Desequilibrio hormonal - Laboratorio Bioquimico Daniel R. Aquilano
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Desequilibrio hormonal - Laboratorio Bioquimico Daniel R. Aquilano
Las hormonas y la salud Quién no ha sentido cansancio, o irritabilidad, o ha sufrido aumento o pérdida de peso, o se ha sentido hinchado alguna vez? Un desequilibrio hormonal podría ser el culpable. Las hormonas son "mensajeros" químicos que afectan la forma en que las células y los órganos funcionan. Es normal que sus niveles se modifiquen en diferentes momentos de la vida, o antes y durante el período menstrual o el embarazo, o en la menopausia. También algunos medicamentos y los cambios emocionales pueden hacer que ciertas hormonas suben o bajen. Períodos menstruales irregulares La mayoría de las mujeres menstrúan cada 21 a 35 días. Cambios en la longitud de un ciclo menstrual pueden significar una secreción insuficiente de estrógenos y/o progesterona. Si una mujer tiene más de 40 años, puede que se encuentre en la perimenopausia, el período previo a la menopausia. Pero esas irregularidades también pueden deberse a patologías tales como el Síndrome de ovario poliquístico, la hiperprolactinemia o la disfunción tiroidea, entre otras. Trastornos del sueño Algunos trastornos del sueño se deben a cambios hormonales. La progesterona, una hormona secretada por los ovarios, ayuda a conciliar el sueño. Por otro lado, niveles bajos de estrógenos pueden provocar sofocos y sudores nocturnos, los cuales pueden dificultar el descanso. El acné crónico Un exceso de andrógenos (hormonas "masculinas") en la mujer afecta las células de la piel induciendo un aumento de la actividad de las glándulas cebáceas y de los folículos pilosos, provocando acné y un aumento en la cantidad y grosor del vello corporal. Trastornos de la memoria Los cambios en los estrógenos y la progesterona pueden afectar la memoria. Algunos expertos creen que el estrógeno podría modificar los niveles de ciertos neurotransmisores involucrados en los procesos de almacenamiento de los recuerdos. Los problemas de atención y de memoria son especialmente comunes durante la perimenopausia y la menopausia. Pero también pueden ser un síntoma de otros trastornos relacionados con las hormonas, como enfermedades de la tiroides. Actividad intestinal El intestino tiene receptores que responden a los estrógenos y la progesterona. Cuando los niveles de estas hormonas son más altos o más bajos de lo normal, es posible observar cambios en los procesos de digestión de los alimentos. Es por eso que la diarrea, el dolor de estómago, inflamación intestinal y náuseas pueden surgir o empeorar antes y durante un período menstrual. Las hormonas tiroideas también ejercen su influencia en este proceso. El hipotiroidismo produce un enlentecimiento de la actividad intestinal (estreñimiento), mientras que el hipertiroidismo produce lo contrario (diarrea). Fatiga La fatiga es uno de los síntomas más comunes de un desequilibrio hormonal. La secreción insuficiente de hormonas tiroideas es una de las causas más frecuentes del cansancio corporal. Cambios de humor y depresión Los estrógenos afectan la secreción de neurotransmisores claves del cerebro como la serotonina, la dopamina y la norepinefrina. Es conocida la acción de la serotonina sobre el estado de ánimo y las sensaciones placenteras. En tal sentido, una disminución de los estrógenos puede llevar a un estado depresivo. Este fenómeno explica la depresión post parto que muchas mujeres experimentan, ya que después del nacimiento se produce una abrupta caída de la concentración de estrógenos. El apetito y el aumento de peso En muchas ocasiones, la angustia y la tristeza llevan a comer más. Esto puede ser debido a la disminución de los niveles de leptina, una hormona que regula la sensación de saciedad. En este proceso también interviene la serotonina y otros neurotransmisores como las beta-endorfinas y el neuropéptido Y. De nuevo, las disfunciones tiroideas juegan un papel protagónico en estos procesos. El hipotiroidismo es acompañado por un aumento de peso aún con escaso apetito, mientras que en el hipertiroidsimo se observa una pérdida importante del peso corporal. Los dolores de cabeza El 18 por ciento de las mujeres sufren de dolores de