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ISSN: 1989-6832 www.revistafml.es Publicación oficial SUPLEMENTO Jornada de Nutrición en Atención Primaria. Combatir la obesidad desde la Atención Primaria. Valencia, 10 de abril de 2013 Colabora: fml. Abril 2013; Volumen 17, Suplemento 2. 41 páginas Publicación oficial SVMFiC y cátedra Medicina de Familia UMH Artículos de acceso libre bajo una licencia Creative Commons: Uso y distribuciónn no restringidos, nombrando la fuente y sin hacer un uso comercial o modificando la obra. Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p SVMFiC JUNTA DIRECTIVA Presidente Carlos Fluixa Carrascosa Vicepresidentes Juan V. Quintana Cerezal Enrique Soler Bahilo Tesorero Mª Carmen Torres Moya Secretaria Mª Ángeles Medina Martínez Vocal de Alicante Ana Isabel Navarro Palazón Vocal de Castellón Beatriz Lacomba Aladreu Vocal de Valencia Esteban Puchades Marqués Vocal de Pregrado Pilar Roca Navarro Revista fml COMITÉ EDITORIAL Editor jefe Juan Vte. Quintana Cerezal Editores asociados Vicente Gil Guillén Heliodoro Ibáñez Bargues Domingo Orozco Beltrán Óscar Pérez Quintana Consejo editorial Francisco Beltrán Riquelme Jose Javier Blanquer Gregori Salvador Pertusa Martínez COMITÉ DE EXPERTOS Manuel Batalla Sales Francisco Beneyto Castelló Cristina Calvo Gil Antonio Fornós Garrigós Francisco Ortiz Díaz Vicente Palop Larrea Carlos Sanchís Domenech Jose Manuel Soler Torró Francisco J. Valderrama Zurián Cristina Vivas Maiques Vocal de médicos residentes Lorena Rosell Panís Vocal de grupos de trabajo Inmaculada Cervera Pérez Vocal de docencia Pilar Botija Yagüe Vocal de investigación Francisca Gil Latorre Vocal de comunicación y prensa Jose J. Blanquer Gregori Vocal de empleo María Marín Marín 2 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Jornada de Nutrición en Atención Primaria El 10 de abril de 2013 celebramos en el Colegio de Médicos de Valencia la Jornada de Nutrición en Atención Primaria, en colaboración con la Asociación de Enfermería Comunitaria. Con la participación de expertos en las materias de lípidos, dietas, entrevista motivacional, educación terapéutica, riesgo cardiovascular, así como expertos médicos de familia, enfermeros, internistas, endocrinólogos, nutricionistas y otros profesionales relacionados con el manejo de la obesidad. El presente documento recopila las ponencias presentadas en la Jornada. Dirigido a: Médicos de Familia y enfermeros de Atención Primaria. Fecha: 10 de abril de 2013 Lugar: Colegio de Médicos de Valencia. Av. de la Plata. 20. 46013 Valencia. PROGRAMA 08:45-09:00 Bienvenida y entrega documentación 09:15-09:45 Inauguración de la Jornada D. Guillermo Ferrán Martínez. Director General de Asistencia Sanitaria de la Consellería de Sanitat. Carlos Fluixá Carrascosa. Presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SVMFiC). Maribel Mármol López. Vocal Asociación Enfermería Comunitaria (AEC). Comunitat Valenciana. 10:00-10:30 Conferencia Inaugural. ¿Obesogénico u obsesogénico? No sé, pero nuestro mundo es redondo. Joima Panisello Royo. Medicina Interna. Dirección General en FUFOSA. Responsable de la Unidad de lípidos en Policlínica Sant Carlos. 1ª sección. 10:30-12:00 Mesa 1. Mitos y Verdades Modera: Antonio Fornos Garrigos. Médico de familia. CS Picaña. Valencia. Coordinador Grupo Cardiovascular SVMFiC. Verdades en el tratamiento dietético de la obesidad. Carlos Morillas Ariño. Endocrinólogo. Hospital Peset. Valencia. Mitos en el tratamiento dietético de la obesidad. Cayetano Gómez Gálvez. Médico de familia. CS Sollana. Valencia. Grupo Obesidad SVMFiC. Rompiendo con los mitos que ponen en peligro un plan de adelgazamiento. Yolanda Jiménez Mateo. Dietista-Nutricionista. Colaboradora de Entulínea de Weight Watchers. 3 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p 2ª sección. La dificultad del mantenimiento del peso y la importancia de aplicar elementos de apoyo. 12:30-13:00 Conferencia introductoria. Reajustando expectativas: La importancia del mantenimiento y el adelgazamiento moderado. Marius Foz Sala. Endocrinólogo. Catedrático de Medicina. Profesor emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona.Asesor científico de Weight Watchers en España. 13:00-14:30 Mesa 2. Elementos de apoyo Modera: Mª Dolores Aicart Bort. Médico de Familia. CS Rafalafena. Castellón. Grupo Obesidad SVMFiC. Entrevista motivacional para ayudar en la obesidad. Carmen Fernández Casalderrey. Médico de Familia. Técnico UDMAFyC Valencia. Grupo Comunicación y Salud SVMFiC Entulinea: Un apoyo eficaz a la Atención Primaria en el control de la obesidad. María Sanz Dopateo. Médico de Familia. CS Serreria II. Agente de salud de Entulínea. Recursos y Herramientas en la Educación Terapéutica para el abordaje de la Obesidad. Antoni Pastor Monerris. Enfermero de Atención Primaria Dpto San Juan de Alicante. AEC 3ª sección. 16:00-17:00 Mesa 3. Dietas específicas (cardiovascular, diabetes mellitus, HTA...) Modera: Adelina Corbacho Godes. Médico de Familia. Centro de Salud Benicasim. Castellón. Coordinadora Grupo Obesidad SVMFiC ¿Puede la alimentación prevenir el riesgo cardiovascular de nuestros pacientes?, ¿qué recomendamos?. Vicente Pascual Fuster. Médico de Familia. Centro de Salud Palleter. Castellón Dieta en diabetes e hipertensión arterial. Jose Antonio Hurtado Sánchez. Enfermero. Vicedecano de Coordinación Académica Nutrición Humana y Dietética, Movilidad y Relaciones Institucionales Sociosanitarias. Universidad de Alicante. AEC. 17:00-17:15 Clausura 4 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p ÍNDICE Conferencia inaugural - “¿Obesogénico u obsesogénico? No sé, pero nuestro mundo es redondo”. Joima Panisello Royo ...........................................................................................................pág. 6 Mesa 1: Mitos y Verdades. -“Verdades en el tratamiento dietético de la obesidad”. Carlos Morillas Ariño ........................................................................................................... pág. 9 -“ Mitos en el tratamiento dietético de la obesidad” . Cayetano Gómez Gálvez .....................................................................................................pág. 12 -“Rompiendo con los mitos que ponen en peligro un plan de adelgazamiento “. Yolanda Jiménez Mateo . .....................................................................................................pág. 15 Conferencia introductoria. “Reajustando expectativas: La importancia del mantenimiento y el adelgazamiento moderado”. Marius Foz Sala. .................................................................................................................pág. 18 Mesa 2: Elementos de apoyo -“Entrevista motivacional para ayudar en la obesidad”. Carmen Fernández Casalderrey.............................................................................................pág. 21 -“Entulinea: Un apoyo eficaz a la Atención Primaria en el control de la obesidad”. María Sanz Dopateo............................................................................................................pág. 26 -“Recursos y Herramientas en la Educación Terapéutica para el abordaje de la Obesidad”. Antoni Pastor Monerris. .......................................................................................................pág. 28 Mesa 3: Dietas específicas (cardiovascular, diabetes mellitus, HTA...) -“¿Puede la alimentación prevenir el riesgo cardiovascular de nuestros pacientes?, ¿qué recomendamos?”. Vicente Pascual Fuster.........................................................................................................pág. 33 - “Dieta en diabetes e hipertensión arterial”. Jose Antonio Hurtado Sánchez. Enfermero. ............................................................................pág. 38 5 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Conferencia inaugural ¿Obesogénico u obsesogénico? No sé, pero nuestro mundo es redondo. Joima Panisello Royo. Medicina Interna. Dirección General en FUFOSA. Responsable de la Unidad de lípidos en Policlínica Sant Carlos. Si hace apenas unas cuantas décadas la obesidad era un asunto limitado al campo de la medicina clínica especializada, actualmente constituye no solo una de las patologías que con más frecuencia debemos abordar en la práctica asistencial diaria sino también un problema colectivo de salud pública. La obesidad comenzó a ser considerada un problema sanitario de gran magnitud a finales de la década de los noventa, de forma que la Asamblea Mundial de la Salud del año 1998 la declaró como una pandemia, la pandemia del siglo XXI(1,2). Los datos actuales muestran que 1.200 millones de habitantes sufren sobrepeso u obesidad, una cantidad ligeramente superior a la de la población malnutrida de nuestro planeta. Aunque existen diferencias en la magnitud, la obesidad afecta a todos los grupos sociodemógráficos, tanto hombres como mujeres, niños y ancianos, grupos socioeconómicos altos y bajos. De la misma manera, se observa en todas las poblaciones, y si bien la frecuencia es mayor en los países desarrollados, los que están en vías de desarrollo empiezan a detectar una frecuencia importante del problema. Se calcula que en el mundo hay aproximadamente 350 millones de obesos y por encima del millardo de gente con sobrepeso. Entorno a 2.5 millardos de muertes son atribuidas a sobrepeso/obesidad en todo el mundo.(3) Basándose en un estudio del Institute of European Food Studies(4) puede concluirse que más de la mitad de la población europea presenta un peso superior a lo conveniente para su altura y que la prevalencia de obesidad muestra una tendencia creciente en todos los países desarrollados, no siendo Europa la excepción de ello. Por otra parte, las previsiones de futuro son también preocupantes, ya que según un estudio de la OMS se estima que en un futuro cercano un tercio de la población padecería obesidad y que las estimaciones para el año 2030 son de que la mitad de la población europea podría estar afectada por la obesidad y en el 2040 toda la población europea sufriría sobrepeso. El centro de control y prevención de enfermedades de EEUU (CDC) alertó que el aumento de obesidad infantil podría acarrear el hecho de que por primera vez en la historia la generación de los hijos podría vivir menos que la de sus padres. (3,4) Para que se produzca una acumulación excesiva de energía en forma de grasa en el organismo (obesidad), es necesario que haya un desequilibrio en el balance entre el ingreso y el gasto de esa energía, de manera que la cantidad gastada sea, en términos relativos, menor que la ingerida. En este desequilibrio influyen muchas y variadas causas, unas de carácter hereditario y otras de tipo medioambiental o externo. Aunque tanto un tipo de causas como las otras son importantes, actualmente se considera que la interacción entre ambas es el factor más determinante de la presencia de la obesidad. Es decir, que bajo unas circunstancias predeterminadas para la obesidad, la presencia de unos factores externos que ejercen su papel sobre ese individuo más o menos predispuesto será determinante para la aparición de obesidad. Teoría de los genes ahorradores Todo parece indicar que los seres humanos procedemos de una población muy reducida de antepasados que vivían en África hace unos doscientos mil años. La migración de alguna de estas poblaciones de la especie Homo sapiens sapiens hacia lo que hoy conocemos como Europa, donde habitaba el Homo sapiens neanderthalensis, conllevó que finalmente este desapareciera ante la primacía que demostró el recién llegado “Homo Sapiens Sapiens” Hace cien mil años diversos fenómenos naturales oceánicos, atmosféricos y astronómicos provocaron un último e importante enfriamiento de la tierra, que persistió hasta hace quince mil años. Durante los miles de años de glaciación extrema, cuando el único alimento posible era exclusivamente la carne y la grasa de los animales, la dieta era muy pobre en hidratos de carbono. Los únicos azúcares que ingerían los adultos eran el glucógeno del hígado, algunas bayas y raíces y los vegetales predigeridos que extraían de las panzas de los animales que cazaban. 6 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Hace aproximadamente unos quince mil años se fundieron definitivamente los hielos que habían sepultado Europa durante milenios y terminó la glaciación. Los supervivientes a esos miles de años de frío y penalidades poseían ya todas las cualidades cerebrales y fisiológicas que poseemos nosotros hoy día. Estos antepasados ya disponían de fuego permanente, lo que les proporcionó seguridad y amplió notablemente sus posibilidades de alimentación. Poseían armas eficaces capaces de matar a distancia y utensilios variados con los que podían realizar todas las tareas imprescindibles para llevar una vida más cómoda. Y poseían el genotipo ahorrador, es decir aquel que presta las características metabólicas precisas para sobrevivir en condiciones difíciles. Cinco mil años después, es decir hace unos 10.000 mil año, según los datos paleobotánicos y arqueológicos de que disponemos, comenzó la agricultura en varias regiones del mundo, en especial en algunas zonas de Oriente Próximo. Desde allí se extendió por el resto de Europa y Asia, aunque el ritmo de desarrollo de la agricultura no fue similar en todos los lugares a causa del aislamiento de las poblaciones y de las particulares condiciones climatológicas. Así pues una parte de la humanidad continuó viviendo como grupos de cazadores recolectores; algunos han llegado en estas condiciones hasta nuestros días. La domesticación de los animales y el cultivo de las plantas fue cambiando progresivamente la manera de alimentarse de nuestros antecesores. La agricultura, junto con el fuego, permitieron el consumo de semillas como el trigo o el arroz y el acceso a las legumbres, que no se pueden consumir en crudo. Pronto se desarrollaron las primeras y rudimentarias industrias de transformación de alimentos, por ejemplo la fabricación de pan o la fermentación de frutas que proporcionaron las bebidas alcohólicas. También se procesaron los alimentos de origen animal para su conservación, como el secado de trozos de carne al aire frío o mediante el ahumado. El desarrollo de la agricultura transformó los patrones de alimentación de nuestros antecesores. Por primera vez en millones de años predominaron los hidratos de carbono en la dieta. Se consumían cereales, legumbres, frutas, verduras, raíces, miel, leche. Y esto se complementaba con carne procedente del ganado o de la caza y del pescado. Hace quince mil años, cuando nuestros antecesores comenzaban a desarrollar esta nueva forma de vida de agricultores y ganaderos, la mayor parte de ellos portaban en sus células el genotipo ahorrador. Las mejores condiciones de alimentación redujeron la presión selectiva por el genotipo ahorrador. Pero esta reducción progresó a diferentes velocidades en las diferentes poblaciones, según la duración de su exposición a la agricultura. En general se considera que en el seno de poblaciones como la europea, en las que por las diversas circunstancias la agricultura prosperó y por lo tanto aumentó mucho el consumo de alimentos de origen vegetal, ricos en hidratos de carbono, se relajó la presión selectiva por el genotipo ahorrador. Esto explica que no todos los europeos porten el genotipo, que predispone a desarrollar la obesidad. Otras poblaciones que nunca (o muy tardíamente) han desarrollado la agricultura, como por ejemplo los indios Pima de América del Norte (7), los Nauruanos de Oceanía o los aborígenes australianos, presentan aún el genotipo ahorrador en la mayor parte de la población y prácticamente toda su población sufre obesidad y diabesidad cuando se ve expuesta a un ambiente rico en hidratos de carbono. Hace apenas unos cien años, con la revolución industrial, nuestras condiciones de vida cambiaron drásticamente y nos alejamos definitivamente de nuestro diseño evolutivo: Comenzamos a ingerir una alimentación muy rica en calorías, hiperproteica, abundante en grasas saturadas y en hidratos de carbono de absorción rápida, de elevado índice glucémico. Además, el desarrollo de máquinas que facilitaban todas nuestras labores y de vehículos que nos transportaban diariamente sin esfuerzo, redujo nuestro nivel de actividad física; dejó de costarnos esfuerzo conseguir nuestros alimentos. En estas condiciones el genotipo ahorrador, al someterse a unas condiciones muy alejadas del diseño para el que se desarrolláron, se convirtió en promotor de enfermedad y en especial se acrecentó nuestra tendencia a la obesidad. La medicina evolucionista señala que el sedentarismo, el exceso de calorías en nuestra alimentación, el abuso de hidratos de carbono de absorción rápida (de elevado índice glucémico) y el exceso de grasas saturadas son circunstancias que nos alejan de nuestro diseño, elaborado a lo largo de millones de años de evolución, y que derivan en enfermedad. Según la medicina darwiniana, nuestros genes y nuestras formas de vida ya no están en armonía y una de las consecuencias de esta discrepancia, entre otras más, es la obesidad. La prevención y el tratamiento, según los preceptos de la medicina darwiniana, pasarían por adaptar nuestra alimentación y nuestro estilo de vida, dentro de lo posible, a las condiciones en la que prosperaron nuestros antecesores, a nuestro diseño. Esta sería la única manera de poner en paz nuestros genes paleolíticos con nuestras formas de vida de la era actual y prevenir así el desarrollo de la obesidad. Otros van más allá y defienden que si bien lo dicho anteriormente sería cierto, estos factores no serían suficientes para explicar este rápido incremento del tejido de las reservas de tejido adiposo en una parte tan grande de la población. Destacan entre muchas otras las teorías de R. Lustig y las de D.Barker. Lustig (9)pone el acento en la introducción a partir de la década de los 80 de cantidades ingentes de fructosa, una pentosa de absorción rápida que, añadida a los alimentos, va a contribuir a la aparición de la insulinresistencia(10), de la esteatosis hepatica, de la litogénesis y de una menor respuesta cerebral a los mecanismos 7 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p saciantes a través de la leptina(11). La hipótesis de Richard Barker (Hales y Barker, 1992) afirma que una nutrición fetal pobre causaría una especie de reprogramación metabólica que facilitaría la aparición de la obesidad en la edad adulta. Nuestros valores y nuestros intereses, determinarán la perspectiva con que abordemos este tema tan complejo: La de unos, tenderá a ser la perspectiva de una sociedad generadora de su propia obesidad (que llamamos obesogénica); la de otros, una perspectiva que minimiza este tema y lo encasilla en una actitud poco sensata y obsesiva que denominamos obsesogénica. Así pues los que adoptamos la primera de estos enfoques, hablamos de obesogenicidad de los ambientes modernos como uno de los combustibles que alimenta la pandemia de obesidad que vivimos. Definimos la obesogenicidad del ambiente como la suma de influencias que el entorno, las oportunidades o las condiciones de vida tienen en la promoción de la obesidad de los individuos o de las poblaciones. De hecho, el entorno puede ser muy adverso, dificultando los intentos del individuo y de la población para tener una alimentación y una vida saludables. Este ambiente estaría relacionado con una vida de comodidades y “conveniencia”. Por ejemplo: Por una parte son numerosos los establecimientos de comida rápida que nos ofrecen sus productos. Por otra, el uso sin duda exclusivo que hacemos del automóvil nos permite acceder fácilmente a dichos establecimientos. De ese modo se produce al mismo tiempo un gran de alimentos muy calóricos y densamente energéticos y la adopción de conductas sedentarias. El diseño de nuestras ciudades, llenas de vehículos a motor, con altos grados de polución y de inseguridad ciudadana, nos lleva a preferir que nuestros hijos opten por un ocio en el propio hogar (TV, videos, etc.) que favorece el sedentarismo. Es por ello que cambiar el ambiente (tarea de las administraciones) será un aspecto muy importante para permitir al individuo la toma de decisiones más saludables. De esta manera, investigar el fenómeno de los ambientes obesogénicos se torna fundamental para diseñar intervenciones efectivas para la población que estimulen una alimentación y unos hábitos de vida saludables. En la construcción de estos modelos deberemos tener en cuenta los componentes físicos (lo que está disponible), económicos (lo que cuesta), políticos (las reglas que existen) y los socioculturales, es decir las actitudes y creencias. Bibliografía 1. Oliva J, González L, Labeaga J, Álvarez Dardet C. Salud pública, economía y obesidad: el bueno, el feo y el malo. Gac Sanit. Gac Sanit. 