TEMA 6: Evolución de la inflamación.
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TEMA 6: Evolución de la inflamación.
L. Trinidad Bueno TEMA 6: Evolución de la inamación. Enero de 2007 78 Resolución de la Inamación. Tipos de Inamación Crónica: Inamación crónica no proliferativa. Inamación crónica proliferativa. Patrones morfológicos de la inamación: Inamación serosa. Inamación brinosa. Inamación purulenta o supurada. Úlceras. Efectos sistémicos de la inamación. Manifestaciones clínica de la inamación: Signos cardinales. Mecanismo de la ebre. INTRODUCCIÓN Concepto de Inamación: La inamación puede denirse como una reacción del tejido conjuntivo-vascular, desencadenada por cualquiera de los agentes etiológicos conocidos, estereotipada desde el punto de vista morfológico, mediada principalmente por agentes químicos, que cursa clínicamente con manifestaciones locales y un número variable de manifestaciones sistémicas, en la que existen sistemas amplicadores y redundantes, sometida a un importante control tanto local como general, y modicada por factores individuales (3). RESOLUCIÓN DE LA INFLAMACIÓN Concepto de inamación aguda: Inamación de duración corta que se caracteriza por cambios vasculares, edema y, sobre todo, inltración por neutrólos. Las consecuencias de la inamación aguda dependen de la naturaleza e intensidad de la lesión, del lugar y el tejido afectados y de la capacidad del huésped para desencadenar una respuesta. La inamación aguda puede evolucionar de una de tres maneras: Resolución : Ocurre cuando la lesión es limitada o de duración breve, no hay destrucción del tejido o es mínima y el tejido es capaz de sustituir a las células lesionadas de forma irreversille. El resultado es el restablecimiento de la normalidad histológica y funcional que supone una neutralización o eliminación de los mediadores químicos, normalización de la permeabilidad vascular y cese de la migración leucocítica con muerte posterior (por apoptosis) de los neutrólos extravasados; y en última instancia drenaje linfático e ingestión macrofítica que conducen a la depuración del líquido de edema, las células inamatorias y los restos necróticos. Cicatrización o brosis : ocurren cuando la destrucción hística es importante o cuando la inamación afecta a tejidos sin capacidad de regeneración. Progresión hacia la inamación crónica : puede suceder a la inamación aguda. Dependiendo de la magnitud de los daños hísticos pasados y presentes, de la capacidad de los tejidos afectados para regenerarse, la inamación crónica puede evolucionar hacia el restablecimiento de la función y la estructura normales (regeneración) o hacia la cicatrización. Acontecimientos en la resolución completa de la inamación: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Recuperación de la permeabilidad vascular normal Eliminación del líquido de edema y las proteínas mediante drenaje linfático Pinocitosis de macrófagos Fagocitosis de neutrólos apoptósicos Fagocitosis de restos necróticos por los macrófagos Éxodo nal de los macrófagos (1) 79 INFLAMACIÓN CRÓNICA La inamación crónica puede considerarse una inamación de duración prolongada (semanas, mese, o años) en la que la inamación activa, la lesión mística y la resolución ocurren simultáneamente. La inamación crónica muestra las características siguientes: Inltración por células mononucleadas (macrófagos, linfocitos y células plasmáticas). Destrucción hística, provocada por las células inamatorias. Reparación, que implica la proliferación de nuevos vasos (angiogenia) y brosis. La inamación crónica puede formar parte de una inamación aguda. Esta transición sucede cuando la respuesta aguda no puede resolverse, ya sea por la persistencia del agente nocivo o por una interferencia en el proceso normal de curación. En otros casos, algunas formas de lesión (p.ej infecciones víricas) generan una repuesta inamatoria crónica prácticamente desde el principio. Aunque los agentes nocivos que median la inamación crónica quizá sean menos dañinos que los que causan la inamación aguda, la imposibilidad global de resolver el proceso puede dar lugar a una lesión notablemente más prolongada. La brosis, en concreto, la proliferación de broblastos y la acumulación de un exceso de matriz extracelular, también es una característica habitual de enfermedades inamatorias crónicas habitual de muchas enfermedades inamatorias crónicas y una causa importante de disfunción orgánica. La inamación crónica aparece en las siguientes circunstancias: 1. Infecciones víricas: requieren la presencia de linfocitos (y macrófagos) para identicar y eliminar a las células infectadas. 