NUEVA AYUDA PARA LA VIDA DIARIA es la continuación de

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NUEVA AYUDA PARA LA VIDA DIARIA es la continuación de
NUEVA AYUDA PARA LA VIDA DIARIA es la continuación de AYUDA PARA
LA VIDA DIARIA. Originalmente estos textos fueron pensados como continuación de
mi revista mensual HELLINGERZEITschrift. En lugar del impreso fueron
apareciendo mes tras mes en mi Homepage y allí estuvieron a disposición todos los
meses para su lectura.
Ustedes podrán leerlos mes a mes, acompañándolos durante todo el año y
ofreciéndoles algo nuevo cada mes.
Esto es posible porque Sophie, mi mujer, me acompaña y me apoya en muchos
sentidos. Sus sugerencias hechas durante las numerosas charlas sobre sus puntos de
vista y sus experiencias me abrieron nuevos caminos. También porque me cuida las
espaldas, haciendo que pueda despreocuparme de las perturbaciones cotidianas y
concentrarme en estos textos, que son en común, compartidos e inspirados por ella.
Los dos juntos se los entregamos al mundo y a través de todo el mundo prestarán
servicios a la vida de muchas personas.
Vuestros,
Bert y Sophie Hellinger
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Ayuda para la vida diaria
Enero 2012
Querido lector,
También este año proseguiré mensualmente con mi Ayuda para la vida diaria. Aunque
de una manera distinta y en otro formato.
Esta ayuda mensual comienza con preguntas y respuestas, tal como yo la ofrecí en
los cursos nocturnos.
En segundo lugar ustedes encontrarán dos breves alocuciones referidas a un tema,
así como yo las di en uno de esos cursos. Ustedes podrán leer este material tal como
fuer grabado durante el curso y publicado como DVD.
En tercer lugar encontrarán dos meditaciones. También podrán leerlas y
escucharlas ya que ellas fueron grabadas en vivo.
En cuarto lugar, y por último, existe una rúbrica “Extras”. En esta edición ella trae
numerosos comentarios de participantes de un curso en la ciudad austríaca de Graz comentarios que llegan al corazón- y finalmente una consideración posterior sobre
nacimientos.
Ya ven, también este año los acompaño mes tras mes con experiencias que de
muchas maneras ayudan a crecer. Los acompaño con amor.
Vuestro,
Bert Hellinger.
Resumen
Preguntas y respuestas
Movimientos del alma, movimientos del espíritu
Darse cuenta y saberlo
Consentir y vibrar
Fracaso
Lo serio
Meditación: La pregunta
Conciencia distinta
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El no
Perpetradores y víctimas
La comprensión
El consentimiento
Alocuciones breves referidas a un tema
El camino hacia la madre
Meditación
El orden básico del amor
Meditaciones
Nuestra enfermedad
Nuestra integridad
Extras
Comentarios del curso en Graz
Consideraciones posteriores: Nacimientos
Preguntas y respuestas
Movimientos del alma, movimientos del espíritu
¿Por favor, cómo diferencias tú, tal vez mediante una definición, los movimientos del
alma de los movimientos del espíritu?
HELLINGER: Esta es una pregunta importante que constantemente vuelve a ser
formulada porque en algunas personas existen aún ciertas confusiones. Yo contesto esa
pregunta con gusto.
Esta pregunta tiene una historia. Cuando vi que los representantes en una
constelación familiar eran movidos interiormente por otra fuerza llamé a esa fuerza
movimientos del alma. Esto resultaba obvio. Más tarde me di cuenta de que esos
movimientos son movimientos del espíritu.
Yo les explico la diferencia. Los movimientos del alma son limitados. Con mucha
frecuencia ellos se refieren a nuestra familia y a lo que ocurre en el interior de ella. Esos
son movimientos del alma. Ellos también tienen que ver con sentimientos. Los
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movimientos del espíritu no tienen nada que ver con sentimientos. Ellos se mueven en
otro plano.
Entonces observé con mayor aproximación lo que realmente es el alma. El alma es
lo que sostiene algo. Por ejemplo, el cuerpo es sostenido por un alma. Una familia
también es sostenida por un alma. Esta alma tiene un límite. Ella se cierra hacia fuera.
Por esa razón los movimientos que percibimos aquí en una constelación familiar son de
otra naturaleza.
Es inherente a los movimientos del espíritu que ellos estén dedicados a todos de la
misma manera. En este sentido ellos no se dedican a alguien en particular. Ellos
tampoco tienen sentimientos. Ellos son algo más grande, algo superior, algo que va más
allá de los sentimientos.
Los movimientos del espíritu incluyen, ellos jamás excluyen. Por el contrario los
movimientos del alma incluyen y también excluyen, ambos de la misma manera.
Creo que les hice una breve reseña del tema.
Darse cuenta y saberlo
HELLINGER: Te hago una propuesta. Piensa una vez más tu pregunta. Tú la puedes
cambiar si crees que hay otra cosa más importante.
En la constelación con el hombre y el niño: ¿Cómo te diste cuenta de que se trataba de
un niño? ¿No podía haber sido también un hermano?
HELLINGER: Yo no me di cuenta. De repente lo supe, sin deducirlo y sin fijarlo. Pero
la frase fue muy clara. Por esa razón lo expresé de esa manera.
Consentir y vibrar
Mi pregunta es una pregunta personal, pero no es solamente eso. Nosotros nos
percibimos como personas a través de los sentimientos. Yo me percibo a través de
sentimientos, especialmente a través de sentimientos. ¿Ves tú un peligro en el hecho de
que tu filosofía haga crecer la exigencia en las personas y que corramos el riesgo de
ignorar nuestros sentimientos en un momento del desarrollo para ser intelectuales,
aunque en realidad no lo somos?
HELLINGER: Yo lo llevo a un contexto diferente. Cuando nos movemos o somos
movidos en el plano del espíritu llegamos a un asentimiento. Por ejemplo, tú llegas a un
asentimiento contigo mismo cuando te encuentras en ese plano. Tú también llegas a un
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movimiento de asentimiento con otra persona. Por ejemplo, con tu madre. Por
consiguiente, arribamos a ese asentimiento.
El asentimiento está en el espíritu pero mueve algo en el alma. Por lo tanto el
asentimiento será al mismo tiempo un sentimiento. A través de ese asentimiento
espiritual yo entro en una vibración. Tú lo puedes comprender.
