1728 - IES Virgen del Carmen
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1728 - IES Virgen del Carmen
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La extranjera no sabe qué decirle, la consuela y veo que procura prepararla para la resignación. Otros extranjeros, indiferentes, mojan pan en unos enormes tazones de leche. El cielo es de color gris y, por poniente, está moteado de manchas negras. Las olas insisten, como si alguna fuerza oscura las empujase. Una tras otra van muriendo, furiosas y cansadas, sobre los arrecifes. En el mar hay una escala, tenue, matizada, de colores: verde botella-azul celeste-azul cobalto. Montserrat ROIG La hora violeta Alianza MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Texto 2 Las leyendas más antiguas no pretenden consolarnos de la muerte sino solo explicar su inevitabilidad. La primera gran epopeya que se conserva, la historia del héroe Gilgamesh, se compuso en Sumeria aproximadamente 2 700 a. C. Gilgamesh y su amigo Enkidu, dos valientes guerreros y cazadores, se enfrentan a la diosa Isthar, que da muerte a Enkidu. Entonces Gilgamesh emprende la búsqueda del remedio de la muerte, una hierba mágica que renueva la juventud para siempre, pero la pierde cuando está a punto de conseguirla. Después aparece el espíritu de Enkidu, que explica a su amigo los sombríos secretos del reino de los muertos, al cual Gilgamesh se resigna a acudir cuando llegue su hora. Ese reino de los muertos no es más que un siniestro reflejo de la vida que conocemos, un lugar profundamente triste. Lo mismo que el Hades de los antiguos griegos. En la Odisea de Homero, Ulises convoca los espíritus de los muertos y entre ellos acude su antiguo compañero Aquiles. Aunque su sombra sigue siendo tan majestuosa entre los difuntos como lo fue entre los vivos, le confiesa a Ulises que preferiría ser el último porquerizo en el mundo de los vivos que rey en las orillas de la muerte. Nada deben envidiar los vivos a los muertos. En cambio, otras religiones posteriores, como la cristiana, prometen una existencia más feliz y luminosa que la vida terrenal para quienes hayan cumplido los preceptos de la divinidad (por contrapartida, aseguran una eternidad de refinadas torturas a los que han sido desobedientes). 10. Las modalidades textuales 161 10 ACTIVIDADES 1. Textos y modalidades […] Es precisamente la certeza de la muerte la que hace la vida —mi vida, única e irrepetible— algo tan mortalmente importante para mí. Todas las tareas y empeños de nuestra vida son formas de resistencia ante la muerte, que sabemos ineluctable. Es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno, algo que debe pensarse. Algo misterioso y tremendo, una especie de milagro precioso por el que debemos luchar, a favor del cual tenemos que esforzarnos y reflexionar. Si la muerte no existiera habría mucho que ver y mucho tiempo para verlo pero muy poco que hacer (casi todo lo hacemos para evitar morir) y nada en qué pensar. Texto 4 Recuerdo muy bien la primera vez que comprendí de veras que antes o después tenía que morirme. Debía andar por los diez años, nueve quizá, eran casi las once de una noche cualquiera y estaba ya acostado. Mis dos hermanos, que dormían conmigo en el mismo cuarto, roncaban apaciblemente. En la habitación contigua mis padres charlaban sin estridencias mientras se desvestían y mi madre había puesto la radio que dejaría sonar hasta tarde, para prevenir mis espantos nocturnos. De pronto me senté a oscuras en la cama: ¡yo también iba a morirme!, ¡era lo que me tocaba, lo que irremediablemente me correspondía!, ¡no había escapatoria! No solo tendría que soportar la muerte de mis dos abuelas y de mi querido abuelo, así como la de mis padres, sino que yo, yo mismo, no iba a tener más remedio que morirme. ¡Qué cosa tan rara y terrible, tan peligrosa, tan incomprensible, pero sobre todo qué cosa tan irremediablemente personal! […] A los diez años cree uno que todas las cosas importantes solo les pueden pasar a los mayores: repentinamente se me reveló la primera gran cosa importante —de hecho, la más importante de todas— que sin duda ninguna me iba a pasar a mí. Iba a morirme, naturalmente dentro de muchos, muchísimos años, después de que se hubieran muerto mis seres queridos (todos menos mis hermanos, más pequeños que yo). Fernando SAVATER Las preguntas de la vida Ariel 1 ¿A qué modalidad textual corresponde cada uno de los fragmentos? Justifica tu respuesta atendiendo al contenido y a la finalidad. 2 En el texto 1 predomina una de las modalidades, pero incluye también otra; ¿de qué manera lo hace? 3 El texto 2 pertenece a una de las modalidades textuales básicas, pero incluye otra de ellas. Razona esta afirmación. 162 10. Las modalidades textuales 4 Realiza un resumen del texto 2 y explica su estructura. 5 Enuncia el tema y la tesis del texto 3. 6 Determina los argumentos que sustentan dicha tesis. 7 Extrae la idea principal del texto 4 8 Analiza las características lingüísticas y textuales de los textos 1 y 3. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. REFUERZO Texto 3 Las plantas y los animales no son mortales porque no saben que van a morir, no saben que tienen que morir: se mueren pero sin conocer nunca su vinculación individual, la de cada uno de ellos, con la muerte. Las fieras presienten el peligro, se entristecen con la enfermedad o la vejez, pero ignoran (¿o parece que ignoran?) su abrazo esencial con la necesidad de la muerte. No es mortal quien muere, sino quien está seguro de que va a morir. Aunque también podríamos decir que ni las plantas ni los animales están por eso mismo vivos en el mismo sentido en que lo estamos nosotros. Los auténticos vivientes somos solo los mortales, porque sabemos que dejaremos de vivir y que en eso precisamente consiste la vida. Algunos dicen que los dioses inmortales existen y otros que no existen, pero nadie dice que estén vivos: solo a Cristo se le ha llamado «Dios vivo» y eso porque cuentan que encarnó, se hizo hombre, vivió como nosotros y como nosotros tuvo que morir. 10 ACTIVIDADES REFUERZO 2. Narraciones literarias MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Quim Monzó es uno de los grandes narradores de la actualidad. Sus cuentos, que han sido traducidos a muchas lenguas, han merecido numerosos premios. A continuación, reproducimos un cuento completo y un fragmento de otro, ambos publicados por la editorial Anagrama en el libro Ochenta y seis cuentos. La bella durmiente El sapo En medio de un claro, el caballero ve el cuerpo de la muchacha, que duerme sobre una litera hecha con ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores. Desmonta rápidamente y se arrodilla a su lado. Le coge una mano. Está fría. Tiene el rostro blanco de una muerta. Y los labios finos y morados. Consciente de su papel en la historia, el caballero la besa con dulzura. De inmediato la muchacha abre los ojos grandes, almendrados y oscuros, y lo mira: con una mirada de sorpresa que enseguida (una vez ha cavilado quién es y dónde está y por qué está allí y quién será ese hombre que tiene al lado y que, supone, acaba de besarla) se tiñe de ternura. Los labios van perdiendo el tono morado y, una vez recobrado el rojo de la vida, se abren en una sonrisa. Tiene unos dientes bellísimos. El caballero no lamenta nada tener que casarse con ella, como estipula la tradición. Es más: ya se ve casado, siempre junto a ella, compartiéndolo todo, teniendo un primer hijo, luego una nena y por fin otro niño. Vivirán una vida feliz y envejecerán juntos. El príncipe inclina el cuerpo y adelanta la cara. El sapo está justo frente a él. La papada se le hincha y deshincha sin cesar. Ahora que lo ve tan cerca siente que lo invade el asco; pero no tarda en reponerse y acerca los labios al morro del anfibio. —Mua. En menos de una milésima de segundo, con un ruido ensordecedor, el sapo se convierte en un prisma de cien mil colores, que multiplica infinitamente las caras, hasta que todas las caras y colores se convierten en una muchacha preciosa de cabellos de oro. Y una corona encima que demuestra la nobleza de su linaje. Por fin el príncipe ha encontrado a la mujer que siempre ha buscado, esa con la que compartirá el trono y la vida. —Por fin has llegado —le dice ella—. Si supieras cómo he esperado al príncipe que debía librarme del hechizo. —Lo comprendo. Te he buscado siempre, desde que era niño. Y siempre he sabido que te encontraría. Se miran a los ojos, se cogen las manos. Es para siempre, y los dos son conscientes de ello. —Era como si este momento no fuera a llegar nunca —dice ella. —Pues ya ha llegado. —Sí. —Qué bien, ¿no? —¿Estás contento? —Sí. ¿Y tú? —Yo también. El príncipe mira el reloj. ¿Qué más debe decirle? ¿De qué deben hablar? ¿Debe invitarla enseguida a su casa o se lo tomará a mal? En realidad no hay ninguna prisa. Tienen toda la vida por delante. —En fin… —Sí. —Ya ves… —Tanto esperar y de repente, plaf, ya está. —Sí, ya está. Las mejillas de la muchacha han perdido la blancura de la muerte y ya son rosadas, sensuales, para morderlas. Él se incorpora y le alarga las manos, las dos, para que se coja a ellas y pueda levantarse. Y entonces, mientras (sin dejar de mirarlo a los ojos, enamorada) la muchacha (débil por todo el tiempo que ha pasado acostada) se incorpora gracias a la fuerza de los brazos masculinos, el caballero se da cuenta de que (unos veinte o treinta metros más allá, mucho antes de que el claro dé paso al bosque) hay otra muchacha dormida, tan bella como la que acaba de despertar, igualmente acostada en una litera de ramas de roble y rodeada de flores de todos los colores. 1 Realiza un esquema de las acciones principales de cada uno de los textos. 2 Menciona los otros elementos propios de una narración y explica cómo se manifiestan en estos textos. 3 Los dos relatos remiten a cuentos tradicionales. ¿Qué partes y elementos están modificados? ¿En qué consiste el cambio y cuál puede ser la finalidad? 4 Analiza en ambos textos el narrador, la perspectiva y señala con qué estilo se presenta el discurso de los personajes. 5 Reconoce los rasgos lingüísticos propios de la narración que aparecen en estos textos. 6 A partir de otro cuento tradicional que recuerdes, crea uno nuevo alterando el esquema narrativo o las características de los elementos principales del relato. 10. Las modalidades textuales 163 10 ACTIVIDADES REFUERZO 3. Descripciones literarias La descripción es una modalidad presente en el género narrativo y, generalmente, muestra las particularidades de la tendencia literaria a la que pertenecen las novelas en que se hallan incluidas y ciertos rasgos característicos del estilo del escritor. Texto 1 ¡La noche le pareció interminable: dio vueltas y más vueltas; apagaron la luz eléctrica, los tranvías cesaron de pasar, la plaza quedó a oscuras! Entre la calle de la Montera y la de Alcalá iban y venían delante de un café, con las ventanas iluminadas, mujeres de trajes claros y pañuelos de crespón, cantando, parando a los noctámbulos; unos cuantos chulos, agazapados tras de los faroles, las vigilaban y charlaban con ellas, dándoles órdenes… Luego fueron desfilando busconas, chulos y celestinas. Todo el Madrid parásito, holgazán, alegre, abandonaba en aquellas horas las tabernas, los garitos, las casas de juego, las madrigueras y los refugios del vicio, y por en medio de la miseria que palpitaba en las calles, pasaban los trasnochadores con el cigarro encendido, hablando, riendo, bromeando con las busconas, indiferentes a las agonías de tanto miserable desharrapado, sin pan y sin techo, que se refugiaba temblando de frío en los quicios de las puertas. Quedaban algunas viejas busconas en las esquinas, envueltas en el mantón, fumando… Tardó mucho en aclarar el cielo; aún de noche se armaron puestos de café; los cocheros y los golfos se acercaron a tomar su vaso o su copa. Se apagaron los faroles de gas. Danzaban las claridades de las linternas de los serenos en el suelo gris, alumbrado vagamente por el pálido claror del alba, y las siluetas negras de los traperos se detenían en los montones de basura, encorvándose para escarbar en ellos. Todavía algún trasnochador pálido, con el cuello del gabán levantado, se deslizaba siniestro como un búho ante la luz, y mientras tanto comenzaban a pasar obreros… El Madrid trabajador, y honrado se preparaba para su ruda faena diaria. Pío BAROJA La busca, Caro Raggio Lulú demostró a Hurtado que tenía gracia, picardía e ingenio de sobra; pero le faltaba el atractivo principal de una muchacha: la ingenuidad, la frescura, la candidez. Era un producto marchito por el trabajo, por la miseria y por la inteligencia. Sus dieciocho años no parecían juventud. Pío BAROJA El árbol de la ciencia, Caro Raggio 164 10. Las modalidades textuales MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Texto 2 Lulú era una muchacha graciosa, pero no bonita; tenía los ojos verdes, oscuros, sombreados por ojeras negruzcas; unos ojos que a Andrés le parecieron muy humanos; la distancia de la nariz a la boca y de la boca a la barba era en ella demasiado grande, lo que le daba cierto aspecto simio; la frente pequeña, la boca, de labios finos, con una sonrisa entre irónica y amarga; los dientes blancos, puntiagudos; la nariz un poco respingona, y la cara pálida, de mal color. REFUERZO Son los primeros días de otoño; los balcones están cerrados; el viento mueve un leve murmullo en el jardín; poco a poco van llegando los socios a su recreo de la noche; brillan las lámparas eléctricas. AZORÍN Antonio Azorín Cátedra Texto 4 Yo recordaba nebulosamente aquel antiguo jardín donde los mirtos seculares dibujaban los cuatro escudos del fundador en torno de una fuente abandonada. El jardín y el Palacio tenían esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y del amor. Bajo la fronda de aquel laberinto, sobre las terrazas y en los salones, habían florecido las risas y los madrigales, cuando las manos blancas que en los viejos retratos sostienen apenas los pañolitos de encaje, iban deshojando las margaritas que guardan el cándido secreto de los corazones. ¡Hermosos y lejanos recuerdos! Yo también los evoqué un día lejano, cuando la mañana otoñal y dorada envolvía el jardín húmedo y reverdecido por la constante lluvia de la noche. Bajo el cielo límpido, de un azul heráldico, los cipreses venerables parecían tener el ensueño de la vida monástica. La caricia de la luz temblaba sobre las flores como un pájaro de oro, y la brisa trazaba en el terciopelo de la yerba, huellas ideales y quiméricas como si danzasen increíbles hadas. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Ramón M.ª DEL VALLE-INCLÁN Sonata de otoño 1 Indica qué se describe en cada uno de los textos y qué aspectos o elementos se tratan. 2 ¿Qué tipo de descripciones son según la perspectiva del emisor? Menciona las características lingüísticas que demuestran la pertenencia a una clase u otra. 3 Analiza los rasgos lingüísticos generales propios de la modalidad descriptiva y ejemplifícalos con enunciados de los textos. 4 Reconoce los recursos expresivos que aparezcan en los fragmentos. 