teileriosis
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CAPÍTULO 2.3.11. TEILERIOSIS RESUMEN Los parásitos del ganado vacuno y transmitidos por garrapatas del género Theileria constituyen importantes restricciones para la mejora de la industria ganadera en amplias regiones del Viejo Mundo1. Las especies más importantes económicamente, Theileria annulata y T. parva, son responsables de una mortalidad y de pérdidas en la producción que solamente pueden adivinarse, aunque sistemáticamente estas especies están documentadas como una causa muy importante de enfermedad. Generalmente, la theileriosis bovina se controla mediante el uso de acaricidas para matar a las garrapatas, aunque este método no es sostenible porque los acaricidas son caros, porque se ha desarrollado resistencia frente a muchos de ellos, porque las normas con respecto a la circulación del ganado vacuno y la cuarentena no se hacen cumplir de manera rigurosa, y, porque habitualmente la gestión y el mantenimiento de los baños desinfectantes y los sistemas de pulverización son deficientes. Identificación del agente: El diagnóstico de una variedad de síndromes provocados por los parásitos se basa principalmente en los síntomas clínicos, el conocimiento de la enfermedad y la distribución del vector, y la identificación de los parásitos en la sangre teñida mediante Giemsa y frotis de ganglios linfáticos. La presencia del esquizonte en frotis de biopsias de ganglios linfáticos es un rasgo diagnóstico característico de las infecciones con T. parva y T. annulata. Los animales infectados con T. parva presentan ganglios linfáticos hipertróficos, fiebre, una frecuencia respiratoria que crece gradualmente, disnea y diarrea esporádica. Las lesiones post mortem observadas son edema pulmonar, hipertrofia del bazo, espuma en la traquea, hipertrofia de los ganglios linfáticos, hemorragias en los órganos internos, erosiones abomasales y presencia de linfocitos parasitados e infiltraciones linfoproliferativas en los tejidos viscerales. La patología general provocada por los esquizontes de T. annulata recuerda la de T. parva, aunque las fases de piroplasma también pueden ser patógenas, causando anemia e ictericia. Pruebas serológicas: El ensayo más ampliamente utilizado para el diagnóstico de las especies de Theileria es la prueba de inmunofluorescencia indirecta (IFI). Para realizar la prueba de IFI, pueden prepararse antígenos de esquizonte y piroplasma sobre portas o en suspensión y almacenarse mediante congelación a –20°C, excepto en el caso de la suspensión de piroplasma, que se guarda a 4°C. Los sueros problema se diluyen con lisado de linfocitos bovinos y se incuban con el antígeno en suspensión, y entonces se añade una inmunoglobulina anti-bovina conjugada. La fluorescencia es específica para el agente causal si se utiliza el ensayo como se describe. El ensayo IFI es sensible, bastante específico y, normalmente, fácil de realizar. Sin embargo, presenta limitaciones para estudios a gran escala en zonas donde las especies se solapan, debido a los problemas de reacción cruzada entre algunas especies de Theileria. El ensayo IFI para T. parva no distingue entre diferentes concentrados inmunogénicos. Los nuevos enzimoinmunoensayos para T. parva y T. mutans, basados en antígenos recombinantes específicos del parásito, han demostrado mayor sensibilidad y especificidad y han sustituido mayoritariamente a los ensayos IFI utilizados previamente en África. Además, los ensayos diagnósticos moleculares más recientes, en particular aquellos basados en la reacción en cadena de la polimerasa y la hibridación de línea inversa, están demostrando ser herramientas poderosas para la caracterización de polimorfismos parasitarios, definiendo una genética de poblaciones y generando datos epidemiológicos. 1 564 En este Capítulo, el término “Nuevo Mundo” se refiere a las Américas, y el término “Viejo Mundo” se refiere a Europa, Africa y Asia. Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis Requisitos para las vacunas y los materiales de diagnóstico: Las vacunas fiables, de eficacia conocida, constituyen un desarrollo reciente. La vacuna frente a T. annulata se prepara a partir de líneas celulares infectadas con esquizontes que han sido aislados a partir de ganado vacuno y atenuados durante el cultivo in-vitro. La vacuna contiene células infectadas con esquizontes y debe mantenerse congelada hasta poco antes de la administración. La vacunación frente a T. parva se basa en un método de infección y tratamiento en el cual al ganado vacuno se le administra una dosis subcutánea de esporozoitos derivados de garrapatas y un tratamiento simultáneo con una formulación de tetraciclina de larga duración. Este tratamiento da por resultado una reacción de fiebre de la Costa Este moderada o no aparente seguida de recuperación. Los animales restablecidos presentan una inmunidad fuerte frente a un estímulo homólogo, la cual se mantiene toda la vida del animal. En el método de vacunación con células vivas puede ser necesario utilizar más de un concentrado del parásito para inducir una inmunidad protectora más amplia. Generalmente, los animales inmunizados llegan a hacerse portadores del concentrado parasitario inmunizante. Deben tomarse precauciones de seguridad en la preparación y la manipulación de vacunas de T. parva para proteger a los trabajadores implicados y para evitar la contaminación de los estabilizados. También debería considerarse el riesgo de introducir nuevos aislados en una zona en la que entonces pueden establecerse como portadores. A. INTRODUCCIÓN Las teilerias son parásitos protozoarios intracelulares obligados que infectan Bovidae salvajes y domésticos en la mayor parte del mundo (algunas especies también infectan a pequeños rumiantes). Se transmiten por garrapatas ixodides, y presentan ciclos vitales complejos en los hospedadores vertebrados e invertebrados. Existen seis especies identificadas de Theileria que infectan el ganado vacuno; T. parva y T. annulata son las dos más patógenas y las más importantes desde el punto de vista económico. T. parva se encuentra en 13 países del Africa subsahariana y causa la fiebre de la Costa Este, la enfermedad Corridor y la enfermedad “January”. Theileria annulata, la causa de la teileriosis tropical, se encuentra en grandes zonas de la costa Mediterránea del Norte de Africa, extendiéndose hacia el norte de Sudán, y hacia Europa del sur. También se encuentran afectadas el Sur-este de Europa, el próximo y Medio Este, India, China y Asia Central. Generalmente, Theileria taurotragi y T. mutans no causan enfermedad o bien provocan una enfermedad leve, y T. velifera no es patógena. Estos tres últimos parásitos se encuentran principalmente en Africa, y se solapan en su distribución, complicando la epidemiología de la theileriosis en el ganado vacuno. Actualmente, se cree que el grupo de parásitos mencionado como el complejo T. sergenti/T. buffeli/T. orientalis consiste en dos especies- T. sergenti y T. buffeli/T. orientalis; este último puede denominarse como T. buffeli (14). La mayoría de los concentrados de Theileria parva producen un estado de portador en el ganado vacuno recuperado, y estudios recientes en los que se utilizaron marcadores de ADN para cepas del parásito han mostrado que los animales portadores de T. parva constituyen una fuente de infección y que el parásito puede transmitirse por las garrapatas de manera natural en el campo (R. Bishop, R. Skilton, D. Odongo y S. Morzaria, datos no publicados). La gravedad de la fiebre de la Costa Este puede variar dependiendo de factores tales como la virulencia de la cepa del parásito, las tasas de infección de esporozoitos en las garrapatas y el fondo genético de los animales infectados. A menudo se observa que el ganado vacuno autóctono de las zonas endémicas de fiebre de la Costa Este experimenta una enfermedad leve o infección subclínica, mientras que el ganado vacuno indígena o exótico introducido desarrolla normalmente una enfermedad grave. El método más práctico y más ampliamente utilizado para el control de la teileriosis consiste en el control químico de las garrapatas con acaricidas. Sin embargo, la práctica del control de las garrapatas se ha vuelto menos segura debido a la resistencias al acaricida, el elevado coste de estos, la pobre gestión del control de las garrapatas y el movimiento ilegal del ganado vacuno en muchos países. Para T. annulata se ha utilizado ampliamente la vacunación empleando líneas celulares infectadas con esquizontes atenuados, mientras que para el control de T. parva en varios países de Africa del este, central y del sur, se está aplicando la infección empleando esporozoitos derivados de garrapatas y el tratamiento con tetraciclina. Para tratar T. parva y T annulata, se utiliza la quimioterapia empleando parvaquone, buparvaquone y halofuginone, aunque los tratamientos con estos agentes no esterilizan las infecciones por teilerias. Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 565 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis B. TÉCNICAS DE DIAGNÓSTICO El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos, el conocimiento de la enfermedad y la distribución del vector, así como el examen de la sangre teñida con Giemsa y de frotis de ganglios linfáticos e impresiones de tejidos. Theileria parva y T. annulata se diagnostican mediante la detección de los esquizontes en las células blanca o de los piroplasmas en los eritrocitos. La fase de piroplasma sigue a la fase de esquizonte y, tanto en T. parva como en T. annulata, generalmente es menos patógena y, por tanto, se encuentra a menudo en casos recuperados o menos agudos. 1. Identificación del agente ( prueba prescrita para el comercio internacional) La presencia del esquizonte en biopsias teñidas mediante Giemsa o en frotis de impresiones de tejido de ganglios linfáticos, hígado y bazo, es un rasgo diagnóstico característico de las infecciones por T. parva y T. annulata. Los esquizontes son transitorios en el grupo T. sergenti/T. buffeli/T. orientalis, y la fase de piroplasma puede ser patógena. Los esquizontes de T. taurotragui no se detectan fácilmente en frotis de sangre teñidos mediante Giemsa. T. velifera puede distinguirse por la presencia de un velo en una cara del piroplasma. Los esquizontes de T. mutans, si se detectan, son diferentes de los de T. parva, y presentan partículas nucleares más grandes, aplanadas e irregulares. Los piroplasmas (fase intraeritrocitaria) de T. parva, T. annulata y T. mutans son similares, aunque los de T. annulata y T. mutans, normalmente, son más grandes y pueden observarse mientras se dividen. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, los esquizontes y los piroplasmas de las diferentes teilerias son difíciles de distinguir en frotis teñidos mediante Giemsa. La fase patógena de T. parva y T. annulata es el esquizonte. Al principio causa un proceso linfoproliferativo, y más tarde provoca una enfermedad linfodestructiva. El animal infectado presenta un aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, fiebre, un aumento gradual de la frecuencia respiratoria, disnea y/o diarrea. Las lesiones post-mortem más frecuentes consisten en ganglios linfáticos aumentados de tamaño, un bazo notablemente hipertrófico, edema pulmonar, espuma en la tráquea, erosiones y ulceración en el abomaso, y enteritis con necrosis de las placas de Peyer. Los tejidos linfoides se hacen más grandes en las fases iniciales de la enfermedad, pero si el animal sobrevive se atrofian durante las fases crónicas de la misma. Cuando se examinan histológicamente, se encuentran presentes infiltraciones de linfocitos inmaduros en el pulmón, riñón, cerebro, hígado, bazo y ganglios linfáticos. Las células parasitadas con esquizontes pueden encontrarse en frotis de impresiones de todos los tejidos: los frotis de pulmón, bazo, riñón, hígado y ganglios linfáticos son particularmente útiles para demostrar esquizontes, y, en casos de más larga duración, infiltraciones linfocitarias de los riñones que recuerdan a infartos. En los animales recuperados aparecen recaídas ocasionales. En las zonas endémicas de T. parva se observa, a veces, un síndrome nervioso denominado “turning sickness”, y se considera que se encuentra asociado con la presencia de agregados intravasculares y extravasculares de linfocitos infectados con esquizontes, trombosis y necrosis isquémica. En T. annulata, tanto las fases de esquizonte como la de piroplasma pueden ser patógenas. Los esquizontes son escasos en la sangre periférica de los animales con enfermedad aguda. La patología general causada por los esquizontes de T. annulata recuerda a la de T. parva, mientras que la anemia y la ictericia son rasgos de la patología por piroplasmas. Las cepas patógenas de T. mutans también producen anemia, al igual que las cepas de Japón y Corea referidas como T. sergentii. Los piroplasmas de la mayoría de las especies de Theileria pueden persistir durante años o meses en los animales recuperados, y pueden detectarse de manera intermitente en exámenes posteriores. Sin embargo, los resultados negativos del examen microscópico de frotis de sangre no excluyen una infección latente. Puede inducirse la recaída en la parasitemia con algunas especies de Theileria mediante esplenectomía. Los piroplasmas también se ven en los frotis preparados post-mortem, aunque los parásitos parecen encogidos y su citoplasma apenas es visible. La respuesta inmune frente a estos parásitos es complicada. La inmunidad mediada por células es la respuesta protectora más importante en T. parva y T. annulata. En T. parva, las principales respuestas protectoras se encuentran mediadas a través del complejo principal de histocompatibilidad (MHC) bovino de clase I y restringido a los linfocitos T citotóxicos. 2. Pruebas serológicas • Prueba de inmunofluorescencia indirecta (la prueba prescrita para el comercio internacional) El ensayo de inmunofluorescencia indirecta (IFI) es la prueba diagnóstica para Theileria spp. más ampliamente utilizada. 566 Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis • Preparación del antígeno de esquizonte i) Portas con antígeno de esquizonte Los antígenos utilizados para los ensayos IFI de esquizontes se obtienen a partir de líneas celulares infectadas con esquizontes y preparadas como se describe más adelante: Los cultivos con 200 ml a 1 litro de células infectadas con esquizontes de T. parva o T. annulata, de los que al menos un 90% de las células se encuentran infectadas, se centrifugan a 200 g durante 20 minutos a 4°C. Se retira el líquido sobrenadante y el precipitado celular se resuspende en 100 ml de tampón salino fosfato (PBS) frío (4°C), pH 7,2-7,4, y se centrifuga como antes. Este proceso de lavado se repite tres veces y, después del lavado final, se resuspende el precipitado en PBS (aproximadamente 100 ml) para alcanzar una concentración final de 107 células/ml. Se preparan frotis con la suspensión celular sobre portas multipocillo recubiertos con Teflón2, o para su separación en portas ordinarios empleando TEXPEN3 o laca de uñas. Los frotis deberían proporcionar entre 50 y 80 células intactas por campo visual cuando se examinan con un objetivo de 40X. Los antígenos se reparten sobre los portas utilizando una pipeta multicanal o una pipeta de 100 µl. Dispensando y aspirando inmediatamente la suspensión de esquizontes, queda una monocapa de esquizontes en cada pocillo. Este procedimiento se realiza para cada pocillo hasta que se agota el volumen. Con este método pueden obtenerse aproximadamente 600 portas de buena calidad que contienen un total de 6.000 puntos antigénicos. Los frotis se secan al aire, se fijan en acetona durante 10 minutos, se envuelven individualmente en papel de seda y, a continuación, en grupos de cinco en papel de aluminio, y se almacenan en contenedores plásticos herméticos e impermeables al agua a –20 o a –70°C. Los antígenos se mantienen estables durante al menos 1 año a –20°C y durante más tiempo a –70°C. ii) Antígeno de esquizonte en suspensión Primero se centrifugan 500 ml de células infectadas con T. parva o T. annulata que contienen 106 células/ml a 200 g durante 10 minutos a 4°C, y el precipitado celular obtenido se lava dos veces en 100 ml de PBS frío. La viabilidad de las células se determina mediante eosina o exclusión con azul tripan (debería ser superior al 90%). Las células se resuspenden a 107/ml en tampón salino frío. A este volumen se le añade gota a gota dos volumenes de una solución de fijación fría que contiene un 80% de acetona y formaldehído al 0,1 % (0,25% de formalina) en PBS, mientras la suspensión celular se agita lentamente y de manera continua. La suspensión celular se mantiene a –20°C y se deja fijar durante 24 horas. Las células fijadas se lavan entonces tres veces en tampón salino frío y se centrifugan a 200 g durante 20 minutos a 4°C. Después del último lavado, las células se resuspenden a razón de 107/ml en tampón salino. Las células fijadas se distribuyen en alícuotas de 0,5 ml. El antígeno con un 0,2% de azida sódica es estable a 4°C durante 2 semanas, y se mantiene estable indefinidamente a –20°C. Este método también se puede utilizar para preparar antígeno de esquizonte de T. taurotragi (J. Katende, A. Musoke y S. Morzaria, datos no publicados). • Preparación del antígeno de piroplasma i) Portas con antígeno de piroplasma La fase de piroplasma de Theileria spp. no puede mantenerse en cultivo, con lo que el antígeno de piroplasma debe prepararse a partir de animales infectados. Las infecciones experimentales se inducen infectando subcutáneamente al ganado vacuno con esporozoitos, o utilizando garrapatas infectadas con T. parva, T. annulata o T. taurotragi. Los picos de parasitemias presentan una duración corta y, si los animales sobreviven a la enfermedad, el porcentaje de células rojas infectadas (RBC) disminuye considerablemente en pocos días. Las infecciones con el grupo parásito referido como T. sergentii/T. buffeli/T. orientalis, T. mutans o T. velifera se inducen, generalmente, inoculando intravenosamente a ganado vacuno esplenectomizado con sangre de un animal portador, o con un estabilizado de sangre, o mediante la aplicación de garrapatas infectadas. Cuando la parasitemia de piroplasmas es del 10% o superior, se recogen 100 ml de sangre infectada a partir de la vena yugular en un contenedor de vacío heparinizado o con ácido etilén diamino tetraacético (EDTA), y se mezclan cuidadosamente con 2 litros de PBS. La mezcla se centrifuga a 500 g durante 10 minutos a 4°C; se retiran el plasma y la capa de células blancas, los RBC se resuspenden de nuevo en 2 litros de PBS, y se repite el paso de centrifugación. Es importante retirar la capa de células blancas después de cada lavado. Este procedimiento de lavado se repite cuatro veces. Después del lavado final se utiliza una alícuota de los RBC concentrados para preparar diluciones seriadas dobles en PBS, y se coloca una gota de 5 µl de cada dilución sobre los portas. Las gotas secas se fijan con metanol y se tiñen con colorante Giemsa, y se examina la concentración de los RBS empleando un microscopio de campo 2 3 A la venta, por ejemplo, en Bellco Glass, Vineland, New Jersey, Estados Unidos, o Glaxo-Wellcome, Reino Unido. A la venta en Twmark-tex, Roseland, N.J. 07068, EEUU. Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 567 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis claro. Se selecciona entonces para la preparación a gran escala de portas con antígeno de piroplasma la dilución que proporciona una capa sencilla de RBS dispuestos uniformemente en la gota. Se pueden preparar aproximadamente 10.000 portas de antígeno (100.00000 puntos antigénicos) a partir de 100 ml de sangre infectada. Los frotis con antígeno se dejan secar a temperatura ambiente antes de fijarlos en acetona fría durante 10 minutos. Los frotis fijados pueden almacenarse de la misma forma que los portas con los antígenos de esquizonte, y mantenerse durante tiempos similares. ii) Antígeno de piroplasma en suspensión Se encuentra disponible un método alternativo al descrito anteriormente para la preparación de antígenos, y ha sido probado en T. parva. En este procedimiento, se recogen 100 ml de sangre de una animal con una alta parasitemia de piroplasmas y se preparan como se ha descrito previamente, y el volumen de células concentradas se ajusta al 5% con PBS. Se añade un volumen de la suspensión de RBC a dos volúmenes de líquido de fijación (ver más arriba en antígeno de esquizonte en suspensión) mientras se agita. Las células se dejan fijar a –20°C durante 24 horas. Las células fijadas se lavan entonces tres veces con PBS y se centrifugan a 1.000 g durante 30 minutos. El sedimento se resuspende hasta el volumen original de sangre con PBS que contiene un 0,2% de azida sódica. El antígeno de piroplasma es estable a 4°C cuando se conserva con azida sódica al 0,2% durante un periodo de al menos 3 años. • Estandarización del antígeno Las suspensiones de antígeno de esquizonte y piroplasma se mezclan en un mezclador rotatorio y se titulan en PBS mediante dilución doble comenzando a partir de la muestra sin diluir hasta la dilución 1/16. La dilución recomendada para el uso de ese lote de antígeno se toma como la dilución que proporciona una distribución celular de aproximadamente 50-80 células infectadas con esquizontes, o 150-200 de RBC infectados por campo visual cuando se examinan con una lente objetivo de 40X. Cuando se emplea esta dilución se preparan frotis de antígeno sobre portas. Los frotis de antígeno, más los portas con antígeno congelados previamente (y descongelados antes de usarse) se prueban frente a una gama de diluciones de un panel de sueros control fuertes, intermedios, y débilmente positivos y negativos. El antígeno se utiliza en el ensayo IFI de rutina si los sueros control positivo son titulados hasta su título conocido y los sueros negativos control no dan fluorescencia. En muchos laboratorios se utilizan rutinariamente ambos tipos de preparaciones de antígeno, los frotis fijados con acetona almacenados a –20°C o –70°C, y los antígenos en suspensión fijados y almacenados a 4°C o –20°C. La sensibilidad de ambos tipos de antígenos es parecida. Los portas con antígenos pueden utilizarse en los laboratorios donde se encuentran disponibles instalaciones para almacenamiento a baja temperatura y una fuente segura de electricidad. Sin embargo, tales antígenos solamente pueden transportarse en hielo seco o nitrógeno líquido. Los antígenos fijados en suspensión tienen la ventaja sobre los portas con antígeno de que el método inicial de preparación es más simple y rápido. Puede almacenarse un lote grande de este antígeno en un contenedor y tomarse alícuotas cuando sea necesario, a partir de las cuales se preparan frotis frescos para el ensayo IFI. Se evita, por lo tanto, la necesidad de una instalación de almacenamiento de gran tamaño. Los antígenos fijados en suspensión también pueden almacenarse a 4°C y pueden transportarse a temperatura ambiente sin pérdida de antigenicidad. • Preparación del lisado de linfocitos bovinos Se prepara un lisado de linfocitos de acuerdo con el método descrito por Goddeeris et al. (15) para su empleo en los ensayos con antígenos de T. parva en suspensión. Brevemente, se esplenectomiza un ternero de 3 meses y se mantiene bajo condiciones libres de garrapatas y moscas tse-tsé. Para excluir la posibilidad de una infección latente, se toman frotis de sangre del animal diariamente durante un periodo de 4 semanas, se tiñen con colorante de Giemsa y se examinan para detectar la presencia de parásitos. Se sacrifica el animal y se eliminan el timo y todos los ganglios linfáticos accesibles. Estos tejidos se cortan en pedacitos en PBS frío que contiene un 0,45% de EDTA como anticoagulante. Se extraen las células del tejido, y se separan del resto pasándolas a través de un paño de muselina, y se lavan tres veces con PBS/EDTA mediante centrifugación a 200 g durante 20 minutos a 4°C. Los linfocitos lavados se resuspenden en PBS sin EDTA hasta dar una concentración final de 5 x 107 células/ml. Las células se destruyen mediante sonicación en alícuotas de 100 ml en hielo durante 5 minutos empleando la sonda de 3/8. El material sonicado se centrifuga a 1.000 g durante 30 minutos a 4°C y el sobrenadante, ajustado a 10 mg proteína/ml, se almacena a –20°C en alícuotas de 4 ml. • Procedimiento del ensayo Antes de desenpaquetarlos, los portas con antígenos de esquizonte y piroplasma se sacan del almacenaje a –20°C y se dejan descongelar durante 30 minutos a 4°C y 30 minutos a temperatura ambiente. El antígeno de esquizonte congelado, fijado en suspensión y almacenado a –20°C, se descongela a 568 Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis temperatura ambiente, mientras que el antígeno de piroplasma, mantenido a 4°C, se resuspende mediante agitación, se pasa a través de una aguja de calibre 25 para deshacer los grumos (no es necesario para el antígeno de esquizonte), y se diluye hasta alcanzar las diluciones estandarizadas previamente. Los antígenos se distribuyen sobre los portas empleando una pipeta multicanal o una pipeta de 100 µl. Dispensando y aspirando inmediatamente la suspensión de esquizonte o piroplasma, quedará una monocapa de esquizontes o piroplasmas en cada pocillo. Los portas se dejan secar bien a 37°C o a temperatura ambiente. Para la investigación inicial utilizando antígeno en suspensión de T. parva, se preparan diluciones 1/40 de los sueros problema y control en lisado de linfocitos (195 µl de lisado de linfocitos + 5 µl de suero), y se incuban durante 30 minutos a temperatura ambiente. Para los portas con antígeno se emplean las diluciones 1/40 y 1/60. Si se desea obtener un título de anticuerpo de punto final, se pueden preparar diluciones dobles o quíntuples en PBS. Para cada porta se incluyen los sueros control positivo y negativo diluidos 1/40. Los portas se incuban a temperatura ambiente en una cámara húmeda durante 30 minutos, y entonces se lavan dos veces en PBS durante 15 minutos. A cada pocillo se le añaden 20 µl de inmunoglobulina antibovina conjugada con isotiocianato de fluoresceína (FITC) a la dilución óptima recomendada. Como colorante de contraste se incorpora en el conjugado azul Evans a una dilución final de 1/10.000. Los portas se incuban durante 30 minutos a temperatura ambiente en una cámara húmeda, se lavan como antes, se montan con un cubreobjetos en glicerol al 50% en PBS, pH 8,0, y se examinan para observar fluorescencia empleando por ejemplo un microscopio fluorescente equipado con iluminación epiKoem (lámpara de mercurio de 100 W), con filtro de UV, oculares 6,3X y objetivos de inmersión Phaco FL 40/1,3. • Características del ensayo de inmunofluorescencia indirecta Empleando el ensayo como se ha descrito, la fluorescencia es normalmente específica para las especies concretas de Theileria (ver más adelante). La incorporación del azul Evans proporciona un buen contraste, haciendo fácil la lectura. El