Tomemos ahora a tu madre. Sin ir más lejos abordo el tema. Ahora tú entras en
una vibración de asentir a tu madre y esa vibración alcanza a tu madre como una
vibración. Es decir, el movimiento se inicia en el espíritu. Él hace que algo vibre en el
alma y también en el cuerpo. Esa vibración llega a los demás como una vibración. Esto
quiere decir que también el otro entra en una vibración y la devuelve como vibración.
Esa vibración te alcanza a ti. ¿Puedes seguirlo?
Sí, perfectamente.
HELLINGER: Este fue un ejemplo sencillo. Cualquiera lo puede entender. Ahora voy a
pasar a algo más complicado.
Ahí hay alguien en quien tú piensas: el muchacho, por ejemplo. Pero en el plano
del espíritu tú llegas a un asentimiento hacia él, tal como él es, exactamente como él es.
Tú te entregas a esa vibración. Esa vibración lo alcanza a él y él devuelve la vibración.
En este intercambio de vibraciones ocurre que algo de ti será parte de él y en la
devolución de la vibración algo de él será parte de ti. Tú lo observas y te das cuenta que
es una parte de ti.
Yo me acerquá al ejemplo dando un rodeo. ¿Está contestada tu pregunta?
Gracias.
HELLINGER: Quiero agregar algo al respecto. Se trata de otra cosa, algo que sería
distinto si yo siguiese mi sentimiento. Eso por lo general no funciona. Pero cuando el
movimiento se inicia en el plano del espíritu y luego abarca el sentimiento, ese
sentimiento será espiritualizado, al mismo tiempo.
Nosotros también podemos utilizarlo con alguien que busca nuestra ayuda. Allí a
veces volvemos a tener el movimiento: nuevamente él. Y nuevamente nos encontramos
en una extraña vibración. Él la percibe inmediatamente. Y cuando eso ocurre entonces
todo ya terminó.
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Pero cuando tú, como lo demuestro aquí, te sientas al lado de alguien que busca
ayuda y le das tu asentimiento, y no solamente a él sino a sus padres, a su situación,
entonces esto se convierte en un proceso espiritual. De repente tú comienzas a vibrar de
un modo distinto y él vibra a la par. Entonces todas las puertas que conducen al éxito se
abren.
¿Bien? Te doy un ejemplo.
Hace poco una mujer me escribió una carta. Muchos años atrás fue una participante. Esa
mujer estaba de viaje con un grupo en Cachemira. El grupo fue secuestrado. Detrás de
ella había un hombre que le puso un fusil en su espalda. Así estaban las cosas.
Pero anteriormente ella había aprendido algo en las constelaciones familiares. Ella
le dio su asentimiento, a él y a su destino. De repente se produjo una vibración de ella
hacia él. Ella le dijo: “I know you are a good man”. Es decir, yo sé que tú eres un buen
hombre. Inmediatamente él retiro el fusil, la separó de los otros secuestradores y la puso
a salvo.
Del resto del grupo a uno lo decapitaron y a los demás no los volvieron a ver.
Eso es asentimiento. Y se trató de un sentimiento. Solamente como sentimiento
pudo vibrar.
Fracaso
¿Cómo supiste en una constelación que se había producido un fracaso?
HELLINGER: Yo no supe nada. De repente me surgió la frase: fracaso. Entonces le
pregunté. Él se conmocionó inmediatamente. Entonces me di cuenta, la frase era
correcta. Eso es todo, no hice nada más.
En este curso aprenderemos en detalle cómo establecemos contacto con un “otro”.
De pronto algo sobre él nos es regalado, una frase por ejemplo.
Esa fue una de esas frases. Uno no las puede pensar. Algunos piensan: cómo se le
ocurren. A mi no se me ocurrió nada. De pronto estuvo allí.
Esa frase funciona siempre. Y si no funciona es porque fue pensada. Muchas de
esas frases también producen miedo. Cómo puedo yo decirle a alguien: él ha fracasado.
O cómo puedo preguntarle a alguien: a quién has matado. A veces yo lo digo. Y por
supuesto es cierto cuando la pregunta me surge.
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Cuando sucede algo así se produce en nosotros: ganamos una profunda confianza
en otra conducción. Y así es. Tú ya te encuentras en el camino. ¿Bien?
Sí.
Lo serio
Yo tenía diversas preguntas, pero ahora sólo tengo una. Esa era la pregunta.
HELLINGER: No. ¿Puedo escuchar lo que ella pregunta? ¿Es ella una pregunta seria?
¿Es una pregunta seria o ella juega conmigo? Más tarde te daré otra oportunidad. ¿Sí?
Sí.
HELLINGER: Lo que acabo de hacer fue educativo. Muchos creen que tienen el
derecho de hacer una pregunta. Con frecuencia no son preguntas serias sino que van
más en el sentido de: veamos lo que él dice al respecto.
Esto lo pudimos ver ahora mismo aquí. En primer lugar fue muy rápida. Ya en eso
podemos ver que no era una pregunta seria. En segundo lugar, quien quiere hacer varias
preguntas al mismo tiempo muestra que no se trata de preguntas serias. Es más una cosa
superficial. Yo me di cuenta súbitamente que no era seria. Entonces tampoco respondo.
Yo defiendo mi dignidad. Esto es importante.
Esto es un aprendizaje para nosotros pues muchos clientes vienen con estas
preguntas. Entonces todo depende de lo que nosotros percibamos: ¿Es seria o no lo es?
¿El cliente, por ejemplo, se fortalecerá si yo escucho o se debilitará? ¿Me mantengo
fuerte cuando escucho o me debilito? ¿Mi respuesta lo hará progresar? ¿O lo inhibirá?
Es que son preguntas interiores. Todo pasa a la velocidad del rayo, de inmediato.
Entonces tomamos al cliente y lo educamos en el cultivo de lo serio.
Por consiguiente, esto que acabas de hacer fue un gran aprendizaje para nosotros.
Lo demás, aquello por lo que te lamentas, puedes olvidarlo.
Meditación: La pregunta
¿En la otra dimensión de la que usted habla existen las preguntas? ¿Existen allí los
campos?
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HELLINGER: Hago un ejercicio con ustedes. Con este ejercicio voy a responder a tu
pregunta.
Cierren los ojos. Nos imaginamos que nuestro cuerpo duerme y el espíritu está
despierto. Abandonamos el cuerpo y el espíritu avanza a otra dimensión, despierto en la
inmensidad. Mientras nosotros dejamos que nuestro espíritu penetre en esa dimensión
nos pondremos en contacto con otra conciencia, con una conciencia universal. Entonces
hacemos una pregunta, una pregunta personal. Una pregunta con la cual pedimos algo:
una respuesta.
