DERRAME PLEURAL. OTRAS ENFERMEDA
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DERRAME PLEURAL. OTRAS ENFERMEDA
Sección Respiratorio Capítulo 28 - DERRAME PLEURAL. OTRAS ENFERMEDADES DE LA PLEURA EN URGENCIAS Juan Antonio Domingo Morera, Rocío de Andrés González, Ana Boldova Loscertales INTRODUCCIÓN El espacio situado entre las hojas visceral y parietal de la pleura se denomina espacio pleural y en condiciones fisiológicas está ocupado por escasos cc de líquido que es resultado del equilibrio entre producción del mismo en la pleura visceral y su drenaje por la parietal. Cuando en circunstancias patológicas se produce un acúmulo de líquido pleural (LP) nos encontramos ante un derrame pleural (DP). El diagnóstico del DP en Urgencias se enmarcará dentro del contexto clínico que ha motivado que el paciente acuda a Urgencias y esa orientación clínica es fundamental en el manejo posterior del caso. La exploración principal en la mayor parte de los casos de DP es la toracocentesis, que nos permitirá obtener líquido para su estudio y, en los casos en que la cuantía del derrame lo requiera, aliviar la situación del paciente extrayendo una cantidad suficiente de LP. Dedicaremos la parte final de este capítulo a una importante enfermedad pleural. DERRAME PLEURAL: SITUAR AL PACIENTE EN SU CONTEXTO CLÍNICO Como hemos señalado, el paciente presenta DP dentro de un contexto clínico que nos ha de orientar sobre la etiología del mismo. Las causas de derrame pleural son muy numerosas, pero podemos agruparlas en cardiovasculares, infecciosas, tromboembólicas, neoplásicas, relacionadas con enfermedades de órganos infradiafragmáticos, por descenso de presión oncótica, inmunológicas, por traumatismos o iatrogenia y otras causas más raras relacionadas con enfermedades específicas como la linfangiomiomatosis o el derrame benignos por asbesto que es raro que se vean en Urgencias. En algunos casos, la clínica es suficiente para iniciar un tratamiento sin realizar toracocentesis, concretamente esto es así en la insuficiencia cardíaca, en la que ante el conjunto de signos y síntomas propios de la misma debemos iniciar el tratamiento médico adecuado de la misma. De hecho, ésta es la etiología más frecuente de DP, seguida del paraneumónico y del tromboembolismo pulmonar (TEP). 351 Manual de Urgencias Cardiopulmonares Datos de historia clínica Etiología posible del DP Disnea, ortopnea, edemas, ingurgitación yugular, antecedentes de cardiopatía Insuficiencia cardiaca congestiva Ascitis Cirrosis hepática. Neoplasias abdominales Signos de trombosis venosa profunda. Disnea de inicio súbito. Factores de riesgo de TEP Tromboembolismo pulmonar Fiebre Origen infeccioso (paraneumónico, TBC, abscesos infradiafragmáticos) Hemoptisis Neoplasia. TEP Enfermedades autoinmunes DP asociado a artritis reumatoide, lupus Neoplasia conocida. Síndrome constitucional Neoplásico Traumatismo Hemotórax Cirugía cardiaca. Infarto de miocardio Síndrome de Dressler. Insuficiencia cardiaca HIV o inmunodeficiencias de otro tipo Infecciones oportunistas Cirugía abdominal reciente Absceso subfrénico. TEP Alcoholismo. Dolor abdominal Pancreatitis Exposición a asbesto Mesotelioma. Derrame benigno Vómitos intensos. Instrumentación esofágica reciente Perforación esofágica Tratamiento infertilidad Hiperestimulación ovárica Sospecha diagnóstica según características clínicas. Los síntomas más frecuentemente asociados al DP son: -Disnea: depende del volumen del DP. Si es pequeño y se acompaña de disnea importante, se debe sospechas que se acompaña de patología parenquimatosa pulmonar: TEP, infiltración neoplásica… -Tos: como reflejo por la irritación pleural o como parte del cuadro infeccioso de una neumonía. -Dolor pleurítico: en casos de derrame paraneumónico o de TEP fundamentalmente. BATERÍA DE ESTUDIOS BÁSICA -Radiológicos: El derrame pleural es visible en la radiografía simple de tórax en la mayor parte de los casos. Sin embargo, cuando es de escasa cantidad