2008;22(6):507-10 2. Padula G, Salceda S. Comparación entre referencias de las prevalencias de sobrepeso y obesidad, estimadas a través del Índice de Masa Corporal, en niños de Argentina. Archivos Latinoamericanos de Nutrición. Revista de Posgrado de la VIa Cátedra de Medicina. 2010;197: 19-23 3. Ogden CL, Carroll MD, Curtin LR, Lamb MM, Flegal KM (2010). Prevalence of high body mass index in US children and adolescents, 2007-2008.JAMA;303:242-9 4. Freedman DS, Mei Z, Srinivasan SR, Berenson, GS, Dietz WH (2007) Cardiovascular risk factors and excess adiposity hmong overweight children and adolescents: The Bogalusa Heart Study. J Pediatr;150:12-17 5. Kay RF. Diet of early Miocene hominoids. Nature 1977; 268:628-630 Valenzuela A. ¿Por qué comemos lo que comemos? Rev Chil Nutr 2011;38, nº 2: 198-209 6. Campillo, JE. El mono Obeso, Editorial Crítica, Barcelona, España, 2004 7. Knowler Wc. Determinants of diabetes mellitas in the Pima Indians. Diabetes Care 1993; 16:216-227. 8. Varela G, et al. Libro blanco de la nutrición en España. Edita Fundación Española de Nutrición. 2013 9. Lustig RH 2006 Childhood obesity: behavioral aberration or biochemical drive? Reinterpreting the First Law of Thermodynamics. Nature Clin. Pract. Endo. Metab. 2:447-458 10. Adams SH, Stanhope RW, Cummings BP, Havel PJ 2008 Metabolic and endocrine profi les in response to systemic infusion of fructose and glucose in rhesus macaques. 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Introducción La obesidad viene definida por un exceso de grasa corporal, que conlleva habitualmente a un aumento del peso corporal(1). Puede considerarse un problema de salud pública, pues ocasiona una disminución de la esperanza de vida(2) y constituye la segunda causa de mortalidad previsible, sobrepasada sólo por el consumo de tabaco. En la actualidad el grado de obesidad se establece con el cálculo del índice de masa corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso en kilogramos y la altura en metros al cuadrado(3), considerando obesidad si el IMC es superior a 30 kg/m2. La elevada prevalencia de obesidad (24,7 %) y especialmente de obesidad grado 2,3 y 4 (6,4 % de la población general entre 25 y 60 años tienen IMC>35 kg/m2) detectada en Comunidad Valenciana(4), supone que muchos ciudadanos presentan un riesgo aumentado de discapacidad y mortalidad (especialmente por causas cardiovasculares) prematuras, debida a su sobrecarga de peso. La alta prevalencia de mortalidad cardiovascular en pacientes con obesidad es debida tanto a ser un factor de riesgo independiente como a la presencia concomitante de otros factores de riesgo cardiovascular, como hipertensión arterial, hiperlipoproteinemia, hiperglucemia y resistencia insulínica. En diversos estudios, se ha observado un aumento de la mortalidad cardiovascular: duplicándose si su índice de masa corporal (IMC) 35 kg/m2 y triplicándose en pacientes con obesidad mórbida (IMC>40 kg/m2), especialmente por la elevada presencia de otros factores de riesgo cardiovascular en este tipo de obesidad(5). Pautas terapéuticas El tratamiento de la obesidad requiere un abordaje multidisciplinario que abarque tratamiento dietético, ejercicio físico y modificación de la conducta alimentaria(6). La pérdida de peso conduce a un descenso de la morbimortalidad de estos pacientes. En la actualidad la obesidad plantea el reto de encontrar estrategias preventivas y terapéuticas que sean eficaces para el gran número de individuos afectados. El tratamiento de la obesidad se basa fundamentalmente en 3 pilares: dieta, ejercicio físico y modificación de conducta alimentaria. En la terapia puede ser necesario el empleo de fármacos y, en casos extremos, la cirugía. 1.- Dieta a) Dietas hipocalóricas Es recomendable que los familiares del paciente estén implicados en los cambios dietéticos del paciente para favorecer su adhesión a la dieta. En el tratamiento dietético de la obesidad y el sobrepeso se debe realizar una restricción energética moderada, manteniendo las recomendaciones dietéticas(7) . El plan dietético consiste en una reducción de la ingesta calórica de aproximadamente 600 kilocalorías al día. Se puede aplicar la misma dieta equilibrada, aunque sin la restricción calórica, a todos los miembros de la familia por encima de 2 años. La cantidad de grasa total recomendada es del 25-30%. La ingesta de 30-35% de grasa total, siempre que el exceso de grasa sea monoinsaturada, puede reducir algunos de los factores de riesgo cardiovascular, pero dado el elevado poder calórico de la grasa, debe recomendarse con elevada precaución y sólo en casos determinados. Los estudios emprendidos para establecer el porcentaje recomendable de cada uno de los subtipos de grasa no siempre han aportado conclusiones similares. Las dietas muy bajas en grasa mostraron un beneficio angiográfico en pacientes con cardiopatía isquémica en el Lifestyle Heart Trial(8), un estudio realizado en 48 pacientes con dieta muy baja en grasa, supresión del tabaco, 9 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p pérdida de peso y terapia de manejo del estrés. Las lesiones estenóticas de las arterias coronarias mejoraron en el grupo de intervención con respecto al grupo control. Sin embargo, no debe recomendarse una dieta excesivamente baja en grasa, dado que la ingesta baja de grasa total puede provocar un descenso del colesterol HDL y un aumento en las cifras de triglicéridos (debido a la mayor proporción en carbohidratos en este tipo de dietas). El Lyon Diet Heart Study(9) mostró que cambios en la composición de la grasa de la dieta en pacientes con cardiopatía isquémica produjeron reducciones significativas de los eventos cardiovasculares. La dieta empleada en el grupo de intervención fue una dieta mediterránea rica en ácidos alfalinolénico y oleico y pobre en colesterol, grasa saturada y ácido linoleico. Se objetivó que el grupo de intervención presentó una incidencia significativamente menor de reinfarto de miocardio y de muerte de causa cardiaca. Sin embargo, es difícil atribuir las diferencias encontradas a un único componente de la dieta, puesto que la dieta en el grupo de intervención y en el grupo control difería en bastantes variables. La adición de ácidos grasos omega-3 también ha demostrado en dos ensayos clínicos (estudio DART(10) y estudio GISSI(11)) reducción de eventos cardiovasculares. Estudios posteriores han valorado específicamente el efecto de la dieta mediterránea en pacientes con síndrome metabólico y obesidad, comparándola con una dieta baja en grasas(12). En ambos grupos se aconsejó la realización de una dieta con 50-60% de hidratos de carbono, 15-20% de proteínas y menos del 30% de grasas; además a los asignados al grupo de dieta mediterránea se les recomendó disminuir la ingesta de grasa saturada y aumentar la de frutas y verduras, nueces y aceite de oliva. El estudio mostró que los pacientes asignados a la dieta mediterránea presentaron mayor descenso de peso, así como mejoría del perfil lipídico, de la tensión arterial y de los parámetros de inflamación vascular (tras ajustar por cambios en el peso) comparados con aquellos que recibieron tratamiento dietético convencional. Por ello, los pacientes con síndrome metabólico pueden beneficiarse de una dieta mediterránea de forma independiente a la pérdida de peso. El 25 de febrero de 2013 se ha publicado en N Engl J Med (on line) un estudio de intervención nutricional a largo plazo con dieta mediterránea para evaluar su eficacia en la prevención primaria de enfermedades cardiovasculares, cuyo título completo es “Efectos de la dieta mediterránea en la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular” (estudio PREDIMED)(13). Se trata de un gran ensayo clínico aleatorizado de intervención dietética en personas con alto riesgo cardiovascular con el objetivo principal de averiguar si la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra virgen o frutos secos evita la aparición de enfermedades cardiovasculares (muerte de origen cardiovascular, infarto de miocardio y/o accidente vascular cerebral), en comparación con una dieta baja en grasa. Como variables secundarias, se evalúan también los efectos de la dieta mediterránea sobre la mortalidad global e incidencia de insuficiencia cardiaca, diabetes, cáncer, deterioro cognitivo y otras enfermedades neurodegenerativas. En este estudio se demuestra que con una intervención con una dieta mediterránea tradicional suplementada con aceite de oliva virgen extra y frutos secos reduce en un 30% la incidencia de complicaciones cardiovasculares mayores (muerte de causa cardiovascular, infarto de miocardio y accidente vascular cerebral). Se ha demostrado que el consumo leve-moderado de alcohol tiene efectos beneficiosos en la prevención de la enfermedad cardiovascular, sin embargo, dados los efectos tóxicos bien establecidos del alcohol y su elevado poder calórico, no se debe recomendar de forma generalizada a los pacientes con obesidad y síndrome metabólico. b) Dietas de muy bajo contenido calórico (DMBC) En los pacientes con obesidad mórbida, en los que la mortalidad cardiovascular triplica a la de la población general, hay que adoptar pautas de actuación más drásticas: dietas de muy bajo contenido calórico (DMBC)(14)(15) e incluso cirugía bariátrica. Las DMBC se definen como dietas con un aporte calórico igual o inferior a 800 kcal/día, o inferior a 12 kcal/kg de peso ideal(16), enriquecidas en proteínas de elevado valor biológico (0’8-1’5 g/kg de peso ideal/día), y que aportan las cantidades recomendadas de minerales, vitaminas, electrolitos y ácidos grasos esenciales. Por tanto, está aceptado que en el tratamiento de la obesidad mórbida se empleen las dietas de muy bajo contenido calórico o VLCD (very low calorie diet), ya que las proteínas contenidas en las fórmulas actuales son de elevado valor biológico y contienen aminoácidos esenciales, minerales y vitaminas en cantidad suficiente para cubrir los requerimientos mínimos de estos nutrientes (cantidades recomendadas por las RDA). Se recomienda aportar al menos 100 g. de carbohidratos para disminuir la cetosis y preservar la masa magra, siendo el aporte graso mínimo, administrándose aceites que contienen los ácidos grasos esenciales. Se debe ingerir más de 2 litros al día de líquidos no calóricos, para disminuir la deshidratación asociada a la pérdida rápida de peso. Los pacientes obesos mórbidos, que presenten alguna enfermedad concomitante (SAHS, DM tipo 2, HTA, dislipidemia) son susceptibles a tratamiento con DMBC, ya que esas patologías mejoran con la pérdida de peso(17)(18). No existe en la literatura acuerdo sobre el tiempo adecuado de seguimiento de este tipo de dietas, ya que este período debe ser suficiente para conseguir una pérdida de peso apreciable, además de modificar significativamente los factores de riesgo cardiovascular y, por otro lado, se debe evitar la presentación de malnutrición(19). Las DMBC deberían utilizarse preferentemente en menores de 65 años, debido a que en los ancianos la pérdida de masa magra puede ser mayor durante su utilización. 10 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p 2.- Actividad física Se recomienda un plan que incremente la actividad física en todos los pacientes que estén llevando a cabo un proyecto para disminuir su peso. La combinación de dieta y ejercicio es mucho más eficiente que cualquiera de los dos métodos solos para favorecer la pérdida de peso. Un estudio publicado recientemente ha mostrado que los hombres sanos que realizan ejercicio físico regular intenso presentan una menor prevalencia de síndrome metabólico que los que realizan ejercicio físico leve o moderado, incluso con los mismos valores de cintura y de masa grasa(20). Probablemente este efecto sea debido a la mejoría de la resistencia insulínica que provoca el ejercicio físico. Se debe recomendar a los pacientes con obesidad la realización de actividad física moderada casi todos los días de la semana. Una actividad física mayor puede conllevar beneficios adicionales. Es más importante la cantidad de ejercicio físico realizado que la intensidad del mismo. Por ello, se debe sugerir a los pacientes que realicen un ejercicio físico programado (andar, correr, nadar, deportes de equipo…), pero también que integren la actividad física a su vida diaria (ir andando al trabajo, subir escaleras, aparcar el coche lejos del destino, realizar trabajo doméstico…). Conclusiones El tratamiento de la obesidad debe de ser personalizado y adaptado a las características que presente el paciente, no siendo adecuadas las rápidas pérdidas de peso. La pérdida de muchos kilogramos con métodos drásticos se corresponde con pérdida de músculo y agua, facilitándose un potente efecto rebote. De hecho, se ha demostrado que la pérdida moderada de peso corporal (5-10 %) puede conseguir una importante mejoría. La principal prioridad en el manejo de la obesidad debe de ser el mantenimiento del peso y las pérdidas moderadas de peso (5-10 %), antes que la consecución de un peso ideal. Bibliografía 1.- Rubio MA, Salas-Salvadó J, Barbany M, Moreno B, Aranceta J, Bellido D et al. Consenso SEEDO 2007 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica. Rev Esp Obes 2007; 1: 7-48. 2.- Solomon CG, Manson JE. Obesity and mortality: a review of epidemiologic data. 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Rev Clin Esp 2004; 204: 410-414. 20.- Lee SJ, Kuk JL, Katzmarzyk PT, Blair SN, Church TS, Ross R. Cardiorespiratory fitness attenuates metabolic risk independent of abdominal subcutaneous and visceral fat in men. Diabetes Care 2005; 28: 895-901. 11 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Mesa 1: Mitos y verdades Mitos en el tratamiento dietético de la obesidad. Cayetano Gómez Gálvez. Médico de familia. CS Sollana. Valencia. Grupo Obesidad SVMFiC Resumen La obesidad está adquiriendo en estos momentos en el mundo occidental las características de una pandemia. A la hora de su prevención y tratamiento la Atención Primaria está situada en una posición de privilegio. Ante las cuestiones que nos plantean nuestros pacientes es necesario desmitificar algunos puntos para poder exponer la realidad tal y como es. Ponencia El pasado 10/04/2013 tuve la oportunidad de dirigirme en el Colegio de Médicos de Valencia a un nutrido grupo de médicos y enfermeras en el contexto de la Jornada de Nutrición organizada por la SVMFiC entorno a la lucha contra la obesidad en Atención Primaria. El tema que me correspondió defender fue el de los mitos en el tratamiento de la obesidad y, dentro de dichos mitos, intentando ceñirme al tiempo que me correspondió, hablar del papel de las dietas bajas en hidratos de carbono (HdC) tan en boga en estos momentos. Hablar de sus realidades pero, sobre todo, de sus mitos y de las consecuencias que puede acarrear a nuestros pacientes su uso. Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua mito es aquella persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen1. En el campo de la nutrición y en el desarrollo diario de nuestra actividad asistencial es raro el día en el cual algún paciente no nos pregunta acerca de la última dieta milagro o acerca de la última recomendación que ha leído en alguna revista acerca de cómo perder peso de manera rápida. Alrededor del tratamiento de la obesidad se ha generado una gran cantidad de mitos que, a fuerza de ser repetidos, han calado y pasan por verdades incuestionables para una buena parte de la población, sobre todo, de la población obesa. El 14 de diciembre es el día nacional de la persona obesa, conmemorando (si se puede decir así) dicho día la Sociedad Española de Estudio de la Obesidad (SEEDO) junto con la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición lanzan una campaña cada año para concienciar a la población del problema que supone la obesidad y, también, para intentar desmitificar determinadas creencias. El 14 de diciembre pasado el lema elegido fue “¿Conoces el plato ideal? Tu salud está en el plato.” Aprovechando este XVII día nacional ambas sociedades hicieron público un comunicado titulado “Algunos mitos y realidades de una alimentación saludable” (Gráfico 1). En dicho comunicado de una manera muy sencilla se van desgranando verdades y falsedades en torno a la alimentación saludable, entre ellas las falsas creencias de que el agua engorda dependiendo del momento del día en que la tomemos, olvidando que el agua es acalórica o también despejando dudas acerca de las supuestas bondades de las dietas en las que se toma un único tipo de alimentos, recordando que dichas dietas son, necesariamente, desequilibradas desde el punto de vista nutricional. O desenmascarando los llamados productos ligth, esos que se supone que adelgazan cuando, en realidad, únicamente son productos que tienen menos calorías que el original. O también la creencia extendida de que los productos integrales no engordan con lo cual su ingesta sería poco más o menos que ilimitada o, finalmente, la creencia de que los alimentos ricos en HdC son los que más engordan, olvidando que los hidratos son la base fundamental de cualquier dieta equilibrada según nos recuerdan todas las sociedades científicas2. Centrándonos ya en el tema de las dietas bajas en HdC, la EASO (European Association for the Study of Obesity) indica en su Guideline de 2008 que dichas dietas hipograsas, hipohidrocarbonadas e hiperproteicas no muestran mejor resultado que las dietas hipocalóricas clásicas excepto las que incluyen alimentos de bajo índice glicémico y a corto plazo3 además de poder generar situaciones de desnutrición o déficit de diferentes tipos de micronutrientes amén de empeorar el riesgo cardiovascular de los pacientes2. 12 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Gráfico 1. Mitos y realidades de una alimentación saludable. SEEDO-SEEN Dieta Atkins alimentos siempre vigilando que su índice glucémico sea bajo. La primera dieta de la que vamos a ocuparnos es la más antigua, es la que propuso el Dr. Robert C. Atkins en su famoso libro publicado a principios de los años 70 “La revolución dietética del Dr. Atkins”. En él propone una dieta baja en HdC que, según la American Academy of Family Phisicians es aquella que aporta entre 20-60 gramos al día (menos del 20% del aporte calórico total) y con un incremento proporcional en el aporte de grasas o proteínas para compensar la disminución de HdC. Una dieta con menos de 20 gramos de HdC al día se considera como dieta muy baja en HdC o cetogénica pura. Esta dieta desde el primer momento generó dudas entre la comunidad científica y son muchos los artículos publicados comparándola con otras, en la mayoría de ellos la conclusión es que serían necesarios estudios a largo plazo para evaluar el cambio de composición corporal así como la variación de los factores de riesgo cardiovascular en los pacientes que siguieran la dieta aunque sí que hay unanimidad en considerar un claro aumento del riesgo de cáncer de colon si la principal fuente de aporte de proteínas es animal4, 5. La dieta Atkins consta de 4 fases (inducción, pérdida progresiva de peso, pre-mantenimiento y mantenimiento), en ellas se va aumentando muy poco a poco la ingesta de HdC hasta alcanzar el umbral que Atkins ha denominado “nivel de Equilibrio de Carbohidratos Atkins” (ACE en sus siglas en inglés), que es la cantidad de carbohidratos que se puede comer sin perder o ganar peso. En esta dieta están permitidos sin límite todo el pescado, todas las aves, marisco, no consumir más de 110 gr al día de mejillones por su alto contenido en hidratos de carbono, toda la carne roja y los huevos y, con restricciones otros Dieta Dukan Otra dieta muy mediática es la dieta del Dr. Dukan compuesta también de 4 fases (inicio, crucero, consolidación y estabilización)6 que ha sido seguida, en muchas ocasiones sin control médico, por gran cantidad de pacientes. Esta dieta pone sobre la mesa la controversia sobre estrategias dietéticas que pueden ayudar a reducir el hambre y promover la plenitud ya que estos son los principales factores limitantes para el éxito de una dieta. La alta ingesta de proteínas aumenta la sensación de saciedad 13 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p aunque la seguridad y la eficacia de estas dietas está cuestionada. Se discuten en estos momentos su acción sobre la salud ósea habiéndose visto que altos niveles de proteínas en la dieta conllevan un aumento de calcio en la orina que reflejaría un aumento de la resorción ósea7. También sobre la función renal con estudios que han mostrado que dietas con excesivo consumo de proteínas, sobre todo de origen animal, son un factor de riesgo para la aparición de litiasis renal al provocar exceso de secreción urinaria de calcio y pH urinario inferior al 5,58. Sobre sus efectos sobre la salud cardiovascular se ha publicado recientemente en el BMJ un estudio en el cual estudiaban más de 43.000 mujeres suecas concluyendo que el uso continuado de este tipo de dietas se asociaba con aumento de la aparición de enfermedades cardiovasculares9. Por tanto, en resumen, podemos decir que se debe evitar la realización de dietas hiperproteicas ya que sabemos que afectan a nivel óseo, renal y cardiovascular. Dieta Pronokal Por último unas líneas a propósito de la dieta proteinada Pronokal®. Se trata de una dieta VLCD cetogénica, con aporte de proteínas entre 0,8-1,2 g/kg ideal/día, con ajuste del aporte de lípidos a 10 g de aceite de oliva al día, importante restricción del aporte de hidratos de carbono a menos de 50 g de glúcidos absorbibles por día y que precisa de suplementación vitamínico-mineral (K, Na, Mg, Ca, vitaminas). En esta dieta la pérdida de peso se estructura de la siguiente manera, en fases cetogénicas se pierde el 80% de peso y en fases no cetogénicas el 20% restante. El principal estudio de esta dieta es el estudio Prokal® dirigido por el Dr. Basilio Moreno, presidente de la Fundación de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad y jefe clínico del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. En este estudio se compara dos grupos de pacientes, unos tratados con dieta Pronokal® y el otro con una dieta hipocalórica equilibrada. Sus principales conclusiones a los 12 meses de seguimiento arrojan que los pacientes tratados con dieta Pronokal® presentan mayor pérdida de peso (media de -19’92 kg frente a -7.02 kg), reducción mayor de la masa grasa del cuerpo en más de 8 puntos (45.28% masa grasa inicial a 36.32% a los 12 meses) con más del 90% del peso perdido correspondiente a masa grasa. Se ha observado también una modificación favorable de los factores de riesgo cardiovascular (disminución de LDL, leve aumento de HDL, disminución de colesterol total, disminución de la presión arterial y disminución de los triglicéridos) todos ellos en mayor medida que en el grupo de pacientes con dieta hipocalórica. No habiéndose presentado efectos adversos graves y siendo los efectos secundarios leves y transitorios. Conclusiones Como conclusiones podemos decir que según todas las sociedades científicas la manera más adecuada de perder peso es una dieta hipocalórica equilibrada mantenida en el tiempo y acompañada de ejercicio físico y, a ser posible, terapia conductual, que un equipo multidisciplinar es imprescindible para tratar la obesidad siendo imprescindible la individualización del tratamiento. Que la dieta del Dr. Atkins no es recomendable en ningún caso al producir aumento de la mortalidad asociada al consumo excesivo de proteínas animales. Que la dieta Dukan tampoco es recomendable por las evidencias, cada vez mayores, del aumento del riesgo cardiovascular y de la afectación renal y ósea y, finalmente que la dieta proteinada tipo Pronokal® requiere una formación específica para su pautado, un control médico estricto con analíticas muy frecuentes y que ha demostrado ser más eficaz en la pérdida de peso a 12 meses que la dieta hipocalórica aunque debemos esperar a estudios más largos para poder evaluar sus efectos a largo plazo. Bibliografía 1.-Real Academia Española de la Lengua. Diccionario 22ª edición. Madrid: Espasa-Calpe; 2001. 2.-Gargallo M, Basulto J, Breton I, Quiles J, Formiguera X, SalasSalvadó J. Recomendaciones nutricionales basadas en la evidencia para la prevención y el tratamiento del sobrepeso y la obesidad en adultos (Consenso FESNAD-SEEDO). 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BMJ. 2012 Jun 26; 344: e4026. 14 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Mesa 1: Mitos y verdades. Rompiendo con los mitos que ponen en peligro un plan de adelgazamiento. Yolanda Jiménez Mateo. Dietista-Nutricionista. Colaboradora de Entulínea de Weight Watchers En todos los países desarrollados, y el nuestro no es ninguna excepción, la nutrición esta de máxima actualidad y donde además cada vez las personas la relacionan con la salud. Por otra parte, este interés de disfrutar de una vida larga y sana esta acompañado de una proliferación de recomendaciones basadas en mitos y creencias irracionales con completo olvido de los principios establecidos por los comités científicos. acción tan rutinaria, a veces automática, es muy difícil de controlar. Por lo que instaurar el hábito del registro o diario dietético puede ser una muy buena estrategia para tomar conciencia de la ingesta real y es el primer paso para modificar los hábitos de la persona y así poder realizar mejores y saludables elecciones. Ya lo refería Grande Covián: “es evidente que la sociedad contemporánea muestra un interés creciente por los problemas de la nutrición y la alimentación del hombre. Desgraciadamente, este plausible interés se acompaña de la aparición constante de una serie de falacias, mitos, dietas mágicas…que constituyen hoy en día un grave problema al que, necesariamente, debemos de hacer frente, puesto que llega a poner en peligro nuestra salud”. (1) El entorno Muchos planes de adelgazamiento fallan por diferentes motivos, pero un motivo clave es la falta de conciencia de la propia persona en todo el proceso de adelgazamiento. Las personas realmente quieren y necesitan información sobre qué causas son las que hacen que sea difícil adelgazar y sobretodo mantenerse. Por lo que ellos deben tomar un papel activo en dicho proceso y en la toma de decisiones. A continuación se citan algunos de los problemas más habituales y característicos que dificultan el adelgazamiento y la pérdida de peso. Vivimos en un medio obesogénico que nos condiciona cada vez a comer más y a movernos menos (2). El ser humano es muy influenciable, los propios amigos, la familia, la publicidad, la vajilla, la música o incluso la iluminación, entre otras causas, pueden hacer que nuestra ingesta sea mayor. Pero, ¿es realmente consciente la persona que se plantea adelgazar del poder que ejerce su entorno en dicho proceso? Es importante conocer el entorno de cada persona y establecer a partir de éste estrategias para minimizar los puntos que debilitan el proceso de adelgazamiento. De esta forma se consigue pasar de un entorno inconsciente a uno consciente para llevar a cabo mejore elecciones en el día a día. Por citar unos ejemplos, habrá personas que por motivos de trabajo viajan sin cesar y su punto débil son las comidas en los hoteles, a otras les afectará más el aburrimiento y las horas que puedan pasar en casa... El hambre hedonista Registro dietético Como dice el refrán “vale más un lápiz corto que una memoria larga”. La mayoría de las personas subestiman el número de Kcalorías que consumen a lo largo del día. Es evidente que no podemos recordar todos los detalles que hacemos al día, y menos aún cuando se trata de lo que comemos. Esa El concepto del hambre hedonista es relativamente nuevo. También llamado el comer por placer se traduce en unas ganas irresistibles por la ingesta de alimentos más hipercalóricos, grasos, dulces y salados. Este deseo por comer, de difícil control, interfiere en nuestras decisiones alimentarias y está condicionado por un entorno que nos pone a prueba 15 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p continuamente con impactos de comida, ya sea por imágenes, olores o conversaciones, por ejemplo (3). En muchas ocasiones se tiende a culpabilizar a la persona con el término de tener poca fuerza de voluntad. Investigaciones apuntan que gran parte de las 220 decisiones sobre alimentación y bebida que realizamos a lo largo del día están marcadas por un impulso cerebral y no fisiológico siendo así difícil que todas estas elecciones sean las más adecuadas para la persona. Controlar el deseo que provoca el hambre hedonista no es posible, pero sí se puede gestionar dichos impulsos. Lo fundamental es saber elegir lo que se come, gestionar el entorno y adoptar buenos hábitos (4). Cualquier restricción alimentaria genera al paciente ansiedad y es que la variedad ayuda a disfrutar más y mejor y de la comida. Dietas donde se administran pautas cerradas, con menús inamovibles, sin alternativas a la improvisación, donde no se contempla la vida social, donde la persona debe adaptarse al plan alimentario y donde se debe cocinar una comida de régimen diferente del resto de la comida familiar... están condenadas, antes o después, al más rotundo de los fracasos. Es necesario establecer un plan donde, tal y como estableció en 2009 la Asociación Americana de Dietética (American Dietetic Association, hoy Academy of Nutrition and Dietetics): las metas a la hora de bajar de peso han de centrarse más en los cambios que lo propician-y en mantener dichos cambios- que en los kilos que indica la báscula (6). La motivación Ceñirse a un plan de adelgazamiento a largo plazo no siempre resulta sencillo. El paciente necesita apoyo y motivación de manera constante ya que conseguir la adquisición de hábitos saludables no es un camino fácil. Otro de los motivos con que se encuentra la persona que decide perder peso es la falta de empatía y “feed-back” con el profesional que dirige dicha perdida de peso. No es raro encontrarse con situaciones donde se establecen relaciones de “riñapesaje” donde la persona no expresa sus propios miedos, dudas, inseguridades... El profesional debe ser consciente des que su papel no es el de ser un juez en dicho proceso, si no la persona que guía, acompaña y motiva en el adelgazamiento. Los caprichos Una dieta por muy bien calibrada que se presente es ineficaz si no contempla determinados caprichos. Y es que aunque a los pacientes les pueda parecer extraño, la dieta debe ser lo más flexible posible. La rigidez es igual de contraproducente que el descontrol. Si nos pasamos con las raciones no adelgazaremos, pero si no nos permitimos disfrutar de algunos caprichos, es más que probable que se abandone la pauta alimentaria con facilidad debido a la frustración generada por dicha prohibición. Y es que uno se siente más motivado si cuenta con una red de apoyo. Existen diferentes estudios que demuestran que es más fácil perder peso y llegar al peso final cuando se hace en grupo que cuando se intenta solo (5). En las reuniones las personas con el mismo objetivo deben ser asesoradas sobre cómo conseguirlo ganando en salud y en calidad de vida. En estos grupos no sólo se aprenden conceptos alimentarios, sino que se comporten trucos de cocina ligera, recetas, consejos para adquirir hábitos saludables y son fuentes de apoyo y motivación. Es necesario que exista un contacto fluido y periódico para poder realizar así un buen seguimiento y valorar el grado de adhesión a la pauta alimentaria y la motivación del paciente. Para evitar el picoteo constante es importante saber que las personas que se sienten saciadas durante más tiempo se adhieren mejor a la pauta de adelgazamiento. Por esta ración es interesante instruir al paciente en el concepto de alimentos saciantes, con escasa densidad calórica pero no así de nutrientes, que minimizan la sensación de hambre. Pero aún así, ¿a quién no le entra el gusanillo en determinados momentos del día? Es necesario educar en las alternativas alimentarias y en saber realizar mejores elecciones, en cambiar el concepto de “no me lo puedo permitir” o el de “además de” por “en lugar de” o compensarlo con actividad física o bien con el sentido común o la moderación. Se debe tener presente la premisa de que no hay alimentos que engorden, ya que el problema es cómo se tome, cuánto se tome, cuando se tome y con qué se tome. Dietas estrictas Las dietas milagro Existen pautas nutricionales en las que se restringen diferentes alimentos o grupos de éstos y/o tomas al día. De todos son conocidos los problemas que pueden acarrear este tipo de dietas. Los riesgos de las dietas milagros son por todos bien conocidos, pero es necesario hacer entender a la persona de dichos riesgos. Pero tal y como menciona al respecto la American Obesity Treatment Association en su Carta de 16 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p derechos del paciente donde detalla que "los pacientes tienen derecho a saber que perder peso con rapidez puede causar graves problemas de salud"(7) Obviamente la mejor manera para adelgazar y mantenerlo es hacerlo de forma lenta y constante estableciendo una serie de objetivos más pequeños y progresivos y premiar estos pequeños logros para así mantener la ilusión y motivación. El cambio de hábitos Para adelgazar con éxito y mantener el peso son necesarios pequeños cambios en el estilo de vida. Los hábitos saludables son comportamientos y actitudes que ayudan a mejorar las pautas alimentarias. La clave del éxito es identificar los hábitos que ayudan a perder peso y distinguirlos de los que frenen el adelgazamiento. Detectar desórdenes para tomar conciencia y hacer que el cambio a realizar empiece por pequeñas acciones que se deben repetir y corregir lo que no funciona para así conseguir convertirlo en hábito. Cómo responde Entulínea La propuesta de Entulínea, de Weight Watchers, abarca mucho más que perder peso y mantenerlo. Entulínea ofrece un plan donde se hace hincapié en la adquisición de pequeños cambios, tanto mejorando la alimentación como con la incorporación de la actividad física en la rutina diaria. El plan alimentario está desarrollado por especialistas en materia de medicina, nutrición y psicología que asesoran y supervisan el plan con la finalidad de ayudar a la población a combatir el sobrepeso y la obesidad. Se basa en un plan flexible, donde se aprende a llevar una alimentación equilibrada y saludable, que permite la incorporación de todos los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento del organismo. Su característica: la persona realiza su alimentación en base a sus propios gustos y su estilo de vida y donde aprende a realizar correctas elecciones. Los puntos resumen en: fuertes del plan se El apoyo y la motivación que siempre están presentes. La persona cuenta con el apoyo personal de su Agente de Salud y el de sus compañeros en las sesiones de apoyo grupal. La flexibilidad La promoción de la conciencia de la persona mediante un registro dietético. La valoración del entorno y su efecto en el adelgazamiento, ayuda a gestionar el entorno, las tentaciones y las situaciones del mundo real. Proporciona herramientas tanto online como offline que permiten seguir la mejora de hábitos en cualquier momento, lugar y situación La no prohibición, ya que no se trata de comer poco sino de comer bien. Bibliografía 1.Dietas mágicas. Gregorio Varela, Carmen Núñez, Olga Moreiras, Francisco Grande Covián. Dirección general de Salud Pública. Consejería de Madrid http://www.madrid.org/cs/BlobServer?blobcol=urldata&blobtable= MungoBlobs&blobkey=id&blobwhere=1158610321391&blobheader =application%2Fpdf 2.M. Manera “¿Vivimos en un ambiente obesogénico?”, portal digital Consumer Eroski Apartado de alimentación. 