El pueblo tawahka
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El pueblo tawahka
III. VIDA COTIDIANA A. Relaciones Sociales La e structu ra social de las aldeas co nsiste en redes de fam ilias extendid as. En la a lde a de Yapuwás, por ejemplo, hay tres fa milias princ ipale s (Ortiz, O rdóñez y Sánchez), que se hallan e nlazadas po r matrimonios. 19 Las tres famil ias extendidas son represe ntadas cada una po r un anc iano (doñ~ Ánge la, doña Sebastia na, don Jacinto), y ca si todos los de más habita ntes, o son hijos o nietos de e stos tres individuos, que son los ejes de sus fami lias respectivas, respetados por su experiencia y sabiduría acumuladas. Los he rmanos adultos usualmente construyen sus casas cerca la una de la otra y cerca de la del padre o mad re; así q ue la fami lia exte nd ida se compone de grupos de casas emparentadas. La familia inmed iata Elaboración de un techado con hoja de suita participa e n las actividades cotidia na s que sustentan la casa como Además de las c asas, hay unos pocos edifi cios públ_ic.os e n .l~s al. 1 . 1 lugar e n que se realizan los servtc tos rell gtosos deas La tg esta o e . . h s veces como lugar de reuniones comuna 1es. . sirve tambté n mue a El Estado ahora e stá construyendo escuelas con matena l d~ ce~e;1 mismo estilo convencional que se ve e n e l resto de pats. n to d e lmacenar reYa uwás hay un ed ific io peque ño que se usa para a p . 1 d como el radio de comunic ac ión, e l mo tor . . c ursos de la comu ntc a fuera de bo rda y semillas, Y que sirve también de alo¡amtento te m.. t En Krausirpe hay una clíni ca hec ha de ceme nto, poral para vtSt as . de de . d tro se halla una estruc tura redonda muy gran y más tterra a e n , . d bl es de cemento que será una nueva iglesia catollca c uan o ~e oqu . , El cam po de fútbo l es tambié n un espac to termine la co nstrucc to n. . úblico importante, y los homb res arreglan juegos amtstosos entre PI ·pos de las a lde as. Las aldeas también tienen un atracader~ os equt . d ca ucos de VIprinc ipal , do nde se amarran los pipantes gran es y y unidad e conómica y tambié n apoyan y reci ben apoyo de la familia ¡ extendida . 1. Hijos Desde una temprana edad los niños participan e n las actividades de • la casa, inclusive en la preparación de la comida, la pesca, la trilla y e l cribado del arroz, la recolecc ión de leña, e l c uidado de los he rmanos menores, e l acarreo de agua para beber y e l lavado de la ropa. Su contribución a la economía doméstica es considerable . En Yapuwás ayudan con los c ultivos, do nde los te rre nos agrícolas están c erca de la a ldea y la d istancia es razonable para piernas cortas. 19 los nombres indígenas han sido reemplazados por españoles desde hace mucho tiempo. No hay alguien que recuerde exa ctamente cuándo, pero coincidió con la aceptación del bautismo cató lico, que necesitaba un nombre cristiano. sitas y me rcaderes. -62- -63- Los niños y las niñas toman parte en la mayoría de las actividades Los niños aprenden a jugar, siendo el trabajo y los juegos difíciles do mésticas y agríco las. La divi sión del trabajo según el sexo se ve de di~t~ngu ir. En sus juegos los niños crean muchos de los o bjetos claramente sólo más tarde, en la etapa de la adolescencia. ~ act1v1dades que son parte esencial de las responsabilidades que t1enen que asumir en su edad o cuando lleguen a ser mayores. El La educac ión info rmal que reciben los niños tawahkas de sus fami- sigui ente ejemp lo de trill ar arroz muestra cómo tiene luga r la trans- lias, los prepara no sólo para cumplir roles de los adultos en el fu- misión de responsabilidades de una hermana mayor a una hermana turo, sino que también les da las destrezas que necesitan para con- menor y cómo coincide el trabajo con el j uego. Mari in, de 14 años tribuir al mantenimiento de su familia. Primero, aprenden cómo la hermana mayo r de la famil ia, emplea un mortero y un hacer estas tareas importantes mirando e imitando a otros, sobre grandes de madera para quitar la cáscara del arroz. Es un trabajo todo a sus hermanos mayores. Al mismo tiempo que el hijo mayor duro, pero puesto que su mad re se halla en los últimos meses de y la hija m ayor aprenden las tareas apropiadas directamente de sus su séptimo embarazo, Marlín tiene que hacer muchas de las tareas pad res, los demás hijos aprenden muchas de sus responsabilidades domésticas más duras. prácticas de sus hermanos mayores. Esta costumbre de hijos que majado~ A su lado, su herma- 1 na menor de dos años i está Su hermana mayor le hermanos mayores a hermanos menores, en vez de adultos a niños. 1 1 el borde del mortero, La d isponibilid ad y calidad de la educació n formal varía d e una f enseñan y aprenden se ve también en la esfera de la educación formal. O bservé varia~ veces que una hermana o un hermano ma- yor explicaba las lecciones y completaba los ejercicios de sus hermanos meno res. Con frecuenci a las destrezas son transmitid as de 1 intenta r esta actividad . 1 ayuda a subir hasta donde la niñ ita deja caer el majador, más aldea a otra y de un año a otro. Durante los dos meses que pasé en Yapuwás, se dieron sólo dos días de clases (cada uno por un maestro di stinto), en el edificio provisional que sirve de escuela, iglesia y aula de reuniones comunales. 20 Además de la lectura, la escritura y las matemáticas básicas, enseñadas en una mezcla de m isquito y españo l, la escuela funciona para incorporar a los niños en la dinámica nacional promoviendo fechas patrióticas como el impac iente por grande que ella, en 1 el mortero, l mientras ríe de alegría. La niña ¡ está jugando y apren- ' diendo a la vez, algo 1 1 que dentro de pocos años habrá de ser una día de la Independencia, el 15 de septiembre, además .de intentar de formar su identidad de ciudadanos hondureños. responsabi 1idades do- 20 Es d e es perar que esta situ ación se remedie con la presenc ia d e los maestros q ue está formando el PE BIT. Hasta a ho ra los maestros han sido misquitos o ladinos, co'lla excepción de unos pocos maestros emplricos muy estimados . El PEBIT forma los primeros maestros tawa hkas profesionales. -64- sus [mportantes mésticas . Leonardo (10 años) enseña a su hermana menor (2 años) cómo usar e l mortero y maja para quitar la cáscara del arroz. Daira emplea un canalete de juguete para ayudarle. -65- Se aprende dentro de la familia extendida cuando los nmos "se 2 Organización política d~ las ald~as y la toma d~ decision~s ~n la aldea prestan" a tíos, tías o abuelos para ayudar en tareas específicas. Una tarde en Yapuwás un tío (de parte de la madre) " pidió presta- Los ancianos son respetados como portadores de sabiduría acumu- do" a su sobrino de 1O años para ayudarle a trillar arroz. Cuando lada y son consultados sobre asuntos de importancia para la co- el muchacho terminó, su tío le ofreció pagar por su trabajo, pero el muchacho, según el consejo de su madre, le contestó que sería mejor darle arroz a su familia cuando lo necesitara en el futuro. Además de la destreza que consiguen, esta costumbre de prestar les enseña a los niños la ética de la colaboración y la ayuda mutua. r munidad (como la admini stración de recursos); a veces los llaman para resolver controversias internas. Los anc ianos siguen siendo participantes activos en la vida productiva y política de la comunidad y hacen trabajo físico de importancia económ.i<::e para la aldea. El respeto que los tawahkas sienten por los ancianos no impide, si n En Yapuwás compartir la comida entre casas era muy común, embargo, que les tomen el pelo y jueguen con el los. Don Jacinto, mandaban a los niños con porciones de carne, plátanos delicio- el anciano que los de Yapuwás nombran "el cac ique", se quejaba sos, algunas frutas, o comida preparada, de una casa a otra. Los sólo a medias en broma de que la nueva generación no le trataba ratos que pasan con los parientes de edad avanzada dan una opor- con el respeto que se merecía. tunidad para la transmisión cultural. En Yapuwás un joven dijo que form~ l parecen sabía mucho de las plantas medicinales y que había aprendido la La organizac1on formal y la toma de decisiones mayo ría de esta información haciendo tareas y recogiendo plantas depender cada vez menos de la autoridad de los ancianos y más para su abuela anciana . de las estructuras "modernas" q ue se han desarro llado como las juntas con presidentes, secretarios y tesoreros, establecidas en respuesta a las necesidades y proyectos específicos de la comunidad. A nivel de la aldea, las dec isiones se toman en reuniones formales en grupo, a las que asisten los ancianos, pero en las que todos los adultos pueden participar. En Yapuwás habían colgado un pedazo de metal, restos de maquinaria usada por ladinos para extraer oro del río, q ue servía de campana y su repique señalaba la llamada a reuniones, a la misa, y a la escuela. Hombres y mujeres asisten a reuniones, pero varía la participación dependiendo del tópico. En Yapuwás observé que los hombres tienden a expresar más opiniones en general, sobre todo en asuntos políticos ta les como relac iones con inmigrantes y liderazgo, mien- Leonardo talla un juguete de pipante con su machete de madera de guano, mientras tras que las mujeres muestran más interés en cuestiones de bene- sus hermanos menores comen ca ña de azúcar y juegan en un árbol caldo. ficio material directo, como donaciones del Progr4ma Mundial de -66- -67- Alimentos y un proyecto agrario con A sang Launa. La participación Launa y la FITH. 21 Al regresar se convocó a una reunión pa ra de las mujeres en las decisiones y la organización política parece que él pudiera explicar lo que habían discutido allá . estar aumentando. Puede ser en parte debido al trabajo de organizaciones de desarrollo, las cuales tienen una posic ión en cuanto al 3) Dos veces después del huracán, cuando las do naciones del Pro- sexo que fomenta la participación activa de mujeres en proyectos grama M.undial de Alimentos esta ban disponibles río abajo en patrocinados por las ONG . Es interesa nte notar que el líder actual Wampus1rpe, convocaron a una reunión para obtener gasoli- (1998) de la FITH es una mujer. Algunos tawahkas desc riben el au- na para el motor fuera de borda y así o rganizar un viaje para mento en la participación de mujeres, sobre todo en la agricultura, traer dichas provisiones tan necesarias. Al regresar de cada via- como un regreso a las costumbres más antiguas tradic ionales y di- je convocaban a más reuniones para distribuir las donacio nes equitativamente. cen que el d omi nio de la agricultura por los hombres es el resultado 4) Cuando llega ron a Yapuwás los promotores de proyectos de del contacto con ladinos . recuperació n agrícola después del huracán, fomentados por Las reuniones que observé en Yapuwás y Krausirpe se celebra ron Asang Launa Y el proyecto de cultivo de cacao fomentado por muchas veces como reacción a un estimulo externo, típicamente proyectos o recursos originados fuera de la comunidad . El hecho MOPAWI, convocaron a reunio nes, las que continúan actualmente. de que asuntos estrictamente internos raramente sean temas de re- 5) Cuando rec ibieron en Yapuwás el dinero por parte del FHI S uniones formales sugiere que se resuelven de otra m anera, menos para un proyecto de reconstrucción después del huracán, en el formal . A lgunos ejemplos de reuniones comunales que tuvieron que había trabajado la comunidad, convocaron a una reunión para repartir el pago. ' lugar dura nte los dos meses de mi trabajo de campo fueron los sigu ientes : 6) Al llegar a Yapuwás un nuevo maestro, convocó a una reunión 1) Poco después de llegar a Yapuwás, los habitantes de la aldea para presentarse y pedir la colaboració n de los padres en la educación de sus hijos. convocaron a una reunió n comunal para que yo me presenta- 7) Las pocas reu niones que observé en Krausirpe se relacionaron ra, explica ra mi presencia ahí, pidiera colaborac ión y contes- con el trabajo de ta les organizaciones como Asang Launa, MO- tara a sus preguntas. (Eso probablemente no habría ocurrido en PAWI Y PNUD. Otras reuniones fueron convocadas por un pro- Kra usi rpe, si hubiera escogido esa aldea como sitio principa l de motor. de salud visita nte sobre la prevenció n de la malaria. investigació n, porque es más o menos seis veces más grande que Yapuwás y la gente está más acostumbrada a la llegada de investigadores y visitas de afuera .) 1 Un tópico frecuente de la discusión po lítica, que surgió en reuniones Y en la conversación informal, fue la concentració n percibida 2) Un miembro de la aldea fue ma ndado como delegado a Tegu- ~el poder político y materia l en ciertas manos. Po r ejemplo, la cigalpa por unas semanas para asistir a reuniones entre Asang Introducción de nuevas tecno logías que tienen q ue ver con toda la 21 Véise la secci?n de la economía política para una caracterización de estas dos organ 1zac1ones tawa hkas. -68-69- comunidad-sobre todo el motor fuera de borda de la aldea, y en por su propia voluntad a asumir trabaj os y responsabi lidades para el beneficio de la aldea. menor grado el radio solar para comunicaciones-son controladas y administradas por ciertos individuos que fuero n elegidos como responsables para su uso. 22 Queda claro que la organización política y los procesos de tomar decisiones entre los tawahkas han cambiado mucho en las últimas Los tawahkas evaluaban qué personas de la comunidad eran las décadas. Esto se relac iona con la creac ió n de la FITH y la presencia más indi cadas para viajar fuera de la zona tawahka pa ra estudiar, en aumento de organ izacio nes ajenas a la comu nidad, que afectan todos los aspectos de la vida, uno de los cuales es el rol de las mu- trabajar o para representarlos. Había preocupación de que algu- jeres en la cultura. nos ind iv iduos acumu laran demasiadas responsabil idades, como expresaba uno de los hombres al deci r de que " un solo hombre no B. Cultura de la comida puede ir m ontado en dos caballos". Esta preocupación también surgió como crítica a los líderes de la comunidad tawahka más grande. Muchas personas expresaro n su opinión sobre ciertos líderes que no delegaban responsa bi lidades y por consiguiente no podían , otros miembros de la comunidad aprender las destrezas necesarias para ocupar su lugar en el futuro . l 1 1 1 Esto es verdad en gran medida debido a que las entidades ajenas a i la comunidad y la comunidad misma tienden a otorgar las responsabilidades a esos individuos que han ganado respeto y confianza 1 debido a sus experiencias o por saber leer y escribi r. Por ejemplo, en Yapuwás la persona que admini straba el radio tambi én tenía l influencia en el uso del motor (e l motor se guardaba en la casita 1 del radio, y él tenía la llave), y él también _estaba encargado de d ispensar las pocas medicinas básicas porque había recibido entrenamiento en primeros auxi lios. Había sido escogido para esto, a 1 En la aldea de Yapuwás el día empieza puntu~lmente al amanecer, de forma que cuando me d espertaba a las seis (pensa ndo que era temprano) veía que en efecto era do rmilona. A través del camino mayor se iban a sus parcelas grupos de gente con sus machetes. Iban niños desde la edad de 1O años hasta los ancianos, hombres y mujeres; algunos con bo tas negras, algunos descalzos, alguien llevando una olla llena de ascuas y mazorcas secas para mantener a distanc ia los zancudos. Más tarde, mientras limpian con cuidado la maleza entre las plantas delicadas de arroz, bromean y hablan, y si llueve cort an hojas anchas de bijao de paraguas y continúan trabajando. Ya que las p arcelas quedan a corta distancia y los trabajadores son eficientes, el trabajo agrícola m ás necesario del día a menudo se termina antes del medio día. A sí se deja libre la tarde para otros esfuerzos, como sacar tocones de lo que será el campo nuevo de fútbol, corta r en pedazos una tortuga recién c apturada, visitar a vecinos o simplemente descansar en una hamaca. su vez, por haber estudi ado en PEB IT y tener las destrezas de leer y escribir . Se debe notar que este hombre ten ía una posición de influencia general en gran parte porque con frecuencia se ofrecía 22 Motores fuera de borda y radios que pertenecen a cada comunidad fueron obtenidos por FITH y Asang Lau na en años recientes, algunos después del hura c~n Mitch. En Krausirpe hay algunos motores y motosierras privados, que tienen sus propias dificultades e implicaciones sociales. -70- Los tawahkas dependen de la combinació n de agricullura, caza, pesca y recolección, para satisfacer sus necesidades alimenticias . Según la ant igüedad y tamaño de la aldea, se puede llegar ca m inando a las parcelas en cinco minutos; en el caso de la nueva Yapuwás, está tan lej os que el pipante se tarda mucho en llegar, parecido es el caso de Krausirpe. - 7 1- la labor agrícola es compartida por hombres, mujeres y niños, se- traer otros recursos incluidas plantas medicinales, fibras para cuer- gú n sus capacidades, y aunque cada casa tiene sus ~ropios terr~ da, artesanía y leña, especies que toman ventaja de la luz que entra nos, tareas como limpiar el suelo para sembrar y cu1dar los cult1- por el claro en el umbral del bosque. Un investigador {Paul House) vos, co n frecuencia se hacen con la ayuda de famili ares y amigos, dándose por entendido que el favor será devuelto más tarde. notó recientemente que durante una ca minata de 2 km pasó por 20 parcelas en barbecho y los tawahkas pudieron nombrar el 90 por ciento de las especies encontradas y un 60 por ciento de las nom- Las técnicas agrícolas tawahkas difieren mucho de las de los cam- bradas tenían usos específicos. Este conocimiento de la vegetación pesinos ladinos, quienes piensan que los tawahkas trabajan par- del bosque secundario indica lo importante que tales áreas son celas pequeñas y después las abandonan por pereza. la hermana para ellos. La coherencia y eficacia de este sistema complejo agro- de una mujer ladina casada con un tawahka me explicó que "casi forestal ha sido o bjeto de recientes investigaciones cient(ficas. 