montaje de los portas en glicerol al 50% a pH 8.0 reduce la pérdida rápida de intensidad del FITC y permite fotografiar la preparación. Los portas son estables una vez preparados, y pueden leerse hasta 72 horas después de la preparación cuando se mantienen en la oscuridad a 4°C. Los anticuerpos frente a T. parva y T. annulata se detectan por primera vez entre los días 10 y 14 utilizando el antígeno de esquizonte después de la infección con los esporozoitos, mientras que, empleando el antígeno de piroplasma, los anticuerpos se detectan primero entre los días 15 y 21. Los anticuerpos permanecen durante un periodo de tiempo variable después de la recuperación, dependiendo de factores tales como el establecimiento de la fase de portador, la intervención quimioterápica, y la presencia o ausencia de estimulación repetida. Después de la recuperación de la fiebre de la Costa Este o la teileriosis tropical, algunos animales pueden presentar niveles bajos de título de anticuerpo en el ensayo IFI después de 4-6 meses, aunque los anticuerpos pueden persistir durante más de un año después de una sola estimulación. El ensayo IFI es útil para identificar manadas que contienen portadores de T. annulata, pero no siempre es suficientemente sensible para detectar a todos los individuos infectados. Tanto los antígenos de esquizonte como de merozoito para IFI han fracasado en la detección de anticuerpo en algunos animales que son portadores de una infección evidente con piroplasmas (10). En las infecciones por T. mutans inducidas mediante inoculación con esporozoitos, los anticuerpos se detectan por primera vez entre los días 10 y 15 después de la aparición de los piroplasmas. Se detectan títulos bajos durante al menos 12-24 meses. Cuando el ensayo IFI se emplea rutinariamente para la detección de anticuerpos frente a una de las Theileria spp. bovinas, es sensible y requiere poca estandarización. Sin embargo, si el ensayo se emplea para detectar anticuerpos cuando tienen lugar infecciones mixtas de Theileria, es necesario evaluar cuidadosamente la especificidad del ensayo. Por ejemplo, T. annulata y T. parva presentan reacción cruzada, aunque estas reacciones cruzadas son cuatro a seis veces más bajas que con el suero homólogo. Esto no es importante en el campo, ya que las enfermedades no solapan. Tal reacción cruzada no parece ocurrir entre T. parva y T. mutans o entre T. annulata y T. mutans. Existe un título bajo de reacción cruzada entre T. parva y T. taurotragi, lo cual es un problema, ya que las dos infecciones solapan completamente con la distribución de T. parva. Se ha modificado el ensayo IFI de forma que se puede usar un panel de anticuerpos monoclonales (MAbs) para detectar antígenos de Theileria preparados como linfocitos infectados con esquizontes fijados sobre portas multipocillo recubiertos con Teflón (ver nota al pie 2). Este panel de MAbs puede detectar diferencias entre ciertos concentrados de T. parva y entre T. parva y otras especies de teilerias. Es un ensayo útil y forma parte del proceso de caracterización de T. parva, especialmente, para los aislamientos de campo y para el control de la calidad del laboratorio durante la preparación del estabilizado (7). Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 569 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis • Ensayos futuros para el diagnóstico de Theileria El ensayo IFI es fácil de realizar y razonablemente sensible y específico. Sin embargo, el ensayo presenta limitaciones para los estudios serológicos a gran escala, particularmente en zonas donde se solapan varias especies, debido a los problemas de reacciones cruzadas entre diferentes especias de Theileria descritos más arriba. Son necesarias pruebas más específicas, fáciles de interpretar, y suficientemente robustas para utilizarse en condiciones de campo. Las pruebas serológicas basadas en los enzimoinmunoensayos (ELISA) se están utilizando cada vez más para la detección de anticuerpos específicos frente al parásito. El ELISA se ha adaptado con éxito para la detección de anticuerpos frente a T. annulata (16), y se ha mostrado que detecta anticuerpos durante un periodo de tiempo más largo que el IFI (20, 21). También se ha descrito un ELISA para T. mutans (22). Se han utilizado dos MAbs específicos frente a T. mutans en un sistema ELISA para la detección de anticuerpos y antígenos en infecciones agudas, subagudas y crónicas. El ensayo es más específico y sensible que la prueba IFI. Sin embargo, los ensayos utilizados más ampliamente para la detección de T. parva y T. mutans son los ELISA indirectos basados en antígenos específicos del parásito, PIM y p32, respectivamente. Estos ensayos se han evaluado exhaustivamente en el laboratorio y en el campo, y actualmente se están empleando en grandes zonas de Africa. Los antígenos que se usan en estos ensayos se expresan en Escherichia coli utilizando el pGEX como vector de expresión. Los productos expresados son proteínas de fusión con la glutatión S transferasa y se recubren directamente sobre las placas del ELISA. Estos ELISAs proporcionan una especificidad y sensibilidad más altas que el ensayo IFI (24, 27) y se espera que pronto se encuentren disponibles comercialmente. Una gama de sondas que están basadas en secuencias génicas del RNA ribosomal se encuentra disponible para detectar todas las especies de Theileria que se sabe que infectan el ganado vacuno (2, 6). También se han desarrollado sondas de ADN específicas para T. parva (1, 9, 24) y T. mutans (25). La tecnología de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) se encuentra disponible para amplificar cantidades mínimas de ADN del parásito un millón de veces, aumentando enormemente la sensibilidad de las sondas de ADN (3). Se desarrolló una PCR específica para ensayar muestras de sangre de ganado vacuno portador de T. annulata (12). Recientemente se ha presentado un ensayo de transferencia de línea inverso (RLB) basado en la hibridación de productos de PCR con sondas específicas de oligonucleótidos inmovilizadas sobre una membrana para la detección simultánea de diferentes especies de Theileria (17). Se espera que la combinación del ELISA, PCR y sondas de ADN aumentará enormemente nuestra capacidad actual para identificar a los animales infectados, haciendo posible el seguimiento preciso de las especies de Theileria. La amplificación por PCR de los genes p33/p34 del complejo T. sergenti/T. buffeli/T. orientalis, seguida de un análisis mediante enzimas de restricción, puede emplearse para diferenciar T. sergenti de T. buffeli/T. orientalis (23). C. REQUISITOS PARA LAS VACUNAS Y LOS MATERIALES DE DIAGNÓSTICO C1. Vacunas de cultivos celulares frente a Theileria annulata Se ha intentado la vacunación frente a T. parva y T. annulata desde que los microorganismos causales fueron reconocidos por primera vez al principio del siglo pasado. Sin embargo, las vacunas vivas seguras y de potencia conocida constituyen un desarrollo mucho más reciente. Las más utilizadas consisten en vacunas de cultivos celulares de esquizontes atenuados frente a T. annulata. Se han descrito los procedimientos para la producción y el ensayo de seguridad (13, 18, 30), y la vacuna se utiliza ampliamente en Israel, Irán, Turquía, India, Africa del norte, Asia central y la República Popular de China. 1. Control del inóculo a) Características del inóculo Los cultivos primarios de células infectadas con T. annulata pueden establecerse a partir de ganglios linfáticos, hígado o bazo tripsinizados recogidos asépticamente a partir de un animal infectado después de la muerte, o a partir de la capa de leucocitos de sangre periférica heparinizada separada en un gradiente de densidad (Ficoll Hypaque), o utilizando linfocitos centrifugados de una biopsia de material de nódulos linfáticos, empleando el método sencillo de la jeringa de plástico (8, 13). Los cultivos del inóculo se preparan a partir de líneas celulares preservadas en frío que se han aislado de ganado vacuno y han sido atenuadas como se describe más adelante. Se recomienda el cultivo para la producción de la vacuna a partir del cultivo del inóculo después de un máximo de 25-30 pases, aunque existe alguna duda sobre la estabilidad inmunogénica de estos cultivos durante los pases a largo plazo. 