Luego esperamos.
¿Recibiste la respuesta?
Yo no tengo personalidad.
HELLINGER: En ese caso estarías muy avanzado.
¿Alguno ha recibido una respuesta? No quiero detalles, sólo aproximadamente. ¿Tiene
alguien una respuesta a la pregunta de este ejercicio? Alguno de ustedes tiene una
respuesta.
Esas preguntas no son contestadas con claridad. De repente uno sabe la respuesta.
No ocurre como cuando yo respondo una pregunta aquí.
En ese plano hay algo más que debe ser tenido en cuenta. Esta conciencia está
dedicada a todos. No nos prefiere a los demás. Cuando hacemos una pregunta que va en
esa dirección no recibiremos ninguna respuesta. Sólo una respuesta que está en
consonancia con algo más grande.
Yo puedo agregar algo más a lo que tú acabas de decir. De Rilke hay una poesía
que comienza: “Oh, ven”. Yo sólo digo las dos palabras. Yo también puedo decir “Oh,
ven. Estoy preparado”. ¿Para qué? Para el final. ¿Preparado cuándo? Ahora.
La pregunta es: ¿Puedo venir yo? ¿O debo esperar? ¿Cuándo yo espero, espero
yo? ¿Puedo esperar? ¿Estoy preparado? ¿Tengo, por ejemplo, esperanzas? ¿O tengo
miedos?
En todo lo que he dicho resuena una palabra. La palabra es: “Yo”. O
“personalmente”. Es lo mismo. También sería Yo.
El final viene cuando el yo se acaba. Y eso pasa ahora.
¿Contesté tu pregunta?
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Es suficiente.
HELLINGER: Bien.
Conciencia distinta
Yo soy relativamente nuevo en esto. Tal vez me falten ciertos conceptos. Yo tengo
muchas preguntas en mi interior. Una cosa que me preocupa particularmente es el
estado en el que…. Yo no lo puedo ordenar realmente. Pero tal vez uno o el otro tengan
todavía el problema o ya no lo tengan más. Quisiera definir esos estados así: Yo la
conozco, yo la volví a escuchar hoy por la noche y lo peor es cuando desde la lógica se
está ahí con la cabeza, entonces no se puede estar ahí como se debería estar.
Lo segundo, lo que yo conozco es…
HELLINGER: Yo voy a esperar un poco con lo que tú acabas de decir.
En una comprensión lo importante es el contenido. En el caso de un fruto el
contenido está protegido, a menudo por una cáscara. Es necesario partir la cáscara para
poder llegar al contenido. Esto es muy fácil de comprender. Ahora, naturalmente, voy al
grano. ¿Cuál es la cáscara que debemos partir primero para una comprensión profunda?
No es necesario que me contestes. Te lo doy para que lo medites. Es la lógica. La lógica
protege el contenido y obstruye la entrada, ambas cosas. Cuando entonces te metes con
la lógica ya no podrás acercarte más. A pesar de que en determinados contextos la
lógica es importante. Pero aquí no funciona.
La mayor parte de lo que yo digo no es lógico. No puedes descífralo lógicamente.
Lo esencial no es nunca lógico. Va más allá de eso.
Ahora te llevé a un camino de comprensión. ¿Está bien para ti?
Esto fue en realidad sólo lo primero.
HELLINGER: Tú tendrás una oportunidad para lo segundo.
Yo en realidad solamente quisiera saber cuando me encuentro en el estado correcto.
Este fue el primero que yo ya conozco y que hoy vivencié. El otro estado es en el que yo
conseguí soltarme y lograr en mí una especie de vacío. Entonces me di cuenta que ya
no soy yo mismo, yo reacciono y me sorprendo de lo que allí ocurre. Yo sigo siendo yo
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pero sin mi forma de actuar. Yo respondo a un accionar extraño. Más allá hay una
tercera cosa donde yo….
HELLINGER: Espera un poco, una cosa después de la otra. Eso que tú describes es
exactamente lo que cualquier representante experimenta. El yo no es él mismo. Esto
quiere decir, él es conducido desde algún otro lado. A pesar de todo él se contacta
consigo mismo de un modo mucho más profundo que antes. Esta es la contracara. De
todas maneras en las grandes cosas la lógica encuentra su punto final. Por ejemplo, en el
amor. Es hermoso que la lógica termine allí. Aquí sucede lo mismo.
Porque tú eres tan simpático te doy la posibilidad de la tercera pregunta. Luego se
terminó.
Lo tercero es similar a lo que describí para la segunda situación. El tercero es el mismo
estado, sin embargo yo me siento allí totalmente confundido. Hasta ahora no pude
manejarlo. Eso ya no tiene nada que ver con la lógica. Simplemente que entonces yo ya
no soy más yo mismo. Entonces ya no me siento más yo. De pronto tengo imágenes de
la escena cuando yo represento o donde estoy, tanto cuando sé quien soy como cuando
no lo sé. Entonces yo soy alguien y veo a través de sus ojos. De alguna manera yo soy…
HELLINGER: Esto muestra que allí tú has logrado un contacto profundo. Es así. De
repente sabes cosas y ves cosas. Estás en otra dimensión y sin embargo sigues siendo tú
mismo. No te has alejado de ti. Pasa lo mismo cuando tú estás lejos de ti. Por ejemplo,
muchos curanderos están poseídos. Ellos hacen algo, se despiertan y no saben lo que
hicieron. Esto es otra dimensión. Pero también existe.
La pregunta es: cómo te relacionas tú con esto. Cuando tú entras en ese estado,
interiormente dices: “Oh, ven“.
Si..
HELLINGER: ¿Sí? Te deseo todo lo mejor.
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El no
¿Puede decir algo sobre el no? Esto me preocupa una y otra vez desde que escuché la
historia del comerciante y el monje. En la historia entiendo todo lo demás. Pero el no
me es extraño.
Esta es una pregunta difícil para esta hora tardía. Pero de todos modos. Entonces, se
trata del no y esto debe diferenciarse de la nada. Se trata de dos cosas muy diferentes.
Existe una observación muy sencilla. Todo lo que existe está rodeado de algo que
no es. Por ejemplo, tu conocimiento está rodeado de un no-conocimiento. El noconocimiento, tu no-conocimiento, en comparación con tu conocimiento es infinito.
Esto, por supuesto, vale para todos. Hago un ejercicio interior para que ustedes vean lo
que significa.
