la segmentación de una conversación en diálogos
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la segmentación de una conversación en diálogos
Oralia Análisis del discurso oral Revista anual. Volumen 9, 2006 Oralia Análisis del discurso oral DIRECCIÓN DIRECTORES ÍNDICE Luis Cortés Rodríguez José Jesús de Bustos Tovar Pág. ARTÍCULOS SECRETARIOS María del Mar Espejo Muriel José Luis Muñío Valverde CONSEJO DE DIRECCIÓN María Marta García Negroni Antonio Hidalgo Navarro María Elena Placencia Salvador Pons Bordería Scott Schwenter CONSEJO DE REDACCIÓN Adriana Bolívar (U. Central de Venezuela) Antonio Briz (Universidad de Valencia) Teresa Carbó (U. Nacional Autónoma de México) Manuel Casado (Universidad de Navarra) Patrick Charaudeau (Universidad Paris XIII) Carmen Curcó (U. Nacional Autónoma de México) Luisa Granato (Universidad de La Plata) José Mª. Jiménez Cano (Universidad de Murcia) María A. Martín Zorraquino (U. de Zaragoza) Estrella Montolío (Universidad de Barcelona) Francisco Moreno (U. de Alcalá de Henares) Antonio Narbona (Universidad de Sevilla) Francisco Ocampo (Universidad de Minnessota) Wulf Oesterreicher (Universidad de Múnich) Jenaro Ortega (Universidad de Granada) Claudia Parodi (Universidad de CaliforniaUCLA) Fernando Poyatos (Universidad de New Brunswick) Carmen Silva-Corvalán (U. del Sur de California) Francisco Torres (Universidad de Granada) Hernán Urrutia (Universidad del País Vasco) Ana María Vigara (U. Complutense de Madrid) Juan Andrés Villena (Universidad de Málaga) ACUÑA FERREIRA, VIRGINIA, La producción de segundas versiones más elaboradas de una historia en la conversación cotidiana. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . BRAIT, BETH, MARIA INÊS BATISTA Y MARIA CRISTINA HENNES SAMPAIO, El discurso oral y escrito en Brasil: perspectiva actual. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . BRIZ, ANTONIO, La segmentación de una conversación en diálogos.. . . . . . . . CURCÓ, CARMEN, Ajuste conceptual y discurso bilingüe en una comunidad catalana en México: nuevas perspectivas para el estudio de la alternancia de códigos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . HIDALGO, ANTONIO y XOSE A. PADILLA, Bases para el análisis de las unidades menores del discurso oral: los subactos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ÍÑIGO MORA, ISABEL MARÍA y GLORIA ÁLVAREZ BENITO, Marcadores kinésico-discursivos en español como L1 y en inglés como L2. . . . . . . . . . . . . . . . . . . MADFES, IRENE, Polifonía en la entrevista médica. El acompañante o el pariente pobre de la interacción médico-paciente. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . MÉNDEZ GARCÍA DE PAREDES, ELENA Y ELENA LEAL ABAD, El lenguaje de los informativos: entre la oralidad y la escritura(lidad): el telediario del 11-S . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . OCAMPO, FRANCISCO, La evolución de bueno de adjetivo a partícula discursiva. Un proceso de discursivización. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . PAYRATÓ, LLUÍS, Discurso oral y multimodalidad: aspectos introductorios. . . . POYATOS, FERNANDO, Enfoque integral del habla andaluza y su entorno a través de los elementos verbales y no verbales de sus textos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 33 45 73 109 145 167 185 231 259 277 NOTAS FUENTES RODRÍGUEZ, CATALINA, Notas acerca de eso sí y la reinterpretación enunciativa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 305 POLO, JOSÉ, ¿Quién da la vez? Fórmulas para pedir turno en los mercadillos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319 PORROCHE BALLESTEROS, MARGARITA y VERÓNICA EDESO NATALÍAS, Anunciar los anuncios: análisis de textos que dan paso a la publicidad en televisión. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 331 RESEÑAS HARVEY, ANAMARÍA (comp.), En torno al discurso. Contribuciones de América Latina, Santiago de Chile, Ediciones Universidad Católica de Chile, 2005. [Irene Fonte Zarabozo]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 345 GALLARDO PAÚLS, BEATRIZ Y JULIA SANMARTÍN SÁEZ, Afasia fluente. Materiales para su estudio (vol. I). Afasia no fluente. Materiales y análisis pragmático (vol. II), Valencia, Universitat de València, 2005. [Inmaculada Baixauli Fortea]. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351 INTERNET RIDAO RODRIGO, SUSANA, Direcciones de Internet útiles para el análisis del discurso oral (VII). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 359 BIBLIOGRAFÍA ESPEJO MURIEL, M.ª DEL MAR Y OLGA CRUZ MOYA, Bibliografía sobre el español hablado (2004). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 379 ARTÍCULOS LA PRODUCCIÓN DE SEGUNDAS VERSIONES MÁS ELABORADAS DE UNA HISTORIA EN LA CONVERSACIÓN COTIDIANA VIRGINIA ACUÑA FERREIRA Universidad de Vigo 1. INTRODUCCIÓN La producción de versiones de una misma historia no ha recibido mucha atención dentro del campo del análisis narrativo. Aunque tras el establecimiento de la estructura narrativa estándar por Labov y sus asociados (Labov y Waletzky, 1967; Labov, 1972; Labov y Fanshel, 1977), son muchos los estudios que se han aproximado al análisis de esta práctica discursiva (véanse, por ejemplo, las revisiones de Cortazzi, 1993; Ochs, 2000), sólo las investigaciones recientes de Norrick (1997, 1998, 2000) abordan esta cuestión en situaciones de conversación espontánea1. Este autor grabó las interacciones de una familia durante ocho días y localizó la producción de versiones de una misma historia bajo tres condiciones diferentes. En primer lugar, Norrick analiza una segunda versión que produce el mismo narrador a petición de un participante que se acaba de incorporar a la interacción; en segundo lugar, su análisis aborda la producción de una segunda versión por parte del mismo narrador para una audiencia distinta, días después de la primera y dentro de la discusión de un tema completamente diferente; en tercer lugar, Norrick analiza la producción cooperativa de versiones de viejas historias como una rememoración de las experiencias que comparten los miembros de la familia y destaca el papel de esta actividad en el refuerzo de la identidad grupal. El análisis comparativo de las versiones de una misma historia que se contaron en cada una de estas situaciones concluye que la estructura narrativa se mantiene casi intacta y que no puede hablarse por tanto de diferencias significativas. Sin embargo, Norrick advierte de la necesidad de que las investigaciones futuras presten atención a los factores que puedan determinar la aparición de diferencias importantes y la gama de variación posible para 1 Norrick (1998, 2000) cita a Hymes (1985) y a Bauman (1986) como estudios que han abordado la producción de versiones de una misma historia en situaciones de entrevista o que fueron expresamente creadas para ello. ORALIA, Vol. 9, 2006 8 Virginia Acuña Ferreira ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 9 producciones narrativas que se perciben como versiones de una misma historia (1998: 83). En este artículo me propongo responder a estas cuestiones a través del análisis de dos versiones de una misma historia que, a diferencia de los casos que aborda este investigador, son producidas por el mismo narrador para la misma audiencia en distintos puntos de una conversación cotidiana (y sin que haya tenido lugar la incorporación de un nuevo participante). Desde una perspectiva comparativa, las dos versiones mantienen ciertas unidades narrativas casi intactas, pero también revelan diferencias importantes como resultado de las técnicas de expansión de la trama que se aplican en el segundo caso. Estas técnicas coinciden con las descritas por Bauman (1986) en su análisis de las tres versiones de una misma historia producidas por un artista de las narrativas orales, que concluye que las últimas estaban más elaboradas porque se dirigían a una audiencia especialmente numerosa y expectante. Tras la descripción general de la conversación que presento en el siguiente apartado, paso a analizar con detalle cada una de las dos versiones por separado y después las comparo de manera específica. La actividad comunicativa se inicia a partir de la narración por parte de Fran de la experiencia problemática que tuvo a la hora de conseguir tres entradas para un partido en el Santiago Bernabéu al que había acudido recientemente. Fran había reservado estas entradas a través de su peña antes de viajar a Madrid, pero una vez en el estadio descubre que no se las dan porque, en lugar del carné que le acreditaría oficialmente como miembro de esta asociación, su presidente le había proporcionado un papel con su firma que el empleado en la taquilla no consideró válido. Como consecuencia, el protagonista tiene que pagar un alto precio por las tres entradas en la reventa. Tras la reconstrucción de esta experiencia, los tres participantes masculinos narran otros casos de incompetencia y mal comportamiento por parte de quienes dirigen y organizan la peña futbolística de la que forman parte. En pleno desarrollo de esta sesión de historias de queja, Fran vuelve a protestar por lo que le ocurrió en el Bernabéu y sus amigos comentan posibles soluciones a la situación en la que se encontró. Ante estas muestras de interés, Fran produce una segunda versión más elaborada de esta historia. 2. UNA SESIÓN DE HISTORIAS DE QUEJA 3. LA PRIMERA VERSIÓN DE LA HISTORIA Los fragmentos conversacionales que se analizan en este artículo corresponden a una interacción en la que tres hombres jóvenes producen una serie de historias de queja (Günthner, 1997) que están relacionadas con la incompetencia de los dirigentes de la peña futbolística a la que pertenecen2. Esta interacción fue obtenida por mí misma a través de la observación participante en un bar. En ella también está presente una amiga mía a la que he identificado con el pseudónimo de Cati. Sus aportaciones y las mías son escasas porque no pertenecemos a la peña futbolística en cuestión y somos destinatarias indirectas del habla (Goffman, 1981). Los tres chicos que protagonizan la conversación, identificados como Fran, Luis y Paco, no sabían que estaban siendo grabados. Para obtener un grado máximo de espontaneidad, informé de mis intereses investigadores y de la grabación que había efectuado una vez finalizado el acontecimiento, cuya duración es de unos treinta minutos. Empleo pseudónimos tanto en el caso de los participantes como en el de las terceras personas a las que se alude. Nada más llegar al bar donde tiene lugar la interacción, Fran introduce directamente sus quejas a través de la reducción de su historia a las dos cláusulas que configuran lo que Labov (1972) denomina una narrativa mínima3. Luis responde con expresiones de incredulidad a esta exposición resumida de los hechos (“fui al partido en el Bernabéu y no me dieron las entradas”) y Fran procede entonces con la narración propiamente dicha4. Siguiendo el modelo de estructuración narrativa establecido en Labov y Waletzky (1967) y Labov (1972), esta primera versión se organiza en tres partes: las dos primeras contienen la reconstrucción de dos acciones y la tercera la evaluación, aunque este componente fundamental de las narrativas aparece intercalado ya en la primera parte. Véase el Fragmento 1: El narrador-protagonista de estas historias reconstruye de forma crítica una serie de acontecimientos en los que se ha visto afectado por el comportamiento o la actitud de una tercera persona (véase Günthner, 1997). Se trata de narrativas que transmiten lo que Boxer (1993) denomina quejas indirectas, en la medida en que el interlocutor no es considerado como responsable de lo sucedido, sino una tercera persona ajena a la interacción. Los hechos se relatan precisamente con el objetivo de conseguir el apoyo del destinatario en contra de esa tercera persona. 2 3 Labov define una “narrativa mínima” como “a sequence of two clauses which are temporally ordered: that is, a change in their order will result in a change in the temporal sequence of the original semantic interpretation. In alternative terminology, there is a temporal juncture between the two clauses, and a minimal narrative is defined as one containing a single temporal juncture” (Labov, 1972: 360-1; énfasis original). 4 Esta “secuencia-prefacio” (Sacks, 1974: 340) no fue recogida en la grabación y la reconstruyo aproximadamente como la recuerdo. 10 Virginia Acuña Ferreira ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. Fragmento 1: La primera versión de la historia (Primera parte)5 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 Fran Cati Fran Luis Fran la movida es que a mí me PLANtan → delante del del del:: presidente de las peñas madridistas ↑ toda la oficina ↑ dentro del bernabéu ↓ <1> y es muy amigo del presidente de aquí → = = mm = = de la peña → .. [(xx)] [Y LE] AVISA → y yo tenía las tres entradas ↑ PERO COMO A MÍ NO ME DEJARON PASAR AL BERNABÉU ↑ ↑ CON NINGUNA ACREDITACIÓN ↑ .. HOSTIÁ ↑ pues no había entrada → En este fragmento Fran describe el escenario en el que tiene lugar la primera acción (líneas 1-5): la conversación que mantiene con el presidente general de las peñas madridistas en sus oficinas, supuestamente para convencerle de que es miembro de una de ellas y de que reservó las entradas a través de la misma. El narrador-protagonista reduce la distancia espacio-temporal entre el mundo de la historia y el contexto comunicativo a través del uso del presente narrativo, la movida es que a mí me PLANtan → (línea 1). En la medida en que mantiene la deixis temporal propia del mundo de la historia, el presente narrativo sirve para presentar los acontecimientos como si volviesen a producirse en la situación comunicativa y favorecer así la implicación de la audiencia (Schiffrin, 1981; Silva-Corvalán, 1983, 1987; Tannen, 1989; Briggs, 1996; Günthner, 2000). La escena se reconstruye además con rapidez a través de la nominalización, toda la oficina ↑ (línea 4), dentro del bernabéu ↓ (línea 5). La conversación con el presidente general de las peñas madridistas no llega sin embargo a reconstruirse porque a continuación Fran comenta la amistad que une a este presidente con el de la peña a la que él pertenece, y es muy amigo del presidente de aquí → (líneas 7), de la peña → (línea 9), Y LE AVISA → (línea 12). El narrador-protagonista introduce esta información para resaltar que todo se habría solucionado si hubiese podido acceder al es5 Véanse las convenciones de transcripción en el Apéndice al final del artículo. ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 11 tadio para comentar el problema al presidente de su peña y que éste le reconociese como miembro. Sin embargo, el hecho de no tener el carné acreditativo no sólo le impedía obtener las entradas, sino también acceder al estadio para realizar cualquier tipo de acción al respecto: PERO COMO A MÍ NO ME DEJARON PASAR AL BERNABÉU ↑ ↑ (línea 14), CON NINGUNA ACREDITACIÓN ↑ (línea 15). Con estas explicaciones, Fran evalúa implícitamente los acontecimientos (Labov, 1972: 375-93) como responsabilidad del presidente de su peña por no haberle facilitado ese carné. La última parte de esta evaluación implícita, HOSTIÁ ↑ (línea 17), pues no había entrada → (línea 18), coincide con una resolución (Labov y Waletzky, 1967: 39) anticipada de la historia en esta primera parte de la narrativa. En el Fragmento 2, el narrador-protagonista reconstruye la acción con la que se resuelven los acontecimientos: Fragmento 2: La primera versión de la historia (Segunda parte) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 Fran Luis Fran Cati Fran Luis Fran Luis Fran Y LE FUI A UNA TAQUILLA ↑ .. que había → cinco mil personas en él → más las entradas de las peñas ↑ y y:: todos con las tarjetas → todos → [todo tiran todo con la tarjeta] ↑ [tarjetas (xx) y todo] ↑ jode:r → = = mm = = tarjetas de crédito → y:: y le leí un papel → .. e::h {[ac] yo → presidente de (xx) tal} → = = claro = = {[ac] presidente de la peña madridista [#nombre# de::]} Æ [ACREDITO] ↑ = = de #ciudad# ↑ .. sobre:: le doy permiso a:: = 12 Virginia Acuña Ferreira 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 Luis Fran Luis Fran Luis Fran ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. = claro = = {[ac] fulanito tal → con deeneí tal tal → pumba PRESIDENTE DE LA PEÑA ↑ Y FIRMA} → .. yo miro así ↑ y le digo al pascual santos → .. {[p] hostiá::} → = = no me dan entrada → = = [claro] [en cuanto] me abren la puerta cincuenta y siete ↑ ya sabía yo que no daban entrada → Fran reconstruye otro escenario: una taquilla en la que había una larga cola de miembros de distintas peñas, con sus respectivos carnés, esperando para adquirir las entradas (líneas 1-7, 9-10, 12). Seguidamente, el narradorprotagonista reconstruye en estilo directo cómo lee el papel de autorización firmado por el presidente de su peña al empleado en esta taquilla (líneas 1318, 20, 22-25, 27-31). La cita en estilo directo del comentario que Fran hace a un amigo, yo miro así ↑ (línea 33), y le digo al pascual santos → (línea 34), no me dan entrada → (línea 37), sugiere que esta acción resultó inútil porque el papel no era válido. Luis indica atención a través de una emisión continua de señales de soporte fático (líneas 8, 19, 21, 26, 36, 38). En el Fragmento 3, los acontecimientos son finalmente evaluados de manera específica: Fragmento 3: La primera versión de la historia (Tercera parte) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Fran Luis Fran Luis hosTIÁ → .. yo le decía al marcos → mira si no te parezca mal ↑ = = yo creo que no es normal → = = pero a mí no me vendéis [(xx)] [quiero darme de baja] → .. así de claro ↑ {[a] [no te pongas así]} ↑ ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. 11 12 13 14 15 16 17 18 19 Fran Luis Fran Luis Fran Luis Fran La producción de segundas versiones 13 [hijos de PUTA] → = = [ES QUE YO FLIPO] → {[a] [parece mentira:: hombre::]} ↑ [MADRÍ BARÇA]} ↑ = = {[a] una tontería::} ↑ = = no voy → = = {[a] [que te pongas así]} → [MADRÍ BAYER] ↑ no voy → = Fran despliega la evaluación de los acontecimientos como responsabilidad de los dirigentes a través de la reproducción en estilo directo de las quejas que de hecho ya dirigió a uno de ellos (líneas 3-4, 6, 11, 14, 16, 18-19). En la expresión de estas quejas, Fran insulta (línea 11) y protesta por los continuos fallos a la hora de conseguir las entradas para los partidos construyendo una pequeña enumeración (líneas 14, 16, 18-19). 4. UNA SEGUNDA VERSIÓN MÁS ELABORADA DE LA HISTORIA En el Fragmento 4, Fran vuelve a protestar por los hechos relacionados con su experiencia problemática en el Bernabéu y sus amigos le comentan medidas que podría haber tomado ante la situación. Estos turnos se producen varios minutos después de que el narrador-protagonista de esta historia hubiese ofrecido ya una primera versión de la misma: Fragmento 4: Paco y Luis plantean posibles soluciones al problema 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 Fran Paco Luis = NO → pues yo lo que no puedo es llevar un PALO de ir a madrí ↑ .. y y y no tener las entradas → por lo que sea ↑ no mira neniño ↑ <voz falsa> mira → ni neniño ↑ ni HOS::tias → a mí me das una acreditación ↑ Y YO ENTRO → = = claro = = [YA ESTÁ] ↑ 14 Virginia Acuña Ferreira 14 15 16 17 18 19 . . . 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 Fran Luis Fran Luis Paco Luis Paco Luis Fran Luis Fran Luis ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. [pa pillar las entradas] → = = Y:: YA YA ESTÁ ↑ = = o:: dime ↑ no → Y NO VOY ↑ = = {[ac] PERO ASEGÚ:RAME HOMBRE} ↑ VA AL TAQUILLA ↑ (xx) pa las peñas o lo que sea ↑ = = pero mira = = [(xx) las entradas] → [coges un trozo de cartón] → BLANCO o lo que sea → haz así = = pero si llevaba [(xx)] [métele un matasellos] ↑ y te dan la entrada → = = mira yo llegué allí ↑ y la puerta cincuenta y SIETE → que es por donde fuimos a [(xx)] [mm] = Fran se queja nuevamente de los problemas que tuvo en el Bernabéu (líneas 1-5) y construye una historia hipotética (Goodwin, 1990, 1990/1991) en la que exige a los dirigentes que le proporcionen un carné y les reprocha su indiferencia a este respecto (líneas 6-11,14, 16-18)6. Luis y Paco le apoyan a través de la emisión de señales de acuerdo (líneas 12-13, 15) y de la finalización Goodwin (1990, 1990/1991) analiza el llamado proceso conflictivo “él-dijo-ella-dijo” entre grupos de niñas afroamericanas de un barrio de Filadelfia e identifica la producción de historias instigadoras que reproducen hechos del pasado, historias futuras en las que se anuncian acontecimientos que van a suceder e historias hipotéticas en las que se construyen acontecimientos imaginarios. Cada uno de estos tipos de historias marca diferentes fases del proceso. Ante la producción de una historia instigadora en la que una niña informa a otra de los comentarios negativos que una tercera hizo de ella “a sus espaldas”, la niña ofendida cuenta una historia futura en la que proyecta su inminente enfrentamiento con la ofensora. En los días previos a este enfrentamiento, las niñas que no están directamente implicadas en el conflicto cuentan historias hipotéticas en las que imaginan cómo se desarrollará esta última fase del proceso. Estas historias futuras e hipotéticas contienen por tanto lo que Tannen (1986, 1989) llama diálogo construido. A diferencia de lo que pueden considerarse propiamente como citas de un enunciado pasado, el diálogo construido incluye enunciados imaginarios, posibles, futuros, hipotéticos... (véase también Reyes, 1993: 24). 6 ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 15 cooperativa de sus enunciados, (Fran) o:: dime ↑ (línea 16), no → (línea 17), Y NO VOY ↑ (línea 18), (Luis) {[ac] PERO ASEGÚ:RAME HOMBRE} ↑ (línea 19). En las líneas siguientes estos dos participantes proponen posibles soluciones para el problema del que se queja su amigo. Paco es quien inicia la realización de estas sugerencias (líneas 20-21, 23), pero la superposición de su voz con la de Luis (líneas 23-24) impide comprenderlas. Este último propone crear un carné falso, coges un trozo de cartón → (línea 24), BLANCO o lo que sea → (línea 25), haz así (línea 26), métele un matasellos ↑ (línea 28), y te dan la entrada → (línea 29), y Fran responde con otra reconstrucción de los acontecimientos, mira yo llegué allí ↑ (línea 30), y la puerta cincuenta y SIETE → (línea 31), que es por donde fuimos a [(xx)] (línea 32). Luis acepta esta nueva producción de la historia al emitir la señal “mm” (línea 33). Con esta propuesta de soluciones, Luis y Paco marcan la experiencia de Fran en el Bernabéu como la historia de una situación problemática que debe ser resuelta. En su estudio del habla que se desarrolla después de la cena, Ochs, Smith y Taylor (1989; citados en Ervin-Tripp y Küntay, 1997: 151-3) identificaron historias detectivescas en las que el narrador invita a la audiencia a resolver los problemas que se presentan en el mundo narrado. La presente interacción muestra de forma similar un planteamiento de hipótesis en torno a las medidas que Fran podría haber adoptado, si bien en este caso el desenlace de los acontecimientos es cuestionado por propia iniciativa de la audiencia. Ante esta visión problemática de la historia, Fran produce una segunda versión en la que se remonta a su llegada al estadio y especifica cada uno de sus movimientos de una puerta a otra en su empeño por conseguir las entradas. Para favorecer la implicación de sus interlocutores, el narradorprotagonista despliega técnicas que proporcionan mayor expresividad al proceso reconstructivo. El Fragmento 5 recoge una primera parte de esta reconstrucción paso a paso de los acontecimientos: Fragmento 5: Una reconstrucción paso a paso de los acontecimientos (Primera parte) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Fran Luis Fran Luis Fran = y:: la:: peña de #ciudad# ↑ .. [(xx)] [(xx)] = = (xx) y tal → .. bueno lo lo de [(xx)] [LLEgo] → 16 Virginia Acuña Ferreira 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 Luis Fran ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. me dice NO → e::h está cerrado → {[ac] voy a la puerta principal y le digo} → mira .. que:: soy de la peña cincuenta y [SIETE] ↑ [(xx)] [(me dice) abren] a las cinco y media → <1> pero si no te abren ↑ ven por aquí que yo te dejo entrar → .. voy allí ↑ le dile dije a las cinco y media → mira → me abrieron → y tal → .. La reconstrucción de la odisea de Fran en el Bernabéu comienza propiamente en la línea 9. El narrador-protagonista resalta las acciones del mundo de la historia a través de la reconstrucción de las indicaciones de los empleados enviándole de una puerta a otra: en primer lugar se citan las indicaciones del empleado de la puerta cincuenta y siete señalando que esta puerta todavía está cerrada, [LLEgo] → (línea 9), me dice NO → (línea 10), e::h (línea 11), está cerrado → (línea 12); a continuación se reconstruye una conversación en la que el encargado de la puerta principal informa al protagonista del horario de apertura de esa puerta, {[ac] voy a la puerta principal y le digo} → (línea 13), mira (línea 14), que:: soy de la peña cincuenta y SIETE ↑ (línea 16), (me dice) abren a las cinco y media → (línea 18), pero si no te abren ↑ (línea 20), ven por aquí que yo te dejo entrar → (línea 21); por último se introduce un diálogo entre el protagonista y otro personaje, que será nuevamente quizás el encargado de la puerta cincuenta y siete, voy allí ↑ (línea 23), le dije a las cinco y media → (línea 25), mira → (línea 26), me abrieron → (línea 27), y tal → (línea 28). Estos diálogos aparecen explícitamente introducidos por verba dicenci y separados espacio-temporalmente por verbos de movimiento como llegar e ir que se colocan al inicio de unidades de entonación breves (a excepción de la línea 13). De acuerdo con Günthner (2000: 19), esta forma de emplear los verbos de movimiento contribuye a poner en primer plano las acciones y a hacer las historias de queja más dinámicas y expresivas. Nótese ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 17 además que el narrador-protagonista reduce la distancia que separa el mundo de la historia del contexto comunicativo a través de técnicas ya comentadas como el uso del presente narrativo en la conjugación de todos los verbos (las líneas 24-25 muestran una excepción) y también mediante el empleo de discurso referido directo, que presenta los diálogos como si volviesen a producirse en el contexto comunicativo en la medida en que mantiene la deixis espacial, temporal y de persona propia del hablante citado (Tannen 1989, Briggs, 1996; Holt, 1996; Günthner, 1997, 2000). La reconstrucción paso a paso de los acontecimientos continúa en el Fragmento 6. Fran sigue deambulando por el estadio: Fragmento 6: Una reconstrucción paso a paso de los acontecimientos (Segunda parte) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 Fran Luis Fran Luis Fran Luis Fran Luis Paco Luis Fran voy:: voy allí y tal ↑ mira pero:: mira por el señor:: <1> e:::l:: marcos = no = = garcía? = = por el señor garcía ↑ o por la señorita pérez o por el señor LÓPEZ → {[p] hos:tiá} → <1> tal → {[ac] el señor lópez está ahí? <voz falsa> no sé qué tal (xx)} → <voz falsa> pumba → .. que tienes que ir a la:: tal → llego allí:: ↑= = hostiá:: [(xx)] [(xx)] = <risas fuertes generales> = [está ocupado el señor?] [LLEGUÉ A LA TAQUILLA] ↑ llegué a la taquilla → (xx) bueno (xx) de todo esto → 18 Virginia Acuña Ferreira 28 29 30 31 32 . . . 33 34 35 36 37 38 39 40 41 Luis Fran Fran Luis Fran ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. de una esquina a otra del [bernabéu::] ↑ [no ya ya ya] = = no es el camno es el campo del #nombre equipo# ↑ <risas fuertes generales> y el cabrón sabes? .. NO → PARA LA OTRA → = = HE HE HE = = le digo yo → (xx) y él → VALE ↑ Fran parte nuevamente de la puerta cincuenta siete y pregunta a un empleado por el “señor López” (líneas 1-6, 10-11), pero éste responde enviándole a una taquilla, que tienes que ir a la:: (línea 19), tal → (línea 20). Cuando llega a esta taquilla, llego allí:: ↑ (línea 21), le envían de nuevo a otra, y el cabrón sabes? (línea 33), NO → (línea 35), PARA LA OTRA → (línea 36). Estas acciones continúan siendo resaltadas a través del uso en presente de verbos de movimiento que aparecen colocados al inicio de unidades de entonación generalmente breves y las citas son igualmente realizadas en estilo directo. Como puede apreciarse en las líneas 15-16, Fran modifica su tono habitual al reproducir los enunciados de uno de los empleados. Estos cambios de voz constituyen un recurso para contextualizar un enunciado en el mundo de la historia o en el contexto comunicativo de manera implícita prescindiendo de verba dicendi (Tannen, 1989; Couper-Kuhlen, 1998, Günthner, 1999)7. Se trata de otra técnica que contribuye a hacer el proceso reconstructivo más dinámico. Mediante esta reconstrucción de sus desplazamientos a lo largo del estadio, Fran presenta su historia como una experiencia llena de incidentes y de esta forma resalta implícitamente su calidad (Labov, 1972: 371). Luis y Paco reconocen el carácter “extraordinario” de lo que se cuenta a través de la risa 7 Couper-Kuhlen (1998) advierte de que la manipulación de la voz como único indicio contextualizador del discurso referido puede resultar sin embargo ambigua en algunos casos y determinar así la emergencia de secuencias de reparación en las que el hablante señala de manera explícita que los enunciados deben interpretarse como una cita. ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 19 y de comentarios jocosos (líneas 22-24). Uniéndose a esta creación de humor, Fran resalta las dimensiones del estadio del Bernabéu comparándolas burlonamente con las del campo de fútbol de la pequeña localidad a la que pertenecen los participantes, (xx) bueno (xx) de todo esto → (línea 27), de una esquina a otra del bernabéu:: ↑ (línea 28), no es el campo del #nombre equipo# ↑ (línea 31). Esta comparación provoca una risa conjunta (línea 32) y propicia la introducción de otros elementos de comicidad: en las líneas 3336 Fran indica su desesperación de forma humorística al introducir las indicaciones de un empleado enviándole a una puerta (probablemente a aquella de la que venía) a través del vocativo “cabrón” (línea 33). Estos enunciados provocan la carcajada de Luis (línea 37). El Fragmento 7 recoge la acción de resolución de los acontecimientos. Ésta es la parte de la historia que se repite con respecto a la primera versión (véase el Fragmento 2) y que analizaré más adelante de forma comparativa en el apartado 5. Fran llega a la taquilla en la que finalmente descubre que tendrá que pagar otra vez por las entradas en la reventa si quiere presenciar el partido: Fragmento 7: Una reconstrucción paso a paso de los acontecimientos (Tercera parte) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Fran Luis Fran Paco Fran Luis Fran llegan desde el otro lao ↑ bu:m bu:m bu:m bu:m b:um ↑ <mientras camina> andando → {[ac] NO: → <voz falsa> tienes que ir por allí} ↑ <voz falsa> {[ac] pero llego allí ↑ una PUTA COLA de la hostia → y todos con papelitos y [las tarjetas]} ↑ [HE HE HE] [después de todo ya::] ↑ [(xx)] con:: documentación ↑ sellos de las peñas [y tal] ↑ [(no yo o sea)] = = y (miro) yo a pasa pascual:: .. a pascual:: [santos] → [santos] ↑ 20 Virginia Acuña Ferreira 21 22 23 24 25 26 27 Luis Fran ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. y le (dejé) ↓ <1> HE HE HE después de toda la pateada ↑ <riéndose> de una puerta paquí ↑ [parallí (xx)] [(yo le dije)] no hay entrada sabes? Además de técnicas ya comentadas como el uso de verbos de movimiento en presente narrativo (líneas 1, 6) o incluso en gerundio (línea 3) y la reconstrucción en estilo directo de las indicaciones de los empleados (líneas 4-5), en este fragmento Fran utiliza además lo que Poyatos (1994a, 1994b) denomina kinefonografías (línea 2) como recurso para representar sus movimientos y evocar de esta forma una imagen del mundo de la historia (Tannen, 1989)8. El narrador-protagonista reconstruye la acción en la que su odisea se resuelve negativamente al ser enviado por uno de los empleados (líneas 4-5) a la taquilla en la que descubre que todos sus esfuerzos han sido inútiles puesto que no le dan las entradas (líneas 6-8, 11-13, 15-18, 20-21). La línea 27 muestra que el participante retoma la historia para reconstruir con detalle lo que ocurrió en esta taquilla. El Fragmento 8 recoge la última parte de esta reconstrucción paso a paso de los acontecimientos: ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 . . . 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 La producción de segundas versiones 21 por lo menos ↑ lo intento → .. me dice → no no → <voz falsa> es que aquí ↑ <voz falsa> tal → <voz falsa> y dije → mira → vengo sin acreditación ↑ porque a mí no me dijeron [(xx)] Fran Luis Fran Luis = mírame si está la peña madridista #nombre# de #ciudad# → .. y no estaba → .. o sea que entonces la mayoría [(xx)] [(xx)] = = en lugar de decir = = NO → TE DIO ↑ [EL TANGAZO] → Fragmento 8: Una reconstrucción paso a paso de los acontecimientos (Cuarta parte) 1 2 3 4 5 6 7 8 9 Fran Luis Fran yo le dije no hay entradas → qué dices? porque yo llegué ↑ (xx) allí ↑ = = [(xx) acreditación] ↑ [y me dice] → tardé la hostia ↑ y le dije → bueno → 8 Tannen (1989: 135-6) señala que dar numerosos detalles cuando se cuenta una historia sirve para evocar una imagen de la escena y favorecer de esta forma la implicación tanto de los hablantes como de los oyentes: “the particularity and familiarity of details make it posible for both speakers and hearers to refer to their memories and construct images of scenes: people in relation to each other engaged in recognizable activities” . Su análisis se centra en formas de detallismo verbal y no aborda el papel que también desempeñan a este respecto recursos kinésico-paralingüísticos como los que muestra el presente fragmento. En las líneas 1-4 y 6-11 Fran reconstruye su diálogo con un amigo al que ya mencionó en la primera versión (véase el Fragmento 2). En este diálogo, el protagonista afirma que no cree que pueda conseguir las entradas pero que va a intentarlo de todas formas. Las líneas 13-21 recogen la reconstrucción del diálogo con el empleado de la taquilla: Fran le explica que no tiene carné porque no le dijeron que sería imprescindible (líneas 13-20) y después le pide que compruebe si su peña está registrada, mírame si está la peña madridista #nombre# de #ciudad# → (línea 21). Tras indicar que no era así (línea 22), Fran comenta su perspectiva ante los hechos (líneas 25, 27), pero Luis le interrumpe para evaluarlos de manera enfática como un engaño por parte de los dirigentes, NO → (línea 28), TE DIO ↑ (línea 29), EL TANGAZO → (línea 30). Los comentarios de Luis determinan el desarrollo de una secuencia en la que los tres participantes discuten sobre las razones por las que no llegó a reservarse ninguna entrada e intercambian opiniones acerca de quién fue el principal responsable de lo ocurrido. Tras concluir que la clave del problema se encuentra en el hecho de que el presidente de la peña no había facilitado al protagonista el carné acreditativo oficial, Luis todavía sugiere otras 22 Virginia Acuña Ferreira ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. posibles soluciones, pero Fran las invalida. Una vez queda claro que el desenlace negativo de los acontecimientos era inevitable, este participante zanja la discusión construyendo una historia futura (Goodwin, 1990, 1990/1991) en la que advierte a uno de los dirigentes de su intención de no pagar las cuotas del mes próximo. Véase el Fragmento 9: Fragmento 9: Las implicaciones futuras de los acontecimientos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 . . . 14 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 Fran Luis Fran Fran [EL ROLLO] ES QUE A MÍ CUANDO ME VENGAN A COBRAR ↑ LE VOY A DECIR → .. mira → = entiendes? (xx) = = le voy a decir → mira → yo el otro día pagué → sesenta y ocho billetes ↑ por unas entradas → .. {[ac] DATE POR COBRAO} → = [yo (xx) le voy a decir] MIRA .. pues <1> que no ↑ que no ↑ que no quise:: → quiero ver el madrí barça ↑ y no voy → .. y:: decís que protestasteis por el → que no:: ibais a coger → entradas por protesta ↑ y el de #ciudad# ↑ VA AL MADRÍ BARÇA → <1> ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 23 En la historia futura que contiene este fragmento, Fran declara su intención de no pagar las cuotas del mes próximo (líneas 1-4, 7-13) y a continuación reprocha a los dirigentes una antigua evidencia de su incompetencia (líneas 14-29). Ésta no es la primera vez que Fran construye un enfrentamiento con los antagonistas. En el Fragmento 3 vimos que este participante evaluaba los acontecimientos a través de la reconstrucción en estilo directo de las quejas que de hecho ya dirigió a uno de estos personajes. El Fragmento 4 muestra que Fran construye una historia hipotética (Goodwin, 1990, 1990/1991) en la que discute con ellos. El discurso referido y el diálogo construido (Tannen, 1986, 1989) actúan en estos casos como técnicas para evaluar lo sucedido. En el presente fragmento, la utilización de este recurso sirve para establecer las implicaciones futuras de los acontecimientos (no pagar las tasas del mes próximo). Por esta razón, la historia futura que aquí se construye puede considerarse como la coda (Labov y Waletzky, 1967) que el narrador añade específicamente en esta segunda versión. 5. LAS DIFERENCIAS Y LAS SIMILITUDES: ANÁLISIS COMPARATIVO DE LAS DOS VERSIONES DE LA HISTORIA La Tabla 1 reconstruye de forma esquemática la estructura de las dos versiones de la historia con fines comparativos: Primera versión Acción de complicación 1. Fran está con el presidente de las peñas en una oficina (el narrador suspende la reconstrucción de esta acción para insertar comentarios evaluativos) Segunda versión Acción de complicación 1. Fran llega a la puerta cincuenta y siete Acción de complicación 2. Fran se dirige a la puerta principal Acción de complicación 3. Fran se dirige otra vez a la puerta cincuenta y siete Acción de complicación 4. Fran se dirige a una taquilla Acción de complicación 5. Fran se dirige a otra taquilla Acción de complicación 6. Fran cambia de dirección 24 Virginia Acuña Ferreira ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. Acción de resolución. Fran llega a una taquilla y negocia las entradas pero no las consigue Acción de resolución. Fran llega a una taquilla y negocia las entradas pero no las consigue Evaluación. Fran reconstruye las quejas que dirigió a uno de los dirigentes de su peña Evaluación. Negociada con Luis y Paco en una discusión Coda. Implicaciones de los acontecimientos Tabla 1. Estructura de las dos versiones de la historia. La Tabla 1 muestra que en la primera versión sólo se reconstruye parcialmente una acción de complicación antes de la acción resolutiva en la taquilla. En la segunda, esta acción climática está precedida por una reconstrucción paso a paso de los vaivenes del protagonista. La acción de complicación que se reconstruye en la primera versión sitúa al protagonista en una oficina con el presidente general de las peñas madridistas. Esta parte de la historia parece haber sido pasada por alto en la segunda versión, en la que el narrador no menciona en ningún momento su encuentro con este personaje, o al menos, no de forma clara. La producción de una elipsis en lo que se presenta como una reconstrucción paso a paso parece bastante improbable. Aunque en esta segunda versión no se hable del “presidente de las peñas madridistas” como tal, el desplazamiento del protagonista a la puerta en la que pregunta “por el señor López” (véase el Fragmento 6) podría ser la acción que se corresponde con este encuentro. En lugar de una elipsis, me inclino por tanto a pensar que en la segunda versión el narrador también reconstruye su encuentro con el presidente de todas las peñas madridistas, si bien de forma más fugaz y solapada, en la elaboración de un episodio que incluye además las acciones que preceden y suceden a este encuentro hasta que se produce el desenlace. En la primera versión, el narrador pasa directamente de la reconstrucción de este encuentro a la resolución de los hechos; en la segunda, la intercalación de las acciones de transición sirve como técnica para expandir la trama (cf. Bauman, 1986). Otras diferencias se encuentran en la evaluación de los acontecimientos y en la adición de una coda. Frente a la inserción de comentarios evaluativos implícitos en la primera versión, en la segunda el narrador espera a finalizar la fase de reconstrucción para comentar su perspectiva ante lo ocurrido. Por otra parte, mientras que en la primera versión la evaluación es desplegada únicamente por el narrador, en la segunda los tres par- ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 25 ticipantes discuten sobre la clave del problema y las posibles soluciones. Una vez quedan aclaradas determinadas cuestiones, Fran zanja esta discusión con la construcción de una historia futura en la que proyecta las medidas que va a tomar próximamente. Esta historia futura funciona como la coda que el narrador utiliza como técnica para elaborar la segunda versión (cf. Bauman, 1986). Centrémonos ahora en la parte de la historia que aparece claramente en las dos versiones y que permite identificarlas como tales: la acción resolutiva en una taquilla. La Tabla 2 muestra cómo se reconstruye esta acción en cada una de ellas. El habla del narrador aparece en cursiva y las cláusulas similares se destacan además en negrita. Los enunciados en letra redonda corresponden a la audiencia: Primera versión Y LE FUI A UNA TAQUILLA ↑ .. que había → cinco mil personas en él → más las entradas de las peñas ↑ y y:: todos con las tarjetas → todos → [todo tiran todo con la tarjeta] ↑ [tarjetas (xx) y todo] ↑ jode:r → = = mm = = tarjetas de crédito → y:: y le leí un papel → .. e::h {[ac] yo → presidente de (xx) tal} → = = claro = = {[ac] presidente de la peña madridista [#nombre# de::]} → [ACREDITO] ↑ = = de #ciudad# ↑ .. sobre:: le doy permiso a:: = Segunda versión llegan desde el otro lao ↑ bu:m bu:m bu:m bu:m b:um ↑ andando → {[ac] NO: → <voz falsa> tienes que ir por allí} ↑ <voz falsa> {[ac] pero llego allí ↑ una PUTA COLA de la hostia → y todos con papelitos y [las tarjetas]} ↑ [HE HE HE] [después de todo ya::] ↑ [(xx)] con:: documentación ↑ sellos de las peñas [y tal] ↑ [(no yo o sea)] = = y (miro) yo a pasa pascual:: .. a pascual:: [santos] → [santos] ↑ y le (dejé) ↓ <1> HE HE HE después de toda la pateada ↑ <riéndose> de una puerta paquí ↑ 26 Virginia Acuña Ferreira = claro = = {[ac] fulanito tal → con deeneí tal tal → pumba PRESIDENTE DE LA PEÑA ↑ Y FIRMA} → .. yo miro así ↑ y le digo al pascual santos → .. {[p] hostiá::} → = = no me dan entrada → = = [claro] [en cuanto] me abren la puerta cincuenta y siete ↑ ya sabía yo que no daban entrada → ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. [parallí (xx)] [(yo le dije)] no hay entrada sabes? yo le dije no hay entradas → qué dices? porque yo llegué ↑ (xx) allí ↑ = = [(xx) acreditación] ↑ [y me dice] → tardé la hostia ↑ y le dije → bueno → por lo menos ↑ lo intento → .. me dice → no no → <voz falsa> es que aquí ↑ <voz falsa> tal → <voz falsa> y dije → mira → vengo sin acreditación ↑ porque a mí no me dijeron [(xx)] = mírame si está la peña madridista #nombre# de #ciudad# → .. y no estaba .. Tabla 2. Acción resolutiva en las dos versiones de la historia. La Tabla 3 recoge específicamente las cláusulas similares en esta reconstrucción de la acción resolutiva: La producción de segundas versiones ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. yo miro así y le digo al Pascual Santos no me dan entrada 27 y miro yo a Pascual Santos yo le dije no hay entrada Tabla 3. Cláusulas similares en las dos versiones de la historia. Sobre la base de estos paralelismos, el esqueleto de la historia se configura de la siguiente forma en la Tabla 4: Cláusula narrativa 1: Fui a una taquilla Cláusula de orientación: había una larga cola de personas Cláusula de evaluación: todos tenían sus tarjetas de crédito Cláusula narrativa 2: y miré a Pascual Santos Cláusula narrativa 3: y le dije que no me daban entrada Tabla 4. Esqueleto de la historia. De acuerdo con los análisis de Norrick (1998, 2000), hay cláusulas que son casi idénticas y éstas no son sólo las propiamente narrativas en el sentido de Labov y Waletzky (1967), sino también las que despliegan la orientación y la evaluación de manera implícita. De esta forma, resulta fácil identificar las dos producciones como versiones de una misma historia y aislar el esqueleto de la misma. No obstante, y como puede apreciarse en la Tabla 2, también hay diferencias. Por una parte, en la segunda versión el narrador no reconstruye la lectura del papel firmado por el presidente de su peña ante el empleado en la taquilla. Por otra parte, mientras que en la primera versión el diálogo de Fran con su amigo Pascual Santos se reconstruye fugazmente a través del enunciado “no me dan entrada”, en la segunda tanto esta conversación como la que el protagonista mantiene con el empleado en la taquilla se reproducen con más detalle. A pesar de la elipsis comentada, la segunda versión sigue mostrando en la reconstrucción de esta acción climática de la historia una tendencia a la elaboración. En este caso, la trama es expandida a través del discurso referido directo (véase Bauman, 1986). Primera versión Segunda versión Y le fui a una taquilla que había cinco mil personas en él más las entradas de las peñas y todos con las tarjetas todos tarjetas (xx) y todo joder tarjetas de crédito Pero llego allí una puta cola de la hostia 6. CONCLUSIONES y todos con papelitos y las tarjetas con documentación sellos de las peñas y tal El análisis en este artículo ha mostrado que las segundas versiones de una historia pueden introducir variaciones importantes cuando se produ- 28 Virginia Acuña Ferreira ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. cen en vista del interés que manifiesta la audiencia después de la primera versión. En los fragmentos conversacionales presentados, el narrador-protagonista de una historia de queja ofrece inicialmente una primera versión en la que “va al grano”, es decir, se centra en la acción resolutiva y en la evaluación de los hechos, porque su principal objetivo es conseguir el despliegue de solidaridad de sus interlocutores. Cuando éstos proponen soluciones para el problema expuesto, el narrador-protagonista introduce una segunda versión en la que reconstruye todas y cada una de las acciones de forma ordenada con el fin de aclarar lo ocurrido. Este proceso de reconstrucción tan detallado es llevado a cabo con dinamismo y expresividad a través de diversas técnicas de dramatización de los acontecimientos. También a diferencia de la primera versión, en este caso la evaluación de la historia es negociada en una discusión y se añade una coda. La reproducción más detallada de los diálogos pone igualmente de manifiesto esta tendencia a la elaboración. En un nivel interpersonal, la producción de versiones más elaboradas de una historia puede verse así como un acontecimiento comunicativo en el que los participantes construyen fuertes vínculos de solidaridad a través del análisis exhaustivo de la experiencia vivida por uno de ellos. La producción de estas dos versiones tan diferentes confirma la hipótesis que plantean Ervin-tripp y Küntay (1997) tras su análisis de un extenso corpus de historias conversacionales. Estos investigadores observan que las historias que se introducen en la conversación espontánea suelen ser breves porque los hablantes no quieren dar la impresión de querer acaparar el turno. Sin embargo, si los destinatarios señalan interés, el narrador puede interpretarlo como una oportunidad que se le brinda de volver a contar la historia con todo lujo de detalle: “prompts, collaborations, and evaluations from an audience indicate attentiveness and willingness to hear a long story, leading the speaker to turn what could have started as a tactical move into a performance” (1997: 162). A pesar de estas importantes variaciones, las dos producciones pueden reconocerse como versiones de una misma historia (incluso si se examinan comparativamente fuera de contexto), porque contienen cláusulas narrativas, evaluativas y de orientación similares en la reconstrucción de la acción climática. Respondiendo entonces más directamente a las cuestiones planteadas por Norrick (1998: 82), el caso que aquí se ha analizado pone de relieve el papel clave de la audiencia como factor que determina segundas versiones de una historia que se diferencian notablemente de la primera por la adición y/o elaboración de muchas acciones o episodios. Estas diferencias resultan lógicas cuando se tiene en cuenta que las dos versiones se producen dentro de la misma situación comunicativa: si un narrador vuelve a contar cierta historia a los mismos interlocutores, es de esperar que esta segunda producción introduzca novedades y se orien- ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. La producción de segundas versiones 29 te a resolver las carencias de la primera. En estas circunstancias, la gama de variación posible es por tanto muy amplia y el mantenimiento de las cláusulas que configuran el esqueleto de la historia se revela como la única condición necesaria para que las distintas versiones puedan considerarse inequívocamente como tales. 30 Virginia Acuña Ferreira ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. BIBLIOGRAFÍA BAUMAN, R. (1986): Story, performance and event. Contextual studies of oral narrative, Cambridge, Cambridge University Press. BOXER, D. (1993): “Social distance and speech behavior: The case of indirect complaints”, Journal of Pragmatics, 19, págs. 103-25. BRIGGS, CH.L. (1996): “Introduction”, en Ch.L. Briggs (ed.), Disorderly discourse. Narrative, conflict and inequality, Oxford, Oxford University Press, 3-40. COUPER-KUHLEN, E. (1998): “Coherent voicing. On prosody in conversational reported speech”. InLiSt, 1, <http://inlist.uni-konstanz.de/issues/1/index.htm> CORTAZZI, M. (1993): Narrative analysis, Londres, The Falmer Press. 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Apéndice: convenciones de transcripción Línea de transcripción Unidad de entonación ↑ Unidad de entonación ascendente ↓ Unidad de entonación descendente ? Unidad de entonación sostenida ↓↓ Unidad de entonación muy ascendente ↑↑ Unidad de entonación muy descendente Letra redonda Castellano Letra negrita Gallego [todo tiran todo con la tarjeta] ↑ [tarjetas (xx) y todo] ↑ Superposición de voces le doy permiso a:: = = claro = = {[ac] fulanito tal → Encadenación de voces .. Micro pausa (menos de un segundo) <3> Pausa medida en número de segundos LETRAS MAYÚSCULAS Volumen más fuerte { } Segmento al que afecta el fenómeno {[p]} Volumen más suave {[ac]} Tempo más rápido {[a]} Tono más agudo ? Entonación típicamente interrogativa sobre:: Sonido alargado el camSonido truncado (me dice) Transcripción dudosa (xx) Segmento ininteligible (puede tratarse de una palabra o de turnos enteros) he he he Risa HE HE HE Risa fuerte <mientras camina> Comentarios adicionales #nombre equipo# Datos confidenciales . . . Omisión de varios turnos EL DISCURSO ORAL Y ESCRITO EN BRASIL: PERSPECTIVA ACTUAL BETH BRAIT Pontificia Universidade Católica de Sao Paulo/Brasil MARIA INÊS BATISTA CAMPOS Pontificia Universidade Católica de Sao Paulo/Brasil MARIA CRISTINA HENNES SAMPAIO) Universidade Federal de Pernambuco (Brasil) Las leyendas de los mapas son tan bellas que hacen que uno pueda prescindir de los viajes. (ADÉLIA PRADO) 1. INTRODUCCIÓN El objetivo general de este trabajo pretende localizar y evaluar qué representa hoy en Brasil la expresión análisis del discurso, en un contexto general que abarca los estudios discursivos y textuales. De esta forma, consideramos que el estudio del análisis del discurso y la forma en que se va desarrollando ocupa un lugar de interferencia de los estudios lingüísticos, de las formas de concebir y tratar el lenguaje en sus relaciones con sujetos históricos, inscritos social y culturalmente, lo cual significa tener en cuenta varias direcciones teóricas y metodológicas, conocer diferentes tendencias y asumir la compleja red de sentidos que esta designación puede alcanzar. Significa, especialmente, tener en cuenta la productividad, el alcance y la manera particular de ser de las diferentes facetas asumidas por un conjunto de trabajos circunscritos a lo que se podría denominar “análisis brasileño del discurso oral y escrito”. Esta vasta producción revela la inscripción de los trabajos no sólo en las investigaciones asumidas como pertenecientes a las áreas de Lingüística sino también a otras que proceden de diferentes áreas del conocimiento. Ello implica, entre otras cosas, que una reflexión sobre el análisis del discurso en Brasil debe recoger lo que este término representa en sus diferentes producciones y modos de divulgación del conocimiento, la forma en que se ha venido acogiendo a partir de diferentes puntos de vista teóricos y metodoORALIA, Vol. 9, 2006 34 Beth Brait, Mª Inês Campos, Mª Cristina Sampaio ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. lógicos que resumen posturas en torno a la inclusión del lenguaje como elemento fundamental para la comprensión del ser humano y de sus maneras de ser y actuar en el mundo. Considerando la complejidad y la diversidad de las corrientes, e incluso también, la forma en que la investigación, la enseñanza y la producción bibliográfica quedan afectadas por estos estudios, este articulo pretende ofrecer la selección de los proyectos llevados a cabo por investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Sao Paulo y la Universidad Federal de Pernambuco. Aún reconociendo la importancia y la productividad de los estudios del texto y del discurso emprendidos por la lingüística textual, la semiótica, la lingüística aplicada, o por el análisis de la conversación, por citar sólo algunos lugares teóricos y metodológicos de construcción del conocimiento en relación con el lenguaje y de sus sujetos, el bosquejo que se presenta aquí se refiere al análisis del discurso representado por las tendencias teórico metodológicas originalmente expresadas en lengua francesa y en lengua rusa y que, en tierras brasileñas, asumieron identidades propias. Es lo que podríamos llamar el análisis francés del discurso y análisis “dialógico” del discurso. Analizar estas identidades significa, de inmediato, reconocer las reflexiones sobre las teorías que están implicadas en ellas y que, desde finales de la década del 70, instauraron la tradición de estos estudios en Brasil, al mismo tiempo que establecieron un incesante intercambio científico. Este carácter está presente en un número elevado de artículos, libros, compilaciones, diccionarios, tesis de doctorado y traducciones de obras que, además de su contribución teórica, han venido desempeñando, a lo largo de su historia, un importante papel en la lectura de la realidad brasileña, no sólo en el reconocimiento sino también en el análisis de la manera en que los estudiosos se inclinan o se alejan de algunas consideraciones teóricas. No se puede descuidar, tampoco, el papel que el análisis del discurso ha venido representando para los prescritos pedagógicos institucionalizados, o sea, para los centros nacionales de enseñanza y sus consecuencias en el aula. A este respecto, es curioso observar que el análisis del discurso de habla francesa, en sus diversas vertientes, así como el análisis “dialógico” del discurso, constituido por los estudios de habla rusa, se ha constituido de forma independiente en Brasil. Especialmente hasta finales del siglo XX y comienzos del XXI no se articulan de forma homogénea como para constituir una faceta expresiva de lo que se ha optado por llamar “análisis brasileño del discurso”. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El discurso oral y escrito en Brasil: perspectiva actual 35 2. BASE DE DATOS: LA PLATAFORMA LATTES Para la obtención de los datos que hacen posible el reconocimiento de las dimensiones de este análisis brasileño del discurso y del papel que el mismo representa en la construcción de los conocimientos sobre los sujetos y los lenguajes, además de las evidencias representadas por las publicaciones, por las líneas de investigación autodenominadas como análisis del discurso y que forman parte de los cursos de graduación y postgrado existentes en Brasil, fueron consultadas varias fuentes institucionales que acreditan, reconocen, dan seguimiento y divulgan diferentes grupos de investigación y grupos de trabajo. Destacamos, a continuación, la producción y la capacidad de formación de los investigadores más destacados. Una de las fuentes es la Plataforma LATTES, que pertenece al Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) (Ce-Ene-Pe-Cu), a la que se puede acceder desde la dirección: http://lattes.cnpq.br . Contiene una Relación de los Grupos de Investigación, o sea, un banco de datos de los grupos más relevantes de reconocido prestigio por la comunidad científica. Al mismo tiempo, incluye el currículum exhaustivo de los investigadores brasileños que participan. Otra fuente destacada es la ANPOLL–Asociación Nacional de Postgrado e Investigación en Letras y Lingüística, a la cual se puede acceder por la página electrónica http://www.anpoll.org.br , que reconoce actualmente a 31 (treinta y un) grupos de Trabajo, uno de los cuales es el Grupo de Trabajo Análisis del Discurso. Gts ANPOLL GT1 - A Mulher na Literatura GT2 - Análise do Discurso GT3 - Crítica Genética GT4 - Descrição do Português GT5 - Dramaturgia e Teatro GT6 - Estudos Comparados de Literatura de Lingua Portuguesa GT7 - Fonética e Fonologia GT8 - História da Literatura GT9 - Historiografia da Lingüística Brasileira GT10 - Latim e Grego na Universidade Brasileira GT11 - Lexicologia, Lexicografia e Terminologia GT12 - Línguas Indígenas GT13 - Linguagem e Surdez GT14 - Lingüística Aplicada GT15 – Lingüística do Texto e Análise da Conversação GT16 – Literatura Comparada 36 Beth Brait, Mª Inês Campos, Mª Cristina Sampaio ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. Endereço Logradouro: Rua Monte Alegre, 984 Bairro: Perdizes Cidade: Sao Paulo Telefone: (55)(11) 3864 4409 E-mail: [email protected] Si se tiene en cuenta el modelo institucional del Consejo Nacional de Investigaciones, la búsqueda realizada usando la expresión “análisis del discurso” nos brinda 110 (ciento diez) resultados, o sea, más de un centenar de grupos. Si se añaden otras designaciones próximas, los resultados aumentan: hay 22 (veintidós) grupos registrados en “Géneros del discurso”, 14 (catorce) en “Análisis discursivo”, 3 (tres) en “Análisis textuales y discursivos”, y 2 (dos) en “Análisis dialógico”. Grupo de Pesquisa Linguagem, Identidade e Memória Recursos Humanos Linhas de Pesquisa Identificação Dados básicos Nome do grupo: Linguagem, Identidade e Memória Status do grupo: certificado pela instituição Ano de formação: 2005 Data da última atualização: 05/10/2005 11:41 Líder(es) do grupo: Elisabeth Brait [email protected] José Luiz Fiorin [email protected] El discurso oral y escrito en Brasil: perspectiva actual 37 Área predominante: Lingüística, Letras e Artes; Lingüística Instituição: Pontifícia Universidade Católica de São Paulo PUC/SP Órgão: Setor de Pós-Graduação Unidade: Programa de Pós-Graduação em Lingüística Aplicada e Estudos da Linguagem GT17 – Literatura Infantil e Leitura GT18 – Literatura Oral e Popular GT19 – Literaturas Estrangeiras GT20 – Práticas identitárias na lingüística aplicada GT21 – Psicolingüística GT22 – Relações Literárias Interamericanas GT23 – Semiótica GT24 – Sociolingüística GT25 – Teoria da Gramática GT26 – Teoria da Narrativa GT27– Teoria do Texto Poético GT28 – Tradução GT29 – Transculturalidade, Linguagem e Educação GT30 – Lingüística e Cognição GT31 – Estudos Medievais Identificação ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. Indicadores do Grupo CEP: 05014001 UF: SP Fax: (55)(11) 36708503 Home page: http:// lael.pucsp.br Repercussões dos trabalhos do grupo O grupo de pesquisa Linguagem, Identidade e Memória foi constituído em 2000, no Programa de Estudos Pós-Graduados em Lingüística Aplicada e Estudos da Linguagem, LAEL/PUC-SP, reunindo, inicialmente, pesquisadores, doutorandos e mestrandos de duas instituições - PUC-SP e USP. Sob a coordenação de Elisabeth Brait (Beth Brait), o grupo desenvolveu pesquisas que resultaram em publicações individuais e conjuntas, como confirmam os currículos dos vários participantes, em defesas de dissertações de mestrado e teses de doutorado, em contato e troca de pesquisa com outra IES, como é caso da UNICAMP, da Universidade Federal de Pernambuco, da Universidade Federal de Mato Grosso, da Universidade Federal de São Carlos e Universidades Francesas (Paris VIII, Université de Provence). No momento, os componentes do grupo, pelas pesquisas que vêm desenvolvendo, articulam-se de forma sistemática em torno da análise dialógica de discursos brasileiros, considerados em diferentes domínios e práticas sociais, caso da educação, do trabalho, da saúde, do ensino, da mídia, das artes, configurando memórias discursivas e formas de construção de identidades. Al observar las cinco regiones brasileñas que figuran en el mapa que se adjunta, nos damos cuenta del gran número de universidades que tiene como objeto de sus investigaciones el análisis del discurso en sus diferentes áreas. Ello nos muestra que en el AD confluyen investigaciones con diferentes intereses científicos, y que, en consecuencia, su enseñanza e investigación no queda restringida solamente al campo de la lingüística. Teniendo en cuenta que cada grupo cuenta con un responsable, junto con un promedio de diez (10) investigadores, además de estudiantes de iniciación científica, maestría y doctorado, el número de los que trabajan con análisis del discurso en Brasil es, sin dudas, considerable. 38 Beth Brait, Mª Inês Campos, Mª Cristina Sampaio ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. El discurso oral y escrito en Brasil: perspectiva actual 39 logía, Historia, Administración, Sociología, Filosofía, Ciencias Políticas, Derecho, Design, Geografía, Planificación Urbana, Teología, Medicina, Salud Colectiva, Química y Economía Doméstica. Sin embargo, antes de detallar las principales líneas de trabajo, es necesario que consideremos un aspecto que incide en el aumento de estas investigaciones, sobre todo si tenemos en cuenta la acogida de los planteamientos teóricos provenientes de las corrientes rusa y francesa. Ha sido labor primordial por parte del Consejo Nacional de Investigación (CNPq), dar seguimiento y divulgar los grupos de investigación desarrollados en Brasil a finales de los años 90. Esto significa que es posible localizar investigaciones e investigadores que, por una serie de razones, no pudieron registrarse en la Plataforma LATTES. Este hecho ofrece otro dato significativo en la elaboración de un posible mapa cualitativo del análisis brasileño del discurso: hay que ser cuidadosos con la Plataforma LATTES, porque puede omitir importantes centros de trabajo como sucede con el grupo “Historia y Filosofía de la Lingüística”, dirigido por el lingüista Carlos Alberto Faraco. Este investigador representa el impulso inicial en lo concerniente a los estudiosos que promovieron el desarrollo del análisis “dialógico” del discurso. Aunque este hecho escapa a la clasificación institucional de los grupos de análisis del discurso, se puede comprobar por la naturaleza de sus publicaciones, algunas pioneras, como es el caso de Una introducción a Bajtin, publicada en 1988, o por la organización de la XI Conferencia Internacional sobre Bajtin, celebrada en Curitiba en 2003. En lo referente a la Plataforma LATTES, fuente principal de esta exposición, entre los muchos datos que la descripción de los grupos presenta, se encuentra el Área de Investigación a la que el grupo pertenece. Información extremadamente importante si se tiene en cuenta que los grupos definidos pertenecen al universal análisis del discurso y están distribuidos en las siguientes disciplinas: Lingüística, Letras, Educación, Comunicación, Psico- Es necesario destacar la presencia del análisis del discurso en la Medicina, Salud Colectiva, Química y Economía Doméstica. Si se realiza la consulta de cada uno de estos grupo en particular, se observa que la expresión aparece asociada a estudios centrados en el análisis de textos, como sucede con el discurso de la educación ambiental. Esta difusión es, sin duda, un punto interesante para poder entender la dispersión del término AD por no incluir aspectos teóricos y metodológicos concretos. Por otro lado, el conjunto de los estudios de análisis del discurso en el área de investigación denominada Lingüística es, naturalmente, una consecuencia más de la historia del análisis del discurso, especialmente de la corriente francesa. En el caso del análisis “dialógico” del discurso, aunque en sus orígenes esté vinculado con la Teoría de la Literatura, será a finales de los años 70, y especialmente, en la década de los 80 y 90, cuando las obras de Bakhtin y Rabelais, de la misma manera que en Francia, han ejercido una gran influencia tanto en los estudios literarios, como en los lingüísticos. En este contexto, constituye un referente importante las reflexiones teóricas de los fundadores Michel Pêcheux y Mikhail Bakhtin, así como las de Michel de Certeau, Michel Foucault, Dominique Maingueneau, Patrick Charaudeau, Jacqueline Authier-Révuz, Josiane Boutet, Daniel Faïta, Marília Amorim, entre otros. Si tenemos en cuenta que el Análisis del Discurso se compone de principios teórico-metodológicos que se insertan en tradiciones socio-históricas, políticas y geográficas diversas, no habría que extrañarse si este AD se llegara a consolidar como un campo fructífero para las reflexiones y debates próxi- 40 Beth Brait, Mª Inês Campos, Mª Cristina Sampaio ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. mos a otras parcelas más complejas como las que afectan a las relaciones del trabajo en la vida social. En este punto concreto podría culminar, en Brasil, el proyecto científico de la ergonomía y de la ergología francesas, ya que siempre estuvo motivado por cuestiones comunes, basadas fundamentalmente no sólo en la necesidad de conocer y comprender mejor nuestra trayectoria histórica, para poder así re(construir) nuestras identidades socio-culturales, sino también por llevar a cabo una labor científica “comprometida” con la producción de trabajos que incorporan una percepción comunicativa del lenguaje ( SAMPAIO, 2004, p.244-245). 3. GRUPOS DE PESQUISA CADASTRADOS NA PLATAFORMA LATTES Esta manera de caracterizar los estudios de AD en Brasil, que podría tener en un futuro próximo, otros perfiles, permite observar no solamente los grupos cuyo objetivo principal lo constituye la Lingüística, sino que también podría incluir otros que, en principio, se alejarían de las previsiones apuntadas. En esta línea resaltamos el grupo denominado “Saber Urbano y Lenguaje”, que pertenece al área de Planificación Urbana. El grupo, dirigido por Eni Orlando de la Universidad Estadual de Campinas, muestra, desde su origen, una preocupación por las ideas de M. Pêcheux que avala su ejemplar magisterio desempeñado no sólo en Brasil. Destacan otros estudios como la historia de las ideas lingüísticas desarrolladas en Brasil, la descripción de las lenguas brasileñas, la confrontación de discursos, así como otras cuestiones vinculadas con la semántica enunciativa. En el Directorio se presenta el grupo CNPq con la siguiente propuesta de trabajo: comprender la ciudad y las cuestiones urbanas que se colocan en este espacio a través de una reflexión que toma como observatorio el lenguaje: cómo la ciudad se dice y, en el movimiento complementario, cómo el lenguaje encuentra su espacio en la ciudad. Se ha convertido en un centro importante por ejercer un magisterio ejemplar, dada la formación que han recibido y reciben sus colaboradores. En la Universidad Estadual de Campinas destacamos otro centro no menos importante. El grupo “Cuestiones de teoría y de análisis en análisis del discurso”, dirigido por Sírio Possenti, y bajo el apoyo teórico del AD francés, fundamentalmente de los trabajos de Dominique Maingueneau, es el responsable de una producción brasileña dedicada a la descripción y análisis de nuevas formas de subjetividad que circulan en tiempos de globalización. La producción de este grupo abarca nuevos temas apoyados principalmente en la teoría de la Semántica Global (Maingueneau, 1983). ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. El discurso oral y escrito en Brasil: perspectiva actual 41 De la Universidad Católica de Sao Paulo proceden el Grupo Atelier y el grupo Lenguaje, Memoria e Identidad. El Atelier está coordinado por los profesores María Cecilia Pérez de Souza e Silva (PUC-SP) y Décio Rocha (UERJ-RJ). Defiende una concepción “dialógica” basada en las teoría de Maingueneau y el círculo de Bakhtin. Fue el primer grupo de investigación que participó en los programas de post-graduado en lingüística. Si tenemos en cuenta que el Análisis del Discurso se construye con principios teórico-metodológicos que se insertan en tradiciones socio-históricas, políticas y geográficas diversas, no habría que extrañarse si este AD se llega a consolidar como un campo fértil para las reflexiones y debates relacionados con aspectos derivados de las actividades laborales de la vida social. El análisis del discurso en Brasil nació de un fértil diálogo entre la ergonomía y la ergología francesas con la metalingüística discursivoenunciativa, propiciando una fecunda reflexión de los paradigmas teóricometodológicos. La Ergología francesa, que estuvo marcada desde el principio por la influencia de la Ergonomía (Guérin, Laville, Daniellou, Duraffourg, Kerguelen, 1991; Wisner, 1996), se presenta como una disciplina centrada en el estudio del trabajo humano en situación (actividad). Pretende no sólo justificar el proceso sino también explicar los diferentes resultados de las situaciones implicadas en la estrecha relación establecida entre el trabajo (enseñado) y las actividades laborales (Schwartz, 1998). En 1996 se iniciaron en Brasil los primeros contactos entre diversas universidades europeas, un año más tarde se formalizó el proyecto Actividades de lenguaje en situación de trabajo. Del conjunto brasileño hay que citar a la PUC – SP, PUC – Río y a la UERJ; y, por parte de Francia, las Universidades de Provence (APST) y el Rouen (grupo Dyalng). En 2001, el grupo pasó a incorporar a investigadores de programas de Post-Graduado de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ), de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro (UFRJ) y de la Universidad del Río dos Sinos (UNISINOS), ubicada en el sur del país. En la actualidad cuenta con la agrupación de diferentes programas de post-graduado: la Universidad Federal de Mato Grosso (UFMT), de las regiones centro-oeste; del nordeste del país, la Universidad Federal de Pernambuco y, la Universidad de São Paulo (USP), del sudeste. Los principios teórico-metodológicos y sociales de estos estados se encuentran bastante diversificados. En São Paulo, los docentes del Programa de Post-Graduado en Lingüística Aplicada y Estudios del Lenguaje de la Pontificia Universidad Católica de S. Paulo configuran una plantilla de investigadores del grupo Atelier. Cecilia Souza-e-Silva desarrolla el proyecto “El papel del lenguaje en el análisis de las prácticas profesionales, y Ana Machado dirige “El análisis del lenguaje, trabajo y educación y sus relaciones”. 42 Beth Brait, Mª Inês Campos, Mª Cristina Sampaio ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. Siguiendo la línea de investigación de las “Tradiciones discursivas”, Helena Brandão es responsable del grupo “Historia del Portugués de São Paulo”, del Programa de Post-Graduado del Departamento de Letras Clásicas y Vernáculas de la Universidad de São Paulo (USP), De Pernambuco, sobresale el grupo interdisciplinar “Ergonomía, Usabilidad de Productos, Sistemas y Producción”, siguiendo con el perfil que atiende a la relación “lenguaje y trabajo”. Tiene como objetivo fomentar estudios que permiten comprender la experiencia del trabajo, intentando complementarse con diversos sectores ligados a la comunicación, educación, ciencia y tecnología, formación y gestión en salud, organización y condiciones laborales, gestión de calidad, e , incluso, gestión de recursos humanos. En Mato Grosso, dentro del Programa de Post-graduado en Letras y del Departamento de Clínica Médica de la UFMT, se desarrolla un proyecto del área de la salud: “Maternidad y paternidad en la esquizofrenia: impacto de la enfermedad en la vida de pacientes e hijos”. Está inscrito en ARGOS como un grupo de investigación interdisciplinar perteneciente al área de la salud pública. - Rio Grande do Sul. Grupo: “Sujeto, Discurso y Trabajo”. Se incluye en el Programa de Post-Graduado en Lingüística Aplicada de la UNISINOS. Trabaja en la “Interacción y aprendizaje en contextos específicos” y tiene como principal objetivo impulsar investigaciones que incorporen diferentes tendencias teóricas sobre prácticas discursivas que favorecen el aprendizaje en diferentes contextos. - Río de Janeiro. Grupo: “Estudios en lenguaje: procesos mentales, discurso y gramática”. Está compuesto por docentes del Programa de Post-Graduado en Letras de la UERJ que fomenta las “Prácticas de lenguaje y discursividad”. Pretende desarrollar una documentación teórica que permita abordar las prácticas del lenguaje vinculadas con el universo del trabajo. - Título: “Prácticas educativas, lenguajes y mediaciones” de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro. Este grupo investiga las prácticas educativas en sus diferentes dimensiones, teniendo en cuenta su especial participación en las políticas públicas educativas. El grupo Lenguaje, Memoria e Identidad, dirigido por Beth Brait se centra en el análisis “dialógico” del discurso. Desde sus orígenes, finales de los años 80, ha difundido las teorías bajtianas y pretende fomentar el intercambio con otras universidades nacionales y extranjeras. En los últimos años, siguiendo las propuestas de la corriente francesa, el análisis del discurso conversacional ha recibido especial atención en nuestro país; una prueba más lo constituye el grupo dirigido por Lúcia Machado: “Análisis del discurso” de la Universidad Federal de Minas Gerais, quien desarrolla una importante producción en la que participan investigadores nacionales y extranjeros. ORALIA, Vol. 9, 2007, págs. 7-33. El discurso oral y escrito en Brasil: perspectiva actual 43 La interrelación entre la Lengua, la literatura y la lingüística aplicada se lleva a cabo en varios grupos brasileños, Cabe destacar el proyecto: “Análisis textuales y discursivos”, fruto del trabajo de investigadoras formadas en el AD francés con una fuerte tendencia hacia el análisis del lenguaje en los movimientos sociales brasileños. Se realiza bajo la dirección de la investigadora Freda Indursky de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul. Destacamos el trabajo de Mikhaíl Bakjtin: contribuciones para una filosofía del Lenguaje y Estudios discursivos, que incorpora destacados estudiosos del Este Europeo en relación con la obra del círculo de Bakhtin. No debemos finalizar sin hacer referencia a otro núcleo importante situado en el campus Araraquara de la Universidad Estadual de São Paulo: el “Grupo de estudios de análisis del discurso de Araraquara”. Dirigido por Maria do Rosário Gregolin, tiene la particularidad de reunir trabajos e investigadores que profundizan y divulgan las diferentes posturas de Pêcheux, Bakhtin, de Certeau y Foucault. Sus trabajos exponen los “diálogos y duelos” existentes en la confrontación de las ideas de estos pensadores especializados en la construcción de una teoría del discurso. Las cuestiones del discurso, poder, subjetividad, y de la cultura del espectáculo promovida por los medios de comunicación, ganan con estas investigaciones una dimensión compatible con las necesidades teóricas y metodológicas de los estudios sobre el lenguaje y sobre la realidad brasileña. CONSIDERACIONES FINALES Las diversas tendencias que hemos recogido, aunque mantienen un fuerte debate entre sí, llegan a compartir algunos aspectos teóricos, como por ejemplo, la concepción enunciativo-discursiva, Interdiscursividad, la perspectiva dialógica conversacional, etc. La síntesis que hemos ofrecido, a pesar de reconocer la ausencia de importantes aspectos que darían una mayor claridad y consistencia a este mapa cuanti-cualitativo, reitera el objetivo de reflejar la diversidad del AD brasileño desarrollado, fundamentalmente, por la conjunción de las corrientes francesa y rusa. A modo de conclusión, podemos afirmar que el AD brasileño se encuentra en una fase de expansión con la asimilación, análisis e interpretación de las complejas relaciones “lenguaje – sociedad brasileña”, “lenguaje – identidad cultural” y “lenguaje – formas de exclusión e inclusión”. 44 Beth Brait, Mª Inês Campos, Mª Cristina Sampaio ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS LA SEGMENTACIÓN DE UNA CONVERSACIÓN EN DIÁLOGOS GUÉRIN, F., A. Laville, F. Daniellou, J. Duraffourg y A. Kerguelen (1991), Comprende le travail pour le transformer. Montrouge: Éditions de l’ANACT, coll. “Outils et methodes”. MAINGUENEAU, D. (1983), Semantique de la polemique.Lausanne, L´Age d`Homme. SAMPAIO, M. C. H. (2004), “Memória, gênero e estilo: a atividade educativa de prevenção da infecção hospitalar em um hospital público de Pernambuco”, Polifonia 8, págs. 181-207. SCHWARTZ, Y. (1998), “Os ingredientes da competência: um exercício necessário para uma questão insolúve”, .Educação e sociedade XIX, 19/65, Campinas, CEDES. WISNER, A (1996), Réflexions sur l’ergonomie. Toulouse: Octàres. http://www.lattes.cnpq.br www.anpoll.org.br BIBLIOGRAFÍA BAKHTIN, M. (2003), Estética da criação verbal. 3. ed. Trad. Paulo Bezerra. São Paulo: Martins Fontes. BRAIT, B. (2005) (Org.) Bakhtin: conceitos-chave. São Paulo: Contexto. BRANDÃO, H. N. (1993), Introdução à análise do discurso. 2.ed. Campinas, Editora da UNICAMP. GREGOLIN, M. do R. (2004), Foulcault e Pêcheux na análise do discurso – diálogos & duelos. São Carlos, Claraluz. MACHADO, I., MELLO, R. (2004) (Org.). Gêneros: reflexões em Análise do Discurso. Belo Horizonte: Núcleo de Análise do Discurso, Faculdade de Letras da UFMG. MELLO, R. (2005) (Org.) Análise do discurso & literatura. Belo Horizonte: Núcleo de Análise do Discurso, Faculdade de Letras da UFMG. SOUZA-E-SILVA, M. C. P. (2001), “Estudos enunciativos: atividades de linguagem em situação de trabalho”, in: BRAIT, B. (Org.) Estudos enunciativos no Brasil. Histórias e perspectivas. Campinas, Pontes. ZANDWAIS, ANA (Org.) (2005) Mikhail Bakhtin. Contribuições para a filosofia da linguagem e estudos discursivos. Porto alegre, Sagra Luzzato. ANTONIO BRIZ Universidad de Valencia. Grupo Val.Es.Co. INTRODUCCIÓN Los enfoques interaccionales parecen coincidir en el reconocimiento de unidades organizadas jerárquicamente, el acto, la intervención (el movimiento) y el intercambio, incluso, por encima de estas, algunos autores y escuelas defienden la existencia de la secuencia (episodio, lección) y de la interacción (transacción, conversación)1, si bien definidas con frecuencia como unidades tópicas o temáticas, Sin duda, uno de los problemas que nos planteábamos en otro trabajo (Briz, e.p.) surge precisamente a la hora de establecer los límites formales de esas otras unidades por encima del intercambio y de mantener que se trata de unidades estructurales y no meramente temáticas2. El grupo Val.Es.Co. mantiene en su propuesta de unidades de la conversación (Briz et al, 2003: 7-61) la existencia de una unidad superior al intercambio, a la que hemos convenido en llamar diálogo o secuencia dialógica, un término que nos 1 La Escuela de Birmingham parte de las unidades reconocidas por M. A. K Halliday en 1961: lección, transacción, intercambio, movimiento y acto. Véase Goffman (1973) y Sinclair y Coulthard; (1975); comp. Stubb, 1981. Por encima del intercambio, la lección se refiere más a tipos de discurso y, en concreto, delimita los discursos transaccionales y didácticos (maestro-alumno), objetivo básico de estos autores, y la transacción presenta unos límites semánticos y no estrictamente formales o constitutivos. André-Larochebouvy (1984) habla de los episodios como unidades tópicas. En cuanto a las propuestas de las Escuelas francesas, Auchlin y Zenone (1980), al igual que Moeschler (1985: esp. 81, nota 2), añaden la transacción, como constituyente que domina el intercambio. Roulet habla de interacción (ver Roulet et al., 1985 y Roulet, 1991). Comp. asimismo Kerbrat- Orecchioni (1990). 2 Por ejemplo, el Análisis de la Conversación defiende un análisis turno por turno, esto es, un sistema de administración local vinculado a la alternancia de turno, al denominado par adyacente. Véase E. A. Schegloff y H. Sacks (1973), H. Sacks, E. A. Schegloff, et al. (1974); comp. la propuesta de B. Gallardo (1996: 77-98 y 127-151). Desde otros enfoques se niega no solo el carácter estructural de las secuencias, sino también el de los intercambios en tanto que son productos emergentes, una postura que puede leerse en un trabajo reciente de José Portolés (2004: 203), siguiendo, como el propio autor afirma, la idea de Clark (1996: 23). Tanto el intercambio como la secuencia se explican “paso a paso por la pertinencia de cada una de las intervenciones que las componen”. ORALIA, Vol. 9, 2006 46 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. parece ajustado por lo que se entiende comúnmente por este3 y, sobre todo, porque integra y puede caracterizar estructuralmente todos los discursos no monológicos. Sobre la definición de dicha unidad tratamos en el Congreso internacional “Análisis del discurso oral”, Homenaje al Profesor José Jesús de Bustos Tovar, celebrado en Almería en 2005, un trabajo que aparecerá publicado en la Actas del citado Congreso y al que nos referiremos a partir de ahora como Briz (e.p.). En las páginas que siguen intentamos poner en práctica la propuesta teórica desarrollada en aquel estudio, en concreto, mostrar la segmentación en diálogos de una conversación. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 47 conversacional se corresponde con el esquema de 2, esto es, está formada por una intervención de inicio, una o varias intervenciones reactivo-iniciativas y otra de reacción: Ii Ic Ir-i Ic Ir-i Ic Ir-i Ic 1. SOBRE LA DEFINICIÓN DE LA UNIDAD DIÁLOGO Ir-i Ic Decíamos en Briz (e.p.) que el mínimo para hablar de diálogo es un intercambio (Ic) o, lo que es lo mismo, una intervención iniciativa (Ii), aquella que provoca habla posterior, y otra intervención reactiva (Ir), la provocada directa o indirectamente por aquella. Tal definición atiende, así pues, a los constituyentes inmediatos de dicha unidad superior, de modo que un diálogo puede coincidir en su expresión mínima y en cuanto a sus constituyentes básicos con el intercambio, quedando reducido a una esquema como el de (1), el que tendría, por ejemplo, un intercambio de saludos (A: buenos días / B: buenos días): Ii Ic Ir Esquema 1 O, lo general y más frecuente, el diálogo está formado por varios intercambios y las intervenciones más frecuentes tienen un doble carácter, son reactivo-iniciativas (Ir-i), es decir, emisiones que reaccionan y que provocan a la vez, ya indivisiblemente o en su conjunto, ya en partes reconocibles o divisibles, habla posterior4. Así pues, por lo general, la estructura del diálogo 3 Según la definición que aparece en el Diccionario de la RAE en su acepción primera, diálogo es “plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos”. De ahí que cualquier práctica discursiva que responda a esta alternancia de habla se entienda como hablar en diálogo (o escribir en forma de diálogo). 4 Sobre estos tres tipos de intervenciones, en Briz et al. (2003: 17-20). En el caso de las intervenciones reactivo-iniciativas, pueden ser complejas o simples en virtud de que pueda o no Ir Esquema 2 La mayor frecuencia de tales intervenciones reactivo-iniciativas tiene que ver con la progresión adecuada de la conversación –en otro caso estaríamos ante intercambios aislados o diálogos aislados, como en el ejemplo de los saludos citado más arriba– y, asimismo, está en relación con algunas de las características asignadas a este género textual: dinamismo, sucesión de intercambios, tensión dialógica, etc.). Pero, además, como señalábamos en Briz (e.p.) y notaremos en el análisis, el predominio de tales intervenciones reactivo-iniciativas en un segmento identificado como diálogo nos indica su centralidad estructural (e informativa) dentro de la conversación, que se trata de lo que hemos denominado un diálogo-cuerpo, frente a los diálogos-marco, como el de apertura y el de cierre, o los diálogos laterales5, en los que el número de este tipo de intervenciones es menor o no existe. Por diáser reconocida verbalmente esta doble funcionalidad. La que llamamos intervención compuesta, como la de F: hasta luego/ por cierto ¿cómo sigue tu padre?, no es un tipo diferente de los anteriormente reconocidos, puesto que está formada por una intervención que es iniciativa y por otra intervención que es reactiva; la peculiaridad de la misma consiste en que se trata del mismo emisor, de la misma emisión, pero de una doble intervención. Los términos iniciativo y reactivo están tomados de Roulet et al. (1985) y Roulet (1991). 5 B. Gallardo (1996: 127-151) estudia la organización secuencial de las conversaciones y distingue entre secuencias-marco (apertura y cierre) y secuencias temáticas (de concordancia, lateral, de historia y de inserción). Hay ciertas coincidencias de nuestra propuesta con el reconocimiento de algunos tipos de secuencias, si bien hay una diferencia fundamental en la concepción de estas, ya que, frente a la opinión de dicha autora (pág. 127), nuestra propuesta considera a estas como unidades estructurales, además de unidades funcionales, y no solo como entidades temáticas. La secuencia de concordancia de B. Gallardo coincide con un diálogo con frecuentes Ir-i; 48 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. logo-marco se entiende el segmento dialógico que encuadra o enmarca ya como principio u origen o como cierre o fin un diálogo central de la conversación. Por diálogo-lateral se entiende, en cambio, un intercambio o conjunto de intercambios independientes y marginales respecto del tema y propósito conversacionales y al margen, por tanto, del diálogo que se está llevando a cabo. En el ejemplo esquemático de (1) están representados y visualizados con doble espacio entre líneas los diálogos-marco y el diálogo-cuerpo. Los sangrados a la derecha son diálogos-laterales: (1) Ii A: hola Mercedes Ir B: pasa ¿qué tal? Ii A: te tengo que contar que estuve con Rafa el fin de semana Ir-i B:¿ah sí? pues cuéntame Ir-i Ir-i Ii B: ¿quieres tomar algo? Ir A: no/ gracias Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i ((....)) Ir: B: tienes razón Ii A: oye que me tengo que ir/ ya nos veremos Ir B: adiós Más exactamente, esta era la definición que ofrecíamos en Briz (e.p.): El diálogo es, como mínimo, un intercambio entre dos hablantes, una alternancia de turno, esto es, una intervención de inicio, y solo de inicio, y otra de reacción, sólo de reacción, ambas aceptadas, por tanto, intervenciones-turno. Así pues, en una conversación habrá de entrada tantos diá- una secuencia de historia es, sin duda, un diálogo con menos Ir-i y frecuentes Ir de paso o de ratificación de quien cuenta la historia como centro de la conversación (si bien es cierto que la historia puede ser contada a veces por dos o más interlocutores) y la secuencia lateral suele estar constituida habitualmente por un intercambio o, de otro modo, por muy pocas Ir-i. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 49 logos como intervenciones iniciativas-turno y reactivas-turno podamos reconocer, ya supongan (lo más frecuente) o no una modificación del tópico discursivo, ya vengan o no acompañadas de movimientos en la escena conversacional. Si el límite para poder identificar un diálogo, desde el punto de vista estructural, es el intercambio, es obvio que el límite formal para reconocer tal unidad es una intervención de inicio por arriba y una intervención de reacción por abajo; y, si el diálogo es cosa de dos, para que inicio y reacción se constituyan en marcas de diálogo es necesario que tales intervenciones sean verbal o extraverbalmente aceptadas y reconocidas por los otros, es decir, han de ser intervenciones-turno. Por tanto, se excluyen como hitas de la unidad diálogo las intervenciones que solo sean reactivas o iniciativas pero que no ocupen turno6. Sea el caso de las intervenciones reactivas de paso, fáticas, colaborativas, etc. o de los inicios que no obtienen respuesta de ningún interlocutor, según notaremos más adelante. El interlocutor que interviene es emisor, tiene “voz”, y solo cuando alguien acepta su intervención llega a ser hablante, tiene “voz y voto”7. Como se representa esquemáticamente en (1), el principio de una conversación es siempre una intervención iniciativa; con ésta comienza el diálogo-marco de apertura de la misma; el final de una conversación es una intervencion reactiva y con ésta se señala el final de la secuencia dialógicamarco de cierre de dicha conversación. El diálogo-cuerpo está marcado por la intervención de inicio de A: te tengo que contar que estuve con Rafa el fin de semana y la intervención reactiva de B: tienes razón La segmentación anterior pone de manifiesto la existencia de distintos tipos de diálogos, según aparezcan en el cuerpo conversacional o en el marco, así como la posibilidad de que, en el interior de éstos, puedan manifestarse otras secuencias dialógicas con las que contraen diferentes relaciones jerárquicas, según notaremos en el análisis posterior. 6 Un inicio o una reacción son marcas suficientes para reconocer las unidades denominadas intervenciones, pero no así los turnos ni la alternancia de turnos (Briz y otros, 2003: esp. 20-29). Según la propuesta del grupo Val.Es.Co. (Briz y otros, 2003), el turno es la “unidad social, responsable de la progresión conversacional, caracterizada por ser un lugar de habla rellenado con emisiones informativas aceptadas por los interlocutores mediante su atención manifiesta y simultánea” (pág. 20). Aceptación es el concepto básico para el reconocimiento de un turno de habla. Por tanto, todo turno es una intervención, pero no toda intervención es, necesariamente, un turno; toda alternancia de turno es un intercambio, pero no todo intercambio supone alternancia de turno. 7 La distinción entre intervención (como unidad estructural interna) y turno (como unidad externa o social, que requiere al otro) nos permite, así pues, introducir una diferencia adicional en cuanto al estatuto o papel comunicativo de quien interviene. Para más información sobre esta nueva propuesta de definición de los papeles comunicativos, véase Briz et al. (2003: 20-22) y Padilla (2004). 50 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. A menudo ciertos diálogos coinciden con cambios de tópico. Cuando dicho cambio de tópico es aceptado se convierte en una marca subsidiaria para el reconocimiento de dicha unidad superior. Y así también los movimientos de los personajes en la escena conversacional pueden ser marcas externas de dicha unidad, es decir, las entradas y salidas de interlocutores favorecen, por ejemplo, la formación de diálogos-marco de saludos y despedidas, respectivamente. El esquema 3 resume lo dicho hasta aquí: 1Ii Dialogo mínimo Ic ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 51 2. PRÁCTICA DE ANÁLISIS EN DIÁLOGOS Lo que sigue es un análisis en diálogos, una propuesta de segmentación y visualización de estos sobre una muestra de conversación cotidiana, procedente del corpus de conversaciones coloquiales del grupo Val.Es.Co. (Briz y grupo Val.Es.Co., 2002). Nuestra intención es mostrar un modo de proceder a la hora de segmentar los discursos no monológicos en sus unidades superiores, así como observar la validez de las marcas propuestas para su reconocimiento. Ciertamente, se trata de un análisis lineal, si bien hay un apunte final sobre la tipología de diálogos y las relaciones jerárquicas que estos contraen entre sí. 2Ir 2.1. Convenciones para la visualización de los diálogos 1Ii Las convenciones para la segmentación en diálogos es la siguiente: Ic 2.Ir-i Ic 3 Ir-i Ic 4 Ir-i Diálogo Ic 5Ir [Intercambio (Ic), Intervención inicitiva (Ii), Intervención reactivo-iniciativa (Ir-i), Intervención reactiva (Ir), Turno: indicado con el número a la izquierda] Esquema 3 En suma, hacen falta dos hablantes para formar un diálogo, ya sea estructural o temáticamente; como mínimo, por tanto, éste es una combinación de una intervención-turno iniciativa y otra reactiva, es decir, el constituyente básico y mínimo exigible para hablar de dicha unidad superior es el intercambio entre hablantes o, lo que es lo mismo, la alternancia de turno. Y este inicio y la reacción son sus límites formales, las marcas que nos permiten reconocer y segmentar una conversación en sus unidades superiores. Las intervenciones se marcan con un número a la derecha de la letra identificadora del participante; la ausencia de número indica que la intervención anterior continúa. Las intervenciones-turno se identifican, además, con un número a la izquierda de la letra identificadora del participante; si no hay número, significa que la intervención no ocupa turno de habla. El tipo de intervención: iniciativa (Ii) reactiva (Ir) reactivo-iniciativa (Ir-i). Si la intervención es solo iniciativa y marca comienzo de un nuevo diálogo, la numeración empieza de nuevo, así pues, el número 1 a la derecha de una intervención iniciativa marca también el principio de un diálogo. Entre diálogos, cuando estos se suceden uno tras otro, aparece, además, un espacio en blanco; y se sangra a la derecha cuando este se produce por escisión conversacional, ya sea dos a dos, ya sea de uno en dos 2.2. Reconocimiento y visualización de los diálogos del fragmento de conversación [RB.38.A.1: págs. 224-23] 8 La conversación [RB.38.A.1] se desarrolla en una casa particular. B y C son hermanas; A es la señora de la limpieza; D es el padre de B y C; E es amiga de B y C. El que aparece en (2) es un fragmento de la misma: 8 En un trabajo anterior (Briz, 2000a: 6) habíamos analizado en secuencias dialógicas la conversación que reproducimos en (2), si bien, seguíamos exclusivamente un criterio temático. De acuerdo con la nueva propuesta de definición formal, hay algunas novedades importantes, y no sólo en el número de diálogos reconocidos. 52 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. (2) Ii 1B1: ¿QUE cuándo iréis al pueblo por fin? Ir-i 2A1: ¿al puebloo? ((a ver)) mañana/ sábado/// pero ¿cómo quiés decir↓ de vaca [ciones↑?] Ir C1: [((¡ayy!))]9 § Ir-i 3B2: § sí↓ de vacaciones Ir 4A2: en agosto Ir-i B3: ¿QUÉ tu marido las tiene en agosto↓? ¿no? Ii Ir-i Ir Ir-i Ir Ir 5A1: lo han hecho fijo↓ a mi marido 6B4: ¡AAYY! ¡QUÉ ALEGRÍA! ¿por qué no me lo has [DICHO?=] A2: [(RISAS)] B: = fíjate↓ el otro día comentándolo↑ ¿eh?/ oye↓ pues estará [contento el hombre ¿no?=] 7A3: [contento (( )) sí] B5: = ¡vaya tela! Ii Ir-i Ir-i Ir-i 8C110: oye ¿los numeritos del viaje? 9A1: el cero cero tres ((salió)) 10C2: ¿QUE cuál tenemos?// es que yo no los veo§ 11A2: § el- doscientosyo↑ el doscientos setenta y cinco/ [setenta y seis y setenta y siete] Ir B1: [¡ay sí! nosotros teníamos eel] A: (RISAS)/ le ha salido a la mujer del presidente11 Ir-i 12C3: ¡aayy! enchufe enchufe enchufe enchufe§ Ir B2: §(RISAS) C: seguro Ir 13A3: eso parece/// Ii Ir Ir-i Ir-i Ir-i 14A1: EEs que a mi marido lo han hecho fijo B1: [en la fábrica] 15C1: [¿SÍII?] ¡qué BIIEEN!§ 16A2: § antes de ayer? se lo dijeron§ 17C2: § demasiado bien pero? (( [ ))] Ir-i 18A3: (( [¡ay! esto- estoy] muy contenta))12 § Ir-i 19C3: § quee claro↓ se le acababa el contrato? esa semana C sale de la escena conversacional. C entra de nuevo en la escena. 11 Se trata del presidente de la comunidad de vecinos. 12 Entre risas. 9 10 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 53 Ir-i 20A4: a setiembre↓ se le acababa↓ [la primera semana=] Ii 21B1: [¿((te pongo más))?]21 Ir 22A1: = no↓ bastante Ir-i 23C4: oye pues está bé14 ¿eh?/ ¡qué tranquila! ¿eh?§ Ir 24A5: § parece que to(do) nos venga rodando (RISAS) Ir B2: sí↓ no↓ desde luego habéis tenido [una suerte↑] (Ii) Suplida por un contexto anterior Ir-i 25C1: [por eso tu marido ha dicho no lo vendáis] porque?/ ha sido un golpe de suerte/ Ir-i 26A1: / no? oye lo dijo? a primerías//23 si quiere?/ doscientas? Ii Ir Ir-i Ir-i Ir Ir-i Ir-i Ir-i B: ¿queréis má(s) café?§ A: § mi marido le dijo no no no/ venderlo no queremos venderlo C2: es la suerte ¿eh? A: porque ya comentándolo p’allá↑// le dije- digo mira digo qué reloj m’he encontrao→/ di(go) ¡madre mía!// d’algún trasto 16 será 27B1: sí↓ yoo hoombre↓ yo pienso en principio si sería de oro 28A2: DE ORO↓ ¡qué va↓! bueno↓ la correa sí que era→ bueno↓ de oro25§ B2: § pero yo qué sé digo§ A: § PERO yo↑ digo no va ni na(da) digo mira↓ digo tiene una saeta rota// y dicee/ ESTO que lo habrán tirao a la basura y algún crío lo habrá puesto ahí// (y yoo) digo por lo menos la correa↑/ mil pesetas por lo menos la correa↑ valdrá// yy/ y luego↑ vimos a mi cuñao y a mi cuñá↑ y dicee/ digo mira/ digo qué reloj m’he encontrao↓ y mi cuñá diu/18 ¡AH! pues este reló es BUENO/ y empezó mi cuñao de cachondeo→/ VAMOS a una relojería y verás qué pronto lo sabemos/ VAMOS→ yo digo pero déjaloo↓ que ahora no quieroo arreglarlo/ VAMOS↓ que si es BUENO↑ ya te lo dirá↓ y si es malo↑// en total que allá nos [fuimos los cuatro→] 29C3: [¿pero élpero él entendía↑] dee- de reLOJES↑ ooo?§ 30A3: § ¡QUÉ VA↓! si lo dijo por cachondeo§ 31C4: § ¡aahh!