Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y
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Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y
Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y crónico Resumen Francis H. Shen, MD Dino Samartzis, BS Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD El Dr. Shen es Assistant Professor, Department of Orthopaedics, University of Virginia School of Medicine, Charlottesville, VA. El Sr. Samartzis es Graduate Student, Faculty of Arts and Sciences, Graduate Division, Harvard University, Cambridge, MA y de la Division of Health Sciences, University of Oxford, Oxford, England. El Dr. Andersson es Professor and Chairman, Department of Orthopaedic Surgery, Rush Medical College, Rush University Medical Center, Chicago, IL. Ninguno de los siguientes autores ni los departamentos a los que están afiliados han recibido ayudas ni poseen acciones de empresas u organismos relacionados directa o indirectamente con el tema de este artículo: Dr. Shen, Sr. Samartzis y Dr. Andersson. J Am Acad Orthop Surg (Ed Esp) 2006;5:435-445 J Am Acad Orthop Surg 2006;14:477-487 Copyright 2006 by the American Academy of Orthopaedic Surgeons 45 Para el tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y crónico existen varias alternativas. Hay que explicar a los pacientes que la evolución natural del dolor lumbar suele ser buena. También hay que enseñarles ciertos conocimientos básicos sobre la biomecánica corporal y los métodos que pueden disminuir sus síntomas (ejercicios, modificación de actividades, cambios de conducta). La medicación es eficaz en el dolor leve o moderado. Los antiinflamatorios no esteroideos, utilizados de forma aislada o en combinación con relajantes musculares, alivian el dolor y mejoran globalmente los síntomas del dolor lumbar agudo. La terapia mediante ejercicios tiene un valor limitado en el dolor lumbar agudo, aunque hay evidencias que la apoyan claramente en el dolor lumbar crónico. Existen evidencias que apoyan moderadamente el uso de las manipulaciones en el dolor lumbar agudo. La eficacia de las inyecciones epidurales de corticoides en el dolor lumbar agudo, según las evidencias es muy escasa. Sin embargo, es fuerte para el alivio a corto plazo del dolor lumbar crónico, y limitada para el alivio a largo plazo del dolor lumbar crónico. Las evidencias no apoyan el uso de las inyecciones facetarias en el dolor lumbar agudo, ni tampoco la utilización de ortesis, tracciones, magnetoterapia o acupuntura. En el tratamiento sistemático del dolor lumbar agudo o crónico no están indicadas las inyecciones en los puntos gatillo, ni tampoco las inyecciones de las articulaciones sacroilíacas. Existen evidencias contrapuestas con respecto al uso de la estimulación eléctrica transcutánea en el dolor lumbar. E l dolor lumbar es frecuente en la población general, y afecta a ambos sexos y a todos los grupos de edad, a todos los grupos étnicos y a todas las clases sociales.1,2 La mayoría de los pacientes se recupera de un cuadro de dolor lumbar de forma rápida y sin una pérdida funcional residual. Sin embargo, las recidivas forman parte de la evolución natural de este problema.3-5 Además, entre un 5 y un 10% de los pacientes sufre síntomas crónicos. Como consecuencia, los gastos individuales y para la sociedad son enormes. El tratamiento del dolor lumbar es controvertido. Existen varias modalidades terapéuticas, aunque ninguna parece ser mejor que las otras. Las evaluaciones varían mucho según la causa del dolor y ciertos factores individuales, sociales y ocupaVol. 5, N.° 7, Octubre 2006 cionales.6,7 Las evidencias científicas apoyan la utilización de métodos conservadores en el dolor lumbar agudo y crónico. En este artículo hemos revisado las alternativas terapéuticas conservadoras, y presentamos las evidencias científicas que las apoyan. Sin embargo, este artículo no es el resultado de un metaanálisis formal ni de una revisión sistemática de la bibliografía. Según la situación particular de cada paciente, sus necesidades y preferencias personales y la experiencia del médico, pueden ser apropiadas diferentes alternativas terapéuticas. Esta revisión no pretende definir los tratamientos de referencia pero sí proporcionar información basada en evidencias sobre las alternativas terapéuticas existentes hoy en día. Las recientes intervenciones 435 Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y crónico Tabla 1 Señales de alarma del dolor lumbar que contraindican el tratamiento conservador Posible enfermedad Historia clínica Exploración física Fractura Gran traumatismo Traumatismo pequeño (paciente mayor) Tumor Edad menor de 15 años o mayor de 50 años Cáncer conocido Pérdida de peso de origen desconocido Dolor nocturno Infección Fiebre o escalofríos recientes Infección bacteriana reciente (infección de vías urinarias) Uso de fármacos intravenosos Inmunosupresión Dolor insoportable Síndrome Acorchamiento en silla de montar de cola de Retención o incontinencia urinaria caballo Déficit neurológico intenso (progresivo) en extremidades inferiores semiinvasivas, como la ablación por calor, la discectomía percutánea y la modulación del dolor, no se han incluido en este artículo. Causas lumbar Causas deldolor dolor lumbar El tratamiento conservador del dolor lumbar debe basarse en sus diferentes posibles etiologías. En la mayoría de los pacientes no puede identificarse una causa patoanatómica específica subyacente. Al conocer la patología, el tratamiento puede dirigirse específicamente a la causa. Sin embargo, habitualmente, el tratamiento se dirige a aliviar