o si tiene una localización subpulmonar puede ser difícil de ver o pasar desapercibido como una elevación diafragmática. En 352 DERRAME PLEURAL Figura 1: Derrame pleural en hemitorax izquierdo. su localización típica forma la conocida imagen de densidad uniforme, sin contenido aéreo, que tiene un límite superior cóncavo (curva de Ellis-Damoisseau) y que asciende más en la cara externa del hemitórax que en la interna. Si es pequeño, puede verse sólo un pinzamiento del seno costofrénico ya sea lateral (en proyección PA) o posterior (en proyección lateral). También son posibles localizaciones atípicas entre las cisuras y loculaciones que podríamos describir como “bolsas” de DP en regiones que no estén a favor de la gravedad y con morfologías en general abigarradas. Vista la presencia de DP en la placa de tórax, se debe hacer una en proyección lateral con rayo horizontal para ver si el derrame es libre (lo comprobaremos viendo cómo se redistribuye en el hemitórax para ocupar la parte más declive que ahora es la pared lateral del hemitórax). Además esto nos permite hacernos idea de la cantidad del DP y de la necesidad o no de toracocentesis en DP pequeños: si la capa de líquido en esta proyección tiene un grosor de más de 1 cm, se considera indicada la toracocentesis. -Analíticos: Es importante obtener una analítica básica de urgencias incluyendo hemograma y estudio de hemostasia. En caso de sospechar insuficiencia cardíaca puede verse reforzada la sospecha ante valores de BNP ó proBNP elevados y en casos de sospecha de TEP puede ser de utilidad la determinación de los Dimeros D 353 Manual de Urgencias Cardiopulmonares -Otros: siempre deberemos completar la batería básica con un ECG (puede ser de ayuda en la insuficiencia cardiaca o en el TEP) y con estudios microbiológicos si la clínica lo indica (cultivos y BK de esputo o hemocultivos si hay fiebre). TORACOCENTESIS Una vez situado el DP en su contexto clínico concreto, es necesario obtener una muestra de LP para continuar el proceso diagnóstico excepto en el caso de la insuficiencia cardiaca como ya se ha señalado antes. La toracocentesis se hace a través de un espacio intercostal, generalmente del 5º al 7º, previa infiltración anestésica de la pleura parietal. Debe realizarse sobre el borde superior de la costilla inferior del espacio intercostal que hayamos seleccionado. La auscultación y la percusión nos permiten localizar el punto idóneo de punción. En casos dificultosos, es de utilidad la ecografía para localizar el punto idóneo de punción. Las complicaciones más frecuente de la toracocentesis son la reacción vagal y el dolor. En un porcentaje de casos de entre un 3 y un 6% pueden producirse neumotórax. Si la toracocentesis es evacuadora, no es aconsejable extraer cantidades superiores a 1000-1200 cc. Debe interrumpirse si aparecen síntomas como reacción vagal, tos o dolor torácico. Tras una toracocentesis evacuadora o si se sospecha que se ha provocado neumotórax, se debe hacer un control radiológico. Este control no está indicado fuera de dichas circunstancias. Figura 2: Derrame pleural masivo de etiología tuberculosa. 354 DERRAME PLEURAL Nada más hacer la toracocentesis ya tenemos datos sobre el LP derivados de su aspecto: un líquido de color amarillo pálido y transparente hace pensar en trasudado, si es hemorrágico debe considerarse un posible origen neoplásico, TEP ó relacionado con traumatismos. El aspecto lechoso no es sinónimo de quilotórax, ya que se puede ver en seudoquilotórax. Si es turbio y contiene material en suspensión o detritus, pensaremos en empiema, así como si el olor es fétido. ANALITICA DEL LÍQUIDO PLEURAL Sistemáticamente deben hacerse en el líquido pleural las determinaciones analíticas indicadas en la Tabla siguiente LABORATORIO DETERMINACIONES Y ESTUDIOS Glucosa pH Proteínas BIOQUÍMICA LDH ADA Colesterol, triglicéridos Amilasa Recuento y fórmula leucocitario MICROBIOLOGÍA ANATOMÍA PATOLÓGICA Gram si purulento. Cultivo