REVISI N DE TEMA
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REVISI N DE TEMA
Rodaje de las aventuras de Robinson Crusoe (1952), cubierta posterior. Luis Buñuel, filmografía completa. Bill Krohn y Paul Duncan Barcelona, TASCHEN 91 REVISI oN DE TEMA ó Bandas sonoras Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 92 IMAGEN, PÚBLICO Y SONIDO: RELACIONES ENTRE EL SÉPTIMO ARTE Y MÚSICA Juan Pablo Rengifo Gómez Director Centro de Estudios Musicales Correspondencia para el autor: [email protected] Recibido: 15 de abril 2010 Aprobado: 24 de mayo de 2010 RESUMEN SUMMARY El siguiente artículo tiene como propósito ilustrar la relación existente entre las producciones musicales, algunos términos asociados con los roles, funciones, y compositores y algunas de las obras más sobresalientes del séptimo arte. Desde sus inicios, la música que se ha desarrollado alrededor de la industria del cine, inclusive desde el cine mudo, ha presentado un sinnúmero de avances tanto en su elaboración técnica como en su tipo de lenguaje. Autores destacados como Michel Chion, Rusell Lack, Richard Davis y Hans Eisler describen de manera muy acertada la relación histórica que ha surgido entre estas dos artes. The following article presents an overview of the relation between musical production, musical terms related to functions, roles and composers, and some of the masterpieces in motion picture arts. From the beginning, music that has been developed around the film industry has significantly advanced and showed the world numerous achievements both in technical production and its language. Important authors such as Michel Chion, Rusell Lack, Richard Davis and Hans Eisler effectively describe the historic relationship that has been created between music and film. Palabras clave: música, cine, imagen, leitmotiv, Richard Wagner y John Williams. Key words: music, film, image, leitmotiv, Richard Wagner and John Williams. El Astrolabio 93 INTRODUCCIÓN Este artículo como parte del trabajo investigativo del CEM (Centro de Estudios Musicales) pretende ofrecer según la visión de algunos autores, teóricos y compositores destacados en el mundo del cine y la música, una mirada sobre las distintas aproximaciones en la creación musical y su interacción con la industria del cine, descripciones sobre la utilización de términos, conceptos y finalmente posiciones de directores y compositores. La música como una manifestación artística que actúa de manera vertiginosa en la historia de las sociedades, posee como elemento y carácter esencial un referente filosófico que se ha manifestado en la cultura occidental. Filósofos del siglo XIX como Nietzsche y Schopenhauer, apuntaban que la música permitía un acceso a un reino de conocimiento primordial, intuitivo, inalcanzable a través de cualquier otra forma artística, ya que las otras artes permitían representar de manera material los sentimientos en la pintura y la arquitectura (Lack, 1997). En este sentido, la representación del producto musical ha sido considerada como un ‘algo’ de carácter abstracto, entendiendo que el sonido, no es posible de palpar o tocar, pero sí de percibir y sentir más allá de los sentimientos o estados del alma que pueda generar. La llegada del cine hablado revolucionó la estética del nuevo arte, y los cineastas inmediatamente tomaron una posición ante el suceso. Al borde de la quiebra en 1926, la Warner Brothers Entertainment, Inc (quien es hoy uno de los más grandes productores de cine y televisión del mundo, y que actualmente es una filial del conglomeradoTime Warner con sede en Burbank, California, Estados Unidos) intentó conseguir el sonido en el cine, un intento desesperado por superar la coyuntura adver sa reflejada en la futura crisis económica en USA. La novedad fue acogida por el público con interés, pero con un gran escepticismo entre hombres del cine como Charles Chaplin y René Clair quienes creían que el cine debía expresarse en el lenguaje univer sal de sus imágenes. Consideraban que la lengua de cada nación solo daría al cine una coloración musical. Hubo directores, como el francés Marcel Pagnol, quién identificó en el advenimiento del sonido la oportunidad de llevar nuevamente el teatro a la pantalla (Zubiaur, 1999). Rodaje de Bella de Día (1962). Luis Buñuel, filmografía completa. Bill Krohn y Paul Duncan Barcelona, TASCHEN, p:182 Pero para hablar formalmente sobre los inicios y la relación entre la música y el cine, como referente histórico de la producción musical, es importante señalar que la mayor parte de la música para cine era clásica. Es importante resaltar que las primeras experiencias cinematográficas musicales eran realizadas con intérpretes en vivo. Esto implicaba una percepción y apreciación totalmente distinta de la función y sentido de la música asociada a la imagen. En sus inicios, la música compuesta para cine era interpretada dentro de una sala, como acompañamiento de las imágenes mudas, para impregnarle un carácter de emocionalidad y crear un ambiente dramático para el espectador. En esas presentaciones, los músicos pianistas Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 94 eran quienes improvisaban melodías cortas para escenas de carácter descriptivo que constituían el cine. La función de la música en esos primeros años se basaba en subrayar la ‘acción’ llevada a la pantalla. El pianista debía ser versátil y