capítulo 17 procesos oncológicos en geriatría
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capítulo 17 procesos oncológicos en geriatría
CAPÍTULO 17 PROCESOS ONCOLÓGICOS EN GERIATRÍA MISERICORDIA GARCÍA HERNÁNDEZ Enfermera. Profesora Titular Enfermería Geriátrica. Universidad de Barcelona 1 CAPÍTULO 17 PROCESOS ONCOLÓGICOS EN GERIATRÍA 1. ETIOLOGÍA DE LOS PROCESOS ONCOLÓGICOS EN GERIATRÍA La edad de una persona es un factor de riesgo principal. ¿Por qué los ancianos tienen tal incremento en el riesgo de padecer cáncer?. Una de las teorías de mayor prevalencia es que la persona anciana tiene una exposición a carcinógenos ambientales a lo largo de la vida, al vivir más, la dosis total que recibe es mayor. El humo del tabaco, el alcohol, las radiaciones, los aditivos alimentarios son los carcinógenos que tienen mayor contacto con el tejido epitelial de las glándulas y las membranas mucosas, y son precisamente los cánceres en estas zonas de mayor incidencia en la población anciana. Hay otros factores que también pueden estar interrelacionados con la exposición ambiental a carcinógenos, por alteración de procesos enzimáticos, dando lugar a una lesión en su capacidad para reparar las mutaciones del ADN y a una acumulación de radicales libres perjudiciales originados a partir del metabolismo del oxígeno. Otra teoría propuesta para explicar la mayor incidencia en los ancianos de procesos cancerosos es la senescencia inmunológica. El timo responsable de la maduración de los linfocitos T comienza su involución con la maduración sexual a los 15 años, aunque el número total de linfocitos T permanece constante a partir de los 50 años la relación entre células T cooperadoras y citotóxicas aumenta a favor de las primeras. Por otra parte la sensibilidad de las células T citotóxicas también decae ya que existe un aumento del número de células inmaduras en sangre. Esto afecta a la vigilancia inmunológica del individuo o a su capacidad para reconocer y destruir células mutantes o alteradas por virus. También hay cambios inmunológicos humorales, asociados al envejecimiento, entre los que se encuentra una disminución en la respuesta de anticuerpos. El efecto global de estos cambios en el sistema inmunológico es un estado moderado de inmunodeficiencia, explicándose así la susceptibilidad aumentada de virus y micobacterias, que da lugar a un incremento de la incidencia de tuberculosis y herpes Zoster y una respuesta menor a las células mutantes, con aumento del crecimiento maligno. 2. SIGNOS Y SÍNTOMAS 2 El diagnóstico del cáncer es un proceso multifásico que comprende llevar a cabo una cuidadosa historia clínica sobre los factores de riesgo del paciente y ambientales, observar la existencia de señales de alarma, practicar una exploración física completa en la que se haga hincapié en los cambios indicativos de que el paciente tiene un cuadro maligno o premaligno, y en practicar pruebas complementarias seleccionadas. 2.1. SEÑALES DE ALARMA • • • • • • • Un cambio en los hábitos intestinales. Una úlcera que no cicatriza. Hemorragia o secreción inusual. Un engrosamiento o bulto en la mama o en cualquier otro lugar. Indigestión o dificultad en la deglución. Cambio evidente en una verruga o lunar. Tos o ronquera persistente. 2.2. ESTADIAJE Y GRADACIÓN DE LOS TUMORES El estadiaje es el método por el que se describe y clasifica la extensión de un tumor maligno en el momento del diagnóstico. La mayoría de los tumores sólidos pueden clasificarse según el sistema TNM, siglas que se refieren al tumor, los ganglios linfáticos y a las metástasis, describe la presencia y la extensión de la enfermedad local, regional y a distancia. T: Clasificación del tumor primario según la profundidad de la infiltración, la extensión superficial y el tamaño. N: Afectación de ganglios linfáticos. M: Extensión anatómica de las metástasis. La gradación se refiere a la clasificación histológica del tumor. Describe la malignidad potencial de acuerdo con el grado de diferenciación celular existente. En algunos tipos de tumores, el grado es más indicativo del pronóstico que del estadio. 