La enfermedad de estar ocupado
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La enfermedad de estar ocupado
La enfermedad de estar ocupado OMID SAFI EXTRACTO Últimamente noto que cuando me encuentro algún amigo o persona con la que me detengo a platicar, no tiene tiempo ni de saludar, resulta que están muy ocupados… demasiado ocupados, con mucho que hacer. Me doy cuenta que esto no sólo nos pasa a los adultos, se extiende a los niños también; están ocupados en clases de gimnasia, música, matemáticas, idiomas, etc., con un tiempo reducido o limitado para jugar. ¿Cómo hemos llegado aquí? ¿Por qué?, ¿Por qué a nuestros hijos? ¿Cuándo se nos olvidó que somos “seres” humanos y no “haceres” humanos? ¿Qué pasó con el mundo en el que los niños se ensuciaban en el jardín, pasaban el día imaginando que hacer y a veces hasta se aburrían? ¿Por qué sobrecargarlos de tareas y hacerles sentir tan estresados como lo estamos nosotros? ¿Qué pasó con el momento en el que podíamos sentarnos con alguien a conversar o tomar un café, sin prisa por terminar? ¿Cómo hemos llegado a un mundo en el que tenemos más y más cosas que hacer, poco tiempo libre, menos tiempo para reflexionar o para simplemente… ser? Esta enfermedad de estar “ocupado” puede ser intrínsecamente destructiva para nuestra salud y bienestar. Debilita la capacidad de concentrarnos en quienes más queremos y nos separa de convertirnos en el tipo de sociedad que tan desesperadamente clamamos. Desde los años 50 las innovaciones tecnológicas nos prometen hacer nuestras vidas más fáciles, más rápidas y sencillas. Aun así, no tenemos más tiempo, sino todo lo contrario. Para algunos esto ha significado que la línea entre el trabajo y la vida personal vaya desapareciendo. Siempre estamos con algún dispositivo que nos “conecta” y significa que cuando los niños se van a la cama, nosotros seguimos con muchos pendientes que resolver en la palma de la mano. Para los afortunados, revisar el mail es parte de la rutina diaria, una avalancha de correos que no para y a la que la gente espera respuesta inmediata, pero nos ocupa una gran parte de tiempo contestar, no obstante, lo podemos hacer en cualquier momento y lugar, rompiendo el límite de la libertad y ocupándonos a donde sea que estemos. No tiene que ser así. En muchas culturas musulmanas, cuando quieres preguntarle a alguien qué tal le va, dices: en árabe, ¿Kayf haal-ik?, ¿Cómo está tu haal? Haal, es una palabra para preguntar por el estado transitorio del corazón. En realidad lo que preguntan es“¿Cómo está tu corazón en ese momento? Eso es lo que queremos saber de la otra persona, si está contento, dolido, triste, alegre o si precisa algo de contacto humano. Al responder, harás una introspección para saber cómo estás en realidad. Recordaras que sigues siendo un ser humano, no sólo un “hacer” humano. Te darás la oportunidad de tener una conversación sanadora en ese momento. Permítete conectarte con otra persona y recuerda que ambos necesitan el contacto con sus iguales. Dale significado a tu vida, sentido de humanidad y una existencia justa. El estilo de vida ocupada nos obstruye la capacidad de vivir una vida plena. Necesitamos una relación diferente con el trabajo y la tecnología. ¿Cómo se supone que vamos a examinar los rincones oscuros de nuestra alma si no tenemos tiempo? ¿Cómo apoyar a tus seres queridos si no tienes un momento para dedicarles? Me pregunto si estamos dispuestos a reflexionar sobre cómo hacerlo y sobre cómo vivir de otra manera. De alguna forma, necesitamos un modelo diferente de reorganización individual, social, familiar y humanitario. Quiero que mis hijos se ensucien, diviertan y hasta se aburran. Quiero que tengamos un tipo de existencia en el que podamos detenernos por un momento, mirar a otras personas a los ojos, tocarnos y preguntarnos mutuamente ¿cómo está tu corazón? Me estoy tomando tiempo para reflexionar sobre mi propia existencia; estoy lo suficientemente en contacto con mi propio corazón y alma para saber cómo me siento y para saber cómo expresarlo. Quiero poder tener una conexión con las personas y que en cuanto salude a alguien y me diga: “estoy muy ocupado”, podamos responder “Lo sé. Todos lo estamos. Pero quiero saber cómo está tu corazón.”