapollasobresu muslo. Meenderezoymepongoelcondón. —Notemuevas—leordeno. Tessa obedece y me recoloco entre sus piernas. No aguanto más. La tengo tan duraquemeduele. —Siempre estás a punto para mí —digo humedeciéndome los dedos en ella y llevándoselosalabocaparaquesaboreesuspropiosjugos. Es tímida pero no protesta, sino que me relame el dedo con la lengua, y la sensaciónestanplacenteraquemeadentrodeinmediatoenella.Esexquisito,ylo echabamuchísimodemenos. —Hostiaputa…—blasfemomientrasellagimedealivio. Todosmisdoloresdecabezasedesvanecenencuantomehundoenellaylalleno del todo. Tess entorna los ojos, echa la cabeza atrás y yo muevo las caderas en círculosmuydespacioantesdemetérselaysacárselaunayotravez. —Más…,porfavor,Hardin. www.lectulandia.com-Página158 «Joder,cómomegustaoírlasuplicar.» —No,nena…Quieroirdespacio—digoconotrarotacióndelascaderas. Deseo saborear cada segundo. Quiero ir despacio y quiero que sienta lo mucho quelaamo,lomuchoquemearrepientodehaberlehechodañoyqueestoydispuesto ahacercualquiercosaporella.Lecubrolabocadebesosyellamelaacariciaconla lengua.Gimocuandomeclavalasuñasenlosbícepscontantafuerzaqueseguroque medejamarca. —Te quiero… No sabes cuánto —le digo cambiando de ritmo. Sé que la estoy torturandoconlalentituddemismovimientos. —Te…tequiero—gime,yempiezanatemblarlelaspiernas.Yacasiestá. Me encantaría poder vernos, encajados el uno en el otro pero separados. El contraste de su piel suave y clara con la tinta negra que cubre la mía, sus manos subiendo y bajando por mis brazos deben de ser dignas de ver. Somos la luz y la oscuridad;esuncaosperfecto,estodoloquetemo,loquequieroyloquenecesito. Gimeconmásfuerzaytengoquetaparlelabocaconlamanoparaquelamuerda yahoguesusgritos. —Chsss…Relájate,nena. Mis embestidas se aceleran y su cuerpo se tensa debajo del mío mientras Tessa grita mi nombre entre mis dedos. Me uno a ella en unos segundos, a lo bestia, sin guardarmenada.Ellaesmidrogaperfecta. —Mírame—susurro. Memiraalosojosymeremata.Sueltohastalaúltimagotaysucuerposerelaja. Estamos jadeantes, inmóviles. Me quito el condón, le hago un nudo y lo tiro a la papeleraquehayjuntoalacama. Cuandomeapartodeella,mecogedelbrazoparaimpedírmelo.Lesonríoyme quedodondeestoy.Meapoyoenuncodoparanoaplastarla.Meacaricialamejillay conlaalmohadilladelpulgardibujapequeñoscírculosenmipielempapada. —Tequiero,Hardin—diceenvozbaja. —Tequiero,Tess—contesto,yapoyolacabezacontrasupecho. Me pesan los párpados y noto que Tessa empieza a respirar más despacio. Me duermoescuchandoellatirconstantedesucorazón. www.lectulandia.com-Página159 CAPÍTULO36 Tessa LacabezadeHardinmepesaenelestómago.Mimóvilvibraenlamesilladenoche ymedespierta.Lohagoaunladocontodoelcuidadodelmundoycojoelmaldito aparato.Enlapantallabrillaelnombredemimadreygruñoantesdecontestar. —¿Theresa?—diceseveraalotrolado. —Sí. —¿Dóndeestás?¿Aquéhoravasallegar?—inquiere. —Novoyair,mamá. —EsNochebuena,Tessa.Séqueestásenfadadaporlodetupadre,peronecesito quepaseslaNavidadconmigo.Nodeberíasestarsolaenunmotel. Mesientounpococulpablepornopasarlasvacacionesconmimadre.Noesla mujermásagradabledelmundo,perosoytodoloquetiene.Aunasí,ledigo: —Novoyairhastaallí,mamá.Estánevandoynoquieroestarencasa. Hardinsemueveylevantalacabeza.Justocuandovoyadecirquenoemitaniun suspiro,abrelaboca. —¿Quépasa?—dice,yoigoelgritoahogadodemimadre. —¡TheresaYoung!¿Esquetehasvueltoloca?—grita. —Mamá,noquierodiscutirloahoramismo. —¡Esél,nomemientas!¡Reconozcosuvoz! Vayaascodedespertar.MequitoaHardindeencima,cubromicuerpodesnudo conlamantaymesiento. —Voyacolgar,mamá. —Noteatrevasacolgar… Peromeatrevo.Yluegopongoelmóvilensilencio.Sabíaqueteníaqueenterarse mástardeomástemprano,perohabríapreferidoquefueramásbientarde. —Vale,puesyasabequehemosvuelto…aestarjuntos.Tehaoídoyestáhecha una furia —digo, y le enseño el móvil para que vea que mi madre ha llamado dos vecesenmenosdeunminuto. Seacurrucaamiespalda. —Habríaacabadoenterándosedetodosmodos,mejorquehayasidoasí. —Puesno.Podríahabérselocontadoyoenvezdehaberlodescubiertoellasola porquetehaoídoporelteléfono. Seencogedehombros. www.lectulandia.com-Página160 —Lomismoda:sehabríacabreadoigual. —Aunasí.—MemolestaunpocoqueHardinreaccionedeesemodo.Séquemi madre le importa un bledo, pero al fin y al cabo es mi madre y no quería que se enteraradeesemodo—.Notecostaríanadaserunpocomásamable. Asienteydice: —Perdona. Esperabaquesepusieraborde.Quéagradablesorpresa. Acontinuaciónsonríeymeatraehaciasí. —¿Ysitepreparoeldesayuno,Daisy? —¿Daisy?—inquieroconunacejaenarcada. —Esprontoynoestoymuyfinoconlascitasliterarias,peroestásgruñona…Así quetehellamadoDaisy. —DaisyBuchanannoeragruñona,yyotampoco—refunfuño,aunquenopuedo evitarsonreír. Sueltaunacarcajada. —Loeres,y¿cómosabesaquéDaisymerefiero? —Nohaymuchasyteconozcobien. —¿Ah,sí? —Sí,yquesepasquenomesientoofendida—lopincho. —Ya,ya…,señoraBennet—contraataca. —Comohasdicho«señora»,imaginoqueterefieresalamadre,noaElizabeth,y que intentas decir que soy insufrible. Pero como no estás muy fino, ¿a lo mejor queríasdecirquesoyencantadora?Nohayquienteentienda.—Lesonrío. —Está bien, está bien… Joder. —Se ríe—. A uno se le ocurre hacer un chiste maloylomandanalparedón. Mi cabreo inicial se disuelve mientras seguimos con nuestro duelo verbal y me levantodelacama.Hardindicequepodemosquedarnosenpijamaporquenovamos asalirdecasa.Semehaceraro.Encasademimadretendríaqueponermelaropade losdomingos. —Pontemicamiseta—diceseñalandolaquetiramosanochealsuelo. Sonrío,larecojoymelapongojuntoconunospantalonesdechándal.Nocreo que Noah me haya visto nunca en chándal. Hace poco que empecé a maquillarme, perosiempreheidobienvestida.MepreguntoquéhabríapensadoNoahsihubiera aparecidoporsucasavestidaasíparapasarunratoconél.Tienegracia,siemprecreí quemeencontrabaagustoconNoah,creíaqueerayomismacuandoestabaconél porquemeconocíadetodalavida,cuandoenrealidadnomeconoceenabsoluto.No conoce a la verdadera Tessa. Con Hardin estoy tan cómoda que hasta me atrevo a sacarla. —¿Lista?—mepregunta. Asientoymerecojoelpeloenunmoñoflojo.Apagoelmóvilylodejoencima delacómoda,luegosalgoconHardinalsalón.Undeliciosoaromaacaféinundael www.lectulandia.com-Página161 apartamento.Trishestáenlacocina,haciendotortitas. Sonríeysevuelvehacianosotros. —¡FelizNavidad! —AúnnoesNavidad—diceHardin,ylomiromal. Ponelosojosenblancoylesonríeasumadre.Mesirvounatazadecaféyledoy las gracias a Trish por preparar el desayuno. Hardin y yo nos sentamos a la mesa mientrasnoscuentacómosuabuelaleenseñóaprepararestaclasedetortitas.Hardin laescuchaconatenciónyhastasonríe. Empezamosacomer.Sonlastortitasdearándanosmássuculentasdelmundo. —¿Vamosaabrirhoylosregalos?—preguntaTrish—.Lodigoporqueimagino quemañanaestarásencasadetumadre. Nosémuybienquécontestar,yempiezoarebuscarlaspalabras. —Enrealidad…,no…Laverdad…,lehedichoa… —Mañana va a ir a casa de papá. Se lo prometió a Landon, que no tiene más amigos,asíquenopuedecancelarlo—intervieneHardin. Le agradezco que me eche un cable, pero que diga que soy la única amiga que tieneLandonescruel…Puedequeseaverdad,peroéltambiénesmiúnicoamigo. —Ah…Nopasanada,cariño.Notemasdecirmeesetipodecosas.Notengonada encontradequevisitesaKen—diceTrish,ynosésisedirigeamíoaHardin. Élniegaconlacabeza. —Yonovoyair.LedijeaTessaquetúyyopasábamos. Trishsequedaconeltenedorenlaboca. —¿Tambiénmehabíaninvitadoamí?—dicesorprendidaamásnopoder. —Sí…Queríanquevinieraislosdos—leexplico. —¿Porqué?—pregunta. —No…lo…sé—digo. Eslapuraverdad.KarenesmuyamableyséquequierequesumaridoyHardin haganlaspaces.Ésaeslaúnicaexplicaciónquesemeocurre. —Yaleshedichoquenovamosair.Notepreocupes,mamá. Trishsesacaporfineltenedordelabocaymasticapensativa. —No,puedequedebamosir—dicealratoparamisorpresayladeHardin. —¿Porquéquieresirallí?—lepreguntaélconmalacara. —Nolosé…Laúltimavezqueviatupadrefuehacecasidiezaños.Creoque me debo a mí misma ver cómo le ha dado la vuelta a su vida. Además, sé que no quierespasarlaNavidadsinTessa. —Podríaquedarme—digo. No quiero cancelar lo de mañana pero tampoco quiero que Trish se sienta obligadaair. —No,deverdad.Meparecebien.Deberíamosirtodos. —¿Estássegura?—LapreocupacióndeHardinesevidente. —Sí… No será tan terrible. —Sonríe—. Además, si Kathy es quien le ha www.lectulandia.com-Página162 enseñado a Tessa a preparar esas deliciosas galletas, imagínate el festín que nos espera. —Karen,mamá.SellamaKaren. —Oye, que es la esposa de mi exmarido, con quien voy a pasar la Navidad. Puedollamarlacomomeplazca.—Sueltaunacarcajadaymeríoconella. —AvisaréaLandondequevamosairtodos—digo,ymelevantoparairaporel móvil. NuncaimaginéquepasaríalaNavidadconHardinyconsufamiliaalcompleto. Estosúltimosmesesnohansidoparanadaloqueesperaba. Cuando enciendo el teléfono veo que tengo tres mensajes en el buzón de voz, todosdemimadre,seguro.Nolosescucho,sinoquemarcoelnúmerodeLandon. —Hola,Tessa.¡FelizNochebuena!—mesaluda,tanalegrecomosiempre.Melo imaginosonriente. —FelizNochebuena,Landon. —¡Gracias!Loprimero:esperoquenotehayasrajado. —No, claro que no. Más bien al contrario. Llamo para preguntarte si todavía queréisqueHardinyTrishvayantambién. —¿Deverdad?¿Hanaceptado? —Sí… —¿EsosignificaqueHardinytú…? —Sí…Yaséquesoyunaimbécilpor… —Yonohedichoeso. —Losé,peroseguroqueloestáspensando… —No.Mañanalohablamos,siquieres,peronoeresningunaimbécil,Tessa. —Gracias—ledigodecorazón.Debedeserlaúnicapersonaquenotieneuna opiniónnegativaalrespecto. —Lediréamimadrequevanavenir.Sepondrámuycontenta—diceantesde colgar. Paracuandoregresoalsalón,TrishyHardinestánsentadosconsusregalosenel regazo,yveodoscajassobreelsofáqueimaginoquesonparamí. —¡Yoprimero!—diceTrish,yrasgaelpapelcondibujosdecoposdenievede unadelascajas.Sonríedeorejaaorejaalverelchándalquelehecomprado—.¡Me encanta!¿Cómolohassabido?—diceseñalandoelgrisquellevapuesto. —Nosemedamuybiencomprarregalos—ledigo. Seríe. —Noseastonta.Esmuybonito—measeguramientrasabrelasegundacaja. Setomaunmomentoparaverloquehaydentro,ledaunabrazoaHardinysaca un collar que dice «Mamá», justo lo que él me había dicho. Parece que también le gustalabufandagruesaquesuhijolehacomprado. MeestoyarrepintiendodenohaberlecompradonadaaHardin.Sabíaquetardeo tempranovolveríaconél,ycreoqueéltambiénlosabía.Nohamencionadoqueme www.lectulandia.com-Página163 hayacompradonada,ylasdoscajasquetengoenelregazotienenlafirmadeTrish, quéalivio. Hardineselsiguiente.Lededicaasumadresumejorsonrisafalsacuandovela ropa que le ha regalado. Hay un jersey rojo de manga larga. Intento imaginarme a Hardinconotrocolorquenoseanielblanconielnegro,peromeresultaimposible. —Tetoca—medice. Nerviosa,sonríoylequitoellazobrillantealacajadelprimerregalo.ATrishse ledamejorelegirropademujerquedehombre,comodemuestraelvestidoamarillo claroquecontienelacaja.Escortoyligero,ymeencanta. —Muchasgracias.¡Esprecioso!—exclamoyledoyunabrazo. Apreciodecorazónquesehayaacordadodemí.Acabadeconocerme,perome tratacontantocariñoqueescomosilaconocieradesdehacetiempo. Lasegundacajaesmuchomáspequeña,perohanusadotantacintaadhesivapara envolverlaquemeresultacasiimposiblequitarleelpapel.Cuandoalfinloconsigo, descubro un brazalete, una pulsera de charms. Nunca antes había visto una igual. Trish es tan detallista como su hijo. La levanto y acaricio con los dedos el cordón parapoderverbienloscolgantes.Sólohaytres,unpocomásgrandesquelauñade mipulgar.Dossondepeltreyelterceroescompletamenteblanco…,¿porcelana?El blanco es un infinito con los extremos en forma de corazón. Como el tatuaje de la muñeca de Hardin. Lo miro a él y miro el tatuaje. Se revuelve y vuelvo a mirar el brazalete.Elsegundocolganteesunanotamusical,yeltercero,unpocomásgrande quelosotrosdos,tieneformadelibro.Cuandopasolosdedosporencima, notoquetienealgoinscritoaldorso.Dice: «Nosédequéestánhechaslasalmas,perolamíaylasuyasonunasola». Alzo la vista en dirección a Hardin y me trago las lágrimas que amenazan con formarsetrasmispárpados.Estonomelohacompradosumadre. Estomelohacompradoél. www.lectulandia.com-Página164 CAPÍTULO37 Tessa Hardin se ha ruborizado. Una sonrisa nerviosa le baila en los labios y lo miro en silenciounminuto. Luego prácticamente me planto en sus narices de un salto y estoy a punto de tirarloalsuelodelasganasquetengodetenercercaaestelocosalvaje.Eslobastante fuerteparaimpedirquenoscomamoselsuelo.Loabrazocontodasmisfuerzasyse atraganta,asíqueaflojounpocolapresión. —¡Es…esabsolutamenteperfecto!—sollozo—.Gracias.Esundetalleincreíble. Apoyolafrenteenlasuyaymeacurrucoensuregazo. Deinmediato,sinembargo,meapresuroaapartarme.Poruninstantesemehabía olvidadoquenoestamossolos. —¡Losiento!—medisculpoanteTrish,yvuelvoamisitioenelsofá. Ellamesonríeconcomplicidad. —Notienesporquédisculparte,cielo. Hardinnodicenada.Séquenoquierehablardelregalodelantedesumadre,así quecambiodetema.Suregaloesalucinante.Nopodríahaberescogidounacitamás acertadadeningunaotranovela.«Nosédequéestánhechaslasalmas,perolamíay lasuyasonunasola»…Describetambiénloquesientoporél.Somosmuydistintos, peroalavezsomosiguales,delmismomodoqueCatherineyHeathcliff.Sóloespero nocompartirtambiénsudestino.Prefieropensarquehemosaprendidodesuserrores yquenopermitiremosquenossucedalomismoqueaellos. Mepongolapulseraymuevoelbrazodeunladoaotro,despacio,paravercómo semuevenloscharms.Nuncamehabíanhechounregalocomoéste.Creíaqueera imposiblesuperarellibroelectrónico,peroHardinhaconseguidosorprendermecon estebrazalete.Noahsiempremeregalabalomismo:perfumeycalcetines.Todoslos años.Claroqueyotambiénleregalabacoloniaycalcetinestodoslosaños.Éramos así,nosibalarutinayelaburrimiento. ContemplolapulseraunossegundosmásantesdedarmecuentadequeHardiny su madre me están mirando. Me levanto inmediatamente y empiezo a recoger los papelesderegalo. Conunacarcajada,Trishpregunta: —¿Ybien,señoritaycaballero?,¿quéplanestenemosparahoy? —Amímeapeteceecharmeunasiesta—contestaHardin,yellaponelosojosen www.lectulandia.com-Página165 blanco. —¿Unasiesta?¿Tantemprano?¿YenNavidad?—seburla. —Porenésimavez:hoynoesNavidad—diceunpocoborde.Luegosonríe. —Eresunrollo—loregañaTrishdándoleungolpeenelbrazo. —Detalpalo,talastilla. Sepeleandebromaymepierdoenmispensamientosmientrasrecojolamontaña depapelderegalorotoyarrugadoylatiroalcontenedormetálico.Mesientofatal pornohaberlecompradonadaaHardin.Ojaláelcentrocomercialestuvieraabierto… No sé qué le compraría, pero cualquier cosa es mejor que nada. Miro otra vez el brazalete y acaricio con el dedo el pequeño infinito. Es increíble que me haya compradounamuletoajuegoconsutatuaje. —¿Yahasterminado? Doyunbrincoaloírsuvozysentirsualientoenmioreja.Mevuelvoylepego uncachete. —¡Mehasasustado! —Perdona,amor—diceentrerisas. Elcorazónsemesaledelpechocuandomellama«amor».Noespropiodeél. Lo noto sonreír con la boca pegada a mi cuello y me rodea la cintura con los brazos. —¿Teapeteceecharteunasiestaconmigo? Mevuelvohaciaél. —No. Me quedo aquí con tu madre. Pero… —añado con una sonrisa— iré a arroparte. Prefieronodormirlasiestaamenosqueestédemasiadoagotadaparahacernada, ymegustaríapasarunratoconsumadre,oleer,oalgoasí. Hardin pone cara de exasperación pero me conduce al dormitorio. Se quita la camisetaylatiraalsuelo.Misojosviajanporlospaisajesdetintadesupielyme sonríe. —¿Deverdadtehagustadolapulsera?—preguntaacercándosealacama.Tira loscojinesalsueloyyolosrecojo. —¡Eres un cerdo! —protesto. Dejo los cojines sobre el arcón y la camiseta de Hardinenlacómodaantesdecogermilibroelectrónicoytumbarmeenlacamacon él—.Ylarespuestaessí:meencantalapulsera.Esundetalleprecioso,Hardin.¿Por quénomehasdichoqueelregaloeratuyo? Tirademíymecolocalacabezaensupecho. —Porquesabíaqueyatesentíasbastantemalpornohabermecompradonada— dice,yseechaareír—.Yquealvermimaravillosoregalotesentiríasaúnpeor. —Vaya,erestanhumilde…—bromeo. —Además,cuandoloencargué,nosabíasiibasavolveradirigirmelapalabra— confiesa. —Sabíasquevolvería. www.lectulandia.com-Página166 —No,laverdadesqueno.Estavezseteveíadistinta. —¿Yeso? —No sabría decirte. No era como el centenar de veces que has dicho que no queríasnadaconmigo.—Meapartaunmechónrebeldedelafrenteconelpulgar. Meconcentroenelsubirybajardesupecho. —Bueno… Yo lo sabía. Quiero decir que no quería admitirlo, pero sabía que volveríacontigo.Siemprelohago. —Notedarémotivosparaquevuelvasadejarme. —Esoespero—ledigo,ylebesolapalmadelamano—.Yyoatitampoco. Nodigonadamásporque,porahora,nohaynadamásquedecir.Tienesueñoy noquieroquesigarepitiendoquevoyadejarlo.Alospocosminutosestáfrito.Desde queHardinmehallamadoDaisyestamañanamehanentradoganasdereleerElgran Gatsby,asíquebuscoenlabibliotecademilibroelectrónicoparaversiHardinmelo hadescargado.Nopodíafaltar.Justocuandomedispongoareunirmeconsumadre, oigounavozfuribundademujer. —¡Disculpe! «Mimadre.»Dejoellibroelectrónicoalospiesdelacamaymelevanto. «¿Quédemoniosestáhaciendoaquí?» —¡Notieneustedderechoaentrarahí!—legritaTrish. Trish.Mimadre.Hardin.Elapartamento.Mierda.Estonovaaacabarbien. Lapuertadeldormitorioseabredeparenparyaparecemimadre,conaspecto sofisticado pero amenazador, con un vestido rojo y unos zapatos negros de tacón. Lleva el pelo rizado y recogido en lo alto de la coronilla y un tono de carmín demasiadobrillanteparamisojos. —¿Cómo es posible que hayas vuelto aquí? ¡Después de todo lo ocurrido! — grita. —Mamá…—empiezoadecirmientrassevuelvehaciaTrish. —Y¿ustedquiéndemonioses?—preguntaacercándosedemasiadoaTrish. —Soysumadre—diceellaseñalandoaHardin. Élgruñemediodormidoyabrelosojos. —Pero¿quécoñopasa?—Esloprimeroquesaledesubocacuandovealdiablo vestidodecarmesí. Mimadresevuelvehaciamí. —Vámonos,Tessa. —Yonovoyaningúnlado.¿Quéestáshaciendoaquí?—lepregunto. Resoplaysellevalasmanosalascaderas. —Yatelohedicho:eresmiúnicahijaynovoyaquedarmesentadadebrazos cruzadosviendocómoarruinastuvidaporeste…gilipollas. Suspalabrassongasolinabajomipiel,ydeinmediatosalgoensudefensa. —¡Nohablesasídeél!—legrito. —Ese gilipollas es mi hijo, señora —dice Trish con cara de pocos amigos. Por www.lectulandia.com-Página167 muydivertidaquesea,esunamujerdispuestaalanzarsealosleonesporsuhijo. —Ya,puessuhijoestádestrozandoycorrompiendoamihija—contraatacami madre. —Vosotrasdos,fuera—diceHardinlevantándosedelacama. Mimadremenealacabezaylesonríecontodaladentadura. —Theresa,recogetuscosas.Ahora. Quemedéórdenesmesientafatal. —¿Qué parte de «yo no voy a ningún lado» no has entendido? Te di la oportunidad de pasar las fiestas conmigo pero fuiste demasiado orgullosa para permitírmelo.—Séquenodeberíahablarleasí,peronopuedoevitarlo. —¡¿Demasiadoorgullosa?¿Creesqueporcomprarteunpardevestidosdeputón yhaberaprendidoamaquillartederepentesabesmásqueyodelavida?!—Aunque estágritando,parecequeseestériendo,comosimiseleccionesfueranunchiste—. Puesteequivocas.¡Quetehayasentregadoaesta…estaescorianoteconvierteen unamujer!Noeresmásqueunamocosa.Unamocosaingenuayfácildeimpresionar. Recogetuscosasantesdequelohagayo. —Novaatocarniunlápiz—leespetaHardin—.Novaairseconusted.Sevaa quedaraquíconmigo,dondedebeestar. Mimadresevuelvehaciaél.Larisahadesaparecido. —¿Dondedebeestar?¿Dondedebíaestarcuandoladejastetiradaenunmaldito moteldespuésdetodoloquelehiciste?Noeresdignodeellaynovaaquedarseaquí contigo. —Señora, está usted hablando con dos personas adultas —interviene Trish—. Tessa es suficientemente responsable. Si lo que quiere es quedarse, usted no puede hacernadapara… Los ojos centelleantes de mi madre buscan los ojos impávidos de la madre de Hardin. Esto es un desastre. Abro la boca para decir algo pero mi madre se me adelanta. —¿Cómo puede usted defender su comportamiento pecaminoso e indecente? ¡Deberíanencerrarlodespuésdeloquelehizoamihija! —Es evidente que ella ha decidido perdonarlo, y a usted no le queda otra que aceptarlo—diceTrishsindespeinarse. Está demasiado tranquila. Parece una serpiente, de esas que se deslizan imperceptiblementeynuncasabescuándovanaatacar.Perocuandolohacen,esel final. Mi madre es la presa y ahora mismo espero que la picadura de Trish sea venenosa. —¿Perdonarlo?Lerobósuinocenciacomopartedeunjuego,deunaapuestacon susamigos.¡Yluegofueapresumirdesuhazañaanteellosmientrasellaestabaaquí jugandoalascasitas! El grito quedo de Trish anula los demás sonidos, y durante un segundo sólo se oyeelsilencio.Boquiabierta,miraasuhijo. www.lectulandia.com-Página168 —¿Qué…? —Ah, ¿no se lo habían contado? ¿Quiere decir que el muy embustero tenía engañada incluso a su madre? Pobre mujer, no me extraña que lo estuviera defendiendo —dice mi madre meneando la cabeza—. Su hijo se apostó con sus amigos,pordinero,quedesvirgaríaaTessa.Inclusoguardólapruebaylaexhibiópor todoelcampus. Estoy patidifusa. No dejo de mirar a nuestras madres porque tengo miedo de mirar a Hardin. Por el cambio en su respiración, sé que pensaba que no le había contado a mi madre los detalles de su traición. En cuanto a Trish, no quería que supieralascosastanhorriblesquehahechosuhijo.Eramivergüenza,yyodecidíasi compartirlaono. —¿Laprueba?—diceTrishconlavoztemblorosa. —Sí, la prueba. ¡El preservativo! Ah, y las sábanas manchadas de sangre de la virginidadrobadadeTessa.Asaberenquésehabrágastadoeldinero,perolecontóa todo el mundo hasta el último detalle de sus momentos de… intimidad. Ahora dígame si debería obligar a mi hija a venir conmigo o no. —Mi madre arquea una cejainquisitivayperfectamentedepiladaendirecciónaTrish. Lo noto en cuanto sucede. Siento el cambio en la habitación, en el flujo de la energía. Trish se ha pasado al bando de mi madre. Intento desesperadamente aferrarmealbordedelprecipicioqueesHardin,peropuedoverloalaperfecciónen lamiradadeascoqueledirigeasuhijo.Unamiradaquedicequeestonoesnada nuevo.Esalgoqueyahatenidoqueusarcontrasuhijo,comounrecuerdoquevuelve en forma de expresión facial. Una mirada que deja muy claro que se cree, una vez más,todolomaloquelecuentandesuhijo. —¡¿Cómo has podido, Hardin?! —grita—. Esperaba que hubieras cambiado… Esperaba que hubieras dejado de hacerles esas cosas a las chicas…, a las mujeres. ¿Acasohasolvidadoloqueocurriólaúltimavez? www.lectulandia.com-Página169 CAPÍTULO38 Tessa Noayuda.Noayudaenabsoluto,peromimadreprácticamentemebramaaloído: —¿La última vez? ¿Lo ves, Theresa? Ésa es precisamente la razón por la que tienesquealejartedeél.Yahahechoestoantes.¡Losabía!¡Elpríncipeazulatacade nuevo! MiroaHardinydejocaerlosbrazosaloscostados.«Otravez,no.»Nocreoque puedaaguantarmásgolpes.Suyos,no. —Estonoesasí,mamá—intervieneélfinalmente. Trishlomiraboquiabiertaysesecalosojos,aunquelaslágrimassiguenbrotando deellos. —Puesteaseguroqueesloqueparece,Hardin.Nomelopuedocreer.Tequiero, hijo,peroenestaocasiónnopuedoayudarte.Estoestámal.Muymal. Siempre soy incapaz de expresar mi opinión en situaciones como ésta. Quiero hablar,tengoquehacerlo,perounalistainterminabledeposiblescosasespantosasa lasqueTrishpodríaestarrefiriéndoseconlode«laúltimavez»invademimentey merobalavoz. —¡Hedichoquenoesasí!—gritaHardinlevantandolosbrazos. Trishsevuelveymemiracondureza. —Tessa,deberíasirtecontumadre—dice,ysemeformaunnudoenlagarganta. —¿Qué?—inquiereHardin. —Túnolehacesningúnbien.Tequieromásqueamivida,peronopuedodejar quehagasestootravez.SesuponíaqueveniraEstadosUnidosibaaayudarte… —Theresa—intervienemimadre—.Creoqueyaheoídosuficiente.—Meagarra delbrazo—.Vámonos. Hardinseacercayelladaunpasoatrásymecogeconmásfuerza. —Suéltelaahoramismo—diceconlosdientesapretados. Las uñas de color ciruela de mi madre se clavan en mi piel mientras intento procesarloacontecidoenlosúltimosdosminutos.Noesperabaqueellairrumpiera en el apartamento, y desde luego no esperaba que Trish dejara caer insinuaciones sobreotrodelosmuchossecretosdeHardin. «¿Hahechoestoantes?¿Aquién?¿Laamaba?Y¿ellaloamabaaél?»Medijo que nunca había estado con una chica virgen, y que nunca había querido a nadie. «¿Memintió?»Suexpresióndeenfadomeimpideleerloensurostro. www.lectulandia.com-Página170 —Túyanotienesnadaquedecirenloqueaellaserefiere—leespetamimadre. Sinembargo,sorprendiendoatodoslospresentes,inclusoamímisma,liberomi brazolentamente…ymecolocodetrásdeHardin.Élsequedaboquiabierto,comosi noestuvieramuysegurodequéestoyhaciendo.Trishymimadremuestranlamisma expresióndehorror. —¡Theresa!Noseasestúpida.¡Venaquí!—meordenamimadre. En respuesta, envuelvo con los dedos el antebrazo de Hardin y me quedo escondida detrás de él. No sé por qué, pero lo hago. Debería irme con mi madre u obligaraHardinadecirmedequénaricesestáhablandoTrish.Perolociertoesque sóloquieroquemimadresemarche.Necesitounosminutos,unashoras…,untiempo indefinido, para comprender qué está sucediendo. Acababa de perdonarlo. Acababa de decidir olvidarlo todo y seguir con él. ¿Por qué tiene que haber siempre algún secretoocultoquesalealaluzenelpeormomentoposible? —Theresa.—MimadredaotropasohaciamíyHardinechaelbrazoatráspara protegermedeella. —Noseacerque—leadvierte. Trishseaproximaasuvez. —Hardin, es su hija —interviene—. No tienes ningún derecho a entrometerte entreellas. —¿Que no tengo derecho? ¡Ella no tiene ningún derecho a irrumpir en nuestro apartamentoyennuestrodormitoriosinquenadielahayainvitado!—grita,yyome aferroconmásfuerzaasubrazo. —Ésenoessudormitorio,yéstenoessuapartamento—replicamimadre. —¡Sí que lo es! ¿No ve detrás de quién está? Me está utilizando como escudo paraquelaprotejadeusted—subrayaHardinmientraslaseñalaconeldedo. —Seestácomportandodemanerainsensataynosabeloqueleconviene… Entonces,hallandoporfinpartedemivoz,lainterrumpo: —¡Deja de hablar como si yo no estuviera presente! Estoy aquí, y soy una personaadulta,mamá.Siquieroquedarme,loharé—anuncio. Conojoscompasivos,Trishintentaconvencerme: —Tessa,cielo,creoquedeberíasescucharatumadre. Susutilmaneradeecharmesemeclavaenelpechocomounpuñaldetraición, peronoséquéesloquesabeacercadesuhijo. —¡Gracias! —exclama mi madre aliviada—. Por fin alguien razonable en esta familia. Trishlelanzaunamiradadeadvertencia. —Señora, no me gusta el modo en que trata a su hija, así que no piense que estamosenelmismoequipo,porquenoesasí. Mimadreseencogedehombrosligeramente. —Lo mismo da, el caso es que las dos estamos de acuerdo en que tienes que marchartedeaquí,Tessa.Tienesquesalirdeesteapartamentoparanovolverjamás. www.lectulandia.com-Página171 Pediremoseltrasladoaotrafacultadsiesnecesario. —Puedetomarsuspropias…—empiezaHardin. —Te ha envenenado la mente, Theresa. Mira las cosas que te ha hecho. ¿Crees queloconoces?—inquieremimadre. —Loconozco—replicoconlosdientesapretados. Mi madre centra la atención en Hardin. Viendo cómo su pecho asciende y desciende al ritmo de su respiración agitada, sus mejillas rojas de ira y sus manos formandopuñoscontantafuerzaquetienelosnudillosblancos,nosécómomimadre no tiene miedo de él. Debería sentirse intimidada y, sin embargo, le dice sin inmutarse: —Sideverdadteimportalomásmínimo,pídelequesemarche.Hastaahorasólo lehashechodaño.Noeslamismachicaquedejéenlauniversidadhacetresmeses,y todo por tu culpa. Tú no la viste llorar durante días después de lo que le hiciste. Probablemente estabas de fiesta con otra chica mientras ella lloraba hasta quedarse dormida. La has destrozado. ¿Cómo puedes dormir por las noches? Sabes que acabaráshaciéndoledañootravezantesodespués,demodoque,sitequedaalgode decencia,dile…dilequevengaconmigo. Unsilenciogélidoinvadelahabitación. Trishestásumidaensuspensamientos,conlamiradaperdidaenlapared,comosi estuvierarecordandolasaccionespasadasdesuhijo.Mimadreobservaconfuriaa Hardin, esperando su respuesta. La respiración de él es tan agitada que temo que estalle en cualquier momento. Y yo… yo estoy intentando decidir qué voluntad ganarámiluchainterior:lademicorazónolademicabeza. —Novoyaircontigo—digoporfin. Enrespuestaamidecisión,midecisiónadulta,unadecisiónqueséqueacarreará consecuencias que tendré que asumir y que hará que tenga que soportar grandes dificultadesmientrastratodeaveriguarsipuedoestarconelhombrequeamoono, mimadre…ponelosojosenblanco. Yentoncespierdolospapeles. —Noeresbienvenidaaquí.¡Novuelvasnunca!—legritocontodalacrudezade quesoycapaz—.¿Quiéntecreesqueeresparairrumpiraquíyhablarledeesemodo? —MecolocodelantedeHardinymeenfrentoaellacaraacara—.¡Noquierotener ningunarelacióncontigo!¡Nadiequiere!Poresosiguessoladespuésdetodosestos años.¡Erescruelyprepotente!¡Nuncaserásfeliz!—Tomoalientoytragosalivaal notarlosecaquetengolagarganta. Mimadrememiraconunagranseguridadensímismaynopocodesdén. —Estoysolaporqueasílohedecidido—espeta—.Nonecesitoestarconnadie. Yonosoycomotú. —¿Comoyo?¡Yononecesitoestarconnadie!Túprácticamentemeobligastea estar con Noah. ¡Nunca creí poder tener elección en nada! Siempre me has controlado, pero eso se acabó. ¡Estoy harta! —Las lágrimas empiezan a descender www.lectulandia.com-Página172 pormismejillas. Mimadrefrunceloslabioscomosiestuvieraconsiderandoalgoenserio,perosu vozestácargadadesarcasmocuandodice: —Está claro que tienes problemas de codependencia. ¿Esto es por culpa de tu padre? Conlosojosdoloridosy,sinduda,inyectadosensangreycargadoscontodoel dañoquequieroinfligirle,lamiro.Empiezoahablardespacio,ysientocómopocoa pocomevoyacelerandofrenéticamente: —Te odio. Te odio con toda mi alma. Se marchó por tu culpa. ¡Porque no te soportaba!Ynoloculpo.Dehecho,ojalásemehubiesellevadocon… Y,enesemomento,lamanodeHardinmecubrelabocaysusfuertesbrazosme estrechancontrasupecho. www.lectulandia.com-Página173 CAPÍTULO39 Hardin Noparabadepensarenquemáslevalíaasumadrenovolveradarleunabofetada. NosemehabíapasadoporlacabezaqueTessafueraaponersealadefensivadeesta manera. Tienelacararojadefuriaysuslágrimasmeempapanlamano. ¿Porquésumadretienequefastidiarlotodosiempre?Apesardelomuchoquela detesto, no la culpo por estar enfadada. Le hice daño a Tessa, pero no creo que le arruinaralavida. ¿Osí? Miroamimadreenbuscadeayuda.Noséquéhacer.Sumiradameindicaque me odia. No quería que supiera lo que le hice a Tess. Sabía que eso la destrozaría, especialmentedespuésdeloquepasó. Peroyanosoylapersonaqueeraentonces.Estoestotalmentediferente. AmoaTessa. Entretodoelcaosquecausé,encontréelamor. Ellagritaenmimanoeintentalibrarsedemí,peronoeslobastantefuerte.Sé quesinolaretengosumadreledaráotrabofetadaytendréqueintervenir,oTessa diráalgodeloquesearrepentirátodalavida. —Creoqueserámejorquesemarche—ledigoasumadre. Tessa se revuelve entre mis brazos y no para de darme patadas en la espinilla. Detesto verla enfadada, especialmente así de enfadada, aunque mi lado egoísta se alegradequeestavezsuiranovayadirigidacontramí. «Sinembargo,prontoseráasí…» Séquesumadretienerazónconrespectoamí:nosoynadabuenoparaella.No soyelhombrequeTessacreequesoy,perolaquierodemasiadocomoparapermitir que me deje de nuevo. Acabo de recuperarla y no pienso volver a perderla. Sólo espero que me escuche, que escuche toda la historia. Aunque tampoco creo que cambienada.Séloquevaapasar,yséquenosequedaráconmigocuandolosepa todo.«Joder,¿porquéhatenidoquedecirnadamimadre?» GuíoaTessahaciaeldormitorio.Decamino,ellaseretuercecontantafuerzaque ambosnosvolvemosynosencontramosfrenteasumadredenuevo.Conunaúltima www.lectulandia.com-Página174 miradadeodio,haceademándeabalanzarsesobreella,perolaretengoconfuerza. Tirodeellahacianuestrahabitación,lasuelto,meapresuroacerrarlapuertay corroelpestillo. Tessadirigeentoncessumiradaletalhaciamí. —¡¿Porquéhashechoeso?!Tú… —Porqueestabasdiciendocosasdelasquetevasaarrepentir,ylosabes. —¡¿Porquélohashecho?!—chilla—.¿Porquémehasdetenido?¡Tengotanta mierdaquesoltarleaesazorraquenisiquiera…nosépor…!—Meempujaelpecho conlasmanos. —Eh…,eh…,cálmate—protesto,intentandonorecordarqueestáproyectandola iraquesientehaciasumadreenmí.Séqueloestáhaciendo. Cojo su rostro entre las manos y acaricio sus pómulos con los pulgares, asegurándomedequememiraalosojosmientrassurespiraciónserelaja. —Cálmate,nena—repito. Elfuribundorubordesaparecedesusmejillasyasientelentamente. —Voyaasegurarmedequesemarcha,¿deacuerdo?—digoenvoztanbajaque casipareceunsusurro. Asientedenuevoysealejaparasentarseenlacama. —Dateprisa—mepidemientrassalgodelcuarto. EnelsalónmeencuentroalamadredeTessasola,paseándose.Sevuelvehacia mírápidamente,comoungatomontésaldetectarunapresa. —¿Dóndeestá?—pregunta. —Novaasalir.Márcheseynovuelva.Lodigoenserio—replicoconlosdientes apretados. Enarcaunaceja. —¿Meestásamenazando? —Tómeselocomoquiera,peromanténgasealejadadeella. Esamujerdemanicuraperfecta,tancontenidayremilgada,melanzaunamirada severayasesinaquesólohevistoenlagentequeconformaelgrupodeJace. —Todoestoesculpatuya—dicetranquilamente—.Lehaslavadoelcerebro;ya noescapazdepensarporsímisma.Séloqueestáshaciendo.Heestadoconhombres comotú.Supequenostraeríasproblemasdesdeelprimerdíaquetevi.Deberíahaber insistido en que Tessa se cambiara de habitación para evitar todo esto. Ningún hombrevaaquererestarconelladespuésdeesto…,despuésdeti.Mírate.—Agitala manoenelaireysevuelvehacialapuerta. Lasigohastaeldescansillo. —Deesosetrata,¿no?Dequenadielaquiera,nadiemásqueyo.Jamásestará con nadie que no sea yo —alardeo—. Siempre me elegirá a mí antes que a usted, antesqueanadie. Damediavueltaycaminadenuevoenmidirección. —Ereseldemonio,ynopiensodesaparecersinmás—espeta—.Esmihija,yes www.lectulandia.com-Página175 demasiadobuenaparati. Asientorápidamentevariasvecesydespuéslamirodemanerainexpresiva. —Measeguraréderecordarlocuandomeacuesteconellaestanoche. Encuantolaspalabrassalendemiboca,sofocaungritoylevantalamanopara golpearme.Laagarrodelamuñecayselabajosuavemente.Jamásleharíadaño,nia ellanianingunaotramujer,perotampocovoyapermitirquemelohagaellaamí. Leofrezcomimejorsonrisa,doymediavueltapararegresaramiapartamentoy lecierrolapuertaenlasnarices. www.lectulandia.com-Página176 CAPÍTULO40 Hardin Apoyolacabezaenlapuertaunmomentoy,cuandomevuelvo,meencuentroami madre de pie en el salón, mirándome con una taza de café en las manos y los ojos muyrojos. —¿Dóndeestabas?—digo. —Enelcuartodebaño—respondeconvozentrecortada. —¿CómohaspodidodecirleaTessaquesevayayquemedeje?—pregunto. Sabíaqueestaríadecepcionadaconmigo,peroesohasidodemasiado. —Porque,Hardin—suspiraylevantalasmanoscomosifueraobvio—,noeres buenoparaella,ylosabes.NoquieroqueacabecomoNatalieolasdemás—añade negandoconlacabeza. —¿Sabesquésucederásimedeja,mamá?Creoquenoloentiendes…Nopuedo vivirsinella.Séquenosoybuenoparaella,ymearrepientodeloquehicecadavez quelamiro,peropuedollegaraserlo.Séquepuedo. Llegoalcentrodelsalónyempiezoapasearmedeunladoaotro. —Hardin…,¿estássegurodequenoestásjugandootravez? —No,mamá…—Agacholacabezaeintentomantenerlacalma—.Estonoesun juegoparamí,estavezno.Laamo.Laamodeverdad.—Miroamimadre,buenay amable,aesamujerquetantohatenidoquesoportar,yañado—:Laamotantoqueno tengo palabras para describirlo, porque ni siquiera yo lo entiendo. Jamás pensé que podríasentirmedeestaforma.Loúnicoqueséesqueellaesmiúnicaoportunidad paraserfeliz.Simedeja,jamásmerecuperaré.Noloharé,mamá.Ellaeslaúnica oportunidad que tengo de no pasarme solo el resto de mi vida. No sé qué coño he hecho para merecerla, nada que yo sepa, pero me quiere. ¿Sabes lo que se siente cuando alguien te quiere a pesar de que tú te comportes como un mierda? Es demasiadobuenaparamí,ymeama.Ynotengoniputaideadeporqué. Mimadresesecalosojosconeldorsodelamanoymeobligaadetenermeun instante.Meresultadifícilcontinuar,perodigo: —Siempre está ahí para mí, mamá. Siempre me perdona, aunque no debería. Siempre tiene las palabras adecuadas. Me tranquiliza, pero me desafía, hace que quieraserunhombremejor.Séquesoyunmierda,losé.Lahecagadomucho,pero Tessanopuededejarme.Yanoquieroestarsolo,yjamásvolveréaamaranadie;ella esmiotramitad.Losé.Esmipecadodefinitivo,mamá,ymecondenaréfelizmente www.lectulandia.com-Página177 porella. Terminomidiscursocasisinaliento.Mimadre,conlasmejillashúmedas,mira detrásdemí. Me vuelvo y veo a Tessa con las manos en las caderas, los ojos abiertos como platosylasmejillastanhúmedascomolassuyas. Mimadresesuenalanarizydiceconvozsuave: —Voy a salir un rato… Os daré un poco de intimidad. —Se dirige a la puerta, cogesuszapatosysuabrigoysaledecasa. MesientomaldequenohayamuchossitiosadondepuedairenNochebuena,y ademásestánevando,peroahoramismonecesitoestarasolasconTessa.Encuanto mimadresaleporlapuerta,cruzolahabitaciónparallegarhastaella. —Esoque…acabasdedecir…¿ibaenserio?—preguntaentrelágrimas. —Sabesquesí—contesto. Lascomisurasdesuslabiossecurvanhaciaarribayrecorreelpequeñoespacio quenosseparaparacolocarunamanosobremipecho. —Necesitosaberquéhiciste. —Losé…,peroprométemequeintentarásentenderlo… —Cuéntamelo,Hardin. —…yquesabesquenomesientoorgullosodenadadeesto. Tessa asiente. Inspiro hondo mientras ella nos guía hacia el sofá. Ni siquiera sé pordóndecoñoempezar. www.lectulandia.com-Página178 CAPÍTULO41 Tessa ElrostrodeHardinpalidece.Sefrotalasrodillasconlasmanosysepasalosdedos porelpelo.Miraaltechoyluegoalsuelo.Seguroque,ensuinterior,dealgúnmodo esperaquetodoesoretraseestaconversacióneternamente. Peroporfincomienza: —Encasateníaungrupodeamigosdemierda;imaginoqueerancomoJace… Teníamos una especie de… juego, supongo. Elegíamos a una chica… elegíamos a una chica para el otro, y competíamos por ver quién conseguía tirarse a la suya primero. Semerevuelveelestómago. —El que ganaba se llevaba a la tía más buena a la semana siguiente, y había dinerodepormedio… —¿Cuántassemanas?—pregunto,ymearrepientoalinstante.Noquierosaberlo, perohedehacerlo. —Sólohabíanpasadocincosemanascuandounachica… —Natalie—digo,atandocabos. Hardinmirahacialaventana. —Sí…Nataliefuelaúltima. —Y¿quélehiciste?—Meaterralarespuesta. —Latercerasemana…JamespensóqueMartinestabamintiendo,demodoque seleocurriólaideadeaportarpruebas… «Pruebas.» Esa palabra siempre me atormentará. Las sábanas manchadas de sangremevienenalacabezayempiezaadolermeelpecho. —Noelmismotipodepruebas…—Sabeloqueestoypensando—.Fotos… Mequedoboquiabierta. —¿Fotos? —Yunvídeo…—admite,ysecubreelrostroconsusgrandesmanos. «¿Unvídeo?» —¿Tegrabasteacostándoteconalguien?¿Ellalosabía?—inquiero,aunqueséla respuesta antes incluso de que niegue con la cabeza—. ¿Cómo pudiste hacerlo? ¿Cómopudistehacerleesoaalguien?—Meechoallorar. DerepentesoyconscientedequenoconozcoaHardinenabsoluto,ytengoque tragarmelabilisqueasciendepormigarganta.Meapartodeéldemanerainstintiva, www.lectulandia.com-Página179 yveoeldolorreflejadoensusojos. —No lo sé… Entonces no me importaba. Para mí sólo era una diversión… Bueno,diversión,diversiónno,peronomeimportaba. Susinceridadmedestrozaelalmay,porunavez,añorolosdíasenlosquemelo ocultabatodo. —Y ¿qué pasó con Natalie? —pregunto con voz ronca mientras me seco las lágrimas. —Cuando James vio su vídeo… quiso follársela también. Y cuando ella lo rechazó,leenseñóelvídeoatodoelmundo. —¡Jo!Pobrechica.—Mesientofatalporloquelehicieron,porloqueHardinle hizo. —Elvídeoseextendiótanrápidoquesuspadresseenteraronesemismodía.Su familiaeramuyimportanteensucomunidadeclesiástica…ylanoticianolessentó muy bien. La echaron de casa y, cuando se corrió la voz, perdió su beca para la universidadprivadaalaqueibaaireseotoño. —Learruinastelavida—digoenvozbaja. Hardinlearruinólavidaaesachica,delmismomodoenqueunavezamenazó conarruinarmelamía.¿Acabarécomoella?¿Soycomoellaya? Lomiro. —Dijistequenuncaanteshabíasestadoconunavirgen. —Noeravirgen.Yalohabíahechoconotrotipo.Peroésafuelarazónporlaque mimadremeenvióaquí.Todoelmundoallísabíaloquehabíapasado.Yonosalíaen elvídeo.Bueno,melaestabafollando,peronosemeveía,sóloseveíanalgunosde lostatuajesdemisbrazos.—Seagarraunodelospuñosconlapalmadelaotramano —.Allíahorasemeconocebásicamenteporeso… Lacabezamedavueltas. —¿Quédijocuandodescubrióloquehabíashecho? —Quesehabíaenamoradodemí…,ymepreguntósipodíaquedarseenmicasa hastaqueencontraraalgúnotrositioadondeir. —Y¿ladejaste? Niegaconlacabeza. —¿Porqué? —Porquenoquería,medabaigualloqueleocurriera. —¿Cómo puedes ser tan frío respecto a esto? ¿Es que no entiendes lo que le hiciste? La engatusaste. Te acostaste con ella y la grabaste. Se lo enseñaste a tus amigosybásicamenteatodoelinstituto.¡Perdiólabecayasufamiliaportuculpa! Y ¡¿ni siquiera tienes la compasión de ayudarla cuando no tiene ningún otro sitio adondeir?!—gritoponiéndomeenpie—.¿Dóndeestáahora?¿Quéfuedeella? —Nolosé.Nomemolestéenaveriguarlo. Loquemásmehorrorizadetodoestoeslacalmaylafrialdadconlaquemelo cuenta. Esto es nauseabundo. Empiezo a ver un patrón, veo las similitudes entre www.lectulandia.com-Página180 Natalieyyo.YotambiénmequedésinningúnsitioadondeirporculpadeHardin.Ya notengorelaciónconmimadreporculpadeHardin.Meenamorédeélmientrasme estabautilizandocomopartedealgúnjuegocruel. Élselevantatambién,peromantienelospocoscentímetrosquenosseparan. —Diosmío…—Micuerpoenteroempiezaatemblar—.Megrabaste,¿verdad? —¡No!¡Joder,no!¡Jamásteharíaesoati,Tessa!¡Tejuroquenolohice! Nodebería,perounapartedemílocree,almenosenesto. —¿Acuántasmásselohashecho?—pregunto. —¿Elqué? —Grabarlas. —SóloaNatalie…hastaquelleguéaquí. —¿Lo volviste a hacer? Después de lo que le hiciste a esa pobre chica, ¡¿lo volvisteahacer?!—chillo. —Unavez…alahermanadeDan—dice. «¿AlahermanadeDan?» —¿AlahermanadetuamigoDan?—Ahoratodoencaja—.¡AesosereferíaJace cuandoosestabaispeleando! MehabíaolvidadodelapeleaentreDanyHardin,peroJacehizoalusiónauna tensiónpreviaentreambos. —¿Porquéhicisteesosieratuamigo?¿Seloenseñasteatodoelmundo? —No,noseloenseñéanadie.LoborrédespuésdemandarleaDanunacaptura depantalla…Laverdadesquenoséporquélohice.Secomportócomouncapullo diciéndome que me mantuviera alejado de ella cuando la trajo al grupo la primera vez,ymeentraronganasdefollármelasóloparajoderlo.Esunauténticogilipollas, Tessa. —Pero¿esquenotedascuentadelohorriblequeesesto?¡¿Notedascuentade lohorriblequeeres?!—grito. —¡Claroquesí,Tessa!¡Yalosé! —Pensabaquelodemiapuestaeralopeorquehabíashecho…pero,yoalucino, estoesaúnpeor. LahistoriadeNatalienomeduelenilamitaddeloquemedoliódescubrirlode la apuesta que tenían Hardin y Zed, pero es mucho peor, porque es más vil y vomitiva,yhacequemecuestionetodoloquecreíaquesabíasobreél.Sabíaqueno eraperfecto,nimuchomenos,peroestoalcanzanuevosnivelesdeperversión. —Todo esto fue antes de conocerte a ti, Tessa, forma parte de mi pasado. Por favor, deja que siga siendo así —me ruega—. Ya no soy esa persona, tú me has convertidoenalguienmejor. —¡Hardin, ni siquiera te importa lo que les hiciste a esas chicas! Ni siquiera te sientesculpable,¿verdad? —Claroquesí. Ladeolacabezaylomiroconrecelo. www.lectulandia.com-Página181 —Perosóloporqueyoloséahora.—Alverquenomelodiscute,reiterolodicho —:¡Noteimportan,niellasninadie! —¡Es cierto! No me importan. ¡La verdad es que no me importa nadie una mierda,exceptotú!—megritaenrespuesta. —¡Estoesdemasiado,Hardin!Inclusoparamí…Laapuesta,elapartamento,las peleas, las mentiras, volver juntos, mi madre, tu madre, la Navidad… Joder, es demasiado. Ni siquiera me das un respiro entre todos estos… todos estos líos. Cuandoporfinsuperounacosa,surgeotra.¡Asaberquémáshabráshecho!—Me echoallorar—.Noteconozcoenabsoluto,¿verdad? —¡Claroquemeconoces,Tessa!Ésenoerayo.Éstesoyyo.Éstesoyyoahora. ¡Tequiero!Harécualquiercosaporti,paraqueveasqueéstesoyyo,elhombreque te quiere más que al aire que respira, el hombre que baila en las bodas y que te observa dormir, el hombre que no puede empezar el día hasta que me besas, el hombrequepreferiríamoriraestarsinti.Éstesoyyo,asíescomosoy.Porfavor,no dejesqueestoarruinelonuestro,porfavor,nena. Memiraconsusojosverdesyvidriososysuspalabrasmeconmueven,peronoes suficiente.Daunpasohaciamí,yretrocedo.Necesitopensar.Levantounamanoen sudirección. —Necesitotiempo.Ahoramismoestoesdemasiadoparamí. Dejacaerloshombrosyparecealiviado. —Estábien…,estábien…Tómateuntiempoparapensar. —Lejosdeti—meexplico. —No… —Sí,Hardin,nopuedopensarconclaridadatulado. —No,Tessa,novasairaningunaparte—diceamododeorden. —Novasadecirmeloquepuedoonopuedohacer—leespeto. Suspira,hundelosdedosensupeloytiraconfuerzadelasraíces. —Estábien…Estábien…Perodejaquememarcheyo.Quédatetúaquí. Quiero replicar, pero lo cierto es que no deseo marcharme. Ya estoy harta de habitacionesdehotel,ymañanaesNavidad. —Volveréporlamañana…,amenosquenecesitesmástiempo—dice. Seponeloszapatosyalargalamanohaciaelportallavesyentoncessedacuenta dequesumadresehallevadosucoche. —Llévateelmío—digo. Asienteyseaproximaamí. —No—digo,ylevantolamanodenuevo—.Ytodavíallevaspuestoelpijama. Frunce el ceño y mira hacia abajo. Se dirige al dormitorio y sale dos minutos despuéscompletamentevestido.Sedetieneparamirarmealosojos. —Porfavor,recuerdaquetequieroyquehecambiado—diceunavezmásantes demarcharseydejarmetotalmentesolaenelapartamento. www.lectulandia.com-Página182 CAPÍTULO42 Tessa «¿Quédiablosvoyahacer?» Me dirijo al dormitorio y me siento en el borde de la cama. Todo esto me ha revuelto el estómago. Sabía que Hardin no había sido una buena persona en el pasado,ysabíaquehabríamáscosasquenomegustaríaoír,perodetodoaqueme habíaimaginadoquepodíaestarrefiriéndoseTrish,estonosemehabíapasadoporla cabezaniporuninstante.Abusódeesachicadeunamaneraespantosaydeplorable, ynotuvoningúntipoderemordimientos;apenassilostieneahora. Intento inspirar y espirar lentamente mientras las lágrimas descienden por mis mejillas.Paramí,lapeorparteessabersunombre.Séqueestriste,perosisetratara sólodeunachicaanónimapodríafingirdealgunamaneraquenoexistió.Saberque se llama Natalie me genera demasiados pensamientos. ¿Qué aspecto tiene? ¿Qué pensabaestudiarenlauniversidadantesdequeHardinlearrebatasesubeca?¿Tiene hermanosohermanas?¿Vieronelloselvídeo?Y,siTrishnolohubieramencionado, ¿mehabríaenteradodeestoalgunavez? ¿Cuántasvecesseacostaron?¿LegustóaHardin?…Claroquelegustó.Essexo, y es evidente que él lo practicaba con mucha frecuencia. Con otras chicas. Con muchas otras chicas. ¿Se quedó a pasar con Natalie la noche después de hacerlo? ¿Porquésientocelosdeella?Deberíasentirlástima,noenvidiaporhabertocadoa Hardin.Descartoesepensamientoyvuelvoacentrarmeenlaclasedepersonaquees élenrealidad. Debería haberle dicho que se quedara para hablar de todo esto; siempre me marcho o, en este caso, hago que se marche él. El problema es que su presencia eliminatodoelautocontrolquedeberíatener. MegustaríasaberquélesucedióaNataliedespuésdequeHardinlearruinasela vida;sabersiahoraesfelizyllevaunabuenavida.Asímesentiríaalgomejor.Ojalá tuvieraunaamigaconlaquehablardetodoesto,alguienquesupieraaconsejarme. Pero aunque la tuviera, jamás divulgaría la indiscreción de Hardin. No quiero que nadiesepaloqueleshahechoaesaschicas.Séqueesabsurdoqueintenteprotegerlo cuandonoselomerece,peronopuedoevitarlo.Noquieroquenadiepiensemalde él,ysobretodonoquieroqueéltengaunconceptopeordesímismodelqueyatiene. Me recuesto sobre las almohadas y me quedo mirando el techo. Acababa de superar…,bueno,estabasuperandoelhechodequemehubierautilizadoparaganar www.lectulandia.com-Página183 unaapuesta.Y¿ahorameenterodetodoesto?Natalie,ycuatrochicasmás,yaqueha dicho que lo de ella fue en la quinta semana. Y luego la hermana de Dan. Es una especiedeciclo,asíescomoactúa.¿Serácapazdedejardehacerlo?¿Quémehabría pasadosinosehubieraenamoradodemí? Séquemequiere,quemequieredeverdad.Losé. Y yo lo amo a pesar de todos los errores que comete y que ha cometido en el pasado. He visto cambios en él, incluso durante la última semana. Nunca había expresadoloquesientepormícomolohahechohoy.Ojaláesabonitadeclaraciónno hubieravenidoacompañadadeesaespantosarevelación. Dijoqueyoerasuúnicaoportunidaddeserfeliz,quesoylaúnicaoportunidad quetienedenopasarselavidasolo.Quéafirmacióntanenorme,tanveraz.Nadielo amará nunca como yo lo hago. No porque no sea merecedor de ello, sino porque nadieloconocerájamáscomoloconozcoyo.Oloconocía.¿Loconozcotodavía?No estoy segura, pero quiero creer que sí, que conozco a su verdadero ser. La persona queesahoranoeslamismaqueerahacesólounosmeses. Apesardeldolorquemehacausado,tambiénhahechomuchoparademostrarme quemequería.Sehaesforzadomuchísimoparaserlapersonaquenecesitoquesea. Puedecambiar,lohevistohacerlo.Enelfondopiensoqueyaeshoradequeacepte mipartedeculpaenestecaso,noporloquelehizoaNatalie,sinoporsertandura conélcuandoséquecambiarrequieretiempoyquenadiepuedeborrarsupasado.Lo que hizo estuvo mal, tremendamente mal, pero a veces olvido que es un hombre solitarioyenfadadoquehastaahoranohabíaamadoanadie.Quiereasumadre,asu manera,quenoeslatípicamaneraenquelagentesuelequererasuspadres. Al mismo tiempo, sin embargo, estoy harta. Harta de este ciclo con Hardin. El principio de nuestra relación fue un constante toma y daca. Se mostraba cruel, despuésagradable,despuéscruelotravez.Ahoraelciclohaevolucionadoencierto modo, pero es peor. Mucho peor. Lo dejo, después volvemos, y luego vuelvo a dejarlo. No puedo seguir haciendo esto, no podemos seguir así. Como me esté ocultando algo más, me destrozará. Apenas puedo mantenerme en pie ahora. No soportaré más secretos, más desengaños, más rupturas. Antes siempre lo tenía todo planeado. Calculaba y sobreanalizaba cada detalle de mi vida, hasta que Hardin apareció. Ha puesto mi existencia patas arriba, en muchas ocasiones de un modo negativo.Peroaunasímehahechomásfelizdeloquenuncalohabíasido. Necesitamosestarjuntoseintentarsuperartodaslascosashorriblesquehahecho, otengoquecortardefinitivamente.Silodejo,tendréquemarcharmedeaquíeirme muylejos.Necesitodejaratrástodoloquemerecuerdemividaconélojamáspodré pasarpágina. Yderepentemedoycuentadequelaslágrimashancesado,indicándomequeya tengo mi veredicto. El dolor que siento al considerar dejarlo es mucho peor que el queélmehacausado. Nopuedodejarlo,ahorayalosé. www.lectulandia.com-Página184 Soy consciente de lo patético que resulta, pero no puedo vivir sin él. Nadie me hará sentir jamás como él me hace sentir. Nadie será nunca como él. Él es mi otra mitad,delmismomodoenqueyolosoyparaél.Nodeberíahaberpermitidoquese marchara. Necesitaba tiempo para pensar y debería tomarme un poco más, pero ya estoydeseandoquevuelva.«¿Essiempreasíelamor?¿Essiempretanapasionadoy tantremendamentedoloroso?»Notengoningunaexperienciaconlaquecomparar. Aloírlapuertadecasa,melevantodelacamaycorroalsalón,peromellevouna grandecepciónalencontrarmeconTrishenvezdeconHardin. Cuelgalasllavesdesuhijoenelportallavesysequitaloszapatoscubiertosde nieve.Noséquédecirledespuésdequemerecomendaraquememarchaseconmi madre. —¿DóndeestáHardin?—preguntamientrassedirigealacocina. —Sehamarchado.Estanochenovolverá—leexplico. Sevuelvehaciamí. —Vaya. —Silollamastedirádóndeestá,sinoquierespasarlanocheaquí…conmigo. —Tessa—dice,yesevidentequeestábuscandolaspalabrasadecuadas,perola compasiónsereflejaclaramenteensurostro—.Lamentoloquedije.Noquieroque piensesquetengonadaencontradeti,porquenoesasí.Sóloqueríaprotegertedelo queHardinpuedellegarahacerte.Noquieroque… —¿QueacabecomoNatalie? Veoensurostroqueelrecuerdolehacedaño. —¿Telohacontado? —Sí. —¿Todo?—Detectoladudaensuvoz. —Sí,lodelvídeo,lasfotos,labeca.Todo. —Y¿siguesaquí? —Ledijequenecesitabatiempoyespacioparapensar,perosí.Nopiensoirmea ningunaparte. Asiente,yambasnossentamosalamesa,unaenfrentedelaotra.Alverqueme miraconlosojosabiertoscomoplatos,séloqueestápensando,demodoqueledigo: —Séquehahechocosashorribles,cosasdeplorables,noobstantelocreocuando dicequehacambiado.Élyanoesesapersona. Trishcolocaunamanosobrelaotra. —Tessa,esmihijo,yloquiero,perotienesquepensarbientodoesto.Atitehizo lomismoquehabíahechoantes.Séquetequiere,ahoralosé,aunquemetemoqueel dañoyaestáhecho. Asiento,yapreciosusinceridad,peroledigo: —Noescierto.Bueno,eldañosindudaestáhecho,peronoesirreversible.Yme corresponde a mí averiguar cómo sobrellevar lo de su pasado. Si se lo recrimino, ¿cómovaaavanzarydejarloatrás?¿Acasoyanomerecequenuncanadieloamepor www.lectulandia.com-Página185 sus errores? Sé que seguramente pensarás que soy una ingenua y una estúpida por perdonarlo,peroquieroatuhijoyyotampocopuedovivirsinél. Trishchasqueasuavementelalenguayniegaconlacabeza. —Tessa,nocreoqueseasningunadeesascosas.Entodocaso,queseascapazde perdonarlodenotamadurezycompasión.Mihijoseodiaasímismo,siempreloha hecho,ycreíaquesiempreloharía,hastaqueaparecistetú.Noséquéhicemalcon Hardin. Intenté ser la mejor madre que pude, pero todo era tan difícil cuando se marchósupadre…Teníaquetrabajarmucho,ynoleprestélaatenciónquedebería haberleprestado.Dehaberlohecho,talvezahorarespetaríamásalasmujeres. Sé que, si no hubiese llorado ya todo lo que tenía que llorar hoy, ahora mismo estaríahaciéndolootravez.Sesientetanculpablequemedanganasdeconsolarla. —Hardinnoesasíportuculpa—digo—.Creoquetienemucharelaciónconlos sentimientoshaciasupadreyconlaclasedeamistadesquetiene,yestoytrabajando enambascosas.Porfavor,noteculpes.Nadadeestoesculpatuya. Trishalargalosbrazosyleofrezcomismanos.Melascoge,ydice: —Eres la persona con el corazón más grande que he conocido en mis treinta y cincoañosdevida. Enarcounaceja. —¿Treintaycinco? —Oye,déjaloestar.Losaparento,¿no?—Sonríe. —Claro—respondo,ymerío. Hace veinticinco minutos estaba llorando y al borde de un ataque de nervios, y ahorameestoyriendoconTrish.Enelmomentoenquedecidídejarqueelpasadode Hardinsiguieseahí,enelpasado,sentícómolatensiónabandonabamicuerpo. —Deberíallamarloycomunicarlemidecisión—digo. Trishladealacabezaysonríeconmalicia. —Yocreoquenolevendrámalunpocomásdetiempodesufrimiento. Nomeatraelaideadeseguirtorturándolo,perolociertoesquenecesitapensar entodoloquehahecho. —Supongoqueno… —Creo que necesita saber que las malas decisiones tienen consecuencias. —Y después,conunamiradapícara,añade—:¿Quéteparecesipreparolacenaydespués losacasdelaincertidumbre? Mealegrodecontarconsusentidodelhumorysusconsejosparasacarmedemi tristeconfusiónconrespectoalpasadodeHardin.Estoydispuestaadejarestoatrás,o almenosaintentarlo,peroesverdadquenecesitasaberqueestascosasnoestánbien, y yo necesito saber si hay algún otro demonio de su pasado esperando para arrollarme. —¿Quéteapetece? —Cualquiercosa.¿Teayudo?—meofrezco,peroellaniegaconlacabeza. —Túrelájate.Hastenidoundíalargo,contodoeltemadeHardin…ylodetu www.lectulandia.com-Página186 madre. Pongolosojosenblanco. —Sí…,esunamujercomplicada. Sonríeyabrelanevera. —¿«Complicada»?Yohabríausadootrapalabra,perosetratadetumadre… —Esunaz…—replicoevitandodecirlapalabracompletadelantedeTrish. —Sí,esunazorra.Yolodiréporti.—Seríe,yyolaacompaño. Trishcocinatacosdepolloparacenar,ymientrastantocharlamosunpocosobrela Navidad, el tiempo, y cualquier cosa menos lo que realmente tengo en la cabeza: Hardin. Laverdadesquecreoquemeestámatandoliteralmenteelhechodenollamarlo paradecirlequevuelvaacasaahoramismo. —¿Creesqueyahasufridobastante?—digosinadmitirqueheestadocontando losminutos. —No,peronoesdecisiónmía—respondesumadre. —Tengoquehacerlo. Salgo de la cocina para llamarlo. Cuando contesta, la sorpresa en su voz es evidente. —¿Tessa? —Hardin, aún tenemos mucho de que hablar, pero me gustaría que volvieses a casaparapoderhacerlo. —¿Ya?Sí…,sí,¡porsupuesto!—diceapresuradamente—.Ahoramismosalgo. —Vale…—digo,ycuelgo. No tengo mucho tiempo de repasarlo todo en mi cabeza antes de que llegue. Necesitoserfirmeyasegurarmedequeentiendequeloquehizoestámal,peroquelo quierodetodosmodos. Mepaseodeunladoaotroporelfríosuelodehormigón,esperando.Despuésde loquemepareceunahora,oigolapuertadeentradaylasfuertespisadasdesusbotas avanzandoporelpequeñopasillo. Cuandolapuertadeldormitorioseabre,semeparteelcorazónporenésimavez. Tiene los ojos hinchados e inyectados en sangre. No dice nada. En lugar de hacerlo,seacercaymedejaunobjetopequeñoenlamano.«¿Unpapel?» Lomiromientrasmecierraelpuñoalrededordelpapeldoblado. —Léeloantesdetomarunadecisión—diceconvozsuave. Despuésmedaunbesoenlasienysedirigealsalón. www.lectulandia.com-Página187 CAPÍTULO43 Tessa Conformedesdobloelpapel,abrounosojoscomoplatosdelasorpresa.Todalahoja estállenadegarabatosnegros,pordelanteypordetrás.EsunacartadeHardin. Casitengomiedodeleerla…,peroséquedebohacerlo. Tess: Puestoquenosemedanbienlaspalabrasalahoraderelatarmividainterior,puedequelehayarobado algunasalseñorDarcy,esequetantotegusta.Teescribosinningunaintencióndeafligirtenidehumillarmea mímismoinsistiendoenunosdeseosque,paralafelicidaddeambos,nopuedenolvidarsetanfácilmente;el esfuerzoderedactarydeleerestacartapodríahaberseevitadosimimododesernomeobligaraaescribirlay a que tú la leas. Por tanto, perdóname que me tome la libertad de solicitar tu atención; aunque ya sé que habrásdeconcedérmelademalagana,telopidoenjusticia… Séquetehehechodemasiadasputadas,yquenotemerezco,perotepido…,no,teruegoque,porfavor, pases por alto las cosas que he hecho. Soy consciente de que siempre te pido demasiado, y lo lamento. Si pudieravolveratrásyborrarlotodo,loharía.Séqueestásenfadadaydecepcionadapormisactos,yesome mata. En lugar de inventarme excusas que justifiquen mi manera de ser, voy a hablarte sobre mí, sobre la personaquenoconociste.Voyaempezarporlascosasquerecuerdo.Seguroquehaymás,perojuroquea partirdehoynovolveréaocultartenadaapropósito.Cuandoteníanueveaños,robélabicidemivecinoy rompí la rueda, y mentí al respecto. Ese mismo año lancé una pelota de béisbol por la ventana del salón y tambiénmentíalrespecto.Yasabeslodemimadreylossoldados.Mipadresemarchópocodespués,yyo mealegrécuandolohizo. No tenía muchos amigos porque era un capullo. Me metía con los chicos de mi clase a menudo. Prácticamentetodoslosdías.Fuiunimbécilconmimadre.Ésefueelúltimoañoqueledijequelaquería. Seguímetiéndomeconlagenteycomportándomecomoungilipollascontodoelmundohastaahora,asíque no puedo nombrar todas las situaciones, pero quiero que sepas que fueron muchas. A los trece años, unos amigos y yo entramos en una tienda y robamos un montón de cosas de forma aleatoria. No sé por qué lo hicimos,perocuandopillaronaunodemisamigos,loamenacéparaqueasumiesetodalaculpa,ylohizo.Me fumémiprimercigarrilloalostrece.Mesupoamierdaymepasédiezminutostosiendo.Novolvíafumar hastaqueempecéconlahierba,peroyallegaremosahí. AloscatorceperdílavirginidadconlahermanamayordemiamigoMark.Eraunaputayteníadiecisiete añosentonces.Fueunaexperienciaincómoda,peroaunasímegustó.Seacostócontodosnuestrosamigos,no sóloconmigo.Despuésdehacerloporprimeravez,novolvíahacerlohastalosquinceaños,perodespuésde esoyanoparé.Meenrollabaconcualquieraenfiestas,siemprementíaacercademiedadylaschicaseran fáciles.Aningunadeellasleimportabaunamierda,niellasamítampoco.Empecéafumarhierbaesemismo año,ylohacíaconfrecuencia.Comencéabebermásomenosalmismotiempo,misamigosyyorobábamos alcoholdecasaodecualquiersitioquepodíamos.Empecéapelearmemuchotambién.Recibílomíoalgunas veces,perolamayoríaganabayo.Siempreestabamuyenfadado,siempre,ymehacíasentirbienheriraotros. Provocabapeleastodoeltiempopordiversión.LapeorfueconunchicollamadoTucker,queproveníadeuna familiapobre.Llevabaropaviejaygastadayyolotorturabaporello.Lehacíamarcasenlacamisaconun bolisóloparademostrarcuántasvecesselaponíasinlavarla.Sí,séquefuiuncapullo. Undíalovicaminandoylogolpeéenelhombrosóloporjoder.Élseenfadóymellamócapullo,demodo quelemetíunabuenapaliza.Lerompílanariz,ysumadrenisiquierateníadineroparallevarloalmédico. Despuésdeaquelloseguíhaciéndolelavidaimposible.Unosmesesdespués,sumadremurióyélacabóen unacasadeacogida,degenterica,porsuerteparaél.Eldíaqueyocumplíadieciséisaños,pasópordelante de mí en un coche. Era un vehículo de último modelo. Verlo me cabreó y quise buscarlo para romperle la www.lectulandia.com-Página188 narizotravezpero,ahora,alpensarlo,mealegroporél. Voyasaltarmeelrestodelosdieciséisporqueloúnicoquehicefuebeber,drogarmeypelearme.Yesose aplica asimismo a los diecisiete. Robé algunos coches y también rompí algunas ventanas. A los dieciocho añosconocíaJames.Mecaíabienporquenoleimportabanadaunamierda,comoamí.Bebíamostodoslos días,elgrupoentero.Llegabaacasaborrachotodaslasnochesypotabaenelsuelo,ydespuésmimadretenía que limpiarlo. Rompía algo nuevo casi a diario… Teníamos nuestra pequeña panda y nadie se metía con nosotros,sabíanquenolesconvenía. Entoncesempezaronlosjuegos,losqueyatehecontado,yyasabesloquepasóconNatalie.Esofuelo peor de todo, te lo juro. Sé que te disgusta que no me importara lo que le sucediera. No sé por qué no me importó,peroasífue.Justoahora,mientrasconducíahastaestahabitacióndehotelvacía,estabapensandoen Natalie. Sigo sin sentirme tan mal como debería, pero me he puesto a pensar en qué pasaría si alguien te hicieraesoati.Casihetenidoquedetenerelcocheparavomitarsólodepensarquealgúndíapudierasestar ensulugar.Estuvomal,muymalloquelehice.Unadelasotraschicas,Melissa,tambiénsecolgódemí, peronopasónada.Eraodiosaylegustaballamarlaatención.Ledijeatodoelmundoqueteníaproblemasde higieneahíabajo…,demodoquetodoelmundosemetióconellaydejódemolestarme.Mearrestaronuna vezporestarborrachoenpúblico,ymimadreseenfadótantoquemedejóenlacomisaríatodalanoche.Y cuando la gente se enteró de lo de Natalie…, aquello ya fue la leche. Me puse hecho una furia cuando mencionóqueibaamandarmeaEstadosUnidos.Noqueríadejarmivida,pormuyjodidaqueéstafuera,por muy jodido que estuviera yo. Pero cuando le di una paliza a alguien delante de una multitud durante un festival,memandóaquí.SolicitéplazaenlaWCUymeadmitieron,claro. AlprincipiodellegaraEstadosUnidosloodiaba.Loodiabatodo.Estabatanenfadadoportenerquevivir cerca de mi padre que me rebelé todavía más. Bebía y estaba de fiesta en la casa de la fraternidad todo el tiempo.ConocíaSteph.Meenrolléconellaenunafiesta,yellamepresentóalrestodesusamigos.Nateyyo hicimosbuenasmigas.DanyJaceeranunoscapullos,Jaceelpeordelosdos.Yasabeslodelahermanade Dan,asíquemesaltaréesaparte.Metiréaunascuantastíasdespués,peronotantascomopuedaspensar.Me acostéconMollyunavezdespuésdequetúyyonosbesáramos,perosólolohiceporquenopodíadejarde pensarenti.Nopodíasacartedemicabeza,Tess.Imaginéqueerastútodoeltiempoconlaesperanzadeque esoayudara,peronofueasí.Sabíaquenoerastú.Túlohabríashechomejor.Noparabaderepetirmequesite veíaunavezmásmedaríacuentadequeloquesentíanoeramásqueunafascinaciónabsurda, puralujuria.Perocadavezqueteveíaqueríamásymás.Semeocurríanmanerasdecabreartesólo para oír cómo pronunciabas mi nombre. Quería saber qué pensabas en clase cuando mirabas tu libro con el ceño fruncido. Quería alisarte la arruga que se te formaba entre las cejas. Quería saber qué susurrabaisLandonytú.Queríasaberhastaloqueescribíasentuputaagenda.Casitelaquitoaqueldíaque setecayóyyoteladi.Nolorecordarás,perollevabaspuestaunacamisamoradayaquellahorriblefaldagris quesolíasponertecasitodoslosdías. Despuésdeaquellavezquetirétusapuntesalaireentucuartoytebesécontralapared,estabademasiado prendado como para mantenerme alejado de ti. Pensaba en ti constantemente. Consumías todos mis pensamientos.Alprincipionosabíaquéera,nosabíaporquémehabíaobsesionadotantocontigo.Laprimera vezquepasastelanocheconmigo,losupe.Supequetequería.Supequeharíacualquiercosaporti.Séqueno mecreerás,despuésdetodoloquetehehechosufrir,peroeslaverdad.Telojuro. Mepasabaeldíasoñandodespierto.Soñabaconlavidaquepodíatenercontigo.Teimaginabasentadaen elsillónconunbolientrelosdientes,leyendounanovela,conlospiesenmiregazo.Noséporqué,perono podíaquitarmeesaimagendelacabeza.Metorturabaquererteasísabiendoquetújamássentiríaslomismo. Amenacé a todo aquel que intentaba sentarse en el asiento al lado del tuyo. Amenacé a Landon para asegurarmedepodersentarmeahí,sóloparaestarcercadeti.Merepetíamilvecesquesólohacíatodasesas cosasextrañasparaganarlaapuesta.Sabíaquemeestabaengañandoamímismo,peronoestabapreparado paraadmitirlaverdad.Hacíacosas,tonterías,quealimentabanmiobsesiónporti.Subrayabafrasesenmis novelasquemerecordabanati.¿Quieresoírlaprimera?Era:«Bajóalapista,evitandomirarladuranteun buenrato,comosisetrataradelsol;pero,aunquenolamiraba,laveía,comosucedeconelsol». SupequeteamabamientrassubrayabaaTolstói. Cuandotedijequetequeríadelantedetodos,lodecíadeverdad,perofuiungilipollaspornoadmitirlo cuandomerechazaste.Eldíaquemedijistequemequerías,fuelaprimeravezquesentíquehabíaesperanza, esperanzaparamí,paranosotros.Noséporquéseguíhaciéndotedañoytratándotecomolohice.Novoya hacerte perder el tiempo con una excusa, porque no tengo ninguna. Sólo tengo estos malos instintos y costumbres,yestoyintentandocombatirlosporti.Loúnicoqueséesquemehacesfeliz,Tess.Mequieresa pesar de que no deberías, y te necesito. Siempre te he necesitado y siempre lo haré. Cuando me dejaste la semanapasadacreíaquemeibaamorir.Estabamuyperdido.Estabacompletamenteperdidosinti.Salícon www.lectulandia.com-Página189 unachicalasemanapasada.Noibaacontártelo,peronoquieroarriesgarmeavolveraperderte.Enrealidad nofuenada.Nopasónadaentrenosotros.Estuveapuntodebesarla,peromedetuve.Nopodíabesarla,no podíabesaranadiequenofuerastú.Eraaburridaynopodíacompararsecontigo.Nadiepuede,ynadiepodrá. Séqueseguramenteyaesmuytarde,ymásahoraquesabestodoelmalquehehecho.Sólomequeda cruzar los dedos y esperar para que me quieras del mismo modo después de leer esto. Y, si no es así, no importa. Lo entiendo. Sé que puedes encontrar a alguien mejor que yo. Yo no soy romántico; nunca te escribiréunpoemanitecantaréunacanción. Nisiquierasoysimpático. Nopuedoprometertequenovolveréahacertedaño,perosípuedojurartequeteamaréhastaeldíaque memuera.Soyunapersonahorribleynotemerezco,peroesperoquemedeslaoportunidaddehacerque recupereslafeenmí.Sientotodoeldolorquetehecausado,yentenderéquenopuedasperdonarme. Lo siento, no pretendía que esta carta fuera tan larga. Supongo que la he cagado más veces de las que imaginaba. Siempretequerré. HARDIN Me quedo sentada mirando el papel con la boca abierta y después lo releo dos veces.Noséquéesperaba,perodesdeluegonoeraesto.¿Cómopuededecirqueno esromántico?Lapulseradecharmsquellevoenlamuñecayestapreciosísimacarta, aunque algo perturbadora, demuestran lo contrario. Incluso ha utilizado el primer párrafodelacartadeDarcyaElizabeth. Ahoraquemehaexpuestosualma,nopuedosinoamarlomástodavía.Hahecho muchas cosas que yo jamás haría, cosas horribles que han causado daño a mucha gente,peroamíloquemásmeimportaesqueyanolashace.Nosiemprehahecho lo correcto, pero no puedo pasar por alto todos sus esfuerzos por demostrarme que está cambiando e intentando cambiar, por demostrarme que me quiere. Detesto admitirlo,peromeresultapoéticoelhechodequenuncalehayaimportadonadiemás queyo. Miro la carta un poco más hasta que oigo unos golpes en la puerta de la habitación.Doblolahojaylaguardoenelúltimocajóndelacómoda.Noquieroque Hardintratedeobligarmeatirarlaoaromperlaahoraquelaheleído. —Pasa—digo,ymeacercoalapuertapararecibirlo. Abre,yaconlamiradaenelsuelo. —¿Has…? —Sí…—Alargolamanoylelevantolabarbillaparaquememirecomosiempre lohace. Susojosrojosestánmuyabiertosytristes. —Losiento,hasidounaestupidez…,sabíaquenodeberíahaber…—empieza. —No,nolohasido.Nohasidounaestupidezenabsoluto.—Retirolamanode su barbilla, pero él mantiene la mirada fija en la mía—. Hardin, es justo lo que llevabaesperandoquemedijerasdesdehacemucho. —Sientohabertardadotanto,yhaberloescrito…Meresultabamásfácil.Nose medabiendecirlascosas.—Elrojodesusojoscautelososespreciosoencontraste conelbrillanteverdordesusiris. —Yalosé. www.lectulandia.com-Página190 —¿Has…? ¿Quieres que hablemos de ello? ¿Necesitas más tiempo ahora que sabeslohorriblequesoyenrealidad?—Frunceelceñoymiraalsuelodenuevo. —Noloeres.Loeras…Hashechomuchascosas…malas,Hardin.—Asiente.No soporto verlo sintiéndose tan mal consigo mismo, incluso a pesar de su pasado—. Peroesonosignificaqueseasmalapersona.Hashechocosasmalas,peroyanoeres malapersona. Levantalavista. —¿Qué? Cojosucaraentrelasmanos. —Hedichoquenoeresmalapersona,Hardin. —¿Deverdadlopiensas?¿Hasleídoloqueheescrito? —Sí,yelhechodequelohayasescritolodemuestra. Surostroperfectoreflejaclaramentesuconfusión. —¿Cómopuedesdecireso?Noloentiendo.Queríasquetedieraespacio,yhas leídotodaesamierda,¿yaunasídiceseso?Noentiendo… Leacariciolasmejillasconlospulgares. —Laheleído,yahoraquesétodoloquehashecho,sigosincambiardeopinión. —Vaya…—Susojossevuelvenvidriosos. Me duele pensar que vaya a llorar otra vez, y especialmente de que lo haga delantedemí.Estáclaroquenoentiendeloquequierodecirle. —Ya me había decidido mientras estabas fuera. Y después de leer lo que has escritoquieroestarcontigomásquenunca.Teamo,Hardin. www.lectulandia.com-Página191 CAPÍTULO44 Tessa Mecogedelasmanosylassostieneduranteunsegundoantesderodearmeconlos brazoscomosifueraadesaparecersimesoltara. Mientraspronunciabalaspalabras«quieroestarcontigo»mehedadocuentadelo liberador que resulta todo esto. Ya no tengo que preocuparme por el hecho de que secretosdelpasadodeHardinvuelvanparaatormentarnos.Yanotengoqueesperara que nadie me suelte una bomba. Lo sé todo. Por fin sé todo lo que había estado ocultando. No puedo evitar pensar en la frase «A veces es mejor permanecer en la oscuridadquesercegadosporlaluz»,peronocreoqueesoseapliqueamicasoen estosmomentos.Meperturbanlascosasquehahecho,peroloquieroyheelegidono dejarquesupasadonossigaafectando. Hardinseapartaysesientaenelbordedelacama. —¿En qué estás pensando? ¿Tienes alguna pregunta sobre algo? Quiero ser sincerocontigo. Me coloco entre sus piernas. Él da la vuelta a mis manos y empieza a trazar pequeñospatronesenlaspalmasmientrasinspeccionamirostrobuscandopistasde cómomesiento. —No…MegustaríasaberquéfuedeNatalie…,peronotengoningunapregunta. —Yanosoyesapersona,losabes,¿verdad? Yaselohedicho,peroséquenecesitaoírlootravez. —Losé.Losé,cariño. Encuantopronuncioesapalabra,susojossefijanenlosmíos. —¿«Cariño»?—Enarcaunaceja. —Noséporquéhedichoeso…—Meruborizo. NuncalehabíallamadonadaquenofueraHardin,asíquemeresultaunpocoraro hacerloahora. —No…,megusta.—Sonríe. —Echabademenostusonrisa—ledigo,ysusdedosdejandemoverse. —Yotambiénechabademenoslatuya—replica,yacontinuaciónfrunceelceño —.Notehagosonreírlosuficiente. Deseodeciralgoparaeliminarlaexpresióndedudadesurostro,peronoquiero mentirle.Esprecisoquesepacómomesiento. —Sí…,tenemosquetrabajareneso—respondo. www.lectulandia.com-Página192 Susdedosreanudansusmovimientosytrazanpequeñoscorazonesenlapalmade mimano. —Noséporquémequieres—dice. —Larazónnoimporta.Loqueimportaesquelohago. —Lacartaeraestúpida,¿verdad? —¡No!¿Quieresdejaryadeodiartetanto?—replico—.Hasidomaravillosa.La heleídotresvecesseguidas.Mehagustadomucholeerlascosasquepensabassobre mí…,sobrenosotros. Levantalamiradaconunaexpresióndesuficienciaydepreocupaciónalavez. —Yasabíasquetequería. —Sí…, pero es bonito saber esos detalles, que te acuerdes de lo que llevaba puesto.Esetipodecosas.Nuncadicesesaclasedecosas. —Vaya.—Pareceavergonzado. MesigueresultandoalgodesconcertanteelhechodequeHardinseaelvulnerable delarelación.Esepapelsiemprehabíasidoelmío. —Noteavergüences—ledigo. Me envuelve la cintura con sus brazos y tira de mí para colocarme sobre su regazo. —Nolohago—miente. Le paso una de mis manos por el pelo y enrosco mi otro brazo alrededor de su hombro. —Pues yo creo que sí —lo desafío suavemente. Él se echa a reír y entierra la cabezaenmicuello. —Menuda Nochebuena. Ha sido un día larguísimo —protesta, y no me queda másremedioqueestardeacuerdo. —Sí, ha sido demasiado largo. No me puedo creer que mi madre haya venido aquí.Esincreíble. —Enrealidad,no—dice,yyomeapartoparamirarlo. —¿Qué? —La verdad es que no está siendo irracional. Sí, sus maneras no son las más adecuadas,peronolaculpopornoquererqueestésconalguiencomoyo. Cansadadeestacharla,ydequepiensequemimadretieneenciertomodorazón conrespectoaél,lomiroconelceñofruncidoymeretirodesuregazoparasentarme asuladoenlacama. —Tess,nomemiresasí.Sólodigoque,ahoraquehepensadoentodoelmalque hehecho,nolaculpoporestarpreocupada. —Hardin,mimadreseequivoca,ydejemosyadehablardeella—protesto. El torbellino emocional del día, y de los últimos meses, me tiene agotada y malhumorada.Nopuedocreerqueelañoestéapuntodeterminar. —Vale,y¿dequéquiereshablar?—pregunta. —Nolosé…dealgomásligero.—Sonríoparaobligarmeaestarmenosirritable www.lectulandia.com-Página193 —.Como,porejemplo,delorománticoquepuedesllegaraser. —Yonosoyromántico—resopla. —Desdeluegoquesí.Esacartaesunclásico—ledigodebroma. Ponelosojosenblanco. —No era una carta, era una nota. Una nota que en un principio iba a ser de un párrafocomomucho. —Vale.Puesunanotaromántica,entonces. —Ay,¿tequierescallar?—gruñedemaneracómica. Enroscounodesusrizosenmidedoymerío. —¿Esahoracuandovasaempezarachincharmeparaquedigatunombre? Actúademasiadodeprisacomoparaquemedétiempoareaccionar.Meagarrade la cintura y me empuja contra la cama mientras él permanece frente a mí con las manosenlascaderas. —No.Desdeentonceshehalladonuevasmanerasdehacerquedigasminombre —exhalaconloslabioscontramioreja. MicuerpoenteroseenciendeconsólounaspocaspalabrasdeHardin. —¿Ah,sí?—digoconvozgrave. Peroderepente,lafigurasinrostrodeNatalieapareceenmimenteyhacequese merevuelvaelestómago. —Creoquedeberíamosesperaraquetumadrenoestéenlahabitacióndeallado —sugiero, en parte porque es evidente que necesito más tiempo para volver a la normalidad de nuestra relación, pero también porque ya me resultó bastante incómodohacerlolaotravezestandoellaaquí. —Puedoecharlaahoramismo—bromea,perosetumbaamilado. —Oyopodríaecharteati. —Nopiensovolveramarcharme.Nitútampoco.—Laseguridadensuvozme hacesonreír. Permanecemostumbadoselunoalladodelotro,ambosmirandoaltecho. —Bueno,puesyaestá.Seacabóelvolverydejarlo,¿no?—pregunto. —Sí.Seacabaronlossecretos,yseacabóelhuir.¿Creesquepodrásaguantaral menosunasemanaenterasindejarme? Ledoyuncodazoymerío. —Y¿túcreesquepodrásaguantaralmenosunasemanaenterasincabrearme? —Seguramenteno—responde.Séqueestásonriendo. Mevuelvoy,talycomoesperaba,comprueboqueunaenormesonrisacubresu rostro. —Tendrásquequedarteadormirconmigoenmiresidenciadevezencuando— digo—.Estoestámuylejos. —¿Enturesidencia?Novasavivirenunaresidencia.Vivesaquí. —Acabamosdevolveraestarjuntos,¿creesqueesbuenaidea? —Vasaquedarteaquí—replica—.Nopiensodiscutireso. www.lectulandia.com-Página194 —Esevidentequeestásconfundidoparaestarhablándomeasí—digo.Meapoyo sobreuncodoylomiro.Sacudolacabezaligeramenteyleregalounalevesonrisa—. Noquierovivirenlaresidencia,sóloqueríaverloquedecías. —Bueno—diceincorporándoseeimitandomisgestos—.Mealegrodeverque vuelvesasertanirritantecomodecostumbre. —Yyomealegrodeverquevuelvesaserungrosero.Despuésdelodelacarta romántica,mepreocupabaquehubiesesperdidotuencanto. —Comovuelvasadecirquesoyrománticopiensotomarteaquíyahora,meda igualqueestémimadre. Abrounosojoscomoplatosyélseechaareírcomonuncaanteslohabíaoído. —¡Esbroma!¡Deberíasvertelacara!—grita. Tambiénmeechoareírirremediablemente. —Siento que no deberíamos reírnos después de todo lo que ha pasado hoy — admitecuandoparamos. —Igualporesoprecisamentedeberíamosreírnos. Esoesloquehacemossiempre:pelearnosyreconciliarnosdespués. —Nuestrarelaciónesundesastre.—Sonríe. —Sí…,unpoco—admito.Hastaahorahasidocomounamontañarusa. —Peroyanoloserá,¿deacuerdo?Loprometo. —Deacuerdo.—Meinclinoyledoyunbesorápidoenloslabios. Peronoessuficiente.Nuncaloes.Vuelvoapegarlabocaalasuya,yestavezla mantengo ahí. Nuestros labios se abren al mismo tiempo y desliza la lengua en mi boca.MismanosseaferranasupeloyHardinmecolocaencimadeélmientrassu lengua masajea la mía. Por muy desastrosa que haya sido nuestra relación, no se puedenegarquenuestrapasiónsigueintacta.Empiezoamenearlascaderas,mepego confuerzaaélysientocómosonríecontramislabios. —Creoqueyaessuficienteporahora—dice. Asiento,meapartoyapoyolacabezasobresupecho,disfrutandodelasensación detenersusbrazosalrededordemiespalda. —Esperoquemañanavayabien—digodespuésdeunosminutosdesilencio. Noresponde.Y,cuandolevantolacabeza,veoquetienelosojoscerradosylos labiosligeramenteseparados,dormido.Debedeestaragotado.Ylaverdadesqueyo tambiénloestoy. Me incorporo y miro la hora. Son más de las once. Le quito los vaqueros con suavidadparanodespertarloymeacurrucoasulado.MañanaesNavidad,yespero queeldíatranscurramuchomejorqueéste. www.lectulandia.com-Página195 CAPÍTULO45 Hardin —Hardin—diceTessaconvozsuave. Gruñoysacoelbrazodedebajodesucuerpo.Agarrolaalmohadaymecubroel rostroconella. —Nomevoyalevantaraún. —Estardeytenemosquearreglarnos. Mequitalaalmohadadeencimaylatiraalsuelo. —Quédateenlacamaconmigo—replico—.Cancelémoslo. LaagarrodelbrazoyTessaseponedelado,acoplandosucuerpoalmío. —No podemos cancelar la Navidad —dice riéndose, y pega los labios a mi cuello. Me acerco más a ella y presiono las caderas contra las suyas. Me aparta de manerajuguetona. —No, de eso nada. —Me empuja el pecho con las manos para evitar que me coloqueencimadeella. Selevantadelacamaymedejasolo.Semepasaporlacabezaseguirlahastael baño,noparahacerlenada,sinoporestarcercadeella.Perolacamaestádemasiado calentita,asíquedecidonohacerlo.Todavíanopuedocreermequesigaaquí.Nunca dejadesorprendermequemeperdoneyquemeaceptecomosoy. TenerlaaquíenNavidadtambiénserádiferente.Nuncamehabíanimportadouna mierdaestasfiestas,perovercómosurostroseiluminaalverunestúpidoárbolcon adornosexcesivamentecaroshacequetodalasituaciónmeresultemástolerable.Que mimadreseencuentreaquítampocoestámal.Tessapareceadorarla,ymimadreestá casitanobsesionadaconmichicacomoyo. «Michica.»Tessaesmichicaotravez,yvoyapasarlaNavidadconella,ycon midesestructuradafamilia.Menudadiferenciaconelañopasado,quemepaséeldía deNavidadborrachocomounacuba. Unosminutosdespués,meobligoasalirdelacamaymedirijoalacocina.Café. Necesitocafé. —FelizNavidad—dicemimadrecuandoentro. —Igualmente. Pasopordelantedeellaymeacercoalanevera. —Hehechocafé—anuncia. www.lectulandia.com-Página196 —Yaloveo. CojolosfrostiesdeKellogg’sdeencimadelaneveraymeacercoalacafetera. —Hardin,sientoloquedijeayer.Séquetemolestóqueestuvieradeacuerdocon lamadredeTessa,perodebesentenderporquélohice. Elcasoesqueentiendoperfectamenteporquélohizo,peroellanoesquiénpara decirleaTessaquemedeje.Despuésdetodoporloquehemospasado,necesitamos quealguienestédenuestraparte.Escomosiestuviéramosellayyosoloscontrael mundo,ynecesitoquemimadreestédenuestrolado. —Es sólo que su sitio está conmigo, mamá. No en ninguna otra parte. Sólo conmigo. Cojo un trapo para limpiar el café que se ha derramado de mi taza. El líquido marrón mancha la tela blanca y casi me parece oír a Tessa regañándome por haber usadoeltrapoquenotocaba. —Losé,Hardin—dicemimadre—.Ahoraloveo.Losiento. —Yotambién.Ysientocomportarmecomouncapullotodoeltiempo.Noesmi intención. Mispalabrasparecensorprenderla,ynoseloreprocho.Nuncamedisculpo,tenga onomotivosparahacerlo.Supongoqueaesomededico,acomportarmecomoun capulloyanodarlacarajamás. —Tranquilo, lo superaremos. Vamos a pasar una bonita Navidad en la preciosa casadetupadre.