3. MÉTODOS DE TRATAMIENTO 3.1. CIRUGÍA La cirugía es el método más antiguo de tratamiento del cáncer. Puede emplearse tanto con fines curativos como paliativos, por ejemplo una resección y anastomosis intestinal puede ser una solución paliativa para una obstrucción, o curativa si el cáncer está localizado. 3 La cirugía con fines curativos se emplea mejor cuando la neoplasia es pequeña y no se han identificado metástasis a distancia. La edad cronológica no es, por sí misma, una contraindicación para la cirugía mayor, sin embargo, requiere una evaluación preoperatoria y preparación más extensas, con atención a los síntomas del paciente que pueden tener efecto en el postoperatorio. En los ancianos la función cardíaca y pulmonar están disminuidas, así como la función renal que es aproximadamente la mitad que la de un adulto. En el postoperatorio los ancianos presentan un aumento del riesgo de compromiso respiratorio, hipoxia, y embolia secundaria a trombosis venosa profunda. Tienen menos capacidad compensadora en su función renal, pulmonar y cardíaca y no toleran la hiperhidratación . La disminución de la capacidad inmunitaria aumenta el riesgo de aparición de sepsis, sobre todo si hay barreras físicas abiertas como catéteres de Foley, vías intravenosas, drenajes, incisiones, etc. Por otra parte, el ambiente estresante de una unidad de cuidados intensivos puede llevar al anciano a estados de confusión, sentimiento de desesperanza y depresión. Cuando durante la intervención a un paciente aparece la imposibilidad de resección quirúrgica, éste tiene un postoperatorio de deterioro rápido. 3.2. RADIOTERAPIA La radioterapia consiste en la administración de radiaciones ionizantes de alta energía. Se trata de administrar una dosis precisa de radiación en un área determinada con el menor daño a los tejidos sanos adyacentes. La radiación es eficaz en el tratamiento local y regional, puede ser curativa o paliativa, puede administrarse sola o combinada con otros medios. Se puede emplear antes de la cirugía para reducir el tumor. Se utiliza como tratamiento en la enfermedad de Hodgkin, el cáncer de próstata en estadios precoces y los cánceres de cabeza y cuello en fases tempranas. De forma paliativa, para aliviar el dolor de las metástasis óseas y la presión tumoral. En los ancianos tratados con radioterapia es posible reducir los efectos secundarios y toxicidades potenciales, efectuando modificaciones en el fraccionamiento, la duración del tratamiento y el área que hay que tratar. La integridad de la piel y de las mucosas y la función de la medula ósea pueden ser más vulnerables a la radiación a causa de la habitual disminución funcional que se asocia al envejecimiento. La fatiga secundaria a la anemia provocada por la mielosupresión puede combinarse con los frecuentes desplazamientos durante los prolongados periodos que se requieren para llegar al centro donde se aplica la radioterapia. Hay que asegurarse de valorar la necesidad y la disponibilidad de ayuda, tanto para el transporte como para las actividades domiciliarias. También es necesario valorar el impacto del tratamiento sobre el cónyuge o la familia. Efectos secundarios 4 Efectos colaterales: Náuseas, vómitos, fatiga, diarreas; si la radiación es sobre zona abdominal, esofagitis. Efectos sobre la zona radiada: Alteraciones en la piel, desde un ligero eritema a una descamación seca o húmeda con descamación de la epidermis y aparición de úlceras cutáneas. Por tanto es necesario tener una especial atención con la piel de la zona irradiada, y hay que tener en cuenta las siguientes normas desde el primer día de tratamiento. • • • • • • • • Si es posible, no lavar la zona durante el tratamiento; si hay que lavarla utilizar sólo agua tibia. No se debe usar ropa que comprima la zona. No se debe exponer la zona tratada al sol. No se debe afeitar la zona tratada. No hay que utilizar ninguna crema, desodorante o loción en la zona tratada, excepto que sea recomendada por el servicio de radioterapia. Si la piel se torna seca o pruriginosa se prescribirá medicación tópica y se informará al paciente de que no se rasque. Si la piel comienza a desprenderse, se puede aplicar pomada de cortisona. Si una zona de la piel se vuelve húmeda y comienza a agrietarse, se seguirán las instrucciones dictadas por el servicio de radioterapia. 