XXXII Congreso Nacional de la AEEH (2007)
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XXXII Congreso Nacional de la AEEH (2007)
00 Sumario y Contents.qxp 12/2/07 10:50 Página 1 GASTROENTEROLOGIA Y HEPATOLOGIA SUMARIO Volumen 30, Extraordinario 1, Febrero 2007 XXXII Congreso Nacional de la Asociación Española para el Estudio del Hígado Madrid, 21-23 de febrero de 2007 Curso de posgrado: Avances en la patogenia, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades hepáticas Director: Agustín Albillos Sesión 1 Moderador: Dr. Juan Genescá Diagnóstico actual de la hipertensión portal J.C. García Pagán 1 Diagnóstico y tratamiento de las resistencias a la medicación antiviral en la hepatitis B crónica J.L. Calleja Panero y J. de la Revilla Negro 7 Cirrosis biliar primaria: nuevos mecanismos patogénicos J.F. Medina 14 Nuevas terapias moleculares del carcinoma hepatocelular J.M. Llovet 19 Sesión 2 Moderador: Dr. Jorge Quiroga Tratamiento de la hepatitis alcohólica A. Parés 26 Factores pronóstico de respuesta al tratamiento de la hepatitis C J.I. Esteban Mur 33 Nuevos tratamientos para la ascitis en la cirrosis hepática M. Martín-Llahí, M. Guevara y P. Ginès 42 Tratamiento de las enfermedades hepáticas por depósito E. Quintero Carrión y A. Pardo Balteiro 51 Sesión 3 Moderador: Dr. Fernando Casafont Inmunotolerancia en el trasplante hepático A. Sánchez Fueyo 57 Actualización del trasplante hepático en la hepatitis C crónica M. Prieto, V. Aguilera, M. Berenguer, A. Rubín, S. Benlloch y M. Aguas 62 Inmunosupresión en el trasplante hepático E. Fraga Rivas, P. Barrera Baena y M. de la Mata García 70 00 Sumario y Contents.qxp 12/2/07 10:50 Página 2 Trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular. Validez de los criterios de Milán V. Felipe, M. Varela, A. Forner y J. Bruix 78 Trasplante hepático en el hepatocarcinoma: criterios expandidos de California E. Varo Pérez, J. Fernández Castroagudín y E. Molina Pérez 82 Curso de básicos Director: Dr. Ramón Bataller Papel de los mediadores lipídicos derivados del ácido araquidónico en la inflamación y la fibrogénesis hepática J. Clària, N. Ferré, A. González-Périz, R. Horrillo y M. López-Parra 88 Bases celulares y moleculares de la fibrosis hepática F. Marra 99 Diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática J.A. Carrión, J. Colmenero, R. Bataller y X. Forns 106 Nuevas perspectivas terapéuticas de la fibrosis hepática R. Moreno-Otero, M. Trapero y L. García Buey 113 COMUNICACIONES PRESENTADAS EN EL CONGRESO Comunicaciones orales 119 Pósters básicos 137 Índice de autores 186 SESION 1. DOC01 (1-6).qxp 12/2/07 10:53 Página 1 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Diagnóstico actual de la hipertensión portal J.C. García Pagán Laboratorio de Hemodinámica Hepática. Servicio de Hepatología. Institut de Malalties Digesives i Metabòliques. Hospital Clínic. IDIBAPS. Ciberehd. Barcelona. España. INTRODUCCIÓN La presencia de hipertensión portal se puede sospechar por los hallazgos de la exploración física, de los análisis de laboratorio y del estudio ultrasonográfico. No obstante, su existencia podrá confirmarse en la fibrogastrocopia, y la prueba definitiva es la determinación de la presión portal. Recientemente, se han introducido técnicas basadas en ultrasonidos que permiten realizar estimaciones de la rigidez hepática, cuyos valores pueden ayudar a establecer el diagnóstico de hipertensión portal. EXAMEN FÍSICO Los signos clínicos de sospecha de hipertensión portal incluyen la presencia de esplenomegalia, circulación colateral abdominal y ascitis. En nuestro medio, donde la cirrosis hepática es la causa más frecuente de hipertensión portal, pueden hallarse otros signos indicativos de una enfermedad hepática grave, más que de una hipertensión portal, como la presencia de ictericia, arañas vasculares, ginecomastia, eritema palmar o hipertrofia parotidea. No obstante, estos datos tienen una escasa sensibilidad y, habitualmente, sólo permiten detectar a los pacientes con una enfermedad avanzada. DATOS DE LABORATORIO Los pacientes con hipertensión portal presentan leucotrombocitopenia. En los pacientes con cirrosis, la cifra de plaquetas se ha correlacionado de forma independiente con la presencia de varices esofágicas en varios estudios pero con diferentes puntos de corte1. Más recientemente, se ha sugerido que una relación entre la cifra de plaquetas y el diámetro del bazo superior a 909 tendría un valor Correspondencia: Dr. J.C. GarcíaPagán. Laboratorio de Hemodinámica Hepática. Servicio de Hepatología. Institut de Malalties Digesives i Metabòliques. Hospital Clinic. IDIBAPS. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] predictivo negativo del 100% para la presencia de varices esofágicas2. Este índice ha sido validado3, y podría ser útil al reducir el número de endoscopias para detectar las varices esofágicas. En los pacientes con cirrosis, el grado de insuficiencia hepatocelular, indicado por la clasificación de Child-Pugh, o por valores reducidos de albúmina, alargamiento del tiempo de protrombina y valores elevados de bilirrubina, se correlacionan con el grado de hipertensión portal4-6 y con la presencia de varices esofágicas. No obstante, ninguno de estos parámetros permitía precisar de forma adecuada el grado de hipertensión portal, ni por supuesto las posibles modificaciones de ésta frente a diferentes intervenciones que, como veremos, tienen valor pronóstico. TÉCNICAS DE IMAGEN La ultrasonografía (US), dada su seguridad y alta rentabilidad, es la técnica de imagen más utilizada en la evaluación inicial de un paciente con hipertensión portal1. En ella se pueden detectar signos altamente sugestivos de la existencia de hipertensión portal, como una vena porta dilatada (> 12 mm), presencia de colaterales portosistémicas y/o esplenomegalia. La US es también muy eficaz para detectar una posible trombosis portal, en especial si se asocia con la utilización del dúplex-Doppler. Diferentes estudios han sugerido varios parámetros de la US-Doppler como factores predictivos de hipertensión portal y de varices esofágicas: diámetro longitudinal del bazo, aumento en el índice de congestión portal, alteración en el patrón de flujo de las venas hepáticas, etc.7. No obstante, ni una US totalmente normal descarta completamente la presencia de hipertensión portal, ni estas alteraciones permiten graduar la gravedad de la enfermedad. También se ha evaluado la capacidad de la US-Doppler para predecir los cambios en la presión portal ocasionados por el tratamiento farmacológico con propranolol. Si bien en algunas ocasiones puede haber una correlación entre ambos cambios, la capacidad predictiva global es muy baja7. Otras técnicas de imagen, como la angiografía, la tomografía computarizada (TC) helicoidal o las nuevas generaGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):1-6 1 SESION 1. DOC01 (1-6).qxp 12/2/07 10:53 Página 2 GARCÍA PAGÁN JC. DIAGNÓSTICO ACTUAL DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL ciones de resonancia magnética (RM), también son muy útiles para el estudio de la permeabilidad del eje esplenoportal, pero no se usan de forma habitual, sino tan sólo en casos equívocos o en los que se desea tener un estudio detallado de la anatomía portal. No se dispone de estudios que hayan evaluado si estas técnicas podrían ser útiles tras efectuar un seguimiento de la respuesta a los fármacos. MEDIDA DE LA RIGIDEZ HEPÁTICA (ELASTOGRAFÍA DE TRÁNSITO HEPÁTICO) La elastografía de tránsito (FibroScan®) es un método recientemente desarrollado que permitiría evaluar de forma no invasiva el grado de fibrosis hepática8,9. Las medidas se realizan con una sonda de ultrasonido montada en el eje de una estructura vibrátil. Una vibración de amplitud suave y de baja frecuencia induce una onda que se propaga a través del tejido. La velocidad de propagación de esta onda es captada mediante el eco-pulsado. Esta velocidad es directamente proporcional a la rigidez del tejido hepático. Dado que la fibrosis es un factor fundamental en el desarrollo de la hipertensión portal, la medida de la rigidez hepática se postuló como un posible método para evaluar el grado de hipertensión portal. En un reciente estudio realizado en pacientes con recidiva de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) en pacientes trasplantados hepáticos, la medida de la rigidez hepática mostró una buena correlación con el gradiente de presión portal. En este estudio el hallazgo de un valor de rigidez 8,74 kPa tuvo una sensibilidad y una especificidad del 90 y el 81%, respectivamente, para el diagnóstico de hipertensión portal (gradiente de presión portal 6 mmHg)10. No obstante, la capacidad para reconocer el grado de hipertensión portal es mucho menor, y su capacidad para detectar los cambios promovidos por el tratamiento farmacológico no se ha investigado todavía. Otro estudio reciente ha sugerido que la elastografía podría predecir la presencia de varices esofágicas y seleccionar a los pacientes con cirrosis subsidiarios de cribado mediante endoscopia11. No obstante, la capacidad discriminativa era escasa para las varices pequeñas, y la medida de la rigidez hepática no ofrecía grandes ventajas sobre la capacidad predictiva de sencillos parámetros bioquímicas o de US, solicitados habitualmente en estos pacientes. bien hinchando/deshinchando un balón acoplado a la punta del endoscopio. Estos 2 últimos métodos tienen la ventaja de que, al no puncionar la variz, carecen del riesgo de precipitar una hemorragia. Estas técnicas no invasivas se basan en el concepto de que, debido a las finas paredes de la variz y a la falta de tejido externo de soporte, la presión necesaria para comprimir la variz es igual a la que existe en su interior. Estudios in vitro (en un sistema de variz artificial) e in vivo han mostrado una buena correlación entre los valores obtenidos con técnicas no invasivas y la punción directa intravariceal. La medida de la presión puede ser difícil, especialmente en varices de pequeño tamaño. No obstante, la técnica es reproducible siempre y cuando se utilicen criterios estrictos para definir una medida como satisfactoria7. La presión de las varices no es igual a la presión portal, sino significativamente inferior. Ello es debido a la resistencia al flujo sanguíneo portocolateral ejercida por las colaterales que van desde la vena porta a las varices esofágicas, que frecuentemente son largas y tortuosas. La notable variación en la anatomía colateral entre los pacientes determina una variación individual en el gradiente prevariceal. Por ello, la presión de las varices no se puede usar como equivalente de la presión portal. No obstante, esta técnica ha permitido comprobar que la presión variceal es significativamente superior en los pacientes que han sangrado por varices. Ello ha llevado a aceptar que la fisiopatología de la hemorragia por varices esofágicas se adapte a la propuesta por la llamada «teoría de la explosión», según la cual la variz se rompe cuando la tensión que se ejerce sobre sus paredes sobrepasa un punto crítico, o punto de rotura. Varios estudios han mostrado que la medición de la presión variceal tiene valor pronóstico en cuanto que puede predecir la evolución del episodio agudo hemorrágico12, el riesgo de presentar un primer episodio hemorrágico13, y el riesgo de recidiva hemorrágica en pacientes que reciben tratamiento farmacológico14. Un descenso en la presión variceal de al menos un 20% respecto al valor basal se asoció con un bajo riesgo de recidiva hemorrágica durante el seguimiento (probabilidad actuarial de hemorragia de un 7% a los 3 años, frente a un 46% en pacientes en los que no se consiguió este descenso)14. El valor pronóstico del descenso de la presión portal fue tan bueno como el de la respuesta en el gradiente de presión portal. Estos 2 métodos identificaban la evolución de poblaciones diferentes de pacientes, por lo que deben considerarse complementarios y no excluyentes14. ENDOSCOPIA/MEDICIÓN DE LA PRESIÓN VARICEAL La endoscopia es el mejor método para determinar la presencia de varices esofagogástricas, que confirmaría la existencia de hipertensión portal; no obstante, ello no permite su graduación. Además, la ausencia de varices esofágicas no descarta en absoluto la existencia de hipertensión portal. La presión de las varices puede determinarse durante una endoscopia a través de la punción directa de la variz, utilizando cápsulas endoscópicas de medición de presión, o 2 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):1-6 MEDICIÓN DE LA PRESIÓN PORTAL La determinación de la presión portal es el parámetro hemodinámico más importante en la evaluación de un paciente con hipertensión portal. La presión portal se expresa en términos de gradiente de presión entre la vena porta y la vena cava inferior (el denominado gradiente de presión portal [GPP] o de perfusión hepático, que es normal hasta 5 mmHg). Sin embargo, no todo aumento del GPP tiene la SESION 1. DOC01 (1-6).qxp 12/2/07 10:53 Página 3 GARCÍA PAGÁN JC. DIAGNÓSTICO ACTUAL DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL misma trascendencia clínica. Así, las complicaciones de la hipertensión portal sólo se presentan cuando el gradiente de presión supera unos valores umbral. Las varices esofágicas se forman cuando supera los 10 mmHg, y las complicaciones clínicas, como la hemorragia por varices esofágicas o la ascitis, aparecerán cuando supera los 12 mmHg4. Por ello, cuando el GPP es 12 mmHg, hablamos de hipertensión portal clínicamente significativa. Además, la medición tiene un claro valor predictivo. Así, cuando el GPP se reduce a menos de 12 mmHg, con el tratamiento farmacológico o en la evolución espontánea (p. ej., abstinencia de alcohol), desaparece completamente el riesgo de hemorragia4. Incluso sin alcanzar esta cifra, cuando tras el tratamiento farmacológico, el GPP se reduce más de un 20% de su valor basal, el riesgo de hemorragia en el seguimiento es mínimo5. La medición directa de la presión portal requiere procedimientos invasivos. La técnica más utilizada es la punción transhepática percutánea de la vena porta. Esta técnica realizada con agujas-catéter de pequeño calibre y bajo control ecográfico tiene un escaso riesgo. La vena porta también puede ser abordada desde la vena yugular en el transcurso de una punción-biopsia hepática transyugular. Una vez la aguja está situada en la vena suprahepática, se localiza la vena porta puncionando el hígado en dirección hacia el hilio hepático. Esta técnica permite además la construcción de shunts portosistémicos intrahepáticos, no quirúrgicos, con técnicas de angioplastia y colocación de prótesis expandibles. Sin embargo, en la actualidad, por su mayor simplicidad y menor riesgo, el cateterismo de las venas suprahepáticas es la técnica más utilizada en la evaluación hemodinámica de la hipertensión portal. Ésta es una técnica indirecta de medida de la presión portal que consiste en la cateterización bajo control fluoroscópico de una vena suprahepática. Al ocluir la vena suprahepática se registra la presión suprahepática enclavada (PSE), y al desocluirla se registra la presión suprahepática libre. La diferencia entre ambas presiones constituye el gradiente de perfusión venosa hepática o gradiente de presión portal. La PSE indica la presión existente en los sinusoides hepáticos. Esto es así porque al ocluir con el catéter la vena suprahepática se detiene el flujo sanguíneo en este segmento. La columna de sangre inmovilizada recoge la presión del territorio vascular inmediatamente anterior, los sinusoides hepáticos. Por este motivo, a la PSE también se le denomina presión sinusoidal6. Sin embargo, varios estudios han comprobado que la PSE es igual a la presión portal en la cirrosis de etiología alcohólica; más recientemente, también se ha demostrado que la PSE refleja de forma adecuada la presión portal en la cirrosis hepática causada por los virus de la hepatitis B y C15. Estas 3 entidades son, con diferencia, las etiologías más frecuentes de cirrosis hepática en nuestro medio. Sin embargo, si la alteración de la arquitectura hepática afecta predominantemente a zonas presinusoidales, como en la trombosis portal o en determinadas enfermedades hepáticas –que repercuten predominantemente sobre los espacios porta, como en la esquistosomiasis, en los estadios iniciales de la cirrosis biliar primaria o en la hipertensión portal idiopática–, la PSE infravalora la presión portal. En estos casos, será preferible la determinación de la presión portal por punción directa. Por su simplicidad, su ausencia de riesgo y la riqueza de información que proporciona, el cateterismo de las venas suprahepáticas debe ser siempre la primera técnica utilizada en el estudio hemodinámico de un paciente con hipertensión portal. Aplicaciones de la medición del gradiente de presión portal Clasificación de la hipertensión portal Permite diferenciar el origen de la hipertensión portal, ya que mientras que en los pacientes con hipertensión portal sinusoidal el gradiente de presión de la vena hepática (GPVH) es > 5 mmHg, en los casos de origen presinusoidal el GPVH suele ser normal. En la hipertensión portal postsinusoidal por bloqueo al flujo de salida a través de las venas suprahepáticas (Budd-Chiari) el GPVH es normal, pero puede haber un gradiente de presión anormal entre la presión suprahepática libre (PSHL) y la vena cava inferior. Una excepción es la enfermedad venooclusiva, en la que el GPVH es superior a 10 mmHg, aunque se considera de origen postsinusoidal. Gradiente de presión portal como factor pronóstico en pacientes con cirrosis Es necesario que el GPVH se incremente por encima de un valor umbral para que puedan aparecer complicaciones derivadas de la hipertensión portal. Así, es necesario que el GPVH sea 10 mmHg para que aparezcan varices esofágicas y ascitis16,17, y 12 mmHg para que aparezcan otras complicaciones, como hemorragia por varices16,18. Valor pronóstico del gradiente de presión portal en pacientes cirróticos sin varices esofágicas. En pacientes sin varices esofágicas la presencia de un GPP basal 10 mmHg se asoció de forma independiente con el riesgo de desarrollar varices esofágicas en el seguimiento19. Además, un descenso en el GPP del 10% después de un año de seguimiento se asoció con un menor riesgo de desarrollar varices, mientras que un aumento del GPP > 10% se asoció con un riesgo mayor de desarrollar varices. Valor pronóstico del gradiente de presión portal en pacientes cirróticos con varices esofágicas sin hemorragia previa. Hemorragia. Un descenso en el GPP por debajo de 12 mmHg ofrece una protección prácticamente total en el riesgo de presentar un primer episodio de hemorragia por varices. Asimismo, un descenso del GPP de un 15-20% del valor basal, incluso sin llegar a valores inferiores a 12 mmHg, se asocia a un clara reducción del riesgo de presentar hemorragia20-22. Adicionalmente22, un descenso en el GPP superior al 15% se asoció con un meGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):1-6 3 SESION 1. DOC01 (1-6).qxp 12/2/07 10:53 Página 4 GARCÍA PAGÁN JC. DIAGNÓSTICO ACTUAL DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL nor riesgo de presentar un episodio de peritonitis bacteriana espontánea en el seguimiento. Mortalidad. El GPP basal se ha asociado con el riesgo de muerte en numerosos estudios5,6,21,23,24. La influencia del GPP era independiente del grado de insuficiencia hepática, ya que permitía clasificar a los pacientes de mayor riesgo en cada uno de los diferentes grados de Child. Se han realizado estudios discordantes en pacientes alcohólicos de los que no disponemos datos sobre su abstinencia25,26, o con insuficiente información de las características de los pacientes26,27. En pacientes alcohólicos abstinentes, el GPP solo tenía capacidad de predecir la supervivencia cuando se medía después de la abstinencia alcohólica20. No obstante, en la profilaxis primaria, los pacientes respondedores (descenso del GPP de más de un 20% o por debajo de 12 mmHg) no tuvieron una mayor supervivencia22. Valor pronóstico del gradiente de presión portal en pacientes cirróticos durante el episodio agudo de hemorragia por varices. El GPP influye en la supervivencia del episodio hemorrágico agudo28. Algunos estudios posteriores mostraron que la medición del GPP dentro de las primeras 48 h desde el ingreso, puede predecir la evolución a corto plazo de estos pacientes29-32. Moitinho et al30 mostraron que el GPP era la única variable capaz de predecir la posibilidad del fracaso del tratamiento a los 5 días (definido como fracaso del control hemorrágico, recidiva precoz o muerte del paciente en los 5 días subsiguientes al ingreso). El valor de GPP de 20 mmHg tuvo el mayor poder discriminativo. Este valor fue posteriormente validado por otros investigadores31,32. En estos estudios, los pacientes únicamente recibieron monoterapia (escleroterapia o tratamiento farmacológico). No obstante, en la actualidad el tratamiento estándar de estos pacientes se basa en la utilización de pautas farmacológicas y endoscópicas combinadas. En una reciente serie de pacientes con hemorragia variceal aguda que recibieron el tratamiento estándar actual (somatostatina o terlipresina junto con tratamiento endoscópico [esclerosis o, fundamentalmente, ligadura, que se asocia con un menor número de fracasos a los 5 días]) confirmó el valor pronóstico de fracaso, al presentar un GPP 20 mmHg33. Sin embargo, el riesgo de fracaso terapéutico pudo predecirse con la misma precisión utilizando únicamente variables clínicas. Por ello, en la actualidad no sería necesario realizar específicamente medidas del GPP en el curso del episodio hemorrágico agudo para seleccionar a los pacientes de riesgo subsidiarios de terapias más agresivas. Valor pronóstico del gradiente de presión portal en pacientes cirróticos que se han recuperado de un episodio hemorrágico. Riesgo de recidiva hemorrágica. Un GPP < 12 mmHg tras el tratamiento farmacológico con bloqueadores beta34-38 o un descenso superior al 20% del valor basal (incluso sin llegar a valores < 12 mmHg)14,34-37,39 han mostrado ser potentes predictores del riesgo de presentar una recidiva hemorrágica. Un metaanálisis reciente de todos los estudios publicados que evaluaban la capacidad 4 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):1-6 predictiva del GPP en el riesgo de presentar un episodio de hemorragia40 ha confirmado que el presentar una buena respuesta hemodinámica (descenso en el GPP > 20% del valor basal y/o < 12 mmHg) se asocia con un notable descenso del riesgo de presentar hemorragia. Mortalidad. En pacientes que reciben tratamiento con bloqueadores beta, un descenso del GPP > 20% o < 12 mmHg, aunque no el GPP basal, predijo de forma independiente el riego de muerte36,37. Este efecto beneficioso fue independiente de la mejoría de la función hepática36,37. Adicionalmente, esta respuesta hemodinámica se asoció de forma independiente con un menor riesgo de desarrollar ascitis o una peritonitis bacteriana espontánea36,37. Ello demuestra que el descenso en el GPP puede asociarse con cambios en la historia natural de la enfermedad. Evaluación preoperatoria del riesgo de desarrollar insuficiencia hepática en el tratamiento quirúrgico del hepatocarcinoma uninodular. Los pacientes cirróticos con un GPVH > 10 mmHg presentan un elevado riesgo de desarrollar descompensaciones de su hepatopatía y deterioro de la función hepática en el período postoperatorio. El valor predictivo de la prueba es muy superior a la clasificación de Child-Pugh, por lo que el tratamiento quirúrgico se desaconseja en pacientes con GPVH > 10 mmHg41. Así, recientemente, en las recomendaciones de la AASLD42, se aconseja efectuar la determinación del GPP para evaluar a los pacientes con una sola lesión que podrían ser candidatos a resección. Evaluación de la progresión de la enfermedad hepática crónica en pacientes con hepatitis crónica por el VHC o hepatitis alcohólica. En la hepatitis crónica la gravedad de la enfermedad se evalúa habitualmente mediante la determinación del grado de fibrosis en la biopsia hepática. No obstante, es bien conocida la posibilidad de error de muestra en la biopsia. Recientemente, se ha propuesto que la determinación del GPP podría ser un buen marcador del grado de fibrosis y de la gravedad de la hepatitis crónica43. Así, un reciente estudio prospectivo ha mostrado que en pacientes con recidiva de la infección por el VHC en pacientes trasplantados, el GPP tiene una muy buena correlación con el grado de fibrosis evaluado en la biopsia44 y, lo que es más importante, el GPP al año del trasplante predijo mejor el riesgo de presentar descompensaciones clínicas que los hallazgos en la biopsia. El riesgo de presentar descompensación a los 3 años del trasplante hepático fue inferior al 5% en los pacientes con un GPP < 6 mmHg, y superior al 65% en los pacientes con un GPP 6 mmHg. Por tanto, la medición del GPP podría ser un excelente método para seguir la evolución de la enfermedad, así como para evaluar la respuesta a diferentes tratamientos. En un estudio reciente, Rincon et al45 pudieron comprobar un importante descenso del GPP en pacientes con hepatitis C crónica que tenían un GPP 6 mmHg tratados con interferón. Este descenso fue más notorio en los pacientes que fueron respondedores bioquímicos y/o virológicos. SESION 1. DOC01 (1-6).qxp 12/2/07 10:53 Página 5 GARCÍA PAGÁN JC. DIAGNÓSTICO ACTUAL DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL Por el contrario, en pacientes de semejantes características que no recibieron tratamiento se observó un aumento significativo del GPP. Los cambios en el GPP podrían constituir un excelente método para evaluar la eficacia de diferentes tratamientos de las enfermedades hepáticas, como la terapia antiviral, la abstinencia de alcohol, la administración de fármacos antifibróticos o las flebotomías para hemocromatosis, entre otros. BIBLIOGRAFÍA 1. D’Amico G, Morabito A. Noninvasive markers of esophageal varices: another round, not the last. Hepatology. 2004;39:30-4. 2. 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Ready JB, Robertson AD, Goff JS, Rector WG Jr. Assessment of the risk of bleeding from esophageal varices by continuous monitoring of portal pressure. Gastroenterology. 1991;100: 1403-10. 30. Moitinho E, Escorsell A, Bandi JC, Salmeron JM, García-Pagán JC, Rodes J, et al. Prognostic value of early measurements of portal pressure in acute variceal bleeding. Gastroenterology. 1999;117:626-31. 31. Villanueva C, Ortiz J, Minana J, Soriano G, Sabat M, Boadas J, et al. Somatostatin treatment and risk stratification by continuous portal pressure monitoring during acute variceal bleeding. Gastroenterology. 2001;121:110-17. 32. Monescillo A, Martínez-Lagares F, Ruiz del Árbol L, Sierra A, Guevara C, Jiménez E, et al. Influence of portal hypertension and its early decompression by TIPS placement on the outcome of variceal bleeding. Hepatology. 2004;40:793-801. 33. Abraldes JG, Aracil C, Catalina MV, Monescillo A, Banares R, Villanueva C, et al. Value of HVPG predicting 5-day treatment failure in acute variceal bleeding. Comparison with clinical variables. J Hepatol. 2006;44 Suppl 2:12A. 34. Feu F, García-Pagán JC, Bosch J, Luca A, Teres J, Escorsell A, et al. Relation between portal pressure response to pharmacotherapy and risk of recurrent variceal haemorrhage in patients with cirrhosis. Lancet. 1995;346:1056-9. 35. Villanueva C, Minana J, Ortiz J, Gallego A, Soriano G, Torras X, et al. Endoscopic ligation compared with combined treatment with nadolol and isosorbide mononitrate to prevent recurrent variceal bleeding. N Engl J Med. 2001;345:647-55. 36. Abraldes JG, Tarantino I, Turnes J, García-Pagán JC, Rodes J, Bosch J. Hemodynamic response to pharmacological treatment of portal hypertension and long-term prognosis of cirrhosis. Hepatology. 2003;37:902-8. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):1-6 5 SESION 1. DOC01 (1-6).qxp 12/2/07 10:53 Página 6 GARCÍA PAGÁN JC. DIAGNÓSTICO ACTUAL DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL 37. Villanueva C, López-Balaguer JM, Aracil C, Kolle L, González B, Minana J, et al. Maintenance of hemodynamic response to treatment for portal hypertension and influence on complications of cirrhosis. J Hepatol. 2004;40:757-65. 38. Villanueva C, Balanzó J, Novella MT, Soriano G, Sáinz S, Torras X, et al. Nadolol plus isosorbide mononitrate compared with sclerotherapy for the prevention of variceal rebleeding. N Engl J Med. 1996;334:1624-9. 39. Bureau C, Peron JM, Alric L, Morales J, Sánchez J, Barange K, et al. «A la carte» treatment of portal hypertension: adapting medical therapy to hemodynamic response for the prevention of bleeding. Hepatology. 2002;36:1361-6. 40. D’Amico G, García-Pagán JC, Luca A, Bosch J. HVPG reduction and prevention of variceal bleeding in cirrhosis. A systematic review. Gastroenterology. En prensa 2006. 41. Bruix J, Castells A, Bosch J, Feu F, Fuster J, García-Pagan JC, et al. Surgical resection of hepatocellular carcinoma in cirrhotic 6 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):1-6 42. 43. 44. 45. patients: prognostic value of preoperative portal pressure. Gastroenterology. 1996;111:1018-22. Bruix J, Sherman M. Management of hepatocellular carcinoma. Hepatology. 2005;42:1208-36. Burroughs AK, Groszmann R, Bosch J, Grace N, García-Tsao G, Patch D, et al. Assessment of therapeutic benefit of antiviral therapy in chronic hepatitis C: is hepatic venous pressure gradient a better end point? Gut. 2002;50:425-7. Blasco A, Forns X, Carrion JA, García-Pagán JC, Gilabert R, Rimola A, et al. Hepatic venous pressure gradient identifies patients at risk of severe hepatitis C recurrence after liver transplantation. Hepatology. 2006;43:492-9. Rincón D, Ripoll C, Iacono OL, Salcedo M, Catalina MV, Álvarez E, et al. Antiviral therapy decreases hepatic venous pressure gradient in patients with chronic hepatitis C and advanced fibrosis. Am J Gastroenterol. En prensa 2006. SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 7 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Diagnóstico y tratamiento de las resistencias a la medicación antiviral en la hepatitis B crónica J.L. Calleja Panero y J. de la Revilla Negro Servicio de Gastroenterología y Hepatología. Hospital Universitario Puerta de Hierro. Universidad Autónoma de Madrid. España. INTRODUCCIÓN La infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) afecta a 400 millones de personas en todo el mundo. La respuesta inmunológica que desencadena esta situación puede provocar un daño hepático que cause la formación de hepatitis crónica, cirrosis o hepatocarcinoma1. El análisis de la biología molecular del VHB permite conocer una estructura fundamental en el fenómeno de persistencia viral: el ADN circular cerrado por una unión covalente (ADNccc). Cuando el VHB penetra en el hepatocito y alcanza el núcleo celular, su ADN bicatenario se transforma por una unión covalente en un ADN circular cerrado que se incorpora a la cromatina del huésped. Esta partícula sirve de base para la transcripción de todos los genes virales y permitirá la formación de nuevas partículas infectivas. Además, permanecerá como un reservorio nuclear formado por 30-40 copias de ADNccc que en el futuro permitirá nuevos ciclos de replicación viral2. MECANISMOS DE ELIMINACIÓN VIRAL El aclaramiento viral del hígado infectado precisa la participación conjunta de la inmunidad innata y de la respuesta adaptativa que incluye diferentes fases: a) reconocimiento de las antígenos virales en la superficie hepatocitaria por los linfocitos T CD8+ que desencadenarán una repuesta citotóxica; b) acción antiviral no citolítica directa del interferón ␥, el factor de necrosis tumoral ␣ y la interleucina-12 producidas por los linfocitos T CD8+; c) activación de las células natural killer (NK) (respuesta inmunológica innata); d) producción de anticuerpos neutralizantes por los linfocitos B (respuesta inmunológica humoral) para prevenir la infección de nuevas células, y e) lisis celular y forma- Correspondencia: Dr. J.L. Calleja Panero. Hospital Universitario Puerta de Hierro. San Martin de Porres, 4. 28035. Madrid. España. Correo electrónico: [email protected] ción de nuevos hepatocitos no infectados que repoblarán el hígado3. Estos fenómenos inmunológicos pueden producirse de forma espontánea en el curso de la infección, o pueden estar desencadenados por las terapias antivirales que no sólo controlan la replicación viral sino que pueden restablecer la respuesta inmune específica CD4+/CD8+. Sin embargo, algunos estudios sobre el aclaramiento del ADNccc han demostrado que esta respuesta puede persistir durante largos períodos de tiempo, incluso tras fenómenos de seroconversión y de resolución serológica de la infección4. Esta persistencia justifica que puedan producirse reactivaciones de la infección en situaciones de inmunosupresión espontánea (coinfección por el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH]) o inducida por fármacos (quimioterapia o inmunosupresión postrasplante). Por este motivo, los fármacos antivirales deberían administrarse de forma indefinida hasta que se produzca una respuesta específica inmunológica anti-VHB que consiga eliminar esos valores residuales de replicación viral. La administración prolongada de antivirales puede inducir la aparición de mutaciones virales que confieran resistencias a dichos fármacos. MECANISMO DE ACCIÓN DE ANÁLOGOS DE NUCLEÓS(T)IDOS El principal objetivo de los fármacos antivirales es inhibir la polimerasa viral actuando especialmente sobre la actividad transcriptasa inversa de la enzima. La potencia del efecto antiviral depende de las características farmacocinéticas del fármaco (absorción, distribución, concentración intracelular, vida media y selectividad del efecto antiviral) y de factores dependientes del paciente, como el adecuado cumplimento terapéutico y el grado de afección hepática. La cinética viral durante el tratamiento antiviral sigue una curva bifásica5. En la primera fase se produce una disminución rápida de la viremia debido a la inhibición de la síntesis de ADN y de la producción viral. En la segunda Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 7 SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 8 CALLEJA PANERO JL ET AL. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS RESISTENCIAS A LA MEDICACIÓN ANTIVIRAL EN LA HEPATITIS B CRÓNICA Virus Errores de polimerasa viral Hepatocitos Vida media larga de ADNccc Vida media larga de hepatocitos infectados Persistencia viral Cuasiespecies Espacio libre para replicación Antivirales Respuesta inmune Selección de mutantes Fig. 1. Mecanismos de selección de mutantes virales. fase el descenso de viremia es más lento y se debe a la destrucción de los hepatocitos infectados y a la eliminación del ADNccc intrahepático. En algunos estudios se propone una tercera fase relacionada con la activación inmunológica específica anti-VHB del huésped que provocaría fenómenos de seroconversión6. En un estudio en fase III se ha analizado la acción virológica de adefovir (ADN plasmático y ADNccc intrahepático) administrado durante 48 semanas4, y se ha observado una notable reducción del ADN viral plasmático (4 log10), aunque con una discreta acción sobre el ADNccc (0,8 log10). Algunos modelos matemáticos estiman que se necesitarían 14 años de tratamiento con adefovir para conseguir eliminar totalmente el ADNccc intrahepático. Se apreció en este estudio un paralelismo entre el descenso del ADNccc y del antígeno HBs, por lo que podría evaluarse en el futuro este antígeno para efectuar un seguimiento de la respuesta antiviral. También se postulaba que el fenómeno de aclaramiento del ADNccc se correlacionaba con los mecanismos inmunológicos no citopáticos, al no acompañarse le erradicación del ADN viral de una elevación de las transaminasas o un empeoramiento histológico. MECANISMOS DE RESISTENCIA VIRAL A FÁRMACOS El desarrollo de mutaciones dependerá de los factores derivados del virus y del huésped (fig. 1)7: Factores virales. Como se ha expuesto previamente, el ADNccc puede permanecer en el núcleo viral durante años, lo que asegura unas tasas de replicación viral muy 8 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 elevadas. Si consideramos que en la polimerasa viral falta una 3’5’-exonucleasa, que permite la incorporación errónea de 1010 nucleótidos al día, se van a producir un número de variantes genéticas que van a contribuir a que el virus circule como una mezcla de partículas infectivas, denominadas cuasiespecies, que van a ir evolucionando con el tiempo en función de las diferentes presiones ambientales. Esta diversidad genómica explica la existencia de 8 genotipos del VHB (A-H) con distribución geográfica y sensibilidad farmacológica diferentes. Factores del huésped. La replicación viral no suele inducir lisis celular por la respuesta inmune deficiente de la infección crónica, que hace que la vida media de los hepatocitos infectados sea prolongada. La presencia del ADNccc en unos hepatocitos cuyo turnover es bajo desencadena el fenómeno de persistencia viral. Con la administración de fármacos antivirales se ejerce una presión sobre la población viral que favorecerá el desarrollo de mutaciones, y se seleccionan las que presentan una mayor capacidad replicativa; sin embargo, la cinética de formación de estas mutaciones suele ser lenta y está relacionada con la necesidad de las nuevas mutantes de un espacio libre hepatocitario donde poder expandirse y adaptarse. Esto justifica que en la práctica clínica pueda detectarse la mutación genética viral antes que la aparición de una elevación en la carga viral. La aparición de mutaciones que confieren resistencia a los antivirales van a localizarse en la ADN polimerasa viral. Esta enzima está organizada en varios dominios funcionales. Hay un dominio primasa terminal que está separado del dominio de la transcriptasa inversa/polimerasa por una secuencia espaciadora, y se completa con el do- SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 9 CALLEJA PANERO JL ET AL. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS RESISTENCIAS A LA MEDICACIÓN ANTIVIRAL EN LA HEPATITIS B CRÓNICA Primasa terminal Espaciador Pol/TI RNasa YMDD I(G) Fig. 2. ADN polimerasa viral y posición de las principales mutaciones. LAM: lamivudina; ADV: adefovir; ETV: entecavir; LdT: telbivudina; Pol/TI: polimerasa/transcriptasa inversa. II(F) A B LAM/ V173L Emtrecitabina V180M ADV A181V ETV T184G Ldt minio de una ARNsa en el extemo C terminal. La región de la transcriptasa inversa/polimerasa contiene 7 subdominios denominados de la A-F (fig. 2)8. DEFINICIONES DE RESISTENCIA VIRAL La aparición de resistencias a los tratamientos antivirales se ha asociado con una pérdida del efecto beneficioso del fármaco en términos bioquímicos e histológicos. La detección precoz de estas mutaciones es fundamental en el manejo terapéutico de los pacientes con hepatitis crónica por el VHB. Sin embargo, hasta ahora las definiciones de resistencia empleadas en los diferentes ensayos clínicos no eran uniformes, lo que limitaba la comparación de las tasas de resistencia entre los antivirales. Desde un punto de vista clínico, las definiciones de resistencia viral a análogos de los nucleós(t)idos se han obtenido al analizar la dinámica viral de los pacientes tratados de forma prolongada con lamivudina. Pueden definirse varios niveles de resistencias8,9: Resistencia genotípica. Detección de las mutaciones clásicas en el genoma del VHB que se han relacionado con los fenómenos de resistencia durante el tratamiento antiviral. Resistencia fenotípica. Demostración in vitro de la susceptibilidad del VHB a los diferentes fármacos antivirales basados en las resistencias genotípicas. La aplicación de forma sistemática de estos tests en el futuro permitirá realizar un seguimiento de los tratamientos anticipándose a la aparición de resistencias clínicamente relevantes. También servirá para la caracterización de mutaciones frente a los antivirales de nuevo desarrollo. C D E M204I/V N236T S202I M250V M204I Fenómeno de rebote virológico. Elevación de los valores de ADN viral plasmático durante el tratamiento. Surge tras la aparición de la resistencia genotípica y se define como una elevación mayor de 1 log10 copias/ml comparado con la cifra de ADN más baja alcanzada durante el tratamiento. Fenómeno de rebote clínico. Elevación de las cifras de alanina-aminotransferasa (ALT) y/o empeoramiento de la histología hepática durante el tratamiento. Debe descartarse una falta de cumplimiento terapéutico ante todo paciente con elevación de la ALT durante el tratamiento antiviral. El desarrollo de resistencias sigue un curso secuencial con intervalos de tiempo variables desde la mutación hasta la alteración de las transaminasas (fig. 3). PRINCIPIOS GENERALES EN EL MANEJO DE LAS RESISTENCIAS VIRALES El empleo de terapia combinada con análogos de los nucleós(t)idos se basa en estudios realizados en modelos animales y en la experiencia acumulada en el tratamiento del VIH. Se ha observado que la aparición de mutaciones simples frente a un único fármaco tiende a mantenerse en el genoma viral (ADNccc), lo que favorece su reaparición de forma rápida cuando el fármaco vuelva a emplearse. Sin embargo, el empleo simultáneo de varios fármacos provoca la aparición de variantes genéticas que acumulan múltiples mutaciones con menos tendencia a persistir en el tiempo10. Por tanto, podríamos definir como régimen terapéutico óptimo el que combine fármacos con diferentes mecanismos de acción, entre los que no haya resistencias cruzadas y que tengan una actividad sinérgica11. Esta combinaGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 9 SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 10 CALLEJA PANERO JL ET AL. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS RESISTENCIAS A LA MEDICACIÓN ANTIVIRAL EN LA HEPATITIS B CRÓNICA Rebote virológico Rebote clínico 8 600 7 500 6 5 4 200 150 100 50 3 0 Meses ción disminuiría el riesgo de desarrollar resistencias debido a una mayor capacidad de inhibición de la replicación viral y al ejercer una presión selectiva sobre las diferentes variantes que forman las cuasiespecies. La aplicación de los tests de resistencias fenotípicas sobre los diferentes análogos de los nucleós(t)idos permite establecer un mapa de resistencias cruzadas que es fundamental a la hora de elegir la mejor combinación farmacológica. La definición de resistencia cruzada es la selección de una mutante frente a un fármaco que también confiere resistencia frente a otros agentes antivirales. Se ha comprobado que las mutantes resistentes a lamivudina lo son igualmente al resto de análogos pirimidínicos (emtrecitabina, telvibudina y clevudina), aunque conservan sensibilidad a los análogos purínicos (adefovir y tenofovir) y, en menor medida, al entecavir. Las mutantes resistentes a adefovir son sensibles a lamivudina, emtrecitabina, entecavir y, en menor medida, a tenofovir (tabla I). Estas diferencias de sensibilidades se explican por el hecho de que las mutaciones inducidas por lamivudina y adefovir se localizan en diferentes subdominios de la polimerasa viral. MANEJO CLÍNICO DE LA APARICIÓN DE RESISTENCIAS VIRALES Resistencia a lamivudina Las resistencias a la lamivudina se deben a mutaciones en el subdominio C (M204I/V) que contiene una secuencia de 4 aminoácidos (tirosina-metionina-aspartato-aspartato [YMDD]) y forman parte de la región catalítica de la enzima. Esta mutación confiere una alta tasa de resistencia (> 1.000 veces) tanto in vitro como in vivo. Sin embargo, la mutación provoca una disminución en la actividad enzimática y, por tanto, en la capacidad replicativa del virus. Por ello, surgen otras 2 mutaciones asociadas al mismo fármaco localizadas en el subdominio B, la V173L y L180M, que restauran la actividad enzimática y actúan como mutaciones compensadoras, lo que permite mantener la replicación viral de las mutantes. 10 ALT (U/l) Resistencia genotípica ALT (U/l) VHB ADN log copias/ml Terapia antiviral Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 Fig. 3. Evolución secuencial del desarrollo de resistencias. ALT: alanina-aminotransferasa. TABLA I. Resistencias cruzadas entre antivirales Mutación Resistencia a LAM (L180M + M204V) Mutación que reduce Entecavir la potencia Emtricitabina antiviral Clevudina Telbivudina Elvucitabina Fármacos activos Adefovir Tenofovir Resistencia a ADV (N236T) Resistencia a ADV (A181V) Clevudina Tenofovir Lamivudina Entecavir Lamivudina Emtricitabina Entecavir Telbivudina Tenofovir La tasa de resistencia genotípica en pacientes HBsAg+ es del 14-32% al año de tratamiento, elevándose hasta el 70% a los 5 años de tratamiento12. En pacientes HBeAg– el porcentaje de resistencias es más variable, y alcanza el 10-56% a los 2 años de tratamiento12. Los factores que se asocian con una tasa más elevada de resistencias son la raza asiática, la carga viral basal elevada, el sexo masculino y el tratamiento prolongado con lamivudina. Además, el descenso lento de la carga viral al inicio del tratamiento también es un factor que se relaciona con un incremento de las resistencias. De hecho, un trabajo reciente señala que la presencia de una carga viral superior a 1.000 copias/ml después de 6 meses de tratamiento se asocia con una tasa de resistencias del 63 frente al 13% en los pacientes que presentaban una carga viral basal menor13. El curso clínico de los pacientes que desarrollan resistencia a lamivudina es muy variable. Cuando se produce la mutación, inicialmente el incremento de la carga viral es discreto, ya que el virus con la mutación M204V se replica de una manera menos eficaz inicialmente que la variante salvaje. Sin embargo, al poco tiempo se producen otras mutaciones asociadas (sobre todo L180V) que potencian la eficacia replicadora, elevando la carga viral incluso por encima de los valores basales. El rebote virológico se acompaña frecuentemente de una alteración de las pruebas de función hepática, que pueden SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 11 CALLEJA PANERO JL ET AL. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS RESISTENCIAS A LA MEDICACIÓN ANTIVIRAL EN LA HEPATITIS B CRÓNICA llegar a producir una descompensación grave de la enfermedad hepática, especialmente en los pacientes con fibrosis avanzada o cirrosis pretratamiento. Es importante señalar que hay un período variable de tiempo desde la detección de la resistencia genotípica y el rebote virológico, y también entre éste y la alteración de las transaminasas. Este hecho nos permite, si se realiza un adecuado seguimiento, adelantarnos a los efectos perjudiciales del desarrollo de resistencias, el menos en algunos casos. En los pacientes que desarrollan resistencias a lamivudina se pierde el beneficio virológico, bioquímico e histológico a medida que se continúa administrando el fármaco. Este hecho fue brillantemente demostrado en el trabajo de Liaw et al14, en el que el porcentaje de pacientes que presentaron complicaciones derivadas de la enfermedad hepática fue significativamente superior en los que habían desarrollado resistencia a lamivudina, en comparación con los pacientes sin resistencia. Sin embargo, los pacientes que desarrollaron resistencias mostraron una tasa de complicaciones menor que los que recibieron placebo, lo que indica la presencia de un cierto efecto antiviral sobre la cepa salvaje. El tratamiento de la resistencia a lamivudina presenta resultados variables. La combinación de interferón pegilado y lamivudina no ha demostrado ser eficaz en estos pacientes15. En diferentes estudios, el adefovir ha demostrado su eficacia en los pacientes resistentes a lamivudina con un descenso de más de 4 logaritmos en la semana 48 de tratamiento, consiguiendo una negativización de la viremia en el 26% y una normalización de las transaminasas en un 47%16. Además, su perfil de resistencias cruzadas con lamivudina le convierte en la primera opción. La terapia combinada de adefovir con lamivudina no ha demostrado ser más eficaz que el adefovir en la disminución de los valores de ADN del virus B en pacientes resistentes a lamivudina16. Sin embargo, hay una creciente evidencia de que la terapia combinada de lamivudina y adefovir decrece la tasa de resistencias a este último fármaco y se esta convirtiendo en la terapia de elección. La terapia denominada add-on (añadir) permite disminuir la posibilidad de seleccionar variantes multirresistentes que pueden aparecer con la estrategia de switch (cambiar). En un reciente trabajo de Lampertico et al17 se han aportado datos a 2 años sobre la utilidad de la terapia combinada de adefovir y lamivudina en pacientes resistentes a lamivudina. En este trabajo no se observaron resistencias a adefovir en el grupo de terapia combinada. La respuesta antiviral a la adición de adefovir fue significativamente mayor en los pacientes a quienes se administró el fármaco precozmente tras el desarrollo de resistencias que en los pacientes en que se administró tardíamente. Estos mismos autores han comunicado recientemente resultados preliminares de la combinación terapéutica en pacientes resistentes a lamivudina durante 5 años, sin observarse ningún desarrollo de resistencias. Antes de poder obtener conclusiones definitivas, hay que esperar a la publicación definitiva de este estudio multicéntrico italiano. Otras opciones, de las que no disponemos de evidencia suficiente, son la sustitución o adición de tenofovir o la utilización de terapia combinada de emtricitabina y tenofovir. Tenofovir ha demostrado ser eficaz como tratamiento de rescate para casi el 100% de los pacientes con resistencia a lamivudina que no alcanzan una respuesta óptima con la terapia combinada18. Recientemente, se ha comunicado la superioridad de tenofovir (300 mg/día) sobre adefovir (10 mg/día) en un estudio aleatorizado en los pacientes resistentes a lamivudina. El entecavir está aprobado para pacientes resistentes a lamivudina con una dosis más alta. Sin embargo, las resistencias cruzadas con lamivudina incrementan la tasa de resistencias a entecavir. Resistencia a adefovir Las resistencias a adefovir se asocian con mutaciones en el subdominio D (N236T). Este subdominio es fundamental para que se produzca el acoplamiento del sustrato al lugar activo de la enzima. Su tasa de resistencia in vitro es moderada (5-10 veces). Este perfil de resistencia más débil justifica el retraso en la aparición de mutaciones con el tratamiento a largo plazo con adefovir. También se han descrito mutaciones asociadas al subdominio B (A181V). La tasa acumulada de resistencia a adefovir en pacientes sin tratamiento previo es del 0, 3, 11, 19 y 30% en los años 1, 2, 3, 4 y 5, respectivamente19. Estos rebotes virológicos no siempre se acompañan de alteración de las pruebas de función hepática, como se demuestra por la tasa de rebote bioquímico a los 5 años del 11%, comparado con la tasa de resistencia genotípica del 30%19. Esta discrepancia puede estar en relación con que estas mutaciones reducen discretamente (entre 3 y 15 veces) la susceptibilidad al tratamiento antiviral20. Al igual que ocurría en los pacientes con resistencia a lamivudina, la resistencia a adefovir se produce especialmente en los pacientes con carga viral alta al primer año de tratamiento. La mayor parte de las mutaciones que confieren resistencia a adefovir son sensibles in vitro al tratamiento con lamivudina y entecavir20, aunque la duración de esta eficacia es desconocida. Entre los pacientes resistentes a lamivudina sólo se produjeron resistencias en quienes se sustituyó adefovir por lamivudina y no en los individuos a quienes se añadió este fármaco21. Además, esta terapia secuencial de lamivudina seguida de adefovir ha demostrado que selecciona cepas multirresistentes. Por el contrario, no se han observado resistencias en los pacientes que reciben terapia combinada de adefovir y lamivudina durante más de 3 años17. En este trabajo, en el que se comparaba una cohorte de pacientes tratada con adefovir en monoterapia frente a terapia combinada de adefovir y lamivudina sólo se observaron resistencia en el grupo de pacientes que reciben monoterapia. El tipo de tratamiento antiviral y la presencia de ADN positivo a las 24 semanas se asoció con el desarrollo de resistencias. Todo lo anteriormente descrito sitúa al tratamiento combinado como la terapia de elección para prevenir o tratar la resistencia a adefovir. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 11 SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 12 CALLEJA PANERO JL ET AL. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS RESISTENCIAS A LA MEDICACIÓN ANTIVIRAL EN LA HEPATITIS B CRÓNICA En los pacientes con resistencia a adefovir en monoterapia que previamente eran resistentes a lamivudina, la terapia combinada de lamivudina y adefovir se asocia en algunos casos a una reaparición rápida de la resistencia a lamivudina. Otra opción es la adición o sustitución por entecavir. Aunque no disponemos de datos concretos, parece una terapia acorde al perfil de resistencias cruzadas. Algunos autores sugieren que la sustitución por tenofovir, con una potencia antiviral mayor, puede utilizarse en pacientes con resistencia a adefovir. No hay datos sobre la utilidad de la terapia combinada de emtricitabina y tenofovir. que confieren resistencia a telvibudina son la M204I, muy similar a la observada con lamivudina. La tasa de resistencias a telvibudina en los pacientes tratados durante 2 años es del 21,6% en pacientes HBeAg positivos y del 8,6% en pacientes HbeAg negativos (comunicación oral AASLD 2006). De nuevo, al igual que en los pacientes tratados con lamivudina y adefovir, los tratados con telvibudina con viremia positiva al sexto mes de tratamiento presentaron una tasa de resistencia significativamente superior, tanto los HBsAg+ como los HBsAg–. No se dispone de datos de tratamiento de rescate en el caso de aparición de resistencias, aunque, guiándonos por el perfil de resistencias cruzadas, lo razonable sería tratar con análogos de los nucleótidos (adefovir o tenofovir). Resistencia a entecavir Entecavir es un análogo de los nucleósidos que ha demostrado ser eficaz tanto en pacientes sin tratamiento previo como en pacientes resistentes a lamivudina. La presencia de mutaciones que confieren resistencias a lamivudina es un requisito previo para desarrollar resistencia a entecavir. Las mutaciones que se han relacionado con entecavir son I169T, T184G, S202G y M250V. Estas mutaciones aisladas carecen de importancia, pero cuando aparecen en un paciente resistente a lamivudina, decrecen 1.000 veces la susceptibilidad a entecavir. Estas resistencias, a diferencia de lo que ocurría con lamivudina y adefovir, aparecen también cuando se utiliza terapia combinada de lamivudina y entecavir. No se observaron resistencias en pacientes naives tratados durante 12 meses con entecavir22. Según las recientes comunicaciones orales, parece que las resistencias son menores del 1% en pacientes naives, aunque llegan a ser hasta del 20% a los 3 años en pacientes resistentes a lamivudina23. Es importante señalar que estos datos son preliminares, obtenidos de estudios de complejo diseño, que asocian pacientes con diferente seguimiento. Debemos esperar para conocer las resistencias a medio plazo de entecavir. Como parece lógico, la presencia de resistencias cruzadas convierte a la lamivudina en un inadecuado tratamiento para la resistencia a entecavir, y al entecavir en un tratamiento poco adecuado para la resistencia a lamivudina, aunque en dosis de 1 mg ha demostrado tener un efecto inhibidor de la replicación viral. Debido al perfil de resistencias, cualquiera de los análogos de los nucleótidos debería ser una alternativa razonable para estos pacientes. Sin embargo, no se dispone de datos in vivo en estos pacientes con resistencia a entecavir que permitan realizar una recomendación firme. Resistencia a telvibudina La telvibudina es un análogo de los nucleósidos que ha demostrado un potente efecto antiviral en pacientes naives con infección crónica por el VHB. Las mutaciones 12 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 Resistencia a emtricitabina La emtricitabina es un potente inhibidor de la replicación del VIH y el VHB. Su estructura química es muy similar a la lamivudina, por lo que selecciona para el mismo tipo de cepas resistentes (M204I y M204V). En un estudio recientemente publicado24 en pacientes naives, el tratamiento con emtricitabina durante 48 semanas se asoció con el desarrollo de resistencias en el 13% de los pacientes CONCLUSIONES Todo tratamiento antiviral se acompaña, casi de manera inevitable, de resistencias, en una tasa variable en función del fármaco. Es preciso realizar un seguimiento de los pacientes para detectar el rebote virológico que suele preceder a la alteración de las pruebas de función hepática. Es necesario realizar tests de resistencia genotípica para filiar la resistencia y descartar que el rebote virológico se deba a un incumplimiento terapéutico. Dado que la mayor parte de nuestros pacientes necesitan tratamiento a largo plazo, si no indefinido, el desarrollo de resistencias limita la eficacia terapéutica de los distintos tratamientos. La mayor parte de los estudios publicados sugiere que la mejor estrategia pera prevenir resistencias es la utilización de terapia combinada, que si bien no aumenta de manera determinante la potencia antiviral, se asocia con una menor tasa de resistencias. Sin embargo, no hay estudios que demuestren la eficacia de la terapia combinada de novo en la prevención de la aparición de resistencias en pacientes sin tratamiento previo. Por el contrario, se han comunicado de manera preliminar la eficacia de la terapia combinada en pacientes resistentes a lamivudina. Es necesario valorar también las potenciales desventajas del tratamiento combinado, como la mayor toxicidad, la presencia de interacciones y el coste añadido. Conocer las resistencias cruzadas entre los diferentes fármacos es esencial para elegir la combinación óptima. En el escenario actual de tratamiento, la combinación más ra- SESION 1. DOC02 (7-13).qxp 12/2/07 10:54 Página 13 CALLEJA PANERO JL ET AL. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE LAS RESISTENCIAS A LA MEDICACIÓN ANTIVIRAL EN LA HEPATITIS B CRÓNICA zonable es la que incluye un análogo de los nucleósidos y un análogo de los nucleótidos, y la experiencia más importante al respecto es la combinación de lamivudina y adefovir. En definitiva, en pacientes con hepatopatía compensada se debe utilizar en monoterapia los tratamientos más potentes, ya que el descenso rápido de la carga viral se asocia con una disminución de la tasa de resistencias. En este sentido, nuevos tratamientos, como entecavir o tenofovir, serán considerados en un futuro próximo como primera línea en monoterapia, sobre todo en pacientes con una enfermedad hepática compensada. En los pacientes con cirrosis o enfermedad hepática compensada, dado el alto riesgo de descompensación con la aparición de resistencias, puede utilizarse la terapia combinada (adefovir más lamivudina) de novo, sin que la evidencia actual al respecto sea muy sólida. En el caso de los pacientes que han desarrollado resistencias, parece una estrategia mejor la adición de un nuevo fármaco más que su sustitución, ya que puede acompañarse de una exacerbación de la enfermedad hepática y de un aumento de desarrollo de resistencias al segundo fármaco. En el caso de que en los pacientes con enfermedad hepática leve se decida sustituir un fármaco por otro, siempre deben combinarse ambos durante un período corto antes de suspender el primero. En un trabajo recientemente publicado25 se ha descrito que las mutaciones que confieren resistencia a múltiples fármacos se localizan en la misma parte del genoma viral. Este hecho sugiere que la terapia combinada dirigida a inhibir las diferentes cepas resistentes a cada uno de los fármacos puede no ser adecuada. El uso de fármacos más potentes, el conocimiento de los factores que se asocian con el desarrollo de resistencias, y la detección e intervención precoz de las resistencias antes de la aparición de rebote virológico o bioquímico son las estrategias que deben minimizar este problema, que en el momento actual supone una de las mayores limitaciones en el tratamiento de la hepatitis B. BIBLIOGRAFÍA 1. Ganem D, Prince AM. Hepatitis B virus infection-natural history and clinical consequences. N Engl J Med. 2004;350:111829. 2. Zoulim F. New insight on hepatitis B virus persistence from the study of intrahepatic viral cccDNA. J Hepatol. 2005;42:302-8. 3. Bertoletti A, Naoumov NV. Translation of immunological knowledge into better treatments of chronic hepatitis B. J Hepatol. 2003;39:115-24. 4. Werle-Lapostolle B, Bowden S, Locarnini S, Wursthorn K, Petersen J, Lau G, et al. Persistence of cccDNA during the natural history of chronic hepatitis B and decline during adefovir dipivoxil therapy. 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Snow A, Thiebault V, Qi X, et al. Combination of adefovir dipivoxil and lamivudine prevented energence of ADV adefovir dipivoxil resistant mutations in chronic hepatitis B with lam resistant HBV. Gastroenterology. 2005;128:745. 22. Lampertico P. Entecavir vs lamivudine for HbeAg positive and negative chronic hepatitis B patients. J Hepatol. 2006;45:457-60. 23. Colonno R, Rose RE, Baldick B, et al. Entecavir is rare in nucleoside naïve patients with chronic hepatitis B. Hepatology. 2006;44:1656-65. 24. Lim SG, Ng TM, Kung N, et al. A double-blind placebo controlled study of emtricitabine in chronic hepatitis B. Arch Intern Med. 2006;166:49-56. 25. Yim HJ, Hussain M, Liu Y, Wong SN, Fung SK, Lok AS. Evolution of multi-drug resistant hepatitis B virus during sequential therapy. Hepatology. 2006;44:703-12. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):7-13 13 SESION 1. DOC03 (14-18).qxp 12/2/07 11:00 Página 14 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Cirrosis biliar primaria: nuevos mecanismos patogénicos J.F. Medina División de Terapia Génica y Hepatología. Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y Clínica Universitaria. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Pamplona. España. INTRODUCCIÓN La cirrosis biliar primaria (CBP) es una enfermedad colestásica crónica de origen desconocido que afecta sobre todo a mujeres (90%), generalmente entre los 40 y los 70 años de edad1,2. La enfermedad se inicia con una inflamación de los espacios porta, seguida de un daño de los conductos biliares intrahepáticos de pequeño y mediano tamaño, y tiende a progresar crónicamente hacia la cirrosis. El cuadro se asocia además con fenómenos de autoinmunidad y otras anomalías de la homeostasis inmunológica. Aunque la enfermedad afecta a todas las razas con una incidencia global de unos 25 casos por millón de habitantes/año, y una prevalencia de algo más de 400 casos por millón, estas cifras varían notablemente entre las distintas zonas geográficas analizadas. Así, por ejemplo, la incidencia en Europa es especialmente alta en los países escandinavos, Inglaterra, Alemania e Italia. La CBP es una enfermedad multifactorial. Uno de los factores que sin duda contribuye a la aparición de la enfermedad es la predisposición genética. Un estudio realizado en pacientes con CBP que tenían hermanos gemelos monocigotos, indicaba que un 63% de los gemelos padecía también la enfermedad. Asimismo, estudios realizados en familiares de pacientes con CBP sugieren que el riesgo relativo de padecer la enfermedad se incrementa 10,5 veces si se tiene un hermano con CBP. Por otra parte, se ha podido demostrar una cierta asociación de la CBP con moléculas HLA de tipo II, concretamente con DRB1*0801 en la población caucásica y con DRB1*0803 en la población japonesa. Además de la predisposición genética, debe haber otros factores ambientales de tipo tóxico y/o infeccioso que contribuyan al desencadenamiento de la enfermedad. Por otra parte, nuestro grupo ha postulado el posible papel Correspondencia: Dr. J.F. Medina. División de Terapia Génica y Hepatología. Centro de Investigación Médica Aplicada y Clínica Universitaria. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Avda. Pío XII, 55. 31008 Pamplona. España. Correo electrónico: [email protected] 14 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):14-8 etiopatogénico de las anomalías en los mecanismos de secreción biliar de bicarbonato en los pacientes con CBP. Más adelante se considerará de qué manera dichas anomalías, ya sean primarias o incluso secundarias a factores ambientales, podrían en cualquier caso contribuir a la patogenia de la enfermedad. SÍNTOMAS Y SIGNOS DE LA ENFERMEDAD Más de la mitad de los pacientes con CBP se encuentran asintomáticos en el momento del diagnóstico. En estos casos, la detección ocasional de altas concentraciones de fosfatasa alcalina en el suero suele ser el hallazgo inicial de la enfermedad. Bioquímicamente, este hallazgo se acompaña de una elevación de los otros marcadores séricos de colestasis, como la gamma-glutamiltranspeptidasa. Además, los valores séricos de inmunoglobulinas (Ig) suelen estar elevados, particularmente los de IgM, pero también los de IgA e IgG3. Asimismo, es frecuente encontrar una cierta dislipemia (caracterizada sobre todo por hipercolesterolemia), así como hiperbilirrubinemia y elevación de las transaminasas hepáticas en los estadios más avanzados. En cualquier caso, el parámetro serológico más característico de la CBP es la presencia en el 95% de los pacientes de autoanticuerpos antimitocondriales (AMA) específicos. Como se verá más adelante, estos AMA reconocen ciertos epítopes de los complejos mitocondriales de las deshidrogenasas de alfa-cetoácidos, como PDC (pyruvate dehydrogenase complex), OGDC (oxoglutarate dehydrogenase complex) y BCOADC (branched-chain 2-oxo acid dehydrogenase complex). Los pacientes que han sido diagnosticados en ausencia de sintomatología pueden continuar asintomáticos durante años. Tras la aparición de los primeros síntomas, con frecuencia prurito y/o fatiga, la velocidad de evolución de la enfermedad es muy variable. Si la enfermedad colestásica continúa progresando –una situación cada vez menos frecuente gracias a la difusión del tratamiento con ácido ursodeoxicólico (UDCA)–, se instaura un cuadro de ictericia, reflejo de una hiperbilirrubinemia progresiva, así como esteatorrea y síntomas relacionados con el déficit de vitaminas liposolubles. La dislipemia/hipercolesterole- SESION 1. DOC03 (14-18).qxp 12/2/07 11:00 Página 15 MEDINA JF. CIRROSIS BILIAR PRIMARIA: NUEVOS MECANISMOS PATOGÉNICOS mia se puede manifestar como depósito de lípidos en la piel en forma de xantelasmas y xantomas. También pueden presentarse molestias y dolor de tipo esquelético relacionados con osteoporosis. Si la enfermedad ha continuado avanzando hacia la cirrosis, los pacientes manifiestan además el cuadro de síntomas y signos que acompaña a la cirrosis hepática en general. Un porcentaje significativo de pacientes con CBP presenta además alguna enfermedad autoinmune no hepática, especialmente el síndrome sicca o el síndrome de Sjögren (23%), la tiroiditis de Hashimoto (23%), la artritis reumatoide (17%) y, con menos frecuencia, otras como el síndrome de Raynaud, la enfermedad celíaca o la esclerodermia. Por otra parte, alrededor de un 10% de los pacientes con CBP presenta en algún momento de su evolución un cuadro de hepatitis autoinmune sobreañadido que se manifiesta en el denominado overlap syndrome3. La detección precoz de este cuadro es muy importante, ya que suele responder al tratamiento con inmunosupresores. Aunque en muchos casos la biopsia hepática no es estrictamente necesaria para el diagnóstico, suele ser muy recomendable. Ciertamente, en la actualidad se dispone de metodologías menos invasivas, como la elastografía4, que permiten evaluar el grado de fibrosis/cirrosis y su evolución; sin embargo, al menos una biopsia inicial sigue estando justificada aún para confirmar el diagnóstico de CBP y establecer el estadio de la enfermedad, además de descartar cualquier indicio del overlap syndrome. La clasificación histopatológica tradicional de la CBP establece 4 estadios. El estadio I se caracteriza por la presencia en los espacios porta de un infiltrado inflamatorio de tipo mononuclear que rodea los conductos biliares pequeños y medianos, muchos de los cuales se encuentran en fase de daño y destrucción. Cuando además se observa una proliferación de los conductillos biliares, se considera como estadio II de la enfermedad. En el estadio III, el hecho dominante es la fibrosis, que se extiende como septos entre los espacios porta. En este estadio, el componente inflamatorio portal es menor debido a la destrucción de conductos biliares (ductopenia), aunque todavía pueden apreciarse lesiones floridas aisladas alrededor de algunos conductos. El estadio final de la CBP (estadio IV) se caracteriza por la presencia de cirrosis. El diagnóstico diferencial con otros tipos de cirrosis puede ser difícil en este estadio, sobre todo en los casos de anticuerpos antimitocondriales (AMA) negativos, pero la ductopenia o el infiltrado mononuclear portal y la presencia residual de algunas lesiones ductulares floridas orientan hacia la CBP. En esta fase avanzada de la enfermedad, los pacientes entran generalmente en una situación terminal en la que se desarrollan las complicaciones de la cirrosis hepática descompensada. A largo plazo y sin tratamiento, la CBP tiene un mal pronóstico, ya que no se ha documentado ninguna remisión espontánea. Por otra parte, todavía no hay ninguna terapia que conduzca a una resolución definitiva de la enfermedad. Ello se debe, al menos en parte, al desconocimiento del origen y de los mecanismos fisiopatológicos de la CBP. La presencia tan llamativa de los fenómenos de autoinmunidad parecía sugerir que el tratamiento de elección podía consistir en la administración de fármacos inmunosupresores. Sin embargo, todos los inmunosupresores utilizados hasta el momento (azatioprina, ciclosporina, tacrolimus, prednisolona, metotrexato, etc.) han resultado poco eficaces. En cambio, la administración diaria de dosis altas de UDCA (13-15 mg/kg/día) se asocia, en la mayoría de los pacientes, con una mejoría de los marcadores bioquímicos de colestasis. Este tratamiento con UDCA mejora también la histología hepática y retrasa la progresión de la enfermedad en un elevado porcentaje de pacientes (60%), lo que disminuye la necesidad de trasplante hepático. Además, algunos estudios recientes han demostrado que la instauración del tratamiento con UDCA en estadios iniciales (I-II) no sólo disminuye la progresión de la enfermedad sino que mejora la supervivencia de los pacientes hasta los niveles esperados en la población control5,6. Si bien aún se desconocen los mecanismos moleculares de su acción beneficiosa en la CBP, se sabe que el UDCA produce una coleresis rica en bicarbonato, además de ejercer ciertos efectos citoprotectores e inmunomoduladores. En el grupo de pacientes que no terminan de responder adecuadamente a la monoterapia con UDCA, la combinación de UDCA con budesonida (un glucocorticoide no halogenado) parece conllevar alguna ventaja y mejora la histología del hígado7. Cuando la enfermedad continúa progresando y se ha llegado a una situación de fallo hepático generalizado con riesgo para la vida del paciente, debe considerarse la opción del trasplante hepático. También cabe considerar esta opción cuando el prurito resulta muy difícil de sobrellevar y no se consigue controlar con tratamiento farmacológico. FENÓMENOS DE AUTOINMUNIDAD Y ETIOPATOGENIA En la mayoría de los pacientes con CBP se detectan reacciones de autoinmunidad tanto humoral como celular, que van dirigidas contra autoantígenos mitocondriales. No sólo se detectan AMA (generalmente de isotipos IgG3 e IgM), en el suero del 95% de los pacientes con CBP, sino que también se han podido detectar AMA (del isotipo IgA) en la bilis de más del 70% de los pacientes analizados8. Entre los autoantígenos de los complejos mitocondriales de deshidrogenasas de alfa-cetoácidos, reconocidos por los AMA, destacan dos componentes del PDC, la dihidro-lipoamida-acetil-transferasa (componente E2 o PDC-E2) y la proteína unida al componente E3 (E3 binding protein, E3BP), así como los componentes E2 de los otros complejos (OGDC-E2 y BCOADC-E2). Por otra parte, el infiltrado de células mononucleares que rodea a los conductos biliares dañados en los espacios porta es rico en linfocitos T CD4+ y CD8+, que presentan autorreactividad frente a los mismos autoantígenos que los AMA2. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):14-8 15 SESION 1. DOC03 (14-18).qxp 12/2/07 11:00 Página 16 MEDINA JF. CIRROSIS BILIAR PRIMARIA: NUEVOS MECANISMOS PATOGÉNICOS Además de AMA, el suero de los pacientes con CBP puede presentar otros autoanticuerpos característicos de la enfermedad. Un 25% de los pacientes AMA positivos presentan autoanticuerpos antinucleares (ANA) frente a la glucoproteína del poro nuclear gp210. Entre los pacientes AMA negativos, la incidencia de los ANA anti-gp210 es incluso más alta (el 50% de los pacientes). Por otra parte, en un 30% de los pacientes se detectan ANA frente a otra glucoproteína del poro nuclear, denominada nucleoporina p62. La presencia de cualquiera de estos dos tipos de ANA, nunca coincidentes en un mismo paciente, se ha asociado con una mayor gravedad de la CBP. En un porcentaje muy pequeño de pacientes (1%) se pueden detectar ANA frente a una proteína de la membrana interna nuclear denominada LBR (lamin B receptor). Además de estos 3 tipos de autoanticuerpos frente a la envuelta nuclear, se han descrito otros ANA que reaccionan frente a los autoantígenos nucleares Sp100 (Speckled 100-KD nuclear body protein) y PML (promyelocytic leukemia proteins), así como anti-centrómero y anticromatina. Estos ANA también se han asociado a una mayor progresión de estadios iniciales (I-II) hacia estadios avanzados (III-IV). La relación que pueda haber entre los innegables fenómenos de autoinmunidad que presentan los pacientes con CBP y la etiopatogenia de la enfermedad es todavía un enigma2,8. Los valores de AMA difieren enormemente entre los distintos pacientes, y no se correlacionan en absoluto con la gravedad y la progresión de la enfermedad. Hay incluso casos con valores elevados de AMA en suero que no presentan el cuadro clínico de la enfermedad. Aunque en la mayoría de los pacientes con CBP los AMA suelen detectarse antes de que se manifieste una alteración histológica o funcional del hígado, los autoanticuerpos también pueden aparecer tras el inicio del daño hepático. Por otra parte, casi todos los pacientes con CBP a los que se ha realizado un trasplante hepático mantienen valores elevados de autoanticuerpos, salvo un momentáneo descenso inicial, pero menos del 20% de estos pacientes acaba presentando signos histológicos de lesión en el hígado trasplantado. Respecto al papel de la inmunidad celular en la etiopatogenia de la CBP, cabe reseñar que la asociación con fenotipos HLA II es más baja de lo esperado en una enfermedad supuestamente mediada por linfocitos T9. Sorprende además la mencionada ineficacia terapéutica de los inmunosupresores en esta enfermedad supuestamente autoinmune. Esta sorpresa es incluso mayor cuando dicha ineficacia se contrasta con la demostrada eficacia del UDCA en la mayoría de los casos tratados en estadios iniciales. Además, no se comprende bien de qué manera unos fenómenos de autoinmunidad, supuestamente dirigidos contra unos autoantígenos intracelulares que se encuentran en todas las células del organismo, puedan ser los únicos responsables de un daño tan selectivo como el que tiene lugar en los espacios porta frente a los conductos biliares interlobulares. Aunque los AMA y los correspondientes autoantígenos están distribuidos por todo el organismo, el daño en la CBP se circunscribe paradójicamente a los colangiocitos. Este tipo celular representa el 16 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):14-8 3% del total de células hepáticas, y la cantidad de mitocondrias en los colangiocitos es menor que en los hepatocitos. Cabría preguntarse qué tienen los colangiocitos que no tengan los otros tipos celulares, que les hace más susceptibles ante el ataque inmunológico. Cabría también preguntarse si no serán los mismos colangiocitos los responsables del desencadenamiento de una respuesta autoinmune tan generalizada y a la vez tan selectiva. Los avances producidos en la última década han demostrado que los colangiocitos no son en absoluto células inertes, sino que desempeñan importantes funciones de transporte hidroiónico y de compuestos orgánicos. Bajo ciertas circunstancias son capaces de expresar moléculas HLA (de clase I y II), moléculas de adhesión ICAM-1 y moléculas coestimuladoras del tipo B7-210, e incluso de secretar citocinas. Por otra parte, es muy interesante el hallazgo en la CBP de que el epitelio biliar presenta una expresión aberrante de antígenos en la membrana celular, especialmente la apical, que son reconocidos por los AMA11. Los fenómenos de autoinmunidad podrían estar desencadenados por esta expresión aberrante de moléculas en los colangiocitos. No se puede descartar que los AMA del isotipo IgA puedan penetrar en ciertas células e interferir con sus funciones. Como ya se ha mencionado, en un porcentaje elevado de pacientes con CBP, la bilis contiene AMA IgA, los cuales podrían internalizarse a través de la membrana basal del colangiocito mediante el receptor de IgA polimériva (plgR). Sin embargo, no todos los pacientes con PBC tienen valores detectables de AMA IgA en la bilis. Por otra parte, las glándulas salivares de pacientes con CBP presentan una expresión antigénica aberrante semejante a la del epitelio biliar. Así, cabe pensar también que la expresión aberrante pueda ser el resultado de alteraciones celulares más profundas en las células epiteliales (p. ej., genéticas, por factores tóxico-xenobióticos, por agentes infecciosos, etc.). Desde hace algunos años se viene postulando la hipótesis que relaciona la autoinmunidad con agentes tóxicos o infecciosos. Esta hipótesis propone la posibilidad de que un agente extraño pueda iniciar una reacción inmune generándose anticuerpos que reaccionan contra dicho agente y también, por reacción cruzada, contra determinantes propios del huésped, mediante el fenómeno denominado «mimetismo molecular». PDC-E2 es una molécula altamente conservada entre las diversas especies, especialmente el dominio de unión al ácido lipoico. Hasta el momento, se ha señalado una batería de gérmenes posiblemente implicados. Sin embargo, queda siempre la duda de que el aumento de la immunorreactividad observado en ocasiones, o incluso la mayor prevalencia de determinados patógenos en la CBP, sean una consecuencia de la enfermedad de base más que su causa. Otra hipótesis, en cierto modo paralela a la del mimetismo molecular, sugiere que el agente tóxico o infeccioso podría producir alteraciones celulares que llevarían, entre otras cosas, a la reacción inmunológica del huésped. Algunos estudios recientes sugieren que la ruptura de la tolerancia frente al PDC-E2 mitocondrial podría deberse, al menos SESION 1. DOC03 (14-18).qxp 12/2/07 11:00 Página 17 MEDINA JF. CIRROSIS BILIAR PRIMARIA: NUEVOS MECANISMOS PATOGÉNICOS en parte, a modificaciones del dominio lipoil interno de este componente del PDC tras una exposición continuada a ácidos alquinoicos, y en particular al ácido 2-noninoico, una molécula que está presente en diversos productos de cosmética12. El ácido 2-noninoico podría formar una alquinamida al conjugarse con la lipoamida (el ácido lipoico unido a la lisina-259) en el PDC-E2 humano, y convertirse en una molécula inmunogénica en individuos genéticamente susceptibles. Esta hipótesis parece aún más plausible si todo ello ocurre en un contexto de baja tolerancia secundaria a una disminución en la frecuencia de las células T reguladoras (Treg) CD4+/CD25+/FoxP3+. En efecto, recientemente se ha descrito que los pacientes con PBC presentan una disminución en la frecuencia de las Treg13. Hace poco se describió el caso de un niño de 5 años con deficiencia de CD25 (el receptor alfa de la IL2) que presentaba un cuadro muy semejante a la CBP, incluso con AMA frente a PDC-E214. Además, es sumamente interesante el hecho de que el cuadro remitió tras un trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas, con desaparición de los AMA14. Durante el año 2006 se han descrito 3 modelos de ratones con modificaciones genéticas que predisponen a fenómenos de autoinmunidad con producción de AMA y daño de los conductos biliares15. Dos de estos modelos inciden específicamente en la función de las células Treg, uno de ellos mediante el knockout genético del equivalente murino de CD2515 y el otro que afecta al receptor II del TGF15. Los datos observados en estos modelos apoyan la función de las Treg en los fenómenos de autoinmunidad que tienen lugar en la CBP, aunque, indudablemente, la situación en la enfermedad humana es mucho más compleja y, en algunos aspectos, diferente a estos modelos. En la CBP, los colangiocitos están expuestos al estrés oxidativo y a la apoptosis16. Recientemente se ha publicado que los pacientes con CBP presentan una baja expresión del represor de genes de senescencia Bmi1 en los conductos biliares pequeños, que parece relacionada con el estrés oxidativo17. Es muy sugerente el hecho de que los colangiocitos expresan la molécula antiapoptótica Bcl-2 en valores mucho más elevados que los demás tipos celulares. Es muy posible que esta alta expresión de Bcl-2 inhiba la conjugación covalente de PDC-E2 con glutatión, impidiendo la degradación de PDC-E2 durante la apoptosis, lo cual llevaría a su permanencia como molécula extracelular y con capacidad inmunogénica18. ALTERACIONES EN LA EXCRECIÓN BILIAR DE BICARBONATO EN LA CIRROSIS BILIAR PRIMARIA Ya se ha hecho mención sobre lo sorprendente que resulta el hecho de que la CBP no responda bien a los tratamientos con inmunosupresores, mientras que el tratamiento continuado con UDCA suele ser tan efectivo. Basados en este hecho y teniendo en cuenta que UDCA es una sal biliar que produce una coleresis rica en bicarbonato, nues- tro grupo19 mantiene la hipótesis de que en la etiopatogenia de la CBP puede haber alteraciones en la excreción biliar de bicarbonato y en el mecanismo de dicha excreción a través del intercambio de aniones Cl–/HCO3–. Mediante la tomografía por emisión de positrones (PET) con 11 CO3HNa pudimos demostrar que los pacientes con CBP tienen efectivamente un déficit en la secreción biliar de bicarbonato en respuesta a la secretina, y éste se resuelve tras el tratamiento con UDCA. Por otra parte, en estudios en colangiocitos aislados de pacientes con CBP tambien pudimos observar un déficit en la actividad de intercambio Cl–/HCO3– en respuesta al AMP cíclico (conocido segundo mensajero en la señalización intracelular tras el estímulo con secretina)19. También habíamos descrito que los pacientes con CBP presentan una expresión disminuida del ARN mensajero del intercambiador de aniones Cl–/HCO3– AE2 (anion exchanger 2), tanto en biopsias hepáticas como en linfocitos de sangre periférica. En el hígado, la AE2 se expresa normalmente en los canalículos y en la membrana apical de los colangiocitos. Nuestros estudios indicaban una baja expresión de la proteína en el hígado de pacientes con CBP, y sugerían que la administración de UDCA tendía a mejorar dicha expresión. Tanto los hepatocitos como los colangiocitos pueden secretar bicarbonato a la bilis a través de AE2. Sin embargo, y a diferencia de los colangiocitos, los hepatocitos carecen de receptores de secretina, y la excreción biliar de bicarbonato aumentada en respuesta a esta hormona la llevan a cabo únicamente los colangiocitos20. La salida de bicarbonato a cambio de la entrada de cloruro a través del AE2 apical conlleva una acidificación del pH intracelular (pHi) del colangiocito. Aquí es oportuno considerar que la regulación del pHi es una de las funciones reconocidas desde hace años para la AE2. Puesto que los colangiocitos parecen estar altamente capacitados para la secreción biliar de bicarbonato, cualquier disfunción de AE2 podría plasmarse en importante desajustes a la hora de regular su pHi. Las alteraciones en la regulación del pHi en estas células epiteliales podrían conducir a cambios antigénicos, debidos, por ejemplo, a modificaciones en la estructura de proteínas. También podrían conducir a modificaciones en el direccionamiento de proteínas, dando lugar, por ejemplo, a la expresión aberrante del PDC-E2, tal como se observa en el epitelio biliar de pacientes con CBP. El papel de AE2 en la regulación del pHi puede también ser muy relevante en los linfocitos, y una disfunción de AE2 podría dar lugar a una alcalinización intracelular y modificaciones consiguientes en la diferenciación, la proliferación y la actividad de las diferentes poblaciones linfocitarias. Estos linfocitos alterados podrían ser más proclives a una respuesta inmunogénica frente a unos colangiocitos también alterados hipotéticamente. Por todo ello, es posible que las disfunciones en los mecanismos del transporte de bicarbonato observadas en el hígado y en los linfocitos de los pacientes con CBP desempeñen un papel fisiopatológico relevante en el desarrollo de la enfermedad. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):14-8 17 SESION 1. DOC03 (14-18).qxp 12/2/07 11:00 Página 18 MEDINA JF. CIRROSIS BILIAR PRIMARIA: NUEVOS MECANISMOS PATOGÉNICOS BIBLIOGRAFÍA 1. Talwalkar JA, Lindor KD. Primary biliary cirrhosis. Lancet. 2003;362:53-61. 2. Kaplan MM, Gershwin ME. Primary biliary cirrhosis. N Engl J Med. 2005;353:1261-73. 3. Beuers U, Rust C. Overlap syndromes. Semin Liver Dis. 2005;25:311-20. 4. Corpechot C, El Naggar A, Poujol-Robert A, Ziol M, Wendum D, Chazouilleres O, et al. Assessment of biliary fibrosis by transient elastography in patients with PBC and PSC. Hepatology. 2006;43:1118-24. 5. Pares A, Caballeria L, Rodes J. Excellent long-term survival in patients with primary biliary cirrhosis and biochemical response to ursodeoxycholic Acid. Gastroenterology. 2006;130:71520. 6. Poupon RE, Lindor KD, Pares A, Chazouilleres O, Poupon R, Heathcote EJ. Combined analysis of the effect of treatment with ursodeoxycholic acid on histologic progression in primary biliary cirrhosis. J Hepatol. 2003;39:12-6. 7. Rautiainen H, Karkkainen P, Karvonen AL, Nurmi H, Pikkarainen P, Nuutinen H, et al. Budesonide combined with UDCA to improve liver histology in primary biliary cirrhosis: a three-year randomized trial. Hepatology. 2005;41:747-52. 8. Neuberger J, Thomson R. PBC and AMA: what is the connection? Hepatology. 1999;29:271-6. 9. Donaldson PT, Baragiotta A, Heneghan MA, Floreani A, Venturi C, Underhill JA, et al. HLA class II alleles, genotypes, haplotypes, and amino acids in primary biliary cirrhosis: a largescale study. Hepatology. 2006;44:667-74. 10. Tsuneyama K, Van de Water J, Leung PS, Cha S, Nakanuma Y, Kaplan M, et al. Abnormal expression of the E2 component of the pyruvate dehydrogenase complex on the luminal surface of biliary epithelium occurs before major histocompatibility com- 18 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):14-8 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. plex class II and BB1/B7 expression. Hepatology. 1995;21: 1031-7. Joplin R, Gershwin ME. Ductular expression of autoantigens in primary biliary cirrhosis. Semin Liver Dis. 1997;17:97-103. Rieger R, Leung PS, Jeddeloh MR, Kurth MJ, Nantz MH, Lam KS, et al. Identification of 2-nonynoic acid, a cosmetic component, as a potential trigger of primary biliary cirrhosis. J Autoimmun. 2006;27:7-16. Lan RY, Cheng C, Lian ZX, Tsuneyama K, Yang GX, Moritoki Y, et al. Liver-targeted and peripheral blood alterations of regulatory T cells in primary biliary cirrhosis. Hepatology. 2006;43:729-37. Aoki CA, Roifman CM, Lian ZX, Bowlus CL, Norman GL, Shoenfeld Y, et al. 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Cholangiocyte anion exchange and biliary bicarbonate excretion. World J Gastroenterol. 2006;12:3496-511. SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 19 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Nuevas terapias moleculares del carcinoma hepatocelular J.M. Llovet BCLC Group. Servei d’Hepatologia. Hospital Clínic. IDIBAPS. Barcelona. España. Mount Sinai Liver Cancer Program. Division of Liver Diseases. Mount Sinai School of Medicine. Nueva York. Estados Unidos. INTRODUCCIÓN La incidencia del carcinoma hepatocelular (CHC) se ha duplicado en las últimas 4 décadas en Estados Unidos y Europa. Esta dramática tendencia, atribuida al incremento de pacientes infectados por el virus de la hepatitis C (VHC), ha suscitado un mayor interés de la comunidad científica por esta neoplasia. Globalmente, es el quinto tumor con mayor incidencia, y la tercera causa de muerte atribuida al cáncer en el mundo1. Es una de las pocas neoplasias en las se han identificado los factores etiológicos fundamentales. La cirrosis hepática, principalmente relacionada con la infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB) o el de la hepatitis C (VHC), es el principal factor de riesgo. En estos pacientes, la incidencia acumulada de CHC a los 5 años es del 15-20%2. La aplicación de programas de vigilancia en pacientes de riesgo ha permitido que, actualmente, cerca del 30-40% de los pacientes se diagnostique en fases iniciales de la enfermedad, y sean tratados con intención radical1. En estos momentos, el CHC es un problema de salud pública de primera magnitud, y las estimaciones son que su incidencia aumentará, tanto en Europa como en Estados Unidos. La complejidad en el tratamiento del CHC se debe a que este tumor es único en cuanto a heterogeneidad de etiologías (infección por el VHC o el VHB, alcohol y otras) y distribución geográfica. Se presenta en la mayoría de los casos en el contexto de una cirrosis hepática, lo que complica la aplicación de criterios de selección terapéuticos y de inclusión en ensayos clínicos. Finalmente, es el único tumor sólido que puede tratarse mediante trasplante. Recientemente, se han producido avances en el conocimiento de la patogenia de esta enfermedad3-7, así como en su estrategia terapéutica1,2, que proporcionan un nuevo contexto en el que explorar futuras alterativas terapéuticas. Correspondencia: Dr. J.M. Llovet. Profesor Investigación-ICREA. Servei d’Hepatologia. Hospital Clínic. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] AVANCES EN EL CONOCIMIENTO DE LA HEPATOCARCINOGÉNESIS Algunos estudios recientes de genética y biología molecular han aportado una visión más exhaustiva y comprensible de las anormalidades genéticas y las alteraciones reguladoras implicadas en el proceso tumoral3-7. Sin embargo, la utilidad de los estudios publicados sobre la patogenia molecular del CHC está limitada por diversos factores. En primer lugar, el análisis conjunto de tumores con distintas etiologías –y aparentemente distinta patogenia– puede dificultar la interpretación de los resultados, particularmente en estudios con tamaños de muestra modestos. En segundo lugar, el análisis genómico debe considerar los distintos estadios evolutivos en que se han recogido las muestras, considerando que aun con una patogenia común la evolución de la neoplasia induce alteraciones estructurales y desregulaciones de las vías de señalización no presentes en estadios iniciales. El 80% de los CHC asientan sobre el hígado cirrótico, por lo que es fundamental llevar a cabo un análisis metódico de la expresión génica en tejido normal, cirrótico, nódulo displásico y cáncer. La secuencia de eventos que determinan la hepatocarcinogénesis no se ha dilucidado por completo. Recientemente, se han caracterizado algunas alteraciones genéticas y se ha establecido el papel de varias vías de transducción de señales implicadas en la progresión y la diseminación de la neoplasia3-7. Alteraciones genéticas y epigenéticas Diversos factores etiológicos provocan continuos ciclos de daño y reparación de los hepatocitos que culminan en la enfermedad crónica del hígado. Los nódulos de regeneración hepáticos tienen características citológicas normales, en los que la desregulación de las vías de señalización mitogénicas inducen la selección de ciertos clones de células displásicas. Estos clones, organizados en nódulos displásicos y rodeados de un septo fibroso de tejido conectivo, tras ser expuestos a alteraciones genómicas adicionales, adquieren un fenotipo maligno. Recientemente, se ha sugerido que el origen celular del CHC puede ser no Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):19-25 19 SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 20 LLOVET JM. NUEVAS TERAPIAS MOLECULARES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR sólo hepatocitario, sino también de células madre o progenitoras8. Los mecanismos moleculares exactos implicados en todo este proceso aún se desconocen. Las alteraciones genéticas pueden variar desde mutaciones puntuales hasta pérdida o ganancia de brazos cromosómicos. En el cáncer de hígado se han identificado alteraciones estructurales en áreas del genoma, que incluyen algunos genes, como los siguientes: c-myc (8q), ciclina A2 (4q), ciclina D1 (11q), Rb1 (13q), AXIN1 (16p), p53 (17p), IGFR-II/M6PR (6q), p16 (9p), E-cadherina (16q), SOCS (16p) y PTEN (10q). Los genes más frecuentemente mutados en el CHC son p53 y B-catenina5,7. Las alteraciones cromosómicas en el CHC se han analizado mediante técnicas de hibridación genómica comparada, capaz de detectar amplificaciones/deleciones mayores de 10 Mb, y high-density single nucleotide polymorphism (SNP) arrays. Alteraciones en el número de copias en el carcinoma hepatocelular La alteración cromosómica más habitual en el CHC afecta al cromosoma 1q, con frecuencias de amplificación que oscilan entre el 58 y el 78%9. Otros brazos de cromosomas afectados con amplificaciones son 6p, 8q, 17q y 20q, y con deleciones 4q, 8p, 13q, 16q y 17p. Cabe destacar que áreas pequeñas del genoma pueden incluir decenas de genes candidatos. Conceptualmente, los genes situados en regiones de ganancia cromosómica con valores de expresión incrementados suelen ser oncogenes, mientras que los genes localizados en regiones de pérdida cromosómica son genes supresores de tumores. Mutaciones puntuales La mayoría de las mutaciones descritas en el CHC son somáticas, y entre éstas la más estudiada es p53. Este gen supresor está implicado en el control del ciclo celular, la reparación de ADN, la apoptosis y la diferenciación. Numerosos estudios sobre el CHC han constatado una tasa de mutación de p53 elevada en regiones de África y Asia, donde la exposición a aflatoxina es endémica. Esta toxina produce una mutación en p53 en el codón 249. En los países occidentales, donde la ingesta de aflatoxina no es endémica, sólo se observan altas tasas de mutación de p53 en pacientes con CHC asociado a hemocromatosis. La pérdida de p53 es un evento tardío en la hepatocarcinogénesis. Alteraciones epigenéticas El silenciamiento epigenético de la expresión de genes clave en la regulación de la proliferación, la diferenciación y la apoptosis es un fenómeno habitual en el cáncer. Se han observado patrones de metilación aberrantes durante el proceso de la carcinogénesis hepática. Una carac20 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):19-25 terística de las células cancerosas es la presencia en el ADN de discretas áreas de densa hipermetilación sobre un fondo global de hipometilación. La hipermetilación afecta a islas CpG localizadas en las regiones promotoras y a intrones reguladores, particularmente en genes supresores de tumores, como p16INK4a, IGFR-II/MP6, BRCA1 y E-cadherina. El tratamiento con agentes demetilantes, que inhiben la metilación de islas CpG y permiten la reexpresión del gen supresor de tumores, puede resultar prometedor en la inhibición del crecimiento tumoral. Inestabilidad genómica. Telómeros y telomerasa El envejecimiento de las células somáticas se asocia con la reducción de la longitud de los telómeros debido a la incapacidad de las ADN polimerasas para replicar completamente el final del ADN cromosomal. El acortamiento en los telómeros es una característica clave durante la progresión de las enfermedades crónicas del hígado, que, en último término, provoca inestabilidad cromosómica, fusiones entre extremos de cromosomas y muerte celular. La reactivación de la telomerasa restablece la longitud de los telómeros e inmortaliza el fenotipo de las células. En un 90% de los CHC humanos se ha observado una reactivación de la actividad telomerasa10. Principales alteraciones en las vías de señalización El conocimiento de la cascada de eventos moleculares necesarios para el desarrollo del CHC, así como de las vías de señalización intracelular implicadas, es clave para identificar nuevas dianas terapéuticas. En la tabla I se describen las alteraciones publicadas en la transcripción y las mutaciones reportadas de genes clave pertenecientes a estas vías de señalización. -catenina Wnt- La vía de señalización de Wnt es una vía muy conservada durante la evolución, implicada en la regulación de la proliferación, la motilidad, la interacción entre células, la organogénesis y la autorrenovación de células troncales pluripotentes. Se ha visto ampliamente implicada en la oncogénesis, y se ha sugerido que desempeñaría un papel en el mantenimiento de las células troncales cancerosas, por lo que los componentes de esta vía constituirían dianas ideales para la terapia contra el cáncer. Se han descrito 19 ligandos Wnt y 11 receptores transmembrana. En la vía canónica de Wnt, la cascada de señalización se inicia cuando los ligandos estimulan el receptor, Frizzled, y la señal desencadenada provoca la disociación de -catenina de E-cadherina. Las proteínas supresoras AXIN1/2 y APC forman un complejo con la quinasa GSK-3 en el citoplasma promoviendo que -catenina sea fosforilizada, poliubiquitinilada y, posteriormente, degradada por el proteosoma. SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 21 LLOVET JM. NUEVAS TERAPIAS MOLECULARES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR Diversos factores, como las mutaciones somáticas en APC, AXIN1/2, GSK-3 o sobreexpresión del receptor FZD-7, pueden provocar un aumento de la biodisponibilidad de -catenina, que transloca al núcleo y actúa como coactivator de factores de transcripción de la familia TCF/LEF, regulando la actividad de genes de proliferación (c-myc), antiapoptosis (survivina), angiogénesis (VEGF), metástasis (MMP) y ciclo celular (ciclina D). En el CHC, la tasa de mutación de -catenina es del 0-44%, mientras que las mutaciones en APC, AXIN1 y AXIN2 son más raras5. La activación de esta vía es evidente en al menos un tercio de los tumores, en los que se observa acumulación nuclear de -catenina o sobreexpresión del receptor FZD-711. TABLA I. Alteraciones en la expresión y mutaciones puntuales descritas en genes asociados a hepatocarcinogénesis Función Gen Expresión Factores de crecimiento y receptores IGF-II IGFR-II (M6PR) EGF EGFR TGF-alpha K-RAS HGF/c-MET PIK3CA PTEN -catenina E-cadherina c-myc VEGF VEGFR-2 Angiopoietina-2 MMP-14 MMP-9 Topoisomerasa 2A Osteopontina Rb ciclina D1 p53 p16 p27kip Survivina Incrementada Disminuida Incrementada Incrementada Incrementada Incrementada Disminuida Incrementada Disminuida Incrementada Incrementada Incrementada Incrementada Incrementada Incrementada Incrementada Proliferación y diferenciación Angiogénesis Metástasis Hedgehog Esta vía de señalización es fundamental en procesos de diferenciación celular, regeneración y biología de las células troncales. La activación de la vía Heghehog se ha asociado con el desarrollo de diversos tumores sólidos esporádicos de: páncreas, pulmón, próstata y meduloblastoma. Estudios recientes sugieren un posible papel de esta vía en el CHC. Se ha descrito una expresión de Sonic e Indian Hedgehog en CHC humanos y una infraexpresión de genes diana asociados a Gli tras el bloqueo específico de la vía. Además, la actividad de Smo puede provocar una sobreexpresión de c-myc, que ejerce un papel importante en la carcinogénesis hepática. Insulin-like growth factor Es uno de los mensajeros secundarios más importantes de la hormona del crecimiento durante la infancia y la adolescencia. La familia del insulin-like growth factor (IGF) comprende dos ligandos (IGF-I y IGF-II), 2 receptores (IGFR-I y IGFR-II/M6P) y 6 proteínas de unión (IGFBP1-6). La activación de IGF-I induce la activación de vías de señalización MAPK, y PI3K/AKT/GSK-3 y la activación transcripcional de diferentes genes diana, como p27kip1, myc, fos, ciclina B y VEGF. Los modelos transgénicos sugieren que los oncogenes clave de la vía son IGF1R y IGF-II, puesto que su sobreexpresión tejido-específica induce tumores de mama y de pulmón. La expresión del gen IGF-II está aumentada en el 16-40% de los CHC humanos. El receptor IGFR-II/MP6 no tiene actividad tirosincinasa; su función consiste en unir y degradar IGF-II, y se considera un gen supresor de tumores. En un 25% de los casos de CHC se observa una pérdida de heterocigosidad en el locus igfr-2 (6q) junto con mutaciones que inactivan el segundo alelo. Factor de crecimiento epidérmico El receptor del factor de crecimiento epidérmico (epidermal growth factor [EGFR]) es miembro de una familia Ciclo celular Incrementada Incrementada Disminuida Disminuida Disminuida Disminuida Incrementada Mutación 0% 3-42% 0-35% 0-11% 0-44% 0-67% Modificada de Villanueva et al7. de 4 receptores relacionados (ErbB1-ErbB4) que, tras interaccionar con el ligando, desencadenan una actividad tirosincinasa y el inicio de una cascada de transducción de señales intracelulares. Los receptores EGF participan en la compleja regulación de procesos biológicos esenciales, como proliferación celular y superviviencia. Diversos datos sugieren una activación de la vía de EGFR en el CHC, ya sea por sobreexpresión de los ligandos específicos o de sus receptores, u otros mecanismos, como amplificaciones estructurales12. Se han descrito ganancias en 17p, cromosoma en el que reside el locus HER2/neu. La sobreexpresión de EGFR y HER2, que se ha visto correlacionada con un fenotipo tumoral más agresivo con altos valores de proliferación, metástasis intrahepáticas y desdiferenciación tumoral, ha sido el punto de partida para el desarrollo de diversos antagonistas de EGFR, algunos de los cuales han sido aprobados en la práctica clínica. El factor de crecimiento tumoral (TGF) ␣ y el EGF, ligandos de los receptores ErbB, actúan como potentes mitógenos. El factor TGF␣ promueve neoangiogénesis, supervivencia y proliferación de las células tumorales, indirectamente a través de la inducción del factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF). Los CHC son tumores muy vascularizados que muestran una sobreexpresión de VEGFR, en los que su bloqueo se ha probado efectivo in vitro. Asimismo, la inhibición de EGFR mediante anticuerpos monoclonales reduce la expresión de VEGF en líneas tumorales epiteliales y provoca una disminución del crecimiento tumoral y de la angiogénesis asociada en un modelo de xenoinjerto de células tumorales humanas. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):19-25 21 SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 22 LLOVET JM. NUEVAS TERAPIAS MOLECULARES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR Vía de señalización de PI3K/AKT/mTOR Muchos factores de crecimiento celular y citocinas activan esta vía de señalización, cuyo mensajero secundario principal, fosfatidilinositol-3,4,5-trifosfato (PIP3), activa AKT/proteincinasa B (PKB). Akt fosforiliza a su vez numerosos genes diana que regulan la translación de proteínas reguladoras del ciclo celular y, por tanto, promueven la progresión del ciclo celular. PI3K es un heterodímero que consta de una subunidad catalítica (p110␣, p110 o p110␥) asociada a una subunidad reguladora (p85␣, p85 o p55␥). PIK3CA, que codifica p110, está frecuentemente mutado en el cáncer; sin embargo, en el CHC los datos obtenidos no son concluyentes. PTEN es un gen supresor de tumores, mutado o delecionado en muchos cánceres, y cuya expresión está disminuida en tumores avanzados. Al igual que en otras neoplasias, en la inactivación de PTEN pueden estar implicados algunos mecanismos epigenéticos (metilación de islas CpG), asi como pérdidas de heterocigosidad en 10q, la región cromosómica en la que reside PTEN. Finalmente, un mediador importante de la vía de señalización de PI3K/Akt es mTOR, que actúa como regulador en el crecimiento celular y la proliferación, el sensor del estatus nutricional, y permite la progresión de la fase G1 a S. Esta vía está activada en al menos un 20% de los CHC11,13. PERSPECTIVAS DE TRATAMIENTO: TERAPIA MOLECULAR A pesar de los recientes avances en el diagnóstico precoz del CHC, sólo un 30-40% de los pacientes son finalmente subsidiarios de un tratamiento con intención curativa1. Entre estos tratamientos se encuentran la resección quirúrgica, el trasplante ortotópico hepático (TOH) y los tratamientos percutáneos. En pacientes bien seleccionados, tanto el TOH como la resección hepática ofrecen una tasa de supervivencia del 70% a los 5 años, alcanzándose cifras del 50% con los tratamientos percutáneos1. En estos casos, se asume que los tratamientos cambian la historia natural de la enfermedad. En los últimos 25 años, se han evaluado múltiples agentes antitumorales en pacientes con tumores más avanzados. Se han publicado unos 80 ensayos clínicos controlados, que evalúan la quimioembolización, la quimioterápia intraarterial o sistémica, los tratamientos hormonales o inmunomoduladores y la radioterapia interna o externa14. Sólo recientemente se han publicado los efectos significativos sobre la supervivencia en pacientes tratados con quimioembolización con gelfoam y doxorrubicina o cisplatino, en comparación con un grupo control. Estos efectos positivos se han confirmado en un metaanálisis posterior14,15. Por tanto, la quimioembolización se ha propuesto como tratamiento estándar para los pacientes en estadios intermedios de la enfermedad –estadio B de la clasificación BCLC– (tumores multinodulares asintomáticos sin invasión vascular), sobre todo si presentan un funcionalismo hepatocelular preservado (Child-Pugh A). Estos pa22 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):19-25 cientes presentan una mejoría en la mediana de supervivencia: de los 15-16 meses descritos en la historia natural a 18-20 meses tras el tratamiento con quimiomebolización. La investigación en esta área debe centrarse en evaluar la utilidad de la combinación de tratamientos o de nuevas pautas terapéuticas. Los pacientes con CHC avanzado, definido según la clasificación BCLC como estadio C, es decir, con tumor sintomático (ECOG 1-2) o invasión vascular/enfermedad extrahepática, no tienen primera opción terapéutica aprobada por las agencias reguladoras (FDA, EMEA). Esta situación es única en oncología, y constituye una prioridad sanitaria de primera magnitud. Es urgente identificar los nuevos tratamientos que puedan ser evaluados en el contexto de ensayos clínicos controlados en estos pacientes. Únicamente los ensayos clínicos en fase III bien diseñados permitirán modificar las pautas de tratamiento estándar y, por tanto, cambiar las estrategias terapéuticas aprobadas por las sociedades científicas o las agencias reguladoras del medicamento. Terapia molecular: desde la biología molecular al tratamiento La reciente explosión de alternativas terapéuticas moleculares en oncología, asociada al mejor conocimiento de la patogenia del CHC, abre una expectativa esperanzadora en el tratamiento de esta enfermedad. El apartado anterior resume la patogenia del CHC y las dianas moleculares conocidas. Seguidamente, analizaremos los tratamientos moleculares que se han evaluado en el contexto de ensayos clínicos en fases II y III (tabla II). En principio, la mayoría de los tratamientos pretende el bloqueo de las vías de señalización que inducen la proliferación celular y la supervivencia, o de las que inhiben la apoptosis. Alternativamente, otros tratamientos bloquean los factores necesarios para el crecimiento y la diseminación de la enfermedad (p. ej., angiogénesis, activación de la telomerasa), aunque no estén relacionados con el origen del tumor. Ningún agente molecular ha sido aprobado por las agencias reguladoras para uso clínico en el CHC. Recientemente, el mecanismo de acción de estos fármacos se ha revisado con amplitud16-18. Inhibidores de los receptores tirosincinasa La mayoría de los agentes actualmente en desarrollo bloquean los receptores de la tirosincinasa de la membrana celular. Como se ha descrito anteriormente, los ligandos para dichos receptores son EGF, PDGF, VEGF y HGF, entre otros. Estos ligandos activarán las vías de señalización de Ras/Raf/Erk/MAPK, que provocarán, a su vez, la activación de los factores de transcripción c-fos y c-jun, induciendo proliferación celular12 (fig. 1). Mutaciones somáticas de los receptores –particularmente EGFR– también pueden activar constitutivamente la vía de señalización. Asimismo, la infraexpresión de tumores supresores, SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 23 LLOVET JM. NUEVAS TERAPIAS MOLECULARES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR TABLA II. Agentes moleculares actualmente en estudio en el contexto de estudios en fase II o III en el carcinoma hepatocelular Fármaco Mecanismo de acción Inhibidores de tirosincinasas Sorafenib Erlotinib/gefitinib Erlotinib + bevacizumab Cetuximab Lapatinib Sunitininb Agentes antiangiogénicos Bevacizumab Thalidomide Otras terapias moleculares Bortezomib Nolatrexed T138067 Fase Inhibidor del RAF/VEGF (TKI) Inhibidor del EGFR (TKI) Inhibidor del EGFR (TKI), inhibidor VEGF Inhibidor del EGFR (Ac) Inhibidor del EGFR/Her2/Nu (TKI) Inhibidor del PDGFR/VEGFR/KIT (TKI) III II II II II II Inhibidor VEGF (Ac) Antiangiogénico II III Inhibidor del proteasoma Thymidylate synthase Inhibidor de la tubulina II II (negativo) III (negativo) TKI: inhibidor de la tirosincinasa; Ac: anticuerpo monoclonal. Molecular targeted therapies in HCC Growth factors receptos pathway Growth factors IGF-1/IGF-2 (EGF, VEGF, PDGF…) Eriotinib Bevacizumab Cetuximab Sorafenib IGFBP3 EGFR VEGFR PDGFR IGFR-I PIP2 p85 RAS PI3K RAF Sorafenib p110 VEGF: TKI: Sorafenib Ab: Bevacizumab Cell survival Cell cycle TSC Proliferation p70s6 Translation (5’ TOP) Gefitinib Ab: Cetuximab PIP3 Rapamycin mTOR ERK EGFR: TKI: Erlotinib, Lapatinig PTEN Akt MEK Targets and agents 4E-BP1 Translation RAF: TKI: Sorafenib mTOR: Rapamycin Proteasome inhibitors: Bortezomib (Cap-Dependent) Fig. 1. Esquematización de la vía de señalización de receptores tirosincinasa: PI3k/Akt –que genera principalmente señales de supervivenvia– y Ras/MAPK –que genera señales de proliferación–. Se mencionan los principales agentes inhibidores evaluados en el carcinoma hepatocelular. (Cortesía de A. Villanueva.) como NORE1, es casi universal en estadios avanzados de la enfermedad. Alternativamente, estos factores de crecimiento pueden inducir la vía de señalización de PI3k/ mTOR, que tiene unos inhibidores específicos, como veremos más adelante13. El bloqueo de la activación de esta vía puede conseguirse mediante anticuerpos monoclonales contra el receptor EGFR1 (cetuximab), Her-2/un (trastuzumab), o ambos (lapatinib). Cetuximab (Erbitux®) está aprobado por la FDA para el tratamiento del cáncer de colon, y trastuzu- mab (Hercepin®) para el cáncer de mama metastásico. Alternativamente, se puede inhibir la activación de esta vía mediante inhibidores tirosincinasa contra EGFR1, como erlotinib (Tarceva®) o gefitinib (Iresa®). Erlotinib es útil en el tratamiento del cáncer de pulmón (NSCLC) avanzado. Estudios experimentales in vitro han demostrado una actividad antitumoral de erlotinib en líneas celulares de CHC, y de gefitinib en la prevención del desarrollo de CHC en ratas cirróticas. Erlotinib se ha evaluado en pacientes con CHC en estadio intermedio-avanzado, y Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):19-25 23 SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 24 LLOVET JM. NUEVAS TERAPIAS MOLECULARES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR en un estudio en fase II realizado en 38 pacientes ha mostrado una estabilidad tumoral de más de 4 meses en la mitad de los casos19. Actualmente se está evaluando la combinación de erlotinib con un anticuerpo monoclonal contra VEGF, bevacizumab. A pesar de que las mutaciones de Her-2/un son escasas en el CHC, el uso de fármacos que bloqueen los 2 receptores de EGFR han mostrado resultados esperanzadores en estudios preclínicos, y se están evaluando en la actualidad en estudios en fase II (lapatinib). Sorafenib es un inhibidor de múltiples cinasas de membrana o citoplasmáticas, como Raf, VEGF-2, c-Kit y p38. Este fármaco aumenta la supervivencia libre de progresión en el cáncer de riñón, indicación para la que recientemente se ha aprobado su uso. Los resultados preclínicos muestran una actividad antitumoral en modelos animales xenograft de CHC. En cuanto a los ensayos clínicos, el estudio en fase II con 137 pacientes mostró una estabilidad de la enfermedad durante más de 4 meses en el 35% de los pacientes, y repuestas parciales/menores en el 10%20. Los pacientes con activación de Ras/MAPK (demostrada mediante positividad para la tinción de pERK) presentaron un TTP (time to progression) de 178 días, frente a sólo 46 días en los pacientes sin activación evidente de Ras/MAPK. Sorafenib es el único inhibidor de tirosincinasa que se ha evaluado en Occidente en un estudio en fase III como tratamiento primario en una población de 560 pacientes con CHC avanzado, y como tratamiento adyuvante de la quimioembolización en una población de 400 pacientes con CHC intermedio en Japón. Los resultados finales del primer estudio estarán disponibles durante 2007. Se han identificado otras dianas terapéuticas en las vías de señalización de EGFR/Ras/MAPK y la familia de IGFR. Sin embargo, los fármacos que las inhiben están aún en fase preclínica. Inhibidores de PI3K/Akt Cerca de una cuarta parte de los pacientes con CHC presentan una activación de la vía de PI3k/Akt, demostrada por la presencia de una intensa fosforilización de Akt en el estudio inmunohistoquímico. Esta activación puede ser el resultado de un incremento en la señal producida por la sobreexpresión de ligandos como EGF, IGF-1 o IGF-2, o alternativamente como resultado de la presencia de mutaciones puntuales que activan oncogenes (PI3K) o inactivan tumores supresores (PTEN). La activación de akt induce la inhibición de la apoptosis por diversos mecanismos, y aumenta la supervivencia celular. La principal de esas vías está canalizada a través de las proteínas mTOR y S6. El fármaco inhibidor fundamental de mTOR es rapamicina, que ha mostrado ser efectiva en estudios con líneas celulares de CHC. Asimismo, algunos autores han sugerido que este fármaco, usado también como inmunosupresor tras el trasplante hepático, inhibiría el crecimiento de las células neoplásicas tras el trasplante en pacientes con CHC. La solidez de esa hipótesis no se ha 24 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):19-25 sustentado con datos clínicos convincentes. En la actualidad, se han diseñado ensayos clínicos en fase III para evaluar el efecto antitumoral de rapamicina en pacientes con CHC tratados mediante trasplante hepático. Los estudios con everolimus y temsirolimus para el tratamiento del CHC primario están aún en fases preclínicas. Inhibidores de la angiogénesis El CHC es un tumor característicamente hipervascular. Este hecho está presente ya en fases iniciales de la enfermedad, cuando el diámetro tumoral es inferior a 2 cm. De hecho, las técnicas modernas de imagen mediante resonancia magnética pueden establecer actualmente el diagnóstico no invasivo inequívoco de CHC en un tercio de los tumores de 1-2 cm. Este hecho se acompaña característicamente de la sobreexpresión de factores proangiogénicos, como VEGF, angiopoyetina 2 y PDGF. Algunos estudios han sugerido, incluso, que los valores plasmáticos aumentados de VEGF son un factor de mal pronóstico. Estos datos proporcionan la base racional para utilizar fármacos antiangiogénicos en el CHC, ya sean anticuerpos monoclonales (bevacizumab) o inhibidores de la tirosincinasa (sunitinib, sorafenib). Bevacizumab (Avastin®) es un anticuerpo monoclonal humanizado que está aprobado para el tratamiento de las metástasis hepáticas, y para el cáncer de mama. El único estudio reportado en fase II en tumores hepáticos muestra una aceptable actividad antitumoral, con un 10% de respuestas objetivas y casi un 60% de enfermedad estable durante más de 4 meses. Sin embargo, 5 de los 33 pacientes tratados presentaron efectos adversos relevantes, y se ha llegado a producir en 1 de estos casos el fallecimiento como resultado de una hemorragia digestiva. Los inhibidores de la tirosincinasa VEGF que se están evaluando actualmente son sorafenib (en fase III), sunitinib (en fase II) y BMS-582664 (en fase II). Sunitinib es un inhibidor multicinasa, actualmente en fase de evaluación en pacientes con CHC, que se ha aprobado por el mecanismo acelerado de la FDA en función de los resultados de respuesta antitumoral en el cáncer de riñón. Otros fármacos con mecanismos de acción más complejos, como la talidomida, que actúa directamente sobre la célula endotelial, se están evaluando en estudios en fase III en Taiwán, a pesar de que los datos de estudios en fase II son desalentadores en Occidente. Otros agentes moleculares A pesar de que la vía canónica de Wnt está activada en al menos un 30% de los pacientes con CHC11, no hay fármacos que bloqueen efectivamente su activación sin la producción de efectos adversos relevantes. Las dianas extracelulares de la vía de Wnt son múltiples (tanto ligandos Wnt, como receptores frizzle). Algunos estudios preclínicos han mostrado una actividad con el fármaco lCG-001 que bloquea la transcripción de genes tras la transloca- SESION 1. DOC04 (19-25).qxp 12/2/07 11:02 Página 25 LLOVET JM. NUEVAS TERAPIAS MOLECULARES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR ción de -catenina al núcleo. Asimismo, cobran importancia los fámacos que inhiben la activación del proteasoma, impidiendo, por ejemplo, la eliminación del oncogén NF-B. Los resultados del ensayo en fase II con bortezomib (Velcade®), actulamente aprobado para el tratamiento del mieloma, no han sido muy alentadores. Finalmente, la telomerasa se considera una diana adecuada para testar los agentes biológicos, asumiendo que no está usualmente expresada en células normales y que su activación es imprescindible para la inmortalidad de las células neoplásicas. No hay agentes biológicos útiles contra esta diana, aunque actualmente se están evaluando vacunas para inmunizar contra el TERT en el contexto de ensayos clínicos en fase II. Diseño de ensayos clínicos con las terapias moleculares El mecanismo de acción de los agentes biológicos contra dianas moleculares ha originado un debate sobre los objetivos principales y secundarios de los ensayos clínicos controlados. Es obvio que el efecto principalmente citostático de estos agentes impide utilizar la respuesta terapéutica como objetivo principal de los estudios en fase II. De hecho, se han demostrado mejorías en la supervivencia de los pacientes con el uso de bevacizumab en las metástasis hepáticas, de erlotinib en el cáncer de pulmón avanzado y de sorafenib en el cáncer de riñón, con respuestas objetivas inferiores al 10%. Por tanto, en la actualidad se considera más adecuado adoptar un objetivo que capte mejor los beneficios inherentes a la obtención del control de la enfermedad tumoral durante períodos clínicamente relevantes. Estos objetivos tienen que ser dependientes del tiempo (time to event). La supervivencia libre de progresión se considera el objetivo más adecuado en la mayoría de cánceres, aunque es demasiado vulnerable en el área del CHC, puesto que combina 2 eventos, progresión y muerte de cualquier etiología. Por ello, una conferencia reciente de expertos en diseño de ensayos clínicos en CHC ha recomendado el uso de time to progression (tiempo entre la inclusión en el estudio y la progresión radiológica de la enfermedad) como objetivo prioritario en estudios en fase II, y la supervivencia como objetivo irrenunciable en estudios en fase III. BIBLIOGRAFÍA 1. Llovet JM, Burroughs A, Bruix J. Hepatocellular carcinoma. Lancet. 2003;362:1907-17. 2. Bruix J, Sherman M. Management of hepatocellular carcinoma. Hepatology. 2005;42:1208-36. 3. Farazi P, DePinho R. Hepatocellular carcinoma pathogenesis: from genes to environment. Nature Rev. 2006;6:674-87. 4. Thorgeirsson S, Grisham J. Molecular pathogenesis of human hepatocellular carcinoma. Nature Genetics. 2002;31:339-46. 5. Bruix J, Boix L, Sala M, Llovet JM. Focus on hepatocellular carcinoma. Cancer Cell. 2004;5:215-9. 6. Lemmer E, Friedman S, Llovet JM. 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España. INTRODUCCIÓN La hepatitis alcohólica (HA) es una entidad caracterizada por una lesión necroinflamatoria hepática asociada con grados variables de esteatosis y fibrosis, que se localiza preferentemente en la zona 3 del acino hepático. La lesión típica consiste en focos de necrosis hepatocelular con un infiltrado inflamatorio formado por leucocitos polinucleares, aunque también puede observarse un infiltrado por células mononucleadas. Algunos hepatocitos contienen un material eosinófilo en su interior derivados de la condensación de los filamentos intermediarios del citosqueleto. La extensión de la fibrosis es variable, pero generalmente las fibras de colágeno tienen una distribución pericelular y perivenular, que da lugar a un patrón muy característico. La HA puede presentarse de forma aislada, pero muy frecuentemente coexiste con una cirrosis. Menos del 15% de los alcohólicos crónicos presenta una HA, incluso después de décadas de consumo elevado de alcohol. La gravedad de la HA es muy variable, desde formas asintomáticas que se diagnostican en pacientes sin ninguna manifestación clínica y únicamente presentan alteraciones analíticas, hasta formas muy graves1. Este espectro clínico tan diverso explica el amplio rango de mortalidad. En pacientes hospitalizados, la tasa de mortalidad oscila entre el 5 y el 25%, si bien es mucho más elevada en los pacientes que tienen una notable insuficiencia hepatocelular con ictericia, encefalopatía y baja tasa de protrombina. En estos casos, la mortalidad puede alcanzar hasta el 75-80% de los casos, aunque generalmente es del 50%2. Las variables que se asocian con una baja probabilidad de supervivencia son la bilirrubina, la tasa de protrombina, la presencia de ascitis, encefalopatía hepática, insuficiencia renal y una infección bacteriana3. De hecho, Maddrey et al4 describieron hace años una función discri- minante para establecer la gravedad de la HA, función que usualmente se utiliza para catalogar la HA como grave. La función discriminante se calcula de la siguiente forma: 4,6 ⫻ tiempo de protrombina – tiempo control (s) + bilirrubina sérica (mg/dl). Los valores superiores a 32 pronostican una alta mortalidad. Esta función discriminante se ha aplicado como indicador de gravedad en la mayoría de los ensayos clínicos terapéuticos. Más recientemente, se ha señalado que el modelo pronóstico de enfermedad hepática terminal (MELD) también se relaciona con la gravedad de la hepatitis alcohólica, y algunos estudios indican que tendría mayor sensibilidad y especificidad que el modelo clásico de Maddrey5. Asimismo, se ha descrito un nuevo modelo pronóstico de hepatitis alcohólica grave, conocido como escala Glasgow, que incluye la edad, la bilirrubina, el tiempo de protrombina y la urea, así como el recuento de leucocitos. Este modelo ha sido validado en una serie independiente, y aparentemente discrimina mejor el pronóstico de los pacientes a 28 y 84 días, si se compara con la función discriminante de Maddrey o con el modelo MELD6. Sin embargo, todavía es un procedimiento muy reciente y no está suficientemente contrastado. El avance en el descubrimiento de tratamientos específicos para la HA se ha visto comprometido por el escaso conocimiento de la patogenia de la enfermedad. Así, se han propuesto tratamientos que pretenden resolver distintos aspectos, pero ninguno de ellos ha sido suficientemente eficaz, o es motivo de controversia. También debe señalarse que únicamente parece razonable aplicar un tratamiento específico en los casos de HA con grave insuficiencia hepatocelular y con probabilidad de supervivencia muy reducida a corto plazo. En los demás casos parece suficiente la abstinencia, por lo menos hasta que no se disponga de una terapia suficientemente eficaz y segura. En la tabla I se indican los procedimientos y las pautas terapéuticas aplicadas a los pacientes con HA. Financiado en parte con las ayudas del Instituto de Salud Carlos III C03/02 y PI05/1285. Correspondencia: Dr. A. Parés. Unidad de Hepatología. Hospital Clínic. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] 26 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):26-32 ABSTINENCIA La abstinencia de alcohol es el único procedimiento que se asocia con una clara mejoría del pronóstico de la HA. SESION 2. DOC01 (26-32).qxp 12/2/07 11:04 Página 27 PARÉS A. TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS ALCOHÓLICA Deben establecerse medidas para intentar mantener al paciente abstinente, proporcionar una buena información a él y a sus familiares, así como facilitar un soporte psicológico que mejore de forma considerable la eficacia terapéutica, lo cual se asocia con una notable prolongación de la supervivencia en los pacientes con hepatopatía alcohólica grave (fig. 1). También puede utilizarse naltrexona o acamprosato para favorecer el tratamiento de la adicción, pero estos fármacos deben prescribirse con cautela en pacientes con una notable disfunción hepática. La abstinencia, sin embargo, puede ser insuficiente, ya que algunos pacientes con HA pueden progresar a una cirrosis incluso permaneciendo abstinentes3. CORTICOIDES Los corticoides son fármacos con propiedades antiinflamatorias e inmunosupresoras, que además inhiben la producción de colágeno, estimulan el apetito y aumentan la síntesis de albúmina. Los corticoides inhiben el factor nuclear NF-B lo que implica, entre otras cosas, una disminución de la secreción de citocinas proinflamatorias por las células de Kupffer. Basados en estas capacidades, tanto la prednisona como la prednisolona han sido los fármacos utilizados más frecuentemente en la hepatitis alcohólica grave. Se han publicado hasta 13 ensayos controlados y aleatorizados en pacientes con HA2,4. La dosis más habitual ha consistido en la administración diaria de 40 mg de prednisona durante períodos de 4-6 semanas. El primer ensayo, publicado en 19717, observó una disminución significativa de la mortalidad a los 4 meses. Esta disminución de la mortalidad fue todavía más notable en el subgrupo de pacientes con encefalopatía hepática. Hasta 1987 se publicaron otros 9 ensayos negativos sobre el efecto de los corticoides en la HA2, aunque en alguno de estos estudios se apuntaba un cierto efecto favorable en los pacientes encefalopáticos. TABLA I. Tratamientos utilizados en la hepatitis alcohólica Abstinencia de alcohol Procedimientos con resultados generalmente positivos Corticoides Nutrición enteral o parenteral Pentoxifilina (un único estudio) Agentes frente al factor de necrosis tumoral alfa Infliximab Etanercept Pentoxifilina Soporte hepático artificial Diálisis con albúmina Pautas o agentes con resultados inciertos Antioxidantes Vitaminas y oligoelementos S-adenosil-metionina Silimarina Cianidanol Ácido tióctico Otros agentes Anabolizantes Propiltiouracilo Insulina y glucagón Colchicina D-penicilamina Hay otros 2 estudios que han observado un claro efecto beneficioso de los corticoides sobre la supervivencia. El primero de ellos incluyó a 66 pacientes con HA grave. La mortalidad al cabo de un mes en los pacientes tratados con corticoides fue significativamente menor que en el grupo que recibió placebo8. El otro estudio, efectuado en Francia, incluyó a 61 pacientes con HA diagnosticada mediante histología, con unos criterios de inclusión y una pauta terapéutica similar al otro estudio. La mortalidad durante el período de tratamiento y a los 6 meses fue significativamente menor en el grupo tratado con corticoides que en el grupo placebo, y este efecto también se confirmó en los pacientes con encefalopatía hepática9. Sin embargo, la eficacia de los corticoides en la HA no es tan clara atendiendo a los resultados contradictorios de 5 metaanálisis. Cuatro de ellos observan un efecto beneficioso, especialmente en los pacientes con encefalopatía, Probabilidad de supervivencia 1 0,9 Abstinentes 0,8 p = 0,003 0,7 0,6 No abstinentes 0,5 0,4 Fig. 1. Probabilidad de supervivencia en los pacientes con una hepatopatía alcohólica grave según la persistencia de la ingesta de alcohol. 0 300 600 900 1.200 1.500 1.800 2.100 Días Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):26-32 27 SESION 2. DOC01 (26-32).qxp 12/2/07 11:04 Página 28 Probabilidad de supervivencia (%) PARÉS A. TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS ALCOHÓLICA 100 Corticoides 80 NET (intención de tratar) TEN (protocolo) 60 40 20 p = 0,26 (intención) p = 0,45 (protocolo) 0 0 60 120 180 Días 240 mientras que el otro concluyó que los corticoides no influyen en la mortalidad, independientemente de si los pacientes tienen encefalopatía hepática10. Se dispone de resultados más recientes de un estudio en el cual se combinaron los datos individuales de 3 ensayos controlados, que incluían exclusivamente a los pacientes con HA y encefalopatía hepática y/o una función discriminante de Maddrey superior a 3211. Este estudio indica que el tratamiento con corticoides mejora la supervivencia. Una carencia de este estudio es que en 2 de los ensayos originales no se incluyeron pacientes que habían tenido una hemorragia digestiva, y que el diagnóstico histológico de enfermedad sólo se contempló en uno de los ensayos originales. A pesar de estas limitaciones, el elevado número de pacientes (102 con placebo y 113 con corticoides) da fortaleza a los resultados y, por tanto, parece razonable la administración de corticoides en pacientes con HA con una función discriminante superior a 32, con o sin encefalopatía hepática. A pesar de estas observaciones, el tratamiento con corticoides en la HA grave todavía está sujeto a controversia si nos basamos en los resultados del ensayo español, en el cual se comparaba el efecto de los corticoides frente a la nutrición enteral total en 71 pacientes (fig. 2). La administración de corticoides se asoció con una alta tasa de mortalidad en las semanas inmediatas después de finalizar el tratamiento, básicamente debido al desarrollo de infecciones12. Todos los ensayos realizados con corticoides destacan que, a pesar de una relativa buena respuesta, la mortalidad sigue siendo elevada, en parte relacionada con la incidencia de infecciones bacterianas. En este sentido, se ha postulado que una bilirrubinemia inferior a la basal a los 7 días de tratamiento discrimina a los pacientes con buena o mala respuesta a los corticoides. Por tanto, estaría indicado proseguir el tratamiento con corticoides en los pacientes con una buena respuesta y, por el contrario, establecer otras terapias en los pacientes sin esta respuesta a la semana del inicio de la corticoterapia13. 28 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):26-32 300 360 Fig. 2. Probabilidad de supervivencia de la hepatitis alcohólica grave tratada con nutrición parenteral total o con corticoides. NUTRICIÓN La influencia del la desnutrición en el desarrollo de HA no está suficientemente dilucidada, ya que por una parte hay datos que sugieren que sería uno de los factores patogénicos relevantes en el desarrollo de la lesión, pero no se puede excluir que, en parte, las deficiencias nutricionales sean consecuencia de la misma enfermedad. Un aspecto más conocido es la relación entre la intensidad de la desnutrición calórico-proteica y la gravedad y la mortalidad de la HA14, y que conseguir un balance nitrogenado positivo es un claro determinante de la mayor supervivencia en los pacientes hospitalizados por HA. Todos estos aspectos constituyen, por tanto, la base racional para el suplemento nutricional en esta enfermedad; de hecho, se han ensayado diferentes dietas basadas en la administración de caseína, proteínas o aminoácidos, tanto por vía parenteral como enteral. La administración de suplementos nutricionales enriquecidos con aminoácidos ramificados por vía oral, durante un mes, se asoció con una mejoría de los parámetros nutricionales, pero no se observaron cambios en las pruebas de función hepática ni en la mortalidad. En otro estudio, que administraba suplementos proteicos, no se observaron diferencias en la tasa de mortalidad entre el grupo control y el grupo suplementado. En este mismo estudio, la mortalidad fue significativamente superior en los pacientes que no consiguieron alcanzar un balance nitrogenado positivo, con independencia de la dieta. Sin embargo, Cabré et al15 publicaron un estudio que indicaba claramente que la nutrición enteral total con una dieta enriquecida con aminoácidos ramificados se asociaba con una menor mortalidad en los pacientes alcohólicos, la mayoría con cirrosis. En otros 2 estudios el suplemento nutricional con hidrolizados de caseína comportó cambios favorables sobre las manifestaciones clínicas y analíticas de la función hepática, pero no se constató un efecto beneficioso sobre la mortalidad. Se han publicado 7 estudios controlados de nutrición parenteral en pacientes con HA. En pacientes con enferme- SESION 2. DOC01 (26-32).qxp 12/2/07 11:04 Página 29 PARÉS A. TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS ALCOHÓLICA dad grave, la administración parenteral de aminoácidos durante un mes se asoció con una mayor mejoría clínica y analítica y con una mejor supervivencia16, resultados que no se han confirmado en otros estudios. La nutrición en la HA también se ha asociado con una mayor recuperación de los niveles de albúmina y de la capacidad de eliminación de la galactosa y de la mejoría de los índices nutricionales y de los parámetros de función hepática17. El estudio controlado y aleatorizado español, en el cual se compararon la nutrición enteral total frente a la administración de corticoides en la HA grave, observó una supervivencia a corto plazo similar en los pacientes tratados con nutrición enteral y con corticoides12. En este estudio se sugería la posibilidad de un tratamiento combinado de nutrición enteral y corticoides; de hecho, los resultados de un estudio piloto realizado en 13 pacientes con las mismas características apoyarían esta pauta terapéutica, ya que la mortalidad dentro del período de tratamiento fue de sólo 2 casos (15%)18. De todos estos estudios se puede deducir que la administración de suplementos dietéticos mejora el estado nutricional y el balance nitrogenado, y no tiene efectos secundarios notables en los pacientes con HA. Además, la mayoría de los ensayos indican que los suplementos nutricionales mejoran de una forma más rápida los índices de función hepática si se compara con el tratamiento estándar. A pesar de que no se observan efectos favorables sobre la supervivencia, es aconsejable que los pacientes con HA consuman diariamente por lo menos 30 kcal/kg y 1 g de proteínas/kg, con el fin de mantener el suficiente aporte calórico y proteico. ANTIOXIDANTES El consumo continuado de alcohol produce una disminución de las defensas antioxidantes del huésped y aumenta el estrés oxidativo. Los alcohólicos crónicos tienen una disminución de distintos metales y oligoelementos, como el selenio, el cinc y el manganeso, que intervienen en la actividad de enzimas antioxidantes, como las superóxido dismutasas, así como de las vitaminas antioxidantes A, C y E y la coenzima Q. Por todo ello, se han realizado varios estudios, en los que se ha analizado el efecto de la administración de distintos antioxidantes en la HA. En un estudio controlado, efectuado en 56 pacientes, se observó que la administración diaria de 600 mg de vitamina E más 200 g de selenio y 12 mg de cinc se asociaba con una menor mortalidad hospitalaria que la observada en el grupo placebo19. En un segundo estudio controlado, que comparaba el efecto de 1.000 mg/día de vitamina E frente a placebo durante 3 meses, se demostró que la vitamina E mejoraba más rápidamente los indicadores de disfunción hepática, particularmente la albúmina. En este estudio se observó, además, un efecto beneficioso de la vitamina E sobre algunos índices de fibrogénesis, en el sentido de que el ácido hialurónico disminuyó de forma significativa con vitamina E pero se mantuvo igual cuando se administró placebo. La supervivencia al año fue similar en los 2 grupos20. La administración de un combinado de agentes antioxidantes (betacaroteno, ácido ascórbico, vitamina E, selenio, metionina, alopurinol, desferrioxiamina y N-acetil cisteína) no ha mostrado mayor eficacia que la administración de corticoides en una amplia serie de pacientes con hepatitis alcohólica grave. De hecho, en el estudio que incluyó a 53 pacientes tratados con 30 mg/día de prednisolona y 48 pacientes tratados con el combinado de antioxidantes, se constató una mayor mortalidad a los 30 días en el grupo tratado con antioxidantes21. Podría sugerirse que en realidad los pacientes habrían recibido un placebo, o bien que la capacidad de estos agentes es muy limitada en los pacientes con HA grave. En la hepatitis alcohólica también se han evaluado otros antioxidantes, como la silimarina, con eficacia incierta22, de forma similar a lo descrito en pacientes con cirrosis hepática23. Asimismo, hay datos sobre la potencial eficacia de la S-adenosilmetionina en los pacientes con cirrosis alcohólica en estadios A y B de Child24. La eficacia del cianidanol y del ácido tióctico tampoco ha sido clara en la HA. ESTRATEGIAS TERAPÉUTICAS FRENTE AL FACTOR DE NECROSIS TUMORAL ALFA Pentoxifilina Algunos datos sugieren que el TNF-␣ desempeña un papel fundamental en la patogenia de la lesión hepática inducida por el alcohol, tanto en modelos experimentales, como en la enfermedad humana. En este sentido, se ha señalado que los monocitos procedentes de pacientes con HA producen TNF-␣ de forma constitutiva cuando se exponen a la acción de la endotoxina. Por otra parte, los pacientes con HA tienen valores elevados de TNF-␣ que, a su vez, se correlacionan con la mortalidad25. Basados en esta información, Akriviadis et al publicaron unos resultados prometedores sobre el efecto de la pentoxifilina en la HA26. La pentoxifilina es un inhibidor no selectivo de la fosfodiesterasa que aumenta las concentraciones intracelulares de monofosfato de adenosina y de monofosfato de guanosina, lo cual finalmente inhibe la producción de TNF-␣. En el ensayo prospectivo, aleatorizado y doble ciego, se trató a 49 pacientes con 1.200 mg diarios de pentoxifilina por vía oral, divididos en 3 dosis, y 52 pacientes recibieron vitamina B12 como placebo durante 4 semanas. La pentoxifilina alargó la supervivencia, ya que fallecieron 12 pacientes (24,5%) tratados con este agente en comparación con 24 (46%) del grupo placebo (fig. 3). La pentoxifilina mejoró el síndrome hepatorrenal en el 65% de los individuos tratados. Cabe destacar que el efecto sobre la supervivencia dependió en gran parte de la resolución del síndrome hepatorrenal, lo cual indicaría que este agente tiene una acción sobre los cambios circulatorios inducidos por la insuficiencia hepática. Sorprendentemente, no se observaron modificaciones significativas en los valores circulantes de TNF-␣, pero se advirtió un cierto efecto de la pentoxifilina para disminuir las inGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):26-32 29 SESION 2. DOC01 (26-32).qxp 12/2/07 11:04 Página 30 PARÉS A. TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS ALCOHÓLICA 60 Porcentaje 50 40 30 20 10 0 Pentoxifilina Placebo Fig. 3. Mortalidad al año de los pacientes con hepatitis alcohólica grave tratados con pentoxifilina o placebo terleucinas (IL) 6 y 8. Es evidente que faltan nuevos estudios que confirmen esta interesante observación y que permitan desentrañar los mecanismos fisiopatológicos de la acción beneficiosa de la pentoxifilina en la HA. ␣ Anticuerpos anti-TNF-␣ El infliximab es un anticuerpo frente al TNF-␣ que se ha ensayado en la HA. Los ensayos iniciales indicaron que el infliximab mejoraba los indicadores bioquímicos de lesión hepática con un aparente buen perfil de seguridad, tanto cuando se utilizaba solo27 o combinado con corticoides28. En el primer estudio, 20 pacientes con HA diagnosticada mediante biopsia, con una función discriminante de Maddrey superior a 32, recibieron diariamente 40 mg de prednisona durante 28 días además de infliximab (5 mg/kg) o placebo en dosis única. Aunque no se observaron cambios en la histología hepática, la función discriminante mejoró de forma significativa en los pacientes tratados con infliximab, pero no en los que recibieron placebo. Además, se observó un descenso significativo de los valores circulantes de IL-6 e IL-8 en el grupo con infliximab28. En el otro estudio, realizado en sólo 12 pacientes con HA grave tratados con 5 mg/kg de infliximab, se observaron resultados similares. Así, tanto la bilirrubina como la función discriminante de Maddrey y los valores de proteína C reactiva y la neutrofilia disminuyeron de forma significativa durante el primer mes, y se observó un súbito pero no significativo descenso de los valores de IL-1b, IL-6 e IL-8. Además, 10 de los 12 pacientes seguían vivos tras una mediana de 15 meses27. Los 2 estudios no indican efectos adversos graves, como infecciones, aunque en el segundo estudio se detectaron 2 casos de septicemia grave dentro de las 4 semanas tras haber recibido el tratamiento. A pesar de que los resultados en los estudios piloto parecían indicar un cierto grado de seguridad de estos agentes, un estudio controlado, doble ciego, realizado en Francia, en el cual se comparaba la administración de infliximab (10 mg/kg) y corticoides frente a corticoides y placebo, mostró una mayor mortalidad a los 2 meses en el 30 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):26-32 grupo con infliximab, por lo cual se suspendió el ensayo, debido al elevado riesgo al que se sometían los pacientes tratados con este agente. En el ensayo se observó una tasa claramente mayor de desarrollo de infecciones graves en los pacientes que recibieron infliximab29. También se han reportado los resultados de la administración de etanercept sobre la supervivencia a corto plazo en los pacientes con HA. Este agente neutralizaría al factor TNF-␣. El estudio piloto prospectivo, efectuado sobre 13 pacientes con HA moderada y grave, mostró que la administración de etanercept (50 mg i.v., seguido por otras 3 dosis de 25 mg s.c. durante 2 semanas) se asoció con una buena tasa de sobrevida, ya que al mes sólo había fallecido un paciente. El tratamiento fue parcial en 3 casos, debido a la aparición de efectos adversos, como infección grave, síndrome hepatorrenal y hemorragia gastrointestinal30. OTROS TRATAMIENTOS CON RESULTADOS INCIERTOS La mayoría de estos tratamientos se han utilizado de forma experimental y en estudios controlados. Como que los resultados son inciertos, no ha prosperado su utilización. Sin embargo, todavía no pueden excluirse definitivamente del amplio listado de pautas terapéuticas propuestas para la HA. La acción de los esteroides anabolizantes en la HA se ha evaluado en varios estudios. Su eficacia es muy limitada y únicamente se ha observado un resultado beneficioso en pacientes con un cierto grado de desnutrición calóricoproteica. Una revisión sistemática sobre la utilidad de los anabolizantes en la hepatopatía alcohólica no pudo demostrar ningún efecto significativo de los esteroides anabolizantes en relación con el curso de la enfermedad, incluida la mortalidad global, la mortalidad relacionada con la enfermedad hepática, las complicaciones de la enfermedad y la evolución histológica31. También se han utilizado el propiltiouracilo, un agente antitiroideo que disminuiría la situación hipermetabólica ocasionada por el consumo de alcohol. En un estudio se demostró que este fármaco mejoraba más rápidamente el índice combinado clínico-biológico32. Otros estudios no fueron tan llamativos, y un metaanálisis no consiguió indicar un efecto significativo del propiltiouracilo en la hepatopatía alcohólica33. Otra de las pautas terapéuticas que se ha propuesto para tratar la HA es la administración de insulina y glucagón, para aprovechar los efectos hepatotróficos de estas hormonas. Se han publicado 6 estudios aleatorizados de esta pauta frente a placebo. Dos estudios mostraron resultados positivos, pero otros 4 ensayos fueron negativos. Además, esta pauta terapéutica no está exenta de complicaciones graves: se han referido episodios de hipoglucemia en todos los estudios, y en un caso la muerte secundaria a esta complicación. La colchicina es un fármaco que se ha utilizado en la hepatopatía alcohólica por sus acciones antiinflamatorias y sobre el metabolismo del colágeno. No hay resultados fa- SESION 2. DOC01 (26-32).qxp 12/2/07 11:04 Página 31 PARÉS A. TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS ALCOHÓLICA vorables de este agente en la HA, si bien los resultados iniciales sugerían una mejoría de la cirrosis alcohólica. En una revisión sistemática del efecto de la colchicina en la hepatopatía alcohólica no se han detectado buenos resultados en cuanto a la mortalidad, el desarrollo de complicaciones o en el curso de la cirrosis34. Más recientemente, se ha indicado la falta de eficacia de la colchicina frente a placebo en un amplio grupo de pacientes con cirrosis alcohólica35. La d-penicilamina es otro agente ensayado en la HA. A pesar de acompañarse de algunos efectos favorables, no hay evidencias claras de su eficacia, por lo menos a corto plazo. trasplante exigen que el paciente permanezca abstinente durante un período de tiempo más o menos prolongado antes de incluirlo en la lista. Aunque no hay datos consistentes, parece razonable incluir en la lista de trasplante a los pacientes que tienen un período de abstinencia de alrededor de 6 meses, ya que este período se asocia con una menor probabilidad de recidiva del alcoholismo tras el trasplante. No obstante, no hay ningún dato sólido que avale esta actitud, y datos muy recientes sugieren que en los pacientes con HA, el trasplante hepático puede ser pertinente tras un período de 3 meses de abstinencia, con el fin de tantear la oportunidad de una recuperación espontánea de la HA39. DIÁLISIS CON ALBÚMINA La aplicación de la diálisis con albúmina, una nueva pauta de detoxificación y soporte hepático, también puede tener un papel para tratar esta enfermedad, en el sentido de permitir la recuperación funcional del hígado enfermo. El fundamento de la diálisis con albúmina, mediante el sis-tema de recirculación con adsorbentes moleculares (MARS), consiste en dializar la sangre del paciente frente a una solución de albúmina, proceso idóneo para eliminar las sustancias y toxinas que circulan ligadas a la albúmina, incluida la bilirrubina y las sales biliares. La diálisis con albúmina puede tener un papel, aplicado solo o en combinación con otros tratamientos. Hasta el momento hay 2 series cortas de pacientes con HA tratados mediante diálisis con albúmina. Un estudio piloto incluyó a 8 pacientes con HA, y observó una mejoría de las pruebas de función hepática, del estado circulatorio, renal y de la encefalopatía hepática, así como una aparente disminución de la mortalidad36. En el otro estudio, realizado en 10 pacientes con HA grave, la aplicación de la diálisis con albúmina se relacionó con una disminución significativa de la bilirrubinemia y un notable descenso del grado de encefalopatía hepática, de tal modo que los 5 pacientes con encefalopatía no tenían esta complicación tras 3 días de tratamiento. La diálisis con albúmina se asoció con una mejoría circulatoria sistémica y un descenso significativo de la actividad de la renina plasmática, la angiotensina y los valores circulantes de óxido nítrico37. Se dispone de datos respecto al efecto beneficioso de esta terapéutica en cuanto a la reducción de la presión portal38. TRASPLANTE HEPÁTICO La alta mortalidad, incluso en los pacientes que permanecen abstinentes, pone en el punto de mira la oportunidad de realizar un trasplante en pacientes con HA grave. La evaluación del potencial efecto favorable del trasplante debe también tener en cuenta el efecto beneficioso de la abstinencia alcohólica. En este sentido, desde un punto de vista práctico no se consideraba que la HA era una óptima indicación para el trasplante, también por el hecho de un consumo de alcohol reciente y el temor de recidiva del consumo tras el trasplante. La mayoría de programas de BIBLIOGRAFÍA 1. Parés A, Bosch J, Bruguera M, Rodés J. Características clínicas y criterios pronóstico en la hepatitis alcohólica. Gastroenterol Hepatol. 1978;1:118-23. 2. Imperiale TF, McCullough AJ. Do corticosteroids reduce mortality from alcoholic hepatitis? A meta-analysis of the randomized trials. Ann Intern Med. 1990;113:299-307. 3. Parés A, Caballería J, Bruguera M, Torres M, Rodés J. Histological course of alcoholic hepatitis. Influence of abstinence, sex and extent of hepatic damage. J Hepatol. 1986;2:33-42. 4. Maddrey WC, Boitnott JK, Bechne MS, Weber FL, Mezey E, White RI. Corticosteroid therapy of alcoholic hepatitis. Gastroenterology. 1978;75:193-8. 5. 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DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 33 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Factores pronóstico de respuesta al tratamiento de la hepatitis C J.I. Esteban Mur Servicio de Medicina Interna y Hepatología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. Barcelona. España. INTRODUCCIÓN Con el tratamiento actual de la hepatitis C –interferón alfa pegilado (PegIFN␣) asociado con ribavirina (RBV)– sólo se consigue una respuesta virológica sostenida (RVS) en aproximadamente el 55% de los pacientes seleccionados. La probabilidad de respuesta es muy variable, en función de los factores basales (tabla I) y dinámicos (respuesta virológica precoz), y oscila entre el 40% en genotipos 1/4 y el 80% en genotipos 2/3. Además de su coste, el tratamiento se asocia con efectos secundarios molestos y está contraindicado en muchos pacientes. Por ello, la predicción de la respuesta debería permitir, idealmente, la selección de los pacientes con posibilidad de respuesta y/o individualizar la pauta terapéutica en función de sus características. La escasa precisión de los factores basales que limitan su utilidad práctica se debe, en parte, a las características de los pacientes incluidos en los estudios de registro, al limitado número de variables investigadas, a los análisis basados en la intención de tratar y al insuficiente conocimiento sobre los mecanismos biológicos de resistencia al IFN. ␣ MECANISMOS DE ACCIÓN DEL IFN␣ Y LA RIBAVIRINA El IFN␣ tiene propiedades antivirales, antiproliferativas e inmunomoduladoras1. Como antiviral, actúa indirectamente, a través de la vía de señalización Jak-STAT, induciendo la transcripción y la traducción de > 500 genes sensibles a su acción (ISG). Los productos de algunos ISG tienen actividad frente al virus de la hepatitis C (VHC), entre los que se incluyen la proteincinasa R (PKR), la 5’ 3’ oligo-adenilato sintetasa (OAS), la adenosina-deaminasa ARN-dependiente tipo 1 (ADAR-1), las Correspondencia: Dr. J.I. Esteban Mur. Servicio de Medicina Interna y Hepatología. Hospital Universitari Vall d’Hebron. P.o Vall d’Hebron, 119-129. 08035 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] [email protected] proteínas Mx y p56, etc., mientras que otros están implicados en el metabolismo lipídico, la degradación proteica y el control de la respuesta inflamatoria. Además, el IFN␣ promueve la maduración, la proliferación y la actividad de las células T, natural killer (NK) y dendríticas, y aumenta la expresión de antígenos de histocompatibilidad (HLA) de clases I y II, lo que favorece la respuesta celular innata y adaptativa. Mediante determinaciones seriadas de carga viral y modelos matemáticos, la respuesta al IFN␣ sigue una cinética en 2 fases2 (figura 1A). Con PegIFN, esta cinética se observa en una parte de los pacientes, mientras otros presentan respuestas multifásicas o no responden en absoluto2. En la figura 1B se resumen los patrones más frecuentes. La RBV, análogo de la guanosina con escaso efecto antiviral sobre el VHC en dosis farmacológicas, potencia el efecto del IFN␣ en forma dependiente de la dosis, y reduce considerablemente la tasa de recidivas. En la figura 2 se resumen los mecanismos de acción de la RBV1. Además de un efecto antiviral directo, potenciado por el IFN, la RBV actúa aumentando y/o estabilizando los mediadores intracelulares de la acción del IFN. La importancia de la RBV se ve confirmada por estudios en los que la RBV (más que al IFN␣) era determinante para lograr una RVS en pacientes con genotipo 1, y por un estudio piloto en que se alcanzó la RVS en el 90% de los pacientes con genotipo 1 y una elevada carga viral, tratados con PegIFN y dosis muy elevadas de RBV. ␣ MECANISMOS DE RESISTENCIA AL IFN␣ Y RIBAVIRINA Como se esquematiza en la figura 3 A, la infección por el VHC induce la producción de IFN a través del reconocimiento de estructuras secundarias en el ARN viral por determinados receptores, como RIG-I y TLR3. Ello da lugar, a través de adaptadores específicos (IPS-1 y TRIF, respectivamente), a la activación de cinasas (KBK-1 y IKK⑀) que fosforilizan el factor de transcripción IRF-3. El IRF-3 activado transloca al núcleo, recluta otros factores de transcripción, e induce la transcripción y la secreGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 33 SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 34 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C TABLA I. Factores basales predictivos de la respuesta al tratamiento con Interferón pegilado y ribavirina Factores virales Genotipo Carga viral Diversidad de cuasiespecies Duración de la infección Mutaciones NS5A Mutaciones core Factores del huésped Sexo Edad Estadio de fibrosis Obesidad, IMC, esteatosis, resistencia a la insulina Origen étnico Alcoholismo, drogas Coinfección por el VIH Factores mixtos ALT GT␥ Citocinas Chemocinas Comentario Mecanismo propuesto Predictor más potente: 2/3 mucho mejor que 1/4 Distinta capacidad de inhibir la señalización intracelular del IFN < CV, similar integridad y respuesta innata y adaptativa Menor CV basal, mejor respuesta. Punto de corte en 4 ⫻ 105 U/ml Aumenta con la duración de la infección Infección aguda del 90% de la RVS independientemente de la CV y el genotipo Mutaciones en NS5A > respuesta. Diferencia geográfica R70Q y/o L91M en C VPN > 90% para RVS en VHC 1b Mejor en mujeres jóvenes Mejor cuanto más joven. Punto de corte en aproximadamente 40 años A menor fibrosis, mejor respuesta. Punto de corte: cirrosis Obesidad, esteatosis, síndrome metabólico, peor respuesta Resistencia a la insulina, predictor independiente de NR Afroamericanos/caribeños/hispanos, peor respuesta (< 50%) Disminuyen la elegibilidad el cumplimiento terapéutico Peor respuesta, aunque en estudios con dosis fija RBV Valores > elevados mejor respuesta, > 3 veces el LSN Valores bajos o normales, mejor respuesta Valores elevados de TNF␣, IL-6, IL-8, leptina, peor respuesta Valores elevados de CXCL10, peor respuesta > variantes escape/bloqueo, respuesta innata/adaptativa Resistencia al IFN adquirida tras la infección < inhibición PKR, < producción IL-8 ¿> Inhibición señalización intracelular IFN? Papel de los estrógenos. Menor IMC < duración infección, enfermedad < avanzada Múltiples factores virológicos y del huésped El aumento de TNF␣, SOCS-3 y el estrés oxidativo inhiben la señalización intracelular de IFN ¿Factores genéticos? Efecto del alcohol sobre la respuesta no confirmado < Cumplimiento, enfermedad > avanzada > comorbilidad ¿Indicador de respuesta inmunitaria celular conservada? ¿Marcador indirecto de la expresión de TNF␣? IL-8 inhibe la expresión de ISG; TNF␣ induce SOCS-3 Interfiere el reclutamiento de linfocitos Th1 En negrita, se indican los factores independientes en estudios multicéntricos. ALT: alanina-aminotransferasa; CV: carga viral; GT␥: glutamiltranspeptidasa ␥; IMC: índice de masa corporal; IL: interleucina; ISG: genes sensibles a la acción del interferón; LSN: límite superior de la normalidad; RBV: ribavirina; RVS: respuesta virológica sostenida; TNF: factor de necrosis tumoral; VIH: virus de la inmunodeficiencia humana; VPN: valor predictivo negativo. ción de IFN. El factor nuclear B (NF-B), activado por TRIF y por el propio ARN viral, aumenta el efecto de IRF-3 sobre el promotor de IFN e induce la expresión de chemocinas y citocinas proinflamatorias. El IFN secretado se une al receptor de IFN, activando la vía de señalización JAK-STAT, en la que las cinasas JAK-1 y TYK-2 asociadas al receptor, fosforilizan los factores de transducción de señal y activación de transcripción (STAT) 1 y 2. Éstos reclutan un tercer factor, el IRF-9, formando un complejo denominado ISGF-3, que actúa sobre elementos de respuesta al estímulo del IFN (ISRE) promotores de la expresión de ISG. Uno de éstos, el IRF7, se asocia con IRF-3, e induce la producción de varios subtipos de IFN␣, que aumentan y diversifican la producción de ISG. La secreción de IFN␣/ actúa, además, sobre los hepatocitos cercanos, induciendo un estado antiviral que limita la diseminación de la infección. Los estudios de activación génica realizados en tejido hepático han demostrado que el VHC es capaz de inducir y controlar la respuesta de defensa intracelular, interfiriendo la respuesta al IFN endógeno o terapéutico en múltiples aspectos3: producción de IFN, vía de señalización del IFN␣/ y acción de distintos ISG (fig. 3). Así, la proteasa NS3/4A es capaz de cortar las 2 proteínas adaptadoras (IPS-1 y TRIF), bloqueando la activación de IRF-3 y 34 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 NFB. La proteína core induce la asociación de STAT-1 y su inhibidor fisiológico, el PIAS-1, y activa el SOCS-3 (inhibidor fisiológico de la activación de STAT 1 y 2). El NS5A, por su parte, es un potente inductor de interleucina (IL) 8, citocina que disminuye la expresión de ISG e interfiere la acción de 2’5’ OAS y PKR (al igual que E2). Otras proteínas no estructurales pueden suprimir la expresión de p563. FACTORES PREDICTORES DE LA RESPUESTA AL IFNA Y RIBAVIRINA Factores basales Factores virológicos Genotipo viral. El genotipo viral es la variable predictiva de respuesta más potente4-6. El VHC genotipo 1 (causante del 60-85% de las infecciones en Occidente) es el más resistente al tratamiento. Los genotipos 2 y 3 son los más sensibles, con tasas de RVS cercanas al 80% con pautas de tratamiento más cortas. El genotipo 4 es relativamente resistente, con tasas de RVS similares a las del genotipo 1 (cerca del 40%), aunque no en todos los estudios7, mien- SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 35 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C A 8 V0 ARN del VHC (log10 copias/ml) V1 7 Log descenso final 1.a fase λ1 Pendiente 1.a fase 6 ε Inhibición de la replicación viral 5 4 λ2 Pendiente 2.a fase 3 δ Eliminación de hepatocitos infectados 2 1 0 0 7 14 21 28 Días en tratamiento B 7 No respondedor Fig. 1. A) Con IFN␣ diario a dosis elevadas, el patrón tiene una primera fase de descenso rápido (24-48 h) atribuida a la supresión de la replicación viral (⑀) y cuya pendiente (1) varía entre 0 (ausencia de supresión) y 1 (100% de supresión), y una segunda más lenta y prolongada (␦) atribuida a la tasa de eliminación/curación de hepatocitos infectados y cuya pendiente (2) es variable. B) Patrones de cinética viral más frecuentemente observados en pacientes tratados con interferón alfa pegilado y ribavirina. VHC: virus de la hepatitis C. ARN del VHC 6 Respondedor parcia plano 5 4 Respondedor parcial lento 3 Respondedor rápido 2 Límite de detección 1 0 1 2 3 tras que los genotipos 5 y 6 parecen tener sensibilidades intermedias. El grado de homología entre un segmento de la proteína E2 y la zona del factor celular eif2 fosforilizada por la PKR parece ser uno de los motivos de la mayor resistencia de los genotipos 1 y 4. Carga viral. Después del genotipo, la carga viral basal es la variable con mayor poder predictivo, especialmente en los pacientes con genotipo 15,6. Una carga viral más elevada se asocia con una peor respuesta, aunque la relación no es lineal. El punto de corte que mejor discrimina una carga viral elevada y baja (probabilidad de respuesta del 30 y el 65%, respectivamente) en pacientes con genotipo 1 equivale a aproximadamente a 400.000 U/ml8. Cuasiespecies virales y duración de la infección. Debido a su elevada tasa de replicación y escasa fidelidad de copia de su ARN polimerasa, cualquier paciente infecta- 7 14 21 28 Días de tratamiento do por el VHC es portador de una población heterogénea de variantes genómicas a la que se denomina cuasiespecies. La diversidad y la complejidad de ésta aumentan con el tiempo y la presión ejercida por la respuesta inmunitaria del huésped. Una mayor complejidad de las cuasiespecies se asocia con una peor respuesta terapéutica, aunque los estudios están limitados por la región genómica estudiada (generalmente la proteína E2) y la técnica empleada para estimar la complejidad. Donde mejor se aprecia el valor pronóstico de la diversidad viral es en los extremos de duración de la infección (aguda frente a larga duración con hepatopatía avanzada). El hecho de que la tasa de RVS tras 6 meses de tratamiento con PegIFN sea aproximadamente del 90% en pacientes con infección aguda, independientemente de la carga viral y el genotipo9, se debe a la homogeneidad de las cuasiespecies que limitan el número de variantes capaces de interferir la respuesta al IFN y/o esquivar la respuesta inmune adaptaGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 35 SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 36 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C Ribavirina Th2 Inmunomodulación (2.a fase) Particulas de VHC defectivas (< infecciosidad) CTL Th1 IFNγ, TNFα Hepatocito Ribavirina RMP RDP RTP (–) IMP IMPDH GMP ARN GTP VHC Replicación Inhibición de IMPDH (1.a fase) RpRd Inhibición de RpRd VHC (1.a fase) ARN VHC ARN Mutagén ARN mutagénesis (2.a fase) tiva. En el otro extremo, la complejidad de las cuasiespecies en pacientes con fibrosis avanzada se ha demostrado como una variable predictiva independiente de la respuesta10. La ausencia de factores de riesgo y la dificultad de estimar la duración de la infección limitan el valor pronóstico de la duración de la infección en la mayoría de los casos. Mutaciones en las regiones genómicas del VHC. Mutaciones en las regiones que codifican NS5A y core, se han asociado con la respuesta antiviral. En la primera, se describió inicialmente una zona (ISDR) en la que la acumulación de mutaciones con respecto a la secuencia prototipo de genotipo 1 se asociaba con una mejor respuesta y, posteriormente, se amplió a toda la zona que interacciona con la PKR (PKRBD) y al extremo carboxiterminal V3. Aunque hay notables diferencias geográficas en el valor pronóstico de esta variable, y además ésta se asocia con una menor carga viral, es probable que las variaciones en la secuencia de NS5A, proteína que interfiere a distintos niveles con el efecto del IFN, influyan en la respuesta al tratamiento en los pacientes infectados por el VHC-111. Más recientemente, dos cambios de aminoácido, con respecto a la secuencia prototipo, en la proteína del core (posiciones 70 y 91) se han asociado de forma independiente con peores tasas de RVS en pacientes japoneses infectados con genotipo 1b12. Factores del huésped Edad y sexo. En general, cuanto más joven es el paciente, mayor es la posibilidad de respuesta. La correlación no es lineal, cuando hay otros cofactores, pero una edad < 40 años se ha identificado como factor pronóstico independiente de RVS. Las mujeres tienden a responder mejor que los varones, especialmente las más jóvenes, lo que indica un posible papel de los estrógenos en la mejor respuesta4,5. Otros factores, como un menor índice de masa corporal (IMC), podrían desempeñar un papel. De hecho, 36 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 Inhibición de IL-8 UB18/SOCS3/PIAS Aumento del IFN-R (1.a fase) Fig. 2. Dentro de la célula, la ribavirina (RBV) es fosforilizada sucesivamente hasta RTP. La RMP inhibe la inosín monofosfato deshidrogenasa (IMPDH), disminuye el pool intracelular de GTP, y aumenta la incorporación de RTP a la cadena de ARN viral y la mutagénesis, con una reducción de la capacidad replicativa e infecciosidad de la progenie viral. Además, la RBV parece aumentar la respuesta Th1 e inhibir la respuesta Th2. Por último, la RBV es capaz de aumentar la expresión del receptor de interferón (IFN) ␣/, de ISG y la unión de STAT1 al ADN y disminuir la expresión de inhibidores fisiológicos de la acción del IFN, incluidos SOCS3 e IL-8. el sexo no se ha confirmado como factor pronóstico independiente en varios ensayos de registro sobre PegIFN-␣ + RBV5. Estadio de fibrosis. Los pacientes con puentes de fibrosis o cirrosis responden peor al tratamiento con IFN, tanto convencional como pegilado, con o sin RBV. En estudios con IFN␣ + RBV o PegIFN␣ en monoterapia, la presencia de cirrosis se asoció de forma independiente con una peor respuesta4,5. En 3 estudios de registro con PegIFN␣ + RBV, la presencia de puentes de fibrosis/cirrosis sólo se asoció con una menor tasa de RVS en uno, aunque el bajo porcentaje de pacientes cirróticos en dichos estudios impide evaluar el valor pronóstico de esta variable5. En el estudio HALT-C, en cambio, la presencia de cirrosis fue el factor pronóstico de no respuesta más potente, y en estudios recientes realizados en pacientes con genotipo 3, tratados con IFN␣ o PegIFN + RBV, la presencia de cirrosis se asoció con una menor tasa de respuesta virológica a las 4 semanas, así como una menor RVS. Factores metabólicos. Numerosos estudios han demostrado que la obesidad, el IMC, la presencia de esteatosis hepática o esteatohepatitis, y la resistencia a la insulina (RI) se asocian con una peor respuesta al tratamiento. El peso corporal carece de valor pronóstico cuando la RBV se administra en función de éste. No ocurre lo mismo con la obesidad central, el IMC, la esteatosis y la RI, variables a menudo coincidentes, asociadas o no a esteatohepatitis (NASH). El mecanismo de resistencia terapéutica no está claro13. En algunos pacientes la obesidad conllevaría un desequilibrio en la producción de adipocitocinas (aumento del factor de necrosis tumoral alfa [TNF␣] e IL-6, leptina y disminución de adiponectina) que inhibiría la acción del IFN, interfiriendo la señalización intracelular Jak-STAT. En otros pacientes, incluidos los no obesos, la propia infección por el VHC, especialmente el genotipo 1, induce una RI (por sobreexpresión del TNF␣ y SOCS 3, que disminuyen la fosforilización del receptor e interfieren sobre las vías de señalización SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 37 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C A Virus ARNds ARNds RIG-I/MDA-5 IPS-1 NS3 TLR3 TRIF NS3 IFN-β TBK-1/IKKε IRF-3 -3 IFNβ IFNβ IFNα/β B IFNα IFNα IFNα IFNβ IFNβ Tyk2 Proteínas del VHC STAT 1 SOCS-1 SOCS-3 Core Jak1 STAT 2 Inhibición de la señal Jak-STAT IFNAR-2 Inhbe P-STAT1 Degrada STAT1 Núcleo comunes), lo que causaría a su vez esteatosis, estrés oxidatvo y disminución de la respuesta al IFN exógeno14. Diversos estudios han identificado la RI, estimada mediante el índice HOMA-IR (insulinemia basal [U/ml] ⫻ glucemia basal [mg/dl/18]/22,5), como factor predictivo independiente de respuesta al tratamiento con PegIFN + RBV15. Origen étnico. Los pacientes afroamericanos y caribeños tienen tasas de respuesta casi un 50% inferior a la de pacientes de origen caucasiano4,5. Aunque en los primeros, la comorbilidad (alcoholismo, obesidad, síndrome metabólico, RI) es más frecuente y el cumplimiento terapéutico menor, en diversos estudios (Virahep-C, WIN-R, ISGF3 P STAT 1 P PP2A PIAS OAS NS5A IRF-9 Citoplasma PKR Bloqueo de la función STAT < expresión ISG IRF-9 E2 IFNAR-1 Core STAT 2 Figura 3. A) Inhibición de la inducción de interferón (IFN)  endógeno por la serinproteasa NS3/4.ª del VHC que corta los adaptadores IPS-1 y TRIF, inhibiendo la fosforilización y la activación del factor IRF-3. B) Bloqueo de la transducción intracelular del IFN␣/ endógeno y exógeno y de la función de ISG antivirales por estructurales y no estructurales del VHC. La proteína core induce la activación de los inhibidores fisiológicos y la activación de STAT 1 y 2 (SOCS-1/3), e inhibe y degrada los STAT activados. Diversas proteínas del VHC inducen inhibidores fisiológicos de STAT activados (proteína-fosfatasa 2A [PP2A] y proteína inhibidora de STAT activado [PIAS]). NS5A, además, induce la expresión de IL-8 que inhibe a ISGF-3. NS5A y E2 interfieren la acción antiviral de los ISG PKR y OAS. IL-8 NS5A ISRE VA-HCV-001, etc.) el origen étnico afroamericano fue un factor pronóstico independiente de peor respuesta en pacientes con genotipo 116. Los mecanismos se desconocen, pero algunos estudios de expresión génica tras la exposición al IFN han objetivado diferencias en la inducción de ISG en estos pacientes, que sugieren la posibilidad de factores genéticos involucrados en una mayor resistencia al IFN17. Factores ambientales. El consumo excesivo de alcohol se ha considerado una contraindicación al tratamiento de la hepatitis C crónica, por lo que los pacientes con antecedentes de este tipo han sido excluidos de los estudios multicéntricos4,5. En un estudio reciente, el consumo de Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 37 SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 38 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C alcohol se asoció con un menor cumplimiento terapéutico y una mayor frecuencia de abandonos, pero una vez controlada esta variable, no se observó que el consumo moderado disminuyera la RVS18. Respecto al consumo de cannabis, hay controversias sobre su posible efecto en la respuesta. En algunos estudios, su empleo mejora el cumplimiento terapéutico, y con ello la respuesta, mientras que en otros, el consumo diario disminuye la tasa de RVS. Coinfección por el virus de la inmunodeficiencia humana. Las tasas de RVS en pacientes coinfectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) han sido, en estudios recientes, un 30-50% inferiores a las de los pacientes monoinfectados19. Las razones de la peor respuesta son múltiples: empleo de dosis fijas de RBV; mayor proporción de pacientes con fibrosis avanzada/cirrosis; mayor frecuencia de efectos secundarios, a veces fatales (con frecuentes reducciones de dosis y abandonos terapéuticos). Estos factores podrían explicar la peor respuesta. De hecho, los pacientes con una infección por el VIH controlada, que no reciben determinados análogos nucleósidos y cumplen el tratamiento con PegIFN y RBV ajustada al peso, no parecen tener una peor respuesta, excepto los pacientes con cirrosis y/o lipodistrofia y RI. Factores mixtos. Diversos marcadores bioquímicos se han correlacionado con la respuesta al IFN. Unos valores más elevados (3 veces el límite superior de la normalidad [LSN]) de alanina-aminotransferasa (ALT) tienden a asociarse con una mayor probabilidad de RVS y, en algunos estudios, esta variable ha sido un predictor independiente de RVS6. Por el contrario, un valor elevado de ␥GT se asocia con una peor respuesta6. En general, cuanto más elevada peor es la respuesta, aunque el punto de corte es variable según los estudios (desde valores inferiores al LSN hasta cifras 1,5 veces por encima de él). La glutamiltranspeptidasa ␥ (GT␥) puede ser un indicador indirecto de otros factores asociados con una peor respuesta (alcohol, esteatosis, etc.) o un marcador indirecto de la expresión de TNF␣ intrahepático. Unos valores elevados de citocinas proinflamatorias (IL-6, IL-1, IL-8, TNF␣) se han detectado en el hígado y el suero de pacientes con hepatitis C crónica, y se han relacionado con una mayor resistencia al tratamiento, aunque no hay estudios amplios que evalúen su valor pronóstico independiente o establezcan puntos de corte para su empleo en la práctica clínica. Diversas chemocinas, necesarias para el reclutamiento intrahepático de linfocitos, están sobreexpresadas en el hígado, los linfocitos y el suero de los pacientes con hepatitis C crónica. De todas ellas, la CXCL-10 (proteína 10 inducible por el IFN␥ o IP-10), expresada en los hepatocitos y en las células endoteliales, linfoides y monocitoides, que se une al receptor CXCR3 en los linfocitos T activados, es la que se ha relacionado de forma más clara con la respuesta al tratamiento. En pacientes infectados por el VHC-1, unos valores basales de IP-10 de 600 pg/ml son potentes predictores de no respuesta20. El motivo de esta asociación es in38 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 cierto, aunque su exceso podría antagonizar el efecto de otras chemocinas (RANTES) y/o inhibir el reclutamiento intrahepático de linfocitos Th-1. Factores dinámicos. Cinética de la respuesta A diferencia de los factores pronóstico basales, el descenso de la carga viral durante las primeras semanas de tratamiento es un predictor mucho más potente de RVS, ya que forma parte de la propia respuesta, que excluye a las variables basales de los modelos de análisis multivariantes2,4-6. En general, cuanto más rápida es la pendiente de la segunda fase (figura 1A), y, por tanto, menos se tarda en negativizar el ARN circulante (< 50 U/ml), mayor es la probabilidad de RVS. Asimismo, cuanto más tiempo permanece el virus indetectable durante el tratamiento, mayor probabilidad de RVS; se estima que el intervalo mínimo de supresión es de 24-36 semanas, según el genotipo. Así, los pacientes no respondedores o respondedores parciales planos (figura 1 B) prácticamente nunca alcanzan una RVS, mientras que los pacientes con una respuesta viral rápida (RVR), que negativizan el ARN sérico durante las primeras 4 semanas, tienen una elevada probabilidad de RVS. Predicción temprana de no respuesta Tanto con IFN␣ como con PegIFN␣ y RBV, los pacientes que no logran reducir su ARN viral sérico en 2 logaritmos (cerca de un 99% de reducción) con respecto al valor basal (denominada respuesta viral temprana [EVR]) no tienen prácticamente ninguna posibilidad de RVS (valor predictivo negativo [VPN] del 96-100%)4-6. Por ello, la mayoría de conferencias de consenso recomienda suspender el tratamiento en los pacientes que no alcanzan una EVR. Esta regla (útil para genotipos 1/4, ya que la mayoría de 2/3 alcanzan la EVR) requiere el empleo de una única técnica cuantitativa con amplio rango dinámico. Predicción precoz de respuesta virológica sostenida El valor predictivo positivo (VPP) de la EVR es escaso (alrededor de un 35-50%). En cambio, cada vez hay más evidencia de que la RVS puede predecirse, en función de la cinética viral, de forma precoz a las 4 semanas. El concepto de RVR requiere el descenso del ARN sérico por debajo de 50 U/ml a las 4 semanas. El VPN es demasiado bajo para suspender el tratamiento, pero el VPP es elevado y se ha empleado para ajustar la duración del tratamiento. Estudios recientes han sugerido que en los pacientes con genotipos 2/3, la presencia de RVR permite acortar la duración del tratamiento a 12-16 semanas, sin menoscabo de la RVS, al menos en pacientes con una carga viral basal baja y en ausencia de cirrosis. Sin embargo, en un estudio reciente realizado en 1.469 pacientes con genotipo 2/3 tratados con PegIFN␣-2a + RBV (800 mg) durante 16 o 24 semanas, la RVS fue significativamente superior en el grupo de 24 se- SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 39 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C A Pacientes con RVR Pacientes sin RVR 24 semanas 97 93 88 48 semanas 100 91 80 Pacientes (%) Pacientes (%) 100 60 40 20 80 70 63 60 41 40 23 20 0 0 RFT RVS RFT RVS 24 semanas B Pacientes con SVR (%) 100 48 semanas 93 89 85 71 80 67 60 50 40 25 17 20 0 Semana 4 12 24 Total Intervalo hasta la primera muestra de ARN negativa Fig. 4. A) Análisis retrospectivo de la respuesta a fin de tratamiento (RFT) y respuesta virológica sostenida (RVS) en 740 pacientes tratados con interferón alfa pegilado (PegIFN␣)-␣2a + y ribavirina (RBV) ajustada al peso durante 24 o 48 semanas, en función de la presencia o no de respuesta viral rápida23. B) Tasas de RVS en pacientes con genotipo 1 con carga viral basal < 600.000 U/ml, tratados durante 24 o 48 semanas, en función de la semana en la que el ARN viral resultó indetectable (< 50 U/ml). Los pacientes tratados durante 24 semanas recibieron PegIFN␣2b + RBV ajustada al peso (800-1.400 mg/día), mientras que los controles históricos tratados durante 48 semanas recibieron PegIFN␣2b y dosis fija de RBV (800 mg/día)22. manas (el 76 frente al 65%), independientemente de la presencia de RVR21. De forma significativa, la tasa de RVS en los pacientes que no presentaron RVR fue muy baja (el 27 y el 49%, tras 16 y 24 semanas, respectivamente). Ello confirma que los pacientes con genotipo 2/3 constituyen un grupo heterogéneo: los que alcanzan RVR consiguen una RVS en el 90% de casos tras 24 semanas, mientras que el resto podría requerir dosis mas elevadas de RBV y/o tratamiento más prolongado. Es probable que la carga viral basal, el estadio de fibrosis y otros factores basales sean útiles para individualizar el tratamiento en estos pacientes. La RVR también ha demostrado ser el predictor más potente de RVS en pacientes con genotipos 1/4. Los datos de estudios prospectivos y los análisis retrospectivos de estudios multicéntricos, que incluyeron pacientes con genotipos 1 tratados con PegIFN + RBV durante 24 semanas, revelaron tasas de RVS cercanas al 90% en pacientes con baja carga viral basal y RVR22,23 (fig. 4). La cinética viral también se ha empleado para prolongar la duración del tratamiento en pacientes con genotipo 1 y una respuesta lenta. En el estudio TeraVIC-424, en que se aleatorizaron pacientes con genotipo 1 y una respuesta lenta (descenso de 2 log pero ARN detectable a las 12 semanas) al cabo de 48 o 72 semanas de tratamiento (PegIFN␣-2a + RBV 800 mg), se demostró una mayor RVS en los pacientes tratados durante 72 semanas (el 45 frente al 32%), a expensas de una disminución en la tasa de recidiva. Se han obtenido resultados similares con dosis de RBV ajustadas al peso, en pacientes con factores pronóstico de mala respuesta. Uso práctico de los factores pronóstico Los factores basales carecen del necesario valor pronóstico para excluir la posibilidad de tratamiento en pacientes Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 39 SESION 2. DOC02 (33-41).qxp 12/2/07 11:05 Página 40 ESTEBAN MUR JI. FACTORES PRONÓSTICO DE RESPUESTA AL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C individuales sin contraindicaciones. La asociación de 2 de ellos ha dado lugar a ciertas designaciones, como «paciente difícil de tratar», e impulsado modificaciones de las pautas de tratamiento con el fin de optimizar la respuesta. La cinética viral precoz continúa siendo el mejor factor pronóstico de la respuesta final. Se han propuesto modelos basados en factores basales sencillos y no invasivos que, combinados con la respuesta precoz (4 semanas), han demostrado una buena capacidad predictiva, aunque no han sido suficientemente evaluados en estudios prospectivos amplios25. Faltan estudios que incluyan todo el espectro de potenciales variables demográficas, clínicas y analíticas basales en combinación con la respuesta precoz, en grupos amplios de pacientes con genotipos concretos. En todo caso, los factores identificados han dado lugar a estudios, completados o en progreso, diseñados para mejorar la respuesta en pacientes «difíciles de tratar». Para más información sobre ensayos en curso, se puede consultar la siguiente página web: http://www. clinicaltrials.gov/ct/action/GetStudy. trol intracelular del efecto del IFN, cuya relevancia se ha confirmado in vitro y comprobado la restauración de la sensibilidad al IFN en células hepáticas infectadas por el VHC mediante silenciamiento con ARN de interferencia29. Por último, se han empleado las técnicas de espectrometría de masas SELDI-TOF en microchips para evaluar la proteómica global en suero en pacientes antes y después del tratamiento antiviral30. Aunque la técnica no permite identificar la naturaleza de las proteínas, se han observado diferencias en los perfiles proteicos basales entre pacientes con o sin RVS, y propuesto un algoritmo basado en la combinación de 2 picos proteicos, estadio de fibrosis y genotipo, capaz de predecir la respuesta en el 89% de los pacientes. Aunque los resultados requieren una validación externa, es posible que estas técnicas permitan identificar nuevos marcadores biológicos que aumenten el arsenal de predictores basales. BIBLIOGRAFÍA TENDENCIAS FUTURAS: GENÓMICA Y PROTEÓMICA Diversos trabajos han estudiado, mediante microchips de ADNc y confirmado por reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, la expresión génica basal e inducida por el IFN, solo o en combinación con RBV, en células mononucleares de sangre periférica y/o en tejido hepático, a fin de identificar pequeños grupos de genes característicos del efecto terapéutico del IFN y elucidar mecanismos de resistencia, así como potenciales dianas para el desarrollo de nuevos fármacos que potencien el efecto del IFN16,26-28. Los resultados de diversos estudios han puesto de manifiesto, de forma coincidente, diversos aspectos: a) la infección crónica se asocia sistemáticamente con un aumento en la expresión de diversos ISG; b) el valor basal de expresión de ISG es sustancialmente mayor en pacientes no respondedores; c) la administración de IFN aumenta la expresión de > 500 ISG, implicados en inmunomodulación, regulación metabólica, apoptosis, etc., y el aumento es mayor en respondedores que en no respondedores; d) la RBV incrementa la expresión de ISG inducidos por el IFN, aumenta la expresión del receptor de IFN y disminuye la expresión de genes relacionados con la inhibición de la señalización del IFN, de la apoptosis y la activación de células estrelladas, y e) es posible predecir la respuesta en la mayoría de casos por la expresión de un número relativamente limitado de genes (8-80, según diferentes estudios). Muchos de estos estudios están limitados por el escaso número de genes analizados, por el empleo de CMSP en lugar de tejido hepático, por el escaso número de pacientes evaluados y por el diseño metodológico. Representan, con todo, un avance en la identificación de los mecanismos de respuesta y resistencia al tratamiento antiviral. Valga como ejemplo que el aumento en la expresión de la proteasa USP18, que inactiva ISG15, en pacientes no respondedores, representa un mecanismo nuevo de con40 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):33-41 1. Feld JJ, Hoofnagle JH. Mechanisms of action of interferon and ribavirin in treatment of hepatitis C. Nature. 2005;436:967-72. 2. Herrmann E, Zeuzem S. The kinetics of hepatitis C virus. Eur J Gastroenterol Hepatol. 2006;18:339-42. 3. Gale M, Foy EM. Evasion of intracellular host defence by hepatitis C virus. Nature. 2005;436:939-45. 4. Ferenci P. Predictors of response to therapy for chronic hepatitis C. Semin Liver Dis. 2004;24 Suppl 2:25-31. 5. 