el ajuste del balance de blancos
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el ajuste del balance de blancos
EL AJUSTE DEL BALANCE DE BLANCOS A. BECQUER CASABALLE Para lograr una representación real de los colores debe existir una perfecta correspondencia entre la calidad de la luz y la sensibilidad cromática del medio de registro. De lo contrario, la imagen adquiere dominantes. La corrección se puede hacer mediante filtros en la fotografía analógica, o por el software en la imagen digital. Los reproducción correcta de los tonos neutros y, por extensión, de los colores, depende de varios factores, siendo los principales la distribución espectral de la fuente de luz y la sensibilidad cromática de la película o del sensor/procesador. El ajuste del equilibrio o balance de blancos consiste, por lo tanto, en eliminar o compensar las eventuales dominantes de color. La luz La llamada luz blanca está integrada en su composición espectral de partes iguales de rojo, verde y azul que, a su vez, pueden subdividirse en otros colores. La forma de medir su composición es mediante la comparación con la luz emitida por un cuerpo negro cuyo espectro de emisión va cambiando a medida que su temperatura aumenta medida en grados Kelvin. Al principio es rojo, luego se pone anaranjado, amarrillo hasta llegar a ser blanco pero, si sigue aumentando, adquiere un tono azul. Por eso, al referirnos a la composición espectral de una fuente de luz hablamos de Temperatura Color, donde la luz blanca tiene una Temperatura Color entre 5.500/6.000 K. Toda fuente de luz por encima de los 6.000 K es más “fría” debido a que tiene un mayor componente de azul y menor de rojo; mientras que toda fuente de luz por debajo de 5.500 K es cálida, ya que tiene una mayor composición de rojo (y menos azul). La transformación en lo digital Las películas fotográficas color tienen tres capas sensibles, siendo por lo tanto un sistema RGB calibrado para proporcionar colores reales con una fuente de luz de 5.600 K, denominando por eso tipo Luz de Día o Daylight. Antes existían películas balanceadas para lámparas de tungsteno de 3.200 y 3.400 K pero, en la actualidad, ese tipo ha quedado circunscripto al empleo en cine. Con la fotografía digital sucede algo parecido: si se desea obtener colores fidedignos, el ajuste cromático del procesador debe compensar el exceso de azul o de rojo de la fuente de luz. La gran diferencia con la película –y esto constituye otra de las ventajas relativas de lo digital–, es que no se emplean filtros ni diferentes tipos de sensor, sino que se hace por software, que lo que hace es modificar los algoritmos de los componentes azul o rojo para adecuarlos a la temperatura color de la fuente de luz. Por ello, en una cámara digital, el sistema de fotometría satisface un doble propósito: el de medición de la intensidad de la luz y el de analizar su composición espectral; es decir, actúa de termocolorímetro. Además, los programas de tratamiento de imagen posibilitan realizar ajustes en el balance de blancos para corregir errores en la toma. Alberto Rodríguez, en su libro “Adobe Photoshop CS2” (Editorial GYR), señala: “…el correcto ajuste del color en una fotografía resulta fundamental. Desde el comienzo de nuestro trabajo debemos comprender que no se trata sólo de una cuestión estética, sino que un buen tratamiento del color redundará en una foto de máxima calidad”. Para lograrlo, existen diversas instancias: • El ajuste en la cámara, que es el tema que abordamos en este artículo. • Las correcciones de dominantes que puedan existir mediante software en un programa de edición o de retoque y, • Las correcciones selectivas o parciales de color, que incluyen la intensidad y tono, brillo, contraste, etc. El firmware de la cámara permite realizar ajustes muy avanzados. En el caso de realizar las tomas con el formato .jpg el archivo es procesado dentro de la cámara, siendo algunas veces un poco más difícil corregir con exactitud el balance color mediante el programa