el orquestador sincronizar la música con la acción, es decir, combinando dos artes en una (Limbacher, 2000). La primera película que contó con la elaboración de una banda sonora pregrabada fue El cantor de jazz (1927), en donde la música interpretada por el personaje principal, se suministraba gracias a un disco sincronizado (Lord y Snelson, 2008). Quizás la importancia de esta película radica en un hecho histórico, en el que se pasa de la producción del cine mudo al sonoro y, en otro sentido, la representación de un joven cantante judío que desafía las tradiciones religiosas convirtiéndose en artista y cantante de jazz. Pero la historia se remonta unos años antes de la aparición de El cantor de jazz. Fue el 28 de diciembre de 1895, en el sótano del Grand Café ubicado en el bulevar des Capucines de París, donde tuvo lugar la primera aparición en público, con tiquete, de lo que se consideraría como una ‘película’ que una joven espectadora llamó ‘el molinillo de imágenes’. El responsable de esta hazaña, fue el famoso empresario Antoine Lumière quien junto con sus hijos impulsó con la ayuda de otros pudientes empresarios, franceses y extranjeros, después de un siglo de arduo trabajo, la realización de un sueño prácticamente imposible: reproducir el movimiento de los seres vivos en forma de imágenes, pintadas o fotografiadas (Beylie,2006). ASPECTOS Y CONCEPTOS MUSICALES ASOCIADOS AL CINE Básicamente, la música para cine ha de cumplir con respecto a la película las siguientes funciones: El Astrolabio • Atmósfera (tiempo y lugar) • Subrayar refinamientos psicológicos (por refuerzo o por contrapunto) • Fondo neutro (mantenedor del tono de la película, es la labor más complicada) • Continuidad (montaje sonoro) • Sentido final de la escena o película (punto culminante, etc.) • La música para cine se llama también incidental Los sonidos asociados a la imagen, hacen persuadir al oyente o espectador sobre lo que ‘realmente’ sucede en un film. Uno de los términos más comunes utilizados en el leguaje cinematográfico es el de banda sonora. Este término es entendido como, aquel material que acompaña la imagen incluyendo ruidos, voz, efectos y música. La banda sonora como la imagen, puede reproducirse un número indeterminado de veces, lo que convierte al cine en algo permanente en el tiempo y espacio, ya sea como una novela o un cuadro. La música como un tipo de obra ejecutada se convierte en un concepto inestable (Lack, 1997). Christian Metz en su publicación ‘Aural Objects’ define el sonido en el film como ‘off’ (es decir literalmente fuera de la pantalla) cuando de hecho es la fuente sonora la que se encuentra fuera de la pantalla. Por lo tanto, una ‘voz en off de pantalla’ es definida como aquella que pertenece al personaje quien no aparece (visualmente) en la pantalla. De hecho, existe la tendencia a creer que un sonido en sí mismo nunca está en ‘off’: éste es audible o simplemente no existe. Cuando existe, no es posible situarlo al interior de un rectángulo o por fuera de él, pues la naturaleza del sonido implica difuminarse entre todo el espacio: el sonido se propaga simultáneamente ‘dentro’ de la pantalla, en frente de ella, atrás, alrededor y a través de toda la sala del teatro (Metz, 1980). 95 Fotograma de La naranja mecánica (1971). Filmografía completa de Stanley Kubrick. Paul Duncan, Barcelona, 2005 TASCHEN, p:124 En otro sentido, es importante rescatar la percepción de la música como fondo o como pantalla. Otro término utilizado en la industria del cine es el de la música diegética y no diegética. La primera es aquella perteneciente a la acción y la segunda aquella que emana de una fuente imaginaria no presente en la acción (Chion, 1985). Para un público cualquiera, esta distinción podría establecer una no claridad sobre el rol y funcionalidad de la música en una película. Muchas veces, no es fácil esclarecer cuándo la música que se escucha es de fondo y cuándo es de pantalla. En este orden de ideas, lo que permite identificar una música como de fondo es aquel material sonoro frecuente que se escucha: presente, definida, en primer plano, sin defectos que transluzcan los avatares de su ejecución o las imperfecciones del instrumento, reinando sobre los elementos del ruido, sin dejarse tapar por la voz, diálogo o narración (Chion, 1985). Otro de los conceptos más comunes y utilizados entre el lenguaje cinematográfico asociado a la música es el leitmotiv. Según el Diccionario Grooves de la Música, el leitmotiv es una idea o concepto que permite la representación de un sujeto, acción o situación, lugar o inclusive una emoción en un lenguaje musical con lo que sucede en la pantalla. Este concepto musical, fue utilizado por Richard Wagner en sus composiciones especialmente operáticas del período Romántico. Esta técnica musical permite al oyente ligar o desligar hablando en términos de la imagen y sonido; la capacidad de aislar el efecto visual y aural, tarea no precisamente fácil al momento de reconocer pasajes musicales, es una acción compleja que se complementa con la presencia de la imagen. En este sentido, es necesario establecer la importancia que la música cumple no sólo en función de las imágenes, sino también en sí misma. Hanns Eisler y Theodor Wiesegrund Adorno (1981), hacen referencia al leitmotiv como una invención solamente en aras del simbolismo. En una película, que tiene como