570 Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis b) Método de cultivo las células infectadas se cultivan inicialmente en medio mínimo esencial de Eagle (MEM) o en medio Leibovitz L15 suplementado con suero bovino al 20% y que contiene penicilina (100 unidades/ml), estreptomicina (50 µg/ml) y micostatina (75 unidades/ml) en frascos de cultivo celular de 25 ml con tapón de rosca. Un medio alternativo es el RPMI 1640 con suero bovino fetal al 10%, glutamina 2 mM, penicilina y estreptomicina, y normalmente se emplea con cultivos establecidos. El medio se repone cada 3-4 días. La presencia de células libres brillantes y refráctiles en el medio (mediante examen con un microscopio invertido o de contraste de fases) es indicativa de un cultivo celular infectado. Los cultivos pueden establecerse como monocapa o en suspensión. El pase se efectúa decantando el medio, añadiendo versene al 0,025% durante 15 minutos a los cultivos en monocapa, dispersando las células, y contando y dispensando según el tamaño del frasco. Se introducen aproximadamente 106 células en los frascos de 25 cm2, y, para los frascos más grandes, se usa la misma proporción de inóculo en 100-200 ml. La técnica general de cultivo es la descrita por Brown (8). El suero es esencial para el mantenimiento de estos cultivos, y se obtiene a partir de terneros hasta una edad de 6 meses, o de fuentes comerciales, y se prueba antes de utilizarse para la existencia de toxicidad mediante tres pases en una línea celular establecida. c) Atenuación de la virulencia La atenuación de los esquizontes de T. annulata se consigue mediante crecimiento prolongado y pase en cultivo (30). Se desconoce el mecanismo de atenuación, aunque el número de las divisiones celulares parece ser más importante que el tiempo en cultivo o el número de pases. Los aislados de campo han requerido el pase durante periodos desde 4 hasta 30 meses para conseguir una atenuación completa. La atenuación se ensaya mediante la inoculación del cultivo en terneros susceptibles cada 20-30 pases. Una muestra del cultivo debería criopreservarse cada 10 pases en caso de pérdida accidental o de contaminación. Las atenuación completa se consigue cuando los cultivos no generan fiebre o esquizontes y piroplasmas detectables en ganado vacuno susceptible. Un cultivo atenuado de 105 células infectará con cierta seguridad al ganado vacuno e inducirá una reacción serológica, y no producirá enfermedad a una dosis de 109 células. Los cultivos pueden criopreservarse empleando bien dimetil sulfóxido (DMSO) o glicerol. Más adelante se describen dos métodos para almacenar y repartir la vacuna. 2. Método de fabricación Antes de comenzar a producir la vacuna, se necesita un material para el inóculo con características conocidas (31). Se distinguen tres tipos de material para el inóculo: Inóculo original: Células infectadas con esquizontes a partir de un pase específico que han sido seleccionadas y almacenadas permanentemente, y, a partir de las cuales, se derivan todos los pases. Para preparar el inóculo original, las células infectadas con esquizontes que han demostrado ser seguras para el ganado vacuno se propagan hasta obtener aproximadamente 5 x 108 células en un sólo pase de cultivo. Las células se criopreservan en aproximadamente 100 criotubos que contienen 5 x 106 células cada uno. Inóculo de trabajo: Células infectadas con esquizontes con un nivel de pase entre el inóculo original y el inóculo de producción. Para preparar el inóculo de trabajo, se transfiere el contenido de un sólo criotubo de inóculo original a un tubo de centrífuga de 10 ml que contiene 8 ml de medio completo. El tubo se centrifuga a 600 g durante 15 minutos a 4°C, y el precipitado se transfiere a frascos de 75 cm2 que contienen 15-20 ml de medio. El medio se cambia al día siguiente y 4 días después las células se dispersan y se siembran en frascos más grandes. Después de 5-6 subcultivos adicionales, hay suficientes células disponibles para comenzar la fase de producción. Debería realizarse una revisión de la viabilidad del inóculo original, recuperando uno de los criotubos una vez que éste ha sido criopreservado durante al menos 24 horas. Inóculo de producción: Células infectadas con esquizontes de un nivel de pase específico, que se utiliza para la preparación de un lote de la vacuna sin una propagación posterior. El inóculo de producción se obtiene propagando grandes cantidades de células en cultivos en monocapa o suspensión. Los cultivos monocapa se cultivan en frascos desde 150 cm2 hasta 175 cm2 que normalmente proporcionan una media de 7 x 107 hasta 8 x 107 células por frasco. Se necesitan aproximadamente 80 ml de medio completo por frasco. En un sistema de cultivo de frascos rotatorios se pueden obtener 1.2-1.5 x 108 células en un frasco rotatorio convencional (700 cm2) que contienen 100-120 ml de medio. La mejor producción a gran escala para obtener un rendimiento máximo en células la han mostrado los cultivos estacionarios sembrados con 106 células y los frascos rotatorios con hasta 4x107 células/frasco en medio L-15 con un 20% de suero, seguido de 7 días de cultivo sin cambio de medio (34). Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 571 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis Se concentran y se juntan las células infectadas con esquizontes de todos los frascos y se computa su número total. Alternativamente, pueden sembrarse de nuevo aproximadamente un 20% de las células para preparar otro lote de vacuna. Pueden prepararse varios lotes de vacuna utilizando una porción del inóculo de producción como inóculo de trabajo. Como el cultivo prolongado puede provocar la alteración en las propiedades de los esquizontes, tales como la capacidad inmunogénica, después de varios lotes la vacuna siguiente se produce preparando un inóculo de producción fresco a partir del inóculo original. Las células infectadas con esquizontes se mezclan con DMSO hasta una concentración final del 7% o en glicerol hasta una concentración final del 10%, y se distribuyen en viales de plástico de 2 ml en alícuotas de 1,8 ml, y cada vial contiene diez dosis de la vacuna concentrada. El número adecuado de células infectadas con esquizonte por dosis se encuentra sujeto a controversia. Una aproximación práctica recomendada consiste en preparar dosis de 106-107 células infectadas para contrarestar las condiciones ambientales variables en el campo. La vacuna se congela introduciendo los viales en un ultracongelador (-70°C) y transfiriéndolos a nitrógeno líquido 24 horas después. Alternativamente, los viales pueden introducirse en vapores de nitrógeno líquido durante 3 horas y entonces sumergirse en nitrógeno líquido para ser almacenados (30). La vacuna se transporta hasta el campo en nitrógeno líquido, y se diluye 1/10 en tampón isotónico salino en una botella con tapón de rosca con una tapa de goma o silicona para un vaciado aséptico. La vacuna se administra subcutáneamente hasta 30 minutos después de la descongelación (28). En Irán se emplean las células cultivadas de dos lotes. El segundo lote se administra 30-60 días después de la inoculación de la vacuna preparada con el primer lote (18). En Marruecos se utiliza una vacuna de cultivo en fresco, normalmente a una dosis decimal más baja. Sin embargo, existen problemas con el control de calidad de las vacunas de este tipo. 3. Control de lote En Israel, las vacunas de esquizontes se prueban antes de ponerse en circulación mediante el siguiente procedimiento (29). La vacuna congelada tiene una vida media prácticamente ilimitada en estado congelado, pero normalmente se produce en lotes individuales pequeños (3-5 ml dosis), lo que hace impracticable la prueba completa de cada lote, por razones económicas. Por lo tanto, se recomienda que se pruebe la inocuidad y eficacia del inóculo original, mientras que en cada lote se estudie solamente la esterilidad y la potencia. Esta recomendación se basa en el hecho de que una vez que los cultivos de esquizontes se han atenuado nunca se ha observado reversión a virulencia durante el cultivo posterior. En lo que concierne a la eficacia, no se han observado alteraciones obvias de las propiedades inmunogénicas durante el número limitado de pases (20-30) implicados en la producción de la vacuna real. a) Inocuidad Ausencia de propiedades que originen reacciones locales o sistémicas indebidas: A pesar del hecho de que el inóculo original se prepara a partir de esquizontes atenuados, por razones legales y prácticas se recomienda ensayar la inocuidad de una muestra de la vacuna real que se produce a partir del inóculo original. Con este propósito se inoculan dos a cuatro terneros susceptibles del lote más sensible disponible, con una dosis diez veces mayor que la recomendada para la inmunización. Esta dosis no debería producir síntomas clínicos más allá de un incremento transitorio en la temperatura. Con el inóculo original completamente atenuado no se observarán esquizontes o piroplasmas en frotis de ganglio linfático o de hígado o en frotis de sangre. Sin embargo, diferentes razas de ganado vacuno pueden mostrar sensibilidades diferentes frente a la vacuna. Esto debería tenerse en mente cuando se va a administrar la vacuna de un inóculo original parcialmente atenuado a lotes de ganado vacuno de alta calidad. A continuación de la prueba de inocuidad satisfactoria con una muestra, todos los lotes siguientes producidos a partir del mismo inóculo original pueden también utilizarse sin realizar una prueba posterior de inocuidad. Sin embargo, si a consecuencia de la vacuna aparecen parásitos y signos clínicos en el ganado bovino de campo, debe probarse de nuevo el lote implicado u otro paralelo del mismo inóculo origina,l para garantizar su