el dolor y mejorar la función, independientemente de su causa. Un subgrupo de dolores lumbares tienen que ver con trastornos de la cola de caballo y/o de las raíces nerviosas lumbares. Este subgrupo puede diferenciarse del dolor lumbar habitual por la presencia de síntomas radiculares, con o sin cambios neurológicos asociados. El tratamiento del dolor lumbar axial no incluye específicamente el dolor radicular. Los síntomas normalmente aparecen tras un accidente, aunque su comienzo a menudo es insidioso. Los pacientes se presentan con dolor, que típicamente 436 Cifosis – Fiebre Esfínter anal débil Pérdida de sensibilidad perianal Debilidad motora de tipo flácido Hiporreflexia aumenta con la actividad y disminuye con el reposo. Los estudios de imagen no demuestran anomalías o revelan diversos grados de cambios degenerativos, que habitualmente se asocian al proceso natural del envejecimiento. Las contraindicaciones para el tratamiento conservador del dolor lumbar, aunque pocas, son importantes. Estos pacientes por lo general se identifican por la historia clínica y por la exploración física. Hay algunos signos que podríamos considerar señales de alarma (tabla 1). Su presencia requiere profundizar en las investigaciones. La etiología no orgánica, aunque igualmente importante, también es rara. Los pacientes ocasionales que presenten una historia no orgánica y/o signos físicos, también requieran una atención especial8 (tabla 2). La diferenciación entre dolor lumbar agudo y crónico es esencial, puesto que sus evoluciones naturales, tratamientos y pronósticos son diferentes. El dolor lumbar agudo se define a menudo como el que dura menos de 12 semanas, mientras que el dolor lumbar crónico es el que persiste durante más de 12 semanas, muchas veces como dolor agudo recurrente o como dolor que dura más de lo que tardaría en curar un episo- dio normal de dolor lumbar. En los casos crónicos, los cambios en la neuromodulación central del dolor forman parte de su fisiopatología.9 Epidemiología y evolución natuEpidemiología y ral evolución natural El dolor lumbar es un problema de salud pública que afecta a todos los grupos de edad y a todas las clases sociales. Para desarrollar el tratamiento adecuado y proporcionar la información correcta a cada paciente, hay que conocer bien la evolución natural del dolor lumbar. Los pacientes deben comprender el pronóstico y el propósito de cada tratamiento que se les indique. Más del 70% de las personas de los países desarrollados sufre dolor lumbar en algún momento de su vida.10 Las tasas de incidencia van del 15 al 45%.1 El dolor lumbar parece ocurrir con igual frecuencia en mujeres que en hombres. Aunque se da en todos los grupos de edad, las personas más afectadas son aquellas con edades comprendidas entre 35 y 55 años. La utilización del sistema público de salud se ve por ello considerablemente afectada, de modo que menos del 25% de los casos son responsables de más del 75% del gasto. Los cuadros de dolor lumbar ocurren cada año en un 2% de los trabajadores, lo que produce unos costes por compensación laboral superiores a 20 mil millones de dólares americanos.1,11 En 1998 el coste total del sistema de salud en EEUU por dolor lumbar fue de 90.700 millones de dólares americanos.12 Las recidivas forman parte de la evolución natural del dolor lumbar y ocurren en entre un 20 y un 72% de los casos.2 La mayoría de los enfermos se recuperan rápidamente y sin pérdida funcional residual. Entre un 60 y un 70% de los pacientes con síntomas suficientemente intensos como para requerir ausencias laborales vuelven al trabajo en las 6 primeras semanas. Sin embargo, entre el 80 y el 90% vuelven a las 12 semanas13 (fig. 1). Tras 12 semanas de sintomatología, la vuelta al trabajo acostumbra a ser lenta. En general el dolor lumbar se caracteriza por su variabilidad y cambio, en vez de por su predicción y estabilidad.3 La continuación del dolor Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición en Español) 46 Francis H. Shen et al Tabla 2 Signos físicos no orgánicos que indican una conducta relacionada con enfermedad Signos o síntomas Enfermedad física/Conducta normal Conducta anormal de enfermedad Síntomas Dolor Distribución anatómica Dolor en toda la pierna Dolor coxígeo Acorchamiento en toda la pierna Inestabilidad en toda la pierna Nunca libre de dolor Intolerancia a los tratamientos; ingresos hospitalarios de urgencia Acorchamiento Debilidad Patrón temporal Respuesta terapéutica Signos Molestias Carga axial Rotación simulada Signo de Lasegue Sensitivos Motores Dermatómica Miotómica Varía con el tiempo y con la actividad Beneficio variable Distribución anatómica Dolor no lumbar Dolor no lumbar No cambia con la distracción Dermatómicos Miotómicos Superficial; distribución no anatómica amplia Dolor lumbar Dolor lumbar Mejora con la distracción Regional Regional, inestabilidad Los signos presentados en esta tabla no son por sí mismos diagnósticos de dolor no orgánico aunque son signos físicos que indican una conducta enferma. Figura 1 100 80 Porcentaje lumbar no implica necesariamente que el resultado vaya a ser malo. Muchos pacientes siguen teniendo dolor lumbar leve o molestias lumbares durante más de 3 meses. Un dolor lumbar recidivante leve o un dolor crónico pueden tener pocos efectos sobre la función de los pacientes o sobre su bienestar. Por ello, para analizar los resultados en enfermos con dolor lumbar, la limitación de las actividades probablemente sea una mejor medida que el nivel del dolor. 