3.3. QUIMIOTERAPIA La quimioterapia es uno de los pocos tratamientos sistemáticos para el tratamiento del cáncer. Su efectividad se basa en la cinética celular, que elige como blanco las células neoplásicas según llevan a cabo su ciclo reproductivo. Muchos de los efectos tóxicos asociados con la quimioterapia se producen debido a los efectos de estos fármacos en el ciclo reproductivo de las células normales. Éstas pueden regenerarse a partir de células madre no afectadas; las células malignas suelen sufrir un daño genético fatal. La mielotoxicidad es la mayor preocupación en los pacientes geriátricos. Con el envejecimiento, hay una pérdida de la capacidad de proliferación de las células madre de la médula ósea así como un reemplazo por tejido fibroso. Esto puede afectar a la capacidad del anciano para regenerar la adecuada cantidad de neutrófilos y plaquetas debido a la reducción de células madre funcionantes. El resultado sería una mayor incidencia de infecciones y hemorragias, dos de las principales causas de muerte en los pacientes cancerosos. La malnutrición, común en el anciano, también puede ser un factor que contribuya a la mielotoxicidad. La disminución de la masa corporal, hipoalbuminemia, y la reducción del agua corporal total cambiarán de forma significativa la forma en que los fármacos hidrosolubles afectan al anciano. 5 La disminución de la función renal enlentecerá la excreción de algunos fármacos citotóxicos, contribuyendo a un aumento de toxicidad. Con una correcta planificación en los regímenes de tratamiento, teniendo en cuenta las características de la edad, puede evitarse la toxicidad excesiva. Las decisiones sobre el tratamiento han de estar basadas en el funcionamiento fisiológico del paciente, estado de rendimiento y objetivos vitales personales, en lugar de la edad cronológica. Los regímenes quimioterápicos varían considerablemente en cuanto a pautas, dosificación y combinación de fármacos según la neoplasia que hay que tratar. Es importante la selección de fármacos para reducir al máximo la toxicidad excesiva sobre cualquier sistema corporal y en concreto, sobre la médula ósea. 3.4.HORMONOTERAPIA La hormonoterapia es un tratamiento paliativo eficaz en algunos tipos de cáncer. El efecto hormonal se produce en algunos tumores actuando a distintos niveles: Al impedir o reducir la síntesis de hormonas que favorecen el crecimiento tumoral, al antagonizar sus efectos, al interferir su acción en la célula diana y al interaccionar con los mecanismos de regulación interhormonal. Terapéutica ablativa o cirugía endocrina. Se basa en la extirpación de órganos endocrinos para disminuir los niveles de la sustancia hormonal inductora: • • • • Ovariectomía Orquiectomía Suprarrenalectomía Hipofisectomía Terapéutica aditiva o tratamiento médico. Se basa en la administración de sustancias exógenas para que se produzca una modificación del equilibrio hormonal: Estrógenos, andrógenos, progestágenos, corticoesteroides, antiestrógenos, antiprolactinémicos, antiandrógenos e inhibidores de la esteroidogénesis suprarrenal. 4. PROCESO DE ATENCIÓN DE ENFERMERÍA A ANCIANOS CON PROBLEMAS ONCOLÓGICOS Mediante la adopción de medidas para prevenir y tratar los síntomas, las enfermeras influyen directamente sobre la capacidad del anciano para tolerar y participar en los difíciles protocolos terapéuticos. El objetivo último consiste en mejorar la calidad de vida para que puedan sobrellevar las actividades diarias, tanto él como su familia. En este apartado se describirán los problemas y/o diagnósticos de enfermería más frecuentes en cualquier proceso oncológico. 6 4.1.ALTO RIESGO DE INFECCIÓN A todos los pacientes en los que se sospeche una infección hay que someterles a una cuidadosa valoración para identificar las áreas afectadas. De ello dependerá que se pueda proceder a un tratamiento antibiótico y sintomático adecuado. Si hay neutropenia se disminuye la capacidad para desarrollar la reacción inflamatoria, los signos y síntomas de infección son más sutiles. Hay que valorar: • • • • • La totalidad de la superficie cutánea y de los pliegues para descartar cualquier lesión, grieta, rotura, erupción. En la boca, si existe enrojecimiento, lesiones o dolor a la palpación, presencia de placas y manchas. Presencia de tos, esputo, ruidos pulmonares anormales