creo en el espíritu santo - Renovación Carismática Católica en
Transcripción
creo en el espíritu santo - Renovación Carismática Católica en
Renovación Carismática Católica en España Material de Formación CREO EN EL ESPÍRITU SANTO Objetivos Profundizar en el credo mediante el catecismo. Conocer mejor a la 3ª persona de la Santísima Trinidad: el Espíritu Santo Descubrir la acción del Espíritu Santo en la historia de la salvación inseparable de ellos. Cuando el Padre envía su Verbo, envía también su Aliento: misión conjunta en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos pero inseparables. Cristo es quien se manifiesta, imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu Santo quien lo revela. SÍMBOLOS INTRODUCCIÓN En la Renovación conocemos al Espíritu Santo y su actuación, lo invocamos y hablamos de él con familiaridad. Hoy queremos profundizar este conocimiento con el Catecismo de la Iglesia Católica. ¿Qué nos dice el credo del Espíritu Santo? que es persona, la tercera de la Santísima Trinidad; que es Dios, como el Padre y como el Hijo; que nos da a conocer a Dios "Nadie conoce lo íntimo de Dios, sino el Espíritu de Dios" (1 Co 2, 11). El que "habló por los profetas", a él lo descubrimos por su actuación porque "no habla de sí mismo" (Jn 16, 13) sino que nos hace oír la Palabra del Padre y nos recuerda lo que nos enseñó Jesús, ¿QUIÉN ES? El Espíritu Santo es eterno, está presente desde el comienzo de la creación, nos lo dicen los primeros versículos del Génesis (Gn. 1, 2), pero es a partir de la encarnación y redención del Hijo que se nos revela y se nos da plenamente. Jesús, en su despedida, envía a sus discípulos a bautizar “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mc. 28,19) Es aquel al que el Padre ha enviado a nuestros corazones, el Espíritu de su Hijo es realmente Dios. De la misma naturaleza que el Padre y el Hijo, es El más conocido es la paloma. Al final del diluvio (figura del Bautismo), la paloma soltada por Noé vuelve con una rama tierna de olivo en el pico. Cuando Cristo sale del agua de su bautismo, el Espíritu Santo, en forma de paloma, baja y se posa sobre él. En los sacramentos aparecen distintos símbolos del Espíritu: el agua en el Bautismo, que significa nuestro nacimiento a la vida divina por el Espíritu Santo. La unción con el óleo es también significativa del Espíritu Santo, que es quien unge a Cristo. El sello indica el carácter indeleble de la Unción del Espíritu Santo en los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y del Orden. El fuego. Mientras que el agua significaba el nacimiento y la fecundidad de la vida dada en el Espíritu Santo, el fuego simboliza la energía transformadora de los actos del Espíritu Santo La nube y la luz. Dios habla desde la nube, el Espíritu Santo desciende sobre la Virgen María y la cubre "con su sombra" para que ella conciba y dé a luz a Jesús (Lc 1, 35). Jesús cura a los enfermos y bendice a los niños imponiendo las manos. En su nombre, los apóstoles harán lo mismo (Mc 16, 18; Hch 5, 12; 14, 3). En la Renovación nos resulta familiar el gesto de imponer las manos para pedir la efusión del Espíritu Santo sobre una persona. Este signo la Iglesia lo ha conservado en los sacramentos. EL ESPÍRITU Y LA PALABRA DE DIOS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO Desde el comienzo hasta “la plenitud de los tiempos” con la venida de Cristo, la Trinidad entera actúa en la Creo en el Espíritu Santo Creo en el Espíritu Santo. Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. (Credo niceno-constantinoplolitano) 1 Renovación Carismática Católica en España Material de Formación historia preparando la venida del Mesías. El Hijo y el Espíritu no han sido revelados plenamente, pero su actuación se deja notar, han sido prometidos por el Padre para que puedan ser esperados y aceptados cuando lleguen. Por eso cuando la Iglesia lee el antiguo testamento busca en él lo que dice el Espíritu “que habló por los profetas”, y el Espíritu que inspiró la escritura, revela su significado haciendo siempre referencia al Hijo. El Espíritu que aparece ya en el segundo versículo de la Biblia, antes de la creación, está también presente en la promesa a Abraham (Gn 18, 1-15) y es en el Evangelio donde encontramos la explicación, María en el Magnificat canta su cumplimiento “según lo que había prometido a nuestros padres, a Abraham y su descendencia para siempre” La Ley, signo de la Promesa y de la Alianza, debía regir al pueblo. "Si de veras escucháis mi voz y guardáis mi alianza seréis para mí un reino de sacerdotes y una nación santa" (Ex 19,5-6; 1 P 2, 9). Pero, después de David, Israel cae en la tentación de convertirse en un reino como las demás naciones. El Reino objeto de la promesa hecha a David será obra del Espíritu Santo; pertenecerá a los pobres según el Espíritu. Creo en el Espíritu Santo EL ESPÍRITU DE CRISTO EN LA PLENITUD DE LOS TIEMPOS Juan, Precursor, Profeta y Bautista Si hasta ahora el Espíritu se iba anunciando, al inicio del Nuevo Testamento se derrama en plenitud, Juan fue "lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre" (Lc 1, 15. 41) por obra del mismo Cristo que la Virgen María acababa de concebir del Espíritu Santo. La "Visitación" de María a Isabel se convirtió así en "visita de Dios a su pueblo" (Lc 1, 68). El olvido de la Ley y la infidelidad a la Alianza llevan a la muerte: el Exilio, aparente fracaso de las Promesas, es en realidad fidelidad misteriosa del Dios Salvador y comienzo de una restauración prometida, pero según el Espíritu. Era necesario que el Pueblo de Dios sufriese esta purificación Juan es "más que un profeta" , es la "voz" del Consolador que llega: "Aquél sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo. Y yo lo he visto y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios. " (Jn 1, 3336). El bautismo de Juan era para el arrepentimiento, el del agua y del Espíritu será un nuevo nacimiento (Jn 3, 5). LOS PROFETAS: LA ESPERA DEL MESÍAS Y DE SU ESPÍRITU “Alégrate, llena de gracia”: María es la obra maestra del Espíritu Santo, se deja hacer por Él. En ella comienzan a manifestarse las "maravillas de Dios", que el Espíritu va a realizar en Cristo y en la Iglesia. El Espíritu Santo preparó a María, convenía que fuese "llena de gracia" la Madre de Aquel en quien "reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente" (Col 2, 9) por eso fue concebida sin pecado. Aquí ya se van notando con mucha claridad los dos anuncios, el del Mesías y el del Espíritu nuevo, y las promesas se mantienen en el pequeño Resto, el pueblo de los Pobres que aguardan en la esperanza la "consolación de Israel" y "la redención de Jerusalén" «Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces brotará. Reposará sobre él el Espíritu del Señor: espíritu de sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor» (Is. 11, 1-2). 2 Hay muchos textos de los profetas que hablan directamente del envío del Espíritu Santo. En ellos Dios recuerda a su Pueblo la Promesa en "amor y fidelidad" (Ez 11, 19; 36, 25-28; 37, 1-14; Jr 31, 31-34; y Jl 3, 1-5), cuyo cumplimiento proclamará San Pedro la mañana de Pentecostés (Hch 2, 17-21). Según estas promesas, en los "últimos tiempos", el Espíritu del Señor renovará el corazón de los hombres grabando en ellos una Ley nueva; reunirá y reconciliará a los pueblos dispersos y divididos; transformará la primera creación y Dios habitará en ella con los hombres en la paz. Los rasgos del Mesías se revelan sobre todo en los Cantos del Siervo que anuncian el sentido de la Pasión de Jesús, e indican así cómo enviará el Espíritu Santo para vivificar a la multitud: no desde fuera, sino haciéndose uno de nosotros, tomando sobre sí nuestra muerte, puede comunicarnos su propio Espíritu de vida. El ángel la saluda