2. Infecciones microbianas persistentes: debidas a un conjunto reducido de microorganismos que poseen una capacidad patógena directa, pero suelen desencadenar una respuesta inmunitaria denominada de hipersensibilidad retardada que puede culminar en una reacción granulomatosa. 3. Exposición prolongada a agentes potencialmente tóxicos: como materias exógenas no degradables (partículas de sílice inhaladas que producen silicosis en los pulmones) o ciertos agentes endógenos (como elevación mantenida de los lípidos plasmáticos que conducen a la aterosclerosis). 4. Enfermedades autoinmunes: en las que la persona presenta respuesta inmunitaria a autoantígenos y tejidos propios. En toda inamación crónica coexisten las tres condiciones antes descritas, esto es: inltrado celular, lesión celular y signos reparativos. Según predominen unas u otras, se reconocen, desde el punto de vista morfológico, varios tipos de inamación crónica: Inamación crónica no proliferativa (o simple): Es aquella en la que prácticamente no existe proliferación, y su expresión morfológica es la presencia de un inltrado de macrófagos, linfocitos y células plasmáticas, en ocasiones acompañado de eosinólos. El inltrado inamatorio mononuclear que la caracteriza se sitúa en los intersticios preferentemente alrededor de los vasos y, en ocasiones, los linfocitos son tan numerosos que se disponen formando folículos, con presencia incluso de centros germinativos. La emigración de monocitos y de linfocitos de la sangre, se realiza por los mismos mecanismos de emigración de los polinucleares neutrólos, es decir, atraviesan los endotelios de los capilares y de las vénulas, a través de las uniones interendoteliales, por un proceso de diapédesis. Los monocitos son atraídos por los mismos agentes quimiotácticos que actuaban sobre los neutrólos en la fase aguda. Una vez que el monolito sale de la 80 luz de los vasos, debido a su tamaño y capacidad de fagocitar, se le conoce con el nombre de macrófago. Posteriormente, dicha capacidad de fagocitosis puede ser ampliada por medio de su activación, la cual ocurre principalmente por la acción del interferón gamma (IF), sintetizado y secretado por los linfocitos T sensibilizados. El macrófago activado es una célula de mayor tamaño, con mayor capacidad fagocítica, ya que multiplica su arsenal de enzimas lisosómicos. Además, el macrófago tiene actividad secretora, con vertido al espacio extracelular de gran cantidad de sustancias, que actúan como mediadores, perpetuando la inamación y provocando además destrucción tisular y brosis, dos hechos muy importantes en las inamaciones crónicas, que pueden dar lugar a insuciencia funcional de los órganos en los que asientan. Los productos segregados por los macrófagos son muy variados: unos son tóxicos para las células o para la matriz extracelular (metabolitos del oxígeno, colagenasas, óxido nítrico); algunos sirven para atraer al foco inamatorio a otros tipos celulares (factor quimiotáctico de neutrólos y citoquinas), mientras otros dan lugar a la proliferación de angioblastos y broblastos, que llevan a la producción de una brosis por depósito de colágena (factor de crecimiento broblástico - FCF -, factor de crecimiento transformante beta -FCT-beta-, factor de crecimiento derivado de plaquetas (FCDP). Los linfocitos migran hacia el foco inamatorio debido a sustancias quimiotácticas denominadas linfoactinas, pudiendo ser activadas por estimulación antigénica, o por monoquinas (sobre todo la interleuquina 1 (IL1) y el factor de necrosis tumoral (FNT) segregadas por los macrófagos. A su vez, los linfocitos activados segregan linfoquinas; una de ellas, el IF-gamma, es uno de los principales factores estimuladores de los macrófagos. Se establece así una interrelación entre ambos tipos celulares que sirve para perpetuar la respuesta inamatoria. Las células plasmáticas se originan por transformación de los linfocitos B, una vez que han emigrado a los tejidos, elaborando anticuerpos dirigidos contra antígenos o contra los componentes tisulares alterados. En