VD 367-179 Seguidme en mi mansedumbre
Transcripción
VD 367-179 Seguidme en mi mansedumbre
367 3. SEGUIDME EN MI MANSEDUMBREa ========== a. Ms. XII 331-334 369 El capítulo sobre la mansedumbre es fácil de entender. Mansedumbre es la característica particular del Salvador1, del Mesías de los pobres. Esta mansedumbre revela la fuerza de un alma capaz de reprender severamente, como Jesús, a los que por su dureza y exigencias impiden a los pequeños y a los pobres encontrar el camino de la salvación. Los que son bruscos y arrebatados apagan la chispa de la fe 2. No nos quedemos en el plan relativamente superficial de cuestiones de temperamento, carácter. Se trata de una orientación esencial de la acción apostólica. La mansedumbre es cualidad necesaria al misionero. Para anunciar el Evangelio hay que proceder con mansedumbre 3. 1 Cf. P. 371, nota 1. P. 377. 3 Cf. P. 86. 2 371 Ejemplos y doctrina de nuestro Señor Jesucristo sobre la mansedumbre. Invita a todo el mundo a que, sin temor, vengan a él. Venid a mí todos los que trabajáis y estáis cargados y yo os aliviaré. Quiere que sepamos que es manso y humilde de corazón1. Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera (Mt 11,28). El profeta dice en qué consiste su Hablando de su Hijo, Dios dice por boca mansedumbre. del profeta: Este es mi Siervo, mi elegido, mi amado, en quien tengo puestas mis complacencias. Haré reposar mi espíritu sobre él y anunciará la justicia a las naciones. No disputará, no gritará ni oirá nadie su voz en las plazas públicas. No quebrará la caña cascada ni apagará la mecha humeante; no será ni triste ni turbulento, hasta que consiga la victoria de la justicia; las naciones pondrán en él su esperanza (Mt 12,17; Is 42,1). ______________ 1 Ms. XII 349. Carácter peculiar del Salvador, del hombre llamado a curar. La mansedumbre es el imán que atrae, que gana corazones. Se cazan más moscas con miel que con vinagre. Por eso dice Nuestro Señor que los mansos poseerán la tierra, es decir, con la mansedumbre se gana el mundo. Hombres, animales, a todos gana la mansedumbre. Por eso, quiere el Señor que nos fijemos ante todo en esta su cualidad. ¡Ay de los que son bruscos, severos (altaneros), rudos...! 372 A sus apóstoles dice solamente lo que Nuestro Señor dice a sus apóstoles en San pueden entender. Juan 16,12: Tengo aún mucho que deciros, pero no lo podéis llevar por ahora. Cuando venga el espíritu de la verdad os enseñará toda la verdad, pues no hablará por su cuenta. Os dirá todo lo que haya oído y os anunciará lo que ha de venir. A sus apóstoles, nada demasiado duro les exige de momento. ¿Por qué tus discípulos no ayunan como los de Juan y los fariseos? Le preguntaban los judíos: tus discípulos beben y comen. Nuestro Señor les responde: ¿Obligaréis a ayunar a los compañeros del esposo mientras el esposo esté con ellos? Mientras estén con el esposo no pueden ayunar. Pero vendrán días en que les sea arrebatado el esposo; cuando lleguen esos días ayunarán. Comparación de que se sirve para que comprendamos con qué cuidado hay que actuar en la guía de los demás. Y añadió esta comparación: Nadie cose un remiendo de paño en un vestido viejo, porque lo nuevo desgarraría lo viejo y sería peor el desgarrón; el paño nuevo no va bien con el viejo. Así mismo, nadie echa vino nuevo en odres viejos, pues reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se echarán a perder. Hay que echar el vino nuevo en odres nuevos y se conservarán lo uno y lo otro; nadie, después de beber el vino añejo, quiere enseguida del nuevo, pues dice: El añejo es mejor (Mc 2,18 y par). Cómo Nuestro Señor responde a los Un sábado los apóstoles habían frotado fariseos que se escandalizan porque los espigas con las manos para comerlas; los apóstoles habían arrancado espigas fariseos se escandalizaron y vinieron a para comerlas en sábado. Jesús diciéndole: Tus discípulos hacen lo que no está permitido en sábado. Jesús les dice: ¿No habéis leído lo que hizo David cuando tuvo necesidad y sintió hambre él y los que le acompañaban? Entró en la casa de Dios, en tiempo de Abiatar, príncipe de los sacerdotes, y comió los panes de la proposición que a nadie estaba permitido comerlos más que a los sacerdotes, y dio de ellos a los que estaban con él. Y decía Jesús: El sábado se hizo para el hombre, no el hombre para el sábado. 