24 no les gustan los tawahkas a los ladinos porque .al ladino le gusta hacer trabajos grandes y le gusta trabajar solo pero bastante. A los Además estos barbechos son buenos para la caza porque atraen tawahkas les gusta trabajar juntos en proyectos y sus trabajos son animales de la selva. Si los hombres saben que estarán cerca de un pequeños". Esto refleja no sólo una diferencia agrícola sino una determinado guami l, aunque estén haciendo otra tarea, a menudo diferenc ia cultural entre los tawahkas y sus vecinos ladinos. En andan preparados para la cah por si acaso encuentran animales. efecto los métodos ambiciosos del ladino desgastan rápidamente la La caza puede ser difíci l y a veces peligrosa. Es una actividad de tierra de la selva tropical, mientras que los métodos agrícolas de los varones adultos y a los muchachos no se les permite participar si tawahkas están especi almente adaptados a las condiciones difíci les no hasta que pueden cuidarse por sí mi smos. del suelo de la selva húmeda tropical y pueden sostenerse por un los tawahkas hablan de las destrezas de sus antepasados con el período indefi nido. arco y la fl echa, pero aunque éstas se hallan en algunas casas, Como agricu ltores de la selva tropical, los tawahkas practican la ahora se usan raramente para cazar, ya que los hombres prefieren roza y quema de parce las pequeñas que se usan intensivamente usar armas de fuego. En Yapuwás pocas perso nas tienen rifles pro- por unos años, para después dejar el guamil en barbecho, lo que pios con los cuales cazar, pero pueden pedir uno prestado (y usar Durante el período de barbecho, sus propias municiones), c~:>n la cond ic ión de que la mitad de la el guamil no se abandona, sino que continúa explotándose para ex- caza sea para el dueño del arma. La cacería también se rea liza con permite a la tierra recuperarse. 23 la ayuda de perros y machetes. Un buen perro cazador posee un 23 Este método agrícola que evolucionó especialmente en áreas se.lváticas de los trópi cos se puede encontrar por todo el mundo. Véase por .e¡emplo Beyond Slash and Burn, por Carol Pierce C~lfer, New York Botan1cal Gar.den, 2. También "la M osquitia y los confmes de una estrateg1a de amb1ente 199 y desarrollo", por Roberto Tinoco en la Revista de C1enc1a y Tecnología (UNAH), no. 4, 1999, y Cultivadores forestales: Un estud1o de caso del cultivo nómada tradicional en Honduras, por Paul House, 1997 · -72- gra n valor, y los perros q ue no pueden cazar bien son castigados severamente y les dan remedios de hierbas especiales por la nariz. 24 Para más información sobre técnicas agrícolas tawahkas véase la obra de Cruz y Benítez, página 2. 2. -73- Las presas de caza más frecuentes son la jagüía, el quequeo, el a cast todos, ya que son solo tres familias principales en la aldea las danto, el venado, el cusuco, el tipisquinte, el pavo y el mono ara- que están en lazadas a través del matrimonio. Ahora crían anima- ña. Lo siguiente es un extracto de mis notas de campo que describe les domésticos, como cerdos, vacas y gallinas, en todas las aldeas una situación domésti ca y la repartición de carne después de una tawahkas. Cuando matan cerdos, también su carne puede formar caza exitosa. parte del sistema de repartición. Tradicionalmente la di stribución En /a ta rde su padre regresó del monte con dos jagüías, y aho ra /os muchachos vierten agua hirviendo sobre los cuerpos y arran can las cerdas raspando los cuerpos con hojas de metal con lo cual/os dejan desnudos y blancos. Luego su madre y sus hermanas cortan los animales en pedazos en una tabla y reparten la carne en porciones. Para entonces han pasado las noticias de que salió exitosa la cacería, y niños enviados por sus familias empiezan a llegar con baldes de plástico Algunos piden tímidamente "comprar" carne. Esto me sorprende, dado lo que me han dicho de la práctica de repartir carne en Yapuwás. Taurino, el cazador, ríe y me explica que aunque la g¿nte a veces ofrezca comprar carne, es sólo una manera cortés de pedir su porción. No pensaría en venderla, porque la carne siempre se comparte con otras familias en la aldea. 15 de comida asegura que todos los miembros de la comunidad coman y que se contribuya a la diversificación de la alimentación y finalmente a la supervivencia del grupo. 26 La repartición de carne es uno de los ejemplos más claros del sistema de apoyo mutuo, llamado biri-biri en tawahka . El biri-biri también se aplica a las labo res agrí- En Yapuwás, donde todavía existe la costumbre de reparti r ca rne, colas y al trabajo. Aun- se distribuye no sólo entre las casas de los hombres que matan los que cada casa maneja an imales (y en la del dueño del rifle si pidieron prestado uno), sino sus propias parcelas, las también entre las otras casas de la aldea. Aunque sea difícil decir Nicolás Ordóñez familias colaboran a me- que cada casa recibe una porción siempre que matan un animal, con una joven jagOia cuya madre nudo entre sí con los tra- lo idea l sería que la ca rne se repartiera entre todos l o~ miembros fue muerta por cazadores de la aldea. bajos grandes de sembrar de la comunidad. En Krausirpe, tal vez por su tamaño más grande, Y cosechar. Cortar madera y suita para construir casas requiere el la repartición de carne se lim ita a grupos familiares y no es una trabajo de varios hombres juntos, tal como la construcción de pi- práctica comunal. pantes; tales proyectos en general dependen del biri-biri. Más allá Aun en Yapuwás la distribución se deja a la "discreción" de la casa del cazador, con preferencia por su propia familia extendida, pero en este lugar la "fami lia extendida" incluye 25 Notas de campo 24/6/98. -74- 26 Durante mi trabajo de campo en Yapuwás estaban muy conscientes de repartir comida y querían darme a mí una ración de la comida de ayuda pos-Mrtch. Fue sólo con algo de dificultad que les convencí de lo contrarío. -75- de los be neficios materiales inmediatos de este sistema, el biri-biri funci o na para reforzar e nlaces sociales y un se ntido de obli gac ión y depende ncia mutuas. Estudiantes: Yo nunca he trabajado solito en una finca, porque ahl todo el mundo ayuda, no todo el mundo, pero ayuda. Es lógico que ya no se puede compartir como se compartla antes, no solamente la carne sino todo, ahora todo tiene que ser vendido. Pero si estoy en contra de que la carne silvestre se venda tan cara en la comunidad, porque ahora quieren vender casi al mismo precio de la carne de res o de cerdo, ésa era una carne más barata en la comunidad. Por ejemplo, si es carne para exportar, aqul en la ciudad un plato de carne de pilero, digamos, aqul es carlsimo y si es carne de venado o cualquier carne silvestre pienso que es carlsimo. Tampoco estoy de acuerdo que regalen porque no conviene pero que también no se venda tan caro, sino que esa carne que se puede conseguir, con cinco lempiras se compra una munición llevando pláta no a la casa. que con eso puede cazar y vender la carne. La pesca, a diferencia de la caza, es re a lizada por todos: hombres, muje res, niños y niñas. Las mujeres pe sc an la mayo ría del pescado que consume n. Los niños apre nden a pescar a una edad muy te mprana, e n general de su madre o abue la , y pa ra la edad de c inco años pescan e llos mismos. Las muje res y los niños pescan desde pipa ntes con cue rda de cáñamo, anzue los y gusanos. Mujer pescando e n e l Río Patuca -76- -77- 1' Los alimentos a base de carbohidratos de la comida tradicional son en agua cuando hacen trabajo físico duro leJ·os de 1 E , a casa . n ge, . neral la comida líquida es una parte important . . e Y caractenst•ca de la altmentactó n tawahka. El wabul es una b b'd , e ' a que se hace de un pure de plátano y agua. Lo mismo puede hacerse con la su O 1 , h pa. e matz acen atol y pinol. En el tiempo en el que estuve allá, la la_yuca, el plátano y la malanga, que se combinan con proteínas de pescado y carne . Newson anota que históri camente, "los cultivos de tubérculos y palmas, su plidos con la caza, la pesca y la recolecció n ... proveían una alimentación sustancial y variada". Esto explica por qué los cultivadores de la selva no adoptaron el cultivo gente tra taba de aprovechar la comida de auxilio y en una . , 'd , •ns1p1 a . . ., •m• tac •on de las bebidas tradiciona les, mucho más sab h rosas, acían atol de harina de trigo, leche y azúcar. del frijo l y del maíz a gran escala, a pesar de que los conocían desde antes de la época del contacto europeo y de que tuv ieran ciertas ventajas sobre los cultivos de tubérculos (los granos se pueden almacenar por largos períodos y son ricos en proteínas, grasas y aceites, que los tubérculos no tienen) (Newson: 72). El plátano, El arroz, originario de Asia, ahora es una parte bás ica .de la ali- originario del Sudeste de Asia , debe de haberse i n~rod u cido muy mentación y usualmente se combina con frijoles, tal como en la temprano, y hay algunos que sugieren que ya se había establecido mayoría de Centroamérica. Cu ltivan también la piña indíg 1 ena y a 27 supa, además del coco, el mango y los cítricos que son definiti - cuando llegaron los europeos, puesto que se mencio na en algunas de las crónicas más tempranas (N ewson: 82). vamente introducciones posteriores al contacto. La caña de azúcar es preferida entre los niños y adultos. Los huevos de ga ll ' ma y pro1 ductos de leche de vecinos miskítos o ladinos se han incorporado en la alimentación aunque en forma limitada. 2s El maíz ha sido parte de la alimentación tawahka desde los tiempos precolombinos, cuando probablemente fue introduc ido por el contacto con vecinos mesoamerica nos. En la casa donde yo comía, había un viejo metate de pied ra que habían desenterrado cuando Los efectos de la buena nutrición en la sa lud y en la calidad de vida cavaban huecos para postes de una casa en el sitio anterior de Ya- son .:'u y impo rtantes. Sí pueden disponer de todos los recursos puwás. La mujer de la casa usa un mo linil lo de meta l para mo ler nutnllvos locales arriba menc io nados, incluidos la agricu ltura, los maíz pero guarda el metate como recuerdo de sus antepasados. recursos del bosque de vegetac ión secundaria, la caza y la pesca, Me dijo con enojo que cerca habían encontrado también la mano del mo linillo, pero que las personas q ue la encontraron la vendieron como artefacto arqueológico a gente ajena. 1 ( los tawahkas pueden gozar de una nutrición saludable y variada. Pero por v~rias razones en la cultura tawahka contemporánea, la gente no stempre puede (o no siempre elige) usar todos estos re- c~rsos nutritivos. La alimentación diaria varía de aldea en aldea, y La yuca es uno de los cultivos más importantes, y hay muchas variedades distintas. Además de simplemente hervir el tubérculo, tambi én lo ra llan, lo ponen a fermentar y luego lo fríen o lo asa n en una hoja de bijao para hacer un tipo de pan pegajoso que se llama sasal. La pasta fermentada de yuca mezclada con agua hace una bebida q ue se llama bunya. A veces le agregan sal, y la prefieren 1 dtce la gente que alrededor de Krausirpe las poblac io nes de animales si lvestres son más bajas q ue en otros lugares. H ay que caminar 27 28 Bactris sp., conocido e n otros paise s como pe¡'iballe La 1 . .. . . · pa ma supa se puec1e usar para la 1denhfrcac1ón de Sitios de poblac ió n abandonados. Es. rnteresante darse cuenta d e que existen diferencias significativas en la alrmentac16~ e ntre las aldeas, que corresponden a l acceso a productos alimentiCIOS aJenos. En Yapuwás la gente consume más ca za y pesca que en . Krausrrpe, e n donde e l uso dl comida ya preparada es ma yor. -78- -79- más lejos para cazar y se consume con menos frecuenc ia pescado y carne de a nimales sa lvajes que en las aldeas más pequeñas. También parece que donde hay comida importada disponible con más frecue nci a (sobre todo en Kra usirpe), la variedad de la a limentación di sm inuye; pero se neces itaría más investigación para comprobar esto. La usurpación de te rritorios trad ic ionales por ganade ros afecta tambié n los patrones de a limentación, porque los tawahkas ya a luminio habían reemplazado a las d b e arro, que los de plástico habían reemplazado 1 1 vasos Yplatos a as ca abazas y de l uso de ho1·as de b..1 . ' me contaban . . Jao para serv1r la comida. Me . dlsmmuc ió n de la práctica de la h . d b '. nCionaban la OJa e IJao para 1 · ., de la comida y la carne p . a repar11c1on , orque 1as porcio nes se env0 1 • distribuía n e n esta hoja Los . . V1an y se . a nc ianos también mencionaron e l d uso genera l de la e h' h IC a y su esaparición pa ula tina de 1 ban la cu lpa a la lglesi~. Ahora compra n ron de 1 ' a ~ue echaviajan por e l río. El ca fé, e l azúcar refinada 1 os negociantes que Y a ma nteca vegetal que se venden en pulperías se h . e ' . ' a n mcorporado e n la alim Clón gene ra l; las galletas, sodas y dulces son gol . . . e ntap 1 osmas ocasionales e ro a mayor parte de los tawah kas producen los al' d . lme ntos e los c ua les de penden. no puede n ir libre me nte a lugares donde solían hacer excursiones te mporales para cazar, pescar y recolectar. Esta costumbre de usar va rios recursos provee, cuando se practica, no so lamente una alimentac ión variada sino que contribuye a la seguridad a lime nta ria, porque si un re curso se agota o es dañado por causas naturales, los tawahkas pueden recurrir a los otros. Por eje mplo , en Yapuwás los cu ltivos fue ron fuertemente dañados por ' e l huracán y todo produc to agrícola escaseó (excepto e l frijo l), si n C. Salud e mbargo, con la caza y la pesca sie mpre había a lgo que comer, aunque la a limentación con muchas proteínas (el frijol , la carne y el pescado) fuera monótona y menos ideal , nutritivame nte ha blando. 29 La costumbre de compartir la co mida e ntre fam ilias contribuye tambié n a la variedad y seguridad de los ali me ntos. En Yapuwás había só lo una famil ia q ue tenía yuca, porque sus c ultivos no habían sido afectados por las inundaciones pero podían compartir o ve nde r su yuca a los demás. Uno de los aspectos más sorprendentes de la vida actua l ta hk para un extraño, es la a lta frec uenc ia de enfermed d w~ a a es preven1bles bl Ycura es . La alta morta lidad de ·nmos Y madres puede atribuirs a la fa lta de cuidados médicos bá · d e . . SICOS, e agua potable lim ia de d p y la higie ne, entre otras causas Jo l as cond· . 1 d . ICio nes e sa lud durante os os meses en que hice el trabaJ·o d . . e campo (Julio Y agos to de 1999) fuero n incre íbleme nte alarmantes. En sus conversaciones c9nmigo, los ancianos frecuentemente se la mentaron por los cambios c ulturales que veían ocurrir e n sus a ldeas, y la cultura a lime ntic ia e ra uno de los aspectos q ue me ncionaban con más frecue ncia. Empezaban por indicar que las ollas de ¡\ l' 29 Es interesante notar, aunque sea una casualidad, que un res ultado de la malaria es la ane mia, contra la q ue la alimentación rica e n carne y hierro es especialmente aprfpiada. -80- 30 Dos muertes de adultos (po r aho o or . . debidas a la malaria) y tres muertge ~ P .• compllcaoo nes de embarazo edad se reportaron durante e l año d: 1~~n;~ ~enores de cinco años de (véase el Diagnóstico exploratorio bl' d as comunrdades tawa hkas launa). Sin e mbargo sospecho , pu , 'c.a o en e nero de 2000 por Asang ' que a gunos aborto nunca se reportan de forma oficial E • . s y mue rtes de niños y madres, desnutrición promedio de st~drstrcas sobre mortalidad de niños bilidad de las comunid~des ta wal k vr a Y_ otras medidas de salud y mor• . 1'bl d e l departamento son más alto 1 as no es tan drspon . es, pero 1os mdrces s que 1os promcdros nacionales ya elevados. -8 1- En Yapuwás, donde pasé la mayoría del tiempo, cada persona, Debió ser causa de preocupación que ella se tendiera en el suelo con fiebre, pero absolutamente todos los dern_ás en .la casa también tenían fiebre muy alta; no ha?'a nad1e en condiciones de cuidarse a si mismo, stn hablar de cuidar a la joven de 14 años en los ~eses finales de su embarazo. Más tarde esc~ché a m1embros de la familia y de la comunidad mientras buscaban al culpable de la situación, preguntándose por qué nadie había pensado en mandarla río abajo con anticipación. Entre el flujo constante del tawahka oí a un hombre que dijo en español, '7odos somos culpables ". En todo caso abortó, y solamente entonces entendieron la seriedad del problema. La 1/evar?n río abajo, primero a la clínica pequeña en Kraus~rpe y después a una clínica más especializada en s~!ud de niños y madres en Wampusirpe, donde muno durante la noche por pérdida de sangre.32 desde ni ños recién nacidos hasta ancianos, sufría de las fiebres y efectos debilitadores de la malaria. La enfermedad parecía veni r en o ndas, y había días y semanas enteras en las que poca gente podía trabajar en la urgente tarea de reconstrucción agrícola después del huracán. Decían que en años anteriores siempre se habían presentado casos de fiebre con la llegada de la temporada de lluvias, pero que este año había sobrepasado los límites. Como resultado del huracán, se perdieron las cosechas y otros recursos alimenticios como árbo les frutales y ali mentos si lvestres que habían sido destruidos, lo que trajo como consecuencia altos grados de desnutrición, los que probablemente d isminuyeron las defensas de la gente haciendo que fueran más vu lnerables a todo tipo de enfermedades. En Yapuwás muchas fam ilias todavía no han conseguido reconstru ir sus casas, y sus viviendas provisionales están expuestas a la lluvia y los za ncudos. 31 Esto no quiere decir, sin ' No debemos subestimar las repercusiones psicológicas colectivas de perder a un bebé, o a cualquier otro miembro de la comun idad 1 embargo, que la mala salud en las comunidades tawahkas es culpa en un grupo indígena tan pequeño como el de los tawahkas, do nde del huracán Mitch. Más bien, como ocurrió en la mayoría del país, muc hos están plenamente conscientes de su condición de pueblo el terrible desastre sólo exacerbó problemas ya existentes, que lla- en peligro de extinción. Me enteré con gran tristeza que después maron la atención naciona l e internacional. de mi despedida, Cándida- la mad re de la familia con la que comía y pasaba la mayor parte del tiempo-perdió al bebé que lleva- La seriedad de las cond iciones de salud en las comunidades ba en su vientre, igua lmen te por causa de la malaria. El siguiente tawahkas, sobre todo en cuanto a la salud de niños y madres, pue- caso muestra como la disponibilidad de cuidados médicos básicos de ser ilustrada por la siguiente historia, auténtica y triste, que tuvo influyó en las decisio nes vitales de una mujer tawahka. lugar en Yapuwás durante mi trabajo de campo. Durante un viaje a W ampusirpe tuve la oportunidad de conocer a linda, una muj er tawahka originaria de Yapuwás y madre de tres niños. M e dijo que mientras vivía en Yapuwás, uno de sus niños se enfermó, pero llegó demasiado tarde a la clínica de salud para 31 Además, las severas inundaciones pueden haber causado rupturas en la cadena de alimentación que condujeran a un aumento de vectores de malaria. -82- J2 N o tas de campo, 7/ 18. -83- En Yapuwás, donde pasé la mayoría del tiempo, cada persona, Debió ser causa de preocupación que ella se tendiera en el suelo con fiebre, pero absolutamente todos los dern_ás en !a casa también tenían fiebre muy alta; no hab1a nad1e en condiciones de cuidarse a sí mismo, s1n hablar de cuidar a la joven de 14 años en los n:eses finales de su embarazo. Más tarde esc; ché a m1em bros de la familia y de la comunidad mientras buscaban al culpable de la situación, preguntándose por qué nadie había p ensado en mandarla río abajo con anticipación. Entre el flujo constante del tawahka oí a un hombre que dijo en español, '7odos somos culpables " . En todo caso abortó, y solamente entonces entendieron la seriedad del problema. La 1/evar? n río abajo, primero a la clínica pequeña en Kraus~rpe y después a una clínica más especializada en s~!ud de niños y madres en Wampusirpe, donde muflo durante la noche por p érdida de sa ngre.n desde niños recién nacidos hasta ancianos, sufría de las fiebres y efectos debilitadores de la malaria. La enfermedad parecía venir en ondas, y había días y semanas enteras en las que poca gente podía trabajar en la urgente tarea de reconstrucción agrícola después del huracán . Decían que en años anteriores siempre se habían presentado casos de fiebre con la llegada de la temporada de lluvias, pero que este año había sobrepasado los limites. Como resultado del huracán, se perdieron las cosechas y otros recursos alimenticios como árboles frutales y alimentos silvestres que habían sido destruidos, lo que trajo como consecuencia altos grados de desnutrición, los que probablemente disminuyeron las defensas de la gente haciendo que fueran más vulnerables a todo tipo de enfermedades. En Yapuwás muchas fami lias todavía no han 1 conseguido reconstruir sus casas, y sus viviendas provisionales es- No debemos subestimar las repercusiones psicológicas colectivas tán expuestas a la lluvia y los zancudos. 