10. Las modalidades textuales 165 3. Descripciones literarias 10 ACTIVIDADES Texto 3 Este es un casino amplio, nuevo, cómodo. Está rodeado de un jardín; el edificio consta de dos pisos, con balcones de piedra torneada. Primero aparece un vestíbulo enladrillado de menuditos mosaicos pintorescos; los motantes de las puertas cierran con vidrieras de colores. Después se pasa a un salón octógono; enfrente está el gabinete de lectura, con una agradable sillería gris y estantes llenos de esos libros grandes que se imprimen para ornamentación de las bibliotecas en que no lee nadie. A la derecha hay un gran salón vacío (porque no hace falta tanto local), y a la izquierda otro gran salón igual al anterior, donde los socios se reúnen con preferencia. Mesas cuadradas y redondas de mármol se hallan esparcidas acá y allá, alternando con otras de tapete verde; junto a la pared, corre un ancho diván de peluche rojo; en un ángulo destaca un piano de cola, y verdes jazmines cuajados de florecillas blancas festonean las ventanas. 10 ACTIVIDADES REFUERZO 4. Textos explicativoargumentativos El desarrollo de las nuevas tecnologías ha producido cambios enormes, no solo en el campo del conocimiento y de las comunicaciones, sino también en la vida cotidiana de las personas. El siguiente texto de Joan Majó ofrece unas reflexiones sobre las posibilidades de la llamada «revolución digital» para crear «un mundo mejor». La sociedad del conocimiento: ¿un mundo mejor? Hemos aprendido a hacer lo que queramos con la información. A generar toda la que deseemos, a almacenarla, a transmitirla, sin ningún límite desde el punto de vista del espacio, del tiempo o de la velocidad. Como consecuencia de ello hemos pasado de un mundo en el que la información era un recurso escaso, a otro en el que es un recurso abundante, incluso a menudo excesivo. También hemos pasado de un mundo en el que la información era un recurso estable, a otro en el que es un recurso enormemente cambiante. Puesto que la información es la materia prima para que nuestro cerebro elabore conocimientos, cada vez estamos en condiciones de adquirir más (¡siempre que no nos dejemos ahogar por el exceso de información y siempre que aprendamos a actualizar constantemente los conocimientos que van quedando anticuados!). Si esto es lo que ha ocurrido, vamos a ver qué cambios produce y producirá en nuestra sociedad. A partir del momento en el que una parte importante de nuestro bienestar (nunca todo, evidentemente) comienza a depender del acceso a bienes inmateriales, el problema de la escasez y el del reparto adquieren otra dimensión. Deja de ser un problema la escasez, porque el conocimiento es reproducible, y cambia el problema del reparto porque no hay que renunciar a algo para que otro pueda tenerlo. Esto abre unas perspectivas sociales muy esperanzadoras. Joan MAJÓ Clío, abril de 2002, n.º 6 1 ¿Qué cambios, según Joan Majó, se han producido en la información debido a las nuevas tecnologías? 5 Determina la estructura del fragmento y reconoce las características lingüísticas propias de este tipo de textos. 2 ¿En qué se funda la denominación de «la sociedad del conocimiento»? 6 Identifica los argumentos sobre los que se sostiene la conclusión del texto. 3 ¿Qué cambios económicos y sociales produce el acceso a la información mediante las nuevas tecnologías? 7 Escribe un texto reflexivo donde se presenten argumentos referidos a la dificultad o el impedimento de lo expresado en la conclusión (difusión de la red, posibilidades de acceso y regulación del mismo, instalación de líneas…). 4 Realiza el resumen del texto. 166 10. Las modalidades textuales MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Llamamos a esta sociedad futura «la sociedad del conocimiento» porque este va a ser un elemento muy abundante, pero sobre todo porque va a ser el factor clave de nuestro bienestar. Su gran cantidad, disponibilidad y capacidad innovadora han convertido el conocimiento en un recurso económico fundamental. El acceso al conocimiento se ha convertido en un elemento clave de la estrategia de las empresas y en un componente fundamental de nuestro bienestar personal. Las empresas sustituyen constantemente la utilización de recursos materiales por la aplicación de nuevos conocimientos y nosotros vamos aumentando más y más la parte de nuestro presupuesto personal que dedicamos a acceder a elementos inmateriales, al tiempo que disminuimos nuestro consumo de elementos materiales. Pensemos en la diferencia entre comprar un disco (almacén de material de música) o escuchar música «a la carta» a través de Internet o de un canal especializado. O bien en la diferencia existente entre comprar un reloj (una máquina de medir el tiempo) para saber la hora, o tener acceso a la hora a través de la red. Si este proceso de «desmaterialización» de nuestra vida tiene lugar, va a suponer la posibilidad de cambios muy positivos en la organización social, porque una economía basada en gran medida en el conocimiento tiene unas reglas de funcionamiento distintas de la economía industrial. […] 10 ACTIVIDADES REFUERZO 5. Argumentaciones La argumentación constituye una modalidad imprescindible en un ensayo, ya que es el tipo de texto en que se exponen y defienden unas ideas determinadas sobre un tema. A continuación se citan fragmentos en los que se utilizan distintos tipos de argumentos. Texto 1 Texto 3 Resulta sorprendente que los especialistas en miedos hayan estudiado tan poco las tácticas de amedrentamiento, los mecanismos de utilización del temor, porque son la contrafigura del miedo. Hay terrores no intencionados y terrores provocados voluntariamente, estratégicos. La erupción de un volcán, el feroz encrespamiento de un tsunami o una epidemia de peste no pretenden suscitar miedo. Lo causan, sin más. Pero la arbitrariedad de un Estado policiaco, los atentados terroristas, los chantajes de cualquier tipo, las crueldades domésticas, los ataques preventivos, las operaciones de escarmiento se sirven del miedo para alcanzar unos objetivos. El ser humano siente miedo y responde psicológicamente al miedo con mecanismos muy próximos a los que usan los animales: huida, ataque, inmovilidad y sumisión. Biológicamente, el miedo no plantea ningún problema. ¿Qué otra cosa va a hacer el ciervo sino huir del leopardo? ¿Qué otra cosa va a hacer el escarabajo sino hacerse el muerto cuando lo toco? Son respuestas adaptativas eficaces para todos los animales. Pero el hombre no se encuentra cómodo en esas rutinas tan contrastadas. El ser humano quiere vivir por encima del miedo. Sabe que no puede eliminarlo, sin caer en la locura o en la insensibilidad, como ya decía Aristóteles, pero quiere actuar «a pesar» de él. Aquí se revela nuestra naturaleza paradójica: no podemos vivir sin que nuestros sentimientos nos orienten, pero no queremos vivir a merced de nuestros sentimientos. Texto 2 MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. En el mundo animal, los cazadores intentan aislar a su presa o buscar presas solitarias. El grupo es la gran defensa. En los seres humanos sucede lo mismo, por ello es fácil comprender que todas las dictaduras anulen el ejercicio del derecho de reunión. En su teoría relacional del valor, Judith Jordan sostiene que la valentía no es un rasgo interno, sino que surge en la conexión con los demás: «As human beings we encoura “one another”». Nos animamos unos a otros. […] Los estudios sobre la violencia de género demuestran que una de las tácticas del violento, del que pretende la sumisión de la otra persona, es aislarla, obligarla a romper los vínculos con su familia, anular su posibilidad de comunicarse con los demás, obligarla a prescindir de todos los sistemas de apoyo social que podrían ayudarla. El proceso suele comenzar con críticas a la familia de la víctima, prohibición de visitas, reclusión en casa, celos, técnicas de aislamiento, en una palabra. 1 En el texto 1 el autor diferencia dos tipos de miedo, ¿cuáles son y cómo justifica esa distinción? 2 En el texto 2 se afirma que el aislamiento acrecienta el miedo. Menciona los argumentos (y sus tipos) con que desarrolla esta idea. 3 ¿A qué tema se refiere el segundo párrafo del texto 3?¿Qué relación tiene con lo explicado anteriormente? Texto 4 Nuestra búsqueda de la felicidad es con frecuencia desgarradora, porque estamos movidos por dos deseos contradictorios: el bienestar y la superación. Necesitamos estar cómodos y necesitamos crear algo de lo que nos sintamos orgullosos y por lo que nos sintamos reconocidos. Una actividad que dé sentido a nuestra existencia, por muy ilusorio que sea ese sentido. Tenemos, pues, que armonizar anhelos contradictorios. Necesitamos construir la casa y descansar en ella. Necesitamos estar refugiados en el puerto y navegando. José Antonio MARINA Anatomía del miedo, Círculo de Lectores 4 ¿Con qué afirmación se inicia el texto 3? ¿Qué comparación se realiza? Señala qué tipos de interrogaciones son las que se incluyen a continuación. ¿Qué contraste se establece posteriormente? 5 ¿Qué tipo de recursos expresivos cierran el texto 4? ¿Cuál es su sentido y cómo se relacionan con las ideas anteriores? 10. Las modalidades textuales 167 13 ACTIVIDADES REFUERZO 1. El Cantar de Mio Cid MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. La épica castellana tiene su mejor exponente en el Cantar de Mio Cid, que exalta la figura del infanzón Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, tanto en su dimensión histórica como en las circunstancias personales de la vida del héroe. Comienzan ya a preparar la gran sala de palacio. Los suelos con mucha alfombra, todo bien encortinado. ¡Cuánta seda y cuánta púrpura y cuánto paño preciado! ¡Gusto os daría vivir y comer en el palacio! Los caballeros del Cid aprisa allí se juntaron, y entonces en aquel punto por los Infantes mandaron. Ya cabalgan los Infantes, camino van del palacio, con muy ricas vestiduras, galanamente ataviados. A pie y con muy buena cara, ¡Dios qué discretos entraron! Recibiolos nuestro Cid; con él todos sus vasallos. Ante el Cid y su mujer los Infantes se inclinaron. A sentar ellos se fueron en un muy precioso escaño. Los de la casa del Cid, siempre en todo mesurados, están atentos mirando al que nació afortunado. Allí el Cid Campeador ved que en pie se ha levantado: —Puesto que hacerlo tenemos, ¿por qué lo vamos tardando? Venid acá, mi Alvar Fáñez, el que tanto quiero y amo. Aquí tenéis mis dos hijas; yo las pongo en vuestras manos. Sabéis que al Rey esto mismo se lo tengo así rogado. No quiero faltar en nada de lo que fue concertado. A los dos Infantes, vos dádselas con vuestras manos, que tomen las bendiciones, y vayamos acabando. Entonces dijo Minaya: —Esto haré yo de buen grado. De pie las dos se levantan, y él las tomó de las manos. Y a los Infantes, Minaya esto mismo les va hablando: —Aquí estáis ante el Minaya, vosotros, los dos hermanos. De manos del Rey Alfonso, pues a mí me lo ha mandado, estas dueñas yo os entrego, que ambas son hijasdalgo; que las toméis por mujeres, dadles honras y cuidados. Los de Carrión las reciben con amor y de buen grado. Al Cid y a doña Jimena, van a besarles las manos. Así que esto hubieron hecho, se salieron del palacio. Aprisa, a Santa María, hacia allí van caminando. Muy pronto se revistió don Jerónimo, el prelado, y a la puerta de la iglesia estábalos esperando. Las bendiciones les dio; después la misa ha cantado. Al salirse de la iglesia cabalgaron a buen paso. Afuera de la ciudad, en un arenal cercano, ¡Dios, y qué buen juego de armas hizo el Cid a sus vasallos! 5 10 15 20 25 30 35 Poema del Cid Castalia 1 ¿Qué episodio del Cantar narra este fragmento? Indica a qué parte del poema corresponde. 2 Señala las apelaciones al auditorio presentes en estos versos. ¿Qué funciones del lenguaje predominan en ellos? 3 Reconoce el empleo de epítetos épicos y señala a quién se califica por medio de este recurso. 4 Mide los versos y analiza la rima de esta tirada del Cantar de Mio Cid. 5 Diferencia la presencia del discurso del narrador del de los personajes en este fragmento. 6 Para relatar los sucesos, el narrador emplea dos tiempos verbales; ¿de cuáles se trata? 7 ¿Qué efecto se produce con el cambio de formas verbales? 8 Explica cómo se caracterizan los personajes mencionados en este pasaje. 13. La narrativa medieval 207 14 ACTIVIDADES REFUERZO 1. Obra poética de Garcilaso de la Vega En la obra poética de Garcilaso, el amor es el tema más importante, con el que se relacionan los de la naturaleza y la mitología. Estos temas están presentes en sus sonetos y en las églogas. Soneto XXIX Égloga II Pasando el mar Leandro el animoso, en amoroso fuego todo ardiendo, esforzó el viento1 y fuese embraveciendo el agua con un ímpetu furioso. ALBANIO: Vencido del trabajo presuroso, contrastar2 a las ondas no pudiendo, y más del bien que allí perdía muriendo que de su propia vida congojoso3, como pudo, ´sforzó su voz cansada y a las ondas habló d´esta manera, mas nunca fue su voz dellas oída: En aquel prado allí nos reclinamos, y, del Céfiro13 fresco recogiendo el agradable espirtu14, respiramos; 5 las flores, a los ojos ofreciendo diversidad estraña de pintura15, diversamente así estaban oliendo; y en medio aquesta fuente clara y pura, que como de cristal resplandecía, mostrando abiertamente su hondura, 10 el arena, que d´oro parecía, de blancas pedrezuelas varïada, por do manaba el agua, se bullía. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. «Ondas, pues no se escusa que yo muera, dejadme allá llegar, y a la tornada4 vuestro furor esecutá5 en mi vida.» 1 esforzó el viento: se desató el vendaval. Égloga I 2 contrastar: no pudiendo resistir las olas. NEMOROSO: 3 congojoso: preocupado. 4 tornada: vuelta. 5 esecutá: ejecutad. 6 dó: dónde 7 agora: ahora. 8 doquier: donde quiera 9 vencimiento: derrota. ¿Dó6 están agora7 aquellos claros ojos que llevaban tras sí, como colgada, mi alma, doquier8 que ellos se volvían? ¿Do está la blanca mano delicada, llena de vencimientos9 y despojos, que de mí mis sentidos l`ofrecían? Los cabellos que vían con gran desprecio al oro como a menor tesoro ¿adónde están, adónde el blanco pecho? ¿Dó la columna10 que´l dorado techo11 con proporción graciosa sostenía? Aquesto todo agora ya s´encierra, por desventura mía, en la escura12, desierta y dura tierra. 1 Lee el Soneto XXIX y explica qué le ocurre a Leandro. ¿Qué sentimientos le impulsan a esforzarse? 2 ¿A quiénes se dirige en los tercetos y qué les pide? 3 ¿Qué descripción de la amada realiza Nemoroso en la Egloga I? 4 ¿A qué imagen corresponden los rasgos que has señalado en la pregunta anterior? 5 10 15 5 10 columna: el cuello. 11 dorado techo: la rubia cabellera. 12 escura: oscura. 13 Céfiro: viento suave y apacible. 14 espirtu: aire. 15 estraña de pintura: diversidad extraordinaria de colores. 10 5 ¿Qué tópico recrean las interrogaciones que estructuran el fragmento de la Égloga I? 6 ¿Qué rasgos tiene el paisaje descrito en la Égloga II? ¿A qué tópico responde? 7 Analiza la métrica y los principales recursos expresivos de las tres composiciones. 8 Relaciona los temas y tópicos de los textos con los de la poesía renacentista. 