inocuidad. b) Eficacia Capacidad para proteger frente a la teileriosis transmitida de forma natural: El lote de la vacuna experimental utilizado para el ensayo de inocuidad también puede emplearse para probar la eficacia de la vacuna anti-Theileria derivada de cultivo. Se vacunan tres o cuatro terneros con una dosis convencional de vacuna 6 semanas más tarde; los terneros vacunados y el mismo número de terneros no vacunados se 572 Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis infectan entonces con esporozoitos de T. annulata. La infección puede inducirse mediante garrapatas adultas vivas derivadas de fases preimaginales infectadas con T. annulata, o mediante inoculación del estabilizado preparado a partir de garrapatas infectadas maceradas (para ver las técnicas, ver la Sección C2.1.). La experiencia muestra que la inoculación del estabilizado (garrapatas maceradas) induce generalmente una respuesta más grave que un número equivalente de garrapatas vivas infectadas a las que se les permite alimentarse del ganado. Sin embargo, a largo plazo, los resultados obtenidos mediante la sensibilización con el estabilizado parecen ser más reproducibles que los obtenidos con diferentes lotes de garrapatas vivas, infectándose cada uno de ellos en condiciones distintas. No existen estándares acordados internacionalmente sobre el tamaño de la dosis de sensibilización utilizada para ensayar la eficacia de la vacuna derivada del cultivo de T. annulata. Se han empleado de cinco a diez hembras y el mismo número de machos de garrapatas infectadas de Hyalomona sin alimentar para la infección del ganado vacuno. De manera alternativa, un estabilizado equivalente a 2-4 garrapatas maceradas inoculadas subcutáneamente en la zona del cuello producirá siempre una teileriosis aguda. Para la evaluación de las respuestas frente a la infección de los terneros control vacunados y no vacunados se siguen empleando los siguientes parámetros: la duración e intensidad de la pirexia, el porcentaje de células infectadas con esquizontes en frotis de ganglio linfático o biopsia hepática, el porcentaje de infección con piroplasmas en frotis de sangre, la disminución en el recuento de células rojas y blancas y la intensidad de manifestaciones clínicas tales como anorexia, depresión y posición yacente. Los resultados de la prueba de eficacia dependen de factores tales como las características inmunológicas del aislado de T. annulata crecida y atenuada en cultivo, la virulencia del aislado de campo utilizado para la sensibilización, las especies de garrapatas infectadas utilizadas para producir esporozoitos y la dosis del parásito empleada para la sensibilización. Los datos de la bibliografía (30) muestran que los terneros vacunados con la vacuna de esquizontes pueden exhibir aparentemente una protección casi total, o pueden mostrar un nivel bajo de parasitemia, acompañada de fiebre moderada y una alteración insignificante del resto de los parámetros a partir de sus valores de prevacunación. Cuando el ganado vacunado con la vacuna de esquizontes se sensibilizó con parásitos derivados de garrapatas de una zona geográficamente apartada, se demostró un grado de protección menor. Por el contrario, los terneros control no vacunados exhibieron un nivel alto de parasitemia y pancitopenia en la mayoría de los ensayos, acompañado de manifestaciones clínicas graves. En ausencia de una medicación específica una porción considerable de los animales control sucumbieron a la infección. Las observaciones de campo también se han utilizado para evaluar la eficacia de las vacunas anti Theileria (29, 35). El ganado vacuno autóctono susceptible, así como razas exóticas de alta calidad fueron protegidas frente a la teileriosis clínica, y sucumbieron frente a la teileriosis en pastos en los que el ganado no fue vacunado. Como la vacuna de esquizontes atenuada totalmente no produce piroplasmas, la presencia de esta fase de la teileria en el ganado vacunado que no muestra signos clínicos se considera que es el resultado de una infección no aparente inducida por garrapatas. c) Potencia Viabilidad de las células infectadas con esquizonte: La vacuna congelada permanece básicamente estable durante el tiempo de su almacenamiento, incluso durante largos periodos, aunque durante los procesos de congelación y descongelación tiene lugar alguna pérdida de viabilidad. La viabilidad debería ensayarse en condiciones lo más parecidas posibles a aquellas que se obtienen cuando la vacuna se emplea en el campo. Por esta razón la vacuna debería descongelarse, y la suspensión diluida de células infectadas con esquizontes debería dejarse a temperatura ambiente durante 60 minutos antes de realizar los ensayos de viabilidad. Una prueba sencilla para evaluar la viabilidad de las células infectadas es el recuento por exclusión con nigrosina (36). Aunque, en la mayoría de los casos, se encuentran un 80-90% de células vivas, aquella vacuna que, después de descongelarse, diluirse y dejarse a temperatura ambiente durante 1 hora, todavía contiene un 50% o más de células vivas, puede emitirse para su uso. La viabilidad de los esquizontes también se refleja por la eficiencia de plaqueo de las células infectadas con esquizontes (36), ya que sólo las células que contienen esquizontes viables se multiplican en cultivo. Con este propósito la vacuna descongelada y diluida se pasa del frasco a un tubo de centrífuga. Se toma una muestra para el recuento y la suspensión se centrifuga durante 15 minutos a 600 g. Mientras tanto se determina el número total de células (vivas y muertas) para establecer que la vacuna congelada tenía la concentración inicial de células necesaria. Después de la centrifugación se desecha el sobrenadante y las células se resuspenden en el volumen original utilizando medio de cultivo completo. Se preparan diluciones seriadas decimales de las células en medio completo en tubos estériles de 10 ml, de manera que las dos últimas diluciones contengan 5 x 10 y 5 células por ml. Se introducen doce réplicas de 200 µl de cada una de las dos últimas diluciones en una placa de cultivo con 96 pocillos. Las placas se incuban a 37°C en una atmósfera de CO2 al 5% y los cultivos se revisan con un microscopio invertido 6 y 9 días después de la siembra. Se cuenta el número de pocillos que contienen teóricamente 1 célula cada uno y en los cuales se Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 573 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis observa crecimiento. La vacunas que muestran una eficiencia de plaqueo <2 (células) son adecuadas para el uso en el campo. d) Esterilidad Los ensayos de esterilidad y ausencia de contaminación de los materiales biológicos puede encontrarse en el Capítulo I.1.5. e) Método de empleo Estas vacunas no producen efectos adversos en el ganado vacuno sano. Sin embargo, los animales con infecciones, concretamente infecciones víricas, pueden no tolerar bien la vacunación. No se recomienda la administración de una vacuna vírica, como la de la glosopeda, durante el periodo de inmunización (periodo de reacción), ya que puede encontrarse comprometida la respuesta inmune (18). En Irán no está recomendado vacunar vacas de más de 5 meses de gestación, aunque los estudios en ganado gestante con los concentrados de la vacuna utilizados en Israel no encontraron efectos sobre la gestación (29). La inmunidad generada es de larga duración. En general, el ganado vacuno debería inmunizarse en los primeros meses de vida, y la sensibilización con garrapatas en condiciones naturales refuerza la inmunidad. Aunque se han identificado cepas de T. annulata diferentes antigénicamente (28), normalmente, se considera que existe suficiente protección cruzada entre las cepas para proporcionar una protección adecuada frente a la sensibilización en el campo en todos los países, como en Israel. Un sólo concentrado ha demostrado ser efectivo inmunológicamente en 1.5 millones de cabezas de ganado vacuno (11, 35) en las zonas extensas e infectadas de Asia central. Sin embargo, como se ha descrito previamente, en Irán se utilizan rutinariamente dos concentrados (18). C2. Infección y tratamiento de vacunación frente a Theileria parva La vacunación frente a T. parva se basa en un método de infección y tratamiento en el que se inocula subcutáneamente una alícuota de esporozoitos viables, y los animales se tratan simultáneamente con una formulación de una tetraciclina de larga duración (32). Las tetraciclinas disminuyen la gravedad de la infección, y la infección leve resultante se controla normalmente por medio de la respuesta inmune del hospedador, de manera que se consigue un estado de portador. Siempre existen riesgos asociados con el empleo de parásitos vivos para la inmunización; sin embargo, con un control de calidad apropiado y la determinación cuidadosa de la dosis para inmunización segura y efectiva, el método puede utilizarse y está siendo utilizado con éxito en el campo. Este método también se ha aplicado de manera eficaz para T. annulata, aunque se prefiere la vacunación con cultivo celular, el cual no es práctico para la inmunización frente a T. parva. Algunos estabilizados de T. parva han mostrado ser capaces de infectar ganado vacuno eficazmente sin inducir enfermedad, y pueden utilizarse sin tratamiento con tetraciclina. Uno de estos estabilizados se está aplicando en el campo y ofrece unas ventajas considerables sobre las infecciones con estabilizados potencialmente letales, y ahorros en el coste de la vacunación. Sin embargo, distintos estabilizados obtenidos a partir de estos concentrados pueden provocar una enfermedad grave en el ganado vacuno, acentuando la importancia de una dosis inmunizante controlada cuidadosamente. 