I Foro de Arte Múltiple - Instituto de Arte Contemporáneo
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I Foro de Arte Múltiple - Instituto de Arte Contemporáneo
I Foro de Arte Múltiple Libro de ACTAS I Foro de Arte Múltiple Octubre 20-23. 2011 Feria de Madrid IFEMA Pabellón 08 I Foro de Arte Múltiple I Foro de Arte Múltiple Estampa Arte Múltiple 19ª Feria Internacional de Arte Múltiple Contemporáneo Organización Estampa Arte Múltiple Fundación Telefónica Instituto de Arte Contemporáneo Grupo de Investigación dx5 digital & graphic art_research Universidade de Vigo Coordinación Ana Soler Baena Directora del Grupo de Investigación dx5 digital & graphic art_research Universidade de Vigo Karin Ohlenschläger Comisaria Tentaciones 2011, Vicepresidenta del Instituto de Arte Contemporáneo Lugar IFEMA. Feria de Madrid. Pabellón nº 8 Recinto Ferial Juan Carlos I Organismos colaboradores Ministerio de Ciencia e Innovación Xunta de Galicia Consellería de Economía e Industria Plan Galego Investigación, Desenvolvemento e Innovación Tecnolóxica IN.CI.TE. Universidade de Vigo Estampa Arte Múltiple Fundación Telefónica Instituto de Arte Contemporáneo Diseño y maquetación José Andrés Santiago Iglesias Imagen de la cubierta y portadillas interiores Derechos de imagen cedidos por Carlos Cruz-Diez Imagen p. 6 cedida por Luis Cedeira Impresión Nino Centro de Impresión Digital, S.L. ISBN 978-84-8158-568-1 D.L. C 1162-2012 F.E.D.E.R Contacto dx5 - digital_&_graphic_art_research Rúa Maestranza 2, 36002, Pontevedra Tel: 986 801 800 [email protected] www.grupodx5.es Estampa Arte Múltiple. Infanta Mercedes 90, 28020, Madrid Tel: 915 447 727 [email protected] www.estampa.org copyright © de los textos: los respecivos autores © de las imágenes: los respectivos autores © de la presente edición: los respectivos autores La presente publicación es una obra didáctica, de tirada reducida y con fines divulgativos. El propósito de las imágenes que aparecen reproducidas en la misma no es otro que el de apoyar los textos de los respectivos autores. Las ilustraciones reproducidas en el presente libro se emplean a título de cita bajo al amparo del derecho de cita establecido en el art. 32 de la Ley de Propiedad Intelectual, para su comentario y para ilustrar el trabajo de investigación realizado por los autores de la presente obra, que versa sobre el arte múltiple contemporáneo. Todas y cada una de las imágenes reproducidas son propiedad de sus respectivos autores. Libro de ACTAS I Foro de Arte Múltiple Octubre 20-23. 2011 Feria de Madrid IFEMA Pabellón 08 Programa oficial 8 ARTE MÚLTIPLE DE CAMPO EXPANDIDO Filosofía, teoría y concepto Jueves 20 de octubre / 11.00 a 13.00 h. Ana Soler Baena Ponente y Moderadora Doctora en Bellas Artes, codirectora y coordinadora del grupo de investigación dx5, adscrito al Área de Técnicas Gráficas del Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (Universidad de Vigo), Profesora del mismo Departamento y artista. María Lluisa Faxedas Brujats Ponente Doctora en Historia de Arte, Profesora de Historia del Arte Contemporáneo e Historia del Arte Contemporáneo en Cataluña en la Universidad de Girona. Profesora en el Máster en Comunicación y Crítica del Arte y miembro de la Càtedra d’Art i Cultura Contemporanis y del grupo de investigación “Teories de l’art contemporani”. Juan Martínez Moro Ponente Doctor en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco y Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Salamanca. Es artista plástico y Profesor Titular del Área de Dibujo de la Universidad de Cantabria. Jaime Munárriz Ponente Profesor Titular de Imagen Digital en la Facultad de Bellas Artes, Universidad Complutense de Madrid. Artista plástico y sonoro. Especialista en tecnología digital multimedia, programación gráfica y performance audioviusual. Impulsor del arte digital en la universidad. Jesús Pastor Ponente Doctor en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca, Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Deusto-Bilbao. Es artista plástico y Catedrático en el Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (Universidad de Vigo). 9 ARTE MÚLTIPLE DE CAMPO EXPANDIDO Reflexión científico-técnica Jueves 20 de octubre / 16.00 a 18.00 h. José Antonio (Kako) Castro Ponente y Moderador Doctor en Bellas Artes, creador, codirector y coordinador del grupo de investigación dx5, adscrito al Área de Técnicas Gráficas del Departamento de Dibujo de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (Universidad de Vigo). José Ramón Alcalá Mellado Ponente Catedrático de Tecnologías de la Imagen en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca (UCLM). Director y creador del MIDECIANT (Museo Internacional de ElectrografíaCentro de Innovación en Arte y Nuevas Tecnologías) de Cuenca. Moisés Mañas Carbonell Ponente Doctor en Artes Visuales e Intermedia por la Universidad Politécnica de Valencia. Especialista Universitario en Programación de Intranets e Internet. Profesor del Departamento de Escultura (Área Audiovisuales) de la Universidad Politécnica de Valencia y artista. Es, desde al año 2000, miembro del grupo de investigación “Laboratorio de Luz”. Marina Núñez Ponente Artista Plástica Visual. Doctora en Bellas Artes por la Universidad de Castilla-La Mancha. Profesora en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (Departamento de Pintura) de la Universidad de Vigo. 10 EL ARCHIVO DE ARTE MÚLTIPLE Reflexión sobre la realidad de la práctica artística Viernes 21 de octubre / 12.00 a 14.30 h. Aramis López Juan Ponente y Moderador Doctor en Geografía por la Universidad de Alicante, Secretario del Instituto de Arte Contemporáneo, Conservador del MUA Museo de la Universidad de Alicante. Miguel del Valle Inclán Ponente Jefe del Servicio de Documentación de la Filmoteca Española. Director de la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía entre los años 1986 y 2010. Ángel Fuentes Ponente Conservador y restaurador de patrimonio, especializado en fotografía. Socio fundador de la empresa CAAP, Conservación y Acceso a Archivos Patrimoniales, dedicada a dar servicios de conservación y de conversión digital a fondos históricos. Joan Boadas Ponente Director del Centre de Recerca i Difusió de la Imatge (CRDI), Girona. Comisionado del Consejo Internacional de Archivos (ICA) para los Archivos Fotográficos y Audiovisuales. Silvia Noguer Ponente Jefa del Departamento de Conservación y Restauración del MACBA. Paralelamente a sus funciones en el hoy llamado MNAC fue fundadora del Grupo Español de Conservación de Arte Contemporáneo. Jesús Robledano Ponente Docente en la Universidad Carlos III de Madrid desde 1996, en diversas áreas relacionadas con la documentación audiovisual, edición electrónica y aplicación de las tecnologías de la información a la documentación. 11 EL ARCHIVO DE ARTE MÚLTIPLE Reflexión sobre la realidad de la práctica artística Viernes 21 de octubre / 16.00 a 18.00 h. Karin Ohlenschläger Ponente y Moderadora Comisaria de exposiciones especializada en arte contemporáneo y nuevos medios. Cofundadora y codirectora del MediaLab Madrid hasta 2006 y Vicepresidenta del Instituto de Arte Contemporáneo. Miguel Álvarez-Fernández Ponente Artista sonoro, musicólogo y comisario. Estudios de composición en el Conservatorio de San Lorenzo de El Escorial, ampliados en Alemania y en España en LIEM/CDMC, Aula de Música de Alcalá de Henares y GME de Cuenca. Desde 2008 dirige el programa semanal Ars Sonora en Radio Clásica (RNE). Javier Codesal Ponente Artista visual y poeta. Entre sus últimas exposiciones individuales se encuentran: Las estructuras elementales, Casa sin fin (Madrid, 2011); Los pies que faltan, La Mar de Arte (Cartagena, 2010) o Dentro y fuera de nosotros, La Virreina Centre de la Imatge (Barcelona, 2009). Es, asimismo, autor de los libros: Dos películas (Periférica, 2010); Feliz humo (Periférica, 2009); Ha nacido Manuel (Icaria, 2005) e Imagen de Caín (Icaria, 2002). Teresa Luesma Ponente Directora del Centro de Arte y Naturaleza. Licenciada en Historia del Arte, Universidad de Zaragoza. Profesora en el master en Museos: Educación y Comunicación de la Universidad de Zaragoza y en el curso: Arte, cultura y mercado, dentro del marco del programa europeo. 12 I FORO DE ARTE MÚLTIPLE Comité Organizador Ana Soler Baena Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. Universidad de Vigo. Javier Blas Museo del Prado José Mª de Francisco Director de Estampa Arte Múltiple Karin Ohlenschläger Comisaria Independiente. Vicepresidenta del IAC. Universidad Europea de Madrid Mónica Bello Fundación Telefónica Comité Científico Aaron Koblin Artista visual especializado en tecnologías digitales Alicia Candiani PROYECTO’ace. Buenos Aires, Argentina Ana Soler Baena Grupo de Investigación dx5. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Vigo Anne Heyvaert Grupo de Investigación dx5. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Vigo Breda Skrjanec International Centre of Graphic Art de Ljubljana Carles Méndez CA“Gráfica Contemporánea”. AIDA. Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, México Chan Chia Yu Fine Arts Department. Chia Yi National University, Taiwan Joan Oliver Fundación Pilar i Joan Miró de Mallorca José Andrés Santiago Grupo de Investigación dx5. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Vigo José Ramón Alcalá MIDECIANT / Facultad de Bellas Artes. Universidad de Castilla la Mancha Juan Carrete Director del Medialab PRADO / Intermediae José Antonio (Kako) Castro Grupo de Investigación dx5. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Vigo Marina Núñez Grupo de Investigación dx5. Facultad de Bellas Artes. Universidad de Vigo Mayte Carrasco Facultad de Bellas Artes. Universidad de Sevilla José Gómez Isla Facultad de Bellas Artes. Universidad de Salamanca Richard Noyce Comisario y crítico especialista en gráfica contemporánea. Aberystwyth University Índice 16 I FORO DE ARTE MÚLTIPLE Presentación José Mª de Francisco Guinea 19 ARTE MÚLTIPLE DE CAMPO EXPANDIDO 23 Estampa-Original / Arte-Múltiple Ana Soler Baena 25 El arte múltiple y el archivo María Lluisa Faxedas 37 Matriz y módulo en desarrollo expandido: genética, tectónica, retórica Juan M. Moro 47 Arte digital como múltiple Jaime Munárriz 57 Sobre la identidad del grabado Jesús Pastor 63 La implosión de la estampa, agujeros negros. El arte sin territorio ni géneros. La impresión del mutante luminoso José Antonio (Kako) Castro 77 Gráfica después de la posmodernidad: ¿Hacia una gráfica radicante? José Ramón Alcalá 83 “Múltiples” preguntas expandidas en el campo Moisés Mañas Carbonell 91 Filosofía, teoría y concepto/ Reflexión científico-técnica Nosotros, los cíborgs Marina Núñez 101 La obra seriada, desplegada entre pautas y pausas Anne Heyvaert 109 Ser o no ser. Gráfica ataxonómica en el marco de un arte inmaterial José Andrés Santiago 119 17 EL ARCHIVO DE ARTE MÚLTIPLE Reflexión sobre la realidad de la práctica artística 129 Presentación del Catálogo de Ediciones Aramis López Juan 131 Ponencia Joan Boadas 137 Ponencia Angel Fuentes 143 Ponencia Silvia Noguer 147 ¿Cómo habría que diseñar, organizar y gestionar un archivo nacional? Jesús Robledano 151 Ponencia Miguel del Valle Inclán 159 El archivo de arte múltiple. Reflexiones sobre la realidad de la práctica artística 163 Karin Ohlenschläger y Aramis López Mapas y territorios, partituras y sonidos, medios y materiales. 169 Apuntes genealógicos en torno a la idea de un archivo de arte (sonoro) múltiple Miguel Álvarez-Fernández Ponencia Javier Codesal 175 Ponencia Teresa Luesma 181 19 I FORO DE ARTE MÚLTIPLE Presentación Me hace especial ilusión presentar este I Foro de Arte Múltiple pues es uno de los primeros proyectos en el que empezamos a trabajar en esta nueva etapa de la feria. Su creación se propuso con un doble objetivo. El primero, servir como plataforma de encuentro y difusión de las distintas líneas de investigación puestas en marcha en torno al arte múltiple y de edición. El segundo, servir de cimentación conceptual a Estampa Arte Múltiple, una feria que comenzó hace diecinueve años como un salón de grabado y que ahora actualiza su actividad proyectando sus intereses hacia todas las manifestaciones posibles de edición de arte contemporáneo: imagen digital, vídeo, libros, sonido, fotografía, múltiple escultórico o gráfica tradicional hasta alcanzar a las nuevas propuestas de diseño industrial cuya creatividad está tan asociada a los procesos del arte contemporáneo, teniendo su producción tantas coincidencias con las ediciones limitadas. La idea que planea por encima de todo ello es poner la investigación científica al servicio del mercado del arte, considerando aquella como el departamento de investigación, innovación y desarrollo de la gran compañía formada por las galerías, editores, artistas y creadores cuyas estrategias de comunicación deben adecuarse y actualizarse a la evolución de la demanda social. Para tal fin, hemos querido plantear este Foro en dos áreas bien delimitadas. Por un lado, la configurada por el entorno más específicamente universitario con la participación de siete universidades en el ámbito nacio- nal, que han puesto en común las conclusiones de sus distintos departamentos y grupos de investigación y cuyos trabajos, muchas veces, quedan dispersos o circunscritos a ámbitos muy especializados sin llegar a públicos más extensos. Por otro lado, y atendiendo a un enfoque quizá más práctico, vinculado más estrechamente con la realidad expositiva y comercial del mercado, participan los gestores y comunicadores con responsabilidad en departamentos de investigación en centros de arte, museos y asociaciones, en esta ocasión, reunidos en el Instituto de Arte Contemporáneo. Quiero expresar mi agradecimiento personal a nuestro asesor Javier de Blas, quien orientó las ideas germinales. A Ana Soler, directora del Grupo dx5 de la Universidad de Vigo por la coordinación del área universitaria, por su rigor científico y eficacia. A Elena Vozmediano, Karin Ohlenschläger y Aramis López, responsables del Instituto de Arte Contemporáneo por la creación del proyecto Archivo de Arte Múltiple Digital y su implicación con nuestro Foro. Y muy especialmente a Laura Fernández Orgaz, directora de Proyectos de Arte de la Fundación Telefónica por apoyar este proyecto desde su gestación y sin cuya ayuda este Foro no hubiera sido posible. José Mª de Francisco Guinea Director Estampa Arte Múltiple 21 23 ARTE MÚLTIPLE DE CAMPO EXPANDIDO Filosofía, teoría y concepto 25 Estampa-Original / Arte-Múltiple Ana Soler 26 Estampa-Original / Arte-Múltiple Ana Soler popuesta de reflexión sobre la renovación y actualización de dichos conceptos en el contexto de la contemporaneidad de la obra de arte. En primer lugar, me gustaría abrir este I Foro de Arte Múltiple y así comenzar esta primer jornada de ponencias y debates, recordando a una persona que nos ha dejado recientemente y cuyo hueco será difícil de ocupar. Esa maravillosa persona y profesional a la que me refiero es Clemente Barrena, que como todos sabéis, se hallaba vinculado a la Calcografía Nacional donde vivía, trabajaba, y sentía la gráfica contemporánea de una manera muy especial. Y quiero referirme a él porque quizás es, sin saberlo, el germen de este foro. El vacío que deja con su desaparición ha provocado, en algunos de los que estamos aquí, un nuevo impulso motivador. Lejos de desanimarnos a abandonar o desistir en la interminable tarea de investigación y creación dedicada a la estampa contemporánea, este trágico hecho, nos anima a organizar este encuentro y así proseguir con el testigo y legado dejado por muchas personas que como él, han ayudado y contribuido en el avance del conocimiento en general, y de la difusión de la estampa y del original múltiple en particular. Un camino de renovación y actualización de la estampa, siempre entendido dentro del contexto del Arte Contemporáneo, que pretende dialogar con los vertiginosos avances que la sociedad actual nos ofrece, en ocasiones, y en otras, nos impone. Como es de común conocimiento, esta trayectoria fue iniciada y liderada ya hace años en España por la inteligente mente visionaria de Juan Carrete, y continuada con gran amor, dedicación y profesionalidad por Javier Blas. De este modo, estas situaciones, potencian el interés por el estudio del original múltiple, y nos motivan para seguir indagando y descubriendo los diferentes aspectos que protagonizan una transformación en plena efervescencia De esta manera, baste estas palabras para que lo que acontezca en estos días, no sea un punto y final, sino por el contrario, un punto y seguido que re- fleje y aglutine a universidades, centros y organismos, a grupos de investigación, en definitiva, a personas con temas, ideas, proyectos que continúen esa ingente tarea del avance del conocimiento en torno al concepto y la praxis actual de lo que hoy entendemos por Arte Múltiple. En segundo lugar me gustaría dar las gracias por un lado a Estampa, a Chema de Francisco, su director, por creer en la necesidad de organizar este encuentro, a la Fundación Telefónica, al Instituto de Arte Contemporáneo, a su presidenta Karin Ohlenschläger, a todos los miembros del grupo de investigación dx5 digital & graphic art research de la Universidad de Vigo, a todos los ponentes, y por supuesto, a los asistentes por su contribución y participación en este evento. El arte múltiple, no puede ser otra cosa, que la suma de todos. Cada individualidad cuenta y suma. Con respecto a la mesa que nos ocupa, creo que se hace pertinente en primer lugar dentro del programa general de este foro, una profunda reflexión conceptual, teórica, filosófica, una revisión y actualización de muchos parámetros que hoy en día, definen el concepto de arte múltiple y su relación con la estampa original y el arte contemporáneo. Creo que la pertinencia y actualidad del tema, hace necesario que pensemos acerca de las luces y las sombras que el concepto de original múltiple ha arrojado en el arte y en el pensamiento desde hace ya siglos y en su evolución. ¿Qué es era lo múltiple hace 100 años, hace 10, y qué es lo múltiple ahora?, pero sobre todo creo interesante que reflexionemos sobre la dimensión filosófica y de pensamiento de un concepto tan paradigmático y enigmático como el original múltiple en la actualidad y en el contexto, no de la estampa, sino del arte contemporáneo en la sociedad que habitamos. El concepto de original múltiple, es un concepto enigmático que nos lleva a cuestionarnos lo evidente, lo ya establecido en este mundo de la estampa que hoy nos sirve de contexto o punto de partida, pero que se abre al infinito para decirnos que hoy más que nunca el arte contemporáneo es gráfico y es múltiple. Sin embargo, el mundo gira muy deprisa, y justo en este momento, se están dibujado nuevos mapas debajo de nuestros pies. Nuevos recorridos, nuevas sinergías, nuevos modelos, nuevas conexiones. El pensamiento cambia, el arte, sus obras, sus producciones se híbridan, cambian, se modifican, se transforman, la sociedad y el consumo cambia, la industria, la tecnología, las máquinas se desarrollan... todo evoluciona. Sería interesante que aquí, en este contexto de encuentro, diálogo y debate, se planteasen nuevas vías, nuevas maneras de organizar el pensamiento, a través de lo que yo denomino metodología creativa, abrir nuevos caminos que nos lleven a nuevos lugares: nuevos temas que nos lleven a enriquecer el universo de lo múltiple. Existen, entorno al concepto de múltiple, numerosos temas sobre los que desarrollar una reflexión actual, como por ejemplo: El positivo-negativo concebido como una unidad; La serie como practica artística; La transmisión de semejanzas inversas: el bucle de la creación; Repetición y transformación; Ausencia de autoría o autoría compartida; Consumo y difusión de productos múltiples, sociología de este concepto; La relación arte-ciencia, arteindustria, creación en la fron- 27 28 tera; La multiplicidad, difusión y pensamiento; La frecuencia es el mensaje; Sistemas de Redes. Pienso que una de las principales funciones que deben tener los artistas hoy en día, es a hacer visible lo invisible, o dicho de otro modo, hacer sensible lo insensible. Lo evidente ya está ahí, lo hecho o dicho ya está ¿pero qué hay detrás? ¿qué se vislumbra, en qué nuevos caminos nos estamos metiendo? Como actitud vital, parto de mi interés y curiosidad por todo lo que no se ve a simple vista. Quizás el arte, el arte múltiple, creación e investigación, pueda responder en cierta medida a esta pregunta siendo el vehículo que canaliza el pensamiento y el conocimiento, constituyéndose en mirada visionaria que dialoga con la realidad aportando otros matices diferentes. O por el contrario, quizás, el arte, en vez de responder preguntas, pueda y deba plantear al espectador, otras muchas. Como apunta Boltanski, quizás la clave es la combinación de ambas, “Artista es aquel que hace preguntas y provoca emociones”. Me gustaría que esta mesa sirva para despertar preguntas en nuestro interior que nos inviten a seguir en movimiento, a seguir cuestionándonos lo evidente de conceptos como “estampa original” o “arte múltiple” para poder buscar y encontrar respuestas insospechadas. Si reflexionamos sobre el término original en contraposición con el de múltiple, éste se aplica a toda obra del ingenio humano que no es copia o imitación y que así mismo se distingue por su novedad. La noción de original como adjetivo se desprende de dos conceptos: de lo único, lo singular, en un sentido, y en otro, de lo extraño, lo insólito, lo inusitado, lo nuevo, lo especial, lo extraordinario, lo excepcional, en definitiva lo diferente. También lo original se refiere por una parte a lo realizado a mano, y por otra, lo inicial de donde se saca una copia. Como podemos observar es un término muy completo que designa al mismo tiempo aspectos muy diferentes e interrelacionados al mismo tiempo. Etimológicamente “original” (lat. Originalis) quiere decir referido al origen, es decir, relacionado con el origen (lat. Origo), que es principio, nacimiento ya que proviene del verbo latino orior que significa aparecer, nacer y cuya etimología última en indoeuropeo remonta a la raíz “er” que significa poner en movimiento. Sin embargo, generalmente se asocia la noción de original a la idea de inexorable unicidad, resultando aparentemente contradictoria la definición de “original múltiple”. ¿Cómo podría un objeto responder al mismo tiempo a dos características tan intrínsecamente opuestas como son el valor de unicidad y el de multiplicidad?. Sería posible si entendemos la acepción de único, no como “sólo” y “sin otro de su especie”, sino como “singular extraordinario o particular”, pero tendríamos en todo caso una calificación ambigua por su sentido figurado, ya que si nos remontamos a su raíz etimológica único quiere decir uno, “oi no”. Lógicamente la cuestión que nos preocupa es otra, ¿cómo puede ser un objeto original y múltiple a la vez?. Desde mi punto de vista, es en su potencialidad donde reside su interés en relación con lo múltiple, en su posibilidad de reproducción. Es su invitación a la repetición y transformación lo que hace hipnotizante los usos y realidades actuales del arte múltiple. Es en esa doble cuali- dad de ser original y múltiple a la vez, donde reside lo fascinante del concepto. Es como ese “gen” que puede reproducirse o no en el espacio y en el tiempo con consecuencias insospechadas, que nos habla de un origen con proyección infinita de futuro que relaciona lo físico con lo inmaterial. Pero único no es original ni viceversa. Si una obra es múltiple, en principio, no puede ser única aunque sí original. La cuestión es: ¿cuándo una obra múltiple deja de ser “original”?, ¿cuándo su edición es ilimitada o indefinida?. Sin embargo no toda obra de edición limitada es original, con lo que aún no hemos hablado de la clave de la originalidad. Pero cabe plantearse: ¿qué sentido tiene que una obra de arte pierda su condición de original por tener una edición ilimitada?. Evidentemente entendemos que es puramente un sentido extrínseco a la propia obra, ¿es cuestión de mercado?, ¿estamos hablando de un valor de mercado, o la limitación es una característica inherente a la naturaleza de la estampa, de la obra de arte?. Considero que deberíamos reflexionar y profundizar en las realidades que coexisten en este momento en relación con el acto comunicativo del arte, y, como dice José Ramón Alcalá, ya vendrá el mercado detrás. Vendrá a definirlo, a ponerle nombre, categoría, a clasificar, a dar valor de mercado, precio, etc. a eso que entendemos hoy como “arte múltiple”. Así, el uso de la palabra original aplicado a la estampa, ya sea como sustantivo o como adjetivo, tradicionalmente nos remite al hecho de que cada obra es una, cada estampa es un original en cuanto que no es copia de nada y por tanto el origen no es ajeno. Remite a una matriz, a ese gen con potencial multiplicabilidad. El concepto de originalidad en el mundo de la estampa ha sufrido muchos cambios a lo largo de los años desde su invención. Si nos centráramos en los orígenes de los distintos procedimientos gráficos, no hay que olvidar que la práctica de la gráfica, nace por una necesidad cuantitativa de reproducción. En la tardía Edad Media cuando el grabado comienza a aparecer en Europa, la idea de originalidad no existía como tal. Tanto las técnicas como los temas eran transmitidos de artista a artista, generación tras generación. Existían modos y visiones tradicionales de representar un tema que los artistas copiaban una y otra vez sin ningún sentimiento de culpabilidad. La personalidad del artista no aparece en sus obras. Cuadros, grabados, esculturas no son firmados por su creador. Las firmas más tempranas que eran marcas, monogramas, como E.S. o MS (Master ES o Martin Schongauer), eran consideradas como garantía de honestidad en un sentido similar a lo que la firma hoy en día representa. Gradualmente a medida que las estampas se hacen transportables, adquieren un uso y valor como propiedad personal que antes no habían tenido. El nombre del artista se convierte en un valor que puede ser poseído y su producción, bajo esa marca registrada o copyright, un objeto incluíble en la economía mercantil. En el momento en que estas artes gráficas se hacen autónomas para comenzar su andadura en solitario como obras de arte totalmente independientes, aparece de una forma clara la segunda acepción del término original: lo nuevo, lo especial, que es un factor de- 29 terminante y característico del valor del arte contemporáneo en general. 30 Así, el acto de hacer arte original, es un hecho que no puede desligarse del propio ser humano y del acontecer de las sociedades; sin embargo, la forma, tal como determinó Darwin, no será independiente de su función. Como esbozábamos con anterioridad, el arte de cada momento es el fruto de su tiempo, y el arte gráfico, en su evolución hacia un arte múltiple más híbrido, deambulará por caminos sin explorar y habitará otros nichos que en tiempos pasados parecerían imposibles, pero que responden especularmente a sus referentes sociológicos de consumo y producción. José Manuel Matilla, del Gabinete de Estudios de la Calcografía Nacional, apuntaba ya en 1998, una serie de cuestiones en torno al debate ya totalmente superado, de la inclusión o no de la estampa digital en el mundo del arte gráfico. “La configuración del lenguaje de la imagen impresa, como medio de creación de productos múltiples ha sufrido diversos cambios desde sus orígenes en el siglo XV hasta nuestros días. La necesidad de sistematizar el lenguaje a emplear con vistas a un abaratamiento y rapidez del sistema productivo, ha sido una constante en la que se han visto implicados los artistas gráficos desde entonces, así, producir de una forma múltiple imágenes de creación o reproducción a través del arte gráfico, mediante un lenguaje visual común e inteligible, suscita el interés del conjunto de la sociedad”1. Pero qué ocurre con conceptos totalmente actuales como el de “no autoría”, “arte colectivo” o temas como lo efímero de obras múltiples en la red. ¿Cómo se consume el arte colectivo si ya no existe la noción tradicional de autor en solitario, de producto único dispuesto a pasar a la red museística o de mercado y estructura de difusión mercantil?, ¿cómo se consume lo que no se vende y está construido entre todos? ¿cuáles son los canales de comunicación y consumo en el acto artístico contemporáneo? Se trata aquí de plantear cómo el pensamiento dominante es entonces esta especie de sospecha universal y que, en el campo de la reflexión del arte, las primeras víctimas de la “desmitificación” marxista, psicoanalítica o estructuralista, son las ideas de “autor” o de “artista”, de sujeto creador, con sus correlativos: la invención y la originalidad. La preocupación y el interés por lo nuevo, por la innovación en el arte en general y en las artes plásticas en particular, la transferencia al público receptor, la socialización de la cultura a través de los nuevos medios de comunicación y las nuevas tecnologías de in-put y out-put de la obra de arte y sus matrices, ha provocado un cambio en los modos productivos y de consumo. Ha transformado la práctica artística, y con ella el campo de la estampa, bajo las actuales condiciones de producción. Este cambio afecta lógicamente de una manera especial a las tendencias que hoy en día se sirven de máquinas electrónicas para la producción artística, las llamadas tendencias tecnológicas. Tecnologías productivas mutantes que inciden de manera directa en la transformación de los modos y procedimientos creativos de las formas artísticas. Esto repercute en un sentido doble: en sentido objetivo, físicamente los canales tradi- cionales del arte se transforman por las nuevas técnicas, se crean híbridos, diversidad y mezcla entre las diferentes disciplinas artísticas y sus productos, y en un sentido subjetivo, en cuanto a la influencia en la organización total y hábito de nuestros sentidos. En el concepto de arte múltiple, la repercusión que puede suponer la incorporación de otros medios de edición y difusión que se encuentran cada vez más fácilmente al alcance de la mano, resulta insospechada y puede ser sorprendente. El origen del presente foro, está directamente relacionado con el interés por conocer, desmenuzar y llegar a comprender la “situación actual” de la obra de arte en general, y especialmente la significación del Arte Múltiple en el panorama de la contemporaneidad. No pretendemos centrarnos en categorizaciones estrechamente relacionadas con la tradicional división técnica de obras, sino reflexionar sobre las características actuales de la obra múltiple y su potencialidad con proyección de futuro. “El artista actual se encuentra entonces ante la posibilidad que los nuevos medios de difusión masiva le brindan, pero también se tropieza con nuevos problemas como el de la propiedad intelectual, la posibilidad de copiar ilimitadamente una obra sin alterarla, o incluso la apropiación por parte de otros artistas que usan su obra como punto de partida para después modificarla. Estas nuevas problemáticas parecen alejar la idea del objeto artístico como algo inalterable y lo acercan a la dinámica de consumo y desaparición, a la que la totalidad de objetos comerciales están abocados. (...) Si el (Arte Múltiple), como arte que utiliza los medios tecnológicos, no se consigue desligar del consumo de una obra como un discurso únicamente basado en la herramienta, y en el uso de ésta, sin un desarrollo conceptual que pueda ser transmitido al público, inevitablemente todas las propuestas que se formulen caerán en el olvido en el momento en el que sea sustituido el elemento tecnológico por uno más moderno. La obra de arte será obsoleta a la par que la herramienta que se utilizó”2. Nuestro objetivo inicial era presentar la suma de particularidades y puntos de vista de lo que hoy entendemos por Arte Múltiple de una manera plural y objetiva. Sin embargo, no tardamos en apreciar la necesidad de flexibilizar dicho objetivo, aceptando la imposibilidad abarcar un nuevo universo con una multiplexación de realidades que relacionan arte y ciencia de modo increíble. Pero sólo lo calificaremos de increíble, sorprendente o insospechado si miramos con ojos anclados en lo establecido, encontrando su razón de ser en el ritmo frenético de nuestra sociedad y en su relación con ese creador-investigador que busca nuevas preguntas y nuevas respuestas. Queremos reflexiona sobre el propio acto comunicativo del arte y su relación con el concepto de múltiple. En telecomunicación, la multiplexación es la combinación de dos o más canales de información en un solo medio de transmisión usando un dispositivo llamado multiplexor. Existen muchas estrategias de multiplexación según el protocolo de comunicación empleado, que puede combinarlas para alcanzar el uso más eficiente del medio; la multiplexación por división de tiempo, la multiplexación por división de frecuencia y su equivalente para medios 31 32 ópticos y la multiplexación por división en código. Cuando existe un esquema o protocolo de multiplexación pensado para que múltiples usuarios compartan un medio común, suele denominarse control de acceso al medio o método de acceso múltiple. La idea de multiplexación nos indica otros métodos de aproximación a lo múltiple que nos llevaría a la constatación de las siguientes realidades: Como comenta José Ramón Alcalá, “la cantidad se ha convertido ya en calidad, con lo que el crecimiento máximo de participación va a conseguir modificar por sí sólo la índole de esta misma participación”. Al mismo tiempo, la proliferación de objetos de una sociedad de consumo y el incremento de imágenes con el advenimiento de los “mass media”, concurren a reforzar el privilegio dado a lo múltiple sobre lo único. Así, este foro se enmarca en un discurso ajeno a la búsqueda de conclusiones contundentes, adquiriendo su sentido dentro un modo de entender el pensamiento y la investigación característico de la actualidad, un pensamiento múltiple. Todo es lo mismo y todo es diferente, por eso no existe una realidad única, ni blanco ni negro, sino una multiplicidad cambiante que ayuda a entender la complejidad del ser humano. La diferencia une igual que separa por oposición. Existen múltiples causas de indefinición que provocan la transformación de la estampa original y del arte múltiple, que pueden ser analizadas desde tres puntos de vista que sin duda se encuentran interrelacionados entre sí, desde lo conceptual, desde lo sociológico y desde lo formal. Estos puntos de vista, como ya hemos men- cionado, están respaldados por situaciones reales objetivables (o en vías de ser objetivables), que legitiman preguntas como ¿qué es y qué no es arte múltiple?, El hecho de que se planteen cuestiones como éstas no implica que haya una respuesta unidireccional al problema. Hay numerosas situaciones o hechos que reconocen y avalan, desde su propio ejercicio, otra manera de entender, hacer o aplicar el concepto de original múltiple en relación con la praxis de arte contemporáneo. Como ya hemos dicho, el discurso de esta propuesta, no recorre los cauces tradicionales de la Historia del Arte, desde un punto de vista académico, sino un cauce paralelo basado en diferentes reflexiones sobre el concepto de arte múltiple. Más allá de las palabras, de las definiciones, de los intereses del mercado, etc., desde una actitud más práctica e intelectual que visceral, la idea actual de estampa original y de múltiple nos sugiere el contacto con la sociedad, con la tecnología, con la potencialidad de difusión en este contexto de telecomunicaciones. Por ello, nos interesan ejemplos puntuales de hechos (artísticos o no), que de algún modo requieren nuestra atención por su relación con la reflexión que nos ocupa. A menudo el discurso nos lleva por caminos que se alejan del “grabado tradicional” disciplina que entendemos que, ahora más que nunca, se encuentra en una profunda fase de reinvención y redefinición. La “situación actual”, desde este punto de vista sincrónico, de alguna manera escapa a la necesidad de definición que, como hemos visto, nos hubiera debido proporcionar el punto de vista diacrónico tradicional. Nosotros, no pretendemos delimitar y definir el arte múltiple dentro de la Historia del Arte, o la Historia de la Estampa, un categorización paralela a la tradicional, que podría llevarnos a otras nuevas conclusiones que serían igualmente parciales a las ya dadas. Por el contrario, es nuestro propósito presentar la conjunción de otras sincronías, exponer otras que al desplazarse en el tiempo, y al superponerse al actual, irremediablemente van a quedar expuestas desde un punto de vista que llamamos anacrónico. El objetivo de esta reflexión es comprender el dinamismo de la supervivencia que está en juego, describir cómo en una obra múltiple producida por medio de los diferentes sistemas actuales, lo inmemorial de una potencialidad de multiplicación, se reencuentra en una práctica contemporánea para formar la imagen dialéctica de un objeto que algunos describen como anacrónico. Este debate podríamos considerarlo absurdo, si como escribe Georges Bataille, toda pregunta es de cualquier manera una “consecuencia del empleo del tiempo”, es decir, sería necesario dentro de este debate cuestionar los modelos temporales que permiten pronunciar palabras como “crisis”, “muerte”, “pérdida” o “decadencia”. Es esa la cuestión de cómo el origen organiza la forma en sí misma, esa forma dual donde se confrontan de una manera simétrica la postmodernidad y la antimodernidad de la “situación actual”3. Uno de los índices más importantes de esta simetría, índice que sobrevalorado nos lleva al centro del problema, reside en el uso generalizado que se ha hecho del famoso texto de Walter Benjamin sobre la “la obra de arte en la época de su reproducción mecánica”4. Texto que es admirable, sin duda, y que al mismo tiempo es eminentemente complejo, inquietante y contradictorio. Este texto, en general, no puede ser entendido como el argumento trivial de la reproductibilidad técnica de imágenes y especialmente de su reproductibilidad fotográfica. Sería históricamente erróneo: habría que entenderlo como paradigma de la noción que define la obra de arte dentro de su esencia misma: es decir, la unicidad. Si este valor de la unicidad de la obra de arte no se considera, ¿habría que cuestionarse la desaparición de toda calidad de original?. Este es el problema, que desde nuestro punto de vista, atañe no sólo a la estampa sino a lo que podríamos llamar “la obra de arte en la época de su reproducción electrográfica, digital, mediática y telemática”, plural en definitiva. Por tanto, en este foro nos parece urgente matizar la lectura del ensayo filosófico-literario de Benjamin sobre la reproductibilidad técnica de las imágenes. Es evidente que el valor del original-múltiple resulta problemático para el mercado, así como para los sistemas de protección jurídica acordados para los objetos de arte. Pero si el tema ha sido siempre complicado, en la actualidad se hace indescifrable con la introducción de las nuevas tecnologías5. En este foro se ha considerado interesante adoptar un punto de vista diferente, que aporte nuevas luces a la definición de Estampa Original y su relación con el Arte Múltiple. El tema que nos ocupa, por tanto, no es la historia ni de las matrices ni de los soportes, ni siquiera nos centra- 33 34 mos en el mundo de la estampa y sus técnicas de impresión, sino en una investigación, reflexión y análisis de la realidad actual del arte múltiple como un hecho complejo. No se pretende establecer ninguna idea definitiva respecto a estos productos artísticos. Como ya hemos anti- cipado, no podemos aportar una conclusión final cerrada, sino buscamos indagar, proponer una amplia conclusión abierta polifacética, una propuesta fundamentada desde la multioptría, dirigida a enriquecer un debate de máxima actualidad. 