Imagínense allí hay una cosa –puede ser cualquier cosa- y tú sabes todo sobre esa
cosa, realmente todo. ¿Cómo te sientes entonces? ¿Te sientes más grande o más
pequeño?
Más pequeño.
HELLINGER: Exacto. Exacto porque falta el no-conocimiento. Por eso el no le da a lo
que existe un fundamento. Si lo observo desde la perspectiva teológica: tan pronto como
preguntamos: ¿Crees en dios? Esto quiere decir, ¿crees en algo? ¿Crees en algo más
grande o algo más pequeño?
En algo más pequeño.
HELLINGER: Exacto. Todo lo que existe es pequeño. Lo verdadero, lo que nos
permanece oculto, está en el no.
Toda nuestra añoranza más profunda no va tras del ser, por ejemplo tras la vida
eterna o algo así. Ella se dirige hacia el no. En el “no” nos disolvemos en algo infinito.
Recién allí hemos llegado a la meta. He ido ahora tal vez demasiado lejos.
Lo hago ahora bien sencillo. Lo reduzco a algo muy cotidiano. ¿Estás casado?
Sí.
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HELLINGER: Entonces es muy sencillo contigo. Yo trabajo solamente con él, y
ustedes pueden quedarse afuera.
Cierra los ojos. Mira a tu mujer, a aquello que tú sabes y también intuyes, y
naturalmente te alegras de su existencia. Claro. Ahora, al mismo tiempo, miras a su no:
a lo que no sabes, a lo que no intuyes. La miras también con tu no, lo que ella no puede
intuir y tampoco tú.
Por consiguiente, cuanto más tarde tú la llames, algo habrá cambiado en ti. ¿Sí?
Sí.
HELLINGER: Bien. Yo me había imaginado que íbamos a tener una velada agradable,
pero no pensé que íbamos a adentrarnos en estas dimensiones.
Perpetradores y víctimas
Hoy por la mañana, cuando hablaste de perpetradores y víctimas, de repente sentí una
confusión en mí.
HELLINGER: Eso se llama progreso. ¿Está contestada tu pregunta?
No lo sé.
HELLINGER: Yo creo que sí la contesté. No solamente a ti, sino también a muchos
otros. ¿Sí?
Sí.
La comprensión
Tú dijiste una vez: la percepción es lo más importante en este trabajo. Cuando yo
puedo percibir todo lo demás surge de allí. Recuerdo cuando hoy hablaste del topo y la
hormiga, y allí también mencionaste la percepción y dijiste que ella es limitada en sí
misma o que forma parte del campo. ¿Puedes decir algo más sobre la diferenciación de
la percepción?
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HELLINGER: En el plano del espíritu no existe ninguna percepción. En el plano del
espíritu hay comprensión. La percepción es superficial. Por supuesto que ella tiene su
lugar. Pero confiar únicamente en la percepción no alcanza. Entonces pasamos al plano
de la comprensión.
Esta es una noche muy filosófica. Diré algo sobre la comprensión. La
comprensión es nueva. Esto es, no existía antes. Aquí es necesario establecer una
diferenciación muy exacta.
¿Cómo logramos una nueva comprensión? O sea, cuando quiero saber algo sobre
una cosa eso no es nuevo. Lo nuevo es creativo, es algo que nunca antes ha estado ahí.
A esta comprensión arribamos cuando entramos en sintonía con un movimiento del
espíritu, con un movimiento creador. En ese movimiento nos entregamos sin saberlo a
algo que está por venir. De repente se produce la comprensión. A veces sucede con las
frases que me surgen. Ellas son comprensiones, no percepciones. Ellas son una
repentina comprensión que tiene sus efectos. La comprensión produce algo. Esto es, la
comprensión, que yo tengo de la comprensión, se hará real. Esa es la diferencia.
Yo creo que mejor lo dejo aquí. Tú me hiciste una pregunta difícil y yo te dí una
respuesta.
El consentimiento
Tú dijiste hoy un par de veces que uno llega al asentimiento como si él cayese sobre
nosotros. Yo experimento el asentimiento más como un acto conciente y voluntario, que
se refiere a algo particular y que me obliga a pasar por sobre un umbral.
HELLINGER: Tú estás en un buen camino. Exactamente así es. Asentimiento quiere
decir: yo reconozco algo tal como es y así le doy mi aprobación, tal como es. Si se trata
de una cosa resulta, a veces, sencillo. Pero cuando debo dar mi asentimiento a todo tal
como es, darte mi asentimiento así como tú eres con todo, esa es otra dimensión. Y
como tú te das cuenta produce felicidad.
Sí.
HELLINGER: ¿Contesté a tu pregunta?
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Sí.
HELLINGER: muy bien.
Alocuciones breves referidas a un tema
El camino hacia la madre
En las constelaciones familiares ha quedado durante todo este tiempo en evidencia que
en el fondo se trata siempre de lo mismo. Algo, que estaba separado vuelve a unirse.
Todos los problemas que podemos observar, incluso en relación con nuestra salud,
surgen porque algo que pertenece al mismo grupo no puede volver a unirse. No
sabemos qué es lo que nos separa de otros y de una parte de nosotros mismos. Con
frecuencia no lo sabemos. En las constelaciones familiares sale a la luz.
Aquí quedó absolutamente en claro que lo que faltaba era la madre. Lo que era
rechazado era sobre todo la madre. El movimiento sanador comienza con la unión con
nuestra madre. Por esa razón aquello que se percibía como disyuntivo, aquello que nos
separaba de nuestra madre, vuelve a unirse.
Esto requiere un trabajo. No alcanza solamente con nuestra buena voluntad. Pues
la separación de nuestra madre está unida a un profundo sentimiento de dolor. También
a un sentimiento de reproche.
Cuando suben niños al escenario: Los niños son siempre bienvenidos. Ellos nunca
molestan. Aquí nos referimos a la familia y los niños forman parte de ella.
Así es que el camino de regreso a nuestra madre es una dolorosa tarea.
Yo también lo experimenté en mí mismo. También yo debí encontrar y transitar el
camino de vuelta. Cuando lo logré quedé completamente sorprendido. La idea que yo
tenía de mi madre resultó ser absolutamente falsa.
Meditación
Ahora cierren los ojos. Miremos a nuestra madre. Primero miramos la imagen que
nosotros nos hicimos de ella. Qué idea arrogante, tal vez, nos hemos hecho de ella.
Presuntuosa, llena de reproches, como si pudiésemos darle a ella instrucciones de cómo
debe ser. Allí olvidamos todo lo que ella durante años y día tras día nos regaló. Tanto
amor, siempre allí a nuestra disposición. Desde luego que aceptamos que ella nos ayude
y esté allí para nosotros.