60 40 20 20 40 60 80 100 Tratamiento conservador Tratamiento conservador Habitualmente se utilizan diversas alternativas conservadoras para el dolor lumbar (tabla 3). Teniendo en cuenta que la efectividad de la mayoría de estas alternativas todavía no ha sido probada en ensayos aleatorizados controlados de buena calidad (EACBC), la elección del tratamiento para pacientes con dolor lumbar es un reto. Los objetivos son educar a los pacientes, aliviar su dolor, mejorar su función, minimizar cualquier efecto secundario que pueda producirse y prevenir la cronicidad. Como la evolución natural del dolor lumbar es su desaparición total, el propósito del tratamiento a menudo será favorecer una recuperación que en cualquier 47 120 140 200 300 Días Vuelta al trabajo de pacientes con dolor lumbar. (Adaptado con autorización de Andersson GV, Svensson HO, Oden A: The intensity of work recovery in low back pain. Spine 1983;8:880-884.) caso ocurriría. Ello tiene importantes consecuencias sobre las relaciones coste-beneficio, y también hace que los estudios sobre dolor lumbar agudo sean difíciles de analizar. Los resultados requieren muestras de gran tamaño, puesto que entre un 70 y un 90% de los pacientes mejorarán de su dolor lumbar en el primer mes, independientemente del tratamiento que lleven a cabo. Vol. 5, N.° 7, Octubre 2006 Opciones terapéuticas Opciones terapéuticas Información Un elemento clave del tratamiento del dolor lumbar agudo y crónico es la educación de los pacientes. Esta debe incluir información acerca de la postura correcta, la biomecánica de la columna en las actividades de la vida cotidiana y los métodos sencillos que puedan disminuir la sintomatología. También hay que informar a los pa437 Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y crónico Tabla 3 Alternativas de tratamiento conservador Tratamiento Subclasificación Educación Medicación – Analgésicos No narcóticos Narcóticos Tópicos AINE Relajantes musculares Corticoides Antidepresivos – – – – – – Epidurales Facetarias Puntos gatillo Sacroilíacas Braces Corsés Corsés de descarga – – Modificación de actividades Terapia de ejercicios Modalidades Magnetoterapia Manipulaciones Tracciones Inyecciones Ortesis Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea Acupuntura AINE = antinflamatorios no esteroideos. cientes acerca de los resultados esperados, y de que la evolución natural del dolor lumbar suele ser favorable. Esta información puede ayudarles a participar de forma activa en su propio tratamiento. Los pacientes deben entender lo que significa hacer de por vida a un programa activo de tratamiento, puesto que los factores de riesgo más importantes de futuros episodios de dolor lumbar son los episodios previos de dicho dolor. Los programas educativos formales, como los cuadernos educativos o las denominadas escuelas de dolor lumbar (back school), tienen poca utilidad cuando se realizan de forma aislada.14-16 Se han realizado varios EACBC en escuelas de dolor lumbar y se han publicado varias revisiones al respeto. Sin embargo, no existen evidencias de que estas escuelas prevengan el dolor lumbar.17 Por el contrario, ciertas evidencias apoyan que las escuelas de dolor lumbar son útiles cuando se combinan con otros tratamientos de tipo rehabilitador. Medicación Entre las medicaciones utilizadas para el tratamiento del dolor lumbar 438 destacan los analgésicos, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), los relajantes musculares y los antidepresivos. La mayoría de los pacientes con dolor usan un analgésico o un AINE para aliviarlo. Otro objetivo del tratamiento es prevenir la dependencia de la medicación. Teniendo en cuenta que la medicación es la piedra angular del tratamiento conservador, es importante considerar sus posibilidades, dosis y duración. También hay que familiarizarse con los posibles riesgos de la medicación, incluida su dependencia. Analgésicos no narcóticos El acetaminofeno es eficaz en el dolor leve y en el dolor moderado. Teniendo en cuenta que es relativamente seguro, barato y fácil de encontrar, es el fármaco recomendado para la mayoría de pacientes con dolor lumbar agudo. Su dosis máxima aceptada es de 4 g/día. El uso prolongado de altas dosis de acetaminofeno puede producir hepatotoxicidad mortal.20 A los pacientes que estén tomando acetaminofeno durante meses hay que realizarles pruebas de función hepática. Además, normal- mente no es aconsejable que los pacientes con dolor lumbar crónico tomen acetaminofeno. Este fármaco debe evitarse en pacientes alcohólicos o que padezcan enfermedades hepáticas de tipo hereditario. Sin embargo, en pacientes con afectación renal, es preferible tomar acetaminofeno que un AINE, puesto que la toxicidad renal del acetaminofeno es menor que la de los AINE.21 El acetaminofeno no tiene efectos antiinflamatorios, ni tampoco produce relajación muscular. El tramadol es un analgésico de acción central que no está químicamente relacionado con los opiáceos. Además, puede tener un menor riesgo de abuso que los analgésicos de tipo narcótico. El tramadol tiene un débil efecto sobre los receptores de la monoaminooxidasa de la médula espinal, y compite con los narcóticos. Por lo tanto el tramadol no debe usarse al mismo tiempo que los opioides. Las evidencias que apoyan el uso del tramadol en el dolor lumbar son limitadas. Un estudio controlado aleatorizado de 254 pacientes con dolor lumbar crónico ha constatado que el tramadol disminuye el dolor y mejora la función en comparación con el placebo.22 El tramadol debe usarse con precaución en pacientes que estén tomando inhibidores de la monoaminooxidasa, puesto que inhibe la captación de norepinefrina y serotonina. Además, en pacientes