14. La lírica renacentista 237 14 ACTIVIDADES REFUERZO 2. Fray Luis de León Fray Luis sufrió un proceso inquisitorial que lo llevó a la cárcel. El agustino se sintió acosado y creyó que la envidia de otros, sobre todo dominicos, había sido determinante; a esto se refiere en el primer poema reproducido. La segunda composición forma parte de sus poemas religiosos. A la salida de la cárcel Aquí la envidia y mentira me tuvieron encerrado. Dichoso el humilde estado del sabio que se retira de aqueste mundo malvado, y con pobre mesa y casa en el campo deleitoso con solo Dios se compasa y a solas su vida pasa, ni envidiado ni envidioso. 5 ¿Y dejas, Pastor santo, tu grey1 en este valle hondo, escuro, con soledad y llanto; y tú, rompiendo el puro aire, te vas al inmortal seguro2? Lo antes bienhadados y los agora tristes y afligidos, a tus pechos criados, de ti desposeídos, ¿a dó convertirán3 ya sus sentidos? ¿Qué mirarán los ojos, que vieron de tu rostro la hermosura, que no les sea enojos? Quien oyó tu dulzura, ¿qué no tendrá por sordo4 y desventura? 5 10 15 Aqueste mar turbado ¿quién le pondrá ya freno?, ¿quién concierto al viento fiero, airado?; estando tú encubierto, ¿qué norte guiará la nave al puerto? 20 ¡Ay nube envidiosa!: aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas? ¿Dó vuelas presurosa? ¡Cuán rica tú te alejas! ¡Cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas! 25 1 grey: conjunto de fieles cristianos. 2 seguro: lugar desprovisto de todo peligro. 3 convertirán: volverán, dirigirán. 4 sordo: sonido desprovisto de armonía. 1 Además del tema de la envidia, ¿qué otros temas desarrolla el primer poema? 5 ¿Cuáles serán los sentimientos de los apóstoles, después de la partida de Jesús? 2 ¿Qué tópico aparece? Relaciona este texto con la Oda a la vida retirada (página 227 de tu libro de texto). 6 ¿A qué pueden referirse las metáforas del mar, el viento fiero, la nave y el puerto de la siguiente estrofa? 3 ¿Qué suceso religioso se canta en el segundo poema? 7 La nube envidiosa tapa la subida de Cristo, ¿cómo se quedan los apóstoles? 4 Explica a quién se dirige en la primera estrofa y qué le reprocha. 8 Realiza el análisis métrico del primer poema. ¿Cuál es la estrofa utilizada en el segundo? 238 14. La lírica renacentista MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. En la Ascensión 14 ACTIVIDADES REFUERZO 3. San Juan de la Cruz El Cántico espiritual es una de las obras maestras de la poesía mística. En él, san Juan utiliza el lenguaje simbólico para referirse a la búsqueda que realiza la Esposa (el alma) de su amado (Dios), junto con la valoración de la naturaleza y numerosos recursos expresivos. Cántico espiritual ESPOSA: ESPOSA: ¿Adónde te escondiste, Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti clamando, y eras ido. Gocémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura al monte o al collado, do mana el agua pura; entremos más adentro en la espesura. 35 10 Y luego a las subidas cavernas de la piedra nos iremos, que están bien escondidas, y allí nos entraremos y el mosto de granadas gustaremos. 40 15 Allí me mostrarías aquello que mi alma pretendía, y luego me darías allí, tú, vida mía, aquello que me diste el otro día: 45 5 1 Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero2, si por ventura vierdes aquel que yo más quiero, decildle que adolezco3, peno y muero. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. (PREGUNTA A LAS CRIATURAS) ¡Oh, bosques y espesuras, plantadas por la mano del Amado! ¡Oh, prado de verduras, de flores esmaltado!, decid si por vosotros ha pasado 6 el aspirar del aire, el canto de la dulce filomena7, el soto y su donaire en la noche serena, con llama que consume y no da pena. 20 San Juan DE LA CRUZ Cántico espiritual, Crítica RESPUESTA DE LAS CRIATURAS: Mil gracias derramando, pasó por estos sotos con presura4, e, yéndolos mirando, con sola su figura vestidos los dejó de hermosura. 1fuerdes / vierdes: formas arcaicas de fueres y vieres. 25 MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. ESPOSA: ¡Ay, quién podrá sanarme! Acaba de entregarte ya de vero5; no quieras enviarme de hoy más ya mensajero, que no saben decirme lo que quiero. […] 50 30 1 ¿De qué se queja la amada? ¿Cómo se siente? 2 ¿Qué les pide a los pastores? ¿Qué decide hacer, según la tercera estrofa y a qué está dispuesta? 3 La amada se dirige a la naturaleza, ¿cómo se presenta ésta? ¿Qué le responde? 4 ¿Qué le reprocha al amado en la sexta estrofa? ¿Qué rechaza? 2 otero: cerro aislado que domina un llano. 3 adolecer: enfermar. 4 presura: prisa, prontitud, ligereza. 5 de vero: de verdad. 6 aspirar: el soplo. 7 filomena: el ruiseñor. 5 En los versos 31-35 ya se ha producido la unión, explica cuál es el ruego de la esposa, ¿a dónde le sugiere que vayan? 6 ¿Qué desea la esposa en la última estrofa? 7 Analiza la métrica del poema. 8 Localiza y explica los principales recursos expresivos empleados por san Juan en estos versos. 14. La lírica renacentista 239 14 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 4. Lírica renacentista En esta página se incluyen poemas de otros autores renacentistas, que siguieron el modelo de Garcilaso de la Vega: Gutierre de Cetina (1510-1554), Fernando de Herrera (1534-1597), Francisco de Aldana (1537-1578). Del bellísimo último texto, anónimo, no se sabe exactamente su fecha. Texto 1 Texto 3 Entre armas, guerra, fuego, ira y furores, que al soberbio francés tienen opreso1, cuando el aire es más turbio y más espeso, allí me aprieta el fiero ardor de amores. Digo llorando: «¡Oh dulce primavera!, ¿cuándo será que a mi esperanza vea, verde, prestar al alma algún sosiego?» 5 10 en brazos de Damón, con baja frente, triste, rendida, muerta, helada y fría, estas palabras breves le decía, creciendo a su llorar nueva corriente: «¡Oh pecho duro, oh alma dura y llena de mil durezas! ¿Dónde vas huyendo? ¿Dó vas con ala tan ligera y presta?» Gutierre DE CETINA opreso: oprimido. 2 avieso: malo, torcido. 3 Serena Luz, en quien presente espira divino amor, que enciende y junto enfrena4 el noble pecho, que en mortal cadena al alto Olimpo levantarse aspira; ¿cuál nueva maravilla, cuál ejemplo de la inmortal grandeza nos descubre aquesta sombra del hermoso velo? 5 10 Fernando DE HERRERA espira: sopla. 4 enfrena: frena. 1 ¿En qué situación se halla el yo poético en el texto 1? ¿Cuáles son sus sentimientos? 2 ¿Cuáles son sus deseos y sus temores, según los tercetos? ¿Qué temas desarrolla este texto? 3 ¿Qué descripción se hace de la amada en el texto 2? 4 ¿Qué visión de ella nos ofrece la voz poética? Relaciona esta imagen con las ideas del neoplatonismo. 240 14. La lírica renacentista aljófar: perla pequeña de forma irregular. No me mueve, mi Dios, para quererte el cielo que me tienes prometido; ni me mueve el infierno tan temido para dejar por eso de ofenderte. Tú me mueves, señor; muéveme el verte clavado en una cruz y escarnecido; muéveme ver tu cuerpo tan herido; muévenme tus afrentas y tu muerte. Que yo en esa belleza que contemplo (aunque a mi flaca vista ofende y cubre), la inmensa busco, y voy siguiendo al cielo. 3 Francisco DE ALDANA 5 Texto 4 Soneto a Cristo crucificado Texto 2 ricos cercos dorados, do se mira tesoro celestial de eterna vena; , armonía de angélica sirena, que entre las perlas y el coral respira, 10 Y él, soltando de llanto amarga vena, della las dulces lágrimas bebiendo, besola, y solo un ¡ay! fue su respuesta. Mas temo que mi fin mi suerte fiera tan lejos de mi bien quiere que sea entre guerra y furor, ira, armas, fuego. 1 5 Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera que aunque no hubiera cielo, yo te amara, y aunque no hubiera infierno, te temiera. 5 10 No tienes que me dar porque te quiera, pues aunque cuanto espero no esperara, lo mismo que te quiero te quisiera. ANÓNIMO Poesía lírica del Siglo de Oro, Cátedra 5 En el texto 3, hay una escena de amor correspondido; sin embargo muestra una situación dolorosa, ¿cuál es? 6 ¿Cuál es la reacción y la respuesta del amante? 7 Explica las razones del amor a Cristo del yo poético en el último texto. 8 Relaciona los temas de estos poemas con los de la lírica renacentista. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Miro el cielo, los árboles, las flores, y en ellos hallo mi dolor expreso; que en el tiempo más frío y más avieso2 nacen y reverdecen mis temores. De sus hermosos ojos dulcemente un tierno llanto Filis despedía que por el rostro amado parecía claro y precioso aljófar5 transparente; 15 ACTIVIDADES REFUERZO 3. Lazarillo de Tormes El siguiente fragmento corresponde al Tratado III, que pertenece al primer módulo de la obra, donde se cuenta la infancia de Lázaro de Tormes. Al servicio del escudero La mañana venida, levantámonos, y comienza a limpiar y sacudir sus calzas1 y jubón2 y sayo3 y capa; y yo que le servía de pelillo4. Y vísteseme muy a su placer, despacio. Echele aguamanos5, peinose y púsose su espada en el talabarte6 y, al tiempo que la ponía, díjome: —¡Oh, si supieses, mozo, qué pieza es esta! No hay marco de oro en el mundo por que yo la diese. Mas ansí ninguna de cuantas Antonio hizo no acertó a ponelle7 los aceros tan prestos como esta los tiene. Y sacola de la vaina y tentola con los dedos, diciendo: —¿Vesla aquí? Yo me obligo con ella cercenar un copo de lana. Y yo dije entre mí: «Y yo con mis dientes, aunque no son de acero, un pan de cuatro libras». Tornola a meter y ciñósela, y un sartal8 de cuentas gruesas del talabarte. Y con un paso sosegado y el cuerpo derecho, haciendo con él y con la cabeza muy gentiles meneos, echando el cabo de la capa sobre el hombro y a veces so el brazo, y poniendo la mano derecha en el costado, salió por la puerta, diciendo: —Lázaro, mira por la casa en tanto que yo voy a oír misa, y haz la cama y ve por la vasija de agua al río, que aquí bajo está, y cierra la puerta con llave, no nos hurten algo, y ponla aquí al quicio, porque si yo viniere en tanto pueda entrar. Y súbese por la calle arriba con tal gentil semblante y continente, que quien no lo conociera pensara ser muy cercano pariente al conde de Arcos, o al menos camarero que le daba de vestir. —¡Bendito seáis Vos, Señor —quedé yo diciendo—, que dais la enfermedad y ponéis el remedio! ¿Quién encontrará a aquel mi señor que no piense, según él contento de sí lleva, haber anoche bien cenado y bien dormido en buena cama, y, aun agora es de mañana, no le cuenten por muy bien almorzado? ¡Grandes secretos son, Señor, los que Vos hacéis y las gentes ignoran! ¿A quién no empeñará aquella buena disposición y razonable capa y sayo? ¿Y quién pensará que aquel gentil hombre se pasó todo el día sin comer, con aquel mendrugo de pan que su criado Lázaro trujo9 un día y una noche en el arca de su seno, do no se le podía pegar mucha limpieza, y hoy, lavándose las manos y cara, a falta de paño de manos se hacía servir de la halda10 del sayo? Nadie, por cierto, lo sospechará. ¡Oh, Señor, y cuántos de aquestos debéis Vos tener por el mundo derramados, que padecen por la negra que llaman honra lo que por Vos no sufrirían! Lazarillo de Tormes Cátedra calza: prenda que cubría, ciñéndolos, el muslo y la pierna. 2jubón: vestidura que cubría desde los hombros hasta la cintura, ceñida y ajustada al cuerpo. 3sayo: prenda de vestir holgada y sin botones que cubría el cuerpo hasta las rodillas. 4servir de pelillo: hacer servicios de poca importancia. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. 1 1 Resume el contenido de este fragmento, correspondiente al Tratado III del Lazarillo y caracteriza el comportamiento del escudero. 2 En el primer párrafo se observa un cambio en el uso de los tiempos verbales. ¿Qué efecto produce? Este recurso se reitera más adelante; localízalo. aguamanos: aguamanil; agua que sirve para lavar las manos. 6talabarte: cinturón de cuero del que cuelga la espada. 7ponelle: ponerle. 8sartal: sarta de cosas metidas en un hilo o cuerda. 9trujo: trajo (de traer). 10halda: falda. 5 3 ¿Qué movimiento narrativo se aprecia en la primera parte del fragmento? ¿Por qué tipo de discurso es interrumpido? 4 Indica a qué tipo de discurso pertenece la exclamación final. 5 Señala y explica el empleo del recurso de la ironía en las palabras del escudero. 15. La narrativa renacentista 253 15 ACTIVIDADES REFUERZO 4. Don Quijote de la Mancha El siguiente texto pertenece a la segunda parte del Quijote. Los protagonistas han llegado al palacio de los duques, quienes, habiendo leído la primera parte del libro, deciden invitarlos para divertirse a su costa. La duquesa le pide al caballero que describa a Dulcinea, y este comienza su respuesta aludiendo al encantamiento de que ha sido objeto (recuerda el engaño de Sancho). El encantamiento de Dulcinea Y que esta tal señora no es en el mundo, sino que es dama fantástica, que vuesa merced la engendró y parió en su entendimiento, y la pintó con todas aquellas gracias y perfecciones que quiso. —En eso hay mucho que decir —respondió don Quijote—. Dios sabe si hay Dulcinea o no en el mundo, o si es fantástica, o no es fantástica; y estas no son de las cosas cuya averiguación se ha de llevar hasta el cabo. Ni yo engendré ni parí a mi señora, puesto que la contemplo como conviene que sea una dama que contenga en sí las partes que puedan hacerla famosa en todas las del mundo, como son: hermosa sin tacha, grave sin soberbia, amorosa con honestidad, agradecida por cortés, cortés por bien criada y, finalmente, alta por linaje, a causa que sobre la buena sangre resplandece y campea la hermosura con más grados de perfección que en las hermosas humildemente nacidas. Miguel DE CERVANTES Don Quijote de la Mancha Planeta 1 Comenta los temas que se desarrollan en el diálogo entre don Quijote y los duques y relaciónalos con las características del personaje protagonista y con lo que conoces del argumento de la novela. 3 ¿Qué responde el protagonista respecto al comentario de que Dulcinea es una dama fantástica? 2 Repasa las principales características de las novelas de caballerías y del concepto del amor cortés y relaciónalas con lo que expresa el caballero. 5 Analiza los recursos expresivos utilizados en la primera y la última intervención de don Quijote en el fragmento que acabas de leer. 254 15. La narrativa renacentista 4 Explica las características de la locura de don Quijote. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. —Sí hiciera, por cierto —respondió don Quijote—, si no me la hubiera borrado de la idea la desgracia que poco ha que le sucedió, que es tal, que más estoy para llorarla que para describirla, porque habrán de saber vuestras grandezas que yendo los días pasados a besarle las manos, y a recebir su bendición, beneplácito y licencia para esta tercera salida, hallé otra de la que buscaba: hallela encantada y convertida de princesa en labradora, de hermosa en fea, de ángel en diablo, de olorosa en pestífera, de bien hablada en rústica, de reposada en brincadora, de luz en tinieblas, y, finalmente, de Dulcinea del Toboso en una villana de Sayago. —¡Válame Dios! —dando una gran voz, dijo a este instante el duque—. ¿Quién ha sido el que tanto mal ha hecho al mundo? ¿Quién ha quitado dél la belleza que le alegraba, el donaire que le entretenía y la honestidad que le acreditaba? —¿Quién? —respondió don Quijote—. ¿Quién puede ser sino algún maligno encantador de los muchos invidiosos que me persiguen? Esta raza maldita, nacida en el mundo para escurecer y aniquilar las hazañas de los buenos, y para dar luz y levantar los fechos de los malos. Perseguido me han encantadores, encantadores me persiguen, y encantadores me perseguirán hasta dar conmigo y con mil altas caballerías en el profundo abismo del olvido, y en aquella parte que me dañan y hieren donde ven que más lo siento, porque quitarle a un caballero andante su dama es quitarle los ojos con que mira, y el sol con que se alumbra, y el sustento con que se mantiene. Otras muchas veces lo he dicho, y ahora lo vuelvo a decir; que el caballero andante sin dama es como el árbol sin hojas, el edificio sin cimiento, y la sombra sin cuerpo de quien se cause. —No hay más que decir —dijo la duquesa—; pero si, con todo eso, hemos de dar crédito a la historia que del señor don Quijote de pocos días a esta parte ha salido a la luz del mundo, con aplauso de las gentes, della se colige, si mal no me acuerdo, que nunca vuesa merced ha visto a la señora Dulcinea. 