Aclaraciones previas para el trabajo
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Aclaraciones previas para el trabajo
Algunas aclaraciones previas Una de las principales preocupaciones de los animadores es la preparación del encuentro comunitario: qué tema tratar y sobre todo cómo planificar la reunión. Cada vez que preparamos un encuentro, usamos un método, es decir, usamos una secuencia de actividades que se orientan a conseguir un objetivo. A veces se usan métodos en forma consciente, pero aún en los encuentros improvisados, inconscientemente, se usa un método ya que siempre hay una secuencia de actividades. Hablando de la formación en general podríamos distinguir 4 aspectos diferentes: La pedagogía: Entendida como el estilo de la relación que se establece entre quienes participan en la formación. En nuestro caso es la relación entre el animador y los jóvenes de la comunidad y también la relación de los jóvenes entre sí. Para que la evangelización de nuestras comunidades signifique un encuentro fecundo con la Buena Nueva, necesitamos detenernos a revisar nuestras actitudes y el estilo de relación que se da al interior de ellas. Es decir, necesitamos utilizar una Pedagogía Pastoral inspirada en la pedagogía de Jesús; “decir lo que Jesús dice, hacer lo que Jesús hace y con el mismo estilo de Jesús”. El Evangelio no se comunica tanto con las palabras, sino más que nada, con los actos, con la manera de transmitirlo. Es por su modo de ser y de actuar, como Jesús comunica su mensaje. La Pedagogía de Jesús es fundamentalmente la invitación a participar en el Reino, con actitudes que invitan a vivir la plena dignidad de hijos de Dios, en relaciones de fraternidad, acogida y lugar de participación para todos. Metodología: Es aquella serie de principios prácticos que concretizan la pedagogía y condicionan el método. Método: La palabra significa “camino”. Es el recorrido que se realiza en un encuentro comunitario para lograr el objetivo previsto. El método es una secuencia fija, es decir, es la misma para cada encuentro. La Didáctica: se compone de las técnicas concretas que se utilizan en la formación, las cuales varían en cada encuentro. En un encuentro comunitario siempre está presente un estilo pedagógico, un método y una didáctica. Por ejemplo, si realizamos una mirada crítica a la pedagogía tradicional escolar vemos que ella se basa en el supuesto que el animador es quien sabe y los jóvenes los que no saben, lo cual define un estilo de relación: el animador habla y los jóvenes permanecen en silencio; uno es el que manda y los demás obedecen..., etc. De esta pedagogía se desprende un método, el cual normalmente, consiste en una exposición por parte del animador, de la cual los jóvenes toman apuntes y posteriormente pueden reproducir lo que han comprendido. De modo que el método tiene dos momentos: exposición del animador y preguntas de los jóvenes. Consecuentemente con esta pedagogía y método, la didáctica consiste en las técnicas que el profesor utiliza para poner en marcha el método. En el ejemplo que estamos desarrollando, la técnica básica es la charla del profesor, la cual puede ser apoyada por material visual: afiches, esquemas, etc. y para el momento de preguntas, la técnica puede ser preguntas de los jóvenes y respuesta del animador o preguntas de los jóvenes y devolución de la pregunta por parte del animador para que la conteste otro jóven. Como se ha dicho, la didáctica es el conjunto de técnicas puntuales que permiten trabajar cada momento de la secuencia metodológica. La selección de técnicas es un momento particularmente delicado, puesto que, al contrario de lo que podría pensarse, al seleccionar las técnicas se podría echar por tierra el planteamiento formativo de esta propuesta: el concepto de formación y sus ejes centrales, la pedagogía pastoral y el método. Un criterio importante un criterio importante de esta concepción formativa es la integralidad y también la selección de técnicas debe tener este aspecto. El racionalismo que inunda la práctica educativa ha llevado a usar y abusar de las técnicas de discriminación cognitiva en el aprendizaje. Por esto es importante ampliar el tipo de técnicas, aportando al desarrollo de otras áreas de la capacidad de aprender. Se ha avanzado mucho al respecto. Existe una amplia divulgación de técnicas que intentan generar aprendizaje involucrando diversos aspectos de la capacidad humana. Vale la pena detenerse a revisar algunos tipos es de técnicas posibles de usar: • Técnicas de discriminación cognitiva que apuntan a obtener claridad conceptual, es decir, aclarar las ideas. Normalmente consiste en preguntas a reflexionar. • Técnicas de imaginería que apuntan a tomar contacto con