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Entonces sucede alguna nimiedad y ya nos olvidamos de todo lo que ella hizo por
nosotros. Al contrario, nos enojamos con ella, incluso la despreciamos.
Ahora miramos hacia atrás al tiempo previo cuando todavía no teníamos en
nosotros esas imágenes y los sentimientos que están ligados a ellas. Retrocedemos al
tiempo feliz con nuestra madre, empezando por el tiempo en que estábamos en su
regazo. Eramos un alma y un corazón, cuando éramos un solo cuerpo con ella, con la
misma circulación sanguínea, con el mismo aire. Su respiración era nuestra respiración,
su circulación sanguínea era nuestra circulación sanguínea. Sus sentimientos eran
nuestros sentimientos. Su dolor era nuestro dolor, y su miedo también el nuestro.
¿Pueden existir una unión más profunda, más abarcativa que la de nosotros sentados en
la falda de nuestra madre?
Entonces, con nuestro nacimiento llegó el tiempo de la primera separación. Qué
esfuerzo de su parte cuando debió traernos al mundo y cuando nosotros con un último
esfuerzo conseguimos el paso de su regazo a este mundo.
En ese momento se cortó el cordón umbilical. De pronto su respiración dejó de ser
la nuestra y nosotros respiramos nuestra primera bocanada de aire en este mundo. E
inmediatamente volvimos a ser uno con ella pero de un modo distinto. Ahora alguien
distinto a ella y sin embargo sostenido por ella, llevado a su pecho y todavía alimentado
por ella con la leche de su cuerpo.
Así crecimos, siempre al lado suyo y ella siempre al lado nuestro, una felicidad
indiscutible.
Con estas imágenes y estos recuerdos miramos las imágenes que ahora nosotros
nos hemos hecho de nuestra madre. ¡Qué diferencia! ¡Qué empobrecimiento! ¡Qué
pérdida de felicidad, fuerza, confianza! ¡Qué manera de detenernos en lugar de
proseguir el viaje, junto a ella y hacia nosotros y ella a nuestro lado!
¡Querida mamá!
Bien.
¿Qué le decimos ahora a nuestra madre?: “Ah, y yo que te reconocí tan tarde”.
El orden básico del amor
La constelación familiar es un movimiento que se adentra en otros campos. En el inicio
de la constelación familiar nos concentramos plenamente en la familia. O sea en la
familia actual del hombre y la mujer y los niños, y en las parejas anteriores, que tal vez
forman parte de la familia, y en la familia de origen, en nuestros padres y en nuestros
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hermanos. Este es un foco relativamente estrecho. Entonces vimos que el amor sigue a
distintos órdenes, órdenes muy importantes.
Los dos órdenes básicos de los cuales fundamentalmente depende son:
Cualquiera que forma parte, independientemente de la manera, tiene el mismo derecho a
pertenecer. Ahora, sucede en muchas familias que determinadas personas resultan
excluidas, sobre todo los niños abortados, o lo niños entregados en adopción, o parejas
anteriores que nosotros rechazamos y con quienes no queremos tener nada que ver.
También ellos son parte de la familia, siempre.
Siempre que alguien queda excluido esto tiene repercusiones en toda la familia.
Sobre todo por el hecho de que los excluidos serán representados por otros miembros de
la familia. Por ejemplo, por niños.
Por ejemplo, los padres se ocupan de modo cariñoso de una hija, y ella está
siempre enojada con su padre y éste no sabe por qué. En la constelación sale a la luz que
ella representaba a una mujer anterior que el padre había rechazado.
Entonces recién cuando esa mujer es incluida con respeto, la hija puede volver a
ser niña. Esto es solamente un ejemplo.
Este es el primer principio básico: Todos los que pertenecieron pertenecerán
siempre. Ellos tienen el mismo derecho al reconocimiento.
Muchas enfermedades tienen que ver con que la enfermedad representa a una
persona excluida.
Aquí podemos ver que la constelación familiar es un movimiento que tiende a la
conciliación, para que lo separado pueda volver a unirse. Este es un principio básico.
El otro es la ley de la jerarquía. Para muchos resulta sorprendente que la jerarquía
juegue un papel.
Hoy por la mañana durante el almuerzo nos encontramos con una persona que
conocíamos muy bien y tuvimos con ella una curiosa conversación. Yo le conté a él
algo sobre cuentos. Por ejemplo, sobre el cuento de los hermanos Grimm “El enano
saltarín”. Todos conocen la frase “Nunca, se rompan o no la cabeza, el nombre
Rumpelstiltskin adivinarán”.
Yo me dediqué largo tiempo a los cuentos y saqué a la luz el mensaje secreto de
muchos de ellos. Los cuentos tienen siempre una seducción. Nosotros somos seducidos
a mirar en una dirección que está absolutamente opuesta a lo que realmente ocurre. Lo
esencial de los cuentos está con frecuencia en el comienzo.
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¿Quieren qué les cuente algo más sobre este cuento? Para cambiar un poco, algo
muy sencillo.
Así pues este cuento comienza con que el molinero entrega a su hija. El cuento
se trata de niños entregados. Luego la hija hace lo mismo. Ella le promete a un enano
que él se quedará con su hijo, su primer hijo, sí él la ayuda.
Entonces ella tiene su hijo y el enano exige ese niño. La doncella se entristeció
entonces y el enano se apiadó de ella. Él dijo, si adivinas mi nombre podrás quedarte
con tu hijo. Y le puso un plazo. Entretanto ella se había convertido en reina. Pero los
reyes tienen las mismas dificultades que las demás personas...
La reina envió mensajeros para que averiguasen cuál era el nombre del enano.
Uno de ellos había visto al enano bailando alredor del fuego mientras gritaba: “Nunca,
se rompan o no la cabeza, el nombre Rumpelstiltskin adivinarán”.
El mensajero regresó a donde estaba la reina y le dijo: “”Yo sé su nombre. Te lo
diré recién cuando él venga”.
El llegó contento y entonces la reina le preguntó al mensajero: ¿Cómo se llama?
Y él dijo: “Rumpelstiltskin”.
Ella dijo: “¿Rumpelstiltskin? Ese era el nombre de mi hermano entregado”.
Esa es la historia. Ese es el secreto de la historia. De repente pudo salir a la luz.