algunas inamaciones crónicas las células plasmáticas son muy numerosas, representando el 90% del inltrado celular. Los polinucleares eosinólos son característicos de las reacciones inmmunitarias mediadas por IgE y, además de poder fagocitar, tiene un alto contenido, en sus gránulos citoplasmáticos, de la llamada proteína básica principal, que es tóxica para los parásitos. Suelen llegar al foco debido a la eotaxina, una quimioquina endógena, que tiene actividad quimiotáctica, y que también activa la actividad inamatoria de las células reclutadas. A pesar de ser la célula característica de la inamación aguda, el leucocito polinuclear neutrólo se puede seguir observando en las inamaciones crónicas, donde acuden por quiomiotaxis provocada por monoquinas, por células o por persistencia de gérmenes bacterianos. Inamación crónica proliferativa: Es la inamación que se caracteriza por la proliferación celular, con el objetivo de producir un tejido de granulación. Es denominado así porque al verlo microscópicamente, por ejemplo en el fondo de una herida, tienen un aspecto granuloso. Para observarlo mejor, es necesario retirar antes una leve costra de la supercie de las heridas, de color blanquecino, constituida por brina y exudado leucocitario, por debajo de la cual se sitúan numerosas prominencias de color rojizo de aspecto suculento, que sangran con facilidad. El tejido de granulación joven está constituido por la proliferación de células endoteliales y broblastos, constituyendo un tejido con numerosos vasos capilares neoformados, separados por un tejido conjuntivo laxo y edematoso, donde existe un inltrado inamatorio de tipo mixto, es decir, de células de la inamación aguda (neutrólos) y de la crónica (macrófagos y linfocitos) y broblastos activados, rechonchos y estrellados, que están sintetizando proteoglicanos y bras. 81 El tejido de granulación sufre un proceso de maduración o envejecimiento, cuyo resultado nal va a ser la formación de una cicatriz. Causas de producción de tejido de granulación: 1. Heridas o pérdidas de sustancia : la curación y cicatrizaicón de las heridas se relaiza por medio del tejido de granulación. 2. Supuración : las colecciones purulentas, que caracterizan a los empiemas o a los abscesos, son rodeadas de tejido de granulación. 3. Necrosis : siempre que ocurra una necrosis de células parenquimatosas y de la trama conjuntiva de cualquier órgano, no puede realizarse la regeneración, y tiene lugar el desarrollo de una cicatriz, como ocurre en los infartos. 4. Persistencia de brina : la brina de la inamación aguda necesita ser eliminada. Si persiste en el foco inamatorio, determina la formación de un tejido de granulación que produce una cicatrización. Los mismo ourre con la brina de los trombos que, si no es eliminada por brinolisis, es sustituida por tejido de granulación, lo que se conoce con el nombre de organización del trombo.(2) Mecanismo de formación del tejido de granulación: Después de producirse alguna de las causas antes enumeradas, tiene lugar una reacción inamatoria aguda, seguida de la inltración de macrófagos que realizan una limpieza de los restos necróticos y son capaces de segregar factores de crecimiento, que junto a los segregados por las plaquetas y otras células inician a las 48 horas aproximadamente de iniciado el proceso, la activación y proliferación de células endoteliales y de broblastos. Ello determina: 1. Neoformación vascular : los vasos neoformados se originan por el crecimiento de yemas vasculares macizas, a partir de los vasos preexistentes, que posteriormente se tunelizan y permiten el paso de sangre. Este proceso de conoce con el nombre de angiogénesis (intervienen diversos factores como: FGF, VEGF y VPF) 2. Fibrogénesis : Se produce una emigración y proliferación de los broblastos, los cuales acompañan a los vasos en su crecimiento. Se originan a partir de los broblastos locales, que son células estrelladas y que al activarse vierten al exterior sus proteínas sintetizadas. Estas proteínas son fundamentalmente proteoglicanos, bronectina y bras colágenas, que forman parte de la matriz extracelular. La maduración de las mismas, junto con la involución de los vasos neorformados formará un tejido de granulación viejo, el cual tendrá muchas bras colágenas, escasos vasos y los broblastos cada vez menos