—Sonríe,yelsarcasmoesevidenteensuvoz. —Sí,vamosasuperarlo. —Sí, hagámoslo. No quiero que el día de hoy se fastidie por todo lo que pasó ayer.Ahoraentiendomejortodalasituación.Séquelaquieres,Hardin,yséqueestás aprendiendoaserunhombremejor.Ellateestáenseñando,yesomehacemuyfeliz. Mimadresellevalasmanosalpechoyyopongolosojosenblanco. —Deverdad,mealegromuchoporti—dice. —Gracias.—Apartolamirada—.Tequiero,mamá. Se me hace raro pronunciar esas palabras, pero su expresión hace que valga la pena. Sofocaungrito. —¿Quéacabasdedecir? Las lágrimas inundan inmediatamente sus ojos al oír las palabras que nunca le digo.Noséquémehallevadoapronunciarlasahora,talvezelsaberquesólodesea lomejorparamí.Oquizáqueestéaquíahorayquehayadesempeñadounpapeltan importanteenladecisióndeTessadeperdonarme.Nolosé,perosumiradahaceque deseehabérselodichoantes.Hapasadopormuchascosas,yhahechotodoloposible por ser una buena madre para mí. Debería disfrutar del sencillo placer de escuchar quesuúnicohijolaquieremásdeunavezentodosestosaños. Estabamuyenfadado,aúnloestoy,peronoesculpasuya.Nuncalohasido. —Quetequiero,mamá—repitoalgoavergonzado. www.lectulandia.com-Página197 Tirademíymeestrechaconfuerzaentresusbrazos,conmásfuerzadelaque suelotolerar. —Ay,Hardin,yotambiéntequiero.Tequieromuchísimo,hijo. www.lectulandia.com-Página198 CAPÍTULO46 Tessa Decidollevarelpeloliso,porprobaralgodiferente.Perocuandoacabodepeinarme, me veo rara, así que termino rizándomelo como de costumbre. Estoy tardando demasiadoenarreglarme,yseguroqueyacasieshorademarcharnos.Puedequeesté invirtiendo más tiempo de lo habitual porque en el fondo estoy nerviosa y tengo miedodecómosaldránlascosas. EsperoqueHardinsecomportedelamejormaneraquesabe,oalmenosquelo intente. Opto por un maquillaje ligero y me pongo sólo un poco de base, lápiz negro y rímel. Iba a ponerme sombra también, pero he tenido que borrarme la raya del párpadosuperiortresveceshastaqueporfinheconseguidohacérmelabien. —¡¿Estásviva?!—gritaHardindesdeelotroladodelapuerta. —Sí,yacasiestoy—respondo,ymecepillolosdientesunavezmás. —Voy a darme una ducha rápida, pero después tenemos que irnos si quieres llegarallíatiempo—meinformacuandoabrolapuerta. —Vale,vale,mevestirémientrasteduchas. Desaparece en el baño. Me dirijo al armario y cojo el vestido verde bosque sin mangasquecompréparaponérmelohoy.Latelaverdeoscuroesgruesa,yelescote, alto.Ellazoquecubremicinturaesmuchomásgrandedeloqueparecíacuandome loprobéelotrodía,perovoyallevarunarebecaencimadetodosmodos.Cojomi pulseradecharmsdelacómodaysientomariposasenelestómagocuandoreleola perfectainscripción. Noséquézapatosponerme;simepongotacones,parecerédemasiadoarreglada. Me decido por unos negros y planos, y me coloco la rebeca sobre el vestido justo cuandoHardinabrelapuertaconsólounatoallaalrededordelacintura. «Vaya.» Por mucho tiempo que pase, sigo quedándome sin aliento al verlo. Mientrasobservosucuerposemidesnudomepreguntocómoesposiblequeantesno megustasenlostatuajes. —Joder—diceobservándomedearribaabajo. —¿Qué?¿Quépasa?—Mirohaciaabajoparaverquépuedeestarmal. —Pareces…tremendamenteinocente. —Y¿esoesbuenoomalo?EsNavidad,noquieroparecerindecente. Derepentemesientoinsegurademielección. www.lectulandia.com-Página199 —No,estábien—measegura—.Estámuybien. Sulenguaserpenteaporsulabioinferior.Entonceslocapto,mepongocoloraday apartolavistaantesdequeiniciemosalgoquenovamosapoderterminar.Almenos, noporahora. —Gracias.¿Túquévasaponerte? —Lomismodesiempre. Lomirootravez. —Ah. —Novoyaarreglarmeparairacasademipadre. —Ya…Y¿porquénoteponeseljerseyrojoqueteregalótumadre?—sugiero, aunqueséquenolohará. Sueltaunacarcajada. —Nidecoña. Se dirige al armario, tira de los vaqueros que están en la percha y ésta cae al suelo,aunqueHardinnosuelerepararenesascosas.Decidonodecirlenada.Enlugar dehacerlo,mealejodelarmariojustocuandoéldejacaerlatoalla. —Estaré fuera con tu madre —me apresuro a decir, intentando obligarme a no mirarsucuerpo. —Como quieras —responde con una sonrisa de superioridad, y salgo de la habitación. Trish está en el salón, y luce un vestido rojo y unos tacones negros, algo muy distintodelchándalquellevahabitualmente. —¡Estáspreciosa!—ledigo. —¿Seguro? ¿No es demasiado con el maquillaje y demás? —pregunta nerviosa —.Noesquemeimporte,peronoquieroquemiexmaridomeveaconmalaspecto despuésdetodosestosaños. —Créeme,notienesmalaspectoenabsoluto—leaseguro,yconsigoquesonría unpoco. —¿Estáislistas?—preguntaHardincuandosereúneconnosotrasenelsalón. Todavía lleva el pelo mojado, pero de algún modo sigue teniendo un aspecto perfecto.Vatododenegro,incluidaslasConversequellevabaenSeattleyquetanto megustan. Sumadrenoparecerepararensuoscuravestimenta,probablementeporquesigue centrada en su propia apariencia. Cuando entramos en el ascensor, Hardin mira a Trishporprimeravezypregunta: —¿Porquévastanelegante? Ellaseruborizaunpoco. —Esfiesta,¿porquénoibaaarreglarme? —Esunpocoraro… Lointerrumpoantesdequedigaalgoquelefastidieeldíaasumadre. —Estáguapísima,Hardin—aseguro—.Yyovoytanarregladacomoella. www.lectulandia.com-Página200 Durante el trayecto, todos guardamos silencio, incluida Trish. Es evidente que estánerviosa,y¿quiénnoibaaestarlo?Yotambiénloestaría.Dehecho,pormotivos diferentes,cuantomásnosacercamosacasadeKen,másnerviosamepongo.Sólo quieroqueeldíatranscurraenpaz. Cuandoporfinllegamosyaparcamoselcoche,oigoqueTrishsofocaungrito. —¿Éstaessucasa? —Sí.Yatedijequeeragrande—diceHardinapagandoelmotor. —Nopenséquefueratangrande—respondeellaenvozbaja. Hardinsaledelvehículoyleabrelapuertaasumadre,quesigueahísentadacon la boca abierta. Yo también salgo y, mientras ascendemos los escalones que nos llevanalaenormevivienda,veolaaprensiónensurostro.Locojodelamanopara intentartranquilizarlo,yélmemiraconunasonrisaleveperoevidente.Nollamaal timbre,sinoqueabrelapuertayentra. Karen está de pie en el salón con una radiante sonrisa de bienvenida, tan contagiosa que hace que me sienta un poco mejor. Hardin recorre el vestíbulo primero,consumadreasuladoyyodetrás,cogiéndolotodavíadelamano. —Graciasatodosporvenir—diceKarenmientrasseacercaaTrish,yaqueda porhechoqueHardinnovaamolestarseenpresentarlas—.Hola,Trish,soyKaren —lasaludaaltiempoqueletiendelamano—.Mealegrodeconocerte.Teagradezco muchoquehayasvenido. Karenparececompletamenterelajada,perolaconozcoyséqueenelfondonolo está. —Hola,Karen,encantadadeconocertetambién—respondeTrish,yleestrechala mano. En ese preciso momento, Ken entra en la habitación, nos ve y, después de mirarnos dos veces, se detiene de repente y mira a su exmujer. Me inclino hacia Hardin;esperoqueLandonlehayadichoaKenqueíbamosavenir. —Hola,Ken—diceTrishenuntonomáselevadodelohabitual. —Trish…Vaya…,hola—tartamudeaél. Trish, a quien sospecho satisfecha tras ver su reacción, asiente una vez con la cabezaydice: —Estás…distinto. He intentado imaginar el aspecto que tendría Ken años atrás, con los ojos probablementerojosporelalcohol,lafrentesudorosayelrostropálido,peronosoy capaz. —Sí…,tútambién—respondeél. Empiezo a marearme debido a la incómoda tensión, de modo que me siento inmensamentealiviadacuando,derepente,Karenexclama: —¡Landon!—Yélseuneanosotros. Claramente, Karen también se siente aliviada al ver a su ojito derecho, y su aspectoesmuyapropiadoparalaocasión;llevaunospantalonesazulesyunacamisa www.lectulandia.com-Página201 blancadevestirconunacorbatanegra. —Estásmuyguapa—meadula,ymedaunabrazo. Hardin me agarra la mano con más fuerza, pero yo consigo liberarla y también abrazoaLandon. —Tútampocoestásnadamal,Landon—ledigo. Hardin rodea entonces mi cintura con el brazo y tira de mí para recuperarme, sosteniéndomemáscercaqueantes. LandonponelosojosenblancoysevuelvehaciaTrish. —Hola, señora, soy Landon, el hijo de Karen. Me alegro de conocerla porfin. —Vaya,porfavor,nomellamesseñora.—Trishseechaareír—.Pero yotambiénmealegrodeconocerte.Tessamehahabladomuchodeti. Landonsonríe. —Esperoquecosasbuenas. —Principalmente—bromeaella. El encanto de Landon parece disminuir la tensión del ambiente, y Karen interviene: —Llegáisjustoatiempo.¡Elgansoseservirádentrodeunpardeminutos! Ken nos dirige a todos al comedor y Karen desaparece en la cocina. No me sorprende encontrar la mesa perfectamente dispuesta con su mejor vajilla de porcelana, la cubertería de plata bruñida y unos elegantes servilleteros de madera. Conunosplatosdeentremesesordenadamentecolocados.Elplatoprincipaldeganso estárodeadodegruesasrodajasdenaranja.Unpuñadodebayasrojasdescansasobre elcuerpodelave.Todoesmuyelegante,yelolorhacequelabocasemehagaagua. Delante de mí tengo un plato de patatas asadas. El aroma a ajo y perejil inunda el aire,ymequedoadmirandoelrestodelamesa.Unornamentodefloresdescansaen elcentro,ycadaelementodecorativorepiteeltemadelasnaranjasylasbayas.Karen essiempreunamagníficaanfitriona. —¿Queréisalgodebeber?Tengounvinotintodeliciosoenlabodega—dice. Veocómosusmejillassesonrojandeinmediatoaldarsecuentadeloqueacaba depreguntar.Elalcoholesuntemadelicadoenestegrupo. Trishsonríe. —Yosíquiero,gracias. Karen desaparece y el resto nos quedamos tan callados que, cuando saca el corchoenlacocina,elsonidoseoyetanfuertequepareceresonarenlasparedesque nos rodean. Cuando regresa con la botella abierta, me planteo pedirle que me sirva una copa para ver si así se me pasa esta incómoda sensación en el estómago, pero finalmente decido no hacerlo. Con la anfitriona de vuelta, tomamos asiento. Ken presidelamesa,conKaren,LandonyTrishaunladoyHardinyyoalotro.Después dealgunoscumplidosporlapresentación,nadiediceunapalabramientrassesirven comidaenelplato. www.lectulandia.com-Página202 Trasdarunoscuantosbocados,Landonestablececontactovisualconmigo,yveo quesedebateentrehablarono.Asientoligeramente;noquierotenerqueinterrumpir elsilencio.MellevountenedorcongansoalabocayHardinmecolocalamanoen elmuslo. LandonselimpialabocaconlaservilletaysevuelvehaciaTrish. —Bueno,¿quélehaparecidohastaahoraEstadosUnidos,señoraDaniels?¿Esla primeravezqueviene? Ellaasienteunpardeveces. —Puessí,esmiprimeravez.Megusta.Nomegustaríaviviraquí,peromegusta. ¿Piensas quedarte en Washington cuando termines la universidad? —dice entonces mirandoaKencomosileestuviesepreguntandoaélenlugardeaLandon. —Todavíanolosé;minoviasetrasladaaNuevaYorkelmesqueviene,asíque dependerádeloqueellaquierahacer. Aunqueseaegoístapormiparte,esperoquenosemudeallíenbreve. —Bueno,yoestoydeseandoqueHardintermineparaquepuedavolveracasa— diceTrish,yyodejocaerelcuchilloenelplato. Todaslasmiradassecentranenmí,ysonríoamododedisculpaantesderecoger elcubierto. —¿VasavolveraInglaterracuandotegradúes?—lepreguntaLandonaHardin. —Sí,porsupuesto—respondeélgroseramente. —Vaya—diceLandonmirándomeamídirectamente. Hardin y yo no hemos hablado sobre nuestros planes para después de la universidad, pero jamás se me había pasado por la cabeza que quisiera volver a Inglaterra.Tendremosquediscutirlomástarde,nodelantedetodoelmundo. —Y ¿a ti, Ken…, te gusta Estados Unidos? ¿Piensas quedarte aquí de manera permanente?—preguntaTrish. —Sí,meencantaesto.Piensoquedarme,sinduda—asegura. Trishsonríeybebeunsorbodevino. —TúodiabasEstadosUnidos—repone. —Túlohasdicho.Loodiaba—replica,yleofreceunamediasonrisa. Karen y Hardin se revuelven incómodos en sus asientos, y yo me concentro en masticarlapatataquetengoenlaboca. —¿AlguientienealgodequehablarquenoseaEstadosUnidos?—Hardinpone losojosenblanco. Lepropinounpuntapiépordebajodelamesa,peronosedaporaludido. Karenintervienedeinmediato. —¿QuétalelviajeaSeattle,Tessa?—mepregunta. Yaseloherelatado,peroséquesóloestáintentandoestablecerconversación,de modoquelecuentoatodoelmundolodelaconferenciayeltrabajootravez.Yasí conseguimos superar la comida. Todo el mundo me hace preguntas en un claro intentodepermanecerenestetemaseguroalejadodelosdardosdelosexcónyuges. www.lectulandia.com-Página203 Cuando terminamos con el delicioso ganso y los entremeses, ayudo a Karen a llevar los platos a la cocina. Parece distraída, de modo que no intento darle conversaciónmientrasrecogemoslavajilla. —¿Quieresotracopadevino,Trish?—preguntaKarencuandotodospasamosal salón. Hardin, Trish y yo nos sentamos en uno de los sofás, Landon se sienta en el sillón,yKarenyKen,enelotrosofáenfrentedenosotros.Escomosiestuviésemos formandoequiposyLandonfueraelárbitro. —Sí, por favor. La verdad es que tiene un sabor exquisito —responde Trish, y ofrecelacopavacíaparaqueKarenselarellene. —Gracias,locompramosenGreciaesteverano;fueunviajemag…—Sedetiene enmitaddelafrase.Trasunapausa,añade—:Unlugarmuybonito—yledevuelve lacopaaTrish. LamadredeHardinsonríeylalevantaligeramenteamododebrindis. —Bueno,elvinoesexcelente. Alprincipionoentiendoelmomentoincómodo,peroentoncesmedoycuentade queKarenhaconseguidoalKenqueTrishnuncatuvo.ViajaaGreciayportodoel mundo,tieneunacasaenorme,cochesnuevosy,loqueesmásimportante,unmarido cariñosoysobrio.AdmiroaTrishporsertanfuerteyporsucapacidadparaperdonar. Está haciendo un esfuerzo tremendo por ser amable, especialmente dadas las circunstancias. —¿Alguienmás?Tessa,¿quieresunacopa?—preguntaKarenmientrastermina deservirleunaaLandon. MevuelvohaciaTrishyHardin. —Sólouna,paracelebrarlafiesta—añadeKaren. Alfinalcedo. —Sí,porfavor—respondo. Voy a necesitar más de una copa de vino si el día continúa siendo así de incómodo. Mientrasmesirve,veoqueHardinasienteconlacabezavariasveces,yentonces pregunta: —¿Ytú,papá?¿Quieresunacopadevino? Todoelmundolomiraconunosojoscomoplatosylabocaabierta.Yoledoyun apretónenlamanoenunintentodehacerlocallar,peroélcontinúaconunasonrisa malévola: —¿Qué?¿No?Venga,seguroquequieresuna.Séqueloechasdemenos. www.lectulandia.com-Página204 CAPÍTULO47 Tessa —¡Hardin!—exclamaTrish. —¿Qué?Sóloleestoyofreciendounabebida.Estoysiendosociable—dice. ObservoaKenyveoquesedebateentremorderonoelanzuelodesuhijo;no sabesidejarqueestoseconviertaenunagrandiscusión. —Para—lesusurroaHardin. —Noseasgrosero—lediceTrish. Porfin,Kenreacciona. —Nopasanada—dice,ybebeunsorbodeagua. Analizolasala.Karenestáblancacomolacal.Landonestámirandoelenorme televisordelapared.Trishbebevino.Kenparecedesconcertado,yHardinlofulmina conlamirada. Entoncesmuestraunasonrisatranquilizadora. —Yaséquenopasanada. —Sé que sólo estás furioso —añade Ken—, así que, adelante, di lo que tengas quedecir. No debería haber dicho eso. No debería haber tratado las emociones de Hardin conrespectoaestasituacióntanalaligera,comosisólofueralaopinióndeunniño alqueapenastienequeaguantarunmomento. —¿Furioso?Noestoyfurioso—replicaélconcalma—.Molestoydivertidocon todoesto,sí,perofuriosono. —¿Quéesloquetedivierte?—preguntaKen. «Ay,Ken,cierralaboca.» —Medivierteelhechodequeestésactuandocomosinadahubierapasado,como sinofuesesunaputamierda.—SeñalaaKenyaTrish—.Osestáiscomportandode unaformaridícula. —Teestáspasandodelaraya—leadviertesupadre. «PorDios,Ken.» —¿Ah,sí?Y¿desdecuándodecidestúdóndeestáellímite?—lodesafíaél. —Desdequeéstaesmicasa.Poresopuedodecidir. Hardinselevantainmediatamente.Loagarrodelbrazoparadetenerlo,peroélse mequitadeencimaconfacilidad.Meapresuroadejarmicopadevinoenlamesita auxiliarymepongodepie. www.lectulandia.com-Página205 —¡Hardin,para!—leruego,yloagarrodelbrazodenuevo. Todo iba bien. Algo incómodo, pero bien. Sin embargo, Hardin ha tenido que soltaresecomentariotangrosero.Séqueestáenfadadoconsupadreporloserrores quecometió,peroeldíadeNavidadnoeselmomentomásapropiadoparasacartodo eso.HardinyKenhabíanempezadoareconstruirsurelación,ycomoHardinnodeje estoya,lascosassepuedenponermuyfeas. Supadreselevantaconaireautoritario. —Creíaqueestábamossuperandoesto.¿Novinistealaboda?—preguntacomo loharíaunprofesor. Estánsóloaunoscentímetrosdedistancia,yséqueestonovaaacabarbien. —¿Superandoqué?¡Nisiquieratehacesresponsabledenada!¡Telimitasafingir quenoocurrió! AhoraHardinestágritando.Lacabezamedavueltasylamentohaberextendido lainvitacióndeLandonaHardinyaTrish.Unavezmáshecausadounadiscusión familiar. —Hoynoeseldíaparahablardeesto,Hardin—diceKen—.Estábamosteniendo unajornadaagradable,peroteníasqueiniciarunapeleaconmigo. Hardinlevantalasmanosenelaire. —Y¿cuándoeseldía?Joder,¡estetíoesincreíble!—exclama. —CualquieraquenoseaNavidad.Hacíaañosquenoveíaatumadre,¿deverdad teníasqueelegirestemomentoparasacartodoesto? —¡Sihacíaañosquenolaveíasesporquelaabandonaste!Nosdejastesinnada, sindinero,sincoche…,¡sinnada!—gritaHardin,yseacercaalacaradesupadre. Kenseestáponiendorojodeira.Yentoncescomienzaagritar: —¿Sindinero?¡Enviabadinerotodoslosmeses!¡Muchodinero!¡Ytumadreno quisoaceptarelcochequeleofrecí! —¡Embustero!—leespetaHardin—.¡Noenviasteunamierda!¡Poresovivíamos enesacasadestartaladayellateníaquetrabajarcincuentahorasalasemana! —Hardin…,noestámintiendo—intervieneTrish. Élsevuelvehaciasumadrealinstante. —¿Qué? Estoesundesastre.Undesastremuchomásgrandequeelquehabíaimaginado. —Enviabadinero—explicaTrish. Dejalacopayseacercaaél. —Y¿dóndeestáesedinero?—inquiereHardincontonodeincredulidad. —Pagandotusestudios. Élseñalaentoncesasupadreconundedofurioso. —¡Me dijiste que los estaba pagando él! —chilla, y se me parte el corazón al verloasí. —Y así es, con el dinero que guardé durante todos esos años. El dinero que él enviaba. www.lectulandia.com-Página206 —¿Quécoñodices?—Hardinsefrotalafrenteconlamano. Mecolocodetrásdeélyentrelazolosdedosconlosdesumanolibre. Trishapoyaunamanoenelhombrodesuhijo. —Nolousétodoparatusestudios.Tambiénpagabalasfacturasconél. —¿Por qué no me lo contaste? Debería estar pagándolos él, y no con el dinero con el que se supone que tenía que alimentarnos y mantenernos en una casa diariamente. —Se vuelve hacia su padre—. Aun así, nos abandonaste, ¡enviases dinero o no! Te marchaste y ni siquiera fuiste capaz de llamarme para mi puto cumpleaños. ElexcesodesalivaseacumulaenlascomisurasdelabocadeKenyempiezaa parpadearrápidamente. —¿Qué querías que hiciera, Hardin? —replica—. ¿Que me quedara allí? Era alcohólico. Un alcohólico que no valía para nada, y vosotros dos merecíais algo mejordeloqueyopodíaofreceros.Despuésdeaquellanoche…supequeteníaque marcharme. Hardinseponerígidoysurespiraciónsevuelveirregular. —¡Nohablesdeaquellanoche!¡Todopasóportuculpa! Hardin aparta la mano de la mía, Trish parece enfadada, Landon aterrado, y Karen…Karensiguellorando,yentoncesmedoycuentadequevoyatenerqueser yoquiendetengatodaestasituación. —¡Yalosé!Ynosabescuántomegustaríapoderborrareso,hijo.¡Esanocheme haatormentadodurantelosúltimosaños!—respondeKenconvozronca,intentando nollorar. —¿Que te atormenta? ¡Yo vi cómo pasó, hijo de puta! ¡Fui yo quien tuvo que limpiar la maldita sangre del suelo mientras tú seguías fuera poniéndote como una cuba!—respondeHardinformandopuñosconlasmanos. Karensollozaysetapalabocaantesdesalirdelaestancia.Noseloreprocho.No me había dado cuenta de que yo también estaba llorando hasta que las cálidas lágrimasgolpeanmipecho.Teníalasensacióndequealgoibaapasarhoy,perono meesperabaesto. Kenlevantalasmanosenelaire. —¡Losé,Hardin!¡Losé!¡Ynopuedohacernadaparacambiarlo!¡Ahoraestoy sobrio! ¡Hace años que no bebo! ¡No puedes seguir guardándome rencor por ello eternamente! Trish grita cuando Hardin carga contra su padre. Landon corre para intentar ayudar,peroesdemasiadotarde.HardinempujaaKencontralavitrinadelavajilla, laquesustituyealaqueyarompióhacemeses.Kenagarraasuhijodelapecherae intentaretenerlo,peroéstelepropinaunpuñetazoenlabarbilla. Mequedohelada,comosiempre,mientrasHardingolpeaasupropiopadre. Ken consigue esquivar el siguiente golpe de Hardin, que acaba alcanzando la puertadecristaldelavitrina.Alverlasangre,salgodemiestuporyloagarrodela www.lectulandia.com-Página207 camiseta.Entoncesdaungolpehaciaatrásconelbrazoymelanzacontraunamesa. Unacopadevinotintosecaeymanchamirebecablanca. —¡Miraloquehashecho!—legritaLandonaHardin,ycorreamilado. Trishestájuntoalapuertaylelanzaasuhijounamiradaasesina.Kenobservala vitrina rota y después a mí mientras Hardin detiene su ataque contra su padre y se vuelveenmidirección. —¡Tessa!Tessa,¿estásbien?—pregunta. Asientoensilenciodesdeelsuelomientrasobservounhilodesangrequecaepor susbrazosdesdelosnudillos.Noestoyherida,yelhechodequemichaquetasehaya manchadoesalgodemasiadotrivialcomoparamencionarloenmediodeestecaos. —Aparta —le suelta Hardin a Landon mientras ocupa su lugar a mi lado—. ¿Estás bien? Creía que eras Landon —dice, y me ayuda a levantarme con la mano magulladaquenoestámanchadadesangre. —Estoybien—repito,ymeapartodeélunavezdepie. —Nosmarchamos—gruñe,ysedisponearodearmelacinturaconelbrazo. Me alejo más de él. Observo cómo Ken utiliza la manga de su camisa blanca impolutaparalimpiarselasangredelaboca. —Deberíasquedarteaquí,Tessa—mediceLandon. —¡No me provoques, Landon! —le advierte Hardin, pero él no parece impresionado.Deberíaestarlo. —Hardin,yabasta—intervengo. Alverquehaceademándehablarperonodiscute,mevuelvohaciamiamigo. —Estarébien—leaseguro. EsporHardinporquiendeberíapreocuparse. —Vamos —ordena él, pero conforme se dirige hacia la puerta se vuelve para asegurarsedequevoydetrásdeél. —Sientomucho…todoesto—ledigoaKenmientrassigoasuhijo. —Noesculpatuya,sinomía—oigoquerespondeconvozsuaveamiespalda. Trishestácallada.Hardinestácallado.Yyoestoyhelada.Losfríosasientosdepiel me tocan las piernas desnudas, y mi chaqueta mojada tampoco ayuda. Subo la calefacción al máximo. Hardin me mira, pero yo me concentro en mirar por la ventanilla. No sé si debería enfadarme con él. Ha echado a perder la cena y ha atacadoasupadre,literalmente,delantedetodoelmundo. Sin embargo, siento lástima por él. Ha sufrido mucho, y su padre es la raíz de todos sus problemas, de las pesadillas, del miedo, de su falta de respeto por las mujeres.Nuncatuvoanadiequeleenseñaraaserunhombre. CuandoHardinmecolocalamanosobreelmuslo,noselaaparto.Meduelela cabezaynoentiendocómolascosassehanpodidoiralamierdatanrápido. —Hardin,tenemosquehablardeloqueacabadepasar—diceTrishalcabode www.lectulandia.com-Página208 unosminutos. —No—respondeél. —Sí,tenemosquehablar.Tehaspasadomuchodelaraya. —¿Queyomehepasado?¿Cómopuedeshaberolvidadotodoloquehahecho? —No he olvidado nada, Hardin —asegura ella—. He elegido perdonarlo; no quierovivirodiándolo.Perolaviolencianuncaeslasolución.Además,esaclasede irateacabaconsumiendo;seapoderadetuvidasiladejas.Tedestruyesiteaferrasa ella.Noquierovivirasí.Quieroserfeliz,Hardin,yperdonaratupadrehacequeme resultemásfácilserlo. Sufortalezanuncadejadesorprenderme,ylatestarudezdeHardintampoco.Se niegaaperdonarasupadreporsuserroresdelpasado,aunqueélnodejadereclamar miperdónacadainstante.Perotampocoseperdonaasímismo.Quéirónico. —Bueno,puesyonoquieroperdonarlo.Creíaquepodíahacerlo,perodespuésde lodehoynopuedo. —Hoynotehahechonada—loreprendeTrish—.Túlohasprovocadoconlode labebidasinningúnmotivo. Hardinapartalamanodemipiel,dejandounamanchadesangreensulugar. —Novaairsederositassinmás,mamá. —Nosetratadeeso.Hazteestapregunta:¿quéganasestandotanfuriosoconél? ¿Quéconsiguesapartedeunasmanosensangrentadasyunavidasolitaria? Hardinnoresponde.Selimitaamantenerlavistaalfrente. —Exacto—diceella,yelrestodeltrayectotranscurreensilencio. Cuandovolvemosalapartamento,medirijodirectamentealdormitorio. —Ledebesunadisculpa,Hardin—oigoquelediceTrishpordetrásdemí. Medeshagodelarebecamanchadayladejocaeralsuelo.Mequitoloszapatosy meapartoelpelodelacara,colocándomelosmechonessueltosdetrásdelasorejas. Unos segundos después, Hardin abre la puerta del dormitorio; mira la prenda manchadaderojotiradaenelsueloydespuésamí. Secolocadelantedemíymecogedelasmanosconojossuplicantes. —Losientomucho,Tess.Nopretendíaempujarteasí. —Nodeberíashaberhechoeso.Hoy,no. —Lo sé… ¿Te he hecho daño? —pregunta secándose las manos heridas contra losvaquerosnegros. —No. Simehubiesehechodañofísico,tendríamosproblemasmuchomásgraves. —Losiento,deverdad.Estabafurioso.CreíaqueerasLandon… —Nomegustascuandoestásasí,tanenfadado. MisojosseinundandelágrimasalrecordarlasmanosdeHardinllenasdecortes. —Lo sé, nena. —Se inclina ligeramente hasta quedar a la altura de mis ojos—. Jamásteharíadañoapropósito.Losabes,¿verdad? Meacaricialasienconelpulgaryyoasientolentamente.Séquejamásmeharía www.lectulandia.com-Página209 daño,almenosnofísicamente.Siemprelohesabido. —¿Aquéhavenidoesecomentariosobrelabebida?Lascosasibanbien—digo. —Porqueseestabacomportandocomosinadahubierapasado,comouncapullo pretencioso,ymimadreleseguíalacorriente.Alguienteníaqueintercederporella —explicaconunavozsuave,confundida,totalmenteopuestaacomoerahacemedia horacuandolegritabaasupadre. Se me rompe el corazón de nuevo; era su forma de defender a su madre. Una maneraerrónea,peroinstintivaparaél.Seapartaelpelodelafrenteysemanchala pieldesangre. —Intenta ponerte en su lugar —digo—. Va a tener que vivir siempre con ese sentimientodeculpa,Hardin,ytúnoseloponesnadafácil.Nodigoquenotengas derecho a estar enfadado, porque ésa es una reacción natural, pero precisamente tú tendríasqueestarmásdispuestoaperdonar. —Yo… —Y esa violencia tiene que acabar. No puedes ir por ahí golpeando a la gente cadavezqueteenfadas.Noestábien,ynomegustanada. —Losé.—Mantienelavistafijaenelsuelodehormigón. Suspiroycojosusmanosentrelasmías. —Yahoravamosacurarte,aúntesangranlosnudillos—digo. Ylollevoalcuartodebañoparalimpiarlelasheridasporenésimavezdesdeque loconozco. www.lectulandia.com-Página210 CAPÍTULO48 Tessa Hardinnohaceelmásmínimogestodedolormientraslelimpiolasheridas.Sumerjo latoallaenellavabollenodeaguaenunintentodediluirlasangredelatelablanca. Él me observa sentado en el váter mientras permanezco de pie entre sus piernas. Levantalasmanosunavezmás. —Tenemos que comprar algo para ponértelo en el pulgar —le digo mientras retuerzolatoallaparaescurrirelexcesodeagua. —Yasecurará—dice. —No, mira lo profunda que es la herida —lo reprendo—. La piel en sí es ya prácticamentetejidocicatrizal,ynoparasdeabrírtelaunayotravez. Nodicenada,simplementeanalizamirostro. —¿Quépasa?—lepregunto. Vacíolapiladeaguarosadayesperoaquemeresponda. —Nada…—miente. —Dímelo. —Noentiendocómopuedesaguantartodasmismierdas—dice. —Yotampoco.—Sonrío,yobservoquetuerceelgesto—.Peromerecelapena —añadoconsinceridad. Élsonríeasuvez,acercamimanoasurostroymepasalaalmohadilladelpulgar porelhuecodesuhoyuelo. Susonrisaseintensifica. —Seguro que sí —dice, y se levanta—. Necesito una ducha. —Se quita la camisetayseinclinaparaabrirelgrifo. —Teesperoenlahabitación—ledigo. —¿Porqué?Dúchateconmigo. —Tumadreestáenlahabitacióndeallado—leexplicoenvozbaja. —¿Yqué?Sóloesunaducha.Porfavor. No puedo negarme, y lo sabe. La sonrisa de superioridad en su rostro cuandosuspirovencidalodemuestra. —¿Mebajaslacremallera?—lepido,ymepongodeespaldasaél. Melevantoelpeloyempiezaadesabrochármelainmediatamente. —Megustaesevestido—dicecuandolatelaverdeseacumulaenelsuelo. Se quita los pantalones y el bóxer y yo intento no mirar su cuerpo desnudo www.lectulandia.com-Página211 mientrasdeslizolostirantesdemisujetadorpormisbrazos.Cuandoestoytotalmente desnuda,Hardinsemeteenladuchaymeofrecelamano.Recorremicuerpoconla miradaysedetienealaalturademismuslosconelceñofruncido. —¿Quépasa?—preguntoaltiempoquetratodecubrirmeconlosbrazos. —Tienessangre.—Señalaalgunasmanchasleves. —Nopasanada—aseguro. Cojolaesponjadelufaymefrotolapielconella.Entonces,Hardinmelaquita delasmanosyviertejabónenella. —Déjameamí—dice. Searrodillaysemeponentodoslospelosdepuntaalverloahíabajodelantede mí.Asciendelaesponjavegetalpormismuslosytrazacírculosconella.Estechico tiene línea directa con mis hormonas. Acerca el rostro a mi piel e intento no retorcermecuandosuslabiosrozanmicaderaizquierda.Apoyaunadesusmanosen lapartetraserademimusloparamantenermeenelsitiomientrashacelomismocon laderecha. —Pásamelaalcachofa—diceinterrumpiendomislascivospensamientos. —¿Qué? —Quemepaseslaalcachofa—repite. Asiento,sacoelgrifodelsoporteyseloentrego.Mirándomeconunbrilloenlos ojosyconelaguagoteandodesdesunariz,hacegirarlaalcachofaenlamanoyla dirigehaciamivientre. —¿Qué…quéestáshaciendo?—preguntoalverquelabajaunpocomás. Elaguacalientegolpeamipielyobservosusactosconanticipación. —¿Tegusta? Asiento. —Puessiestotegusta,veamosquépasasilabajamosunpoquitomás… TodaslascélulasdemicuerposedebilitanydanzanbajomipielmientrasHardin juegaatorturarme.Doyunbrincocuandoelaguametoca,yélsonríeconpetulancia. Esunasensaciónmuchomásagradabledeloquehabíaimaginado.Meaferroasu pelo y me muerdo el labio inferior para sofocar mis gemidos. Su madre está en la habitacióndeallado,peronopuedodetenerlo,megustademasiado. —¿Tessa…?—diceélesperandounarespuesta. —También.Déjalaahí—jadeo,yélseríeymeacercaelaguaparaañadirmás presión. CuandosientolasuavelenguadeHardinlamiéndomejustodebajodelaguacasi pierdoelequilibrio.Estoesdemasiado.Suslametonesylascariciasdelaguahacen quemetiemblenlasrodillas. —Hardin…, no puedo… —No sé qué estoy intentando decir, pero cuando su lenguaseacelera,letirodelpeloconfuerza. Meempiezanatemblarlaspiernas,yélsueltaentonceslaalcachofayusalasdos manosparasostenerme. www.lectulandia.com-Página212 —Joder…—maldigoenvozbaja,yesperoqueelruidodeladuchaahoguemis gemidos. Notocómosonríepegadoamíantesdecontinuarllevándomeallímite.Cierrolos ojosconfuerzaydejoqueelplacerseapoderedemicuerpo. Hardinapartalabocademíeltiempojustoparadecir: —Vamos,nena,córrete. Ylohago. Cuandoabrolosojos,élsiguederodillas,conlamanoenlapolla,queestáduray ansiosa. Recuperando todavía el aliento, me pongo de rodillas, coloco la mano alrededordelasuyayloacaricio. —Levántate—leordenoenvozbaja. Bajalavista,asienteyseponedepie.Mellevosusexoalabocaylelamola punta. —Joder… Inspirahondoyledoyvarioslametones.Enroscolosbrazosalrededordelaparte traseradesuspiernasparamantenerelequilibriosobreelsuelomojadodeladuchay memetosupollahastalagarganta.Hardinhundelosdedosenmipelomojadoyme sostienequietamientrasmenealascaderasymepenetralaboca. —Podríapasarmehorasfollándotelaboca. Susmovimientosseaceleranunpoco,ygimo.Sussuciaspalabrashacenquemis labioslosuccionenconmásfuerza,loqueloobligaamaldecirdenuevo.Estemodo salvaje con el que reclama mi boca es algo nuevo. Tiene el control absoluto, y me encanta. —Mevoyacorrerentuboca,nena. Tirademipelounpocomás,ysientocómolosmúsculosdesuspiernassetensan bajomismanosygimeminombrevariasvecesmientrassevacíaenmigarganta. Despuésdeunoscuantosjadeos,meayudaalevantarmeymebesaenlafrente. —Creoqueyaestamoslimpios.—Sonríeyselameloslabios. —Yodiríaquesí—contestoconlarespiraciónentrecortada,ycojoelchampú. Cuandoambosestamosdefinitivamentelimpiosylistosparasalirdeladucha,le paso las manos por los abdominales y recorro con los dedos el tatuaje de su estómago.Mismanosreptanhaciaabajo,peroHardinmeagarradelamuñecayme detiene. —Sé que cuesta resistirse a mí, pero mi madre está en la habitación de al lado. Contrólate,jovencita—bromea,yledoyunapalmadaenelbrazoantesdesalirdela duchaycogerunatoalla. —Eso,viniendodealguienqueacabadeusarme…—Mepongocoloradaysoy incapazdeterminarlafrase. —Tehagustado,¿no?—Enarcaunacejaypongolosojosenblanco. —Tráemelaropadelcuarto—ledigocontonoautoritario. —Sí,señora. www.lectulandia.com-Página213 Secolocalatoallaalrededordelacinturaydesaparecedelbañorepletodevapor. Pasolamanoporelespejodespuésdeenvolvermeelpeloconunatoalla. Esta Navidad ha sido agitada y muy estresante. Debería llamar a Landon más tarde, pero antes quiero hablar con Hardin sobre su idea de regresar a Inglaterra al terminarlosestudios.Nuncamelohabíamencionado. —Aquítienes. Mepasaunmontónderopaymedejasolaenelbañomientrasmevisto.Mehace gracia encontrar el conjunto de bragas y sujetador de encaje con un pantalón de chándalyunacamisetanegralimpia.Limpia,porquelaquellevabahoyestállenade sangre. www.lectulandia.com-Página214 CAPÍTULO49 Tessa La última noche con la madre de Hardin la pasamos básicamente bebiendo té y escuchando historias embarazosas de cuando era pequeño. Trish nos hizo prometer unasdiezvecesqueelañoquevienepasaríamoslaNavidadenInglaterrayqueno queríaexcusas. La idea de celebrar la Navidad con Hardin dentro de un año hace que sienta mariposasenelestómago.Porprimeravezdesdequenosconocemos,soycapazde imaginarunfuturoconél.Ynomerefieroatenerhijosoaquenoscasemos,sinoa queporfinmesientolobastanteseguradesussentimientoscomoparaplantearmeel futurodentrodeunaño. Alamañanasiguiente,cuandoHardinregresadedejaraTrishenelaeropuerto demasiadotemprano,medespierto.Oigoquetiralaropaalsueloyvuelveameterse enlacamavestidosóloconelbóxer.Merodeaconlosbrazosunavezmás.Sigoalgo cabreada con él por lo sucedido ayer, pero tiene los brazos fríos y lo he echado de menoseltiempoquesehaausentadodelacama. —Vuelvoatrabajarmañana—digoalcabodeunosminutos,sinsabersiyaseha quedadodormidoono. —Yalosé—responde. —EstoyilusionadaporpodervolveraVance. —¿Porqué? —Porque me encanta, y ya llevo más de una semana de vacaciones. Echo de menostrabajar. —Quéaplicada—seburla,yséqueestáponiendolosojosenblancoaunqueno puedaverlelacara. Cuandolopienso,pongolosojosenblancotambién. —Perdonasimeencantanmisprácticasyatinotegustatutrabajo—digo. —Megustamitrabajo,yterecuerdoquetuveelmismotrabajoquetú.Perolo dejéporalgomejor—alardea. —Y¿larazóndequetegustemásesquepuedeshacerlodesdecasa? —Sí,ésaeslarazónprincipal. —¿Cuáleslaotrarazón? —SentíaquelagentepensabaquesólohabíaobtenidoelempleoporVance. Noesningunanovedad,peroesunarespuestamássinceradeloqueesperabapor www.lectulandia.com-Página215 su parte. Esperaba una palabra o dos acerca de que el trabajo era una mierda o un coñazo. —¿De verdad crees que la gente pensaba eso? —Me pongo boca arriba y él se apoyaenelcodoparamirarme. —No lo sé. Nunca nadie me dijo nada, pero tenía la sensación de que todos lo pensaban.Sobretododespuésdequemehicieseuncontratocomoempleado,node prácticas. —¿Creesqueseenfadócuandotemarchasteatrabajaraotraparte? Esboza una sonrisa que parece especialmente amplia en la penumbra del dormitorio. —Nolocreo.Susempleadossiempreseestabanquejandodemisupuestaactitud. —¿«Supuestaactitud»?—pregunto,medioenbroma. Mecogedelamejillayagachalacabezaparabesarmeenlafrente. —Sí, supuesta. Soy una persona encantadora. No tenía ningún problema de actitud.—Sonríepegadoamipiel.Meríoysonríetodavíamásypegalafrenteala mía—.¿Quéquieresquehagamoshoy?—pregunta. —Nolosé.HabíapensadollamaraLandoneiralatienda. Retrocedeunpoco. —¿Paraqué? —Para hablar con él y preguntarle cuándo puede quedar conmigo. Me gustaría darleesasentradas. —Losregalosestánensucasa,seguroqueyaloshanabierto. —Nocreoquelosabransinoestamosallí. —Yocreoquesí. —Puesporesolodigo—bromeo. Sinembargo,Hardinsehapuestoserioencuantohemencionadoasufamilia. —¿Creesque…creesquedeberíadisculparme?Bueno,disculparmeno…,pero ¿ysilollamo?Yasabes…,amipadre. SéquetengoqueandarconcuidadoenloqueaHardinyaKenserefiere. —Creoquedeberíasllamarlo.Creoquedeberíasintentarasegurartedequeloque pasóayernoestropealarelaciónqueestabasempezandoaestablecerconél. —Supongo… —suspira—. Después de que le golpease, por un segundo pensé quetequedaríasallíyquemedejarías. —¿Enserio? —Sí.Mealegrodequenolohicieras,peroesloquepensé. Levantolacabezadelcolchónylobesoenlamandíbulaenlugarderesponder. He de admitir que, de no haberse sincerado previamente sobre su pasado, probablementelohabríahecho.Esolohacambiadotodoparamí.Hacambiadomi modo de verlo, y no de una manera negativa o positiva, sino de una manera más comprensiva. Hardinmiraenmidirección,hacialaventana. www.lectulandia.com-Página216 —Supongoquepuedollamarlohoy. —¿Crees que podríamos ir a su casa? De verdad que me gustaría darles los regalos. Memiraperplejoydice: —Podríamos decirles que los abran mientras hablas con ellos por teléfono. Es prácticamente lo mismo, pero así no tenemos que ver sus sonrisas falsas cuando descubrantusespantososregalos. —¡Hardin!—protesto. Seríeyapoyalacabezaenmipecho. —Es broma, eres la mejor haciendo regalos. El llavero del equipo deportivo equivocadofuelomás.—Seríe. —Vuelvealacama—digotocándoleelpeloalborotado. —¿Quénecesitasdelatienda?—mepreguntamientrassetumbadenuevo. Habíaolvidadoquehabíadichoeso. —Nada. —No,hasdichoqueteníasqueiralatienda.¿Quéquieres?¿Taponesoalgo? —¿Tapones? —Sí,para…cerrarelgrifo. «¿Qué?» —Nolopillo… —Tampones. Meruborizo,yestoyseguradequemepongorojadepiesacabeza. —Eh…,no. —¿Nuncatieneslaregla? —Porfavor,Hardin,dejadehablardeello. —¿Quépasa?¿Tedavergüenzahablardetumens-trua-ciónconmigo?—Levanta lacaraparamirarmeyveoqueestásonriendoconmalicia. —No me da vergüenza. Es que no es apropiado —me defiendo tremendamente abochornada. Élsonríedenuevo. —Hemoshechomuchascosasinapropiadas,Theresa. —NomellamesTheresa,¡ydejadehablardeello!—protesto,ymetapolacara conlasmanos. —¿Estássangrandoahora?—Notocómosumanodesciendepormivientre. —No…—miento. Hasta ahora he conseguido librarme de esta situación porque, como siempre estamosdejándoloyvolviendo,nuncahacoincidido.Ahoraquevamosaestarjuntos deunamaneramásestable,sabíaqueestosucedería,sóloestabaevitándolo. —Entonces no te importará que… —Desliza la mano por el elástico de mis bragas. —¡Hardin!—chillo,yleapartolamanodeunapalmada. www.lectulandia.com-Página217 Seríe. —Puesadmítelo;di:«Hardin,tengolaregla». —Nopiensodecireso. Séquedebodetenerlacaracomountomateahoramismo. —Venga,mujer,sóloesunpocodesangre. —Eresasqueroso. —Eso puede arreglarse. —Sonríe con petulancia, claramente orgulloso de su estúpidochiste. —Eresrepulsivo. —Relájate,déjatellevar,aprendeafluir…—Seríeconmásganas. —¡Para ya! Está bien, si lo digo, ¿dejarás de hacer bromitas sobre la menstruación? —Sí,almenosduranteunperíododetiempo. Su risa es contagiosa y es estupendo estar tumbada en la cama riendo con él a pesardeltemadeconversación. —Hardin, tengo la regla. Me ha bajado justo antes de que llegaras a casa. ¿Contento? —¿Porquétedavergüenza? —No me la da, es sólo que no creo que sea algo de lo que las mujeres deban hablar. —Menuda tontería, a mí no me molesta un poco de sangre. —Se pega a mi cuerpo. —Eresunguarro—replicoarrugandolanariz. —Mehanllamadocosaspeores.—Sonríe. —Hoyestásdebuenhumor. —Quizátútambiénloestaríassinoestuvierasenesosdíasdelmes. Gruñoycojolaalmohadaquetengodetrásparataparmelacaraconella. —¿Podemoshablardeotracosa,porfavor?—digoatravésdelatela. —Claro…,claro…Notehagasmalasangre—replica,yseríe. Me aparto la almohada de la cara y lo golpeo con ella en la cabeza antes de levantarme de la cama. Oigo cómo sigue riendo mientras abre la cómoda, supongo queparasacarunospantalones.Estemprano,sólosonlassietedelamañana,pero estoy totalmente despierta. Preparo café y echo cereales en un cuenco. Es increíble quehayapasadoyalaNavidad;dentrodeunosdíasterminaráelaño. —¿QuésueleshacerenNochevieja?—lepreguntoaHardincuandosesientaala mesavestidoconunospantalonesblancosdealgodónconcordones. —Puessalir. —¿Adónde? —A alguna fiesta o a un club. O las dos cosas. El año pasado fueron las dos cosas. —Vaya.—Lepasoelcuencodecerealesquehepreparado. www.lectulandia.com-Página218 —¿Quéteapetecehacer? —Nolosé.Salir,creo—contesto. Enarcaunaceja. —¿Enserio? —Sí…¿Atino? —Laverdadesquemeimportaunamierdaloquehagamos,perosiquieressalir, esoesloqueharemos. Sellevaunacucharadadefrostiesalaboca. —Vale…—asientosinsabermuybienadóndeiremos.Mepreparootrocuenco para mí—. ¿Vas a preguntarle a tu padre si podemos pasarnos hoy? —añado sentándomeasulado. —Nolosé… —¿Ysilesdecimosquevenganellos?—sugiero. Hardinmemiraconrecelo. —Deeso,nada. —¿Porquéno?Tesentiríasmáscómodoaquí,¿no? Cierralosojosunmomentoantesdeabrirlosdenuevo. —Supongo.Luegolosllamo. Terminodedesayunarrápidamenteymelevantodelamesa. —¿Adóndevas?—pregunta. —Alimpiar,claro. —¿Alimpiarqué?Lacasaestáimpoluta. —No,noloestá,yquieroqueestéperfectasivamosatenerinvitados.—Enjuago micuencoylometoenellavavajillas—.Podríasayudarmealimpiar,¿no?Yaque siempreerestúelquemásensuciaydesordena—señalo. —Uy,no.Túlimpiasmuchomejorqueyo—replica. Pongolosojosenblanco.Nomeimportalimpiar,porquelaverdadesquetengo mis manías a la hora de hacerlo todo, y lo que Hardin entiende por limpiar no es precisamentelimpiar.Selimitaaguardarlascosasdondequepansinningúnorden. —Ah,ynoolvidesquetenemosqueiralatiendaaportustapones.—Seríe. —¡Dejadellamarlosasí! Letirountrapoalacarayoigocómoseríeconmásintensidadantemipudor. www.lectulandia.com-Página219 CAPÍTULO50 Tessa Cuando el apartamento está limpio como a mí me gusta, me dirijo a la tienda para comprartamponesyalgunascosasmásporsivienenKen,KarenyLandon.Hardin quería acompañarme, pero sabía que no iba a parar de hacer bromas sobre los tampones,asíqueloheobligadoaquedarseencasa. Alvolver,loencuentrosentadoenelmismositioenelsofá. —¿Hasllamadoyaatupadre?—preguntodesdelacocina. —No…,teestabaesperando—responde,yseacercaalacocinaysesientaala mesa,suspirando—.Voyallamarloahora. Mesientofrenteaélmientrassellevaelteléfonoalaoreja. —Eh…,hola—diceHardin,yponeelteléfonoenmanoslibresylodejasobrela mesa,entreambos. —¿Hardin?—preguntaKensorprendido. —Sí…Hum…,oye,¿osapetecepasarosporaquíoalgo? —¿Pasarnos? Hardinmemiraynotoquesupacienciayaseestáagotando.Alargolamano,la dejosobrelasuyayasientoparamostrarlemiapoyo. —Sí…Tú,KarenyLandon.Paraintercambiarregalos,yaquenolohicimosayer. Mamásehaido—dice. —¿Estásseguro?—preguntaKenasuhijo. —De lo contrario, no te lo habría preguntado, ¿no? —responde Hardin, y yo le aprietolamano—.Digo…,sí,claro—secorrige,ylesonrío. —Bien, bueno, deja que hable con Karen, pero sé que estará entusiasmada. ¿A quéhoraosvienebien? Hardinmemira.Articuloconloslabiosquealasdos,yélselodiceasupadre. —Bien…Bueno,nosvemosalasdosentonces. —TessaleenviaráaLandonladirecciónenunmensaje—añadeHardin,ycuelga elteléfono. —Nohaestadomal,¿no?—digo. Ponelosojosenblanco. —Loquetúdigas. —¿Quémepongo? SeñalaconlamiradamisvaquerosymicamisetadelaWCU. www.lectulandia.com-Página220 —Eso. —Deeso,nada.ÉstaesnuestraNavidad. —No,eseldíadespuésdeNavidad,asíquedeberíasllevarvaqueros.—Sonríey setiraconlosdedosdelarodellabio. —Novoyallevarvaqueros.—Meríoymedirijoalahabitaciónparadecidirqué ponerme. SostengomivestidoblancocontramipechodelantedelespejocuandoHardinentra eneldormitorio. —Nosésiesbuenaideaquevayasdeblanco.—Sonríe. —Pero¿atiquétepasa?¡Paraya!—protesto. —Estásmuymonacuandoteruborizas. A continuación saco el vestido granate. Me trae muchos recuerdos. Me lo puse parairalaprimerafiestadelafraternidadconSteph.EchodemenosaStephapesar deloenfadadaqueestoy…queestabaconella.Mesientotraicionada,perolaverdad esqueteníaciertapartederazóncuandodijoquenoerajustoqueperdonaraaHardin yaellano. —¿Enquépiensaesacabecita?—preguntaélentonces. —Ennada…SólomeacordabadeSteph. —¿Quépasaconella? —Nolosé…Laechodemenos.¿Echasdemenosatusamigos?—pregunto.No loshamencionadodesdelacarta. —No.—Seencogedehombros—.Prefieropasareltiempocontigo. MegustaesteHardinsincero,aunqueseñalo: —Perotambiénpuedesquedarconellos. —Supongo.Nolosé,laverdadesquemedabastanteigual.¿Quieresquedarcon ellos…,yasabes,despuésdetodoaquello?—Miraalsuelo. —Nolosé…,perosupongoquepodríaintentarloaverquétal.PeroconMolly, no.—Frunzoelceño. Levantalavistaconexpresiónpícara. —¿Porqué?Conlobuenasamigasquesois. —Uf.Nohablemosdeella.¿QuécreesqueharánenNochevieja?—pregunto. Nosécómomesentiréconellos,peroechodemenosteneramigos,oloqueyo creíaqueeranamigos. —Supongo que habrá una fiesta. Logan está obsesionado con el Año Nuevo. ¿Estásseguradequequieressalirconellos? Sonrío. —Sí…Simeestallaenlacara,elañoquevienenosquedaremosencasa. Hardinabrelosojoscomoplatoscuandomencionoelañoqueviene,perofinjo no darme cuenta. Necesito que nuestro segundo intento de celebrar la Navidad www.lectulandia.com-Página221 transcurrademanerapacífica.Hoymecentroenelpresente. —Tengoqueprepararalgoparacomer.Deberíamoshaberlesdichoalastres,ya esmediodía,ynisiquieraestoylista.—Mepasolasmanosporlacarasinmaquillaje. —Tranquila, arréglate. Ya preparo algo yo… —dice él, y sonríe con malicia—. Peroasegúratedenocomernadamásqueloqueyopongaentuplato. —Bromeandosobreenvenenaratupadre,¿eh?Encantador…—suelto. Seencogedehombrosydesaparece. Melavolacaraymemaquillounpocoantesdesoltarmelacoletayrizarmelas puntas.Paracuandoheterminadodearreglarme,detectoundeliciosoaromaaajoque provienedelacocina. CuandollegojuntoaHardin,veoquehapreparadounpardebandejasdefrutay verdura y ya ha puesto la mesa. Estoy impresionada, aunque tengo que contener el impulsodereorganizaralgunascosas.MealegramuchoqueHardinestédispuestoa invitarasupadreanuestroapartamento,ymealiviaverquehoypareceestardemuy buenhumor.Miroelrelojyveoquenuestrosinvitadosestaránaquídentrodemedia hora, de modo que me pongo a recoger el pequeño desorden que ha creado Hardin mientrascocinabaparaasegurarmedequeelapartamentoestáimpecabledenuevo. Meabrazoasucinturamientrasestádepiefrentealhorno. —Graciasporhacertodoesto. Seencogedehombros. —Noesnada. —¿Estásbien?—pregunto,ylosueltoyledoylavueltaparaverlelacara. —Sí…,estoybien. —¿Seguroquenoestásunpoconervioso?—insisto.Séqueloestá. —No… Bueno, sólo un poco. Se me hace raro de cojones que vengan aquí, ¿sabes? —Ya,estoymuyorgullosadequeloshayasinvitado. Pegolamejillaasupechoyéldeslizalasmanoshastamicintura. —¿Deverdad? —Porsupuestoquesí,ca…Hardin. —¿Quéibasadecir? Escondolacara. —Nada. Nosédedóndesaleahoraesanecesidaddellamarleapelativoscariñosos,peroes muyembarazoso. —Dímelo —arrulla, y me levanta la barbilla para obligarme a salir de mi escondite. —No sé por qué, pero casi te llamo «cariño» otra vez. —Me muerdo el labio inferiorysusonrisaseintensifica. —Venga,llámamelo—dice. —Tevasaburlardemí.—Sonríodébilmente. www.lectulandia.com-Página222 —No,noloharé.Yotellamo«nena»todoeltiempo. —Ya…,perocuandotúlohacesesdiferente. —¿Porqué? —Nolosé…Suenacomomássexioalgocuandolohacestú…,másromántico. Nolosé.—Meruborizo. —Hoyestásmuyvergonzosa.—Sonríeymebesaenlafrente—.Peromegusta. Venga,dímelo. Loabrazoconmásfuerza. —Estábien. —¿Estábien,qué? —Está bien…, cariño. —La palabra me sabe raro mientras se desliza por mi lengua. —Repítelo. Dejo escapar un alarido de sorpresa cuando me levanta, me deja sobre la fría encimeraysecolocaentremismuslos. —Nocreasqueestomevaadetener.—Susdedostrazancírculosenmismedias negras. —Puedequeno,perola…,yasabes,sílohará. UnosgolpesenlapuertamehacendarunbrincoyHardinsonríeymeguiñaun ojo.Mientrassemarchaparaabrirla,diceporencimadelhombro: —Nena…,esotampocolohará. www.lectulandia.com-Página223 CAPÍTULO51 Hardin Al abrir la puerta, la cara de mi padre capta inmediatamente mi atención. Tiene un enormemoratónenlamejilla,yuncortepequeñoenelcentrodellabioinferior. Lossaludoconungestodelacabezaporquenoséquécoñodecir. —Qué casa tan bonita —sonríe Karen, y los tres permanecen en el descansillo, sinsaberquéhacer. Tessaapareceentoncesysalvalasituación. —Pasad.Puedesdejaresobajoelárbol—lediceaLandon,señalandolabolsade regalosquesostiene. —Tambiénhemostraídolosquevosotrosdejasteisencasa—terciamipadre. El ambiente está cargado de tensión, pero no de una tensión furiosa, sino tremendamenteincómoda. Tesssonríecondulzura. —Muchísimasgracias. Seledatanbienhacerquelagentesesientaagusto…Almenos,unodenosotros loestá. Landoneselprimeroenentrarenlacocina,seguidodeKarenydeKen.Agarroa Tessadelamanoylausocomoanclajecontramiansiedad. —¿Quétaleltrayecto?—diceTessaenunintentodeentablarconversación. —Nohaidomal,conducíayo—respondeLandon. Laconversaciónpasadealgoincómodaalprincipioabastanterelajadamientras comemos.Entreplatoyplato,Tessameaprietalamanopordebajodelamesa. —Lacomidaestabadeliciosa—diceKarenmirandoaTessa. —Ah,no,nolahepreparadoyo:hasidoHardin—respondeella,ymecolocala manoenelmuslo. —¿Enserio?Puesestabaexquisita,Hardin.—Mesonríe. No me habría importado que Tessa se llevara el mérito por la comida. Sentir cuatro pares de ojos mirándome me está dando ganas de vomitar. Tessa aplica más presiónenmipiernaesperandoquedigaalgo. MiroaKaren. —Gracias —respondo, y ella me aprieta de nuevo para instarme a ofrecerle a Karenunasonrisaincómodadelahostia. Trasunossegundosdesilencio,Tessaselevantayrecogesuplatodelamesa.Se www.lectulandia.com-Página224 dirigealfregaderoyyomedebatoentreseguirlaono. —La comida estaba muy buena, hijo, estoy impresionado —dice mi padre, interrumpiendoelsilencio. —Ya,essólocomida—farfullo.Desvíalamiradaalsueloymecorrijo—:Quería decirqueTessacocinamejorqueyo,perogracias. Parece satisfecho con mi respuesta, y bebe un sorbo de su vaso. Karen sonríe incómoda y me mira con esos extraños ojos casi consoladores que tiene. Aparto la mirada. Tessa vuelve antes de que nadie más tenga la oportunidad de elogiar la comida. —¿Abrimoslosregalos?—preguntaLandon. —Sí—respondenKarenyTessaalunísono. MemantengolomáscercaposibledeTessamientraspasamosalsalón.Mipadre, KarenyLandonsesientanenelsofá.CojolamanodeTessaytirodeellaparaquese sienteenmiregazo,enelsillón.Veoquemiraanuestrosinvitados,yKarenintenta reprimir una sonrisa. Tessa aparta la mirada avergonzada, pero no se levanta de mi regazo.Mepegomásaellayestrechosucinturaconmásfuerza. Landonselevantaycogelosregalos.LosreparteyyomecentroenTessayenel modoenqueseemocionaconestascosas.Meencantaelhechodequeseentusiasme por todo, y me encanta que haga que la gente se sienta cómoda. Incluso en un «segundointentodeNavidad». Landonlepasaunacajapequeñaenlaqueselee:«DeKenyKaren».Desgarrael papelyapareceunacajaazulconlamarcaTiffany&Co.escritaenlapartedelantera enletrasplateadas. —¿Quées?—preguntoenvozbaja. Notengoniputaideadejoyería,peroséqueesamarcaescara. —Unapulsera. Lasacaydejacolgandounapulseritadeeslabonesdeplatadelantedemí.Unos charms con forma de lazo y de corazón penden del caro metal. El brillante objeto hace que la pulsera que tiene en la muñeca, el regalo que yo le hice, parezca una auténticamierda. —Cómono—digoentredientes. Tessamemiraconelceñofruncidoysevuelvedenuevohaciaellos. —Espreciosa;muchísimasgracias—diceradiante. —Yatenía…—empiezoaprotestar. Detestoquelehayanhechounregalomejorqueelmío.Sí,yaséquetienenpasta. Pero¿nopodríanhaberleregaladootracosa,loquefuera? Sinembargo,Tessasevuelvehaciamíymeruegaensilencioquenohagaquela situaciónseaaúnmásincómoda.Suspiroderrotadoymeapoyocontraelrespaldodel sillón. —¿Quétehanregaladoati?—sonríeTessa,intentandocalmarmihumor. Seacercaymebesaenlafrente.Miralacajaenelbrazodelabutacaymeinstaa www.lectulandia.com-Página225 abrirla.Cuandolohago,sostengoelcarocontenidoenaltoparaquelovea. —Unreloj.—Selomuestro,intentandocontentarlalomejorquepuedo. Enserio,sigocabreadodelahostiaconlodelapulsera.Queríaquellevaralamía todoslosdías.Queríaquefuerasuregalofavorito. www.lectulandia.com-Página226 CAPÍTULO52 Hardin A Karen se le ilumina la cara al ver el juego de moldes para tartas que le compró Tessa. —¡Hacetiempoquequeríaunoscomoéstos! Tessa creía que no iba a darme cuenta de que había añadido mi nombre en las etiquetas con forma de muñeco de nieve, pero lo vi, lo que pasa es que no me apetecíatacharlo. —Me siento fatal por haberte regalado una tarjeta regalo cuando tú me has compradoestasmagníficasentradas—lediceLandonaTessa. Hedeadmitirquemealegrodequelehayacompradoalgotanimpersonal:una tarjetaregaloparaellibroelectrónicoqueleregaléporsucumpleaños.Silehubiese compradoalgomásmeditado,mehabríacabreado,peroviendolasonrisadeTessa, cualquiera diría que le ha regalado la puta primera edición de la novela de Austen. Sigosinpodercreerquelehayanregaladounapulseracara,quéganasdepresumir dedinero.¿Ysiahoraprefierellevaréstaenlugardelamía? —Gracias por los regalos, son estupendos —dice mi padre, y me mira sosteniendoelllaveroqueTessaescogióerróneamenteparaél. Mesientounpococulpablealversucaradedecepción,peroalmismotiempola extrañacombinacióndecoloresensurostromeresultaligeramentedivertida.Quiero disculparme por mi arrebato de ayer. Bueno, yo no diría que quiero, pero he de hacerlo. No quiero dar pasos hacia atrás con él. Supongo que no estaba mal pasar tiempoensucompañía.KarenyTessasellevanbastantebien,ymesientoobligadoa darlelaoportunidaddequetengaunafiguramaternacerca,yaqueesculpamíaque sumadreyellahayanacabadotanmal.Aunqueestéfeodecirlo,amímeconviene queesténasí,porqueesunapersonamenosqueseentrometeennuestrarelación. —¿Hardin?—mediceTessaaloído. Levantolavistaymedoycuentadequeunodeellosdebedehabermedichoalgo. —¿TegustaríairalpartidoconLandon?—pregunta. —¿Qué?No—meapresuroacontestar. —Gracias,tío.—Landonponelosojosenblanco. —QuierodecirquenocreoqueaLandonleapetezca—mecorrijo. Sercorrectoesmuchomásdifícildeloquepensaba.Sóloestoyhaciendoestopor ella… Bueno, para ser sincero, un poco por mí también, ya que las palabras de mi www.lectulandia.com-Página227 madreacercadequelairasólomeproporcionarámanosensangrentadasyunavida solitarianoparandereproducirseenmicabeza. —Sitúnovienes,iréconTessa—mediceLandon. ¿Porquéintentaprovocarmeparaunavezquetratodeseramable? Ellasonríe. —Sí,yoiréconél.Nosénadadehockey,peroharéloquehagatodoelmundo. Sin darme cuenta siquiera, rodeo su cintura con el otro brazo y la pego a mi pecho. —Iré—cedo. El rostro de Landon se torna divertido y, aunque está de espaldas, estoy convencidodequeeldeTessamuestralamismaexpresión. —Megustamuchocómohabéisdejadoelpiso,Hardin—dicemipadre. —Yaveníadecorado,perogracias—respondo. Hellegadoalaconclusióndequemesientomuchomenosincómodocuandolo estoygolpeandoquecuandointentamosevitarunadiscusión. Karenmesonríe. —Hasidomuyamableportuparteelinvitarnos. Mi vida sería mucho más sencilla si fuese una zorra asquerosa, pero, hay que joderse,esunadelaspersonasmásagradablesqueheconocidoenmivida. —Noesnada…—digo—.Despuésdelodeayereslomenosquepodíahacer. Séquemivozsuenamásforzadaytemblorosadeloquemegustaría. —Tranquilo…,esascosaspasan—measeguraKaren. —Noesverdad,nocreoquelaviolenciaseaunatradiciónnavideña—respondo. —Puede que lo sea a partir de ahora. Tessa puede golpearme a mí el año que viene—bromeaLandonenuntristeintentodeanimarme. —Puedequelohaga.—Tessalesacalalenguayyosonríoligeramente. —Novolveráaocurrir—digo,ymiroamipadre. Élmeobservapensativo. —Enpartefueculpamía,hijo.Deberíahaberimaginadoquenoibaasalirbien, pero espero que ahora que has dejado la ira un poco aparcada podamos volver a intentarestablecerunarelación—medice. Tessa coloca sus pequeñas manos sobre las mías para infundirme ánimos, y asiento. —Eh…Sí…,genial—respondotímidamente—.Sí…—Memuerdouncarrillo. Landonsedaunapalmadaenlasrodillasconlasmanosyseponedepie. —Bueno,tenemosqueirnos.Dimealgosideverdadquieresveniralpartido.Y graciasalosdosporhabernosinvitado. Tessalosabrazaalostresmientrasyomeapoyoenlapared.Lacosanohaido mal,peronopiensoabrazaranadie.MenosaTessa,claro,aunquedespuésdelobien quemeheportadotodoeldíadeberíadarmealgomásqueunabrazo.Observocómo su vestido ancho oculta sus preciosas curvas y tengo que controlarme ligeramente www.lectulandia.com-Página228 para no arrastrarla hasta el dormitorio. Recuerdo la primera vez que la vi con ese espantosovestido.Bueno,poraquelentoncesmeloparecía;ahoraloadoro.Salióde suresidenciacomosienvezdeaunafiestafueseaunentierro.Mepusolosojosen blancocuandomemetíconellamientrassesubíaenelcoche,peroentoncesnotenía niideadequeacabaríaenamorándome. Me despido con la mano una vez más de nuestros invitados y, cuando se han marchado, exhalo el aire que no me había dado cuenta que estaba conteniendo. Un partidodehockeyconLandon,¿porquécoñohabréaceptado? —Ha sido agradable, tú has sido agradable —me elogia Tessa, y se quita inmediatamentelostaconesyloscolocademaneraordenadajuntoalapuerta. Meencojodehombros. —Sí,supongoquehaestadobien. —Haestadomuchomejorquebien—dicesonriéndome. —Loquetúdigas—replicoenuntonoexageradamentegruñón,yellaseríe. —Te quiero mucho. Lo sabes, ¿verdad? —pregunta mientras se dirige al salón paraordenarlo. Bromeo sobre su obsesión por la limpieza, pero lo cierto es que el apartamento estaríahechounascosiestuvieraviviendoyosoloaquí. —¿Quétehaparecidoelreloj?¿Tegusta?—pregunta. —No,esespantoso,yyonuncallevorelojes. —Amímeparecebonito. —¿Ytupulsera?—digoconvacilación. —Esbonita. —Ah…—Apartolamirada—.Escarayelegante—añado. —Sí…Mesabemalquesehayangastadotodoesedinerocuandonomelavoya ponermucho.Tendréqueponérmelacuandovayamosaverlosalgunaqueotravez. —¿Porquénovasaponértela? —Porque ya tengo una pulsera favorita. —Sacude la muñeca de un lado a otro haciendoqueloscharmschoquenentresí. —Vaya.¿Tegustamáslamía?—digosinpoderocultarunaestúpidasonrisa. Ellamemiraconunaligeraexpresióndereproche. —Puesclaroquesí,Hardin. Intentoconservarlapocadignidadquemequeda,peronopuedoevitarlevantarla por la parte trasera de las piernas. Tessa grita, y me echo a reír con ganas. No recuerdohabermereídoasíentodamivida. www.lectulandia.com-Página229 CAPÍTULO53 Tessa A la mañana siguiente me despierto temprano, me ducho y, todavía enrollada en la toalla, empiezo a preparar el elixir de la vida: café. Mientras observo cómo se va haciendomedoycuentadequemeponealgonerviosalaideadeveraKimberly.No sécómoreaccionarácuandosepaqueHardinyyohemosvuelto.Nosuelejuzgarala gente, pero si las cosas fueran al revés y fuera ella la que estuviera en mi misma situación con Christian, no sé cómo reaccionaría yo. No conoce todos los detalles, perosabequeeranlobastantemaloscomoparaquenoquisieracontárselos. Con una humeante taza en la mano, me acerco al ventanal del salón. Cae una nievedensa;ojaláparaseya.Detestoconducircuandonieva,ycasitodoeltrayecto hastaVanceesporlaautopista. —Buenosdías—mesorprendelavozdeHardindesdeelpasillo. —Buenos días. —Sonrío y doy otro sorbo al café—. ¿No deberías estar durmiendo?—lepreguntomientrassequitalaslegañasdelosojos. —¿Ytúnodeberíasestarvestida?—responde. Sonríodenuevoypasoporsuladoendirecciónaldormitorioparavestirme,pero él tira de la toalla y me la quita del cuerpo. Dejo escapar un grito y corro a la habitación.Aloírsuspasospordetrás,cierrolapuertaconpestillo.Cualquierasabe loquepasarásilodejoentrar.Meardelapielsólodepensarlo,peroahoranotengo tiempoparaeso. —Muymaduroportuparte—dicedesdeelotrolado. —Nuncahedichoqueseamadura. Sonríoymeacercoalarmario.Medecidoporunafaldanegralargayunablusa roja. No es mi mejor conjunto, pero es mi primer día después de vacaciones y está nevando.Memaquilloligeramentefrentealespejodecuerpoenterodelarmarioyya sólomefaltapeinarme.CuandoabrolapuertanoveoaHardinporningunaparte.Me secoelpelounpocoantesderecogérmeloenunmoñoseguro. —¿Hardin?—Cojomibolsoysacomimóvilparallamarlo. No contesta. «¿Dónde se habrá metido?» El corazón se me acelera mientras recorroelapartamento.Unminutodespués,lapuertadelaentradaseabreyaparece cubiertodenieve. —¿Dóndeestabas?Meestabaponiendonerviosa. —¿Nerviosa?¿Porqué?—pregunta. www.lectulandia.com-Página230 —Laverdadesquenolosé.Porsiestabasheridooalgo.—Quéridículasoy. —He salido a quitar la nieve de tu coche y a arrancar el motor para que esté calentitocuandobajes. Sequitalachaquetaylasbotasempapadasydejauncharcodenievederretidaen elhormigón. Mequedopatidifusa. —¿Quiénerestú?—Meechoareír. —Noempiecesconesamierdaovuelvoabajoyterajolasruedas—dice. Pongolosojosenblancoymeríoantesufalsaamenaza. —Enfin,gracias. —¿Quieres…quieresquetelleve?—dice,ymemiraalosojos. Ahorasíquenoséquiénes.Ayerfueamablelamayorpartedeldía,yahoraha bajadoacalentarmicocheyseestáofreciendoallevarmealtrabajo,pornohablarde queanochesepusoallorarderisa.Serhonestolesientademaravilla. —¿Omejorno?—añadealverquemetomomitiempopararesponder. —Meencantaría—digo,yvuelveacalzarselasbotas. Cuando llegamos abajo y empezamos a salir de la plaza de aparcamiento, me suelta: —Menosmalquetucocheesunamierda.Delocontrario,alguienpodríahaberlo robadomientrasestabaaquíenmarcha. —¡No es ninguna mierda! —me defiendo mirando la pequeña raja en la ventanilla del pasajero—. Oye, estaba pensando que la semana que viene, cuando empiecen las clases, podríamos ir juntos en coche al campus, ¿no? Tus horarios coincidenmásomenosconlosmíos,ylosdíasquetengaqueiraVancemellevaré micocheynosveremosdespuésencasa. —Vale…—diceconlamiradafijaalfrente. —¿Quépasa? —Quemehabríagustadoquemedijerasenquéclasesteibasamatricular. —¿Paraqué? —Nosé…Alomejorpodríahabermematriculadoenalgunacontigo,peroclaro, prefieresapuntartecontuqueridocompañerodelalmaLandon. —Túyahasdadoliteraturafrancesayestadounidense,ynocreíaqueteinteresara religióninternacional. —Ynomeinteresa—resopla. Sé que esta conversación no nos lleva a ninguna parte, de modo que me siento aliviadacuandoveolaenorme«V»deledificioVance.Lanievehaamainado,pero Hardinsedetienecercadelapuertaprincipalparaminimizarmiexposiciónalfrío. —Volveréarecogertealascuatro—dice,yyoasientoantesdeacercarmepara darleunbesodedespedida. —Graciasportraerme—susurrocontrasuslabios,rozándolosunavezmás. —Mmm…—murmura,ymeaparto. www.lectulandia.com-Página231 Cuandosalgodelcoche,Trevorapareceaunosmetrosdedistancia,consutraje negro salpicado de nieve blanca. Se me revuelve el estómago cuando veo que me ofreceunacálidasonrisa. —¡Hola!¡Cuántotiem…! —¡Tess!—gritaHardin,ycierralapuertadelcocheycorreamilado. TrevormiraaHardin,despuésamí,ysusonrisadesaparece. —Tehasdejadoalgo…—diceHardin,ymeentregaunaplumaestilográfica. «¿Unapluma?» Enarcounaceja. Élasienteymecogedelacinturaymebesaconfuerza.Sinoestuviéramosenun aparcamiento público y no supiera que ésta es su enfermiza forma de marcar su territorio, me derretiría ante la agresiva manera con la que su lengua me separa los labios.Alapartarme,veoensurostrounaexpresióndepetulancia.Notounescalofrío y me paso las manos por los brazos. Debería haberme puesto una chaqueta más gruesa. —Mealegrodeverte…Trenton,¿verdad?—diceHardinconfalsasinceridad. Séquesabeperfectamentecómosellama.Quémaleducadoes. —Eh…,sí.Lomismodigo—farfullaTrevor,ydesapareceatravésdelaspuertas correderas. —¿Aquénariceshavenidoeso?—loreprendo. —¿Elqué?—Sonríeconmalicia. Gruño. —Ereslopeor. —Noteacerquesaél,Tess.Porfavor—meordenaHardin,ymebesaenlafrente parasuavizarsusduraspalabras. Pongolosojosenblancoymedirijoaledificiopisandoelsueloconfuerzacomo unaniña. —¿QuétallasNavidades?—preguntaKimberlymientrascojoundonutyuncafé. Seguramente no debería beberme otra taza, pero la escenita de cavernícola de Hardinmehacabreado,yelaromadelosgranosdecafémerelaja. —Pues… «Verás, volví con Hardin, después descubrí que había grabado vídeos sexuales convariaschicasparadestrozarleslavida,peroluegovolvíconélotravez.Mimadre aparecióenmiapartamentoymontóunaescena,yahoranonoshablamos.Lamadre deHardinvinoavisitarnos,demodoquetuvimosquefingirqueestábamosjuntos, aunqueenrealidadnoloestábamos,loquebásicamentehizoqueacabásemosjuntos denuevo,ytodoibadeperlashastaquemimadrelecontóalasuyaquemehabía desvirgadoporunaapuesta.Ah,yenNavidad,paracelebrareldía,Hardinlepegó una paliza a su padre y atravesó de un puñetazo una vitrina de cristal. Ya sabes, lo www.lectulandia.com-Página232 normal.» —…genial.¿Ylastuyas?—respondo,decantándomeporlaversióncorta. Kimberly empieza a narrarme sus magníficas fiestas con Christian y su hijo. El niño lloró al ver la bicicleta nueva que «Santa» le había traído, e incluso llamó a Kimberly«mamiKim»,cosaqueleenternecióelcorazón,perohizoquesesintiera incómodaalmismotiempo. —Semehacerarovermecomolaresponsabledealguienoloqueseaquesoy— dice—.Noestoycasada,niprometida,conChristian,asíquenosémuybiencuáles miposiciónconrespectoaSmith. —CreoquetantoSmithcomoChristiantienensuertedequeestésensusvidas, independientementedelcargoqueocupes—leaseguro. —Eresunachicamuyinteligenteparatuedad,señoritaYoung. Sonríeyyomeapresuroallegaramidespachoalverlahoraquees.Amediodía, Kimberlynoestáensupuesto.Bajoenelascensory,cuandosedetieneenlatercera planta,chilloparamisadentrosalverentraraTrevor. —Hola—losaludotímidamente. No sé por qué se me hace tan incómoda la situación. No estaba saliendo con Trevorninada.Quedamosunavezylopasamosbien.Disfrutodesucompañíayél delamía,esoestodo. —¿Qué tal las vacaciones? —pregunta, y sus ojos azules brillan bajo la luz fluorescente. Ojalátodoelmundodejasedepreguntarmeesodeunavez. —Bien,¿ylastuyas? —Bientambién,elcomedorsocialestuvomuyconcurrido:dimosdecomeramás detrescientaspersonas—dicesonriendoconorgullo. —¡Vaya!¿Trescientaspersonas?Esestupendo.—Sonríoamivez. Esunapersonamuyagradable,ylatensiónentrenosotroscasihadesaparecido. —La verdad es que fue genial; con suerte, el año que viene tendremos todavía más recursos y podremos alimentar a quinientas. —Cuando ambos salimos del ascensor,mepregunta—:¿Vasacomer? —Sí,ibaairaFirehouse,yaquenohevenidoenmicoche—respondosinquerer hablarsobreHardinyyoenestosmomentos. —Puedesacompañarme,siquieres.YovoyaPanera,perosiquieresteacercoa Firehouse;nodeberíasircaminandosiestánevando—seofreceamablemente. —¿Sabesqué?MevoycontigoaPanera.—Sonríoynosdirigimosasucoche. LosasientostérmicosdesuBMWmehacenentrarencalorantesinclusodesalir delaparcamiento.Enelrestaurante,Trevoryyopermanecemoscasitodoeltiempo en silencio mientras pedimos la comida y nos sentamos a una mesa pequeña en la partedeatrás. —Estoy pensando en trasladarme a Seattle —me cuenta él mientras mojo pan tostadoenmisopadebrócoli. www.lectulandia.com-Página233 —¿En serio? ¿Cuándo? —pregunto en voz alta, intentando que se me oiga por encimadelbarullodelcomedor. —Dentrodeunpardemeses.Christianmehaofrecidountrabajoallí,unascenso ajefedefinanzasenlanuevaoficina,ymeloestoyplanteandoenserio. —¡Esunanoticiafantástica!¡Enhorabuena,Trevor! Selimpialascomisurasdelabocaconlaservilleta. —Gracias.Meencantaríadirigirtodoeldepartamentofinanciero,ymástodavía mudarmeaSeattle. Hablamos sobre Seattle durante el resto de la comida y, para cuando hemos terminado,nopuedoparardepensar:«¿PorquéHardinnosientelomismorespectoa esaciudad?». CuandovolvemosaVance,lanievesehatransformadoenunalluviagélidaylos doscorremoshaciaeledificio.Alllegaralascensorestoytiritando.Trevormeofrece lachaquetadesutraje,peromeapresuroarechazarla. —Entonces ¿Hardin y tú habéis vuelto? —dice, formulando por fin la pregunta quehabíaestadoesperando. —Sí…Estamostrabajandoenello.—Memuerdouncarrillo. —Vaya…¿Estáscontenta?—preguntamirándome. —Sí—asientomirándoloamivez. —Bien, me alegro por ti. —Se pasa las manos por el pelo negro y sé que está mintiendo,peroleagradezcoquenohagaquelasituaciónseamásincómodatodavía. Esotambiénformapartedesubuentalante. Cuandosalimosdelascensor,Kimberlytieneunaexpresiónextraña.Meconfunde lamaneraenqueestámirandoaTrevor,hastaqueladireccióndesumiradamelleva hastaHardin,queestáapoyadocontralapared. www.lectulandia.com-Página234 CAPÍTULO54 Hardin —¿En serio? ¿En serio? —pregunto agitando las manos en el aire de manera dramática. Tessa se queda boquiabierta, pero no dice nada mientras mira al puto Trevor y luego otra vez a mí. «Joder, Tess.» La ira me invade y empiezo a visualizar las múltiplesmanerasenlasquequierogolpearaesetío. —Graciasporlacomida,Tessa.Nosvemos—diceélconvoztranquilaantesde marcharse. MiroaKimberlyyveoquesacudelacabezacongestodedesaprobaciónantesde cogerunacarpetadesumostradorydejarnossolos.Tessamiraasuamigayyocasi meechoareír. Seexcusayseencaminahaciasudespacho. —Sólo hemos comido, Hardin. Puedo comer con quien quiera. Así que no empieces—meadvierte. Cuandoambosestamosdentro,cierrolapuertaconpestillo. —Yasabesloquepiensodeél.—Meapoyoenlapared. —Hablaenvozbaja.Estoesmitrabajo. —Tusprácticas—lacorrijo. —¿Qué?—Memiraconunosojoscomoplatos. —Noeresunaempleadadeverdad,sóloestáshaciendoprácticas—lerecuerdo. —¿Otravezconeso? —No,sóloestabaconstatandounhecho. Soyuncapullo:otrohecho. —¿Enserio?—medesafía. Aprietolosdientesymiroalatestarudademichica. —¿Quéestáshaciendoaquí?—inquiere,ysesientaensusilladetrásdelamesa. —Hevenidoparallevarteacomer,paraquenotuvierasquecaminarbajolanieve —respondo—.Peropareceserquesabescómohacerqueotrostíosteayuden. —No es para tanto. Hemos ido a comer y hemos vuelto. Tienes que aprender a controlartuscelos. —Noestoyceloso. www.lectulandia.com-Página235 Porsupuestoqueloestoy.Yasustado.Peronopiensoadmitirlo. —Somosamigos,Hardin.Déjaloestaryvenaquí. —No—contesto. —Porfavor…—meruega. Pongolosojosenblancoantemifaltadeautocontrolmientrasmeacercohacia ella.Seinclinaporencimadesumesaytirademíparaquemepongadelante. —Sólo te quiero a ti, Hardin. Te quiero y no quiero estar con nadie más. Sólo contigo. —Me observa con tanta intensidad que aparto la mirada—. Siento que Trevornotecaigabien,peronopuedesdecirmedequiénpuedoseramiga. Cuando me sonríe, intento aferrarme a mi ira, pero noto cómo ésta se disipa lentamente.«Joder,esbuena.» —Nolosoporto—digo. —Esinofensivo.Deverdad.Además,setrasladaaSeattleenmarzo. Semehielalasangreenlasvenas,perointentomostrarindiferencia. —¿Enserio? Cómono,TrevorvaamudarseaSeattle,ellugaralqueTessaquiereir.Ellugar al que yo no pienso ir jamás. Me pregunto si habrá pensado en marcharse con él. «No,ellanoharíaeso.¿Osí?Joder,nolosé.» —Sí, así que ya no estará por aquí. Por favor, déjalo en paz. —Me aprieta las manos. Lamiro. —Vale,joder,vale.Nolotocaré.—Suspiro. «Nomepuedocreerqueacabedeaccederadejarquesevayaderositasdespués dehaberintentadobesarla.» —Gracias.Tequieromucho—medicemirándomeconsusojosgrises. —Aunque sigo cabreado porque intentó seducirte. Y contigo también, por no escucharme. —Losé,yahoracállate…—Sepasalalenguaporellabioinferior—.¿Medejas quetequiteeldisgusto?—preguntaconvoztemblorosa. «¿Qué?» —Megustaría…megustaríademostrartequesólotequieroati. Sus mejillas se ruborizan con intensidad y desliza las manos hasta mi cinturón mientrasselevantayseponedepuntillasparabesarme. Estoy confundido, cabreado… y tremendamente cachondo. Lame con la lengua mi labio inferior. Gruño inmediatamente y la coloco sobre la mesa. Sus manos temblorosas juguetean de nuevo con mi cinturón y me despojan de él. Agarro el dobladillodesufaldaexcesivamentelargayselalevantohastalapartesuperiorde losmuslos,agradecidodequehoynosehayapuestomedias. —Te quiero, cariño —susurra contra mi cuello, envolviendo mi cintura con las piernas. Gimo al oír esas palabras saliendo de sus carnosos labios, y me encanta su www.lectulandia.com-Página236 repentinatomadecontrolcuandoempiezaabajarmelospantalones. —¿Noestás…?—pregunto,refiriéndomeasuregla—.No,nolatienes. Se pone colorada y me coge la polla con la mano. Silbo entre dientes y Tessa sonríemientrasmemasturbadespacio,demasiadodespacio. —Nojueguesconmigo. Gruñoyellamenealamanomásrápidomientrasmechupaelcuello.Siéstaessu maneradecompensarme,nomeimportaríaquelacagaramásamenudo.Siemprey cuandonoimpliqueaotrotipo. Laagarrodelpeloytirodesucabezaparaquememire. —Quierofollarte. Niegaconlacabezayunatímidasonrisaseformaensuslabios. —Sí—insisto. —Nopodemos.—Mirahacialapuerta. —Lohemoshechoantes. —Merefieroa…yasabes. —No pasa nada —digo quitándole importancia. La verdad es que no es tan terriblecomolagentepiensa. —¿Esoes…normal? —Sí.Esnormal—decreto,yabreunosojoscomoplatos. A pesar de su tímida actitud, sus pupilas dilatadas me indican lo mucho que quierehacerlotambién.Sumanosigueenmimiembro,meneándoselentamente.Le separomáslaspiernas.Tirodelhilodesutampónyloarrojoalapapelera.Después leapartolamanoymepongoelcondón. Ellasebajayseinclinasobreelescritorio,levantándoselafaldahastaelculo. Joder, esto es lo más excitante que he visto en mi vida, a pesar de las circunstancias. www.lectulandia.com-Página237 CAPÍTULO55 Tessa MiexcitaciónaumentacuandoHardinmelevantalagruesateladelafaldahastala cintura. —Relájate,Tess.Desconectalamente,novaaserdistintodeotrasveces—me promete. Intento ocultar la vergüenza cuando entra dentro de mí; no noto nada diferente. Bueno, en todo caso, la verdad es que es aún mejor. Más atrevido. Hacer algo tan alejadodemisnormas,algotantabú,lohacemásemocionante.LamanodeHardin desciendepormicolumnayhacequetiembledeanticipación.Suestadodeánimoha cambiadoradicalmente.Despuésdeversuactitudalsalirdelascensor,esperabaque montaraunaescena. —¿Estásbien?—pregunta. Asientoygimoenrespuesta. Meagarradelacaderaconunamanoydelpeloconlaotraparamantenermeen elsitio. —Meencantaestardentrodeti,nena—diceconvozgravemientrasentraysale. Su mano pasa de mi pelo a mis senos. Tira del escote y deja mi pecho al descubierto.Encuentramipezónyloretuercesuavementeentrelosdedos.Sofocoun gritoyarqueolaespaldamientrasrepiteesamismaacciónunayotravez. —Joder—exhalo,ycierrolabocaconfuerza. Soy consciente de que estamos en mi despacho, pero por alguna razón no me preocupatantocomomepreocuparíahabitualmente.Mispensamientosempiezancon Hardin y acaban con el placer. La realidad de la situación y el tabú que supone nuestroactonomeparecerelevanteenestosmomentos. —Tegusta,¿verdad,nena?Yatelodecía,nohayningunadiferencia…,bueno,al menos no hay ninguna diferencia negativa. —Gime y me rodea la cintura con el brazo.Casimeresbalodelbordedelamesacuandocambiadeposiciónymecoloca tumbadaconlaespaldacontraladuramadera—.Joder,tequiero;losabes,¿verdad? —jadeaenmioreja. Asiento,peroséquenecesitamás. —Dilo—insiste. —Séquemequieres—leaseguro. Micuerposetensayélenderezalaespaldayacercalosdedosparaacariciarmi www.lectulandia.com-Página238 clítoris.Measomoparaintentarvercómolosdedoshacenmagiaconmicuerpo,pero lasensaciónesdemasiadoparamí. —Vamos,córrete,nena.—Hardinaceleraelritmoymelevantamásunadelas piernas. Pone los ojos en blanco, y yo estoy tan cerca de un clímax tan intenso y tan abrumador que no veo nada más que estrellas mientras me aferro a sus brazos tatuados.Aprietoloslabiosconfuerzaparaevitargritarsunombremientraspierdoel control. El final de Hardin no es tan silencioso: se inclina hacia abajo, entierra la cabezaenmicuelloygritaminombreunavezantesdepegarlabocaamipielpara acallarsuvoz. Luego se retira y me besa el hombro. Me levanto y me arreglo la ropa, aunque supongoquenotardaréeniralaseo.«Dios,quéraroesesto.»Nonegaréquelohe disfrutado,peronopuedoquitarmeesaideadelacabeza. —¿Lista?—pregunta. —¿Paraqué?—digoconlarespiracióntodavíaagitada. —Parairnosacasa. —No puedo irme a casa. Son sólo las dos —respondo, y señalo el reloj de la pared. —LlamaaldespachodeVancemientrassalimos.Venteacasaconmigo—ordena Hardin, y coge mi bolso de la mesa—. Aunque supongo que querrás ponerte otro tapónantesdequenosvayamos. Sacauntampóndemibolsoymedaunostoquecitosenlanarizconél. Leapartoelbrazodeunapalmada. —¡Dejadedecireso!—gruño,yvuelvoameterloenmibolsomientrasélseríe. Cuatrodíasdespués,meencuentroesperandopacientementeaqueHardinmerecoja, mirando por el enorme ventanal del vestíbulo y agradecida de que no haya nevado últimamente.Elúnicorastrodelasnevadasdelosdíasanterioreseselmontónnegro dehieloqueseacumulaalosladosdelaacera. Paramifastidio,Hardinhainsistidoenllevarmeatrabajartodoslosdíasdesde nuestradiscusiónsobreTrevor.Todavíamesorprendehaberconseguidocalmarlode esa manera. No sé qué habría hecho si hubiera atacado a Trevor en la oficina; Kimberly se habría visto obligada a llamar a seguridad, y probablemente habrían arrestadoaHardin. Sesuponíaqueibaarecogermealascuatroymedia,yyasonlascincoycuarto. Casitodoelmundosehamarchadoya,yvariaspersonassehanofrecidoaacercarme acasa,incluidoTrevor,aunquemelodijodesdemilmetrosdedistancia.Noquiero que las cosas estén raras entre nosotros, y me gustaría seguir siendo amiga suya, a pesardelas«órdenes»deHardin. Por fin, detiene el coche en el aparcamiento y yo salgo a la calle. Hoy no hace www.lectulandia.com-Página239 tantofríocomolosúltimosdías,yelsolbrillanteañadeunpocodecalidez,perono lasuficiente. —Sientollegartarde,mehequedadodormido—medicemientrasmemetoenel cochecalentito. —Nopasanada—leaseguro,ymiroporlaventanilla. Estoy algo nerviosa por la Nochevieja esta noche, y no quiero añadir una pelea conHardinamilistadefactoresdeestrés.Todavíanohemosdecididoquévamosa hacer,cosaquemeponehistérica.Quieroconocertodoslosdetallesytenerlanoche planificada. HeestadodebatiéndomeentreresponderonoalosmensajesdetextoqueSteph meenvióhaceunpardedías.Aunapartedemíleapeteceverla,demostrarleaellay atodoelmundoquenopudieronconmigo,quemehumillaron,sí,peroquesoymás fuerte de lo que imaginan. Dicho esto, la otra parte de mí se siente tremendamente incómodaantelaideadeveralosamigosdeHardin.Séqueseguramentepensarán quesoyunaidiotaporhabervueltoconél. Nosabrécómoactuardelantedeellos,ylaverdadesquemedamiedoquelas cosasseandiferentescuandosalgamosdenuestrapequeñaburbuja.¿YsiHardinpasa demítodoeltiempo,osiMollyestáallí?Mehiervelasangresólodepensarlo. —¿Adóndequieresir?