finalidad representar una versión exacta de la realidad, no hay lugar para simbolismos de ese tipo. La función del leitmotiv queda reducida a una ayuda de cámara musical que presenta personajes con gestos trascendentes, mientras que las personalidades las reconoce, en todo caso, cualquier persona. Para Amparo Porta (2007), quien habla sobre la asociación de la música al objeto de deseo, considera que las funciones del leitmotiv wagneriano en el mundo de lo publicitario y propaganda subyugan a la música. Para ella, estas funciones se pueden identificar de la siguiente manera: en un primer lugar, anunciar la llegada del objeto de deseo y en segundo, cubrirlo del aura que le define precisamente por su inmaterialidad que vive en un mundo alejado de lo real. En este sentido, Porta interpreta esa interacción de lo publicitario y el rol musical como una comunión entre el espectador y el producto en donde la música recrea una intencionalidad con ese objeto de deseo. Retomando los planteamientos de Eisler y Adorno (1981), éstos consideran que la intervención planificada de la música Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 96 debería comenzar con el guión y que la cuestión de si la música debe traspasar o no los límites de la consciencia, debe decidirse siempre en virtud de las concretas exigencias dramáticas del guión. En este orden de ideas, Michel Chion en su libro, Cómo se escribe un guión, Sidney Field, habla sobre las funciones básicas del diálogo en el cine: ‘cómo avanzar la acción, cómo comunicar los hechos e informaciones al público, establecer sus relaciones, revelar conflictos y el estado emocional de los personajes y por último comentar la acción’ (Field citado en Chion, 1998:86). Para recrear y ejemplificar lo referente a la utilización del leitmotiv, es necesario remontarse nuevamente a Wagner. Existe una gran similitud entre el trabajo de John Williams y Richard Wagner, haciendo referencia al uso del leitmotiv. Esto es posible evidenciarlo en la película La guerra de las Galaxias y en La Tetralogía de Wagner. Entre los elementos comunes es posible identificar: a) ambos compositores utilizan el leitmotiv b) ambos emplean un formato grande orquestal y voluminoso c) se puede apreciar el uso del cromatismo como una de las características de finales del período romántico d) W i l l i a m s r e t o m a l o s t e m a s dramatúrgicos empleados en la Tetralogía e) utilización frecuente de ostinatos y glissandos f) y finalmente, Williams emplea métodos Wagnerianos como las llamadas corales en Sigfrido (Chion, 1985). En el caso de Williams, la utilización representa de escalas diatónicas al héroe como en Indiana Jones, Superman, y Star Wars; escalas cromáticas para representar El Astrolabio objetos, cosas o situaciones de peligro como en las películas Tiburón y La marcha imperial en la Guerra de las Galaxias (Costantini, s.f). Con estos ejemplos es posible vivenciar la presencia y fuerza tanto de personajes como situaciones. El tema de la marcha imperial en La Guerra de las Galaxias, hace alusión al mal representado por el personaje de Darth Vader. Por otro lado el tema de Luke Skywalker, un joven sin experiencia es representado de manera vigorosa a través de orquestaciones donde las cuerdas enfatizan un sentido de esperanza e inocencia. Hacia el final de la película, el personaje de Skywalker se convierte en héroe después de enfrentarse a sí mismo por medio de la orquesta representada con trompetas en forma de marcha (Oppenheim, s.f.). Williams logra captar la atención del público a través de sonidos claramente orquestales, especialmente entre las secciones de cuerdas y bronces que denotan la influencia de Wagner. Con La Guerra de las Galaxias, se hace entonces referencia a la primera banda sonora sinfónica que se vendió de manera masiva (Laiz, 2006). Fragmento partitura The silence of the Lambs (Howard Shore). Bandas sonoras cine. Mark Rusell y James Young. Editorial Océano, Barcelona, 2003. 97 COMO TIPO DE LENGUAJE Ahora bien, es posible decir que no existe realmente una música ‘pura’ para cine en relación a las otras músicas. En este sentido, proviene más bien de su carácter intermitente, al interior de un conjunto de las condiciones comerciales, prácticas, económicas y culturales en las que ésta nace (Chion, 1985). En esa línea de minimizar y de no valorar el resultado musical de una pieza para una película, invita a pensar que esa música como tal no es compleja y no se deja apreciar como producto. Chion, señala que en la época del Clasicismo, a Mozart sólo le valía recurrir a las partituras de J.S. Bach para reencontrarse con la música ‘vieja’ sin necesidad de asistir a un concierto. La ópera como evento del entretenimiento de la alta clase europea, sólo requería de piezas musicales de compositores, quienes pasaban de un estilo a otro para recrear los distintos ambientes y escenas sin dificultad. La ópera reflejaba claramente la modernidad del autor vinculándolo al pensamiento filosófico de Arnold Schoenberg. Porta (2007) habla acerca de las emociones y sentimientos que son características de este período, los cuales se identifican con los personajes de la obra. Para un músico de cine, esa acción de utilizar distintos referentes musicales puede resultar entonces repetitiva y forzada en una compleja red de ritmos, sensaciones, informaciones verbales, visuales, cinéticas, entre