Maquetación 1 - Seminario Mayor de Córdoba
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Maquetación 1 - Seminario Mayor de Córdoba
ELECTRÓNICA ARGENTINA Componentes Electrónicos Video-Audio-TV- Computación Rivera Indarte 331- Tel./ Fax. 0351- 4218411 - Córdoba SAN PABLO: La librería para el crecimiento humano y espiritual. 27 de Abril 290, Córdoba Tel.:(0351)4213561/4263191-Fax:(0351)4233709 E-mail: [email protected] Congregación Hijas de San José Al servicio del Culto Eucarístico Simón Bolívar 634 - Córdoba Tel: (0351) 4256899 - Fax (0351) 4218713 KEFAS S.R.L. EMPRESA CONSTRUCTORA BOLETÍN LAURETANO Año XCIII - Nº 67 - Diciembre 2008 Seminario Mayor de Córdoba “Nuestra Señora de Loreto” Arquidiócesis de Córdoba “Discípulos misioneros, acortando distancias, compartimos la alegría de seguir a Jesús” La Rioja 855-Bº Centro -C.P. 5000 -Córdoba Tel./Fax: (0351)4283760 E-mail: [email protected] Seminario Mayor Córdoba Nuestra Señora de Loreto Dos experiencias para agradecer La pastoral vocacional Formación permanente “Navega mar adentro y echen las redes...” INSTITUTO DE FORMACIÓN DOCENTE NUESTRA MADRE DE LA MERCED • • • • E.G.B. 3 Y POLIMODAL EN BIOLOGÍA PRIMER Y SEGUNDO CICLO E.G.B. EDUCACIÓN INICIAL FORMACIÓN PEDAGÓGICA PARA GRADUADOS NO DOCENTES www.mercedarias.edu.com Alvarez-Ferrer-Gonzalez Leahy & Rey Nores ABOGADOS M. Fragueiro 2389 Alta Córdoba Te: 4719483 FIDES/ASOCIACIÓN DE PROFESIONALES EN CIENCIAS ECONÓMICAS FIDES Rosario de Santa Fe 231/6º Of. 9 X5000XCE- Córdoba Tel./Fax:4237672 / 4233578/4243277 Dist. Oficial de Nobleza Picardo Amplio surtido en golosinas y artículos para kioscos Tarjetas Telefónicasy cospeles También abierto Sábados y Domingos www.estudioafgr.com.ar Richardson 40 P.A.-Nueva Córdoba-C.P. 5000-Córdoba Tel./Fax:(0351)4692093/2109 -4601508/6159 Instituto Inmaculada Concepción Concepcionistas Argentinas * Nivel Inicial * Nivel Primario * Nivel Medio Castro Barros 1364 - Bº San Martín - Córdoba - Tel.: 4715072 Instituto Hijas de María Inmaculada Concepcionistas Argentinas • Casa Madre Av. Colón 3237 y Av. Santa Fe 321 • • • Cementerio San Jerónimo Panteón Cofradía del Rosario del Milagro Luis J. D. Scorza y Cía. S.A. Lider en Equipos para Higiene Urbana www.scorza.com.ar Representantes en Chile, Colombia, Venezuela, Ecuador y Perú. Administración: Av. Vélez Sarsfield 70 - P.B. Loc. 37 Tel. 4253200- Córdoba Planta Fabril Oncativo - Ruta Nacional Nº 9 Km. 627 - (X5986DYE) Oncativo, Córdoba, Argentina. Tel.: 03572 - 466092 Rotativas - Fax: Int. 11 - E-mail: [email protected] - [email protected] [email protected] - [email protected] Sucursal Capital Federal: Av. Iriarte 3181- Barracas - (C1291AC5) Capital Federal, Argentina Tel./Fax: 011- 43034007 / 8 - E-mail: [email protected] - [email protected] “130 años en la misión de educar y asistir” • • Instituto Inmaculada Concepción Córdoba Colegio Santa Infancia - Córdoba Instituto San Luis Gonzaga - Córdoba Instituto de la Sgda. Familia Rosario Pcia. Santa Fe Hogar María Inmaculada - Córdoba Instituto María Inmaculada Marcos Juarez - Pcia. de Córdoba Agradecemos a los anunciantes la compañía y colaboración para la edición 2008 de nuestro Boletín Lauretano. Studium Theologicum Nuestra Señora de Loreto Seminario Mayor de Cba. Carreras • Profesorado en Ciencia Sagrada • Licenciatura en Ciencias Religiosas (UCC) • Bachillerato en Teología (UCA) • Licenciatura en Teología Fundamental (UCA, en acreditación) Lunes a viernes de 8.00 a 13.00 hs. Hipólito Yrigoyen 64 -TEl.. 0351-4239315 [email protected] EMPRESA CONSTRUCTORA DELTA S.A. www.empresadelta.com.ar Boletín Lauretano 48 Sumario Editorial: La alegría hecha palabra… ............................................Pág. 5 Presentación El Seminario: Comunidad Abierta y Misionera. ......................Pág. 6 Dos experiencias para agradecer y para avivar la esperanza. ...Pág. 9 Boletín Lauretano 2008 La alegría en el camino… Año XCIII - Nº 67 - Diciembre 2008 Seminario Mayor de Córdoba Nuestra Señora de Loreto Arquidiócesis de Córdoba. Argentina Hipólito Yrigoyen 64 - X5000JHN Tel: 0351 - 4270808 E-mail: [email protected] Tema-eje formativo 2008. ......................................................Pág. 13 ¿Cuál es mi único Bien? ........................................................Pág. 15 Nuestras Miradas. Etapas formativas. .................................... Pág. 16 Proyecto Formativo, Proceso de adecuación. ..........................Pág. 26 Casa San Pablo:“…para que estuvieran con él…”. .................Pág. 28 La alegría en el encuentro… Realización: Comunidad del Seminario Equipo Animador Pablo Márquez Pablo Viola P. Daniel Ferreira Recursos Económicos Federico Ridissi José María Molina Rodrigo Longo Arte y Diagramación Memoria de un Encuentro compartido. .................................Pág. 30 Lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ...........................Pág. 32 La alegría compartida… La Pastoral vocacional ............................................................Pág. 34 Expocarisma 2008: “Diversidad de Rostros en la Iglesia comunión”. ....................Pág. 36 “Vengan y lo verán”. Campamento Vocacional 2008..............Pág. 38 Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes. ...........................Pág. 40 Pedro Ardiles [email protected] Studium Theologicum Sobre la agregación y la Licenciatura en Teología ...................Pág. 42 EDITORIAL La alegría hecha palabra… La alegría vivida… “Crónica de un año anunciador” ..........................................Pág. 46 Misiones de Verano 2007/08 .................................................Pág. 49 Misión de enero 2008 “Monte del rosario”. ..........................Pág. 50 Convivencia de Verano en Los Molinos. .................................Pág. 52 ¿Evangelización vs. Dinero? ...................................................Pág. 54 Ejercicios Espirituales: “Jesús llamó a los que Él quiso…”. .......Pág. 56 Ser acompañado para poder acompañar. ..............................Pág. 58 Nuestra casa de Vélez Sarsfield cumple 100 años...................Pág. 60 Formación Permanente. ........................................................Pág. 62 Gracias Señor… ....................................................................Pág. 64 Bienvenidas - Despedida. .......................................................Pág. 66 Amigos del Seminario Mayor de Córdoba. .............................Pág. 67 La novena a “Nuestra Señora de Loreto”...............................Pág. 68 La alegría hecha testimonio… 100 años haciendo visible el amor misericordioso del Padre....Pág. 70 Breve semblanza del Padre Bordagaray. .................................Pág. 72 Traslados de los restos de Mons. Bordagaray..........................Pág. 73 “Navega mar adentro y echen las redes…” ...........................Pág. 74 Ordenaciones, Acolitado, Lectorado y Admisiones. ................Pág. 76 Aniversarios Sacerdotales. .....................................................Pág. 77 Comunidad del Seminario ........................................................Pág. 78 Cumpleaños ...............................................................................Pág. 82 Datos Studium Theologicum ....................................................Pág. 83 Agradecimientos ......................................................................Pág. 85 Es una alegría, para nosotros, que hoy tengas entre tus manos el Boletín Lauretano de este año 2008. Queremos invitarte a entrar en este pequeño instrumento gráfico. Su finalidad es expresar, en forma de “memoria agradecida”, la obra que Dios ha realizado en provecho de nuestra comunidad del Seminario y para bien de nuestra Iglesia que peregrina en Córdoba. Sabemos que Dios está presente en nuestra historia de un modo providente. Por eso, detrás de nuestro itinerario formativo, - en las tareas, actividades, servicios que realizamos como “comunidad educativa en camino”-, reconocemos la acción del Padre en nosotros; descubrimos su amor misericordioso, que va suscitando en nuestra vida aquellas cosas que sirven para nuestro crecimiento como discípulos misioneros de su Hijo. Amigo lector, este Boletín no es una simple crónica de lo sucedido durante el año. Es contemplación hecha oración en la pluma de todos los que hemos escrito en los distintos artículos. Esto se expresa en el recurso a la Palabra de Dios, en las citas del Magisterio, en la insistencia permanente de utilizar como recurso estilístico el “Gracias Señor…”; esto no es casual, esto es una realidad que hoy te invitamos a compartir con nosotros. A esta edición 2008, la hemos querido estructurar en segmentos, que expresan los distintos modos en que experimentamos la alegría que nos propusimos vivir desde nuestro tema eje. Estos son: … en el camino, todo lo referido al Proyecto Formativo; … en el encuentro, lo que estamos transitando como Región Centro; … compartida, las distintas iniciativas que se han realizado en la dimensión vocacional; … vivida, aquellos acontecimientos que Dios ha suscitado en nuestro año y que nos alegran en el discipulado; y … hecha testimonio, donde relatamos a personas y hechos que nos dieron alegría. Ojalá este compartir despierte en vos lo mismo que el Espíritu Santo provocó en Isabel al ver la obra admirable de Dios en María, y de este modo, te unas a nosotros, para que juntos demos cumplimiento a esa invitación que nos hiciera el apóstol Pablo: “Alégrense siempre en el Señor, vuelvo a insistir, alégrense” (Fil. 4,4). Que María, causa de nuestra alegría, te acompañe. Equipo Animador PRESENTACION El Seminario: Comunidad abierta y misionera P. Félix Daniel Blanco Vivir y promover una espiritualidad de comunión y participación, proponiéndola como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano... Aparecida, 368 Con el corazón agradecido a Dios y a los hermanos, advertimos que la vida de nuestro Seminario Mayor durante este año 2008 estuvo caracterizada por la puesta en práctica del lema pastoral de la Arquidiócesis: “Con Jesús salimos, acortamos distancias, nos encontramos”. Lo hicimos en fidelidad al Proyecto Formativo, que el año pasado presentamos a la comunidad arquidiocesana, según las orientaciones, los criterios y el espíritu de Navega Mar Adentro, el Documento de la V Conferencia de Aparecida (2007), y el Plan Pastoral Arquidiocesano de Córdoba. Salimos al encuentro de los jóvenes, chicas y muchachos, de Córdoba, mediante múltiples iniciativas que nos permitieron acortar distancias con ellos, encontrarnos y sentirnos cercanos y compañeros de camino. Recordamos con mucha alegría, por ej., el campamento vocacional de enero, las misiones, los encuentros de oración, los cursos de formación pastoral, los encuentros informales... Hemos abierto las puertas del Seminario -Los Molinos, la “casa grande”, la casa San Pablo- y se nos llenó de rostros jóvenes, de su alegre vitalidad y de sus inquietudes. En el encuentro comprendimos que “nos necesitamos”; que nos enriquecemos cuando nos comunicamos, cuando nos escuchamos, nos aceptamos, proyectamos y hacemos juntos. Las experiencias vividas fueron tan positivas que estamos llenos de ganas de continuarlas, mejorando las propuestas. Hemos descubierto que los jóvenes de Córdoba buscan a Jesús, y que si nosotros lo hacemos también, humilde y sinceramente, en Él, en Jesús, las distancias se acortan y se produce el encuentro. Queremos “tener y mantener una mirada sobre los jóvenes actuales como la de Jesús (cfr. Mc 10,21): una mirada llena de amor por cada persona con su singularidad, realista y respetuosa y, al mismo tiempo, confiada en sus posibilidades de bien, decididamente esperanzada” (Proyecto Formativo, p. 19). Queremos salir a su encuentro, acortar las distancias escuchándolos, aceptándolos, valorándolos, sentirlos hermanos y ayudarnos mutuamente a realizar el sueño de un futuro mejor para nuestra Patria, para nuestra Iglesia, para que el Reino se mani- Boletín Lauretano 6 fieste en nuestro tiempo, como ofrecimiento de “vida plena para todos” (Apa. 361). Salimos, acortamos distancias y vivimos el gozo del encuentro con los diversos miembros del Pueblo de Dios, laicos, varones y mujeres que viven y testimonian su bautismo en el mundo, religiosos y religiosas, miembros de institutos seculares, compartiendo con ellos espacios de misión, formación, oración, estudio, celebración... Sabemos “que la Iglesia como tal es el sujeto comunitario que tiene la gracia y la responsabilidad de acompañar a cuantos el Señor llama a ser sus ministros en el sacerdocio” (PDV 65). Por eso, nos alegramos muchísimo con las variadas instancias que nos permitieron encontrarnos trabajando codo a codo por el Reino con tantos hermanos y hermanas, como por ejemplo, la Formación Pastoral Práctica, el taller de un fin de semana sobre el Plan Compartir, el curso de Animadores Juveniles según el método experiencial, el programa de formación de Pastoral de la Salud, las Conferencias y las Cátedras abiertas; encuentros fraternos y festivos, por diversos motivos; por ejemplo, con ocasión del traslado de los restos de Mons. Bordagaray, o en oportunidad de las novenas patronales parroquiales; o para celebrar los cien años del edificio que nos alberga, o el jubileo de la llegada de las Hermanas de la Virgen Niña a la Argentina. Fue como palpar la corresponsabilidad eclesial en la misión evangelizadora, la animación vocacional y el acompañamiento formativo de los futuros pastores. Estamos convencidos de que “la misión compartida reclama la formación compartida” (Proyecto Formativo, p.109). Como dice el Documento de Aparecida “la conversión pastoral requiere que las comunidades eclesiales sean comunidades de discípulos misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor. De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y disponibilidad para promover la corresponsabilidad y participación efectiva de todos los fieles en la vida de las comunidades cristianas. Hoy, más que nunca, el testimonio de comunión eclesial y la santidad son una urgencia pastoral” (Apa. 368). Estamos muy agradecidos a Dios y a los hermanos por las hermosas experiencias de comunión fraterna, solidaria y misionera que pudimos disfrutar en este año 2008. También agradecemos las ocasiones de acortar distancias y encontrarnos con los hermanos de otras denominaciones cristianas, con espíritu ecuménico, como respuesta a la oración de Jesús que pide la unidad de todos sus discípulos; y con representantes de otras confesiones religiosas, en la afirmación de los valores fundamentales de la dignidad de todas las personas, los derechos humanos y la paz. Nos sentimos alentados a seguir adelante por este camino, con renovado entusiasmo y creatividad pastoral. Bajo el mismo signo de la comunión, en este año hemos perseverado en el diálogo, iniciado hace ya un tiempo, con los diversos institutos de formación teológica presentes en nuestra ciudad, en orden a la constitución de una instancia superior de estudios en teología. Las perspectivas que se nos presentan son alentadoras y Boletín Lauretano 7 PRESENTACIÓN nos desafían a continuar trabajando juntos. Otra hermosa manifestación de distancias que se acortan y encuentros que se producen fue y es la animación vocacional arquidiocesana. A instancias de nuestro obispo Carlos José Ñáñez, un grupo de sacerdotes, consagrados, consagradas y laicos, nos reunimos regularmente en el Seminario y hemos formado un equipo de trabajo en común, con la finalidad de animar la pastoral vocacional. Procuramos hacerlo en sintonía con el Plan Pastoral de nuestra Iglesia local, en espíritu de comunión y participación, siguiendo las indicaciones del Documento de Aparecida (cf. n. 314ss). Juntos hemos logrado dar un renovado y fuerte impulso al anuncio del evangelio de la vocación, que nos llena de esperanza. Consideramos que el secreto de la fecundidad de esta animación vocacional radica en que brota de una intensificación en nuestras comunidades de la oración por las vocaciones; también, en que procura ser expresión concreta de la espiritualidad de la comunión, en que intenta involucrar y comprometer corresponsablemente en ella a los diversos miembros del Pueblo de Dios, y en que procura alentar en clave vocacional la pastoral ordinaria, dentro de la pastoral de conjunto que está llevando adelante nuestra Arquidiócesis. Juntos llevamos adelante la Jornada de Oración por las Vocaciones, organizamos Encuentros de Oración Comunitaria en torno a la Palabra de Dios para jóvenes, la “Expocarisma 2008”, con el lema “Diversidad de rostros en la Iglesia comunión”. En todo esto quisimos reflejar la eclesiología de comunión del Concilio Va- ticano II y, por lo tanto, las variadas vocaciones y formas de vida cristiana, los diferentes carismas y servicios con que el Espíritu Santo ha bendecido a nuestra Iglesia de Córdoba y que es una nota que la caracteriza. Trabajando en comunión hemos podido valorar y proponer, con convicción y entusiasmo, los diversos caminos vocacionales que el Espíritu ofrece a los cristianos, discípulos misioneros de Jesucristo, para la Vida del mundo. Así, entre todos, vamos poniendo en práctica y perfeccionando cada día nuestro Proyecto Formativo, formando pastores para Córdoba en este tiempo, que sean ante todo “discípulos de Jesús, servidores del Reino”. Con alegría comprobamos que nuestro Seminario, que quiere ser “casa y escuela de comunión” está viviendo un nuevo dinamismo pastoral y un intenso ardor evangelizador, con la fuerza del Espíritu que nos impulsa a la misión, con esperanza. Dentro de este marco eclesial de comunión misionera se inscribe, también, la partida y los estudios del P. Martín Carranza en Roma. Agradecemos el afecto, la confianza y la guía pastoral de nuestro obispo, Mons. Carlos Ñáñez, y el apoyo y la colaboración de los vicarios episcopales. También hemos sentido y agradecemos el cariño y el apoyo de muchos sacerdotes, comunidades parroquiales, religiosas y religiosos, de nuestras familias y de tantos otros hermanos, con los que compartimos el camino. A la Virgen María, nuestra Señora de Loreto, le pedimos que siga sosteniéndonos y alentándonos en la fidelidad al Espíritu, “Protagonista de la formación sacerdotal” (cfr. PDV 69). Boletín Lauretano 8 Dos experiencias para agradecer y para avivar la esperanza. Carlos José Ñáñez Arzobispo de Córdoba Los encargados de la publicación del “Boletín Lauretano” me han invitado a brindar alguna contribución “en clave de experiencia vivida, haciendo memoria agradecida”. Para responder a esa invitación, me siento impulsado a compartir y a agradecer, por una parte, lo que significó para mí el haber participado en mayo del año pasado en la Quinta Conferencia General del Episcopado de Latinoamérica y El Caribe, en la ciudad de Aparecida, y, por otra parte, la experiencia de celebración de este año de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones de especial consagración a Dios. Al recordar el acontecimiento de Aparecida, revive con fuerza en mí la alegría de haber percibido, en la fe, en ese ámbito la presencia del Señor que está con nosotros “hasta el fin de los tiempos” y que nos ilumina y nos enciende con su Espíritu, la alegría de haber constatado una vez más la compañía discreta y eficaz de María Santísima, junto a cuyo santuario estábamos, el consuelo de la presencia del pueblo de Dios, sencillo, piadoso y fiel, que nos recordaba permanentemente el sentido de nuestro servicio y de nuestra tarea como pastores. La Quinta Conferencia fue sin duda mucho más que un documento. Pero el documento final, aun con sus límites, es un reflejo notable de la gracia que el Señor nos ofreció y continúa ofreciendo a nuestro Continente. Esa gracia me parece encontrarla