—pregunta. Lehecomentadoantesquenecesitabacomprarmealgoparaestanoche. —Al centro comercial. Tenemos que decidir adónde vamos a ir para saber qué tengoquecomprarme. —¿Deverdadquieresquedarcontodos,oprefieresquesalgamoslosdossolos? Amíaúnmeapetecequenosquedemosencasa. —Noquieroquedarmeencasa,esolohacemossiempre.—Sonrío. MeencantaquedarmeencasaconHardin,peroélsolíasalirtodoeltiempo,ya veces me preocupa que se acabe aburriendo de mí si lo tengo constantemente encerrado. Alllegaralcentrocomercial,medejaenlaentradadeMacy’syyomeapresuroa entrar.Cuandosereúneconmigo,yatengotresvestidosenlosbrazos. —¿Quéeseso?—dicearrugandolanarizalverunvestidoamarillocanarioenlo altodelmontón—.Esecoloresespantoso. —Atiteparecenespantosostodosloscoloresmenoselnegro. Se encoge de hombros ante mi veraz afirmación y pasa el dedo por la tela del vestidodoradoquehaydebajo. —Éstemegusta—dice. —¿Deverdad?Puesesjustoelquemenosmeconvencíaamí.Noquierollamar laatención,¿sabes? Enarcaunaceja. —¿Ynolallamaríasconelamarillo? Tienerazón.Devuelvoelvestidoamarilloasusitioylemuestrounoblancosin www.lectulandia.com-Página240 tirantes. —¿Quétepareceéste? —Pruébatelos—sugiereconunasonrisatraviesa. —Pervertido—bromeo. —Amuchahonra. Sonríeconpetulanciaymesiguealosprobadores. —Tútequedasfuera—ledigo,ycierrolapuertadejandosóloelespaciojusto paraasomarlacabeza. Ponemorritosysesientaenelsillónnegrodepielquehayfrentealprobador. —Quieroverlostodos—dicecuandocierrolapuertadeltodo. —Cállate. Oigo cómo se ríe y me dan ganas de asomarme sólo para ver su sonrisa, pero decido no hacerlo. Me pruebo primero el vestido blanco sin tirantes y me cuesta subirme la cremallera de la espalda. Es estrecho. Demasiado estrecho. Y corto. Demasiado corto. Por fin consigo subírmela y tiro de la falda hacia abajo antes de abrirlapuertadelprobador. —¿Hardin?—digocasienunsusurro. —¡Joder!—exclamaboquiabiertoymeveconelvestidocasiinexistente. —Esmuycorto—digo,ymepongoroja. —Sí,éseno—conviene,ymemiradearribaabajo. —Lollevarésiquiero—ledigopararecordarlequeélnovaadictarquépuedoy quénopuedoponerme. Melanzaunamiradaasesinaduranteuninstanteyluegoresponde: —Losé…Sóloqueríadecirquenodeberíashacerlo.Enseñademasiadoparatu gusto. —Esoesloquehepensadoyo—replico,ymemiroenelespejodecuerpoentero unavezmás. Hardinsonríeconmaliciaylopillomirándomeeltrasero. —Aunquelaverdadesqueestremendamentesexi. —Siguiente—digo,yentrodenuevoenelprobador. El vestido dorado resulta ser muy suave, a pesar de que está cubierto de minúsculaslentejuelas.Mellegahastalamitaddelmusloylasmangassondetres cuartos. Esto es más de mi estilo, sólo que con un toque más arriesgado que de costumbre.Lasmangashacenqueparezcaalgomásconservador,perolalongitudde latelayelmodoenqueseciñeamicuerpoindicanlocontrario. —Tess—protestaHardinimpacientedesdefuera. Abrolapuertaysureacciónmelevantaelánimo. —Joder.—Tragasaliva. —¿Tegusta?—preguntomordiéndomeellabioinferior. Mesientobastanteseguraconelvestido,ymásdespuésdeverquelas mejillasdeHardinseruborizanycambiaelpesodesucuerpohaciaadelante www.lectulandia.com-Página241 yhaciaatrásdeunpieaotro. —Mucho. Esto es algo tan típico de parejas, probarme ropa para él en Macy’s, que se me hace raro, aunque resulta muy reconfortante. Hace unos días me entró el pánico cuandoseenteródelodemicenaconTrevorenSeattle. —Entoncesmequedoconéste—digo. Después de encontrar un par de zapatos de plataforma negros y bastante intimidantes, nos dirigimos a la caja. Hardin insiste en que lo deje pagar, pero me niego,yenestaocasiónganolabatalla. —Es verdad, de hecho, deberías comprarme algo tú a mí…, ya sabes, para compensar la escasez de regalos que me hiciste en Navidad —bromea mientras salimosdelcentrocomercial. Medispongoagolpearloenelbrazo,peroélmeagarradelamuñecaantesdel impacto.Pegaloslabioscontramipalma,mecogedelamanoymedirigehaciael coche.«Ircogidosdelamanoenpúbliconoeslonuestro…»Justomientrasseme pasaesepensamientoporlacabeza,parecedarsecuentadeloqueestamoshaciendo ymesuelta.Pasoapaso,supongo. Deregresoalapartamento,despuésdedecirleporoctavavezquequierosalirconsus amigos, los nervios empiezan a apoderarse de mí mientras imagino las posibles situacionesquepodríandarseestanoche.Sinembargo,nopodemosescondernosdel mundoeternamente.CómosecomporteHardindelantedesusamigosmedemostrará loquesientedeverdadpormí,loquesienterespectoanosotros. Enladucha,mepasolacuchillaporlaspiernastresvecesypermanezcodebajo delaguacalientehastaqueempiezaasalirfría.Cuandosalgo,lepreguntoaHardin quéhadichoNatesobreestanoche,aunquenoestoymuyseguradesiquierosaberla respuesta. —Mehamandadounmensajeparaquedarenlacasa…enmiantiguacasa.Alas nueve.Pareceserquevanadarunagranfiesta. Mirolahora.Yasonlassiete. —Bien,voyaprepararme—asiento. Me maquillo y me seco el pelo con el difusor rápidamente para rizármelo. Me recojoelflequillohaciaatrás,comodecostumbre.Estoy…bien… «Aburrida. Aburrida.» Me veo igual que siempre. Tengo que estar mejor que nuncaparamireaparición.Esmimaneradedemostrarlesquenoacabaronconmigo. SiMollyseencuentraallí,probablementeirávestidaparallamarlaatencióndetodo el mundo, incluida la de Hardin. Por mucho que la deteste, debo reconocer que es preciosa.Consupelorosaardiendoenmimemoria,cojoellápizdeojosnegroyme pintounarayagruesaenelpárpadosuperior.Porprimeravez,consigoquemesalga recta, afortunadamente. Hago lo mismo en el inferior y me aplico un poco más de www.lectulandia.com-Página242 colorete en las mejillas antes de quitarme la horquilla del pelo y de tirarla a la papelera. Sinembargo,larecojoalinstante.Vale,puedequetodavíanoestépreparadapara deshacermedeellas,peroestanochenolasusaré.Mepongocabezaabajoymepaso los dedos por los gruesos rizos. La imagen del espejo me deja perpleja. Parezco la típicachicaqueencontraríasenunadiscoteca,unachicasalvaje…,inclusosexi.La últimavezquemepusetantomaquillajefueenaquellaocasiónqueStephmehizoun «cambiodeimagen»yHardinseburlódemí.Estavezestoyaúnmásguapa. —¡Sonlasochoymedia,Tess!—meavisadesdeelsalón. Compruebo el espejo por última vez, respiro hondo y corro al dormitorio para vestirmeantesdequeHardinmevea.«¿Ysinolegusta?»Laúltimaveznoledio ningunaimportanciaaminuevoymejoradoaspecto.Apartoesospensamientosdemi mente y me meto el vestido por la cabeza, me subo la cremallera y me pongo los taconesnuevos. ¿Deberíallevarmedias?No.Tengoquerelajarmeydejardedarletantasvueltasa esto. —¡Tessa,enserio,tenemosque…!—empiezaagritarHardinmientrasentraenla habitación,peroseinterrumpeamediafrase. —¿Estoy…? —Sí,joder,sí—diceprácticamentegruñendo. —¿Noteparecequeesdemasiado,contodoestemaquillaje? —No,está…,eh…esbonito,quierodecirque…estábien—tartamudea. Es evidente que se ha quedado sin palabras, algo que no le sucede nunca, e intentonoreírme. —Venga…,vámonosonosaldremosnuncadeesteapartamento—masculla. Sureaccióndisparamiseguridadenmímisma.Séquenodeberíaserasí,peroes la verdad. Él está perfecto como siempre, con una camiseta negra sencilla y unos vaqueros negros ceñidos. Las Converse que tanto me gustan completan lo que yo denominoel«lookHardin». www.lectulandia.com-Página243 CAPÍTULO56 Tessa TheFraycantanenvozbajasobreelperdóncuandollegamosalaantiguacasadela fraternidad de Hardin. Me he pasado todo el trayecto bastante nerviosa, y los dos estábamosmuycallados.Unmontónderecuerdos,lamayoríamalos,mevienenala mente,perodecidoignorarlos.Hardinyyoahoratenemosunarelación,unarelación deverdad,asíquesupongoquetodoserádiferente;¿ono? Hardin permanece cerca de mí mientras recorremos la casa atestada de gente hasta el salón repleto de humo. De inmediato nos colocan unos vasos rojos en la mano,peroHardinsedeshacedelsuyoalinstanteymequitaelmío.Medispongoa cogerlodenuevoymemiraconelceñofruncido. —Creoquenodeberíamosbeberestanoche—dice. —Creoquetúnodeberíasbeberestanoche. —Vale,sólouno—meadvierte,ymedevuelveelvaso. —¡Scott!—exclamaunavozfamiliar. Nate aparece proveniente de la cocina y le da unas palmaditas a Hardin en la espaldaantesdeofrecermeunasonrisaamistosa.Casihabíaolvidadolomonoquees. Intentoimaginármelosintodosesostatuajesypiercings,peromeresultaimposible. —Vaya,Tessa,estás…distinta—dice. Hardin pone los ojos en blanco, me coge el vaso de las manos y bebe un trago antes de devolvérmelo. Quiero quitárselo, pero no me apetece provocar una discusión. Por una bebida no va a pasar nada. Le meto mi teléfono en uno de los bolsillostraserosparapodersostenermivasomásfácilmente. —Vaya, vaya, vaya… Mira a quién tenemos aquí —dice entonces una voz femeninaalmismotiempoqueunamelenadepelorosaaparecepordetrásdeuntipo grandeygrueso. —Genial—gruñeHardinmientrasMollycaminacontoneándosehacianosotros. —Cuántotiempo—diceconunasonrisasiniestra. —Sí—respondeHardin,ymequitadenuevoelvaso. Después,Mollymemiraamí. —¡Vaya,Tessa!Notehabíavisto—diceconsarcasmo. DecidopasarloporaltoyNatemeofreceotrovaso. —¿Mehasechadodemenos?—lepreguntaMollyaHardin. Llevamásropaquedecostumbre,aunquesiguepareciendoquevadesnuda.Su www.lectulandia.com-Página244 blusa negra está rasgada por delante, a propósito, supongo. Los shorts rojos son tremendamente cortos, con cortes en la tela a los lados para revelar todavía más su pielpálida. —Nomucho—respondeélsinmirarla. Mellevoelvasoaloslabiosparaocultarmisonrisadesatisfacción. —Notecreo—replica. —Vetealamierda—gruñeél. Ellaponelosojosenblancocomositodoformarapartedeunjuego. —Vaya,alguienestádemalhumor. —Vamos,Tessa.—Hardinmecogedelamanoymealejadeallí. NosdirigimosalacocinaydejamosaMollyindignadayaNateriéndosedetrás. —¡Tessa!—exclamaStephentonceslevantándosealinstantedeunodelossofás —.¡Joder,tía!¡Quésexiestás!¡Vaya!—Yañade—:¡Esomelopondríayo! —Gracias.—Sonrío. MeresultaalgoincómodoveraSteph,peronotantocomoveraMolly.Laverdad esquelaechabademenos,yesperoquelanochetranscurralobastantebiencomo paraquepodamosexplorarlaposibilidaddereconstruirnuestraamistad. Meabraza. —Mealegrodequehayasvenido. —VoyahablarconLogan,quédateaquí—meordenaHardinantesdemarcharse. Stephloobservaconhumor. —Veoquesigueigualdegroseroquesiempre—dice,yseríesonoramentepor encimadelaestruendosamúsicayelbarullodelamultitudpresente. —Sí…,algunascosasnuncacambian. Sonríoyterminoelúltimotragodelabebidadulcequetengoenelvaso.Detesto pensarenello,peroelsaboracerezasmerecuerdamibesoconZed.Subocaerafría, ysulengua,dulce.Escomosiaquellohubierapasadoenotravida,comosihubiera sidootraTessalaquecompartióaquelbesoconél. Comosimehubieseleídolamente,Stephmedaunaspalmaditasenelhombro. —Ahí está Zed. ¿Lo has visto desde…? ya sabes. —Señala con su uña pintada conrayasdecebrahaciaunchicodepelonegro. —No…,laverdadesquenohevistoanadie.ExceptoaHardin. —Zed se sintió como un gilipollas después de todo. Casi me daba pena — asegura. —¿Podemoshablardeotracosa,porfavor?—leruegoaltiempoquelosojosde Zedseencuentranconlosmíos,yapartolamirada. —Claro,joder.Perdona.¿Teapeteceotracopa?—preguntaSteph. Sonríoparaaliviarlatensión. —Sí,claro. EntramosenlacocinaymiroendirecciónhaciaellugardondeestabaZed,pero ha desaparecido. Me muerdo un carrillo y miro de nuevo a Steph, que está www.lectulandia.com-Página245 observandosuvaso.Ningunadelasdossabemosquédecir. —VamosabuscaraTristan—sugiere. —Hardin… Empiezoadecirquemehapedidoquemequedeaquí.Perolociertoesqueno me lo ha pedido, sino que me lo ha ordenado, y eso me fastidia. Inclino el vaso y engulloelrestodelafríabebida.Yatengolasmejillascalientesacausadelalcohol… Estoyalgomenosnerviosa,ycojootrovasoantesdeseguiraStephhastaelsalón. Lacasaestámásllenaquenunca,ynoveoaHardinporningunaparte.Lamitad del salón está ocupada por una larga mesa repleta de hileras de vasos rojos. Universitariosborrachoslanzanbolasdeping-pongalosvasosydespuéssebebensu contenido. Nunca entenderé la necesidad de jugar a toda clase de juegos mientras estánebrios,peroalmenosenestaocasiónnohaybesosdepormedio.VeoaTristan sentadoenelsofájuntoauntipopelirrojoalquerecuerdohabervistoaquíantes.La últimavezseestabafumandounporroconJace.Zedestásentadoenelbrazodelsofá y dice algo al grupo. Acto seguido, Tristan inclina la cabeza hacia atrás muerto de risa. Al ver a Steph, le sonríe. El compañero de cuarto de Nate me gustó desde el momentoenqueloconocí.Esunchicomuysimpático,yparecequeellaleimporta deverdad. —¿Qué tal van las cosas entre vosotros? —le pregunto a Steph mientras nos acercamosaellos. Giraelcuerpoenterohaciamíysonríe. —Pueslaverdadesquenosvagenial.¡Creoqueloquiero! —¿«Crees»?¿Todavíanooslohabéisdicho?—preguntosorprendida. —No…¡Claroqueno!¡Sólollevamostresmesessaliendo! —Ah… Hardinyyonoslodijimosinclusoantesdeestarsaliendodeverdad. —Hardinytúsoisdiferentes—seapresuraadecirella,reforzandomissospechas dequemeleeelpensamiento—.¿Quétalosva?—pregunta,ymiradetrásdemí. —Bien,nosvabien. Esgenialpoderdecirqueestamosbienparavariar. —Soisunaparejadelomásextraña. Merío. —Sí,losomos. —Peroesoesbueno.¿TeimaginasqueHardinsalieraconunachicacomoél?No querríaconocerlaenlavida,teloaseguro.—Seechaareír. —Yotampoco—digo,ymeunoasusrisas. TristansaludaaStephconlamanoyellaseacercaysesientaensuregazo. —Aquíestámichica.—Labesadulcementeenlamejillaymemira—.¿Cómo estás,Tessa? —Estupendamente.¿Quétalestástú?—pregunto.Parezcounpolítico.«Relájate, Tessa.» www.lectulandia.com-Página246 —Bien.Comounacuba,perobien.—Seechaareír. —¿DóndeestáHardin?Nolohevisto—mepreguntaelchicopelirrojo. —Está…,puesnotengoniidea—respondo,ymeencojodehombros. —Seguroqueestáporahí,enalgunaparte.Nocreoquesealejemuchodeti— terciaStephintentandoconsolarme. La verdad es que no me importa no haber visto a Hardin en un rato, porque el alcoholhaconseguidoqueestémenosnerviosa,aunquemegustaríaquevolvierapara estarconmigo.Éstossonsusamigos,nolosmíos.ExceptoSteph,delaquetodavía meloestoypensando.Sinembargo,ahoramismoéleslapersonaquemásconozco, ynoquieroquedarmeaquíplantada,incómodaysola. Alguiensetopaconmigoymetambaleohaciaadelanteligeramente;porsuerte, mivasoestabavacío,asíquealcaeralsuelosobrelamoquetayamanchadasólounas cuantasgotasdelíquidorosasalpicanlasuperficie. —Mierda,losiento—balbuceaunachica,borracha. —Tranquila,nopasanada—respondo. Su pelo negro es tan brillante que me ciega, y tengo que entornar los ojos. «¿Cómoesposible?»Debodeestarmásperjudicadadeloquesuponía. —Venysiéntateantesdequeteaplasten—bromeaSteph. Meríoytomoasientoenunextremodelsofá. —¿TehasenteradodelodeJace?—preguntaTristan. —No, ¿qué ha pasado? —La mera mención de su nombre hace que se me revuelvaelestómago. —Lodetuvieron.Saliódelacárceljustoayer—meexplica. —¿Enserio?¿Porqué?¿Quéhizo?—pregunto. —Mataraalguien—respondeelpelirrojo. —¡Dios mío! —exclamo, y todo el mundo empieza a reírse. Mi voz es mucho másagudaahoraqueestoyalbordedelaborrachera. —Te está tomando el pelo; lo pararon y llevaba hierba encima —dice Tristan entrerisas. —Eresunidiota,Ed—replicaSteph,yledaunapalmadaalchicoenelbrazo, peronopuedoevitarreíralverlorápidoquemelohetragado. —Deberíashabertevistolacara—diceTristan,yseechaareírdenuevo. Pasa otra media hora sin rastro de Hardin. Su ausencia comienza a cabrearme, perocuantomásbebo,menosmeimporta.Estoenpartesedebetambiénalhechode que tengo a Molly a la vista, y puedo ver que se ha buscado un juguete rubio para pasarlanoche.Élnoparadesobarlelosmuslos,yambosestántanborrachosqueda vergüenzaajenaverlos.Aunasí,mejorélqueHardin. —¿Quiénquierejugar?EsobvioqueKyleyanopuedemás—diceunchicode gafasseñalandoconlamiradaasuamigoebrio,tumbadoenposiciónfetalsobrela moqueta. Mirolamesarepletadevasosysumodosmásdos. www.lectulandia.com-Página247 —¡Yo! —grita Tristan, dándole un toquecito a Steph para que se levante de su regazo. —¡Yyo!—seapuntaella. —Sabesquesetedafatal—laprovocaTristandebroma. —Noesverdad.Loquepasaesquetedarabiaqueseamejorquetú.Peroahora estoy en tu equipo, así que no tienes por qué sentirte intimidado —responde, y parpadeademanerajuguetona.Élsacudelacabeza,riendo. »¡Tess,juegatútambién!—gritaporencimadelamúsica. —Eh…No,daigual—digo. Notengoniideadeaquéestánjugando,peroseguroquesemedafatal. —¡Vamos! Será divertido. —Steph une las manos como si me lo estuviera rogando. —¿Quéjuegoes? —Birrapong.—Seencogedehombrosdemaneradramáticayempiezaareírse sinparar—.Nohasjugadonunca,¿verdad?—añade. —No,nomegustalacerveza. —Podemos usar vodka sour de cereza si lo prefieres. Hay garrafas preparadas. Voyalaneveraaporuna.—SevuelvehaciaTristan—.Vecolocandolosvasos. Quieroprotestar,peroalmismotiempoquierodivertirmeestanoche.Deseoestar relajadaydesmelenarme.Puedequeel«Birrapong»noestétanmal.Seguroqueno espeorqueestarsentadaenesesillónsolaesperandoaqueHardinvuelvadedonde naricesesté. Tristanempiezaacolocarlosvasosformandountriánguloquemerecuerdaala disposicióndelosbolosenlapista. —¿Vasajugar?—mepregunta. —Supongo.Peronosécómosejuega—ledigo. —¿Quiénquierejugarconella?—preguntaTristan. Mesientoidiotacuandonadieseofrece.Genial.Sabíaqueestoera… —¿Zed?—diceTristan,interrumpiendomispensamientos. —Eh…,nosé…—respondeélsinmirarmealacara.Mehaestadoevitandotodo eltiempoquellevoaquí. —Sólounaronda,tío. LosojosdecolormieldeZedmemiranporuninstante,acontinuaciónvuelvea miraraTristanyasiente. —Vale,estábien,sólounjuego. Seacercaysecolocaamilado.AmbospermanecemosensilenciomientrasSteph rellenalosvasosconelalcohol. —¿Se han estado usando los mismos vasos toda la noche? —le pregunto, intentandoocultarelascoquemedapensarquevariasbocashayanbebidodeellos. —Nopasanada—diceellariéndose—.¡Elalcoholmatalosgérmenes! ConelrabillodelojoveoqueZedtambiénseríe,perocuandomevuelvoensu www.lectulandia.com-Página248 direcciónmirahaciaotrolado.Sí,vaaserunjuegomuylargo. www.lectulandia.com-Página249 CAPÍTULO57 Tessa —Sólo tienes que tirar la bola hacia la mesa y meterla en uno de los vasos —me explicaTristan—,yelotroequipotienequebeberseelcontenidodelvasoenelque la hayas colado. Gana el equipo que antes consiga colarla en todos los vasos del adversario. —Y¿quésegana?—pregunto. —Eh…, nada. Simplemente no te emborrachas tan rápido porque no tienes que bebertantosvasos. Estoyapuntodeseñalarqueunjuegoparabeberenelqueelganadoreselque menos bebe parece estar en contradicción con la mentalidad de la fiesta, pero entoncesStephexclama: —¡Empiezoyo! Frota de manera juguetona la pequeña bola blanca en la camiseta de Tristan, la sopla y la lanza en dirección a la mesa. Rebota en el borde de uno de los vasos y acabacayendojustoeneldeatrás. —¿Quieresbebertúprimero?—mepreguntaZed. —Vale.—Meencojodehombrosylevantoelvaso. Cuando Tristan lanza la siguiente bola, falla el tiro y ésta cae al suelo. Zed la recogeylasumergeenunvasosolitariollenodeaguaquehayennuestrolado.Así que era para eso. No es que sea muy higiénico, pero es una fiesta universitaria…, ¿quéesperaba? —Yluegodicesquesoyyolaquenojuegabien—semofaStephdeTristan,que selimitaasonreírle. —Túprimero—diceZed. Mi primer intento de Birra…, digo, de «Vodka sour de cereza pong» parece ir bien, ya que meto mis primeras cuatro bolas seguidas. Me duele la mandíbula de sonreírydereírmedemisrivales.Estoyalegreporellicoryporelhechodequeme encantaquesemedenbienlascosas,inclusosisetratadejuegosuniversitariospara beber. —¡Tú ya has jugado antes! ¡A mí no me engañas! —me acusa Steph con una manoenlacadera. —No,essóloquesoyhabilidosa.—Merío. —¿Habilidosa? www.lectulandia.com-Página250 —NosientascelosdemisuperhabilidadparajugaralBebepong—digo,ytodos losquenosrodeanseechanareír. —¡Coño! ¡No vuelvas a decir habilidad! —replica Steph, y yo me agarro la barrigamientrasintentodejardereírme. Lodeljuegohasidomejorideadeloquepensaba.Lagrancantidaddealcohol queheconsumidoayuda,ymesientoatrevida.Jovenyatrevida. —Simetesésta,ganamos—digoparaanimaraZed. Conformemásbebe,máscómodoparecesentirseamilado. —Loharé—alardeaconunasonrisa. LapequeñabolacruzaelaireyaterrizadirectamenteenelúltimovasodeStephy Tristan. Chillodealegríaymepongoadarsaltoscomounaidiota,peromedaigual.Zed daunapalmaday,sinpensarlo,loabrazoemocionada.Sequedaunpocoparado,pero me rodea la cintura antes de que ambos nos separemos. Es un abrazo inocente, acabamosdeganar,yestoycontenta.Inocente.Cuandolamiro,Stephabrelosojos asustada,yesohacequemevuelvaenbuscadeHardin. No está, pero ¿y qué si estuviera? Ha sido él quien me ha dejado sola en esta fiesta.Nisiquierapuedollamarloomandarleunmensajeporquetienemimóvilensu bolsillo. —¡Quierolarevancha!—gritaSteph. MiroaZedconojossuplicantes. —¿Quieresjugarotravez? Élechaunvistazoporlahabitaciónantesderesponder. —Sí…,sí…,juguemosotra.—Sonríe. Zedyyoganamosporsegundavez,loquehacequeStephyTristannosacusen enbromadeestarhaciendotrampa. —¿Estásbien?—preguntaZedcuandoloscuatronosalejamosdelamesa. Con dos juegos de Birra pong tengo suficiente; estoy algo borracha. Vale, más que«algo»,peromesientodemaravilla.TristandesaparececonStephenlacocina. —Sí,estoybien.Muybien.Loestoypasandogenial—ledigo,yseechaareír. El modo en que apoya la lengua detrás de sus dientes cuando sonríe resulta encantador. —¡Estupendo!—exclama—.Pero,simedisculpas,tengoquesaliraquemedé unpocoelaire. «Aire.»Meencantaríarespirarunpocodeairequenoestécargadodehumonide olorasudor.Enestacasahacemuchocalor. —¿Puedoacompañarte?—pregunto. —Esto…Nosésiesbuenaidea—respondeélapartandolamirada. —Ah…,deacuerdo.—Mepongocoloradadelavergüenza. Mevuelvoparaalejarme,peroentoncesmeagarradelbrazo. —Puedesvenir.EssóloquenoquierocausarproblemasentreHardinytú. www.lectulandia.com-Página251 —Hardinnoestá,ypuedoseramigadequienmedélagana—balbuceo.Mivoz suenarara,ynopuedoevitarquemeentrelarisaaloírmeamímisma. —Estás bastante borracha, ¿no? —pregunta Zed, y me abre la puerta para que salga. —Unpequito…unpequeño…unpoquito.—Merío. El gélido aire del invierno es refrescante y me sienta de maravilla. Zed y yo recorremoselpatioyacabamossentándonosenelpequeñomurodepiedraquesolía sermifavoritoduranteestasfiestas.Sólohayalgunoschicosfueraacausadelfrío. Unodeellosestávomitandoentrelosarbustosaunosmetrosdedistancia. —Genial—protesto. Zedseríeperonodicenada.Sientolapiedrafríacontramismuslos,perotengo lachaquetadeHardinenelcochesilanecesito.Sigosintenerniideadedóndeestá él.Veoquesucochecontinúaaquí,peroélllevadesaparecido…,bueno,dospartidas deBirrapongyalgomás. MiroaZedyveoquetienelavistafijaenlaoscuridad.¿Porquéestanincómoda la situación? Se lleva la mano al estómago y parece que le pica la piel. Cuando se levantaligeramentelacamiseta,veounvendajeblanco. —¿Quéeseso?—preguntoconcuriosidad. —Untatuaje.Melohehechoantesdevenir. —¿Meloenseñas? —Sí… Se quita la chaqueta y la deja a su lado. Después retira el esparadrapo y el vendaje. —Esto está muy oscuro —dice, y saca su móvil para usar la pantalla como linterna. —¿Elmecanismodeunreloj?—lepregunto. Sinpensar,pasoeldedoíndicesobrelatinta.Élseencogeperonoseaparta.El tatuaje es largo y le cubre casi todo el estómago. El resto de la piel está repleta de variostatuajesmáspequeñossinrelaciónaparente.Elnuevotatuajeesunconjunto deengranajes;parecequesemueven,perosupongoqueesoescosadelvodka. Continúorecorriendosucálidapielcuandoderepentemedoycuentadeloque estoyhaciendo. —Perdona…—digoapurada,yapartolamano. —Tranquila…, y sí, es una especie de engranaje. ¿Has visto que la piel parece desgarradaaquí?—Señalalosextremosdeltatuaje,yyoasiento. Seencogedehombros. —Escomosiretirásemoslapielydebajohubieraunsistemamecánico.Comosi fueseunrobotoalgoasí. —¿Elrobotdequién?—Noséporquéhepreguntadoeso. —Delasociedad,supongo. —Vaya…—melimitoadecir.Surespuestahasidomuchomáscomplejadelo www.lectulandia.com-Página252 queesperaba—.Esoesgenial;entiendoloquequieresdecir.—Sonrío,ylacabeza medavueltasacausadelalcohol. —Nosésilagenteentenderátodoelconcepto.Hastaahoratúereslaprimeraque lohapillado. —¿Cuántostatuajesmásquiereshacerte?—pregunto. —Nolosé,nomequedaespacioenlosbrazos,yahoratampocoenelestómago, asíquesupongoquepararécuandoyanotengahueco.—Seríe. —Yodeberíatatuarmealgotambién—espeto. —¿Tú?—Seechaareírconfuerza. —¡Sí!¿Porquéno?—digoconfingidaindignación. Ahoramismomeapetecebastante.Noséquémetatuaría,peroparecedivertido. Atrevidoydivertido. —Creoquehasbebidodemasiado—bromea,ysepasalosdedosporencimadel esparadrapoparavolveracubrirselapielconelvendaje. —¿Creesquenoseríacapazdeaguantarlo?—lodesafío. —No,noeseso.Essóloque…,nosé.Noteimaginohaciéndoteuntatuaje.¿Qué tedibujarías?—Intentanoreírse. —Nolosé…¿Unsol?¿Ounacarasonriente? —¿Unacarasonriente?Vale,sindudaestásborracha. —Puede—digoconunarisitatonta.Después,másserena,añado—:Pensabaque estabasenfadadoconmigo. Zeddejadereírseyadoptaunaexpresiónneutra. —¿Porqué?—preguntaenvozbaja. —PorquemeestabasevitandohastaqueTristantehadicholodejugaralBirra pong. Exhala. —Ah…Noteestabaevitando,Tessa.Essóloquenoquierocausarproblemas. —¿Conquién?¿ConHardin?—pregunto,aunqueyasélarespuesta. —Sí.Medejóbienclaroquenodebíaacercarmeati,ynomegustaríapelearme con él otra vez. No quiero que haya más problemas entre nosotros, o contigo. Es que…,daigual. —Estámejorando.Estáaprendiendoacontrolarlaira,másomenos—leexplico algoincómoda. Nosésiesoesdeltodocierto,peromegustaríapensarqueelhechodequeno hayamatadoaTrevoraúnsignificaalgo. Memiraconvacilación. —¿Enserio? —Sí.Creoque… —Porcierto,¿dóndeestá?Mesorprendequetehayadejadosola. —Notengoniidea—digo,ymiroamialrededor,comosiesosirvieradealgo—. MehadichoqueibaahablarconLoganyyanohevueltoaverlo. www.lectulandia.com-Página253 Asienteyserascaelestómago. —Quéraro. —Sí,muyraro.—Merío,yagradezcoelhechodequeelvodkahagaquetodo seamuchomásdivertido. —Stephsehaalegradomuchodeverteestanoche—dice,ysellevauncigarrillo aloslabios.Conungolpedepulgarenciendelallamadelmecheroyprontoelolora nicotinainvademisfosasnasales. —Ya.Laechabademenos,perotodavíaestoyenfadadaportodoloquepasó. Elasuntonomeparecetangravecomoantes.Meloestoypasandogenial,apesar dequeHardinnoesté.MehereídoybromeadoconSteph,yporprimeravezsiento quepuedodejartodoestoatrásypasarpáginaconella. —Hassidomuyvalienteporvenir—mediceconunasonrisa. —Tontayvalientenosonsinónimos—bromeo. —Enserio,despuésdetodoloquepasó…,notehasquedadoescondidaencasa. Yolohabríahecho. —Meescondíduranteuntiempo,peroélmeencontró. —Siemprelohago.—LavozdeHardinmesobresalta,ymeagarroalachaqueta deZedparaevitarcaermedelmurodepiedra. www.lectulandia.com-Página254 CAPÍTULO58 Hardin Mis palabras son ciertas. Siempre la encuentro. Y suelo encontrarla haciendo cosas quemesacandemiscasillas,comoestandoencompañíadeTrevorodeZed. Nomepuedocreerquesalgaylosdescubraaquísentadosenelmuro,hablando sobrecómoseescondíademí.Estoesunamierda.SeaferraaZedparanoperderel equilibriomientrasrecorroelcéspedhelado. —Hardin—exclamaclaramentesorprendidaantemipresencia. —Sí,Hardin—digorepitiendosuspalabras. Zed se aparta de ella e intento mantener la calma. ¿Por qué cojones está aquí fuerasolaconZed?Ledijequesequedaradentro.CuandolehepreguntadoaSteph dóndecoñoestabaTessa,loúnicoquemeharespondidohasido«Zed».Despuésde cincominutosbuscándolaportodalacasa,principalmenteenlashabitaciones,porfin hesalidoabuscarlaafuera,yaquíestán.Juntos. —Se suponía que tenías que quedarte dentro —digo, y añado «nena» para suavizarmitonosevero. —Ysesuponíaquetúibasavolverenseguida—mecontesta—.Cariño. Exhaloeinspirohondoantesdehablardenuevo.Siemprereaccionoatodosmis impulsos,yestoyintentandodejardehacerlo.Pero,joder,nomeloponefácil. —Vayamosadentro—digo,yestirolamanoesperandoquemedélasuya. TengoquealejarladeZedy,parasersincero,yotambiéntengoquealejarmede él.Yalediunapalizaensudía,yaunapartedemínoleimportaríavolveradársela. —Voy a hacerme un tatuaje, Hardin —me dice Tessa mientras la ayudo a bajar delmuro. —¿Qué? «¿Estáborracha?» —Sí… Deberías ver el tatuaje nuevo de Zed. Es muy bonito. —Sonríe—. Enséñaselo,Zed. ¿Por qué coño está mirándole los tatuajes? ¿Qué me he perdido? ¿Qué más estabanhaciendo?¿Quémáslehaenseñado?Siemprehaidodetrásdeella,desdeel díaquelaconoció,comoyo.Ladiferenciaesqueyosóloqueríafollármelayaélle gustabadeverdad.Peroganéyo,meeligióamí. —Nocreo…—empiezaZed,visiblementeincómodo. —No,no.Adelante,enséñamelo,porfavor—digoconsarcasmo. www.lectulandia.com-Página255 Élexhalaunpocodehumoy,paramiespantoymiabsolutodisgusto,selevanta lacamiseta.Cuandoseapartaelvendajeveoqueeltatuajeensímolabastante,pero noentiendoporquécojoneshatenidolanecesidaddemostrárseloamichica. Tessasonríe. —¿Aqueesfantástico?Yoquierouno.¡Voyatatuarmeunacarasonriente! Nopuedeestarhablandoenserio.Memuerdoellabioinferiorparaevitarreírme ensucara.MiroaZed,quesacudelacabezayseencogedehombros.Partedemi enfadodesapareceanteelridículotatuajequepretendehacerse. —¿Estásborracha?—lepregunto. —Puede—diceconunarisatonta. «Genial.» —¿Cuántohasbebido?—pregunto. Yomehetomadodoscopas,peroesevidentequeellahabebidomás. —Nolosé…¿Cuántohasbebidotú?—bromea,ymelevantalacamiseta. Apoyasusmanosfríascontramipielcalienteymeencojoantesdequehundala cabezaenmipecho. «¿Loves,Zed?Esmía.Notuyanidenadiemás,sólomía.» —¿Cuántohabebido?—lepreguntoaél. —Nosécuántohabrábebidoantes,peroacabamosdejugardospartidasdeBirra pong…convodkasourdecereza. —¿Cómoque«acabamos»?¿HabéisjugadoaBirrapongjuntos?—preguntocon losdientesapretados. —No. ¡A Vodka sour de cereza pong! —me corrige Tessa, muerta de risa, y levantalacabeza—.¡Yhemosganado!¡Dosveces!Hetiradoyocasitodoeltiempo. StephyTristantambiéneranbastantebuenos,peroleshemosdadounapaliza.¡Dos veces!—LevantalamanocomoesperandoaqueZedselachoque,yélhaceelgesto enelairedemalaganadesdeellugardondepermanecesentado. AsíesTessa,unatíaqueestátanacostumbradaaserlamejorylamáslistaen todoquehastasealegradeganarunjuegodeBirrapong. Ymeencanta. —¿Vodkaapaloseco?—lepreguntoaZed. —No,lamezclateníasólounpocodevodka,perohabebidomuchosvasos. —¿Ylahastraídoaquíalaoscuridadsabiendoqueestababorracha?—inquiero alzandolavoz. Tessaacercaelrostroalmíoypuedoolerlacombinacióndevodkaensualiento. —Hardin,porfavor,relájate.Hesidoyoquienlehapedidosipodíasaliraquícon él.Alprincipiomehadichoqueno,porquesabíaquereaccionarías…así.—Frunce el ceño e intenta apartar las manos de mi estómago desnudo, pero yo vuelvo a colocarlascontramipiel.Rodeosucinturaconlosbrazosylaestrechomáscontra mí. «¿Quemerelaje?¿Acabadedecirmequemerelaje?» www.lectulandia.com-Página256 —Y no nos olvidemos de que tú me has dejado sola. Podríamos haberr sssido commmpañerosdeBirrrrrapong—añadearrastrandolaspalabras. Séquetienerazón,peromeestácabreando.Contodalagentequehabía,¿porqué ha tenido que jugar precisamente con Zed? Sé que él todavía siente algo por ella, nadacomparadoconloquesientoyo,peroporcómolamiraséqueellaleimporta. —¿Tengoonorazón?—preguntaella. —Sí,Tessa—gruñoparaversiasísecalla. —Mevoyadentro—anunciaZed,ytiraelcigarrilloalsueloantesdemarcharse. Tessasequedamirándolo. —Eres un tocahuevos —dice mientras intenta apartarse de mí de nuevo—. Deberíasvolveraloquefueraqueestuvierashaciendo. —No pienso ir a ninguna parte —replico, pasando por alto a propósito su comentariosobremiausencia. —Puesdejadesertancapullo,porqueestanochepiensodivertirme. Memira.Susirisparecenaúnmásclarosquedecostumbreconlasrayasnegras quesehapintadoalrededordelosojos. —NopuedesesperarquemealegredeencontrarteasolasconZed. —¿Preferiríasqueestuvieraasolasconotrapersona? Seponedemuymalalechecuandoestáborracha. —No,nomeestásentendiendo…—digo. —Nohaynadaqueentender.Nohehechonadamalo,asíquedejadecomportarte comounimbécilonopiensoestarcontigo—meamenaza. —Vale,estarédemejorhumor.—Pongolosojosenblanco. —Ytampocopongaslosojosenblanco—meregaña,yapartolosbrazosdesu cintura. —Vale,tampocopondrélosojosenblanco.—Sonrío. —Asímegusta—dice,eintentacontenerunasonrisa. —Estanocheestásmuymandona. —Elvodkamehacemásvaliente. Sientocómosusmanosdesciendenpormivientre. —Entonces¿quiereshacerteuntatuaje?—pregunto,ylesubolasmanosotravez, peroelladesafíamiintentoylasbajamásaún. —Sí,puedequecinco.—Seencogedehombros—.Nolotengoclaro. —Novasatatuartenada.—Merío,aunquelodigomuyenserio. —¿Porquéno?—Susdedosjueganconelelásticodemibóxer. —Yahablaremosdeesomañana,cuandoestéssobria.—Séquenoleparecerátan buenaideacuandonoestéborracha—.Vayamosadentro. Deslizalamanoenelinteriordemibóxeryseponedepuntillas.Doyporhecho que va a besarme en la mejilla, pero acerca la boca a mi oreja. Siseo entre dientes cuandomeestrujasuavementeconlamano. —Yocreoquedeberíamosquedarnosaquífuera—susurra. www.lectulandia.com-Página257 «Joder.» —Va a ser verdad que el vodka te hace más valiente —digo, y mi voz entrecortadametraiciona. —Sí…,ymeponecach…—empiezaadecir,demasiadoalto. Letapolabocacuandoungrupodechicasborrachaspasanpornuestrolado. —Tenemosqueentrar,hacefrío,ynocreoqueaestagentelehagagraciaquete folleentrelosarbustos.—Sonríoconairedesuperioridadysuspupilassedilatan. —Peroamísímelaharía—replicaencuantolequitolamanodelaboca. —Joder,Tessa,unaspocasbebidasytehasvueltounaobsesasexual. MeríoyrecuerdoelviajeaSeattleylasobscenidadesquesalierondesuslabios carnosos. Tengo que llevarla adentro antes de tomarle la palabra y arrastrarla hasta losarbustos. Meguiñaunojo. —Sóloporti. Meechoareír. —Vamos.—Leofrezcolamanoytirodeellaporelpatiohastalacasa. Ellahacepucheroshastaqueentramosyesoprovocaquemeduelalaentrepierna mástodavía,especialmentecuandosacaellabioinferior.Medanganasdevolverme y mordérselo. Joder, estoy tan cachondo como ella, y yo no estoy borracho. Puede que un poco colocado, pero borracho no. Se habría enfadado mucho si me hubiera vistoarriba.Yonohefumado,peroestabaenlahabitación,ynoparabandeecharme elhumoalacara. Laarrastroentrelamultitudyladirijohastalahabitaciónmenosatestadadelpiso deabajo,queresultaserlacocina.Tessaapoyaloscodosenlaislaymemira.¿Cómo puede estar igual de guapa que cuando salimos de casa? Todas las demás chicas tienen un aspecto espantoso a estas horas, después de la primera bebida se les empiezaacorrerelmaquillaje,selesalborotaelpeloysuaspectoesdesaliñado.Pero Tessa,no.Tessapareceunaputadiosaencomparaciónconellas.Encomparacióncon cualquiera. —Quierootrabebida,Hardin—dice,perocuandoniegoconlacabeza,mesacala lenguacomounaniña—.Porfavor…Meloestoypasandobien,noseasaguafiestas. —Vale, una más, pero debes dejar de hablar como si tuvieras diez años — bromeo. —De acuerdo, señor. Le ruego acepte mis disculpas por mi inmaduro lenguaje. Novolveréarepetirsemejanteindiscreción… —Ocomounavieja—digo,riéndome—.Peropuedesvolverallamarmeseñor. —Joder, vale, tío. Coño, dejaré de hablar como una puta… —empieza, pero no terminalafraseporquelosdosempezamosareírnosacarcajadas. —Estanocheestáscomounacabra—ledigo. Seríe. —Losé,esdivertido. www.lectulandia.com-Página258 Mealegrodequeloestépasandobien,aunquenopuedoevitarsentirmemolesto porelhechodequelohayapasadobienconZedynoconmigo.Sinembargo,novoy adecirnadaporquenoquierofastidiarla. Seincorporaydauntragoasubebida. —VamosabuscaraSteph—propone. —¿Ya sois amigas otra vez? —le pregunto mientras la sigo. No sé cómo me sientoalrespecto.Supongoquemeparecebien… —Esocreo.¡Mira,ahíestán!—exclamaseñalandoaTristanyaStephsentados enelsofá. Cuandoentramosenelsalón,unpequeñogrupodetíosqueestánsentadosenel suelo se vuelven para mirar a Tessa. Ella ni siquiera se percata de sus expresiones lascivas,peroyosí.Leslanzounamiradadeadvertenciaycasitodossevuelvende nuevo menos un tipo rubio que se parece ligeramente a Noah. Sigue mirando mientraspasamos.Yomeplanteosidarleunapatadaenlacaraseríabuenaideaono. PerodecidocogeraTessadelamanoenlugardedarhostias,almenosporahora. Ella se vuelve al instante para mirar nuestras manos unidas, y abre unos ojos como platos. ¿Por qué se sorprende tanto? Bueno, ya sé que normalmente no me sientocómodohaciéndolo,peroenestaocasión,sí…¿Ono? —¡Porfinaparecéis!—gritaStephmientrasnosacercamos. Mollyestásentadaenelsuelo,alladodeuntipoquereconozco.Estoysegurode queesunestudiantedeprimercursoyquesupadretieneterrenosenVancouver,lo queloconvierteenunhijodepapá.Hacenunaparejaridícula,peromealegrodeque nomeagobieporahora.Esunapesada,yTessaladetesta. —Estábamosfuera—explico. —Meaburro—diceNate,meneandolacervezaconeldedo. MeacomodoenunextremodelsofáysientoaTessasobremiregazo.Todosnos miran,peromeimportaunamierda.Quealguienseatrevaadeciralgo.Alcabode unossegundos,todosapartanlamiradaexceptoSteph,quesequedaobservándonos más tiempo de la cuenta antes de sonreír. No le devuelvo el gesto, pero no le digo nadatampoco,locualesunavance,¿no? —DeberíamosjugaraVerdadodesafío—sugierealguien,ytardouninstanteen asimilarquiénhasido. «¿Quécojones…?» LevantolacabezaymiroaTessa,quesiguesentadasobremiregazo. —Ya,comosideverdadquisierasjugar—replicaMollymofándosedeella. —¿Aquévieneeso?Túodiasesosjuegos—ledigoenvozbaja. Ellasonríeconmalicia. —Nolosé,creoqueestanochepodríaserdivertido. Sigo su mirada hasta Molly, y no sé si quiero saber lo que está pasando por la preciosacabecitadeTess. www.lectulandia.com-Página259 CAPÍTULO59 Hardin LesusurroaTessaquenomeparecebuenaidea,peroellasevuelveenmiregazoy meplantaeldedoíndiceenloslabiosparasilenciarme. —¿Quépasa,Hardin?¿Temesunpocodedesafío…oeslaverdadloqueteda miedo?—sueltaMollyconunasonrisaartera. «Quéhijadeputa.»Estoyapuntoderesponder,peroentoncesTessaruge: —Túeresquiendeberíatenermiedo. Mollyenarcaunaceja. —¿Nomedigas? —Bueno…,bueno…,relajaos—intervieneNate. PormuchoquemeestégustandovercómoTessaponeaesachicaensusitio,no quiero que Molly se pase. Tessa es mucho más frágil y sensible que ella, y Molly seríacapazdedecircualquiercosaparahacerledaño. —¿Quiénempieza?—preguntaTristan. Tessalevantalamanoinmediatamente. —Yo. «Joder,estovaaserunputodesastre.» —Creoqueserámejorqueempieceyo—intervieneSteph. Tessasuspira,perobajalamanodenuevosindecirnadaysellevaelvasoala boca. Sus labios están rojos por la cereza de la bebida, y por un momento rayo y empiezoaimaginármelosrodeandomi… —Hardin, ¿verdad o desafío? —pregunta Steph, interrumpiendo mis lascivos pensamientos. —Yonojuego—digo,yvuelvoamisfantasías. —¿Porquéno?—inquiere. Unavezrotoelhechizo,lamiroygruño: —Uno, porque no quiero. Y dos, porque ya he jugado a bastantes juegos de mierda. —Parecequequiereverdad—mascullaMolly. —Nohaqueridodecireso.Venga,déjaloya—diceTristanenmidefensa. «¿Por qué cojones me acosté con Molly?» No está buena, y no hacía malas mamadas,peroesunputoincordio.Alrecordaraquellosmomentosconellamedan náuseas,yledirijoaStephungestodequepasealsiguienteconlamanoparapoder www.lectulandia.com-Página260 pensarenotracosa. —Vale.Nate,¿verdadodesafío?—preguntaSteph. —Desafío—responde. —Hum… —Steph señala a una chica alta que lleva los labios pintados de rojo intenso—.¿Aquenoteatrevesabesaraesachicarubiadelablusaazul? Natemirahacialachicayprotesta: —¿Ynopuedobesarasuamigaenvezdeaella? Todosmiramosalachicaqueestáallado,quetieneelpelolargoyrizadoyla pielmorena.Esmuchomásguapaquelarubia,asíqueporelbiendeNateesperoque Stephaccedaalcambio.Sinembargo,ellaseríeydicecontonoautoritario: —No.Alarubia. —Eres una cabrona —gruñe Nate, y todo el mundo se echa a reír mientras se dirigealachica. Cuandovuelveconlabocamanchadadepintalabiosrojo,empiezoaentenderpor quéTessadetestaestetipodejuegos.Desafiarnosahacercosasestúpidascomoésta es absurdo. Hasta ahora nunca me había parado a pensarlo, pero lo cierto es que tampocohabíadeseadobesarsóloaunapersona.Noquierovolverabesarnuncaa nadiequenoseaTessa. Cuando Nate desafía a Tristan a beberse un vaso de cerveza que la gente haya estadousandocomocenicero,desconecto.CojounmechóndelsuavepelodeTessay jugueteoconélentrelosdedos.EllasetapalacaracuandoaTristanledanarcadas,y Stephseríecomounahistérica. Despuésdeunoscuantosdesafíosabsurdosmás,porfinllegaelturnodeTessa. —Desafío—respondeconvalentíaaEd. Le lanzo una mirada asesina para advertirle que, como se atreva a desafiarla a hacer algo inapropiado, no dudaré en abalanzarme sobre él y asfixiarlo. Es un tío bastante guay y legal, así que no creo que se pase demasiado, pero prefiero advertírseloporsiacaso. —¿Aquenoteatrevesabeberteunchupito?—diceEd. —Menudamierda—protestaMolly. Tessa hace como que no la oye y se bebe el chupito. Ya está borracha. Si bebe muchomás,acabarávomitando. —Molly,¿verdadodesafío?—diceentoncesTessacondemasiadapetulancia. Todo el mundo se pone tenso, y veo que Steph me está observando de manera inquisitiva. MollymiraaTessaalosojos,claramentesorprendidaantesuaudazmovimiento. —¿Verdadodesafío?—repiteella. —Verdad—contestaMolly. —¿Es verdad… —empieza Tessa inclinándose hacia adelante— que eres una puta? Se oyen risas y exclamaciones ahogadas de sorpresa. Entierro el rostro en la www.lectulandia.com-Página261 espalda de Tessa para amortiguar mis carcajadas. Joder, esta chica se vuelve loca cuandoestáborracha. —¿Perdona?—inquiereMolly,boquiabierta. —Yamehasoído…¿Esverdadqueeresunaputa? —No—respondeMollyconlosojosentornadosdeodio. Natesigueriéndose,aStephlediviertelasituación,aunqueestáalgopreocupada, yTessapareceestarapuntodeabalanzarsesobreMolly. —Sellama«verdad»porunarazón—siguepinchándola. Ledoyunapretónenelmusloylesusurroquelodejeestar.NoquieroqueMolly lehagadaño,porqueentoncesyotendréquehacerledañoaella. —Metoca—diceellaentonces—.Tessa,¿verdadodesafío?—pregunta. Alláva. —Desafío—respondeTessaconunasonrisasarcástica. Laotrafingesorpresa,yentoncessonríeconmalicia. —¿AquenoteatrevesabesaraZed? LevantolavistahaciaelhorriblerostrodeMolly. —Nidecoña—digoenvozalta. Todoelmundomenosellapareceencogerseunpocohaciaatrás. —¿Por qué no? —sonríe Molly mordazmente—. Es terreno conocido, ya lo ha hechoantes. MeincorporoyestrechoaTessacontramí. —Eso no va a pasar —gruño a esa putilla del tres al cuarto. Me importa una mierdaesteestúpidojuego,nopiensodejarquebeseanadie. Zedestámirandohacialapared,ycuandoMollylomira,vequenotieneningún apoyoenél. —Vale, pues que sea verdad entonces —dice—. ¿Es verdad que eres gilipollas por volver con Hardin después de que admitiese que se te folló para ganar una apuesta?—preguntaconvozalegre. Tessaseponerígidasobremiregazo. —No,esonoesverdad—diceconunhilodevoz. Mollyseponedepie. —No, no, este juego se llama Verdad o desafío, no La niñata mentirosa. Es la verdad,ytúeresgilipollasporvolverconél.Tecreestodoloquesaleporsuboca.Y noteloreprocho,porquesélascosastanincreíblesqueesabocapuedehacer.Joder, esalengua… Antesdequepuedadetenerla,TessasaltademiregazoycargacontraMolly.Sus cuerposimpactan.Tessalaempujaporloshombrosyseaferraaelloscuandoambas caen encima de Ed. Por suerte para Molly, un chico ha amortiguado su caída. Pero pordesgraciatambién,Tessalasueltadeloshombrosylaagarradelpelo. —¡Eresunazorra!—gritaTessaconelpelorosadelaotraenlospuños. Le levanta la cabeza de la moqueta y vuelve a golpearla contra el suelo. Molly www.lectulandia.com-Página262 gritaypataleabajoelcuerpodeTessa,aunqueTessallevaventajayMollynotiene maneradecontrolarlasituación.Leclavalasuñasenlosbrazos,peroTessalaagarra delasmuñecasyselasapartaaambosladosantesdelevantarlamanoydarleuna bofetada. «¡Joder!»MelevantodelsofáyagarroaTessadelacinturaparadetenerla.Jamás habríaimaginadoqueprovocaríaunapeleaentreTessynadie,ymuchomenosMolly, queesdemucholadrarypocomorder. Tess se revuelve entre mis brazos durante unos segundos antes de calmarse ligeramente hasta que puedo sacarla del salón. Tiro de la falda de su vestido para asegurarme de que no se le ha subido; lo último que necesitamos ahora es que yo tambiénmeenzarceenunapeleaconalguien.Haypocagenteenlacocina,yyaestán todoshablandosobrelapeleadelsalón. —¡Lavoyamatar,Hardin!¡Telojuro!—gritalibrándosedemí. —Ya lo sé…, ya lo sé —digo, pero no puedo tomarla en serio, a pesar de que acabodesertestigodesubrutalidad. —Dejadereírtedemí—resoplasinaliento.Susojosabiertoscomoplatosbrillan ysusmejillasestánrojasdeira. —No me río de ti. Es sólo que me ha sorprendido lo que ha pasado —digo mordiéndomeellabioinferior. —¡Nopuedoconella!¡¿Quiéncoñosecreequees?!—gritahacialosotrosque siguenenelsalón,intentandoclaramentequellegueaoídosdeMolly. —Bien,Ortiz…vamosadarteunpocodeagua—digo. —¿Ortiz?—pregunta. —EsunluchadordelaUFC. —¿LaUFC? —Noimporta. Meríoylepongounvasodeagua.MeasomoalsalónparacomprobarqueMolly noestá. —Sientounsubidóndeadrenalinaentodoelcuerpo—mediceTessa. Lomejordepelearseeselsubidóndeadrenalina.Esadictivo. —¿Tehabíaspeleadoalgunavezconalguien?—pregunto,aunqueestoyseguro delarespuesta. —No,claroqueno. —Y ¿por qué lo has hecho ahora? ¿Qué más da lo que piense Molly de que estemosjuntos? —Noeseso.Noesesoloquemehacabreado. —Entonces¿quéhasido?—lepregunto. Mepasaelvasovacíoyselorellenodeagua. —Loquehadichodevosotrosdos—admiteconrabia. —Ah. —Sí.Deberíahaberledadounpuñetazo—resopla. www.lectulandia.com-Página263 —Sí,perocreoquelodetirarlaalsueloyestamparlelacabezacontraéltampoco haestadomal,Ortiz. Ensuslabiosseformaunalevesonrisayseechaareírtímidamente. —Nomepuedocreerquehayahechoeso.—Seríeotravez. —Estásmuyborracha—asientoriendoamivez. —¡Sí!—coincideenvozalta—.LosuficientecomoparaestamparleaMollyla cabezacontraelsuelo—secarcajea. —Creoquetodoshandisfrutadodelespectáculo—digomientraslaagarrodela cintura. —Esperoquenosehayanenfadadoconmigoporhabermontadounaescena. AhíestámiTessa.Borrachacomounacuba,perointentandoserconsideradacon losdemás. —Nadie se ha enfadado, nena, en todo caso te estarán agradecidos. Ésta es la clasedecosasquedanvidaaloschicosdelafraternidad—leaseguro. —Joder,esperoqueno—dice,yparecemomentáneamentehorrorizada. —Notepreocupes.¿QuieresquebusquemosaSteph?—preguntoparadistraerla. —Opodríamoshacerotracosa…—dicecolandolosdedosporlacinturademis vaqueros. —Jamásdejaréquebebasvodkacuandonoestéyodelante—bromeo,aunqueen elfondolodigoenserio. —Vale…,peroahoravayamosarriba.—Seponedepuntillasymeplantaunbeso enlamandíbula. —Quémandonaeres,¿no?—Sonrío. —Novasasertúelquemandetodoeltiempo.—Seríe,meagarradelcuellode lacamisetaytirademíhaciaabajohastaponermeasualtura—.Dejaalmenosquete hagaalgo—ronronea,mordisqueándomeellóbulodelaoreja. —¿Acabasdevivirtuprimerapeleayestáspensandoeneso? Asiente. —Sabesqueloestásdeseando,Hardin—diceconunavoztangravequehaceque meaprietenaúnmásloscalzoncillos. —Vale…Joder…,estábien—cedo. —Vaya,quéfácilhasido. Laagarrodelamuñecaylaguíohastaelpisodearriba. —¿Ocupaalguienyalaqueeratuhabitación?—preguntacuandollegamosala segundaplanta. —Sí,perohaymuchashabitacionesvacías—ledigo,yabrolapuertadeunade ellas. Las dos camas pequeñas están cubiertas de mantas negras, y hay zapatos en el armario.Nosédequiénseráestecuarto,peroahoraesnuestro. CierrolapuertayavanzounospasoshastaTessa. —Bájamelacremallera—meordena. www.lectulandia.com-Página264 —Veoquenoquieresperdereltiempo. —Cállateydesabróchameelvestido—meespeta. Sacudolacabezadivertido,yellasevuelveyselevantaelpelo.Rozosucuello conloslabiosmientraslebajolacremalleraporlaespalda.Veocómoelvelloseeriza ensusuavepiel,ylosigodescendiendoporsucolumnaconeldedoíndice. Tiritandounpoco,sevuelveysedeslizalasmangasdelvestidoporlosbrazos. Laprendacaeasuspiesydejaaldescubiertoelconjuntodebragasysujetadorrosa intensodeencajequetantomegusta.Deduzcoporsusonrisaqueesperfectamente conscientedeello. —Déjatepuestosloszapatos—digoprácticamenterogando. Ellaaccedeconunasonrisaysemiralospies. —Antesquierohacerteunacosa. Con un movimiento veloz, tira de mis vaqueros. Me desabrocha rápidamente la cremalleraymelosbaja.Retrocedohacialacama,peroellamedetiene. —No,puaj.Asaberquiénhahechoquéahí—diceconcaradeasco—.Alsuelo —ordena. —Te aseguro que el suelo estará mucho más sucio que la cama —replico—. Espera,dejaquepongamicamiseta. Mequitolacamisetaporlacabeza,laextiendoenelsueloymesientoencimade ella.Tessadesciendeysecolocaahorcajadassobremí.Subocaseaferraalapielde micuellomientrasmenealascaderasysepegaamicuerpo. «Joder.» —Tess…—exhalo—.Sisigueshaciendoesovoyaacabarantesdeempezar. Apartaloslabiosdemicuello. —¿Quéquiereshacer,Hardin?¿Quieresfollarmeoquieresquetehagaunam…? La interrumpo con un beso. No voy a perder el tiempo con preliminares. La deseo, la necesito, ahora. En cuestión de segundos, sus bragas descansan sobre el sueloasulado,yrebuscoenmisbolsillosuncondón.Necesitorecordarlequetiene queempezaratomarselapíldora;nosoportousarcondonesconella.Quierosentirla deltodo. —Hardin…, date prisa —me ruega, y se echa en la moqueta apoyada sobre los codos.Sucabellolargocaehastarozarelsuelodetrásdesuespalda. Gateohastaella,leseparolosmuslostodavíamásconlasrodillasymedispongo a penetrarla. Pierde el equilibrio, se cae hacia atrás y se agarra a mis brazos para incorporarse. —No…quierohacerloyo—dice. Meempujacontraelsueloysemontaencimademí.Gimemientrasdesciendey eselsonidomásdeliciosoqueheoídoenmivida.Menealascaderaslentamente,en círculos,subiendoybajando,torturándome.Setapalabocaconlamanoyponelos ojos en blanco. Cuando me pasa las uñas por el estómago, casi pierdo el control. Rodeosuespaldaconelbrazoyvuelvolastornas.Yamehecansadodequetenga www.lectulandia.com-Página265 ellaelcontrol.Nolosoporto. —¿Qué…?—empieza. —Soyyoquienmandaaquí,soyyoquientieneelcontrol.¡Noloolvides,nena! —gruño,ylapenetroconfuerza,entrandoysaliendoaunritmomuchomásrápido queconelqueellameestabaatormentando. Tessasienteembriagadaysetapalabocadenuevo. —Cuando…lleguemosacasa…tefollaréotravez,yallínotetaparáslaboca… —leadviertomientraslevantosupiernahastamihombro—.Todoelmundoteoirá. Oiránloqueteestoyhaciendo,loquesóloyotehago. Gime de nuevo. Le beso la pantorrilla y se tensa. Estoy cerca…, muy cerca, y entierro la cabeza en su cuello mientras inundo el condón. Apoyo la cabeza en su pechohastaquenuestrarespiraciónvuelvealanormalidad. —Esohasido…—exhala. —¿MejorqueatacaraMolly?—Merío. —Nolosé…,porunestilo—bromea,yselevantaparavestirse. www.lectulandia.com-Página266 CAPÍTULO60 Tessa Hardin me sube la cremallera y yo me arreglo el pelo con los dedos mientras él se abrochalospantalones. —¿Quéhoraes?—preguntomientrasseponeloszapatos. —Faltan dos minutos para las doce —responde tras comprobar la hora en un despertadorquehayenunpequeñoescritorio. —Vaya…,puesvamosabajarya—ledigo. Sigomásqueborracha,peroahoraestoymásrelajada,graciasaél.Bebidaono, aúnnomecreoloquehapasadoconMolly. —Vamos. Mecogedelamanoyllegamosalaescalerajustocuandotodoelmundoempieza agritar: —¡Diez…,nueve…,ocho…! Hardinponelosojosenblanco. —¡Siete…,seis…! —Estoesabsurdo—protesta. —¡Cinco…,cuatro…,tres…!—empiezoagritar—.Hazloconmigo—digo. Intentanosonreír,perofracasayunaenormesonrisasedibujaensucara. —¡Dos…,uno…!—digometiéndoleeldedoenelhoyuelo. —¡FelizAñoNuevo!—gritatodoelmundo,yoincluida. —QuevivaelAñoNuevo—diceHardinsinelmenorentusiasmo,yyomerío cuandopegaloslabiosalosmíos. Aunapartedemílepreocupabaquenomebesaraaquí,delantedetodos,pero ahoraacabadehacerlo.Cuandomismanossedeslizanhastasucintura,melascoge paradetenerme.Seapartaysusojosdecoloresmeraldarelucen.Quéguapoes. —¿Aúnnoestáscansada?—bromea,yniegoconlacabeza. —Notehagasilusiones.Novoyahacerloqueimaginas.—Sonrío—.Tengoque hacerpis. —¿Quieresqueteacompañe? —No.Ahoravuelvo—digo,yledoyunbesorápidoantesdedirigirmealcuarto debaño. Deberíahaberlodejadovenir.Estoesmuchomásdifícilquecuandoestoysobria. Hasidounanochedivertida,aunapesardelodeMolly.Hardinmehasorprendido www.lectulandia.com-Página267 mostrándosecalmado,inclusoconZed,yhaestadodebuenhumortodoeltiempo. Despuésdelavarmelasmanos,recorroelpasillodenuevoensubusca. —¡Hardin!—oigoqueexclamaunavozfemenina. Miroyveounacarafamiliar:eslachicadepelonegroconlaquemehetopado antes. Y se dirige hacia él. Como soy de naturaleza curiosa, decido quedarme atrás unosmetros. —Tengotumóvil,lohasolvidadoenelcuartodeLogan.—Sonríeysesacael teléfonodeHardindelbolso. «¿Qué?» Seguro que no es nada. Estaban en la habitación de Logan, lo que significaqueprobablementenoestabansolos.Confíoenél. —Gracias.—Cogeelteléfonoysealejadeella.Menosmal—.¡Oye!—legrita entonces—. ¿Te importaría hacerme el favor de no decirle a nadie que estábamos juntosenelcuartodeLogan?—pregunta. —Yonuncaalardeodemisrollos—sonríelachicaantesdemarcharse. Elpasilloempiezaagiraramialrededor.Notoundolorinstantáneoenelpechoy corroporlaescalera.Hardinmevecorriendoycompruebocómoelcolordesaparece desurostroalsaberquelohepillado. www.lectulandia.com-Página268 CAPÍTULO61 Hardin Veounresplandordoradoaunosmetrosdedistancia.SorteoaJamieyveoaTessa, con los ojos abiertos como platos y el labio inferior tembloroso. En unos instantes pasadeanimaldeslumbradoanoviafuriosaysalecorriendoatodavelocidadporla escalera. «¿Qué?» —¡Tessa!¡Espera!—gritotrasella. Paraestartanborracha,vuelaporlosescalones.¿Porquétienequehuirsiempre demí? —¡Tess!—gritodenuevo,yapartoalagentedemicamino. Porfin,cuandolatengoatansólounosmetrosdedistanciaenelrecibidor,hace algoquecasiprovocaquemecaigadeculo.Elcapullorubioquelaestabamirando antes silba cuando la ve pasar. Ella se detiene de repente y su mirada hace que me quedeheladoenelsitio.Sonriendocondespecho,cogealtipodelacamisa. «¿Quécoñoestáhaciendo?¿Vaa…?» Respondiendoamispensamientos,memirayleplantaunbeso.Cierrolosojos confuerzaenunintentodeborrarlodemimente.Estonopuedeestarpasando.Ella jamásharíaeso,Tessa,no,pormuyenfadadaqueestuviera. Eltipo,sorprendidoporsurepentinamuestradeafecto,serecuperaalinstantey rodeasucintura.Ellaabrelaboca,deslizaunamanohastasupeloyseagarraaél. Soyincapazdeentenderloqueestápasando. —¡Hardin,no!—grita. «¿No,qué?» Cuando abro los ojos me encuentro encima del rubio y veo que tiene el labio partido.¿Yalohegolpeado? —¡Hardin,porfavor!—gritaotravez. Me apresuro a apartarme del tío antes de que todo el mundo forme un corro a nuestroalrededor. —Pero¿quécojones…?—gruñeél. Quiero romperle la puta cabeza, pero me he esforzado mucho por intentar controlarmisarrebatos.¿Porquéhatenidoquehaceresoyecharportierratodomi trabajo?Medirijohacialapuertasinmolestarmeencomprobarsimeestásiguiendo. —¡¿Porquélehaspegado?!—gritaTessamiespaldacuandollegoamicoche. www.lectulandia.com-Página269 —¿Túquécrees?¡Porqueacabodevercómoteenrollabasconél!—chillo. Casihabíaolvidadoloquesesiente,elsubidóndeadrenalinayelfamiliardolor enlosnudillos.Sólolehepegadounavez…,oesocreo…Noestámal.Peroquiero más. Ellaempiezaallorar. —Y ¿qué más te da? ¡Tú has besado a esa chica! ¡Y seguramente has hecho bastantemásqueeso!¿Cómohaspodido? —¡No! No te atrevas a llorar, Tessa. ¡Acabas de besar a un tío delante de mis narices!—digogolpeandoelcapódelcoche. —¡Loquetúhashechoesmuchopeor!¡Heoídocómoledecíasaesachicaque nodijeranadadeloquehabíaishechoenlahabitacióndeLogan! —Notienesniideadeloqueestásdiciendo.¡Yonohebesadoanadie! —¡Claro que sí! ¡Ella te ha dicho que nunca alardea de sus rollos! —grita sacudiendolosbrazosenelairecomounaidiota. «Joder,esexasperante.» —Esunaformadehablar,Tessa.Sereferíaaquenoibaacontarleanadieloque habíamosestadohablando…,¡niquehemosestadofumandohierba!—grito. Sofocaungrito. —¿Hasfumadohierba? —No,nolohehecho.Pero¿quémásdaeso?¡Acabasdeponermeloscuernos! Metirodelpelo. —¿Porquémehasdejadosolaparairteconella,yluegoledicesquenocuente nada?Notieneningún… —¡Es la hermana de Dan! Le he dicho que no dijera nada porque estaba intentando disculparme en privado por lo que le hice. ¡Iba a contártelo mañana cuandonoestuviesestanbeligerante,joder!Estábamostodosenlahabitación:Logan, Nate,ellayyo.Ellosestabanfumándoseunporro,ycuandoseibanlehepedidoa Jamiequesequedaraunmomentoporquequeríahacerlocorrectoconella,porti.— Estoy seguro de que toda mi ira escapa por mis ojos cuando digo—: ¡Yo nunca te pondríalosputoscuernos…yadeberíassaberlo! Y, al instante, Tessa se desinfla. Se ha quedado sin habla, y me alegro. Se está equivocandoconmigo,yestoycabreadodelahostia. —Pero…—empieza. —Pero¿qué?Túhasactuadomal,noyo.Nisiquieramehasdadolaoportunidad deexplicarme.Tehascomportadocomounacría.¡Comounacríaimpulsiva!—grito, ygolpeoelcapódenuevo. Elgolpehacequedéunbrinco,peromedaigual. Deberíavolveradentro,buscaralrubioyterminarloqueheempezado.Golpear micochenomeproporcionalamismasatisfacción. —¡Nosoyningunacría!¡Creíaquehabíashechoalgoconella!—megritaentre lágrimas. www.lectulandia.com-Página270 —¡Puesnolohehecho!Despuésdetodoporloquehetenidoquepasarparaque siguieras conmigo, ¿de verdad crees que iba a ponerte los cuernos con una tía cualquieraenunafiestaodondesea? —Nosabíaquépensar—replicaagitandodenuevolosbrazosenelaire. Mepasolamanoporelpeloeintentotranquilizarme. —Pueslosiento,peroéseestuproblema.Yoyanoséquémáshacerparaquete descuentadequetequiero. Habesadoaotro.Habesadoaotrotíodelantedemisnarices.Mesientoaúnpeor quecuandomedejó,porquealmenosenaquellaocasiónfueculpamía. Sucálidoalientoformabocanadasdevahoenelairefrío. —¡Bueno,puesigualsinoestuvieratanacostumbradaaquemeocultescosasno estaríatanpredispuestaalosmalentendidos!—grita. Lamiroboquiabierto. —Eresincreíble,enserio.Enestosmomentosnopuedonimirartealacara. Enmimente,noparodeverlabesándoseconaqueltipounayotravez. —Sientohaberlobesado—diceresignada—.Peronoesparatanto. —Estás de coña, ¿no? Por favor, dime que sí, porque si hubiera sido yo el que hubiese besado a alguien probablemente no volverías a hablarme en la vida. Pero claro,comohasidolaprincesaTessa,nopasanada.¡Todoscontentos!—memofo. Secruzadebrazosconindignación. —¿LaprincesaTessa?¿Dequévas,Hardin? —¡Venga ya! ¡Me has puesto los cuernos en mis propias narices! Te he traído aquí para que vieras lo mucho que significas para mí. Quería que supieras que me importaunamierdaloquelosdemáspiensendenosotros.Queríaquetelopasaraslo mejorposible,¡ytúvasyhacesesamierda! —Hardin…,yo… —¡No!¡Aúnnoheacabado!—Sacolasllavesdelcoche—.¡Actúascomosiesto no fuese nada! Pero para mí es muy importante. Ver los labios de otro sobre los tuyos…es…¡notepuedesniimaginarloenfermoquemepone! —Hedichoque… Pierdoloscabales.Séquedoymiedo,peronopuedoevitarlo. —¡Dejadeinterrumpirmeporunavezentuputavida!—grito—.¿Sabesqué?No tepreocupes.Puedesvolverahíadentroypedirleatunuevonovioquetelleveacasa. —Mevuelvoyabrolapuertadelcoche—.SeparecemuchoaNoah,yseguramente loquepasaesqueloechasdemenos. —¿Qué?¿QuétienequeverNoahentodoesto?Yesevidentequenotengoun tipodehombre—gruñe,ymeseñalaconlamano—.Aunquealomejordebería. —¡Alamierda!—chillo,ymemetoenelcoche. Arrancoyladejoahíplantadaconelfríoquehace.Cuandollegoalstopnopuedo evitargolpearelvolantesinparar. Sinomehallamadoantesdeunahorasignificaráquesehaidoconotrapersona. www.lectulandia.com-Página271 CAPÍTULO62 Tessa Diez minutos después sigo de pie en la acera. Tengo las piernas y los brazos entumecidosyestoytiritando.Hardinvolverádeunmomentoaotro;nopuedocreer quedeverdadvayaadejarmeaquísola.Borrachaysola. Cuandomedispongoallamarlorecuerdoqueéltienemiteléfono. «Genial… ¿En qué coño estaba pensando?» No estaba pensando, ése es el problema.Todoibatanbien,yyonisiquieraleheconcedidoelbeneficiodeladuda. En lugar de hacerlo, he besado a otro chico. Me dan ganas de vomitar sólo de pensarlo. «¿Porquénohavueltotodavía?» Tengoqueiradentro.Hacedemasiadofríoaquí,yquierootracopa.Semeestá empezandoapasarlaborrachera,ynoestoypreparadaparaenfrentarmealarealidad. Unavezenlacasa,voydirectamentealacocinaparaservirmeunabebida.Ésta eslarazónporlaquenodeberíabeber.Elsentidocomúnmeabandonacuandoestoy ebria.Hepensadolopeordeélyhecometidounerrortremendo. —¿Tessa?—diceZeddetrásdemí. —Hola—gruño.Levantolacabezadelfríobancodelacocinaymevuelvopara mirarlo. —Esto…,¿quéhaces?—diceriéndoseamedias—.¿Estásbien? —Sí…,estoybien—miento. —¿DóndeestáHardin? —Sehaido. —¿Sehaido?¿Sinti? —Sí.—Doyuntragoamibebida. —¿Porqué? —Porquesoyunaidiota—respondoconsinceridad. —Lodudomucho.—Sonríe. —No,enserio,estavezsí. —¿Teapetecehablardeello? —Laverdadesqueno—suspiro. —Vale…,puestedejosola—dice,yempiezaaalejarse.Peroentoncessevuelve otravez—.Notieneporquésertancomplicado,¿sabes? —¿El qué? —le pregunto, y lo sigo hasta que nos sentamos a una mesa de la www.lectulandia.com-Página272 cocina. —Elamor,lasrelaciones…,todoeso.Notieneporquésertandifícil. —¿Ah,no?¿Noessiempreasí? LaúnicareferenciapreviaquetengoesNoah,yconélnuncanospeleábamosasí, perotampocosésiloquería.Almenos,nocomoquieroaHardin.Tiroelalcoholal fregaderoymesirvounvasodeagua. —Nolocreo.Yonuncahevistoanadiepelearsecomolohacéisvosotrosdos. —Esporquesomosmuydiferentes,esoestodo. —Sí,supongoqueasíes.—Sonríe. Cuando compruebo el reloj, ha pasado una hora desde que Hardin se marchó dejándomeaquí.Puedequenovayaavolverdespuésdetodo. —¿Perdonaríasaalguienquehabesadoaotrapersona?—lepreguntoporfina Zed. —Supongoquedependedelascircunstancias. —¿Ysilohubiesehechodelantedeti? —Joder,no.Esoesimperdonable—diceconunaexpresióndedisgusto. —Vaya. Seinclinahaciamíconcompasión. —¿Hahechoeso? —No.—Levantolavistaylomiroalosojos—.Hesidoyo. —¿Tú?—preguntaclaramentesorprendido. —Sí…,yatehedichoquesoyunaidiota. —Sí,sientodecirlo,peroloeres. —Sí—coincido. —¿Cómovasavolveracasa?—preguntaentonces. —Pues sigo esperando que regrese a por mí, aunque está claro que no lo va a hacer.—Memuerdoellabio. —¿Quieresquetelleve?—dice,perocuandomiroamialrededorconvacilación, añade—:StephyTristanestaránarriba,siprefieres… Lomirosindejarloacabar. —¿Podríasllevarmeahora?Noquierometerlapatamástodavía,perosemeestá pasandolaborrachera,porsuerte,yquierovolveracasaeintentarhablarconHardin. —Claro.Vamos—diceZed,yapuroelaguaantesdeseguirlohastasucoche. Adiezminutosdelapartamento,empiezoatemerlareaccióndeHardincuandovea que Zed me ha acompañado a casa. Intento esforzarme por recuperar la sobriedad, perolascosasnofuncionanasí.Estoymuchomenosebriaquehaceunahora,pero sigoborracha. —¿Puedollamarlodesdetuteléfono?—lepreguntoaZed. Apartaunamanodelvolanteyselallevaalbolsilloparabuscarsumóvil. www.lectulandia.com-Página273 —Toma…Mierda,notienebatería—dicecuandopresionaelbotónsuperioryve elsímbolodelabateríaagotada. —Graciasdetodosmodos—respondoencogiéndomedehombros. Noobstante,llamaraHardindesdeelteléfonodeZedseguramentenoseamuy buena idea. No es tan mala como la de besar a un chico cualquiera delante de sus narices,perosiguesinserunabuenaidea. —¿Ysinoestáencasa?—digo. Zedmemirasocarronamente. —Tienesllaves,¿no? —Nohecogidolasmías…Nopenséquefueraanecesitarlas. —Ah…,vaya…Bueno,seguroquesíqueestá—dice,aunqueparecenervioso. Hardin lo asesinaría si me encontrara en su casa. Cuando llegamos al apartamento, Zed aparca y busco con la mirada el coche de Hardin. Está donde siempre,menosmal.Noséquéhabríahechosinollegaaestaraquí. Zed insiste en acompañarme hasta arriba. Aunque creo que la cosa no acabará bien,nosésiserécapazdellegarsolaalpisoenmiestadodeembriaguez. Maldito sea Hardin por dejarme en esa fiesta. Maldito sea por ser un idiota impulsivo.MalditoseaZedporsertanmajoytemerariocuandonodeberíaserlo.Y malditoseaWashingtonporsuclimafrío. Cuandollegamosalascensor,empiezaalatirmelacabezaalritmodemicorazón. NecesitopensarquévoyadecirleaHardin.Estarámuycabreadoconmigo,ytengo quepensarenunabuenamaneradedisculparmequenoimpliqueelsexo.Noestoy acostumbradaaseryolaquetienequedisculparse,yaquesiempreesélquienmete lapata.Estarenestaposiciónnoesnadaagradable.Dehecho,esbastantehorrible. Avanzamos por el pasillo y no puedo evitar sentirme como si estuviésemos preparándonosparacaminarporunatablarodeadosdetiburones,ynosésiseráZed osiseréyolaqueacabeenelagua. Llamoalapuertayélaguardaunospasospordetrásdemímientrasesperamosa queHardinabra.Estohasidomuymalaidea.Deberíahabermequedadoenlafiesta. Llamodenuevo,estavezconmásfuerza.¿Ysinoabre? ¿Y si se ha llevado mi coche y no está en casa? No se me había ocurrido la posibilidad. —Si no abre, ¿puedo quedarme en tu casa? —digo intentando contener las lágrimas. No quiero quedarme en casa de Zed y hacer que Hardin se enfade todavía más conmigo,peronosemeocurreotraopción. ¿Ysinomeperdona?Nopuedovivirsinél.Zedapoyalamanoenmiespalday me la frota para consolarme. No puedo llorar, tengo que estar tranquila cuando abra…,siesqueabre. —Claroquesí—respondeZedporfin. —¡Hardin! Abre la puerta, por favor —le ruego en voz baja, y apoyo la frente www.lectulandia.com-Página274 contralamadera. No quiero gritar porque no quiero montar una escena a las dos de la mañana. Bastantehartosestarányalosvecinosdenuestrosgritos. —Me temo que no va a abrir. —Suspiro y me recuesto contra la pared un momento. Entonces,porfin,cuandoempezamosaalejarnos,lapuertaseabre. —Vaya…,miraquiénhadecididopasarseporaquí—diceHardinobservándonos desdelapuerta.Algoensutonomedaescalofríos.Cuandomevuelvoparamirarlo, tienelosojosinyectadosensangreylasmejillasrosadas—.¡Zed,tío!Mealegrode verte—exclamaarrastrandolaspalabras.Estáborracho. Semedespejalamentealinstante. —Hardin…,¿hasestadobebiendo? Memirademaneraimperiosa,claramenteinestable. —¿Atiquéteimporta?Ahoratienesotronovio. —Hardin… Noséquédecirle.Estáclaroqueestácomounacuba.Laúltimavezqueloviasí fue la noche que Landon me llamó para que fuera a casa de Ken. Conociendo el historialdesupadreconlabebida,yviendoelmiedoqueteníaTrishdequeHardin hubieraempezadoabeberdenuevo,semecaeelalmaalospies. —Gracias por traerme a casa, creo que es mejor que te vayas —le digo amablementeaZed.Hardinestádemasiadoborrachocomoparaestarcercadeél. —¡Nooo!—exclamaHardin—.¡Pasa!¡Tomemosalgo!—CogeaZeddelbrazoy tiradeélhaciaelinteriordelapartamento. Lossigo,protestando: —Noesbuenaidea,Hardin.Estásborracho. —Tranquila —me dice Zed haciéndome un gesto con la mano. Es como si estuvieradeseandomorir. Hardin se tambalea hasta la mesita auxiliar, coge la botella de licor oscuro que haysobreellaysirveunacopa. —Sí,Tessa.Relájate. Quierogritarleporhablarmedeesamanera,peromehaabandonadolavoz. —Aquí tienes. Voy a por otro vaso para ti, Tess —farfulla, y desaparece en la cocina. Zedsesientaenelsillónyyotomoasientoenelsofá. —Novoyadejarteaquísolaconél.Estámuyborracho—susurra—.Pensabaque nobebía. —Ynobebe…,asíno.Estoesculpamía.—Entierrolacabezaentrelasmanos. DetestoqueHardinsehayaemborrachadoporloquehehecho.Queríateneruna conversacióncivilizadaconélparapoderdisculparmeportodo. —No,noloes—measeguraZed. —¡Ésta…parati!—gritaHardincuandoirrumpedenuevoenelsalón,ymepasa www.lectulandia.com-Página275 unvasollenohastalamitaddelicor. —Noquierobebermás.Yahebebidobastanteporestanoche.—Lequitoelvaso delasmanosylodejosobrelamesita. —Comoquieras.Másparamíentonces.—Mesonríe,yesunasonrisamalévola, noesasonrisaquetantoadoro. Estoyempezandoaasustarme.SéqueHardinjamásmeharíadañofísicamente, peronomegustanadaestacaradeél.Preferiríaquemegritaraoquegolpearauna paredaqueestéaquíbebiendosinpararmientrassemuestratanrelajado.Demasiado relajado. Zedhaceunpequeñobrindisysellevalabebidaaloslabios. —Es como en los viejos tiempos, ¿verdad? Ya sabes, como cuando querías follarteamichica—diceHardin,yZedescupesubebidadenuevoenelvaso. —No.Túlahasdejadoallísola;yosólolahetraídoacasa—respondeZedcon tonoamenazador. Hardinmeneasupropiabebidaenelaire. —Nomerefieroalodeestanoche,ylosabes.Aunqueestoybastantecabreado contigo porque te hayas tomado la libertad de traerla a casa. Ya es mayorcita, sabe defenderse. —Nodeberíatenerquedefenderse—replicaZed. Hardingolpeaelvasocontralamesaydoyunbrinco. —¡Esonoesasuntotuyo!Aunquedesearíasquelofuera,¿verdad? Mesientocomosiestuvieraenmediodeuntiroteoyquisieraapartarmeperomi cuerpo no me lo permitiera. Observo horrorizada cómo mi señor Darcy particular empiezaatransformarseenTomBuchanan… —No—contestaZed. Hardinsesientaamilado,peromantienesusojosvidriososfijosenZed.Mirola botelladealcoholyveoquequedamenosdelamitad.EsperoqueHardinnosehaya bebidotodoloquefaltaenlaúltimahoraymedia. —Claroquesí—replicaél—.Nosoyidiota.Ladeseas.Mollymecontótodolo quedijisteensudía. —Déjaloestar,Hardin—gruñeZed,yestonohacesinoprovocarmásamichico —.EsotepasaporhablarconMolly. —Ay, Tessa es tan guapa… ¡Tessa es tan dulce…! ¡Tessa es demasiado buena paraHardin!¡Tessadeberíaestarconmigo!—seburlaHardin. «¿Qué?» Zedevitamimirada. —Cierralaputaboca,Hardin. —¿Hasoído,nena?Zedcreíaquepodíatenerte.—Seríe. —Yabasta,Hardin—digo,ymelevantodelsofá. Zed parece humillado. No debería haberle pedido que me trajera a casa. ¿De verdad dijo esas cosas sobre mí? Había dado por hecho que su actitud conmigo se www.lectulandia.com-Página276 debíaaquesesentíaavergonzadoporlodelaapuesta,peroahorayanoestoysegura. —Mírala, seguro que lo estás pensando ahora mismo…, ¿verdad? —lo provoca Hardin. Zed lo fulmina con la mirada y deja el vaso sobre la mesita—. Nunca será tuya,chaval,ríndete.Noserádenadie.Sólomía.Soyelúnicoqueselafollarájamás. Soyelúnicoquesabránuncaloquesesienteestandoconella… —¡Yabasta!—grito—.Pero¿quécoñotepasa? —Nada,sóloestoydiciendolaverdad—respondeHardin. —Estássiendocruel—replico—.¡Ymeestásfaltandoalrespeto!—Mevuelvo haciaZed—:Creoquedeberíasmarcharte. ÉlmiraaHardin,ydespuésotravezamí. —Estoybien—leaseguro. No sé qué va a pasar, pero sé que no será ni la mitad de malo de lo que puede llegarasersicontinúaaquí. —Porfavor—leruego. Porfin,Zedasiente. —Estábien,meiré.Tienequesolucionarsumierda.Bueno…,tenéis. —Ya la has oído: lárgate —le espeta Hardin—. Pero no te sientas mal, a mí tampoco me quiere. —Da otro trago a su copa—. Le gustan más los tíos guapos y bienvestidos. Semecaeelalmaalospies,yséquemeesperaunanochemuylarga.Nosési deberíaestarasustada,peronoloestoy.Bueno,puedequeunpoco,aunquenopienso irmeaningunaparte. —Largo—repiteHardinseñalandomientrasZedsedirigehacialasalida. Unavezquesehamarchadodelapartamento,Hardincierralapuertaysevuelve haciamí. —Tienessuertedequenolehayadadounapalizaporhabertetraído.Losabes, ¿verdad? —Sí—contesto.Discutirconélnomeparecebuenaideaenestosmomentos. —¿Porquétehasmolestadoenvenir? —Vivoaquí. —Nopormuchotiempo.—Seponemásalcoholenelvaso. —¿Qué?—Mequedosinaliento—.¿Vasaecharme? Cuandoelvasoestálleno,meguiñaunojo. —No—dice—,acabarásyéndoteporvoluntadpropia. —No,noloharé. —Puede que tu nuevo amante tenga espacio en su casa. Hacíais muy buena pareja. Sudetestablemaneradehablarmemerecuerdaloscomienzosdenuestrarelación, ynomegustanada. —Hardin, deja de decir esas cosas, por favor. Ni siquiera lo conozco. Y siento muchísimoloquehehecho. www.lectulandia.com-Página277 —Diréloquemesalgadeloscojones,delmismomodoquetúhacesloqueteda laputagana. —Hecometidounerror,ylosiento,peroesonotedaderechoatratarmedeesta maneratancruelniabeberasí.Estababorrachaydeverdadcreíaquehabíapasado algo entre esa chica y tú. No sabía qué pensar. Lo siento, jamás te haría daño a propósito—digolomásrápidoquepuedoyesforzándomeporqueloentienda,pero séquenomeestáescuchando. —¿Aúnsigueshablando?—meespeta. Suspiroymemuerdouncarrillo.«Nollores.Nollores…» —Mevoyalacama.Hablaremoscuandonoestéstanborracho. Nodicenada;nisiquieramemira,demodoquemequitoloszapatosymedirijo aldormitorio.Encuantocierrolapuerta,oigoelvasoestrellarse.Salgocorriendoal salón y me encuentro la pared mojada y el suelo lleno de cristales. Observo con impotencia cómo coge los otros dos vasos y los estampa contra la pared. Bebe un último trago directamente de la botella y después la arroja también con todas sus fuerzas. www.lectulandia.com-Página278 CAPÍTULO63 Tessa Cogelalámparadelamesitaauxiliar,arrancaelcabledelaparedylatiracontrael suelo.Despuésagarraunfloreroyloestrellacontralapareddeladrillo.¿Porquésu primerinstintoessiemprerompertodoloquetengaamano? —¡Para!—grito—.¡Hardin,vasarompertodasnuestrascosas!¡Para,porfavor! —¡Esto es culpa tuya, Tessa! ¡Tú lo has provocado! —me grita, y se hace con otroflorero. Corroporelsalónyseloquitodelasmanosantesdequelohagaañicos. —¡Ya lo sé! Pero, por favor, habla conmigo —le ruego. Ya no puedo seguir conteniendolaslágrimas—.Porfavor,Hardin—sollozo. —¡Lahascagado,Tessa!¡Ymucho! Golpealaparedconelpuño. Sabíaqueestoibaapasary,laverdad,mesorprendequehayatardadotanto.Me alegrodequeporlomenoshayaescogidogolpearelmurodeyesoenlugardelde ladrillo,delocontrariosehabríahechodañoenlamano,oalgopeor. —¡Déjameenpaz,joder!¡Lárgate!—chilla,yempiezaapasearsedeunladoa otroantesdeapoyarlasdosmanoscontralapared. —Tequiero—digosinpensar. Necesitoquesecalme,peroestádemasiadoborrachoymeestáintimidando. —¡Puesnoloparece!¡Hasbesadoaotroputotío!¡YhastraídoaZedamiputa casa! SemeparteelcorazóncuandomencionaaZed.Hardinlohahumillado. —Losé…,losiento. Reprimoelimpulsodedecirlequeesunhipócrita.Sí,séqueloquehehechoha estadomal,muymal,peroyoloheperdonadoporhacermedañomuchasveces. —Sabes perfectamente que me jode mucho verte con otra persona, ¡y tú vas y haces esa mierda! —Las venas de su cuello se tornan moradas y está empezando a parecerunmonstruo. —Hardin, he dicho que lo siento —insisto, hablando lo más suave y relajadamenteposible—.¿Quémásquieresquetediga?Nopensabaconclaridad. Setiradelospelos. —Que digas que lo sientes no hace que desaparezca de mi mente. No paro de verlo. www.lectulandia.com-Página279 Meacercoymecolocojustodelantedeél.Apestaawhisky. —Puesentoncesmírame.Mírame. Llevolasmanosasusmejillasyloobligoadirigirsusojoshaciamí. —Lohasbesado.Hasbesadoaotrotío—diceenuntonomuchomáscalmado quehaceunossegundos. —Losé,ylosientomucho.Nosabíaloquehacía.Yasabesqueavecespuedoser muyirracional. —Esonoesexcusa. —Losé,cariño,losé.—Esperoqueesaspalabraslotranquilicen. —Mehacedaño—dice,aunquelafuriahadesaparecidodesusojosenrojecidos —.Poresonoteníanovia,aunquenuncahequeridotenerla,peroestoesloquepasa cuandolagentesale…osecasa.Porestasmierdasesporloquenecesitoestarsolo. Noquieropasarporesto.—Seapartademí. Me duele el pecho porque suena como un niño; un niño solitario y triste. No puedo evitar pensar en Hardin cuando era pequeño, escondiéndose mientras sus padressepeleabanporqueKenabusabadelalcohol. —Hardin,porfavor,perdóname.Novolveráaocurrir,jamásvolveréahaceralgo así. —Da igual, Tess, uno de los dos lo hará. Eso es lo que hace la gente que se quiere. Se hacen daño entre sí y luego rompen, o se divorcian. Y yo no quiero eso paranosotros.Noquieroesoparati. Meacercomásaél. —Esononospasaráanosotros.Nosotrossomosdiferentes. Niegaligeramenteconlacabeza. —Lepasaatodoelmundo;miranuestrospadres. —Nuestros padres se casaron con la persona equivocada, eso es todo. Mira a Karenyatupadre.—Mealegrodecomprobarqueahoraestámuchomáscalmado. —Ellostambiénacabarándivorciándose—repone. —No,Hardin.Nolocreo. —Yosí.Elmatrimonioesunamierda:«Oye,megustas,vamosavivirjuntosya firmar un papel para prometernos que jamás nos dejaremos, aunque luego no lo cumplamos».¿Porquéibaaquerernadiehaceresovoluntariamente?¿Quiénquiere atarseaunapersonaparasiempre? Noestoypreparadaparaprocesarloqueacabadedecirme.¿Noimaginaunfuturo conmigo?Sóloestádiciendoesoporqueestáborracho,¿no? —¿De verdad quieres que me vaya? ¿Eso es lo que deseas?, ¿dejarlo? —le preguntomirándolodirectamentealosojos. Nomeresponde. —¿Hardin? —No… Joder…, no, Tessa. Te quiero. Te quiero un montón, pero tú… Lo que has hecho ha sido horrible. Has cogido todos mis miedos y los has convertido en www.lectulandia.com-Página280 realidadconunsologesto.—Susojossehumedecenysemeparteelcorazón. —Losé,ymesientofatalporhabertehechodaño. Mira la habitación y comprendo que todo lo que hemos construido aquí era su intentodedemostrarmequemequiere. —DeberíasestarconalguiencomoNoah—dice. —Noquieroestarconnadiequenoseastú.—Mesecolosojos. —Tengomiedodequelohagas. —¿Elqué?¿DejarteporNoah? —Noporélexactamente;poralguiencomoél. —Noloharé,Hardin.Tequiero.Noquieroanadiemás,sóloati.Megustatodo deti,asíquedejadedudardeti. Meduelepensarquesesientedeestamanera. —Entonces¿noempezasteasalirconmigosóloparacabrearatumadre? —¿Qué?—exclamo,peroélmemirayesperaunarespuesta—.No,claroqueno. Mimadrenotienenadaqueverconlonuestro.Meenamorédetiporque…,bueno, porque no tenía elección. No pude evitarlo. Intenté no hacerlo por lo que pudiera pensarella,peroerainevitable.Siempreteheamado,quisieraonohacerlo. —Ya. —¿Quépuedohacerparaquemecreas? Despuésdetodoporloquehemospasado,¿cómopuedepensarqueestabaconél pararebelarmecontramimadre? —Puespodríasempezarpornobesarteconotros—dice. —Sé que eres inseguro, pero deberías saber que te quiero. He luchado por ti desdeelprimerdía,conmimadre,conNoah,contodoelmundo. Sinembargo,algodeloqueacabodedecirlohamolestado. —¿Inseguro? —replica—. Yo no soy inseguro. Pero tampoco pienso quedarme ahísentadomientrasjuegasconmigocomosifueraunputoidiota. Consurepentinarecuperacióndelaira,empiezoacabrearmeyotambién. —¿Atitepreocupaqueyojueguecontigo? Séqueloquehehechoestámal,peroélmehahechocosasmuchopeores.Élsí quemetratócomosifueraunaidiota,yloperdoné. —Noempiecesconesamierda—ruge. —Hemos recorrido un largo camino, hemos pasado por muchas cosas, Hardin. No dejes que un error lo eche todo a perder. —Jamás pensé que sería yo la que tuvieraquerogarlequemeperdonara. —Túlohasechadotodoaperder,noyo. —Dejadesertanfríoconmigo.Tútambiénmehashechomuchascosasamí—le espeto. Lafuriaregresaasurostroyseapartabruscamentedemígritandoporencimadel hombro: —¡¿Sabesqué?Yohabréhechomuchascosas,perotúhasbesadoauntíodelante www.lectulandia.com-Página281 demisnarices! —Ah,¿comoaquellavezqueMollyestabaencimadetiylabesastedelantede mí? Sevuelverápidamente. —Ahínoestábamosjuntos. —Puedequeparatino,peroyocreíaquesí. —Esonotieneimportancia,Tessa. —¿Quieresdecirquenovasadejarlopasar? —Noséquéquierodecir,peromeestásrayando. —Creoquedeberíasirtealacama—lesugiero. A pesar del breve momento de comprensión de los últimos minutos, está claro quesumentesigueenmodocruel. —Yyocreoquenodeberíasdecirmeloquetengoquehacer—replica. —Sé que estás enfadado y herido, pero no puedes hablarme de esa manera. No estábienynopiensotolerarlo.Medaigualsiestásborrachoono. —Noestoyherido—dicefulminándomeconlamirada.Hardinysuorgullo. —Acabasdedecirquesí. —No,noesverdad,nomedigasloqueacabodedecir. —Está bien. Está bien. —Levanto las manos, dándome por vencida. Estoy agotadaynopiensotirardelaanilladelagranadaqueesHardinenestosmomentos. Se acerca al portallaves y coge su llavero mientras trastabilla para ponerse las botas. —¿Quéestáshaciendo?