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Aproximadamente el 50% de los pacientes con cirrosis compensada (que nunca han presentado complicaciones de la enfermedad) desarrollan ascitis durante los 10-15 años siguientes al diagnóstico1. La ascitis aparece como consecuencia de la hipertensión portal sinusoidal. La hipertensión portal condiciona vasodilatación arterial esplácnica, que implica una disminución del volumen arterial efectivo, inicialmente compensada con la expansión del volumen plasmático debida a la retención isotónica de sodio y agua2. En estadios más avanzados de la enfermedad, la hipertensión portal y la vasodilatación arterial esplácnica son mayores, lo que conduce a una producción local de linfa en la circulación esplácnica superior a la capacidad de drenaje, y da lugar a la aparición de ascitis3. Los barorreceptores arteriales detectan de forma continua la hipovolemia arterial y estimulan persistentemente el sistema nervioso simpático, el sistema renina-aldosterona y, en estadios más avanzados, la hormona antidiurética o arginina vasopresina (AVP), con el objetivo de mantener la presión arterial en límites normales. Estos sistemas promueven la retención continuada de sodio y agua, lo que perpetúa la formación de ascitis4,5. Dado que la mediana de supervivencia de los pacientes con ascitis es aproximadamente de 2 años, todo paciente con ascitis debe ser considerado como un candidato potencial para trasplante hepático. En los pacientes en lista de espera para trasplante o en los que no son candidatos a tal procedimiento, el objetivo es la desaparición de la ascitis. Para tal fin, el tratamiento debería ir dirigido a tratar los 3 trastornos que se producen en la función renal en Correspondencia: Dr. P. Ginès. Servicio de Hepatología. Hospital Clínic. Villaroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] 42 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 los pacientes con cirrosis: a) la disminución de la excreción de sodio y, por tanto, de la diuresis; b) la disminución de la capacidad renal de excretar agua libre, y c) la vasoconstricción renal. El tratamiento de la ascitis con dieta hiposódica y diuréticos ha sido el tratamiento estándar desde los años sesenta. Con excepción de los vasoconstrictores en el tratamiento del síndrome hepatorrenal6,7 y de la derivación portosistémica percutánea como alternativa a las paracentesis evacuadoras en la ascitis refractaria8, el avance terapéutico más prometedor de los últimos años ha sido la aparición de una familia de fármacos con capacidad de bloquear el receptor V2 de la hormona antidiurética. A través de este mecanismo se consigue aumentar el volumen de diuresis a expensas de una mayor excreción de agua libre de solutos. Por esta acción, estos fármacos se conocen genéricamente como acuaréticos y pueden representar un método muy útil en el tratamiento de la retención de agua libre y la hiponatremia en los pacientes con cirrosis. En función de todo lo mencionado, este artículo revisa la patogenia y las implicaciones clínicas de la hiponatremia en la cirrosis hepática, así como la información disponible sobre los fármacos acuaréticos. Hiponatremia en la cirrosis hepática En los pacientes con cirrosis hepática, la hiponatremia se produce básicamente como consecuencia de dos mecanismos diferentes, que es importante diferenciar porque comportan distintos tratamientos. En algunos pacientes con cirrosis, la hiponatremia se desarrolla como consecuencia de una pérdida significativa de líquido extracelular, ya sea a partir del tracto gastrointestinal (debido a diarrea y/o vómitos) o sobre todo en el riñón (debido a diuresis excesiva secundaria a tratamiento diurético demasiado intenso). Esta situación, que se caracteriza por una concentración baja de sodio sérico, depleción del volumen sanguíneo, ausencia de edemas y ascitis, signos de deshidratación e insuficiencia renal prerrenal, se conoce como «hiponatremia hipovolémica» o «hiponatremia vera». La concentración sérica de sodio suele mejorar al corregir el factor precipitante o tras la retirada de los diu- SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 43 MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA réticos junto con la reposición de sodio por vía intravenosa mediante soluciones salinas. Sin embargo, en la mayoría de los pacientes con cirrosis avanzada, la hiponatremia aparece en el contexto de un aumento del volumen de líquido extracelular y en ausencia de pérdidas significativas de sodio. Esta situación se caracteriza por una concentración sérica de sodio disminuida, un volumen plasmático aumentado (aunque el volumen plasmático efectivo está disminuido debido una intensa vasodilatación arterial en la circulación esplácnica), un volumen de líquido extracelular aumentado, con ascitis y edemas y ausencia de signos de deshidratación. Esta situación se conoce como «hiponatremia hipervolémica» o «hiponatremia dilucional», y se debe a un notable deterioro en la excreción renal de agua libre de solutos, lo que condiciona una retención renal de agua desproporcionada respecto a la retención de sodio. Por ello, descienden los valores séricos de sodio a pesar de que la cantidad total de sodio corporal está aumentada, debido a una intensa retención renal de sodio9. En el presente artículo se hará referencia de forma exclusiva a este último tipo de hiponatremia. Definición y prevalencia La hiponatremia hipervolémica o dilucional en la cirrosis se define como una reducción en la concentración sérica de sodio por debajo de 130 mEq/l, en el contexto de un aumento del volumen del líquido extracelular, que se manifiesta por la presencia de ascitis y/o edemas9. Sin embargo, cabe destacar que el valor de 130 mEq/l de sodio sérico para definir hiponatremia es arbritario, y hay una proporción significativa de pacientes con cirrosis y ascitis con un valor de sodio sérico superior a este punto de corte, pero inferior a los valores normales (entre 130 y 135 mEq/l), que presentan una disminución de la capacidad renal de eliminar agua libre de solutos. Dado que el deterioro en la capacidad de excreción de agua libre de solutos en los pacientes cirróticos suele ser progresivo, los pacientes con una concentración sérica de sodio entre 130 y 135 mEq/l desarrollan frecuentemente hiponatremia (definida como sodio sérico < 130 mEq/l) en algún momento de la evolución de su enfermedad. La hiponatremia suele ser una complicación tardía en la evolución de la cirrosis y se produce cronológicamente después del desarrollo de retención renal de sodio y aparición de ascitis. A pesar de que no hay estudios longitudinales que analicen específicamente la aparición de hiponatremia en pacientes con cirrosis, los datos obtenidos de estudios transversales indican que aproximadamente el 30-35% de los pacientes con cirrosis y ascitis presenta hiponatremia10-13. En pacientes con ascitis refractaria o síndrome hepatorrenal, esta proporción aumenta al 50%14. Patogenia La patogenia de la hiponatremia hipervolémica o dilucional en la cirrosis es compleja y está relacionada con múl- tiples factores renales y extrarrenales, incluida una disminución del filtrado que llega a la porción ascendente del asa de Henle, una reducción de la síntesis renal de prostaglandinas, y una hipersecreción no osmótica de la hormona antidiurética o arginina vasopresina (AVP)9,15,16. No hay datos definitivos sobre la importancia relativa de estos factores en la patogenia de la retención de agua libre de solutos y la subsiguiente hiponatremia en pacientes con cirrosis. Sin embargo, los resultados obtenidos en estudios clínicos y experimetales, que utilizan antagonistas específicos de los receptores V2 de la AVP (fármacos acuaréticos), indican que la hipersecreción de AVP desempeña un papel fundamental en la patogenia de la hiponatremia en la cirrosis17-20. Importancia clínica En los pacientes que no presentan enfermedad hepática, la mayor parte de los síntomas asociados con la hiponatremia están relacionados con alteraciones en el sistema nervioso central. Dado que los pacientes con cirrosis avanzada e hiponatremia presentan con frecuencia encefalopatía hepática, no ha sido posible hasta ahora diferenciar los síntomas neurológicos debidos a la hiponatremia per se de los relacionados con la encefalopatía hepática. A pesar de ello, y de la escasa información disponible sobre las consecuencias clínicas de la hiponatremia en pacientes con cirrosis, se ha propuesto que la hiponatremia, a través de la producción de cambios metabólicos en las células cerebrales, puede actuar como factor predisponente de encefalopatía hepática21. Hay algunas evidencias que sugieren tal relación patogénica. En primer lugar, en pacientes con ascitis refractaria tratados con TIPS, la presencia de hiponatremia se ha identificado como un factor de riesgo de encefalopatía hepática22,23. En segundo lugar, en pacientes con ascitis en tratamiento diurético, la presencia de hiponatremia antes del tratamiento se asocia con un elevado riesgo de desarrollo de encefalopatía hepática durante el tratamiento (Ginès, datos no publicados). En tercer lugar, en pacientes con insuficiencia hepática aguda y encefalopatía hepática de grados III-IV, la administración de solución salina hipertónica, para prevenir la hiponatremia y mantener valores séricos de sodio elevados, entre 145-155 mEq/l, reduce la incidencia y gravedad de los episodios de hipertensión intracraneal debidos a edema cerebral24. Por último, en un estudio reciente25 se ha demostrado que la hiponatremia es un factor predictivo independiente del desarrollo de encefalopatía hepática en pacientes con cirrosis. Las figuras 1 y 2 ilustran 2 casos de pacientes con cirrosis en quienes la encefalopatía hepática apareció en estrecha relación temporal con el desarrollo de hiponatremia. La utilización de antagonistas de los receptores V2 de la vasopresina en el tratamiento de la hiponatremia en un futuro próximo será útil para investigar la posible relación entre hiponatremia y encefalopatía hepática. Otro aspecto clínico relevante relacionado con la hiponatremia es el posible desarrollo de complicaciones neuroGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 43 SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 44 MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA 1,5 135 1,25 Encefalopatía hepática 129 1 126 0,75 123 0,5 120 0 1 2 3 4 5 6 Días 7 8 9 10 2 140 Encefalopatía hepática Sodio sérico (mEq/l) 138 136 1,5 134 132 1 130 Restricción de líquidos 128 Glucosa 5% 3.500 ml 0,5 126 0 1 2 3 4 Días 5 lógicas derivadas de una normalización rápida de los valores séricos de sodio. En los pacientes con cirrosis, este tipo de complicaciones sólo se ha descrito tras la realización de un trasplante hepático26-30. Aproximadamente una tercera parte de los pacientes con cirrosis que presentan hiponatremia en el momento del trasplante desarrolla complicaciones neurológicas durante el postoperatorio, lo que representa una frecuencia 3 veces mayor que la observada en pacientes con cirrosis trasplantados sin hiponatremia28. Las complicaciones neurológicas más comunes en pacientes trasplantados con hiponatremia son confusión, convulsiones y/o alteraciones motoras focales. Además, un 10-15% de los pacientes desarrolla mielinolisis central pontina como consecuencia de la destrucción de la mielina de la región central de la protuberancia y áreas extrapontinas bilaterales, que se plasma clínicamente en tetraparesia y parálisis seudobulbar de inicio agudo. Los síntomas comienzan a las 24-72 h de la corrección de 44 Creatinina sérica (mEq/l) Ingreso hospitalario 132 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 6 7 Creatinina sérica (mEq/l) Sodio sérico (mEq/l) Furosemida 40 mg/día + espironolactona 200 mg/día Fig. 1. Cambios en la concentración sérica de sodio y creatinina en un paciente con cirrosis y ascitis tratado con diuréticos. La administración de diuréticos indujo una respuesta natriurética positiva (no se muestra en la figura) que se asoció con el descenso de la concentración sérica de sodio y el desarrollo de encefalopatía hepática. La concentración sérica de creatinina aumentó ligeramente. Hubo una clara relación cronológica entre el descenso de la concentración sérica de sodio y la aparición de encefalopatía hepática. No se pudo identificar otros factores precipitantes de encefalopatía hepática. Fig. 2. Cambios en la concentración sérica de sodio y creatinina en un paciente con cirrosis y ascitis tratado con diuréticos, que ingresó en el hospital por presentar una deshidratación moderada asociada con síndrome diarreico. Durante su primer día de ingreso, el paciente recibió 3.500 ml de dextrosa al 5%. Posteriormente, se observó un notable descenso de la concentración sérica de sodio y encefalopatía hepática. La concentración sérica de creatinina era elevada al ingreso y disminuyó posteriormente. Hubo una clara relación cronológica entre el descenso en la concentración sérica de sodio y la aparición de encefalopatía hepática. No se pudo identificar otros factores precipitantes de encefalopatía hepática. Se inició una restricción hídrica y, a los 3 días, la concentración sérica de sodio volvió a valores cercanos a la normalidad y se resolvió la encefalopatía hepática. la natremia y progresan hasta una semana después, y pueden dejar importantes secuelas26-30. En la actualidad no hay un tratamiento efectivo para prevenir el desarrollo de la mielinolisis central pontina en pacientes hiponatrémicos que van a ser sometidos a un trasplante hepático. Se suele administrar soluciones salinas hipertónicas antes del trasplante, pero su eficacia es limitada. Los nuevos antagonistas de los receptores V2 de la vasopresina pueden tener un efecto beneficioso en este contexto, incrementando la concentración sérica de sodio antes del trasplante. A pesar de ello, este beneficio teórico debería ser demostrado en estudios prospectivos. Pronóstico Desde hace varias décadas se sabe que en los pacientes con cirrosis la alteración de la capacidad renal de excretar SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 45 MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA agua libre de solutos y la hiponatremia condicionan un mal pronóstico a corto plazo31-35. Algunos estudios recientes han ampliado estas observaciones al demostrar que la concentración sérica de sodio es un factor predictivo importante de mortalidad en pacientes con cirrosis en lista de espera de trasplante hepático, cuyo valor pronóstico es independiente de la puntuación MELD36-38. No obstante, hay discrepancias respecto a si la concentración sérica de sodio añade precisión pronóstica a la puntuación MELD en la predicción de mortalidad de los pacientes con cirrosis en lista de espera de trasplante hepático36,38,39. Tratamiento de la hiponatremia en la cirrosis Tratamiento no farmacológico El tratamiento más aceptado para la hiponatremia dilucional en la cirrosis y otros estados de retención de agua es la restricción hídrica a aproximadamente 1 l/día para prevenir un mayor aumento del contenido de agua corporal9,20. Por desgracia, la restricción hídrica en pacientes con cirrosis e hiponatremia dilucional es poco eficaz para elevar los valores séricos de sodio, pero probablemente sea efectiva para prevenir la progresión del descenso de la natremia20. No se recomienda la administración de soluciones salinas hipertónicas, dado que provocan una expansión adicional del líquido extracelular, empeoran la ascitis y los edemas, y su efecto sobre la concentración sérica de sodio es modesto y transitorio20,40. Además de la restricción hídrica, los pacientes deben seguir una dieta baja en sodio debido a la intensa retención renal de sodio que presentan. Tratamiento farmacológico Uno de los primeros fármacos que se usó en la hiponatremia dilucional fue la demeclociclina, una tetraciclina que inhibe el efecto tubular de la AVP, incrementando el aclaramiento de agua libre y la concentración de sodio sérico41,42. El principal problema con este fármaco, que impidió su utilización en la clínica, fue el desarrollo de insuficiencia renal en pacientes con cirrosis42,43. Los estudios iniciales dirigidos a bloquear la actividad de la hormona antidiurética llevaron a la creación de análogos peptídicos de la AVP con actividad competitiva para unirse a su receptor. Sin embargo, los estudios in vivo demostraron que, a los pocos días del inicio del tratamiento, se producía una atenuación del efecto acuarético por una actividad agonista intrínseca de estos fármacos. En la última década se han desarrollado antagonistas no peptídicos del receptor V2 de la AVP. En 1992, Yamamura et al44 describieron por vez primera un antagonista no peptídico del receptor V2 de la AVP, activo por vía oral, llamado mozavaptan (OPC 31260) que es 100 veces más selectivo para el receptor V2 que para el V1. Posteriormente, se han desarrollado otros antagonistas no peptídicos del receptor V2, incluido el satavaptan (SR 121463), el conivaptan (YM087), el tolvaptan (OPC 31026) el RWJ-351647 y el lixivaptan (VPA 985), que poseen mayor afinidad por el receptor V2 que el OPC 3126017,18,20,45-50. El conivaptan es un antagonista combinado de los receptores V1a y V2, mientras que los demás fármacos desarrollados hasta el momento son antagonistas selectivos de los receptores V2. En sujetos sanos, los antagonistas del receptor V2 de la AVP inducen un aumento del volumen urinario, un descenso de la osmolalidad urinaria y un remarcable aumento de la excreción de agua libre de solutos, que es dependiente de la dosis, sin alterar de forma significativa la excreción de electrólitos, la presión arterial o la frecuencia cardíaca45,46. Los antagonistas del receptor V2 se han estudiado extensamente en la cirrosis hepática, tanto clínica como experimental. Estos estudios51-55 han demostrado de forma consistente un aumento de la excreción de agua libre, el sodio sérico y el volumen urinario, así como una reducción de la osmolalidad urinaria. Efectos de la administración de antagonistas del receptor V2 de la hormona antidiurética en pacientes con cirrosis hepática La cirrosis hepática, junto con el síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética (SIADH) y la insuficiencia cardíaca congestiva, son enfermedades que cursan con una retención excesiva de agua libre mediada por la AVP (hormona antidiurética) que se libera de forma inadecuada respecto la osmolalidad plasmática. El efecto biológico de la AVP está mediado por sus distintos subtipos de receptores: V1a (vascular), V1b (pituitario), V2 (túbulo colector renal) y receptores de la oxitocina. Los receptores de la AVP pertenecen a la familia de receptores de proteína G con 7 dominios transmembrana. Los receptores V1a y V1b activan las fosfolipasas y los V2 activan una adenilciclasa. La activación de los receptores V2 de la AVP induce un aumento de la concentración de AMP cíclico en el citoplasma, el cual activa una proteincinasa A, que conduce a la inserción de un canal preformado de aquaporina 2 en la membrana apical de la célula del túbulo colector del riñón, lo que permite la reabsorción de agua desde la luz del túbulo al citoplasma. Una vez en el citoplasma, el agua pasa a los capilares sanguíneos a través de las aquaporinas 3 y 4, que se encuentran en la membrana basolateral de la célula del túbulo colector56. En circunstancias normales, cuando la osmolalidad plasmática disminuye, los valores de AVP se vuelven indetectables y se produce la eliminación de agua libre. En la cirrosis hepática, la vasodilatación esplácnica conduce a una situación de hipovolemia arterial efectiva y a una liberación no osmótica de AVP, que es la responsable de la retención excesiva de agua libre. Esta situación es potencialmente tratable con los fármacos antagonistas del receptor V2 de la AVP. A continuación, se describe brevemente la información disponible con respecto a los efectos de los distintos antagonistas de los receptores V2 de la AVP en pacientes con cirrosis hepática: Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 45 SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 46 1,5 3.500 1,0 ** 0,5 * ** ** ** * 0,0 –0,5 –1.0 Volumen neto de líquido (ml/día) Aclaramiento de agua libre (ml/min) MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA –1,5 3.000 2.500 ** *** ** 2.000 * 1.500 1.000 500 0 –500 Día –1 Basal 3 5 7 Día –1 Basal 2 3 4 5 6 7 Fig. 3. Aclaramiento de agua libre de 24 h y volumen de líquido neto (volumen urinario menos cantidad de líquido ingerido) en pacientes con hiponatremia tratados con placebo o con el antagonista del receptor V2: VPA985. 䉬: placebo; 䊉: 25 mg cada 12 h; 䊏: 125 mg cada 12 h; 䉱: 250 mg cada 12 h. *p < 0,05 frente a placebo. **p < 0,01 frente a 25 mg cada 12 h; ***p < 0,05 frente a 125 mg cada 12 h. (Reproducido con autorización de Wong et al49.) 3.500 3.000 290 Sodio sérico (mmol/L) Osmolalidad sérica (mOsm/g) 300 *** 280 270 250 * *** ** 2.500 * *** 2.000 1.500 1.000 500 0 240 –500 Día –1 Basal 3 5 7 Día –1 1 Basal 2 3 4 5 6 7 Fig. 4. Osmolalidad sérica y concentración sérica de sodio en pacientes con hiponatremia tratados con placebo o con el antagonista del receptor V2: VPA 985. 䉬: placebo; 䊉: 25 mg cada 12 h; 䊏: 125 mg cada 12 h; 䉱: 250 mg cada 12 h. *p < 0,05 frente a placebo. **p < 0,01 frente a 25 mg cada 12 h; ***p < 0,05 frente a 125 mg cada 12 h. (Reproducido con autorización de Wong et al. Hepatology49.) 1. Mozavaptan (OPC 31260). En 1998, Inoue et al17 investigaron el efecto terapéutico de este fármaco en pacientes con cirrosis y ascitis. La administración de 30 mg/día de mozavaptan por vía oral a 8 pacientes con cirrosis y ascitis sin hiponatremia produjo un aumento del volumen urinario y del aclaramiento de agua libre de solutos a las 2 y 4 h, respectivamente, con descenso de la osmolalidad urinaria a las 2 h de la administración del fármaco. Ni el sodio sérico ni la excreción urinaria de sodio se modificó de forma significativa. El fármaco fue bien tolerado y no se produjeron efectos secundarios de importancia ni cambios en la hemodinámica sistémica. No se han publicado más estudios sobre los efectos de mozavaptan en pacientes con cirrosis hepática. El fármaco ha sido aprobado recientemente en Japón como indicación de tratamiento del síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética de origen paraneoplásico47. 46 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 2. Lixivaptan (VPA-985). En 2002, Guyader et al18 describieron la farmacodinámica, la seguridad y la farmacocinética de dosis únicas ascendentes de lixivaptan (25300 mg por vía oral) en 27 pacientes con cirrosis y ascitis, en un estudio de fase II, doble-ciego, aleatorizado, comparativo con placebo. La administración de lixivaptan produjo un notable aumento del volumen urinario y un descenso en la osmolalidad urinaria. Como consecuencia de estos efectos, aumentó el aclaramiento de agua libre de solutos. Además, se observó un aumento significativo de la excreción urinaria de sodio y de la osmolalidad plasmática, el sodio sérico y los valores plasmáticos de vasopresina. Con posterioridad a este estudio, se publicaron dos ensayos multicéntricos, aleatorizados con placebo que evaluaban el uso de lixivaptan en pacientes con cirrosis e hiponatremia dilucional. En el primero de ellos, Wong et al49 investigaron los efectos de lixivaptan sobre SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 47 el sodio sérico durante un período de 7 días en 44 pacientes hospitalizados con hiponatremia dilucional (34 con cirrosis, 5 con insuficiencia cardíaca y 5 con síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética). A los pacientes con cirrosis y con insuficiencia cardíaca se les mantuvo el tratamiento diurético y se les añadió dosis progresivamente crecientes de lixivaptan, de 50 a 500 mg/día. La administración de lixivaptan produjo una respuesta acuarética significativa en comparación con placebo en todos los grupos de pacientes (cirrosis, insuficiencia cardíaca, síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética). Hubo un aumento, dependiente de la dosis, del balance neto de líquido (volumen urinario menos volumen de ingesta de líquido) y del aclaramiento de agua libre de solutos, que condujo a un incremento significativo del sodio y de la osmolalidad séricos (figs. 3 y 4). Lamentablemente, hubo un elevado índice de retirada prematura de pacientes del estudio (12 pacientes [27%]; 6 por deshidratación y el resto por otras razones). Las dosis más altas del fármaco (250-500 mg/día) fueron mal toleradas, y produjeron deshidratación, hipotensión ortostática, sed intensa e hipernatremia. Como consecuencia de ello, a la mitad de los pacientes que recibieron dosis de 500 mg/día se les tuvo que interrumpir la administración del fármaco en varias ocasiones. La frecuencia de efectos adversos fue menor en dosis de 125-250 mg/día. En el segundo estudio, Gerbes et al20 incluyeron 60 pacientes con cirrosis e hiponatremia dilucional que seguían restricción hídrica y que fueron aleatorizados para recibir 100 o 200 mg/día de lixivaptan o placebo durante 7 días. El tratamiento produjo un aumento significativo de la concentración sérica de sodio, así como una reducción significativa de la osmolalidad urinaria y del peso corporal en los 2 grupos de pacientes que recibieron lixivaptan, mientras que no hubo cambios en estos parámetros en el grupo tratado con placebo (fig. 5). Se observó una respuesta completa, definida como sodio sérico ⱖ 136 mEq/l, en el 27% de los pacientes que recibieron la dosis de 100 mg/día y en el 50% de los que recibieron una dosis de 200 mg/día. La sensación de sed fue el principal efecto secundario en el grupo que recibió 200 mg/día. Desde la publicación de los 2 estudios20,49 no se ha reportado más información con respecto a la utilización de lixivaptan en pacientes con cirrosis hepática. 3. Conivaptan (YM-087). Es el primer antagonista V1a/V2 del receptor de la AVP. Se ha estudiado en varios ensayos clínicos, doble-ciego, aleatorizados, comparativos con placebo, en el tratamiento de la hiponatremia euvolémica y en insuficiencia cardíaca57. Respecto a la cirrosis, sólo se dispone de información sobre la cirrosis experimental pero no de la cirrosis humana52. El conivaptan ha sido aprobado recientemente en Estados Unidos en una formulación parenteral para el tratamiento del síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética euvolémico. 4. RWJ-351647. Hay un único estudio en pacientes con cirrosis, que investiga los efectos de la administración de una dosis única de este compuesto en 24 pacientes con cirrosis y ascitis (18 recibieron el fármaco y 6 placebo). La Tasa respuesta acumulada (%) MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA 80 60 VPA 200 40 VPA 100 20 Placebo 0 0 1 2 3 4 Días 5 6 7 Fig. 5. Tiempo de respuesta después de la administración del antagonista del receptor V2 (VPA-985) según 2 distintas dosis administradas en pacientes con cirrosis, ascitis e hiponatremia dilucional. Se definió respuesta como la normalización del sodio sérico a 136 mmol/l. El tiempo medio de respuesta fue de 4,8 días en el grupo que recibió 200 mg y de 5,7 días en el grupo de 100 mg/día. No se observó ningún efecto en el grupo placebo. (Reproducido con autorización de Gerbes et al20.) administración de RWJ-351647 produjo un aumento del volumen urinario y de la excreción de agua libre junto con un descenso de la osmolalidad urinaria de una forma dependiente de la dosis. No se observaron efectos adversos significativos58. 5. Tolvaptan (OPC-41061). El tolvaptan se estudió inicialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca, en los que se observó que reduce el peso corporal y el edema, y aumenta la concentración sérica de sodio, sin efectos adversos sobre la presión arterial, gasto cardíaco o función renal59. Recientemente, se han publicado los resultados del Study of Ascending Levels of Tolvaptan (SALT), que incluye 2 estudios multicéntricos, aleatorizados, doble ciego, en los que se investigó la eficacia del tolvaptan en pacientes con hiponatremia asociada a euvolemia (síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética) o hipervolemia (insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática)60. Los pacientes fueron aleatorizados a recibir placebo (n = 223) o tolvaptan (n = 225) en dosis de 15 mg/día, con la posibilidad de aumentar la dosis a 30 mg/día y después a 60 mg/día en función del sodio sérico. El aumento de la concentración sérica de sodio fue significativamente mayor en el grupo tratado con tolvaptan y se mantuvo hasta el final del tratamiento (30 días); se observó un descenso de la concentración sérica a valores similares a los basales una semana después de finalizado el tratamiento. Sólo en 4 pacientes se detectó hipernatremia (sodio > 146 mEq/l). El número y la gravedad de los efectos adversos fue parecido en ambos grupos. Una observación muy importante de este estudio fue que el tratamiento con tolvaptan produjo una mejoría significativa de la puntuación obtenida en el componente mental de la encuesta de salud SF-12, lo que sugiere una mejoría de la función cognitiva, posiblemente relacionada con la mejoría de la concentración sérica de sodio. 6. Satavaptan (SR-121463). El satavaptan es un antagonista no peptídico de los receptores V2 de la AVP de vida media prolongada53. De los diversos antagonistas de los Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 47 SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 48 MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA TABLA I. Resultados de estudios clínicos con antagonistas del receptor V2 de la hormona antidiurética en pacientes con cirrosis hepática Autor Compuesto 17 Dosis Sujetos n Resultados Incremento del volumen urinario Descenso de la osmolalidad urinaria Incremento del aclaramiento de agua libre Reducción del peso corporal Incremento del sodio sérico Reducción de la osmolalidad urinaria Incremento del sodio sérico Incremento del aclaramiento de agua libre Incremento del sodio sérico Incremento del volumen urinario Descenso de la osmolalidad urinaria Incremento del sodio sérico Aumento del volumen urinario Inoue et al Mozavaptan (OPC-31260) 30 mg/día Pacientes con ascitis y edemas periféricos y sujetos sanos 14 Gerbes et al20 Lixivaptan (VPA-985) 100, 200mg/día Pacientes con ascitis e hiponatremia 60 Wong et al49 Lixivaptan (VPA-985) 25, 125, 250 mg/día 44 Decaux et al50 Lixivaptan (VPA-985) 50, 100 mg/12 h Pacientes con ascitis, insuficiencia cardíaca o SIADH Pacientes con ascitis e hiponatremia y pacientes con SIADH Schrier et al60 Tolvaptan (OPC-41061) 15, 30, 60 mg/día 448 Ginès et al61 Satavaptan (SR121463) 5, 12,5, 25 mg/día Pacientes con ascitis, insuficiencia cardíaca o SIADH Pacientes con ascitis e hiponatremia Ginès et al62 Satavaptan (SR121463) 5, 12,5, 25 mg/día Pacientes con ascitis sin hiponatremia 148 Wong et al63 Satavaptan (SR121463) 5, 12,5, 25 mg/día Pacientes con ascitis tratados con paracentesis evacuadora 151 11 148 Incremento del sodio sérico Reducción del peso corporal Reducción del perímetro abdominal Reducción del peso corporal Reducción del perímetro abdominal Reducción de la recidiva de la ascitis SIADH: síndrome de secreción inadecuada de hormona antidiurética. receptores V2 disponibles, es del que se dispone de mayor información sobre sus efectos en pacientes con cirrosis hepática. Esta información se basa en los resultados de 3 estudios en fase IIb, en los que se investigó el efecto de 3 dosis distintas del fármaco (5, 12,5 y 25 mg/día) en comparación con placebo. Los objetivos principales y las poblaciones de pacientes con cirrosis fueron distintos en los 3 estudios. En el primer estudio, el objetivo principal fue investigar el efecto sobre la concentración sérica de sodio y la ascitis, y la población estudiada estuvo formada por pacientes con ascitis e hiponatremia. En el segundo estudio, el objetivo principal fue investigar el efecto sobre la ascitis y la población estudiada estuvo compuesta por pacientes con ascitis sin hiponatremia. Por último, el objetivo del tercer estudio fue la prevención de la recidiva de la ascitis y la población analizada estuvo formada por pacientes con ascitis tratados con paracentesis terapéuticas. La duración del tratamiento fue distinta: 2 semanas en los 2 primeros estudios, y 12 semanas en el tercero. En todos los casos los pacientes recibieron tratamiento diurético de forma concomitante con la administración de satavaptan o placebo. A pesar de que no se dispone de la información completa de los 3 estudios, puesto que han sido publicados únicamente en forma de resumen, los resultados se pueden sintetizar en los siguientes puntos: a) la administración de satavaptan produce un aumento de la concentración sérica de sodio en pacientes con hiponatremia, que ocurre en los primeros 3-5 días de tratamiento y se mantiene durante su administración; la interrupción del tratamiento se acompaña de una reducción 48 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):42-50 rápida de la concentración sérica de sodio que vuelve a los valores basales pretratamiento en pocos días; b) al igual que se ha observado con el lixivaptan y el tolvaptan, no todos los pacientes con hiponatremia normalizan la concentración sérica de sodio; la causa de esta falta de respuesta en algunos pacientes se desconoce por el momento; c) la administración de satavaptan se acompaña de una disminución de la cantidad de ascitis, estimada mediante una reducción del peso corporal y del diámetro abdominal; esta reducción se produce durante los primeros días de tratamiento, paralelamente al aumento de la concentración sérica de sodio; d) en pacientes con ascitis tratados con paracentesis terapéutica, el efecto beneficioso sobre la ascitis de la administración de satavaptan conlleva una reducción de la recidiva de la ascitis y de los requerimientos de paracentesis terapéuticas, y e) el efecto adverso más frecuente del tratamiento con satavaptan en estos estudios fue la sed debida al intenso aumento del volumen urinario; a pesar de ello, la incidencia de deshidratación e hipernatremia en los distintos estudios fue muy baja; no se observó un empeoramiento de la función renal ni hipotensión ortostática. En la tabla I se resumen los efectos de los distintos antagonistas del receptor V2 en pacientes con cirrosis hepática. Los resultados de los estudios en fase II indican que estos fármacos son muy eficaces para producir un aumento del volumen urinario y del aclaramiento de agua libre en pacientes con cirrosis y ascitis. Como consecuencia de este efecto se produce una mejoría de la concentración sérica de sodio y del control de la ascitis. Si estos efectos SESION 2. DOC03 (42-50).qxp 12/2/07 11:11 Página 49 MARTÍN-LLAHÍ M ET AL. NUEVOS TRATAMIENTOS PARA LA ASCITIS EN LA CIRROSIS HEPÁTICA beneficiosos se confirman en los estudios en fase III, los fármacos acuaréticos representarán, sin duda, un avance importante en el tratamiento farmacológico de las complicaciones de la cirrosis hepática. Agradecimiento Parte de los estudios descritos en este artículo ha sido financiada con ayudas del fondo de Investigación Sanitaria (FIS-5/0246) Ministerio de Educación y Ciencia (SAF 2005-01917) y CIBER de enfermedades hepáticas y digestivas (CIBERREHD). BIBLIOGRAFÍA 1. Ginès P, Quintero E, Arroyo V, Terès J, Bruguera M, Rimola A, et al. Compensated cirrhosis; natural history and prognostic factors. Hepatology. 1987; 7:122-8. 2. Eisenmenger WJ, Blondheim SH, Bongiovanni AM, Kunkel HG. Electrolyte studies on patients with cirrhosis of the liver. J Clin Invest. 1950;29:1491-9. 3. Lieberman FL, Denison EK, Reynolds TB. The relationship of plasma volume, portal hypertension, ascites, and renal sodium retention in cirrhosis: the overflow theory of ascites formation. Ann NYAcad Sci. 1970;170:202-12. 4. Schrier RW, Arroyo V, Bernardi M, et al. Peripheral arterial vasodilation hypothesis: a proposal for the initiation of renal sodium and water retention in cirrhosis. 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Hepatology. 2006;44 Suppl 1:256A. SESION 2. DOC04 (51-56).qxp 12/2/07 11:12 Página 51 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Tratamiento de las enfermedades hepáticas por depósito E. Quintero Carrión y A. Pardo Balteiro Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario de Canarias. La Laguna. Tenerife. España. INTRODUCCIÓN Las enfermedades hepáticas por depósito de metales, proteínas, lípidos y otras sustancias constituyen un amplio espectro de trastornos metabólicos hereditarios o adquiridos, que conducen a distintos grados de insuficiencia hepática aguda o crónica (tabla I). Sólo las hepatopatías inducidas por el depósito de hierro y cobre disponen de medidas terapéuticas específicas, si se inicia el tratamiento precozmente, para evitar o modificar el curso espontáneo de la enfermedad. En el resto de hapatopatías no hay un tratamiento médico eficaz; muchas de ellas evolucionan hacia la insuficiencia hepática con un pronóstico fatal, y el trasplante hepático es la única alternativa terapéutica viable. En la presente revisión se analiza el tratamiento de las enfermedades por sobrecarga hepática primaria y secundaria de hierro y de la enfermedad de Wilson (EW). TRATAMIENTO DE LAS HEPATOPATÍAS POR SOBRECARGA DE HIERRO El depósito hepático de hierro puede producirse como consecuencia de un trastorno primario asociado a mutaciones en genes codificantes de proteínas, que participan en la captación o la excreción celular del hierro, lo que da lugar a la hemocromatosis hereditaria (HH), o puede ser un trastorno secundario a hepatopatías crónicas comunes o a enfermedades hematológicas que precisan transfusiones sanguíneas periódicas (tabla II). La característica biológica más importante del hierro es que participa dando o recibiendo electrones en reacciones REDOX, conocidas como reacciones de Fenton y HaberWeiss. La reacción del hierro con el radical superóxido produce la reducción del hierro férrico a ferroso, que a su vez reacciona con el peróxido de hidrógeno, dando lugar Correspondencia: Dr. E. Quintero Carrión. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario de Canarias. La Laguna. Tenerife. España Correo electrónico: [email protected] a la producción de radical hidroxilo, que es el radical libre más tóxico para la célula. El hierro, a su vez, cataliza la formación de radicales lipídicos que afectan preferentemente a los ácidos grasos poliinsaturados de las membranas celulares. Tanto los iones hidroxilo como el radical peróxido reaccionan con gran afinidad por cualquier molécula de células vivas, produciendo un daño oxidativo del ADN, una alteración de la síntesis proteica y de los lípidos de membrana, la activación de proteasas y la alteración de la proliferación celular. El estrés oxidativo inducido por el hierro libre puede provocar un daño tisular multiorgánico y la aparición de numerosas enfermedades por depósito, como la HH, enfermedades neurodegenerativas o incluso cáncer. El daño oxidativo actúa sobre las 3 células principales del hígado (hepatocito, células de Kupffer y células estrelladas), y produce necrosis, inflamación y fibrosis1. En condiciones normales, la homeostasis del hierro está regulada fundamentalmente por la absorción intestinal, al no haber vías metabólicas eficaces para su eliminación corporal. El enterocito duodenal es la célula que modula la homeostasis del hierro en el organismo, mediante un mecanismo complejo que permite aumentar o disminuir la absorción y el transporte de hierro en función de los cambios y las demandas tisulares de este metal. Durante la última década se ha producido un importante avance en el conocimiento de las distintas moléculas que regulan la absorción y la excreción del hierro celular, que ha permitido conocer el mecanismo que induce la sobrecarga férrica asociada a los distintos tipos de HH o a enfermedades hepáticas adquiridas, como la relacionada con la hepatitis C, la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) o la hepatopatía alcohólica. La hepcidina, una proteína que se sintetiza en el hígado, actúa inhibiendo el efecto de la ferroportina, principal inhibidor del transporte celular de hierro. La síntesis hepática de hepcidina está regulada por la acción de 3 moléculas: la proteína HFE, la hemojuvelina y el TFR2. De este modo, en situaciones de aumento del hierro libre circulante, se estimula la síntesis de hepcidina, que actúa inhibiendo la excreción celular de hierro por el enterocito y los macrófagos. En la HH, en que se produce la disfunción de las proteínas que intervienen en su síntesis (HFE, hemojuvelina o TFR2), y en las Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):51-6 51 SESION 2. DOC04 (51-56).qxp 12/2/07 11:12 Página 52 QUINTERO CARRIÓN E ET AL. TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES HEPÁTICAS POR DEPÓSITO TABLA I. Clasificación de las enfermedades hepáticas por depósito Sustancia acumulada Enfermedades hereditarias Hemocromatosis Enfermedad de Wilson Déficit de ␣-1-antitripsina Porfirias hepáticas Porfiria aguda intermitente Porfiria cutánea tarda Porfiria eritropoyética Glucogenosis tipo I, III, IV, VI y IX Mucopolisacaridosis tipo I, II, III, IV y VII Enfermedad de Gaucher Enfermedad de Niemann-Pick Síndrome de Dubin-Johnson Enfermedades adquiridas Sobrecarga férrica en enfermedades hematológicas Sobrecarga férrica en hepatopatías crónicas Esteatosis hepática Amiloidosis secundaria Intoxicación por Cobre (cirrosis infantil de la India) Porfirias hepáticas secundarias Glucogenosis hepática diabética Hierro Cobre ␣-1-antitripsina Flebotomías, trasplante Quelantes del cobre, cinc, trasplante hepático Sintomático, trasplante hepático Ácido delta-aminolevulínico y porfobilinógeno Uroporfirina, hepatocaroxiporfirina, inclusiones aciculares Protoporfirina, cristales birrefringentes Arginato de hematina. Glucosa y tratamiento sintomático Flebotomías, cloroquina Glucógeno Mucopolisacáridos Arginato de hematina, ácidos biliares, colestiramina, transplante hepático Dietético. Trasplante hepático Trasplante de médula ósea Glucosilceramida Esfingomielina, colesterol Pigmento similar a melanina Reposición enzimática Reposición enzimática No precisa Hierro Quelantes del hierro Hierro Flebotomías Triglicéridos Amiloide Cobre Sintomático Sintomático Quelantes del cobre. Retirada de recipentes de latón para preparación de alimentos Sintomático Ácido delta-aminolevulínico, porfobilinógeno, protoporfirinógeno o coproporfirinógeno Glucógeno TABLA II. Causas de sobrecarga férrica Hereditarias Hemocromatosis Tipo 1: asociada a mutaciones del gen HFE Tipo 2: asociada a mutación de hepcidina y/o hemojuvelina (hemocromatosis juvenil) Tipo 3: asociada a mutaciones de TfR 2 Tipo 4: asociada a mutaciones de ferroportina 1 Tipo 5: asociada a mutaciones de ferritina H Otras formas hereditarias Aceruloplasminemia Atransferrinemia Sobrecarga férrica neonatal Adquiridas Enfermedades hematológicas Anemias que requieren transfusiones periódicas Talasemia mayor Anemia sideroblástica Anemias hemolíticas crónicas Sobrecarga de hierro oral (hemosiderosis africana) Asociada a hepatopatías crónicas Hepatitis crónica por los virus B y C Esteatohepatitis no alcohólica Hepatopatía alcohólica Porfiria cutánea tarda hepatopatías crónicas con reducción en la capacidad de síntesis de hepcidina, se produce una sobrecarga férrica y un daño orgánico2. Tratamiento de la hemocromatosis hereditaria La extracción de sangre mediante flebotomías es el tratamiento de elección en la HH tipo I3-5. Aunque ocasionalmente se han utilizado quelantes del hierro y eritrocitoaféresis, no hay datos sobre la eficacia, la seguridad o el 52 Tratamiento Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):51-6 Sintomático coste-efectividad que justifiquen su uso. Como norma general, todos los individuos con genotipo compatible con HH tipo I (homocigotos para C282Y o dobles heterocigotos C282Y/H63D) y sobrecarga férrica, así como los que presentan criterios clínico-histológicos de HH y sobrecarga de hierro con cualquier genotipo, son subsidiarios de recibir tratamiento, independientemente de que presenten o no clínica, y entendiendo por sobrecarga de hierro la presencia de ferritina plasmática por encima de los valores de normalidad (tabla III). Ni la edad ni la presencia de una cirrosis descompensada deben considerarse a priori contraindicaciones para el tratamiento con flebotomías. En la tabla IV se resume la pauta de tratamiento de la sobrecarga férrica primaria y secundaria. En la HH tipo I, únicamente en los raros casos de intolerancia a las flebotomías puede probarse el tratamiento con quelantes del hierro. Habitualmente, se extraen entre 400 y 500 ml de sangre en cada flebotomía (ello supone la eliminación de 200-250 mg de hierro en cada extracción), con una periodicidad semanal o quincenal. Se mantiene esta pauta hasta que la ferritina plasmática desciende por debajo de 50 ng/ml. Como control del tratamiento debe utilizarse la determinación del hematocrito antes de cada flebotomía, de forma que su disminución no supere el 20% respecto al valor inicial. La ferritina sérica debe determinarse cada 10-12 flebotomías. El IST no es un buen parámetro para el control del tratamiento, dado que se modifica mucho más lentamente que la ferritina. Posteriormente, deben realizarse flebotomías de mantenimiento cada 3-4 meses para mantener los valores de los parámetros del metabolismo del hierro dentro de los márgenes citados. En principio, este régimen debe mantenerse durante toda la vida, SESION 2. DOC04 (51-56).qxp 12/2/07 11:12 Página 53 QUINTERO CARRIÓN E ET AL. TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES HEPÁTICAS POR DEPÓSITO aunque en algunos pacientes, y por causa no conocida, la reacumulación de hierro tras la depleción inicial es muy leve e incluso inexistente. Como medidas adicionales, es aconsejable evitar los alimentos especialmente ricos en hierro (como el hígado y la carne roja), así como los suplementos orales de hierro, y disminuir o suprimir el consumo de alcohol. No es necesario llevar a cabo una dieta estricta pobre en hierro, aunque es aconsejable evitar el consumo de vitamina C. Beber té, por el contrario, es beneficioso, ya que disminuye la absorción intestinal de hierro. Los antiinflamatorios no esteroideos son útiles en el tratamiento sintomático de la artropatía, y se puede conseguir una mejoría de los síntomas de hipogonadismo con la administración de andrógenos. El tratamiento con flebotomías es, en general, bien tolerado y su eficacia es absoluta en cuanto a conseguir la depleción de hierro. Asimismo, es capaz de prevenir la aparición de la mayor parte de las manifestaciones de la enfermedad, especialmente de las que llevan aparejadas una disminución de la expectativa de vida (cirrosis, diabetes y miocardiopatía), aunque en ocasiones algunos síntomas, como la astenia, las artralgias o la impotencia, pueden aparecer o empeorar después de iniciado el tratamiento. Por lo que respecta a los síntomas ya instaurados, este tratamiento es muy efectivo para eliminar la astenia y la hiperpigmentación cutánea, así como para normalizar la hipertransaminasemia, mientras que el efecto es menor sobre la artropatía, la diabetes, la miocardiopatía y la impotencia. La cirrosis, por su condición de lesión irreversible, no se modifica con las flebotomías, aunque es interesante destacar que dicho tratamiento tiene un efecto beneficioso sobre la hipertensión portal, ya que disminuye del riesgo de hemorragia por varices esofágicas. Sin embargo, dicho tratamiento no previene, el riesgo de desarrollo de hepatocarcinoma una vez instaurada la cirrosis. En los pacientes que presenten descompensaciones mayores de la cirrosis debe indicarse el trasplante hepático. No obstante, la supervivencia en pacientes trasplantados con HH es inferior a la observada en pacientes con otras etiologías. La mayoría de los pacientes fallece en el postoperatorio como consecuencia de una insuficiencia cardíaca o por infecciones complicadas. Recientemente, se ha constatado que la sobrecarga de hierro es un factor de mal pronóstico en los pacientes sometidos a un trasplante ortotópico de hígado, por lo que algunos autores aconsejan la depleción de hierro mediante sangrías antes del trasplante6. Las flebotomías son también el tratamiento de elección en las formas más raras de HH. En la HH tipo IV (mutación del gen SLC40A1 y disfunción de ferroportina 1), que se hereda con carácter autosómico dominante y cursa con sobrecarga férrica en macrófagos, hiperferritinemia y anemia, se recomienda el tratamiento adyuvante con eritropoyetina. Sobrecarga férrica asociada a hepatopatías crónicas La sobrecarga férrica se asocia frecuentemente con la hepatitis C crónica, la EHNA y la cirrosis hepática, prefe- TABLA III. Criterios para el tratamiento con flebotomías en pacientes con hemocromatosis hereditaria Paciente Ferritina sérica (g/l) En menores de 18 años de edad ⱖ 200 Mujeres No gestantes fértiles Gestantes Posmenopausia Varones ⱖ 200 ⱖ 500* ⱖ 200 ⱖ 300 *Sólo si presentan signos de insuficiencia cardíaca o hepática atribuibles a sobrecarga férrica; si no, debe demorarse el tratamiento hasta después del parto. TABLA IV. Tratamiento de la sobrecarga férrica Hemocromatosis hereditaria – Flebotomía: 500 ml, semanal o quincenal – Determinar el hematocrito antes de cada flebotomía; la caída del hematocrito no debe ser > 20% respecto al inicial – Determinar la ferritina sérica cada 10-12 flebotomías con el objetivo de alcanzar valores inferiores a 50 g/l – Cuando la ferritina sea < 50 g/l, hay que mantener indefinidamente las flebotomías cada 3-4 meses – Eritropoyetina: opcional como tratamiento adyuvante en pacientes con anemia – Evitar suplementos de vitamina C Sobrecarga férrica secundaria a enfermedades hematológicas – Opciones: Desferroxiamina, perfusión subcutánea de 20-40 mg/kg/día, continua en minibomba, o durante 6-8 h, 5-7 días a la semana – Deferiprona v.o., 75 mg/kg/día – Deferasirox (ICL670) v.o., 20-30 mg/kg/día rentemente de origen alcohólico. En estas enfermedades es característica la elevación sostenida de ferritina plasmática, sin que ello se asocie con un importante depósito de hierro hepático. Sin embargo, varios estudios constatan que el aumento de los parámetros séricos de hierro tiene un valor predictivo de fibrosis7-12. Recientemente se ha constatado que en pacientes con hepatitis C crónica la depleción de hierro con flebotomías detiene o mejora la progresión histológica de la enfermedad7,8. Por su parte, en la EHNA mejora significativemante la hipertransaminasemia y la resistencia insulínica10,11. Estos datos sugieren que la depleción de hierro puede mejorar el pronóstico de estas hepatopatías, pero se necesitan estudios controlados aleatorizados para confirmar esta hipótesis. Sobrecarga férrica en enfermedades hematológicas El tratamiento estándar de la sobrecarga férrica secundaria asociada a eritropoyesis ineficaz es la administración de quelantes del hierro, principalmente la desferroxiamina (Desferal®) por vía subcutánea mediante la implantación de una minibomba para perfusión continua durante las 24 h, en una dosis de 20-40 mg/kg/día o en perfusiones subcutáneas nocturnas (5-7 noches/semana). La reducción de los valores de hierro en el hígado por debajo de 15.000 g/g de peso seco hepático evita las manifestaciones clínicas de la sobrecarga. Aunque es un tratamiento eficaz y seguro, tiene el inconveniente de precisar la administración en forma de perfusión parenteral prolonGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):51-6 53 SESION 2. DOC04 (51-56).qxp 12/2/07 11:12 Página 54 QUINTERO CARRIÓN E ET AL. TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES HEPÁTICAS POR DEPÓSITO gada debido a su corta vida media; puede presentar efectos adversos, como neurotoxicidad (pérdida de visión y sordera) e infecciones (mucormicosis), y tiene un elevado coste económico. La deferiprona y el deferasirox (ICL670), son nuevos quelantes del hierro que se administran por vía oral y logran reducir la sobrecarga de hierro de forma muy eficaz13. La deferiprona se administra en 3 dosis de 75 mg/kg/día, pero tiene el inconveniente de producir con frecuencia síntomas gastrointestinales y, ocasionalmente, artritis erosiva, neutropenia y agranulocitosis. El deferasirox tiene una vida media de 8-16 h, por lo que se administra en una sola dosis diaria. Varios ensayos clínicos en fase II y III han demostrado su eficacia en el tratamiento de la sobrecarga férrica en pacientes con talasemia mayor. Este fármaco tiene la misma eficacia que la desferroxiamina para conseguir la depleción hepática de hierro, con la ventaja de que actúa quelando tanto el hierro libre en la sangre como el hierro intracelular. Es bien tolerado y no tiene efectos adversos graves. Puede producir una leve elevación de las transaminasas y de la creatinina séricas, y exantema cutáneo. Ha sido recientemente aprobado por la Food and Drug Administration, pero su principal inconveniente es su elevado precio. La flebotomía sólo se utiliza en algunas formas de sobrecarga férrica secundaria, como la porfiria cutánea tarda o la sobrecarga oral de hierro (hemocromatosis africana). Tratamiento de la enfermedad de Wilson La EW es un trastorno del metabolismo del cobre que se hereda con carácter autosómico recesivo y se origina por la disfunción de una ATPasa (ATP7B) que participa en la excreción biliar del cobre14. Se han descrito más de 200 mutaciones en el gen ATP7B, situado en el cromosoma 13, que codifica la proteína intracelular transportadora de cobre. El déficit de esta proteína impide que el cobre sea excretado al canalículo biliar y su incorporación a la apoceruloplasmina (molécula precursora de la ceruloplasmina), lo que condiciona la presencia de concentraciones bajas de ceruloplasmina plasmática. La falta de eliminación de cobre hacia la vía biliar provoca su acumulación en el interior de los hepatocitos, donde se liga a la metalotionina. Si bien el mecanismo fisiopatológico es desconocido, algunos estudios realizados en modelos experimentales apuntan hacia una captación lisosomal del complejo metalotionina-cobre15. Éste sufre una degradación incompleta dentro del lisosoma, formando un polímero insoluble y rico en cobre activado. Este compuesto desencadena una peroxidación lipídica lisosomal que conduce a la necrosis celular. La EW se caracteriza por un amplio espectro de manifestaciones clínicas que van desde una hipertransaminasemia leve hasta una cirrosis hepática o una insuficiencia hepática aguda grave. Las manifestaciones neurológicas, generalmente, sobrevienen en pacientes con una enfermedad hepática avanzada, incluyen síntomas seudoparkinsonianos, como bradicinesia/rigidez, depresión y afección cog54 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):51-6 nitiva, formas seudoescleróticas en las que predomina el temblor y la ataxia, discinesias y manifestaciones psiquiátricas, que abarcan desde leves conductas antisociales hasta esquizofrenia paranoide. El diagnóstico de la EW se establece mediante la demostración del anillo de Kayser-Fleischer en el examen ocular con lámpara de hendidura y de ceruloplasmina sérica inferior a 20 mg/dl. El anillo de Kayser-Fleischer está presente en la mayoría de los pacientes con manifestaciones neurológicas y en menos del 50% de los pacientes que sólo tienen manifestaciones hepáticas. Cuando falla uno de estos dos criterios diagnósticos, hay que recurrir a la medición de la cupruria de 24 h, que es superior a los 100 g/24 h en la mayoría de pacientes. En caso de duda, se debe realizar la estimulación de la excreción urinaria de cobre mediante la administración de 1.000 mg de Dpenicilamina, el mismo día en que se hace la recogida de la orina. Si el paciente tiene una EW, la cupruria es superior a 1.000 g/24 h. La prueba diagnóstica más específica es la determinación de la concentración de cobre en tejido hepático seco mediante espectrofotometría de absorción atómica, que es superior a 250 g/g de tejido seco en la EW. La mayoría de los pacientes son diagnosticados entre los 5 y los 25 años de edad. Si no se trata la enfermedad, tiene un pronóstico fatal, y la mayoría de los pacientes fallece a causa de una insuficiencia hepática. Por el contrario, el tratamiento médico evita la progresión de la enfermedad y proporciona una esperanza de vida similar a la de la población general de la misma edad. El objetivo del tratamiento en la EW es eliminar el cobre retenido mediante la utilización de quelantes, o evitar sus efectos tóxicos impidiendo su absorción intestinal, mediante la administración de preparados de cinc16. Quelantes del cobre Los quelantes del cobre son la D-penicilamina, la trientina y el tetratiomolibdato. Los dos primeros se unen al cobre y se eliminan por la orina, generando un balance negativo de cobre, mientras que el tetratiomolibdato tiene un doble mecanismo de acción; si se administra durante las comidas, se une al cobre presente en los alimentos impidiendo su absorción, mientras que si se administra entre comidas se absorbe, uniéndose en la sangre a la albúmina y al cobre e impidiendo su captación celular, lo que convierte el cobre tóxico en no tóxico. En España no están comercializados la trientina ni el tetratiomolibdato. D-penicilamina. Es muy efectiva en dosis de 1.000 mg/día en 2 tomas y administrándola 1 h antes de las comidas. Marcó la pauta del tratamiento de la EW en los últimos 40 años; sin embargo, produce efectos secundarios grves en el 20% de los pacientes tratados. Concretamente, induce el empeoramiento de los síntomas en la mitad de los pacientes con afección neurológica, muchos de los cuales quedan con un déficit neurológico permanente. Este efecto se debe a la movilización de los depósitos hepáticos de cobre y su posterior acumulación en el cerebro. SESION 2. DOC04 (51-56).qxp 12/2/07 11:12 Página 55 QUINTERO CARRIÓN E ET AL. TRATAMIENTO DE LAS ENFERMEDADES HEPÁTICAS POR DEPÓSITO Los efectos secundarios dependientes de la dosis de Dpenicilamina son el déficit de piridoxina y la interferencia con la formación de elastina y colágena. Otros efectos inmunológicos son: reacciones de hipersensibilidad, síndrome nefrótico, miastenia gravis, síndrome de Goodpasture, neuritis óptica, lupus sistémico y pénfigo. Para evitar el déficit de piridoxina, es conveniente administrar 50 mg a la semana de esta vitamina16. Trientina. Tiene una eficacia similar a la D-penicilamina, con la ventaja de que produce con menos frecuencia un empeoramiento de los síntomas neurológicos. Se administra a la misma dosis que la D-penicilamina y produce efectos secundarios similares a ésta, como daño renal, inhibición de la médula ósea y trastorno inmunológico. Tanto la D-penicilamina como la trientina son eficaces para tratar las manifestaciones hepáticas de la EW, y se normalizan las cifras de transaminasas antes de un año en la mayoría de los pacientes. El tratamiento debe mantenerse toda la vida y su interrupción puede precipitar la aparición de una insuficiencia hepática aguda grave, atribuida a la rotura de los complejos cobre-metalotioneína inducidos por el tratamiento, con depósito hepatocitario de grandes cantidades de cobre tóxico, que produce destrucción de hepatocitos y liberación de cobre a la sangre, lo cual induce hemólisis16. Tetratiomolibato. Se administra en dosis de 20 mg por vía oral, 3 veces al día entre las comidas, y 20 mg durante las 3 comidas principales (120 mg/día). Es bien tolerado y tiene pocos efectos secundarios, entre los que destaca la depresión de la médula ósea, que puede producir anemia y/o leucopenia en el 12% de los casos, y la elevación moderada de las transaminasas en el 16% de los casos, que suelen resolverse al reducir la dosis de tetratiomolibato. En un ensayo clínico reciente, aleatorizado y doble ciego, realizado en 48 pacientes con manifestaciones neurológicas, en el que se asignó tratamiento con 500 mg/día de trientina a un grupo y 20 mg de tetratiomolibdato 6 veces al día (entre comidas y durante la comida) a otro grupo –además de un tratamiento concomitante en ambos grupos con 100 mg de cinc al día–, se observó un deterioro neurológico en el 26% de los pacientes tratados con trientina, frente a sólo el 4% de los tratados con tetratiomolibdato, por lo que este último parece el tratamiento más seguro en pacientes con manifestaciones neurológicas de la EW17. A los pacientes que reciben tratamiento con quelantes del cobre se les debe efectuar un seguimiento periódicamente para comprobar que tienen una excreción urinaria elevada de cobre, lo que indica un buen cumplimiento del tratamiento, y para descartar la presencia de proteinuria o alteración de las series hemáticas en el hemograma. Cuando se presenta una reacción de hipersensibilidad en forma de fiebre, exantema cutáneo y adenopatías, al inicio del tratamiento, debe suprimirse el quelante y administrarse corticoides. Una vez resuelta la reacción de hipersensibilidad, se puede reanudar el tratamiento con dosis progresivas de 250 mg/día de D-penicilamina cada 10 días, hasta alcanzar la dosis plena (1 g/día), y mantener los corticoides. Cinc. Los preparados de sulfato o acetato de cinc constituyen en la actualidad el tratamiento de mantenimiento de elección en la EW18. Administrados por vía oral, aumentan la síntesis de proteínas endógenas intracelulares, como la metalotioneína, que fijan el cobre en posición atóxica. De esta forma, el cobre ingerido con la dieta se acumula en los enterocitos y se elimina por descamación de estas células en el intestino. El cobre presente en los hepatocitos también se combina con la metalotioneína, y permanece en una forma no tóxica. Su máximo efecto terapéutico se consigue a partir de los 6 meses de tratamiento, por lo que se aconseja realizar primero una depleción de cobre con un quelante e iniciar concomitantemente el tratamiento con cinc. Los preparados de cinc no tienen efectos secundarios. El acetato de cinc (Wilzin®) tiene una mejor tolerancia gástrica que el sulfato de cinc. Se administra en una pauta de 150 mg/día en 3 dosis, media hora antes de las comidas y durante toda la vida. En los menores de 16 años, la pauta es de 25 mg/día en 3 dosis. El efecto beneficioso del medicamento es una disminución progresiva de la curpruria hasta alcanzar valores de normalidad (< 70 g/24 h). Su efecto sobre los valores de transaminasas es más lento que el observado con los quelantes. Para comprobar el cumplimiento del tratamiento, pueden medirse las concentraciones urinarias de cinc, que deben superar los 2 mg/24 h. Como cada paciente con EW presenta características propias, no se puede plantear un patrón único inicial de tratamiento sino que se debe planificar éste de forma individualizada y cuidadosa16. Así, en el paciente asintomático se procede a utilizar las sales de cinc de forma aislada; cuando el paciente presenta signos de descompensación hepática se recomienda iniciar el tratamiento con trientina o D-penicilamina, por su rápida capacidad en eliminar el cobre, conjuntamente con las sales cinc, retirando el quelante a los 4-6 meses de iniciado el tratamiento; en las formas neurológicas se asociaría al cinc el tetratiomolibdato, y debe evitarse en lo posible la administración de D-penicilamina; en los pacientes que presentan insuficiencia hepática aguda grave, el único tratamiento curativo es el trasplante hepático. BIBLIOGRAFÍA 1. Ramm GA, Ruddell RG. Hepatotoxicity of iron overload: mechanisms of iron-induced hepatic fibrogenesis. Seminars Liver Dis. 2005;25:433-49. 2. Nemeth E, Ganz T. Regulation of iron metabolism by hepcidin. Annu Rev Nutr. 2006;26:323-42. 3. Barton JC, McDonnell SM, Adams PC, et al. Management of Hemochromatosis. Ann Intern Med. 1998;129:932-9. 4. 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DOC01 (57-61).qxp 12/2/07 11:13 Página 57 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Inmunotolerancia en el trasplante hepático A. Sánchez Fueyo Servicio de Hepatología. Institut de Malalties Digesives i Metabòliques. Hospital Clínic. IDIBAPS. Barcelona. España. INTRODUCCIÓN: MECANISMOS DE TOLERANCIA INMUNOLÓGICA La disponibilidad de potentes fármacos inmunosupresores, así como la mejoría en los cuidados postoperatorios tras el trasplante, han hecho que el interés de buena parte de la comunidad científica haya pasado de la supervivencia a corto plazo del injerto y de la prevención del rechazo agudo a intentar maximizar la supervivencia a largo plazo de los injertos y la calidad de vida de los receptores. Para alcanzar estos objetivos es preciso resolver 3 tipos de problemas: a) los efectos secundarios de la inmunosupresión (IS) crónica; b) la recurrencia de la enfermedad primaria en el aloinjerto (especialmente la infección por el virus de la hepatitis C [VHC] en el trasplante hepático), y c) el rechazo crónico, que no es posible prevenir de manera efectiva con la medicación IS actual (si bien en el trasplante hepático este problema es de mucha menor envergadura que en el trasplante de otros órganos). Una posible solución a estos 3 problemas es la inducción de un estado de tolerancia frente al aloinjerto. La tolerancia inmunológica se define habitualmente como un estado de no reactividad frente a un conjunto específico de antígenos o frente a un aloinjerto, que se mantiene incluso cuando el receptor se ve expuesto de manera repetida a este estímulo antigénico, y que tiene lugar en ausencia de IS continuada y sin que se vean comprometidas las respuestas inmunes dirigidas contra antígenos diferentes. La adquisición de tolerancia inmunológica fue descrita por vez primera por Medawar et al hace más de 50 años1. Desde entonces, un gran número de estrategias han mostrado ser capaces de inducir tolerancia en modelos experimentales de trasplante (fundamentalmente en roedores) (tabla I). La práctica totalidad de estos tratamientos inductores de tolerancia actúa en una fase inicial eliminando una porción significativa de los linfocitos alorreactivos Correspondencia: Dr. A. Sánchez Fueyo. Servicio de Hepatología. Institut de Malalties Digesives i Metabòliques. Hospital Clínic. IDIBAPS. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] capaces de inducir rechazo2. Ahora bien, a menos que la depleción de los linfocitos T alorreactivos sea total y se acompañe además de la eliminación de los linfocitos T alorreactivos que emergen del timo (tolerancia central)3, este mecanismo depletivo no es suficiente para el mantenimiento del estado de tolerancia. Cuando esto ocurre, es decir, cuando no se consigue eliminar la totalidad de los linfocitos T alorreactivos y/o el desarrollo linfocitario en el timo se mantiene, no es posible prevenir de manera indefinida la aparición de rechazo, a menos que se desarrollen linfocitos reguladores que sean capaces de autoperpetuarse y suprimir la función de los linfocitos alorreactivos no eliminados (tolerancia periférica)4,5. Los linfocitos T desempeñan, por tanto, un papel crítico en el desarrollo de las respuestas aloinmunes y dirigen tanto los mecanismos de rechazo como la adquisición de tolerancia. Las estrategias terapéuticas encaminadas a conseguir un estado de tolerancia central (en el timo) se basan en la inducción de un quimerismo hematopoyético en el receptor3. Estas estrategias aprovechan la capacidad de las células presentadoras del timo de inducir la muerte por apoptosis de los linfocitos T que reconocen los complejos MHC-péptido con alta afinidad (selección negativa tímica). La manera de llevarla a la práctica consiste en administrar médula ósea del donante del órgano trasplantado, de manera que se produzca una repoblación del timo del receptor por parte de células hematopoyéticas del donante (quimerismo). Esta estrategia es muy potente, y en modelos experimentales permite incluso la inducción de tolerancia frente a los injertos cutáneos con disparidad MHC completa (el modelo de trasplante más inmunogénico que se conoce). El inconveniente de estos tratamientos es que requieren un condicionamiento muy agresivo del receptor, lo cual dificulta enormemente su aplicación clínica. La inducción de tolerancia periférica, por otra parte, se basa en alterar de manera favorable el balance entre los linfocitos alorreactivos citopáticos y los linfocitos inmunorreguladores. Los linfocitos T reguladores han sido identificados incluso en el caso de individuos que presentan un rechazo agudo. Esto quiere decir que la activación y la expansión de estos linfocitos es una parte esencial de la respuesta aloinmune. Ahora bien, en ausencia de tratamiento, la expansión más rápida de los linfociGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):57-61 57 SESION 3. DOC01 (57-61).qxp 12/2/07 11:13 Página 58 SÁNCHEZ FUEYO A. INMUNOTOLERANCIA EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO TABLA I. Estrategias inductoras de tolerancia en modelos experimentales MO + irradiación total + anti-CD4 mAc + anti-CD8 mAc (deplecionantes) MO + RAPA + anti-CD40L mAc + CTLA4Ig mAc RAPA + IL2/Fc + mIL15/Fc (Powermix) Anti-OX40 + anti-CD40L mAc + CTLA4Ig mAc RAPA + anti-CD40L mAc + CTLA4Ig mAc DST + anti-CD40L mAc DST + anti-CD4 mAc (no deplecionante) Anti-CD40L mAc + CTLA4Ig mAc Anti-CD45RB mAc + RAPA o anti-CD40L Anti-ICOS mAc ± DST RAPA Suero anti-linfocitario + MO Anti-CD4 mAc + anti-CD8 mAc (no deplecionante) Infusión de células dendríticas tolerogénicas Infusión de células madre mesenquimales Ciclosporina A MO: médula ósea del donante; DST: transfusión específica del donante; RAPA: rapamicina; mAc: anticuerpo monoclonal. tos citopáticos sobrepasa los efectos protectores de los linfocitos reguladores y se produce el rechazo. Así pues, el resultado del trasplante (rechazo frente a tolerancia) depende de las proporciones relativas de linfocitos citopáticos y reguladores, y la reducción de los linfocitos citopáticos es imprescindible para asegurar la viabilidad del injerto hasta que los linfocitos reguladores se expandan y controlen la respuesta aloinmune (fig. 1). La mayor parte de los tratamientos capaces de inducir tolerancia periférica se basa en la inhibición parcial de la activación linfocitaria, ya sea utilizando anticuerpos no citotóxicos dirigidos contra los correceptores CD4 y CD8, anticuerpos capaces de inhibir las señales coestimuladoras (CD40-CD40L, CD28-B7, PD1-PDL1, ICOS, OX40, etc.), o fármacos como la rapamicina. La consecuencia de esta inhibición parcial es el desarrollo de anergia y apoptosis de los linfocitos alorreactivos, y el aumento de la función y/o la expansión de los linfocitos reguladores2. Otro gran grupo de estrategias tolerogénicas se basan en el uso de terapias celulares, ya sea la administración de linfocitos reguladores expandidos ex vivo6, células dendríticas con capacidad tolerogénica7 o células madre con propiedades inmunosupresoras (p. ej., células madre mesenquimales). TOLERANCIA EN MODELOS EXPERIMENTALES DE TRASPLANTE HEPÁTICO Los injertos hepáticos son únicos, ya que se aceptan espontáneamente sin IS en cerdos, ratas y ratones8-10. En estos modelos experimentales se produce rechazo, pero éste se resuelve de forma espontánea, y los receptores pueden aceptar otros órganos del mismo donante, pero no de donantes que expresan antígenos de histocompatibilidad diferentes11. Los mecanismos responsables de esta tolerogenicidad intrínseca no se conocen por completo, y se han propuesto múltiples hipótesis, entre las cuales se encuentran la inducción de microquimerismo, la producción de proteínas inmunorreguladoras como moléculas HLA de clase I, la depleción por apoptosis de los linfocitos T 58 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):57-61 alorreactivos y el desarrollo de redes inmunorreguladoras controladas por linfocitos supresores. En cualquier caso, al igual que ocurre con la tolerancia inmunológica frente a otros órganos, la vía común en la que todos estos distintos mecanismos confluyen es la eliminación de los clones citopáticos alorreactivos y la expansión de los linfocitos reguladores. El hígado produce grandes cantidades de moléculas HLA de clase I solubles, y en modelos experimentales estos aloantígenos han demostrado ser capaces de inducir apoptosis de linfocitos CD8+ alorreactivos tanto in vitro como in vivo y de prolongar la supervivencia de los aloinjertos hepáticos12,13. El intercambio de leucocitos migratorios entre el injerto y el receptor, lo que da lugar a un estado de microquimerismo celular, se ha propuesto también como un posible mecanismo para explicar la tolerancia espontánea de los injertos hepáticos14. De acuerdo con esta teoría, tras el trasplante se produce una interacción bidireccional entre los leucocitos del donante y los del receptor (respuesta del injerto contra el huésped y del huésped contra el injerto), que da lugar a la eliminación tanto de los linfocitos T alorreactivos del receptor como de los linfocitos del donante capaces de reconocer antígenos del receptor. Este modelo, propuesto inicialmente por Starzl, y posteriormente incluido en una teoría mucho más amplia elaborada por Zinkernagel14 que enuncia los principios básicos a través de los cuales el sistema inmune discrimina entre antígenos propios y ajenos, ha sido históricamente muy influyente en el trasplante hepático, dado el enorme prestigio de Starzl. Ahora bien, aunque algunos datos indican que el microquimerismo celular puede producirse en los receptores de un trasplante hepático, no hay evidencias claras de que este fenómeno sea en realidad la causa de la tolerancia. En concreto, no disponemos de ninguna prueba de que el microquimerismo sea la causa y no la consecuencia del estado de tolerancia15. Por otra parte, el modelo propuesto por Starzl y Zinkernagel no hace ninguna referencia a los linfocitos reguladores, que, como se ha demostrado en los últimos años, tienen un papel fundamental en la inducción de tolerancia. Por todo ello, es importante subrayar que, a pesar de su popularidad, esta teoría cuenta en realidad con muy pocos adeptos dentro de la comunidad científica. En los últimos años se ha especulado que determinados subtipos de células dendríticas hepáticas podrían tener una función específicamente inmunosupresora, y que podrían ser las células responsables de la capacidad tolerogénica de los leucocitos «pasajeros» de los injertos hepáticos16. Esta última hipótesis, que conceptualmente es muy diferente del modelo bidireccional postulado por Starzl et al, es congruente con múltiples evidencias experimentales sobre la capacidad tolerogénica de determinados subtipos de células dendríticas, tanto en modelos experimentales de autoinmunidad como de trasplante. Una interpretación alternativa para explicar las propiedades tolerogénicas del hígado se basa en la observación de que durante la aceptación de los injertos hepáticos, los linfocitos T infiltran el parénquima, pero se eliminan rápidamente sin que lleguen a causar lesión en el injerto17. Algunos trabajos posteriores18 han mostrado que los lin- SESION 3. DOC01 (57-61).qxp 12/2/07 11:13 Página 59 SÁNCHEZ FUEYO A. INMUNOTOLERANCIA EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO Tolerancia central Tolerancia periférica Regulación Depleción Fig. 1. Estrategias para inducir tolerancia en el trasplante: pool size model. Reducir el número de linfocitos T efectores alorreactivos focitos T alorreactivos son deplecionados por apoptosis en el hígado a través de mecanismos tanto de muerte celular pasiva como de muerte inducida por activación. Finalmente, otros procesos tolerogénicos activos en el hígado son la génesis de linfocitos reguladores CD4+ como consecuencia de la presentación aloantigénica en la superficie de las células sinusoidales o de subtipos de células dendríticas específicas del hígado19. Por último, en una reciente comunicación se ha descrito que las células reguladoras CD4+ CD25+ son precisas para la aceptación espontánea de injertos hepáticos en modelos murinos20. En definitiva, las propiedades tolerogénicas de los injertos hepáticos son probablemente resultado de la combinación de múltiples mecanismos diferentes, en un contexto anatómico singular, en el que se maximiza el contacto entre las células inmunitarias del torrente circulatorio y las células hepáticas. DEFINICIÓN DE TOLERANCIA EN EL TRASPLANTE CLÍNICO Un problema importante con el que nos enfrentamos a la hora de evaluar la tolerancia en el trasplante clínico es la ausencia de una definición unitaria del término «tolerancia». Es interesante constatar que los primeros investigadores que emplearon esteroides y azatioprina para prevenir el rechazo creían que sus tratamientos estaban induciendo tolerancia inmunológica. Esta confusión entre tolerancia e inmunosupresión se ha mantenido, en mayor o menor medida, hasta nuestros días. Hoy sabemos, sin embargo, que estos dos estados, tolerancia e inmunosupresión, son muy diferentes, y que los protocolos inmunosupresores utilizados en el trasplante clínico previenen el rechazo agudo y aseguran la viabilidad de los injertos, pero en la inmensa mayoría de casos no inducen tolerancia donante-específica. En los modelos experimentales el diagnóstico de tolerancia se realiza comprobando que el receptor de un trasplante es capaz de aceptar un segundo injerto del mismo donante en ausencia de medicación inmunosupresora, y al mismo tiempo puede rechazar con rapidez un injerto procedente de un donante diferente del original (tolerancia Aumentar el número o la potencia de los linfocitos T reguladores aloespecíficos TABLA II. Mecanismos de tolerancia inmunológica en el trasplante • Tolerancia central. Se refiere al estado de tolerancia que se establece en el timo a través de la eliminación clonal de los linfocitos T alorreactivos que allí se desarrollan. Las estrategias inductoras de tolerancia central aprovechan la capacidad de las células presentadoras en el timo de inducir la apoptosis de los linfocitos T del receptor cuando éstos reconocen complejos HLA-péptido del donante con alta afinidad (selección negativa). En la práctica, esto se consigue realizando un trasplante de médula ósea del donante, al mismo tiempo que se trasplante el órgano sólido (esto requiere un condicionamiento muy enérgico del receptor). De esta manera, se consigue que las células presentadoras del donante repueblen el timo e induzcan la apoptosis de los linfocitos del receptor con reactividad contra el donante • Tolerancia periférica. Se refiere al estado de tolerancia que se establece en ausencia de la eliminación por selección negativa tímica de linfocitos T alorreactivos. Hay múltiples mecanismos involucrados en este tipo de tolerancia, pero la depleción clonal por apoptosis de los linfocitos T alorreactivos citopáticos y el desarrollo de linfocitos T reguladores específicos parecen ser los mecanismo más importantes específica). Además, en los animales tolerantes, los linfocitos T pueden transferir el estado de tolerancia a otros receptores trasplantados con un injerto del mismo donante (tolerancia «infecciosa»). Obviamente, este tipo de pruebas diagnósticas no puede llevarse a cabo en humanos. Por ello, se ha acuñado el término de tolerancia «operacional» para designar la situación clínica en la cual un injerto mantiene una función normal y estable sin signos de rechazo agudo ni crónico y sin requerir la administración de IS21,22. Si bien este término es muy útil desde un punto de vista clínico, es preciso tener presente que, por el momento, carecemos de datos que nos permitan afirmar que los pacientes operacionalmente tolerantes son inmunológicamente equivalentes a los animales sometidos con éxito a un tratamiento inductor de tolerancia. De hecho, todavía desconocemos en gran medida cuáles son los mecanismos responsables del estado de tolerancia «operacional» en humanos. Una noción diferente de la tolerancia «operacional» es el concepto de mínima IS, también llamado «casi» tolerancia (prope or almost tolerance)23,24. Estos términos se utilizan habitualmente para referirse a los pacientes que, después de haber recibido potentes anticuerpos deplecioGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):57-61 59 SESION 3. DOC01 (57-61).qxp 12/2/07 11:13 Página 60 SÁNCHEZ FUEYO A. INMUNOTOLERANCIA EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO TABLA III. Retirada del tratamiento inmunosupresor en el trasplante hepático Año de publicación 1997 1998 2005 2001 2002 2003 2005 2005 2006 Autor Mazariegos Devlin Girlanda Takatsuki Oike Pons Eason Tryphonopoulos Tisone N.o de pacientes Retirada completa (%) 95 18 19 16,7 26/0 28/5,6 26 23,8 12/0 0 9 18 104 34 33 5,6 19 23,4 22/0 61/0 67/1,9 76,4/0 0 0 0,96 0 nantes de los linfocitos T (timoglobulina, campath-1, suero antilinfocítico, etc.) en el momento del trasplante, son capaces de mantener una función del injerto estable requiriendo dosis muy pequeñas de fármacos inmunosupresores convencionales. El concepto de «mínima IS», que de algún modo se halla a medio camino entre la IS farmacológica convencional y la tolerancia, tiene obviamente un gran interés potencial desde el punto de vista clínico, ya que podría contribuir a minimizar de manera segura los efectos secundarios de los fármacos inmunosupresores. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las estrategias terapéuticas encaminadas a alcanzar este estado no han sido todavía suficientemente validadas. Por otra parte, desde el punto de vista inmunológico, el concepto de mínima IS es enormemente ambiguo: en primer lugar, su significado varía en función del órgano que estemos considerando (p. ej., la gran mayoría de los receptores de un trasplante hepático reciben mínima IS según los criterios que se utilizan en trasplante renal); en segundo lugar, desconocemos si los mecanismos inmunológicos que permiten a un receptor aceptar su injerto en presencia de dosis mínimas de IS tienen alguna relación con los mecanismos responsables del estado de tolerancia. Así, no hay pruebas por el momento que hagan pensar que la mínima IS sea un estado que pueda conducir al desarrollo de tolerancia. TOLERANCIA OPERACIONAL EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO EN HUMANOS También en el ser humano el hígado presenta propiedades tolerogénicas intrínsecas que lo diferencian del resto de los injertos. Esto se pone de manifiesto en muy diversas situaciones clínicas: aceptación del injerto en casos de cross-match positivo; la irrelevancia del matching HLA; la reducida incidencia de rechazo hiperagudo; el efecto inmunomodulador del hígado en casos de doble trasplante hepatorrenal; la resolución espontánea de algunos casos de rechazo celular grave; la ausencia de valor pronóstico de un episodio de rechazo celular; la reducida incidencia de rechazo crónico y la resolución espontánea de los rechazos crónicos establecidos en un 30% de casos; la obtención de resultados muy similares independientemente de que se utilicen pautas inmunosupresoras enérgicas o pautas menos potentes, y la facilidad con la que es posible retirar los esteroides. Además de estas situaciones, en 60 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):57-61 Rechazo agudo/crónico Pérdida del injerto (%) 0 5,6 algunos casos es posible retirar de manera completa la medicación inmunosupresora sin que se produzca rechazo, y esto se ha observado tanto «accidentalmente» en pacientes que han dejado de tomar su medicación voluntariamente, como en casos en que los propios médicos han indicado la retirada de la medicación, ya sea por la presencia de enfermedades linfoproliferativas o como parte de protocolos de retirada controlada de la medicación (weaning). Estos pacientes que no requieren IS mantienen una función hepática normal aparentemente durante años, y son considerados como «operacionalmente» tolerantes. Las primeras observaciones sobre receptores de trasplante hepático tolerantes fueron publicadas por Starzl en 1993, en un artículo en el que se describían los casos de 6 pacientes que habían abandonado por voluntad propia la IS, manteniendo una función hepática normal durante un período de entre 5 y 13 años25. Desde entonces, se ha acumulado una experiencia clínica cada vez mayor sobre este tema, si bien el número de publicaciones al respecto es escaso. En la tabla III se recogen los resultados de los estudios de retirada protocolizada de la IS en el trasplante hepático. Globalmente, la literatura médica disponible indica que la retirada completa de la IS es posible en un 19,4% de los pacientes. Las variables clínicas favorables parecen ser iniciar la retirada al menos 2 años después del trasplante, un número reducido de episodios previos de rechazo celular, la ausencia de una enfermedad autoinmune como indicación del trasplante, y posiblemente el uso de IS reducida durante el postrasplante inmediato. La incidencia de rechazo celular agudo durante el weaning varía entre el 12 y el 21,76%, pero estos episodios son normalmente leves y se resuelven volviendo a la IS basal, muchas veces sin requerir bolos de corticoides. En conjunto, se han descrito únicamente 2 casos de pérdida del injerto por rechazo crónico entre los pacientes incluidos en protocolos de weaning. Esto contrasta con la noción de que los rechazos agudos tardíos se asocian con una elevada incidencia de rechazo crónico26. Aunque los pacientes con infección por el virus de la hepatitis C (VHC) no parecen los candidatas óptimos para este tipo de estrategias, no hay que olvidar que la retirada de la IS puede mejorar la inmunopatogénesis del VHC. Dado que carecemos todavía de marcadores predictivos de rechazo, la realización de biopsias hepáticas es muy importante, tanto antes de comenzar la retirada de la IS como durante el procedimiento, e incluso después. De hecho, una comunicación SESION 3. DOC01 (57-61).qxp 12/2/07 11:13 Página 61 SÁNCHEZ FUEYO A. INMUNOTOLERANCIA EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO reciente sugiere que los pacientes «operacionalmente» tolerantes pueden todavía desarrollar un rechazo crónico27. Otro aspecto a tener en cuenta es la muy alta incidencia de hepatitis de origen indeterminado que se ha descrito durante el weaning por algunos investigadores. Estos hallazgos, consistentes en una actividad necroinflamatoria portal y lobulillar, fueron descritos por primera vez por Pappo et al en receptores de trasplante hepático de larga evolución en tratamiento IS de mantenimiento28. Si bien su origen no se ha aclarado, lo más probable es que se trate de formas atípicas de rechazo celular. CONCLUSIONES Si bien la inducción de tolerancia a los aloinjertos es una realidad en el trasplante de órganos en animales desde hace décadas, todavía no se ha conseguido que esta realidad se materialice en el ser humano. El trasplante hepático, dada su notable tolerogenicidad intrínseca, parece la situación clínica más propicia para ensayar tratamientos inductores de tolerancia en el ser humano. De hecho, incluso tras la administración de IS convencional la retirada protocolizada del tratamiento se considera una practicable aceptable en casos seleccionados. Desgraciadamente, carecemos de marcadores que permitan identificar a los individuos tolerantes de entre todos los pacientes en tratamiento inmunosupresor de mantenimiento. La búsqueda de un test diagnóstico de tolerancia debería convertirse en una de las prioridades de la investigación en el trasplante hepático. BIBLIOGRAFÍA 1. Billingham R, Brent L, Medawar P. Acquired immunological tolerance to foreign cells. Nature. 1953;172:603-6. 2. Li XC, Strom TB, Turka LA, Wells AD. T cell death and transplantation tolerance. Immunity. 2001;14:407-16. 3. Sykes M. Mixed chimerism and transplant tolerance. Immunity. 2001;14:417-24. 4. Qin S, Cobbold SP, Pope H, et al. «Infectious» transplantation tolerance. Science. 1993;259:974-7. 5. Cobbold S, Waldmann H. Infectious tolerance. Curr Opin Immunol. 1998;10:518-24. 6. Trenado A, Sudres M, Tang Q, et al. 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Am J Surg Pathol. 1995;19:192-206. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):57-61 61 SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 62 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Actualización del trasplante hepático en la hepatitis C crónica M. Prieto, V. Aguilera, M. Berenguer, A. Rubín, S. Benlloch y M. Aguas Servicio de Medicina Digestiva. Hospital Universitario La Fe. Valencia. España. INTRODUCCIÓN La cirrosis secundaria a una infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) es una de las indicaciones más frecuentes de trasplante hepático (TH) en nuestro medio1. La reinfección del injerto por el VHC es universal y la evolución de la hepatitis C es más agresiva que en el sujeto inmunocompetente. En los últimos años, se han realizado progresos importantes en el conocimiento de los factores que tienen influencia en la historia natural de la hepatitis C recurrente (HCR). Asimismo, se han producido avances en el tratamiento de la HCR, aunque hay todavía muchos aspectos por definir. HISTORIA NATURAL DE LA HEPATITIS C RECURRENTE La reinfección del injerto es universal y se produce en las primeras horas después de la reperfusión del injerto. Aunque la evolución de la HCR es variable, el 20-30% de los casos va a desarrollar una cirrosis del injerto en los 5 primeros años post-TH. En un estudio reciente, la probabilidad de desarrollar cirrosis en el injerto fue del 3,7, 16 y 28% al cabo de 1, 3 y 5 año post-TH, respectivamente2. Estos hallazgos reflejan una aceleración de la historia natural de la hepatitis C en comparación con la observada en los sujetos inmunocompetentes, en los que el tiempo medio desde la infección hasta el desarrollo de la cirrosis es de unos 30 años3. Además, los pacientes con cirrosis del injerto se descompensan más rápidamente que los sujetos inmunocompetentes. En un estudio4, casi la mitad de los pacientes se había descompensado clínicamente en el primer año del diagnóstico de la cirrosis. El desarrollo de cirrosis en el injerto implica un mal pronóstico y se asocia con una reducción de la supervivencia2. En este sentido, estudios recientes han evidenciado una supervivencia post-TH de los pacientes con hepatitis C inferior a la de los pacientes con cirrosis de otras etiologías5. FACTORES RELACIONADOS CON LA PROGRESIÓN DE LA HEPATITIS C La gravedad de la HCR es el factor que determina en gran parte la supervivencia a largo plazo de los pacientes trasplantados por hepatitis C. Varios factores se han implicado en la evolución de la HCR (tabla I). Factores relacionados con el virus Genotipo Los estudios que han analizado la influencia del genotipo sobre la evolución de la HCR han mostrado resultados contradictorios6,7. Algunos estudios, sobre todo europeos6, han implicado al genotipo 1b en una evolución más agresiva de la HCR. Carga viral del VHC antes y después del trasplante hepático Los estudios que han analizado la relación entre la carga viral VHC pre-TH y la evolución de la HCR han mostrado resultados discordantes8,9. En el estudio de Charlton et al8, los pacientes con una carga viral pre-TH > 1 ⫻ 106 equivalentes virales por ml (eqv/ml) tenían una supervivencia al quinto año post-TH inferior a la de los pacientes con carga viral < 1 ⫻ 106 eqv/ml (el 57 frente al 84%). En otro estudio10, los pacientes con valores de replicación viral en el hígado explantado más altos tenían un riesgo aumentado de hepatitis, de desarrollo de fibrosis y de mortalidad. La relación entre los valores séricos de ARN-VHC postTH y la progresión de la hepatitis C post-TH no está bien establecida9,11. En un estudio, los pacientes con valores de ARN-VHC a los 4 meses post-TH de 109 copias/ml tenían una HCR más grave al primer y tercer año post-TH9. Factores relacionados con el huésped Correspondencia: Dr. M. Prieto. Servicio de Medicina Digestiva. Hospital Universitario La Fe. Avda. Campanar, 21. 46009 Valencia. España. Correo electrónico: [email protected] 62 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):62-9 En los sujetos inmunocompetentes, los factores relacionados con el huésped tienen un papel muy relevante en la SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 63 PRIETO M ET AL. ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA TABLA I. Factores implicados en la evolución de la hepatitis C recurrente Factores relacionados con el virus Genotipo Carga viral antes y después del trasplante Cuasiespecies Factores relacionados con el receptor Sexo Raza Compatibilidad HLA donante-receptor Diabetes mellitus Factores relacionados con el donante Edad Contenido de hierro intrahepático Polimorfismo genético Inmunosupresión Factores relacionados con la cirugía Trasplante hepático de donante vivo Tiempo de isquemia Complicaciones biliares Otros factores Infección por citomegalovirus Ingesta de alcohol postrasplante hepático progresión de la hepatitis C. En el TH, estas variables no parecen desempeñar un papel tan destacado. Sexo y raza En algunos estudios, las mujeres con infección por el VHC pre-TH tienen una menor supervivencia post-TH5. En un estudio, los receptores VHC+ no caucásicos tenían un riesgo aumentado de mortalidad y de pérdida del injerto8. Factores genéticos Los estudios que han analizado la influencia del grado de identidad de los antígenos HLA entre donante y receptor en la evolución de la HCR han mostrado resultados contradictorios. En el estudio de Belli et al12, la presencia en el receptor del alelo HLA B14 y la disparidad donante/receptor en el locus DRB1 fueron factores asociados con la gravedad de la hepatitis C recurrente en el análisis multivariante. En un estudio reciente13, los pacientes con HLA DR3 tenían una hepatitis C recurrente más grave que los receptores HLA DR3 negativos. Otros autores no han observado relación entre el grado de identidad donante-receptor en los antígenos HLA y la evolución de la hepatitis C recurrente7. Diabetes mellitus Un estudio reciente ha relacionado la presencia de diabetes mellitus pre-TH o post-TH con una hepatitis C recurrente más grave14. Factores relacionados con el donante Edad En la actualidad, está bien establecido que la edad del donante tiene una influencia negativa en la gravedad y la progresión de la HCR y en la supervivencia post-TH de los receptores VHC-positivos5,15. En un estudio reciente, Lake et al16 han demostrado que el riesgo de pérdida del injerto aumenta con cada década adicional en la edad del donante, empezando a la edad de 40 años. El aumento en la edad de los donantes en los últimos años podría explicar en parte el empeoramiento en la historia natural de la HCR que se observa en los años más recientes5. Contenido de hierro en el hígado donante El hierro es un agente capaz de activar señales inflamatorias y fibrogénicas en el hígado. De hecho, su papel como factor de comorbilidad en la hepatitis C está bien establecido y se ha relacionado con la activación de las células estrelladas hepáticas. En un estudio reciente17, una concentración de hierro en el hígado donante > 1.200 g/g de tejido seco se asoció con una progresión más rápida de la HCR en mujeres. Polimorfismo genético en el donante Actualmente, hay evidencias muy claras a favor de la importancia de los factores genéticos en la respuesta del sistema inmunológico a los patógenos infecciosos y en la evolución posterior de la infección. Se ha sugerido que determinadas mutaciones en genes del donante condicionen modificaciones en la respuesta inmunitaria, que a su vez se asocien con cambios en la evolución de la HCR. Rosen et al18 han analizado el significado de los polimorfismos en las posiciones –238 y –308 del gen promotor del factor de necrosis tumoral alfa (TNF␣) en el hígado donante y su influencia en la evolución de la HCR. En este estudio, el tiempo hasta el desarrollo de la HCR fue más corto y la gravedad de ésta mayor en los pacientes que recibieron hígados de donantes con el alelo TNF␣ –308. Inmunosupresión La inmunosupresión es uno de los factores que tienen un papel más importante en la evolución de la HCR. Varios hallazgos indirectos apoyan esta afirmación. En los receptores de TH, la evolución de la hepatitis C está acelerada en comparación con la observada en los sujetos inmunocompetentes: mayor tasa de progresión de fibrosis y de hepatitis grave, acortamiento del tiempo de desarrollo de cirrosis del injerto y de la aparición de descompensación clínica en los sujetos con cirrosis del injerto2,5,19. Además, la historia natural de la HCR ha empeorado en los últimos años, coincidiendo con la utilización de fármacos inmunosupresores de primera línea más potentes y la retirada precoz de inmunosupresores de segunda línea5. Sin embargo, en la reciente conferencia de consenso sobre TH en la hepatitis C no se alcanzaron conclusiones definitivas sobre el impacto de los diferentes fármacos inmunosupresores. Las razones hay que buscarlas en las limitaciones de la mayor parte de los estudios que han analizado los efectos de los inmunosupresores en la evolución de la HCR. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):62-9 63 SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 64 PRIETO M ET AL. ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA Corticoides Al valorar el efecto de los corticoides sobre la evolución de la HCR, se deben diferenciar los corticoides administrados como parte de la inmunosupresión de inducción/mantenimiento de las dosis altas de estos fármacos utilizados en el tratamiento de los episodios de rechazo agudo. En relación con el primer punto, la mayoría de los estudios coincide en que hay relación entre el tratamiento del rechazo agudo con dosis altas de corticoides y la incidencia y gravedad de la HCR2. Esto ha llevado a algunos autores a proponer una retirada rápida de estos fármacos de las pautas de inmunosupresión en los receptores VHC+. Sin embargo, algunos estudios recientes20 cuestionan esta política de retirada precoz de los corticoides en los receptores VHC+. De hecho, se ha sugerido que una reducción rápida de las dosis de corticoides puede ser perjudicial y, en parte, ser responsable del empeoramiento de la historia natural de la HCR observado en los últimos años. Sin embargo, la mayoría de los estudios que han analizado este tema tiene limitaciones metodológicas significativas. Azatioprina y micofenolato mofetil Aunque la presencia de azatioprina en las pautas de inmunosupresión actuales es testimonial, los escasos datos disponibles sugieren que su utilización no tiene un efecto negativo sobre la evolución de la HCR21. Los datos sobre micofenolato mofetil (MMF) son contradictorios. La mayor parte de los estudios han sido retrospectivos y no diseñados originalmente para analizar específicamente la hepatitis C recurrente22,23. El estudio HCV-3, actualmente en curso, proporcionará información útil respecto al impacto de los regímenes inmunosupresores que contienen MMF en la evolución de la HCR24. Inhibidores de la calcineurina: ciclosporina y tacrolimus Ciclosporina y tacrolimus constituyen hoy en día los pilares principales de las pautas de inmunosupresión en el TH. Los datos actualmente disponibles no muestran diferencias significativas en la gravedad de la hepatitis C recurrente entre los regímenes inmunosupresoress basados en ciclosporina o en tacrolimus25. Sólo hay 3 estudios prospectivos y aleatorizados que comparen ciclosporina y tacrolimus, diseñados específicamente para valorar el impacto de estos fármacos en la evolución de la HCR, y sólo en 2 de ellos se realizaron biopsias hepáticas por protocolo para seguir la evolución de la hepatitis C post-TH. En el estudio de Martin et al26, en el que los pacientes fueron aleatorizados a recibir ciclosporina o tacrolimus además de azatioprina (retirada a los 2 meses) y prednisona, aunque los pacientes del grupo ciclosporina tenían cargas virales más altas en los meses 1, 6 y 12 que los del grupo tacrolimus, no hubo diferencias en la tasa acumulada de HCR a los 12 meses entre los 2 grupos. En un estudio reciente27, en el que la inmunosupresión de inducción consistió en doble terapia (ciclosporina o tacrolimus con esteroides), la única diferencia fue una recidiva más precoz en 64 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):62-9 los pacientes que recibían tacrolimus, sin que este hecho tuviera repercusión sobre la gravedad de la hepatitis C recurrente, al menos en el primer año post-TH. Anticuerpos monoclonales anti-IL-2 Los datos con los anticuerpos monoclonales frente a los receptores de la interleucina (IL) 2 son confusos. Dos ensayos controlados y aleatorizados no han demostrado ningún efecto sobre la supervivencia28,29. Por el contrario, en un estudio retrospectivo30, que comparaba una cohorte de pacientes tratados con anticuerpos anti-IL-2 combinados con MMF frente a una cohorte histórica de pacientes tratados con tacrolimus y esteroides, la tasa de recurrencia al año, en especial el estadio de fibrosis, era significativamente mayor en el primer grupo. A la vista de los datos, a menudo contradictorios, de la literatura médica sobre el impacto de los diferentes fármacos inmunosupresores en la evolución de la HCR, se plantea la pregunta de cómo generar una hipótesis unificadora que sirva de guía para una utilización óptima de estos fármacos en esta población. Posiblemente, el resultado final dependa del nivel global de inmunosupresión y de la forma en que se modifiquen las dosis de los fármacos individuales. De hecho, la hipótesis actual es que los cambios bruscos e importantes en la inmunosupresión son los que tienen un impacto más negativo en la evolución de la HCR. Factores relacionados con la cirugía Trasplante hepático de donante vivo Un tema que genera bastante controversia en la actualidad es si la evolución de la HCR es diferente en los pacientes sometidos a un trasplante de donante vivo (THDV) de los que reciben un hígado de un donante cadáver (THDC)31 (tabla II). En el estudio de Shiffman et al32, no hubo diferencias en el grado de inflamación ni de fibrosis tras un seguimiento medio de 3 años en 23 receptores de un hígado de donante vivo y 53 receptores de un donante cadáver. Por el contrario, en un estudio realizado en nuestro país, el THDV fue en el análisis multivariante un factor independiente del desarrollo de una HCR grave, definida como la presencia de cirrosis en la biopsia o de descompensación clínica33. La tasa de recidiva grave al segundo año fue del 45% en los receptores de un THDV y del 22% en los receptores de un THDC. Finalmente, en un estudio reciente34 no se observaron diferencias en ninguna de las variables analizadas (supervivencia, carga viral post-TH, prevalencia y gravedad de la HCR) entre los receptores de un hígado de un donante vivo y los que recibieron un injerto de un donante cadáver. Tiempo de isquemia El tiempo de isquemia caliente se ha asociado con la evolución de la hepatitis C post-TH. En un estudio35, la tasa de HCR grave en el primer año post-TH fue del 19, 40 y SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 65 PRIETO M ET AL. ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA TABLA II. Evolución de la hepatitis C recurrente en el trasplante hepático de donante vivo Autor, año Pacientes (n) Biopsias por protocolo Gaglio, 2003 23 No Van Vlierberghe, 2004 17 No Rodríguez-Luna, 2004 Bozorgadeh, 2004 9 35 Sí No García-Retortillo et al, 2004 Shiffman et al, 2004 22 23 Sí Sí Guo et al, 2006 15 Sí Terrault, 2007 181 No Resultados THDV frente a THDC Sin diferencias en la incidencia y el tiempo de aparición de recidiva Hepatitis colestásica: el 17 frente al 0% Tiempo de aparición de recidiva más prolongado en el THDV Sin diferencias en la supervivencia durante el primer año Sin diferencias en la incidencia o la gravedad de la recidiva en el primer año Sin diferencias en la tasa/tiempo de aparición de recidiva ni en la supervivencia al tercer año Recidiva grave* al segundo año: el 45 frente al 22% Sin diferencias en la velocidad de progresión de fibrosis a los 3 años ni en la supervivencia al cuarto año Cirrosis al segundo año: el 0 frente al 5,8% Sin diferencias en la incidencia o la gravedad de la recidiva, la carga viral y la supervivencia al segundo año Sin diferencias en supervivencia al tercer año THDV: trasplante hepático de donante vivo; THDC: trasplante hepático de donante cadavérico. *Cirrosis diagnosticada por biopsia o descompensación clínica. 