Marzo de 2016 - Revista Epocas
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Marzo de 2016 - Revista Epocas
EDICIÓN Precio Público : $ 8.700 No.150 Los problemas de faldas en la política 1 ww Edi w. cion rev es ist an ae te po rio ca re s.c s om Marzo de 2016 ontenido No. 150 • Marzo de 2016 22 6 30 34 46 14 36 41 La casa del crimen Por: Juan José Saavedra 6 ¿Qué pasó con las enaguas? 13 Por: Mario Posada Mejía EL FUTURO SE VE MEJOR DESDE LA COLINA Por: Ximena Iragorri Casas Colegio Gimnasio La Colina 22 El Mito del hombre 28 Por: Armando Barona Mesa Poder, deseo y ambición 30 Caliwood Teatro Colón 34 44 42 28 Por: Francisco Mejía-Azcárate 41 El Cardiólogo Por: Leonardo Medina Patiño 42 La música de… aquellas épocas - Primer parte Por: Mario Humberto Lopera O. 44 El banquetero y el anacobero 46 Las Ciudades Por: Jaime López Ramírez Por: Antonio Joaquín García Sierra. 49 Su Memoria Sobrevivirá a Su Época 50 Caricatura www.revistaepocas.com Marzo 10 de 1956 36 Por: Tobías Carvajal Crespo DIRECTOR: Raúl Fernández de Soto / CONSEJO EDITORIAL: Soffy Arboleda de Vega, Julián Domínguez Rivera, Ricardo Alberto Lenis Steffens, Mario Fernando Prado López, Mario Posada Mejía, Luis Guillermo Restrepo Satizábal / DIRECCIÓN COMERCIAL: Claudia Constanza Orozco / ASESOR COMERCIAL: Santiago Ruiz Fernández de Soto / DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN: Luis H. Mesa Ch. / CARICATURAS: Orlandobé PUNTO DE VENTA: SUR Librería Nacional - Unicentro / TEQUENDAMA Librería Nacional - Cosmocentro • Librería Nacional - Palmeto Cll. 9 Cra. 50 / OESTE Librería Nacional - Unicentro- El Emporio / PEÑÓN Merequetengue - Cra. 2 Oeste No. 2-73 / CENTRO Librería Nacional - Plaza de Caicedo / VERSALLES Tienda Gourmet - Club Colombia / NORTE Librería Nacional - Centro Comercial del Norte • Librería Nacional - Bulevar Santa Mónica • Librería Nacional - Chipichape • Librería Nacional - Éxito / BOGOTÁ Librería Central - Cll 94 No. 13-92 / TULUÁ Stella Botero Zafra - Cll. 32 No. 26-49 Las opiniones de los cronistas y columnistas son de su exclusiva responsabilidad y no representan necesariamente la ideología de la Revista Épocas SUSCRIPCIÓN 6800 800 Calle 13 No. 8-54 Piso 2 / Cel.: 311 634 3375 E-mail: [email protected] Cali-Colombia. Ediciones anteriores Revista Épocas 2 www.revistaepocas.com 3 4 Milena Daza de Prado y sus hijos: Carlos Alberto, Francisco José y Fabio Prado Daza Jorge Alberto Botero Giraldo, Luis Gonzalo Lourido Córdoba y Luis Bernardo Pérez Garcés. De Épocas Pasadas En Estas Épocas 5 La casa del crimen Por: Juan José Saavedra. al que le decían “Pleonasmo”– y esa noche hubo una fiesta con doncellas campiranas que dejó la sala llena de botellas vacías. De allí en adelante no pudo volver a oír “El baión de Madrid” sin acordarse de “Pleonasmo”. El juez consiguió que les alquilaran otras dos mulas, para él y el secretario; les cobraron apenas diez pesos por cuadrúpedo, pero al aplicarles las espuelas sin que se dieran por aludidas comprendió que habían sido miserablemente estafados. Con ellas de la brida llegaron a Altamira, y la compensación estuvo en el cielo azul, en el viento, en la congestión prodigiosa del Nudo de Almaguer, en el guarapo rubio, y en las muchachas, rubias también, que lo servían. — ¿Rubias? L as bancas de la chiva estaban ocupadas por esa clase de gente que viaja en chiva y al “doctor”, por ser el juez, le cedieron el puesto principal, al lado del chofer. El tablero era un muestrario de Vírgenes y Cristos y por el espejo retrovisor pudo ver, en medio del abigarrado paisaje, un marrano, varias gallinas, y a una india con su cría. amigas a lo largo de la Panamericana, y la primera parada fue en Timbío. El auriga dejó su puesto en el automotor por una posición mucho mejor y los pasajeros tuvieron que esperar a que el casanova del volante se tomara una cerveza antes y se fumara un cigarrillo después, de conformidad con el sápido consejo de Brigitte Bardot. “La Presurosa” arrancó cuando al destartalado aparato no le cabía un bulto más, sin contar al chofer. Éste, un atorrante con un aliento como para disolver manifestaciones, tenía una recua de En Rosas cruzaron a la izquierda y luego de recorrer una trocha como para no volver, llegaron a San Miguel. El incipiente jurista se apeó en la casa de un condiscípulo –el “gordo” Grueso, 6 —Si, por aquello del enclave español que prosperó en estos territorios antes de que el gran terremoto cegara las minas. Luego siguieron por el profundo cañón, por el camino de herradura que se pegaba como piel a la montaña y al promediar la tarde llegaron a La Vega, un poblado de casas blancas con techos de paja. Ni arcos, ni banda municipal, ni discurso del alcalde. El que la fundó debió ponerle La Paz. Los vegueños no ponían arcos, pero tampoco problemas, y la vida transcurría mansamente. Las Farc no se habían apoderado todavía de ese cañón, para volverlo parte de su armamento, y aún era posible caminar por esos rumbos sin ángel de la guarda. derecha y allá, en un rincón iluminado por la luna, vio una figura con el hábito y la capucha de los monjes, que lo miraba fijamente con unos ojos brillantes y alucinados. El juez se hospedó en un cuartito sin ventanas y un día cualquiera, paseando por las afueras del pueblo, se encontró con una enorme casona colonial. Deshabitada, se levantaba en medio de un bosque de eucaliptos, y a la luz del día se mostraba como un lugar aislado, propicio a la lectura y al reposo. La alquiló por un canon mensual que lo sorprendió por lo bajo y se trasladó con el secretario a una vivienda que le habría quedado grande a la familia de Madam Curí, una señora apodada así porque había dado a luz a doce vástagos. Tenía cabida para diez personas –la señora no, la casa– y daba la impresión de haber permanecido desocupada durante mucho tiempo. El dueño se encargó de hacerla barrer, de cortar la maleza, de limpiar el camino, de ajustar las puertas, y ese mismo día se trastearon. Aterrado, Julián gritó y llamó al secretario, pero cuando Diego llegó, la aparición ya había desaparecido. Pasaron el resto de la noche en vela y a la mañana siguiente fueron a la casa del dueño a narrarle lo sucedido y a proponerle que deshicieran el trato. El señor aceptó y entonces les contó que esa casa había sido construida en el siglo XVII por un caballero español, don Lucas de Mendoza, quien se fue a vivir en ella con su esposa, una joven mujer de extraordinaria belleza, emparentada en España con la Casa de Alba. En sus tiempos de esplendor los salones, iluminados por arañas traídas de Venecia, decorados por cuadros y tapices, llenos de muebles comprados en Europa, les sirvieron de escenario a banquetes fabulosos. Luego la población se vino a menos, pero hubo unos años de la Conquista en que Almaguer y La Vega fueron más importantes que Popayán. Doña Cristina, que así se llamaba la esposa del caballero, era una dama devota, de comunión y misa diaria, que tenía como confesor a un fraile misionero de los que estaban evangelizando a los indígenas de Pancitará. Don Lucas tuvo que viajar a su encomienda de San Sebastián y le dijo a su esposa que estaría ausente durante una semana, pero al otro día tuvo que regresar y al llegar a su casa y entrar a la alcoba encontró a doña Cristina y al fraile, desnudos, en la cama del matrimonio. Don Lucas le echó mano a la espada y en el mismo tálamo mató al fraile; la señora escapó y se refugió en la cocina, pero hasta allá fue el capitán y le asestó catorce estocadas. Pusieron sus bártulos en dos habitaciones que daban contra el largo corredor, y en dos mecedoras desvencijadas se prepararon para asistir a los rituales propios del ocaso, pero