resumida, por así decir, en esa afirmación feliz que leemos en el párrafo final del número 29 del documento: “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”. El texto comienza con una afirmación que podríamos denominar de principio: “Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona”. Se trata de una convicción que sustenta toda la propuesta de la nueva evangelización a la que el Papa Juan Pablo II nos invitó, invitación que el Papa Benedicto XVI reafirmó y renovó. El párrafo continúa con un testimonio interpelante: “haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida”. Interpelante porque en seguida hace surgir en Boletín Lauretano 9 cada uno la pregunta: ¿realmente es así? ¿Puedo testimoniar sin dudar que esto es verdad en mi vida? ¡Ojalá que sí, y que cada vez sea con mayor intensidad! Finalmente la consecuencia de lo anterior: “darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”. El encuentro con Jesús, con su evangelio, es un tesoro para compartir. El mismo Señor nos impulsa a hacerlo y a hacerlo con alegría, como fascinados por su bon- dad y belleza, que es lo que en definitiva impacta y convence. Junto a la experiencia de Aparecida, y en conexión con ella, quiero recordar la de la participación en la celebración de la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, en el colegio “Gabriel Taborin” el cuarto domingo de Pascua de este año. Dos experiencias íntimamente relacionadas porque para hablar de vocación de especial consagración a Dios es preciso hacerlo desde el testimonio personal convencido y alegre. Me parece que esto se verificó en la jornada en nuestra Arquidiócesis. Boletín Lauretano 10 La seriedad de los testimonios que algunos brindaron, la alegría de los participantes, la oración de toda la asamblea, la presencia destacada de tantos jóvenes, chicos y chicas, que en el Seminario Mayor y en los distintos postulantados y noviciados vienen recorriendo un camino de formación, fue todo un mensaje de esperanza que ha tenido continuidad en la reciente “Expocarisma”, realizada en el mes de octubre de este año en el Seminario Mayor. Un mensaje de esperanza que es por de más importante en momentos en que el número de quienes aspiran a una dedicación total al Señor y a su Iglesia en el ministerio sacerdotal y en las distintas formas de vida consagrada ha disminuido considerablemente. Boletín Lauretano 11 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... Tema-eje formativo 2008 “Discípulos misioneros, acortando distancias, compartimos la alegría de seguir a Jesús” P. Felix Daniel Blanco Una esperanza porque, aunque esa disminución es algo que nos preocupa y nos duele, no es, sin embargo, una realidad que sea fatalmente irreversible. La gracia de Dios, la oración constante, el testimonio convencido y alegre y la propuesta respetuosa y efectiva de la vocación pueden ayudar a modificar la situación. La Iglesia en su Magisterio nos invita a confiar en Dios nuestro Señor que es el autor de toda vocación; y al mismo tiempo nos invita a que todos asumamos la parte de la tarea que nos corresponde en la animación de las vocaciones de especial consagración a Dios. A los pastores nos cabe en ello una responsabilidad del todo especial. Yo quiero poner esta preocupación, el anhelo de un mayor número de candidatos al sacerdocio y a la vida consagrada, y la oración confiada de toda la comunidad arquidiocesana en las manos de María Santísima, encomendándole que nos obtenga la gracia de ser discípulos y misioneros alegres del Señor y que todos sepamos ser instrumentos aptos para que el llamado llegue a quienes el mismo Señor quiera convocar. Boletín Lauretano 12 El tema-eje formativo “Discípulos misioneros, acortando distancias, compartimos la alegría de seguir a Jesús”, fue elegido para este año 2008 porque expresa lo que sentimos muy profundamente, en nuestros corazones, formadores y seminaristas: la alegría de habernos encontrado con Jesucristo y la necesidad incontenible de compartir esta experiencia con todos los hermanos. Se inscribe claramente dentro de la dinámica que estamos viviendo en nuestra Iglesia local de Córdoba, y hace suyo lo que el Espíritu Santo va suscitando en el marco más amplio de América Latina, mediante el acontecimiento y el documento de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida. ¡Así son las cosas! El encuentro personal con Jesucristo vivo está en la raíz de la historia de cada uno de nosotros y nos marcó decisivamente. En algún momento, que agradecidamente guardamos en nuestra memoria, la mirada de Jesús, llena de amor, tocó nuestros corazones y nos cambió la vida. Nos hizo descubrirnos amados incondicionalmente por Dios, nuestro Padre, inmensamente dichosos por ser sus hijos. La felicidad del encuentro con Jesús vivo le dio sentido a nuestras vidas y, abriéndonos a Dios como nuestro Padre y a los demás hombres como a nuestros hermanos, nos liberó de la conciencia aislada, que impide la comunión y frustra la fecundidad de la vida. Desde entonces supimos que no podíamos ya vivir para nosotros mismos, sino para Aquél que dio su vida por nosotros y para servir a su Reino, en la persona de los hermanos, de todos los hermanos sin exclusiones, desde su opción preferencial por los pobres. Por eso nuestro Proyecto Formativo lleva por nombre propio: “Discípulos de Jesús, servidores del Reino”. Es lo que nos sentimos llamados a ser; es lo que, conscientes de nuestras limitaciones y de la fuerza de la gracia de Dios, queremos vivir. Discípulos de Jesús, felices de serlo, no podemos menos que compartir este gozo. Es una exigencia interior: anunciar la Buena Noticia al mundo. Sentimos la necesidad de acercarnos a todos, la urgencia de “acortar distancias” con los hermanos, para “compartir la alegría” del Evangelio. El encuentro con Jesús nos abre Boletín Lauretano 13 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... y nos impulsa a la misión. Recibir el Evangelio nos hace evangelizadores. La Vida recibida como don y gracia no se puede esconder: se irradia, se comparte, se comunica. Y al hacerlo, nos hemos sentido profundamente enriquecidos. ¡Es verdad, “la vida se acrecienta dándola”!1. ¿Y cómo se vivió este tema-eje formativo durante el año? Es difícil decirlo en pocas palabras. Ciertamente fue el espíritu que animó la vida cotidiana de nuestra comunidad. En lo pequeño, en lo diario: el ritmo comunitario, la oración, el estudio, la pastoral.... Y que también motivó otras iniciativas, como el campamento vocacional, el taller sobre el Plan Compartir, el curso de animación juvenil según el método experiencial, los encuentros de oración con jóvenes, la Expocarisma... ¡Tenemos tanto para agradecer! ¡Gracias, Señor Jesús, por habernos llamado a ser tus discípulos! ¡Gracias porque nos has permitido acortar distancias y encontrarnos con tantos hermanos! Gracias por haber podido compartir la alegría de lo mejor que nos pasó en la vida: ¡Haberte encontrado! ¿Cuál es mi único Bien? Rubén Parada ¡Increíblemente ya son casi dos años que estoy trabajando en nuestro querido Seminario Mayor de Córdoba Nuestra Señora de Loreto! Para mí ha sido una bendición y una gran alegría haber sido llamado a prestar este servicio a la Iglesia, pudiendo así volcar algo de la experiencia que Dios me ha regalado en estos años en la profesión de la Administración. Entré casi simultáneamente con la publicación del Proyecto Formativo. En éste encontré también hacia mí un llamado, en lo referente a lo administrativo como parte de la formación humana, a impregnar toda tarea del Seminario del “cultivo atento en la libertad responsable”1; y del “aprender a interesarse por aquéllos con quienes se convive y a ser sensibles ante las necesidades de los demás”2. Leí sobre la relación con los bienes, que el Carisma franciscano, ante las situaciones históricas en las que surgió, aportó una relativización de la valoración de los bienes materiales con la pobreza, indicando un “más allá” trascendente. Aún ahora permanece la idea de que no sea justo aspirar a los bienes terrenales por esa razón, y entonces, ¿con qué medios responderemos que cada uno de nosotros “haga suya la opción de Jesús por los pobres, débiles y sufrientes”3? El Carisma de la unidad, en el cual Dios me ha llamado a seguirlo, subraya la comunión de los bienes indicando un “más allá” que está también en medio de la comunidad, que hace bella a la Iglesia con la comunión, con el dar, la gratuidad que caracteriza el Ágape de nuestras relaciones, que integra esa “sal”, esa “levadura” de la que habla el Evangelio y que incrementa esa belleza revelada que tenemos para aportar a la humanidad. Ese bien mayor de la comunión, en el caso hipotético de un mundo sin pobres, seguiría siendo válido, ya que, el que no comparte se empobrece y el donar siempre será enriquecimiento hasta la plena reciprocidad. Así, desde mi tarea administrativa, aceptando el desafío de acompañar, en lo relativo a la relación con los bienes, trato de que sea siempre más bello este Seminario: semillero de un nuevo florecer de Vida, con el “desarrollo de personalidades armónicas”, “que estén verdaderamente a la altura de estos tiempos, capaces de evangelizar al mundo de hoy” (PDV 10a) 1 1 Apa. 549. Boletín Lauretano 14 SEMINARIO MAYOR “NUESTRA SEÑORA DE LORETO”, Discípulos de Jesús, servidores del Reino. Formar pastores para Córdoba en nuestro tiempo. Proyecto Formativo. UCC. 2007, p. 11. 2 Ibíd., p. 34. 3 Ibíd., p. 28. Boletín Lauretano 15 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... “Nuestras Miradas” Testimonios de seminaristas sobre la experiencia vivida del Proyecto Formativo En la edición pasada, contábamos algunos testimonios de cómo “ardía nuestro corazón” en cada una de las etapas formativas, ya que con gran alegría celebrábamos la presentación del Proyecto Formativo a la comunidad arquidiocesana. Este año, nos parece importarte seguir festejando aquel acontecimiento tan significativo para nosotros. Por tanto, queremos compartir los ecos de aquella alegría que se trasluce en lo cotidiano de nuestro andar. Así podremos decir juntos: “Tú nos alegras, Señor con tus acciones, cantaremos jubilosos por la obra de tus manos. ¡Qué grandes son tus obras, Señor, qué profundos tus designios! (cfr. Salmo 92, 5-6) Mi primer año “…los llamó para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar” (Mc 3,13) Fernando Lazarte Etapa del comienzo del seguimiento en una comunidad discipular Jesús llamó a los apóstoles para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar. En este tiempo, también me sentí incluido a responde el llamado, aunque la respuesta implicare, renuncia y la decisión de partir hacia otros rumbos. Hoy, ya arraigado a estas tierras, quiero compartir sobre mi familia, mis raíces y la experiencia en este primer año del Seminario. Creo que hablar de ello, es hablar de mi Tucumán querida, es hablar de la tierra de los cañaverales, que con su matices verdes, dan vida y trabajo a los habitantes de los diversos pue- blos… es hablar también de sol radiante que a diario nos hace buscar la sombra de una morera para poder respirar un poco de aire fresco. Es recordar la piedad que por allí se vive de modo profundo, como es típico en los pueblos del norte; los rezos y bailes en torno a una novena, esperada con ansias. En el marco de la religiosidad popular el documento de Aparecida lo menciona bellísimamente: “El Santo Padre destacó la ‘rica y profunda religiosidad popular, en la cual aparece el alma de los pueblos latinoamericano’, y la presentó como ‘el precioso tesoro de la Iglesia católica en América Latina’. Invitó a promo- Boletín Lauretano 16 verla y a protegerla… porque su piedad ‘refleja una sed de Dios que solamente los pobres y sencillos pueden conocer’” (258). Hablo con alegría de estos lugares donde crecí y aprendí a amar la vida junto a mi familia; quizás pobre en lo material, pero luchadora, cariñosa y hospitalaria, nostálgica y dispuesta a dejarme partir, a pesar de algún “dolorcito” de mamá, cuando a los 19 años decidí venirme a Córdoba en búsqueda de sueños y promesas que Dios tenía y tiene para mí. Hoy a mis 27 años, veo que Dios me empieza a llevar por otro lado: es que Jesús, el Maestro, me invita a caminar por estas tierras. Donde me conquistaron el corazón, las promesas de Dios se hicieron, providencia, caricia y cariño en esta Iglesia que me abre sus puertas generosas y hospitalarias, en la que me siento invitado a vivir una experiencia profunda de encuentro con Jesús, en una comunidad en la que encuentro, a diario, “mojones de reino”. La experiencia que he vivido en el Seminario, con toda la comunidad y especialmente con los chicos del primer año de la Etapa de la verificación y decisión por la propia vocación, me permitió saborear de otro modo mi rol de bautizado, como discípulo misionero. Me doy cuenta que todo es muy reciente y que llevo poco tiempo aquí, pero durante el transcurso del año he podido sentirme involucrado vital y personalmente en la Etapa del comienzo del seguimiento en una comunidad discipular: vitalmente, porque siento que tiene que ver con sueños y expectativas que traigo en el corazón aún desde antes de entrar al Seminario; personalmente, porque me parece que en este tiempo he podido poner en juego diferentes aspectos de mi personalidad en cuanto a lo formativo, espiritual, pastoral y comunitario. Me parece, además, que la experiencia me conecta con lo que, humildemente, voy discerniendo, con ayuda principalmente de mi formador, el P. Marcos Bustos, como un “llamado personal”. Me encomiendo a mi madre, la Santísima Virgen María, madre de la Iglesia, y pongo en ella mi vida, mi camino y mi ser. Fernando Lazarte y P. Marco Bustos LA ALEGRÍA EN EL CAMINO Rodrigo Longo, P. Martín Bastos, Leandro Arias, Maximiliano Arévalo y Ruben Carrizo. La alegría de un triple encuentro. Pablo Márquez Etapa de la verificación y la decisión por la propia vocación. En esta oportunidad, tengo el “regalo” de poder compartir mi experiencia en la etapa formativa de la verificación y decisión por la propia vocación, y representar a mis compañeros de camino. Hermoso desafío que me invita a involucrarme e involucrarlos en el relato. ¿Qué podría decir de estos 3 años de formación en la Etapa? Digo, han sido y son un tiempo “privilegiado” de un triple encuentro: con uno mismo, con los otros y con Dios. Desde el proceso formativo, cada uno de nosotros va reconciliándose con la propia historia, sanando heridas, purificando motivaciones del seguimiento y ganando libertad para poder responder fielmente al llamado de Jesús. Según mi experiencia -y en consonancia con la de los que nos estamos formando en esta etapa-, confirmo el anhelo de vivir lo que, admirablemente, nos propone el documento de Aparecida, en lo referente al proceso formativo en los Seminarios: el cuidado por un clima de sana libertad y de responsabilidad personal, para que la opción por la vida y ministerio sacerdotal madure y se apoye en motivaciones verdaderas y auténticas, libres y personales (cfr. Apa. 322). Pero como dije, existe otro encuentro: con los demás. En la vida comunitaria, con sus riquezas y exigencias, desde el diálogo, el servicio y la valoración de los dones de cada hermano, dejándonos interpelar por ellos, vamos tomando conciencia de que no estamos solos en este camino. Pablo Marquez, José María Molina, Nicolás Pedernera y P. Daniel Ferreira. Marcos Nicolodi,P. Martín Carranza,Federico Ridissi, Hernan Ceballos y Diego Lopez. Al mismo tiempo, se da un tercer encuentro, que constituye la razón de nuestra permanencia en el Seminario. En la medida en que nos encontramos verdaderamente con Jesús, desde la Palabra, la oración y en cada Eucaristía, crecemos en la amistad con él. Y es a partir de esta amistad, que nos sentimos confortados y confirmados en la misión a la que él nos invita. Me vuelven a pasar por el corazón aquellas palabras que un día me dijo al oído y por la que decidí dejar todo: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres» (Lc. 5,10). Por tanto, es la experiencia de este triple encuentro causa de alegría. Es entusiasmo que nos Boletín Lauretano 18 lleva a querer compartir con los demás porque «no podemos callar lo que hemos visto y oído» (Hech. 4,20). Y son aquella alegría y este entusiasmo los que se expresan en lo pequeño de cada día, entre nosotros: en el compartir gratuito, las celebraciones litúrgicas, los encuentros con la Palabra comunitarios, las entrevistas formativas, los servicios en la “casa grande del cen- tro”, el deporte de cada semana; en las parroquias donde realizamos nuestra pastoral cada sábado, y en el encuentro con nuestras familias y amigos. Sabiéndome “alcanzado por Cristo Jesús” y discerniendo la invitación a ser su discípulo junto a otros, sólo me queda por decir: ¡Gracias, Señor, por tanto amor! Boletín Lauretano 19 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... Diego Bastos, Pablo ardiles, Javier Verdenelli, Pablo viola, Emanuel Zambrano y P. Daniel Ferreira. La experiencia de compartir el llamado en comunidad. Javier Verdenelli Etapa de la identificación con la vocación apostólica Mi experiencia en la etapa de la progresiva identificación con la vocación apostólica tiene como característica distintiva –entre otras– la convivencia en la Casa San Pablo en el ámbito de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores. Durante estos dos años, buscando seguir a Jesús, me he sentido llamado a vivir esta experiencia con algunas notas que me gustaría compartir: 1) ser una comunidad apostólica es una opción: no sólo por vivir juntos en una misma casa llegamos a ser comunidad. Esto es sobre todo una opción por la cual cada uno, en el seguimiento cotidiano de Jesús, se va encontrando con los otros a quienes el Señor también ha llamado. Encontrarse, que muchas veces es “desencontrase” pero muchas más es compartir las experiencias y acortar las distancias entre nosotros, queriendo proyectar lo que vivimos hacia la comunidad parroquial. Durante estos dos años, he ido descubriendo las riquezas y los dones que Dios pone en cada uno para ser compartidos con los demás, desde quien sabe hacer de cocinar hasta la preparación de las misas, la paciencia cuando a alguien no le salían las cosas del todo bien y la compañía en los momentos difíciles que podíamos estar viviendo. Cada uno aporta lo suyo para ganancia de todos, y cada uno se queda con lo que mejor que tenemos para dar, buscando y haciendo que Jesús sea el centro de nuestra vida en comunidad. 2) la necesidad de compartir un camino pastoral juntos: estar en el ámbito de una parroquia también nos ayuda a ir conociendo a los agentes pastorales y poder compartir con ellos las tareas de los diferentes grupos y a su vez poder ir entablando un camino pastoral común. Así es como los sábados por la mañana, bien temprano, nos tomábamos el tiempo para compartir el caminar personal en las tareas pastorales, nuestras experiencias y cómo resonaban en cada uno. Yo estuve participando en catequesis de comunión y en los grupos de jóvenes. De lo primero me queda la posibilidad de compartir con los papás de los niños un camino de crecimiento en la fe en el cual se entremezclan las dificultades y contrariedades de la vida y las de nuestro mundo contemporáneo, con las alegrías sencillas en las que manifiesta Dios todos los días en cada casa, en cada lucha. Con ellos y desde sus cuestionamientos hemos ido reconociendo las huellas de Jesús en este caminar de a poco pero sin detenernos. Con ellos también pude valorar aún más la vocación al matrimonio y la necesidad de familias en las cuales Jesús se haga pre- Boletín Lauretano 20 sente para poder caminar en valores y profundizar los vínculos haciendo más real el mandamiento del amor. Con los jóvenes el camino fue entre marchas y contramarchas trabajando en la dirección que nos invita el camino pastoral arquidiocesano de ir hacia donde ellos están. Esto significó para mí acercarme lentamente y armarme de paciencia para poder conocerlos, comprenderlos y hacerme amigo. 