29 de julio del 2011. Disponible en http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/aprender_a_comer_ bien/enfermedad/2011/07/29/202212.php. 3.F. Acedo, “Los españoles engordan de 2 a 4 kilos durante la Navidad, víctimas del hambre hedonista que genera placer”, portal digital Noticias de Salud, Martes 8 de Enero del 2013. 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La estrategia terapéutica debe ser multidisciplinar y de duración muy prolongada, lo cual dificulta mucho su abordaje por parte de la Sanidad pública. Evidencia científica abundante prueba que en este difícil marco el programa Weight Watchers, con un fundamento muy correcto, puede contribuir con éxito a la lucha contra la obesidad en nuestro país. Ponencia La epidemia de obesidad que ha ido aumentando en el mundo a lo largo de más de tres décadas, especialmente en los países desarrollados e industrializados, constituye en la actualidad un auténtico reto sanitario del siglo XXI. Para responder a este reto han ido apareciendo a lo largo de los años muy distintos documentos y llamadas de instituciones, sociedades científicas y gobiernos para luchar contra esta epidemia. Cabe citar por su importancia la creación de la International Obesity Task Force en 1995 a instancias de la IASO (International Association for Study of Obesity), la publicación por la OMS en 1997 del libro “Obesity. Preventing and managing the global epidemic” (1) y la “Milan Declaration” (2) que tuvo lugar en esta ciudad con la firma de los que éramos presidentes de las distintas sociedades europeas para el estudio de la obesidad. Como respuesta a estas llamadas, en España, con cierto retraso, se puso en marcha en 2005 la “Estrategia NAOS” que convocaba al sistema sanitario, a las familias, a los ayuntamientos, a la comunidad, a los colegios y a las empresas a luchar contra la obesidad. La estrategia NAOS ha tenido en general una buena implementación en nuestro país, pero hasta ahora su eficacia y eficiencia no han podido ser evaluadas. Por desgracia el mensaje clave de la prevención y del tratamiento de la obesidad es el de conseguir “cambios permanentes en los hábitos de vida” y este objetivo es de muy difícil implementación. Desde hace bastantes años la estrategia terapéutica de la obesidad ha abandonado prácticamente el objetivo de alcanzar el peso “ideal” (IMC: 18.5 – 25 kg / m ²). De hecho este objetivo es casi siempre inalcanzable mediante el tratamiento médico y cuando se consigue obtener se produce el rebote casi constantemente alcanzando el paciente en muchas ocasiones un peso superior al inicial. Cuando se repite este fenómeno en más de una ocasión se produce el temido efecto “yo – yo” de nocivas consecuencias para la salud. En la actualidad el objetivo que se pretende alcanzar es la pérdida de un 5 - 10 % del peso corporal y mantener este nuevo peso a largo plazo. Este objetivo no es fácil de conseguir, pero si se alcanza produce importantes beneficios para la salud. Las pérdidas y ganancias cíclicas de peso que en tantas ocasiones sufren los pacientes obesos no sólo son perjudiciales para la salud sino que favorecen el mantenimiento e incluso la aparición de la obesidad. En un estudio muy interesante realizado en Finlandia (3), a lo largo de 45 años, en varones deportistas de élite, se pudo comprobar que aquellos que por razón de su especialidad (boxeadores, luchadores, levantadores de peso) tuvieron diversas pérdidas y ganancias ponderales cíclicas, en su edad madura presentaron una tendencia a la obesidad muy superior a la de los controles y a la de los deportistas que mantuvieron su peso estable en la juventud. De acuerdo con los datos citados la estrategia actual en el tratamiento médico de la obesidad es obtener una pérdida ponderal del 5 - 10 % y mantener este menor peso a largo plazo, a través de la obtención de cambios permanentes en los hábitos de vida. En 18 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p cualquier caso tanto si se obtiene este objetivo como si no se alcanza, es obligado el tratamiento minucioso de los factores de riesgo y comorbilidades vinculadas a la acumulación adiposa. Los tres elementos básicos para obtener la pérdida ponderal son: el plan de alimentación, el de actividad física y el tratamiento psicológico y / o psiquiátrico que puedan ayudar a obtener y mantener cambios en los estilos de vida. ¿Cuál es la causa del habitual fracaso en el tratamiento médico de la obesidad? Aparte de los factores genéticos y epigenéticos que predisponen a la obesidad en una buena parte de la población, la explicación habitual del fracaso, que sólo es cierta parcialmente, es la relativa a los aspectos sociales, culturales y antropológicos, pero tiende a olvidarse la gran importancia de los factores biológicos, y en especial aquellos mecanismos de regulación del peso corporal vinculados al ponderostato. El organismo tiene potentes mecanismos para recuperar el peso perdido que no sólo funcionan en normalidad ponderal, sino también en el paciente obeso. Existe abundante evidencia científica en este sentido. En una clásica revisión de Keesey y Hirvonen (4) se aportan abundantes datos en este sentido, tanto en ratas (5) como en personas obesas (6). La disminución de peso producida por la restricción de la ingesta, sea cual sea el peso previo, produce un incremento del apetito y una importante disminución del metabolismo basal que favorecen intensamente la recuperación del peso perdido. En este marco de gran dificultad para conseguir un tratamiento eficaz de la obesidad, ¿qué puede ofrecer el método Weight Watchers (WW)? El importante papel de las organizaciones comerciales, y en primer lugar Weight Watchers, cuyos fundamentos son científicamente correctos, está basado en la lucha para conseguir una profunda adherencia al programa y cambios permanentes en los hábitos de vida. Los tres pilares del método son: el consejo alimentario, la promoción de la actividad física y el apoyo grupal. Es importante hacer un breve repaso de la sólida evidencia científica del método. En el período 1996 – 2009 se publicaron 51 trabajos en revistas internacionales de prestigio. Los principales temas estudiados fueron: Efectos indirectos del método WW sobre la obesidad infantil familiar Resultados sanitarios y económicos del Plan de derivación de médicos de familia a WW en el Reino Unido Evaluación económica del método WW en la prevención de la obesidad Comparación de los planes de alimentación basados en la densidad energética o en el índice glucémico sobre el hambre y la saciedad Conservación de la masa magra en el método WW Mantenimiento de la pérdida de peso 1, 2 y 5 años después de haber finalizado con éxito el programa WW Cabe destacar los buenos resultados obtenidos sobre la obesidad infantil a través de los cambios producidos en el ámbito familiar y el excelente balance sanitario y económico del Plan de derivación de pacientes obesos desde el ámbito de los médicos de familia a WW en el Reino Unido, que llevó incluso a la financiación de la derivación a WW por parte de la Sanidad pública. Una mención muy especial requiere la publicación de Lowe et al (7) sobre los resultados obtenidos a medio y largo plazo en los pacientes que mantuvieron la adherencia al método. Al cabo de 1, 2 y 5 años el tanto por ciento de pacientes obesos que mantenían al menos una pérdida de peso del 5 % fueron, respectivamente, un 79.8, 71 y 50. La obtención de este 50 % de buenos resultados a los 5 años es realmente excepcional, cuando se calcula que con los diferentes métodos de tratamiento médico este éxito a los 5 años se obtiene sólo en un 5 – 10 % de los casos. La investigación sobre el método WW ha seguido muy activa desde 2009 hasta la actualidad. Cabe destacar de forma muy especial el trabajo publicado en The Lancet en 2011 (8) en el que se describe un estudio aleatorizado de un año de duración realizado en 772 pacientes con sobrepeso u obesidad ( IMC: 27 – 35 kg / m² ) que padecían al menos un factor de riesgo relacionado con la acumulación adiposa. Los pacientes fueron reclutados por médicos de atención primaria en Australia, Alemania y el Reino Unido. Los participantes entraban por aleatorización simple en el programa terapéutico de la guía de salud del país correspondiente o bien en el programa Weight Watchers. Al finalizar el año del estudio los participantes en el programa WW habían perdido de promedio el doble de peso (6,65 kg) que los pacientes que siguieron el método estándar de tratamiento de los distintos países (3,26 kg). Este trabajo demostró por primera vez que una organización comercial era claramente más efectiva que el plan ofrecido por la Sanidad pública para tratar la obesidad. (9) En el mismo año 2009 British Medical Journal publicó un trabajo (10), promovido por la Universidad de Birmingham, en el que se comparaba la eficacia al cabo de 1 año de un programa de pérdida de peso de 12 semanas de duración ofrecido por la atención primaria y por distintas organizaciones comerciales. Mientras que el programa estándar de la Sanidad pública se mostró ineficaz, el único programa de una organización comercial que obtuvo resultados estadísticamente significativos en la pérdida de peso fue el llevado a cabo por Weight Watchers. 19 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Conclusiones Para concluir se puede afirmar, por tanto, que la evidencia científica demuestra que el método Weight Watchers puede contribuir de forma muy eficaz a la lucha contra la obesidad en nuestro país. Bibliografía 1.World Health Organization. Obesity. Preventing and managing the global epidemic. Ginebra: WHO, 1997. 2.Foz M. La Declaración de Milán. Med Clin (Barc) 1999; 113: 494 – 495. 3.Saarmi SE, Rissanen A, Sarna S, Koskenvuo M, Kaprio J. Weight cycling of athletes and subsequent weight gain in middleage. Int J Obes 2006; 30: 1639 – 44. 4.Keesey RE, Hirvonen MD. Body weight set – points: determination and adjustement. J Nutr 1997; 127: 1875S – 1883S. 5.Mitchel JS, Keesey RE. Defense of a lowered weight maintenance level by lateral hypothalamically lesioned rats: evidence from a restriction – refeeding regimen. Physiol Behav 1997; 18: 1121 – 25. 6.Garrow JS, Warwick PM. Diet and obesity. En: Yudkin J, ed. Diet of man: needs and wants. Londres, Applied Science Publishers, 1978: 127 – 144. 7.Lowe MR, Kral TVE, Miller – Kovach K. Weight loss maintenance 1, 2 and 5 years after successful completion of a weight – loss programme. Br J Nutr 2008; 99: 925 – 30. 8.Jebb SA, Ahem AL, Olson AD, et al. Primary care referral to a commercial provider for weight loss treatment versus standard care: a randomised controlled trial. Lancet 2011; 378: 1485 – 92. 9.Jolly K, Aveyard P. Provision of commercial weight management programmes. Lancet 2011, 378: 1444 – 45. 10. Jolly K, Lewis A, Beach J, et al. Comparison of range of commercial or primary care led weight reduction programmes with minimal intervention control for weight loss in obesity: Lighten up randomised controlled trial. BMJ 2011 Nov 343 d6500.doi: 10.1136/bmj.d6500 20 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Mesa 2: Elementos de apoyo. Entrevista motivacional para ayudar en la obesidad. Carmen Fernández Casalderrey Médico de Familia. Técnico UDMAFyC Valencia. Grupo Comunicación y Salud SVMFiC ¿Qué es la motivacional? entrevista Figura 1.- Estapas de la rueda del cambio La entrevista motivacional es un tipo de entrevista clínica centrada en el paciente que, fundamentalmente, le ayuda a explorar y resolver ambivalencias acerca de una conducta o hábito insano para promover cambios hacia estilos de vida más saludables. Facilita que el paciente se posicione hacia el deseo de cambio, tratando de ayudarle a reconocer y ocuparse de sus problemas presentes y futuros y potenciando su percepción de eficacia. La obesidad, entendida como un proceso crónico y factor de riesgo cardiovascular, precisa de importantes cambios en los estilos de vida como son la dieta, el ejercicio, el cese del hábito tabaquito, etc. Para abordar estos cambios es necesaria, en gran medida, la motivación como motor del cambio, por tanto, la comunicación que se establezca entre profesional y paciente debe reunir las características necesarias para resultar una entrevista motivacional. ¿Qué es lo que hace cambiar a las personas? A los seres humanos (en general) nos gusta muy poco que nos digan lo que tenemos que hacer para modificar conductas, y mucho menos que nos riñan para conseguirlo (implícita o explícitamente). Tales fenómenos (frecuentes cuando tratamos de persuadir a alguien para que cambie) generan con facilidad la denominada reactancia psicológica, es decir, un deseo por permanecer en la postura inicial, necesario por otra parte para mantener la libertad individual de tomar decisiones por uno mismo. La decisión de cesar una conducta o de iniciarla es función, en último término, no sólo de la importancia que tenga mudar la conducta problema (nivel de amenaza, valores y expectativas), sino de la confianza en conseguirlo. Una sin la otra no producen motivación. La motivación como un estado La motivación que debe tener una persona para iniciar un cambio, se debe ver como un deseo de cambiar, el cual puede fluctuar de un momento a otro o de una situación a otra. Dicho estado se puede ver influido por múltiples factores. Un modelo útil, para entender como se produce el cambio, es el elaborado por Prochaska y DiClemente. Estos autores, describen una serie de etapas por las que avanza una persona en el proceso de cambio. Dentro de este enfoque, la motivación se puede entender, como es estado presente de una persona o la etapa de preparación para el cambio. Es un estado interno, influenciado por factores externos. La rueda del cambio, que surge de este modelo, admite varias etapas (Figura 1): Precontemplación: En esta etapa, el individuo, no ha considerado que tenga un problema o que necesite introducir un cambio en su vida. Una persona que se aproxima a esta etapa y a la que se le indica que tiene un problema, reacciona de una forma sorprendida y a la “defensiva”. Suelen ser personas que por si mismas no buscan ayuda. Una persona que se sitúa en esta etapa, necesita información y la retroalimentación, a fin de que 21 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p pueda aumentar su conciencia del problema y la posibilidad de cambiar. Contemplación: Una vez que la persona toma conciencia de que tiene un problema, entra en un periodo caracterizado por la ambivalencia. La persona contempladora considera y rechaza el cambio a la vez. Cuando se le permite hablar del problema sin interferencias, la persona contempladora probablemente discurrirá entre las razones por las que debe preocuparse de su problema y las razones que cree tener para no preocuparse. De forma simultánea, la persona contempladora, experimenta razones de preocupación, o de falta preocupación, motivaciones para cambiar o para seguir sin cambiar. La tarea del profesional consiste en ayudar a que la balanza se decante a favor del cambio. Determinación: De vez en cuando la balanza se decanta a favor, y durante un periodo de tiempo los comentarios de la persona, reflejan un grado de lo que podríamos llamar motivación. En esta fase surgen autoafirmaciones como: ¿Tengo que hacer algo con este problema? ¿Cómo puedo cambiar? Acción: En esta fase, la persona se implica en acciones que le llevarán al cambio Mantenimiento: La intención del cambio, no garantiza que el cambio se mantenga a través del tiempo. En esta etapa , el reto es mantener el cambio conseguido en la etapa anterior y de prevenir la recaída. Recaída: Si la persona recae, la tarea del individuo, consiste en girar de nuevo alrededor de la rueda, antes de permanecer inmóvil en esta etapa. La tarea del profesional, consiste en ayudar a la persona a evitar la desmoralización y renovar el proceso de contemplación El tránsito por los distintos estadios puede ser más o menos rápido y, evidentemente no sólo depende del profesional, sino que hay diversos factores que influyen, y no en todos el profesional sanitario podrá actuar: - Creencias y expectativas del paciente: sobre su conducta actual y sobre la nueva conducta. - Influencia social: valoración del entorno, familia, amigos, trabajo. - Duración de la conducta: conductas de larga duración y muy arraigadas en el individuo son más difíciles de modificar. - Repercusiones físicas o psíquicas de la conducta: en que le afecta. - Existencia de un modelo prestigioso: que