31 Esto no quiere decir, sin de perder a un bebé, o a cualquier otro miembro de la comunidad embargo, que la mala salud en las comunidades tawahkas es culpa en un grupo indígena tan pequeño como el de los tawahkas, donde del huracán Mitch. Más bien, como ocurrió en la mayoría del país, muchos están plenamente conscientes de su condición de pueblo el terrible desastre sólo exacerbó problemas ya existentes, que lla- en peligro de extinción. M e enteré con gran tristeza que después maron la atenció n nacional e internacional. de mi desped ida, Cándida- la madre de la familia con la que co- 1 mía y pasaba la mayor parte del tiempo- perdió al bebé que llevaLa seriedad de las condi ciones de salud en las comunidades ba en su vientre, igualmente por causa de la malaria. El siguiente tawahkas, sobre todo en cuanto a la salud de niños y madres, pue- caso muestra como la di sponibilidad de cuidados médicos básicos de ser ilustrada por la siguiente historia, auténtica y triste, que tuvo influyó en las dec isiones vitales de una mujer tawahka. lugar en Yapuwás durante mi trabajo de campo. Durante un viaje a Wampusi rpe tuve la o portu nidad de conocer a Linda, una mujer tawahka originaria de Yapuwás y madre de tres niños. M e dijo que mientras vivía en Yapuwá s, uno de sus niños se enfermó, pero llegó demasiado tarde a la clínica de salud para 31 Además, las severas inundaciones pueden haber causado rupturas en la cadena de alimentación que condujeran a un· aumento de vectores de mal<tria. -82- 32 N otas de campo, 7/ 18. -83- madres y niños, así que el niño murió. Por eso decidió quedarse En Yapuwás observé a un promotor de salud de aldeas, quien tra- río abajo en ese pueblo donde ella y sus otros niños podrían reci- baja voluntariamente en diagnosticar enfermedades comunes y bir tratamiento médi co, si era necesario en el futuro. M e dijo que suministrar tratamientos apropiados cuando es posible. Tiene un aunque prefería Yapuwás y tenía esperanzas de regresar algún día, pequeño surtido de med icamentos básicos en su casa, que sirve de seguía viviendo en Wampusirpe (con su esposo ladino) po r sus pre- clínica informal, donde incluso acuden .lad inos de poblados cer- ocupac iones por la salud de sus niños. 33 canos para pedir medicinas y consejos. Durante la epidemia de malaria, el promotor de salud repartía cloroquina y primaquina, Aunque haya un CESAR en Krausirpe desde 1992, es casi imposi- explicando el horario de las dosis y tomando muestras de sangre ble que el personal ofrezca un cuidado adecuado a la población para envia rlas río abajo tawa hka. Con frecuenci a la clíni ca no cuenta con los suministros el laboratorio para confirmar el diagnóstico. Además d.e dos ma- más bás icos y las med ici nas con las cuales atender a los pacientes, nuales para trabajadores comunales de sa lud, en los que busca además de que el personal de la clínica rara vez puede viajar a las síntomas desconocidos, este promotor ha recibido entrenamiento otras cuatro aldeas tawahkas. Hay hospitales públicos en Wampu- médico básico con M OPAWI y también con el PEBIT, donde fue sirpe y Puerto Lempira, además de un hospital privado de la Iglesia estudiante. y así hacer el análisis correspondiente en morava en Ahuás, pero los gastos (si se encuentra un moto r fuera de borda y gasoli na, o el dinero para el vuelo hasta Puerto Lempira) Es interesante notar que aunque no pud iera completar el programa y la d ificultad física del viaje hacen que dejen esto como último del PEBIT, la formación que recibió allá (médica y d e otras mate- recurso. rias), en combinación con sus propias capacidades de liderazgo, Jo prepararon para el rol de promotor comunal de salud. Trabajadores estatal es de sa lud, responsables del municipio de W ampusirpe, visitan a veces Krausirpe y Krautara, pero hay una A causa de los obstáculos para obtener tratamiento profesional, las confusión en cuanto a las otras tres comunidades, que en teoría enfermedades generalmente (y con frecuencia eficazmente) se tra- pertenecen al munic ipio del Du lce Nombre de Culmí, pues resul- tan en casa usando el enorme repertorio tawahka de plantas medi- ta que no existen servicios de salud para esas tres aldeas . Como ci nales.34 Muchos de estos remedios son comúnmente conocidos consecuencia, las muertes y enfermedades que podrían ev itarse, y ~ons i sten en parches, compresas, baños, bajos, tés y tinturas de como los casos de la madre y los niños arriba mencionados, no se las hojas, las raíces y la corteza de plantas loca les. atienden a ti empo, y muchas enfermedades pueden permanecer sin tratamiento hasta llegar a ser muy avanzadas y volverse cró nicas o Por ejemplo, en una casa en Yapuwás noté (en la mesa ali ado de la incurables. sa l y la salsa pica nte para sazonar la comida) una botella que con34 33 Notas de campo, 7112. -84- Véase sobre todo Mahyangna panan basni, Plantas medicinales del pueblo tawahka, por Paul House e fndalesio Sánchez, London: The Natural History Museum, 1997. -85- tenía trozos de una planta que se llama ' hombre grande' (wanabaka en tawahka) en agua (a veces usan guaro) de la que extraen una tintura muy amarga que se usa para tratar la "calentura" o fiebre, sobre todo la que viene con la malaria. El joven que hizo la tintura y que la usaba para tratar sus propios síntomas de malaria, criticaba a los demás tawahkas por preferir las tabletas y medicamentos farmacéuticos (como la cloroquina) a pesar de que existían estas alternativas locales eficaces. 35 caso de enfermedades, pueden también consultar a los curanderos para protección contra las mordeduras de serpientes y para ayudar a resolver problemas románticos. Debe notarse aquí que un curandero no es igual que un ditalyang (o sukia en misquito), porque la co nex ión con el mundo de los espíritus de éstos es directa y mucho más fuerte Y El hierbero se relaciona con el mu ndo de los espíritus indirectamente, por el uso de las plantas. Yumu es una de las partes de la medicina tawahka más difíciles de Las plantas medici nales se recolectan en el bosque, en las ori llas de entender, porque está envuelta en el mi sterio. Yumu es la causa, los ríos, en criques y en las amplias playas que aparecen durante los sínto mas y la cura de una enfermedad particular. H ay varios el verano. Se encuentran también en los guamiles, en la aldea, Y yumus; la mayoría se nombran por animales·(yumu jaguar, yumu en los huertos (véase House y Sánchez). En Yapuwás después del boa constrictor) o por espíritus (espíritu de la selva, espíritu del huracán, observé que las mujeres se ocupaban del largo proceso río) (House y Sánchez: 7). Ya que muchas veces entienden que de trasp lantar vali osas especies de plantas al nuevo sitio de la al- el origen de una enfermedad es espiritua l, los tratam ientos de los dea desde el anterior en el otro lado del río. No las sembraban en curanderos consisten no sólo en recetar medicamentos y terapias huertos sino en algún lugar bastante cerca de la casa para que se físicas (como el masaje), sino también en prácticas de naturaleza pudieran recolectar fácilmente en caso de ser necesario para tra- reli gioso-mágicas. Una preparació n ritua l específica de la planta, tar una enfermedad. Dos categorías de plantas pueden emplearse oraciones espec iales y ca nciones pueden ser partes esenciales de para tratar enfermedades: además de las plantas medici nales, que un tratamiento eficaz. Uno de los tratamientos más popu lares es el funcionan por interacciones biológicas con el cuerpo (por ejemplo, soplo, que consiste en soplar sobre una botella que cont iene ma- absorbidas por la p iel), hay plantas mágicas que no necesariamente teria vegetal , con frecuencia en aceite, o se puede soplar humo de requieren contacto físico con la persona para que surtan efecto. tabaco sobre el paciente (Benítez y Cru z: 424-26). La mayoría de la gente consultará a un especialista sólo después de que haya intentado tratar una enfermedad en casa. Otras famil ias pueden carecer de conoci mientos médicos tradicionales Y consultarán a miembros más viejos y respetados de la familia o a vecinos o irán directamente a un curandero (hierbero o entendido). Tales especialistas en la medicina tradicional ocupan un lugar de gra n respeto en la comun idad. 36 Además de ser consultados en el 37 35 36 La planta es Q uassia amara L. , simaroubaceae. Entrevista con Virginia Maclin en Tegucigalpa, 2/2000. -86- Para una discusión de ditalyang véase la sección V, Los dueños de los animales. -87- Silvia : ¿Qué tipo de enfermedad es el yumo? Estudiantes : Es difícil de explicar -voy a poner un ejemplo-, yo creo en ese yumo, porque una vez cuando estábamos viviendo allá en Buenos Aires yo tenia una enfermedad aqul en el estómago, entonces allf donde estábamos viviendo llegaban doctores y cuando uno tiene esa enfermedad hasta la pelota de los ojos se pone amarilla, y entonces cuando entré a consulta me decfan que tenia hepatitis, me dijeron que sólo comiera dulces y un montón de cosas. Pero después una doña que trabajaba a/11me dijo "Ah eso es pura mentira porque Usted tiene yumo. n Entonces me sobó sólo con manteca, me estuvo sobando por tres dfas y se me quitó y me curé. Yo en esos medicamentos que dice el doctor casi no e~, eso sf no creo. de yumo, cuando uno siente dolor de cabeza y sólo con ese yumo se calma el dolor. También eso no es cuento, eso lo vivimos en la actualidad, hay yumos especfficos, hay de boa, jaguar, algunos dicen que de lagarto. Cada una de esas enfermedades tiene un curso diferente y sólo con sobar esa pelota se sana. 1 r ! El conocimiento de cómo curar tiene mucho valo r. Un hombre de Yapuwás que respeta n por sus habilidades curativas, me ~xpl icó de · la siguiente manera por qué algunos remedios se mantienen secretos y se d ivulgan sólo por dinero. Es como los médicos que han tenido que pagar mucho diner? para asistir a la escuela y aprender cómo ser médicos. Cuando tratan a la gente tienen que cobrar por sus servicios. Igualmente la gente acá que sabe cómo cura r con las plantas han tenido que estudiar, han tenido que comprar sus remedios y sus secretos a otros, y por eso tienen que pagar para mostrar lo que saben a otra gente, o que necesite el tratamiento para curarse o que simplemente quiera aprender para que más tarde puedan tratar a otros. A la mayoría de la gente le vendo los remedios que conozco, pero a mi hijo se los doy gratis porque son su herencia. Más tarde podrá venderlos y ganar dinero. 38 Las interpretaciones que los tawahkas han dado a la enfermedad y la muerte han dado una visión importante de la dinámica social actual, así como la clave para mantener una relación balanceada con el mundo natural en su entorno. La qu inta secc ión de este documento examina más profundamente las explicacio nes que los mismos tawahkas dan acerca de las enfermedades que los afectan y que constituyen una parte significativa de sus experiencias cotidianas . Estudiantes: Este yumo es bastante famoso porque creemos que -bueno tal vez los otros no pueden creer o no creen en el yumo- pero nosotros sí porque hay diferentes tipos de yumo. Salen unas pelotas dentro de los ojos, entonces hay personas que son expertas, sólo con tocar pueden identificar que tipo de yumo tiene, entonces hay un sinnúmero -88- 1 ·} 38 Tanscripción aproximada de una conversación no grabada con el pastor • ftoresn. 1 -89- Estudiantes: Dicen que no es cualquier persona porque la persona tiene que saber de yumo, por ejemplo Lizeth sabe identificar, yo no sé ni uno, pero si yo quiero aprender tengo que comprar a Lizeth, no es gratis, es comprado, es secreto. Hay personas que aunque sepan no dicen y a veces cuando le preguntan se enojan. Es cierto que los secretos se venden, pero si es el hijo o familiar se le puede dar gratis, depende de la madre o del padre, algunos no enseñan ni gratis ni cobrado, se reservan. relacionados de cierta manera con la anemia provocada por la malaria, tan común durante las epidemias. Esta confianza en distintas tradiciones médicas puede compararse con lo que se mencionó arriba sobre la seguridad alimentaria, los tawahkas han desarrollado una estrategia de recursos múltiples, para recurrir a diferentes alternativas, en caso de que alguna falle. Los misquitos también tienen fama entre los tawahkas por sus conocimientos de la medi cina. En Yapuwás me acuerdo haber escuchado a un hombre tawahka que daba consejos a otro que estaba a punto de viajar a la clínica en Krausirpe, que debería aprovechar de estar all á para vi sitar a los misquitos también, para ver qué tratamiento podrían sugerirle. En mi propia experiencia en 'r'apuwás, me dañé un músculo de un tirón, por lo que me envi aron a don Pedro, un especialista local de ascendencia misquita. Mientras me daba un masaje en el músculo dañado, me contó del entrenamiento de tres meses al que asistió en lntibucá con un méd ico italiano; todavía tenía los libros que le habían dado. 39 A veces los tawahkas busca n tratamiento de curanderos ladinos y otros especia li stas médicos en Tegucigalpa si tienen la oportu nidad. El uso de productos farmacéuticos coexiste con el uso de plantas medic inales tradicionales, sean tawahkas, misquitas o de otro lugar. La gente de las aldeas puede probar varios tratamientos de diversas tradiciones médicas (uno a la vez) hasta que encuentren el que sea eficaz . U na medici na importada favorita son los tónicos de alto contenido de hierro que se venden en las pul perías, quizás 39 Notas de campo 7117. -90- - --- - - --- - ---- - -- - - - -- - -- - - - -- - -9 1- V. LA ENFERMEDAD Y LA ESPIRITUALIDAD En las próximas dos. seccio nes hago una explorac ión de la c ultura tawahka que va más allá de la superficie de los comportamientos observables y de la cu ltural material para intentar llegar a las bases de la visión tawahka del mundo. Para hacer esto es esencial investigar la enfermedad y las interpretaciones y explicaciones que los mismos tawahkas dan sobre aquellas enfermedades que les afligen. La enfermedad es un tema que aparece repetidas veces en este documento precisamente por su importancia central en la hi storia tawahka. És razonable imaginar que, hasta antes de la introducción de las enfermedades devastadoras de los europeos, la enfermedád era una Profesor Romel Rivas parte importante de la experienc ia tawahka, y que siempre originó ' interpretaciones y reacciones. 54 Una diferencia importante entre las enfermedades del pasado y las de la vida actual tawahka es que aho ra la mala salud tiene luga r en un contexto político de marginación y acceso inadecuado a los cuidados médicos básicos que están disponibles para otros. Pero es te documento no es una evaluac ió n del estado de sa lud pública de las comun idades tawahkas, ni pretende enfocarse demasiado en los aspectos negativos de la vida ahí. En efecto, estos capítulos no tratan la enfermedad en sí; más bien uso la enferme54 -12 6- Es difícil, si no imposible, saber si hace 100 o 1000 años la mentalidad sobre las enfermedades era igual o semejante a la que se presenta aquí. Es probable que las relaciones entre los seres humanos y entre ellos y la naturaleza siempre hayan demandado cuidado, y que a los tawahkas siempre les haya sido necesario negociar y reestablecer el equilibrio. Las explicaciones contemporáneas implican que este mantenimiento es una base muy antigua de su existencia. Parece claro, sin embargo, que la amenaza de desequililbrio, de sobreexplotación, de desigualdad, sea particularmente grave ahora( -1 27- dad como punto de partida, como una entrada por la que podemos relac iones sociales y económicas entre sí. En ambos casos las re- entender mejor los mecanismos que regulan las relaciones sociales laciones necesitan mantenimiento continuo, porque siempre existe y que manejan el equilibrio con el mundo natural. Un análisis de la el peligro de desequil ibrio (que puede l levar a la enfermedad). Por menta lidad indígena sobre la enfermedad y la muerte nos da ideas ejemplo, en el primer caso, los espíritus q ue habitan los ríos y las de la visión del mundo de los tawahkas, de las dinámicas ínter- montañas pueden causar enfermedades en aque llos seres humanos culturales actuales y de las relac iones con los mundos naturales y que sobreexplotan los rec ursos naturales; en el segundo, la brujería espi rituales. Además aclara el malentendido pasado y nos da claves causa enfermedades en individuos que provocan la env idia en los para entender cómo histó ricamente mantuvieron interaccio nes sos- dem ás. tenibles con su ambiente. En lo q ue sigue limito el enfoque a estas dos categorías de enferDe acuerdo con las descripciones que oí durante el trabajo de cam- medades porque son las que más nos reve lan la filosofía de la en- po, la mayoría de las enfermedades parecen caber en una de tres fermedad tawahka y lo que difiere de la de sus vecinos ladi nosY categorías principales. Las enfermedades casi siempre se atribuye- También me enfoco en éstas porque proveen claves importantes ron a una de las sigu ientes causas : espíritus malos natu rales que para entender cómo estos habitantes indígenas han man tenido una habitaba n alrededor del mundo; brujería hecha po r seres humanos soc iedad igualita ria, sin clases, tanto como una relación sostenible y usualmente motivada por la envid ia; y causas inci,ertas (que per- con su ambiente natura l- lo que no podemos decir de la soc iedad mitían