y dificultad respiratoria. En la zona perineal sobre todo la zona rectal porque es frecuente la localización de infecciones, se debe explorar en busca de ulceraciones; valorar el dolor que puede acompañar las deposiciones; secreciones vaginales, sensación de quemazón, prurito u olores que puedan indicar infección. Valorar los cambios en el nivel de consciencia que nos pueden indicar la presencia de sepsis. El objetivo del cuidado consiste en evitar las complicaciones infecciosas y detectar rápidamente los indicios de infección. El resultado esperado es que el paciente permanezca libre de infección o que las complicaciones infecciosas cedan. 4.2.HEMORRAGIA La trombocitopenia provocada por la quimioterapia es la causa más frecuente de hemorragia. Cuando el recuento plaquetario desciende por debajo de 20.000mm, el riesgo de hemorragia es elevado. En estos casos puede administrarse transfusiones profilácticas de plaquetas aunque no haya hemorragia activa, para reducir la posibilidad de hemorragias gastrointestinales o en el sistema nervioso central que pueden resultar mortales. También puede haber trombocitopenia por la supresión medular secundaria a la radioterapia. La infiltración por el tumor causa a veces erosión y la subsiguiente rotura de los vasos sanguíneos como en el caso de los cánceres de cuello, cabeza y pulmón. Hay que valorar. • La presencia de petequias y equimosis espontáneas. 7 • • • • La presencia de hemorragias donde se llevan a cabo técnicas cruentas, epistaxis, hemorragias gingivales y hemorragias genitourinarias. Los cambios en el nivel de consciencia y la aparición de cefaleas que pueden indicar hemorragia en el sistema nervioso central. El control de las constantes vitales que pueden indicar hipovolemia. Los factores de riesgo asociados como la ingesta de medicamentos que interfieren en la hemostasia, como las aspirinas, antiinflamatorios no esteroideos, heparina... El objetivo del cuidado es potenciar al máximo la prevención, la detección precoz y la actuación inmediata. El resultado esperado es que el paciente permanezca libre de hemorragias o que se solucionen los episodios hemorrágicos y que sepan verbalizar, él y su familia, las medidas encaminadas a prevenir y controlar las hemorragias. 4.3.ANEMIA La anemia de los pacientes con cáncer es otra complicación secundaria a la alteración de los mecanismos protectores. Aunque la anemia puede tener un impacto considerable sobre la calidad de vida en el anciano, no suele dar lugar a cuadros potencialmente fatales. Sin embargo, la anemia es un problema importante ya que puede afectar gravemente a la capacidad de autocuidado por la gran fatiga que produce. Las manifestaciones de la anemia dependen de la menor capacidad para transportar el oxígeno. Hay que valorar los tratamientos previos o actuales contra el cáncer o los medicamentos que pueden producir anemia; puede haber un aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca por la hipoxemia. Cuando el nivel de hemoglobina es muy bajo puede producirse letargia y disminución de la capacidad de respuesta. Hay que valorar: • • • La presencia de cefaleas, disnea de esfuerzo, mareos, taquicardia, dolor torácico o hipersensibilidad al frío. La presencia de sangre en heces, orina o nasofaringe. La palidez de la piel, los lechos ungueales y las conjuntivas. El objetivo del cuidado consiste en mantener la energía del anciano y en facilitar su bienestar durante los períodos de anemia. La respuesta esperada es una adecuada oxigenación de los tejidos que se demuestra por la ausencia de signos de anemia. El anciano o su familia han de ser capaces de verbalizar las medidas encaminadas a conservar la energía durante los períodos de fatiga. 4.4.PROBLEMAS ORALES Las complicaciones orales más frecuentes son la estomatitis y la xerostomia. Ambas producen un impacto directo sobre el estado de nutrición y el bienestar. La causa es 8 que durante los tratamientos de quimioterapia, por efecto de la citotoxicidad, las células epiteliales se desprenden produciéndose una desnudación de la mucosa oral, causando atrofia e inflamación de la mucosa. La radioterapia en las zonas de la cabeza y el cuello produce una respuesta celular similar. Pueden cambiar e incluso perder el sentido del gusto, a veces las alteraciones orales pueden ser permanentes en pacientes que han recibido radiaciones, cosa que no sucede en los que han recibido quimioterapia. Otros factores que hay que tener en cuenta son la higiene oral, el estado de nutrición, la hidratación, la administración de oxígeno y la ingesta de fármacos que induzcan a la sequedad. Hay que valorar: • • • Antecedentes de problemas orales o dentales y el consumo de tabaco y alcohol. La boca mediante una exploración observando el estado de los labios, la lengua, la mucosa, la encía y los dientes. La presencia en la boca de enrojecimiento, úlceras, sensación de quemadura o dolor y placas blancas en la mucosa. El objetivo del cuidado consiste en mejorar la comodidad y la ingestión de alimentos, asó como establecer un método eficaz de higiene bucal. El resultado esperado es una correcta prevención o resolución de los problemas orales, manteniendo la mucosa oral intacta y sin dolor ni malestar. 4.5.ALOPECIA Aunque el pelo no es esencial desde el punto de vista del bienestar físico, lo cierto es que tiene efectos devastadores, para quien la sufre, con respecto a la autoimagen. La pérdida de pelo más importante es la de la cabeza, pero el resto del cuerpo también sufre las consecuencias. La amplitud de la pérdida depende del tipo, dosificación y duración del tratamiento. La alopecia producida por la quimioterapia es temporal, a diferencia de la producida por los andrógenos en los tratamientos de hormonoterapia. La radioterapia produce alopecia en las zonas radiadas y, según la dosis, puede ser temporal o permanente. Hay que valorar: • El método habitual del cuidado del cabello y las prácticas que pueden dañarlo, como los lavados muy frecuentes, el uso de rulos calientes, secadores de aire, rizadores, permanentes y tintes. El objetivo del cuidado consiste en minimizar el efecto que la alopecia ejerce sobre la autoimagen del anciano y que participe en las medidas encaminadas a conseguir su adaptación a este problema. El resultado esperado es que conozca si la alopecia 9 será temporal o permanente y las estrategias de autocuidado para tratar o reducir los efectos que la alopecia produce en la autoimagen. 4.6.NÁUSEAS Y VÓMITOS Las náuseas y los vómitos son los problemas de tratamiento que más hacen sufrir a los pacientes. El control satisfactorio mejora significativamente la calidad de vida durante el tratamiento. Las posibles complicaciones de unas náuseas y vómitos prolongados e incontrolados son los desequilibrios electrolíticos, la deshidratación, la gastritis y la alteración del estado nutritivo. Para paliar los efectos de las náuseas y vómitos se modificará la dieta, administrando comidas frías, líquidos diluidos y galletas, eliminando los alimentos fuertes y especiados; los alimentos calientes pueden desprender olores que pueden provocar el vómito. Los antieméticos se administran con liberalidad antes y después del tratamiento. Los quimioterápicos de naturaleza emética actúan sobre el bulbo raquídeo, la corteza cerebral o los receptores periféricos de la faringe y del aparato digestivo, estimulando los vómitos. En la mayoría de casos ceden a las 48 horas de interrumpir el tratamiento; las náuseas en cambio son más persistentes. La radioterapia también puede producir náuseas y vómitos, no sólo cuando la zona radiada es la zona abdominal por los efectos directos sobre la mucosa gástrica, sino también en otras zonas por el efecto que produce la liberación de toxinas, cuando se destruye el tumor, en el torrente circulatorio. Hay que valorar: • • • El impacto de las náuseas y vómitos sobre las actividades de la vida diaria. El patrón de aparición, frecuencia e intensidad. Los factores agravantes: el olor de la comida, el movimiento, la tos, determinados alimentos. El objetivo del cuidado es la ingesta nutritiva adecuada y el bienestar. El resultado esperado es controlar al máximo la no presencia de náuseas y vómito. 4.7.DIARREA Los pacientes tratados con quimioterapia y radioterapia desarrollan diarrea por la destrucción de las células epiteliales de la mucosa del aparato digestivo, produciendo su atrofia. La consecuencia es la pérdida de elementos nutritivos y líquidos. Tras la extirpación de intestino se puede sufrir un síndrome de mala absorción de líquidos. Otras posibles causas de diarreas en los pacientes oncológicos son el estrés, la obstrucción intestinal secundaria al crecimiento tumoral, los suplementos nutritivos de elevada osmolaridad y la infección intestinal. 