35 1 MATILLA, J. M.: “La Estampa Digital, Apuntes para un Debate”, en Estampa Digital, La Tecnología Digital aplicada al Arte Gráfico, Madrid, Calcografía Nacional, 1998. 2 MOLINERO PÉREZ, D.: Arte y Tecnología en Japón. Departamento de Pintura, Universidad Pública del País Vasco. Bilbao, 2011. 3 BAUDRILLARD, J.: 1996, p. 4. 4 BENJAMIN, W.:1936, p. 140-171 y BENJAMIN, W.:1935, p. 137-181. 5 CHÀTELAIN, J.: 1988, p. 49-54. 37 El arte múltiple y el archivo María Lluisa Faxedas 38 El arte múltiple y el archivo María Lluisa Faxedas Puesto que el proyecto de investigación al cual pertenezco se llama “Políticas de archivo y nuevas tendencias en las prácticas artísticas contemporáneas”1, me ha parecido oportuno aportar una reflexión acerca de la noción del archivo como paradigma2 de creación que puede resultar especialmente válido para las prácticas artísticas que tienen que ver con la reproducción y la serialidad. La cuestión del archivo se ha convertido en las últimas décadas en uno de los temas centrales alrededor del cual se han desarrollado las reflexiones de numerosos filósofos y teóricos culturales, en especial a partir de las publicaciones de Michel Foucault, La arqueología del saber (1969) y de Jacques Derrida, Mal de archivo: una impresión freudiana (1995)3. Así mismo, la relación entre el archivo y lo visual ha sido ampliamente explorada en las prácticas artísticas contemporáneas desde los años 60; su omnipresencia es tanta que algunos autores han hablado, no sólo de mal del archivo, como Derrida, sino también del impulso del archivo (Hal Foster4), el furor de archivo (Suely Rolnik5) o incluso de la fiebre del archivo (Okwui Envezor)6. Este “mal” lo han padecido los museos y las instituciones artísticas, que en los últimos tiempos se preocupan más que nunca por adquirir archivos de artistas, entendidos ahora no sólo como documentación anexa a la producción de los mismos, sino más bien como parte fundamental de sus procesos creativos, muy especialmente en aquellos trabajos artísticos de tipo conceptual y de un cariz más político. Pero sobretodo el archivo se ha convertido en un tema e incluso en un medio fundamental en el trabajo de muchos artistas, en el que su presencia señala sin duda hacia el hecho de que en el arte contemporáneo la problemática de la relación con la memoria y el pasado, tanto a nivel individual como colectivo, ocupa un lugar fundamental. Bajo el concepto del archivo se refugian y toman forma y nombre numerosas prácticas artísticas basadas en la recuperación de esta memoria, que utilizando diversas estrategias y mecanismos reúnen “documentos”, fragmentos, que devienen testimonios de una determinada realidad a la que se intenta de algún modo explicar o comprender; pero no desde la perspectiva del narrador omnisciente o unívoco, sino más bien desde la del que reúne piezas de información que se ofrecen al espectador precisamente como datos para que sea él quien desentrañe lo narrado. El archivo deviene así, no el dispositivo que crea los relatos, sino el que los hace posibles, como propone Foucault: “El archivo no es lo que salvaguarda, a pesar de su huida inmediata, el acontecimiento del enunciado y conserva, para las memorias futuras, su estado civil de evadido; es lo que en la raíz misma del enunciadoacontecimiento y en el cuerpo en que se da, define desde el comienzo el sistema de su enunciabilidad. El archivo no es tampoco lo que recoge el polvo de los enunciados que han vuelto a ser inertes y permite el milagro eventual de su resurrección; es lo que define su modo de actualidad del enunciado-cosa; es el sistema de su funcionamiento. Lejos de ser lo que unifica todo cuanto ha sido dicho en ese gran murmullo confuso de un discurso, lejos de ser solamente lo que nos asegura existir en medio del discurso mantenido, es lo que diferencia los discursos en su existencia múltiple y los especifica en su duración propia”7. El archivo se convierte de esta manera en una forma privilegiada de la contemporaneidad en tanto que entronca directamente con el fin de las narrativas universales, permitiendo una interpretación mucho más abierta de la historia y por lo tanto del presente. En este sentido, el modelo del archivo se contrapone al concepto del museo; archivo y museo tienen sin duda mucho en común, como la compulsión compartida de reunir y almacenar, así como el hecho de que ambos se rigen por los criterios básicos del inventario y la clasificación. En el museo entendido en su formato más convencional existe, sin embargo, una clara priorización que podríamos llamar cualitativa de sus contenidos y de las piezas que guarda, así como una discriminación fundamental entre lo que se muestra y lo que no; el archivo es, en este sentido, mucho más democrático: idealmente, puede guardar cualquier cosa, puesto que todo es susceptible de adquirir un valor histórico, y todo lo que guarda tiene exactamente la misma importancia desde el punto de vista del documento, es igualmente visible o oculto, todo resulta igualmente fácil o difícil, según los casos, de localizar. El museo representa el paradigma de la colección, conservación, exhibición y, consecuentemente, jerarquización de la obra (de arte) única, en el que ésta se presenta en todo su poder aurático. El archivo es en este sentido un contra-museo: basado en el principio de la procedencia de sus fondos, no existe en él ninguna otra categorización fundamental8 (aunque si una clasificación, como veremos). Las diferencias entre el museo y el archivo, y así mismo las posibilidades que abre para el primero una reflexión desde el segundo, las sintetiza así Manuel Borja-Villel: “Coleccionar objetos significa a menudo transformarlos en mercancía. ¿Cómo exponerlos sin que sean fetichizados? ¿Cómo idear un museo que no monumentalice aquello que explica? La respuesta pasa por pensar la colección en clave de archivo. Ambos, museos y archivos, son repositorios de los que se puede extraer y actualizar muchas historias. Pero el archivo las desauriza, ya que incluye en el mismo nivel documentos, obras, libros, revistas, fotografías, etc. Rompe la autonomía 39 40 estética, que separa el arte de su historia, replantea el vínculo entre objeto y documento, abre la posibilidad al descubrimiento de territorios nuevos, situados más allá de los designios de la moda o del mercado, e implica la pluralidad de lecturas. La correspondencia que se genera entre el hecho artístico y el archivo produce desplazamientos, derivas, narraciones alternativas y contramodelos. Nos devuelve el conocimiento y la experiencia estética”9. Como afirma Foster, los artistas del archivo parten de la asunción del fin del museo como sistema total y coherente, sin triunfalismos ni nostalgia; a partir de aquí, el archivo propone simplemente otro modelo, que resulta ser, por lo que al tema del que hoy tratamos se refiere, mucho más pertinente10. Y es que si un “archivo” de obras únicas sería de hecho una colección, una colección de obras múltiples o reproducciones se acerca mucho más, por definición, al archivo; puesto que las obras múltiples rompen con la mistificación del aura, el archivo aparece como un lugar más apropiado para ellas. En este paso de la obra al documento radica para muchos artistas contemporáneos la clave de su trabajo. Walter Benjamin, en La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica (1936), ya habló de esta transición de la obra de arte de su valor cultual a su valor histórico. Benjamin sitúa en el trabajo del fotógrafo parisino Eugène Atget un momento clave de esta evolución, pues fue el primero en abandonar el retrato y en centrarse en espacios urbanos vacíos que le interesaban por su valor indicial, como si fueran, él mismo afirma, escenas del crimen. “Con Atget –escribe Benjamincomienzan las placas fotográficas a convertirse en pruebas en el proceso histórico. Y así es como se forma su secreta significación histórica”11. Con él, el valor de exhibición de la obra de arte supera su valor cultual, y por tanto deviene, en este sentido, documento. Fue un artículo de Benjamin Buchloch publicado en el catálogo Deep storage: collecting, storing and archiving in art (1998)12 el primero en señalar el archivo como un nuevo paradigma para las artes visuales del siglo XX, que situó en el mismo plano que los modelos de la obra única y del collage propuestos por las vanguardias. Aunque su ejemplo principal en este texto fuera precisamente el proyecto del Atlas de Richter, Buchloch señala algunos precedentes, de los cuales el más relevante sea probablemente el proyecto de otro atlas, el Atlas Mnemosyne de Aby Warburg13. En efecto, en los últimos años el modelo de conocimiento e interpretación propuesto por Warburg y basado en las relaciones múltiples que pueden establecerse entre una serie variada de imágenes en torno a un tema determinado, como planteó en sus plafones (compuestos por un millar de imágenes que eran, por cierto, fotografías, muchas de ellas de obras únicas, y muchas otras también de obras múltiples, como sellos y grabados, algunas de las cuales fueron obtenidas de revistas y periódicos) se ha convertido en especialmente relevante en un mundo marcado por internet y las múltiples conexiones que fácilmente podemos establecer entre sus imágenes y textos. De todos modos, si el proyecto de Warburg se corresponde al paradigma del archivo es sobretodo por su intento de indagar en la memoria social y colectiva (por algo se llama Mnemosyne) a través del análisis de la permanencia de determinados gestos y movimientos en la historia de la cultura visual. Aunque el objetivo original de Warburg era rastrear la pervivencia histórica del mundo clásico, el proyecto fue creciendo, convirtiéndose en una propuesta mucho más universal. Si un archivo es un repositorio de documentos, el Atlas de Warburg lo es de imágenes del pasado que pueden, si son bien vistas y leídas, iluminar el presente. Conforme avanzó en su trabajo, fue evidente que el proyecto se hacía casi inabarcable; las configuraciones de imágenes en los distintos plafones fueron cambiando, y de hecho no existe una versión definitiva de ellos, sino simplemente fotografías que documentan el estado en qué se encontraban a la muerte de Warburg. También el archivo puede entenderse como un proyecto sin fin, o work-inprogress, puesto que la producción de datos e información no termina nunca, y por tanto es potencialmente ampliable hasta el infinito. La relación entre atlas y archivo es obvia, aunque como ha señalado Didi-Huberman en el catálogo de la reciente exposición Atlas, ¿como llevar el mundo a cuestas?14, no sean exactamente lo mismo; el archivo es sin duda condición previa para el Atlas, que efectúa en él una labor de selección en función de lo que desea contar. Un atlas es de hecho uno de los múltiples relatos que pueden surgir de un archivo, que es por definición una compilación más o menos amplia de materiales, aunque a su vez pueda sugerir innumerables nuevos relatos. Además debemos tener en cuenta que las imágenes que utiliza el archivo, como diría Didi-Huberman evocando a Foucault, “están consideradas menos como monumentos que como documentos”, y se encuentran por lo tanto “lejos del cuadro único, encerrado en sí mismo, portador de gracia o de genio – hasta en lo que denominamos obra maestra”15; son imágenes que bajan a la mesa de trabajo para ser reordenadas y clasificadas una y otra vez en nuevas configuraciones, y que necesitan por lo tanto ser infinitamente móviles, trasladables y recombinables en distintos contextos y propuestas, que puedan así tratar distintas problemáticas. Por ello los artistas del archivo trabajan especialmente con obras múltiples e imágenes reproductibles: fotografías, videos, cine o imágenes digitales, por ejemplo, sin que sea especialmente relevante el origen de los materiales que van a parar al archivo, que pueden ser creados ex-novo, a modo de documentación (real o ficticia) de determinados procesos o investigaciones (como en los casos de Mary Kelly en su Post-partum document, o de Walid Raad y The Atlas Group), o el resultado de buscar o encontrar (“recolectar”, como diría la cineasta Agnes Varda) imágenes y materiales pre-existentes en la prensa, internet, postales, libros, álbumes familiares,... (el azar, por cierto, suele jugar un papel importante en muchas de estas piezas), como en los trabajos de Ignasi Aballí, Daniel García Andújar o Tacita Dean, entre muchísimos otros; o una combinación de ambos métodos, como en el caso de Christian Boltanski. Pero también pueden trabajar con obras que por su medio podrían aparecer como únicas, aunque concebidas desde la vocación de lo múltiple; es el caso de la obra de On Kawara, que constituye en su conjunto un auténtico archivo del tiempo del artista, y que está constituido en la práctica básicamente por pinturas, 41 42 acompañadas por recortes de periódicos, libros fotocopiados y postales. O del trabajo de Elena del Rivero, especialmente en sus cartas, que pueden ser dibujos o pinturas intervenidas, pero cuyo rasgo más definitivo sea el presentarse como una larga serie que en si misma es un archivo de afectos y desencuentros. En cualquiera de estos casos los archivos devienen testimonios de un determinado proceso creativo o vital, de cierto tema de investigación, o incluso de una autobiografía, y en todos ellos su carácter mnemónico deviene fundamental; los materiales que se reúnen funcionan como el punto de partida para generar nuevos discursos de interpretación o lectura del pasado y del presente que se proyectan hacia el futuro. Por ello, más importante que el origen de los materiales sea probablemente, en el arte del archivo, su presentación u ordenación en algún tipo de serie. Afirma Derrida que “No hay archivo sin un lugar de consignación, sin una técnica de repetición y sin una cierta exterioridad. Ningún archivo sin afuera.”; y añade: “no hay archivo sin consignación en algún lugar exterior que asegure la posibilidad de la memorización, de la repetición, de la reproducción o de la re-impresión”16. La repetición implica el establecimiento de un vínculo entre las obras o piezas que forman parte de la serie; y serialidad significa, en este contexto, la articulación del archivo según alguna estructuración u ordenación concreta, pero que no debe conllevar ni jerarquización ni un desarrollo teleológico hacia alguna parte. En el archivo, ningún elemento de la serie tiene una importancia especial respecto a los demás, y es sólo en relación a ellos que adquiere completamente su sentido – o al menos un sentido. La serie fortalece además el carácter de documento de aquello que la integra, pues en ella los objetos refuerzan su carácter histórico, en tanto que se vinculan con los que los preceden así como anticipan y de algún modo condicionan los que los siguen. La serialidad y la repetición, y no sólo la reproducción, tienen así la capacidad y el poder de eliminar el aura artística de de la imagen; de hecho, como indica Buchloch, el trabajo de Warburg y otros pioneros del archivo aparece precisamente en el momento, a finales de los años 20 (casi contemporáneamente al trabajo de Benjamin), en qué en Rusia y Alemania se concreta el desplazamiento de la fotografía desde su voluntad de ser obra individual, imagen impresa única, a la clara aceptación de su multiplicidad y su evolución a la fotografía instantánea y documental, basada en el carácter empírico de las imágenes, y muy a menudo ordenada en series. En este mismo marco y momento encajan también las maletas de Duchamp, tanto la Boîte verte (se trata de una maleta verde que contiene 94 reproducciones facsímiles de obras, dibujos, notas y esbozos del período 1911-1923 y relacionados con la creación de El Gran vidrio; se editaron 320 unidades en 1934) como la Boîte-en-valise (editada en diferentes series entre 1935 y 1941), cuyas 320 unidades contienen cada una de ellas reproducciones en miniatura de 69 de sus obras, la práctica totalidad de su trabajo. En A l’infinitif o caja blanca (1967), que recoge en edición facsímil todas las notas que quedaron fuera de la Boîte verte, se encuentra una nota escrita en 1913 en qué Duchamp se pregunta: “¿Puedes producir obras que no sean arte?”17. Es- tas maletas (auténticos archivos y exposiciones portátiles que pueden reordenarse a voluntad) ponen en juego todas las nociones que hemos ido proponiendo: concebidas como reproducciones seriales, por el hecho de que los materiales fueron reproducidos a mano existen pequeñas diferencias entre las maletas que convierten a cada una de ellas en una pieza única, sin las cuales no puede comprenderse la obra “artística” de Duchamp, que por otra parte dista mucho de poder ser sintetizada en un único discurso coherente. Evidentemente, también los artistas minimalistas y conceptuales, los primeros en utilizar de forma consistente el archivo como paradigma, entendieron la importancia de la serie y la repetición en la desmitificación de la obra-documento. Entre los numerosos artistas que han trabajado con este concepto figuran los fotógrafos Ed Ruscha o Bernd y Hilla Becher, cuyas series fotográficas son auténticos archivos del paisaje (urbano en un caso, industrial en el otro) que precisamente resaltan su aspecto más homogéneo y uniformizador. Así mismo, la serialidad y la repetición contribuyen a eliminar la importancia de la unicidad que conduce a la “colección”; Andrea Fraser, por ejemplo, una artista norteamericana que ha investigado el tema del archivo desde la crítica institucional, afirma que fue la decisión consciente de frustrar la vocación coleccionista del público la que la llevó a trabajar en exclusiva con obras múltiples y seriadas, como libros, videos u otras publicaciones18. Con la misma vocación, también Hans-Peter Feldmann produce y trabaja sólo con objetos reproductibles (fotos, postales, fotocopias, pósters, objetos de uso cotidiano…), y no originales o piezas únicas. La propia formalización del arte de archivo (su presentación en estanterías, cajas, maletas, clasificadores, vitrinas, libros, paneles,...) contribuye a resaltar el carácter serial de la documentación que contiene. De hecho, podríamos afirmar que los artistas del archivo desarrollan lo que Buchloch ha llamado una “estética de organización legaladministrativa”, basada en la secuencia, la reproducción y la repetición sin fin que se llevan a cabo mediante el rigor formal y la coherencia estructural19. No en vano Foster cualifica al arte del archivo de institutivo y legislativo, en oposición a los valores de transgresión y destrucción tan frecuentemente invocados por el arte contemporáneo; el trabajo artístico en serie tiene un carácter, por definición, aditivo, constructivo. Estos rasgos que podemos cualificar de afirmativos se confirman por el hecho de que al arte del archivo no le basta con recoger, almacenar o coleccionar documentos de cualquier manera; como apuntábamos anteriormente, la clave del archivo está en que éstos deben clasificarse de algún modo para poder así ser recuperados e interpretados, para adquirir sentido. Dice también Derrida en su texto: “Los documentos, que no siempre son escrituras discursivas, no son guardados y clasificados a título de archivo más que en virtud de una topología privilegiada”. E introduce después el concepto de consignación, como sinónimo de reunión, pero también como lo que “tiende a coordinar un solo corpus en un sistema o una sincronía en la que todos los elementos articulan la unidad de una configuración ideal”20; para Foucault el archivo es ley y sistema, pero también 43 44 “lo que hace que todas esas cosas dichas no se amontonen indefinidamente en una multitud amorfa, ni se inscriban tampoco en una linealidad sin ruptura, y no desaparezcan al azar sólo de accidentes externos; sino que se agrupen en figuras distintas, se compongan las unas con las otras según relaciones múltiples, se mantengan o se esfumen según regularidades específicas”21 Jorge Blasco, director con Nuria Enguita del proyecto de investigación y exposición Culturas de archivo (iniciado el año 2000), escribe: “Aunque tomadas de forma individual, es propio de las imágenes fotográficas ser producidas y organizadas en grupos, ordenadas según una poética o política que contextualiza las imágenes mediante catálogos, subcatálogos, áreas temáticas o simples recursos alfabéticos”22. Este orden, el sistema de clasificación que sistematiza el archivo, puede ser tan importante como el propio material que éste acoge. El proyecto destacó en este sentido el ejemplo del Archivo General de la Guerra Civil Española, en Salamanca, clasificado aún según el mismo tesauro establecido por sus creadores, que ha devenido así en si mismo un objeto archivístico y de estudio, un “documento”, tan importante como cualquiera de los que guarda. El Archivo F.X. de Pedro G. Romero es otro ejemplo desde el campo de las prácticas artísticas en que el tesauro deviene crucial; es de hecho la única puerta de acceso al material que contiene el Archivo y funciona al mismo tiempo como un meta-discurso sobre este material y su significado, aportando nuevas claves de interpretación. Obviamente, como nos muestran estos ejemplos o nos recuerda la Enciclopedia china de Borges23, la definición del sistema de clasificación del archivo puede tener mucho de subjetivo, e incluso de arbitrario; el compilador deja inevitablemente su rastro en la definición de las puertas de acceso al archivo. Sin embargo ello no afecta a la relevancia que los datos e informaciones reunidas en el archivo tienen en relación los unos con los otros, puesto que todos siguen teniendo la misma importancia. Aunque la acumulación de materiales es pues fundamental para el archivo, no todas las obras concebidas sólo en clave de suma corresponden necesariamente a su paradigma. El archivo tiene más bien que ver con una nueva conceptualización de la memoria y del pasado, ya no leídos sólo cronológicamente sino, volviendo al modelo esencialmente visual de Warburg, de un modo más bien rizomático, en que todos los documentos incluidos se vinculan y relacionan entre ellos, creando nuevos significados. Todo proyecto archivístico pretende documentar algo que existe en el presente, que llega de un pasado, y que se quiere preservar y hacer inteligible, de algún modo, para un futuro. La existencia del archivo es pues condición de posibilidad para la narración de la historia y del presente; qué narraciones se extraigan de él, ya es cosa del espectador. 45 1 La investigación que precede la redacción de este texto, redactado en motivo del I Foro de Arte Múltiple (Madrid, 2011), se ha realizado en el marco del proyecto “Políticas de archivo y nuevas tendencias en las prácticas artísticas contemporáneas” (código HAR2008-05994/ARTE), financiado por la Subdirección general de proyectos de investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación en el marco del Plan Nacional de I+D+I. 2 Que, junto al de la institución, serían según Allan Sekula los dos sentidos del archivo: “In structural terms, the archive is both an abstract paradigmatic entity and a concrete institution”; en “The Body and the Archive”, October, vol. 39 (1986), pp. 3-64; p. 17. 3 Para una breve panorámica de la cuestión del archivo en las publicaciones y exposiciones más recientes, ver el artículo de Xavier Antich “Del “mal d’arxiu” a la “febre d’arxiu”. La noció d’arxiu en la cultura contemporània”, en Lligall 32. Revista catalana d’arxívistica 2011, Barcelona: Associació d’Arxivers – Gestors de Catalunya, 2011, pp. 12-41. 4 Foster, Hal, “An Archival Impulse”, October, vol. 110 (2004), pp. 3-22. 5 Rolnik, Suely, “Furor de archivo”, en Estudios visuales, nº 7 (2010), pp. 116129. 6 Envezor, Okwui, Archive Fever. Uses of the Document in Contemporary Art, Nueva York y Gottingen: International Centre of Photography y Steidl, 2008. 7 Foucault, Michel, La arqueología del saber, México: Siglo XXI editores, 2006 (22ª edición), p. 220. 8 Todo ello no impide que recientemente se hayan dado en varias ocasiones fenómenos de “auratización” de algunos archivos que han adquirido así un potente valor icónico que acentúa su carácter eminentemente político, como es el caso del Archivo Centelles. 9 Borja-Villel, Manuel, “El museo interpelado”, en Objetos relacionales. Colección MACBA 2002-2007, Barcelona: MACBA 2009, p. 34. 10 Foster, op. cit, p. 5. 11 Benjamin, Walter, La obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica, consultado en http://diegolevis.com.ar/ secciones/Infoteca/benjamin.pdf, p. 7 (última consulta: 10-11-2011). 12 Del que existe una versión ampliada publicada en castellano: “El Atlas de Gerhard Richter: el archivo anómico”, en Fotografia i pintura en l’obra de Gerhard Richter: quatre assajos a propòsit de l’Atlas, Barcelona: MACBA, 1999, pp. 147-167. 13 Warburg, Aby, Atlas Mnemosyne, Madrid: Akal, 2010. 14 Didi-Huberman, Georges, Atlas: ¿cómo llevar el mundo a cuestas?, Madrid: MNCARS, 2011. 15 Íbidem, pp. 52 y 18 respectivamente. 16 Derrida, Jacques, Mal de archivo: una impresión freudiana, Madrid: Trotta, 1997; p. 19. 17 En Schaffner, Ingrid y Winzen, Mathias (Edsel.), Deep storage. Collecting, Storing and Archiving in Art, Préstela, Munich-Nova York, 1998; p. 120. 18 Citada en Von Bismarck, Beatrice ed. alt. (eds.), Interarchive: Archival practices and sites in the contemporary art field, Colonia: König, 2002; p. 87. 19 Buchloch, Benjamin, “Atlas/Archive”, en Coles, Alex (ed.), The Optic of Walter Benjamin, Londres: Black Dog Pub., 1999; p. 32. 20 Derrida, op cit., pp. 10-11. 21 Foucault, op. cit., p. 220. 22 “Notas sobre la posibilidad de un archivo-expuesto”, en Blasco, Jorge y Enguita, Nuria (eds.), Culturas de archivo, Barcelona: Fundació Antoni Tàpies; Valencia: Universitat de València; Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, 2002; p. 56. 23 En “El idioma analítico de John Wilkins”, Borges cita una “cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de conocimientos benévolos. En sus remotas páginas está escrito que los animales se dividen en a) pertenecientes al emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en la siguiente clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) pintados con el pincel finísimo de pelo de camello, 1) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas, etcétera.” Añade Borges que “notoriamente no hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural. La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo.” Borges, Jorge Luis, Otras inquisiciones, Barcelona: Alianza, 1997; p. 158. 47 Matriz y módulo en desarrollo expandido: genética, tectónica, retórica Juan M. Moro 48 Matriz y módulo en desarrollo expandido: genética, tectónica, retórica Juan M. Moro En esta ponencia proponemos un análisis fenoménico (y, por ende o, cuando menos, parcialmente fenomenológico) de los distintos factores concurrentes en el título del presente foro: “Arte múltiple de campo expandido”, abordando tres episodios concatenados: su origen conceptual y técnico, el problema efectivo de su manifestación tectónica y, por último, la identificación de una posible inercia retórica. Para ello, y en primer lugar, debemos advertir que la génesis de la idea de arte múltiple en el arte moderno, será tomada aquí en su sentido más duro y literal, es decir, considerado lo múltiple en razón de la existencia de un principio, ya sea parcial o total, de reproducción inscrito en una dinámica de revolución replicante generada a partir de un modelo, módulo o matriz, independientemente de que éste pueda ser de naturaleza material y/o conceptual, o que se acoja en mayor o menor medida a una dialéctica de repetición-variación formal. A este respecto, cabe diferenciar esta idea “fuerte” de arte múlti- ple de otros planteamientos que tienen que ver con nociones y prácticas históricas de seriación en un sentido convencional, en las que la serie era organizada por un elemento vertebrador generalmente de índole temática (es decir, como pretexto unificador). Por el contrario, el arte múltiple del que queremos hablar se crea en un contexto o para un contexto físico (el campo expandido), que no es otro que el segundo factor del título del presente foro. El campo expandido presupone una fisicidad obligada de la composición (cuyo origen, recordemos, puede ser tanto conceptual como material, o ambos), que impone unas condiciones de formalización o presentación tectónica de todo el material múltiple que forma la obra. Es en este punto precisamente en el que la obra cobrará realidad. El momento, por tanto, en el que habrá que comprobar en qué términos queda expresada la relación entre proyecto artístico y sustanciación efectiva del mismo. Por ello, el paso dialéctico siguiente y último que afrontaremos en la presente ponencia será el del análisis crítico de toda posible 1 esterilidad retórica en que pueda caer el arte múltiple de campo expandido. genética La célebre serie de pinturas dedicada a la Catedral de Rouen realizadas entre 1892 y 1894 por el pintor francés Claude Monet introdujo una noción y una práctica de arte múltiple inédita hasta la fecha. Se trataba, a todas luces, de la consecuencia directa de la existencia de una nueva episteme latente en el ambiente de fin de siglo. Monet no hace sino trasladar a la práctica artística lo que es por antonomasia el modelo de experimentación científico: el paradigma del diseño experimental que forman una constante (en este caso definido por un punto de vista fijo e inalterable en el que se sitúa Monet) y una serie de variables que son registradas por el investigadorartista (las distintas y sucesivas condiciones ambientales expresadas en términos de variación cuasi-circadiana, ya sea diaria o estacional). Conjunto de obras que, en nuestro criterio, debe ser señalado por la historia del arte radicalmente en los términos experimentales ya expresados, a poco que contemplemos toda la serie constituyendo un conjunto modulado (img.1). Sin embargo, experiencias semejantes habían sido llevadas a la práctica efectiva al menos treinta años antes, aunque, sin duda, con menos consciencia y definición experimentalista y, por supuesto, también con mucha menos notoriedad postrera. Pues estas condiciones experimentales explotadas por Monet no son otras que las que, por su propia naturaleza, se dan en el contexto de las artes gráficas de reproducción, en virtud de la dicotomía física entre el soporte temporal de la imagen, que es una matriz entintada, y el soporte final que es el papel impreso a partir de aquella, esto es, la estampa. Esta separación espacio-temporal permite la interpretación potencialmente sin límites de la imagen matricial, lo que dio pie a mediados del siglo XIX a que, en un contexto heterodoxo y amateur como el desarrollado por las Sociedades de Aguafuertistas europeas, principalmente las francesas, surgieran conceptos y prácticas alternativas, incluso enfrentadas a las defendidas por los grabadores convencionales, profesionales y académicos. Serán, así pues, ellos quienes promuevan las virtudes del entrapado, como técnica de libre interpretación a partir de una partitura calcográfica fija, proponiendo incluso una nueva nomenclatura, como la del “eau-forte mobile” (“aguafuerte versátil”), acuñada por el grabador aficionado Ludovic-Napoleon Lépic en su escrito Comment je devins graveur à l´eau-forte (1876).