vieron con sorpresa cómo el lugar, que durante el día refulgía, lleno de luz, al llegar la noche se transformaba en un sitio sombrío en el que sólo se escuchaba el viento del verano. No había luz eléctrica, tenían que alumbrarse con lámparas, y esa noche no pudieron dormir por el ruido que hacían las ventanas al ser azotadas por el viento. Pasaron algunos días y una noche los sonidos aumentaron. Ya no era solamente el golpe seco de las maderas sino el aullido del vendaval. La violencia de los golpes de una puerta hizo que el juez saliera al corredor. Era plenilunio, y cuando estaba ajustándola miró a su La justicia de Popayán asumió el caso y adelantó el proceso, y como doña Cristina estaba emparentada con las 7 familias más notables de la ciudad, fue condenado a muerte, pero el señor De Mendoza apeló y la Audiencia de Quito lo absolvió. No era la primera vez que el fraile se aparecía, les confesó el dueño, y la casa, por esa razón, se mantenía desocupada. Un señor persistió en vivir en ella, a pesar de las tenebrosas historias que se contaban, y su esposa terminó loca en el manicomio de San Rafael. Sólo era habitable durante el día, hasta que se ocultaba el sol, porque de ahí en adelante la mansión quedaba en poder de la oscuridad, del viento y los espectros. El juez regresó al cuartucho sin ventanas, pero sin fantasmas, y pudo volver a dormir, sin perjuicio de las largas siestas que se administraba cuando estaba trabajando en el despacho. En Estas Épocas Felipe Castro Otoya, Lucía Otoya de Castro y Adolfo Felipe Castro Castro. Valentina Martínez Botero y Óscar Astudillo P. 8 9 En Estas Épocas Carlos Briker y Olga Mercedes Arenas Sinisterra. Olga Mercedes Arenas, Laura Turbay Arenas, Sthepany Arenas, Carlos Briker, Gabriel Turbay Arenas, Cristina Briker Saa, Andrea Briker Ángel y Johan Briker Ángel. 10 11 Bachilleres Promoción 1972, Colegio Sagrado Corazón. Primera fila sentadas: Martha Piedad Delgado, Stella Martínez, Maria Teresa Ángel, Adriana Villegas y Juliana Gonzalez. Segunda fila: Blanca Victoria Cardona, María Isabel Mejía, Ana Lucía Ortega, Olga Lucía Victoria, María Delfina Sanclemente, María Eugenia Victoria, Leyla Kure, Julia Isabel Guzmán, Rosa Amelia Calad y Beatriz Mejía. Tercera Fila: Martha Cecilia Cardona, Yolanda María Navia, Marta Lozada, Adela María Calero, María Fernanda Cabal, María Virginia Garcés, María del Carmen Londoño, María del Rosario Henao, Beatriz Eugenia Rojas, Vivian Blum, Clara Eugenia Garcés y Margarita Rosa Garrido. De Épocas Pasadas 12 ¿Qué pasó con las enaguas? Por: Mario Posada Mejía D e pronto alguna amable lectora que peine canas aunque ocultas, me lo podrá responder. Sería interesante en estas mismas páginas de ÉPOCAS que tanto se esfuerzan recordando. O a lo mejor, buscará en el cuarto de San Alejo las últimas que usó para comprobar su gusto y utilidad, o inclusive para recordar. la falda, pero jamás que yo recuerde elevar las naguas. Subirse entonces las enaguas, era un ritual privado y dispendioso que exigía la habilidad que solamente otorga el género. Poder contar de qué color eran las de fulana o las de sutana, otorgaba arrestos de investigador nato, cuya experticia no trascendía la curiosidad. ¿Las recuerdan?, desaparecieron. Tal vez habrá algunas por ahí en algún museo; se trataba de una especie de escudo o barrera protectora no sabemos de qué, se las ponían las damas debajo de las faldas. Solían ser transparentoides me acuerdo; como de satín o de raso, livianas y vaporosas. Ocupaban sin duda un lugar privilegiado en el que pretendían me imagino yo, dar cuerpo a la falda que también está en vía de extinción, y eso me deprime. Común resultaba la solidaria frase entre contertulios avisando sin pudor alguno: “a fulanita, se le salieron las enaguas” cuando no, “las naguas”. Suelo preguntarme a dónde nos llevará esta evolución tan acelerada que dejó las enaguas al olvido y de paso las faldas, en medio de la cual aparecen nuevas modas algunas de ellas sin duda bienvenidas: pantalones rotos más caros que los buenos, blusas de un solo hombro, pretinas casi a los rodillas o descaderados que llaman, unos pantalones que no se comen pero les llaman chicles, con lo que se pretende sin éxito borrar lo que más se les nota, y me refiero tan solo a lo que vemos. Pienso a ratos, que afortunadamente no duramos 200 años como Matusalén, para mantener viva la ilusión y no dejar arrollar del modernismo las sensaciones gratas. No supe al fin cómo se dice, puesto que lo pregunté y quienes podían contestarlo lo evaden para no revelar la edad, entonces lo busqué en GOOGLE y no tiene ni idea. Tampoco figura en el DRAE ni por la E ni en la N y pensé con preocupación, cuántas palabras se habrán salido sin darnos cuenta, por entre las orillas de sus páginas. Algún resorte de tantos que usan ellas se distendía. “Se me estiró el resorte” exclamaban llagando la debacle, puesto que un ribete de encaje blanco y coquetón asomaba por debajo del borde de la bata, delatando el único secreto delatable, así como el único conocido por quienes iniciábamos la curiosidad, tan antigua como la humanidad. Los aires frescos que llegaban Farallones abajo provenientes del mar, remolinaban maliciosamente a la altura de las rodillas, logrando tan sólo blandear 13 Desde estas páginas los que recordamos el pasado y sus imágenes, seguiremos haciendo remembranzas de todo aquello con lo cual vivimos algún día, aferrados a la evocación y a lo que pasó, tratando de detener el tiempo pues aunque en ocasiones se quiera olvidar, sucedió, como la existencia de las naguas… De Épocas Pasadas En la fotografía superior, casa construida por el Señor Emiliano Otero en la que habitó inicialmente con su familia y posteriormente habitada por la familia Daccach; ubicada en la avenida cuarta norte con calle 12. Una vez demolida, en su lugar construyó el arquitecto Jorge Hernán Mejía el “Palacio Rosa”, (Fotografía inferior) al que también se le llamó el “Palacio del cuento” 14 15 De Épocas Pasadas En Estas Épocas Alberto Báiz Matuk, Florencia Mariño Lozano, Carlota Ariza de Garcés, Fernando Garcés Lloreda y María Victoria González. 1989. Sentadas: María Clara Múnera, Ana Lucía Ulloa, Beatriz Mejía y Rocío Uribe. De pié: Stella Martínez y Ana Lucía Ortega. Álvaro Escobar Ch. y Anna María Ferraiuoli. 16 17 Reunión bachilleres Berchmans 1968: Primera fila: Gabriel Carrasquilla, Eduardo Arias, Luis Fernando Calero S.J., Apolinar Guzmán, Jorge Góez y Alberto José Sánchez. Segunda fila: Misael Alberto Botero, Juan José Uribe, Carlos Eduardo Armenta, Alfredo Pedroza, Carlos Alberto Botero, Hans Bonheim, Juan Guillermo Castañeda, Carlos Alberto Garcés y Hugo Salazar. Tercera fila: Alberto Guillermo Ramírez, Jesús Antonio Mendoza, Manuel Francisco Tenorio, Iván Darío Aguirre, Pedro Rafael Jaramillo, Rodrigo Peña, Carlos Hernando Azcárate y Mauricio Villamil. De Épocas Pasadas En Estas Épocas 18 Julián Domínguez Rivera, Maurice Armitage Cadavid y Francisco José Lloreda Mera. Los cubanos Félix Bernal y Miguel López Lage. 19 En Estas Épocas Guillermo Londoño, Danilo Ceballos, Rodrigo Bueno, Yaneth Valencia, Augusto Ilián y Gabriel Illescas. Beatriz Ayala Salinas, Jaime Vargas López, Stella Solanilla Ayala, Ana Cristina Lozano Arana y Enrique Domínguez Ayala. 