SOPHIE HELLINGER: Ese hombre con quien estuvimos en el almuerzo dijo: “Desde
siempre hubiese querido tener un hermano y una hermana”. Eso dijo él. Luego agregó:
Pero mi madre no pudo tener más hijos porque tuvo un embarazo extrauterino. Entonces
yo dije: “Otra vez usted”.
El respondió: “¿Qué? ¿Qué sucede ahora?” “¿Qué hice yo?” Nunca era posible
atraparlo. El siempre tenía una reacción a mano. El dijo: ¿Qué pasa ahora?
Yo dije: “Allí tienes a tus hermanos, en el útero de tu madre. Pero para salvarle a
ella la vida tuvieron que quitárselos”. El hombre quedó profundamente consternado. Era
la primera vez que yo lo veía así. Nosotros lo conocemos muy bien. Y él está enfermo.
Yo le dije: “Dale a ellos un nombre. ¿Cómo se llaman?” El me contestó: “me gustaría
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Christoph”. “¿Y?” El siguió meditando largo tiempo pues nunca se había confrontado
con este tema. Nunca. Luego dijo: “¿Christina, Christiane?” y Bert dijo: “Sí, Christoph
y Christiane”.
Nunca lo había visto así. Él está realmente muy enfermo. De repente todos
pudimos ver que en su cuerpo había empezado a circular algo que hasta ese momento
con cada indicación había fracasado. Él tuvo el impulso de ir hacia esos hermanos.
De alguna manera la conversación marchó hacia ese punto porque él dijo: Un
médico te manda a otro y éste a otro. Y el cardiólogo dice: Ese médico tiene que ayudar
y el otro médico dice también lo mismo. “Yo tengo derecho a la ayuda: ¡hagan algo
ahora!”.
Yo dije entonces: “Ellos no pueden hacer nada. Si alguno supiese lo que hay que
hacer lo haría. En este caso ellos no saben de que se trata”. En todo caso él estaba
profundamente conmovido, con una actitud completamente distinta. Estaba parado de
otra manera y miraba de otra manera. Nunca lo habíamos percibido así.
BERT HELLINGER: Ya lo ven, aun en el almuerzo continúan en nuestro caso las
constelaciones familiares.
Bueno, yo sigo con la jerarquía. O sea, aquellos que forman parte tienen y deben
formar parte. E incluso en este caso los niños que partieron pertenecen a la familia.
Ahora, se trata de que nosotros encontremos dentro de la jerarquía nuestro lugar,
nuestro exacto lugar. La mayoría de nosotros que piensa que somos el primero o el
segundo o el cuarto o quinto se equivocan. Allí hay muchas otras personas que han
quedado excluidas.
Para variar hago con ustedes un pequeño ejercicio. Cierren los ojos. Yo cuento
los números en voz alta y ustedes sienten en qué número se sienten bien y firmes sobre
la tierra. Ese sería entonces vuestro número en el orden de los hermanos.
Entonces: uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce,
trece, catorce, quince, dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve, veinte.
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Aquí me detengo. Algunos tienen hasta cien hermanos. Por ejemplo, un médico
nos contó, y salió a la luz durante una constelación, que los padres querían un hijo
mediante un método de inseminación artificial. Para ello fueron fecundados varios
óvulos. Quedó en evidencia que todos ellos forman parte, todos ellos pertenecen. Aquí
no podemos manipular.
Bien, ¿me extravié aquí o todavía no estoy perdido del todo? Los dos órdenes
básicos de los que fundamentalmente se trata eran: el mismo derecho a la pertenencia y
la jerarquía, de que nosotros estemos en el lugar correcto y de que también nuestros
hijos estén en el lugar correcto.
Muchos padres que tienen dificultades con un hijo las tienen justamente porque
el niño no sabe en qué lugar debe estar.
Meditaciones
Nuestra enfermedad
Volvemos a cerrar los ojos. Miramos ahora a nuestra enfermedad o a nuestra molestia,
también a nuestro dolor, y ponemos esa enfermedad o dolencia frente a nosotros a una
cierta distancia. Esperamos hasta que la enfermedad o la dolencia se muevan.
Alejándose de nosotros, por ejemplo, nuestra enfermedad se mueve en dirección a otra
persona y nosotros interiormente seguimos ese movimiento. ¿A dónde nos arrastra ella?
¿Se dirige, por ejemplo, a un niño que ha perdido su lugar en nuestra alma o en nuestra
familia? ¿O se dirige hacia alguien de quien nos hemos separado, tal vez de una manera
que hace que estemos enojados con esa persona? Entonces interiormente confrontamos
a esa persona con la enfermedad. Luego seguimos el movimiento de la enfermedad
poniéndonos a su lado o detrás de ella.
Seguimos el movimiento de nuestra enfermedad hasta que junto con ella llegamos a esa
persona.
¿Cómo está la enfermedad? ¿Cómo le va a esa otra persona? ¿Cómo nos va a
nosotros?
Bien.
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Nuestra integridad
Lograr que los excluidos vuelvan a ser incluidos y encuentren su lugar concierne a la
integridad. Aquello que nosotros experimentamos como molestia se termina de repente
porque ya prestó sus servicios.
Ahora vuelvan a cerrar los ojos. Imaginémonos que hacemos una ronda con
muchas personas. Tenemos una idea aproximada de cuantas personas deben ser, cinco o
diez o veinte o treinta, depende, ustedes saben cuantas son. Ustedes se imaginan que
hacen una ronda frente a ustedes. Ustedes la forman. Luego ustedes se ubican en el
centro de la ronda.
Después pasan frente a ella y sienten donde deben detenerse y qué es lo que
sucede con la persona que está frente a ustedes – y naturalmente lo que sucede con
ustedes.
Mientras de esa manera ustedes pasan de uno a otro, esa persona les dice: “Yo te
veo – bienvenido”.
También en la ronda se produce un movimiento. ¿Qué sucede entonces con
ustedes? ¿Por ejemplo, qué sucede en vuestro cuerpo? ¿Se junta en nosotros algo que
hasta ahora estaba marginado? ¿Celebramos tal vez un reencuentro o incluso un
nacimiento?
Bien.
Extras
Comentarios del curso en Graz
16 – 18.12.2011
I
Queridos Sophie y Bert,
Para decirlo en una frase: “Estoy bien”.
Inmediatamente después de haber llegado a casa tomé mi dosis diaria de Ritalin
(supuestamente debería ser para la concentración) pero reducida. Yo no quería dejarla
de modo abrupto (si no me pasaría el día entero durmiendo), sino lentamente (mi cuerpo
necesita un poco de tiempo para la adaptación; luego de la constelación mi espíritu ya se
aclimató) me di cuenta especialmente en que me puedo concentrar aún sin este
medicamento y eso me hace bien y me da fuerzas.
