Taller 14 Proyección Astral 2

Transcripción

Taller 14 Proyección Astral 2
Taller 14
Proyección Astral 2
Continuando con lo que vivimos en el otro Taller sobre la
Proyección Astral, hoy descubriremos una técnica para
despertar la conciencia en el mundo astral, es decir, cuando
estemos durmiendo y soñando, podamos despertar dentro
del sueño y nos demos cuenta que estamos en el mundo
astral, y a partir de ahí, tener nuestras primeras experiencias
concientes en astral.
La técnica que aprenderemos es la técnica del saltito, una
forma sencilla y eficiente para despertar nuestra conciencia
en el astral.
Eso de despertar la conciencia ya estando en astral, es
llamado por muchos “el sueño lúcido”, los cuales
consideran “proyección astral” sólo cuando alguien sale
concientemente del cuerpo físico y entra en el astral. Esto lo
practicaremos en otros talleres.
Para nosotros, sin embargo, eso no tiene diferencia alguna,
pues lo que importa es estar conciente en el astral, sin
considerar si hemos salido salió concientemente del cuerpo
o si hemos despertado la conciencia cuando ya estábamos
en el astral.
La técnica del saltito es en verdad una hábito que podemos
incorporar en nuestra cotidianidad.
Dicho hábito consiste en lo siguiente:
En nuestro día a día procuraremos estar atentos a todo lo
que nos rodea, personas, objetos, lugares, etc. En el mundo
astral existen muchas cosas y fenómenos que no existen en
el mundo físico, como por ejemplo objetos que vuelan,
seres extraños, criaturas desconocidas y una infinidad de
otras cosas.
Entonces en nuestro día a día, cuando
veamos algo que nos parezca un poco raro
o anormal (una persona con ropa muy
extravagante, una construcción diferente,
un objeto nada común, en fin, cualquier
cosa o situación que nos sea un poco
extraña) deberemos preguntarnos: “¿Ahora
estoy en el mundo físico o en el astral?”, y
entonces dar un pequeño saltito con la
intención de flotar y elevarnos del suelo.
Si no flotamos en el aire, resulta obvio que
estamos en el mundo físico, pero si
flotamos esto significa que hasta aquel
momento estábamos soñando y que ahora
estamos de manera conciente en el mundo
astral.
Cuantas más veces practiques esta técnica durante el día,
mejor que mejor, pues te será más fácil despertarte en astral,
ya que acostumbrándose a este nuevo hábito aquí en el mundo
físico, cuando veas en astral alguna de las muchas cosas
extrañas que existen allí, harás inconscientemente la misma
acción, es decir: te preguntaras, darás un saltito y flotarás,
quedándote automáticamente consciente en astral.
Lo ideal es siempre dar el saltito, pero a veces hay situaciones
en que esto no es posible, por ejemplo en el local de trabajo,
cerca de otras personas, etc. En estas situaciones, cuando
veamos algo un poco extraño y nos preguntemos si estamos en
el físico o en el astral, podemos hacer otra cosa, en vez de dar
un salto, estirar un dedo de la mano. Esto también funciona,
porque al estirar el dedo en astral, realmente se estirará como
si fuera de goma y entonces nos daremos cuenta que estamos
en astral.
Un detalle importante sobre esta técnica, es hacerla
realmente dudando de que si estamos en el físico o en el
astral, porque solamente estaremos seguros de ello, cuando
demos el saltito o estiremos el dedo.
Al fin y al cavo, ¿quién nos garantiza que ahora mismo tú no
estás simplemente soñando que está leyendo o escuchando
este texto?
Si no das el saltito o estiras tu dedo para comprobarlo, puede
ser que de aquí a unos instantes, te despiertes y lamentes no
haber usado la técnica para despertar en el astral.
Y cuando despertemos en el astral, ¿qué haremos o hacia
dónde iremos?
Claro que tenemos un objetivo definido para practicar estas
técnicas de proyección astral: descubrir lo que está oculto
sobre nosotros y sobre muchos otros misterios.
Sin embargo todavía estamos “aprendiendo a andar” en este
asunto de proyección astral y por ahora haremos apenas
algunas experiencias. Estando consciente en astral usted puede
experimentar saltar muy alto o bien intentar volar. Puede
también intentar atravesar paredes y ver que acontece.
En otros Talleres descubriremos un objetivo mucho más
importante para la proyección astral, que el de las experiencias
sugeridas hoy.
Ahora transcribiremos una escena del libro ”Sí hay infierno, sí
hay diablo, sí hay karma”, escrito por V.M. Samael Aun
Weor, que ilustra muy bien el tema de hoy.
“Una noche, como tantas otras, entré por la
puerta de una maravillosa mansión.
Silenciosamente atravesé un lindo jardín hasta
llegar a una lujosa sala. Movido por un impulso
interior entré un poco más adelante y penetré con
mucha osadía en la oficina de un abogado.