(img. 2) 49 Todo lo cual no es, como ya hemos señalado, consecuencia sino del auténtico modelo experimental subyacente en el condicionamiento técnico-metodológico basado en el ejercicio de prueba-error con el que han operado históricamente, desde su misma génesis renacentista, las artes gráficas de reproducción. Sustanciado en lo que se conoce como las sucesivas 2 50 pruebas de impresión, ya sea de registro y ajuste, de entintado, de color, etcétera; hasta llegar a la prueba definitiva o bon à tirer. Tal es el ejemplo que nos ofrece Fritz Eichenberg en su célebre libro The Art of the Print (1976) con las pruebas de taller realizadas por Edvard Munch para algunos de sus trabajos xilográficos. Tan sólo había que saber ver y sacar partido desde una nueva óptica al impactante poder presencial de dicho principio de multiplicación, ya fuera con el motivo de ofrecer la plenitud plástica de un archivo visual, como en el caso del tándem Eichenberg-Munch, o bien, como aparecerá a partir de la segunda mitad del siglo XX, a través de nuevas propuestas formales adoptadas por el arte posmoderno. (img.3) Esto último llegaría en primer lugar, al menos en los términos duros que queremos traer a estas páginas, con el arte pop. El más recurrente y conocido ejemplo lo encontramos en la obra de Andy Warhol. La doble hélice generativa de este tipo de intervención artística vinculada estrechamente a la cultura norteamericana de masas de los años sesenta, está urdida por dos hebras paralelas: la de la repetición y la de la variación. El soporte técnico utilizado por Warhol para ello será la serigrafía, utilizando una versión abierta del proceso de impresión que permite las condiciones idóneas para moverse entre la fijación de un módulo o icono gráfico y su interpretación o alteración más o menos aleatoria y/o degradada. Frente a episodios anteriores, a estas alturas de la asimilación cultural e institucional del arte de vanguardia en el aparato intelectual posmoderno, el apoyo teórico se muestra no sólo acorde sino coordinado y cómplice con los nuevos mode- los artísticos. Michel Tarantino en el catálogo para la exposición “Repetición-Transformación” celebrada en el Centro de Arte Reina en 1992, analiza con las siguientes palabras el ejercicio de Warhol: «…realiza cuadros históricos de un tipo muy distinto de los que realizaron David o Géricault. Lejos de fijar un acontecimiento o un personaje en el tiempo, fija el tiempo sobre el personaje. Sus retratos de Lennin o Jackie Kennedy son intentos de ver cómo se ve a estas figuras» (img.4) 3 Pero atendamos aquí a la naturaleza fenoménica con que Warhol presenta casi sistemáticamente su obra en un formato de organización ortogonal, lo que nos recuerda a cómo Fritz Eichenberg lo hacía desde una lectura documentalista con las pruebas de color y registro trabajadas por Munch. Formalmente es la misma: un sistema en damero de abscisas y ordenadas ¿Quiere esto decir que los intereses artístico-plásticos de Warhol y los documentales-archivísticos de Eichenberg son semejantes, o sólo se trata de una graciosa coincidencia? De algún modo la lectura historicista de autores como Tarantino nos orientan en este sentido ¿Quiere decir esto que la manera de mostrar un conjunto de arte múltiple, en ambos casos impreso, tiene como principal o, incluso, única manera, de ser mostrada mediante este formato de ordenación y racionalización tan estrictamente cartesiano? La historia del arte del siglo XX nos ofrece muy diversos ejemplos de utilización de elementos (imágenes y objetos) modulares idénticos en la composición de la obra, que también se acercan a esquemas y formas cerradas. Especialmente los encontramos en movimientos surrealistas y 4 5-7 afines, que buscan explotar todo el potencial metafórico-simbólico del objeto de producción industrial (incluso tomado como concepto elevado a una potencia “n”, a partir del object trouvé o del ready-made duchampiano). Se trata de auténticas lecturas fenomenológicas asociadas a la condición de lo seriado y múltiple, como pueden ser: su enajenado origen hermético-industrial, la atribución erótico-fetichista de su naturaleza funcional, la obsesión paranoica de su ubicua presencialidad, la crítica tensión artístico-ecológica que implica, la sublimación hipnótica de su proclividad o su deriva a constituirse en espectaculares y festivas tramoyas, etcétera. Valgan algunos ejemplos como los que encontramos en la obra de autores tan diversos como Salvador Dalí, Wolf Vostell o Arman. Estas últimas acumulaciones de objetos, más allá del ataque nihilista duchampiano de origen, en realidad no hacen sino devolver al objeto su más profundo significado metafórico y antropológico. (img.5,6,7) tectónica Es evidente que la presentación de una obra basada en un conjunto de material múltiple, máxime si éste está expresado en su forma más fuerte, dura y pura, tal y como venimos analizando, comporta un importante problema tectónico en lo que refiere a su composición o presentación formal. Pero, ¿cómo se manifiesta y resuelve este problema en el campo expandido? Vale la pena que a este respecto acudamos a aquella autora que, precisamente, introdujo en el léxico artístico el concepto de campo expandido, Rosalind Krauss. En su tan citado texto “La escultura en el campo expandido” (1979), Krauss se remi- te a dos líneas de trabajo coetáneas al arte pop, como fueron el land-art y el minimalismo. Es precisamente en este último movimiento donde se desarrolla una idea fuerte de arte múltiple, esto es, manifestado a partir de una unidad modular en revolución multiplicada, como fue el paradigmático caso del prisma cúbico. Pero como ha señalado la artista y ensayista Suzi Gablik, en oposición al arte pop los artistas minimalistas, conjugando el cubo al infinito, consiguieron unificar dos cuestiones en principio antitéticas, como es la impresión de un equilibrio regular perfecto sin que ello supusiera perder expresión formal en términos de adaptación plástica al espacio1. La plasticidad minimalista, así pues, sencillamente se trasladaba desde la autocontención del objeto escultórico tradicional, hacia el problema de su desarrollo en el campo expandido. Por ello, más allá de lo que a simple vista pudiera parecer un arte blindado por férreos dictados de la razón, nos encontramos ante una tendencia estética cuya principal preocupación radica en la intervención efectiva sobre los pulsos y ritmos vitales que componen cada espacio físico concreto. La así llamada «pérdida del centro» de la escultura minimalista introdujo una potencialidad plástica en el ámbito de la disciplina escultórica, que estaba basada, primero, en los dictados de la razón matemática a través de la generación de una unidad geométrica y su revolución modulada en el espacio, y, en segundo lugar, en la adaptabilidad inherente de dicha estructura modular a cada nuevo y singular espacio. (img.8) Sin embargo, muy a nuestro pesar, no es este ejercicio de adaptación plástica lo que encontramos hoy en muchos ejemplos de composiciones moduladas rela- 51 52 8 cionadas con un concepto fuerte de arte múltiple. Y estamos hablando más particularmente de lo que se refiere al arte múltiple bidimensional (lo que incluye toda suerte de impresiones gráficas, fotografías, dibujos, pinturas, etcétera). Si consultamos alguna publicación con aspiraciones canónicas para el arte contemporáneo como puede ser, pongamos por caso, Art at the Turn of the Millenium (1999), el número de presentaciones formales de obra múltiple en un estricto formato cartesianoortogonal alcanza un número ciertamente importante. Pero también y de un modo más puntual y cercano, recientemente hemos podido comprobar la más absoluta redundancia de esta misma solución rígidamente formalizadora del discurso artístico, en la tan renombrada exposición Atlas ¿Cómo llevar el mundo a cuestas? celebrada en 2010 en el Museo Reina Sofía de Madrid, cuyo comisario fue el gran intelectual francés Georges Didi-Huberman. (img.9) Evidentemente una y otra fuente (la citada publicación revisionista y la exposición de título universalista) nos señalan el profundo calado que ostenta hoy esta redundante forma de presentación ortogonal, hasta el punto de que parece haber adquirido una ubicua y acrítica patente de corso. Desde aquella rudimentaria e ingenua solución mecanizada del pop warholiano, pasando por los primeros movimientos conceptuales documentalistas, la ortogonalidad impera en los proyectos etnográficos de recolección y en la estrategia archivística de autores como el matrimonio Bern y Hila Becher, Christian Boltansky, Sophie Calle, Santiago Sierra, Roni Horn, Damien Hirst, Nobuyoshi Araki y un largo etcétera. Todos ellos parecen encorsetados en un rígido y, en buena medida, predecible sistema de ordenación del material que forma la obra, sus obras, que abundan en claros sesgos bien lecto-escritores, bien cronológicos, jerárquicos o taxonómicos, bien deudores de lógicas (o herméticas, lo mismo da) diagramáticas, esquemáticas, etcétera. En definitiva, obras construidas mediante formas de presentación tendenciosamente racionalistas que parecen olvidar aquella condición plástica que no quiso dejar a un lado un movimiento tan aparentemente racional y desapasionado como se atribuye fue el arte minimalista. (img.10, 11,12) 9 53 12 retótica 10-11 Más aún, en un contexto como el actual, en el que cabe identificar una situación de proclividad y casi ultranza absoluta de la obra de arte expresada como fenómeno múltiple, situación claramente favorecida por el enorme salto en las facilidades y el abaratamiento relativo de los medios de producción de imágenes y, más concretamente, de copias (léase también, módulos), es absolutamente necesario cuestionarse críticamente extremos formalizadores como los que traemos a debate, con objeto de no caer en cualquier tipo de estéril inercia retórica. Pues si el arte del siglo XX supo defenestrar los sacramentales altares de la peana y del marco, e incluso, más tarde, terminar con los convencionales límites cuadrangulares de la representación bidimensional, no podemos caer gratuita y ciegamente bajo el yugo de una férrea cancela, esta vez expresada en un formato de corte tan evidentemente monolítico y racionalista como es un sistema cartesiano de abscisas y ordenadas o, en otras palabras, de lo que son auténticas celdas, organizadas frecuentemente mediante sistemas exógenos a las artes plásticas, ya sean de naturaleza lecto-escritora, historiográfica, científica, tecnológica o de cualquier otra. A este respecto, y de manera muy significativa para el hilo de nuestro propio discurso, encontramos la más preclara señal de alerta en relación a la existencia solapada de un peligroso precipicio en quien, paradójicamente, había definido la actualidad del concepto de campo expandido. Pues es Rosalind Krauss quien, en un escrito posterior al ya mencionado, titulado “La originalidad de la vanguardia: una repetición posmoderna” (1981), analiza críticamente la presencia de una forma ortogonal que aparece, de manera recurrente, en el arte moderno en sus posiciones de vanguardia, como es la cuadrícula. Para la autora norteamericana la cuadrícula, estructural, lógica y axiomáticamente, está inscrita en un bucle de repetición de tan eterna como realmente ficticia efectividad innovadora. Aparece una y otra vez cual rémora en los más diversos estilos y movimientos artísticos de vanguardia, en una dinámica cíclica de pretendido descubrimiento epifánico-iniciático para cada movimiento en cuestión. Lo que, de hecho y en opinión de la autora, la habría convertido en un auténtico estereotipo enquistado en el moderno sistema del arte. 54 La consecuencia más negativa que se deriva de ello es, en palabras de la propia Krauss, que la cuadrícula (en nuestro caso la composición ortogonalizada): «también es una prisión en la que, en una nueva paradoja, el artista enjaulado se siente en libertad. Porque lo notable de la cuadrícula es que a pesar de ser un eficaz distintivo de libertad, resulta extremadamente restrictiva en el ejercicio efectivo de la libertad. Al ser, sin lugar a dudas, la construcción más formularia que se puede trazar en una superficie plana, la cuadrícula resulta altamente inflexible (…) es enormemente difícil de usar al servicio de la invención». A lo que añade categóricamente Krauss, en alusión directa a aquellos artistas abo- nados a esta hoy tan académica solución compositiva: «…desde el momento en que se someten a esta estructura, su obra cesa de desarrollarse —a efectos prácticos— y queda marcada por la repetición»2. En definitiva, la cuadrícula para Krauss y, en nuestro caso, la composición ortogonal que adopta recientemente el arte múltiple de campo (o de muro) expandido, no es sino un formato tan enrejado como enajenado que nos priva de libertad, la única libertad que ostenta el arte en exclusiva y por su propia naturaleza, esto es, la posibilidad de ser una forma de expresión abierta, inédita, imprevisible, azarosa, inestable, indeterminada, metamórfica, espontánea, personal, singular, contingente, eventual, etcétera; es decir, de todo aquello que atribuimos a lo que es la auténtica condición “plástica” del arte.3 55 1 Suzi Gablik, “Minimalismo”, en Nikos Stangos, Conceptos de arte moderno, Madrid, Alianza, 1986, p. 202. 2 Rosalind Krauss, “La originalidad de la vanguardia: una repetición posmoderna” en, Brian Wallis (ed.), El arte después de la modernidad. Nuevos planteamientos en torno a la representación, Madrid, Akal, 2001, pp. 19 a 21. 3 Para mayor profundización documental y argumental respecto a este tema me permito remitir a mi reciente libro: Juan Martínez Moro, Crítica de la razón plástica. Método y materialidad en el arte moderno y contemporáneo, Gijón, Ediciones Trea, 2011. 57 Arte digital como múltiple Jaime Munárriz 58 Arte digital como múltiple Jaime Munárriz Quería reflexionar acerca de distintas facetas del arte digital como múltiple, atendiendo no sólo a sus posibilidades de repetición y seriación comercial, sino a otros aspectos en su esencia como proceso de creación que abren caminos diferentes frente a los procedimientos tradicionales. Es de todos perfectamente conocida la capacidad de la información digital de ser clonada sin pérdida ninguna de información, en una copia perfecta. Esto nos garantiza una copia de seguridad de la información contenida en obras digitales (textual, imagen, sonora, código), sin embargo no es ampliable al conjunto de la obra, al objeto presentado ante el público como obra: La materialidad del soporte no es clonable. La instalación espacial, la maquinaria, el sistema en conjunto no sólo no son duplicables sino que a menudo su reconstrucción resulta imposible, dada la singularidad de los componentes y de su emplazamiento. La imagen digital, el vídeo o el sonido en soporte digital sí son reproducibles en sistemas de impresión mecánicos. Esto no ha cambiado mucho desde que la fotomecánica lograra la reproducción de dibujos, pinturas y fotografías. La fotografía aparece como primer medio artístico en el que nunca existe un ejemplar único e irrepetible. El sistema fotográfico permite realizar copias hasta el infinito. Este hecho, que en un primer momento aparece como obstáculo infranqueable para su incorporación entre las bellas artes, es pronto superado por el mercado. La supuesta repetibilidad no es tal en el mundo real. El 99,9% de las fotos existentes no han sido copiados más de una vez: sólo existe una copia fotográfica, una foto sobre papel. Esta foto ha ido deteriorándose y marcándose con el uso y el paso del tiempo. Cuando queremos duplicar estas fotos, no encontramos el negativo, o esté está dañado. Las copias y restauraciones que se producen ahora son claramente objetos muy distintos de los originales, su aspecto y cualidades mate- riales son muy diferentes. El original es irrepetible. La fotografía puede producir tiradas ilimitadas. El taller de copiado y las circunstancias comerciales determinan el número. Sólo en condiciones muy especiales una foto se copia para su comercialización. El mercado del arte ha sabido controlar la producción fotográfica. Con gestos obscenos como la destrucción del negativo, o con un simple control de la producción y comercialización certificada. Ha sabido dominar el problema de la seriación mecánica. La copia de galería convive sin fricciones con el póster o la postal. La imagen digital entra en este mismo caso: puede reproducirse sin limitaciones, empleando impresoras, filmadoras, plotters o cualquier otro medio. Sin embargo, su clonado es muy poco frecuente, y su producción comercial puede controlarse del mismo modo a través de sistemas de seriación garantizada y controlada. La imagen digital puede reproducirse en tiradas de copias iguales. El mercado puede aprovechar esta circunstancia. El artista, sin embargo, encuentra otras cualidades mucho más interesantes en sus posibilidades de almacenamiento y transformación sin pérdida. Las variaciones sobre una idea, las mutaciones, la exploración de las posibilidades gráficas de una pieza son un mundo que invita a la exploración, posible gracias al medio digital. El juego con planchas en grabado ya permitía alguno de estos experimentos. Sin embargo, el medio digital es el más adecuado para la exploración de variaciones. Los pioneros de la imagen digital se dieron cuenta desde el primer momento de estas posibilidades del medio, y desarrollaron en los primeros momentos trabajos espléndidos en este sentido. Michael Knoll, Michael Noll, Charles Csuri, Jack Citron, Frieder Nake, Georg Nees, H.P. Paterson, o nuestros artistas del Centro de Cálculo, Elena Asins, Soledad Sevilla, Yturralde, Sempere, Alexanco, Barbadillo, Quejido, exploraron la combinatoria, los módulos, las variaciones y transformaciones de formas. Una segunda oleada ha redescubierto este juego con las formas, apoyado po la potencia actual de los ordenadores, y está explorando de nuevo este territorio. Nuevas herramientas de programación gráfica como Processing, ContextFree o StructureSynth permiten al artista contemporáneo aventurarse en los campos de creación que antes sólo eran concebibles mediante los gigantescos mainframes. Este hecho, sumado a la hiper-conectividad denuestra social gracias a la Red, ha generado una comunidad mundial de personas interesadas en problemas que antes fueron accesibles a unos pocos privilegiados. La realimentación que se produce al compartir ideas, imágenes y código permite un acceso vertiginoso de la escena. Los modernos medios de impresión permiten la producción de tiradas de copias de estas imágenes. En un momento en que las imágenes viven de forma natural en la pantall y en la Red, la decisión de producir un objeto físico es significativa y se produce sólo cuando entendemos que puede tener un desarrollo comercial. Las posibilidades de transformación pueden ser explotadas en ediciones en las que 59 60 cada imagen, siendo parte de una producción numerada, es un ejemplo único. Este juego de variaciones es una de las posibilidades más interesantes en la exploración de formas digitales. La parametrización nos permite afinar el ámbito de nuestras transformaciones, modificando aquellos aspectos de la imagen que capturan nuestra curiosidad. La obra digital, en la mayor parte de las ocasiones, existe en diversos estados de materialización. Sólo en contadas ocasiones se presenta ante el público en su forma más completa y avanzada de terminación. Bocetos, esquemas, proyecto, maqueta, prototipos y distintas propuestas expositivas son distintos aspectos de un mismo proyecto. Lo interesante es que a menudo las fases iniciales e intermedias de estos proyectos son tan o más interesantes que el producto terminado. Son comunes las exposiciones de artistas actuales en los que el dispositivo expositivo es el mismo proyecto, con bocetos, documentación, incluso registros falsos de hechos nunca realizados. Las técnicas expositivas del arte conceptual y el arte de acción se constituyen en objeto del proyecto artístico. El material digital que maneja el artista no sólo se adapta en las distintas fases de un proyecto, sino que a menudo es reutilizado en distintos proyectos. La facilidad de reutilización del medio digital también es muy atractiva para el artista, que recoge materiales de producción anterior incorporándolos con otro sentido en obras contemporáneas. La información se apila en capas sucesivas, se sedimenta y acumula en un proceso de enriquecimiento y autoreferencia sin fin. La remezcla no sólo es una técnica del DJ, el artista puede utilizarla como herramienta en con su propia producción, recuperando imágenes, sonidos o vídeos, y reubicando su posición en la producción de significados. En este deslizamiento de imagen, fondo, textura, ruido, los elementos de la obra suben y bajan de nivel en el conjunto constitutivo de la pieza. El artista plástico contemporáneo puede participar en la cultura del Remix desde su propia producción, dotando al maetrial que genera de nuevas oportunidades y materializaciones. El arte digital ofrece grandes posibilidades en la creación de variaciones, mutaciones, mezclas y superposiciones. El artista digital debe explorar estos recurso, produciendo obras que saquen partido de la multiplicidad del medio. El mercado del arte debe encontrar mecanismos comerciales que puedan lograr la distribución adecuada de este tipo de obras. En mi trabajo personal que presento a continuación podemos observar sistemas de exploración de imágenes modulares, estanques de vida artificial y máquinas dibujantes que muestran una expresividad en el trazo muy próxima a la gráfica manual. 61 63 Sobre la identidad del grabado Jesús Pastor 64 Sobre la identidad del grabado Jesús Pastor introducción Buenos días a todos. Muchas gracias a los organizadores de Estampa por programar estas jornadas, y a Ana por sus cariñosas palabras… Mi ponencia es, en cierta manera, especulativa, en cuanto que no estoy seguro de las conclusiones que se derivan de ella, ni de su valor. En todo caso, son ideas con las que hace tiempo trabajo. Con despertar su interés estaría satisfecho. Mi ponencia es autobiográfica, en la medida que lo que expondré son cuestiones que manejo en la creación de mis piezas. En mi doble condición de artista y profesor universitario me veo en la obligación de codificar lo que a veces no es pensamiento, sino acción, con el fin de que sea comprensible en el foro universitario y de investigación. En esta bicefalia, siempre hay que andar atento a la advertencia de Steiner sobre la creación y la consiguiente explicación, sobre la obra y el texto, que dice: “De forma consciente o no, numero- sos poetas empiezan a escribir el tipo de poemas que estimulará los análisis estructurales de las clases universitarias”1, o aquella otra más contundente y que afirma: “El Saturno de la explicacion debora lo que adopta”2. Es por ello que solicito, de ustedes, un voto de confianza y que comprendan que la codificación de los conceptos y reflexiones, muchas veces, son posteriores a la conformacion o creación de mis piezas, y algunas veces simultáneas, aunque rara vez son previas. Les pido, que entiendan que lo que a continuación expondré no son, para mí, premisas desde las que actuar, sino conclusiones extraídas de la práctica artística previa, aunque a en alguna ocasion, impulsen creaciones posteriores. desde el concepto de sistema Me gusta pensar que el grabado, la estampa, el múltiple, o como queramos o acabemos llamándole, es un sistema. 65 Serie: Inflexiones, nº 23, 1995. Mármol italiano y aluminio 49 x 110 x 2 cm Con ello me refiero a algo tan sencillo como que la suma de las partes es menor que su identidad propia y total, o mejor, que el grabado es algo más que la suma de sus partes, algo más que la suma de lo que podríamos llamar sus características esenciales. La cuestión, para mí, es que si bien puede ser factible definir cuáles son las cuestiones esenciales o características del grabado o de la obra gráfica, no es tan fácil saber de qué hablamos actualmente cuando decimos “obra gráfica”. Piénsese en la cantidad de denominaciones que la obra gráfica ha tenido y piensese, tambien, en el debate suscitado por nominarla correctamente. Tal es el caso de “obra gráfica”, “grabado”, “obra múltiple”, “obra gráfica original”, “obra seriada”, “arte múltiple”, etc. No es ésta la cuestión que me interesa, no es de la denominacion final de la que quiero hablar en este momento, sino de su concepción. Sobre la concepción, escribió, de forma precisa y quirúrgica el Sr. Javier Blas definiéndola como: “el desplazamiento de la noción de categoría por el concepto de sistema”3. En mi propia trayectoria, es ésta una cuestión de enorme y fundamental interés: el paso de la categoría al acontecimiento, el paso de la definición hacia la acción. Considero que no es tan importante que la obra final pueda llamarse “grabado” o “estampa”, como que la forma de construcción si lo sea. Me interesa más hacer, llamemosle “grabado”, que producir una “estampa”. En mi caso, en mi propia trayectoria, me ha interesado pensar en el grabado como una serie de puntos intensivos, de lugares de intensidad que están unidos entre ellos conformando una red. Todos los puntos intensivos se comunican formando un conjunto tupido de relaciones. Según descubramos más puntos intensivos, más tupida y relacionada será la red. 66 Este cuerpo formado por puntos intensivos y redes es abierto, de tal forma que no está incluido en ningún límite, ni en ningún marco. Los puntos y las líneas de tensión, son las que limitan el perímetro de su forma. Por un momento consideremos los puntos y las relaciones entre ellos, como si el conjunto fuese, lo que denominamos “grabado”. Pero planteémonos una pregunta: ¿cuales son los llamados puntos intensivos en el sistema del grabado? Pues son aquellas características, que, de alguna manera, estimemos esenciales en el grabado; bien sean ideas u objetos, según las épocas, los artistas, las entidades o la crítica. Fijemonos en un punto intensivo fundamental, “la matriz”, o mejor “la idea de matriz”. También, podrían ser otros como: La estampa o la obra final. La serie. La idea de multiplicidad. La inmaterialidad de la matriz. La presión en el grabado calcográfico. La materialidad de la estampa o de la obra final. Los intermediarios creativos que modifican la matriz. La incidencia fría de la máquina (como el tórculo, la prensa lito- gráfica, la pantalla de serigrafía, el plotter, las impresoras y otras máquinas de estampación). Los instrumentos y herramientas y su efecto transformador sobre la imagen Todos ellos son puntos intensivos, aunque bien se podrían definir otros, según el tipo de grabado o según el tipo de creación que nos interese o bien según la contextura personal de cada artista. Los puntos intensivos establecen relaciones necesarias con otros puntos intensivos, creando una red. Alguna de estas relaciones podrían ser a modo de ejemplo: La existencia de una matriz material en el grabado calcográfico, supone la transformación de la misma con productos o máquinas que modifiquen la superficie plana del metal para crear relieve, bien sea por adicción o por sustracción. Otra relación podría ser. la necesidad para el artista de pensar y preveer cual será el resultado en la imagen en cada uno de los pasos donde ésta se transforme, como son. En el dibujo de la matriz. En la acción del mordiente, sí lo hay. En el tiempo en el mordiente. En el papel a usar. En la utilización del tórculo y de sus variables de presión. Serie: Latitudes, nº 18, (Tres Fotografías), 2007 Lambda, aluminio y metacrilato 120 x 400 cm 67 Logica del sentido, 2010 Autor: Guilles Deleuze, Paidos Iberica S.A, Barcelona, 2009 (Primera Edicion 2005) Lambda, metacrilato y aluminio 120 x 250 cm En el color de la tinta e incluso en la inversión izquierda/derecha. diferente al de su estado inicial de quietud. De esta forma, a modo de ejemplo, se podrían describir los puntos intensivos y su relación. Es posible pasar de la categoría al acontecimiento, de la inmovilidad del Platonismo al juego de las diferencias emulando, en este caso, a lo que Deleuze escribiría en la Lógica del Sentido: “Para hablar de Simulacro es necesario que las series heterogéneas sean realmente interiorizadas en el sistema, es necesario que la diferencia este incluida”4. Pero, ¿qué pasaría si se cambian, o si se modifican, o si se eliminan los puntos o si se introducen otros nuevos? ¿qué pasaría si variáramos sólo las relaciones entre los puntos, modificando únicamente las fuerzas de comunicación entre ellos? Ovoide azul, 2011 Aluminio lacado 110 x 100 x 5 cm Si cambiásemos cualquier punto o relación de este equilibrio inestable que es el grabado, se provocarían toda una serie de cambios en cadena, que afectarían a otros puntos y a toda la red, surgiendo desplazamientos, transgresiones, flujos, reajustes, influencias, transversalidades… El grabado, entonces, empieza a comportarse como un líquido al que se ha empujado y que intentará volver a encontrar el equilibrio y que tratará de comportarse con estabilidad. Es fácil deducir que ese nuevo estado de la gráfica ya no será el inicial: será una nueva y modificada situación, distinta a la anterior. El sistema de la gráfica, resulta que puede ser autorregulable; es decir, puede ser grabado, aunque desde una nueva definición o desde unas nuevas relaciones con ponderación y valor Ya no podría, quizás llamarse grabado, sin embargo sí podemos crear la imagen, con y desde el grabado. caso marmol Me explicaré: pensemos a modo de ejemplo, que tratamos de modificar un punto intensivo sustancial como es el de la materialidad de la estampa, y tratamos de cambiar el soporte de la imagen, procuramos que no sea el soporte de papel. Es fácil intuir que este simple cambio provoca una reacción en cadena entre los puntos intensivos y sus relaciones. Supongamos que el soporte final sea piedra o mármol, y que queramos que la imagen se sitúe encima del mármol o de la piedra. El primer cambio concierne a la forma de estampar 68 la imagen en la superficie del nuevo material y pone en cuestión, en el caso calcográfico, la validez del tórculo y de la presa horizontal. También, surgirían interrogantes sobre la manera de ser de la matriz, porqué: ¿Cuál sería la matriz adecuada para transferir la imagen, al mármol? ¿Con qué procedimiento se haría? Incluso nos llevaría a cuestionar si la matriz debe ser de carácter material o no, y si podría ser de tipo digital o matriz inmaterial, y… ¿Por qué no podrían considerarse matriz a las instrucciones digitales que se dan a una máquina que dibuje o talle en el mármol como, una máquina de puntos, de chorro de arena o de corte al agua? Pero no sólo son estos los interrogantes, se deducirían, también, preguntas sobre el carácter y pertinencia de la estampa, dado que adquiriría un gran poder objetual que el papel no tiene y con el cual es necesario contar para concebir la obra. Quizá ya no sería una estampa, sino un objeto/estampa. A la hora de realizar una serie en mármol, debiéramos pensar en el tamaño, manejabilidad, almacenamiento, lo que nos abocaría, quizás a considerar la reducción de la serie y, por qué no, la reducción extrema de la serie a uno, una serie de un ejemplar. Así mismo sería modificada la semejanza o igualdad de la serie, dado que el mármol o la piedra presentarían superficies y vetas desiguales entre los ejemplares. Podríamos considerar en este caso, la serie no como sucesión de iguales, ni como clonación, sino como modulación, en la que la imagen de la estampa sería la suma total y mental de todos los mármoles. Me refiero a la serie como la suma de las diferencias, no como la repetición indiferenciada de iguales. La objetualidad de la imagen en mármol, nos haría entrar en ciertas consideraciones en torno a la escultura, o al objeto. caso plotter Además, se pondría en cuestión la idea de serie, de tamaño o de escala, porque un mármol tiene una entidad superficial debido a sus vetas, con las que se puede contar para concebir la imagen. Planteemos, sin embargo, otra variación del mismo caso, igualmente referido a la matriz, para que lo que quiero explicar quede más evidente. Serie: Inflexiones, nº 20, 1996 Mármol y aluminio 100 x 217x 2 cm 69 Sin título, 1990 Mármol marquina 100 x 220 x 2 cm La misma cuestión, el mismo cambio del soporte final más tradicional del grabado, el papel, por otro que no fuera, tampoco, el mármol, nos llevaría por derroteros totalmente diferentes. Estas derivaciones dependen de los puntos intensivos o relacionados que toquemos, aunque la dependencia se deba especialmente a los intereses de cada artista. Siendo el final un vinilo autoadhesivo, es necesario encontrar un soporte de sustentación, que muchas veces es la pared del espacio expositivo. Dicho espacio variará según donde se exponga. Serie: Latitudes nº 14 (cristal horizontal), 2006 Cristal 8 x 100 x 40 cm Piénsese que entonces se ha conquistado la pared como lugar de la estampa: el espacio expositivo y contextual como determinante en la imagen. Imagínese, también, que se conjura una antigua característica de la estampa, que es su tamaño y escala, en este caso, la estampa no tendría límite ni de tamaño, ni de escala. Reflexiónese sobre el concepto de serie. Supongamos que la imagen plotteada sea siempre igual e idéntica, pero la posible modulación y variación, que puede ser sustancial, sólo dependerá del espacio físico ex- positivo y de sus características contextuales. Recordemos que el espacio y el contexto son factores que han sido tradicionalmente ajenos a la estampa. Lo que, en este caso del vinilo ha variado, ha sido la concepción de serie y seriación debido a la pared de sustentación y al espacio en la que se aloja. Es un caso casi contrario al establecido anteriormente, en el que la pared y el contexto no redefinían la idea de serie, sino que lo eran debido a la materialidad y la superficie. En un principio, lo que quería expresar es una particular visión del grabado, que entiendo que es muy personal, pero que me ha acompañado durante mucho tiempo como hacedor de piezas artísticas. Metodológicamente, parto de un análisis fenomenológico del grabado, aplicado a la relación de los puntos intensivos y sobre todo al grabado con relación al sujeto creador, en lo referente a la forma de afrontar la elaboración de obras artísticas. Se realiza también un análisis estructural y a veces deconstrutivo para encontrar los puntos intensivos y sus autorregulaciones, así como para el análisis de las cadencias y cadenas de cambio. También para el estudio de nuevas interrelaciones, diferentes a las habituales. 70 Luego, se podría concluir en una posición hermenéutica como necesidad perentoria de encontrar una nueva identidad más totalizadora después de los cambios transcendentales; o bien nos veremos impelidos a una decisión existencialista en lo relativo a la negación/disolución del objeto artístico, de la estampa, del grabado o con el nombre que se le quiera dar. En resumen, de esta primera parte de mi ponencia quería exponer que personalmente concibo el grabado como un sistema autorregulable en el que los cambios internos de la identidad los maneja el artista, de ningún modo es una previa definición. ampliación del sistema Estos últimos años han sido de evidente actividad dentro del arte gráfico y se han conquistado posiciones que pueden ser de mucho interés. Me refiero a que se han reubicado y reflexionado cuestiones y características del grabado: Es decir, se ha actuado sobre el concepto de matriz, sobre la idea de lo que es la estampa y la estampación; se ha planteado la concepción de la serie, se acepta la variación en los ejemplares, así como la serie de uno, se ha reflexionado sobre el original y la copia; se ha asumido como aceptable la transformación en la serie en relación a la repetición; se ha considerado como propia la variación de la escala y la inclusión del lugar; se han consolidado la opción virtual y la digital. Todo ello, ha permitido modificar los puntos intensivos y las relaciones. La tupida red del grabado se ha abierto y ha invadido, relacionado, asumido, también, campos de actuación que no eran los tradicionales, precisamente debido: Primero, al reordenamiento interno realizado y Segundo, a la presión de zonas externas al propio grabado, presiones conceptuales, artísticas, científicas e incluso de mercado. En definitiva, el grabado ha conquistado otros campos de actuación y por lo tanto, otros problemas artísticos, que muchas veces se sitúan más o menos próximos a la pintura, a la escultura, al diseño, a la fotografía, a la creación digital, a la música, etc. Cuando se realiza este paso, justo es asumir que los parámetros de juicio sobre el valor artístico y cultural del grabado deben modificarse y ampliarse hacia otras coordenadas de medición artísticas. Sin embargo, en ocasiones, creo que más de las convenientes, el grabado ha sido valorado y enjuiciado, solamente desde sus propios parámetros específicos y concretos. Creo que el grabado a veces ha sido valorado, exclusivamente, desde sí mismo. Cuando digo esto, quiero decir que considero necesaria la consciencia de que al ampliar el concepto de grabado, también ampliamos los parámetros de su valoración. Si ampliamos la red hacia lugares cercanos al arte contemporáneo, el valor del juicio debe ser el del arte contemporáneo. Entonces la comparación no sería tanto con otros grabadores o grabados, sino con otras obras o artistas de otras disciplinas. Cuando ampliamos el grabado, es necesario otro tipo de valoración. Sin título, 2003 Aluminio fundido 275 x 40 x 10 cm Colección: CGAG, Centro Galego de Arte Contemporánea, Santiago de Compostela 71 Serie: Latitudes nº 1(puntos azules), 2003 Imán y viruta metálica 500 x 500 x 5 cm [≥] Serie: Latitudes nº 1(puntos azules), 2003 Vista parcial. Podríamos, por otra parte, encontrar cómo en esas disciplinas, o mejor en el arte contemporáneo, se han trabajado cuestiones que se han atribuido o se atribuyen al grabado y que, sin embargo, son leiv motiv de artistas contemporáneos no considerados, precisamente, como grabadores. Sobre este aspecto hubo una exposición en 1992, hace 19 años, sí ya 19 años, en el MNCARS, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, comisariada por Michel Tarantino, titulada. “Repetición/Transformación”. Recomiendo encarecidamente este catálogo por su visión de futuro y por su inteligente planteamiento5. Tenemos, por ejemplo, la idea de repetición, inherente a artistas tan distintos como: Sherrie Levine, Robert Mangold o Donald Judd. O la posibilidad de recurrir a la pared como soporte en las piezas de: Sol Lewit, Lawrence Weiner, Joseph Kosuth, Ugo Rondinone, Kara Walter. Consideremos la importancia del espacio en las instalaciones de: Rebeca Horn, Giuseppe Penone o Juan Muñoz. En la incorporación de la fotografía en autores como: Gerhard Richter, Anselm Kiefer, Vik Muniz, Ellen Gallager, John Baldesari. O en la inclusión del diseño como relación con la obra gráfica en artistas y en diseñadores como: Yoshitumo Nara. Pensamos en la repetición de la misma obra del artista, como en las piezas de: On Kawara o Bruce Marden. En artistas que usan sistemas de reproducción gráfica como: Sigmar Polke o Robert Rausenberg. Podríamos ampliar la reflexión en muchos más casos, por ejemplo: 72 Al concepto de Circulación de la obra. Las redes sociales como marco de actuación. Al diseño de programas y de software. A la creación y difusión en Internet. La fotografía como seriación y paradoja en Helena Almeida. La repetición de un pattern o constante con Mac Collum. A la importancia y función del código. El soporte de la imagen como problema. A la naturaleza y la biología como opciones y lugares complejos de actuación. La fabricación como cuestión en Jeff Koons. Al ADN como referencia de identidad y transmisión modulada. Al almacenamiento, clasificación y archivo de ejemplares. Evidentemente, un lugar fundamental ocupan los campos de la fotografía y de la imagen digital; pero, sobre esto podremos escuchar otras ponencias en este foro que abordarán la cuestión fotográfica y digital, y a ellas me remito. pregunta, identidad Llegado el final de mi ponencia, creo que en toda ella puede subyacer una pregunta, aquella que interroga sobre la identidad del hecho y del hacer gráfico. Últimamente, en este ámbito artístico han sucedido infinitos cambios, muchos necesarios, otros arriesgados. Y parece que siempre han jugado entre la necesidad de abrirse y la tensión para no perder la identidad. Para esta pregunta sobre la identidad del grabado, del múltiple, de la obra gráfica original, etc., no tengo una clara respuesta y creo que, hoy por hoy, todavía sigue abierto el debate. En una reciente intervención en la tesis de una excelente artista y amiga, me planteaba la siguiente cuestión: no tengo claro si la gráfica se ha expandido hacia otros campos y ámbitos artísticos en un movimiento centrífugo de explosión, o bien si su movimiento ha sido centrípeto de implosión absorbiendo todo lo posible de otros ámbitos artísticos. No sé si el grabado se ha expandido o si el movimiento ha sido de absorción de lo circundante hacia dentro. No sé si el grabado ha actuado como una “nova o supernova” en expansión descomponiéndose en infinitos trozos o si se ha comportado como un “agujero negro” que todo lo absorbe. En ambos supuestos y en todo caso, subyace la pregunta sobre la identidad, pregunta de la que ustedes los artistas, los galeristas, los comisarios, los críticos, etc., podrían tener la respuesta a la pregunta, si ésta fuese pertinente. Para mí, desde luego, no es una cuestión fundamental. Muchas gracias. 