373 No ser severo para los demás ni ¿O no habéis leído en la ley que los condenar al prójimo. sacerdotes en sábado quebrantan el el sábado en el templo y quedan exentos de culpa? Pues yo os digo que hay aquí uno mayor que el templo. Quiero misericordia y no sacrificio. Si supieseis lo que quiere decir: quiero misericordia y no sacrificio, jamás habríais condenado a inocentes (Mt 12,7). Jesús reprocha a los escribas y a los fariseos porque imponen a los demás un yugo pesado e insoportable. Jesús habló al pueblo y a sus discípulos diciéndoles en su enseñanza: En la cátedra de Moisés se sientan escribas y fariseos. Guardad y observad todo lo que os dicen, pero no hagáis lo que ellos hacen, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas que no pueden llevar y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos no quieren moverlas ni con la punta de un dedo (Mt 23,1). Jesús reprende a su apóstoles porque Presentan a Jesús unos niños para que les impedían a los niños venir a él. toque, les imponga las manos y ore. Viendo esto los apóstoles, amenazaban a quienes los presentaban. Jesús, al verlo, se indignó y mandándoles que se acercasen, les dijo: Dejad a los niños y no les impidáis que vengan a mí, porque de ellos es el reino de los cielos. En verdad, en verdad os digo, quien no reciba como un niño el reino de Dios no entrará en él. Y abrazándoles los bendecía imponiendo las manos sobre ellos (Mt 19,13 y par). Jesús reprende a Santiago y a Juan, que quieren caiga fuego del cielo sobre Samaria. Cuando estaba para cumplirse el tiempo en que iba a ser arrebatado de este mundo, se puso en camino con rostro decidido, para ir a Jerusalén, donde debía consumar su sacrificio. Enviaba por delante algunas personas que anunciasen su llegada. Cuando aquellas personas se pusieron en camino entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada. Sus habitantes no quisieron recibirle porque 374 parecía ir a Jerusalén para celebrar allí la Pascua, lo cual no era del agrado de los samaritanos. Estos querían que Dios fuese adorado sólo en el monte Garizim. Santiago y Juan, sus discípulos, viendo la injuria que hacían a su Maestro, le dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos bajar fuego del cielo sobre estas gentes y los consuma? Pero Jesús, volviéndose, los reprendió diciendo: No sabéis a qué espíritu estáis llamados; el Hijo del hombre no ha venido para perder a los hombres, sino a salvarlos. Y se fueron a otro pueblo (Lc 9,51). Cómo recibe al mismo Judas, que le acaba de traicionar. Entonces el traidor les había dado una señal diciendo: Aquél a quien yo dé un beso ése es, prendedle y llevadle con precaución. Cuando llegaron, Judas iba delante. Al instante se acercó a Jesús para besarle. Le dijo: Salve, maestro, y le besó. Jesús le dijo: Amigo mío, ¿a qué has venido? Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre? (Mt 26,50 y par). Cómo reprende a Pedro, que, falto de mansedumbre, hiere con espada. Entonces, los soldados y la muchedumbre se adelantaron, echaron mano a Jesús y le prendieron. Los que le acompañaban, viendo lo que lo que iba a ocurrir, le dijeron: Señor, ¿sacamos la espada? Simón Pedro, uno de los que estaban con Jesús, echó mano de la espada, la sacó, hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco. Pero Jesús, tomando la palabra, dijo: ¡Quietos ahí! Le tocó la oreja y quedó curado. Jesús dijo a Pedro: Vuelve tu espada a la funda, pues los que hayan empuñado la espada a espada morirán. ¿No piensas que puedo rogar a mi Padre y él me enviaría ahora mismo más de doce legiones de ángeles? Pero ¿cómo se cumplirán las Escrituras, pues debe suceder así? ¿No beberé el cáliz que me ha dado mi Padre? (Mt 26,50 par). Cómo Jesús reprende a Pedro con mansedumbre y le hace expiar sus tres