otros (Chion, 1985). En este sentido, es común encontrar la asociación de música, imagen y público dado que la música para cine debe acompañar tanto al público como la imagen, y, en cierto modo, el papel de la música consiste en estimular la imaginación de la audiencia (Vorstellung en Wolpe, 2008:174). En la década de los años treinta y cuarenta europeos, la convención de la música para cine se encontraba instaurando una formalización de su rol. Sin embargo, la postura de dos grupos sobre ese papel ya se encontraba a la vuelta de la esquina. El primero, el de compositores que consideraban que la música había alcanzado una madurez o cierta estabilidad y que merecía un reconocimiento como una forma musical por derecho propio; y el segundo, aquel grupo de personas que veían la música para películas como una derivación corrupta de la música para teatro (Lack, 1997). Kurt London, teórico y compositor de música para cine, manifiesta el poco apoyo y seriedad con que se debería asumir la importancia de la música para cine en los años cuarenta: “La música que acompaña al cine aún lucha por encontrar su puesto bajo el sol. De modo casi invariable, la propia gente del cine la trata de manera superficial y no tiene muy clara su importancia; los músicos recurren a ella más por amor a los honorarios que por amor al arte, y es raro que entre ellos muestre simpatía por las nuevas formas. El público, por último, no se preocupa demasiado por la música porque nunca acierta a comprender la causa y los efectos musicales en el cine” (London citado en Lack, 1997:151). Hans Eisler considerado como uno de los compositores más destacados en la época de los años treinta y cuarenta, hace referencia al cine como un espacio totalmente mecánico en el que cualquier entretenimiento intrínseco o cualquier contenido queda modificado y, en última instancia, censurado por quienes controlan los medios de producción: industria y capital (Lack, 1997). Aquí, Eisler, pone en juicio la calidad de la música para cine. En este orden de ideas, ¿qué tanto puede ofrecer la música considerada como seria o de concierto? Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 98 El público en general encuentra su propia búsqueda particular por gusto a la música de cine o por otras músicas. El contacto y experiencia de cada individuo toma un papel vital en esa relación de imagen, música y espectador. No podemos como producto de mala calidad catalogar a aquella música que compositores para cine adjudican a la industria. La función y dramatismo que puede tener la música, sigue siendo juzgada desde la visión de Eisler. La relación entre la música y película es solamente la faceta más característica de la función que se reserva a la música en la cultura de la sociedad industrial (Eisler y Adorno, 1981). Aquí los autores interpretan la funcionalidad de la música como un producto que se deriva de la necesidad de consumo. La industria del cine como pilar del entretenimiento, se nutre de manera fehaciente de las bondades de la música más allá de su funcionalidad. Eisler y Adorno (1981), comparan también la relación entre la capacidad de percepción entre la vista y oído. Consideran como pobre el ejercicio de reacción de la escucha en contraposición con los ojos ágiles y calculadores que en cierta forma degradan los avances de la era industrial. Star Wars: http://holonesquik.free.fr/wallpaper_star_wars_ republic_commando_03_1024.jpg Recuperado: 5/04/2010 El Astrolabio En relación al dramatismo, Eisler y Adorno (1981), identifican la función de la música de acompañamiento como aquella que rompe la superficie de la fría objetividad visual y libera las tensiones latentes. En este sentido, se podría considerar que el autor valora el papel de la música en función de la imagen. Sin embargo, ya habían planteado una visión poco favorecida en la acción de la escucha como menos importante ante la acción visual. Es precisamente la acción de oír la que imprime una elaboración compleja al contrario de ver. Es necesario desarrollar elementos, conceptos y habilidades para percibir ideas musicales como se puede observar en obras como la de Wagner, Bach, Mozart o Rachmaninov. Daniel Baremboim considerado como uno de los grandes pianistas y director de orquesta en la actualidad, habla acerca de cómo el oído detecta vibraciones físicas y las convierte en señales que devienen sensaciones sonoras en el cerebro; el ojo detecta formas de luz y las convierte en señales que devienen imágenes visuales en el cerebro. El neurocientífico Antonio Damasio mencionado en su libro El sonido es vida, el poder de la música, señala que el sistema auditivo está físicamente más cerca de las parte del cerebro que regula la vida; en estas partes se desarrolla el sentido del dolor y del placer, los impulsos y otras emociones. Ahora bien, la relación entre ambos sentidos se puede definir ya que las vibraciones físicas que se resuelven en sensaciones sonoras son una variación del sentido del tacto: modifican el cuerpo de manera directa y profunda, más de lo que lo hacen las formas de luz que llevan a la visión (Baremboim, 2008). Según lo anterior, la capacidad de reconocer un leitmotiv no es una tarea sencilla para un oyente convencional quien no se encuentra familiarizado con el tipo de lenguaje musical. Al contrario de lo que plantean Eisler y Adorno (1981), y a favor de lo que 99 