con problemas de la función renal o hepática y en personas mayores de 75 años, hay que disminuir las dosis. Nosotros aconsejamos que el tramadol se use sólo a corto plazo, y que se reserve para pacientes con dolor intenso. Analgésicos narcóticos Los analgésicos de tipo narcótico deben usarse con precaución y sólo en pacientes cuyo dolor no responda a medicaciones alternativas correctamente prescritas, o cuando otros analgésicos estén contraindicados.23 Por su potencial de adicción, los analgésicos narcóticos no se aconsejan como fármacos de primera línea en el dolor lumbar. Cuando los narcóticos analgésicos son necesarios por un dolor lumbar intenso, lo aconsejable es usarlos a corto plazo. Si se utilizan narcóticos durante largo tiempo para el tratamiento del dolor, se deben realizar evaluaciones perió- Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición en Español) 48 Francis H. Shen et al dicas para valorar su eficacia, complicaciones y posibles excesos de utilización. Analgésicos tópicos Para el tratamiento del dolor lumbar pueden usarse analgésicos por vía tópica, bien solos o en combinación con AINE o con analgésicos orales. Se ha sugerido que la capsaicina, que es un analgésico tópico muy popular obtenido de los pimientos calientes y que también se comercializa en forma de crema o en paquetes calientes, es un fármaco beneficioso para el dolor lumbar leve. Sin embargo, las evidencias sobre su efectividad son débiles.24 Parece ser que el mecanismo de acción de la capsaicina implica la inducción y liberación de sustancia P en las fibras nerviosas sensitivas nociceptivas aferentes de tipo C. Sin embargo, para notar el efecto de la capsaicina, hacen falta múltiples aplicaciones diarias de la misma durante varias semanas. El fármaco normalmente se tolera bien, aunque los pacientes suelen referir una sensación de quemazón y un olor desagradable cuando se aplica. Con la capsaicina puede haber efectos secundarios leves y de poca importancia, que además son localizados y reversibles. Los parches cutáneos de lidocaína al 5% contienen analgésicos. Su absorción depende del área y del tiempo de aplicación. Su indicación fundamental es la neuralgia postherpética, aunque los parches puede usarse también en el dolor musculoesquelético. Sin embargo, no se han demostrado sus beneficios ni en el dolor lumbar agudo, ni en el crónico. AINE Los AINE actúan inhibiendo la capacidad corporal de sintetizar la enzima ciclooxigenasa (COX), inhibiendo por tanto la síntesis de prostaglandinas. La COX-1 protege la pared intestinal y estomacal. La COX-2 es una precursora de las prostaglandinas, que es responsable del dolor, la fiebre y la inflamación. Los AINE de primera generación inhiben tanto la COX-1 como la COX-2, mientras que los AINE de segunda generación son inhibidores selectivos de la COX-2, y se desarrollaron para minimizar sus efectos gastrointestinales y otros efectos secundarios. Las evidencias recientes sobre compli49 caciones cardiovasculares de los antiinflamatorios de la COX-2 han limitado su disponibilidad, y probablemente están contraindicados en el dolor lumbar crónico. Su utilización actual se limita al celecoxib. Los EACBC han demostrado que los AINE son más efectivos que los placebos en cuanto a aliviar el dolor y mejorar los síntomas globales de dolor lumbar agudo.25,26 Los AINE son fármacos de primera línea razonables, aunque no hay evidencias que apoyen que un AINE sea mejor que los demás. De hecho, su respuesta varía de unas personas a otras. La mayoría de los estudios se han basado en AINE de primera generación. Hay evidencias de que los inhibidores de la COX-2 son tan efectivos como los inhibidores de las prostaglandinas de primera generación en el tratamiento de diversos problemas de tipo inflamatorio. Sin embargo, pocos estudios han valorado específicamente su eficacia en el tratamiento del dolor lumbar. Al menos un estudio inicial pareció indicar que los inhibidores selectivos de la COX-2 eran efectivos en el tratamiento del dolor lumbar agudo.27 Sin embargo hacen falta más estudios para llegar a conclusiones definitivas.25 Relajantes musculares La contractura muscular a veces forma parte del dolor lumbar agudo, aunque su relación no se conoce bien. Los estudios actuales apoyan el uso de los relajantes musculares en el tratamiento a corto plazo del dolor lumbar agudo en algunos pacientes.28,29 Los relajantes musculares parecen ser más efectivos que los placebos en disminuir los síntomas globales de dolor lumbar agudo, aunque menos que los AINE. Cuando se usan junto a los AINE, sus efectos beneficiosos pueden añadirse.26,30 Sin embargo, estos beneficios deben ser cuidadosamente contrastados con sus efectos secundarios (riesgo de abuso, dependencia, somnolencia y mareo).6,19 Cuando se administran a dosis terapéuticas no hay evidencias que apoyen que un relajante muscular es mejor que otro, pero sus efectos sobre el sistema nervioso central son variables.31 Su administración antes de ir dormir puede minimizar la somnolencia diurna, al tiempo que puede ser ventajosa por su efecto seVol. 5, N.