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En la pausa le pregunté a Bert algo sobre los ojos, acerca de cómo él había logrado vivir
sin anteojos. El dijo: “Yo leí un libro… de Norbekov… hay que practicar un poco pero
es muy sencillo. Tú también luces mucho mejor sin gafas”. Esto me motivó a practicar
(hoy comencé a hacerlo y realmente me resultó muy divertido). Yo me confronté con un
conocimiento que yo, querida Sophie, recibí de ti como regalo. En el seminario tú
dijiste: “La energía sigue al pensamiento”. Y hoy de pronto me di cuenta: no son ni
siquiera los ejercicios en sí mismos, sino en un 90% la actitud interna. Yo pensé en algo
bello e inmediatamente vi mejor. Esto confirma otra vez que los ojos no están enfermos.
Querida Sophie, si me permiten, los mantendré a los dos al corriente.
Finalmente quisiera desde el fondo de mi corazón DECIRLES GRACIAS.
Gracias a ustedes dos (= tú, querida Sophie + tú, querido Bert)
II
Estimados, Bert y Sophie Hellinger,
Quisiera expresarles mi más profundo agradecimiento por los tres días conmovedores
en Graz.
¿Por qué quiero agradecerles? Por mi hija que me esperaba en el aeropuerto con
flores. Ella tiene 28 años y durante casi toda su vida no me quiso. Poco antes del
seminario yo había leído que podía haber tenido que ver con que el hijo mayor puede
representar a la madre rechazada.
Yo no era conciente de que rechazaba a mi madre, pero en el seminario cayeron
las lágrimas de mi reconciliación con ella y con su muerte tan infeliz.
Durante mi estudio dejé además a mi hija, que en ese momento tenía un año, con
la que en ese entonces era mi suegra por más de un año. Desde entonces tengo una hija
que no quiso saber ni tampoco aceptar nada de mí. Qué tremendo error. Por esa sonrisa
de mi hija en el aeropuerto les estoy profundamente agradecido a los dos.
Gracias por su meditación con nosotros, querido Bert Hellinger. Ahora sé que
soy la segundogénita y no la primera. Me siento mucho mejor que antes. También el
hecho de haber tenido no tres hijos, sino seis me ha hecho muy feliz. ¡Los niños
perdidos también son parte de la familia! También gracias por ello.
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Ahora en calma tengo muchas más cosas que hacer. Yo trato de recordar cada
una de vuestras palabras. Quién sabe qué milagros aún me esperan. Tal vez pueda salvar
mi segundo matrimonio y hacer felices a todos los que me rodean. ¿Quién sabe?
Espero que ustedes me perdonen por haber pensado que era demasiado el trabajo
en las constelaciones. Quisiera empezar conmigo misma, primero aprender el TÚ y el
GRACIAS.
Con profundo amor por vuestro grandioso trabajo.
V.S.
II
Estimados, Bert y Sophie Hellinger,
Con todo mi corazón les digo muchas gracias por haber podido participar en este
seminario. Fue el tercer seminario en el que participé. Estoy impresionado por la
vastedad y la profundidad de vuestra conciencia, de la exactitud de vuestra intuición. Ni
una palabra de más, ni una de menos. Cuando yo no entendía algo retuve lo dicho en mi
memoria y la aclaración vino después. La última constelación en el seminario es la más
maravillosa que yo jamás viví.
Mientras la constelación se celebraba yo no la pude seguir completamente, tan
profundamente conmovido estaba. Ayer por la noche me desperté y la constelación
volvió a desarrollarse. De pronto yo pude incorporar todo lo dicho por ustedes y eso me
ayudó paso a paso a entender mejor la constelación. Estoy conmovido de cómo en el
momento en que ustedes dicen algo o llaman la atención sobre algo esto está en una
unión conciente con lo que sucede en el momento o lo que va a pasar más tarde.
Les deseo una navidad llena de paz y contemplación, así como mucha suerte
para el año próximo y sobre todo buena salud.
Cordiales saludos.
Kl. S.
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IV
Queridos Sophie y Bert,
Querido Hellinger Team
Quisiera agradecerles profundamente por este seminario.
Fue lo más hermoso que me sucedió en la vida.
Comenzó con el cumpleaños de Bert que resultó realmente conmovedor y yo me
sentí muy bien y transportado por esa energía.
El domingo a la madrugada fue distinto. Ya en mi casa tuve la sensación que ese
día quería “mostrarme” algo. Yo tenía una sensación de descontento.
Busqué una frase en mi almanaque de ángeles:
“Sí, tu eres un habitante de dos mundos”. Con una cierta desilusión aparté el libro.
Una vez arribado al seminario cantar me hizo bien y con mucha alegría hice los
ejercicios hasta que mi madre estuvo enfrente de mí. (Ella también participaba en el
seminario). Yo estaba frente a ella, a mí me caían las lágrimas y ella me tomó en sus
brazos.
Entonces Bert habló sobre el universo y el “otro” mundo y yo pensé, todo suena
muy bien, pero no era accesible para mí, era algo sobredimensional. Yo pensé, algún
día, tal vez, pueda entenderlo.
Y en la última constelación yo lo sentí, pude sentir cómo esos dos mundos se
influencian mutuamente. Desde entonces tiene lugar en mí un proceso increíble. Yo no
puedo nombrarlo. Tengo la sensación de que una puerta se hubiese abierto.
Gracias.
Namaste.
S.
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V
Querida Sophie, querido Bert, estimados colaboradores.
“En efecto”, este fin de semana fue un servicio religioso y un regalo de dios. Ahora sé
de qué se trata.
GRACIAS, por haber podido vivir esta fiesta de cumpleaños, me conmovió
profundamente. En mi corazón y en mi alma han entrado la paz y el amor. Gracias por
este enorme regalo, se lo siente tan magnífico y reconfortante. Mi corazón rebosa de
amor…. ahora finalmente lo he comprendido.
Mil gracias,...………….. Gracias!
Yo llevaré esta fiesta en mi corazón a lo largo de mi camino. En este sentido les
deseo a todos ustedes lo mejor.
E. K.
VI
Queridos Bert y Sophie Hellinger,
Este seminario me ha ayudado mucho, ya por el hecho de haber podido asistir a él. Yo
puedo decir gracias por haber recibido la vida. Antes del seminario no era así. Yo me
sentía como una cáscara vacía totalmente de cualquier sentimiento, allí donde está el
corazón yo sentía un gran agujero y lo vital había abandonado mi cuerpo. En el curso
volví a sentir como si ese agujero volviese a llenarse.