20 21 EL FUTURO SE VE MEJOR DESDE LA COLINA Colegio Gimnasio La Colina Por: Ximena Iragorri Casas Ese día, 2 de junio de 1985, nos cambió la vida a todos y la mía dio un vuelco radical: de ser una estudiante de diseño arquitectónico y decoración pasé a ser la cabeza visible del colegio. Durante estos años el colegio La Colina ha crecido en todos los sentidos y por sus puertas hemos pasado miles de personas entre alumnos, profesores, empleados, rectores, asesores, amigos y padres de familia, quienes construimos día a día la historia del Gimnasio La Colina. E n 1975, hace 40 años, mi mamá Rosario Casas, hacía realidad su sueño de retomar la vida de profesora que había dejado a un lado cuando se casó y tuvo sus hijos. Fuimos 5 en total y la razón por la cual Rosario determinó que la fecha de cumpleaños del colegio era el 22 de octubre, es porque un 22 de octubre, cuatro años atrás, había nacido la menor de nosotros, quien murió al día siguiente dejando un vacío enorme en la familia. Rosario Casas de Iragorri abrió las puertas del Preescolar Las Casitas en una casa de Santa Teresita, en el Oeste de Cali, con 12 alumnos y 3 maestras jardineras. 5 años más tarde mi mamá decidió convertir el preescolar en colegio, porque le dolía demasiado ver a sus niños irse a otras instituciones para continuar con su formación académica y entonces inspirada en su pasado bogotano (los colegios en Bogotá se llaman Gimnasio… algo) bautizó al colegio Gimnasio La Colina y acá en Cali llamaban a averiguar si en el gimnasio había clase de aeróbicos y rutina de pesas…etc. El colegio no empezó con todos los Niveles de Kínder a 11º abierto en simultánea, sino que el grupo de niños que iba en el último nivel del preescolar pasó a kínder y luego a transición y así sucesivamente hasta llegar en 1992 a convertirse en el primer grupo de graduados del Gimnasio La Colina. Un pequeño grupo de 13 estudiantes: Hoy ya son 24 promociones de Colinos! Hace 30 años, cuando el colegio se preparaba para iniciar el último grado de primaria, mi mamá perdió la vida en un accidente, junto a 3 personas más. 22 Celebrando los 40 años del colegio, necesariamente recordamos con mucha nostalgia, a quienes hicieron parte muy activa de la familia colina y que hoy ya no se encuentran entre nosotros: mi mamá Rosario Casas de Iragorri fundadora y creadora de esta hermosa obra, mi papá César Iragorri Holguín, quien la apoyó incondicionalmente, mi abuela Maruja Otoya de Casas, mejor conocida como “Mamama”, profesora de arte de tantas generaciones y artista por mandato divino, el profesor Diego Sarria quien aunque no alcanzó a ser nómina de La Colina, estaba diseñando mano a mano con Rosario el bachillerato y Alfredo Tenorio Sardi, abogado, uno de los mejores amigos de mis padres, quién ayudó a Rosario en la redacción de los estatutos de la Fundación Cultural Las Casitas, entidad sin ánimo de lucro y propietaria del colegio Gimnasio La Colina, pues desde el principio Rosario dejó muy claro, que su interés no era lucrarse con la educación. niña ¿Y tú qué tienes en la cola?, ella responde “Bollos”. Nos llena de satisfacción y orgullo y nos sirve como clara demostración, de que lo que hicimos en compañía de las familias fue muy bien hecho… y son nuestros egresados a quienes vemos por la vida realizando sus sueños y sus trabajos con compromiso y honestidad, amando a su país y a sus semejantes y siendo felices. Especialmente a la junta directiva de la Asociación de Exalumnos, muchas gracias por estar participando activamente en el colegio, por sus demostraciones de afecto y por querer colaborar y compartir con nosotros actividades como el picnic. El mejor regalo para mí, es que tengan su colegio en el corazón! Sigan trabajando duro para que esta asociación deje huella no sólo en nuestro colegio, sino también en nuestra ciudad. La profe pregunta a los niños: ¿Qué trajeron de fruta? Y una niña responde: “Nalgadilla” Cómo no compartir unas pocas, de tantas anécdotas que hemos vivido gracias a los alumnos más pequeños del colegio que han escrito con su inocencia y desparpajo las páginas más divertidas e irreverentes de este establecimiento. Hoy estamos felices con la llegada de un nuevo integrante de esta familia colina, el rector Geoffrey Watson, inglés colombianizado, casado con caleña, predestinado para estar en La Colina… cumple años casi el mismo día; literato de amplia trayectoria en el campo académico, administrativo, con maestría en liderazgo y gerencia educativa en Londres. Un niño llega tarde al jardín y la profe le pregunta: Qué te pasó? A lo que el niño responde… a mi mamá le dio llantitis.. y otro niño que estaba muy atento oyendo, dice: yo sé que es eso!! Uno se pone amarillo y gomita y gomita. Un niño al que le pregunta su tía, señalándome a mí, en un club de Cali, que si él sabía quién era yo, a lo que él enseguida le responde, pues claro “ella es la profe de la portería” de mi colegio. (por la costumbre que tengo de recibir los niños en la portería en la mañana). La profe le pregunta a los niños: “Qué tienen los pájaros en la cola? Ellos responden: Plumas. Qué tienen las jirafas en la cola? Ellos responden: Pelos. Por último le pregunta a otra En la clase una niña estornuda, la profe le dice “Salud” y ella responde “Nooo.. así no se llama, se llama tos” Y remato con esta anécdota que ha hecho historia… Un niño con apenas 5 años, que se cruza conmigo por uno de los caminos del colegio y lo saludo jocosamente diciéndole.. “hola cara de bola” y el niño me contesta con toda la naturalidad y la inocencia… “hola cara de teta”!!! Volvamos al presente. Hoy el colegio está conformado por 460 estudiantes y 110 empleados. Inicia su labor con la aceptación y cálida acogida de toda la familia colina. Geoff: Mil gracias por desear ser parte de esta bella historia !Bienvenido de nuevo al colegio más lindo del mundo! Con Geoff y el apoyo de todo nuestro equipo, trabajamos en la estrategia mirando al futuro y tenemos claro que hay un objetivo esencial, que es formar personas felices que aporten cosas buenas a la sociedad, líderes generadores de paz, respetuosos de la familia, amantes de Dios y de la Patria, solidarios, trabajadores, honestos con sensibilidad social y con capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías, que sepamos pasar 23 del llanto a la risa y viceversa, avanzando con la frente en alto y buena actitud, reafirmando lo que desde el principio, Rosario plasmó en el himno del colegio como su filosofía principal, sabiendo de antemano que los obstáculos que la vida nos pone en el camino son oportunidades de aprendizaje que debemos aprovechar para crecer. Por eso en el Gimnasio La Colina “alegres le cantamos a la vida, alegres le cantamos al amor, mirando hacia el futuro, siempre llenos de ilusión, unidos en la dicha y el dolor”. Y como dice al final el himno… Gimnasio La Colina llevaremos con honor tu nombre en nuestro corazón. Recuerden que el futuro se ve mejor desde la colina! En Estas Épocas De Épocas Pasadas Padres e hijos. Alejandro Martínez Caicedo y sus esposa Elisa Viles Vargas con sus hijos: Paola, Pedro y Nathalie Martínez Viles. Emilio Otoya Casasfranco, Luisa Naranjo Azcárate, Jorge Naranjo Domínguez y Ximena Azcárate de Naranjo. Abuelos, hijos y nietos Adelante: Paola Martínez, Alejandro y Fritz Motschman, Luisa Jaramillo, Andrea Motschman, Daniel Martínez, Isabella Borrero, Pedro Felipe Martínez Juan Pablo Borrero. Atrás: Pedro Martínez, Sebastián Borrero, Elisa Viles de Martínez, Alejandro Martínez Caicedo, Elisa Borrero y Nathalie Martínez. 24 25 En Estas Épocas Cumpleaños número 80 de Gloria de Francisco de Uribe. Le acompañan sus cuatro hijos: De pie: Juan José y Jorge Enrique. Adelante: Carlos Alberto y María Victoria y Uribe de Francisco. 