73 1 STEINER, George (1991) Presencias reales, Destino, Barcelona, p. 54. 2 Ibid. p. 54. 3 BLAS BENITO, Javier (2011) “Pensar problemáticamente. Teoría de la imagen en Jesús Pastor”: Estampa 09. 17 Feria internacional de arte múltiple contemporáneo, pp. 18. 4 DELEUZE, Guilles (1971) La lógica del sentido, Barral, Barcelona, p. 332. 5 CALVO SERRALLER, Francisco; GARCÍA, Aurora; TARANTINO, Michael (1992) Repetición/transformación, Consorcio para la Organización de Madrid Capital Europea de la Cultura, Madrid. 75 ARTE MÚLTIPLE DE CAMPO EXPANDIDO Reflexión científico-técnica 77 La implosión de la estampa, agujeros negros El arte sin territorio ni géneros La impresión del mutante luminoso José Antonio (Kako) Castro 78 La implosión de la estampa, agujeros negros El arte sin territorio ni géneros La impresión del mutante luminoso José Antonio (Kako) Castro El empleo de la tecnología en la creación artística, ha ido desarrollándose a lo largo de los milenios acompasada a los devenires del ser humano convertido en artista que comienza con las pinturas y dibujos de óxidos en las paredes de sus viviendas primitivas. Las herramientas dieron paso al empleo de útiles cada vez más sofisticados hasta llegar al empleo de máquinas que le ayudaran en su labor. Históricamente el empleo de éstas, en la búsqueda de la precisión en la representación de la visión óptica, se refleja en la actividad de los artistas desde hace más o menos cinco siglos. Inventos como los perspectógrafos de Davinci y Bramante, El Phisionotrace de Gilles Luis Crétien, las camera lucida de Wollaston y Herschel, , las cámaras fotográficas desde Fox Talbot con todos los inventos derivados de ellas. Han dado pié a desarrollos posteriores de las leyes ópticas aplicadas por Oskar Barnack y Leitz a la fotografía contemporánea, y corresponden a un flujo inmenso de contribuciones de los científicos más importantes desde entonces Como Newton, Lord Kelvin, Maxwell, Nollet y Savart, Genshmer, Gerber y tantos otros que necesitaríamos un libro entero para nombrarlos. Muchos artistas han visto en las máquinas un medio de expresión que abría posibilidades nuevas, en ocasiones enfrentadas a una artesanalidad sacralizada, simbolizada por la firma del autor y la manufactura experta de la herramienta en la ejecución de la obra única. Algunos han diferenciado la herramienta de la máquina afirmando que tras la segunda se hallan diferentes teorías científicas, mientras la primera es simplemente un alargamiento y especialización de nuestras manos. El advenimiento del maquinismo a comienzos del siglo XX nos trajo la adquisición por parte de los movimientos artísticos de su influjo, reflejado en filias y fobias, críticas y coqueteos en los que los artistas han sentido como nunca el nacimiento de nuevos conceptos, nuevas estéticas y nuevos usos de la transmisión y comunicación de la obra de arte hacia un nuevo es- pacio, el múltiple. Si Metrópolis de Friz Lang divisa un Universo en el que la máquina sea capaz de clonar a un ser humano con un robot dentro que manipula y lleva a las masas de obreros a su sometimiento y destrucción, otros artistas como Tanguely crea con sus metamatics y ciclograbadores una máquina incapaz de repetir sus movimientos, produciendo dibujos diferentes anulando la posibilidad de multiplicación. Una máquina trazadora al modo abstracto expresionista y gestual. Los dadaístas adoptarían usos maquínicos a veces en forma critica con la creciente presión de la máquina, Hausmann con sus cerebros cibernéticos y Hannah Hoch con sus collages, serían exponentes del empleo recortado de imágenes impresas y fotográficas que componen otros sentidos y lecturas. Por otro lado el cubismo iniciaría la era de la diseminación y pulverización del espacio del cuadro con una visión poliédrica y múltiple. El Pop art encarnaría en Warhol una primera aproximación a la perdida aurática de la obra de arte y a lo que en nuestra opinión la tecnología ha introducido también, el desapego del autor hacia la obra de arte en sus procesos de producción. Las estéticas de la multiplicidad se han visto amplificadas tras los nuevos inventos que en décadas sucesivas han llevado a los artistas a adoptar los sistemas de computación y las interfaces visuales provenientes del empleo ampliamente difundido de los ordenadores. Walter Benjamin, Roland Barthes, Marshall Mcluhan, Derrida o Gilles Deleuze, se convertirían en gurús de pensamiento proveniente de una actividad frenética que se ha venido desarrollando a consecuencia del empleo de máquinas enormemente versátiles y camaleónicas que almacenan y captan aspectos visuales, sonoros, tridimensionales, o temporales, tomados del entorno inmediato, para repensarlos, procesarlos, manipularlos y adaptarlos a todo tipo de especulaciones tanto artísticas como científicas. Por primera vez el uso de máquinas gráficas, es común a un campo enorme de usos, como un electrodoméstico que se emplease tanto en medicina, como en ingeniería, en literatura, como en vídeo, tanto en pintura como en impresión gráfica y tanto en meteorología, como en arte sonoro, o vulcanología. La era de la complejidad está servida. La era del múltiple, de la reproducción quasi infinita, de la comunicación instantánea, del almacenamiento y grabado, registro y ordenación acumulada, pero también la era de la volatilidad y la obsolescencia en la que el arte y los artistas actuales del tercer milenio disfrutan y sufren. No es solamente la característica multifacetaria uno de los pilares en los que se basa nuestro aprecio de que un cambio de paradigma se está produciendo, sino que la brecha electrónica ya está creando un cambio generacional en el que los individuos de est siglo, se desligan día a día de la unicidad representacional de los museos de arte para volver su mirada hacia otros modos de comunicación y disfrute estéticos. La obra de arte del milenio recién estrenado se ha vuelto camaleónica, imposible de distinguir del No-Arte puesto que no tiene pretensiones de serlo en muchos casos. Incluso nos atreveríamos a decir que más que el arte de campo expandido de Rosalind Krauss, nos inclinamos más bien hacia la teoría de 79 80 que al igual que una supernova ha explotado hacia adentro generando un agujero negro que lo deglute todo, que lo fragmenta todo y lo atrae todo, encontrando un universo nuevo de posibilidades ante la aparición de tanto espacio y tantas posibilidades nuevas. Los nuevos medios que ya no son tan nuevos – el tiempo digital se mueve a un ritmo en velocificación constante – si que comienzan a encontrarse con artistas que se sienten cómodos en su mar de la Estigia en el que otros se retuercen contracturados y empalados por su indigestión, perseguidos por los demonios alados de Doré. En los proyectos artísticos más actuales, recurren a las estrategias de la estampa y la impresión electrónica, porque ésta retiene muchos de los metalenguajes propios del Arte anterior pero con un planteamiento poliédrico de muchas caras añadido a un sistema de producción industrializado, sistemático y abierto a alteraciones y series. La diseminación se encuentra íntimamente unida a un medio cuyo soporte es común para un quasi-infinito mundo de posibilidades. La pérdida aurática se compensa con la plasticidad camaleónica de compartir medios y propuestas y la facilidad de emisión y producción física self-service. Su pérdida de fisicidad concreta dota a estos medios de capacidades novedosas sin consumo de espacio físico, por ejemplo. Pero también sin necesidad de producción materializable. Muchos artistas carecen de estudio y para qué lo necesitarían? Si su nuevo entorno es el virtual. Para qué contenedores gigantes de obras de arte que son los museos, si las obras caben en un hilo de fibra óptica que emite en tiempo real sus imágenes? La estampa sin presión ni contacto ha liberado al grabado de su método de producción artesanal, necesitado de maquinaria pesada y de espacios tecnificados y lo ha transmutado por procesos industrializados compartidos por un número enorme de usuarios con distintas finalidades. Diríamos que el universo de la Estampa se ha abierto hacia las posibilidades de un universo de información y documentación compartida. La matriz intangible ha visto reforzarse su ser intrínseco por los constructos actuales, la discretización, las teorías emergentes del consumo de masas, la banalización casi propagandística de muchas de las propuestas del arte actual, etc. que a diferencia de otros modos artísticos no tolerarían tales excesos a riesgo de perder su aura y su estatus. Ese campo común de medios compartido por el artista gráfico actual, que se llena de complejidades técnicas, de matices idiomáticos propios y de posibilidades procesuales requiere de habilidades mentales nuevas que se adapten sin complejos ni miradas retrospectivas añorantes. Su fortaleza está en su precariedad, en ese territorio difuso que se queda en las fronteras que otros abandonan o que nunca han ocupado. Realmente no necesita territorio ni género. Es capaz de desafiar incluso la verosimilitud del original al hacer emulación y palimpsesto de obras de arte anteriores en un guiño jocoso de David contra Goliat en la ObraCopia de Cindy Sherman. Pero incluso es capaz de ser coherente en este momento de crisis de la autoría, de la función de la obra de arte, de la exhibición museística, ya que su argumento ontológico tiene principios sincrónicos con la actualidad social de transmisión y disemi- nación, de procesualidad autoproductiva, de abaratamiento en su seriación que permite un acceso incluso a conceptos como el copy-left impensables en otras disciplinas artísticas. Su única relación analógica es puramente metafísica, ya que se refiere a la matriz de la que parte y a la única que debe cierta analogía pero de la que se independiza rápidamente en la medida en la que pasa de unos sistemas a otros, de unos formatos digitales a otros, de unos soportes a otros. Es por lo tanto un mutante adaptado, coherente y sincronizado con los tiempos que corren, con tantas caras como queramos o seamos capaces de inventar. Su límite está en la imaginación, el disfrute y la necesidad de expresión del ser humano de la era de la información, el consumo y la interconexión globalizadas. Pensamos que no es sino un paso más evolutivo de la aventura cultural de la humanidad que por primera vez en la historia comparte un territorio común universalizado, el del Arte convertido en luz y que viaja casi a la misma velocidad por todo el planeta. 81 83 Gráfica después de la posmodernidad: ¿Hacia una gráfica radicante? José Ramón Alcalá 84 Gráfica después de la posmodernidad: ¿Hacia una gráfica radicante? José Ramón Alcalá introducción y justificaciones La gráfica del arte de la postmodernidad ha sido una vaga stampa1, caracterizada por su multiplicidad, su exactitud, su movilidad; tenía el gesto leve, deconstruido, polucionado y ruidoso, siendo escritura que se roturaba desde el accidente y el caos. Esta ha dado forma concreta y singular al periodo post, que en los tiempos presentes acaba de ser clausurado y sustituido por una otra modernidad – la altermodernidad -, que es ahora modelada no sólo por un pensamiento nuevo, por otra actitud creativa y existencial diferente, sino que asimismo se ha de convertir en la forma concreta – legible - de su estructura mental, fenomenológica. A diferencia de aquella (la postmoderna), esta gráfica deberá ser definida en otros términos. Unos que definen con precisión y exactitud qué características posee. Sabemos por ahora que ya no tendrá la piel de una imagen (que lo digital definía en términos específicos)2, porque esta ya no es relevante en términos creativos; esto es, en términos constructivos (construcción de un nuevo lenguaje, de un nuevo pensamiento,…). Fue triturada y relativizada hasta tal extremo por una postmodernidad iconoclasta que devaluó el sentido de la representación, no sólo mediante aniquilación del escenario visual donde esta era formalizada (hasta el momento presente), sino desplazando el centro neurálgico de su actividad mas allá de lo que hasta ahora se ha considerado práctica artística. Es por ello que, inmersos como estamos en este nuevo escenario, parece necesaria – de nuevo, una vez más - la revisión de lo que podríamos definir como los parámetros significantes de la gráfica. Este I Foro Internacional de Arte Múltiple, organizado con motivo de la celebración en Madrid de la Feria de Estampa 2011, en el que participan expertos en este campo, parece un lugar apropiado para debatir junto a ellos estos presupuestos, tratando de aclarar en la medida de lo posible el difuso perfil y las resbaladizas características del nuevo escenario en el que debe desarrollarse. gráfica radicante en la época de la altermodernidad Como hemos apuntado en la Introducción, nos encontramos hoy día instalados ya en un nuevo escenario de las prácticas artísticas, uno que es diametralmente diferente al que habitó el arte de la posmodernidad y que hace poco tiempo aplicábamos también – por paralelismo - al conjunto de lenguajes visuales que conforma esa vaga stampa que fue la gráfica digital posmoderna y que abarcaría el período entre siglos que acabamos de superar. Propondríamos que este actual que ahora le sucede sea denominado Escenario Radicante del Arte y la Cultura actuales3. Tras un proceso de evolución en el concepto de “gráfica” y “lo gráfico”, desde el tradicionalhistórico de “grabado”, hemos conseguido poder seguir hablando en estos mismos términos, acotando este ya extenso y difuso campo de artístico, para definirlo como el conjunto de rastros y huellas dejados por la expresión visual de su tiempo y, por tanto, el conjunto de lenguajes naturales que expresan y definen su visualidad en clave contemporánea (véase el conjunto de reflexiones de gran calado conceptual que hizo al respecto Jesús Pastor en este mismo Foro). Así, entendemos que se deben de producir en el territorio de lo gráfico los mismos desplazamientos y, por tanto, los mismos desfases que se han producido en las prácticas artísticas en general. Sin embargo, los nuevos parámetros de la que nos gustaría denominar como esa “gráfica radicante” actual, que sucede a la gráfica posmoderna, resultan cada vez más difusos o, al menos, se encuentran bastante alejados de ese campo artístico que, a pesar de su evolución hasta la posmodernidad, seguía estando definido por los claros y precisos límites que todavía se mantenían respetuosos con aquello que aún podíamos denominar “arte” o “perteneciente al territorio de lo artístico”. Debemos ahora por tanto establecer esa nueva hoja de ruta que marque las condiciones para nuestra “gráfica radicante” actual. En ella deberíamos fijar nuevos modos de espacialización del tiempo (de naturaleza time-specific, que Bourriaud opone a las hasta entonces de carácter site-specific). La gráfica, ya no podrá liberarse de la posibilidad, y por tanto de la intención, de utilizar una línea y unas formas en movimiento, abandonando lo estático y lo espacial, no por ser estos más limitados, sino por no estar en consonancia con la naturaleza de las inclinaciones sociales y culturales actuales. En palabras de Nicolás Bourriaud, el arte radicante utilizará para la composición de sus obras, “figuras tomadas del desplazamiento espacial, como son: la errancia, los trayectos o las expediciones”4. La Topología, que se muestra como herramienta funcional esencial para este nuevo arte radicante “nos remite así al movimiento, al dinamismo de las formas, y designa a la realidad como un conglomerado de superficies y territorios transitorios, potencialmente desplazables. En esto es solidaria de la traducción, también de la precariedad (que impregna ya la totalidad de la estética contemporánea.)”5 Podemos encontrar esta misma tendencia en la gráfica actual. Si, hace apenas una década, la cultura digital imperante había convertido al grabado en esa leve y vaga estampa, múltiple, plena de una movili- 85 86 dad que aprovechaba los espacios virtuales y telemáticos para mostrarse desde dentro de la pantalla, y que era roturada mediante la exactitud y precisión de ese lápiz matemático que es el haz de luz de los dispositivos electrónicos que la producen, ahora, con la inauguración de la época radicante, esa gráfica dará un paso más hacia su errancia y hacia su precariedad. Como ejemplos de esta nueva gráfica actual podríamos proponer los trabajos-en-desarrollo de la artista española Ana Soler, como son sus proyectos recién expuestos Sadako (2009) y Causa/Efecto (2011)6, También las propuestas del artista norteamericano Kim Pimmel y sus series de grafica animada Compressed #17 y Compressed #28, ambas de 2011. Es una referencia ineludible el Post-StreetArt del artista latinoamericano BLU, quien - animando frame a frame -, ha conseguido hacer evolucionar el post-grafitti de tipo site-specific hasta el de time-specific. Como ejemplo más significativo de estas nuevas propuestas podríamos citar su trabajo Muto, de 20089.. También es pertinente mencionar el caso de la propuesta del colectivo australiano Eness, quienes, con su instalación dinámica de arte público, montada mediante la técnica de Stop Motion: Möbius Federation Square; A collaborative stop motion sculpture, realizada en mayo de 2011 en el centro histórico de la ciudad de Melbourne10, pusieron algunas luces a cerca de la actualización del arte público en la época Radicante. Todos estos ejemplos podríamos aseverar que están presididos por una “subjetividad caracterizada por identificaciones múltiples y cambiantes” (Slavoj Zizek). Y es consecuencia for- mal en el proceso creativo de la nueva actitud que se ha implementado en el artista actual: el artista semionauta y su fabulosa capacidad de navegación por el saber, vinculando los signos entre sí y produciendo itinerarios por el espacio socio-cultural o en la historia del arte11. El artista se convierte pues en “un creador de recorridos dentro de un paisaje de signos. Habitante de un mundo fragmentado en donde los objetos y las formas abandonan el lecho de su cultura de origen para diseminarse por el espacio global, y hace que vaguen a la búsqueda de conexiones que establecer”12. “En vez de producir un objeto, el artista trabaja en el desarrollo de una cinta de significaciones, en la propagación de una longitud de ondas, en modular la frecuencia conceptual en la que un público descifrará sus propuestas”13. Es verdad que “millones de personas filman, compilan y editan imágenes gracias a softwares que están al alcance de todos, pero fijan recuerdos mientras que el artista pone signos en movimiento”14. Como la obra de arte contemporánea, que ya no se entiende como el final de un proceso creativo, la gráfica actual es ahora memoria en tiempo real, tiempo espacializado que va a vincular los “diferentes episodios de una trayectoria”. Es pues una interfaz, generadora de actividades. Como ejemplos de esta gráficainterfaz podríamos citar el trabajo de Machine Molle (grupo formado por los artistas franceses Arnaud Ganzerli, Laurent, Bourdoiseau y Jérôme Blanquet): Electronic Performers, que evoluciona desde su primera construcción/concepción como una exquisita pieza de animación en 3D (y que mereció una Mención de Honor en la sección Computer Animation del Cyberarts, en el Festival Internacional Prix Ars Electronica, de Linz, en su convocatoria de 2005. Esta pieza se puede encontrar en Internet (YouTube) como un modelo/pattern visual y que es susceptible de ser utilizada por otros artistas/músicos que trabajan digitalmente, como así lo atestigua Fallen Down: Electronic Performers. 2009, pieza de exacta duración que la original (05:47), y que se puede acceder a ella en: http://www.youtube. com/watch?v=SHIoH_m7rtg. Situación posmoderna que sus autores (o parte de ellos) han llevado hasta los parámetros o conceptos altermodernos (radicantes) al transformar la propia pieza de animación - cerrada en su origen generativo - en una interfaz para video-audio del tipo additive synthesis para uso de Vjs, titulada Errorsmith Native Instruments Razor15. Tal vez Machine Molle tome el ejemplo histórico del devenir del proyecto creativo Let Us Play de Cold Cut/Ninja Tunes, donde sus piezas multimedia, en un principio cerradas, como, por ejemplo, TIMBER16 aparecían posteriormente publicadas con otros montajes, pero utilizando siempre el mismo material audiovisual17. Finalmente, parece el video Introduction to VJAMMV, donde Mat Black (uno de sus líderes) explica cómo en realidad estas piezas no son sino patterns con pistas de audio + video que forman parte de la base de datos de la interfaz que ellos mismos han construido con el fin de que los Vjs puedan generar piezas audiovisuales en vivo (tiempo-real) para utilizarlas en sus conciertos/actuaciones. Si la postmodernidad diluyó el objeto, dejando una gráfica puramente icónica en su sentido estrictamente visual, la estética radicante diluye ahora toda apariencia para centrarse en una visualidad que no es ya sino una cadena de acontecimientos. Así, “…los estilos ya no representan marcadores temporales sino desplazamientos efímeros que se reproducen indiferentemente en el tiempo y en el espacio”18. De modo que “la iconografía del desplazamiento global encuentra en los flujos caóticos de estas formas-trayectos su punto de anclaje”19. “La topografía, tan utilizada por los artistas de hoy, define un lugar pictórico orientado hacia los desplazamientos reales en la vida cotidiana del espectador especializado. El caminar constituye un texto en sí, que la obra de arte traduce en el idioma de la topología”20. Como consecuencia de la licuación de nuestra cultura posmoderna (Bauman), “una ‘idea’ puede pasar así de lo sólido a lo flexible, de una materia a un concepto, de la obra material a la multiplicidad de extensiones y declinaciones”21. Como ejemplos de esta gráficatopológica podríamos citar la Kinetic Skulpture del Museo BMW de Munich, consistente en un display de 714 bolas de metal suspendidas por cuerdas que se mueven mediante un dispositivo electrónico computerizado que genera las diferentes formas pre-programadas22. Otro ejemplo espectacular en este sentido, y no exento de humor, es el programa de acciones Samsung LED desarrollados por el BAA STUDIO23. Como ellos mismos explican en su página Web: “Tomamos las colinas de Gales armados hasta los dientes con ovejas, leds y una cámara para crear un increíble display de LEDs gigante”. El resultado no puede ser más autoexplicativo. Es entonces cuando cobra una importancia fundamental la transferencia, no sólo como proceso o concepto, sino como 87 88 un arte en sí misma, lo que explica el porqué esta ha sido una de las técnicas procesuales más desarrolladas y experimentadas por los artistas gráficos durante toda la segunda mitad del siglo XX. Ahora, en la época y desde esta nueva estética radicante, la transferencia da un paso más en su implicación y significación, al permitir el transporte de “datos o signos de un punto a otro, y este gesto expresa nuestra época mejor que cualquier otro. Traducción, traslación, transcodificación, paso, desplazamiento normado, son las figuras del transferismo contemporáneo”24. Valgan como ejemplos de esta gráfica de transferencia y transcodificación el proyecto en red Visual Complexity, una interfaz dinámica evolutiva anclada en Internet que ofrece una muestrario suficientemente amplio de cómo convertir datos de una naturaleza en otra, tal vez de mayor significación y no exentas de carga simbólica25. También resulta especialmente ejemplificador el proyecto en red de 9 Elements: Visualising traffic on img.ly, subido a la red Internet en 201126. Como en esta misma se explica: “Durante el Nodecamp 2011, los miembros de 9 elementos – una pequeña compañía dedicada a las aplicaciones web - estaban ansiosos por presentar un trazador-en-tiempo-real construido con node.js. Inspirado en el mapa de Facebook de Paul Butler, el equipo decidió utilizar los datos de img. ly, un popular servicio social para compartir fotos que pasa por ser el servicio de imágenes de Twitterrific. La completación de la visualización se llevó a cabo creando espectáculos en vivo sobre la actividad de los visitantes en img.ly, como una serie de arcos dinámicos por todo el planeta. Cada arco se inicia con la ubicación del visitante y termina con la ubicación de la imagen que el visitante está viendo. Como explican los autores, que estaban especialmente interesados en revelar las conexiones ocultas dentro de img. ly: ‘Ya existen muchas aplicaciones traza-rutas que dibujan a los visitantes en un mapa, así que obviamente no era muy interesante. Estábamos interesados en las conexiones, y, básicamente, ya existe un tipo muy importante de conexión en img.ly. Siempre que tomas una imagen de img.ly, se crea una conexión con el usuario que lo ha publicado. Podemos aplicar esta idea a la ubicación, por lo tanto, todo lo que tenía que hacer era conectar a la ubicación de los visitantes con la ubicación de la imagen que estaban viendo. Esa es la idea.’” Y, en otra línea de actuación, Vanda (Life Support Systems), de Mateusz Herczka, un proyecto investigador de gran envergadura y presupuesto, merecedor de uno de los premios Ars Electronica 200527, y cuya web apunta que este proyecto “explora las posibilidades de subir las señales de una orquídea Vanda Hybrida a una Xbox de Microsoft, como una especie de búsqueda de la longevidad a través de la informática. El objetivo es crear un organismo virtual a partir de esta orquídea que puede así existir indefinidamente, manteniéndose viva dentro de los medios informáticos en forma de una estructura de datos basada en el legado de las tecnologías de la AI (Inteligencia Artificial) como las redes neuronales y modelos ocultos de Markov. Después de que el organismo vivo sea desconectado, su alterego virtual continuará, emitiendo señales que imitarán los patrones del original.” Para concluir (esta transcripción improvisada de mis apuntes escritos para la ponencia 1 ALCALÁ, José Ramón: “Escrituras eléctricas, matrices intangibles, signos de luz; escenarios gráficos en la cultura digital: una Vaga Stampa para el tercer milenio”. Norba, Revista de Arte. #27, 2007. Universidad de Extremadura. Cáceres. 2008. Pp. 243-261. 2 Tal y como desarrollo pormenorizadamente en el conjunto de ensayos que toman forma concreta editorial bajo el título: La piel de la imagen; Ensayos sobre gráfica en la cultura digital. Valencia. Sendemá. 2011; libro que se presentará oficial y públicamente en el contexto de este Foro (o en el de la Feria de Estampa). 3 Tomo como referencia paras el conjunto de este análisis el libro de Nicolás Bourriaud, Radicante, publicado en España en 2009 por Adriana Hidalgo. 4 Bourriaud, Nicolás; Radicante; Guillemont, Michèle [tr.]; Madrid: Ed. Adriana Hidalgo, 05/2009; Colección: Los Sentidos; p. 89). del I Foro Internacional de Arte Múltiple en la Feria de Estampa 2011) me gustaría apuntar la siguiente reflexión, que toma como idea embrionaria la expresión: Te escribo estas imágenes28. En verdad, las imágenes siempre han tenido la capacidad de hablar por sí mismas, poseen su propio lenguaje. Una forma autónoma de generar y hacer fluir y circular el pensamiento. Pero hemos dado un paso más. Ahora, en el contexto de esta gráfica radicante que me atrevo a concebir y bautizar, las imágenes ya no sólo proyectan en una sola dirección: de estas a su espectador; sino que ambicionan feedback, pues no sólo comunican, sino que se han puesto a dialogar de forma retroactiva con su/s interlocutor/es. Una consecuencia más de la cultura radicante que estamos viviendo. Por eso, probablemente, inauguraremos con ésta también una época de epistolarios icónicos. 5 Ibid. p. 89 6 [http://www.anasoler.es/]. 7 [http://vimeo.com/28304264]. 8 [http://vimeo.com/22866665]. 9 [http://www.blublu.org/sito/video/muto. htm] 10 [http://www.eness.com/?r=Project&p=21] 11 Bourriaud, Op.cit. 12 Ibid. p.117. 13 Ibid. p.156. 14 Ibid. p.100 15 [http://www.youtube.com/user/Native Instruments?v=gbuZVcw3ZiM&feature= pyv&ad=6941927413&kw=performer%20 digital]. 16 Timber #1; CD-ROM interactivo. También accesible en [http://www.youtube. com/watch?v=nLu7p9bTJ84]. 17. Véase Timber #2 (Remix); Interactive CD-ROM. También en: [http://www.youtube.com/watch?v=9JfQpHM8gHY&featu re=related]. 18 Bourriaud, Op. cit. p.142) 19 Ibid. p. 137 20 Ibid. p. 141. 21 Ibid. pp.156-157. 22 [http://www.youtube.com/ watch?v=HVhVClFMg6Y#]. 23 [http://www.youtube.com/ watch?v=D2FX9rviEhw]. 24 Bourriaud,Op.cit. p.157.. 25 [http://www.visualcomplexity.com/vc/]. 26 [http://node.9elements.com/]. 27 [http://www.mateuszherczka.net/ main/?page_id=241]. 28 Tomé esta frase del tema general del nº 485 de Cultura/s, (semanario cultural del periódico La Vanguardia), publicado el 05/09/2011. 89 91 Múltiples preguntas expandidas en el campo Moisés Mañas 92 Múltiples preguntas expandidas en el campo Moisés Mañas “Nos convertimos en lo que contemplamos”1 M. McLuhan múltiples puntos para intentar entender lo expandido. Desde el primer instante de este proceso de reordenar, asimilar, entender e intentar explicar la cuestión de lo múltiple en las prácticas neomediales, nos aparecen millones de preguntas convertidas en abstractores y bucles infinitos. Hay una de ellas que domina sobre las otras: ¿Cómo podría comenzar hablando de lo múltiple, sin reflexionar sobre lo individual?. A priori la pregunta nos resulta compleja pero en el fondo podría ser de cómoda, que no fácil, solución. “Obviemos lo único, lo burgués”. ¿Qué quiere decir obviar lo único? Una posible solución a este problema podría ser proporcionarle significado al conjunto y una vez dado significado al conjunto, sin pararnos en pensar que podemos dividirlo, preguntarle directamente “vis a vis” por lo que le rodea, por lo que le repercute y por lo que le da posibilidades para expandirse, si no es que está ya expandido y no lo percibimos a simple vista. Ese conjunto-múltiple al que nos referimos, siempre desde una perspectiva artística, necesita para su expansión de relaciones, de factores y de agentes, analizados desde un punto transgresor o desde un punto de vista clásico y aún latente, como las propuestas de la escuela de Frankfurt y en particular Benjamin proponiendo la reproductibilidad múltiple como factor que aproxima el arte a la gente. O por otro lado, el punto de vista de Adorno refiriéndose al arte como reflejo de las tendencias culturales de la sociedad, sin llegar a ser fiel reflejo de esta. El arte quiero pensar que representa lo inexistente, o lo que transciende y por lo tanto es un valor social de cambio, un agente reproductivo ilimitado, viral y por lo tanto, si estamos de acuerdo con este punto de vista, su sentido múltiple es irrelevante ya que está implícito en el aspecto vírico del mismo. Este planteamiento que presentamos no deja de tener un punto de vista idealista y romático, ya que propone la cuestión artística como un múltiple en sí mismo, como algo que tiene muchas maneras, que es opuesto a lo simple y que no necesita de ser numerado, a priori. Este último punto, la numeración, que tiende a convertirse en seriación en los viejos sistemas, tiene que ver con la herencia industrial del siglo XIX y XX en relación al objeto de uso y al objeto de contemplación y si bien es bienvenida en muchos mecanismos y espacios relacionados con el arte, mantiene cierta independencia con la idea actual de multiplicidad desde el punto de vista del disfrute de compartir y de interactuar. Es por ello que desde este punto, desde el aspecto más neomedial e interactivo y menos contemplativo del término, la cuestión de lo múltiple se diluye e incluso varía transformándose en algo que tiene que ver más con el concepto de conexión, conectividad y juego. ¿Que efectos tiene para la sociedad el uso de productos realizados por la máquina, como la música aleatoria, el lenguaje artificial, la pintura programada, los textos traducidos por programas, la biblioteca nacional introducida en la memoria de un ordenador? (...) ¿Cómo podemos imaginar una simbiosis con la máquinas? (...) Como ya ocurre con el contable o el operario, ¿será el artista sustituido por máquinas en la realización de pinturas, músicas o literatura?2 A. Moles En pro de dar respuesta a la pregunta de Abrahan Moles, podríamos afirmar que el artista no será sustituido por la máquina. Lo que si ha sucedido, en este paso de los años y los diversos cambios tecnológicos es que el artista se ha convertido en parte de ese múltiple expandido convirtiéndose en un nodo más de la multiplicidad de la propia obra en si. La presencia de esta idea de multiplicidad se difumina en preguntas que nos crean dudas sobre su propia existencia actual en las prácticas neomediales y nos provoca el crear un listado a modo casi de decálogo o compendio de cuestiones para poder abordar las relaciones o transformaciones de la idea de lo múltiple respecto a lo contemporáneo, lo medial, lo tecnológico, lo técnico y lo maquinal. Esta “reconversión industrial” de la máquina como elemento generador y parte de la experiencia artística no anula al artista en pro de un patrón ya que el concepto de automatización en lo tecnológico y en lo digital no implica pérdida per se, sino implica un interesante juego de reescalar la dimensión artística bajo aspectos de generación y tiempo, y que como resultado de este sumatorio podríamos entender que “el medio no es una medida, sino, al contrario, el sitio por el que las cosas adquieren velocidad”3. Estas cuestiones no hacen más que dejar de manifiesto la difícil tarea de re-nombrar o situar la cuestión de lo múltiple apuntando que posiblemente este término, se encuentra implícito y mimetizado en las prácticas artísticas contemporáneas de carácter tecnológico. En este sitio de creación , donde actualmente se mezclan la teoría de los tres mundos4, el de los objetos físicos, las cosas; el de la conciencia, procesos de pensamiento y el de los productos objetivados, la cultura no hace más que mostrarnos que las sombras en el mundo neome- 93 dial no miden el tiempo exactamente y que nuestro desafío será el navegar a través de este paisaje sin referencias. 94 Conocía ese tipo de habitación, ese tipo de edificio; los inquilinos operaban en la zona intermedia donde el arte no llegaba a ser crimen ni el crimen llegaba a ser arte5, W.Gibson Por lo tanto en este “sitio” neomedial, de naturaleza transicional, reconvertible y claramente postmoderno, la idea de lo múltiple parece implícita en su naturaleza. En particular se aprecia en una de las capacidades del propio nuevo sitio, nos referimos a la conexión, dónde la estética del objeto se convierte en estética de la información y se crean nuevas formas de entender la macro estética y la micro estética las cuales ya no están únicamente relacionadas con la idea de Max Bense6 de la reflexión perceptiva y representativa de la obra (macro) o en la idea del estudio del signo (micro), sino se expandirían haciendo especial atención en la idea de la conexión como lo múltiple, su proceso y su interacción. múltiples preguntas para intentar entender la idea de lo múltiple expandido en las prácticas neomediales. 1) en relación con la experiencias y vivencias. Desde este punto de vista se nos presenta una primera pregunta: ¿Podríamos comparar la idea de seriación de la industria del arte clásica con la experiencia de repetición de acciones cuando interactuamos con un artefacto electrónico?. La posibilidad de transformar el termino seriar e introducirlo en la cuestión interactiva tiene un ca- rácter posiblemente ilógico. La vivencia que obtenemos cuando interactuamos con algún tipo de contenido, es cuantificable en términos de impacto sobre los elementos del interfaz y contable en término de número de usuarios, pero la experiencia posiblemente es incuantificable desde el punto de vista personal. Por lo tanto no podemos pensar en que la idea de seriación del objeto podemos transformarla en la idea de la seriación de las acciones. Ni si quiera podríamos definirlo desde el punto de vista del denominado arte permutacional dónde la máquina repite un algoritmo creado por el artista n veces. No podemos relacionarlo con la traducción de la idea de lo múltiple de la gráfica contemporánea ya que la permutación si bien es un proceso repetitivo su resultado puede y debe no ser igual, sino que sus soluciones crean cantidades n de resultados posibles. 