Otra nave COSMA en la GRANJA RUALMAR (Grupo Pitas

Otra nave COSMA en la GRANJA RUALMAR (Grupo Pitas

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OTRA NAVE COSMA EN LA GRANJA RUALMAR (GRUPO PITAS-PITAS), DE ALFONSO IGLESIAS
Otra nave COSMA en la GRANJA
RUALMAR (Grupo Pitas-Pitas),
de Alfonso Iglesias
Descrita hace ya 5 años en SELECCIONES AVÍCOLAS, la granja Rualmar, de Alfonso Iglesias, uno
de los socios del Grupo Pitas-Pitas, se halla en Olleros de Alba, cerca de La Robla, León, a unos 1.000
m de altitud, ocupando una finca de unas 20 Has. Su propietario, un avicultor ya experimentado
en el sector de la puesta, que dispone de la eficaz colaboración de su esposa y sus hijos.
Las finca, por tanto, cuenta con espacio suficiente no solo ya para la nave que entonces
describimos, tipo túnel, de 65 x 10 m, para unas 5.000 gallinas camperas, sino para añadir otra
nueva, objeto de este reportaje, disponer además de dos naves para gallinas en batería y poder
acometer otra ampliación, si conviene, en el futuro. Una ventaja importante de su ubicación es
la de no haber ninguna granja avícola cercana.
La última nave COSMA
La última nave añadida a la granja ha sido montada, al igual que la anterior ya descrita para gallinas
camperas por la empresa Navarra COSMA, pero en
este caso de unas dimensiones mayores: 12,5 x 80 m,
aparte de un almacén de 4 m en un extremo. Está
situada cerca de la anterior, ambas con su eje mayor
en sentido E-W, teniendo cada una un parque independiente frente a la fachada Sur, aunque el de la
última nave aun esté por terminar de preparar por no
necesitarse, de momento, por haber instalado a las
pollitas recriadas hace muy poco y hallarnos en el
momento de la visita en invierno.
La nave tiene capacidad para 8.000 ponedoras, con
lo que se cumple de sobras la normativa actual en torno
a las gallinas camperas, a 8 gallinas/m2. Su diseño
corresponde a la clásica forma de túnel popularizada por
COSMA para otros tipos de ganado, pollos, patos, conejos,
ovejas, etc. En el croquis adjunto de su sección pueden
verse los aspectos más destacados así como las medidas
de este modelo concreto y de la distribución del equipo
que se instaló en su interior en esta granja.
Corte transversal de la nave que se describe, con la distribución de su equipo para gallinas camperas
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ser rígida, tiene mayor resistencia al pedrisco que otras
que sí lo son y todo el conjunto está garantizado para
soportar las condiciones meteorológicas más extremas.
Alfonso Iglesias, con su familia, frente a la nave recientemente inaugurada.
Con 2 m de altura en los aleros y casi 5 m en la
cumbrera –ambas, medidas interiores – la nave dispone
de ventilación natural, a través de sus fachadas principales, con ventanas de lona plastificada de 40 cm de
altura en la fechada N y de 50 cm en la fachada Sur.
Su aislamiento térmico está más que garantizado por
una doble manta de fibra de vidrio hidrofugada en la
cubierta, con un grueso total de 16 cm, aparte de los
paneles en las paredes de doble chapa lacada de 0,5 mm
con “sándwich” de 5 cm de poliuretano —40 kg/m3—,
tanto en las fachadas principales como en los muros
testeros. Esto es especialmente importante en la zona en
la que se halla la granja, con temperaturas mínimas
medias de alrededor de - 1 ºC en el mes de enero y en la
que son habituales las nevadas, con accesos cortados
incluso algún día, como ha ocurrido este invierno. Más
adelante volveremos sobre el tema.
La estructura es mediante módulos cada 2 m, disponiendo como refuerzo de cruces de San Andrés en los
muros testeros y cada 60 m. La cubierta, además, al no
Vista del costado exterior Sur de la nave, con detalle de
las ventanas, su torno elevador y las trampillas por las
que las aves accederán al parque.