26 27 NUEVA SEDE CALI WORLD TRADE CENTER PACIFIC MALL En Estas Épocas Fundada desde 1968 El Mito del hombre Por: Armando Barona Mesa U no de los grandes libros del momento –De animales a dioses- es el escrito por Yubal Noah Harari, un profesor de la Universidad de Jerusalén, experto en la historia evolutiva de los seres vivientes, sobre todo a partir del momento de la erección en dos piernas del hombre sobre las otras criaturas de cuatro patas, y la dotación de un cerebro grande, puesto sobre los hombros de un esqueleto erguido. La tarea del enfrentamiento contra las circunstancias de un mundo abrupto y brutal, que ora debía soportar los grandes sofocamientos de un clima aun no decidido, o los horrores de un frío superior a cincuenta grados bajo cero o más, en lo que fueron las glaciaciones, hicieron que el hombre, es decir el homo sapiens o Cromagnon, procedente de África, o su pariente muy cercano, también hombre, Neardental, se crecieran según el clima caliente o se redujeran en su estatura, según el frío, demandante de mayores calorías, muy escasas por cierto. Esa epopeya del hombre incipiente, llevó al primero de ellos, con un instinto de supervivencia exacerbado y una capacidad mayor de matar por las primitivas armas que había fabricado, a destruir y desaparecer de la faz del mundo a su primo hermano Neardental, con el que había cruzado ya su ADN. En otras palabras lo asesinó en uno de los primeros grandes genocidios de la humanidad. Como dijera Borges, “es el drama de Caín, que sigue matando a Abel”. El tema por supuesto es muy largo y apasionante. Pero lo que me interesa por el momento resaltar es que en virtud de su cerebro, soberano ya sobre el planeta el Sapiens, aun sobre animales y fieras muy superiores en fuerza y capacidad de destrucción, en la medida en que iba progresando con el fuego sagrado, que conoció la comodidad de la caverna que adornó con dibujos rupestres muchos de los cuales aun subsisten, que descubrió el lenguaje y se entendió con los demás, que hizo vino -siempre el ser humano hizo vino para escaparse de su hastío- que creó a un líder que gobernó, en medio de todo ese caos del cual intentaba salir, descubrió como uno de los grandes instrumentos de su vida social, el Mito, o sea la ficción, que no es otra cosa que la mentira. Ésta le dio aliciente para sobrevivir, en medio de todas sus infinitas dificultades, y aprendió a mentir no solamente a los demás sino a sí mismo. El Mito, la ficción o la mentira, eran un producto invaluable no solo de su imaginación sino de sus sueños. “No hay dioses en el universo, no hay naciones, no hay dinero, ni derechos humanos, ni leyes, ni justicia fuera de la imaginación común de los seres humanos.” Dice Harari. Y así ese Homo Sapiens, aparentemente tan débil, creo la mitología con dioses protectores, vengativos, justos y esperanzadores que poseían fuerzas superiores y hechicerías en las que confiaba para bien o para mal. Ese, sin duda alguna, es un punto vital de la antropología. 28 Vale la pena pensar que allí, en ese o similares momentos, aquellos hombres aprendieron la danza y, para poder danzar tuvieron que inventar la música, y dentro de la música fueron emergiendo los instrumentos primitivos; y de todo este conjunto salió la poesía, sin la cual aquellos antepasados no habrían podido resistir la dureza de su vida. Somos la compañía que usted necesita • Vida • Automóviles • Generales • Fianzas • ARL • Hospitalización y Cirugía Es pues un capítulo especial de la historia del hombre el descubrimiento de la mentira y la ficción, que no ocurrió propiamente cuando uno de los maridos de entonces llegó tarde a su casa. Líderes en Colombia para el seguro de empresas de vigilancia y seguridad privada, con las coberturas de hurto y hurto calificado Ocurrió cuando se dio cuenta de su propia pequeñez, de su fragilidad y astucia y de su inteligencia. Harari dice: “Así, desde la revolución cognitiva, los sapiens han vivido en una realidad dual. Por un lado, la realidad objetiva de los ríos, los árboles y los leones; y por el otro, la realidad imaginada de los dioses, las naciones y las corporaciones. A medida que pasaba el tiempo, la realidad imaginada se hizo cada vez más poderosa, de modo que en la actualidad la supervivencia de ríos, árboles y leones depende de la gracia de entidades imaginadas tales como dioses, naciones (toda nación es una ficción) y corporaciones (que también son una ficción).” O sea que el hombre desde siempre ha sido un gran mentiroso, pero sin duda alguna un soñador irremediable con ínfulas de poeta. NUEVA SEDE CALI: World Trade Center Pacific Mall Calle 36 Norte No. 6A-65 / Of.: 1602 PBX: 667 9955 / Fax: 668 5734 / Cel.: 318 820 04 56 E-mail: [email protected] BOGOTÁ: Calle 90 No. 12-28 Chicó Tel.: 658 25 58 E-mail: [email protected] Certificado No. SG 2014000778 Manuel José Gutiérrez Toro y Esperanza Cruz. 29 Poder, deseo y ambición Por: Francisco Mejía-Azcárate 1753 y 176, el destacadísimo ‘Virrey Solís’ (quien después se arrepintió y se metió a cura), mantuvo romances clandestinos con la Marichuela, a quien amarraba a la cama y le daba látigo; el General Mosquera se la pasó más tiempo bajándose y subiéndose los pantalones que gobernando y Julio César Turbay, cuando se tomaba dos whiskeys le mandaba la mano a todo lo que tuviera falda, sin importar que fuera el Obispo de Cúcuta, y ahí donde lo veían con sus gafas grandes y su hablado gangoso, tenía fama de ser un verdadero Casanova. Las mujeres tienen el ‘don’ de perturbar a cualquier hombre al que le claven el ojo. el puesto que ostenta, puede empezar a parecerle atractivo a algunas mujeres por bonitas que sean; de todos es sabido que el poder excita y la ambición no tiene límites. Además, como no hay tantos hombres bonitos como mujeres bonitas pues a más de una bonita por ley le tiene que tocar un feo. Lastimosamente, este asunto de faldas tiene a Colombia patas arriba y distraída de la realidad nacional. Entonces, Recientemente, uno de los hombres más poderosos y temidos del mundo, sucumbió ante la ilusión de tener un idilio con una bella actriz mejicana que lo que quería era ganarse su confianza para que le diera un impulso económico para su fábrica de tequila. De nada le sirvió al ‘Chapo’ el extraordinario túnel que se mandó hacer para escaparse, porque la historia seguirá reconociendo a Houdini como el mejor escapista de todos los tiempos y durante los 6 meses que estuvo de huida no le quedó tiempo ni para conquistar, ni siquiera acariciarle el rostro a la bella actriz, que estoy seguro no tenía la menor intención de acostarse con él. R azón tenía mi madre cuando decía que las mujeres tienen el ‘don’ de perturbar a cualquier hombre al que le claven el ojo. Desde Sodoma y Gomorra, hasta nuestros días los hombres han pagado un gran precio político y social por su afición a la lujuria y su impulso animal de aparearse. Cuando el Siglo XX llegaba a su fin la prensa mundial se ensañaba con el escándalo Clinton-Lewinski, que nos desveló por meses, y que posteriormente fue perdonado por Hillary a quien no le convenía separarse porque desde entonces aspiraba a ser la primera mujer presidente de los Estados Unidos. Sin embargo, antes que Clinton se dejara pillar, John F. Kennedy, dio rienda suelta a sus impulsos sexuales y pasó por las sábanas varias damas de la alta sociedad americana y por supuesto de Hollywood. O es que no recuerdan su tórrido y escandaloso romance con Marilyn Monroe, el eterno símbolo sexual estadounidense. Franklin Delano Roosevelt, presidente de Estados Unidos en cuatro oportunidades, mantuvo, por muchos años, una relación amorosa con Lucy Page Mercer, la bella secretaria de su esposa Eleanor, quien además 30 de ser extremadamente fea, parecía no importarle porque ella también prefería la compañía de mujeres. Mucho antes de eso Thomas Jefferson, redactor de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y tercer presidente de ese país, tuvo tres hijos, que nunca reconoció, con Sally Hemings que era una esclava negra, hija del suegro de Thomas Jefferson, John Wayles, con una esclava y por tanto, hermana media de su propia esposa. Por estos lares, quien fuera la máxima autoridad del Virreinato entre Pero los enredos de faldas de los hombres famosos y poderosos son pan de cada día y nuevamente en Colombia estamos viendo un feo final de una novela que se fue mal-escribiendo entre un servidor público, con mucho poder y su secretaria, una preciosa y joven abogada que fuera reina de belleza. No sé cómo termine este asunto, pero no creo que él sea tan culpable como lo acusan, ni ella tan inocente como se declara. Claro que el señor es mayor y muy feo y ella es joven y muy bonita, entonces de entrada pareciera un caso de ‘acoso laboral’ buscando réditos sexuales. Sin embargo, un feo que además está adornado con todo ese poder que le genera El destacadísimo ‘Virrey Solís’ (quien después se arrepintió y se metió a cura), mantuvo romances clandestinos con la Marichuela, a quien amarraba a la cama y le daba látigo. 