señala Baremboim (2008), el lenguaje musical es quizás más complejo que el visual. Pero estos autores también señalan que se acepta como música de cine aquello que se considera como absolutamente eficaz, es decir aquello que se ha revelado como inductor de un efecto perfectamente determinado y probado en situaciones perfectamente definidas. Ahora bien, Esiler y Adorno (1981), expresan que la reflexión estética sobre el cine ha sido relegada a la abstracción por el poco y trivial contenido artístico que tiene al igual que su música. Ahora bien, si se considera la música como un tipo de lenguaje que permite comprender y establecer funciones, roles e interacciones o una cierta simbología se podría referenciar el trabajo de la filósofa Suzanne Langer (1895-1985). En cuanto a las explicaciones cognitivas sobre la intuición musical, estas abarcan conceptos muy diferentes a los de la lingüística convencional. “Lo que una obra de arte expresa o formula para la concepción de un individuo, no es considerado como sentimiento en sí, sino como ideas sobre el sentimiento; el lenguaje no expresa eventos y cosas reales sino ideas sobre estas” (Langer citado en Dryden, s.f.:196). Aunque la música puede ser considerada como un tipo de lenguaje, en donde se pueden codificar símbolos y unidades para su comprensión, esa gramática puede ser metafórica al momento de hablar sobre lenguaje convencional. T.W. Adorno señala que la capacidad de comunicación de la música depende de su “carácter de lenguaje’; “aquí la música posee un componente social y se encuentra mediatizada, posibilitando la acción de imprimir cierto tipo de principios en el lenguaje” (Adorno citado en Chion, 1985:228). Aunque esta visión filosófica de Adorno pone en un nivel distante el rol de la música y su posibilidad flexible como lenguaje, Porta (2007) recrea la comunión existente entre el sonido y la música en el contexto cinematográfico. La música se construye a partir de las estructuras narrativas y, dentro de ella, los factores emocionales marcan las líneas maestras de la sonorización. La música como arte creativo tiene al compositor en un lugar fundamental. Existen algunos conceptos importantes a la hora de componer o crear música para cine u otros medios de entretenimiento. Richard Davis, educador, compositor, orquestador, intérprete y productor de música, que actualmente es profesor asociado de Film Scoring en el Berklee College of Music, menciona tres pasos que se pueden considerar claves a la hora de la creación musical. En primer lugar, tener claridad en el oficio de la música y conocimiento de la misma. En segundo lugar, saber qué se quiere decir de manera dramática, emocional y psicológica. Y finalmente, se deben conocer las propias fortalezas, debilidades y capacidad para producir (Davis, 1999). Para ilustrar la posición de Davis, el compositor Alf Clausen ganador del premio Emmy por el tema musical de Los Simpson, hace énfasis en la importancia de la necesidad de la curiosidad y estudio que se deben adquirir a la hora de componer. En relación con los distintos géneros que se pueden crear señala: Estudiantes preguntan siempre cómo usted hace aquello, lo otro, cómo usted escribe en diferentes estilos. Mi respuesta para eso es: ¿Ustedes han diferenciado las canciones populares de todas las épocas para encontrar qué es lo que las hace funcionar? ¿Son capaces de sentarse y escribir una canción en cualquier estilo porque han pasado cientos de horas clasificando y escuchando aquellas canciones? Ellos dicen: ‘No todavía’. Bueno yo sí. Yo he pasado escuchando Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 100 miles de horas escuchando, clasificando y tocando esas canciones. Es cuestión de oficio, es cuestión de estudio” (Clausen citado en Davis 1999:133). El hecho de producir o crear implica práctica y utilización de tiempo inconmensurable. Un músico de cine puede utilizar diferentes técnicas o métodos para interpretar una idea musical ante la pantalla. Así como Clausen habla de clasificar y codificar por muchas horas los distintos géneros musicales para luego componer, es posible encontrar otros tipos de creación como Elliot Goldenthal, músico creador de la banda sonora de Alien 3. Para crear música que le imprima unidad tanto a la imagen como al sonido señala: Antes de acercarme a algo, tengo un concepto muy marcado de lo que quiero poner, independientemente si funciona o no. Esto implica limitar la escogencia de imágenes o tener una selección muy clara de la orquestación. Yo no improviso, pero si lo tengo que hacer, lo hago. Procuro estar lejos del piano, del computador y del lápiz. Pienso acerca de la escena y digo, ¿cómo alcanzar el momento dramático que es necesario para la escena y mantener un sonido fresco? ¿Cómo hago para que esa sonoridad no haya sido escuchada previamente, es decir que no se haya vivido anteriormente? En la película Alien 3, por ejemplo, utilizo un solo de piano para subrayar la escena con la niña pequeña porque pensé que teniendo un piano lejano en el espacio podría recordar al espectador de los instrumentos domésticos su casa. Esto es un concepto (Goldenthal citado en Davis 1999:136). En otras palabras, como lo señala el mismo Davis, el concepto para un compositor se puede manifestar de varias maneras. Muchos El Astrolabio de los compositores se pueden considerar como artistas simplemente por cómo