puede ser el profesional de salud, pero también pueden ser de otro tipo (Televisión, modas etc..). - Nivel de autoeficacia: nadie empieza un cambio sino cree que puede con él. Principales características entrevista motivacional de la La motivación, o deseo de cambio, fluctúa de un momento a otro y de una situación a otra, y puede verse influida por muchos factores. Los principios más importantes del cambio son los siguientes: - La motivación intrínseca: la capacidad de cambio está en el interior de cada persona y es poco susceptible de ser incrementada desde fuera por "transfusiones de voluntad". La voluntad no es otra cosa que la motivación para el cambio y los sanitarios podemos ser facilitadores de ese cambio. - El traje a medida: cada persona necesita diferente ayuda dependiendo de la etapa en que se encuentre en el proceso de cambio. - La elección y el control propios: la persona está más motivada para hacer cambios cuando se basan más en sus propias decisiones que si una figura de autoridad le dice lo que tiene que hacer. - Todas las personas que inician un cambio, están con motivaciones fluctuantes, llamada ambivalencia. Con frecuencia es el mayor obstáculo para el cambio. Está presente en casi todos nuestros actos y aún más en las conductas adictivas ("Querría adelgazar pero me gusta mucho comer"). Los profesionales malinterpretan frecuentemente este conflicto como un problema de personalidad. La incerteza del paciente se considera como algo anormal o inaceptable, y siempre como un estado de pobre motivación. Ante cualquier atisbo de ambivalencia, el profesional lo interpreta como una falta de motivación , lo que le anima a convencer al paciente de que el problema es serio y que debe cambiar, es decir una actitud de confrontaciónnegación. Esto condiciona un efecto totalmente opuesto al deseado y raramente conseguiremos el cambio. Si el profesional es capaz de comprender la normalidad de la ambivalencia, y es capaz de manejarla, provocará una menor resistencia al cambio. - El autoconvencimiento auditivo: se tiende a creer con más fuerza aquello que una persona se oye decir en voz alta a sí misma. Por esto es importante que el paciente saque sus propios argumentos y si los sanitarios se los repetimos ayudamos a que los oiga dos o tres veces ("Dices que quieres dejar de fumar porque te va mal para la respiración"). - La autoconfianza o percepción de autoeficacia: si una persona cree que puede cambiar será más fácil que lo consiga. Esto tiene gran influencia en la 22 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p capacidad para iniciar una nueva conducta y mantenerla como hábito. - La relación interpersonal: La motivación y la resistencia del paciente al cambio pueden estar poderosamente influenciadas por el tipo de relación interpersonal que desarrolle el profesional de la salud. A pocas personas les gusta que les digan lo que deben hacer y las indicaciones u órdenes del sanitario pueden provocar oposición al cambio ("Tienes que adelgazar"). Es importante aprender cómo actuar para aumentar la conciencia del paciente sin provocar su reactancia psicológica (rechazo a perder libertad de decisión o actuación). Afortunadamente muchas personas consiguen hacer cambios profundos en sus vidas sin ninguna ayuda profesional. Todos ellos comparten una serie de argumentos: no llegan a promover un cambio por casualidad sino que van acumulando buenas razones para iniciar una conducta más sana, y progresivamente aumentan su compromiso y determinación, cosa que les permitirá resistir el sufrimiento que tendrán cuando lo intenten. Una buena información puede producir cambios en la conducta de ciertas personas pero en otras muchas no. Motivar, o ayudar a cambiar, es conseguir que el paciente descubra cuáles son sus elementos o razones motivadores. Los cinco principios generales de la entrevista motivacional - Expresar empatía. Significa aceptar y respetar al paciente pero no, necesariamente, aprobarlo. Implica un cierto grado de solidaridad emocional intentando comprender sus pensamientos y emociones preguntándonos ¿cómo me sentiría yo en sus circunstancias?, ¿coincide la emoción que yo tendría con la que él me expresa?, ¿cómo le transmito que le comprendo? - Crear discrepancia. Lograr que el paciente reconozca dónde se encuentra y dónde querría estar respecto al hábito o conducta a modificar. Interesa aumentar su nivel de conflicto, especialmente entre la conducta actual y los valores importantes de su vida. Trabajar la emoción que genera la incomodidad de la duda y/o conflicto es el mayor motor para el cambio. Para aumentar la eficacia de la entrevista es importante conseguir que el paciente verbalice sus discrepancias. -Evitar la discusión Los argumentos directos y los intentos de convencerle tienden a producir oposición ante las indicaciones, sugerencias u órdenes para el cambio. Esta oposición se llama reactancia psicológica (cuanto más se empeña el sanitario más se cierra el paciente), y surge con frecuencia cuando la persona tiene la percepción de que su capacidad de elección está limitada y, en general, cuando la sensación de libertad se coarta. Antes de informar es conveniente preguntar al paciente si tiene o quiere información al respecto con frases como ¿quieres que te explique algo sobre...? También es importante no precipitarse con un cúmulo de información siendo más útil informar poco a poco e ir preguntando ¿qué te parece esto que te he dicho?, centrándonos en los conflictos del paciente. Reconvertir las resistencias Tratar de imponer un cambio por "su bien", plantear implícita o explícitamente que la relación asistencial conlleva la obligatoriedad de un cambio, reñir al paciente ante el no cambio, etc. Fomentar la autoeficacia Creer en la posibilidad de cambiar es un factor motivacional importante, ya que tiene una gran influencia en la capacidad de iniciar una nueva conducta y en mantenerla. Los resultados previos satisfactorios refuerzan la creencia del paciente en su capacidad para conseguirlo y nuestra ayuda aquí puede estar en analizar con él esos resultados potenciando su positividad ("Es difícil adelgazar y tú lo conseguiste"). No podemos olvidar que el paciente es responsable de escoger y realizar el cambio y nosotros le prestamos ayuda si lo desea. Como resumen: Creemos que cada persona tiene un potencial poderoso para el cambio. El papel del profesional es hacer salir dicho potencial. Basado en el respeto de las opiniones, como un aliado más que como un oponente. Es algo más que un conjunto de técnicas para practicar. Es una forma de ser con los pacientes, y es lo único que se necesita para hacer cambiar a los demás. Estilo de relación interpersonal. Facilitadores de la Motivación - Calidez, cordialidad, actitud genuina de interés. - Empatía. - Exenta de juicios de valor. - Respetuosa. - Personalizada - Colaborativa - Facilitando la elaboración - Positiva Estilo de relación interpersonal. Facilitadores de las Resistencias - Ordenar, dirigir o imponer - Advertir o asustar - Dar consejos, hacer sugerencias o dar soluciones - Persuadir con la lógica,o con “argumentos de ciencia” 23 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Juzgar, mostrar desacuerdo, criticar culpabilizar. - Avergonzar, ridiculizar o etiquetar. - Interpretar o analizar - Tranquilizar, dar muestras de simpatía consolar - Desentenderse, desconcertar, hacer broma Estadios del sanitaria cambio y o o educación La actuación de los profesionales debería adaptarse al estadio de cada paciente. Resulta obvio que no podemos aplicar a todos por igual la misma pauta de educación sanitaria, pues nos conducirá a numerosos fracasos. Habitualmente damos prioridad a la transmisión de información como elemento básico para generar cambios de conducta. Conociendo la existencia de los diferentes estadios del cambio debemos adecuar nuestros esfuerzos a cada persona. A continuación se proponen las estrategias de intervención adecuadas a las diferentes fases del proceso de cambio: Fase de Precontemplación: Pedir permiso para hablar del tema. Plantear dudas o preocupaciones Proporcionar feedback sobre los resultados Ofrecer información objetiva acerca de los riesgos Examinar las discrepancias entre las percepciones del paciente y los demás. Explorar ventajas y desventajas del cambio Ayudar a intervenir a otras personas significativas Expresar interés y dejar la puerta abierta Fase de Contemplación: - Normalizar la ambivalencia - Ayudar al balance decisional: Poner pros y contras Cambiar la motivación extrínseca intrínseca Extraer frases automotivadoras Extraer ideas de autoeficacia Enfatizar la libre elección. - Resumir planteamientos de automotivación por Fase de Determinación: - Extraer del paciente lo que funcionó en otras ocasiones - Pedir permiso para aconsejar sobre el cómo - Ofrecer menú de opciones para que elija - Negociar un contrato de seguimiento - Ayudarle a conseguir apoyo social: familia, amigos, etc. - Ayudarle a que se comprometa públicamente. Fase de Acción: - Comprometerlo con el cambio y reforzar la idea de mantenerse. - Ir paso a paso. - Reconocer las dificultades iniciales. - Ayudarle a identificar situaciones de riesgo. - Ayudarle a diseñar estrategias para evitarlas - Ayudarle a encontrar refuerzos positivos en el cambio - Ayudarle a encontrar alianzas sociales. Fase de Mantenimiento: - Ayudarle a identificar las ventajas del nuevo cambio. - Afirmar la resolución de cambio y la auto eficacia. - Mantener un contacto de apoyo. - Desarrollar un plan de “escape” por si falla - Repasar metas a largo plazo. Fase de Recaída: -Ayudarle a reentrar en la rueda del cambio alabando cualquier disposición de nuevo cambio. - Aprovechar la recaída como una oportunidad de aprendizaje. - Ayudarle a encontrar alternativas de manejo. - Mantener el contacto. Manejo del paciente obeso perspectiva motivacional desde una - Explorar la motivación. - Adaptar estrategias según estadio - Generar preguntas automotivadoras (Anexo 1) -Explorar expectativas cantidad y medios del paciente. Tiempo, -Información del riesgo: Tras escuchar atentamente las expectativas del paciente, le informaremos con un lenguaje sencillo de su grado de sobrepeso u obesidad, riesgo derivado del exceso de peso y de las comorbilidades asociadas. - Información de la reducción del riesgo: resulta fundamental transmitir el mensaje de que una pérdida moderada de peso (5-10% del peso inicial) produce una mejoría significativa de las comorbilidades asociadas a la obesidad. - Información sobre la estrategia terapéutica: El paciente debe considerar el proceso de pérdida de peso como un largo viaje y no como un destino. Plantearemos una primera etapa de pérdida del 5% al 10% del peso inicial en un periodo de 6 meses. También indicaremos que la velocidad apropiada de pérdida es 0.5-1 kg/semana. - Es conveniente pautar además al menos un objetivo de incremento de actividad física (ej: aumentar el tiempo que el paciente camina) y otro 24 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p objetivo de modificación conductual (ej: evitar picar entre horas). El mensaje fundamental que recibirá el paciente es que el éxito de un tratamiento del sobrepeso/obesidad reside en la modificación gradual y permanente del estilo de vida. -Terapia nutricional: Entregar una hoja al paciente con una dieta de X calorías es un procedimiento que se ha mostrado ineficaz a lo largo de los años.. Es más eficaz haber recogido en la anamnesis los hábitos alimentarios del paciente y realizar modificaciones cualitativas de su dieta base. Resulta útil disponer de un gráfico con la pirámide alimentaria. Se debe informar de que nuestro objetivo es la reducción de unas 500 Kcal al día sobre el gasto calórico teórico diario (calculado sobre el peso ideal), y que esta reducción supondrá una velocidad de pérdida de peso entre 0.5 y 1 kg/semana. - Aumento de la actividad física: Es uno de los aspectos del tratamiento que más rechazo produce a los pacientes. Informaremos de la existencia de dos formas de actividad física: la actividad cotidiana y el ejercicio físico programado. El mensaje que debe quedar claro para el paciente es que el aumento de la actividad física contribuirá en escasa medida a la pérdida de peso, pero preservará su masa muscular y evitará la reganancia de peso a medio plazo. - Modificación de la conducta alimentaria: Es útil entregar al paciente una lista con los cambios más importantes a realizar y explicar uno o dos por sesión, para que sean introducidos de forma gradual. va a conseguir? ¿Qué es lo que cree que le funcionará, si decide adelgazar? Bibliografia 1.- Prochaska, J. y Di Clemente, C. Stages and processes of selfchange of smoking: Toward an integrative model of change. J Counseling and clinical Psych 1983; 51:390-5. 2.- Bosch JM y Cebrià J. La entrevista centrada en las inquietudes del consultante: a propósito de un caso. Revista Formación Medica Continuada. Vol (6), Nº 3, Marzo 1999, pag 179-182. 3.- Cebrià J y Bosch JM. Si no entras por la via directa, da un rodeo. Revista Formación Medica Continuada. Vol (6), Nº 4, Abril 1999, pag 237-239. 4.- Cebrià J y Bosch JM. Querer y no querer. El dilema de la ambivalencia. Revista Formación Medica Continuada. Vol (6), Nº 6, junio-julio 1999, pag 393-395. 5.- RCGP. Cours for change on primary healt care. Tutor guide. London. 1991. 6.- Miller, W.R. y Rollwick, S. Entrevista Motivacional. Preparando a la gente para el cambio de conductas adictivas. Ediciones Paidós Barcelona. 1999. 7.- Neighbour, R. Capítulo B5 Punto de control 3 (Transmitir)): técnicas de comunicacion En: La consulta interior. Barcelona: J &C 1998, págs 218-32. 8.- Maklatt, G.A. y Gordon, J.R. Relapse prevention: maintenance estrategies in thetreatement of addictive behaviors. Guilford Press. New York, 1985. 9.- Borrell F. Estrategias para el cambio. Ponencia presentada en el Simposium Internacional sobre el Modelo Biopsicosocial. Córdoba. 1992 10.- Bosch, Casals, Cebrià y Massons. Entrevista Motivacional. Ponencia presentada en el XIV Congreso de la SEMFYC. Libro de ponencias. Madrid. Nov. 1994. 11.- Bosch JM y Cebrià J. La Sra Pesaez en el país de los espejos de la Atención Primaria. Revista Formación Medica Continuada. Vol (6), Nº 7, Agosto-Septiembre 1999, pag 451-454. 12.- Bosch JM y Cebrià J. La Sra Pesaez en el país de los espejos de la Atención Primaria (y II). Revista Formación Medica Continuada. Vol (7), Nº 1, Enero 2000, pag 39-42. 13.- Cebrià J y Bosch JM. Analizando nuestras habilidades comunicacionales. Revista Formación Medica Continuada. Vol (6), Nº 2, Febrero 1999, pag 106-109. Anexo 1: Preguntas automotivadoras en la obesidad De reconocimiento del problema: ¿En qué forma la obesidad es un problema para usted? ¿En que forma el sobrepeso no le ha dejado hacer lo que usted quería hacer? ¿De qué forma el sobrepeso le ha afectado? Preocupación ¿De qué forma, esto le preocupa? ¿Qué cree que puede suceder si no adelgaza? ¿Qué es lo que le preocupa de su obesidad? Intención de cambiar ¿Cuáles son las razones que usted ve adelgazar? ¿Cuáles son las ventajas para adelgazar? para Optimismo ¿Qué le lleva a pensar que si se pone a dieta lo 25 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Mesa 2: Elementos de apoyo Entulinea: Un apoyo eficaz a la Atención Primaria en el control de la obesidad. María Sanz Dopateo Médico de Familia. CS Serreria II. Agente de salud de Entulínea. Resumen En el contexto actual de epidemia de la obesidad y sistemas sanitarios desbordados donde el público tiende a buscar soluciones milagrosas, es de vital importancia que el profesional de Atención Primaria conozca los distintos programas para adelgazar que existen en el mercado y pueda identificar y apoyarse en aquellos programas saludables y avalados científicamente. Control de la Obesidad en consultas de Atención Primaria las Dos de los principales retos en el control del sobrepeso y la obesidad a los que se enfrenta el profesional en la consulta de Atención Primaria son: el aumento de la demanda de consultas por problemas relacionados con la obesidad y la cada vez mayor oferta de métodos de adelgazamiento sin base científica que pueden suponer un riesgo para la salud. Lo que dicen las Guías de Práctica Clínica (GPC) La inmensa mayoría de las sociedades científicas considera la obesidad una enfermedad multifactorial y que por tanto debería incluir la combinación de dieta hipocalórica, actividad física y terapia conductual1,2. ¿Qué es entulínea? entulínea de Weight Watchers es un programa estructurado de adelgazamiento basado en los tres pilares antes mencionados: el seguimiento de un plan de alimentación junto con la promoción de actividad física y el apoyo grupal. Como ocurre también en el abordaje del tabaquismo, en la obesidad existe un componente conductual que muchas veces obviamos en Atención Primaria, principalmente por falta de tiempo. Si bien es cierto, que el consejo o intervención breve (counselling)3,4 dado por el profesional sanitario es de gran eficacia en estas patologías, la terapia conductual intensiva de cambios de estilo de vida, especialmente en un contexto grupal, ha demostrado claramente su superioridad frente a los tratamientos convencionales5. De ahí el éxito de entulínea cuyo pilar fundamental, además del consejo alimentario y la promoción del actividad física, es la aplicación de técnicas cognitivo-conductuales de modificación de la conducta alimentaria. En las sesiones semanales de entulínea los asistentes reciben el apoyo y la motivación necesarios (mediante coaching y apoyo grupal) para poner en práctica un estilo de vida más saludable y así controlar su peso y mantenerlo a largo plazo. Las personas que lideran estos grupos están certificadas como Agentes de Salud por la Fundación de Educación para la Salud (FUNDADEPS) del Hospital Clínico San CarlosUniversidad Complutense de Madrid6. El Agente de Salud podría asemejarse a la figura del Paciente Experto de la que hablan los modelos de gestión de enfermedades crónicas7. El paciente experto es aquel paciente crónico, que previamente formado, sirve de apoyo para el profesional sanitario en el manejo de otros pacientes con la misma patología. De la misma forma, muchos Agentes de Salud son personas que previamente han adelgazado en los grupos y, después de una formación intensiva, se convierten en líderes de grupo. La formación de los Agentes de salud se centra en un enfoque conductual. Cuentan con estrategias de comunicación y conocen el modelo de las fases de cambio8 (Prochaska y Diclemente). También saben que las personas deben tomar conciencia de la importancia de adelgazar y tener confianza para impulsar y mantener la motivación. Esto permite que los asistentes a los grupos desarrollen sus 26 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p propias estrategias para cambiar de estilo de vida a largo plazo. Se incluyen técnicas de cambio de comportamiento, como llevar un diario y consejos sobre como tratar los deslices y las situaciones de alto riesgo. Además, los asistentes a los grupos cuentan con un importante Apoyo Social no solo de los demás miembros del grupo sino también a través de las redes sociales e Internet. ¿Cuáles son sus resultados? Desde 2005, dos tercios de la administraciones sanitarias del Reino Unido han subvencionado cursos de 12 sesiones de Weight Watchers (entulínea en España) a sus pacientes con sobrepeso u obesidad con resultados muy favorables tanto de efectividad9 como de rentabilidad para el NHS10 (Nacional Health Service). Los resultados de la auditoría más reciente realizada sobre 30.000 pacientes revela que tras 12 semanas realizando el programa, el 55% de los pacientes que completaron el programa había perdido el 5% o más de su peso inicial, mientras que de todos los participantes un tercio perdió el 5% o más de su peso inicial. Además, las personas que asisten a los grupos consiguen un mantenimiento de la pérdida de peso 1 ,2 y 5 años después de haber finalizado con éxito el programa de pérdida de peso11. Conclusión entulínea de Weight Watchers es una de las organizaciones líderes en el control del sobrepeso con más de 40 años de experiencia. Además de los resultados en Reino Unido, recientes estudios publicados en The Lancet12 y British Medical Journal13 demuestran su eficacia y abren una nueva opción de tratamiento de la obesidad para el médico de Familia que, muchas veces, ve limitada su capacidad para realizar una intervención eficaz de esta enfermedad. Bibliografía 1. Salas-Salvadó J, Rubio MA, Barany M, Moreno B y Grupo Colaborativo de la SEEDO. Consenso SEEDO 2007 para la evaluación del sobrepeso y la obesidad y el establecimiento de criterios de intervención terapéutica. Med Clin (BArc). 