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SUTILES INVERSIONES URBANAS Un proyecto para la recuperación del Centro Histórico de Salvador Olivia de Oliveira UPC Pasados 22 años de su precipitada salida de la ciudad de Salvador de Bahía, después del golpe militar de 1964, Lina Bo Bardi volvió a esta ciudad, invitada por el ayuntamiento, para desarrollar un proyecto de restauración del Centro Histórico. En esa época el Centro Histórico de Salvador acababa de ser declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO y era considerado uno de los conjuntos urbanísticos y arquitectónicos más importantes de todo el continente americano. El área que se debía recuperar era bastante vasta y reunía un conjunto de plazas, calles, edificios, y un gran número de iglesias y museos con características arquitectónicas, históricas y paisajísticas relevantes, datados del siglo XVIII al fin del siglo XIX. Sin embargo, los propietarios y la burguesía que en otra época vivieron allí se habían desplazado a los barrios más nuevos de la ciudad, de manera que el antiguo centro se encontraba en estado de abandono y ocupado por una población de ingresos muy bajos que vivía en condiciones de extrema precariedad. El Centro Histórico, progresivamente degradado y socialmente marginado, contaba con un 30% de inmuebles en ruinas o semiruinas. Ese era el cuadro que Lina tenía que revertir. Twenty-two years after her hasty exit from the city of Salvador de Bahia, after the military coup of 1964, Lina Bo Bardi returned to the city, after being invited by the city council to develop a restoration project for the historical city centre. At that time, the historic centre of Salvador had just been declared a World Heritage Site by the UNESCO and was considered one of the most important architectural and urban sites in the Americas. The area to be revitalised was quite extensive and held a series of squares, streets, buildings, and numerous museums and churches with architectural and historical features and important scenic areas, dating from the eighteenth century to the end of the nineteenth century. However, landowners and the bourgeoisie that had lived there earlier on had moved to the city’s newer neighbourhoods, so that the centre was in a neglected state and occupied by a very low-income population living in extremely precarious conditions. The historical centre had become progressively degraded and socially marginalized; 30% of its buildings were in ruins or semi-ruins. That was the picture that Lina had to reverse. Perspectivas urbanas / Urban Perspectives #10 24 Olivia de Oliveira A los ojos de Lina, ese cuadro desastroso y esencialmente político —»un terremoto voluntario»— sólo se podía cambiar con una intensa participación popular integrada a una producción académica. La intervención en el área urbana del Centro de Salvador se haría mediante la recuperación cultural, con la creación de algunos centros de arte, cultura y ocio. Es importante recordar que entre 1958 y 1964, periodo en que Lina había actuado en Bahía, Salvador vivía un excelente periodo cultural en el ámbito de las artes, el teatro, el cine, la música, la danza y la literatura. En esa época, Salvador era un frente nacional popular, fruto de un gran movimiento popular y de un excelente cuerpo universitario que supo enlazar la tradición académica con la tradición popular y negro-africana. Lina fue un personaje clave para ese proceso cultural participativo. Ella fue una pieza fundamental para la formación de una generación de artistas, principalmente gracias al trabajo que llevó a cabo como fundadora y directora del Museu de Arte Moderna e de Arte Popular en el Solar do Unhão. Más que un simple museo, desde allí se dirigían esfuerzos para crear un movimiento cultural contemporáneo vinculado a la tradición del estado de Bahía. Claramente, la ciudad no podía volver a ser la misma ciudad de los años 60, pero la meta era encontrar su vocación de vanguardia y recuperar la tradición del centro como lugar de convivencia e intercambio socio-cultural, tarea que Lina comparaba con una brigada de reconstrucción de posguerra. Efectivamente, el estado ruinoso del Centro Histórico de Salvador le hacia recordar la experiencia vivida en Italia durante la guerra. Además, esa no era la primera vez que se le presentaba la ardua tarea de recuperar ruinas. Únicamente en Salvador, Lina ya había hecho una intervención en el Teatro Castro Alves, incendiado pocos días antes de su inauguración, en 1958, y en el Solar do Unhão, donde instaló un museo. En São Paulo, acababa de concluir la recuperación de una antigua fábrica de tambores, transformada en centro cultural y de ocio, el Sesc Fábrica