perciben el mundo; lo ven en términos de respuestas emocionales que eventualmente se convierten en música (Davis, 1999). Publicidad película Alicia en el país de las maravillas, dirección: Tim Burton. Música: Danny Elfman:http://www. heyuguys.co.uk/images/2010/01/Alice-in-Wonderland-MadHatter-Banner.jpg. Recuperado: 5/04/2010 En una de las entrevistas realizadas a otro gran compositor de música para cine y series de televisión, Danny Elfman, quien musicalizó uno de los primeros trabajos de Tim Burton, Pee Wee´s Great Adventure, y otras producciones como: El Cadáver de la Novia (2005), Hulk (2003), Charlie y la fábrica de chocolates (2005), El Hombre araña (2002), y recientemente películas como: El Hombre Lobo (2010), Alicia en el país de las maravillas (2010), Terminator Salvation (2009) y Destino Woodstock (2009), Elfman habla sobre la parte creativa en la utilización de instrumentos y la escritura en los momentos de composición. Explica que al escuchar una melodía, escucha también el ensamble. Al observar la imagen, el compositor escucha todos los instrumentos de forma simultánea. En muchos de los casos, Elfman emplea una idea muy vaga del final de un score; al comienzo mira toda la película y luego empieza a improvisar. El autor comienza con un sentimiento y lo interpreta muchas veces en el piano sin mirar la imagen. Posteriormente, pone las secuencias que ha elaborado y las sincroniza 101 con la imagen. El tiempo de duración puede ser entre siete u ocho minutos y luego pone toda la secuencia asociada a la imagen (Davis, 1999). Por otro lado, Mark Isham músico de jazz y conocido por algunas composiciones como Quiz Show, Blade y Fly Away Home y con un destacado referente en formación jazzística habla acerca de la creación musical de la siguiente manera: “Tengo un punto de vista definido. Esto es lo que la composición significa para mí: es estar dispuesto a tener una gran improvisación. La idea es crear música, es crear algo. El mundo del jazz te pone al frente de un público y tú creas algo con algunos signos que han sido dispuestos para guiarte” (Isham citado en Davis 1999:305). Las formas de composición y de aproximación de músicos para cine son sin lugar a dudas diversas y flexibles. Michael Kamen es reconocido por trabajos como Robin Hood, las series de Lethal Weapon y Prince of Thives. Desde su punto de vista respecto a la composición en sí misma, considera que el elemento más importante en cualquier creación musical es la melodía. Según las palabras de Kamen: “Una gran pieza de música es valorada por su melodía. Existen muy buenos scores que tienen excelentes orquestaciones, pero su sonido es como cualquier otra pieza musical… no son grandes obras musicales. Existe una diferencia. Una gran obra musical es como una invención. Es como una extraña joya o una hermosa vista. Incluso si uno crea una melodía de forma deliberada y expresa que quiere hacer esto o aquello, como acción contraria para convencer un sentido instintivo; entonces es posible decir que existe un grado de inspiración” (Kamen citado en Davis 1999:312). SOBRE ALGUNAS OBRAS Y AUTORES Entre los cineastas destacados y reconocidos del siglo XX, se destaca Luis Buñuel (19001983) mexicano de origen español. Este controversial director de cine emplea referentes wagnerianos en sus películas. Esta utilización se puede evidenciar en su película ‘Ese oscuro objeto de deseo’, (1997) en donde hace uso mínimo de la herramienta musical. Hacia el final del filme, emplea extractos de La Walkiria en donde se representa el mensaje político. En su película ‘La Edad de Oro’ (1930), es posible identificar la utilización de Tristán e Isolda. Por otro lado Alfred Hitchcock (1899-1980), uno de los cineastas más destacados, su gran aporte, se puede identificar en la fusión de elementos grabados de diálogo y música, en su primera película sonora La muchacha de Londres de 1929. Este gran cineasta inglés, maestro del suspenso emplea el sonido como un efecto narrativo complementario a la historia en contraposición del cine mudo. En su película Murder (1930), imprime importancia a un sonido que revela el significado subconsciente de una imagen (Lack, 1997). Michel Chion (1999) se refiere a los métodos del cine de Hitchcock y su música no como un asunto de improvisación y arrebato sino de respeto inescrupuloso a una línea convenida. En este sentido la música como arte puede ser considerada autónoma, independiente y protagonista; se convierte en un lenguaje propio que puede o no subyacer a la imagen. En otros horizontes, entre los compositores más importantes del cine oriental del siglo XX, se encuentra el japonés Toru Takemitsu. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 102 Quizás al igual que Hitchcock, Takemitsu emplea instrumentos tradicionales que poco a poco se alternan en el proceso de grabación como en su filme Women in the Dunes (1964). Según este músico y cineasta japonés, la mejor manera de conocer y componer para cine, es asistiendo a salas de cine cuando se es extranjero; entendiendo la música de cine como un pasaporte que permite aproximarse a un mundo y lenguaje desconocidos (Lack, 1997). Es posible afirmar entonces que la música se puede percibir como un lenguaje universal que no limita las fronteras de la comunicación. Takemitsu es bastante acertado al señalar que acercarse a otros entornos o públicos, aunque no se hable un mismo idioma, nos hace sentir más próximos a través del mundo de los sonidos. banda de jazz (Chion, 1985). Pero, sin lugar a dudas, el gran creador del mundo futurista y crítica social es el cineasta Stanley Kubrick de origen americano nacido en el año de 1929, conocido por su film La Naranja Mecánica (1971), quien plantea en relación al observador en su película 2001, Una odisea del espacio (1968), una experiencia visual y sonora innovadora. Kubrick desea llevar al espectador a una experiencia intensamente sugestiva que lo conduce a un nivel más interior de conocimiento tal como lo hace la música: “Cada quien es libre de reflexionar como lo desee sobre su significado filosófico y simbólico” (Miceli citado en Chion, 1985:193). En esta misma película, Kubrick pretende llevar la exploración del hombre al espacio en una dimensión prácticamente de tipo metafísico. Musicalmente, es acompañada por un vals de Richard Strauss, mientras dos naves de desplazan juntas en silencio a través de la inmensidad del espacio. Kubrick dice con sus propias palabras: “No debemos subestimar el atractivo del Danubio Azul… Es difícil encontrar algo mejor que el Danubio Azul para representar la gracia y la belleza de un giro. También se aleja, todo lo que es posible alejarse, del estereotipo de la música espacial” (Kubrick citado en Lack, 1997:387). Edward Scissors Hands (1990) Danny Elfman. ). Bandas sonoras cine. Mark Rusell y James Young. Editorial Océano, Barcelona, 2003, p. 146 Francis Ford Copola, cineasta americano de finales de la época en los años treinta, realiza uno de los filmes más conocidos y destacados: Corazonada (1982). En esta película, Copola recurre a la utilización de los elementos que aparecen en la imagen así como funciona una orquesta de jazz. Musicalmente, se basa en la aparición de los solistas quienes poco a poco desarrollan improvisaciones en una El Astrolabio Según Beylie (2006), Kubrick desarrolla más allá de la ficción nociones complejas como la inmortalidad del alma. Este autor plantea preguntas sobre el material temático. ¿Es posible que esta película represente el comienzo o el final de una nueva era? ¿Qué es el feto astral? Pero como lo expresa Jean Cocteu: “No se trata de entender sino de creer“(Cocteu citado en Beylie, 2006:285). La propuesta desarrollada por Kubrick es un aporte significativo para la 103 enteras en función de su creación, logrando que la comunión entre imagen y melodía fuera perfecta. Esta partitura se caracteriza por su capacidad de anticipación, por la riqueza en su construcción melódica, su carácter enigmático, lo sutil de sus planteamientos y especialmente por su contundencia instrumental. También destaca la decadente aria ‘Salamboo’, creada expresamente para la película. Ciuadadano Kane: http://vintagescores.files.wordpress. com/2009/11/citizen-kane-classic-film-scores-of-bernardherrmann-lp-front.jpg. Recuperado: 5/04/2010 comunidad cinéfila que permanentemente busca en la pantalla grande una forma de escapismo de la realidad o de reflejarse en ella. Una propuesta como la Kubrick que se da a conocer unos años antes de la de George Lucas con La Guerra de las Galaxias, aproxima cada vez más a un mundo donde los sueños, ideales, arquetipos, futurismos o realidades distintas se materialicen a través de un lenguaje visual y, por supuesto, sonoro. Por otro lado, Bernard Herrmann compositor americano nacido en 1911 y formado en Julliard School of Music ha sido reconocido de igual manera en este ámbito artístico. Entre sus creaciones destacadas está Ciudadano Kane (1941) dirigida por Orson Welles. Al contrario de otros compositores de estudio, Herrmann utiliza de manera simplificada el leitmotiv, haciendo remarcable la utilización sobria de la orquesta. Su preocupación se manifestó en no agotar los diálogos en el filme. También utiliza frases de anacrusa para representar cambios de temporalidad (Lack, 1997). En esta banda sonora Herrmann tuvo doce semanas para escribir la música, la orquestó y condujo mientras se rodaba y, por si fuera poco, se montaron secuencias Otra de las bandas sonoras reconocidas de este compositor es Vértigo (1958) de Alfred Hitchcock. Ésta impregna de pasión y emoción a la película y es la cumbre del romanticismo aplicado a la gran pantalla. Herrmann es el motor esencial de la película de Hitchcock, quien quiso que la música marcara las pautas, los puntos de inflexión y los golpes de efecto del argumento. Musicalmente, la película comienza con una obsesión: un tema caleidoscópico, con el que se anuncia que el ‘vértigo’ del título es, más que una acrofobia, un viaje al fondo de la desesperación del protagonista, y sirve como preparación al espectador. Pero Herrmann no se queda en ese punto: subraya las primeras secuencias de Kim Novak con una música romántica muy lenta, que sugiere a la vez el misterio, el amor y, sobre todo, su profunda tristeza, incidiendo en su carácter enigmático. El tema de amor marca la secuencia más destacada de la película, que corresponde a la escena en la que ella ‘resucita’ ante los ojos de James Stewart; ese momento está planeado en función de una cámara giratoria y de una música que sustituye por completo a los diálogos. Es la cumbre de la película y el desbordante romanticismo de la partitura sirve tanto para expresar ese desaforado enamoramiento como la tristeza y desolación de quien lo padece. En