Muerto sin haber nacido
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Muerto sin haber nacido
REGISTRO GENERAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL NÚMERO DE ASIENTO REGISTRAL 03 / 2008 / 306 Imprime: Unidixital D.L.: C 185-2009 MUERTO SIN HABER NACIDO José Hermida Muiños Escrito del autor al Ateneo Ferrolano, donde comunica la donación de varios documentos a dicha entidad y también al Archivo Histórico de Betanzos -5- Portada de libro de familia saharaui, donado por el autor al Ateneo Ferrolano y al Archivo Histórico de Betanzos -6- Interior de libro de familia saharaui -7- Documento Nacional de Identidad español de Mustafá Aleyat, donado por el autor al Ateneo Ferrolano y al Archivo Histórico de Betanzos -8- Certificado Matrimonial saharaui, donado por el autor al Ateneo Ferrolano y al Archivo Histórico de Betanzos -9- Reverso del Certificado Matrimonial saharaui, donado por el autor al Ateneo Ferrolano y al Archivo Histórico de Betanzos - 10 - Escrito relativo a la exhumación de los restos de «Cuqui», además de otros fallecidos (hoja 1.ª) - 11 - Escrito relativo a la exhumación de los restos de «Cuqui», además de otros fallecidos (hoja 2.ª) - 12 - MUERTO SIN HABER NACIDO ¿Qué pasó con el difunto del legionario Dº Francisco Ruíz Fernández (D.E.P.), que sin haber nacido falleció? ¿Se puede morir sin antes haber nacido? ¡La verdad, parece que sí! Nunca anteriormente se había dado semejante situación oficialmente en este chocante país.¿Pruebas? El mencionado figura como fallecido en Sidi-Ifni el día cinco de Febrero del año mil novecientos sesenta y cinco; y así se confirma por la Certificación de Fallecimiento del Registro Civil Central, afecto a La Dirección General de Los Registros y del Notariado y al Ministerio de Justicia en escrito de fecha 27 de Abril del presente año, al que se nos adjunta Certificado de Defunción. Ruíz Fernández, se dice, nació en Utrera (Sevilla) el día uno de Enero del año 1931, firmado por el Señor D. Raimundo López Lorenzo y González del Campo; pero en El registro Civil de esta localidad nos certifican que allí no se encuentra preceptivamente asentado como nacido; de este hecho tiene muy puntual conocimiento El Ministerio de Justicia por nuestro oficial comunicado de fecha del día 2 del pasado mes de Junio, quien a su vez manifiesta serias dudas de que fuese Cuqui realmente fusilado según respuesta de tal Ministerio de Justicia de fecha del día 3 del mes de Julio último, conforme al Auto del Registro Civil Central que firma Dª María Asís García-Puente Ruiz, que consta en el Expediente 33G-0019929, actuando como Magistrado-Juez D. Antonio Hernández de la Torre Navarro, a quien se le remitió a través de El Registro Civil de Bergondo-Coruña la prueba palmaria de que “Cuqui” sí fue realmente fusilado en la fecha del día cinco de Septiembre pasado. Estos tenebrosos personajes que están - 13 - ocupando cargos oficiales, que se permiten dudar permanentemente con endógenas e infundadas sospechas de Los Ciudadanos, nos puede dar la certera impresión de que, simplemente, en el presente asunto, lo que intentan es veladamente dejar en entredicho, bien por sinecura, bien por connotadas connivencias oscuras, que Cuqui se suicidó con arma de fuego u otra cábala malévola por el estilo. Y dado de que se le aportó la prueba del fusilamiento, ante la misma, guardan vil silencio. Como bien nos consta, como oficial referencia del Consejo General del Poder Judicial, en Expediente 261/2006 y Su Referencia nº 2/29719, nos estimó nuestro Recurso de Alzada con fecha del día cinco del mes de Julio pasado, interpuesto contra decisión del Tribunal Militar Territorial Quinto de Tenerife, cuando éste fue quien sentenció en aquella funesta fecha el certificado fusilamiento con sus inherentes e impropias ilegalidades ya mencionadas ante él y el Consejo General del Poder Judicial. Sin embargo, tal Tribunal sentenciador, a pesar de la estimación de tal Consejo, con idéntico silencio cómplice, no aporta la declaración judicial de los testigos, la del propio condenado en la que figure la motivación de la muerte provocada del sargento Barrionuevo, así como el parte de arresto de éste hacia Cuqui o la parte confeccionada del mismo. Como perfectamente se puede desprender, todo fusilamiento en aquella época, a pesar de la aludida sentencia, para llevarse a cabo el mismo, éste debía ser confirmado mediante la firma autorizante del entonces Jefe del Estado y su gobierno o, en su caso, por persona autorizada; pues bien, todos estos datos son los que se nos vienen denegando ilegalmente, por lo que ante tales silencios oficiales da motivo a que la voz del relator los supla, y, afinando, en colofón debido, digamos que el Tribunal Militar Territorial Quinto actual sigue la misma línea de conducta que aquel de antaño, posiblemente a oscuras directrices de alguna parte interesada. Ante el también confabulado silencio aleccionado de El Registro Civil de Utrera-Sevilla, a