Pompéia. De hecho, el año de inicio de recuperación del centro histórico coincidía con la conclusión de los trabajos de restauración del Sesc Pompéia. El proyecto para el Centro Histórico sería, en cierta manera, una continuidad del proyecto que Lina desarrolló en el Sesc Pompéia, donde la antigua fábrica había sido convertida en un verdadero falansterio y donde Lina subvirtió la imagen penosa del trabajo, aliada al ocio y al placer, y no en su opuesto. Un plan de acción Según Lina, «existen dos tipos de restauración de monumentos, de centros históricos y hasta de ciudades enteras: la ‘recuperación’ de obras y de ciudades en sí mismas (es decir, como obras de arte), o la recuperación del hecho humano, que supera la obra de arte como ‘objeto’ y piensa en los hombres que la construyeron, a los que en ella vivieron, a los que podrían continuar viviendo en ella actualmente, no sólo como ‘memoria’, sino como ‘continuidad histórica’. Es la restauración rigurosa más el ‘plan director’, en el sentido moderno de la palabra, que no sólo permite la recuperación de las obras como ‘objeto’, sino que inventa una nueva vida para ellas a través de la vida del Hombre, de su humanidad».1 Esa segunda opción es la que guiará su intervención. Lina Bo Bardi propone un modelo-piloto de preservación del patrimonio existente con el objetivo de recuperar la vocación tradicional del centro de la ciudad como punto de encuentro, de trabajo, de residencia y ocio de la población. Una de las condiciones primordiales de su intervención era mantener la población en su lugar, posibilitando el compaginar trabajo y residencia para mejorar su calidad de vida. Lina traza un plano general de intervenciones, que define una zona de actuación que va desde el Pelourinho hasta la Praça da Sé, y que se extiende hasta la Praça Castro Alves. En el interior de esa zona, localiza, en puntos estratégicos, los inmuebles que se debían transformar para acoger un programa de interés artístico-cultural: un teatro, un cine, una fundación y dos centros de estudios e intercambio cultural con Benin y Cuba, además de la sede para el pasacalle africano del carnaval, y el Grupo Cultural de Olodum,2 con sede, desde inicios de los años 1,2 BO BARDI, Lina. Evora, os povos e as artes. Pequena comunicação sobre restauro na arquitetura na Bahia. (setiembre 1989, Évora) Manuscrito y anexo. São Paulo: Arquivo Instituto Lina Bo e P. M. Bardi. Figura 1 Centro Histórico de Salvador ochenta, en la Rua do Maciel, un conocido punto de prostitución de la ciudad. Propone la democratización de las plazas, con la retirada de todo el tráfico de vehículos y estacionamientos, para devolverlas al peatón. La zona situada entre la Praça da Sé, Terreiro de Jesús, Largo de São Francisco hasta el Pelourinho se iba a tratar como una única y grande área de estímulo a la reunión y libre movimiento de las personas que andaban a pie. Diferentes elementos animarían el conjunto de esos espacios: bares, tenderetes, un tren de carritos de palomitas de maíz, de algodón de azúcar y bebidas, un caminito para la calesa que uniría las plazas y, en fin, una cascada al aire libre. No encontramos ni nostalgia ni sentimentalismo por parte de Lina, puesto que esos elementos efímeros y aparentemente de poca importancia son fundamentales para definir el lugar y para que pudiera ser totalmente contaminado por ese movimiento lúdico, popular y vital. Al modo de ver de Lina, esa forma de actuar lanza una crítica clara a un cierto modo de intervenir, 3 4 5 6 absolutamente estéril e inadecuado. «De nada sirve pintarlo todo bien bonito y llenar todo el centro de boutiques para turistas, porque el pueblo, que es el alma del lugar, se va».3 Lina afirma que, en cualquier lugar, la preservación del patrimonio histórico debe tomar en consideración, sobretodo, el significado social del monumento. Lo más importante es preservar el alma popular y todo lo que sea significativo en ese sentido, tanto si es antiguo o moderno. «En Roma —declara Lina— los racistas derribaron la verdadera historia popular». Y sigue: «Cuando la oposición toma el poder, pasa a utilizar lo popular como folclore».4 Es la distorsión o la cooptación de la producción cultural. Tenemos que tener en cuenta que esto ocurrió en Brasil y en todos los países del mundo sometidos a regímenes autoritarios. La estilización de las formas de expresión popular es una forma de retirar lo auténtico y significativo que hay en ellas, transformándolas en un mero espectáculo para el deleite de las elites.5 Que quede claro: las expresiones populares le interesan a Lina en cuanto posibilidad de autocrítica colectiva. Ve en ellas una fuerza capaz de «curar» una situación, según