° 7, Octubre 2006 dante. Pocos estudios han valorado el uso de relajantes musculares en el dolor lumbar crónico. Se sabe que los espasmos musculares generalmente desaparecen de forma espontánea con el paso del tiempo. El uso prolongado de relajantes musculares puede producir síntomas de retirada si se dejan de tomar bruscamente. El carisoprodol se ha considerado una sustancia controlada en algunos estados de EE.UU. por los temas relacionados con el abuso de drogas y de dependencia, sobre todo cuando se toma junto a tramadol y oxicodona. Corticoides por vía oral En los pacientes con radiculopatía, los corticoides son efectivos por vía oral cuando se toman durante un período corto de tiempo.29 Sin embargo, el papel de estos fármacos en el tratamiento del dolor lumbar sin radiculopatía todavía no se conoce. Los ensayos clínicos no han mostrado ventajas estadísticamente significativas de los corticoides orales con respecto a los placebos. Sin embargo, el tamaño de las muestras habitualmente era pequeño, lo que crea dudas acerca de su poder estadístico.32 El riesgo de efectos secundarios importantes asociados con los corticoides orales durante largo tiempo o a altas dosis (mayores de 60 mg) durante cortos períodos de tiempo limita su uso como fármaco de primera línea en el dolor lumbar crónico. El uso de corta duración de bajas dosis de corticoides parece ser seguro.33 Antidepresivos Se sabe que el dolor y el estado de ánimo están estrechamente relacionados.34 Aunque los antidepresivos tricíclicos, sobre todo la amitriptilina, parecen ser útiles en el tratamiento del dolor neurogénico, su papel en el tratamiento del dolor lumbar no se conoce bien.35 De hecho, no es aconsejable usar antidepresivos en el dolor lumbar agudo. Sin embargo, hay evidencias moderadas que apoyan el papel de los antidepresivos en el dolor lumbar crónico y en los síndromes de dolor crónico.29,36,37 En pacientes con dolor lumbar crónico y depresión leve, los antidepresivos serán el tratamiento de elección. En los pacientes sin depresión, los antidepresivos todavía podrían ser una opción razonable como medicación adjunta.38 439 Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y crónico Sin embargo, antes de usarlos, hay que tener en cuenta sus posibles efectos secundarios. Para minimizar el riesgo de estos efectos secundarios, las dosis iniciales deben ser bajas y se aumentan después según sea su efecto terapéutico. Los trastornos del sueño no son infrecuentes en los pacientes con dolor lumbar, y habitualmente están relacionados con la depresión.39 En estos pacientes los antidepresivos tricíclicos pueden ser útiles por su efecto sedante, siendo recomendable usarlos por la noche. Modificación de las actividades Todos los pacientes con dolor lumbar modifican sus actividades como respuesta al dolor. Probablemente este mecanismo subconsciente de tipo protector es útil. La duda está en saber hasta qué punto las actividades que causan dolor son perjudiciales. La recomendación habitual es evitar las actividades dolorosas durante algunos días hasta que los síntomas más agudos hayan disminuido, aunque no hay evidencias que apoyen su eficacia. Tradicionalmente se recomienda el reposo en cama para el tratamiento del dolor lumbar agudo. Sin embargo, no hay evidencias sólidas de que el reposo en cama durante un período prolongado sea beneficioso para el dolor lumbar. De hecho, en muchos ensayos se ha observado que su efecto es negativo.6,40-43 Algunos estudios apoyan la modificación de actividades en lugar del reposo en cama y la inmovilización. La actividad física moderada no es dañina y ayuda a evitar los efectos nocivos asociados con el reposo en cama.44,45 Los pacientes con dolor lumbar agudo que permanecen activos se recuperan antes que los que están inactivos. Además, los pacientes que realizan programas de actividades presentan menos riesgo de discapacidad crónica y menos tiempo de ausencia laboral que los que hacen reposo en cama.41,46 Es bueno animar a los pacientes con dolor lumbar crónico a que continuen físicamente activos. El hecho de creer que el trabajo y las actividades físicas aumentan la sintomatología está muy relacionado con la discapacidad que el dolor lumbar produce. 440 Fisioterapia pasiva Las bolsas de hielo, el calor superficial, la diatermia de onda corta y los ultrasonidos son elementos frecuentemente usados en los tratamientos de fisioterapia y quiropraxia. Muchos pacientes usan el frío o el calor para aliviar sus síntomas. La elección de uno de ellos dependerá del estadio en el que se encuentre la lesión. El frío alivia el dolor y disminuye mediante la vasoconstricción la respuesta inflamatoria secundaria a las lesiones agudas. El calor relaja los músculos y mejora la tolerancia al ejercicio, y puede ser razonable usarlo una vez sobrepasada la fase aguda (tras 1 o 2 semanas). Sin embargo, aparte del alivio a corto plazo, no se ha demostrado que estas modalidades terapéuticas pasivas sean de utilidad.47,48 Un EACBC patrocinado por la industria ha demostrado que un «envoltorio de calor continuo de bajo nivel» es mejor que el ibuprofeno y que el acetaminofeno en el dolor lumbar agudo.49 Terapia mediante masajes Los masajes en el dolor lumbar raramente se usan de forma aislada. Tres recientes EACBC han señalado que esta terapia es efectiva en el dolor lumbar subagudo y crónico.50 Aunque no tiene efectos secundarios directos, en general el tratamiento pasivo, cuando se administra durante largos períodos de tiempo, puede influir negativamente en la recuperación funcional. Terapia de ejercicios En los pacientes con dolor lumbar la terapia de ejercicios no parece ser más efectiva que otras alternativas terapéuticas de tipo conservador.6,20,51,52 Aunque los resultados clínicos no mejoran estadísticamente con la terapia de ejercicios, el consenso general es que los ejercicios de bajo impacto cardiovascular y los ejercicios aeróbicos tienen otros efectos beneficiosos, como por ejemplo, mejorar el estado de ánimo, aumentar la tolerancia al dolor y prevenir la pérdida de la condición física.53,54 Los ejercicios aeróbicos de baja intensidad