15 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 5. Una imagen de mujer en el Quijote A continuación se presentan dos textos del Quijote. El primero corresponde al discurso que pronuncia el caballero sobre la Edad de Oro. El segundo fragmento pertenece a la historia pastoril intercalada de Marcela y Grisóstomo. Ambos jóvenes —hermosos y ricos campesinos—deciden hacerse pastores: Marcela porque prefiere este tipo de vida; Grisóstomo porque pretende conquistarla. Marcela lo rechaza, pues no desea casarse, y Grisóstomo se quita la vida. En este texto, la pastora hace su alegato. Texto 1 Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados, y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío […]. Las doncellas y la honestidad andaban, como tengo dicho, por dondequiera, sola y señora, sin temor que la ajena desenvoltura y lascivo intento la menoscabasen, y su perdición nacía de su gusto y propia voluntad. Miguel DE CERVANTES Don Quijote de la Mancha Planeta MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Texto 2 Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos. Los árboles de estas montañas son mi compañía, las claras aguas de estos arroyos mis espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos. A los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras. Y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna a Grisóstomo ni a otro alguno, en fin de ninguno de ellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad. Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada a corresponder a ellos, digo que cuando en este mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? […] Si yo conservo mi limpieza con la compañía de los árboles, ¿por qué ha de querer que la pierda el que quiere que la tenga con los hombres? Yo, como sabéis, tengo riquezas propias y no codicio las ajenas; tengo libre condición y no gusto de sujetarme; ni quiero ni aborrezco a nadie. No engaño a este, ni solicito a aquel; ni burlo con uno, ni me entretengo con el otro. La conversación honesta de las zagalas destas aldeas y el cuidado de mis cabras me entretiene. Tienen mis deseos por término estas montañas, y si de aquí salen, es a contemplar la hermosura del cielo, pasos con que camina el alma a su morada primera. Miguel DE CERVANTES Don Quijote de la Mancha Planeta 1 Redactad en grupos un informe en el que se relacionen los siguientes aspectos. 쮿 Los pensamientos de don Quijote sobre la Edad de Oro. 쮿 El alegato de Marcela. 쮿 Las ideas de Gelasia plasmadas en el soneto de la página 244 del Libro del alumno. 2 Escribe un texto en el que reflexiones acerca de la vinculación de la imagen de la mujer independiente planteada en estos textos con las concepciones de la mujer vigentes en la sociedad actual. 3 Analiza los principales recursos expresivos utilizados en el texto 2. 15. La narrativa renacentista 255 16 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 1. La «apariencia» barroca La ideología del barroco, condicionada por el contexto histórico, social y religioso, presenta una serie de rasgos que la diferencian de la de otros períodos y que se manifiestan en todas las producciones culturales. En el siguiente texto se trata uno de sus componentes esenciales. La apariencia No hace falta recordar que la imaginación fue el gran componente del desarrollo cultural de la península ibérica en el siglo XVII. Una sociedad de cuyo acervo cultural forman parte los milagros tiene que ser, a la fuerza, una sociedad imaginativa; incluso la cantidad de plagios, copias, versiones, variaciones, amontonamiento de citas y réplicas no hacen más que atestiguar una actividad incesante, una reflexión minimalista, detallista, barroca, que descubre y respira en el cúmulo de las infinitas posibilidades de lo que puede ser y lo que es. La gran pasión del siglo es la apariencia: la vida es sueño, desconfiemos de los sentidos, he aquí la reflexión inicial del pensamiento barroco. Esta desconfianza de los sentidos no tiene tanto que ver con la desconfianza en la percepción, sino, al contrario, con una fe en el poder de seducción y de comunicación de la imagen, que imposibilita discernir entre la apariencia y la realidad. Mis ojos no me engañan respecto de lo que veo, sino respecto de la naturaleza de lo que veo. Por lo tanto el engaño lo es del valor de las cosas: el oro resulta finalmente ser oropel. Precisamente por ser esta una época transida de símbolos, el engaño y el equívoco fluctúan siempre en torno a un error, provocado o fortuito, en la interpretación. El drama Del Rey abajo ninguno se construye en torno a la confusión creada por una banda que debería llevar al rey y lleva a otra persona; los consejos del hidalgo de El Buscón giran en torno a cómo engañar en la apariencia, es decir, a cómo sostener la diferencia entre lo que el espectador ve y lo que la capa sabe […]. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Encontramos este mismo interés en la política, mientras que en el ámbito teórico y científico esta inquietud por los reflejos de una realidad evasiva, se manifestará de dos formas distintas. La primera, acumulando maravillas, todo aquello que al ojo pueda, por distintos motivos, sorprender, agradar o enfadar; dicho de otro modo, haciendo recuento y acopio de todos los casos, de todos los objetos, de todas las formas que presentan una combinación original, una excrecencia, una composición excelsa. La segunda, intentando establecer un orden en esa multitud de apariencias, intentando crear modos de medir, de fijar y comprender las relaciones ópticas con la realidad: desde la naturaleza de la luz y el funcionamiento del ojo, a la medición de las distancias y la estimación de las alturas. Refracción, reflexión, sombra, proyección, movimientos aparentes, puntos fijos, perspectiva, gnomónica son solo una parte de los intereses de este siglo. Nuria VALVERDE «El prodigio en su medida», en Madrid, ciencia y Corte, Consejería de Educación y Cultura 1 ¿Cuál es la gran pasión del siglo XVII? ¿En qué creencia se basa? 2 Relaciona la afirmación anterior con el poema de Argensola de la página 260 del Libro del alumno. 3 ¿Cómo se manifiesta este interés por la apariencia en el ámbito técnico y científico? Cita algunos ejemplos. 4 La confianza en el poder de persuasión y fascinación de las imágenes se manifiesta en la proliferación de otros tipos de actividades. ¿De cuáles se trata? 5 Tomando en cuenta las respuestas anteriores, realiza un resumen del texto. 6 Cita algunos poemas leídos en esta unidad en los que se trate el tema del engaño. 16. La poesía y la prosa barrocas 275 16 ACTIVIDADES REFUERZO 2. Sonetos de Luis de Góngora Góngora escribió sonetos de diversos temas: amorosos, de influencia petrarquista; morales, satíricos y burlescos. También escribió los llamados «heroicos», destinados a la alabanza de amigos, grandes o reyes. A Córdoba Grandes más que elefantes y que abadas Grandes6, más que elefantes y que abadas7, títulos8 liberales9 como rocas, gentiles hombres, solo de sus bocas, ilustri cavaglier10, llaves doradas11; ¡Oh excelso muro, oh torres coronadas de honor, de majestad, de gallardía! ¡Oh gran río1, gran rey de Andalucía, de arenas nobles, ya que no doradas2! 5 ¡Oh fértil llano, oh sierras levantadas, que privilegia el cielo y dora el día! ¡Oh siempre glorïosa patria mía, tanto por plumas cuanto por espadas3! catarriberas15, ánimas en pena, con Bártulos y Abades16 la milicia, y los derechos con espada y daga; 10 casas17 y pechos18, todo a la malicia; lodos con perejil19 y yerbabuena: esto es la Corte. ¡Buena pro les haga! nunca merezcan mis ausentes ojos ver tu muro, tus torres y tu río, tu llano y sierra, ¡oh patria, oh flor de España! 3 por plumas… espadas: se refiere a los cordobeses ilustres: Séneca, Juan de Mena y el Gran Capitán. 4 Genil y Dauro: se refiere a los dos ríos de Granada. 5 plantas: álamos. 6 grandes: título nobiliario. 7 abada: rinoceronte. 8 títulos: nobles. 9 liberales: pródigos, generosos. Suspiros tristes, lágrimas cansadas Suspiros tristes, lágrimas cansadas, que lanza el corazón, los ojos llueven, los troncos bañan y las ramas mueven de estas plantas5 a Alcides consagradas; 5 mas del viento las fuerzas conjuradas los suspiros desatan y remueven, y los troncos las lágrimas se beben, mal ellos y peor ellas derramadas. Hasta en mi tierno rostro aquel tributo que dan mis ojos, invisible mano de sombra o de aire me le deja enjuto, 10 porque aquel ángel fieramente humano no crea mi dolor, y así es mi fruto llorar sin premio y suspirar en vano. gran río: traducción literal de Guadalquivir. 2doradas: las distingue del Dauro, que llevaba oro. 1 1 ¿Qué elementos de su ciudad natal, alaba Góngora en los cuartetos de A Córdoba? 2 Explica cómo expresa la añoranza y el amor a su tierra en los tercetos. 3 ¿Qué recurso aparece en el último terceto? 4 Según los cuartetos del segundo texto, ¿cómo se siente la voz poética? 5 ¿Qué relación se establece entre los suspiros y las lágrimas y los elementos de la naturaleza? Indica las correlaciones que hay en cada verso. 276 16. La poesía y la prosa barrocas 10 10 ilustri cavaglier: en italiano, «ilustres caballeros». 11 llaves doradas: las de los del servicio de la cámara real. 12 hábito: se refiere a los caballeros de las órdenes militares. 13 damas… tocas: infieles y viudas alegres. 14 carrozas: las mejores solían tener cuatro caballos. 15 catarriberas: abogados, alcaldes y corregidores. 16 Bártulos y Abades: jurisconsultos del derecho civil y canónico. 17 casas… malicia: las construidas para librarse de la obligación de alojar a los servidores del rey. 18 pechos: voluntades. 19 perejil: excrementos, inmundicias que se arrojaban a la calle. 6 ¿Quién es el ángel fieramente humano? Explica cuál es la conclusión expresada en los tercetos. 7 Menciona el tema del soneto Suspiros tristes, lágrimas cansadas. 8 ¿Qué se describe en el tercer texto? 9 Haz una relación de los tipos humanos que componen la enumeración de los cuartetos. 10 ¿Qué tópico desarrolla el primer terceto? 11 ¿Cuál es la imagen final? ¿En qué tipo de sonetos incluirías este poema? MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Si entre aquellas rüinas y despojos que enriquece Genil y Dauro4 baña tu memoria no fue alimento mío, 5 hábitos12, capas digo remendadas, damas de haz y envés, viudas sin tocas13, carrozas14 de ocho bestias, y aun son pocas con las que tiran y que son tiradas; 16 ACTIVIDADES REFUERZO 3. Sonetos de Francisco de Quevedo Se ha hecho una clasificación temática de la poesía de Quevedo, que incluye los poemas amorosos, los metafísicos y morales, los religiosos y los satíricos y burlescos. Aquí se reproducen tres sonetos que tratan los temas más importantes. Vivir es caminar breve jornada A Apolo siguiendo a Dafne Bermejazo3 platero de las cumbres, a cuya luz se espulga4 la canalla, la ninfa5 Dafne, que se afufa6 y calla, Vivir es caminar breve jornada y muerte viva es, Lico, nuestra vida, ayer al frágil cuerpo amanecida, cada instante en el cuerpo sepultada. Llevada de engañoso pensamiento y de esperanza burladora y ciega, tropezará en el mismo monumento, si la quieres gozar, paga y no alumbres. Si quieres ahorrar de pesadumbres, ojo del cielo, trata de compralla: en confites gastó Marte7 la malla8, 5 Nada, que siendo, es poco y será nada en poco tiempo, que ambiciosa olvida, pues de la vanidad mal persuadida anhela duración tierra animada. y la espada en pasteles y en azumbres9. Volvióse en bolsa10 Júpiter severo; levantóse las faldas la doncella 10 En los claustros de l´alma la herida En los claustros de l´alma la herida yace callada, mas consume hambrienta la vida, que en mis venas alimenta llama por las medulas extendida. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. La gente esquivo y me es horror el día; dilato en largas noches negro llanto, que a sordo mar mi ardiente pena envía. 10 por recogerle en lluvia de dinero. Astucia fue de alguna dueña11 estrella12, que de estrella sin dueña no lo infiero: Febo13, pues eres sol, sírvete de ella. como el que divertido el mar navega y sin moverse vuela con el viento, y antes que piense en acercarse llega. Bebe el ardor hidrópica1 mi vida que ya, ceniza amante y macilenta, cadáver del incendio hermoso ostenta su luz en humo y noche fallecida. 5 5 10 A los suspiros di la voz de el canto; la confusión inunda l´alma mía; mi corazón es reino del espanto2. 1 hidrópica: sedienta. 2 reino del espanto: el Infierno. 3 bermejazo: rojizo, pelirrojo. 4 espulgar: limpiar de pulgas. 5 ninfa: diosa, y en germanía (jerga de ladrones y malhechores), prostituta. 6 afufar: huir, escapar. Voz de germanía. 7 Marte: dios romano de la guerra. Quevedo da una versión burlesca de los amores de Marte y Venus. 8 malla: parte de la armadura parecida a una red. 9 azumbre: medida de capacidad. 10 bolsa: odre, y también, bolsa para el dinero. Júpiter se convirtió en lluvia de oro para seducir a Dánae. 11 dueña: alcahueta; mujer que no es doncella. 12 estrella: embustera y astro. 13 Febo: nombre romano del dios Apolo. 1 ¿Cómo define la vida el yo poético en el primer cuarteto de Vivir es caminar breve jornada? ¿Qué tópico literario aparece? 7 ¿Qué motivos se desarrollan en el segundo soneto? Reconoce las metáforas referidas al amor. 2 Según el segundo cuarteto, ¿qué desea, sin embargo, el ser humano? 8 ¿Cuál es el consejo que le da la voz poética 3 ¿Qué idea desarrollan los tercetos? 9 ¿Qué ejemplos de historias mitológicas utiliza como argumentos? ¿Cuál es la conclusión? 4 Menciona los temas del texto y reconoce los principales recursos expresivos. 5 ¿A qué herida se refiere la voz poética en el segundo texto? ¿Qué efectos tiene y en qué convierte su vida? 6 ¿Cómo se comporta el yo poético? ¿Cuáles son sus sentimientos? a Apolo en el tercer texto? 10 ¿Qué visión del amor aparece en el tercer poema? 11 Analiza los principales recursos expresivos utilizados en A Apolo siguiendo a Dafne. 12 Adscribe los tres sonetos en la clasificación temática de la poesía de Francisco Quevedo. 