tratar dichas enfermedades en casa o recurrir a cuidados actual ladina en Honduras- durante miles de años.ss clínicos y tratamiento farmacéutico). ss Cabe notar que esta categorización no es completa, ya que éstas no son las únicas causas de H oy es particularmente importa nte entender cómo han mantenido enfermedades que reconocen los tawahkas; pero me parecen ser estas relaciones con éxito, porque las amenazas a su preservación las principal es. 56 en el futuro son más graves que nunca antes . Como expliqué anteriormente, los tawahkas ahora comparten un territorio cada vez de Cuando se examinan los dos primeros tipos de enfermedades, dos menos extensión con ganaderos, madereros, campesinos lad inos temas centra les de la vida tawahka se hacen E;!Videntes: las relacio- e invasores de tierra que posteriormente la venden, como si fue- nes materiales de los seres humanos con el mundo natural y sus ran los dueños . La presencia de todas estas personas hace imposible preservar las mismas relaciones materia les y espirituales con el 55 56 A propósito, esta misma categorización hizo expli c it~mente un curandero misquito ambulante de Nicaragua que trabajaba en Krau sirpe. Me explicó que antes de que pudiera encontrar un tratamiento eficaz para su paciente taw ahka (que le tuvo que pagar), primero tenía que determinar el origen de la enfermedad de la persona, y entonces dio las tres posibilidades arriba en listadas. Por ejemplo, también hay la enfermedad que causan los espíritus de los difuntos que regresan para llevarse a sus seres queridos y que en general molestan a los vivos. -128- ----------------- ------------ -- - - - - - - - __ __J mundo natural. Del mi smo modo, las relaciones socia les y económ icas dentro de las comunidades tawahkas se ven profundamente 57 58 N ecesitamos más investigación sobre la comparación entre la mentalidad misquita y tawahka de las enfermedades. Por "sin clases" quiero decir sin diferencias sociales seg(ln condiciones económicas y productivas, además de una dinámica que fomenta ba la homogeneidad social. -129- . afectadas por las nuevas estructuras políticas y las diferencias de ·· acceso al dinero, oportunidades educacionales y recursos materiales. El carácter mismo de la relac ión espiritual y material tawahka con el mundo natural y de sus relaciones sociales y económicas entre sí cambia rápido y radicalmente. La mayoría de los citadinos, aislados de las realidades del mundo no humano, tienen una idea idílica de que los habitantes indígenas del bosque húmedo viven en la armonía perfecta y tranquila con una Madre Naturaleza benévola, que andan cogiendo frutas silvestres de los árboles y sacando peces iridiscentes de los riachuelos. El hec ho de que granjeros de los bosques tropicales como los tawahkas hayan sobrevivido por miles de años, dependiendo solamente de los recursos naturales de su entorno, lleva a que uno bi en pueda imaginar una asociación amable y pacífi ca entre humanos y naturaleza. Al contrario áe este estereotipo, los tawahkas entienden que el mundo es habitado por una hueste de malos (o por lo menos traviesos y peligrosos) espíritus y seres que causan m iedo en sus vecinos humanos. Por este motivo una consideración de la espiritualidad tawahka es esencial para un entendimiento amplio de la enfermedad y la salud en las comunidades tawahkas. Su relación no es con un mundo físico neutro, sino con todo un reino espiritual. 1. Malos espíritus La frase "malos espíritus" es la traducción que dan los tawahkas Champa de jovenes trabajando en el bosque para su palabra walasa, que se refiere en general a todos los espíritus locales. En varias ocasiones tradujeron walasa también como A. Armonía y hostigamiento: Relaciones espirituales y materia- "diablo". Pregunté si absolutamente todos los espíritus eran malos, si quizás hubiera otros más benévolos. "Yo creo que no, porque les con el mundo natural esos an imales, o sea los malos espíritus, sólo son para dañarnos". 60 · Aquí como está el mundo? Hay gringos, chinos, el in' . , t' 'H glés, negro, todos. Allí, el Walasa mtsmo, ¡as1 es an.. ay_ negro, blanco, zarco; hay toda calidad, todo t1po, SI, as1 l. es .s9 60 Grabación de Santos O rdóñez, 717. Frecuentemente se refi rieron a los malos espíritus como "animales" aunque la gente me clarificó que en realidad no creían que los espíritus fueran animales. 59 Don Jacinto Sánchez, cinta 3. -130- -131 - S r~via: ¿La gente todavla le tiene miedo al walasa? Estu d iantes: No, porque ya no creen. Silv ia: ¿O sea que esta función cultural ya no existe? Estudiantes: Bueno, directamente los tawahkas y los misqui- tos creen en eso, que los pecesitos tienen dueño, que la jagula tiene dueño, pero los ladinos no, no creen en eso, por eso a ellos les vale destruir el bosque y matan animales. Silvi a: ¿Entonces los tawahkas y misquitos sí siguen creyen- mortalidad de niños y el miedo comprensible dé la muerte de un · bebé también pueden hacer del bautismo una práctica deseada y tranquilizadora. El bautismo es importante además porque provee una prueba esc rita de identidad; muchos niños pueden obtener documentos de bautismo antes de que puedan obtener partidas de nacimiento estatales oficiales. Los tawahkas integran en sus creencias las enseñanzas católicas do? Y los conocimientos materi ales y espi rituales loca les; el dios ca- Estudia ntes: Sí creen, pero en la actualidad ya va terminan- tó lico coex iste con los espíritus loca les, y no considera n que los do todo eso porque hay viejos que me decían que han visto dos sistemas de creencias estén en co nflicto, porque no se toman sirenas bañándose, pero yo no creo, yo nunca he visto eso. como sistemas disti ntos, si no simplemente como partes de la misma realidad. 63 Por ejemplo, un anciano me estaba describiendo su encuentro personal con un espíritu del río, pero inmediatamente, No es pos ible saber hasta qué grado la clasificación de los taw ahkas como respuesta a mi pregunta de cómo se formaron las montañas de estos espíritus malos sea el resultado de la condena católica alrededor de la aldea, me contó la historia bíblica de Noé y el arca, de las creencias espirituales tradicio nales . Sólo podemos especu- creativamente adaptada a' la realidad local. lar que anteriormente pudieron haber respetado a estos espíritus y Había un anciano de una comunidad donde tomaban mucho, pero dema siada chicha. Dios mandó un centinela quien avisó al anciano que no deben de tomar tanta chicha la gente o Dios les iba a castigar, pero la gente no hicieron caso al anciano cuando les dijo eso. Entonces Dios le dijo al anciano que tenía que hacer un barco enorme y se embarcaron parejas de toda clase de anim al y también la familia del anciano, sus hijos y yernos . Las lluvias duraron cuarenta días y cuarenta noches y cuando bajó la llena, allí estaban las montañas [señala los cerros al otro lado del río) y como prueba, en las montañas, allí arriba, se encuentran depósitos de conchas y esponjas del mar. 6 4 haberlos honrado tanto como temido. El relato de Espino en 1670, que describe una ceremonia de diagnóstico indígena, da apoyo a esta especul ación .& 1 Hoy los tawahkas se definen como cató licos, y éste es uno de los elementos de su identidad que los distingue de sus vecinos misquitos, la mayoría de los cuales son moravos. Muc hos niños tawahkas llevan medall as católicas en sus muñecas o cuellos, y los padres creen que es importante que sus niños se bauticen. Cuando pregunté por qué esto era tan importante, me contestó una madre, " Porque di cen que si se muere un bebé y no es bautizado puede ser mal ... es pecado" .6 2 La alta tasa de 61 62 Véase el capítulo 2: "comenzó á cantar en su idioma un santo en que lla· maba á la culebra blanca, y a otras culebras que ay en aquellas montañas diziendoles 'Venid y dezidme quién mata á mi hermana' . Llamaba al Tigre, al León, y Micos y otra s sabandi jas montara zes". Notas de campo, 7/9, conversación con Benita Orti z. - 132- 63 ó4 Las prácticas del ditalyang, sin embargo, sí consideran un conflicto con el cristi anismo. Entrevista con don Isidro M artínez, 7/29, notas de campo. l os depósitos de conchas a los que refiere son de hecho restos del tiempo en que la región estuvo debajo del mar. - 133- En algunos casos, los mitos c ristianos han reemplazado completaYa que todos, desde los niños hasta los ancia nos, tienen mucho mente a Jos mitos ind'senas, como se ve en ·el siguiente ejemplo. contacto con el río, por lavar, pescar y viajar entre otras cosas, Durante mi trabajo de campo, una joven alemana hacía una pe- no nos sorprende que los casos más comunes que me contaron de lícula documental sobre los tawahkas y tenía esperanzas de que contactos con los espíritus y de enfermedades causadas por1ellos alguien le contara el mito de creació n tawahka que había leído Y hubieran tenido lugar en el río. que tiene que ver con una Madre A lacrán. En una entrevista con un anciano respetado, que tenía fama por sus conocimientos de Cuando van a ir lejos de su casa en el río, la mamá puéde amarrar ajos en un trapo al cuello de los niños. La madre que amamanta puede protegerse con ajos cuando va lejos de las casa para que no afecte al bebéY la cu ltural tradicional, le preguntó si él sabía una historia sobre la creac ión del mundo o del pueblo tawahka, y le contó, con gran frustración suya, la hi storia bíblica del Génesis. Cuando al fin le pidió explícitamente el mito de la Madre Alacrán, le confesó que en realidad no lo conocía, pero que había leído en una publica- Los bebés y los niños son especialmente vuln erables, y las madres ción sobre los tawahkas que ellos, iguales que los ulwa, debían de pueden hacer algo para protegerlos. El ajo previene que los malos descender de un tal personaje.f>5 Ninguno de los ancianos con los espíri tus se acerquen a uno porque "no les gusta el o lor fuerte" .68 cual es trabajé menciqnó esta histo ria en nuestras conversaciones · La gente me explicaba repetidamente que pescar demasiados peces sobre el origen y la hi storia de los tawahkas. .de una vez o en el trascurso de varios días, podía ll evar a la enfermedad. Pescar en la noche se considera especialmente peligro- La mayoría de la gente con la que hablé había tenido experiencias que les hizo creer en la existencia de malos espíritus. U n anciano so. Estas explicaciones a menudo se acompañaron con testimonios personales. me comentó sobre la falta de creencia en los espíri tus de parte Fíjese que le voy a decir ... la gente que pescan mucho, cuando usted vaya a pescar y pica bastante pescado, ése le está dañando, o sea que le quiere . Le da al que saca el pescado, entonces el dueño se arrecha. Pero eso es cuando uno saca bastante pescado ... Mire, si le ha dañado ese mal espíritu, si no busca remedio, se muere. 69 de algunas personas, pero que cua ndo pasaban algún tiempo en el bosque se enteraban de su existencia. Aunque puedan a veces entrar en el pueb lo, en el viento, por ejemplo, el contacto con los espíritus generalmente ocu rre· fuera de la ald_ea: en las montañas, en el bosque o en el río. Y los relatos con frecuencia hablan de enfermedades causadas por el encuentro. 66 65 66 El hombre que entrevisté fue don l ndalecio de _Krausir~. Al escribir e~te documento, están montando la película de Kerstm Ana 01tge en Aler:nama. Unos pocos (todos hombres) dijeron específicamente que ~o cre1an en ellos. Esto puede re lacionarse con un mayor grado de exper.1en~ • a con el mundo más allá de las comunidades tawahkas; sería interesante mvest 1g~r cómo la falta de creencia de unos ind ividuos pudiera influir en la ef1cac1a de las creencias en los espíritus como un modo de contro lar el comportamiento. l La enfermedad, que puede ser mortal si no se trata apropiadamente, es ca usada por "el dueño" de los peces, que se enoja por la 67 68 69 Notas de campo, 6/28, conversa ción con don Jac into Sánchez. El ajo es originario del viejo mundo, de modo que esta creencia se adoptó después del contacto. Grabación de Santos Ordóñez, 7/7. -134-135- matanza de tantos de sus animales. 70 Pero la reacción del espíritu no es tan sencilla; también me dieron varios ejemplos de enferme- que haya otro motivo que el de encontrar atractivo cierto ser humano. dades causadas por espíritus en las que no se había pescado ningún Es qu~ diablo siempre hay unos que Jos quiere bastante cae bien es que molesta, como bromas hace, después e; qu~ se enferma, cae grave. Diablo no son todos es que lo qw~re. Como uno, tal vez una muchacha o un homb pez. Un hombre va a pescar y ve muchos peces, en todos lados, pero no puede capturar ni uno. Luego siguen usualmente el vómito y la diarrea el mismo día. No es inusitado que los espíritus moles- vanos están, bastante mujeres, bastante hombres re, · c1· , pero h ay en fl"le lO .uno, aunque feo, sea como sea, pero ese hon;bre cae bien, cae bien bien, le gusta, no sé cómo s~ra, la sangre, no sé, pero después se enamora así es d1ablo también.n ' ten a los humanos de este modo. Como se ve en la cita arriba, el espíritu puede a la mi sma vez querer a cierta persona, coquetear y ofrecerle peces, pero también enojarse con ella y hacerla enfermar. A veces el motivo por el que los espíritus molestan a los seres humanos es exactamente porque los quieren, no tan diferente del caso del muchacho que siente atracción y quiere la atención de alguna muchacha y la molesta para tal fin, como me explicó un anciano. 71 Esto expl ica también por qué a los extranjeros no les afectan los espíritus; a los espíritus no les parecen atractivos. Dice que los malos espíritus solamente les gusta a nosotros, porque la raza de nosotros sólo tenemos ele este clase de pelo, entonces ellos les gusta. A los que son de pelo colocho no, pero como nosotros Jos tawahkas, ¿no ha visto un pelo colocho verdad?, entonces por eso es que sólo les gusta este pelo, sólo a nosotros le gusta entonces molesta r. 12 La relación entre un espíritu· y un ser humano tiene implicaciones románticas y a veces hasta sexua les. En Yapuwás decían que había un hombre que vivía debajo del agua y tenía ~venturas amorosas con una sirena. Las mujeres a veces cuentan de sus esposos que ' se ~t.er den en el bosque porque son desorientados por los espíritus Y ttenen que pasar la noche en el bosque lejos de la casa. En un relato que transcribo más adelante, se cuenta de un hombre que se pterde en el bosque por una interacción ambigua y tal vez sexual cdn el es píritu hembra que lo tiene preso. 2. Los dueños de los animales Como se explicó antes, cuando una persona pesca demasiado , "el d'; los En este sentido, la relación entre los espíritus y los seres humanos dueño se arrecha"; esto quiere decir que el espíritu "dueño" se parece más a la molestia sexual que a la armonía. Las enfer- peces se enoja. De hecho cada clase de animal tiene su espíritu medades que causan los ma los espíritus no siempre se relacionan dueño, o danawan, que los tawahkas traducen como "dueño". En con algún acto humano como la matanza de demasiados ani males. el resto del capítulo voy a centrarme en los espíritus dueños en par- Muy frecuentemente un espíritu puede causar una enfermedad sin ttcular y en las relaciones de los seres humanos con ellos.74 70 Véase la siguiente sección sobre los "dueños de animales". 71 72 Don jacinto Sánchez. Santos Ordóñez, que tradujo para su abuela Angela, grabac•ón, 7/ 7. 73 74 -136- Don j acinto, cinta 3. La creencia de_qu~ los animales tengan dueños no es únicamente tawahka· o tros pueblos 10d1genas en la región tam~ién tienen esta creencia . ' -13 7- pro~~r este métod? pero usando los cinco dedos. "Muérese - y los 5 pavon mu~to. La viejita se arrecha. Le dice que hay que traer uno de cada animal más otra comida Y le ins.truyó que una vez llegado a casa "no vas a conta; esto, nt embolar- cierre los ojos" le reempuja y c uando abr~ sus ojos, va llegando a la casa d e su mujer, 15 años hab1an .P~sado. Pero .en poco tiempo se emboló y habló de la·-VJe¡Jta y la comtda y esa noche mientras dorm, ; 1a,se m uno. 5 El dueño que cuida sus animales, es muy parecido a un pastor, y se enoja si los humanos matan más de lo que en realidad necesitan. En Yapuwás, por ejemplo, esto q uiere decir tener suficier:te carne para comer en la familia y distribuir entre las demás casas . El danawan puede aparecer a los humanos como el miembro más grande de un grupo de animal es, motivo por el cual los cazadores le matan. El danawan también se enoja cuando los humanos sólo hieren a un animal sin matarlo. Se ve también, por el sigu iente cuento, que el danawan puede ser de género mascul ino o femenino. Este relato contiene muchos temas que podríamos examrnar, pero uno de los más importantes es la codicia. El protagonista humano Unos hombres van a cazar. Todos tienen [rifle) 22 pero un muchac'ho sólo mac hete y rejón [flec ha). Mataban cuatro jagOía y iban a volver a casa, pero el muchacho quería matar uno él solo. Entonces él sigue solo. Anda h asta encon trar un túne l y sa le al claro . Se encuentra con una viejita quien tiene muchos cercos con j agüía y todo anima les. "Te venís porque me arruinaste mis animales." La dueña está curando los animales heridos por los cazadores, están todos con gusanos. Ella está enojada. El tipo se quedó allí con la vieja. "Cua ndo yo quiero le voy a mandar a su mujer" dijo. Había mucho animal en ese lugar, pava, pavón, todo tipo de animal en cerco. También fruta, papaya. Ella le daba de comer, bastante. Lo ún ico que no tenía era una mujer, la ancian a siendo demasiado viejita . Entonces un día ella le explicó que él podría satisfacer sus necesidades sexua les en medio de los dos dedos de su pie, del pie de ella . El pasó años allí. En la casa h abía un balde de barro tapado. Ella le había dic ho que nunca había que tocar ese balde. Pero un día cuando ella no estaba, él lo destapó y adentro se podía escuchar su mujer de antes hablando y se puso afligido. La viejita venía del río y como era w alasa, ya sabía todo. D ijo: 1'Sába d o te voy a mandar de regreso, alístate". Le dio permiso matar unos animales para llevar con él para el viaje, p ero n o con el rejón. Escogió e l m ás grande, 11 apuntó con los dedos )' dijo muérese'' y sa lió y echó en un saco e/ jagüía para e/ viaje. Pero el muchac ho pensó no está satisfecho con los animales que sus compañeros ya han matado Yquiere continuar la caza; ni está satisfecho más tarde cuando se le concede un anima l de cada clase y mata cinco con el método mágico que le ha enseñado su anfitriona. En cada caso la wa/asa se enoja por la cod icia del hombre. A l fin el hombre es cas tigado por no o bedecer a la walasa. Gran parte de la vida tradjcional tawahka necesariamente tenía algún gra.d o de interacción con los walasa , y .algu nas personas en particular se respetaban por sus conocimi~ntos del mundo de los espíritus. El dita/yang (sukia en misquito) era el mediador entre el mundo de los humanos y el de los espíritus_76 Él (o ella) era, como me dijo un anciano, "compadre con w alasa". Llamaban a los ditalyang (la palabra en tawahka se ·refiere a uno que ha visto con sus propios ojos) para curar las enfermedades causadas por los espíritus, pero no era n iguales que los curanderos, o diyamia n (que significa uno que ha hecho con las propias manos), que trata las 75 76 -138- Es_interesante notar que este cuento, que m e contó un muchacho de Yapu was que tení? uno~ veinte años, durante una conversación sobre los danawan, .tamb1en se mcluye en la etuogra fía de 1932 de Conzemius y en la colecc1ón de cuentos de Von Houwald. Tal persona se corresponde con la figura del chamán que existe en diferentes formas en muchas culturas. -139- 1 enfermedades pero sin una relación con el mundo de los espíritus (véask la s~cción sobre la sal ud). Para ser un ditalyang, la persona primero necesita sobrevivir a una experiencia en la que haya esta- hace algunos 50 años, q ue tenía contacto con el mundo de los espíri tus y q ue caía periódicamente en estados de trance (H ouse y Sánchez : 6) . do a punto de morir, en general padecer alguna enfermedad grave. La comunicación con los espíritus después se mantiene por largas excursiones por las mo ntañas o a través de los sueños. 