Diapositiva 1 - Barrio Yungay
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Diapositiva 1 - Barrio Yungay
Frutilla blanca chilena (Kellen - Quelguen ) patrimonio natural de Nahuelbuta. La Frutilla Chilena, Fragaria Chiloensis (o Chiliensis), se producía desde Santiago a Chiloe, pero en lo fundamental era cultivada por el pueblo Mapuche en los sectores aledaños a la Cordillera de la Costa, entre Constitución y La Imperial, en mayor medida, en los sectores aledaños a la Cordillera de Nahuelbuta. Los Mapuche consumían la Frutilla como fruta fresca y como fruta seca. De esta fruta seca preparaban durante todo el año, para las festividades más importantes, un brebaje alcohólico, la chicha de frutilla, también muy alabada por los cronistas como una bebida única en su género, de un sabor y frescura envidiable. Mapuches y frutilla blanca (libro puren indomito) En el siglo XVI Jacques Cartier (1491–1557), “descubridor” francés al servicio de Inglaterra, desde Canadá, lleva a Europa una variedad de fresas (fragaria virginiana); todo parece indicar que –en pequeña escala– ésta fue cultivada como “novedad” y no se hicieron experimentaciones de cruzamiento. “kellén”, “llawén”, llahuén, “kellen” o “kelwén” (en la pronunciación de las diferentes Las regiones del actual territorio mapuche) eran recolectadas y consumidas por los mapuche desde tiempos inmemoriales. El capitán español Francisco de Pineda y Bascuñán (1607– 1680) que, en 1629, fue prisionero de los mapuche, en su libro “Cautiverio feliz y razón individual de las guerras dilatadas del Reino de Chile”, dice que, cuando estaba detenido, fue invitado a la ruka de un lonko y “[…] cenamos con alegría, porque nos brindamos con deliciosas chichas de frutillas, que para mí era el mayor regalo que se me podía hacer […]”. También explica – púdicamente– que la amable hija de otro lonko le ofreció “un jarro de chicha de frutillas”. La historia cuenta que en 1614 don Alonso de Ovalle descubre estos frutos blancos, perfumados y dulces, y las califica como Fragaria chiliensis. En 1712, el capitán e ingeniero francés Amédée–François Frézier (1682–1773), emprende un viaje científico para establecer un mapa del Océano Pacífico y, entre otros territorios, visita Chile y Perú; en 1716 publica un libro (“Voyage de la mer du Sud aux côtes du Chili et du Pérou”). Frézier desembarca en Concepción en plena “Guerra de Arauco” y, en las cercanías de esa ciudad fronteriza, “descubre” la “fragaria chiloensis” que la escribe como una fruta “tan grande como una nuez y, algunas veces, como el huevo de una gallina de un bermejo resplandeciente, más deliciosas que las fresas de los bosques”. DIBUJO DE NUESTRA FRUTILLA POR A. F. FREZIER. 1712 13 CM Amédée–François Frézier deja Concepción el 19 de febrero de 1714 y llega a Marsella el 17 de agosto y, entre los cientos de vegetales que recogió, llevaba en sus bagajes plantas y frutas de kelwén. Por su trabajo científico, recibió las felicitaciones del rey francés Louis XIV, una recompensa de 1000 escudos y (al parecer, posteriormente) el derecho a que en su escudo de armas –intercaladas entre ciervos y coronas reales– figuraran seis flores de frutillas. Finalmente, la frutilla moderna nace en Brest, Francia, en 1766, tras el cruce de la Fragaria virginiana, proveniente de Estados Unidos, y la Blanca Fragaria Chiliensis. Este primer hibrido (Fragaria ananassa) ha sido el propulsor de todas las distintas especies de frutillas comerciales a nivel mundial. F. Chiloensis + F. virginiana (Morchata) = Fragaria x ananassa Fragaria ananassa El primer hibrido natural del mundo (freson) Finalmente te invitamos a probar lo que en otra parte del mundo no vas a encontrar