ella, enferma. Es necesario resistir y desafiar al Occidente «canceroso» de la civilización y del progreso. Su trabajo es «táctico» en el sentido definido por Michel de Certeau, es decir, que actúa dentro del «campo enemigo», «clandestinamente», procurando minarlo y subvertirlo en su propio orden. La táctica es el arte del débil, su último recurso: aquello que se introduce por sorpresa en un orden. La característica de la táctica es que actúa mediante desvíos. Contrariamente a las estrategias tecnocráticas, que son capaces de «producir, levantar los mapas e imponer», las tácticas solamente pueden «utilizar, manipular y alterar» lo existente. Desvían el orden efectivo de las cosas para fines propios.6 Lina creía que Brasil poseía una gran inteligencia popular, y esa era la base que podría llevar a crear un verdadero poder de resistencia. Y, justamente, en el contexto del Centro Histórico, Lina declara: «El Pueblo de Bahía es ‘Antiguo y Moderno’, es Esa organización negra realiza un importante trabajo social junto con la comunidad , tanto en la defensa de sus derechos y en la lucha contra el racismo y la opresión, como generando puestos de trabajo o ofreciendo diversos cursos diversos para niños y adolescentes, en su Escola Criativa do Olodum. BO BARDI, Lina. Cit. en: «Arquiteta propõe mudança no quadro cultural de Salvador». Tribuna da Bahia (24/04/1986, Salvador) Ídem. Ídem. 25 www.etsav.upc.es/urbpersp Sutiles inversiones urbanas Perspectivas urbanas / Urban Perspectives #10 26 Olivia de Oliveira ‘Internacional-Popular’ y sus invenciones no tienen nada del aroma rancio de la Colonia».7 A diferencia de São Paulo, que, al modo de ver de Lina, ya había tergiversado la cultura autóctona y estaba demasiado comprometido con la modernización industrial y la cultura de masa importada, el Nordeste brasileño todavía poseía una fuerte reacción derivada de su fuerte tradición arcaica y popular. Lo que le interesaba era facilitar todo lo que constantemente era relegado a un segundo plano, olvidado o rechazado por la «civilización», a fin de garantizar el equilibrio de esa mezcla. En el Sesc Pompeia, estaba bien claro: lo antiguo y lo nuevo, lo artesanal y lo industrial, lo pequeño y lo grande, lo simple y lo complejo se trabajaron de manera que uno no se imponía a lo otro. Así muchos elementos propuestos para el Sesc —impregnados en el imaginario de Lina desde su experiencia en el Nordeste, de las fiestas, de los cultos, de las tradiciones populares— se repiten en el Centro Histórico. El trenecito de carritos proyectado para el Sesc ganaría las calles antiguas de Salvador, «una idea dedicada a todos —diría Lina— a niños, y a no tan niños».8 Los «huecos de las cavernas» del bloque deportivo se multiplicaban en el Teatro Gregório de Mattos y en el Restaurante Quati; la alfombra de piedras coloridas, realizada en un principio para el Sesc, se colocó delante de la Praça Cruzeiro de São Francisco. Efectivamente, no parece haber ninguna distinción entre las dos «ciudadelas». Uno de los temas primordiales desde los primeros croquis, tanto para el Sesc como para el Centro Histórico de Salvador, era el movimiento y la circulación de las personas. El movimiento del cuerpo viene asociado al movimiento líquido. En el Sesc, desde los primeros diseños, diversas pasarelas ondulan por todo el edificio, reafirmando el movimiento del agua presente en todo el conjunto, como si todo él fuese líquido. Esas pasarelas, como cataratas, se deslizan de arriba a abajo, dentro de los cobertizos, y siguen la corriente 7 del río, a través de las calles entre los cobertizos, que acaban desembocando en una gran piscina al aire libre. Recordemos que, aunque la piscina nunca se llegó a construir, más tarde Lina bautizó este lugar con el nombre de «playa».9 La «ciudadela» nace de aquellos movimientos de deriva entre los pabellones de la antigua fábrica. Recordemos que la consideración del movimiento será uno de los principales puntos reivindicados en el seno del debate arquitectónico promovido por el Team 10: Una ciudad, para serlo realmente, debe tener un ritmo compuesto basado en muchos tipos de movimientos, humanos, mecánicos y naturales. El primero, paradójicamente, se suprime; el segundo, tiránicamente, se acentúa, y el tercero es inadecuadamente expresado. […] Preocuparse por el peatón significa preocuparse por el niño. Una ciudad que desestime la presencia del niño es un lugar pobre. Su movimiento será incompleto y opresivo. El niño no puede redescubrir la ciudad a menos que la ciudad redescubra al niño.10 Agua y niño son dos palabras que andan de la mano en el imaginario de Lina. Son innumerables las referencias a estas dos palabras encontradas en los