visibles. Finalmente, quedará constituida una cicatriz, formada exclusivamente por bras colágenas y escasos broblastos, que han recuperado su morfología inicial. PATRONES MORFOLÓGICOS DE LA INFLAMACIÓN En el foco inamatorio existe un exudado (líquido acuoso) que tiene una gran variedad de elementos, que pueden estar equilibrados, o bien predominar uno de ellos sobre los restantes. Ello determina unas características especícas de la inamación, lo que permite su clasicación, según la composición del exudado y la existencia o no de necrosis. La intensidad de la respuesta inamatoria, su especicidad y el tejido afectado pueden modicar los patrones morfológicos de la inamación aguda y crónica. La inamación se puede clasicar atendiendo a diversos parámetros como son: duración, carácter del exudado, etiología y localización. El carácter del exudado depende de la gravedad de la inamación, y de la etiología. De acuerdo con el carácter del exudado se distinguen los siguientes tipos de inamación: serosa, brinosa, purulenta, hemorrágica, ulcerosa y gangrenosa. Esta clasicación implica la existencia de inamaciones de tipo mixto: serobrinosa, brinopurulenta, etc. 82 Inamación aguda serosa Es aquella con un exudado inamatorio en el que predomina la extravasación de suero sanguíneo. La abundante cantidad de líquido producido puede ser vertida al exterior, acumulada en los intersticios titulares o acumulada en cavidades naturales, provocando compresión de los órganos adyacentes. Algunos ejemplos de inamación serosa serían: el catarro común que se caracteriza, en su primera fase, por la abundante salida de líquido claro por la nariz. Otra forma de inamación serosa en las supercies mucosas es la que produce la enfermedad del cólera en el intestino, que cursa con abundantes deposiciones líquidas, que pueden dar lugar a una deshidratación de los pacientes. Cuando el líquido exudado se acumula en los tejidos puede representar serios problemas clínicos. Por ejemplo, la laringotraqueitis aguda, en ocasiones, da lugar a un cierre de la glotis que impide la penetración de aire. La formación de ampollas, que representan la lesión elemental de las enfermedades ampollosas, se produce por el cúmulo intersticial de líquido, con neoformación de una cavidad que acaba abriéndose al exterior. Cuando el líquido se acumula en las cavidades lo hace en cavidad pleural, en cavidad pericárdica, o en la cavidad peritoneal, entre otras. Se trata de exudados que es necesario distinguir de un trasudado, producido por un mecanismo hemodinámica (insuciencia cardiaca derecha, cirrosis hepática, síndrome nefrótico). Inamación brinosa Aparece en inamaciones agudas graves con alteraciones importantes de la permeabilidad vascular y paso de moléculas de mayor tamaño (especícamente de brinógeno) hacia el espacio extravascular. Se dice inamación brinosa aquella que cursa con un exudado en el que predomina la brina. La brina se deposita en las supercies mucosas, sobre las supercies serosas (pleura, pericardio, peritoneo, cavidad articular), y también en el interior de los órganos, especialmente en el pulmón por tener cavidades aéreas (alvéolos). Sobre las mucosas, la brina aparece constituyendo membranas de color blanco-amarillento, que se depositan sobre el epitelio de la mucosa, o bien en la base de una zona desprovista de epitelio, como ocurre en las aftas bucales, una vez que la ampolla se ha roto y el epitelio se ha desprendido. Sobre las membranas serosas, la brina produce un deslumbramiento de la supercie, que aparece recubierta de natas de color grisáceo, supercie irregular, y fácilmente desprendibles. Ocurre en la pericarditis brinosa de la uremia o del infarto de miocardio, en la pleuritis brinosa que acompaña a una neumonía subyacente, en la peritonitis brinosa por perforación de víscera hueca, y en la artritis brinosa de la artritis reumatoide. La neumonía lobar neumocócica representa el ejemplo más apropiado de inamación brinosa en los parénquimas. Después de una fase de hepatización roja, en la que un lóbulo pulmonar adquiere un aspecto parecido al hígado, sucede una fase denominada de hepatización gris, cuyo sustito microscópico es la ocupación de las luces alveolares por mallas de lamentos de brina. La importancia de la inamación brinosa es cuanto a su potencial patológico, es que la brina desaparece por dos