pueden hacerse durante las dos primeras semanas tras el comienzo del dolor lumbar.33 Durante el período agudo de dolor no se aconsejan ejercicios de estabilización del tronco y de fortalecimiento muscular, puesto que biomecánicamente someterían a la zona lumbar a más cargas que los ejercicios de resistencia. Las evidencias actuales sugieren fuertemente que la terapia de ejercicios físicos es efectiva en el tratamiento del dolor lumbar crónico.51,55,56 Los síntomas mejoran porque se incrementa la forma física aeróbica, se restablece la movilidad lumbosacra normal, se potencian los músculos del tronco y se mejora la correcta biomecánica corporal. Gaber et al57 han observado que los sujetos con dolor lumbar crónico tienen una mayor incidencia de osteopenia y osteoporosis. Aunque no se han confirmado, estas conclusiones infravaloran la importancia de mantener un cierto grado de ejercicio en la vida cotidiana, de forma que los pacientes con dolor lumbar puedan disminuir su riesgo de desmineralización y de sufrir «fracturas por fragilidad». Magnetoterapia La magnetoterapia se ha utilizado durante siglos para «curar» diversas enfermedades, incluido el dolor lumbar. Sin embargo, los magnetos que se venden para el dolor son débiles y no tienen efectos sobre la circulación ni sobre la temperatura de los tejidos. Los ensayos controlados no han demostrado que la magnetoterapia sea beneficiosa en el dolor lumbar crónico.58 Manipulaciones Las manipulaciones de la columna son una alternativa terapéutica popular para el tratamiento del dolor lumbar. Se estima que aproximadamente un 30% de los pacientes de EEUU con dolor lumbar consultan a profesionales de la salud que realizan manipulaciones.59 Existen diferentes tipos de terapia manual, como la quiropraxia y la osteopatía. Los resultados publicados son variables; algunos ensayos han mostrado resultados positivos, mientras que en otros han sido negativos.7,60 Las recomendaciones de consenso de la Agencia para la Investigación en Cuidados de Salud (previamente Agencia para la Política de Cuidados de Salud) indican que las técnicas de terapia manual (manipulación de columna) aplicadas en las 6 primeras semanas pueden disminuir la sintomatología.33 Al comenzar el tratamiento hay que establecer unos objetivos especí- Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición en Español) 50 Francis H. Shen et al ficos, y es obligatorio realizar controles periódicos. Cuando los síntomas persistan o haya evidencia de síntomas neurológicos radiculares asociados con la terapia manual, habrá que suspenderla y volver a valorar al paciente. Tras la resolución de los episodios agudos, ninguna evidencia apoya el uso de la terapia manual de forma mantenida. En pacientes adecuadamente seleccionados el riesgo de que se produzca una lesión mediante las manipulaciones es pequeño. Sin embargo, las manipulaciones bajo anestesia no son aconsejables, puesto que implican un alto riesgo de lesión.60 Los déficits neurológicos intensos o progresivos contraindican las manipulaciones. La terapia manual en pacientes con dolor lumbar subcrónico o crónico no se ha estudiado suficientemente. Existen evidencias moderadas de que la terapia manual proporciona mejores resultados a corto plazo que los tratamientos habituales (medicación y terapia). También existen fuertes evidencias que demuestran que el alivio que proporciona a corto plazo es mejor que el que proporciona el placebo.51 Un estudio sobre terapia osteopática parece indicar que en los pacientes tratados de forma manual la medicación puede disminuirse.61 El hecho de combinar la manipulación con otras modalidades terapéuticas, como la medicación, los cambios del estilo de vida y el ejercicio, puede ser más efectivo que la manipulación aislada, aunque estas combinaciones no se han estudiado de forma científica. Un reciente metaanálisis realizado en pacientes con dolor lumbar agudo o crónico ha referido que no hay evidencias de que las manipulaciones de columna sean mejores que otros tratamientos.62 La oficina coordinadora canadiense de Valoración de la Tecnología de los Cuidados de Salud ha señalado recientemente que la efectividad de la quiropraxia en el dolor lumbar es similar a la del tratamiento médico estándar y a la de la terapia física.63 Tracciones No existen EACBC fiables que hayan demostrado que las tracciones sean beneficiosas.64,65 De hecho, un estudio ha constatado una mayor morbilidad con las tracciones que con las tracciones suaves.66 A la luz de la efectividad de otras alternati51 vas terapéuticas más activas, la tracción convencional no es aconsejable en el tratamiento del dolor lumbar agudo y crónico. La descompresión axial vertebral (DAV) es un método de tracción en el que se aplican tensiones cíclicas de 20 a 40 kg a la columna, en un protocolo en el que diariamente se hacen tratamientos de 30 a 45 min, 5 días a la semana (durante una media de 4 a 5 semanas). Ensayos clínicos no controlados han constatado buenos resultados en el 70% de un grupo mixto de pacientes.67 Un EACBC sobre dolor lumbar crónico, en el que se usó la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET) como control, ha demostrado resultados significativamente mejores con la DAV (p < 0,001) que con la ENET.67 Hay que mencionar que todos los estudios sobre DAV han sido realizados en clínicas dedicadas a este tipo de terapia. Inyecciones No es recomendable realizar inyecciones terapéuticas sin que exista previamente un diagnóstico de presunción. Entre las más utilizadas, destacan las inyecciones epidurales, las de las articulaciones facetarias, las de los puntos