textos. La obra: el «Rio São Francisco» sirve para que los niños jueguen a pescar; la ducha al aire libre y la gran rueda de agua refrescan los días calurosos, y se diseñan en movimiento, con niños divirtiéndose en plena plaza pública del Centro Histórico de Salvador. «La cascada en la plaza es una imagen propia del Nordeste —dirá Lina— es el baño en la cascada Cachoeira da Mata Grande donde vive el Pai Xangô.11 El agua como elemento lúdico y fertilizante, que purifica y da vida. Sin embargo, cuando Lina se refiere a una divinidad afro-brasileña, indica el sentido mítico o «metafórico» de esa cascada. Xangô es una de las CERTEAU, Michel de. A invenção do cotidiano. Vol. 1 Artes do Fazer. Trad. Ephraim Ferreira Alves. 2ª ed. Petrópolis: Vozes, 1996. Pág. 100. 8 Cf. FERRAZ, Marcelo Carvalho (ed). Lina Bo Bardi. 1ª ed. São Paulo: Instituto Lina Bo e P. M. Bardi, 1993. Pág. 272. 9 FERRAZ, Marcelo Carvalho (ed). Lina Bo Bardi. Op. cit. Pág. 272. 10 DE OLIVEIRA, Olivia. Lina Bo Bardi. Sutis Substâncias da Arquitetura. São Paulo: Romano Guerra y Gustavo Gili editores, 2006. Pág. 201. 11 Aldo Van Eyck En: SMITHSON, Alison (ed). Team 10 primer. Op. cit., p. 19. divinidades más populares de las que se rinde culto en el Candomblé del Nordeste, sobretodo en Salvador y en Recife. Como personaje histórico, Xangô fue un rey temido por su carácter violento, pero admirado por su profundo y constante sentimiento de justicia: castiga a los mentirosos, a los ladrones y a los malhechores. Ese carácter justiciero y reparador podría ser una metáfora evocada por las cascadas de Lina: el agua «protectora». Para ella el elemento líquido está siempre relacionado con la vida. En el proyecto de Lina, todo el conjunto del Centro Histórico estaría contaminado de referencias a elementos propios del Candomblé, religión tradicional negro-africana, sembrada en Bahía. Es cierto que uno de los objetivos de la restauración del Centro Histórico era justamente el de recuperar las raíces de tradición popular, básicamente negras. El propio programa para las intervenciones creaba un claro diálogo con esa tradición: Casa do Benin en Bahía, Casa de Cuba, Restaurante Africano, Casa do Olodum, Fundação Pierre Verger. Lina quería reforzar ese diálogo en cada una de sus intervenciones. En su actitud resuenan los ideales situacionistas, en la teoría de la deriva de Guy Debord y en el urbanismo unitario de finales de los años 50, que crearon las bases de una civilización lúdica y constructiva. De hecho, lo sagrado o mítico, parece ser, en aquellos años, metáfora del juego y del azar, como campo de lo «humano»; no sometido a lo funcional o a lo presente. No es una casualidad que muchos intelectuales y artistas estuvieran investigando las costumbres de las comunidades «primitivas», donde la religión tiene como función primaria la protección y la preservación del bienestar colectivo. Para los situacionistas, el juego era una representación concreta de la lucha por una vida a la medida del deseo, donde el elemento de competición, relacionado con todas las otras manifestaciones de tensión entre los individuos, sería abolido, dando lugar a una concepción mucho más colectiva. La creación común de los ambientes lúdicos escogidos y la abolición de la distinción entre el juego y la vida cotidiana era la principal meta de la Internationale, puesto que el hecho de atribuir un valor al juego se entendía dentro de un contexto ideológico claramente definido. Esas construcciones colectivas contribuirían a la ruina de una sociedad burguesa, actuando como crítica y subversión completa de los ideales burgueses de placer. El carácter mítico de esos lugares se enlazaría como un tiempo que no es ni homogéneo ni lineal, contrario a la duración profana y utilitaria. Ese tiempo puede ser detenido de manera periódica con la inserción, mediante ritos, de un templo sagrado, nohistórico, igual al tiempo del juego. De esa manera, en esos lugares míticos o lúdicos, el tiempo deja de transcurrir, ya no se puede medir en los relojes, para dar lugar a un tiempo presente —Jetztzeit— que pertenece a la vida. Recordando Benjamin: «(...) la conciencia de hacer saltar el continuum de la historia es propia de las clases revolucionarias en el instante de su acción».12 El Cruzeiro de São Francisco, atrio de la Igreja de São Francisco, uno de los monumentos más importantes del Barroco Brasileño, por ejemplo, es tratado como un espacio ceremonial. El Cruzeiro de São Francisco, se extiende hasta el Terreiro de Jesus, como una gran alfombra de granito color ceniza, con incrustaciones de piedras blancas, rojas y azules, referencia a los colores de la bandera de Bahía. Se trata de un suelo inspirado en las