negaciones. dice: Apacienta mis corderos. Después de comer, dijo Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan ¿me amas más que éstos? Él respondió: Sí, Señor, tú sabes que te amo. Jesús le 375 Por segunda vez le dice: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Le respondió: Señor tú sabes que te quiero. Le dice Jesús: Apacienta mis ovejas. Le dice por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Pedro se entristeció porque le preguntó por tercera vez: ¿me amas? Respondió: Tú conoces todo, Señor, tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo extenderás tus manos y otro te ceñirá y conducirá adonde tú no quieras (Jn 21,15). Instrucción de Jesucristo a apóstoles sobre la mansedumbre. sus Mirad que os envío como ovejas en medio de lobos. Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas (Mt 10,16). Habéis oído que se dijo: ojo por ojo y diente por diente, mas yo os digo: No resistáis al mal. Si alguno te ha golpeado en la mejilla derecha, presenta también la otra, al que quiera pleitear contigo y quitarte la túnica, déjale también tu manto; al que te obligue a caminar una milla vete con él dos (Mt 5,38). Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás, y el que mate será sometido a juicio. Yo os digo que quien se encolerice contra su hermano será sometido a juicio; el que llame a su hermano “raca” será sometido a consejo; y el que le llame loco será sometido a la gehenna del fuego (Mt 5,21). Gracias, favores reservados a los que son mansos. Bienaventurados los mansos porque ellos poseerán la tierra (Mt 5,4). Resumen de las enseñanzas de Nuestro Por los ejemplos y palabras de Nuestro Señor Jesucristo sobre la manseSeñor Jesucristo vemos que: quiere que dumbre. sepamos por encima de todo que es manso y humilde de corazón. Llama a todo el mundo para que disfruten de su mansedumbre. El espíritu de Dios descansó sobre él y le comunicó su mansedumbre. Dios le ha encontrado tan manso y amable que en él ha puesto todas sus complacencias. 376 ¿En qué consiste la mansedumbre? En no discutir, no gritar, no hacer oír su voz en las plazas, no quebrar la caña medio rota, en no apagar la mecha humeante, en no estar triste ni turbulento. Explicación de estas palabrasa. No disputará. Viene a anunciar la justicia a las naciones, la anuncia con autoridad y mansedumbre, sí, sí; no, nob. Todo lo que pasa de aquí viene del mal. En la disputa nace siempre algo de acritud, de animosidad, de apego a las propias ideas. Todo eso viene del mal y es totalmente opuesto al espíritu de Dios, que es calma, no se turba jamás, conserva la paz, la mansedumbre y la calma. No gritará. Mansedumbre en la voz. En su boca no habrá chillidos, gritos inútiles, palabras coléricas; será siempre dulce su voz, calmada, apacible, moderada. El espíritu de Dios no está en los chillidos, en el ruido, los estallidos; el ruido pasa y no queda nada. El espíritu de Dios está en los pensamientos, doctrina y virtudes; virtus de illo exibatc. Las cosas de Dios se hacen con tranquilidad, paz, mansedumbre. Actuar sin ruido, sin estallido. El bien no hace ruido y el ruido no hace bien. Nadie oirá su voz en las plazas. No irá por las plazas haciendo ruido que atraiga a la gente. Atraerá todo hacia sí por la mansedumbre y no por el ruido, el alboroto, los carteles o todos estos medios humanos que son opuestos al espíritu de Dios, manso, tranquilo apacible. ================ a El manuscrito XII 331 no tiene más que los títulos en este caso; por eso el comentario se toma del Ms. XII 352. b Cf. Que vuestro lenguaje sea: ¿sí? Sí; ¿no? No (Mt 5,37). c De él salía una fuerza (Lc 6,19). 