77 Silvia: ¿Es cierto que Jos ditalyang hacían bien y también hacían mal? Estudiantes: SI, pero según explican, Jos sukias de antes curaban más a la gente, pero los de ahora practican más a matar que a curar. Silvia: ¿Entonces se ha degenerado la idea del ditalyang? Estudiantes: Antes cuando uno iba a consulta le declan lo que uno tenia con sólo verle a cara, pero hora los curanderos agarran no sé qué oraciones, van a arrancar las hierbas, después deshacen la hoja, después uno le va a untar en el pecho, en la frente y al día siguiente le dicen qué es lo que Estud iantes: fn esta parte que explica de la religión y de los militares, en eso sí estoy de acuerdo, porque hay veces que por la religión siempre hay protestas, son antisukia¡ entonces también por esa misma razón, la gente, cuando vino la religión católica y explicó de Dios, consideró que ser sukia es pecado. Entonces la gente iba dejando sus tradiciones. Cuando pregu nté si todavía era posible que una persona se convi rtiera en ditalyang, a pesar del hecho de que no había ninguno vivo, algunos pensaro n que sería posible porque los conoc imientos no tanto se acu mulan o consiguen de o tra persona, sino q ue se adquieren del contacto directo con los espíritus; los wa/asa, quienes enserian al ditalyang lo que (él o ella) neces ita saber. Sin embargo, uno tiene. la tendencia a hacerse dita lyang puede considerarse hered itaria, de Los habitantes con q uienes hablé en las comunidades tawahkas modo que hay ciertas familias con fama de pe li grosas por haber me dijeron que ya no hay ditalyang tawahkas hoy en día, pero que prod ucido tales indiv iduos en el pasado y por tener la pos ibi lidad entre los misquitos todavía hay unos sukia activos. Muchos dijeron d e producir dita/yang de nuevo en el futuro . que no lamentan esta pérdida, porque los ditalyang comerciaro n con una economía de almas y los consider~ron responsables de muchas muertes, pues el ditalyang tenía que entregar (por su muerte) a otra perso na a los espíritus. Algunos explican la desaparic ión de los ditalyang por la proh ibición de la iglesia y la persecución de los militares. El último ditalyang se dice haber sido Felícita Rosa 77 La ·importancia de los sueños en el proceso de diagnóstico no se restringió a los ditalyang; los sueños personales también revelan las_ca usas de enfermedades a los individuos. Por ejemplo, si un enfermo suena con agua, puede implicar que el espfritu del rfo pueda ser el responsable de su enfermedad. -140 - Estud iantes : Según dicen, si una persona há sido sukia, los descendientes también tienen que ser sukia. También eso es herencia que se transmite a la otra generación, pues era que se hacía un pacto con los malos espíritus o con los espíritus sobrenaturales que son los walasa. Se hacía un pacto de manera que si ella moría, moría cama/mente y su espíritu siempre quedaba presente en la sociedad a /a que pertenecla. - 141 - era tan fácil disparó otros dos pero ellos . ., , se escaparon Vo lvJO .~ casa con sus dos kekeyos. Luego su suegro llamÓ a su hl~a y /~ preguntó: "¿ por qué no me hace caso tu m ando . sólo trajo dos kekeyo a·casa pero los ot h · ~ ¡¡ , ros que eno a 1 están en el monte, con gusanos en sus heridas sufnendo, y su dueño me está reclamando. '"B ' Asl ella siempre podla ver quién de su familia podla ocupar el cargo, se le presenta a uno o a otro quien va a llegar a ser sukia. Si un sukia no hace este pacto se muere y se muere con todo y alma, o sea que ya no está presente en la sociedad, entonces hay menos probabilidad de que en su generación haya un sukia. Esta negociación entre los humanos y los walasa, facil itada por el dltalyang, es de naturaleza económica, e indica la imposibilidad Otra posibilidad es que los ditalya ng sí sigan ex istiendo, pero por- de separa r lo espi ritual de lo material. Los animales se dan a los q ue se consideran indeseables o malos, se juzga inapropiado o seres humanos, pero de una manera li mitada, controlada. 'A los tabú hablar de ellos abiertamente con extranjeros. La prohibi ción animales los cuenta y cuida el danawan, de modo que la explotación sin límites es inaceptable. y la persecución hi stórica pueden haber forzado la práctica de hacerse ditalyang en secreto. El hecho de que la gente confirmara la existencia de los sukia m isq uitos puede deci r más de los prejuicios interétnicos que de la existencia o no ex istencia de tales personas. Esto no se apl ica solamente a los anima les, los árbo les, 0 por lo menos los más importantes, como la caoba y la ceiba, también · También es posible, aunque no probable, que el ditalyang sea una tienen dueños. Así, rara vez talan la ceiba por su made:a (dicen figura mitológica, semejante a las brujas de Nueva Inglaterra; algu- algunos que talar una ceiba puede causar la muerte de un bebé nos miembros de la comunidad pueden creer y reclamar a otros el de la fa mil ia), pues es de significado especial para los tawahkas. tener poderes especiales o malos, mientras que el comportamiento Se considera un lugar donde se puede establecer contacto con los de éstos puede en realidad no ser diferente en nada de los demás walasa, específica mente con el espíritu dueño del árbol. 79 Había del grupo. quienes sospechaban que una muerte reciente en su com unidad se había debido a una enfermedad causada po r los danawan de los La siguiente histo ria muestra cómo los dita lyang negociaban con los danawan sobre sus recursos, los seres humanos y sus necesida- árboles, q ue se enojaro n por excederse en la tala de los árb 1 o es, incluso de la caoba, para exportar y vender la madera. des. El papá de mi mamá era sukia, o d italya ng en Tawahka, y él dio consejos a su yerno, mi papá, sobre dónde debe de ir a cazar. Le d io el sitio preciso donde había que esperar pero con la restricción de que sólo había que mata r dos kekeyo, no más . Pues el yerno fue al lugar avisado sin realm ente c reer en lo que dijo el viejo, pero después de un rato aparecieron una manada y disparó dos . y como -142- 78 Don Isidro M artínez, 7/2 6. 79 Ha~ ~ue notar que varios me comentaron que el espíritu de la ceiba es mr~rkr (norteamenc~no); que habla inglés y que los que en tran en una relacrón con ~sle esprnlu lambrén podían hablar inglés. Como prueba, citaron haber ordo a un hombre local hablar inglés desp ' d ues e em pezar una •• re 1ac ron con ese espíritu, y no hay otro modo de haberlo aprend'd U a 1C d .b. ~ r o. n < r ran o me . escn ro una vez a una sirena rubia y zarca Vald ~ 1 · · 1 · • na a pena rnvestrgar a rdentidad anglosajona atribuida a estos espíritus. l - 143- Las historias que cuentan de los danawan y su relación con los 1. Biri-biri humanos nos dan claves de la visión tawahka de la naturaleza humana. Sugieren fuertemente que los tawahkas reconocen una En las comunidades tawahkas estas reglas y prácticas sociales son tendencia general humana hacia la cod icia y que esta tendencia es más visibles en la forma del sistema de ayuda mutua del biri-biri, refrenada por los espíritus locales q ue toman acción en contra de el cual consiste en rea li zar trabajo en eq uipo y compartir comida las personas que matan demasiados animales o talan demasiados colectivamente. 81 Descri bí el biri-biri como yo lo observé en Ya- árboles. La codicia y la envidi a, tendencias humanas relacio nadas, puwás en el capítulo V. La práctica del biri-biri asegura la distri- las manejan mediante relaciones sociales específicas, como voy a bución igualitaria de los alimentos entre todos los miembros de la describir en el próximo capítulo. comun idad, permite que el trabajo se comparta equitativamente y B. Envidia e igualdad: relaciones sociales y económicas recíprocas previe ne la acumulación dispar de la riqueza. La práctica del biribiri probablemente se desarrolló porque contribuyó a la supervi- vencia del grupo. Envidia es una preocupación de mucha gente aquí. Y les preocupa m ás prevenir situaciones que podrían c rear envidia, que buscar la solución m ás efic iente o práctica. 80 ' Los que critican la sociedad "moderna" por sus desigualdades, su ind ividualismo y su cod icia, y que buscan modelos alternativos, a veces presentan las sociedades indígenas de poc·a extensión como ejemplos de un "comunismo primitivo" en el que la riqueza se distribuye equitativamente, los recursos se comparten y la propiedad individual no se conoce. Esta visión coincide en gran parte con lo que pensamos de la sociedad "tradicional" tawahka en cuanto que igualitaria y colectiva. Si n embargo, aunque una visión romántica pueda considerar tal arreglo social como manifestación de algún estado humano más puro de bondad y generosidad, de hecho exige reglas y prácticas Marlen preparando langosta soc iales muy estrictas para asegurar el mantenimiento de esa dinámica igualitaria y para evitar los resultados negativos de ciertos rasgos básicos huma nos, más obvi amente de la cod icia y la envidia. 80 Peter Mueller, cooperante alemán que trabajaba en las comunidades tawahkas; de las notas de campo, l /2 1. - 144- 81 la idea de biri-biri parece ser particularmente atractiva para los extranjeros y hasta inspiró un CD de música (con el mismo título) por el etnomusicólogo ruso lgor Golubniakov. -1 45- Estudiantes: Bueno, tocando ese término de biri-biri es un poco contradictorio, yo estoy de acuerdo con que antes cuando yo estaba más joven, todas las cosas, cuando yo estaba en primer grado, todo animal que trafan a la casa, seguro que le iban a mandar su ración a uno, eso asf era antes. Por ejemplo para hacer un trabajo la gente trabajaba e iba a ayudar a otros, pero ahora como la población es bastante... Cuando yo digo que la comida se compartfa en las casas sólo eran como 90 casas, con un kekeo o una jagufa sobraba, pero ahora que son como 160 familias es dificil distribuir a toda la familia. Entonces por la cantidad de población uno va dejando esas cosas, antes repartían comida pero ahora ya no. Si yo mato un kekeo o un venado, los más familias es segurito ·que van a comer: mi hermana, mis sobrinos, etc. El biri-biri se práctica todavfa pero entre la familia, por ejem- Antes compartían por lá stima, por amor, no conocían la Biblia ... Antes trabajan parejo, van nivel. Mira ahora, Biblia, cristianos, dicen , pero no tienen lá stima, no tienen amor, duro el corazón. 82 En Yapuwás, donde la distribuc ió n de carne es una práctica general, a menudo mencionaron a Krausirpe como un ejemplo de la pérdida de las costumbres del biri-biri. " Krausirpe es tawahka, Krausirpe es misma raza, pero no le da de comer, no le regala" .83 En Krausirpe me dijeron que si uno quiere algo de carne que otro haya cazado, tiene que comprarla; no hay nadi e que le regale carne ali á. Y esto es de veras lo que observé dura nte mi parada 'breve en Krausirpe. Puede ser que tenga mucho que ver con su tamaño; Krausirpe es tan grande que sería muy difícil cazar la suficiente carne para compartir con cada casa, de modo que el compartir se restringe a las casas de familiares. 84 plo en Krautara la ventaja es que todos son familia. Las reglas sobre el biri-bitri probablemente son menos obligatorias ahora que antes, pero también es probable que nunca se hayan Los ancianos mencionaron que lamentan que la distri bución de los observado completamente. Más importante, las reglas representan al imentos, sobre todo la carne salvaje, como una práctica tradicio- un ideal de comportamiento humano, más que una pauta real de nal tawahka importante, se esté perdiendo gradualmente. Un an- relaciones sociales, un ideal que todavía hoy en día se comunica, ciano me contó con detalle como "en antes", después de una caza incluso si no siempre se cumple. exitosa, preparaban una comida grande y la servían en grandes hojas de bijao, acompañada de chicha; toda~ las casas la compartían. Bebidas fermentadas de las frutas de la palma supa, de piña, de caña de azúca r, de maíz, de naranjas y de yuca, entre otras, son asociadas con la vida social tradicional y con la práctica misma de comparti r alimentos. Algunos tawahkas asocian el fracaso del biri-biri al aumento de la presencia de la Iglesia. -146- 82 83 84 Jacinto Sánchez, cinta l . Jacinto Sánche7, cinta 1. Es interesante notar que cuando pregunté a dos habitantes no tawahkas de Yapuwás sobre la re partición de carne, primero me dijeron que no conocían till práctica. luego dijeron que till vez sus esposos tawahkas comían carne mientras estaban en las casas de sus hermanos tawahkas o de las de la fa milia extendida, pero que ellas (ladinas) y sus niños muy rara vez recibían porciones. A estas mujeres pueden dejarlas fuera de la repartición de carne por una variedad de motivos. Tal exclusión puede servir de pres ión o estímulo para que los tawanka s se ca sen dentro del grupo en vez de casarse con no tawahkas. Las dos mujeres han estado en la aldea hace sólamente unos 5 años, son monolingües en españo l y permanecen al margen c..le las discusiones, decisiones y proyectos comunales. 1 -14 7- Segú n mis entrev istas preliminares y conversaciones informales, l. La brujería pa·rece que en Krausirpe las enfermedades se atribuyen más a la -La segunda categoría de enfermedades, introducida al empezar brujería, mientras que en Yapuwás a los espíritus naturales. Si en esta sección sobre las enfermedades y la espiritualidad, fue la de Krausirpe atribuyen más enfermedades a la brujería motivada por la las atribuidas a la bruj ería, llamadas daño, hechicería o mal oficio. envidia, esto puede vincularse con las diferencias de riqueza más Implican que un ser humano haya dañado a otro po r med io de ma- grandes dentro de su población o con la presencia de fam ilias que gia, plantas y oraciones, a veces con la ayuda pagada de un espe- histórica mente han estado asociadas con la brujería. ciali sta. El motivo más comú n para la brujería, me explicaron, es la ·envidi a. En su esencia, la envidia es resultado de que una persona Podemos entender más sobre la importancia de la envid ia y la bru- o un grupo siente que le falta algo que otra persona u otro grupo jería al considerar la reciente historia tawahka, que se destaca por posee. En las comunidades tawahkas la envidia es causada por la el abandono periód ico de centros de població n y por las explit acio- prosperidad económ ica de los demás, así como por oportu nidades nes múltiples con respecto a estas mudanzas abruptas. Pero éste especiales y descontentos románticos, entre otros. En algunos casos es un estudio de cultura y no de historia, de modo que lo que es se puede entender la envidia como un indicador de la distribución de interés no es determinar cuá l de las versiones es históricamente desigual de riquezas u oportunidades. 