aerobio y anaerobio. Mycobacterias Citología Estas determinaciones nos permiten diferencias exudado y trasudado. Esta división se muy importante ya que, en general, el trasudado encuentra su diagnóstico en el contexto clínico del paciente y su tratamiento es el de la causa que lo ha provocado. Sin embargo, el exudado requiere un manejo diagnóstico y terapéutico más complejo, que incluye numerosas técnicas y que sigue distintas vías según sea una infección, un hemotórax, un derrame maligno, etc. -Glucosa: los valores de glucosa normales son de aproximadamente un 60% de la sanguínea. Valores bajos de glucosa se dan en el derrame pleural paraneumónico, tuberculosis y neoplasias. Son especialmente bajos (< 30mg/dl) en la artritis reumatoide y prácticamente está ausente en el empiema. Una asociación de glucosa baja y LDH alta es fuertemente sugestivo de infección o neoplasia. En el caso de la infección, la glucosa baja indica que probablemente será necesario colocar un tubo de drenaje. Si se trata de un derrame neoplásico, niveles bajos de glucosa suelen asociarse a extensa infiltración neoplásica de la pleura, positividad del estudio citológico y expectativa de supervivencia no superior a 2 meses. 355 Manual de Urgencias Cardiopulmonares -pH: para valorar el pH es fundamental su medición correcta: utilizar analizador de gases y la muestra en jeringa anticoagulada y en condiciones de anaerobiosis. El pH en los trasudados está ente 7,40 y 7,50 y en los exudados entre 7,30 y 7,45. Es muy importante su valoración en el derrame paraneumónico, como indicaremos más adelante. pH bajos se dan también en el derrame neoplásico, en la artritis reumatoide y en la perforación esofágica. Valores elevados de amilasa se dan en la pancreatitis, también en la perforación esofágica y, más raramente, en el neoplásico. -ADA: La adenosindesaminasa o ADA es una determinación que conviene incluir en la batería básica de bioquímica del líquido pleural. En un contexto clínico adecuado y si el derrame es de predominio linfocítico, niveles de ADA de más de 40 UI/l (es necesario comprobar el nivel de normalidad que dé nuestro laboratorio) tienen una sensibilidad > 90% y una especificidad > 85% para el DP tuberculoso. Un cociente linfocitos/neutrófilos > 0.75 refuerza el valor. Por otro lado, hay cusas de falso positivo del ADA que son neoplasias, especialmente linfomas, adenocarcinomas y mesoteliomas, artritis reumatoide, infecciones intracelulares, derrame pleural paraneumónico y en la mayoría de los empiemas. -Recuento y fórmula leucocitario: para hacerse es necesario que el LP se remita en tubo anticoagulado. Es de mucha mayor utilidad el recuento diferencial que el recuento leucocitario total. La neutrofilia se da en procesos agudos como DP paraneumónico, pancreatitis o abscesos infradiafragmáticos. La linfocitosis se da en procesos crónicos, la tuberculosis y las neoplasias son los más habituales, pero prácticamente cualquier DP que dure lo suficiente termina siendo linfocitario. La eosinofilia (eosinófilos > 10%) se da en enfermedades que cursan con infiltrados eosinófilos y en parasitosis, pero lo más frecuente es que se deba a la presencia de sangre o aire en la pleura. Por lo que se refiere a la presencia de hematíes, basta un 1% de hematocrito en el LP para que éste parezca francamente hemático. El origen más frecuente de los derrames hemáticos es neoplásico, tromboembólico o traumático. Si el hematocrito del LP es mayor del 50% del de la sangre periférica, se trata de un hemotórax. Las proteínas totales y la LDH son la base para diferenciar trasudado y exudado. En el trasudado, el LP se acumula en el espacio pleural sin que la pleura tome parte activa en el proceso, sin embargo, en los exudados la pleura sí que participa en la enfermedad y en la producción del LP. La diferencia entre ambos tipos de DP se basa en la determinación de los niveles de proteínas y LDH en LP y en sangre. La fórmula clásica es la utilización de los criterios de Light que señalamos en la tabla CRITERIOS DE LIGHT. 