de edición, aunque no imposible. Puede ser que exista alguna diferencia de terminología entre los fabricantes, pero en general son: Automático, por Seteo o Predeterminado y manual. Eso significa que el ajuste puede ser realizado de manera escalonada (con canales predeterminados) o en forma continua. Modo Automático Ajuste Automático de Blancos (AWB, Automatic White Balance). Es de utilidad en algunas situaciones donde existe una iluminación plana, sin dominantes o mezcla de luces. Admite en general un rango comprendido entre 2.800 K y 8.000 K. Es el más cómodo ya que se deja todo en manos de los algoritmos del firmware. Su gran ventaja es precisamente el automatismo, si bien está sujeto a errores ya que puede suceder que hagamos el ajuste para una condición de iluminación y luego vayamos a otro espacio con una iluminación diferente olvidando hacer un nuevo ajuste. Modos Preseleccionados Son varios, y están determinados por el fabricante en el firmware para situaciones específicas, como si se tratara de canales o sintonías prefijadas. Sol (Clear Sky, cielo claro). Se ajusta en una temperatura color aproximadamente 5.600 K, que es la correspondiente a la luz de un día diáfano. Nublado (Cloudy sky). La temperatura color se ajusta entre 6.500 y 8.000 K, que es el rango aproximado de un día con el cielo cubierto de nubes o lluvioso. Sombra (Shade). Escenas en exteriores y a la sombra, donde la temperatura color suele ser de alrededor de 7.000 K. Tubos Fluorescentes (Fluorescent Light). Depende del tipo, pero está en torno a los 4.800 K. Tungsteno (Incandescent light). Lámparas domiciliarias, que tienen alrededor de 2.800 K. Flash. Si bien el destello del Flash es similar al de la luz de día, muchas cámaras tienen este modo. Modos Manuales Predeterminado. Se basa en registrar una “muestra” de la luz ambiente encuadrando sobre un papel o cualquier otra superficie blanca, que es memorizada por el software y aplicado luego a las tomas. La forma de hacerlo es sencilla: se ajusta la cámara en el modo indicado, se toma un papel blanco de tal manera que esté iluminado directamente por la fuente de luz del ambiente, y se memoriza oprimiendo la tecla que indique el manual (en general, es la tecla “set”). Tiene la gran ventaja de permitir un ajuste muy exacto, particularmente en condiciones donde las fuentes de luz son diversas, en los atardeceres cuando la temperatura color se va modificando muy gradualmente y, por supuesto, cuando se fotografía con tubos fluorescentes. Ajuste continuo. Se basa en ir corriendo manualmente mediante un cursor el ajuste de la Temperatura Color sobre un dial lineal, como si se tratara de sintonizar estaciones de radio. A medida que se desplaza el cursor, en el monitor aparece en números los grados Kelvin al tiempo que se aprecia como va cambiando la tonalidad de la imagen. Este método puede emplearse con un monitor LCD que sea realmente fidedigno y de alta resolución. Conclusión Un correcto ajuste de blanco asegura imágenes con un buen equilibrio color desde el vamos. Cuando se trabaja con archivos .jpg hemos señalado que es importante que el balance sea el correcto, ya que la imagen es procesada en la cámara. Hacer las correcciones con el programa de retoque puede insumir tiempo de postproducción y hasta se podría dar el caso de que algunos colores resulten alterados. En cambio, con el formato RAW, en el “revelado” (usando cualquier utilitario tipo Camera Raw, que convierte la imagen en un archivo abierto) se puede hacer el ajuste sin pérdida de calidad. En estos casos se recomienda pasar las imágenes de RAW a un formato como el .tiff a 16 bits color, hacer los ajustes y retoques. En nuestra opinión, el modo más exacto es el Manual /Preseleccionado, ya que se ajusta de acuerdo a las condiciones reales de la toma, que no siempre responden exactamente a un patrón establecido. Es el modo que se suele emplear, profesionalmente, en las cámaras de video color (camcorder) desde que surgieron a fines de la década del 80.