3) llamados para la misión: una nota que tiene para mí un valor muy singular porque sin dudas el hacer opciones desde lo que uno quiere hacia lo que Jesús nos llama, nos invita a salir de nosotros mismos y a caminar poniéndonos al servicio del Reino. Así es como la imagen de Jesús Buen Pastor se me fue haciendo cada vez más cercana: en los curas con los cuales hemos podido compartir; desde el acompañamiento de procesos grupales e individuales; y desde una confrontación y búsqueda en su Palabra de los caminos y respuestas que las tareas pastorales requerían. Es, sin duda, una realidad de discernimiento que me descubro llamado a practicar constantemente y que, a la vez, me identifica más con Aquél que se hace samaritano y busca a la oveja perdida porque quiere que nadie se pierda, nadie quede sin anuncio. Podemos ver el proceso en los pasos concretos –admisión, lectorado– que muestran un mayor compromiso en mi proceso vocacional y que me van direccionando hacia un camino que se proyecta desde el seminario pero que lo incluye y al que nada lo puede suplir. Estos dos años en la Casa San Pablo he podido crecer en la capacidad para poder hacerme cargo de responsabilidades de diferentes características que incluyen a otros, a llevar mis tiempos, a actuar con autonomía y a crecer en disponibilidad, pero sobre todo darme cuenta que en este camino Jesús se hace el Otro para confrontarnos y poner nuestra confianza. Para sintetizar mi experiencia en la etapa y a la vez unirlo con la vida de nuestros pueblos les propongo esta frase de Aparecida: “Cuando crece la conciencia de pertenencia a Cristo, en razón de la gratitud y alegría que produce, crece también el ímpetu de comunicar a todos el don de ese encuentro. La misión no se limita a un programa o proyecto, sino que es compartir la experiencia del acontecimiento del encuentro con Cristo, testimoniarlo y anunciarlo de persona a persona, de comunidad a comunidad, y de la Iglesia a todos los confines del mundo (cf. Hch 1, 8).”(AP 145) Mí deseo es que en lo de todos los días, me recuerde siempre Jesús, decir Padre nuestro encontrándome entre mis hermanos. Boletín Lauretano 21 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... “…el mismo Jesús se acercó y siguió caminando con ellos” (Lc 24,15). Sergio Colmenares Etapa de la definitiva y total consagración a Dios en el ministerio apostólico Me han pedido que cuente la experiencia de estar en la “etapa de la definitiva y total consagración a Dios en el ministerio apostólico (primer momento)”. Etapa que junto a Claudio estamos transitando. Tratar de encerrar en pocas palabras tan maravillosa experiencia es un gran desafío, pero lo intentaré. Esta etapa es una prolongación de lo que hemos ido descubriendo y trabajando en nuestro camino formativo de las etapas anteriores. Es un tiempo para seguir caminando hacia la consagración, libre y gozosa, de nuestras vidas al Señor. Es un camino marcado por el discernimiento de la voluntad de Dios sobre nuestra vida, de la respuesta amorosa que le queremos dar y de la entrega cotidiana y fiel del anuncio del Reino. Es seguir formando el corazón de pastor que el Señor nos quiere regalar. Me atrevo a imaginar esta etapa como el camino que hicieron los discípulos de Emaús con Jesús: es Él quien se pone a nuestro lado y va de camino, abriendo su corazón para que arda el nuestro. Este ardor lo sentimos junto a una comunidad parroquial (San José y San Juan Bautista), viviendo sus alegrías y tristezas, sus éxitos y fracasos; compartiendo la fraternidad en la convivencia de todos los días con el sacerdote con el que vivimos (P. Eduardo, P. Juan Carlos), integrando nuestras riquezas y limitaciones; palpitando con la parroquia, con la realidad que nuestro país y el mundo viven, con la Iglesia; compartiendo la alegría de seguir a Jesús. Este caminar junto a Él es dejarnos sorprender por aquellas situaciones de la vida que nos toman de improvisto, es disfrutar de los encuentros de oración con la Palabra, de los retiros mensuales, de los días de convivencias, de los distintos espacios en donde como comunidad del Seminario nos reunimos, del acompañamiento formativo por parte del P. Daniel Blanco, de los ejercicios espirituales de septiembre, de las clases, de los momentos de encuentro con los distintos agentes pastorales, de las reuniones, de las fiestas patronales, de las visitas a los hogares, del acompañamiento espiritual, de encuentros gratuitos, y tantos otros lugares y momentos donde Jesús amorosamente se empecina en caminar a nuestro lado. Continuar la formación inicial insertos en una comunidad parroquial nos ayuda a crecer mucho en “norma- Boletín Lauretano 22 Sergio Colmenares, Marcelo Renardi, Claudio Molina, Pablo Pires, Rubén Campos y P. Daniel Blanco lidad” y realismo y a descubrir aquellos desafíos y dificultades que en el camino se nos presentan para el anuncio del Reino. Como dije al principio encerrar en pocas palabras esta experiencia es un gran desafío, soy consiente de que quedan muchos momentos y experiencias muy enriquecedoras por contar. Sólo he mostrado algunas pinceladas de nuestro camino formativo. Para ir concluyendo, quisiera compartir con ustedes una Alegría: estoy convencido de que este camino que como comunidad del Seminario, y de toda la Iglesia en Córdoba, estamos transitando es un nuevo soplo del Espíritu Santo, un soplo que trae vientos nuevos a nuestra historia. Un soplo que nos hace ser participes activos de nuestro tiempo y testigos comprometidos con la sociedad. Un soplo que nos hace tener una mirada respetuosa del ayer, una mirada comprometida del hoy y una mirada esperanzadora del mañana. Le doy gracias a Dios por esta experiencia de amor y por la gente que pone a nuestro lado para que sean instrumentos de su gracia, por la simpleza con que nos muestran la vida y nos ayudan a crecer. Gente que, como el Señor, camina con nosotros. Boletín Lauretano 23 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... “Señor, ¿a quién iré? Tú me has mostrado la vida verdadera” Daniel Juncos y Jóvenes de la “Facenda de la Esperanza” Jorge Daniel Juncos Experiencia Formativa Particular A lo largo de mi camino como discípulo de Jesús, importantes experiencias he vivido. Y agradeciendo al Señor por todas ellas, este año 2008 ha sido en mi vida una gran experiencia, muy significativa, sobre todo para la vocación que Jesús me regala. Durante los primeros meses del año, Jesús me dio la oportunidad de compartir mi vida en la Fazenda de la Esperanza (Las Canteras). Al lado de jóvenes que sufren el flagelo de la adicción a la droga y al alcohol, aprendí, antes que nada, que soy un humilde discípulo de Jesús que, me ama y me abraza aún conociendo mis debilidades. En ese tiempo, fueron intensos los momentos en los que experimenté el dolor por las historias de vida que Jesús colocaba en mi corazón. Estas historias tenían rostros y nombres que se concretaban en los chicos de la fazenda, hermanos “muy heridos” en su vida pero con un entusiasmo firme en cambiar y poner todo en manos de Jesús. Con estos sentimientos, el Señor me dio la gracia de poder compartir mi vida con estos hermanos simplemente estando al lado de ellos, acompañándolos, orando con ellos, escu- chándolos sin muchas palabras de mi parte, pero cercano a ellos. Esto me tocó profundamente ya que iba enriqueciendo y ampliando los horizontes de mi vocación. En esta clave, me sentí muy necesitado de Jesús: ¿qué podría decir yo frente a las historias de vida de los chicos? ¿… y cómo podría encarar mi vida con otras vivencias que se me presentaban día a día? La respuesta a estos interrogantes y a otros más la encontré en mi oración. Sólo con la ayuda de Jesús podía vivir fielmente a su voz. En este ámbito, otra riqueza muy grande fue también el espíritu de servicio que Jesús fue colocando fielmente en mí. Sentía una alegría profunda sirviendo a estos jóvenes, trabajando junto a ellos. Y en estos momentos, precisamente, se actualizaba en mi vida ese lavado de pies que Jesús realizó a sus apóstoles. (Cf. Jn. 13, 1-15). Luego de tres meses profundos en la fazenda, Jesús me invitó a continuar mi experiencia en la parroquia Nuestra Señora de la Merced de Sebastián Elcano. A 180 Km. al noreste de la ciudad de Córdoba continué aprendiendo de la sencillez de mis hermanos del norte. Boletín Lauretano 24 En una tierra calurosa, de malos caminos y de escaso transporte, la riqueza de compartir la Eucaristía, la vida y nuestro camino cristiano con hermanos cercanos, cordiales, me continuaba fortaleciendo como discípulo de Jesús. De esta manera, todo este tiempo continúa siendo muy valioso para mí porque Jesús me permite descubrir cotidianamente las dificultades y también las riquezas propias de alguien que busca entregar toda su vida por Jesús y para otros hermanos. Aquí he descubierto el eje de mi vida (que Jesús me lo mostró en la fazenda y en la parroquia): “Quiero, Señor, vivir para vos y ser de los demás” como lo expresa una canción. Sabiendo que el Señor me mostrará otras vivencias valiosas en mi camino, le digo como Pedro: “Señor, ¿a quién iré?”. Él me ha mostrado, a lo largo de estos años, que entregando mi vida día a día y hasta en las pequeñas cosas soy discípulo, soy hermano y descubro además que en este Espíritu está el alimento para mi vida. Con la ayuda de Jesús continúo este camino para que él me vaya moldeando siempre más con sus sentimientos, sus actitudes, en fin con toda su vida. Boletín Lauretano 25 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... Proyecto Formativo, Proceso de adecuación “La realidad actual nos exige mayor atención a los proyectos Aparecida 318 formativos de los Seminarios…” P. Marco Bustos A comienzo del año pasado, nuestro Arzobispo Mons. Carlos Ñáñez, presentaba el Proyecto Formativo del Seminario: «Discípulos de Jesús, Servidores del Reino»1. En aquella ocasión dábamos gracias a Dios por la concreción de la elaboración de nuestro proyecto, fruto del trabajo de muchos, que intentando escuchar su voz deseamos responder a la invitación de formar pastores para Córdoba en nuestro tiempo. Si bien el PF fue “delineado teóricamente al tiempo de su implementación práctica”2, el texto presentado nos permite contar con un marco referencial importante para la tarea formativa. Nos ayuda a precisar (a formadores y seminaristas) las adecuadas intervenciones en los procesos formativos. También reconocíamos, al momento de redactarlo, que este instrumento pedagógico se proponía “abierto a ulteriores adecuaciones y nuevas formulaciones”3. Así continuamos el trabajo de reflexión. Precisamente podemos reconocer este mismo ejercicio como parte del proyecto y como una de las principales riquezas que aporta. Reflexión que quiere ser discernimiento, es decir, escucha atenta de los caminos del Espíritu para responder a la realidad desde el corazón de Dios. Nos pareció bueno repasar los distintos ámbitos o dimensiones de la formación para preguntarnos por su adecuación con el PF. Hablamos aquí de una adecuación práctica, es decir del repaso de la vida del Seminario, para confrontarla con las orientaciones fundamentales del PF. Es así que este año, comenzamos a conversar sobre el Itinerario de la Formación Espiritual en las distintas etapas de la formación inicial del Seminario. Lo primero fue repasar el “catálogo” de las intervenciones formativas actuales en esta dimensión, reconociendo las valiosas mediaciones existentes y animándonos a expresar desafíos, aspectos por trabajar. El paso siguiente fue mirar nuevamente las distintas etapas formativas tal como nos la presenta el proyecto, tratando de extraer las principales notas o núcleos de cada una en lo referido a la formación de la dimensión espiritual. Este repaso nos ayudó a redescubrir una vez más la pedagogía de Jesús que conduce, con paciencia y constancia, a aquéllos a quienes llama a ser Boletín Lauretano 26 pastores, para formar sus corazones de modo que, reproduciendo sus sentimientos, sean también apóstoles de la Buena Noticia para los hombres y mujeres de nuestro tiempo. Nos hemos preguntado, por ejemplo, qué íconos o referencias bíblicas serían más apropiadas o significativas para cada etapa; qué modalidades y temáticas convendría mejor para trabajar en los distintos retiros que tenemos durante el año; los distintos textos de lectura espiritual oportunos para cada tramo del camino formativo; cómo debe ser la oración, y qué formas deben caracterizar cada etapa; si se pueden acentuar distintos aspectos de la vida eucarística según cada tramo de la formación; las notas de la formación para la vida litúrgica en cada fase formativa; si es posible realizar una recuperación de la conciencia sacramental más propia para cada etapa. También otros temas: La religiosidad popular, en cada etapa; la presencia de la Virgen y los santos; la imagen de Dios; el discernimiento espiritual, etc. Compartiendo estas inquietudes con el Obispo y su consejo espiscopal, surge nuevamente la conciencia de que este camino de discernimiento/adecuación se vería enriquecido con los aportes de hermanos capacitados en algunas áreas, por caso Biblia, Liturgia, Espiritualidad, etc. La experiencia nos ha enseñado que compartiendo los caminos y las búsquedas, el Señor nos regala la posibilidad de comunicar los dones como miembros del cuerpo, de la Iglesia. De hecho, La formulación del PF fue posible gracias a un camino de amplia consulta y recepción de los aportes de muchos, que se fueron plasmando en la redacción que hoy apreciamos. Nos alienta en este camino el reconocimiento de que la formación de los futuros pastores del pueblo de Dios es responsabilidad y tarea de toda la Iglesia. Es por eso que nos encontramos en la etapa de una nueva ronda de consultas para adecuar y enriquecer el itinerario de la formación en la dimensión espiritual. Pedimos a María, Nuestra Madre de Loreto, nos acompañe en el camino de escuchar con claridad la voz de Dios, por su intercesión nos conceda guardarla en el corazón como ella hacía, y nos ponga en marcha cada día para compartir la alegría de seguir a Jesús. 1 En adelante lo llamaré PF 2 PF, pág. 21 3 Ibídem Boletín Lauretano 27 LA ALEGRÍA EN EL CAMINO... “… para que estuvieran con él, y para enviarlos a predicar…” (Mc. 3, 14) P. Daniel Ferreira Al comenzar, hace ya algunos años, la tarea de formular el Proyecto Formativo del Seminario de Córdoba, la Exhortación Apostólica “Pastores Dabo Vobis” nos daba, en esta frase evangélica, una orientación importante: nuestra comunidad formativa sería más fecunda, en la medida que tomara como modelo la experiencia de Jesús con sus apóstoles1. La Asamblea General del Episcopado Latinoamericano en Aparecida nos lo reafirmó poco después2. Guiados por este icono evangélico, elaboramos los objetivos y los medios de cada etapa, con el deseo de ser fieles a Jesús y a su Iglesia, que nos confiaban esta misión. Fue nuestro propósito procurar que el plan, en todas las etapas, hiciera posible esta experiencia, para quienes se formaran en nuestra casa. Simultáneamente, cada etapa busca cumplir con este propósito de una manera diversa, de acuerdo a los pasos planteados en el proceso de formación. Atentos a esto, discernimos que era conveniente distin- guir, de manera clara, las particularidades de cada fase del itinerario. La casa San Pablo, de Bº Marqués de Sobremonte, tiene también este objetivo. Allí se forman quienes han decidido seguir a Jesús en el ministerio presbiteral, porque han discernido que el Señor los llama, han recibido de la Iglesia la confirmación de esta decisión, y se preparan a recibir la admisión. Configurada así, la experiencia que vivimos en la comunidad es intensa y profunda. Los vínculos que establecemos, tanto a nivel formativo, como a nivel humano, nos comprometen más hondamente. Las relaciones entre quienes vivimos allí, son más cercanas, las mutuas referencias nos piden constante apertura del corazón. Compartimos el es- fuerzo y la alegría de formar una comunidad en torno a Jesús; discernimos juntos los valores y las actitudes que expresan nuestra decisión de seguirlo; profundizamos nuestra disposición al servicio cotidiano y discreto; aprendemos a responder al Señor, de manera más libre y responsable; buscamos una vida de oración comunitaria y personal que sepa dar espacio a la vida y sus exigencias; y otros modos de formarnos para la vida ministerial. También en esto, el documento de Aparecida nos dio una luz3. Vivimos así algunos aspectos de la experiencia de estar con el Maestro, reunidos en torno a él. Y al mismo tiempo, nos sentimos testigos del Señor, anunciándonos cada día entre nosotros, que él nos ama y nos llama. Por otra parte, la casa está ubicada en un barrio, cerca de la parroquia, a la cual los miembros de la comunidad San Pablo, especialmente los seminaristas, se suman. Ellos asumen diversas actividades apostólicas, acompañan grupos y actividades parroquiales, en diálogo cercano con el párroco; desde la participación en esa comunidad, se involucran más directamente en el proceso diocesano: toman parte en el consejo pastoral zonal y colaboran en la implementación del plan en la parroquia; comparten la Eucaristía, la adoración eucarística y las vísperas, algunos días de la semana. Viven la experiencia de ser enviados a evangelizar, a anunciar la Buena Noticia, a hacer presente el Reino con sus gestos y actitudes. Pero no sólo van como servidores; Jesús les muestra Su Rostro, se encuentra con ellos en los rostros y las vidas de cada persona de la comunidad, los enriquece, les anuncia, también a ellos, la misma Buena Noticia que fueron a comunicar, encuentran el Reino viviendo en gestos y actitudes de hombres, mujeres, jóvenes, niños, ancianos, creyentes todos en el mismo Señor. Demos gracias al Señor, porque su providencia nos ha permitido contar con la ayuda de hermanos distantes y cercanos a la vez, para completar las obras de ampliación de la casa. Eran obras necesarias para que la experiencia se diera en mejores condiciones. Y, sobre todo, demos gracias al Señor, que constantemente nos anima a navegar mar adentro, afrontando el riesgo, pero confiados en que él hará fecundos nuestros esfuerzos; porque lo hacemos en su nombre, con el corazón atento a su Palabra, dispuestos a seguir en camino, con la certeza de que la vida no está en la seguridad quieta de la costa, sino en la salida constante hacia nuevas orillas a las que él mismo nos envíe. 1 Cf. PDV 2d. 2 Cf. Ap. 316. 