377 No romperá la caña cascada. Sentido natural Su caminar y sus maneras serán tan delicados que no romperá nada, ni siquiera un objeto medio roto. El que es brusco, en cambio, todo lo rompe, lo destroza todo; actúa con brusquedad, marcha precipitado, derriba, rompe, rasga. Sentido figurado Su mansedumbre será tan grande con respecto a cuerpos y almas de los enfermos que al tocarlos y tratarlos no les causa mal alguno sino que les aliviará. El que es brusco, en cambio, hace daño, acrecienta el mal; le falta precaución. No apagará la mecha humeante Sabrá soportar sin quejarse las incomodidades de la vida; actuará con tanto cuidado y mansedumbre que volverá a prender el fuego casi apagado. Sabrá soportar las incomodidades del prójimo sin quejarse. No apagará la pequeña chispa de fe y de amor que todavía queda en el alma del prójimo. Sabrá actuar con tanto cuidado y mansedumbre que la volverá a prender y la revivirá, la volverá a dar la gracia y la vida. Los bruscos y coléricos apagan la chispa de la fe. ¡Qué cuidado, qué dulzura hay que tener con las almas! No será triste ni turbulento La mansedumbre estará dibujada en su rostro, que no será ni triste ni turbulento. Su mirada será dulce, afable; todo en él respirará amabilidad, atractivo. Las almas irán a él con confianza y alegría. Un aire triste y severo aleja; hay que hacer desaparecer esos aires tristes, severos, desabridos. Hay que evitar también ser turbulentos, agitados, afanosos, correr de un lado para otro. Este afán es también opuesto a la mansedumbre y aleja a la gente. Y las naciones esperarán en él ¡Qué bondadoso con respecto a su apóstoles!a Les va diciendo las cosas con mesura y poco a poco. Para comenzar, no exige nada demasiado penoso a la naturaleza. Les enseña con qué cuidado hayan de portarse con respecto a los demás. Condena la severidad de los fariseos, que acusan a los apóstoles de pecado por haber desgranado espigas en sábado, porque sentían hambre. ________________ a El Padre Chevrier continúa aquí el Evangelio anunciado más arriba (P. 375). 378 Su norma de conducta es ésta: quiero la misericordia y no el sacrificio. Reprocha a los fariseos por querer imponer a otros un yugo intolerable que ellos no quieren llevar sobre sí mismos. Reprende a los apóstoles porque procedían sin delicadeza con lo niños. Reprende a Santiago y a Juan, que quieren baje fuego del cielo sobre un pueblo de Samaría. Recibe a Judas con mansedumbre. Reprende a Pedro cuando hiere con espada. Jesús hace expiar a Pedro sus tres negaciones. Quiere que practiquemos la mansedumbre hasta el punto de parecernos a los corderos que no resisten al mal. Hasta presentar la mejilla izquierda, a quien nos golpea la derecha, hasta dar nuestra ropa antes que ir a juicio, hasta andar dos mil pasos con quien nos pide le acompañemos mil, hasta no encolerizarnos jamás, hasta no decir palabra alguna injuriosa o hiriente. Conclusión A quien así se porte, Dios le promete la tierra. Reglas de conducta en cuanto a la virtud de la mansedumbre. Para que nuestra conducta se ajuste al espíritu de mansedumbre que vemos en Jesucristo: Recordaremos con frecuencia que la mansedumbre es una virtud que de modo especial agrada a Dios y que sobre todo atrae a las almas. Evitaremos pelearnos con quien sea; no levantaremos demasiado la voz al hablar ni andaremos con ruido y precipitación. Actuaremos de tal forma que tratemos todas las cosas con cuidado y mansedumbre para no destrozar ni arrugar, ni romper nada; soportemos las incomodidades de la vida y molestias del prójimo. Evitemos todas las palabras o acciones bruscas que puedan molestar a los débiles. Mantenerse siempre con rostro alegre y afable con todos. 379 No imponer a otros un yugo pesado e insoportable, portarse cuidadosamente con cada persona en particular, recibir a todo el mundo con bondad y mansedumbre, no pegar jamás a nadie, no hacer mal a nadie. Considerarnos como corderos en medio de lobos, llevar la mansedumbre hasta el punto de no resistir al mal, presentar la mejilla izquierda a quien nos pegue en la derecha, despojarnos de la ropa, andar dos mil pasos a quien nos pide mil, no pronunciar jamás palabras injuriosas o hirientes. La mansedumbre se opone a toda acritud, a todo arrebato de cólera, a toda brusquedad, amenazas, cólera, etc... La mansedumbre es virtud que aguanta todas las molestias del prójimo sin enfadarse, sin agriarse. No hace sufrir nada a nadie. Patiens. Sabe sufrir. ¡Que Dios nos ayude a practicar esta hermosa virtud!