356 DERRAME PLEURAL CAUSAS MAS FRECUENTES DE EXUDADO Y TRASUDADO PLEURAL TRASUDADO EXUDADO Neoplásico Insuficiencia cardiaca Cirrosis hepática Síndrome nefrótico Insuficiencia renal Infeccioso Tromboembolismo Conectivopatías Patología subdiafragmática Asbestosis Medicamentos CRITERIOS DE LIGHT Parámetro Valor Proteínas pleural/proteínas suero > 0,5 LDH pleural /LDH suero > 0,6 LDH pleural > 2/3 del límite superior de la normalidad en suero Cuando se cumple uno o más de estos criterios, estamos ante un exudado, mientras que para diagnosticar trasudado no debe cumplirse ninguno de los tres criterios. Utilizando estos criterios pueden clasificarse erróneamente como exudados entre un 20 y un 25% de los trasudados. En los casos en que clínicamente la sospecha sea de trasudado, como ocurre muy frecuentemente en los casos de insuficiencia cardiaca congestiva que ya han recibido diuréticos, debe examinarse la diferencia entre las proteínas séricas y las del LP. Un valor de esa diferencia > 3.1 g/dl es diagnóstica de trasudado. Una diferencia albúmina sérica – albúmina pleural > 1.2 g/dl tiene el mismo valor. La utilización de los niveles de colesterol pleural y plasmático no tienen un rendimiento mejor que los criterios de Light. Es importante señalar que estos criterios de la diferencia de proteínas o de albúmina sólo deben usarse cuando sospechemos que los criterios de Light han clasificado mal un trasudado. La LDH llega al espacio pleural por un aumento de la permeabilidad vascular y se relaciona, por tanto, con el grado de inflamación pleural. No sirve para diferenciar entre distintos tipos de exudado, pero su evolución en toracocentesis sucesivas nos da una indicación de cómo evoluciona el grado de inflamación pleural. -Colesterol y triglicéridos: La utilidad de su medición se centra en los casos en los que se sospecha un DP quiloso o seudoquiloso. El dato inicial nos lo dará la presencia de un líquido de aspecto lechoso o al menos turbio en la toracocentesis, y es mucho más valorable aún la per357 Manual de Urgencias Cardiopulmonares sistencia de la turbidez en el sobrenadante una vez centrifugado el LP ya que dicha turbidez casi siempre se debe a la presencia de lípidos. El quilotórax se produce por el paso de líquido linfático al espacio pleural procedente del conducto torácico, y las causas más frecuentes son los traumatismos, la iatrogenia y las neoplasias. Mientras que el DP quiloso es agudo, el quiliforme o seudoquiloso es crónico, muchas veces de años de evolución, se acompaña de engrosamiento pleural ya sea visible en la radiografía simple o en la TC torácica y su origen más frecuente es la tuberculosis y la artritis reumatoide. Ante esta sospecha, se deben determinar los niveles de triglicéridos y colesterol en el líquido pleural. Unos triglicéridos en pleura > 110 mg/dl junto con un cociente colesterol LP/colesterol sérico < 1 son diagnósticos de quilotórax. El seudoquilotórax se sospechará en el contexto de un derrame de larga evolución. El diagnóstico se alcanza detectando cristales de colesterol en el sedimento del líquido pleural (patognomónico) o, alternativamente, ante niveles de colesterol muy elevados (> 250 mg/dl) así como un cociente colesterol LP / colesterol sérico > 1. OTROS ESTUDIOS DE LABORATORIO MICROBIOLOGÍA Siempre que se hace una toracocentesis deben remitirse muestras para cultivo microbiológico. Si el aspecto es purulento, debe solicitarse una tinción de Gram urgente que nos puede orientar sobre los posibles gérmenes causantes. En todo caso se deben remitir muestras para cultivo y antibiograma, indicando la sospecha clínica y si se ha utilizado ya algún tipo de antibióticos. Siempre hemos de incluir una muestra en condiciones para hacer cultivo de anaerobios. Es muy práctico usar los frascos de hemocultivo tanto aerobio como anaerobio que nos garantizan que la muestra llegará al laboratorio de microbiología en condiciones adecuadas. Solicitaremos también en todos los casos baciloscopia y cultivo de mycobacterias. Es importante señalar que, aunque en la inmensa mayoría de las ocasiones el DP tuberculoso es de franco predominio linfocítico, en sus fases iniciales es de neutrófilos por lo que en las raras ocasiones en que el diagnóstico se hace en esa fase inicial puede verse el diagnóstico dificultado por esa neutrofilia. Por tanto, es aconsejable hacer siempre también el estudio de mycobacterias. 