3 Cf. Ap. 324. Boletín Lauretano 29 LA ALEGRÍA EN EL ENCUENTRO... Memoria de un Encuentro compartido Darío L. M. Manero Seminarista del tercer año de teología - Diócesis de Villa María El lunes 25 de agosto nos reunimos todos los seminaristas teólogos (de 4to a 7mo año) de la provincia de Córdoba en la casa de verano que el Seminario de Córdoba tiene en Los Molinos. En el encuentro participamos los seminaristas de la Arquidiócesis de Córdoba, de la Prelatura de Deán Funes, y las Diócesis de San Francisco, Villa María y Río Cuarto. Y también lo hicieron los formadores de los Seminarios Mayores Nuestra Señora de Loreto (Córdoba) y Jesús Buen Pastor (Río Cuarto), y el Rector del Seminario Menor Nuestra Señora del Rosario del Milagro (Córdoba). Durante la mañana, reflexionamos sobre el tema “La Palabra de Dios y la formación pastoral para el compromiso de los cristianos en la vida pública”, compartimos la Celebración de la Eucaristía, el almuerzo, caminatas, recreación, y terminamos la jornada con la oración de Vísperas. Es un gran regalo de Dios y una hermosa iniciativa de los Obispos de la Región Centro, con la colaboración de nuestros formadores, tener la oportunidad de compartir este tipo de encuentros. La experiencia vivida que permanece es la de una vivencia real y encarnada de la comunión. Tengo recuerdos de sentir, años atrás, cómo ha- Boletín Lauretano 30 blábamos de la comunión casi en forma de un sueño. La diversidad de criterios, de realidades eclesiales y de “etapas pastorales” se me aparecían como amenazantes en los primeros años de formación. Sin embargo, todos descubrimos que la Comunión entre nosotros es un verdadero don de Dios Comunidad, que no anula nuestras diferencias, sino que las aúna, e incluso Él mismo las origina. San Pablo enseñaba esto mismo cuando decía que los dones que recibimos son diversos, pero el que los concede es un mismo Espíritu (1Cor. 12,4) En este mismo sentido me parece que la vivencia de la fraternidad no sólo la proyectamos como futuros sacerdotes, sino que la comenzamos a vivir desde ahora, con estas iniciativas concretas de comunión, de las cuales esperamos sean una oportunidad para responder a las necesidades de nuestra Iglesia peregrina en la provincia de Córdoba. De hecho, nos enseñan los Obispos argentinos que los cristianos aceptamos vivir en fraternidad cuando oramos juntos, dialogamos, trabajamos, compartimos fraternalmente y planificamos. Esta espiritualidad de comunión nos permite valorarnos unos a otros de corazón y apreciar la riqueza de la unidad en la diversidad de vocaciones, carismas y ministerios (NMA 13). Por eso, para concluir, creo necesario que demos gracias a Dios por permitirnos escuchar su invitación a vivir y a trabajar unidos, cantando con el mismo espíritu de María ¡El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros y estamos alegres! (Sal. 126,3) Y como discípulos misioneros decimos que encontrarlo a Jesús en los hermanos y darlo a conocer con nuestras palabras y con nuestras obras es lo mejor que nos puede pasar en la vida! Boletín Lauretano 31 LA ALEGRÍA EN EL ENCUENTRO «Pedro le dijo: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido” Jesús les dijo: “Les aseguro que el que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos, por el Reino de Dios, recibirá mucho más en este mundo; y recibirá la Vida Eterna”» (Lc.18, 28-30) Con alegría, me animo a decir que vale la pena dejarlo todo y seguirlo. Son verdaderas las palabras del Maestro, cuando nos promete el ciento por uno. ANIMATE!!! A lo largo de estos años he podido experimentar con mucha fuerza lo real de estas palabras de Jesús, me ha sorprendido, y me ha hecho testigo de su presencia en la vida de muchos hermanos que me fue regalando a lo largo de este camino de seguimiento. En el corazón y en mi memoria trato de guardar rostros, historias, padres, madres, hermanos y amigos que me ha ido regalando; acontecimientos de gracia, encuentros y momentos en los que he podido experimentar su presencia real. Hoy, quiero compartir con ustedes uno de estos momentos que el Señor me permitió disfrutar: el Encuentro Regional de Seminaristas Filósofos, en Las Peñas. Este año, el 28 de abril, nuestros hermanos seminaristas del Seminario Mayor “Jesús Buen Pastor”, de Río IV, nos recibieron en su casa con los brazos y el corazón abiertos para compartir un día en la presencia de Jesús. En ese día reflexionamos acerca de ‘La Formación Pastoral para el compromiso de los cristianos en la Vida Pública’, a partir de la lectura de algunos puntos del documento de Aparecida, para elaborar al- Lo hemos dejado todo y te hemos seguido. gunas propuestas para la formación en nuestros seminarios. Luego compartimos el almuerzo, una tarde de juego y caminata, para concluir con la Eucaristía. Para nosotros, el encuentro entre hermanos es necesario e importante en el camino del discipulado, ya que nos permite disfrutar de la presencia viva de Jesús, quien se hace presente cuando dos o más se reúnen en su nombre. Esta fue la experiencia vivida, mañana de trabajo, de compartir fraterno, de encuentros, de mates y juegos. Experiencia de Iglesia comunión. Como futuros pastores debemos ir forjando y cultivando la fraternidad presbiteral, acrecentar vínculos que nos permitan tener un sólo corazón en Cristo, Cabeza y Pastor, para fortalecernos y apoyarnos en el exigente compromiso de ser discípulos en la sociedad de hoy. Es por ello que valoro mucho estos espacios que el Señor nos regala, para crecer en fraternidad con aquellos hermanos que se están formando para ser pastores de las Iglesias hermanas de la provincia de Córdoba. Fraternidad que se vive y se siente en el encuentro con el otro, compartiendo experiencias, la vida misma, un mate, una Palabra, compartiendo la alegría del seguimiento. Doy gracias a Dios porque nos permite acortar distancias, y proporciona los medios para el encuentro; doy gracias a Dios por nuestros hermanos seminaristas de las otras diócesis que nos recibieron cordialmente. Doy gracias al Señor porque no me ha fallado, y me sigue regalando hermanos, amigos, padres y madres; porque me permite conocer rostros concretos de jóvenes de otras diócesis que responden con generosidad y alegría al llamado que Jesús les hace. Hemos conocido su Nombre, hemos sido invitados a ser uno en el amor del Padre manifestado en Cristo, hemos sido constituidos hermanos, discípulos misioneros para que el mundo crea. Ojalá podamos dejarlo todo y seguirlo, para ganar la Vida que el Señor nos ofrece. Sigamos rezando entonces por aquellos jóvenes que todavía no se animan a entregarse, y también por los que intentamos responderle, para que seamos testigos en nuestras Iglesias particulares, de lo mejor que nos pasó en la vida: ¡Jesucristo, el Señor! Boletín Lauretano Maximiliano Arévalo 33 LA ALEGRÍA COMPARTIDA... “La Pastoral vocacional es fruto de una sólida pastoral de conjunto…” Aparecida 314 tes en la Iglesia local de Córdoba, para dar a conocer la riqueza de dones, carismas, vocaciones, servicios y pastorales. Se vivió un clima de mucha alegría, fraternidad, cooperación, disponibilidad, servicio, oración, propio de quien vive la libertad de los Hijos de Dios. Nos queda sólo bendecir y dar gracias a Dios que con su paso entre nosotros nos ha sorprendido con la abundancia de su amor y nos encomendamos a nuestra Madre, Nuestra Señora del Rosario del Milagro de Córdoba, para que nos continúe acompañando en este caminar en comunión. Hnas. Salesias Los obispos en Aparecida nos invitan a promover y coordinar diversas iniciativas vocacionales para crear una mejor sensibilidad y receptividad ante el llamado del Señor (cfr. Apa. 314). Al comenzar este año, algunos miembros de la Iglesia que peregrina en Córdoba, con gran entusiasmo y apertura atenta a la acción del Espíritu, convocaron a la Vida Consagrada para recorrer unidos la tarea de organizar y animar la Jornada de Oración por las Vocaciones de especial consagración, junto a nuestro obispo Carlos José Ñáñez. Esto implicó sumar iniciativas, fuerzas y, sobre todo, brindar el carisma que cada uno ha recibido para el servicio de la Iglesia. Fue una experiencia muy rica, donde reinó un espíritu fraterno y eclesial, en sintonía con el lema pastoral: “Con Jesús salimos, acortamos distancias, nos encontramos”. Fuimos acortando distancias con los jóvenes y, junto a ellos, con otras personas que encontramos al salir a los hospitales y terminal de ómnibus. Con la presencia de Jesús “Buen Pastor” entre nosotros se gestaba el deseo de continuar caminando juntos, en esto de ser discípulos y misioneros en comunión. Para ello se realizó el encuentro de Oración para jóvenes; en esta oportunidad el encuentro de la Samaritana con Jesús fue quien nos iluminó y ayudó a entrar en intimidad con él y a identificar las diferentes situaciones de hoy que gritan la sed de Dios. Nos dejaron algunas resonancias como éstas: “muchas gracias por este espacio”; “que se sigan haciendo encuentros de este tipo”; “me encantó el encuentro, el lugar, la buena onda y gracias por todo”. Nos embarcamos en un nuevo empeño: el preparar la Expocarisma 2008 con el fin de vivir y reflejar el lema “Diversidad de rostros en la Iglesia Comunión”. Por eso se invitó a participar a diversas congregaciones religiosas, institutos seculares, movimientos, seminario diocesano, diversas pastorales, centros y asociaciones presen- Boletín Lauretano 34 Boletín Lauretano 35 LA ALEGRÍA COMPARTIDA... Expocarisma 2008: “Diversidad de Rostros en la Iglesia comunión” Marcos Nicolodi “Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros. Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes.” (Rom 12, 4-6) Estas palabras del Apóstol San pablo dirigidas a los romanos, donde los exhorta a poner los carismas al servicio de la comunidad y utiliza la figura de un cuerpo para representar a la Iglesia de Cristo, expresan lo vivido en estos días de la Expocarisma. Ésta fue una expresión auténtica de la Iglesia comunión, en la cual pudimos disfrutar de un clima de fraternidad, de comunión, de alegría, de unión y de cercanía, donde la presencia del Espíritu Santo se pudo sentir entre todos los que, de una forma u otra, nos hicimos partícipes de esta fiesta. Se superaron ampliamente las expectativas en cuanto a concurrencia y participación de las personas que visitaron los distintos stands, donde los diferentes movimientos de laicos, congregaciones religiosas, expresiones de vida consagrada y comisiones pastorales, nos daban a conocer sus carismas y nos contaban en qué consiste su servicio en la Iglesia. Unas de las cosas más significativas fue la presencia mayoritaria de jóvenes entre los visitantes. En el marco del plan pastoral que se está llevando a cabo en nuestra diócesis, la prioridad en este año es el acercamiento a los jóvenes, tratando de hacerlos participes de la buena noticia del Evangelio. Esta experiencia de encuentro con los diferentes dones y carismas de nuestra Iglesia, contribuyó a contagiarles la alegría de seguir a Jesús vivo y presente en medio nuestro. Así también la presencia de nuestro obispo Carlos José Náñez, en el cierre del evento, nos confirmó que ésta fue una verdadera manifestación del pueblo de Dios reunido en torno a Cristo, único pastor y guía del rebaño. Para nuestra comunidad del Seminario también fue muy significativo todo lo vivido en esta Expocarisma ya que nos vimos gratamente invadidos por diferentes hermanos que Boletín Lauretano 36 forman parte de este pueblo de Dios, para el cual nos estamos formando y al cual queremos servir desde nuestro carisma. Una de las cosas que nos proponíamos en este año como Seminario era abrir las puertas de nuestra casa para poder compartir, desde nuestra experiencia y sobre todo a los jóvenes, que “conocer a Jesús es lo mejor que nos pasó en la vida”. Que el Dios de la misericordia, Nuestro Padre del cielo, mantenga viva en nuestros corazones la llama de su Espíritu que ha encendido en estos días y nos dé la gracia de sentirnos parte de este cuerpo que es la Iglesia. Boletín Lauretano 37 LA ALEGRÍA COMPARTIDA... “Vengan y lo verán” Campamento Vocacional 2008 Sergio Colmenares “Maestro, ¿donde vives?... Vengan y lo verán” (Jn 1,38-39). Esta invitación del Maestro fue la compañía durante el campamento vocacional de enero. Compartir la alegría de seguir a Jesús en la vocación sacerdotal fue el espíritu que nos animó a realizar esos días de convivencia. Con la confianza puesta en el Padre y sabiéndonos discípulos suyo, que quieren compartir este llamado a otros jóvenes, emprendimos esa tarea maravillosa. Motivados por el entusiasmo de anunciar la Palabra de Dios y por la animación vocacional en la diócesis realizamos el Campamento Vocacional 2008, del 31 de enero al 3 de febrero. Como creyentes nos sentimos interpelados a proponer este espacio desde el seminario para que los jóvenes puedan plantearse su vocación cristiana. ¡Dios no deja de sorprendernos! Ocho jóvenes se animaron y quisieron compartir con nosotros esta experiencia. Provenientes de distintas parroquias y capillas de la ciudad y del interior, algunos sin experiencia de comunidad, otros trabajando activamente en la pastoral de la parroquia, estudiantes y trabajadores, de diferentes edades. Cada uno con una realidad distinta y con una historia rica que estaban deseosos de compartir. Boletín Lauretano Esto demuestra el amor único y particular que tiene el Padre por cada uno de sus hijos. El amor que siente por cada joven, que no espera que lo busquen, sino que se acerca de distintas maneras y aunque estemos lejos se conmueve de nosotros, sale a nuestro encuentro, nos abraza y nos besa. Este Padre que “acorta las distancias” con sus hijos y que sigue llamando a distintas personas, como lo hizo con Pedro, Mateo, Juan y tanto más que a lo largo de la historia ha invitado a seguirlo. Fueron cuatro días en la Casa de Nazareth, Los Molinos, donde pudimos hacer experiencia de comunidad discipular que vive la fraternidad. Entre mates, charlas, silencio, oración, descanso, río, diversión, temas, celebraciones, desierto compartimos la alegría de seguir a Jesucristo. ¡Qué más queda por decir sino Gracias! Gracias, Señor, porque no dejas de llamar a jóvenes para que abracen la opción de consagrar su vida al Reino. Porque sigues invitando a ser discípulos tuyos, a que se animen a dar su vida por amor. Porque no dejas de salir al encuentro de aquéllos que son llamados a ser “pescadores de hombres” y abandonan todo 38 por seguirte. Y sobre todo, gracias, Señor, por utilizarnos como instrumentos en esta tarea maravillosa. Gracias, Señor, porque este campamento ha sido para nosotros, comunidad del Seminario, un espacio donde pudimos vivir la fraternidad, la gratuidad, la recreación y, sobre todo, la alegría de ser discípulos tuyos y pudimos compartirlo con otros hermanos. Gracias, Señor, porque, como Seminario, no estamos aislados de nuestra realidad eclesial, nos preocupa la falta de vocaciones en la Iglesia; y porque nos invitas a dar testimonio de tu presencia con nuestras vidas, suscitando en nosotros el deseo de animar las vocaciones sacerdotales. Gracias por Kika, Negrita y Pelado, agentes pastorales de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Bº Marques de Sobremonte, porque con sus gestos paternales y maternales supieron manifestar tu amor desde el servicio desinteresado de la cocina. Muchos son los momentos y las vivencias que quedan en nuestra memoria y nuestro corazón. Momentos de alegría, de gozo, de dicha, de acción de gracias porque realmente pudimos hacer experiencia y estar cerca de Aquel que nos dijo: “Vengan y lo Verán”. El fútbol, el básquet, nuestras pastorales, la ida a nuestras familias y comunidades, la jornada de oración por las vocaciones y la música, el campamento vocacional de verano, los encuentros en torno a la Palabra, los días de expocarisma, la formación pastoral práctica (particularmente el curso para animadores juveniles) y tantos otros, fueron espacios privilegiados, en los que compartimos con alegría el dinamismo de una vida inquieta y joven, llena de deseos, búsquedas y anhelos. Creemos en el Dios que ama a los Jóvenes. Leandro Arias Haciendo memoria de este año, descubrimos cantidad de rostros con los que hemos compartido instancias muy significativas de la vida de nuestro Seminario. Desde la oración, el discernimiento comunitario y el encuentro con la Palabra, identificamos el deseo interior de querer sintonizar con la vida que surge de Aquél que comunicó la suya, en el Espíritu que anima a su Iglesia. Constatamos con alegría que el mensaje de nuestros obispos en Aparecida, expresa y alienta el camino que venimos transitando como diócesis, haciendo resonar con firmeza las notas esenciales del acorde que nos identifica. Con ellos, vibra armónicamente nuestro horizonte formativo, que se quiere hacer eco de la vida joven en su variedad y pluralidad. Es así como en la trama de nuestra vida, descubrimos la llamada amorosa de Dios a abrir nuestro corazón para encontrarnos con el rostro más joven de nuestro pueblo. Discípulos-misioneros, nos encaminamos a la aventura de un amor que quiere comunicar su vida y recibir en su seno a muchos hermanos nuestros. Fue así como acortando distancias, compartimos con ellos la alegría de seguir a Jesús. Es muy lindo pensar en estos jóvenes con los que hemos compartido, que quieren responder con fidelidad al llamado recibido por Jesús, nuestro Maestro, en cada uno de sus espacios vitales: trabajo, estudio, familias, comunidades, parroquias... ámbitos que van siendo parte de nuestra vida. Estrechando vínculos compartimos la identidad y vida que nos une. Así fue como nuestra Casa, siendo centro de encuentro para muchas de estas instancias, se llenaba de vida, al tiempo que nuestros corazones se gozaban por cada presencia. Reconfortados por el amor de Jesús Pastor, comprendemos y asumimos nuestra Casa del Seminario, como un ámbito en el cual se comunica y crece la expresión de esta vida. Una vida que desborda nuestros esquemas y estructuras. Ella misma nos interpela y exhorta a asumir con creatividad un renovado anuncio. Resuena la voz de Jesús que nos dice: “También tengo otras ovejas que no son de este redil; también a esas las tengo que conducir y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo Pastor.” (Jn 10, 16) Siendo sus jóvenes ovejas, reconocemos el timbre suave y tenaz de su voz que nos convoca. Abrazando este inmenso regalo, nuestros corazones hacen fiesta y se abren en dos dejando verter nuestra mayor riqueza: la vida que viene de Dios, el amor que el Padre nos tiene en el Hijo... “El Padre me ama porque Yo doy mi vida para recobrarla.” (Jn 10, 17). El Padre nos mira y nos ama, ama a los jóvenes... nos recibe. Mira con bondad nuestra fragilidad y sonríe cuando con sencillez, disfrutamos espontáneamente de estos momentos. Nuestra Casa quiere ser el reflejo del latir mismo de nuestro corazón. Interioridades que esconden una vitalidad única cuando se abre a las puertas del encuentro: ...si vieran cuánto se ensanchan y lo silenciosos que se vuelven cuando el Señor susurra su Palabra... lo cálidos que se sienten cuando los brazos de Jesús Buen Pastor los cobijan... lo intenso y dinámico que aparecen cuando nos reconocemos hermanos... ¡vengan y vean lo pequeño que se hacen, cuando saliendo de sus encierros inventan estilos nuevos de acogida! Gracias Jesús, amigo nuestro, por estos encuentros, en los que cada uno y a su modo comunica con alegría la expresión de tu Vida. Boletín Lauretano 41 STUDIUM THEOLOGICUM Sobre la agregación y la Licenciatura en Teología blicación del Seminario Mayor de Córdoba, que se suma a la del Proyecto educativo. P. Guillermo Rosolino Estimados amigos/as, en esta cita anual que nos permite el Boletín Lauretano hemos ido compartiendo los pasos que en estos últimos años viene realizando el Studium Theologicum del Seminario Mayor de Córdoba. En esta ocasión tenemos noticias frescas y esperanzas renovadas; el día 15 de octubre de 2008, el Consejo Académico de la Facultad de Teología de la UCA aprobó por unanimidad el Proyecto de Agregación del Studium Theologícum a dicha Facultad. Se trataba de una instancia clave, aunque no la definitiva. Todavía hay que esperar la resolución que tome el Consejo de la UCA, la aprobación del Card. Jorge Mario Bergoglio y de la Comisión permanente del Espiscopado y, finalmente, el placet de la Congregación para la Educación Católica. En estos últimos años hemos trabajado intensamente para alcanzar las condiciones requeridas por las Normas para la Agregación de un Instituto; esto significó, entre muchas otras cosas, involucrar