65%, según el tiempo de isquemia caliente fuera 30, 60 o 90 min, respectivamente. Complicaciones biliares En un estudio reciente36, la HCR fue grave en el 75% de los pacientes que tuvieron complicaciones biliares postTH frente al 26% de los que no la presentaron. Esta asociación podría explicar la peor evolución de la HCR en el THDV, donde las complicaciones biliares son frecuentes. TABLA III. Resultados del tratamiento antiviral antes del trasplante en pacientes con cirrosis Autor, año Crippin, 2002 Thomas, 2003 Forns et al, 2003 Everson et al, 2005 Total N.o de pacientes N.o de pacientes tratados pre-TH trasplantados 15 20 30 124 189 2 20 30 47 99 N.o de pacientes ARN-VHC negativo post-TH (%) 0 (0) 4 (20) 6 (20) 12 (26) 22 (22) TH: trasplante hepático. Otras variables Infección por citomegalovirus centrado en su utilización en pacientes con evidencia histológica de hepatitis C pero hay otras estrategias. La infección por citomegalovirus (CMV) en el período postrasplante se asocia con un riesgo aumentado de presentar una hepatitis C recurrente grave15. La acción inmunodepresora de este virus podría explicar, en parte, esta asociación. Tratamiento antiviral pretrasplante Ingesta de alcohol post-TH En el sujeto inmunocompetente la ingesta continuada de alcohol tiene un efecto deletéreo sobre la hepatitis C3. Cabría, por tanto, esperar un impacto similar en los receptores VHC+. Sin embargo, este aspecto apenas se ha analizado en la literatura médica. PREVENCIÓN Y TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C RECURRENTE La HCR va a progresar con el tiempo hacia cirrosis en una proporción sustancial de los pacientes, hecho que va a condicionar la supervivencia post-TH2,5. El retrasplante es la única opción terapéutica en los pacientes con insuficiencia hepática avanzada, pero su aplicabilidad es limitada y su eficacia discutida. El tratamiento antiviral ha constituido hasta la fecha el tratamiento de elección en los pacientes con HCR. La mayoría de los estudios se han El tratamiento antiviral de los pacientes en lista de espera de TH tiene dos objetivos. En primer lugar, la negativización o la supresión de la viremia VHC puede reducir o incluso eliminar el riesgo de reinfección del injerto por el VHC, lo que, en último término, va a repercutir positivamente sobre la supervivencia post-TH. En segundo lugar, la erradicación viral sostenida puede mejorar la situación clínica, evitando o retrasando el TH en algunos pacientes. A pesar de estas ventajas potenciales, hay pocos estudios que hayan analizado la eficacia y la seguridad del tratamiento antiviral pre-TH (tabla III). En el estudio más extenso, Everson et al37 trataron 124 pacientes (el 70% con genotipo 1) con interferón (IFN) estándar (1,5 millones unidades, durante 3 días/semana [n = 119]) o con IFN pegilado ␣-2b (0,5 g/kg/semana [n = 5]), asociados a ribavirina (600 mg/día). Las dosis de IFN y de ribavirina se aumentaron cada 2 semanas hasta alcanzar la dosis máxima tolerada o la dosis convencional. La tasa de respuesta virológica (RV) al final del tratamiento fue del 46%, y la tasa de RV sostenida (RVS) del 13% en los pacientes con genotipo 1 y del 50% en los pacientes con genotipos diferentes del 1. De los 15 pacientes Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):62-9 65 SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 66 PRIETO M ET AL. ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA TABLA IV. Tratamiento antiviral anticipado postrasplante Autor, año N.o de pacientes Tratamiento (n) Duración RVS (%) IFN en monoterapia Singh, 1998 24 (i) IFN 3 MU 3 días/semana (12) 24 semanas (ii) No tratamiento (12) (i) 0% (ii) 0% Sheiner, 1998 71 (i) IFN 3 MU 3 días/semana (30) (ii) No tratamiento (41) (i) 0% (ii) 0% IFN pegilado en monoterapia Chalasani, 2005 54 (i) IFN-peg 180 g/semana (26) 48 semanas (ii) No tratamiento (28) IFN + ribavirina Mazzaferro, 2001 36 IFN 3 MU 3 días/semana + RBV Shergill, 2004 44 (i) IFN 3 MU 3 días/semana o IFN-peg 1,5 g/semana (22) (ii) IFN o IFN-peg + RBV (22) Sugawara, 2004 23 IFN + RBV 1 año (i) 8% (ii) 0% 1 año 33% 48 semanas RVS: (i)2,5% (ii) 18% 12 meses RVS: 39% Respuesta histológica Reducción de la dosis o retirada Hepatitis recurrente: – (i) 50% (ii) 42% Hepatitis recurrente: Retirada: 27% (i) 26,7% (ii) 53,7% Sin diferencias en el Retirada: 31% IAH ni en la fibrosis IAH más bajos en RVS que en NR Reducción de la dosis: 25% Retirada: 0% Sin diferencias en la Reducción de la fibrosis dosis o retirada precoz: (i) 85% (ii) 37% IAH mejor Reducción dosis en tratados o retirada: 57% IAH: índice de actividad histológica; IFN: interferón; MU: millones de unidades; NR: no respondedores; RBV: ribavirina; RVFT: respuesta virológica al final del tratamiento; RVS: respuesta virológica sostenida. con viremia indetectable antes del TH, 12 (80%) no tenían evidencia de recidiva de la infección por el VHC 6 meses o más después del TH. La tasa de interrupción del estudio por efectos secundarios fue del 12,5%. En otro estudio, Forns et al38 trataron a 30 pacientes (Child A/B, 50/43%; genotipo 1, 83%) con IFN␣-2b asociado a ribavirina, que se iniciaba cuando el tiempo estimado hasta el TH era menor de 4 meses. Los efectos secundarios fueron frecuentes, lo que obligó a la reducción de la dosis de IFN en 18 pacientes y de ribavirina en 7. En 6 pacientes, el tratamiento se suspendió por la aparición de trombocitopenia o sepsis. Nueve pacientes tuvieron valores de ARN-VHC séricos indetectables y 9 una reducción superior a 2 log durante el tratamiento. De los 9 pacientes con RV en el momento del TH, 6 (67%) seguían siendo ARN-VHC negativos tras un seguimiento medio de 46 semanas post-TH. En función de los resultados de los estudios anteriores, se puede concluir que el tratamiento antiviral combinado pre-TH puede ser útil para prevenir la hepatitis C recurrente en pacientes seleccionados. Hoy en día, los candidatos más apropiados serían los que presentan una enfermedad hepática menos avanzada (estadio Child-Pugh < 7 o MELD < 15) y factores basales predictivos favorables de RV (genotipos 2 y 3; genotipo 1 y carga viral baja). Profilaxis antiviral postrasplante: gammaglobulina antihepatitis C En los estudios realizados hasta la fecha, la administración de gammaglobulina antihepatitis C no ha evitado la reinfección del injerto ni atenuado la evolución de la HCR39,40. Esta falta de eficacia, en parte puede estar en re66 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):62-9 lación con la utilización de dosis insuficientes para neutralizar los viriones circulantes. Terapia antiviral anticipada postrasplante La base racional para administrar un tratamiento antiviral en las primeras semanas después del TH antes de la aparición de la HCR histológica es la presencia de valores de viremia todavía bajos, lo que, en principio, debería ser un factor favorable de respuesta al tratamiento. Desafortunadamente, los resultados han sido bastante discretos (tabla IV). La tasa de RVS con IFN estándar o pegilado en monoterapia es muy discreta (0-8%). Los mejores resultados se han obtenido con el tratamiento combinado (RVS del 18-39%). El tratamiento antiviral anticipado tiene una aplicabilidad limitada. En primer lugar, se inicia en el período post-TH inicial, cuando hay un mayor riesgo de rechazo del injerto, que puede ser potencialmente exacerbado por el IFN. Además, un porcentaje significativo de los pacientes no se encuentra en condiciones óptimas de iniciarlo, debido a la presencia frecuente de comorbilidades, en particular citopenias, insuficiencia renal, rechazo agudo, complicaciones extrahepáticas o una situación clínica deficiente. El tratamiento antiviral anticipado no se considera actualmente una estrategia aceptada en la práctica clínica y sólo debería plantearse en el contexto de ensayos clínicos controlados. Tratamiento de la hepatitis C recurrente establecida El tratamiento de la hepatitis C recurrente establecida es la práctica más habitual en la actualidad. Desgraciada- SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 67 PRIETO M ET AL. ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA mente, la mayoría de los estudios que han analizado la eficacia del tratamiento antiviral en la HCR no han sido controlados, lo que limita la valoración de los efectos secundarios y, sobre todo, los efectos beneficiosos sobre la histología. Aunque no hay estudios aleatorizados que comparen el IFN estándar administrado en monoterapia con la combinación de IFN estándar y ribavirina, los datos de la literatura médica sugieren que este último consigue mejores resultados (RVS entre el 5 y el 35%)41. Por otro lado, aunque no hay estudios controlados que hayan comparado el tratamiento combinado con IFN estándar frente a IFN pegilado, los datos disponibles indican que el tratamiento combinado con IFN pegilado ofrece mejores resultados (RVS entre el 31 y el 50%) con una tasa de interrupción entre el 20 y el 40%41,42. El tiempo óptimo para iniciar el tratamiento antiviral no está bien establecido. En un estudio reciente, Castells et al43 analizaron la eficacia y la seguridad de IFN pegilado ␣-2b y ribavirina en 24 pacientes en la fase aguda de la HCR. De los 23 pacientes que completaron 24 semanas de tratamiento, 8 (35%) tuvieron una RVS. Sorprendentemente, ningún paciente fue retirado de forma anticipada del estudio por presentar efectos secundarios. A pesar de los datos anteriores, la tendencia actual es iniciar el tratamiento antiviral en la fase de hepatitis crónica, a partir de los 6-12 meses del trasplante. La siguiente pregunta que se plantea es si se deben tratar todos los pacientes con evidencia histológica de HCR o sólo algún subgrupo específico. En el momento actual, a la vista de la eficacia y de los efectos secundarios potenciales del tratamiento antiviral en esta población, se recomienda iniciar el tratamiento en las siguientes situaciones: actividad inflamatoria intensa o fibrosis al menos portal en las biopsias hepáticas realizadas después del TH, en particular en las realizadas en el primer año post-TH, o evidencia de progresión de la fibrosis en biopsias seriadas de protocolo44. La duración óptima del tratamiento antiviral no está bien definida. En la mayoría de los estudios, ha sido de 48-52 semanas. En un estudio reciente, la eficacia del tratamiento fue similar al comparar 6 frente a 12 meses45, si bien estos datos deben ser confirmados. En el sujeto inmunocompetente, el genotipo y la carga viral pretratamiento son factores predictivos de respuesta al tratamiento antiviral. Además, la persistencia de una viremia positiva o una reducción < 2 log, respecto a la viremia basal al tercer mes de iniciar el tratamiento, permite identificar con gran fiabilidad a los pacientes que tienen una probabilidad muy baja de presentar una RVS y, en los que, por tanto, se debe suspender precozmente el tratamiento. La aplicabilidad de la regla de los 3 meses no ha sido validada en el receptor de TH, si bien algunos estudios sugieren que también podría tener utilidad en este contexto clínico42. Otros factores que se han relacionado con la probabilidad de presentar RVS incluyen la respuesta virológica en el primer mes del tratamiento, haber recibido el tratamiento en dosis plenas y haber completado todo el tratamiento42. La tolerabilidad sigue siendo una limitación importante del tratamiento antiviral, y la reducción de dosis o incluso la retirada del tratamiento debido a efectos secundarios, sobre todo de ribavirina, son frecuentes. La farmacocinética de la ribavirina se altera en presencia de insuficiencia renal, situación bastante frecuente en los receptores de TH. Las dosis máximas de ribavirina utilizadas en los estudios son habitualmente 200-600 mg más bajas que las dosis utilizadas en la población no trasplantada. Es bastante frecuente recurrir a la utilización de eritropoyetina y factor estimulante de las colonias de granulocitos (FECG). Sin embargo, no hay estudios controlados que demuestren que la utilización de estos fármacos repercuta en una mayor tolerabilidad, menor reducción de dosis o tasas de RVS más altas. Por otro lado, uno de los temas que siguen siendo discutidos es si el IFN aumenta la incidencia de rechazo agudo (RA) o crónico (RC). En estudios no controlados, en los que se ha utilizado IFN asociado a ribavirina, la tasa de RA varía entre el 0 y el 35%, y la de RC entre el 0 y el 4%. Los estudios controlados no han detectado diferencias en las tasas de rechazo46. Hay factores adicionales que limitan la interpretación de los datos, como la dificultad para diferenciar histológicamente el rechazo de la HCR o la falta de biopsias durante o al final del tratamiento. La incidencia de rechazo parece ser mayor con interferón pegilado que con IFN estándar42, y menor cuando se utiliza ribavirina, probablemente en relación con la acción inmunomoduladora de este fármaco. Retrasplante El retrasplante es la única opción terapéutica en los pacientes con cirrosis del injerto por el VHC descompensada. De hecho, el número de pacientes con HCR que precisará un retrasplante va a aumentar en los próximos años. En general, los resultados del retrasplante en la HCR son inferiores a los de otras indicaciones47. Los factores que se asocian con la supervivencia posterior a un retrasplante incluyen la edad del receptor, la bilirrubina, la creatinina sérica, el tiempo de protrombina, la estancia en la unidad de cuidados intensivos, la puntuación MELD y la edad del donante48. Varias de estas variables están reflejando una enfermedad hepática avanzada. Por tanto, si se desean mejorar los resultados del retrasplante, éste debería realizarse antes. Desgraciadamente, una vez desarrollada la cirrosis en el injerto, la probabilidad de descompensación clínica es bastante alta, y el margen de tiempo para realizar el retrasplante con posibilidades de éxito es limitado. Los detractores del retrasplante en la HCR afirman que, dada la mortalidad media actual del 10% en lista de espera de un primer trasplante, no es ético contemplar esta opción terapéutica, sobre todo cuando la evolución probablemente no va a diferir de la observada en el primer trasplante. Sin embargo, no se dispone de datos concluyentes que permitan afirmar que la historia natural de la HCR después del retrasplante va a ser igual de desfavorable que en el primer TH. Así, la iniciación del tratamiento Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):62-9 67 SESION 3. DOC02 (62-69).qxp 12/2/07 11:15 Página 68 PRIETO M ET AL. ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA antiviral en fases más precoces puede tener un impacto positivo en la evolución de la HCR. 18. AGRADECIMIENTOS Trabajo realizado en parte con la ayuda del contrato del Instituto de Salud Carlos III CM04/00217. 19. 20. BIBLIOGRAFÍA 1. Prieto M, Berenguer M, Rimola A, Loinaz C, Barrios C, Clemente G, et al. Liver transplantation in hepatitis C. A Spanish multi-centre experience. Eur J Gastroenterol Hepatol. 1998;10: 771-6. 2. Prieto M, Berenguer M, Rayon JM, Cordoba J, Arguello L, Carrasco D, et al. 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ACTUALIZACIÓN DEL TRASPLANTE HEPÁTICO EN LA HEPATITIS C CRÓNICA 37. Everson GT, Trotter J, Forman L, Kugelmas M, Halprin A, Fey B, et al. Treatment of advanced hepatitis C with a low accelerating dosage regimen of antiviral therapy. Hepatology. 2005;42:255-62. 38. Forns X, García-Retortillo M, Serrano T, Feliu A, Suárez F, De la Mata M, et al. Antiviral therapy of patients with decompensated cirrhosis to prevent recurrence of hepatitis C after liver transplantation. J Hepatol. 2003;39:389-96. 39. Davis GL, Nelson DR, Terrault N, Pruett TL, Schiano TD, Fletcher CV, et al. A randomized, open-label study to evaluate the safety and pharmacokinetics of human hepatitis C immune globulin (Civacir) in liver transplant recipients. Liver Transpl. 2005;11:941-9. 40. Schiano TD, Charlton M, Younossi Z, Galun E, Pruett T, TurKaspa R, et al. Monoclonal antibody HCV-AbXTL68 in patients undergoing liver transplantation for HCV: results of a phase 2 randomized study. Liver Transpl. 2006;12:1381-9. 41. 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LA RESPUESTA INMUNITARIA La función del sistema inmunitario (SI) es la protección del individuo ante la invasión por agentes patógenos externos y el reconocimiento y la discriminación de los tejidos no propios. La estimulación del SI se dirige hacia tejidos lesionados, a donde acuden en gran número las células presentadoras de antígenos (CPA) y hay una mayor expresión en las células del tejido lesionado de los antígenos leucocitarios humanos (HLA) tipo I y II del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). Este sobrestímulo facilita el desencadenamiento de la respuesta inmunitaria. Por ello, la evolución final de un trasplante de órganos se está decidiendo ya desde momentos tan precoces como la correcta conservación del donante, una extracción quirúrgica exquisita y una conservación del órgano antes de su implantación en el receptor, para evitar las lesiones de isquemia y reperfusión1. Las principales CPA son las células dendriticas (CD), los monocitos-macrófagos y los linfocitos B. La base de la respuesta inmunitaria se deriva de la presentación por las CPA a los linfocitos T (LT) de los antígenos extraños, ya sean microorganismos infecciosos o un tejido u órgano extraño (aloantígenos). El modo de presentación de las CPA puede ser por vía directa (el antígeno es presentado por CPA procedentes del donante) o por vía indirecta (el antígeno es procesado y presentado por CPA del receptor). Normalmente, la vía directa es precoz y participa en el rechazo agudo celular del órgano trasplantado; la indirecta tiene lugar más tardíamente, participando fundamentalmente en los procesos del rechazo crónico del injerto. Para que la repuesta del SI sea efectiva, se precisan obligatoriamente 3 señales inmunológicas (fig. 1)1-3: Señal 1 o señal del antígeno. En ella, las CPA presentan conjuntamente sus marcadores HLA y los antígenos ex- Correspondencia: Dr. E. Fraga Rivas. Unidad de Hepatología y Trasplante Hepático. Unidad Clínica de Aparato Digestivo. Hospital Reina Sofía. Avda. Menéndez Pidal, s/n. 14004 Córdoba. España. 70 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 traños a los LT. Este acompañamiento de los marcadores del HLA es el que permite al SI diferenciar entre lo propio y lo extraño. El receptor de los LT (TCR) se conoce también como CD3. A partir de este punto, el LT puede evolucionar hacia la apoptosis, la anergia, la ignorancia del antígeno, la activación parcial o la activación total inmunitaria1,2. Señal 2 o de coestimulación. En este paso se realiza la coestimulación del LT mediante la unión de moléculas de la CPA con el LT. Se produce entre los receptores B7-1 (CD80) y B7-2 (CD86) de la CPA con los receptores CD28 y el CTLA4 (CD152) del linfocito, respectivamente. El CD28 activa a los LT mientras que el CTLA4 los inhibe. Otra señal coestimulatoria se produce entre el CD40 de la CPA y el CD154 del LT. Se han descubierto varias parejas más de receptores que producen señales de coestimulación3. Cuando se producen la señal 1 y la 2, se activan 3 vías intracelulares en el citoplasma del LT: a) la vía de la calcineurina dependiente del calcio; b) la vía de las proteincinasas activadas por mitógenos (MAP) y jun/fos, y c) la vía de la proteincinasa C-factor nuclear kappa beta (NF-). La vía de la calcineurina es la que tiene mayor trascendencia para el trasplante y los fármacos inmunosupresores. La elevación del calcio citoplasmático activa la calcineurina, que entonces desfosforiliza el factor nuclear del LT activado (NF-AT), y lo activa. El NF-AT y las otras 2 vías intracelulares provocan en el núcleo del LT la estimulación de los genes productores de diversas citocinas. La más importante es la interleucina 2 (IL-2), pero también se estimula la producción de otras, como los receptores de IL-2, las cadenas  del receptor del LT, el factor de necrosis tumoral ␣ y , las moléculas de clase I y II del CMH, la 2-microglobulina y diferentes moléculas de adhesión. Esta señal 2 es imprescindible para que se produzca la proliferación y la diferenciación de los LT. Si sólo se produjese la señal 1, el LT se inactivaría, llegando a un estado de anergia. Cuando ambas señales se producen, el LT promueve las citocinas y pasa de la fase celular de reposo (G0) a la fase activada (G1), aunque todavía no está preparado para entrar en el ciclo celular y comenzar su expansión clonal1. Señal 3 o estimulación de las citocinas. Las diferentes IL (IL-2, IL-4, IL-7 y otras) se unen a sus receptores (CD25 SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 71 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO Célula presentadora de antígenos Señal 2 Señal 1 CMH CD80 CD86 CD40 Señal 3 Antígeno IL-2 B7-1 IL-15 CD154 B7-2 CD25 TCR/CD3 Ca++ Calcineurina IKK PI-3K MAP cinasas mTOR CDK ciclinas G1 NF-κB AP-1 Fig. 1. Representación esquemática de la activación de los linfocitos T por parte de la célula presentadora de antígenos. Se detallan las 3 señales imprescindibles para provocar la respuesta inmunitaria ante los antígenos. es el receptor de la IL-2) y activan diferentes proteincinasas, como la Janus-kinasa (JAK), que fosforiliza y activa a un conjunto de precursores citosólicos de los factores de transcripción nuclear, denominados STAT (signal transducer and activator of transcription). Estas sustancias entran en el núcleo celular y activan determinados genes para que, finalmente, el LT entre en la fase S del ciclo celular, sintetizando nucleótidos para duplicar su ADN y comenzando la multiplicación clonal que le llevará a ser la célula efectora de la respuesta inmunitaria en forma de linfocitos T CD4 o CD8, capaces de causar la lesión del injerto hepático3. FÁRMACOS INMUNOSUPRESORES ACTUALES El objetivo fundamental de la inmunosupresión en el trasplante de órganos es conseguir la supresión de la respuesta inmunitaria frente al aloinjerto cuando el SI lo reconoce como un componente extraño. Los fármacos inmunosupresores fueron inicialmente muy inespecíficos, como la azatioprina y los esteroides. En la actualidad, con el mejor conocimiento del funcionamiento del SI, son cada vez más específicos: desactivan o bloquean pasos muy determinados de la respuesta inmunitaria. La administración de inmunosupresores provoca 3 consecuencias: la supresión de los mecanismos del rechazo (efecto inmunosupresor), las consecuencias no deseadas de la inmunosupresión, como la aparición de infecciones y tumores de novo (efectos colaterales), y la toxicidad no inmunitaria sobre diferentes órganos (efectos secunda- Síntesis de nucleótidos S NFAT-1 ADN JAK-3 M G2 Ciclo celular ARNm Linfocito T rios)3. En la tabla I se clasifican los inmunosupresores según su composición y su mecanismo de acción. A continuación se describen los más importantes4-6: Corticoides Son fármacos que inhiben la producción por parte del LT de las citocinas necesarias para el desencadenamiento de la respuesta inmunitaria, como son IL-2, IL-3, IL-4, IL5, interferón gamma y factor de necrosis tumoral. Además, redirige a los LT desde el árbol vascular hacia el tejido linfoide. Junto a la azatioprina conformaron las primeras pautas inmunosupresoras en el trasplante de órganos. Se administran habitualmente durante los primeros meses postrasplante, comenzando en el período perioperatorio con dosis elevadas, que se van reduciendo progresivamente. Favorecen la replicación de los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC), y el crecimiento de tumores, por lo que en pacientes trasplantados con hepatopatías virales o coexistencia de hepatocarcinoma es recomendable suspenderlos precozmente, en el plazo de algunos meses. No hay consenso sobre cuánto tiempo se deben mantener y hay algunos trabajos que, sorprendentemente, relacionan su suspensión temprana con una recidiva del VHC más agresiva. En algunos protocolos con fármacos potentes y novedosos llegan a no aplicarse, o sólo durante algunos días. Su suspensión temprana no se asocia significativamente con una mayor posibilidad de rechazo agudo y sí con una reducción de sus conocidos efectos secundarios: hipertensión, hiperglucemia, retraso Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 71 SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 72 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO TABLA I. Clasificación de los inmunosupresores, comercializados y en fase de investigación, según la composición y el modo de acción Categoría Grupo Glucocorticoides Glucocorticoides Deflazacort Moléculas pequeñas Unión a inmunofilinas Inhibidores de la calcineurina Inhibidor de mTOR Inhibidores de la síntesis de nucleótidos De la síntesis de purinas De la síntesis de pirimidinas Antimetabolitos Antagonistas de los receptores de esfingosina 1 fosfatasa Proteínas Reductores de anticuerpos (antilinfocitos T o B) No reductores de anticuerpos y proteínas de fusión Anticuerpos policlonales Anticuerpos monoclonales Anticuerpos monoclonales Fármaco Nombre comercial Prednisona 6-metil prednisolona Dezacor, Zamene® Prednisona® Urbasón®, Solumoderín® Ciclosporina Tacrolimus Sirolimus Everolimus Mofetil micofenolato MMF con cubierta Leflunomida FK778 Azatioprina FTY720 Sandimmun neoral® Prograf® Rapamune® Certicán® Cell-Cept® Myfortic® Globulina antitimocito Anti-CD3 murino Anti-CD52 humanizado Anti-CD20 Anti-CD25 humanizado ATGAM® OKT-3® Alemtuzumab Rituximab Daclizumab o Zenapax® Basiliximab o Simulect® CTLA-a Ig (LEA29Y) Anti-CD25 quimérico Proteínas de fusión Imurel® Globulina inmunitaria intravenosa MMF: mofetil micofenolato. Modificado de Martínez et al2. en la curación de las heridas, osteoporosis, glaucoma, retrasos del crecimiento, hiperlipemia, facies cushingoide, retención hídrica, mayor riesgo de úlcera péptica, mayor riesgo de infección fúngica o supresión del eje pituitarioadrenal. Hoy por hoy, son los fármacos de elección en el tratamiento del rechazo agudo celular, pero ni siquiera en ésta situación hay suficientes trabajos que nos aporten una evidencia clara de las dosis y el tiempo administrados. No se conoce el riesgo-beneficio de su suspensión temprana, pero indudablemente mejorará buena parte de sus efectos secundarios7. Azatioprina Tras su absorción oral, se metaboliza en el hígado a 6-mercaptopurina, un análogo de las purinas que actúa como antimetabolito para bloquear la expansión clonal de los linfocitos T y B activados por los aloan tígenos. Durante mucho tiempo conformó la triple terapia con la ciclosporina y los esteroides, pero los resultados similares con la terapia doble con tacrolimus y esteroides y la aparición del mofetil micofe-nolato (MMF), con propiedades semejantes y menor toxicidad, han propiciado que su uso se haya casi abandonado. Su dosis es de 1-2 mg/kg/día. Sus efectos secundarios son: toxicidad medular, hepatotoxicidad, alopecia, pancreatitis, neumonitis y reacciones de hipersensibilidad. 72 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 Ciclosporina Su aparición a principios de los años ochenta ha supuesto la mayor revolución en la farmacología del trasplante, duplicando la supervivencia conocida hasta entonces de los pacientes trasplantados. Procede del hongo Tolypocladium inflatum gams y actúa uniéndose a su receptor citoplasmático (ciclofilina). Este complejo actúa como anticalcineurínico (inhibe la activación de la calcineurina), con lo que se bloquea la síntesis de IL-2 (la señal número 1 de la respuesta inmunitaria), por lo que no se activan los LT, los linfocitos B ni los macrófagos. Su formulación original (Sandimmun®) tenía una absorción errática y presentaba una gran variabilidad entre pacientes. Esta formulación farmacéutica se sustituyó por una preparación en forma de microemulsión (Sandimmun Neoral®) que solucionaba buena parte de los problemas de absorción con una significativamente menor incidencia de rechazo agudo celular y tendencia a la disminución en la incidencia de efectos secundarios6. Sus metabolitos tienen una escasa actividad y se eliminan fundamentalmente por vía biliar. La ciclosporina se administra inicialmente en dosis de 8-15 mg/kg/día en 2 dosis diarias. A partir de entonces se ajusta la dosis según los valores hemáticos, determinados habitualmente mediante radioinmunoanálisis (RIA) y en sangre total. El objetivo de los valores óptimos varía según los centros, pero suele estar entre 200 y 350 ng/ml durante el primer mes postrasplante, entre 100 y 150 ng/ml a partir del tercer mes, y entre 50 y 100 ng/ml a partir del primer año postrasplante. Las cifras SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 73 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO TABLA II. Efectos secundarios más frecuentes de los inmunosupresores «anticalcineurínicos» (ciclosporina y tacrolimus) sobre los diferentes órganos y sistemas Renales Cardiovasculares Neurológicos Gastrointestinales Hematológicos Metabólicos Hepáticos Cutáneos Insuficiencia renal aguda y crónica, hiperpotasemia, hipomagnesemia Hipertensión arterial, miocardiopatía hipertrófica Cefaleas, temblores distales, calambres, parestesias, confusión, convulsiones Diarrea, náuseas, vómitos, hipertrofia de las encías Síndrome hemolítico-urémico Diabetes mellitus, hiperlipemia Colestasis Hirsutismo, acné, alopecia, exantema mencionadas son valores valle (C0), determinados antes de la toma de la dosis matutina de la medicación. La determinación a las 2 h tras la toma del fármaco (C2) se ha demostrado como más representativa del área bajo la curva de exposición al fármaco, y es el método de control preferido por algunos centros (valores entre 800 y 1.000 ng/ml en el postrasplante inmediato y entre 500 y 600 ng/ml a partir del año postrasplante). Los efectos secundarios de la ciclosporina son comunes con el otro fármaco anticalcineurínico (tacrolimus) y se resumen en la tabla II. Estos efectos son habitualmente dependientes de la dosis y de ellos el más temido es el desarrollo de insuficiencia renal progresiva. Histológicamente, se caracteriza por la presencia de atrofia tubular, fibrosis intersticial y hialinosis focal de las pequeñas arterias y arteriolas renales. Su incidencia es progresiva: aparece en el 8, 14 y 18% de los pacientes con trasplante hepático al cabo de 1, 3 y 5 años, respectivamente8. Es más frecuente en los pacientes tratados con ciclosporina que con tacrolimus (riesgo relativo [RR] = 1,25; p < 0,001), y los factores de riesgo para su desarrollo son la edad avanzada, el sexo femenino, la insuficiencia renal pretrasplante y postoperatoria precoz, la necesidad de diálisis pretrasplante, la infección por el VHC y la diabetes pretrasplante. La aparición de insuficiencia renal postrasplante aumenta significativamente el riesgo de fallecimiento del paciente (RR = 4,55; p < 0,001)8. La hiperlipemia es también más frecuente con ciclosporina que con tacrolimus. El empleo de fármacos anticalcineurínicos obliga a conocer las interacciones de estos fármacos con otros medicamentos que pueden necesitar los pacientes trasplantados (tabla III). Tacrolimus Comercializado a principios de los años noventa, se obtiene del hongo Streptomices tsukubaensis. Actúa también bloqueando la calcineurina pero, a diferencia de la ciclosporina lo hace uniéndose a un receptor intracelular específico: FKBP12. Su biodisponibilidad es variable, en torno al 20%. Su metabolismo es hepático y sus metabolitos tienen cierta capacidad inmunosupresora. La dosis recomendada de tacrolimus oral es de 0,10-0,15 mg/kg/día TABLA III. Interacciones farmacológicas más frecuentes con los inmunosupresores anticalcineurínicos Aumentan los valores del anticalcineurínico Antifúngicos Fluconazol, ketoconazol, itraconazol Antibióticos Claritromicina, eritromicina Glucocorticoides Prednisona, 6-metil prednisolona, deflazacort Bloqueadores de los Nicardipino, diltiazem, verapamil canales del calcio Otros Zumo de uva, cisapride, alopurinol, metoclopramida Disminuyen los valores del anticalcineurínico Anticomiciales Fenobarbital, fenitoína, carbamacepina Antibióticos Rifampicina, nafcilina Otros Octreótido, ticlopidina, inhibidores de proteasas Potencian la nefrotoxicidad del anticalcineurínico Antibióticos Aminoglucósidos, vancomicina, cotrimoxazol Antifúngicos Ketoconazol, itraconazol, anfotericina B Antiinflamatorios no esteroideos en 2 dosis, y se deben ajustar las concentraciones en sangre según el momento postrasplante: 10-15 ng/ml en las primeras semanas postrasplante, 8-12 ng/ml durante el primer año y 5-8 ng/ml posteriormente. La potencia inmunosupresora de tacrolimus es 100 veces mayor que la de la ciclosporina, es más hidrosoluble y menos dependiente de las sales biliares para su absorción, y su biodisponibilidad es mayor. Sus efectos secundarios son similares a la ciclosporina (tabla II), con menor incidencia de hipertensión arterial, hiperlipemia, hirsutismo e hiperplasia de las encías. Por tanto, es de elección en las mujeres y en la población pediátrica. Tiene algunos efectos secundarios más específicos y frecuentes que la ciclosporina: puede provocar alopecia e hipertrofia miocárdica izquierda parcialmente reversible y mayor incidencia de neurotoxicidad y diabetes. La incidencia de diabetes mellitus llega a afectar hasta al 20% de los pacientes tratados y sólo es reversible en la mitad de los casos4. La indicación de tacrolimus, aparte de inmunosupresor de mantenimiento desde el postrasplante inmediato y a largo plazo, es la del rechazo crónico con mala evolución en pacientes tratados con ciclosporina (conversión de anticalcineurínico). Esta conversión debe plantearse en las fases iniciales del rechazo crónico, cuando la cifra de bilirrubina es inferior a 10 mg/dl. El tratamiento con tacrolimus también ha demostrado resultados similares en cuanto a la supervivencia del injerto y los pacientes cuando se utiliza en el trasplante hepático en la población pediátrica. En cuanto a cuál de los 2 anticalcineurínicos (ciclosporina y tacrolimus) es mejor, la respuesta es difícil. En el año 1994 aparecieron 2 trabajos multicéntricos, uno americano9 y otro europeo10, que comparaban ambos fármacos. El trabajo americano se centraba en el primer año postrasplante y no encontraba diferencias en cuanto a la supervivencia de los pacientes y los injertos hepáticos, si bien la tasa de rechazo agudo, rechazo corticorresistente y rechazo refractario eran significativamente mayores en los pacientes tratados con ciclosporina. El tratamiento con tacrolimus Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 73 SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 74 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO se asoció con una mayor incidencia de efectos secundarios. Este grupo publicó posteriormente el seguimiento a 5 años de sus pacientes y las diferencias eran aún menores. La supervivencia del injerto y los pacientes eran similares, con bajas tasas de rechazo agudo tardío, rechazo corticorresistente y perfil de seguridad, que tampoco eran diferentes entre los 2 fármacos. La única diferencia relevante fue una mayor supervivencia a largo plazo en los pacientes trasplantados VHC-positivos si se trataban con tacrolimus11. El estudio europeo, también a un año, detectó una superioridad significativa del tacrolimus en cuanto a la menor tasa de rechazo agudo, rechazo refractario y rechazo crónico, sin diferencias en cuanto a la supervivencia del injerto y los pacientes. Ambos trabajos se realizaron utilizando la formulación inicial de la ciclosporina, no la microemulsión. La comparación de la ciclosporina en microemulsión y tacrolimus se realizó de modo aleatorizado en 200212. En este estudio, el objetivo de la comparación a un año se establecía mediante la frecuencia combinada de 3 eventos: muerte, retrasplante o fallo del tratamiento por razones inmunológicas. Nuevamente el tacrolimus mostró significativamente una menor incidencia de estos eventos (el 21 frente al 32%) con un riesgo relativo para ello de 0,63 (intervalo de confianza del 95%, 0,48-0,84; p = 0,001) frente a la ciclosporina. La causa principal de fallecimiento en ambos grupos fue la sepsis y el fallo multiorgánico, y para el retrasplante, la trombosis de la arteria hepática. El tacrolimus se mostró más diabetógeno. La conclusión de este grupo fue que el tacrolimus es el anticalcineurínico de elección durante el primer año del trasplante hepático12. Este estudio ha sido criticado porque su muestra no es representativa de los pacientes trasplantados, porque se alcanzaron los valores correctos de tacrolimus con mayor frecuencia que con ciclosporina y porque las supervivencias en ambos grupos eran inferiores a lo conocido hasta entonces. Además, la concentración de ciclosporina se establecía con controles C0, cuando ya empezaba a conocerse la superioridad del control con C2. Lo innovador de este estudio es que se compara buscando indicadores de mayor importancia clínica para los pacientes y no diferencias en la incidencia de rechazo, mucho más cuando se ha comprobado que la aparición de rechazo no tiene la relevancia clínica que se pensaba, e incluso es un marcador pronóstico de mayor supervivencia a largo plazo13. Recientemente, se ha publicado un metaanálisis comparativo de los estudios aleatorizados entre ambos fármacos. En él se concluye que durante el primer año la mortalidad y la pérdida de injertos era menor con tacrolimus (RR = 0,85), así como el porcentaje de pacientes con rechazo agudo (RR = 0,81) y rechazo corticorresistente (RR = 0,54). No había diferencias en cuanto a la aparición de síndrome linfoproliferativo ni necesidad de diálisis, pero sí una mayor incidencia de diabetes en pacientes tratados con tacrolimus (RR = 1,38). Más pacientes tuvieron que suspender la ciclosporina que el tacrolimus (RR = 0,57)14. Se está ensayando una formulación de tacrolimus que sólo requiere una dosis diaria (FK506E [MR4]). 74 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 Mofetil micofenolato El MMF (Cell-Cept®) es el profármaco del ácido micofenólico (MPA), que bloquea la síntesis de novo de las purinas al inhibir selectivamente la inositol monofosfato deshidrogenasa (IMPHD). Con ello, bloquea la proliferación de los linfocitos T y B, las células musculares lisas y los fibroblastos. Los linfocitos son las células más afectadas por no tener, al contrario que otros tipos celulares, vías alternativas para la síntesis de purinas. Se absorbe en un 90% tras la ingesta oral y su acción es muy rápida, pues en el estómago ya se va formando el MPA. Su efecto se mantiene durante 12 h y, por tanto, se administra en 2 dosis diarias. Tiene circulación enterohepática, con un segundo pico plasmático a las 6-12 h. Se presenta en solución y comprimidos de 250 y 500 mg. Su dosis óptima no está establecida, oscila entre 1 y 3 g diarios y está cuestionado el valor de la determinación de sus valores en sangre para el ajuste de la dosis. Sus efectos secundarios son principalmente gastrointestinales (náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal), toxicidad medular (leucopenia, anemia y, menos frecuentemente, trombocitopenia) y mayor incidencia de infecciones por citomegalovirus (CMV). Son efectos dependientes de la dosis y se corrigen con el descenso de la dosis o la supresión del fármaco. Otra alternativa para disminuir su intensidad es la de repartir la dosis en 3-4 administraciones diarias. Su indicación en el trasplante es la profilaxis del rechazo agudo y puede emplearse, excepto como inducción, en todas las fases evolutivas de los pacientes. Su potencia inmunosupresora es moderada, por lo que habitualmente se administra junto al anticalcineurínico (con efectividad similar, tanto si se combina con ciclosporina o con tacrolimus) para poder rebajar la dosis de estos últimos fármacos cuando aparecen los efectos secundarios más graves, como la nefrotoxicidad, la hipertensión, la neurotoxicidad y la hiperuricemia15 o para poder rebajar o suspender precozmente el tratamiento esteroideo concomitante. También se puede emplear a largo plazo como monoterapia en los pacientes sin antecedentes de rechazo ni complicaciones inmunológicas de relevancia y como sustituto del anticalcineurínico. En este contexto, se ha observado que las posibilidades de rechazo tardío son mayores cuando sustituye a la ciclosporina que cuando lo hace con el tacrolimus16. También se ha empleado como tratamiento del rechazo crónico, pero la experiencia es más limitada. Su efecto antiproliferativo se ha invocado como protector de la lesión fibrótica en el injerto hepático y su uso se asocia con una menor incidencia de neoplasias de novo postrasplante. Con la intención de mejorar las molestias gastrointestinales, se ha comercializado una presentación con cubierta entérica (Myfortic®) con similar potencia inmunosupresora. Sirolimus o rapamicina (Rapamune®) y everolimus (Certicán®) Son 2 fármacos clasificados como inhibidores del receptor de la rapamicina de los mamíferos (mTOR, en siglas SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 75 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO inglesas), lo que hacen tras formar un complejo con el mismo receptor intracelular del tacrolimus (FKBP12). Bloquean la señal 3 de la respuesta inmunitaria, distalmente al receptor de la IL-2, evitando la progresión del LT hacia la fase S del ciclo celular. Tienen efectos inmunosupresores, antifúngicos y antiproliferativos. El sirolimus no produce nefrotoxicidad ni neurotoxicidad, por lo que su indicación fundamental es como sustituto del anticalcineurínico en monoterapia cuando aparecen estos efectos secundarios. También como medicación concomitante para permitir menores dosis del anticalcineurínico6 o una retirada precoz de los esteroides17 y en el manejo del rechazo crónico como tratamiento de rescate. La dosis habitual es de 2 mg/día y se ajusta según los valores valle en la sangre; las concentraciones óptimas se sitúan entre 5 y 15 ng/ml. Sus efectos secundarios, dependientes de la dosis, son leucopenia, trombocitopenia e hiperlipidemia. Inhibe el metabolismo de la ciclosporina, aumentando su concentración, por lo que, en caso de asociarlo a un anticalcineurínico, es mejor hacerlo con tacrolimus. Durante los estudios de registro para el trasplante hepático, la incidencia de trombosis de la arteria hepática fue superior en el grupo de sirolimus que en el de la inmunosupresión con anticalcineurínicos. Aunque este hecho no ha sido corroborado por otros estudios abiertos, ha sido la causa de que la FDA americana haya bloqueado su empleo en el trasplante hepático. En España, el Ministerio de Sanidad tampoco permite su uso antes de pasados 6 meses postrasplante en prevención de la aparición de esta grave complicación. Estos condicionantes han hecho que no se haya podido definir aún su papel en el campo de la inmunosupresión del trasplante hepático17. El sirolimus tiene propiedades antifibróticas y antiproliferativas para las fibras musculares de la pared vascular. Por ello, se ha implicado en el retardo de la curación de las heridas quirúrgicas después del trasplante y la menor fibrosis del injerto. También se le han atribuido propiedades antineoplásicas que recomiendan su empleo en los pacientes trasplantados por procesos tumorales. Esto no ha sido suficientemente documentado mediante estudios clínicos aleatorizados17. Everolimus es un fármaco con perfil similar y una vida media algo más corta. Su dosis es de 1,5-3 mg diarios. Sus indicaciones son similares al sirolimus y su farmacocinética se afecta menos que el sirolimus cuando se administra con ciclosporina6. Gammaglobulina policlonal antitimocito (ATG) y antilinfocito (ALG) Son preparaciones obtenidas a partir de los anticuerpos formados por animales (caballos o conejos) cuando se les inoculan LT y timocitos humanos. Este antisuero animal se purifica y se extrae la fracción con gammaglobulina antitimocitos, que reacciona frente a múltiples marcadores de la superficie de los LT (CD2, CD3, CD4, CD8, CD28, receptores del LT, CD20, CD40). El problema con estas preparaciones es la variabilidad de su potencia, la posibilidad de desarrollar la «enfermedad del suero» o el desencadenamiento de citopenias graves. Su mecanismo de acción se realiza a través de la apoptosis celular, la citólisis mediada por anticuerpos y la internalización de los receptores de la superficie celular. Su indicación habitual es como agente de inducción, para reducir o eliminar el empleo de esteroides o para retrasar la adición del anticalcineurínico en pacientes con insuficiencia renal postrasplante. La dosis intravenosa de timoglobulina es de 1,5 mg/kg/día, y en los ensayos en los que se ha combinado con el uso retardado del anticalcineurínico, la supervivencia del paciente y del injerto hepático y la incidencia de rechazo agudo fueron similares a las pautas tradicionales, sin mayor incidencia de infecciones5. Anticuerpos monoclonales anti-CD3 Se obtienen también mediante animales de laboratorio y son anticuerpos monoclonales específicos frente a los receptores CD3, presentes en la superficie de todos los LT. Por ello, reaccionan con más del 95% de las células T tras su paso por el timo, sin afectar a los timocitos inmaduros. Sus indicaciones en el trasplante se limitan fundamentalmente al tratamiento del rechazo agudo celular corticorresistente y, en algunas ocasiones, como tratamiento de inducción para retrasar el empleo del anticalcineurínico. Su administración desencadena habitualmente el síndrome de liberación de citocinas, caracterizado por fiebre, diarrea, náuseas, vómitos, cefalea, mialgias y disnea, por lo que es necesario premedicar a los pacientes con esteroides, antiinflamatorios y antihistamínicos para amortiguar estos efectos. Los pacientes que lo reciben pueden desarrollar anticuerpos frente a estas sustancias de origen murino, lo que limita su empleo en más de una ocasión. Además, su uso se ha relacionado con la mayor incidencia de infecciones virales (CMV y virus de Epstein-Barr) y la aparición de neoplasias de novo postrasplante6. Se han sintetizado anticuerpos anti-CD3 quiméricos y humanizados para evitar estos efectos secundarios (ver más adelante). Anticuerpos monoclonales anti-CD25 Son anticuerpos que se unen a los receptores de la IL-2 (CD25). Con ello, bloquean su estimulación por la IL-2, aboliendo la activación linfocitaria y la expansión clonal de los linfocitos activados (señal 3 de la respuesta inmunitaria) provocando un estado de anergia. Para evitar que el paciente que los recibe desarrolle anticuerpos frente a estas sustancias de origen murino, se han desarrollado formulaciones sintéticas mixtas, en las que el anticuerpo tiene una fracción Fc humana (la que recluta la respuesta inmunitaria) y una fracción variable Fab murina (la específica de la respuesta) que puede ser el 30% de la estruc-tura de la inmunoglobulina (anticuerpos quiméricos) o de sólo el 10% del total (anticuerpos humanizados). Con ello, disminuyen los efectos indeseables y se logra un efecto más potente y prolongado6. Basiliximab (Simulect®) es un anticuerpo quimérico de origen murino. Se adminisGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 75 SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 76 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO TABLA IV. Recomendaciones para elegir el tratamiento inmunosupresor en el trasplante hepático Situación clínica No recomendable Receptor del virus de la hepatitis C positivo Receptor del virus de la hepatitis B positivo Insuficiencia renal pre y postrasplante Esteroides en altas dosis o en bolos. OKT-3 Esteroides en altas dosis o en bolos. OKT-3 Ciclosporina/tacrolimus Fallo hepático agudo Hepatocarcinoma Cirrosis biliar primaria Hepatitis autoinmune Población pediátrica Diabetes pretrasplante Embarazo Esteroides en dosis elevadas/prolongadas Esteroides Tacrolimus Esteroides, ciclosporina, OKT-3 Esteroides, tacrolimus Esteroides, azatioprina Recomendable Abandono de esteroides. ¿Ciclosporina? ¿MMF? Abandono de esteroides a largo plazo. Monoterapia Gammaglobulinas monoclonales y policlonales, MMF, sirolimus, everolimus MMF. Sirolimus. Everolimus Ciclosporina ¿Mantener dosis bajas de esteroides para siempre? Tacrolimus Tacrolimus/ciclosporina MMF: mofetil micofenolato. tra i.v. en 2 dosis de 20 mg, en las 2 h siguientes a la cirugía y a los 4 días del trasplante4. Daclizumab (Zenapax®) es un anticuerpo humanizado que se puede administrar en una dosis, dos dosis (día 0: 1 mg/kg; día 4: 0,5 mg/kg)4 y también en pautas de 5 dosis. Ambos anticuerpos se toleran bien y reducen la incidencia de rechazo agudo hasta el 35% de los casos, sin aumentar la incidencia de infecciones ni otros efectos adversos. Su acción se mantiene durante algunas semanas, cubriendo el período inicial postrasplante de mayor riesgo de aparición de rechazo18. Su indicación es discutida y probablemente se limita a la inducción de la inmunosupresión en los casos en los que hay insuficiencia renal o neurotoxicidad que obliga a no iniciar o suspender, respectivamente, el anticalcineurínico. Pauta de inmunosupresión La inducción estándar incluye la administración durante los primeros 7-14 días de anticuerpos policlonales (globulinas antitimocito o antilinfocito) o anticuerpos monoclonales anti-CD3 o anti-CD25. La pauta de mantenimiento habitualmente combina un anticalcineurínico con esteroides en dosis descendentes y la posible adición de MMF. A largo plazo (más de un año) se pueden intentar el tratamiento monoterápico con un anticalcineurínico, o bien sustituirlo por MMF o sirolimus/everolimus en el caso de aparición de efectos secundarios importantes. Hay situaciones especiales en que podremos considerar modificar la pauta habitual de cada centro para adecuarla a la situación específica de cada paciente (inmunosupresión «a la carta»). En la tabla IV se mencionan algunas de estas situaciones, si bien hay que tener en cuenta que estas recomendaciones se basan habitualmente en estudios no aleatorizados ni controlados, con pocos pacientes o en recomendaciones por expertos. Cada unidad de trasplante tiene su particular protocolo de inmunosupresión y, en la mayoría de los casos, con tasas de supervivencia del injerto y pacientes similares. En España no hay datos actualizados de los porcentajes de empleo de los diferentes inmunosupresores por las unidades de trasplante hepático, pero es muy ilustrativo comprobar la evolución en el tiempo de su uso en los centros trasplantadores de Estados Unidos en la siguiente dirección de internet: http://www.ustransplant.org/annual_reports/ 76 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):70-7 FÁRMACOS FUTUROS – Alemtuzumab (Campath1H) es un anticuerpo monoclonal sintético anti-CD52 que produce depleciones de la población linfocitaria. Está aprobado para su empleo en leucemias linfocíticas crónicas y sus efectos secundarios son anemia, neutropenia y trombocitopenia. Rituximab es otro anticuerpo monoclonal sintético anti-CD20 empleado también en leucemias y linfomas por su efecto linfopenizante. – Leflunomida es un bloqueador de la enzima dihidroorotato deshidrogenasa y bloquea la síntesis de las pirimidinas, evitando la expansión clonal linfocitaria. Su uso está aprobado para la artritis reumatoide. Su metabolito activo (FK778) se ensaya como antimetabolito y su efecto secundario más grave es la producción de anemia. – FTY720 es un análogo de la esfingosina que se une a receptores linfocitarios, bloqueando su movilización hacia el injerto hepático y recluyéndolos en los órganos linfoides. Se ha ensayado combinado con ciclosporina y su efecto secundario más grave es la bradicardia. Bloqueadores de la coestimulación – Inmunoglobulinas CTLA4 (CTLA4-Ig/abatacept). Son moléculas similares a los CD28 linfocitarios que se unen con mucha afinidad a los receptores B7-1 y B7-2 de las CPA, bloquean la coestimulación y originan una anergia inmunológica. Se han postulado como fármacos útiles para la profilaxis del rechazo crónico. – LEA29Y (belatacept) es un derivado de segunda generación de esta molécula. – Otros bloqueantes interrumpen la vía de la unión CD40CD154 con similares resultados en estudios preliminares aunque con peligrosos efectos trombóticos18. Otros fármacos Se están ensayando múltiples fármacos que bloquean la respuesta inmune en pasos mucho más específicos que los fármacos comercializados actualmente. Lo hacen bloqueando las moléculas de adhesión (anti-LFA-1 o efalizu- SESION 3. DOC03 (70-77).qxp 12/2/07 11:17 Página 77 FRAGA RIVAS E ET AL. INMUNOSUPRESIÓN EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO mab), moléculas accesorias (anti-CD4/clenoliximab, antiLFA3, anti-CD2/alefacept y anti-CD45), moléculas de reclutamiento linfocitario (VCAM-1, VLA-4/natalizumab, ICAM-4) e incluso las cinasas intracelulares. TOLERANCIA INMUNITARIA La tolerancia en el trasplante se define como la ausencia de respuesta específica frente a los aloantígenos sin la necesidad de tomar fármacos inmunosupresores de modo crónico19. No significa que el SI no reconozca a los aloantígenos sino que, tras ser detectados en los órganos linfoides, no se dispare una respuesta inmunitaria que haga que los linfocitos activados destruyan el órgano trasplantado. La tolerancia puede ser central (destruyendo el clon de LT estimulado por los aloantígenos en el timo del receptor) o periférica (mediante múltiples mecanismos que bloquean la respuesta inmunitaria tras la estimulación de este clon, provocando respuestas como la ignorancia, la anergia, la apoptosis, el agotamiento o la regulación). Recientemente, se ha postulado la existencia de LT reguladores (LTR), derivados del timo, que constituyen el 5-10% de la población de linfocitos CD4. Actúan equilibrando la situación provocada por el estímulo del SI a través de la inhibición tanto de la proliferación celular como de la producción y liberación de citocinas y anticuerpos mediante una selección negativa, y parece que controlan fundamentalmente la vía indirecta de la respuesta inmunitaria. La administración de fármacos inmunosupresores bloquea la actuación de estos LTR, entorpeciendo de algún modo el desarrollo de esa respuesta encaminada a la tolerancia. Las células dendríticas, que constituyen la mayoría de las CPA, son cruciales para regular este balance entre la agresión y la tolerancia del SI y es posible que CPA inmaduras provoquen la tolerancia, al ser incapaces de desencadenar una respuesta inmunitaria normal. Durante mucho tiempo se pensó que el microquimerismo celular (intercambio de linfocitos y células dendríticas que se produce en el receptor entre sus propias células y las procedentes del injerto) era el que propiciaba esta tolerancia, al anularse los clones reactivos, pero experimentos en los que se aumentaba este quimerismo con la transfusión de células precursoras del SI del donante en el receptor, demostraron que un mayor quimerismo no facilitaba necesariamente la tolerancia. Probablemente, haya varios mecanismos implicados. En la actualidad, la mayoría de los estudios de tolerancia se dirigen al bloqueo de los mecanismos de coestimulación entre la CPA y el LT (señal 2). El hígado es un órgano «privilegiado» en este sentido, ya que es de los pocos en que es posible suspender el tratamiento inmunosupresor sin que se afecte su función y supervivencia. Esto se ha constatado en cerca del 25-30% de los pacientes que suspenden la medicación a largo plazo. En el resto no es posible y se desencadenan los mecanismos de rechazo. Actualmente no disponemos de mar- cadores inmunológicos que permitan predecir qué pacientes evolucionarán hacia la tolerancia20, por lo que sólo se está intentando de modo empírico y secuencial en pacientes trasplantados de larga evolución, con escasa cantidad de tratamiento inmunosupresor o con efectos secundarios graves causados por estos fármacos y sin antecedentes de reactividad inmunológica, como los episodios de rechazo agudo. BIBLIOGRAFÍA 1. Halloran PF, Millar LW. In vivo immunosuppressive mechanisms. J Heart Lung Transpl. 1996;96;15:959-71. 2. Martínez OM, Rosen HR. Basic concepts in transplant immunology. 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DOC04 (78-81).qxp 12/2/07 11:18 Página 78 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular.Validez de los criterios de Milán V. Felipe, M. Varela, A. Forner y J. Bruix Oncología Hepática. Unidad de Hepatología. Hospital Clínic. Universidad de Barcelona. Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer. CIBERHD. Barcelona. España. INTRODUCCIÓN El carcinoma hepatocelular (CHC) es actualmente la principal causa de muerte en los pacientes afectados de cirrosis hepática1 y supone una de las principales indicaciones de trasplante hepático en nuestro medio2. Asimismo, es la única neoplasia sólida que puede ser tributaria de curación mediante trasplante del órgano afectado. En la época inicial del trasplante hepático, los pacientes afectados de CHC no subsidiario de resección quirúrgica presentaban un pésimo pronóstico a corto plazo y no disponían de un tratamiento alternativo eficaz. Por tal motivo, se planteó la posibilidad de realizar un trasplante hepático como opción terapéutica. La inclusión de pacientes con enfermedad avanzada determinó unos resultados subóptimos, con una tasa de recidiva inadmisible que hizo cuestionar a algunos grupos de investigadores la indicación de trasplante hepático en estos pacientes. La experiencia y los conocimientos acumulados durante años por los pioneros en trasplante permitieron sentar las bases para un uso racional de los órganos disponibles y evitar la indicación de un tratamiento quirúrgico altamente complejo, costoso e invasivo a pacientes que no se beneficiarían de él, consolidando esta opción como un tratamiento válido en la práctica clínica convencional. La decisión de qué pacientes deben considerarse para trasplante hepático y dónde se deben establecer los límites para indicarlo ha de estar basada en estudios científicos sólidos, de manera que la política sanitaria se ajuste al concepto de medicina basada en la evidencia y no en ideas bien intencionadas con escasa base racional y dirigidas a casos anecdóticos. A continuación se exponen los datos que avalan la bondad de los criterios de Milán para seleccionar los candidatos para trasplante hepático, la escasa Correspondencia: Dr. Jordi Bruix Oncología Hepática. Unidad de Hepatología. Hospital Clínic. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] 78 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):78-81 entidad de los datos que apoyan expandir los criterios de selección si se contrapone a la información que se dispone en contra de esta propuesta, y la dificultad y las consecuencias que tendría intentar aplicar una expansión de los criterios en un momento en que el problema más acuciante es la falta de donaciones. El número de candidatos a trasplante excede largamente el número de órganos disponibles, la lista de espera no ha dejado de crecer y, paralelamente, ha aumentado la mortalidad en lista. Por tanto, cualquier decisión que implique aumentar el número de candidatos debe contemplar la población en su conjunto y no casos individuales. BASE RACIONAL PARA LA BONDAD DE LOS CRITERIOS DE MILÁN La publicación de Mazzaferro et al en 1996 representa un punto de inflexión en la selección de candidatos3. Previamente, la realización de trasplante hepático en pacientes con un CHC avanzado determinaba unos pobres resultados en términos de tasa de recidiva y supervivencia, lo que determinó que muchos grupos cuestionaran la indicación de trasplante hepático. Sin embargo, la experiencia acumulada por grupos líderes en París, Londres, Berlín o Pittsburgh mostraba que los pacientes trasplantados por una hepatopatía terminal con CHC incidental en el explante presentaban una tasa de supervivencia similar a los pacientes sin CHC, lo que correlacionaba la recidiva y supervivencia postrasplante directamente con la carga tumoral. Con esta hipótesis inicial, su estudio demostró que si la selección se restringía a pacientes con tumores únicos de un tamaño ⱕ 5 cm o con un máximo de 3 nódulos < 3 cm, la supervivencia a los 5 años podía superar el 70% y ser indistinguible de la que pueden alcanzar los pacientes sin CHC. La importancia del tamaño tiene su base racional en su estrecha relación con la probabilidad de invasión vascular. Se dispone de estudios antiguos y modernos en los que se constata que a partir de 2 cm de diámetro, la pre- SESION 3. DOC04 (78-81).qxp 12/2/07 11:18 Página 79 FELIPE V ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL CARCINOMA HEPATOCELULAR. VALIDEZ DE LOS CRITERIOS DE MILÁN sencia de invasión vascular microscópica supera el 30-40%, y que a partir de 3 cm la mitad de pacientes presenta una invasión vascular macroscópica reconocible si se explora de manera intencionada. Por último, el porcentaje es casi universal cuando se superan los 5 cm4. Es relevante distinguir entre invasión vascular macroscópica y microscópica. La invasión vascular macroscópica evidente se asocia con una recidiva neoplásica prácticamente universal. Por el contrario, la invasión microscópica registrada focalmente después de un estudio exhaustivo de la pieza quirúrgica, determina un riesgo de recidiva significativamente superior al de los tumores sin esta característica, pero no alcanza en absoluto a todos los pacientes. Dado que la invasión macroscópica evidente es fácilmente detectable si las técnicas de imagen se aplican adecuadamente, su detección debe considerarse una contraindicación absoluta de trasplante. Sin embargo, la invasión microscópica no es detectable por técnicas de imagen, por lo que la única forma de predecir su presencia es mediante su estrecha asociación con el tamaño de la lesión. El segundo parámetro relevante para definir el riesgo de recidiva es la multifocalidad, que es un marcador clinicorradiológico de tumor avanzado, asociado frecuentemente a la invasión vascular. Por tanto, los tumores multifocales fácilmente identificables por su tamaño y vascularización se asocian con una elevada tasa de recidiva. Como hemos señalado anteriormente, el tamaño, la multifocalidad y la invasión vascular no son parámetros independientes. La progresión del CHC conlleva un aumento de diámetro y una infiltración venosa con focos metastáticos alrededor (la invasión vascular y los satélites reflejan una diseminación local) o a distancia, lo que condiciona la multifocalidad. De hecho, la probabilidad de que un tumor progrese más allá de 5 cm y se mantenga como un tumor único o sin invasión vascular una vez explorado mediante tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM) es escasa. Los criterios de Milán aceptan la multifocalidad de manera muy limitada, de modo que se intenta capturar los tumores sincrónicos de pequeño tamaño aparecidos en el seno del hígado cirrótico y los tumores en que la diseminación es muy limitada y potencialmente confinada al hígado, por lo que el riesgo de recidiva neoplásica aumenta pero no alcanza unas cifras extremas. Los focos tumorales debidos a la diseminación son fácilmente reconocibles por un patrón vascular caracterizado por una irrigación arterial intensa. No obstante, por debajo de 1 cm pueden observarse como focos de hipercaptación arterial inespecíficos y, por ello, su caracterización inequívoca es imposible. Al mismo tiempo, los focos tumorales debidos a una transformación sincrónica o metacrónica que se hallen en fase inicial (por debajo de 2 cm) raramente son hipervasculares y, por tanto, también son de muy difícil catalogación5. Los criterios de Milán se aplican registrando únicamente los focos con patrón inequívoco de malignidad, mientras que los catalogados como sospechosos no pueden contabilizarse a la hora de establecer el diagnóstico de extensión. Estas considera- ciones explican la bondad de los criterios de Milán si se aplican adecuadamente, y son fundamentales para analizar las propuestas de expansión de criterio que se pueden formular y que se comentan a continuación. EXPANSIÓN DE CRITERIOS La aplicación de los criterios de Milán se estableció para lograr restringir la indicación de trasplante hepático a pacientes con óptimos resultados. Aunque ello se ha conseguido satisfactoriamente, diversos autores sugieren que los límites deberían expandirse, puesto que algunos pacientes con extensión tumoral excesiva podrían presentar quizás buenos resultados. Asimismo, a pesar de aplicar los criterios de Milán, es relativamente frecuente que la extensión de la enfermedad se haya infravalorado y, a pesar de ello, los resultados no se deterioran significativamente y la supervivencia puede superar el 50% a los 5 años. Las preguntas que habría que contestar al respecto son: ¿cómo deberían evaluarse los nuevos criterios?, ¿las propuestas que se han generado han seguido la metodología adecuada?, ¿se dispone de una validación externa o hay datos contradictorios? Evaluación de nuevos criterios La indicación de trasplante y el diagnóstico de extensión deben basarse en los hallazgos de las técnicas de imagen. El registro de estos datos debe efectuarse de forma prospectiva y el intervalo de tiempo entre imagen y trasplante debe ser lo más corto posible, preferiblemente menor de un mes. Obviamente, los datos deben registrarse antes del análisis del explante y sin conocimiento de sus resultados. Los criterios utilizados para registrar los hallazgos deben estar correctamente definidos de antemano. Sin duda, los criterios expandidos no deben incluir a los pacientes que cumplen los criterios de Milán; en caso contrario, se evaluarían los criterios de Milán en algunos pacientes incluidos con criterios expandidos y los resultados tendrían una difícil interpretación. Asimismo, debe correlacionarse la estadificación mediante técnicas de imagen con los resultados del seguimiento, el cual debe ser de duración suficiente en un número adecuado de casos. El análisis debe basarse en la supervivencia y en la probabilidad de recidiva. La supervivencia libre de CHC por sí sola no es un parámetro fiable, dado que puede modificarse por eventos no relacionados con la neoplasia. Metodología aplicada para proponer criterios expandidos Lamentablemente, los criterios de expansión cumplen pocos o ninguno de los requisitos expuestos anteriormente. En la mayor parte de los casos se ha analizado meramente el resultado de los hallazgos de anatomía patológica. La correlación con las técnicas de imagen es con frecuencia Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):78-81 79 SESION 3. DOC04 (78-81).qxp 12/2/07 11:18 Página 80 FELIPE V ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL CARCINOMA HEPATOCELULAR. VALIDEZ DE LOS CRITERIOS DE MILÁN inexistente y, si se reporta, se ha efectuado de forma retrospectiva y sin criterios preestablecidos. Por último, es habitual que se unan en una única serie los pacientes que cumplen los criterios de Milán con los que corresponderían a criterios expandidos. Este último grupo es escaso y el seguimiento corto. En algunas propuestas no se menciona la supervivencia y se desconoce la duración del seguimiento. A pesar de esta falta de rigor, la propuesta de Yao et al6 se presenta como validada y algunos centros/países se disponen a adoptarla. Por ello, es necesario dedicarle una atención especial. Además de basarse en datos obtenidos del explante, de no ser una propuesta evaluada prospectivamente y de no describir en absoluto los criterios radiológicos, el número de casos es reducido, se desconoce cuántos pacientes han sido tratados previamente al trasplante y si dicho tratamiento durante el período de espera en lista (p. ej., con radiofrecuencia) se ha basado en imágenes poco valorables y, por tanto, es imposible establecer la fiabilidad de la evaluación de la carga tumoral. En el último encuentro de la AASLD en 2006 se constataron estas deficiencias y contradicciones inherentes al estudio de Yao et al, que en el resumen publicado se evitan poner de manifiesto. Además de estas limitaciones, debe señalarse que la ampliación de criterios que se propone es mínima y, tal como se expone en sus trabajos, debería basarse en la correcta catalogación de nódulos infracentimétricos en el seno de un hígado cirrótico. Dado que estos nódulos diminutos no se pueden catalogar de forma fiable mediante radiología, basar una ampliación de criterios en definiciones no disponibles debe considerase arriesgado, cuando no erróneo de buen principio. Algunos autores proponen ampliar criterios y, al mismo tiempo, excluir a los pacientes en los que se registre una característica potencialmente relacionada con un peor pronóstico postrasplante. Los valores elevados de alfafetoproteína (AFP) se relacionan con una progresión de la enfermedad debida a la demora en lista de espera y una recidiva tras el trasplante. No obstante, contraindicar el trasplante en pacientes con unos valores elevados de AFP no se ha contemplado en ningún programa y no hay estudios que puedan sugerir el valor que debería utilizarse como corte. Dado que hay una relación entre el grado de diferenciación y la prevalencia de invasión vascular microscópica, algunos autores proponen excluir a los pacientes en los que la punción del tumor demuestre la presencia de células con una pobre diferenciación7. Esta estrategia es poco fiable. El grado de diferenciación se pierde con la progresión tumoral y, por tanto, se puede correlacionar con el tamaño y la invasión vascular. No obstante, se sabe que los nódulos tumorales no poseen una diferenciación celular homogénea, sino que coexisten áreas de buena, moderada y pobre diferenciación8. Por tanto, la punción obtendría una muestra aleatoria, y basar la decisión en una herramienta no reproducible es desaconsejable. Además, su uso requeriría puncionar todos los nódulos, y ello no siempre es posible, debido a las contraindicaciones, el deterioro de la coagulación o la localización del tumor. Por 80 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):78-81 último, el riesgo de diseminación iatrogénica se podría ver incrementado. Validación de criterios Los criterios de Milán se han validado repetidamente en diferentes centros, tanto en donante cadáver como en donante vivo. El cumplimiento de los criterios de Milán permite una supervivencia del 70% a los 5 años y exceder los límites implica un deterioro que fácilmente lleva a menos del 50% a los 5 años. Un estudio multicéntrico efectuado en Francia con criterios de imagen y datos del explante demuestra de manera inequívoca esta realidad9, y lo mismo ocurre cuando se analiza la base de datos de la UNOS o cualquier registro de trasplante con un número suficiente de pacientes trasplantados por CHC10. De hecho, en el artículo inicial donde se describen los criterios de Milán, se expone que los pacientes que exceden los criterios en el explante presentan una supervivencia inferior. Todos estos datos muestran que el número de estudios que validan los criterios de Milán y que evidencian el impacto negativo de expandir los límites superan ampliamente los estudios de signo contrario, y cualquier análisis de la evidencia indica que es deletéreo modificar la política actual. Expansión de candidatos, lista de espera y repercusiones según la intención de tratamiento Como se ha comentado previamente, hay un gran déficit de donantes para los pacientes que cumplen los criterios actuales de trasplante hepático. Durante el tiempo de espera, la enfermedad puede progresar, y entre un 15 y un 25% de los pacientes con CHC en los que se indica un trasplante son excluidos cuando la demora supera los 9 meses2. Esta circunstancia reduce la aplicabilidad del trasplante y la supervivencia de según la intención de tratamiento. Por tanto, el problema actual no reside en cuántos más pacientes pueden beneficiarse del trasplante, sino cómo se distribuyen los escasos órganos disponibles de manera más efectiva. Se puede argumentar que algunos de los candidatos no tumorales presentan una expectativa de vida inferior a la que tendrían los pacientes con criterio ampliado, pero lo sensato es mejorar los resultados en todas las entidades y no disminuir la exigencia de hacer el mejor uso posible de los órganos disponibles. Posiblemente, si hay pacientes con malas expectativas, se debería considerar su exclusión del programa, tal como ocurre actualmente en pacientes con CHC avanzado. Algunos autores argumentan que a los pacientes se les debe ofrecer la posibilidad de sobrevivir aunque sea por debajo del 50% a los 5 años y que no es ético excluirlos de la lista de espera por exceder los criterios de Milán. Este argumento es adecuado desde el punto de vista del paciente excluido, pero no si se considera la población en su conjunto. Al haber un número finito de órganos, la utilización de uno de ellos en un paciente in- SESION 3. DOC04 (78-81).qxp 12/2/07 11:18 Página 81 FELIPE V ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL CARCINOMA HEPATOCELULAR. VALIDEZ DE LOS CRITERIOS DE MILÁN fraóptimo evita que se destine a un candidato adecuado y, por tanto, se hace un mal servicio a la sociedad. En resumen, los criterios de Milán deben seguir siendo el instrumento para seleccionar a los pacientes con CHC que deben incluirse en lista para trasplante hepático. No se dispone de datos que demuestren la bondad de expandir los límites, sino que hay evidencias que demuestran que los resultados al exceder los criterios de Milán dan lugar a cifras de supervivencia a largo plazo que no pueden considerase aceptables. Debido a la escasez de órganos para trasplante, el problema que se debe resolver es cómo distribuir los escasos órganos de que se dispone y trasladar el nivel de exigencia existente en los enfermos con CHC a las otras categorías de pacientes. De este modo, se rentabilizará al máximo la utilidad de los órganos y se evitará su uso indebido en los pacientes en quienes las expectativas de supervivencia no son las exigibles. Como en otras áreas de la medicina, las decisiones clínicas deben basarse en un análisis racional de la evidencia científica y no en impulsos aparentemente bienintencionados que, en realidad, resultan contraproducentes para el conjunto de los pacientes y la sociedad de la que forman parte. AGRADECIMIENTOS Este trabajo está parcialmente financiado por el Instituto de Salud Carlos III (FIS número 03/02). Alejandro Forner es beneficiario de una Ayuda Predoctoral de Formación en Investigación por el Instituto de Salud Carlos III. María Varela disfruta de una beca-contrato de la Fundación Científica de la Asociación Española de Ayuda contra el Cáncer. BIBLIOGRAFÍA 1. Sangiovanni A, Prati GM, Fasani P, Ronchi G, Romeo R, Manini M, et al. The natural history of compensated cirrhosis due to hepatitis C virus: a 17-year cohort study of 214 patients. Hepatology. 2006;43:1303-10. 2. Llovet JM, Schwartz M, Mazzaferro V. Resection and liver transplantation for hepatocellular carcinoma. Semin Liver Dis. 2005;25:181-200. 3. Mazzaferro V, Regalia E, Doci R, Andreola S, Pulvirenti A, Bozzetti F, et al. Liver transplantation for the treatment of small hepatocellular carcinomas in patients with cirrhosis. N Engl J Med. 1996;334:693-9. 4. Nakashima T, Kojiro M. Hepatocellular carcinoma. Tokyo: Springer Verlag; 1987. 5. Burrel M, Llovet JM, Ayuso C, Iglesias C, Sala M, Miquel R, et al. MRI angiography is superior to helical CT for detection of HCC prior to liver transplantation: an explant correlation. Hepatology. 2003;38:1034-42. 6. Yao FY, Ferrell L, Bass NM, Watson JJ, Bacchetti P, Venook A, et al. Liver transplantation for hepatocellular carcinoma: expansion of the tumor size limits does not adversely impact survival. Hepatology. 2001;33:1394-403. 7. Cillo U, Vitale A, Bassanello M, Boccagni P, Brolese A, Zanus G, et al. Liver transplantation for the treatment of moderately or well-differentiated hepatocellular carcinoma. Ann Surg. 2004;239:150-9. 8. Kojiro M, Roskams T. Early hepatocellular carcinoma and dysplastic nodules. Semin Liver Dis. 2005;25:133-42. 9. Decaens T, Roudot-Thoraval F, Hadni-Bresson S, Meyer C, Gugenheim J, Durand F, et al. Impact of UCSF criteria according to pre- and post-OLT tumor features: Analysis of 479 patients listed for HCC with a short waiting time. Liver Transpl. 2006;12:1761-9. 10. Jatoi M, Puhl S, Thyagarajan V, Pelletier S, Magee J, Jeffery P, et al. Liver transplantation for hepatocellular carcinoma: validation of the Milan criteria using the UNOS database. Hepatology. 2006;44:407A. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):78-81 81 SESION 3. DOC05 (82-87).qxp 12/2/07 11:19 Página 82 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Trasplante hepático en el hepatocarcinoma: criterios expandidos de California E. Varo Pérez, J.F. Castroagudín y E. Molina Pérez Unidad de Trasplantes Abdominales. Hospital Clínico Universitario de Santiago. Santiago de Compostela. A Coruña. España. INTRODUCCIÓN El carcinoma hepatocelular es la neoplasia primaria del hígado más frecuente. Representa el 5% de todas las neoplasias y el tercer tumor en frecuencia entre los que afectan al aparato digestivo. Se diagnostican aproximadamente 500.000 casos nuevos cada año en el mundo1. Se ha constatado una incidencia creciente, con 5-15 casos/105 habitantes en Estados Unidos y Europa, y 27-36 casos/105 habitantes en Asia. Asienta generalmente sobre un hígado afectado de cirrosis, situación en la que la incidencia acumulada a los 5 años de seguimiento es del 15-20%, independientemente de la etiología2. El desarrollo del carcinoma hepatocelular supone un impacto deletéreo sobre la supervivencia del sujeto cirrótico, de tal forma que se estima que la probabilidad de supervivencia sin tratamiento es inferior a un 20% a los 4 años del diagnóstico3. Actualmente se considera la principal causa de muerte en el seno de la cirrosis hepática. Sólo los tumores diagnosticados en estadios iniciales van a poder beneficiarse de tratamientos radicales con intención curativa, los cuales son, a su vez, la única posibilidad de aumentar la supervivencia de este grupo de pacientes. Los tratamientos aplicables en esta situación son la resección hepática, el trasplante hepático y los tratamientos de ablación tumoral por vía percutánea. El trasplante hepático constituye en el momento actual la alternativa terapéutica más eficiente del carcinoma hepatocelular, tanto en términos de recurrencia –inferior al 20% a los 5 años– como de supervivencia, la cual supera el 70% a los 5 años4,5. Sin embargo, estos excelentes resultados se han obtenido merced a la aplicación de criterios restrictivos de selección basados en la morfología tumoral. Se consideran tumores en estadio inicial los hepatocarcinomas únicos de diámetro ⱕ 5 cm, o hasta de 3 nódulos, ninguno de tamaño > 3 cm, en los que no se demuestre la presencia de una invasión vascular macroscópica, ganglionar o metástasis a distancia. Estos criterios, en los que el trasplante ofrece unos resultados óptimos, fueron descritos inicialmente por Mazzaferro et al (criterios de Milán)5, aceptados como criterios de selección para la indicación del trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular por el panel de expertos de la Conferencia de Barcelona 20006, y validados por la clasificación del Barcelona Clinic Liver Cancer Group7. No obstante, recientemente se ha sugerido que sería posible la ampliación de los criterios de selección para trasplante hepático sin que haya una disminución significativa de la supervivencia (criterios expandidos o ampliados) (tabla I). CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA EN INDICACIÓN PRIMARIA DE TRASPLANTE Un grupo de trabajo de la Universidad de California-San Francisco (UCSF) publicó en el año 2001 un estudio realizado en 70 pacientes con hepatocarcinoma sometidos a trasplante hepático durante un período de 12 años. Tras el análisis del estadio tumoral evaluado en el hígado explantado, según la clasificación TNM modificada del American Liver Tumor Study Group, los pacientes con tumores en estadio pT3 mostraron tasas de supervivencia similares (el 82,4 y el 74,1% al cabo de 1 y 5 años, respectivamente) respecto a los clasificados como pT1 y pT2 (el 91,3 y el 72,4% al cabo de 1 y 5 años, respectivamente; p = 0,87). Sin embargo, los hepatocarcinomas más avanzados (pT4) TABLA I. Trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular: aplicación clínica de los criterios expandidos Correspondencia: Dr. J. Fernández Castroagudín. Unidad de Trasplantes Abdominales. Hospital Clínico Universitario de Santiago. Choupana, s/n. 15706 Santiago de Compostela. A Coruña. España. Correo electrónico: [email protected] 82 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):82-7 Indicación primaria de trasplante hepático Indicación de exclusión de la lista de espera por progresión tumoral Reducción del estadio tumoral pretrasplante (downstaging) Indicación primaria en trasplante hepático de donante vivo SESION 3. DOC05 (82-87).qxp 12/2/07 11:19 Página 83 VARO PÉREZ E ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL HEPATOCARCINOMA: CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA TABLA II. Trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular: criterios de Milán frente a los criterios de California Criterios de Milán Criterios de California Nódulo único ⱕ 5 cm de diámetro Hasta 3 nódulos, ninguno de diámetro superior a 3 cm Nódulo único ⱕ 6,5 cm de diámetro Hasta 3 nódulos, ninguno de diámetro superior a 4,5 cm, y suma de los diámetros ⱕ 8 cm Sin invasión vascular macroscópica Estudio de extensión negativo Sin invasión vascular macroscópica Estudio de extensión negativo presentaron tasas de supervivencia significativamente más desfavorables (del 33,3% al año). En definitiva, los tumores únicos de diámetro ⱕ 6,5 cm, o hasta de 3 nódulos, ninguno de tamaño > 4,5 cm y cuya suma de los diámetros no exceda los 8 cm, presentaban tasas respectivas de supervivencia al año y a los 5 años del 90 y el 75,2%. Los autores concluyen que la expansión de los criterios habitualmente aceptados como indicación de trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular no conlleva necesariamente un impacto negativo en la supervivencia8 (tabla II). Estudios posteriores han aportado resultados similares de supervivencia en receptores de trasplante hepático con hepatocarcinomas que excedieron los criterios de Milán en la pieza del explante9,10. En nuestro centro, en un período de 12 años, se realizaron 114 trasplantes hepáticos en sujetos con carcinoma hepatocelular. La tasa de recurrencia fue del 7,9%. La supervivencia global fue del 83,6, 76,9 y 68,3% al cabo de 1, 3 y 5 años, respectivamente. En 25 pacientes (21,9%) se sobrepasaron los criterios de Milán en la pieza del explante. No se observaron diferencias significativas en las tasas de supervivencia en función del cumplimiento o no de los criterios de Milán11 (fig. 1). Por el contrario, otros autores no han logrado reproducir los resultados proporcionados por el grupo de la UCSF12,13. En un estudio recientemente publicado se analizaron 479 pacientes con carcinoma hepatocelular incluidos en lista de espera para trasplante hepático, de los que 467 fueron trasplantados tras una mediana de tiempo de espera de 4 meses. Considerando el análisis histopatológico del hígado explantado, la supervivencia a los 5 años fue del 70,4% en los pacientes que cumplían criterios de Milán, del 63,6% en los que sobrepasaban los criterios de Milán pero se encontraban dentro de los criterios de California, y del 34,1% en los que sobrepasaban los criterios de California (p < 0,001). Al analizar los resultados de las técnicas de imagen pretrasplante, la supervivencia a los 5 años, analizada por intención de tratar, fue inferior al 50% en los hepatocarcinomas que cumplían los criterios expandidos de California13. En otro estudio, la probabilidad de invasión vascular del carcinoma hepatocelular, tanto macroscópica como microscópica, se incrementó de forma paralela al diámetro tumoral (el 55 y el 10%, respectivamente, en tumores de diámetro comprendido entre 5,1 y 6,5 cm). En el mismo estudio, los tumores de mayor tamaño presentaban con más frecuencia un menor grado de diferenciación respecto a los de diámetro inferior14. Dado que el grado de diferenciación y la invasión vascular son factores que influyen en la tasa de recurrencia postrasplante del carcinoma hepatocelular15-18, la expansión de los criterios referentes al diámetro tumoral máximo puede tener efectos negativos en la supervivencia. La principal crítica realizada al estudio de la UCSF radica en la evaluación de la estadificación tumoral basada en la pieza del explante hepático. En este sentido, la infraestimación del estadio tumoral por medio de técnicas de imagen en la evaluación pretrasplante puede conducir a incluir en programas de trasplante a enfermos que, aun cumpliendo los criterios expandidos en las técnicas de imagen pretrasplante, rebasen éstos al analizar el hígado explantado, ensombreciendo de esta forma el pronóstico. En este sentido, el grupo de la UCSF publicó posteriormente otro estudio realizado en la cohorte original, en la que se revaluó la estadificación tumoral mediante técnicas de imagen pretrasplante y el análisis histopatológico del hígado explantado19. Aunque este estudio parece confirmar la ausencia de una peor supervivencia en los tumores que cumplen criterios expandidos, el eventual sesgo al que puede conducir una revaluación retrospectiva de las técnicas de imagen realizadas en la evaluación pretrasplante hace que estos resultados deban interpretarse con precaución. Por otra parte, el progresivo incremento de la desproporción entre el número de donantes y de receptores ha conducido a un alargamiento de los tiempos de espera para trasplante. Los resultados publicados de supervivencia del trasplante hepático como tratamiento del carcinoma hepatocelular se obtuvieron en una época en que las listas de espera eran inferiores a 6 meses. En los últimos años; sin embargo, esta demora puede alcanzar, e incluso superar, los 12 meses en algunos centros. Este incremento del tiempo de permanencia en lista de espera puede permitir el crecimiento tumoral, la invasión vascular e incluso la diseminación extrahepática. En un estudio, Llovet et al demostraron que esta circunstancia modifica la supervivencia de forma significativa si la analizamos por intención de tratar20. Se considera que la probabilidad de exclusión de la lista de espera de trasplante hepático debido a la progresión tumoral es del 23-50% al superar los 6 meses de permanencia, y se correlaciona con la estadificación tumoral, de tal forma que los tumores múltiples o de diámetro intermedio (3,1-5 cm) presentan mayores tasas de exclusión respecto a los tumores únicos de pequeño tamaño21. Por tanto, se puede concluir que los tumores en un estadio más avanzado (criterios expandidos) van a presentar mayores tasas de progresión tumoral y, por consiguiente, mayor probabilidad de exclusión de la lista de espera por este motivo, respecto a los tumores en un estadio inferior (criterios de Milán), lo que conduce a un deGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):82-7 83 SESION 3. DOC05 (82-87).qxp 12/2/07 11:19 Página 84 VARO PÉREZ E ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL HEPATOCARCINOMA: CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA 1 0,8 Criterios de Milán (n = 89) ++ + + ++ +++ ++ + ++ + +++++ + +++ ++++++++++ + +++++ +++ +++ ++ +++ ++++++ +++ + + ++++++++ ++ + No criterios de Milán (n = 25) + ++ ++ 0,6 + Log-rank test: p > 0,05 + ++ 0,4 0,2 0,0 0 1.000 2.000 3.000 Tiempo (días) terioro significativo de las tasas de supervivencia al analizarlas por intención de tratamiento. CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA EN LA EXCLUSIÓN DE LA LISTA DE ESPERA POR PROGRESIÓN TUMORAL Estrictamente, los tumores que sobrepasen los criterios de Milán durante la permanencia en lista de espera deberían ser excluidos, lo que evitaría trasplantar a sujetos con hepatocarcinomas que presenten características morfológicas de mal pronóstico para la supervivencia y la recurrencia postrasplante. Sin embargo, algunos grupos de trasplante han aplicado los criterios expandidos de California para la indicación de exclusión de la lista de espera por una progresión tumoral en hepatocarcinomas que fueron primariamente incluidos según los criterios de Milán. De esta forma, se acepta un margen de progresión en el diámetro tumoral y/o el número de nódulos en espera de un eventualmente próximo trasplante, procediéndose a la exclusión definitiva en caso de sobrepasarse los criterios expandidos o, evidentemente, si se detecta una invasión vascular o una extensión extrahepática. No obstante, no se dispone de estudios que hayan corroborado la utilidad de esta práctica. CRITERIOS EXPANDIDOS Y REDUCCIÓN DEL ESTADIO TUMORAL (DOWNSTAGING) PRETRASPLANTE Una de las estrategias empleadas en los grupos de trasplante hepático para reducir la probabilidad de exclusión de la lista de espera debida a la progresión tumoral es la aplica84 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):82-7 4.000 5.000 Fig. 1. Supervivencia en función del cumplimiento o no de los criterios restrictivos de Milán en el hígado explantado en una cohorte de 114 receptores de trasplante hepático con carcinoma hepatocelular. ción de tratamientos neoadyuvantes que induzcan necrosis tumoral, con el fin de evitar o retardar el crecimiento tumoral y, por consiguiente, la invasión vascular e incluso la diseminación extrahepática. Varios estudios han demostrado que la quimioembolización transarterial y, sobre todo, la terapia ablativa percutánea –inyección de etanol, radiofrecuencia– son eficaces en la inducción de necrosis tumoral completa o parcial, con la consiguiente reducción del volumen de tejido neoplásico viable en hepatocarcinomas en lista de espera para trasplante hepático22,23. Estos resultados han conducido a proponer la reducción pretrasplante del estadio tumoral del carcinoma hepatocelular con criterios expandidos mediante tratamientos percutáneos y quimioembolización –de forma aislada o en combinación– e incluir posteriormente en la lista de espera a los tumores en los que se logre una reducción del volumen tumoral dentro de los criterios de Milán. En un estudio de Yao et al, se elaboró un protocolo en el que se incluyeron pacientes con carcinoma hepatocelular único de diámetro entre 5 y 8 cm o, en caso de multifocalidad, 2-3 lesiones, al menos una entre 3 y 5 cm, o 4-5 lesiones, ninguna mayor de 3 cm, en los que la suma de los diámetros tumorales no sobrepasara los 8 cm. Los nódulos de hepatocarcinoma se trataron mediante una combinación de radiofrecuencia, inyección de etanol, quimioembolización transarterial y resección. De los 30 pacientes incluidos, en 21 (70%) se logró una reducción significativa del estadio tumoral, de los que 16 (53%) fueron posteriormente traplantados. El análisis del hígado explantado mostró una necrosis completa en 7 casos, un estadio pT1pT2 en 7 casos y un estadio superior a pT2 en los 2 pacientes restantes. No se observó recurrencia tumoral tras una mediana de seguimiento de 16 meses. La superviven- SESION 3. DOC05 (82-87).qxp 12/2/07 11:19 Página 85 VARO PÉREZ E ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL HEPATOCARCINOMA: CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA Fig. 2. Imágenes tomográficas (línea superior) correspondientes a un enfermo con cirrosis hepática por el virus de la hepatitis B y carcinoma hepatocelular multinodular injertado (3 nódulos de distribución bilobular, el mayor de 40 mm de diámetro). Tras la aplicación de terapia ablativa percutánea y quimioembolización (línea intermedia), el sujeto fue incluido en lista de espera y posteriormente trasplantado. El análisis de la pieza de hepatectomía (línea inferior) mostró una reducción significativa del estadio tumoral (3 nódulos de 23, 25 y 16 mm de diámetro, con porcentajes respectivos de necrosis del 90, 100 y 50%). cia respectiva a 1 y 2 años, analizada por intención de tratar, fue del 89,3 y el 81,8%24. En otro estudio, 80 pacientes con carcinoma hepatocelular de diámetro > 5 cm, sin evidencia de invasión vascular macroscópica y diseminación extrahepática, fueron sometidos a quimioembolización transarterial e incluidos en lista de espera. Aunque los pacientes trasplantados presentaron supervivencias aceptables a largo plazo, sobre todo en los que presentaban tumores de diámetro comprendido entre 5 y 7 cm sin invasión vascular (el 55% a los 5 años), la aplicabilidad del procedimiento fue inferior al 55% al excluirse 37 pacientes durante la permanencia en lista –principalmente por progresión tumoral–, fenómeno que empeora significativamente la supervivencia por intención de tratamiento25. En un estudio realizado en nuestro centro para evaluar la eficacia y la seguridad de la inyección percutánea de etanol como tratamiento neoadyuvante del carcinoma hepatocelular en lista de espera para trasplante hepático, se incluyeron 34 pacientes con 39 nódulos de hepatocarcinoma. De ellos, en 4 casos (11,8%) se sobrepasaban los criterios de Milán en el momento de la aplicación del procedimiento percutáneo (T3N0M0). Uno de los pacientes desarrolló una invasión vascular macroscópica a pesar de obtener una necrosis parcial del tumor. Los restantes tres pacientes fueron trasplantados. El análisis del hígado explantado mostró un porcentaje de necrosis tumoral entre el 40 y el 100%, con la consiguiente reducción del estadio tumoral (pT1 y pT2). Los 3 pacientes están vivos y sin recurrencia tras una mediana de seguimiento de 38,5 meses22 (fig. 2). Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):82-7 85 SESION 3. DOC05 (82-87).qxp 12/2/07 11:19 Página 86 VARO PÉREZ E ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL HEPATOCARCINOMA: CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA El principal inconveniente de esta práctica radica en que los tratamientos neoadyuvantes, aunque eficaces en la inducción de necrosis tumoral significativa, no han demostrado todavía su capacidad para evitar fenómenos adversos, como la invasión vascular microscópica e incluso la diseminación extrahepática, así como en disminuir la tasa de recurrencia postrasplante. Por otro lado, aunque se consideran procedimientos seguros26, deben emplearse con precaución en pacientes en lista de espera para trasplante debido al riesgo de complicaciones, como la diseminación tumoral en los procedimientos percutáneos y los efectos potencialmente deletéreos de la pérdida de masa hepática funcionante en la resección y la quimioembolización transarterial. CRITERIOS EXPANDIDOS EN EL TRASPLANTE HEPÁTICO DE DONANTE VIVO El trasplante hepático de donante vivo se ha planteado como alternativa terapéutica al trasplante hepático de donante cadáver, dada la desproporción existente entre el número de donantes y el número de receptores en lista de espera. El carcinoma hepatocelular es una indicación ideal para el trasplante hepático de donante vivo, pues solventa uno de los principales inconvenientes del trasplante hepático estándar, como es el alargamiento de los tiempos de permanencia en lista de espera, con el consiguiente incremento de la probabilidad de exclusión por progresión tumoral. Sin embargo, esta incuestionable ventaja –la práctica ausencia de demora entre la inclusión y el trasplante– ha sido esgrimida también para expandir los criterios de inclusión relativos a la estadificación tumoral. En un reciente estudio que comparó los patrones evolutivos de 43 pacientes con hepatocarcinoma sometidos a trasplante hepático de donante cadáver frente a 17 trasplantados con un órgano procedente de un donante vivo, estos últimos presentaron tasas de recurrencia más elevadas (el 29 frente al 0% a los 5 años). Sin embargo, no se observaron diferencias en la supervivencia entre los tumores que cumplían criterios de Milán y los que se encontraban dentro de los criterios de California. No obstante, sobrepasar los criterios de California fue un predictor de recurrencia en el análisis multivariante27. Por el contrario, en otro estudio en el que se analizaron 17 receptores de trasplante hepático de donante vivo con carcinoma hepatocelular, en quienes la ausencia de invasión vascular y diseminación extrahepática fueron los únicos criterios de inclusión, no se observó recurrencia, pero el tiempo de seguimiento fue escaso, inferior a 17 meses28. En definitiva, la experiencia clínica con el trasplante hepático de donante vivo como opción terapéutica en los pacientes con carcinoma hepatocelular es todavía escasa. Ello, unido a la ausencia de estudios adecuados y a la heterogeneidad de la población incluida, hace difícil proporcionar unas directrices generales en este sentido. En esta situación es fundamental el diseño de estudios que permitan establecer los criterios pronósticos para la obtención de resultados óptimos de supervivencia en el trasplante hepático de donante vivo como tratamiento del hepatocarcinoma. 86 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):82-7 CONCLUSIONES El trasplante hepático como tratamiento del carcinoma hepatocelular proporciona excelentes resultados de supervivencia (el 70% a los 5 años) con baja tasa de recurrencia, cuando se aplican criterios restrictivos de selección. En los últimos años, varios estudios han intentado confirmar un hecho observado con relativa frecuencia en la práctica clínica, como es la supervivencia prolongada sin recurrencia de hepatocarcinomas con datos morfológicos de mal pronóstico en el hígado explantado. En estos estudios se sustenta la hipótesis de que es posible la ampliación de criterios para la indicación de trasplante en el carcinoma hepatocelular sin que se observe un impacto negativo de la supervivencia. No obstante, la estadificación tumoral basada en el análisis histopatológico de la pieza de hepatectomía es el principal inconveniente metodológico de los citados estudios, ya que obvian tanto la infraestimación de la estadificación tumoral en la evaluación pretrasplante mediante técnicas de imagen como la progresión tumoral durante la permanencia en lista de espera. En este sentido, otros autores han proporcionado cifras de supervivencia postrasplante claramente subóptimas en tumores que sobrepasan los criterios de Milán, inferiores al 50% a los 5 años, cuando se analizan los resultados por intención de tratar. En definitiva, la indicación de trasplante hepático en el carcinoma hepatocelular en función de criterios ampliados carece todavía de resultados consistentes y suficiente evidencia científica para su recomendación en la práctica clínica, y su aplicación debe reservarse en el seno de ensayos clínicos adecuadamente diseñados y con inclusión de un número amplio de pacientes. No obstante, constituye una vía de investigación atractiva y potencialmente prometedora. En este sentido, parece obvio que la estadificación tumoral meramente morfológica –tamaño y número de nódulos– no predice completamente el comportamiento evolutivo del carcinoma hepatocelular postrasplante. Algunos autores han dado un paso más, y han sugerido la posibilidad de una estadificación histológica –grado de diferenciación, invasión microvascular– aunque, por el momento, su obtención pretrasplante es difícil. Finalmente, un mayor conocimiento de la genómica y proteómica del carcinoma hepatocelular puede proporcionar en el futuro una herramienta pronóstica con implicaciones terapéuticas fundamental, como es la estadificación molecular. BIBLIOGRAFÍA 1. Bosch FX, Ribes J, Borras J. Epidemiology of primary liver cancer. Semin Liver Dis. 1999;19:271-85. 