—pregunto,ycorrohaciaél. —Melargo,¿atiquéteparece? —Novasairaningunaparte.Hasestadobebiendo,ymucho.—Intentoquitarle lasllaves,peroélselasmeteenelbolsillo. —Meimportaunamierda.Necesitomásbebida. —¡No!Deesonada.Yahasbebidosuficiente,yhasrotolabotella. Intentoecharlemanoalbolsillo,peromeagarradelamuñecacomohahechoun millóndeveces. Sinembargo,estavezesdiferente,porqueestámuyenfadado,yporuninstante tengomiedo. —Suéltame—lodesafío. —Nointentesevitarquemevayaytesoltaré.—Noafloja,ytratodefingirque nomeimporta. —Hardin…,vasahacermedaño. Memiraalosojosymesueltaalinstante.Cuandolevantalamano,meencojoy retrocedo,perosóloibaapasarselamanoporelpelo. Elpánicosereflejaensusojos. —¿Creías que iba a pegarte? —dice casi en un susurro, y yo me aparto más todavía. www.lectulandia.com-Página282 —Yo…,nolosé…Estásmuyenfadado,ymeestásdandomiedo.—Sabíaqueno ibaahacermedaño,peroéstaeslamaneramásfácildehacerqueentreenrazón. —Deberíassaberquejamásteharíadaño.Pormuchoquehayabebido,jamáste tocaríaunputopelo.—Mefulminaconlamirada. —Para odiar tanto a tu padre no parece importarte lo más mínimo comportarte comoél—leespeto. —¡Vetealamierda!¡Nosoycomoél!—grita. —¡Síqueloeres!¡Estásborracho,mehasdejadotiradaenesafiestayhasroto todo cuanto había en el salón, incluida mi lámpara favorita! Te estás comportando igualqueél…,igualqueeraélantes. —Sí, bueno, y tú te comportas como tu madre. Como una esnob malcriada y una…—escupecondesprecio,ysofocoungrito. —¿Quiénerestú?—pregunto,ysacudolacabeza. Me marcho de la habitación. No quiero seguir escuchándolo, y sé que si continuamos discutiendo mientras está así de borracho las cosas acabarán mal. Ha llevadolafaltaderespetohaciamipersonahastaunnuevonivel. —Tessa…,yo…—empieza. —Cállate—ledigovolviéndome,ycontinúocaminandohaciaeldormitorio. Puedosoportarsuscomentariosgroseros,yquemegrite,porque,joder,esverdad que he besado a un tío delante de él, pero ahora ambos necesitamos distanciarnos antesdedeciralgoaúnpeordeloquenoshemosdichoya. —Nohequeridodecireso—asegurasiguiéndome. Cierro la puerta y el pestillo al entrar. Puede que no logremos hacer que esto funcione. Puede que él esté demasiado enfadado con el mundo y que yo sea demasiadoirracional.Lopresionodemasiadoyélhacelomismoconmigo. No,esonoesverdad.Esprecisamenteesapresiónquenosimponemoselunoal otro la que hace que esto funcione. A pesar de las peleas y las tensiones, entre nosotros hay pasión. Tanta pasión que casi me ahoga, que me hunde…, y él es la únicaluz,elúnicoquepuedesalvarmeapesardetodo,aunqueseaprecisamenteél quienmeestácondenando. Hardingolpealamaderaconsuavidad. —Tess,abrelapuerta. —¡Vete,porfavor!—grito. —¡Malditasea,Tessa!Abrelapuertaahoramismo.¡Losiento,¿vale?!—chilla,y empiezaaaporrearla. Cruzando los dedos para que no la eche abajo, me dirijo a la cómoda para rebuscar en mi último cajón. Al ver el papel blanco me siento aliviada. Voy al armario y me encierro en él. Empiezo a leer la nota que Hardin me escribió y los golpesdelapuertaseamortiguanhastaquedejandeexistir.Eldolorquesientoenel pechosedisuelve,comoeldemicabeza.Nohaynadamásalládeestacarta,másallá delaspalabrasperfectasdemiimperfectoHardin. www.lectulandia.com-Página283 La leo una y otra vez hasta que mis lágrimas cesan, así como el ruido en el pasillo.Deseocontodamialmaquenosehayamarchado,peronovoyasalirpara averiguarlo.Medueleelcorazón,ylosojos,ynecesitotumbarme. Llevándomelacartaconmigo,arrastromicuerpohastalacamaymeacuestocon el vestido puesto. Por fin, el sueño se apodera de mí y soy libre de soñar con el Hardinqueescribióesaspalabrasenunahojadepapelenunahabitacióndehotel. Cuandomedespiertoenmitaddelanoche,doblolacarta,vuelvoaguardarlaenel cajónyabrolapuertadeldormitorio.Hardinestáenelpasillo,acurrucadoenelsuelo dehormigón.Creoqueesmejornodespertarlo,asíquelodejodurmiendolamonay vuelvoalacama. www.lectulandia.com-Página284 CAPÍTULO64 Tessa Ya por la mañana, el pasillo está vacío y el desastre del salón completamente recogido.Nohaynirastrodecristalesenelsuelo.Lahabitaciónhuelealimón,yya nohaymanchasdewhiskyenlapared. MesorprendequeHardinsupieradóndeestabanlosproductosdelimpieza. —¿Hardin?—digoconlavozroncadespuésdelosgritosdeanoche. Alnoobtenerrespuesta,meacercoalamesadelacocina,dondeveounaficha conunanotamanuscritaquedice:«Porfavor,notemarches,volverépronto». Sientocomosialguienmehubieraquitadounatoneladadepesodeencima.Cojo ellectordelibroselectrónicos,mesirvouncaféyesperoaquevuelva. Pasan lo que me parecen horas mientras aguardo a que Hardin regrese. Me he duchado,heordenadolacocinayheleídocincuentapáginasdeMobyDick,yesoque ellibronomeapasiona.Mehepasadolamayorpartedeltiempoplanteándometodos susposiblescomportamientosypensandoenquévaadecirme.Elhechodequeno quiera que me marche es algo positivo, ¿no? Espero que sí. La noche anterior está borrosaenmimente,perorecuerdolospuntosmásimportantes. Cuando oigo abrirse la puerta, me quedo paralizada y olvido al instante todo lo quehabíapensadodecirle.Dejoellibroelectrónicosobrelamesitaymeincorporoen elsofá. Entra por la puerta y veo que lleva puesta una sudadera gris y sus pantalones negros característicos. Nunca sale de casa con nada que no sea negro y, ocasionalmenteblanco,demodoquelacombinacióndehoyesunpocoextraña,pero lasudaderaledaunairemásjoven.Tieneelpelorevueltoyapartadodelafrente,y unas ojeras importantes. Lleva una lámpara en la mano. No es igual que la que rompióanoche,peroseleparecemucho. —Hola —dice, y se pasa la lengua por el labio inferior antes de atrapar el piercingentrelosdientes. —Hola—murmuroenrespuesta. —¿Cómo…cómohasdormido?—pregunta. Melevantodelsofámientrassedirigealacocina. —Bien…—miento. —Mealegro. Es obvio que ambos andamos con pies de plomo por miedo a decir algo www.lectulandia.com-Página285 inapropiado.Élestájuntoalaencimera,yyomequedoalladodelfrigorífico. —He… comprado una lámpara nueva —dice señalando con la cabeza su adquisición. —Esbonita. Estoynerviosa,muynerviosa. —Noteníanlaotra,pero…—empiezaadecir. —Losientomuchísimo—espeto,interrumpiéndolo. —Yotambién,Tessa. —Laveladanodeberíahaberacabadoasí—respondo,ybajolamirada. —Yquelodigas. —Fueunanochehorrible.Deberíahaberdejadoqueteexplicarasantesdebesara nadie,fueestúpidoeinmaduropormiparte. —Sí,lofue.Nodeberíanhabertehechofaltaexplicaciones.Deberíasconfiaren míynosacarconclusionesequivocadas. Apoya los codos en la encimera detrás de él y yo jugueteo con los dedos intentandonoarrancarmelaspielecitasdealrededordelasuñas. —Losé.Losiento. —Teheoídolasprimerasdiezvecesquelohasdicho,Tess. —¿Vasaperdonarme?Anocheinsinuastequemeibasaechar. —No insinué que fuese a echarte —contesta, y se encoge de hombros—. Sólo dijequelasrelacionesnofuncionan. Una parte de mí deseaba que no recordara las cosas que soltó anoche. Básicamentemedijoqueelmatrimonioesalgodelocosyquedeberíaestarsolo. —¿Quéquieresdecir? —Pueseso. —Pueseso,¿qué?Creía…—Nosécómoseguir. Pensabaquecomprarunalámparanuevaerasumaneradedisculparseyquepor lamañanayahabríacambiadodeidea. —¿Quécreías?—dice. —Quenoqueríasquemefueraporquedeseabasquehabláramosdeellocuando volvierasacasa. —Estamoshablandodeello. Semehaceunnudoenlagarganta. —Entonces¿quépasa?¿Yanoquieresseguirestandoconmigo? —Noesesoloqueestoydiciendo.Venaquí—ordenaabriendolosbrazos. Recorro nuestra pequeña cocina en silencio y me acerco a él. Gruñe con impaciencia, y cuando estoy lo suficientemente cerca me estrecha contra su pecho, envolviendo mi cintura con los brazos. Apoyo la cabeza en su pecho. El suave algodóndesusudaderatodavíaestáfríoporelgélidoclimainvernal. —Teheechadomuchodemenos—dicecontramipelo. —Nomeheidoaningunaparte—respondo. www.lectulandia.com-Página286 Meestrechamáscontraél. —Sí lo has hecho. Cuando besaste a ese tío, te perdí por un momento; eso fue suficiente.Nopudesoportarlonisiquieraunsegundo. —Nomeperdiste,Hardin.Cometíunerror. —Porfavor…—empieza,peroentoncessecorrige—:Novuelvasahacerlo.Lo digoenserio. —Noloharé—legarantizo. —YtrajisteaZedaquí. —Sóloporquemedejastesolaenlafiestaynecesitabaquealguienmetrajeraa casa—lerecuerdo. No nos hemos mirado a la cara desde que hemos iniciado esta conversación, y quieroquesigasiendoasí.Sinsusojosverdesatravesándomeconlamiradanotengo miedo…,bueno,tengomenosmiedo. —Deberíashabermellamado—dice. Sigosinmirarlo. —Tú tenías mi teléfono, y estuve esperando fuera. Creía que ibas a volver — replico. Me aparta con suavidad de su pecho y me sujeta frente a él para poder verme. Parecemuycansado.Yséqueyotambién. —Puede que no controlara demasiado bien mi ira, pero no sabía qué otra cosa hacer. Laintensidaddesumiradameobligaaapartarlosojosyafijarlosenelsuelo. —¿Te gusta? —pregunta Hardin con voz temblorosa cuando me levanta la barbillaparaquelomire. «¿Qué?»Nopuedehablarenserio. —Hardin… —Contéstame. —Nocomotúpiensas. —¿Esoquésignifica? Seestáponiendonervioso,ofurioso,nolotengoclaro.Puedequeambascosas. —Megusta,perocomoamigo. —Y ¿nada más? —Su tono es de súplica. Me está rogando que le asegure que sóloloquieroaél. Atraposurostroentrelasmanos. —Nadamás,tequieroati,ysóloati.Yséquecometíunaestupidez,aunquesólo lohiceporqueestabaenfadada,yborracha.Peronosientonadapornadiemás. —Y¿porquétuvistequepedirleaélprecisamentequetetrajeraacasa? —Fueelúnicoqueseofreció.—Yentoncesformulounapreguntadelaqueme arrepientoalinstante—:¿Porquéerestanduroconél? —¿Duroconél?—resopla—.Nopuedeshablarenserio. —Fuistecruelalhumillarlodelantedemí. www.lectulandia.com-Página287 Hardin se aparta a un lado y dejamos de estar frente a frente. Me vuelvo para colocarmedelantedeél,ysepasalosdedosporelpeloalborotado. —Nodeberíahabervenidoaquícontigo. —Prometiste que controlarías tu temperamento. —Estoy intentando no presionarlo,quierohacerlaspaces,noseguiralimentandoestadiscusión. —Ylohehecho.HastaquemepusisteloscuernosytefuistedelafiestaconZed. Podría haberle dado una paliza a Zed anoche y, joder, de hecho podría irme ahora mismoydársela—dicelevantandolavozdenuevo. —Séquepodríashaberlohecho,ymealegrodequenofueraasí. —Yono,peromealegrodequetúsí. —Noquieroquevuelvasabeber.Noerestúmismocuandolohaces.—Sientolas lágrimasformándoseenmisojoseintentocontenerlas. —Ya lo sé… —Me da la espalda—. No pretendía acabar así. Estaba muy enfadado y… dolido…, estaba dolido. En lo único que podía pensar aparte de en matar a alguien era en beber, así que fui a Conner’s y compré el whisky. No iba a bebertanto,peronoparabadeverteenmimentebesandoaesetipo,asíqueseguí bebiendo. Se me pasa por la cabeza pasarme por Conner’s y gritarle a esa anciana por venderlealcoholaHardin,perodentrodeunmescumpleveintiúnaños,yeldañode anocheyaestáhecho. —Teníasmiedodemí,lovientusojos—dice. —No…,noteníamiedodeti.Sabíaquenomeharíasnada. —Perorecuerdoqueteencogiste.Todolodemásesunborrón,peromeacuerdo deesoperfectamente. —Mepillasteporsorpresa—repongo. Sabía que no iba a pegarme, pero se estaba comportando de un modo muy agresivo,yelalcoholllevaalagenteahacercosasatrocesquejamásharíanestando sobrias. Daunpasohaciamí,eliminandoprácticamenteelespacioquehayentrenosotros. —Noquieroquevuelvasa…Noquierovolverapillarteporsorpresa.Novolveré abeberdeesamanera,lojuro. Acercalamanoamirostroymeacaricialasienconeldedoíndice. Prefieronocontestarnada.Todalaconversaciónhasidoconfusaycambiante.En un momento siento que me perdona y, al siguiente, ya no estoy segura. Su tono es muchomáscalmadodeloqueesperaba,perolairasiguepresentebajolasuperficie. —Noquieroseresaclasedetío—prosigue—,ydesdeluegonoquierosercomo mipadre.Nodeberíahaberbebidotanto,perotútampocohicistebienlascosas. —Yo…—empiezoadecir,peroélmesilenciaysusojossevuelvenvidriosos. —No obstante, yo he hecho un montón de gilipolleces… Podría escribirse un libro entero con todas las mierdas que te he hecho, y tú siempre me perdonas. He hechocosaspeoresquetú,asíquetelodebo,tedebodejarlocorreryperdonarte.No www.lectulandia.com-Página288 esjustoqueesperecosasdetiqueyonopuedodarte.Losientomuchísimo,Tess,por todolodeanoche.Mecomportécomounauténticocapullo. —Yo también. Sé lo que sientes respecto a mí con otros chicos, y no debería haber usado eso en tu contra aunque estuviera enfadada. Intentaré pensar antes de actuarlapróximavez.Losiento. —¿Lapróximavez?—Unapequeñasonrisasedibujaensuslabios.Quérápido cambiadeestadodeánimo. —Entonces¿todoestábienya?—pregunto. —Esonodependesólodemí. Lomirofijamenteaesosojosverdesquetiene. —Yoquieroqueestemosbien. —Yotambién,nena.Yotambién. Una tremenda sensación de alivio me invade al oír esas palabras, y me pego contra su pecho una vez más. Sé que hemos dejado muchas cosas por decir a propósito,peroyahemosresueltolosuficienteporelmomento.Mebesaenlacabeza ymicorazónlatedealegría. —Gracias. —Esperoquelalámparalocompensetodo—añadeconvozsocarrona. —Podrías haber intentado comprar la misma que teníamos —respondo pinchándolodebroma. Memiraconexpresióndivertida. —Helimpiadotodoelsalón.—Sonríe. —Bueno,alfinyalcabolodestrozastetú. —Ya,peroyasabesquenomegustanadalimpiar. Meestrechaentresusbrazosconmásfuerza,abrazándome. —Puesyonopensabarecogerlo,lohabríadejadoahí—ledigo. —¿Tú?¡Vengaya!Sabesquenoseríascapaz. —Claroquesí. —Teníamiedodequenoestuvierascuandovolviese—diceentonces. Lomiroyélmemiraamí. —Nopiensoirmeaningunaparte—leaseguro,ycruzolosdedosparaquesea verdad. Enlugardecontestar,pegaloslabiosalosmíos. www.lectulandia.com-Página289 CAPÍTULO65 Tessa —Menudamaneradeempezarelaño—diceHardincuandonosseparamos,yapoya lacabezacontralamía. Entonces mi teléfono empieza a vibrar sobre la mesa, rompiendo el hechizo, y antesdequemedétiempoacogerlo,élyalotieneenlamanoyselopegaalaoreja. Cuandomepongodepuntillasparaintentarquitárselo,daunpasoatrásysacudela cabeza. —Landon, ahora te llamará Tess —dice. Me agarra de la muñeca con la otra manoytirademíhaciaél,conmiespaldacontrasupecho.Pasanunossegundosy añade—:Estáocupadaconotracosa. Mellevapegadaaélhacianuestrodormitorio.Rozamicuelloconloslabiosyme entraunescalofrío.«Vaya.» —Deja de dar el coñazo, vosotros dos necesitáis medicación —dice Hardin al teléfono,luegocortalallamadaylodejaenelescritorio. —Tengoquehablarconélsobrenuestrasclases—digo. Mivozmetraicionacuandolameychupalapieldemicuello. —Necesitasrelajarte,nena. —Nopuedo…Tenemosmuchoquehacer. —Puedoayudarte—dicedeunmodomáslentodelohabitual. Meagarraconmásfuerzadelacaderacuandocolocalaotramanoenmipecho paramantenermequieta. —¿Recuerdasaquellavezquetemasturbédelantedelespejoyteobliguéaque vierascómotecorrías?—pregunta. —Sí—digotragandosaliva. —Fuedivertido,¿verdad?—ronronea. Unintensocalormerecorreelcuerpoaloírsuspalabras.Noescalor…,esfuego. —Puedo enseñarte a tocarte como yo te toco —dice, y me chupa con fuerza la piel.Acabodeconvertirmeenunaboladeelectricidad—.¿Quieresquelohaga? Lalascivaideameatrae,peromeresultademasiadohumillanteadmitirlo. —Metomarétusilenciocomounsí—añadeymesueltalacintura,peromecoge lamano. Permanezcocalladamientrasrepasonerviosasuspalabrasenmimente.Estome damuchísimopudor,ynosécómomesientoalrespecto. www.lectulandia.com-Página290 Me guía hasta la cama y me empuja con cuidado contra el blando colchón. Se monta encima de mí, a horcajadas sobre mis piernas. Lo ayudo a quitarme los pantalonesdelchándalyélmebesalacarainternadelmusloantesdedespojarmede lasbragas. —Notemuevas,Tessa—meordena. —No puedo —gimoteo mientras me muerde suavemente la piel. Me resulta imposible. Seechaareír,ysimicerebroestuvieraconectadoconelrestodemicuerpoen estosmomentos,lepondríalosojosenblanco. —¿Quiereshacerloaquíoprefieresmirar?—pregunta,ysientounhormigueoen elestómago. La presión entre mis piernas continúa aumentando e intento apretarlas para conseguiralgodealivio. —No,no,nena—dice—.Todavíano.—Meestátorturando. Meseparalosmuslosyseapoyaenmíparaobligarmeamantenerlosabiertos. —Aquí —respondo por fin. Casi había olvidado que me había hecho una pregunta. —Esopensaba—diceconunasonrisadesuperioridad. Esunengreído,perosuspalabrastienenunefectoenmíquejamáscreíposible. Nunca tengo suficiente, ni siquiera cuando me tiene atrapada en la cama con las piernasseparadas. —Había pensado en hacer esto antes, pero era demasiado egoísta. Quería ser el únicoquetehicierasentirasí.—Seinclinahaciaabajoymepasalalenguaporlapiel desnudaentremicaderaylapartesuperiordelmuslo. Mispiernasintentantensarsedemanerainvoluntaria,peroélnolopermite. —Enfin,comoséexactamentedóndetegustaquetetoque,noseharámuylargo. —¿Por qué quieres hacerlo? —pregunto con voz aguda cuando me muerde de nuevoydespuésmelamelapielsensible. —¿Elqué?—dicemirándome. —¿Por qué…? —repito con voz temblorosa—. ¿Por qué quieres enseñarme, si quieresserelúnico? —Porque,apesardeeso,laideadequetetoquesdelantedemí…,joder—me explica. «Vaya.» Necesito alivio, y pronto; espero que no tenga pensado torturarme durantemuchotiempo. —Además,enocasionesparecesdemasiadoestresada,yalomejoresestoloque necesitas.—Sonríeyyointentoesconderelrostroavergonzada. Sinoestuviésemoshaciendo…esto…,lecontestaríaalgopordecirqueparezco estresada. No obstante, tiene razón y, como ha dicho antes, estoy ocupada con otra cosa. —Mira…,aquíesdondetienesqueempezar.—Mesorprendetocándomeconsus www.lectulandia.com-Página291 fríos dedos. Un siseo escapa de mis labios ante el gélido tacto—. ¿Están fríos? — pregunta, y yo asiento—. Perdona. —Se ríe y desliza los dedos dentro de mí sin previoaviso. Miscaderasseseparandelacamaymellevolamanoalabocaparanogritar. Sonríeconpetulancia. —Asímeloscalientounpoco. Mientras mete y saca los dedos lentamente unas cuantas veces, el fuego en mi interior se aviva. Entonces los retira y me siento vacía y desesperada. De repente vuelveaintroducirlosymemuerdoellabioinferior. —Serámejorquenohagasesoonopodremosterminarlalección—dice. No lo miro. En lugar de hacerlo, me paso la lengua por el labio y vuelvo a mordérmelo. —Hoyestásdemasiadorebelde.Noeresmuybuenaestudiante—bromea. Inclusosumaneradeprovocarmemevuelveloca.¿Cómopuedesertanseductor inclusocuandonolopretende?Estoyseguradequeestahabilidadesalgoquesólo Hardinhaconseguidodominar. —Damelamano,Tess—meordena. Peroyonomemuevo.Elpudorseconcentraenmismejillas. Entonces su mano coge la mía y desliza ambas por mi estómago hasta la parte superiordemismuslos. —Si no quieres hacerlo, no tienes por qué, pero creo que te gustará —dice con suavidad. —Quierohacerlo—decido. Sonríeconcomplicidad. —¿Estássegura? —Sí,essóloque…estoyalgonerviosa—admito. Me siento mucho más cómoda con Hardin que con cualquier otra persona que haya conocido en mi vida, y sé que no hará nada que me haga estar incómoda, al menosnoconmalaintención.Leestoydandodemasiadaimportanciaaesto.Lagente lohacetodoeltiempo,¿no? —Puesnoloestés.Tegustará.—Semuerdeellabioinferioryyosonríonerviosa —.Ynotepreocupes:sinoconsiguesllegaralorgasmo,yoteayudaré. —¡Hardin! —exclamo muerta de vergüenza, y dejo caer la cabeza sobre la almohada. Oigocómoseríeligeramenteydice: —Así. Me separa los dedos. El corazón se me acelera a un ritmo vertiginoso mientras coloca mi mano… ahí. Es una sensación extraña. Rara y extraña. Estoy tan acostumbradaaltactodelasmanosdeHardin,almodoenquemetocansusdedos ásperos y callosos, largos y delgados, y al modo en que sabe perfectamente cómo tocarme,cómo… www.lectulandia.com-Página292 —Tienesquehaceresto—meexplicaconvozgraveyllenadelujuriamientras guíamisdedoshastamipartemássensible. Intentonopensarenloqueestamoshaciendo…¿Quéestoyhaciendo? —¿Quéteparece?—pregunta. —No…nolosé—musito. —Vengaya.Dímelo,Tess—meordena,yapartalamanodelamía.Gimoteoante lafaltadecontactoyempiezoaapartarlamano—.No,déjalaahí,nena.—Sutono hacequevuelvaacolocarlamanodondeestabaalinstante—.Continúa—mepide consuavidad. Tragosalivaycierrolosojos,intentandorepetirloqueélestabahaciendo.Nome gustanilamitadquecuandolohaceél,perolaverdadesquenoestámal.Lapresión enlaparteinferiordemivientrecomienzaaaumentardenuevo.Cierrolosojoscon fuerzaeimaginoquesonlosdedosdeHardinlosquemeestánhaciendosentirasí. —Noteimaginascuántomeponevercómotetocasdelantedemí—dice,yno puedoevitargemiryseguirtrazandoelpatrónqueleshaenseñadoamisdedos. Cuandoabroligeramentelosojos,veoqueHardinseestátocandoporencimade losvaqueros.Madremía.¿Porquéestoytancachonda?Creíaqueestoeraalgoquela gente sólo hacía en las películas guarras, no en la vida real. Hardin hace que todo resulteexcitante,pormuyextravagantequesea.Tienelamiradafijaentremispiernas mientrassemuerdeellabioinferior,loquehacequesuaroplateadosobresalgadela tensión. En el momento en que creo que va a pillarme mirándolo, cierro los ojos y desconectomisubconsciente.Estoesalgonatural,todoelmundolohace…,aunque no todo el mundo deja que alguien lo observe mientras tanto. Sin embargo, si estuvieranconHardin,seguroquesíloharían. —Québuenachicaeressiempreconmigo—mesusurraaloído,ytiradellóbulo demiorejaconlosdientes. Sualientoescálidoyhueleamenta,yhacequequieragritaryderretirmeenlas sábanasalmismotiempo. —Hazlotútambién—exhalosinapenasreconocermivoz. —¿Elqué? —Loqueyoestoyhaciendo…—digosinquererusarlapalabra. —¿Quieresquelohaga?—preguntasorprendido. —Sí…,porfavor,Hardin. Estoymuycerca,ynecesitoesto;necesitocentrarmeenalgoquenoseaenmíy, sinceramente,vercómosetocabamehavueltoloca,yquierovercómolohaceotra vez,esoymuchomás. —Vale—contestasinmás. Éltienemuchaseguridadenloquealsexoserefiere.Ojaláyolatuviesetambién. Oigo la cremallera de sus vaqueros e intento ralentizar los movimientos de mis dedos;sinolohago,estoacabarámuymuypronto. www.lectulandia.com-Página293 —Abrelosojos,Tess—ordena,yyoobedezco. Envuelveconlamanosumiembrodesnudoymisojosseabrendeparenparante laperfectavisiónmientrasobservocómoHardinhacealgoquejamáspenséquevería haceranadie. Baja la cabeza de nuevo y esta vez me da un único beso en el cuello antes de acercarlabocaamioreja. —Estotegusta,¿verdad?Tegustavercómomedoyplaceramímismo.Eresuna pervertida,Tess. No aparto ni por un momento la vista de la mano entre sus piernas, y entonces empiezaamoverlamásdeprisamientrashablaconmigo. —No voy a durar mucho mirándote, nena. No tienes ni idea de cómo me pone esto.—Jadea,yyohagolomismo. Ya no me siento incómoda. Estoy cerca, muy cerca, y quiero que Hardin esté cercatambién. —Cómo me gusta, Hardin… —gimo sin importarme lo estúpida o desesperada que pueda parecer. Es la verdad, y él me hace sentir que no pasa nada porque me sientaasí. —Joder…Siguehablando—diceconlosdientesapretados. —Quieroquetecorras,Hardin.Imagínatemibocaalrededordeti… Encuantolassuciaspalabrassalendemislabiossientounahúmedacalidezenmi estómagomientrassecorresobremipielardiente.Esomellevaallímiteypierdoel control.Cierrolosojosyrepitosunombreunayotravez. Cuandolosabrodenuevo,veoqueHardinestáapoyadosobreuncodoamilado, yentierroelrostroensucuelloalinstante. —¿Qué te ha parecido? —pregunta rodeándome la cintura y estrechándome contrasí. —Nolosé…—miento. —Noseastímida,séquetehagustado.Amítambién. Mebesaenlacabezayyolevantolavistaparamirarlo. —Mehagustado,peromesiguegustandomáscuandolohacestú—admito. Élsonríe. —Bueno,esoespero—dice,ylevantolacabezaparadarleunbesoenelhuecode suhoyuelo—.Puedoenseñartemuchascosas—añade,ycuandomepongocolorada denuevometranquiliza—:Iremospocoapoco. Mi mente empieza a imaginar todo cuanto Hardin puede enseñarme. Probablementenisiquierahayaoídohablardemuchasdelascosasquehahecho,y quieroaprenderlastodas. —Bueno—diceacontinuación—,yahoravamosaducharamimejoralumna. Lomiro. —Querrásdecirtuúnicaalumna. —Sí, por supuesto. Aunque me parece que también debería enseñar a Landon. www.lectulandia.com-Página294 Creoquelonecesitatantocomotú—bromea,ysaledelacama. —¡Hardin!—exclamo,yélseechaareírconganas.Esunsonidomaravilloso. Cuando la alarma de mi móvil suena temprano el lunes por la mañana, salto de la cama y me dirijo al baño para ducharme. El agua me llena de energía y mis pensamientos retroceden a mi primer trimestre en la WCU. No sabía qué esperar, peroalmismotiempomesentíamuypreparada,teníatodoslosdetallescontrolados. Imaginaba que haría unos pocos amigos y que me centraría en actividades extraescolares.Quizámeuniríaalclubdeliteraturayaunoscuantosmás.Mepasaría lavidaenmicuartooenlabiblioteca,estudiandoypreparándomeparamifuturo. No tenía ni idea de que tan sólo unos meses después estaría viviendo en un apartamento con mi novio, que no sería Noah. No me imaginaba lo que estaba por venircuandomimadredejóelcocheenelaparcamientodelaWCU,ymuchomenos cuandoconocíaesechicotangroserodepelorizado.Sialguienmelohubieradicho, jamás lo habría creído, y ahora no puedo imaginarme la vida sin ese cascarrabias. Noto mariposas en el estómago cuando recuerdo cómo me sentía al verlo en el campus, cuando lo buscaba en el aula de literatura, cómo lo sorprendía mirándome mientraselprofesorimpartíalaclaseylamaneraenqueescuchabaahurtadillaslo quehablábamosLandonyyo.Esosdíasparecenmuylejanos.Escomosihubiesen pasadosiglos. Me encuentro sumida en mis pensamientos cuando, de repente, la cortina de la duchaseabreyapareceHardinconeltorsodesnudoyelpelorevueltocubriéndolela frentemientrassefrotalosojos. Sonríeyhablaconlavozgraveyafónicadeacabardedespertarse: —¿Porquéestástardandotanto?¿Quéhaces?,¿practicarlasleccionesdeayer? —¡No!—exclamo,ymepongocoloradacuandomevienealacabezalaimagen deHardin. Meguiñaunojo. —Ya,ya. —¡Noloestabahaciendo!Sóloestabapensando—confieso. —¿Enqué?—Sesientaenelváterycierrolacortina. —Enlodeantes… —¿Lodeantesdequé?—preguntaconpreocupación. —En el primer día de universidad, y en lo grosero que eras —lo provoco de broma. —¿Grosero?¡Sinisiquierahablécontigo! Meechoareír. —Poresomismo. —Dabas asco con esa falda espantosa y tu novio con mocasines. —Da una palmadaregodeándose—.Lacaradetumadrefueunpoemacuandonosvio. www.lectulandia.com-Página295 Sientounapunzadaenelpechoalhablardemimadre.Laechodemenos,pero me niego a cargar con sus errores. Cuando esté dispuesta a dejar de juzgarnos a Hardinyamí,hablaréconella.Noobstante,sinolohace,entoncesnomereceque pierdaeltiempoconella. —Y tú dabas asco con tu…, bueno…, con tu actitud —contraataco. No se me ocurrequédecir,porquenomedijonadaelprimerdíaquenosvimos. —¿Recuerdaslasegundavezquetevi?Estabasenvueltaenunatoallayllevabas laropamojadaenlosbrazos. —Sí,ytúdijistequenoibasamirar—lerecuerdo. —Mentí.Síqueteestabamirando. —Parecequehapasadomuchotiempo,¿verdad? —Sí,muchomuchotiempo.Escomosinohubierasucedidonunca;escomosi siemprehubiésemosestadojuntos,¿sabesaloquemerefiero? Asomolacabezaporlacortinaysonrío. —Sí. Es verdad, pero se me hace muy raro pensar que Noah era mi novio en vez de Hardin. Me resulta extraño. Aprecio mucho a Noah, pero ambos perdimos varios añosdenuestrasvidassaliendojuntos.Cierroelgrifodeladuchayloapartodemis pensamientos. —¿Teimportaría…?—empiezoapedir,peroantesdequetermine,mepasauna toalla por el costado de la cortina—. Gracias —digo al tiempo que envuelvo mi cuerpohúmedoconella. Me sigue hasta el dormitorio y me visto lo más rápido posible mientras él permanecetumbadobocaabajoennuestracama,sinapartarlosojosdemí.Meseco elpeloconlatoallaymevisto.Hardinseesfuerzapordistraermetoqueteándoseenel proceso. —Yoconduzco—dice,yselevantadelacamaparavestirse. —Hicimosunpacto,¿recuerdas? —Cállate, Tess. —Sacude la cabeza de manera juguetona y yo le regalo una inocentesonrisaburlonaantesdedirigirmealsalón. Decido llevar el pelo liso para variar. Después me maquillo un poco, cojo la mochilaycompruebodenuevoquellevotodoloquenecesitoantesdereunirmecon Hardinenlapuertadeentrada.Cogemibolsadedeporteparalaclasedeyogayyo cargoconmimochilallenadetodolodemásquepuedanecesitar. —Adelante—dice,yambossalimos. —¿Qué?—Mevuelvoparamirarlo. —Adelante,enfádate—diceconunsuspiro. Le sonrío y empiezo a contarle por enésima vez los planes para las próximas veinticuatrohoras. Mientras finge escucharme atentamente, le prometo —y también a mí misma— queapartirdeahoramerelajarémás. www.lectulandia.com-Página296 CAPÍTULO66 Tessa Hardinaparcalomáscercaquepuededelacafetería,peroelcampusestáatestado,ya quetodoelmundoharegresadodelasvacacionesdeNavidad.Maldiceacadavuelta quedaporelparking,yyointentonoreírmedelcabreoquelleva.Resultabastante adorable. —Dametumochila—dicecuandosalgodelcoche. Se la paso con una sonrisa y le doy las gracias por ser tan considerado. Pesa bastante,escómoda,peropesa. Semehaceraroestardenuevoenlafacultad.Hancambiadoysucedidomuchas cosas desde la última vez que estuve aquí. El viento frío azota mi piel y Hardin se poneungorrodelanaenlacabezaantesdesubirselacremalleradelachaquetahasta arriba.Apretamoselpasoporelaparcamientoyporlacalle.Deberíahabermepuesto una chaqueta más gruesa, y guantes, y también un gorro. Hardin tenía razón al decirmequenodeberíahabermepuestoelvestido,peronopiensoadmitirlo. Élestáadorableconelpeloescondidobajoelgorro,ytienelasmejillasylanariz rojasdelfrío.SóloHardinestaríaaúnmásatractivosicabeconestetiempo. —Ahíestá—diceseñalandoaLandonmientrasentramosenlacafetería. La familiaridad del pequeño establecimiento me calma los nervios, y sonrío en cuantoveoamimejoramigosentadoaunamesa,esperándome. Sonríealvernos. —Buenosdías—nossaluda. —¡Buenosdías!—canturreo. —Voyaponermealacola—farfullaHardin,ysedirigehaciaelmostrador. Noesperabaquesequedara,niquefueseapormicafé,peromealegrodequelo haga. Este trimestre no coincidimos en ninguna asignatura, y lo voy a echar de menos.Meheacostumbradoaverlotodoeldía. —¿Listaparaelnuevotrimestre?—preguntaLandoncuandotomoasientofrente aél. Lasillachirríacontraelsueloembaldosadoyllamalaatencióndetodoelmundo. SonríoamododedisculpaymevuelvoparaverbienaLandon. Sehacambiadoelpeinado.Sehaapartadoelpelodelafrenteylaverdadesque lesientamuybien.Echounvistazoalacafeteríayempiezoadarmecuentadeque quizá debería haberme puesto unos vaqueros y una sudadera. Soy la única persona www.lectulandia.com-Página297 que va arreglada, excepto por Landon, que lleva una camisa azul claro y unos pantalonescolorcaqui. —Síyno—ledigo,yélasiente. —Yoigual.¿Cómovanlascosas…—seinclinaparasusurrar—,yasabes,entre vosotros? MevuelvoyveoqueHardinestádeespaldasanosotros.Lacamarerafrunceel ceñoyponelosojosenblancocuandoélleentregalatarjetadedébitoparapagar,y yo me pregunto que habrá podido hacer para irritarla tanto ya a primera hora de la mañana. —Bien,laverdad.¿QuétalvastúconDakota?Parecequehayapasadomucho másdeunasemanadesdelaúltimavezquenosvimos. —Bien,seestápreparandoparairseaNuevaYork. —Esoesfantástico.MeencantaríairaNuevaYork.—Nomepuedoniimaginar loquedebedeserestarenesaciudad. —A mí también. —Sonríe. Me gustaría pedirle que no lo haga, pero sé que no puedo hacer eso—. Todavía no me he decidido —añade respondiendo a mis pensamientos—. Quiero ir para estar cerca de ella. Llevamos mucho tiempo separados. Pero me encanta la WCU, y no sé si quiero alejarme de mi madre y de Kenparairaunaciudadenormedondenoconozcoabsolutamenteanadie,exceptoa ella,claro. Asientoeintentoanimarloaunquevayaencontrademispropiosdeseos. —Seguroquetevademaravillaallí.PodríasiralaUniversidaddeNuevaYorky podríaisalquilarunapartamentoyvivirjuntos—digo. —Sí,peroesquenosé. —¿Elquénosabes?—interrumpeHardin,quedejamicafédelantedemíperono sesienta—.Bueno,noimporta.Tengoqueirme.Miprimeraclaseempiezadentrode cinco minutos al otro lado del campus —explica, y yo me estremezco al pensar en llegartardeelprimerdíadelasnuevasclases. —Vale,teverédespuésdeyoga.Esmiúltimaclase—ledigo,yélmesorprende inclinándoseparadarmeunbesoenloslabiosyotroenlafrente. —Tequiero,tencuidadoconlosestiramientos—meaconseja. Tengolasensacióndeque,sisusmejillasnoestuviesenyarojasporelfrío,ahora lo estarían de todos modos por otra causa, y desvía la mirada al suelo cuando recuerda que Landon está con nosotros. Definitivamente, las muestras de afecto en públiconosonlosuyo. —Lotendré.Tequiero—ledigo. HardinsedespidedeLandonconunincómodosaludoconlacabezaysemarcha porlapuerta. —Esohasido…raro.—Landonenarcalascejasybebeunsorbodecafé. —Laverdadesquesí.—Merío,apoyolabarbillaenmimanoysuspirofeliz. —Deberíamosiryendoareligión—diceLandon. www.lectulandia.com-Página298 Recojomimochiladelsueloymibolsadedeporteylosigofueradelacafetería. Afortunadamente nuestra primera clase no está lejos. Tengo muchas ganas de empezar esta asignatura. Debe de ser muy interesante, aunque polémica, y que Landon venga conmigo también es un incentivo. Cuando entramos en el aula, no somos los primeros estudiantes en llegar, pero la primera fila está completamente vacía. Landon y yo nos sentamos por el centro y sacamos nuestros libros. Es agradablevolveraestarenmielemento.Losestudiossiemprehansidolomío,yme encantaqueLandonseacomoyo. Esperamos pacientemente mientras llegan los demás estudiantes, la mayoría de los cuales hablan a grito pelado. El tamaño reducido de la clase no ayuda con el ruido. Por fin llega un señor alto que parece demasiado joven para ser profesor y empiezalaleccióndeinmediato. —Buenosdíasatodos.Comolamayoríadevosotrossabréisya,soyelprofesor Soto.Estáisenlaasignaturadereligióninternacional;esposiblequeosaburráisen algunasocasiones,aunqueosaseguroqueaprenderéisunmontóndecosasquenoos serviránparanadaenelmundoreal,pero,oye,paraesoestálauniversidad,¿no?— Sonríe,ytodoelmundoseechaareír. Vaya,estoesalgodiferente. —Bien, empecemos. No seguiremos ningún programa ni ningún orden estricto, noesmiestilo.Peroacabaréisaprendiendotodoloquenecesitáissaber.Elsetentay cincoporcientodelanotaprovendrádeundiarioquetendréisqueelaborar.Yséque estaréis pensando: «¿Qué tendrá que ver un diario con la religión?». Pues en principio,nada…,peroenciertomodosíqueestárelacionado.Paraestudiaryllegar acomprendercualquierformadeespiritualidad,tendréisqueabrirosalaideadeque todoesposible.Elaborarundiarioosayudará,yalgunasdelascosasqueospediré queanotéisenélimplicarántemasconlosquelagentenosuelesentirsedemasiado cómoda, temas controvertidos o embarazosos para algunos. No obstante, al mismo tiempo,tengograndesexpectativasdequetodoelmundosaldrádeestaclaseconuna menteabiertaytalvezunpocodeconocimiento.—Sonríedenuevoysedesabrocha lachaqueta. Landonyyonosmiramoselunoalotroalmismotiempo.«¿Nohayprograma?», articulaLandon. «¿Undiario?»,respondoyoensilencio. ElprofesorSotosesientaensuenormemesafrentealaclaseysacaunabotella deaguadesucartera. —Podéishablarentrevosotroshastaelfinaldelaclase,opodéismarcharospor hoy. Mañana empezaremos a trabajar de verdad. Pero firmad la hoja de asistencia para que veamos cuántos han faltado el primer día —anuncia con una sonrisa sarcástica. Losalumnosempiezanagritarparacelebrarloyseapresuranaabandonarelaula. www.lectulandia.com-Página299 Landonmemiraencogiéndosedehombrosyambosnoslevantamoscuandolaclase sequedavacía.Somoslosúltimosenfirmarlahojadeasistencia. —Bueno, supongo que no hay mal que por bien no venga. Así puedo llamar a Dakotaunratoentreclases—diceLandon. El resto del día transcurre bastante rápido, y estoy deseando ver a Hardin. Le he mandadovariosmensajesperonomehacontestadoaún.Lospiesmematanmientras me dirijo al edificio del gimnasio. No me había dado cuenta de lo lejos que estaba caminando. El olor a sudor inunda mis orificios nasales cuando abro la puerta principal.Entrocorriendoenlosvestuariosencuyapuertasemuestraunafiguracon un vestido. Las paredes están repletas de taquillas pintadas de rojo. Bajo la pintura desconchadaseveelmetaldelqueestánhechas. —¿Cómosabemosquétaquillatenemosqueutilizar?—lepreguntoaunachica morenaquellevapuestounbañador. —Puedesusarlaquequierasycerrarlaconelcandadoquehayastraído—dice. —Vaya… Cómono,nosemehaocurridotraerningúncandado. Alvermiexpresión,rebuscaensubolsaymeentregauncandadopequeño. —Toma, tengo uno de sobra. La combinación está en la parte de atrás; no he quitadolapegatinatodavía. Ledoylasgraciasmientrassaledelvestuario.Mepongounospantalonesdeyoga negrosnuevosyunacamisetablancaytambiénsalgo.Mientrasmedirijoalasalade yoga, un grupo de jugadores de lacrosse pasan por mi lado. Varios de ellos hacen comentariosvulgaresquedecidopasarporalto.Todossiguensucaminoexceptouno. —¿Vas a hacerte animadora para el año que viene? —pregunta el chico, y sus ojosmarrónoscuros,casinegros,memirandearribaabajo. —¿Yo?No,sólovoyaclasedeyoga—tartamudeo. Somoslasúnicaspersonasenelpasillo. —Vaya,quélástima.Estaríaspreciosaconminifalda. —Tengonovio—digo. Intentosortearlo,peromebloqueaelpaso. —Y yo tengo novia… Pero ¿qué más da? —Sonríe y avanza hacia mí, arrinconándome. Su aspecto no me intimida en lo más mínimo, pero algo en su sonrisa de superioridadmeponelospelosdepunta. —Llegotardeaclase—digo. —Puedoacompañarte…opodríassaltártelayasíteenseñoeledificio. Apoya el brazo en la pared, al lado de mi cabeza, y yo doy un paso atrás, sin poderiraningunaparte. —Apártate de ella —truena la voz de Hardin detrás de mí, y mi acosador se www.lectulandia.com-Página300 vuelveparamirarlo. Con esos shorts largos de baloncesto y una camiseta negra con las mangas recortadasquemuestrasusbrazostatuados,suaspectointimidamásquenunca. —Vaya…,losiento,tío.Nosabíaqueteníanovio—miente. —¿Nomehasoído?Tehedichoqueteapartesdeella. Hardin avanza hacia nosotros y el jugador de lacrosse retrocede rápidamente, peroélloagarradelacamisetayloestampacontralapared. Nolodetengo. —Comovuelvasaacercarteaella,teaplastarélacabezacontraestapared.¿Me hasentendido?—ruge. —Sss…sí—tartamudeaeltipoantesdesalircorriendo. —Menosmal—digo,ymeabrazoasucuello—.¿Quéhacesaquí?¡Creíaqueno necesitabasmásclasesdeeducaciónfísica!—lecuestiono. —Hedecididovenirauna.Ymealegrodehaberlohecho.—Suspiraymecoge delamano. —¿Acuáltehasapuntado?—pregunto. NomeimaginoaHardinhaciendoejercicio. —Alatuya. Sofocoungrito. —Vengaya. —Vehaciéndotealaidea. Sufuriaparecedesvanecersemientrassonríeantemicaradepasmo. www.lectulandia.com-Página301 CAPÍTULO67 Tessa Hardincaminaligeramentedetrásdemíapropósito,yderepentedesearíavolvera estar en décimo curso, cuando me anudaba un jersey alrededor de la cintura para taparmeelculo. —Vasatenerquecomprartemáspantalonesdeésos—diceenvozbaja. Recuerdo la última vez que me puse pantalones de yoga delante de él y los comentarios vulgares que me hizo, y aquellos pantalones no eran ni la mitad de ceñidosqueéstos.Meríoligeramenteyloagarrodelamanoparaobligarloacaminar amiladoenvezdedetrásdemí. —Dimequenoesverdadquevayasavenirayoga. Pormásquelointento,nopuedoimaginarmeaHardinhaciendolasposturas. —Claroquesí. —Perosabesloquees,¿no?—lepreguntocuandollegamosalasala. —Sí,Tessa.Séloquees,yvoyavenir—resopla. —¿Porqué? —Esodaigual,sóloqueríapasarmástiempocontigo. —Ah. Suexplicaciónnomeconvence,peromemuerodeganasdeverlohaciendoyoga, ypasarmástiempoconéltampocoestámal. Lainstructorasesientaenunaesterilladecoloramarilloenelcentrodelasala. Su cabello castaño y rizado recogido en un moño alto y su camiseta de flores me causanunabuenasensación. —¿Dónde está la gente? —me pregunta Hardin mientras cojo una esterilla moradadelaestanteríadelapared. —Hemosllegadopronto—digo. Lepasounaazulyéllaexaminaantesdecolocárseladebajodelbrazo. —Cómo no. —Sonríe sarcásticamente y me sigue hasta la parte delantera de la sala. Empiezo a colocar mi esterilla directamente frente a la instructora, pero Hardin mecogedelbrazoymedetiene. —Nihablar,nospondremosalfondo—dice,yveocómoelrostrodelaprofesora www.lectulandia.com-Página302 seiluminaconunaligerasonrisaaloírsuspalabras. —¿Qué? ¿Que nos pongamos al fondo en clase de yoga? No, yo siempre me pongodelante. —Exacto.Vamosaponernosatrás—repiteél,ymequitalaesterilladelasmanos paradirigirsealfondodelasala. —Sivasaponertetangruñónnodeberíasquedarte—lesusurro. —Nomepongogruñón. La instructora nos saluda y se presenta como Marla cuando nos sentamos en nuestrasesterillas.DespuésHardinmeaseguraconrotundidadquevacolocada,yme entralarisa.Vaaserunaclasedivertida. Sinembargo,cuandolaclaseempiezaallenarsedechicasconmallasestrechasy topsminúsculosytodasparecenmiraraHardin,mevoyponiendocadavezmenos zen.Porsupuesto,éleselúnicochicopresente.Porfortuna,élnoparecerepararen toda la atención femenina que está recibiendo. Eso, o simplemente ya está acostumbrado…Sí,esodebedeser.Siemprellamalaatencióndeestamanera.Yno culpoalaschicas,peroesminovioytienenquemiraraotraparte.Séquemuchasde ellas lo miran por los tatuajes y los piercings, y deben de estar preguntándose qué nariceshaceenclasedeyoga. —¡Bueno,empecemos!—anuncialainstructora. SepresentacomoMarlaantetodoslosdemásydaunabrevecharlasobreporqué ycómoacabóenseñandoyoga. —¿Nosevaacallarnunca?—gruñeHardinalcabodeunosminutos. —Estásansiosoporhacerlasposturitas,¿verdad?—digoenarcandounaceja. —¿Quéposturitas?—inquiere. —Primeroempezaremosconunosestiramientos—anunciaMarlajustoentonces. Hardinsesientainmóvilenelsuelomientrastodaslasdemásimitamoslosgestos delaprofesora.Notoquememiratodoeltiempo. —Sesuponequetienesqueestirar—loregaño,yélseencogedehombrospero nosemueve. Entonces,convozcantarina,Marlalellamalaatención: —Aver,eldeatrás,aestirar. —Eh…,claro—farfulla,ydescruzasuslargaspiernas,lasextiendepordelante deéleintentatocarselosdedosdelospies. MeobligoavolvermehaciaadelanteparanomiraraHardinynoreírme. —Sesuponequetienesquetocartelosdedosdelospies—ledicelachicarubia quetieneallado. —Esointento—respondeélconunasonrisaexcesivamenteempalagosa. ¿Porquélehacontestado?Y¿porquéestoytancelosa?Ellalesonríecomouna tontayyonoparodeimaginarmequeleestampolacabezacontralapared.Siempre estoy riñendo a Hardin por su temperamento, y aquí estoy yo ahora, planeando el asesinatodeesazorra…yllamándolazorraaunquenolaconozco. www.lectulandia.com-Página303 —Noveobien,voyaponermemáscerca—ledigoaHardin. Parecesorprendido. —¿Porqué?Noestaba… —No pasa nada, es que quiero ver y oír la clase —le explico, y arrastro mi esterillaunosmetroshastacolocarlajustodelantedeél. Mesientoyterminodeestirarmeconelgrupo.Nonecesitovolvermeparaverla expresiónenelrostrodeHardin. —Tess—siseaintentandocaptarmiatención,peronomevuelvo—.Tessa. —Empecemos con la postura del perro boca abajo. Es una postura básica muy sencilla—diceMarla. Me inclino hacia adelante, apoyo las manos en la esterilla y miro a Hardin a travésdelhuecoentremiestómagoyelsuelo.Estádepie,conlabocaabierta. Denuevo,MarlasedacuentadequeHardinnosemueve. —Oye,tío,¿vasaunirtealaclase?—preguntadebroma. Si vuelve a hacerlo, no me extrañaría que la insultara delante de toda la clase. Cierrolosojosyelevolascaderasdemaneraquemequedototalmentedoblada. —Tessa—oigoquemellamaunavezmás—.The-reeee-sa. —¿Qué quieres, Hardin? Estoy intentando concentrarme —digo mirándolo de nuevo. Se ha inclinado y está tratando de hacer la postura, pero su largo cuerpo está dobladoformandounánguloincómodoynopuedoevitarpartirmederisa. —¡¿Quiereshacerelfavordenoreírte?!—meespeta,yyomeríotodavíamás. —Estosetedafatal—lopico. —Meestásdistrayendo—replicaconlosdientesapretados. —¿Ah,sí?¿Yeso?—MeencantatenerelcontrolconHardinporquenosucede muyamenudo. —Yalosabes,guarra—susurra. Sé que la chica que tiene al lado nos está oyendo, pero me da igual. Es más, esperoquenosoiga. —Puesmuevelaesterilla. Melevantodeliberadamenteparaestirarmeyvuelvoainclinarmehaciaadelante parahacerlapostura. —Muévetetú…Estásjugandoconmigo. —Provocándote—locorrijo. —Bien,ahoravamosapasaralamediapinza—anunciaMarla. Meincorporodenuevoymedobloporlacintura,colocandolasmanossobrelas rodillasyasegurándomedequemiespaldaformaunángulodenoventagrados. —Vengaya—gruñeHardinalvermitraseroprácticamenteensucara. Me vuelvo para mirarlo y veo que ni siquiera se acerca a la postura; tiene las manosenlasrodillas,perosuespaldaestáprácticamenterecta. —¡Esoes!Ahoralapinza—indicalainstructora,yyomeinclinohaciaadelante www.lectulandia.com-Página304 doblandoelcuerpo. —Escomosiquisieraquetefollaseaquídelantedetodoelmundo—dice,yyo mevuelvoinmediatamenteparaasegurarmedequenadielohaoído. —Chsss…—lechisto,yoigocómoseríe. —Muevelaesterillaopiensodecirtodoloquesemeestápasandoporlacabeza en este mismo instante —me amenaza, y me incorporo de inmediato y vuelvo a colocarmeasulado. —Buenachica—dicesonriendoconpetulancia. —Puedesdecirmeesascosasdespués—susurro,yélladealacabeza. —Loharé,nolodudes—measegura,ysientouncosquilleoenelestómago. No participa mucho el resto de la clase, y la rubia acaba cambiándose de sitio hacialamitad,probablementeporqueHardinnoparadehablar. —Sesuponequehayquemeditar—lesusurro,ycierrolosojos. Todalasalaestáensilencio,exceptoporlossiseosdeHardin. —Estoesunaputamierda—protesta. —Nadietehapedidoqueteapuntaras. —Nosabíaqueeratanaburrido.Estoyapuntodequedarmedormido. —Dejadequejarte. —Nopuedo.Mehaspuestotodocachondo,yahoraestoyaquísentado,conlas piernascruzadas,meditandoyconunaerecciónenunasalallenadegente. —¡Hardin!—silbo,másaltodeloquepretendía. —Chsss…—chistanvariasvoces. Élseríe,lesacolalenguaylachicaquetengoamiderechamemiramal.Estode venirayogajuntosnovaafuncionar;omeechanomesuspenden. —Vamosadejarestaclase—diceHardincuandoterminalameditación. —Ladejarástú,yono.Necesitouncréditodeeducaciónfísica—loinformo. —¡Haestadomuybienparaserelprimerdía!—diceMarlaparadespedirnos—. Nosvemosafinalesdesemana.Namasté. Enrollo mi esterilla, pero Hardin ni siquiera se molesta y la mete tal cual en la estantería. www.lectulandia.com-Página305 CAPÍTULO68 Tessa Cuandoregresoalosvestuariosnoencuentroporningunapartealachicaquemeha prestado el candado, así que vuelvo a colocarlo en la puerta y, si mañana no me lo pide,seguiréusándoloyselopagaréoalgo. TerminoderecogermiscosasymereúnoconHardinenelpasillo.Estáapoyado contralaparedconunpieenelmurodetrásdeél. —Sillegasatardarmás,habríaentrado—meamenaza. —Deberías haberlo hecho. No habrías sido el único chico —miento, y observo cómolecambiaelgesto. Pasodelargoydoyunoscuantospasos.Entoncesmeagarradelbrazoymedala vueltaparacolocarmefrenteaél. —¿Quéacabasdedecir?—inquiereconlosojosentornadosyprimitivos. —Es broma. Sólo te estaba provocando. —Sonrío con petulancia y, con un resoplido,élmesueltadelbrazo. —Creoqueyamehasprovocadobastanteporhoy. —Puede.—Sonríodenuevo. Sacudelacabeza. —Estáclaroquetegustatorturarme. —Elyogameharelajadoymehalimpiadoelaura—digo,ymeechoareír. —Puesamíno—merecuerdamientrassalimos. Elprimerdíadelnuevotrimestrehaidobastantebien,inclusolaclasedeyoga, quehaacabadosiendobastantedivertida.Nosuelopreferirladiversiónenloquea estudios se refiere, pero ha sido agradable estar con Hardin. La clase de religión puede ser un problema por la falta de estructuración, pero intentaré dejarme llevar paranovolvermeloca. —Tengo trabajo que hacer durante un par de horas, pero habré terminado a la hora de cenar —me dice Hardin. Ha estado trabajando mucho últimamente—. El partidodehockeyesmañana,¿no?—pregunta. —Sí.Vasair,¿verdad? —Nolosé… —Necesitosaberlo,porquesitúfallasiréyoconLandon—respondo. SeguroqueLandonpreferiríairconmigo,aunquenolesvendrámalpasarunrato juntosparaestablecervínculos.Séquenuncaseránamigosdeverdad,peroseríade www.lectulandia.com-Página306 granayudaquesellevaranmejor. —Joder,estábien,iré…—suspirametiéndoseenelcoche. —Gracias.—Sonrío,yHardinponelosojosenblanco. Mediahoradespués,aparcamosenlaplazadesiempreenelparkingdenuestro apartamento. —¿Quétallasclases?—lepregunto—.¿Lasodiastodasmenosladeyoga?— bromeoparasuavizarelambiente. —Sí,menosladeyoga.Elyogahasido…interesante.—Sevuelveparamirarme. —¿En serio? Y ¿eso por qué? —Me muerdo el labio inferior en un intento de aparentarinocencia. —Creoquetienealgoqueverconunarubia—sonríeconpetulanciaymepongo tensa. —¿Perdona? —¿Nohasvistoalarubiazaqueteníaallado?Madremía,nena,deberíashaber vistoeseculoconesospantalonesdeyoga. Lofulminoconlamiradayabrolapuertadelcoche. —¿Adóndevas?—inquiere. —Adentro.Hacefríoenestecoche. —Vengaya,Tess.¿Tienescelosdelachicadeyoga?—meprovocaHardin. —No. —Claro que sí —me desafía, y yo pongo los ojos en blanco mientras salgo del vehículo. Me sorprendo un poco al oír sus botas golpeando el hormigón a mis espaldas. Tirodelapesadapuertadecristalparaabrirla,entroenelvestíbuloyllegohastala puertadelascensor.Entoncesmeacuerdodequemehedejadolasbolsasenelcoche. —Eresunaidiota—diceriéndose. —¿Perdona?—Levantolavistaparamirarlo. —¿Deverdadcreesquemiraríaaunarubiacualquieraestandotúahí,pudiendo mirarteati?Yespecialmenteconesospantalones.Puesno.Además,esliteralmente imposiblequemireanadiemás.Meestabarefiriendoati. Seaproximayyodoyunpasoatrás,pegándomealapareddelascensor. Casimeechoallorar. —Bueno,esquehevistocómotonteabacontigo. Nosoportoestarcelosa,eslasensaciónmásdesagradabledelmundo. —Eresburra.—Daunpasomásparapegarelcuerpoalmíoydespuésentramos enelascensor.Mecogedelasmejillasymeobligaamirarloalosojos—.¿Cómo puedesnoserconscientedelefectoquetienesenmí?—preguntaaunosmilímetros demiboca. —Nolosé—digoconvozagudacuandosumanolibreagarralamíaylacoloca sobresusshorts. —Miraloquemehaces.—Muevelacaderaysuerecciónmellenalamano. www.lectulandia.com-Página307 —Vaya.—Lacabezamedavueltas. —Vasadecirmuchomásque«vaya»…—empieza,peroseinterrumpecuandoel ascensorsedetiene—.Vengaya—gruñeenelmomentoenqueunamujerysustres hijosentranenelascensor. Intento apartarme de él, pero me agarra de la cintura para impedirme que me mueva.Unodelosniñosempiezaallorar,yHardinresoplaconfastidio.Comienzoa imaginarme lo gracioso que sería que el ascensor se averiase y nos quedásemos atrapados con el niño llorando. Por suerte para Hardin, las puertas se abren unos momentosdespuésysalimosanuestrodescansillo. —Odioalosniños,literalmente—sequejaalllegaralapartamento. Cuandoabrelapuerta,unairefríosaledelpiso. —¿Apagastelacalefacción?—lepreguntoencuantoentramos. —No,estamañanaestabaencendida.—Hardinseacercaaltermostatoymaldice entre dientes—. Aquí pone veintiséis grados, cuando es evidente que no hace esa temperatura.Llamaréalosdemantenimiento. Asiento, cojo una manta del respaldo del sofá y me envuelvo con ella antesdesentarme. —Sí…,lacalefacciónnofuncionayhaceunfríodecojonesaquí—dice Hardinporelauricular—.¿Mediahora?No,deesonada…Meimportaunamierda, pagounafortunaporviviraquí,ynopiensopermitirqueminoviasemueradefrío —añade,ydeinmediatosecorrige—:Nopiensopermitirquehagafríoaquí. Memirayyoapartolamirada. —Bien. Quince minutos. Ni uno más —ladra por el teléfono, y después lo tira contraelsofá—.Vanamandaraalguienparaqueloarregle—medice. —Gracias—lesonrío,yélsesientaamilado. Abrolamantayloagarrodelaropaparaacercarlo.Unavezcerca,memontoen suregazo,hundolosdedosensucabelloytirodeélligeramente. —¿Quéhaces?—preguntaaltiempoquemeagarradelascaderas. —Hasdichoquetenemosquinceminutos.—Rozosumandíbulaconloslabiosy ledanescalofríos. Depronto,notoquesonríe. —¿Vasacorrerteencimademí,Tess? —Hardin…—protestoparaevitarquesigapinchándome. —Es broma. Quítate la ropa —me ordena, pero sus manos me levantan la camisetacontradiciendoasísupropiaorden. www.lectulandia.com-Página308 CAPÍTULO69 Hardin Se le pone la carne de gallina cuando le acaricio los brazos con las puntas de los dedos.Séquetienefrío,peromegustaríapensarqueenparteseloestoyprovocando yo. La agarro de los brazos con más fuerza cuando se menea sobre mi regazo, presionando las caderas contra mí para crear la fricción que deseo y que necesito. Nuncahabíadeseadotantoanadie,tanamenudo. Sí,mehetiradoamuchastías,peroesoerasóloporlasatisfaccióndelmomento, para poder jactarme de ello, no para estar lo más cerca posible de ellas, como me sucedeconTess.Conella,esunacuestióndesensaciones.Megustavercómosele erizaelvellocuandolatoco;cómosequejadequetenerlacarnedegallinalaobliga a afeitarse más a menudo, y yo pongo los ojos en blanco aunque me hace gracia; cómogimecuandoatraposulabioentrelosdientesyhaceeseruidocuandolosuelto y,sobretodo,megustaelhechodeestarhaciendoalgoqueúnicamentecompartimos ellayyo.Nadiehaestadoniestaránuncatancercadeelladeestemodo. Deslizasusfinosdedosparadesabrocharseelsujetadormientrasyochuposupiel justoporencimadelacopa. Ladetengo. —Notenemosmuchotiempo—lerecuerdo,yellahacepucheros,lograndoquela deseemástodavía. —Puesdateprisayquítatelaropa—meordenaconsuavidad. Meencantaverquecadavezsesientemáscómodaconmigo. —Nomelodigasdosveces. La cojo de las caderas, la levanto y la coloco al lado en el sofá. Me quito los shortsyelbóxerylehagounaseñalparaquesetumbe.Mientrascojomicarterade la mesa para sacar un condón, ella se quita los pantalones… los pantaloncitos de yoga.Enmisveinteañosdevida,jamáshabíavistoalgotansexi.Notengoniputa ideadequéesloquetienen,puedequeseaelmodoenqueseciñenasusmuslos, resaltando cada una de sus maravillosas curvas, o puede que sea el hecho de que muestran su culo perfectamente pero, sea como sea, van a convertirse en la prenda quellevepuestaparaestarporcasaatodashoras. —Tienesqueempezaratomartelapíldora.Noquierousarestonuncamás—le digo,yellaasientemirandomisdedosmientrasyomecolocoelcondón. Lodigoenserio:piensorecordárselotodaslasmañanas. www.lectulandia.com-Página309 Tessamesorprendetirandodemibrazoenunintentodeobligarmeasentarmeen elcojínquetieneallado. —¿Qué? —pregunto sabiendo perfectamente lo que pretende, pero quiero oír cómolodice.Meencantasuinocencia,peroséqueesmuchomáspervertidadelo queseadmiteasímisma:otracaracterísticadesupersonalidadquesóloyoconozco. Mefulminaconlamirada,yeltiempoapremia,asíquedecidonoprovocarla.Me sientoylacolocoencimademídeinmediato.Laagarrodelpeloypegoloslabiosa los suyos. Absorbo los gritos y los gemidos que emanan de su boca mientras hago descender su cuerpo sobre mí y la penetro. Ambos suspiramos. Pone los ojos en blancoycasimecorroalinstante. —La próxima vez lo haremos despacio, nena, pero ahora sólo tenemos unos minutos, ¿de acuerdo? —gruño en su oído mientras ella menea en círculos sus generosascaderas. —Mmmm—gime. Metomoelgestocomounaseñalparaacelerarelritmo.Envuelvosuespaldacon los brazos, la estrecho contra mí para que nuestros pechos se toquen y elevo las caderas al tiempo que ella hace rotar las suyas. Es una sensación indescriptible. Apenas puedo respirar mientras los dos nos movemos más y más deprisa. No tenemosmuchotiempoy,porunavez,estoydesesperadoporacabarpronto. —Dime algo, Tess —le ruego sabiendo que le dará vergüenza, pero esperando que penetrarla y agarrarla del pelo con la fuerza suficiente le inspire el valor para hablarmedeunmodoenelqueyamehahabladoantes. —Vale… —Jadea, y yo me muevo más deprisa—. Hardin… —Su voz es temblorosa, y se muerde el labio para relajarse, cosa que no hace sino calentarme todavía más. La presión empieza a concentrarse en mi estómago—. Hardin, me encanta sentirte… —dice con confianza, y yo maldigo entre dientes—. Ya estás protestandoynisiquierahedichonada—mesuelta.Sutonopresuntuosomellevaal límiteypierdoelcontrol. Sucuerpotiemblaysetensayobservocómollegaalorgasmo.Escomosifuese igual de cautivadora, si no más, cada vez que se corre. Por eso nunca me canso de ella,ynuncaloharé. Unos golpes en la puerta nos sacan a los dos de nuestro estado de sedación postorgásmica y Tessa se aparta de mí al instante. Levanta su camiseta del suelo mientrasyomequitoelcondónusadoytambiéncojomiropadelsuelo. —¡Unmomento!—grito. Tessaenciendeunavelaycomienzaaordenarloscojinesdecorativosdelsofá. —¿Por qué enciendes una vela? —pregunto mientras me visto y me dirijo a la puerta. —Porquehueleasexo—susurra,apesardequeeldemantenimientonopuede oírla. Se arregla a toda prisa el pelo con los dedos. Me río en respuesta y sacudo la www.lectulandia.com-Página310 cabezajustoantesdeabrir.Elhombrequeesperaalotroladoesalto,másaltoqueyo, ytieneunabarbalarga.Llevaelpelocastañohastaloshombrosyaparentateneral menoscincuentaaños. —Sehaestropeadolacalefacción,¿no?—preguntaconvozáspera.Esevidente quehafumadodemasiadoscigarrillosalolargodesuvida. —Sí,¿porquésinoíbamosaestaramenosseisgradosenesteapartamento?— respondo,yveocómolosojosdelhombreseposanenmiTessa. Me vuelvo y, cómo no, compruebo que está inclinándose hacia adelante para sacar el cargador de su móvil de la cesta de debajo de la mesa. Y, cómo no, lleva puestos los putos pantalones de yoga. Y, cómo no, este tipo grasiento con una puta barba le está mirando el culo. Y, cómo no, ella se incorpora de nuevo ajena a ese intercambio. —Oye, Tess, ¿por qué no esperas en el cuarto hasta que esté arreglado? —le sugiero—.Allíseestámáscalentito. —No,estoybien.Mequedoaquícontigo—repone,ysesientaenelsillón. Semeestáagotandolapaciencia,ycuandolevantalosbrazospararecogerseel peloofreciéndoleaestecapullounespectáculo,tengoquearmarmedepacienciapara noarrastrarlahastalahabitación. Debodeestarmirándolaconfuria,porquemeobservaduranteunossegundosy luegodice: —Vale…—claramenteconfundida. Recogesuslibrosdetextoydesapareceenlahabitación. —Arreglelaputacalefacción—leespetoalviejoverde. Élseponeatrabajarensilencio,ypermaneceensilencio,demodoquedebede sermásinteligentedeloquehabíadadoporhecho. Alcabodeunosminutos,elmóvildeTessaempiezaavibrarenlamesitaauxiliar. MetomolalibertaddecogerlocuandoveoelnombredeKimberlyenlapantalla. —¿Sí? —¿Hardin? La voz de Kimberly es tremendamente aguda, no sé cómo Christian lo soporta. Seguramente fue su aspecto lo que lo atrajo, probablemente en alguna discoteca, dondenopodíaoírlabien. —Sí.Unsegundo,ahoratelapaso. AbrolapuertadeldormitorioymeencuentroaTessatumbadabocaabajoenla cama,conunbolientrelosdientesylospiesenelaire. —EsKimberly—leexplico,yletiroelteléfonoalacamaasulado. Locoge. —¡Hola,Kim!¿Vatodobien?—Alcabodeunossegundos,exclama—:¡Nome digas!Esoeshorrible. Enarcounaceja,peronoreparaenello. —Ah…, vale… Deja que se lo comente a Hardin. Sólo será un segundo, pero www.lectulandia.com-Página311 seguro que no tendrá inconveniente. —Se aparta el teléfono de la oreja y tapa el auricularconlamano—.ChristianhacogidounaespeciedevirusestomacalyKim tienequellevarloalhospital.Noesnadagrave,perosuniñeranoestádisponible— susurra. —¿Y?—digoencogiéndomedehombros. —NecesitanquealguiencuidedeSmith. —Yyyy,¿porquémecuentasesto? —Quieresabersipodemoscuidarlonosotros.—Semuerdeloscarrillos. Nopuedocreerquemeestésugiriendoquequierecuidardeeseniño. —¿Qué? Tessasuspira. —Hacerdeniñeros,Hardin. —No.Deeso,nada. —¿Porquéno?Esunniñomuybueno—protesta. —No,Tessa,estonoesunaguardería.Nidecoña.DileaKimquelecompreun pocodeparacetamolyqueledéunpocodesopadepolloylistos. —Hardin…, ella es mi amiga y él es mi jefe, y está enfermo. Creía que te importaba—replica,ysemerevuelvelaconciencia. ClaroqueletengoaprecioaVance,estuvoahíparamíyparamimadrecuando mipadrelacagaba,peroesonosignificaquequieracuidardesuhijocuandomañana yamehecomprometidoairaunpartidodehockeyconLandon. —Hedichoqueno—reitero,manteniéndomefirme.Loúltimoquenecesitoahora es un incordio de niño con la boca manchada de chocolate que me destroce el apartamento. —Porfavor,Hardin—meruegaTess—.Notienenanadiemás.Porfavooor… Sé que va a decir que sí de todos modos; sólo me ha preguntado por cortesía. Suspirovencidoyveocómosedibujaunasonrisaensurostro. www.lectulandia.com-Página312 CAPÍTULO70 Hardin —¿Quieresdejarderefunfuñar?Teestáscomportandopeordeloquesevaaportar él,ysólotienecincoaños—meregañaTessa. Pongolosojosenblanco. —Sólodigoqueestoescosatuya.Ymáslevalequenotoquemiscosas.Túhas accedidoahacerdecanguro,asíqueesproblematuyo,nomío—lerecuerdojusto cuandoungolpeenlapuertaanunciasullegada. MesientoenelsofáydejoqueseaTessaquienabra.Mefulminaconlamirada, peronohacequelosinvitados,sus invitados, esperen mucho antes de colocarse su mejorsonrisayabrirlapuertadelapartamentodeparenpar. Alinstante,Kimberlyempiezaaparlotear,prácticamentechillando. —¡Muchísimasgracias!Mesalváislavidaconesto,enserio,noteníaniideade quéhabríahechosimehubieseisdichoquenopodíaiscuidardeSmith.Christianestá fatal,noparadevomitar,y… —No te preocupes, mujer —la interrumpe Tess, y doy por hecho que lo hace porquenoquieresaberlosdetallesescabrososdelosvómitosdeChristian. —Sí,bueno,meestáesperandoenelcoche,asíquemetengoqueirya.Smithes bastanteindependiente,seentretieneélsolito,ysinecesitaalgoosloharásaber. Sehaceaunladoyunniñopequeñodecabellorubiooscuroaparecedetrásde ella. —¡Hola,Smith!¿Cómoestás?—diceTessaenuntonorarísimoquenolehabía oídoantes.Debedesersuintentodeadoptarunlenguajeinfantil,aunqueelniñoya tienecincoaños.Enfin,cosasdeTessa. Elcríonodicenada,sólolesonríetímidamenteypasahaciaelsalón. —Sí,noesmuyhablador—lediceKimberlyaTessalversuexpresiónapenada. Por mucha gracia que me haga que no le haya contestado, no quiero que se entristezca, así que más le vale al niñato este cambiar de actitud y ser amable con ella. —Bueno, ¡ahora sí que me voy! —Kim sonríe y cierra la puerta después de despedirsedeSmithconlamanoporúltimavez. EntoncesTessaseagachaylepreguntaalniño: —¿Tieneshambre? Élniegaconlacabeza. www.lectulandia.com-Página313 —¿Ysed? Lamismarespuesta,sóloqueestavezsesientaenelsillón,enfrentedemí. —¿Quieresquejuguemosaunjuego? —Tess, creo que sólo quiere sentarse ahí tranquilamente —le digo cuando veo queseponecolorada. Comienzo a zapear buscando algo interesante que ver en la televisión para mantenermeocupadomientrasellacuidadelniño. —Perdona,Smith—sedisculpa—.Sóloquieroasegurarmedequeestásbien. El crío asiente como un robot, y entonces me doy cuenta de que se parece muchísimo a su padre. Tiene el pelo del mismo color, y los ojos del mismo tono verde azulado, y sospecho que, si sonriera, tendría los mismos hoyuelos que Christian. PasamosunosminutosenincómodosilencioduranteloscualesTessaselimitaa estardepiejuntoalsofá,yveocómosumentenoparadeplanificar.Lapobrehabía dadoporhechoqueelniñollegaríaaquíllenodeenergíaydispuestoajugarconella, pero no ha abierto la boca ni se ha movido un milímetro del sillón. Va impecablemente vestido, tal y como había imaginado, con unas deportivas blancas que parecen nuevas. Cuando levanto la vista de su polo azul, veo que me está mirando. —¿Qué?—lepregunto. Élapartalamirada. —¡Hardin!—mereprendeTessa. —¿Quépasa?Sólolehepreguntadoporquémeestabamirando. Meencojodehombrosycambioelcanalquehabíadejadosinquerer.Loúltimo quemeapetecevereselrealitydelasKardashian. —Séamable—dicefulminándomeconlamirada. —Losoy—lecontesto,ymeencojodehombroscomosinotuvieraimportancia. Tessponelosojosenblanco. —Bueno, voy a preparar la cena. Smith, ¿quieres venir conmigo o prefieres quedarteconHardin? Sientoqueelniñomeobserva,perodecidonomirarlo.Tienequeirseconella. Ellaeslaniñera,noyo. —Veconella—ledigo. —Puedesquedarteaquísiquieres,Smith.Hardinnotemolestará—leasegura. Elniñonodicenada.Quésorpresa.Tessdesapareceporlacocinayyosuboel volumen del televisor para evitar cualquier posible conversación con el mocoso, aunqueesbastanteimprobablequesedéelcaso.Estoytentadodeiralacocinacon ellaydejarlosoloenelsalón. Pasanunosminutosycadavezestoymásincómodoconelcríoahísentado.¿Por quénohablanijuegaoloqueseaquehaganlosniñosdecincoaños? —Bueno,¿quétepasa?¿Porquénodicesnada?—lepreguntoalfinal. www.lectulandia.com-Página314 Seencogedehombros. —Esdemalaeducaciónnocontestarcuandoalguientehabla—loinformo. —Esdepeoreducaciónpreguntarmeporquénohablo—mecontesta. Tieneunligeroacentobritánico,notanmarcadocomoeldesupadre,peroestá ahí. —Bueno,almenosahoraséquesabeshacerlo—digo.Surespuestamehacogido porsorpresaynosémuybienquédecirleacontinuación. —¿Por qué tienes tanto interés en que hable? —me pregunta, y parece mucho mayordeloquees. —Pues…nosé.¿Porquénotegustahacerlo? —Nolosé.—Seencogedehombros. —¿Vatodobienporahí?—preguntaTessadesdelacocina. Poruninstantesemepasaporlacabezadecirlequeno,queelniñosehamuerto oqueestáherido,perodejadeparecermegraciosomientraslopienso. —Sí—lecontesto. Esperoqueterminepronto,porquenopiensoseguirconestaconversación. —¿Porquéllevasesascosasenlacara?—mepreguntaSmithseñalándomeelaro dellabio. —Porquequiero.Quizálapreguntaadecuadaseaporquénollevastúninguna— digo para centrar la atención en él, intentando no pensar que al fin y al cabo es un niño. —¿Tedolió?—repone,evitandoasímipregunta. —No. —Tienepintadedoler—diceconunamediasonrisa. Supongoqueelcríonoestátanmal,perosiguesingustarmelaideadetenerque cuidardeél. —¡Casiheterminado!—gritaTessa. —Vale,yoleestoyenseñandoalniñoaconfeccionarunabombacaseraconuna botella de gaseosa —bromeo, y Tess asoma la cabeza por la puerta para echar un vistazo. —Estáloca—ledigo,yélseríemostrandosushoyuelos. —Esguapa—susurracolocándoselasmanosalrededordelaboca. —Sí,loes,¿verdad? AsientoylevantolavistahaciaTess,quetieneelpelorecogidoenunaespeciede nidoenloaltodelacabeza.Aúnllevapuestoslospantalonesdeyogayunacamiseta sencilla,yasientodenuevo.Espreciosa,ynisiquieratienequeesforzarseporserlo. Séquetodavíanosoye,yveocómosonríemientrassevuelveparaterminarsu tareaenlacocina.Noséporquésonríedeesamanera;¿yquésiestoyhablandocon esteniño?Siguesiendounincordio,comotodoslosdemáshumanosenminiatura. —Sí,muyguapa—vuelveadecir. —Vale,relájate,chaval,queesmía—bromeo. www.lectulandia.com-Página315 Memiraconlabocamuyabierta. —¿Estumujer? —No,joder,no—resoplo. —¿Joder,no?—repite. —¡Mierda,nodigaseso!—Corroalsillónparataparlelaboca. —¿Quenodiga«mierda»?—preguntaapartándomelamano. —No,nodigasni«mierda»ni«joder». Éstaesunadelasrazonesporlasquenodeberíaestarenpresenciadeniños. —Séquesonpalabrotas—medice,yyoasiento. —Puesnolasdigas—lerecuerdo. —Entonces,sinoestumujer,¿quiénes? Joder,quécotilla. —Esminovia. Noséparaquémemolestoenhacerlehablar. Entonceselniñojuntalasmanosymemiracomosifueseunsacerdoteoalgoasí. —¿Quierescasarteconella? —No,noquierocasarmeconella—digodeformapausadaperoclaraparaversi lopillaestavez. —¿Nunca? —Nunca. —Y¿tendréisunbebé? —¡No! ¡Joder, no! ¿De dónde sacas esas cosas? —Me estoy agobiando sólo de oírlasenvozalta. —¿Porqué…?—empiezaapreguntar,perolointerrumpo. —Dejadehacertantaspreguntas—gruño,yélasiente,mequitaelmandodela manoycambiadecanal. Tessa lleva varios minutos sin asomarse, de modo que decido acercarme a la cocinayversilefaltamucho. —Tess…,¿tefaltamucho?Porqueelcríoestáhablandodemasiado—protesto,y cojountrozodebrócolidelplatoqueestápreparando. Séqueodiaquecomaantesdequeestélistalacena,perohayunniñodecinco añosenmisalón,asíquepuedocomermeelputobrócolisiquiero. —No,sólounpardeminutos—contestasinmirarme. Sutonoesextrañoyparecemolestaporalgo. —¿Estásbien?—lepregunto,yentoncessevuelveconlosojosvidriosos. —Sí,estoybien.Sonlascebollas,quemehacenllorar.—Seencogedehombros yabreelgrifoparalavarselasmanos. —No te preocupes…, acabará hablando contigo también. Ahora ya está más relajado—leaseguro. —Ya,yalosé.Noeseso…,sonsólolascebollas—repite. www.lectulandia.com-Página316 CAPÍTULO71 Hardin ElcríopermanececalladoyselimitaaasentircuandoTessalepreguntaalegremente: —¿Tegustaelpollo,Smith? —¡Estádelicioso!—digoconunentusiasmoexageradoparasuavizarelgolpede queelniñotodavíanoquierahablarconella. Mesonríeligeramenteperonomemiraalosojos.Elrestodelacenatranscurre ensilencio. MientrasTessarecogelacocina,yovuelvoalsalónyoigounaspequeñaspisadas quemesiguen. —¿Quieresalgo?—pregunto,ymedejocaersobreelsofá. —No.—Elchavalseencogedehombrosycentralaatenciónenlatele. —Estupendo… Estanochenohaynadadecentequever. —¿Vaamorirsemipapá?—mepreguntaderepentelavocecitaquetengoami lado. Mevuelvohaciaél. —¿Qué? —Mi papá, ¿va a morirse? —dice Smith, aunque parece bastante tranquilo respectoaltema. —No,sólosehapuestoenfermoporquehacomidoalgoenmalestado. —Mimamásepusoenfermayahoraestámuerta—replica,yunpequeñotemblor ensuvozmehaceverquenoesinmunealapreocupación. Sientoquemeasfixioconmipropiarespiración. —Ya…,bueno—comienzoadecir—.Esoeradiferente. «Pobrechaval.» —¿Porqué? Joder, ¿por qué hace tantas preguntas? Quiero llamar a Tess, pero algo en la expresióndepreocupacióndesurostromedetiene.Nohablaconella,asíquenocreo quequieraquelallame. —Tupadresóloestáunpocoenfermo…,perotumadreestabamuyenferma.Él estarábien. —¿Meestásmintiendo? Habla como si fuese mucho mayor de lo que es, y me recuerda mucho a mí. www.lectulandia.com-Página317 Supongoqueestoesloquepasacuandotevesobligadoacrecerdemasiadodeprisa. —No,situpadrefueseamorirtelocontaría—ledigo,ylodigoenserio. —¿Deverdad? Susojosbrillanytemoporunmomentoquevayaaecharseallorar.Noséqué coñoharíasiempezaraallorarahora.Huir.Saldríacorriendohastaelotrocuartoy meesconderíadetrásdeTessa. —Sí.Yahorahablemosdealgomenosmacabro. —¿Quées«macabro»? —Algoretorcidoyjodido—leexplico. —Hasdichootrapalabrota—meregaña. —Yopuedodecirlasporquesoymayor. —Siguesiendounapalabrota. —Túhasdichodosantes,podríachivarmeatupadre—loamenazo. —Yyomechivaréatunovia—mecontesta,ynopuedoevitarecharmeareír. —Vale,vale,túganas—digo,yleindicoconungestoquenoabralaboca. Tessaasomalacabeza. —Smith,¿vienesaquíconmigo? Éllamira,despuésmemiraamíypregunta: —¿PuedoquedarmeconHardin? —Nocreoque…—empiezaella,perolainterrumpo. —Estábien—suspiro,ylepasoelmandoalniño. www.lectulandia.com-Página318 CAPÍTULO72 Tessa ObservocómoSmithseacomodaenelsofáyseaproximaligeramenteaHardin.Él lomiraconcautela,peronolodetienenidicenadaacercadesucercanía.Escurioso que al crío le guste Hardin cuando es evidente que él detesta a los niños. Sin embargo,comoSmithpareceenciertomodounhacendadosacadodeunanovelade Austen,esposiblequenoloincluyaenesacategoría. «Nunca», le ha dicho a Smith cuando éste le ha preguntado si quiere casarse conmigo. «Nunca.»Nopiensatenerunfuturoconmigo.Enlomáshondodemiseryalo sabía,peromedueleoírselodecir,ymásdeunamaneratanfríayrotunda,comosi fueraunchisteoalgo.Podríahabersuavizadoelgolpe,aunquefuerasólounpoco. Obviamentetodavíanoquierocasarme,nohastadentrodeunosaños.Peroloque meduele,ymucho,eselhechodequenohayalamásmínimaposibilidad.¿Diceque quiere estar conmigo para siempre pero no quiere casarse? ¿Qué quiere?, ¿que seamosnoviostodalavida?¿Quierorenunciaratenerhijos?¿Mequerrálosuficiente comoparaquememerezcalapenaestarelación,apesardelfuturoquesiemprehabía imaginadoparamí? Lo cierto es que no lo sé, y me duele la cabeza sólo de pensarlo. No quiero obsesionarmeporelfuturoenestosmomentos;sólotengodiecinueveaños.Lascosas vanbastantebienentrenosotrosahora,ynoquierofastidiarlo. Cuandolacocinaestálimpiayellavavajillaslleno,compruebounavezmásque todovabienenelcomedorymedirijoaldormitorioparaprepararmelascosaspara mañana.Miteléfonocomienzaasonarmientrassacounafaldanegralargaparaeldía siguiente.EsKimberly. —¡Hola!¿Vatodobien?—digoalcontestar. —Sí,todobien.Vanaadministrarleantibióticosy,enteoría,deberíamos acabarpronto.Aunquepuedequeseretraselacosaunpoco,esperoqueno osimporte—dice. —Notepreocupes.Tomaoseltiempoquenecesitéis. —¿QuétalSmith? —Bien,sellevafenomenalconHardin—ledigo.Todavíanopuedocreerlo. Ellaseríeconganas. —¿Enserio?¿ConHardin? www.lectulandia.com-Página319 —Sí,quémevasacontar.—Pongolosojosenblancoymedirijoalsalón. —Vaya,nomeloesperaba,peroesunbuenentrenamientoparacuandotengáis pequeñosHardinsporlacasa—bromea. Suspalabrasmehierenenlomásprofundodelcorazónymemuerdoellabio. —Sí…,supongo…—Quierocambiardetemaantesdequeelnudoquesemeha formadoenlagargantaaumentedetamaño. —Bueno,notardaremos,espero.Smithtienequeacostarsealasdiez,perocomo ya son las diez, dejad que se quede despierto hasta que queráis que se duerma. Graciasotravez—diceKimberly,ycuelgaelteléfono. Me detengo un momento en la cocina para preparar un pequeño almuerzo para mañana;mellevarélassobrasdeestanoche. —¿Porqué?—oigoqueSmithlepreguntaaHardin. —Porqueestánatrapadosenlaisla. —¿Porqué? —Porquesuaviónsehaestrellado. —Y¿cómoesquenohanmuerto? —Esunaserie. —Esunaserieabsurda—diceSmith,yHardinseechaareír. —Sí,tienesrazón. Hardin sacude la cabeza divertido y Smith se ríe. En cierto modo se parecen mucho,loshoyuelos,laformadelosojosylassonrisas.Imaginoque,menosporel pelo rubio y el color de los ojos, Hardin se parecería mucho a Smith cuando era pequeño. —¿Te parece bien que me acueste o quieres que me quede a cuidarlo? —le pregunto. Élmemira,ydespuésmiraaSmith. —Esto…,acuéstatetranquila.Detodosmodos,sóloestamosviendotonteríasen latele—responde. —Vale.Buenasnoches,Smith.TeverédentrodeunratocuandoKimvengaapor ti—ledigo. ElniñomiraaHardin,despuésamí,ysonríe. —Buenasnoches—susurra. Mevuelvoparairaldormitorio,peroHardinmedetieneagarrándomedelbrazo. —Oye,¿amínomedaslasbuenasnoches?—diceponiendomorritos. —Ah…, sí. Perdona. —Lo abrazo y le doy un beso en la mejilla—. Buenas noches—ledigo,yélmeabrazadenuevo. —¿Seguro que estás bien? —pregunta, y me aparta por los hombros para mirarme. —Sí,essóloqueestoymuycansada,ydetodosmodosélprefiereestarcontigo. —Sonríodébilmente. —Tequiero—medice,ymebesaenlafrente. www.lectulandia.com-Página320 —Tequiero—respondo,ycorroaldormitorioycierrolapuerta. www.lectulandia.com-Página321 CAPÍTULO73 Tessa Aldíasiguiente,eltiempoesagradable.Apenassihaynieveyaenlacuneta.Cuando llegoaVance,Kimberlyestásentadadetrásdelmostradorderecepciónymesonríe mientrasyocojomidonutymicafécomotodoslosdías. —Nisiquierameenterédecuándovinisteanoche.Mequedédormida—ledigo. —Lo sé, Smith también estaba dormido. Gracias de nuevo —contesta, y su teléfonoempiezaasonar. Semehaceraroestarenlaoficinadespuésdehaberestadoenelcampusayer.A veces tengo la sensación de tener una doble vida: una de estudiante universitaria y otradeadultatrabajadora.Tengounpisoquecompartoconminovioyunabecade prácticas pagadas que, sinceramente, parece más un trabajo real que una beca. Me gustan las dos vidas y, si tuviera que escoger una, elegiría la de adulta, pero con Hardin. Mesumerjoenmitrabajoyprontollegalahoradealmorzar.Despuésdevarios desastres, por fin doy con un manuscrito bastante cautivador, y me encuentro comiendo a toda prisa para poder seguir leyéndolo hasta terminarlo. Espero que encuentrenunacuraparalaenfermedaddelpersonajeprincipal;seríaunalástimaque falleciera. El resto del día transcurre deprisa. Ajena al resto del mundo, estoy enfrascadaenlaobra,quetieneunfinalterriblementetristeymedejaabsolutamente desolada. Conlágrimasenlasmejillas,salgodelaoficinaymemarchoacasa.Nosénada deHardindesdequelohedejadodurmiendoymalhumoradoenlacama,ynopuedo hacer otra cosa que pensar en sus palabras de anoche. Necesito distraerme de esas cavilaciones; a veces desearía poder desconectar mi mente como parece hacer otra gente. No me gusta pensarlo todo tanto, pero no puedo evitarlo. Soy como soy, y ahora sólo puedo pensar en que Hardin y yo no tendremos un futuro juntos. No obstante, necesito de verdad hacer algo para dejar de obsesionarme con esto. Él es comoes,ynoquierecasarsenitenerhijosenlavida. QuizádeberíallamaraStephdespuésdepasarmeporConner’sparacompraralgo decomidaydeponerunalavadora,yaqueHardinyLandonvanairalpartidoesta noche…Madremía,esperoquetodovayabien. Cuandollegoalapartamento,Hardinestáleyendoenlacama. —Hola,guapa.¿Quétaleldía?—preguntacuandoentro. www.lectulandia.com-Página322 —Supongoquebien. —¿Quétepasa?—dicemirándomealacara. —Hoy he leído un libro muy triste. Era fantástico, pero desgarrador —digo intentandonoponermesensibleotravez. —Vaya,puessíquedebedeserbuenoparaquesigastanafectada.—Sonríe—. NomehabríagustadoestarpresentelaprimeravezqueleísteAdiósalasarmas. Medejocaerasuladosobrelacama. —Estohasidopeor.Muchopeor. Meagarradelablusaytirademíparaqueapoyelacabezaensuhombro. —Quésensibleesminiña—dicemientrasmeacaricialaespaldaconlosdedos arribayabajo,ysumaneradepronunciaresaspalabrashacequenotemariposasenel estómago. Que me llame «mi niña» hace que me sienta mucho más feliz de lo que debería. —¿Hasidohoyaclase?—lepregunto. —No.Cuidardelminihumanoagotómisenergías. —¿Cuidarlo?Sisóloestuvisteisviendolatele. —Lomismoda.Hicemásquetú. —¿Tecaebien,entonces?—Noestoyseguradeporquélepreguntoeso. —No…,bueno,teniendoencuentalomolestosquesonlosniños,éstenoestaba mal del todo, pero no tengo intención de quedar para jugar con él en una buena temporada.—Sonríe. PongolosojosenblancoperonodigonadamásenrelaciónconSmith. —¿Estáslistoparaelpartidodeestanoche? —No,yalehedichoaLandonquenovoy. —¡Hardin!¡Tienesqueir!—grito. —Es broma… Pasará a por mí dentro de poco. Ésta me la debes, Tess — refunfuña. —Atitegustaelhockey,yLandonesmuybuenacompañía. —Notanbuenacomotú—repone,ymedaunbesoenlamejilla. —Estásdebastantebuenhumorteniendoencuentaqueactúascomositellevaran almatadero. —Siestosalemal,noseréyoquienacabesacrificado. —MástevaleseramableconLandonestanoche—leadvierto. Levantalasmanosconfingidainocencia,aunqueyameconozcolahistoria.Oigo quellamanalapuerta,peroHardinniseinmuta. —Estuamigo,abretú—dice. Pongolosojosenblancoyvoyaabrir. Landonvisteunasudaderadesuequipodehockey,unospantalonesazulesyunas deportivas. —¡Hola,Tessa!—diceofreciéndomesuafablesonrisadesiempreysaludándome conunabrazo. www.lectulandia.com-Página323 —¿Podemos acabar con esto de una vez? —dice Hardin antes de que me dé tiempoadecirhola. —Vaya,veoquelanochepromete—señalaLandon,yponelosojosenblancoy sepasalamanoporsupelocorto. —Serálamejornochedetodatuvida—lesueltaHardin. —Buenasuerte—ledigoaLandon,yélseechaareír. —Tranquila, Tess, sólo está haciéndose el gallito, intentando aparentar que no estádeseandopasarelratoconmigo.—Sonríe,yahoraesHardinquienponelosojos enblanco. —Enfin,aquíhaydemasiadatestosteronaparamí,asíquevoyacambiarmeya hacer algunos recados —replico—. Que lo paséis bien —y dejo a los hombres con susjueguecitos. www.lectulandia.com-Página324 CAPÍTULO74 Hardin —¿Por qué coño hay tanta gente ya? —gruño mientras Landon y yo nos abrimos pasoentrelamultitud. Memiraconreproche. —Porquehemosllegadotardegraciasati. —Aúnfaltanquinceminutosparaqueempieceelpartido. —Yosuelovenirunahoraantes—meexplica. —Cómono.InclusocuandonoestoyconTessa,estoyconTessa—protesto. Landonyellasonidénticosenloquerespectaasufastidiosanecesidaddeserlos primerosylosmejoresentodoloquehacen. —Deberíassentirteorgullosodeestarconella—medice. —Dejadecomportartecomouncapulloyesposiblequedisfrutemosdelpartido —replico,conteniéndome,aunquenopuedoevitarsonreíralversucaradefastidio —.Perdona,Landon.Mesientoorgullosodeestarconella.Yahora,¿quiereshacerel favorderelajarte?