progresivamente a Doctores en Teología para que se sumen al equipo docente del Instituto. Desde el año 2005 se ha seguido una política firme en ese sentido; este año, hemos conseguido contar con 15 Doctores en Teología, además de los cordobeses, los provenientes tanto de la zona centro-cuyo y noroeste del país, como de Buenos Aires y de La Plata. De esta manera hemos superado el número exigido por las Normas de 12 Doctores en Teología, con especialidades en distintas disciplinas teológicas: biblia, patrología, dogmática, fundamental, moral, pastoral, derecho canónico, liturgia. cultades católicas de Teología del país están en Devoto y San Miguel. Por este motivo, el Instituto del Seminario Mayor de Córdoba pretende ofrecer un servicio no sólo a la Arquidiócesis sino a toda la región. También compartimos con gozo que se hemos dado algunos pasos fundamentales en la modernización de la Biblioteca. Este año se ha concluido el trabajo grueso de digitalización del catálogo, y se ha adquirido un nuevo software de gestión integral de la Biblioteca, que permite la consulta on line del catálogo. Felicitamos a las dos bibliotecarias que realizan su tarea como mucho profesionalismo, y han acompañado con todo su empeño estas transformaciones. A partir de febrero de 2009 tendremos información más precisa sobre la posible apertura del ciclo de Licenciatura, estimado inicialmente para el segundo semestre; y esperamos contar con un buen número de interesados/as en esta oferta. Desde ya, confiamos a sus oraciones este Proyecto de agregación y las instancias que quedan por cumplir. Pasar a la condición de Instituto Agregado a la Facultad de Teología conlleva un doble beneficio; en primer lugar, la posibilidad de cursar en Córdoba la Licenciatura en Teología, con especialidad en Teología Fundamental; en segundo lugar, la posibilidad de abrir a religiosas, laicos y laicas el ciclo institucional para acceder al Bachillerato en Teología y, por supuesto, también a la Licenciatura. En caso de concretarse la agregación, el Studium del Seminario Mayor pasaría a ser el primer Instituto Agregado a la Facultad, y Córdoba la primera ciudad del interior en la que se podría cursar la Licenciatura en Teología. Vale la pena recordar que actualmente las únicas Fa- Boletín Lauretano 42 En el mismo sentido de ir fortaleciendo las condiciones académicas del equipo docente es que han comenzado a realizarse las Jornadas interdisciplinares y, como fruto de ellas, una publicación anual con las características de una obra colectiva. El año pasado se publicó: G. Rosolino (Ed.), Teologías en diálogo. Urgencia y exigencia de un cambio epocal, EDUC, Córdoba 2007, 320 p. Este año, también a través de la Editorial de la UCC, se ha publicado la obra Memoria y olvidos en un cambio epocal. Su implicancia para las teologías en diálogo, EDUCC, Córdoba 2008, 248 p., cuyos editores son Roberto Giardino y Santiago Castello. Esta es la segunda puBoletín Lauretano 43 “Discípulos de Jesús, Servidores del Reino” LA ALEGRÍA VIVIDA... Samaritana (cf. Jn. 4, 1-24), y en cuatro sábados del año les regalamos a nuestros “amigos del Seminario” unas tardes de retiro para que descubriéramos cuánto nos ama Dios. Y como la casa es grande y el corazón también, la llenamos de gente y éste se nos desbordó de gozo en la Expocarisma 2008, donde pudimos compartir los muchos y variados carismas que tenemos en la Arquidiócesis de Córdoba. “Crónica de un año anunciador” Pero el Seminario no es sólo el edificio que aloja y alojó a tantos y que este año conmemora los 100 años de su construcción; son las rocas vivas que salimos y las que nos reciben para que acortemos distancias en las distintas parroquias. El Seminario también son nuestros padres y madres, hermanos y hermanas, familiares y amigos, compañeros y fieles que nos formaron y acompañan día a día, sobre todo cuando los juntamos a todos para que compartamos una misma mesa de hermanos: el día de la familia en Los Molinos, el locro del 9 de julio, y la celebración de acción de gracias a fin de año junto a nuestras familias. Hernán Ariel Ceballos La verdad es que sería redundante si me detengo a comentarte todo lo que pasó este año, porque de eso se trata este boletín, de compartirte dónde latió nuestro corazón. Pero recuerdo que a fines de enero, cuando venía de mi casa natal para comenzar con la primera actividad del año me preguntaba: ¿Qué será de nosotros este año? Y, ni lerda ni perezosa, me llegó esta larga respuesta que se fue escribiendo en el Corazón. En el camino se me aparecieron unos hermanos, que me fueron interpretando las escrituras a lo largo de todo el Campamento vocacional en la Casa de Nazaret en los Molinos. Allí, entre mates y bostezos, entre risas y rezos, entre el río y la capilla, entre hermanos y silencios fuimos juntos comprendiendo dónde vivía el Maestro. Cuando los chicos del campamento se fueron, nosotros permanecimos en la casa conviviendo y rezando. Y destaco esto último porque, con la ayuda del Espíritu Santo, escuchamos las pláticas que el Padre Martín Carranza nos regaló, para ayudarnos a rezar en el comienzo. Y como todos saben, cuando un amigo se va… sigue conectándose por e-mail, en este caso desde Roma, donde está estudiando para enriquecer la formación de los sacerdotes de esta diócesis. Como todos los años esta familia tiene nuevos hermanos y no puedo dejar de mencionar el ingreso del Padre Martín Bastos y del introductorio “personificado” en Fernando Lazarte. En marzo volvimos a clases y a la vida cotidiana que, este año, tuvo la característica de no ser rutinaria, porque así como la ciudad de Córdoba está atravesada por el Suquía, así nos atravesó el objetivo de “compartir la alegría de seguir a Jesús”. Y compartir a Jesús es anunciarlo, no subiéndonos a los techos, sino sentándonos a escucharlo en todo momento. Y si hay algo que realmente fue anunciador, fue que descubrimos lo que más alegría nos daba: Boletín Lauretano 46 encontrarnos con los hermanos en torno a la Palabra de Dios. Y eso es lo que decidimos compartir con los jóvenes de la diócesis a los que salimos a invitar para que vengan a nuestra casa. Juntos invocamos al Escritor de la Palabra y, sentados en torno a Él, fuimos escuchando cómo nos hablaba. Fueron dos noches de oración en las que aproximadamente cien jóvenes nos encontramos entre nosotros y con la Palabra. También nos juntamos una tarde de domingo para revivir lo que vivió la Quiero comentarles también que entre los muchos que vivieron entre estas paredes, este año conocí al padre Borda. Y digo bien: lo conocí. Porque el día que trasladamos sus restos a la casa de Los Molinos, lo conocí por lo que de él se dice: desbordaba de alegría y bordeaba la santidad. Otra cosa que marcó un antes y un después en nuestra formación fue la convivencia del Plan Compartir. En ella, dos laicos de la Provincia de Buenos Aires, nos ayudaron a compartir los dones en lo cotidiano para que, sintiéndonos Boletín Lauretano 47 LA ALEGRÍA VIVIDA... todos parte de un mismo hogar, poco a poco, vivamos una experiencia de comunión de bienes para los tiempos que corren. Y como si todo esto fuera poco, cada año recibimos dos regalos grandiosos, uno al comenzar y el otro casi al finalizar: Vivimos la Pascua de Jesús y nos encontramos con él Resucitado en una semana de Ejercicios Espirituales. También quiero destacar algo que de a poco se está haciendo más cotidiano: los momentos de gratuidad en los que, ya sea juntándonos en un pieza, viendo una película, tomando unos mates, compartiendo un brindis, o simplemente hablando en la sobremesa, compartimos la alegría de seguir a Jesús en este camino. Por estos LA ALEGRÍA VIVIDA... Misiones de verano 2007/08 Discípulos misioneros para su pueblo Misiones… y por todos los momentos vividos que están impresos en este boletín… ni lerda ni perezosa me llegó esta larga respuesta que, se fue escribiendo en el Corazón de la Diócesis, esta crónica de un año anunciador del Seminario Mayor de Córdoba. Lugares donde fuimos… “…Discipulado y misión son como las dos caras de una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo él nos salva (Hch 4,12). En efecto, el discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro.” (Apa. DI) El 2007 ha sido un año de mucha gracia para nuestra comunidad del Seminario. De un modo especial hemos experimentado la presencia de Jesús Resucitado y la acción de su Espíritu, que nos ha permitido ir discerniendo los caminos por los cuales nos invitaba a transitar. Gozosos por descubrirnos comunidad discipular en profunda comunión con la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe -celebrado en Aparecida- y con el Camino Diocesano realizado como Iglesia que peregrina en Córdoba, nos sentíamos cada vez más invitados a seguir haciendo vida el soplo del Espíritu que nos impulsaba, una vez más, a continuar saliendo de nosotros mismos al encuentro de nuestros hermanos. Preparación… Inspirados en el tema eje, “Discípulos de Jesús, desde su Palabra, salimos al encuentro de nuestros hermanos” , se formó el equipo encargado de animar y organizar la misión. La colaboración generosa y desinteresada de tantas personas que el Señor puso en nuestro camino, nos permitió juntar los fondos que solventarían los gastos propios para la misión. Una vez más, experimentábamos la alegría de reconocernos Iglesia, partes de un mismo cuerpo, en donde esta tarea es de todos, y entre todos la hacemos posible de diferentes modos: oración, colaboración, presencia. Los dos primeros años de la formación integrados por Diego, Fede, Hernan, Marcos, Maxi, Leandro, Rubén y Rodrigo, realizaron su misión en Salsipuedes, acompañando por tercera año consecutivo a la Comunidad de “Nuestra Señora del Rosario”; José María, hizo lo propio en Tinoco, junto a la comunidad de San Jerónimo; Pablo Viola y Sergio, en Monte del Rosario, con el grupo misionero de Juan Pablo II (Barrio Marques de Sobremonte); Diego Bastos Magi en la Quebrada con el Grupo Ntra. Sra. Lujan y San Fermín; Javier y Claudio, acompañaron a la comunidad de Ntra. Sra. Del Carmen de Carlos Paz en Los Gigantes; y Emmanuel, Pablo Ardiles y quien escribe, en el Manzano (Agua de Oro), junto al grupo misionero de la parroquia del Espíritu Santo. Experiencia… “Bendecimos a Dios con ánimo agradecido, porque nos ha llamado a ser instrumentos de su Reino de amor y de vida, de justicia y de paz”(Apa 24) El trabajo junto a las distintas comunidades significó todo un desafío a afrontar. Pero Dios nos sorprendió una vez más, y no se dejó ganar en generosidad. Fue así que juntos -seminaristas y laicos- experimentamos no sólo la alegría de compartir y anunciar a Jesús vivo y presente en medio nuestro, sino que nos permitió hacer la experiencia de sabernos - nosotros mismos- misionado por El. Gracias Señor por tantos dones recibidos; Gracias Señor por enviarnos a anunciar tu Palabra; Gracias Señor por llamarnos a ser, discípulos misioneros para tu pueblo. Boletín Lauretano Nicolás Pedernera. 49 LA ALEGRÍA VIVIDA... Misión de enero 2008 “Monte del Rosario” Grupo misionero “Juan Pablo ll” Parroquia Nuestra señora de los Dolores Su entrega generosa, su elección de vida y su alegría, nos contagiaron su amor a Jesús, impulsándonos a seguir creciendo en este camino misionero, desde la experiencia comunitaria de fe. Es de esta forma que, como cristianos, nos sentimos llamados por Dios a hacer crecer en cada uno, este carisma misionero de la Iglesia que camina, acortando distancias y buscando el encuentro con el hermano. Sintiéndonos muy bendecidos, valoramos la vocación sacerdotal que han recibido del Señor Jesús. Conocemos que no es sencilla esta en- La misión vivida en enero de este año en el pueblo de Monte del Rosario (Parroquia de Obispo Trejo), nos sorprendió a medida que fueron pasando los días. La presencia de Dios se fue dando a conocer a través de distintos signos y acontecimientos tanto en la gente del lugar, como en el grupo misionero. Fue significativa, ya que, como comunidad cristiana, que empezaba a dar sus pasos en este camino, nos sentimos muy acompañados por algunos seminaristas. Providencialmente compartieron con nosotros, no sólo cada momento de la misión, sino también nos brindaron sus consejos y orientación ante cualquier inquietud que se nos presentó durante esos ocho días. Sentimos, realmente su compañía, disponibilidad, apoyo y testimonio de fe ayudándonos a reconocer a Cristo vivo junto a nosotros. Fueron en un primer momento personas que conocimos, a quienes luego los sentimos como hermanos en la fe y en quienes llegamos a encontrar verdaderos amigos que nos regaló el Señor. Boletín Lauretano 50 trega, ya que como personas, los seminaristas, sienten, sufren, luchan al igual que nosotros, los obstáculos de este camino. Rezamos para que el Señor y nuestra Madre los bendigan, protejan y acompañen a lo largo de sus pasos, que esperamos sean firmes. Confiando que, cuando sus fuerzas disminuyan, va a ser el Señor quien las renueve. Sabiendo que la misión no termina, sino que continúa en nuestra familia, en el trabajo, en el estudio y sobre todo en nuestra comunidad del Marqués de Sobremonte, a la cual regresamos con una experiencia de Dios vivida, y teniendo en cuenta que es el Espíritu Santo quien obra en nosotros y nos anima a brindar el amor del Señor a otros... Muchas gracias!!! LA ALEGRÍA VIVIDA... Convivencia de verano en Los Molinos Diego Bastos Magi Al iniciar este año volvimos a encontrarnos en la casa de Nazaret, en los Molinos, y una vez más pudimos compartir la alegría de ser llamados a seguir a Jesús, juntos. Es siempre un tiempo especial para volver a sentir la compañía de unos para con los otros y reflexionar sobre las experiencias vividas durante las vacaciones. Para nosotros éste es un tiempo para volver a ponernos en marcha con las actividades de la vida cotidiana y comunitaria; pero ante todo es un tiempo para reencontrarnos como comunidad de discípulos de Jesucristo, que, como a los primeros discípulos, nos invita a ir con Él a un lugar tranquilo (Cf. Lc. 9,11). Pero en los días que estuvimos en los Molinos no compartimos sólo entre nosotros; gracias a Dios pudimos recibir a nuestras familias y disfrutar un día con ellos, así como pudimos alegrarnos también el día en el que los sacerdotes compartieron entre ellos y con nosotros el gozo de ser servidores de Dios para su pueblo. Este año volvimos a celebrar la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes; durante la mañana fuimos al santuario de la Virgen en Alta Gracia como peregrinos y también como servidores, acercándoles a aquellos caminantes que venían de más lejos un poco de mate cocido para que recuperaran las fuerzas. Por la tarde, en la comunidad de Los Molinos, festejamos las fiestas patronales de la capilla del seminario; después de la tradicional misa y procesión hasta la gruta, guitarreada y me- Boletín Lauretano 52 rienda de por medio, compartimos con la gente del pueblo que año a año nos recibe. Estas son algunas de las actividades que realizamos este año allá; ninguna de ellas tendría sentido si olvidamos que son signos del amor de Dios que nos invita a detenernos y encontrarnos con Él. Nuestra casa en Los Molinos, es la casa de Nazaret especialmente porque allí vamos descubriéndonos hijos muy amados del Padre, es en ella donde recordamos que son nuestros hermanos quienes nos dicen, como Juan a Simón Pedro, “Es el Señor” (Jn. 21,7). Es en la casa de Nazaret donde Jesús aprendió de María tantas cosas, es en ella donde nosotros aprendemos a amar cada vez más a la Madre de Dios, donde ella nos espera con los brazos abiertos y nos repite siempre “hagan todo lo que Él les diga” (Jn, 2,5). Año a año, las actividades que realizamos en el tiempo que compartimos en Los Moli- nos, han cambiado y seguirán haciéndolo, pero no perdemos de vista que ese tiempo y ese lugar es mucho más que unas vacaciones compartidas, es mucho más que un encuentro fraterno; es el tiempo en el que se nos recuerda con más fuerza y claridad que somos miembros de la Iglesia peregrina que tiene la alegría de ver el rostro del Resucitado para anunciarla a todo el mundo, que somos instrumentos del amor de Dios; en esta casa aprendemos a llenarnos de él para que nos desborde y amemos a todos como el Padre nos ama. LA ALEGRÍA VIVIDA... ¿Evangelización vs. Dinero? José María Molina “Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres […] si no tengo amor, no me sirve para nada”. (Cf. 1 Cor. 13,3) Los días 5 y 6 de abril de este año, dentro del espacio de la formación pastoral práctica que recibimos los seminaristas, se realizó un encuentro de formación con el equipo de Plan Compartir, que depende del Consejo de Asuntos Económicos de la Conferencia Episcopal Argentina. Este espacio de formación promueve en los seminaristas, la capacitación en la práctica pastoral para las distintas actividades y, situaciones de la vida concreta, que deberemos afrontar en las parroquias y en el ministerio sacerdotal en general. Este año dicha formación estuvo orientada a la pastoral de comunión y servicio dentro de un tema específico: el Consejo Parroquial de Asuntos Económicos, en sus obligaciones y responsabilidades. En este contexto, y a iniciativa de nuestro obispo, se propuso la realización de una jornada abierta para seminaristas y laicos que forman los consejos económicos de las distintas parroquias de nuestra diócesis. El Plan Compartir, tiene por objetivo “lograr el sostenimiento integral y permanente de la obra evangelizadora de la Iglesia, creciendo en el compartir de nuestro tiempo, talentos, dinero y renovando la cultura de gestión”. Esta propuesta se estructura principalmente en la comunión que debe existir en nuestra Iglesia adhiriendo a una nueva mirada y a elementos que hacen al patrimonio eclesial, frente a los nuevos desafíos de una administración para la pastoral de nuestras parroquias. Durante la jornada, las exposiciones estuvieron a cargo de dos miembros del quipo Patricio Gali y Mar- celo Albelo, que supieron mantenernos atentos e interesados en el proyecto. “Ninguno padecía necesidad […] porque todos los que poseían tierras o casas las vendían […] para que se distribuyera a cada uno según sus necesidades”. (Cf. Hch. 4,34-35) Cuando decimos asuntos económicos, inmediatamente pensamos en la dimensión técnica del dinero: asiento de ingresos y egresos en los libros, pagos, saldos, cuentas bancarias, etc. El Plan Compartir, nos invitó a expandir el concepto de economía hacia una espiritualidad de comunión y una evangelización de los bienes. Aprendimos en esta nueva perspectiva a reconocer, ligada a la necesidad de bienes y fondos para la tarea evangelizadora, la importancia que tienen las personas en la vida de la Iglesia, y cada una de ellas con sus talentos y carismas que ofrecen, cotidianamente, en cada una de nuestras comunidades. La Iglesia en Argentina a través del documento Navega Mar Adentro de la Conferencia Episcopal, se hace eco de esta propuesta y, reflexionando sobre la necesidad de una mayor comunión, nos dice: «Algunas [=Iglesias particulares y comunidades cristianas] han comenzado la implementación del plan Compartir, que implica una profunda catequesis, para suscitar la participación y generosidad de muchos en el dar tiempo, talentos y dinero. Aquí encontramos un precioso signo de esperanza» (Cf. NMA 48). Para nuestro Seminario el «compartir» la jornada que hemos vivido, nos ha dejado la certeza del paso del Espíritu Santo, en la variedad de momentos y en la riqueza de dones; principalmente y, como veníamos comentando, el desafío alentador en nuestra formación Boletín Lauretano 54 de mirar a la tarea de recaudar fondos y bienes, necesarios para el sostenimiento de la