el mundo interno a través de la fantasía. Técnicas de expresión corporal que apuntan a escuchar el cuerpo ya a usarlo para tomar contacto con experiencias personales o a expresarlas. Son particularmente útiles para el reconocimiento y expresión de emociones • Técnicas audiovisuales, que apuntan a desarrollar aprendizaje a través del uso de los sentidos de la vista y del oído. • Técnicas activas que apuntan a crear algo con las propias manos en función del aprendizaje. • Técnicas de expresión dramática, que apuntan a recrear situaciones de vida a través de la improvisación o el desarrollo de roles. • Técnicas proyectivas, que apuntan a sacar la propia experiencia con el estímulo de palabras generadoras, fotografías, imágenes, etc. Un método para la formación en comunidad - La pastoral juvenil tiene un estilo pedagógico propio, que se basa en supuestos diferentes a los de la pedagogía tradicional. Del estilo pedagógico pastoral se desprenden también estilos metodológicos coherentes. Por ejemplo, vamos a conocer ahora una propuesta para abordar el encuentro comunitario desde el Método de Formación Experiencial, el cual pretende crear las condiciones técnicas para que los jóvenes puedan crecer con mayor plenitud desde sus propias experiencias, profundizar en ellas y reelaborarlas con la inspiración de la fe. La Comunidad Juvenil pretende ser una experiencia de maduración personal, grupal, social, todo ello con la inspiración de la fe. Se trata de favorecer un proceso de conversión y de adhesión vital a Jesús y su mensaje. Cada encuentro comunitario debe ser una traducción de estas aspiraciones; por ello el método tiene que estar en función de éstas. PROCESO PARA LA ELABORACIÓN DE UN TEMA Una limitación que atenta contra la formación en profundidad de los jóvenes, es que normalmente cada encuentro comunitario aborda un tema, con lo cual la profundización queda entregada a un encuentro de 2 aproximadamente. Para superar esta limitación se propone abordar la formación a través de unidades formativas. Cada unidad formativa profundiza una experiencia de vida a través de 3 ó 4 encuentros comunitarios. De modo que la unidad formativa constituye una secuencia de profundización progresiva de una determinada experiencia de vida de los jóvenes. Al mismo tiempo, la herramienta de la unidad formativa permite adecuar la formación a las necesidades específicas de los jóvenes concretos que el asesor acompaña. Una vez que se ha seleccionado la experiencia de vida a trabajar o el tema, el asesor se reúne con los animadores y planifica la unidad. Para esto realiza un análisis del tema considerando a los destinatarios y respondiendo a tres preguntas: 1. ¿Qué viven los jóvenes? Se trata de realizar una descripción de las principales situaciones que viven los jóvenes destinatarios de la formación, respecto de la experiencia que se pretende abordar. Por ejemplo, si la experiencia seleccionada es la familia, este primer paso de elaboración de la unidad formativa, consiste en describir qué viven nuestros jóvenes respecto a la familia. Al realizar la descripción es preciso tener una mirada empática con los jóvenes. Suele suceder que a la hora de describir lo que viven los jóvenes, se acentúa una mirada negativa sobre sus experiencias. No se trata de esconder las dificultades, se trata de ponerse en el lugar de los jóvenes y desde allí describir lo que viven. 2. ¿Por qué lo viven así? Esta segunda pregunta pretende profundizar en la búsqueda de explicaciones acerca de las experiencias que viven los jóvenes. Se trata de profundizar las condiciones que pesan en las experiencias de los jóvenes, acercándose a un reconocimiento de causas explicativas. Aquí es importante tener en cuenta el aporte de las ciencias humanas que proporcionan elementos explicativos para comprender las experiencias que viven los jóvenes. 3. ¿Hacia dónde la fe los invita a caminar? En esta tercera pregunta es importante establecer qué pasos progresivos de crecimiento pueden dar los jóvenes a partir de la inspiración de la fe. Vale la pena tener en cuenta que este momento no se traduce en una descripción de todo el contenido de fe en relación a la experiencia que aborda la unidad formativa. Se trata de tomar en serio el sentido progresivo de la educación de la fe, explicitando qué pequeños pasos de crecimiento son posibles para estos jóvenes a partir de la situación en que se encuentran. La elaboración de este análisis orientado por las tres preguntas, permiten finalmente al asesor junto con los animadores, establecer una propuesta de 3 ó 4 encuentros comunitarios en los cuales se profundice gradualmente los aspectos más importantes que han quedado de manifiesto en el análisis de la unidad formativa.