antiguas catedrales e iglesias de Europa y Oriente medio. Sin embargo, este suelo también fue pensado como «una imagen poética de la tradición Nordestina y bahiana de cubrir el suelo de las calles con hojas y flores, que el Pueblo inventa en las fiestas y procesiones, en el Candomblé y en las iglesias.»13 Es un atrio, pero al mismo tiempo, un «terreiro», es decir, lugar de celebración del culto al Candomblé¸ como explica Lina, un lugar reservado a las «representaciones especiales». Lo culto y lo popular, lo lúdico y lo religioso se celebran en un único y mismo lugar. Terreiro como escenario para ceremonias, ágora, teatro público y popular, como tantas otras veces Lina tuvo ocasión de proponer, con ejemplos como 12 BO BARDI, Lina. Sesc Pompéia. Calha grande do edifício esportivo.Conferencia. (São Paulo: Arquivo Instituto Lina Bo y P. M. Bardi., 11/12/1985.) 13 BENJAMIN, Walter. «Sobre o conceito de história». En: BENJAMIN, Walter. Magia e técnica, arte e política. Trad. Sérgio Paulo Rouanet. São Paulo: Brasiliense, 1986 (1939-40). Págs. 222-232. 27 www.etsav.upc.es/urbpersp Sutiles inversiones urbanas Olivia de Oliveira Perspectivas urbanas / Urban Perspectives #10 28 Figuras 2 y 3. Fundação Gregório de Mattos. Fotografías Nelson Kon. los teatros del Sesc Pompéia, del Masp, del Teatro Oficina o, como veremos más adelante, del Teatro Gregório de Mattos, todos pensados como terreiros. Se trata de una idea oriunda de una cita de Le Corbusier, que Lina recuerda con las siguientes palabras: «Teatro que sale a las plazas, las calles, que invade la ciudad. Sillas y muebles que salen de las casas, y gente, hombres, mujeres, niños, todo un pueblo que inspiró, en 1936, a Le Corbusier, cuando visitaba Brasil, en una famosa carta al Ministro Gustavo Capanema: Señor Ministro, no mande construir Teatros con escenarios y butacas: deje a las Plazas, las Calles, lo verde, libres. Mande únicamente construir «des treteaux» de madera, abiertos al Pueblo y el Pueblo Brasileño los ocupará, «improvisando», con su elegancia natural y su inteligencia».14 Fundação y Teatro Gregório de Mattos El edificio donde está instalado el Teatro ya había sido anteriormente un lugar de espectáculo. Durante años, había abrigado el «Tabaris Night Club», un reducto de los intelectuales y de la bohemia bahiana. Lina Bo Bardi aprovecha toda la estructura antigua del edificio, adaptando los espacios de servicio a las nuevas necesidades e insertando solamente algunos elementos: la escalera, el bar y el ventanal agujereado. La planta baja es un amplio espacio destinado al hall de exposiciones. El primer piso es idéntico a la planta baja, pero está destinado al teatro, concebido como un lugar vacío, sin butacas fijas, solamente cuenta con un tablado de madera. Para la inauguración del teatro, se decoraría todo el espacio como si se tratase de una fiesta iniciativa tradicional de un terreiro. Se cubrió el suelo con hojas y símbolos que evocaban a Orixás propios en ese tipo de culto. Incluso se decoró la escalera como si se tratase de un ixé – el poste central, que en los santuarios yorubanos representa la sustentación del cielo en la tierra, centro del espacio de culto y de las fiestas religiosas, alrededor del cual se realizan las danzas y otras manifestaciones ceremoniales en sentido de rueda. El Ixé, según la tradición del terreiro, es el local donde se encuentra el axé principal, verdadero ombligo de un cuerpo, ya que es a través de él que los orixás descienden y entran en contacto con el axé comunal. El axé es el símbolo más importante de creación en el Candomblé. Haciendo coincidir la escalera con la imagen de un ixé, Lina acentúa aún más el poder expresivo de esa extraordinaria escalera, que se derrama en el interior del edificio, 14 En: FERRAZ, Marcelo de Carvalho (ed.) Lina Bo Bardi, Op. cit., Pág. 272. una alusión más a aquel movimiento líquido y vital citado anteriormente. No es fruto de una casualidad que se escogiera un color rojo sangre para pintar el alma de la escalera. En las arquitecturas de Lina, las escaleras siempre ocupan un lugar especial y predominante. Constituyen un lugar en sí, así como todos los elementos de transición de su obra: rampas, pasarelas, columnas, entregas, muros, patios, vacíos y dilataciones espaciales. Pensemos en las pasarelas del Sesc Pompéia, o en la gigantesca luz del Masp. Muchas veces, sus edificios están marcados por fuertes ejes verticales que dominan el espacio circundante, y es cierto que la alegría de vivir que emana de toda su arquitectura coincide con el carácter festivo presente en los mástiles del Candomblé, en los paus-de-sebo o paus-de-fita15 de las fiestas populares. Lina utiliza todos estos