2) bajo la idea de que el múltiple expandido tiene relación con lo audiovisual. ¿Cómo se mide?, ¿de dónde viene? y ¿cuales son los detalles que nos permiten analizarlo? Desde el punto de vista de lo meramente audiovisual, desde lo linealmente narrativo la idea de la transcripción de lo múltiple podría verse reflejada, en la acción de buscar el reflejo cueste lo que cueste, en la relación con la herencia de lo filmo-videográfico y su comportamiento en el nuevo sitio, en la red. La relación con el número, el cómo se mide, entiendo que tendría que ver con el número de impresiones de esas narraciones videográficas online. Teniendo presente que cuando hablamos de impresiones, esta- mos refiriéndonos a representar en pantalla, a ver sin contemplar. Lo múltiple podría estar relacionado con la descarga, legal o ilegal (download) y por lo tanto con la expansión de lo audiovisual en el sitio neomedial. Lo múltiple tendría que ver con el tema de la codificación y descodificación (CODECs), a través de lo cuales la idea de lo único, lo burgués, se fragmenta en pequeños y variados pedazos produciendo que la idea de copia se diluya, ya que la intervención de estos agentes de/codificadores transforman el origen en destino y por lo tanto no es copia estrictamente dicho sino que esta más próximo a la idea de escala del original (en términos de calidad) debido a que es diferente desde un punto de vista técnico. La cosa se amplia con el uso de los formatos y sus características. En este punto también podríamos apuntar que lo múltiple se acerca al acto de compartir (video-sharing), expandiendo la cuestión de autoria y provocando una nueva idea de la relación entre autoria y distribución, creando micro agentes de cambio que generan la noción de publicación múltiple describiendo que el compartir implica la disolución de la idea de original en pro de la distribución. 3) pensando en la repetición como matriz digital sin pérdida. ¿Cómo es la idea expandida de lo múltiple en lo multimedial? Sería un pregunta de interés. La respuesta, de momento perdida, por mi parte, lo lamento. Pero pensando un poco si intentamos hacer un repaso a la herencia actual del multimedia podemos encontrar formatos digitales de almacenamiento de contenidos creativos, ya cada día más cerca del olvido, como parte de una idea postindustrial de matriz sin pérdida. Estamos refiriendonos a todos esos formatos (CD/ DVD-ROM) que siguen trabajando con la forma clásica del mecanismo del arte múltiple, la seriación y la numeración, provocando intencionadamente un efecto de traducción de los viejos formatos (planchas) a los “nuevos formatos” (CD-DVD/ ROM). Estos “nuevos” vuelven a mantener los mismos protocolos acerca de lo original que tuvo la industria del grabado y la gráfica múltiple, buscando el número y lo valor de lo único a través del ejercicio de la ruptura o cancelación (bajo testigo) de la matriz queriendo mantener viva la idea de la “copia original”, que en si misma es puede parecernos un oxímoron. Las consecuencias de esta búsqueda de la edición limitada se visualiza en un uso limitado para un disfrute limitado de público. Las bibliotecas y mediatecas se convierten en esta etapa de lo múltiple digital encapsulado en el perfecto espacio de difusión de estos formatos en “versión original”. Este soportes tienen actualmente problemas de perdurabilidad, problemas de conservación y de exposición ya que muchos de las obras ya no se pueden disfrutarse en algunos sistemas operativos para los que fueron diseñadas. La solución actual es la captura de la interacción multimedia (grabar la pantalla) como objeto de conservación y con la idea de un post visionado más tarde online (youtube/ vimeo/etc.) o en lo mejor de los casos migrar el trabajo a otro sistema actual si es posible. Esta migración vuelve a llamar al sentido nostálgico y romático del coleccionista que ve en al imposibilidad de visionado un 95 96 valor único y vuelve a recordar que aún digital, que aún siendo una matriz sin pérdida el sistema de reproducción se ha convertido en el valor aurático con el que comerciar. 4) repasando la idea de la cuestión intrínseca y física en lo múltiple tecnológico. ¿Es la cuestión sinérgica y física determinante para definir lo múltiple en lo neomedial? Si ponemos como ejemplo un artefacto electrónico, formado por varios elementos de una misma naturaleza aparentemente, como es el caso de la obra “Spyderbytes”7, podemos apreciar que los elementos tiene la capacidad crear acciones y registros diferentes, originales desde lo múltiple a través de un modo de interacción intrínseca, en si mismos, provocado por su propia naturaleza y funcionamiento. La huella que deja, es el reflejo de la suma de condiciones de ese objeto, su naturaleza física y sus relaciones con lo que le rodea. Si esto, es parte de la característica de lo múltiple, entonces lo múltiple neomedial no está sujeto a sus propias característica sino también a la relación física con lo que le rodea. 5) repensando el objeto industrial y la idea de lo múltiple Si pensamos en lo múltiple como un todo que funciona por partes indivisibles, ¿cuál sería un ejemplo para entender el objeto industrial y lo múltiple contemporáneo? Se nos ocurre para dar respuesta a esta pregunta analizar los trabajos del artista suizo Zimoun8 el cual reutiliza el objeto industrial, lo descontextualiza, lo manipula, lo expande y lo clona, con el pro- pósito de crear un todo en forma de paisajes mecánico cinéticos sonoros que tiene que ver con la importancia de la idea de lo múltiple como conjunto armónico inestable y diverso. Este armónico proviene de las partes que aún pareciendo iguales se comportan diferentes y en conjunto forman arrítmicas secuencias clónicas. Este ejemplo propuesto podría ser una respuesta a ese repensar, re-analizar la relación del objeto industrial y lo múltiple expandido. 6) relacionándolo con la reutili- zación, transcodificación y el valor errático. ¿La reutilización de técnicas y tecnologías son parte de lo múltiple expandido neomedial? Es posible. En este sentido las prácticas incipientes contemporáneas como el fresco y nostálgico movimiento trash-tecnológico denominado Zombie-Data aporta ideas interesantes de regeneración. Este movimiento aboga por el uso y recuperación de tecnologías y medios muertos y obsoletos que todavía pueden funcionar y son capaces desde su propia obsolescencia de generar experiencias artísticas transgresoras que dibujan el uso de lo mecánico y lo tecnológico como ejercicio repetible, diferente en cada uno de sus repeticiones, pero repetible. Este juego de la repetición, crea una confusión entre el error mecánico, el tecnológico (bugs, glitchs) y la cuestión retórica del resultado. Estos juegos pueden ser debidos a la transcodificación y tienen latente la cuestión nostálgica del original irrepetible. ¿Es por lo tanto el error parte del valor de la idea de lo múltiple neomedial? Si a priori ya que pertenece a la imperfección de lo tecnológico, a la propia expresión del todo como conjunto y a las diferencias in- trínsecas de las partes que es lo que forman esa idea de lo múltiple en lo tecnológico. 7) preguntándome por la relación con el dato y su valor de uso. ¿Es el dato activo, móvil, una prueba de lo múltiple expandido? Es posible que pueda ser una característica. Si nos fijamos en las experiencias desarrolladas con la idea de construir un conjunto de datos (lógicos o ilógicos) como matriz reutilizable y traducible, apreciamos lo múltiple convertido en estructura y organización9. Ese juego con los datos, en algunos casos a través de la manipulación directa e interacción del usuario y otros por la propia relación del software que manipula esas bases de datos (art-database). Esta idea nos lleva a pensar en que lo múltiple se convierte en software y tiene la labor de reorganizar y dar aspecto al dato. Por lo tanto lo múltiple neomedial debería ser participe del dato organizado y reutilizarlo algorítmicamente al antojo de la idea, creando tempos y organizaciones de cosas bajo las premisas y el lenguaje del autor del algoritmo. 8) cuestionando la posible relación con el mercado y lo múltiple. Lo múltiple, su relación con el mercado,¿tiene que ver con la cantidad, con los ítems o con la idea?. Difícil cuestión ya que el mercado es variable. Si bien el múltiple neomedial en algunas de sus manifestaciones (CDDVD-Videografía) hereda la filosofía del original matriz versus copia numerada de la gráfica clásica y del múltiple tradicional, tendríamos que releer nuevamente la idea de múltiple para poder intentar dilucidar el caso de su relación con la expansión y el espacio ya que esta relación se convierte más en acción e instalación que en un simple elemento clonable. Apreciamos en este re-leer lo múltiple en lo neomedial que la fuente de la relación con el mercado está en base a la idea y no al objeto físico y tecnológico exclusivamente. Con esta afirmación nos referimos a que la industria del arte neomedial no crea el valor de mercado en la capa tecnológica de la propuesta exclusivamente sino en el conjunto de la idea y su posibles repeticiones ya que la capa tecnológica de una idea cae en obsolescencia en breve plazo de tiempo. Por lo tanto el transformación de lo múltiple tecnológico nos lleva a pensar que esta basado más en el concepto de “idea numerada” que en el de “pieza numerada” ya que el objeto de la transacción muchas veces no deja de ser software, intangible y por lo tanto lo que queda es el derecho de uso, exhibición y reventa, en conclusión, el concepto de lo múltiple-exhibitivo. 9) especulando desde el punto de vista de la portabilidad. ¿Es la portabilidad una característica relevante en el múltiple neomedial? Desde mi punto de vista, sí. La cuestión de la portabilidad es la que nos permite la migración entre plataformas sin perder la esencia de la idea. Esta aproximación a lo industrial (desde el punto de vista de producción) en la práctica artística es lo que dibuja el propio concepto de portabilidad demostrado en trabajos como Reactable10 del Music Technology Group de la Universitat Pompeu Fabra en los cuales la idea, el modelo se repite en diferentes tipos de formatos que van desde el original expandido hasta el seriado o el individual 97 98 (Reactable Live, Mobile, Reactable original). Este ejemplo da respuesta a esta pregunta que no es ni más ni menos, desde mi punto de vista, que la respuesta a la expansión del múltiple neomedial, demostrada bajo la portabilidad de la propia idea que lo sustenta y la reconfiguración de su naturaleza múltiple en aplicación. 10) alrededor de lo múltiple intangible. En esa expansión de la idea de lo múltiple neomedial aparecen otras cuestiones en juego como es la relación con lo intangible y con lo que nos rodea, provocando nuevas preguntas relacionadas.¿Es la visualización de intangibles una de las formas que adopta el múltiple expandido? En cierto modo es posible, la visualización de datos intangibles y frecuencias que nos rodean, como por ejemplo las frecuencias analógicas11, los datos meteorológicos12 o económicos, no son más que visualizaciones de datos que nos rodean y que a priori al intentar capturarlos, retenerlos y visualizarlos nos obligan a construir una matriz. Esta matriz es reutilizable y puede llegar a crear un patrón. Ese patrón es el fruto de un juego de estructuras encadenadas en espacio y tiempo que hacen que cada uno de los puntos de esa matriz estén perfectamente identificados y puedan ser reinterpretados aunque sigan direcciones y sentidos independientes. Estas secuencias capturadas se convierte en memoria de lo intangible haciendo visible la hue- lla de lo que nos rodea, provocando la creación de una matriz variable invisible, inmaterial a primera vista que podría forma parte de esa idea de la forma y la expansión de lo múltiple en el entorno neomedial. La cuestión de la repetición en este punto podría resultar anecdótica ya que el entorno variable hace que la idea de múltiple evolucione hacia la idea de patrón y por lo tanto su belleza no esta en la seriación y clonación sino en la secuencia espacio temporal de los datos y su traducción en los modos de expresión que se generan. Un fin múltiple expandido A modo de conclusión, este texto formado por una introducción y un supuesto decálogo intenta acercarnos y crear algunas cuestiones de lo múltiple en el ámbito neomedial. Si bien la pregunta y respuesta sobre la máquina esta implícita cuando hablamos de tecnología, la cuestión de lo múltiple plantea serias dudas y si algo nos queda claro después de este conjunto de preguntas abiertas es la alta promiscuidad del término desde el punto de vista de la actualidad, la tecnología y las prácticas artísticas contemporáneas. Esto que podría resultar un defecto, en mi opinión se convierte en un virtud ya que en esa miscelánea que aporta el propio término se abre un nuevo debate sobre la justificación de la idea actual de lo múltiple, la legitimidad de su expansión e incluso la posible propuesta de desaparición del término en entornos tecnológicos digitales interactivos. 99 1 McLuhan, Marshall, Understanding media, MIT Press. Masachusset, 1964. (trad. Española. Comprender los medios de comunicación , Ed. Paidós, Barcelona. 1994) p.11 2 MOLES, Abraham. Arte e Computador. Ed. Afrontamento, Porto,1990. p.329 3 DELEUZE, G., GUATTARI, F. Rizoma, Pre Textos, Valencia, 1977. p.57 4 POPPER K. , Conocimiento objetivo, Ed. Tecnos, (1ª ed.1974), Madrid, 2001. 5 Gibson, W., Neuromante, Edi Minotauro, 1ªed 1984.Barcelona, 2000, p.60 6 Bense, M. Introducción a la estética teórico-informacional: fundamentación y aplicación a la teoría del texto. A. Corazón, Madrid,1972 7 Proyecto: “Spyderbytes”, (2009) de Lars Lundehave Hansen. [Consulta 12/11/2011]URL: http://monoeffect.com/ index.php/works/recent/spiderbytes 8 Proyecto: “216 prepared dc-motors, filler wire”(2009) de Zimoun,[ Consulta 11/11/2011] URL: http://zimoun.ch/ 9 Proyecto: “Softcinema”(2005) de Lev Manovich [Consulta: 09/11/2011]URL: http://www.softcinema.net/ 10 Proyecto: “Reactable” (2005) de Music Technology Group UPF [Consulta: 09/11/2011] URL: http://www.reactable. com/ 11 Proyecto: “Remain is Light” (2004) de Haruki Mishijima. [Consulta: 09/11/2011] URL: http://www.fundacion.telefonica. com/es/at/vida/vida10/paginas/v4/haruki.html 12 Proyecto: “WIN-D (Worl in Now-Data)” (2007) de Moisés Mañas [ Consulta: 09/11/2011] URL: http://www.hibye.org/ wind/ 101 Nosotros, los ciborgs Marina Núñez 102 Nosotros, los ciborgs Marina Núñez nosotros, los cíborgs Cuando los humanos se fusionan con la tecnología para convertirse en cíborgs, el proceso consiste en algo más que en añadir prótesis a sus cuerpos o integrarse en circuitos cibernéticos. Supone transformar el ser en algo enteramente nuevo. Aunque la identidad humana no se borra del todo en el proceso, es significativamente alterada. De hecho, los cíborgs actuales, y los que imaginamos para un futuro próximo, están quebrantando irremediablemente los conceptos tradicionales de identidad y generando un nuevo tipo de subjetividad en la que todos estamos implicados. Porque los cíborgs son unos especialistas en subvertir las viejas dicotomías que permean la cultura occidental y sus conceptos de humanidad. Dicotomías como naturaleza/tecnología, original/ simulacro, homogeneidad/ hibridación. Al sujeto del humanismo se le adjudican, tradicionalmente, los primeros términos de cada par. Ellos marcan la esencia de lo que se considera el cuerpo y la identidad de un ser humano. Sin embargo, casi todas ellas son desafiadas por el cuerpo e identidad cíborgianos. Y no con ciencia-ficción, sino con tecnologías actuales. naturaleza-tecnología Las comparaciones fisiológicas entre hombre y máquina han sido constantes. Las disecciones de cuerpos e ingenios mecánicos hablan de anatomías similares: los pulmones como fuelles, el corazón como ingenio de pistones o motor, el sistema nervioso como cables, el cerebro como central de control de los impulsos o, últimamente, como un montón de chips. Sin embargo, un impulso cultural mucho mayor ha recalcado obstinadamente las diferencias. Los seres humanos son concebidos, las máquinas son diseñadas. Los humanos nacen, crecen, envejecen y mueren, mientras que las máquinas son fabricadas, normalmente no crecen, y aunque envejezcan y se estropeen, siempre es posi- ble desensamblarlas y reconstruirlas. Además, los humanos, orgánicos, son emocionales, mientras que las máquinas, artificiales, son racionales . Pero mientras que los robots funcionan independientemente de los humanos, los cíborgs complican el panorama porque incorporan ambos entes. Muchos teóricos opinan que la categoría naturaleza no es sino una construcción cultural más, que parece aludir a un estado inocente y originario, frente a uno (el tecnológico o el cultural, según discursos) perverso y caido, pero que no responde a nada, puesto que esa división ha sido una falacia al menos desde que los hombres comenzaron a modificar su entorno con prácticas como la agricultura. Desde luego, los habitantes de las ciudades del mundo industrializado ya no pensamos en una naturaleza siendo tecnologizada, sino más bien en una tecnología que es la naturaleza. Pero, por supuesto, la división sí responde a algo: se utiliza como factor de orden, para mantener la tecnología como algo teóricamente separado de nuestras vidas cotidianas y forzar así la ficción de naturalidad de ciertos objetos, sujetos o comportamientos, obviamente con fines ideológicos. Si aún era posible, viejos mitos mediante, “pensar en los humanos como un fenómeno natural, que llega a su madurez como especie a través de la selección natural y las mutaciones genéticas espontáneas, estas ilusiones no son posibles con el cíborg. Desde el principio es una objeto construido, tecnobiológico, que confunde la dicotomía entre natural e innatural, hecho y nacido”1. Sólo hay que pensar en los cíborgs técnicos, las personas nacidas pero artificialmente viables, que llevan marcapasos, caderas de materiales plásticos, sistemas de drogas implantados, prótesis de alguna extremidad, piel artificial, incluso chips en el cerebro. La artificialidad del cíborg, con su potente carga metafórica, sólo confirma lo que ha llegado a ser un lugar común de nuestro horizonte teórico gracias a pensadores como Foucault: que no existe un cuerpo natural o instintivo, acultural, previo o en cierto grado inmune a la socialización, sino uno remodelado por todas las prácticas culturales. Que el cuerpo es un producto de efectos normativos, investido de relaciones sociales, al que las redes del poder marcan con ciertos signos, entrenan para determinadas tareas, inducen a responder a concretos placeres. Siempre que se habla de un cuerpo o identidad naturales, es bueno sospechar tras esa ficción intentos reaccionarios de domesticación cultural, que pese a su arbitrariedad pretenden disfrazarse de retorno a estados no alienados, a lo obviamente humano. La naturalidad no es más que otro discurso, y dado que lo naturalmente humano ha sido hasta ahora el hombre blanco occidental, heterosexual, de clase media o alta, bien podemos adentrarnos gozosos en el territorio lleno de posibilidades de la artificialidad cíborg: un mundo de sujetos que se construyen a sí mismos sin la perversa ayuda de estereotipos inmovilizadores, de sujetos en proceso que no necesitan mitificar y osificar un punto del proceso -una eventual identidad humana. 103 original/simulacro. 104 Vivimos una revolución en el desarrollo de tecnologías de reproducción: concepción y contracepción controladas, bancos de esperma, inseminación artificial, fertilización in vitro, madres de alquiler, etc. Y todas estas innovaciones despiertan muchas ansiedades sobre la cuestión de los orígenes, que se suelen resolver simbólicamente dejando bien clara la nostalgia del viejo orden. El horror suele ser la repuesta ante sistemas simbólicos que deconstruyen lo maternal y lo paternal como posiciones biológica e ideológicamente estables. El espectro de la reprodución sin madre planea sobre el monstruo de Frankenstein -un cíborg temprano- maldito porque no ha crecido, monstruo tan sólo humanoide porque ninguna madre certifica su humanidad. O sobre los replicantes de Blade Runner, ejemplos paradigmáticos de simulacros de los seres humanos, condenados porque no han nacido, sufrientes por la ansiedad e incertidumbre que rodea a la pérdida de una historia autobiográfica que certifique su origen y por tanto su identidad, su pasado y por tanto su futuro. Sin embargo, teóricos como Derrida apuestan precisamente por la ruptura con el origen. El hombre, “a lo largo de toda su historia, ha soñado la presencia plena, el fundamento tranquilizante, el conocimiento del origen y el fin del juego”2. Es decir, ha optado por sistemas teleológicos constituidos desde una inmovilidad fundadora y desde una certidumbre tranquilizadora. Porque la presencia originaria autoriza un ser estable, coherente, que puede así ser testigo de una realidad estable, coherente. La deconstrucción derridiana huye de la idea de ese origen esencial, sustancial, trascendental, que fija, estabiliza y da carácter ontológico a los discursos, y aboga en cambio por revelar las diferencias y discontinuidades de ese hipotético universo coherente. “Es ahora bien sabido como la deconstrucción expuso la incapacidad de los sistemas para postular sus propios orígenes, desarraigando así la significación e indeterminando los significados, (...) sustituyendo la certeza por el deseo, la plenitud por la falta”3. De modo que no es sólo la ciencia. También conceptualmente estamos asistiendo al fin de ese ser identificado con garantías originales, coherencia histórica y fundamentos sólidos. Pero ya sabemos que tan firmes fundamentos han dado lugar a todos los fundamentalismos que jalonan una historia violenta de normalizaciones, de colonizaciones, en la que la necesidad del sujeto occidental de definirse con tanta certidumbre ha llevado a la ruina a todo aquello a costa de lo cual se definía (el medio ambiente, otras etnias, otras culturas). Así que quizá sea magnífico apostar por un juego sin origen que vaya más allá del hombre y del humanismo. Si los cíborgs no son sino simulacros de los seres humanos, bienvenidos sean como seres sin historia, con un pasado y un futuro inciertos, bienvenidos como los habitantes de un mundo de sistemas sin verdad, coyunturales, consensuados, parciales, revisables, que confieran a todo lo que sabemos o creíamos saber un carácter provisional. homogeneidad/hibridación. El sujeto occidental ha sido construído a lo largo de siglos de cultura con una imagen de integridad corporal que implica que su cuerpo se mantenga puro y homogéneo. Sin embargo, los cíborgs son por definición heterogéneos. “Lejos de señalar una separación entre la gente y otros seres vivos o mecánicos, los cíborgs sugieren apretados acoplamientos inquietantes y placenteros”4. De hecho, ya no existe el cuerpo humano puro, una vez más la ciencia actual desafía materialmente las viejas nociones de identidad en las que el ser mantenía a raya la otredad: algunos hombres llevan chips implantados en su cortex cerebral, a otros se les trasplantan órganos de animales, se inoculan en ratones genes humanos. Tampoco en el terreno de la filosofía parece sostenerse la ilusión de pureza. En la posmodernidad, el sujeto unitario y coherente ha muerto, y el yo precario que nos queda es uno fragmentado, múltiple y, según el psicoanálisis, dependiente del otro para su misma consciencia de sí. Frente a la tranquilidad inmutable de lo Mismo, se filtra la incorporación de la diferencia. El cuerpo cíborgiano, con sus fusiones poderosas, es abyecto, si lo abyecto, tal y como lo define Kristeva, es “lo que perturba una identidad, un sistema, un orden. Lo que no respeta los límites, los lugares, las reglas. El entredos, lo ambiguo, lo mixto”5 Pero la abyección de estas combinaciones ilegítimas, que transgreden los esquemas de categorización cultural, que fascinan y horrorizan simultáneamente, supone demasiada amenaza para el sistema. Quizá por eso la cultura popular reacciona a menudo manteniendo, a pesar de la naturaleza ambigua del cíborg, esas viejas dualidades implícitas. Es decir, impidiendo que culmine el proceso de mezcla, polarizando la identidad cíborg en humano o robot, animal o mecánico, emocional o impasible procesando así a los cíborgs para despojarles de su hibridación subversiva. Lo mismo, y por el mismo motivo, ocurre con las interpenetraciones de humanos y aliens, que suelen presentarse como espeluznantes invasiones mortales más que como uniones simbióticas enriquecedoras y placenteras que desemboquen en una nueva subjetividad. Si la pureza u homogeneidad de un sujeto incontaminado es lo que ha permitido a los hombres pensar en una esencia humana, por supuesto universal, que salvaguardar y exportar, alegrémonos de la heterogeneidad cíborg. “El yo debe ser una ‘obra fabulosa’, y no el terreno de lo conocido. Entiéndelo de la forma que es: siempre más que uno, diverso, capaz de ser todos aquellos que una vez será, un grupo actuando a la vez, una colección de seres singulares que pruducen la enunciación. Siendo varios e insubordinable, el sujeto puede resistir la subyugación”6 Una epistemología tendente a lo plural crearía un marco abierto en el que, contra la rigidez neurótica del sujeto parapetado frente a la otredad, cabrían subjetividades y discursos menos jerárquicos y más abiertos, menos paranoicos y más sutiles. Como plantea Donna Haraway en su manifiesto7, las políticas cíborg son definidas como in- 105 106 clusivas más que exclusivas, empáticas con la diferencia más que hostiles a ella. Un mundo cíborg, basado por lógica en la incorporación de lo otro, podría desarrollar una política más radical que atravesara las categorías tradicionales de diferencia, tales como la raza o el género. Extracto del texto publicado en el libro: José Jiménez (director), El arte en una época de transición, Ed. Diputación de Huesca, 2001 107 1 Hayles, N. Katherine: “The life cycle of cyborgs: writing the posthuman”, en Jenny Wolmark (ed.): Cibersexualities, Edinburgh University Press 1999, p. 157. 2 Derrida, Jacques, “La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias humanas”, en Derrida: Dos ensayos, Anagrama, Barcelona 1972, p. 35. 3 Hayles, Katherine: How we became posthuman, The University of Chicago Press 1999, p. 285. 4 Haraway, Donna J.: Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Cátedra, Madrid 1995, p. 257. 5 Kristeva, Julia: “Aproximación a la abyección”, Revista de Ociddente, nº 201, febrero 1998, p. 114. 6 Helene Cixous, citada en Fred Pfeil, “Potholders and Subincisions: On The Businessman, Fiskadoro, and Postmodern Paradise”, en E. Ann Kaplan (ed.): Postmodernism and Its Discontents, Verso, London and New York 1988, p. 65. 7 Haraway, Donna J.: Ciencia, cyborgs y mujeres. La reinvención de la naturaleza, Cátedra, Madrid 1995. 109 La obra seriada, desplegada entre pautas y pausas Anne Heyvaert 110 La obra seriada, desplegada entre pautas y pausas Anne Heyvaert Para llegar hasta el recinto de nuestro Foro se debía cruzar el espacio ocupado por los expositores de la Feria de Estampa. En esta travesía más o menos tangencial y consciente por medio de la acumulación heteróclita propia de toda feria, nuestra mirada se habrá dejado sin duda atrapar por algún conjunto de varias obras similares, posiblemente una serie de obras de un mismo artista, que en su reiteración y cohesión formal destaca del caos general. Parece que la repetición visual tiene poder de atracción sobre el espectador. Aunque inicialmente la acumulación pueda desestabilizar la mirada, enseguida la reiteración formal permite reenfocarla, dirigirla, hipnotizarla y conservarla, de una obra a otra. En nuestra apresurada travesía nos hemos resistido a parar, sin embargo hemos podido guardar una imagen de conjunto, una fugaz idea global. Si nos pica la curiosidad volveremos y nos dejaremos sumergir en el despliegue y los repliegues de aquella obra seriada, y entonces en su fragmentación buscaremos los síntomas de su unidad, para a continuación divagar entre sus intervalos, y desde la ausencia completar la obra… Tras la constante redefinición de esta feria, su último nombre “Estampa - arte múltiple 2011” asume la ambigüedad del concepto “múltiple”, término que se refiere al mismo tiempo a la repetición de un mismo elemento (edición múltiple) como a una idea de multiplicidad entendida en su complejidad (des-multiplicación, seriación). Tal como se ha repetido varias veces durante estas jornadas, estas cualidades no definen solamente al específico ámbito del Arte Gráfico sino que se pueden observar en casi toda la creación actual multidisciplinar y “múltiple”. Jesús Pastor ironiza sobre ello, cuestionando la expansión de la identidad de la gráfica en un movimiento centrífugo hacia los otros campos y ámbitos artísticos o al contrario en un movimiento centrípeto de implosión: la gráfica como “agujero negro” que todo lo absorbe. Cabe recordar que el arte gráfico está, desde sus inicios, vinculado a esta doble definición de lo “múltiple”: por una parte des- de su vocación de difusión con la multiplicación impresa de una misma imagen, pero también con el despliegue de sus imágenes en series o “suites” reunidas en libros o carpetas. En efecto, las características naturales físicas, formales y procesuales de la obra gráfica han motivado la realización secuenciada y la agrupación de estampas, en una idea de unidad modular y múltiple. Desde la experimentación técnica, formal y conceptual, los artistas fueron definiendo, de una estampa a otra, unas cualidades particulares de la obra seriada: secuenciación, fragmentación y pluralidad. Cualidades que encontramos igualmente en gran parte de la creación contemporánea, tal como iremos observando en este texto, escrito tras el final de nuestras jornadas, con la intención de esbozar vías de exploración complementarias, indagando desde los conceptos de repetición y despliegue, en los “intervalos” de la serie, entre sus pautas y sus pausas. de la repetición al despliegue La característica principal de la “obra seriada” es la des-multiplicación de su producción en varias piezas relacionadas entre sí, a través por ejemplo de una secuenciación narrativa o temática, de algún tratamiento repetitivo fruto de la experimentación técnica o de juegos formales combinatorios; procesos todos ligados, tal como acabamos de indicar e iremos comprobando, al mundo del arte gráfico. Las ilustraciones estampadas de los primeros libros -textos religiosos, relatos de ficción, poemarios o volúmenes científicos- conforman recorridos visuales con gran poder informativo y expresivo, independiente y paralelo al texto; pasando página, de una estampa a otra, las imágenes se despliegan como fotogramas de relatos y pensamientos grabados. En este sentido, se editan también libros o carpetas únicamente formados por series de estampas (sin texto) bajo alguna temática, encadenadas en una secuenciación visual siguiendo ciertas pautas formales. Pensamos por ejemplo en las célebres series de Jacques Callot o Piranesi, conjuntos de variaciones testimonio de las múltiples facetas posibles de un mismo proyecto (los “Balli di Sfessania” o las “Carceri”). Mientras tanto, los artistas de las disciplinas artísticas “mayores” se concentran en la obra única, totalizadora, a través de apuntes y bocetos previos, reconduciendo aún la composición en la obra final, como podemos comprobar con la revelación por rayos X de los “trazos ocultos” y “arrepentimientos”. Reutilizan entonces sus logros formales en las obras siguientes, e incluso repiten versiones de sus mejores composiciones con más o menos variaciones. Los artistas justifican estas prácticas de repetición como fundamento de su creación, como medio de alcanzar una madurez creativa, a la vez que van paulatinamente tomando conciencia del valor de la propia praxis, revalorizando las etapas previas como recursos integrados en una obra plural. Ciertamente se puede entender toda obra de un artista en una continuidad progresiva, donde los recursos de repetición -reiteración técnica y formal- así como la concentración temática se conjugan para trazar un itinerario creativo original, diferenciado del entorno artístico exterior -trayectoria y estilo propio-. El término “estilo” 111 112 está, por cierto, vinculado al hecho de grabar pues se refería inicialmente a la manera particular de utilizar el “stilus” para trazar textos en tablillas de cera -formalización individual de la escritura-. Con la repetición el artista va incorporando sus maneras particulares -incorporar con el cuerpo, maneras con la mano-, a través de acciones que se ven alteradas inevitablemente en una cadena de repeticióntransformación. “La repetición dota a la experiencia de una realidad física. Repetir, probar de nuevo, seguir intentándolo una y otra vez”1, dice Louise Bourgeois, frase que retoma Michael Tarantino en el catálogo “Repetición / Transformación” ya citado varias veces en este Foro. Louise Bourgeois se refiere igualmente a la repetición como método de aproximación e indagación a partir de sucesivas tentativas, asumiendo los factores de error y de riesgo como motores del descubrimiento y del cuestionamiento: reactivación continua de la experiencia plástica en la “fluidez cognitiva”2 del aprendizaje. De la integración (memoria corporal y mental) a la intensificación (sensible, emocional y conceptual), la experiencia artística se inscribe en una encrucijada estética, lógica y ética de conocimiento, entre esfuerzo y disfrute. Pensar, indagar, conocer “artísticamente”, implica sumergirse en esa noción integral de “saber” y “saboer”3. Hablamos del placer de la repetición que puede, a partir de sencillas premisas y pautas formales y técnicas, volverse obsesión procesual, cercana a la experiencia meditativa, como en numerosos proyectos conceptuales de los años 60-70, en los que las religiones orientales tenían especial influencia. “Los artistas conceptuales son místicos más que racionalistas. Llegan a conclusiones a las que no llega la lógica. Los juicios racionales repiten juicios racionales. Los juicios irracionales llevan a nuevas experiencias”4 escribe Sol Lewitt, preocupado por integrar la entidad lingüística -estructura, signo, significado- del proyecto artístico con la experiencia perceptiva de sus elementos visuales. En estas producciones, determinadas por estrictas estructuras predefinidas, se valoriza la retención estilística -“menos es más”-. Recordemos en este sentido las características técnicas restringidas de la gráfica -exigencias procesuales, formato reducido, soporte pobre del papel, predominio del uso del negro o número limitado de colores-. No es casual si numerosos artistas minimalistas o conceptuales han utilizado las sobrias técnicas gráficas tradicionales (grabado, litografía) o experimentales derivadas de la industria (serigrafía, electrografía) para sus “suites”, presentadas en modestas carpetas o en austeros libros encuadernados parcamente. La reducción y parquedad de medios se considera fuente de nueva inspiración, “brevedad”, diría Italo Calvino en su apología de la “multiplicidad”, que “permite unir la concentración de la invención y de la expresión con el sentido de las potencialidades infinitas”5. Sistemas, estructuras, reglas, son pautas que sustentan la multiplicación: condicionamientos, restricciones, como las “contraintes” de Georges Perec, que lejos de ahogar la libertad narrativa, la estimulan, lejos de estorbar, favorecen una riqueza de invención inagotable6. Otros proyectos seriales se despliegan a partir de dibujos mecá- nicos o instintivos, automáticos, hipnóticos, a veces terapéuticos como los dibujos de “insomnio” de Louise Bourgeois que, como ella misma dice, “surgen de una necesidad profunda de paz”7. Tal Penélope teje bucles para “vencer el miedo” -o el vacío, como veremos más adelante- que es “el propósito del arte,… nothing more, nothing less”8. Hablamos de repetición como motor de energía creativa y vital, pero también de repetición y permutación como características de la vida misma, “1 manzana al día, 48 líneas sobre una hoja de papel. Cuatro series de cuatro... permutación, ensamblajes y repetición, como la vida misma”9, escribió mi padre, el artista belga René Heyvaert, perteneciente a esta generación especialmente preocupada en aplicar las teorías modernas de unión entre arte y vida. Es en el transcurso de la práctica y de la vida donde se generan las imágenes y se despliegan en series de obras más o menos acotadas o infinitas, para enlazarse en el continuum del “montaje” visual. Son proyectos de toda una vida creativa, como por ejemplo el del artista holandés Marcel Van Eeden, motivado igualmente por la banalidad de la vida cotidiana, pero esta vez referente a su pasado inmediato, los años anteriores a su nacimiento (1965). El origen de sus fuentes y la técnica del dibujo -principalmente en blanco y negro- así como el formato invariable, dan coherencia a este flujo continuo (diario) e inmenso de imágenes. Todo ello conforma un proyecto cerrado a base de una simple premisa narrativa y unas definidas pautas visuales, sin jerarquía entre sus diferentes elementos, en continua expansión, infinito, por tanto inabarcable y defectivo en su esencia. Volvamos unos años atrás y recordemos una de las más célebres series grabadas, la “Suite Vollard” de Picasso (1930-36), en la que el artista, siguiendo sus vivencias y sus obsesiones personales, graba durante seis años unas cien planchas a la manera de un diario grabado. En la