como la "Hija de Sión": "Alégrate" (So 3, 14; Za 2, 14). Cuando ella lleva en sí al Hijo canta el Magnificat, la acción de gracias de todo el pueblo de Dios (. Lc 1, 46-55). Al término de esta misión del Espíritu, María se convierte en la "Mujer", nueva Eva "madre de los vivientes". Cristo Jesús El Hijo es el Ungido del Padre desde su Encarnación Jesús es Cristo, el Mesías, que ha sido glorificado por su Muerte y su Resurrección. Solamente cuando ha Renovación Carismática Católica en España Material de Formación El Espíritu Santo vendrá, nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para siempre, permanecerá con nosotros; nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo nos ha dicho y dará testimonio de Él; nos conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo. EL ESPÍRITU Y LA IGLESIA EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS Pentecostés El día de Pentecostés la Pascua de Cristo se consuma con la efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como Persona divina; desde su plenitud, Cristo, el Señor derrama el Espíritu. (Hch 2, 36) En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad. Con su venida el Espíritu Santo hace entrar al mundo en los "últimos tiempos", el tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado. El Espíritu Santo, el don de Dios. "Dios es Amor" y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rm 5, 5). Puesto que hemos muerto, o, al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del don del Amor es la remisión de nuestros pecados. El Espíritu Santo vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el pecado. Él nos da entonces la vida misma de la Santísima Trinidad que es amar "como él nos ha amado" Este amor es posible porque hemos "recibido una fuerza, la del Espíritu Santo" (Hch 1, 8). Gracias a este poder del Espíritu Santo los hijos de Dios pueden dar fruto, "el fruto del Espíritu, que es caridad, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, templanza"(Ga 5, 22-23) El Espíritu Santo y la Iglesia. La misión de Cristo y del Espíritu Santo se realiza en la Iglesia. El Espíritu Santo prepara a los hombres con su gracia para atraerlos hacia Cristo. Les manifiesta al Señor resucitado, les recuerda su palabra y abre su mente para entender su Muerte y su Resurrección. Les hace presente el misterio de Cristo, sobre todo en la Eucaristía para conducirlos a la comunión con Dios, para que den "mucho fruto" (Jn 15, 5. 8. 16). Así, la misión de la Iglesia no se añade a la de Cristo y del Espíritu Santo, sino que es su sacramento, su signo, ha sido enviada para anunciar y dar testimonio, para actualizar y extender el Misterio de la Comunión de la Santísima Trinidad Por medio de los sacramentos de la Iglesia, Cristo comunica su Espíritu, Santo y Santificador, a los miembros de su Cuerpo para que puedan producir frutos en la vida nueva, en Cristo, según el Espíritu "El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables" (Rm 8, 26). El Espíritu Santo es quien nos enseña a orar Ministerio de Formación. Bibliografía: Catecismo de la Iglesia Católica El Credo a la Luz del Evangelio. Cuadernillos de La Vida en el Espíritu nº2 PREGUNTAS PARA LA REFLEXION 1. 2. 3. 4. ¿Quién es el Espíritu Santo y cómo te relacionas con él? ¿Cuál es la promesa de Dios? ¿Cómo y cuándo se cumple? ¿para quién es? ¿Ves la presencia del Espíritu en la historia de la salvación? ¿y en la tuya? ¿Cómo puedes acrecentar la presencia del Espíritu Santo en tu vida? Creo en el Espíritu Santo llegado la hora en que va a ser glorificado Jesús promete la venida del Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el cumplimiento de la Promesa hecha a los Padres (Jn 14, 16-17. 26; 15, 26; 16, 7-15; 17, 26): El Espíritu de Verdad, el otro Paráclito, será dado por el Padre en virtud de la oración de Jesús; lo enviará de junto al Padre porque él ha salido del Padre. 3