La edificación corrió a cargo de COSMA, a excepción
de la obra civil, esta última consistente solo en la cimentación y el pavimento, realizados por el propietario de la
granja bajo las instrucciones de esta empresa. Otra
excepción, un altillo, ocupando casi toda la superficie del
almacén, que el Sr. Iglesias, realizó por su cuenta y en el
que se halla el tanque de agua —con contador de caudal—
, disponiendo además de una visión total del interior de
la nave a través de dos amplias ventanas.
El equipo y su distribución
A diferencia del equipo que había montado en la nave
anterior, en esta ocasión las preferencias de Alfonso
Iglesias se decantaron por los materiales de la firma Big
Dutchman, tanto en los slats, como en los nidales, los
comederos y los bebederos.
Los slats ocupan unos 8 m de la anchura de la nave,
a partir de su costado Norte, quedando una zona de piso de
unos 4,5 m en la parte Sur, desde cuya fachada las aves
pueden acceder al parque a través de unas trampillas. Son
de plástico, estando montados a unos 80 cm del piso,
apoyándose sobre un doble murete de obra y soportando
la carga que representan el ponedero y los aseladeros, así
como el peso de una persona. En su lado Sur acaban en una
pendiente a lo largo de toda su longitud, al igual que en el
final del lado Oeste de la nave, a unos 4 m del muro testero
de este lugar, lo cual facilita el acceso de las aves desde el
piso, mucho más que cuando, en otras instalaciones, lo
hacen a algunas rampas situadas a distancias variables.
Interior de la nave, aún en construcción. Véase el doble
murete sustentador del ponedero.
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Los ponederos son de tipo colectivo, de un solo piso,
ocupando un total de 60 m, por dejarse 4 espacios libres
para el paso de las gallinas de un lado al otro de la nave y
estando situados en el mismo eje longitudinal de la nave.
Con una profundidad de 40 cm, ello representa que se
dispone de un espacio de nidal por ave de 60 cm. Su fondo
es del conocido “Astroturf” y cuentan con un mecanismo
de expulsión de las aves basado en el desplazamiento hacia
delante de la pared posterior. La recogida de huevos tiene
lugar por una cinta central de 30 cm de anchura, yendo
a parar a una mesa situada en el almacén.
El pienso se distribuye a través de un sinfín que lo
vierte en comederos de platos, con 2 hileras de estos en
la parte más amplia de slats que queda entre el ponedero
y la fachada Norte y otra hilera en la parte enfrentada a
la fachada Sur. Los bebederos consisten en una doble
hilera de tetinas, a un lado y otro del ponedero, a 20 cm
entre ellas.
Un último aspecto del equipo son los obligados
aseladeros de este tipo de explotación. En el caso que nos
ocupa éstos eran 2 grupos colocados sobre los slats, uno
a cada lado del ponedero, con 2 barrotes metálicos en la
parte superior de cada grupo y otros 4 en la inferior.
Extendiéndose a lo largo de toda la zona de slats de la
nave, ello cubría el requisito legal de aportar 10 cm de
aseladero por gallina,
El manejo
La entrada de pollitas recriadas en las naves de puesta
se realiza a las 17 semanas de edad, tratándose obviamente de aves criadas sobre yacija. En el caso de la nave
Otro aspecto del mismo lado de la nave, pero desde su
extremo opuesto.
que describimos habían entrado hacía unas 5 semanas,
tratándose de pollitas Hy-Line Brown, estirpe por la cual
el Sr. Iglesias parece tener preferencia.
Durante las 3 primeras de estancia en las naves de
puesta las pollitas se confinan en la zona de slats con el
fin de que empiecen a acostumbrarse a los nidales. Esto
se realiza mediante la colocación de una tela metálica
suspendida del techo en el lugar donde comienza la
pendiente de los slats hacia la zona de suelo. En el caso
de nuestra visita, haciendo apenas un mes que la habían
retirado, la mayor parte de las aves aun estaban situadas
sobre la zona de slats.
Un detalle interesante que nos llamó la atención fue
la falta de cama en la zona de suelo no cubierta por los
slats. Según nos indicó el Sr. Iglesias, no considera
necesario la colocación de esto tan habitual en las
granjas, aunque antes de instalar a las pollitas recriadas
en el local esparce sobre el suelo un poco de cal apagada
como desinfectante.