2. Oka H, Kurioka N, Kim K, Kanno T, Kuroki T, Mizoguchi Y, et al. Prospective study of early detection of hepatocellular carcinoma in patients with cirrhosis. Hepatology. 1990;12:680-7. 3. Llovet JM, Bustamante M, Castells A, Vilana R, Ayuso MC, Sala M, et al. Prospective follow-up of untreated hepatocellular carcinoma: rationale for the design and evaluation of therapeutic trials. Hepatology. 1999;29:62-7. 4. Bismuth H, Majno PE, Adam R. Liver transplantation for hepatocellular carcinoma. Semin Liver Dis. 1999;19:311-22. SESION 3. DOC05 (82-87).qxp 12/2/07 11:19 Página 87 VARO PÉREZ E ET AL. TRASPLANTE HEPÁTICO EN EL HEPATOCARCINOMA: CRITERIOS EXPANDIDOS DE CALIFORNIA 5. Mazzaferro V, Regalia E, Doci R, Andreola S, Pulvirenti A. Liver transplantation for treatment of small hepatocellular carcinomas in patients with cirrhosis. N Engl J Med. 1996;334:693-9. 6. Bruix J, Sherman M, Llovet JM, Beaugrand M, Lencioni R, Burroughhs AK, et al. Clinical management of hepatocellular carcinoma. Conclusions of the Barcelona-2000 EASL Conference. J Hepatol. 2001;35:421-30. 7. Llovet JM, Burroughs A, Bruix J. Hepatocellular carcinoma. Lancet. 2003;362:1907-17. 8. Yao FY, Ferrell L, Bass NM, Watson JJ, Bacchetti P, Venook A, et al. Liver transplantation for hepatocellular carcinoma: expansion of the tumor size limits does not adversely impact survival. Hepatology. 2001;33:1394-403. 9. Herrero JI, Sangro B, Quiroga J, Pardo F, Herraiz M, Cienfuegos JA, et al. 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Prospective histopathological analysis of hepatocellular carcinoma treated with percutaneous ethanol injection in patients on the waiting list for liver transplantation. Transplant Proc. 2005;37:1477-9. 23. Pompili M, Mirante VG, Rondinara G, Fassati LG, Piscaglia F, Agnes S, et al. Percutaneous ablation procedures in cirrhotic patients with hepatocellular carcinoma submitted to liver transplantation: assessment of efficacy at explant analysis and safety for tumor recurrence. Liver Transpl. 2005;9:1117-26. 24. Yao FY, Hirose R, LaBerge JM, Davern TJ 3rd, Bass NM, Kerlan RK Jr, et al. A prospective study on downstaging of hepatocellular carcinoma prior to liver transplantation. Liver Transpl. 2005;11:1505-14. 25. Roayaie S, Frischer JS, Emre SH, Fishbein TM, Sheiner PA, Sung M, et al. Long-term results with multimodal adjuvant therapy and liver transplantation for the treatment of hepatocellular carcinomas larger than 5 cm. Ann Surg. 2002;235:533-9. 26. 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López-Parra Servicio de Bioquímica y Genética Molecular. Hospital Clínic. Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS). Universitat de Barcelona. Barcelona. España. INTRODUCCIÓN Los mediadores lipídicos de inflamación son compuestos de naturaleza lipídica con bajo peso molecular y una gran actividad proinflamatoria. En la presente revisión se describen los principales mediadores lipídicos de inflamación, las principales vías de su biosíntesis en el sinusoide hepático y su implicación en el desarrollo de inflamación hepática y en la progresión a fibrosis. También se enumeran de forma resumida las principales estrategias farmacológicas que tienen como diana estos mediadores lipídicos y su potencial aplicación a la prevención de la inflamación y la fibrogénesis hepática. genérica eicosanoides. El termino eicosanoides (del griego eicosa, «veinte») hace referencia al origen común de estos mediadores a partir del ácido araquidónico, un ácido graso de 20 átomos de carbono. En los mamíferos hay dos principales vías de metabolismo del ácido araquidónico: la vía de la ciclooxigenasa (COX) y la vía de las lipooxigenasas (LO), mediante las cuales se sintetizan la mayor parte de los eicosanoides biológicamente activos, como los prostanoides (prostaglandinas [PG] y tromboxano [TX]), los leucotrienos (LT), los ácidos hidroxieicosatetraenoicos (HETE) y las lipoxinas (LX)2-4. La vía de la COX BIOSÍNTESIS DE MEDIADORES LIPÍDICOS DE INFLAMACIÓN En respuesta a un estímulo inflamatorio, las células activadas son capaces de utilizar los lípidos de su membrana celular para generar mediadores lipídicos que actúan como señales intracelulares o extracelulares. Un ejemplo paradigmático de esta clase de mediadores son los metabolitos del ácido araquidónico, un ácido graso poliinsaturado que se libera de los fosfolípidos de la membrana celular plasmática mediante la acción de la enzima fosfolipasa A21. Alternativamente, el pool de fosfolípidos de membrana puede ser metabolizado a 1-alquil-2-acetillisofosfatidilcolina, o factor activador de las plaquetas (PAF), otro potente mediador lipídico de inflamación2. Las concentraciones intracelulares de ácido araquidónico libre en células de mamíferos son normalmente muy bajas, ya que este ácido graso es rápidamente metabolizado a un grupo de compuestos que se denominan de forma Correspondencia: Dr. J. Clària. Servicio de Bioquímica y Genética Molecular. Hospital Clínic. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] 88 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 Desde hace tiempo se conoce la vía de la COX, mediante la cual el ácido araquidónico se convierte a las distintas PG y TX (fig. 1)5. La COX es una hemoproteína de membrana formada por dos polipéptidos idénticos de 70 kD, que funciona como una enzima bifuncional, y lleva a cabo las 2 primeras etapas de la biosíntesis de prostanoides: a) la oxidación del ácido araquidónico para formar la estructura cíclica PGG2 (actividad ciclooxigenasa propiamente dicha), y b) la peroxidación de la PGG2 para originar el PGH2 (actividad peroxidasa) (fig. 1)5. El endoperóxido PGH2 es el metabolito intermediario de la biosíntesis de las distintas PG: PGE2, PGI2 o prostaciclina, PGF2␣ y PGD2 por sintasas terminales específicas. Así, por ejemplo, la PGH2 se transforma por la PGD sintasa a PGD2, por la PGE sintasa a PGE2, por la PGF sintasa a PGF2␣ y por la PGI sintasa a PGI2 o prostaciclina. Se han descrito 3 PGE sintasas distintas (cPGE, mPGE-1 y mPGE-2) y 2 isoformas de la PGD sintasa (H-PGD y L-PGD). Sobre la PGH2 actúa también la TX sintasa que origina el TXA2. Tanto PGI2 como TXA2 son compuestos muy inestables (vida media de 30 s para el TXA2 y de 3 min para la PGI2) y se hidrolizan espontáneamente a 6-ceto-PGF1␣ y TXB2, respectivamente, los cuales no poseen actividad biológica (fig. 1). Aunque la presencia de COX se ha descrito en todas las células del organismo excepto en los CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 89 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA Ácido araquidónico PGG2 PGH2 PGF sintasa a H L-P-PGD GD si sin ntas tas a a sa as eritrocitos, la biosíntesis de prostanoides es específica de cada tipo celular y está estrechamente relacionada con su función biológica3,6. Por ejemplo, la célula endotelial vascular sintetiza principalmente PGI2, un potente relajante del músculo liso vascular e inhibidor de la agregación plaquetaria, mientras que la plaqueta sintetiza predominantemente TXA2, un potente vasoconstrictor y un poderoso agente proagregante. Hasta el momento, se han descrito 10 diferentes tipos y subtipos de receptores de prostanoides, los cuales, al igual que las sintasas responsables de su síntesis, se expresan de forma específica en cada uno de los tejidos y tipos celulares6-8. Cuatro de estos receptores reconocen a la PGE2 (EP1, EP2, EP3 y EP4), 2 unen PGD2 (DP1 y DP2), 2 unen TXA2 (TP␣ y TP) y los 2 restantes son receptores únicos para PGF2␣ y PGI2 (FP y IP, respectivamente) (fig. 1)6-8. La mayoría de estos receptores están acoplados a la activación de la proteína G, aunque el mecanismo de transducción de señal es característico de cada uno de ellos. Así, por ejemplo, la unión de la PGI2 a sus receptores produce la activación de la adenilato ciclasa, el incremento de los valores intracelulares de AMPc y la activación de proteína cinasas específicas, las cuales a su vez fosforilizan las bombas de calcio, lo que conlleva un descenso de la concentración intracelular de este ión7. En cambio, la unión del TXA2 a sus receptores específicos conlleva la formación de inositol-1,4,5-trifosfato, la movilización de las reservas intracelulares de calcio y el aumento de los valores intracelulares de este ión7. Por último, es importante mencionar que ciertas PG actúan también como ligandos de receptores nucleares, como los receptores activadores de la proliferación de los peroxisomas (PPAR)9. Un capítulo aparte lo constituyen las PG ciclopentenonas (cyPG). Las cyPG son productos no enzimáticos de la deshidratación de determinadas PG. Las cyPG se caracte- ta TXA2 EP1 EP2 EP3 EP4 PGD 2 DP1 DP2 sin int PGE2 TX Is a 1 tas asin intas sa-2 GE s ta cP PGEE sin m PG m PG Fig. 1. La vía de la ciclooxigenasa (COX). El ácido araquidónico es transformado por las 2 isoformas de la COX (COX-1 y COX-2) en prostaglandina (PG) G2, la cual es posteriormente reducida a PGH2. La PGH2 es un endoperóxido altamente inestable que es rápidamente convertido por sintasas terminales específicas a PG de las series E2, D2, F2 e I2 y a tromboxano (TX) A2. La PGI2 (prostaciclina) y el TXA2 son rápidamente hidrolizados a los compuestos inactivos 6-ceto-PGF1a y TXB2., respectivamente. En el momento actual, se han descrito tres isoformas de la PGE sintasa y dos para la PGD sintasa. Una vez formados, cada uno de los prostanoides interacciona con uno o varios receptores específicos. COX-1 COX-2 PGI2 PGF2α IP TPα TPβ TXB2 6-ceto-PGF1α FP rizan estructuralmente por la presencia de un grupo carbonil no saturado altamente reactivo en el anillo ciclopentenona10. Las cyPG más relevantes desde el punto de vista biológico son las PG de la serie J2 (PGJ2, ⌬12-PGJ2 y 15dPGJ2), todas ellas derivadas de la PGD2. No se ha descrito hasta el momento ningún receptor que reconozca las cyPG, pero sí que se ha demostrado que la 15d-PGJ2 es un ligando natural del PPAR␥11. De los efectos biológicos de las CyPG cabe destacar sus propiedades antiinflamatorias que se manifiestan mediante el bloqueo de NFB, la inhibición de la producción de citocinas en monocitos12,13 y la inhibición directa de enzimas clave de la cascada del ácido araquidónico, como la fosfolipasa A2, la COX-2 y la PGE sintasa14,15. En modelos experimentales, se ha descrito que las CyPG suprimen los marcadores de inflamación asociados a la artritis y atenúan y aceleran la resolución de la enfermedad inflamatoria intestinal16,17. Durante muchos años se consideró que la COX era una única enzima que se expresaba constitutivamente en la mayoría de tejidos. En 1992 se aportaron las primeras evidencias de la existencia de 2 isoformas de la COX (COX-1 y COX-2), al identificarse y clonarse una nueva isoforma de la COX inducida por el forbol éster y el factor de crecimiento derivado de las plaquetas (PDGF) en fibroblastos procedentes de embrión de pollo y de ratón, respectivamente18-20. Posteriormente, se demostró la capacidad de estímulos proinflamatorios, como la endotoxina, el interferón (IFN)␥, la interleucina (IL)-1 y el factor de necrosis tumoral (TNF)␣, de inducir la expresión de COX-2 en monocitos, macrófagos, sinoviocitos, condrocitos, mastocitos, células endoteliales, células mesoteliales, células mesangiales y células musculares lisas vasculares21,22. Aunque tanto COX-1 como COX-2 metabolizan el ácido araquidónico a PG y TX, y son sensibles en mayor o menor grado a la inhibición por parte de los antiinGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 89 CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 90 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA Ácido araquidónico FLAP 5-LO 5-HPETE 5-HETE LTA4 LTA4 hidrolasa LTC4 sintasa γGT LTB4 B-LT1 B-LT2 LTC4 dP LTD4 LTE4 Cis-LT1 Cis-LT2 Fig. 2. La vía de la 5-lipooxigenasa (5-LO). Tras su activación, la 5-LO transloca desde el citosol a la membrana nuclear donde interacciona con la proteína activadora de la 5-LO (FLAP), que facilita la transformación del ácido araquidónico en ácido 5-hidroperoxieicosatetraenoico (5-HPETE). Este intermediario puede ser convertido a 5-HETE o dar lugar a leucotrieno (LT) A4. El LTA4 es un epóxido inestable que es convertido por la LTA4 hidrolasa a LTB4 o bien por la LTC4 sintasa a LTC4. El LTC4 es posteriormente metabolizado de forma secuencial por la ␥-glutamil transferasa (␥GT) y la dipeptidasa (dP) a LTD4 y LTE4, respectivamente. LTC4, D4 y E4 se denominan colectivamente como cisteinil-LT. En el momento actual, se han clonado e identificado dos receptores distintos para el LTB4 y dos para los cisteinil-LT. flamatorios no esteroides (AINE), estas isoformas se distinguen esencialmente por su función fisiológica. En este sentido, se considera que la COX-1 es una isoforma constitutiva que desempeñaría un papel clave en el mantenimiento de las funciones homeostáticas básicas, promovería la producción de PG básicamente protectoras y sería la forma predominante en la mucosa gástrica y las plaquetas22,23. Por el contrario, y con notables excepciones (p. ej., el riñón y el sistema nervioso), la COX-2 es una isoforma inducible que no se expresa en condiciones normales y su expresión se induce en procesos inflamatorios y de proliferación y diferenciación celular22,23. La vía de las lipooxigenasas La segunda vía de metabolismo del ácido araquidónico es la vía de las LO, la cual agrupa a una familia de dioxigenasas que transforman el ácido araquidónico en HETE, 90 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 LT y LX4,6. En los seres humanos hay 3 LO distintas, que se denominan 5-LO, 12-LO y 15-LO, las cuales incorporan una molécula de oxígeno en los carbonos 5, 12 o 15, respectivamente, del ácido araquidónico2,8,24. La 5-LO convierte el ácido araquidónico en 5-HETE y LT, mientras que la 12-LO y la 15-LO generan los correspondientes 12 y 15-HETE2,8,24. Alternativamente, la interacción entre varias LO (p. ej., entre la 5 y la 12, o bien entre la 15 y la 5) da lugar a la síntesis de LX, un grupo de eicosanoides con particulares propiedades antiinflamatorias2,25. La vía de la 5-LO es la más relevante desde el punto de vista fisiológico y farmacológico, ya que es la responsable de la síntesis de LT4,6,26. Para metabolizar el ácido araquidónico a través de la vía de la 5-LO es necesaria la translocación de esta enzima desde el citosol a la membrana nuclear, donde interacciona con la proteína activadora de la 5-LO (FLAP). La proteína FLAP facilita la presentación del sustrato (ácido araquidónico) al centro activo de la 5-LO y la transformación de éste en 5-HPETE, el cual se convierte posteriormente por la misma 5LO a 5-HETE y a LTA427-29 (fig. 2). El LTA4 es un compuesto inestable y altamente reactivo, que es rápidamente transformado por la LTA4 hidrolasa a LTB4, o bien conjugado con el glutatión mediante la actividad de la enzima LTC4 sintasa para dar lugar al LTC4. Mediante la pérdida sucesiva de residuos aminoacídicos, el LTC4 es transformado en LTD4 y LTE4, los cuales reciben el nombre genérico de péptido-LT o cisteinil-LT (fig. 2). Una vez sintetizados y liberados, los productos derivados de la 5-LO ejercen sus efectos biológicos mediante la activación de receptores acoplados a proteína G. Hasta el momento, se han clonado 2 receptores distintos para el LTB4 y 2 para los cisteinil-LT (fig. 2). Los receptores B-LT1 y B-LT2 reconocen al LTB4 con alta y baja afinidad, respectivamente. El receptor B-LT1 se localiza sobre todo en los leucocitos, y su activación induce una clara respuesta quimiotáctica, mientras que el receptor B-LT2 se expresa en la mayoría de los tejidos, aunque su función es actualmente desconocida30,31. Los 2 receptores para los cisteinil-LT, Cis-LT1 y Cis-LT2 reconocen LTC4 y LTD4. El receptor Cis-LT1 se localiza abundantemente en el músculo liso pulmonar y su activación se asocia a la vasoconstricción y la adhesión celular32. El receptor CisLT2 se distribuye de forma uniforme entre las venas pulmonares, el bazo, las fibras de Purkinje, el corazón y la glándula adrenal, aunque su función es todavía desconocida33. Recientemente, se ha descrito un receptor putativo asociado a la proteína G sensible a la toxina pertusis, que reconoce 5-oxo-ETE, un producto de la oxidación del 5HETE34. PRINCIPALES EFECTOS BIOLÓGICOS DE LOS EICOSANOIDES Los eicosanoides son mediadores lipídicos que ejercen un asombroso rango de efectos biológicos. A excepción del fluido seminal, los eicosanoides no se almacenan en el interior de las células sino que se liberan y/o transportan al CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 91 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA espacio extracelular. Debido a su poca estabilidad y vida media corta, los eicosanoides actúan como hormonas autocrinas o paracrinas, ejerciendo sus efectos biológicos en el lugar de síntesis o en células próximas. Los eicosanoides derivados de la COX, los prostanoides, desempeñan un papel muy importante en diversas facetas de la fisiología humana. Los prostanoides ejercen efectos directos sobre el músculo liso, las plaquetas, el sistema nervioso central y los órganos endocrinos, donde desarrollan funciones biológicas tan importantes como el mantenimiento de la homeostasis cardiovascular, de la función gástrica y renal, la agregación plaquetaria, la reproducción (ovulación, fertilización y parto) y la respuesta inmunitaria35. Sin embargo, el papel mas destacado de los prostanoides, especialmente las PG, y entre ellas la PGE2, es en la inflamación. La PGE2 es un potente relajante del músculo liso vascular e incrementa el flujo sanguíneo a través de los tejidos, lo que explicaría la vasodilatación y el eritema característicos de la inflamación35. Asimismo, y con la colaboración de otros factores circulantes, como la bradicinina, la histamina y los LT, la PGE2 aumenta la extravasación de fluidos y contribuye a la aparición de edema35. Además, de forma aun no totalmente establecida, la PGE2 sensibiliza las terminaciones nerviosas aferentes y participa de forma sinérgica con otros mediadores de inflamación en la generación de dolor, y es un poderoso agente que contribuye a la aparición de fiebre35. El papel de las PG en la inflamación es tan evidente que la inhibición de su síntesis representa el mecanismo de acción establecido de los AINE36. La COX-2 y la síntesis de PG desempeñan también un papel relevante en la proliferación celular y el desarrollo de cáncer. Se ha demostrado que un gran número de promotores tumorales son capaces de inducir la COX-2 en células epiteliales de origen intestinal y pulmonar37. De hecho, la COX-2 se halla sobreexpresada en el 90% de los tumores colorrectales y en el 40% de los adenomas38. Se han descrito resultados similares en tumores de colon procedentes de ratas tratadas con azoximetano y en ratones Min con neoplasia intestinal múltiple39,40. Estas observaciones contribuirían a entender el efecto antineoplásico asociado con el consumo regular de AINE41. Por otra parte, los eicosanoides derivados de la 5-LO son también potentes mediadores de inflamación42. El LTB4, en concreto, es un potente agente quimioatrayente, un potente inductor de adhesión celular y el principal estímulo para la producción de ión superóxido y la liberación de enzimas hidrolíticas por el neutrófilo2-4,6,42. Asimismo, los cisteinil-LT, que originalmente se identificaron como las sustancias de reacción lenta liberadas en el curso de las reacciones anafilácticas (slow reacting substance of anaphylaxis), además de su actividad vasoconstrictora, son potentes agentes quimioatrayentes para los eosinófilos, incrementan la permeabilidad vascular en las vénulas poscapilares e inducen la síntesis y la liberación de otros mediadores de inflamación, como la IL-8 y el PAF2-4,6,42. Es importante señalar que la vía de la 5-LO es exclusiva de las células inflamatorias y se halla presente en neutrófilos, eosinófilos, monocitos-macrófagos, mastocitos, cé- lulas dendríticas y linfocitos42. La participación de la vía de la 5-LO en numerosos procesos patológicos humanos está bien documentada, entre los que destacan las enfermedades inflamatorias, como la artritis reumatoide, la osteoartritis, la colitis ulcerosa y la dermatitis atópica2-4,6,42. En la mayoría de estas enfermedades se ha detectado un aumento de los valores de LTB4 en el tejido inflamado y un aumento de la excreción urinaria de LT2-4,6,42. Los cisteinil-LT, a su vez, desempeñan un papel clave en el asma y la alergia2-4,6,42. En los últimos años se han desarrollado un gran número de fármacos que tienen como diana específica la vía de la 5-LO. Entre ellos destacan los inhibidores directos de la 5-LO (Zilueton [Zyflo®]) y los antagonistas de los receptores de los cisteinil-LT (montelukast [Singulair®], pranlukast [Ultair®] y zafirlukast [Accolate®]). Mención especial merecen los inhibidores de la FLAP, que son motivo de gran interés en la actualidad a partir de estudios de ligamiento genético, que han demostrado que el gen que codifica para la FLAP confiere un mayor riesgo de infarto de miocardio y accidente cerebrovascular43. Recientemente, un estudio clínico en fase III ha demostrado que el inhibidor de la FLAP, DG-031 (Veliflapon®), es un fármaco muy eficaz en la prevención de ataques al corazón y accidentes vasculares en pacientes de alto riesgo44. BIOSÍNTESIS DE EICOSANOIDES EN EL SINUSOIDE HEPÁTICO El sinusoide hepático es la unidad estructural funcional del hígado. El sinusoide hepático está formado por un sistema microvascular donde coexisten distintos tipos de células no parenquimales altamente especializadas, entre las que se hallan las células de Kupffer, las células hepáticas estrelladas (denominadas también células de Ito, células perisinusoidales o lipocitos), las células endoteliales sinusoidales y las células citotóxicas natural killer (NK) o pit cells. En comparación con las células parenquimales (hepatocitos y células biliares), las células no parenquimales representan alrededor del 20% del volumen celular hepático45,46. Las células de Kupffer son macrófagos presentes en el hígado y representan el 29% del total de células no parenquimales45-48. Estas células representan el mayor pool de macrófagos tisulares del organismo y, debido a su localización en el lumen sinusoidal, son las primeras células del sistema fagocítico mononuclear que entran en contacto con el material particulado e inmunorreactivo procedente del tracto gastrointestinal, por lo que desempeñan un importante papel en los mecanismos de defensa del organismo45-48. Las células endoteliales constituyen el 48% del total de células no parenquimales y forman la pared fenestrada de los sinusoides45,46. Las células hepáticas estrelladas, que representan el 20% del total de células no parenquimales, se localizan entre los hepatocitos y las células endoteliales, en la zona conocida como espacio de Disse45,46. En condiciones normales, estas células sirven como almacén de vitaminas liposolubles, pero una vez activadas desempeñan un papel clave en el desarrollo Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 91 CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 92 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA TABLA I. Principales mediadores de inflamación liberados por las células de Kupffer Citocinas IL-1, IL-6, IL-8, IL-10, TNF␣, IFN␣, IFN␥ Quimiocinas MIP-1, MCP-1 Factores de crecimiento TGF Mediadores lipídicos PGI2, PGE2, PGD2, PGF2␣, TXA2, LTB4, LTC4/LTD4/LTE4, PAF Especies reactivas del oxígeno Anión superóxido, peroxido de hidrógeno Especies reactivas del nitrógeno Óxido nítrico Enzimas lisosomales y proteasas Catepsina, betaglucoronidasa, -acetil glucosaminasa Otros Activador del plasminógeno, fibronectina, factores de complemento (C3 y C5a), aminas (histamina, serotonina) IL: interleucina; TNF: factor de necrosis tumoral; IFN: interferón; MIP-1: proteína inflamatoria de macrófagos-1; MCP-1: proteína quimioatrayente de monocitos-1; TGF: factor de crecimiento transformante; PG: prostaglandina; TX: tromboxano; LT: leucotrieno; PAF: factor de activación plaquetaria. de la fibrogénesis hepática49. Por último, las NK o pit cells (el 3% del total de las células no parenquimales) son linfocitos granulares de gran tamaño con actividad citotóxica, que se localizan, al igual que las células de Kupffer, en el lumen sinusoidal45,46. Dado que la síntesis de eicosanoides se produce normalmente en células inflamatorias, como neutrófilos, eosinófilos, macrófagos y mastocitos, la célula de interés en el caso de la inflamación hepática sería la célula de Kupffer. De hecho, en el sinusoide hepático la célula de Kupffer es, en términos absolutos, la principal productora de mediadores de inflamación50. Una vez activadas, las células de Kupffer liberan cantidades considerables de radicales libres derivados del oxígeno, como el ión superóxido, citocinas (IL-1, IL-6, IL-10 y TNF␣), quimiocinas, factores de crecimiento (TGF) y, cómo no, metabolitos del ácido araquidónico (tabla I)47,50-53. En este sentido, las células de Kupffer activadas expresan COX-1 y COX-2, y sintetizan la mayoría de productos de esta vía: PGE2, PGD2, PGF2␣, PGI2 y TXA250-53. El principal prostanoide liberado por las células de Kupffer activadas es la PGD2, aunque en respuesta a determinados estímulos, como el TNF␣, el INF␥ o algunos virus, el principal producto sintetizado es la PGE250,53. Además, se ha descrito que la liberación de PGE2 por la célula de Kupffer en respuesta al alcohol induce la síntesis de triglicéridos en los hepatocitos y contribuye a la aparición de esteatosis54. Respecto a la vía de la 5-LO, clásicamente se ha considerado a las células de Kupffer como las responsables de la síntesis de LT en el hígado55. De hecho, en el tejido hepático, las células de Kupffer son el único tipo celular que posee la maquinaria enzimática necesaria (5-LO, FLAP, LTA4 hidrolasa y LTC4 sintasa) para la síntesis de estos eicosanoides52,56,57. La producción de LTB4 en el hígado parece depender casi exclusivamente de las células de Kupffer55, aunque se han realizado estudios en hepatocitos en cultivo que indican que el alcohol puede estimular la liberación al medio de una sustancia con propiedades quimioatrayentes de estructura semejante al LTB458. Sin embargo, algunos estudios recientes demuestran que la producción de LTB4 por 92 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 los hepatocitos es irrelevante, ya que no hay ninguna evidencia directa de la presencia de LTA4 hidrolasa en estas células59. Lo que no se puede descartar es que parte de los cisteinil-LT producidos en el hígado puedan originarse por metabolismo transcelular, puesto que la LTC4 sintasa se expresa también en los hepatocitos y en las células endoteliales56,57. De hecho, en nuestro laboratorio hemos demostrado que el LTA4 producido por las células de Kupffer se transforma por los hepatocitos a cisteinil-LT56. La información disponible sobre la síntesis de eicosanoides en el resto de células hepáticas es más bien escasa. Se ha descrito que en presencia de ciertos estímulos, como el TNF␣ o el LPS, las células endoteliales sinusoidales en cultivo sintetizan PGD2, PGE2, PGI2 y TXA260,61. También se ha descrito que las células hepáticas estrelladas producen PGF2␣ y PGD2 después de ser estimuladas con noradrenalina o ATP62. Asimismo, la anafilatoxina C5a, un potente estímulo de la síntesis de prostanoides en las células de Kupffer, es capaz de inducir la síntesis de PGE2, PGD2, PGF2␣ y TXA2 en células hepáticas estrelladas51,63. Es importante señalar que las células hepáticas estrelladas no expresan COX-2, excepto cuando se activan en cultivo y se han transformado en miofibroblastos, circunstancia en la que expresan ambas isoformas (COX-1 y COX-2)64,65. En los hepatocitos, la presencia de COX-2 está estrechamente relacionada con el estado de diferenciación celular. Mientras que en los hepatocitos fetales el LPS, PGF2␣ y diferentes citocinas inducen la expresión de COX-2, en los hepatocitos adultos se pierde totalmente la capacidad para inducir esta enzima66. También se ha observado que durante las fases iniciales del hepatocarcinoma, los hepatocitos adyacentes al tumor empiezan a sobreexpresar COX-2, efecto que también se observa en el hepatocarcinoma diferenciado67,68. Al igual que ocurre con la vía de la COX, hay pocos datos sobre la vía de la 5-LO y la biosíntesis de LT en células endoteliales y células hepáticas estrelladas. Aunque los estudios iniciales apuntaron la posibilidad de que las células hepáticas estrelladas sintetizaban LT69,70, los estudios posteriores indicaron lo contrario56,71. En cambio, se ha descrito que las células hepáticas estrelladas, al igual que los hepatocitos, participan en la degradación del LTB472. PAPEL FISIOPATOLÓGICO DE LOS EICOSANOIDES EN LA ENFERMEDAD HEPÁTICA La participación de los mediadores lipídicos derivados del ácido araquidónico en la enfermedad hepática es un tema de interés creciente. Actualmente, se sabe que determinados estímulos, como la obesidad, el consumo crónico de alcohol, la endotoxina o los compuestos procedentes de la degradación de fármacos y xenobióticos, inducen la producción de eicosanoides por las células de Kupffer. En la mayoría de casos, la activación de las células de Kupffer produce el reclutamiento de neutrófilos y monocitos circulantes, los cuales amplifican de forma significativa la respuesta inflamatoria. En cualquier caso, CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 93 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA la lesión tisular se produce cuando los mediadores de inflamación liberados por las células inflamatorias actúan de forma paracrina sobre las células adyacentes, ya sean hepatocitos o células hepáticas estrelladas73,74. Un ejemplo del papel fisiopatológico de los eicosanoides en el daño hepático, es el daño inducido por xenobióticos. En condiciones normales, los fármacos son eliminados por la bilis primaria, hepatocelular o canalicular, elaborada por los hepatocitos mediante un proceso de filtración osmótica75. Sin embargo, en determinadas circunstancias, por ejemplo tras el abuso de determinados fármacos, las células de Kupffer se activan y desencadenan un proceso de lesión hepática. Un ejemplo paradigmático del daño hepático inducido por fármacos es la intoxicación por sobredosis de acetaminofeno. La intoxicación por acetaminofeno se caracteriza por la rápida aparición de insuficiencia hepática, seguida por una intensa inflamación y, finalmente, una regeneración del tejido lesionado76. La hepatotoxicidad está causada por un metabolito reactivo del acetaminofeno (la imina de N-acetil-p-benzoquinona), que se une a las macromoléculas del tejido hepático e inicia una reacción necrótica77. Durante este proceso se produce la activación de las células de Kupffer y la liberación masiva de mediadores lipídicos de inflamación biológicamente activos, como las PG y los LT78. Otro ejemplo donde los eicosanoides desempeñan un papel fisiopatológico destacado es la hepatopatía alcohólica. En los pacientes y modelos experimentales de hepatitis alcohólica se produce un incremento del número de células de Kupffer y el grado de su activación, efectos que se asocian con fenómenos de inflamación y necrosis en el tejido hepático79,80. Actualmente aún se desconoce el mecanismo por el cual las células de Kupffer se activan en respuesta al alcohol y producen eicosanoides y citocinas (principalmente TNF␣) de forma descontrolada. Se ha sugerido que el mecanismo podría estar relacionado con la incapacidad de estos macrófagos de eliminar los valores elevados de endotoxina endógena causados por el aumento de la permeabilidad gastrointestinal secundaria a la ingesta abusiva de alcohol81. También se ha apuntado que la activación de las células de Kupffer se produciría en respuesta a factores liberados por los hepatocitos dañados por el alcohol82-85. Además de la hepatopatía alcohólica, también se ha demostrado la existencia de una liberación desmesurada de eicosanoides, principalmente de LTB4, PGD2, PGE2 y TXB2, junto con PAF, anión superóxido y TNF␣, por las células de Kupffer y neutrófilos infiltrados, en el daño hepático por isquemia-reperfusión73,86,87. Asimismo, se ha demostrado que los productos derivados de las vías de la COX y la 5-LO regulan el flujo sanguíneo en el sinusoide hepático y la presión portal en la cirrosis experimental56,88,89. Mención especial merece la participación de los eicosanoides en la progresión a fibrosis hepática, uno de los componentes fundamentales del daño hepático crónico y cuya fase final es la cirrosis. De forma muy esquemática, se puede afirmar que la línea de acontecimientos que desencadena la fibrosis hepática se inicia con una respuesta inflamatoria. En la mayoría de los casos, la respuesta in- flamatoria consigue neutralizar y eliminar el agente agresor, pero en determinadas circunstancias, especialmente si la agresión al tejido se produce de forma crónica y continuada, o bien la respuesta inflamatoria es desproporcionada y se autoperpetúa en el tiempo, se inician procesos de secreción inadecuada de componentes de matriz extracelular (colágeno…), que dan lugar a un depósito exagerado de fibra que distorsiona la arquitectura del hígado y, con ello, la función del órgano90,91. Puesto que de las distintas estirpes celulares las células hepáticas estrelladas son las principales responsables de la secreción de componentes de matriz extracelular, la activación y la proliferación de estos miofibroblastos constituye un factor regulador clave en la fibrogénesis hepática90,91. Se ha demostrado que en respuesta a diversos estímulos producidos por las células de Kupffer, las células hepáticas estrelladas experimentan notables cambios anatómicos y funcionales: crecen y cambian su morfología, pierden los depósitos de retinoide, adquieren capacidad migratoria y proliferan92-94. En estudios iniciales, se demostró que el medio condicionado procedente de cultivos de células de Kupffer promovía la proliferación y la síntesis de colágeno, proteoglicanos y hialuronato en células hepáticas estrelladas92-96. La activación era más acentuada si las células de Kupffer procedían de hígados de ratas con lesión hepática inducida por tetracloruro de carbono (CCl4)95,96. En estudios posteriores se identificaron algunos de los compuestos liberados por las células de Kupffer con capacidad de inducir la proliferación y la activación de las células hepáticas estrelladas, como TGF, PDGF, TNF␣ e IL-190,91. En los últimos años se han aportado sólidas evidencias de la participación de las vías de la COX-2 y 5-LO en la fibrosis hepática. En la tabla II se resumen las principales evidencias que relacionan la síntesis y la liberación de eicosanoides derivados de estas vías con la fibrogénesis hepática. En primer lugar, se ha demostrado que la expresión de la COX-2 se halla aumentada en pacientes infectados crónicamente con el virus de la hepatitis B o C y en pacientes con cirrosis97-100. Además, en pacientes con hepatitis C crónica hay una estrecha correlación entre el grado de progresión a fibrosis hepática y la expresión de la COX-297. La inducción de la COX-2 y el aumento de los valores hepáticos de PG se han confirmado experimentalmente en ratas con una lesión hepática inducida mediante CCl4101, en modelos de hepatopatía alcohólica102,103 y en ratones con esteatohepatitis no alcohólica inducida por dietas lipogénicas deficientes en colina y metionina104-106. Un elegante estudio publicado recientemente demuestra que los ratones transgénicos que sobreexpresan el gen de la COX-2 humana en el hígado presentan valores elevados de transaminasas y signos histológicos de hepatitis107. En otro reciente estudio, se ha demostrado que el replicón del virus de la hepatitis C es capaz de estimular la expresión de la COX-2 y de aumentar los valores de PGE2 en cultivos de líneas celulares de hepatocitos108. En células hepáticas estrelladas en cultivo, la expresión de la COX-2 se induce en respuesta a sales biliares y mitógenos, como el PDGF, los cuales aumentan la proliferación y la resistenGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 93 CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 94 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA Tabla II. Principales evidencias de la participación de las vías de la COX-2 y la 5-LO en la fibrogénesis hepática Datos Referencias Vía de la COX-2 Aumento expresión hepática en pacientes con hepatitis B o C y en pacientes con cirrosis 97-100 Aumento expresión hepática en modelos experimentales de fibrosis, hepatopatía alcohólica y esteatohepatitis no alcohólica 101-106 Aumento daño hepático en ratones transgénicos para la COX-2 107 Replicón virus C estimula la expresión de COX-2 en hepatocitos 108 El PDGF y las sales biliares inducen COX-2 en HSC 109,110 La PGE2 regula negativamente la activación de las HSC 64,65,112 La PGE2 regula positivamente la activación de las HSC 109,111 Los inhibidores de la COX-2 reducen la proliferación de las HSC y ejercen efectos antifibrogénicos in vivo 101,105,106,111,113 Vía de la 5-LO Aumento expresión hepática en modelos experimentales 56,88 Aumento de los niveles hepáticos de productos derivados de la 5-LO en modelos experimentales 56,88,117 Aumento excreción urinaria de productos derivados de la 5-LO en pacientes con enfermedad hepática crónica 118,119 Los productos derivados de la 5-LO activan las HSC y aumentan la síntesis de colágeno en fibroblastos 56,120-122 La inhibición de la 5-LO induce apoptosis en células de Kupffer 71 La inhibición de la vía de la 5-LO reduce la necroinflamación y la fibrogénesis hepática en modelos experimentales 71,123 5-LO: 5-lipooxigenasa; COX-2: ciclooxigenasa-2; HSC: células hepáticas estrelladas; PDGF: factor de crecimiento derivado de las plaquetas, PGE2: prostaglandina E2. A Inhibición COX-2 (SC-236) Placebo B Placebo 20 15 p < 0,05 10 5 0 Hidroxiprolina (nmol/mg tejido) Hidroxiprolina (nmol/mg tejido) 20 Inhibición 5-LO (Bay-X-1005) 15 p < 0,05 10 5 0 Placebo Bay-X-1005 Placebo Bay-X-1005 Fig. 3. Efectos antifibrogénicos de la inhibición de la ciclooxigenasa-2 (COX-2) y la 5-lipooxigenasa (5-LO). Secciones histológicas de tejido hepático teñidas con tricrómico de Masson procedentes de ratas tratadas con CCl4, que recibieron un inhibidor selectivo de la COX-2 (SC-236, 6 mg/kg) (A) o un inhibidor de la vía de la 5-LO (Bay-X-1005, 100 mg/kg) (B). El contenido hepático en hidroxiprolina en estos animales se muestra en los paneles inferiores cia a la apoptosis en estas células109,110. Actualmente, hay una cierta controversia respecto a sí el efecto fibrogénico de la COX-2 está mediado o no por PG, ya que se han observado efectos reguladores tanto positivos como negativos de la PGE2 sobre la activación de las células hepáticas estrelladas en cultivo64,65,111,112. Se han obtenido resultados más concluyentes mediante el uso de inhibidores selectivos de la COX-2. Estos compuestos reducen la proliferación de las células hepáticas estrelladas en cultivo y ejercen efectos antifibrogénicos en modelos animales de esteatohepatitis o con fibrosis hepática inducida por CCl4 (fig. 3A)101,105,111,113. Se han descrito efectos antifibrogéni94 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):88-98 cos similares en modelos animales de pancreatitis114. Resta por esclarecer si los efectos antifibrogénicos de los inhibidores de la COX-2 están mediados por la activación de PPAR␥ y no por la propia inhibición de la síntesis de PG101,115,116. Se han descrito efectos similares a la vía de la COX-2 para los metabolitos de la vía de la 5-LO. En este sentido, se ha demostrado un incremento de la expresión de la 5LO y un aumento de los valores hepáticos de los metabolitos de la 5-LO en ratas con fibrosis hepática inducida por CCl4 o tioacetamida56,88,117. En la línea de estos resultados, se ha demostrado un aumento de la excreción uri- CURSO BAS. DOC01 (88-98).qxp 12/2/07 11:23 Página 95 CLÀRIA J ET AL. PAPEL DE LOS MEDIADORES LIPÍDICOS DERIVADOS DEL ÁCIDO ARAQUIDÓNICO EN LA INFLAMACIÓN Y LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA naria de productos derivados de la 5-LO en pacientes con una enfermedad hepática crónica118,119. En estudios in vitro, se ha demostrado que los productos de la 5-LO, principalmente el LTD4, son capaces de estimular la proliferación y la síntesis de colágeno en células hepáticas estrelladas y fibroblastos56,120-122. En modelos experimentales, el bloqueo de la vía de la 5-LO mediante el compuesto Bay-X-1005, un inhibidor de la FLAP, reduce la necroinflamación y la fibrogénesis hepática (fig. 3B)71,123. Se ha sugerido que el mecanismo por el cual la inhibición de la 5-LO se asocia a antifibrogénesis estaría relacionado no sólo con la inhibición de la síntesis de LT sino también con la inducción de apoptosis en las células inflamatorias del hígado71. De hecho, se ha demostrado que los inhibidores de la 5-LO inducen apoptosis en células de Kupffer en cultivo71, y que los efectos antifibrogénicos de estos compuestos se producen de forma paralela a un descenso significativo del número de macrófagos71,123. Puesto que los inhibidores de la 5-LO inducen apoptosis de forma exclusiva en células que contienen una vía de la 5-LO metabólicamente activa, y dado que en el hígado esto sólo ocurre en las células de Kupffer y en las células inflamatorias infiltradas56, la inhibición de la 5-LO representa una estrategia válida para la prevención de la inflamación y la fibrosis hepática. De hecho, la inhibición de la vía de la 5-LO y la modulación de la función de las células de Kupffer es el mecanismo de acción de los flavonoides naturales, como la silimarina, cuya eficacia se ha evaluado en pacientes con hepatitis alcohólica y esteatohepatitis no alcohólica124,125. Estrategias similares basadas en la inhibición de la 5-LO se están considerando actualmente como estrategias antifibróticas en otros órganos y tejidos, como en la fibrosis pulmonar idiopática y la afección cutánea de la esclerosis sistémica126,127. Por último, cabe mencionar una estrategia alternativa que cada vez adquiere más relevancia en la modulación de la inflamación: los ácidos grasos poliinsaturados omega-3. Al contrario de los ácidos grasos omega-6 (el ácido araquidónico, precursor común de PG y LT, es uno de ellos), los ácidos grasos omega-3 poseen propiedades antiinflamatorias. Los efectos beneficiosos de los omega-3 estarían mediados por, al menos, 4 mecanismos distintos: a) la inhibición de la disponibilidad de ácido araquidónico en la membrana celular plasmática para la síntesis de PG y LT; b) la inhibición directa de las vías de la COX-2 y la 5-LO; c) la síntesis a partir de los propios ácidos grasos omega-3 de PG de la serie 3 y LT de la serie 5 con menor capacidad inflamatoria que las PG de la serie 2 y LT de la serie 4, que son las que se producen a partir del ácido araquidónico, y d) la síntesis a partir de los propios ácidos grasos omega-3 de nuevos mediadores lipídicos con claras propiedades antiinflamatorias (p. ej., resolvinas y protectinas)128-131. A partir de estos resultados, en nuestro laboratorio hemos demostrado que las dietas ricas en ácidos grasos omega-3, ácido docosahexaenoico y ácido eicosapentaenoico reducen de forma significativa la necroinflamación hepática en ratones con un daño hepático inducido por CCl4132. Los efectos hepatoprotectores de los omega-3 serían, en este caso, secundarios a la inhibición de la síntesis de mediadores lipídicos derivados de las vías de la 5-LO y la COX-2, al descenso del daño genotóxico y de los valores de estrés oxidativo en los hepatocitos, y a la disminución de la liberación de TNF␣ por los macrófagos132. AGRADECIMIENTOS Nuestro laboratorio está parcialmente financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia (SAF 06/03191) y el Instituto de Salud Carlos III (C03/02). BIBLIOGRAFÍA 1. Balsinde J, Winstead MV, Dennis EA. Phospholipase A(2) regulation of arachidonic acid mobilization. FEBS Lett. 2002;531:2-6. 2. Dudzinski DM, Serhan CN. Pharmacology of eicosanoids. En: Golan AH, Tashjian EJ, Amstrong M, editors. Principles of pharmacology. The pathophysiologic basis of drug therapy. Philadelphia, Lippincott Williams & Wilkins; 2004. p. 62746. 3. Romano M, Clària J. 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DOC02 (99-105).qxp 12/2/07 11:24 Página 99 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Cellular and molecular mechanisms of hepatic fibrogenesis Fabio Marra Department of Internal Medicine. Center For Research, Higher Education and Transfer, «DENOTHE». Università di Firenze. Florence. Italy. INTRODUCTION Progressive accumulation of fibrillar extracellular matrix (ECM) in the liver is the consequence of reiterated liver tissue damage due to infective (mostly hepatitis B and C viruses), toxic/drug-induced, metabolic and autoimmune causes and the relative chronic activation of the wound healing reaction. The process may result in clinically evident liver cirrhosis and hepatic failure. Cirrhosis is defined as an advanced stage of fibrosis, characterized by the formation of regenerative nodules of liver parenchyma that are separated by and encapsulated in fibrotic septa and associated with major angio-architectural changes1. While millions of patients worldwide are affected by chronic liver diseases potentially leading to cirrhosis, only a minority (~25-30%) are likely to develop significant fibrosis and cirrhosis. This is particularly true for chronic hepatitis due to HCV infection, whose prevalence is predicted to peak between the years 2010 to 2015. In recent years, attention has been focused on «non alcoholic fatty liver disease» (NAFLD) and in particular on «non-alcoholic steatohepatitis» (NASH). The occurrence of NASH is associated with progressive fibrosis and cirrhosis in a high percentage of patients (up to 50%). Considering that, in industrialized countries, NASH affects 3% of the general population and 20-45% of obese patients, it becomes clear that this clinical entity represents a major health problem. Independently of the etiology, liver cirrhosis is the most common non-neoplastic cause of death among hepatobiliary and digestive diseases, both in the United States of America and Europe. In addition, this condition is largely associated with primary liver cancer, with a further increase in the relative mortality rate2,3. In general terms, the following clinical features have been shown to be predictors of the development of significant fibrosis, or at Correspondence: F. Marra. Associate Professor of Medicine. Dipartimento di Medicina Interna. Università degli Studi di Firenze. Viale G.B. Morgagni, 85. I-50134 Firenze, Italy. e-mail: [email protected] least, of a faster progression to cirrhosis: a) male gender (for groups of age < 50 years), b) age at infection (hepatitis virus, particularly HCV), c) obesity, diabetes mellitus and, more in general, the clinical features of the so-called «metabolic syndrome», d) daily alcohol intake, independently of the major cause of hepatocellular damage, and e) hepatic iron content. In addition, individual factors are likely to affect several aspects of the fi-brogenic process (i.e: differences in handling a metabolic/toxic load, in the immune system reactions towards infectious agents and autoantigens, and in the evolution of the chronic wound healing reaction). In addition, there are markedly different rates of fibrosis progression for apparently similar clinical features4,5. In general, in those chronic liver diseases (CLD) evolving towards cirrhosis, a significant accumulation of fibrillar ECM is observed only after a clinical course lasting several years and even decades. DEFINITION OF DIFFERENT TYPES OF FIBROGENESIS Although cirrhosis is the common result of progressive fibrogenesis, there are distinct patterns of fibrotic development, related to the underlying disorders causing the fibrosis6. Biliary fibrosis, due to the co-proliferation of reactive bile ductules and periductular (myo)fibroblastlike cells at the portal-parenchymal interface, tends to follow a portal to portal direction. This leads to the formation of portal-portal septa surrounding liver nodules, where the central vein and its connections with the portal tract are preserved until late stages. In contrast, the chronic viral hepatitis pattern of fibrosis is considered the results of portal-central (vein) bridging necrosis, thus originating portal-central septa. In addition, this form of fibrogenic evolution is characterized by the presence of «interface» hepatitis and development of portal to portal septa and septa ending blind in the parenchyma, and by rapid derangement of the vascular connections with the portal system (early portal hypertension). The so-called central to central (vein) form of fibrogenic evolution is in general secondary to venous outflow problems (e.g. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):99-105 99 CURSO BAS. DOC02 (99-105).qxp 12/2/07 11:24 Página 100 MARRA F. CELLULAR AND MOLECULAR MECHANISMS OF HEPATIC FIBROGENESIS chronic heart failure) and is characterized by the development of central to central septa and «reversed lobulation». Finally, a peculiar type of fibrosis development (pericellular/sinusoidal) is observed in alcoholic and metabolic liver diseases (e.g. NASH), in which the deposition of fibrillar matrix is concentrated around the sinusoids (capillarization) and around groups of hepatocytes (chickenwire pattern). These different patterns of fibrogenic evolution are related to different factors and particularly: a) the topographic localization of tissue damage, and b) the relative concentration of pro-fibrogenic factors, and 3. the prevalent pro-fibrogenic mechanism(s). In addition, these different patterns imply the participation of different cellular effectors of the fibrogenic process. CELLULAR EFFECTORS OF HEPATIC FIBROGENESIS As the liver becomes fibrotic, there are both quantitative and qualitative changes in the composition of the hepatic ECM. The total content of collagenous and noncollagenous components increases 3-5-fold, accompanied by the shift in the type of ECM in the subendothelial space from the normal low-density basement membrane-like matrix to interstitial type matrix containing fibril-forming collagens. These quantitative and qualitative changes in the composition of ECM, in addition to their mechanical and physical implications, contribute to the formation of a new biochemical environment. Indeed, each ECM component has the ability to modulate cell growth, migration, gene expression, and other important cellular functions directly by interaction with cell adhesion molecules and, indirectly, by functioning as a biologic reservoir for proinflammatory and pro-fibrogenic mediators in their active or inactive forms7. The cellular source of connective tissue components in fibrotic liver has been controversial for many years, with some elements of controversy still remaining. Among other cell types potentially involved in the abnormal progressive deposition of fibrillar ECM, HSC have received much attention, perhaps due to the possibility to isolate these cells from liver tissues with a relatively high purity. Consequently, most of the present knowledge on the cell and molecular biology of hepatic fibrosis derives from in vitro studies employing culture activated HSC isolated from rat, mouse or human liver. Regardless, it is now evident that distinct ECM-producing cells, each with a distinct localization and a characteristic immunohistochemical and/or electron microscopic phenotype, are likely to contribute to liver fibrosis6. These include: fibroblasts and myofibroblasts of the portal tract, smooth muscle cells localized in vessel walls, and myofibroblasts localized around the centrolobular vein. It is now evident that the relative participation of these different cell types is dependent on the development of distinct patterns of fibrosis. Major efforts are currently made in order to identify and characterize the origin of the different cell types responsible of the fibrogenic process. By employing cell 100 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):99-105 identification markers6, three populations of ECM producing cells can be identified: a) septal myofibroblasts, present in the inner part of fibrous septa, expressing a panel of cell markers identical to portal myofibroblasts; b) activated HSC, located in capillarized sinusoids adjacent to expanded portal tracts, and c) interface myofibroblasts, located at the edge of fibrous septa. This last population presents with an expression profile intermediate between portal myofibroblasts and activated HSC. It is conceivable that interface myofibroblasts derive from activated HSC recruited at the site of active fibrogenesis, where there is high level of cell damage, extracellular matrix degradation by gelatinases and inflammatory infiltration. In addition, preliminary reports suggest that bone marrow-derived stromal cells recruited at the site of liver injury could contribute to this population of fibrogenic cells8. PRO-FIBROGENIC MECHANISMS Some of the emerging profibrogenic mechanisms for the fibrogenic evolution of CLDs will be summarized below. In general, fibrosis should be regarded to as an alteration of the process of chronic wound healing. This process, which is highly efficient in the presence of a single acute tissue insult, leads to progressive scarring when tissue damage is chronic. In other terms, deposition of fibrillar matrix rather then organized tissue regeneration becomes the best option in order to maintain tissue continuity. Hepatic fibrogenesis is characterized by the following key features: a. the persistence of hepatocellular/cholangiocellular damage with variable degree of necrosis and apoptosis; b. a complex inflammatory infiltrate including mononuclear cells and immunocompetent cells; c. the activation of different types of ECM-producing cells (HSC, portal myofibroblasts, etc.) with marked proliferative, synthetic and contractile features; d. marked changes in the quality and quantity of the hepatic ECM associated with very limited or absent possibilities of remodeling and regeneration9. Inflammation One of the first steps in tissue repair is the recruitment of inflammatory cells in order to neutralize possible infectious agents and to remove the necrotic tissue. In this phase of the process, HSC are recruited at the site of injury in order to synthesize and secrete ECM components. Recruitment and proliferation of HSC is under the control of soluble factors secreted by the cells of the inflammatory infiltrate. However, in the presence of reiterated tissue damage, HSC secrete several chemokines thus becoming a site of amplification and chronic organization of the inflammatory infiltrate10. Monocyte chemotactic protein-1 (MCP-1) is the most prominent chemotactic factor secreted by chronically activated HSC and it Proinflammatory cytokines such as interleukin-1, tumor necrosis factor- CURSO BAS. DOC02 (99-105).qxp 12/2/07 11:24 Página 101 MARRA F. CELLULAR AND MOLECULAR MECHANISMS OF HEPATIC FIBROGENESIS alpha and interferon-␥ have been shown to be strong stimulators of gene and protein expression of MCP-1 in HSC11,12. The exposure of HSC to soluble mediators that may potentially affect their pro-fibrogenic role has represented a key area of investigation in the last decade. It is important to stress that exposure to these mediators, generically defined as «inflammatory», may be time-limited or chronically present according to the nature, extent and reiteration of parenchymal damage. A pivotal profibrogenic mechanism operated by infiltrating cells, such as inflammatory cells, is the synthesis and release of soluble factors playing a biological role on HSC. Consolidated experimental evidence suggests that two polypeptide growth factors, namely platelet-derived growth factor (PDGF) and transforming growth factor-1 (TGF1), greatly contribute to the profibrogenic role of HSC13. TGF1 belongs to the superfamily of receptors comprising a large number of structurally related polypeptide growth factors, each capable of regulating different arrays of cellular processes including cell proliferation, lineage determination, differentiation, motility, adhesion and death, thereby playing a prominent role in the development, homeostasis and repair of all tissues in organisms14. Members of the TGF cytokine family initiate signalling through their interaction with heteromeric type I/II TGF receptors, which propagate signals downstream through phosphorylation of cytoplasmic mediators of the receptor-regulated Smad family15,16. Upon activation, a Smad2/3-Smad4 complex will translocate to the nucleus where they are involved in the regulation of transcription factors of TGF1 target genes such as collagen type I17,18. In many fibrogenic diseases abnormal accumulation of ECM proteins is associated with increased expression of the TGF and TGF receptors. Established evidence indicates that this growth factor play a multiple role in hepatic fibrogenesis. In activated HSC, TGF induces a strong and consistent up-regulation of the genes encoding for fibrillar collagens (particularly collagen type I and collagen type III) and other ECM components. In addition, TGF induces a down-regulation of the gene encoding for matrix metalloproteinase (MMP)-1 (collagenase) associated with an up-regulation of the gene for tissue inhibitor of metalloproteinase (TIMP)-1. In the general economy of the normal wound-healing process, the newly deposited fibrillar ECM is continuously subjected to degradation and remodelling towards the normal liver ECM. Along these lines, one of the key roles of TGF in the chronically activated wound healing process is the inhibition of fibrillar ECM degradation and, in other terms, the promotion of progressive ECM accumulation and scarring19-23. Among other polypeptide growth factors, platelet derived growth factor (PDGF) is the most potent mitogen and chemoattractant for HSC. More specifically, the PDGFBB dimeric isoform has shown to be the most potent factor in stimulating growth and this is associated with the predominant expression of PDGF receptor24-26. These receptors, which have intrinsic tyrosine kinase activity, dimerize, become autophosphorylated upon binding to their ligand. In this conformation the receptor becomes highly operative as a docking site for many intracellular signalling molecules such as Grb2 which recruits mSos, followed by Ras activation and Erk translocation to the nucleus where it will increase the expression of c-fos, a transcription factor, necessary for PDGF-induced mitogenesis, chemotaxis and cell survival27,28. Oxidative stress When chronic liver injury is not clearly associated with an abundant inflammatory infiltrate, other soluble agents may sustain the activation of HSC through pathways that are specific for a particular type of damage. Evidence for oxidative stress has been detected in almost all the clinical and experimental conditions of CLDs with different etiology and fibrosis progression rate, often in association with decreased antioxidant defenses. As already proposed for atherosclerosis and chronic degenerative diseases of CNS, oxidative stress-related molecules such as reactive oxygen intermediates (ROI) and reactive aldehydes, may act as mediators able to modulate tissue and cellular events responsible for the progression of liver fibrosis29. In alcoholic liver injury, for example, acetaldehyde, the main metabolite of ethanol, is able to increase gene transcription and synthesis of different ECM components in activated HSC30,31. In addition to acetaldehyde, products of lipid peroxidation generated by exposure to ethanol or the production of iron overload may also perpetuate HSC activation32. Along these lines, stimulation of lipid peroxidation or exposure to 4-hydroxynonenal (4-HNE), a highly reactive aldehydic end-product of lipid peroxidation, increases procollagen I gene expression in activated human HSC32,33. Inflammation and oxidative stress are tightly linked together. In a recent study, we demonstrated that interfering with the mechanisms of inflammatory cell recruitment as observed in MCP-1 knock-out mice, limits the generation of intrahepatic oxidative stress34. On the other hand, some types of leukocytes have been shown to counter-regulate the development of fibrosis. Depletion of NK cells worsens matrix accumulation, due to the fact that this cell type induces programmed cell death of activated HSC35. Derangement of the epithelial-mesenchymal interaction Cholangiopathies are progressive liver disorders representing a major cause of chronic cholestasis both in adults and children. Both bile duct proliferation and ductular metaplasia are associated with profound changes in the surrounding mesenchymal cells and extracellular matrix. It is likely that at least in the early phases, ECM-producing cells other than HSC are primarily involved, whereas HSC become subsequently involved when proliferating bile ducts tend to invade lobular areas. It is still unclear whether the changing epithelial phenotype directly inGastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):99-105 101 CURSO BAS. DOC02 (99-105).qxp 12/2/07 11:24 Página 102 MARRA F. CELLULAR AND MOLECULAR MECHANISMS OF HEPATIC FIBROGENESIS duces an alteration in portal mesenchymal cells and ECM or whether the epithelial cell changes are induced by modifications in ECM. Cytokines and proinflammatory mediators, released in the portal spaces, likely contribute to these processes by activating fibrogenesis, stimulating apoptotic and proliferative responses, damaging the peribiliary circulation, increasing the expression of histocompatibility antigens in cholangiocytes and by altering the transport functions of the epithelium. An emerging concept is that bile duct epithelial cells are active participants in inflammatory diseases and, in pathologic conditions, secrete proinflammatory and chemotactic cytokines, such as IL-6, TNF␣, IL-8, and MCP-1, together with growth factors able to activate mesenchymal cells and matrix production (ET-1, PDGF-BB, TGF2, CTGF)36-40. These mediators, either released in the portal spaces by immune cells, macrophages and mesenchymal cells or produced by the epithelium itself, may have profound effects on epithelial cell function. Accordingly, several lines of evidence suggest that «activated» cholangiocytes play an active role in stimulating the fibrogenic response, through an extensive cross-talk with portal fibroblasts/myofibroblasts and HSC. It is very relevant that this close association between bile duct proliferation and mesenchymal activation is present also in cholangiocarcinomas, a group of neoplasms frequently characterized by a strong desmoplastic reaction. Adipokines This group of cytokines produced by adipose tissue is believed to play a role in nonalcoholic steatohepatitis (NASH), that develops in the presence of an excess of fat. Leptin is a hormone produced by adipocytes, that regulates food intake via actions on the hypothalamus. Different groups have provided compelling in vivo evidence for the pro-fibrogenic action of leptin in rodents4145 . Injection of leptin during acute and chronic intoxication results in a marked upregulation of the expression of type I procollagen and transforming growth factor-1, a key pro-fibrogenic cytokine. This finding was followed by the demonstration that scarring is reduced in fa/fa rats or ob/ob mice chronically exposed to thioacetamide. These studies also confirmed that the expression of pivotal profibrogenic mediators is limited in the absence of leptin signaling. The pro-fibrogenic action of leptin depends, at least in part, on a direct effect on HSC, which express functional leptin receptors and are directly responsive to leptin. Incubation of HSC with recombinant leptin stimulates mRNA and protein expression of type I procollagen, potentiates the effects of TGF, and up-regulates expression of the tissue inhibitor of metalloproteinase (TIMP)-1, thus blocking collagen degradation44,46-47. Moreover, leptin is a mitogen and a survival factor for activated HSC, and limits their apoptosis, resulting in an increase in the number of fibrogenic cells, and induces secretion of proinflammatory chemokines such as MCP-1, via activation 102 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):99-105 of nuclear factor-B48. Finally, a recently-identified activity of leptin on fibrogenic cells is the induction of vascular endothelial growth factor, one of the most potent inducers of neovessel formation, via oxygen-independent activation of hypoxia-inducible factor 1␣, a master switch of the angiogenic response48. These data suggest that leptin may be an effector of the increased fibrogenesis observed in obese patients49. Adiponectin is a recently identified protein that is predominantly, but not exclusively, by the adipose tissue. It circulates at high levels in the bloodstream, representing one of the main plasma proteins. Adiponectin is considered a major determinant of the sensitivity to insulin, acting at different sites of glucose metabolism, including liver, muscle, and fat itself. Experimental data also show that administration of recombinant adiponectin ameliorates metabolic derangements and liver damage in mouse models of alcoholic and nonalcoholic hepatitis50. Thus, adiponectin may block the development of fibrosis limiting hepatic damage. More recently, a direct antifibrogenic action of adiponectin has been demonstrated in animals undergoing toxic liver damage51, a condition independent of deranged metabolism. In addition, a balance between the biology of leptin and that of adiponectin seems to take place in stellate cells52. Adiponectin’s effects are mediated by two receptors, known as AdipoR1 and AdipoR253, and at least some of the metabolic effect of adiponectin are dependent on receptor-mediated activation of AMPdependent protein kinase. However, the contribution of the different receptor isoforms and/or AMP-dependent kinase to the antifibrogenic effects of adiponectin has not yet been elucidated. The emerging biology of adiponectin make this molecule a very appealing target for future studies in NASH and other liver diseases. Other adipokines are possibly implicated in the fibrogenic process. Resistin contributes to insulin resistance in rodents, but its metabolic effects in humans are still uncertain54. Recent evidence obtained in our laboratory indicates that resistin modulates the biology of human HSC inducing a pro-inflammatory phenotype. In addition, like reported for other «adipokines» the expression of resistin is detectable in liver tissue, especially in conditions of fibrosis55. Renin-angiotensin-aldosterone system The renin-angiotensin system is another pivotal player in the pathogenesis of liver fibrosis. Exposure of fibrogenic cells to angiotensin II mediates key biological actions involved in hepatic tissue repair, including proliferation, infiltration of inflammatory cells, and collagen synthesis56. Activated HSCs express all components of the renin-angiotensin system, and the autocrine effects of Ang II are mediated by activation of NADPH oxidase57,58. Blockade of the renin-angiotensin system attenuates fibrosis development in different experimental models of chronic liver injury59. In addition, aldosterone antagonists also have a direct antifibrogenic action60. Interfering with the renin- CURSO BAS. DOC02 (99-105).qxp 12/2/07 11:24 Página 103 MARRA F. CELLULAR AND MOLECULAR MECHANISMS OF HEPATIC FIBROGENESIS angiotensin system is therefore a very promising strategy to prevent fibrosis progression in chronic liver diseases, and controlled clinical trials are under way. Nuclear hormone receptors A number of studies has recently suggested that antidiabetic thiazolidinediones (TZD), or «glitazones» may represent a possible novel pharmacological treatment for liver fibrosis. TZDs are employed for the treatment of insulin resistance in patients with type 2 diabetes and are selective ligands for the nuclear transcription factor peroxisome proliferator-activated receptor (PPAR)␥61. PPAR␥ is expressed in quiescent HSC and its abundance and/or transcriptional activity decreases along the activation process that accompanies the acquisition of fibrogenic properties62-64. More important, exposure of HSC to PPAR␥ ligands, including different glitazones, reverts most features of the activated phenotype of HSC. In these cells, PPAR␥ activation reduces the expression of interstitial collagens and other matrix proteins, downregulates the ability to proliferate and migrate in response to PDGF, blocks the secretion of pro-inflammatory chemokines such as monocyte chemoattractant protein-1, and induces apoptosis62-66. In addition, daily intragastric administration of rosiglitazone or pioglitazone, started at the same time as injury, leads to a marked reduction of fibrotic tissue accumulation and fibrogenic cell proliferation66. These data provided compelling in vivo evidence supporting an antifibrogenic role of thiazolidinediones, although recent data suggest that administration of these drugs may be less effective if started after the onset of injury67. Other mechanisms Recently, different groups have reported the biological effects of proteins of the hepatitis C virus (HCV) on cultured HSC. A number of different approaches have been used, including incubation with recombinant proteins of the envelope, adenoviral-mediated overexpression of HCV proteins or exposure to conditioned media of hepatocyte-like cells expressing the HCV replicon68-70. Exposure to HCV proteins induces increased expression of extracellular matrix and ECM-regulating cytokines (collagens, TGF, CTGF) and up-regulation of MMP-2, an index of HSC activation. In addition, down-regulation of fibrolytic matrix-metalloproteinases (e.g. MMP-1), induction of ROS generation, and up-regulation of pro-inflammatory cytokines have been described. This represents a novel area of investigation linking fibrogenesis and viral hepatitis. The cannabinoid system comprises an additional group of mediators that have been recently implicated in the regulation of fibrogenesis. Anandamide, a lipid mediator, efficiently induces necrosis in activated HSCs, but not hepatocytes71,72. In addition, interference with cannabinoid receptors leads to differential results. Knock-out of CB2 is associated with increased fibrosis, demonstrating that CB2 activation triggers antifibrotic pathways73. In contrast, animals deficient for CB1 have lower accumulation of scar tissue, indicating a pro-fibrogenic action for this receptor74. These results may have a relevance ion consideration of the availability of rimonabant, a selective CB1 blocker, that has been proposed as a therapy for the metabolic syndrome. Future directions The increasing knowledge on the pathogenesis of hepatic fibrosis has led to important changes in the clinical interpretation of this phenomenon. Firstly, the need of an accurate and effective monitoring of the fibrotic progression of chronic liver diseases and of the effectiveness of the currently proposed treatments has become an impellent need. Moreover, the identification of the genes involved in the progression of liver fibrosis would hopefully lead to the establishment of prognostic markers indicating a faster progression of fibrogenic chronic liver diseases. Along these lines, several ongoing studies are addressing the relevance of gene expression and/or gene polymorphisms in defined subset of patients. Finally, novel profibrogenic pathways are being elucidated, leading to new approaches for antifibrotic treatments. REFERENCES 1. Friedman SL. Liver fibrosis – from bench to bedside. J Hepatol. 2003;38:38S-53S. 2. El-Serag HB. Hepatocellular carcinoma and hepatitis C in the United States. Hepatology. 2002; 36 Suppl 1:74-83. 3. Befeler AS, Di Bisceglie AM. Hepatocellular carcinoma: diagnosis and treatment. Gastroenterology. 2002;122:1609-19. 4. Poynard T, Bedossa P, Opolon P. Natural history of liver fibrosis progression in patients with chronic hepatitis C. The OBSVIRC, METAVIR, CLINIVIR, and DOSVIRC groups. 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DOC03 (106-112).qxp 12/2/07 11:25 Página 106 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática J.A. Carrión, J. Colmenero, R. Bataller y X. Forns Servicio de Hepatología. Institut de Malalties Digestives i Metabòliques. IDIBAPS. Hospital Clínic. Barcelona. España. INTRODUCCIÓN La práctica de una biopsia hepática es actualmente el patrón de referencia para la evaluación del grado de lesión hepática (inflamación y fibrosis) causada por diferentes enfermedades crónicas del hígado. La evaluación del grado de actividad necroinflamatoria y del estadio de fibrosis es un dato importante para la toma de decisiones terapéuticas en pacientes con hepatitis crónica por los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC). Además, el estadio de fibrosis nos informa sobre el momento evolutivo de la enfermedad y permite conocer su historia natural (especialmente si se conoce el momento de inicio). Aunque es evidente que la biopsia hepática es necesaria para efectuar un diagnóstico adecuado, su valor para establecer el grado de daño (particularmente cuando se trata del seguimiento de enfermedades hepáticas crónicas) es discutible. Dado que el depósito de fibra colágena es la consecuencia más relevante de diferentes procesos inflamatorios que tienen lugar en el hígado, y determinará la aparición a largo plazo de hipertensión portal y sus complicaciones, es fundamental utilizar métodos precisos para cuantificar su presencia y características. Las limitaciones de la biopsia hepática en este aspecto son esencialmente las siguientes: 1. Se trata de un método invasivo, no exento de riesgos1-3. El 20% de los pacientes presenta dolor, y en una proporción baja, aunque no despreciable (0,5%), pueden producirse complicaciones mayores (hemorragia, hemobilia). La aceptación del procedimiento es baja por parte de los pacientes. Además, muchos saben ya de la existencia de métodos no invasivos para evaluar el grado de daño hepático y, por tanto, son reacios a la práctica de una biopsia hepática. Finalmente, el precio de una biopsia es elevado. 2. Desde un punto de vista meramente técnico, los proble- Correspondencia: Dr. X. Forns. Servicio de Hepatología. Hospital Clínic. Villarroel, 170. 08036 Barcelona. España. Correo electrónico: [email protected] 106 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):106-12 mas derivados de la interpretación de una biopsia hepática son varios. En primer lugar, el examen histológico no está exento de variabilidad intra/interindividual, incluso cuando se utilizan sistemas validados para clasificar el grado de actividad necroinflamatoria y el estadio de fibrosis4,5. No hay que olvidar, además, que la biopsia representa un pequeñísimo fragmento del hígado y, por tanto, se producen errores de muestra (que aumentan proporcionalmente al menor tamaño de la muestra)4,5. 3. Finalmente, la biopsia hepática proporciona una visión estática de la enfermedad y no puede predecir cuál va a ser su evolución a medio o largo plazo6. Por estos motivos, en los últimos años se ha producido una explosión en el campo del diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática. El diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática debería utilizar marcadores fáciles de obtener, reproducibles y finos a la hora de diferenciar entre distintos estadios de fibrosis. Sería de importancia capital que estos marcadores fueran capaces de captar los cambios que se producen en el tiempo y, por tanto, pudieran diferenciar entre fases diferentes de una enfermedad. Es bien conocido, por ejemplo, que los pacientes con hepatitis crónica C se pueden clasificar en «fibrosadores rápidos» y «fibrosadores lentos», pero no es menos cierto que esta velocidad de progresión puede variar en el tiempo7,8. Dado que hay evidencias sobre la reversibilidad de la fibrosis hepática, estos marcadores deberían también ser útiles para el seguimiento de los cambios en la fibrosis hepática que se producen tras la administración de tratamientos. DIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA MEDIANTE MARCADORES SEROLÓGICOS HABITUALES Desde un punto de vista teórico, la utilización de análisis habituales como marcadores indirectos del grado o estadio de fibrosis hepática es muy atractiva. Estos marcadores no tienen relación directa con la fisiopatología de la producción o degradación de colágena en el hígado, sino que miden o reflejan las consecuencias del depósito de fi- CURSO BAS. DOC03 (106-112).qxp 12/2/07 11:25 Página 107 CARRIÓN JA ET AL. TDIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA TABLA I. Componentes de los principales métodos serológicos no invasivos para el diagnóstico de la fibrosis hepática en pacientes con hepatitis C crónica Nombre 13 Fibrotest 12 Forns APRI15 Sud16 HALT-C17 FIB-418 Componentes GGT, haptoglobina, bilirrubina, apolipoproteína A, alfa-2-macroglobulina Edad, GGT, colesterol, plaquetas AST, plaquetas AST, colesterol, HOMA, edad, consumo enólico AST, plaquetas, INR Edad, ALT, AST, plaquetas (pacientes coinfectados) bra en el órgano. La mayoría de métodos basados en tests serológicos simples identifican o excluyen, con mayor o menor fiabilidad, la presencia de una enfermedad hepática avanzada. En los pacientes con hepatitis crónica C, se han propuesto varias puntuaciones que combinan diferentes marcadores, como la edad, la cifra de plaquetas, la relación AST/ALT y el tiempo de protrombina9-11. El principal problema de estas puntuaciones es que no son suficientemente sensibles para identificar a los pacientes con poca fibrosis (estadios 0-2); en algunos casos, tampoco se ha realizado una validación de éstos en grandes cohortes. Sin embargo, en los últimos años se han realizado estudios prospectivos que han generado modelos nuevos de diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática, validados en cohortes amplias (internas y externas). Estos modelos han mejorado notablemente la fiabilidad diagnóstica de los anteriores y han hecho que se extienda su uso en la práctica clínica (particularmente en pacientes con hepatitis C crónica). Estos modelos se han construido con una metodología similar: en cohortes grandes de pacientes que disponen de una biopsia hepática, se identifican los marcadores serológicos que discriminan de forma independiente a los pacientes con fibrosis significativa (o con cirrosis) de los que no tienen fibrosis significativa (o no tienen cirrosis). De la combinación de estas variables, utilizando generalmente los coeficientes de regresión derivados de un análisis multivariado, se obtienen puntuaciones que permiten clasificar a los pacientes (tabla I). La utilización de curvas ROC es fundamental para establecer los puntos de corte óptimos e identificar a los individuos con o sin fibrosis significativa con una sensibilidad, una especificidad y unos valores predictivos adecuados12. Posteriormente, estos modelos deben validarse en grupos de pacientes seleccionados de forma aleatoria en el mismo centro, o en pacientes con la misma enfermedad pertenecientes a otros centros hospitalarios. Imbert-Bismuth et al13 elaboraron un modelo para predecir la fibrosis hepática en pacientes con hepatitis C crónica, combinando marcadores de laboratorio habituales (gammaglutamil transpeptidasa [GGT], gammaglobulina, bilirrubina) y otros algo más sofisticados (alfa-2-macroglobulina, haptoglobina, apolipoproteína A1). La combinación de estos marcadores permitía identificar a los pacientes con y sin fibrosis significativa con bastante exactitud. En el estudio original, y utilizando diferentes puntos de cortes, el modelo identificaba correctamente a la mitad de los pacientes, con el consiguiente ahorro en el número de biopsias hepáticas. Este modelo (Fibrotest) ha sido validado por numerosos grupos en diferentes cohortes (incluso en pacientes con coinfección por el VHC y el virus de la inmunodeficiencia humana [VIH])14, y su utilidad se ha demostrado ampliamente en diversos estudios (fig. 1). Correcto Incorrecto No adeciado 100 90 80 50 40 30 20 10 Fibrotest APRI SU D U T AB N S TH E FO R R IL ER BO U ER Z SN YD AL VE W AI C O SS PO I YA N R D R RT 0 BE Fig 1. Evaluación de diferentes modelos para determinar la gravedad de la fibrosis hepática. Se incluyen datos de los artículos originales y de validaciones externas efectuadas en otros centros. Correcto: paciente clasificado correctamente por la puntuación; incorrecto: paciente clasificado de forma incorrecta; no adecuado: los valores obtenidos mediante la puntución no permiten clasificar a los pacientes. Los nombres del primer autor de cada estudio figuran en el eje horizontal12,13,15,16,19,52-56. 60 IM Porcentaje 70 FORNS Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):106-12 107 CURSO BAS. DOC03 (106-112).qxp 12/2/07 11:25 Página 108 CARRIÓN JA ET AL. DIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA Forns et al12 desarrollaron otro modelo en una cohorte de 351 pacientes con hepatitis C crónica que no habían recibido tratamiento y que disponían de una biopsia hepática. Los autores de este estudio identificaron las siguientes variables como las más informativas sobre el grado de fibrosis hepáticas: cifra de plaquetas, edad, GGT y colesterol. Este modelo fue posteriormente validado en 125 pacientes y demostró una eficiencia similar, ya que permitía clasificar correctamente a la mitad de los pacientes. Su fiabilidad diagnóstica se ha validado también en diferentes cohortes (fig. 1). Con posterioridad a estos dos modelos, se han publicado multitud de estudios similares, mayoritariamente en pacientes con hepatitis C crónica, y que han generado puntuaciones igualmente útiles. Entre ellos cabe destacar los siguientes: el APRI15, el modelo de Sud16, el modelo HALT-C17 y el modelo FIB-4 en pacientes coinfectados por el VIH y el VHC18 (tabla I). Está fuera del objetivo de este capítulo revisar todos y cada uno de los modelos publicados. Sin embargo, es importante insistir en que, en términos generales, las variables que se incluyen representan marcadores indirectos de daño (o fibrosis) hepática. La edad, por ejemplo, sería un indicador del tiempo de evolución de una enfermedad; la cifra de plaquetas indicaría la presencia de hipertensión portal; asimismo, es conocida la tendencia a la inversión del cociente AST/ALT a medida que avanza la hepatitis crónica. Un aspecto relevante, desde el punto de vista clínico, es la combinación de varios de estos índices para mejorar su capacidad diagnóstica. Así, Bourliere et al19 analizaron la fiabilidad diagnóstica de los índices Fibrotest, APRI y Forns en una cohorte de 235 pacientes con hepatitis C crónica: las áreas bajo la curva para el diagnóstico de fibrosis significativa (F2) fueron de 0,81, 0,71 y 0,79, respectivamente. La combinación de estos modelos mediante un algoritmo diagnóstico permitió clasificar correctamente a 191 (81%) de 235 pacientes, lo indica que su aplicación en la práctica clínica diaria sería de gran utilidad. De forma similar, la combinación de Fibrotest y APRI también demostró un incremento de la fiabilidad diagnóstica en una gran cohorte de pacientes italianos con hepatitis C crónica20. Como se ha mencionado anteriormente, la gran mayoría de estos modelos se ha desarrollado en pacientes infectados por el VHC; por tanto, su aplicación a otras causas de hepatopatía crónica podría resultar menos eficaz. De hecho, Calés et al21 demostraron que la aplicación de una puntuación generada en pacientes con hepatitis C crónica, que combina la cifra de plaquetas, el tiempo de protrombina, la AST, la alfa-2-macroglobulina, el hialuronato, la urea y la edad, tenía una gran precisión diagnóstica en una cohorte de validación de pacientes con hepatitis C crónica (área bajo la curva de 0,88), pero su fiabilidad se reducía de forma significativa si los pacientes eran portadores de una hepatopatía de origen alcohólico (área bajo la curva de 0,76). En los últimos años se ha despertado mucho interés en el diagnóstico no invasivo de la fibrosis en enfermedades no relacionadas con los VHB y VHC, como en la esteatohepatitis no alcohólica (NASH). En esta enfermedad, las va108 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):106-12 riables que más frecuentemente se han asociado a la presencia de fibrosis son la edad, la presencia de diabetes, el aumento de la resistencia a la insulina (medida a través del HOMA), la relación AST/ALT, la cifra de plaquetas, el ácido hialurónico y el índice de masa corporal22. La edad, al igual que en la hepatitis C, es un marcador indirecto de la duración de la enfermedad y podría reflejar una respuesta fibrótica a determinados estímulos incrementada en pacientes de mayor edad. Las variables relacionadas con el metabolismo hidrocarbonado (diabetes, HOMA) son indicadoras de la resistencia a la insulina, que parece estimular la fibrosis a través de la movilización de ácidos grasos y la liberación de radicales oxigenados libres23. La reducción progresiva del índice AST/ALT es un conocido marcador de progresión de la enfermedad hepática, así como lo es la reducción progresiva de la cifra de plaquetas. Esta última indicaría no solamente la presencia de hipertensión portal, sino también una reducción en la producción de trombopoietina. Aunque en número reducido, hay estudios en curso que tratan de combinar estas variables para la fabricación de modelos útiles en el diagnóstico del grado de fibrosis en la esteatohepatitis no alcohólica. Quizás el problema fundamental en este sentido es la ausencia de un objetivo claro y consensuado: ¿deben los modelos distinguir entre esteatosis y esteatohepatitis, o entre diversos estadios de fibrosis? DIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA MEDIANTE MARCADORES DE FIBROGÉNESIS Un método alternativo para estimar la fibrosis hepática de un modo no invasivo es determinar los valores séricos de sustancias implicadas directamente en la síntesis de sustancias de la matriz extracelular, un proceso denominado «fibrogénesis»24. Aunque la fibrosis hepática es un proceso reparativo local, en casos de fibrosis avanzada algunas de las sustancias biológicas implicadas en dicho proceso alcanzan valores elevados en sangre periférica. Dichas sustancias comprenden enzimas implicadas en la síntesis o degradación del colágeno, proteínas de la matriz extracelular, moléculas resultantes del metabolismo del colágeno y citocinas profibrogénicas (fig. 2). Los valores de dichas sustancias están aumentados en los hígados con fibrogénesis activa. En casos de fibrosis moderada-grave, la concentración de dichas sustancias aumenta también en sangre periférica, por lo que pueden utilizarse para diagnosticar de una manera sencilla la fibrosis hepática. Sin embargo, en los pacientes con una fibrosis hepática leve es posible que estas sustancias sólo estén aumentadas en el hígado, cuya utilidad es escasa. Por tanto, estos marcadores son particularmente útiles en pacientes con fibrosis de grados III y IV, en los que la actividad fibrogénica suele ser mayor. Hay diversas limitaciones al uso de marcadores de fibrogénesis para estimar la fibrosis hepática25. En primer lugar, los laboratorios deben haber validado las diversas técnicas para la determinación de estas sustancias, que en ocasiones son costosas. Por ello, en numero- CURSO BAS. DOC03 (106-112).qxp 12/2/07 11:25 Página 109 CARRIÓN JA ET AL. TDIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA Patofisiología Marcadores séricos Daño hepático crónico Fig 2. Marcadores de fibrogénesis utilizados para estimar el grado de fibrosis hepática. TGF: factor de transformación del crecimiento; FGF: factor de crecimiento de fibroblastos; MMP: metaloproteinasa; TIMP: tejido inhibidor de la metaloproteinasa; PIIINP: propéptido Nterminal del colágeno tipo III. Aumento expresión citocinas fibrogénicas TGFβ1, FGF Síntesis de matriz extracelular aumentada Colágeno I, IV, VI ácido hilurónico, laminina, elastina, undulina, YKL-40 Aumento de las enzimas implicadas en el turnover de colágeno TIMP-1, MMP2 PZ peptidasa, lisisl oxidasa, prolil hidroxilasa Aumento de productos de degradación del colágeno PIIINP, propétidos colágenos III y IV sos centros no se determinan de manera sistemática estos marcadores séricos. Además, los marcadores de fibrogénesis no son específicos de la fibrosis hepática, por lo que sus valores sanguíneos pueden estar elevados en pacientes con fibrosis en otros tejidos (p. ej., fibrosis miocárdica y/o pancreática en pacientes alcohólicos). La fibrosis hepática se considera en la actualidad un proceso de reparación tisular ante un daño hepático mantenido26. La necrosis hepatocelular se asocia con la activación de células no parenquimatosas hepáticas, como las células estrelladas y las células de Kupffer, que amplifican la respuesta inflamatoria. Las células estrelladas activadas son las principales productoras de matriz extracelular en el hígado. Tras ser estimuladas por citocinas fibrogénicas, como el factor de transformación del crecimiento 1 (TGF1), producen grandes cantidades de matriz extracelular, como el colágeno I, III y IV, el ácido hialurónico, la elastina, la laminina y la undulina. La degradación de estas proteínas, en especial el colágeno, se lleva a cabo por las metaloproteinasas, que a su vez se regulan por los inhibidores de las metaloproteinasas (TIMP). La enzima TIMP-1 está sobrerregulada durante la fibrogénesis hepática, y es responsable del déficit de degradación de colágeno en estos pacientes. Durante el proceso de fibrogénesis hepática, se produce tanto un aumento de la síntesis de colágeno como una disminución de su degradación. La formación de la triple hélice de colágeno requiere el aumento de la síntesis de diversas enzimas, cuyos productos de degradación son excretados al torrente sanguíneo. El producto de degradación más estudiado es el propéptido N-terminal del colágeno tipo III (PIIINP). Otros productos de degradación del colágeno son el propéptido carboxi-terminal del colágeno II y IV y la piridinolina, o el telopéptido carboxiterminal del colágeno I. Los marcadores de fibrogénesis más estudiados son el ácido hialurónico y el PIIINP. El ácido hialurónico se ha estudiado extensivamente y su concentración sérica identifica de manera fiable la presencia de fibrosis avanza-da27-29. En pacientes con hepatitis C crónica, la capacidad discri- minante de este parámetro para distinguir entre la fibrosis leve y la grave varía entre 0,82 y 0,92 (área bajo la curva). En un estudio de McHutchinson et al29, se analizaron los valores séricos de ácido hialurónico en una cohorte de 486 pacientes con hepatitis C crónica. Unos valores inferiores a 60 g/l tuvieron un valor predictivo negativo del 99% en el diagnóstico de cirrosis hepática. Otros estudios más recientes han evaluado la utilidad del ácido hialurónico en pacientes con hepatitis B y NASH30,31. El área bajo la curva es de 0,78 para el NASH y muy elevada (0,98) para la hepatitis B. Estos resultados preliminares deben ser comprobados en estudios que incluyan un mayor número de pacientes. En resumen, la mayor utilidad de la determinación del ácido hialurónico es que permite descartar de una manera fiable la existencia de una cirrosis. Entre las glucoproteínas que se expresan en el hígado, la laminina ha sido la más estudiada. En una cohorte de 243 pacientes con enfermedades crónicas del hígado, los valores de laminina discriminaron entre un 70 y un 80% la presencia de una fibrosis avanzada (estadios III-IV)32. En un estudio reciente33, la laminina mostró una gran utilidad diagnóstica en pacientes con NASH, en especial cuando se determinó junto con el colágeno tipo IV. Estudios recientes han evaluado el valor del YKL-40, un miembro de la familia de las chitinasas, en el diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática34. Los valores séricos de esta proteína aumentan en los pacientes con fibrosis hepática debido a un consumo abusivo de alcohol y otras causas. Los diferentes colágenos que componen las bandas fibróticas del hígado también se han estudiado para estimar el grado de fibrosis hepática. Los valores séricos de colágeno IV se correlacionan de manera consistente con la presencia de fibrosis grave en pacientes con hepatitis C y enfermedad grasa no alcohólica (NAFLD)35,36. Recientes estudios han determinado diversos componentes del colágeno IV, como el dominio 7s y el dominio central de la triple hélice, y el valor predictivo de cirrosis representa un 92% del valor predictivo negativo37. El procolágeno III también se ha estudiado para estimar la fibrosis en pacientes con Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):106-12 109 CURSO BAS. DOC03 (106-112).qxp 12/2/07 11:25 Página 110 CARRIÓN JA ET AL. DIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA hepatitis C crónica, pero su capacidad diagnóstica es menor que el colágeno IV y que el ácido hialurónico38. Los valores séricos de colagenasas y sus inhibidores (TIMP), las proteínas que regulan la degradación del colágeno, se han utilizado para estimar el grado de fibrogénesis, pues su expresión se correlaciona con el grado de turnover de colágeno. Boeker et al39 han demostrado recientemente, en una cohorte de 78 pacientes con hepatitis C crónica, que la concentración sérica de metaloproteinasa 2 (MMP2) y de TIMP-1 predicen adecuadamente la presencia de fibrosis avanzada, aunque estos resultados preliminares deben ser confirmados en estudios que incluyan un mayor número de pacientes. Por último, los valores de las citocinas profibrogénicas pueden ser de utilidad para estimar el grado de fibrosis. Hay varios estudios que han evaluado la utilidad del TGF1 en la estimación de la fibrosis hepática en pacientes con hepatitis C40,41. En todos los estudios, el valor de esta sustancia fue menor que el de los productos de la matriz extracelular que hemos descrito con anterioridad. Recientemente, se ha publicado el estudio más extenso realizado hasta fecha sobre el valor de la combinación de varios marcadores de fibrogénesis para predecir la fibrosis hepática42. Este estudio incluyó una cohorte de más de 1.000 pacientes con enfermedades crónicas del hígado. Los autores identificaron un algoritmo que combina la edad y los valores séricos de procolágeno III, ácido hialurónico y TIMP-1, el cual predice con gran fiabilidad el grado de fibrosis que revela la biopsia hepática. El área bajo la curva fue aceptable para la hepatitis C (0,77), buena en el NAFLD (0,87) y excelente en la hepatopatía alcohólica (0,94). En otro estudio43 se combinó un panel de varias sustancias (␣-macroglobulina, ácido hialurónico y TIMP-1) para detectar la fibrosis significativa en pacientes con hepatitis C, con un área bajo la curva de 0,83. Hay pocos estudios que hayan evaluado el valor de los marcadores de la fibrogénesis para estimar los cambios en la fibrosis hepática tras la eliminación del agente causal (p. ej., eliminación del VHC). Patel et al44 analizaron el valor sérico de ácido hialurónico antes y después del tratamiento antiviral en pacientes con hepatitis C crónica. Una cohorte de 76 pacientes no tratados con una biopsia hepática basal recibieron tratamiento antiviral durante 48 semanas. Los cambios de la concentración sérica de ácido hialurónico no se correlacionaron con los cambios histológicos de fibrosis hepática. Es necesario realizar estudios prospectivos que analicen el valor de la combinación de varios marcadores de fibrogénesis para estimar la fibrosis hepática, así como para establecer un seguimiento de los cambios tras el tratamiento del agente causal de la hepatopatía. DIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS MEDIANTE MÉTODOS DE IMAGEN Otra de las aproximaciones racionales para estimar el grado de fibrosis hepática es mediante la utilización de técnicas de imagen. La ultrasonografía, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) son 110 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):106-12 capaces de detectar cambios en el parénquima hepático cuando hay una fibrosis significativa. Dado el menor coste de la ecografía, ésta es la técnica ideal desde un punto de vista teórico. En la cirrosis, la heterogeneidad del parénquima, la presencia de nodularidad y de signos de hipertensión portal (esplenomegalia, aumento del tamaño de la vena porta, circulación colateral, hipertrofia del lóbulo caudado) ayudan, sin duda, a realizar su diagnóstico. Sin embargo, la ecografía es todavía poco útil para identificar a los pacientes con estadios inferiores (F2-F3). Los resultados de la utilización de la eco-Doppler son quizás más interesantes: dado que la presencia de fibrosis grave se asocia con anormalidades en el flujo vascular hepático, la medida de la velocidad de flujo en los vasos hepáticos se ha podido correlacionar con el grado de fibrosis25.45. De modo similar, la aplicación de programas de análisis de imagen sofisticados que evalúan los cambios en la heterogenidad del parénquima hepático durante las fases de relleno vascular, parecen incrementar la capacidad de la TC para identificar los diferentes estadios de fibrosis6. En los últimos años, la elastografía transitoria (ET) o Fibroscan, ha sido sin duda la técnica que más ha revolucionado el campo del diagnóstico no invasivo de la fibrosis. Esta técnica utiliza una sonda que actúa a la vez como agente emisor y receptor. La sonda se compone de una porción que emite un pulso elástico de vibración y un transductor que es capaz de emitir y recibir una onda de ultrasonidos. La onda de ultrasonidos atravesará el tejido hepático, alcanzando una profundidad en un tiempo que dependerá de la rigidez del parénquima hepático; es decir, la velocidad de transmisión se relaciona con el grado de rigidez o elasticidad del órgano. La ventaja de este método es su rapidez y el hecho de que el volumen de tejido que se evalúa sea aproximadamente 100 veces superior al de la biopsia hepática. Se han realizado ya numerosos estudios que han comparado los hallazgos en biopsias hepáticas (particularmente el estadio de fibrosis) con la rigidez hepática medida mediante ET. En un estudio prospectivo y multicéntrico, que incluyó a 327 pacientes con hepatitis C crónica, la ET fue capaz de identificar la presencia de fibrosis significativa (F2-F4) y cirrosis (F4) con una elevada fiabilidad, con unas áreas bajo la curva de 0,79 y 0,97, respectivamente46. Además, la combinación de dicha técnica con el Fibrotest descrito anteriormente, incrementaba de forma significativa el poder diagnóstico, con un área bajo la curva de 0,88 para el diagnóstico de fibrosis significativa47. Recientemente, la aplicación de la ET en pacientes trasplantados hepáticos con recurrencia de la infección por el VHC ha confirmado utilidad en la práctica clínica48. En una cohorte de 135 pacientes trasplantados, que fueron sometidos a 169 biopsias hepáticas y a 129 estudios hemodinámicos, se evaluó la fiabilidad de la ET para identificar la presencia de fibrosis significativa (F2-F4) y de hipertensión portal. Se constató una excelente asociación entre el estadio de fibrosis y la rigidez hepática y, quizás más importante, una buena correlación entre el gradiente de presión portal y los valores de rigidez hepática (fig. 3). Las áreas bajo la curva para el diagnóstico de fibrosis significativa (F2) y de hipertensión portal CURSO BAS. DOC03 (106-112).qxp 12/2/07 11:25 Página 111 Fig 3. Relación entre el gradiente de presión portal (GPP) y la elasticidad hepática medida mediante elastografía transitoria27. Los pacientes se han clasificado en función del GPP: presión portal normal (< 6 mmHg), hipertensión portal leve (6-9,9 mmHg) e hipertensión portal clínicamente significativa (10 mmHg). Utilizando un punto de corte de 8,7 kPa, la sensibilidad, la especificidad, el valor predictivo positivo y el valor predictivo negativo para identificar la presencia de hipertensión portal (GPP = 6 mmHg) fueron del 90, 81, 81 y 90%, respectivamente. Los valores de sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo para la identificación de hipertensión portal clínicamente significativa (GPP = 10 mmHg) fueron de 100, 87, 50 y 100%, respectivamente. Rigidez hepática (kPa) CARRIÓN JA ET AL. TDIAGNÓSTICO NO INVASIVO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA n = 129 72 68 64 60 56 52 48 44 40 36 32 28 24 20 16 12 8 4 0 Kruskal-Wallis < 0,001 8.7 KPa GPP < 6 (n = 69) (HVPG = 6 mmHg) fueron de 0,90 y 0,93, respectivamente. La ET también se ha demostrado útil para el diagnóstico del estadio de fibrosis en pacientes coinfectados por el VHC y el VIH49, así como en enfermedades hepáticas crónicas de etiología no viral, como la cirrosis biliar primaria y la colangitis esclerosante50. La técnica tiene una buena reproducibilidad, pero también aqueja algunas limitaciones, como su difícil aplicación en pacientes obesos y su falta de especificidad para distinguir entre esteatosis y fibrosis. La combinación de la ET y RM en contraste de fases, que evalúa (mediante las imágenes proporcionadas por RM) la propagación de ondas en el tejido, podría solventar las limitaciones de la ET51. CONCLUSIÓN El diagnóstico no invasivo de la fibrosis hepática es ya una realidad. Aunque es evidente que para efectuar el diagnóstico de las enfermedades del hígado la biopsia sigue siendo esencial, no es menos cierto que para el seguimiento de estas enfermedades es imprescindible disponer de métodos fiables, rápidos, económicos y que no impliquen la práctica de una maniobra invasiva. La combinación de algunos de los métodos descritos anteriormente permite identificar correctamente entre el 50 y el 70% de los pacientes y, por tanto, ahorrar un número significativo de biopsias. Quizás sea necesario ahora disponer de estudios dinámicos en cohortes grandes, con seguimientos prospectivos prolongados, que permitan evaluar si los métodos no invasivos son útiles para identificar a los pacientes que van a desarrollar complicaciones clínicamente relevantes: desarrollo de cirrosis o carcinoma hepatocelular, hipertensión portal y complicaciones derivadas de ella (ascitis, hemorragia digestiva, encefalopatia hepática). 