—Merío. —Claro, claro. Busquemos nuestros asientos —dice en voz baja, dirigiendo el camino. —¡Pero¿quédiablos…?!¿Hasvistoeso?¡¿Cómonariceslohandadoporválido?! —gritaLandonamilado. Nuncalohabíavistomostrarsetanenérgico.Peroinclusoestandofuriososuena comounpelele. —¡Vengaya!—gritaunavezmás,yyomemuerdolalenguamuertoderisa. Supongo que Tessa tenía razón: no es tan mala compañía. No sería mi primera elección,peronoestátanmal. —Veoque,cuantomáschillas,másprobabilidadestienendeganar—ledigo. Élhacecomoquenomeoyeysiguegritandoyabucheandosegúnsedesarrollael partido.YoalternoentreprestaratenciónaljuegoymandarleaTessamensajespara decirle obscenidades y, antes de que me dé cuenta, oigo que Landon grita: «¡Sí!», cuandosuequipoganaelpartidoenelúltimosegundo. Lamultitudseagolpaenelcampoyyomeabropasoentreellos. —Tenmáscuidado—oigounavozdetrásdemí. www.lectulandia.com-Página325 —Perdón—sedisculpaLandon. —Asímegusta—diceeldelavoz,ycuandomevuelvomeencuentroaLandon nerviosoyauncapulloquellevalasudaderadelequipocontrario. Landontragasaliva,peronodicenadamásmientraseltipoysusamigossiguen provocándolo. —Mira qué miedo tiene —dice otra voz, supongo que de uno de los acompañantesdelcapullo. —Yo…,esto…—tartamudeaLandon. «Estoeslahostia.» —Haced el favor de dejarlo tranquilo —les bramo, y ambos se vuelven para mirarme. —¿Oqué?—escupeelmásalto.Puedopercibireloloracervezaensualiento. —Uoscerrarélaputabocadelantedetodoelmundo,yacabaréistanhumillados queaparecerácomotitularentrelasnoticiasdelpartido—lesadvierto,ylodigomuy enserio. —Venga,Dennis,vámonos—diceelmásbajo,elúnicoquepareceteneralgode sentidocomún,ytiradelasudaderadesuamigoydesaparecenentrelamultitud. AgarroaLandondelbrazoytirodeélhastaquesalimosdeallí.Tessamecortará laspelotascomoalguienledéunapalizaestanoche. —Graciasporlodeantes,noeranecesario—dicecuandollegamosasucoche. —Nohagasquelasituaciónseamásincómodatodavía,¿vale? Pongounafalsasonrisayélsacudelacabeza,perooigoqueseríeporlobajo. —¿Tellevodevueltaatuapartamento?—preguntadespuésdevariosminutosde silencioembarazosomientrasesperamosparasalirdelatestadoaparcamiento. —Sí,vale.—ComprueboelteléfonoparaversiTessameharespondido.Noloha hecho—.¿Tevasamudar?—lepreguntoaLandon. —Noloséaún.LaverdadesquequieroestarmáscercadeDakota—explica. —Y¿porquénosemudaellaaquí? —Porque su carrera de ballet aquí no tiene ningún futuro. Tiene que estar en Nueva York. —Landon deja pasar a otro coche delante de nosotros a pesar de que apenasnoshemosmovidodesdequesalimosdelaplazadeaparcamiento. —Y¿quévasahacer?¿Renunciaratuvidaparaestarconella?—memofo. —Sí, prefiero hacer eso a seguir alejado de ella. Además, no me importa tener quemudarme;NuevaYorkdebedeserunlugarfantásticoparavivir.Lasrelaciones nogiransiempreentornoaunasolapersona,¿sabes?—dicemirándomedereojo. «Capullo.» —¿Esosesuponequevapormí? —Noexactamente,perositehasdadoporaludido,alomejorsí. Un grupo de idiotas borrachos pasan tambaleándose delante del coche, pero a Landonnopareceimportarlequenosesténbloqueandoelpaso. —Cierraelpico,¿quieres?—digo.Ahorasólopretendetocarmeloscojones. www.lectulandia.com-Página326 —¿QuieresdecirquetúnotemudaríasaNuevaYorkparaestarconTessa? —Sí,esomismoquierodecir.YonoquierovivirenNuevaYork,asíquenoviviré enNuevaYork. —SabesquenomerefieroaNuevaYork,sinoaSeattle.Tessaquierevivirallí. —SevendráaInglaterraconmigo—ledigo,ysuboelvolumendelaradioconla esperanzadezanjarestaconversación. —¿Ysinolohace?Sabesquenoquierehacerlo,¿porquéibasaobligarla? —Novoyaobligarlaahacernada,Landon.Sevendráallíporquetenemosque estarjuntosyellanoquerráestarlejosdemí,esasídesimple. Compruebomiteléfonounavezmásparaintentardistraermedelairritaciónque miqueridohermanastromeestácausando. —Eresuncapullo—meespeta. Meencojodehombros. —Nuncahedichoquenolosea. MarcoelnúmerodeTessyesperoaquemeresponda.Nolohace.«Genial.De putamadre.»Confíoenquesigaencasacuandollegue.SiLandonnocondujeratan lentoyaestaríamosallí.Permanezcoensilencio,arrancándomelospadrastrosdelas uñas.Despuésdeloqueparecentresputashoras,Landondetieneelcochedelantede miapartamento. —Nohaestadomallanoche,¿eh?—dicecuandosalgo. —No, supongo que no —admito riéndome por lo bajo—. Pero como le digas a alguienquehedichoesto,temataré—bromeo. Élseríeysemarcha.Dejoescaparunprofundosuspiro,satisfechodequeesos tiposnolehayandadounapaliza. Cuandoentroenelapartamento,Tessaestáprofundamentedormidaenelsofá,así quemesientoymequedoobservándolaunrato. www.lectulandia.com-Página327 CAPÍTULO75 Hardin DespuésdeobservaraTessaunratomientrasduerme,lacojoenbrazosylallevoal dormitorio. Se abraza a mí y apoya la cabeza en mi pecho. La deposito en nuestra camaylatapoconlamanta.Ledoyuntímidobesoenlafrenteycuandomedoyla vueltaparaacostarmeyotambién,abrelaboca. —Zed—musita. «¿Acaba de…?» La miro fijamente, intentando reproducir en mi mente los últimostressegundos.Nopuedehaberdicho… —Zed.—Sonríeyseponebocaabajo. «¿Porquécoñoestádiciendosunombre?» Unapartedemíquieredespertarlaypreguntarleporquélohallamadodosveces ensueños.Elrestodemí,lapartetaradayparanoica,sabeloquemedirá.Tessame diráquenotengoporquépreocuparme,quesólosonamigos,quemequiere.Puede queseacierto,peroacabadedecirsunombre. OírelnombredeesecapullodesubocayelpánfilodeLandon,tansegurodesu futuro, me superan. Yo no tengo nada claro, no tanto como él, y Tessa por lo visto tampocotieneclarosivaaseguirconmigo.Delocontrario,noestaríasoñandocon Zed. Cojopapelylápizyleescribounanota,ladejoenlacómodaymeadentroenla noche. Giro el coche hacia la taberna de Canal Street. No quiero ir por si Nate y los demás siguen ahí, pero hay un sitio cerca al que solía ir a emborracharme. Me encantanelestadodeWashingtonylosretrasadosquenuncalespidenelcarnetalos universitarios. La voz de Tessa resuena en mi mente, me advierte de que no vuelva a beber despuésdelodelaúltimavez.Melasuda.Necesitountrago.Acontinuaciónoigolas voces de Landon y de Zed. ¿Por qué todo el mundo se cree que sus opiniones me importanunbledo? No voy a mudarme a Seattle; Landon y su consejo de mierda pueden irse al carajo.Sóloporqueélquieraseguirasunoviacomounperritofalderonosignifica queyovayaahacerlomismo.Yaloestoyviendo:recojomisbártulosymemudoa Seattleconella,ydosmesesdespuésdecidequeestáhastalacoronillademimierda ymedeja.EnSeattle,estaremosensumundo,noenelmío,ypodríaecharmedeél www.lectulandia.com-Página328 conlamismafacilidadconlaquemepermitióentrar. Cuandollegoalbar,lamúsicanoestáaltayapenashaygente.Larubiadedetrás delabarramemirasorprendida,interesada. —Cuánto tiempo sin verte, Hardin. ¿Me has echado de menos? —Sonríe y se pasa la lengua por los labios carnosos, recordando las noches que hemos pasado juntos,seguro. —Sí.Oye,¿meponesunacopa?—contesto. www.lectulandia.com-Página329 CAPÍTULO76 Tessa Cuandomedespierto,veoqueHardinnoestáenlacama.Imaginoquehasalidoapor caféoqueestáenladucha.Mirolahoraenelmóvilymeobligoalevantarme.Estoy cansada, y eso que anoche no salí, así que paso de arreglarme. Me pongo una camiseta de la WCU y unos vaqueros. Me pondría unos leggings para provocar a Hardin,peronolosencuentro.Conociéndolo,seguroqueloshaescondidoparaque ningúnotrochicomeveaconellos. Vuelvo a buscarlos en el cajón de arriba de la cómoda y, cuando lo cierro, un pedazodepapelcaealsuelo. «He salido a desayunar con mi padre», dice la letra de Hardin. La nota me confundeymealegraapartesiguales.EsperodeverdadqueKenyélpuedanseguir trabajandoensurelación. Imagino que ya habrán acabado e intento llamar a Hardin, pero no lo coge. Le envíounmensajeysalgoareunirmeconLandonenlacafeteríadelafacultad. Alllegar,élyaestásentadoaunamesayseñalalasdostazasquehayenella. —Hepedidounaparati—diceconunasonrisaaltiempoquemeofreceunade lastazasdepapel. —Quéamable.Muchasgracias. El sabor dulce y amargo del café termina de despertarme y empieza a preocuparmenotenernoticiasdeHardin. —Fíjate: parecemos universitarios normales —bromea Landon señalando nuestrascamisetas,quesonidénticas. Meechoareíryledoyotrosorboalbenditocafé. —Oye,¿dóndeestáHardin?—Sonríe—.Estamañananotehaacompañado. Meencojodehombros. —No lo sé. Me ha dejado una nota que decía que se había ido temprano para desayunarconsupadre. Landondejadebeberamediosorboymemirainquisitivo. —¿Deverdad?—Y,trasunapausa,añade—:Cosasmásrarassehanvisto. Surespuestanohacemásqueempeorarmisdudas.¿SeguroqueHardinhasalido adesayunarconsupadre?¿Seguro? LandonyyonosvamosaclaseyHardintodavíanohacontestadoaningunode mismensajes.Sientounaopresiónenelpecho. www.lectulandia.com-Página330 Ocupamosnuestrosasientos;Landonmemiraymepregunta: —¿Teencuentrasbien? EstoyapuntodecontestarlecuandoveoentrarenclasealprofesorSoto. —¡Buenos días! Disculpad mi tardanza, anoche acabé a las tantas. —Sonríe, se quitalachaquetadecueroyladejadecualquiermaneraenelrespaldodesusilla—. Esperoquetodoshayáisencontradotiempoparacomprarorobarundiario. Landonyyonosmiramosysacamosnuestrosdiarios.Miroalrededoryveoque somoslosúnicosquelohemostraído,yunavezmásmeasombrodelopocoquese esfuerzanlosuniversitarios. Sinembargo,elprofesorSotosiguehablandoimpasible,ausente,ajustándosela corbata. —Si no lo habéis traído, sacad una hoja de papel en blanco porque vamos a dedicarlaprimeramitaddelaclasealaprimeratareadeldiario.Aúnnohedecidido cuántasharemospero,comoyahedicho,eldiariorepresentabuenapartedevuestra notafinalydebéisdedicarlealmenosunpocodeesfuerzo.—Sonríe,sesientaypone lospiesencimadelamesa—.Quierosaberquépensáisdelafe.¿Quésignificapara vosotros? No hay una respuesta errónea y vuestra religión tampoco supone una diferencia. Podéis enfocarlo de muchas maneras. ¿Tenéis fe en un poder superior? ¿Creéis que la fe aporta cosas buenas a la vida de la gente? A lo mejor tenéis una visiónmuydistintadelamisma.¿Creéisquetenerfeenalgooenalguiencambiael desenlace de una situación? Si tenéis fe en que vuestro amante infiel va a dejar de serlo,¿cambiaráesolascosas?ElhechodecreerenDios…oenvariosdioses,¿os hacesermejorpersonaquealguienquenocreeennada?Cogedeltemadela feyhacedconélloquequeráis…Perohacedalgo—dice. Mimenteesuntorbellinodeideas.Depequeñasolíairalaiglesia,pero hedereconocerquemirelaciónconDiosnosiemprehasidomuyestrecha.Cadavez queintentoempezaraescribirenlaprimerapáginademidiario,Hardinmevieneala cabeza.«¿Cómoesquenosénadadeél?Siempremellama.Medejóunanotapara quesupieraqueestababien,pero¿dóndesehabrámetido?¿Cuántotardaréentener noticiassuyas?» Concadamensajesinrespuesta,meentramásymásmiedo.Hacambiadomucho, ahoraseportamejor. Fe.¿LetengodemasiadafeaHardin?¿Cambiarásisigoteniendofeenél? Antesdedarmecuentaestoyenlatercerapágina.Casitodoloqueheescritome hasalidodelcorazón.Escomosimehubieraquitadounpesodeencimaalescribir sobremifeenHardin.ElprofesorSotoanunciaquelaclasehaterminadoyLandon mehabladeloquehaescritoeneldiario.Haelegidoescribirdelafequetieneensí mismoyensufuturo.YoheescritosobreHardinsinpensarlodosveces.Noséqué opinaralrespecto. Elrestodeldíasemehaceeternoporquesigosinnoticiasdeél.Lohellamado tresvecesmásyleheescritootrosochomensajesytodavíanoesnilauna.Nohay www.lectulandia.com-Página331 respuesta.Mehacesentirmuymal,sobretododespuésdehaberestadoescribiendo sobrelafeysobreloquesientoporél,peroloprincipalesqueesperoquenoesté haciendoalgoquenoshagadañoalosdos. LosegundoquemevienealacabezaesMolly.Escuriosocómosiempreaparece enmimentecuandohayproblemas.Bueno,másquecurioso,persistente.Escomoun fantasma que se aparece en mi cabeza, aunque sé que Hardin no me pondría los cuernos. www.lectulandia.com-Página332 CAPÍTULO77 Hardin —¿Quieresotratazadecafé?—mepregunta—.Teirábienparalaresaca. —No.Sécómolibrarmedeunaresaca.Hetenidomuchas—gruño. Carlyponelosojosenblanco. —Nohacefaltaquetepongasimpertinente. —Cierralaboca.—Memasajeolassienes.Tieneunavozmuydesagradable. —Tanencantadorcomosiempre. Seechaareírymedejasoloenlapequeñacocina. Soy un imbécil integral por haber venido, pero ¿acaso tenía otra opción? Sí, la tenía,sóloestoyintentandonoaceptarquemireacciónfueuntantoexagerada.Me mosqueé al oír que estaba soñando con Zed, y ahora estoy en la cocina de Carly tomandocaféporlatarde. —¡¿Necesitasquetellevehastatucoche?!—gritadesdelaotrahabitación. —Evidentemente—respondo,yentraenlacocinasóloconelsujetadorpuesto. —Tienessuertedequemetrajeratuculodeborrachoacasa.Minovionotardará enllegar,serámejorquenosvayamos—dicemientrasseponeunacamisetaporla cabeza. —¿Tienesnovio?Bienporti.—Estonohacemásquemejorar. Ponelosojosenblanco. —Sí,tengonovio.Puedequetesorprenda,peronotodoelmundoseconforma conunnúmeroinfinitodeamigasconderechoaroce. CasilehablodeTessa,perodecidonohacerlo.Noesdesuincumbencia. —Tengoquemear—ledigoymevoyalbaño. Me duele la cabeza y estoy enfadado conmigo mismo por haber venido aquí. Deberíaestarencasa,bueno,enelcampus.Mimóvilvibraencimadelaencimeray mesobresalto. —¡Nolocojas!—legritoaCarly,quedaunpasoatrás. —¡Nopensabacogerlo!Tío,anochenoestabastangilipollas—recalca,perono lehagonicaso. Sigo a Carly hasta su coche. La cabeza me retumba como un bombo con cada pasoquedoysobreelduroasfalto.Nodeberíahaberbebidotanto.Nodeberíahaber bebidoypunto.MiroaCarlymientrasbajalaventanillayenciendeuncigarrillo. ¿Cómo pudo ser alguna vez mi tipo? No lleva puesto el cinturón de seguridad. www.lectulandia.com-Página333 Aprovechalossemáforosparamaquillarse.Tessaesmuydistintadeella,detodaslas chicasconlasqueheestado. Volvemosalbardondepilléelpedoanoche.LeoyreleolosmensajesdeTessa. Estoeshorrible,debedeestarmuypreocupada.Estoydemasiadomareadoparapoder inventarmeunaexcusa,asíquesólolerespondo: Me he quedado dormido en el coche. Anoche bebí demasiado con Landon. Llegaréprontoacasa. Hayalgoraroymeparoapensar,peroesquenomequedaunaneuronaviva.Le doya«Enviar»yesperoaquemeconteste.Nada. Bueno,nopuedocontarlequehepasadolanocheencasadeCarly.Nuncamelo perdonaría, ni siquiera me dejaría hablar. Lo sé. Noto que se está cansando de mis mierdas.Losé. Peronotengoniputaideadecómoarreglarlo. Carlyinterrumpemisdivagacionesmentalescuandopisaelfrenoymaldice. —Joder,quémierda.Tenemosquedarmediavuelta,hahabidounaccidente— diceseñalandoloscochesquenosbloqueanelcamino. Echo un vistazo y veo a un hombre de mediana edad hablando con un policía. Señalauncocheblancoqueesidéntico…igualitoqueelde… Meentraelpánico. —Para—ordeno. —¿Qué?¿Quécoñohaces,Hard…? —¡Hedichoquepareselputocoche! Sinpensar,abrolapuerta,mebajodelcocheencuantoaminoraycorrohacialos vehículosaccidentados. —¿Dóndeestáelotroconductor?—lepreguntofuribundoalpolicía. Elcapódelcocheblancoestábastantemal,yluegoveounpasedeaparcamiento delaWCUcolgandodelretrovisor.«Mierda.»Hayunaambulanciaaparcadajuntoal cochedepolicía.«Mierda.» Silehapasadoalgo…Siestáherida… —¿Ylachica?¡Quealguienmelodiga!—grito. Elpolicíameponecaradepocosamigosperoelotroconductorveloalteradoque estoyydiceenvozbaja: —Ahí—yseñalalaambulancia. Micorazóndejadelatir. Como en un sueño, camino hacia la ambulancia. Las puertas están abiertas… y Tessaestásentadaenlacamilla,conunabolsadehieloenlacara. «GraciasaDios.GraciasaDiosnoesgrave…» Corrohaciaellaysemeaturullanlaspalabras. —¿Quéhapasado?¿Estásbien? www.lectulandia.com-Página334 Poneunacaradetremendoalivioalverme. —Hetenidounaccidente. Llevaunpequeñoapósitoencimadelojoytieneellabiohinchadoypartido. —¿Puedesirte?—preguntoconmalaeducación—.¿Puedeirse?—lepreguntoa lajovenparamédica. Ellaasienteysealejadeprisa.CojolabolsadehielodeTessayselaapartodela cara.Tieneunchichóndeltamañodeunapelotadegolf.Laslágrimasleruedanpor las mejillas y tiene los ojos rojos e hinchados. Ya se ve el cardenal que se le está formandobajoladelicadapieldelojo. —Mierda,¿estásbien?¿Hasidoculpasuya?—Mevuelvoeintentoencontraral muyimbécil. —No,hesidoyolaqueselehaechadoencima—dicehaciendounamueca. Mecogelabolsadehieloyselaponeotravezenlacara.Luegopartedelalivio abandonasusojoscuandomemiraymepregunta: —¿Dóndehasestadotodoeldía? —¿Qué?—digoconfundidodeverdadporlaresacayportenerqueverlaasí. Conunamiradamásfría,dice: —Tehedicho:«Hardin,¿dóndehasestadotodoeldía?». Aterrizodesopetón. «Joder.» Y,justocuandovoyainventarmeunaexcusa,apareceCarlyymedaunapalmada eneltrasero: —Bueno, chico malo, ¿puedo irme? Tu coche ya no está muy lejos andando. Tengoquevolveracasa. Tessaabreunosojosenormes. —Y¿túquiéneres? «Mierda,mierda,mierda.»Ahorano.Estono. CarlysonríeysaludaaTessaconunainclinacióndelacabeza. —SoyCarly,unaamigadeHardin.Sientolodelaccidente.—Luegomemira—. ¿Puedoirmeya? —Adiós,Carly—leespeto. —Espera—diceTessa—.¿Hapasadolanocheentucasa,contigo? IntentomirarlaalosojosperolostieneclavadosenCarly. —Sí.Sóloloestaballevandodevueltaasucoche. —¿Sucoche?¿Dóndeestá?—Letiemblalavoz. —Adiós,Carly—repitolanzándoleunamiradaasesina. Tessaseponedepie,aunquelecedenunpocolasrodillas. —No.Dimedóndetieneelcoche. La cojo del codo para detenerla pero me aparta y gimotea porque se ha hecho daño. —¡Nometoques!—siseaentredientes. www.lectulandia.com-Página335 »Carly,¿dóndetieneelcoche?—lepreguntaTessaotravez. Carlylevantalasmanosynosmiraaunoyaotro. —Enelbarenelquetrabajo.Vale,yamevoy—diceechandoaandar. —Tess…—lesuplico. «Mierda,¿porquésoytanimbécil?…» —Aléjatedemí—replicaella. Lamejillaselehundeunpoco.Séqueselaestámordiendopordentroparano llorar. Ahora que la tengo aquí delante, mirando a la nada e intentando aparentar frialdad,echodemenoslostiemposenlosquenoparabadellorar. —Tessa,tenemos…—empiezoadecir,peromefallalavoz. Ahoraelemocionalsoyyo,ymelasuda.Elpánicoquesehaapoderadodemíal versucochearrugadocomounpapelmetienetemblandocomounahoja,yloúnico quequieroesabrazarla. Tesssiguesinmirarme. —Veteolepediréalpolicíaqueteeche—meespeta. —Siseacerca,lomato—replico. Susojosmemirancomolátigos. —No.¡Estoyhartadeescucharte!Noestoymuyseguradeloquepasóanoche, perolohesabidotodalamañana,nosécómoperosabíaqueestabasconotra.Sólo queestabaintentandoobligarmeacreerquenoeraasí. —Podemossolucionarlo—lesuplico—.Siemprelohacemos. —¡Hardin! ¡¿Es que no ves que acabo de tener un accidente?! —grita y, al ver queseechaallorar,laparamédicaseacercadenuevo—.Seguroquenisiquieraeres capazdeverlo,tuversióndelarealidadesmuyretorcida.Anochemeescribisteuna notadiciéndomequehabíassalidoadesayunarcontupadreestamañana.Luegome mandasunmensajedetextodiciéndomequetehasquedadoadormirlamonaenel cochedespuésdehaberestadobebiendoconLandon.¡ConLandon!Piensasquesoy tanidiotacomoparacreermecualquiercosa,pormuycontradictoriaquesea.—Me lanzaunamiradaasesina—.Estáclaroqueeresunacontradicciónandante,asíqueya veoporquéteparecequelarealidadtambiénloes,peroestásmuyequivocado. Acabo de darme cuenta de lo imbécil que he sido, y me quedo sin habla un instante. Soy imbécil. Soy Imbécil con mayúsculas. Y no sólo por no haber sabido atenermeaunasolamentira. LaparamédicaleponeaTessalamanoenelhombroylepregunta: —¿Todobien?Tenemosquellevartealhospitalparaexaminarte. Tesssesecalaslágrimas,memiracarentedeemociónyledicealamujer: —Sí.Podemosirnoscuandoquieran.Estoylistaparamarcharme. www.lectulandia.com-Página336 CAPÍTULO78 Hardin Abrolacuartacervezayledoyvueltasalachapasobrelamesitaauxiliar.¿Dónde estará?¿Vendráaquí? AlomejordeberíaenviarleunmensajeydecirlequemeheacostadoconCarlyy acabarconnuestramiseria. Llamanalapuertaymesacandemismaquinaciones. «Allá vamos. Espero que esté sola.» Cojo la cerveza, le pego otro trago y me dirijo hacia la puerta. Ahora ya la están aporreando y, cuando abro, veo que es Landon. Antes de que pueda pestañear, me coge del cuello de la camiseta y me empotracontralapared. «Pero ¿qué coño…?» Es mucho más fuerte de lo que me esperaba, y su agresividadmetienealucinado. —¡¿Atiquédemoniostepasa?!—grita.Nosabíaquepudierasubirtantolavoz. —¡Suéltame!—Loempujoperonosemueve.Joder,síqueestáfuerte… Mesueltayduranteunsegundocreoquevaapegarmeunpuñetazo,peronolo hace. —¡Sé que te has acostado con otra y por tu culpa Tessa se la ha pegado con el coche!—Seplantaenmicaraotravez. —Tesugieroquebajeslaputavoz—leespeto. —Nomedasmiedo—siseaentredientes. El alcohol hace que esté indignado, cuando en realidad debería sentirme avergonzado. —Ya te he pateado el culo antes, ¿te acuerdas? —le digo mientras vuelvo a sentarmeenelsofá. Landonmesigue. —Aquellaveznoestabatanenfadadocontigocomoahora.—Levantaaúnmásla barbilla—.¡Nopuedespasartelavidahaciéndoledaño! Lequitoimportanciaconungestodelamano. —Nisiquierameacostéconlaotrachica—replico—.Sólomequedéadormiren sucasa.Méteteentusasuntos. —¡Qué cosas! ¡Pero si estás bebiendo! —dice señalando las botellas vacías de cervezaquehayenlamesitaylaquetengoenlamano—.Tessaestátodamagullada ytieneunaconmocióncerebralportuculpayaquíestástú,emborrachándote.¡Eres www.lectulandia.com-Página337 uncapullo!—megrita. —¡Elaccidentenohasidoculpamía,eintentéhablarconella! —¡Sí que ha sido culpa tuya! Estaba tratando de leer tu puñetero mensaje mientrasconducía.Unmensajequesabíaqueeramentira,deboañadir. Nopuedorespirar. —¿Dequéestáshablando?—Meatraganto. —Estabamuynerviosaporquenosabíanadadetiycogióelmóvilencuantovio tunombreenlapantalla. Esculpamía.¿Cómonohesabidoverlo?Estáheridapormiculpa.Lehehecho daño. Landonsiguemirándomefijamente. —Notequiereniver,losabes,¿no? Lomiro,derepentemesientoabatido. —Sí,losé.—Cojomicerveza—.Yapuedesirte. Peromearrancalabotelladelamanoysemeteenlacocina. —Tío,telaestásbuscando—replicoponiéndomeenpiedeunbrinco.Avisado está. —Te estás comportando como un imbécil y lo sabes, ¡aquí emborrachándote mientrasTessaestáenelhospital!¿Esquenoteimporta?—megrita. —¡Dejadechillarme,joder!—Mellevolasmanosalacabezaymetirodelpelo —.Claroquemeimporta.¡Peronosevaacreernadadeloquelediga! —¿Acasopuedesculparla?Podríashabervueltoacasao,muchomejor,nohaber salido —dice vertiendo mi cerveza por el desagüe—. ¿Cómo puedes ser tan indiferente?Conloqueellatequiere. Abrelaneveraymepasaunabotelladeagua. —Nosoyindiferente.Sóloestoyhartodeesperarlopeor.Noparabasdehablar detuperfectavidaamorosaydehacersacrificios,bla,bla,bla,yluegoTessvaydice sunombre…—Echoatráslacabezaymequedomirandoeltechounmomento. —¿Elnombredequién?—inquiere. —Zed.Dijosunombreensueños.Clarocomoelagua,comosiquisieraestarcon él,noconmigo. —¿Mientrasdormía?—preguntaLandonconsarcasmo. —Sí.Perodormidaodespierta,dijosunombreynoelmío. Ponelosojosenblanco. —¿Eresconscientedeloridículoquesuenaeso?¿TessadiceelnombredeZed mientrasduermeytúvasycorresaemborracharte?Estáshaciendounamontañade ungranodearena. Elplásticodelabotelladeaguasearrugabajolapresióndemisdedos. —Túnosabes…—empiezoadecir,peroentoncesoigolasllavesenlacerradura ylapuertaqueseabre. Mevuelvoylaveoenelumbral.Tessa… www.lectulandia.com-Página338 …yZed.HavenidoconZed. Semenublalavistaycorrohaciaellos. —¿Quécoñopasaaquí?—pregunto. Ella da un paso atrás, trastabilla y se agarra a la pared que tiene detrás para no caer. —¡Calla,Hardin!—Medevuelvelosgritos. —¡No!¡Alamierda!¡Estoyhartodeversucaretocadavezquehayunproblema! —digoempotrandolasmanosenelpechodeZed. —¡Para!—gritaotravezTessa. »Porfavor—dice,yluegomiraaLandon—.¿Quéhacestúaquí?—lepregunta. —He…hevenidoahablarconél. Asientoconsarcasmo. —Enrealidad,havenidoaintentardarmeunapaliza. ATessacasiselesalenlosojosdelasórbitas. —¿Qué? —Luegotelocuento—diceLandon. Zedrespiraconfuerzayveoquelaestámirando.¿Cómohapodidotraerloaquí despuésdetodoloquehapasado?Estabaclaroqueibaaircorriendoabuscarlo.El hombredesussueños. Tessaseacercaaélyleponelamanoenelhombro. —Graciasportraermeacasa,Zed,deverdad.Peroahoraserámejorquetevayas. Élmemira. —¿Estássegura?—lepregunta. —Sí. Y muchísimas gracias. Landon está aquí y esta noche dormiré en casa de suspadres. Zedasienteconlacabeza,luegodamediavueltayseva.Ellacierralapuerta. No puedo controlar la rabia que siento cuando Tessa se vuelve y me lanza una miradaasesina. —Voyacogermiropa—dicemetiéndoseeneldormitorio. Porsupuesto,lasigo. —¡¿PorquéhasllamadoaZed?!—legrito. —¿Por qué te fuiste de copas con la tal Carly? Uy, espera, seguramente para quejarte de lo pesada que es tu novia y de la de cosas que quiere y espera —me espeta. —Y¿cuántohastardadotúensoltarleaZedlomaloquesoy?—lesuelto. —¡No!Nolehecontadonada,peroestoyseguradequeseloimagina. —¿Novasadejarqueteexpliqueloquehapasado?—lepregunto. —Adelante —se burla intentando sacar su maleta de lo alto del armario. Me acercoparaayudarla. —Aparta—mesuelta.Estáclaroqueheagotadosupaciencia. Retrocedoyladejobajarsolalamaleta. www.lectulandia.com-Página339 —Anochenodeberíahabersalido—ledigo. —¿Deverdad?—contestaconsarcasmo. —Sí,deverdad.Nodeberíahabermemarchadoynodeberíahaberbebidotanto. Peronotepuseloscuernos.Yonoharíaeso.Mequedéadormirensucasaporque estabademasiadoborrachoparaconducir,esoestodo—leexplico. Cruzalosbrazosyponelaclásicaposturadenoviacabreada. —Y¿porquélasmentirasentonces? —Nolosé…Porquesabíaquesitelocontabanomecreerías. —Ya.Losquesoninfielesnosuelenadmitirsusinfidelidades. —Notehesidoinfiel—ledigo. Ellasuspira,enabsolutoconvencida. —Me cuesta mucho creerte cuando no haces más que mentir descaradamente. Igualquehoy. —Losé.Perdónameporlasmentirasdeantes,portodo,perodeverdadquenote pondríaloscuernos.—Lanzolosbrazosalaire. Colocaunablusaperfectamentedobladaenlamaleta. —Comohedichoantes,losquesoninfielesnosuelenadmitirsusinfidelidades. Sinotuvierasnadaqueocultar,nomehabríasmentido. —Noesparatanto,nohicenadaconella—digoenmidefensamientrasellamete otraprenda. —¿Quépasaríasiyocogieraunpedodescomunalymequedaraadormirencasa deZed?¿Quéharías?—inquiere,ylasolaideamedaganasdematar. —Lomataría. —Ya.Cuandotúpasaslanochefueraencasadeunachicanopasanada,perosi yo hiciera lo mismo, montarías un pollo —replica—. Lo que ha pasado es lo de menos.Hasdejadomuyclaroquesóloestoydepasoentuvida—añade. Sale de la habitación y entra en el baño a recoger sus cosas de aseo. Se va con Landon a casa de mi padre. Menuda mierda. No está de paso en mi vida. ¿Cómo puedepensareso?Puedequeportodaslasmentirasquelehesoltadoymisilenciode hoy. —Sabesquenovoyadejarloestar—ledigocuandocierralamaleta. —Ya,puesyomevoy. —¿Porqué?Sabesquevolverás—aseguro.Eslarabialaquehabla. —Precisamenteporeso—diceconlavoztemblorosa. Cogelamaletaysaledelahabitaciónsinmiraratrás. Cuandooigoelportazo,meapoyocontralaparedymedejocaerhastaelsuelo. www.lectulandia.com-Página340 CAPÍTULO79 Tessa Nuevedías. LlevonuevedíassinsabernadadeHardin.Creíaquemeseríaimposiblevivirun solodíasinhablarconélyyallevonueve.Aunquemehanparecidocien,paraser sincera, cada hora que pasa duele un poquito menos que la anterior. No ha sido en absoluto fácil. Ken llamó al señor Vance para que me diera el resto de la semana libre;total,sóloibaaperderundía. Sé que me marché yo, pero me está matando que ni siquiera haya intentado llamarme.Siempreheaportadoyomásalarelación,yéstaerasuoportunidadpara demostrarmeloquedeverdadsiente.Imaginoqueesoesjustoloqueestáhaciendo, loquepasaesqueloquesienteesprecisamentelocontrariodeloqueyodeseabacon desesperación.Deloqueyonecesitabacondesesperación. SéqueHardinmequiere,losé.Noobstante,tambiénséque,simequisieratanto comoyocreía,aestasalturasyamelohabríademostrado.Dijoquenoibaadejarlo estar,perolohahecho.Lohadejadoestarymehadejadomarchar.Loquemásme asusta es que la primera semana parecía un fantasma. Estaba perdida sin Hardin. Perdidasinsusingeniososcomentarios.Perdidasinsuformadedibujarcírculosen mi mano, sin los besos que me daba porque sí, sin su modo de sonreírme cuando creía que no lo estaba mirando. No quiero estar perdida sin él, quiero ser fuerte. Empiezoasospecharquesiempreestarésola,porexageradoqueparezca.ConNoah noerafeliz,peroentreHardinyyotampocohafuncionadolacosa.Alomejorsoy comomimadreymevamejorcuandoestoysola. No quería que acabáramos así, cortando por lo sano. Quería que lo hablásemos todo,queríaquemecontestaraalasllamadasyquepudiéramosllegaraunacuerdo. Sólonecesitabatiempoparapensar,untiemposinélparaqueaprendieraquenosoy unfelpudo.Eltiromehasalidoporlaculataporqueesevidentequenoleimporto tanto como suponía. Puede que éste fuera su plan desde el principio: hacer que yo rompiera con él. Conozco a un par de chicas que pasaron por lo mismo con sus novios. Elprimerdíaesperabaquemellamara,quemeescribierao,siendoHardin,que echara la puerta abajo gritando a pleno pulmón y montara una escena mientras su familia y yo estábamos sentados en silencio en el comedor, sin saber qué decirme. Peronopasóyyomevineabajo.Nomeechéallorarenunrincónnimehundíenla www.lectulandia.com-Página341 autocompasión. Quiero decir que me vine abajo, que me perdí a mí misma. Vivía cada segundo esperando que Hardin volviera con el rabo entre las piernas para pedirmeperdón.Esedíacasitirolatoalla.Estuveapuntodevolveralapartamento. Estabadispuestaamandaraldiabloelmatrimonioyadecirlequenomeimportaque me mienta a diario, ni que me falte al respeto, con tal de que no me deje nunca. Menos mal que se me pasó y logré salvar un poco del respeto que me debo a mí misma. El tercer día fue el peor. Fue cuando lo comprendí todo. Fue cuando empecé a hablardespuésdehabermepasadotresdíassinabrirlaboca,aexcepcióndealgúnsí onoaLandonoaKarencuandolospobresintentabandarmeconversación.Loúnico quehacíaerallorarybalbucearquemividahabríasidomejorymuchomássencilla sinolohubieraconocido.Nomelocreoniyo.Eltercerdíafuecuandoporfinme miréalespejoconlacarasuciayamoratada,conlosojostanhinchadosqueapenassi podía abrirlos. Fue cuando me tiré al suelo y le recé a Dios para que hiciera desaparecereldolor.Ledijequenadiepodíasoportarundolorsemejante,nisiquiera yo. El tercer día fue cuando no puede evitar llamarlo. Me dije que si me cogía el teléfonolosolucionaríamos,llegaríamosaunacuerdo,nospediríamosperdónynos prometeríamosquenoíbamosarompernuncamás.Perosaltóelbuzóndevozalos dossegundos,pruebadequerechazómillamada. Elcuartodíavolvíadescarriarmeylollaméotravez.Estaveztuvoeldetallede dejarquesonarahastaquesaltóelbuzóndevoz,envezdepulsarelbotón«Ignorar». Fuecuandomedicuentadequeloquieromuchomásqueélamí.Elcuartodíano salídelacamayestuverecordandolaspocasvecesquemehabíadicholoquesentía pormí.Comencéadarmecuentadequecasitodanuestrarelaciónyloqueyocreía quesentíapormínoeranmásque…imaginacionesmías.Comencéadarmecuenta deque,mientrasyomededicabaapensarquepodíamosconseguirlo,quepodíamos hacerquefuncionaraparasiempre,élnopensabaenmíenabsoluto. Ésefueeldíaenquedecidíunirmealasfilasdelosjóvenesnormalesylepedía Landonquemeenseñaraadescargarmemúsicaenelmóvil.Fueempezarynopoder parar.Mepaséveinticuatrohorassinquitarmelosauricularesyescuchandomásde ciencanciones.Lamúsicaayudamucho.Elescucharlaspenasdeotrosmerecuerda que no soy la única que lo pasa mal en la vida. No soy la única que ha querido a alguienquenolaqueríalosuficienteparalucharporella. El quinto día por fin me duché e intenté ir a clase. Fui a yoga, con los dedos cruzadosparapodersoportarlosrecuerdos.Mesentíararacaminandoenunocéano de universitarios felices. Gasté toda la energía que me quedaba en rezar para no tropezarme con Hardin en el campus. Ya no tenía ganas de llamarlo. Esa mañana conseguíbebermemediocaféyLandonmedijoqueelcolorestabavolviendoamis mejillas.Pasécompletamentedesapercibida,queerajustoloquequería.Elprofesor Soto nos mandó escribir nuestros mayores miedos en la vida y la relación que guardanconDiosyconlafe.«¿Osdamiedomorir?»,nospreguntó.«Perosiyoya www.lectulandia.com-Página342 estoymuerta»,respondíensilencio. El sexto día fue un martes. Empecé a formar frases completas, un tanto fragmentadas, que no venían a cuento, pero nadie se atrevió a decírmelo. Me reincorporéaVance.Kimberlysepasólamañanasinpodermirarmealacaraperoal final se decidió a intentar entablar conversación conmigo, aunque no fui capaz de participar. Mencionó algo de una cena y recuerdo que le dije que me lo preguntara otravezcuandopudierapensar.Estuvetodoeldíamirandolaprimerapáginadeun manuscritoque,pormásqueleyerayreleyese,noretenía.Esedíavolvíacomer.Los días previos sólo había comido algún plátano o un poco de arroz hervido. Ese día Karenhizounasadoquemerecordóalquehabíapreparadoundíamuylejanoenel que Hardin y yo cenamos en su casa. Los recuerdos de aquella velada, con él acomodadoamiladocogiéndomedelamano,mesentarontanmalquemepaséla nocheencerradaenelbaño,vomitandolopocoquehabíacomido. Elséptimodíasemehizoeternoyempecéapensarenquépasaríasiderepente dejara de doler. ¿Desaparecería sin más? Era una idea aterradora, no porque me muriera,sinoporquemeasustóquemimentefueracapazdesumirseenlastinieblas. Esomesacódelabarrenamentalymedevolvióalmundoreal,oalomásparecido que mi mente podía gestionar. Me cambié la camiseta y juré no volver a pisar la habitación de Hardin. Empecé a buscar apartamentos que estuvieran dentro de mi presupuestoycercadeVanceycursosonlineenlaWCU.Megustademasiadoira clasecomoparaestudiaradistancia,asíquealfinalrechacélaidea,peroencontréun pardeapartamentosinteresantes. Eloctavodíasonreíuninstanteperotodoelmundolovio.Fueeldíaenquevolví a coger mi taza de café y mi donut de siempre al llegar a la editorial. Me sentaron bien y volví a por más. Vi a Trevor. Me dijo que estaba preciosa, a pesar de que llevabalaropaarrugadayteníalamiradaperdida.Fueeldíadelcambio,elprimer díaquesólodediquélamitaddemitiempoadesearquelascosashubiesensidode otramaneraentreHardinyyo.OíaKenyaKarenhablardequeelcumpleañosde Hardin estaba a la vuelta de la esquina y, para mi sorpresa, sólo sentí una pequeña punzadaenelpechoaloírsunombre. Yhoysecumplennuevedías. —¡Estoyabajo!—mediceLandonatravésdelapuertade«mi»habitación. Nadiehadichonadadequemevayanideadóndeiré.Lesestoymuyagradecida, peroséquesimequedoaquíacabarésiendounamolestia.Landonmeaseguraque puedoquedarmetodoeltiempoquenecesite,yKarenmerecuerdavariasvecesaldía lo mucho que disfruta con mi compañía. Sin embargo, son la familia de Hardin. Quieroseguiradelante,decidirdóndevoyavivir.Yanotengomiedo. Nopuedo,meniego,apasarunsolodíamásllorandoporunmentirosotatuado queyanisiquieramequiere. BajoyLandonestáenlacocinacomiéndoseunbagel.Unpocodequesocremale cuelgadelacomisuradellabioysacalalenguapararecuperarlo. www.lectulandia.com-Página343 —Buenosdías.—Mesonríemasticandoadoscarrillos. —Buenosdías—repito,ymesirvounvasodeagua. Semequedamirando. —¿Qué? —Nada…,esque…estásestupenda—dice. —Muchas gracias. He decidido ducharme y resucitar de entre los muertos — bromeoymesonríedespacio,comosinoestuvieramuyconvencidodemicondición mental—.Estoybien,deverdad—leaseguromientrasélseterminaelbageldeun bocado. Decido poner uno a tostar para mí e intento no pensar que Landon me está mirandocomosifueraunanimaldelzoo. —Cuandoquieras,nosvamos—ledigoalterminardedesayunar. —¡Hoyestásguapísima,Tessa!—exclamaKarenencuantoentraenlacocina. —Gracias.—Lesonrío. Es el primer día en que me he molestado en arreglarme. Los últimos ocho, mi aspectodistabamuchodemipulcritudhabitual.Hoymesientoyomisma.Minueva yo.Miyo«despuésdeHardin».Elnovenodíaesmidía. —Esevestidoesmuyfavorecedor—diceKarenconadmiración. Es el amarillo que me regaló Trish por Navidad. Sienta muy bien y es muy informal.Novoyacometerotravezelerrordeintentariraclasecontacones,hoyme pongolasToms.Meherecogidolamitaddelpeloconhorquillasyunospocosrizos me caen sobre la frente. El maquillaje es sutil pero creo que me queda bien. Me picabanunpocolosojoscuandomehepuestoeldelineadormarrón…Elhechode maquillarmenoestabaenmilistadeprioridadesmientrasmehundíaenlamiseria. —Muchasgracias.—Vuelvoasonreír. —Quetengasunbuendía—medeseaKarenconunasonrisa.Selavecontenta,y sorprendida,dequehayavueltoalmundo. Asíescomodebedesertenerunamadrecariñosa,alguienquetemandaaclase conunaamablepalabradealiento.Todolocontrarioquelamía. Mimadre…Llevodíasignorandosusllamadas.Eslaúltimapersonaconlaque me apetece hablar, pero ahora que puedo respirar sin desear arrancarme el corazón delpecho,creoquequierollamarla. —Tessa,¿vendrásconnosotrosalacenadeldomingoencasadeChristian?—me preguntaKarenenelmomentoenquemedispongoasalir. —¿Eldomingo? —LacenaparacelebrarquesemudanaSeattle.—Melodicecomosituvieraque saber de qué me está hablando—. Kimberly me dijo que te lo había comentado. Aunque,sinoteapeteceir,loentenderán—meconsuela. —No,no.Quieroir.Iréconvosotros.—Sonrío. Estoylista.Puedosalir,estarcongentesindesmoronarme.Misubconscienteestá mudoporprimeravezennuevedías.LedoylasgraciasantesdeseguiraLandonal www.lectulandia.com-Página344 exterior. Eltiemporeflejamiestadodeánimo:soleadoycálidoparaestarenenero. —¿Tútambiénvasaireldomingo?—lepreguntocuandoestamosenelcoche. —No,mevoyestanoche,¿noteacuerdas?—mecontesta. —¿Qué? Memiraconlafrentecomounacordeón. —MevoyapasarelfindesemanaaNuevaYork.Dakotasevaamudaralnuevo apartamento.Telodijehaceunpardedías. —Perdona, debería haberte prestado más atención en vez de pensar sólo en mí misma—repongo. Esincreíbleloegoístaquehesido,nisiquieralooícuandomecontóqueDakota semudabayaaNuevaYork. —No pasa nada. Sólo te lo mencioné de pasada. No quería restregártelo por la caraahoraqueestás…Bueno,yasabes… —¿Hechaunazombi?—terminolafraseporél. —Sí,unazombiaterradora—bromea,ysonríoporquintavezennuevedías.Es agradable. —¿Cuándovuelves?—lepregunto. —Ellunesdemadrugada.Meperderéreligión,peroiréatodaslasdemásclases. —Quéemocionante.NuevaYorkdebedeseralucinante. Meencantaríaescapar,salirdeaquíunatemporada. —Mepreocupabamarcharmeydejarteaquí—mediceLandonentonces, ymesientomuyculpable. —¡No!Yahashechodemasiadopormí.Eshoradequemepongalaspilas.No quieroquetengasquevolveraplanteartedejardehaceralgopormí.Perdonaquete hayahechosentirasí—ledigo. —EsculpadeHardin,notuya—merecuerda,yasiento. MepongolosauricularesyLandonsonríe. En religión, el profesor Soto escoge el tema del dolor. Por un momento me da la impresión de que lo ha hecho a propósito, para torturarme, pero cuando empiezo a escribirsobrecómoeldolorpuedehacerquelagenteserefugieorenieguedesufey de Dios le agradezco la tortura. Lo que escribo en el diario habla de cómo puede cambiarteeldolor,cómopuedehacertemuchomásfuerteyque,alfinal,tampocote hacefaltatenertantafe.Loúnicoquenecesitasesatimismo.Tienesqueserfuertey nopermitirqueeldolorteobligueanadaniteimpidahacernada. Vuelvoalacafeteríaareponerfuerzasantesdeirayoga.Decaminoaclase,paso juntoalaFacultaddeCienciasMedioambientalesypiensoenZed.Mepreguntosi estaráenclase.Imaginoquesí,peronoséquéhorariotiene. Entrosinpensarlodosveces.Faltaunratoparaqueempiecelaclasedeyogay www.lectulandia.com-Página345 estáamenosdecincominutosdeaquí. Elvestíbuloesenorme.Comoimaginaba,unosárbolesgigantescosocupancasi todoelespacio.Eltechoesdepanelesdecristalyescasiinvisible. —¿Tessa? MevuelvoyahíestáZed.Llevapuestaunabatablancaysehaechadohaciaatrás lasgafasdelaboratoriodetalmodoqueleaplastanelpelo. —Hola…—losaludo. Sonríe. —¿Quéhacesaquí?¿Hascambiadodeespecialidad? Adorocómoescondelalenguadetrásdelosdientescuandosonríe,siempremeha gustado. —Laverdadesqueteestababuscando. —¿Ah,sí? Lohedejadopatidifuso. www.lectulandia.com-Página346 CAPÍTULO80 Hardin Nuevedías. Llevo nueve días sin hablar con Tessa. Creía que me sería imposible vivir uno solosinhablarconellayyallevonueve.Aunquemehanparecidomil,ycadahora quepasaespeorquelaanterior. Cuandosefuedelapartamentoesanochelaestuveesperando.Esperéyesperéa volveraoírlaentrarporlapuerta,esperéquevolvieraymecosieraagritos.Perono volvió.Mesentéenelsueloaesperar.Esperéyesperé.Ynovolvió. Mebebítodalacervezaqueteníaenlaneverayluegoarrojélasbotellascontrala pared. Cuando me desperté a la mañana siguiente todavía no había vuelto. Hice la maleta y decidí coger el primer avión que saliera de Washington. Si Tessa tenía intencióndevolver,lohabríahechoesamismanoche.Necesitabalargarmeyrespirar unpoco.Conelalientoapestandoaalcoholylacamisetablancallenademanchas, mefuialaeropuerto.Notelefoneéamimadreantesdellegar.Total,siempreestáen casa. «Si Tessa me llama antes de que me suba al avión, volveré. Y, si no, ella se lo pierde»,medecíaamímismo.Lehedadolaoportunidaddevolverconmigo.Eslo quehacesiempre,daigualloqueyolehaga.¿Porquéibaaserdiferenteestavez?Si encima no he hecho nada; le mentí, pero era una mentirijilla de nada y ella es una exagerada. Elquedeberíaestarenfadadosoyyo.TrajoaZedamiputacasa.Y,encima,el puto Landon se presenta como si fuera el increíble Hulk y me empotra contra la pared.Pero¿quécoño?,deverdad. Estasituaciónesunamierdadelasgordasynoesculpamía.Bueno,puedeque sí, pero tendrá que volver a mí arrastrándose y no a la inversa. La quiero, pero no estoydispuestoadarelprimerpaso. Elprimerdíalodediquéadormirlamonaenelavión.Lasauxiliaresdevueloy loscapullostrajeadosmemirabanmal,peromeimportabaunpimiento.Nosignifican nadaparamí.Cogíuntaxiacasademimadreycasiestranguloalconductor.¿Cómo seatreveasablearmeasíporunacarreradequincekilómetros? Mimadresequedódepiedraperosealegródeverme.Lloróunpardeminutos perodejódehacerloencuantoaparecióMike.Porlovisto,hanempezadoallevarlas cosas de mi madre a su casa y ella tiene pensado vender la suya. No me supone www.lectulandia.com-Página347 ningún problema porque detesto la casa. Está llena de recuerdos del borracho inconscientedemipadre. EsagradablepoderpensaresascosassinlainfluenciadeTessa.Siellaestuviera aquí,mesentiríaunpococulpableporsermaleducadoconmimadreysunovio. Porsuerte,noestáaquí. Elsegundodíafueagotador.Mepasélatardeoyendoamimadrehablarsobresus planes para el verano y evitando responderle cuando me preguntaba por qué había vueltoacasa.Lerepetíque,siquisierahablarlo,yalohabríahecho.Hevenidoaestar tranquilo,yloúnicoqueheconseguidoesquenoparendemolestarme.Alasocho me aposenté en el pub que hay al final de la calle. Una morena buenísima con los ojosdelmismocolorquelosdeTessamesonrióymeinvitóaunacopa.Larechacé casiconeducación;creoquefuitanamableporelcolordesusojos.Cuantomáslos miraba, más distintos me parecían de los de Tessa. Los de esta chica estaban apagados y carentes de vida. Los ojos de Tessa son del gris más fascinante del mundo.Siunonosefijabien,parecenazules.Tieneunosojosmuybonitos.«¿Qué coño hago en un pub pensando en globos oculares? —me dije de pronto—. Mierda…» Vilacaradedecepcióndemimadrecuandoentrétambaleándomeporlapuertaa lasdosdelamadrugadaperohiceloposibleporignorarlaymusitéunadisculpade mierdaantesdeobligarmeasubirlaescalera. Empezó el tercer día. Tessa me venía a la cabeza cuando menos lo esperaba. MientrasveíaamimadrefregarlosplatosmeacordabadeTessa,quesiempreestá cargandoellavavajillasporquenosoportaverunsoloplatoenelfregadero. —Nosvamosalaferia,¿teapetecevenir?—mepreguntómimadre. —No. —Hardin,porfavor,hasvenidodevisitayapenasmehasdichodospalabraso haspasadocincominutosconmigo—replicóella. —No,mamá. —Séporquéhasvenido—repusoconternura. Dejélatazaencimadelamesadegolpeymefuidelacocina. Sabíaqueadivinaríaqueestabahuyendodealgo,escondiéndomedelarealidad. NoséquéclasederealidadmeesperasinTessa,peronomesientopreparadopara lidiar con la mierda, ¿por qué tiene que darme la lata? Si Tessa no quiere estar conmigo,queleden.Nolanecesito.Estoymejorsolo,queesloquesiemprehabía querido. Alcabodepocossegundossonómimóvilperoignorélallamadaencuantoviel nombredeTessaenlapantalla.«¿Paraquémellama?—medije—.Paradecirmeque meodiaoquequitesunombredelcontratodealquiler,seguro.» «Mierda, Hardin, ¿por qué lo has hecho?», me lamenté después una y otra vez. Noteníaunabuenarespuesta. Elcuartodíaempezódelapeorformaposible. www.lectulandia.com-Página348 —¡Hardin,subeatucuarto!—meruega. No,no,no.Otravezno.Unodeloshombreslecruzalacaradeunbofetónyella miralaescalera.Susojosencuentranlosmíosygrito.Tessa. —¡Hardin!¡Hardin,despierta!¡Despierta,porfavor!—oíquegritabamimadre entoncesmientrasmeagarrabaporloshombroshastaqueabrílosojos. —¿Dóndeestá?¿DóndeestáTess?—balbuceébañadoensudor. —Noestáaquí,Hardin. —Perolaestaban… Tardéunmomentoendespertarmedeltodoyendarmecuentadequesóloerauna pesadilla.Lamismapesadilladetodalavida,sóloqueestavezeramuchopeor.En vezdeamimadre,veíaaTessa. —Ya, ya está… Ya ha pasado todo. Sólo ha sido un mal sueño. —Mi madre llorabaeintentabaabrazarme,perolaapartéconsuavidad. —No,estoybien—leaseguré,yledijequemedejaraenpaz. Me pasé la noche en vela intentando borrar la imagen de mi cabeza pero me resultóimposible. El cuarto día continuó igual de mal que había empezado. Mi madre me ignoró durantelamayorpartedeltiempo.Creíaqueesoeraloquequería,peroresultóque entonces me sentí… solo. Comencé a echar de menos a Tessa. No dejaba de volverme para hablar con ella, de esperar a que dijera algo que me hiciera sonreír. Queríallamarlayestuveapuntodepulsarelbotónverdeunmillóndeveces,perono lohice.Nopuedodarleloquequiere,yesoparaellaesinaceptable.Estoeslomejor. MepasélatardemirandocuántomecostaríatraermiscosasdevueltaaInglaterra. Acabaréviviendoaquí,asíquenopierdonadaporadelantarlo. Nohabríafuncionado.Siempresupequelonuestronoibaadurar.Eraimposible. No hay manera de que pudiéramos estar juntos para siempre. Ella es demasiado buena para mí y lo sé. Todo el mundo lo sabe. Veo cómo la gente se vuelve para mirarnos cuando salimos, y sé que se preguntan qué hace una chica tan guapa con alguiencomoyo. Permanecí durante horas mirando la pantalla del móvil mientras me trincaba mediabotelladewhiskyantesdeapagarlaslucesyquedarmedormido.Mepareció que el teléfono vibraba sobre la mesilla de noche, pero estaba demasiado borracho para incorporarme y contestar. La pesadilla se repitió. Esta vez era el camisón de Tessaelqueestabaempapadodesangreyellamegritabaquemefuera,queladejara enesesofá. Elquintodíamedespertólaluzrojadelmóvil,queindicabaquehabíavueltoa perderunadesusllamadas,sóloqueestaveznolohabíahechoapropósito.Elquinto díafuecuandovisunombreenlapantallayluegounafotosuyatrasotra.¿Cuándo selashice?Nomehabíadadocuentadelacantidaddefotosquelehehechosinque sedieracuenta. www.lectulandia.com-Página349 Mientrasmirabalasfotosmeacordabadesuvoz.Nuncamehagustadoelacento americano, me aburre mortalmente y me parece molesto, pero la voz de Tessa es perfecta.Suacentoesperfecto,ypodríapasarmeeldíaoyéndolahablar.¿Volveréa oírsuvoz? «Éstaesmifavorita»,penséporlomenosdiezvecesmientrasmirabalasfotos. Al final me decidí por una en la que está tumbada boca abajo en la cama, con las piernascruzadasenelaireyelpelosueltorecogidohaciaunlado.Tienelabarbilla apoyada en una mano y la boca entreabierta mientras devora las palabras que aparecenenlapantalladesulibroelectrónico.Lehicelafotoelinstanteenqueme pillómirándola,enelmomentojustoenqueesasonrisa,lasonrisamásmaravillosa delmundo,aparecióensucara.Parecíamuycontentadeverme.¿Siempre…siempre mehamiradoconesosojos? Ese día, el quinto día, fue cuando empecé a sentir la opresión en el pecho. Un recordatorioconstantedeloquehabíahechoydeloqueseguramentehabíaperdido. Deberíahaberlallamadoesedíamientrasmirabasusfotos.¿Estaráellamirandofotos mías?Queyosepa,sólotieneuna,yderepentedesearíahaberdejadoquemehiciera más. El quinto día fue cuando arrojé el móvil contra la pared con la esperanza de hacerlo estallar, pero sólo conseguí rajarle la pantalla. El quinto día fue cuando empecé a desear desesperadamente que me llamara porque entonces todo iría bien, todoiríabien.Losdospediríamosperdónyyovolveríaacasa.Simellamaraella,no me sentiría culpable por volver a su vida. Me pregunté si Tess se estaría sintiendo igual que yo. ¿También se le hacía más duro cada día? ¿También le costaba más respirarcadasegundoquepasabasinmí? Esedíaempecéaperderelapetito.Nomeapetecíacomer.Echabademenossus platos,inclusolascomidassencillasquepreparabaparamí.Joder,echabademenos hastaverlacomer.Echabademenoscadamalditodetalledeesachicadesesperante dedulcemirada.Elquintodíafuecuandomedesmoroné.Llorécomounniñoyni siquiera me sentí mal por haberlo hecho. Lloré y lloré. No podía parar. Lo intenté desesperadamenteperonomelaquitabadelacabeza.Nomedejabaenpaz,seme aparecíaunayotravez,medecíaquemequeríaymeabrazabay,cuandocomprendía quesóloerafrutodemiimaginación,meechabaallorarotravez. El sexto día me desperté con los ojos rojos e hinchados. No me podía creer la lloreradelanocheanterior.Laopresiónenelpechoeramuchopeoryapenaspodía abrir los ojos. ¿Por qué fui tan capullo? ¿Por qué seguí tratándola como a una mierda? Es la primera persona que de verdad me ha visto, que sabe cómo soy por dentro,cómosoydeverdad,yyovoyylatratocomoaunamierda.Laculpéaellade todo cuando en realidad todo era culpa mía. Siempre ha sido mía, siempre, incluso cuando parecía que no estaba haciendo nada malo. Era grosero con ella cuando intentabahablarconmigo.Legritabacuandomepillabahaciendounadelasmías.Y lementíasinparar.Melohaperdonadosiempretodo.Siemprepodíacontarconesoy tal vez por eso la trataba así, porque sabía que podía. El sexto día aplasté el móvil www.lectulandia.com-Página350 bajo mis pies. Me pasé medio día sin comer. Mi madre me preparó unas gachas de avena pero, cuando intenté obligarme a comer, casi vomito. Llevaba sin ducharme desde el tercer día y estaba hecho un asco. Traté de escucharlascosasquemimadrequeríaqueletrajeradelatienda,peronoentendía nada.SólopodíapensarenTessayensunecesidaddeiraConner’salmenoscinco díasalasemana. UnavezTessamedijoqueyolahabíadestrozado.Ahora,sentadoaquí,mientras intento concentrarme, mientras trato de respirar, sé que se equivocaba. Ella me ha destrozadoamí.Semehametidomuyadentroymehajodidolavida.Hetardado añosenlevantarlosmuros,todalavida,laverdad,yvaellaylosechaabajoyme dejarodeadodeescombros. —Hardin, ¿me has oído? Te he hecho una lista, por si acaso —dijo mi madre poniéndomeenlamanoelpapeldecolores. —Sí.—Mivozeraapenasunsusurro. —¿Seguroquepuedesir? —Sí,seguro.—Melevantéymemetílalistaenlosvaquerossucios. —Anocheteoí,Hardin.Sinecesitas… —Para,mamá.Noinsistas.—Casimeatraganto.Teníalabocasecaymedolíala garganta. —Estábien.—Susojosestabantristes. Salídecasayfuialatiendaqueestáalfinaldelacalle. Lalistasecomponíadeunospocosartículos,peronohabríarecordadounosolo sinmirarelpapel.Conseguícogerlotodo:pan,mermelada,caféengranoyalgode fruta.Merugíaelestómagovacíoalvercomidaenlosestantes.Cogíunamanzanay meobliguéacomérmela.Sabíaacarbónynotabacómolospequeñospedazoscaían enelfondodemiestómagomientraslepagabaalaancianadelacaja. Salídelatiendajustocuandoempezabaanevar.Lanievetambiénmerecordóa Tessa. Todo me recordaba a Tessa. Me dolía la cabeza, un dolor que se negaba a desaparecer.Memasajeélassienesconlamanolibreycrucélacalle. —¿Hardin?¿HardinScott?—oíentoncesquemellamabaunavozdesdeelotro ladodelacalle. Imposible. —¿Erestú?—volvióapreguntar. «Natalie.» No podía estar pasando, pensaba mientras se acercaba a mí cargada con un montóndebolsasdelacompra. —Eh…Hola—fuetodocuantoconseguídecir. Lacabezameibaacienymesudabanlasmanos. —Creíaquetehabíasidoavivirfuera. Le brillaban los ojos, no eran los ojos sin vida que yo recordaba de cuando me suplicaballorandoqueladejaraquedarseenmicasaporquenoteníaadóndeir. www.lectulandia.com-Página351 —Sí…Hevenidodevisita—ledije,yelladejólasbolsasenlaacera. —Québien—repusoconunasonrisa. ¿Cómopodíasonreírmedespuésdeloquelehabíahecho? —Sí…¿Cómoestás?—meobliguéapreguntarlealachicaalaqueledestrocéla vida. —Bien, muy bien —dijo muy contenta mientras se pasaba las manos por la barrigaabultada. «¿Y esa barriga? Ay, no. No, un momento…» Las fechas no cuadraban. Por un instante,mellevéunbuensusto. —¿Estás embarazada? —le pregunté, esperando que así fuera porque, de lo contrario,acababadeinsultarla. —Deseismeses.¡Ycomprometida!—Volvióasonreírymemostrósupequeña manoparaquevieraelanillodeoro. —Anda. —Sí, es curioso cómo son las cosas, ¿no te parece? —Se metió un mechón de pelodetrásdelaorejaymemiróalosojos,rodeadosdesendosanillosvioletaporla faltadesueño. Su voz era tan dulce que me hacía sentir mil veces peor. No podía dejar de recordarsucaracuandonospillóatodosviéndolaenlapequeñapantalla.Sepusoa gritar,agritaraplenopulmón,ysemarchó.Nofuidetrásdeella,claroestá.Sólome reídeella,mereídesudolorydesuhumillación. —Losientomuchísimo—ledije. Fue raro, extraño y necesario. Esperaba que me llamara de todo, que me dijera queeraunmierda,inclusoquemepegara. Loquenomeesperabaeraquemeabrazaraymedijeraquemeperdonaba. —¿Cómopuedesperdonarme?Fuiuncabrónytearruinélavida—ledijeconlos ojosescocidos. —No, no lo hiciste. Al principio, sí, pero al final todo salió bien —repuso, y estuveapuntodevomitarensujerseyverde. —¿Qué? —Después de que…, ya sabes… No tenía adónde ir. Encontré una iglesia, una iglesianuevaporquedelamíameexpulsaron,yallíconocíaElijah.—Seleiluminó la cara sólo con decir su nombre—. Y aquí estamos pocos años después, comprometidos y esperando un bebé. Todo sucede por una razón, supongo, aunque sueneunpococursi…—añadióriendo. Surisamerecordóquesiemprefueunachicamuydulce.Sóloqueamínome importóunamierdaysubondadlaconvertíaenunapresafácil. —Un poco —repuse—, pero me alegro mucho de que hayas encontrado a alguien.Hepensadoentiúltimamente…,yasabes…,enloquetehice,ymesentía fatal.Séqueahoraeresfeliz,peroesonodisculpaloquetehice.Hastaqueconocía Tessano…—Tuvequecerrarelpico. www.lectulandia.com-Página352 Unapequeñasonrisaseledibujóenloslabios. —¿Tessa? Apuntoestuvededesmayarmededolor. —Es…es…—tartamudeé. —¿Elqué?¿Tuesposa?—LaspalabrasdeNataliemetieroneldedoenlallagay buscóconlamiradaunanilloenmisdedos. —No,era…eraminovia. —Anda,¿ahoratevanlasrelaciones?—dijomedioenbroma.Notabamidolor, seguro. —No…Sóloconella. —Yaveo.Y¿yanoestunovia? —No.—Mellevélosdedosalpiercingdellabio. —Lamentomuchooírlo.Esperoquealfinaltodotevayaigualdebienquemeha idoamí—repuso. —Gracias. Enhorabuena por el compromiso y… por el bebé —le dije muy incómodo. —¡Gracias!Esperamospodercasarnosesteverano. —¿Tanpronto? —Bueno,llevamosdosañosprometidos—dijoentrerisas. —Vaya. —Fuetodomuyrápido—explicó. Mesentícomoungilipollasmientraslodecía,peroaunasílepregunté: —¿Nosoisunpocojóvenes? Nataliesonrió. —Tengo casi veintiún años, y esperar no tiene sentido. He tenido la suerte de encontraralapersonaconlaquequieropasarelrestodemividamuyjoven.¿Por quéperdereltiempocuandoséquéesloquequiero?Esunhonorquequierahacerme sumujer,noexistemayordemostracióndeamorqueésa. Mientras me lo explicaba, oía la voz de Tessa en mi cabeza repitiendo esas mismaspalabras. —Supongoquetienesrazón—ledije,yellasonrió. —¡Mira, ahí está! He de irme. Estoy helada y embarazada, no es una buena combinación. Conunasonrisa,recogiólasbolsasdelaaceraysaludóaunhombrevestidocon un suéter y unos caquis. La sonrisa de él al ver a su prometida embarazada era tan deslumbrantequejuraríaqueparecíacomosielsolhubierasalidoentodalagrisy tristeInglaterra. Elséptimodíafuemuylargo.Todoslosdíassemehanhecholargos.Nodejaba depensarenNatalieyensuperdón,quenopodríahaberllegadoenmejormomento. Sí,yodabapenayellalosabía,peroestabafelizyenamorada.Ypreñada.Después detodo,noledestrocélavidacomoyocreía. www.lectulandia.com-Página353 GraciasaDios. Mepaséelséptimodíaenlacama.Nopodíanisubirlaspersianas.Mimadrey Miketeníanplanesymequedésoloencasa,sumidoenmidesgracia.Cadadíaera peor que el anterior. Pensaba constantemente en qué estaría haciendo Tessa y con quién. ¿Estaría llorando? ¿Se sentiría sola? ¿Habría vuelto a nuestro apartamento a buscarme?¿Porquénomehabíallamado? Éste no es el dolor del que hablan las novelas. No es sólo un dolor mental, es físico.Medueleelalma,escomosialgomeestuvieradescuartizandodesdedentroy nocreoquepuedasoportarlo.Nadiepodríasoportarlo. Así es como Tessa debe de sentirse cada vez que le hago daño. No me puedo imaginar su frágil cuerpo soportando esta clase de dolor, pero por lo visto es más fuertedeloqueparece.Hadeserloparaaguantarme.Sumadremedijounavezque sideverdadTessameimportaba,debíadejarlaenpaz,porqueyoibaaterminarpor hacerledaño. Tenía razón. Debería haberla dejado en paz cuando me lo dijo. Debería haberla dejadoenpazelprimerdíaqueentróenlahabitacióndelaresidencia.Meprometía mímismoqueantesmuertoquevolverahacerledaño…Yaquíestamos.Estoesla muerte;espeorquelamuerte.Ymuchomásdoloroso.Debedeserlo. El octavo día me lo pasé empinando el codo. No podía parar. Después de cada tragorezabaparaquesucaradesaparecierademimente,peronohabíamanera. «Nopuedesseguirasí,Hardin.Nopuedes.Nopuedes.Deverdadquenopuedes seguirasí.» —Hardin…—LavozdeTessamedaescalofríos—.Cariño…—dice. Cuando la miro está sentada en el sofá de mi madre, con una sonrisa en los labiosyunlibroenelregazo. —Venaquí,porfavor—lloriqueacuandolapuertaseabreyentraungrupode hombres. «No.» —Ahíestá—diceeltipobajitoquemetorturaensueñostodaslasnoches. —¿Hardin?—Tessaseechaallorar. —¡Apartaosdeella!—lesadviertoamedidaquelaacorralan.Noparecequeme oigan. Lerasganelcamisónylatiranalsuelo.Unasmanossuciasyarrugadassubeny bajanporsusmuslosyellamellamaentresollozos. —Porfavor…Hardin,ayúdame.—Memiraperoestoypetrificado. Nopuedomovermeynopuedoayudarla.Meobligoamirarmientraslepegany laviolanhastaqueestátumbadaenelsuelo,ensilencioycubiertadesangre. Mimadrenomedespertó.Nadielohizo.Teníaqueverloacabar,hastaelfinal,y cuandodespertélarealidaderamuchopeorquecualquierpesadilla. www.lectulandia.com-Página354 Hoyeselnovenodía. —¿TehasenteradodequeChristianVancesetrasladaaSeattle?—mepregunta mimadremientrasapartoelcuencodecerealesquetengodelante. —Sí. —Quéemocionante,¿verdad?UnanuevasucursalenSeattle. —Supongo. —Vaacelebrarloconunacenaeldomingoycreequetegustaríaasistir. —¿Cómolosabes?—lepregunto. —Porquemelodijo.Hablamosdevezencuando.—Sesirveunasegundatazade café. —¿Porqué? —Porquepodemos.Acábateeldesayuno—meregañacomosifuerauncrío,pero notengofuerzasparacontestarlecomosemerece. —Noquieroir—ledigo,ymeobligoallevarmelacucharaalaboca. —Esprobablequenovuelvasaverloenunatemporada. —¿Y?Tampocoesqueahoranosveamosadiario. Memiracomosituvieraalgomásquedecirperosereprime. —¿Tienesunaaspirina?—lepregunto. Asienteysevaabuscarlas. No quiero ir a una ridícula cena de despedida para celebrar que Christian y Kimberly se mudan a Seattle. Estoy harto de que todo el mundo hable siempre de Seattle,yséqueTessairáaesacena.Eldolorquemeproducelaideadeverlame aplastayporpocometiradelasilla.Tengoquealejarmedeella,selodebo.Sipuedo quedarmeaquíunoscuantosdíasmás,ounassemanas,ambospodremosseguircon nuestras vidas. Ella encontrará a alguien como el prometido de Natalie, alguien muchomejorparaellaqueyo. —Creoquedeberíasir—repitemimadremientrasmetragolaaspirina,aunque séquenovaaservirdenada. —No puedo ir, mamá…, aunque quisiera. Tendría que salir de aquí a primera horadelamañanaynoestoylistoparamarcharme. —Quieresdecirquenoestáslistoparaenfrentartealoquedejaste—repone. Nopuedosoportarlomás.Hundolacaraentrelasmanosydejoqueeldolorse adueñedetodo,quemeahogue.Ledoylabienvenidayesperoquememate. —Hardin… —La voz de mi madre es dulce y reconfortante, y me abraza y tiemblocontrasupecho. www.lectulandia.com-Página355 CAPÍTULO81 Tessa LosientoenelmismomomentoenqueKarensevaallevaraLandonalaeropuerto. Sientolasoledadquemeacecha,perotengoqueignorarla.Hedehacerlo.Solaestoy bien.Bajoalacocinaporquemiestómagoseniegaadejarderugirymerecuerda queestoyhambrienta. Kenestárasgandoelpapeldealuminiodeunamadalenaconcoberturaazul. —Hola,Tessa.—Sonríeyledaunmordisco—.¿Quieresuna? Mi abuela solía decir que las madalenas eran alimento para el alma, y eso es justamenteloquenecesito. —Gracias.—Sonríoantesdepegarleunlametónalacobertura. —DáselasaKaren. —Loharé. Estamadalenaestáparamorirse.Puedequeseaporquellevonuevedíascasisin comer,opuedequeseaporquerealmentelasmadalenassonbuenasparaelalma. Cuandoelbrillodeldulceseapaga,sientoqueeldolorsigueahí,constantecomo ellatirdemicorazón.Sinembargo,yanomesupera,yanomehunde. Kenmesorprendealdecir: —Seharámásfácilconeltiempoyencontrarásaalguiencapazdequereraotra personaynosóloasímismo. Se me revuelve el estómago con el repentino cambio de tema. No quiero mirar atrás,quieroseguiradelante. —YotratéfatalalamadredeHardinylosé—prosigue—.Avecesdesaparecía durante días, le mentía, bebía hasta que no me tenía en pie. Si no hubiera sido por Christian,nosésiTrishymihijohabríansobrevivido… Aloíreso,meacuerdodelomuchoquemeenfadéconKencuandomeenterédel origendelaspesadillasdeHardin.Recuerdoquequeríaabofetearloporpermitirque le hicieran eso a su hijo. Sus palabras remueven la rabia que le tenía guardada y aprietolospuños. —Nuncapodréhacerretrocedereltiemponicompensarlaporloocurridopormás quequieraypormásquelointente—añade—.Noerabuenoparaellaylosabía.Ella era demasiado buena para mí, era consciente, todo el mundo lo era. Ahora tiene a Mike,queséquelatratarácomosemerece.TambiénhayunMikeparatienalguna parte,estoyconvencidodeello—dicemirándomecomounpadre—.Mihijotendrá www.lectulandia.com-Página356 suertesiconsigueencontrarasuKarenmásadelante,cuandomadureydejedeluchar contratodoycontratodos. Cuando dice lo de Hardin y «su Karen», trago saliva y miro a otra parte. No quieroimaginarmeaHardinconnadiemás.Esdemasiadopronto.Ledeseolomejor, deverdad;noquieroquesepaselavidasolo.Esperoqueencuentreaalguienaquien quiera tanto como Ken quiere a Karen para que tenga una segunda oportunidad y puedaamaraalguienmásdeloquemequisoamí. —Esoespero—digoalfin. —Lamentoquenosehayapuestoencontactocontigo—reponeKenenvozbaja. —Nopasanada…Dejédeesperarhacedías. —Enfin—diceconunsuspiro—.Serámejorquemevayaamidespacho.Tengo unascuantasllamadaspendientes. Mealegrodequesevayaatrabajar.NoquieroseguirhablandodeHardin. AparcodelantedeledificiodondeviveZedyveoquemeestáesperandofueraconun cigarrillodetrásdelaoreja. —¿Fumas?—lepreguntoarrugandolanariz. Pareceperplejocuandosubeamidiminutocoche. —Sí.Bueno,aveces.Llevabauntiemposinhacerlo,peroheencontradoaeste pequeñínenmihabitación. —No sólo estás pensando en fumar, sino que estás pensando en fumarte un cigarrilloantiguo. —Esoes.¿Notegustaeltabaco? —Nada en absoluto. Pero, eh, si quieres fumar, adelante. Aunque no puedes hacerloenmicoche. Presionaunodelospequeñosbotonesdelapuerta.Conlaventanillabajada,se sacaelcigarrillodedetrásdelaorejaylotiraalacalle. —Entoncespasodefumar.—Sonríeysubelaventanilla. Pormuchoquedetesteeltabaco,hedeadmitirqueelcigarrillolequedabamuy bienconelpelocasidepunta,lasgafasdesolylachaquetadecuero. www.lectulandia.com-Página357 CAPÍTULO82 Hardin —Aquítienes—dicemimadreentrandoenmiantiguahabitación. Metiendeunapequeñatazadeporcelanaymeincorporoenlacama. —¿Quées?—preguntoconlavozronca. —Lechecalienteconmiel—dicecuandoledoyunsorbo—.¿Teacuerdasdeque telapreparabadepequeñosiemprequeteponíasenfermo? —Sí. —Tessateperdonará,Hardin—medice,ycierrolosojos. Porfinhepasadodelloraramocotendidoaestarmedioatontadoysinlágrimas. Nosientonada. —Nolocreo… —Teperdonará.Hevistocómotemira.Tehaperdonadocosaspeores. Mepeinalamarañaenredadaymelaapartadelafrente.Porunavez,nohago unamueca. —Yalosé—digo—,peroestavezesdistinto,mamá.Hearruinadotodoloque hemospasadomesesconstruyendo. —Tequiere. —No puedo seguir de este modo, no puedo. No puedo ser lo que ella quiere. Siemprelofastidiotodo.Soyasíysiempreloseré,eltíoquelofastidiatodo. —Esonoesverdad,yséqueeresjustoloqueellaquiere. Latazatiemblaenmimanoyestáapuntodecaerse. —Séquesóloquieresayudarpero,mamá…,déjalo,porfavor. —Y¿quévasahacer?¿Vasaperderlayseguiradelantecontuvida? Dejolatazayelplatosobrelamesillaantesdecontestar.Suspiro. —No,nopodríaseguirconmividaaunquequisiera.Peroellatienequehacerlo. Hededejarlamarcharantesdecausarlemásdaño. TengoquedejarqueacabecomoNatalie.Feliz…,felizdespuésdetodoloquele hice.FelizconalguiencomoElijah. —Está bien, Hardin. No sé qué más decirte para convencerte de que seas un hombreylepidasperdón—meespeta. —Vete,porfavor—leruego. —Esovoyahacer,perosóloporquetengofeenquealfinalharáslocorrectoy lucharásporella. www.lectulandia.com-Página358 Encuantosaledelcuartoycierralapuertatrasdesí,estrellolatazayelpequeño platocontralapared. www.lectulandia.com-Página359 CAPÍTULO83 Tessa ComemosenunpequeñocentrocomercialdelasafuerasyvolvemosacasadeZed. Pasamosjuntoalcampus,mearmodevalorylepreguntoloquesiemprehequerido preguntarle: —Zed,¿quécreesquehabríapasadositúhubierasganadolaapuesta? Salta a la vista que lo he pillado por sorpresa. Se mira las manos un momento antesdecontestar. —Nolosé—dicefinalmente—,ymiraquelehedadovueltas. —¿Ah,sí?—Lomiroysusojoscolorcarameloencuentranlosmíos. —Puesclaro. —¿Ybien? Memetounmechónrebeldedetrásdelaoreja,esperandosurespuesta. —Pues…—empieza—.Séquetelohabríacontadoantesdedejarquelascosas sesalierandemadre.Siemprequisehacerlo.Queríacontártelocadavezqueosveía juntos.—Tragasaliva—.Quieroquetequedeclaro. —Losé—digoenunsusurro. Continúa: —Quieropensarquemehabríasperdonadoporquetelohabríacontadoantesde queocurrieranadayhabríamossalidounpardeveces,comotienequeser:habríamos ido al cine o algo así y lo habríamos pasado bien. Te habrías reído y te habrías divertido y yo no me habría aprovechado de ti. Y me gusta pensar que te habrías enamorado de mí igual que te enamoraste de él, y que cuando llegara el momento perfecto,habríamos…ynoselohabríacontadoanadie.Nolehabríadadoanadieun solo detalle. Demonios, habría dejado de quedar con ellos porque querría estar contigoatodashoras,haciéndotereírcomosueleshacerlocuandocreesquealgoes muygracioso…Esdistintodeturisanormal.Asíescomosécuándotehagoreírde verdadycuándoestásfingiendoporeducación.—Sonríeysemeaceleraelpulso—. Tehabríavaloradoynotehabríamentido.Nomehabríaburladodetiatusespaldas nitehabríainsultado.Mehabríaimportadounpimientomireputacióny…y…creo que habríamos sido felices. Habrías sido feliz en todo momento, no sólo a veces. Quieropensarque… Nolodejoacabarporquelocojodelcuellodelachaquetayacercoloslabiosa lossuyos. www.lectulandia.com-Página360 CAPÍTULO84 Tessa Zedmeacaricialamejillaysemeerizaelvellodelanuca.Metiradelbrazopara acercarmemásaél.Megolpeolarodillaconelvolantemientrasmesientosobresu regazoymemaldigoporhaberestadoapuntodeestropearelmomento,peroélno parecedarsecuentaymeabrazaymeestrechacontrasupecho.Leecholasmanosal cuelloynuestrasbocassemuevenenperfectasincronía. Suslabiossonunpaísextranjeroparamí;nosoncomolosdeHardin.Sulengua semuevedeotramanera,noacaricialamíaynomemuerdeellabioinferiorentre besoybeso. «Noloscompares,Tessa.Lonecesitas.Tienesquedejardepensarenél.Seguro queyaestáenlacamaconcualquiera,puedequeconMolly.»Miraque,comoesté conMolly… «Habríassidofelizentodomomento,nosóloaveces.» Sé que Zed tiene toda la razón. Me habría ido mucho mejor con él. Me lo merezco.Merezcoserfeliz.Yahesufridobastanteyhetenidoquetragarsuficiente mierda con Hardin para que ni siquiera se haya molestado en llamarme y hablarlo conmigo.Sóloalguienmuydébilvolveríacorriendoconalguienquelahapisoteado una y otra vez. No puedo ser así, tengo que ser fuerte y seguir adelante. O por lo menosintentarlo. Mesientomejorahora,enestemomento,deloquemehesentidoenlosúltimos nuevedías.Nuevedíasnoparecentantotiempohastaquetelospasascontandocada segundo, esperando agónicamente lo que no va a pasar. Entre los brazos de Zed puedorespiraralfin,puedoverlaluzalfinaldeltúnel. Zed siempre me ha tratado bien y siempre ha estado ahí. Ojalá me hubiera enamoradodeélynodeHardin. —Joder,Tessa…—gime,yletirodelpelo. Lobesoconmásintensidad. —Espera…—mascullaenmiboca,ymeapartolentamente—.¿Quépasaaquí? —Memiraalosojos. —No…Nolosé…—Metiemblalavozyestoysinaliento. —Yotampoco… www.lectulandia.com-Página361 —Perdona…Esqueestoyunpocoinestableyhepasadopormucho,yloqueme hasdichohahechoque…Nosé…Nodeberíahaberlohecho.—Mirohaciaotraparte ymebajodesuregazo,devueltaalasientodelconductor. —No tienes por qué disculparte… Sólo es que no quiero que te hagas una idea equivocada,¿sabes?Únicamentequierosaberquésignificaestoparati—medice. «¿Quésignificaparamí?» —Notengorespuestaparaeso,aúnno.Yo… —Esocreía—diceconunligeromatizdeenfado. —Esquenosé… —Nopasanada,loentiendo.Siguesenamoradadeél. —Sólo han pasado nueve días, Zed. No puedo evitarlo. —No sé cómo me las apaño,peronohagomásqueliarla,ycadaembrolloesmásgordoqueelanterior. —Lo sé. No te estoy diciendo que dejes de quererlo ni que vayas a dejar de hacerlo. Sólo es que no quiero ser el segundo plato. Acabo de empezar a salir con alguien.Nohabíasalidoconnadiedesdequeteconocí,hastaqueaparecióRebecca. Peroluego,cuandotellevéatucasayvicómoreaccionastecuandotedijequeestaba saliendoconalguien,empecéapensar…Séquesoyunidiota,peroempecéapensar quenoqueríasquepasarapáginaoalgoasí. Apartolavistadesuhermosorostroymiroporlaventanilla. —No eres un segundo plato… —digo—. Me apetecía besarte. Sólo que no sé muybienniloquepiensoniloquehago.Nadatienesentidodesdehacenuevedías,y cuandotehebesadohasidoalucinanteyhedejadodepensarenél.Hesentidoque podía hacerlo, que podía olvidarlo, pero sé que no es justo que te utilice de este modo.Estoyconfusayheperdidolarazón.Perdonaquetehayaforzadoaserleinfiel atunovia,noeraésamiintención.Sóloesque… —Noesperoqueloolvidestanpronto.Séhastaquépuntotetieneensusgarras… Nolosabeélbien. —Dime una cosa —dice luego, y yo asiento—. Dime que al menos intentarás permitirteserfeliz.Notehallamadoniunavez.Tehahechopasaruncalvarioyni siquieraestáintentandolucharporti.Sifuerayo,pelearíaporti.Paraempezar,nunca tehabríadejadomarchar.—Extiendeelbrazoymemeteunmechónperdidodetrás de la oreja—. Tessa, no necesito una respuesta inmediata. Sólo necesito saber que estás lista para intentar ser feliz. Sé que no estás preparada para una relación conmigo,peropuedequealgúndíaloestés. La cabeza me va a cien, el corazón se me va a salir del pecho y me duele al mismotiempo,yescomosimefaltaraelaire.Quierodecirlequelointentaréperono me salen las palabras. La media sonrisa de Hardin por las mañanas cuando por fin consigoqueselevantedespuésdehabersepasadounratoprotestandoporlaalarma demimóvil.Lavozsomnolientaconlaquepronunciaminombre.Elmodoenque intentaquemequedeenlacamaconélhastaquetengoquesalircorriendomuertade larisadelahabitación.Elcafé,quelegustasinlecheysinazúcar,igualqueamí.El www.lectulandia.com-Página362 hecho de que lo quiero más que a nada en el mundo y cómo desearía que fuera distinto.Ojalápudieraserexactamenteigualperodistinto.Notienesentido,nipara míniparanadie,peroasísonlascosas. Ojalánoloquisieracomoloquiero.Ojalánohubierahechoquemeenamorarade él. —Loentiendo.Nopasanada—diceZed,yseesfuerzaporsonreírperofracasa estrepitosamente. —Losiento…—aseguro,ydeverdadquenosabecuánto. Sebajadelcoche,cierralapuertayvuelvoasentirmesola. —¡Mierda! —grito y golpeo el volante con las manos, cosa que también me recuerdaaHardin. www.lectulandia.com-Página363 CAPÍTULO85 Hardin Me despierto bañado en sudor otra vez. Se me había olvidado lo horrible que es despertarseasícasitodaslasnoches.Creíaquelasnochesenvelaeranaguapasada, peroahoravuelvenatorturarme. Miroelreloj:lasseisdelamañana.Necesitodormir,dormirdeverdad.Dormir sin interrupciones. La necesito a ella, necesito a Tess. Tal vez, si cierro los ojos y finjoqueestáaquíconmigo,consigavolveradormirme… Cierrolospárpadosytratodeimaginarqueestoytumbadobocaarribayellatiene lacabezaapoyadaenmipecho.Intentorecordarelperfumeavainilladesupelo,su respiraciónlentacuandoduerme.Porunmomentocasipuedosentirla,susuavepiel contramipechodesnudo…Esoficial:meestoyvolviendoloco. «Mierda.» Mañanaestarémejor.Seguro.Llevopensandoeso…diezdías.Sipudieravolver averlasólounavez,seguroquenoseríatanmalo.Sólounavez.Sipudieravolvera verlasonreír,podríasoportarhaberladejadomarchar.¿Estarámañanaenlacenade Christian?Pareceprobable… Miro el techo e intento imaginarme qué se pondrá para la cena. ¿Se pondrá el vestidoblancoquesabequetantomegusta?¿Serizaráelpeloyselorecogeráaun ladooseharáunacoleta?¿Semaquillará?Laverdadesquenolehaceningunafalta. «Malditasea.» Meincorporoymelevantodelacama.Novoyapodervolveradormirme.Bajo laescalerayveoqueMikeestásentadoenlacocinaleyendoelperiódico. —Buenosdías,Hardin—mesaluda. —Hola—mascullo,ymesirvounatazadecafé. —Tumadreestádurmiendo. —Nomedigas…—Pongolosojosenblanco. —Estámuycontentadetenerteaquí. —Vengaya.Meheportadofataldesdequellegué. —Eso es verdad. Pero se alegró de que te abrieras a ella. Siempre estaba muy preocupadaporti…HastaqueconocióaTessa.Entoncesdejódepreocuparsetanto. —Puesimaginoquetendráquevolverapreocuparse—suspiro. ¿Porquéestáintentandomantenerunacharlaacorazónabiertoconmigoalasseis delamañana? www.lectulandia.com-Página364 —Queríahablarcontigo—diceentonces,ysevuelvehaciamí. —¿Ybien?…—replicomirándolodereojo. —Hardin,quieroatumadreytengointencióndecasarmeconella. Escupoelcafédevueltaalataza. —¿Quierescasarteconella?¿Estásloco? Enarcaunaceja. —Noveoquétienedelocuraquequieracasarmeconella. —Nolosé…Yahaestadocasada…ytúeresnuestrovecino…,suvecino. —Puedo cuidar de ella como se merece, como deberían haber cuidado de ella todalavida.Sinoloapruebas,losientomucho,peropenséquedebíainformartede que, llegado el momento adecuado, voy a pedirle que pase el resto de su vida conmigodemaneraoficial. Noséquédecirleaestehombrequehavividoenlacasadealladotodamivida. Unhombrealquenuncahevistoenfadado,niunasolavez.Laquiere,senota,pero ahoramismosemehacemuyraro. —Estábien—asiento. —Estábien—repite,ymiradetrásdemí. Mimadreentraenlacocinaenalbornozydespeinada. —¿Quéhacesdespiertotantemprano,Hardin?¿Vasavolveracasa?—pregunta. —Nopodíadormir,yéstaesmicasa—ledigo,ymetomootrotragodecafé. Éstaesmicasa. —Ya…—Sonríemediodormida. www.lectulandia.com-Página365 CAPÍTULO86 Tessa Me estoy hundiendo otra vez. Los recuerdos que compartí con Hardin son como piedrasatadasamispiesqueintentanarrastrarmebajoelagua. Abro las ventanillas, necesito aire. Zed es muy dulce conmigo, es amable y comprensivo. Ha aguantado mucho por mí y siempre lo he despreciado. Si pudiera dejardecomportarmecomounaidiota,podríaintentarloconél.Ahoramismonome imagino en una relación, ni ahora ni en un futuro inmediato. Pero tal vez con el tiempo… No quiero que Zed rompa con Rebecca por mi culpa cuando ni siquiera puedodarleunarespuesta,ounapistasobremifuturo. ConduzcodevueltaacasadeLandonmásconfusaquenunca. Si pudiera hablar con Hardin, verlo una vez más, al menos podría zanjar el asunto. Si pudiera oírlo decir que no le importo, si fuera cruel conmigo por última vez, entonces podría darle a Zed una oportunidad. Podría darme a mí misma una oportunidad. Antesdedarmecuenta,cojoelmóvilypulsoelbotónquellevoevitandotocar desdeelcuartodía.Simeignora,pasarépágina.Sinolocoge,larupturaseráoficial. Simedicequelosienteyquepodemosarreglarlo…No.Dejoelmóvilenelasiento. Hellegadodemasiadolejoscomoparavolverallamarlo,paravolverahumillarme. Perotengoquesaberlo. Saltaelcontestador. —Hardin…—laspalabrassalendemibocaaborbotones—.Hardin,soyTessa. Yo…necesitohablarcontigo.Estoyenelcoche,yestoyhechaunlío…—Rompoa llorar—.¿Porquénolohasintentadosiquiera?Dejastequememarcharasinmásy aquí estoy, llamándote y llorándole a tu buzón de voz. Necesito saber qué nos ha pasado. ¿Por qué esta vez ha sido distinto? ¿Por qué no seguimos peleando hasta solucionarlo? ¿Por qué no has luchado por mí? Merezco ser feliz, Hardin… — sollozo,ycuelgo. ¿Porquélohehecho?¿Porquémeherendidoylohellamado?Soyunaimbécil. Seguroquesemondaráderisacuandoescucheelmensaje.Seguroqueseloponeala chicaalaqueseestétirandoylosdossepartiránelpechoamicosta.Memetoenun aparcamientodesiertoparaordenarmisideas,noquierotenerotroaccidente. Miroelmóvilyrespirohondoparadejardellorar.Hanpasadoveinteminutosy nomehadevueltolallamada.Nisiquieramehaescritounmensaje. www.lectulandia.com-Página366 ¿Porquéestoyenunaparcamientovacíoalasdiezdelanoche,esperandoaque mellame?Llevonuevedíasluchandoconmigomismaparaserfuerte,ysinembargo aquíestoy,hechapolvootravez.Nopuedoconsentirlo.Sacoelcochedelparkingy vuelvoalapartamentodeZed.EsevidentequeHardinestámuyocupadoynotiene tiempoparamí,peroZedestáaquí,essinceroysiempreacudecuandolonecesito. Dejoelcochejuntoasucamionetayrespirohondo.Tengoquepensarenmíyenlo queyoquiero. Subocorriendolaescaleray,cuandollegodelantedelapuertadelapartamentode Zed,sientoqueestoyenpazconmigomisma. Golpeolapuertayesperoimpacienteaquemeabra.¿Ysiesdemasiadotardey nomeabre?Melotengomerecido,supongo.Nodeberíahaberlobesadoconlaque estácayendo. Abrelapuertaysemecortalarespiración.Zedsólollevaunospantalonescortos dedeporte;tieneeltorsotatuadoaldescubierto. —¿Tessa?—Estáboquiabierto.Nomeesperaba. —No…Noséquépuedoofrecerte,peroquierointentarlo—ledigo. Sepasalamanoporelpelonegroyrespirahondo.Vaarechazarme,losé. —Perdona,nodeberíahabervenido…—digo.Nopuedosoportarqueéltambién merechace. DoymediavueltayempiezoabajarlosescalonesdedosendoshastaqueZedme agarradelbrazoymemiraalosojos. Nodicenada,sólomecogedelamanoymeconducedevueltaasuapartamento. Estátranquiloycallado.Esmuycomprensivo.Nossentamosenelsofá,unoen cada extremo. Es totalmente distinto de Hardin. No quiero hablar y lo respeta. No puedo explicarle mis actos, no me lo reprocha. Y cuando le digo que no me siento cómodadurmiendoenlamismacamaqueél,metraelamantamássuavedelmundo yunaalmohadaqueestámásomenoslimpiaylasdejaenelsofá. Alamañanasiguiente,cuandomedespierto,meduelehorroreselcuello.Elsofáde Zed está viejo y no es nada cómodo, pero he dormido bastante bien teniendo en cuentalascircunstancias. —Hola—mesaludacuandoentraenelsalón. —Hola.—Sonrío. —¿Hasdormidobien?