16. La poesía y la prosa barrocas 277 16 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 4. Lope y otros poetas barrocos Además de la obra poética de Lope de Vega, destacan en este período la de otros autores como Francisco de Rioja (Sevilla, h. 1583-1639) y Gabriel Bocángel (Madrid, 1603-1658), en cuyas composiciones aparecen tratados los temas más importantes de la lírica del barroco. Definición de amor Huye del sol el sol, y se deshace Desmayarse, atreverse, estar furioso, áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso; no hallar fuera del bien centro y reposo, mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso; huir el rostro al claro desengaño, beber veneno por licor süave, olvidar el provecho, amar el daño; Huye del sol el sol, y se deshace la vida a manos de la propia vida; del tiempo que, a sus partos homicida, en mies de siglos las edades pace, 5 5 nace la vida, y con la vida nace del cadáver la fábrica temida. ¿Qué teme, pues, el hombre en la partida, si vivo estriba en lo que muerto yace? Lo que pasó ya falta; lo futuro aún no se vive; lo que está presente no está, porque es su esencia el movimiento. 10 creer que un cielo en un infierno cabe, dar la vida y el alma a un desengaño: esto es amor: quien lo probó lo sabe. 10 Lo que se ignora es solo lo seguro; este mundo, república de viento que tiene por monarca un accidente. Lope DE VEGA Poesía completa, Castalia Gabriel BOCÁNGEL Poesía lírica del Siglo de Oro, Cátedra Pura, encendida rosa 5 10 15 ¡Oh fiel imagen suya peregrina! Bañóte en su color sangre divina de la deidad 1 que dieron las espumas. ¿Y esto, purpúrea flor, esto no pudo hacer menos violento el rayo agudo? Róbate en una hora, róbate licencioso su ardimiento el color y el aliento: tiendes aún no las alas abrasadas y ya vuelan al suelo desmayadas: tan cerca, tan unida está al morir tu vida, que dudo si en sus lágrimas la aurora mustia, tu nacimiento o muerte llora. 20 25 30 Francisco DE RIOJA Poesía lírica del Siglo de Oro Cátedra de la deidad…: Venus, que nació de la espuma del mar, se pinchó con una espina y, al teñir las rosas blancas con su sangre se volvieron rojas. 1 1 ¿Qué concepción del amor desarrolla el soneto de Lope? 2 ¿Qué recursos expresivos utiliza para ello? 5 ¿Qué descripción de la rosa aparece en el poema Pura, encendida rosa, de Francisco de Rioja? 3 Según el segundo poema, ¿a qué está unida la vida desde su nacimiento? 6 ¿De qué tema importante del barroco se convirtió en un símbolo la rosa? 4 ¿Cuál es la concepción del tiempo y de la vida que se expone en los tercetos? 7 Relaciona los temas de estos tres poemas con los de la lírica barroca. 278 16. La poesía y la prosa barrocas MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Pura, encendida rosa, émula de la llama que sale con el día, ¿cómo naces tan llena de alegría si sabes que la edad que te da el cielo es apenas un breve y veloz vuelo? Y ni valdrán las puntas de tu rama, ni púrpura hermosa a detener un punto la ejecución del hado presurosa. El mismo cerco alado que estoy viendo riente, ya temo, amortiguado, presto despojo de la llama ardiente. Para las hojas de tu crespo seno te dio Amor de sus alas blandas plumas, y oro de su cabello dio a tu frente. 16 ACTIVIDADES REFUERZO 7. Una descripción mordaz El siguiente texto corresponde a la famosa descripción del licenciado Cabra, en la que Quevedo muestra su ingenio y su capacidad para la agudeza. Pablos, el protagonista, marcha a Segovia como criado de don Diego Coronel, a quien su padre ha puesto bajo la tutela del licenciado. El licenciado Cabra Entramos, primero domingo después de Cuaresma, en poder de la hambre viva, porque tal laceria1 no admite encarecimiento. Él era un clérigo cerbatana, largo2 solo en el talle; una cabeza pequeña; los ojos, avecindados en el cogote, que parecía que miraba por cuévanos3, tan hundidos y escuros, que era buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes; la nariz, de cuerpo de santo, comido el pico, entre Roma y Francia4, porque se le había comido de unas búas5 de resfriado, que aun no fueron de vicio porque cuestan dinero; las barbas, descoloridas de miedo de la boca vecina, que, de pura hambre, parecía que amenazaba a comérselas; los dientes, le faltaban no sé cuántos, y pienso que por holgazanes y vagamundos se los habían desterrado; el gaznate, largo como de avestruz, con una nuez tan salida, que parecía se iba a buscar de comer forzada de la necesidad; los brazos, secos; las manos, como un manojo de sarmientos cada una; mirado de medio abajo, parecía tenedor o compás, con dos piernas largas y flacas; su andar, muy espacioso: si se descomponía algo, le sonaban los güesos como tablillas de San Lázaro6; la habla, ética7; la barba, grande, que nunca se la cortaba por no gastar, y él decía que era tanto el asco que le daba ver la mano del barbero por su cara, que antes se dejaría matar que tal permitiese: cortábale los cabellos un muchacho de nosotros. Traía un bonete los días de sol, ratonado con mil gateras, y guarniciones de grasa; era de cosa que fue paño, con los fondos en caspa. La sotana, según decían algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color era. Unos, viéndola tan sin pelo, la tenían por de cuero de rana; otros decían que era ilusión: desde cerca parecía negra, y desde lejos entreazul. Llevábala sin ceñidor; no traía cuello ni puños. Parecía, con esto y los cabellos largos y la sotana y el bonetón, teatino lanudo8. Cada zapato podía ser tumba de un filisteo9. ¿Pues su aposento? Aun arañas no había en él. Conjuraba los ratones de miedo que no le royesen algunos mendrugos que guardaba. La cama tenía en el suelo, y dormía siempre de un lado por no gastar las sábanas. Al fin, él era archipobre y protomiseria. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Francisco DE QUEVEDO La vida del Buscón, Crítica 1 laceria: miseria. 2 largo: alto y, también, generoso (dilogía). 3 cuévanos: cestos de mimbre usados en la vendimia. entre Roma y Francia: alude a que la nariz era roma (pequeña y poco puntiaguda) y deforme, como atacada por la sífilis (llamada el mal francés). tablillas de san Lázaro: las utilizaban las personas enfermas de lepra para avisar de su presencia y pedir limosna. 6 ética: un tipo de fiebre, que afectaba al habla. 7 4 5 búas: bubas, tumores blandos. teatino lanudo: religioso de una orden que solía acompañar a los condenados a muerte. 8 filisteo: hombre de gran estatura y corpulencia. 9 1 Divide el texto en partes según los aspectos que abarca la descripción: partes del cuerpo, vestimenta, habitación y hábitos. 4 Analiza los recursos expresivos y determina cuáles predominan. 2 ¿Que rasgo principal se destaca de la conducta del licenciado Cabra? 6 Relaciona el modo en que se describe al personaje con los rasgos temáticos y formales de la obra. 3 ¿Qué personaje de una novela picaresca anterior tiene características similares a las del licenciado? 5 Realiza una paráfrasis del texto. 7 Reconoce algunas de las características propias de un texto descriptivo. 16. La poesía y la prosa barrocas 281 16 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 8. Los Sueños, de Quevedo En El alguacil endemoniado el narrador habla con un demonio que se ha apoderado del alma de un alguacil, personaje que pertenece a un sector social habitualmente criticado por Quevedo; el diablo advierte que estos golpes que le doy y lo que le aporreo, no es sino que yo y él reñimos acá sobre quién ha de estar en mejor lugar y andamos a «más diablo es él». El narrador le pregunta sobre quiénes están en el Infierno y sobre sus penas. Del sitio que a cada cual le corresponde en el Infierno Y en el Infierno están todos aposentados así. Que un artillero que bajó allá el otro día, queriendo que le pusiesen entre la gente de guerra, como al preguntarle del oficio que había tenido dijese que hacer tiros1 en el mundo, fue remitido al cuartel de los escribanos, pues son los que hacen tiros en el mundo. Un sastre, porque dijo que había vivido de cortar de vestir2, fue aposentado con los maldicientes. Un ciego, que quiso encajarse con los poetas, fue llevado a los enamorados, por serlo todos. Los que venían por el camino de los locos, ponemos con los astrólogos, y a los por mentecatos, con los alquimistas. Uno vino por unas muertes, y está con los médicos. Los mercaderes que se condenan por vender, están con Judas. Los malos ministros, por lo que han tomado, alojan con el mal ladrón. Los necios están con los verdugos. Y un aguador, que dijo había vendido agua fría, fue llevado con los taberneros. Llegó un mohatrero3 tres días ha, y dijo que él se condenaba por haber vendido gato por liebre, y pusímoslo de pies con los venteros, que dan lo mismo. Al fin, el Infierno está repartido en estas partes. —Oíte decir antes de los enamorados, y por ser cosa que a mí me toca, gustaría saber si hay muchos. Francisco DE QUEVEDO Sueños, Espasa Calpe hacer tiro: engañar. 1 cortar de vestir: murmurar, hablar mal de alguien. 2 mohatrero: persona que engaña, que comete fraudes. 3 por la posta: de prisa, velozmente. 4 1 Menciona todos los tipos humanos y sociales que se nombran en el primer párrafo. 4 Señala los tipos de enamorados. ¿Qué significa la frase todos lo son de sí mismos? 2 ¿Cómo se ubica en el Infierno a los que van llegando? Explica alguna de las distribuciones que se realizan. 5 ¿Por qué hay pocos enamorados de las mujeres en el Infierno? 3 Menciona cuál es la finalidad de Quevedo al determinar la agrupación de los condenados. Reconoce los recursos expresivos que le sirven para tal objetivo. 282 16. La poesía y la prosa barrocas 6 Relaciona el contenido del texto con los temas de los Sueños. 7 ¿En qué otras obras de Quevedo aparecen temas semejantes? MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. —Mancha es la de los enamorados —respondió— que lo toma todo, porque todos lo son de sí mismos: algunos, de sus dineros; otros de sus palabras; otros, de sus obras, y algunos, de las mujeres. Y destos postreros hay menos que de todos en el Infierno, porque las mujeres son tales, que, con ruindades, con malos tratos y peores correspondencias les dan ocasiones de arrepentimiento cada día a los hombres. […] Algunos hay que en celos y esperanzas amortajados y en deseos, se van por la posta4 al Infierno, sin saber cómo ni cuándo ni de qué manera. Evaluación 16 Alegoría de una época fugaz, por Antoni da Pereda. Huye sin percibirse lento el día 1. Reconoce el género al que pertenece el texto y justifica Huye sin percibirse lento el día, y la hora secreta1 y recatada con silencio se acerca, y despreciada2 lleva tras sí la edad lozana mía. La vida nueva, que en niñez ardía, la juventud robusta y engañada, en el postrer invierno3 sepultada, yace entre negra sombra y nieve fría. No sentí resbalar mudos los años; hoy los lloro pasados y los veo riendo de mis lágrimas y daños. Mi penitencia deba a mi deseo, pues me deben la vida mis engaños4 y espero el mal que paso y no le creo. 2. Explica el contenido del poema y determina el o los los motivos de esa adscripción. temas que desarrolla. 3. ¿Qué motivo propio de la poesía de Quevedo aparece 5 en este texto? ¿En qué tipos de obras lo trata? 4. Realiza el análisis métrico de la composición. ¿Qué otras formas métricas se cultivaron en el barroco? 5. Analiza los recursos expresivos más destacados del texto. 10 Francisco DE QUEVEDO Poesía completa, Planeta 6. Enuncia y explica otros tipos de poesía que haya cultivado Quevedo y menciona las características de su estilo. 7. Realiza una síntesis de la obra poética de Góngora y de las características estilísticas más importantes. 8. Menciona las obras principales de Lope de Vega, los temas tratados en general y la particularidad de su estilo. 9. Relaciona los temas de la poesía y la prosa barrocas con 1 secreta: ignorada, escondida. 2 despreciada: la juventud (la edad lozana). 3 postrer invierno: la vejez. 4 me deben la vida mis engaEos: los engaños le han quitado la vida. el contexto histórico, social y literario de su producción. 10. Redacta un texto en que reflexiones, en general, sobre la brevedad de la vida y su final inevitable (por ejemplo, si has pensado en ello alguna vez o es una realidad percibida como muy lejana, cómo afrontarla, si compartes la actitud de los poetas barrocos ). 275 16. La poesía y la prosa barrocas Evaluación 17 Representación de El alcalde de Zalamea, dirigida por Gustavo Pérez Puig y Mara Recatero (2003). La dignidad del villano JUAN.—¡Que quieras, siendo tú rico, vivir a estos hospedajes sujeto! PEDRO CRESPO.— Pues ¿cómo puedo excusarlos ni excusarme? JUAN.—Comprando una ejecutoria. PEDRO CRESPO.—Dime por tu vida, ¿hay alguien que no sepa, que yo soy, si bien de limpio linaje, hombre llano? No por cierto. Pues, ¿qué gano yo en comprarle una ejecutoria al Rey, si no le compro la sangre? ¿Dirán entonces, que soy mejor que ahora? No, es dislate. Pues ¿qué dirán? Que soy noble por cinco o seis mil reales; y esto es dinero y no es honra; que honra no la compra nadie. ¿Quieres, aunque sea trivial, un ejemplillo escucharme? 5 10 15 20 «Es calvo un hombre mil años, y al cabo de ellos se hace una cabellera. Este, en opiniones vulgares, ¿deja de ser calvo? No. Pues ¿qué dicen al mirarle? Bien puesta la cabellera trae Fulano.» Pues ¿qué hace, si, aunque no le vean la calva, todos que la tiene saben? JUAN.—Enmendar su vejación, remediarse de su parte, y redimir vejaciones del sol, del hielo y del aire. PEDRO CRESPO.—Yo no quiero honor postizo, que el defecto ha de dejarme en casa. Villanos fueron mis abuelos y mis padres; sean villanos mis hijos. 25 30 35 Pedro CALDERÓN DE LA BARCA El alcalde de Zalamea, Cátedra 1. En esta escena, Juan le propone a su padre Pedro Crespo 6. ¿Cuál era el orden que se seguía normalmente en las que compre una ejecutoria carta que eximía de pagar tributos al rey , para evitar alojar a don Álvaro. Resume los argumentos que esgrime el alcalde para negarse. representaciones de los corrales de comedia? Caracteriza las piezas cortas que se representaban. 2. ¿Qué tema del teatro barroco observas en este diálogo? 3. Analiza la métrica empleada en este fragmento y reconoce los principales recursos expresivos utilizados. 4. Enuncia los rasgos de la comedia nacional y explícalos. ¿Cuáles de ellos reconoces en el fragmento? 5. Explica las diferencias entre el teatro cortesano y las representaciones de los corrales de comedia. 7. Señala los rasgos propios de los autos sacramentales. 8. Establece diferencias entre el teatro de Lope de Vega y el de Calderón. Menciona obras de uno y otro. 9. ¿Cuáles son los principales hitos del teatro renacentista que influyeron en el teatro barroco? Recuerda autores y obras del siglo VI. 10. Redacta una exposición sobre las manifestaciones dramáticas en la Edad Media. 