cabeza tipo migraña, en contraste con sólo 6 por ciento de los hombres, lo que sugiere un vínculo hormonal entre las migrañas y el género. Hace casi 40 años, los científicos formularon la hipótesis en la revista médica "Neurology" que debido a que las mujeres sufren más dolores de cabeza alrededor del momento de la menstruación, los bajos niveles de la hormona en ese momento son probablemente la causa de tales dolores de cabeza. Demostraron que cuando las mujeres que se someten a fertilización in vitro son tratadas con drogas que disminuyen los niveles de estrógeno como parte de su protocolo de tratamiento, el 82 por ciento de las mujeres experimentan dolores de cabeza debilitantes. Sequedad vaginal Los estrógenos mantienen los tejidos de la vagina lubricados y saludables. Normalmente, el revestimiento de la vagina produce un líquido lubricante transparente, el cual hace que las relaciones sexuales sean más placenteras. Si los niveles de estrógenos disminuyen, el tejido vaginal se encoge y se vuelve más grueso, lo que causa sequedad e inflamación. Pérdida de la libido La testosterona, la hormona masculina que también produce la mujer, juega un papel importante en el deseo sexual tanto en el hombre como en la mujer. En muchas ocasiones, el déficit de la hormona provoca la pérdida o la disminución de la libido. El descenso en los niveles de testosterona puede ocurrir por una función disminuída del ovario o el testículo. En el hombre, además puede provocar trastornos de la erección, y una pobre calidad de los espermatozoides. El estrés El estrés está ligado al instinto de supervivencia. El organismo está “programado” para reaccionar rápidamente ante situaciones peligrosas o de emergencia, como para enfrentar un peligro (luchar) o evadirlo (huir). La adrenalina provoca ese impulso rápido. En cuestión de instantes, la energía del cuerpo sube considerablemente para ayudar a escapar del peligro, produciéndose los siguientes efectos: La respiración se hace más rápida y aumenta la frecuencia cardíaca para que los músculos respondan más rápidamente. La sangre circula más rápidamente y más lejos de la piel. Se experimenta opresión en el pecho y/o palpitaciones. Sudor frío. Hormigueo en el estómago. El cortisol se ocupa de hacer que esa respuesta del cuerpo se ejecute durante todo el tiempo que dure la situación amenazante aumentando la glucosa en la sangre que es utilizada por los músculos como fuente de energía. Deja el cuerpo “en alerta“, preparado para reaccionar lo más rápido posible. Pero si el estrés se vuelve crónico, el cuerpo tiene que soportar un desgaste que termina afectándolo. El exceso de adrenalina y cortisol liberados en sangre día tras día produce efectos perjudiciales como ser: Cansancio (o incluso extenuación). Dolor físico. Falta de concentración. Problemas de memoria. Ira y agresividad. Problemas de sueño. Además, a largo plazo, el cortisol puede producir efectos como los siguientes: Debilitamiento del sistema inmunitario con la consiguiente aparición de enfermedades oportunistas. Aumento de las alergias. Empeoramiento del asma. Sentimientos de fracaso, ansiedad y depresión. Hipertensión Hay trastornos hormonales que llevan a padecer hipertensión. Los más comunes son los de las glándulas suprarrenales, que inducen un aumento de las catecolaminas provocando una vasoconstricción que lleva a un aumento de la presión arterial. Hay otras alteraciones hormonales que también conducen a una hipertensión, como las del sistema renina-angiotensina que ocurren a nivel de los riñones. Diabetes Hay dos tipos de diabetes: tipo 1, ocasionada por un déficit de insulina, y tipo 2, en la cual la insulina puede estar normal o aumentada. El aumento sostenido de insulina puede ocasionar el llamado Síndrome Metabólico, el cual se caracteriza por un aumento de los lípidos en la sangre, obesidad e hipertensión. El laboratorio bioquímico Actualmente, el laboratorio dispone de las técnicas necesarias para una completa evaluación del sistema endócrino. De esta manera, con sólo una extracción de sangre es posible estudiar prácticamente todas las complicaciones derivadas de un déficit o exceso de una determinada hormona. Ante la duda de estar padeciendo un trastorno endócrino se debe consultar con el médico endocrinólogo.