dispositivos para eliminar las distancias y las aparentes oposiciones, actitud que encuentra una clara correspondencia con las formulaciones de Aldo Van Eyck sobre el sentido de transición que deberían tener los edificios y cuya base conceptual —vale la pena recordarlo— también tenía raíces en la África Negra y en su experiencia antropológica con el pueblo Dogon. En su texto titulado «El umbral», Van Eyck habla de una reconciliación y un intercambio entre polaridades en conflicto y lanza una crítica a los arquitectos que no perciben esa necesidad de transición.16 El umbral dejaría de ser un simple marco o una línea, sería un intervalo, un lugar que es pretexto para que ocurran cosas: del mismo modo las escaleras, las pasarelas, los vacíos y todos los lugares de transición de los edificios de Lina. Tanto en la obra de Lina como en la de Van Eyck, todos los lugares de paso —inbetween spaces— sufren una dilatación y se conciben como lugares para una «ocasión». Esos lugares asumen un sentido ambiguo, que es, al mismo tiempo, una cosa y otra, arriba y abajo, grande y pequeño, pasado y presente, mundo de los vivos y mundo de los muertos, sagrado y lúdico, sueño y razón. Lugar sincrónico, donde el tiempo se colapsa. La reforma del Teatro Gregório de Mattos formaba parte de un proyecto mayor, sin concluir, para todo el barrio de la Barroquinha. Contiguos al teatro, se realizaron el Cine y el Cine-club Glauber Rocha, con una torre de proyección de películas al aire libre y el Bar Cacique, situado en la plaza de acceso al teatro. Además, también incluía el proyecto de recuperación de las ruinas de la Iglesia Nossa Senhora da Barroquinha como espacio de trabajo comunitario, la recuperación de las ruinas de un caserío para uso residencial y comercial y la creación de una plaza dedicada a la tradicional feria de hierbas aromáticas y medicinales. Sabemos que en la entrada de la Fábrica da Pompéia también se había pensado crear un jardín de hierbas aromáticas y medicinales, relacionadas a las prácticas populares curativas. En el Centro Histórico, ese jardín o feria debía instalarse en la plaza situada detrás de la Casa do Benin, aunque nunca se realizó. Además, en los años 60, también en Salvador, Lina había concebido un jardín de «hierbas aromáticas y olorosas», que cubriría toda la cuesta de los arcos situados bajo la actual Avenida do Contorno, detrás del Solar do Unhão. Todos esos ejemplos de «jardines medicinales» confirman lo que ya se ha comentado respecto a cascadas y a escaleras: el carácter protector y curativo que emana de esos dispositivos. Una «terapia intensa», en palabras de Lina.17 15 Texto traducido de: BO BARDI, Lina. «Pequena comunicação sobre restauro na arquitetura na Bahia». (Setembro, 1989. Évora, Portugal) São Paulo: Arquivo Instituto Lina Bo y P.M. Bardi. (las partes subrayadas son de Lina). 16 Baile en torno a un poste en el que hay colgadas varias cintas coloridas que, con la danza de los bailarines, se entrelazan, formando enredos. (Nota de la traductora). 17 VAN EYCK, Aldo. «Encontro de Otterlo», 1959. En: SMITHSON, Alison (ed). Team 10 primer Buenos Aires: Nueva Visión, 1962. Pág. 43. 29 www.etsav.upc.es/urbpersp Sutiles inversiones urbanas Olivia de Oliveira Perspectivas urbanas / Urban Perspectives #10 30 Figura 4 Casa do Benin. Fotografía de Nelson Kon. Conjunto do Benín El conjunto do Benín fue ideado por el etnólogo Pierre Verger para consolidar los lazos etnográficos con aquella nación africana, de donde se trajo el mayor contingente de esclavos para el estado de Bahía, resguardando la memoria y la tradición africana en el país. Allí se articularía un centro de estudios y de intercambio cultural, un restaurante y la residencia del representante de Benín. El antiguo edificio, datado del siglo XIX, y casi totalmente demolido por un incendio en 1983, ya se había reformado anteriormente con una estructura en hormigón que reproducía la disposición de la estructura de madera. En su intervención, Lina Bo Bardi aprovechó parte de la estructura heredada de la anterior reforma y recubrió las columnas con hojas de coquero trenzadas, como en las arquitecturas de barro de Benín. Aquí instala la Casa do Benin, el centro de estudios propiamente dicho, con un área para exposiciones. Los pisos superiores se destinaron a exposiciones temporales, a conferencias, y a una residencia para estudiantes e investigadores africanos en programa de intercambio cultural. Toda la reforma se realizó con elementos premoldeados en hormigón armado, utilizados también en las demás intervenciones realizadas en el Centro Histórico de Salvador: escaleras, paredes divisorias, losas y muros de contención. Al lado, otra edificación acoge la Casa del representante de Benín en Bahía. Es justamente allí Brasil y África se «juntan» donde encontraremos una concentración de todos aquellos dispositivos lúdicoreligiosos que hemos evocado anteriormente. En el patio que une las dos casas, donde se instala un restaurante de comida africana, una enorme cascada brota sobre un espejo de agua. En el centro de este patio, en medio de un oasis de coqueros, una construcción de barro y techo de paja evoca ciertos tipos de construcción rural africana. Una escalera «líquida», una chimenea y el jardín de la Pracinha das Flores completan el conjunto. Fusión de tiempo y espacio: sea aquí, en Bahía, o en África. 