85 fi el, sino entender la ex istencia de estas diferentes exp li caciones.s6 Las diferencias culturales entre las aldeas de Krausi rpe y Yapuwás En la población de Pautar Busna, ubicada en el Río Wampu, alre- son particularmente interesantes en este sentido. En Yapuwás las ded or del año 191 5 los habitantes de repente empezaro n a enfer- distinciones econó micas entre las familias son mínimas, mientras marse, Y la mayoría se murió. No había suficiente gente sa ludable que en Krausirpe tales diferencias son más visibles. En Kra usirpe para enterrar a los mu ertos, de modo que los pocos sobrevivientes hay algunas familias que tienen pulperías y otros tipos de comercio huyeron Y con el tiempo funda ron otras aldeas. Es cierto que la y por eso tienen más acceso que los demás a ingresos de dinero, muerte extensiva nos sugiere una epidemia. Pero también o í que la tanto como lo tienen los habitantes que reciben pagos por trabajar enfermedad se atribuyó a otras causas. en proyectos de desarrollo comunal. Tener un motor fuera de borda propio o una motosierra en Krausirpe es otra medida material de las Una vers ión dice que en ese momento de la historia, a las mujeres diferencias de estatus económico y de estratificación emergente. tawahkas les prohi bi eron casarse con los misquitos . Un hombre misquito se había enamorado de una muc hacha tawahka de Pautar Busna Y se puso tan enojado por no poder tenerla, que por venganza empleó la brujería para matar a todos en la aldea. Otra versión 85 Un muchacho tawahka en Krausi rpe me dijo que pensaba que los habitantes misqu itos te nían e nvidia de las oportunidades d e los tawa hkas de viajar a Tegucigalpa y de estudiar allá y por eso los misquitos a ndaban causando daño a algunos tawahkas. -1 48- 86 Véase Cruz Y Ben ítez, Antecedentes histó ricos de los asentamientos tawahkas, pp. 297-309 para información más deta llada sobre la historia d e las a ldeas recientes tawahkas. -149- r~f~en~~ ' ' d ice que los misquitos querían venganza pqrque los taw ahkas no la acumulación de riquezas y fomentar la costumbre del compartían sus conocimientos y secretos sobre cómo hacer cayu- bm-bm en contra de lo que se perci be como un rasgo def· .t. cos. peligroso, la envidia. . Alrededor de 1940 había una población en el otro lado d~ l río de lnl IVO y C. Estudios de casos y conclusió n la aldea actual de Yapuwás. D icen algunos que ésta fue la primera Yapuwás; otros dicen que se llamaba más correctamente Dimikian. Algunos anci anos nacieron allá o se acuerdan de haber viv ido allá. Termino con unos estud ios de casos q ue, aunque no dan deta- U na expli cación del abandono del sitio es la siguiente: El infame ll es sobre los procesos de diagnóstico o de curación específicos, sí Ignacio " Nacho" Elvir y un asociado, Berríos, los dos ladinos, ha- muestran cómo la gente interpreta los síntomas y busca tratamien- bían andado opri miendo y explotando a la gente tawahka, em- tos eficaces. En distin tas ocas iones me explicaron pleando labor forzada y violando a las mujeres tawahkas. Hubo creencia en los espíritus o la brujería de la siguiente manera: Si una una masacre de los habitantes del sitio cuando Elvir sospec hó q ue persona se enferma, busca a algu ien con conocimientos para qu~ los tawahkas intentaban rebelarse. le dé un diagnóstico con base en sus sfntomas y fE~ recete un reme- 0 just ificaron la dio o contra, q ue a menudo tiene q ue ver con oraciones y plantas En los dos C(\SOS de Pautar Busna y Dimikian hubo otra explicación, la de conflictos interiores y descontento que resultaron en un envenenam iento masivo. D icen que se dieron entre sí veneno de plantas en wab ul, po r motivos de envidia ro mántica o de celos. Esto sugiere que los tawahkas reconocen que la envidia y la hostilidad socia l pueden llegar más allá de la enfermedad individual hasta causar la destrucción de aldeas enteras. medicinales Y Si el tratam iento es eficaz, y con frecuenc ia lo es el diagnóstico del curandero se confi rma, tanto como la mera exist~n c ia de los mal os espíritus o de la brujería. A veces fa identidad de la enfermedad se estabiliza no por eva luar los sínto mas en sí, si no por un proceso de eliminación de acuerdo con el cua l se emplea un tratamiento apropiado contra una clase de enfermedades, pero si no si rve, se trata con otro, etc. Cuando se encuentra el trata- La preocupació n tawahka con la envidia, como se ve en esta ver- miento eficaz, éste establece la verdadera ca usa de fa enfermedad. sión de la historia y como se notó en la cita inicial del capítulo, Este proceso de eli minación puede también incluir consultas con es sobre todo una preocupación por la igualdad económica y el una variedad de practicantes, incluso enfermeros estatales en una equilibrio social. Si consideramos que la envidia es el resul tado de clínica de salud, curanderos loca les misquitos y tawahkas y hasta curanderos en Tegucigalpa . que una ·persona o un grupo tiene algo que no tiene otra persona u otro grupo, entonces el deseo de ev itar situaciones que puedan ca usar la envidia será también el deseo de evitar la creac ión de condiciones que puedan benefic iar a algu nas personas más que a · haObservé un caso en el que un anciano respetado, con qUien bía conducido entrevistas, había estado enfermo. Dio sus síntomas otras. En vez de una sociedad armoniosa en la que falta la envi dia, la envidia es una parte integral en el mantenimiento de una di námica i ~u a litaria; la envidia es un indi cador de desi gualdad y puede · 150- 87 Véase Paul House e lndalesio Sánchez, Mayangna panan basn · p¡ . · 1 d 1, an 1as 1997. ' Oll , med ICina es e 1 pueblo tawahka, The Nat ura l History Museum Lond -15 1- como dolor de cabeza, mareo y fiebre, y había decidido consul- La muerte de una mujer joven en Ya puwás de co~plicac iones de tar a un curandero misquito ambulante de Nicaragua, au nque el emba razo debidas a la ma laria también se atribuyó a varios facto- ancia no mismo tenía muchos conocimientos de las plantas medi- res, incluso a bañarse en el bosque en su estado, a malos espíritus ci nales. A cambio de contribuir con dinero para el pago del curan- de los muertos y a cuidados inadec uados una vez en el hospital. dero, me permitió observar dos rituales de diagnóstico med iante Des pués que ll egaron las tristes noticias por la rad io, entre las atri- los cuales el misqu ito determ inó que la causa de la enfermedad buc iones de responsabilidad en la aldea oí que un hombre dijo del anciano era daño, probablemente causado por la envi dia.88 Los " todos somos cul pables", lo que colocó la muerte completamente ritua les exigía n cosas de la pu lpería: velas, Agua Flo rida, Esencia en su contexto soc ial. 90 / Coronada y Ron Plata. Tuvieron al fin que sustituir lo úl timo por agua de coco porque no se pudo encontrar ron en la aldea. No La muerte reciente de un hombre en una comunidad taw ahka me estoy segura de los deta lles del tratamiento que al fi nal recetó, la explica ro n de tres diferentes maneras, según las tres categorías pero incl uyó quedarse dentro de la casa lo más pos ible y no pasa r de enfermedades mencionadas en el pri ncipio de esta secc ión. Al- tiempo fuera de la aldea; el no obedecer estas dos indi cacio nes le gunas personas atribuyeron la muerte del hombre a una enferme- haría al pac iente más vulnerable. Poco después, el anciano asistió dad bioméd ica, relacion<tda co n el consumo de ca rne de cerdo. a una presentació n de un promotor de salud visitante mandado por Después de su muerte mataron a tiros todos los cerdos en la aldea. el Estado co mo re~pu esta a una epidemia de malaria en la regió n. O tras personas de una aldea vecina me d ijeron q ue pensaban que Ento nces el anciano me dijo que ahora pensaba qué su enfermedad su muerte tal vez le causaron los danawan, q ue pudieron haber podría ser la malaria 89 estado enoj ados con él por las grandes cantidades de madera que . ta laba pa ra vender y exportar. El hombre tenía su p ro pia motos ierra Es impo rta nte notar que dado el caso de un conjunto de síntomas y fue miem bro de una cooperati va maderera . Vari as personas me· particular o enfermedad, puede ser que no exi sta una explicación co ntaro n que el hombre había muerto por brujería moti vada por la única y unánime (que sólo será posible posteriormente), sino más envi dia, y me expli caron q ue tenía más riqueza q ue muchos otros bien interpretaciones múlti ples coexistentes que varían según la en la aldea; su éxito econó mico fue debido a la madera que taló y persona que habla (y posiblemente según el i nterlocuto r). Esto re- vend ió. Tenía pu lpería también, además de un cayuco grande con flej a las d iferencias en el co ntexto soc ial de la persona que expl ica, motor fuera de borda, posesiones materiales que tienen sólo pocos y que i ncl uye desde su comunidad de residencia hasta su estatus en la aldea. econó mico y su grado de interacció n con personas no taw ahkas. En nuestras co nversaciones m uchos tawahkas me hablaro n sobre la preocupac ión que tienen sobre el tema de la brujería y un fenó- 813 89 N o tas de campo, 7/23. M e duele informar que el anciano arriba descrito, es don Isidro M artínez, quien murió de causas desconocidas un año después del acontecimiento meno relativamente reciente que estaba ocurriendo. Los jóvenes, 90 N otas de campo, 7118. descrito. - 152- - 153- ·. dicen, estudian c ierto l ibro del que se encuentran varias copias en sobre los asuntos extraños y peligrosos que tenían lugar ahí, sobre las aldeas. Este libro lo trajo un ladi no de Nicaragua que se esta- todo por la noche, cuando debía de estar segura dent ro de una bleció en Krausirpe hace algunas generaciones. Cuando se murió casa. Durante los días en que hice el trabajo de campo en Krausir- (alrededor de 1960), había "muchas lechuzas en los árboles como pe, hubo una epidemia de locura que dificu ltó todas las actividades zopilotes esperando" .91 Fue después de la muerte de este hombre normales. El trabajo (el mío tanto como el de los demás habitantes) que empezaron a usar el li bro, de título Magia negra, magia blan- fue interrumpido bruscamente durante lapsos indefinidos por los ca. Creen que este libro enseña "cómo tener una relac ión con el locos que ga lopaban con machetes y palos. Como consecuencia, diabl o a través de sacrificar a am igos y familiares a cambio de más la conversación casual a menudo volvió a esta situación terrible y conoc imientos". Esto es distinto de lo de un sukia, me dijeron, ya a la vez cómica. que aprenden d e un libro, mediante el estudio, mientras un sukia aprende directamente de los es píritus . Más importante, el sukia Segú n la gente, la locu ra también existe en las poblaciones mis- sabe ~ómo curar. Los que estudian el libro, en su mayoría jóvenes, quitas río abajo y en Ni ca ragua. Una ladina res idente en Yapuwás "sólo ca usan daño, no curan, no saben curar ." Algunas personas me dijo que la locura no se limita a los taw ahkas y misquitos; sus relac io nan el aumento perc ibido de las enfermedades causadas por dos hermanas la tenía n, pero creía que sólo ex istía en la Mosquitia. la brujería con el aumento de jóvenes que pueden leer Yque se me- Contó que las dos mujeres se curaron con plan.tas. 92 La locura no ten en la magia negra. El significado del aumento de la educación Y es un estado permanente, sino que las personas a quienes aflige el saber leer en este contexto, en el que esta situación puede hacer tienen episod ios o ataq ues de vez en cuando, du ra nte los que se que uno sea motivo de sospecha de ejercer la brl:'jería, debe consi- vuelven violentas y vagan o galopan por la aldea d irigiendo su derarse cuidadosamente si es que los proyectos ed ucativos han de agresió n contra las casas y contra la gente que se esconde adentro. resu l tar eficaces . El aumento de acceso a la info'rmación impresa de Me advirtieron que si me metía en el ca mino de un loco, podría parte de algunos miembros de la comunidad puede causar envidia matarme, porque "no sabe lo que hace". M e dijeron también que y divi sión con el resultado de situaciones sociales peligrosas . después de un episodio, el loco no recuerda dónde ha estado o qué acaba de hacer. Un individuo, que había experimentado la locura Un ejemplo final de una enfermedad con m~ltiples explicaciones en la adolescencia y que se curó más tarde, me describió cómo él es una d e carácter psicosocial que se llama "locura", que presento y o tros habían experimentado el principio de la locura "Puede estar aquí solamente en breve, y que sin duda amerita más investigación. no más sentada, hablando a una amiga y ve a un hombre pero su Antes de presenciarla en Krausirpe, había oído de ell a de mis ami- amiga no lo ve. Se acerca y le ofrece que beba de un cá li z. Aun - gos en Yapuwás . Mu chas personas me contaron que no les gustaba que se rehúse, le hace tomar a fuerzas del vaso, y cuando lo hace, ir a Krausi rpe (" no me ha llo allí" decían), y antes de que me fuera a encuentra que está lleno de sa ngre. Después de tomarse la sa ngre, pasar un tiempo en ese pueblo más grande, me dieron advertencias empieza . 93 9 1 Entrev1sta con Virgini a Maclin, 2/ 2000, Tegucigalpa . 92 93 - 154- Notas de campo, 7115. Transcripción libre de una conversación con Ana Mirla. -155- Algunos creen que esta enfermedad tiene su origen en Nicaragua en el temor razonable de las consecuencias para nosotros los seres y que es causada por la brujería. Algunos dicen que los jóvenes huma nos. Igualmente, se puede proponer, un mundo en el que el tawahkas experimentan con una variedad particu lar de magia ne- poder global po lítico y económico se distribuyera más justamente gra que estudi an en un libro secreto, mencionado arriba. Otra per- y que no resultara de un consenso genera l de realizar la justicia sona creía que la brujería la hacían los misquitos por envidia de las social, si no que nacería más bien del simple miedo racional de las oportunidades de las que gozaban los tawahkas. Según otros más, consecuencias negativas de la distribuc ió n desigual de las riquezas, la locura la causaban los malos espíritus naturales o los espíritus sobre todo del temor a la violencia, a la destrucción y al "daño" de los muertos. Otros pensaban que el tamaño y la ubi cac ión del que puedan hacer los "envidiosos". cementerio en Krausirpe tenían la culpa, o el agota.miento de los recursos loca les. El aumento repentino de casos de locura en ese momento también era considerado como una reacción al gran número de muertes recientes en las aldeas tawahkas, por diferentes causas. La locura es un fenómeno complejo que probablemente refleja los problemas importantes en la vida actual tawahka, y merece una consideració n detenida y sensible en el futuro. A la luz de lo arriba mencionado, los tawahkas han podido evi- tar la acumulació n diferenciadora de riquezas no por tener una conscienc ia social bien formada, sino más bien por el temor a sus consecuenc ias negativas. Toman las decisiones cotidianas con la consideración de si c ierta acción pudiera provocar la envidia dentro del grupo y así aumentar el riesgo de enfermedad persona l o hasta de muerte. De la misma manera, y con el resultado de disminuir aún más el estereotipo del " noble salyaje", el consumo regulado de animales de parte de los tawahkas puede resultar no de una consciencia ecológica bien formada si no de un temor a las repercusiones desagradables que creen que pud ieran resu ltar de la sobreexplotac ión y el abuso de los recursos naturales. En esto puede haber una lección para nosotros: una relación sostenible con el mundo natural y una solución a los grandes dilemas ecológicos actuales, no deberían basarse en ideales románticos sobre la belleza de la Naturalez a, sino más bien en los conoc imientos reales y - 156- - 157- VI. EPÍLOGO 2011 Subiendo el rio Patuca desde Wampus irpe, pasamos las comunidades de Krausirpe y Krautara, que se ven aún como yo las re cuerdo: las casas en alto en la ribera d erecha, y en la ribera izquierda la montaña enarbolada, puntuada con guamifes y platanales, las parcelas de m aíz y frijol recién sembradas en la vega . Pero antes de llegar a la altura de la desembocadura del Rio Wampú que marca la división entre las tierras comunitarias de Krautara y Yapuwás, el paisaje cambia radicalmente. Es com o 1 conocer a alguien con pelo abundante qu'e es reclu tado por el ejército y le rasuran la cabeza; el cambio es tan abrupto que cuesta reconocer a la persona. Los cerros pelados cubiertos d e zacate revelan la forma de la tierra que antes había sido misterio. D e una casa sola, rodeada por tierra recién escombrada y unas 20 cabezas de ganado, sale una mujer ladina, habiendo v isto nuestro pipante en el río, nos muestra de lejos su rifle automático, como queriendo decir 'aquí mandamos nosotros'. Aun antes de desabordar el pipante en la comunidad de Yapuwás se ve que el frente de colonización ladina ganadera que hace una década amenazaba a las comunidades tawahka de Parawás y Kam aka sna río-a rriba, ha avan zado engulle ndo también a Yapuwás. Cuando al fin llegamos, al subir la empinada o rilla hacía la comunidad, lo primero que veo es una lo na de plástico negro tendida al sol, con semilla de zaca te para siembra de potrero . Es obvio que en los Líltimos 1O años un cambio ha ocurrido alrededor y dentro de la aldea. 94 94 NOtilS de Cilmpo 19/ 1/20 11 -159- Potrero en las fa ldas del cerro W ampú Leonardo Y Daira, hijos de Simón Ortiz, con sus vacas ahora; comparar con la foto de 1999 de Leo y Daira pilando arroz pág. 65 Han pasado doce años desde que escribí los capítulos anteriores . El documento original servía como insumo interno para el proyecto ' Es importante recordar que el momento cuando realicé el trabajo PEBIT, pero aho ra con financiamiento del Instituto Hondureño de Antropología e H istoria (I HAH) y del Programa Conjunto Creati- de campo inicial fue pocos meses después de que el H uracán Mitch vidad e Identidad Cultural para el Desarrollo Local, tenemos la hubiera destrozado la vieja aldea de Yapuwás y sus habitantes se oportun idad de publi carlo y contribuir a la modesta literatura sobre reasentaban en un nuevo sitio al otro lado del río. Había n perdido la situac ió n actu al del pueblo tawahka y los cambios ocurridos la mayor parte de sus siembras, y los granos almacenados para se- durante la primera década de este milenio. Para actualizar el li bro, mi lla también se había n dañado. Deb ido a esas circunstancias la volví a v isitar la misma comun idad, Yapuwás, donde había estado v ida material había sido reducida a su forma más básica, y es posi' · en 1999. En el intervalo de tiempo, Simó n Ortiz, el padre de la ble que ciertas prácticas, como el biri-biri o la misma caza, fueran famil ia con que más tiempo pasé, había si~o asesinado cuando más evidentes por la precariedad del momento. 9s Parte del cambio viajaba por el rio. Al volver, fueron su vi uda y sus hijos mayores y que vi al volver responde indudablemente a la recuperación ma- sus fami li as quienes, en gran medida nos mostraron pacientemente terial del desastre natural. Pero otros cambios fundamentales que como es la vida en Yapuwás ahora. Digo nosotros porque en esta observé corresponden a presiones externas e interacciones con la segunda ocasió n fui acompañada por el c ineasta documental ista rea l idad naciona l hondureña, y no a un retorno a la 'normal idad'. hondureño, Osear Estrada. Aunque solo pudimos estar 15 días esta En este epílogo descri bo primero los cambios convencionalmente vez (c iertamente insufi cien te para en tender muchas cosas) el ree ncuentro me permitió percibir algunos de los cambios más ciramáti- 95 cos que han ocurrido en los años transcurridos. 