gatillo y las de la articulación sacroilíaca. También la proloterapia. Inyecciones epidurales Las inyecciones epidurales de corticoides se usan mucho en el tratamiento del dolor lumbar crónico, y a veces en el agudo, sobre todo cuando existen síntomas radiculares. Las infiltraciones pueden realizarse mediante abordajes interlaminares, caudales o transforaminales. Se cree que su efecto se debe a la interrupción del ciclo dolor-espasmo, a la transmisión de nociceptores producida por el analgésico local y a la disminución de la inflamación inducida por los corticoides.68-70 Los corticoides estabilizan las membranas celulares, inhiben la síntesis y la acción de los neuropéptidos y suprimen las descargas neuronales y la sensibilización de las neuronas del cuerno posterior de la médula. Los anestésicos locales disminuyen la actividad de las fibras C. La infiltración caudal se realiza de una forma relativamente sencilla, y el riesgo de punción de la duramadre es muy peVol. 5, N.° 7, Octubre 2006 queño. La infiltración interlaminar es más directa y requiere menos volumen, aunque es técnicamente más difícil (por el alto riesgo de colocar la aguja de forma incorrecta). El abordaje transforaminal requiere conocer cual es su diana exacta. Para disminuir sus complicaciones y el riesgo de una incorrecta colocación de la aguja, se utiliza el control radioscópico. Sin la radioscopia, el corticoide podría no llegar al espacio epidural. Sin embargo, el control radioscópico no garantiza la correcta colocación de la aguja. Se han realizado múltiples ensayos aleatorizados y no aleatorizados, y varias revisiones sistemáticas, con diversas conclusiones.6,7,71-76 Hay evidencias débiles de que las infiltraciones de corticoides son efectivas en pacientes con radiculopatía y ninguna evidencia de que lo sean en el dolor lumbar agudo. En el dolor lumbar crónico, hay fuertes evidencias de que las infiltraciones caudales proporcionan alivio a corto plazo y un alivio limitado a largo plazo. Las evidencias de las infiltraciones interlaminares en pacientes con radiculopatía sugieren un alivio moderado a corto plazo y un alivio limitado a largo plazo. Las infiltraciones transforaminales tienen una fuerte evidencia de alivio tanto a corto como a largo plazo, sobre todo en pacientes con síntomas de radiculopatía. Las infiltraciones epidurales no están exentas de riesgos. La punción de la duramadre, la lesión de la médula espinal, los hematomas epidurales, la formación de abscesos y el daño neurológico son raros, aunque se han descrito como complicaciones asociadas a estas infiltraciones. Los efectos secundarios de los corticoides son poco comunes, aunque el número de infiltraciones no debe ser mayor de tres durante un período de 6 meses.77 Cuando el paciente no note alivio tras la primera o segunda infiltración, no estará indicado el protocolo de tres inyecciones. Las infiltraciones epidurales serán más adecuadas cuando no haya sintomatología relacionada con las raíces nerviosas. Infiltraciones de las articulaciones facetarias Existe un gran desacuerdo con respecto al papel de las articulaciones facetarias en el dolor lumbar. Es441 Tratamiento conservador del dolor lumbar agudo y crónico tas articulaciones muchas veces desarrollan artrosis y por tanto pueden ser origen de dolor en algunos pacientes. Los tratamientos dirigidos a esas articulaciones son las inyecciones intraarticulares de las facetas, los bloqueos de la rama medial y la neurólisis de esta rama. Las articulaciones facetarias están muy inervadas por ramas de los ramos posteriores primarios. La denervación debe considerar las ramas facetarias directa, local y ascendente. La naturaleza superpuesta de la inervación significa que para denervar un segmento de forma efectiva hay que abordar tres niveles. No hay evidencias que apoyen el uso de las inyecciones facetarias en el tratamiento del dolor lumbar agudo. Las inyecciones facetarias pueden proporcionar una mejoría funcional a corto plazo en pacientes con dolor lumbar crónico. Sin embargo, su eficacia a largo plazo y su superioridad sobre otras modalidades terapéuticas conservadoras tradicionales todavía no se han demostrado.78,79 En un ensayo aleatorizado se ha constatado que los bloqueos de la rama medial proporcionan un buen alivio del dolor a corto y medio plazo.80 También se ha observado que la neurotomía por radiofrecuencia proporciona un alivio del dolor lumbar crónico a medio plazo.81-83 La neurotomía sólo debe considerarse tras haber realizado múltiples bloqueos de las articulaciones facetarias. Inyecciones en los puntos gatillo Las inyecciones en los puntos gatillo (trigger points) no están indicadas en el dolor lumbar agudo inespecífico, ni tampoco en el crónico. En pacientes diagnosticados de dolor lumbar secundario a síndrome miofascial, estas inyecciones pueden utilizarse. Se cree que los puntos gatillo miofasciales son el resultado de focos hiperirritables o de tensas bandas musculares. La presión local produce una respuesta nerviosa local, con dolor referido hacia la zona distal.84 En la mayoría de los pacientes, los síntomas miofasciales responden a los estiramientos, a las modalidades de corrección postural y a los tratamientos farmacológicos. Las inyecciones en los puntos gatillo deben reservarse a pacientes en los que hayan fallado otros tratamientos. Es442 tas inyecciones no deben usarse de forma aislada, sino más bien formando parte de un programa de ejercicios dirigido. El número de inyecciones debe ser limitado, independientemente de su efectividad inicial, puesto que el daño muscular y la cicatrización locales se