La cojera y el bajo rendimiento son problemas comunes que
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La cojera y el bajo rendimiento son problemas comunes que
La cojera y el bajo rendimiento son problemas comunes que afectan a los atletas equinos. Después de que tras el examen clínico de la cojera se ha localizado el sitio de origen, el diagnóstico por imagen es a menudo el siguiente paso. El menudillo y las regiones palmar y plantar del metacarpo y metatarso son sitios comunes de cojera en los caballos de deporte. Lesiones específicas pueden incluir desmopatía del ligamento suspensor, del ligamento accesorio distal ode los ligamentos sesamoideos distales, tendinopatías de los flexores digitales superficial y profundo, osteoartritis y fracturas. La investigación de un problema puede requerir sólo una modalidad de imagen, o puede requerir un enfoque multimodal. La radiografía es a menudo la primera técnica utilizada en la investigación de los problemas de cojera asociados a la extremidad distal. La radiografía computarizada y la radiología digital directa se han vuelto más frecuentes en el última década y ahora están ampliamente disponibles en forma ambulatoria. Estas tecnologías pueden aumentar el valor diagnóstico de las radiografías, pero no compensan a unas deficientes vistas o a una técnica inapropiada. En la región del menudillo, pueden ser suficientes cuatro vistas radiológicas: dorso-palmar/plantar con 20-30 grados de angulación, lateromedial, dorsolateral-palmaro/plantaromedial oblicua con 10-15 grados de angulación, y dorsomedial-palmaro/plantarolateral oblicua con 10-15 grados de angulación. Estas imágenes pueden revelar signos de osteoartritis, incluida la formación de osteofitos o estrechamieto del espacio articular (fig. 1). Los entesofitos pueden sugerir la presencia de enfermedad de los ligamentos y las fracturas pueden variar desde pequeñas fracturas osteocondrales tipo chip o fracturas óseas de la primera falange o de la caña. Puede ser necesario realizar otras vistas con sutiles variaciones en la angulación para revelar pequeñas fisuras sin desplazamiento. Vistas adicionales pueden ser necesarias para investigar los lugares específicos dentro de la articulación.1 Por ejemplo, vistas en flexión lateromediales o dorsopalmar/plantares para patologías de los cóndilos distales o de la superficie palmar o plantar del tercer metacarpiano/tarsiano.2 La radiografía también puede ser valiosa en la evaluación de la patología asociada con los tejidos blandos de la región metacarpiana/metatarsiana. Suele ser suficiente realizar cuatro proyecciones: dorso-palmar/plantar, lateromedial, dorsolateral-palmaro/plantaromedial oblicua, y dorsomedialpalmaro/plantarolateral oblicua. Los caballos con desmitis de ligamento suspensor pueden presentar irregularidad de la superficie palmar/plantar o del endostio del tercio proximal del metacarpiano/tarsiano o fragmentos de hueso por avulsión en el origen del suspensor.3 El segundo y cuarto huesos metacarpianos/tarsianos pueden evaluarse por la presencia de fracturas o exostosis que pueden afectar además al ligamento suspensor.4 La ecografía es una excelente elección para evaluar tanto los tejidos blandos como los contornos óseos. Se emplea normalmente un transductor lineal de entre 8 y 12 MHz para la región del menudillo y la superficie palmar/plantar de la región metacarpiana/tarsiana. Un transductor microconvex puede permitir evaluación más somera de ciertas estructuras como la región proximal del ligamento suspensor. Un pad puede mejorar la calidad de la imagen de las estructuras superficiales. Se recomienda la comparación con el miembro opuesto, ya que los cambios ecográficos pueden ser sutiles. Algunos tejidos blandos (por ejemplo, los ligamentos sesamoideos distales y el ligamento suspensor) normalmente puede tener algo de heterogenicidad, por lo que la comparación con la extremidad normal puede ayudar a reducir los errores en la interpretación. Irregularidades sutiles de los márgenes óseos a menudo se aprecian mejor con ecografía que radiologicamente.5 La ecografía es a menudo el método de diagnóstico de elección cuando se