—mepregunta. Zedseportódemaravillaanoche.Nisiquieraparpadeócuandoledijequequería dormirenelsofá.MeescuchócuandolehablédeHardinydecómosehabíaidotodo altraste.MecontólomuchoqueleimportaRebecca,peroqueahoranoestáseguro porque nunca ha dejado de pensar en mí, ni siquiera después de conocerla. La primerahoramesentículpableynohicemásquellorar,peroamedidaqueavanzaba la noche las lágrimas se fueron transformando en sonrisas y después en carcajadas. www.lectulandia.com-Página367 Para cuando decidimos irnos a dormir, me dolía la barriga de tanto reír porque habíamosestadocompartiendorecuerdostronchantesdelainfancia. Soncasilasdosycreoquenuncahabíadormidohastatantarde,peroesoeslo quepasacuandounosequedadespiertohastalassietedelamañana. —Sí—respondo—,¿ytú? Me levanto y doblo la manta. Recuerdo que me arropó con ella mientras me quedabadormida. —Igual. Sonríeysesientaenelsofá.Llevaelpelohúmedoybrillante,comosiacabarade salirdeladucha. —¿Dóndeladejo?—lepregunto. —Dondequieras.Noteníasquedoblarla.—Separtedelarisa. Me acuerdo del armario del apartamento y de cómo Hardin mete las cosas sin ningúncuidadosóloparahacermerabiar. —¿Quéplanestienesparahoy?—lepregunto. —Heidoatrabajarestamañana.Nadamás. —Y¿yahasvuelto? —Sí.Empiezoalasnueveysalgoamediodía.—Sonríe—.Hoyloúnicoquehe hechohasidoarreglarmicamioneta. Se me había olvidado que Zed trabaja de mecánico. No sé gran cosa de él, exceptoquetienemuchaenergía,porquesólohadormidodoshorasantesdeirsea trabajar. —¿Eresunprodigiodelascienciasmedioambientalesdedíayunpríncipedela grasadecamióndenoche?—bromeo,yentoncesZedseechaareír. —Algoasí.¿Túquéplanestienes? —Nolosé.Tengoqueiracomprarmeunvestidoparalacenaencasademijefe mañanaporlanoche. Porunmomentopiensoquepodríapedirlequefueramiacompañante,peronoes buenaidea.Nuncaseríacapaz:todoelmundosesentiríaincómodo,yolaprimera. Zed y yo hemos llegado a un acuerdo. No vamos a forzar las cosas. Vamos a pasartiempojuntosyverquépasa.NovaapresionarmeparaqueolvideaHardin; losdossabemosquenecesitomástiempoantesdeempezaraplantearmeelsalircon nadie.Tengomuchoquepensar,paraempezar,dóndevoyavivir. —¿Quieres que te acompañe? O podríamos ir al cine cuando acabes… — preguntanervioso. —Sí,lasdoscosassuenanbien.—Sonrío,ymiroelmóvil. Nohayllamadasperdidas,nimensajesdetexto,nimensajesenelbuzóndevoz. Zedyyoacabamospidiendounapizzayharaganeandoensuapartamentohasta quevuelvoacasadeLandonadarmeunaducha.Porelcaminopasoporelcentro comercialantesdelahoradecierreyencuentroelvestidorojoperfecto,conelescote cuadradoyelbajojustoporencimadelarodilla.Noesnidemasiadoconservadorni www.lectulandia.com-Página368 demasiadoatrevido. Para cuando vuelvo a casa de Landon, hay una nota en la encimera, junto a un plato lleno de comida que me ha guardado Karen. Ken y ella han ido al cine y volveránpronto,diceelpapel. Quéalivioestarsola,aunquecuandoestántampocomeenteroporquela casaesenorme.Meduchoymepongoelpijama.Luegomemetoenlacama ymeobligoadormir. Missueñossonuntirayaflojaentreunchicodeojosverdesyunchicodeojosde colorcaramelo. www.lectulandia.com-Página369 CAPÍTULO87 Tessa Once días. Han pasado once días desde la última vez que supe de Hardin, y no ha sidonadafácil. Sinembargo,lacompañíadeZedhasidodegranayuda. HoyeslacenaencasadeChristian,yheestadotodoeldíatemiendoqueverlas caras de siempre me recuerde a Hardin y que de un plumazo se desmoronen los murosquehelevantado.Bastaunapequeñagrietaparaquedejedeestarprotegida. Finalmente, cuando es la hora de salir, respiro profundamente e inspecciono mi aspectounavezmásenelespejo.Mehepeinadocomosiempre:conelpelosueltoy rizos suaves, pero el maquillaje es más oscuro que de costumbre. Me pongo la pulsera que Hardin me regaló en la muñeca; aunque sé que no debería llevarla, me siento desnuda sin ella. Se ha convertido en una parte tan importante de mí… El vestidomesientaaúnmejorqueayer,ymealegrodehaberrecuperadoloskilosque perdíenlosprimerosdíasdeayuno. «Ijustwantitbackthewayitwasbefore.AndIjustwanttoseeyoubackatmy frontdoor…»(«Sóloquieroquevuelvaasercomoantes.Sóloquierovolveraverte enmipuerta…»),suenalamúsicamientrascojolacarterademano.Enelsiguiente compás,mequitolosauricularesylosmetodentro. Me reúno con Karen y Ken abajo, los dos van muy elegantes. Ella lleva un vestidolargoconunestampadoazulyblancoyéltrajeycorbata. —Estáisestupendos—ledigoaKaren,yseponecolorada. —Gracias,cielo,tútambién—respondesonriéndomedeorejaaoreja. Esmuydulce.Cuandotengaquedejarlosvoyaecharlosmuchísimodemenos. —Estabapensandoqueestasemanapodríamostrabajarunratoenelinvernadero. ¿Quéteparece?—mepreguntamientrasandamoshaciaelcoche. Mistaconesrepiqueteansobreelhormigóndelgaraje. —Meencantaría—lecontesto,ymesuboalasientotraserodesuVolvo. —Esto va a ser muy divertido. Hacía tiempo que no íbamos a una fiesta como ésta.—KarencogelamanodeKenyselaponeenelregazomientrasélmaniobra parasacarelcoche. Noenvidiolomuchoquesequieren;merecuerdanquelaspersonaspuedenser buenasycariñosas. —Landon llegará muy tarde de Nueva York. Lo recogeré a las dos de la www.lectulandia.com-Página370 madrugada—diceKarenconentusiasmo. —Quéganastengodeverlo—contesto. Y es cierto… He echado de menos a mi mejor amigo, sus sabias palabras y su cálidasonrisa. LacasadeChristianVanceestalcuallaimaginaba.Deunestilomuymoderno,con laestructuracasitransparente.Parecequesólolasvigasyloscristaleslasujetanala colina.Enelinterior,cadaelementodeladecoraciónestápensadoparacombinarse orgánicamenteenunconjuntoperfecto.Esimpresionante,ymerecuerdaaunmuseo enelsentidodequenadadeloquecontienehasidotocadoantes. Kimberlynossaludaenlapuertaprincipal. —Muchísimasgraciasporvenir—dice,ymedaunabrazo. —Gracias a ti por invitarnos. —Ken le estrecha la mano a Christian—. Enhorabuenaporlamudanza. Me quedo sin aliento al ver el agua a través de las ventanas de atrás. Ahora entiendoporquécasitodalaestructuraesdecristal:lacasaseasientajuntoaungran lago.Elaguaenelexteriorparecenotenerfin,ylapuestadesol,quesereflejaenel lago,estanapabullantequemeciega.Elhechodequelacasaestésobreunacolinay queeljardínhagapendientetehacecreerqueestásflotandosobrelasaguas. —Yaestáaquítodoelmundo.—Kimberlynosllevaalsalón,que,comoelresto delacasa,esperfecto. Enrealidadnoesmiestilo,megustamásunadecoraciónclásica,perolacasade Vance es realmente exquisita. Dos largas mesas rectangulares llenan el espacio, decoradas con flores de colores y pequeños recipientes con velas flotando en su interiorjuntoacadaunodelosasientos.Eleganteycolorido,parecesacadodeuna revista.Kimberlysehasuperadoconestafiesta. Trevorsesientaalamesamáscercanaalaventana,juntoconotrascarasqueme resultan familiares de la oficina, incluyendo a Crystal, del departamento de marketing, y su futuro marido. Smith está dos sitios más abajo, enfrascado en un videojuegoenelmóvil. —Estáspreciosa.—TrevormesonríeyselevantaparasaludaraKenyaKaren. —Gracias.¿Quétal?—pregunto. Sucorbataesexactamentedelmismoazulquesusojos,quebrillanradiantes. —¡Genial!Preparadoparalagranmudanza. —¡Meimagino!—contesto,peroloquerealmentepiensoes:«Ojaláyotambién pudieratrasladarmeaSeattle…». —Trevor,quéalegríaverte.—Kenleestrechalamanoyyobajolavistacuando notounligerotirónenmivestido. —Hola,Smith,¿cómoestás?—preguntoalpequeñodebrillantesojosverdes. —Bien. —Se encoge de hombros. Entonces, en voz baja, pregunta—: ¿Dónde www.lectulandia.com-Página371 estátuHardin? No sé qué decirle, y su forma de llamarlo «mi Hardin» remueve algo en mi interior.Losmurosdepiedraestánempezandoadesquebrajarseytodavíanohaceni diezminutosqueestoyaquí. —Está…—empiezoadecir—,noestáaquíahoramismo. —Perovaavenir,¿no? —No,losiento.Nocreoquevenga,cariño. —Ah. Esunamentiraterrible,ycualquieraqueconozcaaHardinlosabría,peroledigo alpequeño: —Medijoquetemandararecuerdos—ylerevuelvounpocoelpelo.Porculpa deHardin,hetenidoqueengañaraunniñopequeño.Estupendo. Smithsonríepococonvencidoysesientaotravezalamesa. —Estábien.MegustatuHardin. «Amítambién—quierodecirle—,peronoesmío.» Durante los siguientes quince minutos, llegan veinte invitados más y Christian enciende su sistema de sonido ultramoderno. Con sólo apretar un botón, una suave melodía de piano inunda la estancia. Jóvenes camareros uniformados desfilan alrededordelasmesasconbandejasdecanapésyyoelijounoquepareceunpedazo depancubiertodetomatesysalsa. —La oficina de Seattle es alucinante, deberíais verla —nos dice Christian a un pequeñogrupodeinvitados—.Estácasiencimadelagua,eseldobledegrandeque ladeaquí.Nomepuedocreerqueporfinmeestéexpandiendo. Trato de parecer interesada mientras un camarero me ofrece una copa de vino blanco. En verdad sí que me interesa, sólo es que estoy distraída. Me distrae oír hablar de Hardin y la idea de Seattle. Me quedo mirando el agua y me imagino a Hardinyamímudándonosavivirjuntosaunapartamentoenmediodelajetreode una nueva ciudad, un sitio nuevo, con gente nueva. Haríamos nuevos amigos y comenzaríamos una nueva vida juntos. Hardin trabajaría otra vez para Vance y alardearíadíaynochedequeganamásdineroqueyo,ytendríaquepelearmeconél paraquemepermitierapagarlafacturadelaluz. —¿Tessa? LavozdeTrevormesacademisensoñaciones. —Perdona…—tartamudeo,ymedoycuentadequenoshemosquedadoapartey queestáacabando,ocomenzando,unahistoriaquenosabíaqueestabacontándome. —Comotedecía,miapartamentoestácercadelnuevoedificio,enplenocentro… Deberíasverlasvistas.—Sonríe—.Seattleesmaravilloso,especialmentedenoche. Sonríoyasiento.Seguroqueloson.Seguro,segurísimo,queloson. www.lectulandia.com-Página372 CAPÍTULO88 Hardin «¿Quécoñoestoyhaciendo?» Noparodedarvueltasdeunladoparaotro.Hasidounaideamuymala. Ledoyunapatadaaunapiedraylamandoalotroladodelaentradadevehículos. ¿Qué espero? ¿Que corra a mis brazos y se olvide de todas las putadas que le he hecho?¿DerepentevaacreersequenomeacostéconCarly? MirohacialaimpresionantecasadeVance.ProbablementeTessanisiquierahaya llegado todavía, y voy a quedar como un idiota que se presenta sin haber sido invitado. De hecho, voy a quedar como un gilipollas haga lo que haga. Debería largarmeypuntopelota. Además,estacamisapicaquetecagasyodiotenerqueirdisfrazado.Perobueno, sóloesunacamisanegra. Alverelcochedemipadre,meacercoymiroelinterior.Enelasientodeatrás estálaespantosacarterademanoqueTessasereservaparalasocasionesespeciales. Ha venido y está dentro. Siento mariposas en el estómago vacío de pensar que voy a verla, a tenerla cerca. Y ¿qué le digo? Ni idea. Tengo que explicarle que he estadoenelinfiernodesdequememarchéaInglaterrayquelanecesito,lanecesito más que a nada. Tengo que decirle que soy un capullo y que no puedo creer que fastidiara la única cosa buena que tenía en la vida. Ella. Ella lo es todo para mí, siempre lo será. Simplemente entraré y la sacaré afuera para que podamos hablar. Estoynervioso,estoycomounputoflan. Voyadevolver.No.Perosituvieracomidaenelestómago,seguroqueloharía. Séquemiaspectodejabastantequedesear,mepreguntosielsuyotambién.Bueno, esoesdeltodoimposible,pero¿aellalehabrásidotandurocomolohasidopara mí? Finalmentemeplantoenlapuertaprincipal…ymevuelvo.Odioestarcongente yhecontadocomoquincecochesaparcados.Todoelmundomemiraráypareceréun malditochalado,queesjustoloquesoy. Antesdequemeconvenzadelocontrario,mevuelvodenuevoytocoeltimbre. Esto va por Tessa. «Va por ella», me digo en el momento en que Kim abre la puertaymesonríesorprendida. www.lectulandia.com-Página373 —¿Hardin?Nosabíaqueibasavenir—dice. Puedo ver que intenta por todos los medios ser amable, pero la noto enfadada, probablementeporquequiereprotegeraTessa. —Ya,yotampoco—contesto. Después, una nueva emoción: compasión. Se filtra a través de sus ojos cuando reparaenmiaspecto,quepuedequeseainclusopeordeloqueyomefiguraba,dado quehevenidoaquídirectamentedesdeelaeropuerto. —Oye,pasaadentro,hacemuchofrío—meofrece,ymeacompañaalinterior. Por un instante me quedo boquiabierto por la jodida obra de arte que ha hecho Vance con su casa. No parece que nadie viva aquí. Es original y muy guay, pero prefierounrollomásclásico,notantoartemoderno. —Estamosapuntodeempezaracenar—mediceKimberlymientrascaminamos haciaunsalóncomedorconlasparedesdecristal. Yentonceslaveo. Elcorazóndejadelatirmeysientounaopresióntanfuerteenelpechoquecasi me asfixio. Parece estar escuchando una historia que alguien le está contando, mientrassonríeysepasalamanoporlafrenteparaarreglarseelpelo.Elreflejodela puestadesoldetrásdeellalahaceresplandecer,ynopuedomoverme. Oigosurisayporprimeravezenoncedíasnotoquepuedorespirar.Laheechado tantodemenosyestátanguapacomosiempre.Conesevestidorojoylaluzdelsol sobresupielyesasonrisa…¿Cómoesqueestátanfelizytansonriente? ¿Nodeberíaestarhechaunamierdayllorandoamocotendido?Sonríeotravezy finalmentemisojosalcanzanaverconquiénestáhablando,quiénlaestáhaciendo olvidarsedemí. «Maldito Trevor.» Odio a muerte a ese cabrón. Me dan ganas de acercarme y tirarlo por la ventana. Nadie podría impedírmelo. ¿Por qué coño está siempre revoloteandocercadeTessa?Esunmariposónremilgadoymelovoyacargar. No.Tengoquetranquilizarme.Silepartolacara,Tessanovolveráadirigirmela palabra. Cierro los ojos unos segundos y reflexiono. Si me muestro tranquilo me escuchará,saldremosdeaquíynosiremosacasa.Lesuplicaréquemeperdoneyella mediráquetodavíamequiereyharemoselamorytodoirábien. Continúo mirándola. Parece animada, está empezando a contar una anécdota. Mientrashabla,gesticulaconlamanoconlaquenosujetalacopadevinoysonríe. Semeaceleraelcorazóncuandoveoquellevapuestamipulsera.¡Aúnlalleva!Aún lalleva.Esunabuenaseñal.Tienequeserlo. ElcapullodeTrevorlaobservaconintenciones,conunaexpresióndeadoración quemeponemalo.Pareceunperritofalderoyellaestáencantadadelavida. ¿Habrápasadopágina?¿Conél? Eso me mataría…, pero no puedo culparla. No le he devuelto las llamadas. Ni siquieramehemolestadoencomprarmeotromóvil.Probablementepiensequenome www.lectulandia.com-Página374 importa,queheseguidoconmivida. Mi mente regresa a esa calle tranquila de Inglaterra, al vientre abultado de Natalie,alacaradeadoracióndeElijahalmirarasuprometida.TrevormiraaTessa delamismamanera. TrevoressuElijah.Susegundaoportunidadparatenerloquemerece. Es como un jarro de agua fría. Necesito largarme, necesito salir de aquí y desaparecerdesuvida. AhoraentiendoporquémetropecéconNatalie.Teníaqueveralachicaalaque ledestrocélavidaparanocometerelmismoerrorconTessa. «Tengoqueirme.Tengoquesalirdeaquíantesdequemevea.» Perojustoenesemomentonuestrasmiradasseencuentran.Seleborralasonrisa delacaraylacopadevinosedeslizaentresusdedosysehaceañicoscontraelsuelo demadera. Todo el mundo se vuelve para mirarla pero ella sólo me ve a mí. Desvío la mirada.Trevorlaestáobservando,confusoperodispuestoaacudirasocorrerla. Tessaparpadeaunpardevecesymiraalsuelo. —Lo siento muchísimo —se disculpa muerta de la vergüenza, y se agacha a recogerloscristalesrotos. —¡Tranquila, no pasa nada! Traeré una escoba y papel de cocina —le dice Kimberly,yseapresuraabuscarlas. Necesitosalirdeaquíya.Mevuelvo,listoparapirarmeycasimecaigoencima deunpequeñín.BajolavistayahíestáSmith,quememirainexpresivo. —Creíaquenoibasavenir—dice. Niegoconlacabezaylerevuelvoelpelo. —Yameiba. —¿Porqué? —Porquenodeberíaestaraquí—leexplico,ymiroatrás. TrevorlehaquitadolaescobaaKimberlyyestáayudandoaTessaarecogerlos cristalesyatirarlosenunabolsa.Debedehaberunsimbolismoocultodetrásdetodo esto,detrásdequeloestéviendoayudaraTessaarecogerlosplatosrotos.Quéasco demetáforas… —Yotambiénquieroirme—protestaSmith. Lomirootravezyasiento. —¿Tequedas?—preguntaconinocencia,conesperanza. MiroaTessayalchiquillo.Hoynomeresultatanmolestocomoantes.Creoque nomequedanfuerzasparaenfadarmeconél. Entoncesunamanomesujetadelhombro. —Hazlecaso—diceChristian,yaprietaunpoco—.Almenos,quédateacenar. Kimhatiradolacasaporlaventanaestanoche—añadeconunacálidasonrisa. Miroallugardondesunovia,vestidaconunsencillovestidonegroyarmadacon unrollodepapeldecocina,sepeleaconeldesastrequehaarmadoTessagraciasa www.lectulandia.com-Página375 mí.Cómono,Tessanoseseparadeellaysedisculpaprofusamente. —Vale—asientomirandoaChristian. Sisobrevivoaestacena,puedosobreviviracualquiercosa.Metragaréeldolor deveraTessatancontentasinmí.Parecíaestarbienantesdeverme,ydespués,su hermosorostrosehacubiertodetristeza. Actuaréigualqueella,comosinomeestuvieramatandocadavezquepestañea. Sicreequenomeimporta,podráseguiradelanteyfinalmenteestarconalguienque latratetanbiencomosemerece. Kimberly termina de recogerlo todo justo en el momento en que uno de los camareroshacesonarunapequeñacampana. —Elespectáculohaterminado.¡Todosacenar!—diceconunasonrisamientras conlosbrazosgesticulaparaguiaraloscomensalesalasmesas. YosigoaChristianyescojounasientoalazar,sinprestaratenciónallugarenel queestánTessay«suamigo».Juegounratoconloscubiertos,hastaquemipadrey Karenseacercanasaludar. —Noesperabaverteaquí,Hardin—diceél. Karensesientaamilado. —Todoelmundodicelomismo…—suspiro. MeprohíbomiraraTessa. —¿Hashabladoconella?—mepreguntaKarendeformacasiinaudible. —No—contesto. Me quedo mirando el estampado del mantel mientras espero que los camareros sirvanlacena.Pollo.Unmontóndepollosenterosquetraenengrandesbandejas.Los camarerosdisponenplatosymásplatosdeacompañamientosenfilaalolargodela mesa.Alfinal,nopuedoevitarlevantarlavistaparabuscarla.Miroamiizquierda, pero me llevo una sorpresa: está sentada casi enfrente de mí, junto al capullo de Trevor,cómono. Está ausente, mareando un espárrago en el plato. Sé que no le gustan, pero es demasiadoeducadacomoparanocomerseloquelehanpreparado.Cierralosojosy sellevaelespárragoalaboca.Casisonríoalverquehaceloquepuedeparaqueno senoteelascoqueleda,bebegrandestragosdeaguaparaquelebajelacomiday luegoselimpialascomisurasdeloslabios. Me pilla observándola e inmediatamente desvío la mirada. Puedo distinguir el dolor en sus ojos grises. Dolor que yo he causado. Dolor que sólo cesará cuando desaparezcadesuvidaypuedaseguiradelantesinmí. Todoloquenonoshemosdichoflotaenelaireentrenosotros…,yentoncesella secentradenuevoensuplato. Novuelvoalevantarlavistadelamesaentodalacena,delaqueapenasconsigo probarbocado.NisiquieramirocuandooigoaTrevorhablarleaTessasobreSeattle. Eslaprimeravezenmividaquedesearíaserotrapersona.Daríacualquiercosapor serTrevor,porsercapazdehacerlafelizenlugardehacerledaño. www.lectulandia.com-Página376 Ella contesta a sus preguntas escuetamente y sé que respira agradecida cuando KarencomienzaahablarsobreLandonysunoviadetodalavidaenNuevaYork. El sonido de un tenedor que golpea una copa resuena en la sala y Christian se levantayanuncia: —Osruegoqueprestéisunmomentodeatención.—Vuelveahacersonarlacopa coneltenedor.Sonríeyañade—:Serámejorquepareantesdequelarompa—yle dirigeaTessaunamiradadecomplicidad. Ella se pone colorada y tengo que sujetarme las manos contra los muslos para quedarmequietoenlasillaynoabalanzarmesobreélporhaberlesacadoloscolores. Séqueeraunabroma,peroesunabromademalgusto. —Muchasgraciasatodosporhabervenido—prosigueVance—.Significamucho paramíquetodosmisseresqueridosesténestanocheconnosotros.Estoymásque orgulloso del trabajo de todas las personas aquí presentes, y es posible que sin vosotros no hubiera podido dar este paso. Sois el mejor equipo que podría desear. Quiénsabe,talvezelañoquevieneestrenemosoficinaenLosÁngeles,oinclusoen NuevaYork,paraquepuedavolverosatodoslocosdenuevoconlaplanificación.— Seríeconsusbromas,peroirradiaambición. —No adelantes acontecimientos —le dice Kimberly, y le da una palmada en el trasero. —En especial quiero darte las gracias a ti, Kimberly —añade él cambiando drásticamente el tono—. No sé dónde estaría sin ti. —Todos los presentes se revuelvenensusasientos.ChristiancogeentonceslasmanosdeKimberlyentrelas suyas y se pone delante de ella—. Tras la muerte de Rose vivía sumido en la oscuridad.Losdíassesucedíanborrosos,idénticos,ypensabaquenuncavolveríaa serfeliz.Nocreíaquefueracapazdevolveraquereraalguien.Meresignéalhecho de que Smith y yo nos habíamos quedado solos. Y un buen día apareció esta rubia pizpiretaenmidespacho.Llegabadiezminutostardeasuentrevistadetrabajoycon lamanchadecafémásescandalosadelmundoenlablusablanca.Yconesobastó.Su vitalidadysuenergíamecautivaronalinstante. SevuelvehaciaKimberly. —Me diste la vida cuando no quedaba nada dentro de mí. Nadie podría nunca reemplazar a Rose y tú lo sabías. Pero no intentaste reemplazarla. Honraste su memoriaymeayudasteaconstruirunanuevavida.Ojalátehubieraconocidoantes. Mehabríaahorradomuchosufrimiento. Seríeunpoco,intentandorestarleintensidadalmomento,peronoloconsigue. —Tequiero,Kimberly,másqueanada,ymeencantaríapasarelrestodemivida devolviéndotetodoloquemehasdado. Acontinuaciónhincaunarodillaenelsuelo. «Pero ¿qué clase de broma es ésta? ¿Es que a todo el mundo le ha dado por casarseoesqueelguionistademividasehavueltomajara?» —Estonoesunafiestadedespedida.Esunafiestadecompromiso.—Christian www.lectulandia.com-Página377 sonríemirandoasuamada—.Bueno,simedicesquesí,claro. Kimberlychillayseechaallorar.MiroaotrapartecuandoaceptaaVanceagrito pelado. NopuedoevitarmiraraTessa.Sellevalasmanosalacaraysesecalaslágrimas. Séqueestáhaciendotodoloposibleparamostrarlomuchoquesealegradeladicha de su amiga, para simular que son lágrimas de alegría, pero sé que está fingiendo. Estáabrumada,acabadevercómoKimberlyescuchabatodoloqueelladeseabaque yoledijera. www.lectulandia.com-Página378 CAPÍTULO89 Tessa MedueleelpechoalveraChristianlevantaraKimberlydelsueloenunabrazodelo másamoroso.Mealegroporella,decorazón.Sinembargo,pormuchoquemealegre porambos,meresultamuyduroestaraquíviendocómoalguienconsigueloqueyo quería.Séquenolesrobaríaniunapizcadefelicidad,peromecuestamirarcómoél leplantaunbesoenlasmejillasyleponeunanillodediamantesmaravillosoenel dedo. Melevantoyesperoquenadiesepercatedemiausencia.Llegoalsalónantesde convertirme en un mar de lágrimas. Sabía que iba a pasar, sabía que me iba a desmoronar. Si él no estuviera cerca sería más soportable, pero es demasiado surrealistaydolorosotenerloaquí. Estáaquíparatorturarme,eseso.¿Quéhaceaquísino?Vieneynomehabla.No tienenipiesnicabeza:llevaoncedíasevitándomeyderepenteapareceaquí,como yomeimaginaba.Nodeberíahabervenido.Sialmenosmehubieratraídoelcoche, podríalargarmeahoramismo…PeroZednomerecogeráhasta… Zed. Zedvaavenirabuscarmealasocho.Miroelrelojdepared.Yasonlassietey media.ComoHardinlovea,lovaamatar. Opuedequeno,puedequeleimporteunpimiento. Encuentroelbaño,entroycierrolapuerta.Tardounmomentoendarmecuenta dequeparaencenderlaluzhayquepulsarunpaneltáctilquehayenlapared.Esta casaesdemasiadomodernaparamí. Ha sido muy humillante que se me haya caído la copa de vino. Hardin parece indiferente,comosinoleafectaralomásmínimomipresencianiloraroqueseme hacetenerlocerca.¿Lehabrásidoduro?¿Sehabrápasadodíasenterosenlacamasin poderparardellorar?Yosí.Notengoformadesaberlo,perodesdeluegonoparece quetengaelcorazónroto. «Respira,Tessa.Respira.Olvídatedelpuñalquellevasclavadoenelpecho.» Me seco los ojos y me miro al espejo. Por suerte, no se me ha corrido el maquillajeymipelosigueperfectamenterizado.Estoyalgosonrojadaperomesienta bien,parecequeestoyvivaytodo. AbrolapuertayveoaTrevorapoyadocontralaparedconcaradepreocupación. —¿Teencuentrasbien?Tehasidoatodaprisa.—Daunpasoenmidirección. www.lectulandia.com-Página379 —Sí…Necesitabaairefresco—miento. Quémentiramástonta,notienesentidobuscarairefrescoenuncuartodebaño. Por suerte, Trevor es un caballero y no va a dejarme en evidencia. Hardin, en cambio,nolopensaríadosveces. —Están sirviendo el postre. ¿Tienes hambre? —dice, y me acompaña de vuelta conlosdemás. —Laverdadesqueno,peroprobaréunpoco—contesto. Respiro despacio y noto que me ayuda a calmarme. Estoy pensando en cómo evitarqueZedyHardinseveancuandooigolavocecitadeSmithprocedentedeuna delashabitacionesquedejamosatrás. —¿Cómolosabes?—preguntanadaconvencido. —Porqueyolosétodo—lecontestaHardin. «¿Hardin?¿Quéestáhaciendoelniño?» MedetengoydespachoaTrevorconungestodelamano. —Trevor,vetúdelante.Yo…voy…voyahablarconSmith. Memirainquisitivo. —¿Estássegura?Puedoesperarte—seofrece. —No,no.Estoybien—lodespidoconeducación. Asienteconlacabezaysigueandando.Soylibreparapoderespiar,aunqueséque estámuyfeo. SmithdicealgoquenocomprendoyHardinlecontesta: —Yatelohedicho:yolosétodo. Parecetantranquilocomodecostumbre. MeapoyoenlapareddeenfrenteySmithpregunta: —¿Sevaamorir? —No,hombre.¿Porquésiemprepiensasquetodoelmundosevaamorir? —Nolosé—respondeelpequeño. —Puesnoesverdad.Notodoelmundosemuere. —Y¿quiénsemuere? —Notodoelmundo. —Pero¿quién,Hardin?—insisteSmith. —Lagente,lagentemala,supongo.Ylosancianos.Ylosenfermosy,aveces,la gentequeestátriste. —¿Comotuchicaguapa? Semeaceleraelpulso. —¡No!Ellanosevaamorir.Noestátriste—diceHardin,ymetapolabocacon lamano. —Ya… —Deverasqueno.Esfelizynovaamorirse.YKimberlytampoco. —¿Cómolosabes? —Porque,comoyatehedicho,yolosétodo. www.lectulandia.com-Página380 SutonodevozhacambiadodesdequeSmithmehamencionado. Elchiquilloseríemuyagusto. —Noesverdad.Nolosabestodo. —¿Teencuentrasmejorovasaseguirllorando?—lepreguntaHardin. —Nomeprovoques. —Perdona.¿Yanovasallorarmás? —No. —Bien. —Bien. —Nomehagasburla.Esdemalaeducación—lediceHardin. —Túeresunmaleducado. —Igualquetú.¿Estássegurodequesólotienescincoaños?—replicaHardin. Esjustoloquesiemprehequeridopreguntarleaeseniño.Smithesmuymaduro parasuedad,peroimaginoque,contodoloquehapasado,esnormal. —Seguro.¿Jugamos?—lepreguntaSmith. —No. —¿Porqué? —¿Porquéhacestantaspreguntas?Merecuerdas… —¿Tessa? Me sobresalto al oír la voz de Kimberly y estoy a punto de soltar un grito. Me ponelamanoenelhombroparatranquilizarme. —¡Perdona!¿HasvistoaSmith?HasalidocorriendoyHardinhaidodetrásdeél. —ParecealgoconfusaperoconmovidaporelgestodeHardin. —No—meapresuroaresponder,yhuyoporelpasilloparaevitarlahumillación dequeélmepilleespiando.SéquehaoídoaKimberlyllamándome. Cuando vuelvo al salón me acerco al pequeño grupo con el que Christian está hablando, le doy las gracias por haberme invitado y lo felicito por su compromiso. Kimberlyaparecepocodespués,laabrazoymedespidotambiéndeella.Luegohago lopropioconKarenyKen. Miro el móvil: son las ocho menos diez. Hardin está ocupado con Smith y es obvio que no tiene intención de hablar conmigo. Me parece bien. Es justo lo que necesito,noquemevengacondisculpasyquemedigaquelohapasadofatalsinmí. No necesito que me abrace y que me diga que encontraremos la manera de solucionarlo,dearreglartodoloquehaestropeado.Nolonecesito.Tampocoesque vayaahacerlo,asíqueseríaridículoquelonecesitara. Cuandonolonecesitoduelemenos. Paracuandollegoalfinaldelaentradadevehículos,estoyhelada.Deberíahaber cogidounachaqueta.Estamosamediadosdeeneroyacabadeempezaranevar.No séenquéestaríapensando.EsperoqueZednotardeenllegar. El viento glacial es inmisericorde y me azota el pelo y el cuerpo hasta que me echoatemblar.Merodeoelcuerpoconlosbrazosparaintentarconservarelcalor. www.lectulandia.com-Página381 —¿Tess? Levantolavistayporuninstantecreoqueelchicodenegroquecaminahaciamí esproductodemiimaginación. —¿Quéhaces?—diceHardinacercándoseunpocomás. —Mevoy. —Ah… —Se pasa la mano por la nuca, como hace siempre. No digo nada—. ¿Cómoestás?—mepregunta,yyonosalgodemiasombro. —¿Cómoestoy?—inquierovolviéndomehaciaél. Intentomantenerlacalmayélmemiraconcaradepóquer. —Sí…Quierodecir…,¿estásbien? «¿Mientooledigolaverdad?» —¿Cómoestástú?—lepregunto,conlosdientescastañeteandoacausadelfrío. —Yolohepreguntadoprimero—contesta. Nomeimaginabaasínuestroprimerencuentro.Nosémuybienquécreíaqueiba a pasar, pero seguro que no era esto. Pensaba que me maldeciría y que nos gritaríamos hasta quedar afónicos. No suponía que estaríamos en una salida para vehículos cubierta de nieve, preguntándonos el uno al otro qué tal estamos. Los farolillosquecuelgandelosárbolesquebordeanelsenderohacenqueHardinbrille comounángel.Evidentementeesunailusión. —Estoybien—miento. Memiradearribaabajo.Semeencogeelestómagoyelcorazónsemevaasalir delpecho. —Yaloveo—dicesuvozentreelviento. —Y¿túcómoestás? Quieroquedigaqueestáfatal.Peronolohace. —Igual.Bien. Rápidamentelepregunto: —¿Porquénomehasllamado?—Aversiasídaseñalesdesentiralgo. —Pues… —Me mira, agacha la cabeza, se mira las manos y se las pasa por el pelosalpicadodecoposdenieve—.Heestadoocupado. Surespuestaeseltoquedegracia,lamazaquederrumbaloquequedabademis defensas. La rabia es más fuerte que el dolor aplastante que siento y amenaza con apoderarsedemíencualquiermomento. —¿«Ocupado»? —Sí…Heestadoocupado. —Vaya… —¿Quéquieredecireso?—pregunta. —¿Has estado ocupado? ¿Sabes por lo que he pasado estos últimos once días? Han sido infernales y he sentido tal dolor que creía que no iba a ser capaz de soportarlo.Heestadoesperando…¡Esperandocomounamalditaimbécil!—grito. www.lectulandia.com-Página382 —¡Notienesniideadeloqueheestadohaciendo!¡Siemprecreesquelosabes todoperonoteenterasdeunamierda!—megrita,yyoechoaandarhaciaelfinaldel sendero. Le va a dar un ataque cuando vea quién viene a recogerme. ¿Dónde demonios estáZed?Yasonlasochoycinco. —¡Puesdímelo!Dimequeeramásimportantequelucharpormí,Hardin.—Me enjugolaslágrimasymesuplicoamímismaquedejedellorar. Estoyhartadelloraratodashoras. www.lectulandia.com-Página383 CAPÍTULO90 Hardin Cuandoempiezaallorarsemehacemuchomásdifícilmantenerlacaradepóquer. Noséquésucederíasiledijeraqueyotambiénlohepasadofatal,quehesentidoun dolorquetampocosabíasiibaasercapazderesistir.Creoquecorreríaamisbrazos ymediríaquenopasanada.EstabaescuchándomemientrashablabaconSmith,lo sé.Estátriste,comohadichoelmocoso,peroyameséelfinal.Simeperdona,seme ocurrirá otra gilipollez con la que hacerle daño. Siempre ha sido así y no sé cómo evitarlo. La única opción es darle la oportunidad de estar con alguien que le convenga mucho más que yo. Creo que en el fondo quiere a alguien más parecido a ella. Alguiensinpiercingsnitatuajes.Alguiensinunainfanciaproblemáticaquenosabe controlarsusemociones.Creequemequiere,peroundía,cuandolehagaalgopeor deloquelehehechohastaahora,searrepentirádehabermeconocido.Cuantomásla veollorarbajolanieve,másconvencidoestoydequenoleconvengo. YosoyTomyellaesDaisy.LadulceDaisy.Tomlacorrompeynovuelveaserla misma.Silesuplicoquemeperdone,derodillas,enelsuelonevado,serálaDaisy odiosa para siempre, no quedará ni rastro de su inocencia y acabará odiándome y odiándose también a sí misma para siempre. Si Tom hubiera dejado a Daisy la primera vez que ella tuvo dudas, Daisy podría haber disfrutado de la vida con el hombreconquienestabadestinadaaestar,unhombrequelahabríatratadotodolo bienqueellamerecía. —Noesasuntotuyo—ledigo,ycontemplocómomispalabrasseleclavanenel alma. DeberíaestardentroconTrevor.OensupuebloconNoah.Noconmigo.Nosoy Darcyyellasemereceuno.Nopuedocambiarporella.Encontrarélamaneradevivir sinellayellahadeencontrarelmododevivirsinmí. —¿Cómo puedes decir eso? ¿Después de todo lo que hemos pasado juntos, me dejastiradacomounacolillaynotienesniladecenciadedarmeunaexplicación?— Llora. Las luces de unos faros de coche aparecen entonces al final de la calle oscura, enmarcansusiluetaycreannuevassombrasenelsuelo. www.lectulandia.com-Página384 Quisieragritarle:«¡Loestoyhaciendoportubien!».Peronolohago.Meencojo dehombros. Abrelaboca,lacierrayunacamionetasedetieneantenosotros. Esacamioneta… —¿Quépintaélaquí?—bramo. —Recogerme—sentenciaTesscontantadeterminaciónquelanoticiameponede rodillas. —¿Porqué…?¿Yel…?¿Quécoño…?—Doyvueltasarribayabajo. He estado intentando alejarla de mí para que siga adelante con su vida y pueda estarconalguiencomoella,noconelputoZed.TeníaqueserZed. —¿Has…hasestadoviendoaesedesgraciado?—ledigoconmiradaasesina.Sé queestoyfrenético,peromeimportaunamierda. DejoatrásaTessaymeacercoalacamioneta. —¡Saldelmalditocoche!—grito. Paramisorpresa,Zedbajadelvehículoydejaelmotorenmarcha.Esuncapullo integral. —¿Teencuentrasbien?—tieneloscojonesdepreguntarle. Meplantoensusnarices. —¡Lo sabía! ¡Sabía que estabas esperando el momento oportuno para ir a por ella!¿Creíasquenomeibaaenterar? Lamirayellalomiraaél. «Lamadrequemeparió,estosdosvanenserio.» —¡Déjaloenpaz,Hardin!—insisteTessa. Yexploto. ConunamanocojoaZedporelcuellodelachaqueta.Conlaotraleatizoenla mandíbula.Tessagritaperoesapenasunsusurroquesetraganelvientoymirabia. Zedsetambaleaysellevalamanoalamandíbula,perorápidamenteseestabiliza yvieneapormí.Tieneganasdemorirjoven. —¿Creíasquenoibaaenterarme?¡Tedijequenoteacercarasaella! Meabalanzodenuevosobreél,peroestavezbloqueaelgolpeyselasapañapara devolvermeelganchoenlamandíbula. La ira se mezcla con la adrenalina que genera mi primera pelea desde hace semanas.Echabademenoslasensación,laenergíaquecorrepormisvenas.Menudo subidón. Le atizo en las costillas. Esta vez lo derribo y en cuestión de segundos estoy sentadoencimadeél,pegándoleunpuñetazotrasotro.Hedereconocerqueconsigue hacermeencajaralgúngolpe,peronovaapoderconmigo. —Yoestabaallí…Ytúno—meprovoca. —¡Para,Hardin!¡Suéltalo!—Tessameagarradelbrazoy,enunactoreflejo,la empujoparaquemesuelteylatiroalsuelo. Salgodemitrancealinstanteymevuelvohaciaella,queretrocedeagatasenla www.lectulandia.com-Página385 nieve,seponedepieyextiendelosbrazosparaprotegersedemí. «Pero¿quéhehecho?» —¡Noteacerquesaella!—gritaZedamiespalda. Enunabrirycerrardeojosestáasulado.Ellaseloquedamirandofijamenteyni siquierasemolestaenmirarmeamí. —Tess…,noqueríahacerlo.Nosabíaqueerastú,¡telojuro!Sabesquepierdoel controlcuandomeenfado…Losiento,yo… Miraenmidirección,peroescomosinomeviera. —¿Podemos irnos, por favor? —pregunta con calma, y me da un vuelco el corazón…HastaquemedoycuentadequeleestáhablandoaZed. «Pero¿cómocoñohanacabadoasí?» —Desdeluego. Zedleponelachaquetasobreloshombros,leabrelapuertadelacamionetayla ayudaasubir. —Tessa… —la llamo otra vez, pero hace como que no me oye, se tapa la cara conlasmanosysollozatanfuertequeletiemblatodoelcuerpo. SeñaloaZedconundedoyloamenazo: —Estonohaacabado. Asiente,abrelapuertaymemira. —Yocreoquesí—dice,sonríesatisfechodesímismoysubealvehículo. www.lectulandia.com-Página386 CAPÍTULO91 Tessa —Siento mucho que te hayas llevado un empujón —dice Zed mientras le lavo el cortedelamejillaconunagasatibia.Nodejadesangrar. —No ha sido culpa tuya. Siento haberte metido en esto —suspiro, y vuelvo a humedecerlagasaenellavabodesucasa. Se ha ofrecido a llevarme de vuelta a casa de Landon en vez de irnos al cine, comohabíamosplaneado,peroyonoqueríavolverallí.NomeapetecíaqueHardin aparecieraymontaraunaescena. Esprobablequeestéallíahoramismo,destrozándoleslacasaaKenyaKaren. Dios,esperoqueno. —Tranquila.Sécómoes.Mealegrodequenotehayahechodaño.Bueno,más daño—suspiraZed. —Voyapresionarunpoco,esposiblequeteduela—loaviso. Cierra los ojos y aprieto con la gasa. Es un corte profundo, creo que le va a quedarcicatriz.Esperoqueno.Tieneunacarademasiadoperfectaparaunacicatriz comoésta,ynoquieroserlacausadequequededesfigurado. —Yaestá—digo,ysonríeapesardequetambiéntieneloslabioshinchados. «¿Cómoesquesiempreestoylimpiandoheridas?» —Gracias.—Sonríedenuevoyyoenjuagolatoallamanchadadesangre. —Teharéllegarlafactura—bromeo. —¿Seguroqueestásbien?Tehatiradoconmuchafuerza. —Sí,medueleunpoco,peroestoybien. CuandoHardinmehaseguidoalexterior,lanochehadadoungiroapeor.Tenía lasensacióndequenoledolíamuchoquelohubieradejado,perocreíaqueestaríaun pocomásafectado.Mehadichoquehabíaestadoocupadoyqueporesonomehabía llamado. A pesar de que creía que lo nuestro no le importaba tanto como a mí, pensabaquemequeríalosuficienteparaqueselenotaraunpoco.Sinembargo,seha comportadocomosinadahubieraocurrido,comosifuéramosamigoshablandodel tiempo.HastaquehavistoaZedyhaperdidolospapeles.Yopensabaquealvera Trevorsecabrearíaeintentaríapelearseconéldelantedetodoelmundo,peronise hainmutado.Hasidomuyraro. A pesar de que tengo el corazón roto, sé que Hardin nunca me haría daño a propósito.Sinembargo,eslasegundaocasiónqueocurrealgoasí.Laprimeravezme www.lectulandia.com-Página387 apresuré a excusar su comportamiento. Fui yo quien lo convenció para que fuera a casadesupadreenNavidadyfuedemasiadoparaél.Estanochehasidoculpasuya, noséniporquéhavenido. —¿Tieneshambre?—mepreguntaZed. Salimosdesupequeñocuartodebañoyvamosalsalón. —No, ya he cenado en la fiesta —digo. Tengo la voz ronca de la vergonzosa lloreraquemehepegadoeneltrayectohastaaquí. —Vale. No tenemos gran cosa, pero podemos pedir algo si quieres. Avísame si cambiasdeopinión. —Gracias—digo. Zedsiempremetratamuybien. —Micompañerodepisollegarádentrodeunrato,perononosmolestará.Lomás probableesquesemetaenlacamanadamásllegar. —Sientomuchoquehayavueltoapasar,Zed. —Notedisculpes.Comoyatehedicho,mealegrodehaberestadoahí.Hardinse hacabreadomuchoalverme. —Yaestábamospeleándonosantesdequetúllegaras.—Pongolosojosenblanco ymesientoenelsofáconunamuecadedolor—.Cómono. Ahora que se me habían curado las magulladuras y los cortes del accidente de coche…,tengounanuevacoleccióndecardenalesregalodeHardin.Lapartetrasera delvestidoestásuciaydestrozada,ysemehanrayadoloslateralesdeloszapatos. RealmenteHardindestrozatodoloquetoca. —¿Necesitasunpijamaoalgoparadormir?—mepreguntaZedcuandometrae lamantaviejaconlaquemetapéhacealgunasnoches. Medaunpocodecosaponermesuropa.EraalgoquehacíaconHardinynunca hellevadoropadenadiemás. —CreoquehayalgodeMollyporaquí…,enlahabitacióndemicompañerode piso.Séquesuenaunpocoraro…—mediosonríe—,peroseguroqueesmejorque dormirconesevestido. Mollyestámuchomásdelgadaqueyoycasimeechoareír. —Noquepoensuropa,perograciasporpensarquesí. Zednoparececomprendermirespuesta;suconfusiónesadorable. —Bueno, puedes ponerte algo mío —me ofrece, y asiento antes de darle demasiadasvueltas. Puedoponermelaropaquequieraydequienquiera.Hardinnoesmidueño,ni siquieraleimportolosuficientecomoparadarmeexplicaciones. Zeddesapareceentoncesensucuartoyvuelveconlasmanosllenasderopa. —Hecogidounpuñadodecosas,noséquétegusta.—Hayalgoensutonode vozquemehacepensarquedeverdadlegustaríallegaraesafaseconmigo.Ésaenla que sabes lo que le gusta al otro. Esa fase en la que yo estoy con Hardin… O estaba…Bueno,loquesea. www.lectulandia.com-Página388 Cojounacamisetaazulyunospantalonesdepijamadecuadros. —No soy exigente —digo y le sonrío agradecida antes de volver al baño a cambiarme. Horroryterror.Loqueyocreíaqueeraunpantalóndepijamadecuadrosesen realidadunbóxer.UnbóxerdeZed.Mierda.Mebajolacremalleradelvestidoyme pongolacamisetaantesdedecidirquéhagoconelbóxer. LacamisetaesalgomáspequeñaquelasdeHardin,apenasmellegaalosmuslos, ynohueleaHardin.Normal,noesdeHardin.Hueleadetergenteyunpocoatabaco. Esunoloragradable,aunquenotantocomoeldelchicoalquetantoechodemenos. Me pongo el bóxer y me miro. No es muy corto. De hecho, es holgado, más ajustadoquelosdeHardin,peronodemasiadoapretado.Caminarédeprisahastael sofáymetaparéconlamantalomásrápidamentequepueda. Me da mucha vergüenza llevar puesta su ropa, pero sería mucho peor darle importanciadespuésdeloquelehapasadoaZedestanochepormiculpa.Supobre caraeslapruebavivientedelairadeHardin,unrecordatoriosangrientodeporquélo nuestronopuedefuncionar.Sólopiensaensímismo,ylaúnicarazónporlaquese hapuestoasíalveraZedessumalditoorgullo.Nomequiere,perotampocoquiere vermeconnadiemás. Dobloelvestidoylodejoenelsuelodelcuartodebaño.Total,yaestásucioy roto.Probaréallevarloalatintorería,aunquenocreoquetengaarreglo.Megustaba mucho ese vestido, y me ha costado un buen dinero, dinero que necesitaré desesperadamentecuandoencuentremipropioapartamento. Andotodolodeprisaquepuedopero,cuandollegoalsalón,Zedestádepiejunto altelevisor.Abreunosojoscomoplatosalvermeymemiradearribaabajo. —Yo…,eh…,ibaaponeralgo…Abuscarunapelícula…paraverla.Oalgopara quetúvieras,quierodecir—tartamudea. Mesientoenelsofáymetapoconlamanta. Suspalabrasatropelladasylamiradaquellevaenlacaralohacenparecermás jovenyvulnerable. Seríenervioso. —Perdona.Loquequeríadeciresqueibaaponerlateleparaquepudierasverla, siteapetece. —Gracias—ledigoysonrío. Se sienta en la otra punta del sofá. Apoya los codos en las rodillas y mira al frente. —Sinoquieresvolveraverme,loentenderé—digoparaponerfinalsilencio. Sevuelvehaciamí. —¿Qué?No,nopiensesasí. Memiraalosojos. —Notepreocupespormí,puedosoportarlo.Unpardetundasnovanahacerque mealejedeti.Sólomeapartarédetisitúmelopides.Siquieresquemevaya,lo www.lectulandia.com-Página389 haré.Perohastaentonces,aquíestaré. —Noquieroquetevayas.SóloesquenoséquéhacerconHardin.Noquieroque vuelvaapegarte—ledigo. —Es un tío violento. Sé lo que hay, creo. Pero no te preocupes por mí. Sólo esperoque,despuésdehabervistoquiénesenrealidad,guardeslasdistanciasconél. Laideameponemuytriste,peroasiento: —Loharé.Noleimportonada.¿Porquédeberíaimportarmeélamí? —Nodebería.Eresdemasiadobuenaparaél,siemprelohassido—measegura. Me siento un poco más cerca de él, y entonces Zed levanta la manta y se mete debajoantesdepulsarunbotóndelmandoadistanciayencenderlatele.Meencanta lotranquilosqueestamos.Nodicecosassóloparaherirmeocabrearme,nohieremis sentimientosapropósito. —¿Estáscansado?—lepreguntoalrato. —No,¿ytú? —Unpoco. —Puesadormir.Yomevoyamicuarto. —No.Enrealidad,puedesquedarteaquíhastaquemeduerma—digomáscomo unapreguntaquecomounaafirmación. Zedmemiracontentoyaliviado. —Claro.Cómono. www.lectulandia.com-Página390 CAPÍTULO92 Hardin Estampoelpuñocontraelmaleterodemicocheygritoparasoltarpartedemirabia. ¿Cómohapodidopasar?¿Cómoesquelahetiradoalsuelo?Zedsabíaqueibaa acabarasíencuantosebajódelacamioneta,yhevueltoapartirlelacara.Conozcoa Tessa,secompadecerádeélyseculparáasímismadelazurraquelehedadoaese cretinoyluegocreeráqueledebealgo. —¡Mierda!—gritoaúnmásalto. —¿Porquégritas?—Christianapareceenelsenderonevado. Lomiroypongolosojosenblanco. —Pornada. Laúnicapersonaalaquequerréenlavidaacabadeirseconlapersonaalaque másdetestoenelmundoentero. Vancememiraconasombro. —Algotepasa—contraataca,yledaunbuentragoasucopa. —Ahoramismonomeapetecedesnudartemialma—lesuelto. —Quécoincidencia:amítampoco.Sólointentoaveriguarporquéhayuncapullo gritandoenlaentradademicasa—diceconunasonrisaenloslabios. Casimeechoareír.Casi. —Queteden—leespeto. —¿Nohaaceptadotusdisculpas? —¿Quiénhadichoquemehayadisculpadooquetengaquehacerlo? —Eres como eres y, además, eres un hombre… —Me saluda con la copa y se bebe el resto de su contenido—. Los hombres siempre tenemos que disculparnos primero.Asísonlascosas. Dejoescaparunlargosuspiroyledigo: —Ya,bueno,ellanoquieremisdisculpas. —Todaslasmujeresquierenuna. NopuedodejardeimaginármelaacudiendoaZedenbuscadeconsuelo. —Lamía,no…Ella,no. —Vale,vale,vale—diceChristianbajandolasmanos—.¿Vienesadentro? —No…Paso.—Mesacudolanievedelpeloymeloapartodelafrente. —Ken…tupadre,yKarenestánapuntodeirse. —¿Yesoamíquécoñomeimporta?—lecontesto,ysueltaunacarcajada. www.lectulandia.com-Página391 —Tulenguajenuncadejadesorprenderme. Lesonrío. —¿Quédices?Sisueltasaúnmástacosqueyo. —Precisamente. Mepasaelbrazoporloshombrosy,paramisorpresa,dejoquemelleveadentro. www.lectulandia.com-Página392 CAPÍTULO93 Tessa No puedo dormir. Me despierto cada media hora para ver si Hardin ha intentado llamarme.Nada.Comprueboquehepuestolaalarma.MañanatengoclaseyZedvaa llevarmeacasadeLandontempranoparaarreglarmeyllegaralafacultadatiempo. Intento cerrar los ojos pero no paro de pensar, de recordar cómo Hardin me suplicabaensueñosquevolvieraacasa.Aunquefueraunsueño,memataverloasí. Después de dar mil vueltas en el pequeño sofá, decido hacer lo que debería haber hechoantes. AbrolapuertadelahabitacióndeZedylooigoroncarconsuavidad.Nolleva camisetayestádurmiendobocaabajoconlosbrazosamododealmohada. Unabatallacampalselibraenmiinteriormientrasélsedespierta. —¿Tessa?—Seincorpora—.¿Estásbien?—Parecealarmado. —Sí…,perdonaquetehayadespertado…Mepreguntabasimedejaríasdormir aquí—digotímidamente. Memiraunsegundoantesdedecir: —Porsupuestoquesí—ysemueveunpocoparadejarmesitioenlacama. Tratodeignorarqueenlacamanohaysábanas.Alfinyalcabo,esunestudiante ynotodoelmundoestanpulcrocomoyo.Mepasaunaalmohadaymetumboasu lado.Estamosamenosdetreintacentímetros. —¿Quiereshablar?—pregunta. «¿Quierohablar?»,mepregunto. —No,estanoche,no.Noconsigoaclararmelasideas. —¿Hayalgoqueyopuedahacer?—Tieneunavozmuydulceenlaoscuridad. —¿Puedesacercarteunpocomás?—lepido,yesoesjustoloquehace. Estoy nerviosa y me vuelvo para verle la cara. Me acaricia la mejilla con el pulgar.Esunacariciatiernaydelicada. —Mealegrodequeestésaquíconmigoynoconél—susurra. —Yotambién—contestosinsabersilodigodecorazónono. www.lectulandia.com-Página393 CAPÍTULO94 Hardin ALandonlehansalidopelosenloshuevosdesdelanocheenqueintentóagredirme. Hapilladounbuenberrincheenelaeropuertocuandomehavistojuntoalascintas de recogida de equipajes. Esperaba a su madre. Karen ha accedido a que fuera a recogerasuhijo,talvezporquenoleapetecíairdespuésdelafiestadeVance,tal vezporqueledoypena.Noestoyseguro.Peromealegro. Porsuparte,Landonestácabreadísimo.Dicequesoyeltíomásgilipollasqueha conocido,yalprincipionisiquieraqueríasubiralcocheconmigo.Hetardadoveinte minutos en convencer a mi encantador hermanastro de que volver a casa en mi compañíaesmejorquecaminarsesentakilómetrosenplenanoche. Tras un largo silencio, retomo la conversación que habíamos iniciado en la terminal. —Landon, aquí me tienes, y necesito que me digas lo que debería hacer. Estoy hechounlíoynomedecidoporunacosaolaotra. —¿Quéescadacosa?—pregunta. —NosésivolveraInglaterraparaasegurarmedequeTessatienelavidaquese merece,osiiracasadeZedymatarlo. —Y¿quépintaTessaenesoúltimo? Lomiroymeencojodehombros. —Despuésdematarlo,laobligaríaavenirconmigo. —Éseeselproblema.Creesquepuedesconseguirquehagatodoloquequieres. Estásasíprecisamenteporeso. —Nomeheexplicadobien.Queríadecir…—Séqueestáenlocierto,ynome molesto en acabar la frase—. Pero está con Zed. ¿Cómo demonios ha acabado con Zed?Esqueveorojosólodepensarlo—gruño,ymefrotolassienes. —Serámejorqueconduzcayo—repone. Landonescomoungranoenelculo. —Hardin,sequedóadormirensucasaelviernesypasóelsábadoconél. Derepenteloveotodonegro. —¿Qué?Entonces…¿estásaliendo…conél? Landongarabateaenelcristal. —Nolosé…,peroséquecuandohabléconellaelsábadomedijoquesehabía reídoporprimeravezdesdequelaabandonaste. www.lectulandia.com-Página394 Vengaya. —Perosinisiquieraloconoce.—Nomepuedocreerqueestoestépasando. —Noquieroseruncapullo,peronopuedesignorarlaironíaquetenemosentre manos: estabas obsesionado con que estuviera con alguien como ella, pero acaba saliendoconalguienexactamenteigualquetú. —Nosepareceamíennada—ledigoeintentoconcentrarmeenlacarreterapara noecharmeallorardelantedeél. Noabrolabocaduranteelrestodeltrayecto. —Y¿hallorado?—preguntocuandolodejoenlapuerta. Landonmemiraconincredulidad. —Sí.Unasemanaenterasinparar.—Luegomenealacabeza—.Tío,notienesni ideadeloquelehashechoytampocoteimporta.Siguespensandosóloentimismo. —¿Cómo puedes decir eso, si lo he hecho por ella? Me he alejado de ella para quepuedapasarpágina.Nolamerezco,túmismomelodijiste,¿teacuerdas? —Meacuerdo,ynohecambiadodeopinión.Perotambiéncreoqueesellaquien deberíadecidirquéesloquemerece—diceconunbufidoantesdebajardelcoche. Jaceledaunacaladaalporroylomirafijamente. —Hacíatiempoquenomefumabauno.Tristanyanovienecasinunca.Sepasael díaentrelaspiernasdeSteph. —Ya…—musito. Bebountragodecervezayechounvistazoalapartamentodemierda.Nosépor quéhevenido,perotampocosabíaadóndeir.Nopiensovolveramiapartamentoesta noche.NomepuedocreerqueTessaestéconZed.Enserio.«Pero¿quécoño…?» LandonnohaqueridollamaraTessaparapedirlequevolvieraacasademipadre. Heintentadoconvencerlodetodaslasmanerasposibles.Esuncapullo. Aunasí,hedeconfesarqueadmirosulealtad,aunquenocuandoseinterponeen mi camino. Landon dice que debería permitirle a Tessa decidir si quiere estar conmigoono,peroyasécuálseríasudecisión.Oesocreía. Zedmeteníabienengañado.Haidoarecogerlayhapasadocasitodoelfinde semanaconella. —¿Atiquétepasa?—mepreguntaJaceechándomeelhumodelporroalacara. —Nada. —Hededecirquemehasorprendidoencontrarteenmipuertaestanochedespués deloquepasólaúltimavezquenosvimos—merecuerda. —Yasabesporquéhevenido. —¿Losé?—Estádisfrutando. —TessayZed.Séqueestásenterado. —¿Tessa?¿TessaYoungyZedEvans?—Sonríe—.Cuéntame. Máslevaleborraresaestúpidasonrisadesucara. www.lectulandia.com-Página395 Ledoylacalladaporrespuestayseencogedehombros. —Nosénada,deverdad.—Ledaotracaladaalporroypequeñoscoposdepapel caenensuregazo.Nosedanicuenta. —Túnuncadiceslaverdad.—Mebebootrotrago. —Falso.¿Dicesqueestánfollando?—Enarcaunaceja. Casimeatragantoconlapregunta. —Cuidado con lo que dices. ¿Los has visto juntos? —Inspirar, espirar… Despacio. —No,nosénadadeellos.—Jacedejaelporroenelcenicero—.Creíaqueestaba saliendoconunapavadeinstituto. Mirolapiladeropasuciaquehayenunaesquinadelahabitación. —Esocreíayotambién. —¿TehadejadoporZed? —Noteburles,quenoestoydehumor. —Te presentas aquí con un montón de preguntas. No me burlo —dice con desdén. —Heoídoquepasaronjuntoselviernes,yqueríasaberquiénmáshabíaporallí. —Nolosé.Tampocoestuveconellos.Pero¿vosotrosdosnovivíaisjuntos?— replica.Sequitasusgafasdeaspiranteamodernoylasdejaencimadelamesa. —Sí.¿PorquétecreesqueestoytancabreadoconZed? —Bueno,yasabescómoesdesdequetú… —Losé. OdioaJace.Amásnopoder.YaZed.¿QuélecostabaaTessahaberelegidoa Trevor?Joder,nuncapenséquemepareceríabienqueTessasalieraconTrevor. Pongo los ojos en blanco y lucho contra el impulso de partirle la crisma a Jace contralamesitadecafé.Asínovoyallegaraningunaparte.Elalcoholylarabiano ayudan. —¿Seguro que no sabes nada? Porque, si descubro lo contrario, te mataré y lo sabes—loamenazomuyenserio. —Sí, colega, todos sabemos lo psicótico que te pones cuando se trata de esa chica.Noseastancapullo. —Estásavisado—ledigo,yponelosojosenblanco. ¿Cómo es que me hice amigo suyo? Es un montón de mierda y debería haber puestofinanuestrasupuestaamistadconunabuenapaliza. Jaceselevantayseestira. —Mevoyalacama.Sonlascuatro.Puedesecharteenelsofá. —No,yameiba—digocaminandohacialapuerta. Sonlascuatrodelamañanayenlacallehacemuchofrío.Novoyapoderpegar ojosabiendoqueestáconZed.Ensuapartamento…¿Ysilatoca?¿Ysisehapasado todoelfindesemanaponiéndolelasmanosencima? ¿Selofollaríapordespecho? www.lectulandia.com-Página396 No,laconozcobien.Estoyhablandodeunachicaquetodavíaseruborizacuando le bajo las bragas. No obstante, Zed puede ser muy persuasivo y podría haberla emborrachado. Sé que no sabe beber. Dos copas y empieza a maldecir como un camioneroyaintentardesabrocharmeelcinturón. Joder,comolaemborracheylatoqueconsussuciasmanos… Doymediavueltaenunaintersecciónyesperoquenohayapoliscercaporqueel alientomeapestaacerveza. «Alamierdalagilipollezdemantenermelejosdeellos.» Puedequehayasidouncapulloypuedequelahayatratadocomoaunamierda, peroZedesmuchopeorqueyo.Laquieromuchomásqueél,muchomásdeloque laquerráningúnhombre.Ahoraséloquetenía.Séloquepodíaperdery,ahoraque loheperdido,quierorecuperarlo.Nopuedetenerla,niélninadie.Esmíaysólomía. Maldita sea. ¿Por qué no le pedí perdón en la fiesta? Eso es lo que debería haber hecho. Debería haberme hincado de rodillas delante de todo el mundo y haberle suplicado que me perdonara y ahora estaríamos en la cama. Pero no. Tenía que pelearme con ella y tirarla al suelo por accidente cuando estaba tan rabioso que no sabíaquiéneraquién. Zedesunmalditobastardo.¿Quiéncoñosecreequeesparavenirarecogerlaala fiesta?¿Metomaelpelo? Lairamepuedeotravez.Tengoquecalmarmeantesdellegar.Siestoytranquilo, ellahablaráconmigo.Oesoespero. ParacuandollegoacasadeZedsonlascuatroymediadelamadrugada.Paroy mequedoquietounosminutosintentandotranquilizarme.Luegollamoalapuertay esperoimpaciente. Justo cuando voy a empezar a aporrearla, la puerta se abre. Es Tyler, el compañero de piso de Zed. He hablado con él un par de veces, en las fiestas que montabanaquí. —¿Scott?¿Quéhay,colega?—dicearrastrandolaspalabras. —¿YZed?—Memetoenelpiso,noquieroperdermástiempo. Sefrotalosojos. —Tío,sonlascincodelamadrugada. —No,lascuatroymedia.¿Dónde…? Entoncesveolamantadobladaenelsofá.Dobladaconesmero:elsellopersonal deTessa.Micerebrotardaunsegundoenasociaresoconelhechodequeelsofáestá vacío. Sinoestáenelsofá,¿dóndepuedeestar? Labilismesubeporlagargantayporenésimavezestanochenotoquenopuedo respirar. Cruzo el apartamento como una exhalación y dejo atrás a un Tyler medio dormido. Abro la puerta del dormitorio de Zed, que está oscuro como la noche. Saco el móvilylousodelinterna.ElpelorubiodeTessacubreunadelasalmohadasyZed www.lectulandia.com-Página397 nollevacamiseta. «Mierda,mierda,mierda…» Buscoelinterruptoryenciendolaluz.Tessaserevuelveyruedahaciasulado. Tropiezoconlapatadelamesayellacierralosojosconfuerzaylosabreparaver quélahadespertado. Trato de pensar qué voy a decir mientras intento procesar el cuadro que tengo delante.TessyZedenlacama,juntos. —¿Hardin?—gimotea,yfrunceelceño.Parecequeseestádespertando.Miraa Zedyluegomemiraamí.Sorpresa—.¿Qué…quéhacestúaquí?—preguntapresa delpánico. —No,no.¿Quéhacestúaquí?¡Enlacamaconél!—Intentonogritar,meclavo lasuñasenlapalmadelamano. Siselohafollado,seacabó.Seacabóparasiempre,noquierovolveraverla. —¿Cómohasentrado?—preguntacontristeza. —Tyler me ha abierto la puerta. ¿Qué haces en su cama? ¿Cómo has podido meterteensucama? Zedsevuelvesobrelaespaldaysefrotalosojos.Losabre,sesientaymemira fijamente. —¿Quédemoniosestáshaciendoenmihabitación?—exigesaber. «Contente,Hardin.Notemuevas.» Tengoquecontrolarmeoalguienacabaráenelhospital.EsealguienesZed,pero sivoyaalejarladeél,hedepermanecertodolocalmadoquepueda. —Hevenidoabuscarte,Tessa.Vámonos—digo,yletiendolamanoapesarde queestoyenlaotrapuntadelahabitación. Ellafrunceelceño. —¿Cómodices? AhíestáelmundialmenteconocidocarácterdeTessa… —No puedes presentarte en mi apartamento y decirle que se vaya. —Zed se mueveparalevantarsedelacamayveoquesólollevapuestosunospantalonescortos dedeportequedejanversuscalzoncillos. Nocreoquepuedamantenerlacalma. —Puedoyacabodehacerlo.Tessa… Esperoaqueselevantedelacamaperonomueveunmúsculo. —Novoyairaningunapartecontigo,Hardin—medice. —Yalahasoído.Noquiereirsecontigo—seburlaZed. —Yodeticerraríaelpico.Estoyintentandocontodasmisfuerzasnohacernada deloquemearrepientadespués.Mástevalenobuscarmelascosquillas—rujo. Zedabrelosbrazospararetarme. —Esmiapartamentoymidormitorio,ysiellanoquiereirsecontigo,notienepor quéhacerlo.Siquierespelea,adelante.Peronovoyaobligarlaamarcharsecontigosi noquiere.—Cuandotermina,lamiraconlaexpresióndepreocupaciónmásfalsaque www.lectulandia.com-Página398 hevistoenlavida. Sueltounacarcajadamaléfica. —Éseeselplan,¿no?Mecalientashastaquetepartolascostillas,aellaledas penayyoquedocomoelmonstruoalquetodostemen,¿noesasí?¡Nolecreasni unapalabra,Tessa!—grito. Nosoportoquesigaenlacamaconél,yaúnmenoselhechodequenopuedo partirlelacaraaesegilipollasporqueesoesjustoloquequiere. Ellasuspira. —Vete. —Tessa,escúchame.Noesquientúcrees.NoesdonInocente. —Y¿esoporqué?—mereta. —Porque…,bueno,aúnnolosé.Peroséqueteestáutilizandoparaalgo.Sólo quiereecharteunpolvo,ylosabes—ledigo.Mecuestacontrolarmisemociones. —Noesverdad—dice,peroséqueseestácabreando. —Tío, deberías irte —repite Zed—. Ella quiere quedarse. Estás haciendo el ridículo. Cuando termina de hablar con el labio partido, empiezo a temblar. Tengo guardadademasiadarabiaynecesitodejarlasalir. —Teloadvierto:cierraesaputaboca.Tessa,dejadesertancabezotayvámonos. Tenemosquehablar. —Esdemadrugadaytú…—empiezaadecir,perolacorto. —Tessa,porfavor. Lecambialacaraynoséporqué. —No,Hardin.¡Nopuedespresentarteaquíyordenarmequemevayacontigo! Zedseencogedehombroscomosilacosanofueraconél. —Nomeobliguesallamaralapolicía,Hardin. Seacabó.DoyunpasohaciaélperoTessasaltadelacamayseinterponeentre losdos. —No.Otravezno—meruega,ymemiradirectamentealosojos. —Entoncesvenconmigo.Nopuedesconfiarenél—ledigo. Zedseríe. —Y ¿de ti sí que puede fiarse? Acéptalo: la has cagado. Se merece a alguien mejorquetú,ysiladejarasserfeliz… —¿Que la deje ser feliz? ¿Contigo? —escupo—. ¡Como si de verdad quisieras tenerunarelaciónconella!¡Séqueloúnicoqueteinteresaesmeterteensusbragas! —Eso no es verdad. ¡Tessa me importa mucho y podría tratarla infinitamente mejor que tú! —me grita en las narices, y Tess me empuja con las palmas de las manosenmipecho. Séqueesridículo,peronopuedoevitardisfrutarconelgesto,conlasuavidadde susmanosenmipecho.Hacíamuchoquenolasentía. —¡Paraddeunavezlosdos!Hardin,tienesqueirte. www.lectulandia.com-Página399 —Novoyairme,Tessa.Eresdemasiadoingenua.¡Noleimportasunamierda!— legrito. Nisiquieraparpadea. —¿Yatisí?¡Hasestado«demasiadoocupado»parallamarmeduranteoncedías! ¡Élestabaaquíytúno,ysi…!—gritaysiguegritándome,peroloúnicoqueveoes loquellevapuesto. «¿Lleva…?No.Nopuedeser…» Doyunpasoatrásparaasegurarme. —¿Eso es…? ¿Qué demonios llevas puesto? —tartamudeo, y empiezo a dar vueltas. Mirahaciaabajo,porlovistoselehaolvidado. —¿Llevaspuestasuputaropa?—digocasiagritos.Semequiebralavozyme tirodelpelo. —Hardin…—intentahablar. —Sí—respondeZedporella. Sillevapuestasuropa… —¿Telohasfollado?—digoconlavozrota.Laslágrimasamenazanconrodar pormismejillasencualquiermomento. Abreunosojoscomoplatos. —¡No!¡Desdeluegoqueno! —¡Quierolaverdad,Tessa!¿Telohasfollado? —¡Yatelohedicho!—medevuelveelgrito. Zed retrocede y observa con la cara magullada y preocupada. Aún le he hecho poco. —¿Lohastocado?¡Joder!¿Tehatocado? Estoy como loco y me da igual. No puedo soportarlo. Si le ha tocado un solo pelo,novoyapodersoportarlo,novoyapoder. MevuelvohaciaZedantesdequeningunodelosdospuedacontestar. —Silahastocado,tejuroporDiosquenomevaaimportarqueellaestépresente ono,tevoy… Tessavuelveainterponerseentrenosotrosyveomiedoensusojos. —Saldemiapartamentoollamoalapolicía—meamenazaZed. —¿Lapolicía?¿Tecreesquemeimportauncom…? —Mevoycontigo.—LavozdeTessasuenasuaveenmediodelcaos. —¿Qué?—exclamamosZedyyoalunísono. —Me voy contigo, Hardin, sólo porque sé que no te irás a menos que te acompañe. Quéalivio.Bueno,sólounpoco.Medaigualporquévengaconmigosiemprey cuandovengadeverdad. Zedsevuelvehaciaella,casisuplicante. —Tessa,notienesporquéirte.Puedollamaralapolicía.Notienesqueirtecon www.lectulandia.com-Página400 él.Siemprehacelomismo,tecontrolaabasedemetertemiedoydeasustaratodoel queterodea. —Teequivocas…—suspira—.Peroestoyagotada,sonlascincodelamañanay tenemoscosasquehablar.Eslomássencillo. —Notieneporqué… —Sevieneconmigo—ledigo,yellamelanzaunamiradaasesina.Silasmiradas matasen… —Tellamomañana,Zed.Sientomuchoquesehayapresentadoaquí—lediceen voz baja, y al final él asiente y comprende que he ganado yo. Pone cara de pena y esperoqueTessanoselatrague. Enrealidad,mesorprendequehayaaccedidotanfácilmenteavenirconmigo… Aunquemeconocemejorquenadieyteníarazónaldecirquenoibaairmesinella. —No te disculpes. Ten cuidado y no dudes en llamarme si necesitas algo —le dice. Debedeserunascoserunpringadoquenopuedehacerunamierdaparaevitar queirrumpaensuapartamentoenplenanocheymelleveaTessaconmigo. EllanoabrelabocamientrassaledeldormitoriodeZedysedirigealbañoque hayalotroladodelpasillo. —No vuelvas a acercarte a ella. Ya te lo he advertido y parece que no sabes captarunaindirecta—ledigoalllegaralapuertadesuhabitación. Zedechachispasporlosojosy,sinofueraporqueTessameestállamandodesde elsalón,lepartiríaelcuello. —¡Silehacesdaño,tejuropormispelotasquemeasegurarédequenovuelvasa hacérselo! —grita lo bastante alto para que ella lo oiga mientras salimos del apartamentoycaminamossobrelanieve. www.lectulandia.com-Página401 CAPÍTULO95 Hardin TaconesaltosyelputobóxerdeZed.Esunacombinaciónabsurda,peroimaginoque notieneotroszapatos,señaldequenopensabapasarlanocheconél.Aunasí,seha quedadoadormir,yestoyasqueadodehaberlapilladoensucama.Merepugnaverla vestidaconesaropa.Eslaprimeravezquenoquieromirarla.Llevaelvestidorojoen lamanoyséqueseestácongelando. Intento prestarle mi chaqueta pero me espeta que cierre el pico y que la lleve a casa de mi padre. No me importa que esté mosqueada conmigo. De hecho, lo agradezco. Estoy contento porque es un gran alivio que haya accedido a acompañarme. Podría haberse pasado el viaje llamándome de todo y habría disfrutadoconcadaimproperioquesalieradesuslabioscarnosos. Yo también estoy cabreado. Me cabrea que haya ido corriendo a arrojarse a los brazosdeZed.Mecabreahaberintentadoquesealejarademí. —Tengotantascosasquecontarte…—ledigomientrasnosmetemosenlacalle enlaquevivemipadre. —Noquierooírlas—replicaconunamiradaglacial—.Hastenidooportunidades desobraparahablarconmigoestosúltimosoncedías. —Túsóloescúchame,¿vale? —¿Porquétienequeserahora?—preguntamirandoporlaventanilla. —Porque…porqueteheechadodemenos—confieso. —¿Mehasechadodemenos?Querrásdecirqueestáscelosoporqueestabacon Zed. No me has echado de menos hasta que él ha venido a recogerme esta noche. Estásasíporloscelos,noporamor. —Noesverdad,esonotienenadaquever.—Bueno,tienemuchoquever,pero esonoquitaquelaechedemenos. —Nomehashabladoentodalanocheyluegosalesafueraymedicesquehas estadodemasiadoocupadoparahablarconmigo.Esonoesloqueunapersonanormal hacecuandoechaaalguiendemenos—recalca. —Estabamintiendo.—Alzolasmanosalcielo. —¿Tú?¿Mintiendo?¡Vengaya!—Cierralosojosymenealacabezadespacio. Mierda, esta noche está belicosa. Respiro hondo para asegurarme de no decir www.lectulandia.com-Página402 nadaqueempeoreaúnmáslasituación. —Paraempezar,notengomóvil,yestabaenInglaterra. Giralacabezacomosituvieraunresorte. —¿Cómodices? —Me fui a casa de mi madre a despejarme. No sabía qué otra cosa hacer —le explico. Tessabajaelvolumendelaradioycruzalosbrazos. —Norespondíasamisllamadas. —Losé.Lasignoréytepidoperdón.Queríadevolvértelasperonopodía,yluego meemborrachéymecarguéelmóvil. —Y¿sesuponequeesohadehacerquemesientamejor? —No…Sóloquieroqueseasfeliz,Tessa. Nodicenada.Miraotravezporlaventanillaybuscosumanoperolaaparta. —Nometoques—dice. —Tess… —¡No, Hardin! No puedes aparecer once días después y cogerme de la mano. Estoy harta de caminar en círculos contigo. Por fin he llegado al punto en el que puedopasarmeunahoraenterasinllorar,yentoncesaparecesdegolpeyporrazoe intentasvolveraembaucarme.Mehashecholomismounayotravezdesdeeldíaen quenosconocimosyestoyhartadepicarsiempre.Sideverdadteimportara,aunque sólofueraunpoco,mehabríasdadounaexplicación—espeta,haciendoloimposible paranollorar. —Estoyintentandodártelaahora—lerecuerdo. Mientrasmemetoenlaentradadevehículosdelacasademipadre,estoycada vezmáscabreado. Tesstratadeabrirlapuertadelcocheperoecholosseguros. —¿Deverdadvasaintentarencerrarmeaquícontigo?¡Yamehasobligadoairme decasadeZed!¿Tehasvueltoloco?—empiezaagritar. —Noestoyintentandoencerrarteenelcoche.—Mentira.Noobstante,hededecir enmidefensaqueesmuycabezotayquenolegustaoírnadadeloquetengoque decirle. Quitaelseguroysaledelcoche. —¡Tessa!Malditasea,Tessa.¡¿Quieresescucharme?!—legritoalviento. —¡Noparasderepetirmequeteescuche,peronodicesnada! —¡Porquenomedejashablar! Siempreacabamosagritopelado.Tengoquedejarquemegriteycontenerme,de locontrario,soltaréunaburradadelaquemearrepentirédespués.Quieromencionar a Zed y el hecho de que lleva puesta su maldita ropa, pero tengo que controlar mi pronto. —Lo siento, ¿vale? Dame dos minutos, dos minutos sin interrupciones. Por favor… www.lectulandia.com-Página403 Paramisorpresa,asienteycruzalosbrazosalaesperadequeyohable. Estánevandoabundantementeyséqueseestáhelando,perotengoquehablarcon ellaantesdequecambiedeopinión. —MefuiaInglaterraporquenovolvisteaquellanoche.Estabatancabreadoque noveíanipordóndeiba.Estabasimposible,yyo… Da media vuelta y echa a andar por el sendero nevado en dirección a la casa. Joder.Semedafatalpedirperdón. —Sé que no es culpa tuya. ¡Te mentí y no sabes cuánto lo siento! —grito esperandoquevuelva. Lohace. —Nosetratasólodetusmentiras,Hardin.Esmuchomásgravequeeso. —Explícate,porfavor. —Nometratascomomerezcoquemetraten.Paratinuncasoyloprimero.Sólo piensasenti,entusamigos,entusfiestas,entufuturo.Yonopintonadanidecido nada, y me hiciste sentir como una tonta cuando dijiste que estaba loca por querer casarme.Nomeestabasescuchando.Nosetratadelmatrimonio,setratadequeni siquierahaspensadoenloqueyoquieroparamíyparamifuturo.Y,sí,megustaría casarme algún día, no en este momento, pero necesito seguridad. Así que deja de comportarte como si esta relación fuera más importante para mí que para ti. No olvidemosqueteemborrachasteytepasastetodalanocheporahíconotramujer. Paracuandotermina,sehaquedadosinaliento,ydoyunpasohaciaella.Tiene razón,sóloquenoséquéhacer. —Lo sé. Mi idea era que nos mudásemos juntos a Inglaterra. Pensaba que allí estaríamoslosdossolosyquetú…—tartamudeo. —¿Yo,qué,Hardin?—Estátiritandoytienelanarizrojadefrío. Merascolascostrasdelosnudillos.Nosécómodecirleloquesientosinparecer elcapullomásegoístadelplaneta. —Tendrías menos oportunidades de dejarme —confieso, y espero su réplica horrorizada. Nada. Seechaallorar. —No sé qué más podría haber hecho para demostrarte lo mucho que te quería, Hardin.Hevueltocontigocadavezquemehashechodaño,mefuiavivircontigoy te perdoné todas las cosas imperdonables que me hiciste, ya no me hablo con mi madreportiy,aunasí,siguesdudandodemí.—Seapresuraasecarselaslágrimas. —Nodudodeti. —¿Loves?—llora—.Poresonovaafuncionarnunca.Siempredejasquetuego seentrometa. —¡Mi ego no tiene nada que ver! —exploto—. De hecho, mi ego está bastante tocadoenestemismoinstanteporqueacabodepillarteenlacamaconZed. —¿Deverdadquiereshablardeesoahora? www.lectulandia.com-Página404 —¡Joder,claroquesí!Teestásportandocomouna…—Mecontengoalverque haceunamuecaporquesabeloquevoyadecir. Sé que no es culpa suya que la tenga comiendo de su mano, eso se le da muy bien,peroaunasímeduelequesehayaquedadoconél. Extiendelosbrazos,desafiante. —Adelante,Hardin,insúltame. Es la mujer más desesperante del universo, pero, hay que joderse, no sabe lo mucho que la quiero hasta cuando se pone imposible. No digo nada e intento apaciguarmifuria.Chasquealalengua. —Bueno,esoestodounlogro,peromevoyadentro—añade—.Tengofríoyhe delevantarmedentrodeunahoraparairaclase. Caminahacialacasaylasigo,esperandoqueseacuerdedequesehadejadola carterademanoenelcochedemipadre,queestácerradoconllave. Sequedamirandolapuertaunmomentoydice,imaginoquehablandosola: —TendréquellamaraLandon,notengollave. —Puedesveniracasaconmigo—sugiero. —Sabesquenoesbuenaidea. —¿Por qué no? Sólo tenemos que solucionar esto. —Me tiro del pelo con una mano—.Juntos—leaclaro. —¿Juntos?—repiteTessa,medioriéndose. —Sí, juntos. Te he echado mucho de menos. No sabes el infierno que ha sido vivirsinti…Esperoquetútambiénmehayasechadodemenos. —Deberíashabermellamado.Estoyagotada,siemprehacemoslomismo. —Peropodemosestarjuntos.Eresdemasiadobuenaparamíynotecreasqueno losé,pero,porfavor,Tessa,harécualquiercosa.Nopuedosoportarotrodíasinti. www.lectulandia.com-Página405 CAPÍTULO96 Tessa Medueleelcorazóndeoírlo.Seledademasiadobien. —Siemprehaceslomismo.Repiteslomismounayotravezperonuncacambia nada—ledigo. —Tienesrazón—reconocemirándomealosojos—.Escierto.Sí,hedeadmitir que los primeros días estaba tan cabreado que no quería ni verte porque estabas exagerando.Entoncesmedicuentadequepodíaserelfinalymeasusté.Séquenote hetratadocomodebería,nosécómoquereranadiesalvoamímismo,Tess.Loestoy intentandocontodasmisfuerzas…Vale,puedequenocontodasmisfuerzas,perolo haréapartirdeahora,telojuro. Lomiro.Mehadichoesomismodemasiadasveces. —Eresconscientedequeesoyamelohabíasdichoantes,¿verdad? —Losé,peroestavezlodigoenserio.DespuésdeveraNatalie,yo… «¿Natalie?» Mehequedadoacuadros. —¿Lahasvisto? ¿Sigueenamoradadeél?¿Oloodia?¿Lehaarruinadolavida? —Sí,laviyhabléconella.Estáembarazada. «Loquefaltaba.» —Llevabaañossinverla,Tessa—diceconsarcasmo.Mehaleídoelpensamiento —.Estácomprometidayesmuyfeliz.Medijoquemeperdonabaymecontólofeliz quelehacíacasarseporqueeraungranhonor,oalgoasí,peromeabriólosojos.— Daotropasohaciamí. NosientonilosbrazosnilaspiernasacausadelfríoyestoyfuriosaconHardin. Furiosa se queda corto. Estoy que muerdo y con el corazón roto. Va y viene y es agotador. Ahora está aquí, delante de mí, hablando de matrimonio, y no sé qué pensar. Nodeberíahabermeidoconél.Yaloteníadecidido:ibaaolvidarmedeélaunque fueraloúltimoquehicieraenestemundo. —¿Quédecías?—pregunto. —Que ahora me doy cuenta de lo afortunado que soy de tenerte, de que hayas permanecidoamiladoapesardetodalamierdaquetehehechotragar. —Lo eres. Y deberías haberte dado cuenta mucho antes. Siempre te he querido www.lectulandia.com-Página406 másdeloquetúmequieresamíy… —¡Eso no es verdad! Te quiero más de lo que nadie ha querido nunca a otra persona.Yotambiénlohepasadofatal,Tessa.Mehepuestoenfermo,literalmente, sinti.Nopodíacomeryparecíaunmuertoviviente.Loestabahaciendoporti,para quepudieraspasarpágina—explica. —Esonotienesentido.—Meapartoelpelohúmedodelacara. —Lo tiene. Tiene mucho sentido. Pensé que, si me mantenía fuera de tu vida, podríasseguiradelanteyserfelizsinmí,contuElijah. —¿QuiénesElijah? «¿Dequémeestáhablando?» —¿Qué? Ah. El prometido de Natalie. Ha encontrado a alguien a quien amar y quequierecasarseconella.Siellahapodido,tútambién—medice. —Peroesealguien…¿noerestú?—lepregunto. Pasanunossegundosynodicenada.Estáperplejoyfrenético,setiradelpelopor décimavezenunahora.Franjasdelucesrojasyanaranjadasaparecenentoncespor detrásdelascasasdelamanzana.Tengoqueentrarantesdequetodoelmundose levanteymeveaconbóxerytacones.Quévergüenza. —Yameparecíaamí—suspiro,ynomepermitoderramarniunasolalágrima másporél.Almenosnohastaqueestésola. Hardinestádepieantemíconexpresiónausente.MarcoelnúmerodeLandony le pido que me abra. Debería haberme imaginado que Hardin sólo iba a luchar por sacarme del apartamento de Zed. Ahora que tiene la ocasión perfecta para decirme todoloquenecesitooír,sequedasinhabla. —Entra,haceunfríoquepela—diceLandoncerrandolapuertadetrásdemí. Noquieroaburrirloconmisproblemasahoramismo.AcabadellegardeNueva Yorkynopuedosertanegoísta. Cogelamantaquecuelgadelrespaldodelsofáymelaechaporloshombros. —Subamosantesdequesedespierten—sugiere,yasiento. EntreHardinylanievenosientonilacabezanielcuerpo.Miroelrelojmientras sigo a Landon escaleras arriba. Las seis y diez. Tengo que meterme en la ducha dentro de diez minutos. Va a ser un día muy largo. Landon abre la puerta de la habitaciónenlaqueheestadodurmiendoyenciendelaluzmientrasyomesientoen elbordedelacama. —¿Te encuentras bien? Parece que te has quedado helada —dice, y asiento. Le agradezcoquenohaganingúncomentariosobremivestimenta. —¿Qué tal por Nueva York? —pregunto, pero sé que mi voz carece de entonaciónointerés.Síquemeinteresalavidademimejoramigo,elproblemaes quemehequedadosinemocionesqueexpresar. Memirapreocupado. www.lectulandia.com-Página407 —¿Seguroqueteapetecequetelocuente?Puedeesperarhastalahoradelcafé. —Seguro—ledigoobligándomeasonreír. Estoy acostumbrada al tira y afloja con Hardin, lo que no significa que duela menos,perosabíaqueibaasuceder.Siempreocurrelomismo.Esincreíblequese fueraaInglaterraparaalejarsedemí.Hadichoqueteníaqueaclararselasideas,pero soy yo la que tiene que aclararse. No debería haberme quedado tanto tiempo en la calle hablando con él. Debería haber hecho que me trajera y haberme metido en la casaenvezdeescucharlo.Loquehadichomehadejadomásconfusaqueantes.Por unmomentopenséqueibaadecirquecreequetenemosfuturo,quequiereunfuturo a mi lado, pero cuando ha llegado la hora de la verdad, ha vuelto a dejar que me marchase. EncuantohareconocidoquequeríallevarmeaInglaterraparaquenolodejara debería haberme largado, pero lo conozco demasiado bien. Sé que no cree merecer quenadieloquiera,yséqueensucabezaesaideaabsurdatienesentido.Elproblema esquenoesloquehacelagentenormal;nopuedeesperarquelodejetodoyatodos para quedarme atrapada con él en Inglaterra. No podemos vivir allí sólo porque él tengamiedodequelodeje. Tienemuchosproblemasquehaderesolverélsolito.Yyotambién.Loquiero, perohedequerermemásamí. —Haestadobien,mehaencantado.ElapartamentodeDakotaesalucinante,ysu compañeradepisoesmuyamable—empiezaadecirLandon. Loúnicoenloqueyopuedopensaresenloagradablequedebedeserteneruna relación sin complicaciones. Me acuerdo de las horas y horas que Noah y yo nos pasamosviendopelículas;conéltodoerasencillo.Peroalomejorporesonoduró. Tal vez por eso quiero tanto a Hardin, porque es un reto y hay tanta pasión entre nosotrosquecasiacabaconlosdos. MedamásdetallesysemecontagiasuentusiasmoporNuevaYork. —¿Vasairteavivirallí?—lepregunto. —Sí,creoquesí.Nohastaqueacabeelsemestre,peroquieroestarcercadeella. Laechomuchodemenos—mecuenta. —Losé.Mealegromuchoporti,deverdad. —SientolodeHardin… —Nolosientas.Seacabó.Estoyharta.Nopuedomás.TalvezdebairmeaNueva Yorkcontigo.—Sonríoyseleiluminalacaraconesasonrisaqueadoro. —Sabesquepodrías. Siempre digo lo mismo. Siempre digo que se ha acabado y luego vuelvo con Hardin,esunbucleinfinito.Tomounadecisión. —ElmarteshablaréconChristiandeSeattle. —¿Enserio? —Tengoquehacerlo—ledigo,yasienteporqueestádeacuerdo. —Voy a vestirme para que puedas ducharte. Nos vemos abajo cuando hayas www.lectulandia.com-Página408 terminadodearreglarte. —Teheechadomuchodemenos. Mepongodepieyloabrazoconfuerza.Laslágrimasruedanpormismejillasyél meabrazaaúnmásfuerte. —Perdona, estoy fatal. Soy un desastre desde que irrumpió en mi vida —digo llorandoysoltándolo. —¿Tessa?—dicecuandollegaalapuertadesuhabitación. —¿Sí? Memiracontodalacomprensióndelmundoenlosojos. —Que no pueda quererte como tú quieres que te quiera no significa que no te quieracontodasualma—dice. ¿Esoquésignifica?Procesosuspalabrasmientrascierrolapuertadelbañoyabro el grifo de la ducha. Hardin me quiere, eso lo sé, pero sigue cometiendo un error detrásdeotroyyosigocometiendoelerrordeaguantárselos.¿Mequierecontodasu alma?¿Bastaconeso?MequitolacamisetadeZedyoigoquellamanalapuerta. —¡Unmomento,Landon!—grito,yvuelvoaponermelacamisetaparacubrirme elcuerpo. Sinembargo,cuandoabrolapuertaveoquenoesLandon.EsHardin,ytienelas mejillascubiertasdelágrimasylosojosrojos. —¿Hardin? Mecogedelanucaymeatraehaciasubocaantesdequepuedaresistirme. www.lectulandia.com-Página409 CAPÍTULO97 Hardin Puedosaborearmislágrimasyladudaensuslabioscuandoaprietosucuerpocontra el mío, y la sujeto de la cintura mientras la beso con más intensidad. Es un beso ardienteyemocional,ypodríadesmayarmedelaliviotangrandequesuponesentirsu bocaenlamía. Sé que no tardará en apartarme de un empujón, por eso aprovecho cada movimientodesulengua,cadagemidocasiinaudiblequeemitensuslabios. Eldolordelosúltimosoncedíasseevaporacasiporcompletocuandosusbrazos rodeanmicintura,yenestemomentoestoymásseguroquenuncadeque,pormucho que discutamos y peleemos, siempre encontraremos el camino de vuelta al otro. Siempre. Después de ver cómo se metía en la casa me he sentado en el coche antes de echarleunpardehuevosyvenirabuscarla.Lahedejadoescapardemasiadasvecesy nopuedoarriesgarmeanovolveraverla.Mederrumbé.Nohepodidoevitarecharme a llorar cuando Landon ha cerrado la puerta detrás de ella. Sabía que tendría que venirabuscarla,quetendríaquelucharporellaantesdequealguienmelaquite. Ledemostraréquepuedosercomoellaquierequesea.Noalcienporcien,pero verá lo mucho que la quiero y que no permitiré que vuelva a huir de mí tan fácilmente. —Hardin…—dice,yapoyalamanoenmipechoconcuidadoymeaparta. Findenuestrobeso. —Nolohagas,Tessa—lesuplico.Noestoylistoparaqueseacabe. —Hardin,nopuedesbesarmeyhacercomosinohubierapasadonada.Estavez, no—susurra,ycaigoderodillasanteella. —Lo sé, no sé por qué dejé que volvieras a marcharte. Perdóname. Lo siento mucho,nena—ledigoesperandoqueesomeayude.Meagarroasuspiernasyella mepasalasmanosporelpelo—.Soyconscientedequesiemprelofastidiotodoyde quenopuedotratartecomoheestadohaciéndolo.Tequierotantoquemesupera,yla mitaddeltiemponoséquécoñohacer,asíquedigoloprimeroquesemepasaporla cabeza sin pensar en cómo puede afectarte. Sé que no hago más que romperte el corazónpero,porfavor…,porfavor,déjamearreglarlo.Lopegaréynomeatreveréa volver a romperlo. Perdóname. Siempre te estoy pidiendo perdón, lo sé. Iré a un comecocosoloquesea.Lomismoda…—sollozoentresuspiernas. www.lectulandia.com-Página410 Cojoelelásticodelbóxeryselobajo. —¿Quéestás…?—Mecogelasmanos. —Quítatelo,porfavor.Nosoportoverteconesopuesto.Porfavor…Notetocaré, perodejaqueteloquite—leruego,yellamesueltalasmanosymeacariciaelpelo mientraslequitoelbóxer. Me levanta la barbilla con una mano. Sus pequeños dedos me acarician las mejillasymesecanlaslágrimas.Sucarasigueconfusaymeobservadetenidamente, comosimeestuvieraestudiando. —Noteentiendo—medicesindejardeenjugarmelaslágrimasconelpulgar. —Yotampoco—confieso,yellafrunceelceño. Me quedo así, arrodillado delante de ella, rogándole que me dé una última oportunidadaunquehedesaprovechadotodaslasquemehadado.Elcuartodebaño estállenodevaporyelpeloselepegaalacara.Lahumedadsecondensaensupiel. Joder,espreciosa. —Nopodemosseguirdeestamanera,Hardin.Noesbuenoparaningunodelos dos. —Novolveráapasar.Podemossuperarlo.Hemossuperadocosasmuchopeoresy ahorasoyconscientedelorápidoquepuedoperderte.Nohesabidovalorarte,losé. Sólotepidounaúltimaoportunidad—suplicocogiéndolelacaraentrelasmanos. —No es tan fácil —me dice. Empieza a temblarle el labio inferior y yo sigo intentandodetenerlaslágrimas. —Sesuponequenotienequeserfácil. —Lo que se supone es que no tiene que ser tan difícil. —Se echa a llorar conmigo. —Sí, sí que lo es. Para nosotros nunca será fácil. Somos como somos, peronosiempreserátandifícil.Tenemosqueaprenderacomunicarnossin discutir cada vez que intentamos hablar. Si hubiéramos sido capaces de mantenerunaconversaciónsobreelfuturo,noestaríamoscomoestamos. —Yolointentéperotúnoquisistesabernada—merecuerda. —Losé—suspiro—.Yesalgoquehedeaprender.Sintinovalgonada,Tessa. Nosoynada.Nopuedocomer,nidormir,nirespirar.Llevodíasllorandosinparary tú sabes que yo no lloro. Sólo es que… te necesito —digo con un hilo de voz. Parezcounimbécil. —Levántate.