31 nadie parece darse cuenta que los buscadores de oro se están robando los ríos, la corrupción en la refinería de Cartagena se robó medio país y que la sequía de la Guajira ha generado una verdadera catástrofe humanitaria. Ya que Juan Pa, debido a sus múltiples compromisos, no tiene cabeza para darle una mano a los moribundos niños de la Guajira, y ninguno de sus ministros siquiera ha ido a ver qué es lo que pasa allá, ¿porqué no mandan a Jorge Barón con su poderoso chorro de agua para que al menos les grite “agüita pa’mi gente”? En Estas Épocas De Épocas Pasadas Tres Generaciones. Sonia Lucía Orozco de Giraldo, su hija María Beatriz Giraldo Orozco, su yerno Edgar Salas Sánchez y sus nietas María Antonia y las gemelas Camila y Lucía Salas Giraldo. | @LA14SA Danilo Roldán Luna y sus nietos: Felipe y Alejandro Maldonado Roldán. SIEMPRE TE DA MÁS $ Por cada Participa en el sorteo semanal de uno de los 24 BONOS MULTICOMPRA por valor de .000 1.014.000 c/u en compras Fecha Inicio: Enero 23 de 2016 • Fecha Final: Junio 22 de 2016 • Último Sorteo: Junio 25 de 2016 Los sorteos se realizan en Calima Bogotá y Cali todos los sábados. Consulta condiciones y restricciones: www.almacenesla14.com.co • www.calimacccali.com • www.calimaccbogota.com * ** Úsalas para comprar *** * Aplica solo para la ciudad de Pereira *** Aplica solo para Valle del Cauca Patricia Posada y Carlos Arturo Madriñán. Diego Martínez Lloreda y Eduardo Posada Corpas. **** Aplica solo para la ciudad de Cali. SUPERINTENDENCIA FINANCIERA DE COLOMBIA Fechas de sorteo Supermercados 32 **** ** Válido para la ciudad de Bogotá. Aplica solo para compra de Electrodomésticos 33 Enero 23 - 30 Febrero 6 - 13 - 20 - 27 Marzo 5 - 12 - 19 - 26 Abril 2 - 9 - 16 - 23 - 30 Mayo 7 - 14 - 21 - 28 Junio 4 - 11 - 18 - 25 En Estas Épocas Teatro Colón Imagen de 1947, con el público aglomerado a la entrada de una función. El teatro estaba situado en el Edificio Hotel Columbus, contiguo al Parque Colón y a la Iglesia de Santa Rosa, en el barrio del mismo nombre, sobre la Calle 11 entre Carreras 9a. y 10a. de la ciudad de Cali. El edificio fue construido por el empresario hotelero Adolfo Aristizabal y diseñado con estilo art-deco por los arquitectos Gerardo 34 Posada, I. Victoria y Arturo Michaelsen. Fue la edificación más alta de Cali en esa época, con una torre central de 7 pisos. Ambos, Hotel Columbus y Teatro Colón fueron inaugurados el 28 de junio de 1943. La sala de cine ofrecía verdaderos adelantos modernos como aire acondicionado y tenía una capacidad para acomodar a 749 espectadores. En el aviso luminoso del teatro se puede leer el nombre de la película de la 20th Century Fox que era exhibida aquella noche: “El Capitán de Castilla, con Tyrone Power, Jean Peters y Cesar Romero”. El teatro fue clausurado hace varios años. En Caliwood el Museo de la Cinematografía se conserva una bellísima silla, original, también con diseño art deco, que fue usada por décadas en el recinto y entregada a la institución por don Jorge Aristizábal Alvira. También fueron facilitados al Museo dos magníficos proyectores de cine, de la marca Simplex E7, con lámpara Ashcraft, que fueron utilizados metódicamente, para efectuar miles de exhibiciones de largometrajes de 35 MM, con el sistema del arco voltaico. Para más información consulte www. caliwood.com.co 1990. María Leonor Revéiz, María Delfina Sanclemente, Olga Lucía Victoria, María Isabel Mejía y María Consuelo Gómez. 35 Marzo 10 de 1956 ¡...y el Cali desapareció! Por: Tobías Carvajal Crespo del Fútbol Argentino) una de las más perjudicadas y otras entidades rectoras del balompié suramericano. Tan buenos eran aquellos futbolistas que de haber vivido en esta época estarían en los más linajudos oncenos de España, Italia, Alemania, etc. Esa ‘piratería’ -pues el fútbol y ahora más que nunca ha estado siempre corrompido- concluyó con la firma del denominado ‘Pacto de Lima’, acuerdo que obligó a cada uno de los jugadores de la denominada época de ‘eldorado’ a retornar a sus equipos de origen, luego de algunas ‘componendas’, tratando siempre cada Federación del continente, víctima de los irregulares manejos colombianos, de sacar el mayor beneficio económico. Es una historia bastante larga. El ya citado ‘Pacto de Lima’ que entró en vigencia en 1954, dejó muy maltrecha la formación titular de los mejores equipos, caso los representantes de Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla, Cúcuta y el viejo Caldas en general. Los ‘Clásicos’ del lustro ya citado dejaron de capitalizar la atención de miles de aficionados y pasaron a ser juegos sin pena ni gloria con apenas dos o tres mil personas en las tribunas. La crisis de figuras y por ende la facturación en las taquillas, por los suelos. Deportivo Cali, versión 1955, que terminó colero del torneo. De pie de izquierda a derecha: Héctor Girón, Ranulfo Vidal, ‘Pini’ Dávila, Saulo Tejada, Hernán Martínez y Oscar Saavedra. Inclinados mismo orden: Marcos González, Vicente Bríñez, Eusebio Escobar, Edgar Mosquera y Vicente Pinillos. E ntre los años 1949 y 1953, inclusive, se vivió en Colombia el quinquenio del fútbol espectáculo más maravilloso, conocido como la época de ‘eldorado’, que contó con el aporte de jugadores argentinos, peruanos, paraguayos, uruguayos y algunos costarricenses al lado de una pírrica cuota colombiana. En síntesis 36 un fútbol prestado que llenó hasta las banderas los viejos estadio de seis décadas atrás. Un gran número de esas figuras deslumbrantes, vinculadas fraudulentamente a nuestros equipos, obligó a la intervención del gobierno del presidente Laureano Gómez a tomar cartas en el asunto a comienzos de 1951, a petición de la AFA (Asociación La capital del Valle con tres equipos, América, Boca Juniors (desapareció definitivamente al finalizar el torneo de 1957) y Deportivo Cali, tenía una excesiva ‘oferta’ futbolera para una afición en desbandada del estadio ‘Pascual Guerrero’ que lucía su primera gran reforma arquitectónica a raíz de ser el principal escenario de los VII Juegos Atléticos de 1954. Además de lo anterior, desde el 16 de octubre de 1953 (un año antes de entrar en vigencia el ‘Pacto de Lima’) la Dimayor había reglamentado, sin exigir su puntual cumplimiento, que la norma oficial era de dos equipos por ciudad. La época de ‘eldorado’, que contó con el aporte de jugadores argentinos, peruanos, paraguayos, uruguayos y algunos costarricenses al lado de una pírrica cuota colombiana. Así las cosas, América, después de tomarse un ‘año sabático’ en 1953, regresó a la lides en 1954, jugando en el estadio ‘Rivera Escobar’ de Palmira, mientras Boca Juniors pretendió, sin éxito, actuar en el torneo a nombre de la ciudad de Manizales en el viejo estadio de ‘Palogrande’. Para el certamen de 1955, el estadio sanfernandino, desolado en todas sus tribunas, como lo enseñan testimonios gráficos de ese entonces, sirvió de escenario a la última campaña profesional de la historia con tres equipos a nombre de la ‘Capital Deportiva de Colombia’: América, Boca y Cali. Al concluir el mes de diciembre de 1955, Aníbal Aguirre Arias, como Presidente de Boca Juniors, recordó a la Dimayor la norma establecida desde 26 meses atrás, consistente en la obligatoriedad de sólo dos equipos por ciudad. Por razones económicas y fundamentalmente deportivas, uno de los más prestigiosos equipos de la época de ‘eldorado’, Deportivo Cali fue llamado a lo que hoy denominamos castrensemente ‘calificar servicio’. Y había razones para ello: a partir del 2 de mayo de 1954, cuando perdió en Armenia con Atlético Quindío por 1-3, hasta el 31 de julio de 1955 (15 meses) cuando empató en Cúcuta con el equipo ‘Motilón’ a dos goles, completó 27 partidos sin conocer la victoria, mitigando intercaladamente ese pésimo balance con cuatro empates, uno como local y tres como visitante. El ‘posconflicto’ vivido por el Cali después de quedar huérfano de sus 37 grandes figuras fue terrible: luego de protagonizar 44 partidos oficiales entre 1954-1955, escasamente ganó cinco, empató ocho y perdió 31. En el certamen de 1955 ocupó la última casilla del tablero, la peor en todo su glorioso historial. Pese a los buenos oficios de la directiva del equipo verdiblanco, al mando de Álvaro Martínez (padre del actual Presidente, versión 2016) y la postrera argumentación defensiva de Omar Méndez, dirigente y periodista de la misma institución, la Asamblea Extraordinaria de la Dimayor, encabezada por José Chalela Chalela, determinó el 10 de marzo de 1956, y en virtud de un mayoritario respaldo, marginar al equipo ‘Azucarero’ del torneo-56, hecho que se prolongó -como NO era lo previsto- a todo lo largo de 1957 y 1958. En Cali quedaron vigentes América y Boca Juniors. Desde el banco técnico, la trilogía de entrenadores de bajo perfil -por razones económicas- que afrontaron aquella debacle fueron, en su orden, los criollos Pablo ‘Colada’ Rojas, Carlos Tulio ‘El Marqués’ Obonaga y el paraguayo Santiago Rivas, exjugador del Boca. Tres años más tarde y gracias a la ‘ficha técnica’ cedida ante la Dimayor, precisamente por Aníbal Aguirre Arias -que era boquense a muerte- la cuarteta conformada por Alex Gorayeb, Aurelio Grimberg, Alberto Bitar y Paul Ziablott -todos cuatro ya difuntos al igual que Aguirre Arias- Deportivo Cali ‘revivió’ el 22 de febrero de 1959 a órdenes del ‘filósofo’ Julio Tocker, frente a otro ‘resucitado’, Independiente Medellín, que habiendo sido campeón en 1957, no actuó en 1958. Ganó el Cali por 1-0, gol del paraguayo de adopción, Francisco Solano Patiño. Ese día y luego en el ‘Atanasio Girardot’ -partido de revancha- el porteño Delio ‘Maravilla’ Gamboa se vistió de verde ‘Azucarero’. Nunca más. Sentados: Manuel María y Enrique Mosquera Fernández de Soto. De pié: Daniel y José Alejandro “Perico” Piedrahita Tello, Maria Beatriz Viana Fernández de Soto, Carlos Andrés “Chico” Piedrahita Tello, Rodrigo Mosquera Fernández de Soto. De Épocas Pasadas En Estas Épocas 38 Alberto Zuluaga y Fernando Vernaza Ochoa. Esteban López Giraldo y Ángela María Benavides Ledesma. 39 De Épocas Pasadas Adolfo Vera Delgado El Cardiólogo Por: Leonardo Medina Patiño P ocos hombres tienen la posibilidad de dormir tranquilos, sabiendo que por sus manos y oídos, ha pasado el pulso de muchos de sus congéneres – a quienes ha salvado la vida-, y ahora disfrutan tranquilamente de la plenitud de su existencia. 1941. Capilla de Santa María de los Ángeles del Liceo Benalcázar. El Padre Agustín Acero bendice el matrimonio de Uldarico Minotta Rojas y Stella Rizo Gil. 1968. Matrimonio de Alfonso Madriñán Caldas y Ángela Villegas Villegas. 40 Pocos han podido escuchar el ritmo de un corazón cansado por la fatiga de muchos años, y de inmediato ordenar el tratamiento adecuado para que vuelva latir como antes. Pocos han podido descubrir, con sólo auscultar con un instrumento básico de médico principiante alguna patología cardíaca, que sólo un oído afinado de músico sinfónico puede percibir. Saber que hay un síncope, no musical, o una alteración de un ritmo, no sólo se logra con el conocimiento, sino también con la destreza y el sentir humano hacia el paciente que se atiende. esté tan apasionado en el mundo del arte y la cultura, “es un bicho raro, en este mundo tan mercenario”. Pocos no apagan su teléfono celular al dormir, sólo para que algún amigo que lo requiera – a la hora que fuereno deje de llamarlo, para él salir en su auxilio. Me consta. Pocos prescriben sus fórmulas y diligencian las historias clínicas de sus pacientes -que por lo general son sus amigos-, tecleando en la máquina de escribir donde también escribe sus poemas -con los dedos índices de cada mano-, con la esperanza que la poesía y la receta médica logren conjurar el mal que aqueja a su paciente-amigo. Muy pocos, tal vez, han salvado por un diagnóstico oportuno tantas vidas, y querer seguir haciéndolo con ese mismo entusiasmo con que aprendía en la escuela de medicina todas las arterias del cuerpo, hasta saturar a sus docentes con los interrogantes. Poquísimos, han invertido de sus propios recursos algunos dividendos para hacer una tertulia mensual que abarque ciencia, música, poesía, arte en sus diversas formas, sólo para deleite del espíritu y el engrandecimiento de la raza humana. Gabo decía que escribía “para que sus amigos lo quisieran más”, y este cardiólogo hace al contrario, nos embriaga de vino y arte para demostrarnos, sinceramente, que nos quiere, cada vez, algo más. Poquísimos, escasos, han conjugado con el mismo fervor la medicina con el arte, sabiendo que ambas son una. La de sanar el cuerpo y mente, y la otra, de aliviar el espíritu. Tanto, que otro cardiólogo me decía en pasados días, que un especialista que haga poesía, pinte y Pocos están siempre atentos al surgir de nuevas voces, al descubrimiento de artistas en su etapa inicial, de hombres nobles que pasan por su consultorio forrado en obras pictóricas, libros y discos compactos que hacen de ese espacio un refugio cultural que equi41 Adolfo Vera Delgado y Armando Barona Mesa libra la balanza desbordada por tanto daño, haciendo menos pesado a Atlas este globo. Y acuden a él buscando apoyo a sus iniciativas, encontrando un co-equiperos que puede hacer sólida una idea, como el caso de “Herencia de Timbiquí” que estuvieron en su tertulia cuando no eran sino un grupo de jóvenes del pacífico, dispuestos a alegrar con su música estos contornos. También doy fe que gestionó recursos para ver publicada la obra “Memorias musicales del Valle del Cauca”, que el musicólogo Enrique Millán tenía engavetada, ante la falta de solvencia económica para editarla. Pocos como el cardiólogo e internista Popayanejo, han sido “bichos raros”. Cada vez nos sorprende con su tesón, su calidez y fraternidad con que nos recibe siempre, su tozudez de mantener la tertulia contra viento y marea y alegrarnos cada que nos encontramos en alguna reunión o almuerzo, con sus comentarios suspicaces e inteligentes es lo que llevó -entre muchas otras razones que no caben en estas líneas pero sí en el corazón de sus amigos-, el 26 de febrero en el hotel Inter, a homenajearle y rendirle tributo a Adolfo Vera-Delgado. La música de… aquellas épocas Primera Parte Por: Mario Humberto Lopera O. L a misma que llenó de alegría, de