1- 160- Para n:ás información sobre es trategias d e sobrevivencia de los tawahkas despues del huracán ver M cSweeney 2005. -161- _J 1 categorizados como parte del progreso y desarrollo: un aumento de acceso a los servicios estatales de educac ió n y salud, un aumento en uso de electricidad y consumo de productos no locales, y otros cambios asociados. Después describo la incorporación de la ganadería en la agricultura de subsistencia de los tawahkas de 1 l 1 " El Desarrollo" Cuando conversé con los residentes de Yapuwás sobre cómo había camb.iado la vida en la última década, siempre hablaron de la pérdida del territorio. Con una poblac ión en expansión de aprox ima- Yapuwás. Finalmente describo la pérdida aparentemente inexora- damente 330 personas, en 48 fami lias (según datos del profesor), se ble de la tierra que tradicional y lega lmente corresponde al pueblo había du pli cado el tamaño de la aldea, mientras el territorio se ha- tawahka y lo que veo como el fracaso del Estado en su función bía reducido, causando preocupación sobre el futuro de la próxima de implementar leyes existentes para proteger los derechos de los generació n. 96 Pero también mencionaron varios cambios que valo- pueblos indígenas y el medio ambiente. A eso debo añadir que no raron positivamente, en particular el fortalecimiento del vínculo de emprendí mi v iaje con la expectativa de escribir una lamentación la comunidad con las instituciones estatales de educación y ~a lud . sentimental sobre la destrucción de otro pueblo indígena, pero mis Esta vincu lación a su vez potencia otros cambios como la introduc- observacio nes no me perm itieron mantener una estancia " neutra" o c ión de la labor asalariada (que causa una incipiente diferenciación fríamente académica de cara a la abierta violación de los derechos de estatus económico dentro de la comunidad), un aumento en el de este grupo y la destrucción de un sitio patrimonio de la huma- consumo de productos no loca les, y el uso de electricidad genera- nidad. da por motores de gasolina. Mi impresión es que en genera l estos cambios son valorados positivamente por los tawahkas no úni ca o primariamente porque mejoran la ca lidad de vida, si no por su valor simbólico ya que son cambios que representan el "desarrollo" y el "progreso." Con palpable satisfacción, las personas señalaban la escuela primaria como un logro significativo de los últimos años, en particular el nuevo edificio de múltiples aulas, que junto con la clíni ca eran las únicas estructuras de bloques de concreto en la aldea. Después de varios años y una interrupción pro longada, tenían un monumento a la educación formal. Miembros de la comunidad habían ayudado a jalar arena, pero la escuela fue construida por albañiles traídos por el FH IS. 97 El hecho de que todas las escuelas públi cas primarias de 96 Retrato de la fami lia de Leonardo Ortiz - 162- 97 Para un perfil demográfico de los taw ahkas y las característi cas e implicaciones del crecimiento poblaciona l ver M cSweeney 2002 Adem ás de la escuela, los albañiles dejaron por lo menos un hijo gestado con una joven de la comunidad cuando se fuero n. - 163- .. Honduras tengan una arquitectura similar, reconocible, contribuye usando particul armente en conversaciones con personas mayores, a la percepc ión de que la comun idad es ahora parte del país, y o cuando quieren que su conversación no sea entendida por los contribuye a la construcción de una identidad basada en la nación. ladinos. Pero entre jóvenes y en espacios de reunió n el idioma miskito es el que más se utiliza. Con algunas excepciones, parece Más allá de la estructura y su va lor simbólico, los pad res de familia que en Yapuwás la nueva generación sigue aprendiendo los tres expresaron una enorme satisfacción con el maestro, un hombre idiomas, tanto en casa como en la escuela. originario de Yapuwás, egresado del programa PEBIT . Por ser de la misma aldea, no 'desaparece' como maestros previos no-tawahkas, La úni ca preocupación que escuché en Yapuwás sobre la educa- y ahora hay clases con más regularidad. Incluso otros maestros ción fue política; por un lado son pocos adultos los que poseen tawahkas de Krausirpe habían tenido la tendencia a ausentarse las destrezas que creen necesarias para ocupar posiciones políticas cuando surgían emergencias familiares. Una segunda maestra gra- (leer y escribir), con lo cua l, suelen ser las mismas personas Jas que duada del PEBIT recién empieza a ,trabajar en Yapuwás. Au nque ocupan posiciones de liderazgo en la comunidad. El maestro es a aún no se ponen en práctica un currículo o materiales especializa- la vez presidente del patronato de la comunidad . A lgunas personas dos bi lingües, 98 las personas aprecian que el maestro utilice los tres considera n que él está tan ocupado como maestro que no tiene idiomas de la zona, igual que sus aproximadamente 70 estudiantes. tiempo sufic iente para cumplir adecuadamente las responsabilidades del car80 político, y que podría haber un posible conflicto de Vale mencionar aquí la situació n étnico-lingüística. Aunque no intereses al tener que tomar decisiones sobre la escuela. tengo números exactos, mi impresión es que Yapuwás mantiene su característica étnica tawahka. Aunque hay mujeres miskitas y hom- Igual que con la situació n de la escuela, los residentes seña lan bres ladi nos que han venido a vivi r en la comunidad como com- su satisfacción de tener ahora un centro de sa lud en la aldea. En pañeros de hogar de personas o riginarias de Yapuwás, estos son muchos casos los habitantes de Yapuwás todavía resuelven sus pro- pocos y casi todos los residentes se identifiquen como tawahkas . blemas de salud con plantas y remedios tradicional es, pero cuando Lingüísticamente fue mi percepción que el idioma tawahka se sigue estos no dan resultado, les gusta saber que está el centro como respa ldo. Emergencias más serias aún implica n gastos y largo viaje, pero aprecian mucho tener un enfermero (de la aldea, que también 98 En el momento de mi visita, materia les educativos bi lingües (tawahka-español), producidos por el Programa Nacional de Educación para las Etnias Autóctonas de Honduras (PRONEEAH), estaban almacenados en ca,as en las escuelas. Según me explicaro n algunos maestros, no habían recibid~ aún la autorización del director municipa l de educaci ón para usarlos. Cas1 una década después de formarse los maestros tawahkas, aún no estaba siendo utilizado un currículo bi lingüe intercultural. En mi consideración, la experienc ia de educación bilingüe intercultural tawahka merece una evaluación de seguimiento que incluya el traspaso del proyecto PEBIT al Ministerio de Educación, para entender mejor los éxitos y obstáculos de su fue estudiante en el PEBIT) y una enfermera quienes no solo hablan tawahka, si no que dicen: "nos .entienden." Es notable que muchos de los usuarios del centro sean mestizos, llamados "ladi nos" o (irónicamente) "indios" por los tawahkas. Ahora que el frente de colonización ha sobrepasado la aldea en su avance hacia la costa , muchos de los pacientes que buscan atención en el centro son los trabajado res de los predios ganaderos, y los ca mpesinos que viven implementación. - 164- -165- alrededor. Por ejemplo, una mañana que estuve observando en el centro de sa lud, los enfermeros atendían a dos mujeres jóvenes quebradas cercanas de la aldea y las infecciones intestinales son comunes. adultas que habían traído a sus bebés en pipante desde la hacienda que cuidaba n arriba en el Río Wampú, y con ellas un joven de Planteo que gran parte de lo que valora la comunidad al tener es- unos 18 años con malaria. Atend iendo a los síntomas, el enfermero tablecimientos de los sistemas estatales de ed ucación y salud, es le d io a este último medicamento para malaria. H ace una década que contribuyen a una sensac ión de in clusió n contrapuesta a la las personas en esta zona morían por falta de ese medicamento. experienc ia histórica y actual de margi nac ió n estatal. Esta sensac ión es reforzada por la influencia que la comunidad ha podido Los enfermeros admiten que el centro enfrenta dificultades; no ha- ejercer sobre quienes ocupan las plazas de maestros y enfermeros. bía reactivos para hacer pruebas rápidas para confirmar los casos Dijeron que antes había o tro maestro de o tra aldea tawahka, tam- de malaria, el panel solar y la batería habían sido robados, des- bién egresado de PEB IT, asignado a la escuela de Yapuwás, pero pués reemplazados, pero ahora la refrigeradora no funcionaba y no que a los padres de familia no les pareció como trataba a lo~ r'liños. podía n mantener vacunas en el centro. El radio de comun icación So licitaron formalmente (a través del patro nato) que fuera reemp la- que existía durante mi primera visita se había arruinado hacía años zado, Y la solicitud fue cumplida. De forma similar, una enfermera y aunque lo mandaron a reparar, nunca volvió a la comunidad . . misquita con plaza permanente en el centro de salud de Yapuwás ' Y como tampoco hay no era del agrado de la población porque " parecía que ella prefería seña l de te lefonía celu- a los de afuera" - a los ladi nos que llega ban a la clínica. Nueva- lar, actualmente no hay mente solicitaron de manera formal que la empleada pública fuera forma de pedir ayuda remplazada y así fue. Esta posibilidad de influir en el func iona- · en casos de emergencia miento ~e las instituciones locales del Estado es nueva y de gran méd ica, o para avi sar importancia (ya que antes en Yapuwás no ex istía ni centro de sa- cuando necesitan algún lud ni escuela plenamente fu ncional). Si n embargo, esto cont rasta insumo material. completamente con la impotencia que sienten las mismas personas al intentar defender su territorio y no contar con el respaldo estatal. El. principal problema de sa lud comunitario La existencia de trabajadores asalariados en la aldea (los cuatro es la falta de un siste- puestos públicos en los establecimientos mencionados) y la cre- ma de agua potable; c iente posibilidad de trabajar en la ganadería (como jornaleros para actualmente agua los ganaderos ladinos, o en el caso de uno de los vec inos con un para tomar es recogida negocio propio) está cambiando la vida materia l y la estructura en baldes (generalmen- social de Yapuwás. Ahora hay tres pu lperías bien surt idas perte- te por las niñas) de dos necientes a individuos/familias que han tenido un mayor acceso el a dinero pa ra inversión : el profesor, el padre del enfermero, y un Jalando agua - 166- -167- .. hombre (de madre tawahka y padre mestizo) quien tiene su propio negocio de cría de ganado. 99 No es coi ncidencia que la familia del profesor sea la primera y única que contrata ayuda doméstica: una señora soltera y su hija, Los jóvenes llegan a conversar, a comprar cigarrillos (antes recuerdo que armaban sq propios cigarros de tabaco loca! enrollados en papel de cuaderno) y beber refrescos enfna~os en el enorme congelador, que ni puedo imaginar como lograron traer desde Palestina en pipante . que por no tener marido/padre están en una situación más vu lnerable que otras mujeres, y son pagadas por lavar ropa, jalar agua y limpiar la casa. Solo otra familia contrata regularmente a personas para trabajar, y es la del dueño de la otra pulpería: el señor que tiene su negocio de criar ganado, contrata a trabajadores (tawahkas y ladinos) para ayudar con el ganado. Esta emergente diferenciación de estatus socio-económico es algo que hace una década se veía en Krausirpe, por razones ya descritas, pero recién ha comenzado a ocurrir en Yapuwás con el nuevo acceso (desigual) a capital externo. Cada noche, alrededor de las 8, los silbidos nocturnos de grillos y chicharras son interrumpidos por el arranque de un ruidoso motor de gasolina y desde lejos vemos de repente las lucecitas de navidad centellear en la casa del profesor. Me dijo una madre (con tono de satisfacción, como si esto comprobara un avance en la aldea) que 11 ahora los niños duermen mucho más tarde, porque van donde el 'profe' a comer su churro, tomar su fresquito, y ver las películas que pone 11 que en los días que estuvimos, incluía una de artes marciales en chino, y otra sobre batallas históricas en ruso. Suelen apagar el sonido de fa película, poner un CD de música miskita, y ver únicamente fas escenas de pelea, adelantando sobre lo demás. 99 Viendo películas donde "el profe". En la pulpería del profesor, quien ha aprovechado su salario para invertir en su negocio, entre los muchos bienes de consumo en venta (sal, azúcar, jabón, fósforos, galletas, harina, granos básicos, papel higiénico, baterías, cigarrillos etc.) no habla bebidas alcohólicas. Cuando le pregunté por eso, me explicó que al haber alcohol, los ladinos que vienen regularmente a comprar, seguro se emborracharían y se pondrían beligerantes, y la comunidad se había puesto de acuerdo en no vender alcohol para evitar problemas de violencia. - 168- -169- Otra evidencia del proceso de diferenciación socio-económico grupo humano se adapta a su entorno específico, que ninguna cul- Hay ahora cuatro en Yapuwás, tura es más avanzada que otra, y que no existe un solo trayecto de pertenec ientes no casualmente a las mismas tres casas que tienen evolución cul tural. Si n embargo el modelo unilinea l de desarrollo las pu lperías, más una planta de la nueva r;naestra. Para las pulpe- humano permea el discurso de muchas de las instituciones (estata- rías ciertamente la luz, las pelícu las y los refrescos fríos atraen a la les, no-gubernamentales, religiosas) con las cuales tienen contacto clientela, pero el costo del combustible en la zona es tal que me los tawah kas y no es de extrañar que lo reproduzcan. son los generadores eléctricos . 100 atrevo a pensar que el ingreso captado por la luz apenas debe de compensar el costo de prender el motor todos los días. Su uso noc- Tal vez fue debido a este entusiasmo por la electricidad que Jos turno parece ser menos utilitario y más una afirmación o aserción representantes del propuesto proyecto hidroeléctrico, Patuca 111, de que la modernidad con sus lujos ha llegado a su aldea también. creyeran que podían apelar a él cuando visitaron Yapuwás hace unos años. Los habitantes cuentan que llegó gente a hablarles de A mi ju icio, los cambios arri ba descritos son apreciados por los ha- una represa que planeaban construir río arriba, que habían mostra- bitantes porque son percibidos como evidencia de un movimiento do unos panfletos, y que les aseguraban que el único cambio que sobre un trayecto consistente con un modelo unilineal del desa- iba a haber para ellos era que todos iban a tener luz eléctrica en rrollo. En el 2003 tuve la oportunidad de impartir una clase de sus casas muy pronto y que iban a tener la oportunidad de ganar antropología cultural a los estud iantes del PEBIT y entonces entre dinero trabajando en la construcció n. Esta ."consu lta" comunitaria otros temas, exploramos el concepto del desarrollo y cambio cultu- parece haber dejado más dudas que respuestas. Cuando pregunté ral . Los estud iantes en ese momento expresaban su entendim iento a las personas, incluyendo los líderes loca les, por su op in ión sobre del desarro llo como un proceso único y universal en que todas las la represa (en esos mismos días la rad io anunciaba que el gobierno sociedades 'evolucio nan' de un estado 'primitivo' de caza, recolec- había aprobado que la compañía china Sinohydro iba a empezar ción y agricultura a pequeña escala, a sociedades más 'civi l izadas' actividades de construcción) ellos decía n que no entendían muy industriales. En esta vis ión (que coincide con la de la sociedad ho n- bien como les podría afectar la represa y que nadie les había pro- du reña en general y sus instituciones) los grupos indígenas están porcionado información rea l sobre el proyecto . Les preocupaba que 'atrasados' y deben esforzarse por alcanzar otra forma de ser y· v ivir la represa algún día reventara y q ue causara una gran inundación más 'moderna' y por lo tanto mejor. Esta lógica ha sido fuertemente río abajo, pero no sabían que podría afectar el caudal del río y las cuestionada por la antropología cultural que considera (y así les ex: inundaciones naturales periódicas que traen sedimento y fertilizan puse en la clase) que las diferencias.,culturales se deben a que cada las vegas de las cuales los tawa hkas dependen para la agricultura. Aunque los líderes de las organizac io nes polít icas tawahkas (FITH y Asang Launa) han sido activos a nivel nacional e internacional 100 Otros bienes motori zados de mucha importancia para la comunidad son las moto-sierras que son re lativamente comunes (7 en la comunidad), y los motores fu era de borda que aún son pocos (actualmente 2). Un motor fuera de borda pertenece al Centro de Salud (antes había uno comunitario com partido, pero fue roba do) y otro es el del dueño del negocio de ganad¡ría. munitario, por lo menos en Yapuwás, no ha habido mucha comu- - 170- -1 71- en el rechazo del proyecto, no ha ocurrido lo mismo a nivel conicación/educación al respecto. Esta fa lta a su vez es una muestra ¡ de la desconexión que describían los habitantes de Yapuwás con la causa de este aumento es la proximidad de los ganaderos lad i- sus líderes en los últimos años, debido a que dichos líderes residen nos, que posibilita la transferenci a de conocimiento ganadero (la fuera de la zona (permanecen en la ciudad capital donde hacen su oportunidad de observar, trabajar con, y aprender de) y la mayor trabajo político y evitan el pel igro que corren en la zona frente las disponibilidad de anima les. También contri buyó un programa ofi- amenazas de los ganaderos). cial del Fondo Hondureño de Inversión Socia l (FHIS) que promovía la ganadería en la zona, incluida ' la donació n a las comunidades tawahkas de vacas, dinero y apoyo técn ico para que cada familia empezara a criar su ganado. Es paradójico que en una zona de bosque protegido, el mismo Estado invierta recursos para promover la ganadería, y que no dedique los recursos necesarios para proteger la b,iosfera. Algunas personas eran conscientes de la otra contradicción (o de lo que puede parecer contradicción a los de afuera) de que un grupo indígena, tradic ionalmente dependiente y defensor del bosque, esté talando árboles y sembrando pasto para ganado, cuando al mismo ti empo identifican a los ga naderos como la princ ipal amenaza de su pueblo po r practicar ese tipo de actividades . Nos expli caban las diferencias entre la ganadería tawahka y la de los ganaderos lad inos, Acampando en la vega para sembrar frijo les. que se di stinguen princi pa lmente por la escala. Parafraseándolos, decían que /os ladinos vienen con dinero y pueden pagar mozos y ta lan grandes extensiones de una sola vez . N o protegen las fuentes Subsistencia Uno de los cambios más visibles son las numerosas ca bez~s de d e agua, no les importa qué tipo de árbol sea, tiran todo. Nosotros no tenemos dinero, no podemos contratar mozos, limpiam os poca ganado que ahora se ven alrededor de Yapuwás, y que pertenecen tierra. D ejamos los árboles que nos pueden servir para el futuro y no solamente a los ladinos vecinos. Los tawahkas también están deja mos los que crecen en las c uencas de las quebradas. Por un cada vez m~s involucrados en la cría de ganado . El día q ue llega- lado critic aban la forma de trabajar de los grandes ganaderos, y por mos comenté a un hombre mayor de la aldea que me parecía que otro lado lamentaban el no poder trabajar de es a misma forma. 