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Usos múltiples
Alfredo Villegas Ortega
Dylan, el peludo que cimbró e invadió los
territorios de la inmaculada academia
Vengan escritores y críticos
quienes profetizan con sus plumas
Y mantengan sus ojos abiertos
las oportunidades no vendrán otra vez
Y no hablen muy rápido
porque la rueda sigue en movimiento
Y no hay forma de decir quien
para nombrarlo
Porque los perdedores ahora
serán los ganadores después
Porque los tiempos están cambiando.
Bob Dylan/ Los Tiempos están cambiando
Dylan es:
1.-Una leyenda.
2.- Alguien que no necesita un premio para trascender, así sea el
Nobel. Él, como personaje (ojo), es más grande que muchos nobel,
más allá de sus limitaciones o grandezas literarias, simplemente, por
haber contribuido a derribar muros, ortodoxias y ser uno de los
estandartes de una generación revolucionaria en muchos sentidos.
3.- El poeta de una generación.
4.- Un personaje crítico.
5.- Un cantante
6.- Un compositor.
7.- Un poeta/cantante a quien le dieron el premio, y, si hay
desacuerdo, es válido juzgar a la academia, no a él. Su figura va más
allá de ese galardón.
8.- Es Dylan.
9.- Un músico y cantante que no es mi favorito (ese es mi problema
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Número 74. Educando para la paz: "NO jugaremos a la guerra, rueda que rueda"
no el de él), pero de quien, por supuesto, me encantan muchas de sus
rolas, me mueven, me hacen pesar, soñar y participar; alguien a
quien reconozco su influencia en millones que cantamos sus poemas
y nos sentimos parte de un cambio en el pensamiento.
10.- Alguien que recibió un premio que no recibieron ni Cortázar ni
Borges, ni Rulfo ni Fuentes ni Joyce ni Kafka,… Una pena. Pero, ¿valen
menos por ello? No se desgarren las vestiduras. No hay de qué
preocuparse. Esos son monstruos de la literatura, con y sin el
galardón. Y algunos que lo recibieron —no vulgares cantorcitos, por
cierto— ya ni quien se acuerde ellos.
11.- Un poeta que incursionó en el folk y el rock, cuya fuerza lírica es
tan grande como la de Leonard Cohen, David Bowie, Bryan Ferry, Lou
Reed, Peter Gabriel, Johny Cash, Peter Seger, Bob Seger, Peter
Sinfield, Joan Baez, etc. De diversos estilos y propuestas pero seres
que le dieron importancia a la propuesta poética o, simplemente, a la
convicción de una lírica por encima o a la par de la música, aunque
ninguno tan influyente como Dylan en una generación, si bien pudiera
discutirse la profundidad similar, inferior o superior de alguno de ellos
o incluirse a otros igualmente importantes.
12.- Alguien que nos tiene hablando de él, para bien o para mal, como
mantendrá a muchas generaciones venideras conectadas a su canto.
13.- Alguien que horrorizó a la parte más anquilosada de una
intelectualidad que no soporta que un peludo guitarrista se acerque a
su pureza literaria.
14.- Un cantante de folk y de rock cuya designación debiéramos
celebrar los roqueros porque, aunque sea indirectamente, nos ha
puesto a pensar, de la mano de otros compositores.
15.- Alguien cuya designación, nos pone a pensar desde ahora, quién
será el distinguido el año que entra.
Posdata. ¿Pa’ qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Hay gustos para todos. Las injusticias, si así se cree que pasó, no son
de ahora ni exclusivas de la academia, si no pregúntense qué pasa
con el Oscar, el grammy, el Ariel, os clavados, la gimnasia, los
concursos de belleza, etc.
Lean a Baudelaire, Rimbaud, Neruda, Joyce, Kafka y olviden la
afrenta. No pasa nada. El tiempo pone a todos en su lugar. Ahí se ve
quién es quién. Como Beethoven, Wilde, Rembrandt, Cervantes.
Vivitos y coleando en el gusto, análisis y disfrute de muchos, hoy y
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Número 74. Educando para la paz: "NO jugaremos a la guerra, rueda que rueda"
siempre. Ya, otras generaciones juzgarán de qué calibre es la figura
de Dylan. Por lo pronto el veredicto es: Dylan es un personaje mucho
más vivo que muchas momias y su designación, al menos, hace
visible a una academia de la que antes pocos hablaban y a la que hoy
han surgido varios críticos que reclaman la reivindicación de la pureza
literaria.
Lo importante es que Dylan será siempre Bob Dylan, como Lennon
siempre fue Lennon y quien, por cierto, hubiera sido un mejor premio
Nobel de la Paz que muchos, aunque de haber sido, ya me imagino la
andanada de críticas que se hubiera llevado.
Salud, y que viva la poesía, el canto y el rocanrol.
Alfredo Villegas Ortega
Maestro en Educación por la Universidad Pedagógica Nacional y Académico de la
Escuela Normal Superior de México.
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