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A partir de varios estudios sobre los mecanismos patogénicos celulares y moleculares, se sabe que las células estrelladas hepáticas (CEH) activadas, los fibroblastos portales y los miofibroblastos son los principales agentes productores de proteínas de ME, así como que dichas células son activadas por distintas citocinas fibrogénicas (tabla I) en el hígado con daño crónico1-3. En respuesta a un agente lesivo tisular se inician la activación de las CEH y la subsecuente perpetuación que comportan cambios fenotípicos y funcionales responsables de un estado profibrótico (tabla I). En términos teóricos, el desarrollo de potenciales agentes terapéuticos antifibróticos se podría dirigir contra cada una de estas vías fisiopatogénicas con el objetivo de interrumpir, revertir o abolir la fibrogénesis intrahepática4,5. La fibrosis avanzada deviene en cirrosis con insuficiencia hepatocelular e hipertensión portal. Hasta no hace muchos años se consideraba que esta progresión era inexorable, «estación termini» de la historia natural de toda hepatopatía crónica. Pero recientemente se ha enunciado el concepto de reversibilidad de la fibrosis, con evidencias documentadas en pacientes6-12, que han disparado las investigaciones enfocadas al desarrollo de fármacos antifibróticos. Los objetivos primordiales se centran en inhibir la acumulación intrahepática de células implicadas en la fibrogénesis y en prevenir el depósito de proteínas de ME. Aunque los tratamientos parecen efectivos en modelos animales de fibrosis hepática, está por definir su eficacia y seguridad en humanos13-15. El factor decisivo para la resolución de la fibrosis radica en el incremento de la actividad colagenolítica1-4, reflejada por la degradación de los colágenos fibrilares (I y III) por las metaloproteinasas de matriz (MMP) 1, 8 y 13, cuya actividad aumenta por el descenso rápido de la Correspondencia: Dr. R. Moreno Otero. Servicio de Gastroenterología y Hepatología. Hospital de La Princesa. Diego de León, 62. 28006 Madrid. España. Correo electrónico: [email protected] expresión del inhibidor tisular de metalopreteinasas (TIMP-1). La apoptosis de las CEH activadas precede a la resolución de la fibrosis. Dicha apoptosis se precipita y favorece al alterarse la relación entre CEH activadas y proteínas de ME, así como por la estimulación de los factores de necrosis en las CEH activadas y la reducción de los factores de supervivencia, como el TIMP-116,17. En patología humana, la resolución de la fibrosis hepática puede ocurrir si se obtiene un resultado favorable en el tratamiento de la enfermedad subyacente; así se ha observado en pacientes con enfermedades por depósito (hierro o cobre), hepatitis virales8-10, hepatitis autoinmune7, cirrosis biliar secundaria6 o esteatohepatitis alcohólica y no alcohólica18,19. La regresión de la fibrosis necesita más o menos tiempo, según el tipo de hepatopatía subyacente y la gravedad de la lesión hepática definida por el estadio de fibrosis. Un agente antifibrótico efectivo puede retardar significativamente la fibrogénesis o promover la regresión de la fibrosis establecida. La terapéutica antifibrótica óptima pretende la eliminación del estímulo profibrogénico (tabla II) y la alteración del equilibrio, favoreciendo el proceso de fibrólisis. No obstante, estos aspectos teóricos están dificultados por diferentes razones de índole práctica (tabla III). EFECTOS TERAPÉUTICOS DEL INTERFERÓN SOBRE LA FIBROSIS HEPÁTICA El tratamiento de mantenimiento con interferón (IFN) puede indicarse en pacientes con hepatitis C crónica (HCC), en los que no ha alcanzado una respuesta virológica, con el objetivo de prevenir la progresión de la fibrosis hepática. Shiffman et al9 realizaron, en 1999, un estudio controlado para evaluar si, en los pacientes no respondedores al tratamiento estándar, la administración de IFN de forma prolongada era eficaz para evitar la progresión histológica de la HCC. En el análisis de 53 pacientes, que se aleatorizaron para recibir IFN␣-2b (3 MU 3 veces por semana durante 2 años) o ningún tratamiento, se procedió a repetir una biopsia hepática al año y a los 2 años de seguimiento. Los resultados mostraron claramente que el tratamiento de mantenimiento con IFN se asoció con una mejoría, tanto en parámetros de necroinflamación como de fibrosis, en comparación con los hallazgos en el grupo control. Al suspender el tratamiento de mantenimiento con IFN se constató Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):113-7 113 CURSO BAS. DOC04 (113-116).qxp 12/2/07 11:26 Página 114 MORENO-OTERO R ET AL. NUEVAS PERSPECTIVAS TERAPÉUTICAS DE LA FIBROSIS HEPÁTICA TABLA I. Activación de las células estrelladas hepáticas: procesos de iniciación y perpetuación (estado profibrótico) Citocinas fibrogénicas Factor transformante del crecimiento 1 Factor de crecimiento derivado de las plaquetas Endotelina-1 Angiotensina II Leptina Osteopontina Proteína quimiotáctica de monocitos tipo 1 (MCP-1) Inteleucina 1 RANTES Cambios en la forma y función de las células estrelladas hepáticas Proliferación Aumento de contractibilidad Pérdida de retinoides intracelulares Aumento de la fibrogénesis Degradación de la matriz Quimiotaxis Quimioatracción de leucocitos TABLA II. Acciones terapéuticas inhibidoras del estímulo profibrogénico Control de la activación de las CEH Neutralización de los mediadores de proliferación y fibrogénesis Incremento de la apoptosis de las CEH Inhibición de la síntesis de ME y del ensamblaje de sus proteínas Incremento de la degradación de la ME CEH: células estrelladas hepáticas; ME: matriz extracelular. TABLA III. Obstáculos para el desarrollo de terapéuticas antifibróticas Dificultad para establer end points clínicos aceptables Imprecisión de los métodos para evaluar la fibrosis: Técnicas de imagen Estudios de hemodinámica Elastografía de transición Marcadores séricos, biológicos o inmunohistoquímicos Marcadores genéticos Morfometría computarizada Biopsia hepática Dificultad para analizar poblaciones homogéneas de pacientes Indefinición de: Perfiles de seguridad Duración de los ensayos Tamaño muestral Incertidumbre financiera (coste-beneficio) un agravamiento de los cambios necroinflamatorios e, incluso, la progresión de la fibrosis en una tercera parte de los pacientes. Aunque el tamaño muestral de este estudio era escaso, sirvió de base para el diseño de estudios prospectivos con IFN en tratamiento prolongado. Posteriormente, se ha estudiado de forma más extensa el papel del tratamiento antiviral en la prevención de la progresión histológica de la HCC. Así, Poynard et al20 analizaron las biopsias hepáticas obtenidas antes y después del tratamiento en 3.010 pacientes con HCC sin tratamiento previo, que habían sido incluidos en 4 estudios aleatorizados, cada uno de los cuales tenía 3 o 4 grupos de tratamiento con IFN (estándar o pegilado), en monoterapia o combinado con ribavirina; debido a la ausencia de un grupo control no tratado, utilizaron como grupo comparativo a los pacientes que habían recibido monoterapia con IFN␣2b durante tan sólo 24 semanas. Se observó una mejoría 114 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):113-7 significativa en los parámetros necroinflamatorios (puntuación METAVIR) en el 39% de los pacientes tratados con IFN␣ durante 24 semanas y en el 73% de los tratados con IFN pegilado más ribavirina ajustada según el peso. El agravamiento de la fibrosis hepática fue significativamente superior en el grupo control tratado con IFN␣ durante tan sólo 24 semanas (23%) en comparación con el grupo que recibió IFN pegilado más ribavirina (8%). Cabe destacar que todas las pautas terapéuticas antivirales consigueron reducir significativamente la progresión de la fibrosis en comparación con el estadio previo al tratamiento. Adicionalmente, se observó una reversión de la cirrosis en 75 (49%) de los 153 pacientes con estadio F4 en la biopsia previa al tratamiento. La regresión de la fibrosis se relacionó de forma independiente con la respuesta virológica y, lógicamente, fue superior en los pacientes que presentaron una respuesta virológica sostenida. Aunque estos resultados son alentadores, la estimación inadecuada de la duración de la infección viral y la ausencia de linearidad en la progresión de la fibrosis hacen que las conclusiones del estudio no puedan ser complentamente asumibles. También se ha analizado el efecto del IFN pegilado sobre la progresión de la fibrosis mediante un metaanálisis de datos de pacientes individuales con biopsia hepática antes y después del tratamiento21. En este estudio se incluyeron más de 1.000 pacientes que habían sido tratados con IFN estándar o IFN pegilado ␣-2a en diferentes dosis, y se concluyó que en los pacientes que presentaron una respuesta virológica sostenida (y en menor medida en los pacientes que tuvieron una recidiva posterior) se produjo una regresión significativa en la fibrosis hepática. En cuanto a los pacientes cirróticos, la reducción del estadio de fibrosis se produjo en una proporción inferior (34%) a la observada en el anterior estudio20 y en ningún caso se observó una regresión total de la cirrosis. Del análisis de los datos de ambos estudios20,21 se desprenden las cuestiones siguientes: a) la eficacia del tratamiento con IFN y ribavirina en la mejoría histológica (inflamación y fibrosis hepática) es evidente en los pacientes que presentan una respuesta virológica sostenida, y b) la mejoría histológica también se produce, aunque en menor escala, en los pacientes que presentan una respuesta virológica pero con recidiva subsiguiente. En este último grupo de pacientes, los estudios efectuados hasta el momento sólo han evaluado los cambios histológicos a los 6 meses de la interrupción del tratamiento y, por tanto, se desconoce el impacto real de dicha mejoría en la historia natural de la HCC. Por consiguiente, los datos sobre la mejoría en el estadio de la fibrosis hepática en pacientes con HCC no respondedores al tratamiento antiviral son más controvertidos. ESTUDIOS PROSPECTIVOS SOBRE EL EFECTO ANTIFIBRÓTICO DEL INTERFERÓN EN PAUTAS DE MANTENIMIENTO En la actualiadad están en marcha 3 amplios estudios con el objetivo de evaluar el efecto del IFN en terapia de mantenimiento. El ensayo HALT-C22 es un estudio multi- CURSO BAS. DOC04 (113-116).qxp 12/2/07 11:26 Página 115 MORENO-OTERO R ET AL. NUEVAS PERSPECTIVAS TERAPÉUTICAS DE LA FIBROSIS HEPÁTICA céntrico aleatorizado para determinar si la administración de IFN pegilado ␣-2a puede prevenir la progresión de la HCC en pacientes no respondedores con fibrosis avanzada. A estos pacientes, no respondedores al IFN estándar, con o sin ribavirina, se les administrará IFN pegilado ␣2a más ribavirina durante 20 semanas; a los pacientes que no obtengan una respuesta virológica en este momento se les aleatorizará para seguimiento o para terapia de mantenimiento. Hay otro estudio de diseño similar, que se denomina EPIC-323, en el que se han incluido pacientes no respondedores al tratamiento antiviral previo y con fibrosis avanzada (F2 o superior). La pauta terapéutica consiste en IFN pegilado ␣-2b más ribavirina; los pacientes con ARN-VHC detectable a la semana 12 se aleatorizaran para recibir IFN pegilado ␣-2b en dosis bajas durante 3 años o ningún tratamiento. Los objetivos de ambos estudios son la evaluación de la progresión histológica de la HCC, así como el análisis de la evolución clínica (aparición de descompensación hepática o hepatocacinoma). La comunidad científica está a la espera de que el próximo año se disponga ya de resultados concluyentes. En un tercer estudio, de diseño algo diferente, denominado COPILOT24, se evaluó la eficacia del tratamiento de matenimiento con IFN pegilado ␣-2b en pacientes no respondedores y con fibrosis avanzada. La progresión de la enfermedad se definió en este estudio como: a) el deterioro de la función hepática en más de 2 puntos de la puntuación de Child-Pugh; b) la presencia de descompensación clínica, y c) el desarrollo de carcinoma hepatocelular. Tras 2 años de seguimiento, los resultados muestran claramente un beneficio del tratamiento de mantenimiento con IFN pegilado ␣-2b en dosis bajas, con una reducción significativa en el número de complicaciones clínicas secundarias, especialmente el síndrome de hipertensión portal. Perspectivas terapéuticas antifibróticas actuales y futuras Un fármaco antifibrótico ideal ha de ser específico del hígado, bien tolerado en pautas terapéuticas prolongadas y efectivo para reducir el exceso de colágeno acumulado, sin afectar a la síntesis fisiológica de proteínas de ME. En las tablas IV y V se detallan las posibles alternativas actuales y futuras según excelentes revisiones sobre el tema25-27. Debido a que la inflamación precede a la fibrosis y estimula su progresión, la terapéutica antiinflamatoria está considerada como una opción válida, especialmente en la hepatitis autoinmune28 y la hepatitis alcohólica aguda. Los agentes antioxidantes inhiben la activación de las CEH y, consiguientemente, frenan la síntesis de colágeno, según se ha demostrado en modelos de fibrosis hepática experimental; diferentes fármacos antioxidantes pueden ejercer efectos beneficiosos en las hepatopatías crónicas29. Aparte de la opciones terapéuticas que promueven la inhibición de la activación y la proliferación de las CEH, así como el estímulo de su apoptosis, la medidas enfocadas a interrumpir las vías de señalización de diversos fac- TABLA IV. Estrategias terapéuticas actuales para la fibrosis hepática Eliminar el estímulo causal Virus Alcohol Sobrepeso Hepatotóxicos Hierro Cobre Colestasis Agentes antiinflamatorios o inmunomoduladores Interferón alfa Corticoides Antioxidantes (vitamina E, silimarina, SAMET, fosfatidilcolina) Pentoxifilina Análogos de nucleósidos/nucleótidos Prostaglandinas (?) Colchicina (?) Interleucina 10 (?) TABLA V. Estrategias futuras para la fibrosis hepática Evitar la activación de las CEH Inhibidores de la angiotensina Antagonistas de PPAR␥ (tiazolidonas) Interferón ␥ Retinoides Promover la apoptosis de las CEH Reductores de la expresión de TIMMP-1 Neutralizar factores de crecimiento o citocinas Anticuerpos anti-TGF1 Antagonistas de receptores para citocinas Proteínas recombinantes ligandos de citocinas (decorina)? Inhibir la síntesis y ensamblaje de la ME Inhibidores de la 4 prolil hidrolasa Estimular la degradación de la ME Inductores de proteasas endógenas (MMP 1, 8 y 13), como halofuginona Inhibidores de la HMG-CoA-reductasa Estatinas Inhibidores de la histona diacetilasa Aporte o inhibición de factores de crecimiento IGF, HGF Cardiotrofina (¿riesgo de promover cáncer?) Inhibir la síntesis y vías de señalización del TGF-1 Antagonistas del PDGF Tratamiento inmunosupresor (micofenolato, rapamicina) Terapia antiangiogénica Antagonistas del receptor de VEGF Antagonista de la integrina ␣v6 Aporte de moduladores vasoactivos Antagonistas del receptor de la endotelina A Inhibidores del sistema de la angiotensina II Donadores de óxido nítrico Terapia génica CEH: células estrelladas hepáticas; PDGF: factor de crecimiento derivado de las plaquetas; TGF: transformante del crecimiento. tores fibrogénicos (p. ej., el factor transformante del crecimiento [TGF] 1) comportan una importante alternativa terapéutica antifibrótica26,30. Entre éstos, se incluyen pentoxifilina, amiloride, ácido S-farnesil-tiosalico o ligandos de PPAR␣ y PPAR␥ (tiazolidonas). La inhibición del sistema renina-angiotensina constituye una prometedora opción antifibrótica, aunque la evidencias obtenidas en neuropatías y cardiopatías crónicas, están aún por determinar en la enfermedad hepática (HCC, esteatohepatitis no alcohólica o trasplante hepático). Igualmente, de forma experimental, se sabe que el bloqueo de los receptores tipo A de la endotelina-1 y la administración de vasodilatadores (prostaglandina E2 y donantes de Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):113-7 115 CURSO BAS. DOC04 (113-116).qxp 12/2/07 11:26 Página 116 MORENO-OTERO R ET AL. NUEVAS PERSPECTIVAS TERAPÉUTICAS DE LA FIBROSIS HEPÁTICA óxido nítrico) ejercen un efecto antifibrótico31. También se han investigando tanto la inhibición de la síntesis de colágeno como el estímulo de su degradación. Otras posibles terapéuticas antifibróticas, cuya eficacia y seguridad en patología humana está por demostrar, son: compuestos herbales (Sho-saiko-to, glicirrina o savia miltiorhiza), inhibidores de la 4-prolil hidrolasa, halofuginona, MMP-8 y activador del plasminógeno tipo urocinasa (estimuladores de la degradación del colágeno), hepatoprotectores (silimarina) y, por último, la infusión de células madre mesenquimales. Un aspecto decisivo por resolver en varias de estas alternativas antifibróticas mencionadas radica en el hallazgo de carriers específicos, que transporten el principio activo hasta las CEH activadas; es obvio que esta opción podría evitar efectos colaterales indeseables. Las decisiones terapéuticas más prometedores han de basarse en promover el estudio de las células madre pluripotenciales, en facilitar la investigación trasnlacional, en el hallazgo de sistemas cuya diana sean las CEH activadas y en identificar los factores genéticos determinantes de la progresión rápida de la fibrosis. Por último, deben diseñarse ensayos clínicos consistentes y desarrollar métodos hábiles para evaluar la progresión o regresión de la fibrosis hepática. La opinión más generalizada entre los investigadores básicos y clínicos es que la combinación de varios de estos agentes antifibróticos constituirá la alternativa terapéutica más realista en un futuro próximo. BIBLIOGRAFÍA 1. Friedman SL. Liver fibrosis: from bench to bedside. J Hepatol. 2003;38 Suppl 1:38-53. 2. Cassiman D, Libbrecht L,Sinelli N,Desmet V,Denef C,Roskams T. Beauty is in the eye of the beholder: emerging concepts and pitfalls in hepatic stellate cell research. J Hepatol. 2002;37:527-35. 3. 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Semin Liver Dis. 2001;21:417-26. 31. Cho JJ. An oral endothelin-A receptor antagonist blocks collagen synthesis and deposition in advance rat liver fibrosis. Gastroenterology. 2000;118:1169-78. 111 Portadilla 12/2/07 11:29 Página 1 XXXII Congreso Nacional de la Asociación Española para el Estudio del Hígado Madrid, 21-23 de febrero de 2007 Comunicaciones presentadas en el Congreso Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 119 COMUNICACIONES ORALES Sesión general 1 Moderadores: José Castellote. (Barcelona). Jose Luis Montero. (Badajoz) DIAGNÓSTICO DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR < 20 MM. EVALUACIÓN PROSPECTIVA DE LOS CRITERIOS NO INVASIVOS BASADOS EN RESONANCIA MAGNÉTICA Y ECOGRAFÍA CON CONTRASTE diagnóstico de CHC y se recomienda la realización de una biopsia, aunque hay que tener en cuenta una tasa de falsos negativos cercana al 32%. Los resultados de este estudio validan los criterios diagnósticos no invasivos propuestos por la AASLD. A. Forner1, R. Vilana2, C. Ayuso2, L. Bianchi2, M. Sole3, J.R. Ayuso2, M. Sala1, M. Varela1, J.M. Llovet1, C. Bru2 y J. Bruix1 1 BCLC. Servicio de Hepatología. IMDiM. 2BCLC. Servicio de Radiología. CDI. 3BCLC. Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Clinic, Universidad de Barcelona, España Objetivos. Evaluar prospectivamente el rendimiento de la ecografía con contraste (CE-US) y la RM dinámica (RM) para el diagnóstico de nódulos ≤ 20 mm detectados durante una ecografía de screening en pacientes cirróticos y validar los criterios no invasivos de diagnóstico de carcinoma hepatocelular (CHC) propuestos por la AASLD. Pacientes/métodos. Se incluyeron cirróticos Child A-B sin antecedentes de CHC en los que se detectó mediante US un nódulo único de 520 mm. El estudio basal consistió en RM con gadolinio (G. E; Signa Horizon LX-CV/i, 1.5T), ecografía abdominal con contraste (SonoVue®, Bracco, Milan) y biopsia y/o punción-aspiración con control ecográfico. El resultado histológico se consideró el patrón de oro y la biopsia se repitió hasta tres veces si no obtenía un diagnóstico concluyente. En aquellos pacientes en los que no se demostraba CHC se realizó un seguimiento mediante CE-US/3 meses y RM/6 meses para descartar malignidad. Captación intensa de contraste en fase arterial seguida de lavado (“washout”) en fase venosa se consideró concluyente de CHC, mientras que captación intensa arterial, independientemente de la presencia de lavado, fue considerado sospechoso de CHC. Resultados. 84 pacientes fueron incluidos (edad media 64 años, 50 hombres, 64 VHC+, 73 Child A). El diagnóstico final fue CHC en 57 casos, colangiocarcinoma en 1 caso y nódulo benigno (regenerativo/displásico, hemangioma e hiperplasia nodular focal) en 26 casos. Éstos últimos fueron seguidos durante una mediana de 20 meses (rango 3-37 meses) para asegurar su naturaleza benigna. No hubo diferencias significativas en sexo, etiología de la cirrosis y niveles basales de AFP entre los pacientes con CHC y los pacientes con nódulos benignos. Los nódulos diagnosticados como CHC fueron significativamente más grandes que los benignos (P < 0,001). La primera biopsia fue falsamente negativa en 18/57 casos de CHC (31,6%). El rendimiento de la CE-US y de la RM se resume en la siguiente tabla: CE-US Sospechoso Concluyente RM dinámica Sospechoso Concluyente Ambas técnicas Sospechoso Concluyente Sensibilidad 79% 52% 81% 58% 63% 30% Especificidad 88% 96% 92% 96% 100% 100% VPP 92% 93% 95% 97% 100% 100% VPN 66% 49% 67% 50% 54% 40% Considerando el criterio concluyente, la CE-US y la RM registraron dos y un resultado falso positivo, respectivamente. Conclusiones. El diagnóstico de CHC puede establecerse en nódulos ≤ 20 mm sin necesidad de una biopsia positiva si CE-US y RM son diagnósticas de CHC. El uso de una única técnica puede dar lugar a resultados falsos positivos en una minoría de casos, lo que apoya el beneficio de usar una segunda prueba de imagen de confirmación. La ausencia de captación en fase arterial no descarta el EFECTO DEL TRATAMIENTO ANTIVIRAL SOBRE LA PROGRESIÓN DE LA HEPATITIS C TRAS EL TRASPLANTE HEPÁTICO: ESTUDIO CONTROLADO Y ALEATORIZADO J.A. Carrión, M. Navasa, M. García-Retortillo, J.C. García-Pagan, G. Crespo, M. Bruguera, J. Bosch y X. Forns Servicio de Hepatología, Institut de Malalties Digestives i Metabòliques, Hospital Clínic, IDIBAPS, Barcelona. España La recurrencia de la hepatitis C es el principal problema de los programas de trasplante hepático (TH). Nuestro estudio ha evaluado el efecto del tratamiento antiviral en la progresión de la hepatitis C en 81 receptores de TH infectados por el virus de la hepatitis C (VHC). Los pacientes con recurrencia leve de la hepatitis C (F0-F2, n = 54) fueron aleatorizados a un grupo sin tratamiento (Grupo A, n = 27) o a un grupo que recibió interferón pegilado alfa-2b/ribavirina durante 48 semanas (Grupo B, n = 27). Los pacientes con recurrencia severa (F3-F4, hepatitis colestásica) recibieron tratamiento antiviral (Grupo C, n = 27). En todos los pacientes (n = 81) se realizó una biopsia basal y al final del seguimiento; se determinó el gradiente de presión portal (GPP) basal y al final del seguimiento en 51 pacientes. En 13 (48%) pacientes del Grupo B y en 5 (18,5%) del Grupo C se alcanzó respuesta viral sostenida (RVS). En 40 (49%) de los 81 pacientes se constató progresión de la fibrosis hepática (≥ 1 estadio): en 19 (70%) del Grupo A frente a 7 (26%) del Grupo B (p = 0,001) y en 14 (54%) del Grupo C. El GPP se incrementó (6,5 a 13 mmHg, p < 0,01) en pacientes con progresión de la fibrosis y descendió (5 a 3,5 mmHg, p = 0,017) o se mantuvo estable en aquellos en los que se constató mejoría o estabilización de la fibrosis, respectivamente. La única variable asociada de forma independiente a la mejoría/estabilización de la fibrosis hepática fue el tratamiento antiviral (OR = 3,7 95% CI: 1,3-10, p = 0,009). En los pacientes que recibieron tratamiento antiviral, la respuesta bioquímica y la respuesta virológica precoz se asociaron de forma independiente a la mejoría/estabilización de la fibrosis y del GPP (OR: 5,3, 95% CI: 1,5-18, p < 0,01; OR: 7,4, 95% CI: 1,4-38, p = 0,01, respectivamente). Estos resultados demuestran que en receptores de TH con recurrencia de la hepatitis C, la eliminación del VHC durante o tras el tratamiento retrasa la progresión de la enfermedad. Estos resultados se ven reforzados por la buena concordancia entre los cambios en la fibrosis hepática y el GPP. ANÁLISIS DE LA COMPARTIMENTALIZACIÓN DEL VIRUS DE LA HEPATITIS C (VHC) Y SU RELACIÓN CON LA RECIDIVA DE LA INFECCIÓN TRAS EL TRASPLANTE HEPÁTICO S. Ramírez*, A. Massaguer*, J.A. Carrión*, J. Costa**, J.M. Sánchez-Tapias*, J.C. García-Valdecasas* y X. Forns* *Servicio de Hepatología, Hospital Clínic, Institut de Malalties Digestives, IDIBAPS. **Servicio de Microbiología, Hospital Clínic, IDIBAPS. Diversas evidencias sugieren que el VHC podría infectar compartimentos extrahepáticos, pero se desconoce su papel en la recurren- Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 119 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 120 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO cia de la infección tras el tratamiento antiviral y el trasplante hepático (TH). El objetivo de este estudio es determinar si el VHC está compartimentalizado y analizar si su presencia en compartimentos extrahepáticos tiene relación con la recidiva de la infección tras el TH. Para ello se ha seleccionado una cohorte de 56 pacientes infectados por el VHC sometidos a TH; 43 pacientes (77%) se trasplantaron con ARN-VHC detectable en suero (rango: 5 UI/ml-3x106 UI/ml) y 13 (23 %) con ARN-VHC indetectable (tras recibir tratamiento antiviral). Se cuantificó el ARN-VHC y se secuenció la región HVR-1 en muestras de suero, células mononucleares de sangre periférica (CMP), ganglios perihepáticos e hígado (explante) obtenidas durante el TH y en muestras de suero y CMP recogidas en diferentes puntos del seguimiento post-TH. En los 43 pacientes con ARN-VHC positivo en suero, se detectó ARN-VHC en el 81%, 78% y 98% de muestras correspondientes a CMP, ganglios perihepáticos y explantes, respectivamente. En los 13 pacientes con ARN-VHC no detectable, la proporción de muestras positivas fue del 15%, 17% y 38% para CMP, ganglios perihepáticos y explante, respectivamente. La infección recidivó en 4 de estos 13 pacientes y en todos ellos se detectó ARN-VHC en el explante. Sin embargo, la presencia de ARN-VHC en CMP y ganglios perihepáticos (pero no en el explante) en 2 pacientes no se asoció a recidiva. En un 40% de individuos, las secuencias consenso de la región HVR-1 del virus aislado en suero, CMP, ganglios y explante fueron diferentes. Estos resultados indican que el VHC está compartimentalizado y sugieren que algunas cepas presentes en tejidos extrahepáticos no estarían adaptadas para infectar el injerto. En los pacientes en tratamiento antiviral y ARN-VHC indetectable en suero, la presencia de ARN-VHC residual en el explante podría ser un marcador de recidiva tras el TH. EFECTO DEL TRATAMIENTO CON LOSARTAN SOBRE LA FIBROGÉNESIS HEPÁTICA EN LA HEPATTIS CRÓNICA C J. Colmenero, R. Bataller, X. Forns, P. Sancho-Bru, M. Bruguera, M. Dominguez, M. Moreno, V. Arroyo y P. Ginès Servicio de Hepatología, Institut Clínic de Malalties Digestives i Metabòliques, Hospital Clínic, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Barcelona. En la actualidad no se dispone de tratamientos antifibrogénicos para los pacientes con hepatitis crónica C en los que el tratamiento antiviral no ha sido efectivo. Se ha propuesto el uso de los antagonistas del receptor tipo 1 de la angiotensina II (ARA-II), pero su efecto sobre la fibrogénesis hepática en humanos es desconocido. El objetivo de este estudio fue investigar el efecto del losartan, un ARA-II, sobre la fibrogénesis hepática en con hepatitis crónica C. Métodos. Catorce pacientes con hepatitis crónica C y fibrosis significativa (F2-F4) fueron tratados con losartan por vía oral (50 mg/día) durante 18 meses. Se realizó dos biopsias hepáticas, una antes de iniciar el tratamiento y otra tras finalizar el mismo. El grado de fibrosis fue evaluado mediante marcadores séricos (TIMP1, ácido hialurónico, TGFbeta-1 y PIIIP) y mediante estudio histológico. La fibrogénesis hepática fue evaluada mediante análisis cuantitativo de la expresión hepática de genes involucrados en la síntesis de la matriz extracelular hepática y de genes de citoquinas pro-inflamatorias. Resultados. El Losartan disminuyó ligeramente la presión arterial y fue bien tolerado por todos los pacientes. La actividad renina plasmática y los niveles plasmáticos de angiotensina II se incrementaron durante el estudio. No se observó cambios en los exámenes de laboratorio de función hepática ni en la carga viral. Los marcadores séricos de fibrosis no disminuyeron significativamente. En siete pacientes (50%) se apreció una disminución de al menos un grado de fibrosis en la escala METAVIR. Asimismo, se observó una disminución significativa de la actividad inflamatoria tipo “piecemeal”. El tratamiento con losartan se acompañó de un descenso significativo de la expresión génica de genes involucrados en la fibrogénesis hepática, incluyendo los procolágenos 1(α)I y 4(α)I, el activador del plasminógeno tipo urokinasa (ut-PA), Rac-1 120 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 y MMP-2. Además, los pacientes con mejoría de la actividad inflamatoria tipo “piecemeal” presentaron una reducción de la expresión génica de TIMP-1 y de citoquinas pro-inflamatorias (MCP-1 y Gro-alpha). Conclusiones. El tratamiento con losartan por vía oral durante 18 meses reduce la fibrogénesis hepática en los pacientes con hepatitis crónica C. Dicho efecto se acompaña de una reducción del grado histológico de fibrosis en la mitad de ellos y de la reducción de la actividad inflamatoria. Estos datos apoyan la realización de estudios randomizados controlados para determinar la eficacia antifibrogénica de los ARA-II en la hepatitis crónica C. NUEVOS CRITERIOS DE PRIORIZACIÓN PARA EL ACCESO AL TRASPLANTE HEPÁTICO EN ANDALUCÍA BASADOS EN EVALUACIÓN DE RESULTADOS (2004-2006) N. Cuendea, M. de la Matab, J.A. Ferrónc, M.A. Gómez Bravod, J. Huet Ruiz-Matasa, P. López-Cillerob, R. Martín-Vivaldic, J.M. Pascasiod, J. Rodrigoe, J. Santoyoe y M. Alonsoa a Coordinación Autonómica de Trasplante de Andalucía, bHospital Universitario Reina Sofía (Córdoba), cHospital Universitario Virgen de las Nieves (Granada), dHospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla), eHospital Universitario Carlos Haya (Málaga). Introducción. En Andalucía (año 2002), los cuatro Equipos de Trasplante Hepático (TH) con la colaboración de la Coordinación Autonómica de Trasplantes, establecieron unos criterios comunes para la gestión de la lista de espera (LE) de TH. Se acordó priorizar en una LE preferente local a los pacientes con mayor grado de insuficiencia hepática (IH) según su puntuación MELD y a aquellos con hepatocarcinoma (HC), que cumplieran con los criterios de Milán. Si al cabo de 3 (IH) o 6 meses (HC) los pacientes no eran trasplantados con donante local, pasaban a una LE preferente común (LEPC) con prioridad regional en Andalucía. Objetivo. Actualizar los criterios de priorización mediante la evaluación de los resultados de la LE. Material y métodos. Se ha analizado la evolución de todos los pacientes de Andalucía que estuvieron en la LE en los años 2004 y 2005 (n = 506), con seguimiento hasta julio de 2006. Se ha calculado el porcentaje de fallecidos y excluidos por progresión de enfermedad y la supervivencia con el método de Kaplan-Meier de los pacientes en LE según su código en LE y según el diagnóstico principal. En el caso de las IH se han calculado los mismos parámetros, según la puntuación MELD, así como la Curva ROC para distintas puntuaciones MELD y para el tiempo en LE. Resultados. El porcentaje de pacientes fallecidos o excluidos por progresión de enfermedad fue del 10,5% para los pacientes en LE electiva, del 20,2% en LEPL y del 3,7% en LEPC. La supervivencia fue significativamente inferior en el caso de los pacientes en LEPL (p < 0,05). Dentro de esta LE, los pacientes con IH tuvieron un riesgo de progresión o mortalidad del 21% frente al 9,1% en los HC y al 5,6% en el grupo de otras enfermedades (p < 0,05). Entre los pacientes con IH y una puntuación MELD de 10 no hubo ningún caso de mortalidad o progresión de enfermedad, incrementándose gradualmente este riesgo que supera el 17% a partir de los 15 puntos y el 40% con puntuaciones de 24 o superiores. El área bajo la curva ROC para la puntuación MELD fue del 70,5% y para el tiempo en LE fue del 37,5%. Conclusiones. El tiempo en LE no predice el riesgo de mortalidad o exclusión de LE por progresión de la enfermedad en las IH, a diferencia de la puntuación MELD. Según los resultados obtenidos los nuevos criterios de priorización son: 1. Para acceder a LE electiva, las IH deberán tener una puntuación MELD ≥ 11. 2. Accederán a LEPL los pacientes con IH con una puntuación MELD ≥ 15 y los HC uninodulares ≥ 3 cm. o multinodulares (con puntuación equivalente al MELD 15). 3. El acceso a la LEPC se producirá al cabo de 3 meses de estar en LEPL en el caso de IH con puntuaciones MELD entre 15 y 23 y de forma inmediata si la puntuación es ≥ 24. Los HC accederán tras 6 meses en LEPL. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 121 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO INFLUENCIA DE LA PROFILAXIS ANTIBIÓTICA EN EL RIESGO DE DESARROLLAR INFECCIONES QUIRÚRGICAS EN PACIENTES CON TRASPLANTE HEPÁTICO A. Ramos, V. Cuervas-Mons, A. Asensio, J. Gavaldáa, F. Lópeza, Y. Quijanoa, J.M. Cisnerosa, V. Sánchez Turrión, E. Muñez, M. Jiménez e I. Baños Hospital Universitario Puerta de Hierro. Universidad Autónoma de Madrid. RESITRAa (Red Española de Infección y Trasplante) Introducción. La profilaxis antibiótica en cirugía es un procedimiento de utilidad demostrada para prevenir las infecciones quirúrgicas (IQ). No existe un régimen óptimo de profilaxis antibiótica en pacientes sometidos a trasplante hepático que sea aceptado por la mayoría de los hospitales Métodos. Estudio prospectivo de una cohorte de 1012 pacientes con trasplante hepático consecutivos realizados en varios hospitales españoles integrados en la red de investigación RESITRA. Setecientos treinta y seis pacientes eran varones (72,9%) y el rango de edad era de 10 a 71 años (media 54 años). Se evaluó el riesgo de desarrollar IQ en función del tipo de profilaxis antibiótica empleada. Se realizó un control de potenciales variables de confusión mediante un análisis multivariante. Resultados. Un total de 174 episodios de IQ fueron observadas en 140 pacientes (13,8%) cuya mediana temporal de aparición fue de 21,5 días postrasplante. Los principales tipos de infecciones fueron colangitis (37%) infección de la herida quirúrgica (29%), peritonitis (14%), absceso hepático (10%) y absceso intraabdominal (10%). Las infecciones quirúrgicas fueron más frecuentes en varones (14%) que en mujeres (11%, p = 0,220), alcanzando un valor del 10% en pacientes en estadio A de Child, 13% en los de estadio B y del 15 % en los de estadio C (p = 170). Los organismos responsables de la infección en los 104 casos con documentación microbiológica fueron Enterococcus faecium (22%), Escherichia coli (20%), Acinetobacter baumannii (16%), Candida spp (9%), Staphylococcus aureus (8%). Staphylococcus coagulasa negativa (7%), Enterobacter spp (4%), Klebsiella pneumoniae (3%). La mortalidad relacionada con este tipo de infecciones fue del 9,3%. En el análisis multivariante el empleo de cefazolina (OR 3.2; 95% CI, 1,9-5,5%) junto a la derivación colédocoyeyunal o hepáticoyeyunal (OR 5,0; 95% CI, 2.0-10,0) y a los requerimientos transfusionales intraoperatorios de hematíes (OR 1,03; 95% CI, 1,0-1,1) se asociaron con un mayor riesgo de desarrollar una IQ. Conclusiones. La cefazolina no debe ser empleada como único agente en la profilaxis antibiótica para prevenir IQ en pacientes con trasplante hepático. Los pacientes sometidos a colédocoyeyunostomía o hepáticoyeyunostomía podrían necesitar un tipo de profilaxis con mayor cobertura o más prolongada dado su mayor riesgo de desarrollar IQ. TRATAMIENTO ANTIVIRAL DE LA HEPATITIS C RECURRENTE TRAS EL TRASPLANTE HEPÁTICO: RESULTADOS SIMILARES INDEPENDIENTEMENTE DEL TIPO DE INTERFERÓN PEGILADO EMPLEADO A. Palaua, V. Malo, V. Aguilera, M. Prieto y M. Berenguer a Servicio de Digestivo Hospital General de Castellón. Servicio de Digestivo Hospital La Fe. Valencia. El tratamiento de la hepatitis C recurrente ha mejorado desde el empleo de interferón pegilado y ribavirina. Objetivos. Analizar si el resultado de la terapia antiviral en la hepatitis C recurrente difiere con interferón Pegilado-alfa-2a vs interferón Pegilado-alfa-2b combinados con ribavirina. Métodos. Analizamos datos preliminares de este estudio prospectivo randomizado comparando eficacia (respuesta viral sostenida (RVS)) y tolerancia (interrupción-retirada de tratamiento, reducción de dosis de interferón/ribavirina, uso factores de crecimiento) durante tratamiento con ribavirina + pegIFNalfa2a (n = 27) o 2b (n = 19). Sólo se analizan pacientes que han finalizado el seguimiento. Resultados. 40 (87%) VHC genotipo-1. La RVS en 44% (11/27 con pegIFNalfa2a vs 10/19 con pegIFNalfa2b; pNS,ver-tabla). De los posibles factores predictivos de RVS analizados (sexo, edad, terapia antiviral pretrasplante, inmunosupresión de inducción, alcohol, Child-Pugh y carcinoma hepatocelular al momento del trasplante, rechazo y tratamiento, gravedad hepatitis a inicio tratamiento, análisis laboratorio, índice masa corporal(IMC) y carga viral antes del tratamiento, tipo y duración terapia antiviral, tiempo desde trasplante hasta tratamiento, reducciones de interferón/ribavirina, factores crecimiento, respuesta viral precoz (RVP) mes 1 y 3; sólo la carga viral pretratamiento y la RVP al 3 mes fueron predictores de RVS (p = 0,01 y 0,004, respectivamente). Duración del tratamiento (p =.07) e IMC al inicio del tratamiento (p = 0,08) se asociaron con mejor respuesta pero sin alcanzar significación estadística. RVP3Mes RBS RVS D/C Reducciones-dosis PegIFNalfa2a 78% 30% 41% 50% 52% (n = 27) PegIFNalfa2b 77% 47% 52,5% 53% 42% (n = 19) RBS = respuesta bioquímica sostenida; D/C = interrupción-retirada Conclusiones. Un porcentaje sustancial de trasplantados hepáticos VHC-1b tratados con pegIFN+ribavirina eliminan el VHC independientemente del tipo de pegIFN. La ausencia de RVP es altamente predictiva de no respuesta al tratamiento. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 121 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 122 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Sesión general 2 Moderadores: José Luis Calleja. (Madrid). Angeles Escorsell. (Barcelona) META-ANÁLISIS DEL VALOR DEL GRADIENTE DE PRESIÓN VENOSA HEPÁTICA (GPVH) PARA MONITORIZAR LA EFICACIA DEL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL M. Gonzáleza, C. Ripollb, R. Gonzáleza, M.V. Catalinab, L.M. Molineroc, R. Bañaresb y A. Albillosa a Servicio de Gastroenterología, Hospital Universitario Ramón y Cajal. Universidad de Alcalá. bServicio de Gastroenterología, Hospital Universitario General Gregorio Marañón, Departamento de Medicina, Universidad Complutense, Madrid. cAlce Ingeniería, Madrid. Los criterios actuales de reducción del GPVH para establecer la respuesta al tratamiento farmacológico de la hipertensión portal en la cirrosis, así como su utilidad clínica son objeto de controversia. Este meta-análisis evaluó la eficacia de las valores actuales de reducción del GPVH para predecir la hemorragia variceal en cirróticos en tratamiento farmacológico para la prevención primaria o secundaria de hemorragia variceal. Se buscaron publicaciones en bases de datos electrónicas, citas y resúmenes hasta Marzo de 2006. Se incluyeron cohortes de pacientes en tratamiento con beta-bloqueantes ± nitratos de estudios aleatorizados y no aleatorizados, que correlacionaban cambios del GPVH y hemorragia variceal. Las causas de heterogeneidad se examinaron mediante meta-regresión. El análisis de calidad se realizó por criterios para valorar las características de las cohortes y la adherencia de la medida del GPVH a las guías clínicas. Se identificaron 10 estudios, que incluían 595 pacientes con medida del GPVH basal y tras fármacos y 181 pacientes no evaluables (25% por hemorragia). El riesgo relativo (RR) de hemorragia fue menor en pacientes con respuesta global (GPVH ≤ 12 mmHg o descenso ≥ 20%) (0,27, IC95% 0,14-0,52), respuesta óptima (GPVH ≤ 12 mmHg) (0,48; IC 0,28-0,81) o respuesta suficiente (descenso del GPVH ≥ 20%) (0,41; IC 0,20-0,81), con heterogeneidad significativa. El análisis de meta-regresión identificó el intervalo entre las medidas del GPVH como la única variable asociada con hemorragia (coeficiente 0,34, DE 0,15, τ2 0,33, p < 0,05). A mayor intervalo, menor capacidad del GPVH para predecir el riesgo de hemorragia. La heterogeneidad perdió significación tras excluir un estudio atípico, con el mayor intervalo entre medidas y la menor calidad. Incluso considerando como respondedores a los pacientes no evaluables por hemorragia (“peor supuesto”), el RR de hemorragia era menor en respondedores globales (0,66; IC 0,51-0,86). El RR de muerte de causa hepática (0,58; IC 0,37-0,91) (NNT 6; IC 4-11) y de cualquier causa (0,71; IC 0,49-1,00) era menor en respondedores globales. La correlación del GPVH con el riesgo de resangrado se evaluó en 6 ensayos de profilaxis secundaria, que incluían 363 pacientes. El RR de resangrado fue inferior en pacientes con respuesta global (0,35; IC 0,16-0,80), óptima (0,56; IC 0,31-0,96) y suficiente (0,52; IC 0,22-1,22), con heterogeneidad. La heterogeneidad perdió significación tras excluir el estudio con mayor intervalo entre medidas del GPVH. Conclusión. Este meta-análisis apoya el uso de los valores de reducción del GPVH para estimar la eficacia del tratamiento farmacológico de la hipertensión portal. Dicha monitorización también proporciona información pronóstica, pues la supervivencia es mayor en respondedores. Nuestros hallazgos señalan como causa de heterogeneidad al intervalo entre las dos determinaciones hemodinámicas, siendo menor la capacidad predictiva del GPVH cuanto mayor es el intervalo. 122 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 LA INHIBICIÓN DE LA TRANSMISIÓN ADRENÉRGICA PUEDE CONTRIBUIR A LA VASODILATACIÓN ESPLÁCNICA DE LA HIPERTENSIÓN PORTAL M. Coll*, J. Genescà*, T. Otero*, A. Rodríguez**, J.C. García Pagán**, M. Oria*, J. Bosch** y M. Martell* *Hepatología Hospital Vall d’Hebron. **Hemodinámica Hepática Hospital Clinic. Barcelona. Antecedentes. La vasodilatación arterial, mediada en parte por óxido nítrico, es un componente fundamental en la alteración hemodinámica de la hipertensión portal. La tecnología de microarrays de ADN permite analizar de forma conjunta la más que probable complejidad del proceso que desencadena la vasodilatación arterial esplácnica. Objetivos. Averiguar cuales son las alteraciones de expresión génica implicados en el trastorno arterial esplácnico, desde las fases más precoces hasta la instauración de la hipertensión portal en un modelo experimental de ligadura parcial de la vena porta (PPVL) en rata. Métodos. Se analizaron muestras secuenciales de arteria mesentérica obtenidas 1h, 6h, 24h, 3d, 5d y 14d post-ligadura comparadas con muestras de ratas sham con el mismo esquema, utilizando microarrays de expresión diferencial de 18.000 genes (Agilent). El análisis de los perfiles de expresión a lo largo del tiempo se realizó con el programa maSigPro y se aplicaron los algoritmos de agrupamiento PAMSAM para la clasificación en clusters de co-expresión potencial. La validación de los resultados se llevó a cabo por RT-PCR cuantitativa a tiempo real (Applied), tanto en las muestras de ratas PPVL y sham, como en muestras de arteria mesentérica (n = 6) y arteria hepática (n = 4) procedentes de ratas cirróticas por inducción con tetracloruro de carbono (8-15 semanas) y ratas control (n = 4 mesentéricas, n = 4 hepáticas). Resultados. De los genes seleccionados en una primera aproximación por presentar perfiles de expresión que se ajustan a un modelo de regresión, 50 genes se agruparon en un cluster cuyo perfil de expresión se caracterizaba por una sobre-expresión a la primera hora post- ligadura, un descenso continuado de la expresión a lo largo del modelo y una represión génica muy acentuada a los 14 días (modelo en fase crónica). El análisis funcional de este cluster reveló que todas las expresiones se relacionaban con funciones del sistema nervioso, en particular con la vía de transmisión adrenérgica (en 50% de las expresiones). Entre las proteínas potenciales cuya síntesis estaba inhibida existían proteínas implicadas en la síntesis, transporte y liberación de catecolaminas (noradrenalina) en las terminales adrenérgicas. La cuantificación de 50 de estos mRNA por RT-PCR en las ratas con PPVL, confirmó los resultados de los microarrays en el total de los casos. Además, 42 genes de los 50 (84%) estaban inhibidos significativamente en la arteria mesentérica de rata cirrótica, con respecto a ratas control. En las muestras de arteria hepática, tanto de rata cirrótica como control, existía una muy baja o nula expresión de estos genes, lo que sugiere que la expresión observada es específica de arteria mesentérica. Conclusión. Estos datos sugieren que en la circulación esplácnica de las ratas con hipertensión portal existe una marcada inhibición de la transmisión adrenérgica que puede tener un papel importante en la génesis de la vasodilatación esplácnica Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 123 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO REGULACIÓN DEL POTENCIAL FIBROGÉNICO DE LAS CÉLULAS ESTRELLADAS HEPÁTICAS POR LA ESFINGOMIELINASA ÁCIDA A. Moles, J.C. Fernández-Checa y M. Marí Unidad de Hepatología, Instituto Malalties Digestives, Hospital Clínic i Provincial, y Departamento de regulación de proliferación y muerte celular, IDIBAPS, IIBB, CSIC, Barcelona. Introducción. Las células estrelladas hepáticas (CEH) son responsables de la sobreproducción y generación de proteínas de matriz extracelular en el hígado fibrótico. En el curso de las hepatopatías crónicas las CEH sufren una transformación fenotípica o activación celular que es clave en la patogenia de la fibrosis hepática. Los esfingolípidos en general, y la ceramida en particular, han surgido como segundos mensajeros lípidos en numerosas respuestas celulares. La activación de la esfingomielinasa ácida (ASMasa), enzima lisosomal/endosomal generadora de ceramida tras la hidrólisis de esfingomielina, se ha involucrado en la muerte celular por apoptosis bajo diversos estímulos. Objetivo. Analizar si la modulación de la ASMasa en células estrelladas hepáticas (CEH) afecta su potencial fibrogénico. Métodos. Se aislaron CEH procedentes de ratones (C57BL/6) salvajes y ASMasa-/- y se procedió a su cultivo en plástico. La activación de las CEH se determinó mediante PCR a tiempo real de los enzimas alfa-SMA, COLA1A, TGF-beta. La proliferación celular se determinó por MTT. La presencia de alfa-SMA y catepsina B se analizó por western blot. Resultados. Las CEH procedentes de ratones ASMasa-/- muestran un aumento del mRNA de alfa-SMA (aprox. 7 veces), COL1A1 (2,5 veces) tras únicamente 2 días en cultivo respecto a su expresión en las CEH ASMasa+/+, la expresión de TGF-beta también se encuentra incrementada (aprox. 5 veces) en ASMasa-/- tras 6 días en cultivo. Mientras que la expresión de alfa-SMA es detectable por western blot en CEH de ratones salvajes a los 8-10 días, este marcador de transformación fenotípica se observa en CEH de animales ASMasa/a los 3-4 días en cultivo. Así mismo, un marcado aumento en catepsina B, cistein-proteasa de localización lisosomal/endosomal implicada en apoptosis y crecimiento tumoral, se observó durante la activación de las CEH. De interés, las CEH deficientes en ASMasa mostraron una mayor expresión de catepsina B y un incremento en la proliferación. El uso de un inhibidor soluble específico de catepsina B (CA-074 Me, 10 uM) disminuyó la expresión del mRNA de alfa-SMA, COL1A1 y TGF-beta. Por otro lado, la inducción de la actividad ASMasa mediante la incubación con butirato sódico (5mM) frenó la proliferación de las CEH activadas, al tiempo que disminuyó la expresión de catepsina B. Conclusión. La modulación de la actividad ASMasa es capaz de regular el potencial fibrogénico de las CEH y puede ser una nueva estrategia terapéutica para impedir el desarrollo de la fibrosis hepática. LAS PRÓTESIS CUBIERTAS MEJORAN LA EVOLUCIÓN CLÍNICA EN LA HEMORRAGIA REFRACTARIA POR VARICES TRATADA CON DPPI M.V. Catalina1, J. Gómez1, M. Lozano1, I. Yepes1, O. Lo Iacono1, D. Rincón1, F. Camuñez2, A. Echenagusia2, M. Salcedo1 y R. Bañares1 1 Sección de Hepatología. Servicio de Aparato Digestivo. 2Servicio de Radiología Vascular Intervencionista. HGU Gregorio Marañón. Madrid. Introducción. La derivación portosistémica percutánea intrahepática (DPPI) es un procedimiento muy eficaz en el tratamiento de la hemorragia por varices. Las prótesis cubiertas parecen disminuir el número de recidivas hemorrágicas así como su tasa de disfunción pero su eficacia en el tratamiento de la hemorragia variceal refractaria al tratamiento convencional todavía no ha sido evaluada. Objetivo. Comparar la evolución clínica de los pacientes con prótesis cubiertas (PC) frente a las no cubiertas (PNC) como tratamiento de rescate en la hemorragia variceal refractaria. Material y métodos. Análisis retrospectivo de todas las DPPI urgentes realizadas en un centro de referencia desde Noviembre de 2001 hasta Abril de 2006. Se recogieron variables demográficas, clínicas y evolutivas. Resultados. Analizamos 159 DPPI urgentes (101 PNC, 58 PC) en 126 varones y 33 mujeres (edad media 54,2 (12), rango 20-77 años). La función hepática se evaluó por la clasificación de Child-Pugh (A: 15,3%, B: 48,2%, C: 36,5%) y el índice MELD (media 15 (8), rango 655 puntos). El 60,4% tenía varices esofágicas y el resto gástricas (39,6%). El gradiente portocava (GPC), antes y después de la DPPI fue 20,6 (5) y 7,5 (2,9) mmHg. Las características clínicas basales (edad, sexo, causa de la cirrosis, tipo de varices, Child, MELD, presencia de infección bacteriana) y hemodinámicas (GPC antes y después de la DPPI) fueron similares en el grupo de PC y PNC. El control del sangrado fue más frecuente en el grupo de PC (98,2% vs 89,7%, p = 0,05). La mortalidad global del episodio agudo (mortalidad a los 42 días) fue del 13,2%: 17/101 pacientes (17,2%) en las PNC y 4/58 (7,3%) en las PC. La infección bacteriana, el grado de la clasificación de Child-Pugh, el MELD y el tipo de prótesis se asociaron con la mortalidad a los 42 días en el análisis univariado. Únicamente un MELD mayor de 14 (OR: 6,5 CI 95 % 1,3-31,2; p = 0,007) y el tipo de prótesis (OR 3,5 CI 95 % 0,914,0; p = 0,059) fueron variables predictoras independientes en el análisis de regresión logística. La presencia de encefalopatía hepática en los 6 primeros meses de seguimiento fue significativamente superior en el grupo de PC (37,5% vs 17,6%, p = 0,007). La disfunción precoz de las DPPI (6 primeros meses) que requirió tratamiento vascular fue mayor en las PNC (41,1% vs 10,9%, p = 0,000). Conclusiones. La utilización de prótesis cubiertas en la hemorragia aguda refractaria de origen variceal se asocia con un control del sangrado más eficaz y a una menor mortalidad a los 42 días. LOS HAPLOTIPOS TACG Y CACG DEL GEN DE LA GLUTAMINASA PROTEGEN FRENTE A LA ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA M. Jover, J.J. Galán, I. Camacho, L. Grande, J.D. Bautista, E. Hoyas, C. Trabadela, A. Ruiz y M. Romero-Gómez UGC Enfermedades Digestivas. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Departamento de Genómica estructural. Neocodex. Sevilla. Depto de Bioquímica. Facultad de Farmacia. Universidad de Sevilla. Introducción. La glutaminasa activada por fosfato (PAG) esta aumentada en cirróticos y se ha relacionado con la encefalopatía hepática mínima. El gen de la PAG humana (OMIM: 138280) esta localizado en el cromosoma 2 (2q32-q34) con 84675 pares de bases (pb). Objetivo. Investigar el papel de los polimorfismos del gen de la PAG en la valoración del riesgo de desarrollar encefalopatía hepática (EH). Métodos. Analizamos cuatro polimorfismos intragénicos en el gen PAG (rs3771310, rs6743496, rs2883713, rs3088307) de 103 cirróticos y 81 controles sanos. Pacientes y controles se subclasificaron por genotipos y haplotipos. Se realizó un estudio de casos controles así como diferentes análisis de endocohortes. Se diagnosticó mediante PHES la presencia de encefalopatía hepática mínima (EHM). La producción intestinal de amonio se estudió mediante la prueba de la sobrecarga oral de glutamina (SOG) midiendo la concentración de amonio antes y una hora después de la administración de 10 gramos de L-glutamina. Se calculó mediante el índice MELD y el Child-Pugh la función hepática. Calculamos el riesgo de encefalopatía hepática considerando el PHES junto con la prueba de SOG. Método estadístico: Llevamos cabo un análisis de marcadores simples utilizando test adaptados de Sasieni, con correcciones múltiples y utilizando el software Thesias se analizaron desequilibrios de ligamiento y análisis de haplotipos. La asociación con variables cualitativas se expresa en odds ratio y las variables cuantitativas como la diferencia frente al haplotipo de referencia. Resultados. El genotipo CC del polimorfismo rs2883713 localizado en el intron 9 estaba sobre-representado en cirróticos frente a controles (26,2% vs 13,6%; p = 0,036). Los haplotipos TAGG y CACG se asociaron con una menor producción intestinal de amonio, mejor función hepática y mayor riesgo de desarrollar encefalopatía hepática. Conclusiones. Estos resultados apoyan el papel patogénico de la PAG en la encefalopatía hepática. Los haplotipos TACG y CACG Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 123 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 124 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO HAPLOTIPO Variable TACG MELD SOG PHES RIESGO EH MELD SOG PHES RIESGO EH CACG Odds ratio / Diferencia frente haplotipo de referencia -2,29 (-4,3 a – 1,49) O.R: 0,24 (0,09 – 0,63) O.R: 0,44 (0,09 – 1,69) O.R: 0,24 (0,1 – 0,58) -2,59 (-4,05 a – 1,13) O.R: 0,34 (0,14-0,82) O.R: 0,76 (0,03 – 1,78) O.R: 0,32 (0,14 – 0,73) P 0,00006 0,003 NS 0,0013 0,0005 0,01 NS 0,006 se asocian a una menor producción intestinal de amonio, bajo riesgo de encefalopatía hepática y se asocia con una mejor función hepática. El genotipo salvaje CC del polimorfismo rs2883713 en el intron 9 confiere susceptibilidad para el desarrollo de cirrosis hepática. Agradecimientos: FIS PI040384 del ISCIII. LA TRASLOCACIÓN BACTERIANA INDUCE UNA RESPUESTA INFLAMATORIA LOCAL Y SISTÉMICA SIMILAR A LA OBSERVADA EN PACIENTES CON PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA R. Francés, J.M. González-Navajas, P. Zapater, C. Muñoz, R. Caño, S. Pascual, M. Pérez-Mateo y J. Such Unidad Hepática, Hospital General Universitario Alicante, España. La traslocación de bacterias intestinales y su llegada al líquido ascítico (LA) es probablemente el primer paso en el desarrollo de peritonitis bacteriana espontánea (PBE) en los pacientes con cirrosis. Las síntesis de citocinas, a través de las vías de polarización de la respuesta inmune (T1 y T2) como mediadores solubles implicados en la respuesta inmune innata del huésped frente a infecciones bacterianas regula el proceso inflamatorio. Objetivo. Comparar la modulación de citocinas T1 y T2 en respuesta a la presencia de ADN bacteriano (ADNbact) en suero y LA con la situación observada en pacientes con PBE. Pacientes y métodos. Los grupos I y II estuvieron formados por pacientes con ascitis no infectada sin/con ADNbact, identificado por mediante broad-range PCR del gen 16SrRNA de procariotas y análisis por secuenciación. El grupo III incluyó pacientes con PBE con cultivo positivo y el grupo IV pacientes en tratamiento continuo con norfloxacina como descontaminación intestinal selectiva (DIS). La cuantificación de los mediadores en suero y LA se realizó mediante ELISA. Resultados. La tablas 1 y 2 resumen los valores de los mediadores de la respuesta T1 y T2 estudiados en suero y LA de pacientes distribuidos en los grupos de estudio. Las citocinas de tipo I se encontraron activadas en pacientes de los grupos II y III, comparado con pacientes sin ADNbact y en DIS (grupos I y IV). Estas diferencias entre grupos no se encontraron para las citocinas de la respuesta tipo II. Un análisis multivariado de todas las variables clínicas, analíticas y experimentales de los pacientes identificó al ADNbact como único factor estadísticamente significativo. Conclusiones. El ADNbact induce una respuesta proinflamatoria tipo I en pacientes con cirrosis y ascitis con cultivo negativo, mien- tras que la respuesta de tipo II no muestra variaciones. La presencia de este antígeno bacteriano en un subgrupo de estos pacientes causa un escenario citocínico en suero y LA similar al observado en pacientes con PBE. Este hecho debe tener repercusiones pronósticas similares a las observadas en pacientes con PBE tras finalizar un tratamiento antibiótico. La administración de norfloxacina a largo plazo consigue normalizar la respuesta inflamatoria. PREVALENCIA Y SIGNIFICADO DE LA PRESENCIA DE REPLICACIÓN VIRAL DETERMINADA POR PCR A TIEMPO REAL EN PORTADORES INACTIVOS DEL VHB L. García-Isidro1, L.G Diéguez1, A. Morilla2, A. Huergo1, M. Rodríguez2, M. Oña2, L. Rodrigo1 y M. Rodríguez1 S. Digestivo1 y Microbiología2. Hospital Universitario Central de Asturias. Introducción. El desarrollo de técnicas altamente sensibles para la detección del DNA-VHB hace que con relativa frecuencia se demuestre la presencia de replicación viral en portadores considerados “sanos” o inactivos, cuyo significado no es bien conocido. Objetivos. Conocer la prevalencia y el significado de la presencia de replicación viral, determinada por PCR a tiempo real (PCR-TR) en portadores inactivos del VHB. Material y métodos. Se estudiaron 108 portadores inactivos del VHB atendidos de forma consecutiva. El diagnóstico de portador inactivo se basó en: ausencia de HBeAg, normalidad de las cifras de AST/ALT y DNA-VHB sérico<105 cop/ml, confirmados en varios controles y en ausencia de tratamiento antiviral. En todos ellos se descartó coinfección por VHC, VHD y VIH y se realizó al menos una determinación de DNA-VHB por PCR-TR (Cobas TaqMan VHB). Se compararon las características de los pacientes con PCR-TR positiva y negativa. Además, 45 pacientes fueron seguidos durante una mediana de 12,3 meses tras la determinación del DNA-VHB. Las curvas de probabilidad se obtuvieron mediante Kaplan-Meier y se compararon con la prueba de log-rank. Resultados. En 79 de los 108 (73%) la PCR-TR fue positiva, con un valor medio de 8509 ± 15008 cop/ml (<103: 31%; 103-104: 47%; 104-105: 22%). Con respecto a los negativos, los positivos eran más jóvenes (43 ± 12 vs 50 ± 14 años; p = 0,02) y presentaban títulos más elevados de HBsAg (339 ± 109 vs 191 ± 109 U; p < 0,001) y de antiHBcIgM (0,23 ± 0,22 vs 0,12 ± 0,99; p = 0,02). No se encontraron diferencias significativas con respecto al sexo, tiempo desde el diagnóstico de portador inactivo, valores de ALT, vía de adquisición o antecedentes de haber sido HBeAg positivo o haber recibido tratamiento antiviral. Durante el seguimiento, 5/45 (11%) negativizaron el HBsAg, con una probabilidad acumulativa al año y a los dos años del 20% y 60% para los PCR-TR negativo y del 0% para los PCR-TR positivo (p < 0,0001). Por otra parte, 5/33 (15%) PCR-TR positivo, la negativizaron durante el seguimiento. Conclusiones. La presencia de replicación viral, determinada por PCR a tiempo real, es frecuente en portadores inactivos del VHB. Su determinación permite establecer dos estadios dentro de la fase de portador inactivo, uno inicial caracterizado por la presencia de la misma y otro posterior en el que ésta está ausente y que precede a la curación de la infección. Tabla 1 Grupo I (n = 21) Grupo II (n = 21) Suero LA Suero LA 14,10 ± 4,19 16,09 ± 3,83 34,25 ± 10,73* 43,02 ± 14,49* TNF-α(pg/mL) IFN-γ (pg/mL) 19,10 ± 4,92 24,05 ± 6,53 32,25 ± 7,86* 37,03 ± 8,22* IL-12 (pg/mL) 38,07 ± 8,92 42,94 ± 11,25 61,42 ± 19,78* 79,44 ± 22,53* IL-2 (pg/mL) 41,49 ± 20,64 37,68 ± 22,17 50,72 ± 23,43* 65,48 ± 20,08* Valores expresados como media ± desviación estándar; *p < 0,05 comparado con el grupo I Grupo III (n = 9) Suero LA 32,40 ± 15,62* 53,48 ± 17,04* 35,88 ± 8,93* 40,66 ± 9,72* 48,70 ± 16,61* 85,16 ± 12,09* 71,46 ± 16,45* 72,96 ± 21,92* Grupo IV (n = 9) Suero LA 14,37 ± 3,65 20,63 ± 10,31 21,00 ± 4,76 25,55 ± 7,53 33,12 ± 9,23 35,80 ± 12,51 37,66 ± 11,36 49,66 ± 20,02 Grupo III (n = 9) Suero LA 82,64 ± 18,27* 81,37 ± 22,54* 98,25 ± 15,55 119,59 ± 31,31 57,10 ± 24,31 94,50 ± 25,01 49,81 ± 15,62 92,51 ± 18,80 Grupo IV (n = 9) Suero LA 42,52 ± 20,20 49,00 ± 22,20 92,12 ± 14,10 103,20 ± 12,65 45,46 ± 16,52 96,23 ± 18,16 42,95 ± 20,04 91,02 ± 30,86 Tabla 2 Grupo I (n = 19) Grupo II (n = 16) Suero LA Suero LA IL-4 (pg/mL) 34,62 ± 20,69 42,22 ± 22,58 100,40 ± 52,68* 64,87 ± 27,94* IL-5 (pg/mL) 87,21 ± 78,55 108,93 ± 78,52 109,61 ± 57,96 123,76 ± 65,33 IL-10 (pg/mL) 54,42 ± 39,91 93,67 ± 72,63 59,07 ± 25,78 84,70 ± 35,39 IL-13 (pg/mL) 43,08 ± 19,36 112,84 ± 41,54 37,77 ± 17,07 87,29 ± 19,86 Valores expresados como media ± desviación estándar; *p < 0,05 comparado con el grupo I 124 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 125 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Sesión general 3 Moderadores: José Mª Navarro (Barcelona). José Mª Llovet (Barcelona). EL INTERFERÓN ALFA2B RECOMBINANTE ES EFICAZ Y SEGURO COMO ADYUVANTE DE LA VACUNA CONTRA LA HEPATITIS B EN PACIENTES CON BAJA RESPUESTA M.E. Miquilena Colina1, T. Lozano Rodríguez1, L. García Pozo1, M. Rapicetta2, P. Chionne2, P. Rizza2, F. Belardelli2, O. Lo Iacono3 y C. García Monzón1 1 Unidad de Investigación (Laboratorio de Hepatología Experimental). Hospital Universitario Santa Cristina, Madrid; Departamento de Virología. 3Istituto Superiore di Sanità, Roma, Italia; y Fundación de Investigación Biomédica. Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Madrid. 2 respuesta a la vacunación convencional, aumentando significativamente la tasa de seroprotección con sólo 3 dosis de vacuna. DESARROLLO DE UNA VACUNA FRENTE AL VIRUS DE LA HEPATITIS C (VHC) MEDIANTE EL USO DE UNA PROTEÍNA RECOMBINANTE DE FUSIÓN ENTRE EN EL DOMINIO EXTRA A DE LA FIBRONECTINA Y LA PROTEÍNA NS3 DEL VHC C. Mansilla1, N. Casares1, M. Gorraiz1, S. Hervás-Stubbs2, L. Arribillaga1, M.C. Durántez1, D. Llopiz1, P. Sarobe1, F. Borrás-Cuesta1, J. Prieto1, C. Leclerc2 y J.J. Lasarte1 1 Introducción. La vacuna recombinante contra el virus de la hepatitis B (VHB) produce una elevada tasa (>90%) de seroprotección (anti-HBs≥10 mUI/ml) cuando se administra a personas sanas. Existen, no obstante, poblaciones con un alto riesgo de infección por el VHB, como los pacientes en hemodiálisis, que presentan una baja respuesta a la vacunación. Los interferones (IFN) de tipo I, alfa y beta, son citoquinas capaces de estimular la respuesta inmune humoral y celular, lo que sugiere que podrían ser útiles como adyuvantes de la vacuna anti-VHB en pacientes con baja respuesta. Objetivo. Determinar la tasa de seroprotección de la vacuna antiVHB (ENGERIX-B, GlaxoSmithKline), administrada con o sin IFNalfa2b recombinante (INTRONA, Schering-Plough), en pacientes en hemodiálisis no vacunados previamente. Pacientes y métodos. En un ensayo clínico abierto de fase III (nº EudraCT: 2004-002528-16) se han incluido 65 pacientes (edad: 58±12 años; sexo: 52 hombres, 13 mujeres), de los cuales 49 han completado la pauta de vacunación. Todos ellos tenían serología negativa para el VHB, VHC y VIH, siendo asignados aleatoriamente a 2 grupos de vacunación. Grupo A (n = 34): Cuatro dosis de 40 mcg de ENGERIX-B administradas por vía intramuscular en el deltoides en los meses 0, 1, 2 y 6. Grupo B (n = 31): La misma pauta de vacunación más INTRONA a una dosis de 3 MUI administrado simultáneamente con cada dosis de ENGERIX-B en el mismo músculo deltoides. Como variable de eficacia, se analizó la concentración sérica de anti-HBs, medida por un ELISA cuantitativo (AXSYM AUSAB, Abbott Lab), 1 mes después de la 3ª y 4ª dosis en ambos grupos de pacientes. Como variables de seguridad, se recogió la aparición de acontecimientos adversos (AA), tanto clínicos como analíticos, 1 mes después de cada dosis en ambos grupos de pacientes. Se realizó un análisis estadístico comparativo de todas las variables en estudio. Resultados. La tasa de seroprotección 1 mes después de la 3ª dosis fue del 38,2% (13 de 34) en el grupo A y del 74,2% (23 de 31, p = 0,007) en el grupo B, siendo la tasa de seroprotección 1 mes después de la 4ª dosis del 61,5% (16 de 26) en el grupo A y del 82,6% (19 de 23, p = 0,189) en el grupo B. Ninguno de los pacientes del grupo A presentó algún AA relacionado con la vacuna, mientras que el 80,6% (25 de 31, p < 0,001) de los pacientes del grupo B presentó algún AA, siendo el más frecuente la fiebre de intensidad leve o moderada en las siguientes 24 horas de la vacunación. Ninguno de los 65 pacientes presentó algún AA grave ni AA hematológico (leucotrombopenia) relacionado con los fármacos en estudio. Conclusión. El IFNalfa2b recombinante es eficaz como adyuvante de la vacuna recombinante anti-hepatitis B en pacientes con baja Área de Hepatología y Terapia Génica, Centro de Investigación Médica Aplicada CIMA, Pamplona. 2bInstitut Pasteur, Unité de Régulation Immunitaire et Vaccinologie, Paris. France. El desarrollo de una vacuna frente al virus de la hepatitis C es necesaria para el control de esta infección. En este trabajo se plantea el uso de una proteína recombinante que contiene el dominio extra A de la fibronectina (EDA), un ligando natural de toll like receptor 4 (TLR4) unido a la proteína NS3 del virus de la hepatitis C (VHC) para inducir una respuesta inmune potente frente al virus de la hepatitis C. La utilización de la proteína EDA podría por un lado, favorecer el “targeting” del antígeno NS3 a las células dendríticas (CD) que expresan TLR4, y por otro lado favorecer la maduración de las CD para inducir una respuesta inmune celular eficaz frente a la proteína NS3 del VHC. En este trabajo demostramos que la proteína EDA se une a la molécula TLR4 activando su señalización, estimulando a las CD en su producción de citoquinas proinflamatorias como IL-12 o TNF-alfa, e induciendo su maduración in vitro e in vivo. La unión de EDA a un epítope citotóxico de la ovalbúmina permite la presentación eficaz de este epítope a linfocitos T específicos e induce in vivo la activación de una potente respuesta citotóxica específica que protege frente a la inyección de células tumorales que expresan ovalbúmina. La inmunización de ratones transgénicos HHD, que expresan la molécula HLA-A2, con una proteína de fusión que contiene EDA y la proteína NS3 del virus de la hepatitis C induce una potente respuesta CD4 y CD8 frente a la proteína NS3. Estos resultados sugieren que la proteína recombinante de fusión entre el dominio extra A de la fibronectina y la proteína NS3 del VHC podría utilizarse en el desarrollo de una vacuna profiláctica o terapéutica frente a la infección por el virus de la hepatitis C. LA PROTEÍNA X (HBX) DEL VIRUS DE LA HEPATITIS B (VHB) PROMUEVE LA ACTIVACIÓN Y PROLIFERACIÓN DE LAS CÉLULAS ESTRELLADAS HEPÁTICAS (CEHS) VÍA TGF-BETA S. Martín-Vílchez1, Y. Rodríguez-Muñoz1, P. Sanz-Cameno1, M. López-Cabrera2, R. Moreno-Otero1 y E. Lara-Pezzi2 1 Unidad de Hepatología. 2Unidad de Biología Molecular, Hospital Universitario La Princesa. Madrid. La infección por VHB está asociada al desarrollo de cirrosis y hepatocarcinoma. La proteína X del VHB es un transactivador viral capaz de modificar numerosas rutas de señalización interfiriendo así en diversas funciones celulares. La activación CEHs es crucial en el Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 125 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 126 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO inicio de la fibrosis y se caracteriza por un incremento en la expresión de moléculas y factores de crecimiento fibrogénicos como el COL-I y CTGF, así como por un importante aumento en su proliferación. Objetivo. Determinar si HBx puede modular la activación y proliferación de las CEHs y las posibles vías de señalización. Métodos. CEHs primarias obtenidas de Sciencell (San Diego, CA) son incubadas con medios condicionados (0%) FBS de diferentes líneas hepatocitarias: CMX línea celular generada por transfección de la línea Chang-Liver (CHL) con HBx, que se expresa de manera inducible por dexametasona (CMXdx); 2.2.15 generada por la transfección de la línea HepG2 con un replicon del VHB. Las líneas parentales CHL y HepG2 se emplearon como controles. Tras incubar las CEHs durante 24h con los medios condicionados se analizó la expresión de las moléculas COL-I y CTGF mediante Western Blot; la proliferación de las CEHs se analizo mediante de exclusión de trypan Blue y contaje con microscopio de contraste de fase. Se realizaron ensayos de neutralización con anticuerpos frente a citoquinas involucradas en la fibrosis hepática PDGF, TNF-alfa, VEGF, TGF-beta. Resultados. Los niveles de CTGF y COL-I están aumentados en las CEHs sometidas a medios que contienen la proteína viral X, respecto a las CEHs incubadas con los medios procedentes de las líneas parentales. Existe una mayor tasa de proliferación en las CEHs expuestas a medios de CMX, CMXdx y 2215, mientras que las CEHS expuestas a los medios control apenas proliferan. Los ensayos de neutralización con anticuerpos se observó una disminución tanto en la expresión de marcadores de fibrosis como en la proliferación cuando se neutralizó con anti-TGF-b, pero no se observaron cambios al emplear otro tipo de anticuerpo neutralizante frente al resto de citocinas. Conclusiones. Nuestro trabajo revela que las CEHs humanas son activadas por la proteína X del VHB, como pone de manifiesto el aumento de síntesis de COL-I y CTGF y el aumento de la proliferación. Los experimentos de neutralización indican que la modulación de la activación y proliferación de las CEHs por HBx está mediada, principalmente, por TGF-beta. LA ANFIREGULINA PARTICIPA EN LA INDUCCIÓN DE FORMAS ONCOGÉNICAS DE P73 EN EL HCC MEDIANTE UN MECANISMO DE SPLICING ALTERNATIVO J. Castillo1, A. Calvo1, E. Petri1, M.J. Perugorria1, M.U. Latasa1, P. Bioulac-Sage2,3, C. Balabaud2,4, M.A. Ávila1, J. Prieto1 y C. Berasain1 1 División de Hepatología y Terapia Génica. CIMA. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Irunlarrea 1. Pamplona. 2bService d’Anatomie Pathologique, Hôpital Pellegrin, Centre Hospitalier Universitaire de Bordeaux, Bordeaux, France. 3Service de Chirurgie Digestive, Hôpital Saint-André CHU Bordeaux, Bordeaux, France. 4 Département d’Hepatologie, Centre Hospitalier Universitaire de Bordeaux, Bordeaux, France. Nuestro grupo ha demostrado que la anfiregulina (AR), un factor de crecimiento de la familia del EGF, juega un papel fundamental en la regeneración hepática y en la protección frente al daño hepático agudo (Berasain et al, Gastroenterology 2005; Berasain et al, JBC 2005). Además hemos demostrado que la expresión de la AR, no detectable en el hígado sano se induce en muestras de cirrosis y HCC humanas y contribuye al fenotipo transformado de las células de HCC (Castillo et al, Cancer Res. 2006). El gen p73 pertenece a la familia del gen supresor de tumores p53, pero a diferencia de éste, codifica para diferentes isoformas, algunas de ellas con actividad oncogénica. Estas isoformas son defectivas en la región transactivadora de la proteína y se pueden producir mediante dos mecanismos diferentes: (1) la utilización de un promotor interno alternativo o (2) el “splicing” alternativo. En el presente trabajo hemos detectado mediante RT-PCR a tiempo real la expresión de la isoforma oncogénica p73-Deltaexon2 generada por exclusión del exón 2 mediante splicing alternativo, en el 11% de los hígados sa- 126 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 nos (n = 18) y en un porcentaje significativamente (P < 0,01) superior de hígados sanos que albergan un HCC (84%, n = 12), de hígados cirróticos (74%, n = 50) y de HCC (89%, n = 36). Trabajos recientes implican a factores de crecimiento y a las rutas de kinasas controladas por éstos, tales como JNK, ERK y Akt en el splicing alternativo de diferentes genes. En el presente proyecto analizamos el posible papel de la AR en el control del splicing alternativo de p73 en el HCC. Nuestros resultados muestran cómo el tratamiento con AR de las células de HCC humano SK-Hep1 que no expresan AR, favorece la exclusión del exon 2 de p73. De igual modo, el silenciamiento específico de la expresión de la AR mediante siRNAs en la línea de HCC humana PLC/PRF/5, resultó en una disminución de la isoforma oncogénica p73-Deltaexon2. En estos efectos parecen estar implicadas las kinasas JNK, ERK y Akt. Nuestros resultados sugieren que el papel oncogénico de la AR puede estar mediado en parte por la modulación del splicing alternativo de p73 LA ESFINGOMIELINASA ÁCIDA ES NECESARIA PARA LA PERMEABILIZACIÓN DE LA MEMBRANA MITOCONDRIAL Y MUERTE HEPATOCELULAR MEDIADA POR TNF A TRAVÉS DE LA PEROXIDACIÓN DE LA CARDIOLIPINA (CL) M. Marí, A. Colell, C. García-Ruiz y J.C. Fernández-Checa Unidad de Hepatología, Institut de Malalties Digestives, Hospital Clínic i Provincial, y Departamento de regulación de proliferación y muerte celular, IDIBAPS, IIBB, CSIC, Barcelona. La señalización apoptótica por TNF es un proceso complejo mediado por interacciones proteicas y la participación de numerosos intermediarios intracelulares. La generación de esfingolípidos a través de la activación de las esfingomielinasas se ha implicado en las rutas apoptóticas mediadas por ligandos de la muerte. En estudios anteriores hemos observado por un lado que la resistencia intrínseca de los hepatocitos al TNF se puede vencer mediante la disminución selectiva del glutation mitocondrial (mGSH) induciendo la muerte apoptótica/necrótica de los hepatocitos, y por otro que la esfingomielinasa ácida (ASMasa) es necesaria para la muerte hepatocelular mediada por TNF (J. Clin. Invest. 111: 197, 2003; 113: 895, 2004). Por lo tanto, el objetivo del presente trabajo es analizar la señalización responsable de la diferente susceptibilidad observada tras el tratamiento por TNF en hepatocitos con mGSH disminuido, en hepatocitos salvajes y deficientes en ASMasa. Métodos. Hepatocitos de ratones salvajes y ASMasa KO de 8-10 semanas (C57BL/6) se aislaron mediante colagenasa. El mGSH se disminuyó con (R. S)-3-hidroxi-4-pentenoato (HP, 0,5mM). La viabilidad y la morfología de la cromatina se determinaron mediante GST y Hoescht/PI. La translocación a la mitocondria de Bax, tBid y pBim, fosforilación de JNK y activación de caspasa-3 se determinaron por western blot. La permeabilización de la membrana mitocondrial (MMP) se determinó mediante tinción con TMRM/Calceina. Los niveles de CL se analizaron por HPLC. La generación de especies reactivas del oxígeno (ROS) se determinó por fluorimetría. Resultados. La traslocación de Bax a la mitocondria, proteólisis de Bid, activación de NF-κB y fosforilación transitoria de JNK se observó tanto en hepaticos ASMasa+/+ como en ASMasa-/- independientemente de la disminución del mGSH. Sin embargo, únicamente los hepatocitos ASMasa+/+ con mGSH disminuido mostraron MMP con un menor nivel de CL intacta (40-50%) debido a un aumento del contenido en hidroperóxido de CL, liberación de citocromo c al citosol y activación de caspasa-3 que culminó en muerte celular. Ninguno de estos procesos se observó en hepatocitos ASMasa-/- a pesar de la disminución del mGSH. Por otra parte, una generación temprana de ROS (15-30 min tras adición de TNF) se observó exclusivamente en hepatocitos ASMasa+/+ con mGSH disminuido y tratados con TNF, pero no en hepatocitos tratados únicamente con TNF ni en los deficientes en ASMasa con TNF a pesar de tener disminuido el mGSH. Además, en estudios previos hemos analizado la distribución celular del gangliósido GD3 en respuesta al TNF observando su localización mitocondrial (30 min tras la adición de TNF) en hepatocitos salvajes pero no en los deficientes Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 127 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO en ASMasa sugiriendo que esta enzima es necesaria para este proceso. Conclusión. El mGSH modula la susceptibilidad hepatocelular frente al TNF al controlar el estado redox de la CL tras la generación de ROS inducida por la ASMasa. ANÁLISIS PROTEÓMICO PARA LA IDENTIFICACIÓN EN PLASMA DE BIOMARCADORES DEL CARCINOMA HEPATOCELULAR L.M. López-Sánchez, I. Ranchal, M. Pleguezuelo, P. Barrera, J. Muntané, A. Rodríguez-Ariza y M. de la Mata Sección de Hepatología, Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. Antecedentes. El carcinoma hepatocelular (CHC) reúne los requisitos para una vigilancia efectiva: es una enfermedad frecuente con una relevante morbilidad y mortalidad y con una población de alto riesgo (el 90% de los casos asientan en cirrosis hepática de etiología vírica o alcohólica) bien definida. La única estrategia para disminuir la mortalidad asociada al CHC es una detección temprana que permita una terapia eficaz. El objetivo del presente estudio es la identificación de potenciales nuevos marcadores moleculares que mejoren la detección y la predicción de la progresión de la enfermedad. Para ello se ha llevado a cabo un análisis proteómico de expresión diferencial en plasma de pacientes con y sin CHC. Métodos. Se obtuvieron muestras de plasma de 44 pacientes con CHC de diferente etiología (18 de alcohol, 10 de VHB, y 16 de VHC), con y sin CHC, y potencialmente susceptibles de evolucionar a ser candidatos para resección o trasplante en el Hospital Universitario Reina Sofía. En todas las muestras obtenidas de plasma se eliminaron las proteínas más abundantes mediante inmunodepleción. Las restantes se separaron mediante electroforesis 2D, y los geles fueron digitalizados para el análisis de imagen. Las proteínas de interés fueron identificadas mediante MALDI-TOF y huella peptídica. Se analizaron comparativamente las muestras procedentes de pacientes sin CHC y pacientes con CHC con la misma etiología de la enfermedad hepática subyacente. Resultados. El análisis comparativo permitió identificar varios patrones de expresión proteica diferencial en el plasma de pacientes con CHC. Entre ellos se identificaron la apolipoproteína E (apoE, 18 de 22 pacientes) y la apolipoproteína A1 (apo A1, 14 de 22 pacientes), como proteínas con un mayor nivel de expresión en el plasma de pacientes con CHC, comparado con sus respectivos controles de igual etiología. Conclusiones. Los resultados sugieren que los niveles plasmáticos de apoA1 y apoE pueden constituir potenciales biomarcadores de CHC en pacientes con cirrosis hepática de diversa etiología. El estudio pone de manifiesto que el análisis proteómico constituye una eficaz herramienta para la búsqueda de nuevos marcadores moleculares del CHC. DIFERENCIACIÓN IN VITRO DE CÉLULAS CD133+ DE MÉDULA ÓSEA HACIA HEPATOCITOS C. Herencia1, A. Rodríguez-Ariza1, L.M. López-Sánchez1, C. Herrera2, I. Espejo3, E. Fraga1, M. de la Mata1, J. Muntane1 y J.R. Muñoz-Castañeda1 1 Unidad Clínica de Aparato Digestivo, 2Departamento de Hematología y Trasplante de Médula Ósea y 3Servicio de Análisis Clínico del Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. Introducción. Distintos tipos de células madre de médula ósea, como las células madre mesenquimales o las hematopoyéticas, tienen la capacidad de diferenciarse tanto in vivo como in vitro hacia hepatocitos. Esta diferenciación celular transcurre con el concurso de diferentes citoquinas, hormonas y factores de crecimiento. Objetivos. Diferenciar células madre de médula ósea CD133+ a hepatocitos funcionales, así como evaluar la combinación de citoquinas que se aproxima más al estado de hepatocito. Métodos. En este estudio se seleccionaron células madre de médula ósea CD133+ mediante separación inmunomagnética, obteniendo una pureza superior al 95%. Para estimular la expansión inicial de las células CD133+ aisladas se administraron las siguientes citoquinas: stem cells factor (100 ng/ml, SCF), trombopoyetina (20 ng/ml, TPO) y Flt3-ligando (100 ng/ml) durante 9 días. Para la diferenciación se emplearon distintas combinaciones de citoquinas: placa 1, HGF, FGF-b, FGF-a, placa 2, HGF y EGF, y placa 3 control sin citoquinas. Las células se cultivaron en medio IMDM suplementado con 10% de FBS, 2mM de L-glutamina, 1% antibióticos durante 28 días. Durante el cultivo se evaluaron los cambios morfológicos. Tras 28 días de cultivo, se analizó el contenido de proteínas hepatoespecíficas secretadas al medio de cultivo. Al mismo tiempo se lisaron las células y se realizó una electroforesis bidimensional en gel de poliacrilamida. Resultados. El estudio del inmunofenotipo reveló la coexpresión del marcador stem cell CD133+ con el CD34+. La administración de SCF, TPO y Flt3-ligando incrementó la población celular en 2,6 veces. Tras 28 días de cultivo con citoquinas de diferenciación, la evolución morfológica de las células CD133+ varió de pequeñas y esféricas al inicio del mismo a grandes y poligonales. El análisis del sobrenadante del cultivo mostró la presencia de proteínas hepatoespecíficas como pre-albúmina, ceruloplasmina o alfa-1-antitripsina. El análisis proteómico 2D mostró diferencias en el perfil de expresión proteica entre las células control y las sometidas a diferenciación, observándose proteínas hepatoespecíficas así como otras coexpresadas en hígado y otros tejidos. Conclusión. La administración de citoquinas ha inducido la diferenciación de las células CD133+. La combinación HGF y EGF proporciona un estado más próximo al hepatocito. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 127 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 128 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Sesión general 4 Moderadores: Jordi Muntane. (Córdoba). Alberto Monescillo (Cáceres). TIPS EN EL TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DE BUDD-CHIARI. RESULTADOS A LARGO PLAZO EN 124 PACIENTES Y FACTORES PRONÓSTICOS S. Raffa1, M. Heydtmann2, A. Plessier3, S.D. Murad4, F. Fabris5, G. Vizzini6, J.G. Abraldes1, P. Bellot1, A. Luca6, M. Primignani5, H. Jansenn4, D. Valla3, E. Elyas2, J. Bosch1 y J.C. García-Pagán1 1 Laboratorio de Hemodinamia Hepática, Unidad de Hígado, hospital Cliníc, Barcelona, España. 2Liver unit, Queen Elizabeth Hospital, Birmingham, Reino Unido. 3Service d’Hépatologie, Hôpital Beaujon, Clichy, Francia. 4Department of Gastroenterology and Hepatology, Erasmus medical center, Rotterdam, Holanda. 5Gastroenterologia, Ospedale Maggiore Policlinico, Mangiagalli e Regina Elena, Milan, Italia. 6Istituto Mediterraneo dei Trapianti e Terapie ad alta Specializzazione (ISMETT), Palermo, Italia. El Síndrome de Budd-Chiari (SBC) es una entidad que cursa con insuficiencia hepática e hipertensión portal, afecta habitualmente a gente joven, y tiene una elevada morbi-mortalidad. En pequeñas series de pacientes, el TIPS ha mostrado ser útil en el tratamiento de pacientes con SBC en los que ha fracasado el tratamiento medico, reservándose el trasplante hepático (TOH) ante el fracaso del TIPS. No obstante, el verdadero impacto del TIPS sobre la supervivencia y los posibles factores predictivos de evolución post-TIPS no han sido nunca evaluados. Objetivos. Describir en una amplia serie de pacientes con SBC tratados con TIPS, el impacto sobre la supervivencia y los factores asociados a mal pronóstico. Métodos. Se incluyeron 124 pacientes consecutivos tratados, entre julio de 1993 y marzo de 2006, con TIPS por fracaso del tratamiento médico previo, en 6 centros de referencia (Reino Unido, Francia, Italia (x2), Holanda y España). Se registraron variables etiológicas, analíticas y clínicas al momento del diagnóstico y de la colocación del TIPS. Resultados. El seguimiento medio fue de 3,1 años. La indicación de TIPS fue ascitis refractaria (n = 73); insuficiencia hepática (n = 27); hemorragia variceal (n = 12) y otras manifestaciones de hipertensión portal (n = 12). De acuerdo con la clasificación de gravedad de SBC de Rotterdam, 81 pacientes pertenecían al grupo de riesgo intermedio (supervivencia sin TOH estimada del 74% a 5 años) y 40 al de riesgo elevado (supervivencia sin TOH estimada de 42% a 5 años). En nuestra serie se produjeron 24 eventos; 16 muertes y 8 TOH (10 muertes y 2 TOH al año). La supervivencia sin TOH a 1 y 5 a. fue del 88% y 78% respectivamente. La supervivencia de esta serie fue superior a la estimada según el score de gravedad de Rotterdam, especialmente en los pacientes de riesgo elevado, cuya supervivencia a 5 años fue del 71% (frente a una estimada del 42%). En los pacientes de riesgo intermedio la supervivencia sin TOH a 5 años fue del 82 (estimada 74%). El análisis multivariado de COX identificó 3 variables asociadas de forma independiente con el riesgo de muerte-TOH al año post-TIPS: edad (HR 1,086; IC95%: 1,031-1,143), bilirrubina (HR 1,171; 1,0831,267) e INR (HR 1,876; 1,133-3,104). La capacidad discriminativa de este nuevo score fue muy buena (estadístico-C: 0,86) y muy superior a la del score de Rotterdam (estadístico-C: 0,68). La probabilidad de muerte/TOH al año fue del 87,5% en pacientes con un score superior a 7 (n = 8) e inferior al 5% en todos los restantes (n = 114). 128 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Conclusiones. Los resultados del presente estudio confirman los excelentes resultados del TIPS a largo plazo en pacientes con SBC y muestran que este tratamiento mejora la supervivencia, especialmente en la población de alto riesgo. Además, es posible identificar una pequeña subpoblación de pacientes con SBC que tiene mal pronóstico a pesar del TIPS y que podrían beneficiarse de una indicación precoz (priorizada) de TOH. ACTIVACION DE LA VÍA DE SEÑALIZACIÓN DE PI3K/AKT EN HEPATOCARCINOMA: EVIDENCIA DE SU BLOQUEO A TRAVÉS DE UN NUEVO INHIBIDOR DUAL DE LA TIROSIN-KINASA (AEE788) Y DE UN INHBIDOR DE MTOR (RAD001, EVEROLIMUS) A. Villanueva1, J. Peix1, A. Di Feo2, S. Van Laarhoven1, E. Lemmer1, M.I. Fiel1, S. Thung1, S. Yea1, S. Roayaie1, Y. Chen1, M. Schwartz1, J. Martignetti2, S.L. Friedman1 y J.M. Llovet1,3 1 Division of Liver Diseases and Liver Cancer Program. 2Human Genetics. Mount Sinai School of Medicine, New York. BCLC Group. Liver Unit. 3IDIBAPS. Hospital Clinic, Barcelona, Spain. Introducción. El carcinoma hepatocelular (CHC) avanzado carece de tratamiento efectivo y por ello se asocia a elevadas cifras de morbi-mortalidad. El conocimiento exhaustivo de los mecanismos moleculares inherentes al desarrollo de CHC es fundamental para el descubrimiento de nuevas dianas terapéuticas. Objetivos. Estudiar el grado de activación de la vía de señalización PI3K/Akt/mTOR en la hepatocarcinogenesis humana, así como analizar el efecto de su bloqueo con un nuevo inhibidor dual de la tirosin-kinasa asociado a un inhibidor de mTOR. Material y métodos. Estudiamos por qRT-PCR (Taqman) la expresión de 9 genes de la vía de señalización Akt/mTOR (EGF, EGFR, IGFII, IGFBP3, IGFRII, Akt, PTEN, mTOR y RICTOR) en 78 muestras humanas. Asimismo, estudiamos la expresión de PTEN y de las formas fosforiladas (activadas) de Akt, EGFR y mTOR a nivel proteico mediante inmunohistoquímica. Incubamos 3 líneas celulares de CHC (Huh-7, Hep G2, Hep 3B) con concentraciones crecientes de un inhibidor de EGFR/Her2/VEGFR (AEE788, Novartis) y un inhibidor de mTOR (RAD001, everolimus: Novartis-Pharma AG, Basel, Switzerland). Analizamos su efecto sobre la viabilidad (MTT Assay) y la proliferación (Incorporación de 3[H] Timidina) celular así como su impacto en el ciclo celular (Citometria de Flujo). La eficacia del bloqueo la evaluamos mediante Western Blot. Además, empleamos un luciferase gene reporter de la región promotora de c-fos para asegurar una correcta disrupción de la señalización a través de EGFR. Resultados. Existe una sobreexpresión de 5 veces de EGF y IGF-II en CHC (p < 0,01), mientras que los supresores tumorales PTEN y IGFBP3 están significativamente infraexpresados (p < 0,01). 25% de las muestras presentaron positividad para p-Akt en comparación con tejido no tumoral (10/40 vs 2/33, p = 0,001). AEE788 [0,5 µM10 µM] disminuyó la viabilidad celular entre un 65-83%, RAD001 [20nM] la disminuyó entre un 28-44% y la combinación de ambos la redujo un 66-88% (todos p < 0,02). Con respecto a la proliferación celular, AEE788 disminuyó la incorporación de 3[H] Timidina un 97% (p < 0,002). AEE788 indujo arresto celular en la fase G2/M del ciclo celular e incrementó la apoptosis en un 40% (p < 0,05). AEE788 bloqueó la fosforilación de EGFR, Akt, ERK, p70S6 y RAD001 bloqueo la fosforilación de S6. Evidenciamos disminución significativa de actividad luciferasa asociada al promotor de c-fos Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 129 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO tras estimulación con EGF en aquellas células pretratadas con AEE788, lo que reafirma un bloqueo completo. Conclusiones. La vía de señalización de PI3k/Akt está activada en un subgrupo de CHC. El bloqueo de esta vía con una nueva combinación de drogas (AEE788 y RAD001) disminuye la viabilidad celular, la proliferación e incrementa la apoptosis en líneas celulares tumorales. La eficacia de esta nueva terapia molecular anti-tumoral debe validarse en modelos animales. DESARROLLO DE LA ESCALA CHESS: UNA ESCALA CLÍNICA PARA GRADUAR LA GRAVEDAD DE LA ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA M. Ortiz1, J. Córdoba1, E. Doval2, C. Jacas3, J.M. Pujadas4, R. Esteban1 y J. Guardia1 1 Servicio de Medicina Interna-Hepatología del Hospital Valle Hebrón. Departamento de Psicobiología de la Universidad Autónoma de Barcelona. 