sucesión natural del paso de los días se repiten finalmente varios temas, derivados de su experiencia personal, en torno a la relación del modelo con el artista (vinculado a la figura simbólica del Minotauro) y al espacio del taller. Picasso ensaya distintos procesos del grabado calcográfico, según los efectos expresivos deseados; la experimentación técnica y la interrelación de los temas dan a la serie un sentido integrador, narrativo y procesual.10 En una de sus estampas de pruebas técnicas, Picasso graba un pequeño garabato, copia de un autorretrato de Rembrandt, homenaje a la vocación de grabador del pintor holandés. Sin duda Picasso conocía la forma de grabar de Rembrandt a base de sucesivas “pruebas de estado” de una misma plancha. Rembrandt conservó estas pruebas, lo que demuestra el valor que les confería, en tanto que testimonios únicos de las diferentes etapas del proceso de formación de una imagen, conformando series evolutivas de cada diseño, hoy en día se hablaría de “proyecto procesual”. En este sentido, numerosos artistas actuales aprovechan esa propiedad particular -la posibilidad de conservar los estados sucesivos- de las técnicas gráficas tradicionales, pero también de los procedimientos digitales, para generar proyectos evolutivos. Jesús Pastor ya subrayó la cualidad de la praxis gráfica 113 114 como posibilidad de variación, mientras Juan Moro habla de reactivación de la matriz regeneradora. Estas características intrínsecas a la obra gráfica motivaron el cambio de las bases del histórico -veterano de los premios de gráfica en EspañaPremio internacional de Grabado Máximo Ramos de Ferrol en 2010, abriendo el certamen no solamente al carácter multidisciplinar técnico de la gráfica actual, sino también a la idea de multiplicidad y seriación dentro de un mismo proyecto11. Los distintos posibles enfoques de seriación quedaron reflejados en la exposición de las obras de los treinta y dos artistas seleccionados -procedentes de 12 países-, desde unas perspectivas más o menos narrativas, temáticas, comprometidas, procesuales o simplemente formales. fragmentación, pluralidad y parcialidad La obra seriada, a partir de la repetición y la variación, en una idea de “suite” musical, mantiene su coherencia interna desplegada en una síntesis entre unidad y totalidad. Desplegar, definido por Gilles Deleuze, es tanto aumentar y crecer, como disminuir y reducir, entrar de pliegue en pliegue en la profundidad del mundo; el desarrollo va en extensión pero también de lo general a lo especial12. La serie, como dilatación fragmentada, presenta y detalla (de-tallar, recortar) un discurso o una realidad que aparecen, hoy más que nunca, en esencia fragmentados y plurales. Coincidiendo con esta feria, la Calcografía Nacional presenta unas series de obras del artista alemán Arnulf Rainer, intervenciones “sobre Goya”. En el catálogo de la muestra podemos leer su motivación serial, práctica que le permite “girar alrededor del tema, en un primer intento de abordar, mordisquear el motivo, el problema”, en un “intento de desplegar las diversas facetas de una idea visual”. “A paso lento voy encontrando las frases y formas claves, que corresponden a la totalidad del problema”, apunta Rainer13. También desde la representación del rostro humano, las series de la artista Roni Horn se sustentan, por su parte, sobre mínimas diferencias entre las obras que las componen. Por ejemplo en la obra múltiple “Tú eres el tiempo” la artista desvela de una manera muy sutil la multiplicidad expresiva de una misma cara en una situación concreta repetida día tras día. Sobre la contraportada del libro editado con la serie completa, un texto advierte “Una cara luminosa emerge una y otra vez de las aguas cálidas de Islandia. Una cara desconocida que se transforma, página a página, foto a foto, en una multitud. La cara es una colección de expresiones que nos dicen el tiempo. Pero junto a ella en este libro, tú mismo serás el tiempo”. El tiempo, “the weather”, se refiere al tiempo climatológico, responsable de las expresiones de la bañista, y que a través ellas se transmite al espectador, conmovido y transformado a su vez en barómetro sensible -interrogador- del tiempo14. Inevitablemente, el espectador se vuelve activo, tal como anotamos al principio de este texto, al enfrentarse a toda obra seriada, la cual a través del impacto cognitivo de la multiplicidad rompe la percepción pasiva y contemplativa del espectador. Mientras que recibimos y procesamos de manera lineal una secuencia de imágenes en movimiento -pues cada fotograma oculta la anterior y la siguiente-, ante la puesta en escena expandida de todas las fragmentaciones, nos encontramos implicados para decidir la manera de abordar el conjunto, pudiendo romper su continuidad espacial y temporal, seleccionando una o varias imágenes o bien con una visión global en la que todas las piezas interactúan entre sí. Gracias a nuestras propias estrategias de montaje procuramos averiguar el sentido o los sentidos (ocultos) de la obra. recopilación exhaustiva, registros sistemáticos de todo tipo, ligados especialmente al espíritu enciclopédico del siglo de las Luces y, posteriormente a proyectos de “Museo imaginario”. Multiplicación y reiteración al servicio de la obsesión coleccionista, cuyos propios sistemas de clasificación ponen “las condiciones de su interpretación testimonial o narrativa”; proyectos acumulativos o seriales siempre abiertos y por tanto parciales. en el pliegue la ausencia El formato libro, utilizado frecuentemente para presentar un proyecto serial o para conservarlo en caso de que la serie pueda desmantelarse -en principio por decisión del artista-, favorece igualmente la observación libre del conjunto. Pensamos en los libros de artistas procesuales mencionados anteriormente, pero también en los múltiples libros-archivo editados desde los años 60 hasta hoy. Libros que recogen proyectos de colecciones y registros, cuyo prototipo empezó en una simple revista, Arts Magazine, con las célebres “Homes for America” de Dan Graham; formato que afecta tanto a la forma de la obra como a sus condiciones de percepción -fuera de los ámbitos selectivos del arte-; formato que sirve su propósito de deconstrucción alegórica, reforzando la redundancia del tema: la presentación secuenciada de las típicas casas americanas, casas a su vez producidas en serie. María LLuisa Faxedas ya nos ha hablado en este Foro de la relación del archivo con el arte múltiple, una vocación derivada de las características de las técnicas gráficas y su soporte papel -ligero, fácilmente almacenable y transportable- que permitía la Recordamos otra vez a Gilles Deleuze y sus pliegues y repliegues generadores, pero también que guardan y esconden, que despliegan hacia el infinito los posibles y los imposibles. En la exposición Atlas ¿Cómo llevar el mundo a cuestas? Didi Huberman nos indica que esta forma visual, cercana a la presentación fragmentada del archivo o la serie, introduce en el saber la dimensión sensible de lo múltiple y lo diverso, pero también nos advierte del carácter lagunar de todo montaje y de la fragilidad del sistema que se vuelve impulso. Pues será lo no mostrado, lo inadvertido, lo que finalmente “salte a la vista” e irrumpa en los intervalos con nueva evidencia. Desde el inconsciente mismo de nuestra visión, todo proyecto de colección, clasificación o seriación, pretende “abrir los ojos sobre aspectos del mundo inadvertidos”15. Enseguida comprobamos estas observaciones con los proyectos expuestos en aquella muestra multidisciplinar, así como en la otra exposición coincidente en el museo, la de Hans-Peter Feldmann, cuya obra se sustenta sobre prácticas, casi obsesivas, de colección y registro sistemáticos, a menudo de he- 115 116 chos triviales. Él mismo precisa que no le atrae la foto individual, sino la serie, o más bien lo que aparece cuando juntamos varias imágenes, el espacio que se abre entre lo que vemos, y su significación para nosotros. Desde el “elogio de la nada”16, Feldmann nos interroga acerca del sentido del arte, que “nunca es el objeto en sí”, sino “un evento, una impresión, una sensación…”17 Algo que sin duda se encuentra más en los espacios intermedios de sus acumulaciones, en las pausas, en fin, en lo que falta. Desde una perspectiva casi totalmente opuesta, pero igualmente desde unas prácticas seriales, el escultor Rui Chafes, entiende que una escultura no puede ser acabada, ni perfecta; en sus largas series, una nunca destrona a otra, es decir que la que hace después no toma el lugar de la anterior. Para él, una escultura no es un objeto, sino una hipótesis, una posibilidad, una interrogación, una pregunta, una respuesta.18 “No hay sentido en la procesión de formas que revisita sin cesar su posibilidad como un vértigo (como un abismo fascinante)”19 escribe Pascal Quignard, en su pequeño y denso libro Sur le jadis (Sobre lo antaño), que refleja en su forma misma una idea fragmentaria de todo pensamiento, múltiple y móvil. Entre idas y vueltas, a partir de fragmentaciones y repeticiones, el autor conforma una cierta progresión discursiva a base de ecos; como en un espacio nuevo que se abre en el interior del cráneo, atrás de los ojos, Pascal Quignard despliega pensamientos y describe imágenes desde lo “no visible” de “lo antaño”. Acabaremos recordando otro proyecto creativo basado en la repetición, el de Giorgio Morandi frente a sus botellas, obsesionado en captar la esencia de lo que tiene delante, lo que ve o más bien lo que no ve. Dibuja, pinta y graba, y finalmente después de toda una vida de sucesivos intentos, Morandi acaba por representar solamente el espacio en torno a sus composiciones, el espacio vacío que sin embargo delimita las formas y dan presencia a los objetos. “El espacio vacío es el lugar donde todo sucede”20, dice José Ángel Valente, o, dicho de otra manera por Ángel González García -en su historia invisible del arte contemporáneo donde “el resto” es lo que importa“todo lo verdadero es invisible”. Y así, entre pautas y pausas, de una estampa a otra, de una obra a otra, solamente podremos “remendar el vacío, rehacerlo sin cesar”21. 117 1 BOURGEOIS, Louise, “I Am a Woman with No Secret: Statementes by Louise Bourgeois”, 1991, en Repetición/Transformación, Cat. Exp. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, 1992. 2 MITHEN, Steven, Arqueología de la mente. Orígenes del arte, de la religión y de la ciencia. Crítica, Barcelona. 1998) 3 Véase: El arte como criterio de excelencia, Programa Campus de Excelencia Internacional, Autores: Juan Luis Moraza y Salomé Cuesta (Instituto de Arte Contemporáneo), Ed. Secretaría General de Universidades, Ministerio de Educación, Madrid, 2010 4 LE WITT, Sol, Sentencias sobre arte conceptual. Art & Language, Nueva York, 1968, p. 11. 5 CALVINO, Italo, Seis propuestas para el próximo milenio, ed. Siruela/Bolsillo, Madrid, 1989, p. 135. 6 CALVINO, Italo, a propósito de Georges Perec en “Seis propuestas..., Ibíd., p. 136-7. 7 BOURGEOIS, Louise: Destruction du père. Reconstruction du père, Ecrits et entretiens. 1923-2000, París Daniel Lelong, 2000. En Les écrits d’artistes depuis 1940... p. 21 8 BOURGEOIS, Louise, “El propósito del arte es vencer el miedo, nothing more, nothing less”, Ibíd., p. 21. 9 HEYVAERT, René, en una carta (sin fecha, probablemente entre 1975 y 80) publicada en el folleto de la exposición 7. Sept artistes en el Roger Raveel Museum, 2007. 10 PARRONDO, Juan Carrete, Picasso. Suite Vollard. El taller, la modelo, el minotauro, 2007, http://sites.google.com/ site/arteprocomun 11 Los participantes pueden presentar entre dos y seis obras pertenecientes a una misma familia o una única serie completa. Para su 22 edición su nombre pasa a ser: Premio Internacional de Gráfica Ramos 2012. La autora de este texto es comisaria del certamen desde 2010 y promotora de su nuevo enfoque. 12 DELEUZE, Gilles, Le pli. Leibniz et le baroque, Les éditions de minuit, Paris, 1988. 13 RAINER; Arnulf, texto escrito en Viena, 1978, en Arnulf Rainer sobre Goya, Cat. Exp. Calcografía Nacional, Madrid, septiembre-noviembre 2011 14 THE DUVE, Thierry: “Tú eres el tiem- po”, en Roni Horn, Londres, Phaidon Press, 2000, texto reeditado en la revista Otra Parte, Buenos aires, 2003. 15 HUBERMAN, Didi, Cat. Exp. Atlas ¿Cómo llevar el mundo a cuestas?, Museo Nacional de Arte Reina Sofía, Madrid, 2010-11, p. 180-3 16 NAVARRO, Mariano, “Hans-Peter Feldmann, elogio de la nada”, El Cultural, 24-09-2010 17 FELDMANN, Hans-Peter, frase recogida en el folleto de su “Una exposición de arte”, Museo Nacional de Arte Reina Sofía, Madrid, 2010-11. 18 CHAFES, Rui, “Involución”, Dardo Magazine / Contemporary Art, Nº18, 2011. 19 QUIGNARD, Pascal, Sur le jadis, ed. Gallimard-Folio, Paris, 2004, p. 316. 20 VALENTE, José Ángel, Elogio del calígrafo. Sobre la unidad simple, Galaxia Gutenberg, Barcelona 2002. 21 GONZÁLEZ GARCÍA, Ángel, El resto, una historia invisible del arte contemporáneo, Museo Nacional de Arte Reina Sofía, Madrid, 2000. 119 Ser o no ser Gráfica ataxonómica en el marco de un arte inmaterial José Andrés Santiago 120 Ser o no ser Gráfica ataxonómica en el marco de un arte inmaterial José Andrés Santiago acerca de la estampa Si bien se puede acertar a describir qué se entiende hoy en día por obra gráfica centrándose en sus atributos definitorios, incluso en aquello que – casi con certeza – se puede afirmar que no es, con igual facilidad surgirán discrepancias al intentar definir “obra gráfica contemporánea” en sí misma, sin recurrir constantemente a las características y cuestiones esenciales que la delimitan. La infinidad de denominaciones que han signado a la obra gráfica y la controversia generada en torno a esas mismas definiciones son prueba de esta dificultad, fruto, en buena medida, de la realidad cambiante que esta ha experimentado en las últimas décadas, en su ejecución y en la manera en que se percibe por los diferentes agentes del mundo del arte contemporáneo. En el curso de su intervención en el Foro de Arte Múltiple en el que se inscribe el presente texto, Jesús Pastor acertaba a condensar con notable claridad y sencillez el siguiente pensamiento: “Considero que no es tan importante que la obra final pueda llamarse grabado o estampa, como que la forma de construcción si lo sea. Me interesa más hacer, llamémosle grabado, que producir una estampa” 1. Esto es, crear imágenes con y desde el grabado, que este constituya el cuerpo de la obra, sin importar tanto la denominación que por ello reciba. O lo que es lo mismo, preguntarse hasta qué punto es necesario definir, catalogar y taxonomizar, en definitiva, el universo de obras que se han dado en englobar como obra gráfica o, en el marco de este mismo foro, gráfica contemporánea de campo expandido. Esta misma dicotomía afecta a la Feria de Estampa que centraliza el Foro de Arte Múltiple, y que ha visto como en los últimos años ha ido cambiando paulatinamente de nombre hasta el actual “Estampa Arte Múltiple”, para intentar dar cabida a muchas obras que – año tras año – se alejan de los estándares inicialmente recogidos bajo la denominación de la feria y – especialmente – bajo la denominación de “estampa”. Manifestaciones que, sin duda, enriquecen este salón artístico al tiempo que se alejan por completo del evento hermético, territorio exclusivo de artesanos y estampadores, que era esa misma Feria hace apenas unos años. Bajo su denominación actual, Estampa hace hincapié en la faceta múltiple de las obras, ante lo cual cabe preguntarse si esta multiplicidad apela en realidad a la presencia de obra editada, a su construcción en series y familias, o – fundamentalmente y en relación al pensamiento de J. Pastor – a su potencialidad para serlo. Dos facetas análogas en torno a una misma realidad artística: la de la obra creada desde la gráfica, con potencial para ser múltiple, pero que no por ello editada y seriada; y la del artista que se sirve de los mecanismos y recursos creativos de la estampa, pero que no necesariamente se interesa en su carácter multiplicador. “Sigue existiendo lo múltiple como posibilidad técnica. Lo múltiple está presente en toda la obra, aunque las piezas tengan la entidad de lo único” 2. Fruto de la reflexión que sacude el mundo de la gráfica contemporánea en las últimas décadas, se han roto muchos de los axiomas sobres los que, aprioríticamente, se definía la estampa contemporánea. Así pues, de forma paulatina se ha asistido a la plena incorporación de la gráfica digital y las soluciones mecánicas de reproducción industrial; la superación de la matriz física y la aceptación de la matriz digital intangible; la obra virtual no física; la superación del plano del soporte, su transformación y la conquista del espacio circundante y de la instalación (gráfica escultórica e instalación gráfica); la variación de los ejemplares; la redefinición de la serie y la serie de un solo ejemplar ¿Si se quebrantan muchas de las premisas que se consideran indisolubles del hecho creativo de la estampa, no se puede hablar, pues, de una estampa de campo expandido, en tanto que se parte en la generación de estas obras de un universo simbólico arraigado en la obra gráfica contemporánea? Muchas de estas características, además, son indiferentes de la consideración de estampa o arte gráfico, sino comunes a cualquier “arte múltiple” – leyenda y leitmotiv de la Feria en su última edición – apelando lo múltiple no tanto a su potencial clonador como a su posibilidad de variación. “Podemos afirmar que, existe una producción considerable de obras reconocidas en el arte contemporáneo que, aproximándose bastante a las características formales de la Estampa, no cumplen todas las condiciones definitorias del concepto tradicional de Estampa Original. El problema es si es preciso en la actualidad definir, clarificar, catalogar, esta serie de obras. Si queremos, si nos interesa y porqué” 3. La ficticia necesidad de definir con precisión la obra gráfica contemporánea, de taxonomizar sus usos y derivaciones, es deudora de las prácticas de un fundamentalismo anterior. En un contexto artístico universal, donde la obra es netamente multidisciplinar y donde la ordenación se ve reducida a la lógica contención didáctica y académica, dicha obra no responde a condicionantes técnicos como piedra de toque del proceso creativo, sino a constructos conceptuales, donde el objeto y su conformación se subordina a la idea de la obra. En cuyo caso ¿qué sentido tiene el uso de etiquetas, de categorías estancas, en el marco artístico actual? 121 122 Como se ha considerado con antelación y se ha repetido con vehemencia en los primeros párrafos del presente discurso, la obra gráfica contemporánea, en un ejercicio de sinergia, se han aproximado a soluciones, lenguajes y procesos ajenos hasta hace décadas al ámbito de la estampa, quizás más cercanos a otro arte inmaterial, conquistador del espacio escultórico, huyendo de esa otra gráfica más conservadora, inherentemente física, limitada al papel, al marco y a la pared. Se podría hablar, por tanto, de una gráfica ataxonómica, de investigación interdisciplinar, que redefina y transforme el arte contemporáneo y contribuya, al mismo tiempo, a reformular la naturaleza de lo múltiple. Afirmar, en definitiva, esta “gráfica de campo expandido” 4, sincrética, polivalente, híbrida, mestiza y plural – polémica y heterogénea; una gráfica que se desborda y expande sin límites. Es esta una gráfica entrópica, en búsqueda de equilibrio, sobre la base de una gráfica previa en constante inercia, que puede ser transformada en base a nuevas conexiones. “Es por eso que la movilidad y capacidad de adaptación de la gráfica digital, sea de las corrientes artísticas actuales, la más coherente con el tiempo y los acontecimientos que vivimos y representa un entorno comúnmente adquirido por un número cada vez más grande de artistas que no son artesanos de la pintura, que no dominan las habilidades del grabado calcográfico, que no poseen el entrenamiento del escultor, ni entienden ni pretenden ser profesionales de las técnicas tradicionales de la manufactura del arte, pero que poseen esa rara habilidad del pensamiento artístico creativo y deliberadamente encuentran lo que buscan en este nuevo medio democrático e inmaterial que les provee de herramientas diseñadas por muchos para el uso impreciso -y ahí reside la creatividad- de otros muchos que exploran cualidades ni siquiera anticipadas por los autores de dichas herramientas, en un continuo poner al día de un constructo cuya flexibilidad lo hace adaptarse a una multiplicidad de usos, tanto industriales, de divertimento, de entorno laboral o de creación artística”.5. lo múltiple. lo único. lo original Retomando la reflexión en torno a lo múltiple y lo único en el marco de esta gráfica de campo expandido, Jesús Pastor ahonda en dicha cuestión al plantear la serie “no como sucesión de iguales, ni como clonación, sino como modulación (...) La serie como la suma de las diferencias, no como la repetición indiferenciada de iguales” 6. Más aún, la propia acción generadora del múltiple – sujeto, por tanto, a un proceso de transferencia – deviene necesariamente en una disociación o distorsión desde la matriz original (independientemente de la naturaleza de la misma). La acción del artista contribuye a ese proceso de polución y variación y, de acuerdo a lo expuesto anteriormente, ello se acentúa por el ruido ambiental e información añadida que aporta el propio espacio expositivo de la obra actual, aun cuando estas consideraciones han sido habitualmente desplazadas en el ámbito de la estampa. Así pues, si se admite la serie como la suma de las diferencias y la posibilidad de la serie de una sola pieza, queda, no obstante, la duda en torno a la originalidad. ¿Deja de ser una obra múltiple original al ser su edición ilimitada? Se sabe que no es así, partiendo del ejemplo de las obras inmateriales, aquellas otras bajo licencias de copyleft, o incluso en el caso del net.art (donde propiedad y distribución ilimitada no van de la mano); pero asumiendo también que no toda edición ilimitada es – asimismo– original. “A colación del ferviente desarrollo digital y tecnológico, podemos hiperreproducir fidedignamente cualquier objeto o imagen (tanto en términos cuantitativos como cualitativos) sin lejanía alguna con el original, ¿cómo podemos contraponer valores entre las copias y el original, o las copias entre sí, si prácticamente son idénticas formalmente? A lo cual añadiríamos, ¿acaso nuestra sociedad que cada día más y más se sustenta y crece gracias a la cultura de copia no otorga más valor a las copias que a los originales? Pensemos si no en ejemplos muy llanos como el valor mercantil y simbólico que la cultura pop puede otorgarle a un objeto producido en masa por el simple hecho de que haya estado en contacto con un artista, o el valor que nosotros mismos le otorgamos a nuestro coche, a nuestra ropa, etc. aún a sabiendas de las miles de copias idénticas que existen” 7. La generalización de procedimientos industriales de reproducción de imágenes y objetos para la creación de obra artística deviene automáticamente en la existencia de obras únicas pero con potencial múltiple, que posibilitan resultados novedosos, pero que no implican necesariamente la multiplicidad como parte del proceso, sino más bien como mensaje de la obra. Este proceder está imbuido asimismo (con independencia de la materialización física como pieza o su seriación en una pluralidad de objetos idénticos) en las prácticas virtuales, afísicas, inmateriales, interactivas, efímeras o gratuitas de multitud de artistas contemporáneos. En una cultura construida en torno a la copia, donde lo cotidiano dialoga en perfecta complicidad con la edición cuasi-ilimitada, lo múltiple y lo clonado, la gráfica de campo expandido tiene ante sí un vasto contexto de desarrollo conceptual. “Por otra parte, anotamos que aunque durante muchos siglos la gráfica múltiple ha sido un campo relativamente lento, bajo términos de expansión e innovación conceptual, su actual potencial reside, – entre otras muchas razones – en que es un campo que facilita la transversalidad con otros medios de comunicación y expresión, y que, a la par, crece exponencialmente en cuanto a que su base ontológica se vertebra al son de temas de tan importante relevancia en nuestros tiempos como el creciente valor que lo múltiple está alcanzando en pro de una cultura libre y ecuánime; una cultura de la copia” 8. La multiplicidad actúa por tanto, como mensaje y como medio, al igual que sucede con el net. art (la web es el qué y el cómo), produciéndose una convergencia entre el objeto de discusión artística y el medio desde el cual se aborda. Más aún, en el contexto actual de una red – Internet – que se expande hacia el infinito, la discusión sobre la multiplicidad queda prácticamente obsoleta. El net.art define a las obras de arte creadas para Internet. La red es el medio de creación, el espacio de exposición y, en muchos casos, es también el tema sobre el que versan las propias 123 124 obras. El net.art nació con un carácter marcadamente reivindicativo, arriesgado, innovador, cuestionando la propia naturaleza de la red, que se sirve de los medios que el propio entorno le proporciona para interrogarlo. Atributos, todos ellos, que de buen grado se podrían aplicar a la gráfica contemporánea objeto de reflexión. hacia una gráfica ataxonómica y entrópica Se puede afirmar que muchos de los interrogantes y mal-concepciones construidos en torno a la obra obra gráfica contemporánea nacen de la desconfianza y errónea aproximación al concepto de lo múltiple, como se planteó en párrafos anteriores. Frente a la inmensa base de publicaciones, manuales y recetarios de corte técnico, continuas revisiones históricas o esfuerzos fútiles por categorizar hasta el paroxismo las diferentes variaciones técnico-procesales de la estampa, apenas existen obras teórico-conceptuales que ahonden en la significación de lo múltiple en el marco del arte actual. Afortunadamente, esta conducta está cambiando rápidamente en los últimos años, pero al mismo tiempo la plena inclusión de los artistas gráficos “de campo expandido” en el mercado del arte ha dado como resultado una nueva taxonomía de las obras, esta vez no de corte académico, sino mercantil, que amenaza con revivir antiguos prejuicios a priori superados. Existe actualmente una tendencia a la sobrecategorización de la obra gráfica contemporánea que no responde a criterios artísticos sino fundamentalmente a exigencias de los mercados y que, a la postre, puede resultar nociva y contra- producente. Esa hiper-taxonomía, más propia de un entorno académico o consultivo, puede ahuyentar a aquel comprador que busca únicamente la experiencia estético-artística, ya sea por la cerrada clasificación en metacategorías de arte incomprensibles para el más inexperto o por la existencia de fichas técnicas tan exhaustivas como indescifrables. Esta posibilidad tropieza, sin embargo, con la figura de aquel otro coleccionista que aún precisa de dichas clasificaciones como valor añadido a la obra-inversión. Más aún, la creencia de instituciones y organismos de la necesidad de esta categorización parece chocar frontalmente con la realidad de la praxis artística. Estas nuevas taxonomías, lejos de aclarar las cosas, terminan por resultar demasiado abstractas – por excesivamente técnicas y excluyentes – alejándose por completo del referente artístico y perdiéndose en el metalenguaje inherente a toda tipología académica. El resultado final es una taxonomía y un metalenguaje tan crípticos que sólo son comprensibles por unos pocos “iluminados”, partícipes de ese mismo proceso de categorización. ¿Acaso no es más lógico partir de una definición sólida, bien definida e inclusiva, abierta a múltiples manifestaciones? y cabe añadir ¿es necesaria, en último extremo, cualquier tipo de definición? Una definición inclusiva no ha de ser, necesariamente, menos precisa. Pero sin duda podría dar cabida a formas de expresión híbridas acordes con el espíritu experimental y antitaxonómico del artista gráfico actual, frente al empeño institucional y mercantil por defender estos singulares crossovers como referentes diferenciales, aun cuando juegan – son partícipes con ello – de un mismo universo simbólico. allá del correcto desarrollo conceptual y formalización final de la obra. Así pues, ¿son necesarias esas fichas imposibles? “La condición mítica del grabado en el panorama artístico de fin de siglo, se configura a partir de tres hechos principales. En primer lugar, viene dada por un desconocimiento generalizado de cuál es el estado actual en la creación gráfica (...). Tal desconexión produce un estado de opinión hipotecado por ideas heredadas de épocas pretéritas. En segundo lugar, el oscuro laberinto de términos técnicos con el que tradicionalmente se han recreado el grabador y el connaisseur, ha favorecido una idea de dificultad y de dura especialización en torno a este arte. La indefinición misma de sus términos más genéricos y extendidos como “grabado” u “obra gráfica”, dan la sensación de ocultar tras ellos una realidad inaccesible a los no iniciados” 9. La experiencia dicta que el arte va por delante conceptual y tecnológicamente frente a los usos comunes; no se puede acotar formalmente y por tanto no se puede taxonomizar en categorías estancas. El arte es, en sí mismo, indefinible. La realidad de la práctica artística pone de manifiesto como la falta de consenso a la hora de delimitar determinados términos, acepciones o incluso procedimientos es común entre los autores de obra gráfica. No es infrecuente ver múltiples fichas técnicas, cada una de ellas tipificadas hasta el hastío, y comprobar como en todas ellas se recurre a una terminología especializada diferente para aludir a un mismo proceso técnico. Existe el riesgo de burocratizar el propio hecho artístico al exigir al creador el tipificar con detalle determinados tecnicismos referentes a las obras, cual iteración de datos técnicos, en muchos casos ajenos al propio conocimiento de los artistas. En ocasiones, al haber sido ejecutadas por un especialista o tecnólogo de cualquier tipo, este proceso técnico no interesa al autor más Más aun, el arte contemporáneo se redefine precisamente en su entropía, en su capacidad para autorregularse y alcanzar un equilibrio en el desorden y la aleatoriedad. Los productos artísticos no responden a ninguna categorización apriorítica ni conceptual ni procedimental, sino a la hibridación surgida de la mezcla de conceptos, procesos y recursos en su ideación y ejecución, deviniendo por consiguiente en un producto dispar y genuino. Parece claro que la necesidad de definir o acotar conceptos en la actualidad respondería a razones pedagógicas o – siempre con lógica contención y cautela – de mercado. Valga el ejemplo de la enseñanza universitaria en una Facultad de Bellas Artes: la categorización disciplinar, aun contemplando lógicas hibridaciones entre las diferentes asignaturas, resulta necesaria para la eficaz transmisión de contenidos. “Hablar sobre lo único y lo múltiple es, en muchos casos, hablar de mercado. Si habláramos del valor intrínseco de una obra, el hecho de que fuera única o múltiple sería intranscendente (...). Hablar sobre los límites de la Estampa es, por otra parte, hablar del nombre de las cosas, es intentar ponernos de acuerdo sobre las condiciones que deberá cumplir 125 126 una obra para que sea Estampa Original. (...) Hablar sobre los límites de la originalidad es también hablar de mercado. El problema del mercado es cómo establecer los límites y quién puede hacerlo” 10. “Sin embargo la enseñanza del Arte en el actual contexto académico-universitario difícilmente va a resultar operativa si se prescinde de una diferenciación disciplinar. No podemos convertir las distintas asignaturas en cajones desastre donde se imparta de todo y de nada. Una cosa es la continua renovación y actualización de los contenidos y metodologías, que siempre serán necesarias, y otra cosa es pretender absorber todas las innovaciones dentro de un mismo programa” 11. En todo caso, se puede concluir que es más importante una categorización exclusivamente académica (limitado su uso a dicho contexto) que su aplicabilidad (o no) en un ámbito comercial y de circuito artístico. A fin de cuentas, ¿hasta qué punto es más importante trasladar al comprador final la clasificación tipológica de una obra – codificada, incomprensible – como convencerle de la valía de dicha clasificación? Concluye Juan M. Moro: “Por último, el mito del grabado se levanta sobre los fundamentos de su propia génesis, esto es, la de permitir la reproducción de una obra original o, en otros términos, la de plantear su mostración múltiple. Esto último atenta directamente contra uno de los pilares más sólidos de la cultura occidental, cual es la sacralización de la obra única y de sus rituales de presentación” 12. Así pues, ¿acaso la multiplicidad de una obra afecta a sus valo- res cualitativos? Como mínimo, se puede hablar de consenso en torno a la siguiente sentencia: lo que verdaderamente importa es la imagen final y no los procesos técnicos que hacen posible su ejecución. En el ámbito de la gráfica contemporánea, a pesar de los logros y esfuerzos realizados en las últimas décadas, se arrastra todavía la pesada carga de la tradición artesanal pretérita. Se ha debatido con vehemencia acerca de la necesidad de agrupar a los agentes del mercado, conservación y/o catalogación en pos de ese ejercicio catártico de taxonomía, sin contar – de un modo consciente o inconsciente – con los artistas, aun cuando estos son los agentes principales en este proceso. Esta contradicción se agrava desde el instante en que se asume que son los artistas quienes plantean los desafíos, la ruptura con lo conocido, el ir por delante; y es imposible tipificar lo que está por venir. “No es tanto que las tecnologías determinen el arte que se hace, como que las nuevas herramientas nos hacen repensar el sentido y la dimensión que tiene la obra de arte en nuestros días” 13. 127 1 PASTOR, Jesús; en el curso de su ponencia en el I Foro de Arte Múltiple, Estampa Arte Múltiple (IFEMA, Madrid, 20/10/2011). 2 SOLER, Ana; “Luces y Sombras en la Idea Actual de Estampa Original”; Dirección: María Teresa Carrasco, Facultad de Bellas Artes, Universidad de Sevilla, Sevilla, 1999. 3 Ibíd. 4 El atributo “campo expandido” (expanded field), se emplea aquí en clara referencia a Rosalind Krauss, en relación al artículo “La escultura en el campo expandido”, publicado en la revista October, nº 8., en Nueva York, en la primavera de 1979. 5 CASTRO, Kako; “On Minded Prints” (Prólogo), en: On Minded Prints. On prints Minded. Gráfica Contemporánea de Campo Expandido; Pontevedra: dx5/Universidade de Vigo, 2011. 6 PASTOR, Jesús; Op. cit. 7 MÍNGUEZ GARCÍA, Hortensia; “La Gráfica Múltiple en la Cultura de la Copia. Una Aproximación Fenomenológica”; En: Jornadas de Conferencias: Originalidad en la Cultura de la Copia; Facultad de Bellas Artes de Pontevedra (Universidad de Vigo), 16/12/2011. 8 Íbid. 9 MARTÍNEZ MORO, Juan; Un ensayo de grabado (A finales del siglo XX); Santander: Ed. Creática, 1998, p. 17. 10 CARRASCO, M. T.; “Sobre lo Único y lo Múltiple. Sobre los Límites de la Estampa. Sobre el Futuro de la Estampa frente a las Nuevas Tecnologías”; En: Grabado en Sevilla; Marbella: Museo del Grabado Español Contemporáneo (MGEC), 1997. 11 CARRASCO, M. T.; [en el curso de una mesa redonda], I Encuentro de Grabadoras Británicas y Españolas, Madrid,1998. En: SOLER, Ana; Op. cit. 12 MARTÍNEZ MORO, Juan; Op. cit. 13 CASTRO, Kako; Op. cit.. 129 EL ARCHIVO DE ARTE MÚLTIPLE Reflexión sobre la realidad de la práctica artística 131 Presentación del Catálogo de Ediciones Aramis López 132 Presentación del Catálogo de Ediciones Aramis López Lo que ahora llamamos Catálogo de ediciones de arte múltiple empezó como un proyecto de conservación de piezas artísticas españolas en soporte vídeo, fue en el año 2000. Constaba de dos líneas fundamentales, por un lado migrar las piezas existentes en soportes magnéticos a formatos más estables, y por otro elaborar una base de datos amplia sobre estas mismas piezas. El problema de los soportes magnéticos es irresoluble, las partículas con carga tienden a alinearse en presencia de un campo magnético, y el planeta está inmerso en uno, por lo que la degradación de cualquier registro es imparable. Hay que añadir que veníamos observando que las migraciones a soportes digitales no siempre se hacían siguiendo pautas normalizadas, y en una gran mayoría de los casos las copias resultantes no eran de la calidad deseada en una pieza artística. Codificar información analógica en ficheros digitales tienen muchas variables y no todas ellas válidas, hay que pensar que tanto los soportes, como las codi- ficaciones de los ficheros están desarrolladas por empresas, con un criterio exclusivamente comercial, y los futuros, y los presentes, y la conservación de los pasados están condicionadas por las estrategias empresariales de compañías que crean sus productos no solo como soporte de piezas artísticas. Se diseñó un proyecto que pretendía, recoger reproductores de la mayor parte de los formatos de cinta magnética, poner en funcionamiento, e incluso, si era necesario, volver a construir aquellos que no pudieran ser localizados. Se pretendía elaborar una norma ISO que recogiera todas las especificaciones técnicas para su correcta transmisión a formato digital. El soporte físico sería un sistema de almacenamiento en discos duros con copias recursivas que garantizaran su estabilidad de manera que fuera sencillo traspasar a otros soportes en un futuro. La base de datos contendría la migración digital, los datos de este proceso, los referentes a la pieza original, aquellos necesarios para su conservación y reproducción siguiendo las indicaciones del autor y una conexión al fichero de artistas ARCODATA, que se había puesto en marcha por el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y la Feria de Arte de Madrid ARCO. Después de varios intentos de integrar el proyecto en espacios museísticos, proyectos de colaboración europeos o programas interuniversitarios, el asunto se iba diluyendo mientras que muchas piezas de arte español se perdían o perdían su calidad inicial, y sobre todo no existía ninguna posibilidad de acceso a ellas, en un universo de comunicación global. En el año 2010 el Instituto de Arte Contemporáneo en su grupo de trabajo dedicado a los audiovisuales retoma el asunto e inicia un estudio sobre la estructura que debería tener en al actualidad un proyecto de este tipo. Se llegó a la conclusión que lo más conveniente sería la elaboración de un Registro Nacional de obra audiovisual. Este registro sería obligatorio para cualquier obra artística que se pusiera a la venta y estaría ligado al Depósito Legal, en el que se dejaría un fichero digital que permitiera la reproducción en los casos que se establecieran contractualmente entre el artista y la administración. La idea de que estuviera acogido por un organismo oficial entendíamos que permitiría su conservación con criterios de calidad suficiente. Para su presentación se elaboró una lista de beneficios para los distintos agentes del arte actual: Para los artistas: Es una herramienta para garantizar la integridad física y moral de la obra, porque recoge información e instrucciones para su correcta exhibición y conservación preventiva, y datos relacionados con su autoría, edición y distribución. Se multiplica la capacidad de difusión: a través del sitio web. Contribuye a la promoción nacional e internacional del arte español. También sirve para documentar la propiedad intelectual. Para los galeristas y los marchantes: El Catálogo aporta fiabilidad al mercado primario del arte. El número de catalogación identifica sin lugar a dudas cada ejemplar de la edición. El Catálogo previene el fraude Para los coleccionistas: La catalogación de cada ejemplar hace de la adquisición una operación más segura. El comprador obtiene información precisa acerca de las características técnicas de la obra, sus requisitos de exhibición y conservación preventiva, que le ayudan a evitar deterioros y conflictos. Para el Estado: Fomenta el crecimiento del mercado del arte, un sector económico con un gran futuro y una enorme importancia en la vida cultural del país. Favorece la conservación preventiva y la visibilidad del patrimonio artístico español. Permite un seguimiento estadístico de la creación patrimonial. También presenta ventajas para investigadores, estudiantes, docentes, comisarios, museos y centros de arte o sociedades de gestión de derechos. Cuando se presentó el proyecto al Ministerio de Cultura fue bien acogido, y se estimó que debería formar parte de la redacción de la nueva Ley del Patrimonio que se estaba elaborando en esos momentos. Se indicó que 133 134 para su puesta en marcha sería interesante contar con el apoyo del resto de las asociaciones del sector del arte actual. Hay que decir que la Unión de asociaciones de artistas no recibió el proyecto bien y esto supuso un freno al proyecto tal y como se había diseñado hasta ese momento. La consecuencia de este rechazo no fue desestimar el asunto sino rehacerlo teniendo en cuenta que una implantación progresiva, no obligatoria podría mostrar las ventajas del proyecto y en una segunda fase pasar a una implementación amplia. El planteamiento pasó de un carácter primordialmente basado en la conservación y patrimo- nialista hacia una regulación del mercado de ediciones artísticas; en el que nos parecía interesante mostrar las ventajas de un catálogo con características técnicas similares a las que habíamos pensado para el registro y que, además de regular ciertas prácticas como poco dudosas que se estaban observando en el mismo, pudiera mostrarse eficaz en la conservación de la producción artísticas, teniendo en cuenta que la obra seriada supone la mayor parte de la producción en el sector, posee un mercado muy extendido y es práctica desarrollada por la inmensa mayoría de los artistas. 135 137 Ponencia Joan Boadas 138 Ponencia Joan Boadas El 27 de octubre ha sido declarado (2005) por la UNESCO, Día Mundial del Patrimonio Audiovisual. La declaración perseguía, y persigue, un doble objetivo. Por un lado llamar la atención sobre la extraordinaria importancia del patrimonio fotográfico y audiovisual en la construcción del relato colectivo de la humanidad a partir de mediados del siglo XIX. Por otro, alertar de la extrema fragilidad, vulnerabilidad y riesgo de obsolescencia de estos documentos (soporte + información). Naturalmente participan de esta situación las obras de creación que utilizan soportes magnéticos para su expresión y que presentan graves problemas de conservación, tanto en lo que podríamos llamar su contenido como en el continente que las sostiene. Es por ello que iniciativas como las que hoy nos han reunido entorno a esta Mesa Redonda, deberían ser analizadas con mucho interés y tomadas en consideración por los distintos agentes que intervienen en este proceso. Las observaciones que siguen deben ser consideradas, pues, como un intento de contribuir a la articulación de este proyecto. En este sentido, considero que sería necesario profundizar en la definición conceptual de aquello que se propone crear. En los documentos elaborados y que nos han sido entregados como material previo a nuestra intervención, se establecen distintas opciones que aparecen en paralelo y sin prelación jerárquica. Se propone la creación de un registro, un catálogo, un archivo, un sitio Web o una sede física, cuando quizás lo más ajustado sería hablar de un repositorio de documentación digital asociado a un catálogo descriptivo de las piezas que contenga. Determinar con claridad aquello que se pretende crear y/o establecer es de capital importancia porqué quizás permita utilizar estructuras ya existentes o extraer de ellas aquellos elementos que puedan ser de utilidad para el proyecto. Por este motivo propondría un análisis (que aquí sólo esbozo) de los distintos artículos de la nueva Ley del Depósito Legal, de 29 de julio de 2011, así como de las adecuaciones de ella en las distintas Comunidades Autónomas. Fijémonos lo que el legislador se propone con la aprobación de esta ley (el subrayado es mío): La presente ley tiene por objeto regular el depósito legal, que se configura como la institución jurídica que permite a la Administración General del Estado y a las Comunidades Autónomas recoger ejemplares de las publicaciones de todo tipo reproducidas en cualquier clase de soporte y destinadas por cualquier procedimiento a su distribución o comunicación pública, sea ésta gratuita u onerosa, con la finalidad de cumplir con el deber de preservar el patrimonio bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital de las culturas de España en cada momento histórico, y permitir el acceso al mismo con fines culturales, de investigación o información, y de reedición de obras, de conformidad con lo dispuesto en esta ley y en la legislación sobre propiedad intelectual. Como objetivos principales el Depósito Legal persigue: Recopilar, almacenar y conservar, en los centros de conservación de la Administración General del Estado y de las Comunidades Autónomas, las publicaciones que constituyen el patrimonio bibliográfico, sonoro, visual, audiovisual y digital español, con objeto de preservarlo y legarlo a las generaciones futuras, velar por su difusión y permitir el acceso al mismo para garantizar el derecho de acceso a la cultura, a la información y a la investigación. (...) Describir el conjunto de la producción bibliográfica, sonora, visual, audiovisual y digital española, con el fin de difundirla, y posibilitar el intercambio de datos con otras agencias o instituciones bibliotecarias españolas y extranjeras. Después de definir lo que la Ley entiende por Documento; Documento electrónico; Dominio de Internet; Edición: Publicación seriada; Recurso multimedia; Sitio web; Soporte tangible; Soporte no tangible y Versión, indica que: se considerarán objeto de depósito legal las ediciones, reediciones, versiones, ediciones paralelas y actualizaciones de las publicaciones de signos, señales, escritos, sonidos o mensajes de cualquier naturaleza, incluidas las producciones sonoras, audiovisuales, y los recursos multimedia y electrónicos. Y concluye: El depósito legal comprenderá los siguientes tipos de publicaciones y recursos, o la combinación de varios de ellos formando una unidad: (...) Estampas originales realizadas con cualquier técnica, Fotografías editadas Documentos sonoros, Documentos audiovisuales, Documentos electrónicos en cualquier soporte, que el estado de la técnica permita en cada momento, y que no sean accesibles libremente a través de Internet, Sitios web fijables o registrables cuyo contenido pueda variar en el tiempo y sea susceptible de ser copiado en un momento dado, Copia nueva de los documentos íntegros, en versión original, de toda película cinematográfica, documental o de ficción, realizada por un productor con domicilio, residencia o establecimiento permanente en el territorio español y un ejemplar del material publicitario correspondiente. El legislador ha omitido, sin embargo, un pequeño detalle que se convierte en crucial en toda esta generosa propuesta: ¿cómo se financiará todo ello? Me permito cerrar mi intervención proponiendo algunas con- 139 140 sideraciones que tal vez puedan ser de utilidad en el marco de este sugerente debate: priorizar el ingreso (en formato digital) aquello que no se tenga o que esté poco representado. 1.- Se debería intentar conocer cuántas colecciones u obras hay en España, tanto activas, como aquellas que ya no incorporan nuevos materiales, pertenezcan al ámbito público o privado. 5.- Con la colaboración de los conservadores se debería avanzar en el estado de salud de las colecciones o piezas ya ingresadas en centros públicos. Se deberían establecer las patologías existentes y destinar recursos para combatirlas. 2.- Se debería intentar categorizar estas colecciones u obras, especialmente los que ya se encuentran en centros públicos. El objetivo debería intentar saber: ¿Qué tenemos? ¿De qué época o período? ¿De qué autoría? ¿De qué escuela? ¿De qué tipología? 3.- Los especialistas e historiadores del arte deben establecer qué períodos ya tenemos representados, qué contenidos son ya suficientes para explicar y/o construir el relato artístico de un período determinado y, al contrario, cuáles son los vacíos que deben ser llenados. 4.- A parte del ingreso corriente de las copias digitales de las obras de creación actual, contemporánea, quizás se debería 6.- Previo al ingreso de una obra o colección en su formato digital, se debería establecer como obligatorio el informe del estado de conservación de la pieza matriz. 7.- Se deberían elaborar informes que establecieran el gasto público necesario para garantizar la conservación permanente de la pieza “original” depositada en la colección correspondiente. 8.- Establecer cuáles son las necesidades infraestructurales mínimas que deben reunir las salas de reserva destinadas a conservar las obras “originales”. Establecer depósitos homologados y compartidos. 143 Ponencia Ángel Fuentes 144 Ponencia Ángel Fuentes Considero que un proyecto como el que hoy nos reúne en torno a esta mesa merece ser considerado con detenimiento. Yo puedo hablar desde mi especialidad, la conservación y restauración de patrimonio sobre soporte fotográfico, y compartir con la audiencia algunos de los problemas que el Registro Nacional de Audovisuales podría ayudar a resolver. Con demasiada frecuencia se confunde el patrimonio cultural con la información que el patrimonio contiene. La obra La Nerea Estrellada fue pintada por Vincent Van Goch en 1889. La red contiene miles de reproducciones de tan magnífico lienzo; cada una de ellas con una diferente escala de los azules y de los amarillos, problema que algún día convendrá afrontar. Pero solo hay un original que, desde 1941 forma parte de la afortuna da colección del Museum of Modern Art de Nueva York. Comparada con la historia de otros soportes artísticos, la fotografía de autor forma parte de los originales que atesoran museos y coleccionistas desde hace solo unas décadas. Pese a su evidente juventud la casa de subastas Christie acaba de vender una obra de Cindy Sherman, Untitled # 96, producida en 1981 por 3.8 millones de dólares. El arte es arte, sea cual fuere su soporte. Cuando algo alcanza un merecido valor surgen las falsificaciones. En junio de este año he tenido el privilegio de organizar una Conferencia Internacional sobre “30 años de ciencia en la conservación de fotografía” una de las ponencias, presentada por el conservador estadounidense Paul Messier, “Los papeles fotográficos en el siglo XX: Metodologías para su Autentificación, Conocimiento y Datación” ha versado sobre la crisis que ha supuesto en el mercado del arte los escándalos relacionados con la falsificación de fotografías atribuidas a Man Ray y a Lewis Hine y que fuero puestas a subasta en 1997 y 1999, respectivamente. La puesta en valor de la fotografía de autor vino de la mano de la historia del arte. Tradicionalmente los galeristas y los historiadores había sido los encargados de expertizar el trabajo de los artistas y de asesorar a coleccionistas e instituciones a la hora de adquirir obra para completar colecciones. El problema surge cuando los expertos reconocen la información icónica de los registros pero no pueden verificar que el soporte, y con ello la materia del arte, es o no el verdadero trabajo del autor. El arte construido sobre materia requiere de quienes puedan garantizar a los mercados que el contenido y el continente son exquisitamente coincidentes. Es en ese punto donde los anteriores expertos tienden a naufragar. Los nuevos sistemas de enmarcado y exhibición que convierten a la obra y su sistema de protección en un único objeto, como ocurre con los originales adheridos al soporte y a la lámina transparente que protege al original, complican aún más la expertización. Ahora, el detectar que la información artística de la obra no se ajusta a la estructura material de la misma, requiere de la ciencia, capaz de analizar las fibras del papel; los aprestos; la tipografía y la distancia de las marcas de agua en los reversos de las copias; las concentraciones de agentes viradores; la composición de las tintas de las firmas manuscritas, etc. Falsificar una fotografía es mucho más fácil que el saber detectar la falsificación. El Registro Nacional de Audiovisuales podría ser una herramienta impagable capaz de prestar una gran ayuda a los autores y a los canales del mercado del arte. La posibilidad de registrar los datos que, junto a el caudal de los biográficos e históricos, número de tiraje, sistema y tamaño de firmas, etc., permitiera compilar los de los materiales de toma, técnicas de copiado y montaje ayudaría a blindar la obra, prever tratamientos de restauración en caso de sinies- tro y contribuiría a dar estabilidad a los a los mercados. Permítanme poner un ejemplo la obra Díptico #1 es algo más que una fotografía de autor en formato 25,9 x 17,8 cm realizada por Rafael Navarro en 1978 dentro de su serie de 69 fotografías obtenidas entre 1978 y 1985, con un tiraje de 5 originales, producidos y numerados del 1/5 al 5/5 por el propio autor. Díptico #1 es una gelatina de revelado químico procesada según la norma de alta permanencia, obtenida sobre un papel baritado Agfa™ Record Rapid® al cloro-bromuro de plata formato 50 x 60 cm, virado al selenio (Kodak™ dilución 1: 19) firmada y seriada con tinta china Pelikan y lápiz de grafito. Positivada desde dos negativos en hoja formato 13 x 18 cm Kodak™ Plus-X® revelados con Kodak ™ HC-100® en dilución 1:15, etc, etc. He querido llamar la atención ante una de las múltiples posibilidades que el proyecto que debatimos puede ofrecer; si alguien quiere realizar alguna pregunta, será un placer tratar de contestarla. 145 147 Ponencia Silvia Noguer 148 Ponencia Silvia Noguer Constituido por un consorcio entre Generalitat de Catalunya, Ajuntament de Barcelona y Fundació Museu d’Art Contemporani, el MACBA abrió sus puertas al público en noviembre de 1995. Con los años y hasta el día de hoy, la colección se ha ido ampliando con fondos de procedencias muy diversas como son: depósitos y donaciones realizados al Consorcio, producciones del propio Consorcio, depósitos y donaciones realizados a la Fundació MACBA, compras llevadas a cabo por esta última y fondos procedentes de las colecciones de la Generalitat de Catalunya y del Ajuntament de Barcelona. Por tanto, la forma como una pieza ingresa en el Museo es muy diversa y no siempre viene acompañada de una documentación completa. Asimismo, desde 1995 el Museo ha visto aumentado su espacio con la incorporación de La Capella como espacio expositivo y del Centro de Estudios y Documentación ( CEDOC) como espacio dedicado a acoger la Biblioteca, el Archivo y fondos documentales. Pero el crecimiento no ha sido sólo en nú- mero de obra sino también en tipología de la misma, de forma que cada vez ha ido siendo más diversificada abarcando hoy en día, podríamos decir, cualquier tipo de medio de expresión. Según la definición de Conservación Preventiva, resultado del primer encuentro realizado en 1999 en el ICCROM del proyecto “ Teamwork on Preventive Conservation 2” y en el cual participó el MACBA, Conservación Preventiva es: Las medidas y acciones necesarias para detener cualquier deterioración evitable sin perjudicar la accesibilidad y la integridad del objeto. Se consigue mediante una concienciación holística y multidisciplinaria asumida por todo el equipo del Museo con estándares y objetivos comunes. Por tanto, debemos tener muy presente que cualquier acción que llevemos a cabo no deberá perjudicar la accesibilidad y la integridad del objeto. Pero ¿cómo tener la certeza de que la acción que llevamos a cabo con el fin de conservar dicho objeto no está perjudicando su integridad? 149 Evidentemente, no es lo mismo abordar la conservación de una pintura sobre tela de Pablo Palazuelo que la de una instalación de Ignasi Aballí como podría ser “ Ventana”. Mientras en el primer caso debemos conservar unos materiales sin tergiversar el contenido transmitido por el artista, en el segundo debemos conservar principalmente un concepto y la forma en que debe tomar forma física cada vez que es expresado. Eso si, como se ha dicho más arriba, en ambos casos la conservación no deberá perjudicar la accesibilidad y la integridad de la obra. Se hace aquí patente la necesidad de disponer de una exhausta documentación sobre la obra en cuestión, documentación que sin lugar a dudas nos podría proporcionar un archivo de nuestro patrimonio. Podríamos resumir las funciones de dicho archivo en: Proporcionar información para una adecuada conservación del patrimonio sin perjudicar su integridad y accesibilidad Facilitar la investigación, la didáctica y la divulgación del patrimonio. Pero para cumplir estos fines en el MACBA ha sido imprescindible elaborar y llevar a cabo un protocolo de documentación de la obra y otro de actuación en la misma. El primero contempla todo lo referente al artista, el proceso y el momento de creación incluyendo una encuesta que se remite al artista o se le realiza directamente. Si ello no es posible se remite a su representante. En cuanto al protocolo de actuación, contempla cómo debemos conservar la obra en cuestión, cómo debemos exponerla, qué criterios de préstamo debemos seguir, cómo debemos llevar a cabo la difusión de la pieza en cuestión. Por tanto, son diversas las ventajas que podría aportar la creación de un Archivo de arte contemporáneo. El tema es cómo crearlo respetando la actividad artística. 151 ¿Cómo habría que diseñar, organizar y gestionar un archivo nacional? Jesús Robledano 152 ¿Cómo habría que diseñar, organizar y gestionar un archivo nacional? Jesús Robledano Se me ha pedido que aporte unas ideas sobre cómo habría que abordar el diseño y organización de un catálogo o archivo nacional que recoja el depósito de obra de arte, en concreto de arte múltiple. Debido a la necesaria brevedad de las intervenciones en esta mesa redonda, no puedo aportar más que unas ideas muy generales sobre estos aspectos más técnicos, por lo que creo más útil aprovechar esta pequeña intervención para aportar algunas impresiones o reflexiones personales sobre el valor y necesidad de la propuesta objeto de esta mesa redonda. Los conceptos que subyacen en el proyecto de creación de un Catálogo de ediciones artísticas son varios, aunque predominan dos: depósito legal e inventario de bienes culturales. Todos entendemos que la misión de la institución del depósito legal o de inventario de bienes es la protección y ayuda a la promoción del patrimonio cultural y artístico de un país; estamos, por tanto, ante una medida derivada del ejercicio de una política de protección patrimonial a cargo del estado. Una política de protección patrimonial puede adoptar varias soluciones, que en definitiva son variantes de dos concepciones muy diferentes que en algunas legislaciones se dan la mano. La primera concepción no es factible para ser aplicada con un amplio alcance, más allá de una selección reducida del patrimonio a proteger, por lo que no ha tenido mucho seguimiento en su forma más genuina; consiste en delegar la responsabilidad en los titulares de la propiedad intelectual de los objetos patrimoniales. Forzar por ley a la conservación y facilitación del uso social (difusión pública, promoción social y atención al investigador) a organizaciones productoras de patrimonio o a los propios autores es complicado porque no se puede imponer a las personas físicas o jurídicas que producen o crean el patrimonio la disponibilidad de recursos y conocimientos para desempeñar con continuidad estas funciones de cara a la sociedad. El resultado sería incumplimiento y, en consecuencia, poca eficacia de la medida protectora. Tecnológicamente no es factible tampoco, pues sería complicado crear un sistema de información unificado con unas mínimas garantías de rigor y seguimiento. La segunda concepción es la más común; consiste en dejar estas funciones en manos de un organismo público delegado por el Estado. El Estado se hace cargo instaurando fórmulas tan exhaustivas como las del depósito legal o más selectivas como la de un inventario o registro general de patrimonio declarado como bien cultural o de “singular relevancia”. En la primera fórmula, una institución se hace depositaria a partir de un determinado momento de uno o un reducido número de ejemplares de todas las obras producidas de los tipos de objetos protegidos y se ve obligada a su conservación, control, difusión y facilitación de uso social. Nuestro país, como otros muchos, ha optado por legislar la segunda opción, mediante la Ley de Depósito Legal y la Ley de Patrimonio Histórico Español. A partir de la segunda se han creado el Registro General de Bienes de Interés Cultural y el Inventario General de Bienes Muebles, pero que no recogen todo, sino lo considerado como más relevante. Las leyes de depósito legal pueden llegar a ser tan exigentes que el cumplimiento hasta sus últimas consecuencias se puede llegar a hacer prácticamente imposible: las instituciones depositarias no pueden hacer frente al imperativo de conservar y difundir todo lo depositado. No obstante, independientemente del grado de cumplimiento de estos objetos a que sea factible llegar en cada momento, la existencia de una ley que declare explícitamente la necesidad de protección de la producción intelectual de un país e imponga unas medidas para ello ya es un paso importante, pues supone un reconocimiento legal de la importancia de ese patrimonio y su valor social. Se reconoce que el estado tiene la obligación de velar y poner los medios para que ese patrimonio llegue a las generaciones futuras y que pueda ser accesible la riqueza cultura que conforma de forma pública. En este último sentido, parece que la legislación española no ha dado este reconocimiento a otra parte del patrimonio que debería tener el mismo derecho a ser protegido por el estado. Se acaba de aprobar una nueva ley de depósito legal, pero que parece olvidarse de la protección de patrimonio también relevante de forma más o menos intencionada, porque, si vemos el curso de esta ley, podemos apreciar enmiendas que contribuyen a que haya patrimonio que quede sin cubrir por la nueva ley, por ejemplo, el patrimonio televisivo. Cuando se plantea la idoneidad de extender una ley de depósito legal, o de patrimonio que exige un inventario o registro de objetos culturales, para poder abarcar objetos culturales que no han sido considerados previamente, se suscitan dos cuestiones, que son los ejes que están siendo discutidos en esta mesa: por una parte, el interés de la idea, esto es, si realmente la idea responde a una necesidad; y, por otra parte, su viabilidad, si estamos antes una propuesta ideal pero de imposible cumplimiento o realmente ante algo que puede salir adelante. Centrándonos ya en el objeto de este debate, el Catálogo de ediciones artísticas, y con respecto a la primera cuestión, mi opinión es que esta idea es interesante y necesaria. Adopta una forma de protección que hace recaer en el estado la iniciativa y, en su afán por rellenar 153 154 lagunas legales en lo que respecta a la obra artística, aúna conceptos vinculados tanto con el depósito legal como con el inventario o registro legal de bienes culturales; pero también otros, como el de control de lo producido mediante la asignación de un número normalizado, que vemos en el ISBN o ISSN, e incluso de control de la propiedad intelectual, que vemos en el registro de la propiedad intelectual. Los aspectos no cubiertos -legalmente o por la práctica usual en este campo- en cuanto a las necesidades de control, conservación, difusión y promoción de la producción artística han sido bien identificados, proponiéndose una fórmula que reúne, en términos generales, suficientes criterios de actuación como para poder poner en marcha un proyecto necesario. En su vertiente más próxima a la idea de catálogo, inventario o registro de ediciones artísticas nos movemos en el contexto de una herramienta únicamente informativa, cuyas aportaciones podríamos resumir en facilitar el control de la producción de obra de arte y contribuir al conocimiento social y conservación de esa producción. Todo mediante una herramienta de difusión de información, que vaya más allá de datos referenciales y aporte una versión digital de la obra. No sería depósito tal y como es concebido normalmente en las leyes de depósito legal actuales, pero se aproxima con la inclusión de la versión digital: no es el contenido original lo que se custodia pero sí una acercamiento visual próximo a ese contenido. Con respecto a la segunda cuestión, la viabilidad, en las circunstancias económicas actuales puede parecer un empeño abocado al fracaso plantear una iniciativa con el afán de exhaustividad con que se plantea este proyecto. Pienso que no podemos descartar una idea necesaria y bien planteada tomando sólo como base un criterio de viabilidad basado en experiencias no exitosas con la aplicación de leyes de protección patrimonial o en circunstancias socioeconómicas adversas en el momento en el que se plantea. Creo que se trata más bien de buscar un modelo sostenible. Merece la pena seguir indagando en la propuesta y redefinirla incluyendo un modelo de implantación que permita la viabilidad. Creo que una vía posible para hacer este proyecto factible viene de la mano de la autofinanciación parcial y de la selección de lo registrado en el catálogo, aunque quizás esto último pueda chocar contra el propio concepto de depósito legal, es posible que la viabilidad provenga de un modelo mixto a medio camino entre depósito legal e inventario o catálogo de bienes artísticos de relevancia. Con la intención de mostrar algunos ejemplos exitosos de iniciativas con algo de proximidad a lo que aquí se plantea, me atrevería a citar dos casos que han derivado al menos en modelos sostenibles. Uno de ellos es el catálogo colectivo del gremio de editores en España, DILVE. Los editores remiten a este catálogo los datos de cada libro que editan. Cualquier usuario registrado puede hacer seguimiento de qué es lo que se está editando y comercializando en la producción editorial española en cada momento, con acceso a resúmenes, cubiertas o fragmentos de las obras. Parte de la complejidad del depósito recae en las editoriales, que tienen que aportar los datos de forma normalizada y preparar los depósitos de materiales. Es un coste que asumen las editoria- les porque salen beneficiadas de este catálogo, ya que les facilita en gran medida el contacto con librerías y clientes, y les da mucha visibilidad. Gracias a este tipo de iniciativas se desarrollan estándares para la compartición de datos, modelos descriptivos y otras herramientas técnicas de gran utilidad que pueden ser tomadas como ejemplos en otros entornos de uso compartido de información. Si vemos el listado de ventajas de este catálogo, son fácilmente equiparables a ventajas similares en el campo de la obra artística: Disponer de un sistema de gestión de información centralizado que puede ser completado y enriquecido en función del plan de trabajo de cada editorial. Distribuir automáticamente, con una sola operación de carga, la propia información a cuantos agentes se desee de acuerdo a los requisitos de cada uno de ellos. Solicitar el alta en el ISBN de nuevos títulos, aprovechando los datos introducidos previamente en DILVE. Obtener información de novedades según los requisitos de cada usuario (distribuidor, librero, bibliotecario...). Recibir información sobre los cambios producidos en la oferta editorial (precios, situación en catálogo, título o cualquier otro dato de la obra). Actualizar webs y servicios electrónicos de libros y lectura (tiendas, recomendadores, clubes de lectura...) mediante sistemas automáticos. Este modelo no se podría aplicar a rajatabla en el caso del proyecto del Catálogo de ediciones artísticas, pues significaría hacer recaer la preparación de los datos o versiones digitales del depósito en los propios artistas, o de activar un servicio de asesoramiento y asistencia o ayudas para hacer frente a gastos para la preparación del depósito. Asimismo, requeri- ría mucho esfuerzo la revisión y mejoramiento de los datos aportados por los autores para garantizar la calidad y corrección de los datos del catálogo, y por supuesto, la concienciación de los autores para el ingreso regular de su producción artística en esta herramienta. Otro modelo que puede aportar ideas hacia la búsqueda de un proyecto sostenible económicamente pueden ser los archivos nacionales audiovisuales que han realizado un planteamiento serio y sistemático. Por ejemplo, el caso del INA en Francia. El INA recibe en depósito la producción televisiva pública y privada de Francia, explota económicamente los archivos sobre los que posee titularidad, y se financia en un porcentaje significativo de esa explotación. Plantea tres tipos de servicios: para el investigador, que no implica explotación económica; para el gran público, al que sirve patrimonio a muy bajo coste para uso exclusivamente personal; y para los profesionales, a los que vende derechos de uso de las imágenes y sonidos a coste de mercado en el sector de los bancos de imágenes. En el 2006 publicó un artículo1 donde explicaba su estrategia cultural y comercial. Entre otros datos aporta que en el 2008 el 22% de su coste de mantenimiento era financiado por los propios ingresos económicos de sus sistemas de licencia de derechos, por los cursos de formación y por os servicios de asesoría. Claro todo fundamentado en la digitalización, preservación digital y descripción documental de los fondos, creando unos potentes sistemas de búsqueda y transacción de documentos. Si llevamos este concepto al mundo de la obra de arte editada, pensemos que los derechos de reproducción pueden llegar 155 156 a ser una fuente importante de ingresos para los autores. Para la gestión y recaudación de este tipo de derechos ya tenemos legalmente establecidas por la ley de Propiedad Intelectual las entidades colectivas de gestión de derechos. En el caso que nos concierne tenemos a VEGAP, pero como comentábamos antes, una sociedad como VEGAP podría beneficiarse en mucho de un sistema de depósito legal como el propuesto en este proyecto, pues le aportaría una base de datos con descripciones completas, y con un control de las obras descritas. Se podrían coordinar esfuerzos de descripción entre ambos sistemas, con una posible contraprestación económica por la utilidad recibida por las sociedades de gestión. Finalizo señalando algunos aspectos técnicos que serían relevantes en este modelo de iniciativa de protección patrimonial que estamos tratando, sin entrar en la cuestión del diseño de los procedimientos de gestión administrativa y sus necesidades de recursos humanos y materiales, ni del diseño de las infraestructuras tecnológicas: a) nivel descriptivo: la representación de información sobre las obras. En este aspecto técnico hay un trabajo inmenso por delante, que creo que no se podría simplificar si se quiere conseguir sistemática. Veámoslo con más detalle: Habría que crear un estándar de metadatos para la recogida en depósito legal de las digitalizaciones y para el registro de datos sobre las obras de arte. El estándar debería considerar otros estándares existentes aplicables. Evidentemente, no será factible aplicar el nivel de exhaustividad que se pueda estar aplicando en museos o archivos, pero sí hay que garantizar que lo que se implante tenga plena compatibilidad con los formatos descriptivos existentes y de práctica común en estos ámbitos, si se desea algún día conseguir las ventajas del intercambio de datos e interoperabilidad con otros sistemas de información sobre arte. Se lleva muchos años trabajando en crear modelos descriptivos para obra de arte y para fondos fotográficos. Hay mucho camino ya andado. Trabajar en este estándar garantiza que se recogen todos los datos importantes para el cumplimiento de las funciones de depósito legal y de explotación cultural de la información recogida. Y lo que es más importante: se permite la creación de sistemas de información colaborativos a nivel nacional o internacional. Y, especialmente, se evita la duplicación de esfuerzos descriptivos. Las iniciativas son muchas: desde las “Categories for the Description of Works of Art” del Instituto de investigación de la Getty (con sus más de 532 elementos descriptivos), hasta el modelo ontológico del ICOM, esto es, el modelo conceptual del CIDOC, el CRM, donde nos acercamos a las técnicas de representación de conocimiento de la Inteligencia Artificial. Habría que trabajar también en la estandarización en cuanto a lenguajes documentales controlados para normalización terminológica y la creación de sistemas de navegación por los contenidos: clasificaciones, tesauros y listados de valores admitidos. Hay un largo camino andado en este sentido que debería ser recogido. b) protocolos de digitalización. Se debe garantizar unos mínimos en la calidad de las versiones digitales de lo que se registra. Habría que crear normativas de digitalización para cada tipo de medio y sistemas de control de calidad con una alta tasa de automatización. c) preservación digital de las versiones digitales. Habría que diseñar una política e infraestructuras de preservación digital, que procure la no obsolescencia y capacidad de reproducción de esas versiones. d) protocolos de intercambio de información con otros sistemas públicos de información cultural. Como mencioné previamente, sería de gran utilidad poder contribuir a sistemas de información interinstitucionales sobre arte. También hay mucho trabajado en este aspecto, con estándares para el intercambio de metadatos entre sistemas de información o integración de datos en bibliotecas digitales trasnacionales. e) ayuda a la gestión de derechos reprográficos. Las entidades de gestión colectiva de derechos de autor suelen crear bancos de imágenes para facilitar la divulgación y comercialización de los derechos de uso de imágenes de las obras. Habría que trabajar en el sentido de crear un protocolo para la migración de datos entre los datos del registro y estos bancos de imágenes. 1 L’Institut national de l’audiovisuel: Free Content and Rights Licensing as Complementary Strategies. Ithaka Case Studies in Sustainability Disponible en Internet: http://www.ithaka.org/ithaka-s-r/research/ithaka-case-studies-in-sustainability/case-studies/SCA_BMS_CaseStudy_INA.pdf. [Consultado en 1/12/201]. 