gozo, a nuestros queridos “Tatas”, a los inolvidables “papás”. La que hace lo propio con nosotros, se nos apareció en estos días al Padre Gallo y a mí, mientras caminábamos, una mañana de este muy largo verano, en el no menos hermoso Parque de la Salud, en Pance. Al hacerlo, le propuse, no sé porqué, no habláramos más de los miles de problemas que agobian el país; que mejor lo hiciéramos acerca de la música. ¿Qué tal esta? , dije, y al tiempo que le pegaba tres suaves golpes en uno de sus brazos, comencé a cantar: “Por aquí voy llegando señora María Rosa, me vine madrugando el alba esta lluviosa. La india me ha dejado, no volveré a la choza, vaya dándome un trago Señora María Rosa…”. Se rió. ¡La propuesta gustaba! Entonces me interrumpió con su voz de seminarista paisa, de confesor de pecados veniales, de alma grande, de ser único, y muy entonando (es la verdad), dijo: “Antioqueña que tienes negros los ojos, sus cabellos rosados, sus labios rojos. Antioqueña, antioqueñita… la palma del desierto no es tan bonita.” Yo, dije entonces, escucha esta… “Quisiera ser el aire, que llena el ancho espacio, quisiera ser el huerto, que esparce suave olor, quisiera ser la nube de nieve y de topacio, quisiera tener cánticos de dulce trovador. Y así mi triste vida, pasada y lisonjera…” Cómo se llama esa hermosura de poesía, indagó el Padre Gallo. “Hurí”, dije. ¿Hurí?, preguntó y se respondió a sí mismo. El mismo nombre de las Huríes. Mujeres bellas que acompañan en el cielo a los musulmanes bienaventurados, según dice el Corán. Solo Asentí, que así era. Apoderado de la palabra, como estaba, le tocaba aportar otra canción. Entonces se arrancó con… “Como espuma que lento lleva el caudaloso río. Flor de azalea, la vida en su avalancha me arrastró. Voy a encontrarla, muy dulcemente para estar con ella, a la alborada de una nueva vida, llena de amor… Quisiera ser la golondrina que al amanecer, a su ventana llega para ver, a través del cristal, y despertarte…” ¡Wow! Dije. ¡Qué hermosura! Marthica Hurtado, que nos escuchaba intervino con esta… “Ay, amor de hombre, que estás haciéndome llorar una vez más. Sombra lunar que me llena la piel al pasar, que se enreda en mis dedeos me arranca en su prisa, me llena de miedo. Ay amor de hombre que estas llegando y ya te vas unas vez más…” Y qué tal esta, dijo el Padre: “De prisa como el viento van pasando los días y las noches de la infancia. Un ángel nos depara sus cuidados, mientras sus manos tejen las distancias. Después llegan los años juveniles, los juegos los amigos, el colegio, el alma ya define sus perfiles y empieza el… ” Me tocaba replicar y a fe que lo conseguí. Lo hice con esta canción tan vieja pero tan vigente siempre. Sobre todo en la Colombia de hoy… “El mundo es una porquería ya lo sé… En el quinientos seis y en el dos mil también! Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dobles… Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos… Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor…! Ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador! Todo es igual! Nada es mejor! Lo mismo un burro que un gran profesor! No hay aplazaos, ni escalafón, los inmorales nos han igualao. Si uno vive en la impostura y 42 otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, rey de bastos caradura o polizón…. CAMBALACHE. Escrito en el año 1934, por Enrique Santos (nada que ver con el hermano de…) Como le tocaba, se arrancó con… Cuando salí del campo le dije adiós con la mano, y se quedó mama vieja muy triste en la puerta del rancho, y se quedó mama vieja muy triste en la puerta del rancho, Ella me dio el permiso que yo pagué con mil besos y enderecé por la senda con mi bagaje de ensueños. Mama vieja yo le canto desde aquí esta samba que una vez le prometí…” Nos seguían llegando canciones, como si estuvieran perseguidas por el tiempo. Dije entonces: Escucha esto: “Caminito que el tiempo ha borrado que juntos un día nos viste pasar. He venido por ultima vez he venido a contarte mi mal. Caminito que entonces estabas bordado de trébol y juncos en flor, una sombra ya pronto serás una sombra lo mismo que yo…” Me interrumpió con un sonoro aplauso y de una… “Adiós mariquita linda, ya me voy porque tú ya no me quieres como yo te quiero a ti. Me voy porque tus desdenes, sin piedad han herido a mi pobre corazón. Adiós vida de mi vida; la causa de mis dolores, el amor de mis amores, el perfume de mis flores, para siempre adiós, adiós…” Yo quería ganarle y presentar la canción más bella y, bueno, un poco atropellado dije: “Muñequita linda de cabellos de oro, de dientes de perla, labios de rubí: Dime si me quieres como yo te quiero, si de mí te acuerdas, como yo de ti. A veces escucho un eco divino envuelto en la brisa parece decir: si te quiero mucho… mucho, mucho... ” El padre Gallo, preocupado, replicó con esta belleza: “Se va llenando la noche, con rumores de canción y se enreda en tu ventana, mi serenata de amor. Las estrellas quedamente empiezan a parpadear. Se va llevando la noche mi serenata de amor. La Luna se vuelve plata cuando cae en el maizal y el viento se va robando” Y qué tal esta, y siguió: “Noches de Cartagena que fascinan. Con el suave rumor que tiene el mar. Donde la brisa cálida murmura toda una serenata tropical. Allí es donde quisiera estar contigo, con la Luna y la arena y ese mar y que juegue la brisa con tu pelo y las olas te vengan arrullar. Noches de Cartagena tan divinas lindo rincón caribe y colonial…” Uff, pensé. Es mi momento y la dejé caer: “A mí deme un aguardiente, un aguardiente de caña, de las cañas de mis valles y el anís de mis montañas. No me den trago extranjero, que es caro y no sabe a bueno y porque yo quiero siempre lo de mi tierra primero. Ay que orgulloso me siento de haber nacido en mi pueblo…” Algo dentro de mí dijo entonces que nos faltaba otra y que debía meterla “de una.” Entonces lo hice para poderle ganar a ese “man.” Me arranqué con: “Oh gloria inmarcesible, oh jubilo inmortal…” y el Padre Gallo, entonces, se levantó y se puso firme. Marthica casi se pone a llorar, mientras todos reíamos y reíamos. ¡Ahora vamos de regreso a la ciudad...! 43 Esta nota fue publicada el 22 de Diciembre del año 92 a raíz del reciente fallecimiento entonces del Padre Rafael García Herreros y el Cantante Daniel Santos. La publicamos como un homenaje a la memoria de dos personajes inolvidables. En Estas Épocas El banquetero y el anacobero Por: Jaime López Ramírez García Herreros: — Hola Don Daniel, qué gusto encontrarlo en estas alturas celestiales. Daniel Santos: Para que vea Padrecito ...sorpresas te da la vida. ¿Y cómo se ha sentido en este ambiente tan distinto a ese en el que usted vivió pleno de placeres mundanos?... Pués un poco desadaptado, sobre todo por el silencio. Usted comprenderá su reverencia lo que es para mí venir de un mundo pleno de música y mujeres guapachosas a este de ángeles, arpas, coros y once mil Vírgenes intocables. Por debajo de la ruana el padre sonríe y agrega... ¿Ha encontrado amigos o no? Lo que he encontrado es mucha familia. Jamás pensé que en el cielo hubiese tantos Santos. En cuanto a amigos, solo he identificado a dos pues la gente que llega aquí no es mucha debido a que somos pocos los que nos salvamos y supongo que más adelante y tal como van las cosas, la llegada a este paraíso será más complicada. Y quiénes son sus amigos para ir a saludarlos?. A mí también me gustaba esa música. Hombre Padre, pues nada menos que Pedro Flórez y el Benny Moré. Ambos terminaron de pagar sus penas en el Purgatorio y llegaron hace apenas unos días. Se han quejado pues el frío celestial es incompatible con el calor que ellos venían soportando