1. Preparación del estabilizado Para obtener resultados consistentes en las inmunizaciones de campo es esencial que los estabilizados de esporozoitos preparados a partir de garrapatas se preparen a partir de un “estabilizado del inóculo de trabajo” completamente caracterizado. El “estabilizado del inóculo de trabajo” debería derivar directamente del “estabilizado del inóculo original” de referencia, con características del “estabilizado del inóculo original” y disponible en cantidad adecuada para la preparación futura de estabilizados inmunizantes. La infección se establece con el estabilizado del inóculo de trabajo de T. parva mediante inoculación de ganado vacuno sano y serológicamente negativo frente a las enfermedades transmitidas por garrapatas. Durante la fase de parasitemia de la enfermedad, los animales se alimentan con ninfas limpias de Rhipicephalus appendiculatus cultivadas en el laboratorio, y se recogen las garrapatas hinchadas e infectadas. Las garrapatas adultas resultantes se aplican entre 3 semanas y cuatro meses después de la muda en las orejas de conejos sanos. Se aplican unas 600 garrapatas en cada oreja y las garrapatas no adheridas se eliminan después de 24 horas. Después de cuatro días se obtienen las garrapatas y se recogen muestras (normalmente 60 garrapatas) para determinar la proporción de infección en las glándulas salivares diseccionadas. Las garrapatas restantes se cuentan en lotes de 1000 aproximadamente. Se puede obtener una estimación del número total de garrapatas contando y pesando un número determinado y pesando entonces el número total de garrapatas. Las garrapatas se lavan en un tamiz bajo un chorro rápido de agua del grifo y pueden desinfectarse en su superficie con clorhidrato de benzalconio al 1%, o en alcohol al 70%, y ser lavan de nuevo en agua destilada. 574 Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis Las garrapatas se depositan (~ 1000) en tarros de cristal grueso o en vasos de plástico, y se añaden 50 ml de MEM con sales de Hank o Earle y albúmina de plasma bovino (BPA) al 3,5%. Los tarros se mantienen en hielo, y las garrapatas se muelen utilizando un homogenizador de tejidos (por ejemplo Silverson LR2) durante 2 minutos empleando un cabezal de desintegración de apertura grande, y durante 3 minutos utilizando un cabezal de apertura pequeña (filtro emulsionante). El material molido de las garrapatas se lleva hasta 50 ml por cada 100 garrapatas, se centrifuga a 50 g durante 5 minutos, y se concentra el sobrenadante. Se añade un volumen igual de glicerol frío al 15% en MEM/BPA gota a gota mientras que el tejido de las garrapatas se mantiene frío en hielo y se agita mediante un agitador magnético. El volumen final contendrá esporozoitos de un equivalente a diez garrapatas/ml. El número de equivalentes de garrapatas/ml puede ajustarse si la proporción de infección por parásito en un lote concreto de garrapatas fuese muy alto o muy bajo. La concentración final de glicerol en el estabilizado de esporozoitos es del 7.5%. El tejido molido de las garrapatas se distribuye en tubos de cristal mediante una jeringa o pipeta para los volúmenes pequeños, o mediante una jeringa automática para volúmenes más grandes. Como alternativa, se ha utilizado un equipo de inseminación artificial con tubos de plástico premarcados, como el que se emplea para dispensar el semen. Este sistema es el ideal para grandes volúmenes de estabilizados, y el código de color y el marcaje proporcionan una seguridad extra para identificar cada tubo. Se debería permitir un tiempo de equilibrio de 30-45 minutos para los estabilizados de pequeño volumen antes de colocarse en el ultracongelador (-70°C). Una vez congelado, el estabilizado puede trasladarse a un almacenamiento permanente en nitrógeno líquido teniendo cuidado de no permitir ninguna subida de temperatura durante el traslado. La infectividad del estabilizado se determina mediante inoculación de una dosis estándar de 1,0 ml en ganado vacuno susceptible. El estabilizado se titula en el ganado vacuno, y se establecen su infectividad y letalidad a distintas diluciones para su empleo en la inmunización. También se determina la sensibilidad frente a tetraciclinas, básicamente para proporcionar una dosis controlada de estabilizado, preferiblemente mediante una dosis única de una tetraciclina de larga duración administrada al mismo tiempo que la inoculación. La dosis inmunizante debería inducir una infección muy leve o no aparente (4), y el animal debería desarrollar un título serológico y ser inmune frente a una sensibilización homóloga letal. Si un tratamiento único con tetraciclina no suprime la infección en todo el ganado vacuno, entonces se examina una dosis más baja de estabilizado o pueden utilizarse dos tratamientos con tetraciclina (en los días 0 y 4). Más recientemente, cuando se ha utilizado con una dilución apropiada de estabilizado, una dosis única de 30 mg/Kg de oxytetraciclina de larga duración ha mostrado ser efectiva en inmunizaciones de campo. Un método alternativo que se ha empleado implica la infección con el estabilizado y el tratamiento con buparvaquon a 20 mg/Kg el octavo día (dependiendo del estabilizado). Este método puede aplicarse cuando las tetraciclinas no son fiables, pero requiere que el animal sea manipulado más de una vez. Un tratamiento único con buparvaquon a 2,5 mg/Kg en el momento de la infección también ha mostrado ser efectivo en infecciones con estabilizado que no se han controlado con un tratamiento único de 20 mg/Kg de una formulación de tetraciclina de larga duración. Una vez que se establece el procedimiento que da por resultado una dosis inmunizante segura y efectiva, debe cumplirse estrictamente en el campo, o puede tener lugar un fallo en la inmunización. También es importante que se determinen la dilución del estabilizado y el régimen droga/dosis en el ganado vacuno más susceptible de ser utilizado. La infección y el método de tratamiento se aplica normalmente empleando una tetraciclina de larga duración, y se recomienda que la tetraciclina se administre primero, por si el animal se escapa habiendo recibido solamente el estabilizado. 2. Precauciones de seguridad En una reunión celebrada en Malawi en 1988 se adoptaron las siguientes recomendaciones sobre la seguridad en la preparación, manipulación y entrega de las vacunas para el tratamiento de la infección por T. parva (4). a) Recogida de garrapatas en el campo Es importante que se utilicen cepas de laboratorio bien caracterizadas de Rhipicephalus appendiculatus durante la preparación de los estabilizados para la inmunización. Si las garrapatas de campo se recogen con fines experimentales, debería tenerse en consideración el posible peligro para los humanos de los patógenos presentes en estas garrapatas. El patógeno más importante que se ha reconocido es el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, generalmente asociado con las garrapatas del género Hyalomma y ampliamente extendido en la zona de distribución geográfica de R. appendiculatus. Por tanto, aquellos que manipulen colecciones de garrapatas de campo deberían estar sobre aviso de los riesgos potenciales. Las garrapatas de las especies de Hyaloma no deberían separarse de los hospedadores; las garrapatas hinchadas total o parcialmente no deberían machacarse entre los dedos. Si se sacan, las garrapatas deberían manejarse con pinzas. b) Instalaciones para la manipulación de garrapatas Debe controlarse la manipulación en el laboratorio de las garrapatas recogidas en el campo para evitar la adherencia al personal. Las garrapatas recogidas en el campo deberían alimentarse sobre conejos y Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 575 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis ganado vacuno en instalaciones de aislamiento. Los animales de los que se han alimentado las garrapatas infectadas en el laboratorio o recogidas en el campo deberían destruirse después de la transmisión y recogerse antes de dejar las instalaciones de aislamiento. Después del hinchado de las garrapatas recogidas del campo en los animales de laboratorio, deberían homogenizarse alícuotas y examinarse para la presencia de patógenos humanos externos mediante inoculación en células Vero y de riñón de hamster lactante (BHK). Los efectos de estas