3Unidad de Neuropsicología del Hospital Valle Hebrón. 4 Servicio de Neurología del Hospital Valle Hebrón, Barcelona. 2 Introducción. Las manifestaciones clínicas de la encefalopatía hepática son fluctuantes y variadas, lo que dificulta la graduación. Las escalas clínicas disponibles, como la escala de West-Haven, se basan en criterios arbitrarios y no han sido sometidas a validación. Objetivos. Documentar las manifestaciones clínicas en grados variables de encefalopatía hepática y desarrollar una escala clínica para determinar la gravedad de la misma (escala CHESS: Clinical Hepatic Encephalopathy Staging Scale). Métodos. Un grupo multidisciplinar creo un cuestionario de 48 manifestaciones neurológicas y funcionales, simples de reconocer y categorizar por parte del médico. Se evaluó de forma repetida en distintos días (108 evaluaciones) en un grupo de 36 pacientes con cirrosis y encefalopatía. Además, se completó la escala de West Haven adaptada, la escala de Glasgow y un índice de cambio global. El cuestionario fue sometido a una reducción de elementos mediante el análisis de componentes principales (ACP) y se analizaron las características métricas de la versión reducida. Resultados. Se hallaron múltiples alteraciones neurológicas que no seguían la distribución de la escala de West-Haven. A partir de las mismas se construyó una escala de 9 preguntas simples (p.ej: ¿Sabe el mes en el que está? ¿Es capaz de contar hacia atrás de 10 a 1? ¿Está despierto y alerta?...). El ACP obtuvo dos factores que explicaban el 77% de la varianza del CHESS. La escala CHESS mostró una elevada fiabilidad (alfa de Cronbach’s> 0,8), reproducibilidad (correlación intraclase 0,9), y validez de criterio en relación a la escala de West Haven adaptada (r = 0,64), la escala de Glasgow (r = 0,79) y el índice de cambio global (r = -0,57). Conclusión. Los pacientes con encefalopatía hepática presentan múltiples manifestaciones neurológicas. Sin embargo, una escala simple de 9 preguntas con respuestas dicotómicas (escala CHESS) permite graduar de forma continua la intensidad de la misma. Esta escala presenta buenas características métricas, por lo que puede ser de gran utilidad para homogeneizar la medición de la encefalopatía hepática entre diversos evaluadores y centros. LA APELINA, UN NUEVO PÉPTIDO NEUROENDOCRINO, DESEMPEÑA UNA IMPORTANTE FUNCIÓN FISIOPATOLÓGICA EN LA DISFUNCIÓN CARDIOVASCULAR PRESENTE EN LA CIRROSIS HEPÁTICA A. Príncipe2, G. Fernández-Varo1, P. Melgar-Lesmes1, V. Arroyo1, J. Rodés1, y W. Jiménez1 1 Servicio de Bioquímica y Genética Molecular y Unidad de Hepatología Institut de Malalties Digestives, Hospital Clínic i Provincial de Barcelona, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Universidad de Barcelona, Barcelona. 2Dipartimento di Medicina Interna, Cardioangiologia e Epatologia, Università di Bologna. Introducción. La Apelina es un neuropéptido hipofisario recientemente descrito que inhibe la secreción de la hormona antidiurética. La Apelina también se expresa en otros tejidos periféricos, especialmente bazo y pulmón, y actúa sobre la circulación sistémica como vasodilatador e inotrópo positivo. Estudios recientes han demostrado una estrecha relación entre la progresión de la enfermedad hepática y la excreción urinaria de Apelina en ratas cirróticas con ascitis. Objetivos. En el presente estudio se investigó la posible relación entre los efectos de este péptido y la patogénesis de las anormalidades cardiovasculares que ocurren en las ratas cirróticas con ascitis. Métodos. Se diseñaron dos series de experimentos. En la primera analizamos la función excretora renal y la hemodinámica sistémica antes y después de la administración de Apelina-13 a ratas control (n = 12) y cirróticas (n = 12) con ascitis. En la secunda serie medimos los mismos parámetros antes y después de la administración de F13A, un antagonista especifico de Apelina. Resultados. Tras una sobrecarga de agua la administración de Apelina produjo una disminución significativa de la excreción de agua (100,3 ± 1,5% vs 80,3 ± 3,2%, p < 0,005) y sodio (0,013 ± 0,05 vs 0,63 ± 0,2 µEq/min, p < 0,05) en ratas control respecto a valores basales, no observándose tal efecto en las cirróticas. La Apelina-13 diminuyó la presión arterial media (PAM: 117 ± 3,10 vs 100 ± 2,41 mmHg, p < 0,005) e incrementó el índice cardiaco (IC: 0,38 ± 0,01 vs 0,54 ± 0,04 ml/g · min, p < 0,005) en ratas control pero no produjo efectos significativos en ratas cirróticas con ascitis. Por otra parte, el bloqueo del receptor de Apelina, mejoró significativamente la excreción renal de agua (91,3 ± 4,7% vs 118,1 ± 3,7%, p < 0,005) y sodio (-0,0187 ± 0,043 µEq/min vs 0,187 ± 0,07 µEq/min, p < 0,05) respecto a valores basales y la hemodinámica sistémica (IC: 0,80 ± 0,02 vs 0,58 ± 0,01 ml/g · min, p < 0,0001; resistencias periféricas totales: 0,23 ± 0,02 vs 0,31 ± 0,02 mmHg · min/ml, p < 0,01) en las ratas cirróticas en comparación con las ratas tratadas con vehículo. El hallazgo más interesante de este estudio fue que el antagonista actuó principalmente como agente inotrópico negativo provocando un decremento del IC de alrededor del 30% sin efectos significativos sobre la PAM. La administración de F13A no produjo efectos significativos en las ratas control. Conclusiones. En las ratas cirróticas con ascitis se produce una resistencia vascular general a la administración exógena de la Apelina, mientras que el bloqueo endógeno de la acción del péptido mejora la función cardiaca y renal en estos mismos animales. Estos resultados sugieren que la Apelina se encuentra involucrada en la patogénesis de las alteraciones hemodinámicas y renales características de la cirrosis hepática y que podría jugar un papel en el desarrollo de la cardiomiopatía cirrótica. ESTUDIO PROSPECTIVO DE LAS MUTACIONES EN LAS REGIONES E2-PEPHD, NS5-PKRDB, NS5A-ISDR Y NS5A-V3 DEL VIRUS DE LA HEPATITIS C (VHC) GENOTIPO 1, Y SU RELACIÓN CON LA RESPUESTA AL TRATAMIENTO CON INTERFERÓN PEGILADO (IFN-PEG) Y RIBAVIRINA (RBV) J. Casado, P. Muñoz de Rueda, A. Gila, R. Patón, D. Quintero, L. Rodríguez, J. León, R. Quiles, A. Ruiz Extremera y J. Salmerón Unidad de Ap. Digestivo. Hospital Universitario “San Cecilio”. Granada. Introducción. El tratamiento en la infección por el VHC es el IFNpeg en combinación con RBV, aunque la tasa de respuesta no supera el 54%. La respuesta al tratamiento se ha relacionado con las mutaciones en las proteínas E2 y NS5A del genoma viral, aunque aún existe mucha controversia. Objetivos. Estudiar la relación entre la heterogeneidad genética de las regiones E2-PePHD, NS5-PKRDB, NS5A-ISDR y NS5A-V3 del VHC y la resistencia al tratamiento con IFN-peg y RBV. Pacientes y Métodos. Estudio prospectivo de 60 pacientes con hepatitis C crónica genotipo 1 (1b, n = 47 y 1a, n = 13), tratados con IFN-peg más RBV. El 50% eran ≤ 40 años, y en el 80% la carga viral > 600.000 UI/mL. En función de la respuesta al tratamiento se clasificaron en respuesta virológica sostenida (RVS: 36, 60%) y no respondedores (NR: 24, 40%). En las muestras de suero basal se ob- Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 129 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 130 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO tuvieron las secuencias dominantes situadas entre los aminoácidos 2191 al 2405, que incluyen las regiones NS5A-PKRBD, NS5AISDR, NS5A-V3 del VHC. La región E2-PePHD fue secuenciada en 23 pacientes (11 RVS y 12 NR). Además se realizó un análisis de la evolución de las mutaciones del virus (regiones NS5A) durante y después del tratamiento en 18 pacientes (3 RVS, 15 NR). Resultados. Los únicos factores asociados con la RVS fueron la edad ≤ 40 años (P = 0,03), y > 4 mutaciones en la región PKRBD codones 2209-2274 (P = 0,001). La presencia de mutaciones en la región ISDR codones 2209-2248 estaba en los límites de la significación estadística (P = 0,07). En cambio, en la región V3 codones 2356-2379, había una alta variabilidad genética, y no se relacionó con la RVS. Solo dos pacientes presentaban alguna mutación en la región E2-PePHD, siendo el resto de tipo salvaje. En la regresión logística el único factor independiente de RVS fue > 4 mutaciones en la región PKRBD (P = 0,004), con una especificidad del 92% (95% IC, 72%; 99%) y un valor predictivo positivo del 89,5% (IC al 95% fue del 65%; 98%). En esta región, los pacientes con carga viral <600.000 UI/ml (P = 0,001) y los hombres (P = 0,0001) presentaban más mutaciones. También > 4 mutaciones en la región PKRBD se relacionó con el ARN-VHC negativo a las 8 (P = 0,02) y 12 semanas (respuesta virológica precoz-RVP-, P = 0,009), pero no a las 4 semanas. En la ISDR, los pacientes con más mutaciones eran más jóvenes (<40 años, P = 0,03), hombres (P = 0,05) y con una carga viral <600.000 UI/mL (P = 0,02). En el estudio evolutivo no había cambios de aminoácidos en las diferentes regiones, tanto en los pacientes con RVS como NR. Conclusión. La presencia de > 4 mutaciones en la región PKRBD es un factor predictivo de RVS y RVP al tratamiento en los paciente con genotipo 1 del VHC. CAPTURA, EXPANSIÓN Y RESTAURACIÓN FENOTÍPICA Y FUNCIONAL DE CD4-ESPECÍFICAS PARA NS3 DEL VHC M. Bes1, S. Sauleda1, J. Quer2, M. Cubero2, J. Guardia2, Ll. Puig1, R. Esteban2 y J.I. Esteban2 1 Banc de Sang i Teixits, Barcelona. 2Medicina Interna-Hepatología, Hospital Universitario Vall d’Hebron, Barcelona. Introducción. Numerosas evidencias sugieren que la persistencia del virus de la hepatitis C (VHC) se debe a un estado de anergia o tolerancia adaptativa de la respuesta CD4 Th1 específica para antígenos no estructurales. Dicho estado sería potencialmente reversible en ausencia del estímulo antigénico inductor de anergia. Objetivos. Seleccionar linfocitos CD4 NS3-específicos a partir de sangre periférica de un paciente con infección persistente y determinar el grado de restauración funcional tras su expansión en ausencia de estímulo antigénico. Métodos. Se obtuvieron linfocitos a partir de sangre periférica de una pareja de pacientes expuestos a un inóculo común con evolución opuesta (infección persistente: paciente A; infección resuelta espontáneamente: paciente B). Tras estímulo con NS3 recombinante y mediante inmunocaptura magnética, se seleccionaron los linfocitos CD4+/CD154+. Estos se expandieron en medio complementado con IL-7/IL-15 durante 3 semanas. La caracterización fenotípica se realizó por citometría de flujo (CD4/CD45RO/CCR7/CD62L). La caracterización funcional se midió por ELISPOT de IFN-g y los resultados se expresaron en células formadoras de spots por 105 células CD4+ (SFU/105). Resultados. El proceso completo en el paciente A consiguió expandir en 1 logaritmo los CD4 antígeno específicos. Tras la expansión, la proporción de CD4+/CCR7+/CD62L (memoria central) se dobló respecto a la proporción inicial, mientras que las células efectoras (CD4+/CCR7-/CD62L-) disminuyó a un tercio. La producción de IFN-g (respuesta Th1) medida en las células CD4+/CD154+ fue de 725 SFU/105, es decir, 100 veces superior a la producción basal (8 SFC/105). En el paciente B, en cambio, no se observó cambio en la 130 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 proporción de CD4 de memoria central y efectora tras la expansión, y la producción de IFN-g apenas se duplicó (925 SFU vs 1575 SFU, basal y tras expansión, respectivamente). Conclusiones. Es posible seleccionar CD4 NS3 específicas en pacientes con infección persistente, modificar su fenotipo y restaurar su capacidad de producir IFN-g mediante expansión con citoquinas homeostáticas y en ausencia del estímulo antigénico. Ello confirma la presencia y anergia antígeno-específica reversible y plantea la posibilidad de diseñar estrategias de inmunoterapia adaptativa como complemento a la terapia antiviral e incluso la prevención de la recurrencia postransplante. MODULACIÓN DE LA EXPRESIÓN DE ANGIOPOYETINA-2 POR EL VIRUS DE LA HEPATITIS C: IMPLICACIÓN DE MAPK, PI3K Y ESPECIES REACTIVAS DE OXÍGENO (ROS) P. Sanz-Cameno1, S. Martín-Vílchez1, Y. Rodríguez-Muñoz1, M.J. Borque2, J.A. Moreno-Monteagudo1, M. López-Cabrera2, y R. Moreno-Otero1 Unidad de 1Hepatología y 2Biología Molecular, Hospital Universitario de La Princesa. Madrid. La enfermedad hepática derivada de la infección por los virus de la hepatitis B (VHB) y C (VHC) resulta de la ineficacia del sistema inmune para erradicar el virus, circunstancia que provoca un daño hepático continuado caracterizado por la existencia de infiltrados inflamatorios, fibrosis y angiogénesis intrahepática, con una elevada tasa de evolución a cirrosis y hepatocarcinoma. Dichos acontecimientos reflejan un desequilibrio en la regulación de la homeostasis vascular, proceso en el que el sistema Angiopoyetinas/Tie2 juega un importante papel. Resultados recientes obtenidos por nuestro grupo han revelado un incremento de la expresión intrahepática de Angiopoyetina-2 (Ang2) en pacientes con hepatitis crónica C (XXXI congreso de la AEEH) y B, mediado por HBx (Sanz-Cameno et al., 2006). El OBJETIVO del presente trabajo es analizar la implicación del VHC en la expresión de Ang2 y su modulación a través de diversas vías de señalización celular: MAPK, PI3K y ROS. Métodos. La expresión de Ang2 fue evaluada mediante western blot en líneas celulares hepáticas transfectadas establemente con el replicón del genoma completo del VHC o con el codificante de las proteínas no estructurales, clones I389/Core-3’ y I377/NS3-3’, respectivamente (Bartenschlager, 2002), y en la línea parental derivada de hepatocitos humanos, Hu7H. Todas estas líneas fueron sometidas a distintos tratamientos, PD98059, LY294002 y Ebselen, a 25 microM durante 48 horas, para inhibir o modular diversas rutas de señalización intracelular: MAPK, IP3K y ROS, respectivamente. Resultados. Se observó un incremento de la expresión de ambas isoformas de Ang2 en la línea celular transfectada con el replicón correspondiente al genoma completo del VHC frente a la línea parental y a la que expresaba exclusivamente las proteínas no estructurales del virus. El tratamiento con los inhibidores de la ruta de la MAPK y de la PI3K, así como con el antioxidante Ebselen, reflejó una influencia diferencial en la expresión de ambas isoformas de Ang2, con un notable aumento de la involucrada en procesos tumorales e inflamatorios (50 KDa) frente a la isoforma tradicional (64 KDa) al bloquear la vía de señalización mediada por la PI3K. Conclusiones. 1) El aumento más pronunciado de la expresión de Ang2 en el replicón del genoma completo del VHC indica que su modulación viene mediada principalmente por las proteínas estructurales de este virus. 2) La regulación diferencial de las isoformas de Ang2 por distintas vías de señalización celular puede representar un importante punto de control de la quiescencia vascular en respuesta al microambiente tisular y contribuir notablemente al esclarecimiento de los mecanismos patogénicos implicados en el establecimiento y evolución de ésta y otras enfermedades inflamatorias crónicas. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 131 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Sesión general 5 Moderadores: Carmen Berasain. (Pamplona). Angel Palacio. (Granada). INFLUENCIA DE LA RESISTENCIA A LA INSULINA, FIBROSIS, OBESIDAD Y DOSIS DE RIBAVIRINA EN LA DINÁMICA VIRAL EN PACIENTES CON HEPATITIS C GENOTIPO 1 TRATADOS CON PEGINTERFERON Y RIBAVIRINA L. Grande, A. Madrazo, R. Corpas, I. Camacho, M.M. Viloria, M.C. Nogales y M. Romero-Gómez UGC Enfermedades Digestivas. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Servicio de Bioquímica. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Servicio de Microbiología. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Introducción. La resistencia a la insulina, la fibrosis y el genotipo viral predicen la posibilidad de curación. Así también, la dosis de ribavirina puede influir en la respuesta al tratamiento. El momento en que estos factores ejercen su efecto no es bien conocido. Objetivos. Analizar el impacto de los factores de huésped (fibrosis, obesidad, resistencia a la insulina), y de la dosis de ribavirina en la dinámica viral durante los primeros meses en pacientes con hepatitis C genotipo 1 tratados con interferon pegilado alfa y ribavirina. Pacientes y métodos. Incluimos 75 pacientes con hepatitis C diagnosticada por biopsias con ALT elevada, ARN VHC positivo y ausencia de datos de infección por virus B o VIH. Se realizó determinación basal de la carga viral (Cobas Amplicor 2.0, Roche), a las 48 horas, 28 días y 12 semanas, así como a los 6 meses de seguimiento tras finalizar el tratamiento. Calculamos la fase 1, fase 2, mes 1 (caída carga viral 1º mes) y mes 3 (caída carga viral en el mes 3). Calculamos la resistencia a la insulina [HOMA = Insulina (mUI/L) * glucosa (mmol/L)/ 22,5], el índice de masa corporal y se valoró la fibrosis de F0 a F4 según Scheuer. Resultados. Presentaban HOMA > 2 (32%), fibrosis avanzada (24%), IMC > 25 Kg/m2 (70%). Tomaban dosis fijas de ribavirina de 800 mg (n = 19) y dosis ajustada a peso (1000-1200 mg/día) (n = 56). Todos los pacientes con HOMA ≤ 2 alcanzaron respuesta viral temprana frente a sólo el 61,5% de los pacientes con HOMA > 2. La dosis de ribavirina no influyó en la dinámica viral, mientras que un HOMA > 2 se asoció a una menor caída de la carga viral en la fase 1 y fase 2 (tabla 1). El factor predictivo de respuesta que mostró más seguridad de predicción de respuesta sostenida fue un descenso de la carga viral en el primer mes de más de 1,45 log. Utilizando este criterio clasificamos a los pacientes en dinámica viral favorable o no e incluimos esta variable como dependiente en un análisis de regresión logística, la única variable independiente predictiva de DV favorable fue la resistencia a la insulina (O.R: 7,19 (1,3-40,0); p < 0,02), mientras que la edad, sexo, IMC y fibrosis quedaron excluidas del modelo. **P<0,004 Fase 1 Fase 2 Mes 1 Mes 3 Si No Si No Si No Si No IMC < 25 Kg/m2 -1,17 ± 1,03 -1,06 ± 0,94 -1,36 ± 1,19 -1,97 ± 1,03 -2,28 ± 1,55 -2,60 ± 1,33 -3,71 ± 1,83** -4,69 ± 0,95** RBV 800 mg/d -1,25 ± 1,52 -1,06 ± 0,90 -1,79 ± 1,27 -1,51 ± 1,23 -2,21 ± 1,35 -2,35 ± 1,62 -4,00 ± 1,60 -3,90 ± 1,76 HOMA IR < 2 -1,63 ± 1,31 -0,91 ± 0,96 -2,21 ± 1,05** -1,11 ± 1,24** -2,75 ± 1,53 -1,86 ± 1,48 -4,93 ± 0,40** -3,14 ± 2,08** Conclusiones. La resistencia a la insulina dificulta la actividad antiviral del interferón en las primeras fases del tratamiento, mientras que la dosis de ribavirina no parece influir en este período. El tratamiento de la resistencia a la insulina podría mejorar la dinámica viral y aumentar la tasa de respuesta sostenida. IMPLICACIÓN DE LA VÍA DE LA 5-LIPOOXIGENASA EN LA REGULACIÓN DEL TRANSPORTE DE TRIGLICÉRIDOS EN HEPATOCITOS Y EN EL DESARROLLO DE ESTEATOSIS M. López-Parra1, E. Titos1, R. Horrillo1, N. Ferré1, A. González-Périz1, A. Planagumà1, R. Miquel2, V. Arroyo3, J. Rodés3 y J. Clària1 1 Servicio de Bioquímica y Genética Molecular, 2Servicio de Anatomía Patológica y 3Unidad de Hígado, Hospital Clínic, IDIBAPS, Universitat de Barcelona, Barcelona, España. Estudios recientes han identificado a la vía de la 5-lipooxigenasa (5LO) como una posible diana terapéutica en la obesidad, resistencia a la insulina y aterosclerosis. De hecho, tanto en pacientes como en modelos experimentales con síndrome metabólico, existe una estrecha relación entre la expresión de la 5-LO y la presencia de obesidad, hiperlipidemia y resistencia a la insulina. Además, la expresión de la 5-LO colocaliza con las células inflamatorias en la placa de ateroma y constituye un factor de riesgo en la aterosclerosis. En el presente estudio, se investigó si la vía de la 5-LO está implicada en la regulación del metabolismo lipídico hepático y en el desarrollo de esteatosis. El estudio se llevó a cabo en ratones deficientes en leptina (ratones ob/ob), un modelo experimental que reproduce las alteraciones metabólicas que se manifiestan en la esteatohepatitis no alcohólica humana. En estos animales, la administración oral de un inhibidor selectivo de la 5-LO (CJ-13,610, 16 mg/kg durante 3 semanas, n = 8) redujo de forma significativa la deposición de lípidos en el hígado, evaluada mediante la cuantificación morfométrica del área teñida con Oil RedO. En los ratones ob/ob tratados con CJ-13,610 se observó también un descenso de los niveles hepáticos de triglicéridos (TAG) sin cambios en las concentraciones de colesterol y ácidos grasos libres. El efecto hepatoprotector asociado a la inhibición farmacológica de la 5LO se confirmó mediante la inhibición genética de esta vía en ratones deficientes para el gen de la 5-LO (5-LO-/-), los cuales presentaron una menor susceptibilidad que los animales wild-type (ratones 5LO+/+) a desarrollar esteatosis hepática en respuesta al tetracloruro de carbono. El análisis por microarrays del perfil de expresión génica hepática entre estos dos grupos de animales demostró la expresión diferencial en ratones 5-LO-/- de genes involucrados en el metabolismo lipídico (CCAAT/enhancer binding protein beta (C/EBP), carboxilesterasa 3, estearoil coenzima A desaturasa 2 (Scd2), ATP-citrato liasa (Acly) y factores de elongación de ácidos grasos de cadena larga (Elovl3 y Elovl6)). La implicación de la vía de la 5-LO en el desarrollo de esteatosis se confirmó en estudios in vitro en hepatocitos en cultivo, en los cuales los leucotrienos B4 y D4, los principales productos de la vía de la 5-LO, provocaron un aumento concentración-dependiente de la acumulación intracellular de TAG, acompañado de un descenso de su liberación al medio de cultivo. Estos cambios en el transporte hepatocitario de TAG se asociaron a un descenso de la actividad de la proteína microsomal de transferencia de TAG (MTP), sin cambios en la expresión de genes lipogénicos como la enzima ácido graso sintasa (FAS) y el factor de trascripción SREBP-1c. En conjunto, estos resultados indican que la vía de la 5-LO está involucrada en la patogénesis de la esteatosis hepática, posiblemente a través de la regulación del transporte de TAG en el hepatocito. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 131 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 132 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO LA FIBRONECTINA PROTEGE A LAS CÉLULAS ESTRELLADAS DEL HÍGADO FRENTE A LA APOPTOSIS A TRAVÉS DE UNA VÍA DE TRADUCCIÓN DE SEÑAL DEPENDIENTE DE LAS MITOCONDRIAS Y DE LA FOSFATIDIL INOSITOL 3-KINASA J.C. Rodríguez, P. de la Torre, T. Díaz-Sanjuán, I. García-Ruiz, L. García-Pozo y J.A. Solís-Herruzo Centro de Investigación. Hospital “12 de Octubre”. Universidad Complutense. Madrid. La supervivencia de las células estrelladas del hígado (CEH) depende de múltiples factores, incluyendo su adhesión a la matriz extracelular (MEC) y la presencia en el suero de factores de crecimiento. La fibronectina (FN) se comporta como un factor fibrogénico. En diversas líneas celulares, incluidas las CEH, aumenta la resistencia de las células a su muerte por apoptosis. Se desconocen los mecanismos por los cuales la FN previene la apoptosis de las CEH. Objetivo. Determinar las vías intracelulares por las que la FN protege a las CEH frente a la apoptosis. Material y métodos. Las CEH, aisladas del hígado de rata, fueron sembradas en placas de cultivo, cubiertas o no de FN, y se cultivaron en presencia o ausencia de 20% de suero de ternera fetal. Se determinó la apoptosis en las células flotantes o adheridas a la placa utilizando el “kit” de ROCHE Diagnostics GmbH. Germany. Las vías de transmisión de señal fueron analizadas detectando los mediadores de señal fosforilados e inhibiendo estas vías con inhibidores adecuados y específicos. Resultados. (1) Tras 72 horas sin suero, el índice de apoptosis de las CEH cultivadas sin FN aumentó 2,51 veces (p < 0,001). Cuando estas células crecieron sobre placas cubiertas de FN, el índice apoptótico descendió el 34 ± 2,8%. (2) Este efecto protector, antiapoptótico, de la FN desapareció cuando las células crecieron sobre FN en presencia del péptido RGD, que inhibe la unión de las células a la FN a través de receptores integrina. (3) La transfección de las CEH con anticuerpos anti-FAK también tiene ese mismo efecto. Al mismo tiempo, FAK fosforilado en tirosina 397 aumentó en las CEH tras 15-120 min. de incubación sobre FN. (4) El cultivo de las CEH sobre FN en presencia de wortmanina (100 nM) o de LY294002 (12,5 µM), pero no en presencia de gliotoxina (100-200 ng/ml) (inhibidor de NF?B), SP600125 (5-20 µM) (inhibidor de Jun N-terminal Kinase) o PD98059 (50 µM) (bloqueante de ERK), aumentó significativamente el índice de apoptosis en las células crecidas sobre FN. Estos resultados indican la participación de PI3K en la transmisión de señal provocada por la FN. (5) Tras 15-30 min. de incubación de las CEH sobre FN, aumenta Akt fosforilado en serina473, lo que sugiere la participación de esta cinasa. (6) El cultivo de las CEH sobre FN evitó la salida del citocromo c desde las mitocondrial al citoplasma, lo que indica la participación de las mitocondrias en la protección de las CEH. Este efecto se asoció con un aumento de BclX, de la fosforilación de Bad (por Akt) y de la pérdida de actividad de la Caspasa 9 y 3. Ambos factores se comportan como antiapoptóticos. Conclusión. La FN aumenta la supervivencia de las CEH. En este efecto intervienen la unión de la FN a las integrinas, la activación de FAK, PI3K y de Akt. Además, la FN evita la salida del citocromo c de las mitocondrias tras disminuir las proteínas proapoptóticas (Bad) y aumentar las antiapoptóticas (BclXL). ANÁLISIS DE LA EFICACIA DE UNA DURACIÓN MÁS PROLONGADA DEL TRATAMIENTO CON PEGIFN ALFA-2A Y RIBAVIRINA E IMPACTO DE LA DOSIS DE RIBAVIRINA AJUSTADA AL PESO EN PACIENTES VIH-POSITIVOS CON HEPATITIS CRÓNICA C: RESULTADOS DEL ESTUDIO PRESCO M. Romero, M. Núñez, J. Portu, I. Santos, L. Bonet, M. Cordero, M. González, P. López-Serrano, J.J. Hernández-Burruezo, J. García-Samaniego y V. Soriano Coordinación Hospital Carlos III. Madrid. Introducción. El tratamiento de la hepatitis crónica C se ha convertido en una prioridad en los pacientes VIH+ por la mayor progre- 132 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 sión a cirrosis y enfermedad hepática terminal de la población coinfectada. La respuesta al tratamiento antiviral en estos pacientes es inferior a la observada en los monoinfectados por VHC. Pacientes y métodos. PRESCO es un estudio abierto, prospectivo, multicéntrico en el que pacientes con coinfección VIH/VHC con elevación persistente de ALT y naives para el VHC recibieron tratamiento con peginterferon alfa-2a (180 mg/semana) y ribavirina (1000 mg/día para < 75 Kg; 1200 mg/día para > 75 kg). Los pacientes con genotipos 1 y 4 (61%) fueron tratados durante 48 o 72 semanas, y los pacientes con genotipos 2 y 3 (39%) recibieron tratamiento durante 24 o 48 semanas. En los pacientes que no alcanzaron la respuesta virológica precoz se interrumpió el tratamiento a las 12-24 semanas. Resultados. Se incluyeron un total de 389 pacientes [137 (61%) con genotipos 1/4 y 67% con niveles de ARN-VHC > 800.000 UI/ml]. El tratamiento se interrumpió prematuramente en el 46% de los pacientes debido a: fallo virológico primario en el 17%, efectos adversos graves en el 7%, y abandono voluntario o pérdida de seguimiento en el 22%. En un análisis por intención de tratamiento la tasa de respuesta virológica sostenida (RVS) fue del 49%, significativamente mayor en los pacientes con genotipos 2/3 (71%) que en los 1/4 (35%) (p < 0,0001). No se observaron diferencias significativas en la RVS entre los pacientes con mayor o menor duración del tratamiento. Las recaídas en función de la duración del tratamiento y el genotipo se muestran en la tabla. Los genotipos 2/3, la cifra basal de ARN-VHC, y la negatividad del ARN-VHC en la semana 12 fueron predictores de RVS en el análisis multivariante. VHC-1/4 VHC-2/3 Todos* Estándar 35/108 (25,9%) 14/81 (17,3%) 49/189 (26%) Prolongada 3/9 (33,3%) 7/45 (15,5%) 10/54 (16,9%) Todos** 38/117 (32,4%) 21/126 (16,7%) 59/243 (24,8%) *p = 0,2 Cualquier genotipo duración estándar vs prolongada. **p = 0,01 VHC1/4 vs VHC-2/3 independientemente de la duración del tratamiento Conclusiones. La mitad de los pacientes VIH/VHC tratados con peginterferón alfa-2a 180 mg/semana y RBV 1000-1,200 mg/día alcanzan RVS. El porcentaje de RVS fue significativamente superior (el doble) en los pacientes con genotipos 2/3 que en los pacientes con genotipos 1/4. La utilización de dosis altas de ribavirina, más que prolongar el tiempo de tratamiento, parece ser la causa de los porcentajes de RVS obtenidos en este estudio. INFLUENCIA DE LA PRESIÓN INTRABDOMINAL Y PORTAL EN EL DESARROLLO DE LA DISFUNCIÓN CIRCULATORIA POSTPARACENTESIS A. Monescillo, A. Cruz, L. Ruiz del Arbol1, F. Martínez-Lagares2, E. Jiménez, E. García, C. Guevara, E. Buceta2, M. Peñate, J.M. Marrero, M. Jorge, A. Sierra, A. Castellot, V. Malo de Molina, P. Saiz, M. Morales3 y W. Jiménez3 Servicio Aparato Digestivo-Hospital Insular de Gran Canaria. Las Palmas de Gran Canaria. 1Servicio de Gastroenterología-Hospital Ramón y Cajal. Madrid. 2Servicio de Radiología Vascular Intervencionista-Hospital Insular de Gran Canaria. Las Palmas de GC. 3 Laboratorio de Hormonas-Hospital Clínico. Barcelona. Introducción. La disfunción circulatoria postparacentesis (DCPP) acorta la supervivencia de los pacientes con cirrosis y ascitis. La utilización de albúmina cuando se extraen cantidades ≥ 5 litros se recomienda para su prevención. Este criterio presenta baja exactitud obligando a un sobreuso de la albúmina. Por otra parte, no se ha investigado suficientemente la influencia de la hipertensión portal en el desarrollo de la DCPP. Objetivos. 1) Conocer si la presión intrabdominal (PIA) y la hipertensión portal influyen en la aparición de la DCPP. 2) Evaluar si la vasodilatación arterial postparacentesis se relaciona con el desarrollo de la DCPP. Pacientes y métodos. 43 pacientes cirróticos con ascitis a tensión tratados con paracentesis total fueron incluidos consecutivamente. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 133 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Durante 5 días recibieron dieta sin sal y no diuréticos. Al 6º día de la inclusión, previo a paracentesis total, se extrajo sangre para bioquímica hepática, renal y determinación de actividad de renina plasmática (ARP) y se realizó estudio hemodinámico hepático (n = 43) y sistémico basal y a la hora postparacentesis (n = 21). La medición de la PIA se realizó mediante sistema de columna de agua calibrada antes y al finalizar la paracentesis. La poligelina (8 g/l) fue el expansor plasmático utilizado. Al 6º día postparacentesis se evaluó la función renal, hepática y la ARP. Se define DCPP como la elevación de la ARP mayor de un 50% sobre el valor basal siempre que el valor final sea superior a 4 ng/ml*h. Resultados. 14 pacientes (33%) presentaron DCPP. Los pacientes que desarrollaron DCPP presentaron mayor creatinina basal (1,16 ± 0,39 vs 0,92 ± 0,32 mg /dl) sin diferencias en el resto de la función renal y hepática, ni en la cantidad de LA (9,0 ± 3,3 vs 7,2 ± 2,2; p = 0,08). Sin embargo, la PIA, y el gradiente de presión venosa hepática fueron mayores en los pacientes con DCPP (22,7 ± 4,6 cm H2O vs 17,2 ± 4,7 cm H2O; 21,1 ± 4,0 mmHg vs 17,2 ± 3,9 mmHg, p < 0,01 respectivamente). La DCPP se acompañó de mayor descenso de las resistencias vasculares sistémicas postparacentesis y mayor descompresión intrabdominal postparacentesis (23 ± 13% vs -11 ± 9%, p = 0,03; 14,7 ± 5,3 vs 9,6 ± 3,8 cm H2O, p = 0,001, respectivamente). El valor de corte de la PIA en la curva ROC (AUC: 0,819) para identificar DCPP fue 20 cm de H2O. El uso de albúmina estaría recomendado en 37 pacientes (84%) con extracción de LA ≥ 5 litros vs 18 pacientes (42%) con PIA ≥ 20 cm. Desarrollaron DCPP, 61% de pacientes con PIA ≥ 20 cm de H2O frente el 35% de pacientes con extracción ≥ 5 litros de LA. Conclusiones. Los pacientes que desarrollan DCPP presentan ascitis con mayor PIA, más hipertensión portal y una mayor vasodilatación arterial inmediatamente postparacentesis. La PIA es un criterio más exacto que el volumen de ascitis extraído para predecir la DCPP y su uso implica un ahorro en la indicación de albúmina postparacentesis. LA RADIOEMBOLIZACION HEPATICA MEDIANTE MICROESFERAS DE RESINA CON YTRIO-90 TIENE EFECTO ANTITUMORAL LOCAL EN EL HEPATOCARCINOMA AVANZADO B. Sangro1, J.I. Bilbao2, A. Martínez-Cuesta2, J. Rodríguez3, M. Valero4, J. Arbizu4, A. Benito2, M. Iñarrairaegui1, F. Alegre1, J.I. Herrero1, J. Quiroga1 y J. Prieto1 1 Medicina Interna, 2Radiología, 3Oncología Médica y 4Medicina Nuclear. Clínica Universitaria. Pamplona. Justificación. La radioembolización (RE) es un tratamiento prometedor para tumores hepáticos, pero se sabe poco sobre su efecto antitumoral real en el hepatocarcinoma (HCC) y sobre su seguridad en pacientes cirróticos. Métodos. Se han analizado el efecto antitumoral y la toxicidad de la RE en todos los pacientes tratados en nuestra Unidad en el período de 09/2003 a 09/2006. El criterio básico de inclusión ha sido presentar un HCC avanzado con función hepática conservada. Tras la RE, los pacientes han sido seguidos sin tratamiento hasta la progresión o el éxitus. Resultados. De los 48 pacientes evaluados, en 10 se contraindicó la RE por shunt hepatopulmonar excesivo (3 pacientes) o previsible incapacidad para que las microesferas accedieran al tumor (6 pacientes). De los 38 restantes, 5 pacientes tienen un seguimiento breve lo que deja 33 pacientes evaluables con un seguimiento medio de 10,5 meses. Los pacientes con tumores voluminosos fueron mayoría (mediana de volumen tumoral 360 mL), el 72% eran cirróticos y el 21% tenían trombosis portal. La mediana de actividad de SIR-Spheres administrada fue de 2.20 GBq. La respuesta tumoral no pudo medirse por criterios RECIST en 3 pacientes con tumores difusos. De los restantes 30 pacientes, en todos menos uno se observó una disminución del tamaño de las lesiones target de intensidad variable. Considerando sólo las lesiones target, las tasas de control de enfermedad y de respuesta fueron del 100% y del 21%, respectivamente. Sin embargo, 13 pacientes desarrollaron nuevos nódulos tumorales en el hígado 1 a 7 meses después de la RE, de forma que las tasas globales de control de enfermedad y de respuesta fueron del 78% y el 21%, respectivamente. Sólo se observó progresión en las lesiones target en un paciente. Se observó daño hepático inducido por RE (que aparece en forma de ascitis e hiperbilirrubinemia 1 a 2 meses después del tratamiento) de carácter grave en 2 de 8 pacientes tratados en un primer período. La introducción de ciertos cambios en los criterios de selección de los pacientes y en el cálculo de la actividad a administrar se tradujo en un descenso estadísticamente significativo en la incidencia de toxicidad hepática. Y ninguno de los pacientes tratados en los últimos 18 meses ha presentado daño hepático grave. Conclusión. La RE mediante microesferas de resina con ytrio-90 produce un efecto antitumoral notable que permite controlar el crecimiento local de las lesiones tratadas. La posibilidad de producir insuficiencia hepática debe traducirse en un cálculo de dosis preciso y conservador en la población de pacientes cirróticos. RESPUESTA VIROLÓGICA INICIAL E INCIDENCIA DE MUTACIONES DE RESISTENCIA EN PACIENTES CON HEPATITIS CRÓNICA B TRATADOS CON ADEFOVIR A. Gallego1, J. Sheldon2, N. Margall1, M. Romero2, P. Hornillos1, V. Soriano2, J. García-Samaniego2 y J. Enríquez1 1 Patología Digestiva, Hospital Sta. Creu i St. Pau. 2Patología Digestiva, Hospital Carlos III, Madrid. Introducción. Los factores asociados a la incidencia de mutaciones de resistencia a adefovir (ADF) en el tratamiento de la hepatitis crónica B no están bien definidos. Objetivo. Evaluar la respuesta virológica inicial (RVI) y la probabilidad de desarrollar mutaciones de resistencia a ADF. Método. Se analizaron los pacientes con hepatitis crónica B tratados con ADF durante al menos 12 meses (duración media: 23,21 ± 7,67 meses). Se cuantificó el DNA-VHB cada 3 meses mediante RT-PCR (COBAS TaqMan HBV test; Roche Diagnostics). El genotipo viral se determinó mediante Inno-LIPA (Innogenetics). La presencia de resistencias a ADF se investigó por análisis genotípico mediante amplificación de la transcriptasa reversa del VHB. La RVI se definió por la reducción del DNA-VHB ≥ 4 log10 UI/ml en el mes 6 de tratamiento. RESULTADOS. Se estudiaron 42 pacientes (32 varones; edad media: 48,14 ± 10,39 años). Veintiún (50%) recibieron ADF como primer tratamiento mientras que los otros 21 habían recibido previamente lamivudina (LAM) (13 de ellos desarrollaron resistencia a LAM). Treinta y siete (88%) eran HBeAg negativo. El genotipo se determinó en 33/42 pacientes: 76% D, 18% A y 6% F. Veinte pacientes tenían cirrosis hepática o estadío pre-cirrosis determinados por biopsia hepática y/o criterios clínicos (biopsia hepática disponible en 31). Los niveles medios basales de DNA-VHB y ALT fueron: 6,43 ± 1,20 log10 UI/ml y 183,33 ± 179,64 UI/L respectivamente. La RVI se alcanzó en 15/37 pacientes (40,5%). Los pacientes con RVI tenían valores basales de ALT significativamente mayores (225,67 ± 175,66 vs 120,45 ± 76,35; p = 0,043). La RVI no se relacionó con el nivel basal de DNA-VHB, genotipo, grado de fibrosis, tratamiento previo con LAM o resistencia a este nucleósido. En los pacientes con RVI el DNA-VHB fue indetectable en el mes 12 en el 77 % de los casos frente a 1 paciente sin RVI (p < 0,001). En 5/42 pacientes se detectaron mutaciones resistentes a ADF durante el tratamiento: rtN236T en 4 casos (en un paciente apareció al 6º mes de tratamiento) y rtV207L en 1 caso. El significado clínico de esta última mutación no es bien conocido. La probabilidad actuarial de desarrollar mutaciones resistentes a ADF a 1 y 2 años fue 7% y 17% respectivamente. Conclusiones. 1. La RVI al tratamiento con ADF se observó en el 40,5% de los pacientes y predijo la respuesta virológica al año. 2. La probabilidad actuarial de desarrollar mutaciones de resistencia fue del 7% y 17% al primer y segundo año respectivamente. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 133 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 134 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Sesión general 6 Moderadores: María Trapero. (Madrid). Matías Ávila. (Pamplona) ESTUDIO MULTICÉNTRICO ALEATORIZADO Y CONTROLADO COMPARANDO EL TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO VS TRATAMIENTO COMBINADO FARMACOLÓGICO + LIGADURA ENDOSCÓPICA DE VARICES EN LA PREVENCIÓN DE LA RECIDIVA HEMORRÁGICA EN PACIENTES CON CIRROSIS Estos resultados no apoyan que el tratamiento de elección para prevenir la recidiva hemorrágica deba incluir la asociación de LEV al tratamiento farmacológico con NAD ± 5MN. J.C. García-Pagan por el grupo cooperativo Español para el estudio de la hemorragia variceal TERLIPRESINA Y ALBÚMINA VS ALBÚMINA SOLA EN EL TRATAMIENTO DE PACIENTES CON SÍNDROME HEPATORRENAL (SHR). ESTUDIO MULTICÉNTRICO, ALEATORIZADO Y COMPARATIVO El tratamiento farmacológico con nadolol ± 5-mononitrato de isosorbida (NAD ± 5MN) o la ligadura endoscópica de varices (LEV) son alternativas recomendadas como de primera elección para prevenir la recidiva hemorrágica en pacientes con cirrosis. Dos estudios recientes sugieren que asociar NAD mejora la eficacia de la LEV en esta indicación. No se ha evaluado, no obstante, si asociar LEV mejora la eficacia del tratamiento farmacológico con NAD ± 5MN. Ello fue evaluado en el presente estudio multicéntrico aleatorizado y controlado realizado en 6 hospitales Españoles que incluyó 159 pacientes cirróticos que tras presentar un episodio de hemorragia variceal fueron aleatorizados a recibir tratamiento con NAD ± MN (n = 79) o NAD ± MN asociado a LEV (n = 80). La aleatorización se realizó dentro de los 7 días del episodio de hemorragia. El objetivo principal del estudio fue la recidiva hemorrágica de cualquier origen. La recidiva variceal y la mortalidad fueron objetivos secundarios. No existieron diferencias significativas entre los dos grupos en cuanto edad, sexo, etiología, grado de Child o dosis de NAD o MN. El seguimiento mediano fue de 14m. No hubo diferencias significativas en la probabilidad actuarial de permanecer libre de recidiva hemorrágica (1 año; 74% en NAD ± MN +LEV vs 67% en NAD ± MN, NS). La probabilidad de permanecer libre de recidiva hemorrágica por varices fue significativamente mayor en el grupo NAD ± MN +LEV (83 vs 69% NAD ± MN, p < 0,02). No obstante, la recidiva no variceal aconteció en 10 pts, 8 en NAD ± MN +LEV (4 Ulceras post-LEV; 3 gastropatía hipertensión portal (GHP, 1 desconocida) vs. Sólo 2 en el grupo NAD ± MN (p = 0,1). No hubo diferencias en cuanto a la supervivencia ni en el número de pts que requirió tratamiento de rescate; 22 en el grupo NAD ± MN (15 LEV, 6 TIPS, 1 shunt quirúrgico) vs 15 pts en NAD ± MN +LEV (6LEV, 9 TIPS). 5 pacientes en el grupo NAD ± MN +LEV desarrollaron complicaciones relacionadas con el tratamiento que requirieron hospitalización (hemorragias postLEV) frente a ninguno en el grupo NAD ± MN (p = 0,07). El grado de insuficiencia hepática fue el único factor independiente prediciendo la recidiva hemorrágica, mientras que el grupo de tratamiento fue la única variable predictiva de hemorragia de origen variceal. Conclusión. En pacientes con cirrosis y hemorragia variceal, la asociación de LEV al tratamiento farmacológico no reduce de forma significativa la probabilidad de presentar recidiva hemorrágica ni la mortalidad. La asociación de LEV si que reduce las recidivas hemorrágicas por varices, pero a expensas de un mayor número de hemorragias de origen no variceal, y un mayor número de complicaciones graves que requieren hospitalización. 134 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 M. Martín-Llahí, M.N. Pépin, M. Guevara, A. Torre, A. Monescillo, G. Soriano, E. Fábregas, F. Díaz, F. Salmerón, J. Such, H. Andreu, R. Solá, J. Rodés, V. Arroyo, P. Ginès y el grupo de investigadores del estudio TAHRS Hospital Clínic, Barcelona; Hospital Insular Gran Canaria; Hospital Sant Pau, Barcelona; Hospital Puerta del Mar, Cádiz; Hospital General Universitario de Alicante; Hospital Universitario de Granada; Hospital Son Llàtzer, Mallorca; Hospital del Mar, Barcelona. Se ha demostrado que la terlipresina mejora la función renal en los pacientes con SHR, sin embargo su eficacia no ha sido evaluada adecuadamente en estudios controlados. El presente estudio incluyó 45 pacientes con cirrosis hepática y SHR que se aleatorizaron para recibir terlipresina (1-2 mg/4 h iv) y albúmina (1 g/kg seguido de 20-40 g/día) (n = 23) o albúmina sola (1 g/kg seguido de 20-40 g/día) (n = 22) durante un máximo de 15 días. Los objetivos principales del estudio fueron la mejoría de la función renal y la supervivencia a los 3 meses. La mejoría de la función renal se definió como una disminución de la creatinina sérica inicial hasta un valor inferior a 1,5 mg/dl (respuesta completa) o una disminución superior al 50% en relación con el valor basal antes del tratamiento (respuesta parcial). Ambos grupos de pacientes fueron similares respecto a las características basales. La mejoría de función renal ocurrió en 9 pacientes (39%) (respuesta completa en 8) en el grupo de terlipresina y albúmina en comparación con sólo 2 pacientes (9%) del grupo de albúmina (respuesta completa en uno) (p < 0,05). Los factores predictivos independientes de mejoría de la función renal fueron la diuresis basal y el tratamiento con terlipresina y albúmina. La supervivencia a los 3 meses no fue estadísticamente significativa entre los dos grupos (terlipresina y albúmina: 26% vs albúmina 18%; p = ns). No obstante, la mejoría de la función renal se asoció a una supervivencia más prolongada (supervivencia mediana 70 días vs 14 días en pacientes con y sin mejoría de la función renal, respectivamente; p < 0,05). No hubo diferencias significativas entre los dos grupos con respecto a la frecuencia de efectos adversos. Sin embargo, 3 pacientes en el grupo de terlipresina y albúmina desarrollaron signos de isquemia intestinal y un paciente arritmia. En conclusión, estos resultados confirman que la administración de terlipresina y albúmina mejora la función renal en pacientes con cirrosis hepática y SHR, aunque el porcentaje de respuesta observado en este estudio controlado es inferior al descrito en estudios previos no controlados. La mejoría de la función renal se acompaña de un aumento de la supervivencia. Estos resul- Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 135 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO tados sugieren que los pacientes con SHR deberían ser tratados con terlipresina y albúmina, en especial los pacientes en lista de espera de trasplante hepático que podrían beneficiarse de un aumento de la supervivencia y de la mejoría de la función renal en el momento del trasplante. COMPARACIÓN PROSPECTIVA ENTRE ELASTOGRAFÍA, APRI Y TEST DE FORNS PARA LA VALORACIÓN DE LA FIBROSIS HEPÁTICA DE DISTINTAS ETIOLOGÍAS J.C. Marín Gabriel1, J. de la Cruz Bértolo2, I. Fernández Vázquez1, A. Martín Algíbez1, R. Muñoz Gómez2, M. Pérez Carreras1, F. Colina Ruizdelgado3 y J.A. Solís Herruzo1 1 Servicio de Medicina de Aparato Digestivo. 2Unidad de Epidemiología Clínica. 3Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Objetivos. La elastografía de transición (FibroScan®, Echosens, París) permite cuantificar el grado de fibrosis hepática (FH). El objetivo de este estudio es evaluar la utilidad del FibroScan (FS) y de los marcadores bioquímicos más sencillos de aplicar en la práctica clínica para cuantificar el grado de FH. Pacientes y métodos. Se incluyeron 110 pacientes consecutivos sometidos a un biopsia hepática - BH (percutánea n = 109 o transyugular n = 1) por distintos motivos. Para estadificar el grado de fibrosis en las muestras histológicas se utilizó la clasificación de Scheuer. El estudio con FS y la extracción de muestras séricas para los análisis bioquímicos se realizaron el mismo día de la BH. La utilidad para detectar el grado de fibrosis mediante las pruebas no invasivas (FS, APRI y test de Forns) se estimó mediante el cálculo del área bajo la curva (ABC)-ROC. Resultados. La distribución por sexos fue: 60,4% H y 39,6% M. La mediana de edad fue de 47 años (rango: 21 - 74). Los motivos de petición de la BH fueron: VHC (n = 68; de los cuales VIH positivos n = 22), hepatopatía grasa (n = 13), en injerto (n = 26; de los cuales VHC n = 12), VHB (n = 7) y otras (n = 16). En 38 pacientes se encontraron 2 causas de hepatopatía y 3 etiologías en 2 de los casos. La distribución por grados de fibrosis evaluada por el estudio histológico fue: F0 en 43 pacientes (39%), F1 en 43 (39%), F2 en 12 (11%), F3 en 8 (7,3%) y F4 en 4 (3,6%). La medición de la elasticidad (E) con el FS se logró obtener en 104 pacientes (93,7%) con una mediana de 5,85 kPa (rango: 2,9 – 54,3). Por grados de FH, la media y su DE fueron: 5,4 ± 2,7 para F0; 6,9 ± 4,7 para F1; 13,25 ± 13,4 para F2; 11,2 ± 4,26 para F3; y 17,9 ± 6,6 para F4. Las diferencias en los valores de E resultaron estadísticamente significativas (p < 0,05) cuando se comparó el grupo de F0 con F2 y F4 así como entre F1 con F2 y F4. Los valores obtenidos con el APRI fueron mediana: 0,53 (rango: 0,13 - 18,14). Con el test de Forns la mediana fue 5,35 (rango: -0,26 - 11,02). Las ABC-ROC para el FS, APRI y test de Forns fueron: 0,88, 0,75 y 0,64 respectivamente para F ≥ 2 (p < 0,00001); 0,87, 0,78 y 0,66 respectivamente para F ≥ 3 (p = 0,0001) y 0,94, 0,70 y 0,67 respectivamente para F4 (p = 0,0002). Conclusión. El FS en un método simple para cuantificar el grado de FH independientemente de la causa de hepatopatía y cuya precisión diagnóstica es superior de manera estadísticamente significativa a la obtenida cuando se utilizan el APRI y el test de Forns como marcadores séricos de FH. ALTERACIÓN DE LA EXPRESIÓN DE LOS RECEPTORES DE QUIMIOQUINAS CCR5 Y CXCR3 EN CÉLULAS CD8+ DURANTE LA INFECCIÓN POR VHC M. Calvino1, S. Benito1, J.R. Larrubia1,2, J. Pérez de Hornedo1, A. Arias1, E. Sanz de Villalobos2, F. González Mateos2, S. García Garzón2, C. Perna3, A. Bienvenido2 y T. Parra1 1 Unidad de Investigación. 2S. Aparato Digestivo, 3S. Anatomía Patológica. Hospital Universitario de Guadalajara. Introducción. Los receptores de quimioquinas CCR5 y CXCR3 juegan un papel fundamental en el reclutamiento de linfocitos T al hígado, pero su expresión puede ser modificada por el VHC como parte de sus mecanismos de supervivencia frente al sistema inmunológico del huésped. Objetivos. Analizar el comportamiento de estos receptores en células CD8 de sangre periférica y biopsia hepática, de sujetos con hepatitis crónica por virus C (HCC) de genotipo 1, basalmente y posttratamiento con interferón pegilado y rivabirina. Materiales y métodos. Se obtuvo suero, células mononucleares de sangre periférica (CMSP) e intrahepáticas (CMIH) de 30 pacientes con HCC; y suero y CMSP de 21 controles sanos (CS). Las CMSP se separaron mediante gradiente de Ficoll-Hypaque y las CMIH por digestión de un fragmento del cilindro de biopsia hepática con DNAasa y colagenasa-I. La expresión de CCR5 y CXCR3 en linfocitos de sangre e intrahepáticos se evaluó por Citometría de Flujo y la concentración de las quimioquinas en suero por técnicas de ELISA. Los datos basales de los pacientes se correlacionaron con los de los CS y con el grado de inflamación hepática evaluado mediante el índice de Scheuer. Los datos del estudio longitudinal se correlacionaron con la respuesta virológica al tratamiento. Resultados. 1. Se observó un “secuestro” intrahepático de CD8 positivos para CCR5 y CXCR3 que se correlacionaba con el grado de inflamación: Sangre Hígado p valor Actividad periférica portoperiportal % Células 31,46 76,79 < 0,01 r = 0,516; CD8/CCR5high (IQR: 31,87) (IQR: 18,19) p < 0,005 % Células 61,03 73,30 < 0,05 r = 0,764; CD8/CXCR3high (IQR: 36,73) (IQR: 15,05) p < 0,01 Actividad lobulillar r = 0,544; p < 0,01 r = 0,568; p < 0,005 2. El tratamiento antiviral restablecía la expresión de los receptores CCR5 y CXCR3; y se relacionaba de manera inversa con las concentraciones séricas encontradas para CCL3 y CXCL10. n = 11 % Células CD8/CCR5high % Células CD8/CXCR3high Basal Postp n = 11 Basal Postp tratamiento valor tratamiento valor 13,70 28,00 < 0,05 CCL3 8,24 6,70 < 0,05 (IQR: 6) (IQR: 25) (pg/mL) (IQR: (IQR: 8,02) 4,51) 50,00 58,00 < 0,01 CXCL10 378,77 298,52 < 0,05 (IQR: (IQR: (pg/mL) (IQR: (IQR: 24,25) 13,25) 153,38) 154,45) Una expresión elevada y sostenida mayor del 14% de CXCR3 durante el tratamiento predecía una respuesta virológica adecuada (VPP = 100%, VPN = 77,8%). Conclusiones. La expresión de CCR5 y CXCR3 favorece el reclutamiento intrahepático de células CD8+ y la inflamación hepática en la HCC; el VHC interfiere disminuyendo la expresión de estos receptores probablemente como una estrategia de supervivencia. El tratamiento antiviral restablece la expresión de CCR5 y CXCR3, lo que está asociado a la disminución de la carga viral, al control de la infección y a la disminución de sus ligandos CCL3 y CXCL10. ESTUDIO DE LA DIFERENCIACIÓN IN VITRO DE CÉLULAS MONONUCLEARES PROCEDENTES DE SANGRE DE CORDÓN UMBILICAL HUMANO EN CÉLULAS CON CARACTERÍSTICAS DE HEPATOCITOS M.J. Sáez Lara1, M.V. García Mediavilla2, S. Sánchez Campos2, F. Abadía Molina3, A.I. Álvarez Mercado1, M. Cabello Donaire1, A. Gil Hernández2, J. González Gallego2 y L. Fontana Gallego1 1 Dpto. Bioquímica y Biología Molecular II, Facultad de Farmacia, Universidad de Granada; 2Instituto de Biomedicina, Universidad de León; 3 Dpto. Biología Celular, Facultad de Ciencias, Universidad de Granada. Introducción. Las células progenitoras procedentes de cordón umbilical son células hematopoyéticas pluripotentes que pueden diferenciarse en diversos tipos celulares. Si bien existe información respecto al poder diferenciador y reparador de las mismas, su empleo en patologías hepáticas ha sido objeto de escasos estudios. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 135 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 136 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Objetivo. El objetivo del presente trabajo consistió en estudiar la posible diferenciación in vitro de células mononucleares procedentes de sangre de cordón umbilical humano en células que presenten características específicas de hepatocitos, como un paso preliminar para llevar a cabo un estudio en el campo de la medicina regenerativa hepática. Metodología. El estudio comenzó con el aislamiento de la fracción de células mononucleares procedentes de sangre de cordón umbilical humano, que fueron cultivadas posteriormente en placas recubiertas de gelatina e incubadas durante 21 días en presencia de factores de crecimiento y diferenciación (HGF, LIF, FGF-2, SCF, 10 ng/ml, y FGF-1, 20 ng/ml). Tras períodos de incubación de 7, 14 y 21 días, se aisló ARN total de las células cultivadas así como de células frescas (sin cultivar) con el fin de determinar, mediante RTPCR cuantitativa a tiempo real, marcadores específicos de hepatocitos como son citoqueratina 18 (CK-18), α-fetoproteína (AFP), glutamina sintetasa (GS) y albúmina (ALB). Asimismo, se llevaron a cabo estudios de inmunofluorescencia para la detección de dichas proteínas. Como control positivo se utilizó hígado de pacientes infectados con el virus de la hepatitis C. Resultados. Tras 21 días de incubación con los factores de crecimiento y diferenciación, las células mononucleares procedentes de cordón umbilical humano mostraron expresión génica (concentración de ARNm) de AFP, CK-18, GS y ALB, siendo todos los marcadores detectables desde el día 7 post-incubación. Dichos resultados fueron corroborados mediante la detección de las proteínas por inmunofluorescencia. Las muestras utilizadas como control positivo mostraron expresión génica de los cuatro marcadores. Conclusión. Los resultados sugieren que la sangre de cordón umbilical no contiene cantidades detectables de células productoras de albúmina. El cultivo in vitro con factores de crecimiento y diferenciación específicos durante 21 días permite la diferenciación de las células mononucleares procedentes de sangre de cordón umbilical en células que expresan marcadores de hepatocitos, lo que posibilitaría su utilización como terapia en diversas patologías hepáticas. (Financiado por la Federación de Cajas de Ahorro de Castilla y León y proyecto PI050520 del Fondo de Investigación Sanitaria). POTENCIAL EFECTO BENEFICIOSO DEL TRATAMIENTO CON MELATONINA, SILIMARINA Y ACIDO URSODESOXICÓLICO CONTRA EL ESTRÉS OXIDATIVO EN EL HÍGADO FETAL PROVOCADO POR LA COLESTASIS GESTACIONAL M.J. Pérez1, B. Castaño1, M.A. Serrano2, J.M. González-Buitrago1, F. González-San Martín1 y J.J.G. Marín2 1 Hospital Universitario de Salamanca. 2Universidad de Salamanca. Laboratorio de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos. Antecedentes. La colestasis gestacional se acompaña de estrés oxidativo y activación de la apoptosis no solo en los tejidos maternos sino también, y con mayor intensidad, en el hígado fetal y la placenta, lo que puede tener repercusiones en la función hepática postnatal o incluso poner en peligro la gestación. El objetivo de este trabajo fue analizar en hígado materno, hígado fetal y placenta de rata la respuesta de varios sistemas implicados en la defensa antioxidante frente a la hipercolanemia y la hiperbilirrubinemia asociadas a la colestasis de la madre, así como el potencial efecto protector del tratamiento con melatonina, silimarina y ácido ursodesoxicólico (AUDC). Métodos. Como modelo in vivo se utilizó la obstrucción total del conducto biliar común de ratas desde el día 14 al 21 de su gestación. A algunos grupos de animales, a partir del día 14 de la gestación, se les administró diariamente por vía intragástrica una dosis de melatonina, silimarina (5 mg/100 g de peso corporal) o AUDC (60 µg/100 g de peso corporal). Como modelo in vitro se utilizaron líneas celulares de hepatoblastoma humano (HepG2) y de trofoblasto humano (JAr), que se cultivaron durante 72 horas en presencia de ácido taurocólico (TCA, 50 µM), AUDC (50 µM) o bilirrubina (5 y 50 µM). 136 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Resultados. Tanto la melatonina como la silimarina y el AUDC fueron capaces de prevenir, en gran medida, el estrés oxidativo (marcada elevación de la peroxidación lipídica y alteraciones en los niveles de glutatión), así como la activación de la apoptosis (elevación de la actividad caspasa-3 y de la expresión de la proteína proapoptótica Bax-α) inducidos por la colestasis gestacional en el hígado materno, el hígado fetal y la placenta de rata. Además, la colestasis materna estimuló la expresión en estos órganos del ARNm de varias proteínas implicadas en la defensa antioxidante como la biliverdina-IXα reductasa y los transportadores de vitamina C, SVCT1 y SVCT2. El tratamiento con melatonina o AUDC, pero no con silimarina, indujo un aumento adicional en los niveles de ARNm de dichas proteínas. En cultivos de células HepG2 o JAr, la incubación con bilirrubina aumentó los niveles de ARNm de SVCT1 y SVCT2, y solo en células HepG2 aumentó los de la biliverdina-IXα reductasa. El AUDC y el TCA indujeron la expresión de SVCT2 y biliverdina-IXα reductasa en ambos tipos celulares y la de SVCT1 solo en células JAr. Conclusiones. Estos resultados sugieren que tanto la acumulación de ácidos biliares como la acumulación de bilirrubina asociadas a la colestasis materna, estimulan una respuesta endógena de sistemas de protección antioxidante en el hígado materno, el hígado fetal y la placenta. La melatonina, la silimarina y el AUDC protegen frente al estrés oxidativo inducido en estas condiciones en el conceptus de rata, aunque sólo el tratamiento con melatonina o AUDC, es capaz de inducir una potenciación adicional de estos sistemas antioxidantes endógenos. HEPATOTOXICIDAD POR PRODUCTOS DE HERBORISTERÍA: ANÁLISIS DE LOS CASOS INCLUIDOS EN EL REGISTRO ESPAÑOL R.J. Andrade1, Y. Borraz1, M. García Cortés1, B. García-Muñoz1, G. Peláez2, J. Salmerón3, M. Diago4, M.C. Martínez-Sierra5, J.M. Navarro6, R. Planas7, M.J. Soria5, M. Jiménez-Sáenz8, M. Bruguera9 y M.I. Lucena1 1 Hospital Universitario Virgen de la Victoria, Málaga. 2Hospital Torrecárdenas, Almería. 3Hospital Universitario San Cecilio, Granada. 4 Hospital General, Valencia. 5Hospital Puerta del Mar, Cádiz. 6 Hospital Costa del Sol, Marbella. 7Hospital Germans Trias y Pujol, Badalona. 8Hospital Universitario Virgen de la Macarena, Sevilla. 9 Hospital Clinic, Barcelona. El consumo de hierbas medicinales está experimentando un incremento notable debido al auge de la medicina alternativa, pero muchos de estos compuestos han demostrado ser hepatotóxicos. Objetivos. Analizar las características clínico-epidemiológicas de la hepatotoxicidad atribuida a productos de herboristería en España. Pacientes y métodos. Se incluyeron en el análisis todos los casos relacionados con consumo de hierbas remitidos al Registro Español de Hepatotoxicidad. Se evaluó el tipo de lesión producida, la gravedad potencial y la evolución clínica. Resultados. Entre 1995 y 2006 un total de 13 casos de 571 (2%) de hepatotoxicidad incluidos en el Registro correspondían a productos de herboristería. El remedio herbal responsable del mayor número de casos fue Camellia sinensis (3, 23%), seguido de Rhamnus purshianus (Cáscara Sagrada) (2, 15%), siendo el resto de hierbas representadas con un caso cada una [Aesculus hippocastanum, Cauterea latifloral (Copaltra), Chitosan, Cassia angustifolia, Valeriana, Kava-Kava, Fitosoja, Biosoja]. Cuatro pacientes (31%) eran varones y la edad media fue 42,2 años. La presentación fue con ictericia en 9 casos (69%), y con alteraciones de laboratorio en 4 (31%). El tipo de lesión predominante fue hepatocelular (12, 92%), y 4 casos (31%) presentaron manifestaciones de hipersensibilidad. Ningún paciente falleció, y la recuperación completa fue la regla en los casos en que hubo seguimiento prolongado. Conclusiones. La hepatotoxicidad por productos de herboristería no es excepcional, afectando principalmente al sexo femenino y presentándose mayoritariamente con lesión citolítica e ictericia. Camellia sinensis y Rhamnus purshianus son los productos de herboristería mas frecuentemente responsables de hepatotoxicidad en España. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 137 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO PÓSTERS BÁSICOS LA TERAPIA CON S-ADENOSILMETIONINA (SAME) Y ATORVASTATINA PREVIENE EL DESARROLLO DE LA ESTEATOHEPATITIS NO ALCOHÓLICA (EHNA) EN RATONES OB/OB A TRAVÉS DEL INCREMENTO DEL GLUTATION MITOCONDRIAL (GSHM) VACUNACIÓN FRENTE AL VIRUS DE LA HEPATITIS C UTILIZANDO CÉLULAS DENDRÍTICAS TRANSDUCIDAS CON UN ADENOVIRUS RECOMBINANTE QUE CODIFICA LA PROTEÍNA NS3 F. Caballero, A. Fernández, M. Marí, A. Colell, J. Caballeria, J.C. Fernández-Checa y C. García-Ruiz Área de Hepatología y Terapia Génica. Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) Universidad de Navarra. Unidad de Hepatología, Institut de Malalties Digestives, Hospital Clinic i Provincial, y Departamento de regulación de proliferación y muerte celular, IDIBAPS, IIBB, CSIC, Barcelona. A pesar de la incidencia de la EHNA, su patogénesis no es conocida del todo. En particular, los mecanismos que determinan la susceptibilidad del hígado graso a citoquinas inflamatorias y al estrés oxidativo y que promueven la progresión de la esteatosis a EHNA siguen siendo desconocidos. En resultados previos hemos mostrado, mediante el empleo de modelos nutricionales y genéticos de esteatosis hepática, que el enriquecimiento mitocondrial en colesterol libre y la consecuente disminución del GSHm contribuyen al desarrollo de la EHNA (Cell Metab 4: 185-198, 2006). La terapia con estatinas a nivel clínico en EHNA se ha empleado en estudios con un limitado número de pacientes y con resultados controvertidos. El SAMe es un precursor de GSH que recupera el GSHm gracias a la restauración de la fluidez de membrana, regulando asimismo múltiples funciones de la célula. La eficacia del SAMe se ha mostrado en colestasis, en el daño por consumo de alcohol y en hepatitis fulminante, pero su papel terapéutico en la EHNA no se ha evaluado previamente. Objetivo. Examinar el papel terapéutico de la atorvastatina (Ator) y del SAMe en el desarrollo de EHNA en ratones obesos ob/ob. Métodos. Ratones controles y ob/ob con 6 semanas de edad se dividieron aleatoriamente en diferentes grupos que recibieron Ator (10 mg/kg vía oral), SAMe (5 mg/ratón i.p), o el vehículo. De cada animal se tomaron las correspondientes muestras de suero e hígado para las determinaciones de bioquímica e histología. 24 horas antes del sacrificio, algunos animales recibieron una inyección intraperitoneal de LPS (0,3 mg/kg). Resultados. Los ratones ob/ob mostraban en el homogeneizado de hígado, unos niveles de triglicéridos, ácidos grasos libres y colesterol total elevados, con un aumento del tráfico del colesterol libre a la mitochondria, lo que se traduce en la disminución selectiva del mGSH, sin modificación del GSH citosólico. La administración exógena de SAMe, durante 5 días previa a la inyección de LPS, disminuyó significativamente los niveles de transaminasas en suero (50% vs LPS) y atenuó los signos de EHNA en ratones ob/ob. El SAMe también restauró los niveles de GSHm (12,6 ± 0,8 vs 4,6 ± 0,2 nmol/mg proteína) disminuyendo la susceptibilidad a la muerte celular observada con TNF/Jo2. La terapia con Ator en ratones ob/ob, previno la acumulación del colesterol libre en mitochondria, y normalizó los niveles de GSHm. Asimismo, la Ator mejoró las signos basales de EHNA y, lo que es más importante, previno la susceptibilidad de los ratones ob/ob frente a la inflamación y a la lesión hepática inducida por LPS. La atorvastatin, sin embargo, no previno el aumento en suero de los niveles de TNF. Conclusión. Estos resultados indican que el SAMe y la Ator previenen la progresión de esteatosis a esteatohepatitis a través de la recuperación de los niveles de GSHm. Estos datos pueden estimular futuros estudios clínicos de las estatinas en EHNA. A. Zabaleta, D. Llopiz, A. Arribillaga, J.J. Lasarte, F. Borrás-Cuesta, J. Prieto y P. Sarobe La infección crónica por el virus de la hepatitis C (VHC) se caracteriza por la falta de respuestas inmunitarias antivirales mediadas por linfocitos T. Por ello, el desarrollo de nuevas estrategias de vacunación capaces de inducir potentes respuestas antivirales es de gran importancia. Las células dendríticas (CD) son las principales células presentadoras de antígeno, por lo que la vacunación utilizando CD cargadas con los antígenos virales adecuados podría constituir una nueva estrategia para la inducción de inmunidad antiviral. En el presente trabajo mostramos que la infección de CD con un adenovirus que expresa la proteína NS3 del VHC (CD-NS3) induce su activación in vitro. Además, la inmunización de ratones con CD-NS3 es capaz de inducir respuestas de linfocitos T CD4 y CD8 frente a esta proteína. Estas respuestas fueron capaces de proteger a los animales frente a la infección con un virus vaccinia recombinante que expresa la poliproteína completa del VHC y frente al crecimiento de un tumor que expresa NS3. Además, este protocolo de inmunización no induce anticuerpos frente a adenovirus, lo que permite sucesivas administraciones y no se ve afectado por la presencia previa de anticuerpos neutralizantes anti-adenovirus. Finalmente, la inmunización con CD-NS3 es capaz de inducir respuestas memoria de larga duración, capaces de proporcionar protección en los modelos de infección por virus vaccinia o de crecimiento tumoral. Por ello, la inmunización con CD que expresan NS3 podría ser una eficiente vacuna frente al VHC. LA ADMINISTRACIÓN DE UN MUTANTE QUINASA INACTIVO DE AKT (AA-AKT) MEJORA LA FUNCIÓN EXCRETORA RENAL Y LA HEMODINÁMICA SISTÉMICA EN RATAS CIRRÓTICAS CON ASCITIS G. Fernández-Varoa, M. Morales-Ruiza, P. Melgar-Lesmesa, S. Tuguesa, J. Rosa, V. Arroyob, J. Rodésb y W. Jiméneza Servicio de Bioquímica y Genética Moleculara y Unidad de Hepatología-Institut de Malalties Digestivesb, Hospital Clínic i Provincial de Barcelona, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Universidad de Barcelona, Barcelona. Introducción. Numerosos estudios han demostrado que las alteraciones hemodinámicas y renales que ocurren en la cirrosis hepática avanzada están relacionadas con una mayor expresión vascular sistémica y esplácnica de la sintasa endotelial del óxido nítrico (eNOS), que a su vez está estrechamente regulada por la serina treonina quinasa Akt. El presente estudio considera la posibilidad de inhibir preferentemente la actividad vascular sistémica de eNOS sin modificar su actividad hepática mediante la transducción adenovírica de un mutante constitutivamente inactivo de Akt (AA-Akt). La hipótesis del estudio es que, a causa de la marcada derivación circulatoria portosistémica, la inyección iv del adenovirus infectará preferentemente el árbol circulatorio sistémico y no la vasculatura hepática. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 137 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 138 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Objetivos. Analizar la distribución tisular de la expresión adenovírica y evaluar los efectos renales y sistémicos producidos por la administración intravenosa de AA-Akt en ratas cirróticas con ascitis. Métodos. En el primer protocolo, se administraron adenovirus recombinantes codificantes para el gen de la β-galactosidasa (βgal) a 6 ratas control y a 6 ratas cirróticas y se analizó su distribución tisular por quimioluminiscencia. En el segundo protocolo, se incluyeron 20 ratas cirróticas que fueron introducidas en jaulas metabólicas, se recogió la diuresis basal y a continuación se administró aleatoriamente salino (n = 10) o el adenovirus AA-Akt (n = 10). Transcurridas 24 horas se obtuvieron las diuresis de todos los animales y se realizó un estudio hemodinámico en 5 ratas de cada grupo. En los animales restantes se evaluaron los mismos parámetros 72 horas después de la administración de AA-Akt o salino. Resultados. En las ratas cirróticas con ascitis se detectó una deficiente transducción hepática del gen β-gal (10 ± 3 vs 220 ± 85 ULR/µg proteína, p < 0,05) y un incremento significativo de la expresión aórtica del gen β-gal (3308 ± 436 vs 978 ± 888 ULR/µg proteína, p < 0,05), respecto a las ratas control. En el segundo protocolo, la administración del adenovirus AA-Akt estuvo asociada a un aumento significativo de la diuresis (10,26 ± 1,48 vs 22,02 ± 3,04 mL/día, p < 0,01), de la excreción de sodio (0,82 ± 0,34 vs 2,66 ± 0,38 mEq/L·día, p < 0,001), de la presión arterial media (77 ± 4 vs 89 ± 3 mmHg, p < 0,05) y de las resistencias periféricas totales (0,18 ± 0,01 vs 0,24 ± 0,01 mm Hg·min/mL, p < 0,05) tras 24 horas de tratamiento. En cambio, no se detectaron cambios significativos en los valores de presión portal (15 ± 0,7 vs 13,6 ± 0,5 mm Hg). Al cabo de 72 horas de tratamiento con adenovirus estas diferencias significativas sólo se mantuvieron para el parámetro de presión arterial media (79 ± 5 vs 90 ± 1 mm Hg, p < 0,05). Conclusión. Estos resultados indican que la inhibición vascular de eNOS, mediante el bloqueo sistémico de la actividad enzimática de Akt, mejora la hemodinámica sistémica y la función renal en ratas cirróticas con ascitis. LA TRANSFECCIÓN GÉNICA DE SUPERÓXIDO DISMUTASA EXTRACELULAR REDUCE LA PRESIÓN PORTAL Y MEJORA LA DISFUNCIÓN ENDOTELIAL INTRAHEPÁTICA EN RATAS CIRRÓTICAS B. Laviña*, J. Gracia-Sancho*, Y. Chu**, A. RodríguezVilarrupla*, D.D. Heistad**, J. Bosch* y J.C. García-Pagán* *Laboratorio Hemodinámica Hepática, IDIBAPS-Hospital Clínic, Barcelona. **Cardiovascular Center, University of Iowa, Iowa City. Antecedentes. Las sustancias reactivas del oxígeno (SRO), especialmente el radical superóxido (O2-), contribuyen al desarrollo de disfunción endotelial en diferentes patologías vasculares. El O2disminuye la biodisponibilidad de óxido nítrico (ON) al reaccionar con éste dando lugar a la formación de peroxinitritos. En la cirrosis el aumento de la resistencia al flujo portal es debido, en parte, a disfunción endotelial y disminución de la biodisponiblildad de ON. Por ello, hipotetizamos que la reducción de SRO puede aumentar la biodisponibilidad de ON y mejorar la disfunción endotelial hepática en la cirrosis. Objetivo. Evaluar si la sobreexpresión hepática de superóxido dismutasa extracelular (ECSOD, principal enzima en la metabolización de O2-) mediante transferencia génica con adenovirus reduce el O2-, aumenta la biodisponibilidad de ON, mejora la disfunción endotelial y reduce el tono vascular hepático en hígados de ratas cirróticas por CCl4. Métodos. Los vectores adenovirales expresando ECSOD (AdECSOD) o β-galactosidasa (Adßgal) se amplificaron, se titularon y previamente a la administración in vivo se evaluó su actividad, capacidad de transfección y de expresión. Tras ello, los AdECSOD y Adβgal se administraron a través de la vena penil a ratas controles (CT) y cirróticas (CH) por CCl4, y tres días después se evaluaron: a) niveles tisulares de O2-, en secciones frescas teñidas con dihidroeti- 138 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 dio (DHE); b) biodisponibilidad de ON, mediante inmunoensayo enzimatico del mensajero secundario GMPc; c) parámetros hemodinámicos in vivo: presión arterial media (PAM) y Presión portal (PP), y d) disfunción endotelial hepática, mediante la evaluación en perfusión aislada de hígado de la relajación endotelio-dependiente de la circulación hepática a dosis incrementales de acetilcolina (Ach), pre-contraída con metoxamina. Resultados. Los adenovirus obtenidos presentaban actividad y capacidad para transfectar y expresar ECSOD. Los hígados CH presentaron unos niveles más elevados de O2- que los CT. Los hígados CH transfectados con AdECSOD presentaron niveles de O2- significativamente menores que los CH transfectados con Adbgal, y ello se asoció a un aumento significativo de los niveles de GMPc. Estos efectos de la transfección con AdEcSOD, se acompañaron de una disminución significativa de PP (15,02 mmHg vs 17,31 mmHg) sin cambios significativos de la PAM. Además, la transfección con AdEcSOD mejoró de forma significativa la respuesta vasodilatadora endotelio dependiente a Ach en los hígados CH. La transfección con AdEcSOD en ratas CT no produjo ningún efecto hemodinámico. Conclusiones. El tratamiento con AdECSOD, reduce los niveles de O2-, aumenta la biodisponibilidad de ON, mejora la disfunción endotelial intrahepática y reduce la PP en los hígados CH. PROTECCIÓN FRENTE A LA HEPATOTOXICIDAD DE LA FALOIDINA UTILIZANDO BALU-1, UN DERIVADO SEMISINTÉTICO DEL ÁCIDO CÓLICO E. Herráez*, R.I.R. Macías*, M. Vicéns*, J. Vázquez-Tato**, C. Hierro*, J. González San Martín* y J.J.G. Marín* *Grupo de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos. Universidad de Salamanca. **Facultad de Veterinaria. Universidad de Santiago. Antecedentes. La faloidina es el principal responsable de la intoxicación severa más frecuente por consumo de setas venenosas como la Amanita phalloides. Tras ser captada por los hepatocitos mediante la proteína transportadora de membrana OATP1B1, altera los filamentos de actina y provoca colestasis, retención de los componentes de la bilis, necrosis y en consecuencia insuficiencia hepática. Una de las estrategias propuestas como antídoto frente a este veneno es el bloqueo de su captación hepática, favoreciendo la eliminación por el riñón, lo que puede estimularse por diuresis forzada. Objetivo se han sintetizado varios compuestos colefílicos que pudiesen ser sustratos potenciales de la OATP1B1, entre los que se encuentra el Balu-1 (ácido 3α-succinil-7α,12α-dihidroxy-5β-colanoico) cuyas propiedades, respecto al fin que se persigue, se han investigado en este trabajo. Métodos. Para los estudios “in vitro” se utilizó la expresión heteróloga de proteínas de membrana en oocitos de rana (Xenopus laevis) por inyección del RNAm sintetizado a partir de plásmidos recombinantes que contenían el DNAc adecuado. En estudios “in vivo” con ratas anestesiadas se administró (i.v.) durante 2.5 h, una infusión de ácido taurocólico (ATC) o Balu-1 (0,2 µmol/min/100 g p.c.) y una sola dosis de faloidina (0,1 mg/100 g p.c.) en el minuto 30. Se recogieron muestras de bilis cada 10 min, y de suero y tejidos al final del período experimental. Resultados. El Balu-1 produjo una reducción de la captación de [3H]-ATC mediada por los transportadores humanos OATP1B1 (95%), OATP1B3 (15%) y de rata Oatp1a1 (50%), Oatp1a4 (35%) y Oatp1b2 (40%) sin afectar al transporte de [3H]-ATC por la principal proteína encargada de la captación de ácidos biliares por los hepatocitos (NTCP). En los animales que recibieron la infusión de Balu-1 se produjo una marcada estimulación de flujo biliar (+70%, p < 0,05), superior a la inducida por la administración de ATC (+20%, p < 0,05). Esta diferencia se debe probablemente a que su concentración micelar crítica es 5 veces menor, lo que implica una mayor facilidad para formar micelas pequeñas con más actividad osmótica y efecto colerético. La faloidina redujo el flujo Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 139 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO biliar basal (-60%, p < 0,05) y el estimulado por ATC (-55%, p < 0,05), sin que en ningún caso se afectara la secreción neta de ácidos biliares, por lo que aumentaba su concentración en bilis. En los animales, además de la colestasis, se observaron signos de nefrotoxicidad, hematuria y zonas necróticas en el hígado. Sin embargo, en ratas tratadas con Balu-1, la administración de faloidina redujo el flujo biliar solo un 15% y no se apreció hematuria ni daño hepático. Conclusión. El derivado de ácido biliar Balu-1 presenta un efecto protector frente a la hepatotoxicidad causada por faloidina, probablemente debido a tres acciones combinadas: retraso en la captación hepática de la toxina, facilitación de su salida a bilis por arrastre osmótico, solubilización biliar en micelas EFECTO ANTINEOPLASICO TRAS BLOQUEO DE LA VÍA DE SEÑALIZACIÓN HEDGEHOG EN EL CARCINOMA HEPATOCELULAR E.R. Lemmer1, A. Villanueva1, S. Yea1, S. Van Laarhoven1, A. Di Feo2, J. Peix1, M. Schwartz1, G. Narla1, J. Martignetti2, S. Waxman1, S.L. Friedman1 y J.M. Llovet1,3 Division of Liver Diseases and Liver Cancer Program1. Human Genetics2. Mount Sinai School of Medicine, New York. BCLC Group. Liver Unit. IDIBAPS. Hospital Clinic, Barcelona, Spain3. El hepatocarcinoma (CHC) sigue siendo uno de los cánceres con mayores cifras de morbi-mortalidad. Consecuentemente, se impone el desarrollo de nuevas alternativas terapéuticas. Objetivo. Definir el papel de la vía de señalización Hedgehog (Hh) en la hepatocarcinogenesis humana así como estudiar su activación en un modelo experimental de CHC. Material y métodos. Estudiamos mediante qRT-PCR la expresión de 4 genes clave en la señalización Hh (PTCH, IHH, HHIP y Gli) en 77 muestras humanas y en tres líneas celulares humanas de CHC (Huh7, Hep3B, HepG2). Asimismo, determinamos la presencia de IHH (principal estimulante de la vía a nivel hepático) en CHC mediante inmunohistoquímica. Completamos el análisis estudiando los efectos de la ciclopamina (alcaloide natural con actividad bloqueante de Hh) sobre la viabilidad celular tumoral mediante el MTT assay y sobre la proliferación a través del 3H-Thymidine Incorporation Assay. El impacto de esta molécula en el ciclo celular fue evaluado a través de Citometría de Flujo y usamos un luciferase gene reporter para la legión promotora de Gli para confirmar bloqueo de la vía Hh. Resultados. IHH se sobreexpresa el doble en 60% de pacientes con CHC en comparación con tejido no tumoral (p=0,002). Esto se acompaña de disminución significativa en la expresión del inhibidor fisiológico de Hh (HHIP, 0,03 veces en CHC avanzado en comparación con lesiones preneoplasicas, p < 0,001), lo que sugiere su posible rol inicial en la hepatocarcinogenesis. A nivel proteico, 65% (13/20) de los CHC tiñen positivamente para IHH. In vitro, existe una marcada sobreexpresión de IHH (p < 0,0001), PTCH (p < 0,0001), y del oncogen GLI (p < 0,0001). Por el contrario, la expresión del tumor supresor HHIP está virtualmente abolida (p < 0,0001). La ciclopamina [5 µM] disminuyo la actividad de la vía en un 30-40% tras análisis de la actividad luciferasa asociada al Gli-reporter. Asimismo, la ciclopamina disminuyo la proliferación celular en un 40% en Huh7 mientras que un análogo inactivo (tomatidina) no presento efecto alguno. Igualmente, la viabilidad celular de las tres líneas celulares tumorales se vio disminuida en un 50-60%. El análisis del ciclo celular no mostró un incremento significativo en la apoptosis. Conclusión. 1) la activación de la vía de señalización Hh a través de IHH esta presente en líneas celulares de CHC; 2) el bloqueo de dicha vía con ciclopamina reduce el crecimiento celular mediante de un mecanismo inhibitorio sobre la proliferación sin que la apoptosis se modifique de forma significativa; 3) estos datos aconsejan una valoración mas exhaustiva del potencial antineoplásico derivado del bloqueo de Hh, principalmente en modelos animales y ulteriormente en humanos. LA FLUIDEZ DE MEMBRANA MITOCONDRIAL REGULADA POR COLESTEROL DETERMINA LA RESPUESTA MITOCONDRIAL FRENTE A ESTÍMULOS APOPTÓTICOS EN LÍNEAS CELULARES DE HEPATOCARCINOMA J. Montero, A. Colell, J.M. Lluís, A. Morales, C. García-Ruiz y J.C. Fernández-Checa Unidad de Hepatología, Institut de Malalties Digestives, Hospital Clínic i Provincial y Departamento de regulación de proliferación y muerte celular, IDIBAPS, IIBB, CSIC, Barcelona. El colesterol juega un papel esencial en la integridad y fluidez de las membranas celulares. No obstante, la pérdida del control sobre su síntesis es una característica común en células tumorales. Evidencias clínicas muestran niveles elevados de colesterol en pacientes con cirrosis que progresan a carcinoma hepatocelular. Agentes como las estatinas (inhibidores de la síntesis de colesterol) ejercen propiedades antineoplásicas expandiendo su pposible uso en terapia antitumoral. Asimismo, se ha descrito un incremento en los niveles de rafts lipídicos enriquecidos con colesterol en cáncer de próstata, además de un mayor contenido de colesterol mitocondrial en tumores hepáticos y líneas celulares de hepatocarcinoma. En estudios previos hemos observado como el enriquecimiento in vitro de colesterol en mitocondria aislada previene la permeabilidad transitoria mitocondrial (PTM) inducida por atractilósido (ATR). Objetivo. Caracterizar los niveles de colesterol mitocondrial en líneas celulares de hepatocarcinoma y examinar la regulación del colesterol en la liberación mitocondrial de factores apoptogénicos. Métodos. Los niveles de colesterol se determinaron por HPLC. La liberación de citocromo c (cit C) y Smac/DIABLO se analizó por western blot. La generación de anión superóxido se consiguió a partir de la incubación con xantina + xantina oxidasa. La producción de ROS y el parámetro de ordenamiento de membrana se analizaron espectrofluorimétricamente utilizando dihidroetidium y 1,6-difenil1,3,5-hexatrieno, respectivamente. Resultados. Mitocondrias de células de hepatoma de rata Reuber H35 presentaban niveles de colesterol 2,5-3 veces mayores comparado con mitocondrias de hígado de rata (13 ± 2 vs 4 ± 0,5 µg/mg prot.), efecto que se acompañaba de un incremento en el parámetro de ordenamiento de membrana. A diferencia de las mitocondrias de hígado, la incubación de mitocondrias de células H35 con ligandos del poro de membrana mitocondrial (ATR o FGIN-1-27), no provocaba liberación de cit C o Smac/DIABLO. Por el contrario, la disminución del colesterol mitocondrial, mediante incubación con Meβ-ciclodextrina, o la fluidificación de las membranas, recuperaban la PTM inducida por ATR o FGIN. Asimismo, la liberación de cit C inducida por anión superóxido incrementaba significativamente tras la disminución del contenido de colesterol mitocondrial. Resultados similares se observaban con mitocondrias de células de hepatoblastoma humano HepG2, también con un elevado contenido en colesterol (24 ± 3 µg/mg prot.). El tratamiento con lovastatina, disminuía los niveles de colesterol mitocondrial (30-40%) sensibilizando a las células H35 frente a la exposición a agentes inductores de la PMT. Conclusión. Las líneas celulares de hepatoma muestran un elevado contenido en colesterol mitocondrial, el cual regula su respuesta frente determinados factores apoptóticos. ESTUDIO DEL RECLUTAMIENTO DE CÉLULAS PROGENITORAS ENDOTELIALES TRANSDUCIDAS CON VECTORES LENTIVIRALES EN UN MODELO ANIMAL DE CÁNCER HEPÁTICO V. Fernández-Ruiz, M.P. Kawa, G. Yang, J. Prieto y C. Qian Terapia Génica del Cáncer, Centro para la Investigación Médica Aplicada (CIMA), Pamplona (España). Introducción y objetivo. A partir de células mononucleares de médula ósea o de sangre periférica se pueden obtener células progenitoras endoteliales (EPC), las cuales poseen la capacidad de participar en la formación de vasos sanguíneos. Muchos tumores y especialmente el hepatocarcinoma (HCC) producen factores estimuladores de la angiogenesis que inducen el desarrollo de neovasos tu- Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 139 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 140 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO morales necesarios para el abastecimiento nutricional del tumor. El objetivo de este estudio ha sido analizar si las EPC ingenierizadas genéticamente pueden ser reclutadas activamente por tumores implantados en el hígado. Métodos. Se obtuvieron EPC a partir de células mononucleares de la médula ósea de ratones C57BL/6, cultivadas durante 4 días sobre una matriz de fibronectina, utilizando un medio de cultivo EBM-2 suplementado con VEGF (Factor de Crecimiento de Endotelio vascular), bFGF (Factor de Crecimiento de Fibroblastos), IGF-1 (Factor de Crecimiento de Insulina), EGF (Factor de Crecimiento Epidérmico) e Hidrocortisona. Las EPC se infectaron con vectores lentivirales conteniendo los genes reporteros de proteina de fluorescencia verde (GFP) o de la luciferasa. La eficiencia de transduccion fue del 70% sin afectarse la viabilidad celular. Al cuarto día de transducción se inyectaron las EPC por vía intravenosa a ratones singénicos a los que previamente se habían implantado tumores en el hígado o en tejido subcutáneo de celulas MC38 (carcinoma de colon murino). El análisis del reclutamiento se realizó in vivo mediante el sistema de captación de bioluminiscencia IVIS y por técnicas de inmunohistoquímica, utilizando los anticuerpos anti-GFP o anti-luciferasa en los tejidos fijados con parafina. Resultados. Las EPC mostraron un fenotipo positivo para los marcadores progenitores Sca-1, CD34 y VEGFR2, y para marcadores característicos del lineage endotelial Meca-32 y vWF (Factor de von Willebrand). Las EPC también expresaban en su membrana CXCR4, que es el receptor para SDF-1 (Factor derivado del Estroma), el cual es producido por los tejidos en anaerobiosis. La señal de las EPC-Luciferasa se pudo detectar in vivo en el lugar del tumor hasta 7 días después de la inyección intravenosa de las células y se pudo demostrar por inmunohistoquímica la presencia de células GFP positivas y luciferasa positivas en las muestras de tejido tumoral. Conclusiones. Nuestros resultados muestran que las EPC genéticamente modificadas son activamente reclutadas por el tumor en modelos murinos de cáncer hepático metastásico. La administración de EPC genéticamente modificadas con vectores lentivirales portadores de genes terapéuticos con eficacia antitumoral podría constituir una nueva estrategia para el tratamiento de tumores sólidos en el hígado. IMPORTANCIA DE LA GTP CICLOHIDROLASA Y DE LA SÍNTESIS DE TETRAHIDROBIOPTERINA EN LA REGULACIÓN DEL TONO VASCULAR HEPÁTICO V. Matei1, R. Deulofeu2, A. Rodríguez Vilarrupla1, M. Fernández1, J. Bosch1 y J.C. García Pagán1 1 Laboratorio de Hemodinámica Hepática, IDIBAPS. Servicio de Hepatología. IMDIM. Hospital Clínic. Barcelona. 2Laboratorio de Cromatografía. Servicio de Bioquímica. Hospital Clínic. Barcelona. Se ha sugerido que en el hígado cirrótico una menor actividad de GTP ciclohidrolasa (GTPCH) con el consecuente déficit de tetrahidrobiopterina (BH4) contribuiría a disminuir la actividad de eNOS y la biodisponibilidad de oxido nítrico (ON), empeorando así el aumento de la resistencia vascular hepática y agravando la hipertensión portal. El objetivo del presente estudio fue definir el papel real de la actividad de GTPCH y de BH4 modulando la actividad de eNOS y el tono vascular hepático en ratas normales. Para ello se puso a punto un modelo experimental de deficiencia de BH4 en ratas control por inhibición de la GTPCH con el inhibidor selectivo 2,4-diamino-6-hydroxy-pyrimidine (DAHP). DAHP se administró agudamente por administración i.p. de 2 dosis de 1 g/kg con 4 horas de diferencia. Los niveles hepáticos de BH4 (determinados por HPLC) disminuyeron de forma marcada tras DAHP i.p. En estudios ulteriores, tras administración i.p. de DAHP o vehículo (PBS) se determinaron in vivo la presión portal (PP), el flujo portal (FP), la presión arterial media (PAM) y la resistencia porto-hepática (PP/FP). En un grupo adicional de animales se evaluó in vitro el grado de disfunción endotelial mediante la evaluación de la respuesta endotelio-dependiente a Ach en híga- 140 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 dos aislados y perfundidos. DAHP produjo un incremento marcado y significativo de la resistencia porto-hepática (8,3 ± 1 vs 5,9 ± 0,4 mmHg. g. min/ml en ratas control, p = 0,03). Ello fue debido al efecto de DAHP disminuyendo el FP, mientras que la PP no se modificó. En los estudios en perfusión in vitro, los hígados de ratas tratadas con DAHP mostraron un aumento significativo de la resistencia intrahepática (1,6 ± 0,1 vs 1,2 ± 0,1 mmHg. g. min/ml en las ratas PBS, p = 0,03). Este efecto se asoció a un deterioro marcado en la relajación endotelio-dependiente a acetilcolina (disfunción endotelial) (10-7: -14 ± 2 vs –23,6 ± 3% en ratas PBS, p = 0,023; 10-6: -15,1 ± 4 vs –34,9 ± 4%, p = 0,002; 10-5 mol/L: -6,6 ± 5 vs –43,9 ± 4%, p = 0,000). La suplementación i.v. con BH4 en ratas pretratadas con DAHP normalizó la resistencia intrahepática (1,18 ± 0,1 vs 1,2 ± 0,1 mmHg. g. min/ml en ratas PBS tratadas con BH4; NS), así como la respuesta endotelio-dependiente a Ach (10-7: -29,9 ± 5 vs –18,3 ± 3% en las ratas vehículo tratadas con BH4, p = 0,14; 10-6: -46,6 ± 9 vs –32,3 ± 6%, p = 0,26; 10-5mol/L: -52,3 ± 11 vs –43,8 ± 9%; p = 0,59), apoyando que el efecto deletéreo de DAHP sobre la circulación hepática era debido al descenso en los niveles de BH4. Estos resultados apoyan el papel decisivo de la GTPCH y los niveles de BH4 modulando la circulación intrahepática en ratas normales y apoyan la importancia del hallazgo de una menor actividad GTPCH en la cirrosis en la génesis de la hipertensión portal. PAPEL DUAL DE LA GENERACIÓN MITOCONDRIAL DE RADICALES LIBRES (RL) EN LA SUPERVIVENCIA/SUSCEPTIBILIDAD DE CÉLULAS DE HEPATOBLASTOMA HUMANO A LA HIPOXIA J.M. Lluís, A. Morales, C. Blasco, A. Colell, M. Marí, C. García-Ruiz y J.C. Fernández-Checa Unidad de Hepatología, Institut de Malalties Digestives, Hospital Clínic i Provincial, y Área de regulación de la proliferación y muerte celular, IDIBAPS, Universitat de Barcelona, CSIC, Barcelona. La privación de oxígeno (hipoxia) ocurre cuando el suministro de oxígeno es menor que el necesario para satisfacer las necesidades metabólicas de las células y se asocia con diversas patologías incluyendo el cáncer. De hecho en este último contexto, el desarrollo de tumores sólidos conlleva un gradiente de oxígeno decreciente hacia la periferia del tumor, de manera que las necesidades energéticas de las células tumorales se satisfacen mediante el denominado efecto Warburg (glicolisis aeróbica). Asimismo, la hipoxia activa un complejo programa de expresión génica controlada por los factores de transcripción HIF-1α/NF-κB, y la estimulación de la generación de RL desde la mitocondria. Dado que la relación entre la formación de RL y la carcinogénesis es compleja y, a menudo, paradójica. Objetivo. Evaluar el papel de la generación mitocondrial de RL inducido por hipoxia en la supervivencia/susceptibilidad de células de hepatoblastoma humano HepG2, y la influencia del nivel de GSH mitocondrial (GSHm) (J. Biol. Chem 280: 3224-3232, 2005). Métodos. Las células HepG2 se cultivaron en hipoxia (5%O2) o normoxia (21%O2) durante 24-72 horas con o sin disminución del GSHm, determinándose la generación de RL, la regulación y activación de la tirosin quinasa c-Src en residuos Tyr 527, 416, 139, la activación de HIF-1α y NF-κB y la expresión génica por PCR cuantitava (tiempo real), así como la supervivencia celular. Resultados. 5%O2 indujo la generación de RL a lo largo del tiempo con respecto a 21%O2 (2,5-4,5 veces), que se previno tras la inhibición de la cadena electrónica mitocondrial por rotenona (Rot)/TTFA. En extractos nucleares se observó un incremento del complejo p65/p50 de NF-κB (2-3 veces) y del nivel de HIF-1α, inhibible por Rot/TTFA. Esta respuesta se acompañó de la inducción de PDK1, VEGF y cIAP-2, genes diana de HIF-1α y NF-κB. Mientras que los niveles de IκB-α y P-IκB-α (Ser 32) permanecieron constantes, la hipoxia estimuló la fosforilación de IκB-α en residuos de tirosina. Además, se observó un incremento de c-Src y Pc-Src en residuos de tirosina 416 y 319 por hipoxia que fue Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 141 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO prevenida por Rot/TTFA. El inhibidor especifico de c-Src, pp2, bloqueó la activación de NF-κB por hipoxia, y la delección de p65 por siRNA sensibilizó las células HepG2 a la hipoxia (40-60% de muerte celular). Por último, la disminución del GSH por DEM/BSO incrementó la susceptibilidad de las células HepG2 a la hipoxia (55-70% muerte celular) debido a la sobreproducción mitocondrial de RL (5-7 veces), siendo ambos efectos inhibidos por Rot/TTFA. Conclusión. La producción moderada de RL por hipoxia protege a las células tumorales a través de la activación de NF-κB mediada por c-Src. Sin embargo, la sobreproducción de RL mediante la disminución del GSHm determina la susceptibilidad de las células tumorales a la hipoxia, sugiriendo que estrategias que controlen la producción de RL por hipoxia pueden ser de relevancia terapéutica. MECANISMOS DEL EFECTO HEPATOPROTECTOR DE LA HIPOTERMIA LEVE EN RATONES CON DAÑO HEPÁTICO INDUCIDO POR PARACETAMOL J. Vaquero1, M. Belanger1, R. Herrero1, P. Desjardins1, A.T. Blei2 y R.F. Butterworth1 1 Neuroscience Research Unit, CHUM, Montreal, QC, Canada. Northwestern University, Chicago, IL, USA. 2 Introducción. En estudios previos, la hipotermia leve redujo el daño hepático inducido por paracetamol (APAP) en ratones y se asoció a cambios tardíos en genes relacionados con la inflamación y citoprotección. Objetivos. Identificar cambios precoces que expliquen mejor el efecto hepatoprotector de la hipotermia leve en la hepatotoxicidad del APAP, y evaluar su influencia sobre el modo de muerte celular. Métodos. Ratones C57Bl6 (20-25 g) tratados con APAP (300 mg/kg i.p.) se mantuvieron normotérmicos (35,5-37,5ºC) durante 2 h, intervalo en el que la mayor parte del APAP es bioactivado. Tras las 2 h, un grupo se mantuvo normotérmico (NT) y a otro se le permitió desarrollar hipotermia (HT, 32,0-34,5 ºC). El grupo control recibió salino (Sal) en lugar de APAP. La temperatura corporal, medida en el recto, se moduló usando lámparas/colchonetas térmicas. Se evaluaron: 1) Amoníaco arterial (ensayo enzimático), 2) Glucógeno hepático (extracción con etanol-KOH, método de hexoquinasa), 3) Infiltración hepática por neutrófilos (actividad mieloperoxidasa), 4) Contenido hepático de hemoglobina (reactivo de Drabkin), 5) Activación endotelial (ELISA de sICAM-1), 6) Apoptosis hepatocelular (TUNEL y detección de proteólisis de poli (ADP-ribosa) polimerasa (PARP) en Western blot). Resultados. La administración de APAP deplecionó el glucógeno hepático a las 2h (mmol glucosilo/g tejido: Sal 40,4 ± 7,6 vs NT 4,0 ± 1,7, p < 0,001); su recuperación fue más completa y precoz en ratones HT que en los NT (p < 0,01). La HT leve atenuó la congestión hepática inducida por el APAP, evaluada por la relación peso hígado/peso corporal (4 h: Sal 3,59 ± 0,06% vs NT 5,14 ± 0,79% vs HT 4,06 ± 0,22%, p < 0,01) y por el contenido hepático de hemoglobina (mg Hb/g tejido: Sal 12,2 ± 3,1; NT 4h 26,0 ± 31,6; 12h 54,4 ± 28,5; HT 4h 12,8 ± 3,1; 12h 18,8 ± 12,4, p < 0,01). Ningún animal presentó elevaciones significativas de sICAM-1 en suero en las primeras 8 h. Comparado con los animales NT, el desarrollo de HT leve redujo los niveles arteriales de amoníaco a las 8 h (p < 0,001) y la infiltración hepática por neutrófilos a las 12 h (p < 0,01). La proteólisis de PARP se detectó a las 8-12 h sólo en el grupo NT. El número de hepatocitos TUNEL positivos aumentó en los ratones NT el doble que en los HT (p < 0,05). Conclusiones. 