actividad discipularmisionera de cada comunidad; como un apostolado de cara a la acción pastoral de cada parroquia. “…que el Seminario sea un espacio propicio a las relaciones fraternas, en un clima de normalidad y sencillez, cultivando la espiritualidad de comunión como eje de la vida que en él se desarrolla…” (Cf. Proyecto formativo p.16) Compartir la formación con nuestros hermanos de las distintas comunidades, aparte de ser un regalo de fraternidad, nos sitúa en la dinámica de seguir buscando espacios que integren, cada vez más, a las personas que comparten nuestra pasión por la evangelización, dentro de nuestra familia del Seminario. Junto a la formación, seminaristas y agentes de los consejos, compartimos con alegría los momentos de gratuidad vividos en las cenas y almuerzos, donde los diálo- gos y encuentros fraternos no se hacían esperar, mientras que generaban un clima de verdadera Iglesia familia que es “casa y escuela de comunión” (Cf. NMI 43) La vivencia de la formación de los miembros de los consejos junto a nosotros, seminaristas, nos hizo valorar y sintonizar más aún con el plan pastoral diocesano “Con Jesús salimos, acortamos distancias, nos encontramos”. Valoramos con fervor y entusiasmo, que con instancias así propuestas de formación conjunta, la Iglesia en Córdoba para el futuro podrá emprender caminos de proyectos y trabajos en los que, sacerdotes y laicos, hablando un mismo lenguaje y teniendo una formación que se articula desde la diversidad de cada carisma y formas de vida, vayamos enriqueciéndonos en caminos más plenos de comunión y trabajo en miras a una mejor pastoral de anuncio y evangelización especialmente con el testimonio. LA ALEGRÍA VIVIDA... Ejercicios espirituales “Jesús llamó a los que Él quiso, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar” Claudio Molina Una Alegría: Este año, parte de nuestro tema eje nos invitó a “compartir la alegría de seguir a Jesús”; mi tarea en este artículo es compartir con ustedes la alegría que significa para nosotros “estar con Jesús”. Durante todo el año hacemos esta experiencia pero es en los días de los Ejercicios Espirituales cuando se da con mayor fuerza este encuentro. En ese tiempo que nos tomamos para estar con Él, el amor de Padre que se nos ha comunicado en Jesús, se nos hace más palpable gracias a la obra del Espíritu Santo en nosotros. Él nos anima y ayuda a hacer la experiencia de oración y de encuentro con el Dios de la Vida que un día nos llamó y que se nos sigue comunicando. Un Tiempo Para Estar con Él: Nuestro proyecto formativo quiere reflejar aquella frase del Evangelio de Marcos que expresa la expe- (Mc. 3,14). riencia de los primeros discípulos del Señor que formaron la comunidad en torno a él y que día a día, en lo cotidiano de la existencia iban descubriendo la alegría de estar a los pies del Maestro y, a la vez, la urgencia y la necesidad del anuncio. Así el tiempo de los Ejercicios Espirituales es un tiempo de oración, un tiempo exclusivo para estar con Él, para profundizar en la historia de amor que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos van haciendo vivir; y cómo nosotros vamos dejando que nuestro corazón se vaya haciendo más parecido al de Jesús, Buen Pastor, y sus sentimientos vayan habitando en nosotros. Son días de silencio, de descanso, de oración, y sobre todo, y esto es lo que vale, son días de reparación, de definición, de consuelo y de mucha gracia que el Señor nos regala. Allí sentimos cómo Él trabaja la arcilla de nuestras vidas en el taller del alfarero, cómo se amasa nuestro corazón para hacerse pan que se compartirá entre muchos hermanos. Allí se da una historia de amor, profunda, gozosa y sencilla. Un Tiempo para Compartir: Los Ejercicios Espirituales de septiembre son también un tiempo para compartir. Es en ese tiempo de silencio y oración donde vivimos una profunda comunión con el hermano que está a nuestro lado. Comunión que no es de palabras, sino de compartir la oración, la certeza de que Dios se acerca a cada uno y habla al corazón, de que Él quiere decirnos algo a cada uno en particular y a todos a la vez, de que es la comunidad del Seminario -los seminaristas, los curas y el que nos guía en la oración- un espacio en el que el Dios de la Vida se hace presente. Compartir este tiempo entre los seminaristas es compartir nuestras búsquedas, nuestros anhelos, las decisiones que vamos tomando desde la oración y el silencio, es allí donde podemos reconocer el misterio que Dios hace en cada uno, ese Dios que nos ha seducido a cada uno y nos ha elegido para una misión: ser “discípulos de Jesús y servidores del Reino”. Pero este compartir no se agota allí, no es sólo entre nosotros; desde la oración y el silencio, compartimos esos días con nuestras familias, amigos, las comunidades que nos acompañan en nuestra forma- ción, y todos los que rezan por nosotros. Esto hace que sea para nosotros también una experiencia eclesial. Los Ejercicios Espirituales recogen a tanta gente y la ponen en oración; cada seminarista, cada historia en estos días pasa ante la mirada de Dios de modo que en la persona de cada uno de nosotros muchos comparten este espacio de oración y de escucha de la Voluntad de Dios. Es la vida cotidiana, en regreso a nuestras comunidades, a la vida del seminario, el lugar en el que Dios muestra todo lo que ha hecho en nosotros para que su Reino se siga haciendo presente cada día. Este año, particularmente, ayudados por el Padre Pedro Torres y por el Padre Horacio Álvarez, el Señor nos volvió a regalar esta experiencia de sabernos amados incondicionalmente por Él. El gozo de haber rezado una vez más juntos, y esta vez acompañados por curas cordobeses, nos permitió renovar en el corazón la alegría de seguir a Jesús y mostrarlo a nuestros hermanos. LA ALEGRÍA VIVIDA... Escuela de Formadores Ser acompañado para poder acompañar P. Marco Bustos “Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa” (Lc 19,5) Alguno puede pensar que al elegir este versículo, pueda existir alguna inconsciente asociación/identificación con la figura de Zaqueo (ambos pertenecemos al club de los que no derrochamos altura). Algo puede haber… Pero lo cierto es que el Evangelio que vivió este hombre aquel día, vuelve a producirse, a actualizarse cada vez que se origina el encuentro salvífico, cada vez que el Señor pasa, mira y llama a cualquier hombre y mujer. Y reconozco que muchas veces el Señor ha pasado, me ha mirado y llamado. Ciertamente el llamado a la vida, el regalo de la fe y la vocación sacerdotal son los llamados fundamentales que reconozco y agradezco. Pero también percibo cómo el Señor continúa pasando e invitándome, en cada tramo de mi vida, a “bajar pronto” porque quiere alojarse en mi casa. Precisamente la invitación a formar parte del equipo de formadores del Seminario, significó para mí un “nuevo llamado”, una renovada invitación del Señor a dejarlo entrar más hondamente en mi vida. Bien sabemos que por “casa” podemos considerar no sólo el espacio físico habitacional, sino también, y sobre todo, el ámbito vital, de intimidad y encuentro que existe en las personas. Para Zaqueo, dejar que Jesús se alojara en su casa significaba darle permiso a que ingrese en su vida, en su historia, dejarse conocer y mirar más profundamente por el Señor. Era dejar de mirar “desde arriba” para contemplar a Jesús que camina a su lado, que lo acompaña y le regala su amistad. El que había “bajado del cielo” lo invitaba a bajar, a emprender un camino de retorno a sí mismo, a reencontrarse con la verdad de su historia para dejarse tomar por la Verdad que lo llamaba. Y este camino de retorno a casa lo realiza acompañado y conducido por quien sabe de descensos: Jesús de Nazaret. ¿Cómo se conjuga este icono de salvación con la experiencia de la Escuela de Formadores? Sucede que a poco de incorporarme a la tarea en el Seminario, pude percibir que (más allá de la desorientación inicial común a cualquier cambio) tendría que aprender un conjunto de elementos propios y útiles para desarrollar esta pastoral nueva para mí. Recuerdo las primeras reuniones de formadores, los encuentros personales con los seminaristas y las demás situaciones de la vida de la comunidad como un “nuevo curso”, una nueva ocasión de aprendizaje. Y motivado por la experiencia de los demás formadores, surge en mí el deseo de realizar la Escuela para Formadores “María Madre de los Consagrados”. Boletín Lauretano 58 La experiencia fundamental de la Escuela radica en la oportunidad y el ejercicio de dejarse acompañar sistemáticamente por un hermano, realizando un proceso de “descenso” hasta lo más profundo, para poder aprender a configurar una mejor respuesta al Señor, más libre, en concordancia con el don de la vocación recibida. A los sacerdotes, y a los consagrados en general, suele ocurrirnos que aprendemos rápido los “cursos de pastores” pero nos cuesta aprender los “cursos de ovejas”. Es decir, somos quienes acompañamos, guiamos, indicamos el camino, decimos a los demás que “bajen porque Jesús quiere alojarse en sus casas”, pero no nos resulta tan fácil dejarnos guiar y acompañar por otros. Y la experiencia dice que el servicio de acompañar a otros aumenta cualitativamente cuando somos capaces de realizar el ejercicio de dejarnos acompañar, enseñar, conducir por otros. No se trata de una actitud meramente pasiva, sino profundamente comprometida y activa, aprendiendo a leer la propia vida y los acontecimientos en un marco más amplio, aceptando los propios límites y valorando los propios dones, trabajando en sí mismo para que la Gracia encuentre una naturaleza más dispuesta a su acción. Los tres años de la Escuela de Formadores han sido para mí, como aquella experiencia de Zaqueo, mejor, como el camino que tuvo que realizar desde el sicómoro hasta la casa, aquella donde quería alojarse el Señor. Cada paso de Zaqueo hasta su casa habrá ido revelándole poco a poco lo que en ella había, su mundo, su historia, su vida. Esa casa que tal vez habrá heredado en parte de su familia, con sus tradiciones, y habrá construido él mismo con las decisiones propias. Y esto fue posible porque se animó a bajar hasta sí mismo acompañado por el Señor. Así también el camino de la Escuela ha significado la posibilidad de mirar un poco más “casa adentro”, para reconocer los trazos más fuertes en mi vida, y para experimentar el gozo de escuchar nuevamente: “quiero alojarme en tu casa”. Que el Señor nos conceda siempre escuchar su invitación. LA ALEGRÍA VIVIDA... guió. Tus muros vieron tiempos nuevos: la violencia en el mundo, el Concilio, los desencuentros de nuestra Patria, las nuevas búsquedas, nuevos proyectos formativos y una hermana tuya: la Casa San Pablo, tan soñada y rezada como vos. Tus pasillos contemplaron a un Brochero viejito que anhelaba pastores para sus serranos, a Luque comprometido tenazmente con la obra. Lo vieron a Angelelli y a Borda soñando junto con todo el presbiterio los tiempos de Concilio. Tu corazón latió fuerte en las épocas de “vacas flacas” y apasionado en las primaveras eclesiales. Viste a Juan Pablo II saludar a tus habitantes. Acunaste a santos anónimos, silenciosos y comprometidos. Quienes vemos hoy tus muros estamos invitados a revitalizarnos con tu historia. Así naciste casa de Loreto, soñada, acunada en las manos de esta Iglesia de Córdoba. Descubrir lo que guardan tus muros… Nuestra casa de Vélez Sarsfield cumple 100 años. Pablo Ardiles Todos los aniversarios nos invitan a hacer memoria y éste en particular nos interpela. ¿Qué hay detrás de vos, casa de Loreto? Quienes se te acercan ven una sólida estructura, pareciera que inquebrantable, una fachada austera, imponente el grueso de tus muros… Este cumpleaños es una invitación a descubrirte, querida casa de Loreto, soñada eclesialmente. Sos el fruto de proyectos pastorales, de pasión apostólica. Tu nacimiento estuvo marcado por un cambio de época. Nuestra Iglesia de Córdoba contemplaba el enfrentamiento y las incomprensiones de tiempos difíciles. La vieja casa se iba cayendo de a pedazos, casi se diría que estaba en ruinas. Los seminaristas y sus superiores peregrinando, en edificios prestados un tiempo, en Los Molinos otro tanto. Y un país que iba naciendo y que la Iglesia no quería abandonar. No quería desentenderse de él. Quería servirlo, quería anunciarle a Cristo. ¿Cómo hacerlo? Había que pensar en esos tiempos nuevos pero cómo hacerlo si aquellos parecían tan heridos, acechantes… Pero había que volver la mirada a Cristo, él hace nuevas todas las cosas. Había que confiarse a su Corazón que siempre late, sobre todo en tiempos de crisis. Fue entonces que el Obispo Toro, como buen pastor, supo hacer de este desafío el camino de toda una diócesis. Una nueva casa para el Seminario era mucho más que hacer cálculos de obra. Al pensar en ella, se pensaba en los sacerdotes para un nuevo tiempo. Y fue la Iglesia toda en Córdoba que dijo: pidamos al Señor pastores que sean “hombres comprometidos con la Fe, la Esperanza y la Caridad, capaces de animar la consolidación de este país”1 nuevo que estaba alumbrándose. El desafío de una nueva casa era enorme. ¿Cómo construir sin siquiera terreno? ¿Cómo pensar en seguir la obra sin fondos económicos? “Si el Señor no construye la obra en vano se cansan los albañiles”… (Sal. 127, 1). La Iglesia toda en Córdoba asumió el desafío: manos para alzar muros, ahorros para comprar materiales, donación de estipendios. Esta casa era el sueño y el anhelo de todos. Era inevitable pensar que era el Señor mismo que iba construyendo con su pueblo un tiempo nuevo, del cual esta casa sería un hito. Pero tu historia, no terminó ahí, sino que si- Boletín Lauretano 60 1 Manera, Lidia E.- Villalba, Mirta, N; La Historia del Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Loreto como Casa de Altos Estudios (1889-1910); Pag. 34. Boletín Lauretano 61 LA ALEGRÍA VIVIDA... Formación Permanente P. Horacio Álvarez Vicario General La partida del Padre Martín para realizar estudios de Psicología en la Universidad gregoriana de Roma se inscribe en un contexto diocesano amplio, que tiene que ver con el Seminario y los seminaristas, y también con una de las necesidades más reiteradas en nuestro proceso pastoral de estos años: encontrar los caminos para una formación permanente de todos los bautizados – particularmente los agentes pastorales (entre ellos los sacerdotes) – que, asumiendo toda la riqueza de las experiencias del pasado, responda con creatividad a la realidad actual y nos proyecte al futuro. Esa formación ha sido adjetivada de muchas maneras: debe ser permanente, integral, vital y doctrinal, recogiendo lo mejor de la tradición cristiana y abierta a las ciencias humanas, para la acción y en la acción, etc. Pensando precisamente en esto, que es uno de los procesos fundamentales que deberemos llevar adelante en nuestro itinerario pastoral, en estos últimos años algunos sacerdotes de la Diócesis se han capacitado realizando estudios bíblicos, dogmáticos, morales, canónicos, pedagógicos, etc. en la mayoría de los casos accediendo a licenciaturas, algunos de ellos al doctorado. En el campo de la Psicología hemos contado siempre con la valiosísima colaboración de profesionales laicos y consagrados, tanto en el Se- minario como en el acompañamiento y tratamiento de sacerdotes que lo necesitasen. También algunos sacerdotes seculares hicieron estudios superiores de Psicología en la Universidad o distintos cursos para capacitarse motivados por sus búsquedas personales o por los requerimientos de su tarea formativa. Ésta es la primera vez que un sacerdote de la Arquidiócesis va a la Facultad de Psicología de la Universidad Gregoriana, que tiene un gran prestigio por su seriedad y por articulación de sus propuestas con una visión cristiana integral del hombre y de la espiritualidad. Creo que es un paso importante para nuestra Iglesia Local porque como señalaban las Directrices sobre la preparación de los formadores del Seminario «para no engañarse ni engañar a nadie sobre su presunta consistencia y madurez, no basta “el sentido común”, sino que es menester la mirada atenta y afinada por un profundo y acendrado conocimiento de las ciencias humanas para ir más allá de las apariencias y del nivel superficial de las motivaciones y comportamientos y ayudar a las personas a conocerse en profundidad, a aceptarse con serenidad, a corregirse y madurar partiendo de las raíces reales, no de ilusiones, y desde el “corazón” de su personalidad» (57) 1. Este mismo documento deja en claro «Que la Boletín Lauretano 62 pedagogía cristiana no subestima ni absolutiza la aportación de las ciencias humanas” porque lo que se busca es “una deseable síntesis entre la experiencia educativa de la Iglesia, madurada a la luz de la fe, las experiencias del pasado, el ejemplo de los santos y los resultados bien discernidos de las ciencias del hombre» (58). La capacitación específica del P. Martín en este campo será una contribución para enriquecer la formación inicial en el Seminario y la formación posterior de todos los sacerdotes en la Diócesis, que en el discernimiento realizado en estos últimos años hemos identificado como uno de nuestros problemas fundamentales: La necesidad de una mayor madurez humana (afectiva y solidaria) y espiritual (vida evangélica e intimidad con el Señor). Lo encomendamos al Señor para que pueda vivir esta experiencia intensamente y nos encomendamos todos a Él para que nos haga “pastores según su corazón”. 