2007; 128:184-96. 2. Arrizabala JJ, Masmiquel L, Vidal J, Calañas-Continente A, Díaz-Fernández MJ, García-Luna PP, Monereo S, Moreiro J, Moreno B, Ricart W y Cordido F. Grupo de trabajo sobre Obesidad SEEN. Recomendaciones y algoritmo de tratamiento del sobrepeso y la obesidad en personas adultas. Med Clin (Barc) 2004; 122(3):104-10. 3. U.S. Preventive Services Task Force (USPSTF). Behavioral counselling in primary care to promote a helthy diet: Recommendations and rationales.. Am J Prev Med 2003; 24: 93-100. 4. Recomendaciones PAPPS. SEMFYC. Programa del Adulto. Prevención Cardicovascular y hábitos de vida. Barcelona. 2003. 5. Wadden TA, Berkowitz RI, Womble LG, Sarwer DB, Phelan S, Cato RK et al. 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Las cifras que recoge la OMS nos dejan ver la magnitud del problema, mil millones de adultos tienen sobrepeso y más de 300 millones son obesos. Cada año mueren, como mínimo, 2.6 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso. Aunque anteriormente se consideraba un problema limitado a los países de altos ingresos, en la actualidad la obesidad también es prevalente en los países de ingresos bajos y medianos. En resumen, podemos afirmar que más de una de cada 10 personas de la población adulta mundial son obesas. (Organización Mundial de la Salud, 2010) (1) En Europa se ha producido un acusado aumento del sobrepeso y la obesidad en la población, especialmente en los niños, cuya prevalencia estimada del sobrepeso alcanzó el 30 % en 2006(2) (3). Esta situación delata el deterioro paulatino de la calidad de la alimentación y la escasa actividad física de la población en su conjunto, de los que cabe esperar un futuro aumento de enfermedades crónicas, tales como dolencias cardiovasculares, hipertensión, diabetes de tipo II, derrames cerebrales, determinados tipos de cáncer, trastornos musculoesqueléticos e incluso una serie de enfermedades mentales. A largo plazo, esta tendencia reducirá la esperanza de vida y la calidad de vida. (Libro Blanco de la Obesidad, 2007). (4) El abordaje de la obesidad requiere fomentar el trabajo en equipos interdisciplinares, implicados en la atención a estos pacientes y que garanticen la continuidad de los cuidados con la máxima participación del paciente y su entorno. La Atención Primaria es el nivel básico e inicial de la atención, los profesionales tienen un perfil definido que se extiende a la atención y cuidado del individuo, la familia y la comunidad. (5) Enfermería y la Educación para la Salud (EpS). La Educación para la Salud tiene diversas definiciones según los modelos educativos que las sustentan, pero la definición aportada por Green (1992) destaca por haber obtenido un gran consenso y por servir para programar actividades tanto a nivel individual como colectivo. Según esta definición, la EpS es “cualquier combinación de experiencias educativas diseñadas para predisponer, capacitar y reforzar la adopción voluntaria de comportamientos individuales o colectivos que conducen a la salud”. (6) El objetivo de la EpS no es sólo conseguir un cambio cuantitativo de conocimientos, sino también un cambio cualitativo en las actitudes que lleve a un cambio real de las conductas. No se trata entonces de disponer de muchos conocimientos, sino de disponer de capacidades y habilidades que permitan comportarse de manera diferente. En la educación para la salud enfermería tiene un papel muy importante, son profesionales de referencia de las personas con problemas de salud crónicos y por tanto también en la obesidad, en el seguimiento de sus procesos y la activación de los recursos. Son fundamentales en el apoyo a los autocuidados y en el acompañamiento en el proceso de autogestión de la enfermedad, y son profesionales adecuados, por su perfil clínico y de educadores, con funciones de preparación y entrenamiento de los pacientes y sus familiares. Enfermería debe tener además, una importante implicación y acción en la comunidad, ello implica movilizar a la comunidad y trabajar con ella en todas las fases y aspectos de una previa planificación o programa, desde su comienzo hasta la evaluación. De esta manera es posible potenciar redes y grupos que sean influyentes sobre otras personas o colectivos, y con ello no sólo apoyamos el cambio sino que, además se establecen las bases para el mantenimiento del mismo y para la sostenibilidad de la intervención. (7) 28 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Educación para la salud (EPS) Educación Terapéutica (ET) y Ya hemos definido anteriormente la Educación para la Salud (EPS) y sabemos que son cualquier combinación de actividades de información y educación que den lugar a una situación en el que las personas deseen estar sanas, sepan cómo alcanzar la salud, hagan lo que puedan individual y colectivamente para mantenerla y busquen ayuda cuando la necesiten. La Educación Terapéutica (ET) es el conjunto de actividades educacionales esenciales para la gestión de las Enfermedades Crónicas, llevadas a cabo por los profesionales de la salud, creadas para ayudar al paciente o grupos de pacientes y/o familiares a realizar su tratamiento y prevenir las complicaciones evitables, mientras se mantiene o mejora la calidad de vida. El término de Educación Terapéutica (ET) se reserva a la prevención secundaria y terciaria, es decir, a la evitación de sus manifestaciones clínicas, complicaciones y secuelas de la enfermedad. En el caso de la ET, se desea resaltar el hecho de que el proceso educativo no es un añadido al tratamiento, es parte del mismo y aporta valor a toda la terapia. La ET es valorada y reconocida por la OMS desde 1998. La definición que propone esta institución es: «La ET tiene por objetivo formar a los pacientes en la autogestión, en la adaptación del tratamiento a su propia enfermedad crónica, y a permitirle realizar su vida cotidiana. Asimismo, contribuye a reducir los costes de la atención sanitaria de larga duración para los pacientes y la sociedad. Ha de ser concisa para permitir a los pacientes (o a un grupo de pacientes y a las familias) administrar el tratamiento de su enfermedad y prevenir las complicaciones, manteniendo o mejorando su calidad de vida». Los programas de ET se componen de un conjunto de actividades coordinadas orientadas a la construcción de saberes para tomar decisiones adecuadas y asumir comportamientos que concilien sus valores y prioridades con los requerimientos terapéuticos, minimizando a la dependencia de la enfermedad y de los servicios de salud. Sin duda, una característica fundamental de la ET es que debe ser centrada en el paciente y no en el profesional. (8) Métodos Educativos Terapéutica de Educación Educación Terapéutica individual: Es el método mayoritariamente utilizado en Atención Primaria. Consiste en la relación individual entre la persona y el profesional sanitario y se combinan elementos de una entrevista clínica o valoración y elementos educativos. Se basa en una comunicación persuasiva y motivadora, lo que significa que ha de ser: Individualiza, en función de las características de la persona. Adaptada a la capacidad de comprensión de la persona. Realista: adecuados a la realidad de la persona. Clara: utilizando un lenguaje comprensible, utilizando apoyos visuales. Gradual la información debe ser escalonada y graduada según las necesidades, estableciendo un plan educativo. Usar habilidades de comunicación. El saludo y despedida, preguntas abiertas, feedback, paráfrasis, resúmenes. Explicar el contenido de la visita (lo que se va a hacer). Revisar la historia, preguntar y escuchar. Comprobar el estado de los aspectos educativos consensuados en las anteriores visitas: dieta, hábitos alimentarios, actividad física… Realizar una valoración por Patrones Funcionales y emitir diagnósticos de enfermería. Valorar apoyo familiar o del entorno. Exploración física: constantes, medición de circunferencias, peso, talla, IMC… Plantear nuevos objetivos educativos si procede. Entregar información por escrito u otros materiales si procede. Comentar nuestras impresiones. Felicitar en los progresos y analizar a qué han sido debidos. Establecer nuevos acuerdos para la próxima visita. Concretar una fecha. Ofrecer nuestra ayuda durante el intervalo de visitas si fuera necesario. Educación Terapéutica Grupal: Consiste en la educación ofrecida por uno o dos profesionales sanitarios (normalmente la enfermera cuando se trata de atención a la cronicidad) a un grupo de personas con el mismo problema de salud, con características o intereses comunes. Ayuda a la consecución de los objetivos educativos a partir del diálogo que se establece entre los componentes y su intercambio de conocimientos y experiencias. La educación grupal complementa a la educación individual. Generalmente constituyen una excelente experiencia que refuerza la motivación de los participantes para adoptar hábitos de vida saludables y conseguir los objetivos principales: la autogestión de la enfermedad y la mejora de la calidad de vida de estas personas y sus familias, a las que se integra en el proceso educativo. La Educación Terapéutica Grupal facilita la aceptación de la propia enfermedad, mejora la conducta de las personas, proporcionan un mayor autocontrol y la mejora del cumplimiento terapéutico, favorece la comunicación entre las personas ya que ayuda a convivir saludablemente, promueve la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes para desarrollar las capacidades en salud. El individuo consolida lo que ya sabe pero necesita afianzar con el apoyo de otras personas. 29 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Promueve la socialización de las personas dado que el individuo contrasta sus experiencias, temores y dudas. (8) intervención educativa y no ser el que genera el conocimiento en el grupo, tal y como estamos acostumbrados al modelo tradicional. Características de una intervención grupal: Es indispensable que previamente exista una planificación de las sesiones con una metodología educativa y unos objetivos bien definidos y con ello que posteriormente podamos realizar una evaluación de estructura, proceso y resultado. Es recomendable que las sesiones tengan una duración de 1 - 2 horas, durante varias semanas y con una duración total entre 5 y 20 horas. El número de personas tendrá un máximo de 12 – 15 integrantes y un mínimo de 4 personas. A aquellos profesionales que se inician en este tipo de experiencias se les recomienda que empiecen con pocos participantes, no superando las 6 personas. El entorno es importante: el lugar debe ser adecuado y amplio, con buena luz y aspecto agradable que favorezca el deseo de aprender. Una disposición de las sillas en forma de «U» o en mesa redonda son las más recomendables porque permite que las personas puedan verse entre sí. La dinámica del grupo: Es importante disponer de la sala y del material necesario y tenerlo preparado con antelación. Al iniciar la sesión el profesional se presenta y después hará una presentación de los miembros del grupo. Para ello puede utilizar dinámicas de presentación. A continuación hará ver al grupo cuáles son los objetivos de la sesión y las normas. Al finalizar se hará un resumen de los aspectos que se han trabajado y de las principales conclusiones a las que se ha llegado con las aportaciones del grupo. Ha de ser conciso y pertinente, procurando que las personas terminen con una óptima sensación. Normas del grupo: Es necesario establecer el primer día unas normas básicas en el grupo que tengan que ver con el respeto, puntualidad, la tolerancia, los turnos de palabra y aquellos que el educador considere oportunos. Construir el grupo: Es muy recomendable que el profesional conozca previamente a todos los participantes. Normalmente esto sucede porque se ha iniciado con anterioridad intervenciones de educación terapéutica individual. Se establecen criterios de inclusión y exclusión para que el grupo sea homogéneo y se puedan lograr los objetivos propuestos. Algunos de estos criterios pueden ser la edad, nivel educativo, tipo de tratamiento, discapacidades… Tipologías fundamentales de los roles del grupo: los relacionados con la tarea (iniciador, informante, opinante, elaborador, animador…); los socioafectivos (estimulador, conciliador, seguidor, observador…); y los individuales o negativos (agresor, dominador, confesor, el que busca ayuda, buscador de alabanzas,…). El papel de la enfermera: El profesional que dirige al grupo actúa como facilitador del aprendizaje, buscando la participación activa de todos los integrantes del grupo. Es el conductor del grupo que acompaña y dinamiza a sus componentes, actúa formulando preguntas para promover la discusión, aclara dudas si procede o vuelca nuevamente la pregunta al resto de los participantes. Es el encargado de dirigir a los participantes hacia la consecución de los objetivos (que previamente ha pactado con ellos), gestiona las emociones de los miembros del grupo, resuelve conflictos y se gana la confianza de los participantes. Es un rol difícil que debe aprenderse, al profesional le resulta muy complicado no ser el protagonista de la Recursos y Herramientas para el abordaje de la Obesidad. Dinámicas grupales: La dinámica de grupos es una metodología educativa basada en la experiencia, las vivencias y el saber de los miembros de un grupo. Es muy aplicable en temas que implican un alto nivel afectivo, o para recoger puntos de vista cognitivos, sean analíticos o sintéticos. Existen un gran número de dinámicas de grupo y el educador escogerá aquélla con la que se encuentre más cómodo, la que mejor se ajuste a las características de los participantes, al entorno, a los objetivos propuestos y pertinentes al momento en el que nos encontremos dentro de la programación de la intervención educativa. Se encuentran agrupadas en diferentes tipologías: de presentación, fomenta el aprendizaje de sus nombres lo más rápido posible, así como gustos, experiencias y otros datos que pueden resultar interesantes para el grupo; de conocimiento, nos ayudan a afianzar la información recibida de los miembros del grupo; de distensión, aumentan la participación y la comunicación de cada uno de los miembros del grupo y crear un mayor grado de confianza con uno mismo y con el resto de compañeros; de cooperación, ayuda a los componentes del grupo a trabajar en equipo, favoreciendo la colaboración de todos sus miembros y enseñándoles a colaborar entre ellos. Muchas dinámicas de grupo pueden ayudar en la obesidad, por ejemplo, en el fomento de la autoestima y la autoimagen, aprender a encajar críticas, potenciación de la imagen personal, etc. (9) Demostraciones y talleres: Es uno de los métodos educativos que más se utilizan en los Centros de Atención Primaria. Consiste en la realización de una actividad o un procedimiento frente a un individuo o más comúnmente, frente a un grupo de personas. Las demostraciones y talleres se utilizan cuando la realización de una actividad es difícil de comprender si sólo se escucha una descripción oral de la misma, por ello 30 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p son consideradas el mejor método para enseñar procedimientos manipulativos o motores. Puede darse el caso de que el educador ejecute la actividad entre los asistentes, a los que sólo se les posibilita mirar (demostraciones) o de forma mucho más eficaz, si los participantes tienen la oportunidad de practicar lo que el educador les ha demostrado (taller). En Educación para la Salud los talleres deberían ser métodos de elección prioritaria, los más comunes son los que persiguen el dominio de un procedimiento sanitario (autocontrol o autoinyección en una persona con diabetes), no obstante hay una amplia variedad de talleres que el educador puede organizar. Algunos ejemplos pueden ser: manejo de los alimentos