con las Animas Benditas desde hacía años. A propósito padre, yo todavía no entiendo cómo es que llegué aquí sin pasar antes por ese fuego abrasador que, según ellos, quema pero no consume, ambos están irreconocibles por lo achicharrados, los identifiqué por sus voces que siguen siendo las mismas de allá abajo, Pedro gangoso y Benny afinadísimo. Para que vea don Daniel lo que es la misericordia del Altísimo. Recuerde que en los últimos días de su existencia usted sufrió mucho y tuvo tiempo de arrepentirse. Todo ese dolor y arrepentimiento le fueron abonados a la cuenta del Inquieto Anacobero y por eso hoy está con nosotros. Oiga Reverendo, usted más que cura parece periodista... Soy solo un ciudadano colombiano que amó a su pueblo y ahora disfruta como nunca de la presencia de Jesucristo en vivo y en directo. Ramiro Zafra Roldán y “Chila” Roldán de Zafra. Ahh!! Colombia, aunque últimamente se me olvida casi todo, siempre recuerdo a Cali…..qué gente tan chévere. Cómo gozaba allí cada que me contrataban pués me sentía en mi “puertorro” del alma. Le cuento que una de mis trece mujeres es de allá y con ella tuve dos hijos. (El Padre García Herreros se santigua sorprendido mientras Daniel continúa) ...oiga Padrecito, y usted qué hacía fuera de dar misa y confesar en el país que produce la mejor marihuana del mundo? Alejándolo un poco el padre le dice en voz baja: Calla buen hombre, no digas eso que aquí en el Cielo está prohibido. Pués verás, yo hacía banquetes y con la platica que recogía le dimos casita a muchos compatriotas pobres. Además trabajaba un minuto diario en la Televisión. Oiga, usted se me parece al cura que hizo entregar a Pablo Escobar. Soy el mismo hijo, yo lo convencí de que se entregara. Pero mejor no hablemos de eso pués nos metemos en caminos que me fueron vedados y terminaron haciéndome mucho daño. Mejor vámonos a dormir pbués ahí viene El Maestro Jesus. Mejor entreguémosle esta vida que ya pasó y la eterna que llega. 44 Harold Tascón Casasfranco y su hija Valentina Tascón Silva. 45 Las Ciudades Por: Antonio Joaquín García Sierra. E n un principio, dice la Biblia, Dios creó al hombre. Luego hizo a la mujer y el instinto sexual se encargó de lo demás. Llegaron los hijos, apareció la familia y ésta, al crecer, se convirtió en la tribu que dio origen a la comunidad. El espacio físico se modificó en forma paralela: la cueva, la choza, el poblado y, por último, ese monstruo prodigioso que es la gran ciudad. capitales, ocurren los grandes hechos y están las mejores oportunidades. Lo cierto, sin embargo, es que una capital es simplemente la reunión o agrupación de varias ciudades pequeñas llamadas “barrios”. Se dice, por ejemplo, que fulano de tal vive en Bogotá, pero en Bogotá caben infinidad de niveles de vida. ¿En que se parecen el desplazado que sobrevive en Ciudad Bolívar y el potentado que vive en el Chicó? “Civilizado” viene del latín, “civitas”, que significa ciudad. Se supone que el “ciudadano” es más culto que el campesino y “urbanidad” viene de urbe, que es otro de los nombres que se le da a la ciudad. Durante la Revolución Francesa se acuñó la palabra “burgués”, con la cual se designó a los “burgueses”, es decir, a quienes vivían en los burgos, esto es, en esas poblaciones situadas entre la finca y la capital. Los burgueses ya no eran campesinos pero tampoco habían logrado ascender a ciudadanos. Es decir, constituían una clase media –que es la que hace las revoluciones– situada por encima de la plebe pero por debajo de la nobleza. El crecimiento desbordado de las ciudades ha hecho que ya no se les pueda calificar como lugares “civilizados”. Cali, verbi gratia, padece una ola permanente de invasiones que ha determinado el deterioro –¿irreversible?– de su medio ambiente. Los 7 ríos que recorren la Las ciudades son superiores a sus habitantes y les imponen, inclusive, su manera de ser. ciudad, y que en otro tiempo fueron fuente de agua pura, de salud y de peces, han degenerado en cloacas; los bosques aledaños han sido talados y quemados y padecemos niveles de inseguridad que no teníamos cuando éramos una ciudad de 300.000 habitantes. En el mundo de la literatura, las ciudades se han desempeñado como personajes. En “Sobre héroes y tumbas”, Buenos Aires es otro de los protagonistas, tal vez el principal; en esa extraordinaria novela Alejandra tiene una dimensión menor que las calles de Palermo. “El cuarteto de Alejandría”, a propósito, le da al gran puerto una dimensión que no tienen Justine, ni Mountolive, ni Balthazar. Los personajes pasan y se desvanecen, pero las calles, el olor del puerto y la luz del crepúsculo perduran. Borges, el enorme Borges, le dedica páginas luminosas a las callecitas de la Balvanera. Dublin se podría reconstruir, si alguna vez fuera destruida, siguiendo la descripción de James Joyce. Dicen los que saben que para conocer a San Petersburgo no hay que visitar la urbe sino leer a Dostoyevski. Las sombras de Praga se perciben mejor en las obras de Kafka y en “El jorobado de Nuestra Señora de París” está retratada, de cuerpo entera, la ciudad que en 1831 era la capital del mundo. ¿Cómo hace el escritor para desprenderse de su entorno? La Habana está más vigente en las novelas de Cabrera Infante que en los informes que todos los días se publican sobre los diálogos de paz. Las ciudades son superiores a sus habitantes y les imponen, inclusive, su manera de ser. A una persona se la define señalando el lugar donde nació, como si la primera bocanada del recién nacido estableciera una relación definitiva e inmodificable entre él y su entorno. Al decir “pastuso”, “paisa”, “costeño”, “bugueño”, “payanés”, estamos adjudicándole al individuo características que se considera son propias del lugar en donde vio la luz. La belleza, dicen los arquitectos, le pertenece a la ciudad y sobrevive a sus autores. Las ruinas romanas, a pesar de su carácter de ruinas, tienen un valor del que carecen ciudades aparentemente terminadas. Es como si esas piedras memorables se hubieran quedado con las sombras de los hombres que las habitaron, y con un poco de imaginación es posible ver a los emperadores y a los grandes generales romanos pasando con sus cuadrigas bajo el Arco del Triunfo. En el Coliseo se escuchan aún los rugidos de la multitud y en algún rincón del Senado deben estar los discursos de Cicerón, a la espera de que una máquina prodigiosa los rescate del pasado y los traiga al presente. La gran ciudad siempre ha fascinado a las personas que tramitan su existencia en poblaciones menores, pues piensan que allí, en las 46 47 Para quedarles bien a las etimologías, el trabajo de las nuevas generaciones consistirá en devolverle su carácter de civilizada a la civitas. Civilizado” viene del latín, “civitas”, que significa ciudad. Se supone que el “ciudadano” es más culto que el campesino y “urbanidad” viene de urbe, que es otro de los nombres que se le da a la ciudad. Su Memoria Sobrevivirá a Su Época Carrera 3 calles 11 y 12. Ala derecha al fondo el Teatro Jorge Isaacs. A la Izquierda, el demolido Hotel Alférez Real De Épocas Pasadas 48 Ilia Jiménez de Gardeazábal Jorge Hadad Lemos Adolfo Felipe Castro Castro Aida Vincenzini de Ayala Aníbal Solórzano Domínguez Elisa Eder de Giovanelli Carlos Ordónez Caicedo Ana María Iragorri de Fonseca Alvaro Ariztizabal Velasco Fanny Vásquez de Gómez Hermana Beatriz Cecilia Vergara Ocampo Gonzalo Durán Escobar Alfonso Lamprea Ospina Hernán Álvarez González Andre Michelle Katalenic Méndez Jaime Arango Peña 49 Orlandobé: Tel.: 449 0218 / Cel.: 313 798 1740 Visite nuestra página web: www.revistaepocas.com 50 51 52
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