1) La prevención de la congestión hepática y la recuperación del glucógeno hepático son mecanismos precoces de la hipotermia leve frente a la hepatotoxicidad del APAP. 2) La temperatura corporal influencia la apoptosis hepatocelular en ratones tratados con APAP; la falta de control de este parámetro puede haber interferido la evaluación de la apoptosis en estudios previos. (Financiado por CIHR&CASL). IDENTIFICACIÓN DE UN ACCESO RESTRINGIDO AL NÚCLEO DEL HEPATOCITO DE MOLÉCULAS ORGÁNICAS CON CAPACIDAD DE INTERACCIONAR CON EL ADN R. Rosales, M.J. Monte, R.I.R. Macias, M. Ramos Vecino, M.R. Romero y J.J.G. Marín Laboratorio de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos (HEVEFARM), Universidad de Salamanca, Salamanca, España. Antecedentes. El análisis por técnicas de alta precisión (GC-MS) de la composición del “pool” de ácidos biliares presentes en el citoplasma y en el núcleo del hepatocito reveló que existen marcadas diferencias en las proporciones de las especies moleculares en ambos compartimentos, lo que es de gran relevancia si consideramos la capacidad de algunos ácidos biliares, pero no de otros, de unirse a receptores nucleares e influir en el control de la homeostasis del colesterol y los oxisteroles. Objetivo. Investigar si existen mecanismos que determinan una cierta selectividad en el acceso al núcleo del hepatocito de moléculas orgánicas que pueden interaccionar con el ADN nuclear con repercusiones fisiológicas o tóxicas. Métodos y resultados. Hepatocitos de rata recién aislados por perfusión/digestión con colagenaza se incubaron con 10-200 mM de uno de los siguientes ácidos biliares que se habían marcado radiactivamente: taurocólico (TC), tauroursodesoxicólico (TUDC), tauroquenodesoxicólico (TQDC) o taurodesoxicólico (TDC). Se aislaron los núcleos por lisis y centrifugación diferencial, y se determinó la radiactividad. Se encontró una relación no lineal entre la cantidad de ácido biliar captado por las células y la que alcanzaba el núcleo. Los mejores ajustes fueron una ecuación de Michaelis-Menten para el TC, y una ecuación exponencial para los demás. Mediante microscopía confocal se observó que los ácidos biliares glicocólico (GC) y glicoursodesoxicólico (GUDC) conjugados con fluoresceína (FITC-GC y FITC-GUDC) no se distribuían de forma homogénea en el núcleo, sino que se localizaban mayoritariamente en regiones donde el ADN no era muy abundante. El análisis por citometría de flujo de la carga de fluorescencia de núcleos aislados e incubados durante 5 minutos con distintos compuestos reveló que la doxorrubicina, el FITC, el FITC-GC y el FITC-GUDC entraban y se acumulaban en el núcleo. El contenido nuclear de FITC-GC y FITCGUDC era 3-4 veces menor que el de FITC. Por otra parte, la entrada al núcleo estaba muy restringida para la calceína, la rhodamina, FITC-dextranos de distintos tamaños (10KDa> 40KDa = 70KDa). La presencia de ATP en el medio redujo la acumulación nuclear de doxorrubicina y FITC, y abolió la de FITC-GC y FITCGUDC. Estos efectos no se modificaron por vanadato ni por ciclosporina A. El eflujo de FITC-GUDC desde núcleos previamente cargados durante 30 minutos con este compuesto se estimulaba por la presencia de ATP y por la ausencia de Ca++ en el medio. Conclusión. La presencia en el núcleo del hepatocito de moléculas orgánica de tamaño medio no parece ser un fenómeno de libre acceso por difusión simple, sino que existen mecanismos, probablemente estimulados por ATP, que restringen selectivamente la entrada o facilitan la salida de diferentes compuestos al núcleo de estas células, y que pueden discriminar entre aniones y cationes orgánicos, entre distintos aniones orgánicos e incluso entre especies moleculares de ácidos biliares. EFECTO DEL L-NAME Y LA VITAMINA E EN LOS NIVELES DE PEROXINITRITO DE CÉLULAS MUSCULARES LISAS VASCULARES (CMLV) Y TEJIDO RENAL DE RATAS CON LIGADURA CRÓNICA DEL CONDUCTO BILIAR (LCB) A. Alcaraz1, P. Romecín1, D. Iyú1, D. Hernández2, N.M. Atucha1, J. García-Estañ1 y M.C. Ortiz1 1 Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina Universidad de Murcia. Murcia. 2Departamento de Medicina, Centro Regional de Hemodonación, Universidad de Murcia. Murcia. Introducción. Estudios previos de nuestro laboratorio han demostrado la participación del óxido nítrico (NO) y de especies reactivas Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 141 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 142 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO derivadas del oxígeno (O2-) en las alteraciones hemodinámicas y renales de la cirrosis hepática. Así, la rápida reacción entre el NO y el O2- ambos aumentados durante esta enfermedad, favorecería una mayor producción de peroxinitrito (ONOO-) que podría contribuir al inicio y progresión de dichas alteraciones. El peroxinitrito es un potente oxidante y puede a su vez nitrosilar residuos tirosina de proteínas (formando nitrotirosina) como la óxido nítrico sintasa (NOS) y la superóxido dismutasa (SOD), entre otras, alterando la regulación de su expresión o funcionalidad final. Además, puede afectar a algunas rutas de señalización intracelular (por ej. ERK1/2 y PKB/Akt) que junto a la NOS y SOD participan en la regulación intracelular de los niveles de NO perjudicando así la función vascular y renal. Teniendo en cuenta nuestros resultados preliminares que demuestran una mayor actividad de la ERK 1/2 en CMLV y en tejido renal de ratas cirróticas, que es normalizada tras la administración de L-NAME y vitamina E, nos propusimos evaluar su efecto sobre los niveles de peroxinitrito en CMLV de aorta y en tejido renal de ratas cirróticas. Métodos. El peroxinitrito se midió en CMLV procedentes de cultivos primarios de aorta torácica (4º-7º pase), mediante citometría de flujo y el uso de una sonda fluorescente (123-dihidrorodamina), y en tejido renal determinando la expresión de nitrotirosina por inmunohistoquímica en ratas controles y cirróticas (LCB; 4ª semana). Para evaluar el papel del NO y del O2- en la formación de peroxinitrito, se administró L-NAME y vitamina E, de forma aguda directamente a las CMLV (300 µM) o de forma crónica a los animales para estudiar los cambios en el tejido renal (L-NAME, 10 mg/kg/día en agua de bebida y vitamina E, 5000 UI/Kg de dieta). Como dadores o estimulantes de su producción, se usaron nitroprusiato sódico (NPS, 1000 µM) y ácido deoxicólico (DOXCA, 200 µM), aunque sólo en CMLV. Resultados. Tanto las CMLV como el tejido renal (nitrotirosina) de los animales cirróticos, presentaron un aumento del 80% y del 50%, respectivamente, de la formación basal de peroxinitrito. El NPS y DOXCA administrados de forma conjunta, aumentaron los niveles de peroxinitrito en CMLV controles pero no en cirróticas. Los niveles de peroxinitrito se redujeron cuando las CMLV cirróticas fueron tratadas con L-NAME o vitamina E. En cambio, sólo la administración crónica de L-NAME pero no de vitamina E, a ratas con LCB normalizó la expresión aumentada de nitrotirosina renal. Conclusiones. El evidente aumento de peroxinitrito en CMLV y en tejido renal (nitrotirosina) en ratas con LCB, hace pensar que éste podría estar contribuyendo a las alteraciones hemodinámicas y renales de esta enfermedad y que éstas a su vez, podrían revertirse tras la administración de inhibidores de su formación. LA NUCLEOCÁPSIDE DEL VIRUS DE LA HEPATITIS DE LA MARMOTA INHIBE LA RESPUESTA CELULAR T CD4+ T IN VITRO E IN VIVO L. Ochoa-Callejero, P. Berraondo, J. Crettaz, I. Otano, A. Pañeda, A. Vales, C. Olagüe, P. Sarobe, J. Prieto y G. González-Aseguinolaza División de Terapia Génica y Hepatología. Facultad de Medicina. Fundación para la Investigación Médica Aplicada. Universidad de Navarra. Pamplona. Un factor determinante para la persistencia del virus de la hepatitis B (HBV) es la ausencia en estos pacientes de una respuesta inmune específica potente. Existe una gran controversia sobre la función de las células dendríticas (DC) en pacientes crónicos de hepatitis B y actualmente está siendo investigado el papel que juegan estas DC sobre la disfuncionalidad de las células T. El mejor modelo animal disponible para investigar la patogénesis, prevención y tratamiento del HBV son marmotas infectadas con el virus de la hepatitis de la marmota (WHV). Hemos estudiado el efecto de la expresión de la proteína de la cápside del WHV (core) sobre la funcionalidad de DC murinas. Para ello, DC fueron infectadas con un adenovirus que codifica para el antígeno del core (DC+AdCore) y se analizó su capacidad para inducir respuestas inmunes alogénicas y singéni- 142 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 cas. En ambos casos se comprobó que la respuesta proliferativa inducida por DC cuando estas eran infectadas con el AdCore, pero no con un adenovirus control aparece considerablemente reducida. Cuando estas células se administraron a ratones singénicos estos no fueron capaces de inducir respuestas inmunes adeno-específicas. Además, la respuesta inmune humoral desarrollada por DC+AdCore fue muy inferior en comparación con DC transducidas con un adenovirus control. Por lo tanto, las DC+AdCore poseen una reducida capacidad para activar respuestas celulares T CD4+ tanto in vivo como in vitro. Las DC pueden representar una diana del HBV para evadir la respuesta inmune del huésped. La expresión de la proteína del core del HBV en DC infectadas podría alterar su función presentadora, dando lugar a una inmunidad antiHBV defectiva que permitiría la cronificación de la infección. El estudio de estrategias experimentales en marmotas para restablecer la función de las DC podría ofrecer una nueva oportunidad para resolver la infección persistente. REPLICACIÓN DE ADENOVIRUS HUMANO EN UN MODELO METÁSTASIS HEPÁTICAS DE CÁNCER DE PÁNCREAS EN HÁMSTERS INMUNOCOMPETENTES S. Bortolanza, P. Alzuguren, M. Buñuales, E. Carro, C. Qian, J. Prieto y R. Hernández-Alcoceba Unidad de Hepatología y Terapia Génica. Universidad de NavarraCIMA. Centro de Investigación Médica Aplicada. Pamplona. Antecedentes. El cáncer de páncreas metastatiza frecuentemente en el hígado, y actualmente no existe un tratamiento satisfactorio para esta enfermedad. Los adenovirus oncolíticos suponen una nueva alternativa terapéutica. Sin embargo, la evaluación de la toxicidad y el efecto antitumoral in vivo de estos agentes se ve dificultada por la incapacidad de los adenovirus humanos de replicarse en células de ratón y rata. Los xenoinjertos de tumores humanos en ratones atímicos se utilizan como modelo alternativo, pero no permiten analizar la replicación del virus en los órganos sanos del animal ni el efecto del sistema inmune. Métodos. Hemos evaluado la capacidad del adenovirus humano tipo 5 para infectar y replicarse en células de cáncer de páncreas derivadas de hámster sirios (Mesocricetus auratus), tanto in vitro como in vivo. Se han realizado ensayos de citotoxicidad, replicación, progenie viral y expresión de proteínas tardías del virus mediante PCR cuantitativa, inmunohistoquímica y western blot. Resultados. La inoculación intrahepática de las células de cáncer de páncreas dio lugar a tumores invasivos con una cinética de crecimiento más rápida en el caso de la línea celular HaP-T1 respecto a las células H2T. Se ha demostrado la expresión de proteínas tardías y la replicación productiva de adenovirus en ambas líneas celulares tanto in vitro como in vivo tras inyección en los tumores intrahepáticos. Conclusión. El hámster sirio sirve de base para el desarrollo de modelos tumorales en los que la eficacia de los adenovirus oncolíticos puede ser evaluada en el contexto de un animal inmunocompetente. Esto puede contribuir al avance de estos agentes terapéuticos contra el cáncer de páncreas y otras neoplasias. CARACTERIZACIÓN DE LAS ALTERACIONES DE LA FUNCIÓN MOTORA ASOCIADAS CON LOS ESTADIOS INICIALES DE ENCEFALOPATÍA EN LA RATA CON DEVASCULARIZACIÓN HEPÁTICA: UN NUEVO MÉTODO PARA EVALUAR TRATAMIENTOS N. Chatauret1, M. Oria1, N. Raguer2 y J. Córdoba1 1 Servicio de Medicina Interna-Hepatología y 2Servicio de Neurofisiología Clínica, Hospital Valle Hebron, Barcelona. Introducción. La encefalopatía hepática abarca desde alteraciones leves de la función motora (solo detectables mediante neurofisiología) hasta el coma. Se ha demostrado una disminución de la amplitud y un incremento del tiempo de conducción del potencial motor Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 143 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO (PM) en pacientes con cirrosis y encefalopatía mínima. Se ha postulado que se relaciona con un edema cerebral leve. Objetivos. 1) Evaluar la presencia de alteraciones motoras en la rata con devascularización hepática y su relación con las manifestaciones neurológicas. 2) Investigar los mecanismos fisiopatológicos empleando diversas formas de tratamiento. Métodos. Ratas con insuficiencia hepática por devascularización (anastomosis porto-cava y ligadura de la arteria hepática). Estudio de la latencia y amplitud del PM mediante neurofisiología (modelo sin anestesia) en estadio asintomático, pre-coma y coma. Evaluación de los efectos de disminuir el edema cerebral (manitol), la hiperamonemia (l-ornitina-l-aspartato) y la temperatura (hipotermia). Administración de antagonistas del receptor NMDA de glutamato (memantina) y el agonista inverso del GABA (RO154513). Determinación del agua cerebral por método gravimétrico. Resultados. Se observó una disminución de la amplitud y un incremento del tiempo de conducción de los PM de forma precoz en ratas asintomáticas (a las 6 horas de la devascularización), que empeoraron con la progresión al coma. Las alteraciones precoces de los PM se acompañaron de un incremento del agua en el tronco cerebral. De todas las estrategias terapéuticas probadas, sólo la hipotermia mejoró la amplitud de los PM (pre-hipotermia: 47 ± 3% vs 2 horas post-hipotermia: 61 ± 8%, p < 0,05). Conclusiones. Es posible reproducir las alteraciones motoras de la encefalopatía hepática mínima en ratas asintomáticas con insuficiencia hepática. La ausencia de efectos beneficiosos de diversos tratamientos, excepto la hipotermia indican que las alteraciones motoras no se relacionan con edema cerebral, hiperamonemia, activación NMDA o GABA. Estos hallazgos sugieren que el mecanismo de acción de la hipotermia no incluye los mecanismos previos. El estudio de los efectos protectivos de la hipotermia puede ayudar al diseño de nuevas estrategias terapéuticas para la encefalopatía hepática. CONTRIBUCIÓN RELATIVA DE LAS VÍAS DE LA CICLOOXIGENASA-2 Y LA 5-LIPOOXIGENASA AL DESARROLLO DE INFLAMACIÓN Y FIBROSIS EN UN MODELO MURINO DE DAÑO HEPÁTICO R. Horrillo1, A. Planagumà1, A. González-Périz1, A. Ferré1, E. Titos1, R. Miquel2, M. López-Parra1, J.L. Masferrer3, V. Arroyo4, J. Rodés4 y J. Clària1 1 Servicio de Bioquímica y Genética Molecular, 2Servicio de Anatomía Patológica y 4Unidad de Hígado, Hospital Clínic, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Universitat de Barcelona, Barcelona, España; 3Pfizer PGRD, St Louis MO, USA. La ciclooxigenasa-2 (COX-2) y la 5-lipooxigenasa (5-LO) son las dos principales vías de biosíntesis de mediadores lipídicos de inflamación. En estudios previos en modelos experimentales hemos demostrado que ambas vías se hallan sobre-expresadas en el hígado durante la inducción de daño hepático con tetracloruro de carbono (CCl4). Objetivo. Investigar la contribución relativa de las vías de la COX-2 y la 5-LO al desarrollo de inflamación y fibrogénesis en un modelo murino de lesión hepática inducida por CCl4. En comparación con el grupo placebo, la administración de SC-236, un inhibidor selectivo de la COX-2, a ratones tratados con CCl4 redujo significativamente el grado de fibrosis hepática, evaluado mediante la cuantificación morfométrica del área teñida con Sirius Red. Este efecto antifibrogénico se asoció a un aumento significativo del grado de apoptosis -analizado mediante la técnica TUNEL- en las células no parenquimales hepáticas. Efectos similares se observaron tras la administración de CJ-13,610, un inhibidor selectivo de la 5-LO. La inhibición simultánea de ambas vías mediante la administración conjunta de SC-236 y de CJ-13,610 a ratones tratados con CCl4 produjo un perfil anti-inflamatorio superior que la inhibición de cada una de las vías por separado. Este efecto fue confirmado en un grupo de ratones genéticamente defi- cientes en 5-LO y a los cuales se administró SC-236. En este grupo de animales, se observó también una disminución significativa de la expresión hepática de MCP-1. Con el objetivo de profundizar en estos resultados, se realizaron estudios in vitro en macrófagos, el principal tipo celular inflamatorio en el hígado. En estas células, SC-236 inhibió de forma concentración-dependiente la formación de prostaglandina (PG) E2 inducida por LPS, mientras que CJ-13,610 redujo significativamente la biosíntesis de leucotrieno B4. La adición simultanea de SC-236 y CJ-13,610 a los cultivos de macrófagos produjo un efecto inhibitorio superior sobre la biosíntesis de PGE2 que el obtenido con ML-3000 (licofelone), un inhibidor dual de COX/5-LO. Por último, CJ-13,610 redujo significativamente la expresión de interleuquina-6 inducida por PMA en macrófagos. Estos resultados indican que tanto la vía de la COX-2 como la vía de la 5-LO están implicadas en el desarrollo de inflamación y fibrosis hepática, y que la inhibición simultanea de ambas vías representa una potencial estrategia farmacológica de prevención frente al daño hepático. DISMINUCIÓN DE LA PERMEABILIDAD VASCULAR PANCREÁTICA Y DE LA EXPRESIÓN DE INSULINA EN RATAS CIRRÓTICAS CON ASCITIS P. Melgar-Lesmes1, S. Tugues1, M. Morales-Ruiz1, M. Párrizas1, J. Ros1, G. Fernández-Varo1, V. Arroyo2, J. Rodés2 y W. Jiménez1 1 Servicio de Bioquímica y Genética Molecular y 2Unidad de Hepatología-Institut de Malalties Digestives i Metabòliques, Hospital Clínic i Provincial de Barcelona, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Universidad de Barcelona, Barcelona. Introducción. Diversos estudios han demostrado que la expresión de factores pro-angiogénicos y permeabilizantes vasculares como el factor endotelial vascular de tipo A (VEGF-A) y la angiopoyetina-2 (Ang-2) permiten la correcta secreción de insulina a la circulación pancreática. Un factor común en la enfermedad hepática avanzada es la existencia de un grado variable de intolerancia a la glucosa que suele estar asociado a hiperinsulinemia. Sin embargo, se desconoce si la alteración en la expresión de factores pro-angiogénicos en células β podría estar relacionada con este fenómeno. Objetivos. El objetivo de este estudio fue valorar si las alteraciones capilares pancreáticas podrían estar involucradas en la tolerancia anormal a la glucosa que se produce en la cirrosis hepática. Métodos. El estudio se realizó en 21 ratas control y 18 ratas cirróticas con ascitis. La permeabilidad vascular se valoró mediante la inyección i.v. de Azul de Evans (30 mg/kg) y su posterior cuantificación en el páncreas. La extravasación vascular se estimó mediante la inyección i.v. de carbono coloidal (2 ml/kg) y su posterior visualización en cortes histológicos. El flujo pancreático se analizó con microesferas marcadas colorimétricamente. La expresión de insulina se evaluó mediante técnicas de inmunofluorescencia. Los niveles de VEGF-A y Ang-2 se analizaron mediante Western blotting e inmunohistoquímica. Resultados. El escape transvascular de Azul de Evans fue significativamente menor en el páncreas de las ratas cirróticas con ascitis (10,1 ± 2,9 µg/mg de tejido, p < 0,01) que en las ratas control (50,9 ± 8,2 µg/mg de tejido). El descenso de la permeabilidad vascular pancreática en las ratas cirróticas con ascitis se asoció a una disminución significativa de la abundancia proteica de VEGF-A (1,1 ± 0,1 unidades relativas de densitometría, URD vs 3,3 ± 0,6 URD, p < 0,03) y Ang-2 (1,1 ± 0,1 URD vs 2,3 ± 0,1 URD, p < 0,01) respecto las ratas control. La disminución de estos factores angiogénicos se localizó de forma exclusiva en los islotes pancreáticos. Paralelamente, la expresión tisular de insulina se vio dramáticamente reducida en las ratas cirróticas comparado con los animales control (22,5 ± 2,0 unidades de intensidad relativa (UIR) vs 4,3 ± 0,7 UIR, p < 0,01), respectivamente. Conclusiones. Los islotes pancreáticos de las ratas cirróticas con ascitis presentan una marcada disminución en la expresión de insulina que parece asociarse a un importante descenso en la permeabi- Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 143 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 144 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO lidad vascular pancreática y a una notable disminución en la abundancia proteica de factores pro-angiogénicos. Estos resultados sugieren que los cambios en la estructura vascular del tejido pancreático pueden jugar un papel destacado en la patogénesis de la intolerancia a la glucosa en la cirrosis hepática. LA HIPOQUINESIA EN RATAS CON FALLO HEPÁTICO CRÓNICO ES CONSECUENCIA DEL AUMENTO DE GLUTAMATO Y DE LA ACTIVACIÓN DEL RECEPTOR METABOTRÓPICO 1 EN LA SUSTANCIA NEGRA O. Cauli, M. Llansola, B. Piedrafita y V. Felipo Los pacientes con encefalopatía hepática muestran distintas alteraciones motoras, hipoquinesia y enlentecimiento psicomotor. Los mecanismos que inducen estas alteraciones no se conocen bien. La sustancia negra pars reticulata (SNr) modula la actividad motora a nivel del circuito neuronal que incluye los ganglios basales, el tálamo y la corteza motora. En este trabajo nos propusimos estudiar: 1) las alteraciones neuroquímicas (por microdiálisis cerebral in vivo) en el circuito sustancia negra-tálamo-corteza en ratas con fallo hepático crónico tras la inducción de anastomosis porta-cava (ratas PCS); 2) correlacionar estas alteraciones con las alteraciones en la actividad motora (hipoquinesia); 3) intentar restaurar mediante tratamiento farmacológico la actividad motora en las ratas PCS. Comprobamos que la concentración extracelular de glutamato está significativamente aumentada en la SNr de las ratas PCS. La estimulación de los receptores metabotrópicos 1 (mGluRs 1) en la SNr induce hipolocomoción. Estudiamos si la activación excesiva de mGluR1 en SNr por el glutamato podría ser responsable de la hipoquinesia en las ratas PCS. Para ello estudiamos si bloqueando los receptores mGluR1 en SNr con un antagonista selectivo (CPCCOEt) se normaliza su actividad motora. El bloqueo de los mGluRs 1 restaura la actividad motora en las ratas PCS. La activación de los mGluRs 1 en la SNr aumenta de la concentración extracelular de GABA en el tálamo ventro-medial (VMT). El bloqueo de los mGluR1 en la SNr normaliza los niveles de GABA en el VMT. El VMT envía fibras glutamatérgicas a la corteza motora. El bloqueo de los mGluRs 1 en la SNr aumenta el glutamato extracelular en la corteza motora y la actividad motora en las ratas PCS. Estos resultados demuestran que el aumento de glutamato en la SNr y la subsiguiente activación excesiva de los receptores mGluRs 1 es responsable de la hipolocomoción en ratas con fallo hepático crónico. El hecho que el bloqueo de los mGluRs 1 en al SNr normalice la actividad motora en las ratas PCS sugiere la posibilidad de que antagonistas de los mGluRs 1 puedan ser una nueva herramienta terapéutica en el tratamiento de la hipoquinesia presente en los pacientes con enfermedades crónicas del hígado y encefalopatía hepática. EL NITROSOPROTEOMA DEL HEPATOCITO HUMANO: IMPLICACIONES FISIOLÓGICAS Y PATOFISIOLÓGICAS L.M. López-Sánchez1, F.J. Corrales2, P. López3, E. Fraga1, J. Serrano4, M. De la Mata1, J. Muntané1 y A. Rodríguez-Ariza1 1 Sección de Hepatología, Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. Unidad de Hepatología y Terapia Génica Universidad de Navarra. Pamplona. 3Departamento de Cirugía Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba. 4Unidad de Cirugía HBP y Transplante Hospital Universitario Virgen del Rocío. Sevilla 2 Antecedentes. La S-nitrosilación de proteínas es una modificación postraduccional con una importancia reguladora comparable a la de la fosforilación. En hígado se ha demostrado tanto un efecto citotóxico como citoprotector para el óxido nítrico, y la S-nitrosilación de proteínas puede estar implicada en algunos de los mecanismos responsables de este doble papel. El objetivo del presente trabajo fue la identificación mediante análisis proteómico de las proteínas S-nitrosiladas en hepatocitos humanos. 144 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Métodos. Los hepatocitos se aislaron de resecciones hepáticas realizadas a pacientes con tumor hepático, previo consentimiento informado, mediante aislamiento por colagenasa. Se utilizó S-nitroso-L-cisteína (CSNO) como agente fisiológico trasnitrosilante. La necrosis y apoptosis se valoraron mediante la liberación de LDH y fragmentación de DNA, respectivamente. Los niveles celulares de nitrosotioles se determinaron mediante quimioluminiscencia y la actividad nitrosoglutatión reductasa se determinó espectrofotométricamente a 340 nm y 25 ºC. Las proteínas nitrosiladas se marcaron utilizando el método “biotin-switch”, se detectaron con un anticuerpo anti-biotina y se purificaron con estreptavidina-agarosa. Se identificaron mediante digestión con tripsina, ionización con electrospray y espectrometría de masas en tándem (ESI-MS/MS). Resultados. El tratamiento de los hepatocitos humanos con CSNO aumentó los niveles de nitrosotioles de alto peso molecular con un retorno a niveles basales relacionado con un aumento en la actividad nitrosoglutatión reductasa, encargada de reducir los nitrosotioles intracelulares. CSNO aumentó la nitrosilación de proteínas y la muerte celular de los hepatocitos. Se identificaron 20 proteínas Snitrosiladas en hepatocitos tratados con CSNO, entre ellas las isoformas alfa, beta, gamma y pi de la alcohol deshidrogenasa, catalasa, peroxirredoxina, proteína disulfuro isomerasa, Hsp60, Hsp90 y GRP 75. Conclusiones. La asociación de unos niveles altos de proteínas nitrosiladas y muerte celular, junto con un eficaz control de los niveles de nitrosotioles demuestra la importancia de la S-nitrosilación de proteínas en hepatocitos. La identificación en el nitrosoproteoma del hepatocito de proteínas implicadas en el metabolismo, el mantenimiento del estado redox y la homeostasis celular pone además de manifiesto la trascendencia de esta modificación postraduccional en la fisiología y la patofisiología del hepatocito. LA DISMINUCIÓN DE S-ADENOSIL-L-METIONINA (SAM) EN MITOCONDRIA INDUCIDA POR ETANOL PRECEDE A LA DISMINUCIÓN DEL GLUTATION MITOCONDRIAL (GSHM) Y ES INDEPENDIENTE DE LOS CAMBIOS EN LAS PROPIEDADES FÍSICO-QUÍMICAS DE LAS MEMBRANAS A. Fernández, A. Colell, F. Caballero, C. García-Ruiz y J.C. Fernández-Checa Unidad de Hepatología, Institut de Malalties Digestives, Hospital Clínic i Provincial, y Departamento de regulación de proliferación y muerte celular, IDIBAPS, IIBB, CSIC, Barcelona. El consumo crónico de alcohol disminuye los niveles de SAM y afecta selectivamente al pool de GSH mitocondrial como resultado de un transporte mitocondrial alterado. Ambos defectos se han propuesto como factores que contribuyen al desarrollo de la enfermedad alcohólica hepática (EA). La suplementación con SAM retrasa la progresión de la EA en modelos experimentales y prolonga la supervivencia de enfermos con EA moderada. Asimismo, estudios en animales alimentados crónicamente con etanol muestran como la administración de SAM previene la disminución del GSHm al recuperar la fluidez de las membranas. A pesar de que el SAM se encuentra mayoritariamente en el citosol, en la mitocondria existe una porción significativa resultado de un sistema específico de transporte. No obstante, la regulación del SAM mitocondrial (SAMm) por alcohol no ha sido analizada hasta la fecha, por ello, el objetivo del presente estudio fue examinar los niveles de SAMm y su transporte mitocondrial en relación al GSHm tras una ingesta crónica de etanol. Métodos. Ratas macho Sprague-Dawley se alimentaron con dieta líquida Lieber-DeCarli. Mitocondrias de hígado de rata control y alcohólica se aislaron semanalmente a lo largo de las 4 semanas de estudio. Los niveles de GSH, SAM y S-adenosilhomocisteína (SAH) se determinaron por HPLC. El contenido de colesterol se midió espectrofluorimétricamente tras conjugación con ac. oftalaldehído. El parámetro de ordenamiento de membrana se analizó mediante el empleo de la sonda fluorescente DPH. Los transportes de Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 145 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO GSHm y SAMm se determinaron utilizando sustratos radiactivos, a una concentración de GSH y SAM de 10mmol/L y 10umol/L, respectivamente. Resultados. Los niveles de SAM disminuyeron en homogeneizado y mitocondria (30-35% vs Control) desde la primera semana de intoxicación alcohólica, mientras los niveles de GSHm no se vieron afectados hasta las 3 semanas de tratamiento. El cociente SAM/SAH se redujo durante las dos primeras semanas (25-50%) recuperando los valores control a las 4 semanas. El contenido de colesterol en mitocondria y homogeneizado incrementó progresivamente a lo largo del tiempo, siendo 1,5-2 veces mayor tras 4 semanas de alimentación con etanol. Mientras el transporte de GSH se vio alterado por el consumo de alcohol, el transporte de SAM fue similar en mitocondrias control y alcohólicas a lo largo de todo el estudio. Estudios in vitro utilizando mitocondrias controles enriquecidas con concentraciones crecientes de colesterol mostraron como el transportador de SAMm es menos sensible a cambios en el contenido de colesterol y a la consecuente disminución de la fluidez de membrana mitocondrial. Conclusiones. El consumo de etanol afecta tanto el contenido de GSH como de SAM mitocondrial, siendo la disminución de SAMm previa a la de GSHm. Mientras el transportador de GSHm es sensible a los cambios de las propiedades físicas de la membrana, el transporte de SAMm es independiente de la fluidez de membrana. MAYOR SUSCEPTIBILIDAD AL DAÑO HEPÁTICO EN RATONES DEFICIENTES EN APOLIPOPROTEÍNA E N. Ferré1, M. López-Parra1, A. González-Périz1, R. Horrillo1, A. Planagumà1, R. Bataller2, R. Miquel3, J. Camps4, J. Joven4, V. Arroyo2, J. Rodés2 y J. Clària1 1 Servicio de Bioquímica y Genética Molecular, 2Unidad de Hígado, Servicio de Anatomía Patológica, Hospital Clínic, IDIBAPS, Universitat de Barcelona, Barcelona, 4Centre de Recerca Biomèdica, IRCIS, Reus, España. 3 Los ratones deficientes en apolipoproteína E (ApoE-/-) constituyen un modelo experimental de hipercolesterolemia muy útil en el estudio de las alteraciones en el metabolismo lipídico. El objetivo del presente estudio fue investigar si las alteraciones metabólicas presentes en los ratones ApoE-/- representan un factor determinante en el desarrollo de daño hepático. Para ello, se sometió ratones ApoE-/- (n = 15) y ratones control (ApoE+/+) (n = 15) a un protocolo de inducción de lesión hepática mediante la administración intraperitoneal de tetracloruro de carbono (CCl4) durante 4, 6 y 8 semanas. Un grupo adicional formado por 5 ratones ApoE-/- y 5 ratones ApoE+/+ recibió aceite de oliva durante 4 semanas. En comparación con el grupo control, los ratones ApoE-/- presentaron a las 6 semanas de tratamiento un aumento del número de células positivas para el antígeno F4/80, indicativo de un incremento del número de células inflamatorias presentes en el hígado. En los ratones ApoE-/- también se observó un aumento del área teñida con Oil Red-O, indicativo de un incremento de deposición hepatocitaria de lípidos. A las 8 semanas de tratamiento, los ratones ApoE-/presentaron un mayor grado de fibrosis hepática, evaluado mediante la cuantificación morfométrica del área teñida con Sirius Red y del área ocupada por células α-SMA positivas. En estos animales, se observó un descenso significativo del grado de apoptosis en células no parenquimales, analizado mediante la técnica TUNEL. El deterioro de la función hepática (ALT y AST) fue más acentuado en los ratones ApoE-/- que en los ratones control, y tanto la disfunción hepática como el grado de fibrosis se correlacionaron directamente con las concentraciones séricas y hepáticas de colesterol y triglicéridos. Con el objetivo de explorar los mecanismos subyacentes a estos resultados analizamos los cambios en la expresión génica en el hígado de ratones ApoE-/- y control mediante RT-PCR a tiempo real en tarjetas microfluídicas (arrays de baja densidad). Entre los genes diferencialmente expresados en ratones ApoE-/-, identificamos genes involucrados en la respuesta inflamatoria (MCP-1, receptor de RANTES y interleucina-1α), fac- tores de transcripción (PPAR???y vías de metabolismo del ácido araquidónico (fosfolipasa A2, ciclooxigenasa-1, 5-lipooxigenasa y 15-lipooxigenasa). Por último, en estudios in vitro, observamos que tanto la LDL oxidada como los metabolitos oxidados del colesterol (7-keto-colesterol, α-epóxido-colesterol y β-epóxido-colesterol) estimulaban la secreción de TGF-β al medio de cultivo e inducían la expresión génica de MCP-1 en macrófagos y modulaban la producción de lipoperóxidos en hepatocitos murinos. Estos resultados sugieren una contribución de las alteraciones del metabolismo lipídico a la presencia de una mayor susceptibilidad a desarrollar daño hepático. EFECTO DE LA ROSIGLITAZONE SOBRE LA FUNCIÓN MITOCONDRIAL Y LAS LESIONES HEPÁTICAS EN RATONES OB/OB I. García-Ruiz, C. Rodríguez-Juan, T. Díaz-Sanjuán, M.T. Muñoz-Yagüe y J.A. Solís-Herruzo Centro de Investigación. Servicio de Gastroenterología y Hepatología. Hospital “12 de Octubre”. Universidad Complutense. Madrid. Aunque no es bien conocida la patogenia de la enfermedad grasa del hígado no alcohólica se sabe que la resistencia a la insulina juega un papel muy importante. La rosiglitazona (RGZ) (ligando específico de los PPARg) aumenta la sensibilidad a la insulina. Por ello, se ha usado en el tratamiento de la la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA). Aunque en el hombre parece eficaz, en algunos pacientes aumenta las transaminasas. El objetivo del presente estudio fue el de conocer los efectos de RGZ sobre las lesiones histológicas y sobre la disfunción mitocondrial existente en de ratones obesos, ob/ob. Material y métodos. Los estudios fueron realizados en tres grupos de ratones, machos, de 6 semanas de edad: (a) ratones delgados (n = 8), (b) ratones obesos (ob/ob; Lep-/-) (n = 11) y (c) ratones ob/ob tratados con 1 mg RGZ/Kg/día por vía intragástrica durante 12 semanas (n = 10). Tras este tiempo, los ratones fueron sacrificados y su hígado recogido para su estudio histológico, de las proteínas nitradas en 3-tirosina (3-NT), de la función mitocondrial [cadena respiratoria mitocondrial (CRM), glutation reducido, β-oxidación] y de los lipoperóxidos. Resultados. 1) El hígado de los ratones ob/ob mostraba una esteatosis que comprometía al 39 ± 21% de los hepatocitos (70-90% microvesicular). Tras el tratamiento con RGZ, la esteatosis comprometía al 78 ± 24% de los hepatocitos (85% microvesicular). El grado de degeneración hidrópica no se modificó con este tratamiento (ob/ob, 1,5 ± 0,52; ob/ob+RGZ, 1,2 ± 0,4; NS). Lo mismo ocurrió con los cuerpos de Mallory y el grado de infiltrados inflamatorios. El índice NAS (NAFLD activity score) ascendió en los ratones tratados desde 4,5 ± 0,68 a 5,3 ± 0,51. Así, mientras que el 54,5% de los ob/ob reunía criterios de EHNA, todos los ratones tratados los reunían. 2) En los ratones tratados, aumentaron los lipoperóxidos por encima de los existentes en ratones ob/ob (controles, 0,76 ± 0,13 nmol/ml; ob/ob, 1,87 ± 0,47 nmol/ml; p < 0,01; ob/ob+RGZ, 2,68 ± 0,56 nmol/ml; p < 0,001) y descendió el glutation mitocondrial (controles, 3,63 ± 0,21; ob/ob, 1,81 ± 0,17 (P < 0,001); ob/ob+RGZ, 1,09 ± 0,11 nmol/mg prot; p < 0,001). 3) La β-oxidación, que estaba aumentada en los ratones ob/ob, se mantuvo a esos niveles tras la RGZ. 4) El tratamiento con RGZ no mejoró la actividad de los complejos de la CRM que existe en los ratones ob/ob. Por el contrario, empeoró significativamente la actividad del compelo I (controles, 100%; ob/ob, 62,3 ± 12,5%; ob/ob+RGZ, 36,3 ± 9,3%, p < 0,001). 5) En los ratones ob/ob, las proteínas 3-NT estaban muy aumentadas y con la RGZ no disminuyeron. Lo mismo ocurrió con las proteínas mitocondriales. Conclusión. El tratamiento de los ratones obesos con EGHNA empeoró las lesiones hepáticas existentes en estos ratones. Estos cambios se acompañaron de un aumento de las lipoperoxidaciones y de un empeoramiento de la actividad de la cadena respiratoria mitocondrial (complejo I). Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 145 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 146 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO LA PROTEÍNA VIRAL X (HBX) DEL VIRUS DE LA HEPATITIS B (VHB) AFECTA A LA ACTIVACIÓN Y PERPETUACIÓN DE LAS CÉLULAS ESTRELLADAS HEPÁTICAS (CEHS) HUMANAS Y. Rodríguez-Muñoz1, S. Martín-Vílchez1, P. Sanz-Cameno1, M. López-Cabrera2, R. Moreno-Otero1 y E. Lara-Pezzi2 1 Unidad de Hepatología, 2Unidad de Biología Molecular, Hospital Universitario de La Princesa. Madrid. La proteína X del VHB es un transactivador viral, que se expresa durante la infección del virus capaz de interferir en diversos procesos celulares y juega un papel fundamental en la hepatocarcinogénesis mediada por VHB. El daño hepático crónico conlleva la activación de las células estrelladas hepáticas, hecho clave para el inicio de la fibrosis hepática caracterizada por un incremento en la síntesis y deposición de colágeno tipo I (COL-I), la principal molécula fibrogénica y la expresión de citoquinas como el factor de crecimiento de tejido conectivo (CTGF). Tras el inicio de la activación las CEHs sufren una segunda fase conocida como perpetuación, que viene determinada por una intensa proliferación de las CEHs. Objetivo. Determinar si el transactivador viral HBx tiene efecto sobre la activación y perpetuación de las CEHs. Métodos. Las CEHs primarias obtenidas de la casa comercial Sciencell (San Diego, CA) fueron incubadas con medios condicionados (0% FBS) procedentes de las siguientes líneas hepáticas: CMX generadas por transfección de la línea Chang-Liver (CHL) con la proteína viral HBx, que se expresa de manera inducible por dexametasona (CMXdx); 2.2.15 línea generada a partir de HepG2 y posee dos copias en tándem del genoma del VHB. Las líneas parentales CHL y HepG2 se emplearon como controles. Las CEHs fueron recogidas tras 24h de incubación con los medios condicionados de las distintas líneas hepatocitarias para luego estudiar la expresión de los marcadores fibrogénicos COL-I y CTGF mediante Western Blot y su capacidad proliferativa a través de la exclusión del colorante Trypan Blue y su recuento en un microscopio de contraste de fases. Resultados. Detectamos un notable aumento en la expresión de COL-I y CTGF en las CEHs sometidas a los medios procedentes de hepatocitos capaces de expresar HBx frente a aquéllas incubadas con los medios de las control. De igual manera las CEHs expuestas a los medios que contienen la proteína viral experimentan una tasa de proliferación mayor a las CEHs incubadas con medios procedentes de las líneas parentales HepG2 y CHL. Conclusión. Nuestros resultados sugieren que la expresión de la proteína viral X activan las CEHs, como lo demuestra la sobreexpresión de las moléculas fibrogénicas COL-I y CTGF. Además el aumento en la proliferación de las CEHs expuestas a HBx determina que la proteína viral no sólo es capaz de modular la activación de las CEHs, sino también su posterior fase de perpetuación. CARACTERIZACIÓN DEL PATRÓN DE EXPRESIÓN DE ENDOGLINA, RECEPTOR DE TIPO III DE TGF-BETA1, DURANTE EL PROCESO DE TRANSDIFERENCIACIÓN DE LAS CÉLULAS ESTRELLADAS HEPÁTICAS L. García Pozo1, C. Rodríguez Juan2, I. García Ruiz2, T. Díaz Sanjuán2, M.E. Miquilena Colina1, J.A. Solís Herruzo2 y C. García Monzón1 1 Unidad de Investigación (Laboratorio de Hepatología Experimental), Hospital Universitario Santa Cristina; 2Servicio de Medicina Digestiva (Unidad Experimental), Hospital Universitario Doce de Octubre, Madrid. Introducción. Las células estrelladas hepáticas (CEH) son las principales responsables del incremento de la síntesis de proteínas de matriz extracelular que conduce a la fibrosis hepática. Para ello, las CEH deben activarse produciéndose un cambio progresivo de su morfología, pasando de una célula redondeada con gotas de grasa en su interior (CEH quiescente) a una célula estrellada sin gotas de grasa (miofibroblasto). En este proceso de transdiferenciación juega un papel primordial el TGF-beta1, interaccionando con diferentes 146 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 receptores (tipos I, II y III). Endoglina es una glicoproteina de membrana que actúa como receptor tipo III de TGF-beta1, desconociéndose su función y su perfil de expresión durante el proceso de activación y diferenciación de las CEH. Objetivo. Caracterizar la cinética de expresión de endoglina durante la transdiferenciación de las CEH. Métodos. Se obtuvieron CEH de rata por el método de perfusión hepática con Pronasa-colagenasa seguido por ultracentrifugación en un gradiente de Larcoll. Las CEH se cultivaron en medio DMEM suplementado con un 10% de suero bovino fetal. La morfología de las CEH en cultivo se determinó por microscopía óptica y la expresión de endoglina (extra e intracelular) y alfa-actina de músculo liso (AML) (intracelular) se analizó cuantitativamente por citometría de flujo y Western blot, a diferentes tiempos del cultivo primario (2 y 9 días) y tras la 1ª (P1) y 3ª (P3) tripsinización. También se investigó la expresión de endoglina y AML en la línea LX2 de CEH humanas. Resultados. A los 2 días de cultivo, las CEH tenían una morfología redondeada y con gotas de grasa en su interior (CEH quiescentes). Estas CEH no expresaban endoglina en la membrana mientras que una pequeña proporción expresaba endoglina (15 ± 5%) y AML (21 ± 10%) intracelularmente. A los 9 días de cultivo, la mayoría de las CEH tenían una morfología estrellada con escasas gotas de grasa (CEH activadas). Sólo un 6 ± 1% de estas CEH expresaban endoglina en la membrana mientras que la expresión intracelular de endoglina y de AML era del 30 ± 6% y del 43 ± 19%, respectivamente. La totalidad de las CEH en P1 y P3 presentaban una morfología estrellada sin gotas de grasa (CEH diferenciadas: miofibroblastos), objetivándose un claro incremento de CEH que expresaban endoglina, tanto en membrana (P1: 10 ± 2%, P3: 21 ± 9%) como más evidente aún en citoplasma (P1: 94 ± 4%, P3: 91 ± 3%), y de AML (P1: 73 ± 14%, P3: 69 ± 12%). Este patrón de expresión de endoglina se confirmó por Western blot. Un hallazgo interesante fue que endoglina, tanto en membrana como en citoplasma, se expresaba intensamente en la línea LX2. Conclusiones. La expresión de endoglina, tanto en membrana como en citoplasma, se induce progresivamente durante el proceso de transdiferenciación de las CEH de rata in vitro, lo que sugiere que este receptor tipo III de podría participar en la fibrogénesis hepática. La endoglina ,TGF-beta1 intracelular es un excelente marcador de CEH diferenciadas a miofibroblastos. IMPLICACIÓN DE NAT5 EN EL DESARROLLO DE HEPATOCARCINOMA (HCC) A. Ametzazurra, E. Larrea, M.P. Civeira, J. Prieto y R. Aldabe División de Terapia Génica y Hepatología. Centro para la Investigación Médica Aplicada-Universidad de Navarra. Pamplona. Introducción. En los últimos años viene suscitando gran interés el tratamiento biológico dianizado del cáncer. Para llevarlo a cabo es preciso identificar dianas o funciones biológicas que sean esenciales para el crecimiento tumoral. La acetilación aminoterminal es un proceso cotraduccional que ocurre en la gran mayoría de las proteínas eucarióticas citosólicas, aunque existen pocos ejemplos que demuestren la importancia biológica de este tipo de acetilación. En levaduras se han descrito tres complejos proteicos encargados de catalizar esta reacción, NatA, NatB y NatC, observando que la inhibición de la actividad de cada uno de estos complejos provoca un retraso en la proliferación celular. En mamíferos, los pocos estudios existentes se han centrado en la acetiltransferasa mayoritaria NatA, habiendo sido implicada en el desarrollo de tejidos, proliferación celular y cáncer. Nuestro trabajo se centra en la proteína Nat5, ortólogo humano de la subunidad catalítica del complejo NatB en levaduras, de la cual no existen ningún dato en la literatura. Material y métodos. Se han utilizado técnicas de clonaje y expresión molecular, así como técnicas de cultivo de células de HCC, en los que se ha estudiado la expresión y funcionalidad de Nat5 y se han analizado por western blot sus niveles en muestras de HCC y tejido no tumoral. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 147 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Resultados. Al analizar la cantidad de proteína Nat5 presente en hígado de ratones con hepatocarcinoma, hemos detectado un incremento en la expresión de Nat5 en comparación con el hígado de ratones que no han desarrollado hepatocarcinoma. En tejido hepático humano, el 66,7% de los pacientes con hepatocarcinoma analizados presentan una mayor expresión de Nat5 en la parte tumoral del hígado en comparación con la parte no tumoral del mismo hígado. Igualmente, hemos observado que la expresión de Nat5 en distintas líneas tumorales hepáticas está muy incrementada y que la inhibición de la expresión de Nat5 en células tumorales hepáticas HepG2 y Hep3B mediante siRNAs provoca una parada en la proliferación celular. Conclusión. Nuestros datos demuestran una correlación directa entre la expresión de Nat5 y el desarrollo tumoral, e indican que esta proteína puede representar una diana de interés para el tratamiento biológico del cáncer hepático. LA ANFIREGULINA, UN FACTOR DE CRECIMIENTO DE LA FAMILIA DEL EGF, PARTICIPA EN EL DESARROLLO DE LA FIBROSIS HEPÁTICA A. Nicou, J. Castillo, M.J. Perugorría, M.U. Latasa, J. Prieto, C. Berasain y M.A. Ávila División de Hepatología y Terapia Génica. CIMA. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Pamplona. La fibrosis, definida como la acumulación excesiva de matriz extracelular (MEC), es una de las principales complicaciones de la lesión crónica hepática. Este proceso altera la arquitectura del parénquima hepático y puede participar en la transformación neoplásica del hígado. Como parte de la reacción regenerativa del hígado frente a la lesión se activan células productoras de MEC denominadas miofibroblastos, cuyo origen está en las células estelares y los fibroblastos periportales. En este proceso de activación de los miofibroblastos se han implicado diferentes citoquinas y factores de crecimiento, sin embargo los mecanismos subyacentes no son del todo conocidos. Hemos descrito previamente que la expresión de la anfiregulina (AR), un factor de crecimiento de la familia del EGF indetectable en un hígado sano, se induce durante la regeneración hepática y la lesión aguda, y que este factor participa en los mecanismos endógenos de reparación del parénquima hepático. Sin embargo, la expresión de la AR se observa también en modelos de daño hepático crónico y en muestras de hígado humano cirrótico. Evidencias recientes sugieren que la activación del receptor del EGF puede participar en la activación de las células productoras de MEC en el hígado. Teniendo en cuenta estas observaciones hemos evaluado el posible papel profibrogénico de la AR empleando el modelo de administración crónica de CCl4 en ratones knockout de este gen (ARKO) y los correspondientes controles wild type (AR-WT). La administración de CCl4 se realizó por via intraperitoneal dos veces por semana, y los animales AR-KO y AR-WT (4 ratones tratados con CCl4 y 4 controles) fueron sacrificados a las 4 y 6 semanas de tratamiento. La expresión de la AR (determinada por PCR en tiempo real) se vió incrementada en los ratones tratados con CCl4. Los animales AR-KO tratados con CCl4 mostraron niveles de expresión del gen a1 (I) procolágeno significativamente inferiores a los animales AR-WT, lo cual correlacionó con una significativa reducción en el grado de fibrosis hepática estimada por tinción con Rojo Sirio. La deposición de MEC no depende sólo de la producción de colágeno, sino del equilibrio entre la síntesis y degradación de esta proteína, principal componente de la MEC. En este sentido, la expresión de la metaloproteasa de matriz 13 (MMP13), colagenasa intersticial en los roedores, fue superior en los animales AR-KO que en los ARWT tratados con CCl4. Esta observación está también de acuerdo con la mayor deposición de MEC en los ratones AR-WT. Por otra parte, los niveles de TGFb, principal citoquina profibrogénica, se encontraron significativamente elevados en los ratones AR-WT. Todas estas observaciones indican que la expresión persistente de la AR en el parénquima hepático puede contribuir al desarrollo de la fibrosis, y que por tanto este factor de crecimiento puede ser una nueva diana en la terapia antifibrogénica. EFECTO DE UNA DIETA DEFICIENTE EN COLINA SOBRE LA COMPOSICIÓN LIPÍDICA MITOCONDRIAL Y LA MUERTE CELULAR EN EL CULTIVO PRIMARIO DE HEPATOCITOS DE RATA M.A. Sánchez-Garrido1, Y. Chico3, P. Barrera1, A. Poyato1, B. Ochoa3, J. Muñoz1, M. De la Mata1 y J. Muntané1 1 Unidad Clínica Aparato Digestivo y 2Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario Reina Sofía. Córdoba, 3Departamento de Fisiología. Facultad de Medicina. Universidad del País Vasco. Bilbao. Antecedentes. La presencia de esteatosis hepática y esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) es una disfunción con alta prevalencia en los países desarrollados debido al alto contenido graso de la dieta. Se conoce que la esteatosis y EHNA se asocian a una importante disfunción mitocondrial. Objetivos. Estudiar la composición lipídica mitocondrial y la susceptibilidad apoptótica celular en hepatocitos de rata obtenidos de animales con esteatosis hepática inducida por una dieta deficiente en colina (DDC). Métodos. Se aislaron por el método clásico de disgregación enzimática con colagenasa hepatocitos procedentes de ratas alimentadas con una dieta control y una DDC durante 3 días. Se realizó un estudio cinético de muerte celular por TNF-alfa y actinomicina en hepatocitos en cultivo. Se midieron diversos parámetros de apoptosis y necrosis celular. Se valoraron los niveles de triglicéridos y fosfolípidos (fosfatidilcolina y fosfatidiletanolamina) por cromatografía de capa fina monodimensional en el homogenado celular y en mitocondria aislada. Se determinaron los niveles de óxido nítrico en el medio de cultivo mediante un analizador de óxido nítrico (NOA). Resultados. La DDC provocó un aumento de la producción de óxido nítrico, fragmentación del DNA y activación de caspasa-3. La concentración de triglicéridos y fosfatidilcolina celular fue mayor en las células DDC que en las control. Los niveles de fosfatidiletanolamina no se vieron afectados por la dieta DDC. La dieta DDC disminuyó los niveles de fosfatidilcolina así como aumentó la concentración de fosfatidiletanolamina en la mitocondria de hepatocitos DDC. Conclusiones. 1) Las células DDC en cultivo primario presentan mayor grado de apoptosis celular y mayor producción de óxido nítrico que las control. 2) La DDC provoca un aumento de fosfatidilcolina en la membrana plasmática. 3) En la membrana mitocondrial, la DDC provoca una disminución de fosfatidilcolina y un aumento de fosfatidiletanolamina. ACCIONES METABÓLICAS DIRECTAS A NIVEL HEPÁTICO DE PIOGLITAZONA Y ROSIGLITAZONA EN HEPATOCITOS EN PERIFUSIÓN N. Sanz, C. Sánchez, G. R-Villanueva, J.M. López-Novo, J.M. Recio, F. Alonso y M.Y. El-Mir Antecedentes. Las Thiazolidindionas (TZDs) (rosiglitazona = ROSI, y Pioglitazona = PIO) son nuevos medicamentos antidiabéticos orales de la clase tiazolidinadiona que ejercen sus acciones antidiabéticas hipoglucemiante, a medio y largo plazo, de forma indirecta por activación selectiva de los receptores PPARg que son muy abundantes en el tejido adiposo pero no tanto en el hígado y en el músculo. Se sabe que las TZDs son capaces de actuar sobre el hígado y músculo esquelético donde dichos receptores son bastante escasos por lo que se plantea la posibilidad de que las TZDs puedan ejercer efectos DIRECTOS sobre el metabolismo hepático, no mediados por los receptores PPARg. Objetivo: Investigar “in vitro” la existencia acciones metabólicas DIRECTAS (gluconeogénesisGNG-, y glicólisis hepáticas) utilizando la nueva técnica de perifusión de hepatocitos de ratas, recientemente instalada en nuestro laboratorio. Métodos. Los hepatocitos se aislaron de ratas Wistar macho en ayunas (24h) según el método de Berry & Friend. Los hepatocitos en suspensión eran perifundidos continuamente (5 ml/min) a 37 ºC con tampón Krebs-bicarbonato saturado con O2/CO2 (19/1) y eran Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 147 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 148 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO titrados con dihidroxiacetona (DHA) como sustrato energético (0; 0,8; 1,6; 2,4; 3,2; 4,0 y 4,8 mM) en presencia o ausencia de 25 µM de PIO o de ROSI, para obtener siete estados estacionarios reales y sucesivos. Para cada condición de estado estacionario se determinó en perifusato celular glucosa, piruvato y lactato. Resultados. En hepatocitos perifundidos, utilizando DHA como sustrato, la PIO y la ROSI inhibieron la producción de glucose (Jglc) por el hígado en un 40% y 65%, respectivamente. No obstante, tanto PIO como ROSI estimularon la glicólisis hepatica (producción de lactato+piruvato = Jlac+pir) de forma similar (15%). Ambas moléculas inhibieron significativamente el metabolismo hepático global de DHA, pero aumentaron el potencial redox citosólico (NADH/NAD) estimado como la relación lactato/piruvato. Conclusión: Las TZDs PIO y ROSI, además de sus documentados efectos antidiabéticos indirectos mediados por los receptores PPARg, ejercen efectos hipoglucemiantes DIRECTOS Y AGUDOS a nivel del hígado, por lo menos, mediante inhibición de la gluconeogénesis hepática. PAPEL DE LA PROTEÍNA BCRP/ABCG2 EN LA FISIOLOGÍA HEPATOBILIAR COMO BOMBA CANALICULAR EXPORTADORA DE DERIVADOS DE ÁCIDOS BILIARES A.G. Blázquez1, O. Briz1, M.A. Serrano1, D. Cassio2, B. Grosse2 y J.J.G. Marín1 1 Laboratorio de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos (HEVEFARM), Universidad de Salamanca, Salamanca, España. 2INSERM U757, Universidad de Paris-Sur, Orsay, Francia. Antecedentes. El hígado juega un papel determinante en la excreción de aniones orgánicos endógenos o xenobióticos. En este proceso participan algunos transportadores miembros de la superfamilia de proteínas ABC (ATP-binding cassette) que se expresan en el canalículo biliar de los hepatocitos como la “bile salt export pump” (BSEP, gen ABCB11), responsable de la secreción de ácidos biliares, la “multidrug resistance associated protein 2” (MRP2, gen ABCC2), que exporta fármacos (cisplatino) y sustancias endógenas (bilirrubina conjugada) y la “breast cancer resistance protein” (BCRP, gen ABCG2) cuyo papel en la fisiología hepatobiliar se desconoce. Objetivo. Investigar si la BCRP puede jugar un papel en la secreción biliar de ácidos biliares biotransformados, cuya proporción pueden aumentar en situaciones de colestasis por retención intrahepatocitaria y derivatización de ácidos biliares normales monoaniónicos. Métodos y resultados. Se utilizó el modelo de expresión heteróloga de proteínas en oocitos de Xenopus laevis. Los oocitos se microinyectaron con el mRNA de Oatp1/1a1 y BCRP, Bsep o Mrp2 y 48 h después se realizaron estudios de captación a 25 ºC durante 1 h. Como sustratos se utilizaron ácidos biliares marcados radiactivamente no conjugados (ácido cólico) y conjugados con glicina (ácido glicocólico) o con taurina (ácido taurocólico, ácido taurodesoxicólico, ácido tauroquenodesoxicólico y ácido tauroursodesoxicólico) y un derivado fluorescente del ácido glicocólico, la colilglicilamido fluoresceína (CGamF). La captación de los ácidos biliares se potenció en los oocitos mediante la expresión del transportador Oatp1/1a1. La coexpresión con Bsep, pero no con BCRP, redujo el contenido celular de los ácidos biliares no conjugados y conjugados con glicina o taurina. Al contrario de lo que ocurría en los oocitos que expresaban Oatp1/1a1 y Mrp2, la coexpresión con BCRP redujo el contenido celular de CGamF. La reducción de la acumulación de CGamF inducida por BCRP fue abolida por ciclosporina A, un inhibidor de proteínas ABC. La capacidad de BCRP de transportar CGamF se confirmó utilizando la línea celular resistente al cisplatino, WIF-B9/R, que se obtuvo a partir de la línea WIF-B9. Estas células forman estructuras esféricas similares a canalículos biliares y además sobreexpresan Mrp1, Mrp2, Mrp3, Mdr1 y BCRP (más que Bcrp), pero no BSEP/Bsep, como se comprobó por RT-PCR a tiempo real, western blot e inmunocitoquímica. Las células WIF-B9/R fueron capaces de captar y secretar CGamF a los canalículos biliares. Cuando se investigó el efecto del verapamilo, probenecid, taurocolato y Hoechst 33342, el mayor efecto inhibidor de la secreción de CGamF lo ejerció el Hoechst 33342, un sustrato de la BCRP. 148 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Conclusión. Nuestros resultados sugieren que el papel de la proteína BCRP en el canalículo biliar puede ser en parte la secreción canalicular de derivados de ácidos biliares, que se acumulan en colestasis o no pueden ser transportados por la BSEP o la MRP2. EVIDENCIAS CONTRA EL PAPEL DE NADPH-OXIDASA EN LA REGULACIÓN DEL TONO VASCULAR HEPÁTICO EN LA CIRROSIS J. Gracia-Sancho1, B. Laviña1, A. Rodríguez-Vilarrupla1, R.P. Brandes2, M. Fernández1, J. Bosch1 y J.C. García Pagán1 1 Laboratorio Hemodinámica Hepática, IDIBAPS - Hospital Clínic, Barcelona. 2Institut für Kardiovaskuläre Physiologie, Klinikum der J.W. Goethe-Universität, Frankfurt. Antecedentes. La resistencia vascular hepática está aumentada en el hígado cirrótico. Ello es debido en parte a una reducción de la biodisponibilidad de óxido nítrico (ON) ocasionada por dos hechos: una síntesis insuficiente de ON, y un secuestro de ON por radical superóxido (O2-), que se encuentra en exceso en el hígado cirrótico. La enzima NADPH-oxidasa, debido a su capacidad de generar O2-, juega un papel importante incrementando el tono vascular en enfermedades cardiovasculares, y se ha sugerido que este sistema enzimático estaría involucrado en hepatopatías que cursan con estrés oxidativo. Objetivos. a) Caracterización molecular y bioquímica de NADPHoxidasa en el hígado cirrótico, y b) Investigar su posible papel en la modulación del tono vascular hepático en la cirrosis. Metodología. a) En homogenados hepáticos de ratas control (n = 8) y cirróticas (n = 8) por CCl4 se determinó: 1. Actividad enzimática de NADPH-oxidasa (quimioluminiscencia), 2. Expresión génica (RealTime PCR) y proteica (Western blot) de las diferentes subunidades de NADPH-oxidasa; b) En ratas control (n = 6) y cirróticas por CCl4 (n = 10) tratadas con apocinina (inhibidor selectivo de NADPH-oxidasa) (1,5 mM) o su vehículo se determinó: 1- Estudios hemodinámicos in vivo: presión arterial media (PAM), presión portal (PP) y flujo de la arteria mesentérica superior (FAMS), y 2- Evaluación de la función endotelial hepática, por medio de curvas dosis-respuesta de relajación a acetilcolina en hígados perfundidos y precontraídos con metoxamina. Resultados. a) Los hígados cirróticos presentaron sobreexpresión del mRNA de las sub-unidades de NADPH-oxidasa Nox2, p22phox, p47phox y p67phox. Sin embargo, existió una menor expresión del mRNA de Nox4 y una menor expresión proteica de Nox4 y Nox2. Finalmente, la actividad de NADPH-oxidasa en hígado cirrótico estuvo significativamente reducida respecto a los controles. b) El tratamiento con apocinina disminuyó de forma significativa la actividad tisular de NADPH-oxidasa. Sin embargo, la inhibición de NADPHoxidasa no ocasionó ningún cambio en la hemodinámica esplácnica o sistémica de las ratas cirróticas o controles. De forma similar, el tratamiento con apocinina no mejoró la deficiente respuesta endotelio-dependiente a acetilcolina de los hígados cirróticos. Conclusiones. Los resultados del presente estudio muestran que el complejo enzimático NADPH-oxidasa no juega un papel relevante en la modulación del tono vascular del hígado cirrótico, y sugieren que la síntesis exagerada de radicales superóxido en hígado cirrótico no depende de una hiperactividad de este sistema enzimático. LA PROGRESIÓN DE LA CIRROSIS ESTÁ ASOCIADA AL INCREMENTO GRADUAL DE ANGIOGÉNESIS Y LINFANGIOGÉNESIS HEPÁTICA. POSIBLE CORRELACIÓN CON LA EXPRESIÓN HEPÁTICA DE VEGF Y ANGIOPOYETINAS S. Tugues1, M. Morales-Ruiz1, J. Ros1, J. Muñoz-Luque1, V. Arroyo2, J. Rodés2 y W. Jiménez1 1 Servicio de Bioquímica y Genética Molecular y 2Unidad de Hepatología-Institut de Malalties Digestives, Hospital Clínic y Provincial de Barcelona e Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS). Universidad de Barcelona. Barcelona. Los procesos de angiogénesis y linfangiogénesis desempeñan una función clave en situaciones fisiológicas y fisiopatológicas. Recientemente, diversos estudios han demostrado la existencia de una es- Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 149 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO trecha relación entre la angio/linfangiogénesis y la cronificación de trastornos inflamatorios. Sin embargo, se desconoce si este vínculo también tiene lugar en enfermedades hepáticas avanzadas. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio consistió en investigar si la progresión de la cirrosis en ratas tratadas con CCl4 está asociada al desarrollo de angiogénesis y/o linfangiogénesis. Se estudiaron 10 ratas controles (CT) y 10 ratas cirróticas en cada uno de los siguientes períodos de tratamiento con CCl4: a) de 8 a 12 semanas (CH) y b) de 17 a 20 semanas. Todos los animales cirróticos incluidos en este segundo grupo presentaron cirrosis avanzada y ascitis (CH+Asc). El tejido hepático de ratas CT, CH y CH+Asc fue procesado con la finalidad de cuantificar la formación vascular, la expresión de factores angiogénicos y linfangiogénicos (VEGF-A, VEGFC, VEGF-D, PlGF, Ang-1 y Ang-2), así como la presencia de hipoxia hepática. Para ello, se utilizaron las técnicas de inmunohistoquímica y de RT-PCR. Los experimentos de inmunohistoquímica, realizados con anticuerpos específicos anti-factor vonWillebrand y anti-podoplanina, revelaron que la progresión de la cirrosis estuvo asociada a un incremento significativo de la densidad hepática de vasos sanguíneos (2,1 ± 0,2, 6,8 ± 0,5 y 19,4 ± 0,8 vasos/mm2 para CT, CH y CH+Asc, respectivamente; p < 0,01) y linfáticos (1,7 ± 0,2, 3,6 ± 0,3 y 16 ± 0,4 vasos/mm2 para CT, CH y CH+Asc, respectivamente; p < 0,01). En concordancia con estos resultados, se observó un incremento significativo de la expresión del mRNA de VEGF-A, VEGF-D, PlGF, Ang-1 y Ang-2 en hígados de ratas CH en comparación con hígados de ratas CT. Esta sobreexpresión de agentes pro-angiogénicos y linfangiogénicos fue a su vez significativamente superior en ratas CH+Asc en comparación con los animales CH. Los experimentos de inmunohistoquímica realizados en hígados controles revelaron una tenue presencia de VEGF-A y Ang-2 que estuvo localizada preferentemente en los hepatocitos perivenulares. En contraste, la expresión de VEGF-A y Ang-2 fue significativamente más elevada en las ratas CH y se localizó preferentemente en los hepatocitos proximales a los septos fibrosos. En el grupo CH+Asc, esta inmunoreactividad se hizo patente en el 90% del parénquima hepático. Por otra parte, la presencia de hipoxia hepática se colocalizó significativamente con la expresión hepática de las proteínas VEGF y Ang-2. En conclusión, estos resultados muestran que la progresión de la cirrosis está asociada al incremento gradual de angiogénesis y linfangiogénesis hepática. Asimismo, la sobreexpresión gradual de miembros de las familias de VEGF y Ang durante el transcurso de esta patología se correlacionó significativamente con las modificaciones vasculares observadas. INDUCCIÓN DE LA VÍA INTRÍNSECA DE LA APOPTOSIS EN UN MODELO ANIMAL DE HEPATOCARCINOMA MEDIANTE EL TRATAMIENTO CON TNP-470 J.L. Mauriz1, P. González1, M.C. Durán1, J. Martín-Renedo1, J.P. Barrio1, J.M. Culebras2 y J. González-Gallego1 1 Departamento de Fisiología. Universidad de León. 2Servicio de Cirugía II. Complejo Hospitalario de León. El TNP-470 es un análogo semisintético de la fumagilina, un antibiótico natural sintetizado por Aspergillus fumigatus fresenius, potente inhibidor de la angiogénesis con baja toxicidad, que reduce la progresión del hepatocarcinoma (HCC) en modelos animales. La desregulación de la apoptosis esta considerada como un paso crítico en la aparición de HCC, existiendo un desequilibrio entre la proliferación y la muerte celular por apoptosis. En experimentos previos hemos observado que el tratamiento con TNP-470 es capaz de reducir la proliferación celular en HCC, sin embargo hasta ahora son poco conocidos sus efectos sobre los mecanismos apoptóticos hepáticos. Objetivo. Estudiar si el efecto antineoplásico del TNP-470 está relacionado con la inducción de los mecanismos de apoptosis en un modelo in vivo de HCC en ratas. Metodología. Se indujo HCC en ratas Wistar macho por administración de dietilnitrosamina que actúa como un potente iniciador, 2-acetilaminofluoreno que inhibe la proliferación de hepatocitos normales y hepatectomía parcial como potente estímulo de crecimiento. Se administró el inhibidor TNP-470 (30 mg/kg de peso corporal, s.c.) tres veces/semana entre la semana 20 a la 28 desde la inducción con DEN. Los análisis se llevaron a cabo a las 28 semanas de la inducción del HCC. Resultados. Los hígados de todos los animales sometidos al proceso de hepatocarcinogénesis y sin tratamiento desarrollaron cambios microscópicos típicos del HCC. El HCC indujo una reducción significativa en la expresión de las proteínas pro-apoptóticas p21 y caspasa-3 (-63% y -56% respectivamente) y en la liberación de citocromo c al citosol (-50%); sin embargo, no se observaron cambios en la expresión de la caspasa-8, aunque se incrementó la expresión de la proteína anti-apoptótica Bcl-2 en las ratas con HCC. Todas estas modificaciones se inhibieron en los animales afectados de HCC que recibieron el tratamiento con TNP-470 durante 8 semanas. Conclusiones. En nuestro modelo in vivo el tratamiento con TNP470 es capaz de reducir el desarrollo del HCC; dicho efecto parece relacionado, al menos en parte, con la inducción de la vía intrínseca (mitocondrial) de la apoptosis. El TNP-470 puede constituir un interesante candidato a formar parte del arsenal quimioterapéutico en el tratamiento del HCC. Financiado por el Programa de Investigación en Biomedicina de la Gerencia Regional de Salud de la Junta de Castilla y León. EL MEDICAMENTO HEPATOPROTECTOR SILIBININA, ANTAGONIZA LOS EFECTOS PRO-DIABÉTICOS DEL GLUCAGÓN EN HEPATOCITOS EN PERIFUSIÓN G. R-Villanueva1, A. Sánchez1, R. Naboulsi1, N. Sanz1, J.M. López-Novoa1, B. Guigas2, M.V. Rascón-Trincado3 y M.Y. El-Mir1 1 Departamento de Fisiología y Farmacología, Universidad Salamanca. INSERM. Universidad Grenoble-I, Grenoble. Francia. 3Depto. Medicina, Universidad de Salamanca. 2 Antecedentes. La Silibinina (SB) es el componente mayoritario de la Silimarina utilizado actualmente en clínica debido a sus efectos hepatoprotectores (Legalon). Estudios previos en nuestro equipo demostraron que la SB posee acciones antidiabéticas inhibiendo la gluconeogénesis (GNG = JGlucosa) y la glicólisis hepática. Objetivos. Utilizando hepatocitos de rata en perifusión: Investigar la capacidad de la SB de antagonizar las acciones pro-diabéticas del glucagón a nivel hepático. Métodos: Los hepatocitos se aislaron de ratas Wistar macho en ayunas (24h) según el método de Berry & Friend. Usando la técnica de perifusión de células, los hepatocitos de rata en suspensión, eran perifundidos (5 ml/min) a 37 ºC con tampón Krebs-bicarbonato saturado con O2/CO2 (19/1) y eran titrados con dihidroxiacetona (DHA) (0; 0,8; 1,6; 2,4; 3,2; 4,0 y 4,8 mM) como sustrato energético en presencia o ausencia de SB (100 µM) o de glucagón (10-7 M). Para cada concentración de DHA se determinó en perifusato extracelular glucosa (Glc), piruvato (pir) y lactato (lac) por técnicas espectrofotométricas. En células se determinaron, mediante técnicas espectrofluorimétricas, los intermediarios metabólicos intracelulares Dihidroxiacetonafosfato (DHAP), Fructosa-6-fosfato (F6P) y glucosa-6-fosfato (G6P). Resultados. En hepatocitos perifundidos con DHA, el glucagón produjo, una estimulación potente de la GNG en un 124% (DHA 2,4 mM). La administración de SB antagonizó el efecto activador del glucagón sobre la GNG, disminuyendo dicha activación en un 80% (DHA 2,4 mM). De la misma manera, el glucagón solo, produjo un significativo aumento de los niveles de los intermediarios metabólicos DHAP, G6P y F6P en cada estado estacionario obteniendo así una doble relación entre la JGlucosa y esos intermediarios. En presencia de glucagón y de SB, se produjo una modificación de la relación entre, JGlucosa y los intermediarios DHAP, F6P y G6P con respecto al glucagón solo, desplazando, hacia la derecha, las curvas que representan las relaciones entre las concentraciones de DHAP, F6P y de G6P frente a JGlucosa antagonizando así claramente los efectos metabólicos del glucagón. En cuanto a la glicólisis hepática (Jlac+pir), el glucagón inhibe Jlac+pir en un 60% a altas concentraciones de DHA. Dicha inhibición de la glicólisis es menor en presencia de SB sobre todo a bajas concentraciones de Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 149 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 150 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO DHA, lo que indica que la SB antagoniza ligeramente el efecto inhibidor del glucagón sobre la glícólisis. Conclusión. La silibinina antagonista al glucagón en la vía metabólica que cataliza la reacción de hidrólisis de G6P en glucosa. Este efecto puede deberse a una inhibición de la enzima glucosa-6-fosfatasa por la silibinina. Estos resultados demuestran por primera vez que la SB además de inhibir la GNG, posee nuevas acciones antidiabéticas antagonizando los efectos metabólicos del glucagón a nivel hepático. RECLUTAMIENTO POR EL HÍGADO DE CÉLULAS PROGENITORAS ENDOTELIALES TRANSDUCIDAS CON VECTORES LENTIVIRALES EN MODELOS ANIMALES DE DAÑO HEPÁTICO AGUDO Y CRÓNICO M.P. Kawa, G. Yang, V. Fernández-Ruiz, C. Qian y J. Prieto Terapia Génica del Cáncer, Centro para la Investigación Médica Aplicada (CIMA). Universidad de Navarra. Pamplona. España. Objetivos. En este trabajo hemos estudiado la capacidad de las células progenitoras endoteliales (EPC) ingenierizadas genéticamente para colonizar el hígado en modelos animales de daño hepático agudo y crónico. Métodos. Las células EPC se obtuvieron mediante el aislamiento de las células mononucleares de la médula ósea de ratones sanos que se cultivaron durante 4 días sobre una base de fibronectina, utilizando un medio de cultivo endotelial suplementado con factores de crecimiento VEGF, bFGF, IGF-1, EGF e Hidrocortisona. Las EPC se transdujeron con vectores lentivirales portadores del gen reportero de la luciferasa, sin afectar su viabilidad celular. Se utilizaron dos modelos de daño hepático: Concanavalina A (una dosis de 12 mg/kg, daño hepático agudo) y CCl4 (2 dosis por semana de 12 µL en parafina líquida durante 12 semanas, daño hepático crónico) en ratones C57BL/6 y Balb/c. Los animales recibieron 106 de EPC genéticamente modificadas por vía intravenosa o intraesplénica a las 24 horas tras la administración de ConA y a los 4 días tras la última administración de CCl4. Un grupo de animales sanos recibieron el mismo tratamiento. El seguimiento del reclutamiento se realizó in vivo mediante el sistema de captación de bioluminiscencia IVIS. La actividad luciferasa se determinó en los hígados tras el sacrificio de los animales. Resultados. El estudio in vivo de la migración al higado de las EPC transducidas, permitió determinar que el máximo reclutamiento de las EPC por los hígados dañados se producía entre las 48 y las 72 horas tras la inyección de las células por vía intravenosa. La presencia de las EPC-luciferasa en los animales se pudo observar durante una semana tras la administración de una única dosis de EPC. Los hígados con daño hepático crónico reclutaban 2 veces más EPC que los hígados sanos. Los hígados con daño hepático agudo reclutaban 4 veces más EPC en comparación con los hígados sanos. La administración de EPC por vía intraesplénica multiplicó por 10 la eficiencia del reclutamiento de las EPC por los hígados dañados en comparación con la administración de las células por la vía intravenosa. Conclusiones. Las EPC modificadas genéticamente con vectores lentivirales administradas intravascularmente son reclutadas por los hígados con daño agudo y crónico lo que sugiere que las EPC podrían contribuir al proceso de reparación del hígado dañado. La transducción de las EPC con vectores lentivirales portadores de genes terapeúticos con función hepatoprotectora podría constituir una nueva estrategia para el tratamiento de lesiones hepáticas agudas y crónicas. EVOLUCIÓN ONTOGÉNICA EN LA RATA DEL “POOL” DE ÁCIDOS BILIARES Y DE LA EXPRESIÓN DE GENES IMPLICADOS EN SU HOMEOSTASIS P. Martínez-Becerra, S. Cuesta de Juan, M.J. Monte, R.I.R. Macías, M. Vicéns, F. Jiménez y J.J.G. Marín Laboratorio de Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos. Hospital Universitario de Salamanca. Universidad de Salamanca. Antecedentes. El tamaño del “pool” de ácidos biliares (ABs) y la proporción de las diferentes especies moleculares dependen funda- 150 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 mentalmente de la expresión y actividad de enzimas hepáticas claves en su síntesis y de transportadores hepáticos e intestinales responsables de mantener a los ABs en la circulación enterohepática. Objetivo. Estudiar en ratas la evolución ontogénica de la expresión hepática de genes relacionados con la homeostasis de los ABs y relacionarla con el tamaño y la composición del “pool” de estos esteroides. Métodos. Se utilizaron fetos de 14 y 20 días de vida intrauterina, ratas de entre 1 y 56 días tras el nacimiento, así como ratas viejas de 9 y 24 meses de edad. Se determinaron por métodos enzimáticos los niveles de ABs totales en el “pool” tras extraerlos del hígado y el intestino delgado por reflujo etanólico. Las diferentes especies moleculares de estos compuestos se identificaron por GC-MS. Los niveles de ARNm de las enzimas Cyp7a1, Cyp8b1, Cyp27, Cyp3a11, reductasas, y de los receptores nucleares Ftf, Fxr, Shp y Hnf4 alfa se determinaron por RT-PCR cuantitativa a tiempo real. Resultados. El tamaño del “pool” de ABs en la rata, normalizado por el peso hepático en cada momento, se mantuvo relativamente constante desde la primera semana postnatal hasta la senescencia, salvo tras el destete, momento en el que aparecía un marcado incremento transitorio. El ácido cólico fue siempre la especie molecular más abundante en el “pool” de ABs de esta especie. Alcanzó sus niveles relativos más bajos después del destete y los máximos durante las etapas perinatal y senescente. La complejidad en cuanto a la composición del “pool” fue máxima una semana tras el destete. La expresión de Cyp27 se mantuvo relativamente constante desde el período neonatal hasta la senescencia, mientras que la de Cyp7a1 presentó un pico de máxima expresión tras el destete. La Cyp8b1 presentó su máxima expresión en las etapas perinatal y adulta. La expresión de Cyp3a11 se estabilizó después de la primera semana de vida hasta que descendió en la senescencia. Los cambios en los niveles de expresión de las reductasas coincidieron con la aparición de ABs planos típicos de etapas fetales y neonatales. La expresión de los receptores nucleares estudiados fue baja en el hígado fetal, pero alcanzó niveles similares a los del adulto en los primeros días tras el nacimiento. En la senescencia, Shp estaba sobre-expresado, mientras que Fxr presentó niveles similares a los del adulto y los de Ftf y Hnf4 alfa fueron muy bajos. Conclusiones. La expresión de las enzimas Cyp7a1 y Cyp8b1 experimenta cambios importantes en la etapa postnatal y tras el destete, congruentes con las variaciones en el tamaño y la composición del “pool” de ABs. Así mismo, la evolución en la expresión de estas enzimas se correlaciona con las variaciones en la expresión hepática de los receptores nucleares, como el Hnf4 alfa y el sistema formado por el trío Fxr/Ftf/Shp, que regulan su expresión. KETOTIFEN REDUCE LAS ALTERACIONES ESPLÁCNICAS EN LA HIPERTENSIÓN PORTAL PREHEPÁTICA EXPERIMENTAL: IMPLICACIÓN DE LAS CÉLULAS CEBADAS M.A. Aller1, F. Sánchez-Patán1, C. Cuellar2, M. Rodero2, M.P. Nava3, Y. Saavedra4, R. Anchuelo1, P. Vergara4 y J. Arias1 1 Cátedra de Cirugía. Facultad de Medicina. Universidad Complutense de Madrid. 2Cátedra de Parasitologia. Facultad de Farmacia. Universidad Complutense de Madrid. 3Departamento de Fisiologia (Fisiologia II). Facultad de Biologicas. Universidad Complutense de Madrid. 4Unidad de Fisiología. Facultad de Veterinaria. Universidad Autonoma de Barcelona. Introducción. La hipertensión portal prehepática experimental cursa a corto plazo con una respuesta inflamatoria exudativa esplácncia que se asocia con un aumento de la infiltración de la mucosa intestinal y de los ganglios linfáticos mesentéricos por células cebadas. Objetivo. Comprobar que la administración profiláctica de Ketotifen, un fármaco estabilizador de células cebadas, reduce las consecuencias de la respuesta inflamatoria esplácnica en la hipertensión portal. Material y métodos. Se utilizaron ratas macho Wistar: Seudo-operadas (SO; n = 10) y con Triple ligadura parcial de la vena porta (TLVP; n = 11), a los que se inyectaron microesferas de acido Polilacti-co-glicólico con vehiculo por via s.c 24 h. antes de la interven- Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 151 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO cion y SO (n = 10) y con TLVP (n = 14) a los que se administraron microesferas con Ketotifen. A las 48 h. del p.o. se midió la presion portal, se valoraron los niveles de quimasa (RMCP-II) en el complejo linfatico mesentérico superior y se cuantificaron las celulas cebadas, granuladas y degranuladas, en ileon y ciego. Resultados. La administracion de Ketotifen antes de la intervencion disminuyó la presión portal (p < 0,001), la incidencia de vasculopatia venosa mesentérica (p < 0,001), los niveles RMCP-II (p < 0,001) en el complejo linfático mesent´érico superior y el número de celulas cebadas activadas (p < 0,05) en el ciego de las ratas con hipertensión portal. Conclusion. La administración profiláctica de Ketotifen, un estabilizador de células cebadas, reduce las alteraciones inflamatorias esplácnicas precoces de la hipertension portal prehepática. EFECTO CITOPROTECTOR DE VITAMINA E FRENTE A LA MUERTE CELULAR INDUCIDA POR D-GALACTOSAMINA Y ÁCIDO GLICOQUENODEOXICÓLICO ASOCIADO A REGULACIÓN DE EXPRESIÓN DE INOS (NOS-2) Y CYP3A4 EN CULTIVO PRIMARIO DE HEPATOCITOS HUMANOS R. González1, P. López2, F. Pareja3, J.M. Álamo3, E. Fraga1, A. Bernardos3, P. Laurel4, J.M. Pascussi4, A. Poyato1, M. de la Mata1 y J. Muntané1 1 Unidad Clínica Aparato Digestivo y 2Departamento de Cirugía, Hospital Universitario Reina Sofía, Córdoba. 3Unidad Cirugía HBP y Trasplantes. Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla. 4Institut Nacional de la Santé et de la Recherche Médicale, INSERM U632 Universidad de Montpellier, Francia. Introducción. D-galactosamina (D-GalN) y el ácido glicoquenodeoxicólico (GCDCA) inducen muerte celular en hepatocitos de rata. Vitamina E regula estrés oxidativo y muerte celular, y citocromo P4503A4 (CYP3A4): principal detoxificador en hepatocitos humanos. Objetivo: determinar si citoprotección de vitamina E se relaciona con regulación de estrés oxidativo y la producción de óxido nítrico en hepatocitos humanos. Materiales y métodos. Hepatocitos aislados de resecciones hepáticas realizadas a pacientes con tumor hepático. Vitamina E (50 µM) administrada 10 h después de D-GalN (40 mM) o GCDCA (0,5 mM) en hepatocitos. El inductor (rifampicina, 10 µM) o inhibidor (ketoconazole, 5 ?M) de CYP3A4 administrado 24 h antes de tóxico. Se valoró la apoptósis, necrosis celular y expresión de iNOS, CYP3A4, PPARα, PXR, RXR-α, CPT1-A, GR y CAR por RT-PCR. Construcciones del promotor de CYP3A4 transfectadas a HepG2. Resultados. D-GalN y GCDCA incrementan estrés oxidativo, apoptósis y necrosis celular en hepatocitos. Efecto citotóxico asociado al aumento de NF-kB y disminución del receptor PXR. Vitamina E redujo muerte celular inducida por los tóxicos, reduciendo activación de NF-kB, expresión de iNOS, y aumentó expresión de PXR y CYP3A4, confirmado por transfección. Inducción de CYP3A4 por rifampicina potencia efecto citoprotector de vitamina E. La inhibición de CYP3A4 por ketoconazole bloquea dicho efecto citoprotector. Conclusiones. Los tóxicos inducen muerte celular en cultivo primario de hepatocitos humanos. El efecto citoprotector de la vitamina E frente a la muerte celular inducida por los tóxicos relacionado con reducción de la activación de NF-kB y la expresión de iNOS, así como con el incremento de PXR y la expresión de CYP3A4 en hepatocitos. LA ADMINISTRACIÓN ORAL DE MELATONINA ES CAPAZ DE INHIBIR LA VÍA INTRÍNSECA DE LA APOPTOSIS HEPÁTICA EN UN MODELO IN VIVO DE ENVEJECIMIENTO EN RATAS J.L. Mauriz, V. Molpeceres, M.V. García-Mediavilla, P. González, J.P. Barrio y J. González-Gallego Departamento de Fisiología. Universidad de León. León. El envejecimiento ha sido relacionado con un incremento del estrés oxidativo que puede llevar a la inducción de la apoptosis celular. El proceso de apoptosis puede llevarse a cabo mediante dos rutas: extrín- seca (relacionada con receptores específicos en la membrana plasmática) e intrínseca (en la que la mitocondria juega un papel central). La melatonina, una hormona producida principalmente por la glándula pineal, es una molécula altamente lipofílica capaz de atravesar membranas celulares lo que le permite penetrar en compartimentos subcelulares como la mitocondria, donde se puede acumular en altas concentraciones. La síntesis y secreción de la melatonina disminuye con la edad, sugiriendo que podría estar relacionada, dado su capacidad antioxidante, con el proceso de envejecimiento y sus patologías asociadas. Objetivo. Estudiar si la melatonina puede afectar a los mecanismos apoptóticos, tanto intrínsecos como extrínsecos, hepáticos en un modelo in vivo de envejecimiento en ratas. Metodología. Se utilizaron ratas macho de raza Wistar de 3 y 24 meses de edad (jóvenes y ancianas respectivamente), siendo a su vez dividas en otros dos grupos, según recibieran o no melatonina en el agua de bebida a una concentración final de 20 mg/L durante 8 semanas. Resultados. El estudio de los hepatocitos de las ratas ancianas mostró hallazgos ultrastructuralmente compatibles con un incremento de la apoptosis, además de un incremento de la actividad de la caspasa3 (+86%). El análisis de los marcadores de la vía intrínseca de la apoptosis reveló un incremento significativo en la liberación de citocromo c desde la mitocondria (-47%) al citosol (+116%), junto con modificaciones en la expresión de la proteína anti-apoptótica Bcl-2 (-20%) y de la pro-apoptótica Bax (+20%). Todos estos efectos estaban relacionados con el incremento del estrés oxidativo detectado (TBARS +60%, GSSG/GSH +20%). Dichas modificaciones se revirtieron con la administración de melatonina vía oral. En el estudio de la vía extrínseca no se detectaron cambios ni en la actividad de la caspasa-8 ni el contenido de Fas-L en ninguno de los grupos. Conclusiones. En nuestro modelo in vivo de envejecimiento la apoptosis hepática es inducida por la vía intrínseca y la acción antiapoptótica de la melatonina parece relacionada con su capacidad antioxidante. LOS FLAVONOIDES QUERCITINA Y KAEMPFEROL REDUCEN LA EXPRESIÓN DE LA ENZIMA ÓXIDO NÍTRICO SINTASA INDUCIBLE Y LA FORMACIÓN DE ESPECIES REACTIVAS DE OXÍGENO Y NITRÓGENO EN CULTIVOS DE CÉLULAS ENDOTELIALES HUMANAS I. Crespo, M.V. García-Mediavilla, S. Sánchez-Campos, M. Almar, M.J. Tuñón y J. González-Gallego Instituto de Biomedicina. Universidad de León. El hígado es un órgano que, por su función fisiológica, está sometido a un alto grado de estrés oxidativo, y por tanto es frecuente que en él se produzcan fenómenos inflamatorios. Las células endoteliales juegan un papel preponderante en estos fenómenos produciendo mediadores de la inflamación tales como el óxido nítrico y otras especies reactivas de oxígeno (EROs) y nitrógeno (ERNs). Los flavonoides son moléculas que presentan una elevada capacidad antioxidante y una acción protectora en fenómenos inflamatorios. Objetivos. Evaluar los efectos de los flavonoles quercitina y kaempferol sobre la producción de EROs y ERNs, y sobre la expresión de la enzima óxido nítrico sintasa inducible (iNOS) en células endoteliales humanas tratadas con citoquinas proinflamatorias. Metodología. Se utilizaron células HUVEC tratadas con citoquinas proinflamatorias (TNF-alfa, IL-1beta e INF-gamma, 250 U/mL de cada una). Otro grupo de células fueron tratadas simultáneamente con las citoquinas (CK) y quercitina (Q) o kaempferol (K) (dosis 1, 5, 10 y 50 µM). Se emplearon como controles células sin ningún tipo de tratamiento. Transcurridas 24 horas se determinó mediante técnicas de citometría de flujo la producción de anión superóxido y la formación de otras EROs y de ERNs utilizando como fluoróforos DHE y DCFH-DA, respectivamente. Asimismo se determinó la expresión génica de iNOS por Western blot. Resultados. El tratamiento de las células HUVEC con las citoquinas indujo un incremento significativo de la producción de EROs y ERNs con respecto al grupo control (+211%) que se revertía parcialmente en las células tratadas con ambos flavonoides, en especial a las dosis más altas (K50: -145%; Q50: -112%, respecto a CK). Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 151 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 152 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Asimismo, se produjo un incremento en la producción de anión superóxido en las células tratadas con las citoquinas con respecto al grupo control (+103%) que se redujo tras el tratamiento con los flavonoides (K50: -34%; Q50: -61%, respecto a CK). La expresión de iNOS se incrementó un 160% en las células tratadas con las citoquinas, observándose una disminución dependiente de la dosis hasta alcanzar valores próximos al grupo control (K50:-39%; Q50:-44%). Conclusiones. Los flavonoides quercitina y kaempferol reducen en células endoteliales la producción de EROs y ERNs así como la expresión de la enzima iNOS inducidos tras tratamiento con citoquinas proinflamatorias, lo que refuerza el importante papel preventivo que pueden jugar estos flavonoles en los procesos que cursan con daño oxidativo/inflamatorio. Financiado por el Plan Nacional I+D. LA INFECCIÓN CON ADENOVIRUS RECOMBINANTES REDUCE LA SECRECIÓN DE APOPROTEÍNAS POR HEPATOCITOS EN CULTIVO L. Palacios, I. García-Arcos, Y. Rueda, O. Fresnedo y B. Ochoa Los adenovirus recombinantes se concentran rápidamente en el hígado tras su administración sistémica, por lo que se han considerado buenos candidatos para la trasferencia génica en este tejido. Su aplicación terapéutica requiere, entre otros estudios, un análisis detallado de los efectos del vector sobre las funciones de los hepatocitos. En este trabajo se analiza si la infección de hepatocitos de rata en cultivo afecta a su velocidad de secreción de apoproteínas. Para ello se generan dos construcciones adenovirales con capacidad de infección pero no de propagación; una porta un cDNA y la otra un fragmento del mismo cDNA pero en dirección antisentido. Testada la efectividad de estas construcciones se infectan hepatocitos de rata en cultivo primario. Se mide la cantidad de apoB48, apoB100, apoAI y apoE secretadas en la fracción de lipoproteínas de muy baja densidad (VLDL) y en la fracción de densidad 1,015 < d < 1,24 g/ml (HDL y VLDL densas) durante los 2 períodos de 24 horas siguientes a la infección, comparándose con las secretadas por hepatocitos sin infectar. Durante el primer período de 24 horas la infección provoca un descenso en la secreción tanto de apoE como del número de partículas de VLDL que contienen apoB48, sin afectar al número de VLDL que llevan apoB100. Las VLDL densas contienen sólo apoB48 y apoE y la cantidad de estas apoproteínas no se modifica; sin embargo, disminuye la cantidad de apoAI y por tanto de HDL secretadas. Durante el siguiente período de 24 horas se produce un drástico descenso de todas las apoproteínas encontradas en ambas fracciones, siendo más acusado en las de muy baja densidad. Pese a estos cambios la viabilidad celular no se ve afectada. Conclusiones. La infección de hepatocitos primarios con adenovirus recombinantes promueve un descenso en la secreción de apoE y de lipoproteínas, tanto VLDL como HDL, que se acentúa con el tiempo de cultivo. Financiado por el G.V. S-PR05UN01 y SA2005/00240 ALTERACIONES DEL SISTEMA COLINÉRGICO EN CIRROSIS HEPÁTICA M.S. García-Ayllón1, O. Caulí2, M.X. Silveyra1, R. Jover3, A. Candela4, A. Compañ4, R. Insausti5, Pérez-Mateo3, V. Felipo2 y J. Sáez-Valero1 1 Instituto de Neurociencias de Alicante, Universidad Miguel HernándezCSIC, San Juan de Alicante; 2Laboratorio de Neurobiología, Fundación Centro de Investigación Príncipe Felipe, Valencia; 3Departamento de Gastroenterología, Hospital General Universitario de Alicante, Alicante; 4 Departamento de Patología y Cirugía, Universidad Miguel Hernández, San Juan de Alicante; 5Departamento de Ciencias de la salud y CRIB, Facultad de Medicina, Universidad de Castilla-La Mancha. Albacete. En pacientes con cirrosis hepática y en el contexto de una mala función hepática pueden aparecer alteraciones neurológicas. Como ocurre en otros trastornos metabólicos y degenerativos del sistema nervioso central (SNC), en la encefalopatía hepática (EH) se encuentran afectados varios sistemas de neurotransmisores. Hasta la fecha exis- 152 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 ten pocos estudios que describan alteraciones del sistema colinérgico en complicaciones neurológicas derivadas de cirrosis. Los niveles correctos del neurotransmisor acetilcolina en el cerebro se mantienen gracias a la actividad de dos enzimas: la colinacetiltransferasa (ChAT), responsable de la síntesis de acetilcolina, y la acetilcolinesterasa (AChE) encargada de la inactivación rápida del neurotransmisor después de su liberación en las sinápsis colinérgicas. En este estudio hemos analizado la posible afectación del sistema colinérgico en ratas con ligadura del conducto biliar (LCB), un modelo animal que simula la cirrosis biliar primaria del humano, y en muestras de corteza de humano con EH obtenidas postmórten. En ratas LCB, la actividad específica de AChE mostró un incremento significativo del 20% en comparación con la obtenida en ratas control “sham” operadas. En cambio no se observó alteración de la actividad ChAT por la LCB. Este desbalance de enzimas colinérgicas es en parte responsable de la disminución del 50% en los niveles de acetilcolina en ratas LCB. Estudios mediante el test de evitación activa demostraron alteraciones en el modelo LCB. Cuando a las ratas LCB se les indujo hiperamoniemia por la ingesta de amonio (acetato de amonio) los resultados no difirieron de los obtenidos para LCB, y en animales no intervenidos quirúrgicamente y con hiperamoniemia inducida por dieta no se observó cambio alguno respecto a controles. Parece pues que el amonio no es un factor que contribuya en gran medida a las alteraciones del sistema colinérgico cerebral asociadas a cirrosis. En lo que respecta a humanos con EH, en extractos de corteza frontal se obtuvo un aumento del 30% en la actividad AChE sin variación en los niveles de ChAT. Estos resultados llevan a especular sobre una posible alteración en los niveles del neurotransmisor acetilcolina, responsable, en parte, del déficit cognitivo observado en pacientes con EH. Además también abre las puertas al posible uso en la terapia de EH de fármacos inhibidores de AChE, que restablezcan los niveles de acetilcolina, tal y como se están utilizando para la enfermedad de Alzheimer. ESTUDIO COMPARADO DEL EFECTO DE DISTINTOS FLAVONOIDES SOBRE LA FORMACIÓN DE ESPECIES REACTIVAS DE OXÍGENO Y NITRÓGENO Y EL ESTADO OXIDATIVO CELULAR EN UN MODELO DE INFLAMACIÓN IN VITRO EN CÉLULAS CHANG LIVER M.V. García-Mediavilla, S. Sánchez-Campos, I. Crespo, B. Gutiérrez-Fernández, P. González-Sevilla, M.J. Tuñón y J. González-Gallego Instituto de Biomedicina. Universidad de León. Los flavonoides poseen un gran potencial terapéutico en diversas patologías, incluyendo las enfermedades hepáticas. El efecto protector de estas moléculas se debe, en gran medida, a su capacidad antioxidante y antiinflamatoria, condicionada por su estructura química. Objetivos. Comparar, en un modelo de inflamación in vitro, los efectos protectores de quercitina, kaempferol, taxifolina y apigenina sobre la viabilidad celular, la producción de especies reactivas de oxígeno y nitrógeno y el estado oxidativo celular. Metodología. Se utilizaron células Chang liver tratadas con citoquinas proinflamatorias en presencia o ausencia de quercitina (Q), kaempferol (K), taxifolina (T) o apigenina (T) (5-50 mM). La formación de peróxido de hidrógeno, peróxidos orgánicos, y peroxinitritos, así como de óxido nítrico y anión superóxido, se estudió mediante citometría de flujo utilizando los fluoróforos DCFH-DA, DAF-2DA y DHE, respectivamente. Se utilizó la relación glutatión reducido/oxidado (GSH/GSSG) como marcador de estrés oxidativo. Resultados. Si bien el tratamiento con la mezcla de citoquinas no afectó a la viabilidad celular, la apigenina sí la disminuyó de forma dosis-dependiente respecto a control (A50: -35%). El tratamiento de las células con las citoquinas indujo un incremento de la fluorescencia DCF (+234%). Dicha inducción se redujo mediante el tratamiento con quercitina y kaempferol de forma dosis-dependiente (Q50: 30%; K50: -22%), incrementándose taxifolina y apigenina (T50: +64%; A50: +69%). La producción de anión superóxido también se incrementó tras el tratamiento con las citoquinas (+159%), reduciéndose con quercitina, kaempferol y taxifolina (Q50: -43%; K50: -43%; Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 153 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO T50: -44%). La formación de óxido nítrico aumentó con las citoquinas (+120%), se redujo al administrar quercitina y kaempferol (Q50: 18%; K50: -44%) y se incrementó con taxifolina y apigenina (T50: +48%; A50: +106%). El tratamiento con la mezcla de citoquinas provocó una disminución de la relación GSH/GSSG (-78%), que se revirtió parcialmente de forma dosis-dependiente por la quercitina y el kaempferol (Q50: +279%; K50: +113%) y de forma menos marcada por la apigenina (A50: +83%) y la taxifolina (T50: +31%). Conclusiones. Los flavonoides quercitina y kaempferol, similares estructuralmente, presentan un marcado efecto protector frente al daño oxidativo en nuestro modelo in vitro, disminuyendo la formación de las distintas especies reactivas de oxígeno y nitrógeno y recuperando el glutatión celular, mientras que la taxifolina y en mayor medida la apigenina parecen mostrar un cierto efecto prooxidante. *Financiado por el Plan Nacional I+D Posters cirrosis hepática y sus complicaciones CARACTERIZACIÓN DE BIOMARCADORES DE FIBROSIS HEPÁTICA EN ORINA L. Odriozola, E. Santamaría, J. Fernández-Irigoyen, J. Muñoz, L. Sesma, S. Beaumont, J. Prieto y F. Corrales Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), Pamplona, España. Las principales condiciones patológicas responsables de la progresión de la cirrosis y el hepatocarcinoma son las infecciones crónicas con los virus de la hepatitis B (HBV) y C (HCV), y la esteatohepatitis. A pesar de la diferente etiología, las enfermedades crónicas de hígado se caracterizan por el desarrollo de fibrosis hepática, una acumulación de matriz extracelular que conlleva la desorganización de la estructura hepática. Hoy en día el método utilizado para la caracterización de la fibrosis es la biopsia de hígado, sin embargo, ésta es una técnica invasiva que conlleva cierto riesgo, así como una gran variabilidad. Para identificar marcadores de fibrosis hepática en orina, hemos usado una combinación de electroforesis en dos dimensiones y espectrometría de masas. Se recogieron más de 50 mililitros de orina de controles sanos y pacientes con fibrosis y se almacenaron a −80°C hasta su utilización. Las muestras de centrifugaron para eliminar los materiales insolubles, se concentraron mediante ultracentrifugación y las proteínas se aislaron mediante precipitación. A partir de estas muestras, se obtuvieron geles 2D que permitían el análisis de más de 500 proteínas. De esta manera, se compararon las muestras de 6 controles y 11 enfermos de fibrosis en estado avanzado (F4 Metavir score), y se localizaron cuatro proteínas significativamente incrementadas en el 75% de los pacientes de fibrosis hepática. Estas proteínas se identificaron por nanoHPLC-ESI/MS/MS como uromodulina (regulador de la actividad de citoquinas circulantes), alfa-1-glicoproteína (involucrada en la reacción de fase aguda), proteína de unión a Mac2 (involucrada en la adhesión celular) y catepsina A (proteasa). EL GRADIENTE DE PRESIÓN VENOSA HEPÁTICA (GPVH) PREDICE LA DESCOMPENSACIÓN CLÍNICA (DC) EN PACIENTES CON CIRROSIS COMPENSADA C. Ripoll1,2, R. Groszmann1,2, G. Garcia-Tsao1,2, N. Grace3,4, A. Burroughs5, R. Planas6, A. Escorsell7, J.C. