Teorías integradas contemporáneas
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Teorías integradas contemporáneas
Teorías integradas contemporáneas Alfonso Serrano Maíllo PID_00183827 CC-BY-NC-ND • PID_00183827 Los textos e imágenes publicados en esta obra están sujetos –excepto que se indique lo contrario– a una licencia de Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada (BY-NC-ND) v.3.0 España de Creative Commons. Podéis copiarlos, distribuirlos y transmitirlos públicamente siempre que citéis el autor y la fuente (FUOC. Fundación para la Universitat Oberta de Catalunya), no hagáis de ellos un uso comercial y ni obra derivada. La licencia completa se puede consultar en http://creativecommons.org/ licenses/by-nc-nd/3.0/es/legalcode.es Teorías integradas contemporáneas Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 Índice Introducción............................................................................................... 5 Objetivos....................................................................................................... 6 1. Enfoques integrados.......................................................................... 7 2. La teoría general integrada............................................................ 8 2.1. Metodología teórica .................................................................... 8 2.2. Elementos de la teoría ................................................................ 10 2.3. Política criminal y evaluación .................................................... 15 La teoría del equilibrio del control.............................................. 17 3.1. Estrategia teórica ......................................................................... 17 3.2. Elementos de la teoría ................................................................ 17 3.3. Política criminal .......................................................................... 21 3.4. Evaluación ................................................................................... 21 4. El modelo del triple riesgo delictivo............................................ 24 5. La teoría de la acción situacional................................................. 28 Resumen....................................................................................................... 33 Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 35 Solucionario................................................................................................ 37 Glosario........................................................................................................ 38 Bibliografía................................................................................................. 39 3. CC-BY-NC-ND • PID_00183827 5 Introducción La "vida del integracionista no es fácil". Hirschi, 2002, pág. 260. Frente a las tradicionales teorías unitarias, en los últimos años se ha producido un abundante número de propuestas integradas. Como podrá comprobarse, las mismas revisten una complejidad relativamente elevada, lo cual ha repercutido en que en muchos casos apenas hayan sido testadas por investigadores independientes. Este auge de las teorías integradas ha coincidido con que la teoría criminológica se ha vuelto más y más exigente. Ello exige que los teóricos contemporáneos tengan que aclarar un conjunto elevado de características del delito, incluir variables de naturaleza muy diversa, ocuparse de los cambios que pueden producirse a lo largo de la vida de las personas u ofrecer formas de control y prevención de delito. Ello aumenta más si cabe la complejidad de estas propuestas. Una de las consecuencias es que algunas de las teorías que ahora revisaremos podrían perfectamente incluirse entre las del curso de la vida o de la criminología del desarrollo. A la vez, estas teorías parecen dominar en buena medida la teorización en criminología al menos a nivel individual. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 6 Objetivos En los materiales didácticos de esta asignatura, el estudiante encontrará las herramientas básicas para alcanzar los objetivos siguientes: 1. Comprender los distintos métodos teóricos, esto es, las estrategias para construir teorías. En particular, comprender la metodología de la integración con sus ventajas e inconvenientes. 2. Familiarizarse con algunas de las más importantes teorías integradas contemporáneas. 3. Profundizar en las consecuencias de política criminal, es decir, en materia de control y prevención del delito de muchas teorías y enfoques criminológicos. 4. Adquirir las herramientas y el vocabulario como para comprender cualquier propuesta teórica y tener la capacidad de advertir sus méritos y limitaciones y, en particular, realizar una lectura crítica y fundamentada. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 7 1. Enfoques integrados Como ya sabemos, la criminología ha construido tradicionalmente teorías unitarias, con hipótesis y variables perfectamente coherentes entre sí, una concepción del delito única, asunciones sobre la naturaleza humana, el orden social... también únicas, etc. Teorías como las del aprendizaje�social, la frustración o el autocontrol responden a esta naturaleza. Sin embargo, en criminología también existen teorías y enfoques integrados desde hace algún tiempo. En la actualidad, esta estrategia teórica goza de un gran predicamento, entre otros motivos, en parte porque es consistente con las tendencias individualizadoras contemporáneas. En efecto, pueden�integrarse�teorías�criminológicas: tomar distintas teorías preexistentes y que tienen elementos propios, extraer de las mismas las partes más convincentes y tratar de construir una nueva teoría, resultado de la combinación de partes de otras teorías y superior a éstas. 1) La propuesta de teorías criminológicas integradas parte de que las�teorías unitarias�tradicionales�han�fracasado a la hora de explicar el delito y proponer políticas criminales eficaces. Estos modelos suelen compartir la idea de que el delito se encuentra causado por muchas distintas variables, pero rechazan los enfoques plurifactoriales por las razones que acabamos de ver, sobre todo por ser ateóricos. Más bien debe tomarse de cada teoría aquellas partes que resulten más prometedoras y tratar de formar una nueva teoría con todas ellas. 2) Otro argumento que se esgrime es que la práctica tradicional simplemente ha resultado en más y más teorías unitarias. La integración, por lo tanto, podría reducir el número de teorías relevantes en criminología. Como también se dijo en su momento, esta estrategia tiene la dificultad de que distintos elementos de la teoría pueden hacer asunciones incompatibles entre sí. Por eso autores como Hirschi (2002) han propuesto seguir fieles a las teorías unitarias y potenciar la competencia entre ellas, refutando y abandonando las que no resistan las críticas empíricas. Como vamos a ver, algunas de las propuestas integradas pueden incluirse en la criminología evolutiva o del curso de la vida, motivo por el cual bien podrían haberse explicado en el módulo próximo. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 8 2. La teoría general integrada 2.1. Metodología teórica En fechas recientes, Agnew (2005) −a quien ya conocemos por sus contribuciones a las teorías de la frustración− ha propuesto una brillante teoría de naturaleza integrada que aspira a explicar por qué los criminales delinquen. Ya desde sus primeros estudios, este criminólogo había venido considerando que: "no creo que mi teoría de la frustración sea una teoría completa de la delincuencia. Muy a menudo, la delincuencia puede resultar de causas que no tienen nada que ver con la frustración. Y cuando la frustración causa la delincuencia, puede operar en conjunción con otras causas" (1980, pág. 27). El mismo autor reconoce que la frustración no tiene necesariamente que resultar en comportamientos desviados o delictivos, y que de hecho existen importantes diferencias individuales en dicha tendencia a responder con el delito. Asimismo, concede que: "ciertos aspectos de la GST (teoría general de la frustración) tienen un apoyo menor. En concreto, estudios que han estudiado los factores que condicionan el efecto de la frustración en el delito han arrojado resultados mixtos [...] la GST puede caracterizarse como una teoría prometedora que está necesitada de un mayor desarrollo y contrastación" (2001, págs. 172-173). Asimismo, Agnew había encontrado evidencia empírica que apunta que variables de teorías distintas dependen de las de otras, esto es, que existe una interacción entre ellas. Todo lo anterior se traduce, coherentemente con la obra de nuestro autor, en la conveniencia de construir teorías integradas. Todo lo anterior explica que la teoría general integrada constituya una constante y una aspiración de su trabajo, independientemente del valor y generalidad que se conceda a la teoría general de la frustración en sí misma. El autor parte de la base de que las teorías hasta ahora propuestas en criminología, incluso aunque muchas de ellas han recibido un importante apoyo empírico, son incompletas. Un problema importante que agrava este defecto es que una teoría debería incorporar respuestas para muchas cuestiones que hoy se sabe que son importantes. Entre las mismas se encuentran, entre otras: 1) El listado de todas las causas del delito, y no sólo de parte de ellas. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 9 2) La explicación de cómo estas aumentan la probabilidad de que se cometa un delito. 3) Cómo se relacionan e interaccionan estas causas entre sí y con el propio delito. 4) Cuánto tardan las causas en tener un impacto sobre el delito y en qué forma. 5) Qué influencia tienen factores externos o cómo se explica la concentración de la delincuencia en jóvenes y hombres. Es decir, que Agnew parte de una concepción muy exigente de lo que debe ser una teoría y de las cuestiones que no puede obviar en el presente momento de desarrollo de la criminología. Para dificultar un poco más las cosas, Agnew muestra una gran preocupación con que la teoría mantenga un grado aceptable de simplicidad para que pueda ser comprendida y testada empíricamente. Su compromiso es, pues, no sólo proponer una teoría general del delito y que ésta sea exhaustiva en sus respuestas, sino también lograr un equilibrio entre una teoría tan completa y un grado aceptable de simplicidad. Puesto que las teorías tradicionales, lo mismo que las modernas, están incompletas y tratar de ampliarlas, en caso de que ello fuera posible, implicaría un grado de complejidad poco recomendable −puesto que muchas de estas teorías son ya de por sí altamente complejas−; Agnew propone el recurso a la integración�de�teorías, es decir, de variables y mecanismos etiológicos procedentes de distintas teorías criminológicas: "la teoría (general integrada) se distingue sobre todo por cómo organiza teorías e investigaciones preexistentes en un todo integrado" (2005, pág. 11). Aunque las teorías clásicas del aprendizaje, el control y la frustración −con una cierta presencia de la teoría general de la frustración− son las que desempeñan un papel más destacado en la teoría general integrada, Agnew recurre a un exagerado sinfín de teorías para construir su propuesta, incluyendo muchas de las expuestas en los presentes materiales y otras más. Vinculación de Agnew a la teoría general de la frustración Sólo por hacer una muy breve advertencia, a lo largo de su trabajo el autor destaca, como vemos, muy diversas variables y mecanismos, pero entre ellos pocas veces olvida el efecto que la frustración tiene en todo el proceso criminal −tanto en el delincuente como en quienes le rodean y las áreas vitales, lo cual se puede traducir a su vez en aumentos de la frustración en el primero, más otras complicaciones−, de modo directo e indirecto, con lo cual se conecta con la teoría�general�de�la�frustración. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 10 2.2. Elementos de la teoría De acuerdo con la teoría general integrada, el delito tenderá a aparecer cuando los impedimentos (constraints) para delinquir sean bajos y las motivaciones altas. Con ello Agnew quiere decir que es necesario atender a variables que afectan a ambas constelaciones de impedimentos y motivaciones. La mayor parte de las teorías, aunque puedan compartir esta visión amplia, tienden a concentrarse en uno u otro lado de la ecuación −generalmente en el lado de las motivaciones. Otras tradiciones en criminología se limitan de manera expresa a una de las constelaciones, como es el ejemplo claro de las teorías del control social. El propio autor propone y desarrolla una tipología de impedimentos y motivaciones: 1) Agnew afirma que las limitaciones contra el delito "pueden ser vistas como un muro ubicado entre el individuo y el delito". Se trata en primer lugar del control externo, como el que ejercen otros, sobre todo personas íntimas como la familia o los amigos, para detectar y sancionar el comportamiento criminal. Otros individuos, en segundo lugar, gozan de objetos, situaciones, expectativas, etc. que desean conservar y que podrían perder en caso de incurrir en el delito. Estas personas tienen un elevado interés en la conformidad, que actúa como limitación al delito. Por último, para ciertos sujetos, el delito es tan inmoral, que ni siquiera consideran la posibilidad de incurrir en él. Esta limitación es denominada control interno en la terminología de la teoría general integrada. 2) Las motivaciones para el delito, en segundo lugar, se derivan, según Agnew, de variables que arrastran (pull) o empujan al delito. • En el primer caso se trata del aprendizaje del delito en el sentido de las teorías clásicas del aprendizaje y la asociación diferencial. Los individuos pueden verse expuestos a creencias favorables al delito, esto es que se les puede enseñar que el delito es bueno o al menos justificable bajo ciertas condiciones; a reforzamientos del delito, como cuando de su comisión se logra algo valorado positivamente o bien se logra evitar algo negativo; y a modelos criminales exitosos que pueden tender a imitarse. • En segundo lugar, existen variables que empujan (push) hacia el delito. Esto tiene lugar −y en esto Agnew sigue en buena medida a la teoría general de la frustración− cuando los individuos se encuentran en una situación de frustración porque se les ha impedido alcanzar metas deseadas; se les Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 11 ha quitado o amenazado con quitarles cosas valiosas que poseen; o bien cuando se les presenta o amenaza con presentar estímulos negativos. Todas las variables relevantes para la explicación del delito han de afectar bien a las limitaciones bien a las motivaciones para el delito. Como puede observarse por el lector, es fácil identificar las tres grandes tradiciones teóricas de la criminología contemporánea (de nivel individual o micro) en los desarrollos anteriores: las teorías del control social, del aprendizaje y de la frustración. La teoría general integra aquí, pues, variables y procesos tradicionalmente utilizados por cada una de estas tres familias −aunque, en menor medida, también de otras. Con esta apreciación se puede observar cómo opera aquí la metodología teórica de la integración. Excepto quizá un par de conceptos, todos los restantes permiten remitirse a las exposiciones de la presente Introducción. El concepto de "interés�en�la�conformidad" (stake in conformity) fue introducido originariamente por Toby, en el marco de las teorías del control social. Toby se refería a que el nivel de delincuencia varía de una comunidad o barrio a otro, pero que dentro de cada uno de ellos existían diferencias individuales en el grado de interés en la conformidad que explicaban cómo es que no todos los chicos expuestos a los ambientes sociales más criminógenos delinquían. Agnew (2005) matiza y desarrolla esta idea. El recurso a la distinción entre pulls y pushes se inspira en el trabajo de Reckless −cuya obra se suele ubicar también entre las del control social−; la aplicación que hace Agnew de esta distinción es afortunada, y coincide en buena medida, aunque no completamente, con los conceptos originales de Reckless −para quien unos eran internos y otros externos al individuo. El núcleo fundamental de la teoría se encuentra constituido por qué variables individuales y sociales influyen en las limitaciones y motivaciones del delito recién señaladas; también pueden incidir indirectamente en el delito. Agnew (2005) las clasifica en cinco� grupos� de� variables, grupos relacionados con esferas de la vida de las personas: 1)�Bajo�autocontrol�e�irritabilidad,�también�denominados�rasgos�personales. Entre estas variables se incluyen la impulsividad, altos niveles de actividad, problemas de atención, bajo aprendizaje a través del castigo, gusto por la búsqueda de sensaciones, irritabilidad, insensibilidad hacia los otros, pobres habilidades sociales y de resolución de conflictos y creencias favorables a la comisión de delitos. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 12 2)�Variables�familiares. Como es el caso de unos vínculos negativos con los padres, conflicto familiar, abuso infantil, supervisión pobre y ausencia de disciplina, padres, hermanos o pareja delincuentes, escaso apoyo social, soltería y vinculación negativa con la esposa. 3)�Variables�escolares. Aquí se incluyen las siguientes: mal rendimiento escolar, vínculos negativos con la escuela, poco tiempo dedicado a la realización de los deberes y estudio en casa, trato negativo por parte de los profesores, metas educativas y laborales modestas y ausencia de una educación positiva. 4)�Variables�relativas�a�los�pares. Asociación con pares delincuentes, pertenencia a una banda juvenil, pasar mucho tiempo con los pares sin ningún tipo de supervisión, abusos por parte de los pares y victimizaciones por delito. 5)�Variables�relativas�al�trabajo. En este grupo se incluyen, por último, variables como las siguientes: mal rendimiento laboral, desempleo de larga duración y compañeros delincuentes. Como ya sabemos, estas variables influyen en el delito porque afectan a las limitaciones o motivaciones para el delito. Cada una de estas variables, sin embargo, puede incidir en más de una limitación o motivación para el delito. Tener amigos delincuentes no sólo motiva para delinquir, sino que además dificulta la creación de controles o limitaciones eficaces. Como se anunció, la influencia de las anteriores variables sobre el delito puede ser directa o indirecta. Éste sería el caso de un bajo autocontrol: no sólo eleva por sí mismo las posibilidades de que se delinca, sino que a su vez −ahora indirectamente− influye en un aumento de la frustración y de la probabilidad de responder a la frustración con el delito. Otras variables, como una inteligencia inferior en cierta medida a la media, sólo tienen efectos indirectos sobre el delito. Por ejemplo −para el caso del cociente intelectual− influyendo en algunas variables individuales o sociales como la impulsividad o el rendimiento escolar. Cualquiera de las variables puede tener efectos relativamente modestos, moderados y grandes directos sobre el delito, de modo que no todas tienen la misma influencia. Por ejemplo, un bajo autocontrol es una influencia robusta para delinquir, mientras que el efecto de las experiencias negativas en el colegio sería modesto o moderado para la teoría general integrada. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 13 Otro punto importante es que tanto el efecto como el tamaño del mismo de las distintas variables pueden depender enormemente de la etapa vital en que se encuentre el individuo, o sea, de su edad. Por este motivo, nos encontramos ante un enfoque que se ubica del mismo modo en la criminología�del�curso�de�la�vida, y que tiene un carácter, entonces, dinámico. Ejemplo La influencia del colegio o de los padres será relevante en la infancia y, con unos efectos mucho más modestos, en la adolescencia, mientras que será inapreciable en la edad adulta; el matrimonio o el trabajo desplegarán sus efectos únicamente en los años adultos; mientras que, por último, variables como el bajo autocontrol, la irritabilidad o los pares delincuentes afectan las probabilidades de delito a lo largo de toda la vida de las personas. Agnew (2005) distingue, en efecto, tres períodos en la vida de las personas: infancia, adolescencia y edad�adulta. 1) En la primera etapa, la infancia, las variables más decisivas son las relacionadas con los padres y el autocontrol e irritabilidad. 2) Durante la adolescencia, los pares despliegan su máximo peso, mientras que el del autocontrol e irritabilidad se mantiene. 3) Finalmente, en la edad adulta se unen como influencias más destacadas a las de la adolescencia las relativas al matrimonio y al trabajo −esto es, o estar soltero y/o desempleado, o tener matrimonio y/o trabajo pobres. Los efectos del paso de un período a otro son en realidad mucho más amplios; verbigracia, dependiendo del estadio en que se encuentre el individuo, también se verán alteradas las interrelaciones entre las distintas esferas vitales y las variables que encierra. Las cinco áreas vitales −alrededor de las cuales se agrupan las variables influyentes en el delito− no se comportan para la teoría general integrada como compartimentos estancos, sino que se encuentran interrelacionadas�entre�sí. Es decir, las variables relativas a los pares se encuentran conectadas con otras esferas: unos padres delincuentes pueden reforzar el comportamiento impulsivo y arriesgado del individuo, enseñarle creencias favorables al delito y elevar su frustración; pueden alejarle de la familia y crear tensiones en su seno, lo cual se puede traducir en un debilitamiento de los vínculos con los padres; puesto que las demandas de unos padres delincuentes, tales como hacer novillos o no estudiar, son contradictorias con la función de la escuela, la dedicación del individuo a esta última puede verse alterada negativamente, a la vez que puede crearse frustración en los profesores, quienes a su vez pueden responder negativamente. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 14 Por último, la evidencia sugiere asimismo que se perjudica la búsqueda de buenos�matrimonios�y�trabajos, siempre de acuerdo con el trabajo de Agnew (2005). Conexiones semejantes tienen lugar entre todas las esferas entre sí: unas afectas a las otras. El resultado más general de dichas interrelaciones es que los efectos de unas áreas refuerzan mutuamente los de las demás. El problema con muchos delincuentes, pues, es que en ellos tienden a coincidir la mayoría de las variables relacionadas etiológicamente con el delito, encuentran problemas en todas y cada una de las esferas vitales y de este modo se ven atrapados en la tela de araña y les es muy difícil salir de ella y terminar o desistir de sus carreras delictivas. Ello explicaría la existencia de delincuentes�crónicos: sujetos en los que coinciden innumerables causas del delito y con graves dificultades en distintos ámbitos, dificultades que se refuerzan mutuamente haciendo cada vez más complicado abandonar el delito, siguiendo siempre a Agnew (2005). Así queda igualmente explicado, como acabamos de señalar, que las variables tengan un efecto directo sobre el delito, pero también indirecto cuando influyen en otras áreas vitales y en las variables en ellas incluidas. También se arroja luz sobre cómo es que algunas esferas tienen un mayor peso en la causación del delito. Efecto de la familia Por ejemplo, el efecto de la familia es de relativamente moderado a grande. Ello es debido, siguiendo siempre a Agnew, a que la familia aparece antes que la mayoría de las restantes esferas vitales y se solapa con ellas; a que contribuye a la conformación de rasgos y patrones de interacciones que son fundamentales y duraderos, por ejemplo, en el campo de la escuela o los amigos; a que la familia desempeña un rol enorme en la vida de las personas, el cual se extiende prácticamente a lo largo de toda su existencia; y, finalmente, a que durante la infancia no existe ninguna otra institución que compita con la familia. Volviendo a la existencia de delincuentes crónicos −bien comprobada empíricamente, por lo demás−, la situación de éstos es todavía más compleja, ya que también la comisión de hechos delictivos −en especial bajo ciertas circunstancias− eleva, tanto de modo directo como indirecto al agravar los problemas de las esferas vitales, las probabilidades de delitos futuros, algo a lo que también se hizo referencia al referirnos a la teoría del autocontrol. Ya se advirtió que la teoría general integrada parte de una concepción muy exigente de los requisitos que debe atender y de las cuestiones que debe considerar. A tal fin, Agnew (2005) aclara, por ejemplo, que los efectos de las causas sobre el delito tienden a ser contemporáneos con éstas, aunque deja espacio para efectos más dilatados en el tiempo, aunque en general menos robustos; así como que su impacto tiene una naturaleza no lineal; del mismo modo incluye desarrollos de la teoría que explican los dos correlatos más sólidos del delito, como son la edad y el sexo. Teorías integradas contemporáneas Observación Puesto que, en efecto, cada una de las esferas se relaciona con todas las demás y además retroalimentan sus efectos recíprocamente, formando un complejo entramado, Agnew habla de la�tela�de�araña�del delito. CC-BY-NC-ND • PID_00183827 15 Teorías integradas contemporáneas La teoría general integrada añade que las esferas de la vida que, como hemos visto, desempeñan un papel en la causación del delito se ven afectadas a su vez por factores�externos�de�naturaleza�ambiental. Estas variables ayudan a explicar en parte cómo es que una persona se ve sometida a unas ciertas condiciones en cada una de las esferas vitales. Estos factores son heterogéneos, pero destacan los socio-demográficos: la edad, el sexo, la raza, el estatus socioeconómico de los padres y las características de la comunidad. Dentro de estos factores externos, Agnew (2005) incluye asimismo influencias biológicas, y de hecho a lo largo de su trabajo concede gran importancia a las diferencias� individuales −las cuales, sin embargo, no tienen que tener necesariamente dicho origen. El mismo autor, eso sí, insiste en que los seres humanos somos en buena medida libres y no nos encontramos determinados −ni por influencias biológicas ni ambientales− para delinquir. Entre estos factores externos también se incluyen algunos relacionados con la cultura y la estructura social, es decir, variables de nivel�macro propiamente dichas. De acuerdo con nuestro autor, "Las tasas del delito son una agregación de actos criminales individuales, de modo que estas teorías (ciertas teorías de nivel macro) esencialmente describen cómo variables de nivel comunitario afectan al comportamiento criminal individual" (1999, pág. 123). Aunque reconoce que variables macro también desempeñan un papel importante en la causación del delito individual −y, por lo tanto, de las tasas delictivas en comunidades o incluso países−, les presta una atención muy superficial y se remite a próximas investigaciones. 2.3. Política criminal y evaluación Nuestro autor considera, asimismo, que la teoría general integrada tiene también una vocación de control y prevención�del�delito. Afirma que los mejores programas para este fin son los que se enfrentan con las causas del delito, aunque su impacto sobre estas sea modesto; y que serán tanto más efectivos según incidan, para introducir mejoras, en más esferas de la vida. Más concretamente, duda que una política criminal basada en sanciones punitivas sea muy prometedora, a menos que se eleve la certeza de las sanciones y, condenando el delito, se sea comprensivo con el delincuente y se trate de reintegrarlo a la sociedad. Ejemplo Individuos que proceden de familias desaventajadas socio-económicamente tienen una mayor tendencia a heredar un autocontrol bajo y a sufrir mayores frustraciones, tales como las derivadas de las dificultades económicas; pueden recibir una educación más pobre por parte de los padres; les puede ir peor en la escuela; y también tienen una cierta tendencia a conseguir puestos de trabajo de mala calidad o incluso a sufrir el desempleo. CC-BY-NC-ND • PID_00183827 16 La mejor estrategia para la teoría integrada general, entonces, son programas de intervención que introduzcan mejoras en las distintas esferas de la vida de los individuos y los criminales, tales como la familia, el trabajo o las personas con las que se relaciona. Aunque el teórico se muestra cauto respecto al apoyo empírico que espera que reciba la teoría general integrada, concede una importante atención a cómo debe�testarse la misma. Puesto que en la construcción de la teoría se han tenido en cuenta una parte importante de las investigaciones criminológicas realizadas hasta la fecha, entonces es lógico que Agnew (2005) sugiera que todas ellas ya respaldan de alguna manera, aunque sea modesta, la misma. Naturalmente, el autor reclama nuevas investigaciones, las cuales deberían centrarse, siempre según nuestro autor, en partes de la teoría, ya que considera que es demasiado amplia y quizá compleja como para que un solo estudio sea capaz de testarla por entero. De modo muy interesante, Agnew (2005) recurre a lo largo de su libro a ejemplos tomados de etnografías y otros estudios cualitativos que favorecen elementos de la teoría general integrada, con lo cual deja señas, asimismo, de una más que loable vocación de integración metodológica. Naturalmente, una teoría general integrada tan compleja es difícil que dé lugar a muchos esfuerzos de tests empíricos. Teorías integradas contemporáneas Programas prometedores A juicio del profesor de Emory, en lo cual coincide con una parte importante de la doctrina, a día de hoy existen ya algunos programas prometedores en este sentido. CC-BY-NC-ND • PID_00183827 17 3. La teoría del equilibrio del control 3.1. Estrategia teórica Otra importante teoría es la del equilibrio del control, propuesta por Tittle en diversos trabajos comenzando por su magnífica monografía de 1995 y siguiendo por trabajos más recientes. Para este importante autor, métodos convencionales de construcción de teorías tales como los bien conocidos de invención y de elaboración fracasan en la práctica por diversas razones. Como alternativa, propone el recurso a la integración de partes de teorías, si bien concede que se trata de una difícil labor. Por este motivo plantea un enfoque integrador específico que denomina enfoque�sintético y que se caracteriza en lo fundamental por la existencia de un único proceso causal central, el cual sirve de canalización a diversos argumentos teóricos. Este proceso causal central debe ser suficientemente abstracto como para permitir inputs de otras teorías "sin absorberlas ni expulsarlas"; ser aplicable universalmente; proponer principios causales genuinos, y, por supuesto, resultar verdadero. La teoría del equilibrio del control, por lo tanto, tiene una naturaleza integrada. 3.2. Elementos de la teoría Las personas se encuentran en posiciones en las que tienen o pueden ejercer control sobre otras personas; a la vez, ellas mismas se encuentran bajo el control efectivo o potencial de otros. Las personas, dicho con otras palabras, controlan o pueden controlar a otras y son o pueden ser controladas por otros. El control puede también referirse a circunstancias u otras figuras o instituciones en vez de a personas en concreto. Este control que se sufre o se disfruta puede encontrarse más o menos equilibrado −cuando el control que se ejerce o puede ejercerse es semejante al que se sufre o puede sufrirse− o bien más o menos desequilibrado −cuando se tiene un déficit o superávit de control. A la relación que existe entre ambas formas de control, Tittle la denomina razón�del�control. Definido en sus propias palabras: Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 18 "la extensión en la que un individuo puede potencialmente ejercitar control sobre circunstancias que inciden sobre él, en relación al control potencial que puede ser ejercitado por entidades y condiciones externas contra el individuo" (Tittle, 2001, pág. 317). La razón del control no es una entidad fija, sino que puede variar de una situación a otra, de un lugar a otro y de un momento a otro. Por ejemplo, alguien puede encontrarse oprimido en el trabajo pero tener un superávit de control en su casa en comparación con su esposa. Por lo tanto, Tittle habla de una razón del control general, que se refiere a la probabilidad medida de una persona de ejercer o ser sujeto de control; y de razones del control situacionales, referidas a casos específicos. Las razones del control dependen de características individuales y de características sociales u organizativas. Por ejemplo, los jóvenes suelen tener un déficit de control, de modo que la edad es una variable individual relevante para la razón del control de una persona y, como ya sabemos, un correlato muy sólido del delito. Más interesante si cabe es el caso del sexo. Tittle mantiene que las mujeres tienen en las sociedades mucho menor control potencial que los hombres y que por ese motivo, como es bien sabido también, delinquen significativamente menos. Pero en realidad, las mujeres ocupan como grupo las posiciones sociales con menos capacidad de control, lo cual también se relaciona en la teoría con la desviación. Esta es precisamente la imagen que ofrece Tittle (1995): las mujeres también tienden a incurrir en comportamientos desviados, concretamente incurren en sumisión. Para nuestro autor, pues, existen distintas formas de desviación además de la predación, y una de ellas es la sumisión. De esta manera, el autor trata de explicar otros correlatos bien conocidos del delito y la desviación recurriendo al concepto de razón del control. El proceso causal central de la teoría del equilibrio del control está constituido, pues, por las razones del control, en el bien entendido que las personas difieren en sus razones del control −más o menos niveladas− y que razones del control desequilibradas se relacionan con la desviación. Ahora bien, una razón del control desequilibrada es una condición necesaria pero no suficiente para la aparición de la desviación, en alguna de sus manifestaciones. Así, uno debe encontrarse predispuesto para la motivación desviada. La predisposición según la teoría procede de la convergencia de tres inputs: • el deseo de autonomía, • el desequilibro ya mencionado de la razón del control y Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 • 19 el bloqueo de metas. La teoría asume, en primer lugar, que todo el mundo tiene un deseo latente de autonomía. Ello quiere decir que todas las personas desean escapar del control a que están sometidos y, a la vez, extender su propio control. Tittle (1995) sugiere que el ansia de autonomía aparece ya durante la primera infancia, ya que durante la misma los bebés dependen completamente de sus padres o cuidadores, quienes tienen un poder absoluto sobre ellos, hasta el punto de que llegan a detestar esa sujeción; a la vez, quieren ser como son sus padres o cuidadores para con ellos, y extender, en la medida de sus posibilidades, su control sobre otras personas o situaciones. Nuestro autor mantiene que el deseo de la autonomía es una asunción básica de la teoría, y considera al menos práctico partir de la base de que se trata de algo en lo que coinciden todas las personas: en una medida muy semejante, todas tienen un fuertemente arraigado deseo de autonomía. Tittle incluye el deseo de autonomía en su teoría como una constante −en vez de como una variable, como pasa con la inmensa mayoría de los fenómenos que utilizan las teorías que estudiamos en esta obra. En segundo lugar, algo muy lógico según los pasos que hemos ido dando siguiendo al prestigioso criminólogo norteamericano: según sea mayor el desequilibrio entre el poder que uno tiene y que uno sufre, más probable será que una persona se muestre motivada para la desviación. Finalmente, un individuo debe encontrarse con que�sus�metas�se�encuentran bloqueadas. En efecto, si una persona estuviese logrando lo que se propone −¡incluyendo la extensión de su control!− sería muy difícil que recurriese a la desviación. Por lo tanto, cuando estos fenómenos −una constante y dos variables− convergen, el individuo tenderá a encontrarse predispuesto para la conducta desviada. Predisposición no equivale, como el propio nombre indica, a motivación. Cuando una persona se encuentra predispuesta, en el sentido del párrafo anterior, puede llegar a estar motivado bajo ciertas circunstancias. Tittle (1995) parece pensar que la mayor parte de las veces en que alguien está predispuesto no llega a motivarse para la desviación. Para que esto ocurra, el individuo ha de ser consciente del desequilibrio de su control y darse cuenta de que un acto desviado o el comportamiento desviado puede cambiar ese desequilibrio −ya sea superando el déficit, ya utilizando su superávit. Sobre todo cuando la persona quiere cambiar la situación de desequilibrio en el control en que se encuentra de modo rápido, es probable que surja un comportamiento desviado. El paso a la motivación suele provocarse por medio de algún hecho que conlleve algún tipo de emoción negativa para el individuo, por ejemplo, que sea humillado. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 20 La motivación, como vemos, que en realidad consiste en que el individuo percibe que la desviación es una forma prometedora para alterar su situación, es una variable. Como en otras teorías contemporáneas, Tittle también incluye el elemento de la oportunidad. Un acto desviado sólo se puede llevar a cabo si existe la oportunidad para ello. El autor propone el siguiente ejemplo: "Independientemente de lo motivada que esté la gente para hurtar coches, no pueden hacerlo si no hay coches que hurtar". De todos modos, parece que, como también hemos visto en el caso de otras teorías, la oportunidad desempeña un rol necesario pero relativamente menos importante que otros elementos de esta teoría, ya que el propio Tittle reconoce que: "Debido a que la oportunidad para una variedad de actos desviados es habitualmente omnipresente, la gente que se encuentra motivada tiene una alta probabilidad de llevar a cabo algún acto de desviación" (Tittle, 2001, pág. 321). Finalmente, el individuo que tiende a cometer un acto desviado ha de tener en cuenta los costes�asociados con el mismo. Los costes más importantes son denominados por Tittle (1995) constreñimientos, y puede pensarse en ellos como formas de control tradicionales tales como las derivadas de la familia; de los riesgos situacionales, tales como la posibilidad de ser descubierto, de la existencia de mecanismos de prevención situacional como un lugar bien iluminado, etc.; y de la gravedad que se percibe que el acto va a ocasionar en la víctima. Estos constreñimientos influyen en que efectivamente se lleve a cabo un acto desviado o no. Si, verbigracia, un acto desviado conlleva un gran riesgo para el agente, este tenderá a abstenerse de llevarlo a cabo aunque su razón del control esté desequilibrada, se encuentre motivado y tenga la oportunidad. Otro fenómeno que en la teoría del equilibrio del control constituye un coste es la potencial�respuesta que provoque el acto desviado. Esto es, que cuando se lleva a cabo un acto desviado para equilibrar la razón del control, es perfectamente posible que este acto sea respondido por otro acto que perjudique al agente. Así, si se ataca a una institución más fuerte, esta puede responder. En casos de este tipo, es posible que el agente se abstenga de llevar a cabo el acto desviado, aunque también puede acontecer que la potencial respuesta afecte a la seriedad de la desviación. En efecto, una persona con un gran desajuste en su razón de control tenderá a realizar un acto desviado de una relativamente alta gravedad. Sin embargo, si la posibilidad de respuesta es real, es posible que se conforme con un acto menos serio. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 21 Teorías integradas contemporáneas Por ejemplo, en vez de agredir a otra persona, puede conformarse con propagar aspectos negativos de ese individuo. Aunque se presenten todos los pasos hasta ahora descritos, es posible todavía que no se lleve a cabo ningún acto desviado o delictivo. Tittle (1995) señala que ello es debido a que la teoría no tiene un carácter determinista sino probabilístico. El autor denomina a estas ulteriores variables contingencias, y afirma que existen muchas. Las contingencias pueden clasificarse, siguiendo siempre a nuestro autor, en personales, organizativas y situacionales, aunque en ocasiones algunas de ellas pueden combinarse entre sí y formar contingencias de segundo orden. La teoría también tiene consecuencias a nivel macro. En efecto, en una sociedad pueden favorecerse razones del control más o menos equilibradas o más o menos desequilibradas. Ello repercutiría de modo directo en las tasas de desviación y delito de esa sociedad. En sociedades equilibradas tenderá a haber menos desviación y delito que en lo que Tittle denomina sociedades represivas. Y lo mismo puede decirse respecto a las instituciones de una sociedad. 3.3. Política criminal Finalmente, Tittle presta una cierta atención a las medidas de política criminal que propone la teoría, si bien reconoce que la misma no se ha construido con esta preocupación en mente. Como es fácil de imaginar, la idea clave pasa por equilibrar las razones del control de las personas. Pero no sólo, ya que la política criminal podría intervenir en cualquiera de los pasos teóricos que propone la teoría. Por ejemplo, medidas de prevención situacional sólo afectan a los constreñimientos, aunque pueden tener una cierta eficacia. En muchas ocasiones, estrategias de control y prevención del delito que se fijan en los mecanismos secundarios de la teoría serán mucho más eficaces, ya que a veces tratar de equilibrar las razones del control de las personas exigiría operar cambios profundos en las sociedades, lo cual es poco realista. Tittle, en esta línea, se refiere a la delincuencia juvenil. Como hemos visto superficialmente, los jóvenes delinquen de modo desproporcionado porque en las sociedades contemporáneas se caracterizan por tener déficits en sus controles. Si se fuese capaz de conceder más control a los jóvenes, se podrían prevenir muchos delitos. Sin embargo, muchas veces esta opción resultará muy difícil y poco realista. 3.4. Evaluación La teoría ha recibido algunas críticas (Jensen, 1999; Savelsberg, 1999). Algunas de ellas se centran en el concepto de desviación que utiliza Tittle. A su juicio, desviación es: "cualquier comportamiento que la mayoría de un grupo dado considera inaceptable o que de modo típico evoca una respuesta colectiva de tipo negativo" (Tittle, 1995, pág. 124, énfasis eliminado). Ejemplo El sentido moral de una persona constituye una contingencia personal que puede hacer que un individuo se abstenga de delinquir aunque se presenten en él todos los mecanismos que propone la teoría −pero falla esta contingencia−; si por el contrario el joven pertenece a algún tipo de subcultura, por ejemplo, a alguna banda juvenil peligrosa, es mucho más probable que tienda, en igualdad de condiciones, a delinquir. CC-BY-NC-ND • PID_00183827 22 Así, los críticos han mantenido que se trata de una definición vaga e imprecisa, así como difícil de operacionalizar y medir. Savelsberg (1999), por su parte, critica la asunción antropológica que hace la teoría del deseo de autonomía. De acuerdo con este autor, este es, en realidad, un problema general de muchas teorías. A su juicio, asunciones de este tipo, aunque concede que tienen un carácter metafísico, no refutable, tienen el problema de resultar demasiado unilaterales, y precisarían completarse con una parte social; es decir, la idea de que el ser humano es completamente diferente de otras criatura en el sentido de que puede, por ejemplo, desear hacer lo que debe, contradiciendo con ello potenciales tendencias naturales como las que describe Tittle. Este último ha respondido a estas y otras críticas en diversos lugares (1999). La validez de una teoría, como ya sabemos, debería juzgarse sobre todo por su grado de apoyo empírico. Tittle (1995) ofrece evidencia indirecta en favor de su teoría, en el sentido de que sugiere que la misma es compatible con la evidencia acumulada en criminología. Uno de los primeros tests de la teoría es el que realizan Hickman�y�Piquero (1999). Estos autores testaron la hipótesis de que un exceso de control debería relacionarse con tipos concretos de desviación, los que Tittle denomina predación y desafío, y que son formas de desviación que incluyen la represión de otra persona. A tal fin, los autores recurrieron a viñetas o escenarios que llevaban anexas una serie de preguntas a los encuestados. Los análisis revelaron que, en efecto, un exceso de control se relacionaba con la predación y el desafío, pero que lo mismo ocurría con un defecto en el control −que, de acuerdo con la teoría, no debería relacionarse con estas formas de desviación. Por ello, la evidencia de este trabajo parece más bien mixta. Los propios Hickman y Piquero (2003) han sugerido que la teoría del equilibrio del control podría extenderse para explicar no sólo la desviación, sino también la victimización. La idea fundamental de lo que proponen es que también las personas con excesos o déficits en su control, esto es, con razones del control desequilibradas, tienen un mayor riesgo de victimización. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 23 Para testar esta hipótesis, recurrieron a una muestra de 253 estudiantes universitarios a los que administraron un cuestionario. Este incluía diversas variables de control, variables derivadas o al menos consistentes con las teorías de la oportunidad y preguntas acerca de los sucesos delictivos que habían sufrido dentro del campus universitario. Para estimar la "razón del equilibrio del control" realizaron a los alumnos preguntas del tipo "¿cuánto control ejercen otras personas sobre ti?" o "¿cuánto control ejercitas tú sobre tu pareja (significant other)?". Esta forma de medición es problemática metodológicamente, y bien mirado, se limita a pedir directamente al interesado que estime él mismo lo que el investigador quiere saber. Este procedimiento es, como digo, criticable. En un primer análisis, los investigadores encontraron apoyo empírico para las variables derivadas de las teorías de la oportunidad. En análisis posteriores testaron la hipótesis de la teoría del equilibrio del control aplicada a la victimización. Para ello recurrieron a victimizaciones en general y a hurtos. Un problema estadístico importante es que la teoría, como resulta evidente para quienes se encuentren familiarizados con la investigación empírica, es que no predice una relación lineal, como es el caso habitual de las teorías en la disciplina. Ello obligó a los investigadores a recurrir a herramientas estadísticas sofisticadas. Los autores encontraron evidencia favorable para la teoría: tanto un exceso como un déficit en el control se relacionaban de modo estadísticamente significativo con mayores victimizaciones en general y en relación con el hurto. Finalmente, Piquero� y� Piquero (2006), utilizando de nuevo escenarios y la misma forma de operacionalizar y medir el control, han aplicado la teoría de personas de estatus social relativamente alto, concretamente que trabajaban en empresas −la muestra, como puede adivinarse, estaba constituida por personas de este tipo que participaban en un curso. La teoría del balance del control predice que un exceso de control en estos sujetos debería conducir a un tipo de desviación concreto, la explotación. Ahora, de modo perfectamente consistente con la teoría, un exceso de control predecía la explotación, mientras que un defecto en el control no guardaba ninguna relación con dicho resultado. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 24 4. El modelo del triple riesgo delictivo Quien haya seguido los presentes materiales habrá notado que la mayor parte de las teorías criminológicas sobre las causas del delito, tanto en sentido histórico como contemporáneo, han sido producidas en Estados�Unidos. La tradición de la explicación que el delito produce en los individuos y en las comunidades, lo cual a menudo se conoce como la cuestión de la punitividad o del punitivismo, sí conoce algunas de las más importantes teorías europeas, pero no así la que se centra en la etiología del delito. En este campo puede citarse de modo destacado la propuesta de Wikström (2006), un criminólogo sueco que se desempeña como catedrático en el Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge. LaFree ha llamado la atención sobre la paradoja que supone que la criminología, habiendo nacido en Europa, se haya desarrollado especialmente en Estados Unidos. En la actualidad están apareciendo en nuestro continente algunas muy importantes investigaciones y es posible que en un futuro no muy lejano estemos en condiciones de competir, en términos científicos, con los norteamericanos. Existen algunas razones que contribuyen a explicar este grado diferencial de desarrollo, entre los que se encuentra la tradición idealista que ha dominado gran parte del continente y, desde luego, las sólidas tendencias antiempíricas de la Europa mediterránea. Por este motivo, tiene especial mérito la tesis en la que trabaja Redondo Illescas, un destacado criminólogo y psicólogo a nivel europeo, y algunos de sus colaboradores. El modelo del triple riesgo delictivo (TRD) de Redondo�Illescas (2008a; 2008b) no es, en propiedad, una teoría de la delincuencia en el sentido de que no propone mecanismos etiológicos específicos distintos a los ya conocidos por otras teorías. Lo que propone, precisamente, es una forma de ordenación de factores explicativos ya propuestos por diversas teorías. Estos mecanismos son bien conocidos en la disciplina y gozan de un amplio respaldo derivado de sólidas investigaciones empíricas. En este sentido, puede hablarse de un enfoque metateórico en el sentido de que es aplicable a distintas teorías individuales o bien de un enfoque integrado. Esta segunda opción es la que hemos seguido aquí sobre la base de la flexibilidad que tiene la idea de integración en la criminología contemporánea. Redondo Illescas propone una clasificación en tres grupos de los riesgos relevantes. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 25 1) En primer lugar aparecen los riesgos A o riesgos�personales. 2) Los riesgos B, los segundos en aparecer en la propuesta que nos ocupa, se encuentran derivados del apoyo�prosocial. 3) El último conjunto de riesgos, los denominados C, incluyen una constelación bien conocida en la criminología más reciente: las oportunidades�para el�delito. Uno de los argumentos centrales de la tesis es que sean los específicos mecanismos criminógenos los que conduzcan al delito en los diversos casos posibles, el delito y los procesos que conducen al mismo se hacen más probables cuando se aúnan riesgos de las tres clases mencionadas. El profesor de la Universidad de Barcelona aclara que cuando habla de específicos mecanismos criminógenos se está refiriendo a los especificados por diversas teorías tradicionales en criminología, tales como las del aprendizaje, la desvinculación social, la tensión, el etiquetado, etc. o varios de ellas. El modelo TRD añade que estas tres dimensiones mencionadas no sólo encierran riesgos para el delito, sino que también ofrecen mecanismos protectores frente al delito. De este modo, cada una de estas dimensiones se construye como un continuo que va desde una protección muy acentuada a una puesta en riesgo de cometer delitos también marcada. Así las cosas, en las propias palabras de Redondo Illescas, el modelo TRD "sugiere que el riesgo delictivo de un individuo particular en un tiempo 't' depende de la combinación en él de facetas riesgo-protección procedentes de tres fuentes etiológicas diferenciadas: 1) 'disposiciones y capacidades personales', 2) 'apoyo social' recibido, y 3) 'oportunidades para el delito'". Tras una seria revisión de la literatura, incluyendo los trabajos en los que él mismo y sus colegas han participado, señala entre los factores de riesgo individuales o personales, o sea, la impulsividad, la tendencia al riesgo, la baja inteligencia, la baja motivación para el logro, etc.; y entre los factores de riesgo sociales, los bajos ingresos familiares, el conflicto con los padres, el alcoholismo de estos, la crianza inconsistente, amigos delincuentes, etc. Del mismo modo, factores protectores individuales o personales son el autocontrol, la motivación de superación, la autoestima realista, la capacidad de culpa, la buena empatía, etc.; y sociales, los modelos positivos, los amigos prosociales, el control informal, vivir en barrios no delictivos, etc. El modelo TRD agrupa en realidad los factores de riesgo y protectores en constructos o variables unitarias, como Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 26 por ejemplo las amistades: este constructo puede constituir un factor de riesgo cuando las amistades son delincuentes; de protección cuando se tienen amigos prosociales; o bien resultar neutro. En efecto, en su propuesta de constelaciones de factores que pueden implicar bien riesgo bien protección, o incluso resultar neutros, el modelo TRD realiza una aportación muy original. Debido a la gran cantidad de estudios empíricos sobre los factores relacionados con la comisión de hechos delictivos, esto es, sobre factores de riesgo y factores protectores, en la actualidad nos encontramos en la literatura con listados muy prolijos que pueden variar de un estudio a otro. De hecho, la literatura sobre factores de riesgo y protectores es prácticamente inabarcable y probablemente también algo confusa. Lo que se propone en esta tesis es no sólo material, sino también organizativo. A tal fin, la tesis trata de clasificar todos los riesgos conocidos en solamente tres grupos; y a la vez reducir las constelaciones de factores de riesgo y de protección a constructos más o menos unidimensionales que, como se ha dicho, pueden ser factores que favorecen o que alejan del delito dependiendo de los valores que tomen. Una distinción en la que este autor insiste es en la de factores riesgos −y, paralelamente, protectores− estáticos y dinámicos. La diferencia fundamental es que los primeros no cambian o no pueden cambiarse a lo largo de la vida de las personas −por ejemplo, ser hombre o mujer−, mientras que los dinámicos sí pueden cambiar −así, la tolerancia de la ira. Esto es muy importante no sólo porque permite ubicar a la tesis aquí expuesta en el marco de la criminología del curso de la vida o de la criminología del desarrollo −que llaman la atención sobre la importancia de tomar en cuenta los cambios que se producen a lo largo de la vida de las personas−; sino porque conecta el modelo con otra de las grandes preocupaciones de la disciplina: el control y prevención de la delincuencia. En efecto, si se actúa sobre los factores que pueden cambiar −los dinámicos, como hemos visto− puede ser prometedor reducir las tasas de delincuencia de una comunidad a nivel macro y reducir la tendencia al delito o a la reincidencia de individuos o grupos de individuos concretos. El modelo incorpora asimismo perspectivas globales que podrían integrarse. Así, el evolucionismo de base darwiniana, que viene teniendo un gran predicamento en la disciplina; o la tesis del proceso�de�civilización de Elias. La propuesta también puede extenderse para la valoración�del�riesgo�delictivo. Desde hace mucho tiempo, la predicción del comportamiento futuro de los delincuentes viene representando una seria preocupación para los criminólogos. Es evidente que la valoración del riesgo es una tarea difícil. Sin embar- Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 27 go, una breve reflexión arroja muchos supuestos en los que, confesadamente o no, predicciones de este tipo son habituales y se encuentran en la base de importantes decisiones. Por ejemplo, la aplicación de algunas instituciones jurídico-penales e incluso la elección y extensión de la pena concreta que se impone a un reo por parte de un juez o tribunal, la concesión de ciertos beneficios penitenciarios, la clasificación penitenciaria, etc. se hacen tomando en parte la valoración del riesgo del individuo de que se trate. No es, desde luego, el único elemento que se toma en cuenta ni probablemente tampoco el más importante, pero sí es uno de ellos. A menudo estas decisiones se hacen de modo intuitivo, lo cual conlleva, cuanto menos, una alta carga de inseguridad jurídica. Lo que esta rama de la psicología y de la criminología aspira a hacer, entonces, es ofrecer una serie de factores bien establecidos empíricamente que ayudan, dentro de unos límites razonables, a tomar las decisiones antes mencionadas. Esto es, que dichas decisiones −que son de una importancia decisiva para la sociedad, el sistema de administración de justicia y para los individuos implicados− tienen que tomarse en cualquier caso, de modo que parece preferible contar con una base científica que informe dichas decisiones. Para el modelo del triple riesgo delictivo, una buena estimación del riesgo de un individuo o un grupo pasa por la consideración de riesgos derivados de las tres fuentes, en vez de solamente una, de modo aislado. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 28 Teorías integradas contemporáneas 5. La teoría de la acción situacional Desde mediados de la década de 1990 se había producido un cierto estancamiento en la teoría criminológica. Apenas han venido apareciendo teorías interesantes que no fueran integradas y que tuvieran una cierta originalidad. En efecto, la mayoría de las propuestas se limitaban a integrar elementos de distintas teorías originales sin mayor detalle. Ni que decir tiene que ha habido algunas importantes excepciones, algunas de las cuales han sido descritas en estas páginas. Esta tendencia ha sido rota con decisión por la teoría de la acción situacional, originariamente propuesta por Wikström, un profesor sueco afincado desde hace años en el prestigioso Instituto de Criminología de la Universidad de Cambridge. Wikström Wikström es catedrático de Criminología Ecológica y del Desarrollo en la Universidad de Cambridge y es miembro de la Academia Británica. Su teoría constituye uno de los avances más importantes de los últimos veinte años. Entre sus principales libros destacan The explanation of crime, editor junto a Robert Sampson y Adolescent crime, junto a Butterworth. A la vez, el profesor Wikström dirige un importante proyecto de investigación de naturaleza longitudinal en la ciudad inglesa de Peterborough, con una financiación continuada que ya ha alcanzado más de los 10 millones de libras esterlinas, del cual, como veremos, se derivan importantes pruebas empíricas que favorecen la teoría de la acción situacional. PADS PADS+, Peterborough�Adolescent�and�Young�Adult�Development�Study, es un estudio de adolescents y jóvenes adultos que se lleva a cabo en la ciudad británica de Peterborough. Su meta es comprender mejor las influencias situacionales en los jóvenes, en particular cómo sus familias, colegios y comunidades moldean su desarrollo social. El estudio comenzó en el 2002 y más de 700 jóvenes y sus familias (también se entrevista a los padres), así como más de 20 colegios han participado ya en la investigación. Wikström, uno de los teóricos europeos más importantes, parte de la crítica a las teorías criminológicas tradicionales cuando intentan explicar las causas del delito. A la vez, su propia propuesta aspira a ofrecer una mejora sobre las mismas. A su juicio, los problemas de las teorías criminológicas no sólo dificultan explicaciones del delito plausibles e investigaciones sólidas, sino que sobre todo ponen en peligro las posibilidades de unas políticas de control y prevención del delito prometedoras. Su propuesta, así las cosas, se caracteriza por una crítica a las teorías tradicionales así como, en especial, al enfoque de los factores de riesgo. En efecto, según nuestro autor, una buena teoría, además, necesita aunar todo lo que se sabe −así como todo lo que puede hacerse− no sólo en materia de las causas del delito, sino también en materia de control y prevención del mismo. Web recomendada Puede visitarse su página web en http://www.pads.ac.uk/ index.html CC-BY-NC-ND • PID_00183827 29 Como podemos observar, en Wikström (1995) aparece igualmente una notable preocupación por la teoría y la política criminal, así como sobre las relaciones que existen entre ellas. Considera, asimismo, que muchos de los esfuerzos que se han llevado a cabo en política criminal hasta ahora han sido ineficaces. Wikström (2004; 2005; 2007; 2007) es muy original cuando reclama la relevancia teórica de las ideas de moralidad y de acción, del contexto social y de las interacciones a que se ve expuesto el individuo. La teoría criminológica tradicional es insatisfactoria, debido, siempre según nuestro autor, a las siguientes razones: 1) La ausencia de una teoría de la acción. 2) Una insuficiente integración de los niveles de explicación o análisis. 3) Una definición poco clara del delito. Delitos son para Wikström (2007) actos de ruptura de normas morales definidas en las leyes penales. Aunque la naturaleza humana pueda ser egoísta y autointeresada, las normas morales desempeñan un rol importante a la hora de guiar la acción humana. Por eso, el reto de una explicación criminológica es qué lleva a los individuos a romper normas morales tal y como se describen en las leyes penales. Las acciones morales son actos intencionales que se realizan bajo la guía de reglas que prescriben lo que está bien o está mal en circunstancias particulares. La explicación del delito, por lo tanto, es una parte de una teoría más amplia sobre la ruptura de normas morales. Esas normas morales, eso sí, no tienen que ser justas ni legítimas −la cuestión para nuestro autor, pues, no es por qué tenemos la normas y leyes que tenemos, sino por qué la gente acata o infringe esas normas. Un postulado esencial de su teoría es que los individuos realizan sus acciones según cómo ven las alternativas que tienen a su disposición y toman sus decisiones. Esto es, que para cometer un delito el sujeto debe en primer lugar verlo como una acción posible: si a uno no se le representa la opción de, por ejemplo, llevarse un objeto de unos grandes almacenes, entonces no podrá tomar la decisión de hacerlo. Del mismo modo y en segundo lugar, aun cuando alguien ve el delito como una opción no tiene necesariamente que delinquir. Los individuos, según Wikström, difieren tanto respecto a cómo ven las alternativas de que disponen como respecto a las decisiones que toman dependiendo de cómo son ellos mismos, de las oportunidades que afrontan y los contextos sociales en que se desenvuelven: Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 30 "El argumento central de la teoría de la acción situacional es que los actos delictivos son el resultado de un proceso por el cual un individuo percibe alternativas para la acción y elige (por hábito o por deliberación) qué alternativa seguir" (Wikström, 2008, pág. 19, énfasis eliminado). Para estudiar el delito, por lo tanto, es imprescindible conocer las características de los individuos y las experiencias a que se han visto expuestos, o sea, las propensiones individuales y las circunstancias ambientales. Además, ambas constelaciones de influencias −propensiones individuales e inductores ambientales− no se comportan de modo aislado, sino que interaccionan entre sí, de modo que también se hace preciso igualmente conocer cómo se producen dichas interacciones. Dicho con otras palabras, se necesita comprender los mecanismos situacionales que ligan al individuo con el escenario del delito (Wikström, 2006). La teoría es especialmente original cuando distingue dos vías para la ruptura de las normas morales. En efecto, la conducta humana en general y la delictiva en particular puede, en primer lugar, responder a un patrón�habitual. El hábito es una dimensión de la acción humana que habitualmente ha sido pasado por alto por los teóricos de esta tradición. Wikström recurre a menudo a la acción de fumar. Pues bien, a menudo, aunque dependiendo del contexto en que se encuentre, uno puede encender un cigarrillo simplemente porque tiene ese hábito, y lo hace de modo próximo a lo mecánico. En otras ocasiones, por ejemplo en un contexto determinado en el que hay otras personas presentes y pudiera ser que se molestase a alguien, entra en juego la deliberación. La elección humana, así las cosas, puede ser habitual (prefijada) o deliberada (elegida voluntariamente), dependiendo de las circunstancias (Wikström, 2006). En este ámbito, nuestro autor trae a colación la importante idea de agencia (agency). En los últimos años, algunos teóricos han venido llamando la atención sobre la necesidad de que la criminología dejara de ver al delincuente como un sujeto dirigido de modo determinista por fuerzas que no puede controlar, e incorporara la dimensión de su propia voluntad para hacer cosas o para hacer que pasen cosas. Por ejemplo, Sampson y Laub (2003) insisten en el fundamental papel de la agencia a la hora de que un individuo abandone su carrera criminal. En palabras de Wikström: "La teoría de la acción situacional reconoce que el comportamiento humano muestra elementos de libre albedrío y otros que son predecibles e incorpora procesos voluntaristas y deterministas a su explicación del delito" (Wikström, 2008, pág. 19, énfasis eliminado). Otro elemento importante que incluye nuestro autor en su teoría, íntimamente relacionado con la argumentación precedente, es el de autocontrol. Es bien sabido que la teoría del autocontrol o teoría general del delito ha tenido un impacto impresionante en la teoría criminológica de los últimos casi veinte años. De hecho, muchas teorías han tratado de integrar el autocontrol en sus mecanismos, aunque sin concederle el rol único central que le otorgan Gottfredson y Hirschi. Algo semejante hace Wikström, pero ahora ofreciendo un concepto de autocontrol diferente. En efecto, el autor ha dedicado una gran Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 31 atención a las diferencias entre su concepción de autocontrol y la de la teoría general del delito. En su caso, su concepto está influenciado fuertemente por la tradición de la teoría causal de la acción en la línea sobre todo de Mele. Para la teoría de la acción situacional, el autocontrol no es un rasgo de la personalidad ante la que los sujetos no pueden hacer nada, sino que es un fenómeno que puede ser ejercitado por el individuo. Cuando un individuo está suficientemente motivado en un contexto determinado, puede ejercitar su autocontrol precisamente para abstenerse de infringir las normas morales (Wikström y Treiber, 2007). En el delito tienen influencia factores macro o, como prefiere llamarlos nuestro autor, sistémicos tales como la desigualdad y la segregación. El papel de estos factores, referidos a la estructura o los procesos sociales, no es el de si un individuo va a delinquir o no, sino el de ayudar a explicar por qué los individuos son distintos entre sí y por qué operan en ambientes distintos −o sea, cómo es que desarrollan propensiones individuales e inductores ambientales distintos. Es decir, que no son las causas del delito, sino las�causas�de las�causas�del�delito. Esto es importante porque quiere decir que, en efecto, existe una relación entre estos factores macro y los delitos que cometen los individuos y, por lo tanto, los índices agregados de delincuencia, pero esta relación no puede ser directa, de modo que es imprescindible aclarar el modo en que estos factores macro o sistémicos se relacionan con los individuales. Wikström (2006) insiste en que, en efecto, la relación entre factores sistémicos y tasas agregadas del delito se encuentra mediada en su totalidad por tres mecanismos. 1) En primer lugar, una serie de mecanismos�sociales influyen en los individuos creando interacciones entre ellos y sus ambientes; 2) En segundo lugar y a continuación, mecanismos�situacionales ligan a los individuos y ambientes con las decisiones de los primeros, que pueden incluir el delito, o sea, que estos factores no ubican ahora a un individuo en un ambiente determinado, sino que influyen en que se decida a actuar; 3) Finalmente, mecanismos�transformativos que afectan a las denuncias, al registro de las mismas, etc. influyen, en tercer y último lugar, en que las tasas del delito de una comunidad o nación sean unas u otras. Con este esquema se puede comprender cómo Wikström concede a las ideas de acción y de decisión una importancia tal como para incluso mediar la influencia de factores macro o sistémicos en las tasas de delincuencia que ha de soportar una comunidad. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 32 En línea con este planteamiento, desarrolla una teoría de la acción relativamente compleja y sofisticada en la que no nos podemos detener, pero que en lo básico parte de la teoría causal clásica de la acción, de modo próximo a Davidson, sin el elemento de las intenciones y añadiendo elementos relativamente originales como es el caso de los hábitos, que en su tesis no quedan reducidos a otros elementos. El profesor de la Universidad de Cambridge ha prestado mucha atención también a importantes cuestiones relacionadas con la teoría, como es el caso de sus consecuencias para el control y prevención del delito. Más importante si cabe es el test empírico de la teoría. A tal fin, se ha creado el PADS o Estudio sobre el Desarrollo Adolescente en Peterborough, con una financiación para más de diez años y de varios millones de libras esterlinas. Parte de este estudio, dirigido por el profesor Wikström, es el test de la teoría. A tal fin, se ha diseñado un cuestionario que es administrado en grupos pequeños y en presencia de encuestadores profesionales, que ponen mucho cuidado en la calidad de los datos que reportan los interesados, así como otros grupos de individuos que les conocen. Por supuesto, el estudio es de naturaleza longitudinal. Estos detalles son importantes, ya que en la evaluación contemporánea de teorías se presta una enorme atención al análisis estadístico de los datos, pero no tanto a la calidad de los mismos −que en ocasiones deja mucho que desear. Los resultados hasta ahora, aunque preliminares, sugieren un importante apoyo empírico para la teoría. La teoría también está siendo testada en otros lugares del mundo. Por ejemplo, con datos recogidos en Cali, Colombia, en una investigación todavía en curso, Serrano Maíllo (2010) encontró que, tal y como predice la teoría: 1) Que las creencias y los sentimientos morales son un predictor poderoso de la frecuencia con la que alguien considera el delito como una posibilidad de acción. 2) Que considerar el delito como una posibilidad de acción es el mejor predictor de los delitos que ha cometido un joven. 3) Que el autocontrol sólo interviene en los sujetos que ven más a menudo el delito como una posibilidad de acción. Dicho con otros términos más técnicos, existe una interacción en el sentido predicado por la teoría entre estas dos variables. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 33 Resumen Las teorías que hemos estudiado en este módulo figuran entre las más importantes de la criminología contemporánea. En particular las aportaciones de Tittle y Wikström deberían ser conocidas en profundidad por todo criminólogo. Se trata de esfuerzos que todavía serán objeto de profundizaciones interesantes y que ofrecen muchas de las virtudes que toda teoría debería aspirar a tener. El TRD también es un modelo interesante, pero es demasiado reciente como para compararlo con sus compañeros. También es importante tener en cuenta la metodología teórica que siguen estos enfoques, haciendo algo que es difícil, como es la integración de teorías. Al menos en el caso de la postura de Wikström, es discutible que su propuesta sea realmente integrada, ya que la definición de autocontrol que ofrece, no así su operacionalización y medición, es marcadamente distinta de la de Gottfredson y Hirschi. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 35 Ejercicios de autoevaluación 1. Según la teoría general integrada, ¿qué variable de las siguientes no desempeña un rol importante en su teoría?: a)�El interés en la conformidad. b)�La frustración. c)�El autoconcepto. d)�El abuso infantil. 2. ¿Qué quiere decir el concepto de tela de araña de Agnew? a)�Que los individuos tienden a tener problemas en las distintas esferas de la vida. b)�Que las variables influyentes se encuentran muy interrelacionadas entre sí y sus efectos individuales no pueden separarse con facilidad. c)�Que en los análisis de regresión tenderán a encontrarse problemas de multicolinealidad. d)�Que las bandas juveniles conforman, allí donde florecen, un fuerte entramado del que es difícil escapar para un joven, incluso aunque lo desee. 3. Según la teoría general integrada, ¿cuál es la mejor forma de política criminal?: a)�El entrenamiento de los padres para que la crianza de los hijos sea óptima. b)�Leyes penales más racionales. c)�La introducción de mejoras en las distintas esferas de la vida de las personas. d)�La introducción de la pena de prisión permanente revisable. 4. ¿En qué consiste el enfoque sintético seguido por Tittle? a)�En que la integración no puede resultar una teoría excesivamente compleja que no pueda testarse empíricamente. b)�En que las partes de las teorías que se integran sólo pueden operar en un único momento temporal, esto es, siguiendo un orden y no interviniendo de modo contemporáneo. En ello se inspira Elliott y otros. c)�En que no deben integrarse partes de teorías, sino síntesis de teorías completas. La consecuencia es que la integración debe hacerse a distintos niveles de análisis: macro-individual, por ejemplo. d)�En la existencia de un único proceso causal central. 5. Tittle cree que el deseo de autonomía aparece durante la primera infancia. Ello es debido a que... a)�los bebés dependen completamente de sus padres y desean ser como ellos, es decir, poder controlar a otros. b)�el autocontrol queda fijado muy pronto en la vida de las personas. c)�el deseo de autonomía está muy influenciado por elementos biológicos. d)�el deseo de autonomía en innato en todos los animales. 6. Según la teoría del balance del control,... a)�en las sociedades represivas tenderá a haber más delitos que en las equilibradas. b)�en las sociedades represivas tenderá a haber menos delitos que en las equilibradas. c)�en las sociedades represivas tenderá a haber más delitos violentos que en las equilibradas, pero en éstas habrá más delitos de cuello blanco. d)�Afirmaciones como las anteriores confunden el nivel de análisis al que está construida la teoría y no pueden, por lo tanto, hacerse: la teoría no hace ninguna predicción al respecto. 7. Para el modelo TRD,... a)�los mecanismos protectores del delito son distintos a los mecanismos de riesgo. b)�los mecanismos protectores del delito son la otra cara de la moneda de los mecanismos de riesgo, pero no son conceptualmente distintos. c)�los mecanismos protectores del delito son dinámicos y los de riesgo estáticos. Ahí reside la diferencia. d)�los mecanismos protectores del delito son estáticos y los de riesgo dinámicos. Ahí reside la diferencia. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 36 8. Según la teoría de la acción situacional de Wikström,... a)�la moralidad es la causa fundamental de que el delito aparezca como una alternativa de acción. b)� cuando a alguien el delito se le aparece como una alternativa de acción, entonces que delinca o no depende de su moralidad. c)�un autocontrol bajo es la causa fundamental de que el delito aparezca como una alternativa de acción. d)�la moralidad depende del autocontrol de la persona. 9. Cuando la teoría de la acción situacional predice una interacción entre las variables, ver el delito como una alternativa de acción y autocontrol, ¿qué puede querer decir?: a)�Que los efectos de una y otra variable se suman. b)�Que los efectos de una y otra variable son independientes entre sí. c)�Que el efecto del autocontrol, en particular su presencia y su fuerza, depende de que se vea el delito como una alternativa de acción. d)�Que los efectos de una y otra variable se anulan. 10. ¿Cómo puede testarse, en un análisis de regresión, la hipótesis de que existe una interacción entre dos variables? a)�Introduciendo en el modelo un término multiplicativo de ambas variables. b)�Dividiendo el grupo en varios subgrupos y realizando los análisis para cada uno de los subgrupos. c)�Mediante las primeras derivativas. d)�Las tres anteriores son correctas, aunque el método óptimo es c y el más habitual a. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 Solucionario Ejercicios de autoevaluación 1.�c 2.�a 3.�c 4.�d 5.�a 6.�b 7.�b 8.�a 9.�c 10.�d 37 Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 38 Glosario Agencia f Capacidad de los individuos para llevar a cabo actos de modo voluntario, esto es no determinado. Autocontrol m Según Wikström, capacidad de los individuos para que su comportamiento se ajuste a sus valores morales. Difiere, por lo tanto, de la concepción de Gottfredson y Hirschi. Causas de las causas f pl Causas remotas o mediatas del delito. Según Wikström explican las causas inmediatas del delito, tales como la propensión o el autocontrol. Delincuentes crónicos mpl Sujetos en los que coinciden innumerables causas del delito y con graves dificultades en distintos ámbitos, dificultades que se refuerzan mutuamente haciendo cada vez más complicado abandonar el delito. Interacción entre dos variables f Situación en la que los efectos de una variable sobre otra dependen de una tercera variable. Limitaciones contra el delito f pl Según Agnew, una especie de muro ubicado entre el individuo y el delito. Son características de un sujeto que le impiden cometer un delito. Mecanismos protectores frente al delito m pl Variables que dificultan que alguien cometa un delito. Motivaciones para el delito f pl Según Agnew, variables que arrastran o empujan al delito. Razón del control f Según Tittle, "la extensión en la que un individuo puede potencialmente ejercitar control sobre circunstancias que inciden sobre él, en relación al control potencial que puede ser ejercitado por entidades y condiciones externas contra el individuo". Tela de araña del delito f Según Agnew, es el resultado de que las distintas esferas vitales se relacionan con todas las demás y retroalimentan sus efectos, formando un complejo entramado. Teoría integrada f Teoría compuesta con elementos de otras teorías preexistentes. Valoración del riesgo delictivo f Clasificación de un sujeto en un determinado grupo con una cierta probabilidad de delinquir en el futuro. Teorías integradas contemporáneas CC-BY-NC-ND • PID_00183827 39 Bibliografía Agnew, R. (1980). A revised strain theory of delinquency. Ann Arbor: UMI. – (1999). "A general strain theory of community differences in crime rates". JRC&D (núm. 36). – (2001). "An overview of general strain theory". En: R. Paternoster; R. Bachman (eds.). Explaining criminals and crime. Essays in contemporary criminological theory. Los Angeles: Roxbury Publishing Company. – (2005). Why do criminals offend? A general theory of crime and delinquency. Los Angeles, Ca.: Roxbury Publishing Company. Hirschi, T. "Separate and unequal is better". En: T. Hirschi. The craft of criminology selected papers. (J. Laubed.). New Brunswich-London: Transaction Publishers. Jensen, G. F. (1999). 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