31 www.etsav.upc.es/urbpersp Sutiles inversiones urbanas Figura 5. Cuesta de la Misericordia. Fotografía Nelson Kon. La cuesta de la Misericordia La cuesta de la Misericordia se concibió para ser un proyecto piloto y orientador de la manera de intervenir en el conjunto arquitectónico del Centro Histórico de Salvador. «El Centro Histórico de Bahía es, no la preservación de las arquitecturas importantes, (como en el estado de Minas)18 sino la preservación del Alma Popular de la Ciudad. En pocas palabras: el plan debe ser ‘socioeconómico’, para no repetir los errores de conocidos interventores en ciudades ilustres, como Roma, Bologna, Venecia e innumerables rincones maravillosos del Viejo Mundo que cambiaron la base social de Regiones enteras, con el desplazamiento de habitantes de toda la vida para ser sustituidos por media-clase-media.»19 La intervención, que engloba cinco parcelas, cuatro ruinas de caseríos del siglo XVII y un terreno baldío, vendría a ser una «maqueta viva» de la propuesta general de intervención en el Centro. Se ha escogido la cuesta como laboratorio por el hecho de incluir los tres tipos de situaciones recurrentes en toda el área derribada: casas semidestruidas, con peligro de desmoronamiento, ruinas y terrenos baldíos. Se escogió esta área por estar esas casas deshabitadas y para poder evitar la traumática transferencia de habitantes. En ese espacio se crearían seis nuevas áreas residenciales, un restaurante y un bar a cielo abierto, en terreno baldío rehabilitado. La base de la proyección era idéntica a la que se empleó anteriormente en el Masp o en el Sesc Pompéia: utilizar el «máximo de la técnica contemporánea, manteniéndose fiel a los principios de austeridad y simplicidad.»20 Busca una «simplicidad inteligente», ya que, «para realizar un buen proyecto 18 BO BARDI, Lina. «Terapia Intensiva». En: AU Arquitetura Urbanismo. Nº 18 ( Casa do Benin, Jun/Jul 1988.) Pág. 37. 19 Lina Bo Bardi hace referencia al importante patrimonio barroco-brasileño del estado de Minas Gerais. 20 FERRAZ, Marcelo Carvalho (ed). Lina Bo Bardi. Op. cit. Pág. 270. Olivia de Oliveira Perspectivas urbanas / Urban Perspectives #10 32 Figura 6. Propuesta para la cuesta de la Misericordia. se necesita mucha creatividad y poco dinero», porque el lujo y la ostentación se pudren rápidamente».21 Se concibe toda la restauración del conjunto con elementos premoldeados en argamasa armada, con menor cantidad de hierro y mayor de arena. En la FAEC —Fábrica de Equipamentos Comunitários da Prefeitura de Salvador— realiza paredes divisorias internas, paredes externas plisadas, que actúan como contrafuertes, escalones o losas capaces de cubrir luces de hasta 6 metros, con una tecnología desarrollada por el arquitecto João Filgueiras Lima, más conocido como «o Lelé». Se utilizan contrafuertes en argamasa armada para restituir la estabilidad de las ruinas y de los edificios. Esos elementos estructurales no se esconden: al contrario, se incorporan al conjunto como elementos expresivos. Los forros, los pisos y las escaleras, originalmente de madera, se substituyeron por losas de argamasa armada. Como esa tecnología no necesita un acabado ni un mantenimiento, se gana en rapidez, economía y simplicidad. De esa manera, las casas semidestruidas se transforman en nuevas residencias populares, con una planta baja destinada al pequeño comercio de producción familiar propia. En corto plazo, esos elementos serían factores de revitalización del lugar y, con esa intervención, se esperaba revertir el cuadro de abandono e inseguridad en el que se encontraban. Rápidamente y con total respeto a la población, a lo existente y al pasado, pero, al mismo tiempo, lejos de cualquier nostalgia, Lina le devolvió la vida al lugar. Aquí, la idea de reconstruir el edificio en su supuesto «estado original» no existe: las ruinas ni desaparecen ni se esconden, simplemente se convierten en espacios de vida, trabajo y ocio. Se instalan un bar y un restaurante. Ambos sacan partido de las ruinas, en un actitud