101 ahora había mas vacas, y me respondió con tono ácido "sí - más Esto puede parecer contradicto rio, pero menos cuando se entiende vacas que gente" insinuando la incómoda relación de los tawahkas con la ganadería. En mi visita anterior también había vacas, pero pocas; ahora la mayoría de familias tiene por lo menos una, Y hay cinco familias que tienen entre 1O y 20 . Los tawahkas explican que 1 -172- 1O1 Los mozos ganan 500 Lempiras por manzana zoco lada. A veces los mismos tawahkas trabajan en esta actividad . Pero también comentan con preocupación que los indígenas pech ahora se ven forzados a trabajar de esta forma en la zona tawahka porque ya no les queda tierra propi a. - 173- que los tawahkas están en una especie de carrera competitiva con- dencia de consumo rutinario de carne de res, pero algunas familias tra el tiempo con los ganaderos ladinos; saben que la tierra que no ahora consumen leche regu larmente. Para los tawahkas, la gana- demarcan ostensiblemente como suya (mediante un uso que sea dería parece ser una forma de ahorro y seguro para emergencias; reconocible por los invasores, o sea cu lturalmente entendible por cuando una enfermedad no puede ser tratada localmente, la familia los ladinos como uso) será apropiada por esos lad inos (situación puede vender un ganado, vivo, a ladinos, para cubrir los gastos. que por su importancia comento más adelante) . Otra familia me explicaba que desean poder mandar a sus hijos al colegio y como esto implica mandarlos a vivir a Krausirpe donde hay uno, requerirá n dinero, y por eso estaban aumentando el número de vacas (tenían aproximadamente 12) para ese fu turo gasto. La ganadería a pequeña escala afecta los patrones de subsistencia en lo que concierne a la interacción de las vacas con la agricultura. Desde que comenzó a haber animales domésticos en las aldeas, ha existido un acuerdo de mantenerlos al otro lado del río, en la ribera opuesta de do nde la gente tiene sus casas y ~us siembras, tanto por la limpieza como por la seguridad de las siembras. La mayoría de residentes aún respeta este acuerdo, algunos incluso se han mudado al otro lado del río para estar más cerca de su ganado sin violar el acuerdo. Pero una familia 102 mantiene sus vacas del mismo lado del río de la aldea, y a menudo se escapan de su corral. Varias personas me contaron historias de cómo las vacas de esta famil ia se habían metido a sus siembras, dañando o destruyéndolas, y conta- Sacando semilla de zacate para potrero. ron como habían pedido que les indemnizaran por el daño, lo cual los dueños de las vacas se negaron a hacer, y esto creó fricción en O tras personas nos explicaban las razones del aumento reciente la comunidad . Otro cambio significativo relacionado con esto es de la ganadería diciendo que cuando ell os empezaban a ver como el surgimiento del uso de cercos para proteger las siembras de las los ladinos tomaban su leche, preguntaban "¿Y no tenemos noso- vacas y para delimitar los terrenos que corresponden a cada quien; tros los indígenas el derecho de tomar leche también?, ¿o de ganar en la medida en que la tierra de Yapuwás se va reduciendo, se un poco de dinero con la venta de una vaca? ¿O solo los ladinos pueden ganar dinero y tomar leche?" Con la excepc ión de un homb re, que trabaja más de cerca de los ganaderos, los tawahkas de Yapuwás no tratan la ganadería como negocio o acti vidad de lucro, 1sino como otra faceta de la agricultura de subsistencia . No vi evi' - 174- 102 Esta es la misma familia que mencioné antes que tiene un negocio en que compra y engorda ganado para llevar a un rastro/empacadora en Tegucigalpa. La razón de que mantenga sus ganados en el lado " incorrecto' es porque el jefe de la fami lia vendió la ti erra que le correspondía al otro lado del río a un ladino ganadero, algo que dt¡Saprueban los otros miembros de la aldea. -175- vuelve cada vez más necesario definir claramente los terrenos de bosque, Y cuando hay mas fuentes de proteína anima l no-silvestre ' hay menos necesidad de cazar. 1oJ los distintos propietarios . Durante nuestra corta estadía no noté cambios mayores en el cultivo o consumo de arroz, yuca, plátano, maíz y frijol, y dura nte nuestra visita (ini cio de febrero) algunas familias estaban acampando en las playas río abajo para sembrar en las vegas. Algunos cambios en la dieta que pude observar fueron los debidos a un mayor acceso a azúcar, harina de trigo y otros productos de pulpería. Pero el cambio más notable en las prácti cas de subsistencia es la reducció n de la caza y del consumo de animales silvestres. Había c ierto desacuerdo entre la gente de Yapuwás· sobre si cazaban y pescaban igual que antes. Alguna.s personas me explicaban que ahora Desgranando frijol cuando la gente quiere comer carne, tiene sus gallinas y vacas, sus huevos y lec he, y que las personas prefieren estos productos porque es más fácil obtenerlos y saben mejor. Otras personas decían que ahora la caza era más difícil porque había menos bosque y por lo tanto menos animales silvestres, y que tenían que ca minar más lejos para hallar los pocos animales que habían, ya que mucho del bosque que antes rodeaba la aldea ha sido talado para pastos de ganado, y/o pertenece a ladinos quienes no permiten la cacería allí. Otras personas decían qu e había menos peces en los ríos Patuca y Wampú, porque había más personas viviendo en la zona, o porque los ríos estaban más secos por la misma deforestación. Pero como estas personas, había otras que afirmaban que siempre había animales y peces, pero que tal vez la gente ya no quería, o no sabía cómo cazar y pescar. Lo más probable es que los dos fenómenos se retroali menten: en la medida que la caza se dificulta por la defo restación, las familias buscan fu entes alternati vas de proteína animal como los animales domésticos, y en la med ida en que prac ti can más la ganadería, aumenta la distancia para llegar al j Desgranando mafz Comiendo langosta a escondidas 103 Si bien no consideran el impacto del avance de la colonización ladina varios artículos académicos han sido publicados en la última década basa~ dos en la m~ ti c ul osa medición de la ca za y cultivo en Krausirpe y Yapuwás con el ~bJ_e_t1vo expreso de proveer insumos para el desarroll o de polfticas que pos1bl11ten la conservación forestal (Godoy et al 2002, 1997, Demmer et al. 2002). Sus análisis sugieren que la inversión en educación . ti tul ac·ó 1 n de t1erras Y apoyo técnico en agricultura puede contribuir a la co nservación del bosque. Desafortunadamente la velocidad de los cambios en la zona y la falta de vo l~ntad política regiona l y nacional hace muy poco probabl~ que estos análrs•s se conviertan en políticas para la conservaciónn que favorezcan los tawahkas. f - 176- -177- En la medida en que el bosque se reduce y se aleja, la relación con éste cambia. A pesar de que alguna gente decía que era más difícil ahora encontrar árboles adecuados para pipantes --o porque había menos bosque en general o porque personas ladinas ahora proclamaban ser dueñas de la tierra donde crecían los arboles adecuados -- tuvimos la buena suerte de observar la elaboración de uno. 104 Taurino O rdoñez y tres de sus hijos adultos tenían la intenc ión de 1 usar un árbol de caoba para ese propós ito. Taurino nos expli caba que en la extensión de bosque que le corresponde a él y a sus hijos, hay árbo les que desde hace más de 30 años él ha estado vigilando con la intención de usarlos para ciertos fines. Nos decía que había árboles que servirían para fabricar pipantes, otros para construcción de casas y otros para medicina, y que él sabía exactamente dónde estaban y estaba pendiente de ellos. Ése era el caso de una caoba que pensaba usar algún día para fabricar un pipante, pero hacía poco le habían avisado a Taurino que habían encontrado la Descansando durante la fabricación del pipante. caoba ya tumbada, no saben por quién, y por alguna razón los hechores no se habían llevado la madera, sino que habían dejado el Mientras trabajaba n, Taurino decía que les do lía la forma de talar árbol all í donde se había podrido, al punto que ya no serviría para de los lad inos, porque cortaban cantidad de árbo les, sin importa r, hacer un pipante. Molesto, Taurino decidió cortar un cedro que también había estado cuida ndo, no porque le urgiera el pipante, sin saber, la utilidad de cada uno, y que dejaban pudrir 0 quemar la madera que hubiera servido pa ra un determinado propósito. sino porque tenía miedo de que otras personas pudieran llegar y ro- Pero como corta ban extensiones tan grandes no podían aprovechar barse el cedro como habían querido hacer con la caoba. Entonces la madera. Los ladinos tampoco dejaban a los tawahkas aprovechar fue que pudimos observar a Taurino con su motosierra, dirigi.endo , los árboles que ellos cortaban, y esto les parecía un terrible desper- a sus hijos en la fabricación del pipante. dicio, especialmente por conocer individua lmente a ciertos árboles que han visto crecer toda una vida. Explicaba Taurino que cuando los tawahkas descombran, lo hacen a escala pequeña, aprovechando lo que se corta, y dejando ciertos árbo les que eligen considera ndo su función y su uso futuro . 104 Para una descripción de la economía de fabri cación de pipantes en la zona vea M cSweeney 2004 En los ca pítulos anteriores escribí sobre los walasa - los espíritus protectores del bosque, del río y de los animales - y me referí a cómo la atribución de ciertas enfermedades a la sobreexplotación - 178- - 179- : de los recursos natura les podía haber tenido la función de regular Pérdida de Territorio el uso de los mismos. Es notable que en esta breve visita no· escuché ninguna referencia a ese fenómeno. En las ocasiones que yo An tes, cada fin de semana aquí pasaba la gente con su preguntaba por la causa de alguna enfermedad o muerte que había fusilito a cazar pava o tepisquintle. Ahora pasan sema- surgido en la conversación, la explicación era biomédica, o sugería nas y semanas y nadie pasa a montear... Ya casi no hay la hech icería, pero nunca incluía los walasa. Esto podría ser po rque animales porque como traen chapeando de allá pa' acá, el poco tiempo de estadía no me permitió conocer más historias está casi solo el mero cerrito que tiene bosque~ de etiología. O porque la principal amenaza al uso sustentable porque todavía lo estamos peleando. Si no, los ladinos \ y eso del bosque ahora es externa al mundo tawahka, y como explicó la ganaderos ya hubieran invadido todo ese cerro ... Usted anciana Ángela (sectio n V.a.1) a los walasa solo les gusta molestar si camina media hora, ya es un potrerón, entonces los a la gente tawahka. Allí había ya un reconocimiento tácito de que animales (silvestres] van dejando y se corren lejos estos espíritus guardianes no podrá n regular o detener el actuar podemos hallar nada ... Ya están agarradas todas esas tie- destructivo de los no-tawahka. rra s ... Para ese problema hemos analizado, hemos pro- ' y no bado de ir a amparar con ese título que nos habían dado, pero no . Los ganaderos no respetan lo que es "título, peor en esta zona remota. Ni el gobierno siquiera nos da una mano para que podamos ir con un número de militares para decirle a esa gente "hay que respetar este título." No - aquí si nosotros hablamos eso con esa hoja solo nos ofrecen la muerte. Por eso la gente se atemoriza y está quedito mejor. Parece que no hubiera derechos de los indígenas tawahka . No sé quién será el culpable 0 donde está el error, será que es nosotros o el gobierno, no sé. Porque si el gobierno con la /NA se amarra para dar un título, tiene que respetar en todo Olancho, todo el país. Pero aquí miro que no. N o respetan eso. La gente se ha dejado quitar todas las tierras .... ¿de qué me sirve yo ir a arriesgar mi vida peleando las tierras? Uno solo y sin ningún apoyo del gobierno. Para ma ta r a uno de nosotros, es como que digan "le voy a matar y cheque, " y ¿quién da cuenta por nosotros? Nadie. Entonces por el Cerro pelado ribera opuesta de Yapuwas temor la gente no hace gestión de esta r p eleando más las -180- - 181 - tierras ... Sola, la gente de esta zona no puede detener esa gente porque ellos tienen plata y nosotros somos pobres y ¿cómo? Aquí en Yapuwás yo veo algo; él que no se ponga las pilas y agarre su pedacito, su parcela de tierra para estar sembrando maicito para comer, creo que de aquí a unos dos años no va a tener ni para un solar. Aquí están estos niños y si llegan a quitar todas esas tierras ¿dónde van a estar cultivando y comieRdo? Yo sé que uno vive de la tierra y hay que preocuparse. 7os presentan la única fuente de empleo local. Muchos de los ladinos y sus mayordomos llevan armas, y ha habido suficientes experiencias para confirmar que no dudan en usarlas. Esta real posibilidad de agres ión armada en ausencia de instituciones estatales policiales o judiciales ha creado un clima de impunidad en que la pérdida de territorio tawahka parece inevitable. En 2007 Mario Guifarro trabajaba para el Instituto de Cooperación y Autodesarrollo (ICAOE) en la demarcación de la zona núcleo de la biosfera tawahka, actividad que se reconocía como tarea urgen- La respuesta más común a mis preguntas sobre cómo había cam- te y esencial para detener el avance del frente colonizador. Varias biado la vida en Yapuwás en los últimos 1O años era una lamen- personas de Yapuwás trabajaban en el equipo. Este ambientalista tació n: ya no tenemos tierra. A pesar de que muchos residentes fue asesinado en Parawás el 1 S de Septiembre de ese año, y el pro- de Yapuwás valoraran positivamente los cambios en acceso a la yecto de demarcación se detuvo indefinidamente desde entonces. medicina y la educación formal, había mucha p~ocupación y frus- Otras ONG también se han retirado de la zona de Yapuwás por tración por la pérdida del territorio, que para un grupo que depen- la seguridad de sus empleados. Un joven tawahka nos mostró sus de del bosque y una agricultura extensa, significa pérdida cultural cicatrices de heridas de bala, y contó una hi storia espeluznante de aguda. cómo había sido perseguido por hombres armados por un confli cto de tierra en su aldea (Paraw ás) y había venido a vivir en Yapuwás. Los tawahkas suelen distinguir entre campesinos ladinos que vienen a practicar agricultura de subsistencia a pequeña escala (expulsados de comunidades como Guarizama, Olancho donde su única opción es trabajar tierra ajena), y ganaderos ausentes, muchos con conexiones políticas, dueños de cientos de cabezas de ganado, que Simón, mi principal contacto durante mi estadía anterior y líder tawahka, también fue asesinado con arma de fuego cuando v iajaba por el río, por razones poco claras. En ninguno de estos casos los _perpetradores han sido arrestados o procesados ..106 ,---....__ contrata n mayordomos y mozos para talar grandes extensiones de Otro fenómeno que contribuye a la perdida de territorio alrede- tierra y cuidar su inversión. dor de Yapuwás, ha sido la venta de tierra por algunas familias tawahka. Esto ha creado mucha discordia dentro de la misma co- Los tawahkas tienen distintos tipos de relación con los ladinos de la zona: vecinos que vienen a usar el Centro de Salud o a comprar munidad ya que la mayoría de familias no están de acuerdo con esta práctica. En teoría esto no debe ser posible, ya que el titulo en las pulperías; invasores de quienes hay que defender la tierra y que representan una amenaza constante; y empleadores o que rel OS Entrevista grabada con padre de famili a de 'riapuwás, febrero 2011. -182- 106 En nuestras conversaciones con los hombres mayores había una gran preocupación por las consecuencias que podría traer una denuncia hecha con nombres o caras de individuos de la comunidad, ya que temían que eso podría traer más violencia. -183;- legal en Yapuwás es ·comunitario, pero en la práctica se hace, y a veces las ventas son poco definidas, permitiendo que el comprador ¡) ladino se apodere de aun más tierra de lo acordado. Otro efecto de la perdida de territorio es la competencia entre familias tawahkas por el ahora limitado territorio. En un caso existe tensión entre un hermano y una hermana porque colindan las tierras que les corresponden a cada uno y ahora que tienérr hijos adultos hay desacuerdo sobre como habrán de repartir la tierra en esa área. En tiempos anteriores los jóvenes simplemente habrían ido a otro lugar, posiblemente desarrollando un nuevo asentamiento, pero ahora no hay donde ir. Algunas personas explicaba n que cuando los ladinos ven bosque, consideran que esa tierra no está siendo usada, porque el entendimiento ladino ¡:Je uso (c,ultivado o con ganado) es diferente del de los tawahka que ven y aprovechan el bosque de otras maneras. Han aprendido que a veces la única forma efectiva de prevenir que los ladinos se apropien de su tierra es demostrando que está foto de la hija del profe Romel Rivas en "uso", cortando arboles, sembrando o ubicando ganado en las zonas que colindan con la frontera de colonización ladina. Estoparece una nueva estrategia consciente. Una persona sugería que en las circunstancias actua les, solo había dos opciones para el futuro: ser tawahka ganadero o ser tawahka sin tierra. Otro refrán usado a menudo en las discusiones sobre la problemática de la tierra era: cada uno reza por su santo, lo que implica que ahora cada familia verá cómo sobrevive porque las vías de acción colectiva o comunitaria no están funcionando. -184- - 185- CONCLUSIÓN Hace una década, cuando escribí en la secc ión 11, Geografía, sobre los títulos comunitarios y la declara ción de la Biosfera, había cierto optimismo cauteloso de parte del pueblo tawahka, sus líderes y sus al iados, sobre la posibi lidad de cuida r/preservar su territorio, y una cierta confianza en la capac idad del Estado y sus leyes de proteger los derechos de los pueblos indígenas. Los títul os y declaraciones debían ser un punto de partida o una herramienta en la lucha contra la continua usurpación de sus tierras. Otro autor ha escrito en detalle sobre la movilización política tawahka de los noventas (Gómez Suárez 2003} que llevó a esos logros. Ahora es a fe en la capacidad y voluntad del Estado y sus instituciones de implementar esos logros pa rece haberse march itado. El ll amado de algu nas organizaciones regionales a la autonomía de la mosquitia responde en parte a la observación de que el Estado no ha sido capaz de velar por el bienestar de la zona y sus habi tantes . Una explicac ión dada por el incumplimiento de estas leyes es que el Estado no tiene recursos para m antener una presencia en la zona. Per.Q:--es difícil aceptar esta razón cuando actua lmente el mi smo Estado mantiene una fuerte presencia mi li tar en la zona como parte de la denominada ' luc ha contra el narcotráfico' realizada con inversión económ ica y logística de los Estados Unidos. En años rec ientes el Estado ha aumentado su presencia ahí a través de sus instituc iones de educac ión y salud, pero no ha hecho una similar invers ión de esfuerzos en la defensa de la biosfera. Esto podría deberse a varios factores, entre ellos: que l<t zona sirve como conveniente válvula de escape pare~ campesinos de Olancho sin ti erra; que los grandes ganaderos que tienen inversio nes en la zona -18 7- , f tienen influencia política a nivel regional y nacional; que a los gru- BIBLIOGRAFÍA pos involuc rados en el na rcotráfi co (que tambi én tienen influencia política) no desean tener una presencia jud icial/policial en la zona. Amaya Amador, Ramon (1963) Con la M isma Herradura, Tegucigalpa: U NAH Sea n las razones que sean del incumplimi ento del Estado de su responsabilid ad de proteger la biosfera y los derechos de los pueblos indígenas, lo que es claro es que sin acción inmediata, esto pasará a los libros de historia como un caso más de destrucción ambiental y cultural que se debió haber o que se pudo haber, evitado. Anónimo. "Relación de los religiosos fran ciscanos del año de 1748" en Leyva, H . (ed .) 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