157 159 Ponencia Miguel del Valle Inclán 160 Ponencia Miguel del Valle Inclán Lamento, de verdad, ser muy pesimista sobre la viabilidad del Catálogo de ediciones artísticas. Tal y como se define, en esta su muy primera fase de desarrollo, el Catálogo se nutre de un nuevo registro legal que abarca toda la obra de arte múltiple y que tiene como modelos bien el ISBN bien el Depósito Legal. El Depósito Legal puede entenderse como un impuesto en especie al que están sujetos los editores (antes los impresores) y que recauda el Estado a través de oficinas especialmente designadas. Debo decir, por mi experiencia, que es uno de los impuestos que más dinero cuestan al Estado porque por su propia naturaleza carece de criterio selectivo y se aplica a TODOS los documentos. Basta imaginar, o ver, las toneladas de carteles que reciben las bibliotecas del Estado de cada una de las miles de fiestas de cada uno de los ayuntamientos españoles para saber hasta qué punto el Estado se enfrenta a un compromiso económico inabordable; es más, esa gigantesca cantidad de material (digámoslo abiertamente) en su mayoría sin interés, ocul- ta los carteles de real interés y dificulta que haya recursos para la conservación y difusión de los que sí interesa conservar. Podemos ver también ese perverso efecto en las colecciones de revistas y el indeseado correlato de la multitud de hojas parroquiales que trae el Depósito Legal. Me resulta muy difícil imaginar que su aplicación a las ediciones artísticas pueda tener resultados diferentes: una gran masa de material para la que nunca habrá recursos suficientes para catalogar, conservar y difundir. El ISBN es otro posible acercamiento. En la mayoría de los países el ISBN es un trámite comercial voluntario, en España es obligatorio, mediante el cual el editor paga por el ISBN y obtiene a cambio las ventajas de un número normalizado para todos los procesos de distribución, comercialización, almacenaje, etc. Es una norma internacional destinada al mercado amplio que se mantiene gracias a las ventajas que aporta al editor y se sostiene con los pagos del editor. Me resulta también difícil ver la aplicación de este 161 esquema a las ediciones artísticas, por su naturaleza, no destinadas a un mercado amplio y con un corto número de ejemplares: difícilmente el editor de ediciones artísticas obtendrá un rendimiento semejante al editor de libros al pagar su ISBN. De hecho existe ya un número normalizado para audiovisuales, el ISAN, que está disponible y que todavía no ha conseguido despegar ni siquiera en el amplio mercado de los DVDs Pero el problema mayor es que el Catálogo de ediciones artísticas se presenta no sólo como un registro que informa de la existencia de una publicación en base a datos de otros; se presenta como un organismo de certificación, casi como la ficha de un catálogo razonado. Es decir, es necesaria la comprobación de los datos que los editores de ediciones artísticas incluyen. Y eso, desde mi práctica profesional, es completamente inabordable. Pocas cosas son tan caras como la elaboración de una ficha de un catálogo razonado. 163 El Archivo de Arte Múltiple Reflexiones sobre la realidad de la práctica artística Karin Ohlenschläger y Aramis López 164 El Archivo de Arte Múltiple Reflexiones sobre la realidad de la práctica artística Karin Ohlenschläger y Aramis López El Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) agradece a la Feria de Arte Estampa la invitación a participar en el I Foro de Arte Múltiple y la oportunidad de presentar el proyecto de Catálogo digital de ediciones de fotografía, vídeo, registros sonoros y otras obras artísticas audiovisuales en soporte electrónico, desarrollado por el “Grupo de trabajo de Audiovisuales”, integrado por socios del IAC. Cada año se produce en España una gran cantidad de ediciones de fotografía, vídeo, registros sonoros y otras obras artísticas audiovisuales en soporte electrónico. Al contrario de lo que ocurre con otros formatos en el ámbito de la Cultura, como libros y películas, esas obras casi nunca están inscritas en un archivo o registro oficial. Al no existir ninguna catalogación con marchamo público de las mismas, se dan situaciones conflictivas que afectan a: La identificación y localización de los negativos originales, archivos digitales, masters... La precisión en la información sobre las características técnicas y forma- les de las obras Descuidos en la numeración de los ejemplares Ambigüedades o abusos en la producción de ejemplares de la edición Indeterminación sobre la persona o empresa editora La carencia de este instrumento administrativo tiene graves consecuencias para la documentación del patrimonio artístico y perjudica su distribución, comercialización y conservación. Por lo expuesto, consideramos que es urgente poner solución a esta situación a través de la creación de un Catálogo Digital de Ediciones de Fotografía, Vídeo, Registros Sonoros y otras Obras Artísticas Audiovisuales en Soporte Electrónico que combine características de un registro y un archivo documental en formato digital, accesible a través de Internet y gestionado por el Ministerio de Cultura, pues se trata fundamentalmente de una cuestión patrimonial. Bajo el epígrafe común de El archivo de arte múltiple, celebrado el día 21 de octubre de 2011, se abordó este proyecto en dos mesas redondas, con el título “Reflexiones sobre la realidad de la práctica artística”. En ambas sesiones este proyecto se sometió a una reflexión profunda sobre sus pros y contras, contrastando las ventajas de su puesta en marcha, así como las dificultades de todo tipo -económicas, administrativas o de aceptación por el sector– que conllevaría su implantación. Como explicó Aramis López en la introducción a la primera mesa, desde hace ya diez años y desde una óptica fundamentalmente patrimonialista, se trabaja sobre la posibilidad de establecer un registro que contenga copias digitales de las obras originales para garantizar su conservación. Además de esta evidente función como archivo y como catálogo, el registro actuaría como garante de autenticidad de obras y tiradas, aportando un instrumento de gran utilidad para galeristas, creadores y coleccionistas. Sus ventajas, evidentes para la investigación y difusión del patrimonio audiovisual contemporáneo, trascienden el ámbito de la conservación preventiva para incidir en diferentes sectores del arte actual, favoreciendo su visibilidad y la necesaria regulación del mercado de obra de arte múltiple. La participación de Ángel Fuentes, experto conservador y restaurador de fotografía, puso de relieve que la confusión del patrimonio cultural con la información que el patrimonio contiene, puede llevar, sobre todo en el caso de la fotografía, a pensar que al conservar la imagen representada se conserva el patrimonio. Asimismo destacó el problema de la fotografía de autor: su reciente incorporación a museos y colecciones privadas ha tenido un efecto sobre el mercado; pero el incremento del precio de la obra de arte fotográfica ha traído consigo la aparición de falsificaciones. Detectarlas requiere verificar el soporte, la materia del arte. Solo así es posible establecer si es estamos ante un verdadero trabajo del autor. La existencia de un catálogo dificultaría la circulación de falsificaciones y ayudaría a preveer tratamientos de restauración en caso de siniestro. En definitiva, contribuiría a dar estabilidad a los mercados. La intervención de Miguel de Valle Inclán, director del Centro de Documentación de la Filmoteca Española y anteriormente del Centro de Documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, intentó poner de relieve las dificultades que puede tener la creación de un registro exhaustivo de obra de arte. Si se plantea como el ISBN, el Depósito Legal o el ISAN, el depósito de un número elevado de obras puede llegar a ser inoperante; además se debe tener en cuenta el coste para mantener una estructura administrativa capaz de abordar el proyecto en su versión más amplia, como catálogo razonado; y, al plantearse casi como un organismo de certificación, se genera un problema para el registrador, pues la autentificación de la obra requiere la participación de un experto, cuyo dictamen sería complejo y por ende caro. Silvia Noguer, restauradora y conservadora del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona, nos relató la experiencia de una entidad con una importante colección pública de arte contemporáneo en la que desde hace algún tiempo se ha iniciado la labor de hacer una catalogación exhaustiva de cada pieza con criterios que permitan su con- 165 166 servación y exhibición de forma documentada, para lo que se entiende fundamental una herramienta similar al catálogo, pues complementaría y daría mayor fiabilidad al propio de la entidad. Posteriormente Joan Boadas, Director del Centre de Recerca i Difusió de la Imatge (CRDI) de Girona y Comisionado del Consejo Internacional de Archivos (ICA) para los Archivos Fotográficos y Audiovisual, planteó que sería correcto hablar del proyecto como de un repositorio de documentación digital asociado a un catálogo descriptivo de las piezas que contenga. Considera que la nueva Ley de Depósito Legal de julio de 2011, podría ser el marco para este repositorio, pero habría que delimitar conceptualmente su contenido y condiciones materiales, económicas y administrativas que lo regulasen. ñalar las implicaciones del mismo con las diferentes prácticas artísticas. En la primera intervención Miguel Ángel ÁlvarezFernández, artista sonoro, musicólogo y comisario, planteó las necesidades de documentación del arte sonoro, transmitiendo la posición y demandas de los profesionales de este ámbito de la creación. Sus prácticas artísticas, por su carácter inmaterial y volátil, así como la complejidad de sus realizaciones, requieren registrar tanto las obras en toda su extensión, y documentar tanto el proceso creativo como la puesta en escena de estas creaciones, Pues constituyen nodos fundamentales en la concepción de las obras artísticas del arte sonoro. Esto añadirá al catálogo una dimensión adicional como “archivo de medios”. Jesús Robledano, especialista en edición electrónica y aplicación de las tecnologías de la información a la documentación, docente en la Universidad Carlos III, plantea como diseñar, organizar y gestionar un archivo nacional, en el que subyacen dos conceptos predominantes: el depósito legal y el inventario de bienes culturales orientado a la protección y ayuda a la promoción del patrimonio cultural y artístico de un país. Este carácter patrimonialista y compilatorio, junto a la necesidad de su implantación nacional, dependiente de una entidad pública, son los fundamentos sobre los que se ha de basar la forma en la que se ha de plantear el desarrollo práctico del mismo. Teresa Luesma, Directora del Centro de Arte y Naturaleza de Huesca (CDAN), responsable de una fundación que conserva, estudia, investiga, exhibe y garantiza en toda su extensión la integridad de la obra; sobre todo en un tiempo en el que lo heterogéneo de las prácticas artísticas conlleva dificultades a la hora de estructurarlas, nos propone sistematizar su descripción. Máxime cuando, en ocasiones, las propuestas artísticas plantean una negación de la experiencia material del lugar. Pese a las posibilidades tecnológicas (por ejemplo el net-art), se da la paradoja de una rápida perdida de información. Para ella, la necesidad de su conservación, hacen del catalogo de ediciones una herramienta imprescindible de conservación y, también, para la difusión internacional de la obra y sus creadores. La segunda mesa no se ocupó tanto de plantear la necesidad o no del catálogo y de sus derivaciones prácticas, como de se- Y por último Javier Codesal, artista, escritor y profesor en la Universidad Europea, parte de unas declaraciones de Jonas Mekas en las que reivindica que se recuerde que la memoria fílmica de un país es tan importante como las obras de arte de sus museos: “–Dígalo, escríbalo, todos los gobiernos están obligados a salvaguardar esa memoria, la que está en todas las películas de todos los tiempos.” Esa memoria o registro del arte contemporáneo se dificulta debido a la falta de uniformidad de sus prácticas. Por ello aboga en favor de un archivo de arte contemporáneo que respete la diversidad y singularidad de la actividad artística. En esta jornada se ha abarcado el mundo del arte múltiple desde una perspectiva muy poliédrica. Las experiencias pro- fesionales relacionadas con el arte múltiple en el ámbito de la fotografía, el cine, el arte y naturaleza o la creación del arte sonoro, nos indican que el registro y la catalogación de la obra múltiple sigue siendo una gran asignatura pendiente. Un reto para los profesionales de diversas disciplinas, que sólo podemos afrontar a partir de una investigación transdisciplinar que sigue en curso. 167 169 Mapas y territorios, partituras y sonidos, medios y materiales Apuntes genealógicos en torno a la idea de un archivo de arte (sonoro) múltiple Miguel Álvarez-Fernández 170 Mapas y territorios, partituras y sonidos, medios y materiales Apuntes genealógicos en torno a la idea de un archivo de arte (sonoro) múltiple Miguel Álvarez-Fernández Examinar los problemas y dificultades propios de un “archivo de arte múltiple” —tema en torno al cual se nos convoca aquí— desde la perspectiva del arte sonoro puede resultar esclarecedor desde varias perspectivas. En primer lugar, porque para muchos receptores de estas líneas uno de los rasgos que caracterizan las prácticas artísticas relacionadas con el sonido es su carácter inmaterial o volátil. Y ello, obviamente, impone severas dificultades frente a cualquier esfuerzo archivístico (lo cual podría ayudarnos a profundizar en los problemas propios de tal empresa). En segundo lugar, un estudio de caso basado en el arte sonoro podría también servir como pasarela para que algunas de las experiencias desarrolladas en ámbitos de conocimiento a priori alejados de las artes visuales —por ejemplo, la musicología— aporten algo de luz sobre las cuestiones mencionadas. terial, ni tampoco las experiencias cultivadas en el ámbito de la musicología pueden iluminar demasiado los problemas específicamente relacionados con el arte sonoro, tal y como hoy se practica y lo entendemos. Pero el intento de explicar por qué negamos estas dos posibilidades quizá sí pueda ofrecer algunas claves útiles para reflexionar acerca de “el archivo de arte múltiple” y sus —igualmente múltiples— aporías. Pues bien, lo primero que debemos hacer es refutar las dos hipótesis que se acaban de plantear. Ni el arte sonoro debe considerarse algo inma- Para entender y justificar ese paradigma epistemológico desde el que, según apuntábamos, se funda la musicología, debemos retrotraernos a un lugar y Y es que incluso podemos describir el origen de lo que hoy llamamos arte sonoro precisamente como una ruptura con los paradigmas estéticos y epistemológicos que orientan, desde su mismo origen, a la ciencia musicológica, y como un (curioso, ya lo adelantamos) fenómeno de materialización de lo musical, que por tanto nos separa de las intuiciones apuntadas en el primero de nuestros párrafos. un tiempo muy determinados: la Alemania de finales del siglo XIX, cuando figuras cruciales como Guido Adler (1855-1941), Friedrich Chrysander (1826-1901) o Philipp Spitta (1841-1894) definieron las líneas maestras de la musicología, entendida como una ciencia moderna. Este proceso se realizó dentro de las coordenadas intelectuales propias del Positivismo histórico, por lo que estos “padres fundadores” de la ciencia musicológica concibieron esta nueva disciplina a partir de la necesidad de unos datos empíricos observables, medibles, cuantificables, contrastables, perdurables en el tiempo… Requisitos difíciles —cabría pensar— para una ciencia destinada a ocuparse de algo tan invisible y tan plegado al tiempo como la música. La forma de salvar esa dificultad en una época en la que no resultaba posible trabajar con grabaciones sonoras fue evidente para aquellos musicólogos pioneros: la partitura sería su principal objeto de estudio. Esos documentos permitirían conocer la música de diferentes épocas, y su análisis sería la principal metodología científica de la nueva ciencia musicológica. Y así fue… hasta nuestros días, en los que los conservatorios y departamentos universitarios de musicología siguen basando sus investigaciones —y sus enseñanzas— no tanto en el estudio de “la música” como en el de “las partituras”. Las decisiones de aquellos musicólogos decimonónicos alemanes, tan comprensibles dentro del contexto positivista de su época, transformaron la forma de estudiar y relacionarnos con lo musical. Así, por ejemplo, aspectos como la improvisación, que habían desempeñado un papel fundamental en la formación y la actividad de cualquier músico —pero que, por definición, se oponían a la propia idea de partitura—, perdieron gran parte de su importancia. Y, más allá aún, aquellas decisiones también transformaron nuestras propias ideas acerca de la música, fortaleciendo un determinado concepto de “obra” (como algo acabado y fijado a través de la escritura) y de “autor” (frente a otras concepciones anteriores, más abiertas y flexibles), y restándole importancia a otras dimensiones de lo musical — imposibles de capturar o reflejar en una partitura— que hoy denominaríamos performativas. Cuando, ya en el siglo XX, las tecnologías de grabación y reproducción de sonido comienzan, lentamente, a difundirse, la hegemonía de la partitura como único medio de creación y análisis de la música se rompe. Ya en las primeras vanguardias (Futurismos, Dadaísmo…) se plantean experiencias que acaban con el monopolio de la creación sonora hasta entonces ostentado por aquellos que podían dominar el código de la notación musical. Sin necesidad de solfeo alguno, poetas como F. T. Marinetti, Velimir Khlebnikov, Hugo Ball o Raoul Hausmann componían, registraban y difundían sus sonidos mediante los primitivos dispositivos fonográficos de su tiempo. Pero será tras la Segunda Guerra Mundial cuando otros medios fonográficos —los discos, primero de cera y luego de vinilo, y sobre todo la cinta magnetofónica— se extiendan hasta llegar a las manos de artistas que, en su mayoría ajenos a cualquier formación musical clásica, no dudarán en emplearlos como medios de expresión artística. Desde Antonin Artaud hasta Aaron Slobodj, de William 171 172 Burroughs a Vito Acconci, de Pierre Schaeffer a Nam June Paik o a Christian Marclay… todos emplearán el sonido en su trabajo creativo, y para que no haya confusión (ni nadie se sienta ofendido desde su atril en el conservatorio o en un departamento de musicología) convendremos en denominar esas prácticas no como música, sino como arte sonoro. Y así llegamos hasta nuestros días, en los que ese arte sonoro ya se encuentra plenamente integrado en todas las estructuras culturales propias del “arte contemporáneo” (mientras mantiene su distancia respecto al aún conservador ámbito de lo “estrictamente musical”, que sigue anclado en sus partituras). Museos, centros de arte, revistas, premios, ferias… Todo tipo de instituciones acogen, cada vez con más regularidad, sobre todo desde comienzos de este siglo, manifestaciones diversas de arte sonoro. Y, entre ellas, también el proyecto de “archivo de arte múltiple” que propicia estas líneas. De las experiencias descritas en los párrafos anteriores podemos extraer algunas conclusiones que tal vez ayuden a orientar los pasos de esta encomiable iniciativa. En primer lugar, al recordar cómo aquellos musicólogos del XIX confundieron la parte por el todo, el mapa por el territorio, la partitura por la música, debemos cuestionarnos qué quiere exactamente preservar o custodiar el nuevo archivo. ¿Obras? ¿Representaciones de obras? ¿Referencias sobre obras? ¿Procesos, en lugar de obras? ¿Documentación? En todo caso, y como se ha intentado exponer, cualquier decisión en este sentido tendrá —forzosamente— mucho de ideológica (en el sentido de que responderá a una determinada forma de organizar nuestras ideas), y sólo cabe desear que esa ideología —que posiblemente resulte tan clara e ingenua para los investigadores del próximo siglo como a nosotros nos lo parece el Positivismo musicológico del XIX— sea, al menos, propia de nuestro tiempo, si es que no consigue adelantarse un poco a él. Tampoco conviene olvidar que, atendiendo a los últimos episodios de nuestro relato, el arte sonoro puede y debe caracterizarse como un “arte de los medios”. Tomando literalmente el sentido de esta expresión, ciertamente todo arte es un arte de los medios (por ejemplo, la pintura o la escultura no son sino, precisamente, medios). Pero la diferencia, evidente después de recorrer esta breve genealogía del arte sonoro, radica en que estas prácticas nacen históricamente marcadas por la consciencia de su dimensión medial, es decir, de su íntima relación con unos determinados medios; de la constatación de que, de no existir esos medios específicos —que podemos denominar, genéricamente, fonográficos, aunque también podríamos vincular con “la cultura del altavoz”—, tampoco existiría el arte sonoro. Desde esta perspectiva, y desde la confirmación de que no es posible separar una obra, proceso, etc. de arte sonoro respecto de los medios a través de los cuáles se construye o (re)presenta, nos preguntamos si un “archivo de arte múltiple” no debería ser, ante todo, y al menos en lo que atañe a lo sonoro, un “archivo de medios”. Es decir, un archivo de aquellos medios que hacen/ hicieron posible que una determinada manifestación de arte sonoro sea/fuese, efectivamente, múltiple. Sólo así, pensamos, puede garantizarse —y preservarse para las generaciones venideras— la legibilidad de esas manifestaciones, la del propio archivo, y la de los procesos culturales que le están, hoy, dando forma. 173 175 Ponencia Javier Codesal 176 Ponencia Javier Codesal Los artistas de mi generación, los que empezamos a trabajar en los ochenta, acumulamos gran cantidad de registros técnicos diferentes. Esta mañana se mencionó el caso de ARCOdata, proyecto relativamente similar al que ahora discutimos, en el que varios participantes de estas mesas estaban comprometidos: Aramis López y Miguel Valle. En aquel proyecto participaban ARCO, el MNCARS y el Museo de la Universidad de Alicante. Y cuando estudiaban un modelo de ficha de catalogación que fuera suficientemente abarcadora para los artistas actuales, se fijaron en mi obra por la variedad de registros audiovisuales que comprendía. Tal vez por esa misma razón me encuentro hoy aquí. Si me lo permiten, voy a comentar un artículo de un periódico de hoy, donde se menciona a Jonas Mekas a propósito de una visita del cineasta a Barcelona. El artículo destaca la fundación que hizo Mekas del Anthology Film Archives a comienzos de los setenta, donde intentaba recoger todo tipo de materiales fílmicos. Este artículo termina con un párrafo que voy a leer porque me parece que viene al caso, y dice: “Mekas exige que se recuerde que la memoria fílmica de un país es tan importante como las obras de arte de sus museos. –Dígalo, escríbalo, todos los gobiernos están obligados a salvaguardar esa memoria, la que está en todas las películas de todos los tiempos.” Estas declaraciones enmarcan de algún modo, desde la actualidad, los propósitos que nos animaron en el IAC a abordar el proyecto que presentamos. Aramis López hizo una propuesta inicial, que discutimos un grupo de socios del Instituto para pensar cómo abordar los graves problemas que se van planteando en la conservación, transmisión y normalización de las obras audiovisuales. Uno de los ponentes de esta mañana hablaba de la ambigüedad del proyecto. Y yo pensé de inmediato que eso era así porque responde a una situación ambigua, ya que las prácticas del arte contemporáneo carecen de uniformidad. Por ejemplo, antes se ha preguntado por la copia y el máster. Para los artistas que aprendimos a trabajar en otra época, la idea de máster sigue teniendo fuerza, a pesar de su actual labilidad debido a la tecnología digital. Pero me doy cuenta de que a muchos artistas jóvenes esto apenas les dice nada. No son sensibles a la diferencia entre máster y copia, en la medida en que el proceso de copiado y continua transferencia funciona, y en tanto que la imagen se vea aceptablemente. Pero es que el arte todavía arrastra la idea de pericia técnica excepcional, cuando nos encontramos en un medio tecnológico donde hasta los niños actúan plenamente desinhibidos, aunque sin una conciencia precisa de los soportes con los que interactúan. Muchos artistas jóvenes, educados en tal desinhibición, anteponen la funcionalidad, la capacidad de comunicación inmediata, a otros criterios más conservadores (atentos a la conservación), lo que les aporta ventajas operativas pero puede plantear preguntas a largo plazo sobre la conservación de sus trabajos. A los museos y a las colecciones les preocupa el máster, emparentado como está con la idea de original; pero esta mañana Silvia Noguer nos habló de otra preocupación que tienen en el MACBA, la de crear un archivo de arte contemporáneo respetando la actividad artística. Y es que la práctica artística a menudo es poco conservadora. Hace un momento, mientras mi compañero de mesa hablaba de música y de John Cage, recordé un comentario de Cage en su “Conferencia sobre nada”, cuando dice que la razón de que no tengan música en Texas es que allí tienen grabaciones y que si hacemos que desaparezcan los discos en Texas alguien aprenderá a cantar… A John Cage le gustaban los tocadiscos para sustituir la aguja por un alambre y escuchar así un sonido tremendo… ¿Qué nos indican esas cosas? Que el registro es lo de menos para muchos artistas. Algo interesante a tener en cuenta cuando intentamos hacer un registro de obras de arte, y disculpen si utilizo la palabra registro con sentidos distintos. Un caso ejemplar para nosotros es el de José Val del Omar. Tuve la suerte, a mediados de los noventa, de recibir desde la Filmoteca de Andalucía el encargo de estudiar, finalizar y restaurar la última pieza del “Tríptico Elemental de España”, titulada “Acariño galaico”, película que dejó inconclusa a su muerte, aunque en un estado muy avanzado del trabajo. Eso me permitió conocer a fondo su obra e incluso el estudio-vivienda en donde trabajaba. La exposición que recientemente le dedicó el MNCARS tuvo un mérito extraordinario por la gran dificultad que supone presentar la obra de Val del Omar y por otorgarle definitivamente el lugar que le corresponde en la historia del arte español. Pero también presentaba debilidades: por el grado de interpretación que debe aplicarse en la puesta en sala de esta obra y por cierta resistencia a asumir los procesos experimentales del arte contemporáneo, algo de lo que creo está libre el comisario de la exposición pero tal vez no tanto otras personas implicadas en el legado del artista. Pondré un ejemplo. La actividad de la última etapa del cineasta fue muy rica; y hay testimonio de esta actividad en unas bobinas de Super8. Estas cintas no tienen créditos, carecen del protocolo de las obras terminadas y, por tanto, de unidad. Materiales de distinto género se acumulan allí de un modo que parece aleatorio, pero que conserva al menos 177 178 la temporalidad de lo biográfico, donde cuenta también la biografía del trabajo. Vemos fragmentos experimentales muy formalizados junto a grabaciones directas de la pantalla de un televisor, o documentos de su vida personal. Algo que no estaría tan lejos, ya que lo he nombrado, de la práctica de Jonas Mekas por aquellos mismos años. Pues bien, disponiendo de ese material rodado por Val del Omar, cuya visión constituye una experiencia cinematográfica muy intensa, lo que se nos muestra no es el conjunto, sino aquellos fragmentos que presentan mayor cohesión, tal vez por salvar cierta noción de unidad, o interpretaciones del material a cargo de otros creadores. Parece entonces que se da cierta dificultad para afrontar los materiales originales en su integridad y, valga la redundancia, en su originalidad hasta las últimas consecuencias. Pero esta cuestión, junto a los demás desafíos que continúa planteando la obra de Val del Omar, nos puede ayudar a pensar en la peculiar complejidad de la tarea que nos proponemos, que no por difícil es menos necesaria. 179 181 Ponencia Teresa Luesma 182 Ponencia Teresa Luesma Los últimos treinta años han supuesto cambios muy importantes en la conservación y estudio del patrimonio al conjugar disciplinas científicas sujetas a límites deontológicos minuciosos. En mi caso, como responsable de una fundación que debe de conservar, estudiar, investigar, exhibir y especialmente garantizar la integridad de la obra me parece una idea excelente crear herramientas como el catalogo de ediciones de arte múltiple. Pienso sinceramente que sería de gran ayuda para documentar correctamente no solo la autoria o las características de una edición y su fiabilidad en el mercado del arte sino que, puede ayudar a la capacidad de su difusión, a su correcta exhibición y podría actuar como herramienta de investigación internacional. Nos ha pedido la dirección de la mesa que centremos la intervención sobre las zonas fronterizas del arte múltiple del siglo XXI, sus modos de producción y reproducción, las respuestas y soportes que generan en relación a la naturaleza o a los nuevos territorios del paisaje. Desde este punto vista me interesa hablar de cómo la negación de la experiencia material del lugar parece que encuentra inmediata correspondencia en las artes visuales contemporáneas, sobre todo, a través de experiencias como las del net-art. Sin embargo surgen dudas ante desaparición de la experiencia estética directa de la obra. Un repaso al panorama artístico contemporáneo informaría de una realidad diferente; que quizás el “aura” nunca se perdió y nos aparece modificada en algunos trabajos artísticos. La noción de sitio-específico, instalación, performance, las experiencias de arte público, han sido formas conectadas a su tiempo y actualmente conservan su contenido crítico y siguen configurando su significado en torno a la experiencia física del “lugar”, actualizando, por tanto, la experiencia inmediata. Si pensamos en los fenómenos del land art y su correlato el earth-art, quizás hayan han contribuido decisivamente a la situación de la idea de lugar en el arte contemporáneo. Ambas practicas se caracterizan por su experiencia directa solo puede ser minoritaria y vinculada a esa noción del lugar, en ocasiones es absolutamente privada, personal o solitaria Estos creadores se interesaron por lo efímero, por las propuestas conceptuales dando lugar a obras impermanentes. Desbordaron las categorías artísticas tradicionales con un aluvión de trabajos sorprendes proponiendo la desmaterilizacion del arte a través de acciones, construcciones efímeras, ocupaciones del espacio, textos, palabras, ideas, fotografías, procesos, proyecciones, sonidos (bajo el cómodo calificativo de conceptual). Joseph Beuys decía: “quien tiene todos mis múltiples me tiene a mí”. Para Beuys, el múltiple fue un vehículo ideal de su pensamiento. La obra seriada cobra una especial relevancia en las tendencias artísticas que surgen entre los años setenta. Es el momento en el que los artistas buscaban dar respuesta a las problemáticas sociales de un mundo sujeto a radicales transformaciones, que exigía dinamitar los preceptos de la obra de arte única e irrepetible, sujeta a los caprichos del mercado. Desde entonces se han puesto en marcha miradas transversales y cómplices entre las distintas disciplinas artísticas, los ámbitos se han ido diversificando en arquitectura, artes plásticas, cine y video, diseño, fotografía, literatura, moda, danza y acciones, con los años transcurridos se ponen de manifiesto divergencias en estas estructuras con la actualidad. Hoy es cierto que la distinción entre las disciplinas es muy discutible y se intenta evitar debido al tránsito entre disciplinas que encontramos en el terreno de las artes visuales. Las experiencias inmateriales en torno al vídeo-arte, el net-art, el music-art, el film-art… suponen una parte muy importante del arte que se está produciendo entre los artistas jóvenes. Pero no podemos ignorar que conviven con otras tecnologías de reproducción, con su multiplicación numerada que siguen una experiencia temporal, espacial e “individual” (Enrique Radigales). Pienso ahora en la obra de Susan Philipsz y en sus instalaciones sonoras se han hecho con el último Premio Turner. Por primera vez se le entrega este reconocimiento a una obra intangible en la que se utiliza el sonido, en este caso la voz de la artista, como elemento central del discurso creativo. Susan Philipsz concibe sus experimentos auditivos para explorar cómo el sonido define el espacio arquitectónico. Una vez que se han sincronizados los sonidos dentro del espacio cerrado artificialmente por la voz, la canción se convierte en un susurro en el que la melodía, el tono y el tiempo de su interpretación logran transmitir al espectador la sensación escultórica y espacial hecha con la palabra. El paisaje ha adquirido un protagonismo excepcional en determinados ámbitos del arte contemporáneo. La valoración actual no habría sido posible si el arte no hubiese decodificando sus contenidos construidos a lo largo del tiempo. Como dice Joan Nogue: hoy, cuando parecía que la Tierra había sido explorada y cartografiada en su totalidad, reaparecen nuevas “tierras desconocidas”, nuevas cartografías. En nuestros días, con unos mecanismos sofisticados de sistemas de teledetección y de información geográfica, están apareciendo de nuevo, espacios en blanco en nuestros mapas, con unos límites imprecisos y difusos, difíciles de cartografiar. Antoni Abad suele utilizar Internet y las nuevas tecnologías para 183 184 dar voz y visibilidad a colectivos que no tienen presencia activa en los medios de comunicación o que tienen una imagen polémica, como ha sido el caso de los taxistas de Ciudad de México (Sitio Taxi), los gitanos de Lleida (Canal Gitano),los motorboys en Sao Paulo, todos en Internet (www.zexe.net). Para la exposición online Mapping Transitions Jhon Kilma crea una serie de mapas del mundo metafóricos. Las herramientas como el Google Earth están produciendo un impacto profundo en la forma como se entiende la geoinformación (Antoni Muntadas). Los límites se han vuelto esponjosos. Con la neogeografía esa capacidad se amplía hacia una conciencia de lugar, y también a la expresión libre y creativa de los lugares. (Colectivo Ala plástica). Sugiere Perejaume, la ‘experiencia’ del paisaje es incompleta si se limita sólo a la vista. Quizás sea en el ámbito de los denominados ‘paisajes sonoros’ en el que más dinamismo se observa. Este interés tiene que ver con la convicción cada vez más compartida de que, para conseguir el pleno conocimiento del paisaje la dimensión acústica del mismo es fundamental. También tiene que ver con la preocupación por la pérdida de biodiversidad en las economías desarrolladas. En estos proyectos se pone el énfasis en el progresivo empobrecimiento de los sonidos naturales ante el avance de los generados por las sociedades humanas, (Mark Fischer) algo que la bioacústica lleva tiempo denunciando. Asistimos a nuevas imágenes, otras formas tecnológicas que el tratamiento digital aporta a la creación de paisajes virtuales. En la arquitectura vemos el diseño de bioestructuras para la definición de nuevos espacios construidos o la creación de jardines virtuales (Miguel Chevalier), a caballo entre el arte y la interactividad. La naturaleza está sometida a artefactos tecnológicos y culturales, en las últimas décadas, conceptos de la biología entran a engrosar el vocabulario artístico. El material orgánico (Christian Lohr) se convierte en la herramienta artística del bioartista, (Eduardo Kac) desde el ADN, insectos, plantas, genes, piel humana, (Tissue Culture and Art Project) laboratorios; de los cuales se toma posesión y se crean obras, modificando procesos culturales. Artistas que cubren toda una serie de temas dentro del media art, incluidas las telecomunicaciones, los sistemas interactivos, Internet, la telemática y la robótica (Gilberto Esparza), el contacto entre el arte electrónico y la biotecnología. Otras estrategias tienden profundizar en la interconexión del arte y el ecologismo, enfocándolo los temas hacia los nuevos retos medioambientales, (Basurama) cuestiones de sostenibilidad, la creación de nuevos ecosistemas y vida alternativa bioinspirada (Richard Lowenberg), mientras que otras se centran en las implicaciones políticas, sociales y culturales propias del consumo alimentario (Lucy Orta), de la obsolescencia programada y los residuos generados. La diversidad de temáticas, soportes o tipologías que implican las nuevas prácticas artísticas; los artefactos que requieren para su exhibición; las dificultades a la hora de estructurarlas y sistematizar su descripción, la rápida perdida de información, la necesidad de su conservación, hacen del catalogo de ediciones una herramienta imprescindible. 185 I Foro de Arte Múltiple Libro de ACTAS I Foro de Arte Múltiple Octubre 20-23. 2011 Feria de Madrid IFEMA Pabellón 08