y sus valores nutricionales, la pirámide de los alimentos, preparación de dietas bajas en calorías, técnicas de relajación para el control de la ansiedad, ejercicio físico, etc. También pueden ser considerados talleres las visitas a instalaciones (el educador y un grupo de personas hacen la compra en un supermercado en pacientes con obesidad), y exhibiciones hechas por otros expertos (taller de cocina dirigida por un cocinero, o formas sanar de comer fácil y rápido con cierta técnica culinaria…) Juegos o concursos educativos: Son un buen recurso para estimular y reforzar cambios de actitudes, además facilita en intercambio de conocimiento y técnicas y fomenta la valoración de las propias posibilidades y la utilización de los propios recursos. Pueden involucrarse familiares y amigos. Algunos ejemplos podrían ser: concurso de recetas bajas en calorías, confección y edición de un recetario con dietas bajas en calorías, plantear un concurso similar a algún programa de televisión para valorar conocimientos o bien plantear juegos o actividades que fomenten la actividad física como bailar. Mapas de conversación: Los mapas de conversación proponen una innovadora forma de educar a las personas e involucrarlas en el manejo y cuidado de su enfermedad. Constituyen una herramienta interactiva para la educación del paciente ya que está creada para permitir el aprendizaje basado en la participación activa. Se trabaja en grupos de 3 y 10 personas, que participan de una experiencia educativa dinámica al utilizar unas láminas (mapas) de 1 m x 1.5 m con imágenes de colores en las que el grupo centra sus discusiones incorporando conceptos claves en el trascurso de la actividad. El trabajo en grupo es guiado por un profesional de la salud capacitado en el uso de esta herramienta, que introduce preguntas y temas de discusión para asegurar que todos los contenidos clave para el manejo de la enfermedad estén cubiertos. En cada sesión con los mapas, el educador utiliza los materiales de los que se acompaña esta metodología educativa. Incluyen preguntas y tarjetas sobre mitos y realidades sobre la enfermedad para orientar la conversación del grupo y generar un proceso de exploración. Esto posibilita asimilar la información relacionada con la enfermedad de un modo más efectivo, en el que se promueve el intercambio a través de una discusión activa sobre cada uno de los temas. En definitiva, sigue los principios de la educación terapéutica grupal pero de una forma esquematizada guiada con los mapas y con ilustraciones y preguntas que hacen más sencillo el desempeño de la actividad para los profesionales, es entonces, una herramienta ideal para los que se inician en este tipo de intervenciones educativas grupales. La idea original de esta herramienta es de una compañía farmacéutica y hoy en día sólo existe enfocada a la diabetes, está exportado a más de 40 países y traducido a 25 idiomas. Quizá ahora despierte su interés en trasladar esta idea a otras áreas temáticas como la obesidad. (10) Los mapas de conversación son una herramienta extraordinaria para realizar intervenciones grupales pero tienen difícil acceso, bien porque tiene un elevado coste o bien porque procede de una casa comercial concreta. Por ello creo que es importante añadir que hay muchos otros recursos educativos igual de efectivos y cabe señalar que lo más importante no está en el material del que disponemos sino de la originalidad, pericia y experiencia del educador/facilitador que puede conseguir los mismos objetivos que con los mapas de conversación, pero además, en este caso, es el grupo el que se guía a sí mismo en el aprendizaje de su enfermedad. Medios audiovisuales: Suelen ser considerados como buenos motivadores del proceso de aprendizaje y parece que tienen un componente facilitador del cambio de actitudes y cambio de conductas. Otra buena utilidad de los medios audiovisuales es la del apoyo a los contenidos transmitidos oralmente. Sin embargo, uno de los principales inconvenientes del empleo de los recursos audiovisuales es que ocasionan pasividad en los sujetos y no incitan a la acción. El hecho de que favorezcan la atención pueden dar una impresión falsa de haber comprendido y retenido, precisa que se complemente con otro método que asegure el aprendizaje, como bien podría ser, un taller. Dramatización o sociodrama: Se centran en una representación llevada a cabo por algunos miembros del grupo. El resto de las personas observa la situación para poder realizar después una discusión de lo que se ha visualizado, escuchado y sentido. En estas actividades se debe simular una situación que se presenta en la vida real, adoptar el papel de una persona concreta y crear una situación como si se tratara de un hecho verídico. Su objetivo es imaginar la forma de actuar de ese personaje y ver qué decisiones tomaría en cada una de las situaciones que se le presentan. Esta actividad ayuda a ponerse en el lugar del otro en casos muy concretos y la persona puede pensar, practicar y saber cómo se sentiría, que diría y cuáles serían sus reacciones y respuestas. 31 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Los ejemplos más habituales son el role-playing y la simulación teatral. El paciente experto: Este término se comenzó a usar en los años 90 en un programa de la Universidad de Stanford de Estados Unidos para promover los autocuidados de la Salud en las enfermedades crónicas. Hoy en día se ha extendido a países de todo el mundo. Su objetivo es hacer al paciente el protagonista principal de su enfermedad y que participe de manera responsable y activa en su tratamiento. Hoy en día los pacientes tienen más acceso a la información y más decisión, por lo que existe un cambio de paciente pasivo a paciente activo. El paciente experto tiene el rol de intercambiar conocimientos y experiencias a otras personas que padecen la misma enfermedad crónica, para comprometerlos en los autocuidados. Son seleccionados habitualmente por el equipo de salud, participan de manera voluntaria, tienen ganas de colaborar, son comunicativos y les resulta fácil contar su experiencia. Este programa busca ampliar las fuentes de información de los pacientes y no limitarlos a los conocimientos impartidos directamente por el equipo sanitario. Favorece el dialogo entre ellos (más cercano y sencillo que el de los profesionales sanitarios), la consulta de dudas, compartir experiencias y puntos de vista de su enfermedad. (11) El paciente experto es el protagonista y realiza la conducción activa de las sesiones y el profesional sanitario es el observador, que interviene en casos muy puntuales o bien a petición del paciente experto. Ya sabemos que el intercambio de experiencias entre iguales promueven el cambio de hábitos y mejoran la calidad de vida y la convivencia con la enfermedad, así como el grado de conocimiento de la misma, con este modelo educativo los participantes adquieren un rol más activo y un alto grado de satisfacción. Participación Comunitaria: Es un elemento estratégico fundamental para el desarrollo de la promoción de la salud y de la educación para la salud, y en la práctica se puede entender como un proceso en el que intervienen los servicios públicos, las instituciones y la comunidad y, en un sentido más operativo, como una modalidad de actuación y un instrumento para abordar problemáticas relacionadas con la salud dentro de un contexto comunitario. El derecho a participar en salud supone reconocer que la población, tanto en el ámbito individual como colectivo debe lograr mayor autonomía y responsabilidad en la gestión de lo social, entendiendo a la sociedad en su conjunto como protagonista y responsable de su propio desarrollo. La aplicación de este concepto, ampliamente reconocido en el ámbito internacional, supone dotar a la sociedad de los elementos necesarios para ejercer su poder de decisión y capacidad de control. En definitiva, se trata de favorecer la coordinación estrecha entre la comunidad (pacientes, familiares, voluntarios…), instituciones locales (centros sociales, ayuntamiento…), organizaciones (asociaciones) y el sector salud (centros de salud) y conseguir con ello una red de servicios para los ciudadanos impulsados por los mismos ciudadanos y en colaboración con los profesionales con dos objetivos principales: el fomento de estilos de vida saludable y la socialización de sus integrantes. El ejemplo más cercano lo podíamos encontrar en el Proyecto Fresneda, en Asturias. Más de 70 personas han trabajado de forma voluntaria para coordinar múltiples talleres y actividades grupales, utilizan para ello la figura del paciente experto y cuando lo requieren acuden al asesoramiento del profesional sanitario. También cuentan con actividades al aire libre, como la creación de huertos saludables, rutas de senderismo o bicicleta. Toda esta red de servicios es promocionada desde el centro de salud y sin incremento alguno de los costes. Redes sociales: Las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) han aparecido en nuestras vidas y ya no podemos obviar su existencia, estas pueden facilitar el desarrollo profesional mediante el buen uso de ellas. Es conveniente que sepamos aprovechar todos y cada uno de los recursos existentes y que aprovechemos las TIC como una gran oportunidad de desarrollo profesional. La revolución que se ha provocado así como las expectativas de crecimiento de futuro ponen de manifiesto la necesidad de que los profesionales sanitarios estén formados en el uso y conocimiento de las redes sociales para poder responder a las demandas que la sociedad reclama de ellos. Las TIC en general y las redes sociales especialmente pueden favorecer que la enfermería sea mucho más visible en la sociedad y ofrece múltiples ventajas que la profesión de enfermería puede y debería saber aprovechar. Entre ellas, podemos destacar que las redes sociales son un medio que favorece la difusión de la información y comunicación entre los diferentes miembros del equipo de salud, entre profesional y paciente y entre pacientes; y es un recurso que proporciona al profesional de enfermería capacidades y los instrumentos que permiten compartir información y hacer uso de ella para favorecer estilos de vida saludables, la autogestión de la enfermedad y la mejora de la calidad de vida de todos los integrantes. (12) Para poner un ejemplo, un profesional de enfermería puede hacer un grupo con 10 participantes menores de 60 años, que tienen la característica común de que sus horarios laborales son incompatibles con el de la consulta de su enfermera, se escoge entonces una determinada red social y se puede trabajar a través de ella de forma muy activa aspectos sobre la obesidad, facilitar vídeos de interés, páginas web, recetas, guías, planes de actividad física, apps, poner en contacto con personas de similares características, y un sinfín de posibilidades. 32 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Conclusión La educación de pacientes forma parte del tratamiento de la enfermedad y es imprescindible para obtener resultados satisfactorios. Transferir competencias al paciente es una tarea compleja para la cual los profesionales de salud deben formarse. Su buena voluntad y actitud generosa son condiciones imprescindibles, pero no son suficientes. Se precisa de una metodología específica, respetando el protagonismo del otro, no siendo el protagonista el que educa. La educación terapéutica es más eficiente desde el trabajo en equipo de los distintos profesionales sanitarios y es preciso un cambio en la orientación del trabajo de los centros de salud, para dejar de tratar únicamente la enfermedad y trabajar para fomentar la educación y promoción para la salud. Esta es seguramente una tarea difícil, pero no espere que otros generen el cambio, sea usted agente de cambio y quizá después de haber leído este artículo le resulte un poco menos complicado. Bibliografía 1. Organización Mundial de la Salud (OMS). Obesidad y sobrepeso. Nota descriptiva N°311. Mayo de 2012. Internet. Disponible en: http://www.who.int/features/factfiles/obesity/es/. Consultado el 26 de Marzo de 2013. 2. Unión Europea. Fomentar una alimentación sana y la actividad física: una dimensión Europea para la prevención del sobrepeso, obesidad y enfermedades crónicas. 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Castellón Resumen La enfermedad cardiovascular tiene un carácter multifactorial y la asociación de varios factores de riesgo potencia la acción aterogénica de uno solo de ellos. La alimentación, dentro de un cambio del estilo de vida global, influye sobre todos los factores de riesgo cardiovascular modificables: dislipemia, hipertensión arterial, diabetes mellitus y obesidad [1,2]. ¿Puede la alimentación prevenir el riesgo cardiovascular de nuestros pacientes?, ¿qué recomendamos?. La relación del patrón alimentario seguido por una determinada población y el riesgo de padecer o de fallecer por una enfermedad cardiovascular se ha demostrado en diversos estudios como el Seven Countries Study [3], el Nurses´ Health Study [4], el Physicians' Health Study [5] o el Cardiovascular Health Study [6]. En otros estudios se ha demostrado la utilidad de la alimentación como herramienta terapéutica en la prevención y en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares como el Lyon Diet Heart Study [7] y el GISSIPrevenzione Trial [8]. El patrón alimentario que han seguido durante largo tiempo las poblaciones de la ribera del Mediterráneo se corresponde con una buena salud cardiovascular en esas poblaciones [9] y se caracteriza por un alto consumo de alimentos vegetales (verduras, cereales integrales, legumbres, frutas y frutos secos) y de pescado, y bajo consumo de grasas animales, incluyendo los lácteos ricos en grasa y los alimentos elaborados ricos en azúcares simples, con el uso del aceite de oliva como grasa culinaria principal y el consumo de vino con moderación. Una revisión sistemática analiza los efectos sobre la salud de la alimentación mediterránea como modelo de alimentación cardiosaludable, encontrando beneficios sobre la morbimortalidad cardiovascular a través de reducir las cifras de colesterol total y c-LDL, mantener o incluso aumentar las cifras de c-HDL, reducir las cifras de presión arterial, mejorar la función endotelial, la resistencia a la insulina y el síndrome metabólico, reducir la tendencia a desarrollar diabetes, disminuir el riesgo protrombótico y proinflamatorio y favorecer la capacidad antioxidante [9]. Recientemente se han publicado los resultados del estudio Predimed [10], un gran ensayo clínico de intervención dietética realizado en España, en personas con alto riesgo cardiovascular; cuyos resultados demuestran que la dieta mediterránea, suplementada con aceite de oliva virgen o con frutos secos, reduce en un 30% el riesgo de infarto de miocardio, ictus o muerte cardiovascular, comparativamente con el grupo que con similar tratamiento farmacológico recibió un consejo dietético restrictivo en cuanto al contenido graso de su dieta. Es destacable que al grupo adscrito a la intervención dietética con los suplementos, se le recomendó al menos 2 veces a la semana el consumo de de nuestro tradicional “sofrito” (definido como “salsa hecha con tomate y cebolla, a menudo incluyendo ajo y hierbas arómaticas, cocinada a fuego lento con aceite de oliva”), mientras que en el grupo control se limitó la ingesta de “sofrito” a 2 ó menos veces por semana. La eficacia del cambio en la alimentación se ha evaluado en relación al perfil lipídico [11] (Tabla 1). Los ácidos grasos saturados, abundantes en las carnes, lácteos y sus derivados, pero también en algunos aceites tropicales (coco y palma), aumentan el colesterol, mientras que su sustitución por ácidos grasos monoinsaturados (en el aceite de oliva y muchos frutos secos) o poliinsaturados (en los aceites de semillas y nueces) lo reduce [12]. Un tipo de ácidos grasos muy poliinsaturados, los omega 3 (n-3), abundan en el pescado (sobre todo el azul) y algunas semillas (nueces, lino), y su efecto es hipotrigliceridemiante, antiarrítmico y anteagregante plaquetario [13]. 