10 Hay que valorar: • • • • Aumento de los ruidos intestinales, distensión o rigidez abdominal, flatulencia, cólicos o dolor. La cantidad y frecuencia de la diarrea, el color, la consistencia y olor de las heces. Estado de la piel perianal para descartar excoriaciones o dolor. La hidratación, la ingesta, la presencia de sed. El objetivo del cuidado es recuperar el patrón normal de eliminación y evitar la deshidratación y la alteración del estado nutricional. El resultado esperado es la disminución o la desaparición de la diarrea y que el anciano pueda identificar las medidas encaminadas a minimizarla. 4.8.DISFUNCIÓN SEXUAL Se valorará la presencia de factores de riesgo de disfunción sexual. Hay que valorar la historia sexual previa, incluyendo el rol y las relaciones sexuales preferidas, así como las percepciones del paciente, y en los casos que se crea conveniente también del compañero sexual, sobre la forma que la enfermedad y el tratamiento afectan a su sexualidad. El objetivo del cuidado consiste en ayudar al anciano a conocer el posible impacto de la enfermedad o de su tratamiento sobre la sexualidad, y si lo desea ayudarle a conseguir un rol sexual satisfactorio. El resultado esperado es que el paciente debe ser capaz de expresar verbalmente su conocimiento sobre el impacto que la enfermedad y su tratamiento pueden tener sobre la sexualidad. No es aconsejable trabajar con el anciano este diagnóstico si él no se muestra receptivo a ello. En el caso que él lo verbalice se puede ayudar identificando los recursos humanos disponibles para un asesoramiento sexual más intenso. 4.9.ALTERACIONES DE LA NUTRICIÓN Las alteraciones del estado nutritivo pueden atribuirse a las náuseas y vómitos, a los problemas de eliminación intestinal, al dolor, a la angustia, a la fatiga, a la anorexia provocada por el tratamiento. La malnutrición también puede deberse a un problema inherente al proceso canceroso, lo que se traduce en caquexia con una pérdida progresiva de la grasa y del músculo del organismo y en adelgazamiento paulatino que puede provocar la muerte. La malnutrición de los pacientes con cáncer es de naturaleza proteicocalórica porque la composición de la dieta en proteínas y calorías no basta para cubrir las demandas metabólicas. Otros factores que contribuyen a la malnutrición son la alteración del sentido del gusto y la obstrucción del tubo digestivo por la presencia 11 de un tumor. También son innumerables los factores psicológicos que afectan a la nutrición. Hay que valorar: • • • • • • • Medidas antropométricas: peso, talla y grosor del pliegue cutáneo. Estado de la cavidad bucal. La capacidad de masticar y deglutir alimentos. La debilidad muscular, pérdida de masa muscular. La conducta en relación a la comida. El rechazo a los alimentos. El estado anímico. El objetivo del cuidado es estabilizar y mejorar el estado nutricional. El resultado esperado es que el anciano tenga un estado nutricional óptimo a sus posibilidades. 4.10 ESTREÑIMIENTO/DOLOR Estos dos diagnósticos, complicaciones de los procesos y tratamientos del cáncer, son tratados en los capítulos “Principales dependencias en geriatría” y “Procesos terminales en el anciano”. RECOMENDACIONES PRÁCTICAS • Hacer la valoración para el tratamiento del anciano con cáncer no en función de su edad sino por el estado de rendimiento. • Controlar especialmente el postoperatorio si ha habido imposibilidad de resección quirúrgica, así como las funciones cardíacas, respiratorias y renales, alteradas éstas por el proceso de envejecimiento. • Seguir desde el primer día las normas de cuidado de la piel de las zonas radiadas para evitar los efectos secundarios. • Poner especial atención en los efectos secundarios producidos por los diversos tratamientos y la repercusión en las actividades de la vida diaria de las personas ancianas. • Valorar y planificar los cuidados de enfermería de los diversos síntomas y complicaciones de los procesos oncológicos para conseguir el máximo bienestar. 12