—Mecogededebajodelbrazoparaayudarme. Yadepie,mequedodelantedeella.Mirespiraciónesirregularycuestarespirar contodoelvaporquesehaformadoenelcuartodebaño. Memiraalosojosyasimilamiconfesión.Sinofueraporqueestoyllorando,sé que no me creería. Soy consciente de que está luchando contra sí misma por la miradaquetieneenlosojos.Yalahevistoantes. —Nosésipuedo.Seguimoshaciendolomismounayotravezyotra.Nosési estoylistaparavolveraponermeenestasituación.—Agachalacabeza—.Losiento. www.lectulandia.com-Página411 —Eh,mírame—lesuplico,ylelevantolabarbillaparapodermirarlaalosojos. Apartalavista. —No,Hardin.Tengoqueducharme.Voyallegartarde. Capturounasolalágrimadesusojosyasiento. Sé que se las he hecho pasar canutas y que nadie en su sano juicio volvería a aceptarme después de lo de la apuesta, las mentiras y mi constante necesidad de fastidiarlotodo.Ellanoescomolosdemás.Amademaneraincondicionalyconmigo lohadadotodo;inclusoahora,quemeestárechazando,séquemequiere. —Piénsalo,¿vale?—lepido. Ledarétiempoparaquelopienseperonovoyadarmeporvencido.Lanecesito demasiado. —Porfavor…—digocuandonomeresponde. —Estábien—susurraalfin. Elcorazónmedaunbrinco. —Tedemostraré…Tedemostrarélomuchoquetequieroyquelonuestropuede funcionar.Noterindasconmigo,¿vale?—Cojoelpomodelapuerta. Semuerdeellabioinferiorysueltoelpomoparaeliminarlaescasadistanciaque nos separa. Cuando estoy junto a ella me mira con recelo. Quiero volver a besarla, sentirsusbrazosenmicintura,peroledoyunbesoenlamejillaymealejodenuevo. —Estábien—repite. Echo mano de toda mi autodisciplina para salir del cuarto de baño, sobre todo cuandomevuelvoyveoqueseestáquitandolacamiseta.Hacíamuchoquenoveía esapieldecolorcrema. Cierro la puerta al salir y me apoyo en el marco. Parpadeo para no volver a echarmeallorar. «Mierda.» Almenoshadichoquelopensará.Parecíareticente,comosiledolieravolvera estarconmigo.AbrolosojoscuandolapuertadelahabitacióndeLandonseabrey salealpasillovestidoconunpoloblancoyunoscaquis. —Hola—mesaludaechándoselamochilaalhombro. —Hola. —¿Estábien?—pregunta. —No,peroconfíoenqueloestará. —Yotambién.Esmásfuertedeloquecree. —Losé.—Mesecolosojosconlacamisa—.Laquiero. —Esoyalosé—dice,cosaquemesorprende. Lomiro. —¿Cómoselodemuestro?¿Túquéharías?—lepregunto. Elresentimientobrillauninstanteensusojosperodesapareceprontoycontesta: —Tienes que demostrarle que estás dispuesto a cambiar por ella. Tienes que tratarlatodolobienquesemereceydarletiempoyespacio. www.lectulandia.com-Página412 —Esoúltimonomeresultafácil—ledigo.Nomepuedocreerqueestéhablando otravezdelomismoconLandon. —Puesvasatenerquehacerlooserebelará.¿Porquénointentasdemostrarleque vasalucharporellaperosinagobiarla?Esoestodoloquequiere.Quiereverquete esfuerzas. —¿Quemeesfuercesinagobios? Yonolaagobio.Bueno,puedequesí,peronopuedoevitarlo.Notengotérmino medio: o no me despego de su lado o me distancio tanto que la pierdo. No sé encontrarelequilibrio. —Sí—dicecomosinohubieranotadomitonosarcástico. Sinembargo,comonecesitoquemeayude,controlomiactitud. —¿Puedes explicarme un poco mejor qué demonios quieres decir? Ponme un ejemplooalgo. —Puespodríaspedirleunacita.¿Habéissalidojuntoseneseplanalgunavez?— pregunta. —Puesclaroquesí—contestodeinmediato. «¿Ono?» Landonenarcaunaceja. —¿Cuándo? —Pues…cuandofuimos…,yaquellavezque…—Mehequedadoenblanco—. Vale,puedequenolehayapedidonuncaunacita—concluyo. Trevorlehabríapedidounacitayhabríasalidoconellacomoesdebido.¿YZed? Sihasalidoconella,juroquelovoya… —Vale, pues pídele una cita. Hoy no, porque es demasiado pronto incluso para vosotrosdos. —¿Quéinsinúas?—leespeto. —Nada, sólo digo que necesitáis tomaros un tiempo. Al menos ella, de lo contrario,lavasaespantaraúnmás. —¿Cuántodeberíaesperar? —Al menos unos días. Intenta actuar como si acabaseis de empezar a salir, o como si quisieras que accediera a salir contigo. Tienes que hacer que vuelva a enamorarsedeti. —¿Me estás diciendo que ya no está enamorada de mí? —le digo en tono agresivo. Landonponelosojosenblanco. —Queno…¿Quieresdejardesertanpesimista? —No soy pesimista —me apresuro a defenderme. En realidad, no me había sentidotanoptimistaenmuchotiempo. —Loquetúdigas… —Eresgilipollas—leespeto. —Elgilipollasalqueacudesenbuscadeconsejosentimental—alardeaconuna www.lectulandia.com-Página413 sonrisadecretino. —Sóloporqueereselúnicodeentremisamigosquetieneunarelacióndeverdad yporque,excluyéndomeamí,conocesaTessamejorquenadie. Lasonrisalellegadeorejaaoreja. —Acabasdedecirquesoytuamigo. —¿Qué?Túflipas. —Sí,sí.Lohasdicho—dicemuycomplacido. —Nomereferíaaamigo,amigo.Queríadecir…Noséquédiablosqueríadecir, peroseguroque«amigo»noeralapalabra. —Ya. Seechaareíryentoncesoigoqueelaguadeladuchadejadecorrer. Supongoquenoesmaltío,peronoesquevayaadecírselo. —¿Meofrezcoallevarlaaclasehoy?—preguntomientraslosigoabajo. Niegaconlacabeza. —¿Quépartede«sinagobiarla»nohasentendido? —Mecaíasmejorcuandonohablabas. —Ytúmecaíasmejorcuando…Uy,sinuncamehascaídobien—dice,perosé queestábromeando. Nunca pensé que le cayera bien, la verdad. Creía que me odiaba por todas las putadasquelehehechoaTessa.Peroaquíestá,miúnicoaliadoenesteembrolloque heorganizadoyosolito. Alargoelbrazoparadarleunpequeñoempujón,cosaquelohacereír,ycasime echo a reír con él cuando veo a mi padre al pie de la escalera mirándonos como si tuviéramosdoscabezas. —¿Quéhacestúaquí?—mepreguntadándoleuntragoasutazadecafé. Meencojodehombros. —Lahetraídoacasa…Aquí. «¿Ahoraeséstasucasa?»Esperoqueno. —Ah—dicemipadre,ymiraaLandon. —Relájate,papá—añadoconbastantemalaleche—.Puedollevarlaadondeme délagana.Dejadehacerteelprotectorconellayrecuerdacuáldelosdosestuhijo. Landon me lanza una de sus miraditas y a continuación los tres entramos en la cocina. Me sirvo una taza de café sin que mi hermanastro me quite los ojos de encima. Mipadrecogeunamanzanadelfruteroyempiezaaecharmeunsermón. —Hardin, en estos últimos meses Tessa se ha convertido en una más de la familia,yestacasaessuúnicorefugiocuandotú…—SeinterrumpeencuantoKaren entraenlacocina. —¿Cuandoyo,qué?—replico. —Cuandolalías. —Nisiquierasabesloquehapasado. www.lectulandia.com-Página414 —Nonecesitotenertodoslosdetalles.Loúnicoqueséesqueeslomejorquete hapasado,yteestoyviendocometerconellalosmismoserroresqueyocometícon tumadre. «¿Metomaelpelo?» —¡Nomeparezcoennadaati!¡Laquieroyharíacualquiercosaporella!Tessa loestodoparamí.¡Encambio,túnopuedesdecirlomismodemimadre! Dejo la taza de golpe sobre la encimera y parte del café se derrama encima de ella. —Hardin…—EslavozdeTessa.Estádetrásdemí.Mierda. Paramisorpresa,Karensaleenmidefensa. —Ken,dejaalchicoenpaz.Loestáhaciendolomejorquesabe. Lamiradademipadresesuavizaencuantosevuelvehaciasuesposa.Luegome miraotravezamí. —Perdóname, Hardin. Sólo me preocupo por ti —suspira, y Karen le pasa la manoporlaespalda. —Nopasanada—digo,ymiroaTessa. LlevaunosvaquerosyunasudaderadelaWCU.Elpelohúmedoleenmarcael rostrosinmaquillar,esunabellezainocente.Siellanohubieraentradoenlacocina, lediríaamipadrelocabrónqueesyqueeshoradequeaprendaanometersedonde nolollaman. Cojounaservilletadepapelylimpioelcaféquehacaídoensucarísimaencimera degranito. —¿Estáslista?—lepreguntaLandonaTessa. Ellaasientesindejardemirarme. Me gustaría poder llevarla yo, pero debería volver a casa y dormir un poco o darmeunaducha,tumbarmeenlacamaamirareltecho,limpiar…Joder,cualquier cosamenosquedarmeaquíacharlarconmipadre. NuestrasmiradasseseparanyTessasaledelacocina.Oigocerrarselapuertade laentradaysuspiro. Encuantodoymediavuelta,Karenymipadreempiezanahablardemí.Cómo no. www.lectulandia.com-Página415 CAPÍTULO98 Tessa Séloquedeberíahaberhecho:deberíahaberledichoaHardinquesemarchara,pero no he podido. Casi nunca exterioriza sus emociones, y verlo postrado de rodillas delante de mí me ha partido mi ya maltrecho corazón en mil pedazos. Le he dicho que pensaría lo de darnos otra oportunidad, pero no veo la manera de que esto funcione. Ahoramismotengosentimientosencontrados,estoymásconfundidaquenuncay enfadadaconmigomismaporhaberestadoapuntodeentregarmeaélporcompleto. No obstante, por otro lado, estoy orgullosa de haber parado las cosas antes de que llegarandemasiadolejos.Necesitopensarenmí,ynosóloenél,porunavez. MientrasLandonconduce,miteléfonovibraenmiregazoymirolapantalla. EsunmensajedeZed. ¿Estásbien? Respirohondoantesdecontestar. Sí,estoybien.VoydecaminoalcampusconLandon.Sientolodeanoche,fue culpamíaquefueraallí. Pulso«Enviar»ycentrolaatenciónenLandon. —¿Quécreesquevaapasarahora?—mepregunta. —No tengo ni idea. Aún tengo intención de hablar con Christian sobre lo de Seattle—respondo. Zedmeescribeotravez: No,nolofue.Laculpaessuya.Mealegrodequeestésbien.¿Sigueenpielo delacomidadehoy? Había olvidado nuestro plan de quedar en la Facultad de Ciencias Medioambientalesparacomer.Medijoquequeríaenseñarmeunasfloresquebrillan enlaoscuridadquehaayudadoacrear. www.lectulandia.com-Página416 Me gustaría mantener mis planes con él; se ha portado muy bien conmigo con todo esto, pero después de haber besado a Hardin esta mañana no sé qué hacer. Anoche dormí en casa de Zed y esta mañana he besado a Hardin. «¿Qué me está pasando?»Noquieroseresaclasedechica;todavíamesientoalgoculpableporlo que pasó con Hardin cuando aún estaba con Noah. En mi defensa he de decir, sin embargo,queHardinapareciócomounaboladedemolición.Notuvemásremedio que gravitar hacia él mientras él me destruía lentamente y después me reconstruía paradestruirmeotravez. LoqueestápasandoconZedestotalmentedistinto.Hardinllevabaoncedíassin hablarmeyyonoteníaniideadeporqué.Lleguéalaconclusióndequeyanome quería,yZedestabaahíparamí.Siemprehasidounencantoconmigo.Intentózanjar laapuestaconHardinperoélnoloaceptó,teníaquedemostrarquepodíaganarmea pesardelainsistenciadeZeddeacabarconeseasquerosojuego. EntreHardinyZedhahabidomalrollodesdequelosconozco.Noestoysegura decuáleslarazón—acausadelaapuesta,heempezadoasuponerúltimamente—, perosuanimadversióneraevidentedesdequeempecéasalirconellos.Hardindice que Zed sólo quiere meterse en mis bragas pero, sinceramente, me parece un comentariomuyhipócritaporsuparte.YZednohahechonadaquemehagapensar queestáintentandoacostarseconmigo.Nunca,nisiquieraantesdequemeenterase de lo de la apuesta y de que lo besase en su apartamento, me ha hecho sentir que tuvieraquehacernadaquenoquisierahacer. Detesto cuando mi mente se traslada a esos días. Fui una estúpida, y ambos estabanjugandoconmigo.Noobstante,hayalgotraslosojosdecolorcaramelode Zedquemeinspirabondad,mientrasquedetrásdelosojosverdesdeHardinsóloveo ira. «Sí.Nosvemosamediodía»,lerespondoaZed. www.lectulandia.com-Página417 CAPÍTULO99 Tessa No tengo muy claro cómo me siento hoy. No estoy precisamente contenta, pero tampoco me siento desgraciada. Estoy muy confundida, y ya echo de menos a Hardin. Patético, lo sé. No puedo evitarlo. Llevaba mucho tiempo sin verlo y casi habíaconseguidoexpulsarlodemiorganismo,peroconsólounbesohaconseguido instalarse en mis venas de nuevo, destruyendo el poco sentido común que me quedaba. Landonyyoesperamosaqueelsemáforoparalospeatonessepongaenverdey mealegrodehabermepuestounasudadera,porqueelfríonodatregua. —Bueno, parece que ha llegado el momento de hacer esas llamadas a la UniversidaddeNuevaYork—dice,ysacaunalistadenombres. —¡Vaya!¡LaNYU!—exclamo—.Seguroqueteirágenialallí.Esfantástico. —Gracias. Estoy un poco nervioso por si no me aceptan para el trimestre de verano,ynoquierotomarmeelveranosabático. —¿Estás tonto? ¡Claro que te aceptarán, para cualquier trimestre! ¡Tienes unas notasfantásticas!—Meechoareír—.Ytienesunpadrastrorector. —¿Quieresllamartúpormí?—bromea. Nosseparamosyquedamosenencontrarnosenelaparcamientoalfinaldeldía. SemehaceunnudoenelestómagocuandollegoalgranedificiodelaFacultad deCienciasMedioambientalesyabrolapesadapuertadoble.Zedestásentadoenun bancodecementodelantedeunodelosárbolesdelvestíbulo.Alverme,unasonrisa sedibujaensurostroalinstanteyseponedepiepararecibirme.Visteunacamisa blanca de manga larga y unos vaqueros. La tela de la camisa es tan fina que se transparentanlaslíneasdesustatuajes. —Hola.—Sonríe. —Hola. —He pedido pizza, llegará enseguida —me dice, y nos sentamos los dos en el bancoycharlamossobrecómonoshaidoeldíahastaahora. Cuandollegalacomida,Zedmeguíahastaunasalallenadeplantasqueparece seruninvernadero.Hilerasdefloresdiferentesquenohabíavistoenmividainundan elreducidoespacio.Zedseacercaaunadelaspequeñasmesasytomaasiento. —Hueledemaravilla—ledigomientrasmesientodelantedeél. —¿Elqué?¿Lasflores? www.lectulandia.com-Página418 —No,lapizza.Bueno,lasflorestambién.—Merío. Memuerodehambre.Nomehadadotiempodedesayunarestamañanayllevo despiertadesdequeHardinhairrumpidoenelapartamentodeZedbuscándome. Cogeunaporcióndepizzayladoblaporlamitadcomorecuerdoquesolíahacer mipadre.Antesdedarleunbocado,mepregunta: —¿Cómofueronlascosasanoche?Bueno…estamañana. Empiezoasentirmeincómodaalobservarlo,yelaromadelasfloresmerecuerda a las horas que pasaba en el invernadero de la casa de mi infancia, huyendo de los gritosdemipadrealcohólicohaciamimadre. Apartolamiradadeélyterminodemasticarantesdecontestarle: —Alprincipiofueundesastre,comosiempre. —¿Alprincipio?—Ladealacabezayserelameloslabios. —Sí. Discutimos, como siempre, aunque ahora parece haber mejorado algo — digosimplemente. NovoyahablarleaZedsobrecómoHardinsedesmoronóysepostróderodillas antemí;esalgodemasiadopersonalynoleinteresaanadiemásqueaHardinyamí. —¿Quéquieresdecir? —Sedisculpó. Melanzaunamiradaquenomegustaunpelo. —Y¿telotragaste? —No,lerespondíquenoestabapreparadaparanadatodavía.Sóloledijequelo pensaría. Meencojodehombros. —Noirásaperdonarlo,¿verdad?—diceconuntonocargadodedecepción. —Novoyavolverconélasísinmás,ynopiensoregresaraeseapartamento. Zeddejasuporciónsobresuservilleta. —No deberías malgastar ni un minuto en pensarlo, Tessa. ¿Qué más tiene que hacerparaquetemantengasalejadadeél? Memiracomosiledebieraunarespuesta. —Lascosasnofuncionanasí.Noestansencilloeliminarlodemivida.Hedicho quenovoyasalirconélninada,perohemospasadopormuchascosasjuntos,yloha estadopasandomuymalsinmí. Zedponelosojosenblanco. —Ya,¿beberycolocarseconJaceessuversióndepasarlomal?—medice,yse mecaeelalmaalospies. —NohaestadoconJace.EstabaenInglaterra. «PorqueestabaenInglaterra,¿verdad?» —PuesanocheestuvoencasadeJace,justoantesdepresentarseenmicasa. —¿Enserio? JamáspenséqueHardinvolveríaaquedarconJace. —Mepareceunpocoraroquequedeconalguienquetienegranpartedeculpaen www.lectulandia.com-Página419 todoloquehapasadocuando,segúnparece,detestaqueyoestécercadeti. —Ya…,perotútambiénestabasimplicado—lerecuerdo. —Noenlodeponertealtanto.Yonotuvenadaquevercuandoteavergonzaron delantedetodoelmundo.JaceyMollyloprepararontodo,yHardinlosabe.Poreso lediounapalizaaJace.Yyoqueríadecírtelotodoeltiempo;paramínoerasólouna apuesta,Tessa.Peroparaél,sí.Lodemostrócuandonosenseñólassábanas. Heperdidoelapetitoytengoganasdevomitar. —Noquieroseguirhablandodeesto. Zedasienteylevantaunamanoamododedisculpa. —Tienesrazón.Lamentohabersacadoeltema.Essóloquemegustaríaqueme dieras a mí la mitad de oportunidades que le das a él. Yo nunca haría cosas como quedar con Jace si estuviera en el lugar de Hardin y, además, Jace siempre está rodeadodechicas… —Vale —lo interrumpo. No puedo seguir oyendo hablar más sobre Jace y las chicasdesuapartamento. —Hablemosdeotracosa.Losientosiheheridotussentimientos,deverdad,pero es que no lo entiendo. Eres demasiado buena para él, y le has dado muchas oportunidades.Sinembargo,novolveréasacareltemaamenosquetúquierashablar deello.—Alargaelbrazoporencimadelamesayapoyalamanosobrelamía. —Notepreocupes—respondo,peronopuedocreerqueHardinhayavistoaJace despuésdeloqueocurrió.Sucasaseríaelúltimolugaralquepenséqueiría. Zedselevantayseacercaalapuerta. —Ven. Quiero enseñarte algo. —Me levanto y lo sigo—. Espera aquí —dice cuandollegoalcentrodelasala. Laslucesseapaganyesperoquedarmeaoscuras.Peroenlugardeesounasluces de neón verdes, rosa, naranja y rojas sorprenden a mis ojos. Cada hilera de flores brillaconuncolordiferente,unasmásqueotras. —¡Vaya!—exclamoenunsusurro. —¿Aquemola?—pregunta. —Sí,mucho. Meacercoaunafilalentamenteadmirandolaescena. —Básicamentelasdiseñamosydespuésmodificamoslassemillasparahacerque brillaranasí.—Derepentesecolocadetrásdemí—.Miraesto. Mecogedelbrazoyguíamimanoparaquetoqueelpétalodeunaflorquebrilla decolorrosa.Éstaenconcretonobrillatantocomolasdemás…,almenoshastaque mi dedo la toca, y entonces parece cobrar vida. Retiro la mano al instante, sorprendida,yoigocómoZedseríedetrásdemí. —Pero¿cómoesposible?—preguntofascinada. Me encantan las flores, especialmente los lirios, y estas flores modificadas genéticamenteseparecenmuchoyhanpasadoasermisnuevasfavoritas. —Conlacienciatodoesposible—diceconelrostroiluminadoporelresplandor www.lectulandia.com-Página420 queemitenlasfloresyunaampliasonrisa. —Eresunempollón—bromeo,yélseríe. —Miraquiénfueahablar—replica,yestavezmeríoyo. —Cierto.—Tocolaflordenuevoyveocómosubrilloseintensificaunavezmás —.Estoesincreíble. —Imaginé que te gustaría. Estamos intentando hacer lo mismo con un árbol; el problemaesquelosárbolestardanmuchomástiempoencrecerquelasflores.Pero tambiénvivenmás;lasfloressondemasiadofrágiles.Sinolascuidas,semarchitany mueren. —Su tono es suave, y no puedo evitar compararme con la flor, y tengo la sensacióndequeélestáhaciendolomismo. —Ojalálosárbolesfuerantanbonitoscomolasflores—digo. Secolocadelantedemí. —Podrían serlo, si alguien los hiciera de esa manera. Si cogimos unas flores normales y corrientes y las convertimos en esto, también podemos hacer lo mismo conunárbol.Conloscuidadosylasatencionespertinentes,podríanbrillarcomolas flores, pero ser mucho más fuertes. —Permanezco callada mientras él acaricia mi mejillaconeldedopulgar—.Túmerecesesaclasedeatención,Tess.Merecesestar conalguienquetehagabrillar,noconalguienquetearrebatelaluz. EntoncesZedseinclinaparabesarme. Retrocedo y choco con la hilera de flores. Por fortuna, ninguna se cae y yo me recompongo. —Losiento,nopuedo. —¿Nopuedes,qué?—dicelevantandoligeramentelavoz—.¿Dejarqueseayo quienteenseñelofelizquepodríasser? —No…, no puedo besarte. Ahora mismo no puedo. No puedo estar todo el tiempo entre uno y otro. Anoche estaba en tu cama, y esta mañana he besado a Hardin,yahora… —¿Lohasbesado? Sequedaboquiabiertoyyomealegrodequelasalaestéaoscurasexceptoporel brillodelasflores. —Bueno, me ha besado él a mí, pero yo he dejado que lo hiciera antes de apartarme—leexplico—.Estoyconfundida,yhastaquesepaloquevoyahacer,no puedoirporahíbesándomecontodoelmundo.Noestábien. Nodicenada. —Losientositehedadofalsasesperanzasytehehechocreerque… —Nopasanada—respondeZed. —No,síquepasa.Nodeberíahabertemetidoentodoestelíohastaquepudiera pensarconclaridad. —Noesculpatuya.Soyyoquiennodejadeinsistir.Nomeimportaquemedes falsasesperanzasmientraspuedaestarcercadeti.Séquenosiríabienjuntos,ytengo todo el tiempo del mundo para esperar a que tú también te des cuenta —dice, y se www.lectulandia.com-Página421 alejaparaencenderlaluz. ¿Cómopuedesersiempretancomprensivo? —Oye, si me odiases no te lo tendría en cuenta —le aseguro, y me cuelgo la mochilaenelhombro. —Yojamásteodiaría—dice,ysonrío. —Graciasporenseñarmeesto.Esincreíble. —Graciasporvenir.Perodéjamealmenosqueteacompañeaclase,¿no?—se ofrececonunasonrisa. Medirijoalosvestuariosparacambiarmeycogermiesterillayentroenlasalade yogasólocincominutosantesdelahora.Unamorenaaltaocupamisitiodelante,y me veo obligada a ponerme en la última fila, cerca de la puerta. Había planeado decirle a Zed que jamás podré sentir por él lo que siento por Hardin, que lamento haberlobesadoyquesólopodemosseramigos,peronohesidocapazdehacerlocon todaslascosasbonitasquemedecía.Mehapilladototalmenteporsorpresacuando mehacontadoqueHardinestuvoencasadeJaceanoche. SiemprecreoqueséloquetengoquehacerhastaqueZedempiezaahablar.Su vozsuaveysusojosamablesmeaturdenyconfundenmispensamientos. Cuando vuelva a casa de Landon tengo que llamar a Hardin y contarle lo de la comida con Zed y preguntarle qué hacía en casa de Jace… ¿Qué estará haciendo ahora?¿Habrávenidohoyalafacultad? La clase de yoga es justo lo que necesito para aclararme las ideas. Una vez concluidamesientomuchomejor.Enrollolaesterillaysalgodelasala.Entonces,de repente,oigoquealguienmellamajustocuandollegoalvestuario. MevuelvoyveoqueHardincorrehaciamíysepasalamanoporelpelo. —Verás…,queríahablarcontigodeunacosa… Parececontrariado,comosiestuviera…¿nervioso? —¿Ahora?Nocreoqueésteseaellugar… Noquierodebatirsobrenuestrosproblemasenmediodelgimnasio. —No… no es eso —dice con voz muy aguda. Está nervioso, esto no puede ser nadabueno.Élnuncaseponenervioso. —Mepreguntaba…Nosé…Bueno,daigual.—Seruboriza,damediavueltayse disponeamarcharse. Suspiroymevuelvoparaentrarenelvestuarioacambiarme. —¿Quieressalirconmigo?—exclamaentonces,casichillando. Mevuelvosinpoderocultarmisorpresa. —¿Qué? —Comounacita…,yasabes…¿Podemossalirporahí?Sólositúquieres,claro, peropodríaestarbien.Noestoyseguro,peromegustaría…—Sedetiene,yyodecido acabarconsuhumillaciónalverquesusmejillassetornanrojoescarlata. www.lectulandia.com-Página422 —Claro—respondo,yHardinmemiraalosojos. —¿Enserio?—Suslabiossetransformanenunasonrisa,unasonrisanerviosa. —Sí. Nosécómoacabaráesto,peronuncaantesmehapedidosalir.Lomáscercaque hemosestadodetenerunacitafuecuandomellevóaaquelarroyoydespuésacenar. Pero todo aquello fue una mentira, así que no fue una cita real. Fue su manera de meterseenmisbragas. —Vale…¿Cuándo?¿Ahoramismo?¿Omañana?¿Oafinalesdesemana? No recuerdo haberlo visto nunca tan nervioso. Resulta adorable, e intento no reírme. —¿Mañana?—propongo. —Sí,mañanaestábien.—Sonríeysemuerdeellabioinferior.Elambienteentre nosotrosesincómodo,perodeunamanerapositiva. —Genial… Mesientonerviosa,comolasprimerasvecesqueestabacercadeél. —Genial—repite. Damediavuelta,semarchaapresuradamenteycasitropiezaconunacolchoneta deluchalibre.Entroenlosvestuariosyempiezoapartirmedelarisa. www.lectulandia.com-Página423 CAPÍTULO100 Hardin Landonsequedaperplejoalverme. —¿Quéhacestúaquí?—meespetacuandoirrumpoeneldespachodemipadre. —Hevenidoahablarcontigo. —¿Sobrequé?—inquieremientrasmesientoenelsillóngrandedepielquehay detrásdelacarísimamesaderoble. —DeTessa,¿dequévaaser?—Pongolosojosenblanco. —Mehacontadoqueyalehaspedidosalir.Veoquelehasdadomuchoespacio. —¿Quétehadicho?—lointerrogo. —Novoyacontarteloquemehadicho.—Deslizaunahojadepapelenelfax. —¿Quéestáshaciendo?—lepregunto. —Mandar mi expediente académico a la NYU por fax. Me traslado allí el trimestredeverano. «¿Enverano?¡Joder!» —¿Porquétanpronto? —Porque no quiero seguir perdiendo el tiempo aquí cuando podría estar con Dakota. —¿LosabeTessa? Séqueesolaentristecerá.Élessuúnicoamigodeverdad,yesoenciertomodo hacequeyotambiénseareacioaquesevaya. —Porsupuestoquesí.Ellahasidolaprimeraensaberlo. —Bueno,necesitoayudaconlamierdaestadelacita. —¿Lamierdadelacita?—Sonríe—.Québonito. —¿Mevasaayudarono? —Supongo.—Seencogedehombros. —¿Dóndeestáellaahora?—lepregunto. He pasado por delante de la habitación donde se ha estado quedando, pero la puerta estaba cerrada y no he querido llamar. Bueno, sí quería llamar, pero estoy haciendotodoloposiblepordarleunpocodeespacio.Sinohubieravistosucoche aparcado fuera, ahora mismo estaría de los nervios, pero sé que está aquí. O, al menos,esoespero. —Nolosé,creoqueestáconesetalZed—diceLandon,ysemecaeelalmaa lospies. www.lectulandia.com-Página424 Melevantodelasientoencuestióndesegundos. —¡Esbroma!Esbroma—seapresuraaañadirconunasonrisaburlona—.Estáen elinvernadero,conmimadre. Sin embargo, no me importa, me alivia pensar que mis fantasías paranoicas estabansacandolomejordemí. —Puesnotieneningunagracia.Eresuncapullo—leespeto,yélseríe—.Ahora tienesqueayudarmesíosí—ledigo. Después de darme algunos consejos, Landon da por finalizado nuestro encuentro y meacompañahastalasalida.Decamino,lepregunto: —¿HaconducidoellahastaVanceestosdías? —Sí,faltóunpardedíascuandoestaba…,bueno,yalosabes. —Hum…—BajolavozmientraspasamospordelantedelahabitacióndeTessa. Noquieropensareneldañoquelehice,noenestosmomentos—.¿Creesqueestará ahídentro?—susurro. Seencogedehombros. —Nolosé.Probablementesí. —Debería…—giroelpomoylapuertaseabreconunpequeñochirrido. Landonmefulminaconlamirada,peroyohagocasoomisoymeasomo. Estátumbadaenlacama,conpapelesylibrosdetextoesparcidosasualrededor. Todavía lleva puestos los vaqueros y una sudadera; debía de estar realmente muy cansadaparahabersequedadodormidamientrasestudiaba. —¿Hasterminadodecomportartecomounmirón?—siseaLandonenmioído. Le doy al interruptor de la luz para apagarla, me aparto del umbral y cierro la puerta. —Nosoyningúnmirón.Laquiero,¿vale? —Ya,peroestáclaroquenoentiendeselconceptodedarleunpocodeespacio. —No lo puedo evitar. Estoy acostumbrado a estar con ella, y he pasado un auténticoinfiernoestasúltimasdossemanassinsupresencia.Mecuestamantenerlas distancias. Bajamos la escalera en silencio y espero no haber parecido demasiado desesperado.Perobueno,sóloesLandon,asíqueenrealidadmeimportaunamierda. Detesto estar en el apartamento ahora que Tessa no está allí. Por un momento considerollamaraLoganypasarmeporlacasadelafraternidad,peroenelfondosé quenoesbuenaidea.Nomeapetecequehayaproblemas,yallísiempreloshay.Pero esquenoquierovolveraesepisovacío. Lohagodetodosmodos.Estoyagotado,tengolasensacióndenohaberdormido bien desde hace siglos. Me tumbo en nuestra cama e intento visualizar sus brazos www.lectulandia.com-Página425 alrededordemicinturaysucabezasobremipecho.Mecuestaimaginarmelavida así.Sinoconsigorecuperarla,sinoconsigovolverasentirelcalordesucuerpojunto al mío… Tengo que hacer algo. Tengo que hacer algo diferente, algo para demostrarle,aellayamímismo,quepuedohaceresto. Puedocambiar.Tengoquehacerloy,joder,loharé. www.lectulandia.com-Página426 CAPÍTULO101 Tessa Paracuandoterminodeducharmeysecarmeelpeloyasonlasseisyyahaceratoque elsolsehaescondido.LlamoalapuertadelahabitacióndeLandon,peronoobtengo respuesta. Tampoco veo su coche aparcado fuera, aunque últimamente ha estado dejándoloenelgaraje,asíquepuedequetodavíaestéahí. Noséquéponermeporquenoséadóndevamosair.Nopuedoevitarmirarporla ventana constantemente, esperando ansiosa el coche de Hardin. Cuando la brillante luzdelosfarosapareceporfin,semehaceunnudoenelestómago. Casitodamiansiedadseesfumaalverquesaledelcochevestidoconlacamisa negraquesepusoparalacena.¿Llevapantalonesdevestir?Madremía,síquelos lleva. Y zapatos, zapatos negros y brillantes. Vaya. ¿Hardin se ha arreglado? Me sientoinapropiada,perosumanerademirarmedisipamidesasosiego. Sehaesforzadomucho.Estámuyguapo,einclusosehapeinadoparalaocasión. Llevaelpelohaciaatrás,yséquehautilizadoalgúnproductoparafijarloporqueno lecaesobrelafrentealcaminar,comosuelehacerlo. Seruboriza. —Esto…,hola. —Hola.—Nopuedodejardemirarlo.«Unmomento…»—.¿Ytuspiercings?— Losarosdemetalhandesaparecidodesucejaydesulabio. —Meloshequitado.—Seencogedehombros. —¿Porqué? —Nolosé…¿Nocreesqueestoymejorasí?—Memiraalosojos. —¡No!Meencantabacómoestabasantes…Ahoratambién,perodeberíasvolver aponértelos. —Yanoquierollevarlos.—Seacercaalapuertadelacompañantedesucochey laabreparamí. —Hardin…,esperoquenoteloshayasquitadopensandoqueasímevasagustar más,porquenoesverdad.Tequierodelmismomodo.Porfavor,vuelveaponértelos. Susojosseiluminanaloírmispalabrasyyoapartolamiradaantesdesubirmeal coche.Pormuyenfadadaqueestéconél,noquieroquesientaquetienequecambiar suaspectopormí.Loprejuzguécuandovisuspiercingslaprimeravez,peroaprendí aamarlos.Formanpartedeél. —No es eso, de verdad. Llevaba ya tiempo pensando en quitármelos. Los he www.lectulandia.com-Página427 llevadotodalavidayyamehecansado.Además,¿quiéncojonesvaacontratarme parauntrabajodeverdadconesamierdaenlacara?—Seabrochaelcinturónyme mira. —Puesclaroquetecontratarán,estamosenelsigloXXI.Sitegustan… —Noesparatanto.Megustabastanteelaspectoquetengosinellos,escomosi yanomeestuvieraescondiendo,¿sabes? Lomirodenuevoyanalizosunuevaimagen. Estáguapísimo,comosiempre,peroresultaagradablequenohayaningúntipode distraccionesensurostroperfecto. —Bueno, creo que estás perfecto sea como sea, Hardin; sólo espero que no pienses que quiero que tengas un aspecto determinado, porque no es cierto —le aseguro,ylodigodeverdad. Cuando me mira, me sonríe con tanta timidez que se me olvida la bronca que queríaecharle. —Bueno,¿adóndemevasallevar?—lepregunto. —Acenar.Esunsitiomuybonito—respondeconvoztemblorosa. ElHardininsegurosehaconvertidoenmiHardinfavorito. —¿Heoídohablardeél? —Nolosé.Puede. Elrestodeltrayectotranscurreensilencio.Murmuroalgunasdelascancionesde The Fray, canciones que parecen gustarle mucho a Hardin ahora, mientras él mira atento a través del parabrisas. No para de frotarse el muslo con la mano mientras conduce,yséquesetratadeunticnervioso. Cuando llegamos al restaurante, parece sofisticado y muy caro. Todos los vehículosquehayenelaparcamientovalenmásquelacasademimadre,nomecabe duda. —Pretendíaabrirtelapuerta—medicecuandomedispongoabajardelcoche. —Siquieres,lacierroparaquemelaabras—lepropongo. —Eso no cuenta, Theresa. —Me sonríe con una sonrisa petulante, y no puedo evitarsentirlasmariposasenelestómagoqueaparecencadavezquemellamapormi verdaderonombre. Solíasacarmedequicio,perolociertoesquemeencantabacadavezquelodecía parachincharme.Megustacasitantocomosumaneradellamarme«Tess». —Hemosvueltoalode«Theresa»,porloqueparece.—Lesonrío. —Sí,asíes—contesta,ymecogedelbrazo. Veoquesuconfianzavaaumentandoacadapasoquedamoshaciaelrestaurante. www.lectulandia.com-Página428 CAPÍTULO102 Hardin —¿Hay algún otro sitio adonde te apetezca ir? —le pregunto cuando volvemos al coche. Elhombredelrestaurantepijoenelquehabíareservadomesahadichoquemi nombre no estaba en la lista. He mantenido la compostura para no joder la noche, peroerauncapullodemuchocuidado.Agarroconfuerzaelvolante. Calma.Tengoquerelajarme.MiroaTessaysonrío. Ellasemuerdeellabioyapartalamirada. Lasituaciónhasidohorrible. —Enfin,menudavergüenza—digoenuntonoinseguroyexageradamenteagudo —.¿Seteocurrealgúnsitioenparticular,ahoraquepareceserquehemospasadoal planB?—lepregunto,deseandosaberdealgúnotrositiobonitoalquellevarla.Uno enelquenosdejenentrar. —Laverdadesqueno.Cualquiersitiodondesirvancomidayamevale—sonríe. Ha llevado esto muy bien, y me alegro. Ha sido humillante que nos hayan prohibidolaentrada. —Vale…¿McDonald’s,entonces?—bromeosóloparaoírlareír. —LlamaríamosunpocolaatenciónenMcDonald’sasívestidos. —Sí,unpoco—coincido. No tengo ni puta idea de adónde ir. Debería haber elaborado un plan de emergenciaporsiacaso.Lanocheyaestásiendoundesastre,yesoquetodavíanoha empezado. Paramos en un semáforo y miro a mi alrededor. Hay un montón de gente en el parkingquetenemosallado. —¿Quéhayahí?—preguntaTessaintentandoasomarsepormilado. —Nolosé,creoquehayunapistadepatinajesobrehielooalgunamierdadeésas —ledigo. —¿Patinajesobrehielo?—preguntaelevandolavozcomocuandoseemociona poralgo. «No,porfavor…» —¿Vamos?—pregunta. «Mierda.» —¿Apatinarsobrehielo?—preguntoinocentemente,comosinosupieraaquése www.lectulandia.com-Página429 estárefiriendo. «Porfavor,diqueno.Porfavor,diqueno.» —¡Sí!—exclama. —Esque…no…—Nohepatinadosobrehieloenmivida,ynoteníaintención de hacerlo, pero si eso es lo que quiere, supongo que no me voy a morir por intentarlo…Bueno,puedequesí,peroloharédetodosmodos—.Claro…,¿porqué no? Cuandolamiro,veoqueestásorprendida.Noesperabaqueaccediera.Joder,ni yotampoco. —Espera…, ¿qué vamos a ponernos? Sólo llevo este vestido y unas Toms. Debería haberme puesto vaqueros, habría sido divertido —dice casi haciendo pucheros. —Siquieresvamosalatiendaytecomprasalgoderopa.Yollevoalgunascosas enelmaletero—ledigo. Nomepuedocreerquevayaapasarportodaestamierdaparairapatinarsobre hielo. —¡Vale! —responde sonriente—. ¡Tener el maletero lleno de ropa resulta bastanteútildespuésdetodo!Oye…y¿porquéllevassiempretantaropaahí?Nunca melohascontado. —Era una costumbre. Cuando me quedaba a dormir en casa de las chicas…, quiero decir, cuando salía toda la noche, necesitaba ropa limpia por la mañana, y nunca tenía, así que empecé a guardarla en el maletero. Es bastante práctico —le explico. Frunceloslabiosligeramenteyséquenodeberíahabermencionadoalasotras chicas,aunqueesosucedieraantesdeconocerlaaella.Ojalásupieracómoeranlas cosasentonces,yquemelasfollabasinningúntipodesentimiento.Noeralomismo. Nolastocabadelamaneraenquelatocoaella,noestudiabacadamilímetrodesus cuerpos,nimedeleitabaconsusjadeoseintentabaacompasarlosmíosconlossuyos, nideseabadesesperadamentequedijeranquemequeríanmientrasentrabaysalíade ellas. Nopermitíaquemetocaranmientrasdormíamos,ysimequedabaenlamisma cama que ellas era porque estaba demasiado borracho como para marcharme. No teníanadaqueverconloquevivoconellay,silosupiera,talveznoleimportaría saberloquepasóconellas.Siyofueraella…LaideadeimaginaraTessafollando conotrotíoinvademimenteymeprovocanáuseas. —¿Hardin?—diceenvozbaja,devolviéndomealarealidad. —¿Qué? —¿Mehasoído? —No…,perdona.¿Quéhasdicho? —QueyatehaspasadoTarget. —Ah,mierda,perdón.Darélavuelta. www.lectulandia.com-Página430 Me meto en el primer aparcamiento que encuentro y cambio de sentido. Tessa está obsesionada con esa tienda, y no lo entenderé jamás. Es como el Marks & SpencerdeLondresperomáscara,ymedaganasdeabofetearalosempleados,con susestúpidospolosrojosysuscaquis.Peroellasiempremediceque«EnTargethay artículosdecalidadyunagranvariedadparaelegir».Ynoloniego,perolosgrandes almacenes siguen siendo una de esas cosas de Estados Unidos que hacen que me sientacomoelextranjeroquesoy. —Entrarédeunsaltoycogeréloprimeroquevea—diceTessacuandoaparco. —¿Estás segura? Si quieres, te acompaño. —Me apetece ir con ella, pero no puedoimponerlemipresencia.Estanoche,no. —Siquieres… —Quiero—contestoantesdequeterminedehablar. A los diez minutos ya tiene la cesta llena de un montón de mierda. Ha acabado cogiendo un suéter gigante y unas mallas de licra. Ella dice que no, que se llaman leggings, pero a mí me parecen mallas de licra. Intento imaginármela con ellas puestasmientrascogeunosguantes,unabufandayungorro.Porsucomportamiento, cualquieradiríaquenosvamosalaputaAntártida;aunquelaverdadesquehaceun fríodecojonesahífuera. —Creo que también deberías comprarte unos guantes. El hielo está muy frío, y cuandotecaigassetecongelaránlasmanos—repite. —Nomevoyacaer…perobueno,mellevaréunosguantes,yaqueinsistes.— Sonrío y ella me devuelve el gesto mientras mete un par de guantes negros en la cesta. —¿Quierestambiénungorro?—pregunta. —No,llevounodelanaenelmaletero. —Cómono. Sacalabufandadelacestayladejadenuevoensusitio. —¿Notellevaslabufanda?—lepregunto. —Creoqueconestoyavoybien—diceseñalandolacestallena. —Sí,yodiríaquesí—bromeo,peroellapasaporaltomicomentarioyseacerca alaseccióndeloscalcetines. Vamosapasarnostodalanocheenestamalditatienda. —Vale,creoqueyaestoy—anuncialuegoporfin. Enlacaja,intentadiscutirconmigoporelhechodequequierapagarsuscosas, comosiemprehace,peronocedo.Estoesunacitaqueyolepedí,asíquenopienso dejarquepaguenada.Ponelosojosenblancovariasvecesyseniegaapermitirme quepagueporsuscosas. «¿Cómo va de dinero? Si le hiciera falta, ¿me lo diría? ¿Debería preguntarle?» Joder,estoypensandodemasiadoentodoesto. www.lectulandia.com-Página431 Cuando volvemos al aparcamiento donde está la pista de patinaje, Tessa está deseando salir corriendo del coche, pero yo aún tengo que cambiarme de ropa. Mientraslohago,ellamirahaciaelotroladoporlaventanilla.Despuésledigoque podemosirabuscarunosaseosparaquesecambie. Peroellaseencogedehombros. —Ibaacambiarmeenelcocheparanotenerqueircargandoconelvestido. —No,haydemasiadagente.Alguienpodríavertedesnuda. Me vuelvo y veo que en la zona donde hemos aparcado no hay prácticamente nadie,peroaunasí… —Hardin…,nopasanada—dicealgomolesta. Deberíahabermellevadolapelotaantiestrésquevianochesobrelamesademi padre. —Siinsistes—resoplo,yellaempiezaaquitarleslasetiquetasalaropanueva. —¿Mebajaslacremalleraantesdesalir?—mepregunta. —Eh…, sí. —Me inclino en su dirección y ella se levanta el pelo para darme accesoalacremallera. Lehedesabrochadoestevestidoinfinidaddeveces,peroéstaeslaprimeraqueno podrétocarlamientraslodejacaerporsusbrazos. —Gracias.Yahoraespéramefuera—meordena. —¿Qué?Siyatehevisto…—empiezoadecir. —Hardin… —Vale.Dateprisa.—Salgodelcocheycierrolapuerta.Soyconscientedequelo queacabodedecirhasidounagrosería.Abrolapuertarápidamenteymeagacho—: Porfavor—añado,ylacierrodenuevo. Oigocómoseríedentrodelcoche. Minutosdespués,saleysepeinasulargamelenaconlamanoantesdeponerseun gorritomoradoenlacabeza.Cuandosereúneconmigoalotroladodelvehículo,la encuentro…mona.Siempreestáguapaysexi,peroconesesuétergigante,elgorroy losguantespareceaúnmásinocentequedecostumbre. —Toma,tehasolvidadolosguantes—dice,ymelosentrega. —Menos mal, no habría sobrevivido sin ellos —bromeo, y ella me propina un codazo.Joder,quépreciosaes. Hay muchas cosas que me gustaría decirle, pero no me apetece soltar algo inapropiadoyfastidiarlanoche. —Oye, si querías llevar un jersey tan grande podrías haberte puesto uno mío y haberteahorradoveintepavos—digo. Ellamecogedelamanoperomesueltaalinstante. —Perdona—murmura,yseponecolorada. Quierocogerladelamanootravezpero,unavezenlapista,unamujernosrecibe ymedistrae. —¿Quénúmerotenéis?—preguntaconvozgrave. www.lectulandia.com-Página432 MiroaTessayellacontestaporlosdos.Lamujervuelvecondosparesdepatines dehieloyyomehorrorizoalverlos.Estonopuedeacabarbiendeningunamanera. SigoaTesshastaunbancocercanoymequitoloszapatos.Seponelos dospatinesenuninstantecuandoyotodavíanohemetidonimediopieen uno.Esperoqueseaburraprontoyquieraquenosmarchemos. —¿Todobienporahí?—semofademícuandoporfinmeatoloscordonesdel segundopatín. —Sí.¿Dóndedejoloszapatos?—lepregunto. —Yooslosguardo—respondelamujerbajitadeantes,queaparecederepente. LeentregomicalzadoyTesshacelomismo. —¿Preparado?—mepregunta,ymepongodepie. Meagarroalabarandilladeinmediato. «¿Cómocojonesvoyahaceresto?» Tessareprimeunasonrisa. —Esmásfácilcuandotedesplazassobreelhielo. Joder,esoespero. Peronoesmásfácil,ymecaigotresvecesencincominutos.Tessaseríeencada ocasión,yhedeadmitirque,denollevarlosguantes,ahoramismotendríalasmanos congeladas. Seríeymeofrecelamanoparaayudarmealevantarme. —¿Recuerdasquehacemediahorahasdichoconvencidoquenoibasacaerte? —¿Tú qué eres?, ¿una especie de patinadora sobre hielo profesional? —le preguntomientrasmelevanto. Odioelpatinajesobrehielomásquenadaenelmundoenestosmomentos,pero Tessapareceestarpasándoloengrande. —No, hacía tiempo que no patinaba, pero solía hacerlo mucho con mi amiga Josie. —¿Josie?Nuncatehabíaoídodecirquetuviesesamigasdondevivías. —Noteníamuchas,laverdad,pasabalamayorpartedeltiempoconNoah.Josie setrasladóallíantesdemiúltimocurso. —Ah. No entiendo por qué no tenía muchas amigas. ¿Y qué si es un poco obsesivacompulsiva,ypudorosayseobsesionaconlasnovelas?Essimpática,avecesincluso demasiado, con todo el mundo. Menos conmigo, claro. A mí me las hace pasar canutasconstantemente,peromeencantaesodeella.Lamayorpartedeltiempo. Media hora más tarde todavía no hemos dado ni una vuelta entera a la pista graciasamigranhabilidad. —Tengo hambre —dice por fin, y mira hacia un puesto de comida con luces parpadeantesencima. Sonrío. —Perotodavíanotehascaídoymehasarrastradocontigodemaneraqueacabas www.lectulandia.com-Página433 aterrizandosobremíymirándomealosojos,comoenlaspelículas—replico. —Estonoesunapelícula—merecuerda,ysedirigehacialasalida. Ojalá me hubiera agarrado de la mano mientras patinábamos; si hubiera conseguidomantenermedepie,claro.Todaslasparejitasfelicesparecenburlarsede nosotros mientras recorren la pista en círculos a nuestro alrededor, cogiditos de las manos. En cuanto salgo de la pista, me quito los horribles patines, se los devuelvo a la mujermenudayrecuperomiszapatos. —Tienes un gran futuro en los deportes —me pincha Tess por enésima vez cuandomereúnoconellaenelpuestodecomida,dondeestádevorandoungofrey llenándoseelsuétermoradodeazúcarglas. —Ja, ja. —Pongo los ojos en blanco. Todavía me duelen los tobillos de esa mierda—. Te podría haber llevado a otro sitio a comer, los gofres no son precisamente lo que yo entiendo por una buena cena —le digo, y bajo la vista al suelo. —Nopasanada.Hacíamuchotiempoquenomecomíauno.—Sehacomidolos suyosylamitaddelmío. La pillo mirándome otra vez; su rostro tiene una expresión pensativa, como si estuvieraestudiandomicara. —¿Porquémemirastanto?—preguntoporfin,yapartalamirada. —Perdona…, es que no estoy acostumbrada a verte sin piercings —admite mirándomeotravez. —Tampocohaytantadiferencia. Sindarmecuenta,mehellevadolosdedosalaboca. —Ya…,perosemehaceraro.Mehabíaacostumbradoaverlos. «¿Debería volver a ponérmelos?» No me los he quitado por ella. Lo que le he dichoesverdad.Sientoqueestabaescondiéndomedetrásdeellos,queestabausando losarosdemetalparamanteneralagenteaciertadistancia.Lospiercingsintimidan alagenteyesohacequeevitenhablarmeoquesemeacerquen,ysientoqueyaestoy superando esa etapa de mi vida. No quiero mantener alejada a la gente, y menos a Tessa.Quieroatraerlahaciamí. Meloshicecuandoerasólounadolescente.Falsifiquélafirmademimadreyme emborraché antes de tambalearme hasta la tienda. El muy capullo sabía que había bebido,peromeloshizodetodosmodos.Nomearrepientoenabsoluto;peroyano losnecesito. Lo de los tatuajes es diferente. Me encantan y sé que siempre será así. Seguiré cubriéndomeelcuerpodetinta,revelandopensamientosquesoyincapazdeexpresar con palabras. Bueno, en realidad no es ése el caso, teniendo en cuenta que son un montóndetonteríassinrelaciónquenoguardanningúnsignificadoenabsoluto,pero quedanbien,asíquemeimportaunamierda. —No quiero que cambies —me dice, y levanto la vista para mirarla—. No www.lectulandia.com-Página434 físicamente.Sóloquieroquemedemuestresquepuedestratarmemejoryquedejes decontrolarme.Tampocodeseoquecambiestupersonalidad.Sóloquieroqueluches pormí,noqueteconviertasenunapersonaconlaquecreesquequieroestar. Suspalabrasmelleganalalmayamenazancondesgarrármelayabrírmela. —Noesesoloquepretendo—contesto. Intentocambiarporella,peronodeesemodo.Estolohehechopormí,yporella. —Quitármelossólohasidounpasoentodoesto.Estoyintentandoconvertirmeen una persona mejor, y los piercings me recuerdan una mala época de mi vida. Un tiempoquequierodejaratrás—ledigo. —Ah—dicecasienunsusurro. —¿Tegustaban,entonces?—Sonrío. —Sí,mucho—admite. —Siquieresmelosvuelvoaponer—leofrezco,peroniegaconlacabeza. Estoymuchomenosnerviosoahoraquehacedoshoras.ÉstaesTessa,miTessa,y nodeberíaestarnervioso. —Sólositúquiereshacerlo—añade. —Puedoponérmeloscuandote…—meinterrumpo. —¿Cuandoqué?—preguntaladeandolacabeza. —Esmejorquenoterminelafrase. —¡Venga!¿Quéibasadecir? —Vale,comoquieras.Ibaadecirquepuedoponérmeloscuandotefollesitanto teexcitan. Suexpresióndeespantomehacereír,yellasevuelvemirandoatodaspartespara comprobarquenadiemehaoído. —¡Hardin!—mereprendeconunamezcladediversiónyvergüenza. —Te lo he advertido… Además, esta noche no he hecho ningún comentario lascivo.Tengoderechoahaceralmenosuno. —Cierto—coincideconunasonrisa,ybebeuntragodelimonada. Quiero preguntarle si eso significa que se ve practicando el sexo conmigo otra vez,yaquenomehacorregido,peroalgomedicequeéstenoeselmomento.Noes sóloporquequierasentirladenuevo,esporque,joder,laechomuchísimodemenos. Nosestamosllevandobastantebien,paratratarsedenosotros.Séqueengranpartees porqueyonomeestoycomportandocomouncapulloporunavez.Laverdadesque noestandifícil.Sólotengoquepensarantesdedecircualquiergilipollez. —Mañana es tu cumpleaños. ¿Qué piensas hacer? —me pregunta después de unosminutosdesilencio. «Mierda.» —Pues…LoganyNatemevanadarunaespeciedefiesta.Noteníaintenciónde ir,peroStephhadichoquefuerontodosacomprarmealgoyquesehangastadoun montón de pasta, así que supongo que al menos me pasaré un rato. A no ser…, ¿queríashaceralgo?Siesasí,noiré—ledigo. www.lectulandia.com-Página435 —No,tranquilo.Seguroqueenlafiestatelopasasmuchomejor. —¿Quieres venir? —Y, como sé la respuesta, añado—: Nadie sabe lo que pasa entrenosotros,exceptoZed,claro. TengoqueobligarmeennocentrarmeenporquécojonesestáZedaltantodemis putosasuntos. —No, aunque gracias de todos modos. —Sonríe, pero el gesto no alcanza sus ojos. —Notengoporquéir. Si quiere pasar mi cumpleaños conmigo, Logan y Nate pueden irse a tomar viento. —No,tranquilo,deverdad.Tengocosasquehacerdetodasformas—replica,y apartalamirada. www.lectulandia.com-Página436 CAPÍTULO103 Tessa —¿Tienesplanesparaelrestodelanoche?—mepreguntaHardinmientrasdetieneel cocheenlaentradadevehículosdelacasadesupadre. —No,estudiarydormir.Unanocheloca.—Lesonrío. —Yo echo de menos dormir. —Frunce el ceño y pasa el dedo índice por los surcosdelvolante. —¿Noduermes?—Claroquenoduerme—.¿Estás…hasestado…?—empiezo. —Sí,todaslasnoches—medice,ysemecaeelalmaalospies. —Losiento. Detesto esto. Detesto que lo atormenten esas pesadillas. Detesto ser su único elixir,loúnicoqueconsiguehacerquedesaparezcan. —No te preocupes. Estoy bien —asegura, pero las ojeras debajo de sus ojos indicanlocontrario. Invitarloaentrarseríaunaideatremendamenteestúpida.Sesuponequetengoque pensar qué quiero hacer con mi vida de ahora en adelante, no pasar la noche con Hardin.Semehaceraroquemeestédejandoencasadesupadre,yporesomismo tengoquebuscarmemipropioapartamento. —Puedes entrar si quieres. Sólo para dormir, todavía es pronto —le ofrezco finalmente,ylevantalacabezaalinstante. —¿Estássegura?—dice,yyoasientoantesdearrepentirme. —Sí…,perosóloparadormir—lerecuerdoconunasonrisa,yélasiente. —Yalosé,Tess. —Nolodecíaenesesentido…—intentoexplicarle. —Lohepillado—resopla. «Vale…» Ladistanciaquehayentrenosotrosesincómodaperonecesariaalmismotiempo. Quieroacercarlamanoyretirarleelúnicomechónrebeldequelecaesobrelafrente, pero eso sería demasiado. Necesito espacio, tanto como necesito a Hardin. Es todo muyconfuso,yséqueinvitarloaentrarnomeayudaráaaclarartodaestaconfusión, peroquieroqueduermabien. Leofrezcounalevesonrisayélmemiraduranteunsegundoyluegoniegaconla cabeza. —¿Sabesqué?Serámejorquemevaya.Tengotrabajoquehacery…—empieza. www.lectulandia.com-Página437 —Nopasanada.Enserio—lointerrumpo,yabrolapuertadelcocheparahuir delbochornoquesiento. Nodeberíahaberhechoeso.Sesuponequetengoquedistanciarme,yaquíestoy, permitiendoquemerechace…otravez. Cuandollegoalapuerta,meacuerdodequemehedejadoelvestidoylostacones en el coche de Hardin, pero cuando me vuelvo ya está dando marcha atrás por el sendero. Mientras me desmaquillo y me preparo para acostarme, mi mente reproduce la citaunayotravez.Hardinhaestadotan…agradable.Hardinhasidoagradable.Se havestidodemaneraelegante,ynosehapeleadoconnadie.Nisiquierahainsultado a nadie. Es un progreso importante. Empiezo a reírme como una idiota cuando me acuerdo de sus caídas en la pista de hielo. Él estaba rabioso, pero ha sido muy divertido. Con su figura alta y desgarbada y esas piernas que no paraban de tambalearseconlospatines,desdeluegohasidounadelascosasmásgraciosasque hevistoenmivida. Notengoclarocómomesientoconrespectoalhechodequesehayaquitadolos piercings,peroélmehaaseguradoquequeríahacerlo,asíquenoesculpamía.Me preguntoquéopinaránsusamigos. Mehacambiadoligeramenteelhumorcuandomehacontadolodelafiestade cumpleaños.Noséquépensabaqueibaahacer,perodesdeluegolodelafiestanose mehabíapasadoporlacabeza.Sinembargo,soyunaestúpida,porquealfinyalcabo cumplelamayoríadeedad. Quiero pasar su veintiún cumpleaños con él más que nada en el mundo, pero siemprequevoyaesamalditacasadelafraternidadocurrealgomalo,ynoquiero continuarconeseciclo,ymenosconlodelicadasqueestánlascosasentrenosotros. Lo último que necesito es beber y empeorarlo todo. No obstante, me gustaría regalarlealgunacosa.Semedafatalhacerregalos,peroyapensaréalgo.Medetengo frentealahabitacióndeLandon,peronomecontestacuandollamoalapuerta.Abro yveoqueestádurmiendo,asíquedecidoirmealacamayotambién. Abro la puerta de mi habitación y casi me da un infarto cuando veo una figura sentadasobreelcolchón.Dejocaermibolsadeaseosobrelacómoda…,entoncesme doycuentadequeesHardinymetranquilizo.Mientrasloobservo,veoquecruzalos tobillospordelantedeél,incómodo. —Yo…eh…sientohabersidouncapulloantes.Queríaquedarme.—Sepasalos dedosporsupelorebelde. —Yyoteheinvitadoaquedarte—lerecuerdo,ymeacercoalacama. Suspira. —Losé,ylosiento.¿Puedoquedarme,porfavor?Lohepasadomuybienesta nochecontigo,yestoytancansado… Lo medito durante unos instantes. Quería que se quedara. Echo de menos la reconfortante sensación de tenerlo en mi cama, pero ha dicho que tenía cosas que www.lectulandia.com-Página438 hacer. —Y¿quépasacontutrabajo?—preguntoconunacejaenarcada. —Puedeesperar—responde.Pareceangustiado. Mesientoasuladoenlacama,cojolaalmohadaylacolocosobremiregazo. —Gracias—dice,ymeacercoaél. Es como un imán para mí; soy incapaz de mantenerme ni siquiera a unos centímetrosdedistancia. Lomiroyélsonríe,yentoncesbajalavistaalsuelo.Micuerpo,actuandoasu libre albedrío, se inclina hacia él y coloca mi mano sobre la suya. Tiene las manos frías,ylarespiraciónagitada. «Teheechadodemenos—megustaríaconfesarle—.Quieroestarcercadeti.» Élmeaprietalamanosuavementeyapoyolacabezaensuhombro.Unodesus brazosmerodealaespaldaymeestrechaconfuerza. —Lohepasadomuybienestanoche—ledigo. —Yotambién,nena.Yotambién. Oírlollamarme«nena»hacequequieraestaraúnmáscercadeél.Levantolavista yveoquemeestámirandoloslabios.Demanerainstintiva,ladeolacabezayacerco la boca a la suya. Cuando pego los labios a los suyos, se inclina hacia atrás para apoyarse en los codos, y me monto sobre su regazo. Apoya una mano en mi zona lumbaryacercamicuerpomástodavíaalsuyo. —Teheechadodemenos—dice,ymelamelalengua.Echoenfaltaelfríodel arodemetal,peromisansiasporélcalientanmicuerpoyhacenquetodolodemás seairrelevante. —Yoatitambién—contesto. Hundolosdedosensupeloylobesoconfuerza.Mimanolibreserpenteaporsus fuertes músculos por debajo de su camisa, pero Hardin me detiene y se aparta, conmigotodavíaenelregazo. Sonríeclaramentemortificado. —Creoquedeberíamosdejaresteencuentroenalgoaptoparatodoslospúblicos. —Seponecoloradoyrespiraagitadamentecontramirostro. Quiero protestar, decirle que necesito su tacto, pero sé que tiene razón. Suspirando,mequitodesuregazoymetumboalotroextremodelacama. —Perdona,Tess.Noqueríadecir…—Noterminalafrase. —No,tienesrazón.Deverdad,notepreocupes.Vamosadormir.—Sonrío,pero micuerpovibratraselcontacto. Se tumba lejos de mí, ciñéndose a su lado de la cama con una almohada entre nosotros,ymehacerecordarnuestroscomienzos.Notardaenquedarsedormido,y susserenosronquidosinundanelaire.Sinembargo,cuandomedespiertoenmitadde lanoche,Hardinsehaidoymehadejadounanotasobresualmohada: Graciasotravez.Teníacosasquehacer. www.lectulandia.com-Página439 Alamañanasiguiente,lemandounmensajeaHardinencuantomedespiertopara desearle un feliz cumpleaños y me visto mientras espero su respuesta. Me habría gustado que se quedara, pero a la luz del día me siento aliviada de no tener que enfrentarmealincómodomomentodedespertarjuntosdespuésdeunaprimeracita. Suspirando, guardo el móvil en la mochila y me dirijo al piso de abajo para reunirmeconLandonydecirlequefaltaréalamitaddelasclaseshoyporquequiero irabuscarunregaloparaHardin. www.lectulandia.com-Página440 CAPÍTULO104 Hardin —Vaaserlahostia,tío—mediceNatemientrassesubealmurodepiedraalfinal delaparcamiento. —Porsupuesto—contesto. MeapartodelhumodeltabacodeLoganymesientoalladodeNate. —Y más te vale no escabullirte, porque llevamos meses planeando esto —me informaLogan. Balanceolaspiernashaciaadelanteyhaciaatrásy,porunsegundo,meplanteo empujar a Logan del muro por todo lo que se ha metido conmigo por haberme quitadolospiercings. —Iré.Yaoshedichoqueiré. —¿Vasatraerla?—preguntaNate,refiriéndoseclaramenteaTess. —No,estáocupada. —¿Ocupada? Cumples veintiún años, tío. Te has quitado los piercings por ella, tienequevenir—señalaLogan. —Siemprequevienepasaalgunamierda.Y,porúltimavez,nomeloshequitado porella.—Pongolosojosenblancoyrecorroconeldedolasgrietasenelcemento. —PodríaspedirlequeledieraotrapalizaaMolly.Aquellofuedignodever—se ríeNate. —Fueunapasada,yesmuydivertidacuandoestáborracha.Ycuandodicetacos esparamearse.Escomooíramiabuela.—Loganseechaareírtambién. —¿QueréisdejardehablardeTessadeunaputavez?Novaavenir. —Vale,relájate,tío—sonríeNate. Ojalá no me hubiesen organizado ninguna fiesta, porque quería pasar mi cumpleañosconella.Nomeimportanunamierdaloscumpleaños,peroqueríaverla. Sé que no tiene nada que hacer, pero no quiere estar con mis amigos, y no se lo reprocho. —Oye,¿tepasaalgoconZed?—preguntaNatemientrasnosdirigimosaclase. —Sí,queesuncapulloquenoparaderondaraTessa.¿Porqué? —Por nada, porque el otro día la vi a ella entrando en el edificio ese de medioambienteocomosellameymeparecióraro—dice. —¿Cuándofueeso? —Haráunpardedías.Ellunes,creo. www.lectulandia.com-Página441 —¿Estásde…?—Peromedetengoamediafraseporqueséquehablaenserio. «Malditasea,Tessa,¿quépartede“mantentealejadadeZed”nohasentendido?» —AunquenoteimportaráqueZedvenga,¿no?Porqueyaselohemosdichoa todosynoquierotenerqueretirarlelainvitaciónanadie—prosigueNate;siempreha sidoelmásagradabledelgrupo. —Meimportaunamierda.Noesélquienselaestáfollando,sinoyo—ledigo,y seechaareír.Sisupieracómoestánlascosasenrealidad… Nate y Logan me dejan delante del edificio del gimnasio, y he de admitir que estoyansiosoporveraTessa.Mepreguntocómollevaráelpelohoy,ysisehabrá puestoesospantalonesquetantomegustan. «Pero¿quécoño…?»Todavíaalucinoalsorprendermepensandoenestetipode cosas tan absurdas. Si alguien llega a decirme hace unos meses que iba a estar soñandodespiertosobrecómollevaelpelounatía,lehabríapartidolosdientes.Y aquíestoyahora,esperandoqueTessselohayarecogidoparapoderverlelacara. Horasmástarde,nomepuedocreerqueestéenlacasadelafraternidaddenuevo. Me parece que han pasado siglos desde que vivía aquí. No lo echo de menos en absoluto,perotampocomegustanadavivirsoloeneseapartamento. Este curso ha sido una puta locura. No me puedo creer que haya cumplido veintiún años y que vaya a terminar la carrera el año que viene. Mi madre se ha puestoallorarporteléfonoantesyadecirmequeestoycreciendodemasiadodeprisa, y he acabado colgándole porque no paraba. En mi defensa he de decir que no he colgadosinmás,sinoquehefingidodurantetodalaconversaciónqueestabaapunto deacabarselabatería. La casa está llena de personas, la calle repleta de coches, y me pregunto quién cojones es toda esta gente y qué hacen en mi cumpleaños. Sé que la reunión no es todaenmihonor.Essólounaexcusaparadarunafiestaalogrande,peroaunasí… JustocuandoempezabaadesearqueTessaestuvieraaquí,veoelespantosopelorosa deMollyymealegrodequenohayavenido. —Ahíestáelcumpleañero—dicesonriendomientrasentraenlacasadelantede mí. —¡Scott! —grita Tristan desde la cocina; por lo que parece, ya ha estado bebiendo. —¿YTessa?—preguntaSteph. Todos mis amigos están a mi alrededor formando un pequeño círculo y mirándome mientras intento improvisar algo. Lo último que necesito ahora es que sepanqueestoyintentandopersuadirlaparaquevuelvaconmigo. —Un momento…, ¿dónde coño están tus piercings? —exclama Steph a continuación,ymecogedelabarbillaymeladealacabezaparaexaminarmecomosi fueseunaputaratadelaboratorio. www.lectulandia.com-Página442 —Quita—gruño,apartándome. —¡Joder! Te estás transformando en uno de ellos —dice Molly, y señala a un grupodepijosasquerososquehayalotroladodelahabitación. —Noesverdad—respondofulminándolaconlamirada. Ellaseechaareíreinsiste: —¡Claroquesí!Tedijoellaquetelosquitaras,¿verdad? —No. Me los quité porque me salió de los cojones. Métete en tus asuntos —le espeto. —Lo que tú digas —dice poniendo los ojos en blanco, y se marcha, gracias a Dios. —Nolehagasnicaso.Bueno,di,¿vaavenirTessa?—insisteSteph,yyoniego conlacabeza—.¡Laecharemosdemenos!Ojalásalieramás—dice,ybebeuntrago desuvasorojo. —Ya—murmuroentredientes,ymellenounvasodeagua. Para mi desgracia, el volumen de la música y las voces aumentan conforme avanza la noche. Todo el mundo está borracho antes de las ocho. Todavía no he decididosiquierobeberono.Llevabamuchotiemposinhacerlohastaaquellanoche encasademipadre,cuandodestruítodalavajilladeporcelanadeKaren.Antesvenía aestasfiestasdemierdasinbebernada…,bueno,almenoslamayorpartedeltiempo eraasí.Apenasrecuerdomisprimerosdíasdefacultad,botellatrasbotella,zorratras zorra… Todo está borroso, y me alegro por ello. Nada tenía sentido hasta que aparecióTessa.BuscounhuecoenelsofáalladodeTristanymepongoapensaren ellamientrasmisamigosjueganaotroestúpidojuegoparabeber. www.lectulandia.com-Página443 CAPÍTULO105 Tessa «Hola», dice el mensaje de Hardin y, por ridículo que parezca, siento miles de mariposasenelestómago. «¿Quétallafiesta?»,leescribo,ymemetootropuñadodepalomitasenlaboca. Me he pasado dos horas seguidas frente a la pantalla de mi libro electrónico y necesitoundescanso. «Unamierda.¿Puedoiraverte?»,responde. Casi salto de la cama. Antes, después de pasarme horas buscando algo decente queregalarle,hetomadoladecisióndequemi«espacio»puedeesperarhastadespués desucumpleaños.Medaigualsiparezcopatéticaonecesitada.Siprefierepasarel tiempo conmigo en vez de con sus amigos, pienso aceptarlo. Se está esforzando mucho,ytengoquereconocerlo.Esverdadquetenemosquehablarsobreelhechode quenoquieraunfuturoconmigoydecómoafectaráesoamicarrera. Peroesopuedeesperaramañana.Lecontesto: Sí.¿Cuántotardas? RebuscoenelarmarioysacounablusaazulsinmangasqueHardinmedijoensu día que me quedaba bien. Tendré que ponerme unos vaqueros; de lo contrario, pareceréunaidiotaencerradaenestahabitaciónconunvestidopuesto.Mepregunto cómoiráél.¿Llevaráelpelohaciaatráscomoayer?¿Seaburríaenlafiestasinmíy ha preferido venir a verme en lugar de quedarse allí? Está cambiando mucho, y lo adoroporello. «¿Porquémepongotantonta?» Mediahora. Corroalcuartodebañoparacepillarmelosdientesyquitarmelosrestos depalomitas.Aunquenodeberíabesarlo,¿no?Essucumpleaños…,porun besonopasaránaday,laverdad,semereceunbesoportodoelempeñoque hapuestohastaahora.Unbesonocambiaránadadeloqueestoyintentandohacer. Meretocoelmaquillajeymepasoelcepilloporelpeloantesderecogérmeloen unacoleta.EstáclaroquepierdoeljuicioenloqueaHardinserefiere,peroyame www.lectulandia.com-Página444 fustigaréporellomañana.Séquenosuelecelebrarloscumpleaños,peroquieroque ésteseadiferente.Megustaríaquesupieraqueesimportante. Cojo el regalo y empiezo a envolverlo rápidamente. El papel que he comprado estárepletodenotasmusicalesyquedaríamuybienparaforrarlibros.Estoynerviosa ydespistada,ynodeberíaestarlo. «Vale,hastaahora»,leenvío,ymedirijoalpisodeabajodespuésdeescribirsu nombreenlaetiquetadelregalo. MeencuentroaKarenbailandoalritmodeunaviejacancióndeLutherVandross, ynopuedoevitarecharmeareírcuandosevuelveconlacaratodaroja. —Perdona,nosabíaqueestabasahí—diceclaramenteavergonzada. —Meencantaesacanción.Mipadrelaescuchabatodoeltiempo—ledigo,yella sonríe. —Tupadretienebuengusto,entonces. —Lotenía. Sonrío cuando me viene a la cabeza un recuerdo bastante bonito de mi padre bailandoconmigoenbrazosenlacocina…,antesdequeanochecieraylepusieraun ojomoradoamimadreporprimeravez. —¿Quévasahacerestanoche?Landonestáenlabibliotecaotravez—medice, aunqueyalosabía. —IbaapreguntartesimeayudaríasaprepararunatartaoalgoparaHardin.Essu cumpleaños,yllegarádentrodeunamediahora.—Nopuedoevitarsonreír. —¿De veras? Pues claro que sí, podemos hacer una tarta rápida… o, mejor, ¡hagamosunadedoscapas!¿Quélegustamás:elchocolateolavainilla? —Tartadechocolateconcoberturadechocolate—ledigo. Por mucho que a veces crea que no lo conozco, lo conozco mejor de lo que pienso. —Bien,¿mesacaslosmoldes?—pregunta,ymepongoaello. Treinta minutos después, estoy esperando a que la tarta se enfríe del todo para poderecharlelacoberturaantesdequellegueHardin.Karenhasacadoalgunasvelas usadas. Sólo ha encontrado un uno y un tres, pero estoy segura de que a él le hará gracia. Entroenelsalónymiroporlaventanaparaversihallegadoya,peroelsendero está vacío. Seguramente sólo se esté retrasando un poco. Únicamente han pasado cuarentaycincominutos. —Ken llegará a casa dentro de una hora —señala Karen—, iba a cenar con algunoscolegas.Séquesoyunapersonahorrible,perolehedichoquemedolíala barriga.Detestoesascenas.—Seechaareíryyolaacompañomientrasintentoalisar lacoberturadechocolateporlosbordesdelatarta. —Noteculpo—ledigo,yhundolasvelasenlatarta. Después de colocarlas de manera que ponga «31», decido cambiarlas para que ponga «13». Karen y yo nos echamos a reír y me peleo con el glaseado duro para www.lectulandia.com-Página445 escribirelnombredeHardinbajolascursisvelas. —Qué…bonito—miente. Tuerzoelgestoalverlomalquesemedaesto. —Laintenciónesloquecuenta.O,almenos,esoespero. —Leencantará—measeguraellaantesdesubiralpisodearribaparadarnosa Hardinyamíunpocodeintimidadcuandollegue. Yahapasadounahoradesdequememandóelmensaje,yestoyaquísentadasola enlacocina,esperandoaqueaparezca.Quierollamarlo,perosinovaavenirdebería serélquienmellamaraparadecírmelo. Vendrá.Alfinyalcabo,lodevenirhasidoideasuya.Vendrá. www.lectulandia.com-Página446 CAPÍTULO106 Hardin Nateintentadarmesuvasoporterceravez. —Venga,tío.Sólounacopa,cumplesveintiúnaños,¡esilegalnobeber! Alfinalcedoparapoderlargarmeantesdeaquí. —Vale,perosólouna. Sonriendo,recuperaelvasoylequitaaTristanlabotelladealcoholquetieneen lasmanos. —Deacuerdo,entoncesqueseaalmenosunadecente—dice. Pongolosojosenblancoantesdebebermeellíquidooscuro. —Vale,yaestá.Yahoradéjametranquilo—ledigo,yélasiente. Me dirijo a la cocina a por otro vaso de agua y, de todas las personas posibles, teníaqueserprecisamenteZedelquemedetuviera. —Toma—dice,ymedamimóvil—.Telohasdejadoenelsofáallevantarte. Ysemarchadenuevoalsalón. www.lectulandia.com-Página447 CAPÍTULO107 Tessa Dos horas después, dejo la tarta en la encimera y subo al piso de arriba para desmaquillarmeyvolveraponermeelpijama.Estoesloquepasacadavezqueme permitodarleotraoportunidadaHardin.Larealidadmeexplotaenlacara. De verdad he creído que iba a venir, qué estúpida soy. Estaba abajo haciéndole unatarta…Notengoremedio,soyunaidiota. Mepongolosauricularesantesdepermitirmellorardenuevo.Lamúsicainunda misoídosmientrasmetumbosobrelacamaymeesfuerzoennoserdemasiadodura conmigo misma. Anoche se comportó de una manera muy diferente, en un sentido positivo,peroechodemenosesoscomentarioslascivosyordinariosquefinjoodiar,a pesardequeenrealidadmeencantan. MealegrodequeLandonnohayavenidoasaludarmecuandoloheoídollegara casa. Todavía albergaba esperanzas de que viniera, y habría parecido aún más patética,aunqueélnomelodiríanunca,porsupuesto. Alargoelbrazoyapagolaluzdelamesilladenoche,ydespuésbajoelvolumen de la música ligeramente. Hace un mes me habría metido en el coche y me habría presentadoenesaestúpidacasaparapreguntarleporquémehadejadoplantada,pero ahorayanotengoganasnienergíadepelearconél.Yano. Medespiertoconeltonodemimóvilenlosoídosyelruidomesobresaltaatravésde losauriculares. EsHardin.Yescasimedianoche.«Nolocojas,Tessa.» Tengoqueobligarmeliteralmenteaignorarlallamadayadesconectarelteléfono. Cojoeldespertadordelamesilla,pongolaalarmaalahoraquequierolevantarmey cierrolosojos. Debe de estar muy borracho para llamarme después de dejarme plantada. Qué ilusahesido. www.lectulandia.com-Página448 CAPÍTULO108 Hardin Tessanorespondeamisllamadasymeestoyempezandoacabrear.¿Faltanquince minutosparaqueterminemiputocumpleañosynomecogeelteléfono? Vale,deberíahaberlallamadoantes,peroaunasí…Nisiquierahacontestadoal mensaje que le he mandado hace unas horas. Creía que lo habíamos pasado bien anoche;inclusomeinvitóaentrarencasademipadreparaquepudieradormir.Me sentí fatal al rechazar su ofrecimiento, pero sabía lo que pasaría si entraba. Habría llevadolascosasdemasiadolejos,ytengoquedejarqueseaellalaquehagaelprimer movimiento. No puedo aprovecharme de ella ahora, aunque, joder, me gustaría hacerlo. —Creo que me voy a ir ya —le digo a Logan, obligándolo a despegarse de la chicadepelonegroypielmorenaque,obviamente,tantolegusta. —No,nopuedesirtetodavía,nohasta…¡Ah!¡Ahíestán!—grita,yseñalahacia adelante. Mevuelvoyveoadoschicascongabardinaquevienenhacianosotros.«¿Esuna putabroma?» Lamultitudempiezaaaplaudiryasilbar. —Nomevanlasstrippers—ledigo. —¡Vengaya,tío!¿Cómohassabidoqueeranstrippers?—Seechaareír. —¡Llevangabardinasytaconesaltos!—Estoesunaputagilipollez. —¡Vamos,hombre!¡ATessanoleimportará!—añadeLogan. —Ésa no es la cuestión —gruño, aunque sí que lo es. No es la única cuestión, perosílamásimportante. —¿Ereselcumpleañero?—diceunadelaschicas. Supintalabiosrojointensoyameestádandodolordecabeza. —No,no,no.Nolosoy—miento,ysalgopitandoporlapuerta. —¡Vamos,Hardin!—gritanunascuantasvoces. Yunamierda.Nopiensodarmelavuelta.Tessasevolveríalocasiseenterarade queheestadodefiestaconunasstrippers.Casipuedooírlagritándomeporelloen estosmomentos.Ojalámehubieracogidoelteléfono.Prueboallamarlaunavezmás mientrasNateintentallamarmeporlaotralínea.Nopiensovolverahípornadadel mundo.Yaheparticipadobastanteenlacelebración. Seguroqueestácabreadaconmigopornohaberlallamadoantes,peronuncasé www.lectulandia.com-Página449 cuándodebollamarlaycuándono.Nopretendoagobiarla,perotampocoquierodarle demasiadoespacio.Lasituaciónpendedeunhiloynosécómoactuar. Compruebomiteléfonounavezmásyveoqueel«Hola»quelehemandadoesel último mensaje recibido o enviado. Parece ser que esta noche seremos mi apartamentosolitarioyyodenuevo. Felizcumpleañosdemierda. www.lectulandia.com-Página450 CAPÍTULO109 Tessa Me despierto con una alarma extraña y tardo unos instantes en recordar que desconectémiteléfonoanocheporHardin.Despuésrecuerdohaberestadoesperando enlacocina,desilusionándomecadavezmásacadaminutoquepasaba,yalfinalno sepresentó. Me lavo la cara y me preparo para el largo trayecto hasta Vance; lo único que echo de menos del apartamento es lo cerca que estaba de la editorial. Y a Hardin, claro.Ylasestanteríasllenasdelibrosquecubríanlasparedes.Ylacocinapequeña peroperfecta.Yesalámpara.YaHardin. Cuandollegoabajo,enlacocinasóloestáKaren.Trasladolamiradadirectamente hacia la tarta con las velas con el número equivocado encima y los estúpidos garabatos con los que puse «Hardin», pero que ahora, después de haber estado ahí todalanoche,parecequeponga«Mierda». Ypuedequelopongadeverdad. —Alfinalnopudovenir—ledigosinmirarlaalosojos. —Ya…,meloheimaginado.—Mesonríeconcompasiónyselimpialasgafasen eldelantal. Esunamadecasaejemplar.Siempreestácocinandoolimpiandoalgo.Perono sóloeso,sinoquetambiénesamableyadoraasumaridoyasufamilia,incluidoal groserodesuhijastro. —Estoybien.—Meencojodehombrosymesirvounatazadecafé. —Notienesporquéestarbiensiempre,cielo. —Losé.Peroesmásfácilestarbien—repongo,yellaasiente. —Nadie dice que tenga que ser fácil —asegura, y casi me echo a reír ante la ironía de oírla usar las palabras que emplea siempre Hardin en mi contra—. Cambiandodetema,estamosplaneandohacerunaexcursiónalaplayalasemanaque viene.Siteapetecevenir,estásinvitada.—Unadelascosasquemásmegustandela madredeLandonesquenuncamepresionaparahablardenada. —¿Alaplaya?¿Afinalesdeenero?—pregunto. —Tenemos un bote con el que nos gusta salir a navegar antes de que haga demasiadocalor.Vamosaverballenas,yesmuybonito.Deberíasvenir. —¿Enserio?—Nuncahesubidoaunbote,ylaideameaterra,perolodeiraver ballenassuenainteresante—.Vale,genial. www.lectulandia.com-Página451 —¡Estupendo!Lopasaremosmuybien—measegura,ysedirigealsalón. EnciendomiteléfonodenuevocuandollegoaVance.Tengoquedejardeapagarlo cuando estoy enfadada. Basta con que ignore sus llamadas la próxima vez. Si le ocurrieraalgoamimadreynopudieracontactarconmigo,mesentiríafatal. Kimberly y Christian están la una encima del otro en el vestíbulo cuando salgo delascensor.Éllesusurraalgoaloídoyellaseríeantesdecolocarseelpelodetrás delaorejaysonreírleampliamentecuandoéllabesa.Ambossonríensinparar. Corroamidespachoparallamaramimadre,yavasiendohora,peronolocoge. El manuscrito que empiezo a leer consigue cabrearme ya en las primeras cinco páginas. Cuando ojeo las últimas, leo «Sí, quiero» y suspiro. Estoy harta de las mismas historias de siempre. Chica conoce a chico, el chico la quiere, tienen un problema,hacenlaspaces,secasan,tienenhijos,fin.Tirolaspáginasalabasurasin leermás.Mesientomalpornodarleunaoportunidad,peronomeinteresa. Necesitounahistoriarealistaenlaqueaparezcanproblemasreales,másalláde una pelea o incluso de una ruptura. Un problema real. Personas que se hieren pero quevuelvenapormás…,comohagoyo,porsupuesto.Ahoramedoycuenta. Christian pasa por delante de mi despacho y respiro hondo antes de levantarme paraseguirlo.Mealisolafaldaeintentopracticarloquequierodecirleconrespectoa Seattle.EsperoqueHardinnomefastidielaoportunidaddeir. —¿Christian?—preguntollamandoasupuertaligeramente. —¿Tessa?Pasa—diceconunasonrisa. —Lamentomolestarlo,peroqueríasabersitendríaunosmomentosparahablar— pregunto.Mehaceungestoconlamanoparaquemesiente—.Heestadopensando mucho en Seattle. ¿Habría alguna posibilidad de trasladarme allí? Si es demasiado tardeloentenderé,peromegustaríamuchoir.Trevormelocomentó,yhepensado queseríaunagranoportunidadparamísi… Christianlevantalasmanos,seechaareírymedetiene: —¿Deverdadquieresir?—preguntaconunasonrisa—.Seattleesunlugarmuy distinto de éste. —Sus ojos verdes son amables, pero tengo la sensación de que no estádeltodoconvencido. —Sí,sinduda.Meencantaríair…—Yesverdad.Meencantaría.¿No? —¿YHardin?¿Seirácontigo?—Setiradelnudodelacorbataparaaflojarseun pocolatelaestampadaquerodeasucuello. ¿DeberíadecirlequeHardinseniegaair?¿Quesulugarenmifuturoesincierto yqueesuncabezotayunparanoico? —Aúnloestamoshablando—respondofinalmente. Mijefememiraalosojos. —MeencantaríaquevinierasaSeattleconnosotros—dice,yalinstanteañade—: YHardintambién.Podríaveniryocuparsuantiguopuesto—sugiere,yseechaareír www.lectulandia.com-Página452 —.Siesquepuedemantenerlabocacerrada… —¿Enserio? —Sí,porsupuesto.Deberíashaberlodichoantes.—Jugueteaconsucorbataun pocomáshastaquealfinalselaquitadeltodoyladejasobrelamesa. —¡Muchísimasgracias!¡Seloagradezcoenormemente!—digoconsinceridad. —¿Haspensadocuándopodríastrasladarte?Kim,Trevoryyonosiremosdentro de un par de semanas, pero tú puedes venir cuando estés lista. Sé que tendrás que hacereltrasladodeexpediente.Teayudaréentodoloquepueda. —Dossemanasseránsuficientes—respondosinpensar. —Genial,esoesestupendo.Kimsepondrámuycontenta.—Sonríeyveocómo desvíalamiradahacialafotoquetienedeellosdosjuntossobrelamesa. —Gracias otra vez, significa mucho para mí —le digo antes de salir de su despacho. Seattle. Dossemanas. ¡VoyamudarmeaSeattledentrodedossemanas!Estoypreparada. «¿Verdad?» Por supuesto que sí. Llevo años aguardando este momento. Es sólo que no esperabaquesucedieratanpronto. www.lectulandia.com-Página453 CAPÍTULO110 Tessa MientrasaguardofrentealapartamentodeZed,esperoquenotardemucho.Necesito hablarconél,ymehadichoqueveníadecaminodesdesutrabajo.Meheparadoa cogeruncaféparamatarunpocoeltiempo.Alcabodeunosminutos,sedetieney tocaelclaxondesucamioneta,quehaceunruidotremendo.Cuandosaledeella,va tan bien vestido con unos vaqueros negros y una camiseta roja con las mangas recortadasqueporunmomentomedistraigodemiobjetivo. —¡Tessa!—exclamaconunaampliasonrisa,ymeinvitaaentrarensucasa. Mesirveuncaféamíyunrefrescoparaélypasamosalsalón. —Zed,creoquetengounacosaquecontarte.Peroquieroqueantesmerespondas aalgo—ledigo. Secolocalasmanosdetrásdelacabezayseapoyaenelrespaldodelsofá. —¿Essobrelafiesta? —¿Fuiste? —pregunto, dejando por un momento mis noticias a un lado. Me sientoenelsillónquehayenfrentedelsofá. —Sí, fui un rato, pero me marché cuando aparecieron esas strippers. —Zed se rascaelcuello.Semecortalarespiración. —¿Strippers? —grazno, y dejo mi taza de café sobre la mesa auxiliar para no derramarmeellíquidocalienteencima. —Sí, todo el mundo estaba muy borracho, y encima habían contratado a esas chicas.Amínomevaeltema,asíquemelargué.—Seencogedehombros. ¿MientrasyolepreparabaaHardinunatartaypensabaenpasarsucumpleaños conél,élestabaemborrachándoseconunasstrippers? —¿Pasóalgomásenlafiesta?—inquierocambiandodetemaotravez. Nomepuedoquitaralasstrippersdelacabeza.¿Cómopudodejarmeplantada poreso? —No, nada del otro mundo. Fue una fiesta como las demás. ¿Has hablado con Hardin? —pregunta con la mirada fija en su lata de refresco sin dejar de mover la anilladeunladoaotro. —No,esque…—Noquieroadmitirqueanochemedejótirada. —¿Quéibasadecir?—preguntaZed. —Medijoqueibaavenir,peronosepresentó. —Quécapullo.—Sacudelacabeza. www.lectulandia.com-Página454 —Lo sé, y ¿sabes qué es lo peor? Que lo habíamos pasado realmente bien en nuestracita,ycreíaqueibaaempezaratratarmecomounaprioridad. Cuandolomiro,losojosdeZedestáncargadosdecompasión. —Peroprefirióquedarseenunafiestaairaverte—añade. —Sí…—Noséquéotracosadecir. —Creoqueesodemuestraquéclasedepersonaes,yquenovaacambiar. «¿Tendrárazón?» —Losé.Essóloquemehabríagustadoquehubiesehabladoconmigooqueme hubiese dicho que no quería venir en lugar de dejarme ahí plantada durante horas, esperándolo. Misdedosempiezanajuguetearconlosbordesdelamesa,yapelarlamadera desportillada. —Creoquenodeberíasdecirlenadaalrespecto.Sicreyeraquemereceslapena, habríaaparecidoenlugardedejarteesperando. —Sé que tienes toda la razón, pero ése es el principal problema: que nunca hablamos las cosas. Llegamos a nuestras propias conclusiones y acabamos gritándonoshastaqueunodelosdossemarcha—explico. Sé que Zed sólo intenta ayudar, pero quiero que Hardin me explique, a la cara, porquépasarelratoconunasstripperseramásimportantequeyo. —Creíaqueyanoteníaisunarelación…—reponeél. —Latenemos…,bueno,no,pero… Ni siquiera sé cómo explicarlo. Estoy mentalmente agotada, y a veces la presenciadeZedmeconfundemástodavía. —Esodependedeti,peroojaládejarasdemalgastareltiempoconél.—Suspiray selevantadelsofá. —Losé—susurro,ymiromiteléfonoparaversitengoalgúnmensajedeHardin. Nohayninguno. —¿Tieneshambre?—mepreguntaZedentoncesdesdelacocina,yoigocómosu latavacíaimpactacontraelcubodelabasura. www.lectulandia.com-Página455 CAPÍTULO111 Hardin Esteapartamentoestávacíodelahostia. Detestoestaraquísentadosinella.Echodemenosqueapoyelaspiernasenmi regazo cuando estudia y lanzarle miradas furtivas mientras finjo trabajar. Echo de menosquemepincheenelbrazoconelboliinsistentementehastaqueseloquitoy losostengoporencimadesucabeza.Entoncessehacíalaenfadada,peroséquesólo me estaba provocando para que le prestara atención. Cuando se subía a mi regazo paraquitarmeelobjetodelasmanos,lacosasiempreacababadelamismamanera, siempre,locual,obviamente,meencantaba. —Joder —digo en voz alta, y dejo la carpeta de anillas a un lado. No he conseguidohacernadahoy,niayer,nienlasúltimasdossemanas. Aúnmecabreaquenomecontestaraanoche,peronecesitoverlamásquetodas lascosas.Estoysegurodequeestaráencasademipadre,asíquedeberíapasarme porallíyhablarconella.Silallamo,puedequenoconteste,yesosóloalimentarámi ansiedad,asíquemejormeacercaréallí. Sé que se supone que tengo que darle espacio, pero, en serio…, a la mierda el espacio.Amínomeestáfuncionando,yesperoqueaellatampoco. CuandollegoacasademipadresoncasilassieteyveoqueelcochedeTessano está. «Pero¿quécoño…?» HabráidoacompraroalabibliotecaconLandonoalgunaotracosaporelestilo. Sinembargo,cuandoentromeencuentroamihermanastrosentadoenelsofáconun librodetextosobrelaspiernas.Genial. —¿Dóndeestá?—lepreguntoencuantoirrumpoenelsalón. Estoyapuntodesentarmeasulado,peroalfinaldecidoquedarmedepie.Seme haríararodecojonessentarmeconél. —No lo sé, hoy no la he visto —responde levantando apenas la mirada de sus libros. —¿Hashabladoconella?—lepregunto. —No. —¿Porquéno? —¿Porquéibaahacerlo?Notodoelmundolaacosa—mediceconunasonrisa enlacara. www.lectulandia.com-Página456 —Vetealamierda—resoplo. —Nosédóndeestá,deverdad—asegura. —Bien,entoncessupongoquelaesperaréaquí. Entroenlacocinaymesientosobrelaencimera.Queahoramellevealgomejor conLandonnosignificaquevayaaquedarmeahíamirarcómohacelosdeberes. Delantedemíhayunamasadechocolateconunasvelasencimaconelnúmero «13».¿Eslatartadecumpleañosdealguien? —¡¿Paraquiénesestamierdadetarta?!—grito.Nosedistingueelnombre,sies queesunnombreloqueponeconglaseadoblanco. —Esamierdadetartaeraparati—merespondeKaren. Cuandomevuelvo,veoquememiraconunasonrisasarcástica. Nisiquieralahabíavistoentrar. —¿Paramí?Pone«13». —Eranlasúnicasvelasquetenía,yaTessalehizogracia—medice.Sutonome indicaquealgonovabien.¿Estáenfadadaoalgo? —¿Tessa?Noentiendonada. —Lahizoanocheparatimientrasteesperaba. Miro la espantosa tarta y me siento como un auténtico capullo. ¿Por qué iba a prepararmeunatartasinisiquieramehabíapedidoqueviniera?Nuncaentenderéa esachica.Cuantomásmirolatarta,másencantadorameparece.Admitoquenote entra por los ojos precisamente, pero puede que anoche, recién hecha, sí que fuera bonita. Melaimaginoriéndosemientrascolocabalasvelasconlaedadequivocadaenla coberturadechocolate.Melaimaginolamiendolamasadelacucharayarrugandola narizmientrasescribíaminombre. Ellamepreparóunajodidatartayyomefuiaesamierdadefiesta.