La bondad de este procedimiento nos la demostró el
Sr. Iglesias en la otra nave en le que, con unas gallinas
a punto ya de finalizar su vida productiva, la “cama”
acumulada – sus propias deyecciones producidas durante un año – tenía una profundidad de unos 20-25
cm… estando bien seca.
Interior de la nave, por el lado Sur. Véase la rampa de
acceso de las aves al slat y la colocación de los
aseladeros.
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Esto último guarda relación con lo que antes indicábamos acerca del medio ambiente de la nave. Con 2
sondas de temperatura, situadas a un lado y otro del
ponedero, a media mañana de un día soleado de invierno,
con una temperatura exterior de unos 7 ºC, mientras que
la de la parte Sur de la nave marcaba 18 ºC, la de la Norte
señalaba 20,5 ºC, una diferencia lógica si se tiene en
cuenta que había muchas mas gallinas en esta última
que en aquélla.
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Vista de la parte Norte de la nave, con una zona de slats
más amplia y una doble hilera de comederos.
El control ambiental de la nave también fue montado
por COSMA, regulando la temperatura mediante la apertura o cierre de las ventanas, por separado las de una
fachada u otra. La nave dispone además de 9 chimeneas
de ventilación en la cumbrera, para ser utilizadas para la
ventilación mínima y en épocas de calor.
Desde Granja Rualmar y grupo PITAS PITAS se lleva un
riguroso control de calidad ya que para el Sr. Iglesias es
muy importante que los huevos lleguen con la máxima
frescura a sus clientes. Con esta idea, los huevos se
recogen todos los días de la semana, por la mañana y tras
ser sometidos a una primera selección, se colocan en
cartones para ser enviados al centro de clasificación de
Rualmar donde pasan el último control de calidad y son
envasados para realizar su inmediata distribución.
En la granja no se practica la muda forzada y las
gallinas se tienen en puesta solo durante 12 meses,
requiriendo después sus naves alrededor de un mes y
medio de limpieza, con lo cual el ciclo productivo de cada
una de sus dos naves de camperas se va retrasando cada
año un poco más.
En cuanto al plan de iluminación artificial, tan pronto
se reciben las pollitas se comienza a aumentar gradualmente el fotoperíodo hasta llegarse a un máximo de 17
horas, con lo cual se continúa hasta el final de la puesta.
En cuanto a la alimentación, se utiliza una sola ración
de puesta de una conocida fábrica de piensos, teniendo las
aves acceso permanente a los comederos. Quizás lo que
más nos sorprendió al respecto fue el consumo medio
indicado por el Sr. Iglesias para estas gallinas camperas,
entre 115 y 120 g/día, cuando para las mismas gallinas
en baterías es de unos 112 g diarios, lo que no se justifica
solo por el diferente valor energético de una ración y otra,
2.700 y 2.650 Kcal/kg, respectivamente.
El almacén de la nave, con detalle de la mesa recolectora de los huevos y la escalera de acceso al altillo.
El parque y su acceso
Para acceso al parque se dispone de 12 trampillas de
1,50 x 0,50 m en la fachada Sur, siendo su accionamiento
manual mediante un torno.
En la nave ya en funcionamiento desde hace años,
aun con algunas diferencias en su equipo en comparación con la que describimos, la apertura de las trampillas
se realiza una vez finalizado el horario de puesta, saliendo
la mayor parte de las aves al exterior. En éste se dispone
de algunos recipientes con agua y pienso, éste repartido
a mano, dispersándose las aves mayormente por la zona
más cercana a la nave, en la que terminan por agotar la
hierba. Al atardecer se recluyen por sí solas en la nave,
cerrándose finalmente las trampillas a fin de evitar la
posible entrada de alguna alimaña, aunque ya nos indicaron que en la zona en que se halla la granja no
constituyen un peligro especial.
En resumen
Una granja sumamente interesante, tanto por la
magnífica instalación de COSMA, como por el equipo y
el manejo en general, siendo quizás una de las opciones
favoritas para la producción de huevos en sistemas
alternativos a las actuales baterías de puesta cuando
éstas, al comienzo del 2012, tengan que ser sustituidas
por las “enriquecidas”, según la Directiva 1999/74/CE.
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