mecanismos posibles: uno favorable, el de la brinolisis y otro desfavorable, el de la sustitución por tejido broso, que sucede cuando el primer mecanismo no ha sido posible, determinando la aparición de cicatrices. Inamación supurada o purulenta El protagonista de este tipo de inamación es el leucocito polinuclear neutrólo, que predomina sobre el resto de los elementos que componen el exudado inamatorio, constituyendo un inltrado celular en los intersticios titulares, 83 que puede suponerse de manera difusa (emón), o acumularse en una cavidad preestablecida (empiema), o neoformada a través de una necrosis tisular (absceso). El pus también puede ser vertido directamente al exterior a través de las mucosas (inamación catarral purulenta). Por ejemplo, en el catarro común, después de una fase serosa tiene lugar ora purulenta o mucopurulenta, en la que el pus se vierte mezclado con el moco, producido en exceso por la estimulación de las glándulas mucosas por la inamación. La inamaciones purulentas suelen estar producidas por los llamados gérmenes piógenos, estalococo, estreptococo, etc; los cuales actúan como potentes agentes quimiotácticos. Flemón Es una inamación de carácter no localizado, en la que los tejidos afectados están difusamente aumentados de volumen. Microscópicamente, podemos observar que las células de tejido están muy separadas unas de otras por edema y numerosos polinucleares neutrólos. El emón es típico que se produzca en órganos con estructura laxa, como la base de la boca o el cuello, que permiten la difusión del exudado o por gérmenes virulentos que se diseminan por los tejidos, como el estreptococo productor de la enzima hialuronidasa también llamada factor de difusión por Duran Reynalds. El emón como complicación de una periodontitis aguda, y la apendicitis emonosa en el apéndice cecal, representan dos ejemplos muy frecuentes en la clínica. Empiema: es la colección de pus en la cavidad pleural, pericárdica, peritoneal, articular, pelvis renal, etc. El pus del empiema es un material cremoso y untuoso, de color verdoso o amarillento, que está constituido por leucocitos polinucleares, en su mayoría muertos. Abceso Es la colección de pus en una cavidad neoformada en el interior de un tejido, debido a la necrosis provocada por el escape masivo de enzimas contenidas en los neutrólos, pudiendo intervenir también, en la necrosis localizada, la disminución del riego sanguíneo por la compresión vascular del exudado inamatorio. El pus, en el absceso, está formado por polinucleares en distintas fases de desintegración, junto a restos celulares pertenecientes al tejido necrótico. Se trata de una auténtica necrosis de colicuación. En un principio, el absceso es una inamación aguda exclusivamente, pero con el paso del tiempo se transforma en una inamación crónica supurada, ya que la cavidad neoformada, conteniendo pus, va a ser rodeada por tejido de granulación. La curación natural de un absceso es por medio de stulización, seguida de cicatrización, o bien cicatrización directa sin stulización de curación. Úlceración (úlceras) Hace referencia a un foco de inamación en que una supercie epitelial (piel, epitelio gástrico, mucosa cólica, epitelio vesical) se necrosa y erosiona con inamación aguda y crónica subepitelial subyacente. Puede ser consecuencia de una lesión tóxica o traumática de la supercie epitelial o de un compromiso vascular (como en úlceras del pie relacionadas con la vasculopatía diabética). La úlcera péptica gástrica o duodenal. Suele haber un inltrado por neutrólos intenso y precoz, con dilatación vascular acompañante. En lesiones crónicas debidas a agresiones repetidas, el área que rodea a la úlcera presenta una proliferación broblástica, cicatrización y acumulación de células inamatorias crónicas. 