asocian a las inyecciones repetidas, lo que puede producir malos resultados funcionales. Inyecciones sacroilíacas Las inyecciones de las articulaciones sacroilíacas (SI) no están indicadas en el tratamiento sistemático del dolor lumbar. Aunque la articulación SI no suele ser una fuente primaria de dolor, normalmente es un área de dolor referido.86,87 Si la historia clínica y la exploración física llevan a sospechar una disfunción de las articulaciones SI, habrá que considerar las inyecciones de tipo diagnóstico. Desgraciadamente las evidencias de que las inyecciones SI tengan valor diagnóstico son débiles.88 No se ha confirmado su valor terapéutico. Sin embargo, si se administran, deberá realizarse un control radioscópico para confirmar la correcta colocación de la aguja. No obstante, la exactitud de la colocación es difícil, incluso usando radioscopia. Proloterapia La proloterapia implica inyectar sustancias esclerosantes en los ligamentos de la espalda y de la pelvis, aunque no hay evidencias científicas que apoyen su eficacia. Ortesis No hay evidencias que apoyen la eficacia de las ortesis en el tratamiento del dolor lumbar agudo y crónico.89 Sin embargo, existe alguna evidencia leve de que las ortesis pueden disminuir el absentismo laboral.90-93 El mecanismo de acción de las ortesis es un tema controvertido, puesto que no mejoran la biomecánica lumbosacra ni tampoco la capacidad dinámica para levantar pesos.93,94 Su efectividad podría atribuirse a su capacidad como recordadores propioceptivos de realizar una biomecánica correcta de columna durante las actividades de levantamiento de pesos y de flexión de la espalda.91,92 Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea Hay evidencias contradictorias con respecto al uso de la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET) en el tratamiento del dolor lumbar agudo.7 Lo mismo puede decirse con respecto al tratamiento del dolor lumbar crónico. Dos EACBC han demostrado un efecto pequeño a corto plazo sobre el dolor, aunque un tercer EACBC no lo ha confirmado.6 Acupuntura La acupuntura es una práctica de la medicina china tradicional, utilizada durante más de 2.000 años y usada en el mundo occidental desde la década de 1960. La bibliografía actual es contradictoria con respecto al papel de la acupuntura en el tratamiento del dolor lumbar agudo y crónico. La calidad metodológica de los EACBC que han valorado la acupuntura es mala. Por lo tanto, su efectividad sigue sin conocerse bien.50 Por otro lado se han publicado algunos efectos secundarios de la acupuntura.95 En el momento actual la acupuntura no es aconsejable como tratamiento de primera línea del dolor lumbar. Sin embargo, en pacientes con dolor lumbar crónico, podría formar parte de un programa terapéutico completo, aunque no debe usarse en lugar de métodos terapéuticos cuya efectividad haya sido bien establecida. Terapia conductual La terapia cognitiva conductual es uno de los elementos de los programas terapéuticos de múltiples dimensiones para el tratamiento de pacientes con dolor lumbar. Tiene como objetivo mejorar el tratamiento del dolor lumbar crónico basándose en aspectos cognitivos (emociones y pensamientos negativos) y conductuales (actividad alterada y dependencia a la medicación).96 Los programas de múltiples dimensiones, que incluyen la terapia cognitiva-conductual, han demostrado ser beneficiosos en comparación con los grupos de control. Estos estudios parecen indicar que la calidad de vida mejora y que la dependencia a la medicación disminuye.96 Sin embargo, no hay evidencias de que un determinado método de terapia cognitiva conductual sea mejor que otro. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición en Español) 52 Francis H. Shen et al Conclusiones Conclusiones El dolor lumbar afecta a millones de personas en todo el mundo, de tal modo que los costes asociados con su diagnóstico y tratamiento son enormes. Por otro lado, la evolución natural y el tratamiento del dolor lumbar agudo y crónico son diferentes. Existen diversas modalidades terapéuticas conservadoras para tratar el dolor lumbar. Muchas son moderadamente efectivas, mientras que otras no tienen efecto o no han sido bien investigadas desde el punto de vista científico. En general, la utilización de los AINE y los relajantes musculares tiene un mayor efecto que los placebos en cuanto a aliviar el dolor, y aceleran la recuperación y disminuyen la discapacidad crónica. Para lograr un buen pronóstico y mejorar los resultados funcionales de los tratamientos conservadores del dolor lumbar, la educación de los pacientes es fundamental. Hay evidencias que aconsejan no utilizar el reposo en cama, mientras que existen evidencias débiles que apoyan el uso de los ejercicios de columna, las inyecciones y las manipulaciones. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. Bibliografía 13. Medicina basada en la evidencia: Las citas bibliográficas siguientes son estudios de nivel I o II: 6, 13, 18, 22, 24, 26, 27, 35, 36, 37, 39, 41, 43, 44, 48, 50, 54, 55, 59, 60, 61, 63, 64, 65, 66, 72, 78, 80, 81, 82, 90 y 91. Las referencias biblográficas señaladas con números en negrita han sido publicadas en los últimos 5 años. 1. Andersson GBJ: The epidemiology of spinal disorders, in Frymoyer JW (ed): The Adult Spine: Principles and Practice, ed 2. Philadelphia, PA: Lippincott-Raven Publishers, 1997, pp 93-141. 2. Andersson GBJ: Epidemiological features of chronic low back pain. Lancet 1999;354:581-585. 3. von Korff M, Saunders K: The course of back pain in primary care. 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