295 17. El teatro: de los orígenes a la comedia nacional 18 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 5. Ensayo e Ilustración El ensayo español está estrechamente vinculado a la difusión de las ideas de la Ilustración. El autor del siguiente texto reflexiona sobre este fenómeno y brinda algunos de los rasgos más importantes que caracterizaron este género en el siglo XVIII. Autores ilustrados MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Sin necesidad de establecer una ecuación perfecta, se puede afirmar que el género ensayo está íntimamente vinculado al fenómeno cultural que se conoce con el nombre de Ilustración. Gran parte del saber erudito, antes expresado en latín, se vierte ahora a la lengua vernácula1: ideas, antes solo asequibles a los que habían aprendido una lengua culta o un idioma extranjero, llegan a un amplio público, que se arroga, además, la facultad de discurrir y sentenciar sobre todo lo divino y lo humano. Este fenómeno histórico condiciona esencialmente la escritura y modifica el lenguaje, haciéndolo más ágil y familiar. Aquellos modelos textuales que se adaptan mejor al espíritu y al contenido de mensajes dirigidos al conjunto de los ciudadanos atraen especialmente la atención de los escritores. Pero la tenaz curiosidad por conocer novedades, tanto a nivel científico como político, desplaza a segundo plano cuestiones meramente formales o retóricas. Cuando sobre el tapete se ponen temas como la libertad de pensamiento, los privilegios estamentales 2 del clero y la nobleza, el derecho a opinar en cuestiones académicas o gubernamentales, la reforma universitaria y multitud de otros asuntos de interés público, da hasta cierto punto igual si sobre ello se escribe en forma de diálogo amistoso, de apasionada oración o de sosegada exposición didáctica. Los autores se concentran más en el fondo que en la forma. Indudablemente, lo que el ambiente cultural de la época no favorece es que alguien prescinda de la tertulia de amigos o que simplemente haga abstracción del público opinante y se encierre en su biblioteca privada a elucubrar 3 sobre el más allá o a departir con autores difuntos. El hombre dieciochesco se considera ante todo miembro de una colectividad contemporánea y, por tanto, siente responsabilidad frente a ella. No muestra, pues, demasiada propensión a rumiar solitariamente sobre la brevedad de la vida o sobre consuelos que alivien la aciaga4 fortuna individual, sino que prefiere pensar en plural afrontando sus deberes de patriota y de ciudadano y proponiendo soluciones útiles para el común. […] 1 Explica la importancia que tuvo, según el texto de Francisco Sánchez Blanco, la irrupción del ensayo en el siglo XVIII. 2 ¿Por qué con este género dejaron de tener relevancia las cuestiones formales? ¿En qué se fijaron, sobre todo, los escritores? 3 Indica qué circunstancias favorecieron el ambiente cultural de la época que nos ocupa. 4 ¿Qué tiene siempre en cuenta el escritor ilustrado? Los pensadores del siglo XVIII meditan sobre intereses colectivos, basándose en una concepción cosmopolita de la razón. […] El ilustrado no pierde nunca de vista el horizonte de la humanidad aun cuando proponga reformas específicas para la propia patria. Ciertamente, muchos ilustrados retienen todavía el principio barroco de contribuir al esplendor de la monarquía y del trono, pero no todos creen que el gobierno monárquico sea el único legítimo o necesariamente el mejor. En este punto, como en otros, no suelen hacer profesión de fe. Un escepticismo generalizado domina la actitud intelectual y hace que todo se someta, primero, a examen y, después, a la prueba de la experiencia. Por eso se tratan preferentemente aquellos temas que admiten solución inmediata: técnicas agrícolas, mejoras de las manufacturas o reformas administrativas. Se confía en el progreso del conocimiento y en el creciente predominio de la naturaleza. El método empírico se aplica a todos los campos del saber. En consecuencia surge una extraordinaria demanda de tratados de física, botánica, química e incluso zoología, es decir, de todas las ciencias que pueden contribuir al progreso de la ganadería, de la agricultura y de la industria. Pero ese interés cognoscitivo está subordinado a aumentar la felicidad pública y privada, lo cual implica también mejorar el ordenamiento de la sociedad. Aunque la discusión recuerda las causas de la decadencia de España, el planteamiento de las reformas se enfoca desde una perspectiva cosmopolita, es decir, alzando la mirada por encima de la barrera de los Pirineos y observando lo que hacen las demás naciones. Francisco SÁNCHEZ BLANCO «Prólogo» a El ensayo español: el siglo XVIII, Crítica vernáculo: doméstico, nativo, de nuestra casa o país. estamental: perteneciente o relativo a un estrato social determinado. 3elucubrar: elaborar una divagación complicada y con apariencia profunda. 4aciago: infeliz, desgraciado. 1 2 5 Señala qué consecuencias tuvo en el pensamiento dieciochesco el escepticismo reinante y a qué campos se aplicó el método empírico. 6 ¿Por qué en el período ilustrado se publicaron numerosos tratados de determinadas ciencias? ¿Qué se buscaba finalmente? 7 ¿Desde qué perspectiva se abordaron las reformas? 8 Escribe un resumen del texto de Francisco Sánchez Blanco. 18. La literatura del siglo XVIII 327 19 ACTIVIDADES REFUERZO 1. Las acotaciones en el teatro romántico MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. La escenografía tuvo un desarrollo muy importante en el siglo XIX. Al levantarse el telón, la escena se convertía en un lugar de ilusión que se procuraba que reprodujese fielmente los espacios reales y los imaginados por los dramaturgos, y en los cuales tuvo gran relevancia la iluminación. Jornada primera Escena I Jornada segunda Escena I La escena representa la entrada del antiguo puente de barcas de Triana, el que estará practicable a la derecha. En primer término, al mismo lado, un aguaducho1 o barraca de tablas y lonas, con un letrero que diga: «Agua de Tomares»; dentro habrá un mostrador rústico con cuatro grandes cántaros, macetas de flores, vasos, un anafre2 con una cafetera de hojalata y una bandeja con azucarillos. Delante del aguaducho habrá bancos de pino. Al fondo se descubrirá de lejos, parte del arrabal de Triana, la huerta de los Remedios con sus altos cipreses, el río y varios barcos en él, con flámulas3 y gallardetes4. A la izquierda se verá en lontananza la Alameda. Varios habitantes de Sevilla cruzarán en todas direcciones durante la escena. El cielo demostrará el ponerse del sol en una tarde de julio […]. Es de noche, y el teatro representa la cocina de un mesón de la villa de Hornachuelos5. Al frente estará la chimenea y el hogar. A la izquierda, la puerta de entrada; a la derecha, dos puertas practicables. A un lado, una mesa larga de pino, rodeada de asientos toscos, y alumbrado todo por un gran candilón6. El MESONERO y el ALCALDE aparecerán sentados gravemente al fuego. La MESONERA, de rodillas, guisando. Junto a la mesa, el ESTUDIANTE, cantando y tocando la guitarra. El ARRIERO que habla, cribando7 cebada en el fondo del teatro. El TÍO TRABUCO, tendido en primer término sobre sus jalmas7. Los dos LUGAREÑOS, las dos LUGAREÑAS, la MOZA y uno de los ARRIEROS, que no habla, estarán bailando seguidillas. […] Jornada primera Escena III Jornada quinta Escena X Empieza a anochecer, y se va oscureciendo el teatro. DON ÁLVARO sale embozado en una capa de seda, con un gran sombrero blanco, botines y espuelas; cruza lentamente la escena, mirando con dignidad y melancolía a todos los lados, y se va por el puente. Todos lo observan en gran silencio. El teatro representa un valle rodeado de riscos inaccesibles y de malezas, atravesado por un arroyuelo. Sobre un peñasco accesible con dificultad, y colocado al fondo, habrá una medio gruta, medio ermita, con puerta practicable, y una campana que pueda sonar y tocarse desde dentro; el cielo representará el ponerse del sol de un día borrascoso, se irá oscureciendo lentamente la escena y aumentándose los truenos y los relámpagos. […] 1 aguaducho: puesto donde se vende agua. 2 anafre: hornillo. 3 flámula: gallardete muy corto. 4 gallardete: tira volante que disminuye hasta acabar en punta colocada en los mástiles. 5 Hornachuelos: villa de la provincia de Córdoba. 6 candilón: candil grande. Duque DE RIVAS Don Álvaro o la fuerza del sino, Cátedra 7 cribar: limpiar el trigo u otra semilla por medio de la criba, del polvo, tierra y demás impurezas. 8 jalma: aparejo que se emplea en las bestias de carga. 1 Reconoce en las cuatro acotaciones reproducidas en esta página la presentación de cuadros costumbristas, señalando sus elementos. 3 Señala en los textos elementos relacionados con los códigos visuales, detallando a qué elementos de la representación hacen referencia. 2 ¿Cómo se presenta el protagonista en la escena III de la jornada primera? Ten en cuenta que es la primera vez que aparece en escena. 4 Localiza ahora los elementos referidos a los códigos auditivos. 5 ¿Qué tipo de atmósfera se pretende crear con la última acotación? 19. La literatura del romanticismo 339 19 ACTIVIDADES REFUERZO 2. Don Álvaro o la fuerza del sino, del duque de Rivas El siguiente fragmento corresponde a la escena VII de la jornada primera de una obra cumbre del teatro romántico, Don Álvaro o la fuerza del sino, de Ángel de Saavedra, duque de Rivas. El protagonista se encuentra con su amada: están dispuestos a huir juntos, pero Leonor se encuentra muy abatida. La huida ¡Leonor! (Pausa.) DON ÁLVARO.— Fuerza bastante hay para todo en mí… ¡Desventurado! La conmoción conozco que te agita, inocente Leonor. Dios no permita que por debilidad en tal momento sigas mis pasos y mi esposa seas. Renuncio a tu palabra y juramento; hachas de muerte las nupciales teas fueran para los dos… Si no me amas como te amo yo a ti… Si arrepentida… DOÑA LEONOR.—Mi dulce esposo, con el alma y vida es tuya tu Leonor; mi dicha fundo en seguirte hasta el fin del ancho mundo. Vamos; resuelta estoy, fijé mi suerte, separarnos podrá solo la muerte. (Van hacia el balcón, cuando de repente se oye ruido, ladridos y abrir y cerrar de puertas.) DOÑA LEONOR.—¡Dios mío! ¿Qué ruido es ese? ¡Don Álvaro! CURRA.—Parece que han abierto las puertas del patio… y la de la escalera… DOÑA LEONOR.—¿Se habrá puesto malo mi padre?… CURRA.—¡Qué! No, señora; el ruido viene de otra parte. DOÑA LEONOR.—¿Habrá llegado alguno de mis hermanos? DON ÁLVARO.—Vamos, vamos, Leonor; no perdamos ni un instante. 1 Explica por qué podemos decir que estamos en presencia de un texto literario y adscríbelo al género al que pertenece. 2 ¿Cómo reacciona don Álvaro al ver abatida a doña Leonor? ¿Qué responde ella? Reconoce en sus palabras características típicas de la mujer en el teatro romántico. 340 19. La literatura del romanticismo (Vuelven hacia el balcón y de repente se ve por él el resplandor de hachones de viento y se oye el galopar de caballos.) DOÑA LEONOR.—¡Somos perdidos! Estamos descubiertos… Imposible es la fuga. DON ÁLVARO.—Serenidad es necesario en todo caso. CURRA.—¡La Virgen del Rosario nos valga y las ánimas benditas!… ¿Qué será de mi pobre Antonio? (Se asoma al balcón y grita.) ¡Antonio! ¡Antonio! DON ÁLVARO.—¡Calla, maldita! No llames la atención hacia este lado; entorna el balcón. (Se acerca el ruido de puertas y pisadas.) DOÑA LEONOR.—¡Ay, desdichada de mí! Don Álvaro, escóndete… aquí… en mi alcoba… DON ÁLVARO.—(Resuelto.) No, yo no me escondo… No te abandono en tal conflicto. (Prepara una pistola.) Defenderte y salvarte es mi obligación. DOÑA LEONOR.—(Asustadísima.) ¿Qué intentas? ¡Ay! Retira esa pistola que me hiela la sangre… ¡Por Dios, suéltala!… ¿La dispararás contra mi buen padre?… ¿Contra alguno de mis hermanos?… ¿Para matar a alguno de los fieles y antiguos criados de esta casa?… DON ÁLVARO.—(Profundamente confundido.) No, no, amor mío… La emplearé en dar fin a mi desventurada vida. DOÑA LEONOR. —¡Qué horror! ¡Don Álvaro! Duque DE RIVAS Don Álvaro o la fuerza del sino, Cátedra 3 ¿Qué peculiaridad presenta el texto principal? Reconoce en él enunciados característicos del drama romántico y algunos recursos expresivos. 4 ¿A qué elementos de la representación hacen referencia las acotaciones? 5 Realiza un resumen del fragmento. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. DOÑA LEONOR. —¡Don Álvaro! 19 ACTIVIDADES REFUERZO 4. Artículos, de Larra En su empeño por la reforma cultural y social del país, Larra criticó actitudes y comportamientos de sus contemporáneos y, a la vez, se opuso a su tendencia a la visión negativa y denigrante de España. En este artículo reflexiona sobre la frase hecha que le da título y que la mayoría repite, y exhorta a sus connacionales a cambiar ciertos hábitos y comprometerse con el bien común. En este país… —¿Qué quiere usted? —decimos—, «¡en este país!». Cualquier acontecimiento desagradable que nos suceda, creemos explicarle perfectamente con la frasecilla: «¡Cosas de este país!», que con vanidad pronunciamos y sin pudor alguno repetimos. ¿Nace esta frase de un atraso reconocido en toda la nación? No creo que pueda ser este su origen, porque solo puede conocer la carencia de una cosa el que la misma cosa conoce: de donde se infiere que si todos los individuos de un pueblo conociesen su atraso, no estarían realmente atrasados. ¿Es la pereza de imaginación o de raciocinio, que nos impide investigar la verdadera razón de cuanto nos sucede, y que se goza en tener una muletilla siempre a mano con que responderse a sus propios argumentos, haciéndose cada uno la ilusión de no creerse cómplice de un mal, cuya responsabilidad descarga sobre el estado del país en general? Esto parecería más ingenioso que cierto. Creo entrever la causa verdadera de esta humillante expresión. Cuando se halla un país en aquel crítico momento en que se acerca a una transición, y en que, saliendo de las tinieblas, comienza a brillar a sus ojos un ligero resplandor, no conoce todavía el bien, empero ya conoce el mal, de donde pretende salir para probar cualquiera otra cosa que no sea lo que hasta entonces ha tenido. Sucédele lo que a una joven bella que sale de la adolescencia; no conoce el amor todavía ni sus goces; su corazón, sin embargo, o la naturaleza, por mejor decir, le empieza a revelar una necesidad que pronto será urgente para ella, y cuyo germen y cuyos medios de satisfacción tiene en sí misma, si bien los desconoce todavía; la vaga inquietud de su alma, que busca y ansía, sin saber qué, la atormenta y la disgusta de su estado actual y del anterior en que vivía; y vésela despreciar y romper aquellos mismos sencillos juguetes que formaban poco antes el encanto de su ignorante existencia. Este es acaso nuestro estado, y este, a nuestro entender, el origen de la fatuidad que en nuestra juventud se observa: el medio saber reina entre nosotros; no conocemos el bien, pero sabemos que existe y que podemos llegar a poseerle, si bien sin imaginar aún el cómo. Afectamos, pues, hacer ascos de lo que tenemos para dar a entender a los que nos oyeron que conocemos cosas mejores, y nos queremos engañar miserablemente unos a otros, estando todos en el mismo caso. Este medio saber nos impide gozar de lo bueno que realmente tenemos, y aun nuestra ansia de obtenerlo todo de una vez nos ciega sobre los mismos progresos que vamos insensiblemente haciendo. […] Olvidemos, lo repetimos, esa funesta expresión que contribuye a aumentar la injusta desconfianza que de nuestras propias fuerzas tenemos. Hagamos más favor o justicia a nuestro país, y creámosle capaz de esfuerzos y felicidades. Cumpla cada español con sus deberes de buen patricio, y en vez de alimentar nuestra inacción con la expresión de desaliento: «¡Cosas de España!» contribuya cada cual a las mejoras posibles. Entonces este país dejará de ser tan mal tratado de los extranjeros, a cuyo desprecio nada podemos oponer, si de él les damos nosotros mismos el vergonzoso ejemplo. Mariano José DE LARRA Artículos, Castalia 1 ¿Qué preguntas se hace Larra sobre el origen de la frase? 4 ¿Qué consejos da Mariano José de Larra a modo de conclusión? 2 ¿Qué respuesta aventura? ¿Con qué comparación la desarrolla? 5 Realiza un resumen del texto. 3 ¿En qué estado considera que se encuentra el país en su época? 342 19. La literatura del romanticismo 6 Reconoce las modalidades textuales presentes en este fragmento de En este país. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. «En este país…» Esta es la frase que todos repetimos a porfía, frase que sirve de clave para toda clase de explicaciones, cualquiera que sea la cosa que a nuestros ojos choque en mal sentido. 19 ACTIVIDADES REFUERZO 6. Rimas, de Bécquer En las Rimas encontramos textos que definen la interioridad, la conciencia de la voz poética y también otros que definen el yo y el tú femenino, claves en la obra del autor, y las relaciones imposibles entre ambos. Rima 60 (XV) Saeta que voladora cruza, arrojada al azar, y que no se sabe dónde temblando se clavará; hoja que del árbol seca arrebata el vendaval, y que no hay quien diga el surco donde el polvo volverá. Gigante ola que el viento riza y empuja en el mar y rueda y pasa y se ignora qué playa buscando va. Luz que en cercos temblorosos brilla próxima a expirar, y que no se sabe de ellos cuál el último será. Eso soy yo que al acaso cruzo el mundo sin pensar de dónde vengo ni a dónde mis pasos me llevarán. 5 10 15 20 Gustavo Adolfo BÉCQUER Libro de los gorriones, Planeta 1 Identifica los elementos que se nombran en las cuatro primeras estrofas de la Rima 15 y menciona: 쮿 Qué movimientos realizan. 쮿 Quién o qué los causa. 쮿 Cuáles son sus destinos. 2 La última estrofa aclara que los elementos que has nombrado en la actividad 1 se identifican con el yo poético, ¿qué similitudes se establecen? Cendal flotante de leve bruma, rizada cinta de blanca espuma, rumor sonoro de arpa de oro, beso del aura, onda de luz, eso eres tú. Tú, sombra aérea, que cuantas veces voy a tocarte te desvaneces. ¡Como la llama, como el sonido, como la niebla, como el gemido del lago azul! En mar sin playas onda sonante, en el vacío cometa errante, largo lamento del ronco viento, ansia perpetua de algo mejor, eso soy yo. ¡Yo, que a tus ojos en mi agonía los ojos vuelvo de noche y día; yo, que incansable corro y demente tras una sombra, tras la hija ardiente de una visión! 5 10 15 20 Gustavo Adolfo BÉCQUER Libro de los gorriones, Planeta 5 ¿Consigue comunicarse el yo poético con la destinataria? 6 En la tercera estrofa se describe el yo poético, ¿qué elementos aparecen y qué rasgos suyos transmiten? 7 Explica el contenido de la última estrofa; ¿qué persigue la voz poética? 8 Reconoce los recursos expresivos principales con que se desarrolla el contenido. 3 Determina el tema del poema y analiza los recursos expresivos que lo estructuran. 9 Realiza el análisis métrico de ambas composiciones. 4 ¿Qué elementos se identifican con el tú en la Rima 60? ¿A qué ámbito pertenecen? 10 Relaciona los temas de estos textos con los de la obra poética del autor. 344 19. La literatura del romanticismo MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Rima 15 (II) 19 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 7. Las Leyendas, de Bécquer Las Leyendas contienen narraciones muy diversas de las que se han destacado sus valores estilísticos (se ha hablado de «poemas en prosa») en relación con la prosa de la época, especialmente sus descripciones pictóricas y el hincapié que Bécquer pone en la expresión de las sensaciones. En El rayo de luna, Manrique, un noble imaginativo y poeta, ama la soledad y sueña con el amor; una noche de luna se interna en las desiertas ruinas de los Templarios, ve agitarse una cosa blanca y cree que es el traje de una mujer misteriosa. Al hallarla a esa hora y en ese lugar, se convierte en la dama de sus sueños e inicia su búsqueda. Dos meses después de buscarla en vano, se produce el descubrimiento. El rayo de luna Yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia; lo que puedo decir es que en su fondo hay una verdad, una verdad muy triste, de la que acaso yo seré uno de los últimos en aprovecharme, dadas mis condiciones de imaginación. Otro, con esta idea, tal vez hubiera hecho un tomo de filosofía lacrimosa; yo he escrito esta leyenda, que a los que nada vean en su fondo, al menos podrá entretener un rato. […] La noche estaba serena y hermosa; la luna brillaba en toda su plenitud, en lo más alto del cielo, y el viento suspiraba con un rumor dulcísimo entre las hojas de los árboles. Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la bóveda de los árboles cuando el viento movía las ramas. *** —¿Queréis que os diga una cantiga, la última que ha compuesto mosén 1 Arnaldo, el trovador provenzal? Salió de él, encaminó sus pasos hacia la oscura alameda que conduce al Duero, y aún no había penetrado en ella cuando de sus labios se escapó un grito de júbilo. —¡No! ¡No! —exclamó el joven, incorporándose colérico en su sitial—. No, no quiero nada… es decir, sí quiero… quiero que me dejéis solo… Cantigas…, mujeres…, gloria…, felicidad…; mentira todo, fantasmas vanos que formamos en nuestra imaginación y vestimos a nuestro antojo, y los amamos y corremos tras ellos, ¿para qué?, ¿para qué? Para encontrar un rayo de luna. Había visto flotar un instante y desaparecer el extremo del traje blanco, del traje blanco de la mujer de sus sueños, de la mujer que ya amaba como un loco. Manrique estaba loco; por lo menos, todo el mundo lo creía así. A mí, por el contrario, se me figuraba que lo que había hecho era recuperar el juicio. Manrique llegó al claustro, tendió la vista por su recinto, y miró a través de las macizas columnas de sus arcadas… Estaba desierto. Corre, corre en su busca; llega al sitio en que la ha visto desaparecer; pero al llegar se detiene, fija los espantados ojos en el suelo, permanece un rato inmóvil; un ligero temblor nervioso agita sus miembros, un temblor que va creciendo, que va creciendo y ofrece los síntomas de una verdadera convulsión, y prorrumpe al fin en una carcajada sonora, estridente, horrible. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos; pero había brillado a sus pies un instante, no más que un instante. Gustavo Adolfo BÉCQUER Rimas y leyendas Espasa Calpe 1 mosén: título que se daba a los clérigos y a los nobles de segunda clase en el antiguo reino de Aragón. 1 Justifica la adscripción del texto al género narrativo. 5 Justifica el cambio en el tiempo verbal que se aprecia en el relato. 2 Caracteriza al narrador y explica el contenido de sus intervenciones inicial y final. 6 Analiza los recursos expresivos y la adjetivación empleada en este texto. 3 Resume el contenido del segundo fragmento. 7 Reconoce en ambos fragmentos el empleo de los discursos referencial, descriptivo, dramático, valorativo y universal. 4 Explica los elementos característicos de la narración presentes en él. 쮿 Personajes 쮿 Acción 쮿 Tiempo 쮿 Espacio 8 ¿Qué características del romanticismo observas en el texto? 19. La literatura del romanticismo 345 Evaluación 19 Noche y sueño, por Evelyn de Morgan. Rima 33 (XXIV) Dos rojas lenguas de fuego que a un mismo tronco enlazadas se aproximan, y al besarse forman una sola llama. Dos notas que del laúd a un tiempo la mano arranca, y en el espacio se encuentran y armoniosas se abrazan. Dos olas que vienen juntas a morir sobre una playa y que al romper se coronan con un penacho de plata. 5 Dos jirones1 de vapor que del lago se levantan, y al reunirse en el cielo 15 forman una nube blanca. Dos ideas que al par brotan, dos besos que a un tiempo estallan, dos ecos que se confunden, eso son nuestras dos almas. 20 Gustavo Adolfo BÉCQUER Rimas, Castalia 10 1 jirón: parte o porción pequeña de un todo. 1. Enumera los elementos que se mencionan en las cuatro 6. ¿En qué etapa del romanticismo se incluyen los poemas primeras estrofas del poema. ¿Qué les ocurre? ¿En qué se transforman? de Bécquer? ¿En qué se diferencia esta poesía de la de la primera mitad del siglo? Cita el poeta más importante de este último período y sus principales obras. 2. ¿En qué se distingue de las anteriores la estructura de la última estrofa? Indica qué información aporta acerca del emisor y del contenido del texto. 3. Enuncia el tema que trata Gustavo Adolfo Bécquer en 7. Explica los géneros de la prosa romántica y sitúa la obra de Larra en ese contexto. Enuncia las características fundamentales de sus artículos. esta composición y relaciónalo con otros motivos característicos de su obra lírica. 8. Menciona los rasgos principales del drama romántico 4. ¿Qué recurso estilístico propio de las Rimas aparece en 9. ¿Qué innovaciones introduce Don Juan Tenorio? Comenta la número 33? Señala los principales recursos expresivos y realiza su análisis métrico. 5. Menciona otros temas que Bécquer haya tratado con frecuencia en las Rimas y explica su vinculación con el romanticismo. y ejemplifícalos con Don Álvaro o la fuerza del sino. los aspectos más relevantes de esta pieza. 10. Redacta un texto sobre la pervivencia actual del romanticismo: ten en cuenta rasgos generales, temas y motivos tratados, estética, huella en distintos medios de expresión (literatura, cine, series televisivas ). 329 19. La literatura del romanticismo 20 ACTIVIDADES REFUERZO 1. Un fragmento de la primera parte de Fortunata y Jacinta MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Fortunata y Jacinta es una de las obras más importante de la narrativa realista. En este fragmento, que pertenece a la primera parte de la novela, Juan Santa Cruz, que está borracho, habla con su mujer sobre Fortunata, durante el viaje de novios. —¡Si la hubieras visto!… Fortunata tenía los ojos como dos estrellas, muy semejantes a los de la Virgen del Carmen que antes estaba en Santo Tomás, y ahora en San Ginés. Pregúntaselo a Estupiñá; pregúntaselo si lo dudas…, a ver… Fortunata tenía las manos bastas de tanto trabajar; el corazón lleno de inocencia… Fortunata no tenía educación; aquella boca tan linda se comía muchas letras y otras las equivocaba. Decía indilugencias, golver, asín. Pasó su niñez cuidando el ganado. ¿Sabes lo que es el ganado? Las gallinas. Después criaba los palomos a sus pechos. Como los palomos no comen sino del pico de la madre, Fortunata se los metía en el seno. ¡Y si vieras tú qué seno tan bonito! Solo que tenía muchos rasguños que le hacían los palomos con los garfios de sus patas. Después cogía en la boca un buche de agua y algunos granos de algarroba, y metiéndose el pico en la boca… les daba de comer… Era la paloma madre de los tiernos pichoncitos… Luego les daba su calor natural…, los arrullaba, les hacía rorrooó…, les cantaba canciones de nodriza… ¡Pobre Fortunata, pobre Pitusa!… ¿Te he dicho que la llamaban la Pitusa? ¿No?… Pues te lo digo ahora. Que conste… Yo la perdí…, sí…, que conste también; es preciso que cada cual cargue con su responsabilidad… Yo la perdí; la engañé, le dije mil mentiras, le hice creer que me iba a casar con ella. ¿Has visto? ¡Si seré pillín!… Déjame que me ría un poco… Sí, todas las papas1 que yo le decía se las tragaba… El pueblo es muy inocente, es tonto de remate; todo se lo cree con tal que se lo digan con palabras finas… La engañé, le garfiñé2 su honor, y tan tranquilo. Los hombres, digo, los señoritos, somos unos miserables; creemos que el honor de las hijas del pueblo es cosa de juego… No pongas esa cara, vida mía. Comprendo que tienes razón; soy un infame, merezco tu desprecio. Porque… lo que tú dirás: una mujer es siempre una criatura de Dios, ¿verdad? Y yo, después que me divertí con ella, la dejé abandonada en medio de las calles…; justo…, su destino es el destino de las perras… Di que sí. […] 1 ¿Qué características del personaje de Fortunata destaca Juan Santa Cruz en este texto? ¿Con qué la identifica? 2 Explica qué juicios formula acerca de su relación con ella. ¿Por qué termina? ¿De qué se entera al final? 3 ¿Qué visión tiene el señorito del pueblo? ¿Por qué afirma que les atrae a los burgueses como él? Me idolatraba. Creía que yo no era como los demás, que era la caballerosidad, la hidalguía, la decencia, la nobleza en persona, el acabose de los hombres… ¡Nobleza! ¡Qué sarcasmo! Nobleza en la mentira; digo que no puede ser…, y que no, y que no… ¡Qué humanidad tan farsante! El pobre siempre debajo; el rico hace lo que le da la gana. Yo soy rico… Di que soy inconstante… La ilusión de lo pintoresco se iba pasando. La grosería con gracia seduce algún tiempo, después marea… Cada día me pesaba más la carga que me había echado encima. El picor del ajo me repugnaba. Deseé, puedes creerlo, que la Pitusa fuera mala para darle una puntera… Pero, quiá3…; ni por esas… ¿Mala ella? A buena parte… Si le mando echarse al fuego por mí, ¡al fuego de cabeza! […] El hastío era ya irresistible. La misma Pitusa me era odiosa, como las palabras inmundas… Un día dije vuelvo, y no volví más… Lo que decía Villalonga: cortar por lo sano… Yo tenía algo en mi conciencia, un hilito que me tiraba hacia allá… Lo corté… Fortunata me persiguió: tuve que jugar al escondite. Ella por aquí, yo por allá… Yo me escurría como una anguila. No me cogía, no. El último a quien vi fue a Izquierdo; le encontré un día subiendo la escalera de mi casa. Me amenazó; díjome que la Pitusa estaba cambrí4 de cinco meses… ¡Cambrí de cinco meses!… Alcé los hombros… Dos palabras él, dos palabras yo…; alargué este brazo, y plaf… Izquierdo bajó de golpe un tramo entero… Otro estirón, y plaf…, de un brinco el segundo tramo… y con la cabeza para abajo… Benito PÉREZ GALDÓS Fortunata y Jacinta, Hernando 1 papa: aquí «mentira». 2 garfiñar: (en germanía) hurtar, robar. 3 quiá: (en germanía) interjección utilizada para expresar desconocimiento o sorpresa. 4 cambrí: embarazada. 4 Señala la técnica narrativa utilizada por Galdós en este fragmento. 5 Comenta el lenguaje empleado por el personaje en relación con su situación y condición social. 6 Relaciona el comentario anterior con las características de la novela realista en general y de la obra de Galdós en particular. 20. La narrativa realista 359 20 ACTIVIDADES REFUERZO 2. Misericordia, de Benito Pérez Galdós Los ambientes retratados por la novela realista abarcan toda la diversidad social de la época: desde las clases más acomodadas hasta las más humildes, e incluso los más desamparados. En este pasaje, Benina, protagonista de Misericordia, luego de mostrar su gran piedad alimentando a un nutrido grupo de indigentes, encuentra a un mendigo anciano quien le da noticias sobre su amigo Almudena. Díjole después el pobre viejo que se moría de hambre; que no había entrado en su boca, en tres días, más que un pedazo de bacalao crudo que le dieron en una tienda, y algunos corruscos1 de pan, que mojaba en la fuente para reblandecerlos, porque ya no tenía hueso en la boca. Desde el día de San José que quitaron la sopa en el Sagrado Corazón, no había ya remedio para él; en parte alguna encontraba amparo; el cielo no le quería, la tierra tampoco. Con ochenta y dos años cumplidos el 3 de febrero, San Blas bendito, un día después de la Candelaria, ¿para qué quería vivir más ni qué se le había perdido por acá? Un hombre que sirvió al Rey doce años; que durante cuarenta y cinco había picado miles de miles de toneladas de piedra en esas carreteras de Dios, y que siempre fue bien mirado y puntoso, nada tenía que hacer ya, más que encomendarse al sepulturero para que le pusiera mucha tierra, mucha tierra encima, y apisonara bien. En cuanto que colocara a las dos criaturas, se acostaría para no levantarse hasta el día del Juicio por la tarde… ¡y se levantaría el último! Traspasada de pena Benina al oír la referencia de tanto infortunio, cuya sinceridad no podía poner en duda, dijo al anciano que la llevara a donde estaba la niña enferma, y pronto fue conducida a un cuarto lóbrego, en la planta baja de la casa grande de corredor, donde juntos vivían, por el pago de tres pesetas al mes, media docena de pordioseros con sus respectivas proles. La mayor parte de estos hallábanse a la sazón en Madrid, buscando la santa perra2. Solo vio Benina una vieja petiseca3 y dormilona, que parecía alcoholizada, y una mujer panzuda, tumefacta, de piel vinosa y tirante, como la de un corambre4 repleto, con la cara erisipelada5, mal envuelta en trapos de distintos colores. En el suelo, sobre un colchón flaco, cubierto de pedazos de bayeta amarilla y de jirones de mantas morellanas, yacía la niña enferma, como de seis años, el rostro lívido, los puños cerrados en la boca. «Lo que tiene esta criatura es hambre» —dijo Benina, que habiéndola tocado en la frente y manos, la encontró fría como el mármol. —Puede que así sea, porque cosa caliente no ha entrado en nuestros cuerpos desde ayer. Benito PÉREZ GALDÓS Misericordia , Cátedra corrusco: parte del pan más tostada que corresponde a los extremos o al borde. 2santa perra: dinero. 3petiseca: raquítica, rugosa. 1 1 En el texto se retrata el mundo de los mendigos; señala qué casos presenta y las características del espacio en el que se desarrolla la escena. 2 ¿Cómo reacciona Benina? ¿Qué consigue la anciana con su actitud? 360 20. La narrativa realista 4 corambre: conjunto de cueros o pellejos. 5 erisipelado: que padece erisipela, infección microbiana de la piel. 3 Comenta las técnicas narrativas utilizadas en este texto. 4 Indica las características de la novela realista que aparecen en este pasaje de Misericordia, de Benito Pérez Galdós, correspondiente al ciclo de novelas espiritualistas del autor. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. No necesitó más la bondadosa anciana para que se le desbordase la piedad, que caudalosa inundaba su alma; y llevando a la realidad sus intenciones con la presteza que era en ella característica, fue al instante a la tienda de comestibles, que en el ángulo de aquel edificio existe, y compró lo necesario para poner un puchero inmediatamente, tomando además huevos, carbón, bacalao… pues ella no hacía nunca las cosas a medias. A la hora, ya estaban remediados aquellos infelices, y otros que se agregaron, inducidos por el olor que por toda la parte baja de la colmena prontamente se difundió. Y el Señor hubo de recompensar su caridad, deparándole, entre los mendigos que al festín acudieron, un lisiado sin piernas que andaba con los brazos, el cual le dio por fin noticias verídicas del extraviado Almudena. 20 ACTIVIDADES AMPLIACIÓN 3. El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón Pedro Antonio de Alarcón (1833-1891) escribió cuentos, novelas y artículos de crítica literaria. Su primera novela, El final de Norma (1850), está dentro de la tendencia romántica. Toda su obra posterior se caracteriza por la combinación de rasgos del romanticismo y del realismo. Entre sus más importantes creaciones pueden citarse El escándalo (1875) y El niño de la bola (1880). Se trata de novelas de tesis que evidencian un gran conservadurismo político y literario; la preocupación religiosa y por el orden social establecido son dos constantes de su literatura. En La moral en el arte (1877), discurso que pronunció a propósito de su ingreso en la Real Academia Española, expuso sus ideas acerca de la finalidad didáctica y el sentido moral y religioso que, a su juicio, debía tener la novela. Su obra más importante es El sombrero de tres picos (1874), una narración breve de enredo, de carácter cómico, que transcurre a principios del siglo XIX. El relato contiene animados cuadros de costumbres y desarrolla la historia, sacada de un romance tradicional, de un corregidor que intenta conseguir los favores de una molinera casada. El molino Por varias y diversas razones, hacía ya algún tiempo que aquel molino era el predilecto punto de llegada y descanso de los paseantes más caracterizados de la mencionada ciudad… Primeramente, conducía a él un camino carretero, menos intransitable que los restantes de aquellos contornos. En segundo lugar, delante del molino, había una plazoletilla, empedrada, cubierta por un parral enorme, debajo del cual se tomaba muy bien el fresco en verano y el sol en invierno, merced a la alternada ida y venida de los pámpanos1… En tercer lugar, el molinero era un hombre muy respetuoso, muy discreto, muy fino, que tenía lo que se llama don de gentes, y que obsequiaba a los señores que solían honrarlo con su tertulia vespertina ofreciéndoles… lo que daba el tiempo, ora habas verdes, ora cerezas y guindas, ora lechugas en rama y sin sazonar (que están muy buenas cuando se las acompaña de macarros2 de pan y aceite; macarros que se encargaban de enviar por delante sus señorías), ora melones, ora uvas de aquella misma parra que les servía de dosel3, ora rosetas de maíz si era invierno, y castañas asadas, y almendras y nueces, y de vez en cuando, en las tardes muy frías, un trago de vino de pulso (dentro ya de la casa y al amor de la lumbre), a lo que por Pascuas se solía añadir algún pestiño, algún mantecado, algún rosco o alguna lonja de jamón alpujarreño. —Tan rico era el molinero, o tan imprudentes sus tertulianos —exclamaréis interrumpiéndome. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. Ni lo uno ni lo otro. El molinero solo tenía un pasar, y aquellos caballeros eran la delicadeza y el orgullo personificados. Pero en unos tiempos en que se pagaban cincuenta y tantas contribuciones a la Iglesia y el Estado, poco arriesgaba un rústico de tan claras luces como aquel de tenerse ganada la voluntad de regidores, canónigos, frailes, escribanos y demás personas de campanillas. Así es que no faltaba quien dijese que el tío Lucas (tal era el nombre del molinero) se ahorraba un dineral al año a fuerza de agasajar a todo el mundo. «Vuestra merced me va a dar una puertecilla vieja de la casa que ha derribado» —decíale a uno—. «Vuestra señoría —decíale a otro— va a mandar que me rebajen el subsidio, o la alcabala4, o la contribución de frutos civiles.» «Vuestra reverencia me va a dejar coger en la huerta del convento una poca hoja para mis gusanos de seda.» «Vuestra ilustrísima me va a dar permiso para traer una poca leña del monte X.» Pedro Antonio DE ALARCÓN El sombrero de tres picos, Edelvives 1 pámpano: nombre que reciben las hojas de la parra. 2 macarro: panecillo de forma alargada y una libra de peso. 3 dosel: mueble que a cierta altura cubre o resguarda un altar, sitial, lecho, etc., adelantándose en pabellón horizontal y cayendo por detrás a modo de colgadura. 4 alcabala: tributo del tanto por ciento del precio que pagaba al fisco el vendedor en el contrato de compraventa y ambos contratantes en el de permuta. 1 La acción de El sombrero de tres picos se desarrolla en Andalucía; comenta algunos rasgos costumbristas. 4 Señala qué rasgos de la narrativa realista están presentes en este pasaje de El sombrero de tres picos. 2 Analiza el narrador, las perspectivas y las técnicas narrativas utilizadas. 5 ¿Cuáles son las características del protagonista del relato de Pedro Antonio de Alarcón? 3 Indica las intervenciones del narrador y las apelaciones al receptor que observes. 6 Señala qué justificación de su conducta ofrece el narrador. 20. La narrativa realista 361 20 ACTIVIDADES REFUERZO 4. La procesión de Viernes Santo en Vetusta En el siguiente pasaje de La Regenta abundan las imágenes que representan percepciones sensoriales. Ana ha decidido participar en la procesión del Viernes Santo, descalza, vestida de Nazareno, como prueba de adhesión y fidelidad espiritual al Magistral, pero cuando llega el momento se arrepiente. Los ciudadanos de Vetusta no se pierden el espectáculo del cortejo, admirados y escandalizados. El vía crucis de Ana Ozores Los tambores vibraban fúnebres, tristes, empeñados en resucitar un dolor muerto hacía diecinueve siglos; a don Víctor sí le sonaba aquello a himno de muerte; se le figuraba ya que llevaban a su mujer al patíbulo1. El redoble del parche se destacaba en un silencio igual y monótono. En la calle estrecha, de casas oscuras, se anticipaba el crepúsculo; las largas filas de hachas encendidas se perdían a lo lejos, hacia arriba, mostrando la luz amarillenta de los pabilos2, como un rosario de cuentas doradas, roto a trechos. En los cristales de las tiendas cerradas y de algunos balcones se reflejaban las llamas movibles; subían y bajaban en contorsiones fantásticas, como sombras lucientes, en confusión de aquelarre. Aquella multitud silenciosa, aquellos pasos sin ruido, aquellos rostros sin expresión de los colegiales de blancas albas que alumbraban con cera la calle triste daban al conjunto apariencia de ensueño. No parecían seres vivos aquellos seminaristas cubiertos de blanco y negro, pálidos unos, con cercos morados en los ojos, otros morenos, casi negros, de pelo en matorral, casi todos cejijuntos, preocupados con la idea fija del aburrimiento, máquinas de hacer religión, reclutas de una leva3 forzosa del hambre y de la holgazanería. Iban a enterrar a Cristo, como a cualquier cristiano, sin pensar en Él; a cumplir con el oficio. […] Leopoldo ALAS, CLARÍN La Regenta, Castalia 1 patíbulo: tablado o lugar en que se ejecuta la pena de muerte. 2 pabilo: mecha que esta en el centro de la vela. 3 leva: partida de las embarcaciones. Recluta de gente. 4 Jorge Sandio: castellanización de George Sand, seudónimo de Amandine Aurore Lucille Dupin, escritora francesa. 5 fatuo: falto de razón o entendimiento. Lleno de presunción o vanidad infundada o ridícula. 1 Explica brevemente el argumento de este pasaje de La Regenta. 5 ¿Qué técnicas narrativas se usan para expresar la interioridad del personaje? 2 Relaciona los pensamientos y sentimientos de Ana Ozores con lo que conoces de la obra. 6 El texto comienza con la descripción de la procesión; comenta las imágenes que refieren percepciones acústicas y visuales. 3 Analiza el narrador y su perspectiva en este texto del realismo. 4 Reconoce los casos de discurso valorativo del narrador. 362 20. La narrativa realista 7 ¿Qué alusiones literarias se incorporan en el fragmento? 8 Analiza los recursos expresivos del texto. MATERIAL FOTOCOPIABLE / © Oxford University Press España, S. A. También Ana parecía de madera pintada; su palidez era como un barniz. Sus ojos no veían. A cada paso creía caer sin sentido. Sentía en los pies, que pisaban las piedras y el lodo, un calor doloroso; cuidaba de que no asomasen debajo de la túnica morada; pero a veces se veían. Aquellos pies desnudos eran para ella la desnudez de todo el cuerpo y de toda el alma. «¡Ella era una loca que había caído en una especie de prostitución singular!; no sabía por qué, pero pensaba que después de aquel paseo a la vergüenza ya no había honor en su casa. Allí iba la tonta, la literata, Jorge Sandio4 la mística, la fatua5, la loca, la loca sin vergüenza.» Ni un solo pensamiento de piedad vino en su ayuda en todo el camino. El pensamiento no le daba más que vinagre en aquel calvario de su recato. Hasta recordaba textos de fray Luis de León en La perfecta casada, que, según ella, condenaban lo que estaba haciendo. «Me cegó la vanidad, no la piedad», pensaba. «Yo también soy cómica, soy lo que mi marido.» Si alguna vez se atrevía a mirar hacia atrás, a la Virgen, sentía hielo en el alma. «La Madre de Jesús no la miraba, no hacía caso de ella»; pensaba en su dolor cierto; ella, María, iba allí porque delante llevaba a su Hijo muerto, pero Ana, ¿a qué iba?… Evaluación 20 Fotograma de La Regenta, serie televisiva dirigida por Fernándo Méndez-Leite. En la imagen los actores Carmelo Gómez como Fermín de Pas y Aitana Sánchez-Gijón como Ana Ozores. La caída de Ana Ozores Servanda iba y venía como una estatua en movimiento y los demás vetustenses no entraban en el caserón de los Ozores después de la muerte de don Víctor. No entraban. Vetusta la noble estaba escandalizada, horrorizada. Unos a otros, con cara de hipócrita compunción, se ocultaban los buenos vetustenses el íntimo placer que les causaba «aquel gran escándalo que era como una novela», algo que interrumpía la monotonía eterna de la ciudad triste. Pero ostensiblemente pocos se alegraban de lo ocurrido. ¡Era un escándalo! ¡Un adulterio descubierto! ¡Un duelo! ¡Un marido, un ex regente de Audiencia, muerto de un pistoletazo en la vejiga! En Vetusta, ni aun en los días de la revolución había habido tiros. No había costado a nadie un cartucho la conquista de los derechos inalienables del hombre. Aquel tiro de Mesía, del que tenía la culpa la Regenta, rompía la tradición pacífica del crimen silencioso, morigerado y precavido. Ya se sabía que muchas damas principales de la Encimada y de la Colonia engañaban o habían engañado o estaban a punto de engañar 1. ¿Cómo reaccionan los habitantes de Vetusta ante la muerte de don Víctor? ¿Cuáles son sus actitudes y sus sentimientos hacia Ana? ¿Qué críticas se observan? 2. Relaciona el pasaje con el contenido general de la novela. 3. Analiza el narrador, su perspectiva y las técnicas narrativas empleadas en el texto. 4. Señala las características de la protagonista y sus relaciones con Vetusta. Alude a los otros personajes. 5. Explica los aspectos más relevantes de esta novela: tema, estructura, técnicas narrativas. a sus respectivos esposos, ¡pero no a tiros! La envidia, que hasta se había disfrazado de admiración, salió a la calle con toda la amarillez de sus carnes. Y resultó que envidiaban en secreto la hermosura y la fama de virtuosa de la Regenta, no solo Visitación Olías de Cuervo y Obdulia Fandiño y la baronesa de la «Deuda Flotante», sino también la gobernadora, y la de Páez y la señora de Carraspique y la de Rianzares, o sea, el Gran Constantino, y las criadas de la marquesa y toda la aristocracia, y toda la clase media y hasta las mujeres del pueblo y ¡quién lo dijera! la marquesa misma, aquella doña Rufina tan liberal que con tanta magnanimidad se absolvía a sí misma de las «ligerezas» de la juventud ¡y otras! Hablaban mal de Ana Ozores todas las mujeres de Vetusta y hasta la envidiaban y despellejaban muchos hombres con alma como la de aquellas mujeres. Leopoldo ALAS, CLARÍN La Regenta, Alianza 6. Señala rasgos generales de la novela realista y reconoce los que estén presentes en el texto. 7. Cita las etapas en la novelística de Galdós, explica sus características y menciona sus principales obras. 8. ¿Qué conflictos se desarrollan en Fortunata y Jacinta? Analiza el espacio y el tiempo de la acción y relaciónalos con las intenciones y novelas del autor. 9. Cita otros escritores y obras del realismo. 10. Escribe una descripción realista de una escena de tu centro escolar: puede ser la entrada a clase o el recreo. 347 20. La narrativa realista