84 OTROS TIPOS DE INFLAMACIÓN Inamación hemorrágica Se da cuando en el exudado inamatorio predominan los hematíes, la inamación microscópicamente se parece a una hemorragia. Los hematíes abandonan la luz de los vasos por un mecanismo de diapédesis, o por rotura de la pared de los vasos. Algunos agentes infecciosos determinan inamación hemorrágica, como el bacilo de la peste, el carbunco, las rickettsias y los virus. Inamación xantogranulomatosa Representa una variedad de tejido de granulación, cuyos macrófagos se han encargado de lípidos constituyendo células xánticas. Ello ocurre cuando un tejido de granulación rodea por largo tiempo una cavidad con abundantes lípidos, como es el caso de colecciones purulentas o cúmulos de queratina (colesteatomas), en los que los lípidos proceden de las membranas celulares destruidas. Microscópicamente, este tipo de inamaciones muestra color amarillo, lo que al lado de su aspecto nodular hace que puedan ser confundidas con una neoplasia, como ocurre en las pielonefritis xantogranulomatosas, que pueden simular tumores renales. Microscópicamente, existen numerosas células xánticas y gigantes multinucleadas de Touton. Las células xánticas son mononucleadas y su citoplasma es microvacuolado, de aspecto espumoso, por la presencia de lípidos. Las células gigantes de Touton muestran varios núcleos de situación variable y un citoplasma también microvacuolado, ya que se forman por fusión de varias xánticas. A veces, la cantidad de colesterol es tan elevada que se deposita no solo dentro de las células, sino también a nivel intersticial, a modo de cristales romboidales alargados, alrededor de los cuales se disponen células gigantes multinucleadas de cuerpo extraño y de Touton, dando lugar al llamado granuloma por colesterol. EFECTOS SISTÉMICOS DE LA INFLAMACIÓN Manifestaciones clínicas de la inamación: signos cardinales Los cambios sistémicos asociados con la inamación, especialmente en pacientes que tienen infecciones, se denominan colectivamente repuesta de fase aguda, o síndrome sistémico de repuesta inamatoria (SSRI). Estos cambios son reacciones antes citocinas cuya producción está estimulada por productos bacterianos, tales como TPS y por otros estímulos inamatorios. La respuesta de fase aguda consta de varios cambios clínicos y patológicos: Proteínas de fase aguda: son proteínas plasmáticas, la mayoría sintetizadas en el hígado, cuyas concentraciones en plasma pueden aumentar varios cientos de veces como parte de la respuesta al estímulo inamatorio. Tres de los ejemplos mejor conocidos de estas proteínas son la proteína C reactiva (PCR), el brinógeno y la proteína sérica amiloide A (SSA). La síntesis de estas moléculas por los hepatocitos está estimulada por citocinas, especialmente IL-6 (para PCR y brinógeno) e IL-1 o TNF (para SSA). Muchas proteínas de fase aguda, como la PCR y la SSA, se unen a las paredes de las células microbianas y pueden actuar como opsoninas y jar el complemento. También ligan la cromatina, posiblemente ayudando a la aclaración de los núcleos de la célula necrótica. Durante la respuesta de fase aguda, la proteina sérica amiloide A sustituye a la apolipoproteína A, un componente de las partículas lipoproteicas de alta densidad. Esto puede alterar el objetivo de las lipoproteínas de alta densidad desde células hepáticas a macrófagos, que pueden utilizar estas partículas como fuente de lípidos productores de energía. El aumento en brinógeno hace que los eritrocitos formen pilas (rulos) que sedimentan más rápidamente por unidad 85 de gravedad que los eritrocitos individuales. Ésta es la base de la medición de la velocidad de sedimentación globular (VSG) como una prueba simple para la respuesta inamatoria sistémica, producida por cualquier número de estímulos, incluyendo el LPS. Las proteínas de fase aguda tienen efectos beneciosos durante la inamación aguda pero, la producción prolongada de estas proteínas (especialmente SSA) provoca amiloidosis secundaria en la inamación crónica. Los niveles séricos elevados de PCR se utilizan actualmente como un marcador del riesgo aumentado de infarto de miocardio en pacientes con coronariopatía. Se cree que la inamación que afecta a las placas ateroscleróticas en las arterias coronarias puede predisponer a trombosis e infarto subsiguiente, y la PCR se produce durante la inamación. Sobre esta base se están probando agentes antiinamatorios en pacientes para reducir el riesgo de infarto de miocardio. Leucocitosis: Es una característica habitual de las reacciones inamatorias, especialmente las inducidas por infección bacteriana. El recuento leucocitario usualmente se eleva 15000 o 20000 células /microlitro, pero a veces puede alcanzar niveles extraordinariamente elevados de 40000 a 100000 células /microlitro. Estas elevaciones extremas se denominan reacciones leucemoides porque son similares a los recuentos de leucocitos