§ En este momento las interlocutoras están tomando café. Valenciano, “está bien”. 15 Empieza aquí la historia de A, la señora de la limpieza, que ocupa la mayor parte de la grabación, sobre el hallazgo de un reloj. Posiblemente las otras dos interlocutoras, hermanas y dueñas de la casa (B y C), ya están al corriente de la historia. 16 ¿Atraco? 17 Entre risas. 18 Valenciano, “dice”. 13 14 54 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. Ir-i 32A4: § por cachondearse de mí Ir-i 33C5: ¡AYY! ((y él lo dijo)) eso pa cachondeo/ pues toma cachondeo19 Ir-i 34A5: (RISAS) y dice po’l camino dice/ mil pesetas te doy d’él// si lo quies vender↑/ y mi marido dice ya no pue(de) venderlo/ sabemos que es un trasto↓ pero/ oye↓ venderlo pa qué↓// y llegando allí dice/ dos MIL/ DOS MIL [dos mil pes- =]28 Ir B3: [(RISAS)] Ir C6: [(RISAS)] A:= digo ¿¡no te he dicho que no!?// y llegamos allí y el hombre empezó a mirarlo→/ y dicee// ((mujer yo-)) yo digo ¿la correa ESTA↑ digo se puede poner a esta? pensando de que [(( ))=] Ir C7: [claro] A: = y dice noo dice no tiene el mismo paso// y aquel es más pequeñito qu’este/ dice no dice tiene que ser pa’l mismo paso↓ qu’este/ y diCEE ¿QUE qué es lo que le pasa? y digo es que mire↓ me s’ha caído la saeta↑// digoo y no parece que se OIGA// y mi marido en se(gu)ida dice// OIGA↓ si es bueno↑/ y vale la pena arreglarlo↑ dice hombre/ cuando ustedes lo compraron? sí que lo sabrían //21/ y yo digo/ pos claro digo si ya entonces nos costó→ y empezó el hombre a mirarlo→/ dice roto no está/ lo único que tiene es quee/ el engarci 22 ese de en medio↑/ se ha ido yy§ Ir B4: § sí§ A: § por eso las saet- las saetas se han salido/ y dic- pero roto no// EN TOTAL↓ quee yo digo ¿pero vaa↑ el reloj va? y el hombre dice sí↓ el reloj va Ir C8: ((¡ay! [pues bueno))] A: [lo que pasa] es que sin la saeta// y dice es que no tiene segundero d’esos/ y digo sí digo ya lo sé↓ y él dice así no se nota si va o no va/ bueno↓ empezó el tío allí a darle vueltas↑// y mi cuñá- mi cuñao→ ¿QUÉ vale poco verdá? vale poco /33 vale pocoo↓ y aquel hombre se reía/ dic(e) hombre↓ a eso del bolsillo cada uno sabrá lo que le costó// yo digo/ ya verás↓ este meterá la pata// porque es que lo que pasa↓ no sa[bemos=] Ir B5: [síi] A: = menTIR/ porque tú fíjate mi marido cuando le dijo a él [lo que=] Ir B6: [claro] A: = valía↑/ el hombre en seguida contestó/ cuando ustedes lo compraron↑/ mira si sabría→/ EN TOTAL↓ que el hombre dice mire↓ sin mirarlo↓ sin ponerle la saeta// y dice doscientas mil pesetas si quiere↑ se lo doy yo Ir B7: [(RISAS)] Ir C9: [(RISAS)] A: mira↓ hicimos una cara to(do)s↑/ y mi cuñao dic(e) [¿cómo que doscientas mil pesetas?=] Entre risas. Entre risas. 21 Entre risas. 22 Engarce. 23 Entre risas. 19 20 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 55 Ir B8: [tu cuñao se quedaría de piedra] A: = doscientas pesetas↓ serán↓ dice oiga↓ dice doscientas MIL pesetas le voy a dar yo ↓ SIN ponerle la saeta↑ y sin na(da) ((…)) (Ir) Ii 35C1: ¿te acuerdas deel- de lo que se encontró↑ la semana pasada?/24 cuéntaselo↓ que lo ha llevao a una relojería Ir-i 36A1: doscientas mil pesetas↑ m’he encontrao este reloj Ir C: alucina A: yy el hombre no nos dijo quee (( ))§ Ir-i 37C2: § ¿pero eso? es de una marca determinada oo?§ Ir-i A2: § pues dijo que era un reloj buenísimo/ dijo que la piedra esa que lleva ahí↑/ el hombre no nos dijo porque no- claro↓ no- nosotros no quisimos ya→/ porque al decirnos eso↑ claro↓ ustedes lo compraron↑ y sabrían lo que les costó↑/ ya no quise decirlo ¿pero la perla es buena?/ el hombre sí que dijo esta perla que lleva aquí↑/ y digo es que- es que no tiene NÚMEROS/ y dice no dice pero es que esta perla que lleva aquí↑ esta perla↑/ ¿sabes?/// y así se quedó↓ dice si lo quiere usted ya↑/ vender↑ doscientas mil pesetas le doy por él// y mira↓ (RISAS) yoo- nos quedamos mirando→ Ir-i 38D1: eso te cuesta medio kilo A: [¡MADRE MÍA!] Ir-i 39C12: [sí sí sí↓] pero eso no se te ocurra vendérselo a ese tío por doscientas mil ¿eh? Ir-i 40D2: eso vale medio kilo ((…)) Ir-i 41B9: cuando- cuando el tío ese te daba doscientas mil↑ eso es porque vale más ¿eh? si- si alguna vez decides venderlo↑ no lo vendas allí§ Ir-i 42C13: § que te lo tasen bien§ Ir-i 43B10: § que te lo tasen en un sitio→ que sea de eso [(( ))=] (Ir) D3: [(( ))] B: = doscientas mil [pelas↑] Ir-i 44A7: [no no↓] si dijo que en seguida? dice [si los quiere=] Ir B11: [((pos claro))] A: = ahora↑ usted en seguida↑ Ir-i 45B12: eso es porque ese reloj vale medio millón de pesetas Ir-i 46D4: ese reloj vale [medio kilo] ((…)) Ir-i 47A8: desde luego↑ es una monería ¿sabes? yo ahora lo miro↑ y lo[(RISAS)] 24 Se dirige a D, que acaba de llegar. 56 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. Ir- B13: [(RISAS)] Ir-i 48C14: [(RISAS)] ¡si es una maravilla!§ Ir-i 49A8: § digo ¡MADRE MÍA! digo hay que ver e- y yo no he tenío nunca relojes ASÍ Ir D5: [((claro))] A: [y es que] este es muy bonito§ Ir-i 50B14: § chica pues→ quédatelo Ir-i 51A9: [no↓ yo digo=] B: [pa lucirlo] A: = pa mi hij- pa mi hija§ Ir-i 52B15: § claro↓ también [(RISAS)]§ Ir-i 53A10: § no↓ oye↓ paa normalmente toos los días no se lo ponDRÁ/ pero asíi algún día→ que see vista bien o algo↑§ Ir C15: § claro (( )) Ii Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir Ii 54B16: ¡ah! y aún viene la otra noticia↓ que también↓ menuda semana han teNIdo§ 55A11: §luego↑ han hecho fijo a mi marido↑§ 56C16: § que estaba en la fábrica↑ [(( ))] 57A12: [en la empresa↑ que estaba de contratos↑]/// y antes de ayer le dieron la noticia y ((digo)) ¡uuy! (( )) (RISAS) 58B17: ¡qué contento estaría!§ 59C17: § por eso se ha cortao el pelo↓ y s’ha ((puesto)) guapa ↑ síi ¿eh? (( )) 60D6: (RISAS) hay que cortarlo↓ hay que cortarlo/// pues muy bien↓ oye/ me alegro A1: ((tengo que hablar)) con el ayuntamiento Ii 62C1: (( )) tía Ir(-i) 63A1: (( )) vale Ir(-i) 64B1: hasta luego↓ luego te llamo ((...)) Ii 59A1: (( )) porque estoy que si entro↑ que si no entro↑ (( )) Ir-i 60B19: sí sí sí↓ que estabas esperando a ver/// [pero-] Ir-i 61A17: [pero entro→] ENTRO a fregar ¿sabes? Ir-i 62B20: sí sí↓ pero oye↑§ Ir-i 63A18: § pero entro a fregar despachos§ Ir-i 64 B21: § pero oye↑§ ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 57 Ir-i 65A19: § PERO seguro SEGURO aún no lo sé25 Ir-i 66B22: pero qué tee§ Ir 67A20: § ya he llevao los papeles↑ me llamaron del paro↑ eel martes Ir B23: iideal26 A: pa que fuera Ir 68C19: hasta luego Ii 69A1: esta es la que está estudiando ((contigo)) Ir-i 70B1: esta es mi vecina Ir-i 71E1: soy yo Ir 72B2: pasa↓ Elena↓ pasa ((…)) Ii Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i 73E1: ¿qué tal?§ 74B1 § ¿eh?§ 75E2: § ¿qué tal?/ ¿has ido a la playa? 76B2: noo/ ¿por qué? 77E3: estás moREna// (( )) morena§ 78A1: § mirar↓ mi hija sí que ha estao en la playa hoy Ir-i 79B3: ¡aay! (( )) pero da mucho↓ mucho Ir-i 80A2: a las nueve la mañana ya se iba↓ por si perdía el autobús Ir 81E4: [(RISAS)] Ir 81B4: [¡madre mía!] Ii 82A1: bueno↓ voy a seguir yo Ir 83B1: [vale ↓ Pepita] Ir 83E1: [vaale] Dialogo 1 Ii 1B1: ¿QUE cuándo iréis al pueblo por fin? Ir-i 2A1: ¿al puebloo? ((a ver)) mañana/ sábado/// pero ¿cómo quiés decir↓ de vaca[ciones↑?] Ir C1: [((¡ayy!))]§ Ir-i 3B2: § sí↓ de vacaciones Ir 4A2: en agosto Ir-i B3: ¿QUÉ tu marido las tiene en agosto↓? ¿no? El diálogo se abre con la intervención-turno iniciativa 1B1. La intervención-turno reactiva 4A2 es el límite o la marca de cierre de la secuen25 26 Entre risas. Suena el timbre de la puerta y entra E. 58 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. cia dialógica, a pesar de que a esta se añade una última intervención reactivo-iniciativa. La peculiar estructura de esta secuencia, formada por un intercambio (1B1 - 4A2), de cuya primera intervención depende otro intercambio (2A1 - 3B2)27 explica, por un lado, que 4A2 se haya marcado solo como reacción a 1B1, de hecho es la respuesta principal a la pregunta inicial, todo ello a pesar de que linealmente aparezca seguida de una intervención B3 reactivo-iniciativa. Esta última, en tanto reacción, lo es no de 4A2, sino del conjunto del intercambio complejo; como inicio, queda en suspenso, pues, aunque directamente apela al interlocutor (¿no?)28, no obtiene respuesta. Diálogo 2 Ii 5A1: lo han hecho fijo↓ a mi marido Ir-i 6B4: ¡AAYY! ¡QUÉ ALEGRÍA! ¿por qué no me lo has [DICHO?=] Ir A2: [(RISAS)] B: = fíjate↓ el otro día comentándolo↑ ¿eh?/ oye↓ pues estará [contento el hombre ¿no?=] Ir 7A3: [contento (( )) sí] Ir B5: = ¡vaya tela! 5A1, como intervención que provoca habla posterior, es iniciativa, marca comienzo de un nuevo diálogo. La reacción 7A3 marca el cierre de la secuencia dialógica, aun a pesar de que existe una intervención de paso-no turno (B5) de carácter valorativo29. Se produce, además, un cambio de tópico no brusco, al que da pie la referencia anterior al marido. Como ocurría en el primer diálogo, la intervención de cierre del diálogo puede tener extensiones, esto es, intervenciones reactivas de paso o intervenciones reactivo-iniciativas que, en tanto no son aceptadas o contestadas, quedan como reacciones valorativas, colaborativas o fáticas, por lo general, como ya se ha notado, del conjunto secuencial. Ello muestra el carácter recursivo de las unidades: una unidad inferior puede contener unidades superiores, esto es, una intervención puede tener como constituyente subordinado un intercambio. 28 El carácter iniciativo se observa en el regulador apelativo final antes que en la forma interrogativa anterior, que es más bien la parte reactiva, ya que el tonema descendente final de esta interrogativa total hace que su función comunicativa básica sea, más bien, asertiva. 29 Sería posible interpretar también que B5 no es una nueva intervención, sino parte o continuación de 6B4. 27 La segmentación de una conversación en diálogos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. 59 Diálogo 3 Ii Ir-i Ir-i Ir-i 8C130: oye ¿los numeritos del viaje? 9A1: el cero cero tres ((salió)) 10C2: ¿QUE cuál tenemos?// es que yo no los veo§ 11A2: § el- doscientos- yo↑ el doscientos setenta y cinco/ [setenta y seis y setenta y siete] Ir B1: [¡ay sí! nosotros teníamos eel] A: (RISAS)/ le ha salido a la mujer del presidente31 Ir-i 12C3: ¡aayy! enchufe enchufe enchufe enchufe§ Ir B2: § (RISAS) C: seguro Ir 13A3: eso parece/// C entra en la escena conversacional, aunque ahora de manera activa, introduciendo un nuevo tema. 8C1 es, sin duda, una intervención iniciativaturno que abre un nuevo diálogo. C y A son ahora los hablantes del mismo, frente a B, que queda en un segundo plano como mero receptor-emisor, esto es, sus intervenciones reactivas son de paso y en ningún caso pueden ser marcas de cierre secuencial. El cierre del mismo se produce con la intervención reactiva-turno 13A3. Conviene llamar la atención sobre esta intervención compuesta32 de A (A: eso parece///EEs que a mi marido lo han hecho fijo), visualizada como: Cierre del diálogo 3: Ir Inicio del diálogo 4: Ii 13A3: eso parece/// 14A1A: EEs que a mi marido lo han hecho fijo Es compuesta porque, como decíamos, existe una voz, pero dos hablantes; en otras palabras, en la misma emisión aparece una intervención reactiva que cierra el diálogo anterior y otra iniciativa que abre otro nuevo diálogo. Estrictamente se trata de un reinicio de diálogo, que relanza o recupera un tema dejado atrás, pero se reconoce como un diálogo estructuralmente diferente en tanto viene limitado por una intervención-turno iniciativa. La interacción ahora con el nuevo interlocutor, favorece, además, dicha segmentación. Diálogo 4 Ii Ir 14A1: EEs que a mi marido lo han hecho fijo B1: [en la fábrica] C entra de nuevo en la escena. Se trata del presidente de la comunidad de vecinos. 32 Para la definición de intervención compuesta, ver nota 4 y Briz (e.p). 30 31 60 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. Ir-i 15C1: [¿SÍII?] ¡qué BIIEEN!§ Ir-i 16A2: § antes de ayer↓ se lo dijeron§ Ir-i 17C2: § demasiado bien pero→ (([ ))] Ir-i 18A3: (([¡ay! esto- estoy] muy contenta))33§ Ir-i 19C3: § quee claro↓ se le acababa el contrato↑ esa semana Ir-i 20A4: a setiembre↓ se le acababa↓ la primera semana Ir-i 23C4: oye pues está bé34 ¿eh?/ ¡qué tranquila! ¿eh?§ Ir 24A5: § parece que to(do) nos venga rodando (RISAS) Ir B2: sí↓ no↓ desde luego habéis tenido [una suerte↑] Los hablantes siguen siendo A y C. El interlocutor B sigue teniendo ese mismo papel comunicativo antes apuntado de mero emisor, esto es, solo ratifica, valora, colabora con lo dicho por los los otros sin que sus contribuciones sean aceptadas o atendidas por estos (tampoco B lo pretende). Su última intervención reactiva, B2, con la función antes apuntada, es de nuevo una extensión del cierre del diálogo, marcado en la intervención reactivaturno de 24A5. Diálogo 5 Ii Ir 21B1: ¿((te pongo más))?35 22A1: = no↓ bastante Se trata de lo que hemos denominado diálogo lateral, al encontrarse al margen de la estructura conversacional y de los fines conversacionales interpersonales dominantes en los diálogos anteriores (compárese con el diálogo 2 del ejemplo 9). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. Ii Ir Ir-i Ir-i Ir Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir Ir Diálogo 6 (Ii) Suplida por un contexto anterior36 o por algún elemento ausente en la transcripción Ir-i 25C1: por eso tu marido ha dicho no lo vendáis porque→/ ha sido un golpe de suerte§ Ir-i 26A1: § no↓ oye lo dijo→ a primerías//37 si quiere↑/ doscientas→ Entre risas. Valenciano, “está bien”. 35 En este momento las interlocutoras están tomando café. 36 Compárese en el caso de las conversaciones telefónicas el sonido del timbre del teléfono, si bien en nuestro texto parece que 25C1 hace las veces de esta función de inicio. 33 34 Ir La segmentación de una conversación en diálogos 61 B1: queréis má(s) café?] A: mi marido le dijo no no no/ venderlo no queremos venderlo C2: es la suerte ¿eh? A: porque ya comentándolo p’allá↑// le dije- digo mira digo qué reloj m’he encontrao→/ di(go) ¡madre mía!// d’algún trasto38 será 27B1: sí↓ yoo hoombre↓ yo pienso en principio si sería de oro 28A2: DE ORO↓ ¡qué va↓! bueno↓ la correa sí que era→ bueno↓ de oro39§ B2: § pero yo qué sé digo§ A: § PERO yo↑ digo no va ni na(da) digo mira↓ digo tiene una saeta rota// y dicee/ ESTO que lo habrán tirao a la basura y algún crío lo habrá puesto ahí// (y yoo) digo por lo menos la correa↑/ mil pesetas por lo menos la correa↑ valdrá// yy/ y luego↑ vimos a mi cuñao y a mi cuñá↑ y dicee/ digo mira/ digo qué reloj m’he encontrao↓ y mi cuñá diu/40 ¡AH! pues este reló es BUENO/ y empezó mi cuñao de cachondeo→/ VAMOS a una relojería y verás qué pronto lo sabemos/ VAMOS→ yo digo pero déjaloo↓ que ahora no quieroo arreglarlo/ VAMOS↓ que si es BUENO↑ ya te lo dirá↓ y si es malo↑// en total que allá nos [fuimos los cuatro→] 29C3: [¿pero él- pero él entendía↑] dee- de reLOJES↑ ooo?§ 30A3: § ¡QUÉ VA?! si lo dijo por cachondeo§ 31C4: § ¡aahh!§ 32A4: § por cachondearse de mí 33C5: ¡AYY! ((y él lo dijo)) eso pa cachondeo/ pues toma cachondeo4! 34A5: (RISAS) y dice po’l camino dice/ mil pesetas te doy d’él// si lo quies vender↑/ y mi marido dice ya no pue(de) venderlo/ sabemos que es un trasto↓ pero/ oye↓ venderlo pa qué↓// y llegando allí dice/ dos MIL/ DOS MIL [dos mil pes- =]42 B3: [(RISAS)] C6: [(RISAS)] A: = digo ¿¡no te he dicho que no!?// y llegamos allí y el hombre empezó a mirarlo→/ y dicee// ((mujer yo-)) yo digo ¿la correa ESTA↑ digo se puede poner a esta? pensando de que [(( ))=] C7: [claro] A: = y dice noo dice no tiene el mismo paso// y aquel es más pequeñito qu’este/ dice no dice tiene que ser pa’l mismo paso↓ qu’este/ y diCEE ¿QUE qué es lo que le pasa? y digo es que mire↓ me s’ha caído la saeta↑// digoo y no parece que se 37 Empieza aquí la historia de A, que ocupa la mayor parte de la grabación, sobre el hallazgo de un reloj. Posiblemente, las otras dos interlocutoras (B y C) ya están al corriente de la historia. 38 ¿Atraco? 39 Entre risas. 40 Valenciano, “dice”. 41 Entre risas. 42 Entre risas. 62 Antonio Briz Ir Ir Ir Ir Ir Ir Ir ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. OIGA// y mi marido en se(gu)ida dice// OIGA↓ si es bueno↑/ y vale la pena arreglarlo↑ dice hombre/ cuando ustedes lo compraron↑ sí que lo sabrían //43/ y yo digo/ pos claro digo si ya entonces nos costó→ y empezó el hombre a mirarlo→/ dice roto no está/ lo único que tiene es quee/ el engarci44 ese de en medio↑/ se ha ido yy§ B4: § sí§ A: § por eso las saet- las saetas se han salido/ y dic- pero roto no// EN TOTAL↓ quee yo digo ¿pero vaa↑ el reloj va? y el hombre dice sí↓ el reloj va C8: ((¡ay! [pues bueno))] A: [lo que pasa] es que sin la saeta// y dice es que no tiene segundero d’esos/ y digo sí digo ya lo sé↓ y él dice así no se nota si va o no va/ bueno↓ empezó el tío allí a darle vueltas↑// y mi cuñá- mi cuñao→ ¿QUÉ vale poco verdá? vale poco /45 vale pocoo↓ y aquel hombre se reía/ dic(e) hombre↓ a eso del bolsillo cada uno sabrá lo que le costó// yo digo/ ya verás↓ este meterá la pata// porque es que lo que pasa↓ no sa[bemos=] B5: [síi] A: = menTIR/ porque tú fíjate mi marido cuando le dijo a él [lo que=] B6: [claro] A: = valía↑/ el hombre en seguida contestó/ cuando ustedes lo compraron↑/ mira si sabría→/ EN TOTAL↓ que el hombre dice mire↓ sin mirarlo↓ sin ponerle la saeta// y dice doscientas mil pesetas si quiere↑ se lo doy yo B7: [(RISAS)] C9: [(RISAS)] A: mira↓ hicimos una cara to(do)s↑/ y mi cuñao dic(e) [¿cómo que doscientas mil pesetas?=] B8: [tu cuñao se quedaría de piedra] A: = doscientas pesetas↓ serán↓ dice oiga↓ dice doscientas MIL pesetas le voy a dar yo ↓ SIN ponerle la saeta↑ y sin na(da) A falta de más datos en la transcripción, puede interpretarse que existe un nuevo diálogo (y a ello ayuda el cambio brusco de tema, como marca complementaria de reconocimiento). Hemos entendido que la intervención iniciativa queda aquí suplida por el contexto anterior o por algún elemento ausente en la transliteración. Evidentemente, no es el único análisis posible. Como puede notarse, la introducción en este diálogo de un relato dramatizado hace que la conversación se parezca más a un monólogo. El interlocutor A es el narrador de la historia, el hablante, el poseedor del turno, y, aunque en ocasiones otorga el papel de hablante y, en consecuencia el turno a C, su papel preponderante en la interacción provoca largas intervenciones, jalonadas a menudo por intervenciones reactivas que solo pretenden colaboEntre risas. Engarce. 45 Entre risas. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 63 rar, mostrar el interés que la historia está produciendo en ellos, etc.; en ningún caso, por tanto, tales reacciones son marcas de cierre del diálogo, sino impulsoras o mantenedoras del diálogo hasta ahí. Este diálogo 6 presenta, como ya se ha notado, una particularidad: la aparente ausencia de una intervención iniciativa que marque el comienzo del mismo. Quizá, el contexto previo, ya en la memoria a corto plazo de los interlocutores –se trataría de un un diálogo que recupera un tema dejado atrás– o ya a largo plazo –se recuperaría entonces un tema de otra conversación anterior–, suple dicha ausencia verbal. Es cierto que en la intervención 25C1 no hay lingüísticamente ningún elemento por el que pueda identificarse como intervención de inicio de este nuevo diálogo; más bien, el uso del anafórico eso es un dato de su carácter reactivo, de que ha de entenderse como reacción a algo dicho anteriormente. No obstante, si se identifica como reacción, se sobreentiende que lo es de una intervención iniciativa anterior o, al menos, como se señalaba antes, de un contexto previo, compartido por los interlocutores, que suple la ausencia de la intervención iniciativa. El cambio temático favorece, además, el reconocimiento de este nuevo diálogo 6. Y otro dato añadido: en ausencia de inicio, la intervención reactiva-turno, que es marca del final del diálogo 4 (24A5), sirve de límite del comienzo del nuevo. En el interior del mismo se reconoce un intervención iniciativa, que parece que no obtiene respuesta, de acuerdo con la transcripción, ni verbal ni no verbal: Ii B: ¿queréis má(s) café? Suponiendo que así sea, no puede hablarse de nuevo diálogo (recuérdese que el mínimo para hablar de diálogo es un intercambio), sino de parte de un diálogo lateral frustado. Diálogo 7 Ii 35C1: ¿te acuerdas deel- de lo que se encontró↑ la semana pasada?/46 cuéntaselo↓ que lo ha llevao a una relojería Ir-i 36A1: doscientas mil pesetas↑ m’he encontrao este reloj Ir C: alucina A: yy el hombre no nos dijo quee (( ))§ Ir-i 37C2: § ¿pero eso↑ es de una marca determinada oo?§ Ir-i A2: § pues dijo que era un reloj buenísimo/ dijo que la piedra esa que lleva ahí↑/ el hombre no nos dijo porque no- claro↓ no- nosotros no quisimos ya→/ porque al decirnos eso↑ claro↓ ustedes lo compraron↑ y sabrían lo que les 43 44 46 Se dirige a D, que acaba de llegar. 64 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. costó↑/ ya no quise decirlo ¿pero la perla es buena?/ el hombre sí que dijo esta perla que lleva aquí↑/ y digo es que- es que no tiene NÚMEROS/ y dice no dice pero es que esta perla que lleva aquí↑ esta perla↑/ ¿sabes?/// y así se quedó↓ dice si lo quiere usted ya↑/ vender↑ doscientas mil pesetas le doy por él// y mira↓ (RISAS) yoo- nos quedamos mirando→ Ir-i 38D1: eso te cuesta medio kilo A: [¡MADRE MÍA!] Ir-i 39C12: [sí sí sí↓] pero eso no se te ocurra vendérselo a ese tío por doscientas mil ¿eh? Ir-i 40D2: eso vale medio kilo ((…)) Ir-i 41B9: cuando- cuando el tío ese te daba doscientas mil↑ eso es porque vale más ¿eh? si- si alguna vez decides venderlo↑ no lo vendas allí§ Ir-i 42C13: § que te lo tasen bien§ Ir-i 43B10: § que te lo tasen en un sitio→ que sea de eso [(( ))=] (Ir) D3: [(( ))] B: = doscientas mil [pelas↑] Ir-i 44A7: [no no↓] si dijo que en seguida↓ dice [si los quiere=] Ir B11: [((pos claro))] A: = ahora↑ usted en seguida↑ Ir-i 45B12: eso es porque ese reloj vale medio millón de pesetas Ir-i 46D4: ese reloj vale [medio kilo] ((…)) Ir-i 47A8: desde luego↑ es una monería ¿sabes?] yo ahora lo miro↑ y lo[(RISAS)] Ir- B13: [(RISAS)] Ir-i 48C14: [(RISAS)] ¡si es una maravilla!§ Ir-i 49A8: § digo ¡MADRE MÍA! digo hay que ver e- y yo no he tenío nunca relojes ASÍ Ir D5: [((claro))] A: [y es que] este es muy bonito§ Ir-i 50B14: § chica pues→ quédatelo Ir-i 51A9: [no↓ yo digo=] B: [pa lucirlo] A: = pa mi hij- pa mi hija§ Ir-i 52B15: § claro↓ también [(RISAS)]§ Ir-i 53A10: § no↓ oye↓ paa normalmente toos los días no se lo ponDRÁ/ pero asíi algún día→ que see vista bien o algo↑§ Ir C15: / claro (( )) La intervención-turno 35C1 es de carácter iniciativo. La entrada de un nuevo interlocutor favorece este nuevo diálogo 7, a pesar de que el tema de la ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 65 interacción sea el mismo. La modificación del tema, como ya se señalaba, es un rasgo complementario, aunque no siempre decisivo, en el reconocimiento de estas unidades superiores del discurso conversacional. La intervenciónturno solo reactiva C15 marca el final del mismo. Diálogo 8 La intervención-turno iniciativa 54B16, que introduce un nuevo tópico discursivo con el conector de reformulación digresiva ¡ah!, provoca el comienzo de un nuevo diálogo. 60D6 marca el límite de este: Ii Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir 54B16: ¡ah! y aún viene la otra noticia↓ que también↓ menuda semana han teNIdo§ 55A11: § luego↑ han hecho fijo a mi marido↑§ 56C16: § que estaba en la fábrica↑ [(( ))] 57A12: [en la empresa↑ que estaba de contratos↑]/// y antes de ayer le dieron la noticia y ((digo)) ¡uuy! (( )) (RISAS) 58B17: ¡qué contento estaría!§ 59C17: § por eso se ha cortao el pelo↓ y s’ha ((puesto)) guapa ↑ síi ¿eh? (( )) 60D6: (RISAS) hay que cortarlo↓ hay que cortarlo/// pues muy bien↓ oye/ me alegro El interlocutor A intenta a continuación iniciar un nuevo diálogo, aunque su intervención iniciativa (A1) no es atendida por los interlocutores (C y B) –el diálogo queda frustrado– porque coincide con el anuncio de marcha de C y el consiguiente diálogo de despedida (diálogo 9): Ii A1: ((tengo que hablar)) con el ayuntamiento Diálogos 9 y 10 Es interesante lo que ocurre con la sucesión del diálogo 9 de despedida, que se produce, como se ha dicho, por el anuncio de salida de la escena conversacional de C, y el diálogo 10 que a raíz de esto inician A y B, quedando C momentáneamente como interlocutor pasivo. El diálogo 9 empieza con la intervención iniciativa 62C1, en la cual C parece despedirse, como revela la intervención de B (64B1). A esta intervención iniciativa reaccionan A (63A1) y B (64B1), los cuales dan por cerrada la secuencia dialógica e inician entre sí un nuevo diálogo (diálogo 10), a pesar de que C permanece en la escena. El turno-intervención reactiva 68C2 puede entenderse como extensión del cierre anterior ya 66 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. identificado en las intervenciones de A y B, o como el verdadero cierre de la secuencia 9, tras la salida de C de la escena interaccional. Diálogo 9 Ii 62C1: (( )) tía Ir(-i) 63A1: (( )) vale Ir(-i) 64B1: hasta luego↓ luego te llamo ((...)) Ir 68C2: hasta luego Se trata de un diálogo lateral de despedida, antes que de un diálogomarco de cierre conversacional, puesto que la conversación continúa (de características similares al diálogo mínimo número 5, también lateral): Diálogo 10 El diálogo comienza con la repetición de la intervención iniciativa anterior A14, ahora 59A1, sí atendida por el interlocutor B (60B1) y, por tanto, intervención-turno. Recuérdese que el inicio de diálogo por parte de A se ve truncado anteriormente por el anuncio de salida de C y el diálogo 9 de despedida que deriva de dicho anuncio. Ii 59A1: (( )) porque estoy que si entro↑ que si no entro↑ (( )) Ir-i 60B1: sí sí sí↓ que estabas esperando a ver/// [pero-] Ir-i 61A2: [pero entro→] ENTRO a fregar ¿sabes? Ir-i 62B2: sí sí↓ pero oye↑§ Ir-i 63A3: § pero entro a fregar despachos§ Ir-i 64 B3: § pero oye↑§ Ir-i 65A4: § PERO seguro SEGURO aún no lo sé47 Ir-i 66B5: pero qué tee§ Ir 67A5: § ya he llevao los papeles↑ me llamaron del paro↑ eel martes Ir B6: iideal48 A: pa que fuera La intervención reactiva discontinua de A (67A5)49, junto a la reacción de paso de B (B6), que constituye una extensión de la misma, marcan el final del diálogo. Entre risas. Suena el timbre de la puerta y entra E. 49 Discontinua, porque continúa tras la emisión entremezclada de B6. 47 48 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 67 Diálogo 11 Ii 69A1: esta es la que está estudiando ((contigo)) Ir-i 70B1: esta es mi vecina Ir-i 71E1: soy yo Ir 72B2: pasa↓ Elena↓ pasa ((…)) Como se indica en la nota 48, ha sonado el timbre de la casa y C se dirige hacia la puerta para abrir, al tiempo que se despide de nuevo de A y B (ver 68C2 en el diálogo 9), saliendo de la escena conversacional. Dicho interlocutor hace efectivo su anuncio anterior de marcharse aprovechando este hecho extralingüístico. La llegada de otro personaje (E), así como la salida de C, son hechos externos que favorecen este nuevo diálogo entre A, B y E, así como un cambio de tópico. Una nueva intervención-turno iniciativa marca formalmente el diálogo 11, un diálogo-marco de apertura con respecto a 12, que sería el diálogo-cuerpo: Diálogo 12 Ii Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i Ir-i 73E1: ¿qué tal?§ 74B1 § ¿eh?§ 75E2: § ¿qué tal?/ ¿has ido a la playa? 76B2: noo/ ¿por qué? 77E3: estás moREna// (( )) morena§ 78A1: § mirar↓ mi hija sí que ha estao en la playa hoy Ir-i 79B3: ¡aay! (( )) pero da mucho↓ mucho Ir-i 80A2: a las nueve la mañana ya se iba↓ por si perdía el autobús Ir 81E4: [(RISAS)] Ir 81B4: [¡madre mía!] La intervención iniciativa de E (73E1) abre el diálogo y las intervenciones reactivas 81E4 y 81B4, solapadas y ocupando ahora el mismo turno, marcan el final del mismo. Diálogo 13 Con este diálogo-marco de despedida de los interlocutores, marco de cierre tanto del diálogo 12 como del conjunto de la conversación, se pone el punto final a la misma: Ii Ir Ir 82A1: bueno↓ voy a seguir yo 83B1: [vale ↓ Pepita] 83E1: [vaale] 68 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. 3. LAS RELACIONES JERÁRQUICAS ENTRE LOS DIÁLOGOS Como final, se ofrecen unas notas básicas de lo que podría ser el análisis de las relaciones entre los diálogos de una conversación, así como de la tipología de los mismos. No todos contraen las mismas relaciones ni están al mismo nivel o rango de estructura jerárquica. Conviene recordar que la conversación es estructuralmente la combinación de tres diálogos, un diálogo-cuerpo de la conversación, y dos diálogos-marco, el de apertura, que marca el inicio del acontecimiento comunicativo (saludos) y el de cierre (despedida), que señala el final del mismo. Luego, en un primer nivel de análisis, es preciso destacar estas secuencias dialógicas que convenimos en denominar diálogos de rango primario. Los diálogos pueden ser constituyentes complejos, esto es, pueden contener en su interior otros diálogos. En concreto, en el cuerpo conversacional –y en un segundo nivel de análisis de la conversación– pueden reconocerse los posibles diálogos en simple relación de adición, encadenados, con el mismo nivel de estructura jerárquica e informativamente centrales; son los que, convencionalmente, denominaremos diálogos de rango secundario; estos presentan a veces sus propios diálogos-marco de apertura y cierre. En un tercer nivel de análisis se atiende a los que pueden denominarse diálogos de rango terciario o subdiálogos, dada su dependencia informativa con respecto a los centrales. Son aquellos que, por ejemplo, recuperando el tema o temas tratados hasta ahí, integran en la interacción a un nuevo participante. Finalmente, en un cuarto nivel de análisis se sitúan los que hemos venido llamando diálogos laterales, aquellos que presentan una relación de independencia con los otros, ya tengan por ello un carácter parentético (por ejemplo, todos o algunos de los interlocutores abandonan momentáneamente el tema de la conversación iniciando uno nuevo), ya estén escindidos, (los casos, por ejemplo, en que la conversación se desdobla momentáneamente en dos y así mismo los participantes: el anfitrión ofrece café a los conversadores, o se inician rituales de saludo o de despedida por la entrada o salida de algún interlocutor, sin que estos alteren el diálogo hasta ahí, etc.). 3.1. Convenciones para la visualización de las relaciones entre los diálogos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 69 – No hay sangrado entre diálogos de primer nivel o de rango primario. – El sangrado aumenta según se trate de una relación secundaria o terciaria. – Los sangrados mayores indican lateralidad. 3.2. Los tipos de diálogos en el fragmento de la conversación analizado En cuanto a los diálogos de rango primario de (2), a falta del diálogo-marco de apertura de la conversación, pueden reconocerse un macrodiálogocuerpo (el conjunto de los diálogos de 1 a 12) y un diálogo-marco de cierre (despedida), el 13. – En el cuerpo mantienen entre sí relaciones de rango secundario los diálogos 1, 2, 6, 10, 12 (éste último con la particularidad de que posee su propio diálogo-marco de apertura, diálogo 11, con el que mantiene, por tanto, relaciones primarias). Tales diálogos se encadenan constituyendo el núcleo de la materia discursiva (su grado de nuclearidad o centralidad podrá establecerse atendiendo al grado de dinamismo conversacional; es decir, cuantas más intervenciones, sobre todo reactivo-iniciativas, puedan reconocerse en un diálogo mayor grado de nuclearidad tendrá). En nuestro caso, el diálogo de rango secundario de mayor nuclearidad es el de 6. – De rango terciario son 4, 7 y 8; repiten tópicos y se producen normalmente por la entrada de nuevos interlocutores a los que hay que informar de lo tratado – Y son laterales, 3, 5, así como el diálogo de despedida de 9: [Para la visualización pueden emplearse las siguientes convenciones: los pequeños sangrados a la derecha indican relación y rango de la dependencia. No hay sangrado entre diálogos de primer nivel o de rango primario y el sangrado aumenta según se trate de una relación secundaria o terciaria; los sangrados mayores indican lateralidad]. 3.3. Esquema-resumen final de las relaciones entre los diálogos (DIÁLOGO-MARCO DE APERTURA) DIALOGO CUERPO DIÁLOGO 1 “vacaciones en el pueblo” (A, B y C) DIÁLOGO 2 “contratación del marido de A” (A y B) Para la visualización pueden emplearse las siguientes convenciones: – Los pequeños sangrados a la derecha indican relación y rango de la dependencia. DIÁLOGO LATERAL 3 “sorteo” (todos: A, B y C) 70 Antonio Briz ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 45-71. La segmentación de una conversación en diálogos 71 DIÁLOGO 4 “la contratación del marido” (entra C) (A, B y C) DIÁLOGO LATERAL 5 “ofrecimeinto de café” (B y A) DIÁLOGO 6 “hallazgo de un reloj” (A, B y C) DIÁLOGO 7 “el hallazgo del reloj” (entra D) (A, B, C y D) DIÁLOGO 8 “la contratación del marido” (A, B, C y D) DIÁLOGO LATERAL 9 “despedida de C” DIÁLOGO 10 “contratación de A en el ayuntamiento” (A y B) DIÁLOGO-MARCO 11 “apertura” (entra E) DIÁLOGO 12 “ida de E a la playa” (A, B y E) DIÁLOGO-MARCO DE CIERRE 13 “cierre” (A, B y E) BIBLIOGRAFÍA ANDRÉ-LAROCHEBOUVY, D. (1984). La conversation quotidienne, Paris, Didier Crédif. BRIZ, A. (2000a): “Las unidades de la conversación”, en A. Briz y Grupo Val.Es.Co., ¿Cómo se comenta un texto coloquial? Barcelona, Ariel-Practicum, 2000, 51-80. BRIZ, A. (2000b). “Turno y alternancia de turno en la conversación”, Revista Argentina de Lingüística, 16, 3-27. BRIZ, A. 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Desde la perspectiva de la lingüística, la pregunta general más importante que plantea el estudio del uso de dos lenguas en la conversación es la medida en que esta mezcla de lenguas es regular o desordenada cuando ocurre dentro de una misma oración, es decir, interesa establecer si existen reglas gramaticales y principios que restrinjan las formas precisas en las que se combinan lenguas diferentes, o si la aparición de dos sistemas en el discurso de un sujeto bilingüe es una cuestión esencialmente azarosa. Las respuestas a esta pregunta tienen un impacto importante sobre nuestro conocimiento de la facultad del lenguaje porque se vinculan estrechamente con cuestiones tales como la manera en la que los sujetos bilingües almacenan mentalmente y ponen en uso dos sistemas gramaticales diferentes. Al inicio de los años ochenta, Poplack y Sankoff presentaron evidencia de la regularidad morfo-sintáctica que subyace a la práctica bilingüe de la alternancia de códigos y plantearon las primeras propuestas sobre las posibles restricciones gramaticales que gobiernan la interacción de dos sistemas lingüísticos (Poplack, 1980, 1981; Sankoff y Poplack, 1981) Desde entonces, ha habido una verdadera explosión de estudios sobre alternancia de códigos, los cuales involucran a una gran cantidad de lenguas en contacto, de escenarios sociales 1 Las transcripciones del corpus fueron realizadas por Llüisa Ibáñez como parte del proyecto DGAPA IN31300 financiado por la UNAM. Sin su valiosa ayuda este trabajo no habría sido posible. 2 En este trabajo empleo la expresión “alternancia de códigos” de manera general, como un término de cobertura amplia que se refiere a la aparición de unidades léxicas y rasgos gramaticales de dos lenguas diferentes en la producción de un hablante bilingüe durante una conversación con otros sujetos bilingües. ORALIA, Vol. 9, 2006 74 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. y de tipos de interlocutores, y se enmarcan en enfoques gramaticales muy diversos. Gracias a ellos sabemos ya que la alternancia de códigos en el interior de la oración no se distribuye azarosamente, sino que tiende a ocurrir en puntos específicos. No obstante, las propiedades generales del proceso, la medida en que éste obedece a principios procedentes de la gramática universal y los factores de procesamiento que lo afectan son todavía objeto de debate (Muysken, 2000; Mac Swan, 1999; Chan, 2003, inter alia). Los aspectos gramaticales de la alternancia de códigos no son el objeto de este trabajo, y por lo tanto no tendré más que decir al respecto (salvo una breve descripción de categorías sintácticas alternadas en el corpus que estudio). En adelante, me concentraré en los aspectos pragmáticos de la alternancia y en sus funciones discursivas. 1. EL ESTUDIO DE LA ALTERNANCIA DE CÓDIGOS DESDE LA PRAGMÁTICA Y LOS ESTUDIOS DE LA CONVERSACIÓN Desde la perspectiva del análisis de la conversación, los estudios del discurso y la teoría pragmática, la alternancia de códigos da lugar a una pregunta general, de importancia equivalente a la de establecer las regularidades gramaticales de la alternancia al interior de la oración: ¿es la alternancia de códigos un suceso azaroso en tanto que fenómeno discursivo?, es decir, ¿carece de funciones pragmáticas distinguibles? La resolución de esta cuestión tiene implicaciones en muchos ámbitos, pero la más básica de ellas es que esclarece la naturaleza de la alternancia: ¿se trata de un efecto de la falta de competencia de los interlocutores en alguna de las lenguas, o por el contrario, es una consecuencia natural e inevitable del discurso bilingüe, que desempeña funciones discursivas concretas? En suma, ¿se trata de una deficiencia o de una herramienta del bilingüe? Como sabemos, inicialmente se pensó que la alternancia de códigos al interior de la oración era una señal de falta de competencia bilingüe y se le concibió como un caso de interferencia indeseable. El concepto de bilingüe ideal se correspondía entonces con el de un individuo capaz de pasar de una lengua a otra cuando así lo requiriera un cambio en la situación de habla, pero que mantendría el uso de una sola lengua en tanto dicha situación permaneciera estable, y que por supuesto, nunca realizaría cambios de lengua al interior de una oración (Weinreich, 1953: 73). Ello explica que la alternancia de códigos no haya sido vista como un objeto de estudio adecuado durante muchos años, y que más bien se le haya considerado un fenómeno secundario y periférico. El panorama ha cambiado mucho desde entonces. Tres hechos notables obligaron a reorientar el rumbo y a modificar las tendencias originales. Por una parte, los primeros estudios gramaticales de la al- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 75 ternancia mostraron muy pronto que en realidad es un fenómeno sujeto a restricciones muy específicas, lo que en consecuencia sugiere que la alternancia, lejos de manifestar deficiencias lingüísticas del sujeto bilingüe, testifica su competencia gramatical como tal. No es común encontrar casos de alternancia dentro de la oración que violen restricciones gramaticales.3 Se ha visto, además, que son los sujetos con mayor grado de competencia quienes tienden a alternar de manera más frecuente y sofisticada (Poplack, 1980; Hamers y Blanc, 2000). Por otra parte, a pesar de lo que muchos sujetos bilingües perciben sobre su propia conducta verbal en la conversación bilingüe, la alternancia de códigos parece ser la norma y no la excepción. Incluso, en muchos casos, el empleo de una única lengua es advertido como una conducta marcada entre bilingües, en cuyas comunidades el discurso no marcado es precisamente el que se conforma por continuos casos de alternancia (MyersScotton, 1983, 1987; Auer, 1999)4. Finalmente, los sujetos bilingües alternan entre dos sistemas lingüísticos de manera notablemente natural, con facilidad y fluidez. Al igual que desde la perspectiva de la sintaxis se requirió comprender los patrones estrictamente lingüísticos de la alternancia de códigos, desde el punto de vista discursivo, la tarea primera de los analistas fue descubrir la lógica conversacional de la alternancia bilingüe. Pronto se evidenció que la alternancia desempeña funciones pragmáticas en la conversación y que transmite significados precisos (Blom y Gumperz, 1971; Gumperz, 1982). La alternancia de códigos es hoy entendida como una de las consecuencias del bilingüismo, que lejos de reflejar un déficit de competencia, a menudo constituye una herramienta adicional que no está a disposición del monolingüe, quien lleva a cabo estas funciones por medio de recursos como la gestualidad, la entonación y otros mecanismos pragmáticos (Hudson, 1996). Hace más de treinta años, Blom y Gumperz (1971) vieron la necesidad de distinguir entre dos tipos de alternancia: la que está determinada estric3 Es importante hacer notar, no obstante, que no hay acuerdo todavía en torno al tipo de restricciones que regulan la alternancia de códigos dentro de la oración. Algunos piensan que los enunciados en los que se alternan dos sistemas lingüísticos están regidos por el mismo conjunto de mecanismos gramaticales y de procesamiento que rige a los enunciados monolingües (Mahootian, 1993; Mac Swan, 1997; Chan, 2003). Otros creen que existen restricciones específicas que surgen de la interacción entre dos lenguas, pero que éstas son universales (Bentahila y Davies, 1983; Myers-Scotton, 1993), mientras que otros asumen que este conjunto de reglas y principios que emergen de la interacción de dos lenguas es específico a ellas (Bokamba, 1989; Clyne, 1987). 4 En un estudio reciente sobre la alternancia de códigos en un grupo de adolescentes de origen mexicano en una comunidad de Los Ángeles (Bueno, 2004, 2006), se sugiere que el discurso en el que se alterna continuamente entre el inglés y el español es la norma en este grupo. Este resultado es acorde con lo descrito por otros autores que estudian a la comunidad chicana. 76 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. tamente por la situación de habla (alternancia situacional) y la que surge de una elección del sujeto dentro de una conversación y que tiene fines discursivos identificables (alternancia metafórica). A partir de ello, Gumperz (1982) planteó que la alternancia de códigos realiza seis funciones conversacionales básicas: marca las citas y el discurso referido, especifica el interlocutor al que se dirige el discurso, apoya las funciones de reiteración, califica mensajes, ocurre en interjecciones y marca la personalización (vs. objetivización) de un mensaje. Desde entonces, proliferaron las taxonomías (Saville-Troike, 1982; Mc Clure y Mc Clure, 1988; Gardner-Chloros, 1990, inter alia) para dar cuenta de los patrones discursivos de la alternancia en diversas comunidades y pares de lenguas. Las tipologías iluminan el hecho de que cambiar de una lengua a otra durante la conversación es un acto cargado de funciones discursivas concretas. Su postulación dirigió adecuadamente el foco de atención de los analistas, quienes en vez de concentrarse en establecer asociaciones entre actos de habla y lenguas determinadas, buscaron nuevas categorías y lograron establecer ubicaciones clave dentro de la estructura conversacional que propician casos de alternancia de código. No obstante, los estudios de corpora bilingües muestran que la asignación de un caso de alternancia a una categoría precisa no es siempre posible. A menudo, las funciones discursivas que éste lleva a cabo no son únicas y se sobreponen. Ello llevó a muchos autores a adoptar enfoques enmarcados en el análisis conversacional. Uno de los aportes más importantes en esta dirección es el análisis procedimental de Auer (1984, 1990, 1991, 1995). Para comprender la alternancia como fenómeno pragmático, es necesario estudiar el tipo de inferencias conversacionales que propicia. Este aspecto fue reconocido por Gumperz, quien sostuvo que el cambio de una lengua a otra en la conversación afecta las inferencias que el escucha realiza durante la interpretación, invocando el proceso propuesto por Grice (1982: 94-95). En una línea similar, Auer (1995) ha descrito la alternancia como una “clave de contextualización” que a través de la creación de contrastes da pie a inferencias específicas, en tanto que Chan (2003) ha sostenido que, aunque las inferencias que se disparan en un caso de alternancia también podrían provocarse con recursos monolingües (una observación reconocida antes también por otros autores), la alternancia las facilita, y reduce así el costo de procesamiento del material enunciado. Así, el estudio pragmático de la alternancia de códigos ha trascendido su etapa tipológica y se orienta hacia una descripción más fina de su explotación, sus causas y sus efectos en el discurso. En el análisis de los datos que presento más adelante, adopto un enfoque tipológico en un primer momento, simplemente porque es un recurso analítico que posibilita la comparación entre dos generaciones, que es uno de ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 77 los objetos de este estudio. En un segundo momento, me concentro en las inferencias particulares que surgen a raíz de la presencia de dos lenguas en un enunciado empleando como herramienta de análisis la idea de “ajuste conceptual” propuesta por Carston (2002) y Sperber y Wilson (1998), entre otros, para el tratamiento pragmático del discurso monolingüe. 2. EL FENÓMENO DE AJUSTE CONCEPTUAL 2.1. Palabras y conceptos La relación entre las palabras y los conceptos que éstas codifican es uno de los temas fundamentales que ocupan tanto a la semántica como a la pragmática. En las aproximaciones estructuralistas tradicionales, se ha asumido que el significado de una palabra está dado, al menos parcialmente, por sus relaciones sintagmáticas y paradigmáticas con otras palabras del sistema lingüístico. Cruse, por ejemplo, sostiene que el significado de una palabra está dado por sus relaciones contextuales, entendidas éstas como el conjunto de relaciones normales que una entrada léxica contrae en todos los contextos lingüísticos concebibles (1986: 16). En términos generales, la semántica del léxico tendría entonces como objetivos descriptivos representar el significado de cada palabra de una lengua, y mostrar cómo los significados de las palabras de un sistema lingüístico se interrelacionan (Saeed, 1997: 53). Una forma en la que se ha buscado dar cuenta del significado léxico ha sido asumir que las lenguas humanas difieren superficialmente en su semántica, pero que existe un nivel de átomos conceptuales en el que todas las lenguas son iguales. Esta perspectiva, conocida como análisis componencial, propone que las palabras no son las unidades mínimas de significado, sino que están constituidas por átomos de significado que son universales, pero que se combinan de modos específicos en lenguas particulares para formar palabras. Esta visión conduce a la conclusión de que existen muchos menos conceptos que palabras, ya que la combinación de un número discreto de estos conceptos –concebidos como primitivos– daría lugar a un número mayor de palabras lexicalizadas en cada lengua natural. Abordado desde una perspectiva cognoscitiva, el problema del significado léxico adquiere una dimensión adicional, pues plantea el reto de explicar la relación entre el significado léxico y el concepto codificado por una palabra. El análisis componencial se ha desarrollado en varias direcciones a partir de trabajos en la lingüística y en la filosofía. Entre las dificultades que este enfoque plantea está la de especificar cuántos y cuáles átomos hay, y qué estatus cognoscitivo poseen. Dadas estas complicaciones, Fodor (1975, 1998) 78 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. ha mantenido que las palabras no tienen estructura interna y que los conceptos son elementos atómicos del lenguaje del pensamiento que se combinan entre sí y que dan lugar a inferencias. El significado léxico, según este autor, es mínimo. Las palabras se dirigen a los conceptos y los conceptos se combinan de manera composicional en el lenguaje del pensamiento: “No hay semántica léxica, no hay nivel de análisis significativo que establezca que ‘matar’ significa CAUSAR LA MUERTE”. Para Fodor, el significado de “matar” es simplemente que nos remite al concepto MATAR. Este autor sostiene firmemente que es del todo imposible distinguir entre las inferencias estrictamente analíticas, lingüísticas, que conforman el significado léxico, y las sintéticas, pertenecientes al conocimiento del mundo y que constituyen datos enciclopédicos asociados a un concepto dado. Fodor postula entonces que hay un concepto para cada palabra del lenguaje natural. En contra de Fodor, Sperber y Wilson (1986) piensan que el apareamiento entre formas léxicas (palabras) y representaciones mentales (conceptos) no es ni directo ni unívoco, sino que entre palabras y conceptos hay un espacio que zanjar si se quiere explicar que las palabras puedan usarse para remitir a los conceptos mentalmente representados. Aunque Sperber y Wilson se suman a las críticas de Fodor sobre la dificultad de distinguir las inferencias analíticas de las sintéticas en cuanto a las palabras, creen que sus argumentos no son válidos si se aplican a los conceptos. Para ellos (1986: 86-93), los conceptos atómicos son objetos psicológicos que consisten en una etiqueta o dirección que da acceso a tres tipos de información: información lógica, información enciclopédica e información léxica. La entrada lógica de un concepto es un conjunto de reglas de inferencia analíticas que se aplican a las formas lógicas en las que ese concepto figura como constituyente, a la manera de los postulados de significado, que no llegan a conformar una definición completa. La entrada enciclopédica, por otra parte, contiene información sobre la extensión de ese concepto, e incluye creencias subjetivas, sociales y culturalmente específicas sobre el concepto, información científica, experiencias del sujeto, etc., mientras que la entrada léxica especifica la contraparte lingüística del concepto, “la palabra o frase del lenguaje natural que lo expresa” (1986: 86). Los conceptos son entonces puntos de almacenamiento de información, forman parte del lenguaje del pensamiento y dan lugar a inferencias que operan en este nivel. En esta visión sobre los conceptos se considera que la información de la entrada enciclopédica está representada y estructurada de maneras diversas. Puede figurar como proposiciones, algunas de las cuales a veces se integran en escenarios, esquemas, o scripts, o bien aparecer en formato analógico, o como representaciones visuales, entre otras posibilidades. Mientras para el análisis componencial la cantidad de conceptos es menor que la de palabras, Sperber y Wilson concluyen que hay muchos más con- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 79 ceptos que palabras. Esto es cierto de manera trivial para conceptos inestables e inefables, que son producto principalmente del sistema perceptual, y también para conceptos individuales, idiosincráticos, que los sujetos pueden desarrollar para representarse situaciones específicas, como un dolor extraño e inespecífico que se repite. Pero Sperber y Wilson mantienen que el funcionamiento de los conceptos más estables y efables es semejante. La idea fundamental de este planteamiento es que existe un proceso de ajuste conceptual permanente que tiene lugar durante la interpretación pragmática de prácticamente cualquier enunciado (1997: 117). En cada ocasión de uso, se construye un concepto ad hoc (Carston, 2003) a partir del concepto lexicalizado. Es decir, a cada interpretación de un enunciado corresponde el establecimiento de conceptos específicos, que se derivan siempre a partir del razonamiento pragmático. Las palabras no hacen sino proporcionar al escucha una instrucción para construir un concepto, según se ejemplifica a continuación. 2.2. Los procesos de ajuste conceptual 2.2.1. Restricción o estrechamiento conceptual Consideremos enunciados como los siguientes: (1) a. Luis ya estaba cansado b. La noticia la hizo saltar c. Las aves surcaron las olas Estos ejemplos ilustran un primer caso de ajuste conceptual, en el cual el concepto lexicalizado sobredetermina al concepto comunicado. Notemos que el concepto CANSADO codificado por la palabra “cansado” es bastante general, y abarca una gama amplia de estados físicos y mentales, desde el agotamiento hasta una ligera fatiga o aburrimiento. Sperber y Wilson (1997) y Carston (2002) sostienen que en cada ocasión de uso, el concepto CANSADO se ajusta para incluir el estado específico pertinente para la interpretación y origina el concepto derivado pragmáticamente CANSADO* (e.g., “Después de correr 10 millas estaba bastante cansado”, “No quiero ir al cine porque estoy cansado”, “En la vejez normalmente uno está cansado”, “Estoy cansado de tus mentiras”, “Ya estoy cansado de este trabajo”, “Estoy cansado de escuchar los discursos del presidente”). Lo mismo ocurre con el concepto SALTAR codificado por la palabra “saltar”. Lo que cuenta como un salto no es lo mismo en “Una joven atleta rusa acaba de saltar rompiendo el record mundial femenil”, que en “Saltar a la cuerda era mi mayor diversión 80 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. cuando era niña”, o en “La asusté y saltó”, “Saltaba de gusto”, “Se ofuscó y saltó al precipicio”, “Las ranas saltan, los canguros saltan y las pulgas saltan”, etc. En cada enunciación seleccionamos el tipo específico de acción al que se refiere la palabra “saltar” y construimos un concepto ad hoc SALTAR* derivado pragmáticamente, cuya extensión es un subconjunto de la extensión del concepto léxico a partir del cual éste se construye . En el caso de (1c) la denotación del concepto AVES* es más restringida que la del concepto AVES codificado léxicamente, el cual incluye gallinas, pingüinos, patos, avestruces, ñacurutúes, ñandúes, búhos, lechuzas, etc. En esta ocasión de uso, probablemente se restringe a gaviotas, pelícanos y otras aves marinas (Carston, 2003). En los casos (1a-c), el contenido léxico sobreespecifica el contenido conceptual comunicado. Durante la interpretación, la denotación se restringe o limita mediante un proceso al que se llama estrechamiento conceptual y que ha sido estudiado hace tiempo por la psicología (Barsalou, 1983, 1987), y más recientemente, en el campo de la pragmática cognoscitiva, por Carston (1996, 2002, 2003), quien se refiere a él como enriquecimiento o reforzamiento conceptual. 2.2.2. Ampliación, ensanche o relajación conceptual Ahora bien, de manera análoga se da el caso opuesto, en el cual el concepto codificado subespecifica al concepto derivado pragmáticamente en la interpretación. Este proceso ha sido abordado en los últimos años (Carston, 1996/97, 2002; Sperber y Wilson, 1998; Wilson y Sperber, 2000/02) a partir de ejemplos como los siguientes: (2) a. El sospechoso tiene cara rectangular b. Juan es aquel hombre calvo de camisa blanca c. Julieta es el sol En (2a-c), el concepto comunicado tiene siempre una denotación más amplia que la del concepto codificado lingüísticamente. La forma de la cara del sospechoso no corresponde al concepto RECTANGULAR codificado por la palabra ‘rectangular’, pues no es un paralelogramo cuyos cuatro ángulos sean estrictamente rectos y sus lados contiguos desiguales. El concepto RECTÁNGULO se ajusta durante la interpretación ensanchando su denotación para incluir la forma de una cara, y produce el concepto RECTÁNGULO*, derivado pragmáticamente en cada ocasión de uso, el cual admite figuras cuyos ángulos no son todos rectos, y cuyos lados “paralelos” (pues tampoco lo son en sentido riguroso) no tienen estrictamente la misma longitud. El concepto CALVO se ajusta también de manera semejante, relajan- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 81 do su denotación para construir un concepto CALVO* que abarca no solamente a sujetos que han perdido todo el pelo, sino a los que han perdido suficiente cantidad del mismo para poder ser identificados por medio de este rasgo. La subespecificidad del contenido conceptual codificado se resuelve pragmáticamente y da lugar a los usos conocidos como “habla suelta”, o relajamiento conceptual. Robyn Carston (2002) ha dado buenos argumentos para que ambos procesos se consideren como parte de la determinación del contenido explícito de un enunciado y no como parte de sus implicaturas. Entre otras razones, se trata de procesos inferenciales necesarios para derivar la proposición expresada por un enunciado y permitir la conversión de su forma lógica en una representación bien formada y completa, evaluable en términos de verdad. Esta perspectiva ha dado como resultado, entre otras consecuencias, una manera novedosa de concebir la metáfora, según la cual en (2c) el escucha construye un concepto SOL* cuya denotación puede incluir a un ser humano. Es a partir de este concepto ad hoc que es posible establecer la proposición expresada por el enunciado, la cual contiene el concepto SOL* adecuadamente extendido, y coincide así con la explicatura –lo que se dice, o lo que el hablante desea comunicar explícitamente. A partir de aquí es posible derivar las implicaturas que caracterizan a esta metáfora. Estos dos procesos están presentes continuamente en la interpretación y no deben considerarse como mutuamente excluyentes. Hay ocasiones en los que ambos se dan paralelamente en la interpretación, por ejemplo en (3): (3) El poeta judío Chaim Nahman Bialik soñó con un estado en el que hubiera asesinos zionistas, prostitutas zionistas, truhanes zionistas. Israel, dijo, sólo sería normal cuando fuera tan corrupto y humano como cualquier otro estado en el mundo. Bueno, es humano ahora. Las víctimas del conflicto se han vuelto el problema. Nosotros somos los judíos de los judíos5 (David Hare, Stuff Happens, 60) Notemos que aquí la extensión del concepto JUDÍOS se amplía para dar cabida a los palestinos, y se restringe para excluir a los judíos del Israel contemporáneo, dando como resultado el concepto JUDÍOS*, derivado pragmáticamente para esta enunciación exclusivamente, mediante una combinación de los procesos descritos en los ejemplos (1a-c) y (2 a-c). Además de la aplicabilidad de estas ideas al tratamiento de la metáfora a las que me he referido de manera breve unas líneas arriba, la propuesta presentada por el enfoque del ajuste conceptual abre incógnitas en torno a mu5 La traducción es mía. En la obra teatral del que este ejemplo ha sido tomado, estas palabras son enunciadas por un académico palestino. 82 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. chos otros temas que no son objeto de este trabajo, pero que cabe mencionar. En primer lugar, nos lleva a pensar nuevamente en la naturaleza del significado léxico codificado y en la de los conceptos representados mentalmente a los que las palabras nos remiten. Si Carston tiene razón en sus planteamientos, tendríamos que aceptar que lo que codifican la mayor parte de las palabras no son conceptos acabados, sino más bien esquemas conceptuales, o índices de espacios conceptuales, sobre la base de los cuales, en cada ocasión de uso, se infiere pragmáticamente un concepto específico que figura en un pensamiento. Como Carston misma admite, en este momento la discusión es altamente especulativa, y no termina aquí. Otras dudas que surgen a partir de esta visión se refieren a lo que se ha llamado el problema de las propiedades emergentes, el cual surge cuando las propiedades que reúne el concepto derivado pragmáticamente no están dadas por la denotación del concepto codificado léxicamente. Los ejemplos habituales son aquellos en los que se atribuyen propiedades psicológicas a una entidad a partir de un concepto en el que éstas no figuran, i.e. “Su madre es una aplanadora”. Varios autores han ofrecido propuestas para resolver el problema de las propiedades emergentes, pero su discusión rebasa los límites de este artículo (Véase, por ejemplo, Carston, 2003 y Vega-Moreno, 2004). Una cuestión más concierne a la adquisición del léxico en lengua materna. Si efectivamente en cada ocasión de uso se construye un concepto ad hoc, habría que explicar cómo los niños adquieren las palabras, esas entidades abstractas, que a lo más funcionan como indicadores, y que no aparecen como constituyentes de nuestros pensamientos. Algunas ideas al respecto han sido sugeridas por Wharton (2004), pero no existen respuestas desarrolladas, articuladas y definitivas. Como puede verse, el panorama actual en torno al tema del ajuste conceptual constituye un terreno fértil, en el que más que argumentos acabados, hay intuiciones e ideas iniciales. En todos los casos, la discusión se centra en el discurso monolingüe. En esta contribución me propongo trasladar esta propuesta al estudio del discurso bilingüe. Los ejemplos del corpus que analizo constituyen, desde mi punto de vista, evidencia a favor de las ideas planteadas por Carston (2002) y permiten una descripción mucho más completa de los fenómenos pragmáticos y discursivos vinculados a la alternancia de códigos. Antes de proceder a la exploración de cómo estas ideas pueden aplicarse a casos concretos de alternancia en un corpus de conversaciones bilingües de un grupo de sujetos catalanes inmigrados en México, quiero esbozar brevemente las condiciones del exilio del que fueron parte. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 83 3. EL EXILIO REPUBLICANO Y NUESTRO CORPUS 3.1. El exilio republicano: breves apuntes Los sujetos cuyas conversaciones dieron pie a la conformación del corpus que aquí se aborda son parte de un grupo de refugiados catalanes republicanos y sus descendientes. Para ubicarlos en un contexto más amplio, quiero presentar una breve nota histórica sobre el exilio republicano catalán en México. La lucha del pueblo catalán por preservar su lengua y su identidad está ampliamente documentada (Véase Esteva-Fabregat (2004) para un panorama reciente). Los movimientos que han buscado desde la autonomía hasta la independencia de Cataluña poseen una historia de siglos, pero los sucesos históricos que son fundamentales para los sujetos de este estudio son los que ocurrieron en el siglo XX, especialmente los comprendidos entre 1931, cuando Francesc Maciá proclamó la República Catalana, y la caída de la Segunda República Española en 1939. Se cree que alrededor de un millón de españoles cruzaron la frontera con Francia en aquel invierno. Los cálculos ubican a un cuarto de ellos como catalanes. La primera etapa del exilio llevó a más de la mitad de los refugiados catalanes a varios campos de concentración en Francia (e.g. Prats de Molló, Saint-Cyprien, Argelés-sur-Mer, Barcarés y Agde). Las penurias padecidas en ellos han sido descritas y denunciadas repetidamente. En septiembre de 1939, las tropas nazis ya controlaban la región norte de Francia y en octubre de 1940 la Gestapo capturó a Lluís Companys, presidente del gobierno autónomo catalán en el exilio (la Generalitat) y lo entregó al gobierno franquista. Companys fue fusilado en Montjuich poco tiempo después, lo que constituyó un duro golpe para el proyecto nacionalista catalán, que había avanzado notablemente en tiempos republicanos. Durante este periodo, el gobierno francés había buscado la repatriación de los refugiados españoles, o su envío a otros países. Solamente la URSS y México ofrecieron condiciones para una inmigración masiva organizada. Como resultado, en diciembre de 1939, a menos de un año de su salida, 340.000 refugiados habían sido repatriados en condiciones inciertas –se sabe que Franco mantenía una organización sofisticada de búsqueda y captura de refugiados republicanos en Francia– o habían emigrado a otras partes. Solamente 180 000 refugiados permanecían en Francia entonces. De los 30.000 refugiados republicanos que encontraron asilo en América Latina, 20.000 fueron recibidos en México por el gobierno de Lázaro Cárdenas, que ya en 1937 había organizado infraestructura para asilar a varios cientos de niños en Morelia6. 6 El gobierno mexicano actuó en coordinación con la JARE y el SERE, dos organismos creados por el gobierno republicano para dar asistencia a los refugiados. 84 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Aunque no hay registros muy precisos, parece ser que alrededor de 4.500 refugiados catalanes se asentaron en México entre 1939 y los primeros años del periodo posterior a la guerra (Pla, 1989; Pla, Ordóñez y Férriz, 1997; Pujadas, 2004). Sin embargo, hay diferencias fundamentales en la composición del exilio que permaneció en Francia y el que se estableció en México. En Francia los catalanes constituían el 36.5% del exilio español, en México sólo eran el 17.55% del total de refugiados españoles. Esta diferencia de cifras tiene al menos dos explicaciones. En primer lugar, muchos catalanes optaron por permanecer en regiones de Francia también catalanas por un sentido de apego a su nación, su lengua y sus hábitos, y por la esperanza de que pronto habría condiciones propicias para el retorno. En segundo lugar, el exilio que México acogió fue mucho más selecto que el que llegó a Francia. México promovió de manera decidida la inmigración de académicos, profesionistas y trabajadores capacitados, científicos y artistas. Parece, entonces, que muchos catalanes se quedaron en Francia no solamente por su origen catalán, sino porque eran obreros y campesinos. Las cifras apoyan la impresión de que la migración política en México fue más elitista que el flujo inicial que llegó a Francia. En aquel país la composición del exilio era como sigue: 48.94% eran obreros industriales, 32.7% trabajadores agrícolas y campesinos y solamente el 18.31% eran académicos o profesionistas. En México, en contraste, el 48.77% eran profesionistas, académicos o artistas. Solamente el 22.16% de los refugiados españoles que llegaron a México eran obreros, y si nos circunscribimos a la fracción catalana de este grupo, la cifra desciende al 11.28% (Pla y Ordóñez, 1997). Pla y Ordóñez señalan también que el impacto del exilio en Cataluña fue mucho mayor para la capa intelectual de la sociedad que para cualquier otro sector de la región. Después de la guerra, lo que Cataluña perdió fueron principalmente maestros, profesores universitarios e investigadores, artistas, escritores, y gente de clase media con capacitación profesional especializada y educación. A principios de los años cuarenta, bajo el régimen franquista, España expulsaba a los sectores más ilustrados de su sociedad. En tanto, bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas, México hacía su mayor esfuerzo por incorporar a estos sectores a su naciente proyecto nacionalista de desarrollo y crecimiento. El éxito de la integración de los refugiados españoles en México y el importante efecto que estos tuvieron en nuestro país no se debió solamente al hecho de que México fuera entonces fundamentalmente rural y su economía básicamente agrícola, con una gran carencia de trabajadores capacitados y un elevado índice de analfabetismo. El país integró de manera muy fértil a los refugiados españoles en general, y a los catalanes en particular, porque estaba experimentando un proceso de crecimiento intenso y prevalecía un clima político de nacionalismo y tendencias socialistas. Fue esta com- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 85 binación lo que favoreció la asimilación de los refugiados republicanos, y les proporcionó maneras diversas de integración y desarrollo. Ellos ejercieron una influencia fuerte y permanente en el país. Otros países latinoamericanos que no reunían estas condiciones, por ejemplo, la República Dominicana, no tuvieron el mismo éxito en este proceso. (Pla, 1997: 41). Después de la ocupación de Cataluña por las fuerzas nacionalistas de Franco en 1939, el uso del catalán se permitía solamente en los hogares y se prohibió en todos los sitios públicos. Además, las instituciones de gobierno tradicionales catalanas, como la Generalitat, las Cortes y el Tribunal de Cassació, que habían operado durante el periodo republicano, fueron abolidas. Franco murió en noviembre de 1975 y en junio de 1977 se celebraron elecciones. En 1978, como parte del proceso de recuperación de los derechos democráticos en España, Cataluña fue reconocida como una comunidad autónoma y las instituciones catalanas de gobierno fueron restablecidas. Esto dio lugar a un gran número de trabajos sobre la alternancia de códigos entre el castellano y el catalán (Véase, entre muchos otros, Nussbaum, 1990; Tuson, 1990; Tuson y Nussbaum, 1991; Bastardas-Boada, 1991; Boix, 1991; Pujolar, 1991; Blas Arroyo, 1998a, 1998b; Torrás y Gafaranga, 2002). Este estudio difiere de las primeras publicaciones sobre discurso bilingüe castellano catalán en varias formas. En primer lugar, aborda el contacto entre las dos lenguas en un contexto latinoamericano. En segundo, se concentra en el discurso de inmigrantes políticos que han permanecido lejos de su patria durante varias décadas. Fuera del contexto catalán ibérico, la dicotomía entre el castellano y el catalán adquiere un carácter mucho menos confrontacional. Para los inmigrantes catalanes, el castellano deja de ser la lengua del poder impuesta por un gobierno central, con el cual han debido negociarse a lo largo de la historia los términos de su relación con la nación catalana. Para los sujetos en este estudio, en contraste, el castellano es la lengua oficial de un pueblo que ofreció abrigo en la derrota. En México, el uso del catalán no solo fue permitido, sino alentado (Camacho, Férriz y Guzmán, 1998). Constituyó un poderoso medio de preservación de la identidad, pero nunca fue el instrumento de defensa que simbolizaba el esfuerzo de una nación en lucha por ser reconocida dentro de un estado multinacional como es el español. Mientras en la España franquista se combatía el catalán, los primeros años del exilio en México proporcionaron a los inmigrantes catalanes un terreno fértil para la publicación y edición de libros y revistas en catalán. A la par, el gobierno mexicano permitió y fomentó la creación de una cantidad importante de instituciones catalanas, algunas de las cuales permanecen todavía (Pla, Ordóñez y Férriz, 1997). Así, de manera paradójica, aunque el exilio en México constituyó sin duda una experiencia dolorosa y desorganizadora, también se erigió como la única 86 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. forma de mantener un vínculo con la identidad nacional, en un tiempo en el que ésta era combatida y subyugada en la España de los vencedores. Las identidades de los inmigrantes catalanes se reconfiguraron a medida que éstos fueron adoptando las maneras locales de socialización y, en grados diversos, asumieron el proyecto de desarrollo cardenista como propio. El tiempo, no obstante, profundizó la añoranza por Cataluña, y dificultó la posibilidad de un retorno permanente. Muchos refugiados intentaron volver a Cataluña en los años sesenta y después. Algunos lo lograron sin problemas mayores, para otros la readaptación fue imposible y regresaron a México. La situación ambivalente de aquellos que emprendieron el retorno está documentada y puede ilustrarse con los siguientes extractos, el primero de los cuales proviene de un escritor catalán nacido en 1912, que combatió en las filas republicanas y llegó a México con 27 años: En 1965 di por terminado el exilio; sentía que se me escapaba de las manos y acabaría convirtiéndose en una emigración convencional. No era ése el trato y regresé a mi país a los cincuenta y tres años, una edad estupenda para empezar de nuevo la vida a partir de cero. (Avel.lí Artís-Gener, Palabras de Opoton el viejo. Solapa) En contraste, en su reciente novela Los rojos de ultramar (2005), basada en hechos reales, Jordi Soler, escritor mexicano descendiente del exilio catalán, sintetiza así el retorno del protagonista a su natal Barcelona en 1978: Durante aquellos quince días, Arcadi, que llegó buscándose a Barcelona, terminó, a fuerza de frentazos y desencuentros, por borrar su rastro y luego le dijo a mi abuela que ya había tenido suficiente y que quería regresar a casa, que para él su hermana era una voz y Barcelona una colección de filminas que desfilaba cada domingo por la pared de la casa de La Portuguesa. (Jordi Soler, Los rojos de ultramar, p. 228) Uno de los planteamientos de este trabajo es que la alternancia de código de los sujetos de este estudio refleja una continua necesidad de pertenencia a dos mundos: aquel del que tuvieron que escapar, pero que todavía es anhelado, y otro que les otorgó el entorno propicio para expandir su capacidad y desarrollar su potencialidad, pero que es simultáneamente apreciado y repudiado. Se trata de la manifestación discursiva de una relación ambivalente con el país de acogida especialmente propia de los exilios forzados. En los últimos años se ha insistido en que la alternancia de códigos en el discurso bilingüe es simplemente una herramienta discursiva adicional que ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 87 lleva a cabo funciones que en el discurso monolingüe se realizan por otros medios, como la gestualidad o la prosodia. Coincido, por supuesto, con esta postura. Pienso, además, que en casos de emigraciones que producen tanta ambivalencia hacia el país receptor como la que se origina en los exilios políticos, la alternancia de códigos permite a los sujetos reflejar en su discurso de manera eficiente la duplicidad permanente y las paradojas en las que se resume su identidad. Éste es uno de los puntos que pretendo mostrar en el análisis que sigue. 3.2. El corpus Los sujetos de este estudio son 26 catalanes y descendientes de catalanes nacidos en México. Sus edades oscilaban entre 14 y 75 años al momento de realizar las grabaciones. Todos ellos están ligados a la migración política que se describe en el apartado 3. Para investigar el impacto de la experiencia del exilio, el grupo se dividió en dos generaciones. La primera generación consta de 12 sujetos, nacidos en Cataluña entre 1916 y 1930, que llegaron a México durante su infancia o edad adulta temprana en 1939 o unos años después como miembros de familias de refugiados políticos que se establecieron en la Ciudad de México. Los 14 sujetos restantes conforman la segunda generación. Todos nacieron en México entre 1942 y 1977 en familias de refugiados republicanos catalanes y son mexicanos de primera o segunda generación. Todos los participantes aprendieron español y catalán en casa de manera informal y espontánea como lengua materna, y son bilingües coordinados. Nueve de ellos reportan haber aprendido catalán antes que español, uno de ellos dice haber aprendido español antes que catalán y los otros 16 declaran haber adquirido ambas lenguas de manera simultánea. El orden y manera de adquisición de las dos lenguas no tiene ninguna correlación con la generación a la que pertenece un individuo. Conviene especificar que no se aplicó un instrumento formal para medir la competencia de los sujetos ni en español ni en catalán, pero en la interacción oral todos despliegan una competencia de hablante nativo en las dos lenguas. El corpus El corpus consta de 460 minutos de grabaciones de conversaciones espontáneas en reuniones familiares o informales que tuvieron lugar en la Ciudad de México durante un periodo de dos meses en los años noventa. 215 minutos (46.7%) corresponden a interacciones entre miembros de la primera 88 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. generación, 160 minutos (34.7%) a conversaciones entre miembros de la segunda generación y 55 (11.9%) a interacciones mixtas, es decir, a conversaciones en las que participan miembros de las dos generaciones. La lengua principal de interacción es en todas ellas el catalán. Además, hay 30 minutos más de grabación (6.5%) con características diferentes al resto del corpus. Se trata de una conversación en la que intervienen cinco miembros de la segunda generación, uno de la primera, y tres mexicanos monolingües jóvenes con un conocimiento pasivo del catalán más limitado que el de los miembros de la segunda generación. La lengua base de esta conversación es el español, aunque algunas secuencias ocurren en catalán y hay varias en las que se negocia la lengua de interacción. En todos los casos las grabaciones se realizaron con una grabadora oculta o con la ayuda de los participantes, quienes colocaron la grabadora y la hicieron funcionar en sus casas y otros contextos conversacionales informales. Subsecuentemente se obtuvo permiso de todos los participantes para emplear el material obtenido. Los nombres de los sujetos permanecen anónimos. 4. LA ALTERNANCIA DE CÓDIGOS EN EL CORPUS: ACERCAMIENTO PRELIMINAR ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Categoría sintáctica de los elementos alternados SUSTANTIVOS TURNOS CLÁUSULAS Y ORACIONES INTERJECCIONES FRASES NOMINALES EXPRESIONES IDIOMÁTICAS MORFEMAS Y LEXEMAS CONJUNCIONES ADJETIVOS FRASES VERBALES VERBOS PREPOSICIONES MEZCLAS ADVERBIOS FRASES ADJETIVALES FRASES ADVERBIALES FRASES PREPOSICIONALES TOTAL Ajuste conceptual y discurso bilingüe Número de casos en el corpus 75 65 54 39 26 26 23 16 16 7 7 7 7 5 4 4 1 389 89 Porcentaje respecto al total de elementos alternados 19.28% 16.70% 13.88% 10.02% 6.68% 5.90% 5.90% 4.11% 1.79% 1.79% 1.28% 1.02% 0.25% 1.28% 1.02% 1.02% 0.25% 100.00% TABLA 1. Frecuencia relativa de elementos alternados por categoría sintáctica. Primera Generación. 4.1. Descripción general del corpus: categorías sintácticas alternadas Como un primer acercamiento al corpus, se estudiaron las categorías sintácticas que son objeto de alternancia en el corpus y se comparó el resultado entre las dos generaciones de interlocutores definidas anteriormente. Con relación a las categorías sintácticas alternadas y a la frecuencia con las que éstas aparecen alternadas, no se registraron diferencias sustanciales entre la primera y la segunda generación, lo cual se muestra en las tablas 1, 2 y 3. Para fines comparativos, es posible hablar de que en las grabaciones que corresponden a la primera generación tiene lugar un caso de alternancia cada 41.6 segundos, es decir, 1.44 casos por minuto, y para la segunda, hay un caso de alternancia cada 45.5 segundos, o sea, 1.31 elementos alternados por minuto. Por supuesto, estas cifras no tienen significado real como tales, puesto que no tiene sentido decir que ocurrió una fracción de alternancia. Tampoco tienen significación estadística, según las tablas de contingencia de la prueba χ2 que se aplicó a los datos. Además, las cifras no son predictivas, puesto que un examen que compare la alternancia entre diversas conversaciones, temas y participantes muestra otro tipo de variación (tablas 4 y 5). Los resultados sugieren que hay varios factores que intervienen en la alternancia en el discurso bilingüe, y que para esta comunidad no hay diferencias cuantitativas que pue- Categoría sintáctica de los elementos alternados CLÁUSULAS Y ORACIONES SUSTANTIVOS INTERJECCIONES TURNOS CONJUNCIONES FRASES NOMINALES EXPRESIONES IDIOMÁTICAS ADJETIVOS MORFEMAS Y LEXEMAS VERBOS FRASES VERBALES ADVERBIOS FRASES PREPOSICIONALES MEZCLAS FRASES ADVERBIALES FRASES ADJETIVALES PREPOSICIONES TOTAL Número de casos en el corpus 58 51 44 26 20 18 18 12 12 6 4 4 3 3 2 2 1 283 Porcentaje respecto al total de elementos alternados 20.4% 18.0% 15.54% 9.18% 7.06% 6.36% 6.36% 4.24% 4.24% 2.12% 1.41% 1.41% 1.06% 1.06% 0.70% 0.70% 0.35% 100% TABLA 2. Frecuencia relativa de elementos alternados por categoría sintáctica. Segunda Generación. 90 Carmen Curcó Categoría sintáctica de los elementos alternados SUSTANTIVOS TURNOS CLÁUSULAS Y ORACIONES INTERJECCIONES FRASES NOMINALES EXPRESIONES IDIOMÁTICAS MORFEMAS Y LEXEMAS CONJUNCIONES ADJETIVOS FRASES VERBALES VERBOS PREPOSICIONES MEZCLAS ADVERBIOS FRASES ADJETIVALES FRASES ADVERBIALES FRASES PREPOSICIONALES ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Primera generación Segunda generación 19.28 16.70% 13.88% 10.02% 6.68% 6.68% 5.06% 5.90% 4.11% 1.79% 1.79% 1.79% 1.79% 1.28% 1.02% 1.02% O.25% 18.02% 9.18% 20.49% 15.54% 6.36% 6.36% 4.24% 7.06% 4.24% 1.41% 2.12% 0.35% 1.06% 1.41% 0.35% 0.70% 1.06% ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Conversación UNO DOS TRES CUATRO CINCO SEIS SIETE OCHO NUEVE DIEZ ONCE DOCE TRECE CATORCE Ajuste conceptual y discurso bilingüe Alternancias por minuto Segundos transcurridos entre dos Alternancias .80 3.90 3.20 .75 1.75 1.13 1.26 1.20 1.08 1.85 1.73 2.50 1.00 VALORES NO CALCULADOS 75 15 18 80 34 52 47 50 65 32 35 24 60 VALORES NO CALCULADOS 91 TABLA 4. Frecuencias de alternancia desglosadas por conversación. TABLA 3. Frecuencia comparada de categorías sintácticas alternadas. dan asociarse causalmente a la generación a la que pertenecen los participantes. Además, a partir de estos datos, no se evidencia un fenómeno de pérdida lingüística en la segunda generación de interlocutores. En este primer acercamiento, los datos sugieren un comportamiento verbal respecto a la alternancia semejante para ambas generaciones. 4.2. Descripción funcional El primer acercamiento discursivo al corpus consistió en un análisis tipológico de los casos de alternancia registrados. Esta decisión obedece a la intención de comparar el desempeño conversacional de las dos generaciones de sujetos que conforman el corpus. Es necesario mencionar una nota de cautela con relación a la validez de los análisis pragmáticos y conversacionales de la alternancia. Existe siempre un margen de error que surge de la discrepancia potencial entre las motivaciones e intenciones reales del hablante, y los significados que pueden asociarse analíticamente a un caso de alternancia determinado. Esta discrepancia puede reducirse abordando cada caso de alternancia desde ópticas diversas y con herramientas analíticas variadas, realizando análisis finos que se respalden con la consideración del contexto lingüístico, conversacional y situacional más amplio, pero el rango de incertidumbre no puede eliminarse totalmente. En términos generales, hay pocas diferencias entre ambas generaciones, pero la prueba de χ2 reveló diferencias significativas para las categorías “citas y discurso referido”, “especificación del interlocutor”, “personalización y objetivización del mensaje” (Tabla 6). Sería aventurado hacer hipótesis que establecieran una conexión causal entre estas diferencias y la generación a la que pertenecen los interlocutores. Por ejemplo, las conversaciones registradas con sujetos de la generación más joven incluyeron más narraciones que las de la generación mayor, lo cual está asociado al hecho de que aparece un número mayor de alternancias para realizar citas en el discurso de los jóvenes. Además, muchas intervenciones de miembros de la primera generación ocurren en escenarios en los que están presentes sujetos cuya competencia bilingüe no es plena, lo cual explica que aparezcan más ejemplos de alternancia orientada a identificar al interlocutor. Por otra parte, la primera generación despliega una tendencia mayor a recurrir a la alternancia como un mecanismo para separar lo que constituye evidencia factual de las creencias, opiniones y juicios del emisor. No obstante, los mecanismos empleados para este fin (interjecciones, frases hechas e idiomáticas, entre otros) son iguales en ambos casos. Habría que establecer, además, si de manera sistemática la primera generación realiza más evaluaciones discursivas que la segunda en general, y después relacionar este dato con el em- 92 Carmen Curcó Conversación UNO DOS TRES CUATRO CINCO SEIS SIETE OCHO NUEVE DIEZ ONCE DOCE TRECE CATORCE ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Participante Lluïsa Fidel Llorenç Fidel Jaume Fidel Ramón Consol Ramón Lluïsa Llorenç Fidel Consol Fidel Rosa Fidel Ramón Consol Pere Joana Montserrat Nuria Neus Laia Angels Arnau Neus Laia Angels Arnau Rosa Eduard Consol Ramón Dalmau Francesc Mireia Camilla Esteve Helena VALORES NO CALCULADOS Número de alternancias 19 4 1 83 32 15 34 9 6 38 23 18 9 8 13 6 20 15 14 5 25 21 24 14 9 5 82 40 10 10 9 8 6 6 4 12 11 8 6 3 VALORES NO CALCULADOS porcentaje 79.0% 12.5% 8.5% 73.0% 27.0% 30.6% 69.3% 60.0% 40.0% 48.1% 29.1% 22.7% 52.0% 48.0% 68.4% 31.5% 37.0% 27.7% 25.9% 9.2% 54.3% 45.3% 46.1% 26.9% 17.3% 9.6% 57.7% 28.1% 7.6% 7.6% 27.2% 24.2% 18.1% 18.1% 12.1% 30.0% 27.5% 20.0% 15.0% 7.5% VALORES NO CALCULADOS TABLA 5. Frecuencias de alternancia desglosadas por habitante y por conversación ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Categoría generación CITAS Y DISCURSO REFERIDO ESPECIFICACIÓN DEL INTERLOCUTOR REITERACIONES Y ÉNFASIS CALIFICACIÓN DEL MENSAJE (ELABORACIÓN Y CLARIFICACIÓN) FOCO PERSONALIZACIÓN /OBJETIVIZACIÓN HUECOS LÉXICOS H. DENOTACIÓN H. CONNOTACIÓN H. REGISTRO Ajuste conceptual y discurso bilingüe Primera generación Segunda 14.45% 21.97% 7.83% 0.73% 4.70% 4.02% 6.01% 21.68% 4.39% 15.38% 7.53% 13.55% 6.92% 6.62% 0.00% 2.93% 23.00% 7.32% 15.38% 0.36% 93 TABLA 6. Frecuencia comparada de funciones discursivas que se realizan por medio de la alternancia en el corpus pleo de la alternancia de código como herramienta funcional para llevar a cabo este fin en su discurso bilingüe. La definición de este parámetro de comparación rebasa los límites de este trabajo. La prueba estadística también mostró diferencias significativas en los casos de alternancia clasificados funcionalmente como huecos. Dentro del rubro “huecos” pueden ubicarse casos que reflejen una dificultad pasajera de acceso al léxico, o bien una elección deliberada del hablante. En el corpus, además de ser más frecuentes, los casos de alternancia que parecen motivados por un hueco léxico son también más variados semánticamente para la generación más joven. La primera generación despliega alternancias debidas a huecos en ámbitos legales y culinarios primordialmente. Una diferencia más entre ambas generaciones concierne su uso de expresiones idiomáticas, dichos y refranes. La usadas en español por la primera generación en general, pertenecen tanto al dialecto peninsular como al mexicano, mientras que las que emplea la generación más joven son exclusivas del dialecto mexicano. Un dato que salta a la vista es que los huecos connotacionales conforman la mayor parte de las diferencias entre las dos generaciones (Tablas 7 y 8). Es en este punto que la utilidad de la noción de ajuste conceptual se hace evidente, como intentaré mostrar en la siguiente sección. 94 Carmen Curcó TÉRMINOS DE PARENTESCO TIEMPO ANATOMÍA Y MEDICINA TRÁNSITO VEHICULAR OFICINA, ÁMBITO LABORAL LEGAL COMIDA LOTERÍA Y JUEGOS DE AZAR CLIMA CALIFICATIVOS (incluye diversas categorías sintácticas usadas de forma evaluativa) ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. tío, abuelita rato, fecha órgano, piquete, martillazos, limpias choque, aventón gerente, chofer, cuarto, sillón, puesto escrituras, pagarés, arreglos, investigaciones Limonada, pozole, gusanitos, jumiles, tamales raspadito tormenta Pinche, canija, trinquete, barrabasadas, relajo, apapacho, teatro, cuento, mojada, robo TABLA 7. Ejemplos de alternancia de palabras por categoría semántica: primera generación. TÉRMINOS DE PARENTESCO Y RELACIONES ANATOMÍA Y MEDICINA LEGAL COMIDA COMUNICACIÓN CONSTRUCCIÓN JUGUETES ROPA ACTIVIDADES SOCIALES ACADEMIA DEPORTES DINERO Y NEGOCIOS CONTACTO FÍSICO CALIFICATIVOS (incluye diversas categorías sintácticas usadas de forma evaluativa) cuates, abuelita, tío, fulano, novio antidepresivo, jaqueca, corazoncito sello camarón, refresco, chayotes teléfono rejas niño gorro reunión matemáticas, geometría pesas préstamo, jineteada, adelanto trancazos, apapacho, tortear chismes, rollo TABLA 8. Ejemplos de alternancia de palabras por categoría semántica: segunda generación. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 95 5. LA ALTERNANCIA DE CÓDIGOS Y EL AJUSTE CONCEPTUAL EN EL CORPUS Un enfoque tipológico a la alternancia de códigos es útil para comparar el desempeño de dos grupos por su naturaleza cuantitativa, pero sus limitaciones son tan grandes que a final de cuentas no permite detallar la función de las alternancias, ni establecer comparaciones que apliquen a un nivel más profundo que la descripción superficial. Consideremos ahora la posibilidad de aplicar la noción de ajuste conceptual al discurso bilingüe para realizar un análisis más fino de la alternancia de códigos. Para ello tenemos que plantearnos si la representación de la información léxica en un sujeto bilingüe es común a sus dos lenguas, o si se mantiene separada. De hecho, éste es el problema más analizado en torno a la memoria de los sujetos bilingües y no se tiene aún una respuesta definitiva. La evidencia sugiere, en cualquier caso, que en un nivel superficial los bilingües tienen sistemas de almacenamiento de léxico distintos para cada lengua, pero que poseen un almacén común en el nivel conceptual. No hay acuerdo todavía en torno al grado en el cual los bilingües desarrollan almacenes semánticos separados o completamente integrados para sus dos lenguas (Hamers y Blanc, 1989: 167), pero más allá de cuál sea la respuesta precisa a esta interrogante, los estudios empíricos ofrecen dos datos relevantes para el análisis que proponemos aquí. El primero de ellos es que, en tareas de asociación de palabras, los sujetos bilingües responden con diferentes conjuntos de palabras a los disparadores traducidos en cada lengua. Por ejemplo, en sujetos bilingües en inglés y en español, se ha visto una tendencia a asociar las palabras “wood”, “furniture” and “chair” cuando el estímulo es la palabra “table”, pero a asociar las palabras “comer” y “consumir” cuando el estímulo es “mesa” (Kolers, 1963, citado en Hamers y Blanc, 2000: 168-170). Esto sugiere que las denotaciones y connotaciones de una palabra no son las mismas que las de su equivalente traducido más cercano. El segundo dato empírico que nos interesa rescatar es que los equivalentes traducidos más cercanos en cada lengua se activan entre sí. En situaciones experimentales con sujetos bilingües, el encuentro con una palabra en un idioma facilita el acceso a la palabra equivalente en el otro de manera más eficiente incluso que un sinónimo o una palabra semánticamente cercana en la misma lengua (McLeod, 1976; Chen y Ng, 1989), lo cual ha llevado a algunos autores a concluir que los equivalentes traducidos tienen una misma representación semántica (Hamers y Blanc, 2000: 170). Sea cual sea la naturaleza precisa de las representaciones semánticas y conceptuales en sujetos monolingües y bilingües, los datos experimentales permiten concluir que las entradas lógicas y enciclopédicas asociadas a los conceptos lexicalizados de equivalentes traducidos en cada lengua están en 96 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. contacto cercano, puesto que se activan entre sí. Específicamente, mediante esta activación mutua, las entradas léxicas de equivalentes cercanos podrían funcionar como un puente entre sus entradas enciclopédicas. Si los planteamientos sobre la construcción de conceptos ad hoc durante la interpretación hechos por Carston (2002) y Sperber y Wilson (1998) son acertados, para los casos de discurso bilingüe los hallazgos descritos indicarían que, durante el proceso de derivación pragmática del concepto codificado por una palabra alternada, la alternancia pone a disposición de los sujetos las entradas lógicas y enciclopédicas (que capturan denotación y connotación) de los conceptos codificados por las palabras en ambas lenguas. Es decir, el mecanismo pragmático de construcción de conceptos ad hoc en la interpretación sería el mismo durante conversaciones monolingües que bilingües, pero el material activado para tal fin sería más abundante en conversaciones realizadas por bilingües que alternan lenguas en su discurso, debido, justamente, a la alternancia de códigos. Consideremos los siguientes extractos de las conversaciones del corpus, provenientes del discurso de la primera generación. En todos ellos el sujeto enunciador logra presentarse a sí mismo simultáneamente como un miembro de la sociedad mexicana que conoce su funcionamiento, y como un elemento externo que solamente la observa y no pertenece a ella, sin contradicción, a través de su explotación de la alternancia de códigos. En el Extracto 1, Fidel conversa con su amigo Jaume sobre su reciente operación de cataratas. Él explica que esperaba una operación aparatosa, que en cambio lo sorprendió por su rapidez y sencillez cuando él pensaba que había sido abandonado por el médico. Extracto 1 Fidel: Ah dons sí, em va dir que anés al dematí, // [Ah entonces sí, me dijo que fuera por la mañana] vaig anar al dematí / em van posar la bata [fui en la mañana, me pusieron la bata] i tot allí la ....// i llavors / vaig sentir un piquete aquí, ¿no? [y todo allí la....y entonces, sentí un piquete aquí, ¿no?] A vora l’ull, no/// no gran cosa / [al lado del ojo, no...no gran cosa] o aquí / ja no me’n recordo bé / aquí sí [o aquí, ya no me acuerdo bien, aquí, sí] i allavorans dic / i ara aquest desgraciat no ve /// [y entonces digo “y ahora este desgraciado no viene”¨] /// perquè érem cinc o sis // [porque éramos cinco o seis] perquè operava però així a mansalva / ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 97 [porque operaba pero así, a mansalva] i estava esperant i estava esperant [y estaba esperando y estaba esperando] i aquest desgraciat no ve / quin servei / perquè? [y “este desgraciado no viene”, “qué servicio”, “¿por qué?”] Es un abusivo ¿no? [Es un abusivo, ¿no?] En la línea 03 Fidel describe haber sentido un piquete cerca del ojo y después nada más. Entre las líneas 06 y 11 Fidel describe su desesperación al pensar que había sido abandonado por el médico y reporta sus pensamientos sobre él. Finalmente, en la línea 11 sintetiza describiéndolo como un abusivo. Notemos que existe la palabra “abusiu” en catalán, no obstante, Fidel elige la traducción en el castellano. Si es acertada la idea de que más que usar un concepto rígido y bien definido, codificado lexicamente, las palabras codifican un sólo un esqueleto o esquema conceptual a partir del cual se deriva un concepto específico, Jaume está en condiciones de construir un concepto derivado pragmáticamente que recoja no solamente el sentido general, es decir, la referencia al médico como alguien que abusa de su poder o autoridad, que es desconsiderado y sólo busca conseguir sus propios fines, sino también tendrá como elemento a su disposición las denotaciones y connotaciones que ser abusivo tiene en un contexto mexicano, las cuales, con su cambio al español Fidel parece atribuir a la sociedad mexicana, de la cual él se separa simbólicamente en este aspecto. En el discurso de la generación mayor hay muchos ejemplos de alternancia que responden a un patrón semejante, en el que el uso del término en castellano atribuye a la sociedad mexicana rasgos de los que el emisor parece disociarse. El Extracto 2 proviene de una interacción también entre Jaume y Fidel, en la que se habla de las noticias publicadas en el periódico aquel día. Es importante notar que este intercambio está enmarcado en una reflexión sobre las condiciones de desigualdad en México, a las que el hablante valora como peores que las que había en su pueblo en Cataluña más de cincuenta años atrás. Fidel cambia al español para referir lo que aparece en el periódico en esa lengua, pero también cada vez que emite calificativos evaluadores de la condición del periodista y el secretario de estado involucrado: “lambiscón” en la línea 02, “pendejo” en la 12 y “güey” en la 14. Extracto 2 Fidel: Si // Després els discursos que foten pel diari, no? [Sí, después los discursos que hacen en el periódico, ¿no?] Avui a l’Excelsior sur una cosa d’un lambiscón [Hoy en el Excelsior sale una cosa de un lambiscón] 98 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 99 Ja veus que el president va donar unes actes de propietat o // [Ya ves que el predidente dio unas actas de propiedad o] Jaume: Ah si [Ah, sí] Fidel: I avui surt una cosa /// [Y hoy sale una cosa....] El señor presidente repartió // como s’en diu això? [El señor presidente repartió....¿cómo se dice eso?] Jaume: Títols de propietat, no? [Títulos de propiedad, ¿no?] Fidel: Sí // Títulos de propiedad // no hojas en blanco. Un ministre dir això: [Un ministro decir eso: ] No hojas en blanco // Donen ganes d’éscriure i dir-li: [Dan ganas de escribirle y decirle:] Cómo es tan pendejo vostè? [¿Cómo es tan pendejo usted?] Jo // El president va repartir hojas en blanco // [Yo. El presidente repartió hojas en blanco] Güey //Va repartir les escriptures, no? [Güey. Repartió las escrituras, ¿no?] Això diu: Repartió escrituras, no hojas en blanco [Eso dijo: “Repartió escrituras, no hojas en blanco”] i com si digués un pensament profund, no? [y como si dijera un pensamiento profundo, ¿no?] Fidel: Quan me´n recordo que al meu poble tothom anava el café // [Cuando me acuerdo que en mi pueblo todo el mundo iba al café] tothom jugaba // [todo el mundo jugaba] El ric amb el pobre // [el rico con el pobre] i havien algunes coses [había algunas cosas] però d’això fa // fa cinquanta anys] Hi havia molta més igualtat al meu poble que aquí a Mèxic en actualment [había mucha más igualdad en mi pueblo que aquí en México actualmente] mismo en las líneas siguientes. No solamente se construye al secretario como un hombre tonto y despreciable, sino como alguien que en su afán adulatorio hace el ridículo. Aún así, Fidel emplea el término “vosté” en vez del castellano “usted” para referirse al funcionario en una potencial e imaginaria confrontación con él, creando así una red conceptual en la que el hablante usa los calificativos acuñados por la propia sociedad que le resulta ajena para describir al funcionario, pero le habla con los pronombres de su propia lengua. En otra conversación, Ramón y Fidel comentan sobre el funcionamiento de una empresa eléctrica paraestatal. En la línea 10, Ramón cambia al español para atribuir a los funcionarios la idea de que las cosas del estado son muy complicadas. Al hacerlo, refuerza su distanciamiento de las prácticas y discursos oficiales, conocidas por su deliberada presentación confusa de los temas, que busca desde el poder dificultar la comprensión del ciudadano, rasgo atribuido sobre todo a los gobiernos encabezados por el PRI. El discurso referido que Fidel critica es presentado como adulatorio y absurdo. Aunque en catalán existen equivalentes, como la palabra llepacrestes para lambiscón, su uso en español da pie a la construcción de un concepto ad hoc que denota a quienes adulan a la manera mexicana. De igual modo, el uso de “güey” y “pendejo”, propios del dialecto mexicano, contribuyen a la colocación del sujeto del discurso como un espectador de una sociedad con la que, en el ámbito descrito, no se identifica, según se corrobora por él Ramón también cambia al español cuando utiliza marcadores discursivos evaluativos (03) o indicadores de cierre y cambio de tópico (línea 09). Durante la misma conversación, grabada dentro de un coche en una noche de mucha lluvia en la Ciudad de México, Ramón y Fidel han estado comentando sobre el desempleo en México y las dificultades económicas propias de las crisis recurrentes. Ramón advierte a un voceador que vende periódicos bajo la lluvia. Extracto 3 Ramón: Em pensava que la companya tenia una // una part de [Pensaba que la compañía tenía una....una parte de] Fidel: Té una part [Tiene una parte] Ramón: // Una forma autónoma, vaya [Un forma autónoma, vaya] Fidel: Si té una part però molt petita // no suficient // lo que té [Sí, tiene una parte, pero muy pequeñita, no suficiente, lo que tiene] // Necaxa / Em sembla que [Necaxa, me parece que] Ramón: Si/ Es així, no? [Sí. Es así, ¿no?] Fidel: Sí Necaxa és la més gran // em sembla [Sí, Necaxa es la más grande, me parece] Ramón: Pero ja és molt vella /// té més anys que jo [Pero ya es muy vieja, tiene más años que yo] // En fin // aquestes coses del estado son muy complicadas [En fin, estas cosas del estado son muy complicadas] 100 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 101 Extracto 4 Extracto 6 Ramón: T´has encostipat eh? [Te resfriaste, ¿eh?] Fidel: No amb aquest // al sortir d’allà de l’Orfeò mullant-se /// [No con éste....al salir de allá del Orfeó mojándonos] Ramón: // Encara hi ha molt de trànsit //// Què fa aquell // ara ven el diari? [Todavía hay mucho tránsito..¿Qué hace aquel? ¿Ahora vende el periódico?] Diaris. Una “Extra”. Una Extra mojada. [Periódicos. Una “Extra”. Una Extra mojada] Llorenç: Pues jo he vist la fúria que hi havia abans // perquè s´ha parlat molt [Pues yo he visto la furia que había antes, porque se ha hablado mucho] De tots els trinquetes que es fan // que es fan amb això [de todos los trinquetes que se hacen, que se hacen con eso] Fidel: A més es un robo. [Además es un robo] Ramón se sorprende ante el hecho de que se vendan periódicos por la noche bajo la lluvia. Hace eco del muchacho que grita el nombre del periódico buscando clientes y refleja lo absurdo de la situación simulando el ofrecimiento de un ejemplar mojado como algo que fuera deseable, haciéndolo en español para colocarse a sí mismo como ajeno a la situación. Hay más evidencia en el corpus de que un cambio de lengua al español contribuye a la construcción de un concepto ad hoc que incorpore rasgos específicos de la connotación mexicana vinculada al concepto lexicalizado. En el Extracto 5, Llorenç comenta sobre sus problemas para conseguir la escritura de una propiedad sin recurrir a prácticas corruptas ni sobornos. Para ello, elige la palabra “arreglos” en la línea 02 para referirse al tipo de arreglos ilícitos que son frecuentes en México, aunque existe la palabra catalana “arranjaments”, que decide no utilizar. Así, consigue representarse a sí mismo como un ser distanciado de la sociedad mexicana plagada de corrupción. Extracto 5 01 Llorenç: Tots ho fan amb notari // però lo que jo no vull arribar [Todos lo hacen con notario, pero lo que no quiero llegar] 02 es a unos determinats arreglos ante notari. Jo lo que persegueixo [Es a unos determinados arreglos ante notario. Yo lo que persigo] 03 Es // les escriptures [Es...las escrituras] Llorenç recurre a la misma estrategia en la línea (02) del Extracto 6, que procede de la misma conversación, al cambiar al español para describir las trampas que ha encontrado, y Fidel lo hace en la línea (03), en la que pudo emplear la palabra catalana “furt”, para describir lo que percibe como un abuso. El uso del español no solamente es usado como un recurso que lleva a construir conceptos asociados a la cultura mexicana y a comunicar la desvinculación del sujeto de ella. También se emplea para manifestar la afiliación del sujeto a ella y la pertenencia a grupos mexicanos, esto último, especialmente en el discurso de la generación más joven, pero también en la mayor. Por ejemplo, en el Extracto 7, Cónsol, una mujer perteneciente a la primera generación reporta la descripción que le han hecho de una conocida actriz refugiada española cuando era joven. Extract 7 Cónsol: Ah,diu que era molt maca [ah dice que era muy guapa] em deia / deia la Joana [me decía, decía Juana] molt maca / amb uns cabells fins a la cintura [muy guapa, con el pelo hasta la cintura] diu maca maca diu [dice guapa guapa dice] però ben canija es veu [pero bien canija se ve] El término “canija” seguramente es más accesible y sintético que otros semejantes en catalán para contrastar la belleza de la mujer descrita con su actitud astuta y mal intencionada, lo cual seguramente motiva su elección. Al hacerlo se logra comunicar una serie de consideraciones implícitas de manera eficiente, al tiempo que Cónsol se presenta a sí misma como parte de la cultura mexicana al desplegar su capacidad de usar términos específicos al dialecto local. La segunda generación incorpora continuamente a su discurso en catalán términos que identifican a sus sujetos como miembros de la cultura mexicana, que no están impregnados de disociación y rechazo con la misma frecuencia con la que esto tiende a aparecer en la primera generación . Al hablar en catalán se afilian a sus orígenes, al tiempo que la inserción de palabras 102 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. pertenecientes al dialecto mexicano los identifica como miembros de esta sociedad. En el Extracto 8, Mireia y Camilla hablan de dos amigos comunes. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. Ajuste conceptual y discurso bilingüe 103 [No, de verdad, ¿eh? Después te tortean] Al Pablo ja l’han torteat [A Pablo ya lo han torteado] // en els nois si [a los muchachos, sí] Extract 8 Camilla: El Enrique és el del vocho i l’Alan és el gringo [Enrique es el del vocho y Alan es el gringo] que és una monada de noi [que es una monada de muchacho] Mireia: Gringo gringo Camilla: No, es maquíssim home [No, es encantador, hombre] En el Extracto 9, Laia explica que le gusta salir con sus amigos, pero en vez del término “amics” usa el término mexicano “cuates”: Laia: I després m’agrada sortir amb els cuates [Y después me gusta salir con los cuates] El gusto por incorporar palabras que permitan una construcción conceptual que incorpore denotaciones y connotaciones mexicanas se ilustra en el Extracto 10, tomado de una conversación entre hijos y nietos de exiliados, agrupados todos ellos en lo que hemos definido como segunda generación. En las líneas 04, 05 y 06 se emplea el verbo coloquial “tortear”, usado coloquialmente para describir la acción de “tocar las nalgas de una persona con lujuria y, por lo general, sin su consentimiento”, (Diccionario del español usual en México, p. 878), habitualmente cobijándose en las multitudes del transporte público, pero se incorporan a la raíz española del verbo rasgos de la morfología catalana. Extracto 10 Mireia: Et deixo onvulguis perquè [Te dejo donde quieras porque] Esteve: Agafo un autobús i [Agarro un autobús y] Mireia: No // un autobús no perquè [No, un autobús no porque] Helena: No perquè et tortearán [No porque te tortearán] Mireia: No de debò eh? Después // et tortean // 6. CONCLUSIONES El análisis cuantitativo de los datos no refleja diferencias de importancia en los patrones de alternancia de códigos desplegados por los integrantes de cada una de las generaciones definidas, sobre todo no da indicios de variaciones en esta dimensión que pudieran tomarse como indicadores de que hay pérdida de competencia en las nuevas generaciones. No obstante, el análisis cualitativo revela otro tipo de variaciones, ya que permite delinear con mayor precisión los contenidos transmitidos a través del cambio de códigos. Se vislumbran así tendencias diferentes para cada generación: los sujetos de mayor edad, nacidos fuera de México, explotan la alternancia de códigos para expresar su situación ambivalente como integrantes de la sociedad mexicana por un lado y como espectadores ajenos a la misma por el otro, quienes ejercen juicios de valor y se deslindan de sus prácticas cuando no se identifican con ellas. Por su parte, los sujetos más jóvenes, descendientes de los refugiados originales, emplean el catalán como un modo de vincularse a sus orígenes, pero en sus ejemplos de alternancia abundan cambios al español para usar palabras que los identifican como miembros de grupos de jóvenes mexicanos. También los interlocutores de la primera generación usan expresiones y palabras del dialecto mexicano como una marca de pertenencia, pero lo hacen en menor medida que los de la segunda generación. La construcción de conceptos específicos derivados pragmáticamente en cada ocasión de uso parece operar en el discurso bilingüe del mismo modo que en el discurso monolingüe, sólo que la conformación del léxico bilingüe proporciona a estos sujetos más elementos que funcionan como punto de partida para la construcción del concepto ad hoc a partir del cual se transmiten de manera más eficiente supuestos cuya comunicación en el discurso monolingüe sería posible, pero más costosa. Los resultados expuestos confirman la idea de que la pragmática del discurso bilingüe opera bajo los mismos principios que la del discurso monolingüe, pero la posibilidad de recurrir a dos sistemas lingüísticos hace factible la comunicación de contenido amplio y sofisticado de manera eficiente. 104 Carmen Curcó ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 73-107. BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ-CÁCCAMO, C. (1998): From ‘switching code’ to ‘code-switching: Towards a reconceptualisation of communicative codes, en Peter Auer (ed) Code-switching in Conversation: Language, Interaction and Identity. London: Routledge, págs.29-48. AUER, P. (1984): Bilingual Conversation. Amsterdam: John Benjamins. AUER, P. (1990): A discussion paper on code alternation, en ESF Network on Code Switching and Language Contact: Papers for the Workshop on Concepts, Methodoly and Data. Strasbourg: European Science Foundation. AUER, P. 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(Valencia. Español Coloquial) 0. INTRODUCCIÓN El interés por el estudio de la conversación se inicia, al menos de forma sistemática, a principios de la década de los 70, como desarrollo metodológico natural de las investigaciones sociolingüísticas iniciadas bastantes años atrás. En el ámbito anglosajón, los etnometodólogos, de la mano de Sacks (1986), inician la corriente que posteriormente recibirá el nombre de Análisis Conversacional. Sacks y otros autores, entre los que destacan investigadores como Jefferson (1972) y (1973) o Schegloff (1968) y (1979), empiezan a preocuparse por el estudio del lenguaje como vehículo de interacción social. El Análisis Conversacional dedicará sus esfuerzos a la obtención de grabaciones de conversaciones que más tarde serán analizadas en aspectos tales como el sistema de toma de turnos, las secuencias conversacionales, etc. (véase Geluykens, 1992). A pesar del interés intrínseco de la propuesta, varios autores han criticado que su perspectiva teórica tiene un cariz más sociológico que lingüístico (véase Gallardo, 1993 y 1996), por lo que las unidades propuestas no consiguen alcanzar un grado definitivo de sistematización válido desde enfoques estrictamente lingüísticos. Coincidente en parte en el tiempo con el Análisis Conversacional, nace el Análisis del Discurso, que, surgido en Birmingham, inicia también el estudio de textos dialógicos en la década de los 70. En este caso, habremos de 1 El presente artículo ha contado para su elaboración con la subvención del proyecto HUM2004-01453/FILO “Nuevas Aportaciones al Diccionario de Partículas del Español”, del Ministerio de Educación y Ciencia. ORALIA, Vol. 9, 2006 110 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. mencionar los trabajos de Coulthard y Sinclair (1975), Coulthard (1977) o Stubbs (1983), implicados principalmente en el análisis de datos procedentes de la interacción didáctica y comercial. Su objetivo principal, de acuerdo con las restricciones derivadas del corpus estudiado, serán las unidades superiores del discurso (transacción, lección, etc.). El Análisis del Discurso sí establece un metalenguaje previo, pero su interés principal se centra en lo que podríamos llamar “macroestructura” discursiva, por lo que su método no resulta del todo apto para el estudio de las unidades menores del discurso (objeto de la presente investigación). Por otra parte, en el ámbito francófono, cabe destacar por igual las aportaciones de la Escuela de Ginebra y la Lingüística Interaccional, representadas, respectivamente, por Roulet (1981) o Moeschler (1982) y (1985) y Kerbrat-Orecchioni (1986) y (1990), Ducrot (1986) o Anscombre y Ducrot (1988). Por lo que se refiere a las unidades, estos autores proponen un inventario bastante similar al utilizado en el ámbito británico (intervención, acto, intercambio, etc.); sin embargo, metodológicamente suponen un importante avance en la obtención de datos, incluyendo ya interacciones marcadas situacionalmente que se podrían incluir en lo que suele llamarse conversación cotidiana. Es particularmente interesante la aportación de la Escuela de Ginebra que presenta un modelo sumamente desarrollado, válido tanto para la macroestructura como para la microestructura en distintos tipos de discurso oral. Se trata, pues, de un avance teórico sustancial respecto de las perspectivas anteriormente mencionadas; sin embargo, uno de sus aspectos más problemáticos radica en la poca atención prestada al análisis de conversaciones coloquiales reales (espontáneas), tipo de discurso sobre el que se ha venido proyectando en los últimos años un interés cada vez mayor, al menos en el ámbito hispánico (Cortés Rodríguez, 1981 y 1986; Cortés Rodríguez y Mª. M. Camacho, 2005; Narbona, 1989; Bustos, 1995; Payrató, 1997; Briz, 1998, etc.). En este estado de cosas, a principios de los 90, se forma en la Universidad de Valencia (España) el Grupo Val.Es.Co. (Valencia, Español Coloquial), grupo de investigación interesado en el estudio de la lengua coloquial en el discurso conversacional. Nuestro primer objetivo fue establecer de forma teórica el concepto de conversación coloquial, lo que nos obligó a incidir exhaustivamente en el problema de los datos. Un desarrollo lógico de esta inquietud fue la necesidad de tomar como objeto de estudio preferente la conversación coloquial real y espontánea (véase al respecto Briz y Grupo Val.Es.Co., 1995 y 2002), así como la exigencia de establecer sus unidades de análisis (Briz y Grupo Val.Es.Co., 2003). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 111 Nuestro sistema de unidades, pues, heredero de una tradición que abarca los ámbitos anglosajón, francófono e hispánico, trata de subsanar alguno de los problemas teóricos y metodológicos apuntados en las líneas anteriores, especialmente en lo que respecta a la microestructura conversacional. Precisamente, sobre este último aspecto incidirán las líneas que siguen. 1. SOBRE UNIDADES, NIVELES Y DIMENSIONES Cuando analizamos un fragmento de conversación coloquial, la aplicación de las reglas sintácticas clásicas o tradicionales da como resultado una segmentación no rigurosa de la conversación coloquial (del discurso oral), con lo que las perspectivas de avance en la investigación son complicadas. Las “oraciones” se formulan de formas distintas a las habituales, los nexos adquieren nuevas funciones y el orden de palabras es aparentemente caótico. Como respuesta a estas dificultades, el Grupo Val.Es.Co. propone utilizar un modelo de segmentación nuevo que dé cuenta de las características específicas de las conversaciones coloquiales2. Tal modelo pone de manifiesto un sistema asimétrico de siete unidades en el que se distinguen dos niveles y tres dimensiones: Tabla (1) NIVELES Dialógico Monológico DIMENSIONES Estructural Social Informativa Diálogo Intercambio Intervención Acto Alternancia de turnos Turno Subacto Según este sistema, los subactos serían las unidades más pequeñas de la conversación coloquial, pertenecerían al nivel monológico y estarían dentro de la dimensión informativa. 2 Para un estudio desarrollado del sistema de unidades propuesto por Val.Es.Co. para el análisis de la conversación coloquial son de obligada consulta los trabajos de Briz (2000a), Briz (2000b), Briz (2002), Pons (2001), Hidalgo (2003), Briz y Grupo Val.Es.Co. (2003), Padilla (2001c) y Padilla (2005). Otra cuestión, no menos importante, es la posibilidad de extender este modelo de segmentación y análisis a otros ámbitos discursivos, tanto de la lengua oral como de la lengua escrita, lo que, en última instancia constituye uno de los objetivos principales del grupo Val.Es.Co. 112 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Así pues, el objeto de este artículo es el estudio de los subactos, unidades que, como veremos más tarde, sirven de puente entre la sintaxis tradicional y la sintaxis discursiva. Sin embargo, antes de pasar a su descripción y estudio sería conveniente examinar mínimamente el resto de unidades, para lo que tomaremos como punto de referencia el siguiente fragmento extraído de una conversación coloquial real: (1) 1A1: y el guía nos estuvo contando// mm 2B1: ¿era español? 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan3/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=] 3B2: [ya] 3A2: = tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto 4B3: ya [IM.339.A.1] ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 113 (2) 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan4/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=] 3B2 : [ya] 3A2: = tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto La intervención 3B2 ([ya]) forma parte de la estructura conversacional, pero no es turno, porque ni es atendido por la hablante A, ni supone una contribución relevante para el desarrollo de la conversación. Según esta forma de análisis, todos los turnos son intervenciones, pero no todas las intervenciones son turnos. Las intervenciones no atendidas (como 3B2), o no reconocidas por el otro participante, no son turnos. Esta distinción entre turnos e intervenciones resulta especialmente rentable para el análisis, pues, aunque el motor de la conversación es la alternancia de turnos, es decir, la sucesión de hablantes5, no todas las emisiones que aparecen en la conversación deben ser consideradas como tales. 1.1. El turno y la intervención 1.2. La intervención Una conversación coloquial se define socialmente como una sucesión de turnos y, estructuralmente, como una sucesión de intervenciones. En el fragmento anterior, señalamos ambas caracterizaciones con las cifras que acompañan a las contribuciones de los participantes. Los primeros números indican el turno; y los segundos, las intervenciones. La contribución 4B3, por ejemplo, nos informaría de que nos encontramos en el cuarto turno de la conversación y en la tercera intervención del participante B. Turno e intervención pertenecen, como muestra la Tabla (1), a dimensiones distintas. El turno es una unidad dependiente de las relaciones entre el hablante y el oyente (dimensión social) y la intervención forma parte del armazón –lingüístico o sintáctico– de la conversación (dimensión estructural). Esta separación nos permite considerar de forma diferente las emisiones de los distintos participantes. En el fragmento que estamos analizando, dos chicas jóvenes hablan sobre la experiencia de una de ellas durante un viaje a Nueva York. Pero la hablante A, que cuenta la historia, está tan emocionada con la narración que no atiende a la participación de B: Aunque no todas las intervenciones sean turnos, las intervenciones siguen siendo la unidad central de la estructura de las conversaciones coloquiales. Su característica fundamental, como veremos a continuación, es provocar o ser provocadas por una reacción lingüística. Si utilizamos el concepto reacción, las intervenciones son divididas en tres tipos: (a) intervenciones iniciativas, (b) intervenciones reactivas y (c) intervenciones reactivo-iniciativas. En un diálogo corto como el siguiente: (3) 1A1: ¿qué hora es? 2B1: las cinco encontramos dos intervenciones, coincidentes, en este caso, con los dos únicos turnos. La primera de ellas (1A1), que provoca la contestación posterior, es iniciativa; la segunda (2B1), que es provocada por la intervención previa, es reactiva. 4 3 Inglés, Manhatan. 5 Inglés, Manhattan. Si no fuera así, estaríamos frente a un monólogo. 114 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. A diferencia de lo que ocurre en el diálogo del ejemplo (3), las conversaciones coloquiales se caracterizan por una sucesión de intervenciones mucho más compleja. En el fragmento que estamos analizando, las intervenciones provocan reacciones y éstas provocan a su vez otras nuevas, dando como resultado una sucesión bastante heterogénea: (4) 1A1: y el guía nos estuvo contando// mm 2B1: ¿era español? 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan6/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=] 3B2: [ya] 3A2: = tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto 4B3: ya [IM.339.A.1] La intervención 1A1 es una intervención iniciativa; la intervención 2B1 es reactivo-iniciativa (es provocada por 1A1 y provoca 3A2); la intervención 3A2 es reactivo-iniciativa (es provocada por 2B1 y provoca 3B2 y 4B3); la intervención 3B2 es reactiva (es provocada por 3A2); y la intervención 4B3 es reactiva (es provocada por 3A2). La intervención más problemática de todas es la 3B2, una intervención fática reactiva que no constituye turno. Esta intervención, como veremos más tarde, no provoca habla posterior, pero no cierra diálogo porque no es una contribución relevante. 1.3. El intercambio La unidad dialógica superior a la intervención es el intercambio. Se produce un intercambio siempre que tengamos dos intervenciones sucesivas y entre ellas medie algún tipo de reacción. En realidad, si tenemos en cuenta los tipos de intervenciones, sólo son posibles cuatro tipos de intercambios: (a) intervención iniciativa~ intervención reactiva (b) intervención iniciativa~intervención reactivo-iniciativa ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Inglés, Manhattan. 115 (c) intervención reactivo-iniciativa~intervención reactivo-iniciativa (d) intervención reactivo-iniciativa~intervención reactiva En el fragmento que estamos analizando aparecen algunos de estos tipos. Encontramos, por ejemplo, un intercambio formado por una intervención iniciativa (1A1) y una intervención reactivo-iniciativa (2B1): (5) 1A1: y el guía nos estuvo contando// mm 2B1: ¿era español? un intercambio formado por una intervención reactivo-iniciativa (3A2) y una intervención reactiva (3B2): (6) 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevó/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan7/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=] 3B2: [ya] y un intercambio formado por dos intervenciones reactivo-iniciativas: (7) 2B1: ¿era español? 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevó/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan8/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente ni idea Evidentemente, cualquier diálogo está formado por una sucesión de intercambios; la complejidad de su estructura dependerá de su longitud y de la interacción que se produzca entre los diversos participantes. 1.4. El diálogo9 Hasta el momento hemos hablado del concepto diálogo sin definir exactamente lo que es. Para que haya diálogo tiene que haber evidentemente dos Inglés, Manhattan. Inglés, Manhattan. 9 Véase Briz (en prensa). 7 8 6 Las unidades menores del discurso 116 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. hablantes al menos, es decir, dos participantes que intercambien los papeles comunicativos hablante y oyente10. Un diálogo presupone, por lo tanto, una relación social que se materializa conversacionalmente en la alternancia de turnos. Pero, además de marcas sociales, un diálogo posee también características estructurales. La marca estructural más clara para hablar de un diálogo es la aparición de dos intervenciones con características precisas: una intervención iniciativa (marca de apertura) y una intervención reactiva (marca de cierre). El fragmento que estamos analizando se abre con la intervención iniciativa del hablante A y se cierra con la intervención reactiva del hablante B: (8) 1A1: y el guía nos estuvo contando// mm 2B1: ¿era español? 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan11/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=] 3B2: [ya] 3A2: = tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto 4B3: ya [IM.339.A.1] Con la intervención 4B3 se cierra una sucesión de intervenciones e intercambios, pero también una unidad temática (el asunto del guía y de los taxis). Las intervenciones exclusivamente reactivas que son reconocidas como turnos suelen apuntar cortes en el desarrollo temático conversacional que señalan los diferentes tópicos discursivos. Estos cortes o señales marcan la frontera entre diálogos. Cada diálogo constituye, pues, una unidad temática. Es interesante recordar que no siempre una intervención reactiva cierra diálogo. La intervención 3B2, como vimos anteriormente, es reactiva, pero como no es reconocida, no ocupa turno de habla y, consiguientemente, no puede cerrar diálogo: 10 11 Véanse al respecto Padilla (2003, 2004 y 2005). Inglés, Manhattan. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 117 (9) 3A2: se llamaba Jorge no↓ colombiano// ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevó/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan12/// y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=] 3B2: [ya] 3A2: = tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está/// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto 4B3: ya De hecho, la misma intervención vuelve a ser repetida, ahora ya como turno, en la intervención 4B3, y en este caso sí lo cierra. Deberíamos añadir, por lo tanto, a nuestra primera definición el factor reconocimiento. Una intervención reactiva cierra diálogo sólo si ha sido reconocida como turno, si aporta información relevante a la conversación. El diálogo, por tanto, se caracteriza socialmente (alternancia hablante~oyente), se delimita estructuralmente (intervención iniciativa~intervención reactiva reconocida) y se determina informativamente (supone un cambio en el tópico conversacional). 1.5. El acto En el nivel monológico, pero por debajo de la intervención, es posible reconocer uno o más segmentos con características propias. Marcamos estos segmentos en el fragmento colocando el símbolo # antes y después del segmento identificado: (10) 1A1: #y el guía nos estuvo contando#/ #mm# 2B1: #¿era español?# 3A2: #se llamaba Jorge# #no↓# #colombiano#// #ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan13#///#y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea#=] 3B2: [#ya#] 12 13 Inglés, Manhatan. Inglés, Manhatan. 118 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 119 3A2: = #tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está /// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto# 4B3: #ya# [IM.339.A.1] (11) 17 G5: #a ti te da lo mismo ¿no?# / #pues más o menos/ es eso lo- lo que quiere decir más o menos la palabra liberal# Estos segmentos, que llamamos actos, son unidades jerárquicamente inferiores a las intervenciones que poseen las propiedades de la identificabilidad y de la aislabilidad. Decimos que son identificables porque tienen límites reconocibles; y decimos que son aislables porque pueden funcionar de manera independiente cuando situamos el segmento en su contexto de producción. El Acto, pues, es la unidad estructural monologal inmediatamente inferior a la intervención con capacidad para ser aislable en un contexto dado, es decir, puede constituirse por sí mismo en intervención, funcionando aisladamente en ese contexto14. El Acto se caracteriza, además, por poseer: (a) valor modal completo, es decir, una única función ilocutiva específica (pregunta, rechazo, etc.); y (b) unidad melódica, ya que su curva entonativa resulta completa en sí misma (la aseveración, p.e., presenta un tonema descendente de carácter final). Por lo demás, al margen de la existencia de ciertos mecanismos demarcativos de carácter segmental (marcadores discursivos o conectores pragmáticos, determinados elementos de carácter anafórico, etc.), la prosodia suele ser en muchos casos el único recurso disponible para la segmentación del discurso en Actos78. Un primer criterio prosódico en el que cabría pensar como elemento demarcativo es la pausa. Efectivamente, la pausa puede delimitar Actos, aunque entre pausa y Acto no haya siempre una relación de causa-efecto. En ocasiones, como en los ejemplos (11) y (12), las pausas no señalan unidades estructurales coherentes, sino que sirven como mecanismo retardatario o instrumento de planificación conversacional: (12) 22 E11: #es que- es que ee yo para mí↑ el hecho de ser conservadores y taal / precisamente radica en sus principios#/ y #para mí↑ hay unas- unos valores // muy fundamentales que a lo mejor para otra persona no lo son ¿no?/// (3’’) no sé# 14 La aislabilidad del Acto tiene que ver con el contexto inmediato, en tanto que conceptos como identificable o reconocible constituyen criterios estructurales, esto es, cualquier unidad puede ser identificable como tal en el seno de otra unidad mayor. El Acto es aislable e identificable, mientras que, como veremos después, el Subacto es identificable dentro de un Acto, pero no aislable en un contexto dado. De cualquier modo, algo aislable como Acto se entiende también como independiente desde el punto de vista estructural, esto es, no es constituto de otro constituyente superior. Por otro lado, debe insistirse en el hecho mismo de su aislabilidad en un contexto dado: una expresión lingüística puede actuar aisladamente en un contexto y ser Acto, pero la misma expresión podría no ser aislable en otro contexto, y por tanto, no constituirse como Acto. 15 Sobre otras marcas lingüísticas segmentales de delimitación se trata con detalle en algunos trabajos del Grupo Val.Es.Co. entre los que cabe citar los de Briz y Grupo Val.Es.Co. (2003) o Hidalgo (2003). La interpretación específica de la pausa puede inclinarnos a pensar, pues, que un determinado fragmento sea, bien un Acto independiente, bien una parte de un Acto. Esto ocurre, por ejemplo, en (13), donde la doble pausa (//) después de “pero” tiene más bien carácter retardatario. Es decir, debe interpretarse como licencia que se toma el hablante para darse tiempo a pensar lo que dirá a continuación: (13) 4 E: #síi#/ #yo conozco gentee#/ #parezco muy liberal pero// la verdad es que soy muy conservadora# La contextualización del uso de la pausa es, por lo tanto, un requisito indispensable para la delimitación adecuada de actos en la conversación. Al margen de la presencia o no de pausa, la posesión de curva melódica completa es igualmente un índice posible de la existencia de un Acto; es lo que encontramos, por ejemplo, en el caso de las formas melódicas aseverativa, interrogativa o exclamativa. Tales patrones prosódicos son, por lo tanto, marcas de la presencia de Actos; y esto ocurre, no sólo por los signos de puntuación, interrogación o exclamación, que aíslan la construcción, sino por el valor modal que emana de tales signos (es decir, afirmación, pregunta, rechazo, etc.). La importancia, pues, del componente suprasegmental como instrumento de delimitación exige tomar en consideración el funcionamiento específico de la curva melódica. Así, por ejemplo, expresiones como ¡mujer!, ¡hombre!, ¡vamos!, etc. pueden funcionar como actos siempre que sus respectivos contornos melódicos se articulen aisladamente, esto es, cuando no se hallen integrados en una curva principal. Ello explica que en los ejemplos (14) y (15) se manifiesten comportamientos prosódicos demarcativos diferentes de los que se producen en (16): (14) 6 E3: #yo sí#/ #liberaal- soy conservadora enn-/ pues en lo que interesa como to’l mundo#// #pero vamos no soy nada liberal↓# #lo contrario#/// #lo 120 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. que pasa↑ es que yo respeto mucho lo que dice la gente↓# #a mí- cada uno que haga lo que quiera yy# (15) 19 G6: #hombre liberal/ lo que pasa es que no sé pues/ tú a lo mejor entiendes por liberal puess#/// #(hay) gente que entiende→ pues un viva la virgen ¿no?# #o sea// que pasan de todo que- que- que# (16) 18 E9: #¡hombre!# #yo- o sea yo por liberal↑ no entiendo esto# Ahora bien, la existencia de curva melódica completa (de carácter “final”) tampoco es condición indispensable para la identificación de un Acto completo; existen otras variables prosódicas que pueden, ocasionalmente, determinarlo, de acuerdo con otros condicionamientos contextuales. Así, a lo largo del discurso oral espontáneo, son frecuentes las rupturas formales de la construcción en curso, que ocasionan adicionalmente truncamientos melódicos, y que dan lugar a lo que llamamos actos truncados16. Si estas estructuras apocopadas deben su forma a la intencionalidad misma del hablante, es decir, si su carácter “aparentemente” incompleto obedece a un propósito organizativo de índole pragmasintáctica, a una “estrategia” de construcción preconcebida por parte del hablante, hablamos entonces de actos suspendidos. En el acto suspendido la estructura prosódica está truncada por definición: el hablante selecciona conscientemente el tonema apropiado para dicha estructura que, necesariamente, representa una ruptura melódica respecto de la estructura básica señal-señalado (vid. infra 2.2.1.); pero aquí prevalecen las exigencias pragmasintácticas (que obligan al empleo de tonema final no descendente) sobre las prosódico-estructurales (que, teóricamente obligarían a un tonema final más bajo en el segmento señalado que en el segmento señal); y todo ello ocurre al servicio de una estrategia pragmática que domina antes que cualquier otra cosa: la intención comunicativa del hablante. Por lo demás. los actos pueden ser simples o complejos; se consideran simples cuando un único segmento informativo o subacto constituye en sí mismo la unidad Acto. En este caso, el Acto no precisa de una caracterización prosódico-estructural adicional, ya que conforma un único grupo de entonación. Es complejo cuando intervienen al menos dos subactos en su cons- En ocasiones, aparecen encabezando una intervención ciertos elementos que podrían entenderse como el inicio de un Acto, pero inmediatamente el hablante cambia la estructura de su discurso, por tanto construye un Acto diferente al que hipotéticamente debería haber comenzado; la repetición de la misma secuencia de sílabas demuestra en muchas de estas ocasiones el carácter vacilante de la construcción; no se trata, pues, de actos ni de subactos. 16 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 121 trucción. Estos subactos son, precisamente, las unidades menores de la conversación y su naturaleza, como veremos, es compleja, ya que deben ser analizados aplicando diversos criterios simultáneos. En otro sentido, si enlazamos la noción de acto complejo con la de acto suspendido, debemos considerar estos últimos como actos complejos, en la idea de que su estructura prosódica nos lleva a pensar en un subacto implícito: la suspensión entonativa, tonema ascendente o alargamiento fónico al final del acto suspendido representan un cierre de naturaleza pragmática, de modo que dicho “subacto” puede entenderse como subacto sustantivo (vid. infra 2.2.2.1.) completo en sí mismo, porque la parte lingüística ausente está presente, implícitamente, en la mente de los interlocutores. Así, en el fragmento (17) la intervención 2B1 es una intervención compuesta por un solo acto, ya que no encontramos más que un segmento identificable: (17) 2B1: #¿era español?# Cuando las intervenciones son más largas, como sucede en 3A2, podemos identificar también varios elementos, pero sólo una parte de ellos son aislables en dicho contexto. Si tomamos como punto de partida, las intervenciones 2B1 y 3A2: (18) 2B1: #¿era español?# 3A2 #se llamaba Jorge # no#↓ #colombiano#// #ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan17#///#y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles ni- bueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente [ni idea=]# 3B2: [#ya#] 3A2: = tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está /// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto# comprobaremos que, aunque hay varios elementos identificables, no todos son aislables ni capaces de funcionar por sí mismos en el contexto de producción. Así, a la pregunta de la intervención 2B1, podemos responder sólo con los segmentos aislables: (19) 2B1: #¿era español?# 3A2 #se llamaba Jorge# 17 Inglés, Manhatan. 122 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. (20) 2B1: #¿era español?# 3A2: # no↓# (21) 2B1: #¿era español?# 3A2: #colombiano#// (22) 2B1: #¿era español?# 3A2: #ese luego nos llevaa// al crucero y también nos llevóo/// a la excursión por el alto y bajo Manjatan18#/// (23) 2B1: #¿era español?# 3A2: #y nos explicó qué taxis tenías que coger// los amarillos que aunque los- los hindúes eran muy secos y no conocían las calles nibueno conocían las calles pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente ni idea tienes que decirle la calle tal→ la avenida tal y ya está /// yy/ y se enfadan si el recorrido es muy corto# pero no con los elementos únicamente identificables, pues, en dicho contexto, resultan incoherentes, como en (24): (24) 2B1: #¿era español?# 3A2 pero que no les dijeras→/// quiero ir all museo tal porque no tenían absolutamente ni idea Los cinco actos de los ejemplos (19) a (23) son identificables y aislables, el hablante A podría haber respondido con cualquiera de ellos sin que ello hubiera supuesto merma alguna para la coherencia de la intervención. El resto de segmentaciones no cumplirían el criterio de la aislabilidad. De hecho, como veremos más tarde, la diferencia entre actos y subactos nace justamente aquí, ambos son identificables pero sólo los actos son aislables. 1.6. El subacto Si nos adentramos en el Nivel Monológico, en el interior de la intervención cabe identificar uno o más segmentos específicos; véase así (25): 18 Inglés, Manhattan. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 123 (25) A: entonces ¿vamos al cine con Jose y Nuri? B: no/ porque no me gusta Almodóvar// estoy harto de ver tonterías. donde podemos diferenciar, en primer término, una unidad monologal menor que la Intervención, el Acto (constituyente inmediato de aquella) capaz de funcionar aisladamente en un contexto dado y de constituirse como intervención por sí mismo. Efectivamente, la intervención de A cumple estos requisitos, mientras que la intervención de B agrupa dos segmentos aislables en iguales condiciones que A, a saber, “No, porque no me gusta Almodóvar” y “ Estoy harto de ver tonterías”. Obsérvese, sin embargo, que, dada la imposibilidad de aislar el fragmento “porque no me gusta Almodóvar” en ese contexto (no podría constituirse por sí solo como reacción lingüística de B a A), deberemos considerar dicho segmento como parte integrante de un Acto: (26) A: Entonces ¿vamos al cine con Jose y Nuri? B: *porque no me gusta Almodóvar A pesar de ello percibimos que tal fragmento aporta información pertinente (en este caso de índole justificativa) para la viabilidad del Acto (efectivamente, el sentido del Acto cambiaría sensiblemente si prescindiéramos de dicho segmento); es evidente por otro lado que el fragmento en cuestión se halla delimitado por un tonema demarcativo coincidente con el final de una estructura sintáctica y entonativa completa (descenso melódico pronunciado, sentido aseverativo categórico). Pues bien, este tipo de fragmentos son los subactos, es decir, subunidades integrantes del Acto, reconocibles como aportes o soportes informativos relevantes, pero no aislables en el contexto dado. Observemos a continuación más aspectos de su funcionamiento. 2. UNIDADES MENORES DEL ANÁLISIS CONVERSACIONAL: SUBACTOS Como se ha dicho anteriormente, la conversación coloquial nos enfrenta a la necesidad de considerar un marco de análisis específico, habida cuenta de que la sintaxis convencional no puede dar cuenta de numerosas construcciones “extrañas” (y, sin embargo, habituales) en el discurso conversacional en su nivel monológico. Se ha mencionado aquí la existencia de estructuras truncadas19, y a ellas podrían añadirse otras estructuras frecuentes 19 Gramaticalmente incompletas, debidas a la presencia de autocorrecciones, a la existencia de cortes involuntarios en lo comunicado ligados a dificultades de planificación, etc. 124 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. tales como ciertas construcciones parentéticas20, ciertas estructuras modalmente contradictorias21, pausas extrañas22, u otros muchos fenómenos cuya descripción representa un desafío para la sintaxis tradicional. Por otro lado, como ya hemos observado, un Acto puede constituirse en sí mismo, es decir, ser una estructura acabada (en cuyo caso el Acto se llena con un solo segmento informativo) o bien puede estar integrado por dos o más Subactos. Desde el punto de vista de su constitución, hemos hablado por ello de Actos Simples y Actos Complejos. La idea, aunque defendida con herramientas teóricas y metodológicas diversas no se escapa a otros autores. Sirva como ejemplo la propuesta de Cortés y Camacho (2005: 100), para quienes “los enunciados (…) pueden estar formados por una o más secciones de información semántico-pragmática, bien como una única unidad, o bien con el acompañamiento de otras informaciones que la modifiquen”23. Por lo demás, en cuanto a la caracterización de la unidad subacto, consideramos que ello exige tener claras al menos dos perspectivas: la perspectiva prosódica y la perspectiva estructural. 2.1. Caracterización prosódica prelingüística del subacto: en torno a la función demarcativa de la entonación De acuerdo con la perspectiva prosódica entendemos que todo subacto constituye por definición un grupo de entonación específico. En este sentido, el primer aspecto que debemos asumir es la naturaleza oral de la conversación coloquial: lo oral es prosódico en su esencia misma y lo prosódico es por definición oral. En esta línea algunos autores han propuesto hablar de una función prelingüística de la entonación, en la idea de que “el fenómeno (entonativo) se refiere a la forma fónica previa del habla, a su propia naturaleza fónica antes de cualquier otra consideración” (Cantero, 2002: 86). Dicha función actuaría en el nivel sintagmático, y estaría ligada indisolublemente a las funciones demarcativa e integradora de la entonación. Que parecen interrumpir el normal desarrollo del discurso (del tipo yo qué sé, no sé, etc.). Cuya función comunicativa no se ajusta a su estructura formal ni prosódica, por ejemplo, estructuras con apariencia de pregunta que no esperan respuesta alguna, del tipo ¿sabes?, ¿entiendes?, etc. 22 En lugares no esperables desde un punto de vista rigurosamente gramatical y, en cambio inexistencia de estas donde, a priori, resultaría conveniente su presencia. 23 Una diferencia importante entre la propuesta del Grupo Val.Es.Co. (Briz y otros, 2003) y la de Cortés y Camacho (2005) radica en la nomenclatura que reciben las unidades: en nuestra propuesta hablamos de Actos y Subactos, frente a los enunciados y actos que, respectivamente, defienden Cortés y Camacho. Por lo demás, es evidente que ambas propuestas merecerían un detenido estudio comparativo, si bien los límites de nuestro trabajo impiden extendernos más en este menester. 20 21 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 125 Los factores prosódicos, pues, nos permiten reconocer en una primera fase diferentes grupos de entonación en el flujo de habla, que podemos considerar como segmentos mínimos del discurso oral y que se sitúan, sucesivamente, en las intervenciones de cada hablante. Asumiendo esta función estructuradora (demarcativa-integradora) de la entonación, el modelo de unidades conversacionales propuesto por el Grupo Val.Es.Co. reconoce que la sección mínima posible viene constituida por cada uno de los grupos de entonación segmentables. Si tales grupos de entonación satisfacen ciertos requisitos estructurales (fundamentalmente, si no son grupos de entonación fragmentarios, reinicios, autocorrecciones, etc.), se entiende que son subactos. Los subactos, pues, se combinan entre sí para construir pertinentemente nuestras emisiones en el seno de las intervenciones, y de su combinación se derivan los actos. En consecuencia, todo Subacto constituye por definición un grupo de entonación24, de modo que la prosodia es índice seguro para la segmentación de un Acto en uno, dos o más subactos, es decir, para su escisión estructural en dos o más partes, constitutivas cada una de ellas de un grupo de entonación. El grupo de entonación es, pues, el segmento mínimo de habla reconocible en la conversación coloquial25. Pues bien, cuando un Acto integra dos o más grupos de entonación (esto es, dos o más Subactos) estos mantienen entre sí, como hemos dicho, relaciones estructurales diversas, lo que nos permitirá, a su vez, proponer varios tipos posibles de Subactos. 2.2. Caracterización estructural del Subacto: sobre las relaciones entre subactos integrantes de un acto complejo Por lo que atañe a la perspectiva estructural, debe considerarse que está ligada al carácter simple o complejo del acto que contiene el/los subacto/s, según su constitución interna unitaria o plural (uno o más subactos). Así, la naturaleza estructural del subacto debe entenderse en un doble aspecto: uno 24 Nuestra visión de grupo de entonación coincide con la de Quilis y otros (1993: 56-57), esto es, “la porción de discurso comprendida entre dos pausas, entre pausa e inflexión del fundamental, entre inflexión del fundamental y pausa, o entre dos inflexiones del fundamental que configura una unidad sintáctica más o menos larga o compleja (sintagma, cláusula, oración)”. 25 Sin embargo, debemos insistir en que no todo grupo de entonación representa necesariamente un Subacto; más exacto sería decir que la forma lingüística más habitual de representación del Subacto es el grupo de entonación: es posible hallar grupos de entonación que no son ni Actos ni Subactos, sino simplemente grupos de entonación, pero al margen de la estructura discursiva: son meras vacilaciones. Véase en cambio el caso de las construcciones suspendidas donde un grupo de entonación melódicamente inconcluso (abierto en anticadencia o suspensión), representa por sí mismo un Acto perfectamente inferible para el interlocutor. 126 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. afecta a su caracterización prosódico-estructural, otro a su caracterización semántico-informativa. 2.2.1. Caracterización prosódico-estructural. Subacto Señal y Subacto Señalado. Relaciones de jerarquización entonativa. Función integradora de la entonación La construcción del discurso conversacional por parte de los hablantes, actual y progresiva, nos lleva a pensar que posiblemente esta fase de producción de subactos sea simultánea, cronológicamente hablando, a la organización semántico-informativa; sin embargo desde el punto de vista de su realización efectiva, es anterior la construcción prosódica del discurso, su distribución en grupos de entonación sucesivos, y su ulterior integración en agrupaciones de subactos interrelacionados26. Resumiendo brevemente los avances hechos hasta ahora por el Grupo Val.Es.Co. en esta línea de investigación, podemos afirmar que la entonación es justamente el componente que suele marcar la dependencia de los dos principales elementos configuradores de un Acto, un subacto señal y un subacto señalado27; ello, por otra parte, se ha comprobado como recurso efectivo en muchas de las relaciones de subordinación sintáctica. Así, la altura tonal de la sílaba final de un grupo entonativo (esto es, la inflexión melódica o tonema) constituye un criterio estructural esencial, ya que aporta información sobre la naturaleza de la relación de dicho segmento con el grupo entonativo que le sigue inmediatamente. Es decir, una entonación baja (descendente) o un tono bajo al final de un primer grupo de entonación, suele implicar autonomía estructural entre dos grupos entonativos sucesivos. Esto es, cada grupo entonativo con final en tono bajo por relación 26 Efectivamente, como veremos después, consideramos que la escisión básica subacto señal/subacto señalado es previa a la consideración de un subacto como sustantivo o adyacente (véase apartado 2.2.2), porque, entre otras razones, el orden señal-señalado es independiente del carácter sustantivo o adyacente de los subactos. Puede haber, pues, un segmento señal sustantivo o adyacente, y lo mismo pasa con los segmentos señalados, pueden ser adyacentes o sustantivos. Entendida así la mecánica construccional del Acto, es mucho más fácil y coherente la estructura de los denominados Actos suspendidos y truncados: su configuración formal es exclusivamente prosódica (son grupos de entonación específicos), sin que se haga explícita integración alguna de dos o más grupos de entonación en una estructura de cierre (es decir, una curva melódica completa), ni, consiguientemente, una relación semántico-informativa entre tales grupos de entonación (simplemente, a nivel formal falta algo que, sin embargo, pragmáticamente, goza de plena vigencia en la mente de los interlocutores). 27 Los términos Señal y Señalado (traducciones respectivas de Repère y Réperé), proceden del Grupo de la Sorbona, constituido por varios investigadores interesados en la estructura del “enunciado oral espontáneo” (cfr. al respecto M. A. Morel y A. Rialland, 1992; L. Danon-Boileau, A. Meunier et al., 1991; M. A. Morel, 1992; M. A. Morel, 1993a, 1993b y 1993c). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 127 a su punto de ataque, mantiene una relación de yuxtaposición con la unidad entonativa vecina. Hablaremos en este caso de dos Actos distintos, y a esta decisión contribuye decisivamente el criterio estructural prosódico. Por el contrario, una entonación alta (o un tono elevado) al final de un primer constituyente (I), manifiesta una relación de encajonamiento o dependencia con el siguiente (II), y así sucesivamente. El segmento que acaba con tono alto (↑) se interpreta como subacto señal por relación al segmento siguiente, que constituye el subacto señalado, como ocurre en (27): (27) C: (I) porque ellos↑ (I) (II) se repartieron las tres mesas y me dejaron para que yo estuviera allí tranquila↓(II) (Hidalgo, 1997) De este modo, la estructura resultante del Acto tiene carácter recursivo, ya que gran número de secuencias discursivas configuran Actos articulados (constituidos por dos o más grupos de entonación) que se encajonan entonativamente los unos a los otros para construir el discurso oral28. 2.2.2. Caracterización semántico-informativa del Subacto: subactos Sustantivos y subactos Adyacentes Esta fase de estructuración se produce, muy probablamente con simultaneidad a la organización básica subacto señal/subacto señalado, de manera que dos o más subactos pueden mantener entre sí relaciones jerárquicas equiparables a las de la sintaxis (es decir, unos son, informativamente hablando, más importantes que otros). En este sentido, hemos establecido la distinción entre Subactos Sustantivos y Subactos Adyacentes. 2.2.2.1. Subactos Sustantivos Son segmentos que poseen contenido informativo (lo que podríamos denominar “sustancia” informativa). Son, pues, unidades llenas que disponen de contenido “proposicional” (algo que se predica de algo o de alguien), de modo que aportan la información “esencial” del acto. Los segundos, los subactos adyacentes no aportan información esencial para el Acto en que se integran, sino información al margen. Son, en este sentido, elementos extra28 Las reglas de jerarquización entonativa presentan, como se puede ver, ventajas claras en el análisis del habla espontánea, donde no siempre hay marcas sintácticas, léxicas o morfológicas capaces de explicar las relaciones entre las distintas partes de un Acto; en estos casos, la organización interna parece indicarse suficientemente sólo mediante lazos entonativos. 128 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. proposicionales, en la medida en que no forman parte de la estructura proposicional. De cualquier forma, el valor informativo de un Subacto se establece contextualmente, una vez reconocidos sus límites formales. Esta categorización semántico-pragmática puede concretarse de diversas formas, p.e., en la segmentación producida entre el tópico y el comentario29 en el interior de un Acto, o entre una oración principal y una oración subordinada en el período complejo, o incluso entre una primera oración coordinada copulativa y una segunda coordinada copulativa en el período compuesto. Así, p.e., el tópico, subacto substantivo (es decir, con sustancia semántico-informativa) que suele ocupar la posición de segmento señal, presenta habitualmente una entonación ascendente (anticadencia o semianticadencia), como en la primera intervención de B en (28): (28) B: sí↓ [eso↑ (TÓPICO) =] A: [mira este↑ Albacete] B: = eso sí que lo sé (Hidalgo, 1997) Reconocemos en estos casos un único acto, segmentado en dos subactos y, de acuerdo con lo expuesto en 2.2.1., hablaremos de dos segmentos potenciales en el Acto: un Subacto Señal o primera parte del acto y el Subacto Señalado o segunda parte del acto. La relación ulterior que se establezca entre estos elementos podrá ser diversa; lo importante es que ambos, Señal y Señalado, sean entendidos como grupos de entonación informativamente relevantes. Por este motivo son subactos sustantivos: ambos representan aporte informativo efectivo. Con todo ello parece posible llegar a una caracterización pragmasintáctica del subacto, lo que nos lleva a la diferenciación inicial básica entre subactos sustantivos directores, subactos sustantivos subordinados y subactos sustantivos topicalizados. En primer término, pues, tal como se entienden los subactos sustantivos, distinguimos dos clases según su función estructural en la organización interna del Acto: los Subactos Sustantivos Directores (SSD) y los Subactos Sustantivos Subordinados (SSS). El SSD resulta potencialmente aislable y equivale (semántica e informativamente) a la esencia misma del Acto, esto es, a su conjunto. Por su parte, el SSS se halla supeditado funcionalmente al SSD, en la idea de que suele aportar algún tipo de dependencia, ya sea semántica, ya sea pragmática, respecto de dicho SSD. Véase así el ejemplo (29): 29 Entendemos tópico y comentario en el sentido de Hockett (1958). Véase también Padilla (2001d) y (2005). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 129 (29) A: ¿podría hacerle una encuesta? B: no (SSD), porque tengo prisa (SSS) En cualquier caso, sólo puede haber un SSD en el mismo Acto, pues en caso contrario ya no estaríamos hablando de un solo Acto, sino de dos (o más). Como detalle formal, la determinación de la relación subacto sustantivo director-subordinado parece venir marcada por la presencia de una conjunción o partícula capaz de establecer vínculos “convencionales” entre los subactos afectados. La relación subacto señal/subacto señalado se reconvierte hacia una relación subacto director/subacto subordinado o subacto subordinado/subacto director, según la naturaleza lingüística específica de la partícula en cuestión (pero, porque, aunque, o sea, etc.) En ocasiones, sin embargo, en el curso de su emisión el hablante escinde ciertos fragmentos cuyo estatuto jerárquico plantea dudas sobre su segmentación. Nos referimos a los fenómenos de dislocación (DSL) o topicalización (TOP) (véase Padilla, 2001d y 2005)30. El caso de las DSL es bastante claro, ya que su vinculación sintáctica con el resto del Acto (o construcción sintáctica en curso) impide que la podamos considerar como Acto en sí mismo: (30) A: síi/ echa/ este tronco lo mandamos a tomar por culo Ahora bien, la presencia habitual de una breve pausa como marca de separación entre una TOP y el segmento del que se desgaja, podría hacernos pensar en un Acto diferente. De cualquier forma, la escasa duración de esta pausa no parece criterio suficiente para establecer la existencia de dos Actos diferentes: (31) B: es un chorizo de mucho cuidado/ ese La TOP será considerada, pues, como parte integrante del Acto. Ahora bien, si la duración de la pausa es más amplia y, sobre todo, significativa estructuralmente, cabe la posibilidad de considerar dos Actos diferentes, en cuyo caso se descartará la existencia de TOP. Por lo general, pues, los elementos topicalizados o dislocados (a la derecha o a la izquierda) no deben considerarse nunca como Actos, sino como Subactos (véase al respecto Padilla, 2001d y 2005). Y, además, puesto que poseen contenido semántico (sus30 En general, de acuerdo con Padilla (2005) consideramos como DSL, sea a la izquierda o a la derecha, toda estructura que presenta los rasgos [+clítico referencial], [+se mueve un OD/OI], [-se mueve un elemento distinto de OD/OI]. En la topicalización en cambio se cumplen los rasgos [-clítico referencial], [-se mueve un OD/OI], [+se mueve un elemento distinto de Objeto]. 130 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. tancia informativa) deben ser considerados como un tipo específico de subactos sustantivos. En definitiva, este tipo de estructura nos permite introducir un nuevo tipo de subacto, con respecto al cual cabe introducir ciertas consideraciones: desde nuestra visión de la unidad subacto, sólo pueden ser entendidas como tales las topicalizaciones (a la derecha o a la izquierda) que configuren grupos de entonación independientes Por lo que respecta a las TOPs a la izquierda, cuando van disociadas de la curva principal se observa un comportamiento particular: a) Por lo general, no existe pausa obstruyente delimitando la TOP, frente a las afirmaciones de algunos autores (véanse Geluykens, 1992; Zamora, 2002; etc.) b) Existe una tendencia manifiesta a enfatizar prosódicamente el tonema final del grupo constituido por la TOP, ya que en muchos ejemplos la Fo final alcanza o supera31 el promedio tonal del hablante. Estos valores de Fo indican cierto grado de insistencia sobre lo dicho, teniendo en cuenta, además, que al efectuar dicha elevación el hablante rompe el curso prosódico normal de la curva entonativa, favoreciendo, pues, la ruptura de la estructura prosódica en curso. (32) 28 B: 117,7 una cafetera↑ 128.9 121,7 siempre viene bien 125.2 (1,4) (33) 9 A: 203,5 ell autor↑ 230.1 no recuerdo ahora mismo cómo se llama↓ 182 Estos hechos significan que, efectivamente, las TOPs a la izquierda manifiestan suficientes recursos prosódicos, y lo suficientemente relevantes desde el punto de vista funcional, como para formar grupos de entonación independientes. A ello se añade que se trata de grupos de entonación informativamente sustanciales (es decir, aportan un realce semántico-pragmático sobre ciertas partes del acto, disociándolas del resto del acto y otorgándoles una posición inicial de privilegio). Entendemos, pues, que constituyen un tipo particular de subacto sustantivo: son Subactos Sustantivos Topicalizados Anticipadores (SSTA). En este sentido, el ascenso entonativo al final de los mismos, así como el tono elevado sobre la línea melódica en curso, y en relación al segmento discursivo siguiente, nos hace ver estos segmentos como señales por relación a lo que sigue. En realidad, en estos SSTA el tonema ascendente representa una ruptura con respecto a la curva melódica general, lo que le confiere su especial carácter enfático. 31 Levemente o, a veces, ostensiblemente, en función del énfasis realizado. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 131 En ocasiones al tonema ascendente que da a estos segmentos el estatuto de grupos de entonación independientes se suman otros factores que coadyuvan en la consideración de un SSTA; así en (34) hay un elemento lingüístico (“una persona liberal”) separado del verbo (“para mí es”), y uno de los rasgos lingüísticos de la TOP es precisamente su separabilidad del verbo que afecta, especialmente, a los sujetos en posición preverbal: (34) 21 G7: #eso tampoco es # #una persona liberal↑ [SEÑAL-SSTA] para mí es una persona que tienee/ unos principios ¿no? y quee- oye/ intenta cumplirlos? a rajatabla ¿no?/// simplemente # Las TOPs a la derecha, por su parte, son menos frecuentes que las TOPs a la izquierda, quizás porque resulten menos eficaces como recurso enfático. Si esto es así, no es extraño que las TOPs a la izquierda sean más frecuentes que las TOP a la derecha, ya que el realce y la intensificación son mecanismos de alto rendimiento funcional en la conversación coloquial. Pues bien, las características prosódicas más destacables de las TOPs a la derecha son: a) Tampoco hay pausa obstruyente, en general, entre el segmento previo y la TOP. b) Por su ubicación entre dos tonemas demarcativos (el precedente y el final), constituyen un grupo de entonación independiente. Si bien, por su posición (final) se integran cómodamente en el curso melódico general de la curva principal (es decir, presentan tonema descendente cuando la curva es aseverativa, y tonema ascendente si la curva principal es interrogativa o inacabada, como p.e. en los actos suspendidos). c) Tanto informativa como prosódicamente podemos considerarlas como subactos independientes, ya que configuran un grupo de entonación individual con valor informativo efectivo (es decir, aportan información adicional o suplementaria a lo comunicado previamente en el discurso): los hemos denominado por ello Subactos Sustantivos Topicalizados Clarificadores (SSTC). Desde el punto de vista de su relación prosódica con el segmento previo, configurarían lo que hemos llamado segmentos señalados32, es decir, determinan el final del acto y se constituyen como subactos sustantivos relacionados (encajonados o determinados) con el segmento inmediatamente precedente. 32 Véanse Hidalgo (1997), Hidalgo (2003) e Hidalgo (en prensa). 132 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. (35) 37A: 205,5 o sea yo he vivido allí hasta los dieciocho años en el pueblo↓ 211.2 196,7 en Las Pedroñeras↓187.4 (36) 14 B: ¿126 se llama↑ 142,3 (0,4) 126,7 Madrigueras↑ 149,1 123,7 el pueblo↑ 141,1? Por lo que respecta a las focalizaciones, esto es, el realce prosódico de determinados segmentos enunciativos, son fenómenos de énfasis menos “regularizados” dentro de las construcciones hasta ahora analizadas, es decir, su papel en la microestructura discursiva es escasamente relevante desde el punto de vista demarcativo. Su variedad formal, derivada de la intencionalidad específica del hablante en cada caso, ofrece la posibilidad de que los elementos focalizados puedan ser muy diversos (sílaba, conjunto de sílabas o sonidos, palabra, conjunto de palabras, subacto, acto, e incluso toda una intervención en el nivel dialógico): (37) 1 A: por ejemplo↑ 211.6 272,9 una cafetera↓ 183.7 (0,2) 2 A: estábamos hablando de PONER UNA CAFETERA 3 A: 180,3 es que↑ 336.1 304,4 en las m·quinas esas hacen un café horrible 279.7 (0,7) (38) 16A: 153,5 NO ESTOY HABLANDO de una cafetera esPRÉS ?292,8 de las del bar 203,9 Es menos predecible, por no decir nada predecible, su capacidad para conformar un subacto, y su aparición depende sólo del deseo específico del hablante. Su función en la conversación no es la de organizar estructuralmente la intervención, sino la de realzar ostensiblemente un determinado segmento de discurso según las necesidades situacionales: su valor es netamente pragmático y su función pragmática más razonable es la de intensificación33. (39) 41 B: sí sí↓ claro 120 (0,5) [supermorena] 42 A: [soy-] 236,1 soy BLAANCA COMO LA NIEVE↓ 243,6 En síntesis, en función de la posición que ocupe el elemento topicalizado hablaremos de subactos sustantivos anticipadores (a la izquierda) o clarificadores (a la derecha), denominación (anticipadores~clarificadores) que confirma 33 Véase al respecto la denominación que se da en Hidalgo (2002) a estos fenómenos y su atribución funcional (se trata de casos de amplitud global). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 133 a su vez la relación existente entre la estructura Tópico/Comentario y el contenido de los distintos subactos sustantivos que conforman el acto. Por lo demás, el predominio de SSTA se relaciona, evidentemente, con la caracterización de la primera posición como posición preeminente o de privilegio. Si el realce y la intensificación son, como hemos dicho, mecanismos de alto rendimiento funcional en la conversación coloquial, es esperable que las construcciones que colocan un elemento en esta posición (inicial a la izquierda) sean las más frecuentes. 2.2.2.2. Subactos Adyacentes La segmentación posible del acto no se agota con los subactos sustantivos, ya que también existen otras estructuras constitutivas integradas, los Subactos Adyacentes. La relación señal-señalado establece un lazo, inicialmente prosódico, que anticipa la continuación de la estructura en curso; ese lazo puede concretarse de diversas maneras y ser “rellenado” por subactos de diversa índole. Es importante tener esto en cuenta sobre todo en los casos en que un Acto está encabezado o delimitado por subactos adyacentes: partimos de la hipótesis de que sólo debe haber un subacto señal por cada acto; puede haber en cambio uno o más subactos señalados, representados por distintos tipos de estructuras que, deberán, en principio, mantener el curso normal de la curva melódica en proceso. A diferencia de esto en el caso de subactos adyacentes interpuestos, su articulación prosódica parece producirse al margen de la curva melódica principal, como si se tratase de una ruptura momentánea de la construcción, un paréntesis al margen de dicha estructura que, inmediamente, es recuperada prosódicamente en el curso del propio acto. Por otro lado, como hemos avanzado con anterioridad, un Subacto Adyacente no aporta información esencial al Acto en que se integra, sino más bien información al margen. Por lo demás, de acuerdo con la matización específica que aporten a la proposición es posible distinguir varios tipos fundamentales. En este sentido, algunos de los llamados marcadores discursivos, entre los que figurarían formas como pero, porque, sin embargo, además, oye, vamos, entonces, etc., desarrollan una diversidad funcional en cuanto a su comportamiento demarcativo que conviene comentar. Subactos Adyacentes Textuales (SAT) Ciertos marcadores pueden expresar lazos con un texto o emisión anterior: desde el punto de vista comunicativo, marcan al interlocutor que se le ha escuchado, y proporcionan al hablante el tiempo necesario para planificar lo que va a decir; desde el punto de vista enunciativo, sitúan lo que se va 134 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. a decir frente a lo ya dicho. Algunos marcadores, pues, deben ser entendidos como una clase específica de marcas reguladoras, capaces de organizar y distribuir el flujo del habla, que no representan por sí mismas aporte semántico. Constituyen por tanto un tipo particular de subactos adyacentes, que podemos denominar textuales34. Por otro lado, un marcador puede desarrollar papeles funcionales diferentes según su realización prosódica específica (±prominente)35. Así, un conector alto puede, p.e., marcar el límite de una unidad, esto es, el final de un Acto y el comienzo del siguiente, representando así un papel anafórico y/o argumentativo. Obsérvese al respecto el valor argumentativo, introductor de un nuevo Acto, presente en el marcador entonces de (40)36: (40) B: ya↓ pero si me dices eso ya↑ estamos tergiversando los resultados A: no↓ porque yo realmente↑ no me doy cuenta de que has apretado el botón que has apretado^ <entonces↑ (260 hz) estoy hablando con toda la [naturalidad=] B: [yaa] A:= del mundo↓ te lo prometo↓> (Hidalgo, 1997) Efectivamente, comprobamos aquí que una realización prosódica con prominencia elevada (260 Hz de F0) sobre entonces favorece la autonomía y aislabilidad del segmento “entonces↑ estoy hablando con toda la naturalidad del mundo? te lo prometo?”, con respecto del segmento precedente “no↓ porque yo realmente↑ no me doy cuenta de que has apretado el botón que has apretado^ ”. Un conector bajo (es decir, un marcador sin prominencia tonal) suele funcionar en cambio como enlace sintáctico puramente local. No marcará, pues, el comienzo de un nuevo Acto sino, en su caso, el comienzo de un Subacto (Subacto Señalado), tal como ocurre con el marcador pero (emitido a una F0 de 200,2 Hz) en (41), donde C continúa un mismo Acto en dos intervenciones diferentes: 34 Más exactamente, de acuerdo con Chafe (1993), se trataría de un subtipo de grupos de entonación reguladores textuales, que pueden llegar a ocupar un contorno entonativo propio y que expresan vínculos de naturaleza diversa entre lo que antecede y lo que sigue, ya sea en el interior de una misma intervención, ya sea entre intervenciones correspondientes a hablantes diferentes. 35 En el ámbito hispánico, si bien desde una perspectiva más auditiva que acústica, A. Briz (1993a: 150-161) ha reconocido igualmente la participación decisiva de la prosodia en la delimitación de la función sintáctico-pragmática de algunos “conectores”. Sobre tal diversidad cfr. también A. Briz y A. Hidalgo (1998). 36 En los ejemplos (40) y (41) aparece indicado entre paréntesis el valor que alcanza en ese punto la Frecuencia Fundamental (Fo), magnitud físico-acústica que se mide en herzios (Hz). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 135 (41) C: hay truuucos (( )) hay muchos trucos ahí↓ que yo todavía no los tengoo [(( )) controlaos↑ =] B: [apretar botoncitos] C: = pero→ (200,2 hz) // sí↓ pero hay otros↑ que no→ tengo todavía muy claro↓ (Hidalgo, 1997) Esquemáticamente la estructura del acto articulado por C en (41) sería: hay truuucos hay muchos trucos ahí↓ que yo todavía no los tengoo controlaos↑ > SUBACTO SEÑAL pero→ // sí↓ pero hay otros↑ que no→ tengo todavía muy claro↓> SUBACTO SEÑALADO (donde ACTO = SUBACTO SEÑAL + SUBACTO SEÑALADO) Subactos Adyacentes Interpersonales (SAI) Otros subactos adyacentes representan la interacción entre hablante y oyente, por lo que los podríamos considerar como grupos reguladores interpersonales, esto es, Subactos Adyacentes Interpersonales. Nos referimos con ello a segmentos de diversa naturaleza: – unidades como mm, sí, oh, ya, etc., siempre que funcionen en la conversación como muestras de atención del oyente hacia su interlocutor, como en la segunda intervención de L en (42): (42) L: #yo también pienso que la- la religión es importante↑ / peroo tú te la- la puedes entender de una forma o de otra/// ¿sabes?# E: #él es/ tranqui tranqui# L: mm E: o sea→ L: ((en determinados momentos)) – interrogaciones fáticas del tipo ¿sabes?, ¿no? ¿eh?, etc., cuando actúen como recursos apelativos del hablante hacia el oyente, como en (43): (43) L: #yo también pienso que la- la religión es importante↑ / peroo tú te la- la puedes entender de una forma o de otra/// ¿sabes?# 136 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 137 En estos casos, es bastante frecuente la presencia de subactos apelativos al final de un acto. Su papel principal se sitúa entonces en el ámbito interactivo, de la alternancia de turnos, no afecta por tanto a la estructura misma del Acto, ni desde un punto de vista prosódico, ni informativo, ni pragmasintáctico: viene a marcar un Lugar de Transición Pertinente que puede o no ser ocupado por el oyente; es el caso de °(entiendes)° en (44): O bien, modalizan el acto en cuanto a su posible carácter tajante; podría ser visto entonces como un subacto atenuador, como es el caso de “simplemente” en (48): (44) 8 E4: #bien yo qué sé- yo por ejemplo↑/ no sée// a mí me parece muy bien lo que hace cada uno? # #que yo no estoy de acuerdo↑ no quiere decir que yo le critique ni que no/// °(¿entiendes?)° # (48) 21 G7: #eso tampoco es# / #una persona liberal↑ para mí es una persona que tienee/ unos principios ¿no? y quee- oye/ intenta cumplirlos↓ a rajatabla¿no?/// simplemente # o de “¿no?” en (45): (45) 12 E6: #yo tengo unos principios# y #para mí hay valores fundamentales# 13G3: #eso#/ #y tú los sigues ¿no?# Subactos Adyacentes de Encuadre (SAE) Este tipo de subactos cumplen las condiciones prosódicas, estructurales e informativas de los subactos adyacentes, pero a ello se añade alguna nota funcional más. Cabe suponer que estos subactos (del tipo “ahora”, “aquí”, “después”, etc.)38, muchas veces delimitados por un tonema ascendente de ruptura melódica con respecto a la curva principal, puedan cumplir un papel específico en la estructura del Acto que constituyen; como hipótesis planteamos que se trata de subactos adyacentes de encuadre espacio-temporal del Acto en que se integran. Cumplirían, en este sentido, un papel organizador, similar al de ciertos marcadores discursivos que, recuérdese, cuando constituyen grupos de entonación independientes se conciben en nuestro sistema como subactos adyacentes; por lo demás, recuérdese también que cuando estos subactos se inscriben en el interior del Acto como aparentes rupturas de la curva melódica en curso, su presencia no afecta, al tratarse de subactos adyacentes, a la configuración del esquema básico subacto señal+subacto señalado. Por lo demás, consideramos que el significado de estos elementos es genérico, fuertemente sometido al contexto: hacen referencia a las coordenadas espacio-temporales que constituyen el entorno situacional específico en que se desarrolla la conversación. Tal es el caso de “ahora” en (49) o “después” en (50): Subactos Adyacentes Modalizadores (SAM) Estos subactos introducen algún tipo de matización específica sobre el Subacto Sustantivo al que se adhieren (atenuación, actitud del hablante ante lo dicho, etc.); funcionan, pues, como modalizadores del discurso, por lo que los hemos denominado Subactos Adyacentes Modalizadores (SAM). Ejemplos de este grupo son algunas expresiones con el verbo decir en 1ª o 3ª persona del singular, como digo yo, expresiones del tipo no sé, yo qué sé, etc. Obsérvese que en algún caso un SAM puede encabezar el Acto de modo que podría ser catalogado como “preacto” (lo que, entre otras cosas, podría hacernos pensar en un tipo específico de SAM): (46) E: (…) #yo qué sé/ no se trata de ser/ extremista o a rajatabla y de aquí ya↑ # En otras ocasiones estos SAM expresan explícitamente el punto de vista del emisor sobre su discurso37: (47) B: pero no dec- no decía nada A: nada↓ nada↓ y yo→ pero ¡qué aburrimiento! de verdad↓ y (( )) eres una 37 Obsérvese que en tales casos el SAM parece manifestar características prosódicas específicas (p.e., suele realizarse con una entonación descendente y prominencia tonal elevada). Morfosintácticamente puede estar representado por diversas categorías: un adverbio o expresión adverbial de modalidad, un pronombre personal, una fórmula verbal, un grupo conjuntivo complejo, etc. persona francamente aburrida↓ y además↓ sé quién eres ¿sabes? (Hidalgo, 1997) (49) 23 G8: #bueno la cues- la cuestión es que antes eras un poquito BEATA↑/ (SEÑAL) y a(ho)ra↑ (SAE) lo eres menos ¿no? # (50) 27 G10: #CHICA/ no #/ #que han ido al colegio de monjas yy- al principio sí/ pero después↑/ (SAE) en cuanto te han dao un poquito dee libertad↑ # 38 Véase Padilla (2001a). 138 Antonio Hidalgo y Xose A. Padilla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Pensamos, en suma, que las funciones demarcativa e integradora de la entonación gobiernan los fundamentos de construcción del discurso oral; en realidad, la progresión del discurso tiene, primero, un carácter eminentemente prosódico y, después, informativo, de acuerdo con los intereses del hablante (y, por supuesto, según los diversos factores relativos a la situación conversacional y discursiva). Estos intereses pueden, pues, verse alterados, matizados, reforzados o, simplemente, prolongados en la línea del hablante. Esto explica que la estructura básica pueda presentarse bajo muy diversas formas superficiales. Así pues, si excluimos todo tipo de rupturas, autocorrecciones o vacilaciones de habla, que no cuentan a nivel estructural, observaremos que la fórmula básica señal/señalado puede presentarse bajo muy diversas combinaciones posibles de subactos: a) dos subactos sustantivos relacionados entre sí en el interior de un mismo acto (dos subactos sustantivos= Subacto Señal+Subacto Señalado). b) un único subacto sustantivo y 1 o varios subactos adyacentes previo/s y/o sucesivo/s y/o interpuestos. c) dos o más subactos sustantivos y uno o más subactos adyacentes previo/s y/o sucesivo/s y/o interpuestos. 3. CONCLUSIONES Planteadas, pues, las anteriores posibilidades de análisis, podemos afirmar que la conversación coloquial, real y espontánea, nos enfrenta a la necesidad de considerar un nuevo marco de segmentación que supere las carencias del análisis sintáctico convencional. Este nuevo marco, innovador pero conectado con la tradición europea de análisis de textos dialógicos, permite contemplar de forma complementaria aspectos sintácticos, prosódicos e informativos dando cuenta de la naturaleza de la relación que une las diferentes partes que forman los enunciados coloquiales (Actos). Resulta viable, pues, una descripción pormenorizada de los Subactos, que, definidos como elementos menores de la conversación, dan pie a una serie de esquemas más o menos complejos y variados. En este nuevo marco, encajan perfectamente las TOPs y las DSLs, construcciones sintácticas, aparentemente anómalas, que encuentran su lugar, ahora sí, en la sintaxis discursiva. Por lo demás, este trabajo plantea un paso más en el estudio de las unidades conversacionales señaladas ya por el Grupo Val.Es.Co. en otros trabajos, aportando una visión novedosa a la estructura del acto y a las relaciones que mantienen en su seno las unidades menores, esto es, los subactos. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. Las unidades menores del discurso 139 Para concluir quisiéramos resaltar que entre la sintaxis discursiva y la sintaxis tradicional hay, tal y como habíamos avanzado en la introducción, un camino bidireccional que debe examinarse con presupuestos nuevos a partir del estudio de muestras reales de habla similares a las aquí propuestas. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 109-143. BIBLIOGRAFÍA ANSCOMBRE, J.C. y Ducrot, O. (1988): La argumentación en la lengua. Madrid, Gredos. BRIZ, A. (1993a): “Los conectores pragmáticos en español coloquial (I): su papel argumentativo”, Contextos, XI, 21/22, pp. 145-188; ampliado en Briz (1998: cap. 7). BRIZ, A. (1993b): “Los conectores pragmáticos en español coloquial (II): su papel metadiscursivo”, Español Actual, 59, pp. 39-56; ampliado en Briz (1998: cap. 8). BRIZ, A. (1996): El español coloquial: Situación y uso. Madrid, Arco-Libros. BRIZ, A. (1998): El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática. 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Nuestro objetivo se centra en el estudio de expresiones verbales del tipo oh, you know, well, and en inglés, o “eh”, “pues”, “bueno”, “y” en español, entre otras, denominadas marcadores discursivos (Schiffrin, 1987), pero nuestro estudio también se extiende a los marcadores discursivos no verbales, gestos y elementos vocales no verbales que ayudan a dar coherencia y cohesión a lo que estamos diciendo. Es decir, en este artículo vamos a analizar el uso de los marcadores discursivos, verbales y no verbales, que se producen en la narración, con el fin de descubrir las posibles diferencias o semejanzas en la manera en la que hablantes de una misma cultura se expresan en su lengua materna y en una segunda lengua, concretamente en español como L1 y en inglés como L2. Los denominados marcadores discursivos (en inglés, discourse markers, discourse participles, o discourse operators) son expresiones del tipo well, oh, y’know, I mean, etc., cuyo principal uso o función es el de relacionar determinadas unidades discursivas, como los enunciados (Schiffrin, 1987; Maschler, 1994; Fraser, 1990, 1996; Lenk, 1998; Jucker y Ziv, 1998). Según Risselada y Spooren (1998: 132): … discourse markers can be defined as those natural language expressions whose primary function is to facilitate the process of interpreting the ORALIA, Vol. 9, 2006 146 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. coherence relation(s) between a particular unit of discourse and other, surrounding units and/or aspects of the communicative situation. As such, the category of discourse markers includes members of a number of different word classes, e.g. adverbs, connectors, parenthetical expressions, as well as particles in the sense referred to above. Hasta hace relativamente poco tiempo (años setenta), los marcadores discursivos eran considerados elementos lingüísticos sin valor y apenas se les prestaba atención alguna. Sin embargo, durante los años ochenta y noventa ha habido un gran número de estudios encaminados a aclarar su función discursiva. El primer estudio detallado de los marcadores discursivos lo realizó D. Schiffrin en 1987; en concreto, estudió el uso de los marcadores and, because, but, I mean, now, oh, or, so, then, well, and y’know. Schiffrin llega a afirmar que algunos elementos paralingüísticos y determinados gestos también pueden ser considerados marcadores discursivos. Así, Schiffrin (1987: 40) afirma que los marcadores discursivos son: (…) linguistic, paralinguistic, or nonverbal elements that signal relations between units of talk by virtue of their syntactic and semantic properties and by virtue of their sequential relations as initial or terminal brackets demarcating discourse units. Prueba del creciente interés por los marcadores discursivos son diversos estudios realizados desde distintas áreas de investigación como son la adquisición de lenguas (Andersen, Brizuela, DuPuy y Gonnerman, 1999; Kyratzis y Ervin-Tripp, 1993; Graciela Montes, 1999), la pedagogía (Lee, 2003; Bell, 1997; Smith Stvan, 2003) y la sociolingüística (Fuentes Rodríguez, 1985; R. Macaulay, 2002). Además, el uso y función de los marcadores discursivos se ha estudiado en distintas lenguas (Goldberg, 1980; Östman, 1981; Carlson, 1984; Schourup, 1985; Erman, 1987; Aijmer, 1988; Bazzanella, 1990; Cortés Rodríguez, 1991; Casado Velarde, 1991; Bell, 1994; Schwenter, 1996; Brinton, 1996 y Lenk, 1998; Portolés Lázaro, 1993; De Fina, 1997; Iñigo-Mora, 2006) y en distintos escenarios: comentarios televisivos en programas deportivos (Greasley,1994), debates políticos (Wilson, 1993), sesiones terapéuticas (Gerhardt y Stinton, 1994) o visitas médicas (Heritage y Sorjonen, 1994). Algunos autores (Fraser,1988, 1990, 1996; Risselada y Spooren, 1998) señalan que los marcadores discursivos son un tipo de pragmatic markers en tanto en cuanto “… they do not convey propositional meaning but fulfill other, more procedural functions” (Risselada y Spooren, 1998: 131). Dentro de estas funciones pragmáticas cabe mencionar la ayuda que proporcionan a la hora de: (1) producir y comprender un mensaje; (2) organizar la alternancia de turnos; y (3) crear una atmósfera interpersonal ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Marcadores kinésicos-discursivos 147 agradable (Fox Tree y Schrock, 2002: 728). En esta misma línea, Östam (1981: 39-40) señala que a pesar de que los marcadores discursos operan en dos niveles: el estructural (i.e. desempeñan una función clausal o textual) y el pragmático (i.e. realizan un papel interactivo o de actitud), el principal papel de los marcadores discursivos es el interactivo. De hecho, en un estudio recientemente realizado por Chodorowska (1997) sobre la función discursiva del marcador discursivo “¿me entiendes?”, esta autora concluye que “… Spanish, similarly to English, makes use of DMs to encode politeness in utterances.” (Chodorowska, 1997: 370) Aunque autores como Brinton (1996) señalan que se trata de elementos opcionales (i.e. su eliminación no genera oraciones agramaticales o inteligibles), lo cierto es que incluso estos mismos autores indican que los marcadores discursivos desempeñan una función vital a la hora de orientar al receptor al interpretar las intenciones del emisor del mensaje (Brinton, 1996; Brown y Yule, 1983). Además de la función conectora y su opcionalidad, Schourup (1999) señala una tercera característica esencial de los marcadores discursivos: “DMs are generally thought to contribute nothing to the truth-conditions of the proposition expressed by an utterance (e.g. Blakemore, 1988: 183; Hansen, 1997: 161; De Fina, 1997: 340)”. Así pues, se trata de elementos que no alteran el contenido proposicional del enunciado. Según Schwenter (1996) un marcador discursivo tendría las siguientes características: (1) “they are phonologically reduced in comparison to their lexical sources and syntactically flexible”; (2) “they may appear sentence-initially, -medially, and -finally, at the beginning of a discourse or within it”; (3) “[they] are often used to initiate discourse, to indicate topic shifts, to hold turns of talk, to mark background or foreground information, and to signal the relationship between propositions” (ibid.) El presente estudio tiene como objetivo el análisis de los marcadores discursivos verbales y gestuales que producen en las narraciones informantes españoles en su L1 y su L2 (inglés). Existen importantes antecedentes: (1) Tal y como indica Norrick (2001: 851) el uso de los marcadores discursivos en el relato de historias es particularmente interesante: “Storytelling differs significantly from regular turn-by-turn conversation in its sequential implications, so that we might expect it to invest DMs with special organizational functions not found in other forms of talk.” (2) Los marcadores discursivos van íntimamente ligados al habla espontánea. Fox Tree y Schrock (1999: 280) indican que: 148 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Marcadores kinésicos-discursivos Discourse markers are rarely found in prepared or rehearsed speeches, but rarely absent in conversations. Many novelists make use of this distinction; their descriptions of the setting or plot have no you knows and so anyways, but the characters’ dialogues do. (3) Los gestos no sólo pueden considerarse marcadores discursivos (Schiffrin, 1987) sino que pueden llegar a desempeñar un papel esencial en la organización discursiva. Según Kendon (1995: 247): Much co-speech gesturing is substantive, in the sense that it contributes to various aspects of the content of the utterance of which it is a part, whether literally or metaphorically. However, we may also speak of pragmatic gesturing, which expresses aspects of utterance structure, including the status of discourse segments with respect to one another, and the character of the ‘speech act’ or interactional move of the utterance. METODOLOGÍA Para realizar este estudio, llevamos a cabo un experimento en el que seleccionamos 9 estudiantes de la titulación de Filología Inglesa de la Universidad de Sevilla1. Los informantes seleccionados eran todos de nivel medioalto, por considerar que en este nivel los sujetos están suficientemente familiarizados con todas las estructuras de la lengua, aunque no la hablan perfectamente. A cada informante se le muestra, por separado, un dibujo animado de Piolín y Silvestre (Tweety and Sylvester: Canary Row, Warner Brothers, 1950) en el que se desarrollan ocho historietas que describen las peripecias del pajarito intentando escapar del gato Silvestre. Después se les pide que cuenten a un compañero lo que han visto en el dibujo animado y se les solicita consentimiento por escrito para grabar con vídeo sus narraciones. Cada sujeto ve la película dos veces. La primera vez, se le pide que haga la narración en su L2, es decir, en inglés. La segunda vez, que tiene lugar una semana después, se le pide que describa lo que ha visto en su lengua materna, español. Las grabaciones se realizan en una habitación-laboratorio con la disposición y el equipo que se muestra en la Figura 1. Previamente, hemos explicado a los informantes que el objetivo de nuestro estudio consiste en valorar la memoria en L1 y L2 y que por ese El experimento que aquí se presenta es parte de un proyecto I+D financiado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología, bajo el título La Comunicación no verbal en la enseñanza de inglés y español como L2, BFF2002-00131. 1 149 Grabadora de voz Asiento del informante Asiento del receptor Figura 1 motivo es importante que describan todo lo que recuerden sobre el dibujo animado que han visto2. Las ocho historietas describen situaciones de acción con mucho movimiento, lo cual consideramos muy importante para las posteriores narraciones de nuestros informantes. Las situaciones son las siguientes: 1. Silvestre ve con unos prismáticos a Piolín en los apartamentos de enfrente y entra a buscarlo sin haberse dado cuenta de que no se permite la entrada de perros y gatos, con lo cual lo echan a la calle de manera violenta. 2. Silvestre decide que debe salvar el obstáculo de la entrada y entonces sube agarrándose por la tubería-desagüe que hay en la fachada y llega hasta la ventana donde está el pajarito, pero éste avisa a su dueña y ella lo echa de casa a paraguazos. 3. A continuación sube de nuevo por la tubería, pero esta vez por dentro. El pajarito, que es muy listo, se percata y tira una bola de bolera por la tubería. El gato se la traga y, con la bola dentro de la barriga, baja por la tubería y por toda la calle rodando, hasta la bolera que se encuentra al final de la calle. Por el ruido, imaginamos que se da un buen golpe con los bolos, que se oyen caer igual que cuando jugamos en una bolera. 4. Posteriormente, Silvestre encuentra a un mono que está bailando en la calle al son de una pianola que toca su dueño; le engaña con un plátano para que se acerque y le da una paliza para quitarle la ropa. Disfrazado de mono se va a la casa de la abuelita y de Piolín y después de buscarlo por diferentes sitios de la casa, la abuelita le da unas monedas, el gato saluda quitándose el 2 Es importante que los sujetos no tengan conocimiento sobre nuestro posterior análisis del uso de marcadores kinésico-discursivos que hacen en sus narraciones, ya que esto condicionaría enormemente su comportamiento comunicativo y, en consecuencia, los resultados de nuestra investigación carecerían de valor. 150 5. 6. 7. 8. Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. sombrero y entonces la abuelita le vuelve a dar un paraguazo y lo echa de la casa. Silvestre se mete en el casillero de la recepción de los apartamentos y oye cómo la abuelita solicita al recepcionista que envíe un botones para recoger su equipaje y su jaula porque se va. Silvestre se hace pasar por botones, sube al apartamento y cuando llama a la puerta no se da cuenta de que la abuelita lo ha preparado todo y le está tendiendo una trampa. Le dice que cuando abra la puerta que coja la maleta y la jaula y que ella bajará más tarde. El gato coge las dos cosas y cuando cierra la puerta tira la maleta y se agarra a la jaula que está cubierta con una sábana. Baja las escaleras corriendo hasta un callejón donde poderse comer a su presa y cuando quita la sábana de la jaula, allí está la abuelita esperándole con el paraguas para azotarle de nuevo. Todavía le quedan ganas de seguir intentando nuevas estrategias, así que se fabrica una especie de trampolín que pone en la calle debajo de la ventana en la que está Piolín. Se sitúa en un extremo y lanza una pesa al otro para que lo impulse hasta la ventana. Coge en el salto al pajarito, pero cuando llega al suelo, la pesa que había lanzado le cae sobre la cabeza y lo aplasta. Silvestre, ya desesperado, se sienta a calcular un plan perfecto, y dibuja un plano con las medidas exactas que hay desde su apartamento hasta el del pajarito, de manera que pueda lanzarse desde su ventana con una cuerda a forma de liana. Cuando ha terminado las mediciones oportunas, se lanza con la cuerda, pero tiene la mala fortuna de no alcanzar la ventana y da contra la pared. Por último, decide subirse a los cables del tranvía para ir andando sobre ellos, a modo de equilibrista, hasta la ventana de Piolín. Cuando se encuentra sobre los cables, viene el tranvía y tiene que huir a toda prisa manteniendo el equilibrio y recibiendo descargas eléctricas cada vez que el tranvía se aproxima. Cuando se enfoca la cabina de la máquina vemos que son la abuelita y Piolín los que conducen y empieza la música del final del dibujo animado. RESULTADOS A continuación, tablas 1 y 2, se indican los marcadores discursivos verbales, no verbales y mixtos (formados por elementos verbales y no verbales) utilizados por cada uno de los informantes en la apertura de sus narraciones en L1 y L2. Con apertura nos referimos al preámbulo que, a manera de introducción, aparece al inicio de cada grabación precediendo la descripción de las historietas. Marcadores kinésicos-discursivos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. 151 Tabla 1: Apertura Inglés L2 Sujetos MD Mixto S1 -eh + pierde mirada a la drcha -well + mira abajo -eh + mueve manos abajo -You know + mira drcha -a::nd + mira abajo -eh + mira izda. -eh + mira izda -a::nd + mira frente -eh + mira izda -I don’t know + mira infinito S2 -e::h + Mira hacia arriba (brazos cruzados) -e::h + Mira hacia arriba (brazos cruzados) -mmh + Mueve mano drcha hacia la drcha y la deja en esa posición S3 -eh + mira abajo -eh + mira abajo -a::nd + mira abajo -eh + mira infinito -eh + mira abajo S4 -E::m + Mira abajo mientras se toca el anillo de mano izda -E::m + Eleva la mirada -a::n(d) + Mira a la izda y se toca las manos -a::n(d) + Mira a la izda y se toca las manos S5 -a::n(d) + Mira a la izda y mueve ligeramente la mano izda. -a::n(d) + Mira a la izda y mueve ligeramente la mano izda. -a::n(d) + Mira a la izda y mueve ligeramente la mano izda. -Ehm + La mirada a la izda. -Mmh + Se lleva mano izda a pierna izda (piernas cruzadas) -E::h + Mira a la izda. -E::hm + Mueve mano izda S6 -A::m + Mira a la drcha y abajo y luego gira la cabeza a la izda S7 -a::n(d) + Mira hacia arriba -a::n(d) + Mira hacia arriba MD Verbal MD No Verbal Chasquido con la boca -well -but -a::n(d) -E::h - Mira a la izda y abajo y se toca el anillo mano izda con mano drcha. - Mira hacia arriba - Mira hacia arriba y se toca las manos. - Chasquido con la boca -You know -Levanta la cabeza -Chasquido con la boca 152 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Tabla 1: Apertura Inglés L2 (continuación) Sujetos S8 S9 MD Mixto -Well + Mira hacia arriba y mueve el flequillo -Ehm + Baja la cara -You know + Asiente con la cabeza -Ehm + mueve la cabeza a la drcha -eh + mueve mano -eh + mira abajo -eh + mira abajo -eh + mira abajo -eh + cambia mirada -ehe + mira abajo y mueve pierna -eh + mueve cabeza+mira abajo -eh + mueve cabeza y mira abajo MD Verbal 153 Gráfico 1: MDs Apertura Inglés L2 MD No Verbal -Suspiro Gráfico 2: MDs Apertura Español L1 Las tablas 3 y 4 contienen los MDs utilizados en los cierres de las narraciones. Los cierres, que no aparecen en las descripciones de todos los informantes, se utilizan como broche final para no terminar la narración de manera brusca. Tabla 2: Apertura Español L1 Sujetos MD Mixto MD Verbal S1 -eh + mira izda S2 -e:hm + mueve manos -e:h S3 -bueno + mueve manos y mira izqda -eh + mira abajo S4 -pue::s + mira hacia arriba -y:: S5 -y que:: + los ojos miran a drcha e izda -e:hm + mira a la drcha -bueno + mira a la drcha y abajo S6 -pues S7 -eh + agacha la cabeza y tose -Entonces + levanta la mano S8 S9 -bueno + mueve cabeza y se sienta bien Marcadores kinésicos-discursivos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Tabla 3: Cierre Inglés L2 MD No Verbal -Suspiro -Mira abajo -Mira abajo y mueve las manos -Cierra ojos -Chasquido con la boca -Chasquido con la boca -Mueve mano -eh Sujetos MD Mixto S1 S2 -a::nd + Mueve mano izda indicando fin S3 -and + mueve manos indicando final S4 S5 S6 -so + Mueve cabeza a la drcha S7 -and + Mueve ambas manos indicando final -and + mueve cabeza y ojos indicando final y también manos -and + mueve cabeza indicando final S8 Los gráficos 1 y 2 reflejan los porcentajes de MDs según su tipología: mixtos, verbales y no verbales. MD Verbal S9 MD No Verbal -Gesto moviendo cabeza -Mueve manos indicando final -Sonrisas -Frunce la boca, mueve mano izda dos veces y mueve pierna izda. -Mueve boca y dedos pulgares de ambas manos -Mira a la izda -Canturrea musiquita del final del dibujo para indicar que es lo último que sucede 154 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Tabla 4: Cierre Español L1 Sujetos S1 S2 S3 S4 S5 S6 S7 S8 S9 MD Mixto -y:: + mueve cabeza y manos -y + mueve hombros MD Verbal Marcadores kinésicos-discursivos 155 Tabla 5: Descripción Historietas Inglés L2 MD No Verbal Risas -y + mira abajo Chasquido con la boca Los gráficos 3 y 4 muestran los porcentajes de MDs mixtos, verbales y no verbales en los cierres de las narraciones. Gráfico 3: MDs Cierre Inglés L2 Sujetos MD Mixto S1 -mmh + mira abajo -a::nd + mueve mano drcha -a::nd + mira abajo -a::nd + mano izda. -a::nd then + mira izda -a::nd + mira abajo -a::nd + mira abajo -a::nd + frunce ceño + mira arriba -a::nd + mueve cabeza + mira abajo -a::nd + mueve cabeza -yes + asiente con cabeza -a::nd + mira abajo -a::nd + mira abajo -oh yeah + asiente con cabeza -a::nd + mueve manos -a::nd + mueve manos -a::nd + mueve manos -a::nd + mira abajo S2 -a::nd + mira abajo -a:: + mueve mano izda -a::nd + mira abajo -a::nd then + mueve mano izda Gráfico 4: MDs Cierre Español L1 Si bien las tablas y gráficos anteriores hacían referencia a las secciones del discurso que preceden y siguen a las narraciones, las tablas 5 y 6 se centran en los MDs utilizados por los informantes en las narraciones propiamente dichas, es decir, en la descripción de las historietas que hemos indicado en el apartado anterior sobre metodología. S3 -e::h + mira arriba -a::nd + se toca la barbilla -e::h + mira abajo -the::n + mira arriba -e::h + mira arriba -mmh + mueve mano izda -the::n + mueve mano izda -e::h + mueve mano izda -a::nd + se toca barbilla con mano izda -a::nd a::nd + mira hacia arriba -a::nd the::n + mira a la drcha -a::nd + mira abajo -e::hm + mira abajo + mueve manos -a::nd + mira abajo y asiente -a::nd + mira abajo -e::hm + mira abajo -e::hm + mueve manos MD Verbal -a::nd -a::nd -a::nd -a::nd MD No Verbal -chasquido con la boca -chasquido con la boca -and the::n -the::n -a::nd -chasquido con la boca -chasquido con la boca -frunce boca -con mano drcha toca ojo drcho -suspira y soplido -chasquido con la boca -risa -chasquido con la boca -risa -chasquido con la boca 156 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Tabla 5: Descripción Historietas Inglés L2 (continuación) Sujetos MD Mixto S4 -a::nd + mira drcha e izda -e::hm + mira arriba -well + mueve ambas manos -the::n + mueve ambas manos -ehm + incica movimiento ascendente con mano izda -a::nd + mira arriba y a la izda -mmh + mueve mano izda -a::nd + une dedos de ambas manos -e::h + mueve mano izda como tirando un bolo -a::nd + mira a la drcha -a::nd + mira a la drcha -a::nd + mira arriba -a::nd + mira arriba -a::nd + mira arriba -well + abre los ojos ampliamente -a::nd + mira a la drcha -mmh + mira abajo -ehm + mueve mano izda -a::nd + mira arriba -well + abre los ojos ampliamente -a::nd a::nd + mira a la izda S5 -ehm ehm + mira drcha e izda -a::nd + mira a la drcha -a::nd + mira a la izda -a::nd + mira a la izda -a::nd + mueve piernas -a::nd + mira a la izda -mmh + mira hacia arriba -a::nd + se frota brazo izdo -e::h + mueve mano izda a drcha e izda -a::nd a::nd + se toca el pelo -mmh + mueve mano izda -mmh + mueve mano izda S6 -ehm + gira cabeza a la izda -ehm + mira a la drcha -a::m + mira arriba y a la izda -e::h + mira abajo -a::nd + mira abajo -a::nd + mira a la izda -the::n + mira abajo MD Verbal -a::nd -a::nd -a::nd -a::nd -a::nd -a::nd MD No Verbal -chasquido con la boca -risa -chasquido con la boca -chasquido con la boca -risa -chasquido con la boca -risa -chasquido con la boca -mueve cabeza a izda y drcha -chasquido con la boca -risas -chasquido con la boca -risas ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Marcadores kinésicos-discursivos 157 Tabla 5: Descripción Historietas Inglés L2 (continuación) Sujetos MD Mixto -a::nd + mira abajo -a::nd + mira abajo -a::nd + mira a la izda -a::nd + mira abajo S7 -well + mira arriba -ehm + mira arriba -a::nd + mira arriba -well, well + mira arriba -mmh + mueve ambas manos -a::nd + mira arriba -a::nd then + mira abajo y mueve mano -e::h + mueve manos -a::nd so + mira arriba S8 -a::nd mmh + mirada izda -then + mirada izda -then + mirada izda -and then + mirada izda -e::h + mira abajo -a::nd e::h + mira izda -and then + mirada izda -a::nd e::h + mira izda + mueve manos -a::nd e::h + mira izda + mueve manos -a::nd e::h + mira izda + mueve manos S9 -a::nd + mueve manos -a::nd then + mueve manos -e::h + mira abajo -then + mira abajo -then e::h + mira arriba y toca dedo -a::nd + mira arriba -then + mueve manos -then e::h + gesticula cara -a::nd e::h + gesticula cara -then + mira abajo -a::nd e::h + mira izda -a::nd e::h + mira izda -a::nd e::h + mira izda -then e::h + mira izda -a::nd ok + asiente con cabeza -a::nd + mueve manos -a::nd + mira izda MD Verbal MD No Verbal -chasquido con la boca -suspiro -chasquido con la boca -suspira -mira arriba -chasquido con la boca -chasquido con la boca -a::nd e::h -a::nd -a::nd -gesticula con cara 158 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Tabla 6: Descripción Historietas Español L1 Sujetos MD Mixto MD Verbal S1 -y:: + mira izda -y:: -e::h + mira abajo -y:: -y:: + mira abajo -entonces + mira abajo -y:: S2 -y:: + se toca la nariz -y:: -y:: + se toca el ojo drcho con -y:: mano drcha -y:: -y:: + se toca el ojo drcho con -y:: mano drcha -y:: + mira arriba y a la izda -después + se echa para atrás -mmh + da una palmada -y:: + se frota las manos -y:: cuando:: + se frota las manos -e::h + se toca la barbilla -despue::s + mueve mano izda -e::h + mueve ambas manos -y:: + se toca los labios con la lengua -y:: ya:: + se encoge de hombros -e::h + mira abajo -y:: mueve mano izda -y:: se arrasca el cuello S3 -e::h + mira abajo -y:: -y:: + mira abajo -y:: -y:: + mira abajo -y:: -e::h + mira abajo -y:: -y:: + mira abajo S4 -despue::es + mira arriba -y:: -despue::es + se toca los labios con -entonces la lengua -y:: -y:: + mira abajo -entonces -entonces + mueve manos -y ahora -y:: + mira abajo -y:: y:: ya:: + abre manos -y:: S5 -y:: + mira drcha e izda -y:: -luego:: + mira arriba -y:: -y:: + mira a la drcha -y:: -y:: + mira arriba -y:: -luego:: + mira drcha -y:: + mueve piernas -y:: + mueve piernas -mmh + mueve manos MD No Verbal -chasquido -suspiro -suspiro -chasquido con la boca -suspiro -suspiro y se lleva dedo a la boca -suspiro -suspiro -se echa para atrás -se echa para atrás y suspira -gesticula con cara -chasquido con la boca -chasquido con la boca -chasquido con la boca ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Marcadores kinésicos-discursivos 159 Tabla 6: Descripción Historietas Español L1 (continuación) Sujetos MD Mixto S6 -e::h + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo S7 -mmh + mueve mano drcha -mmh + mueve mano izda -mmh + mueve mano izda -mmh + mueve la cabeza -e::h + mira abajo -luego:: + levanta mano izda -mmh + mira abajo -y:: + mueve mano drcha S8 -y:: + mira drcha -luego + mira drcha -entonces + mira abajo -luego + mira abajo S9 -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -luego + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -y:: + mira abajo -luego + mira abajo -y:: + mira abajo MD Verbal MD No Verbal -chasquido -chasquido con la boca -chasquido con la boca -risas -y:: -chasquido con la boca -chasquido con la boca -chasquido con la boca -chasquido con la boca -mira arriba y se toca el cuello -chasquido con la boca -chasquido con la boca -y: -luego: -y:: -y:: -luego: -y:: -y:: -y:: -mueve mano drcha Los gráficos 5 y 6 muestran los porcentajes de MDs en las descripciones de las historietas. Gráfico 5: MDs Descripción Historietas Inglés L2 Gráfico 5: MDs Descripción Historietas Español L1 160 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES Tal y como adelantábamos al principio de este artículo, hemos podido apreciar que las narraciones de nuestros informantes contienen diferentes tipos de marcadores discursivos: marcadores verbales, marcadores no verbales (cuando la cohesión se consigue sólo por medio de recursos paralingüísticos o kinésicos) y, por último, marcadores mixtos (cuando la coherencia viene dada por la asociación de marcadores verbales y no verbales). Con la finalidad de hacer un análisis exhaustivo que se centre en los mismos puntos del discurso de cada uno de los informantes y que nos permita localizar cada uno de los elementos en un momento de la narración, hemos estructurado cada descripción de la manera que se indica en la Figura 2. Narración del Informante 161 Marcadores kinésicos-discursivos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. El primer aspecto que llama la atención es el gran número de MDs mixtos en la L2. Si bien en la L2 el uso de MDs mixtos supone un 77% frente al 14% de MDs no verbales o el 9% de MDs verbales, en la L1 también se aprecian diferencias que sitúan a los MDs mixtos en un porcentaje del 48%, frente al 30% de MDs no verbales o el 22% de MDs verbales. Es decir, la supremacía del uso de MDs mixtos no sólo se da en la L2 respecto a la L1, sino en ambas lenguas frente a los otros tipos de MDs. Si se tiene en cuenta que en los MDs mixtos existe un componente no verbal importante, eso significa que los sujetos se valen de gestos y elementos paralingüísticos en un 91% (i.e. 14% + 77%) de los casos cuando la lengua empleada es el inglés (i.e. L2) y en un 78% (i.e. 30% + 48%) cuando es el español (i.e. L1). Esto refleja de manera inequívoca el papel crucial que se le debería otorgar a la comunicación no verbal en la enseñanza de segundas lenguas. Generalmente, cuando un sujeto ve mermada su capacidad lingüística en una lengua que no es la materna, siente la necesidad de apoyar su discurso en mecanismos no verbales104. El Gráfico 8 refleja el uso de los MDs en español (L1) y en inglés (L2) en los cierres: Gráfico 8: MDs Cierre L1 y L2 Apertura Cierre Descripción historietas 8 7 6 6 4 L2 3 2 2 0 L1 0 0 Hta. 1 Hta. 2 Hta. 3 Hta. 4 Hta. 5 Hta. 6 Hta. 7 Hta. 8 Figura 2 En el Gráfico 7, se puede apreciar el número de MDs (mixtos, verbales y no verbales) usados por los sujetos tanto en la L2 como en la L1 en las aperturas: Gráfico 7: MDs Apertura L1 y L2 50 MD Verbal MD No Verbal En los cierres ocurre algo distinto: los sujetos utilizan más MDs mixtos en la L1 que en la L2 en términos de porcentajes, aunque numéricamente haya más MDs mixtos en la L2 que en la L1. Según apreciamos en el Gráfico 8, los informantes utilizan un total de 6 MDs mixtos en la L2, frente a los 3 de la L1. Porcentualmente, sin embargo, el cómputo de la L2 equivale a un 46%, frente al 54% de los MDs no verbales en la misma L2 (7 MDs computados). En la L1, los 3 MDs mixtos computados equivalen al 60%, 44 40 L2 30 20 MD Mixto 11 10 5 5 8 7 0 MD Mixto MD Verbal MD No Verbal L1 3 Véase Álvarez Benito e Iñigo Mora (2005) sobre las estrategias discursivo-kinésicas de la evasión en la L2. En este artículo se señala cómo gran parte de las evasiones se producen sólo en el nivel de comunicación verbal, pero no en el nivel no verbal, subrayando la clara función discursiva que los elementos no verbales desempeñan en la comunicación. De esta manera, se argumenta que la comunicación no verbal hace de puente entre el conocimiento que un aprendiz tiene de la L2 (i.e. su interlengua) y la L2. 162 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. frente al 40% de los MDs no verbales encontrados en L1 (2 MDs computados). También conviene indicar que: 1. No existe ningún caso de MD verbal ni en la L1 ni en la L2, lo que sugiere que en el 100% de los casos existe un componente no verbal en la narración. 2. El número de los MDs no verbales en la L1 es menor (i.e. 40%) que en la L2 (i.e. 54%). Estas dos observaciones nos conducen a dos conclusiones: (a) que al igual que en la apertura, el componente no verbal siempre es mayor en la L2; y (b) que en los cierres existe un uso mucho más acusado de los MD no verbales. Esto puede deberse, en gran parte, a la naturaleza misma de los cierres. Estos representan una especie de “broche final” en la coherencia discursiva; le comunican a su receptor que ya se ha finalizado un tema y se va a comenzar otro nuevo. En este sentido, nos encontramos ante una transición de tema y el sujeto siente una necesidad imperiosa de expresarlo verbal y no verbalmente. Finalmente, el Gráfico 9 muestra el número de MDs en inglés (L2) y en español (L1) usados en la descripción de historietas: Gráfico 9: MDs Descripción Historietas L1 y L2 150 100 119 L2 68 50 17 29 33 26 L1 0 MD Mixto MD Verbal MD No Verbal Al igual que ocurría en las aperturas, los MDs mixtos son más numerosos en la L2 (70% frente al 55% de la L1). Además, también es interesante destacar que en la L1 el uso de los MDs verbales es superior al de los no verbales (i.e. 24% frente a 21%) y, sin embargo, en la L2 el uso de los MDs no verbales dobla el de los MDs verbales (i.e. 20% frente a 10%). Estos números nos llevan a dos conclusiones: 1) El sujeto confía más en el componente verbal cuando se expresa en su L1 y por este motivo utiliza más MDs verbales que no verbales. 2) La falta de fluidez en la L2 hace que a menudo tenga que recurrir a elementos no verbales para poder expresar mejor lo que quiere decir. Marcadores kinésicos-discursivos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. 163 Además, es interesante mencionar que un buen número de los MDs no verbales son elementos paralingüísticos como risas, suspiros o chasquidos con la boca. Nuestra opinión es que estos elementos, por una parte, suplen el conocimiento de un conector adecuado y, por otra, reflejan nerviosismo al expresarse en una lengua no materna. En consecuencia, una de las conclusiones claras de este estudio, y que se puede apreciar en los gráficos expuestos anteriormente, es que el uso de marcadores discursivos es mucho más acentuado en la L2 que la L1, tal y como podemos apreciar en el Gráfico 10. Este gráfico muestra una visión de conjunto de los marcadores utilizados a lo largo de todo el discurso de los informantes, sin hacer distinción entre apertura, descripciones o cierre. Gráfico 10: MDs en todo el Discurso en L1 y L2 200 169 150 100 L2 82 27 50 34 48 35 L1 0 MD Mixto MD Verbal MD No Verbal Como ya apuntábamos con anterioridad, quizá una de las razones del incremento de MDs en la L2 pudiera ser la necesidad que tiene el informante de dar coherencia a un mensaje que es mucho menos fluido que el que produce en la L1 y, por lo tanto, cuanto menor es su fluidez en la L2, mayor será el número de MDs utilizado. Otro aspecto a destacar es la función cohesiva de los elementos no verbales, tanto de los kinésicos como de los paralingüísticos. El porcentaje más alto en todo el discurso corresponde al uso de MDs mixtos, tanto en L1 como en L2, donde el marcador verbal aparece en sincronía con un marcador no verbal. El uso de marcadores mixtos está seguido por los MDs no verbales (gestos y elementos vocales no verbales) y, por último, los MDs verbales. También hemos podido comprobar que la diferencia entre la L1 y la L2 en el uso de los MDs no es sólo cuantitativa, sino también cualitativa. Si bien la función primordial de los MDs, tal y como ya hemos mencionado, es la de dar cohesión al mensaje, en el caso de los MDs usados en L1, esa función cohesiva va orientada principalmente al receptor, para que reciba un mensaje coherente y comprensible. Sin embargo, en el caso de los MDs encontrados en las narraciones en L2, podemos apreciar que un gran porcentaje, sobretodo de MDs kinésicos o gestuales, no está orientados al receptor, sino al propio emisor. Es decir, esos MDs se utilizan por la 164 Isabel María Íñigo Mora y Gloria Álvarez Benito ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. necesidad del emisor de organizar la información que quiere expresar. En este sentido, la función cohesiva es más organizativa que comunicativa. Finalmente, resulta significativo que la gran mayoría de los elementos no verbales utilizados en los MDs mixtos estén asociados a gestos faciales, destacando los relacionados con la mirada. En el caso de los MDs mixtos en la L2, 114 de los 169 MDs producidos contienen gestos faciales, lo cual implica un 67,46%. En la L1, encontramos 49 de 82, lo cual supone un 59,76%. Sin embargo, en los MDs no verbales, vemos que predomina el uso de los mecanismos paralingüísticos (chasquidos, suspiros, risas, …). En concreto, en la L2 se encontraron 34/48 MDs paralingüísticos, lo cual supone un 70,8%, mientras que en la L1 se hallaron 26/35, un 74,3%. Si, además, tenemos en cuenta que los gestos, con la excepción de los que expresan emociones, no son universales y que dependen de la cultura, tendríamos que plantearnos un nuevo enfoque de la enseñanza de la L2, pues quizá el gesto utilizado en cuestión como MD en la L2 no es el más apropiado, ni el que mejor se entiende por hablantes nativos de esa lengua. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 145-166. Marcadores kinésicos-discursivos 165 BIBLIOGRAFÍA AIJMER, K. (1988): «Now may we have a word on this?: The use of ‘now’ as a discourse particle» en M. Kyto, 0. Ihalainen y M. Rissanen (eds.), Corpus linguistics: Hard and soft. Proceedings of the Eighth International Conference on English Language Research on Computerized Corpora, Amsterdam, Rodopi, págs. 15-34. ÁLVAREZ BENITO, G. e I. ÍÑIGO MORA (2005): «Estrategias discursivo-kinésicas de la evasión», AnMal electrónica (copyright de Analecta Malacitana), 18, www.anmal.uma.es ANDERSEN, E. S., M. BRIZUELA, B. DUPUY Y L. 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INTRODUCCIÓN Generalmente, los estudios sobre la entrevista médica, se basan en la interacción diádica médico-paciente, excepto el caso particular de las entrevistas pediátricas que se centran sobre todo en el eje interactivo madre-médico. En este trabajo, se considerará el funcionamiento enunciativo trilógico, producto del ingreso al esquema interactivo de un tercer participante, el acompañante del paciente. El formato participativo de este tipo de interacciones está determinado por la situación de poder propia de toda interacción en marco institucional; la autoridad y la jerarquía aparecen como elementos dados. Esta estructura hegemónica conlleva que sea el participante más poderoso quien determine tanto el tipo de discurso apropiado para una determinada situación como las posiciones de los participantes en un determinado orden del discurso (Fairclough, 2001). Partiendo de15 grabaciones de entrevistas médicas, se procedió a delimitar aquellas en las que el paciente se presentaba junto con un acompañante. A partir de la delimitación de una serie de contenidos de imagen compartidos en lo que a la salud concierne (Madfes, 2002), se observan las actitudes y prácticas discursivas que ocurren en la interacción médico-paciente-acompañante 2. EL TRÍLOGO 2.1. Las interacciones no diádicas como el trílogo y el polílogo han sido largo tiempo dejadas de lado por el análisis debido a las dificultades que su estudio presenta. Según André-Larochebouvy (1984, cit. Witko-Commeau, 1995: 285), el tipo de conversación más frecuente implica dos o tres participantes, ya que si la interacción comprende un grupo más numeroso éste se ORALIA, Vol. 9, 2006 168 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. divide en dos y/o tres. Por tanto, el trílogo debería ser considerado una estructura tan fundamental como la díada. Es bien sabido que los modelos usuales de análisis de la interacción se basan en la idea de intercambios diádicos (según la fórmula abab). En cambio, un intercambio con tres participantes mostraría las siguientes posibilidades: P1 a P2: P3 destinatario indirecto P1 a P3: P2 destinatario indirecto P1 a P2 y P3: ambos son destinatarios directos Con respecto a la díada, el trílogo se presenta como una estructura más abierta, más imprevisible. En la díada, si P1 selecciona a P2 como sucesor, solo una intervención de P2 puede seguir; en el trílogo, en cambio, la posibilidad es más abierta, invalidándose de esta manera la fórmula abab ya que en estos casos los esquemas de alternancia no siguen reglas fijas. Goffman señaló que la ventaja del número, justamente es la de reducir las obligaciones de los participantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que tanto el destinatario principal como el posible “hablante siguiente” (“next speaker”) están estrechamente ligados ya que puede admitirse que el que aparece en fin de turno como el destinatario principal del hablante en posesión del turno sea el sucesor de turno (esto no excluye la posibilidad de intrusiones). Polifonía en la entrevista médica ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. La noción de “marco participativo” debe ser afinada, según Kerbrat-Orecchioni (1995), distinguiendo un nivel de interacción global en el que puede asignársele a cada participante un estatuto estable e interacciones puntuales, los sucesivos momentos de la interacción, en el curso de los cuales dicho estatuto está en permanente cambio. Se trata, básicamente, de descomponer las categorías globales de emisor y receptor en una serie de elementos analíticos más pequeños y coherentes apropiados a los diferentes momentos por los que pasa una conversación. Goffman fundamenta la necesidad de términos más finos a los efectos de obtener elementos que funcionen como índices de los constantes cambios de postura, actitud y relación que los participantes tienen los unos para con los otros y que de esta manera indican el estatus relativo de un hablante dado en ese momento de la interacción. En este estudio, el análisis se centrará en lo que el autor denomina “formato de la recepción”, formato que conlleva un amplio conjunto de receptores potenciales, y que presenta las siguientes categorías: receptores participantes ratificados 2.2. Según Goffman (1981), a lo largo de una conversación ocurren una serie de cambios en la alineación (“footing”), en la disposición del hablante hacia los oyentes que son significativos desde el punto de vista conversacional. Dichos cambios no constituyen hechos aislados en el decurso conversacional sino que se trata de rasgos comunes y persistentes en el habla; Goffman señala que entender esta noción pasa por el análisis de los conceptos de hablante y oyente. Los participantes constituyen uno de los aspectos sino el aspecto más importante del contexto comunicativo. Goffman (op.cit.) propone estudiarlos dentro de lo que denomina marco participativo (“participation framework”) a los efectos de abarcar tanto las diferentes instancias de producción y recepción que existen en toda interacción como el número de los participantes y su estatus en la conversación: When a word is spoken, all those who happen to be in perceptual range of the event will have some sort of participation status relative to it. The codification of these various positions and the normative specification of appropriate conduct within each provide an essential background for interaction analysis –whether (I presume) in our society or any other. (id.:3) 169 destinatario aludido destinatario no aludido circunstantes fisgón convidado de piedra Estas distinciones suponen distinguir la mera audición de lo que alguien dice del hecho social, del estatuto oficial que tiene un participante en la interacción. Los destinatarios directos o participantes ratificados, en la terminología de Goffman, son aquellos a quienes, oficialmente, se dirige el hablante: “(...) to whom the speaker addresses his visual attention and to whom, incidentally, he expects to turn over the speaking role” (id.:133). Esto puede corroborarse, no sólo mediante marcas verbales determinadas –secuencias metacomunicativas, apelativos específicos– sino también por el uso de tópicos particulares –que no conciernen forzosamente a todos los interactuantes de la conversación– y por el comportamiento no verbal, relacionado con la orientación del cuerpo y la dirección de la mirada. El segundo grupo, los circunstantes (”bystanders”), se compone de aquellos individuos que son meros espectadores del intercambio. Suele ocurrir que una interacción tenga lugar en presencia, tanto visual como auditiva, de 170 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. personas a quienes el intercambio no va dirigido. Su presencia no debe ser considerada aleatoria sino que, según Goffman, debe ser considerada como regla. Las obligaciones de este grupo difieren de las del anterior; en tanto que en el primer caso, los destinatarios directos deben participar y prestar atención, los circunstantes deben desinteresarse de todo lo que ocurre en la interacción (Kerbrat-Orecchioni, 1995: 86). En los casos que se analizarán, todos los protagonistas de la interacción son participantes ratificados en el sentido de que todos ellos pertenecen al grupo interactivo ya que están en posición de escucha y producen signos que implican su atención. Si bien todos son destinatarios, la identificación del destinatario directo puede plantear problemas en algunos momentos: ya sea que el médico decida considerar al paciente y al acompañante como una suerte de unidad destinataria, ya sea que según el desarrollo de la interacción privilegie a uno u otro. ((Witko-Commeau (1995: 292) No hay que olvidar que, tal como lo señala Kerbrat-Orecchioni (1990: 87), “plus grand est le nombre des participants ratifiés, et plus il devient difficile de déterminer leur statut (...)”. Como se ha visto, en la conversación, las categorías que integran el formato de recepción no sostienen entre ellas fronteras demasiado nítidas, no siempre es posible diferenciar claramente un participante ratificado de uno no ratificado; esta falta de nitidez entre fronteras también se relaciona con una casi constante fluctuación en lo que al estatuto de las personas implicadas refiere (Kerbrat-Orecchioni, 1995: 90). En el trílogo, el formato de recepción es a la vez: • • • • • borroso: las fronteras no son claras entre las diferentes categorías de receptores, sería preferible hablar de destinatario dominante o privilegiado vs. secundario más que de “directo”/”no aludido”. fluctuante: el estatuto de las personas implicadas en la interacción se modifica permanentemente. Estructura más abierta y más imprevisible que la díada. Más conflictivo que la díada y menos coercitivo para los interactuantes. Aumenta el riesgo de encabalgamientos y se minimiza el silencio interturnos. A tales efectos, el lugar ocupado por los participantes de una conversación en las diferentes instancias del intercambio, fundamentalmente en las situaciones de apertura y cierre tópico, permite discriminar quiénes ocupan qué lugares, determinar quién controla la conversación y quién se somete a las reglas de la posición hegemónica así como quién intenta quebrar esta posición. El analista debe, en consecuencia, examinar la construcción de la relación interpersonal, estudiar cómo están repartidas las responsabilidades en la conducción de la conversación, detectar si existe una franca especialización en los roles, en ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. Polifonía en la entrevista médica 171 los que algunos participantes desempeñarían un rol más bien iniciativo en tanto que el de otros sería de tipo reactivo. 3. POLIFONÍA El concepto de polifonía, de importante tradición tanto en los estudios literarios (Bakhtine, 1986) como lingüísticos (sobre todo Ducrot, 1984), aparece, como puede observarse, en contextos diferentes, cosa explicable por la flexibilidad de la noción, intuitivamente comprensible. Charaudeau y Maingueneau (2005) señalan que dicho concepto aparecería en varios niveles del análisis y es señalado por diversos medios lingüísticos (léxicos, sintácticos, etc.). Las diferentes acepciones divergen en puntos esenciales. La polifonía lingüística –tal como la presenta Ducrot–, presente en el nivel de la lengua, es una noción abstracta; la polifonía del análisis del discurso es un fenómeno de habla y, por tanto, concreto. La polifonía literaria, finalmente, que subsiste en la tradición bajtiniana, concierne a las relaciones múltiples que mantienen autor, personaje, voces anónimas (el “se dice”), diferentes niveles estilísticos, etc. El concepto de polifonía utilizado por la Escuela de Ginebra, se sitúa a nivel del análisis de discurso, con una concepción más restringida y menos abstracta que la de sus antecesores. Para Roulet (1997) hay polifonía si hay varios locutores, reales o representados. Es decir, hay polifonía si en el texto de un mismo locutor es posible identificar diferentes voces así como hay polifonía si se da la concurrencia de diferentes voces reales en un discurso. Por su parte, Coates (1995) señala que se presenta habla polifónica cuando los textos que los diferentes interlocutores de una interacción van construyendo son coherentes, fundamentalmente temáticamente, sin por ello exhibir cohesión. A este respecto la autora señala que los hablantes en hablas no díadicas pelean permanentemente con episodios polifónicos que, si bien poco cohesivos en la superficie, son coherentes en la medida en que se relacionan con discursos previos o pueden ser vinculados con asunciones de “background” de los interactuantes (Coates, 1995: 53). En consecuencia, se partirá de la idea de que un texto polifónico es un texto co-construido por varias voces, debiéndose contestar a la pregunta de cuál es el estatuto del terreno en dicha situación. 4. TRÍLOGO Y ENTREVISTA MÉDICA 4.1. La configuración trilógica está en parte determinada por la disposición espacial de los interactuantes, ya que es posible determinar tres territorios autó- 172 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. nomos –médico, paciente, acompañante–, existiendo una gran proximidad entre los territorios de acompañante y paciente. La separación mayor está dada por el escritorio del médico que al mismo tiempo unifica a todos los miembros de la interacción. De esta manera, el espacio del médico se encuentra valorizado con respecto al de los demás puesto que en él convergen las miradas tanto del paciente como del acompañante. Se instituye así una jerarquía de lugares y un espacio reservado solo para el médico ya que, en cierta medida, los espacios tanto de paciente y de acompañante –por su estrecha vecindad– conforman un macroespacio paciente. Puede decirse que el acompañante es el “pariente pobre” de las entrevistas médicas por las siguientes razones: i) por una cuestión estructural, se ha visto que las estructuras diádicas son las preferentemente estudiadas; ii) en las entrevistas médicas el eje básico y fundamental es la interacción médico-paciente siendo el acompañante un constituyente aleatorio; iii) porque el acompañante puede incidir o no en el transcurso de la entrevista. Todo acompañante en una entrevista médica opta, básicamente, entre dos posturas. Una actitud de presencia silenciosa, mero testigo de la entrevista, o bien la postura que exhiben las acompañantes que aparecen en estas entrevistas, madre y esposas, tomando un rol activo, a veces a pesar del médico, tal como se verá más adelante. El corolario de esta situación es que a la asimetría propia de la entrevista médico-paciente, se agrega un tercer lugar asimétrico que implica la presencia del acompañante. Se trata de relaciones caracterizadas por una serie de desigualdades en materia de duración, saber compartido, proximidad y familiaridad; rasgos todos que sin lugar a dudas tendrán su peso en la construcción de los intercambios. 4.2. Frente al destinatario privilegiado que, en teoría, es el paciente, su acompañante (madre o esposa, por ejemplo) se encuentra fluctuando entre el rol de destinatario no aludido o indirecto o, en ciertas macrosecuencias de la entrevista, pasa a tomar el rol de destinatario directo sin por ello, sacar del rol principal al paciente. En el trílogo, puesto que la instancia de la recepción es de naturaleza heterogénea, compete al médico el manejo de dicha situación. La configuración paradigmática de una entrevista médica con acompañante sería la siguiente: Polifonía en la entrevista médica ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. 173 Situación 11 Médico Paciente + Acompañante Paciente Médico Acompañante Cuando se da esta situación, 1 locutor – 2 alocutarios (Traverso, 1955:31), la intervención iniciativa del intercambio está dirigida tanto a paciente como a acompañante –aunque sean preguntas dirigidas, en principio, solo al paciente– A partir de este momento el intercambio puede ser ternario o binario. (1) M: [¿Fatiga], falta de aire, nada? P: No, no. A: Fatiga él se fatiga si , porque él medio cansado así, P: [Ahora, si subo una escalera: oo.. M: [Y bue: ¿es un equivalente no?. [MA (c) 3] Por lo general, en la entrevista médica, las intervenciones reactivas están en relación de dependencia ya que la 2ª. completa/corrige/expande la respuesta del paciente considerada como no satisfactoria a juicio del acompañante en materia de intercambio. Esto implica que el turno del acompañante estaría de alguna manera subordinado al del paciente (aunque como se verá en la entrevista MA(g) 4 puede pasar algo distinto). La acompañante, entonces, construye su intervención a partir de la del paciente con lo cual la respuesta del paciente al médico sería iniciativa con respecto a la intervención del acompañante, la cual sería, entonces, de naturaleza reactiva. Este esquema de un hablante y dos destinatarios plantea la cuestión del comportamiento de los destinatarios: los encadenamientos pueden volverse problemáticos ya que paciente y acompañante pueden contestar al mismo tiempo, cosa que implicaría superposición. Gestionar esto dependerá no solo de la idiosincrasia de éstos dos últimos sino de la habilidad del 105 Una mejor ejemplificación de esta situación se daría en el caso de entrevistas videograbadas, y no meramente grabadas ya que permitiría la observación de elementos no verbales como la mirada, la gestualidad y la proxémica. 174 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. médico y del interés con que considere los aportes –y del peso que les adjudique– sobre todo en lo que al acompañante concierne. Asimismo, dependerá, también, del rol más o menos activo que el acompañante se arrogue –o que le arroguen– y de la actitud no solo verbal del médico (p.e. como maneja la alineación), a quién va a elegir o tener que elegir como alocutario preferencial (lugar que teóricamente ocupa el paciente). Por último, hay que tener en cuenta factores tales como la relación que paciente y acompañante tengan y la forma como está distribuido el poder entre ellos/ellas. Esto conlleva la existencia de una historia informacional compartida por la instancia de la recepción y que puede ser validada, legitimada o declinada por el destinatario, detentor del poder institucional, quien de esta manera decide cuál es el estatus que le adjudica a la intervención (básicamente interrupción o intrusión). Cuando el médico se dirige al paciente o al acompañante, el tercer participante, o sea participante ratificado a quien el locutor no se dirige expresamente (Traverso, 1995:30) puede ser considerado como destinatario si bien no es el alocutario designado. Sea el siguiente ejemplo: Situación 2 M P A (2) M: ¿Y cómo se sintió Ud. cuando se lo hizo? P: No, bien doctor. M: ¿Tuvo dolor? P: No, no, no. [MA (c) 3] La pregunta del médico está dirigida al paciente exclusivamente; sin embargo, como se está frente a acompañantes que han asumido un rol activo, no puede excluirse la posibilidad de una intervención por parte de éstos [comparar con extracto 4]. Por otra parte, es de hacer notar que la esposa del paciente ha asumido en la primera parte de la entrevista a la cual pertenece el extracto un rol silencioso que cambiará más adelante. O bien Situación 3 M A P (3) M: ¿Y ahora usted no lo nota fatigado a él? A: No, no...no, no. [MA (c) 3] Polifonía en la entrevista médica ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. 175 También existe la posibilidad ya sea mediante solapamiento, coro afectivo, completud de intervenciones que contesten tanto paciente como acompañante. Situación 4 P M A (4) M: No, no, lo retuve. Digo no, no retuve yo ee los números . Usted ya había venido acá, en el noventa y nueve ya había consultado. P: Claro. A: Si, lo que pasa que el después estee cerró la fábrica donde trabajaba yyy pensando que no estaba más en Impasa , ..[ este ] / P: [ Me hice ]atender en el Maciel . A: Se sintió mal y se fue aaa [ ] se hizo atender al Maciel , le sacaron unas M: [ Al Maciel.] A: Placas y unas cosas. .. P: Bueno. [MA (c) 4] En este episodio, la acompañante, esposa del paciente, toma a su cargo –con una estrategia de tipo iniciativo– la explicación de la no continuidad en las consultas. Esta función de portavoz es una conducta frecuente en las parejas. Más que de interrupciones2 que pretenden sacar el turno al otro, puede decirse que se trata de intrusiones de tipo cooperativo que marcan una función activa en el intercambio comunicativo. 5. DATOS En el marco del proyecto “Las conductas comunicativas en interacciones asimétricas cotidianas: dominio/sumisión/confrontación”3, cuyo objetivo es 2 Cada vez que un participante toma la palabra en el transcurso del turno de otro, se habla de interrupción. Esta implica una interpretación por parte del interruptor del lugar de transición relevante. Las interrupciones pueden clasificarse en una escala de menos a más ofensiva: • Interrupciones con función positiva de ayuda. • Interrupciones simplemente cooperativas. • Interrupciones no cooperativas ofensivas para el hablante en posesión de la palabra pero legitimadas, en la medida en que éste acaba de transgredir algún principio discursivo. • Interrupciones ni cooperativas ni legitimadas. 3 Proyecto financiado por el Fondo “Profesor Clemente Estable”, dependiente del Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay. 176 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. el análisis de interacciones médicas, de aula y de servicios, se grabaron 15 entrevistas médico-paciente, cuya duración promedio es de 15 minutos. De dichas entrevistas, seleccioné 3 que presentan la particularidad de incluir acompañantes. Descripción de las entrevistas: • MA(g) 4 En esta entrevista de medicina general, participan 3 interactuantes: la médica, la paciente, una chica joven y aparentemente tímida o cohibida por la situación de consulta, y su madre. Se trata de una 1ª. consulta de una paciente que acaba de ingresar en la mutualista, paciente que aún no ha adquirido todos sus derechos. La acompañante se instala en un rol dominante, intentando dirigir a la médica, llegando a plantear situaciones de confrontación abierta. • [MA (c) 3] En esta entrevista cardiológica en la que los participantes ya se conocen, la acompañante, esposa del paciente quien presenta una dolencia cardiológica de cuidado medio, no interviene durante los primeros cinco minutos, desempeñando en el resto de la entrevista un papel activo, aceptado y estimulado por el médico, fundamentalmente, en su rol de cuidadora. La interacción fluye aceitadamente, notándose un clima general de bonhomía. • [MA (c) 4] En esta entrevista, que se desarrolla también en el ámbito cardiológico, el paciente acompañado por su esposa retoma el contacto con el médico después de una larga interrupción. Si bien en esta entrevista no se plantean conflictos, la actitud del médico tiende en varios momentos a la infantilización del paciente y al uso sistemático del “nos” seudoinclusivo. La acompañante desempeña aquí también un rol activo, destacándose la corrección informativa del decir de su marido así como su función de cuidadora. 6. ANÁLISIS En las entrevistas, las acompañantes desempeñan diferentes roles discursivos que implican la puesta en marcha de determinadas estrategias discursivas. En otras palabras, se trata de las conductas lingüísticas que realizan los interactuantes para llevar a cabo una determinada acción o para marcar el lugar que ocupan o pretenden ocupar. De este modo, el análisis de las entrevistas se sitúa en el ámbito de una pragmática de la enunciación. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. Polifonía en la entrevista médica 177 6.1. La primera serie de episodios que se analizan corresponden a posiciones del acompañante en primer plano, ya sea de dominación (5), ya sea como primer plano establecido y/o aceptado por el médico (6), ya sea de conflicto (7). (5) 1- A: Ella es como es nueva recién ¿ no?. Quería como un chequeo general, ¿no?. 2M: Tá. 4- para hacerle todo. 5- M: Sí, no hay problema en hacerle estee recién tiene los derechos a partir del 28 de 6- noviembre.. ¿ Tá?. 7- A: Sí, yo ya pagué ahora estee... 8- P: Pero después de 6 mesess. A: Digo 9- M: Los derechos para an[álisis. ]. 10- A: [Digo de]spués.. tá; entonces tá. 11- M: Así quee/. 12- A: Así que espero unos días. 13- M: Estee yo no tengo problemas. Los dejo pedidos sin fecha y ya a partir del 29 14- se lo pueden hacer. 15- A: [Tá], bárbaro 16- P: [Tá ] 17- M: Eso no hay problema, tú, estee, ¿hay antecedentes de alguna enfermedad 18- en la familia?, ¿ Gente diabética? 19- A: Sí, mi abue- mi madre 20- M: Sí. 21- A: Esteee y yo estee problemass:/ [MA (g) 4] La acompañante se presenta, en este episodio, como agente de la acción –líneas 1, 7 y 12–, ocupando, de esta manera el centro del espacio discursivo. Plantea, en 1er. lugar, el motivo de la entrevista, erigiéndose como portavoz de la paciente. De este modo, incluso no siendo la destinataria privilegiada (que sería la paciente) logra ocupar una posición de primer plano, relegando a su hija a una posición de tercero consintiente (Marcoccia, 1995). La figura de la paciente funciona así, como pretexto discursivo para la conducta comunicativa de la acompañante, conducta que intentará no abandonar a lo largo de la consulta. A modo de ejemplo de esta línea de acción, es interesante observar dos momentos en particular de este episodio. En primer lugar, en los turnos 7 y 8 se produce una pequeña confrontación entre la acompañante y la paciente, concentrados en los adverbios “ahora” y “después”; este malen- 178 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. tendido es solucionado por la madre, de forma no explícita, mediante el uso, sobre todo en tanto “fillers”, de marcadores conversacionales –“digo”, “entonces”, “tá”– (línea 10). La intervención en 9 y 11 de la médica, permite que la acompañante elabore una conclusión más acorde con la realidad. En segundo lugar, en la línea 19, la acompañante comete un lapsus –“mi abue-mi madre”–, rápidamente auto-reparado, que permite entrever una confusión de lugares enunciativos: ¿acompañante o paciente? (6) 1- M: LO QUIERO VER, sin falta eee? Eee a fines dee-dee junio. Si es necesario, si se siente mal me viene a ver antes. O se viene para el sanatorio a que lo internen. ¿Ta? 2- A: Dios nos libre y guarde doctor. Si Dios quiere. ¿Pero tiene que hacer vida normal nomás? 3- M: Esta señora, se está preocupando bien por usted, eh?, trabajo en equipo, con equipos así/ 4- A: Es cierto/ 5- M: /Cualquiera trabaja [MA (c) 3] Diferentes estrategias comunicativas indexalizan la preocupación del médico por su paciente: diversos niveles de énfasis, uso del imperativo de cortesía, disyuntiva del accionar del paciente frente al grado de malestar –consulta o internación–. Dicha enunciación presenta un estatuto pragmático doble: el funcionamiento de los actos de lenguaje se realiza en dos niveles, conformándose, así, un circuito alocutivo doble: circuito oficial para el destinatario directo y circuito secundario para el destinatario indirecto (WitkoCommeau, 1995: 294). Esta preocupación es ecoizada por la acompañante –2– mediante una fórmula idiomática –“Dios nos libre y guarde”– que condensa polifónicamente las voces de la pareja. Los turnos del médico en 3 y 5, elogiando a la acompañante, ponen en primer plano el rol que ella cumple, validándola como cuidadora. (7) M: Ganglios tenés de este lado, y acá tenés ganglios. (lo de acá es) una pequeña infección. [b] A: Yo digo que a lo mejor capaz que tiene cera, me parece. [pausa prolongada] M: Abrí grande la boca? decí aaa [MA (g) 4] En una consulta médica, las prácticas que tanto el médico como el ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. Polifonía en la entrevista médica 179 paciente y su probable acompañante usan durante la interacción exhiben su orientación hacia una asimetría en lo que al saber médico refiere y permite el rol del médico como autoridad. En caso de producirse una discrepancia, ésta es formulada de manera de preservar la posición del médico (Pomerantz y Rintel, 2004). En esta secuencia, sin embargo, dos posiciones del saber entran en confrontación: la posición de experto del médico y la posición de autoridad vivencial que desarrolla la acompañante como diferente de la anterior. La médica predica un diagnóstico del cual pretende desafiliarse la acompañante, convirtiendo este accionar en una potencial fuente de disputa. Por lo general, se admite que la autoridad del médico debe reconciliarse con el conocimiento que el paciente tiene de sus condiciones físicas; sin embargo, es la acompañante la que manifiesta un desacuerdo con el diagnóstico, situándose en una línea de saber popular. La enunciación de su desacuerdo es realizada de forma contradictoria ya que la realización enfática “yo digo”, es seguida por operadores de atenuación como los “hedges”, “a lo mejor”y “capaz”, y el marcador de opinión “me parece”. Interpretando la intervención de la madre de la paciente como interrupción no legitimada, la médica no permite un desarrollo de su postura, al mismo tiempo que valida como figura principal a la paciente. 6.2. La segunda serie de extractos a analizar corresponden a diversos cambio de alineación establecidos o producidos por preguntas del médico. (7) 1- A: El doctor dijo que con los-¿como es que-que con los ..cómo es que se llama con los ejercicios que ella M: Sí. 2- se hiciera se iba estee- [(se??) ] 3- M: [A corregir.] 4- A: Claro porque era chiquita, pero ella nooo / 5- M: No los hizo y no siguió yendo a esas cosas. 6- A: No, no. 7- M: Tá.ee ¿Pero deportes y eso hacés algo? ¿Hacés algo de gimnaasia?. Todo eso, ¿no?↓ 8- P: No, nada. [MA (g) 4] El monopolio de la palabra por parte de la acompañante en desmedro de la paciente es un problema permanente en la entrevista MA (g) 4. En esta secuencia, la madre toma a su cargo la narración del manejo de un problema de cadera de su hija. Tanto ella como la médica desarrollan conjuntamente 180 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. este relato hasta que en el turno 7, la doctora mediante el marcador conversacional “tá” da por terminada la intervención de la misma, orientando su pregunta hacia la paciente. Este cambio de alineación permite romper, una vez más, el eje acompañante-médico que se presenta como dominante en esta entrevista. (8) 1- M: ¿Que otra receta le hago señora?. 2- A: Cirilen, pero no lo tenían al Cirilen, me dieron otra cajita rosada que no me acuerdo: 3- M: ¿ ( )? 4- A: Ah, no, no, otro. 5- M: O ( ). Bueno. 6- A: Si, ese me dieron ahora, porque Tiracen estaba tomando porque no había Cirilen en [ nombre de la mutualista]. 7- M: Compre el Cirilen usted, no es muy caro. 8- A: No, no es muy caro, no. 9- M: Y el Lipovai averigüe si acá tiene el 04, le da dos o si no, el de 08 y lo compra, pero si es muy caro el 08, sacan el de 04 y toma dos. 10- A: Ahí está, ta. 11- M: ¿Algo más señora? [MA (c) 3] Una vez finalizados los episodios de preguntas médicas y de indicaciones sobre la dolencia en los cuales el paciente ha sido el destinatario principal, el foco de esta secuencia se centra en el eje acompañante-médico. El médico ha decidido, en función del desarrollo tanto de esta entrevista como de la historia conversacional que comparten, que la acompañante será el destinatario responsable de la provisión de medicinas. El episodio está enmarcado por dos preguntas relativas al tratamiento4 (turnos 1 y 11), en las que la fórmula de tratamiento “señora” especifica el alocutario del discurso. Básicamente, la secuencia se centra en diferentes nominaciones de remedios y de acciones –“compre” (línea 7), “averigüe” y “sacan” (línea 9)– en las cuales deberá centrarse el accionar de la acompañante. El médico ha aceptado –cf. extracto (6)– su función de cuidadora y establece con ella una particular membresía centrada en el cuidado del paciente: cuidado por parte del experto, el médico, y cuidado afectivo a cargo de la esposa del paciente. 6.3. Muy frecuentemente, el aporte de información, no necesariamente relevante desde el punto de vista del experto, es una de las conductas co4 Estas preguntas tienen que ver con distintas acciones que van desde la forma en que el paciente está tomando la medicación actual, cómo le cae, si precisa receta, cuál es el tipo de dieta que sigue y con las acciones clínicas que ha realizado o que debe realizar. (Madfes, 2002) ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. Polifonía en la entrevista médica 181 municativas que desarrollan los acompañantes en las entrevistas médicas. Esta accionar tiene su base en la expectativa que tienen los acompañantes con respecto al nivel de información que creen adecuado. (9) M: Ninguna (medicación??), sáquese. [pausa prolongada] ¿Fuma ahora? ,¿cuanto? P: [ No , no fumo más. ] A: [ No ahora no fuma más ] M: Nada. [MA (c) 4] Si bien la pregunta es dirigida prioritariamente al paciente, contesta también su acompañante. El esquema de alocución del médico no funciona al contestar ambos destinatarios; la presencia de más de un locutor favorece las modalidades coenunciativas, produciéndose un encabalgamiento de intervenciones. La respuesta de la acompañante retoma el adverbio “ahora” presente en la pregunta, indicando esta expansión de la respuesta del paciente que la acompañante la considera como poco informativa. Según Anderson (1995), la falta de informatividad de una respuesta puede clasificarse de 3 formas: i) las respuestas informativas serían aquellas en las que el hablante indica de forma explícita que posee o no la información requerida; ii) se codifican como respuestas poco informativas las respuestas del oyente en las que no se provee feedback verbal o éste es poco apropiado; esto lleva a que el hablante repita o reformule la pregunta –ya que éste supone que el oyente conoce la respuesta–; finalmente iii) respuestas inadecuadamente informativas: en esta tercera categoría se encuentran las respuestas mediante las cuales el oyente indica la existencia de algún problema en la pregunta formulada. De esta manera, se observa otra de las posibles funciones de un acompañante, es decir, testimoniar, aportar información teóricamente relevante que concierne al paciente. Un esquema discursivo similar se observa en el siguiente episodio. (10) M: Y ee siempre, tomó toda la vida Choice? P: Si. No, [no, ] A: [Te lo ] mandaron ahora hace poco eso. [MA (c) 4] Este episodio se diferencia del anterior en la mayor importancia de la corrección informativa realizada por la acompañante. La contradictoria respuesta del paciente causa la rápida intervención de su esposa quien aporta la información adecuada. 182 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. (11) D: ¿Y como está tomando la medicación?. P: Como usted me la recomendó. M: A ver cuéntemela de vuelta. A: Dos Cirilen , está tomado dos Cirilen, porque el tercero siempre se me olvida ¿vio? [MA (c) 3] En este episodio, el esquema inicial es el que corresponde a la situación 2. Sin embargo, si bien no es el destinatario aludido, es la acompañante quien toma a su cargo brindar la información requerida. Ya no se trata, como en los casos anteriores de rectificación de información o de aportar algún elemento nuevo sino que toma el lugar enunciativo que el paciente, aparentemente puesto que no se producen encabalgamientos, ha dejado vacío. Es dable suponer, si se contara con una videograbación, la existencia de elementos gestuales que ratificarían, en el contexto de desarrollo de esta entrevista, dicha delegación enunciativa. La elección de la acompañante como destinataria del médico que se observa en el extracto (8) se basa, justamente, en este tipo de estrategias comunicativas aquella. 7. CONCLUSIONES ¿Qué se espera del/la acompañante? ¿Tiene este tercer miembro de la interacción un rol institucional asignado o queda librado al interjuego de los integrantes del trílogo en tanto mero interactuante? En todo marco institucional existe un conjunto de elementos como la jerarquía, la asignación fija de lugares y la especificidad de dicho marco –entrevista médica, aula, juicio, etc.– que definen la instauración de dicho contexto. Obviamente, la aparición de un tercer miembro complejiza el formato de recepción en dos aspectos: • • La estructura binaria médico-paciente no se adecua a la aparición de un tercer miembro activo en la interacción, existen especificidades que, al haber más de un interlocutor, parecen ser más indicadas para uno u otro interactuante. En las entrevistas analizadas, las acompañantes no son meras espectadoras de la interacción médico-paciente sino que toman todas un rol activo, a veces a pesar del médico, como ocurre en la entrevista [MA(g)4]. A la asimetría propia de la relación médico-paciente, se agrega, entonces, otro eje asimétrico: acompañante-médico (cf. 4.1). Hay que agregar, además, que a ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. Polifonía en la entrevista médica 183 la historia conversacional médico-paciente que se construye en esa entrevista o que ya la preexiste, existe una relación previa que no tiene por qué manifestarse verbalmente pero que aparece bajo la forma de conocimiento, es la relación entre el paciente y su acompañante. Se observa, entonces, un complejo entramado de interacciones, que es, en última instancia, el que determinará el curso de la entrevista médica. Por último, los roles relevantes que las acompañantes desempeñan son dos: aporte informativo y cuidadora. En primer lugar, la acompañante desempeña un rol de informante, en la medida en que aporta datos externos (experiencia, observación) que el paciente no contempla pero que ella considera relevantes para mejorar la visión que del paciente tiene el médico. En segundo lugar, la acompañante aparece ocupando el rol de cuidadora, rol validado siempre por el médico. Es interesante observar que su socialización prepara tradicionalmente a la mujer para este rol –cuidado de los hijos, básicamente–. Y si es necesario, como en los casos de MA (c) 3 y 4, esta conducta se prolonga en el cuidado de la pareja. Es así que la mujer se convierte en el referente en lo que a la administración de medicinas respecta, cuidado vigilante de las indicaciones del médico de vida a llevar y en el aporte informativo necesario para completar el cuadro del paciente. 184 Irene Madfes ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 167-184. BIBLIOGRAFÍA ANDERSON, A. (1992): “Negotiating coherence in dialogue”, en M. A. Gernsbacher y T. Givón (eds) Coherence in spontaneous text. Amsterdam, John Benjamins: 1-40. BAKHTINE, M. [1979] (1986): Problemas de la poética de Dostoievski. México, FCE. CHARAUDEAU, P. y D. MAINGUENEAU [2002] (2005) Diccionario de análisis del discurso. Buenos Aires, Amorrortu. COATES, JENNIFER (1995): “The negotiaton of coherence in face-to-face interactions. 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(1995): “Les interviews de couple – Réflexions sur le rôle du porteparole” en Kerbrat-Orecchioni, K. y C. Plantin (eds.) Le trilogue. Lyon, PUF. 80:107 MAYNARD, DOUGLAS (2004): “On predicating a diagnosis as an attribut of person” en Discourse Studies 6 (1) . 53:76 NORDENSTAM, KERSTIN (1992): “Male and female conversational style” en IJSL,94. 75:98 POMERANTZ, A. y S. RINTEL (2004): “Practices for reporting and responding to test results during medical consultations: enacting the roles of paternalism and independent expertise” en Discourse Studies 6 (1). 9:26 ROULET, E. (1997): “A modular approach to discourse structures” en Pragmatics 7.2. 125:146 TRAVERSO, V. (1995): “Gestion des échanges dans la conversation à trois participants” en Kerbrat-Orecchioni, K. y C. Plantin (eds.) Le trilogue. Lyon, PUF. 29:53 WITKO-COMMEAU, A. (1995): “Du trilogue au polylogue” en Kerbrat-Orecchioni, K. y C. Plantin (eds.) Le trilogue. Lyon, PUF. 284:305 EL LENGUAJE DE LOS INFORMATIVOS ENTRE LA ORALIDAD Y LA ESCRITURA (LIDAD). EL TELEDIARIO DEL 11-S* ELENA MÉNDEZ GARCÍA DE PAREDES ELENA LEAL ABAD Universidad de Sevilla 0. INTRODUCCIÓN Este trabajo analizará las diferencias existentes entre la oralidad concepcional1, buscada intencionadamente en los informativos con el fin de crear discursos escritos para ser dichos, y la sensación al oyente de que se está relatando la actualidad cuando realmente se está leyendo (participan, pues, de los dos canales: se producen de manera escrita pero se reproducen oralmente)2; y uno de los informativos que el 11-S de 2001 se emitió en directo y sin planificación previa: el de las tres de la tarde de Antena 3 Televisión (cuya transcripción de los primeros 25 minutos ofrecemos como anexo). En los primeros, la presencia de rasgos propios de la oralidad viene determinada contextualmente y depende de una serie de parámetros, de manera que in* Elaborado dentro del Proyecto I+D (2003-2006) “Análisis del discurso, pragmática y configuración sintáctica en español hablado y escrito” BFF2003-05554. 1 Más concretamente dentro de la propuesta de P. Koch y W. Oesterreicher (1990) formulada como el continuum variacional hablado/escrito. Dicho continuum no tiene que ver con el medio de realización del discurso (canal), sino más bien con la concepción del mismo, y ésta viene determinada entre otros parámetros por dos que son fundamentales: la inmediatez y la distancia comunicativa. A analizar el filtrado de la oralidad en los informativos cotidianos hemos dedicado el trabajo “La oralidad en el ámbito de los informativos” que presentamos en el Congreso Internacional de Análisis del Discurso. Homenaje al Profesor José Jesús de Bustos Tovar (Almería 23- 25 de noviembre de 2005), cfr. Discurso y Oralidad, 2007. 2 Las peculiares características del canal de transmisión imponen una serie de rasgos básicos de oralización, entre los que se pueden destacar los siguientes: (1) Preferencia por las citas en estilo indirecto; (2) Concordancias improvisadas (se sacrifica, pues, la corrección gramatical para evitar producir extrañeza en el espectador, que percibe progresivamente el mensaje); (3) Repeticiones, que en el discurso espontáneo son atribuidas normalmente a la falta de planificación y que son prácticamente inexistentes en las noticias de la prensa; (4) Escasa incrustación sintáctica: la recurrencia sintáctica no es recomendable ya que, al concentrar mucha información en poco espacio, perjudica el proceso de comprensión oral, y somete al oyente, que no puede volver atrás en la cadena discursiva, a un enorme esfuerzo de descodificación. Véase el trabajo antes mencionado. ORALIA, Vol. 9, 2006 186 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. cluso los rasgos de apariencia más espontánea están sujetos a un control plenamente consciente que regula su aparición3. Hay, pues, una tensión de la escritura(lidad) a la oralidad, filtrada en la lengua a través de una serie de rasgos que los redactores de las noticias consideran como prototípicos de lo oral (Méndez-Leal, 2005). El telediario de Antena 3 Televisión se produce en unas condiciones comunicativas de producción inmejorables para analizar los efectos de la no planificación sobre la lengua de los informativos, pues los hechos que se relataron se produjeron en directo a la vista del locutor que debía narrarlos y del espectador que asistía en acto a la noticia como testigo de excepción. Su análisis nos permitirá analizar qué tipo de rasgos propios de la inmediatez de lo oral aparecen en el discurso y cómo deben ser contrarrestados por las condiciones de formalidad debidas a la trascendencia de la noticia y a la situación comunicativa. 1. EL INFORMATIVO DEL 11-S DE ANTENA 3 TELEVISIÓN El informativo del 11-S de Antena 3 Televisión comienza cumpliendo con las expectativas propias del género informativo, apuntadas anteriormente. Su presentador, el periodista Matías Prats, tipifica lo característico de este dispositivo escénico y asume una doble función de interfaz. Por un lado, entre el medio y el espectador: la conjunción de su imagen y su voz parece convocar al Tú alocutario a través de los saludos iniciales y la mirada frontal que lo interpela en aparente complicidad y connivencia comunicativas (que deja huellas elocutivas en la enunciación), con lo que se crea el efecto de un discurso informativo personalizado en la figura de su presentador. Por otro lado, las características enunciativas que emanan de su mensaje informativo lo configuran como un enunciador impersonal, transparente, mero puente instrumental entre el mundo referencial del que se informa (y que lleva el estatus de un “ha sido”, “ha sucedido”4) y el espectador, que accede al sentido de la información en virtud de ese proceso de transacción-consumo de información (Charaudeau, 2003, 240). De repente, la existencia de un acontecimiento del mundo real (el conocimiento de que una de las torres gemelas de Nueva York está ardiendo), al que se tiene acceso gracias a una fuente informativa5, 3 Los informativos son programas altamente planificados; de hecho, la edición, es decir, la decisión sobre los contenidos y su orden es una de las tareas más complejas y de mayor responsabilidad. No es habitual que editor y presentador coincidan, pero en el caso del 11-S todas las previsiones adelantadas en titulares cayeron de la escaleta porque la fuerza de la actualidad en directo se imponía a todas las demás noticias ya preparadas. 4 Por tanto, una referencialización inactual, desvinculada del hic et nunc de la comunicación. 5 Este dato es importante, pues la imagen del mundo real que se nos ofrece, aparece ya conceptualizada y comunicada como resultado del choque de una avioneta, por mucho que se ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 187 cobró absoluta pertinencia informativa para ser comunicada y casi sin previo aviso irrumpió en el informativo, obligando a un abandono de las noticias programadas. Este inesperado cambio de planes, obligó a introducir de manera espontánea y sin planificar un nuevo item informativo: la existencia del marcador conversacional pues es la huella enunciativa que deja en su discurso el presentador como un medio de hacer cómplice al espectador del cambio de tema y de la ruptura con lo anterior6, a la par que se asegura la continuidad informativa del discurso: (1) pues en seguida entramos de lleno con laa crónica de la mañana peroo / antes tenemos que ponernos en CONTACTO rápidamente con nuestro corresponsal en Estados Unidos / al parecer / una avioneta acaba de estrellarse en Nueva York contra // las conocidas Torres Gemelas↑ / son los rascacielos más altos / de la ciudad allí/ de Manhattan / Ricardo Ortega / buenas tardes / ¿con qué consecuencias?↑//(Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.00.34) A partir de este momento, el dispositivo escénico propio de todo telediario sufrió un cambio atípico, pues desde la sala de control se tomó la decisión de hacer desaparecer la imagen del periodista de la pantalla7, rompiendo así toda ilusión de contacto interlocutivo directo con el receptor8, y se adueñan de ella las imágenes panorámicas9 transmitidas por satélite de las relativice el contenido de verdad de lo dicho mediante un evidencial citativo de cautela epistemológica: al parecer. 6 Obsérvese que actúa como réplica a una interrogante no explícita “¿tiene esto una razón para ser comunicado?”, implicada siempre en la selección de las noticias. 7 Esto no sucedió así en el telediario de la primera de Televisión Española. Continuamente se sucedían o coexistían en la pantalla las imágenes de Nueva York y las Torres Gemelas y la de Ana Cristina Blanco, presentadora del informativo. 8 Este borrado de la imagen le permitió desembarazarse de la presión estructurante, debido al grado de formalidad y compostura a la que obliga la cámara, y lo liberó de ese vínculo formal interlocutivo con el espectador que, aunque vaya a condicionar en cierta manera la explicitud verbal de la comunicación, no va a estar ya presente en forma de testigo-espía. Mantener un primer plano en una situación como ésta hubiese supuesto sumar a la tensión producida por la magnitud de los acontecimientos el esfuerzo de teatralidad que implica controlar la propia imagen ante las cámaras. Con esta estrategia el presentador ganó en seguridad discursiva y en libertad de maniobra para relacionarse con el estudio de redacción: leer teletipos, solicitar información suplementaria, hacer gestos, etc. Esto es, salvo por el hecho de que en la pantalla aparecen imágenes ligadas a la información que sirven de contexto físico visual en que se encarnan las referencias del mensaje, el telediario de Antena 3 televisión fue lo más parecido a una retransmisión radiofónica o televisiva en directo de un acontecimiento deportivo. 9 Como en todo telediario, la imagen cumple aquí una función designativa de la realidad: muestra directamente el mundo sin que se interponga nada entre la imagen y el sujeto que mira, de ahí que sea un instrumento valiosísimo de autentificación, proporcionando un efecto de realidad (la imagen por sí sola responde afirmativamente a la pregunta que se formula implícita- 188 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. torres gemelas, una de las cuales está ardiendo. Sólo la voz en off atestigua la presencia del periodista como conductor del informativo. Matías Prats optó por ofrecer un informativo ahormado al modo de las retransmisiones de los acontecimientos deportivos, práctica que había desempeñado en sus comienzos como periodista de televisión y que le permitía una buena adecuación profesional a tan insólita situación10. La conversación-entrevista informativa con el corresponsal en Nueva York, Ricardo Ortega, a la que se da paso mediante unas fórmulas de saludo propias de la apertura conversacional, se convirtió en una estrategia decisiva que permitió conformar el relato informativo de los acontecimientos a partir de unas imágenes tan inéditas como insólitas, compartidas también por el espectador. A partir de ese momento asistimos en vivo y en directo a un proceso de producción informativa, de co-construcción cooperativa del acontecimiento informativo y sus estrategias de verbalización para convertirlo en noticia, dentro de un dispositivo triangular, pues no hay que olvidarse del espectador, que aunque apartado de la escena exterior, siguió actuante como destinatario configurado por el medio. De hecho, pese al grado de implicación emocional que repercute en el relato y a las relaciones personales y profesionales de los protagonistas, los participantes en la interacción son conscientes en todo momento de que su discurso es un discurso público, de que están obligados a comportarse de acuerdo con las condiciones de identidad y con el rol comunicativo que les exige el tenor funcional de la situación informativa, parte de su rutina profesional11. Se ven, por ello, obligados a un importante esfuerzo de verbalización y codificación de su mensaje, pensando continuamente en que hablan para otros, un tercero que a veces aparece contenido explícitamente en el discurso: (2) M.P.: [vamos a ver Ricardo Ricardo] para que no se despisten nuestros espectadores / estamos observando la REPETICIÓN de la segunda colisión mente el que consume la información: ¿existe esto?: lo estoy viendo, luego existe) (Charaudeau, 2003: 142). 10 De hecho, las características elocutivas y prosódicas que manifestó durante todo el telediario, así como las huellas de subjetividad enunciativa, son enteramente comparables a las que deja un periodista durante la retransmisión de un encuentro deportivo. Esto además podría servir para explicar por qué su relato presenta mayores dosis de emotividad no contenida, manifestada en los enunciados en una variedad de modalidades enunciativas (emisiones asertivas, interrogativas, exclamativas), mientras que el de Ricardo Ortega, siempre más cauteloso en las formas de decir, se manifiesta en enunciados mayoritariamente de modalidad aseverativa, hecho ligado a su rol comunicativo de “fuente de información”. 11 De hecho, la aparición de ciertas fórmulas de la épica periodística: ha sido un ataque al corazón de Manhattan al corazón de Estados Unidos; acababa de despertar la ciudad que nunca duerme →y // desde luego→ / el despertar ha sidooo apocalíptico, etc. forman parte de esta rutina profesional de la que no se desligan en ningún momento. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 189 entre el avión y-y-y / la torre en el momento en que se estrella / son imágenes / ya grabadas nos las acaban de ofrecer / era el momento de la terrible colisión y comooo / muy bien apuntabas tú / y también estamos en disposición deee / ratificar desde aquí ese avión o esa avioneta iba cargada / con algo más que el combustible / ¿eh? (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.05.12) No menos atípica es la situación de este telediario en lo que concierne a la construcción de la noticia (que en este caso sobrepasó con creces el principio de “actualidad” que define la información periodística). Aquí el tiempo del acontecimiento no fue, como suele ser lo habitual en este tipo de género, diferente y anterior al tiempo de la enunciación de la instancia que produce la información, ni tampoco fue anterior (y esto sí que es muy relevante) al momento de su consumo por la instancia de recepción. En los telediarios de sobremesa del 11-S en España se dio la coexistencia entre a) el tiempo del acontecimiento, b) el tiempo de la enunciación que procesaba cognitivamente el acontecimiento para convertirlo en noticia, c) el tiempo de la difusión y, consecuentemente, d) el tiempo de la recepción12. Esto es, se dio un solapamiento entre el proceso de verbalización que transforma e interpreta un acontecimiento en bruto en noticia construida y el proceso de transferencia o transacción de la instancia mediática a la instancia receptora: el espectador asistió en todo momento a todas las fases del proceso de producción de una noticia, algo que en el discurso informativo es inusual. La conversación telefónica con el corresponsal en Nueva York fue una estrategia que permitió la construcción de un sentido informativo mediático en común, a partir de la mirada conjunta de dos sujetos que buscaban hacer inteligibles los acontecimientos que sucedían ante sus ojos (para ellos mismos y, sobre todo, para el receptor). Este proceder tuvo importantes repercusiones discursivas que lo convierten en un caso especial dentro de los informativos televisados: 1. Se hacen explícitas las huellas de subjetividad de ambos enunciadores que no sólo describen lo que ven y allegan la escasa información proporcionada por los servicios de documentación, sino que opinan, cambian de idea y hacen conjeturas tratando de dar sentido a la realidad y acercarse a la 12 Esta coincidencia, que puede ser más frecuente en otros dispositivos (por ejemplo en la radio), suele ser bastante inhabitual en la televisión fuera de las retransmisiones deportivas en directo o de algún acontecimiento oficial de carácter ritual (bodas reales, funerales de estado, desfiles militares, etc.) Y en estos casos siempre se cuenta con información adicional, ya elaborada, a la que es fácil acudir para complementar la verbalización de la descripción de las imágenes y que sirven para aportar contenidos básicos en la conformación de la noticia como discurso (antecedentes, historia, circunstancias, reacciones verbales, etc.) 190 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. verdad de lo que ocurría, de ahí que estemos ante un discurso que gravita hacia el Yo de la enunciación13 y, en la medida en que se proyecta como una interacción conversacional, también gravita hacia el Tú: (3 a) M.P: =no quiero / no quiero especular más pero pero esa no es una explosión normal // R. O: por lo que estamos viendo parece que estamos / parece que estamos / y-yy- / no sé si me puedo equivocar / ante un ataque kamikace § M.P: § sí sí sí / a mí es la impresión que me da también / por el enorme boquete / el impacto que ha producido / que se ve perfectamente en la primera de las torres que ha sido eee ATACADA / vamos a ponerlo así también entre comillas solamente estamos en disposición / de de observar los hechos como se han producido / y de sacar consecuencias un poco a la ligera pero / esa tremenda explosión / no creo que haya sido la gasolina (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.04..32) (3 b) R.O: [parece que ha sido otro avión] M.P:= en la otra torre§ R.O: § parece / parece / que ha sido otro avión / esto no es / si se confirma / si se confirma esta circunstancia no es casual / por supuesto § M.P: § no no no no esto ya es un actooo voluntario / vamos / primero una torre y después la otra / pero / pero / estamos a la espera / Ricardo de que / recibamos información porque esto es tremendo // es que ha probido / ha podido producir una cantidad terrible de / de pérdidas humanas / ¿eh? (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.03.51) (3 c) R.O: [...] están saliendo las primeras informaciones del FBI eh eh // fuentes del FBI por el momento / NO confirman si se trata de un ataque terrorista / parece parece evidente que quieren =§ M.P: § ya hombre fíjate fíjate↓ R.O: = la confirmación definitiva y afirman / por el momento nadie ha reclamado ni se ha responsabilizado de de este ataque de este atentado § M.P: § oye yo viendo la a / e el impacto del segundo avión y y el tonelaje de ese avión // la la la enver- 13 La reiteración del marcador discursivo es que: “es que es un boquete tremendo el que ha producido”; “[es terrible] es que fíjate las personas que hayan estado por encima/ que son muchísimos pisos/ de de la colisión / porque esta segunda me dices tú que calculas es ¿el piso número 50?” “[no es que] en una torre de esas qué qué puede albergar una torre de esas / miles de personas§” “[es que estamos viendo] una gran antena / en la torre de la derecha que es lo único que nos permite ver / laaa densísima humareda”, es una de las huellas de la conjetura. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 191 gadura del propio aparato // yo creo que con que vaya cargado de su propio queroxeno↑ // es suficiente para producir esa explosión ¿eh?§ R.O: § sí § M.P: § no no le hace falta llevar nada más / es es TREMENDO↑ § (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.18.04) 2. Necesidad de explicitar discursivamente las condiciones de veracidad del relato de acontecimientos. Es verdad que las imágenes por sí solas podían confirmar lo que estaba pasando y servían para autentificar el discurso de los periodistas, pero lo insólito del suceso rozaba lo verosímil (¿es posible que esté pasando esto?) y podía poner en cuestión que no fuera un montaje14. Como la veracidad es algo esencial en el discurso de la información mediática que no puede ponerse en duda ni dejar de confirmarse (Charaudeau, 2003), la reafirmación de las condiciones de verosimilitud tuvieron que pasar paradójicamente por referencias comparativas a la ficción, en función de los imaginarios que se suponían presentes en los espectadores: (4 a) M.P: pero y dime una cosa / a había a alguna alerta ESPECIAL↑ / en estos días en Nueva York en los EE UU↑ sobre un ataque suicida / un ataque terrorista de [esta =] [no no] M.P: =magnitud § R.O: § no no se estaba en estado de alerta máxima→ / había cierto estado de alerta desdeee el ataque↑ en octubre en en aguas de Yemen a a un destructor de la flota norte-americana↑ // eh eh el FBI y la CIA / estaban pendientes dee de que EE UU→ territorios norteamericanos fueran objetivo de de algún ataque terrorista / se se tenían medidas de precaución→ vigilancia extrema // pero / creo que nadie creía que que la osadía llegase hasta TAL PUNTO↑de / atacar una una gran ciudad norteamericana / esto esto es tan increíble que parece un guión cinematográfica de de esas películas que hemos visto todos donde /de Manhattan / es el objetivo de ataques terroristas / pues bueno una vez más la la realidad / por desgracia / ha superado a la ficción M.P: ya de todo lo que uno pudiera pensar // para el argumento de unaaa / película de ficción ¿no? R.O: sí s í(Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.18.43) 14 En el imaginario colectivo estaba de hecho presente el caso del engaño colectivo que fue la retransmisión radiofónica de la “Guerra de los Mundos” de G. H. Welles, producida mediáticamente por Orson Welles. 192 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. (4 b) R.O: § este avión Matías e e es / para que entendáis por la imagen / cinematográfica que tenemos todos de Nueva York↓va sobrevolando el río Hudson↓ hace un viraje hacia la izquIERDA↑ / hacia la altura de la estatua de la Libertad // y allí enfila / toma rumbo hacia la segunda torre gemela y y imPACTA↑ de lleno sobre ella § (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.16.01) 3. En todo momento, asistimos a un tipo de enunciación actual, ligada a las coordenadas espacio-temporales de la comunicación. Este grado de referencialización máxima al aquí y ahora de los participantes lleva implicado un fuerte anclaje del discurso en la situación y acción comunicativas que continuamente quedan explicitadas y contenidas en el mensaje: (5) M.P.: § Ricardo ¿tú estás viendo las imágenes como nosotros? / es que § R.O.: § yo lo estoy viendo en / lo estoy viendo / en / en / directo / Matías / estoy delante (de una de las torres)§ M.P.: § es que / es que es un boquete tremendo el que ha producido / ¿eh? § R.O.: § sí / es un boquete tremendo y además [el fuego se ha] M.P.: [bueno / bueno y] ahora / ahora / de repente / [una explosión] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.03.01) Pero, además, como entre los interlocutores, pese a haber cierta proximidad sociodiscursiva15 existe una distancia física, dado que mantienen una conversación telefónica de larga distancia, hay que proporcionar explícitamente para el espectador unos datos temporales de suma importancia para la contextualización informativa de la noticia: M.P: ¿qué hora tenemos allá en Nueva York?↑ R.O: pues aquí son ahora las nueve y dieciséis minutos de la mañana↑ M.P: nueve y dieciséis § R.O: § acababa de despertar la ciudad que nunca duerme →y // desde luego→ / el despertar ha sidooo apocalíptico (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.14.32) 15 Aunque la interacción sea por motivos profesionales y tenga un carácter público y no privado, Ricardo Ortega y Matías Prats son compañeros de profesión, se conocen y guardan ciertas relaciones de cordialidad, hecho que se refleja no sólo en el empleo del tuteo, sino también en ciertas maneras de replicarse, disentir ante lo dicho por el otro. Puede servir de ilustración el ejemplo (12 a). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 193 4. En relación a las normas impuestas por el género informativo se observa una intensa y anormal implicación emocional entre ambos interlocutores (afectividad), y entre ellos y su discurso (expresividad). Los participantes en su interacción profesional no pueden contener expresiones de emotividad al relatar los acontecimientos, pues se ven sobrecogidos por los hechos: (6) M.P: § yo e-es- eso es / es lo que no hemos visto nosotros / pero vamos a tratar de recuperar↑ los momentos en los que se produce / la primera explosión y cuando llega la SEGUNDA ↑= § R.O: §[la segunda] M.P: = [vemos solamente] una torre / es lo que estamos viendo aquí = § R.O §sí § M.P: § ALLÁ [va]= R.O: [sí] M.P: =allá va allá va allá va allá va //¡DIOS SANTO! ↑/// ¡DIOS SANTO!↑ es un avión / un bimotor→§ R.O: § sí M.P: = es un bimotor↑por lo que hemos [visto=] R.O: [sí] M.P: = ha venido desde la derecha de las imágenes § R.O: § este avión Matías e- e- es / para que entendáis por la imagen / cinematográfica que tenemos todos de Nueva York ↓va sobrevolando el río Hudson↓ hace un viraje hacia la izquIERDA↑ / hacia la altura de la estatua de la Libertad // y allí enfila / toma rumbo hacia la segunda torre gemela y -y imPACTA↑ de lleno sobre ella § M.P: § vamos a ver porque el avión me parece mucho más / grande que un bimotor↓ / ¿eh? es que hay que hacer→ /// ese avión es ENORME↑§ (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.15.12 ) No obstante, en cuanto a este hecho, se observa una gradación de la emotividad que se intensifica a medida que avanza la interacción, debido probablemente a la escasa planificación del discurso y su alta dependencia de unas imágenes tan impactantes como las que se tuvieron que describir, comentar y relatar, pues estos periodistas editaron un telediario en proceso pero con carácter definitivo. Prácticamente se puede decir que hubo simultaneidad entre el proceso de cognición de las imágenes y el de su verbalización. Así, el comienzo de la interacción tiene un tono más neutro, nada en apariencia diferente a lo que ocurriría en cualquier telediario cuando se conecta en directo con un corresponsal: se sigue una estructura de pregunta-respuesta típica de la interacción y se rige por las normas que impone el género informativo a una entrevista de este tipo: dar a conocer una realidad in- 194 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. formativa, esto es, el acontecimiento y las posibles circunstancias que se entienden como relevantes para el género noticia (qué ha pasado, dónde ha pasado, cómo ha pasado y qué consecuencias tiene o puede tener lo que ha pasado). Esto explica que las preguntas siempre las formule M. Prats (que gestiona la comunicación desde el plató), mientras que R. Ortega adopta la posición de fuente informativa. Sin embargo, hay algo que lo hace distinto de los informativos que planifican estas interacciones y es que en el informativo del 11-S se da una mezcla de tipos sintácticos diferentes, una hibridación en la sintaxis (estructuras propias de un discurso planificado/estructuras propias de un discurso no planificado) en función del origen del decir: a) Por un lado, los que tienen que ver con un decir ajeno, propio de una enunciación referida, esto es, de un decir indirecto que transmite sintéticamente lo producido previamente por alguna fuente de información, cuya sintaxis casi no ofrece diferencias con la de un informativo convencional y se aproxima a la del texto escrito oralizado concepcionalmente. (7a) M.P: al parecer / una avioneta acaba de estrellarse en Nueva York contra las conocidas Torres Gemelas R.O: poca información podemos aportar // una avioneta parece que se ha estrellado contra una de las Torres Gemelas / en el tramo del piso 80 al 107 (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.00.37) Este proceder no sólo se constata en el comienzo de la interacción, sino que es una constante a lo largo del telediario, especialmente en las intervenciones de M. Prats que cuenta con los servicios de toda la redacción y le pasan textos escritos con informaciones puntuales que se limita a referir casi sin personalizar. Por esta razón, apenas se refleja en la sintaxis de los discursos referidos las huellas de la verbalización no planificada (no suelen darse acumulaciones paradigmáticas en el eje sintagmático, la sintaxis es más integrativa, etc.), pues ese decir ya viene conformado lingüísticamente por una fuente de información, se da ya procesado y sólo tienen que relatarse como contado. (7 b) M.P: me dicen que están evacuando TODA LA ZONA ADYACENTE kilómetros / alrededor de las dos Torres Gemelas en prevención / de que haya unnn eee tercer ataque / SUICIDA [vamos a ponerlo así] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.05.05) (7 c) M.P: me dicen que el presidente de los Estados Unidos sigue PERFECTAMENTE↑ todo lo sucedido // y que dentro de / pocos↑ minutos incluso va a presentarse ante las cámaras de televisión para dar una primera ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 195 //explicación de lo ocurrido↑ / no sabemos si explicación completa↑ / o simplemente un alcance↑ // de lo que ha sucedido porque yo creo que vamos a tardar todavía algunos minutos es saber / TODA LA VERDAD↑§16 (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.14.44) b) Por otro lado, los productos lingüísticos que tienen que ver con un decir de producción propia y personal, ya que a lo largo de la interacción los dos participantes se ven obligados a añadir información adicional, a definir o a explicar algo para los espectadores de manera improvisada, a describir o comentar las imágenes. En estos casos, se observa cómo la sintaxis comienza a ser más propia de las construcciones espontáneas de la oralidad no planificada. Así, la transcripción de la primera intervención de M. Prats permite tomar consciencia de un caso de haplología sintáctica17 (si es que se puede emplear con propiedad tal denominación) y que, sin embargo, pasa inadvertida en la recepción oral, debida a la fusión en el discurso de dos actitudes discursivas distintas, por un lado se refiere un decir ajeno y, por otro, se acomete una función explicativa como decir propio sobre la entidad referida18: (8) al parecer / una avioneta↑ acaba de estrellarse en Nueva York contra / las conocidas Torres Gemelas↓ ø / son los rascacielos más altos / de la ciudad allí / de Manhattan Así como las huellas de un apilamiento paradigmático19 de entidades discursivas que crean un efecto de precisión informativa: 16 Es cierto que enunciación referida y enunciación propia pueden sucederse sin solución de continuidad y esto se refleja en el producto lingüístico: cuando asoma la subjetividad propia aparecen rasgos propios de la espontaneidad, titubeos, repeticiones: “unnn eee / tercer ataque SUICIDA [vamos a ponerlo así]”; “explicación de lo ocurrido↑ / no sabemos si explicación completa↑ / o simplemente un alcance↑ // de lo que ha sucedido porque yo creo que vamos a tardar todavía algunos minutos es saber / TODA LA VERDAD↑”. 17 También llamada apó koinou: “una palabra o grupo de palabras funcionan al mismo tiempo como el último miembro de una proposición y como el primero de la proposición siguiente y se encuentra ubicado a la vez en ambas proposiciones” (Skarup, 1975; 341) Citado por C. Blanche-Benveniste ([1998]1993: 163-176). Este tipo de construcción suele ser bastante habitual en los textos medievales. 18 Esto en la lengua escrita se manifiesta en la repetición de la entidad introducida en el discurso referido: Las Torres Gemelas son...; o mediante un relativo: que son los rascacielos... Pero en la lengua oral no hace falta, pues se produce una inflexión en la entonación para dar paso al proceso explicativo. 19 Seguimos la forma de representación en grillas propuesta por el GARS, cf. Blanche-Benveniste ([1998] 1993: 105-128). 196 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. (9) M.P: son los rascacielos más altos de la ciudad allí de Manhattan R.O. son torres que tienen 107 / son las más altas del mundo O el empleo de una sintaxis agregativa: (10 a) R.O: puedo ver en estos momentos cómo está la cúpula de la torre absolutamente envuelta en humo de muchas ventanas salen / lenguas de fuego / no se sabe si hay heridos es una zona financiera / son oficinas / debe haber víctimas a la / a la / a la vista de la magnitud de / del fuego y del humo y hasta el momento se desconoce si ha sido / un accidente / o un acto terrorista (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.00.50) O repeticiones de elementos por titubeo: (10 b) a la / a la / a la vista de la magnitud de del fuego 2. CARACTERÍSTICAS DE LA INTERACCIÓN Puesto que el tipo de comunicación que se lleva a cabo en esta situación comunicativa puede describirse aplicando los parámetros formulados por P. Koch y W. Oesterreicher, nos proponemos analizar qué características lingüísticas hacen este producto informativo diferente a los propios de su género y a la vez en qué se diferencia o se parece a los productos conversacionales coloquiales prototípicos. Este telediario comparte con el resto de informativos televisados el carácter público de la comunicación y el tenor funcional de la situación: se trata de un discurso informativo mediático que obliga a una explicitación y contextualización lingüísticas constantes, así como ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 197 a introducir elementos exigidos por la superestructura del género (hablar de antecedentes, reacciones, consecuencias, opiniones de expertos, etc.). Es decir, son rasgos concepcionales que se imponen a la situación y hacen de este producto algo diferente de lo coloquial prototípico: se habla para otros dentro de un contexto de formalidad institucional por lo se que lleva a cabo un importante trabajo de codificación para no someter al espectador a un esfuerzo en su capacidad interpretativa, pero dentro de unas condiciones de repentización en las que pensamiento y construcción del discurso son casi concomitantes, es decir, sin tiempo para reflexionar: hay agregación de las unidades informativas conforme se van pensando. La interacción está presidida por una unidad intencional, un objetivo comunicativo, que se vertebra en la construcción discursiva. Ambos interlocutores perciben claramente cuáles son los elementos temáticos que permiten la progresión del discurso y, aunque en cierta medida son dependientes de la situación, hay continuidad de sentido y desarrollo temático y van haciendo aportaciones complementarias al sentido final. El resultado fue que construyeron conjuntamente sentido informativo en el proceso de su interacción20. Se acerca, en cambio, a las interacciones cotidianas en el hecho de que el espectador comparte el mismo espacio extralingüístico al que se refiere la comunicación, de modo que las imágenes pueden llenar de referencia aquellos elementos lingüísticos que tienen un fuerte anclaje en la acción y situación comunicativas de los participantes, por lo que la referencialización desde el hic et nunc del hablante, no es un obstáculo para la recepción: el espectador tiene en todo momento la sensación de ser copartícipe en la interacción. (11 a) M.P: [...] pero / esa tremenda explosión / no creo que haya [sido la gasolina=] R.O: [sí ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / mira] M.P: [=producto de un solo choque] de una avioneta§ R.O: § ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / ahora estoy viendo la segunda explosión / la segunda explosión la están / la están pasando por televisión (11 b) M.P: = [vemos solamente] una torre / es lo que estamos viendo aquí = § R.O §sí § M.P: § ALLÁ [va]= 20 Y pudo servir al director de los Servicios Informativos de Antena 3, E. Sáenz de Buruaga, como fuente para la preparación reflexiva y planificada de su propia intervención una hora más tarde (véase más adelante la transcripción de su intervención). 198 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. R.O: [sí] M.P: =allá va allá va allá va allá va //¡DIOS SANTO!↑/// ¡DIOS SANTO!↑ es un avión / un bimotor→§ R.O: § sí M.P: = es un bimotor↑por lo que hemos [visto=] R.O: [sí] M.P: = ha venido desde la derecha de las imágenes § R.O: § este avión Matías e- e- es / para que entendáis por la imagen / cinematográfica que tenemos todos de Nueva York ↓va sobrevolando el río Hudson↓ hace un viraje hacia la izquIERDA↑ / hacia la altura de la estatua de la Libertad // y allí enfila / toma rumbo hacia la segunda torre gemela y -y imPACTA↑ de lleno sobre ella § (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.15.12) En cuanto a los temas, la conversación entre los dos profesionales, ya se ha dicho, viene determinada por las imágenes y los datos procedentes de las fuentes de información, no hay libertad temática (frente a lo que ocurre en las conversaciones coloquiales prototípicas que tienen un carácter circunstanciado), pero está fuertemente ligada al contexto físico y a la situación extralingüística, por lo que las intervenciones pueden interrumpirse bruscamente y alterar el contenido del discurso por la aparición de un elemento más relevante que se convierte en nuevo centro temático (12 a) R.O: § sí eee / supongo que está funcionandooo // son / estos edificios son casi inteligentes / tienen sistemas antiincendios y [y y pueden compensar] M.P: [pero qué qué sistema] / qué sistema Ricardo / puede / puede compensar↑ eso eso que estamos [viendo↑=] R.O: [no sí sí] M.P: = es que no hay [sistema↑=] R.O: [sí m ((quiero decir))] M.P: =se se puede producir un incendio↓ y están preparados loss hoteles efectivamente muy bien↓/ para contrarrestar // estamos viendo↓ 0(movimientos)0↓ en la parte baja ↓// pero no me atrevo a decir de qué / ni si son personas↑ o o o qué es lo que sucede ahí / pero te decía↑ que están preparados para combatir un incendio NORMAL ↑↑ / pero un impacto↑ de un avión↑ // cómo se combate eso↑(Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.15.12) (12 b) M.P: Ricardo ¿tú estás viendo las imágenes como nosotros? / es que § R.O.: §yo lo estoy viendo en / lo estoy viendo / en / en / directo / Matías / estoy delante (de una de las torres)§ ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 199 M.P.: §es que / es que es un boquete tremendo el que ha producido / ¿eh? § R.O.: § sí / es un boquete tremendo y además [el fuego se ha] M.P.: [bueno / bueno y] ahora / ahora / de repente / [una explosión] R.O: [otraaa / es que /] otro avión / volando muy bajo / otro avión parece que se ha podido eee / Matías / no alcanzo a decirte lo que ocurre / pero / ha habido otra explosión / sí en efecto // ha habido otra explosión eee lo que aprecio desde aquí / salvo fuego y humo [no sé qué puede ser] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.03.01) De hecho, el dinamismo de la interacción puede llevar, como en las conversaciones cotidianas a la interrupción del turno de habla (algo que no suele darse en los informativos planificados), pero en nuestro caso esto siempre es anecdótico y es el gestor de la conversación quien interrumpe: (13) R.O: § en el 93 sí eee ahora eee no tenemos información / pero como estáis viendo la magnitud [de de=] M.P: [pues pues pues claro es =] R.O:[=la explosión] de fuego /pues [nos permite] M.P: [=es terrible] es que fíjate las personas que hayan estado por encima / que son muchísimos pisos / de la colisión / porque esta segunda me dices tú que calculas es ¿el piso número cincuenta?↑§ (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.08.12) En efecto, la interacción, pese a presentar un marcado carácter dialogal reflejado en una estrecha y fuerte cooperación entre los intervinientes para alcanzar una explicación conjunta de los acontecimientos y darles un sentido informativo21, se aleja de las conversaciones prototípicas en que no existe una simetría funcional, aunque pueda haber cierta proximidad vivencial y profesional. El comienzo de la interacción tipifica el diálogo como perteneciente al género informativo entrevista, de forma que es M. Prats quien lleva la dirección de la interacción con la finalidad de extraer la mayor información posible de la situación (pregunta, requiere la confirmación de datos, introduce en el discurso entidades sobre las que hablar, hace objeciones a la información aportada por su compañero, repite, resume o glosa los datos ya aportados, procura que no existan silencios y tiene en todo momento presente al espectador y al estudio de redacción que le proporciona más datos). El corresponsal en Nueva York, R. Ortega, colabora respondiendo a to21 No se trata de una interacción con finalidad lúdica o interactiva, sino más bien transaccional. Es más bien lo que Haverkate (1998) ha tipificado como “evento de habla”, frente a las situaciones cotidianas que son “situaciones de habla”. 200 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. dos los requerimientos, lleva en cierto modo un papel discursivo dependiente, aunque de suma importancia informativa, pues es la fuente de información que presencia en directo el evento y el principal exponente de un decir veraz, precisamente, por su condición de testigo presencial. Es decir, se observa cómo en la relación de los turnos de palabra es M. Prats quien proporciona vías de progresión temática (las víctimas, el carácter de atentado terrorista, historia de otros atentados, las torres, la antena, la colisión del segundo avión, posible alerta de atentado, la reacción de EE.UU.): – Bien mediante formulaciones explícitas: preguntas que requieren respuesta (... ¿con qué consecuencias?; ¿tú crees que se ha podido tratar de un segundo aparato?; ¿y qué altura tienen / qué cantidad de pisos?; ¿qué hora tenemos allá en Nueva York?; pero y dime una cosa / ha había a alguna alerta ESPECIAL↑ / en estos días en Nueva York en los Estados Unidos↑ sobre un ataque suicida / un ataque terrorista de [esta =][=magnitud?]; pero / te dicen te dicen / qué clase de avión) – Bien mediante aserciones modalizadas o atenuadas que son inmediatamente aprovechadas por el corresponsal para añadir información relevante: (14 a) M.P: [...] porque esto es tremendo / es que ha probido / ha podido producir una cantidad / terrible de / de pérdidas humanas / ¿eh?§ R.O: §sí sí sí sí sí ... sin duda o sea / no no no puedo darte cifras / por supuesto / pero las pérdidas humanas tienen que contarse pues por centenares como mínimo / como mínimo /[...] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.03.51) (14 b) M.P: = con lo que no hubieran podido advertir del peligro a los / ciudadanos de Manhattan § R.O: § sí M.P: porque ee efectivamente estas torres ya tenían un precedente terrorista / del 93= § R.O: § sí M.P: =pues seguramente con un avión secuestrado volando / sobre la ciudad→ lo primero que hay que pensar / es que uno de sus blancos puede ser éste R.O: sí desde luego es es el blanco es el blanco más más visible / y si algún grupo terrorista se hubiera / PLANteado↑ atentar / contra edificios de Manhattan es es el que/ es todo un símbolo→ / el que más daño hace // víctimas↑ / por el símbolo y una vez más / porque estás atacando al al estás atacando al coRAZÓN financiero de Estados Unidos (Informativo Antena 3 Televisión 11S; 15.20.18) Estas intervenciones, conscientemente dirigidas por uno de los agentes de la interacción, proporciona una gran cohesión semántico-pragmática que ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 201 hace del producto resultante un discurso dinámico hecho en colaboración. No sólo la rápida sucesión de los turnos en las réplicas lo confirman: (15) M.P: [...] / pero un impacto↑ de un avión↑ // cómo se combate eso↑ R.O: no sé cómo se combate pero el hecho es que no / el fuego no se está propagando hacia abajo con la misma velocidad con que empezase aquí / imagino que algunos sistemas técnicos de cortafuegos /o e el esfuerzo que estén llevando a cabo en estos momentos los equipos de bomberos / e pues algún efecto están teniendo porque / el fuego sigue confinado en=§ M.P: § ehemm R.O: = en la zona del impacto hacia arriba /ee la humareda sigue siendo muy densa / las / llamas salen por las ventanas / pero por suerte parece ser que por el momento / no se está extendiendo / a demasiada velocidad (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.12.50) sino también el solapamiento de voces que a dúo aportan información semejante sobre algunas de las entidades del discurso: (16) M.P: = fíjate cómo se se complica la situación § R.O: § sí están informando ahora que ese avión / probablemente/ si se confirma que ha sido el avión / el avión secuestrado es seee disponía aterrizar / en el aeropuerto de La Guardia↑ que es un / aeropuerto que que [está en el área de Queens =] M.P: [que está muy cerca] R.O: = en Nueva York sí § M.P: §[está muy muy cerca /ese aeropuerto de las torres] R.O: [sí muy cerca muy cerca de las torres] ee también se informa que el presidente Bush (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.14.03) y sobre todo la repetición de elementos lingüísticos relevantes que unas veces cumplen una función estructurante para la organización informativa de los intercambios: (17) M.P: mmm pues no puedo ni pensar por por un lado la la cantidad ingente de víctimas que ha producido / este hecho→ / pero por otro / también Ricardo↑ / cuando se sepa la autoría ↑// la respuesta de EE UU va a ser // muy fuerte ¿eh? R.O: la respuesta puede ser // puede ser no↓ la respuesta si si tiene lugar →/ y se confirma que ha sido un ataque terrorista / la respuesta va a ser contundente y sin duda / militar↓(3”) (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.21.42) 202 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. Y otras están al servicio de requisitos propios del género discursivo (Méndez, 2003) como la reformulación de contenidos ya dichos por el corresponsal como estrategia para centrar la atención informativa con respecto al espectador: (18) R.O:[...] debe haber víctimas / a la / a la / a la vista de / del fuego y del humo y hasta este momento se desconoce si ha sido / un accidente / o un acto terrorista // M.P: estamos viendo las primeras imágenes EN DIRECTO de las torres gemelas / cómo / efectivamente / hay una densa humareda / no se sabe si ha sido / un puro accidente o / tal vez se traste / se trate de un acto terrorista§ (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.01.00) Esto es, la cooperación y colaboración discursivas en interacción supone la inscripción de lo dicho por el otro en el decir propio, dotando de coherencia y conexidad las distintas intervenciones de los turnos de palabra: las repeticiones están, pues, al servicio de la estructuración temática y de la organización discursiva. 3. RASGOS LINGÜÍSTICOS DE LA ORALIDAD PRESENTES EN ESTE PRODUCTO INFORMATIVO 3.1. Aparte de algún relajamiento articulatorio (“yo apostaría por áhi”) o problemas y confusiones en la pronunciación de alguna palabra, achacables a los efectos mediales de la transmisión (“se traste” por se trate; “que ha probido” por que ha podido), lo más relevante son los reflejos emocionales en la elocución de los participantes en la interacción y los alargamientos vocálicos y reiteraciones de segmentos silábicos. Uno de los aspectos más llamativos es el tono más neutro del discurso de Ricardo Ortega frente al de Matías Prats, caracterizado por cambios de entonación continuos y por inflexiones que posibilitan la sucesión coherente de ciertos enunciados sin pausa perceptible (Briz, 2000: 44). Hay que insistir en que este tipo de modulación, huella entonativa de la subjetividad del locutor, no suele aparecer en los informativos habituales, que normalmente reservan los enunciados modalmente marcados para las noticias deportivas, de consumo, solidaridad, etc. Uno de los casos más extremos aparece en el siguiente fragmento, en el que la pronunciación del reforzador de la opinión vamos refleja una clara toma de posición personal ante lo afirmado, algo insólito en un informativo estándar: ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 203 (19) R.O: § parece/ parece/ que ha sido otro avión/ esto no es/ si se confirma/ si se confirma esta circunstancia no es casual/ por supuesto § M.P: § no no no no esto ya es un actooo voluntario/ ¡vamos!↑/ primero una torre y después la otra/ pero/ pero/ estamos/ estamos a la espera/ Ricardo de que/ recibamos información porque esto es tremendo↑// es que ha probido/ ha podido producir una cantidad/ terrible de/ de pérdidas humanas/ ¿eh?§ (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.03.51) Entre las características de las intervenciones de Matías Prats destaca la pronunciación enfática de determinados sintagmas. Este aumento en la intensidad actúa como refuerzo ilocutivo (Briz, 2000: 46): (20) R.O: § sí habéis podido apreciar que/ que es de tamaño mayor que una/ una avioneta § M.P: § no la [hemos visto ↑=] R.O: [no la habéis visto] M.P: =no la hemos visto/ hemos visto solamente/ el el impacto ahora lo que sí se observa/ desde muchos kilómetros a la distancia más allá de Manhattan/ pues cómo está ardiendo como si fueran DOS AUTÉNTICAS CHIMENEAS↑// [gigantes/ ¿eh?] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.05.35) Otro recurso de refuerzo ilocutivo que conviene destacar es la pronunciación silabeada, que señala como confirmada la información que transmite frente a hipótesis anteriores: (21) M.P: sería// si es/ si es verdad/ que es un ataque terrorista que me dicen que han sido/ dos a- vio- ne- tas -de -pa sa- je- ros o sea no dos avionetas pequeñas sino/ eee dos aviones de hélices también/ paraaa albergar aproximadamente unos 18 ó 20 pasajeros/ o sea que ya es un avión considerablemente/ más grande que lo que nosotros denominamos avioneta/ pero estaríamos ante/ el ataque/ más grave realizado/ en en la historia del terrorismo/ ¿no?↑/ en Estados Unidos/ por supuesto § (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.06.34) La existencia de ciertas estructuras interrogativas truncadas puede obedecer más “al propio devenir del discurso espontáneo, donde a veces es difícil el hallazgo de la palabra adecuada en el momento justo” que a un recurso intencional por parte del hablante (Hidalgo, 2000: 270): 204 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. (22) M.P: §sabes si tienen? /tienen helipuerto arriba↑/ ¿verdad?? § R.O: § tienen creo que una de ellas tiene helipuerto una y eso que que tiene arriba es pues [eee] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.11.00) También habría que señalar que algunos elementos del mensaje aparecen disociados de la estructura sintáctica principal. Se producen dislocaciones entonativas a la derecha. La marca prosódica que escinde la estructura disociada es un fonema descendente: (23) M.P: sería// si es/ si es verdad/ que es un ataque terrorista que me dicen que han sido/ dos a vi o ne tas de pa sa je ros o sea no dos avionetas pequeñas sino/ eee dos aviones de hélices también/ paraaa albergar aproximadamente unos 18 ó 20 pasajeros/ o sea que ya es un avión considerablemente/ más grande que lo que nosotros denominamos avioneta/ pero estaríamos ante/ el ataque/ más grave realizado/ en en la historia del terrorismo/ ¿no?↑/ en Estados Unidos↑/ por supuesto § (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.07.24) El grado de profesionalidad de estos dos periodistas se demuestra, entre otros aspectos, en la práctica ausencia de silencios. El canal comunicativo, la línea telefónica que los une en la distancia física, siempre está en uso, a lo que sin duda contribuye no sólo la capacidad individual de cada uno de ellos sino también el conocimiento de la superestructura del género periodístico que condiciona la alusión a antecedentes (atentado contra una de las torres en 1993), opiniones de expertos, reacciones, etc. Los pocos casos de silencio que se producen se deben a la necesidad de obtener más información y en ningún momento a no tener nada que decir. Es muy significativo el caso del siguiente ejemplo: (24) M.P: están ahora todos los medios de comunicación suponemos / todas las televisiones del país enfocando estas imágenes↓§ R.O. § 0( sí)0 /// mira las agencias están confirmando Matías el secuestro del avión (3”) el secuestro del avión con fuentes del FBI que todavía no se identifican (4”) M.P: pero / te dicen te dicen /que que clase de avión [si =] R.O: [no no] M.P: =si el avión iba ocupado por pasajeros § R.O: § no no sobre esto no hay ninguna información /está están siendo bastante prudentes→ / con con todo esto [imagínate =] (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.20.42) ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 205 Los segundos de silencio son de la fuente de información y obedecen a que está obteniendo datos de algún canal de televisión (esto implica un tiempo de recepción y de procesamiento de traducción, por eso es respetado por el gestor de la interacción), el hecho de que permanezca en silencio sin obtener información relevante que decir motivan una réplica de M. Prats con un pero reactivo al silencio a la par que abre vías de progresión informativa. 3.2. Asimismo, la forma de construcción del discurso hace de este informativo un caso aparte dentro del género y lo asemeja a los productos conversacionales ahormados en la impronta de la inmediatez comunicativa. Hay huellas discursivas en forma de rastro paradigmático22 que deja la producción del discurso, en el eje sintagmático por problemas de hesitación, corrección o búsqueda de precisión léxica en la repentización de un hablar, concomitante con el pensar y que suelen darse en los inicios de las secuencias23. También la organización del discurso es diferente: prototípicamente agregativa, cada elemento informativo nuevo nace de un movimiento enunciativo diferente (lo que se ha llamado sintaxis parcelada24) que se añade al precedente estableciendo vínculos conectivos diversos, en función del tipo de acto de habla que se acomete y de su relación discursiva con el anterior. Desde la mera adición de elementos equivalentes o reiterados que “a borbotones” hace avanzar la progresión del discurso (las figuras, de simetría, enumeración: ejemplos de 25; o escalera25: ejemplo 26 que se hacen patentes gracias al análisis de la transcripción son buena muestra de esto): (25 a) M.P: son los rascacielos más altos / de la ciudad allí /de Manhattan / (Informativo Antena 3 Televisió11-S; 15.00.34) ⇒son los rascacielos más altos / de la ciudad allí / de Manhattan 22 Para este concepto, cfr. Blanche-Benveniste ([1998] 1997) y los planteamientos del GARS, de quienes, como se ha dicho, hemos recogido la forma de representación, pues en nuestra opinión muestra más gráficamente las técnicas de construcción que caracterizan la oralidad. 23 Este es un rasgo de la oralidad que no suele pasar estilizado a los discursos que buscan conscientemente una mímesis del habla (Méndez, 2003; López Serena, 2006), por lo que está ausente también en el filtrado de la oralidad en los informativos planificados. 24 Narbona (1994). 25 Las primeras, propuestas por el GARS, tienen que ver con la repetición de elementos lingüísticos idénticos o semejantes que cumplen una misma función sintáctica; y la última, inspirada también en los planteamientos anteriores, propuesta por López Serena (2005), hace también referencia a la producción paulatina del discurso oral: “las nuevas secuencias se van anclando en las anteriores gracias a la repetición de uno o varios elementos que sirven de trampolín para la progresión informativa del discurso”. 206 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. (25 b) R.O: [...]que es cuandoo / empieza la jornada laboral eee/ de-de todas estas oficinas financieras del barrio de Wall Street a esas horas / eee esas oficinas sin duda estarían repletas de-de gente trabajando ↑§ M.P: § o sea / que estaban ya / eee la gente en sus oficinas / en sus lugares de trabajo / (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.02.48) ⇒ § […] a esas horas / eee esas oficinas sin duda estarían repletas de / de gente trabajando ?§ § o sea / que estaban ya / eee la gente en sus oficinas / en sus lugares de trabajo / (26) R.O: [sí/ ahora estoy viendo ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / mira] M.P: [=producto de un solo choque de una avioneta] § § ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / ahora estoy viendo la segunda explosión / la segunda explosión la están / la están pasando por televisión / ha sido unaaa más que una avioneta ha sido un / un avión de gran envergadura parece con motores a hélices pero / algo mucho mayor /que / que una avioneta se ha estrellado contra la segunda Torre Gemela ha provocado una gran explosión de fuego (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.05.58) ⇒ ahora estoy viendo/ ahora estoy viendo/ ahora estoy viendo mira §ahora estoy viendo/ ahora estoy viendo/ ahora estoy viendo la segunda explosión/ la segunda explosión la están/ la están pasando por televisión / ha sido unaaa más que una avioneta ha sido un avión de gran envergadura Hasta la mera contigüidad de elementos aparentemente heterogéneos que, sin embargo, están vinculados por una lógica discursiva de réplica o comentario (explicativo, justificativo, valorativo, metadiscursivo, etc.). Esa contigüidad de elementos heterogéneos, que suele interpretarse como una ruptura de la sintaxis del discurso (esto es, muchas veces como un anacoluto) no es tal, sino que parece más bien la huella enunciativa26 que en el eje 26 A veces estas réplicas vienen introducidas por un conector que explicita el tipo de acto de habla que se lleva a cabo, pero no necesariamente. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 207 sintagmático deja la reacción del sujeto que habla ante la aparición de una instancia previamente dicha en el propio discurso con una determinada intención27. La mezcla o hibridación de los movimientos enunciativos origina en la linealidad del habla incisos que rompen la sintaxis del enunciado, retomándose luego mediante la repetición de elementos ya dichos que vuelven a funcionar dentro de las figuras sintácticas antes mencionadas. Con esta yuxtaposición el hablante trataría de dar cabida a dos o más actos de enunciación pensados o evocados casi simultáneamente cuya verbalización no puede manifestar esta concomitancia si no es en incisos de co-presencia. Véanse los siguientes ejemplos: (27) [sí / hay / hay un auténtico ]/ te digo / hay un auténtico enjambre de-de helicópteros pero están todos a distancia de seguridad yo lo que alcanzo a ver desde aquí no hay ningún helicóptero que se acerque a una distancia como para provocar un-un segundo accidente / una segunda colisión // (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.04.25) Aquí, la linealidad del discurso hace colisionar en el momento de la enunciación dos actos de habla interrelacionados: por un lado un acto de habla asertivo constata un cierto estado de cosas, lo que se está viendo, pero por otro lado un nuevo movimiento enunciativo lo replica, interrumpiendo momentáneamente el movimiento enunciativo anterior, para restringir el campo de validez veritativa a una determinada perspectiva: lo dicho es verdad en tanto en cuanto se limita a lo que se está viendo. El resultado es que en la linealidad del enunciado conviven en contigüidad y se entrecruzan elementos discursivos de ambos actos de habla. Si se representa gráficamente mediante el sistema adoptado se ve mucho más claramente esto que se dice: (27) sí hay hay un auténtico [te digo hay un auténtico enjambre de de helicópteros pero están todos a distancia de seguridad yo lo que alcanzo a ver desde aquí] no hay ningún helicóptero que se acerque a una distancia... 27 Este proceder sí aparece en el filtrado de la oralidad en los textos periodísticos, probablemente porque aparecen en los discursos cultos improvisados creados dentro de un marco de formalidad que no tienen las conversaciones cotidianas. Pero no aparecen en la estilización de lo oral que se hace para los informativos televisados. 208 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. Este proceder no es muy diferente al que se manifiesta en los ejemplos 28 a) y b): ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. sólo que en éstos el campo de validez veritativa que condiciona lo expresado como conjetura (esto no es casual por supuesto o el piloto no titubea y va desde luego directo a la colisión contra la torre gemela) a que sea verdad lo expresado por las proposiciones condicionales (si se confirma esta circunstancia; si hay piloto) no aparece desmembrado en el enunciado, sino como inciso comentador y podría representarse gráficamente así (28 a) § parece / parece / que ha sido otro avión / esto no es / [si se confirma si se confirma esta circunstancia] no es casual / por supuesto§ (28 b) § el piloto el piloto→ [si hay piloto o el avión va teledirigido no lo sé/ pero parece que es un piloto / ] el piloto desde luego no titubea↑ / no titubea↑ y va y va directo a a la colisión contra … En ambos ejemplos la técnica de construcción del discurso es semejante: la percepción de un acontecimiento sirve de estímulo para la emisión de un enunciado que expresa una opinión: ‘esto no es casual’, ‘va directo contra la colisión’, que por cautela epistemológica propia de la fuente de información deberá quedar matizada o modalizada, lo que le permitirá luego reafirmarse en lo pensado como conjetura. Obsérvese que los marcadores por supuesto y desde luego son la huella enunciativa que dicha actitud deja en el discurso. También el ejemplo 29 es semejante a los anteriores: 209 (29) M.P: mmm pues no puedo ni pensar por por un lado la la cantidad ingente de víctimas que ha producido / este hecho→ / pero por otro / también Ricardo↑ / cuando se sepa la autoría ↑// la respuesta de Estados Unidos va a ser // muy fuerte ¿eh? R.O: la respuesta puede ser // puede ser no↓ la respuesta si si tiene lugar →/ y se confirma que ha sido un ataque terrorista / la respuesta va a ser contundente y sin duda / militar↓(3”) (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.21.52) (28 a) R.O: [parece que ha sido otro avión] parece / parece / que ha sido otro avión / esto no es / si se confirma / si se confirma esta circunstancia no es casual / por supuesto (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.03.51) (28 b) R.O:§ el piloto el piloto→ si hay piloto o el avión va teledirigido no lo sé/ pero parece que es un piloto / el piloto desde luego no titubea↑ / no titubea↑ y va y va directo a a la colisión contra la torre gemela (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.19.30) El lenguaje de los informativos R. Ortega emite un enunciado asertivo como réplica que asiente a lo propuesto por M. Prats (la respuesta de Estados Unidos va a ser muy fuerte / ¿eh?) Y comienza su producción lingüística (la respuesta puede ser), pero se interrumpe ahí su movimiento enunciativo inicial, pues él mismo, a modo de réplica de lo que acaba de decir, rectifica metalingüísticamente la modalización del predicado (puede ser): “puede ser no”, condicionando la aserción subsiguiente, su ámbito veritativo (va a ser contundente y sin duda militar), a que se cumpla también lo expresado en la proposición condicional (si la respuesta tiene lugar y se confirma que ha sido un ataque terrorista). De ahí el reforzamiento del marcador del discurso sin duda. Veamos su representación: M.P: [...]cuando se sepa la autoría ↑// la respuesta de Estados Unidos va a ser // muy fuerte )eh? (29) la respuesta puede ser // puede ser no↓ la respuesta [si si tiene lugar →/ y se confirma que ha sido un ataque terrorista /] la respuesta va a ser contundente y sin duda / militar↓(3”) Más complejo es el análisis de (30), pues se produce un entrecruzamiento en zigzag de elementos lingüísticos enunciados como partes de actos de habla distintos que se suceden en la linealidad de la sintaxis del discurso oral: (30) M.P: [...] estamos a la espera / Ricardo de que/ recibamos información porque esto es tremendo↑// es que ha probido / ha podido producir una cantidad / terrible de / de pérdidas humanas / ¿eh?↑§ R.O: § sí sí sí sí sí[…] sin duda o sea / no no no puedo darte cifras / por supuesto / pero las pérdidas humanas tienen que contarse / pues / por centenares / como mínimo / como mínimo / os podéis imaginar / pues / están todos los canales de 210 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. televisión / han interrumpido su programación / los helicópteros están sobrevolando toda la zona de / de Wall Street sobre Manhattan / dando información en directo pero están cortadas↑ las comunicaciones con / con las torres gemelas y es imposible tener acceso a / a información clara sobre lo que ocurre allí↑y cuál es el estado de la gente↑/ cantidad de víctimas↑/ causas (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.04.08) Obsérvese cómo se produce una superposición de actos informativos relevantes unos para otros y pertinentes también en relación con lo que se quiere comunicar. Por un lado, se dice que la televisión americana está dando información en directo. Esto a su vez viene replicado internamente por el propio locutor mediante un acto de habla de carácter explicativo que alude a las circunstancias: han interrumpido su programación; por otro lado, se quiere transmitir el contenido de lo que la televisión americana está diciendo en esos momentos y que sintácticamente aparece como una construcción de discurso indirecto libre: dar información es el elemento del contexto reproductor que funciona como indicio de reproducción, mientras que los helicópteros están sobrevolando toda la zona pero están cortadas las comunicaciones y es imposible saber qué pasa, es, grosso modo, el contenido informativo de lo que las televisiones están diciendo (la cita propiamente dicha) y que es asumido también por quien reproduce esos contenidos. Dado que no pueden verbalizarse de forma simultánea, se rompe la linealidad del discurso e incide una verbalización en otra. Obsérvese que el gerundio (dando información) puede ser modificador de ambas instancias informativas (tanto la televisión como los helicópteros son los encargados de transmitir lo que está ocurriendo en las torres: los helicópteros son fuente de conocimiento para la televisión americana y ésta a su vez lo es para R. Ortega, de ahí la ambigüedad del funcionamiento del gerundio), quizá eso sea lo interesante del análisis. La representación en grillas facilita el análisis: (30) [...] os podéis imaginar / pues/ están todos los canales de televisión ø /han interrumpido su programación/ los helicópteros están sobrevolando toda la zona de/ de Wall Street sobre Manhattan/ dando información en directo pero están cortadas↑las comunicaciones con / con las torres gemelas y es imposible tener acceso a /a información clara sobre lo que ocurre allí? y cuál es el estado de la gente↑ / cantidad de víctimas↑/ [causas] El lenguaje de los informativos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. 211 Semejante explicación merece la aparente acumulación inorgánica de elementos lingüísticos de (31) (31) M.P: [...]están ardiendo como si fueran DOS AUTÉNTICAS CHIMENEAS↑// [gigantes / ¿eh?] R.O: [sí son dos ((teas))] ahora mismo de-de humo y de fuego / como has dicho se está evacuando el el enjambre ahora mismo de ambulancias↑/ de coches de policías / de helicópteros de la policía / es increíble↑/ es un sonido ensordecedor / se está evacuando toda la zona e-e-e no se permite el acceso y creo que se está ante una alerta terrorista / a gran escala↑// (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.05.35) nuevamente tenemos la colisión de dos actitudes enunciativas diferentes que deja sus huellas en el enunciado (en forma de un relativo desorden en la construcción sintáctica). Por un lado, discursivamente, R. Ortega tiene que replicar al discurso subjetivo de su compañero, confirmando o asintiendo a la conjetura de su interlocutor, pues éste se lo ha pedido explícitamente con el marcador conversacional ¿eh? (... como si fueran dos AUTÉNTICAS CHIMENEAS ↑// [gigantes ¿eh?]), es decir, tiene obligación de interactuar en el diálogo. Por otro, se intenta dar entrada a un discurso referido para comentar algo que M. Prats ha dicho unos instantes antes28 y que R. Ortega va a emplear como trampolín para dar más información. Ante la imposibilidad de verbalizar simultáneamente ambas actitudes discursivas, las va entrecruzando en la linealidad de la sintaxis del discurso: (31) [sí son dos ((teas))] ahora mismo de de humo y de fuego/ como has dicho se está evacuando el el enjambre ahora mismo de ambulancias↑/ de coches de policías/ de helicópteros de la policía/ es increíble↑/ 28 M.P: me dicen que están evacuando TODA LA ZONA ADYACENTE↑ kilómetros /alrededor de las dos Torres Gemelas en prevención / de que haya unnn e-e-e tercer ataque/ SUICIDA↑ vamos a [ponerlo así]. 212 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. es un sonido ensordecedor/ una alerta terrorista/ a gran escala↑// se está evacuando toda la zona eee no se permite el acceso y creo que se está ante La adaptación del análisis “en grillas” propuesto por GARS, permite hacer patente y describir este proceso de solapamiento o colisión de dos actitudes de verbalización diferentes (que es absolutamente normal como técnica de construcción de cualquier discurso: sólo que en el discurso planificado los incisos se construyen de otra forma “más lineal” y no “en zigzag”). Esto no parece que sea, como quiso ver M. Seco, una tendencia centrífuga de la sintaxis en la que los elementos de la frase tienden a flotar separadamente unos de otros ajenos a una estructuración orgánica. No, cada centro enunciativo actúa de eje regulador y esto se manifiesta en la repetición como técnica de construcción de lo no planificado: cada repetición actúa en un frente distinto y da coherencia al discurso. Hay veces en que la persona que habla es consciente de que se produce este solapamiento entre actitudes enunciativas distintas y busca fórmulas más acordes con las técnicas de construcción del discurso planificado: (32) M.P: = se se puede producir un incendio↓ y están preparados loss hoteles efectivamente muy bien↓/ para contrarrestar // estamos viendo↓ 0(movimientos)0↓ en la parte baja ↓// pero no me atrevo a decir de qué / ni si son personas↑ o o o qué es lo que sucede ahí / pero te decía↑ que están preparados para combatir un incendio NORMAL ↑↑ / pero un impacto↑ de un avión↑ // cómo se combate eso↑ (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 15.12.42) 3.3. El empleo de los conectores y marcadores del discurso también hace de este informativo un caso aparte. Su presencia afecta a todos los ámbitos: desde los que intervienen en el discurso ligados a su función ilativa o continuativa de la materia discursiva (el pues comentador), hasta los que lo hacen como refuerzo del vínculo existente en la interacción, pasando por los que afloran como reacción del hablante ante lo que dice. Así, se observa una profusión en el empleo de fáticos29 marcadores de la alteridad con función comprobativa (¿eh?, ¿no?), algo casi inexistente en los informativos tradicionales. Su posición, como es esperable, se sitúa al 29 Sólo con función de contacto aparece mira en algunas intervenciones de R. Ortega que buscan hacerse con el turno de palabra o asegurarse la atención de su interlocutor. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 213 final de una secuencia cerrando una intervención (tonema ascendente y rasgo suprasegmental de anticadencia), pero lo más significativo es que sólo aparecen en el discurso de Matías Prats, probablemente ligado a su papel sociodiscursivo como gestor de la interacción, pues son elementos que abren expectativas de progresión temática ya que instan al otro a replicar. Estos marcadores, que acompañan siempre a conjeturas, hipótesis, es decir, a un discurso muy subjetivo, surgen como reacción ilocutiva del mismo enunciador ante su propio decir y busca comprobar su adecuación a la situación en la fuente de información30, pues ésta es la que está más cerca de los acontecimientos (esa es la razón de que estén ausentes en el discurso de R. Ortega). Del mismo modo, ligado a la función justificativa o explicativa de ciertos tipos de enunciaciones subjetivas que se transmiten como valoraciones, opiniones, sospechas, conjeturas, aparece es que. Otro marcador ausente de los informativos planificados (que prefieren explicitar el tipo de acto: “decimos esto porque”, “le preguntamos esto porque”), pero muy presente en las interacciones cotidianas en el que la mera contigüidad de los actos de habla es por sí sola suficiente para desencadenar una lógica discursiva: es que es un boquete tremendo el que ha producido; [es terrible] es que fíjate las personas que hayan estado por encima/ que son muchísimos pisos/ de de la colisión / porque esta segunda me dices tú que calculas es ¿el piso número 50? [no es que] en una torre de esas qué qué puede albergar una torre de esas / miles de personas§ [es que estamos viendo] una gran antena / en la torre de la derecha que es lo único que nos permite ver / laaa densísima humareda. Precisamente, porque asistimos a un tipo de discurso muy marcado por la subjetividad y la interacción es por lo que menudean marcadores conversacionales del tipo de claro, hombre y de bueno. Este último, con varias funciones ilocutivas: acompañado de la conjunción y introduce un cambio temático o perspectiva diferente en la información (más frecuente en el discurso de R. Ortega); con un valor de carácter comentador (sólo en las intervenciones de M. Prats) aparece en iteración (bueno bueno/bueno bueno bueno), siempre en intervenciones de paso emisiones de carácter espontáneo que surgen como reacción de perplejidad ante la visión de los acontecimientos. También escapa al género informativo31 la presencia de marcadores del 30 En este sentido, puede decirse que atenúan la fuerza de la aserción a la vez que refuerzan el carácter interactivo de la comunicación. 31 No obstante pueden aparecer como inscripción de la oralidad en lo escrito o como elementos conversacionales presentes en los totales que ilustran los informativos y transmiten secuencias conversacionales de los agentes de las noticias. 214 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. tipo sin duda, desde luego y por supuesto que surgen como una reacción de reafirmación del propio enunciador (R. Ortega, que cumple con ello el papel sociodiscursivo que tiene asignado en la interacción) ante lo dicho en una aserción, cuyo valor de verdad se hace depender de lo dicho en otra aserción. Esto es, no se hace descansar en una evidencia de tipo fáctico o real, sino de tipo discursivo. Los ejemplos 28 a) b) y 29 ya comentados anteriormente pueden servir como ilustración a lo que se dice. 4. CONCLUSIÓN De lo analizado en este telediario por nosotras se desprende que lo que resulta decisivo en las estrategias de verbalización para la construcción del sentido es el carácter no planificado del informativo (coexistencia de los tiempos del acontecimiento, la enunciación, la difusión y la recepción) y el tipo de interacción dialogal. Parámetros que, como se ha visto, se reflejan principalmente en la sintaxis, en los modos de construcción del discurso. Esto es más evidente en lo que hemos llamado discursos de producción propia para diferenciarlos de las prácticas de construcción que se siguen cuando se comunican hechos que vienen ya conformados y verbalizados por otras instancias (discurso referido) y que se dicen en la impronta de la inmediatez comunicativa. Debido a esto, aparecen rasgos prototípicos de oralidad ausentes por completo en los informativos habituales (es decir, que ni siquiera aparecen como filtrado o estilización de la oralidad concepcional en los discursos planificados) y hacen de este informativo un caso atípico dentro del género y, por tanto, más cercano a las conversaciones coloquiales cotidianas. Pero se aparta de éstas en la trascendencia comunicativa de la que siempre fueron conscientes los interlocutores y que les llevó a un esfuerzo de verbalización y a una tensión estructurante para que el espectador no tuviera dificultades al procesar y reconocer un sentido informativo a lo dicho sobre los acontecimientos y las imágenes que se emitían en directo. Las condiciones de identidad de los participantes y la situación comunicativa en la que se desarrolla la interacción son decisivas y explican la aparición de determinados elementos lingüísticos ligados a su función sociodiscursiva (algunos marcadores del discurso, por ejemplo), pero también explican la aparición de ciertas fórmulas de decir más propias de la épica periodística que de las interacciones cotidianas (véanse algunos ejemplos en la nota 11). Por último, la intensa subjetivización del discurso aparta definitivamente este informativo de los habituales y lo aproxima a lo que sucede en la conversación coloquial, pues se observa una intensa y anormal implicación emocional entre ambos interlocutores, y entre ellos y su discurso. Ambos participantes, sobrecogidos por las imágenes que presencian, no pueden con- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 215 tener expresiones de emotividad al relatar los acontecimientos: éstas escapan espontáneamente en sus discursos ahormados en la impronta de la inmediatez comunicativa. En cambio, los discursos informativos planificados en la distancia comunicativa cuando quieren dar muestras de expresividad lo hacen alterando las características elocutivas del mensaje y los rasgos tonales y de intensidad32 (filtrado de la oralidad en lo planificado para dar la sensación de que se relata oralmente la información), pero las técnicas de construcción se asemejan a las de la lengua escrita como puede verse en el siguiente ejemplo en el que interviene E. Sáenz de Buruaga, cuando una hora más tarde se incorpora en directo al informativo: (33) E.S.B: se lo venimos contado↑ / muy pendientes de Nueva York→ / las Torres Gemelas han sido destruidas por dos avioness / al parecer por los datos que tenemos / que habían sido secuestrados por dos pilotos kamikaces ↓// un tercer avión suicida podría haber provocado una tercera explosión en el Pentágono / edificio que también hemos visto ardiendo / ha sido evacuado al igual que la Casa Blanca también en Washinghton en medio de grandes humaredas / grandes llamas // el pánico sin ninguna duda cunde en los Estados Unidos / se apodera del país / ha salido ya a la opinión pública el propio presidente norteamericano y ha confirmado que son víctimas de los terroristas y ha afirmado que no quedarán sin castigo /// como les hemos ido contando en Nueva York / todo empezaba poco antes de las nueve de la mañana cuando un avión de la compañía American Airlines que transportaba pasajeros con destino a Boston se estrellaba contra una de las Torres Gemelas / apenas habían transcurrido veinte minutos / estaban ustedes en este informativo cuando / Matías Prats y Ricardo Ortega / narraban en directo↑ con uunn grann sobreSALTO que un segundo avión↑ / al parecer de United Airlines impactaba contra la segunda torre / el atentado se lo ha atribuido hace unos momentos el Frente Democrático para la Liberación de Palestina / su líder Abú Alí Mustafá fue asesinado el pasado veintiocho de agosto por el ejército de Israel (Informativo Antena 3 Televisión 11-S; 16.03.00) 32 De ahí que suela apuntarse su carácter de elocución artificial, cuando no importada de prácticas anglosajonas: “Casi todos los periodistas españoles utilizan curiosos procedimientos suprasegmentales que intentan reproducir la entonación del inglés y que son totalmente ajenos al espíritu de la lengua española, los comentaristas deportivos alargan inusitadamente ciertas palabras, etc.” (Á. López, 2000). 216 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. BIBLIOGRAFÍA AGUILERA, M. (1985): El telediario: un proceso informativo, Barcelona, Miltre. BLANCHE-BENVENISTE, C. (1985): “Las regularidades configurativas en el discurso del francés hablado. Consideraciones lingüísticas y sociolingüísticas”. En Rodríguez Izquierdo, F. (ed.), Sociolingüística andaluza 3, El discurso sociolingüístico, Sevilla, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 19-30. BLANCHE-BENVENISTE, C. ([1998] 1986): “Algunas características de la oralidad”, Estudio lingüísticos sobre la relación entre oralidad y escritura. Barcelona, Gedisa, 19-28. BLANCHE-BENVENISTE, C. ([1998] 1997): “Lo hablado y lo escrito” en Estudio lingüísticos sobre la relación entre oralidad y escritura. Barcelona, Gedisa, 29-64. BLANCHE-BENVENISTE, C. ([1998] 1992): “Las unidades de lo escrito y lo oral”, en Estudio lingüísticos sobre la relación entre oralidad y escritura. 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ANEXO TRANSCRIPCIÓN INFORMATIVO 11-S Antena 3 Televisión 11/09/2001/14.58 horas [Abren el informativo imágenes de la televisión marroquí]33 MP: Muy buenas tardes / esto que acaban de ver y escuchar es/ toda una novedad ↑ / por primera vez ↑ la televisión marroquí informa ↑ / que algunos de sus ciudadanos mueren / en el Estrecho camino de España ↑ aún más ↑ / ya hablan de mafias y reconocen que en su territorio / también se construyen pateras /// en nuestro país / crece la polémica entre los obispos y sus profesores de religión / estos denuncian / que para conseguir el trabajo tienen que donar parte de su sueldo // la Iglesia se defiende y dice que las aportaciones son // VOLUNTARIAS ↑ /// en el caso Gescartera se estrecha el cerco al dinero negro tanto hacienda como la jueza del caso / empiezan a tener datos concretos de quienes confiaron // dinero sin declarar a Antonio Camacho y a cuántos millones se desperdigaron por / los paraísos fiscales / de medio mundo ↑ /// poco a poco los niños vuelven al colegio / hoy las asociaciones de padres insisten en que el transporte escolar / sigue siendo una asignatura pendiente / de las autoridades y reclaman que las escuelas / abran / más horas /// quería que su historia se conociera después de cometer su QUINTO asesinato↑ / el ex-guardia de seguridad de Sacramento grabó un mensaje para la policía / en un video doméstico / es el testimonio de un hombre desesperado / que ha perdido su trabajo / a su novia / y está a punto / de quitarse la vida /// en deportes / comienza la liga de campeones con un duelo en la cumbre / el que enfrenta a los ganadores de la liga 33 Se han seguido las normas de transcripción propuestas por el grupo Val.es.co (Briz et al. 1995 y 2000) ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 219 en Italia y en España // Roma Real Madrid ↑ / es el partido que mayor expectación ha levantado // por una parte / el mejor goleador de la historia del Calcio / el argentino Batistuta / por otra / un Madrid que recupera a Figo / y que sin Zidane y sin Morientes / es casi idéntico al de la temporada pasada // lo que sí parece haber cambiado es el talante de los seguidores ingleses por lo menos estos del Ársenal // antes del encuentro ante el Mallorca / ahí les van a ver / contemplando↑ la catedral de la ciudad ↑ // MILAGROSO ↑ /// pues en seguida entramos de lleno con laa crónica de la mañana perooo / antes tenemos que ponernos en CONTACTO rápidamente con nuestro corresponsal en Estados Unidos/ al parecer/ una avioneta acaba de estrellarse en Nueva York contra // las conocidas Torres Gemelas ↑ / son los rascacielos más altos / de la ciudad allí / de Manhattan / Ricardo Ortega / buenas tardes / ¿con qué consecuencias ?// R.O: hola buenas tardes Matías se acaba de producir hace escasos minutos / poca información podemos aportar // una avioneta parece que se ha estrellado contra una de las Torres Gemelas / en el tramo del piso 80 al 107 son torres que tienen 107 pisos / son las más altas del mundo / puedo ver en estos momentos cómo está la cúpula de la torre / absolutamente envuelta en humo de muchas ventanas salen / lenguas de fuego ↑ / no se sabe si hay heridos es una zona financiera / son oficinas / debe haber víctimas / a la / a la / a la vista de la magnitud de- del fuego y del humo y hasta este momento se desconoce si ha sido / un accidente / o un acto terrorista // M.P: Ricardo/estamos viendo las primeras imágenes EN DIRECTO de las Torres Gemelas / cómo / efectivamente / hay una densa humareda↑ / no se sabe si ha sido / un puro accidente o / TAL VEZ se traste / se trate de un acto terrorista ↑ § R.O: § así es / el / el tráfico aéreo sobre Manhattan es muy denso / el tráfico [de/ deee =] M.P: [bueno/ bueno] R.O:=de aviones regulares / de avionetas / de helicópteros/pero los pasillos aéreos están perfectamente determinados // no se sabe si alguno de estos aparatos ha podido / perder el control / o ha sido algo intencionado↑§ M.P: § sí estamos viendo las imágenes y es / tremendo / ¿eh? / han tenido que perder la vida mucha gente / porque son muchos los pisos / que se han visto afectados por esa TERRIBLE colisión / y los que estén en los pisos más arriba de donde se ha producido la colisión difícilmente van a poder escapar / al humo y-yy a las / y a las llamas ↑ § R.O: § difícilmente /y además la explosión se ha producido después de las 8 de la mañana que es cuandoo / empieza la jornada laboral eee/ de-de todas estas oficinas financieras del barrio de Wall Street a esas horas / eee esas oficinas sin duda estarían repletas de-de gente trabajando ↑ § M.P: § o sea / que estaban ya / eee la gente en sus oficinas / en sus lugares de trabajo / y / y la cantidad de población que puede admitir una torre de esas /una/ [una cantidad de gente enorme/ ¿no?↑] 220 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. R.O: [sí/ sí/ probablemente] / en lo / en lo / en lo que alcanzo a ver desde aquí / Matías / aprecioo que debe ser un tramo / creo / de unos 20 pisos del 80 al 107 [más o menos =] M.P: [bueno/ bueno] R.O: =y-y-y / bueno / la cantidad de centenares / si no / más de 1000 personas las que podrían estar§ M.P: § Ricardo ¿tú estás viendo las imágenes como nosotros? ↑ / es que § R.O: § yo lo estoy viendo en / lo estoy viendo /en / en / directo / Matías / estoy delante ((de una de las torres)) § M.P: § es que / es que es un boquete tremendo el que ha producido / ¿eh? ↑§ R.O: § sí / es un boquete tremendo y además [el fuego se ha] M.P: [bueno / bueno y] ahora / ahora / de repente / [una explosión ↑] R.O: [otraaa/ es que/] otro avión / volando muy bajo↑/ otro avión / parece que se ha podido eee / Matías / no alcanzo a decirte lo que ocurre / pero / ha habido otra explosión / sí /en efecto // ha habido otra explosión eee lo que aprecio desde aquí / salvo fuego y humo [no sé qué puede ser] M.P: [no/ ¡la otra torre! ↑↑/] Ricardo/ [la otra torre↑↑=] R.O: [la otra torre] M.P: =ha impactado en la otra torre / y además en / en una zona más baja aún // ¡Dios santo!↑/ es / es otro avión [parece el que se ha estrellado =] R.O: [parece que ha sido otro avión] M.P: =en la otra torre § R.O: § parece / parece / que ha sido otro avión / esto no es / si se confirma / si se confirma esta circunstancia no es casual / por supuesto § M.P: § no no no no esto ya es un actooo voluntario / ¡vamos! ↑ / primero una torre y después la otra / pero / pero / estamos/ estamos a la espera / Ricardo de que/ recibamos información porque esto es tremendo↑// es que ha probido / ha podido producir una cantidad / terrible de / de pérdidas humanas / ¿eh? ↑§ R.O: § sí sí sí sí sí … sin duda o sea / no no no puedo darte cifras / por supuesto / pero las pérdidas humanas tienen que contarse / pues / por centenares / como mínimo / como mínimo / os podéis imaginar / pues / están todos los canales de televisión / han interrumpido su programación / los helicópteros están sobrevolando toda la zona de / de Wall Street sobre Manhattan / dando información en directo pero están cortadas↑ las comunicaciones con / con las torres gemelas y es imposible tener acceso / a información clara sobre lo que ocurre allí↑ y cuál es el estado de la gente ↑/ cantidad de víctimas↑/ [causas] M.P: [bueno] / no / no po- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 221 demos abandonar / esta imagen Ricardo como comprenderás↑/ porque estamos con el corazón eee / sobrecogido ¿eh?/ ha sido tremendo↑/ no creo que haya podido ser / un segundo accidente / ¿eh? provocado precisamente por alguno de los helicópteros que están/ situados eee en la zona sobrevolando lo que hubiera sido/ el-el primer impacto / tratando de-de salvar vidas / ¿no crees [que se haya producido?↑] R.O: [sí / hay / hay un auténtico] / te digo / hay un auténtico enjambre de-de helicópteros pero están todos a distancia de seguridad yo lo que alcanzo a ver desde aquí no hay ningún helicóptero que se acerque a una distancia como para provocar un- un segundo accidente / una segunda colisión // M.P: no hemos visto el segundo impacto solamente / esa lengua de-de de fuego y de humo / eee ¿tú crees que se ha podido tratar de un segundo aparato?↑ estamos intentando confirmar / que es un segundo aparato o / tal vez incluso un por las características / no sé / podría ser incluso hasta un misil?§ R.O: § me cuesta / Matías / me cuesta // me resulta tan increíble que me cuesta especular con lo que / está pudiendo ocurrir / parece en efecto que se ha producido una segunda explosión e-e-e / al mismo tiempo que estoy viendo una de las torres gemelas tengo un monitor de televisión delante yy-y los canales norteamericanos tienen ahora mismo la misma falta de información y la misma incredulidad que nosotros / nadie acierta a ocurrir lo que lo que está ocurriendo realmente y qué ha provocado esas explosiones. M.P: me dicen que / estamos / casi en disposición de confirmar / que ha sido una avioNETA↑también este segundo impacto una AVIONETA / por la explosión que hemos visto / seguramente / CARGADA de explosivos / ¿eh?↑ / [yo apostaría por ahi ↑=] R.O: [sí/ parece que estamos] M.P: =no quiero / no quiero especular más pero-pero esa no es una explosión NORMAL↑ // R.O: por lo que estamos viendo parece que estamos / parece que estamos /y-y-y / no sé si me puedo equivocar / ante un ataque kamikaze § M.P: § sí sí sí / a mí es la impresión que me da también / por el enorme boquete / el impacto que ha producido / que se ve perfectamente en la primera de las torres que ha sido eee ATACADA↑ / vamos a ponerlo así también entre comillas solamente estamos en disposición/ de-de observar los hechos como se han producido / y de sacar consecuencias un poco a la ligera↑ pero / esa tremenda explosión / no creo que haya [sido la gasolina =] R.O: [sí/ ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / mira] M.P: [=producto de un solo choque de una avioneta] § R.O: § ahora estoy viendo / ahora estoy viendo / ahora estoy viendo la segunda explosión / la segunda explosión la están / la están pasando por televisión / ha sido unaaa más que una avioneta ha sido un / un avión de gran envergadura parece con motores a hélices pero / algo mucho mayor /que / que una avioneta se ha estre- 222 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. llado contra la segunda Torre Gemela ha provocado una gran explosión de fuego/ y bueno parece ya absolutamente descartado / su rumbo era directo hacia esa Torre Gemela no hay / creo que no es un accidente no es una pérdida de rumbo parece que ha sido ABSOLUTAMENTE provocado § M.P: § o sea que estaríamos ante/DOS PILOTOS SUICIDAS↑§ R.O: § dos pilotos suicidas y te digo / estoy viendo las imágenes ahora / a través de la CNN y-y-yno es una avioneta es un avión de gran envergadura parece que no es un avión a reacción pero es un avión de carga/ de tamaño considerable / y la explosión es inmediata probablemente fuera cargado de-de explosivos / combustible pero desde luego la intención era / la intención es destrozar las Torres Gemelas § M.P: § la intención era / era derribarla y causar / pues una terrible desgracia como [estamos observando /algo sin=] R.O: [no sé si podéis ver ahora] M.P: =sin parangón ¿eh? § R.O: § la segunda torre/ la segunda torre también envuelta en humo en llamas/ el segundo impacto ha sido más bajo ha debido ser a la altura del piso 40 / 50 /// M.P: me dicen que están evacuando TODA LA ZONA ADYACENTE↑ kilómetros /alrededor de las dos Torres Gemelas en prevención / de que haya unnn ee-e tercer ataque / SUICIDA ↑ vamos a [ponerlo así] R.O: [no / no] // no no es descartable porque aquí / parece que hay cierta organización / el hecho de se haya podido acercar / que haya sido un segundo avión y si ha habido dos explosiones / dos ataques suicidas / por supuesto no podemos descartar / un tercero / ahora mismo / pues / estaré situado como a 500 metros 600 metros de / de la torre y Matías [no doy crédito a lo que estoy viendo] M.P:[vamos a ver Ricardo↑ Ricardo↑] para que no se despisten nuestro espectadores/ estamos observando la REPETICIÓN de la segunda colisión entre el avión y-y-y / la torre en el momento en que se estrella /son imágenes / ya grabadas ↑ nos las acaban de ofrecer / era / el momento de la terrible colisión y comooo / muy bien apuntabas tú / y también estamos en disposición deee / ratificar desde aquí ese avión o esa avioneta iba cargada / con algo más que el combustible / ¿eh?↑§ R.O: § sí habéis podido apreciar que / que es de tamaño mayor que una/ una avioneta § M.P: § no la [hemos visto ↑=] R.O: [no la habéis visto] M.P: = no la hemos visto / hemos visto solamente / el-el impacto ahora lo que sí se observa /desde muchos kilómetros a la distancia más allá de Manhattan / pues cómo está ardiendo como si fueran DOS AUTÉNTICAS CHIMENEAS↑//[gigantes / ¿eh?] R.O: [sí son dos ((teas))] ahora mismo de-de humo y de fuego / como has dicho se está evacuando el el enjambre ahora mismo de ambulancias↑/ ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 223 de coches de policías / de helicópteros de la policía / es increíble↑/ es un sonido ensordecedor / se está evacuando toda la zona e-e-e no se permite el acceso y creo que se está ante una alerta terrorista / a gran escala↑// M.P: sería // si es / si es verdad / que es un ataque terrorista que me dicen que han sido / dos a-vi-o-ne-tas-de-pa-sa-je- ros o sea no dos avionetas pequeñas sino / eee dos aviones de hélices también / paraaa albergar aproximadamente unos 18 o 20 pasajeros / o sea que ya es un avión considerablemente / más grande que lo que nosotros denominamos avioneta / pero estaríamos ante / el ataque / más grave realizado / en-en la historia del terrorismo / ¿no? ↑/ en Estados Unidos ↑ / por supuesto § R.O: § en Estados Unidos sin duda recordemos que las Torres Gemelas ya fueron / objeto de un de un ataque terrorista de un conato de ataque terrorista creo recordar que fue en el año / 95 afectó a las bases de / de una de ellas pero / nada comparable a lo que estamos viendo ahora [esto=] M.P: [sí] R.O: =ha sido un ataque al-al corazón de Manhattan al corazón de Estados Unidos↑§ M.P: § sí sí fue allá por febrero del 93 Ricardo y / y creo recordar quel-l-l-l / número de víctimas / sobrepasó las 6 o 7 víctimas hubo muchos heridos pero me parece que fueron / 6 o 7 las personas que murieron en aquel atentado EN EL 93 ↑ § R.O: § en el 93 ↑ sí e-e-e ahora e-e-e no tenemos información / pero como estáis viendo la magnitud [de de =] M.P: [pues pues claro es] R.O: =la explosión de fuego / pues [nos permite] M.P: [es terrible] es que fíjate las personas que hayan estado por encima↑/ que son muchísimos pisos /de-de la colisión / porque esta segunda me dices tú que calculas es ¿el piso número 50?↑§ R.O: § cal-culo / calculo e-e-e hacerse una idea [(( ))] M.P: [¿y qué altura tienen?↑] / ¿qué cantidad de pisos? ↑ § R.O: § son 107 pisos / 107 pisos / en la primera explosión e-e-e / ha afectado a la parte superior calculo que será hacia el piso 80 / y la segunda e-e-e es bastante más abajo / un poco más arriba de-de la mitad de la torre // M.P: me dicen que la televisión americana / está recogiendo / escenas de auténtico pánico↑/ que los / cristales están cayendo / a las calles / y lo que no observamos pues es / es presencia humana→ en todo esto ¿eh? ↑ es que fíjate ↑ los que hayan estado por encima / no ya lo de la colisión / los-los que hayan estado por encima de ese piso 50 es decir del 70 / al ciento y pico / NO HAN PODIDO BAJAR↑ no han podido bajar ↑ porque es una humareda completa ↑ y ese humo / ese humo en muy pocos instantes es capaz de / de MATAR↑ / de quitar la vida claro↑ § R.O: § sí además por la Matías por la velocidad 224 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. con la que estoy observando que se que se ha propagado el fuego / probablemente fueran los aviones cargados de explosivos de explosivos y aunque son dos estructuras / muy contundentes y muy sólidas sí y-y-y mucho más grande de lo que parecen en las imágenes de televisión / da la impresión que el-el impacto y-y la potencia de la explosión ha sido tal que ese fuego ha debido PROPAGARSE ↑↑ por las / por las oficinas como una deflagración vertiginosa y ha debido de dejar muy pocas opciones / de salvar la vida / a los que se encuentren allí dentro↑§ M.P: § bueno bueno bueno estamos hablando de / de CENTENARES↑ ¿eh? [centenares] R.O: [estamos hablando] de centenares e-e-e a-a-a-algo me dice que diga / más pero bueno por el momento no me atrevo [pero =] M.P: [ya, ya] R.O: =pero de centenares [como mínimo] M.P: [no es que] en una torre de esa qué qué puede albergar una torre de esas↑/ miles de personas↑§ R.O: § pues son miles son como ciudades tienen aparte de las oficinas pues son completamente autónomas tienen centros comerciales / e-e-e lugares para comer / restaurantes la gente que trabaja allí/ ((pues)) / no tiene ninguna necesidad de salir durante el día y / son perfectamente son perfectamente autónomas / son como una pequeña↑ ciudad dentro de de Wall Street [de Manhattan] M.P: [no para] que se hagan idea de la envergadura de estas torres de sus dimensiones / lo que vemos esa pequeña fracción / es una ventana↑ una una ventana de cada pisito y se han son centenares de ventanas ¿eh? ↑§ R.O: § eso es eso es eso es eee § M.P: § ¿sabes si tienen? / tienen helipuerto arriba↑ / ¿verdad?↑§ R.O: § tienen creo que una de ellas tiene helipuerto una y eso que-que tiene arriba es pues [eee] M.P: [es que] estamos viendo una gran antena / en la torre de la derecha que es lo único que nos permite ver / laaa densísima humareda § R.O: § esa antena ahora es/ objeto de preocupación de / de los servicios de seguridad de los bomberos porque como continúe el fuego eee / puede precipitarse6 esta antena / tiene unas dimensiones INCREÍBLES↑ y su caída a tierra podía ser espectacular [también↑] M.P: [ °((madre mía!)°↑]/ no vemos que que ningún helicóptero se atreva a acercarse lo suficiente como para poder ayudar / a las personas / sobre todo en esta primera torre↑ / la primera que ha sufrido el impacto // que hayan podido ascender hasta la azotea↑ y esperar / tal vez allí ayuda R.O: noo a-a la vista de la humareda / o sea subir a la azotea ahora mismo sería sería suicida // sería suicida porque está absolutamente cubierto de / de ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 225 humoo muy denso todo // parece↑ que el humo / Matías/ no sé si os da esa impresión = § M.P: § sí R.O: = parece que se ha estabilizado /o sea no estamos no estamos apreciando / desde aquí que se extienda hacia pisos inferiores § M.P: § no no no / no va / desde el primer momento sí / afortunadamente para las personas que están por abajo de esa altura / lo que sí ha hecho es un efecto chimenea ↑ BRUTAL↑ / Ricardo/ pero BRUTAL↑ ha subido / ha ascendido con una velocidad tremenda = § R.O: § sí ehemmm M.P: =por eso te digo que van a ser / centenares / muchísimas las personas que se han visto afectadas § R.O: § sí eee / supongo que está funcionandooo // son / estos edificios son casi inteligentes / tienen sistemas antiincendios [y-y pueden compensar] M.P: [pero qué qué sistema] / qué sistema Ricardo / puede / puede compensar↑ eso eso que estamos [viendo↑=] R.O: [no sí sí] M.P: = es que no hay [sistema↑=] R.O: [sí m ((quiero decir))] M.P: = se se puede producir un incendio↑ y están preparados loss hoteles efectivamente muy bien↑/ para contrarrestar // estamos viendo↓ °(movimientos)°↑ en la parte baja ↑// pero no me atrevo a decir de qué / ni si son personas↑ o-o-o qué es lo que sucede ahí / pero te decía↑ que están preparados para combatir un incendio NORMAL ↑↑ / pero un impacto↑ de un avión↑// cómo se combate eso↑ R.O: no sé cómo se combate pero el hecho es que no / el fuego no se está propagando hacia abajo con la misma velocidad con que empezase aquí / imagino que algunos sistemas técnicos de cortafuegos /o e el esfuerzo que estén llevando a cabo en estos momentos los equipos de bomberos / e pues algún efecto están teniendo porque / el fuego sigue confinado en = § M.P: § ehemm R.O: = en la zona del impacto hacia arriba /e-e la humareda sigue siendo muy densa / las / llamas salen por las ventanas / pero por suerte parece ser que por el momento / no se está extendiendo / a demasiada velocidad M.P: Ricardo/ te tenemos ahí al otro lado del hilo telefónico sin dejarte / mover↑ sin dejarte // ir / a-a buscar más información / que nos está llegando / AQUÍ ↑ por lo menos en cuentagotass / parece ser / que el FBI está investigando el secuestro de de un AVIÓN ↑// de-de /un APARATO↑ minutos antes de producirse el primero de los imPACTOS ↑ § R.O: § sí M.P: § ¿eh? estamos detrás de / esa pista↑// [que =] R.O: [sí] 226 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. M.P: = de confirmarse incluso sería // aún PEOR↑ / es decir que es un aparato cargado / con pasajeros↑/ y que ha sido desviado voluntariamente hasta chocar contra / una de esas torresss =§ R.O: § sí M.P: = fíjate cómo se-se complica la situación § R.O: § sí están informando ahora que ese avión / probablemente / si se confirma que ha sido el avión / el avión secuestrado es seee disponía a terrizar / en el aeropuerto de La Guardia↑ que es un / aeropuerto que-que está [en el área de Queens =] M.P: [que está muy cerca] R.O: = en Nueva York sí § M.P: § [está muy muy cerca /ese aeropuerto de las torres] R.O: [sí muy cerca muy cerca de las torres] ee también se informa que el presidente Bush acaba de ser informado↑ se se está está esperando una reunión / un gabinete de urgencia / alguna reacción // cuando haya datos más concretos sobre la naturaleza de este accidente o ataque M.P: ¿qué hora tenemos allá en Nueva York?↑ R.O: pues aquí son ahora las nueve y dieciséis minutos de la mañana↑ M.P:nueve y dieciséis § R.O: § acababa de despertar la ciudad que nunca duerme → y // desde luego → / el despertar ha sidooo apocalíptico M.P: me dicen que el presidente de los Estados Unidos sigue PERFECTAMENTE↑ todo lo sucedido // y que dentro de / pocos↑ minutos incluso va a presentarse ante las cámaras de televisión para dar una primera // explicación de lo ocurrido↑ / no sabemos si explicación completa↑ / o simplemente un alcance↑ // de lo que ha sucedido porque yo creo que vamos a tardar todavía algunos minutos es saber / TODA LA VERDAD↑§ R.O: § sí ya se confirma están dando/como noticia confirmada en las televisiones americanas/algo que ya sabíamos/que han sido /que han sido dos aviones / no se cansan de reproducir en cámara lenta eh / la única la / única explosión que ha sido captada por las cámaras el único impacto el del segundo / ese avión de hélice con capacidad para llevar § M.P: § yo ees eso es / es lo que no hemos visto nosotros / pero vamos a tratar de recuperar↑ los momentos en los que se produce / la primera explosión y cuando llega la SEGUNDA ↑= § R.O: § [la segunda] M.P: [vemos solamente] una torre / es lo que estamos viendo aquí = § R.O § sí § M.P: § ALLÁ [va]= R.O: [sí] M.P: =allá va allá va allá va allá va //¡DIOS SANTO! ↑/// ¡DIOS SANTO!↑ es un avión / un bimotor ↑ § R.O: § sí M.P: = es un bimotor ↑ por lo que hemos [visto=] R.O: [sí] ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 227 M.P: = ha venido desde la derecha de las imágenes § R.O: § este avión Matías e e es / para que entendáis por la imagen / cine-matográfica que tenemos todos de Nueva York ↓va sobrevolando el río Hudson ↓ hace un viraje hacia la izquIERDA ↑ / hacia la altura de la estatua de la Libertad // y allí enfila / toma rumbo hacia la segunda torre gemela y y imPACTA ↑ de lleno sobre ella § M.P: § vamos a ver porque el avión me parece mucho más / grande que un bimotor ↓ / ¿eh? es que hay que hacer → /// ese avión es ENORME ↑ § R.O: § es un avión como os decía antes que un avión que en nada recuerda una avioneta § M.P § no no no ¡es un avión!↑son son bastantes pisos los que § R.O. § es un avión de carga del tamaño que pueda ser un Hércules↑§ M.P: § sí sí sí sí sí nada de avioneta por dios↑ / una avioneta se hubiera distinguidooo ee apenas↑ ante // la /// envergadura de una de esas torres→ y y el avión se ve perfectamente↑ // tendríamosss que que acudir rápidamente a un experto para / tratar / de de conocer y saber exactamenteee /de qué avión se trata / si es de pasajeros↓ o es de carga↑ / pero / me dicen↑ que por lo menos en la segunda torre HABÍAN ADVERTIDO↑ ya del peligro↑que / habían empezado→ [ya a eva=] R.O: [sí] M.P: = a evacuar ↑ § R.O: § sí sí sí sin duda por la segunda explosión ↑ se habrá producido quince o veinte minutos después de la primera de las dos torres /e son aledañas están muy cerca una de otra y la explosión en la primera torre ha provocado la // la evacuación inmediata de-de la primera pero el segundo / la segunda explosión se ha producido unos pisos más abajo y probablemente ha sorprendido a gente descendiendo de evacuando la torre↑ /están saliendo las primeras informaciones del FBI eh eh // fuentes del FBI por el momento / NO confirman si se trata de un ataque terrorista / parece parece evidente que quieren =§ M.P § ya hombre fíjate fíjate↓ R.O: = la confirmación definitiva y afirman / por el momento nadie ha reclamado ni se ha responsabilizado de de este ataque de este atentado § M.P: § oye yo viendo la a / e el impacto del segundo avión y y el tonelaje de ese avión // la la la envergadura del propio aparato // yo creo que con que vaya cargado de su propio queroseno ↑ // es suficiente para producir esa explosión ¿eh? § R.O: § sí § M.P: § no no le hace falta llevar nada más / es es TREMENDO↑§ R.O: § sí sí sí el combustible que lleva el impactooo→ dela explosión probablemente /e-e es lo que genera esa cola de fuego que creo que habéis apreciado en las imágenes 228 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. M.P: pero y dime una cosa / a había a alguna alerta ESPECIAL↑ / en estos días en Nueva York en los Estados Unidos↑sobre un ataque suicida / un ataque terrorista de [esta =] R.O: [no no] M.P: =magnitud § R.O: § no no se estaba en estado de alerta máxima ↑ / había cierto estado de alerta desdeee el ataque↑en octubre en-en aguas de Yemen a-a un destructor de la flota norte-americana↑ // e-e el FBI y la CIA / estaban pendientes dee-de que Estados Unidos ↑ territorios norteamericanos fueran objetivo de-de algún ataque terrorista / se-se tenían medidas de precaución6 vigilancia extrema // pero / creo que nadie creía que que la osadía llegase hasta TAL PUNTO↑de / atacar una una gran ciudad norteamericana / esto esto es tan increíble que parece un guión cinematográfica de-de esas películas que hemos visto todos donde /de Manhattan / es el objetivo de ataques terroristas / pues bueno una vez más la la realidad / por desgracia / ha superado a la ficción M.P: ya de todo lo que uno pudiera pensar // para el argumento de unaaa / película de ficción ¿no? R.O: sí sí M.P: es es vamos a ver↑ / me dicen que / tenemos la posibilidad de CONGELAR el plano del aparato cuando va //en dirección // a una torre bueno↑¡es un aparato enorme!↑/¡es una aparato ENORME!↑§ R.O: § es todo un pajarraco↑ § M.P: § sí sí y a una velocidad // pues no sé / a una velocidad /// es difícil de calcular pero yo creo que // e e que por lo menosss / cuatrocientos quinientos kilómetros por hora / sí que debía llevar este [avión =] R.O: [sí sí] M.P:= en el momento del impacto § R.O: § el piloto el piloto → si hay piloto o el avión va teledirigido no lo sé / pero parece que es un piloto / el piloto desde luego no titubea ↑ / no titubea↑ y va y va directo a a la colisión contra la torre gemela M.P: me dicen que el FBI↑ // sigue con sus investigaciones y baraja↑ / la POSIBILIDAD↑ de que los DOS AVIONES↑ hayan sido secuestrados / minutos antes de el impacto contra las [torres↑ =] R.O: [emm emm] M.P: = con lo que no hubieran podido advertir del peligro a los / ciudadanos de Manhattan § R.O: § sí M.P: porque ee efectivamente estas torres ya tenían un precedente terrorista / del 93= § R.O: § sí M.P: =pues seguramente con un avión secuestrado volando / sobre la ciudad → lo primero que hay que pensar / es que uno de sus blancos puede ser éste R.O: sí desde luego es es el blanco es el blanco más más visible / y si algún grupo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 7-33. El lenguaje de los informativos 229 terrorista se hubiera / PLANteado↑ atentar / contra edificios de Manhattan es es el que/ es todo un símbolo→ / el que más daño hace // víctimas↑ / por el símbolo y una vez más / porque estás atacando al al estás atacando al coRAZÓN financiero de Estados Unidos M.P: están ahora todos los medios de comunicación suponemos / todas las televisiones del país efocando estas imágenes ↓ § R.O. § °(sí)° /// mira las agencias están confirmando Matías el secuestro del avión (3») el secuestro del avión con fuentes del FBI que todavía no se identifican (4») M.P: pero / te dicen te dicen /que que clase de avión [si =] R.O: [no no] M.P: =si el avión iba ocupado por pasajeros § R.O: § no no sobre esto no hay ninguna información / está están siendo bastante prudentes ↑ / con con todo esto [imagínate =] M.P: [(toses)] R.O: = en en gran parte por porque pues por el asombro / y el desconcierto que reina en estos momentos en Nueva York →/en concreto en Manhattan→ // más en concreto todavía en la zona de Wall Street / que les recuerdo / que cuando se ha producido estas dos explosiones estaba en PLENA EBULLICIÓN ↑/ comenzaba la / la jornada↑ financiera y estaban todas la oficinas REPLETAS ↑de de gente M.P: mmm pues no puedo ni pensar por por un lado la la cantidad ingente de víctimas que ha producido / este hecho→ / pero por otro / también Ricardo↑ / cuando se sepa la autoría ↑// la respuesta de EE UU va a ser // muy fuerte ¿eh? R.O: la respuesta puede ser // puede ser no↓ la respuesta si si tiene lugar →/ y se confirma que ha sido un ataque terrorista / la respuesta va a ser contundente y sin duda / militar ↓ (3») M.P: estamos de nuevo contemplando estas imágeness / vamos a REPETIR ↑ para nuestros espectadores esee // impacto↑ / ese momento / en el que // ESE reactor↑// ese avión reactor ↑// choca contra una de las torres gemelas / después de que la primera↑ / hubiera ya / recibido el impacto de otro avión que no hemos podido contemplar / solamente sus consecuencias ↑/ pero ahí viene /// °(es un avión enorme)°↑ además / viene sin sin el tren de aterrizaje echado es decir / [que=] R.O: [sí] M.P: = no estaba no estaba en / aproximación a aeropuerto y por la velocidad / por supuesto // no soy ningún experto en el asunto / en el tema / peroo / pero iba a una velocidad que daba la impresión [de =] R.O: [sí] M.P: = que podía a pasar al otro lado [de=] R.O: [sí] M.P: = la torre / y de hecho / e e yo creo incluso que / son restos de fuselaje los que saltan más allá↑ / del otro lado // de la torre gemela / de Manhattan ↓ 230 Elena Méndez García de Paredes y Elena Leal Abad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 185-230. R.O: Matías si se confirma que que ha sido que ha sido un secuestro / hay hechos que demuestran que esto / estaba MUY BIEN organizado porque / han sido DOS colisiones→ / además resulta difícil creer que / que el secuestrador haya podido obligar al piloto a a ESTRELLARSE↑ sin titubear contra las torres↑ / se me ocurre ahora que / que si ha sido un secuestro / probablemente entre los secuestradores había a algún piloto que haya podido tener la / la la sangre fría para / y la la falta de escrúpulos↑ para coger / los mandos del avión y sin ningún tipo de titubeo → y y no variar el rumbo → / estrellarse directamente contra /contra la torre gemela / segunda →/ segunda que es la única que han detectado las cámaras↑ /// M.P: es-es vamos a ver la / la colisión a ver si puede ser ampliada↑ y-y / me parece esss que tenemos la posibilidad de hablar con un / comandante con / un piloto /// señor Verdú↑ Verdú: sí buenos días LA EVOLUCIÓN DE BUENO DE ADJETIVO A PARTÍCULA DISCURSIVA. UN PROCESO DE DISCURSIVIZACIÓN* FRANCISCO OCAMPO University of Minnesota 1. INTRODUCCIÓN La forma léxica bueno es considerada un adjetivo y como tal aparece modificando al sustantivo en conversaciones: (1) los productos son de muy buena calidad 15a101 Por otra parte, estudios del discurso2, así como también el diccionario de Moliner (1994), notan el uso de esta forma como una partícula discursiva, ejemplificada en (2): (2) 2b83 N: lo que yo no quie:ro, cuando están juntos, cuando están juntos, no * Una versión muy preliminar y esquemática de esta cuestión fue publicada en las Actas del XIII Congreso de ALFAL. El presente trabajo es el resultado de un detallado reanálisis de los datos y de una profunda modificación de la hipótesis inicial. El análisis se ha enriquecido con el intercambio mantenido con Catherine Travis. Agradezco los comentarios de Yishai Tobin. También agradezco a Joe Fruth el haberme indicado el trabajo de Günther y Mutz (2004). Finalmente, manifiesto mi gratitud a Alicia Ocampo, quien leyó el manuscrito, sugirió cambios y cuestionó en algunos casos mi análisis de los datos, mejorando notablemente la versión final. Por supuesto, la responsabilidad final es mía. 1 Los números y letras que aparecen con cada ejemplo indican su ubicación en el corpus. 2 Bauhr (1994), Travis (1998, 2005, 2006), Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999), entre otros. 3 Las convenciones de la transcripción son las siguientes. Un corchete “[” entre dos emisiones indica que hay superposición. El símbolo “=” indica superposición parcial entre el fin de un turno y el comienzo de otro. Un hiato en el habla se indica con un guión “-”. Un silencio se indica con paréntesis “()”. Cuando hay números entre paréntesis “(1.4)” éstos indican la longitud del silencio en segundos y décimas. Las porciones subrayadas indican prominencia (más intensidad, tono agudo, etc.). La longitud en la pronunciación se indica con dos puntos “:” luego de vocales o consonantes. Una coma indica entonación de coma. Un punto indica entonación de punto. Cuando no se puede asegurar la precisión de la transcripción el material aparece entre paréntesis. Tres puntos entre paréntesis “(…)” indican que no se pudo entender lo grabado. Tres puntos entre corchetes “[…]” indican que en el ejemplo se omite un trozo de la ORALIA, Vol. 9, 2006 232 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. quiero que después digan huy los chicos fastidian. Los chicos molestan. [ P: deja:los. Pero vos dejalos. Si ellos lo [ A: bueno, van a P: saben. [ A: fastidiar de todas maneras. he he he En este trabajo primero voy a tratar el proceso de extensión del significado prototípico de la forma léxica bueno: “lo que tiene bondad en su género” (RAE, 1956). Indicaré primero cómo, partiendo de la acepción “se aplica a las cosas que, en cualquier aspecto, son como deben ser o como conviene que sean” (Moliner, 1994) y de una categoría gramatical de adjetivo calificativo, llega a convertirse en una partícula discursiva. Esta partícula adquiere los significados de (a) aceptación y (b) límite que facilita una acción discursiva subsiguiente. En segundo lugar, voy a tratar de determinar de qué manera se originan estos dos significados discursivos. Por último, intentaré inscribir el desarrollo diacrónico seguido por bueno dentro de un movimiento general de cambio semántico. Al proceso seguido por bueno lo denomino discursivización. Mostraré que comparte propiedades con la gramaticalización pero también tiene características propias. En este trabajo presentaré la siguiente hipótesis: para entender mejor este movimiento hacia el discurso hay que tener en cuenta un panorama más amplio; tanto la gramaticalización como la discursivización son partes de un proceso de cambio semántico que incluye, además de los dos movimientos anteriormente mencionados, los movimientos de degramaticalización y de (re)codificación. En este trabajo adopto, con omisiones, la definición de Travis (2006) para estos elementos léxicos que tienen un uso discursivo: “un grupo heterogéneo de formas lingüísticas que actúan sobre […] segmentos de discurso”4. La definición adoptada por mí es necesariamente vaga ya que estimo que a este punto todavía se ignora mucho sobre la función de estas formas léxicas para poder efectuar una caracterización más precisa. Nótese asimismo que mi terminología es consecuente con esta visión: denomino a bueno una partícula discursiva. Tomo el concepto de partícula de Trask (1993: 201) “toda forma léxica que no muestra morfología flexiva y por lo tanto es formalmente transcripción. Toda información adicional, o palabras agregadas al texto para mejorar la comprensión aparecen entre corchetes “[se ríe]”. En cada ejemplo, la forma bueno relevante para el análisis aparece en negrilla. 4 La traducción es mía. Notar que la definición de Travis es más precisa “I am using the term discourse marker here in a broad sense to refer to the heterogeneous group of linguistic items that act on (or ‘mark’) segments of discourse, and funcion to indicate how those segments are to be understood in the context of the surrounding discourse.” La evolución de bueno ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. 233 invariable (…) Rótulo generalmente aplicado a alguna clase más o menos definida de palabras sin flexión en una lengua determinada cuando no es posible hallar otro término más apropiado”5. La forma bueno entra formalmente en esta categoría, al haber perdido la concordancia de género y número en su uso discursivo. Al mismo tiempo, el término partícula es lo suficientemente amplio: al no designar una función como parte de la categoría permite su estudio sin supuestos previos. Por discurso entiendo toda expresión oral o escrita producida en un contexto determinado. En este caso también mi concepción del término es intencionalmente vaga. Aunque mis datos son conversacionales, el uso de estas partículas podría no limitarse a la conversación. En estos momentos se ignora en qué medida la partícula bueno está presente en discursos no conversacionales6. Por las razones expresadas arriba, estimo que la división tripartita de Manoliu (2004) en marcadores pragmáticos, marcadores discursivos y marcadores conversacionales es un poco prematura en relación a lo conocido hasta el presente. Se necesitan más estudios empíricos para poder llegar a generalizaciones válidas. Este trabajo está basado en un corpus de veinte horas de conversaciones informales de hablantes de la ciudad de La Plata, Argentina. De ese corpus analicé intensivamente dos horas de conversación. Los hablantes que intervienen son 8. El número total de presencias de bueno discursivo suma 97. Realicé también concordancias con un corpus de textos de los siglos XIII al XIX (Davies 2002). En mi corpus bueno aparece más frecuentemente como partícula discursiva que como adjetivo, como puede observarse en el Cuadro 1: Cuadro 1 Usos Adjetivo Partícula Presencias 37/134 97/134 Porcentaje 27,61% 72,39% El Cuadro 1 indica que en dos horas de conversación, con un total de 134 presencias, bueno aparece 97 veces como partícula discursiva, es decir 72,39%. Este alto porcentaje sugiere que el uso discursivo de bueno no es reciente. Martín Zorroaquino y Portolés Lazaro (1999: 4055) mencionan el tratado de Garcés (1852) cuyas observaciones revelan usos que hoy denominaríamos disLa traducción es mía. No obstante el extenso uso de ejemplificación con textos escritos en Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999). 5 6 234 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. cursivos. Garcés (1852: 116) registra un uso discursivo de bueno en Cervantes, en el siguiente diálogo entre Sancho Panza y un mozo: (3) –¿Qué oficio tienes? –Tejedor. –Y ¿qué tejes? –Hierros de lanzas, con licencia buena de vuesa merced. –¿Graciosico me sois? ¿De chocarrero os picáis? ¡Está bien! Y ¿adónde íbades ahora? –Señor, a tomar el aire. –Y ¿adónde se toma el aire en esta ínsula? –Adonde sopla. –¡Bueno: respondéis muy a propósito! Discreto sois, mancebo; pero haced cuenta que yo soy el aire y que os soplo en popa y os encamino a la cárcel. ¡Asilde ahora, y llevadle; que yo haré que duerma allí sin aire esta noche! (Don Quijote de la Mancha, parte II, cap. XLIX) ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 235 gistrado en documentos escritos. Precisamente, los ejemplos (3) y (4) representan un diálogo. 2. HIPÓTESIS SOBRE EL ORIGEN DEL PROCESO DE CAMBIO SUFRIDO POR BUENO (4) me contó el mismo criado que esa señorita, a más de repugnar al monjío, está muy enamorada de un caballero de la misma ciudad, muy rico y galán, que la pretende en casamiento y que ha hecho lo posible para obtenerla, hasta renunciar el dote; pero que el padre no se la quiere dar por ninguna vía, porque está tan enojado contra él que lo amenazó de matarlo si lo veía acercarse a su casa, creyéndolo causa de haberse desviado su hija del camino del cielo por haberla enamorado con su galanteo. Así se explica él, pero el criado me ha dicho que no es esa la madre del cordero, sino el ser tan avaro el padre, que aunque no haya de dar el dote, que el caballero renuncia, teme gastar lo poco que llevaría la doncella; si no quiere darla en cueros como su madre la parió. Esa será ficción del criado, pues por poco dote que le dé, habrá de gastar lo bastante para ponerla en el monasterio. -Bueno, como si no hubiese pasado eso por cuenta. El padre nada ha de gastar haciéndola monja, porque una tía suya toma a su cargo pagar todos los gastos si toma el velo, pero si se casa, ni un maravedí. Debe sin duda estar muy reñida esa señora tía con el santo matrimonio (Pedro Montengón. Eusebio, 1784). Antes de referirme a la hipótesis sobre el origen del uso discursivo de bueno, es necesario aclarar algunos conceptos. En mi análisis distingo entre significado y mensaje 7. El significado está codificado en el signo lingüístico. El mensaje es lo que el oyente infiere teniendo en cuenta el significado de la forma lingüística, el contexto lingüístico en el que aparece, el contexto situacional y el conocimiento del mundo. El mensaje no está codificado en la lengua sino que es el resultado de una inferencia que realiza el hablante. Lo que se intenta descubrir en este trabajo son los distintos significados de la forma lingüística bueno8. Puede ocurrir que un mensaje que los hablantes regularmente infieren cuando una forma lingüística ocurre en un determinado contexto con una alta frecuencia de uso, comience a ser visto como formando parte del significado de esa forma lingüística. Este proceso ha sido denominado reinterpretación inducida por el contexto (Heine et al., 1991). Esta extensión del significado original se entiende mejor si se la concibe utilizando categorías prototípicas (Taylor, 1989). La manera en que un nuevo significado se integra a una categoría es convirtiéndose en un miembro marginal, no prototípico de ésta. Con el tiempo puede migrar hacia el centro de la categoría y aumentar su prototipicidad. Un posible resultado es la ambigüedad semántica9. Pero además, en el mensaje que resulta de la interacción de la forma con el contexto, uno de los significados puede minimizarse a expensas del otro o desaparecer. Este fenómeno se denomina perspectivización (Taylor, 1989). Mi hipótesis es que el punto de partida del proceso de discursivización del adjetivo bueno se origina a partir de su significado: “es como debe ser o como conviene que sea” (Moliner, 1994), aplicado a sustantivos que denotan entes con referentes concretos (humanos, animados, inanimados). Si bien en un principio bueno califica entes concretos, el significado referido más arriba comienza a aplicarse diacrónicamente a sustantivos abstractos y luego a formas que denotan situaciones. Es en ese punto donde comienza a nacer el uso discursivo. Es muy posible que el uso discursivo haya comenzado mucho antes. Es de notar la observación de Menéndez Pidal (1950) que un elemento de la lengua puede permanecer invisible por varios siglos a causa de no estar claramente documentado. Hay que tener en cuenta que el uso incipiente del bueno discursivo es esencialmente oral y es poco probable que haya sido re- Diver (1995), Contini-Morava (1995), Huffman (2001). Nótese que el trabajo de Travis (2005) está inserto dentro de la teoría del Metalenguaje Semántico Natural (Natural Semantic Metalanguage approach) que coincide, en la dicotomía significado-mensaje (a pesar de que Travis no la denomina así), con la aproximación que se toma aquí aunque difiere en otros aspectos, entre ellos la caracterización de los significados. 9 En esta ambigüedad semántica se puede rastrear el origen de la polisemia. Como la primera edición del Quijote fue en 1605, éste es el uso discursivo más antiguo de bueno recogido hasta ahora. La concordancia que efectué registra un bueno discursivo en 1784, en el Eusebio de Pedro Montengón: 7 8 236 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. El uso discursivo tiene dos significados: (a) aceptación y (b) límite que facilita una acción discursiva subsiguiente10. En el uso discursivo, los dos significados son afectados por la perspectivización: (a) o (b) pueden aparecer con importancia inversamente proporcional. Este proceso se representa en la Figura 1: b ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 237 (7) hay vinos malos y vinos buenos, 2a22 El adjetivo aquí presenta concordancia en género y número con el sustantivo. En el siguiente ejemplo (8), se observa una progresión hacia la abstracción. El adjetivo, con un uso partitivo, está modificando no un referente concreto sino una situación. El hablante se está refiriendo al cambio de perspectiva que hubo en la Argentina a mediados de 1980 con la caída de la dictadura militar. a Figura 1 La Figura 1 indica que el proceso de perspectivización da los siguientes resultados. Primero, en algunos contextos, a nivel de mensaje, el significado (b) se elimina y queda solamente el significado (a). Segundo, en otros contextos sucede lo inverso. Tercero, hay una serie de contextos en los que (a) y (b) varían proporcionalmente: a medida que uno aumenta el otro disminuye. 3. EJEMPLIFICACIÓN DEL PROCESO CON DATOS En esta sección voy a presentar datos que ejemplifican la evolución de bueno de adjetivo a partícula discursiva, así como también el proceso de perspectivización. Además de tener el mismo significado que en castellano, la forma del latín clásico bonus -a -um, proveniente del latín arcaico donus (Lloyd, 1993: 220), ya era proclive a extender su sentido11: (5) video bonorum urbem refertam Marco Tulio Cicerón (Blánquez Fraile, 1961) veo que la ciudad está llena de ricos (6) boni atque ignavi Cayo Salustio Crispo (Blánquez Fraile, 1961) los valientes y los cobardes Vemos que en (5) bonus se interpreta como rico y en (6) como valiente. En castellano rioplatense, bueno presenta en (7) un uso prototípicamente adjetivo: se aplica a un referente concreto. (8) Pero si vos hasta ahora () a () te tuvieron este: () dando y mostrando todo negro:, y de la noche a la mañana te d este, () por más que no lo hayas este conocido e nunca, el blanco, pero te dan el blanco y buen, (cubre) la comparación () a todo nivel. No:, aquello era negro. Tenía esto esto () de bueno, pero tenía esto esto y esto de malo, 15b5. En este uso partitivo, bueno califica a una parte de la situación previamente presentada. En (9) hay un proceso de nominalización y la modificación se hace a través del verbo cópula. El elemento modificado es mucho más abstracto: (9) lo trágico sería que todo () el contexto () siguiera en en en lo mismo y no viera: no viera las diferencias y no supiera () diferenciar qué es lo bueno y qué es lo malo. 15b6 En (9) el pronombre átono lo tiene como referente la situación. El proceso que se observa de (7) a (9) que bueno pasa de modificar a un sustantivo con un referente concreto, con género y número, a modificar situaciones cada vez más abstractas. En los casos anteriores, bueno está funcionando dentro de la oración, como miembro de un sintagma. Un paso hacia lo discursivo se da en la exclamación, que además de modificar una situación referida anteriormente por toda una oración (como es el caso también de (9)), presenta la novedad de un uso fuera de la oración: (10) 1a16 A: Todas todas estas cosas fueron compradas en Trader Joe’s, no? Ahí. [ [ M: sí sí qué bue::no. El ejemplo (11), tomado de un drama del s. XVIII, ilustra un uso ambiguo entre el uso presente en (10) y un uso discursivo: 10 Estos significados seguramente nacieron como mensajes y luego la reinterpretación inducida por el contexto los convirtió en significados no prototípicos, iniciándose así la polisemia. 11 Con este término evito diferenciar entre significado y mensaje. (11) CHASCO. Ya parece que se han ido. […] 238 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. ARNALDO Ya queda deshecho y roto,/ de Carlos, el campo. CHASCO ¡Bueno!/ Aquí el secreto vomito,/ […] /Si vuestra alteza me hiciera/alguna merced en premio,/ yo dijera cómo Carlos/ y Matilde al monasterio/ de Bernardo en este instante/delante de mí partieron./(Francisco Soria. El Guillermo, s. XVIII). En este drama, Carlos y Matilde, dos amantes, son perseguidos por un celoso Duque. Un amigo de la pareja ofrece guiarlos a un monasterio donde pueden hallar refugio. Otro personaje, Chasco, descubre el secreto. Luego de recibir la confirmación, por boca de Arnaldo, de la partida de Carlos y Matilde, Chasco califica este hecho como bueno, porque ahora puede transmitir el secreto al Duque sin temer represalias por parte de Carlos. Pero nótese que bueno es ambiguo aquí. Por una parte, se lo puede interpretar como calificando el hecho sucedido. Pero también cabe la interpretación de límite que facilita una acción discursiva subsiguiente, que es uno de los dos significados discursivos postulados anteriormente. La partida de Carlos marca el límite y la acción discursiva subsiguiente es contar el secreto al Duque para ganar su gracia. Constituye ya un lugar común la observación de que son precisamente estos contextos ambiguos los que disparan el proceso de cambio lingüístico. Nótese también que en el ejemplo de Cervantes (3) también bueno puede interpretarse ambiguamente, como calificando la respuesta recibida o como límite que facilita una acción discursiva subsiguiente. Como se esquematiza en la Figura 1, la perspectivización puede hacer que a nivel de mensaje el significado codificado de aceptación se maximice a expensas del de límite que facilita una acción discursiva subsiguiente. Esto se ejemplifica en (12), donde la hablante A está dando paquetitos de pasas de uvas a su madre para que los reparta entre sus hermanas (es decir las tías de A): (12) 1a24 A: Eso es uno para cada una. M: bueno. En (12) bueno no constituye una partícula discursiva prototípica. Funciona más como un adverbio oracional12. Nótese que Travis (2006) también observa este estadio marginal: “Bueno puede aparecer solo en un turno. En este contexto expresa la aceptación del hablante de una emisión previa. Es evidente que aquí no está funcionando como adjetivo ya que no modifica a ningún sustantivo, pero su estatus como marcador discursivo no es claro”13. El uso es más discursivo en el siguiente contexto, donde la aceptación está 12 13 Barrenechea (1977), Ifantidou-Trouki (1993), Ocampo (2001). La traducción es mía. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 239 seguida de una acción discursiva. Se observa, entonces, que el significado de aceptación no es incompatible con el de límite que facilita una acción discursiva subsiguiente. (13) 2a8 A: pero Susana: (0.6) había puesto música para: así crear todo un ambiente especial. ¿Por qué no lo apagás? […] escuchemos la música mientras comemos. Después en la sobremesa, lo ponés. Me parece más lógico. Le falta algo, a esta comida. S: porque tenemos las - las - las mandíbulas ocupadas. A: sí:, le falta algo F: bueno, apago. El hablante F está grabando la conversación durante la cena. La dueña de casa, S puso música, que interfiere con la grabación. Por ello A le pide a F que detenga el grabador, el cual acepta hacerlo. Aquí ya está naciendo la noción de límite: al estar F de acuerdo con la situación, ya no es necesario que A siga tratando de convencerlo. Es en este tipo de contexto, donde se expresa una acción subsiguiente, que el significado de límite comienza a percibirse: (14) 2a2 F: che, falta una silla, acá. S: un banquito, hay= F: =che. ¿acá no hay un banquito, bueno me siento (en ...) [ S: si no, dejalo a Polo, ahí. Y vos sentate acá. El hablante F está buscando un banco para sentarse a la mesa. Como no lo encuentra, se resigna a sentarse en una mesita baja que hace las veces de banco. Utiliza bueno para expresar que acepta la situación de falta de banco. Al mismo tiempo, bueno marca el límite entre el problema y la solución, o sea la acción, expresada inmediatamente, que se toma para solucionarlo. La noción de límite cobra más importancia en (15), donde la hablante expresa aceptación de una situación que ella misma presenta: (15) Vos sabés que ayer decidimos ir estem () a Buenos Aires - porque había una exposición () en el Museo de Bellas Artes pero exc:elente. Y:: m - qué suerte que lo decidimos a último momento porque: m - se cerraba hoy. Hoy era el último día. Además, había obras de Pica:sso, de Klee:, () de Mondria:n, de Kandinsky () vos sabés que yo tenía una euforia, estaba tan enloqueci:da: pero () no sé como si me hubiesen hecho: () un rega:lo:: () 240 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. m de esos regalos que vos ansiás durante mucho tiempo? () Bueno, así me sentía. () Taba realmente f:eli:z. 15a10 La situación está presentada en forma de pregunta que requiere una respuesta afirmativa o negativa. La aceptación expresada por bueno lleva a la inferencia de respuesta afirmativa. Al mismo tiempo, bueno marca el límite entre la pregunta y la expresión subsiguiente que confirma esta respuesta afirmativa. Este límite está reforzado prosódicamente por la entonación de coma después de bueno. En (16) la hablante A utiliza el significado de aceptación para acusar recibo de lo expresado por P. Al mismo tiempo, la hablante A utiliza la noción de límite para separar la situación, presentada por P, de su evaluación, que A presenta. (16) 2a30 P: cuando está con los dos chicos solos - le d - le deja Patricia y - Eduardo, cuando le dejan los chicos, se vuelve loca. A: bueno, eso es lo triste. Aunque la acción discursiva subsiguiente de A apoya la emisión anterior, bueno está indicando un límite entre ambas emisiones: por un lado la situación y por otro la síntesis evaluativa. En el siguiente contexto, bueno todavía comunica aceptación, pero el significado de límite que facilita una acción discursiva subsiguiente aumenta más de importancia: (17) 15b18 A: yo creo que vos tenés aspecto de veneciana, por ejemplo, por ahí ve= M: =porque papá era veneciano. Es decir los padres de papá eran venecianos. [ A: a:::y, mirá::: yo no sabía, no lo sabía. Porque estuvimos en: Venecia y los ti - ahora que te miro:, por ejemplo, tenés un aspecto de l de los venecianos au que se veían que eran auténticos, hab hablaban el dialecto. ¡No me di:::gas! [risas] No lo sabía, ¿eh? No lo sabía. [ M: bueno, pero mi abuela, A: ah ah [se ríe] M: la madre de papá, era española. La hablante M expresa aceptación de la situación presentada por A, pero esa aceptación es sólo formal, la finalidad de la aceptación es la de acusar recibo de la emisión de A. Además, la hablante utiliza bueno para marcar un límite entre el contenido de la emisión de A y lo que ella misma expresa a ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 241 continuación, que presenta una ligera adversatividad con respecto a lo expresado anteriormente. El concepto de límite está también presente en el hecho que M utiliza bueno como instrumento de autoselección para el turno (Levinson, 1983). Además, en este contexto donde la hablante presenta una opinión adversativa (encabezada por pero), el significado de aceptación aporta un elemento importante al mensaje: la atenuación de la adversatividad. Martín Zorroaquino y Portolés Lázaro (1999: 4177) registran este uso expresando que bueno atenúa la disensión. En los contextos siguientes, la noción de aceptación es mínima o desaparece completamente. En (18) el significado de límite se utiliza por el hablante para separar tópicos y poder así retomar un tópico anterior: (18) 15b5 M: En mi oficina, este: hay un grupo de de: gente universitaria, F: mh M: que se supone que tiene: () un coeficiente: () (exacto) se se supone. [se ríe] [ F: se supone M: Bueno. () Cuando e:ste:: m d de pronto nos nos vimos con un montón de libertades, pero sí con problemas económicos muy serios, que no se podían resolver, () m:u:cha de esa gente, gente te digo que tiene entre ve - entre veinte y veintiséis años, () qué dijeron, que preferían, el régimen dictatorial () y opresivo que habíamos tenido hasta ese momento, pero que al menos tenían plata. Obsérvese que aquí el elemento de aceptación no está presente o es mínimo. La hablante M utiliza la forma bueno para indicar el límite entre un tópico interpolado, que el hablante F resalta, y la reintroducción del tópico principal. Es interesante también notar que el límite se refuerza por el uso de la risa como recurso de cortesía para minimizar la agresividad discursiva y por el silencio que sigue a bueno. La noción de límite también puede utilizarse conjuntamente con el retorno al tópico principal, para indicar la resolución (Silva Corvalán, 1989) de una narrativa oral. En (19) M narra lo que les sucedió a unos amigos cuando viajaron de vacaciones a Brasil: (19) 15b12 M: les conté lo que le pasó - a unos a unos, este, a unos conocidos nuestros? También, que compraron y compraron y compraron descontroladamente. [risas] A: y qué pasó M: Ellos compraron un mantel. Y ellos v vieron que el mantel tenía como piti:tos ro:jos F: mh 242 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. M: y no lo abrie:ron, ni pregunta:ron tampoco. () Y era para una mesa, qué sé yo, como - no sé ¿cuánto tiene una mesa, las más grandes? A: no sé M: ¿cuánto puede tener, dos me:tros? A: y:, algo así M: una cosa así, no? [ A: sí M: bueno, cuando llegaron acá, la abrie:ron. ¿Qué eran? () Todos enanitos [empieza a reírse] tomados de la ma:no [risas] Papás Noel () todos tomados de la mano. () y entre: este: (...) de navidad. (...) ese mantel lo pueden poner solamente para navida::d, () y nunca má::s. Vemos que aquí M utiliza bueno para indicar un límite al tópico interpolado por ella misma, retomar el tópico principal y al mismo tiempo introducir la resolución de la narrativa. Esta noción de límite está presente en el uso de bueno como iniciador de respuesta no preferida, ejemplificada en (20): (20) 15b23 Q: ¿cuánto estuvieron allá en Europa? F: siet - bueno: estuvimos de m - el año pasado de ma de m m: ¿cuándo (nos fuimos), el qui:nce? En los trabajos de análisis de la conversación (Levinson, 1983: 336), se ha observado que los turnos desempeñan acciones preferidas y acciones no preferidas. En la conversación, las emisiones preferidas se inician inmediatamente, mientras que las no preferidas se inician luego de pausa o precedidas por partículas. En el caso de un primer turno con una pregunta, la acción preferida es un segundo turno inmediato con la respuesta esperada. Ante un pedido de información, la respuesta preferida es la transmisión de la información correcta. Cuando el hablante no está seguro de la certeza de la información, entonces esta respuesta es no preferida. Generalmente, (tanto en inglés como en castellano) toda respuesta no preferida está precedida por un silencio. En (20) F duda de la exactitud de su respuesta. Se puede observar que se autocorrige tres veces y luego pide la información exacta a otro participante de la conversación. Vemos que bueno inicia esta respuesta no preferida. El significado de límite, que facilita una acción discursiva subsiguiente, es compatible con esta detención momentánea del proceso de transmisión de comunicación. Aquí bueno cumple un rol semejante al que cumple un silencio ante respuesta no preferida. Una pregunta puede generar una respuesta no preferida no solamente ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 243 debido al hecho de que el hablante dude. El ejemplo (21) ilustra renuencia por parte de dos hablantes a comunicar la información requerida: (21) 15a2 Q: ¿cuánto hace que vinieron? F: vinimos A: e:: bueno un me::s () más o menos un mes F: y entonces queríamos= A: =alrededor de un mes= F: =estuvimos pero no estuvimos todo el tiempo acá [ A: pero () estuvimos no estuvimos e: yo llamé::: a e:: chicos llamé una vez y no: no contestaron. () Después estuvimos en Buenos Aires después estuvimos en Pinamar. Los hablantes A y F, que residen en los EEUU y están de visita en La Plata, Argentina, están cenando con unos amigos. La pregunta de Q genera un problema para A y F, quienes hacía ya un mes que habían llegado de los EEUU, pero que se habían comunicado con sus amigos recién una semana antes de volverse. La respuesta es no preferida porque presenta el riesgo de ofender a los amigos, quienes podrían acusar a A y F de desatención. Así, A y F intentan resolver el problema explicando que no estuvieron todo el tiempo en La Plata y expresando que intentaron comunicarse con ellos en una ocasión previa pero no los encontraron. Nótese la presencia del alargamiento de la vocal e en la respuesta de A y la autocorrección luego de un silencio. En otros contextos el significado de límite (que facilita una acción discursiva subsiguiente) tiene una función fática: se utiliza para atraer la atención antes de formular un anuncio. Esto se ejemplifica en (22): (22) 2a1 P: yo lo - ya acá a todos los comerciantes, es decir, voy y ha:blo, con el tipo. (...) conozco ya el negocio de la ca:rne, le hablo, che qué tal (...) [ S: bueno, el asunto está, nomás. La hablante S interrumpe el turno de P para anunciar que la comida está lista. Aquí la forma léxica bueno tiene el valor semejante al de un golpe con las palmas o un timbre, para llamar la atención. Todo límite en el flujo de la conversación tiene el efecto de llamar la atención. En (23), vemos que el límite puede tener usos no sólo entre turnos, sino también dentro del mismo turno para dar prominencia a una porción de la emisión: 244 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. (23) ahora, este vino es un (...) que no no te hace: […] vos lo tomás y no sentís nada - un vino común sentís que te ra:spa todo acá […] es es suave, o sea que no: (0.6) incluso los tipos cuando lo prueban, viste que lo - lo: lo: dan vuelta en la bo:ca, hacen presión con la - con la lengua, o entre la lengua y el paladar lo apretan así. Vos apretás la lengua y el paladar y sentís más el gusto. Y los tipos, bueno, ya cuando son muy especialistas, primero le ponen e una botella de agua mineral. Entonces el tipo, (0.4) toma agua mineral, primero, (0.6) y después toma el vino. O sea como para - para tener la boca: (0.4) en condiciones, (0.4) viste, bien: (0.6) y no tener otro gusto:, y después toma el vino. 2a18 El tópico de la conversación es sobre técnicas utilizadas por los probadores de vino. El hablante utiliza la noción de límite para separar a la gente común (como él y sus interlocutores) de los probadores de vino profesionales. Este límite en medio del flujo de la conversación resalta la información subsiguiente: “ya cuando son muy especialistas”. 4. EL ORIGEN DE LOS DOS SIGNIFICADOS DISCURSIVOS DE BUENO En la forma léxica bueno, están codificados el significado de la forma en su función de adjetivo (con todas sus acepciones) y los dos significados discursivos de aceptación y límite que facilita una acción discursiva subsiguiente. Los hablantes, teniendo en cuenta el contexto, determinan qué significado es relevante para inferir el mensaje. En los ejemplos citados en la sección 4 se puede ver una gradación. Los dos significados codificados en la forma léxica bueno aparecen con importancia variable. La acción del contexto perspectiviza estos componentes en distinto grado y, como se ve, puede llegar a resaltar uno de ellos a expensas del otro. Esta gradación no es totalmente continua. En los ejemplos que aparecen en el corpus se pueden agrupar los significados adjetivos por un lado y los discursivos por el otro. La única excepción son los ejemplos (3) y (11) donde los significados adjetivos y discursivos están presentes. Nótese que este caso ambiguo es muy particular: se da entre los siglos XV y XVIII y no aparece en las dos horas de conversación analizadas. Esto da pie para considerar que el estatus actual de bueno bueno es el de una forma polisémica, con significado adjetivo y dos significados discursivos14. La pregunta que intento responder ahora es cómo se originan estos dos significados discursivos. Mi hipótesis es que ambos significados nacen a partir de inferencias. En la conversación, en un ejemplo hipotético, un hablante B al emitir bueno para indicar que una situación, presentada por un hablan14 Travis (2005) apoya también la polisemia de bueno, representada por los usos adjetivo y discursivo. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 245 te A, es como debe ser o como conviene que sea, al mismo tiempo posibilita que A infiera que B acepta la situación. La noción de límite puede haber nacido como una inferencia en algunos contextos específicos. Un ejemplo interesante se da en rioplatense, en la situación de una persona que actúa de observadora, ayudando a un conductor a estacionar un automóvil. Si el automóvil está retrocediendo (es decir una situación en progreso), el observador exclamará ¡bueno! para indicar al conductor que ha llegado al punto óptimo y que debe detener el vehículo. En este caso bueno indica que la situación es como debe ser y por lo tanto el retroceso debe detenerse, es decir, indica el límite de la progresión. Entonces, si se da una situación que vaya progresando paulatinamente, cuando la situación llega a ser como debe ser o como conviene que sea, la inferencia que se obtiene es que esta progresión debe detenerse. Otro contexto conversacional que puede desencadenar la inferencia de límite sería el caso siguiente: A presenta una situación a B, intentando convencerlo de algo. B emite bueno para expresar que la situación es como debe ser o como conviene que sea, permitiendo al mismo tiempo la inferencia de que está aceptando la situación como es. Si esto es así, no es necesario que A hable más, dando nacimiento así a la inferencia de límite. El concepto de bueno como facilitador de una acción discursiva subsiguiente (agregado a la noción de límite), se origina en contextos como (13), donde B acepta una situación. Como consecuencia se limita la acción discursiva de A, que ya no es necesaria, y B prosigue expresando que ejecutará una acción relacionada con esa aceptación. Es de notar que bueno no expresa esa acción subsiguiente sino que la facilita. Otra pregunta relacionada con esto es cómo se da este proceso diacrónicamente. Aparentemente, los dos significados discursivos se originaron como inferencias y se fueron agregando al significado prototípico como formas marginales (como reinterpretación inducida por el contexto). Mi interpretación es que luego, con el uso se crearon dos centros prototípicos: adjetivo y partícula discursiva. Es difícil establecer claramente el orden de nacimiento de las inferencias referidas anteriormente. Podría hipotetizarse que la primera inferencia que nació fue la de aceptación, por lo expresado en los párrafos anteriores y por el hecho de que su significado está más cerca del significado de bueno como adjetivo; y que del significado de aceptación se llegó a inferir límite. Pero hay hechos que contradicen esta hipótesis que la inferencia de límite se origina de la de aceptación. Nótese que en el ejemplo ambiguo del s. XVIII (11), la noción de aceptación no está presente. En consecuencia, probablemente estas dos inferencias se hayan agregado de manera independiente a la forma léxica bueno. Mi hipótesis, entonces, es la siguiente: en los ejemplos (12) a (23) los dos significados discursivos están codificados en bueno. Es el contexto el que de- 246 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. termina la respectiva importancia de cada uno (el fenómeno de perspectivización). Como consecuencia posiblemente no haya habido un desarrollo diacrónico: aceptación > límite (que facilita una acción discursiva subsiguiente). Lo que sí se observa es un proceso de extensión del uso de la forma bueno. Cercano al uso adjetivo está (12) con el significado de aceptación, donde el uso todavía no puede considerarse centralmente discursivo. En los ejemplos (13) a (16) se observa la presencia de ambos significados. En (17) comienza a prevalecer el significado de límite (que facilita una acción discursiva subsiguiente). Al mismo tiempo, a partir de este último significado habría comenzado a extenderse un uso discursivo conversacional. Nótese que este significado de límite permanece invariable. Lo que se extiende es el mensaje, es decir, el uso discursivo conversacional. De los dos significados, aceptación y límite, éste último es el más abstracto y al parecer este hecho habría disparado el uso discursivo conversacional. Dentro de este proceso de extensión, en (17) bueno se utiliza como un medio de autoselección del hablante para el turno. En (18) se utiliza para retomar un tópico conversacional previo, en (20) y (21) para iniciar una respuesta no preferida, en (22) para atraer la atención antes de expresar un anuncio, y en (23) para resaltar la información siguiente. Recapitulando, los ejemplos (17) a (22) presentan una extensión del uso donde el significado de límite es compatible con el mensaje pero no es lo central15. Se observa un proceso de abstracción del mensaje. En estos usos bueno se utiliza de manera creciente como un instrumento para regular la conversación16. Si este proceso continúa, es posible que en el futuro estos usos se añadan como nuevos significados no prototípicos. El ejemplo (23) también constituye una extensión del uso, aunque aquí bueno no regula la conversación, en el sentido de toma de turnos, sino que califica el tipo de información que se transmite. 5. LA DISCURSIVIZACIÓN DE BUENO 5.1. Las características clásicas de la gramaticalización Se ha postulado que el proceso que da origen a las partículas discursivas es la gramaticalización17. Meillet (1912:131) define a este concepto como “el paso de una palabra autónoma al rol de elemento gramatical”18. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. 247 En su trabajo sobre gramaticalización, Heine et al. (1991:3) parten de la definición clásica de Kury -l owicz (1975): “La gramaticalización consiste en el incremento del alcance de un morfema que se mueve de un estadio léxico a uno gramatical, o de un estadio menos gramatical a otro más gramatical, es decir de un afijo derivativo a un afijo flexional”19. Posteriormente, Hopper y Traugott (1993: XV) completan esta definición añadiéndole la noción de contexto. “Definimos gramaticalización como el proceso mediante el cual elementos léxicos y construcciones, en determinados contextos lingüísticos, llegan a desempeñar funciones gramaticales y, ya gramaticalizados, continúan desarrollando nuevas funciones gramaticales”20. Más recientemente, Haspelmath (2004: 26) la define como “un cambio diacrónico mediante el cual las partes de un esquema constructivo llegan a poseer dependencias internas más pronunciadas”21. Esta última definición se refiere explícitamente a la noción de diacronía22 y relaciona el proceso con el concepto de sistema. Givón (1979: 208) presenta el cambio diacrónico mediante el cual se desarrolla la gramaticalización, esquematizado en (24): (24) discurso > sintaxis > morfología > morfofonología > cero Según este esquema, las estructuras discursivas libres, paratácticas, se convierten en estructuras sintácticas relacionadas, las cuales a su vez van decayendo via morfologización, lexicalización y desgaste fonológico. Según Lehman (1985: 307-308) (citado por Wischer, 2000), la gramaticalización es una cuestión de grado (como se deduce del esquema de Givón, 1979) y éste puede determinarse en términos de los siguientes parámetros: (25) parámetros de la gramaticalización (Lehmann, 1985)23: a) Desgaste: pérdida gradual de substancia semántica y fonológica. b) Paradigmatización: creciente integración del elemento sintáctico en el paradigma morfológico. c) Obligatoriedad: la elección del elemento lingüístico llega a estar gobernado por reglas. d) Condensación: la disminución del alcance del elemento lingüístico. e) Coalición: una vez que la unidad sintáctica se vuelve morfológica, La traducción es mía. La traducción es mía. 21 La traducción es mía. 22 Por supuesto que no es el primero en establecer esta relación con respecto a la gramaticalización; tanto los los escritores chinos del s. X en el Oriente como Jean Jacques Rousseau y Etienne Bonnot de Condillac en el s. XVII en Occidente se refieren a ella (Heine et al., 1991: 5). 23 La traducción es mía. 19 20 15 Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999: 4191, 4193) registran algunos de estos usos de bueno bajo el rótulo marcadores metadiscursivos conversacionales. 16 Esta es la motivación del rótulo discursivo conversacional que utilizo para designar este uso. 17 Traugott (1995), Traugott y Dasher (2002), Pinto de Lima (2002), Travis (2005), entre otros. 18 La traducción es mía. La evolución de bueno 248 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. aumenta su cohesión con el elemento al cual esta unidad gobierna hasta incluso fusionarse con él. f) Invariabilidad: el elemento pierde su variabilidad sintagmática24. Heine et al. (1991: 48) expresan que el desarrollo de estructuras léxicas en estructuras gramaticales (o de estructuras menos gramaticales en estructuras más gramaticales) puede describirse en términos de unas pocas categorías básicas de acuerdo a una escala de abstracción metafórica: (26) persona > objeto > actividad > espacio > tiempo > cualidad La relación entre estas categorías es metafórica en el sentido de que cualquier categoría puede utilizarse para conceptualizar la categoría de su derecha. Por ejemplo, el sustantivo frente, que designa una parte del cuerpo, puede evolucionar a adverbio, como se evidencia en la locución adverbial frente a. Esto sería un ejemplo de la categoría persona utilizada para conceptualizar metafóricamente la categoría espacio. Heine et al. (1991: 51) sostienen que el proceso de gramaticalización se da de izquierda a derecha, de acuerdo al esquema presentado en (26) y que puede caracterizarse en términos de abstracción metafórica, mediante la cual toda categoría es más abstracta que las categorías a su izquierda. Sostienen además que el proceso de evolución diacrónica tiene una sola dirección. A la suma de estas tres características (conceptualización metafórica, abstracción creciente de izquierda a derecha e irreversibilidad del proceso) denominan principio de unidireccionalidad. Aunque reconocen la existencia de casos que contradicen este principio, expresan que son muy pocos25. Denominan declive26 al camino obligatorio que recorre un ítem léxico durante el proceso de gramaticalización. Tanto Heine et al. (1991: 62-63) como Hopper y Traugott (1993: 87) coinciden en que la gramaticalización es el resultado de dos procesos subyacentes mutuamente complementarios: la metonimia y la metáfora. Heine et al. (1991: 50-51, 60-61) son muy explícitos: sostienen que el tipo de metáfora involucrado en la gramaticalización es el de las metáforas que tienen la característica de ser experienciales, categoriales y emergentes. Además, Heine et al. (1993: 53-54) postulan una serie de correlaciones prototípicas entre las categorías presentes en (26), las clases de palabra y el tipo de constituyente, ejemplificadas en el cuadro 1: y ocupa siempre el mismo espacio en la oración (mi interpretación). Cf. Haspelmath (2004) para el concepto de unidireccionalidad. 26 Cline en inglés. 24 25 La evolución de bueno ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. 249 Cuadro 1 1 2 3 4 5 6 Categoría Persona Objeto Actividad Espacio Tiempo Cualidad Clase de palabra Sustantivo humano Sustantivo concreto Verbo de acción Adverbio, preposición Adverbio, preposición Adjetivo, verbo estativo, adverbio Tipo de constituyente Sintagma nominal Sintagma nominal Sintagma verbal Sintagma adverbial Sintagma adverbial Modificador Se observa entonces que el proceso clásico de gramaticalización está caracterizado como uno que va de léxico a palabra gramatical (posteriormente a afijo flexional y últimamente a cero). En castellano, el siguiente proceso diacrónico de morfologización es una instancia de gramaticalización. La evolución de la preposición latina cum en mecum > *migo > conmigo ejemplifica el cambio de preposición a afijo flexional y su posterior desaparición: La preposición CUM ‘con’ se usaba en latín enclíticamente después de los pronombres de primera y segunda personas: ME- CUM, TE- CUM, NO- BI- SCUM y VO - BI- SCUM (NO- SCUM y VO- SCUM en el latín tardío, con generalización del acusativo como caso oblicuo único). Con la pérdida de la distinciones casuales, se usó el pronombre tónico regular, con los resultados *migo y *tigo (port. ant. mego y tego), y nosco y vosco (leonés y portugués). Como la evolución fonética regular había sonorizado la /-k/ intervocálica, el elemento final ya no podía ser reconocido por los hablantes, por lo que procedieron a añadir de nuevo la preposición con: conmigo, contigo, consigo, con nusco y con vusco. (Lloyd, 1993: 444). El consenso es que la gramaticalización es un proceso que se desarrolla en la dirección discurso> sintaxis> morfología (Givón, 1979; Haspelmath, 2004)27. Si se considera a la morfología y la sintaxis como los elementos centrales de la gramática de una lengua, entonces debemos entender qué se entiende por gramática. Trask (1993: 121-122) la define como: 1. El sistema por el cual las palabras y los morfemas de una lengua se organizan en unidades mayores, particularmente oraciones, percibido con existencia independiente de todo intento de describirlo. 2. Toda descripción particular de dicho sistema comprendida en un conjunto de reglas. 3. La rama 27 Haspelmath (2004: 28) al referirse a este proceso de discurso > sintaxis > morfología como “la dirección general que toma la gramaticalización”, evidencia que esta dirección de cambio ha sido aceptada en la disciplina. 250 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. de la lingüística que trata de la construcción de dichas descripciones y de la investigación de sus propiedades, convencionalmente dividida en morfología y sintaxis169. Hay dos conceptos centrales que subyacen a esta definición. El primero concierne el área de estudio de la gramática que comprende el afijo, la palabra y la oración, es decir, la morfología y la sintaxis. El segundo concepto es la noción de sistema y junto con ella la noción de valor (Saussure, 1973: 70, 189). Además, los conceptos gramaticales prototípicos tienden a tener una serie de características (Heine et al, 1991: 28): (27) conceptos gramaticales prototípicos: a) Son más abstractos. b) Son sinsemánticos, es decir toman su semántica por su asociación con otros conceptos. (Los conceptos no gramaticales son autosemánticos, es decir que tienen un significado propio, por ejemplo: elefante vs. de). c) Pertenecen a clases cerradas. d) Son relacionales. e) Determinan la estructura, mientras que los elementos no gramaticales contribuyen al contenido. f) Tienden a estar codificados lingüísticamente como preposiciones, auxiliares, clíticos, afijos flexionales, etc. Algunos autores (Traugott, 1995) han extendido la definición del proceso de gramaticalización para abarcar las partículas discursivas. La pregunta que cabe hacerse es si las partículas discursivas forman parte de la gramática, tal como se la define generalmente. Intentaré resolver esta cuestión de una manera empírica, provisoria y limitada, considerando solamente lo hallado sobre bueno. Hay que tener en cuenta que la respuesta estará necesariamente sujeta a revisión empírica futura. 5.2. Las características de la partícula discursiva bueno La partícula discursiva bueno comparte características con las nociones gramaticales y con la gramaticalización, pero también hay diferencias. En primer lugar, bueno comparte los siguientes rasgos: La evolución de bueno 251 b) Es sinsemántico. c) Es relacional. d) Constituye una estrategia de resolución de problemas de comunicación: la utilización de formas existentes y conceptos más cercanos a la experiencia humana, para la expresión de nuevos conceptos menos accesibles y más abstractos (Heine et al, 1991: 27, 51). e) Relacionado con este último aspecto, bueno también sufre el proceso de reinterpretación inducida por el contexto (cf. sección 2). f) En algunos contextos se observa un desgaste fonético: [bwén] o [bwé]. En segundo lugar, la partícula discursiva bueno presenta diferencias con los conceptos gramaticales y la gramaticalización: (29) Diferencias de bueno con los conceptos gramaticales y la gramaticalización: a) Aparentemente no forma parte de un sistema y por lo tanto no está presente la noción de valor. b) No hay evidencia empírica de que pertenezca a una clase cerrada. c) No está lingüísticamente codificado en ninguna de las formas listadas en (27f). d) Está fuera de la morfología y de la sintaxis. Como consecuencia, si de alguna manera determina una estructura, no es la de la sintaxis sino la estructura de la conversación (por ejemplo la toma de turnos). e) Si se acepta que la dirección del movimiento diacrónico de la gramaticalización es de discurso > sintaxis > morfología > cero, el desarrollo de bueno no coincide con esta dirección, ya que su desarrollo es léxico > sintaxis > discurso29. f) La gramaticalización es el resultado de procesos de metonimia y metáfora. Estos procesos están ausentes en el desarrollo de bueno. Como se describe en la sección 6 los significados discursivos de bueno son el resultado de procesos generales de inferencia que no incluyen ni la metonimia ni la metáfora. Por lo tanto, en la evolución de bueno no se observa el desarrollo de abstracción metafórica descripto en (26). En realidad, el adjetivo bueno ya codifica la categoría más abstracta: cualidad. g) Ausencia de paradigmatización. h) Ausencia de obligatoriedad. i) Ausencia de condensación: el alcance de bueno aumenta y no disminuye. j) Ausencia de coalición. k) No pierde, sino que gana variabilidad sintáctica. 5.3. Posición de otros autores con respecto al movimiento hacia el discurso (28) Semejanzas de bueno discursivo con los conceptos gramaticales y la gramaticalización: a) Es más abstracto que el adjetivo. 28 La traducción es mía. Algunos autores al referirse a las partículas discursivas registran la presencia de rasgos que no entran estrictamente en la gramaticalización. Sin 29 Cf. Traugott (1995) para una posición divergente. 252 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. embargo, los consideran fenómenos fronterizos (Giacalone Ramat y Hopper, 1998). Otros autores han estudiado el desarrollo de partículas discursivas y se han cuestionado si este proceso puede también considerarse gramaticalización. En sus trabajos, generalmente asumen una de las cuatro posiciones siguientes: (a) incluír el movimiento hacia el discurso dentro de la gramaticalización sin cambiar esta última noción30; (b) modificar las nociones de gramática y gramaticalización para que incluyan el movimiento hacia el discurso (Traugott, 1995: 5; Lenker, 2000: 229); (c) postular dos subtipos de gramaticalización: I movimiento hacia el morfema y II movimiento hacia el discurso (Wischer, 2000: 355-357); (d) postular la noción de pragmaticalización31. 5.4. La gramaticalización como un movimiento dentro de un proceso más amplio He tratado de demostrar que si bien bueno comparte características con los conceptos gramaticales y la gramaticalización, también evidencia importantes diferencias que hacen difícil y hasta contradictorio (cf. (29e)) su asimilación a la gramaticalización sin modificar esta noción. En esta sección intento dar una respuesta a la pregunta sobre qué tipo de proceso da origen a bueno y eventualmente a las partículas discursivas32. Mi hipótesis es que la gramaticalización es parte de un proceso más amplio de cambio semántico que puede visualizarse por medio de la Figura 2. (re)codificación gramaticalización discurso afijo flexional discursivización de/anti/gramaticalización Figura 2 30 Onodera (1993, 1995); Brinton (1990, 1996). Pinto de Lima (2002) al analizar la evolución de pois en portugués de adverbio a partícula discursiva, expresa que este proceso comparte propiedades con la gramaticalización. 31 Aijmer (1997), Erman y Kotsinas (1993), Gunthner y Mutz (2004). 32 Es evidente que todo proceso que se postule a este punto está sujeto a refinamiento y futura validación empírica general. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 253 El círculo central representa los elementos prototípicamente no gramaticales y no discursivos, es decir, ítemes léxicos. Reservo el término gramaticalización para designar el movimiento sincrónico que va desde este círculo central al afijo flexional y eventualmente cero, y que sigue el declive unidireccional postulado por Heine et al. (1991). El proceso contrario, la degramaticalización (antigramaticalización en la terminología de Haspelmath (2004)), comprende los pocos casos que proceden diacrónicamente en dirección contraria a la unidireccionalidad. El proceso diacrónico que va del discurso al círculo central, que posiblemente pueda extenderse hasta elementos sintácticos, lo he denominado (re)codificación (por falta de un término mejor). Un ejemplo de este proceso diacrónico se observa en la lengua australiana Tiwi, donde la partícula discursiva apa, que indica que el hablante no ha terminado de emitir la oración, en determinados contextos llega a ser reinterpretada como una conjunción de coordinación (Mithun, 1989: 345). Otro ejemplo de (re)codificación son los deícticos (Levinson, 1983) que codifican elementos del discurso en el léxico. Por último la discursivización es el proceso diacrónico que termina en el discurso y es el que la forma bueno recorre de adjetivo a partícula discursiva. Este esquema propuesto es solamente una descripción general y no debería tomarse de manera demasiado estricta. Se observa entonces que la diacronía del cambio semántico puede visualizarse como movimientos entre dos extremos y un centro. El centro contiene elementos concretos, más próximos a la experiencia humana, autosemánticos y no relacionales. Los extremos contienen elementos abstractos, más alejados de la experiencia humana, sinsemánticos y relacionales. Considerar la gramaticalización como parte de un proceso más amplio soluciona algunos problemas. La cancelación de la sintaxis observada por Company Company (en prensa), Martín Zorraquino (1994) y Martín Zorraquino y Portolés Lázaro (1999), es consistente con el movimiento de discursivización postulado. El esquema presente en la Figura 2 completa la hipótesis de Givón que aparece en (24). El esquema nos muestra que lo que Givón presenta como un solo movimiento, está compuesto de dos procesos: (re)codificación y gramaticalización. Si la discursivización es un proceso diacrónico que comparte propiedades con la gramaticalización, pero que es distinto, resuelve la inconsistencia mencionada en (29e). Al tener en cuenta un contexto más amplio, las similaridades entre gramaticalización y discursivización dejan de ser problemáticas, ya que pueden intrepretarse, de acuerdo a la interpretación del esquema efectuada en el párrafo anterior, como propiedades generales del movimiento hacia la abstracción que caracteriza a ambos procesos. 254 Francisco Ocampo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. Mi hipótesis es consistente con la observación de Hopper y Traugott (1993: 86) que expresa que la gramaticalización forma parte de un proceso más amplio de cambio semántico. Este proceso general puede constituir un paso más a explorar en la búsqueda de universales de cambio lingüístico propuesta por Haspelmath (2004: 18). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 231-258. La evolución de bueno 255 REFERENCIAS PRIMARIAS BARRENECHEA, M. (1977): «Operadores pragmáticos de actitud oracional: los adverbios en -mente», en J. 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La realidad se muestra bastante más compleja de lo que las corrientes lingüísticas tradicionales han planteado, y el creciente terreno de estudio de la llamada multimodalidad comunicativa lo confirma plenamente. Los procesos de creación de significado en la interacción comunicativa dialógica y oral, la más propia y característica de los intercambios sociales de nuestra especie, tienen en el lenguaje verbal oral un recurso fundamental, pero éste se combina y se sincroniza con otros recursos comunicativos (los gestos coverbales, la vocalidad no verbal, las expresiones faciales, la conducta ocular…) dando lugar a una amalgama comunicativa de señales, cuya interpretación, en la práctica diaria, y cuyo análisis, en el dominio científico, dependen de nuestra capacidad para manejar sistemas con variables o estratos múltiples pero interconectados. El objetivo básico de este texto es servir de introducción panorámica a la compleja red de conexiones entre sistemas de producción e interpretación de signos que, en la interacción social, se manifiesta como uno de los rasgos fundamentales de la praxis comunicativa humana. * Una primera versión de este texto, con el título “Aspectos del discurso multimodal”, se presentó, en julio del año 2005, en el curso “El futuro de los sistemas de diálogo”, de la Fundación Duques de Soria, Dirigido por Joaquim Llisferri, a quien agradezco su invitación y su amabilidad. ORALIA, Vol. 9, 2006 260 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. 1. PARADOJAS TERMINOLÓGICAS Y CONCEPTUALES INICIALES Descubrir o redescubrir en pleno siglo XXI que la comunicación humana es multimodal podría parecer una broma científica de mal gusto, un error imperdonable o un ejercicio abusivo de desmemoria y olvido. Cualquier lector o conocedor de la retórica clásica y de su subsiguiente tradición recuerda que desde hace siglos sabemos que los procesos de creación de significado, con sus fases de producción e interpretación, son en realidad multimodales por regla y sólo unimodales o monomodales por excepción. La semiótica ha tratado a menudo la cuestión y no parece discutible: ¿por qué, entonces, el auge actual o la recuperación, la vindicación o la moda de la multimodalidad? (cf. Kress y Van Leeuwen, 2001; LeVine y Scollon (eds.) 2004 y Ventola, Charles y Kaltenbacher (eds.) 2004). Visto desde la lingüística o las ciencias del lenguaje, la razón parece encontrarse en la constatación, sobre todo en campos como la pragmática y el análisis del discurso, de la estrechez de unos dominios y de la relatividad, mayor de la esperable, de unas fronteras. Visto desde la perspectiva de disciplinas que podríamos englobar en un epígrafe como ciencias de la comunicación (más que de la información), la razón estribaría más bien en el énfasis por la interdisciplinariedad. La interdisciplinariedad es uno de los conceptos clave al lado del de multimodalidad, porque ha permitido resituar las fronteras aludidas, recomponerlas o, simple y directamente, no tenerlas en cuenta. La sociolingüística de la interacción, o el interaccionismo simbólico (la terminología es rica), sumados a la etnografía de la comunicación, demuestran a lo largo de la segunda mitad del siglo XX la necesidad de analizar la vertiente sociocultural y antropológica de la comunicación: el diálogo, la forma natural por excelencia de la comunicación humana y el locus donde se materializa el lenguaje, donde se concreta en forma de manifestaciones lingüísticas orales, nunca es acontextual. Y por si no bastara, la etnometodología completa el panorama estudiando microacciones y microinteracciones que ya ponen de manifiesto una sincronización de diferentes modos comunicativos y una regulación multigestionada de la conversación. El diálogo es un texto a diferentes voces, construido sobre la marcha pero no sobre el azar, sino sobre patrones culturales y contextuales, y fundamentado en el lenguaje verbal al mismo tiempo que en el no verbal: entran en escena y empiezan a ser objeto de estudio científico la prosodia y la gestualidad (contacto ocular, movimientos de la cabeza, posturas, gestos manuales, expresiones faciales…). La terminología juega a veces malas pasadas en la medida en que las palabras parecen dar carta de identidad a los objetos de estudio, con el consiguiente efecto perverso de tender a pensar que lo que no ha recibido eti- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Discurso oral y multimodalidad 261 queta verbal no existe. Comunicación ha resultado a menudo, como información, un término demasiado amplio para muchos estudios, aunque en el fondo, o incluso a primera vista, parece el más adecuado. Detrás del epígrafe de ciencias de la comunicación no sabemos qué nos vamos a encontrar, y lo mismo cabe decir de ciencias de la información, que amaga desde una teoría matemática hasta un posible tratado de lenguaje periodístico. Cuando se ha querido especificar, el rótulo que ha tenido más éxito (comunicación no verbal) no puede evitar otra paradoja, ya que propone la construcción del dominio no sobre la afirmación del terreno (como lingüística del lenguaje) sino como negación: aquello que no es lenguaje verbal y que, se quiera o no, acaba apareciendo como algo subsidiario o complementario, en el mejor de los casos, del instrumento básico: el lenguaje verbal de la especie humana. Si finalizamos este recorrido inicial pasando por el reiterado olvido en que la lingüística (o incluso, en términos más generosos, las ciencias del lenguaje) ha mantenido todo aquello que entendía que no era propiamente su objeto de estudio (es decir, precisamente ese mundo nebuloso de la comunicación no verbal), podremos completar la historia de unos desencuentros que, desde hace pocos años, ha empezado a tener una historia paralela de intentos interdisciplinarios de análisis. En estos intentos ha resultado especialmente relevante plantear cuáles son las fronteras del lenguaje como capacidad, dónde se encuentra el fundamento de la verbalidad, y cómo pueden entenderse en relación con ella fenómenos o “realidades”, por decirlo de algún modo, tan incontestables como las lenguas de signos o la gestualidad coverbal y la simbólica. 2. LA MULTIMODALIDAD COMUNICATIVA Y LAS FRONTERAS DE LO VERBAL Una definición amplia o general de multimodalidad debe hacer referencia, como es esperable y evidente por el término, a la diversidad o multiplicidad combinada o sincronizada de códigos, modos, medios, fuentes o canales comunicativos. Si queremos especificar, deberemos entonces referirnos a categorías o subcategorías, de las cuales las dos más extendidas serían las siguientes: la multimodalidad entendida como diversidad de modos y la multimedialidad entendida como diversidad de medios. En general se supone en estos casos que modos se refiere a códigos o lenguajes de producción y medios a soportes físicos y canales de distribución. Son posibles también otras concepciones muy particulares de la multimodalidad, pero no las tendré en cuenta en esta introducción (p. ej. la concepción de la multimodalidad derivada del significado gramatical y pragmático del término modalidad). 262 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Aunque se puede entender que la capacidad para la comunicación del ser humano se concreta de diversas maneras, nadie pone en duda que el lenguaje verbal oral (auditivo-vocal) es la forma por antonomasia en que se manifiesta esa competencia, esa capacidad cognitiva. La modalidad por defecto, pues, implica un código, el lingüístico o verbal, y un medio, el oral, o vocal auditivo. Si bien el medio oral es el fundamental, o sea el medio por defecto en el que se concretan las lenguas naturales, como es sabido hay otros medios en que se puede manifestar el lenguaje verbal: el escrito, en muchas sociedades o culturas; las lenguas de signos (manuales, no vocales) y cualquier lenguaje cifrado que sirva como transposición, transliteración o “traducción” (p. ej. el Morse o el lenguaje de las banderas marítimas). El lenguaje, en definitiva, debe inscribirse en un medio concreto, y la compleción del ciclo comunicativo, con una segunda fase en la que un receptor descodifica una señal enviada por un emisor, exige también la existencia de un canal de transmisión acorde con el medio de inscripción: el lenguaje oral se transmite por las ondas sonoras y se oye, el escrito a través de superficies múltiples y se lee. Y es a lo largo de todo ese proceso comunicativo cuando se hace evidente que cualquier concreción del lenguaje humano acaba siendo necesariamente multimodal, sea cual sea su sentido exacto: (a) Si entendemos que verbalidad quiere decir ‘hecho de palabras’, la concreción de las palabras en un medio lleva a la multimodalidad por contigüidad de las fronteras de lo verbal con lo no verbal: la paralingüística vocal (intensidad, vocalizaciones, timbre, características no verbales de la voz) o la escrita (tipografía, manejo del espacio, diseño de los documentos…) son ineludibles. (b) Si entendemos que verbalidad es sinónimo de lingüístico, entonces el lenguaje humano sencillamente es multimodal por naturaleza: es verbal y no verbal de manera implícita (la entonación, p. ej., o los rasgos suprasegmentales, los gestos deícticos asociados a los deícticos verbales, etc.). De hecho, ya Lyons (1972) alertaba de la necesidad de poner en cuestión el carácter categórico de lo lingüístico y proponía en cambio tomar en consideración varios grados de lingüisticidad. El cuadro que compone Hinde (como editor) a partir de su concepción resulta explícito y clarificador: Discurso oral y multimodalidad ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Comunicación vocal Reflejos Cualidad de la voz Locutiva 263 Verbal Lingüística Prosódica No segmental Paralingüística Comunicación no vocal Gestos, etc. que no apoyan la comunicación verbal Cuadro 1 El cuadro permite entender las cuatro modalidades comunicativas fruto de la combinación de los conceptos de verbalidad y vocalidad: (a) verbal-vocal: el lenguaje hablado, (b) verbal-no vocal: el lenguaje escrito o cifrado, (c) no verbalvocal: la paralingüística vocal y la prosodia en sentido amplio y (d) no verbal-no vocal: la paralingüística no vocal, también entendida en sentido amplio. El concepto de reflejos (vocales) del cuadro se refiere a actividades mecánicas como estornudar o toser, y el de cualidad de la voz a características (indicativas o indexicales) del individuo. La prosodia incluye el tono, la intensidad (el acento) y la cantidad; la paralingüística, finalmente, agrupa los componentes vocales o no vocales que completan la modalidad verbal. A su vez, el conjunto de las diversas modalidades que resultan básicas en la interacción comunicativa humana puede resumirse en el cuadro siguiente, inspirado en el de Heinemann (1980): Interlocutor A vocal verbal no verbal sentido auditivo no vocal gestualidad contacto corporal sentido visual Interlocutor B Cuadro 2 proxemia aspectos del entorno sentidos de proximidad 264 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. 3. TIPOS DE (SUB)MODALIDADES Poyatos ha defendido siempre a lo largo de sus estudios (Poyatos, 1983, 1994, 2002, 2004) la estrecha interacción entre las que concibe como las tres modalidades básicas de la comunicación humana: el lenguaje (verbal), la paralingüística (vocal, en su terminología) y la cinésica. La trilogía formada por el lenguaje y los elementos vocales y gestuales es el sistema comunicativo fundamental de la especie humana. Por ello no resulta sorprendente que las tres modalidades, y sus respectivas submodalidades, se presenten no sólo en combinación sino, como muchos estudios han demostrado desde hace años, en perfecta sincronización (Kendon, 1972; Condon, 1976). Las submodalidades vocales y gestuales están perfectamente imbricadas con la producción de lenguaje verbal (oral), hasta el punto de que algunas lenguas y culturas conceptualizan ciertos gestos como parte de la lengua. De hecho, desde McNeill (1985) plantear que ciertas categorías gestuales son “no verbales” es mucho más difícil, ya que desde un punto psicolingüístico y pragmático hay argumentos muy razonables para circunscribir determinados gestos exclusivamente al proceso de producción lingüística (v. también Kendon, 2000). Asimismo, en otro campo, y también como ejemplo, un hablante corriente tiene muchas dificultades para discernir entre lo lingüístico vocal y lo no vocal (no lingüístico), y lo cierto es que las fronteras entre vocalidad y verbalidad son borrosas, con las interjecciones y las onomatopeyas como paso intermedio entre los sonidos vocales y los morfemas prototípicos. Entre las submodalidades que tradicionalmente se han considerado no verbales y que se sincronizan con las verbales resulta útil distinguir entre las vocales y las gestuales, dejando por ahora al margen aspectos del entorno y la apariencia física. A su vez, entre las gestuales se suelen distinguir subtipos como la gestualidad manual, la facial, o los movimientos de los ojos y de la cabeza. Debe tenerse en cuenta que todas estas distinciones, al menos a priori, tienen sentido más por razones de facilidad expositiva que de otra índole, ya que unas y otras (sub)modalidades están sincronizadas en la práctica comunicativa, y por tanto puede suponerse que siguen patrones análogos o similares y que persiguen fines funcionalmente parejos o complementarios. 3.1. Aspectos vocales lingüísticos y paralingüísticos La imbricación entre la verbalidad vocal y el resto de aspectos vocales (pero no verbales) es evidente y ha llevado a menudo a múltiples confusiones. Además, no todos los especialistas están de acuerdo a la hora de calificar el conjunto de elementos vocales y, por consiguiente, el establecimiento ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Discurso oral y multimodalidad 265 de los límites de la paralingüística vocal no es unánime en absoluto. Una de las posiciones más extendidas y tradicionales, que se corresponde también con la concepción anterior de Lyons, distingue como elementos suprasegmentales y vocales lingüísticos los siguientes: (1) El tono (frecuencia o altura de la sílaba) y la entonación (como conjunto de tonos correspondientes a cada segmento). (2) La cantidad (duración de la sílaba). (3) El acento (combinación de intensidad, altura y duración). En los dos últimos casos se puede incluir el ritmo acentual o silábico, en el sentido de relación pautada entre sílabas largas y breves, por una parte, y tónicas o átonas, por otra. En contraste con estos elementos suprasegmentales lingüísticos, se acostumbran a considerar paralingüísticos (es decir, no estrictamente lingüísticos) todos los demás aspectos vocales que se suman a ellos, en especial los siguientes (v. Poyatos, 2002 para un tratamiento más completo y detallado): (4) El tempo o ritmo de la elocución, combinación de elementos verba- (5) (6) (7) (8) les y pausas o silencios, y en general propio del estilo comunicativo del emisor (p. ej. al contar un cuento, en los relatos conversacionales, etc.). La intensidad, cuantificable desde el susurro al grito, e importantísima por ejemplo en las órdenes, las amenazas o los avisos. Las vocalizaciones o sonidos específicos, propios de cada cultura (p. ej. el caso de los silbidos de admiración o de rechazo, las demandas sonoras de silencio…). El timbre o las características indexicales de la voz, que nos permiten reconocer en seguida a un hablante conocido y, en general, saber si éste es hombre o mujer, niño, adulto o anciano. Los caracterizadores vocales, que nos permiten reconocer, en este caso, el nivel emocional o de implicación/distanciamiento en el discurso. Sin embargo, no se puede olvidar que las interpretaciones más liberales de la prosodia llevan a combinar de múltiples maneras las dos agrupaciones anteriores (rasgos 1-3, por una parte, y 4-8, por otra), y abren la posibilidad de distinguir o subespecificar aún otros rasgos. El resultado práctico es la difuminación de las fronteras en relación con el concepto de lo que es lingüístico y el énfasis en la determinación de lo que puede resultar, a todos los efectos, comunicativo (en el sentido de mensaje consciente y deliberado) o simplemente informativo. Ya Trager (1958) hacía una propuesta amplia y detallada, de este tipo, en el primer estudio sobre el paralenguaje (vocal), en el que distinguía: 266 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. (A) Tipos de voz (según la edad, sexo, origen…) (B) Paralenguaje: a) Cualidades vocales: banda tonal, control labial, control de la articulación, control del ritmo, resonancia y tempo b) Caracterizadores vocales: risas, llanto, gritos, bostezos, murmullos, toses, estornudos, suspiros… c) Calificadores vocales: intensidad (débil – fuerte), altura tonal (alta – baja) y extensión (arrastrada – incisiva, cortada) d) Segregados vocales: sonidos de acompañamiento y asentimiento, nasalizaciones, pausas... Las propuestas de Poyatos, el autor que seguramente más estudios ha dedicado al campo paralingüístico, siguen también esta línea y especifican todavía más los elementos que se pueden distinguir (v. en especial Poyatos, 2002). Sea cual sea la calificación o categorización que damos a cada elemento o rasgo, lo que resulta indudable es que, en la interpretación de los mensajes, muy a menudo acaba siendo tan importante el aspecto propiamente referencial (cf. Ha llegado Juan vs. Se ha ido María), como la modalidad (Ha llegado Juan vs. ¿Ha llegado Juan?/Quizá ha llegado Juan) y como los aspectos expresivos, que nos alejan de lo que suele denominarse aseveración o pregunta neutra: el aumento de intensidad en una orden, las marcas enfáticas o de sorpresa, las toses irónicas, la inhalación/exhalación o el suspiro que suelen entenderse como preparación de una respuesta “despreferida”, en términos conversacionales, de una posible negativa o de una consideración complicada, etc. En todos estos casos, apuntados a modo de ejemplo, y en otros muchos, propios de la interacción natural, la aparente frontera que separa el significado referencial de otros tipos de significado o información que se le suman, en especial los referentes a la expresión de las emociones y a la negociación del proceso de interacción, es en realidad una frontera que se desdibuja o se borra de forma inevitable: a) b) En la expresión de las emociones, porque la interacción natural (el diálogo cara a cara) entre seres humanos no se limita en absoluto a la información referencial. Incluso en el caso de la conversación telefónica es fácil (¡e inevitable!) percibir el estado emocional del interlocutor, que siempre resulta relevante. En la gestión de la interacción, porque ésta exige producir e interpretar metamensajes verbales o vocales (p. ej. ¿me oyes?, ¿me escuchas?, préstame atención, ¿eh?, ¿sí?, mhm…, ha, hu hu, ehem, etc.) que informen del control del proceso y de la correcta recepción e interpretación de los mensajes por parte de los interlocutores. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Discurso oral y multimodalidad 267 3.2. Aspectos gestuales y del entorno Las dificultades para establecer categorías prosódicas y paralingüísticas se reproducen en el terreno de la gestualidad, donde como mínimo, para empezar, podemos distinguir varias fuentes de producción de señales: (1) (2) (3) (4) (5) La gesticulación manual La gesticulación facial Los movimientos de la cabeza Los movimientos de los ojos y la mirada o el contacto ocular La postura o posición del conjunto del cuerpo Cabría además referirse en este campo –o en otro contiguo, si se prefiere– a la manipulación de objetos o del entorno, a las características físicas del emisor (apariencia física, rasgos del vestuario, etc.) y sobre todo a lo que, para resumir, podemos denominar gestión del espacio (proxémica), gestión del movimiento (cinésica) y gestión del tiempo (cronémica). Con estos tres ejes podríamos dar una primera caracterización, aunque fuera muy introductoria y superficial, del estilo comunicativo de los individuos. (Dejamos de lado dos campos que en determinados estudios también se tienen en cuenta y que se relacionan con otros sentidos: el del tacto y el del olfato, haptics y olfactics en las denominaciones inglesas. El primero es especialmente relevante en el caso de personas con ciertas discapacidades; respecto al segundo, habitual e injustamente menospreciado, cabe recordar que los especialistas calculan que una persona puede llegar a distinguir diez mil olores, un perro cien mil… y una rata doscientos mil). Por su parte el fenómeno de la gestualidad ha promovido una serie de estudios que componen ya una tradición muy rica (v. Kendon, 1996, 1997, 2004), y una de las divisiones de este ámbito en categorías más clásica y difundida corresponde al análisis de Ekman y Friesen (1969). Combinando criterios relativos al origen, el uso y la codificación, y aportando pues un fundamento justificado y explícito, distinguen cinco categorías de actos no verbales que, en general, han acabado siendo referentes en muchos estudios posteriores: (1) Emblemas: gestos que pueden aparecer sin palabras, fácilmente traducibles al lenguaje verbal, y con un significado claro, convencional y cultural. (2) Ilustradores: dependientes del habla, la complementan en varios aspectos. (3) Reguladores: facilitan el intercambio de turnos y la gestión de la conversación. (4) Adaptadores: gestos de contacto con uno mismo, otras personas u objetos. (5) Manifestaciones de estado de ánimo: expresión, básicamente facial, de sentimientos (alegría, tristeza, rabia, ira, asco, miedo, sorpresa, interés… ). 268 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Otras clasificaciones más recientes han puesto el énfasis en la distinción entre aquellos gestos que pueden y suelen aparecer sin lenguaje verbal y aquellos que sólo aparecen conjuntamente con el lenguaje oral. Los primeros suelen ser denominados emblemas o gestos emblemáticos (también citables, gestos autónomos o simbólicos, cuasilingüísticos…), son seguramente los más cercanos al lenguaje verbal y su carácter cultural ha llevado, a pesar de problemas metodológicos, a que sean objeto de recopilación y estudio en múltiples diccionarios o repertorios (v. Payrató, 1993, 2001, 2003a, 2004). Los segundos suelen denominarse, en la actualidad, coverbales, ya que no se dan en ausencia del habla. Entre estos, McNeill (1992) separa los icónicos de los metafóricos, y todos ellos, a su vez, de los gestos rítmicos o batutas, que marcan el ritmo del discurso. Estos últimos gestos han sido aislados también por otros muchos autores, y se caracterizan porque su ejecución se da en solo dos fases, a diferencia de los anteriores, que se realizan en tres fases: preparación –golpe (stroke)– relajación o retraimiento (v. en conjunto, McNeill (ed.) 2000, Cavé et alii (ed.) 2001; cf. Kendon, 1995). Las clasificaciones como las anteriores suelen incluir también un apartado para los gestos deícticos, compañeros a veces ineludibles de los deícticos verbales (cf. Quiero ése, Me gusta aquél…) y algunas para los gestos interactivos (equivalentes en principio a los reguladores). La íntima relación entre el discurso lingüístico acerca de cuestiones de orientación o referencias espaciales y los gestos concomitantes ha generado ya numerosas investigaciones (cf. Jarvella y Klein (ed.) 1982, Emmorey y Reilly (ed.) 1995, McNeill (ed.) 2000). Por último, algunos estudios ya han planteado también la posibilidad y la conveniencia de establecer léxicos para la mirada y el tacto (Poggi, 2002, 2004), y otros han estudiado la sincronización de los movimientos de la cabeza con el discurso (McClave, 2000). En el caso de la postura, apenas si hay información sobre su base cultural, y en cambio en el caso de la expresión facial nos encontramos con uno de los campos de estudio con más tradición (cf. Ekman y Rosenberg (ed.) 1998 y, en general, todos los manuales y recopilaciones de estudios sobre comunicación no verbal; v. Payrató, 2003b). La razón estriba en el debate sobre la (probable) universalidad de la expresión de las emociones y en la pertinencia de definirlas, aislarlas o agruparlas (alegría, tristeza, miedo/asco, ira/rabia, sorpresa/interés…). Habría que sumar a este ámbito la posibilidad de establecer también un repertorio de emblemas faciales (p. ej. guiñar un ojo, marcar el desconocimiento con una mueca de los labios, etc.) y por supuesto el riquísimo ámbito de aplicación de las denominadas talking faces y de los avatares o asistentes interactivos, en especial para los campos educativo y terapéutico (v., a modo de ejemplo, Massaro, 2001 y Cassell et alii (ed.) 2000). ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Discurso oral y multimodalidad 269 4. EJEMPLOS DE INTERACCIONES ENTRE (SUB)MODALIDADES Aunque por una parte se pueden encontrar muchas referencias, algunas ya bastante lejanas en el tiempo, a la sincronización entre los distintos componentes en que se concreta la comunicación humana y a las interacciones en que se ve envuelto el lenguaje verbal en la interpretación de los mensajes, pocos estudios se han dedicado a un análisis holístico o global de las producciones multimodales en que interviene el lenguaje. Algunos lingüistas, sin embargo, ya señalaban hace décadas la necesidad de estudios conjuntos, bien sea en particular para el análisis de los componentes no verbales intercalados en las secuencias verbales (la sintaxis mixta de Slama-Cazaku, 1976), bien sea en general como interrelación entre los dos terrenos de estudio (Torrego, 1971; Beattie, 1981; cf. también Riley, 1976 y, recientemente, Santi et alii (ed.) 1998 y Cavé et alii (ed.) 2001). Una de las primeras y pocas excepciones del panorama descrito tiene que ver con la expresión gestual y verbal de referencias espaciales, cuya concreción desvela en seguida que el gesto puede aportar significados adicionales a los del enunciado verbal (la mímica de alguien que abre una puerta o transporta un paquete para hacer un regalo nos informa, por ejemplo, de cómo se abre esa puerta y de las dimensiones del regalo). De hecho, se puede afirmar, para empezar, que los gestos son más abundantes en episodios comunicativos en que se hace referencia al espacio que en otros; además, en el caso de los deícticos a menudo los elementos no verbales suelen aportar información que no sólo no es complementaria (la que se atribuye muchas veces a los modos no verbales), sino que es la fundamental. Todo ello invita a pensar en un proceso de planificación y producción común al menos en las fases iniciales. En el caso de las referencias espaciales, las diferencias lingüísticas y culturales se han puesto en evidencia con lenguas (y culturas) en las que la orientación se da siempre en términos absolutos (respecto a los puntos cardinales) y otras en las que depende de la posición del emisor (v. Levinson, 1992; Haviland, 1993, 2000). Asimismo, se han empezado a plantear las primeras diferencias observables entre verbos de movimiento y los tipos de gestos con que se actualizan según la lengua de que se trate (p. ej. el inglés respecto al español; v. McNeill (ed.) 2000, Mora, 2004). Seguramente otra de las excepciones más notables a la escasez de estudios apuntada más arriba sea el proyecto denominado InterGrammar, obra de Arndt y Janney (1987). Desde una concepción pragmática, estos autores pretenden describir y explicar las opciones de los hablantes a la hora de escoger, al mismo tiempo y combinándolos, elementos verbales, prosódicos y cinésicos para la producción del habla. De esta forma se intenta describir una trimodalidad que resulta evidente sobre todo cuando se presta atención a los aspectos emocionales de la comunicación. Los ejemplos analizados muestran 270 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. que a menudo se produce un efecto de reforzamiento de lo que se comunica verbalmente, o bien de contraste (matices o aspectos complementarios), o bien de incongruencia (en especial en casos de comunicación intercultural o interétnica, cuando una de las personas no domina los códigos de la otra cultura). Los ejemplos siguientes representan, respectivamente, una muestra de cada uno de los tres casos (Arndt y Janney, 1987: 367-373): (1) a b c Las patatas están bien (valoración positiva, sonriendo) Las patatas no están calientes (valoración negativa, frunciendo el ceño) ¡Qué demonios pasa! (+ intensidad, + tensión muscular) (2) a b c Este es el fabuloso vestido que te vas a poner (frunciendo el ceño) Seguro que hiciste lo que pudiste (+ apartar la mirada) Llegas demasiado tarde (sonriendo) (3) a b Mi marido murió la semana pasada (sonriendo) Encantado de conocerle (+ apartar la mirada) Mientras que en el primer caso los modos verbal, paralingüístico y cinésico refuerzan el mensaje, en el segundo lo matizan o lo ponen en duda, y en el tercero, por último, la combinación resulta ya incongruente: si no agramatical, al menos inaceptable para un hablante nativo o sin problemas derivados de patologías comunicativas (piénsese p. ej. en un japonés, como emisor, dirigiéndose a un interlocutor latino). Los paralelismos entre el nivel fonético, por una parte, y el modo paralingüístico o el gestual, por otra, se han destacado en numerosas ocasiones y han sido objeto ya de bastantes estudios (desde Kendon, 1972; cf. Bolinger 1983 y v. un ejemplo reciente y cercano en Payà, 2004). Así, igual que en las lenguas de signos la amplitud de la ejecución gestual puede entenderse como un paralelo de la intensidad de la lengua oral, en la conversación natural todos los rasgos vocales (verbales o no verbales) se sincronizan entre sí y con los no vocales. Aunque no se ha podido comprobar que las similitudes por lo que se refiere a la iconicidad sean tan amplias como se ha sugerido en alguna ocasión, sí que parece demostrarse que, por ejemplo, la típica elevación del tono final de algunas preguntas se corresponde con la elevación de la cabeza (es muy poco habitual preguntar con la cabeza gacha) y quizá con la de los gestos manuales. En conjunto, y como resulta lógico si tenemos en cuenta que el enunciador es único, la sincronización verbal –vocal– gestual es muy profunda, y seguramente tiene una base innata relacionada con la capacidad de la especie humana para reconocer y seguir patrones rítmicos (cf. Kendon, 1972; Condon, 1976; Armstrong et alii, 1995). En el caso de la producción gestual (de ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Discurso oral y multimodalidad 271 gestos coverbales), parece llevarse a cabo de manera perfectamente sistemática respecto a la verbal, hasta el punto de que McNeill (1992) ha postulado leyes que relacionan los distintos modos de producción, y que describen, por otra parte, el fenómeno ya atestiguado y bien conocido del ligero avance en el tiempo de la gestualidad manual respecto a la cadena oral. Las leyes se refieren a tres niveles: (a) Reglas de sincronía fonológica: la fase central del gesto (stroke) nunca es posterior al acento principal (del grupo fónico o entonativo). (b) Reglas de sincronía semántica: hay una interrelación necesaria entre el significado verbal y el gestual. (c) Reglas de sincronía pragmática: el gesto y el habla cumplen de manera coordinada una misma función comunicativa. Existen numerosos ejemplos de análisis conjuntos de un enunciado verbal y de su correlato gestual que dan testimonio de estas imbricaciones. Además, los datos procedentes del estudio de perturbaciones o patologías comunicativas que afectan al habla y/o al gesto también corroboran la concepción, cada vez más extendida, de una gesticulación coverbal entendida como una manifestación más del proceso de producción de los enunciados lingüísticos: el lenguaje se manifiesta al mismo tiempo a través de elementos verbales, analíticos, lineales y segmentables, por una parte, y por otra a través de elementos gestuales: sintéticos, globales e imagísticos o basados en imágenes (McNeill, 1992, 2000; cf. también Kendon, 2000) . Un último ejemplo de coordinación, esta vez en un terreno más discursivo, puede encontrarse en la relación entre gestualidad coverbal (básicamente ilustradores icónicos) y aspectos del discurso como la representación de las situaciones y el estilo narrativo. Los gestos coverbales no sólo tienen funciones relacionadas con la cohesión del discurso, que se han puesto a menudo de relieve (Schegloff, 1984; Contento, 1998; McNeill y Levy, 1993; McNeill et alii, 2001), sino que, de acuerdo con lo que se hipotetiza en algunos estudios recientes (Alturo y Payrató, 2002, 2003; Alturo, 2004), se relacionan de manera distinta con los tipos de información (parecen asociarse predominantemente a la llamada información nueva) y con la representación de las entidades discursivas (describen o representan cambios o acciones, no estados). Por otro lado, se combinan de manera peculiar con el estilo narrativo directo o indirecto, ya que pueden manifestarse como gestos del narrador (u observador) o bien como gestos de los caracteres o personajes, dando lugar así a interesantes efectos de lo que podemos denominar polifonía gestual (Payrató y Alturo, 2003). 272 Lluís Payrató ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 259-275. Discurso oral y multimodalidad 273 5. A MODO DE CONCLUSIÓN La polifonía gestual apuntada es uno de los casos particulares de la interacción entre mecanismos comunicativos verbales y no verbales que se puede investigar en el contexto de los estudios multimodales. Con ejemplos de este tipo se pone de relieve además la necesidad de contar con corpus audiovisuales que nos acerquen a la enorme cantidad y variedad de datos que se desprenden de cualquier episodio propio de la interacción comunicativa humana. La multimodalidad comunicativa se suma a la multitextualidad en que se manifiesta el discurso (narraciones, descripciones, argumentaciones, instrucciones, exposiciones) y al plurilingüismo, que es la norma para muchísimos hablantes, de manera que lo que podríamos entender como un corpus natural de habla debería incorporar todos estos factores, sin olvidar la variación de tipo sociocultural presente en cualquier comunidad de habla. Hasta ahora, sin embargo, cuesta imaginar muestras de corpus de esta naturaleza que no sean introductorias y experimentales (v. a modo de ejemplo el proyecto VARCOM: Payrató, 2002; Payrató, Alturo y Payà (ed.) 2004). De la misma manera que el progreso tecnológico ha permitido avances inimaginables en los últimos cincuenta años, esperamos ahora que en poco tiempo contribuya a facilitar el acceso a los datos y corpus multimodales, a su manejo y diseminación, para que los consiguientes análisis nos permitan continuar profundizando en la complejidad del entramado multimodal de la comunicación. La tradición de estudios revela que a partir de un determinado momento se fue arrinconando una concepción monológica y unívoca de la comunicación (caricaturizada con las viñetas de los cómics) para dar paso a una concepción dialógica e interactiva, más rica y representativa del fenómeno de la comunicación humana. Hoy, el repaso de las investigaciones más recientes muestra que la concepción unimodal ha cedido mucho terreno ya en beneficio de una concepción multimodal, con distintos sistemas o modos funcionando al mismo tiempo a través de diferentes medios y canales. También esta concepción es más compleja, dado que suma a las dificultades halladas en el análisis de cada subsistema –verbal, gestual, prosódico– las derivadas de la sincronización, interacción e intersección entre sistemas, con los consiguientes efectos de reforzamiento o modificación. Sin embargo, esas mismas investigaciones hacen más evidente una constatación quizá no muy original, pero tampoco banal: la concepción y, en definitiva, la metáfora multimodal nos sirve para imaginarnos y crear (o recrear) un modelo más real y plausible de la comunicación humana. BIBLIOGRAFÍA ALTURO, N. (2004): “Hipòtesis sobre la representació multimodal (verbal i gestual) dels esdeveniments”, en Payrató et alii (ed.), págs. 141-153. ALTURO, N.; L. 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Tras haber tratado en Oralia los comportamientos no verbales en el discurso oral (Poyatos, 2003), y el de los elementos no verbales en los textos literarios (Poyatos, 2004), quisiera aplicar ambas perspectivas al habla andaluza en su literatura, ampliando este concepto –aunque no aquí– a la prensa y a cualquier texto que la reproduzca o comente, sean documentos, facturas, avisos, anuncios o grafitos. En los epígrafes que encabezan este artículo las palabras de Quevedo sobre el habla sevillana del XVI –que sugieren una interesante perspectiva diacrónica– y las de Juan Ramón Jiménez, nos indican que cuando en la literatura andaluza buscamos lo no verbal nos encontramos con dos cosas: (a) el comportamiento de la gente percibido sensorialmente: habla verbal-paralingüística y kinésica –todo evocado directa o indirectamente por el texto verbal (palabras) y no verbal (puntuación y tipografía)– y sus demás aspectos sensoriales evocados verbalmente; y (b) todos aquellos elementos del entorno físico y cultural de esa habla y esa conducta y características personales, como muestra el esquema “Enfoque integral del habla andaluza y su entorno a través de sus textos”. 1 A la memoria de mi querido Luis Ragel, infatigable carbonero, contrabandista y, finalmente, barrendero, un buen hombre que tuvo su primera cama a los cuarenta y cinco años, en el agreste «Pedregoso», por la parte de Facinas, en el Campo de Gibraltar. ORALIA, Vol. 9, 2006 278 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Acto de lectura Lenguaje verbal (transcrito) Paralenguaje Intercambios verbales y no verbales (transcrito, descrito) Rasgos fonéticos, Silencios léxicos, fraseológicos, gramaticales Kinésica (descrita) - Cualidades primarias - Calificadores - Diferenciadores - Alternantes - Gestos - Maneras - Posturas Quietudes Otras características comportamentales en los textos:personales, ambientales, explícitas e implícitas - Características situacionales - Evocación de las características del entorno como signos envolventes del habla natural rural urbano mecánico Percepción sinestésica Oralización de la lectura Antropología literaria Texto original Texto traducido ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 279 su propia sensibilidad– “a medida que se lee una palabra”, “entre palabras” o “entre líneas”, y “a lo largo de una frase o párrafo”, así como en los comentarios omniscientes del autor. Esto nos ocurre como lectores porque sabemos que lo que decimos con sonidos lo acompañamos (confirmándolo o contradiciéndolo en diversos grados) con actos kinésicos, por leves que sean, pues la kinésica está siempre presente, y el lector se imaginará esa “cara hablante”, y todo el cuerpo, de forma que corresponda a las imágenes generadas por el escritor en su imaginación. Pongamos la lectura del “libro andaluz” (o cualquier texto, no precisamente un libro) en la doble perspectiva físico-intelectual del texto impreso, el entorno físico y cultural de su lector, sus circunstancias personales y su recepción íntimamente personal del texto, nunca independiente de ese entorno. Porque es así como, según la sensibilidad de cada lector, nos introducimos en el mundo del texto, del libro, lo mismo que Alicia por su espejo, para ir recreando cuanto su escritor, independientemente de su calidad, quiso darnos en él; y, en realidad, aún más de lo que él nunca sospechó. Y no hablemos en esta ocasión, pero tampoco lo ignoremos, de cuando ese texto es una traducción interlingüística para ser descodificada en otro entorno cultural por quienes en su mayoría son incapaces de apreciar poco más allá de lo estrictamente impreso3. Lo que nos lleva al arriesgado texto traducido y al peligro de su mala interpretación (o total ausencia; no ya de lo no mencionado (lógicamente implícito para el lector nativo), sino de las mismas descripciones verbales, algo en gran medida inevitable en la mente del lector extranjero. —Iba a sacar una canasta de uvas, mala puñalá... (Caballero Bonald:DDS, II, IV) Así pues, se trata, primero, del comportamiento de los hablantes andaluces percibido visual y auditivamente, sobre todo la triple estructura verbal-paralingüística-kinésica de su habla; y, alrededor de la persona y todos sus sistemas corporales de signos (Poyatos, 2002a; 2002c: Cap. 1), el entorno andaluz (natural, modificado y construido), que los envuelve y se funde con ellos en “culturemas”, mencionados más abajo. 1.2. Tratándose de la literatura andaluza, identifiquemos los componentes verbales y no verbales que pueden constituir un texto literario, tal como los encontramos en esa actividad fisiológico-intelectual que ya estudié como acto de lectura (Poyatos, 1997b2; después en Poyatos, 2002e: Cap. 1), en la que nos nos enfrentamos con signos personales somáticos, extrasomáticos y ambientales –a los que el lector da vida según 2 Penúltimo de mis artículos para la revista de Camilo José Cela. Si vemos así lo que es la realidad de nuestro leer un texto de Juan Ramón Jiménez, José Carlos de Luna, Caballero Bonald, o cualquier otro escritor andaluz (o autor de textos típicamente andaluces), reconoceremos que el ser conscientes de lo que supone el acto de lectura enriquece nuestra experiencia de un texto. Experiencia que pasa por los siguientes estadios semiótico-comunicativos: (a) una serie de procesos de selección y codificación de signos por parte del escritor –o autor de un simple aviso, anuncio o grafito–, verdadera metamorfosis reductora de canales o códigos sensoriales al visual del texto; (b) a continuación, una contrametamorfosis o amplificación de signos o códigos por el lector a partir de ese texto; y (c) su total evocación multisensorial en el acto de lectura, que en el teatro llega a su puesta en escena. 3 Véanse diversos aspectos de los problemas de la traducción en Poyatos (1997a), primer tratado sobre la comunicación no verbal en ese campo. 280 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. 2. EL HABLA ANDALUZA EN SUS CONSTRUCCIONES E INTERCAMBIOS VERBALES 2.1. Además de hacernos conscientes de lo que supone la lectura y de diferenciar esos tres aspectos suyos fundamentales: el libro (o texto), nuestro entorno físico y cultural y nuestras circunstancias personales mientras leemos, encontramos en el texto componentes verbales y no verbales4, de los que podemos ver aquí algunos, para luego hablar del entorno que los envuelve. Tengamos en cuenta que los elementos verbales de un texto impreso que trate de reproducir el habla andaluza nos evocan ya (¡si podemos y sabemos leerlos!) su característica realización paralingüística y kinésica, de la cual depende en gran parte la expresividad del hablante andaluz, de la que nuestro gran maestro Rafael Lapesa (1952: 311) escribió: La fortuna del andaluz se debe esencialmente a su gracejo y vivacidad. Es el molde adecuado para el ingenio y la exageración, la burla ligera y fina y la expresividad incontenida. Goza de popularidad, y su vitalidad joven es, aunque destructora, la mejor garantía de arraigo. De hecho, a menudo, precisamente porque las palabras se acompañan de paralenguaje y kinésica –si no, serían tan irreales como las de un texto escrito–, podemos llegar a expresar lo inefable (Poyatos 1996). Así pues, encontramos el habla andaluza en esos textos, pero de forma reducida5: – en su fonética, más o menos felizmente representada: ‘Te vah a jartá de reír’, ‘¡Eso [hombre/mujer] e ma güeno...!); – en su léxico: ‘antesdeayer’, ‘asín’, ‘cafelito’, sofales’, ‘sofalito’, ‘[de]saborío’, ‘malaje’, ‘bajío’, ‘Se subió a un carlitos [eucaliptus]’, ‘escuchar’ por ‘oír’6, etc.; – en su fraseología: ‘Se me cayeron los palos del sombrajo’, ‘Lo dejé en lo alto de la mesa’, ‘Como te dé un calambre, te vas a hartar de reír’, ‘Te vas a engullipar’,7 etc.; Véase el esquema en Poyatos (2004b). Más allá de esos reducidos medios gráficos, sólo el lector más sensible y familiarizado con todos los comportamientos andaluces verbales-no verbales podrá evocar la realidad. Por consiguiente, la breve presentación que aquí se hace del paralenguaje y la kinésica sugieren la necesidad de acudir a los estudios más detallados ofrecidos en la bibliografía. 6 Contaminado ya todo el país, en el ferry para Ceuta una dulce voz femenina nos advierte: “En caso de emergenciae escucharán una señal”. El Presidente Aznar se defendía en el Congreso: “Yo no he escuchado críticas”. Un conocido corresponsal nos decía desde Iraq que desde su hotel podía “escuchar” los misiles. Cada vez más hablantes dicen: ¡No me hables, que no te escucho!” (¡tan descortés como sería “Asómate, que no te miro”). 7 Recientemente, en un desayuno en Algeciras, una señora, muy oportunamente, se lo dijo al anfitrión, quien, al terminar, confirmó: “¡Pues sí que’stoy enguyipao!”; y, al volver a casa, en 4 5 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 281 – y en sus características gramaticales, por ejemplo: cambio acentual del subjuntivo (‘Lo que puédamos coger’8); discordancia pronominal (‘¿Lo que queráis ustedes’, ‘¿Ya se vais?9); discordancia adverbio-adjetivo (‘¡Una muchacha muy sosísima!’); gerundio adverbializado (‘¿Voy a los lavabos, ¡que estoy reventandito!’); elipsis (‘[Cuidao, no] vaya a ser...[que te caigas]’); síncopa (‘Señá Rita’, ‘¿Quiés o no?’), apócope (‘¿Pa qué?’, ‘¿Qué quié usté?’), metátesis (‘pretóleo’, ‘probe’). 2.2. Bastantes de los rasgos audibles que acompañan a las palabras del habla andaluza los encontramos en los escritores que hacen el esfuerzo de reproducirla con suficiente realismo, aunque limitado. Aquí –más para los posibles lectores no andaluces que para los especialistas– indico sólo algunos de los rasgos más comunes. Tampoco pretendo, como debe hacerse en un trabajo más riguroso y extenso, distinguir niveles socieducacionales, tan diferenciadores en el habla. No podemos juzgar igual a quien nos dice “Ehtá mu arto pa subí” o “¿Que queréi uhtede?” que a quien nos aconseja: “Pasiensia, todo yegará”. Veamos algunos de los típicos rasgos fonéticos –sin distinción de habla culta o vulgar– como incentivo para estudios más sistemáticos y debidamente ilustrado, tanto de textos literarios como con informantes, evocando así en el trabajo la realidad total del discurso, verbalparaling üístico-kinésica. – yeísmo, ll como y fricativa suave: ‘poyo’ por ‘pollo’, ‘cayeja’; – ceceo, s apico-alveolar como z interdental fricativa: ‘Quieren cazarce’, ‘zí’, ‘ezo digo’, etc.; – seseo, c, z interdental fricativa como predorsa fricativa s: ‘Algesiras’, ‘simientos’, ‘Asérquese a la candela, que hase frío’10, etc.; – w en ‘hue’ y ‘bue’ como gue: ‘guevo’, ‘gueco’, ‘güeno’, ‘Cuando güerva voy a verte’. – -d- intervocálica, se pierde en ada (‘una moná de niña’, ‘una tostá’), (ado, eda, ede, edo, odo, oda, ida, ido: , ‘me quean sólo do’, ‘pué que venga’, ‘me enreo’, ‘too pa mí’, ‘toa la mañana’, ‘por tos laos’, ‘echá una partía’, ‘s’ha ío ya’, ‘Er cantaó ze zubió a un lao der tablao’; – d- ante r desaparece típicamente en ‘mi mare’, ‘mi pare’; contré en el Vocabulario malagueño de Cepeda (1985): “Engullipar. Tapar, estropearse”, sobre lo cual el que se había “engullipado” me confirm ó: “¡Claro, atorarse!”. 8 Formas estas dos últimas típicas del habla llanita de los gribaltareños («llanitos»). 9 A un conductor algecireño de autobús, le oí contestar a los viajeros que le pedían no parar: “Sí, que luego se meáis ustedes”. 10 Como indica Lapesa (1952: 242), ”pasiensia, sielo, siego están más admitidos y se tienen por menos vulgares que iglezia, pazar, coza”. 282 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. – d- en ‘de’ y ‘del’, desaparece: ‘En ca’el Antonio’; – -d final se pierde: ‘ehto e calidá’, ‘la comunidá’; – aspiración de h (de f latina) y de j velar como aleccionan a Pablos en el hampa de Sevilla: «haga vucé de la j, h, y de la h, j; y diga conmigo: jerida, mojino, jumo; pahería, mohar, habalí, u harro de vino». – -s final, como h aspirada: ‘loh hombreh’, ‘No pue mahcar’. – z- final de sílaba, también como s aspirada: ‘Anda, hahmelo tú que sabe mehó’, ‘Dié pa ti y dié pa mi’, ‘No hay lu’; – esa h aspirada desaparece frecuentemente ante vocal o pausa: ‘lo do junto’, ‘la(s) ola(s) der ma’; – esa h aspirada se acomodada a consonante siguiente: ‘Me guttan lo cacahuete sin cáccara’; – esa h aspirada ensordece la consonante siguiente: ‘lah gayinah’ (o ‘la hayinah’, ‘la jayinah’); – -j- intervocálica articulada como h aspirada: ‘diho’, ‘oho’, ‘muhé’; – -l final de sílaba ante consonante, como r (i.e. neutralización de l/r implosivas): ‘Discurpe, don Sarvadó’, ‘un cardito y arbóndiguiyas’, ‘¡No lo cuergues tan arto, chiquiyo!’, ‘¡Mardita sea!’ ‘yeva arpargatas’, ‘un tordo pa’r so’; – -l final, suprimida o relajada: ‘mayora(l)’, zaga(l)’, ‘Eze murió de perfí’, ‘prinsipá(l)’, ‘la caye Reá(l)’, ‘papé’; – -ch-, relajación (sin oclusión inicial de fricativa) como s africada: muchacho, noche, hecho; – -n- intervocálica o final de sílaba, se queda en nasalización o desaparece: ‘Ahí vie e Maoliyo’, ‘Tengo mala pata’; – -n final, ‘la Vihe der Carme’, ‘Compra naranhas’; – -r- intervocálica suprimida en ara, ere, ero: ‘¡Pa que veas!’, ‘¡Na, que no quié i!’, ‘lo metieon ayí’; – -r final de sílaba como h aspirada asimilada al sonido siguiente: ‘¡Ehto e una buhla!’, ‘muhé, ‘lo mejó’, ‘señó’; – -r en infinitivos desaparece: ‘¡Hay que corré a comé!’; – dedeísmo, ‘Te he sentido de entrar’, ‘Lo he escuchado de decir’, ‘No nos dejes de caer en la tentación’, ‘Deberías de ir’. 3. PARA UNA RECOGIDA DE TEXTOS DE HABLA ANDALUZA Veamos unas muestras de textos ilustrativos, aunque no podamos analizarlas debidamente. Al lector andaluz, o muy familiarizado con el habla andaluza, le evocarán su realización paralingüística y kinésica, que encontrarán transcrita (paralenguaje), descrita (paralenguaje y kinésica) o implícitamente evocada (paralenguaje y kinésica). Evidentemente, el na- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 283 rrador, poeta, dramaturgo, periodista o autor de cualquier otro documento de valor sociolingüístico trata de representar los andalucismos recurriendo sólo a la ortografía disponible (Jiménez, 1997), aunque no por eso sin gran valor documental. Lo que necesitamos es un estudio que se esfuerce por recoger no sólo escritores andaluces, sino los que fielmente traten de representar el habla o se refieran a ella11. Por otra parte, ese material nunca reproduciría variantes fonéticas tan representables como, por ejemplo, s por z, y viceversa. Veamos el gran valor cultural de las situaciones que nos presentan estos textos, y cómo esos intercambios verbales y no verbales ocurren en un contexto multisensorial en el que se identifican verdaderos “culturemas” y todo un complejo cultural cuyos componentes están íntimamente relacionados. Entré en la Sala der Crimen/ Y le ije ar presiënte:/ Si er queré tiene delito,/ Que me sentensien a muerte (Machado, CF, “Coplas”) Pieresitas e la caye/ Se güerban granos de sá/ Y me caigan en los ojos,/ Si yo te güerbo a mirá (Machado, CF, “Coplas”) ALONSO. A Petra. —Oye, tú, que entre éze./ [...]/ PETRA.—Ez un paizano..., que es melitá./ DIEGO.—¿Dan ustés zu permizo?/[...]/ —Tengan ustés mu güenas tardes. Me alegro de verlos a ustés tan güenos [...] —¿Y por caza?/ CARMEN.—¿Por qué casa?[...]/ ALONSO.—Mujé, déjalo que zalude./ DIEGO.—¿Tienen ustés argo que mandá a zu zervidó? [...] —Pos que no haiga ninguna novedá (Álvarez Quintero, P, I) -Nada de priesa, don José. Usted no se va sin probá un bocaíllo... [...] Tiempo hay pa to, don José. Más salchichón. No me lo va usté a despreciá [...] -¡Este don José, siempre con sus priesas! [...] señó Juan, “el Sosegao”, me pone la mano en el hombro y me dice:/ -¡Cuidiao que trae siempre priesa mi don José (Pemán, A, “Se ñó Juan, ‘el Sosegao’”) el grito hondo de aquella famosa seguidilla [...]:/ !Que no vendas tú, manque pases jambre, to mantón bordao! (Pemán, A, «Sociología andaluza») -Mi pare tié un reló e plata./ -Y er mío, un cabayo./ -Y er mío, una ejcopeta (Jiménez, PY, “Juegos del anochecer”) -Cuando yego ar puente -me dijo-, ya v’usté, zeñorito, ahí ar lado que ejtá!, m’ahogo.../ la voz pueril delgada y rota se le caía, cansada [...] Yo le ofrecí a 184 Lapesa (1952:309-310), por ejemplo, menciona o cita a la vez a autores del siglo XVI, como Juan de Padilla, Arias Montano, Mateo Alemán, Quevedo y el morisco Núñez Muley (que escribe çuzedió, neçeçidad, zuzio, vaçallos) y el portugués Joÿo de Barros, lo que debe incitar a recoger no sólo autores propiamente andaluces. 284 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Platero para que se diese un paseíto. Subida en él, ¡qué risa la de su aguda cara de muerta, toda ojos negros y dientes blancos! (Jiménez, PY, “La tísica”) Otro día que Sabastián er cochero...[...] Er marío de María [...] estaba en el picaero/ dándole cuerda a un cabayo sin domá [...] Lo sacaron a embosás,/ jecho porvo y desmayao [...] Disen que sanará.../ manque quedara chalao [...] Fueron desagradesíos/ y yevaron la cosa a los Tribunales/ los tíos esaboríos (Luna, CG, “Mi tito”) Claro que el investigador, para hacerse con un corpus de trabajo significativo, debe ampliar, como se ha indicado, el concepto de literatura, incluiyendo textos de otras épocas (ej., García-Godoy, 1997; Mondéjar, 1997); sin desdeñar los avisos y anuncios que, en el andaluz de los hablantes menos cultos, encontramos en establecimientos populares como ventas, bares y mercados, y allá donde esos hablantes hayan escrito algo, en sí tema digno de una monografía. Un tipo muy necesario de trabajo de campo, pues en lugares así encontramos a personas cuya habla corresponderá a esos textos, a menudo suyos, experiencia viva sociolingüística –y como, se indicará, de antropología literaria– que no debe dejar de registrar las características del lugar. 4. LOS COMPORTAMIENTOS PARALINGÜÍSTICOS12 Tras determinar las características fonéticas, fonológicas y gramaticales del habla andaluza, así como su léxico y fraseología, identificaríamos las cuatro categorías paralingüísticas (Poyatos, 1993, 1994a: Caps. 1-4; 2002d: Caps. 1-4). Veamos algunos ejemplos de paralenguaje transcrito o descritos, en los que están implícitamente presentes los comportamientos kinésicos que, incluso inconscientemente, los acompañan en el discurso hablado. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 285 (b) calificadores o tipos de voz: [ya bebido] La voz le salía ya quebrada de la garganta, a golpes espesos (Caballero Bonald, DDS, 1, IV) (c) diferenciadores de estados y reacciones fisiológicas y psicológicas o emocionales: [El guitarrista] [...] apretando y aflojando las clavijas. Escupió entre las piernas; bebió un sorbito de su copa; buscó la cejilla en el tres; bebió otro sorbito e inició el compás (Caballero Bonald, DDS, 2, III) (d) alternantes: DON TOMÁS. –¡Che, che, che, che! Me opongo a toda discusión (Álvarez Quintero, P, I) Chisss... ¡Que nos van a oír! (García Lorca, CBA, II) Oyó que alguien le siseaba detrás de la puerta [...]/ –Sss... [...] Sisearon otra vez [...]/ –¿Qué haces, estás sordo? (Caballero Bonald, DDS, 1, XII) –Uff, como siga así, se tumba la uva, ¿o no? (Caballero Bonald, DDS, 1, XI) Don Gabriel empezó a sorber de la cuchara. Chascaba la lengua./ –Está bueno [el gazpacho] –masculló/[...]/ –Me alegro que le guste (Caballero Bonald, DDS, 1, XI) 5. LOS COMPORTAMIENTOS KINÉSICOS14 (a) cualidades primarias, como la duración silábica: ¡Moñitos! ¡Guapa! ¡Paloma!.../ ¡¡¡Riiiá!!/ ¡Ven acá; ven acá, toooma! (Luna, TTR, «El cante de la trilla»)13 12 Las cualidades no verbales de la voz y sus modificadores y las emisiones independientes cuasiléxicas, utilizadas consciente o inconscientemente para apoyar o contradecir los signos verbales, kinésicos, proxémicos, químicos, dérmicos y térmicos, simultáneamente o alternando con ellos, tanto en la interacción como en la no-interacción (Poyatos, 1993). Naturalmente, el paralenguaje está determinado por la anatomía y fisiología de nuestros órganos fonadores (a su vez influidos por determinados comportamientos kinésicos) y por el uso idiosincrático que hacemos de esas posibiliades. 13 Sin embargo, nunca encontramos un intento de representar esa típica prolongación silábica paralingüística que yo sólo he “vivido” en mi adoptiva Andalucía occidental: la que precede a nuestro nombre cuando (como quien no lo recuerda, pero sin ser ése el caso) se dirijen a nosotros (ej., ‘Mmmm, Fernando’, o ‘Bueno, perooo, Pepe, eso no es así’). Como con el paralenguaje, se nos dan descripciones (nunca transcripciones) de kinésica andaluza. Resumamos sus aspectos más básicos, recordando que kinésica es todo movimiento externo o posición observables, por mínimos que parezcan15. 14 Movimientos y posiciones de base psicomuscular conscientes o inconscientes, aprendidos o somatogénicos, de percepción visual, audiovisual y táctil o cinestésica que, aislados o combinados con la estructura lingüística y paralingüística y con otros sistemas somáticos y objetuales, poseen valor comunicativo intencionado o no. Así como cada hablante tiene una configuración kinésica, también podemos hablar de una configuración cultural o dialectal 15 No hay diferencia, desde un punto de vista puramente cinético, entre enarcar una ceja y levantar la mirada o entre una sonrisa voluntaria y la costumbre de tocarse el nudo de la corbata o la manera de estar de pie o sentado, puesto que todos contribuyen a la imagen visual de la persona. 286 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. (a) gestos16 Bueno, pues si yo pago religiosamente mi cuota un mes tras de otro –se golpeaba con el puño la palma de la otra mano–, tengo derecho a exigir, es lo menos (Caballero Bonald, DDS, 2, XII) Yo ya probé el vinillo y da gloria –dijo el Cuba juntando los dedos y acercándolos a los labios (Caballero Bonald, DDS, 2, IV, )17, (b) maneras (además de ‘maneras’ o modales ritualizados, ‘la manera’ como se realiza un gesto o postura, o se camina, según cultura, sexo, nivel social, estado emocional, etc.): [Don Gabriel] [...] llamó al conserje, haciendo pitos con los dedos (Caballero Bonald, DDS, 1, VII)18 [Lucas] Se tapó un orificio de la nariz y sopló con fuerza, echando el moquillo al aire. Luego se tapó el otro y repitió la operación (Caballero Bonald, DDS, 2, XI) maneras asociadas con el tabaco Ayuso despabilaba un montoncito de tabaco, extendiéndolo cuidadosamente sobre la palma y separando las estacas y los trozos de hojas sin picar (Caballero Bonald, DDS, 1, VI) Se detuvo a encender un puro, dándole vueltas en la boca mientras chupaba (Caballero Bonald, DDS, 1, IX) maneras asociadas con el beber Lucas terminó de beber y se secó lo labios con la palma de la mano (Caballero Bonald, DDS, 1, IV) “El Cuba empezó a beber directamente de la botella, pasando primero la mano por el gollete” (Caballero Bonald, DDS, 1, V) 16 Incluir casi exclusivamente gestos, como hacen los inventarios culturales, desgraciadamente, empobrecería cualquier intento de representar el tesoro kinésico andaluz. 17 Recientemente, un señor gitano dueño de un bar y sede de una peña flamenca, de Algeciras, decía a unos clientes recién llegados, mientras se llevaba a los labios los dedos apiñados de ambas manos y lo separaba con más energía: “¡Estoy preparando unas habas!” 18 Esta forma de llamada entra en lo que he diferenciado como fonokinésica, de lo que cada cultura tiene su repertorio. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 287 El vejete se sirvió y bebía sin pestañear./ –Bochorno, ¡eh? –dijo, pasándose los dedos por las comisuras de los labios (Caballero Bonald, DDS, 1, VI) Ayuso bebía con la cabeza echada para atrás, escurriendo las últimas gotas de la copa. El capataz se apoyaba en la pilastra. Dio un sorbetón y luego escupió (Caballero Bonald, DDS, 2, I) (c) posturas Ayuso se sentó al borde de un butacón. Le daba vueltas a la gorra gris [...] seguía dándole vueltas a la gorra y tragando saliva (Caballero Bonald, DDS, 1, II) se sentó [...] a horcajadas sobre una silla de tijera puesta del revés, los brazos cruzados sobre el indeciso espaldar (Caballero Bonald, DDS, 2, XII) 6. LAS DIEZ REALIZACIONES DE LENGUAJE VERBAL, PARALENGUAJE Y KINÉSICA EN EL HABLA ANDALUZA Además de reconocer la realidad triple del discurso, lenguaje-paralenguaje-kinésica, ayuda mucho observar las diez diferentes realizaciones (Poyatos, 2002c: 119-121) en que encontramos los tres sistemas, por ejemplo: – construcciones verbal-kinésicas: –Y ahí donde lo ves–levantaba la mano con el dedo pulgar y el índice unidos–, no tiene ni esto de malicia (Caballero Bonald, DDS, 2, II) - construcciones lingüístico-paralingüístico-kinésicas, como en la tí pica realización multisistémica del ‘Digo’, en el texto no sólo oculta sino hasta sin sentido para quien no pueda imaginar sus componentes paralingüístico-kinésicos: DOÑA ROSA. ¡Se ha dormido! [Currito] ¡Qué poca vergüenza, señor! [...]/ CARMEN. Despertando. ¿Qué ocurre?/ DON TOMÁS. –¡Mira! [a Currito, que se ha dormido]/ CARMEN. –¡Digo! ¿Le parece a usted? [...] A dormir que se vaya a su casa (Quintero, P, I) 7. LA PERCEPCIÓN DEL SILENCIO Y LA QUIETUD EN EL TEXTO LITERARIO En narrativa y en poesía descriptiva los silencios, como en la vida real –y lejos de ser meros vacíos semióticos–, pueden ser tales silencios por la ausencia del discurso interactivo o de otros sonidos. Pero en el texto los encontramos, junto con los momentos de quietud –es decir, las actividades sonido 288 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 289 y movimiento frente a las no-actividades (pero semiótica y comunicativamente significativas) de silencio y quietud–, no sólo descritos y comentados, sino implícitos y con igual importancia en el acto de lectura, sean silencios humanos, del reino animal o del ambiente natural19. García Lorca, en su “Elegía del silencio”, nos habla de la íntima fusión e interdependencia de todos esos silencios y expresa la interacción de las personas con el entorno, mostrando el paralelismo de nuestros silencios y quietudes con los de la naturaleza, e incluso de nuestros sentimientos, y los que parecen dominar ese ambiente misteriosamente humanizado; es decir, cuando el silencio (y, por ende, la quietud) se hace sensible, y a la vez, como en un plano adicional, sentimos nuestras propias palabras y emociones: Pero, además, especialmente leyendo un texto narrativo, debemos mantener en la imaginación los silencios y quietudes que se mencionen, fundidos a menudo con lo que ocurre o no ocurre; no dejemos de “oírlos” y “verlos”, como en un plano de fondo, en ciertos pasajes. Y reconozcamos también los contrastes entre sonido y silencio, que, igual que en la realidad, se complementan mutuamente, como en esta tranquila descripción de Cernuda: Silencio, ¿dónde llevas/ tu cristal empañado/ de risas, de palabras/ y sollozos del árbol?/ ¿Cómo limpias, silencio,/ el rocío del canto/ y las manchas sonoras/ que los mares lejanos/ dejan sobre la albura/ serena de tu manto?/ ¿Quién cierra las heridas/ cuando sobre los campos/ alguna vieja noria/ clava su lento dardo/ en tu cristal inmenso?/ ¿Dónde vas si al ocaso/ te hieren las campanas/ y quiebran tu remanso/ las bandadas de coplas/[...]?/// [...] troncha tus florestas/ el lamentar callado/ de alguna fuente fría./ Donde posas tus manos,/ la espina de la risa/ o el caluroso hachazo/ de la pasión encuentras./[...]/ Huyendo del sonido/ eres sonido mismo,/ espectro de armonía,/ humo de grito y canto [...]/// Hoy arrastran tus ondas/[...]/ Los ecos de los gritos/ que por siempre se fueron.[...] (García Lorca, LP, “Elegía del silencio”). Pero –entre otros aspectos no tratados aquí– precisamente el cese repentino del sonido puede prestar al silencio un valor que de otra forma no tendría. Además, puede hacerse más sensible si lo acompañan ciertos sonidos, es decir, sin dejar de ser tal silencio, como vemos releyendo algunos de los versos lorquianos: Cuando leemos “Huyendo del sonido/ eres sonido mismo”, reconozcamos también ese silencio a que Cervantes se refiere cuando nos dice que “en aquel sitio el mesmo silencio guardaba silencio a sí mismo” (Cervantes, DQ, II, LXIX). Juan Ramón Jiménez nos hace sentir el silencio y quietud nocturnos en una plaza gaditana –antes tan llena de habla andaluza–, que sólo parecen romperlo, como si se tratara de sonido, de voces diríase, “el colorín de los cafés de cristal”, fundiéndose con él el aroma del verde de los árboles, y aumentándose e identificándose con la oscuridad: de aquí [...] Cádiz dormida [...] Silencio, más silencio cada hora, como más sombra... (Jiménez, DPRC, “Plaza nocturna”) Al caer la tarde, absorto/ tras el cristal el niño mira/ llover. La luz que se ha encendido/ en un farol contrasta/ la lluvia blanca con el aire oscuro./// La habitación a solas/ le envuelve tibiamente,/ y el visillo, velando/ sobre el cristal, como una nube,/ le susurra lunar encantamiento [...] (Cernuda, RD , “Niño tras un cristal”) ¿Quién cierra las heridas/ cuando sobre los campos/ alguna vieja noria/ clava su lento dardo/ en tu cristal inmenso?/ ¿Dónde vas si al ocaso/ te hieren las campanas [...]? Y hay ocasiones en que el silencio, aun no mencionado explícitamente, parece llenar el ambiente, identificado con la ausencia de luz, como hemos leído en Cernuda: La luz que se ha encendido/ en un farol/ contrasta/ la lluvia blanca con el aire oscuro (Cernuda, RD, “Niño tras un cristal”) 8. LA ORALIZACIÓN DE LA LECTURA Silencio ya. Únicamente grita –en silencio y en el recuerdo de ahora mismo– el colorín de los cafés de cristal del muelle, vacíos ya del todo [...] la plaza está frondosa, esmeralda fresca, bien oliente, trasparente y vacía. Intermitentemente, un cielo sin azul, estrellas todo, de estos cielos tesoros Pocos lectores negarían que cuando leemos, frecuentemente (dependiendo de nuestra sensibilidad, elemento esencial20) damos vida a las palabras impresas pronunciándolas mentalmente –pero llegando incluso a medio articularlas con la boca cerrada– o audiblemente y, hasta murmurándolas. 19 En mis tratamientos más recientes y extensos del silencio (Poyatos, 2002d, vol. II, cap. 7; 2002e, vol. III, cap. 3) el lector puede ampliar el análisis de estos y otros aspectos, e incluso de los ejemplos ofrecidos aquí. 20 Recalquemos –y más en estos tiempos de los medios audiovisuales, en detrimento de la lectura– la responsabilidad académica de formar lectores que sepan disfrutar del texto escrito en sus niveles más profundos. 290 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Porque al leer encontramos, además del vocabulario del autor omnisciente (más evidente en una novela, pero con iguales prerrogativas en teatro y poesía), el de los diferentes personajes, cuya voz y hábitos paralingüísticos quizá han sido identificados ya por su creador. Unos textos nos incitan más que otros a esta realización audible, por ejemplo: ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 291 Apareció Encarnita. Hacía más de un año que no la veía [...]. Llevaba una bata descolorida y ribeteada de suciedad por la parte del vientre. Se recogía el pelo trigueño hacia atrás y tenía un churrete de hollín en la sien (Caballero Bonald, DDS, 2, I) el mugido de un novillo,/ el chas-chas de las carretas de la vega (Luna, CC, “El Café de Chinitas”) – en el primer ejemplo parece que, además del olor de los buñuelos, percibimos el humo y el polvo visiblemente y en nuestra propia garganta; en el segundo, junto con el bienestar de la sombra para los ojos, sentimos el frío de gazpacho y sandía en medio del calor ambiental, y el frescor de la sombra; y en el tercero, también el calor del verano y nuestro propio sudor. – palabras cuya secuencia es para nosotros estéticamante estimulante o su oralización: En medio del acre humazo/ que despiden las perolas buñoleras,/ del polvazo/ que levantan las carreras [de las caballerías en la feria de ganado] (Alcalá, FC, “Abogado de oficio”) El relincho quejumbroso/de un potranco receloso/va del sombrajo a la era (Luna, TTR, “El cante de la trilla”) Un gaspacho de nieve/ y una sandía./ La sombra de la parra.../ ¡Qué güena ví a! (Luna, TTR, “El cante de la trilla”) – palabras cuya lectura tendemos a repetir por su dramatismo e impacto en el pasaje: DON TOMÁS. —[...] (Soplando fuerte) ¡Yo ya estoy loco de calor! [...] ¡Uf! ¡ Cómo sudo! [...] ¡Uf! No puedo aguantar la americana (Se la quita y la tira lejos)(Álvarez Quintero, P, I)22 – palabras onomatopéyicas, que suscitan nuestra articulación fónica: “Mare, jeché arena zobre la quemaura./ Te yamé, te yamé dejde er camino... ¡Nunca/ ejtubo ejto tan zolo! ¡Laj yama me comían,/ mare, y yo te yamaba, y tu nunca benía!” (Jiménez, “SAP, ‘La carbonerilla quemada’”) 9. LA PERCEPCIÓN SINESTÉSICA DESDE LA PALABRA ESCRITA No podríamos omitir el fenómeno fisiopsicológico de la sinestesia21, sobre el que se apoya en gran parte nuestra interacción con la gente y cuanto nos rodea. Las palabras que en un texto denotan experiencias sensoriales suscitan en el lector, visual y auditivamente, sensaciones sinestésicas. Y si lleva ilustraciones, transmisoras del mundo multisensorial, texto e imagen evocan las íntimas experiencias sinestésicas, por lo cual debemos leer sin apresuramiento y realmente ‘oyendo’, ‘viendo’, ‘oliendo’, ‘tocando’, etc., esas palabras, enriqueciendo así nuestro acto de lectura. Por ejemplo: 10. ENFOQUE DEL HABLA ANDALUZA A TRAVÉS DE LA ANTROPOLOGÍA LITERARIA Como en la vida real, la literatura andaluza más realista ofrece comportamientos no verbales (kinésicos,proxémicos, etc.) específicamente andaluces que también podemos estudiar como aplicación de la antropología literaria23. Esto –además de cuanto se ha indicado acerca de las manifestaciones del entorno– incluiría, por ejemplo, la kinésica: gestos, maneras y posturas típicamente andaluzas y no nacionales. Entre sus maneras, menos abundantes que su paralenguaje, las hay inconfundiblemente andaluzas, como esa actividad verdaderamente ritualizada –aunque muchos lectores no andaluces no podrán imaginar sus más sutiles detalles de “microkinésica”– mientras se prueba un vino fino en la única copa aceptable para tal operación, un “catavinos”: – en narrativa: pasa, chillón y tintineador, el cochecillo del paseo (Jiménez, PY, “El Vergel”) 21 La sensación fisiológica en una parte del cuerpo que no es la estimulada; o, dicho de otro modo, el proceso psicológico en virtud del cual un tipo de estímulo sensorial produce una sensación subjetiva secundaria que pertenece a otro sentido (ej., veo [visión] la suavidad [tacto] de un cutis, saboreo [gusto] el café al olerlo [olfato], e incluso imagino ambos sensorialmente al mirar su publicidad. 22 No sólo parece que sentimos el calor y el sudor leyendo este texto teatral, sino cuando en en el escenario –siempre ayudados por la escenografía y los efectos lumínicos los autores– los actores dicen estas palabras con el tono y gesto (además del vestido, etc.) de quien está pasando calor. 23 Véanse Poyatos (1988, 1994b: Cap. 7 y esquema 7.1; 2002e: cap. 7). He definido la antropología literaria como: el estudio sistemático de los valores documentales e históricos de cuantos signos culturales contienen las literaturas nacionales en cualquiera de sus manifestaciones, especialmente la narrativa. Esto, por tanto, incluye todos aquellos sistemas culturales relacionados de diversos modos con el habla (proxémica, vestido, folclor, entorno interior y exterior, etc.). 292 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Cogió la copa y metió la nariz dentro, oliendo despaciosamente el vino. Luego la levantó a la altura de los ojos e hizo resbalar el líquido hacia los bordes del cristal, girando la mano. Se mojó los labios, dando un sorbito y paladeando la pastosa frialdad de la solera. Terminó la copa a pequeños tragos (Caballero Bonald, DDS, 1, VII) Tengamos muy en cuenta –aunque más verificable en textos modernos– que nuestro hablar (palabras-paralenguaje-kinésica) no ocurre en un vacío, sino inmerso en un medio cultural del que es parte integrante. En este caso se trata de lo que constituye el “culturema” general del beber; dentro de él, el más específico de la kinésica del beber; y, más concretamente aún, ése ritual del hombre andaluz con un catavinos en la mano; que, aunque no requiera palabras, el hablante hará a continuación, o mientras lo prueba y sigue manejando el catavinos, su comentario verbal, y ahí se da ya todo un complejo comunicativo andaluz. De todas formas, los comportamientos de los hablantes andaluces comunes a los del resto de la población española –el estándar del uso nacional, por encima del uso andaluz– no dejan de ser andaluces al combinarse o alternar con su habla, incluso en las mencionada diez realizaciones de lenguaje verbal, paralenguaje y kinésica. Veamos, de la misma novela: comportamientos masculinos [el viejo, en el bar de Ayuso] Se echo la gorra sobre la pelambre, como si fuera un trapo, sin ajustarla. Terminó de beber y se despidió, haciendo un gesto con la cabeza y metiéndose la mano por debajo de la gorra para rascarse (Caballero Bonald, DDS, 1, VI) [en la taberna] El muchacho del mono azul mahón cambió de postura. Se rascaba ahora entre las ingles, levantando una pierna. Luego se metió un dedo por la bragueta del pantalón (Caballero Bonald, DDS, 1, IV) En cuanto al uso de textos clásicos, un estudio diacrónico de la comunicación no verbal en Andalucía no debe omitir obras como el Guzmán de Alfarache, del sevillano Mateo Alemán24, donde comprobamos la supervivencia de ciertos comportamientos, como en el caso de su también sevillano protagonista: Saqué de la faltriquera un lienzo para sonarme las narices y, cuando lo bajé, mirélo, como suele ser general costumbre de los hombres (Alemán, GA, 2, III, I)25 Obra de la que recogí en su día un gran número de ejemplos de kinésica. 25 Aunque lo he visto en hombres no andaluces. 24 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 293 Se acercó Ayuso, mientras echaba un escupitajo en el pañuelo y se quedaba mirándolo (Caballero Bonald, DDS, 1, VI) Cada mañana [mi padre] oía su misa, sentadas ambas rodillas en el suelo, juntas las manos, levantadas del pecho arriba, el sombrero encima dellas] (Alemán, GA, 1, I, I) 11. LAS DESCRIPCIONES Y EVOCACIONES SENSORIALES DEL ENTORNO ANDALUZ COMO ENVOLVIENTE DEL HABLA 11.1. Junto con los comportamientos verbales y no verbales revividos en la lectura, los textos andaluces, en esa perspectiva antropológico-literaria, nos evocan implícitamente otras muchas imágenes y experiencias sensoriales y cuantas sensaciones sinestésicas encontramos en su texto: auditivas, olfatorias, dérmicas o incluso cinestésicas26. De Huelva llegaba un olor a marisma, a brea, a pescado... (Jiménez, PY, «El loro ») Con todos esos componentes, en un contexto ambiental más allá de lo estrictamente personal, nos identificamos mejor con los personajes, que, como en nuestra realidad, interaccionan consciente o inconscientemente con cuanto les rodea: y un tufillo/ a bancales, a cabaña y a tahona:/ un tufillo que se embebe presuroso/ el humo de aceite frito/ y el aroma del humilde cafelito,/ ¡tan cordial y tan goloso! (Luna, CC, “El Café de Chinitas”) 11.2. Pero nuestra recepción de un texto sería limitadísima si no reconociéramos las evocaciones implícitas de otros muchos intercambios sensoriales personales o con el entorno, por ejemplo: gestos, tipos de voz, indumentarias que tal vez ni se describen (pero que el lector va otorgando a sus personajes), sonidos ya desaparecidos (los cascos de las bestias por el empedrado, los trillos, las aventadoras, etc.), pero intuidos en virtud de nuestra pasada experiencia; incluso más allá de los que el mismo escritor quiso ofrecernos, como ocurre con la decoración interior o los olores de un ambiente que no es familiar. 26 El sentido de la cinestesia, a través de los músculos, tendones, nervios y articulaciones, nos comunica la posición de nuestro cuerpo y miembros en el espacio y con relación a todo aquello con que entremos en contacto, persona o cosa. 294 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Esta dimensión escapa al control del creador literario y se desboca e inunda su texto a medida que cada lector lo va percibiendo en su lectura. De aquí las diferencias perceptivas e interpretativas de los lectores desde un punto de vista ontogénico y la función de las ilustraciones, sobre todo en la literatura infantil. Por otra parte, habrá imágenes sensoriales no experimentadas por el lector ajeno a la cultura andaluza, como les ocurre a las nuevas generaciones respecto a verdaderas instituciones culturales del pasado, ya que esas descripciones carecen de la fuerza evocativa que encuentran en ellas quienes las han conocido. Además, muchas de esas cosas ya perdidas han enmarcado la vida social de los hablantes andaluces y sus interacciones verbales y no verbales. Veamos algunos ejemplos. Aquellos molinos harineros que evoca el realismo sensorial del poeta algecireño, que nos hace “oír” y “escuchar” los sonidos “culturales” de sus mecanismos; el enjalbegado exterior e interior del edificio y el agua de la presa; y ese “trajín” tan “jaranero” como el de las voces de los trabajadores; y, sobre todo, la humilde pero chivata (si no se oía, se había parado el molino) y eficaz tarabita de madera, suspendida de una cuerda sobre la gran piedra del molino para ir dosificando el trigo que caía desde la tolva y cebaba las muelas de las grandes piedras: Lo que más me gusta a mí/ es un molino harinero;/ ¡de trajín/ tan sencillo y jaranero!/ [...]/ que a la vera del camino/ nos brinda con la sorpresa/ de su blancura bonita;/ con la plata de su presa/ y el son de su tarabita./ [...]/ déjame que me divierta/ con la alegre musiquilla/ saltarina/ que pica la tarabilla,/ bendiciendo con su amo/ de madera/ el rosarito de granos/ que suelta poquito a poco la cibera./ Cuando le llame la muerte,/ corra el molino su suerte/[...]/ Pero, mientras se convierta/ en fábrica o en ruina/ déjenme que me divierta/ con la alegre musiquilla/ saltarina/ que pica la tarabilla. bendiciendo con su amo/ de madera (Luna, TTR, “Mi discutido molino”). En lugares como ése iba el habla andaluza viviendo lo que el joven y llorado narrador Ignacio Aldecoa llamaba “la épica de los oficios”, en una época en que para muchos se trataba de sobrevivir resignadamente en el mundo obrero, rural o artesanal, como sentimos quienes lo hemos experimentado desde dentro –o desde fuera, pero con suficiente y dolida sensibilidad– en “El cante de la trilla”, del mismo poeta: aquellas eras de cada año, tras el arduo acarreo por caminos y sendas, bajo el calor abrasador de los veranos, durante la trilla, y el ambiente reconfortante de los gañanes en la gañanía: Son las doce./ – ¡Espabílate, zagá!/ ¡Sarvadó!.../ ¡Ve y remuda al mayorá,/ que se cose/ con la lumbre que echa er só!/ –¡Va en seguía!.../ ............../ ¡Quién pudiera/ ponerle un tordo a la era!/ Más toavía:/ triyá la parva aquí mesmo/ dentro de la gañanía./ [...]/ Un gaspacho de nieve/ y una ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 295 sandía./ La sombra de la parra.../ ¡Qué güena ví a!/ [...]/ ¡Moñitos! ¡Guapa! ¡Paloma!.../ ¡¡¡Riiiá!!/ ¡Ven acá; ven acá,/ toooma! / [...]/ Ya está jecho el gaspacho/ y en los dorniyos;/ espante usté las moscas/ loss chiquiyos (Luna, TTR, “El cante de la trilla”). Pero aquellas vidas no estaban exentas de la inesperada tragedia, siempre amenazando, como entreverándolas de angustias y alegrías; tragedias que, narradas, no dejan de hacernos sentir el dolor físico y emocional, como en aquellos inhumanos hornos de carbón vegetal, cuya “épica”, en los montes de Facinas, tan viva y detalladamente me relataba mi viejo y querido Luis Ragel en su pura habla andaluza de esos campos gaditanos junto al Estrecho. Juan Ramón Jiménez nos hace sentir multisensorialmente uno de esos accidentes de los pobres, con un habla andaluza desgarrada y desgarradora, que pueden arrancarnos lágrimas: En la siesta de julio, ascua violenta y ciega,/ prendió el horno las ropas de la niña./ La arena quemaba cual con fiebre; dolían las cigarras;/ el cielo era igual que de plata calcinada./ ...Con la tarde volvía –¡anda potro!– la madre,/ El pinar se reía. El cielo renovaba la vida.../// La niña, rosa y negra, moría en carne viva./ Todo le lastimaba. El roce de los besos,/ el roce de los ojos, el aire alegre y bello;/ - “Mare, jeché arena zobre la quemaura./ Te yamé, te yamé dejde er camino... ¡Nunca/ ejtubo ejto tan zolo! ¡Laj yama me comían,/ mare, y yo te yamaba, y tu nunca benía!”/// Por el camino - ¡largo!- sobre el potrillo rojo,/ murió la niña. Abiertos, espantados, sus ojos/ eran como raíces secas de las estrellas./ La brisa jugueteaba, ensombrecida y fresca./ Corría el agua por el lado del camino./ Ondulaba la yerba. Trotaban los pollinos,/ oyendo ya los gritos de los niños del pueblo... (Jiménez, SAP, “La carbonerilla quemada”). Otra dura existencia del habla andaluza era la de los contrabandistas del Campo de Gibraltar, muchos forzados a serlo por la miseria en que vivían: unos pocos podían ir a lomos de su propia bestia, paciente “borriquiyo” o vigilante “cabayo” capaz de poner tierra por medio al divisar a los civiles; pero muchos bregaban a pie, con alpargatas, por montes y caminos, y también a campo traviesa, con una gran carga a las espaldas (de tabaco o de lo que se terciara), mientras su familia esperaba con ansiedad el éxito o fracaso de cada furtiva operación; siempre temerosos de toparse con “la pareja”; vida de inesperados sobresaltos, en la que oímos el habla andaluza: La barca der seño Paco,/ alijó, junto a Chipiona,/ cuatro fardas de tabaco:/// ¡Era carga demasiá/ pa los años de “Careto”,/ –segato, corvo y siyeto–!/ Y cargando dos na más,/ toa la ganansia perdía.../ y aluego,/ dos bultos en bajamá/ eran la pista seguía/ sin trompiesos ni quimeras,/ pa dar con toa la partía/ en lo jondo del Paná/ der Peñón de la Gomera./ 296 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. [...]/ Y en mi casa...;/ ¡En mi jaula ratonera!/ –Que eso es mi casa:/ una nasa/ con techo de rastrojera–,/ jambre pa tó un regimiento;/[...]/ ¡Malas puñalás me den!.../ Pues así hubiera vivío,/ con la jambre entretenío,/[...] Pero me di en cavilá/ que los chiquillos yoraban.../ que los males arresiaban [...] y dije: Manuel Romero:/ apriétate los calsones; deja las cavilasiones/ que no dan pringue al puchero [...]/ Lo que farta por contá/ lo trajeron los papeles/ y lo pusieron asina:/ un tiro de carabina........../ el ajogo de un quejío.../ Mi Manoliyo jerío (Luna, CG, “El último alijo”). A dos pasos de Gibrartá,/ y a cuatro pasos de Jimena!/ Una noche pa cargá;/ dos noches pa la faena,/ y un ratiyo pa cobrá (Luna, TTR, “El sino”). Barquito de vela, ¿a dónde vas?/ —A Gibraltar./ —¿Me quieres llevar?/ — No hijo,/ que voy a un alijo./ En la calle Re á/ me espera un judío y un moro/ y un señó prinsipá/ que tiene de tó:/ cabayos, palasios y un barco a motó./ Y una amiga en La Línia,/ y otra en Algesiras,/ y otra en el Palmones (Luna, TTR, “Tanguillo del Campo de Gibraltar”). 12. LOS SIGNOS COMUNICATIVOS DEL ENTORNO Aparte de los intercambios conversacionales o monólogos, y de descripciones o comentarios sobre el habla andaluza, un texto contiene también signos de otra naturaleza sensorial que el lector no debe desdeñar como ajenos a esos hablantes. De hecho, sería relativamente fácil nuestra lectura si sus componentes no verbales fueran solamente los más inmediatos a las palabras, es decir, el paralenguaje y la kinésica, explícitos o implícitos. Pero en la realidad esos tres componentes pueden, consciente o inconscientemente, fundirse a niveles más profundos con el resto de los sonidos que las personas generan corporal o extracorporalmente (ej., pisando distintos terrenos, manejando objetos) y con sonidos del ambiente circundante (un arroyo, un tren en la lejanía, campanas, los mecanismos del molino harinero, sonidos de animales, lluvia), así como con otros signos sensoriales, por ejemplo, olfatorios (ej., olores del campo, de animales, del molino harinero, el del ubicuo “puchero” emanando de muchos hogares). Y también aquí es esencial nuestra sensibilidad como lectores, porque no deben considerarse esos sonidos u olores como meramente incidentales, ya que, como en la realidad, contribuyen a moldear sensaciones, sentimientos y reacciones de las personas que, de una manera especial en narrativa y teatro, viven en el texto que están leyendo, haciéndose partícipes, en su “acto de lectura”, a diversos niveles de consciencia, de esa “realidad ficticia”. Pero no olvidemos que todo lo sensorial, aunque no siempre conscientemente, es valorado intelectualmente, y que está ahí, en torno a un idioma y sus variedades, como apreciamos –más en el entorno ficticio de un esce- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 297 nario–, en esta escena de El patio, de los Quintero, que corrobora las palabras de Pemán que le siguen. Patio de la casa de don Tomás, en Sevilla [hora de la siesta]/ CURRITO. –Anoche estuve en er teatro [...] Pes zi; es buena compañía [...] Y me gustó mucho la obra [...] Zí. Y ezo que tuve que pagá revendedores... ¡Je! ¡Je!... Tiene, tiene gracia... [...] Primero zale uno... y luego zale otro... y cree que el otro ez otro... ¡Je! ¡Je! Ze arma un lío muy graciozo, y ar finá ze cazan y ze descubre to... [...] Está pezadiyo er día (DOÑA ROSA hinca el pico, DON TOMÁS lucha en vano contra el sueño, y CURRITO, contagiado también (Álvarez Quintero, P, I) en el patio se reúne la tertulia o se recibe la visita; las voces de la casa –la riña de la criada, el berrinche del niño–, en el patio se recoge como en una gran caja de resonancia (Pemán, A, “La sinceridad de los patios”) Por eso, aunque nos propongamos concentrarnos en el habla andaluza, no debemos cometer el error de no considerarla parte integrante de un contexto cultural que la envuelve, reconociendo que esa habla se desarrolla y vive en un entorno cargado precisamente de signos sensoriales. Pero este enfoque requiere tambíén el considerar lo que he llamado “fondo condicionante total”, es decir, los muchos factores que determinan nuestros estilos personales y culturales verbales y no verbales27. En todos estos ejemplos literarios andaluces percibimos a esos hablantes en entornos culturales o subculturales concretos con los que a menudo tienen una relación muy íntima. Los que siguen ofrecen –simplemente como sugerencia o modelo para estudios más extensos– diversos ámbitos, a veces mutuamente relacionados y hasta fusionados, donde encontramos una gran riqueza de signos sensoriales. Signos que, digámoslo una vez más, nos envuelven en la vida real y, por tanto, nuestro hablar; además de las constantes asociaciones sinestésicas que generan. signos del entorno natural: La brisa jugueteaba, ensombrecida y fresca./ Corría el agua por el lado del camino [...]/ oyendo ya los gritos de los niños del pueblo.../ (Jiménez, SAP, “La carbonerilla quemada”) La noche está cuajada de estrellas y de grillos,/ de vuelos de lechuza y ladridos lejanos./ Atalayan el pueblo, desde los altozanos, mochuelos cecijuntos y avizores cuclillos. (Luna, TTR, “El pueblecillo”) 27 Ambiente socieconómico y educacional, diferencias regionales, subculturales y dialectales, valores religiosos (o supersticiosos) y morales, normas de etiqueta y buenos modales, valores estéticos, etc. 298 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. signos olfatorios del entorno un tufillo a bancales, a cabaña y a tahona:/ un tufillo que se embebe presuroso/ el humo de aceite frito/ y el aroma del humilde cafelito,/ ¡tan cordial y tan goloso! (Luna, CC, “El Café de Chinitas”) signos múltiples del entorno típicamente rural Suena la tarabita del molino harinero/ y el chapoteo del agua que en la presa rebosa;/ piquetas que cortejan a un cencerro arriero/ de zumba jadeante, tartamuda y ansiosa/// El aire huele a cieno, a pan y a cabreriza./ En el soto de chopos una fantasma atiza/ los lívidos fulgores que iluminan la noche./// Y en este cuadro triste de negrura y quimera,/ pone una nota alegre, bonita y jaranera/ el trote de unas jacas y las luces de un coche (Luna,TTR, “El pueblecillo”) En la siguiente vivísima evocación de una feria de ganado, sentimos sobre todo la viveza de los movimientos de hombres y bestias, tan acorde con la del habla andaluza: Estamos en el rodeo/ de la feria de San Lucas de Jaén [...]/ Se hace en los tratos lucir,/ con airoso ir y venir [...],/ y con gritos y aspavientos,/ con febriles movimientos/ de las varas de “asibuche” y de los pies,/ en las ancas de sus ruchos macilentos,/ los calés/ les hacen beber los vientos (Alcalá, FC, “Abogado de oficio”) – sonidos objetuales y mecánicos, producidos al manejar ciertos objetos o por diversos mecanismos, muchos ya desaparecidos y fuera de las experiencias pasadas que pueden evocarlos en la memoria del lector, como en el caso de un tipo especial de escoba, o del molino harinero: Se oía el áspero frote de una escoba de ramas barriendo el terrizo del corral (Caballero Bonald, DDS, 1, VI) la alegre musiquilla/ saltarina/ que pica la tarabilla (Luna, TTR, “Mi discutido molino”) 13. EL HABLA Y SU ENTORNO MULTISENSORIAL EN LA PINTURA ANDALUZA Aunque sólo sea de pasada, para reconocer una vez más la insoslayable interdisciplinaridad de cualquier estudio que pretenda investigar y enseñar no sólo nuestras formas de comunicación sino el medio que las envuelve en su diaria existencia, mencionemos el insustituible documento de los pintores realistas y naturalistas de los dos últimos siglos. Son los que encontramos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 299 en libros de arte y en los museos nacionales y provinciales de cada país –y con los cuales debemos familiarizarnos en museos y libros de arte–, con ese entorno representador o evocador de cuantos elementos sensoriales acompañan, o han acompañado, en perfecta simbiosis, a esos hablantes que encontramos en los textos literarios. Pensemos en pintores sevillanos como el romántico Valeriano Bécquer (hermano del poeta) en La fuente de la ermita; y, ya en el siglo XX, Gonzalo Bilbao, con Las cigarreras atravesando el Puente de Triana, donde a sus voces y risas se une el para nosotros ya desaparecido fru-fru de las faldas, o Las cigarreras en el interior de la Fábrica de Tabacos de Sevilla, lleno de las voces y risas bulliciosas de esas mujeres, pero otras más tranquilas en el calor aletargador de una Noche de verano en Sevilla. A veces esas voces andaluzas, hablándose o cantando, y ladridos, balidos, rebuznos, relinchos y cacareos, nos llegan desde la otra orilla del Guadalquivir, como en ese Atardecer en Triana, del genial y también sevillano Emilio Sánchez Perrier. Y, aunque el romántico Ángel Lizcano fuera de Alcázar de San Juan, su Buñolería –igual que en versos arriba citados– nos evoca sinestesiamente sus olores y su “acre humazo”. 14. CONCLUSIÓN Hemos resumido, pues, desde un punto de vista tanto teórico como metodológico, los principales factores, áreas y componentes de lo que puede desarrollarse en el campo de los estudios de comunicación no verbal para un estudio sistemático del habla andaluza a través de sus textos literarios en su contexto cultural total. Terminemos con aquella especie de jocoso e irónico manifiesto que publicó el gaditano José María Pemán sobre la legitimidad de la lengua andaluza: Los catalanes tendrán su “Nau” y su “Veu de Catalunya” y su “Generalitat”, pero aquí tenemos la “arcadía” y el “gobernaor siví” y el “envacunaó”... Por aquí tenemos una “zeta” admirable, que engrasa y suaviza, como aceite, las piezas silábicas de las palabras; por aquí tenemos una “jota” aspirada y magnífica, que se dejaron atrás los moros, como un sollozo de despedida [...] Nuestras palabras tronchadas y a medio hacer son el dialecto de un pueblo ágil e intuitivo, cuya expresión no puede seguir la velocidad del pensamiento [...] el vuelo de una fantasía aérea y gaseosa, que para ascender mejor va arrojando, como lastre [...] sílabas y desinencias inútiles, que no sirven “pa na”... [...] Los catalanes fundaron el “Institut d’Estudis Catalans” [...] para acentuar su “hecho diferenciado”, tuvieron que huir de lo popular; nosotros tenemos que ir en su busca. Ellos encomendaron una misión a los eruditos; nosotros la debemos encomendar a las cocineras [...] debemos fundar un “Instituto de Analfabetos Andaluces”, donde los 300 Fernando Poyatos ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. carreros, las cocineras y los limpiabotas enseñen la pronunciación popular y creen así nuestro dialecto diferencial [...] Hecho esto, no queda más que declarar la obligatoriedad del “andaluz” para todos los documentos oficiales [...] En lugar de decir: “Pase el Delegado de Hacienda para que informe si hay consignación en presupuesto”, se puede decir: “Que pase el de la tela pa que diga si esto pue ser” [...] ¡Autonomía pura! (Pemán, A, “Nuestro dialecto”) ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 277-302. Enfoque integral del habla andaluza 301 BIBLIOGRAFÍA Cepas, Juan. 1985. Vocabulario popular malagueño. Barcelona: Plaza&Janés. García-Godoy, Mª Teresa. 1997. «Valoración del andaluz en el Cádiz de las Cortes». En A. Narbona y M. Ropero Nuñez (eds.), El habla andaluza. 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Quevedo, Francisco de. 1608. El buscón. Garden City, N.Y.: Doubleday, Colección Hispánica, 1961. B NOTAS NOTAS ACERCA DE ESO SÍ Y LA REINTERPRETACIÓN ENUNCIATIVA1 CATALINA FUENTES RODRÍGUEZ Universidad de Sevilla 1. Eso sí es una expresión que suele utilizarse como conector de enunciados. En principio, parece un marcador de giro enunciativo, pero a ello deben añadirse otros matices, otros contenidos relacionales. Por otra parte, hay que definir su estatus gramatical: ¿es un conector gramaticalizado? ¿O, por el contrario, está en vías de lexicalización y gramaticalización? En este caso habría que analizarlo como la combinación de un deíctico catafórico (apunta a lo que viene posteriormente) y un adverbio de afirmación. En su origen sería un mecanismo de contraposición: “el hablante afirma lo que viene a continuación en contraste con lo anterior” (lo de ahora frente a lo precedente), o bien un procedimiento de reafirmación (resalta la información del enunciado en que aparece). Esas son las condiciones de utilización derivadas de sus componentes: eso conecta por su valor deíctico, y sí apunta a la aserción, al plano enunciativo-modal, a la actividad enunciativa del hablante. Muy relacionada en teoría con este elemento está la adversativa pero, conjunción que sirve para expresar contraposición, giro enunciativo, y relevancia informativa. Estos valores, como vamos a ver a continuación, son compartidos por eso sí, aunque este añade un contexto más específico de uso. 2. Eso sí no está recogido en el Diccionario de partículas de L. Santos Río (2003), en el DRAE, ni en el DUE. Podríamos dudar del grado de lexicalización de esta combinatoria, pero no admite elementos en medio: *“eso de antes sí”, *“eso que digo sí”… Sólo hemos recogido alguna ocurrencia oral, cuasi vulgar, intensificada: eso sí que 1 Este estudio se realiza dentro del Proyecto para la realización del Diccionario de Conectores y operadores del español, que goza de una ayuda del Ministerio de Ciencia y Tecnología: BFF 2002- 1628, cofinanciado con fondos FEDER. ORALIA, Vol. 9, 2006 306 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Notas acerca de eso sí 307 sí, que no actúa como conector sino como comentario parentético reforzador de la aserción: adaptado, un contrincante que va a dar muchas dificultades, por tanto creo que será un partido típico de eliminatorias (Los Tiempos, 06/11/2000). Pobre Carlitos, su historia la terminó con dos buenas quemaduras en los brazos, y, recién cuando regresó al huerto, esa noche, cayó en la cuenta, al cabo del interminable interrogatorio al que lo acababa de someter una desmoralizadísima Natalia, que sí, que en efecto, alguien había fumado en sus brazos horas antes. Y que le ardía. Y que le ardía muchísimo, caray, esto es atroz, mi amor, con lo cual Natalia tuvo que llevarlo nuevamente a la clínica Angloamericana para gran satisfacción del médico, porque era el mismo joven doctor que había estado de guardia la noche del viernes, y porque el escándalo ya había llegado a oídos de todo Lima, y él era uno de los primeros en haber visto y atendido a los pecadores, y, eso sí que sí, yo soy el primero que los vio meterse mano de lo lindo, porque besarse apenas podían con ese labio del tal Carlitos, todito partido, y a ella la vi escandalosamente desnuda, sí, señores, porque lo que es la Nataliota esa, mucho de Larrea y mucho de Olavegoya y que este virrey y que el otro presidente, también, más todos los billetes del mundo, además, estoy de acuerdo, señores, pero hay que oírla cuando te suplica con esa voz tan suya, genial, sensual, así de medio la’o, y sexi hasta decir basta, un favorcito, doctor, para su Carlitos, hay que verla ondularse y hasta retorcerse de amor, señores, porque entre una cosa y otra como si se fuera quitando prenda tras prenda y hasta con música de ambiente, y uno ahí paradito, sudando y cediendo en todo, cómo no, doña Natalia, claro que sí, doña Natalia, no faltaba más, y con muchísimo gusto, y además es mi obligación, doña Natalia, porque el juramento de Hipócrates, doña Natalia, usted me desespera, me mata, (Alfredo: Bryce Echenique, El huerto de mi amada, 2002). En cuanto al tipo de conector de que se trata, la cuestión es más complicada. Por ello vamos a detenernos en sus usos. Eso sí, por su parte, sí es un conector porque aparece relacionando dos enunciados. No tiene contenido designativo, no cumple ninguna función con respecto al verbo de su oración, por tanto no puede focalizarse ni ser respuesta a una pregunta parcial. Exige un enunciado previo y establece una orientación argumentativa y enunciativa de lo dicho. Su origen, valor anafórico y reafirmación, nos sugiere la unión de lo conectivo con lo modal: una contraposición a lo anterior unida a una enfatización del segundo enunciado. Por su valor fórico enlaza. Pero curiosamente eso no apunta a lo anterior, sino a lo que sigue: En “No A , eso sí B”, eso es B, lo que se afirma en contraste con lo anterior. El quiebro sintáctico es claro, y también que se está gramaticalizando. De no ser así, eso apuntaría al primer enunciado, como único medio de asegurar la cohesión. Carlos Aragonés (CA). –No, yo no creo que por entrenar menos estemos en desventaja, eso sí vamos a enfrentar a un rival duro, completamente 3. Hay un valor de giro o contraposición en su base, que puede manifestarse en distintos casos: Contraposición excluyente: El diputado socialista entiende que el PP y Fraga quieren poner límite a la independencia del Valedor. “Ninguno de los candidatos propuestos tuvo el veto por parte de los socialistas gallegos, lo que tuvo el veto, eso sí, es que nos parece intolerable que un partido, no solamente quiera nombrar un candidato, sino que quiera imponer lo que es su fórmula para la renovación del conjunto de la institución”, añadió (Faro de Vigo, 12/06/2001). Aparece en el contexto “No A, eso sí B”. A y B se oponen con respecto al mismo predicado: “tener el veto”. Eso sí es un reforzador del elemento positivo. Suele ir tras un enunciado negativo. Es una forma de marcar y enfatizar un contraste. A diferencia de otros conectores opositivos, en cambio, sin embargo, etc., destaca la mera contraposición, y es un refutativo. Su valor es semejante al de sino o por el contrario. Su contexto es equivalente: “No A… Eso sí (sino) B”. Esto no debe extrañarnos, ya que su origen reafirmativo justifica el que se utilice con este valor. Sino supone una refutación2, una corrección, que es una actividad de la formulación, de la enunciación, por tanto. – Oposición: en otras ocasiones introduce una oposición entre elementos en principio no relacionados, y no exige negación en el primer término: Chihiro defiende el cuidado a la naturaleza, leitmotiv también de Mononoke. “Pues no me siento ecologista. Ni quiero dar discursos sobre ello. Me encantan los bosques y que el río que rodea mi casa esté limpio. Eso sí, creo en los espíritus y en su presencia por todas partes” (El País. El País de las Tentaciones, 28/03/2003). 2 Cfr. C.Fuentes (1997-98). 308 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. El hablante considera que la naturaleza y los espíritus pertenecen a dos campos diferentes, lo físico y lo espiritual. Por tanto, el valor que adquiere el elemento se acerca más al giro enunciativo. – En esta misma línea, aparecen los casos en que anuncia un cambio de tema: Ayuí-Tacuabé acaba de editar el Volumen I de la serie “Canciones de la Resistencia”, registros fonográficos de aquellas épicas épocas en que cantar era cosa de valientes. Este primer CD tiene temas de Bonaldi, Lazaroff, Los que iban cantando, Rubén Olivera, Masliah, Montresvideo, etc. Una joyita con la que Uds. podrán encontrarse en cualquier disquería. Eso sí: nada de andar comprando copias en la feria, que ahí la cagan ¿ta claro? (Guambia. Suplemento de Humor del diario Últimas Noticias, Segunda Época, nº 453, 27/03/2004). Podríamos decir que eso sí introduce una advertencia, otro aspecto del tema relacionado, o que puede derivarse a partir de ahí. En esta advertencia, el valor enunciativo originario, “eso sí quiero decirte”, se percibe de forma más clara. Este quiebro enunciativo está cercano a otro empleo muy frecuente de eso sí: el introducir una objeción o adelantarse a las inferencias del receptor. – Un giro enunciativo a un aspecto marginal o no directamente conectado con él encontramos en el siguiente: A pesar de las controversias, no parece que la prensa gratuita pueda llegar a desbancar a la de pago, puesto que se limita a mantener informado de forma escueta a un sector de población que antes no leía los periódicos. Aquellas personas que deseen acceder a contenidos más elaborados y profundos continuarán acudiendo a los diarios tradicionales, cuyo mayor número de páginas ofrece informaciones más completas. Eso sí, la batalla por las audiencias no es tal, sino que se convierte, cada día más, en la batalla por la publicidad, ya que los tradicionales habrán de retener a sus anunciantes para que no se desplacen a las páginas de otros con un calado en sectores de población distintos a sus lectores, pero no por ello menos atractivos.(Revista Telos. Cuadernos de Comunicación, Tecnología y Sociedad, 01-03/2004, nº 58, Segunda Época). – En otras ocasiones introduce una contraargumentación: Las perspectivas para la carrera no eran buenas. “Equilibramos el carro de forma distinta a como lo habíamos hecho en otras ocasiones y esto lo hizo aún más difícil”, corroboró Montoya, que optó por una táctica conservado- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Notas acerca de eso sí 309 ra: “Desde el principio vi que el carro era difícil de conducir y decidí no arriesgarme”. Eso sí, se permitió protagonizar el adelantamiento más espectacular de la carrera cuando superó a su compañero Schumacher (El Diario de Hoy, 05/05/2003). Aquí encontramos una oposición de enunciadores3. Se contrapone el discurso del hablante al de otro que había sido retomado en discurso directo. De esta forma quita relevancia a lo dicho por ese enunciador. Al mismo tiempo, enfatiza informativamente el segundo segmento. Supone un giro, la introducción de algo no esperado, de una información en otra línea argumentativa. Todos estos valores son semejantes a los de pero, aunque eso sí los potencia más. La fuerza enunciativo-modal de reafirmación de su origen proporciona más énfasis informativo, más insistencia en lo que el hablante quiere decir. El público estuvo pesadísimo, sacando fotos con “flash”, tosiendo y aplaudiendo sin ton ni son. Estuvo equitativo, eso sí: las toses destrozaron por igual las interpretaciones de unos y de otros y las ovaciones se repartieron, sin acepción de personas, entre Dylla, sus colegas y el mozo encargado de mover el piano (La Razón, 21/01/2002). En este caso el hablante anuncia una conclusión contraria a la que podría derivarse del primer enunciado. “Aplaudir sin ton ni son” puede llevar a “no hizo justicia”. A ello se opone la conclusión expuesta: “estuvo equitativo”. Esta información no es la más relevante, es un contrapunto irónico. Eso sí se usa muchas veces con ese valor de introducir lo inesperado. Igual en: Fue frustrante para Carlos no encontrar el apoyo requerido. El presupuesto se había recortado tan drásticamente en comparación con el disponible en el Gobierno anterior, que Carlos rápidamente se percató de que estaría navegando en el mar de las dificultades... Eso sí, nunca se quejó. Se esforzó en disfrazar sus respuestas sobre el abandono en que nuestro deporte, y por supuesto sus iniciativas, se sumergían tristemente (La Prensa de Nicaragua, 31/12/2001). Aquí tiene cierto valor concesivo. Anula la conclusión posible y esperada, cerrando la línea argumentativa. 3 Llamamos enunciador a “esos seres que supuestamente se expresan a través de la enunciación sin que por ello se les atribuyan palabras precisas, si ellos “hablan”, es solo en el sentido de que la enunciación aparece como si expresara su punto de vista, su posición, su actitud, pero no, en el sentido material del término, sus manifestaciones concretas” (O. Ducrot, 1986, págs. 208-9). Cfr. asimismo C. Fuentes (2004). 310 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. En otros casos aparece con advertencias, dando paso a lo más importante: Sólo haz click sobre una carta que sea un número mayor o menor que la carta que tienes al tope de la pila. Cuando no puedas encontrar una carta que te funcione, no te desesperes, sólo selecciona otra del montón y continúa jugando. Eso sí, debes estar pendiente del montón y del reloj, porque tarde o temprano se te acabará o el tiempo o las cartas, y eventualmente las vidas (La Prensa de Nicaragua. Suplemento de Informática, 02/01/2001). Parece introducir una digresión, una información derivada de lo dicho, una inferencia que considera importante el hablante. La carga enunciativomodal en estos casos es grande. 4. Por último, tenemos que comentar un uso muy específico en el plano argumentativo. Eso sí introduce un movimiento argumentativo antiorientado a lo anterior, pero centrado en las inferencias. Es decir, niega una inferencia negativa que podría elaborarse a partir de lo dicho en el primer enunciado. Añade algo que quita fuerza a lo dicho o a lo que podría deducirse de él. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Notas acerca de eso sí 311 que establece una restricción. El resultado es una doble aserción: la del enunciado general y la de este mismo restringido en su aplicación. A diferencia de la reformulación, no anula lo anterior, sino que lo matiza. Pero, como ella, supone una intervención de control del hablante sobre su mensaje. Y una doble intención en la enunciación. Une, pues, aspectos enunciativos a la restricción propia de lo adversativo. En estos casos de reinterpretación, eso sí une enunciados, o introduce un segmento, una circunstancia que restringe la validez de lo dicho en el primer enunciado. Los populares deberán formular sus enmiendas el día 17, por lo que ayer, tanto Lores como Taboada destacaron que el PP dispondrá de once días para estudiar el presupuesto, eso sí, con la Semana Santa por el medio (Faro de Vigo, 05/04/2001). Es frecuente precediendo a complementos circunstanciales y oraciones adverbiales: Todo el mundo parecía encantado con la pareja. Sin embargo, algunos pusieron en duda la capacidad de Letizia para convertirse en reina de España. Eso sí, lo hicieron en voz baja. “Yo hubiera preferido alguien de otra cuna”, cuchicheó una señora de avanzada edad (El Periódico Mediterráneo, 21/05/2004). De los 32 países miembros de la Organización Deportiva Centroamericana y del Caribe (ODECABE), nada más que 10 han podido albergar estas fiestas atléticas. Mas si bien merece el mérito, debe también tener mayor respaldo de la familia deportiva del área, en aras de que cada cita se vea coronada con lo mejor de las estrellas deportivas nacidas, eso sí, en unas de las geografías más bellas del planeta. Los Centrocaribe, sobre todo en sus últimas ediciones, se han visto privados de la presencia de no pocas de sus figuras elites (Granma Internacional, 14/10/2002). El argumento 1 lleva a una conclusión: “están en contra de la princesa de Asturias”. “Lo hicieron en voz baja” lleva a una conclusión más atenuada, con menos fuerza. No es una contraposición en los contenidos, sino en la carga argumentativa. En concreto, una atenuación. Eso sí, pues, introduce una restricción que quita fuerza a la inferencia o conclusión que se podría derivar del primer enunciado. Parece añadir un modificador desrealizant04, en una estructura sintáctica compleja de reinterpretación5. La reinterpretación es un movimiento enunciativo cercano a la reformulación, en el que el hablante vuelve sobre lo dicho y añade un segmento Podríamos plantearnos en casos como el anterior si en verdad eso sí es un conector de enunciados o es un operador6. Creemos que es conector también aquí, porque, aunque lo que introduce es un segmento en reinterpretación, un complemento circunstancial, su comportamiento es semejante a la de un parentético. Supone una intención comunicativa distinta a la del primer segmento. Por tanto, hay otro decir, otro enunciador, aunque no sea más que el propio hablante desdoblado. Ello implica la presencia de otro ser discursivo, y, por tanto, otro enunciado. En este uso podría aparecer pero, aunque no es frecuente. Es más explícito el marcador que estamos tratando. Según O. Ducrot (1995, pág. 147) un desrealizante se define como: “Un mot lexical Y est dit MD par rapport à un prédicat X si et seulement si le sintagme XY: i) n’est pas senti comme contradictoire ii) a une orientation argumentative inverse ou une force argumentative inférieure à celles de X” 5 Cfr. C. Fuentes (2005). 4 6 Utilizamos los términos conector y operador para referirnos a dos comportamientos sintácticos perfectamente diferenciados. Conector es un elemento que relaciona dos enunciados y exige la presencia de los mismos. Operador es aquel que funciona dentro del enunciado marcando enfatización informativa, argumentación, modalidad o enunciación. Es decir, es una marca de estos planos macroestructurales dentro del mismo enunciado. No exige la presencia de otros para entenderlo. Véase más detenidamente en C. Fuentes (2003). 312 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Su posición puede ser la inicial del enunciado, intercalada como aquí, o incluso final, si el segmento introducido es breve. La primera de ellas va a atraer, por mero morbo, a más turistas que el mismísimo Xacobeo. El país pintado con breves toques impresionistas en la prensa del foro no puede sino fascinar, desde luego, al creciente turismo de aventura que hasta ahora venía eligiendo Kenia, Tanzania o Sierra Leona. Sin necesidad de viajar tan lejos, los españoles podrán encontrar en Galicia un lugar donde “se pasa hambre” –según el autorizado testimonio de un alcalde– y la paupérrima situación económica obliga a los ciudadanos a emigrar por miles a Canarias. Sin pateras, eso sí (Faro de Vigo, 07/02/2001). Este elemento que reinterpreta supone un giro enunciativo y argumentativo, un movimiento argumentativo distinto, que lleva a otras conclusiones. Se comporta, pues, como un inversor, o como un atenuador. Es decir, como un desrealizante. Para quienes no están habituados a trotar, “lo mejor es que anden a paso de marcha, a unos 6 kilómetros a la hora. Consume un porcentaje estimable de calorías y desde luego reduce grasas. Hay que andar una hora. Hombre, se puede rebajar un poco la velocidad a 5 por hora, sobre todo quienes no están habituados a andar”. El mejor momento es a primera hora de la mañana, “antes de ir a trabajar o antes de comer. Hay que evitar la última hora del día porque produce una excitación que puede alterar el sueño”. Hay alternativas al mal tiempo. “Se pueden hacer ejercicios gimnásticos en casa, subir y bajar un escalón o subir y bajar las escaleras desde el piso hasta el portal”. Eso sí, hay que hacerlo con algo en el estómago. “Es interesante antes de hacer ejercicio hacer un pequeño desayuno: tomar un zumo, un poco de pan con mantequilla o aceite, o galletas. Es una ingesta calórica y hacer el ejercicio hora y media después. No conviene ejercitarse en ayunas. ¿Por qué? Pues porque se puede producir una hipoglucemia (bajada del nivel de azúcar), o una lipotimia” (El Diario Vasco, 11/01/2001). El COENA decidió expulsarlo. Es definitivo”, apuntó Suvillaga. Eso sí, explicó el Vicepresidente de Ideología, fue una decisión por unanimidad. A pesar de la dureza de la sanción (la máxima, según los estatutos), el COENA decidió darle una concesión al “arenero rebelde” (El Salvador Hoy, 15/11/2000). No podemos decir que sea un modificador como tal, como otros desrealizantes7, sino que el conector introduce un enunciado que actúa como tal. Presenta un hecho que anula la inferencia precedente. Añade una aclaración, una información que inhibe las posibles conclusiones o deducciones del receptor. El hablante, de nuevo, se adelanta a la objeción posible. 7 Generalmente un modificador desrealizante es un adjetivo con respecto a un sustantivo o un adverbio con respecto a un verbo. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Notas acerca de eso sí 313 En ocasiones, se usa para anular la posible crítica o las inferencias negativas del receptor a partir de lo dicho. Es un acto de prevención contra malentendidos o para preservar la propia imagen del locutor. El autor recuerda que en tiempos pasados, cuando existían los misioneros, las damas de la alta sociedad hacían actos de beneficencia casi para pasar el rato. Y si antes esa frontera entre la preocupación real y la mera fachada estaba delimitada, ahora ya no está tan clara. “Antes se iba a misa para limpiar la conciencia, y ahora se deja el número de cuenta corriente para donativos”, sentencia el autor. Eso sí, puntualiza que su texto quiere ser amable, y no le gustaría que nadie viera en su obra una postura cínica. En este sentido, Valdés reconoce que satirizar este asunto en la época de la “corrección política” es impopular, por lo que le sorprendió haber ganado el premio (Rull. Revista de la Universidad de La Laguna, año VII, nº18, 05/2002). De lo dicho puede deducirse que es un texto ácido, con gran cantidad de críticas, y de ahí la puntualización sobre que es amable. Pese a ello, los que despiertan más curiosidad son los coches reales como el de la reina Adelaida (de 1840) en negro y bermellón, el ampuloso de la reina Victoria (de 1869) que desmiente la sinonimia entre lo victoriano y lo severo, o el del rey Eduardo VII (de 1902), más sencillo, luminoso y funcional que los anteriores. Llegado este punto, casi todos los visitantes se hacen la misma pregunta: Y la reina actual, Isabel II, ¿tiene su propio coche? Efectivamente, la monarquía inglesa es la única en el mundo que conserva la tradición de tener su propio vagón, y lo utiliza en algunos desplazamientos oficiales. Eso sí, paga por usarlo (Vía Libre, nº 439, 02/2001). El hablante aquí se adelanta a rechazar una inferencia negativa: “tiene privilegios”. “Paga por usarlo” niega esa conclusión. En el fondo, pues, hay una contraargumentación, pero establecida entre las inferencias: E1 <eso sí> La familia real tiene un coche privado ↓ (concl.implícita) tiene privilegios ↔ E2 paga por usarlo ↓ (no tiene privilegios) Ambas conclusiones están implícitas. La contraposición se produce en el plano de lo no dicho. En consecuencia, se utiliza como procedimiento de reafirmación, de fuerza argumentativa. El presidente Menem vendió el país y se convirtió en símbolo universal de la corrupción. Hubo un momento, con De La Rua, en que la nación o se moría o sanaba. Con la llegada de Kirchner, un tipo honrado, al poder recuperamos algo de fe y esperanza después de haber estado diez pisos 314 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. bajo el subsuelo. Eso sí, pon que fueron los valientes que salieron a las calles quienes dieron la vuelta a una situación que era realmente extrema (El Diario Vasco, 23/01/2004). Del enunciado primero se deduce que Kirchner salvó al país. Esto se niega en el enunciado introducido por eso sí. El hablante prevé que pueda llegarse a esta conclusión y advierte contra ella. Es, por tanto, un empleo de colaboración en la conversación, de la macroestructura, que se mueve en el plano de la construcción del sentido, o del significado, jugando con los presupuestos e inferencias, más que sobre lo dicho. Juega con lo esperado o no esperado por el receptor. Este movimiento argumentativo que funciona como desrealizante, atenuador de lo anterior, podría entrar dentro de los mecanismos de reserva de los que hablaba Lo Cascio (1998). Aunque, en nuestra opinión, la reserva debe entenderse, más que como un elemento de la argumentación, como una estructura de giro en la misma. La argumentación primera se desvía en sentido distinto, contrario, o atenuado, al reducir el campo de aplicación de la aserción. En suma, al introducir un marco argumentativo restringido. De este modo extenderíamos el concepto de reserva, entendiéndola como una estructura argumentativa, caracterizada por la introducción de un movimiento argumentativo que cambia la orientación de la primera argumentación. Esto puede deberse a: – que se introduce un argumento que llevaría a una conclusión distinta – que se introduce un topos inverso al que operaba hasta ahora. Estas dos son las que correspondería a nexos de los que habla el autor: a menos que, a no ser: Juan es una persona dócil; en consecuencia, no puede ser él quien asesinó a María. A menos que aquella tarde estuviera borracho (V. Lo Cascio, 1998: 150) – o bien, como en el caso de la reinterpretación, se introduce una restricción al alcance de lo anterior, y se reorienta el argumento a una conclusión distinta. En suma, se introduce un nuevo marco argumentativo, más limitado. Cabría preguntarse por qué un hablante utiliza este mecanismo. Creemos que por dos razones: – porque no se ha dado cuenta de las posibles inferencias que puede derivar el receptor de lo dicho en el primer enunciado y corrige sobre la marcha, contexto propio de eso sí. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Notas acerca de eso sí 315 – O bien porque quiere conscientemente presentar una doble argumentación, sostenida por dos enunciadores diferentes, que no son más que figuras discursivas del mismo hablante. Esto provoca una enunciación doble, un doble contenido y una argumentación más rica. 5. Puede pensarse que eso sí pertenece al grupo de los conectores de oposición, adversativos, concesivos, por sus valores de contraste, giro enunciativo, paso a lo de mayor peso informativo, adelantarse a una objeción. Se combina con pero, aunque, y en estos casos lo que predomina es la enfatización informativa: Jesús María Zuloaga, uno de los más cualificados integrantes del periodismo español, publicaba hace unos días en este periódico un documento de Eta en el que se visualizaba la rabia de los terroristas porque España acapara una parte importante del turismo mundial. El daño que hace Zuloaga a Eta con la publicación de informaciones sobre las andanzas de la banda es muy grande. Por eso es uno de los periodistas más amenazados y perseguidos por los terroristas. Pero como nunca ha utilizado sus informaciones sobre el terrorismo etarra para escalar la efímera pared del brillo social ni suele llamar fascistas a los ultraizquierdistas etarras, Jesús María Zuloaga es únicamente, y sobre todo, un periodista. Pero, eso sí, el mejor en su difícil y compleja especialidad (La Razón, 21/01/2002). En los periódicos aparece en textos de opinión: La cocina está repleta de negras telas de araña. La humedad ha hecho estragos en algunas paredes, con secciones enteras afectadas. Encima del refrigerador todavía hay una gran lata de leche en polvo. En el caótico hall, los platos y la cubertería siguen perfectamente apilados, aunque eso sí, cubiertos por una gruesa capa de suciedad (La Razón, 20/12/2001). A veces aparece dentro del segundo enunciado, intercalado, cuando su ámbito de influencia está muy claro: ALBERTO RODRÍGUEZ. Yo hice un trabajo sobre los grupos independientes, entre los cuales se encontraba Els Joglars, y llama la atención el comprobar como muchos de aquellos grupos, con una estupenda formación teórica y práctica, se han dejado llevar en exceso por el uso y abuso de un refinamiento efectista. Aunque hay que decir que, eso sí, con óptimos resultados en espectáculos de impecable factura, que la gente quiere y agradece. A mi también me gustan los espectáculos de Els Joglars (La Ratonera. Revista asturiana de Teatro, 09/2001). 316 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Pero a este valor de contraposición añade otros comportamientos en el plano enunciativo-modal, informativo y argumentativo. Por una parte, el valor de reafirmación de sí deriva en un uso como marcador de fuerza de la aserción, en el plano enunciativo-modal. De ahí su uso frecuente en recomendaciones, consejos, aclaraciones o giros enunciativos. Por otra parte, es un jerarquizador informativo muy claro. La información que introduce es la más importante, la más llamativa. En el plano argumentativo desarrolla la mayor parte de su acción. Es un contraargumentativo. Introduce: – Una contraposición explícita entre términos del discurso. – Un giro enunciativo hacia lo más rentable informativamente – Un desrealizante en estructura de reinterpretación: enunciado general, <> circunstancia. Con una diferencia de enunciadores. – Y anula las inferencias derivadas del primer enunciado. Esta última construcción sería propiamente un mecanismo de reserva argumentativa. Es un elemento que parece pertenecer a lo oral, al propio discurso del hablante, por eso aparece con recomendaciones, y actos de habla directivos. Supone una intervención directa del locutor. Sin embargo, en el CREA lo encontramos tanto en empleos orales como escritos, aunque los primeros son menos frecuentes. Lo que sí queda claro a través de ellos es que, al ser un marcador de reinterpretación, supone la presencia del locutor. Apunta, pues, a la figura del hablante que se hace presente en el discurso en una actividad enunciativa. Por ello también lo encontramos en contextos en que contrapone la voz del locutor (eso sí) a la de otros enunciadores. Y aquella se refuerza, se reafirma, herencia del valor modal de sí, que todavía no ha perdido del todo. Estamos, pues, ante un conector que se mueve en el plano enunciativo y que tiene cierto matiz modal en su empleo. Todos estos valores derivan de su base léxica, latente aún, ya que su grado de gramaticalización no es completo. Podríamos organizarlo del siguiente modo: Origen Empleos Deixis (eso)——————————- conector Afirmación (sí)————- a) contraposición: objeción, giro, contraste, contrargumentación b) yo hablante– diferencia enunciadores– – reinterpretación c) énfasis informativo d) negación de inferencias e introductor de desrealizante ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. Notas acerca de eso sí 317 Enunciación, argumentación, modalidad e información, todas ellas unidas en un elemento que se utiliza en español para marcar un quiebro en la argumentación y un énfasis del hablante en lo que quiere decir. Un mecanismo de control de la información en toda la extensión del término. 318 Catalina Fuentes Rodríguez ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 305-318. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 319 BIBLIOGRAFÍA CREA: Corpus de referencia del español actual, Real Academia española, www.rae.es DRAE: Diccionario de la lengua española, Real Academia española, 22ª ed. DUCROT, O. (1986): El decir y lo dicho. Polifonía de la enunciación, Barcelona, Paidós. ——- (1995): “Les modificateurs déréalisants”, Journal of Pragmatics, 24, págs.145-165. DUE: Diccionario de uso del español actual, M. Moliner, Madrid, Gredos, 2ª ed. FUENTES, C. (1997-98): “Pero/sino y la orientación argumentativa”, Pragmalingüística, 5-6, págs. 119-151. (2003): “Operador/conector, un criterio para la sintaxis discursiva”, RILCE 19,1, págs. 61-85. (2004): “Enunciación, modalidad y aserción, tres clásicos”, Anuario de Estudios Filológicos, XXVII, págs. 121-145. (2005): “Hacia una sintaxis del enunciado”, LEA, XXVII, 1, págs. 33-61.. LO CASCIO, V. (1998): Gramática de la argumentación, Madrid, Alianza. SANTOS RÍO, L. (2003): Diccionario de partículas. Salamanca, Luso-Española de Ediciones. «¿QUIÉN DA LA VEZ?» fórmulas para pedir turno en los mercadillos JOSÉ POLO Universidad Autónoma de Madrid NOTA PREVIA Una primera versión de estas notas se publicó en (omito el paralelo título, etc., en búlgaro) La lengua y su naturaleza dinámica. Actas del homenaje a Ivan Kanchev en su 70 aniversario (edición a cargo de Milena Roné, Rafael Alvarado y Peter Mollov), Universidad “St. Kliment Ohridski” (Departamento de Estudios Iberoamericanos), Sofía, 2005, págs. 68-75. Diversas circunstancias, ajenas a la buena voluntad y excelente disposición de los responsables de la edición, hicieron que el texto no quedase a mi entera satisfacción, con lo que aprovecho ahora la oportunidad, además, para añadir diez nuevos “minidiálogos/microdiálogos” y reajustar ligeramente alguna de las secciones. RESUMEN Con el presente trabajo intento mostrar una serie de estructuras “comunicativas” difíciles de ver en un manual para la enseñanza del español a extranjeros, etc., así como, ya que no dar las explicaciones pertinentes de tales fenómenos, sí al menos insinuar algunas de las cuestiones gramaticales y sociolingüísticas que surgen de dichos materiales._The present paper studies a number of communicative structures which cannot be usually found in S/FL manuals (Spanish as a Foreign Language). The article does not aim to explain them fully, but to point out some grammatical and sociolinguistic characteristics relevant to the functioning of these structures. 1. INTRODUCCIÓN a) Dadas las implicaciones gramaticales y sociolingüísticas de un artículo como el presente, no me ha resultado fácil, tras varios ensayos, escoger el título definitivo, que, en su azaroso camino, ha competido con los siguientes (doy variantes): 1: “Peticiones de vez/Peticiones de la vez/Petición de la vez /Petición de vez: minidiálogos en un mercadillo /en mercadillos/en el mercadillo”; 2: “Minidiálogos en un mercadillo sabatino: formas de ‘pedir la vez’ / expresiones para ‘pedir la vez’ / fórmulas para ORALIA, Vol. 9, 2006 320 José Polo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 319-329. ‘pedir la vez’”; 3: “¿Quién da la vez? y... el género gramatical: neutralizaciones, subneutralizaciones/superneutralizaciones/archineutralizaciones (paradigmáticas /sintagmáticas, intensas /diluidas, convertidas/invertidas/divertidas, conversas/inversas/diversas) y sincretismos de naturaleza varia”. En la ruta tercera ya se ve que he operado entre bromas y veras, dando a entender el cúmulo de hechos que se cruzan en una “acción social” aparentemente tan elemental como saber cuándo puede uno pedir en su compra en un mercadillo (mercado al aire libre, generalmente un día a la semana, en pueblos, barrios de las ciudades, etc.), donde se da mucho movimiento, por afluencia de gente, y donde normalmente hay que hacer cola, o sea, esperar, con mayor o menor grado de paciencia, hasta que le toque su turno de pedir... En realidad, se trata, como puede suponerse, de una especie de microcosmos en el que conviven modalidades lingüísticas muy variadas (hablantes de distintas regiones de España y, por la inmigración intensa de los últimos años, de hispanoamericanos, marroquíes, rumanos, polacos, etc.), aunque, naturalmente, en la situación comunicativa que voy a presentar no quepa esperar excesiva variedad, pues se trata más bien de fórmulas, de expresiones casi rituales, cercanas al estereotipo (si es que no lo son plenamente en la mayoría de los casos). b) Los materiales que expondré han sido recogidos por mí, de boca de adultos, entre 1993 y 2006 en Brunete, provincia de Madrid, los sábados, día de mercadillo en este pueblo, y han sido tomados “a salto de mata”, vale decir, ocasionalmente, sin que en principio existiera en mí propósito alguno de realizar un estudio al respecto (cuando más, “por si acaso algún día...”). Desde luego, si a alguien le pareciera excesivo afirmar que la aludida “materia prima” lingüística se halla, a efectos de su explotación metodológica, dentro de la denominada “sincronía dinámica” (o “lengua en ebullición”: Emilio Lorenzo), cuando menos cabrá insertarla en el umbral de dicha perspectiva, esto es, a la entrada del espacio en el que conviven varios sistemas en pleno movimiento: hablantes de distintas generaciones, hispanohablantes diferenciados por los ejes diastrático, diafásico y, sobre todo –para la situación de un lenguaje más bien tópico o casi formulístico– diatópico, estructuras influidas por el inglés (el virtual anglicismo de frecuencia por favor), extranjeros que se ven obligados a expresarse, o meramente a hacerse entender, en español, etc. c) No voy a comentar los ejemplos, sino que, simplemente, los ordenaré de manera que su propia forma de presentación diga algo a los investigadores que quieran ocuparse de las consecuencias gramaticales, etcétera, de tales expresivas fórmulas. He pensado, no obstante, que esa materia prima –que no creo se encuentre en los manuales de español– podría ser útil, con motivo del merecido homenaje al Dr. Kanchev y manejada discretamente por ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 321 los profesores, para sus alumnos búlgaros, deseosos siempre de aprender “magistralmente” el español, una lengua ya, por su dedicación y esfuerzo, tan cercana a ellos... En general, estos materiales podrán utilizarse en la enseñanza del español a extranjeros, cursos de nivel superior, y para análisis “pragmáticos” en el entorno hispanohablante. d) Aunque por los límites protocolarios, de cortesía, de este trabajo no podré detenerme en los hechos de interpretación a efectos gramaticales, etcétera, sí nos será dado observar enseguida que en ese conjunto de expresiones quedan implicadas cuestiones de lo verbal y no verbal en el proceso de la comunicación humana, del discurso, asuntos de texto y contexto, de elipsis/no elipsis, de repeticiones más o menos rítmicas o de defensa contra los ruidos, de la deíxis o deixis (lo deíctico/déictico), de anáfora y catáfora, de lo que todavía hoy, en el uso de por favor, convendría considerar “anglicismo de frecuencia” (casi convertido en norma) y, aunque su presencia “contrastiva” sea muy débil, hasta de la resbaladiza oposición ser/estar. e) Pero, casi seguro, el aspecto más llamativo resultará ser el de la oposición genérica masculino/femenino/neutro; vale decir: también de las formas de anular, neutralizar, difuminar... la más directa masculino/femenino. Por las mismas razones de espacio antes señaladas, no puedo entrar de lleno en las absurdas consecuencias “machistas/feministas” que los ignorantes o los demagogos pretenden sacar de hechos netamente gramaticales, de profunda raíz semántica, como todo lo lingüístico, pero no del plano de la “designación”, valiéndome de un término conceptualmente nuclear en la teoría de Eugenio Coseriu. En fin, de la línea de argumentación gramatical con la que he arrancado en este párrafo, se deduce que la oposición marcado/no marcado, extensivo/intensivo, se halla en el corazón de esta zona de estudio. Al mismo tiempo, no estará de más señalar que el error colosal de los muy sonoros intentos modernos por “crear/inventar/fabricar” absurdamente un “lenguaje no sexista” se halla en partir, valga la redundancia, de la pura ficción fantasmagórica –expediente metalingüístico para ayudarnos en nuestros análisis– de los meros significantes, que ni siquiera llegan a serlo al crearles nosotros artificialmente un desajuste en relación con su “significado ínsito/naturalísimo”, atribuyéndoles mecánicamente, antidialécticamente, un significado, el de masculino, que no le corresponde, que no es el suyo; falso significado que, claro está, perturba grave y “dramáticamente” unas determinadas tesis preconcebidas, en lugar de acercarse a “la realidad más real” del lenguaje, a la indisoluble unidad significante/significado, a los signos (reconocibles inmediatamente a través de la avasalladora presencia de los significados, a través de su ubicua y “pregnante” realidad mental: por la conciencia): en este caso, al hecho de que, en una frase como “Los niños deben recibir siempre mayor atención social que los adultos”, el sintagma los niños, que significa ‘los niños y las 322 José Polo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 319-329. niñas: la niñez’, no es –en el plano de la clase de significados a que pertenece tal elemento “translexemático/adlexemático”, morfemático: significado instrumental (Coseriu)– masculino, un masculino opresor, ni nada que se le parezca, sino que es... lo que significa (es el motor del significado el que arrastra a la forma, no al revés; sin significado no hay gramática posible: con diferentes grados de radicalidad y, a manera de ilustración específica, circunscribiendo en algunos casos su aplicación al campo de las oraciones interrogativas, con sus distintas modalidades, Hugo Schuchardt, Eugenio Coseriu, Salvador Fernández Ramírez, Manuel Seco, Ambrosio Rabanales, Lidia Contreras, Ramón Trujillo, Marcial Morera, Estalisnao Ramón Trives, Juan Martínez Marín, Susana Serra...). No debemos buscarle, pues, cinco pies al gato, sino cada vez los que tenga una concreta realidad lingüística. Otra cosa sería intentar “aniquilar” un hecho tan natural y tan rentable en las lenguas como el conjunto de fenómenos en la línea de la homonimia, polisemia, paronimia, homofonía, etc.; vale decir: destruir, en un sueño de una noche de verano, lo que las seculares tradiciones de las lenguas han ido creando parsimoniosa y eficazmente como un principio de economía, de operatividad/agilidad comunicativa, de expresividad, de virtual función lúdica, etc. f) Pero, en fin, dejemos cuestiones como la acabada de esbozar y volvamos al espíritu del presente trabajo. En este sentido, quiero señalar la importancia de dos estudios en relación con las conexiones entre las partes verbal/no verbal de la comunicación humana y, dentro de la primera, entre sus diversos elementos, vale decir, para que las ideas en tales estudios contenidas puedan aplicarse al escueto material que presento. Son estos: Eugenio COSERIU: “Determinación y entorno. Dos problemas de una lingüística del hablar” (originalmente en revista, 1955-1956), recogido como último capítulo en su libro Teoría del lenguaje y lingüística general. Cinco estudios (Gredos, Madrid, 1962, 31973, págs. 282-323); su discípulo José Pedro RONA: “Análisis dialéctico de la sintaxis”, en Thesaurus. Boletín del Instituto Caro y Cuer vo, XXIII-1/1968 , págs. 34-47 . Añádanse, por supuesto, desde otra perspectiva, los espléndidos tres volúmenes de la comunicación no verbal, de Fernando Poyatos (Ediciones Istmo, Madrid, 1994). 2. ALGUNOS EJEMPLOS PRELIMINARES a) Y ya para acercarnos a la parte nuclear de este trabajo, voy a presentar, a manera de llamada de atención, varios casos de estructuras comunicativas “sintomáticas” de los problemas “genéricos”, que no son tales en el fondo, que afloran. Veamos el primer ejemplo (se trata de ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 323 Luisa): “Aquí os presento al mejor alumno –en este caso, alumna, como podéis ver– de mi clase”/“Aquí os presento a la mejor alumna de mi clase” (‘alumno’ en una clase de solo mujeres; en una clase mixta, la presento como alumna al coincidir que se trata de un alumno, término neutro, que es alumna). Otra posibilidad: efectivamente, nos hallamos, en una clase mixta, frente a la mejor alumna, pues el mejor alumno –o sea, ‘no alumna’– será presentado mañana; y luego habrá una tercera presentación para elegir, entre esas dos personas, a la considerada ‘mejor alumno/mejor elemento del alumnado’). b) A partir del hecho de que, hasta hace pocos años, la función de la compra doméstica estaba “asignada” a la mujer, ama de casa, todavía puede oírse en los mercadillos, aunque haya varones presentes, la fórmula ¿Quién es la última?; no porque se piense que los hombres que allí se encuentran vayan de meros acompañantes de sus mujeres (novias, esposas...) –que también puede ocurrir del todo o en parte–, sino porque, a partir de tal realidad tradicional (aunque cada vez menos) o de “usos y costumbres”, lo que inicialmente significaba ‘femenino’ (a saber: última) casi ha dejado de ser término marcado de la oposición genérica y tiende a convertirse en el término neutro o extensivo gramaticalmente por su connotación en la praxis social (más bien plano de lo designado antes que de lo significado: Coseriu...), porque su asociación a tal práctica de compra-venta la convierte cualitativamente en representante del género ‘persona que, por antonomasia, ha hecho, de siempre, las compras domésticas y, por lo tanto, representa paradigmáticamente tal quehacer, aunque como variante lo realice hoy día incluso un varón (¡cómo cambian los tiempos!)’. De otro modo: un hábito muy arraigado, que se va relajando (el de la mujer como única compradora doméstica), que ayuda a que vaya reajustándose lo de marcado/no marcado de antaño hasta darle la vuelta a la tortilla posiblemente: ¿acabará imponiéndose, para determinadas actividades, el significante en -a para el significado de, meramente, ‘quien compra (sea hombre o mujer)’? De otro modo: femenino, término no marcado (la “femenino”) a partir de lo designado; la ruta semántica o interna (praxis vital) lleva el orden de designación / significado / sentido/significante… Obsérvese, finalmente, la reinterpretación, ficticia y facticia en gran medida, que se le podría dar a la estructura ¿la última...? si quisiéramos oponernos a la línea argumental de este párrafo: ¿la última[persona]? Como simple curiosidad, absolutamente todas las veces que en el mercadillo he pedido mi turno, lo he hecho con la expresión, “aproblemática” por su espectro amplio o carácter general, ¿quién da la vez?, aunque, naturalmente, no habría tenido el menor reparo en valerme de la que le sigue, en orden decreciente, en el marco de lo general o “no 324 José Polo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 319-329. marcado” (no masculino, como algunos disparatadamente piensan), a saber: ¿El último...?/¿Quién es el último? c) Algo parecido sospecho que ocurre con secretaria: a partir de su predominio estadístico sobre secretario en determinados niveles de la Administración, etc., ¿llegará a convertirse en un nombre genérico para ‘secretaria, pero también secretario’ (o sea: para ‘secretariado’, ya que no suena bien eso de ‘función secretarial’ y, claro está, no podemos volver al punto cero/al pez que se muerde la cola con ‘función de secretario/función de secretaria’, con y u o conectivas o con lo que sea...). d) Y ahora, dentro de este repaso mínimo de “anécdotas genéricas”, el siguiente caso (del que me hablaron hace unos meses): en un determinado centro universitario, alguien que era Director de Departamento se sometió a una operación para cambiar de sexo...; al menos, una profesora de ese mismo Departamento habla ahora no, como antaño, de el director o, cual cabría esperar tras la mencionada transmutación, de la [flamante] directora, sino de... el directora. No sabemos si se trata de una realidad nominativogramatical meramente sintagmática u ocasional (tal vez lúdica o de “excesiva” confianza), y hasta de desconcierto ante los límites de nuestro “pobre lenguaje”, que dirían los filósofos, o ya en camino de convertirse en algo más serio, gramaticalmente hablando: en un “dislocado” paradigma en cierne/en formación/en ebullición. El tiempo y los dioses del olimpo dirán... Escrito todo lo anterior, veo con agrado el artículo de Fernando A. Navarrete “¿Qué hacemos con el femenino inclusivo en español?”, en Punto y coma (Bruselas y Luxemburgo), 100/2006, págs. 37-39. e) Añado, al corregir pruebas (febrero del 2007), este otro ejemplo, síntesis de los vaivenes de lo que cabría denominar formado/artificioso “hermafroditismo genérico”: oigo a un determinado político, en unas declaraciones que trascienden a los medios televisivos, proferir, como parte de su discurso (plagado de estructuras del género los niños y las niñas, los vascos y las vascas, etc.), el segmento textual mágico […] como si cada uno de nosotros, cada una de nosotras, fuéramos a […]/. Otro caso más: cuando nos referimos, en un trabajo científico, al seudónimo Fernán Caballero (= Cecilia Böhl de faber), ¿hallaremos de autor o de autora? Hace muy poco he visto lo primero. f) Me valdré de las abreviaciones h/hombre y m/mujer para indicar el sexo del interlocutor. Me abstengo de presentar datos relativos a edad aproximada, al hecho de ser hispanohablante o no, español o hispanoamericano, etc., pues todo ello me obligaría, para que tuviera algún sentido, a dar explicaciones para las que no dispongo de espacio en este breve artículo. Por otra parte –ya lo insinué atrás, 1-b–, la ordenación que he establecido para los ejem- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 325 plos no posee carácter absoluto: es una de las muchas posibles (dadas las múltiples combinaciones posibles con tantos elementos convertibles en asidero o foco): tire, pues, el estudioso del hilo por donde más le convenga para un propósito determinado (y, si desea experimentar, revuelva a discreción...). 3. CASUÍSTICA A/1 –¿A quién le toca [ahora]? [pregunta una de las chicas que atiende a los clientes]. –Por aquí, por aquí...[señor; la dirección de la voz y el gesto orientan]. 2 –(m)¿A quién le toca...? –(m)Aquí, aquí. B/3 –(m)¿Va por vez o por números? –(m)Por vez. C/4 –(h)¿Quién da la vez? –(m)Servidora. 5 –(h)¿Quién da la vez? –(m)¿Quién ha pedido [‘acaba de pedir’] la vez? [pregunta, por su lado, la persona que va a darla y no sabe todavía a quién: ruidos, etc.]. 6 –(h)¿Quién da la vez? –(h)Yo, yo... 7 –(m) ¿Quién da la vez, por favor? –(h) Yo, yo. 8 –(h)¿Quién da la vez, por favor? –(h)¡Yo! 9 –(m)¿Quién da la vez...? –(h)¡Servidor! 326 José Polo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 319-329. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 327 10 –(h) ¿Quién da la vez? –(h) Yo soy el último... 21 –(m)Los últimos, ustedes, ¿no?[se dirige a una pareja]. –(m)Sí... 11 –(h)¿Quién da la vez? –(m) Yo, yo soy la última. E/22 –(m)¿La última, por favor? –(m)Soy yo. 12 –(h) ¿Quién da la vez, quién da la vez...? –(m) Aquí. 23 –(h)¿Quién es el último, por favor? –(m) Pues yo... 13 –(m) ¿Quién da la vez? –(h) Ahí, el caballero [señalando a otra persona]. 24 –(m)¿Quién es la última? –(h) Yo. 14 –(m)¿Quién da la vez, por favor? –(h) Yo[tocándose el pecho con la mano derecha: ‘soy yo quien da la vez’]. 25 –(m)¿Quién es la última? –(m)A mí nadie me ha pedido la vez... [‘luego soy yo’]. D/15 –(m)¿Es usted el último? [antes ha preguntado y alguien la ha orientado hacia mí]. –(h)Sí. 26 –(m)¿La última? –(h)Soy yo. –(m)[¡Ah!] El último...: ¡perdón! 16 –(m)¿El último? ¿Quién es el último? –(h)Soy yo. F/27 –(m)¿Quién es la última o el último? –(m)Aquí. 17 –(h)¿Quién está el último? –(h)Yo... 28 –(h)¿Quién es el último, última? –(m)Aquí, nosotros[acompañada de un señor]. 18 –(h)¿Quién es el último, por favor? [no recibe respuesta y vuelve a preguntar]. ¿Hay algún último? –(m)Sí: la última... 29 –(m)¿El último, la última? [al no obtener respuesta, repite...]. ¿El último, la última? –(m)Soy yo, señora. 19 –(m)¿Quién es el último? –(h)Por allá [quien contesta añade gesto con la mano y orientando la dirección de la cabeza en el mismo sentido al repetir...]. Por allá abajo... 20 –(m)Señor, ¿es usted el último? [habla una persona mayor, con bastón; se ve que alguien la ha orientado hacia mí]. –(h)El último, sí. 30 –(m)¿La última...?, ¿o el último? –(h)Yo mismo. 31 –(m)¿Quién es el último, la última? –(h)[sin hablar; señalando con el dedo pulgar de la mano derecha en dirección al pecho, quien “contesta” significa ‘yo’]. 328 José Polo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 319-329. 32 –(m)¿Quién es el último, la última? –(h)[Situación gestual parecida a la del número anterior]. –(m)¡Usted...! [o sea, ‘entendido, de acuerdo’]. 33 –(m)¿Quién es la última, el último? –(h)Yo. 34 –(m)¿Quién es la última, el último? –(h)Yo, el último. 35 –(m) ¿Último, última? –(m) Servidora; soy la última. 36 –(h) ¿Quién es el último? [dirigiéndose a mí]. –(h) Una señora por ahí... [con gesto de orientación espacial]. –(h) ¿Quién es la última? [pregunta ahora el mismo de antes]. G/37 –(m)¿Quién es la última? –(h)Aquí. 38 –(m)¿Quién es la última? –(h)Aquí yo. 39 –(m)¿Quién es la última? –(h)Último...[soy yo]. 40 –(m)¿Quién es la última? –(h)Yo, último. H/41 –(m)¿Quién es el último? –(m)La última soy yo. 42 –(m)¿Es usted el último? [dirigiéndose a un señor]. –(m)No, la última soy yo [contesta otra persona]. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 329 I/43 –(m)Por favor, ¿el último? –(m)Esta señora es el último [interviene una persona no afectada por la petición de vez]. –(m)Sí, yo soy el último [ha contestado la señora aludida, la tercera de la serie]. 44 –(h)El último... ¿quién es? –(h)El último, nosotros[él y su señora]. 45 –(m)¿Quién es la última?[no contesta nadie inmediatamente]; ¿la última? –(m) Nosotras[luego, dirigiéndose a su interlocutora:] –¡Oiga, que venimos mi hija y yo...![‘que somos dos, una detrás de la otra’]. 46 –(m[sin coloquio previo; ¿hablante argentina?]) ¿Y quién es el último? [no hay respuesta]. ¿Nadie da la vez? –(m) Es que una señora se ha ido... 47 –(h)¿La última o el último? –(m) Yo... –¡Gracias! 48 –(m)¿La última? –(m)[levanta la mano, de modo perceptible, sin decir nada: ‘soy yo’ gestual] [no parecía extranjera]. 49 –(m)¿La última? [nadie contesta; ahora, con ritmo muy rápido:] ¿Última, último? –(m)¡Mire…! [Señala a otra persona]. ANUNCIAR LOS ANUNCIOS. ANÁLISIS DE TEXTOS QUE DAN PASO A LA PUBLICIDAD EN TELEVISIÓN MARGARITA PORROCHE BALLESTEROS Universidad de Zaragoza VERÓNICA EDESO NATALÍAS Universidad de Zaragoza 0. El presente trabajo tiene como objetivo fundamental el análisis de los textos monológicos que dan paso a la publicidad en la televisión española1. En la primera parte de nuestro estudio, analizamos la “actividad discursiva” que se desarrolla mediante los textos de los que nos ocupamos; en esta primera parte estudiamos cuál es la intención comunicativa de los presentadores que dan paso a la publicidad y las estrategias comunicativas que utilizan para conseguir su objetivo. En una segunda parte, analizamos la estructura de los textos que dan paso a publicidad, y, en la tercera, estudiamos los aspectos lingüísticos más destacables de estos textos. 1. Consideramos textos a las emisiones lingüísticas que dan paso a la publicidad en televisión en cuanto que son manifestaciones del uso lingüístico caracterizadas por tener una unidad de intención comunicativa. Los textos de que nos ocupamos tienen como principal finalidad anunciar que la emisión va a verse interrumpida por la publicidad y evitar que los espectadores cambien de canal. Con este fin los presentadores recurren a variadas estrategias comunicativas que vamos a analizar utilizando, fundamentalmente, conceptos de la teoría de la cortesía, entendida como una estrategia conversacional ligada al interés de los hablantes por mantener las buenas relaciones que la comunicación verbal recomienda (Escandell, 1993: 164). Para nuestro estudio, hemos utilizado cuatrocientos textos que dan paso a publicidad recogidos en los años 2000 y 2001, de ellos, reproducimos los que ejemplifican mejor nuestras observaciones. Después de cada ejemplo hacemos constar el nombre del programa, la fecha en la que se recogió y la cadena de televisión en la que fue emitido. No nos ocupamos de los procedimientos mediante los que de un modo no verbal se introducen los anuncios ni de las peculiaridades de aquellos textos en los que el paso a la publicidad se introduce mediante un diálogo. El trabajo que aquí presentamos se basa en el modelo de análisis textual esbozado en Porroche (2003a). 1 ORALIA, Vol. 9, 2006 332 Margarita Porroche y Verónica Edeso ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-341. Consideramos que la cortesía verbal supone la existencia de un conjunto de estrategias que busca el éxito de la comunicación ante posibles conflictos entre los intereses del emisor y de su interlocutor. Se trata de, por una parte, evitar o suavizar posibles tensiones y, por otra, de presentar una imagen favorable de uno mismo y favorecer las buenas relaciones con el interlocutor. Los textos de que nos ocupamos constituyen actos de habla exhortativos impositivos –ruegos, súplicas, mandatos–, en el sentido de que se pretende que el público haga algo (continuar atento) que beneficia sobre todo al locutor2. Puesto que al telespectador se le intenta imponer algo que no es de su gusto3, se utilizan una gran variedad de estrategias comunicativas para intentar hacer más llevadera la obligación de permanecer ante la pantalla. En términos de Brown y Levinson (1978), las pausas publicitarias amenazan la imagen negativa del telespectador, en cuanto que se le impone algo que no le gusta, y dañan la imagen positiva del presentador, que realiza un acto no aprobado por el telespectador. El presentador no puede evitarlo, pero sí mitigarlo (intentando atenuar la duración de la pausa y reforzando la imagen positiva del interlocutor buscando puntos en común con él y dando por supuesta su cooperación) y repararlo (justificando el acto que realiza y ofreciendo compensaciones). Los presentadores de televisión aplican la máxima de tacto de Leech (1983) –minimice el coste para el otro (no van a ser más que unos minutos de pausa) y maximice el beneficio del otro (el contenido que sigue a la publicidad es interesantísimo)– y aplican también la de acuerdo y la de simpatía (ibíd.) –intentan minimizar la antipatía que las pausas publicitarias suscitan–. Para ello, por una parte, se intenta justificar la necesidad del corte publicitario y, por otra, se involucra al espectador en la decisión de realizar la pausa. Vamos a ver con más detenimiento todas estas estrategias. En casi todos los textos que hemos analizado se intenta convencer al telespectador de que el tiempo de espera va a ser mínimo y de que merece la pena esperar, si bien en la mayor parte de las ocasiones se va en contra de la máxima de cualidad (Grice, 1975), ya que los anuncios suelen durar más de lo que se nos promete. Para minimizar el desacuerdo y la antipatía que las pausas publicitarias 2 La cortesía puede medirse en función del coste y del beneficio que del acto realizado se siga para el locutor y el interlocutor, respectivamente, y es mayor cuanto mayor sea el coste para el primero y el beneficio para el segundo. Las órdenes se consideran, por lo general, actos de habla intrínsecamente descorteses (vid. Leech, 1983). 3 Vid. nota anterior. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-331. Anunciar los anuncios 333 suscitan en el telespectador, los presentadores, siguiendo las máximas de acuerdo y de simpatía de Leech (1983), por una parte, justifican la necesidad del corte publicitario (Un momento, tengo que ir al lavabo, regresamos en un instante) y, por otra, intentan involucrar al espectador en la decisión de realizar la pausa utilizando el pronombre nosotros, que pone de manifiesto lo que Haverkate (1984) ha denominado una estrategia pseudoinclusiva, mediante la que los hablantes, en los actos exhortativos, fingen que en la actualización de lo descrito participan colectivamente ellos mismos y sus interlocutores. El uso de la primera persona del plural incluye siempre al presentador y a los que colaboran en el programa (Nos tenemos que marchar) y, en muchas ocasiones, al espectador (Vamos a darnos un respiro publicitario), aunque, también es cierto que, en algunos casos, se utiliza la primera persona (Bueno, me tengo que ir), lo que, a nuestro juicio, debe interpretarse como muestra de un intento de proximidad con el público4. Frecuentemente, los actos que estamos analizando se formulan como no impositivos, en el sentido de que el acto se presenta como beneficioso para el interlocutor, es decir, como un consejo, una recomendación o una instrucción, más que como un mandato, un ruego o una súplica: (1) Para rebajar y relajar la tensión vamos a hacer una pequeña pausa publicitaria. (Audacia, 7-5-2001, La Primera) Los presentadores intentan ser corteses. El siguiente texto pone de manifiesto el respeto a las estrategias verbales de cortesía de Lakoff (1973) –no impongas tu voluntad al interlocutor; indica opciones; haz que tu interlocutor se sienta bien–: (2) Sírvanse una cervecita o aprovechen para pintarse el ojo si van a salir esta noche que volvemos enseguida. (Ahora, 3-11-2000, ANTENA 3) Pero los textos que producimos se automatizan. De hecho estamos analizando lo que los textos de paso a la publicidad tienen en común. En todos se intenta crear una expectación positiva en el público sobre lo que va a venir a continuación y se intenta atenuar lo negativo que para el que espera que acabe la pausa puede resultar la larga duración de los anuncios. De ahí que algún presentador intente romper las expectativas haciendo todo lo contrario. Es lo que Antonio Gasset Dubois hace en el programa “Días de cine” de TVE 2: 4 Recordemos que la cortesía aumenta en la medida en que es mayor la distancia entre hablante y oyente (Haverkate, 1994: 40). Por ejemplo, las relaciones entre dos hermanos son menos corteses que las de un empleado y su jefe. 334 Margarita Porroche y Verónica Edeso ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-341. (3) Llegó la pausa. Tras eslóganes y publicidad seguiremos con lo que nos trae el hasta ahora deprimente cine actual. Hasta luego. (Días de cine, 16-11-2000, TVE 2) (4) Llegó la pausa. Durante este tiempo hagan lo que quieran. Pueden hacerse una operación de cambio de sexo, disfrutar con su pareja... En fin, lo que quieran. Tiempo les sobra. (Días de cine, 14-12-2000, TVE 2) En los ejemplos citados nos hallamos ante la puesta en práctica de la máxima “critícate a ti mismo antes de que pueda hacerlo tu interlocutor”, que intenta proteger la imagen del emisor de posibles críticas ajenas (vid. Haverkate, 1994: 19). Puesto que los textos que estudiamos tienen como principal finalidad evitar que los espectadores cambien de canal, podemos decir que la función lingüística predominante es la apelativa, aunque también existen la función referencial y, en algunos casos, la expresiva y la fática. Incluso podríamos hablar de una función metacomunicativa. Los textos que analizamos introducen la publicidad, necesaria para el sostenimiento económico de la cadena, atenúan el efecto negativo que la inclusión de la publicidad tiene para el telespectador, avisando de que el programa de que se trate va a ser interrumpido; en este sentido tienen también una función demarcativa y de enlace. Son una especie de inciso metadiscursivo, un marcador discursivo que avisa de algo que no nos gusta y que promete, tras la suspensión, que se anuncia breve, una mayor carga informativa. 2. Los textos que dan paso a la publicidad se caracterizan por una estructura en la que diferenciamos las partes que exponemos a continuación. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-331. Anunciar los anuncios 335 2.4. La referencia a la vuelta puede incluir exhortaciones al telespectador: (6) En unos minutos estamos de vuelta. No se marchen. (Alerta 112, 25-1-2001, ANTENA 3) 2.5. Muchos de los textos que dan paso a la publicidad incluyen también una justificación: (7) Para rebajar y relajar la tensión vamos a hacer una pequeña pausa publicitaria. (Audacia, 7-5-2001, La Primera) 2.6. También es frecuente introducir el nombre del programa o el canal en el que se emite para recordar al espectador donde tiene que volver si hace zapping: (8) Regresamos en un momentito, aquí en “Buenas Tardes” a todo corazón. (Buenas Tardes, 17-1-2001, TELE 5) De todas estas partes a las que nos hemos referido, el nombre del programa, la justificación de la pausa y las exhortaciones al telespectador se suprimen con frecuencia. Existen, en cambio, dos componentes fundamentales que pueden realizar por sí solos el acto discursivo de “anunciar los anuncios”: el aviso de la interrupción (vid. 2.1.) –Publicidad; Una pausa publicitaria– y la referencia a la vuelta con indicación de la brevedad del tiempo de la interrupción (vid. 2.2) –Ahora mismo volvemos–. Estas dos partes pueden aparecer de modo independiente o combinadas en la estructura textual –Nos vamos a publicidad. Enseguida volvemos–. La referencia a la vuelta procurando crear expectación aparece también frecuentemente en los textos de los que nos ocupamos. 2.1. Aviso de la interrupción (Nos tenemos que ir a publicidad; Hacemos una pausa). 2.2. Referencia a la vuelta con indicación de la brevedad del tiempo de la interrupción (Volvemos enseguida; En unos minutos volvemos). 2.3. Referencia a la vuelta procurando crear expectación: (5) Treinta segundos y vamos a ver uno de los lugares más bellos de la tierra. (Noticias, 22-1-2001, ANTENA 3) 3. La forma lingüística de los textos que analizamos pone de manifiesto, fundamentalmente, por un lado, las relaciones entre el presentador y los telespectadores y, por otro, la intención comunicativa del emisor. 3.1. Como ya hemos señalado, el acto de habla fundamental que se realiza con los textos de los que nos ocupamos es un acto de habla exhortativo dirigido a los espectadores a los que se trata de usted o de tú dependiendo fundamentalmente del tipo de programa –el público al que va dirigido y la imagen más o menos próxima al espectador que el presentador quiere ofrecer–. 336 Margarita Porroche y Verónica Edeso ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-341. Pero, en otras ocasiones, en relación con la categoría persona, se intenta atenuar la fuerza del acto de habla realizando una referencia no explícita al interlocutor. Se trata de una estrategia desfocalizadora de la identidad del oyente que en nuestros textos se realiza mediante el uso de nosotros, como ya hemos señalado más arriba: (9) Vamos a la pregunta de los cinco millones en “Audacia”, pero antes nos vamos a tomar un breve respiro publicitario. (Audacia, 7-5-2001, La Primera) En otras ocasiones, simplemente, no hay ningún tipo de referencia al interlocutor: (10) Está todo preparado, en dos minutos vuelve nuestro programa. (Crónicas Marcianas, 15-5-2001, TELE 5) Sin embargo, no faltan tampoco ejemplos de cortesía focalizadora, mediante la que se pone de relieve el papel de los telespectadores en el programa: (11) Señores, ¡cuatro millones de pesetas!, les espero en unos instantes. (Pasapalabra, 5-3-2001, ANTENA 3) El presentador, en los momentos en los que da paso a la publicidad, para referirse a sí mismo, suele utilizar, como ya hemos señalado, la primera persona del plural que incluye siempre al presentador y a los que colaboran en el programa (Nos tenemos que marchar) y, en muchas ocasiones, al espectador (Vamos a darnos un respiro publicitario). Se trata de una estrategia –en este caso de cortesía desfocalizadora del hablante– para hacer que su comportamiento –el interrumpir el programa– sea más aceptable para el oyente. Sin embargo, aunque menos frecuentemente, algunos presentadores utilizan la primera persona del singular, probablemente, en el intento de reflejar una mayor espontaneidad: (12) Bueno, me tengo que ir. Se nos acaba el tiempo. Ahora volvemos. (Día a Día, 1-2- 2001, TELE 5) También determinadas interjecciones y marcadores discursivos se utilizan en los textos que analizamos para poner de manifiesto la relación que se pretende establecer con los telespectadores. La interjección eh es fundamentalmente una llamada de atención al interlocutor. Es una interjección orientada al oyente. Al final de la oración y ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-331. Anunciar los anuncios 337 con entonación interrogativa es caracterizada por Beinhauer (1978: 96) como “elemento popular de cortesía”, supone un contacto con el oyente, que aparece, por ejemplo, en las despedidas y también cuando “el hablante teme que el interlocutor pueda no estar de acuerdo con lo dicho”. En este sentido la realización interrogativa de la interjección es un medio apropiado para transmitir cortesía positiva (Haverkate, 1994: 199): (13) Ahora volvemos ¿eh? (Sabor a ti, 24-5-2001, ANTENA 3) La interjección venga, orientada al oyente, puede considerarse en nuestros textos, como hace Vigara (1980: 62), un estimulante conversacional que intenta involucrar al interlocutor en el diálogo, sin esperar una acción directa por su parte. Añade expresividad: (14) Venga, ¡hasta luego megasocios! (Club Megatrix, 21-1-2001, ANTENA 3) En todos los casos nos encontramos con elementos que tienen una función fática-expresiva y que, siguiendo a Briz (1998: 224), podemos denominar marcadores metadiscursivos de control de contacto. A los ya citados pueden añadirse las expresiones Ya saben y ¿Saben qué? que aparecen en los ejemplos siguientes: (15) Ya saben, después de la publicidad se lo cuento. (Como la vida, 22-1-2001, ANTENA 3) (16) ¿Saben qué?, nos vamos a publicidad. (Sabor a ti, 26-1-2001, ANTENA 3) Mediante el uso de determinados tiempos verbales se intenta convencer al telespectador de que la pausa publicitaria va a ser breve. Con este fin, se utilizan sobre todo el futuro perifrástico y el presente con valor de futuro, que presentan la vuelta de la publicidad como inminente: (17) Nos vamos a marchar un momentito, pero tenemos muchas cosas pendientes así que no se muevan de ahí porque enseguida volvemos. (Sabor a ti, 24-5-2001, ANTENA 3) Otra estrategia del presentador para que el acto de interrumpir el programa sea mejor aceptado, como ya hemos señalado, es presentarlo como una obligación, lo que gramaticalmente se refleja en el uso abundante de perífrasis obligativas: (18) Bueno, me tengo que ir a publicidad. Gracias compañeros mañana más... (Día a Día, 1-2- 2001, TELE 5) 338 Margarita Porroche y Verónica Edeso ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-341. 3.2. El tiempo en televisión es dinero y los presentadores al anunciar el paso a la publicidad suelen ser breves, por lo que la sintaxis suele ser sencilla, con predominio de la coordinación y de la yuxtaposición: (19) Les espero, no me falten. (Pasapalabra, 15-5-2001, ANTENA 3) Aunque también pueden aparecer oraciones consecutivas que intentan presentar la publicidad como una consecuencia lógica, así como oraciones causales que proporcionan una razón para que el espectador no cambie de canal: (20) Las cosas que nos esperan son demasiadas, así que hagamos una breve pausa y continuamos en un momento. (Crónicas Marcianas, 24-10-2000, TELE 5) (21) Sigan con nosotros porque “Gente” continúa. (Gente, 24-10-2000, La Primera) Por otra parte, en los textos de los que nos ocupamos aparecen también conjunciones cuya función puede caracterizarse como discursiva5. Las más frecuentes son pero, que introduce un enunciado que va en contra de una inferencia que puede extraerse del segmento que lo precede6; y, con valor continuativo (vid. Porroche, 1993); que como introductor de un comentario (vid. Porroche, 1998); y pues como elemento continuativo que marca que lo que le sigue es información nueva (vid. Martín Zorraquino, 1991 y Porroche, 1996): (22) Nos tomamos un respiro, pero corto, como siempre. (Gente, 24-10-2000, La Primera) (23) Mucha suerte y ¡que les llamamos dentro de unos minutos! Hasta ahora. (El juego del euromillón , 23-5-2001, TELE 5) (24) Bueno, pues mientras vamos colocando la M para el siguiente concurso. ¿Aceptan el reto?... pues les espero después de la pausa publicitaria. (Hora punta, 21-12-2000, La Primera) Al igual que las conjunciones, el marcador discursivo bueno también es utilizado por los presentadores para marcar la organización del texto. Bueno, en los textos que analizamos, tiene el valor del bueno reformulador y del que Beinhauer (1978: 431-434) denominó “conclusivo”, que sirve para marcar que se va a acabar de hablar7: ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-331. Anunciar los anuncios 339 (25) En dos minutos cuarenta y cinco segundos, cuarenta y cuatro ahora, cuarenta y tres, cuarenta y dos, bueno ¡ya!, se inicia Crónicas Marcianas, ¡ya! (Crónicas marcianas, 16-5-2001, TELE 5) (26) Bueno, gracias a todos, nos tenemos que marchar, pero volvemos enseguida. (Sabor a ti, 7-5-2001, ANTENA 3) 3.3. En la caracterización lingüística de nuestros textos hay que destacar también cuestiones de estilo. En nuestros textos aparecen rasgos de español coloquial, probablemente porque el presentador busca un acercamiento al público. En los textos que presentamos a continuación, aparece el dativo de interés (No se me despisten), contracciones fonéticas (pa), términos coloquiales (cafelín, cosillas, mismito, cacao, con el significado de lío) y preguntas dirigidas al telespectador que imitan un diálogo, que obviamente no es real (¿Nos tomamos un decanso pa tomar un cafelín?): (27) Que ahora mismito volvemos, ¡No se me despisten! (Como la vida, 4-1-2001, ANTENA 3) (28) ¿Nos tomamos un decanso pa tomar un cafelín? (...) enseguida volvemos para seguir contando cosillas. (Como la vida, 4-1-2001, ANTENA 3) (29) Señores, dentro de un momento está aquí el vicepresidente primero del gobierno, Mariano Rajoy, para charlar de otras cosas, de otro “cacao”. Hasta dentro de un rato. Gracias Jennifer. (La noche abierta, 25-1-2001, TVE 2) En este último ejemplo puede verse la mezcla de estilo coloquial –el uso de “cacao”– y formal (el tratamiento de señores y la sintaxis trabada). Tampoco faltan en los textos que analizamos las figuras retóricas. Pueden observarse la personificación y el polisíndeton del ejemplo 30, el paralelismo del 31, las metáforas de los dos siguientes o la hipérbole y la aliteración de los ejemplo 34 y 35: (30) Bueno Javi, te tenemos que despedir y te despedimos con un aplauso y con ese aplauso vamos a ¡Doña Publicidad! (Saber vivir, 29-5-2001, La Primera) (31) Cuanto antes nos vayamos antes volvemos. (El Euromillón, 16-11-2000, TELE 5) Sobre el uso discursivo de las conjunciones remitimos a Porroche (2003b). Sobre el valor discursivo de pero, vid. Porroche (1996). 7 Sobre los distintos valores de bueno como marcador discursivo, vid. también Martín Zorraquino (1994). 5 6 (32) Vamos a entregar el testigo a la publicidad. (La mirada crítica, 16-1-2001, TELE 5) 340 Margarita Porroche y Verónica Edeso ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-341. Anunciar los anuncios ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 331-331. 341 (33) Vamos a hacer un alto en el camino y vamos a Murcia. (Día a día, 31-10-2000, TELE 5) BIBLIOGRAFÍA (34) Hoy tenemos un programa muy intenso. Hemos tirado la casa por la ventana. Regresamos. (Crónicas marcianas, 29-5-2001, TELE 5) (35) Vamos a hacer una pausa para pasar a la publicidad. Volvemos en unos instantes, les esperamos desde aquí, desde Washington. (Informativo, 7-112000, TELE 5) Tampoco faltan las elipsis: (36) Después de publicidad moda y corazón y la mesa de debate. (Día a día, 3110-2000, TELE 5) Ni los eufemismos que sustituyen publicidad por respiro o pausa: (37) Hacemos una pausa y volvemos enseguida. Ella sigue practicando aquí conmigo. Ahora volvemos. (EL precio justo, 18-5-2001, La Primera) 4. En muchas ocasiones, todos nos hemos sentido molestos cuando nuestro programa favorito se ha visto interrumpido por la pausa publicitaria. El presentador que da paso a la publicidad realiza, de un modo más o menos directo, un acto exhortativo-impositivo, esto es, un acto no cortés, que intenta mitigar justificándolo, ofreciendo compensaciones y buscando la cooperación del interlocutor. A lo largo del presente estudio esperamos haber puesto de manifiesto los principales mecanismos pragmáticos, discursivos y lingüísticos con los que, en los textos de los que nos ocupamos, se nos intenta convencer de que la pausa va a ser breve, de que merece la pena esperar, e incluso, en ocasiones, de que necesitamos el “respiro publicitario”. BEINHAUER, W. (1978): El español coloquial, Madrid, Gredos. BRIZ, A. (1998): El español coloquial en la conversación, Barcelona, Ariel. BROWN, P. y LEVINSON, S. (1978): Politeness: Some universals of language usage, Cambridge, Cambridge University Press. ESCANDELL VIDAL, M. V. (1993): Introducción a la pragmática, Madrid, AnthroposUNED. GRICE, H. P. (1975): “Logic and conversation”, en P. Cole y J. L. Morgan (eds.), Syntax and semantics 3: Speech acts, Nueva York, Academic Press, págs. 41-59. HAVERKATE, H. (1984): Speech acts, speakers, and hearers. Reference and referential strategies in Spanish, Amsterdam, North- Holland. HAVERKATE, H. (1994): La cortesía verbal, Madrid, Gredos. LAKOFF, R. ([1973]1998): “La lógica de la cortesía, o acuérdate de dar las gracias”, en A. Ferrara et alii (eds.), Textos clásicos de pragmática, Madrid, Arco Libros, págs. 259278. LEECH , G. N. (1983): Principles of Pragmatics, Londres, Longman. MARTÍN ZORRAQUINO, M.ª A. 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Contribuciones de América Latina, recoge 27 artículos agrupados en siete secciones o capítulos y un artículo final bajo el rubro “Estado de la cuestión”, sobre los estudios del discurso en América Latina en la actualidad. La mayoría de los 34 autores trabajan en universidades chilenas (con excepción de tres en Argentina, dos en Brasil y uno en Venezuela, Estados Unidos y Francia respectivamente), razón por la cual el libro resulta muy representativo del análisis del discurso (AD) en Chile, con algunas importantes contribuciones procedentes sobre todo de América Latina. Así lo describe Harvey: “compilación de trabajos de especialistas chilenos y de otros países” (p. 27). Las perspectivas teóricas y campos de estudio del conjunto de artículos son muy diversos, por lo que no debe haber resultado sencillo agruparlos en una estructura coherente. Harvey lo hizo desde un punto de vista temático: la palabra “discurso” inicia el título de cada capítulo, a la que se añade el aspecto temáticamente más sobresaliente, ya se trate de ámbitos o esferas de realización del discurso (“discurso y ciencia”, “discurso y educación”), o de propiedades del discurso de las se que han derivado áreas de investigación (“discurso y argumentación”, “discurso, ideología e identidad”), o del estudio discursivo de una problemática social específica, como el racismo. Un capítulo está dedicado al análisis de la interacción oral y el último, “Otras visiones”, recoge aportaciones de orden teórico o reflexiones desde otras disciplinas. Los analistas del discurso encontrarán en este volumen trabajos relevantes para su área específica, pero además un espectro de trabajos en otras áreas del discurso. Los estudiantes y aquellos que se inician en AD obtendrán con la lectura de este libro un repertorio de problemas relevantes que abordar, y se beneficiarán de explicaciones claras de las diversas metodologías empleadas. La mayoría de los autores muestran en su escritura y exposición una experiencia de investigación consolidada y un amplio manejo de las bases teóricas pertinentes a su campo de estudio; otros trabajos tienen menor alcance ORALIA, Vol. 9, 2006 346 Irene Fonte Zarabozo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 345-350. y se limitan a un ejercicio de análisis, pero aún en éstos encontramos una coherencia expositiva. Hay que decir que la gran mayoría de los artículos tienen la virtud de proceder de proyectos de investigación en curso o recién concluidos, por lo que se basan en conjuntos extensos de datos recogidos sistemáticamente. Ante la imposibilidad de dar amplia cuenta de todos los artículos del volumen, trataré de reseñar los capítulos temáticos refiriéndome brevemente a los trabajos allí incluidos. El primer capítulo, “Discurso y argumentación”, comienza con un artículo de López titulado “¿Qué es un discurso argumentativo razonable? Algunas consideraciones teórico-metodológicas”, que busca mostrar la existencia de criterios generales que permiten caracterizar un discurso argumentativo como razonable. Relaciona distintos tipos de argumentación con los criterios de relevancia, suficiencia y aceptabilidad. La cuestión es desde luego pertinente y de aplicación concreta si se tiene que decidir o juzgar en casos de controversia: ¿es posible determinar con criterios objetivos si una argumentación es correcta y coherente? El autor del artículo así lo considera. En el mismo capítulo, Vicuña trata también los criterios de aceptabilidad en el discurso argumentativo. El artículo de Rolim aborda las estrategias argumentativas del Menón de Platón desde un enfoque semiolingüístico a la manera de Charaudeau. Burdach y Pons estudian “el entramado persuasivo del texto publicitario” a partir de un corpus amplio de mensajes publicitarios diversos aparecidos en revistas femeninas. Evalúan comparativamente el comportamiento de una serie de dimensiones analíticas variables que van desde lo enunciativo hasta lo gramatical y léxico. Finalmente muestran cuáles son los patrones y formas más utilizadas en los anuncios. El segundo capítulo, “Discurso y ciencia”, reúne tres artículos que tratan diversos aspectos de esa gran área que constituye el discurso científico y académico y que ha recibido un interés creciente por parte de los estudiosos del discurso. Los dos primeros artículos de esta sección tienen varios puntos de contacto. Coincidiendo con Jacobi, sus autoras conciben el discurso científico como un continuum desde el más especializado producido por y para expertos hasta la divulgación de la ciencia, producida por científicos o periodistas para el público lego. Los artículos de Ciapuscio y de Harvey comparan dos segmentos o momentos de este continuum (de hecho, dos géneros discursivos) con respecto a determinados fenómenos. Ciapuscio, en “La metáfora en la comunicación de la ciencia”, estudia las metáforas producidas en textos muy relacionados: entrevistas de periodistas a científicos, y artículos de divulgación producidos a partir de éstas. Muestra cómo la metáfora es un recurso central que permite al científico formular y explicar conceptos complejos y cómo en ocasiones las metáforas se conservan como elemento de continuidad en el paso de uno a otro género, o se reducen o ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 345-350. En torno al discurso 347 se sintetizan. El artículo presenta una documentada revisión de algunas propuestas relevantes que vinculan la metáfora con el discurso científico. Harvey, en “Manifestaciones evaluativas en la ciencia como discurso”, estudia los procedimientos de evaluación en el discurso de la ciencia. Considera dos instancias del continuum discursivo: el artículo especializado y el de divulgación, en un corpus de 24 artículos. Considera específicamente qué y cómo se evalúa, pero no sólo se ocupa de aspectos lingüístico-textuales sino que adopta una perspectiva socio-pragmática que toma en cuenta los factores contextuales de producción y destino de los textos. Nos muestra por una parte cómo las características de la evaluación en cada tipo de discurso dependen de factores del género en cuestión; por ejemplo, en los dos tipos de artículos varía la entidad evaluada debido a sus diferentes propósitos comunicativos. Por otra parte, encuentra parámetros comunes que apuntan a evaluar “el estatus, la relevancia y el beneficio de las entidades evaluadas”. En el continuum discursivo que va del texto científico primario al divulgador, ciertas configuraciones léxico-sintácticas pasan de uno a otro, confiriéndole al último cierto prestigio y credibilidad. El capítulo termina con el artículo de Soto “Las construcciones de agente degradado en la sección método de los artículos científicos”, que trata la ocurrencia y función de distintos tipos de cláusulas pasiva e impersonal en un conjunto de artículos científicos, desde una perspectiva lingüística cognitiva. Este tipo de cláusulas, muy frecuente en los textos analizados (particularmente en la sección de método donde se relata la parte procedimental de la investigación), se relaciona con la mayor prominencia otorgada al procedimiento con relación a los agentes del mismo. El autor considera este uso lingüístico específico como expresión de la representación del propio quehacer profesional del científico. El tercer capítulo, “Discurso y Educación”, encuentra una continuidad temática con el anterior, dada la estrecha relación que guarda el discurso científico con el educativo. Marinkovic presenta un breve pero sustancioso artículo, “Los textos especializados en la educación media técnico-profesional. Hacia una clasificación en el ámbito de la divulgación científica”, donde revisa varias propuestas de clasificación del discurso científico para concluir con una propia, que enfatiza el carácter didáctico de los textos científicos escolares. Su propósito al afinar esta clasificación, considerando la naturaleza y requerimientos de este tipo de textos, es contribuir al mejoramiento de éstos. Núñez y Espejo exponen algunos resultados sobre un estudio del género discursivo “informe académico” tal como se practica en instituciones de educación superior. Después de una discusión sobre las características de este género discursivo, muestran la conceptualización del mismo por parte de estudiantes y profesores. Pávez y Coloma presentan un estudio sobre las habilidades narrativas en niños de 4 y 5 años con trastorno específico de lenguaje 348 Irene Fonte Zarabozo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 345-350. (TEP), y argumentan sobre la conveniencia de considerar la narración en las terapias dirigidas a este problema. En este mismo capítulo, Lopes describe un estudio comparativo de libros de texto (oficiales y gratuitos) dedicados a la enseñanza de la lengua escrita en la educación básica de Chile y Brasil. En el capítulo IV, “Discurso, ideología e identidad”, Berardi hace “un análisis crítico de los mecanismos discursivos de persuasión en el Presidente chileno Ricardo Lagos”. Estos mecanismos forman parte de las estrategias discursivas de legitimación en el marco de la globalización. La autora muestra cómo los recursos retóricos empleados en un conjunto de discursos presidenciales contribuyen a la representación de una identidad nacional desde el poder. Pardo, al igual que Berardi en el marco del análisis crítico del discurso, nos presenta “un estudio sobre la corrupción y la indigencia en la Argentina”, en el discurso de la prensa. Con muy buena base documental, hace una reflexión sociológica sobre la conceptualización de la pobreza y la corrupción en el imaginario social. Observa cómo, en el discurso, la pobreza tiende a relacionarse más con la criminalidad que la corrupción, que tiende a ser considerada como una especie de “mal necesario”. De un amplio corpus recogido, analiza dos textos periodísticos donde co-ocurren los términos corrupción y pobreza. Analizando sus posiciones como rema y como foco, encuentra que en general no se establece una relación de sentido vinculante entre corrupción y pobreza. Se relaciona pobreza con inseguridad y criminalidad, mientras que corrupción tiende a situarse discursivamente en posición desenfocada. El artículo resulta didáctico porque todos los conceptos manejados son explicados en términos generales. Tanto este artículo como el anterior ponen de manifiesto la vocación del análisis crítico del discurso de insertarse en las ciencias sociales que interpretan las realidades acuciantes de nuestro tiempo. En otro artículo, Schmal y González abordan el discurso estatal sobre el tema de la droga, analizando semántica y simbólicamente la construcción discursiva de los distintos sujetos sociales que intervienen en esta problemática. Analizan un documento oficial sobre la prevención y control de drogas y algunas entrevistas. Desde una perspectiva foucaultiana, interpretan sus resultados como una “mitologización” del sujeto de la droga que resulta receptáculo de males sociales, mientras que el estado representa el orden. En el mismo capítulo, Latorre, Vega y Opago presentan los resultados de un estudio sobre la imagen de Estados Unidos y la Unión Soviética durante la guerra fría en el diario chileno más conservador. Siguiendo el modelo propuesto por Van Dijk en el estudio de la ideología en el discurso, concluyen que la acusación es la estrategia semántica más utilizada. El capítulo V, “Discurso e interacción oral”, reúne tres artículos. Granato realiza una interesante contribución teórica en “La teoría de la apreciación y la gestión interrelacional en el análisis de la interacción verbal”. Des- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 345-350. En torno al discurso 349 pués de exponer de modo sintético y claro los principios básicos de ambas teorías, establece puentes de contacto que le permiten elaborar una propuesta analítica que combina ambas posturas teóricas en beneficio del análisis de la interacción verbal. Arao, por su parte, presenta el análisis de una entrevista realizada a un anciano, perteneciente a una colección de entrevistas cuya finalidad es recoger testimonios de la historia de la ciudad de Belo Horizonte. Arao aplica conceptos provenientes de la semiolingüística de Charaudeau al análisis de la entrevista para mostrar algunos aspectos de su dinamismo dialógico, y cómo el entrevistado asume diferentes papeles en la situación comunicativa. En “Entonación y actitud modal versus modalidad”, Cepeda expone resultados estadísticos sobre la marcación del modo y la modalidad en entrevistas semi-formales. Los artículos que integran el capítulo 6, “Discurso y minorías”, se inscriben en el análisis crítico del discurso, siguiendo principalmente la línea de van Dijk en el análisis y denuncia del racismo en el discurso. Tres de los artículos de este capítulo tienen como objetivo analizar el racismo discursivo hacia los mapuches en Chile. En dos artículos diferentes, Merino y Pilleux presentan algunos resultados que forman parte de un amplio estudio basado en un corpus de entrevistas. Merino clasifica las categorías que adoptan los prejuicios y estereotipos en el discurso de los entrevistados, y explica (como Pilleux) las estrategias semánticas involucradas en la conceptualización y evaluación de los mapuches por no mapuches. San Martín, en un estudio sobre el racismo hacia los mapuches en la prensa chilena, reporta tendencias a vincular los tópicos sobre los mapuches con violencia, ilegalidad e imagen negativa. Montecino, por su parte, ofrece un interesante análisis de las manifestaciones de racismo en un foro de Internet sobre los migrantes peruanos a Chile, país que se ha convertido en foco de atracción económica para migrantes latinoamericanos. El último capítulo recoge breves ensayos desde diferentes disciplinas. Abre con un sugerente artículo de Charaudeau sobre algunas características de los medios de información, a partir de las condiciones de todo discurso: legitimidad, credibilidad y captación; el autor concluye con unas pertinentes consideraciones sobre el ejercicio del AD. En su ensayo, Donoso hilvana algunas interesantes reflexiones que intentan vincular música y discurso. Hace un recorrido sobre la conceptualización de la música en Occidente en distintos momentos históricos y se pregunta si la música contemporánea, con su voluntad de ruptura, necesitaría sustentarse en un discurso explicativo. Larraín, sociólogo de la cultura, escribe sobre identidad y discurso; Matus Olivier sobre el concepto de discurso en las humanidades y las ciencias; Lolas Stepke sobre los atributos del discurso de las diferentes disciplinas intelectuales. Como hemos visto, el volumen recoge una gran variedad de temas, cam- 350 Irene Fonte Zarabozo ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 345-350. pos de estudio y enfoques teóricos. Entre éstos, un buen número se sitúa en la corriente del análisis crítico del discurso (ACD); otros se enmarcan en la lingüística funcional sistémica; otros se afilian a las propuestas del AD francés, entre las que destacan las de Charaudeau, sólo por mencionar algunas corrientes y tendencias destacadas. Encontramos también en muchos artículos referencias a autores en lengua española y latinoamericanos, aspecto que se ha señalado como deficiente en la abundante producción del AD en América Latina. Este hecho muestra la paulatina consolidación de una producción científica relevante en el referido ámbito, que se constituye en fuente de retroalimentación y de diálogos enriquecedores. El libro de Harvey es, sin duda, una muestra de lo avanzado por este camino. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 351 GALLARDO PAÚLS, B. y J., SANMARTÍN SÁEZ, Afasia fluente. Materiales para su estudio (vol. I). Afasia no fluente. Materiales y análisis pragmático (vol. II), Valencia, Universitat de València, 2005. INMACULADA BAIXAULI FORTEA Universidad Católica de Valencia La pérdida de la capacidad para comunicarse constituye sin lugar a dudas una de las situaciones más duras con las que se puede encontrar el ser humano. Es, pues, un desafío para la investigación descubrir estrategias y procedimientos que permitan mejorar las habilidades comunicativas de estos pacientes. Los volúmenes que reseñamos constituyen un corpus representativo de transcripciones del habla de pacientes afásicos. El corpus PerLA (Percepción y Lenguaje Afásico) es el resultado de distintos proyectos de investigación dedicados a la descripción y análisis pragmático de la afasia, en los que participan profesores de la Universitat de València de los departamentos de Teoría de los Lenguajes y Filología Española. El criterio seguido para la organización en dos volúmenes es la distinción entre afasia fluente y no fluente, dicotomía que hace alusión a las diferencias en cuanto a la fluidez de la expresión verbal que manifiestan los pacientes con afasia motora y sensorial, respectivamente. Aunque esta denominación no es muy popular en el ámbito clínico, resulta muy adecuada para nuestra área de estudio. En este sentido, según señalan distintos autores (Goodglass y cols., 1964; Benson, 1967; Kernchensteiner y cols. 1972), la diferenciación fluente-no fluente permite clasificar alrededor de un 80% de los casos de afasia. En la parte introductoria de ambos volúmenes se explican las características del corpus y el sistema de transcripción seguido. Además, en el segundo volumen se realiza una propuesta de análisis pragmático especialmente dirigido al habla afásica. En una segunda parte se recoge el corpus de muestras conversacionales de hablantes afásicos. El primer libro incluye cinco transcripciones de pacientes con afasia de Wernicke o sensorial, mientras que en el segundo se recogen transcripciones de tres hablantes, uno con afasia global y dos con afasia de Broca. Cada transcripción va precedida de la correspondiente ficha técnica en la que aparecen datos del informante como el sexo, la edad, la fecha del accidente, diagORALIA, Vol. 9, 2006 352 Inmaculada Baixauli Fortea ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 351-355. nóstico, estudios o profesión anterior, bilingüismo, relación con el interlocutor-clave, así como la fecha de la grabación y los detalles de la situación comunicativa. Todas las transcripciones difieren en variables como la antigüedad de la afasia, el grado de severidad y la lengua materna del hablante (valenciano, castellano o bilingüe). Además, en el segundo volumen se transcribe el habla de uno de los pacientes en dos momentos diferentes, siendo posible observar su evolución lingüística en el tiempo. Se incluye asimismo una transcripción de la conversación mantenida entre dos hablantes con afasia de Broca, con la participación ocasional del logopeda y la investigadora. Este estudio es pionero no solo en el ámbito hispánico sino en un marco más general. A excepción de determinados corpus (el TALK-BANK de las Universidades de Carnegie Mellon y de Pennsylvania, por ejemplo), apenas se han documentado investigaciones de características similares. El trabajo se aborda desde una fundamentación rigurosa tanto desde el punto de vista científico como metodológico, con la dificultad añadida de tener que conciliar aportaciones procedentes de diferentes disciplinas: la Lingüística clínica, la Neurolingüística, la Pragmática o la Lingüística del corpus. Todas las conversaciones han sido grabadas en soporte audiovisual, en su mayoría en el domicilio del paciente, un entorno de interacción natural, no marcado, que comporta una validez ecológica mayor. Cabe destacar en este sentido la dificultad que conlleva la obtención de este tipo de muestras debido, entre otros factores, a la situación personal y familiar en la que se encuentra el paciente. Las muestras recogidas pueden ser caracterizadas como conversacionales, si bien en ocasiones se aproximan a la entrevista libre o semidirigida, con un grado de espontaneidad elevado, a pesar del condicionamiento que supone la presencia de la cámara de vídeo y del investigador, en principio desconocido para el informante. En esta situación cobra sentido la figura del interlocutor-clave (Whithworth, Perkins y Lesser, 1998), cuya presencia resulta imprescindible para el desarrollo de la conversación. Se trata de la persona, normalmente un familiar, que interactúa habitualmente con el paciente en su vida cotidiana y que puede convertirse en agente fundamental de su rehabilitación. El interlocutor-clave facilita la comunicación del paciente, llevando a cabo funciones como las de glosa o puente explicativo, o la función de apunte, proporcionándole la ayuda necesaria ante sus problemas en el acceso léxico o en la formulación sintáctica. A la dificultad que supone obtener las muestras de habla en este tipo de condiciones, hay que añadir el largo y costoso proceso de transcripción, que requiere de varios filtrados por parte de distintos investigadores, lo que asegura finalmente la validez del trabajo resultante. En relación con el sistema utilizado, además de ser un conjunto de convenciones para la transcripción, ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 351-355. Afasia flueste 353 constituye una propuesta de categorías de análisis de la conversación. Asimismo, resulta un sistema muy adecuado para la lectura del texto y para la representación de la dinámica conversacional. Goza además de la suficiente flexibilidad como para que cada investigador lo pueda adaptar e implementar en función de su objeto de estudio. Este sistema parte de la propuesta inicial de Gallardo (1990, 1993), basada a su vez en las convenciones de carácter etnometodológico de Jefferson (1992). Asimismo, sigue las directrices de transcripción del grupo Val.Es.Co. (Briz y grupo Val.Es.Co., 2002), con algunas matizaciones y ampliaciones. Entre las primeras, cabe destacar el uso del guión corto (-) para el empleo ortográfico normativo en catalán, el guión largo, para marcar los reinicios, autointerrupciones y truncamientos (–) y el uso de los signos *( )* para indicar pronunciación extraña, costosa o alterada. Cabe destacar, como una de las aportaciones más relevantes del trabajo, la codificación y transcripción de la comunicación no verbal, por su importancia como mecanismo de compensación en pacientes afásicos, a pesar de las limitaciones en la movilidad que presentan una gran parte de ellos. Además de su inestimable valor informativo, este tipo de codificación facilita la lectura de la transcripción, ya que evita las descripciones largas de los gestos utilizados en cada caso, una evidencia más de la intención economizadora del sistema. A partir de los planteamientos de Ekman y Friesen (1969) y Cosnier (1987), los gestos se transcriben del siguiente modo: • • • Emblema. Son gestos con significado convencional (arbitrario o motivado) pero estable. Por ejemplo, el emblema de afirmación o negación. Ilustradores. Se trata de gestos que acompañan al habla con diferentes valores: deíctico, espaciográfico, quinemímico o pictomímico. Reguladores. Son gestos metaconversacionales que gestionan el sistema de toma de turnos, como el regulador de freno o de compás. De igual modo, también se indican ciertos movimientos como la dirección de la mirada o del brazo mediante el símbolo fi, colocado en la posición correspondiente de acuerdo con la dirección del movimiento. Sin duda alguna, la importancia de este trabajo radica en las numerosas posibilidades que abre tanto a la investigación como a la evaluación y a la intervención en el contexto terapéutico. En primer lugar, profundiza en la caracterización de muestras conversacionales de pacientes afásicos. En particular, permite comprobar cómo los síntomas afásicos impactan en todo el engranaje de la interacción. El análisis conversacional se revela así como un instrumento de enorme utilidad para valorar las capacidades preservadas del paciente o sus progresos tras la intervención logopédica, en ocasiones difícilmente observables mediante la aplicación de baterías estandarizadas. 354 Inmaculada Baixauli Fortea ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 351-355. El corpus permite además constatar en qué medida los síntomas descritos tradicionalmente en diferentes perfiles de afasia se manifiestan en datos procedentes de situaciones conversacionales reales. Aporta así la dimensión comunicativa e interactiva, generalmente olvidada en las descripciones que la afasiología tradicional ha realizado de los distintos cuadros afásicos. En este sentido, en el segundo volumen se incluye un breve estudio en el que se analizan algunas variables que determinan el sistema de toma de turnos, como el Índice de participación conversacional (IPC) o la Longitud media del turno en distintas muestras conversacionales de pacientes con afasia no fluente. Tal y como se indica en el texto, estos pacientes conservan la capacidad para identificar los lugares de transición pertinente, esto es, los puntos del discurso en que resulta adecuada su intervención. Si se considera la toma de turno como un indicio de competencia comunicativa, su conservación en la afasia no fluente es destacable, de lo que podría inferirse que las habilidades pragmáticas están preservadas en este caso. Sin embargo, el Índice de participación conversacional no va acompañado de una mayor eficacia comunicativa, como revela el análisis cualitativo de los resultados obtenidos. La repercusión inmediata de estos hallazgos es la búsqueda de procedimientos que permitan a los interlocutores-clave, que día a día interaccionan con el paciente, estimular su participación efectiva en la conversación, a partir del dominio de entornos lingüísticos favorecedores o desencadenantes. De este modo, los datos que nos proporciona el análisis conversacional pueden ser utilizados en el diseño de protocolos tanto de evaluación como de intervención para estos hablantes, que tengan como fundamentación la eficacia comunicativa, más allá de la adecuación o corrección gramatical, que ha mostrado limitaciones para su generalización en la vida diaria. Algunos de estos programas de entrenamiento conversacional ya se están implementando en forma de guías comunicativas para los profesionales y familiares de los enfermos (Gallardo, 2005). Además de constituir un instrumento fundamental en la valoración y rehabilitación de pacientes con afasia, el corpus permite comprobar cómo el hablante afásico, ante la fragilidad o debilidad de determinados aspectos lingüísticos, pone en marcha estrategias compensatorias, generalmente de tipo pragmático. Así, en el caso de la afasia global, el énfasis se sitúa en el nivel suprasegmental (cantidad silábica, volumen, entonación) y en el paralenguaje. También en la afasia motora, el hablante tiende a recurrir con mayor frecuencia al sistema secundario de la toma de turno: el discurso se lentifica, pues las intervenciones dependen de los elementos de soporte que va proporcionando el interlocutor. Asimismo, el corpus de lenguaje afásico permite evidenciar determinados procesos psicolingüísticos de apoyo que se producen internamente durante el procesamiento del habla. Un ejemplo de ello son los procesos de articula- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 351-355. Afasia flueste 355 ción encubierta o actos borrador. Este tipo de actos suponen un ensayo o tentativa de lograr cierto acto de habla; tal y como se expone y ejemplifica en el trabajo, el hablante no consigue el acceso directo y describe un itinerario previo de actos borrador que jalonan su intervención como si se tratara de una sucesión de pausas oralizadas. Otra de las líneas abiertas de investigación se apuntan en el propio estudio: el corpus PerLA proporciona los datos necesarios para realizar el análisis de la pragmática textual en la afasia. Podrían analizarse en este sentido los problemas en la coherencia y la cohesión con los que se enfrentan los pacientes afásicos: repeticiones, anacolutos, reinicios, elipsis y supresiones… En definitiva, ambos volúmenes constituyen un recurso enormemente valioso tanto para profesionales –lingüistas, logopedas, psicólogos, etc.– como para estudiantes, que encontrarán en este trabajo interesantes contribuciones para la teoría lingüística y para la intervención en este tipo de patologías que, desde una perspectiva científica, ayudarán en última instancia a mejorar la calidad de vida de las personas con afasia. INTERNET DIRECCIONES DE INTERNET ÚTILES PARA EL ESTUDIO DEL DISCURSO ORAL (VII) SUSANA RIDAO RODRIGO Universidad de Almería PRESENTACIÓN Mostramos, a continuación, la séptima entrega de Direcciones de Internet útiles para el estudio del discurso oral. Sin duda alguna, Internet está adquiriendo una gran relevancia como medio de comunicación de masas en todos los ámbitos. Así, los campos de la filología, en general, y del discurso oral, en particular, no son ajenos a este revolucionario invento. Por ello, como viene siendo costumbre en Oralia, ofrecemos una serie de direcciones electrónicas pertenecientes a algunas de las siguientes categorías: a) trabajos originales, elaborados para conferencias o seminarios, que los autores incluyen entre los materiales presentes en sus respectivas páginas personales; b) reproducciones electrónicas de investigaciones ya publicadas en otros medios, pero relevantes o de difícil acceso; c) artículos originales publicados en revistas electrónicas de orientación filológica; d) repertorios bibliográficos incluidos en páginas personales o institucionales en las que se analiza de una u otra forma la dimensión oral de la comunicación; e) páginas en las que se da cuenta de distintos centros, grupos o proyectos de investigación sobre el discurso cuya existencia podría pasar inadvertida si no fuese por su aparición en la Red; f) corpus de lengua oral o en los que aparecen transcritos textos orales; y g) direcciones propuestas como complementos de libros aparecidos en soporte no electrónico. De otra parte, invitamos a todos aquellos investigadores que estén interesados en que una dirección pueda ser reseñada en esta sección a que nos la remitan al siguiente correo electrónico: [email protected]. DIRECCIONESRESEÑADAS Dirección número 1: I. Características básicas URL: www.uclm.es/lamusa Título: Lamusa digital. Idioma: español, alemán, inglés, francés e italiano. Fecha de inicio: enero de 2002. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. ORALIA, Vol. 9, 2006 360 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. Direcciones de Internet 361 II. Descripción y comentarios II. Descripción y comentarios La revista Lamusa digital nace en el seno de la Facultad de Humanidades de Albacete por iniciativa de un equipo multidisciplinar de profesores de la Universidad de Castilla la Mancha. Dos son fundamentalmente los motivos por los que hemos decidido reseñar esta página: su visión europeísta y una magnífica simbiosis multidisciplinar. José Luis González y Concha Sanz Miguel se encargan de la dirección; en cambio, el comité científico internacional está integrado por Antonio Baylos Grau (Universidad de Castilla la Mancha, España), Grazyna Bernatowicz (embajadora de Polonia, España), Elisabeth Burr (Universidad Gerhard Mercator, Duisburg, Alemania), Dimitar Denkov (Universidad Sant Kiment Ohridsky, Sofia, Bulgaria), Domenico Fiormonte (Universidad de La Sapienza, Roma, Italia), Carlos Flores Juberias (Universidad de Valencia, España), Michel Gauthier (Universidad René Descartes de París, Francia) y Mikolai Genov (Universidad Libre de Berlín, Alemania). Con frecuencia semestral, esta revista comenzó a editarse en el año 2002. Cada número posee un título temático: Número 1. El impacto social de las nuevas tecnologías; Número 2. El papel de la Unión Europea en el nuevo orden mundial; Número 3. Congreso CLIP, Computers, Literature and Philology; Número 4. La ampliación europea y otras claves; Número 5. Quince años desde la caída del muro de Berlín: balance y perspectivas; y Número 6. El exilio de Europa Central y Oriental. Son varios los artículos que desde nuestro enfoque nos han parecido más relevantes: “Sobre el problema de la filología digital” de Domenico Fiormonte (Universidad de La Sapienza), “El habla como medio de acceso a la sociedad de información” de Joaquim Llisterri (Universidad Autónoma de Barcelona), “Una propuesta de utilización de corpus orales en la enseñanza de segundas lenguas” de Carlota Nicolás (Universidad de Florencia), “Los corpus orales del LLI-UAM: primera generación y segunda generación” de Antonio Moreno Sandoval (Universidad Autónoma de Madrid) y “Criterios filológicos y edición electrónica” de Carmen Isasi (Universidad de Deusto). Estamos ante la página personal de Carsten Sinner, investigador alemán nacido en 1971 que ha cursado estudios de traducción e interpretación en Berlín y Barcelona. En su hoja de presentación nos relata, grosso modo, tanto su curriculum profesional como sus aficiones. También nos facilita un vínculo de la página web del 15º Congreso de la Asociación de Hispanistas “Fronteras, construcciones y transgresiones de fronteras”, celebrado entre los días 1 y 4 de marzo de 2005 en la Universidad de Bremen, Alemania. Subrayamos especialmente la aportación sobre los corpus orales del castellano de Cataluña. Del mismo modo, incluye una recopilación bibliográfica sobre este aspecto, ofreciendo el texto completo de algunas de estas referencias. Por su parte, en el apartado de corpus orales permite al lector aportar transcripciones de textos con el fin de que sean incluidas en esta página; a la par, establece las características de la constitución del corpus (entrevistas realizadas en Barcelona con un registro formal), la transcripción de las entrevistas (incluyendo los símbolos utilizados), la caracterización del corpus y el material adicional del mismo (fotografías y dibujos empleados en los tests durante las entrevistas). En la caracterización del corpus no sólo accedemos a las transcripciones, sino que aporta un cuadro informando sobre el sexo, la edad y la profesión de los participantes, además de la duración, el número de páginas y el número de palabras transcritas por cada entrevista; en total hallamos veinte horas de transcripción. A su vez, nos ofrece dos interesantes enlaces a páginas sobre el castellano de Cataluña, esto es, “Voces del pasado: vocabulario de catalanismos”, cuyo responsable es José Antonio Millán y “Descripción fonética del castellano hablado en Cataluña” de Joaquim Llisterri y Dolors Poch. Igualmente, en la sección de Trabajos inéditos podemos consultar el texto completo de un total de seis estudios sobre el español de Cataluña realizados por diversos autores: Mariona Barrera i Aguilera, Grupo Interalia, Carmen Hernández García, Jörg Seib, el propio Carsten Sinner y Mónika Szigetvári. Dirección número 3: Dirección número 2: I. Características básicas I. Características básicas URL: www.carstensinner.de/ Título: Carsten Sinner. Idiomas: alemán, español y catalán. Fecha de la última actualización: 16 de enero de 2006. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. URL: www.iafl.org/ Título: The International Association of Forensic Linguists. Idioma: inglés. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. 362 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. II. Descripción y comentarios Dirección número 4: Esta página fue reseñada por Antonio Bañón en el volumen 3 de Oralia. Así, anteriormente la dirección electrónica de la International Association of Forensic Linguists (IAFL) estaba incorporada dentro de la página de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), sin embargo en la actualidad constituye una página principal por sí misma. Peter Tiersma, de Loyola Law School (Los Ángeles), es el presidente de esta asociación, mientras que la vicepresidencia está a cargo de Janet Cotterill (Universidad de Cardiff). Fruto de su dimensión internacional es que sus miembros secretarios están muy repartidos geográficamente: Diana Eades (Australia), Michelle Devereux (Reino Unido), Jeff Kaplan (Estados Unidos), M. Teresa Turell (España) y Mami Hiraike Okawara (Japón). En esta página podemos consultar diversas conferencias realizadas, tanto las que tuvieron lugar antes de la creación de la International Association of Forensic Linguists (IAFL), esto es, las celebradas entre los años 1988 y 1992, como las organizadas por la propia asociación, es decir, de 1993 a nuestros días. Más específicamente, las conferencias constituidas por la asociación son las siguientes: 1st IAFL Conference, entre los días 14 y 16 de julio de 1993 en Bonn (Alemania); Special Symposium at the ACLA Conference, entre los días 8 y 14 de agosto de 1993 en Amsterdam; 2nd IAFL Conference, en julio de 1995 en la Universidad de New England, Armidale (Austria); 3rd IAFL Conference, entre los días 4 y 7 de septiembre de 1997 en Duke University, North Carolina (Estados Unidos); 4th IAFL Conference, en julio de 1999 en Birmingham (Reino Unido); 5th IAFL Conference, en julio de 2001 en la Universidad de Malta; 6th IAFL Conference, entre los días 9 y 11 de julio en Sydney (Australia); en cambio, la última conferencia ha tenido lugar en Cardiff (Wales) del 1 al 14 de julio de 2005. Por otra parte, nos facilita los índices de la revista que publican: The International Journal of Speech, Language and the Law: Forensic Linguistics. Sin duda, lo que a nuestro parecer constituiría lo más interesante de esta dirección es la cantidad de bibliografía recopilada sobre el tema en cuestión, ofreciendo una taxonomía en función de los siguientes parámetros: discurso general, discurso en los juicios (legibilidad/comprensión), atribución del autor (lenguaje escrito), atribución del autor (lenguaje hablado), variación del lenguaje, transcripción, interpretación y traducción oral, traducción decorosa, testimonio de especialistas, niños, fonética forense, estadística forense, manuscritos, tecnología, aspectos históricos, estado de la cuestión y colecciones, otra bibliografía, misceláneas y reseñas. I. Características básicas Direcciones de Internet 363 URL: http://www.lllf.uam.es/ Título: Laboratorio de Lingüística Informática. Idioma: español. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. II. Descripción y comentarios El Laboratorio de Lingüística Informática forma parte de las diversas investigaciones que se están haciendo en el seno de la Universidad Autónoma de Madrid. Su historia se inició en el Centro de Investigación UAM-IBM, poco después de la incorporación a dicha universidad de Francisco Marcos Marín como Catedrático de Lingüística General, en 1981. El director de este laboratorio es el mismo Francisco Marcos Marín, por lo que en esta dirección hallamos un enlace a su página personal. Dentro de las actividades del Laboratorio de Lingüística Informática, subrayamos la riqueza de las líneas de investigación que este proyecto está llevando a cabo: archivos digitales, bibliotecas electrónicas y publicación electrónica, correctores gramaticales y de estilo, corpus lingüísticos, diccionarios electrónicos, extracción de información, gramáticas computacionales, herramientas para el manejo de corpus lingüísticos (orales y escritos) (actuales y diacrónicos), herramientas informáticas para estudios lingüísticos y/o filológicos, lexicografía computacional, terminología y traducción automática. Además, en este proyecto colaboran otros profesores, también de muy reconocido prestigio, tales como Antonio Moreno Saldoval, Elena Garayzábal Heinze, Mohamed El-Madkouri y Théophile Ambadiang; igualmente cuentan con Antonio Pastor Cuevas como administrador de sistemas y Ana González Ledesma, Doaa Ahmed Samy, Raúl De La Torre Cuesta, Marta Garrote Salazar, Manuel Alcántara Pla y Prem Prakash como personal investigador. En el apartado de proyectos recientes, actualizado por última vez el 2 de noviembre de 2004, observamos tres interesantes enlaces: ADMYTE (Archivo Digital de Manuscritos y Textos Españoles), C-ORAL-ROM (Corpus Oral de las Lenguas Romances en formato multimedia) y Spanish Treedbank and Guidelones for a Syntactic Annotation Scheme. En cambio, los accesos a CREA (Corpus de Referencia del Español Actual), el Corpus de Referencia de la Lengua Española en Argentina, el Corpus de Referencia de la Lengua Española en Chile o el Corpus de Referencia de la Lengua Española, entre otros muchos, los encontramos en Proyectos finalizados. De la sección de Recursos ponemos de relieve el corpus oral del castellano. En este enlace, aparte de ofrecernos una detallada información y des- 364 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. cripción del corpus oral, hay transcripciones de diversos ámbitos temáticos: administrativo, científico, conversación, educativo, humanístico, instrucciones por megafonía, jurídico, lúdico, periodístico (debate, deportivo, documental, entrevista y noticias), publicitario, religioso y técnico. Del mismo modo, en Publicaciones podemos acceder a un listado de trabajos sobre el tema en cuestión, algunos de los cuales nos permiten consultar el texto completo; de ellos destacamos varios: “La evolución de los corpus del habla espontánea: la experiencia del LLI-UAM” de A. Moreno Sandoval, “Orality and difficulties in the transcription of spoken corpora” de A. González, G. de la Madrid y otros, “Aspectos prácticos, tecnológicos y legales en la construcción de corpus de habla espontánea: la experiencia del proyecto C-ORAL-ROM” de A. Moreno y M. Alcántara, “Diseño de corpus orales de lenguaje infantil: análisis comparado de CHILDRES y CHIEDE” de M. Pérez y A. Moreno, “Ellipsis in spontaneous spoken language” de M. Alcántara y N. Bertomeu y “Acoustic-phonetic decoding of different types of spontaneous speech in Spanish” de D. Torre, A. Moreno y otros. Dirección número 5: I. Características básicas URL: www.revista-logo.org Título: Logo. Revista de Retórica y Teoría de la Comunicación. Idiomas: español, francés, inglés e italiano. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. II. Descripción y comentarios Logo: Asociación española de estudios sobre lengua, pensamiento y cultura clásica está interesada en estudiar la lengua, el pensamiento y, en general, la cultura grecolatina desde todos los ámbitos de conocimiento posibles; aunque, principalmente, pretende mostrar la permanente vigencia de la cultura clásica a través de sus múltiples manifestaciones. Cuenta en la actualidad con más de doscientos miembros y su sede está ubicada en la Facultad de Filología de la Universidad de Salamanca. Esta asociación publica semestralmente Logo. Revista de Retórica y Teoría de la Comunicación, teniendo como objetivo convertirse en un foro de expresión interdisciplinar, dinámico y actual sobre lo concerniente al campo de estudio entre retórica y teoría de la comunicación, concibiendo tal concepto en sentido amplio. Centrándonos ya en la revista, señalamos que tienen cabida artículos de retórica clásica, pero interpretando también el término retórica con un sig- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. Direcciones de Internet 365 nificado más extenso del que habitualmente se entiende por este vocablo; por ello, agrupan bajo la denominación genérica de teoría de la comunicación toda una serie de ámbitos que van de la retórica clásica a la publicista, de la psicolingüística a la filosofía del lenguaje, de la teoría literaria a la semiótica, del derecho a la poética, de la retórica de la imagen a los medios de comunicación, etc. En esta página hallamos información sobre los cinco números publicados, la suscripción a la revista, las normas de publicación o las reseñas, entre otros. Igualmente, hay un enlace a la asociación Logo: http://www.associacion-logo.org. Antonio López Eire es el encargado de la presentación de la revista. Vamos a mencionar algunos de los artículos publicados. Así, del primer volumen resaltamos “Retórica y oralidad” del mismo Antonio López Eire, “La prueba judicial, de las Tetralogías al teatro” de Susana Scabuzzo y “Comunicación y contexto ritual: un ejemplo en la antigua Grecia” de Emilio Suárez de la Torre. De la segunda entrega subrayamos “Las estrategias psicológicas de la retórica” de José Antonio Hernández Guerrero, “Palabra, palabrería y verdad en el discurso del médico” de José Fermín Prieto Aguirre y “Retórica, sociedad y comunicación” de Javier de Santiago Guervós. “The rhetoric of science: past, present and future” de Richard Nate es el trabajo que nos ha parecido más interesante de la tercera edición. En cambio, de la cuarta acentuamos “Reflexiones sobre el origen y el desarrollo de la antigua retórica griega (1ª parte)” de Antonio López Eire, “Concepciones de lo persuasivo: la publicidad como retórica polivalente” de César San Nicolás y “Sobre retórica y discurso político” de Javier de Santiago Guervós. Por último, del volumen quinto destacamos “Presencia de la retórica en el discurso de la sociedad digital” de Ana Calvo Revilla, “Retórica y Publicidad: la persuasión al servicio de la comunicación” de Eduardo Fernández, “El lenguaje de la persuasión en los medios de comunicación: el discurso publicitario” de Isabel Sonia Sardón y “Discurso y forma en el Arte y la Estética Contemporánea” de Consuelo Vallejo Delgado. Dirección número 6: I. Características básicas URL: http://linguisticahispanica.org/ Título: Grupo de Lingüística Hispánica. Idioma: español. Fecha de la última actualización: 4 de junio de 2004. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. 366 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. II. Descripción y comentarios Dirección número 7: El Grupo de Lingüística Hispánica, vinculado al Departamento de Lingüística de la Universidad de los Andes (Mérida, Venezuela), se ha formado con el objetivo de realizar una descripción sistemática y sistémica del español de Mérida, tanto en su variedad oral como escrita. Consta de tres miembros: Alexandra Álvarez Muro, Carmen Luisa Domínguez Mujica y Enrique Obediente Sosa. No obstante, a él están asociados diversos investigadores que lo apoyan académicamente: Micaela Carrera de la Red (Universidad de Valladolid), Carlos Subirats-Rüggeberg (Universidad Autónoma de Barcelona), Robert de Jonge (Universidad de Gronningen, Holanda), Guillermo Rojo (Universidad de Santiago de Compostela, Real Academia de la Lengua), Victoria Vázquez Rozas (Universidad de Santiago de Compostela) y Tomás Jiménez-Juliá (Universidad de Santiago de Compostela). Este grupo cuenta con muestras de habla merideña recopiladas de la siguiente manera: 1. El Corpus Sociolingüístico de Mérida (CSM), recogido entre 1990 y 1994 por Carmen Luisa Domínguez y Carmen Mora, en el cual aparecen materiales grabados y transcritos de ochenta entrevistas informales a hablantes merideños; 2. El Corpus de Documentos Coloniales (CDC), compuesto por cincuenta y dos documentos oficiales (públicos y privados) de distinta naturaleza producidos en la antigua provincia de Mérida durante los siglos XVIXVII; y 3. El Corpus del español escrito en la prensa merideña (CPM). Indistintamente, podemos consultar los curricula de los tres integrantes del grupo, además de que nos ofrecen el texto completo de muchas de sus publicaciones. De Alexandra Álvarez Muro, quien se ocupa de estudiar la sociolingüística y el discurso, destacamos los siguientes trabajos: “Tradición hispánica o herencia criolla: reflexiones sobre algunos elementos del español hablado en Caracas”, “El habla rural de la Cordillera de Mérida: apuntes sobre narración”, “La sociolingüística del español de Venezuela: algunas reflexiones metodológicas sobre lo que se ha hecho y lo que podría hacerse”, “Textura y habla cotidiana: algunas reflexiones en torno a los recursos poéticos” y “¿Oralidad en prosa? Reflexiones sobre la transcripción”. La sintaxis y el discurso es el tema que investiga Carmen Luisa Domínguez Mujica, subrayando estos estudios: “El habla de Mérida: un corpus de estudio”, “Estructuras narrativas en el español de Mérida: la sintaxis”, “Personificación de haber en el habla de Mérida” y “Cohesión y poética: las historias de Mérida”. Por su parte, Enrique Obediente Sosa contribuye con aportaciones sobre fonología e historia de la lengua española, tales como: “Fonetismo segmental” o “Identidad y dialecto: el caso de los Andes venezolanos”. Del mismo modo, en la página de presentación podemos encontrar accesos directos a los textos completos de dos libros: Documentos para la historia lingüística de Mérida (Venezuela) (siglos XVI-XVII) de Enrique Obediente Sosa y Malabí Maticulambí. Estudios afrocaribeños de Alexandra Álvarez. I. Características básicas Direcciones de Internet 367 URL: http://www.revista.discurso.org/ Título: Revista Electrónica Discurso. Idiomas: español, portugués, inglés o cualquier lengua iberoamericana. Fecha de inicio: 2001. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. II. Descripción y comentarios Esta revista digital es un espacio de divulgación y producción de investigaciones relacionadas con el estudio del lenguaje y el discurso; aspira a ser un lugar de interacción y debate destinado a investigadores, alumnos y estudiosos de diferentes disciplinas. Se propone, también, potenciar el medio tecnológico, pues provee agilidad, dinamismo y posibilidad de acceder a estudios de distintos países de manera gratuita. Aprovechando el medio en el que es difundida esta publicación, incluye una sección de corpora y de entrevistas. A su vez, trata de propiciar el ensayo y la reflexión multidisciplinar de los estudios del discurso; por ello, las contribuciones provienen de distintas disciplinas como lingüística, filosofía, antropología, educación, literatura, sociología, comunicación social y otras ciencias sociales. Alicia Carrizo y Valentina Noblia, ambas de la Universidad de Buenos Aires, se encargan de editar esta revista con periodicidad anual. Hasta la fecha han aparecido seis números, subrayando las siguientes aportaciones: “Intensificadores: Un marco de análisis” de Jan Renkema (Universidad de Brabant, Tilburg), “Modalidades enunciativas y sujeto(s) en la migración boliviana a La Plata” de Sergio Caggiano (Universidad Nacional de La Plata), “La emoción y su realización discursiva” de María Palmira Massi (Universidad Nacional de Comahue), “Comunicación medial y construcción de contrahegemonía: buscando intersticios” de Pedro Santander Molina (Universidad Católica de Valparaíso), “Argumentación e intertextualidad en la conversación escolar” de Miguel Ángel Campos Hernández (Universidad Nacional Autónoma de México), Sara Gaspar Hernández (Universidad Nacional Autónoma de México) y Leticia Cortés Ríos (Secretaría de Educación Pública), “Análisis formal de algunos mecanismos de defensa verbalizados en el discurso ordinario” de Antonio J. Velasco Castro (Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Mérida) y “Estudio contrastivo de los parámetros paralingüísticos en las lenguas signadas y en las lenguas orales” de Isabel Antúnez Pérez (Universidad de Sevilla). Por otra parte, en la sección de obras de autor podemos consultar el texto completo del libro de Robert de Beaugrande Linguistic theory: the discourse of fundamental works. 368 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. En el apartado de enlaces esta dirección electrónica nos remite a otras no menos interesantes: Anceo.com Site literario; UCAB Centro de investigaciones lingüísticas y literarias; Tonos Digital. Site de estudios filológicos; JAM Artículos sobre la edición digital; CLAN Software para el análisis de corpus; Hispanistas. Revista electrónica brasileña de hispanistas; y Discurso y Sociedad. Revista de análisis del discurso. Dirección número 8: I. Características básicas URL: http://brj.asu.edu/ Título: BRJ online. Bilingual Research Journal. Idiomas: inglés y español. Fecha de inicio: 1992. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. Direcciones de Internet 369 briela Delagarza Cedillo (Universidad de Houston) y Carolyn A. Denton (Universidad de Texas-Austin), “English language learner in a rural school: A descriptive case study” de Todd Twyman, Leanne R. Ketterlin-Geller, Jan D. McCoy y Gerald Tindal (Universidad de Oregon), “Processes and outcomes in the European schools model of multilingual education” de Alex Housen (Universidad Libre de Bruselas y Fundación para la Investigación Científica, Flandes), “You can’t have a rainbow without a tormenta: a description of an IHE’s response to a community need for a dual-language school” de Ellen R. Clark, Belinda B. Flores, Mari Riojas-Cortex y Howard L. Smith (Universidad Estatal de Arizona), “Do some school-age children have no language? Some problems of construct validity in the pre-LAS español” de Jeff MacSwan, Kellie Rolstad y Gene V. Glass (Universidad Estatal de Arizona), “The role of teacher-talk in a dual language immersion third grade classroom” de Hinako TakahashiBreines (Universidad de Nuevo México) y “Los programas de inmersión bilingue y la adquisición del discurso académico” de Guadalupe López-Bonilla (Universidad Autónoma de Baja California). II. Descripción y comentarios The Bilingual Research Journal es un proyecto común de la National Association for Bilingual Education (NABE) y el Southwest Center for Education Equity and Language Diversity, College of Education, Arizona State University. En su origen esta revista era editada en papel, sin embargo a partir del año 1992 –volumen 16– completan esta edición impresa con una version digital. Los editores son Josué M. González (Arizona State University) y Alfredo H. Benavides (Texas Tech University). En la actualidad BRJ online es publicado tres veces al año y cubre temas relacionados con la educación bilingüe y con el lenguaje político en la educación. Al ser un organismo oficial de la Asociación Nacional para Educadores Bilingües, la editorial política de BRJ online refleja el valor intrínseco e inherente del bilingüismo, la biliteracidad y la democracia lingüística; acepta el acuerdo de Helsinki de 1975 en el que treinta y cinco democracias modernas incluida Estados Unidos acordaron respetar los derechos de las comunidades a mantener el lenguaje y usar sus lenguas originales, estando en contra de las leyes relacionadas con el denominado English-only y otras formas de restricción lingüística. Algunos de los artículos que, según nuestros criterios, resultan más interesantes son: “The cross-language transfer of phonological skills of hispanic head start children” de Lisa M. López y Daryl B. Greenfield (Universidad de Miami), “Functions of code switching in schoolchildren’s conversations” de Iliana Reyes (Universidad de Arizona), “Linguistic units and instructional strategies that facilitate word recognition for Latino kindergarteners learning to read in Spanish” de Sharon P. Pollard-Durodola (Universidad de Texas), Ga- Dirección número 9: I. Características básicas URL: http://languageandlaw.org/ Título: Welcome to Language and Law.org. Idioma: inglés. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. II. Descripción y comentarios Se trata de una institución en línea dedicada al estudio del lenguaje y la ley. Creada y mantenida por Peter Tiersma, en el encabezamiento de esta dirección hallamos un enlace a la página principal de Loyola Law School, Los Ángeles. Language and law se encarga de indagar en todos los ámbitos de estudio en los que lenguaje y ley se cruzan. Para ello nos ofrece diversos hipervínculos: la naturaleza del lenguaje legal; el lenguaje del perjurio; la creación, la estructura y la interpretación de los textos legales; un muestrario de textos legales a través de los tiempos (testamentos, escrituras, juicios, etc.); los derechos del lenguaje (lenguaje político, ediciones bilingües, el denominado official English movement, entre otros); instrucciones del jurado, el llamado plain English movement; las bromas de los abogados y lo que ellos dicen sobre su profesión legal; el libro de Peter Tiersma titulado Legal Language; la reciente publicación de Lawrence Solan y el creador de esta página, Speaking of crime; las conferencias que han tenido como tema prin- 370 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. cipal el lenguaje y la ley; una bibliografía seleccionada; las publicaciones de Peter Tiersma y unos enlaces con otras direcciones relacionadas con el tema en cuestión. Este último vínculo observamos que se divide en tres grandes apartados. El primero de ellos trata los aspectos legales de manera general, las noticias, las constituciones del mundo o asuntos relacionados con la legislación. Es la segunda sección la que desde nuestro enfoque resulta más relevante, pues en ella incluye direcciones electrónicas encargadas de estudiar la interdisciplinariedad entre lenguaje y ley; de esta manera, hallamos enlaces a la International Association of Forensic Linguists, a la revista digital Language in the Judicial Process, el Cambridge Scientific Abstracts: Linguistics and the Law, información sobre famosos juicios americanos, o direcciones electrónicas sobre lenguaje y ley en Suiza, en Italia y en Alemania. El tercer apartado lo constituyen una serie de vínculos cuyo tema común es el plain legal language. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. Direcciones de Internet 371 y el bilingüismo el quinto. Son varios los artículos que queremos subrayar: “A codificação do tópico como SN DEF em textos narrativos e em textos argumentativos” de Magda Teresinha da Silva, “Tempo e discurso” de Janaina Weissheimer, “Collective and individual classroom experiences: a deeper view of EFL learning in a Brazilian University” de Laura Stella Miccoli, “Gêneros discursivos ou tipologias textuais?” de Alessandra Baldo, “Marcadores en interacción: un estudio de marcadores en el español hablado en Mérida (Venezuela)” de Carmen Luisa Domínguez y Alexandra Álvarez, “O discurso dos alunos e do professor – um vínculo comunicativo entre a comunidade e a escola” de Cristina María de Oliveira, “Seqüências Inseridas: fluência e disfluência em uma conversação espontânea” de Renato Essenfelder y Valter Pinheiro Rodrigues, “Um estudo experimental sobre a compreensão do pronome-sujeito ambíguo no diálogo” de María Cristina Santiago da Silveira, “Communicative preverbal development in a sample of children with Williams syndrome” de Elena Garayzábal Heinze, y “O uso dos verbos no desenvolvimento da linguagem” de Juliana Bertucci Barbosa. Dirección número 10: I. Características básicas URL: http://paginas.terra.com.br/educacao/revel/index.htm Título: Revista Virtual de Estudos da Linguagem (REVEL). Idiomas: portugués, español e inglés. Fecha de inicio: agosto de 2003. Fecha de la última actualización: diciembre de 2005. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. Dirección número 11: I. Características básicas URL: http://eserver.org/ Título: Eserver.org. Idioma: inglés. Fecha de inicio: 1990. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. II. Descripción y comentarios II. Descripción y comentarios REVEL es una publicación electrónica carente de fines lucrativos que propicia la divulgación del conocimiento científico sobre los estudios lingüísticos, centrándose con especial interés en Brasil. Aparece con una frecuencia semestral, abordando cada edición un área específica de investigación. Es la primera revista de lingüística exclusivamente en línea con una periodicidad regular que se edita en todo Brasil. La página dispone de tres versiones: portugués –que es la originaria–, inglés y español. Los editores son Cassiano Ricardo Haag y Gabriel de Ávila Othero. La cifra de visitas a esta fecha asciende a 20.809. Cada número tiene un tema principal; de esta manera, la lingüística textual ocupa el primero, la lingüística aplicada a la enseñanza de la lengua materna y extranjera el segundo; la lingüística computacional, la lingüística de corpus y el procesamiento del lenguaje natural el tercero; el análisis de la conversación y los estudios del habla el cuarto; y la adquisición del lenguaje The EServer es una comunidad digital en expansión donde cientos de escritores, artistas, redactores y eruditos reúnen sus publicaciones y discuten sus estudios. Fue fundada en 1990 y en la actualidad está amparada por la Universidad Estatal de Iowa. Esta página proporciona un lugar alternativo para el trabajo de calidad, particularmente investigaciones en las áreas de arte y humanidades. Aprovechando las ventajas del medio en el que se difunde EServer, aparte de tener textos escritos, también se publican hipertextos y grabaciones de audio y vídeo. Recibe un número cuantioso de visitas anuales, girando en torno a medio millón de lectores al mes. Igualmente, cuenta con un foro donde se debaten las investigaciones, además invita al lector a que publique en esta página sus trabajos. En total facilitan un amplio número de colecciones de temas diversos, tales como The Academy (recursos misceláneos para los estudiantes y la facultad), Antislavery Literature (orígenes de la literatura multicultural en Es- 372 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. tados Unidos), Art/Architecture (vínculos al arte, arquitectura y teorías estéticas), Bad Subjects (educación política para la vida cotidiana), Books (libros extensos no ficticios y literaturas misceláneas), Calls for papers (citaciones para trabajos en conferencias y artículos de revistas), Cultronix (periódico de arte contemporáneo y teoría cultural), Cultural Logic (revista electrónica de la teoría marxista y la práctica), Cultural theory (lecturas en estudios culturales y teoría crítica), Cyber tech/culture (enlaces de discusión entre tecnología y cultura), Drama (una colección de representaciones, trabajos modernos y clásicos), Early Modern Culture (investigaciones y discusiones de estudios renancentistas), Education (recursos tanto para estudiantes como para profesores), Eighteenth Century (web para la historia cultural del siglo dieciocho), Electronic Labyrinth (estudio de las implicaciones de hipertexto por los escritores), Feminism (recursos selectos en estudios de feminismo y mujeres), Fiction (novelas y ficciones cortas, trabajos nuevos y clásicos), Film & Television (trabajos de películas, televisión y otros estudios sobre los medios de comunicación), Gender/Sexuality (algunos recursos sobre género, sexo y sexualidad), Goverment (materiales en administración, leyes y otras implicaciones sociales), History (trabajos y enlaces sobre historia e historiografía), Internet (recursos sobre Internet: guías, ensayos y artículos), Journals (vínculos a revistas académicas y revistas populares), Languages (recursos, estudios y teorías del lenguaje), Lectures on Demand (grabaciones en audio de presentaciones escolares), Literary Events (eventos de cualquier fecha de la literatura y de las artes), The Mamet Review (revista de David Mamet Society), Marx & Engels (colección de escritos en economía y teoría social), Marxist Literary Group (organización que promueve la investigación en la teoría social/literaria), Multimedia (pequeña recopilación de trabajos de arte, audio, gráficos y vídeo), Music (amplia colección de trabajos en música y teoría musical), Philosophy (escritos de filósofos clásicos y modernos), Poetry (versos clásicos y originales, teoría literaria y poética), Race (materiales sobre racismo y etnicidad en Estados Unidos), Recipes (recetas vegetarianas y enlaces con direcciones relacionadas), Reference (referencias selectas sobre materiales útiles para la investigación), Rhetoric (recursos escolares y pedagógicos para retóricos), Software (freeware y shareware para el ordenador), Sparks (publicación de ficción, poesía, música, arte y palabra hablada), Sudden (poesía original que refleja imaginación e inteligencia), Tech Comm Library (un portal web para tecnología, ciencia y comunicación profesional), Thoreau Reader (trabajos del filósofo americano Henry D. Thoreau) y Zine375 (escritos sobre la vida contemporánea americana). Si entramos en el apartado de Languages podemos observar bastantes vínculos, los cuales están caracterizados por su diversidad, destacando los siguientes: Acronyms Dictionary, American Dialect Society, American Phi- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. Direcciones de Internet 373 lological Association, Birkbeck College, Department of Applied Linguistics, Center for Applied Linguistics, Center for the Study of Language and Information, CMU Pronouncing Dictionary, Consortium for Lexical Research, Economic Freedom and Language, European Network in Language and Speech, Feudal Dictionary, International Phonetic Association, Linguistic Society of America, The Linguists List, Online English Handbook 1.2.1 (Mac), Orwell: Politics and the English Language, Some basic Spanish conjugations o UCLA Phonetics Lab. El enlace de Retórica nos ofrece una sección también muy heterogénea. Ya en la presentación nos anuncia que su propósito es catalogar una variedad de recursos que sean útiles a los rétores. La página posee vínculos con trabajos sobre retórica clásica, bibliografía sobre este tema e incluso listas de correo o glosarios de términos retóricos. Esta dirección fue creada en 1994 con la intención de servir de enlace a diversos materiales disponibles en Internet. Curiosamente nos ofrece una serie de definiciones de este término, en la que encontramos desde los clásicos, como Platón, Cicerón, Aristóteles o Quintiliano, hasta autores más actuales, como George Kennedy o Charles Bazerman. El listado de vínculos en los que aparecen periódicamente trabajos sobre esta disciplina es, a nuestro juicio, lo más importante de esta sección. Así, podemos observar enlaces con College Composition and Communication Online, Journal of Advanced Composition, Jounal of Computer Mediated Communication, Project on Rhetoric of Inquiry o Writing Center Journal. Dirección número 12: I. Características básicas URL: http://www.univ-rouen.fr/dyalang/glottopol/ Título: Glottopol. Revue de sociolinguistique en ligne. Idioma: francés. Fecha de inicio: enero de 2003. Fecha de la última consulta: 17 de enero de 2006. II. Descripción y comentarios En el origen de este proyecto se encuentra un grupo de investigación que trabaja en el Laboratorio de DYALANG (CNRS-Universidad de Rouen), unificando sus intereses bajo el título “Políticas lingüísticas, pluralidad de usos y francofonía”. A pesar de la diversidad de sus campos de estudio, estos investigadores tienen en común examinar las prácticas y las representaciones de la lengua en las situaciones de “plurilectalismo” (pluralidad de lenguas, lenguajes y usos). Sus trabajos se centran en la investigación y en la descripción 374 Susana Ridao ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. de las variedades en presencia, el análisis de las formas de contacto entre estas variedades y el examen de las políticas lingüísticas a las que están vinculados; se decantan particularmente por las situaciones donde el francés está en contacto con otras lenguas. Esta web nace en el seno de la página principal de la Universidad de Rouen (Francia). La revista comenzó a publicarse en enero de 2003 con una periodicidad semestral. Podemos acceder a la información perteneciente a los seis primeros números, aparte de conocer el tema común que tendrán las cinco próximas publicaciones. Cada edición es monográfica y tiene un responsable distinto: Número 1: Quelle politique linguistique pour quel Etat nation? Responsable: Foued Laroussi; Número 2: Anciens et nouveaux plurilinguismes. Responsables: Claudine Bavoux y Gudrun Ledegen; Número 3: La littérature comme force glottopolitique: le cas des littératures francophones. Responsable: Claude Caitucoli; Número 4: Langues de frontières et frontières de langues. Responsable: Marie-Louise Moreau; Número 5: Situations de plurilinguisme en France: transmission, acquisition et usages des langues. Responsable: Clara Mortamet; Número 6: Construction de compétences plurielles en situation de contacts de langues et de cultures. Responsable: Sophie Babault y Fabienne Leconte; Número 7: Les langues des signes (LS): recherches sociolinguistiques et linguistiques. Responsable: Richard Sabria; Número 8: Corpus et traitements automatisés des langues: pour une approche contextuelle du sens. Responsable: Myriam Mortchev-Bouveret; Número 9: Francophonies américaines. Responsable: Robert Fournier; Número 10: Regards sur l’internet, dans ses dimensions langagières. Penser les continuités et discontinuités. Responsable: Isabelle Pierozak; y Número 11: Practiques langagières dans le cinéma francophone. Responsable: Michaël Abecassis. De todos los artículos que podemos consultar a día de hoy destacamos los siguientes: “Arabofrancophonie et politiques linguistiques” de Gilbert Grandguillaume, “L’Espagne en 2002: un laboratoire glottopolitique” de William Rodríguez, “Médias de contact et contact de langues. Le cas réunionnais (sans l’Annexe p. 64)” de Jacky Simonin, “Plurilinguisme et tensions identitaires chez les lycéens malgaches” de Sophie Babault, “Créole ou/et français: le multilinguisme dans Mémoires d’isles d’Ina Césaire” de Stéphanie Bérard, “Francique et français: l’identification des accents de part et d’autre des frontières” de Marielle Rispail y Marie-Louise Moreau, “Langues frontalières et langues d’immigration en Guyane française: pratiques et attitudes d’enfants scolarisés en zone frontalière” de Isabelle Léglise, “Récits d’enfants bilingues” de Fabienne Leconte, “Usages des langues au quotidien: le cas des immigrations maghrébines, africaines et turques dans l’agglomération rouennaise” de Clara Mortamet, “Cultures de l’oral et de l’écrit À Yaoundé” de Anne-Frédérique Harter, “Quel français enseigner en milieu minoritaire? Minorités et contact de langues: le cas de l’Acadie” de Annette Boudreau y Marie-Eve Perrot, “Les re- ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 359-375. Direcciones de Internet 375 présentations du plurilinguisme d’adolescents scolarisés en classe d’accueil” de Fabienne Leconte y Clara Mortamet, “L’alternance des langues en classe bilingue comme élément de construction des compétences linguistiques, culturelles et disciplinaires des élèves du premier degré” de Anémone Geiger-Jaillet, “Les interactions familles-école en contexte d’immersion ou de submersion: impact du vécu scolaire sur le ‘déjà là’ familial” de Sophie Babault y Laurent Puren, “L’enseignement du français en situation plurilingue: le cas du Nigeria” de Muhammad Sadisu Muhammad, “Le potentiel plurilingue d’une classe de cours moyen: tentatives, obstacles, dérives et perspectives” de Annie Semal-Lebleu y “Les représentations du plurilinguisme d’adolescents scolarisés en classe d’accueil” de Fabienne Leconte y Clara Mortamet. BIBLIOGRAFÍA BIBLIOGRAFÍA SOBRE EL ESPAÑOL HABLADO. AÑO 2004 M.ª DEL MAR ESPEJO MURIEL Y OLGA CRUZ MOYA Grupo ILSE. Universidad de Almería En este volumen 9 nos ocupamos de los trabajos fechados en el año 2004. Los niveles y aspectos serán los mismos que ya explicamos en el volumen n.º 1 de Oralia. ÍNDICE TEMÁTICO acento 18 actitud y lenguaje en el sistema entonativo del murciano coloquial 177 en torno a la pluralización de haber impersonales en los Andes venezolanos 102 estudios sociolingüísticos del dialecto murciano 147 y su medición en sociolingüística 132 y variación dialectal en Mula (Murcia) 34 actos de habla agresión verbal 52 aserción 104 buenos deseos 87 canción vallenata 90 desacuerdo 88, 141 enunciación 104 invitación 229 mediación 153 modalidad 104 peticiones 238 promesas 238 queja 3 reprimenda 113, 114 saludo 22 adquisición 155, 158 infantil 4 adverbio 109 anáfora 86 análisis de la conversación actividades de construcción del sentido 210 argumentación e intertextualidad 45 ORALIA, Vol. 9, 2006 380 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. coherencia y cohesión 249 con árabohablantes 197 conectores contraargumentativos 116, 118 cortesía entre amigos y familiares 135 verbal codificada e interpretada 38 y las sobreposiciones en español / alemán 63 diminutivos en la conversación madre-hijo 150 electrónica 106, 107, 192, 233 en estudiantes de español como lengua extranjera 110 entre proveedores de servicios, usuarios e intermediarios lingüísticos 255 estructuras truncadas 208 etnopragmática del diminutivo en el español colombiano 254 expresiones de desacuerdo en hablantes venezolanos 88 implicatura 153 intensificación y atenuación en jóvenes chilenos 178 órdenes y unidades 39 situaciones de interlocución 56 sobre los llamados usos temporales ‘dislocados’ 41 análisis del discurso análisis crítico del discurso 32 aportaciones a la enseñanza del español como segunda lengua y como lengua extranjera 37 aproximaciones americanas 179 contrastivo español / inglés textos argumentativos 58, 190 de un JAPC (Joven aunque políticamente correcto) 236 dimensión discursiva del verbo 163 direcciones de internet 219 humor y su(s) sentido(s) 262 ironía 230 mecanismos de defensa 260 pragmasintáctico 224 prejuicio étnico 209 procesamiento y comprensión 228 publicitario 67 sentido 85 unidades prosódicas 227 argumentación contraargumentación en la conversación coloquial 116, 118 e intertextualidad en la conversación escolar 45 en el uso del diminutivo 103 en español e inglés 58, 190 en estudiantes universitarios 200 ironía en el discurso político 14 y organización textual 163 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 377-410. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 381 y sentido 85 atenuación de la discrepancia en los foros Webct 169 e intensificación en la conversación coloquial de jóvenes chilenos 178 en español y francés 251 bibliografía 70 direcciones de internet 219 bilingüismo en el español de América 154, en las escuelas de Madrid 174 español-inglés so y entonces en Nuevo México 1 alternancia de códigos en Chicago 213 español-euskera política lingüística 95 español-valenciano transferencia y cambio de código 120 boca abajo 185 calle arriba 185 cambio lingüístico español-inglés en Chicago 213 cantaba 259 canté 259 chats 107, 192, 233 clíticos factores lingüísticos y situacionales en su presencia o ausencia 8 coherencia en la conversación en español / en inglés 249 cohesión en la conversación en español / en inglés 249 coloquial aspectos comunicativos y actitudinales del sistema entonativo del murciano 177 caracterización del registro a través de las locuciones 207 en la publicidad 222 en los artículos de Pérez-Reverte 223 en textos literarios 224 enseñanza en clase de ELE 9 estrategias de intensificación y atenuación en la conversación de jóvenes chilenos 178 relacionadas con la posición del sujeto 201 estructuras truncadas en la conversación 208 preguntas y respuestas 253 competencia comunicativa adolescencia, variación lingüística, competencia metacomunicativa y enseñanza de la lengua 27 382 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. aspectos comunicativos y actitudinales del sistema entonativo del murciano coloquial 177 competencia intercultural en interacciones con árabohablantes 197 en la enseñanza / aprendizaje del español como lengua extranjera enseñanza del registro coloquial 9 competencia conversacional en estudiantes 110 situación de enunciación o situación de comunicación 160 verbos modales y modalidad 189 comunicación electrónica chats 107, 192, 233 correo electrónico 75 foros Webct 169 mensajes cortos a través del teléfono móvil 106 nuevas tecnologías 245 páginas web 219 comunicación no verbal parámetros paralingüísticos en las lenguas signadas y orales 19 y el aprendizaje de lenguas extranjeras 54 cortesía verbal y gestual en Barranquilla 91 diferencias entre España y Brasil 188 en los textos literarios 214 nuevas perspectivas lingüísticas 215 repetición del gesto en el discurso interactivo 247 conectores verbos de opinión como operadores proposicionales 62 contraargumentativos en la conversación coloquial 116, 118 construcciones causativas analíticas en español y portugués 244 de transición en la variedad juvenil universitaria del español hablado en Alicante 16 del tipo calle arriba y boca abajo 185 locuciones caracterizadoras del registro coloquial 207 perifrástico-verbales evaluativas en español y alemán 235 preposición + artículo + que relativo en la norma culta panhispánica 237 ¡Qué bien lo haría que hasta le dieron un premio!¸ entre la interrogación y la exclamación 124 contacto / contraste espanglish / portuñol 161 España / Brasil 188 español / alemán construcciones perifrástico-verbales evaluativas 235 cortesía y sobreposiciones en conversaciones 63 español / catalán interferencia 261 español / euskera 94 español / francés cortesía en el acto de habla “invitación” 229 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 383 procedimientos de atenuación 251 español / inglés alternancia de códigos en Chicago 213 construcción de la coherencia y cohesión 249 en bilingües de Nuevo México 1 textos argumentativos 58, 190 español / kreyol 101 español / portugués 244 español / zapoteca 238 español de Buenos Aires / quechua 155 español de Colombia en Colombia / español de Colombia en Nueva York 195 español de México / aprendices de español como lengua extranjera 97 español de México / lenguas amerindias 271 español de Montevideo / español de Quito 165 españoles / árabohablantes 197 hispanos / escandinavos 126 inglés / catalán 123 lenguas signadas / lenguas orales 19 Perú / Venezuela 114 corpus de archivos sonoros radiofónicos 131 de la variedad juvenil universitaria del español hablado en Alicante usos espaciales y nocionales del verbo meter en 29 de las declaraciones del Libertador Simón Bolívar 199 de registros 15 de variación diafásica 7 del español hablado en Alcalá de Henares 182 entonación a través del CREA 252 representatividad 180 su aplicación a la enseñanza 181 transcripción dificultades 122 herramientas informáticas para su etiquetado 127 cortesía automática a través de la expresión de buenos deseos a nuestro prójimo 87 categorización pragmalingüística en la cultura española 129 codificada e interpretada en la conversación 38 e ideología la atenuación de la discrepancia en los foros Webct 169 el condicional como marca gramaticalizada 59 en Argentina, estado de la cuestión 35 en Costa Rica percepción de la descortesía en puestos de atención al público 187 en español y en francés a través del acto de habla “invitación” 229 en la conversación coloquial y en la entrevista sociológica informal 10 en Venezuela 33 estudios 36 384 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. imagen búsqueda de su equilibrio 134 realce 135 preservación a través de la ironía en los chats 192 universalidad 149 verbal y gestual en Barranquilla 91 y las sobreposiciones en las conversaciones en español y en alemán 63 dialectología apuntes microdialectológicos del español de América 154 difusión de regionalismos a través de los medios de comunicación 242 el castellano de Cataluña 243 el castellano en la Comunidad Valenciana 40 diferencias según el sexo en evaluaciones de jóvenes valencianos 49 español bonaerense oralidad y escritura en comunicaciones por correo electrónico 75 español de Barranquilla cortesía verbal y gestual 89 español venezolano expresiones de desacuerdo en la conversación 88 expresiones de sujeto en regiones dialectales del español 44 y actitudes lingüísticas variación en Mula (Murcia) 34 en el dialecto murciano, 147 a través del sistema entonativo 177 diálogo co-construcción oracional 65 construcción del sentido 210 electrónico 233 encaminado a la resolución de tareas 249 estrategias pragmáticas relacionadas con la posición del sujeto 201 etnopragmática del diminutivo en el español de Colombia 254 relaciones retóricas 248 situaciones de interlocución y discurso 56 diminutivo dimensión argumentativa 103 en la conversación madre-hijo 150 etnopragmática en el español conversacional de Colombia 254 discurso académico características del discurso pedagógico 176 de los profesores en las aulas 69 escuela, lenguaje y poder 105 mejora de la oralidad en la Educación Primaria 145 poder y solidaridad 74 afásico transcripción 108 canción vallenata como acto discursivo 90 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 385 científico presentaciones multimedia 172 verbo poder 61 cinematográfico 226 y oralidad femenina en Manuel Puig 115 de adultos mayores estructura narrativa 269 de los indigentes en la ciudad de Buenos Aires 17, de mexicanos y aprendices de español como lengua extranjera mitigación 97 espontáneo problemas para su análisis sintáctico 143 fórmulas discursivas de transición en la variedad juvenil universitaria del español hablado en Alicante 16 hospitalario mitigación en un hospital público en Montevideo 78 implicaturas 86 interactivo repetición del gesto 247 jurídico discurso, oralidad e interculturalidad en el sistema procesal chileno 76 gestión de identidades 71 marcadores del discurso en la construcción del texto, la actividad y las relaciones sociales 47 ordinario repetición del gesto 260 oratoria y oralidad 175 y retórica 137 parlamentario 46 político tecnicismos y persuasión 13 ironía como recurso argumentativo 14 parlamentario 46 metáforas en el discurso de H. Chávez y E. Mendoza 60 comunicación afectiva en Venezuela a través del pseudoinclusivo nosotros 191 publicitario radiofónico 138 imaginarios socioculturales 246 semiespontáneo delimitación de las oraciones condicionales 133 sociolingüística y semántica 241 y gramática completivas con “para + infinitivo / subjuntivo” 239 y las situaciones de interlocución 56 elipsis 137 con partícula de polaridad 79 386 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. delimitación terminológica 205 y epítetos 232 entonación como unidad significativa en el uso de marcadores del discurso 240 configuraciones circunflejas en el español mexicano 168 descendente de la pregunta absoluta 217 modelo autosegmental en el corpus CREA 252 prosodia intensificación pragmática 12 y las funciones de los marcadores del discurso 83 delimitación de las oraciones condicionales en el discurso semiespontáneo 133 estudio de las unidades prosódicas y sus funciones 227 sincronización entre pico tonal y acento 18 sistema entonativo del murciano coloquial 177 entonces en bilingües de Nuevo México 1 español hablado bibliografía (2002) 70 en el Mester de Clerecía 125 en el Siglo de Oro 42, 194 español hablado en América 154 en Argentina en Buenos Aires en contacto con el quechua 155 género y poder en la política 170 por indigentes 17 investigación de la cortesía 35 Juan Alfonso Carrizo frente a la lírica de tradición oral del noroeste argentino 266 reprimendas y respuestas a reprimendas 113 en Chile por jóvenes 178 en Colombia en Barranquilla 91 etnopragmática del diminutivo 254 y por colombianos en Nueva York 195 en Costa Rica cortesía verbal 187 en Ecuador en proveedores de servicios de Quito y de Montevideo 165 en México entonación 168 contacto con las lenguas amerindias 271 en Nueva York ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 387 por colombianos y por colombianos en Colombia 195 en Nuevo México 1 en Perú diferencias con venezolanos reprendiendo y respondiendo a una reprimenda 114 en Puno tensiones lingüísticas y conflictos socioculturales 119 en Santiago de Cuba en una comunidad cubano-haitiana 101 en Uruguay en el siglo XIX 24 en proveedores de servicios de Montevideo y de Quito 165 en Venezuela cortesía verbal 33 diferencias con peruanos reprendiendo y respondiendo a una reprimenda 114 en Caracas 144 en el discurso político 191 en los Andes venezolanos 102 en España en Alicante por jóvenes universitarios 16 el verbo meter en 29 en Andalucía tradición oral en la literatura popular 6 en Roquetas de Mar (Almería) por inmigrantes 128 en castellano medieval 52 en Cataluña 243 en la España contemporánea 183, 193, 250 en los dialectos regionales 44 en Madrid usos lingüísticos en las escuelas 174 en Alcalá de Henares 182 en Murcia proceso de estandarización lingüística 131, 148 por jóvenes 28 por vendedores de El Corte Inglés 234 estudios 147 en Mula en el ámbito escolar 34 en Valencia 40 en una comunidad bilingüe del área metropolitana 120 por académicos 32 por adultos mayores 269 388 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. por estudiantes universitarios 200 por niños 4 estrategias pragmáticas a través de la etnopoética 196 afecto 191 analogías, simplificaciones y búsqueda del mínimo común múltiplo 128 argumentación 14, 200 atenuación e intensificación 178 en español y en francés 251 coerción y cooperación 113 de poder, autodefensa y ataque 31 de popularización 43 economía procedimental, tecnologización del lenguaje y poder 76 en la autobiografía del Siglo de Oro 231 en la construcción de historias, contextos y conflictos 46 evidencialidad 162 humor en El club de la comedia 270 en la comedia celestinesca 140 y su(s) sentido(s) en el acto de comunicación 262 implicatura 86 y legitimación de la guerra de Iraq 257 información subeventiva 100 intensificación 11, 12 y atenuación 178 legitimación 216 e implicaturas políticas 257 mitigación 78, 97 marcadores pragmáticos 123 mecanismos de defensa en el discurso ordinario 260 persuasión 13 preservación de la imagen 192 realce y apelación 220 relacionadas con la posición del sujeto 201 relaciones retóricas 248 etnografía del habla 254 exclamativos y expletivos: el que enfático 48 entre la exclamación y la interrogación: la construcción ¡qué bien lo haría, que hasta le dieron un premio! 124 expresión de buenos deseos a nuestro prójimo 87 de desacuerdo por venezolanos 88 de la agresión verbal en castellano medieval 52 de las emociones 3 de sujeto en los dialectos regionales del español 44 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 del humor en la comedia celestinesca 140 formas de tratamiento en los saludos 22 por jóvenes de Murcia 28 simétricas en España 173 el pronombre tú 183 fraseología enunciados fraseológicos del catalán coloquial 30 construcciones del tipo calle arriba y boja abajo 185 género chat 107, 192, 233 cine 115, 226 conversación coloquial, 38, 178, 256 escolar 45 y entrevista 10 correo electrónico 75 debate 211 electrónico chat 107, 192, 233 correo electrónico 75 foro 169 hipertexto 66 mensajes cortos a través del teléfono móvil 106 presentaciones multimedia 172 entrevista y conversación 10 foro 169 hipertexto 66 literatura, 224 artículo periodístico 223, 236 autobiografía 231 canción vallenata 90 escrita y oral 53 narrativa oral 83, 123 novela 171 poesía de tradición oral 25, 121, 266 teatro 23, 99 medios de comunicación 117, 242 artículo periodístico 223, 236 prensa 272 programa radiofónico 21, 131, 139, 157 publicidad 138 publicidad 67, 220, 221, 222, 246 audiovisual 26 radiofónica 138 televisión monólogos de El club de la comedia 270 389 390 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya telenovela 267 mensajes cortos a través del teléfono móvil 106 oratoria y oralidad 175 y retórica 137 presentaciones multimedia 172 problemática 57 gramática sintaxis 50, 65 y discurso 239 y pragmática 130 y prosodia 133 gramática (aspectos) clítico pleonástico de complemento indirecto 8 condicional 59, 225 construcciones causativas analíticas y verbos 244 elipsis 79 en el castellano de Cataluña 243 estudio de algunos marcadores discursivos 83 locuciones 207 objeto indirecto duplicado 55 prefijación 96 subjuntivo 5 usos temporales 41 verbos de respuesta 77 haber impersonal en los Andes venezolanos 102 habla adulta 269 bonaerense 75 caraqueña 144 de los vendedores de El Corte Inglés de Murcia 234 femenina 115, 146, 170 infantil 4, 34, 45 juvenil 16, 27, 28, 29, 31, 49, 89, 178, 200 masculina 3 modalidades 223 polifonía 84 humor en la comedia celestinesca 140 estrategias pragmáticas en El club de la comedia 270 y su(s) sentido(s) en el acto de comunicación 262 identidades sociales y discurso a través del discurso publicitario 246 categorizaciones entre hispanos y escandinavos 126 construcción interaccional 64 cortesía 134 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 en el discurso forense 47 en el Uruguay del s. XIX 24 en la escuela 105 en la práctica jurídica 71 en las chats 192 español como lengua mundial 164 inconsciente 186 los actores de la pobreza en la prensa argentina 272 prejuicio étnico 209 imagen búsqueda de su equilibrio 134 realce 135 preservación a través de la ironía en los chats 192 implicatura 86 intensificación escalaridad 11 su reflejo a través de la prosodia 12 interacción co-construcción oracional 65 con árabohablantes 197 construcción de la identidad 64 en contextos institucionales 255 repetición del gesto 247 interjección ¡ojo! en un diccionario de marcadores del español 258 interrogación 124 ironía el proyecto GRIALE 230 en el discurso político 14 en las chats 192 marcadores del discurso como ‘índices de género’ 159 en la construcción del texto, la actividad y las relaciones sociales 47 en la narrativa oral en inglés y en catalán 123 estudio fonético-sintáctico 83 /que/ 198 ¡ojo! en un diccionario de marcadores 258 siempre 73 so y entonces en el discurso bilingüe de Nuevo México 1 su enseñanza a través de los textos publicitarios audiovisuales 26 verbos de opinión 62 y la prosodia 83, 240 metáfora 60, 98 meter en 29 modalidad enunciación y aserción 104 verbos modales 189 391 392 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. de habla en los artículos de Pérez Reverte 223 morfología acortamiento 204 prefijación de auto- y co- con bases verbales en español 96 narración estructura en el discurso oral de adultos mayores 269 quejas en contextos masculinos 3 y legitimación en el discurso político 216 y lenguajes teatrales 23 nosotros pseudoinclusivo en el discurso político venezolano 191 oralidad aproximaciones americanas a su análisis 179 dificultades de su transcripción 122 discurso e interculturalidad en el sistema procesal chileno 76 en el aula 184 estrategias en la autobiografía del Siglo de Oro 231 femenina y cine en Manuel Puig 115 festival internacional 121 oratoria y oralidad 175 y retórica 137 su mejora en la Educación Primaria 145 teoría 2 vuelta 20 y sintaxis 50, 68 oralidad y escritura 51 en Amaya de Navarro Villoslada 171 en el cancionero popular 53 en el Cantar de Mío Cid 218 en el manual escolar 156 en el Mester de Clerecía 125 en el Quijote 265 en el romancero calahorrano 25 en el Siglo de Oro 42, 194 en la autobiografía 231 en el suplemento Tentaciones del diario El País 236 en el texto colonial 146 en la comedia celestinesca 140 en la enseñanza de lenguas extranjeras 256 en La infancia de Jesu-Christo (1784/91) 6 en la prensa argentina 272 en las canciones contrahechas 206 en las Nuevas Tecnologías 245 en las comunicaciones por correo electrónico en hablantes de español bonaerense 75 en los chats 107 en los mensajes breves de los teléfonos móviles 106 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 393 en los artículos de Pérez Reverte 223 en Los hechos de Don Miguel Lucas de Iranzo 264 en los textos literarios 214 en Plauto 203 teatro breve y literatura oral en el siglo XX 99 orden de palabras 202 relacionado con la posición del sujeto 201 papeles discursivos polifonía 84 en las disputas familiares 111 el lugar del Otro en el discurso educativo reformista en el español contemporáneo 250 paremiología y refranes de la Casa de la Caritat de Barcelona 151 persuasión y tecnicismos en el discurso político 13 planificación de un programa de radio 21 del debate 211 oratoria y oralidad 175 y retórica 137 poder en el discurso científico 61 poder en el sistema procesal chileno 76 escuela y lenguaje 105 estrategias 31 y género en política 170 y solidaridad en el discurso académico 74 y turnos de habla en las disputas familiares 111 ¡Podréis quitarme todo, menos el miedo…! 262 pragmática análisis pragmasintáctico 224 categorización pragmalingüística de la cultura española 129 del orden de palabras 202 desarrollo en el habla infantil 4 española 142 etnopragmática del diminutivo en el español colombiano conversacional 254 implicatura 153 política y legitimación de la guerra de Iraq por parte de José María Aznar 257 inferencia a través del subjuntivo 5 para hispanistas 212 paremiología y refranes de la Casa de la Caritat de Barcelona 151 relevancia irrelevancia en lo condicional concesivo 225 394 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. teoría 268 social y cognitiva 92 sociocultural: estudios sobre el discurso de cortesía en español 36 tendencias actuales 166 y gramática 130 y principios cognitivos del procesamiento y la comprensión 228 prefijo auto- con bases verbales 96 co- con bases verbales 96 preposición en el español de Buenos Aires en contacto con el quechua 155 preposición + (artículo) + que relativo en la norma lingüística culta panhispánica 237 para + infinitivo / subjuntivo en oraciones completivas 239 prestigio variación genérica y edad en Fortuna (Murcia) 72 presuposición 112 pronombre clítico factores lingüísticos y situacionales en su presencia o ausencia 8 nosotros en el discurso político venezolano 191 tú en la España contemporánea 183 variación de los pronombres átonos en Los hechos de Don Miguel Lucas de Iranzo 264 yo y tú 93 prosodia delimitación de las oraciones condicionales en el discurso semiespontáneo 133 estudio de las unidades prosódicas y sus funciones 227 intensificación pragmática 12 y las funciones de los marcadores del discurso 83 proximidad y distancia 165, 194 que enfático 48 función 198 ¡qué bien lo haría, que hasta le dieron un premio! 124 que què de què, eh? 253 redundancia 193 registro informal 253 coloquial 9, 98, 117, 207, 222, 223, 224 catalán 30 conversación 10, 41, 116, 118, 178, 201, 208 murciano 177 corpus 15 culto 237 semiformal entrevista 10 repetición 247 siempre ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 395 como marcador del discurso 73 silencio 167 sintaxis y lengua oral 50, 68, 83 y pragmasintaxis 143 so en bilingües de Nuevo México 1 sobreposición y cortesía en las conversaciones en alemán y en español 63 sociolingüística análisis de las completivas con para + infinitivo / subjuntivo 239 análisis de una manifestación discursiva JAPC (Joven aunque políticamente correcta) 236 diferencias según el sexo en jóvenes valencianos 49 discurso de los indigentes en la ciudad de Buenos Aires 17 en espacios urbanos andinos 119 estudio del español de Colombia en Colombia y en Nueva York 195 estudio del habla de los vendedores de El Corte Inglés de Murcia 234 estudios del dialecto murciano 147 estudio del habla de los vendedores de El Corte Inglés de Murcia 234 variación genérica, edad y prestigio encubierto en Fortuna (Murcia ) 72 frontera en Uruguay en el s. XIX 24 generolectos en la radio musical 157 lengua hablada en Alcalá de Henares. Corpus PRESEEA-Alcalá. II Hablantes de instrucción media 182 marcadores conversacionales como ‘índices de género’ 159 medición de las actitudes 132 preposición + (artículo) + que relativo en la norma culta panhispánica 237 semántica y discurso 241 variación diatópica en el uso del objeto indirecto duplicado 55 variación genérica, edad y prestigio encubierto en Fortuna (Murcia ) 72 variedad adulta 269 variedad juvenil almeriense 89 variedad juvenil universitaria del español hablado en Alicante 16 sujeto en los dialectos regionales del español 44 posición en la conversación coloquial 201 texto análisis estadístico de datos textuales en las declaraciones de Simón Bolívar 199 argumentativo en inglés y en español 58 colonial 146 hipertexto multicultural en México posmoderno 66 intertextualidad oral en las canciones contrahechas 206 literario con rasgos coloquiales 224 y oralidad 214 problemática de los géneros 57 396 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. tipología género chat 107, 192, 233 cine 115, 226 conversación coloquial, 38, 178, 256 escolar 45 y entrevista 10 correo electrónico 75 debate 211 electrónico chat 107, 192, 233 correo electrónico 75 foro 169 hipertexto 66 mensajes cortos a través del teléfono móvil 106 presentaciones multimedia 172 entrevista y conversación 10 foro 169 hipertexto 66 literatura, 224 artículo periodístico 223, 236 autobiografía 231 canción vallenata 90 escrita y oral 53 narrativa oral 83, 123 novela 171 poesía de tradición oral 25, 121, 266 teatro 23, 99 medios de comunicación 117, 242 artículo periodístico 223, 236 prensa 272 programa radiofónico 21, 131, 139, 157 publicidad 138 publicidad 67, 220, 221, 222, 246 audiovisual 26 radiofónica 138 televisión monólogo de El club de la comedia 270 telenovela 267 mensajes cortos a través del teléfono móvil 106 oratoria y oralidad 175 y retórica 137 presentaciones multimedia 172 problemática 57 habla ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. Bibliografía sobre el español hablado. Año 2004 397 adulta 269 bonaerense 75 caraqueña 144 de los vendedores de El Corte Inglés de Murcia 234 femenina 115, 146, 170 infantil 4, 34, 45 juvenil 16, 27, 28, 29, 31, 49, 89, 178, 200 masculina 3 modalidades 223 polifonía 84 registro informal 253 coloquial 9, 98, 117, 207, 222, 223, 224 catalán 30 conversación 10, 41, 116, 118, 178, 201, 208 murciano 177 corpus 15 culto 237 semiformal entrevista 10 texto análisis estadístico de datos textuales en las declaraciones de Simón Bolívar 199 argumentativo en inglés y en español 58 colonial 146 hipertexto multicultural en México posmoderno 66 intertextualidad oral en las canciones contrahechas 206 literario con rasgos coloquiales 224 y oralidad 214 problemática de los géneros 57 tú en la España contemporánea 183 y yo como pronombres 93 turnos 158 turnos conversacionales 111 unidades y órdenes en el análisis de las conversaciones 39 variación de los pronombres átonos en Los hechos de Don Miguel Lucas de Iranzo 264 diafásica, corpus 7 dialectal y actitudes lingüísticas en el ámbito escolar de Mula (Murcia) 34 diatópica en el uso del objeto indirecto duplicado 55 genérica, edad y prestigio encubierto en Fortuna (Murcia) 72 lingüística, adolescencia, competencia metacomunicativa y enseñanza de la lengua 27 verbo 398 M.ª del Mar Espejo Muriel y Olga Cruz Moya ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. cantaba y canté 259 condicional como marca de cortesía 59 construcciones perifrástico-verbales evaluativas en español y en alemán 235 de opinión como operadores proposicionales 62 de respuesta 77 dimensión discursiva 163 haber impersonal y su pluralización en los Andes venezolanos 102 modal y modalidad 189 poder en el discurso científico 61 prefijación de auto- y co- con bases verbales 96 presencia o ausencia del clítico pleonástico 8 subjuntivo 5 usos temporales ‘dislocados’ 41 y construcciones causativas analíticas en portugués y en español 244 vocativo 89 yo y tú como pronombres 93 ORALIA, Vol. 9, 2006, págs. 379-412. 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