La Corona, la mayor fábrica de habanos de Cuba
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La Corona, la mayor fábrica de habanos de Cuba
56-57 PUROS_57 INTERNET.qxd 23/09/15 13:08 Página 56 LOS PLACERES DE LA MESA La Corona, la mayor fábrica de habanos de Cuba De la fábrica La Corona salen al año entre seis y siete millones de habanos de las distintas vitolas de Hoyo de Monterrey, Punch, Cohiba, Por Larrañaga, San Cristóbal de La Habana, Cuaba, Romeo y Julieta y Bolívar. Una visita a la fábrica de La Corona nos sumerge en el sueño de todo aficionado a los habanos, ya que aquí se puede comprobar todo el proceso y desarrollo desde que entran las pacas de hojas de tabaco hasta que salen las cajas que luego nos encontraremos en las cavas españolas. En esta fábrica, la mayor de todo Cuba, trabajan unas mil personas de las que 352 son torcedores y el resto se dedica a los trabajos de diversos departamentos. Preparación y despalillado. Las pacas llegadas a la fábrica contienen dos tipos de hojas, las que han sido preparadas para formar parte de las capas de los cigarros y las que serán el conjunto de las ligadas, por lo cual ambos tipos de hojas tienen un diferente tratamiento. Las hojas de capa, listas ya para la escogida y clasificación tienen a su llegada un proceso en el que se las moja para que adquieran la humedad ideal para su tratamiento y es por ello que en La Corona existen grandes habitaciones donde las hojas cuelgan en forma de racimos y reciben una finísima lluvia que las hace estar en condiciones óptimas para el despalillado, no sin que antes se sacudan conve56 nientemente para que no queden gotas de agua sobre las mismas. Una vez en las salas de despalillado las trabajadoras –porque son casi siempre mujeres– de esta área toman gavillas de unas 50 hojas y con tirones seguros y de un solo gesto manual proceden a retirar la vena central o palillo que media las hojas y la depositan en unas semicircunferencias de madera, recubiertas con cuero, a la altura de sus rodillas. Es quizás este tipo de trabajo lo que ha llevado a la fantasía popular a crear la leyenda de que los habanos “se hacen en el muslo de las mulatas”, cosa que tiene dos auténticas falsedades ya que las despalilladoras son tanto mujeres de color como blancas, y las medias hojas no se asientan en sus muslos sino en el entramado que tienen delante de ellas, rodeándolas en semicírculo. La galera. Las largas naves bizantinas que se impulsaban no sólo por la fuerza de los vientos, sino también por el músculo de los remeros sentados unos junto a otros en largas filas, dio lugar a que las grandes estancias de las fábricas donde se sitúan los bancos de los torcedores se denominaran galeras ya en el siglo XIX. 28 de septiembre–4 de octubre de 2015. nº 1124 De izda. a dcha. y de arriba a abajo: proceso de despalillado, una vista de la galera de torcedores, los visi En La Corona es sin duda la mayor estancia abierta de la fábrica y en ella aparecen los bancos de los torcedores en largas hileras y en éstos es donde se colocan los 352 torcedores, de los cuales el 65% son mujeres y el 35% hombres. Los torcedores están clasificados en categorías: 6ª, 7ª, 8ª y 9ª y todos han comenzado con tres meses de aprendizaje para formar la tripa, el capote y la capa, aunque algunos de ellos, como los especialistas en la marca Cuaba (doble figurado) pasan más de un año aprendiendo. En La Corona se elaboran más de 30.000 puros cada día y la verdad es que es un placer comprobar no sólo la habilidad manual de los torcedores, sino también la delicadeza con que tra- tan a las distintas hojas que conforman un habano. La amplia nave es una galera alargada, con buena luminosidad y dispuesta en prolongadas filas a lo largo de las cuales los maestros torcedores supervisan la elaboración de las distintas vitolas. Allí charlamos con Julian González, jefe de Torcido de la fábrica, quien nos cuenta que comenzó como torcedor antes de los veinte años, lleva más de treinta y relata que los torcedores siguen un curso de formación de nueve meses y luego realizan un examen teórico y otro práctico, con lo que quienes sacan más de 96 puntos de calidad comienzan siendo torcedores de 6ª categoría. Las marevas (129 milímetros 56-57 PUROS_57 INTERNET.qxd 23/09/15 13:08 Página 57 Por Ángel Antonio García Muñoz os visitantes en la fábrica en La Habana, la escogida de colores, y Caridad Alcalá, maestra tabaquera. por 42 de cepo), que es el formato del clásico Montecristo nº 4, es con el cigarro que mejor se aprende y una vez que hayan logrado hacer perfectamente ese modelo ya pueden hacerlos más gruesos, más largos o más cortos. Los torcedores de 7ª categoría suelen hacer los Robustos, Coronas Grandes, Dalias o Cervantes y a partir de 8ª y 9ª ya los cañonazos (Siglo VI), Pirámides (Partagás Serie P nº 2 o Montecristo nº 2), Salomones, Geniales, Diademas y Romeos, nombres que les dan a los distintos formatos en la galera. De acuerdo con Julián las diferencias entre hombres y mujeres en el banco de torcedor es que las mujeres suelen ser más delicadas y tienen mayores ha- bilidades manuales, mientras que los hombres llevan el peso de la tradición pues hasta poco después de la Revolución sólo había personal masculino en las galeras. Una vez elaborados, los cigarros de La Corona están en la sala denominada El Escaparate un par de meses, en unas perfectas condiciones de humedad y temperatura, de donde saldrán para su anillado y colocación en las respectivas cajas. Control de calidad. Una vez que los cigarros han sido elaborados por los torcedores existen varios tipos de control de calidad de los mismos, pues ya han pasado la revisión del jefe de Galera y de los supervisores, que son torcedores experimentados que chequean la labor del torcido. Es entonces cuando da comienzo una serie de pasos que verificarán todos los aspectos de los cigarros elaborados, pues una vez terminados se reúnen en mazos de 50 (lo que en el argot tabaquero se denomina “una media rueda”), que son marcados con una serie de datos como el número del torcedor, tipo de cigarro y fecha de fabricación. Precisamente en ese departamento nos encontramos con Reinaldo Alfonso Aportela, jefe de Control de Calidad de La Corona, quien nos asegura que los técnicos de control de calidad verifican el tamaño, peso, cepo y otros aspectos destacados como la apariencia de la capa y su estado, así como la definición del puro en cuanto a la perilla terminada y, por supuesto, el volumen de aspiración, cuyas máquinas de tiro supervisan un 70/80% de los cigarros que salen de la galera. Reinaldo nos dice que en La Corona, como en el resto de las fábricas de puros cubanas, si se rechaza un cigarro se deshace y se vuelve a elaborar, aunque ya se han realizado controles de calidad también desde que la materia entra en la fábrica, así como en los distintos departamentos de almacenes, despalillado y ligadas. La maestra tabaquera y las ligadas. Por último, entrevistamos a Caridad Alcalá, ingeniera química y la única mujer que es maestra tabaquera en Cuba, que desarrolla su trabajo en La Corona. Caridad nos explica que hay que tener en cuenta la mezcla de las distintas hojas de los tabacos ligero, seco y volado a la hora de hacer la tripa de los puros y es preciso componer lo que ella llama “los porcientos”, ya que una sola hoja mal colocada y “ya está fastidiado el puro”. De la misma forma que el coupage en un vino que no sea monovarietal es importante, la mezcla y porcentaje de los tabacos que forman la ligada de un cigarro es lo que va a definir el resultado final, aunque en el caso de los cigarros cubanos también podríamos decir que son monovarietales por cuanto solamente llevan el tabaco cultivado en la isla. Cada marca dispone de sus “porcientos” diferentes y no es lo mismo elaborar un cigarro de las vitolas de Bolívar, que son considerados los más fuertes de entre los habanos, que uno de Hoyo de Monterrey, que son más suaves. Caridad nos dice que podemos encontrar un cigarro de fortaleza media o media/alta que se signifique a la hora de su degustación por la enorme versatilidad de sus sabores y una riqueza absoluta en cuanto a la percepción del gusto en boca. Parte de su trabajo es controlar todo el proceso de mezclas y ligadas. Caridad nos cuenta que es un desarrollo complejo, pues mientras Cohiba lleva distintas hojas, ya que su línea tradicional es más bien medio/fuerte, la serie BHK tiene mayor fortaleza porque incorpora las hojas de medio tiempo (fortaleza 4), y también nos recuerda que todas las Ediciones Limitadas de Habanos que salen al mercado llevan la capa añejada por más de dos años. Y así, uno y otro día, bien temprano por la mañana, se pone en movimiento esta fábrica de La Corona que proporcionará a las cavas de los estancos españoles y de todo el mundo cigarros de las principales marcas cubanas. nº 1124. 28 de septiembre–4 de octubre de 2015 57