Mi interior vuelve a encontrar la calma, mi vida agitada encuentra con vuestra
ayuda la calma. También en nuestra familia ha sucedido mucho desde que nosotros
comenzamos con las constelaciones familiares (seminarios en los que participamos).
Hemos aprendido que nosotros no podemos determinar el tiempo, y muchas, muchas
otras cosas hemos aprendido.
Ahora podemos hablar en la familia de modo mucho más abierto porque todos
ya lo conocemos.
Habría mucho más para decir pero yo estoy tan agradecido de haber podido estar
con Sophie y Bert; en mi interior se lo siente como un bálsamo que recorre todo el
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cuerpo. A uno le da la sensación de que puede decirle a muchas personas qué sencillo es
vivir y estar agradecido por todo.
Gracias.
A.
VII
Queridos Bert y Sophie Hellinger,
Vuestro seminario en Graz fue único. Para mí fue una experiencia que no olvidaré tan
fácilmente.
El trabajo de Bert con todo el grupo tuvo inmediatas consecuencias en mí. Yo
quería anotarme para constelar, pero con el transcurrir del seminario dejó de ser
necesario.
Me impactó especialmente cuando Bert interrumpió la constelación con la
participante rusa cuyo problema era no poder encontrar un compañero adecuado. Hay
que tener mucha sensibilidad y coraje para poder hacerlo.
No es necesario hablar sobre la última constelación en donde fue posible percibir
la presencia de dios. Sí, el seminario fue una misa, un servicio religioso.
Muchas, muchas gracias por esta maravillosa experiencia.
Les deseo a ustedes una navidad hermosa y llena de paz y un “año nuevo” con
salud y felicidad.
M. J.
VIII
Fueron días emotivos y movilizadores en Graz, y con agradecimiento recuerdo la
manera en que Bert y Sophie Hellinger nos condujeron. Como un resplandor brillaba
sobre todo la alegría de haber podido estar presentes en el cumpleaños de Bert. La fiesta
fue preparada con muchísimo cariño. Y qué agradecimiento manifestaba la gente que
había viajado desde muy lejos para celebrar ese día.
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Incluso en la noche de su cumpleaños Bert Hellinger trabajó con nosotros. Con mucho
gusto cuento sobre dos meditaciones que me conmovieron muchísimo y que cambiaron
mi vida profundamente:
Nosotros fuimos conducidos hacia nuestra culpa personal. Mi objetivo era aliviarme y
ser libre de ella. Pero Bert Hellinger nos condujo no a querer saber mucho de nuestra
culpa personal, sino a acogerla en nuestra alma y en nuestro cuerpo. Esto resultó nuevo
para mí. Cuando yo comencé a abrirme fue como si pasase de una sensación de flotar a
encontrar la tierra bajo mis pies y estuviese sobre suelo firme. Un peso comenzó a
atraerme hacia la tierra, mis pies empezaron a ensancharse. Y durante esa sensación de
peso, de sentirme cada vez más pesado, comencé a sentirme más rico y más pleno,
ligado a la tierra y las personas, como nunca me había sucedido antes. Yo supe: es el
inicio de un camino del que no podré volver.
La otra meditación que me conmovió profundamente:
Fuimos llevados a una ronda de personas. Son 22, me dije a mi mismo. Solos en la
ronda pasábamos de uno al otro diciéndole a cada uno: “¡Ahora te veo!” Yo no había
completado la ronda y supe que la completaría para mí mismo. Tarde por la noche me
pregunté: ¿cómo había llegado al número 22? Yo comencé a contar y para mi sorpresa
vi: son mis hermanos, mis padres y sus hermanos y medio hermanos, son mis abuelos y
también la primera mujer de mi abuelo. Ellos son 22. Y yo sentí una plenitud y una
riqueza y el comienzo de un resplandor en mi rostro.
¡Qué suerte tenemos nosotros de poder ser guiados así por Bert y Sophie!
¿Podría yo experimentar un mayor y más profundo servicio a dios?
Yo les agradezco por ello.
R. W.
Consideraciones posteriores
Nacimientos
El decisivo día del nacimiento llegó finalmente cuando después de nueve meses de
intenso desarrollo dentro de nuestra madre, donde fuimos llevados y alimentados por
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ella, debimos dejar ese cuerpo protector y pasar a un nuevo regazo materno, la tierra.
Nosotros divisamos la luz del mundo y respiramos por primera vez. Habíamos nacido.
Ese nacimiento fue el comienzo oficial de nuestra vida. Lo logramos con el
último esfuerzo de nuestra madre y el nuestro. Por eso todos los años volvemos a
celebrar su aniversario como nuestra fiesta más hermosa.
Si después de una larga preparación alcanzamos algo tan decisivo y pudimos
divisar la luz del mundo, hablamos entonces de un nacimiento. Nosotros celebramos
esos aniversarios. Por ejemplo, el aniversario de la liberación de un yugo a través de una
victoria sobre un enemigo y la consiguiente firma de un tratado de paz. Con él se inicia
para ambas partes, los vencedores y los vencidos, un tiempo de desarrollo del apoyo
mutuo. Para nosotros lo más impresionante fue el final de la segunda guerra mundial
con el cual comenzó el nacimiento de la Europa unida.
Estos son los aspectos visibles y en un comienzo dolorosos con los cuales se
inició algo decisivo.
¿Miramos nosotros del mismo modo a nuestros padres? ¿Miramos por encima de
ellos a esas fuerzas creadoras que actuaban antes de ese nacimiento y que actuaron
también en él? ¿Miramos en ese nacimiento de una nueva era de paz a los miles de
muertos que costó ese nacimiento? ¿Miramos en nosotros el esfuerzo personal y el
crecimiento que esa paz y su mantenimiento nos exige? ¿Tomamos el resultado de ese
nacimiento como un regalo que ininterrumpidamente continúa actuando?
¿Sobre todo, hacia dónde miramos en esos días de cumpleaños? ¿Miramos hacia
atrás y contamos los años? ¿O miramos hacia delante a nuestro próximo nacimiento y
con él traemos algo nuevo al mundo? ¿Por ejemplo, nuestros propios hijos, también
aquí con el último esfuerzo?
Por eso, nuestros nacimientos continúan y con ellos nuestra felicidad, una
felicidad creciente.