Enfrente del escritorio encontré sentada una
dama de estatura regular, cabeza blanca, rostro
pálido, labios finos y nariz romana. Era una
señora de apariencia respetable y de mediana
estatura. Su cuerpo no era muy delgado, pero
tampoco demasiado gordo. Su mirada parecía
melancólica y serena.
Con voz dulce y agradable me invitó a sentarme
enfrente del escritorio.
En ese momento, algo insólito aconteció: Veo
sobre el escritorio, dos mariposas de vidrio que
tenían vida propia, se movían, respiraban,
miraban, etc., etc., etc.
El caso, por cierto, me parecía muy exótico y
raro. ¿Dos mariposas de vidrio y con vida
propia? Como estaba acostumbrado a dividir la
atención en tres partes, primero: no me olvidé de
mí mismo; segundo, no me identifiqué con
aquellas mariposas de vidrio; tercero: observé
cuidadosamente el lugar.
Al contemplar los animales de vidrio, me dije:
Esto no puede ser un fenómeno del mundo físico, porque
en la región tridimensional de Euclides, jamás conocí
mariposas de vidrio con vida propia. Inesplicablemente,
esto puede ser un fenómeno del mundo astral.
Miré alrededor y me hice las siguientes preguntas:
¿Por qué estoy en este lugar?,¿Por qué vine a parar
aquí?, ¿ Qué estoy haciendo aquí?
Dirigiéndome a la dama, le hablé de la siguiente forma:
Señora, permítame salir un momento al jardín que luego
regresaré.
La dama consintió moviendo la cabeza y yo abandoné,
por un instante, aquella oficina.
Fuera, en el jardín, di un saltito más alto con la
intención de fluctuar en el ambiente circundante.
Grande fue mi asombro cuando verifiqué, por mí
mismo, que realmente me encontraba fuera del
cuerpo físico. Entonces comprendí que estaba en
astral.
En ese momento me acordé que hacía un largo
tiempo, varias horas que había abandonado mi
cuerpo físico y que éste, incontestablemente, se
encontraba ahora reposando sobre su lecho.
Hecha la singular comprobación, regresé al
escritorio donde estaba la dama.
Entonces quise persuadirla de que estaba fuera del
cuerpo físico:
Señora, le dije: Usted y yo estamos fuera del cuerpo
físico. Quiero que recuerde que hace varias horas se
acostó y está fuera de su cuerpo físico, pues es
sabido que cuando el cuerpo duerme, la Conciencia,
la Esencia, desafortunadamente metida dentro del
ego, anda fuera del vehículo físico.
Dichas estas palabras, la dama me miró con ojos de
sonámbula y no me entendió.
Comprendí que aquella señora tenía la conciencia
adormecida... y sin querer insistir más, me despedí
de ella y abandoné aquel lugar.
Despertar la conciencia en el astral es una experiencia
nueva y muy gratificante, igual como para un niño es dar
sus primeros pasos. Sin embargo, de la misma forma que
un niño que da los primeros pasos no aprende a correr de
un día a otro, también nuestras primeras experiencias en el
mundo astral, en general son breves y volvemos al cuerpo
físico involuntariamente y mucho antes do que nos
gustaría.
Una duda común, es cómo hacer para permanecer todo el
tiempo que se quiera en astral y también, como volver al
cuerpo físico cuando lo deseamos. La verdad es que eso
sólo se logra con mucha práctica. Sin embargo, igual cómo
nos ocurre cuando soñamos (un sueño es simplemente una
proyección astral inconsciente), el cuerpo astral siempre
regresa al cuerpo físico.
Para tener cada vez más y mejores experiencias astrales, es
fundamental:
•Practicar muchas veces la técnica del saltito durante el día.
•Practicar mucho, muchísimo la auto-observación, púes así se
va a acostumbrar cada vez más tu conciencia para actuar en
astral con mayor lucidez. Además, cuanto más tiempo
permanecas en auto-observación en el físico, también más
tiempo permanecerá nuestro consciente en el astral, ya que en
verdad estar consciente es estar en auto-observación.
•Estando en astral procurar no coger o agarrarse a ningún
objeto que encontras allí, pues mientras estés cogiendo algún
objeto del astral, no vas a poder volver al cuerpo físico.
Cuando desees volver, debes soltar cualquier objeto en
cuestión.
Entre los muchos brincos y saltos que todos hacemos
sin sentido alguno para nosotros,
no es para nadie costoso
asumir este nuevo hábito entre muchos otros.
La razón para asumirlo no es otra que la de vivir
concientemente una gran parte de nosotros,
que hemos sido desde siempre y hemos ignorado a la vez.
En nuestra evolución avanzamos paso a paso,
pero a nadie le debería de importar,
si de vez en cuando damos algún que otro salto.
Joan-J. Giralt
Taller de Crecimiento Personal