34 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p Los ácidos grasos trans merecen una mención aparte. La mayoría de grasas y aceites naturales contienen sólo dobles enlaces cis (orientados espacialmente en el mismo lado de la molécula); sin embargo, la producción comercial de grasas vegetales sólidas, origina ácidos grasos con dobles enlaces en posición trans (en distintos lados de la molécula). Éstos ácidos grasos trans son muy abundantes en las margarinas duras y en los “snacks” comerciales, y destacan porque pierden los efectos beneficiosos atribuibles a la ingesta de grasas insaturadas y aumentan el riesgo cardiovascular incluso más que los ácidos grasos saturados. La disminución de las grasas de origen animal y su sustitución por grasas de tipo monoinsaturado o carbohidratos, no sólo es beneficiosa en el tratamiento de las dislipemias, sino también en el de la hipertensión arterial y la diabetes mellitus [14]. El colesterol contenido en la alimentación habitual procede de los huevos, vísceras, marisco, carnes y sus derivados, y oscila entre 200 y 500 mg/día. La capacidad de absorción del colesterol en el intestino humano está limitada a un 50% del presente en la luz intestinal (dietético y biliar). Con la excepción de las vísceras y las carnes, ricas en grasas saturadas, no hay razones de peso para limitar el consumo de alimentos ricos en colesterol, puesto que influencian la colesterolemia mucho menos que los ácidos grasos saturados o los trans. Aunque también existen individuos “hiperrespondedores” a las variaciones de la cantidad de huevos incorporados en su alimentación [15], en los que se debería restringir su consumo. Sin embargo, existen datos de varios estudios epidemiológicos de que el consumo de huevos no se relaciona con la incidencia de enfermedad cardiovascular [12]. En conclusión, aunque a los pacientes con hipercolesterolemia se les recomienda no consumir más de 2-3 unidades a la semana, debemos insistir más en la restricción de las grasas aterogénicas que en la de los propios huevos. La fuente principal de carbohidratos en la alimentación es el consumo de vegetales: cereales, verduras, legumbres y frutas. Debe distinguirse entre los carbohidratos complejos (almidón), de absorción lenta, contenidos en distinta proporción en los vegetales naturales y con frecuencia asociados a polisacáridos indigeribles (fibra alimentaria), y los carbohidratos simples (azúcares), de absorción rápida, contenidos en la leche (lactosa), frutas (fructosa), azúcar de mesa (sacarosa) y en numerosos alimentos y bebidas elaborados que los contienen. Esto es importante porque, cuando substituyen a la grasa total, los carbohidratos complejos tienen efectos beneficiosos sobre el perfil lipídico y el metabolismo de la glucosa, mientras que los carbohidratos simples inducen hipertrigliceridemia e hiperinsulinismo en personas predispuestas. Así, la alimentación rica en azúcares simples aumenta los triglicéridos, reduce el c-HDL y empeora el control glucémico en caso de diabetes mellitus, mientras que, cuando la grasa se sustituye por carbohidratos complejos, se reduce la colesterolemia y la glucemia, un efecto que puede adscribirse en parte a la fibra alimentaria. Los vegetales son ricos en potasio que, a diferencia del sodio, contribuye a reducir la presión arterial. Se ha descrito que el cambio de una alimentación variada a una estrictamente vegetariana reduce la presión arterial alrededor de 5 mmHg [16]. Además, los vegetales contienen vitaminas (carotenoides, vitaminas E y C) y otras moléculas antioxidantes (flavonoides), aparte de muchos otros compuestos fitoquímicos cuyo consumo frecuente se asocia a menor incidencia de enfermedades cardiovasculares. Finalmente, los alimentos vegetales presentan una baja densidad energética que ayuda a evitar la obesidad. El consumo moderado de alcohol, inferior a 30 g/día (2 vasos o copas al día de vino, cerveza o cava, o una copa al día de una bebida alcohólica de alta graduación), tiene un efecto beneficioso sobre el perfil lipídico, ya que aumenta el c-HDL. En la actualidad no se desaconsejan las bebidas alcohólicas en cantidad moderada, en particular vino tinto, en las personas con riesgo cardiovascular que ya las consumían previamente, excepto si existen contraindicaciones como es la hipertrigliceridemia [17]. Pero nunca se incitará su consumo en personas abstemias Papel de los alimentos funcionales Hay diversos productos naturales a los que se atribuye la propiedad de reducir el colesterol. Los únicos con eficacia y seguridad demostradas son los que contienen abundante fibra soluble, sean alimentos naturales (gachas de avena, manzanas) o derivados (semillas de psyllium –un producto que también ayuda a regular el ritmo intestinal–), y los enriquecidos con esteroles vegetales (compuestos naturales que reducen la absorción intestinal del colesterol). Al combinar los esteroles vegetales (dosis de 2-3 g/día) con una alimentación baja en grasas saturadas y colesterol el descenso del c-LDL es del 5 al 15% y al asociarlos a un tratamiento en curso con estatinas su efecto es superior al obtenido cuando se dobla la dosis de estatina [18]. Recomendaciones nutricionales para prevenir la enfermedad cardiovascular [19] 1. La alimentación debe ser variada y la ingesta calórica debe ser adecuada para mantener el normopeso o aproximarse a él. 35 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p 2. Debe fomentarse el consumo de alimentos ricos 10. Las carnes con un menor aporte de grasa en fibra dietética: frutas y verduras, legumbres, saturada y, por tanto, más recomendables son las cereales y pan integrales. Se debe mantener un de pollo, pavo y conejo. Es preferible su consumo consumo moderado de cereales refinados (pan, al de carnes rojas, embutidos u otros cárnicos pasta y arroz no integrales). La ingesta de procesados (hamburguesas, salchichas, productos vegetales puede tener un efecto positivo albóndigas) que habría que reducir a 2 ó menos en la prevención cardiovascular, a través de un veces por semana (excepto el jamón tradicional). incremento de la ingesta de fibra y de diversas En la tabla 2, aparecen las recomendaciones sustancias antioxidantes europeas adaptadas a la población española sobre 3. El consumo frutos secos en pequeñas el estilo de vida [19] cantidades se ha asociado a una menor morbilidad y mortalidad por enfermedades cardiovasculares y a una reducción de la colesterolemia, su ingesta habitual puede recomendarse en todos los Alimentación única colectivos de riesgo, incluyendo, además de personas con hipercolesterolemia o hipertensión Es importante destacar que las mismas arterial, aquellas con diabetes tipo 2. recomendaciones dietéticas son útiles para 4. Los ácidos grasos omega 3 poseen propiedades modificar en sentido positivo todos los factores de protectoras demostradas en la prevención riesgo cardiovascular de cualquier población y de secundaria de la enfermedad cardiovascular. Se un individuo concreto de esa población. Sin debe incentivar el consumo de pescado embargo, hay que tener presentes algunas (especialmente el azul) rico en estas grasas particularidades para determinadas situaciones: en poliinsaturadas. la hipertrigliceridemia será muy importante evitar 5. La limitación de la ingesta de sal es un completamente el alcohol y los azúcares refinados elemento primordial en el control de la presión (azúcar de mesa y productos elaborados que lo arterial junto con el alto consumo de frutas y contienen, incluidas muchas bebidas carbonatadas) verduras (fuentes principales de potasio y calcio). e incrementar el consumo de ácidos grasos 6. Los consejos en relación con el consumo de omega-3; en la diabetes mellitus también hay que bebidas alcohólicas deben ser individualizados para evitar el azúcar refinado; en la hipertensión hay cada paciente. En ningún caso el médico que restringir de forma más acusada la sal; y en la promoverá el consumo de bebidas alcohólicas obesidad el ajuste calórico es el factor que cobra como un instrumento para la prevención más importancia. cardiovascular. Los individuos jóvenes no tienen También disponemos de alternativas para hacer que tomar alcohol independientemente del riesgo más cardiosaludable nuestra alimentación. (Tabla cardiovascular individual. 3). 7. En la prevención cardiovascular es más importante el tipo de grasa consumida que la cantidad total. La grasa saturada debe suponer un TABLA 1. Efecto de diferentes componentes de la consumo lo más bajo posible (< 7% de la ingesta alimentación sobre los lípidos y lipoproteínas plasmáticas Nutriente Colesterol c-LDL c-HDL Triglicéridos calórica total), y se debe tratar de eliminar o * total reducir al mínimo la ingesta de grasas AGS ----3/4 hidrogenadas. Se incentivará la ingesta de grasa AGM ó 3/4 3/4 monoinsaturada con la utilización de aceite de AG trans ----oliva virgen como principal fuente de grasa AGP n-6 ó 3/4 culinaria. Los resultados de la intervención AGP n-3 3/4 3/4 dietética con una dieta mediterránea en el estudio Colesterol 3/4 ó --** 3/4 Predimed avalan la utilidad en prevención Carbohidra 3/4 3/4 cardiovascular de una alimentación más palatable tos (rica en grasa monoinsaturada), frente a las * AGS: ácidos grasos saturados; AGM: ácidos grasos tradicionales dietas restricitivas en grasa. Es monoinsaturados; AGP: ácidos grasos poliinsaturados; n3: ácidos grasos omega 3; n-6: ácidos grasos omega 6 adecuado cocinar al menos 2 veces por semana ** En individuos hiperrespondedores. aderezando los vegetales, pasta, arroz u otros platos con salsa de tomate, ajo y cebolla o puerro, TABLA 2. Recomendaciones europeas adaptadas a la población española elaborada con aceite de oliva sobre el estilo de vida (sofrito). 8. La ingesta de productos lácteos debe ser a través de desnatados o bajos en grasa. 9. Sería conveniente eliminar o reducir a menos de 1 vez/semana el consumo bebidas azucaradas, bollería y aperitivos industriales, y precocinados. 36 Jornada de Nutrición en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 2:41p TABLA 3. Alternativas para hacer más cardiosaludable nuestra alimentación Bibliografía 1. Yusuf S, Hawken S, Ounpuu S, Dans T, Avezum A, Lanas F, et al. Effect of potentially modifiable risk factors associated with myocardial infarction in 52 countries (the INTERHEART study): case-control study. Lancet 2004;364:937-52. 2. Estruch R, Martínez-González MA, Corella D, Salas-Salvado J, Ruiz-Gutiérrez V, Covas MI, et al. Effects of a Mediterranean-style diet on cardiovascular risk factors: a randomized trial. Ann Intern Med 2006;145:1-11. 3. Keys A (Editor). Coronary heart disease in seven countries. Circulation 1970;41(4 Suppl):I1-211. 4. 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Las ECV en Europa son la principal causa de fallecimiento, en España suponen alrededor del 30% de los fallecimientos2. http://www.enfermeriaencardiologia.com/publico/en fermedades_cardiovasculares.htm En el desarrollo de las ECV se encuentran determinados factores de riesgo, unos no modificables como la edad y el sexo y otros modificables relacionados con los estilos de vida (estrés, sedentarismo) y diversas patologías como la diabetes, la hipertensión arterial, dislipemias y obesidad3. Lo ideal es utilizar estrategias en la prevención primaria para evitar su aparición, una vez instauradas y actuando en el marco de la prevención secundaria, la dieta es un pilar fundamental en el tratamiento de estas patologías de riesgo cardiovascular. En esta ponencia abordamos el tratamiento dietético de la diabetes y la hipertensión. Dieta y diabetes En términos globales, podemos decir que la alimentación recomendada en los pacientes con diabetes mellitus es la misma que la dieta equilibrada y saludable apropiada para la población en general4. Aún siguiendo la premisa anterior, para establecer el tratamiento dietético de la diabetes debemos tener en consideración un punto clave que no debemos generalizar nunca y es el tipo de diabetes, ya que el tratamiento farmacológico es distinto en los dos casos. En la diabetes tipo 1 el tratamiento farmacológico se basa en la insulina, en la diabetes tipo 2 el tratamiento farmacológico se basa en los antidiabéticos orales, cuya forma de acción no tiene nada que ver con la insulina, por lo tanto las pautas dietéticas pueden cambiar de un tipo a otro. Asimismo, la mejor forma de describir la dieta en cualquier patología es hacerlo de forma ordenada, es decir, podemos seguir los pasos que se dan al hacer una dieta y completarla sin dejar ningún fleco. Siguiendo la pauta anterior comenzaremos a realizar la dieta calculando las necesidades energéticas del paciente. Nos debemos plantear si los requerimientos energéticos de un paciente con diabetes son distintos de una persona que no lo sea diabética, obviamente la respuesta es negativa, por lo que la dieta será normoenergética, estará condicionada a las características individuales de la persona a la que va dirigida la dieta. Si la persona es obesa se administrará una dieta hipocalórica en relación a sus necesidades, por la obesidad, no por la diabetes; si por el contrario, la persona está delgada, la dieta será hipercalórica porque dentro de los objetivos dietéticos figurará la recuperación del peso, no por la diabetes. En segundo lugar nos planteamos la distribución de la energía en los nutrientes energéticos, es decir, en hidratos de carbono, proteínas y grasas. En este caso debemos ver si hay cambios con respecto a la dieta equilibrada, como no hay motivos para ello, la distribución se hará de la misma forma: 50-60% de la energía total en forma de hidratos de carbono, 12 al 15% en forma de proteínas y del 25 al 30% en forma de grasa. No cabe duda que el punto clave de esta distribución radica en los hidratos de carbono, en dieta saludable se recomienda que la proporción de hidratos de carbono simples frente a los 38 II Jornada de Humanización y Ética en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 1:63p complejos sea de 1 a 3, es decir del 10 al 20% de la energía total sea en forma de hidratos de carbono simples y del 40 al 50% de la energía total sea en forma de hidratos de carbono complejos5. En el caso de la diabetes se puede seguir manteniendo estos porcentajes, sólo habría que remarcar que los alimentos que nos proporcionan los hidratos de carbono simples sean exclusivamente frutas y verduras, excluyendo los dulces de resposteria, bebidas azucaradas, etc. A continuación debemos seguir con el resto de nutrientes, sales minerales y vitaminas, son exactamente los recomendados en la dieta equilibrada y saludable, si bien debemos hacer hincapié en la fibra, sobre todo en la diabetes mellitus tipo 2, por los hábitos alimentarios más frecuentes en este grupo de población, referido a la cantidad de comida, en estos casos la ingesta de fibra ayuda a que la glucosa se absorba de forma más gradual y por tanto los picos postpandriales no sean tan elevados. Hasta aquí, el tratamiento dietético no cambia entre la diabetes tipo 1 y 2, nos queda un punto en el que sí puede haber diferencias significativas, el número de ingestas o frecuencia de las comidas. Nuestra recomendación general será tender al fraccionamiento de la dieta, de manera que el número de ingestas estará entre 6 o 7, contemplando desayuno, almuerzo, comida, merienda, cena, recena o resopón. El fraccionamiento es beneficioso porque nos ayuda a confeccionar una dieta completa desde el punto de vista energético y un reparto de los hidratos de forma que no se produzcan elevaciones postpandriales exageradas. Ahora bien, el ritmo o la forma de vida puede condicionar el número de ingestas por lo que si es posible, adaptaremos la dieta a la vida de nuestros pacientes. Es en este punto donde cobra importancia el tipo de diabetes o el tratamiento farmacológico ya que en los efectos máximos de las insulinas debe acompañarse siempre de una ingesta que debe contemplar hidratos de carbono. Debemos diferenciar entre ingestas recomendadas e ingestas obligadas. Por ejemplo, tomando como base la pauta inicial de 6 ingestas como recomendadas, el tratamiento con insulina rápida en la primera parte del dia convierte esas ingestas recomendadas en obligadas, una dosis de insulina rápida en el desayuno convierte el almuerzo en ingesta obligada porque entre la primera o segunda hora de la administración de insulina se produce el efecto máximo de la misma y es necesario una ingesta (almuerzo) para evitar la hipoglucemia, una dosis de insulina rápida en la comida convierte la merienda en ingesta obligada y así sucesivamente. En el caso de antidiabéticos orales, el efecto que producen no es igual que la insulina por lo que, aun manteniendo la tendencia al fraccionamiento de la dieta, el número de ingestas no es obligado. Dieta e hipertensión arterial Sería conveniente antes de iniciar el tratamiento dietético de la hipertensión, repasar los distintos factores alimentarios relacionados con esta patología de forma tradicional como es la relación del sodio con el potasio, con el calcio, con el magnesio y con los lípidos6. También es conveniente ver la relación en la aparición de la hipertensión con la obesidad y ejercicio físico, una como favorecedera de la patología y la otra situación como factor protector, nos servirá para establecer estrategias de prevención primaria de la hipertensión arterial. Con respecto a los factores alimentarios relacionados cabe señalar: Potasio. Existe una relación inversa entre el sodio y potasio7-8, la ingesta de potasio ayuda a la excreción renal de sodio, por lo que el consumo es beneficioso. Calcio. Se han hecho estudios sobre la influencia del calcio en función de la fuente alimentaria sobre enfermedad cardiovascular8 así como otros nutrientes procedentes de los lácteos, concretamente los lácteos fermentados, y su relación sobre la regulación de la tensión arterial9, esto último se aconseja con más rotundidad que el suplemento de calcio. Magnesio. Partiendo de la base del efecto vasodilatador del magnesio, se han realizado distintos estudios8,10, sin resultados claros a la hora de utilizar de forma efectiva suplementos de magnesio. Lípidos. Por su efecto sobre la síntesis de las prostaglandinas y la participación de éstas en la regulación de la tensión arterial, se ha estudiado el efecto de los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) sobre la hipertensión11, las dosis de AGPI deben ser tan altas que no parece recomendable su consumo en esa cantidad12. Para repasar el tratamiento dietético de la hipertensión podemos seguir la misma pauta de la diabetes, es decir los pasos de realización de una dieta: Energía. Estaría en función de las características individuales del paciente. Atención a la relación entre obesidad e hipertensión arterial. Distribución en nutrientes. No hay motivo para desequilibrar la dieta por lo que la distribución obedece a la misma que en dieta equilibrada y saludable, es decir, 50-60% de hidratos de carbono, 12-15% de proteínas y 25-30% de grasas. Vitaminas y fibra. Igual recomendación que en dieta equilibrada. Sales minerales. Restricción del sodio dietético, para ello es recomendable establecer el listado de alimentos aconsejados y desaconsejados, con el fin 39 II Jornada de Humanización y Ética en Atención Primaria. fml. 2013; 17 Supl 1:63p de enseñar a los pacientes los alimentos que más sodio contienen. A la hora de establecer este tipo de estrategia debemos considerar la valoración de la prescripción positiva frente a la negativa, es decir, siempre basarse primero en los alimentos que puede tomar sin dificultad. Fraccionamiento de la dieta. Siempre será recomendable, seguir las mismas pautas que en dieta saludable y equilibrada. Como medidas suplementarias también podemos orientar la alimentación a dietas específicas para el control de la hipertensión arterial, como por ejemplo la dieta DASH13 (Dietary Approaches to Stop Hypertension), medidas dietéticas para disminuir la hipertensión. Otra dieta aconsejable sería la dieta mediterránea. Bibliografía 1. Organización Mundial de la Salud. Nota descriptiva. Enfermedades Cardiovasculares. [Internet].2013. [Consulta el 12de febrero de 2013]. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs317/es/index.html 2. Asociación Española de Enfermería en Cardiología. Enfermedades cardiovasculares:una pandemia a nivel mundial. 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