358 DERRAME PLEURAL CITOLOGÍA En toda toracocentesis remitiremos una muestra a anatomía patológica, especialmente en los casos de predominio linfocítico y hemático en los que la neoplasia es más frecuente. Entre un 40 y un 90% de los DP malignos se pueden diagnosticar por citología, variando según lo extenso de afectación pleural por la neoplasia y también según la experiencia del citólogo así como de la información sobre el caso y sospecha diagnóstica que le transmitamos. Para que la muestra llegue en buenas condiciones al laboratorio es conveniente diluirla en alcohol al 50%, especialmente si el examen citológico no va a ser inmediato. MANEJO DIAGNÓSTICO DEL DP EN URGENCIAS Ante un paciente con DP en Urgencias, debemos delimitar primero el contexto clínico del caso. Así, un derrame pleural en un cuadro de insuficiencia cardíaca congestiva no precisa más estudio y debemos pasar a tratar de inmediato su origen, es decir, la insuficiencia cardiaca. En todas las demás situaciones, realizaremos una toracocentesis, diagnóstica o evacuadora según la cuantía del derrame. Sugerimos la evaluación inicial del DP que indicamos en la cuadro que se ofrece a continuación. El aspecto macroscópico nada más extraer el líquido ya puede orientarnos: 1) si es pus, remitiremos muestras para los cultivos oportunos y procederemos a la colocación de un drenaje torácico; 2) si es francamente hemorrágico, enviaremos muestra para Hto del LP y si cumple criterios de hemotórax procederemos a colocar tubo de drenaje y valorar toracotomía urgente en caso de shock o sangrado persistente; 3) Si el aspecto es lechoso y nos sugiere un derrame quiloso, diferenciaremos si es quiloso o seudoquiloso determinando los niveles de triglicéridos y colesterol. En los casos en que el aspecto macroscópico no es característico, solicitaremos analítica para diferenciar trasudado y exudado. Si se trata de un trasudado, lo situaremos en el contexto clínico del paciente y trataremos la enfermedad de base En los casos en que se trate de un exudado, nuevamente valoraremos el contexto clínico y seguiremos las posibilidades que nos da dicho contexto junto con las características del derrame y completando el estudio con las técnicas que indicamos en el ESQUEMA DIAGNÓSTICO DE LOS EXUDADOS PLEURALES. En el caso del DP tuberculoso y el neoplásico, son característicamente de predominio linfocitario, mientras que el infeccioso y el post-quirúrgico son de predominio neutrofílico. El resto pueden ser tanto de uno como de otro tipo, dependiendo fundamentalmente del tiempo de evolución. 359 Manual de Urgencias Cardiopulmonares DERRAME PLEURAL CONTEXTO CLINICO Diagnóstico No diagnóstico Tratamiento Nivel en RX decubito lateral < 1 cm Nivel en RX decutio lateral >1 cm Control evolutivo Control evolutivo TORACOCENTESIS Aspecto característico EXUDADO TRASUDADO Ver PUS ESQUEMA DIAGNÓSTICO DE HEMORRAGICO QUILOSO LOS EXUDADOS PLEURALES Si Hto > 20% ó Hto pl/Hto s > 0,5: HEMOTORAX Tto ESPECÍFICO Evaluación inicial del derrame pleural Esquema diagnóstico de los exudados pleurales EXUDADO CONTEXTO CLINICO Neumonía Clinica sugestiva Tromboembolismo Post-cirugía Patología sub- Neoplático Otros* diafragmática de tuberculosis Neutrofílico Dimero D Posible pH y glucosa Técnicas de imagen Cultivos Técnicas de imagen Amilasa bajos Cardiaca Citología Linfocítico ADA > 40 Ul/l Abdominal Linfocitos/neutrófilos > 0,75 Técnicas de imagen Citología Biopsia cerrada Paraneumonico Edad < 35 a: Tratar Cultivos Edad > 35 a: Confirmar Técnicas de imagen Toracoscopia Otros: Colagenopatías, trasplante pulmonar, exposición a asbesto, uremia, síndrome de uñas amarillas, fármacos 360 DERRAME PLEURAL DERRAME PLEURAL PARANEUMÓNICO Hacemos mención expresa de esta forma de DP ya que es una de las que con mayor frecuencia requiere valoración y actuación en Urgencias. Es de gran importancia la orientación correcta del DP paraneumónico ya que así podremos prevenir en muchos casos su evolución hacia empiema. El DP paraneumónico se produce asociado a neumonía o a otras infecciones como absceso pulmonar o bronquiectasias infectadas. Hay una primera fase exudativa en la que se acumula liquido estéril por alteración de permeabilidad en la pleura inflamada y que si no evoluciona favorablemente se sigue de las fases purulenta y organizativa en la que la fibrina acumulada se colageniza y provocando extensas áreas de paquipleuritis. En conjunto, un 60% de las neumonías bacterianas provocan DP y entre un 5 y un 10% llegan a provocar empiema. La presencia de DP debe sospecharse ante toda neumonía, y debe vigilarse su aparición a lo largo del curso de la enfermedad, especialmente en niños, ancianos, pacientes con comorbilidades o con inmunodepresión de cualquier causa y en todas las neumonías graves. Ante la aparición de DP. Valoraremos su cuantía con una radiografía en decúbito lateral, y si el grosor del derrame es de más de 1 cm, haremos inmediatamente toracocentesis. Según el resultado de la toracocentesis, clasificaremos el DP paraneumónico como indicamos en la tabla siguiente: CLASIFICACIÓN DE LIGHT DEL DP PARANEUMÓNICO Tipo de DP paraneumónico Características No significativo < 1 cm en Rx en decúbito lateral Típico Grosor > 1cm. Glucosa > 40 mg/dl; pH > 7.20. G y cultivos negativos Casi complicado pH 7-7.20. LDH > 1000. G y cultivos negativos Complicado simple pH < 7.0 ó cultivos positivos. No loculado Complicado complejo pH < 7.0 ó cultivos positivos. Loculado Empiema simple Pus franco. Loculación simple o no loculado Empiema complejo Pus franco. Loculaciones múltiples Todos los casos de DP paraneumónico deben tratarse con antibióticos adecuados para la infección subyacente: neumonía, absceso o bronquiectasias, pero en determinados casos será necesario el drenaje y el uso de otras técnicas para evacuar el contenido infectado de la cavidad pleural. 361 Manual de Urgencias Cardiopulmonares El DP paraneumónico no significativo y el típico, no requieren drenaje, si bien es necesario monitorizar estrechamente su evolución tanto radiológica como con torecocentesis seriadas que deberán confirmar si la evolución es o no favorable. En los casos de DP paraenumónico complicado (casi, simple o complejo) y en todos los casos de empiema, es necesario el drenaje torácico. Aunque en casos seleccionados de DP casi complicado puede bastar el drenaje con toracocentesis, lo más habitual es que sea necesaria la colocación de un tubo de drenaje, que es obligatorio en los complicados y empiemas. El uso de fibrinolíticos intrapleurales puede acortar la duración de la fiebre, la estancia hospitalaria y disminuir la necesidad de cirugía. Se indican cuando el tubo de drenaje no consigue una adecuada “limpieza” de la imagen radiológica de DP y siempre que haya loculaciones del DP. Estreptoquinasa y uroquinasa son de eficacia similar, pero la tasa de complicaciones es mayor con la estreptoquinasa. En el empiema organizado con frecuencia es necesario recurrir a la cirugía, ya sea videoasistida o toracotomía abierta en los casos más complejos. BIBLIOGRAFÍA Normativa SEPAR. Diagnóstico y tratamiento del derrame pleural. Arch Bronconeumol. 2006; 42(7):349-72. V Courtney Broaddaus. Pleural effusion. In: Murray and Nadel’s textbook of respiratory medicine. 4th Ed. Elsevier Saunders. 2005. Philadelphia: 1913-1961 NORMATIVA SEPAR. Normativa sobre el diagnóstico y tratamiento del neumotórax espontáneo. Arch Bronconeumol. 2008;44(8): 437438. 362