sospecha de patología del ligamento suspensor. Los resultados pueden incluir el engrosamiento, la irregularidad del patrón de la fibra, y la disminución de la ecogenicidad (Fig. 2) .6 Lesiones centrales de gran tamaño son menos frecuentes en el caballo de deporte que las desmitis crónicas caracterizadas por una disminución más sutil en la ecogenicidad y engrosamiento del ligamento. También se pueden identificar por ecografía irregularidades o fracturas por avulsión de la porción proximal palmar/plantar del tercer metacarpiano/tarsiano. Figura 1. Imagen radiográfica (dorso-lateralpalmaromedial oblicua), que muestra la formación de osteofitos en área dorsomedial de PI con cambios proliferativos y lisis del Mc III distal compatibles con severa enfermedad articular degenerativa. Figura 2. Imágenes ecográficas de las ramas del suspensor. La imagen superior muestra una rama del suspensor normal, con ecogenicidad y patrón de la fibra homogéneos . La imagen inferior muestra una rama anormal del suspensor con un área de moderada a grave hipoecogenicidad con la interrupción del patrón normal de las fibras. Los tejidos subcutáneos están también engrosados. En cada imagen, la vista transversal está en el lado izquierdo de la imagen y la vista longitudinal está en el lado derecho de la imagen. Proximal y dorsal están a la derecha de la imagen. La patología de los tendones flexores digitales superficial y profundo puede variar desde una leve disminución en la ecogenicidad típica de la tendinitis a grandes lesiones anecoicas, ya sea en la región metacarpiana/tarsiana o en el menudillo.6 Cambios similares pueden verse en los ligamentos sesamoideos distales y el ligamento accesorio distal. En el menudillo las desmitis del ligamento colateral y de los ligamentos intersesamoideos son poco frecuentes, pero pueden ser diagnosticadas por ecografía. Si bien la radiografía y la ecografía se puede realizar en forma ambulatoria, la gammagrafía, la tomografía computarizada y la resonancia magnética requieren equipo especializado y se llevan a cabo en un entorno hospitalario. La gammagrafía identifica las áreas de metabolismo óseo aumentado. En algunos casos de disminución del rendimiento, la gammagrafía puede ser utilizada como una herramienta de detección para identificar las áreas con resultados anormales (aumento de la absorción del radiofármaco) indicativas de patología. Es una excelente herramienta para identificar daño en el hueso subcondral en la articulación del menudillo o fracturas ocultas.7. Un anormal aumento de la captación de radiofármaco también puede ocurrir en desmopatias en las zonas de unión ligamentosa, como en el origen del ligamento suspensor (fig. 3) .9,10. La gammagrafía nuclear es a menudo seguida por imágenes adicionales de las regiones con mayor captación de radiofármaco con el fin de definir en profundidad la ubicación y la gravedad de la lesión. Figura 3. Imagen de absorción aumentada de radiofármaco en el origen del ligamento suspensor de la extremidad anterior izquierda. Las imágenes de la extremidad anterior derecha se realizan para comparar y tener la captación de radiofármaco normal en el origen del ligamento suspensor. Técnicas de obtención de imágenes transversales proporcionan una excelente definición de las estructuras de los tejidos, tanto óseos como blandos. Tanto los exámenes con tomografía computerizada (TC) como con resonancia magnética (MRI) dan como resultado imágenes que representan delgadas secciones transversales de los tejidos, lo que permite delinear y localizar con precisión la patología. En algunos casos, la TC o RM pueden proporcionar un diagnóstico específico cuando los resultados de la radiografía o la ecografía han sido negativos. En otros casos, a pesar de que se haya realizado un diagnóstico preliminar, el examen con resonancia magnética o tomografía computerizada proporciona información adicional importante que conduce a un refinamiento del diagnóstico y el pronóstico.11 La tomografía computarizada tiene una excelente resolución espacial, proporcionando detalles nítidos de las estructuras óseas en particular (Fig. 4). Por ejemplo, la CT ha sido