¿Sepuedeser másgilipollas? —¿Adóndehaido?—lepreguntoaKaren. —Notengoniidea,ynosésivaaveniracenar. —¿Puedoquedarme?—lepregunto. —Porsupuestoquepuedes.Esonisepregunta.—Sevuelveconunasonrisa. Su sonrisa es un reflejo perfecto de su carácter. Debe de pensar que soy un capullo,yapesardeellomesonríeymeinvitaaquedarmeensucasa. Paracuandollegalahoradecenar,estoydesesperado.Noparoderevolvermeenmi asientoydemirarporlaventanacadapocossegundos.Considerollamarlamilveces hastaquemeconteste.Meestoyvolviendoloco. MipadrehablaconLandonsobrelapróximatemporadadebéisbol;ojalácerraran laputaboca. «¿Dóndecojonesestá?» www.lectulandia.com-Página457 Alfinal,sacomiteléfonoparamandarleunmensaje,yjustoenesemomentooigo queseabrelapuerta.Mepongodepiealinstanteytodoelmundomemira. —¿Qué?—lesespeto,ymedirijoalsalón. Sientounaliviotremendocuandolaveoentrarcargandounmontóndelibrosylo queparecelacartulinadeunapresentaciónenlasmanos. Encuantomeve,losobjetosempiezanacaérselealsuelo.Corroparaayudarlaa recogerlos. —Gracias.—Mequitaloslibrosdelasmanosyempiezaasubirlaescalera. —¿Adóndevas?—lepregunto. —A dejar mis cosas… —Se vuelve para responder, pero me da la espalda otra vez. Cualquierotrodíahabríaempezadoadecirledetodopornocogermeelteléfono pero,porunavez,quierosaberquélepasasingritar. —¿Vasacenaraquí?—lepregunto. —Sí—contestasinvolversesiquiera. Memuerdolalenguayregresoalcomedor. —Bajaráenseguida—digo,yjuraríaquehevistoaKarensonreír,peroelgesto desaparecedesurostroencuantolamiro. LosminutossemehacenhorashastaqueTessaporfintomaasientoamiladoen lamesa.Esperoqueelhechodequesehayasentadojuntoamíseaunabuenaseñal. Minutosdespués,sinembargo,medoycuentadequenoesasí,yaquenomeha dirigidolapalabrayapenashacomidonada. —YatengotodoelpapeleodeltrasladoalaNYUsolucionado,todavíanomelo creo—diceLandon,ysumadresonríeconorgullo. —Allínotendrásdescuentoporserfamilia—bromeamipadre,perosóloseríe sumujer. Tessa y Landon sonríen y fingen reír por educación, pero sé que no les hace gracia. Cuandomipadrellevalaconversacióndenuevohastalosdeportes,encuentroel momentoparahablarconTessa. —Hevistolatarta…Nosabíaque…—empiezoasusurrar. —Déjalo. Ahora, no, por favor. —Frunce el ceño y señala con la mano a los demás. —¿Despuésdecenar?—pregunto,yellaasiente. Meponedelosnerviosvercómopicotealacomida.Medanganasdemeterleel tenedor lleno de patatas en la boca. Por eso tenemos problemas, porque sueño despierto con obligarla a comer a la fuerza. Mi padre no para de intentar que conversemos todos hablando de cosas triviales y haciendo bromas sin gracia. Hago todoloposibleporhacercomosinoestuvierayterminodecenar. —Estaba delicioso, cariño —elogia mi padre a Karen cuando ella comienza a recoger la mesa. Después mira a Tessa, y luego a su mujer otra vez—. Cuando www.lectulandia.com-Página458 termines con eso, ¿qué tal si os llevo a Landon y a ti a comer un helado a Dairy Queen?Hacetiempoquenovamos… Karenasienteconfingidoentusiasmo,yLandonseponeenpieparaayudarla. —¿Podemoshablar,porfavor?—mepreguntaTessparamisorpresacuandose levanta. —Sí,claro—asiento. Lasigohastaelpisodearriba,hastaelqueesahorasucuarto.Noestoysegurode simevaagritaroallorarcuandolaveoquecierralapuertaenelmomentoenque entro. —Hevistolatarta…—Decidointervenirprimero. —¿Ah,sí?—dicecomosininterés,ysesientaenelbordedelacama. —Sí…Hasido…muyamableportuparte. —Ya… —Siento haber ido a la fiesta en vez de pedirte que pasaras mi cumpleaños conmigo. Tessa cierra los ojos durante unos segundos y respira hondo antes de volver a abrirlos. —Vale—diceconvozmonótona. Sumanerademirarporlaventanasinemociónalgunaenelrostromeponelos pelosdepunta.Escomosialguienlehubieraabsorbidolavida… Yalguienlohahecho. Yo. —Lo siento mucho. No sabía que quisieras verme, dijiste que tenías cosas que hacer. —¿Cómo pudiste pensar eso? Estuve esperándote durante dos horas. Me dijiste que tardarías media hora. —Su voz sigue sin denotar emoción, y se me empieza a erizarelvellodelanucaalescucharla. —¿Dequéestáshablando? —Me dijiste que vendrías, y no lo hiciste. Así de simple. —Ojalá me estuviera gritando. —Yonotedijequefueseavenir.Tepreguntésiqueríasveniralafiesta,temandé unmensajeyteintentéllamar,peronomecontestasteniaunacosanialaotra. —Vaya.Debíasdeestarmuyborracho—dicelentamente. Meacercoymecolocodelantedeella. Tess ni siquiera me mira. Su mirada perdida me resulta perturbadora. Estoy acostumbradoasuira,asucabezonería,asuslágrimas…peroaestono. —¿Quéquieresdecir?Tellamé… —Sí,amedianoche. —Sé que no soy tan listo como tú, pero la verdad es que ahora mismo estoy totalmenteconfundido—ledigo. —¿Porquécambiastedeidea?¿Porquénovinistealfinal?—mepregunta. www.lectulandia.com-Página459 —No sabía que tenía que venir. Te escribí y te puse «Hola», pero no me contestaste. —Sí te contesté, y tú a mí. Me dijiste que no te estabas divirtiendo y me preguntastesipodíasvenir. —Noesverdad.—«¿Bebióellaanoche?» —Claroquesí—replica. Sostieneelteléfonoenelaireyseloquitodelasmanos. Unamierda.¿Puedoiraverte? Sí.¿Cuántotardas? Mediahora «Pero¿quécoño…?» —Yonoenviéesosmensajes—meapresuroadecir.Intentoreproducirlanoche entera en mi mente. Ella no dice nada y se limita a mirarse las uñas—. Tessa, si hubierapensadoporunsegundoquemeestabasesperando,habríavenidoparaestar contigo. —¿Meestásdiciendoenserioquenomeescribistecuandoacabodedemostrarte quesílohiciste?—diceconincredulidad,casiriéndose. Necesitoquemegrite.Almenoscuandomegritaséqueleimporto. —Tedigoquenofuiyo—leladro. Ellasequedaensilenciounosinstantes. —Entonces¿quiénlohizo?—dicealcabo. —Nolosé…Joder,nolosé…¡Zed!¡Claro!¡FueelputoZed! Esecabrónmedevolvióelteléfonocuandomelodejéenelsofá.Leescribiríaa Tessahaciéndosepasarpormíparaquesepasaralanocheesperándome. —¿Zed?¿EnseriovasaculparaZeddeesto? —¡Sí!¡Esoesjustoloquevoyahacer!Sesentóenelsofácuandoyomelevanté, ydespuésmedevolviómiteléfono.Séquefueél,Tessa—ledigo. Susojosdestellanconconfusión,yporunsegundoséquemecree,perosacudela cabeza. —Nosési…—Pareceestarhablándoseasímisma. —Yojamástediríaquevoyavenirparaluegonoaparecer,Tess.Meheestado esforzando mucho, muchísimo, para demostrarte que puedo cambiar. No te dejaría plantadaasí,yano.Esafiestaeraunasco,ymesentíacomounamierdaallísinti… —¿Ah,sí?—Subeeltonoyselevantadelacama. «Alláva.» —¡¿Tesentíascomounamierdarodeadodestrippers?!—chilla. www.lectulandia.com-Página460 «Mierda.» —¡Sí!¡Melarguéencuantoaparecieron!Unmomento…,¿cómosabeslodelas strippers? —Y¿esoquéimporta?—medesafía. —¡Claroqueimporta!Telohadichoél,¿verdad?¡TelohadichoZed!¡Teestá llenandolacabezademierdaparaponerteenmicontra!—legrito. Sabía que tramaba algo, pero no pensé que fuese a caer tan bajo. Le mandó mensajesdesdemiteléfonoydespuésloseliminó.¿Estancapullocomoparavolver aentrometerseenmirelación?Voyabuscaraeseniñatoy… —¡Noesverdad!—chillainterrumpiendomiira. «¡Hostiaputa!» —Vale,llamemosatuqueridoZedypreguntémosle. Cojosuteléfonodenuevoybuscosunombre.Lotieneensulistadefavoritos. Malditasea,quieroestamparelteléfonocontralaputapared. —¡Nolollames!—meruge,peronolehagocaso. Nocontesta.¡Cómono! —¿Quémástehacontado?—Estoyqueechohumo. —Nada—miente. —Mientesfatal,Tessa.¿Quémástehacontado? Secruzadebrazosymefulminaconlamirada.Yoesperosurespuesta. —¿Ybien?—insisto. —QueestuvisteconJacelanochequemequedéensucasa. Mifuriaamenazaconsacarlopeordemí. —¿QuieressaberquiénserelacionaconJace,Tess?¡ElputoZed!Salentodoel tiempo.Fuiallíparapreguntarleporvosotrosdos,yaqueparecequederepenteahora quierescohabitarconél. —¿«Cohabitar con él»? ¡No estaba cohabitando con nadie! ¡Me quedé allí esas nochesporquedisfrutodesucompañíaysiempremetratabien!¡Nocomotú!—Da unpasohaciamí. Quería que me gritase, y ahora no para, pero prefiero esto a verla ahí parada, comositodoleimportaraunamierda. —No es tan bueno como crees, Tessa. ¿Es que no lo ves? Te está llenando la cabezademierdaparaconseguirte.Quierefollarte,esoestodo.Notelocreastantoy pienses que… —Me detengo. Quería decir la parte sobre Zed, no el resto—. No pretendíadeciresoúltimo—digointentandoavivarsuira,nosutristeza. —Porsupuestoqueno.—Ponelosojosenblanco. NomepuedocreerqueestemosteniendoestadiscusiónsobreZed.Estoesuna putamierda.Ledijequesealejaradeél,peroesunacabezotaynuncaescuchaloque ledigo. Almenosmehadichoquenoseacostóconélcuandosequedóensucasaesa… ¿«esasnoches»? www.lectulandia.com-Página461 —¿Cuántas noches te has quedado en su casa? —le pregunto, esperando haber oídomal. —Yalosabes.—Sucabreoaumentaacadasegundoquepasa,yelmíotambién. —¿Podemos,porfavor,intentarhablardeestoconcalma?Porqueestoyapunto deperderlospapelesyesononosvaatraernadabuenoanadie—pidojuntandolos dedosparamostraraquémerefiero. —Loheintentado,perotú… —¡¿Tequierescallarunmomentoyescucharme?!—grito,ymepasolosdedos porelpelo. Y,paramisorpresa,hacejustolocontrariodeloquepensabaqueibaahacer.Se dirigealacama,sesientaycierraelpico. No sé qué decir ni cómo empezar, porque no esperaba que de verdad quisiera escucharme. Me acerco y me quedo delante de ella, que levanta la vista y me mira con una expresióndifícildeinterpretar.Mepaseodeunladoaotrounossegundosyentonces medetengoparahablar. —Gracias. —Suspiro con alivio y frustración—. A ver…, todo esto es muy retorcido.Pensastequetehabíapedidoveniraverteyquedespuéstedejéplantada. Noobstante,yadeberíassaberqueyonoharíaeso. —¿Ah,sí?—meinterrumpe. Nosécómoesperoquelosepadespuésdetodoloquelehehecho. —Tienesrazón…,perocállate—digo,yponelosojosenblanco—.Lafiestafue unaputamierda—continúo—,ysitúnohubiesesqueridoquefuera,nohabríaido. Nobebínada.Bueno,enrealidadmetoméunacopa,peroesofuetodo.Nohablécon ningunaotrachica,apenashabléconMolly,ydesdeluegonoestuvedefiestaconlas strippers.¿Porquécojonesibaaquererestarconunastripperscuandotetengoati? Su mirada se suaviza y ya no me observa como si quisiera cortarme la maldita cabeza.Algoesalgo. —Bueno,notetengo…,peroestoyintentandorecuperarte—digo—.Noquiero estarconnadiemás.Y,loqueesmásimportante,tampocoquieroquetúloestés.No séporquénaricestefuisteconZed,séquetetratabienybla,bla,bla…,peroesmala persona. —Nohahechonadaparahacermepensareso,Hardin—insiste. —Temandómensajesdesdemiteléfonofingiendoqueerayo.Ytedijoadredelo delasstrippers… —Nosabessifueélquienmemandólosmensajes.Ylaverdadesquemealegro desaberlodelasstrippers. —Telohabríacontadoyosimehubierascontestadocuandotellamé.Noteníani idea de qué pasaba, ni sabía que me habías preparado una tarta ni que me estabas www.lectulandia.com-Página462 esperando.Yaesbastantedifícilconseguirqueveasqueestoyhaciendounesfuerzo como para que venga él a interponerse entre nosotros y a meterte estas ideas en la cabeza. Ellasequedacallada. —¿Adóndenosllevaesto,Tess?Necesitosaberloporquetodaestasituaciónme estámatando,ynopuedoseguirdándoteespacio. Mearrodillodelantedeellaymisojosencuentranlossuyosmientrasaguardouna respuesta. www.lectulandia.com-Página463 CAPÍTULO112 Tessa NoséquéhacerniquédecirleaHardinenestosmomentos. Unapartedemísabequenomeestámintiendoconrespectoalodelosmensajes, peronocreoqueZedfueracapazdehacermeeso.Acabodehablarconélsobretodo loquehaocurridoconHardinysehamostradotanamableycomprensivo… PeroHardinescomoes. —¿Puedesdarmeunarespuesta?—meinsiste,aunqueconvozsuaveypausada. —No lo sé. Yo también estoy harta de esta situación. Es agotador, y no puedo más.Deverdadquenopuedo—ledigo. —Peroyonohehechonadamalo.Estábamosbienhastaayer,ynadadeloqueha pasado es culpa mía. Sé que siempre lo es, pero esta vez no. Lamento no haber pasado mi cumpleaños contigo. Sé que debería haberlo hecho, y lo siento —dice Hardin. Apoya las palmas de las manos en los muslos mientras se postra de rodillas delantedemí,nosuplicándomecomoantes,sinoesperando. Simeestádiciendolaverdadynofueélquienmemandólosmensajes,cosaque creo,estohasidosólounmalentendido. —Pero ¿cuándo va a parar todo esto? Ya me he cansado. Lo pasé genial en nuestra cita, pero luego no quisiste entrar cuando te lo pedí. —Me ha estado preocupandoelhechodequerechazaramiinvitación,peronoqueríasacareltema. —Noquiseentrarporqueestabaintentandodarteespacio,siguiendoelconsejode Landon. Está claro que se me da fatal, pero creía que si te concedía un poco de espaciotendríastiempoparapensarentodoestoytepondríalascosasmásfáciles— medice. —Nomeresultamásfácil,peronosetratasólodemí.Tambiénsetrata deti—ledigo. —¿Qué?—preguntaconfundido. —Quenosoylaúnicaenestasituación.Paratitambiéndebedeseragotador. —¿A quién le importa una mierda lo que me pase a mí? Yo sólo quiero que tú estésbienyquesepasquedeverdadestoyhaciendounesfuerzo. —Losé. —¿Quésabes?¿Quemeestoyesforzando?—pregunta. —Eso,yamísímeimportaloquetepase—lecontesto. www.lectulandia.com-Página464 —Entonces ¿qué hacemos, Tessa? ¿Estamos bien ahora? ¿Vamos en la buena dirección?—Levantalamanoylacolocaenmimejilla. Memiraesperandomiaprobación,ynolodetengo. —¿Por qué estamos tan locos los dos? —susurro cuando me acaricia el labio inferiorconelpulgar. —Yonoloestoy.Perotúsí,desdeluego.—Sonríe. —Túestásmáslocoqueyo—replico,yélseacercaentonceslentamente. EstoycabreadaconHardinporhacerqueloestuvieraesperandoanoche,aunque sesuponequeélnotuvonadaqueverconeso.Mefastidiaverquenoacabamosde llevarnosbien,peroesossentimientosnosonnadaencomparaciónconlomuchoque loechodemenos.Echodemenosnuestracercanía.Echodemenosvercómocambia sumiradacuandomemira. Tengoqueadmitirmisfaltasymiresponsabilidadentodoestedesastre.Séque soyunacabezota,yquepensarsiemprelopeordeélnoayudadespuésdelomucho queséqueseestáesforzando.Noestoypreparadaparatenerunarelaciónconél,pero notengomotivosparaestarenfadadaporlodeanoche.O,almenos,esoespero. Noséquépensar,peronoquieropensarenestosmomentos. —No—susurraconsubocaapenasaunoscentímetrosdelamía. —Sí. —Cállate. Pega los labios a los míos con extrema precaución. Apenas me rozan mientras colocalasmanosenmismejillas. Sulenguatanteamilabioinferiorymequedosinrespiración.Abroligeramente labocaparaintentartomaralgodeaire,peronohay.Nohaynada.Sóloél.Tirodesu camisetaparalevantarlodelsuelo,peroélnocedeycontinúabesándomelentamente. Suritmoinsoportablementelentomeestávolviendoloca,ymelevantodelbordede lacamaparareunirmeconélenelsuelo. Susbrazosenvuelvenmicinturaylosmíoshacenlopropioconsucuello.Intento empujarlohaciaatrásparasubirmeencimadeélpero,unavezmás,nocede. —¿Quépasa?—pregunto. —Nada,esquenoquierollegardemasiadolejos. —¿Porquéno?—lepreguntopegadaasuslabios. —Porque tenemos mucho que hablar, no podemos meternos en la cama sin resolvernada. «¿Qué?» —Peronoestamosenlacama.Estamosenelsuelo.—Parezcodesesperada. —Tessa…—Meapartadenuevo. Merindo.Melevantoyvuelvoasentarmeenlacama.Élmemiraconunosojos comoplatos. —Sóloestoyintentandohacerlocorrecto,¿vale?—dice—.Quierofollarcontigo, teloaseguro.Joder,vayasiquiero.Pero… www.lectulandia.com-Página465 —Tranquilo.Dejadehablardeello—leruego. Sé que probablemente no sea muy buena idea, pero no pretendía que nos acostásemossíosí.Sóloqueríaestarmáscercadeél. —Tess. —Déjalo,¿vale?Yalohepillado. —No,esobvioqueno—diceconfrustración,yseponedepie. —Estonosevaasolucionarnunca,¿verdad?Lascosassiempreseránasíentre nosotros. Ahora sí y ahora no, te cojo y te dejo. Tú me deseas, pero cuando yo te deseo,meapartas—digoesforzándomepornollorar. —No…,esonoesverdad. —Pues es lo que parece. ¿Qué quieres de mí? Quieres que crea que estás intentandodemostrarquepuedescambiarpormí,yluego¿qué? —¿Quéquieresdecir? —¿Despuésdeesoquévaapasar? —No lo sé… Todavía no hemos llegado a ese punto siquiera. Quiero seguir saliendocontigoyhacertereírenvezdellorar.Quieroquemequierasotravez.— Tienelosojosvidriososynodejadeparpadear. —Tequieromuchísimo—leaseguro—.Peroconesonobasta,Hardin.Elamor no lo puede todo como pretenden hacerte creer las novelas. Siempre hay muchas complicaciones,yesascomplicacionesestánganándolelabatallaalamorquesiento porti. —Losé.Lascosassoncomplicadas,peronoserásiempreasí.Nosomoscapaces dellevarnosbienniundíaentero,nosgritamosynospeleamosydespuésdejamosde hablarnoscomosituviésemoscincoaños.Actuamospordespechoydecimosloque noqueremosdecir.Complicamoscosasquenotienenporquésercomplicadas,pero podemossolucionarlo. Noséadóndenosllevaesto.MealegrodequeHardinyyoestemosmanteniendo unadiscusiónbastantecivilizadasobretodoloquehasucedido,peronopuedopasar poraltoelhechodequenoapoyarámidecisióndeiraSeattle. Ibaadecírselo,perotengomiedodeque,silohago,vayaahablarconChristian otravezy,sinceramente,siHardinyyovamosaseguirintentandoreconstruirnuestra relaciónoloqueseaqueestamoshaciendo,esosólocomplicarámáslascosas. Si realmente somos capaces de hacer que esto funcione, no importará si estoy aquíoadoshorasdedistancia.Nomeeducaronparaquedejaraqueningúnhombre dictaramidestino,pormuyprofundoqueseamiamorporél. Séperfectamenteloquesucederá:sepondráhechounafuriaysaldrácorriendoa buscaraChristian,oaZed.SobretodoaZed. —Si finjo que las últimas veinticuatro horas no han pasado, ¿me prometes una cosa?—lepregunto. —Loquequieras—seapresuraacontestar. —Nolehagasdaño. www.lectulandia.com-Página466 —¿AZed?—preguntacontintesdeodioenlavoz. —Sí,aZed—leaclaro. —No,deesonada.Novoyaprometerteeso. —Hasdicho…—empiezo. —No, no vayas por ahí. Está causándonos muchísimos problemas y no pienso quedarmedebrazoscruzados.Nidecoña.—Comienzaapasearsedeunladoaotro. —No tienes ninguna prueba de que haya sido él, Hardin. Y pelearos no va a solucionarnada.Dejaquehableconély… —¡No,Tessa!Yatehedichoquenoquieroqueteacerquesaél.Novoyavolver arepetírtelo—ruge. —Novasadecirmeconquiénpuedoonohablar,Hardin. —¿Qué más pruebas necesitas? ¿No te basta con el hecho de que te escribiera desdemimóvil? —¡Nofueél!Élnoharíaalgoasí. Nocreoquefueracapaz.¿Osí? Detodosmodos,piensopreguntárselo,peronomeloimaginohaciéndomeeso. —Eresliteralmentelapersonamásingenuaqueheconocidoenmivida—replica —,ymejodeunmontón. —¿Podemosdejardediscutir,porfavor? Mesientodenuevoenlacamayentierroelrostroentrelasmanos. —Puesdimequetemantendrásalejadadeél. —PuesdimequenotepelearásconZedotravez—lecontesto. —Siaccedo,¿temantendrásalejadadeél? Noquierodarmibrazoatorcer,perotampocoquieroqueHardinlepegue.Todo estomeestádandodolordecabeza. —Sí. —Ycuandodigoquetemantengasalejadadeélmerefieroanadadecontactoen absoluto.Nimensajes,nivisitasaledificiodeciencias…,nada—dice. —¿Cómosabesqueheestadoallí?—lepregunto.¿Acasomehavistoentrar? Se me acelera el corazón al pensar que Hardin me vio entrar con Zed en el invernaderollenodeesasfloresluminosas. —Natemedijoquetehabíavisto. —Ah. —¿Hayalgomásquequierasdecirme,ahoraqueaúnseguimoshablandodeZed? Porqueestaconversaciónsehaterminado.Noquierovolveraoírniunapalabramás acercadeél—diceHardin. —No—miento. —¿Estássegura?—insiste. No quiero contárselo, pero debo hacerlo. No puedo esperar honestidad por su partesiyonolepagoconlamismamoneda. Cierrolosojos. www.lectulandia.com-Página467 —Lohebesado—susurroconlaesperanzadequenomehayaoído. Sinembargo,cuandotiraloslibrosdelescritorio,séquesílohahecho. www.lectulandia.com-Página468 CAPÍTULO113 Tessa AbrolosojosymiroaHardindesdelacama,peroélnomedevuelvelamirada.Creo queapenasesconscientedequeexisto.Susojosestánfijosenloslibrosquehatirado alsueloytienelospuñoscerradosaloslados. —Lo he besado, Hardin —digo para hacer que vuelva conmigo desde dondequieraqueesté. Enlugardemirarme,segolpeavariasveceslafrenteconfrustraciónymimente intentabuscarunaexplicaciónquedarle. —Yo…,tú…¿Porqué?—balbucea. —Creía que te habías olvidado de mí…, que ya no me querías. Y él estaba ahí y… Mi explicación no es justa, y lo sé. Pero no sé qué otra cosa decir. Mi mente ordena a mis pies que se acerquen a él, pero éstos no hacen caso y permanezco sentadaenlacama. —¡Dejadedeciresamierda!¡Dejadedecirqueélestabaahí!¡Tejuroporloque másquierasquecomovuelvaaoírlootraputavez…! —¡Vale!Losiento,losiento,Hardin.Estabadolidayconfundida.Yélnoparaba dedecirtodaslascosasqueyonecesitabaquetúmedijeras… —¿Quétedecía? NoquierorepetirnadadeloqueZedmehadicho,nodelantedeél. —Hardin…—Meaferroalaalmohadacomoanclaje. —¡¿Quétedecía?!—grita. —Sólomedecíaloquehabríapasadosihubieraganadoéllaapuesta,sihubiera salidoconélenlugardecontigo. —Y¿quépensaste? —¿Qué? —¿Que qué pensaste al oír toda esa mierda? ¿Es eso lo que quieres? ¿Quieres estarconélenvezdeconmigo? Está a punto de estallar, y sé que está intentando controlarse con todas sus fuerzas,peroelvapornoparadeaumentarlapresión. —No,noesesoloquequiero. Melevantodelacamaycaminohaciaélconpiesdeplomo. —No.Noteacerquesamí.—Suspalabrasmedetienenenelacto. www.lectulandia.com-Página469 —¿Quémáshashechoconél?¿Hasfolladoconél?¿Lehascomidolapolla? Me alegro inmensamente de que no haya nadie en casa para oír las asquerosas acusacionesdeHardin. —¿Qué?¡No!Sabesperfectamentequeno.Noséenquépensabacuandolobesé, fuiunaestúpidaymesentímuymalcuandomeabandonaste. —¿Que yo te abandoné? ¡Fuiste tú la que me dejó! ¡Y ahora me entero de que ibasporelcampuspavoneándotecomounacualquiera!—grita. Quierollorar,peronotengoderecho.Séqueestámuyheridoyenfadado. —Sabes que no lo decía en ese sentido, y no me insultes —digo apretando el respaldodelasilladelescritorio. Hardinmedalaespaldaymedejasolaconmisentidodeculpabilidad.Noquiero niimaginarcómomesentiríasihubierasidoélquienhubiesehechoestodurantelos peores momentos de mi vida. No pensé en cómo se sentiría cuando lo hice. Di por hechoqueélestabahaciendolomismo. No quiero seguir presionándolo. Sé que cuando está así le cuesta controlar su temperamento,yseestáesforzandomuchoparahacerlo. —¿Quieresquemevayaytedejeasolas?—preguntodébilmente. —Sí. Noqueríaquesurespuestafueraafirmativa,perohagoloquemepideysalgode lahabitación.Élnosevuelve. No sé qué hacer, de modo que me apoyo contra la pared del pasillo. En cierto modopreferiríaquemegritaraymeexigieraqueleexplicaraporquéhiceloquehice enlugardequedarsemirandoporlaventanaypedirmequememarche. Puede que ése sea nuestro problema: ambos somos adictos al dramatismo de nuestrosdesacuerdos.Nocreoqueesoseacierto;hemosavanzadomuchodesdelos comienzosdenuestrarelación,inclusoapesardequenoshemospasadomástiempo peleándonosqueenpaz.Lamayoríadelasnovelasqueheleídomellevanapensar quelasdiscusionessurgenydesaparecenenunabrirycerrardeojos,queunasimple disculpa acabará con cualquier problema y que todo se solucionará en cuestión de minutos. Las novelas mienten. Puede que por eso me gusten tanto Cumbres borrascosas y Orgullo y prejuicio; ambas son tremendamente románticas a su manera, pero revelan la realidad que se esconde detrás del amor ciego y de las promesasparatodalavida. Ésta es la realidad. Vivimos en un mundo en el que todos cometemos errores, incluso la chica ingenua que suele ser víctima del temperamento y la falta de sensibilidaddeunchico.Nadieesdeltodoinocenteenestavida,nadie.Yaquellos quesecreenperfectossonlospeores. Oigoungolpeenlahabitaciónymellevolamanoalabocacuandolosigueotro yotromás.Hardinestádestrozandoelcuarto.Sabíaqueloharía.Deberíadetenerloy evitar que siga destruyendo la propiedad de su padre pero, sinceramente, me da miedohacerlo.Notemoquemehagadañofísicamente,sinolaspalabrasquepueda www.lectulandia.com-Página470 llegaradecireneseestado.Sinembargo,nopuedopermitirmetenermiedo.Puedo conestasituación.Yo… —¡¡¡Joder!!!—grita,yentroeneldormitorio. MealegrodequeKensehayaidoconKarenyLandonatomarelpostrefuera, peroojaláhubieraalguienaquíparaayudarmeadetenerlo. Hardintieneuntrozodemaderaenlamano.Cuandoveounasillatiradajuntoa su pie deduzco que se trata de una pata de la misma. Arroja por el aire la madera oscuraysusojosverdesrefulgenconiraalverme. —¿Quépartede«déjamesolo»nohasentendido,Tessa? Respirohondoypermitoquesuspalabrasfuriosasmeresbalen. —Novoyadejartesolo.—Mivoznotransmiteladeterminaciónquepretendía. —Lárgate.Telodigoportubien—meamenaza. Caminohaciaélymedetengoaunpardepasos.Hardinintentaretroceder,pero laparedseloimpide. —Novasahacermedaño—respondoasuvacíaamenaza. —Esonolosabes.Yatelohehechoantes. —Noapropósito.Tuconciencianotedejaríavivirsilohicieras.Losé. —¡Notienesniputaideadenada!—chilla. —Hablaconmigo—digoconcalma.Tengoelcorazónenunpuñomientrasveo cómocierralosojosylosabredenuevo. —Notengonadaquedecirte.Yanotequiero—replicaconvozentrecortada. —Claroquemequieres. —No,Tessa.Noquierotenernadaquevercontigo.Puedesirteconél. —Noquieroestarconél.—Tratodenodejarquesusduraspalabrasmeafecten. —Estáclaroquesí. —No.Sólotequieroati. —¡Y una mierda! —Golpea la pared con la mano abierta. Me sobresalto ligeramente,peronomemuevo—.¡Lárgate,Tessa! —No,Hardin. —¿No tienes nada mejor que hacer? Vete con Zed. Vete a follar con él, me importaunamierda.Yoharélomismo,créeme.Memarcharéymefollaréatodaslas tíasquesemeponganpordelante. Semellenanlosojosdelágrimas,peroélnolesprestaatención. —Sólodicesesascosasporqueestásfurioso,nolaspiensasdeverdad. Miraalrededordelahabitacióncomosiestuvierabuscandoalgo,loquesea,que todavía esté por romper. No queda mucho intacto. Afortunadamente, la mayoría de losobjetosquehansidodestruidossonmíos.Lacartulinaquehecompradoparael trabajodeLandonestáhechaañicos.Lamaletallenadelibrosestátiradaenelsuelo, y las novelas esparcidas por la moqueta. Ha arrancado algunas prendas de ropa del armario,ylasilla,porsupuesto,tambiénestátiradayrota. —Noquieronimirarte…,vete—diceconbrusquedad,aunqueahoraconuntono www.lectulandia.com-Página471 mássuave. —Siento haberlo besado, Hardin. Sé que te he hecho daño, y lo siento mucho.—Lomiro. Élestudiamirostroensilencio.Meencojoligeramentecuandosupulgar mesecalaslágrimasqueempapanmirostro. —Notemas—susurra. —Nolohago—digosusurrandotambién. —Nosésivoyapodersuperaresto—añaderespirandodemaneraagitada. Mispiernasflaqueanaloírlo.Creoquenunca,desdequenosdeclaramosnuestro amor,mehabíaplanteadoqueHardinfueraelquecortaralarelaciónacausadeuna infidelidad.ElbesoquelediaaqueldesconocidoenNocheviejanotienenadaque ver con esto; se enfadó, y sabía que me montaría una escena, pero en el fondo también sabía que pronto se le pasaría. No obstante, esta vez ha sido con Zed, con quienmanteníaunamalarelaciónpormicausa;sehanpeleadovariasvecesyséque nisiquierasoportaquehableconél. NocreoquevolveratenerunarelaciónpropiamentedichaconHardinseabuena ideaahoramismo,peronuestrosproblemashanpasadodeserporunfuturoinciertoa esto.UnaslágrimasinvoluntariasescapandemisojosrebeldesyHardinfruncemás elceño. —Nollores—medice,ysusdedosseextiendenydescansancontramimejilla. —Losiento—exhalo.Unaúnicalágrimacaesobremislabios,ylaretiroconla lengua—.¿Aúnmequieres?—Necesitabapreguntárselo. Séquesí,peronecesitodesesperadamenteoírselodecir. —Porsupuestoquesí.Siempretequerré—meconsuelaconvoztranquilizadora. Esunsonidocuriosamentehermoso:surespiraciónesagitadaylaboriosa,perosu voztranquilaysuave,comounaimagendeolasfuriosasrompiendocontralaorilla sinsonidoalguno. —¿Cuándosabrásloquequiereshacer?—ledigo,temiendolarespuesta. Hardinsuspiraypegalafrentecontralamía.Surespiraciónempiezaarelajarse ligeramente. —Nolosé.Parecequesoyincapazdeestarsinti. —Yotampocopuedo—lesusurro—.Estarsinti. —Parecequesomosincapacesdesolucionarnuestrosproblemas,¿verdad? —Eso parece, sí. —Casi sonrío ante nuestro sosegado intercambio de palabras despuésdelarrebatodehaceunosminutos. —Venaquí. Tirademisbrazosymeestrechacontrasupecho. Es una sensación maravillosa, como volver a casa después de pasar una larga temporada fuera, y cuando entierro la cara en su camiseta, su fragancia calma mi corazón. —Novuelvasaacercarteaél—diceconelrostrohundidoenmicabello. www.lectulandia.com-Página472 —Deacuerdo—accedosinpensar. —Yestonosignificaquevayaadejarlocorrer,peroteechodemenos. —Losé—contesto,pegándomemáscontraélhastaqueoigosuslatidosfuertesy rápidos. —Nopuedesirporahíbesándoteconlagentecadavezqueteenfadas.Noestá bien,ynopiensotolerarlo.Tútepondríashechaunafuriasiyohicieralomismo. Apartolacabezadesupechoyobservosurostrohostil.Despegolosdedosdel finotejidodesucamisetayloshundoensussuavesrizos. Sumiradaessevera,perosuslabiosligeramenteentreabiertosmeindicanqueno me detendrá si tiro de su cabello para atraer su rostro hacia el mío. Si no fuera tan alto,estoseríamuchomásfácil.Hardinsuspira,mebesaymeagarradelacintura con más fuerza. Sus dedos descienden hasta mis caderas y vuelven a ascender y a rodearmitalledenuevo. Mislágrimassemezclanconsulaboriosarespiraciónenunaletalcombinaciónde amor y deseo. Lo quiero infinitamente más de lo que lo deseo, pero ambos sentimientossefundenyseintensificancuandoapartalabocadelamíapararecorrer mimandíbulaymicuelloconsuscálidoslabios.Searrodillaparatenermejoracceso amipielyyoapenaspuedomantenermedepiemientrasmemordisqueasuavemente encima de lo que sería el hueso de la clavícula si estuviera tan delgada como la sociedadquerríaqueestuviera. Empiezo a retroceder hacia la cama y le tiro de la camiseta cuando intenta protestar.Cede,resoplando,ymedaunbesofirmeenelcuello.Llegamosalacamay nosdetenemosparamirarnosalosojos. No quiero que ninguno de los dos diga nada que pueda fastidiar lo que hemos empezado,demodoqueagarroelbordedemicamisetaymelaquitoporencimade lacabeza.Surespiraciónseintensificadenuevo,estavezporlanecesidad,noporla furia. Dejo caer la prenda al suelo y alargo la mano para desvestirlo a él. Se quita la suya y, cuando mis dedos nerviosos pero rápidos le desabrochan el cinturón y deslizansusvaquerosporsusmuslos,seimpacientayusalapiernaqueyonoestoy sosteniendoparaacabardedesprendersedeellos. MesientodenuevoenlacamayHardinhacelopropiosindejardeacariciarmi pieldesnudaconlosdedos.Nuestroslabiosseunenotravezysulenguaatraviesalos míoslentamentealtiempoquesecolocasobremí,apoyandoelpesosobrelosbrazos. Sientocómoseleponeduracontansólobesarnos.Levantoligeramentelacadera delacamaylapegocontralasuyaparacrearfricciónentrenosotros,loqueprovoca quedejeescaparungruñido.Sebajaelbóxerdeuntirónylodejaalaalturadesus rodillas.Meaferroinmediatamenteasumiembroyoigocómosiseaenmioído.Mi mano empieza a ascender y a descender alrededor de él. Me inclino y mi lengua recorrelapuntadesupolla,ansiosaporprovocarmássonidosporsuparte.Levanto lacabezaparamirarlaylaenvuelvootravezconlamano. www.lectulandia.com-Página473 —Tequiero—lerecuerdocuandogimecontramicuello. Desplazaunamanohastamipechoytirasincuidadodelascopasdemisujetador paradejarmissenosaldescubierto. —Tequiero—respondeporfin—.¿Estásseguradequequiereshacerlo,contodo lo que está pasando y teniendo en cuenta que no estamos juntos? —pregunta, y yo asiento. —Porfavor—leruego. Acerca la boca a mi pecho y sus manos ascienden por mi espalda para desabrocharmeelsujetadoryquitármeloporcompleto.Notosusdedosfríossobremi piel.Sulengua,encambio,estácaliente,ylameávidamentemipezónatrapadoentre susdientes. Letirodelpeloyobtengounlevegemidoaltiempoquesubocasedesplazahacia elotropecho. www.lectulandia.com-Página474 CAPÍTULO114 Hardin Con tan sólo mirarla mientras se está desnudando ya estoy preparado para introducirmeenella.Séquenuestrosproblemasnosehansolucionado,peronecesito esto.Joder,losdoslonecesitamos. Me bajo los vaqueros hasta los tobillos y me siento en la cama con ella, con la exasperantechicaquemeharobadocadamilímetrodemiser,demicuerpoydemi alma,ynoquieroquemelosdevuelva.Nisiquierameimportaloquehagaconellos. Sonsuyos.Soysuyo. Se me pone dura sólo de mirar su cuerpo desnudo. Aparto la boca de sus preciosastetasúnicamenteeltiemposuficientecomoparasacaruncondón.Ellase tumbabocaarribaconlaspiernasabiertas. —Quieroverte—ledigo. Ladea la cabeza, algo confundida, de modo que la agarro suavemente de los brazos y la coloco encima de mí. Me encanta sentir su cuerpo encima del mío; fue creadaparamí. Tessa separa aún más los muslos, menea las caderas y restriega su humedad contramipollatiesa.Estoyansiosoypreparado,perosumaneradedeslizarsesobre mimiembrotrazandotentadorescírculosconlascaderasmeestávolviendoloco. Introduzcolamanoentrenosotrosyleacaricioelclítorisconelpulgar.Ellajadea yseagarraamicuelloconunamano. Desciende sobre mí y ambos silbamos mientras la penetro. Joder, echaba de menosesto.Echabademenoslonuestro. —Meencantasentirtecuandotepenetro—ledigo,yobservocómoponelosojos enblancodeplacer. Comienzaamoverseencírculosdenuevomientrasadmirolaimagenquetengo ante mí. Es preciosa y tremendamente sexi. Es exquisita. Jamás he visto nada, ni a nadie,igual.Supechoesgeneroso,ysobresalecadavezquemenealascaderas.Me encantavercómomemonta. Cadavezseledamejorlodeestarencima.Recuerdolaprimeraocasiónquelo intentó. No lo hizo mal, pero estaba muy nerviosa todo el tiempo. Ahora está al mandoynopodríahacerlomejor.Esobvioquesesientecadavezmáscómodacon sucuerpo,ymealegro.Essexiarabiar,ydeberíaserconscientedeello. Levanto las caderas de la cama para recibir sus movimientos. Ella gime y abre www.lectulandia.com-Página475 unosojoscomoplatos. —Tegusta,¿verdad,nena?Eresincreíble—laestimulo. La agarro del brazo para inclinarla hacia mí. Por mucho que quiero observar cómosucuerpoposeeelmío,minecesidaddebesarlaesmayor.Mibocaencuentrala suyaymeencantaescucharsusgemidoscuandolabeso. —Dimequésientes—digopegadoasuslabios,ylacojodelculoparameterlela pollahastaelfondo. —Meencanta…Hardin,meencanta—gime,yapoyalasmanosenmipechopara soportarsupeso. —Másrápido,nena. Levantolamanoylecojounateta.Selaaprietoyseretuercedegusto,gimiendo. Segundosmástarde,haceunamuecadedolorysedetiene.Entoncesmemiraa losojos. —¿Quépasa?—Intentoincorporarmeconellacontramipecho,sinapartarlade mí. —Nada…, es que la he sentido… más profunda, o algo. Te siento mucho más adentro.—Seruborizaysuvozessuaveyllenadesorpresa. —Y¿esoesbuenoomalo?—Levantolamanoparacolocarleelpelodetrásdela oreja. —Esbueno…Muybueno—dice,yponelosojosenblanco. Hefolladoconestachicamuchasvecesya,ytodavíahaymuchascosassobreel sexoquedesconoce.Hacermamadasnoesunadeellas.Esoseledademaravilla. Muevo sus caderas de nuevo en un intento de encontrar ese punto otra vez, el puntoqueharáquegriteminombreencuestióndesegundos.Meencantacómome miramientraslasmenea,ysuforma,quenopodríasermásperfecta.Cuandoclava lasuñasenmipechodesnudoséqueheencontradoelpunto.Setapalabocaconla manoysemuerdelapalmaparanogritarmientraselevolascaderaspararecibirsus movimientosypenetrarlamásdeprisa. —Voyahacerquetecorrasasí—exhalo. Esdemasiadoperfecta.Cierralosojosconfuerzaysusmovimientossevuelven máslentos. —Vasacorrerteya,¿verdad?¿Vasacorrerteparamí,nena? —Hardin…—Gimeminombre,yeslarespuestacorrecta. —Hostiaputa.—Nopuedoevitarmaldeciralvercómoarquealaespaldaycomo cierrasusojosgrisesdenuevo. Clavaenmipecholasuñasdelamanoconlaquenoseestátapandolabocay siento cómo sus músculos se tensan a mi alrededor. Joder, es increíble. Altero el ritmo y empiezo a moverme más despacio, aunque me aseguro de llegar lo más al fondodeellaquepuedoconcadaembestida. Séqueleencantacómolehablomientraslafollo.Estavez,prácticamentegrita ensumanomientrasyollenoelcondón. www.lectulandia.com-Página476 —Hardin…—suspiramientrasapoyalacabezaenmipechojadeandosinparar. —Nena…—respondo,yTessmemiraconunasonrisasoñolienta. Respiroalmismoritmoqueellayhundolosdedosenlamasadesucabellorubio, que cubre mi pecho. Sigo cabreado con ella, y con Zed, pero la quiero y estoy intentandodemostrarlequeestoycambiando.Esinnegablequenuestracomunicación hamejoradomuchísimo. Se enfadará conmigo al menos una vez más a causa de Zed, pero tengo que dejarleclaroqueTessaesmíayque,comovuelvaatocarla,lomataré. www.lectulandia.com-Página477 CAPÍTULO115 Tessa Me recuesto sobre el torso de Hardin para recuperar el aliento. Nuestros torsos desnudossubenybajanlentamentedebidoanuestroestadodedichaposcoital.Nose mehahechotanrarocomocreía.Echabademenosdesesperadamenteintimarconél; sé que puede que hacer el amor tan pronto, antes de haber llegado a ninguna determinación, no sea muy buena idea, pero ahora mismo, mientras sus dedos asciendenydesciendenacariciandomicolumna,mesientodemaravilla. Nopuedodejardereproducirenmimentelaimagendesucuerpodebajodelmío, elevando las caderas del colchón para llenarme por completo. Nos hemos acostado muchasveces,peroéstahasidounadelasmejores.Hasidotanintenso,ysincero,y cargadodedeseo…,no,denecesidadporelotro. Hardinsehadejadollevarporsutemperamentohaceunrato,peroahoralomiro ysusojosestáncerradosysuslabiosligeramentecurvadoshaciaarriba. —Séquemeestásmirando,ytengoquemear—dice,ynopuedoevitarreírme—. Arriba.—Melevantaporlascaderasymecolocaasulado. Se pasa las manos por el pelo para apartarse un mechón suelto de la frente mientras recoge su ropa del suelo. Se pone sólo los pantalones y desaparece de la habitación.Empiezoavestirme.Mimiradavadirectamenteasucamisetatiradaenel sueloy,porcostumbre,meagachopararecogerla,perovuelvoadejarladondeestá. No quiero forzar las cosas ni provocar que se enfade, así que debería ponerme mi propiaropaporahora. Soncasilasocho,asíquemepongounpantalóndechándalanchoyunacamiseta sencilla. Los restos del arrebato de Hardin cubren el suelo, así que me tomo la libertad de empezar a colocarlo todo en su sitio. Comienzo por la ropa de mis cajones. Cuando regresa a la habitación me encuentro cerrando la maleta llena de novelas. —¿Quéestáshaciendo?—pregunta. Enunamanosujetaunvasodeaguayunamadalenaenlaotra. —Sóloestoyrecogiendounpoco—respondoenvozbaja. Tengo miedo de que volvamos a empezar a pelearnos otra vez, y no sé cómo comportarme. —Ah…—dice,ydejaelvasoyeltentempiésobrelacómodayseacercaamí. —Teayudo—seofrece,yrecogelasillarotadelsuelo. www.lectulandia.com-Página478 Trabajamos en silencio para devolver la habitación a su estado normal. Hardin cogelamaletaysedirigealarmarioconellaenbrazos.Enelproceso,casitropieza conunodeloscojinesdecorativosdelacama. No sé si debería ser la primera en hablar, y no sé qué decir. Sé que sigue enfadado,peronoparodepillarlomirándome,asíquenodebedeestarlodemasiado. Salededetrásdelarmarioconunabolsapequeñayunacajadetamañomediano. —¿Quéesesto?—inquiere. «¡Ay,no!» —Nada —me apresuro a responder, y me acerco corriendo para intentar quitárselosdelasmanos. —¿Sonparamí?—preguntaconcuriosidad. www.lectulandia.com-Página479 CAPÍTULO116 Hardin —No—miente,yseponedepuntillasparaintentaralcanzarlacajaquetengoenla manoizquierda,demodoquelalevantomástodavía. —Poneminombreenlaetiqueta—señalo,yellabajalamirada. ¿Porquétienetantavergüenza? —Esque…,bueno,tecompréalgunascosas,peroahorameparecentonterías,así quenohacefaltaquelasabras. —Quierohacerlo—leaseguro,ymesientoenelbordedelacama. Nodeberíahaberrotoesaespantosasilla. Tessasuspiraymantienesuposiciónalotroextremodelcuartomientrastirode losextremosdelpapelderegalopegadosconcintaadhesiva.Mefastidialacantidad deceloquehautilizadoparaenvolverestacaja,peroadmitoqueestoyunpoco… …emocionado. Noesemociónexactamente,sinofelicidad.Norecuerdocuándofuelaúltimavez querecibíunregalodecumpleañosdealguien,nisiquierademimadre.Desdeuna edadmuytempranadejébienclaroqueodiabaloscumpleaños,ymecomportabade unamaneratandesagradablecadavezquemimadremecomprabaalgoquedejóde hacerloantesdequecumplieradieciséisaños. Mipadrememandabaunatarjetademierdaconunchequedentrotodoslosaños, peroyomededicabaaquemarlos.Lleguéamearmeenlosqueenviócuandocumplí losdiecisiete. Cuandoporfinabrolacaja,encuentrovariascosasdentro. LaprimeraesunacopiadestrozadadeOrgulloyprejuicioy,encuantolasaco, Tessaseacercaymelaquitadelasmanos. —Estoesunatontería…,olvídalo—dice,peroestáclaroquenopiensohacerlo. —¿Porqué?Devuélvemelo—leexijoextendiendolamano. Cuandomepongodepieparecedarsecuentadequeesimposiblequeganeesta batalla, de modo que me devuelve el libro. Mientras lo hojeo veo que hay frases subrayadasenamarillofosforescenteportodalanovela. —¿Recuerdas cuando me dijiste que habías estado subrayando a Tolstói? —me pregunta,yseponemásrojaquenunca. —Sí,¿y? —Bueno, pues… es que yo también subrayaba frases de libros —admite, y me www.lectulandia.com-Página480 miraalosojos. —¿Enserio?—digo,yloabroporunapáginaqueestáprácticamentecubiertade marcas. —Sí.Sobretodoéste.Nohacefaltaqueloreleastodoninada.Sólopenséque… Semedafatalhacerregalos,losiento. Eso no es cierto. Me encantará leer qué palabras de su novela favorita le recuerdanamí.Ésteeselmejorregaloquepodríanhabermehechoenlavida.Son estascosas,lascosassencillas,lasquemedanesperanzasdequepodemoshacerque estofuncione,elhechodequelosdosestuviésemoshaciendolomismo,quelosdos leamosaJaneAusten,sinsaberlo. —Noesverdad—ledigo,yvuelvoasentarmeenlacama. Dejolanoveladebajodemipiernaparaquenointentequitármeladenuevo.Una levecarcajadaescapademislabiosalverotrodelosobjetosdelacaja. —¿Para qué es esto? —pregunto con una sonrisa maliciosa, sosteniendo la carpetadeanillasdepiel. —Esacosaqueusasparatrabajarseestápelandoporlosbordesyestáhechaun desastre. Mira, ésta tiene etiquetas para cada semana, o tema, lo que prefieras. — Sonríe. Me hace gracia que me haya regalado esto porque me doy cuenta de la cara de horror que pone cada vez que me ve meter mis papeles en mi antigua carpeta. Me niegoadejarquemelaorganiceapesardesusnumerososintentos,yséquelasaca dequicio.Noquieroquevealoquehaydentro. —Gracias.—Merío. —Eso no era un regalo, en realidad: te la compré hace tiempo e iba a tirarlaotra,peronuncatuvelaocasióndehacerlo—admiteriéndose. —Esoesporquesiemprelallevabaconmigo.Teveíalasintenciones— bromeo. Me falta abrir la bolsa pequeña, y una vez más me echo a reír al ver lo que contiene. «Kickboxing»esloprimeroqueleoenelpequeñoticket. —Es una semana de kickboxing en el gimnasio de nuestro… de tu barrio. — Sonríe,claramenteorgullosadesuingeniosoregalo. —Y¿quétehacepensarquemeinteresapracticarkickboxing? —Yalosabes. Esobvioquemelohacompradoparaqueliberelarabiaconeldeporte. —Nuncaloheprobado. —Alomejortegusta—dice. —No tanto como darle una buena paliza a alguien —contesto, y ella frunce el ceño—.Esbroma. Cojo el CD que queda dentro de la bolsa. El capullo que llevo en mi interior quiereburlarsedeTessporhabercompradounCDcuandopodríahaberlodescargado www.lectulandia.com-Página481 directamentedeinternet.Disfrutaréescuchandocómotarareasuscanciones;supongo queeselsegundoálbumdeTheFray. Estoy convencido de que ya se sabe todos los temas a la perfección, y que le encantaráexplicarmesusignificadomientrasconducimosescuchándolo. www.lectulandia.com-Página482 CAPÍTULO117 Tessa —¿Puedo quedarme contigo esta noche? —me ha preguntado antes Hardin, mirándomealacaraparaanalizarmiexpresión.Heasentidoconefusividad. Demodoqueahoraqueseestáquitandolacamiseta,laagarroconansiaymela pongo. Observa cómo me cambio de ropa pero permanece en silencio. Nuestra relación es muy confusa. Siempre lo es, pero ahora especialmente. En estos momentos no estoy segura de quién lleva la voz cantante. Hace un rato estaba enfadada con él por haberme dejado plantada en su cumpleaños, pero ahora estoy convencidadequeélnotuvonadaqueverconeso,asíquevuelvoaestarcomohace unosdías,cuandofuetanmonodeaccederallevarmeapatinarsobrehielo. DespuésélsehaenfadadomuchoporlomíoconZed,peroahoranadielodiría, dadaslassonrisasyloscomentariossarcásticosquenoparadelanzarme.Puedeque sus ganas de estar conmigo sean más grandes que su ira, que me haya echado de menosyahorasealegredequeyanoestéenfadadaconél.Nosélarazón,perola verdad es que me da igual. Me gustaría que me permitiera hablar sobre Seattle. ¿Cómoreaccionará?Noquierodecírselo,peroséquetengoquehacerlo.¿Sealegrará pormí?Nolocreo;dehecho,séqueno. —Ven aquí. —Me estrecha contra su pecho mientras se tumba de nuevo en la cama. Coge el mando del televisor de su soporte de la pared y empieza a cambiar de canalantesdedetenerseenunaespeciededocumentaldehistoria. —¿Quétalcontumadre?—lepreguntoalcabodeunosminutos. Nomecontesta,lomiroalacarayveoquesehaquedadodormido. Cuandorecuperolaconcienciahacecalor,demasiadocalor.Hardinestátumbado encima de mí, atrapándome con su peso contra el colchón. Estoy boca arriba y él boca abajo, con la cabeza sobre mi pecho, con uno de sus brazos alrededor de mi cintura y el otro extendido en el espacio que tiene al lado. He echado de menos dormirdeestamanera,einclusodespertarmesudandotapadaporsucuerpo.Miroel relojyveoquesonlassieteymedia.Laalarmademimóvilsonarádentrodediez minutos. No quiero despertar a Hardin, está tan sereno… Luce incluso una leve sonrisaenloslabios,cuandonormalmentetieneelceñofruncido,inclusodormido. Enunintentodemoverlosindespertarlo,lelevantoelbrazoquerodeamicintura. —Mmmm —protesta. Sus ojos se mueven bajo sus párpados. Se revuelve un www.lectulandia.com-Página483 pocoyseaferraamíconmásfuerza. Miroaltechoymedebatoentresideboapartarlodirectamenteono. —¿Quéhoraes?—preguntaconlavozronca. —Casilassieteymedia—ledigoenvozbaja. —Mierda.¿Hacemosnovilloshoy? —Yonopuedo,perositúquieres…—Sonrío,hundolosdedosensupeloyle masajeoelcuerocabelludosuavemente. —¿Desayunamosporahí?—Sevuelveparamirarme. —Es una oferta muy tentadora, pero no puedo. —La verdad es que me apetece mucho.Deslizaelcuerpounpocohaciaabajoyapoyalabarbillajustodebajodemi pecho—.¿Hasdormidobien?—lepregunto. —Sí,muybien.Nodormíaasídesde…—Noterminalafrase. Derepentemesientoinmensamentefeliz,ysonríocontenta. —Mealegrodequehayasdormidounpoco. —¿Te puedo contar algo? —dice entonces. No parece haberse despertado del todoaún,lebrillanlosojosysuvozesmásgravequenunca. —Claro.—Vuelvoamasajearlelacabeza. —CuandoestabaenInglaterravisitandoamimadre,tuveunsueño…,bueno,una pesadilla. «Ay,no.»Semecaeelalmaalospies.Sabíaqueteníapesadillasotravez,pero medueleoírlo. —Sientoquehayasvueltoatenerpesadillas. —No, no sólo he vuelto a tenerlas. Son peores que antes. —Juraría que me ha parecidonotarquetemblaba,perosurostronomuestraningunaemoción. —¿Peores? ¿Cómoesposiblequeseanpeores? —Tú estabas ahí, y ellos… te lo estaban haciendo a ti —dice, y se me hiela la sangreenlasvenas. —Vaya—digoconvozdébilypatética. —Sí,era…erahorrible.Eramuchopeorqueantes,porqueestoyacostumbradoa losdemimadre,¿sabes? Asientoyacercomiotramanoasubrazodesnudoparaacariciárseloaligualque sucabeza. —Nisiquieraintentabavolveradormirmedespués.Permanecíadespiertoadrede porquenopodíasoportarverlootravez.Laideadequealguienpuedahacertedaño mevuelveloco. —Losientomuchísimo. Susojosreflejanangustia,ylosmíosestánllenosdelágrimas. —Nomecompadezcas—mepide. Levantalamanoyatrapalaslágrimasantesdequelleguenaderramarse. —Nolohago.Mesientomalporquenoquieroquesufras.Notecompadezco— www.lectulandia.com-Página484 aseguro,yesverdad. Me siento fatal por este hombre traumatizado que sueña con que violan y maltratanasumadre,ylaideadequemirostrosustituyaaldeTrishmemata.No quieroqueesospensamientosatormentensumenteyadeporsíangustiada. —Sabes que jamás dejaría que nadie te hiciera daño, ¿verdad? —pregunta mirándomealosojos. —Losé,Hardin. —Nisiquieraahora.Inclusosinuncavolvemosaestarcomoestábamos,mataría acualquieraquelointentara.—Suvozesentrecortadaperosuave. —Losé—leaseguroconunadébilsonrisa. Noquieromostrarmealarmadaantesussúbitasamenazasporqueséquelasdice demaneraafectuosa. —Hoyhedormidobien—dicepararelajarunpocoelambiente,yyoasiento. —¿Dóndequieresdesayunar?—lepregunto. —Hasdichoquetenías… —Hecambiadodeidea.Tengohambre. Despuésdequesehayaabiertotantoconrespectoalodesuspesadillas,quiero pasar la mañana con él. Quizá continúe con la línea de comunicación abierta. Normalmentetengoquepelearmeconélparaobteneralgúntipodeinformación,pero hoymehacontadoesodemaneravoluntaria,yparamíesosignificamuchísimo. —¿Tehepersuadidotanfácilmenteconmipatéticahistoria?—preguntaconuna cejaenarcada. —Nodigaseso.—Frunzoelceño. —¿Porquéno? Seincorporayselevantadelacama. —Porque no es verdad. No ha sido lo que me has contado lo que me ha hecho cambiardeidea,sinoelhechodequelohayascompartidoconmigo.Ynodigasque eres patético. Eso no es cierto. —Apoyo los pies en el suelo mientras se sube los vaquerosporlaspiernas—.Hardin…—digoalverquenoresponde. —Tessa…—seburlademíconvozaguda. —Lodigoenserio.Nodeberíaspensaresodetimismo. —Losé—seapresuraadecir,zanjandobruscamentelaconversación. Séquenoesperfectonimuchomenos,quetienenumerososdefectos,perotodo elmundolostiene,sobretodoyo.Ojaláfueracapazdevermásalládesusfaltas,tal vezesoloayudaríaasolucionarsusproblemasconrespectoalfuturo. —Bueno,dime,¿voyatenerteparamítodoeldía,osóloparadesayunar?—Se agachaparameterelpieenlasConversenegras. —Me gustan esas zapatillas, por cierto, siempre se me olvida decírtelo —digo señalándolas. —Ah…, gracias. —Se ata los cordones y se levanta. Para tener el ego tan hinchadoseledafatalaceptarcumplidos—.Nomehascontestado. www.lectulandia.com-Página485 —Sóloparadesayunar.Nopuedofaltaratodaslasclases.—Mequitosucamiseta ymepongounapropia. —Estábien. —Voy a peinarme y a lavarme los dientes —digo cuando he terminado de vestirme. Cuandoempiezoacepillarmelalengua,Hardinllamaalapuerta. —Pasa—farfulloconlabocallenadedentífrico. —Hacetiempoquenohacemosesto—medice. —¿Practicarsexoenelcuartodebaño?—inquiero. «¿Porquéhabrédichoeso?» —Nooooo…Ibaadecir«lavarnoslosdientesjuntos».—Seechaareírysacaun cepillonuevodelarmario—.Noobstante,siloquequiereseshacerloenelbaño… —metienta,ypongolosojosenblanco. —No sé por qué he dicho eso, ha sido lo primero que se me ha pasado por la cabeza.—Meechoareírantelaestupidezdemisalida. —Vaya,esbuenosaberlo.—Mojaelcepillounmomentoynodicenadamás. Despuésdequeambosnoshayamoslavadolosdientesyderecogermeelpeloen una coleta, bajamos al piso de abajo. Karen y Landon están charlando en la cocina frenteaunostazonesdeavena. Miamigomeofreceunacálidasonrisa.Noparecesorprenderlodemasiadovernos a Hardin y a mí juntos. A Karen tampoco. En todo caso, parece… ¿encantada? No estoysegura,porquesellevalatazadecaféaloslabiosparaocultarsusonrisa. —HoyllevaréaTessayoalcampus—lediceHardinaLandon. —Vale. —¿Lista?—preguntavolviéndosehaciamí,yyoasiento. —Te veré en religión —le digo a Landon antes de que Hardin me arrastre, literalmente,fueradelacocina. —¿Aquévienenestasprisas?—lepreguntounavezfuera. Mecogelabolsadelhombromientrassalimosafuera. —Nada,peroosconozcoaLandonyati,ysiosponéisahablaryanonosvamos nunca,ysiañadimosaKarenalamezclaacabarémuriéndomedehambreantesde queoscalléis. Meabrelapuertadelcoche,sedirigeasuladoysemonta. —Cierto.—Sonrío. NospasamosalmenosveinteminutosdiscutiendosobresiiraIHOPoaDenny’s, y al final nos decidimos por IHOP. Hardin dice que sirven las mejores tostadas francesas,peroyomeniegoacreerlohastaquelovea. —Tendréisqueesperarunosdiezoquinceminutos—nosdiceunamujerbajita conunpañueloazulalrededordelcuelloencuantoentramos. —Deacuerdo—contestoalmismotiempoqueHardinpreguntaporqué. —Hay mucha gente y no tenemos ninguna mesa disponible —explica la mujer www.lectulandia.com-Página486 dulcemente. Hardinponelosojosenblancoyyoloapartodeellaymelollevoparasentarnos enunbancoenlaentrada. —Mealegrodequehayasvuelto—bromeo. —¿Quésignificaeso? —Queparecequehasrecuperadotumordacidad. —¿Cuándohedejadodetenerla? —Nolosé,enlacitadelotrodíayanochetambiénunpoco. —Anochedestrocélahabitaciónyteinsulté—merecuerda. —Losé,sóloeraunabroma. —Bueno, pues intenta que la próxima vez sea buena —replica, aunque veo un atisbodesonrisaensuslabios. Cuando por fin nos sentamos, pedimos el desayuno a un chico joven que lleva una barba que parece demasiado larga para alguien que trabaja como camarero. Cuandosemarcha,Hardinprotestayjuraquecomoencuentreunpeloensucomida learrancalabarbaapuñetazos. —Teníaquedemostrartequeconservomimordacidad—merecuerda,ymeecho areír. Me encanta que esté intentando ser un poco más agradable, pero también me gustaelhechodequenoleimporteloquelagentepiensedeél.Ojalásemepegasen algunas de esas cualidades. Continúa elaborando una lista de cosas que lo irritan sobreellugarhastaquelleganuestracomida. —¿Por qué no puedes faltar todo el día? —me pregunta mientras se lleva un bocadodetostadafrancesaalaboca. —Porque… —empiezo. «Verás, porque voy a trasladarme a otro campus y no quiero complicar las cosas perdiendo puntos de asistencia antes de trasladarme en mitaddeltrimestre»—.Noquieroarriesgarmeanosacarsobresalientes—ledigo. —Es la universidad, Tessa. Nadie va a clase —me dice por enésima vez desde queloconozco. —¿Notienesganasdequelleguelaclasedeyoga?—Merío. —No,paranada. Cuandoterminamosdedesayunar,meacercaencochealcampusyseguimosde buen humor. Su móvil vibra sobre el salpicadero pero no lo coge. Quiero contestar porél,peronosestamosllevandotanbienquenoquierofastidiarlo.Laterceravez quesuena,alfinalmepronuncio. —¿Novasacogerlo?—lepregunto. —No,quedejenunmensaje.Serámimadre.—Levantaelteléfonoymemuestra lapantalla—.¿Ves?Hadejadounmensaje.¿Quieresescucharlo?—pregunta. Micuriosidadsacalopeordemíylequitoelmóvildelasmanos. —Ponelaltavoz—medice. —«Tienesietemensajesnuevos»—anuncialavozautomáticamientrasaparcael www.lectulandia.com-Página487 coche. Gruñe. —Poresonuncaloscompruebo. Pulsoelnúmerounoparaescucharlos. —«Hardin… Hardin, soy Tessa… Yo…» —Intento pulsar el botón de «Finalizar»,peroélmequitaelteléfonodelamano. «Malditasea.» —«…necesitohablarcontigo.Estoyenelcoche,yestoyhechaunlío…»—Mi vozsuenahistéricaymedanganasdesalircorriendodelvehículo. —Porfavor,apágalo—leruego,peroélsepasaelteléfonoalaotramanopara quenoselopuedaquitar. —¿Quéesesto?—preguntamirandoelaparato. —«¿Por qué no lo has intentado siquiera? Dejaste que me marchara sin más y aquí estoy, llamándote y llorándole a tu buzón de voz. Necesito saber qué nos ha pasado. ¿Por qué esta vez ha sido distinto? ¿Por qué no seguimos peleando hasta solucionarlo?¿Porquénohasluchadopormí?Merezcoserfeliz,Hardin…» Miestúpidavozinundaelcoche,ymeatrapadentro. Permanezco sentada en silencio con la vista en mis manos, apoyadas sobre mi regazo. Esto es humillante. Casi había olvidado lo del mensaje; ojalá no lo hubiera escuchado,ymenosahora. —¿Decuándoesesto? —Decuandotefuiste. Exhalasonoramenteycortaelmensaje. —¿Porquéestabashechaunlío? —Nocreoquequierashablardeello.—Memuerdoellabio. —Claroquesí.—Sedesabrochaelcinturónysevuelvehaciamí. Lomiroeintentopensarenlamejormaneradeexplicárselo. —Esehorriblemensajeesdelanoche…lanocheenquelobesé. —Ah.—Apartalacara. El desayuno ha sido de maravilla, y ahora el estúpido mensaje que le dejé en medio de una tormenta emocional lo ha fastidiado todo. No puede hacerme responsabledeesto. —¿Antesodespuésdebesarlo? —Después. —¿Cuántasveceslobesaste? —Una. —¿Dónde? —Enmicoche—contesto. —Y ¿después, qué? ¿Qué hiciste después de dejar ese mensaje? —pregunta sosteniendoelteléfonoenelaireentrenosotrosdos. —Volvíasuapartamento. www.lectulandia.com-Página488 Encuantolaspalabrassalendemiboca,Hardinapoyalafrentecontraelvolante. —Yo…—empiezo. Levantaundedoparaindicarmequemecalle. —¿Quépasóensuapartamento?—Cierralosojos. —¡Nada!Estuvellorandoyvimoslatele. —Meestásmintiendo. —No, Hardin. Me quedé dormida en el sofá. La única vez que dormí en su habitaciónfueeldíaquetepresentasteallí.Loúnicoquehapasadoentrenosotrosha sido un beso, y hace unos días, quedé con él para comer, intentó besarme y yo me aparté. —¿Intentóbesarteotravez? «Mierda.» —Sí,peroentiendeloquesientoporti.Séquelahefastidiadocontodoesto,y sientoinclusohaberpasadotiempoconél.Notengoningunabuenarazónnininguna excusa,perolosiento. —Recuerdas lo que me has dicho, ¿no? Que te mantendrás alejada de él. —Su respiración es controlada, demasiado controlada, cuando levanta la cabeza del volante. —Sí,lorecuerdo—digo. Nomegustalaideadequemedigadequiénpuedoseramigaydequiénno,pero la verdad es que, si invirtiésemos los papeles, cosa que ha estado pasando mucho últimamente,yoesperaríalomismoporsuparte. —Ahoraqueconozcolosdetalles,noquierovolverahablardeello,¿deacuerdo? Lo digo en serio. No quiero ni que su puto nombre salga de tu boca. —Está intentandomantenerlacalma. —Vale—accedo,yalargolamanoparacogerlelasuya. Yotampocoquierovolverahablardeesto.Amboshemosdichotodoloquehabía que decir al respecto, y volver al tema sólo nos ocasionará más problemas innecesariosanosotrosyanuestrayamaltrecharelación.Esunalivioserlacausadel problema para variar, porque lo último que necesita Hardin en estos momentos es tenerotromotivoparaodiarseasímismo. —Serámejorquevayamosaclase—dicealfinal. Se me cae el alma a los pies al oír su tono frío, pero mantengo la boca cerrada cuandoretiralamanodelamía.HardinmeacompañahastalaFacultaddeFilosofíay yobuscoaLandonporlacalle,peronoloveo.Debedehaberentradoya. —Graciasporeldesayuno—digo,ycojomimochiladelamanodeHardin. —Denada.—Lequitaimportanciayyoesbozounasonrisaymedoylavuelta. Me agarra del brazo y, antes incluso de llegar a pegar la boca a la mía, me reclamacomosóloélsabehacerlo. —Te veré después de clase. Te quiero —me dice, y se marcha, dejándome jadeandoysonriendomientrasentroeneledificio. www.lectulandia.com-Página489 CAPÍTULO118 Hardin Escuchoesemensajeporquintavezmientrascaminoporlaaceradelcampus.Suena tanangustiada…Aunqueparezcaretorcido,enciertomodomealegrodeescucharlo ydepercibireldolorylaabsolutatristezadesuvozmientraslloraenmioído.Quería sabersisesentíatandesgraciadasinmícomoyosinella,yaquítengolapruebade que sí. Sé que la he perdonado muy pronto por besarse con ese capullo, pero ¿qué otra cosa podía hacer? No puedo vivir sin ella, y ambos hemos cometido muchos errores,nosóloTess. Además,estoesculpamía,élsabíalovulnerablequeseríacuandorompimos.Sé que lo sabía. Y la vio llorar y demás, y no se le ocurrió otra cosa que besarla una semanadespuésdequemedejara.¿Quéclasedecabrónasquerosohaceeso? Seaprovechódeella,demiTessa,ynopiensodejarlopasar.Secreemuylistoy piensaquevaairsederositas,peronopiensoconsentirlo. —¿DóndeestáZedEvans?—lepreguntoaunarubiabajitaqueestásentadajunto aunárbolenlaFacultaddeCienciasMedioambientales. ¿Porquécojoneshayárbolesgigantesenelvestíbulodeesteestúpidoedificio? —Enlasaladeplantas,lanúmero218—meinformaconvoztemblorosa. Por fin llego a la sala con la placa «218» y abro la puerta antes de pararme a pensarenlapromesaquelehehechoaTessa.Nopensabadejarloestardeningunade las maneras, pero después de oír lo angustiada que estaba la noche que estuvo con Zed,haempeoradotodavíamáslasituaciónparaél. Lasalaestállenadehilerasdeplantas.¿Quiénquerríadedicarseaestamierdatodoel día? —¿Quéhacesaquí?—looigodecirantesdeverlo. Está de pie junto a una caja grande o algo parecido; cuando se asoma, avanzo haciaél. —Notehagaseltonto,sabesperfectamenteloquehagoaquí. Sonríe. —No, me temo que no tengo ni idea. El estudio de la botánica no requiere poderespsíquicos—seburlademíconesasestúpidasgafasenlacabeza. —¿Cómopuedeshabersidotancapullo? www.lectulandia.com-Página490 —¿Respectoaqué? —ATessa. —Yo no soy el capullo. Eres tú el que la trata como una mierda, así que no te cabreessivienecorriendoamíportuculpa. —¿Cómoseteocurresertanidiotademeterteconalgoqueesmío? Seapartadelacajayrecorreelpasilloquetengoallado. —Ellanoestuya.Noesunaposesión—medesafía. Alargo los brazos por encima de las cajas de plantas, lo agarro del cuello y le estampolacaracontralabarrerademetalquenossepara.Oigounfuertecrujido,así queyaséloquehapasado.Perocuandolevantalacabezaygrita:«¡Mehasrotola nariz!»mientrasforcejeaparalibrarsedemí,hedeadmitirquelacantidaddesangre queempapasurostroresultaunpocoalarmante. —Durante varios meses te advertí que te mantuvieras alejado de ella, y ¿qué hacestú?Besarlaymeterlaentuputacama. Medirijoalpasilloparairaporéldenuevo.Seestácubriendolanarizrotaconla manoylasangrerojainundasurostro. —Y yo te dije que me importaba una puta mierda lo que tú dijeras —ruge viniendoamiencuentro—.¡Mehasrotolaputanariz!—gritaotravez. Tessamevaamatar. Deberíamarcharmeya.Merecequeledéunabuenapaliza,otravez,perosevaa ponerfuriosacuandoseentere. —Túmehashechoalgopeor.¡Noparasdemarearaminovia!—lerespondo. —Tessa no es tu novia, y eso no es nada comparado con todo lo que pienso marearla. —¿Meestásamenazando? —Nolosé,¿túquécrees? Doy otro paso hacia él y me sorprende cargando contra mí. Su puño impacta contra mi mandíbula y me tambaleo hacia atrás hasta que tiro una caja de madera llenadeplantas,quecaenalsuelomientrasmerecupero.Atacadenuevoconfuria, peroestavezbloqueosugolpeymeapartoaunlado. —Pensabasqueeraunblandengue,¿verdad?—Sonríecomounposesoysuboca ensangrentada avanza hacia mí—. Te creías muy duro, ¿no? —Se ríe y se detiene paraescupirsangresobrelasbaldosasblancasdelsuelo. Lo agarro de la tela de su bata de laboratorio y lo empujo contra otra hilera de plantas, que caen al suelo al igual que nosotros. Me monto encima de él para asegurarmedequenotengaelcontrol.Veoconelrabillodelojoquelevantaelbrazo, pero para cuando me doy cuenta de lo que está pasando, me estampa una de las pequeñasmacetascontralasien. Me quedo aturdido y parpadeo rápidamente para recuperar la visión. Soy más fuertequeél,peroporlovistoesmejorluchadordeloquemehabíadejadocreer. Sinembargo,pornadadelmundopiensopermitirlequesaquelopeordemí. www.lectulandia.com-Página491 —Detodosmodos,yamelahefollado—mesueltamientrasloagarrodelpeloy legolpeolacabezacontraelsuelo.Enestosmomentosmeimportaunamierdasilo matoono. —¡No,nolohashecho!—grito. —Claro que sí. Qué cosa tan estrechita —me provoca con voz ahogada cuando tengolasmanostodavíaensurostro. Lo golpeo en la sien y él lanza un alarido. Por un breve momento considero agarrarlodelanarizrotaparacausarleaúnmásdolor.Pataleafrenéticamentedebajo de mí para intentar levantar mi cuerpo del suyo. Imágenes de Zed tocando a Tessa inundanmimenteymellevanaunestadodefuriaquenohabíaalcanzadojamás. Seagarraamisbrazosintentandoapartarmedenuevodeencima. —Novolverásatocarlaenlavida—digo,ylocojodelagarganta—.Sicreesque vasaarrebatármela,teequivocas. Le aprieto el cuello con más fuerza. Su rostro ensangrentado se vuelve rojo. Intentahablar,perosólooigojadeosentrecortadosenelaire. —¿Quédiablosestápasandoaquí?—gritaunhombredetrásdemí. Cuandomevuelvoparamirar,Zedintentaagarrarmedelcuello,peroesonovaa pasar. Un puñetazo en la mejilla basta para hacer que deje caer los brazos a los costados. Unamanomeagarradelbrazoymelaquitodeencima. —¡Llamadaseguridad!—gritalavoz,yyomeapresuroaquitarmedeencimade Zed. «Mierda.» —No,noesnecesario—digo,ymepongodepietambaleándome. —¿Quéestápasando?¡Saldeaquí!¡Esperaenlaotrasala!—gritaelhombrede medianaedad,peroyonomemuevo.Supongoqueesunprofesor. «Mierda.» —Ha entrado aquí y me ha atacado —dice Zed, y empieza a llorar. Empieza a llorar,literalmente. Secubreconlamanolanarizhinchadaytorcidamientrasseponedepie.Tienela cara ensangrentada y la bata blanca llena de manchas rojas. Su sonrisa de superioridadhadesaparecido. —¡Ponte cara a la pared hasta que llegue la policía! ¡Lo digo en serio! ¡No te muevasniunmilímetro!—ordenaconaireautoritarioelhombre,señalándome. Mierda,vaavenirlapolicíadelcampus.Estoyjodido.¿Porquécoñohetenido queveniraquí?PrometíquememantendríaalejadodeélsiTessatambiénlohacía. Yahoraqueherotootrademispromesas,¿romperáellalasuya? www.lectulandia.com-Página492 CAPÍTULO119 Tessa Cuandopegoelbolialpapel,miintenciónesescribiracercademiabuela,quededicó su vida al cristianismo pero, sin saber cómo, el nombre de Hardin aparece en tinta negra. —¿Señorita Young? —dice el profesor Soto con voz suave, aunque lo bastante fuertecomoparaquetodoslosdelaprimerafilalooigan. —¿Qué?—LevantolavistaymiatenciónsedirigedirectamenteaKen. «¿QuéhaceelpadredeHardinaquí?» —Tessa,necesitoquevengasconmigo—dice,ylarubiaimpertinentequetengo detrás dice «uuuh», como si estuviésemos en sexto de primaria. Probablemente ni siquierasepaqueKeneselrectordelafacultad. —¿Quépasa?—lepreguntaLandonmientrasyomelevantoyempiezoarecoger miscosas. —Hablamosfuera—señalaKenconvozinsegura. —Voyconvosotros—diceLandon,ytambiénseponedepie. ElprofesorSotomiraaKen. —¿Estáusteddeacuerdo? —Sí,esmihijo—ledice,ynuestroprofesorabreunosojoscomoplatos. —Ah,disculpe.Nolosabía;y¿ellaessuhija?—lepregunta. —No —responde Ken secamente. Parece preocupado, y está empezando a asustarme. —¿Le ha ocurrido algo a…? —comienzo a decir, pero Ken me guía hacia la puertaconLandondetrásdemí. —HanarrestadoaHardin—explicaencuantosalimos. Mequedosinrespiración. —¿Qué? —Lohanarrestadoporpelearseypordestrozarunapropiedaddelcampus. —Diosmío—esloúnicoqueconsigoarticular. —¿Cuándo?¿Porqué?—preguntaLandon. —Haceveinteminutos.Estoyhaciendotodoloposibleparamanteneresteasunto bajolajurisdiccióndelcampus,peroélnomeloestáponiendofácil. Kencaminaatodaprisaycasitengoquecorrerparaseguirsuritmo. Mevienenalacabezaunmillóndepreguntas:«¿HanarrestadoaHardin?Ostras, www.lectulandia.com-Página493 ¿porquéhabrásido?¿Conquiénsehapeleado?». Sinembargo,yasélarespuestaaesaúltimapregunta. ¿Porquénohapodidodejarlocorrerporunavezensuvida?¿Estarábien?¿Iráa lacárcel?¿Aunacárceldeverdad?¿EstarábienZed? Kenabrelaspuertasdesucocheylostresmontamosenél. —¿Adóndevamos?—preguntaLandon. —Alaoficinadeseguridad. —¿Élestábien?—pregunto. —Tieneuncorteenlamejillayotrodebajodelaoreja,oesomehandicho. —¿«Tehandicho»?¿Aúnnohasidoaverlo?—inquiereLandon. —No,noheido.Tieneunodesusataquesdefuria,asíquesabíaqueeramejor quefueraTessaprimero—dicemeneandolacabezaenmidirección. —Sí,buenaidea—coincideLandon. Yonodigonada. ¿Uncorteenlacabezayenlaoreja?Esperoquenoleduela.Porfavor,estoes una locura. Debería haber accedido a pasar el día entero con él. De haberlo hecho, hoynohabríavenidoalcampus. Kenconduceatodaprisaporvariascallessecundariasy,alcabodecincominutos, aparcamos delante de un pequeño edificio de ladrillo que alberga la oficina de seguridaddelcampus.Hayunaseñaldeprohibidoaparcarjustoenelsitiodondeha estacionado,perosupongoqueaparcardondetedalaganaesunadelasventajasde serrector. Lostrescorremosalinteriordeledificio,ymisojosempiezanabuscara Hardininmediatamente. Noobstante,antesdeverlo,looigo… —¡Meimportauncarajo,noeresmásqueungilipollasconunaplacafalsa!¡Eres unseguratadecentrocomercial,capullodemierda!… Rastreosuvozygiroporelpasilloensubusca.OigoaKenyaLandondetrásde mí,peroloúnicoquemeimportaesllegarhastaél. Encuentro a varias personas reunidas… y entonces veo a Hardin paseándose de un lado a otro en una pequeña celda. «Joder.» Lleva los brazos esposados a la espalda. —¡Queosdenatodosporelputoculo!—grita. —¡Hardin!—bramasupadrepordetrásdemí. Mi chico furibundo gira la cabeza al instante en mi dirección y abre unos ojos como platos en cuanto me ve. Tiene un buen corte justo debajo del pómulo, otro desdelaorejahastalanucayelpelomanchadodesangre. —¡Estoyintentandoqueestonovayaapeorytuactitudnoayuda!—legritaKen asuhijo. www.lectulandia.com-Página494 —¡Me tienen aquí atrapado como si fuera un maldito animal! ¡Esto es una mierda! ¡Llama a quien tengas que llamar y haz que abran esta puta reja! —grita Hardinintentandosacarlasmanosdelasesposas. —Para—ledigoconelceñofruncido. Suactitudcambiaalinstante.Secalmaunpoco,aunquesigueigualdeenfadado. —Tessa, tú ni siquiera deberías estar aquí. ¿De qué genio ha sido la idea de traerla?—silbaHardinasupadreyaLandon. —Yabasta—digoatravésdelosbarrotes—.Tupadreestáintentandoayudarte. Tienesquecalmarte. Estonoparecereal,estarhablándolemientrasestáesposadoyencerradoenuna celda. No puede ser verdad. Pero esto es lo que pasa en el mundo real. Si atacas a alguien,tearrestan,enelcampusodondesea. Cuandomemiraalosojosséquepuedeverlomalquemesientoporélenestos instantes. Quiero pensar que ésa es la razón por la que por fin cede y asiente suavemente: —Estábien. —Gracias, Tessa —dice Ken. Y después añade dirigiéndose a su hijo—: Dame cincominutosparaquevealoquepuedohacer.Mientrastanto,tienesquedejarde gritar. Estás empeorando la situación para ti, y el lío que has organizado ya es bastantegrande. Landon me mira, luego mira a Hardin y se marcha con Ken por el estrecho pasillo.Apenasllevounosinstantesaquíyyadetestoestelugar;todoesdemasiado blancoynegro,yhuelealejía. Losagentesdeseguridaddelcampussentadosdetrásdesumesaestánhablando desuscosasenestemomento,oalmenoshanfingidohacerlodesdequeelrectorde launiversidadhaaparecidoparatratarconsuhijo. —¿Quéhaocurrido?—lepreguntoaHardin. —Mehaarrestadolapolicíadelcampus—resopla. —¿Estásbien?—lepregunto,desesperadaporacariciarlelacara. —¿Yo?Sí,estoybien.Parecepeordeloquees—contesta,ycuandoloexamino másdecercaveoquetienerazón. Los cortes no son profundos. En los brazos tiene algunos arañazos leves que, mezcladosconlatintanegra,ledanunaspectoaterrador. —¿Estásenfadadaconmigo?—mepreguntaconvozsuave,aañosluzdecómo sonabahaceunosinstantescuandolegritabaalapolicía. —Nolosé—respondoconsinceridad. Claro que estoy enfadada, porque sé con quién se ha peleado… Bueno, no es difíciladivinarlo.Perotambiénestoypreocupadaporélyquierosaberquéhapasado paraquehayaacabadoenestelío. —Nohepodidoevitarlo—dice,comosiesojustificarasusacciones. —Tedijeensudíaquenoiríaavertealacárcel,¿lorecuerdas?—Frunzoelceño www.lectulandia.com-Página495 yobservolaceldaenlaqueestáatrapado. —Estonocuenta.Noesunacárceldeverdad. —Amísímeloparece—replicogolpeandolosbarrotesdemetalparamostrara quémerefiero. —No es una cárcel real, es sólo un calabozo de mierda en el que me retendrán hastaquedecidansillamanalapolicíadeverdadono—dicelobastantealtocomo paraquelosdosoficialeslevantenlavista. —Paraya.Estonoesningunabroma,Hardin.Podríasmeterteenunbuenlío. Ponelosojosenblanco. Ése es el problema con él: aún no se ha dado cuenta de que sus actos tienen consecuencias. www.lectulandia.com-Página496 CAPÍTULO120 Tessa —¿Quiénempezó?—pregunto,esforzándomepornosacarmispropiasconclusiones comodecostumbre. Hardinintentamirarmealosojos,peroapartolamirada. —Heidoabuscarlodespuésdeacompañarteaclase—dice. —Meprometistequelodejaríasenpaz. —Losé. —Y¿porquénolohashecho? —Sepasódelaraya.Empezóaprovocarme.Medijoquehabíaisfollado.—Me miraconabsolutadesesperación—.Nomeestásmintiendorespectoaeso,¿verdad? —pregunta,ycasipierdolacompostura. —Nopiensovolveracontestaraesapregunta.Yatehedichoquenohapasado nadaentrenosotros,yaquíestás,volviendoapreguntármeloenunamalditacelda— digofrustrada. Ponelosojosenblancoysesientaenelpequeñobancometálicodelcalabozo. Meestácabreandodeverdad. —¿Porquéhasidoabuscarlo?Quierosaberlo. —Porque tenía que darle una paliza, Tessa. Quería que supiera que no debe volveraacercarseati.Estoyhartodesusputosjueguecitosydequecreaquetiene posibilidadescontigo.¡Lohehechoporti! Mecruzodebrazos. —¿Cómotesentiríastúsiyohubieraidoabuscarlodespuésdehabertedichoque noloharía?Creíaquelosdosestábamosintentandohacerqueestofuncionara,pero me has mentido descaradamente. Sabías que no ibas a cumplir tu parte del trato, ¿verdad? —Sí,losabía,¿vale?Peroesoahorayanoimporta,lohechohechoestá—resopla comounniñofurioso. —Amísímeimporta,Hardin.Noparasdemeterteenlíosinnecesariamente. —Eramuynecesario,Tess. —¿DóndeestáZed?¿Tambiénestáenlacárcel? —Estonoesunacárcel. —Hardin… —Nosédóndeestá,nimeimporta,yatitampoco.Novasaacercarteaél. www.lectulandia.com-Página497 —¡Deja de ser así! ¡Deja de decirme lo que puedo o no puedo hacer! ¡No lo soporto,joder! —¿Estásdiciendotacos?—replicaconunasonrisadivertida. ¿Por qué le parece gracioso? Esta situación no tiene ninguna gracia. Empiezo a alejarmedeélylasonrisadesaparecedesuslabios. —Tessa,vuelve—mepide,ymedoylavuelta. —Voyabuscaratupadreparaverquépasa. —Dilequesedéprisa. Legruñoliteralmentemientrasmealejo.Piensaqueporquesupadreeselrector sevaairderositasy,sinceramente,esperoqueasísea,peromeponedelosnervios verlapocaimportanciaqueledaatodoesteasunto. —¡¿Quécojonesmiráis?!—looigogritarlesalospolicías,ymefrotolassienes conlosdedos. Encuentro a Ken y a Landon hablando con un hombre mayor de pelo cano y bigote.Llevaunacorbatayunospantalonesnegrosdevestir,yporsuportediríaque esalguienimportante.CuandoLandonadviertemipresencia,seacercaamí. —¿Quiénesése?—lepreguntoenvozbaja. —Eseldecano. —Esoeselvicerrector,¿verdad? Miamigoparecepreocupado. —Sí. —¿Qué pasa? ¿Qué dicen? —Intento escuchar la conversación, pero no oigo nada. —Pues…lacosanopintabien.Hahabidomuchosdañosenellaboratoriodonde estaba Zed. Estamos hablando de miles de dólares de desperfectos. Y, además, Zed tienelanarizrotayunaconmocióncerebral.Selohanllevadoalhospital. Empiezaahervirmelasangre.NolehadadoaZedunasimplepaliza.¡Haestado apuntodematarlo! —Además,Hardintiróaunprofesoralsuelo.Unachicaquevaalamismaclase queZedyahafirmadounadeclaraciónenlaquedicequeHardinibabuscándolo.La cosapintamuymal.KenestáhaciendotodoloposibleparaevitarqueHardinvayaa lacárcel,peronosésiseráposible.—Landonsuspiraysepasalosdedosporelpelo —.LoúnicoqueevitaráqueloencarcelenesqueZeddecidanopresentarcargos.E, inclusoasí,nosésiseráposible. Lacabezamedavueltas. —Expulsión—oigodeciralhombredepelocano,yKensefrotalabarbilla. «¿Expulsión?»¡NopuedenexpulsaraHardin!Diosmío,estoesundesastre. —Esmihijo—diceKenenvozbaja,yyomeacercoahurtadillasaellos. —Lo sé, pero atacar a un profesor y destrozar bienes de la universidad no es ningunatontería—reponeelhombre. MalditoseaHardinysutemperamento. www.lectulandia.com-Página498 —Estoesundesastre—ledigoaLandon,yélasientehoscamente. Quierotirarmealsueloyecharmealloraro,mejoraún,quieroentrarenlacelda donde está encerrado Hardin y darle un puñetazo en toda la cara. Pero ninguna de esasdoscosasvaaayudar. —¿YsihablasconZedylepidesquenopresentecargos?—sugiereLandon. —Hardinsevolveríalocosiseenteraradequemeheacercadoaél. Aunquenodeberíahacerlecaso.Élnomelohaceamí. —Losé—respondeLandon—,peronosemeocurrequémássugerir. —Supongoquetienesrazón.—MirodenuevoaKenymevuelvoendirecciónal pasillo,haciaellugardondeestáHardin. Élesmiprincipalprioridad,peromesientofatalporloquelehahechoaZed,y esperoqueelchicoestébien.Talvezsivoyahablarconélpuedaconvencerlodeque nopresentecargos.Esoalmenoseliminaríaunproblema. —¿Sabesaquéhospitallohanllevado?—lepreguntoaLandon. —CreoquemehaparecidooírqueestabaenelGrandview. —Vale.Bien,iréallíprimero. —¿Quieresqueteacerqueatucoche? —Mierda.MehatraídoHardin. Landonsemetelamanoenelbolsilloymeentregalasllavesdelsuyo. —Toma.Conduceconprecaución. Sonríoamimejoramigo. —Gracias. No tengo ni la menor idea de qué haría sin él pero, puesto que va a marcharse pronto, supongo que tendré que averiguarlo. Me entristece pensarlo, pero aparto la ideademimente;ahoranopuedopararmeapensarenlamarchadeLandon. —YoiréahablarconHardinparacontarleloqueestápasando. —Graciasotravez.—Ledoyunfuerteabrazo. Cuandollegoalapuerta,lavozfuriosadeHardinretruenaporelpasillo. —¡Tessa!¡Niseteocurrairaverlo!—grita. Hagocasoomisoyabrolapuertadoble. —¡Lodigoenserio!¡¡¡Tessa!!!¡Vuelveahoramismo! El aire frío amortigua su voz cuando salgo. ¿Cómo se atreve a decirme lo que tengo que hacer de esa manera? ¿Quién se ha creído que es? Está hecho un asco porque es incapaz de controlar su temperamento y sus celos. Estoy intentando ayudarlo a solucionar esto. Tiene suerte de que no le haya dado un guantazo por haberrotosupromesa.Joder,esdesesperante. CuandollegoalhospitalGrandview,lamujerenelpuestodeenfermeríaseniegaa proporcionarmeinformaciónsobreZed.Nomeconfirmasiestáaquínisihavenido enalgúnmomento. www.lectulandia.com-Página499 —Esminovio,ynecesitoverlo—ledigoalajovenrubiadebote. Haceungloboconelchicleyseenroscaunmechóndepeloeneldedo. —¿Tunovio?¿Elchicollenodetatuajes?—Seechaareír,estáclaroquenome cree. —Sí. Ése mismo —digo en tono severo, casi amenazador, y me sorprende lo intimidantequepuedollegarasonar. Pareceserquefunciona,porqueseencogedehombrosymeindica: —Poresepasillo.Eslaprimerapuertaalaizquierda—ysemarcha. Bueno, no ha sido tan difícil. Debería mostrarme así de contundente más a menudo. Sigo las instrucciones que me ha dado y llego a la primera puerta a la izquierda.Estácerrada,demodoquellamodespacitoantesdeentrar.Esperoqueno sehayaconfundidodehabitación. Zed está sentado en el borde de la cama del hospital. Sólo lleva puestos unos vaquerosyunoscalcetines.Sucara… —¡Diosmío!—exclamosinremedioalverlo. Yasabíaqueteníalanarizrota,perosuaspectoesespantoso.Latienetotalmente hinchada, y los dos ojos morados. Su pecho está cubierto de vendajes. Sólo el conjuntodeestrellasquellevatatuadasdebajodelaclavículaestádescubiertoysin cortes. —¿Estásbien?—preguntoacercándomealacama. Esperoquenoestéenfadadoconmigoporhabervenidoaquí,alhospital;alfiny alcabo,todoestoespormiculpa. —Nomucho—contestatímidamente. Exhalahondoyseatusaelpeloantesdeabrirlosojos.Acontinuacióndaunas palmaditassobrelacamaasuladoymeacercoparasentarmejuntoaél. —¿Quierescontarmeloquehapasado? Zedmemiraalosojosconlossuyosdecolorcarameloyasiente. —Yo estaba en el laboratorio, no en el que estuvimos el otro día, sino en el de tejidosvegetales.Derepentehallegadoysehapuestoadecirmequemealejaradeti. —Y¿quéhapasadodespués? —Le he dicho que no le perteneces y me ha estampado la cabeza contra una barrerademetal. Meencojodedoloraloírloyversunariz. —¿Lehasdichoqueteacostasteconmigo?—lepregunto,sinsabersicreérmelo ono. —Sí, se lo he dicho. Y lo siento muchísimo, pero tienes que entender que me estabaatacando,ysabíaqueésaeralaúnicaformadedetenerlo.Mesientocomoun capulloporhaberdichoeso,losientomucho,Tessa. —Meprometióquenoteharíanadasimemanteníaalejadadeti—ledigo. —Bueno,puespareceserquehavueltoaromperotradesuspromesas—replica señalandosunariz. www.lectulandia.com-Página500 Me quedo callada un minuto intentando reproducir la pelea en mi mente. Estoy furiosaconZedporhaberledichoaHardinquenosacostamosjuntos,peromealegro dequelohayaadmitidoysehayadisculpado.Noséconcuáldelosdosestoymás enfadada.EsdifícilenojarseconZedcuandolotengoaquíallado,contantaslesiones pormiculpa,yapesardeesosiguemostrándoseamableconmigo. —Lamentoqueestosigasucediendopormiculpa—leaseguro. —Noesculpatuya.Esmía,ydeél.Élsólotevecomounaespeciedepropiedad, ymesacadequicio.¿Sabesquémedijo?Que