obtenidos en la leucemia. La leucocitosis ocurre, inicialmente, por liberación acelerada de células por el contingente de reserva postmitótico en la médula ósea (producido por citosinas, incluyendo IL-1 y TNF)y, por lo tanto, se asocia con una elevación en el número de neutrólos más inmaduros en la sangre (desviación a la izquierda). La infección prolongada también produce proliferación de precursores en la médula ósea, provocada por aumento de la producción de factores estimulantes de colonias (CSF). Así pues, la salida de leucocitos desde la médula ósea está aumentada para compensar la pérdida de estas células en la reacción inamatoria. La neutrolia se reere a un aumento en el recuento sanguíneo de neutrólos. La mayoría de las infecciones bacterianas inducen neutrolia. Las infecciones víricas tales como la mononucleosis infecciosa, las paperas y la rubéola producen una leucocitosis en virtud de un aumento absoluto en el número de leucocitos (linfocitosis). Un grupo adicional de enfermedades, que incluyen el asma bronquial, la ebre del heno y las infecciones parasitarias, tiene un aumento absoluto en el número de eosinólos, creando eosinolia. Ciertas infecciones (ebre tifoidea e infecciones producidas por virus, rickettsias y ciertos protozoos) se asocian con un número disminuido de células blancas (leucocitos) circulantes (leucopenia). La leucopenia se encuentra también en infecciones que sobrecogen a los pacientes debilitados por cáncer diseminado o tuberculosis rampante.(5) Otras manifestaciones de la respuesta de fase aguda incluyen el aumento del pulso y de la presión sanguínea; la disminución del sudor, fundamentalmente por la redistribución del ujo sanguíneo desde la piel a los lechos vasculares profundos, para minimizar la pérdida de calor a través de la piel; los escalofríos (temblores), el enfriamiento (búsqueda de calor), la anorexia, la somnolencia y el malestar, todos ellos producidos, probablemente, por la acción de la citocinas sobre las células del cerebro.(5) Resumen de los efectos sistémicos de la inamación (reacción de fase aguda) son: Fiebre Somnolencia Malestar general Anorexia y astenia Degradación acelerada de las proteínas del músculo esquelético Hipotensión Síntesis hepática de varias proteínas Alteraciones de la reserva de leucocitos circulantes (1) 86 Mecanismo de la ebre caracterizada por una elevación de la temperatura corporal, habitualmente en 1 a 4o C, que es una de las manifestaciones más prominentes de la respuesta de fase aguda, especialmente cuando la inamación se asocia con infección. La ebre se produce en respuesta a unas sustancias denominadas pirógenos que actúan estimulando la síntesis de prostaglandinas en las células vasculares y perivasculares del hipotálamo. Los productos bacterianos, tales como el LPS (denominados pirógenos exógenos), estimulan a los leucocitos para liberar citocinas tales como IL-1 y TNF (denominados pirógenos endógenos), que aumentan las enzimas (ciclooxigenasas) que convierten al AA en prostaglandinas. En el hipotálamo, las prostaglandinas, especialmente la PGE2, estimulan la producción de neurotransmisores, como el AMP cíclico, que actúan restableciendo el punto de temperatura a un nivel superior. Los AINE, incluyendo la aspirina, reducen la ebre inhibiendo la ciclooxigenasa y bloqueando así la síntesis de prostaglandinas. Se ha demostrado que una temperatura corporal elevada ayuda a los anbios a protegerse contra infecciones microbianas, y se desconoce el mecanismo. Una hipótesis es que la ebre puede inducir proteínas de choque calórico que aumentan las respuestas linfocitarias ante antígenos microbianos. Bibliography [1] Vinay Kumar MD. Ramzi Cotran S. Stanley Robbins L. (2004). Patología humana, Editorial Elsevier España S.A., Génova, España.(52-54), (57-58). [2] Guzmán Ortuño Pacheco. Francisco J. Martínez Díaz, Francisco A. Pastor Quirante, Pedro D. Blanco Muñoz (2005). Lecciones de Anatomía Patológica General para estudiantes de Medicina y Odontología, Editorial DM, Merced, Murcia (130-134), (142-146). [3] Pérez Arellano J.L. (2006). Manual de Patología General, Editorial Masson S.A, Barcelona, España. [4] http://www.clubmedicobiogen.com/anax/05.htm [5] Patología estructural y funcional. Kumar, Abbas, Fasuto. Ed. Elservier. 7a Edición. 2005.
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