1 CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, “Directrices sobre la preparación de los formadores del Seminario”, 1993. Boletín Lauretano 63 LA ALEGRÍA VIVIDA... Gracias Señor… P. Martín Carranza Si bien los creyentes estamos llamados a tener siempre un corazón agradecido, cada vez que termina una etapa de nuestra vida e inicia otra nos toca vivir un “tiempo especialmente oportuno” para esta actitud… y así me siento en este momento, en que, luego de seis años y medio de servicio como formador en nuestro Seminario, se me encomienda partir hacia Roma por unos años para profundizar mi formación y capacitación. Recuerdo como si fuera ayer el día en que nuestro Obispo me pidió incorporarme al nuevo equipo de formadores: los miedos, sueños y esperanzas, el dolor de la partida de la parroquia, y tantos sentimientos encontrados que querían ser amasados en la fe. Hoy, miro todos estos años transcurridos como un puente asentado entre aquel ‘Sí’ y el ‘Sí’ que hoy doy en esta nueva peregrinación; y en esta mirada no puedo menos que decir honestamente y desde adentro: “gracias Señor”; y cantar con María… ‘Mi alma proclama la grandeza del Señor…’. - Gracias Señor por este tiempo apasionante de nuestra Iglesia en Córdoba, por sus búsquedas compartidas, por su discernimiento confiado y abierto a escuchar tu voz aún en los más pequeños; gracias por el rostro de iglesia al que nos llamas, por el Plan Pastoral, por la presencia sabia y paternal del Obispo, por respirar el aire fresco de una Iglesia más discipular y misionera. - Gracias Señor por esta etapa de renovación seria y paulatina que vive nuestro Seminario… por los que la hicieron posible antes, durante y los que la continuarán después. Siento el gozo de haber sido testigo y protagonista en este camino de plasmar y encarnar el actual Proyecto Formativo: para formar los pastores que la gente de nuestra Córdoba hoy necesita, verdaderos y alegres discípulos de Jesús, servidores de su Reino. - Gracias por los sacerdotes del equipo de formadores. En ellos encontré verdaderos hermanos y amigos, compañeros de búsquedas, de lucha en las tormentas, de sueños y dolores compartidos. Gracias por su testi- monio, su comprensión, su generosidad y su cariño. Gracias por sus vidas sacerdotales siempre abiertas a tu querer. - Gracias por cada uno de los seminaristas que confiaste a mi ministerio pastoral; por el testimonio de sus vidas entregadas, por sus deseos de crecer, por los momentos de la vida cotidiana con ellos vividos, porque me fuiste enseñando a ser un padre para ellos y con ellos un discípulo. - Gracias Señor por el testimonio de servicio y caridad de las Hermanas de la Virgen Niña; en ellas, me has mostrado la fidelidad y perseverancia, y la humildad hecha servicio. Gracias por todas las personas que prestan servicio en nuestra casa y en el Instituto… sé que no es lugar para nombrar a todos pero es por cada uno mi gratitud y mi cariño. - Gracias por tantas instancias de trabajo y formación vividas en comunión a lo largo de estos años: por los encuentros con formadores de los otros seminarios, por los vividos en nuestra Región Centro, por las Jornadas Pastorales, los equipos de trabajo con tantos laicos y laicas que colaboraron en diversas instancias a lo largo del camino; gracias por la formación y capacitación recibidas en la Escuela de Formadores, y por el regalo inmenso de la fraternidad sacerdotal. - Gracias por los momentos de dolor y desencuentro, por haber sufrido con otros también la incomprensión, la frialdad o el desprecio, porque siempre éste ha sido el sello que ha marcado las obras en las que tu Espíritu ha sido protagonista. - Gracias también por tantas veces que debí pedirte y pedir perdón. Por mis múltiples límites que me obligan a recordarme polvo, uno más entre tantos, llamado sólo a servir, con la confianza puesta no en las propias fuerzas sino en tu fidelidad. Así, con el corazón agradecido como el de María, le encomiendo a ella, la Madre, este nuevo tiempo, rogando que sea de gracia y bendición para nuestra Iglesia. Gracias, Martín. El Señor te trajo a nuestra comunidad, y el Señor te lleva ahora a otra misión. Damos gracias a Dios por tu presencia entre nosotros, por tu entrega generosa cada día, por tu constante actitud fraterna, por la seriedad de tus búsquedas, por tantos momentos compartidos. Y damos gracias a Dios por tu respuesta fiel, cargada de renuncia, que has dado en este tiempo nuevo para vos. Pedimos al Señor de la historia y de cada una de nuestras historias, que te siga acompañando, y te sostenga en la confianza. Te acompañamos desde la Eucaristía de cada día, haciendo de nuestra propia fidelidad un modo de permanecer unidos a vos en el Amor de Jesús. Boletín Lauretano ¡Gracias, Martín! 65 LA ALEGRÍA VIVIDA... LA ALEGRÍA VIVIDA.. Bienvenido P. Martín Bastos Amigos del Seminario Mayor de Córdoba Dejaste tu querida comunidad de Nuestra Señora del Rosario, de Tanti, para sumarte al camino del Seminario, la casa que te vio crecer en tu corazón sacerdotal, y que te recibe otra vez, para compartir con otros la alegría de seguir a Jesús. Te agradecemos tu generosidad y tu disponibilidad, y damos gracias a Dios por tu sacerdocio, vivido ahora entre nosotros, como un regalo que nos enriquece. Pedimos a María de Loreto que te bendiga, te acompañe y te fortalezca con su testimonio de discípula y su cariño de Madre. ¡Gracias, Martín! ¡Bienvenida! La hna. María Haydée Canale (de la Virgen Niña), se encuentra viviendo desde principio de año en la casa de las hermanas. Está cursando los estudios del 2º año de la carrera de Fonoaudiología; además presta el servicio de apoyo escolar en Bº K8 de nuestra ciudad. Te damos la bienvenida y le pedimos a Dios que te acompañe en este tiempo. Despedida Mariana Queremos agradecer y encomendar a Dios el paso de Mariana Di Raimondo por nuestra comunidad. Nos estuvo acompañando en el área de comunicación institucional y de recepción. La encomendamos al Señor en esta nueva etapa de su vida, para que él haga fructificar sus dones y talentos. Boletín Lauretano 66 Itala Cima de Navarro Alba y María Marta del Campillo en nombre de los Amigos del Seminario. Amigo-ga (del latín. amicus): que tiene amistad, y esto significa afecto entre personas puras y desinteresadas que nacen y se fortalecen con el trato. Verdaderamente este es el anhelo que tenemos los “Amigos” del Seminario Mayor de Córdoba. Sabemos que junto a María, “El Libro de Oro” de los cristianos, encontraremos nuestras propias defensas espirituales. Venimos a encontrar la Paz, buscando siempre una cultura cristiana, arraigada a los valores del Evangelio; por eso aquí es bueno estarse; se está como en el Paraíso, pues el Espíritu Santo ha establecido su morada y, en cada exposición del Santísimo que solemos tener los días sábados en nuestros encuentros, nos fortalecemos sabiendo que siempre Él, junto a María, va llenando nuestros corazones de buenas intenciones, sabiduría y mucho amor al prójimo. Nuestro deseo seguramente apunta a acortar distancias, saliendo y encontrándonos con nuestros hermanos más necesitados. En este año, nosotros, los amigos del Seminario, vamos cumpliendo los 5 años de vida y, como queremos que el sol salga para todos, los invitamos a sumarse a nuestra comunidad para que podamos formar cada día Hombres Nuevos, para una Patria Nueva, donde reine el fuego de la Caridad. Nos sentimos muy agradecidos con los Padres Carlos Ponza, Daniel Blanco, Daniel Ferreira, Martín Carranza y Marco Bustos, por los ricos aportes que nos dan y su permanente compañía en los encuentros. También agradecemos a las Hermanas: Josefina, Antonia, Romilda y Haydee, quienes con su entrega humilde, silenciosa y sencilla están siempre presente. Ahora bien, pidámosle al Espíritu Santo, que crezcamos en número y, podamos cada día discernir y fortalecer todos juntos, el amor a Dios y al prójimo. Nos queda preguntarnos ¿Cómo llevamos a la práctica, lo que meditamos en cada encuentro? ¿Qué obra hacemos como fruto del conocimiento de la Palabra? Boletín Lauretano 67 LA ALEGRÍA VIVIDA.. Otras características tuvo la novena del año 2007. Si bien se mantuvo en el espíritu que nos mueve cada año a honrar a nuestra Madre, quisimos vivir mejor el lema pastoral que propuso nuestro Padre Obispo a toda la diócesis para ese año: “Con Jesús salimos, confiamos, nos valoramos”. Por este motivo algunos días “salimos” hacia las parroquias donde se encontraban viviendo los seminaristas del ETM I1. En la Parroquia “María Madre del Redentor y de los Santos Juan y Pablo”, rezamos por “Las Vocaciones”, y en la Parroquia “San Juan Bautista” por “Las comunidades parroquiales”. También celebramos en la Capilla de las hermanas de la “Virgen Niña” con intención particular por “Las misiones”. Los restantes días permanecimos en casa rezando fraternalmente, y en uno de ellos oramos y compartimos con miembros de la Pastoral Penitenciaria. Es un tiempo propicio para estar más cercanos a María, para agradecerle todos los dones recibidos en el año que acaba y también para suplicarle que continúe acompañándonos a quienes buscamos incesantemente a Jesús junto a Ella, que deseamos verlo, escucharle, hablarle, seguirle..., ser “Discípulos de Jesús servidores del Reino”2. La novena a “Nuestra Señora de Loreto” “Tu Madre y tus hermanos están fuera y quieren verte” (Lc. 8,20) Rodrigo Longo Nuestro querido Seminario Mayor de Córdoba está entregado al cuidado y a la maternal y delicada guía de María Santísima, bajo la advocación de “Nuestra Señora de Loreto”. Este título, de entre muchos otros que tiene Nuestra querida Madre, nos recuerda lo que una piadosa tradición transmite acerca del traslado, por parte de los ángeles de Dios, del humilde hogar que habitaron Jesús, María y José en Nazaret (Israel), hasta Loreto (Italia). Sintiéndonos profundamente agradecidos con la “Madre de nuestro Seminario”, como lo fue en su casa de Nazaret, la honramos todos los años, especialmente en su Fiesta del 10 de diciembre, fecha en que se la festeja universalmente como “Nuestra Señora de Loreto”. Nueve días antes, el primero de diciembre, que coincide con la dedicación de nuestro Templo, empezamos los festejos. Lo hacemos rezando de manera más solemne las Laudes, el Rosario y sobre todo la Santa Misa. La novena concluye el 10 con la Celebración de la Eucaristía, en la que participan, además de la Comunidad del Seminario, ex alumnos – ahora sacerdotes, en ésta o en otras diócesis –, religiosos, profesores, familiares, bienhechores y todos aquellos que desean compartir nuestra alegría. En los dos últimos años la novena tuvo ciertos matices, acorde a los acontecimientos nuevos que se iban sucediendo en medio nuestro. En este sentido, en el año 2006 cada día rezamos con una intención central. El primero lo dedicamos a orar por “las misiones”, junto a miembros de la “Comisión Arquidiocesana de Misiones”, compartiendo posteriormente un desayuno fraterno. Al día siguiente rezamos por la “comunidad eclesial”, con la particularidad que lo hicimos en medio de un viaje a Villa María, cuando íbamos a participar de la asunción de Monseñor Rovai, como obispo de esa diócesis. En los días sucesivos oramos por “las parroquias”; por “los niños”; por la institución “Cáritas”; por “la familia”; por “los jóvenes”; por la “Pastoral de la salud”; y finalmente por “las vocaciones sacerdotales”. En las diferentes jornadas estuvimos acompañados por personas representativas de esas intenciones, así compartieron con nosotros: miembros de comisiones, nuestras familias, agentes pastorales, niños que viven en el “Hogar del padre Aguilera”, jóvenes de parroquias, y distintos laicos, religiosas y sacerdotes 1 Con las siglas ETM I nos referimos a la Etapa de transición al ministerio apostólico I 2 SEMINARIO MAYOR “NUESTRA SEÑORA DE LORETO”, Discípulos de Jesús, servidores del Reino. Formar pastores para Córdoba en nuestro tiempo. Proyecto Formativo. UCC. 2007 Boletín Lauretano 68 Boletín Lauretano 69 LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO... Desde la Caridad Discípulas Misioneras: 100 años haciendo visible el amor misericordioso del Padre “...al pasar junto a él, lo vió y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas...” (Cfr. Lc. 10. 33-34) Rubén Carrizo Muchas veces cuando se nos invita a escribir sobre una persona o personas, un acontecimiento, una institución o sobre los hechos cotidianos, nos puede resultar fácil o difícil, raro pero cierto ¿no? Resulta fácil si nos proponemos sólo contar, informar y nada más, pero cuando sobre quienes tenemos que escribir son parte de nuestra familia, cuando hay mucho para agradecer en el corazón, cuando forman parte de nuestra historia personal y de la de varias generaciones, pero sobre todo forman parte de la historia de la Iglesia, el desafío es mayor pero hermoso, porque invita a pasar por el corazón todos los momentos vividos, a buscar los recuerdos y revivir historias que han quedado atesoradas en el corazón de muchos y muchas; es así que las mismas son muy variadas y muy ricas. La invitación a escribir sobre el año jubilar de las “hermanitas del Seminario”, como cariñosamente fueron llamadas, y quizás aún hoy las llaman, es un gran desafío pero hermoso. Como saben, 100 años de presencia amorosa y donada en la Argentina da para escribir mucho; por eso es bueno empezar por el principio: el Instituto de las Hermanas de la Caridad de las Santas María Bartolomé Capitano y Vicenta Gerosa, llamadas Hermanas de la Virgen Niña fue fundado en Lóvere (Bérgamo-Italia) el 21 de Noviembre de 1832 por dichas Santas. Este Instituto nació en respuesta a las necesida- des de un momento histórico, que anunciaba profundos cambios sociales, culturales, y económicos. Desde entonces las hermanas enriquecen a nuestra Iglesia con el carisma de la CARIDAD a imitación de Jesús Redentor; se hacen signo abriéndose a la compasión por las situaciones de miseria humana, sirviendo a los hermanos en sus necesidades materiales y espirituales. Es así que las hermanas, reciben hacia el 1900 la invitación de Mons. Locatelli para fundar en Argentina, y el Papa Pío X bendice a las primeras misioneras que llegan a nuestro país el 18 de Abril de 1909; los comienzos fueron duros pero vividos con dedicación y amor a los niños huérfanos, a Jesús y a su vocación misionera. Boletín Lauretano 70 En 1912 nace una nueva comunidad, Villa del Parque, de la cual parten hermanas para otros países de América, hacia el interior del país, hacia hospitales, escuelas, hogares y seminarios. Es acá donde entramos nosotros en esta historia, que comienza con un pedido de Mons. Lafitte Arzobispo de Córdoba: religiosas para atender a los seminaristas del Seminario Mayor Nuestra Señora de Loreto (empresa nada fácil tanto ayer como hoy). Gracias a la respuesta generosa de Sor Lorenzina Bernasconi llegan a nuestra casa las hijas de Bartolomea y Vicenta en 1930, y así lo testimonian el Boletín Eclesiástico y el Boletín Lauretano de la época: “En la casa que contigua al Seminario se les ha preparado al efecto, han quedado instaladas las R.R. Hermanas de la Caridad de la Virgen Niña...Su misión atender a la alimentación de los seminaristas...El Boletín Eclesiástico felicita al Seminario por tan bella adquisición” 1 “Nuestro querido Seminario, que tanto tiene que agradecer al Dios de las Bondades infinitas, ha aumentado este año su ya inmensa deuda,... se ha levantado adyacente a nuestra querida “Casa de Loreto” un cómodo edificio, y se han instalado en él algunas Hermanas de la benemérita “Congregación de la Virgen Niña”...esta bendita Casa de Loreto no puede dejar de estar agradecida a estas santas representantes de esa Congregación Modelo...” 2 Una vez instaladas en su nueva casa fue cuestión de poco tiempo para que las hermanas con su luz de amor y caridad no sólo se abocaran al seminario, sino que surgieran la catequesis, la academia de labores, el cine y tantas obras que mostraron y muestran el rostro de Jesús a través de la entrega de “las hermanitas del seminario”. Por esto y mucho más que damos Gracias a Dios por estos 100 años en Argentina y por sus 78 años formando parte de nuestra familia del seminario; nos hacemos eco de las palabras de nuestro Papa Benedicto XVI: “Con generosidad, e incluso con heroísmo, seguid trabajando para que en la sociedad reine el amor, la justicia, la bondad, el servicio y la solidaridad, según el carisma de vuestros fundadores. Abrazad con profunda alegría vuestra consagración, que es medio de santificación para vosotros y de redención para vuestros hermanos.” 3 1 Boletín Eclesiástico de la Arquidiócesis de Córdoba,1930 Boletín Lauretano ,Nº 18, 1930 3 S. S. Benedicto XVI, Discurso de la Sesión Inaugural de Trabajos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Salón de Conferencias, Santuario de Aparecida, Brasil, Domingo 13 de Mayo de 2007 2 Boletín Lauretano 71 LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO... Traslado de los restos del Padre Bordagaray Breve semblanza del Padre Bordagaray Federico Ridissi Omar J. M. Candela Este acontecimiento del traslado de los restos de Monseñor Eladio Pedro Bordagaray, al lugar que siempre deseó, la capilla del Seminario de los Molinos, es una oportunidad para recordar algunos aspectos de su vida. Me parece que lo primero que hay que destacar es lo que marcó su vida. Cuando joven estudiante, en la Facultad de Derecho de la UNC, se produce aquello que lo ha de marcar para el resto de su existencia: el ENCUENTRO personal con Jesucristo, al que frecuentemente hacía referencia. Ese encuentro lo dio vuelta como una media, expresión que le gustaba usar, para significar lo importante y maravilloso que es el cambio de rumbo en la vida, encontrándole sentido verdadero a todo el quehacer del hombre. Quienes tuvimos la gracia de conocerlo y compartir con él tantos momentos de nuestras vidas, podemos afirmar lo que significa vivir el servicio como una actitud de amor y desprendimiento. Él no lo hizo como una declamación sino como una actitud permanente; a la vida vale la pena “quemarla” en el servicio y entrega a los demás, era una expresión frecuente en él. Quisiera resaltar su actitud de pastor que cuida y guía por el mejor camino. En años difíciles y con muchos jóvenes inquietos por producir cambios, nos ayudó a obrar jugándonos, él junto a nosotros. Podemos recordar con cariño y respeto su figura sacerdotal: consejero, siempre dispuesto a escuchar, no importaba la hora o el lugar; una disponibilidad al servicio y ayuda para descubrir lo mejor sin imponer su criterio sino ayudando a que, libremente, se descubriera el quehacer. Siempre nos motivaba con aquella frase que nos repetía: “no te conformes con ser bueno, se santo”. Eso sólo se puede lograr a partir del encuentro personal con Jesucristo. Esto, y tantas otras facetas del “Padre Borda”, hay que remarcarlo en el contexto de la inmensa valoración y respeto que tenía por el laico. Nos ayudó a asumir el compromiso de un testimonio de vida en todo tiempo y lugar; todo ello vivido en un gran amor a la Iglesia y fidelidad al Papa y al Obispo, como él supo vivirlo y testimoniarlo sin doblez. Por todo ello, y muchas cosas más que uno podría decir, reitero mis muchas gracias al Señor por habernos dado la posibilidad de conocer a un pastor con un corazón semejante al suyo. Boletín Lauretano 72 El lunes 4 de agosto, día del párroco, trasladamos los restos de Monseñor Pedro Eladio Bordagaray a la capilla de la Casa de Nazaret en los Molinos. Por la mañana nos reunimos en la Iglesia Catedral para rezarle un responso, ya que sus restos estaban en la cripta de la misma. El mismo fue celebrado por el Padre Horacio Álvarez, Vicario General de la Arquidiócesis. Antes de comenzar, nos predispusimos rezando el rosario pidiendo por su eterno descanso. Asistieron muchas personas, entre los cuales se encontraban parientes, sobrinos y primos, de Entre Ríos (de donde era oriundo el Padre Borda). Repartimos unos recordatorios: una sencilla tarjeta con su foto, su nombre y una cita bíblica. “Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia” (Fil. 2,21). Y al dorso estaba una frase que Borda siempre decía: “No te conformes con ser bueno, se santo”. Terminado el responso, partimos hacia Los Molinos, para celebrar la misa y dejar sus restos en el lugar que él deseaba. A las 11:00 hs comenzó la Misa presidida Mons. Carlos Ñáñez. El padre Carlos, en la homilía, lo recordó con anécdotas y cosas que habían compartido a lo largo de su camino sacerdotal. Luego, colocamos sus restos en el ingreso a la capilla, y se descubrió una placa conmemorativa. Al finalizar pasamos al comedor de la casa para el almuerzo. Allí proyectamos un audiovisual, sobre el padre Borda, donde se contó su vida y en donde pudimos ver partes de una entrevista que se le hizo en televisión. Fue emocionante vislumbrar la obra de Dios en su vida y como fue respondiendo al llamado de Dios en su corazón; también la vida de entrega que tuvo al servicio de los hermanos, en nuestra Arquidiócesis y, particularmente, en nuestro Seminario. Después compartimos el almuerzo con muchos sacerdotes que lo querían, los familiares que habían podido participar, laicos y los seminaristas. Cuando el almuerzo estaba concluyendo, el padre Kelo Giaccaglia, también lo recordó con unas palabras sencillas y espontáneas. Se sumó una sobrina, que agradeció el cariño con el que se lo había tratado a Borda durante su vida en Córdoba. Expresó que sus hermanos y sobrinos siempre lo vieron contento en Córdoba y contenido. Esto se vio manifestado a lo largo de todo el día. Este acontecimiento cumpliendo la voluntad del Padre Borda fue un modo de agradecerle el ejemplo que nos dejó como sacerdote y pastor del pueblo de Córdoba. Aún hoy, los sacerdotes que compartieron la vida con él nos hablan de sus gestos, sus palabras y su vida que fueron tan significativos para sus caminos. Boletín Lauretano 73 LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO... “Navega