inoculaciones deberían estudiarse durante tres pases. Cualquier garrapata no utilizada debería destruirse mediante métodos químicos o por incineración. c) Preparación del estabilizado Debería tenerse cuidado durante la preparación del estabilizado de esporozoitos cuando se están moliendo las garrapatas, para evitar la infección del personal por aerosoles con patógenos externos. Los encargados de la molienda de las garrapatas deberían instruirse en los peligros potenciales implicados; el acceso a zonas donde se homogenizan las garrapatas debería restringirse a personal específico e informado; el personal debería llevar puesta ropa protectora, incluidos guantes y mascarillas; y el molido de las garrapatas debería llevarse a cabo en una campana de seguridad microbiológica (ver Capítulo I.1.6. Seguridad humana en los laboratorios veterinarios de microbiología). d) Estándares futuros para garantizar la calidad y la seguridad En una reunión posterior en Kampala en 1991 (5), se creó un comité bajo los auspicios de la Organización para la Unidad Africana (OUA), la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y el Laboratorio Internacional para la Investigación sobre Enfermedades de los Animales (ILRAD) para determinar los estándares de las vacunas vivas frente a enfermedades transmitidas por las garrapatas. En el caso de T. parva, este comité observará con detalle la caracterización de los parásitos empleando MAbs y sondas de ADN, la titulación de la infectividad in-vitro, y las recomendaciones más formales sobre los ensayos de inocuidad con los organismos contaminantes. Se han preparado borradores con estándares y es esencial que la FAO revise un conjunto de estándares actualizados y que sean aprobados por la OIE. Más recientemente se han preparado estabilizados para la inmunización de acuerdo con un conjunto propuesto de estándares (26). De esta manera, los estabilizados inmunizantes futuros se prepararán de acuerdo con estándares que permitirán su utilización en el campo de manera efectiva y con confianza. 3. Pureza de los estabilizados Tanto las garrapatas como los mamíferos de experimentación son fuentes potenciales de contaminación de los estabilizados con patógenos externos. En ambos casos, entre los contaminantes potenciales se incluyen Ehrlichia bovis, Borrelia sp. bovina, orbivirus, bunyavirus y otros. Por lo tanto, las garrapatas recogidas en el campo no deberían utilizarse para la preparación de estabilizados inmunizantes. Con este propósito deberían emplearse colonias de garrapatas de laboratorio bien caracterizadas y libres de patógenos. Solamente deberían utilizarse para la alimentación de las garrapatas ganado bovino y conejos sanos y libres de parásitos transmitidos por garrapatas. Los estabilizados deberían prepararse en condiciones asépticas. En algunas circunstancias puede estar indicado el empleo de antibióticos a concentraciones adecuadas para el cultivo de tejidos. Los estabilizados preparados deberían someterse a ensayos rutinarios de seguridad mediante su inoculación en células BHK y Vero, seguidos de tres pases en estos sistemas (como se indica anteriormente). Los estabilizados deberían someterse a una caracterización in vivo rutinaria, la cual debería implicar el ensayo de infectividad en ganado vacuno intacto susceptible, sensibilidad a las tetraciclinas y otras drogas anti-Theileria, y estudios de inmunidad cruzada. Debería prepararse un “estabilizado del inóculo de trabajo” caracterizado para asegurar la pureza de los concentrados de T. parva en el estabilizado inmunizante derivado. Durante la preparación del estabilizado se debe también tener cuidado para evitar la contaminación del concentrado utilizado con otros concentrados de T. parva. Se deben hacer cumplir los procedimientos de garantía de seguridad, por ejemplo, para la manipulación de las garrapatas infectadas, y las reglas beberían cumplirse estrictamente. Las instalaciones para garrapatas deberían permitir la separación estricta de las garrapatas infectadas y las no infectadas. El personal de la unidad de garrapatas debería utilizar batas independientes para cada lote de garrapatas utilizado en la preparación del estabilizado, y las batas deberían esterilizarse diariamente. Debería evitarse el trabajo simultáneo con muchos concentrados diferentes. Los sistemas de almacenamiento del estabilizado deberían incorporar un marcaje claro en cada tubo o tubos del estabilizado. Las inspecciones del control de calidad del estabilizado deberían determinar el parecido del inóculo al concentrado parental, y también detectar cualquier contaminación externa por T. parva. 4. Riesgos de la vacunación La introducción de un concentrado para inmunización en una zona/país del que no es originario puede dar como resultado que el parásito o un componente (s) de ese concentrado se establezcan como portadores en el ganado 576 Manual de la OIE sobre animales terrestres 2004 Capítulo 2.3.11. — Teileriosis vacuno y sean transmitidos por garrapatas. Debería considerarse el efecto a largo plazo sobre la epidemiología de la enfermedad de los parásitos nuevos (y potencialmente letales) antes de su introducción, y debería controlarse cuidadosamente después de la inmunización. Antes de la inmunización, debería llevarse a cabo la caracterización de los parásitos en poblaciones concretas, e intermitentemente después de la inmunización. Actualmente, la caracterización de los concentrados de parásitos en relación con la vacunación se basa principalmente en la inmunización y en experimentos de sensibilización cruzada en el ganado vacuno. Sin embargo en laboratorios que poseen un alto grado de experiencia se han intentado realizar varios métodos para caracterizar in vitro los concentrados de parásitos. Estudios preliminares han mostrado que los concentrados de parásitos que difieren en su perfil de MAbs pueden no presentar protección cruzada, mientras que los concentrados que presentan perfiles similares ofrecen protección cruzada (19). Sin embargo, experimentos más recientes utilizando otros concentrados de T. parva han demostrado que esta observación es errónea. Otro método ha utilizado clones de células T específicos frente a líneas celulares parasitadas para detectar diferencias antigénicas, ya que se cree que las respuestas de las células T son importantes como mediadores de la inmunidad frente a T. parva. (19). Actualmente no existen ensayos in vitro que se correlacionen con la protección in vivo. Recientemente se ha propuesto un índice de reacción frente a la enfermedad obtenido estadísticamente y basado en medidas parasitológicas, clínicas y hematológicas, para caracterizar los niveles de infectividad y virulencia de diferentes concentrados de parásitos y valorar la intervención del control frente a la teileriosis (33). 5. Estrategia de vacunación A diferencia de T. annulata, donde se observa una protección cruzada considerable en diferentes cepas del campo, en T. parva se da una situación mucho más compleja. Se utilizan dos estrategias para tratar de superar esta complejidad antigénica. En varios países se ha probado una combinación de tres concentrados que proporcionan un amplio espectro de protección. La mezcla se preparó en Malawi en un proyecto de la FAO para la distribución de T. parva en una región endémica. A continuación se preparó por la ILRI un estabilizado trivalente similar para la FAO. Este último estabilizado se preparó según los últimos estándares propuestos y se utiliza de manera segura y efectiva en Tanzania. Si un estabilizado no protege frente a un concentrado nuevo, debería aislarse, caracterizarse, ensayarse y considerarse para su empleo, bien sólo o junto con el estabilizado inmunizante actual. Otra estrategia consiste en preparar estabilizados a partir de concentrados nacionales o locales para su empleo en zonas definidas. Esta estrategia es más costosa en tiempo y recursos, pero evita hasta un cierto límite la introducción de nuevos concentrados en una zona. Con el movimiento del ganado existe un riesgo de introducción de diferentes concentrados en una zona, lo que puede cortar la inmunidad proporcionada por el concentrado local. Por lo tanto es necesario evaluar cuidadosamente la utilización de concentrados locales o introducidos para la inmunización. La infección y el método de tratamiento por medio de la inmunización son efectivos con tal de que se hagan cumplir las medidas adecuadas de garantía de calidad. A largo plazo, los problemas relacionados con la entrega y el riesgo de inducción de estados de portador y transmisión de la enfermedad subrayan la necesidad de la identificación de antígenos protectores para el desarrollo de vacunas de subunidades. REFERENCIAS 1. ALLSOPP B.A. & ALLSOPP M.T.E.P. (1988). Theileria parva: genomic DNA studies reveal non-specific diversity. Mol. Biochem. Parasitol., 28, 77–84. 2. ALLSOPP B.A., BAYLIS H.A., ALLSOPP M.T.E.P., CAVALIER-SMITH T., BISHOP R.P., CARRINGTON D.M., SOHANPAL B. & SPOONER P. 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