utilizada para identificar un componente óseo en la desmitis de inserción del ligamento suspensor.12 Las capacidades de reconstrucción tridimensional de la CT es muy útil para definir la naturaleza de las fracturas complejas en un estudio preoperatorio base. Además permite diagnosticar desmopatias y tendinopatías y se puede emplear para mejorar la visibilidad de las lesiones junto con un medio de contraste debido a su corto tiempo de adquisición. Figura 4. Tomografía computarizada de un caballo con osteomielitis del sesamoideo. Nótese la disminución de la densidad ósea en la zona afectada del hueso sesamoideo, en comparación con el sesamoideo normal. La resonancia magnética ofrece una exploraión profunda de estructuras óseas y blandas de la extremidad distal. La resonancia magnética puede detectar cambios en los tejidos blandos o el hueso antes de que se manifiestan durante el examen radiográfico o ecográfico. La RM también se ha reportado que es superior a la TC en el diagnóstico decontusiones del hueso y en lesiones que implican tanto al hueso como a los tejidos blandos. Se pueden obtener una variedad de planos y secuencias de imagen por lo que el examen de una región mediante resonancia magnética lleva más tiempo que el uso de la TC. La RM del menudillo o de la región metacarpiana/tarsiana se puede realizar con el caballo en estación pero sedado ya que los artefactos de movimiento puede conducir a nterpretaciones erróneas. La patología de tejidos blandos se diagnostica basándose en la presencia de una intensidad de señal anormal, bordes irregulares, o engrosamiento de la estructura. Las diferencias en el grado de intensidad de señal anormal entre diferentes tipos de secuencias puede proporcionar una estimación de la etapa de la lesión. La detección de lesiones en las estructuras de tejidos blandos ha sido reportada como superior por la resonancia magnética que con el uso de TC o ecografía, especialmente en el ligamento suspensor y ligamentos sesamoideos oblicuos distales (Fig. 5) .14 a 16. La RM también es útil para la detección de anormalidades de huesos y cartilago.17-19.Se pueden detectar en estadíos iniciales áreas de irregularidad ósea, edema, y esclerosis. Los daños o pérdida del cartílago se aprecian mejor utilizando un imán de alto campo, aunque para las lesiones del cartílago se ha demostrado que se pueden subestimar utilizando MRI.19, 20 En conclusión, es importante considerar que el diagnóstico por imagen es sólo un componente de una evaluación completa del caballo cojo. Es vital que los resultados del diagnóstico por imagen se interpreten junto con los datos de la historia, así como los resultados del examen de cojera. Muchos caballos tienen anormalidades o evidencia de lesión anterior que no son clínicamente significativos. La comparación con la extremidad contralateral es útil para establecer si un hallazgo es una variación de lo normal o una verdadera anormalidad. Por el contrario, si se ha realizado un estudio exaustivo por imágenes de la región anatómica de interés con resultados negativos, se debe reevaluar el estudio de cojera para comprobar su localización. A B Figura 5. Densidad ponderada de protones de la grasa saturada de la imagen transversal por MR de la región del metatarso proximal. Una imagen de la extremidad normal se ve en la imagen A. Contorno e intensidad de la señala anormales se muestran en el ligamento suspensor en la imagen B. Dorsal es la parte superior de las imágenes y lateral es el el lado izquierdo de las imágenes. Bibliografía 1. Vanderperren K, Saunders JH. Diagnostic imaging of the equine fetlock region using radiography and ultrasonography. Part 2: the bony disorders. Vet J 2009;181:123-136. 2. Pilsworth RC, Hopes R, Greet TR. A flexed dorso-palmar projection of the equine fetlock in demonstrating lesions of the distal third metacarpus. Vet Rec 1988;122:332-333. 3. Dyson SJ, Genovese RL. The suspensory apparatus In: Ross MW,Dyson SJ, eds. Diagnosis and Management of Lameness in the Horse. St. Louis: Saunders, 2003;654- 672. 4. Dyson SJ. The metacarpal region In: Ross MW, Dyson SJ, eds. 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