mar adentro y echen las redes…” (Lc. 5, 4) P. Adrián Pablo Castagnoviz La Pascua de este año pintaba ser distinta. Y pucha si lo fue, la primera como CURA. Encima se celebró antes, así que el comienzo del año fue un poquito agitado. Preparaciones, encuentros, retiro, pero todo nos iba llevando a ese día tan esperado: viernes 14 marzo. Al otro día, entre primeras misas, comenzaba la Pascua, empezaba un nuevo momento de mi vida como sacerdote… Si tuviera que remarcar lo que más he sentido en este poco tiempo de ordenado sería: la ALEGRÍA… Alegría al recordar cuando Jesús saltó el mar de mis dudas y miedos, y subiendo a mi vida me hizo gustar la salvación y el desafío de ser su discípulo. Fue muy bueno descubrir que siempre había estado, simplemente esperaba el momen- Boletín Lauretano 74 to oportuno. ¡Y acertó! Mi corazón se rindió ante tanto amor que me levantaba de mi pecado y me regalaba una vida nueva, más libre, como hijo de Dios… Alegría al encontrarme con otros que estaban en las mismas que yo: habían sido cautivados por Jesús. Nos encontramos en el camino del Seminario, compartiendo los sueños, las expectativas y desafíos que genera el encuentro con el Señor, la alegría de descubrirlo cerca y de ver lo que iba produciendo en nosotros. Muchos tomaron caminos diferentes, pero Jesús nos sigue uniendo en la amistad. Me ordené con Martín, Roberto y Hugo, los cuatro con el corazón hinchado por la felicidad agarramos las redes y salimos a navegar siguiendo a ése que nos había y nos seguirá cambiando la vida… Alegría de ser recibido y alentado por los curas de nuestra diócesis y por otros, a los que nos une el ministerio. Han sido y son muy importantes aquellos que antes que yo se han animado a ser sacerdotes porque con sus palabras, su ejemplo, sus alegrías, desafíos y tristezas me van enseñando que es posible ser fiel y ser feliz en este ministerio. Alegría de estar en la comunidad San Juan Evangelista, que me recibió como seminarista, me acompañó hasta la ordenación y hoy me permite caminar como cura. Ella ha hecho posible que mi corazón empezara a descubrir a Jesús caminando por las calles, en los hogares, en los templos; su mirada y su llamado a acortar distancias entre nosotros, para que haya lugar para todos. La comunidad me contagia a cada momento la verdadera felicidad, la que tiene su origen en el amor de Dios y que traspasa toda la vida, fortaleciéndola, incluso en los momentos más difíciles y oscuros, porque cuando el Señor está, siempre hay esperanza… Gracias a mi familia, que me bancó y apoyó en cada cosa, que continúa apoyándome y me permite seguir las huellas de Jesús; a mis amigos, que siempre están; al Seminario, que con mucha paciencia siempre me dio una oportunidad para poder ir cambiando el corazón y descubriendo el rostro de Dios; a la comunidad de Despeñaderos y en las que estuve, al Obispo y a los curas por su cercanía y ejemplo; a Martín, Roberto y Hugo, por su compañía y su confianza; gracias a todos ellos porque hacen posible mi encuentro con el Señor y que me siga animando a tirar las redes… Boletín Lauretano 75 LA ALEGRÍA HECHA TESTIMONIO... Ordenaciones, Acolitados, Lectorados y Admisiones «Los jóvenes son sensibles a descubrir su vocación a ser amigos y discípulos de Cristo. Están llamados a ser “centinelas del mañana”, comprometiéndose en la renovación del mundo a la luz del Plan de Dios. No temen el sacrificio ni la entrega de la propia vida, pero sí una vida sin sentido. Por su generosidad, están llamados a servir a sus hermanos, especialmente a los más necesitados con todo su tiempo y vida (…) En su búsqueda del sentido de la vida, son capaces y sensibles para descubrir el llamado particular que el Señor Jesús les hace. Como discípulos misioneros, las nuevas generaciones están llamadas a transmitir a sus hermanos jóvenes sin distinción alguna, la corriente de vida que viene de Cristo, y a compartirla en comunidad construyendo la Iglesia y la sociedad.» Aparecida 443 Admisiones Pablo Ardiles, Pablo Viola y Emmanuel Zambrano fueron admitidos como candidatos al orden sagrado. La celebración fue el 13 de abril, en el marco de la Jornada mundial de Oración por las Vocaciones, en el Colegio Gabriel Taborín, Córdoba. Ordenaciones sacerdotales Adrián Castagnoviz, Martín Cervato, Roberto Ortín, Hugo Villagra fueron ordenados sacerdotes el 14 de marzo en el Estadio Corazón de María, Córdoba. Ordenaciones diaconales Marcelo Renardi fue ordenado diácono el 17 de noviembre en la Parroquia María Madre del Redentor y de los Santos Juan y Pablo, Bº Urca, Córdoba. Diócesis de Cruz del Eje: Acolitado Sergio Colmenares y Claudio Molina recibieron el ministerio del acolitado el 31 de octubre en la Capilla del Seminario Mayor. Acolitado Rubén Campos recibió el ministerio del acolitado el 13 de abril en la Iglesia Catedral, Parroquia Ntra. Sra. del Carmen, Cruz del Eje. Lectorado: Pablo Ardiles, Diego Bastos Magi y Javier Verdenelli recibieron el ministerio del lectorado el 31 de octubre en la Capilla del Seminario Mayor. Aniversarios Sacerdotales «Valoramos y agradecemos con gozo que la inmensa mayoría de los presbíteros vivan su ministerio con fidelidad y sean modelo para los demás, que saquen tiempo para su formación permanente, que cultiven una vida espiritual que estimula a los demás presbíteros, centrada en la escucha de la Palabra de Dios y en la celebración diaria de la Eucaristía: “¡Mi Misa es mi vida y mi vida es una Misa prolongada!”(Beato Alberto Hurtado)» Aparecida 191 Bodas de Plata Episcopales Miani, Elmer Osmar (Córdoba) 12- XII -1983 Rey, Rafael (Mendoza) 3 - VII -1983 Yegros Estigarribia, Celso (Paraguay) 29 - V -1983 Bodas de Oro Sacerdotales Camilloni, Calixto Adolfo (Córdoba) 0 - IX -1958 González, Pedro Donato (San Francisco) 20 - IX-1958 Miani, Elmer Osmar (Córdoba) 20 - IX- 958 Rey, Rafael (Mendoza) 20- X -1958 Sánchez García, César (Córdoba) 31- V -1958 Bodas de Plata sacerdotales Arroyo, Norberto Isaac (Córdoba) 8 - XII -1983 Astudillo, Miguel Ángel (Río Cuarto) 10 - XII -1983 Báez, Roberto Oscar de San Antonio (Río Cuarto) 10 - XII -1983 Bustamante, Alberto Agustín (Córdoba) 8 - XII -1983 Cuenca Revuelta, Marcelo Alejandro (Córdoba) 8 - XII -1983 Jofré Giraudo, Samuel (Córdoba) 8 - XII -1983 Mateo, Marcelo Oscar (Santa Fe) 12 - XII - 1983 Palacios, Francisco José (Córdoba) 8 - XII - 1983 Russo Granero, Miguel Ángel (San Luis) 8 - XII -1983 Sepúlveda, Iván Patricio (Mendoza) 22 - XII -1983 Silvetti, Héctor E. Pablo (Río Cuarto) 10 - XII -1983 Stoffel, Edgar Gabriel (Santa Fe)12 - XII -1983 Partieron a la Casa del Padre Regueiro, Miguel Ángel 1- IV - 2008 Scadutto, Félix Benito 7- XI - 2008 Boletín Lauretano 76 Boletín Lauretano 77 COMUNIDAD DEL SEMINARIO I. RESIDENTES EN LA CASA DE HIPÓLITO YRIGOYEN 64 Etapa del comienzo del seguimiento en una comunidad discipular PRIMERO DE FILOSOFÍA (Año Introductorio) Carlos Fernando Lazarte Dirección: Kermes 154, León Rouges, Montero (Tucumán). Parroquia de Origen:Ntra. Señora del Rosario, Montero (Tucumán). Celular: 0351- 156751225 Correo-e: [email protected] Fecha de nacimiento: 17/II/82 Pastoral: Parroquia Visitación de Ntra. Señora y San Alfonso María de Ligorio, B° Argüello, Córdoba. Formador de la etapa: Padre Marco Bustos Etapa de la verificación y la decisión por la propia vocación Diego Casimiro López Leandro Javier Arias Dirección: La Rioja 879, Bº Centro, Córdoba. Parroquia de Origen: Santísima Trinidad. Celular: 0351- 153344985 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 16/XI/79 Dirección: Deán Funes 240 PB, Río Ceballos. Parroquia de Origen: Ntra. Señora de los Dolores. Teléfono: 03543-452929 Celular: 03543- 15623026 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 7/IV/82 Pastoral: Parroquia Visitación de Ntra. Señora y San Alfonso María de Ligorio, B° Argüello, Córdoba. Marcos Fabián Nicolodi Dirección: Ramón Mestre 256, Colonia Tirolesa. Parroquia de Origen: Nuestra Señora deLuján. Celular: 0351- 153475082 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 19/I/83 Federico Ridissi Dirección: Libertad 1055, Jesús María. Parroquia de Origen: Jesús y María. Celular: 0351- 153457249 Coreo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 01/V/88 Pastoral: Parroquia Señor del Milagro y Virgen del Milagro, B° Ayacucho, Córdoba y Parroquia Nuestra Señora de Luján y San Fermín, B° Sargento Cabral, Córdoba. SEGUNDO DE FILOSOFÍA TERCERO DE FILOSOFÍA Hernán Ariel Ceballos Maximiliano Alejandro Arévalo Dirección: Av. Los sauces 4051, Talleres Sur, Córdoba. Parroquia de Origen: Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa. Teléfono: 0351- 4573138 Celular: 0351- 152008955 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 04/II/83 Dirección:12 de Octubre 3341, B° Alto Alberdi, Córdoba. Parroquia de Origen: San Jerónimo. Celular: 0351-156295324 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 21/VI/88 Pastoral: Parroquia Nuestra Señora del Trabajo, Bº Villa El Liberdador, Córdoba Boletín Lauretano 78 PRIMERO DE TEOLOGÍA Rubén Darío Carrizo Dirección: Galicia 2981, B° Colón, Córdoba. Parroquia de Origen: Centro Manresa, Compañía de Jesús. Celular: 0351-156557942 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 27/I/79 Pastoral: Parroquia Ntra. Señora de los Dolores, Río Ceballos. Carlos Rodrigo Longo Dirección: Sucre 281, 11‘A’, B° Centro, Córdoba. Parroquia de Origen: Ntra. Señora de la Asunción. Teléfono: 0351-4242595 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 30/IX/75 Pastoral: Parroquia Jesucristo Salvador del Mundo, Bº Comercal, Córdoba. Formador de los dos primeros años de la etapa: P. Martín Bastos Magi Pablo José Márquez Dirección: Martiniano Scieppaquercia 2650, B° Los Cerveceros, Córdoba. Parroquia de Origen: Ascensión del Señor. Teléfono: 0351-4646943 Celular: 0351-155329636 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 21/II/84 Pastoral: Parroquia Nuestra Señora del Trabajo, Bº Villa El Libertador, Córdoba. José María Molina Dirección: Hipólito Irigoyen 1027, Río Segundo. Parroquia de Origen: Nuestra Señora de Lourdes. Teléfono: 03572-422242 Celular: 0351- 152277537 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 6/XII/80 Pastoral: Parroquia San Jerónimo, Bº Alberdi, Córdoba. Nicolás Omar Jorge Pedernera Peralta Dirección: Juan Cavero 187, B° Bajada de Piedra, Córdoba. Parroquia de Origen: San Ramón Nonato. Teléfono: 0351-4527258 Celular: 0351-155940110 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 15/X/80 Pastoral: Parroquia Jesucristo Salvador del Mundo, Bº Comercial, Córdoba. Formador del último año de la etapa: Padre Daniel Ferreira Boletín Lauretano 79 Diego Bastos Magi II. RESIDENTES EN LA COMUNIDAD SAN PABLO. Pablo de Guzmán 615 esq. Alonso de Ubeda. B° Marqués de Sobremonte, Córdoba. Tel.: 0351-4768501 Etapa de la progresiva identificación con la vocación apostólica Dirección: Juan B. Justo esq. Suquía s/n, Cosquín. Parroquia de Origen: Ntra. Señora del Rosario del Milagro. Teléfono: 03541-453159 Celular: 03541-15567307 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 27/XII/81 Norberto Javier Verdenelli SEGUNDO DE TEOLOGÍA Pablo Cesar Viola Dirección: Nicolás Avellaneda, Bº Alta Córdoba, Córdoba. Parroquia de Origen: Parroquia Señor del Milagro y Virgen del Milagro, B° Ayacucho, Córdoba Celular: 0351-153428300 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 11/VII/79 Dirección: Tristan Narvaja 1893, B° San Vicente, Córdoba. Parroquia de Origen: Inmaculada Concepción. Teléfono: 0351-4554067 Celular: 0351-153268097 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 4/XI/80 Pastoral: Parroquia Ntra. Señora de los Dolores, Bº Marqués de Sobremonte, Córdoba. Formador de la etapa: Padre Daniel Ferreira Emmanuel Darío Zambrano Dirección: Remedios de Escalada 610, Río Ceballos. Parroquia de Origen: Ntra. Señora de los Dolores. Teléfono: 03543-452270 Celular: 03543-15517171 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 23/VIII/79 III. RESIDENTES EN PARROQUIA Etapa de transición al ministerio apostólico I CUARTO DE TEOLOGÍA TERCERO DE TEOLOGÍA Pablo Rodrigo Ardiles Dirección: Tomás de Irobi 805, B° Marqués de Sobremonte, Córdoba. Parroquia de Origen: Ntra. Señora de los Dolores. Teléfono: 0351-4762662 Celular: 0351-153293675 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 18/XI/74 Sergio David Colmenares Dirección: San Martín esq. Gral. Roca 303, Toledo. Capilla de Origen: Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro Teléfono: 0351-4905201 Celular: 0351-155958149 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 11/X/79 Reside en la Parroquia San José, Villa Carlos Paz. Boletín Lauretano 80 Claudio René Molina Dirección: Rivadavia 772, Obispo Trejo. Parroquia de Origen: San Antonio de Padua Teléfono: 03575-497076 Celular: 0351-156416734 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 4/IV/76 Reside en la Parroquia San Juan Bautista, Córdoba. Formador de la etapa: Padre Daniel Blanco Marcelo Gustavo Renardi Dirección: Cándido Galvan 672, B° Residencial América, Córdoba. Parroquia de Origen: Parroquia Señor del Milagro y Virgen del Milagro, Córdoba. Teléfono: 0351-4789384 Celular: 0351-153925024 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 19/IX/73 Reside en la Parroquia Maria Madre del Redentor y de los Santos Juan y Pablo, Córdoba. Formador de la etapa: Padre Daniel Blanco Etapa de transición al ministerio apostólico II Rubén Darío Campos Dirección: Bartolomé Jaime s/n, La Cumbre. Parroquia de Origen: Nuestra Señora del Carmen Diócesis de Cruz del Eje. Celular: 03548-15404076 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 8/I/75 Reside en la Parroquia Ntra. Señora de los Dolores, Córdoba Pablo Sebastián Pires Genta Dirección: Esmeralda 4860, B° Villa Adela, Córdoba. Parroquia de Origen: Nuestra Señora de Fátima. Teléfono: 0351-4651292 Celular: 0351-155090874 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 1/III/77 Reside en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario, La Calera. Seminaristas en experiencia formativa especial Jorge Daniel Juncos Dirección: Falucho esq. R.Vivas 1001, Deán Funes. Parroquia de Origen: Ntra Señora del Carmen Prelatura de Deán Funes. Teléfono: 03521-421558 Celular: 03521-15410704 Correo-e: [email protected] Fecha de Nacimiento: 20/IV/85 Reside en la Parroquia Ntra. Señora del Carmen, Sebastián Elcano Formador de la etapa: Padre Daniel Ferreira Boletín Lauretano 81 Instituto Nuestra Señora de Loreto Studium Theologicum Comunidad de las Hermanas de la Virgen Niña Comunidad sacerdotal Padre Daniel Blanco Rector Fecha de Nacimiento: 4/XI/56 Fecha de Ordenación: 4/XII/84 Correo-e: [email protected] Padre Martín Bastos Magi Formador Fecha de Nacimiento:15/III/76 Fecha de Ordenación:11/III/2002 Correo-e: [email protected] Hna. Antonia Bernardis (Superiora) Hna. Josefina Yacuzzi Hna. Romilda Vicentín Hna. María Haydée Canale Marco Anselmo Bustos Director Espiritual – Formador Ecónomo Fecha de Nacimiento:17/XI/71 Fecha de Ordenación:20/XII/99 Correo-e: [email protected] Padre Martín Carranza Formador Fecha de Nacimiento: 19/V/72 Fecha de Ordenación: 15/XII/97 Correo-e: [email protected] Personal de la Casa Padre Daniel Ferreira Formador Fecha de Nacimiento:19/XI/64 Fecha de Ordenación:23/III/95 Correo-e: [email protected] Padre Andrés José Brida Residente Fecha de Nacimiento: 21/X/34 Fecha de Ordenación: 2/IV/60 Correo-e: [email protected] Álvarez, Estela Domínguez, Ariel Fernández, Sandra Gomez, Mirta Krobat, Fautino Lenoch, Mabel Parada, Rubén Ramos, Gabriel Director de estudios: Pbro. Dr. Guillermo Rosolino Representante Legal: Pbro. Daniel Ferreira. Secretaría de estudio: Cristina Cantarano; Lic. Sebastián Suárez AREA DE FILOSOFÍA Dra. Juárez, Marina Dr. Yacuzzi, Nemesio. Doctoranda Audisio, Irene. Doctoranda Giordano, Cecilia. Doctorando Stauber, Juan Carlos. Pbro. Lic. Brida, Andrés. Pbro. Lic. Castello, Santiago. Pbro. Lic. Omar Ruz, Matías. Lic. González, Adriana. Lic. Wiersma, Gladis. Prof. Tiraboschi, Victorio. ÁREA DE TEOLOGÍA Cumpleaños Enero 5. Isabel Mendoza 6. Estela Álvarez 8. Rubén Campos 12. Beatriz Álvarez 19. Marcos Nicolodi 21. Hna. Romilda Vicentín 26. Mariana Di Raimondo 27. Mirta Gómez 27. Rubén Carrizo 29. Faustino Krobat Febrero 4. Hernán Ceballos 6. Rubén Parada 17. Fernando Lazarte 21. Pablo Márquez Marzo 1. Pablo Pires 15. P. Martin Bastos 16. Hna. Josefina Yacuzzi Abril 4. Claudio Molina 7. Leandro Árias 20. Daniel Juncos Mayo 1. Federico Ridissi 13. Hna. María Haydee Canale 19. P. Martín Carranza 20. Hna. Antonia Bernardis Boletín Lauretano Junio 21. Maximiliano Arévalo 25. Sandra Fernández Julio 4. Sebastián Suárez 9. Gabriel Ramos 11. Pablo Viola Agosto 9. Mons. Carlos Ñáñez 20. P. Guillermo Rosolino 23. Emmanuel Zambrano Septiembre 19. Marcelo Renardi 25. Cristina Cantarano 30. Rodrigo Longo 82 Octubre 11. Sergio Colmenares 15. Nicolás Pedernera 16. Mabel Lenoch 21. P. Andrés Brida Noviembre 4. Javier Verdenelli 4. P. Daniel Blanco 4. Ariel Domínguez 16. Diego López 17. P. Marco Bustos 18. Pablo Ardiles 19. P. Daniel Ferreira Diciembre 6. José María Molina 27. Diego Bastos Magi Sagrada Escritura: Pbro. Dr. Horacio Lona Dra. Talamé, Verónica. Pbro. Dr. Ruiz, Eleuterio. Pbro. Lic. Arroyo, Norberto. Pbro. Licenciando Alvarez, Roberto Pío. Teología Fundamental: Pbro. Dr. Rosolino, Guillermo. Pbro. Dr. Trejo, Marcelo. Pbro. Dr. Prémoli, Federico. Hna. Lic. Castellaro, María Inés. Teología Dogmática: Pbro. Dr. Fidalgo, Antonio. Pbro. Dr. Florio, Lucio. Pbro. Dr. González, Marcelo. Pbro. Dr. Pagano, Pablo. Pbro. Dr. Rosolino, Guillermo. Pbro. Dr. Trejo, Marcelo. Pbro. Lic. Giardino, Roberto. Pbro. Lic. Omar Ruz, Matías. Pbro. Lic. Torres, Pedro. Pbro. Lic. Ribone, Juan José. Teología Moral: Pbro. Dr. Alejandro Llorente Pbro. Lic. Blanco, Daniel. Hna. Lic. Bertetich, María. Patrología e Historia de la Iglesia: Pbro. Dr. Hernán Giudice. Pbro. Lic. Ponza, Carlos. Pbro. Lic. Saravia, Horacio. . Teología Espiritual: Pbro. Lic. Blanco, Daniel. Pbro. Lic. Ponza, Carlos. Teología Pastoral: Pbro. Dr. González, Marcelo. Pbro. Dr. Liberti, Luis. Hna. Lic. Castellaro, María Inés. Lic. Sánchez, Azucena. Boletín Lauretano 83 Pbro. Bach. Gómez, Walter. Pbro. Bach. Nasif, Pablo. Liturgia: Pbro. Dr. Pablo Pagano. Pbro. Lic. Giardino, Roberto. Pbro. García, Marcos. Derecho Canónico: Pbro. Dr. Nelson Dellaferrera Pbro. Lic. Simón, Dante ÁREA DE LENGUAS Y LITERATURA Dra. Cecilia Avenatti Dr. Cornavaca, Ramón. Dr. Villagra, Pedro. Lic. Ferrer, Elisa. ÁREA DE PEDAGOGÍA Dr. Bambozzi, Enrique Mgter. Luchesse, Marcela. Lic. Chiavaro Sandra Lic. Josid, Edith. Pbro. Bach. Daniel Ferreira ÁREA DE ARTE SACRO Arq. Demarchi, Omar. Prof. Piscitelli, Virginia. Alumnos externos PRIMER AÑO DE FILOSOFIA BARBA, Leandro Nicolás Padres Escolapios CORTEZ, Hugo Andrés Frailes Carmelitas Descalzos TERCER AÑO DE FILOSOFÍA MERCADO, Juan Francisco Laico PRIMER AÑO DE TEOLOGÍA GOMEZ, Pedro Alejandro Padres Escolapios IBARGUREN, Joaquín Frailes Carmelitas Descalzos RAMOA, Elías Juan Pablo Operario Diocesano RIVERA, Gabriel Alejandro Laico SCHEFFER, Francisco José Frailes Carmelitas Descalzos BERTINI, Mario Adrián Laico CUCOTTI, Javier Ones Frailes Carmelitas Descalzos HERRERA, Juan Pablo Laico CICLO DE TEOLOGÍA BIENEDELL, Jorge Rubén Movimiento de la Palabra de Dios SEGUNDO AÑO DE FILOSOFÍA ACOSTA, Fernando Ariel Frailes Carmelitas Descalzos BARRAZA, Franco Sebastián Padres Escolapios DELFINO, Ulises Matías Frailes Carmelitas Descalzos GALVÁN, Mario Rubén Padres Escolapios PERALTA, Luis César Movimiento de la Palabra de Dios SERPEZ, Guillermo Padres Escolapios CEVOLI, David Frailes Carmelitas Descalzos DOMINGUEZ, Rodrigo Marcial Misioneros de San Juan Boletín Lauretano 84