quien se le aportó como prueba del falleci- - 14 - miento de D. Francisco Ruiz Fernández el susodicho Certificado de Defunción y escrito de remisión del Registro Civil Central del Ministerio de Justicia, habremos en pura conciencia manifestar que si el fallecido no consta asentado en tal Registro como nacido con su preceptivo asentamiento es, con seguridad, por haber hecho intencionada y deliberadamente desaparecer tal asentamiento para borrar toda huella oficial del crimen mezquinamente. El Consejo General del Poder Judicial sabe por nuestro comunicado estos hechos. Cuando el relator se incorporó a La VIIª Bandera del “teniente coronel Valenzuela” por el mes de Julio del año mil novecientos sesenta y nueve, ubicada en Smara (Sahara Occidental), a la Segunda compañía, entre otros legionarios extranjeros, había en ella dos legionarios japoneses llamados “Yasuiko y Tanaka”. No hablaban absolutamente nada el idioma español, por lo que no realizaban ninguna clase de servicios. Nunca formaron militarmente con la compañía. Andaban siempre los dos juntos a todas las partes. El misterio de estas dos personas era pleno: se ignoran donde comían y dormían, pues sólo eran vistos entrar en el barracón muy de tarde en tarde. Cuando el relator se licenció el día tres de Agosto del año mil novecientos setenta y uno allí se quedaron los dos nipones. En fechas muy recientes el relator fue verazmente informado que estas dos personas habían también fallecido en aquel territorio sahariano. Nos apuntan fielmente que aparecieron muertos, también los dos juntos, ignorándose las motivaciones, causas y fecha de ello. Considerándolo necesario, obligado y congruente, el relator informó constitucionalmente a El Excmo. Señor Embajador de Japón en Madrid de estos hechos, certificadamente, en la fecha del día 28 de Agosto pasado. Al Excmo. Ayuntamiento de Utrera (Sevilla), en fecha del día 23 del mes del pasado mes de Julio, en Certificado de Correos desde El Ferrol (Coruña), con Código de Barras CD00434356796, con Aviso de Recibo, hora 9,01, peso 689 Grs., por un importe de 6,88 euros, Oficina 1500011 y CIF A8305407, se le enviaron cuatro ejemplares del - 15 - Escrito del autor al Embajador de Japón en Madrid, informando de la existencia de dos ciudadanos japoneses en las filas de la Legión Española, al parecer fallecidos en Smara (Sahara Occidental) - 16 - libro intitulado UNA TUMBA EN UTRERA con números de referencia 21/100, 22/100, 23/100 y 24/100; pues bien, tal Ayuntamiento también a esto guarda cómplice silencio; no fue tampoco su deseo remitir contractualmente tal Aviso de Recibo en retorno, como resulta preceptivo, de conformidad de haber llegado el envío a su pretendido destino; y para la confirmación, ya que el mismo envío nunca nos fue reintegrado por ningún rehúse, en fecha del día 14 de Septiembre, a través de la Oficina de Correos de Betanzos-Coruña, se recabó incidencia del envío en cuestión, resultando que de él se hizo cargo “la empleada Dª Eva Herrera Burgos, DNI 79.210.356”, firmado ilegible desde Correos de Utrera en la fecha del día 24 de Julio del año 2007, si bien no nos parece correcto que en tal documento conste como fecha de entrega de tal envío (“primer intento”) la fecha del día “24/04/2007”, pues, como bien se demuestra, la fecha del mentado envío fue posterior, es decir, el día 23 de Julio del año 2007, por lo que habremos de pensar que el error habrá sido involuntario, no así lo del Aviso de Recibo ni el silencio de la recepción. ¿Qué ocurre? ¿Existe miedo o terror a este asunto Oficial? ¿Alguien está chantajeando en amenazas, coacciones y extorsiones? ¿Quién tiene macabro interés en que estos hechos no se aclaren para la transparente Historia? ¿Qué pagos corruptos se sufragan del Erario Público para el vil silencio? ¿Qué mezquino beneficio consigue el comprador de silencios?. Con idéntico comportamiento que con el sargento legionario Dº Jaime Tur Jeremías, único superviviente se conflicto bélico de La Campaña de Sidi-Ifni de los años 1957-1958, en el combate de Edchera el 13 de enero, donde hubo más de ochenta legionarios fallecidos, los mandos de La Legión, en menor escala, lo ejecutaron con el relator. La realidad nos da a entender que al sargento citado se “la montaron” para justificar su expulsión de la legión en el año 1962, precisamente también en Sidi-Ifni. Le inventaron inexistentes “embriagueces” sin estar de servicio, etc. Cuando la verídica motivación fue el no estar dispuesto a que ni los oficiales, suboficiales o cabos primeros se llevasen de la cocina del - 17 - legionario la comida para sus casas, así como otros “affaires” de pleno saqueo. Al relator, durante los dos años de legionario, no le impusieron arresto alguno; y cuando le faltaban tres meses para licenciarse del servicio militar, con la graduación de cabo, también inventándose lo de “la 1ª embriaguez no estando de servicio”, siendo justamente el día 23 de Abril del año 1971, le impusieron por esa falsa acusación histriónica un mes de arresto de “pelotón” de castigo. Querían comenzar de igual modo que con Jaime Tur Jeremías, pero recordaron bastante tarde, pues el relator se licenció el 3 de Agosto de aquel año 1971. Pero el asunto sucedió así: el 23 de Mayo de 1971 el relator cumplió aquel mes de arresto; nada más incorporarse a la unidad le fue nombrada Guardia de Prevención y, cuando el recién ascendido a sargento, el Sáez Vergara, formó la guardia, con notorio sentido vengativo y aleccionado por superior recomendación, inventándose que el relator tenía sucio el fusil de asalto Cetme, le impuso cuatro días de arresto de compañía. Daba la certera impresión de que se pretendía repetir con el relator la lamentable historia del Cuqui. Ya por el mes de Mayo, estando aún el relator en el “pelotón de castigo” confeccionando adobes en el oasis de Smara, haciendo acto de presencia el escribiente de la oficina de la segunda compañía, el arrestado fue preguntado se deseaba reengancharse en la Legión, se le respondió que no. Cuando éste estaba en la compañía de destinos de la VIIIª Bandera en El Aaiún, una tarde, en unión del también cabo Santiago Arquellada Barbero, que también cumplía el compromiso, ambos se fueron al pueblo. Primero se internaron en El Cine “Las Dunas”; una vez terminada la película se dirigieron a tomar unas consumiciones. En el momento de ir caminando por una calle en dirección a la Bandera, desde su espalda se escuchó: “¡¡¡Oiga, cabo, párese!!!” Decir que los dos eran cabos, que las divisas las llevaban en el pectoral; que los dos iban uniformados igual, con los pantalones adaptados por el mismo sastre (un saharaui de Smara, quien cobraba veinticinco pesetas, al perecer de nombre Xaua Naua). El de la frase resultó ser el comandan- - 18 - te Jefe de Día, del cual se ignora su nombre y resto de identidad. Los dos cabos detuvieron su caminar, girándose dando el frente y saludo al de la voz. Aquel sujeto se dirigió exclusivamente al relator con exigencia de identificarse y notificarle la imposición de quince días de arresto en la prevención por “falta de uniformidad”, cuando en aquel estado habían pasado revista en la puerta principal de guardia por el sargento de la misma. El día del arresto faltaban siete días para el licenciamiento por fin de compromiso. Ni el día de su imposición ni al siguiente nos presentamos en el cuerpo de guardia para su cumplimiento. A la tarde-noche del tercer día vino un legionario de la Guardia para que éste se constituyese en arresto, acompañándole con una manta para el calabozo. Aquel ilegal arresto, como los anteriores, a los histriónicos impositores les resultó materialmente imposible su pleno cumplimiento, del que sólo se penó en reclusión cinco días desde el día 29 de Julio hasta el día 3 de Agosto. Aquel día, al tocar Diana el corneta, el arrestado en voz audible requirió al cabo primero de La Guardia, quien presto hizo acto de presencia ante el enrejado de la puerta de la prevención. Dijo: “¿qué quieres?”. -¿Sabe qué día es hoy, mi primero?. -Sí, hoy es día tres de Agosto del año mil novecientos setenta y uno. -Exacto, pues haga usted el favor de decirle al teniente que este preso está ya licenciado. Dígale que ya me huelen los huevos a península. En efecto, presto se fue aquel cabo 1º retornando con el teniente de servicio descorriendo los cerrojos del calabozo, saliendo todos los arrestados. Y cuando Cartobache II iba cruzando la explanada del Cuartel de Sidi- Buya en dirección a la compañía para cambiarse el uniforme por el atuendo de civil, dirigirse a la Oficina de destinos con Arquellada Barbero para hacer acopio del pasaporte de embarque del avión Aaiún-Sevilla-Madrid, en pura y máxima coincidencia nos topamos - 19 - en opuestas direcciones con el ya capitán José Luis Arpón López, con quien dos años atrás habíamos dejado Sidi-Ifni de teniente. Se le saludó militarmente. Sucedió: -¡A la orden de usted, mi capitán! Enhorabuena por su ascenso. -¡Gracias! ¡Hombre, Hermida! ¿Qué haces por aquí?. -Ya ve, mi capitán, he bajado de Smara con el fin de licenciarme. Hoy he cumplido mi compromiso militar de tres años con La Legión. -No te licencies, hombre, ahora que ya eres cabo, que es lo más difícil… Piénsatelo. Si te reenganchas ahora mismo voy contigo a Mando y te llevo para la Octava Compañía, que es la mía. Te prometo que te nombro cabo furriel y te instruyo para Cabo primero y luego para sargento, ¿qué me dices?. -Gracias, mi capitán, pero no va a poder ser. Marcho para la península. Además ya estoy cansado de tanto desierto, mascar arena del siroco a diario. Y por otra parte tendría que esperar dos años para invalidar dos correctivos recientemente impuestos para presentarme para cabo 1º, con propensión a sufrir otros posteriores, con lo que lo del ascenso se eternizaría. -Si cambias de parecer, te estaré esperando en la compañía. -No espere, mi capitán, pues me voy. -De todas formas, te esperaré. Como estaba previsto, ya vestido de civil, nos presentamos en la Oficina para conseguir el pasaporte de marcha. Así nos presentamos ante un brigada y un legionario escribiente. Éste fue quien nos redactó el Diploma. El brigada murmuraba enfadado, contrariado por no ir uniformados. - 20 - Como último recuerdo, retrotrayéndonos al lugar de Sidi-Ifni, habiendo ello sucedido en tiempo anterior a nuestra llegada allí, nos relataron que estando de general Jefe de La Plaza Dº José Vega Rodríguez, con motivo de ir éste circulando en el vehículo oficial por la pista enfrente a La XIII Bandera General Mola “Independiente” de La Legión, con la marcha y velocidad del vehículo con su viento provocado a su paso y altura del centinela de la puerta principal, mandó detenerse a su conductor y retroceder. Con suprema rapidez se le formó La Guardia internándose en el acuartelamiento. Al breve tiempo aquel centinela fue relevado del puesto, anteriormente a la hora prevista para ello, y llevado a presencia del general Vega Rodríguez, que ya se hallaba en el despacho con el teniente coronel Jefe de La Bandera. En el interior de aquella estancia, en rígida posición de firmes, frente a aquellos jefes, se encontraba aquel centinela. De pronto le dijo el general: -Legionario, desabróchese el tres cuartos. -Sí, mi general –el teniente coronel estaba pasmado, sin saber a qué obedecía aquello. Al desabrochar, pues, el tres-cuartos el centinela dejó ver que por pantalones sólo tenía las dos perneras sujetas con dos ligas por encima de la rodilla exhibiendo los calzoncillos. Ante aquella escena, el general Vega le dijo: -¿Qué pasa, legionario? ¿Qué le pasó al resto del pantalón que te falta? ¿Acaso se lo quedaron las putas en prenda por el trajín realizado?. -No, mi general, es que ando mal de “MASITA” y ya no me queda crédito para comprarme otro pantalón nuevo. -¡Vale! Dale quinientas pesetas para que se compre uno –le ordenó a su comandante ayudante. - 21 - SMARA Durante la estancia en la segunda compañía de la VIIª Bandera del “Teniente coronel Valenzuela”, al mando respectivo de los capitanes Rodrigo Holguín Barraca y Ángel Martínez Illescas-Pichardo, el entonces teniente coronel (D.E.P.) D. Víctor Lago Roman, procedente de la residencia de oficiales en conexión por megafonía, de cuando en vez, solamente se escuchaban en solemne tono tres melodías en alternancia; es decir, sólo se emitía una cada día, por las tardes, espaciadas por semanas o meses; las otras dos, por turno eran sucesivas: “por un puñado de dólares, la muerte tenía un precio y el bueno, el feo y el malo”. Cuando escuchabas el silbido morricone en aquel paraje del Desierto dentro mismo del cuartel la imaginación se ponía en marcha pensando si aparecerían los jinetes a caballo, mirando al cielo para en conjunto si también aparecerían los complementarios buitres en vuelo pausado circular. Y cuando se repetían aquellas melodías automáticamente también se reiteraba idéntica imaginación. En relación accesoria con esto, además, a alguien se le ocurrió instalar en un lateral de la pista de terrizo arenoso que dirigía hacia el campo de tiro una losa de pizarra de las muchas que había en la zona, de unos aproximadamente cincuenta centímetros de altura, triangular, sujeta con una corona de piedras a su derredor, con el epitafio: “el bueno, el feo y el malo” escrito a mano en profundo relieve de grabación. Aquella losa allí permaneció siempre inmóvil, al menos hasta la fecha del día del licenciamiento del relator. ¿Presagio? Pudiera ser. Es muy seguro el que a alguien interesado le molesta que sobre El Sahara Occidental escriba el relator, ¿por qué?. - 22 - Vista del panteón familiar del general de divisón Víctor Lago Román, asesinado por ETA el 4 de noviembre de 1982 Tumba del general de divisón Víctor Lago Román - 23 - La Séptima Bandera pertenecía orgánicamente a la cabecera del entonces Tercio Sahariano D. Juan de Austria III de La Legión con base en El Aaiún. En dicha cabecera se hallaba la Octava bandera, y la Unidad de carros y tanquetas, situadas en Edchera en el acuartelamiento llamado “Fuerte Chacal”. Como ya hemos dicho en más de una ocasión, tal Tercio lo mandaba el entonces coronel D. José María Timón Lara, quien había estado compartiendo destino con el relator en Sidi Ifni hasta la cesión del territorio a Marruecos con la graduación él de teniente coronel. La distancia entre El Aaiún y Smara era de unos doscientos setenta kilómetros. Y durante el tiempo de permanencia del relator en Smara jamás se le vio por ella. El citado coronel, y ello era “vos populi”, tenía frecuencias polémicas con su segundo, el entonces teniente coronel Esteban Rodríguez Patón. El desierto del Sahara Occidental, desde aquellas y anteriores fechas, indudablemente guarda infinidad de misteriosos secretos, tramas, confabulaciones de “fino” maquiavelismo: ¿Causas? Pues no sólo los yacimientos de fosfatos en El Bucráa sino las señalizaciones francesa y norteamericana de las prospecciones petrolíferas allí existentes y vistas. Se dijo y se mantiene que los sucesos suelen aliarse en el tiempo. El día quince de Diciembre del presente año dos mil siete, creyéndole inhumado en Madrid, visité el honorable panteón del buen Jefe D. Víctor Lago Román. Nunca había estado en ese Campo Santo, por lo que me decidí revisar nicho por nicho hasta dar con mi buen amigo y jefe Víctor. La búsqueda fue más breve de lo esperado al ser ayudado por una amable señora que sabía su lugar de eterno descanso. Con viva fibra humana, automáticamente, le pregunté: AMIGO MÍO, POR FIN TE ENCUENTRO… ¿QUÉ TE HAN HECHO, AMIGO VÍCTOR? Como un relámpago me vino al recuerdo aquellas melodías de Smara, aquella triangular y epitáfica losa. Fallecido Víctor Lago el día cuatro de noviembre del año mil novecientos ochenta y dos en desgraciado atentado en Madrid a mí se - 24 - me estaba hostigando en el Subsector de Tráfico de La Guardia Civil hasta darme de baja en “ACTO de SERVICIO” entre otros piropos y recomendaciones; y ¡qué casualidad! también figura en el irregular expediente profesional-laboral de Cartobache II el haber efectuado el Servicio Militar en El Sahara, notándose por expresión cierta marginación de algún mando por haber estado cumpliendo militarmente en La Legión. Recopilando para la Memoria histórica, literaria, socio-militar y humana, siguiendo el rastro de aquellos que han y hemos estado en El Sahara Occidental, con sus intereses mentados y explotados por quienes hemos también citado… (los ladrones del Sahara) con plena exactitud ostentaban el cargo de Director General de La Guardia Civil el entonces Director Aramburu Topete, y el Director General de La Policía el entonces Director José María Timón Lara, en la fecha del día 23 de Febrero del año 1981. A ambos se les ve juntos en las proximidades del Congreso de Los Diputados cuando una facción de guardias civiles penetra en él hasta el día 24 del mismo mes y año. Independientemente de que en la fecha del asesinato del buen Víctor todavía ocupaba cargo de Director General de La Policía “Armada” (así denominada en aquel tiempo) D. José María Timón Lara, ¿cómo es que resulta que pasó desapercibido en su “sentimental” silencio si el Director General de La Policía y el General de división de La División Acorazada Brunete habían estado en el mismo Tercio Sahariano D. “Juan de Austria” de La Legión en El Sahara, uno de coronel y el otro de teniente coronel? Cartobache II está invariablemente convencido que ese real dato forma uno de los muchos más misterios del pasaje por los parajes saharianos. Las losas del empedrado del acuartelamiento de Smara, en que Cartobache II participó, así como los despachos de los cuarteles de El Aaiún, con sus retumbantes ecos, si fuesen preguntados con voz necesariamente enérgica, con seguridad, con idéntico silencio sabio del querido amigo Víctor Lago Román, unirían una plegaria sincera y humanamente profunda mientras incesantemente, como prueba diabólica, se descuartizó con saña hasta la actualidad El Sahara Occidental. - 25 - Los malvados motoristas que asesinaron por encargo al Amigo Víctor, hiriendo gravemente al soldado conductor, Juan Carlos Villalba, cuando se vio encañonado ¡ojalá hubiera podido dar un volantazo hacia la derecha en lugar de hacia la izquierda, posiblemente los hubiera lanzado de la motocicleta al suelo; pero no es en absoluto achacable la efectuada maniobra, pues es en los funestos destinos precipitados donde las personas encontramos nuestro final, queridos o deseados por unos y detestados e indeseados por otros. ¡DESCANSA EN PAZ, TRANQUILO, VÍCTOR, QUE YO HABRÉ DE VERTE MUY TEMPRANO! Tú eras el bueno, con seguridad; el feo y el malo, a quien creemos bien conocer, también con seguridad, nada malo más te pueden hacer. Certificadamente, a través de Correos, en fecha del día quince del pasado mes de Noviembre, desde Ferrol-Coruña, se denunció oportunamente, según envío Código de Barras: CD00451009956, remitido al Juzgado de Instrucción y Guardia de Utrera (Sevilla) denuncia en concepto de infidelidad en la debida custodia de documentos (artículos 413 al 416 del vigente Código Penal), puesto que extraña e inexplicablemente no consta como preceptivamente debiera el Asiento de la Sección Primera del Registro Civil de Utrera del nacimiento del Legionario (D.E.P.) D. Francisco Ruiz Fernández. Por si ello hubo o no tenido relación con lo sucedido con el Amigo Víctor Lago Román, una noche cualquiera pasando “LISTA DE RETRETA” formada la segunda compañía de la VIIª, que ya mandaba el capitán Ángel Martínez Illescas-Pichardo, sin poder precisar ahora quién era el cabo cuartel ni el sargento de semana que pasaba la lista, así como tampoco recuerda el nombre del teniente de semana que en aquel acto se encontraba allí presenciando el mismo, con la máxima exactitud podemos situar el acaecimiento entre finales del año 1970 y - 26 - principios del 1971. Estando formada tal compañía en posición militar de descanso, poniéndose firmes sólo aquel que era nombrado y responder: “¡PRESENTE!” formando siempre en cabeza los cabos (la cabeza estaba situada dirección al mesón de la Bandera dando el frente a los barracones, los legionarios hacia el depósito del agua salobre con dos o tres grifos. (Pedro García Carreño era el encargado del suministro del agua en el aljibe), el relator estaba junto a otro cabo, a su izquierda. Aquel cabo presentaba sí un ligero y notorio síntoma de haber bebido algo a mayores, por lo que leve tambaleo era visible; le rechinaban sus dientes, mascullando bajas y trémulas frases, cómo: “ya veréis cuando vengan los míos, hijos de puta. Los míos me vengarán de vuestras putadas, etc.”. Tal teniente, que estaba deambulando por el frente del barracón, puesto que las frases manifestadas por aquel cabo no pudieron ser escuchadas al ser emitidas en un tono de onda no alcanzada por el oficial, pero sí, aparte del relator, por los otros cabos próximos al que tales frases decía, se introdujo en la formación y la emprendió a patadas y puñetazos con el cabo, simplemente por el balanceo del mismo. El teniente era de la misma promoción del de igual graduación de José Dapena Boixereu, Antonio del Molino Cascos, que también estaban destinados en igual unidad, al igual que el teniente José Pérez Pajuelo, si bien éste no era de la promoción de los anteriores. Aquellas frases de aquel cabo nunca tuvieron olvido en el relator, acudiendo a su mente con asidua frecuencia. Se ignoran circunstancias posteriores de aquel, pues, cabo. Aquellas frases unidas a que el cabo en cuestión se llamaba de apellidos HORMAECHEA HERRANZ … ¿qué relación podrían tener aquellas frases en rechinamiento dental con el vil asesinado de mi Amigo Víctor Lago Román?. - 27 - Reproducción de la porta del diario EL PAÍS (5-XI-1982), informando del asesinato por ETA del general de división Víctor Lago Román - 28 - RECUERDOS DE UN LEGIONARIO Aaiún (Sahara Occidental español). Día, no me recuerdo; mes, Junio; año, 1970 José Hermida Muiños, 32.379.222, con localizada residencia en la calle Prioriño, 33-3º.-15405 Ferrol-Coruña, muy respetuosamente, como rigurosa y obligada continuación a nuestro comunicado emitido en fecha del día veintiuno del pasado mes de Diciembre a nueve folios a una sola cara, firmados, cursados a través del Registro oficial del Edificio Administrativo de La Xunta de Galicia en Ferrol, se expone para público y general conocimiento las siguientes cuestiones literarias, socio-militares, humanas e históricas: 1º.- Buye en la mente del relator que una vez realizado el desfile en La Castellana (Madrid) en la fecha apuntada, sin que desgraciadamente se pueda ello recordar con la precisión deseada, era sí Junio de mil novecientos setenta, posiblemente en la primera semana de ese mes, el fallecido e inolvidable amigo capitán Holguín Barraca, en su habitual voz enérgica, directa, dijo al relator: -Hermida, acaba de llegar un telegrama urgente para ti. Tienes que irte a Coruña, pues tienes un familiar en estado grave de salud. -¿Qué ocurre, pues, mi capitán?. -Nada más te puedo decir. Cogerás el primer vuelo hacia la península. Como no tienes dinero para el pasaje... Holguín Barraca formó la compañía (todavía, eso sí, recuerda el preciso sitio del acuartelamiento del que fue El Tercio Sahariano D. Juan de Austria IIIº de La Legión en el citado Aaiún) y entre los componentes de la compañía se reunió para el pasaje. El buen oficial concedió veinte días de permanencia en la pe- - 29 - nínsula, independiente del plano de la gravedad evolutiva del familiar. Al llegar a destino, sorpresivamente se comprobó que el tal familiar sólo quería ver al relator antes de morirse, familiar él que ni quería morirse, ni murió ni quería en realidad ver a tal relator. Justamente a los veinte días aquel legionario regresó al lugar de procedencia africana con pasaporte en tren hasta Sevilla, y, desde allí, en el buque “Plus Ultra” hasta Cabeza Playa (Aaiún). Lo cierto es que no se pudo cumplir con la palabra de regresar a los veinte días estipulados, ya que un muy real y fuerte temporal afloró a mitad de travesía aproximadamente. El balanceo del barco era tan descomunal que su capitán ordenó anclar con todas sus anclas al “Plus Ultra”; y en ese estado se permaneció tres días hasta que amainó aquella jamás vista tempestad marítima. Desembarcado en el muelle marítimo de madera en Cabeza Playa con sus barracones de igual material, próxima a la cinta transportadora que desde Bucráa transitaba el mineral fosfático, un Land-Rover de La Octava Bandera ya estaba esperando al que ahora lo narra. Nada más llegar al cuartel de SidiBuya –esto sí está muy penetrantemente grabado en la mente sin posibilidad de fuga-, el legionario se presenta ante su capitán. Nos anuncian que Holguín se encuent ra esperando al Legionario; ést e, reglamentariamente, solicita militarmente anuencia para internarse en un cuarto contiguo al Cuerpo de Guardia, vacío totalmente de mobiliario alguno. Ocurrió, sí: -¿ Da su permiso, mi capitán?. -Sí, pasa, Hermida. ¿Qué tal tu familiar?. -Bien, mi capitán, no era ello tan grave como nos creímos. -Vale, me alegro de verte de nuevo. -Mi capitán, con su permiso, mis compañeros me facilitaron dinero para el pasaje, quisiera devolvérselo. - 30 - -Eso ni se te ocurra, ¿entiendes? Si eso hicieses los mosquearías de veras. Aún dentro de aquella perdida nuestra juventud de entonces, algo no nos coincidía por normalidad. Era sí finalizando Junio de aquel año. El diálogo del capitán era estático, sin dar el frente al Legionario, mirando a través de la ventana a las desérticas lomas de enfrente en aquel momento. Además, ¿cómo es que todavía la segunda compañía no se había reintegrado a Smara? La formal sobriedad era latente; había un mutismo inusual en el típico y diario ambiente sin ser desvelado. Y todavía la víspera de emprender marcha en caravana hacia la integración de la segunda compañía a su Bandera de destino en Smara, cuando el Legionario relator cruzaba la explanada del cuartel de Sidi- Buya en solitario, tal vez en dirección a los “TIGRES” o al mesón, nada más bajar las escaleras y andar unos pocos pasos, se oye a Holguín decir: -¡Hermida, he recibido una carta de otro familiar (se omiten sus nombres por la vanalidad de sus formas). Me dice que tienes una cartilla bancaria con dinero. -Cierto es ello, mi capitán; mas, con su permiso, tal cartilla bancaria es de mi titularidad. ¿Qué debo hacer? ¿Se la entrego?. -No, Hermida, haz con lo tuyo lo que te dé la gana. ¡Lo que es la coincidencia de la vida! Durante aquella ausencia del relator fue cuando se desarrollaron los trágicos sucesos de ZEMLA (Aaiún), siendo de ello informado ya en Smara, y no en Aaiún al regreso, sino cuando se nos ordenó acuartelarnos por el mes de Julio de aquel mismo año; o sea, que mientras el relator estaba en Coruña el día diecisiete de aquel Junio hubo primero un teniente de La Legión herido grave y luego fallecidos saharauis, así como heridos, así como un saharaui supuestamente desaparecido, arrestado por la entonces Policía Territorial en Smara el mismo día de la matanza por la noche. Su nombre es “BASSIR MOHAMED SIDI BRAHIM”, al que se le atribuye el ser el - 31 - Reproducción del historial de BASSIR MOHAMED SIDI BRAHIM, fundador, según el autor, del Frente Polisario - 32 - Fundador del Frente POLISARIO en aquellas fechas. El relator considera plenamente muy necesario narrar esto para la historia de nuestro País, no ignorando éste que hay quien cree lo contrario, pues en prisión inmotivada padecida en el Hospital Marítimo de Oza-Coruña, a través del Consejo General del poder Judicial y médico Juan Díaz del Valle, claramente se nos dijo que no siguiéramos escribiendo. “Bassiri” fue encarcelado desde el día de su detención y ya nunca más fue visto. De él, como único documento conseguido, cuya fiel y exacta copia adjuntamos, disponemos del expediente nº 4296 instruido desde aquel año hasta el diez de Mayo del año mil novecientos setenta y tres, relacionándose en otro, el nº 11017 en el mismo documento que se aporta, estuvo arrestado según manifestaciones de un primo suyo –ciego, de nombre Liasáa Sidi- precisamente en el acuartelamiento del Tercio D. Juan de Austria en El Aaiún hasta el día veintinueve de Julio (¿cómo pudo Bassiri estar entonces implicado en el “Golpe de Estado Marroquí” en el “mes de Julio” como consta en el mencionado expediente?; ¿es que durante su cautiverio pudo mantener contactos externos cuando demostradamente estuvo aislado?. ¿Quién vio a Bassiri en los disturbios del golpe marroquí? ¿Cómo se enteró de su participación el Gobierno General del Sahara? ¿Cómo es que su prima «Metu» le llevaba la comida al Tercer Tercio Sahariano del Aaiún hasta el 19 de julio de 1970, diciéndole: «A partir de hoy, no le traigas más comida», según el ciego Liasàa? En los Campamentos de Refugiados Saharauis de Tindouf (Argelia) nos confirmaron que en el año dos mil cinco todavía vivían los dos saharauis de dicha policía Territorial que participaron en la detención de Bassiri, que saben lo que le ocurrió, pero que se lo callan por temor a perder su pequeña paga de pensión militar que perciben por haber pertenecido a dicho cuerpo. Estas fueron palabras del mismo ciego citado, primo de Bassiri, tomando dos tés en la jaima de su otro primo “LEHBIB” ubicada en el Barrio de Birlehlu (Smara réplica). Sin haber querido desvelársenos las identidades de esos dos policías territoriales retirados, consideramos que ellos habrán de constar inscritos en las pá- - 33 - ginas 428, 429, 430, 431 y 432 del Diario Oficial del Ministerio español de Defensa nº 96, de fecha del día veintiocho de Abril del año mil novecientos setenta y seis. La historia real final de su posible existencia por inexistencia, pues, no se desvela por un infundado, o tal vez fundado, temor a perder una pensión que España le abona a dos de sus antiguos soldados saharauis. Y la pregunta debe rebrotar: ¿quién los coaccionó con amenazas al silencio de no desvelar el destino final de Bassiri so pena de suprimirles su pensión?; ¿todavía hoy, luego del tiempo transcurrido, aún se les sigue intimidando igualmente…?. ¡¡¡Ay Sahara, Sahara, Sahara!!! ¿Qué mezquinos misterios guardas y te reservas debajo de tus cambiantes dunas, que hoy tapas lo que mañana se descubre?. - 34 - FUNDACIÓN DE LA LEGIÓN (20 de Septiembre del año 1920) Siempre fue tradicional la solemne celebración de tal fundación. La última celebrada en El Sahara Occidental español, según fiel CD ROM que nos fue facilitado en otorgamiento oficial y ceremonial en Almonte (Huelva) en Octubre del año 2006), fue el día veinte de Septiembre del año mil novecientos setenta y cinco, cuando latía, pues, ya la gesta incipiente de “LA MARCHA VERDE”. En el referido CD se nos dice que la celebración del “20 de Septiembre” del año mil novecientos setenta y cuatro “no se pudo celebrar por las causas de todos conocidas” ¿? En la grabación del CD se puede observar, como simple dato a tener en cuenta, que cuando acude el entonces general Gobernador General de El Sahara (D.E.P.), D. Federico Gómez de Salazar a Smara, acompañado del coronel Jefe del Tercio Sahariano D. Juan de Austria, mencionándose al Jefe de la VIIª Bandera en dicho lugar bien claramente: al mando del teniente coronel D. Víctor Lago Román (D.E.P.) fallecido, como bien también hemos dicho en la mañana del día cuatro de Noviembre del año mil novecientos ochenta y dos criminalmente asesinado, ¿por qué en tal CD no se ve a su Jefe Víctor Lago Román? ¿Dónde se encontraba aquel día también Víctor Lago Román mientras Gómez de Salazar y Timón Lara visitaron aquel Cuartel? ¿Le ordenaron, quizá, irse a algún cafetín a tomarse el té “Amargo como la Vida, Suave como el Amor y Dulce como la Muerte?”. Queden, pues, para la historia socio-militar literaria, para la Memoria humana, los datos aquí plasmados, que aunque al relator le arresten por decirlo, pase lo que pase, y lo que tenga que pasar, esto queda aquí indeleble, ya que la muerte inexorable, como un ciclo más de la Vida que nos habrá de sobrevenir, ningún impositor nos la va a evitar sino más bien sí abreviar. - 35 - Escrito del autor a la Dirección General de los Registros y del Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia, relativo al fallecimiento del legionario «Cuqui» - 36 - Escrito del autor al Ministerio de Justicia, intentando aclarar diversos aspectos sobre los certificados de nacimiento y defunción del legionario «CUQUI» (hoja 1.ª) - 37 - Escrito del autor al Ministerio de Justicia, intentando aclarar diversos aspectos sobre los certificados de nacimiento y defunción del legionario «CUQUI» (hoja 2.ª) - 38 - Escrito del autor al Ministerio de Justicia, intentando aclarar diversos aspectos sobre los certificados de nacimiento y defunción del legionario «CUQUI» (hoja 3.ª) - 39 - Contestación de la Subsecretaría de la Dirección General de Asuntos y Asistencia Consulares del Ministerio de Asuntos Exteriores relativa al certificado de defunción de «Cuqui» - 40 - Despacho administrativo del Consulado en Agadir, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación en relación con el certificado de defunción de «Cuqui» - 41 - Escrito del Tribunal Militar Territorial Quinto de Tenerife relatando los hechos que llevaron al fusilamiento del legionario «Cuqui» - 42 - Oficio de la Dirección General de los Registros y del Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia, donde se certifica que no existe registro del nacimiento de Fransciso Ruiz Fernández «Cuqui» - 43 - Certificado del Registro Civil de Utrera (Sevilla), dependiente del Ministerio de Justicia, donde se comunica que no figura inscripción alguna del nacimiento de Francisco Ruiz Fernández/Fernández Ruiz «Cuqui» - 44 - Oficio de la Secretaria de Estado del Ministerio de Justicia, relativo al certificado de defuncion de «Cuqui» - 45 - Escrito del autor al Juzgado de Guardia e Instrucción de Utrera (Sevilla) en relación al procesamiento y posterior fusilamiento de «Cuqui» (hoja 1.ª) - 46 - Escrito del autor al Juzgado de Guardia e Instrucción de Utrera (Sevilla) en relación al procesamiento y posterior fusilamiento de «Cuqui» (hoja 2.ª) - 47 - Reproducción de la página 578 del DO número 34, de fecha 11-2-65 - 48 - Reproducción de la página 428 del DO número 96, de fecha 28-4-76 - 49 - Reproducción de la página 429 del DO número 96, de fecha 28-4-76 - 50 - Reproducción de la página 430 del DO número 96, de fecha 28-4-76 - 51 - Reproducción de la página 431 del DO número 96, de fecha 28-4-76 - 52 - Reproducción de la página 432 del DO número 96, de fecha 28-4-76 - 53 - - 54 - - 55 - - 56 - - 57 - - 58 - - 59 - FE DE ERRATAS En la obra UNA MUERTE EN UTRERA, del mismo autor, se cita la C./ 16 de Abril, cuando en realidad se quería decir C./ 6 de Abril. - 60 -