clara de faire avec, de construir con lo que se tiene al alcance de las manos; es la cultura de la subsistencia propia de la cultura popular, que sobrevive con unos medios escasos y limitados, en oposición a la cultura del progreso y del consumo. De un lado, el bar «de los 3 arcos», cuyo nombre se refiere a lo que sobró de las ruinas donde se instala. Del otro, el restaurante Coati, concebido como una verdadera ruina, ligándose y dejándose atravesar por la frondosa manguera que había quedado en el lugar. Lina no entiende la relación de la arquitectura con la naturaleza de manera romántica, puesto que una de las características del romanticismo es, según sus propias palabras, una sujeción al «acontecimiento no dominado» enviado por el destino.22 Para ella, el binomio arquitectura y naturaleza es, ante todo, una «declaración de oposición o por lo menos una polémica». El restaurante Coati es una clara 21 Manuscrito para el Sesc Pompéia. s/data. Arquivo Instituto Lina Bo e P. M. Bardi. 3 páginas. 22 BO BARDI, Lina. Cit. En: «Lina Bo bardi fica triste com Salvador». Jornal da Bahia (Salvador. 24/04/1986). 33 www.etsav.upc.es/urbpersp Sutiles inversiones urbanas Figura 7. Restaurante Coati. Fotografía ODO. Figura 8. Restaurante Coati. Fotografía ILBPM. referencia a otra de sus obras en Salvador, la poco antes demolida Casa do Chame-Chame —también atada a un árbol— concebida como un verdadero manifiesto de alerta contra una sociedad de consumo masificada, que desprecia cada vez más su producción local y su valor creativo y transformador.23 Lo «importante —dice Lina— es aprovechar todos los espacios de una Ciudad, pero con un respeto riguroso al Pasado, sin olvidarse nunca que el sentido verdaderamente moderno de una arquitectura es la Libertad (no como un hecho creativo, sino como un hecho político, socio-económico, de la que son premisas primarias).»24 Paradójicamente, a pesar de su completa finalización, las obras de la cuesta de la Misericordia nunca llegaron a inaugurarse y, por falta de recursos, la 23 BO BARDI, Lina. «Contribuição propêdeutica ao ensino da Teoria da Arquitetura». São Paulo, 1957. Pág.16. 24 DE OLIVEIRA, Olivia. Lina Bo Bardi. Sutis substâncias… Op. cit. Pág.150-157. Perspectivas urbanas / Urban Perspectives #10 34 Olivia de Oliveira experiencia no se pudo expandir. La administración municipal que sucedió a la que apoyó el trabajo de Lina Bo Bardi no aceptó la osada propuesta de reformar los caseríos arruinados para que la población carente continuase habitando en ellos. Por lo tanto, el proyecto se dejó de lado e, irónicamente, retornó al estado de ruina. Quedaron en el papel la propuesta urbana que tenía que unir el conjunto de las intervenciones, la nueva sede para la Fundação Pierre Verger, la casa de Cuba en Bahia, la transformación de la Barroquinha y otros dos proyectos que debían realizarse paralelamente a la renovación del Centro Histórico de Salvador, en ciudades gemelas: la Casa da Bahia en Benin y la Casa da Bahia em Cuba. Pocos años después, con el cambio de orientación política en el ayuntamiento de la ciudad, el proyecto de Lina fue definitivamente abandonado: se expropiaron los inmuebles y la población de bajos ingresos fue retirada de manera violenta. El Centro Histórico perdió su carácter residencial para convertirse en un centro comercial destinado básicamente al consumo y al turismo, es decir, todo lo que Lina temía: «Cuando la reacción toma el poder pasa a utilizar lo popular como folclore;25 es la distorsión o cooptación de la producción cultural popular. Debemos 25 26 27 28 recordar que esto ocurrió en Brasil y en todos los países del mundo sometido a regímenes autoritarios. La estilización de las formas de expresión popular es una forma de sacar lo auténtico y significativo que hay en ellas, transformándolas en un simple espectáculo para el deleite de las elites.26 Y continua: «No podemos repetir los modelos de Italia y Francia que desarrollaron proyectos en centros históricos en función del turista y no para las personas que vivían allí.»27 Lina hace esa declaración en abril de 1991 y fallece un año más tarde, sin poder ver lo que ocurrió en Barcelona a partir de ese momento.... Olívia de Oliveira es Doctora en Arquitectura por la Universitat Politècnica de Catalunya, arquitecta radicada em Laussane (Suiza), autora de Lina Bo Bardi Sutis Substâncias da arquitetura (2006) y de la monografía 2G sobre Lina Bo Bardi (2002). Las citas han sido traducidas por la traductora BO BARDI, Lina. «Evora, os povos e as artes.…», Op. cit. BO BARDI, Lina. Cit. en : « Arquiteta propõe mudança… Op. cit. Ídem. Lina Bo Bardi entrevistada por MENGOZZI, Federico. Folha de São Paulo, 18/04/1991.