otra de sus composiciones importantes ‘Concierto Macabro’ (1944) la estructura Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre 104 musical le da forma a la narrativa. Al tratar de representar los rasgos de la psiquis en los personajes, Chion hace referencia sobre la interacción y la supuesta indiferencia que genera la música: “La emoción no surge de la identificación con los sentimientos del personaje a través de la música. Por el contrario la emoción viene de ver cómo el drama del individuo se despliega ante la indiferencia del mundo. Llamamos a esta música anempática debido a su indiferencia, y por esta misma razón adquiere una mera coincidencia, el peso de un destino humano que a la vez resume y desdeña” (Chion citado en Lack, 1997:174). A MANERA DE CONCLUSIÓN Antes de la llegada del sonido a la imagen, durante el cine mudo, las películas se habían llenado de símbolos para paliar su imperfección técnica. El cineasta se encontraba ante un doble problema. Representar visualmente la percepción del sonido por medio de un personaje; así se sobre impresionan un rostro más una mano que golpea en la puerta o hacerlo sensible al espectador ‘visualizando’ los sonidos por medio del primer plano o acompañándolos musicalmente. Entre los elementos importantes que existen entre música y cine están el score o partitura; que permite al compositor y director tener claridad en todos los aspectos que suceden en la película. A través de éste se contemplan la instrumentación, cortes, entradas y finales sincronizados con la imagen. La función más importante del score es proveer al filme toda la información musical necesaria. Ésta se entiende como la ‘fuente musical’ cuya función consiste en la música que suena para una escena concreta, siendo específicamente insertada en ésta, El Astrolabio permitiendo a los personajes hacerse conscientes de la escena. El cine se convirtió en un medio de expresión audiovisual, siendo a partir de entonces un fiel reflejo de la percepción física del hombre. Se puede decir que se ‘humanizó’ y progresó en naturalidad, pues perdió la excesiva mímica del mudo. Sin embargo hay que reconocer que el so nido es sólo una apoyatura de la imagen que complementa su eficacia esencial: el ser humano recibe el 75% de sus conocimientos a través de la vista y sólo el 15% por los oídos. En la banda sonora de una película, las tres pistas que resultan mezcladas, equilibradas y armonizadas son: la palabra y los diálogos, el ruido y la música. En la época muda no podemos hablar de una música cinematográfica, sino de una música inicialmente improvisada delante de la pantalla (cuyo ‘tempo’ se adaptaba según los géneros: burlesco, dramático, his tórico, documental y las partes estructurales del film) y poco después compuesta para acompañar la proyección de la película, que era interpretada por un pianista en la propia sala de proyección, empleando partituras a propósito o recomendadas por las productoras (‘tempo lento’ para la noche o la atmósfera siniestra, ‘tempo agitato’ para la locura, etc.). No se podía alcanzar una correspondencia rigurosa entre imagen y sonido, pese a lo cual los realizadores más exigentes expresaban en imágenes los equi valentes plásticos sugeridos por el sonido. En las décadas de 1930‑1940, el sostén melódico de las películas se soporta en el ‘leitmotiv’, una frase musical memorizable, que se repite a lo largo de la película, se acelera o anticipa el desarrollo dramático. También se cayó en el abuso del mismo, pues llegó en ocasiones a disimular la incapacidad del director para realizar un buen montaje de los planos. Con el tiempo, la música cinematográfica ganó autonomía hasta el punto de que el compositor operador 105 y director formaron un equipo difícil de separar: Bernard Herman‑John Russell‑Alfred Hitchcock en ‘Psicosis’ (Psycho, 1960) o Frederic Chopin‑Sven Nykvist-Ingmar Bergman en ‘Gritos y susurros’. La imagen y el sonido como manifestaciones de una expresión artística y como elementos independientes, se pueden considerar como una composición en sí mismos pero al combinarlos crean una nueva ‘entidad’. Es ahí cuando la pista o banda sonora se convierte no solamente en un armonioso complemento para la imagen sino en una parte integral inseparable de ésta. La imagen y sonido son en realidad tan cercanos que cada uno atraviesa las funciones del otro. Es muy difícil concebir una separación de ambos elementos, al contrario se puede percibir un gran híbrido artístico. BIBLIOGRAFÍA Adorno, Theodor Wiesengrund y Eisler, Hanns., (1981) El cine y la música. Editorial Fundamentos, Madrid España. 2da edición. P: 20, 25, 89 Baremboim Daniel., (2008) El sonido es vida: el poder de la música., Grupo editorial Norma, Co lombia. P: 33-34 Chion, Michel., (1998) Cómo se escribe un guión. Ediciones Cátedra, S.A. Madrid, P: 86 Film music critics, International film music critic association http://filmmusiccritics.org/ Recupe rado: 8/03/10 González Laiz, Gonzalo., (2006) Guía para ver y analizar La Guerra de las Galaxias, Georges Lucas Ediciones Octaedro, Barcelona España. P: 77 y 131 Lack, Russell., (1999) La música en el cine. Editor: Cátedra. P: 149,153, 205, 211 http://www.huthsteiner.org/Knauth/Susanne. Knath.Langer_Bio_DLB.pdf Recuperado: 11/02/10 Limbacher, James L. Music and the Moving Ima ge ‘How all it began’. 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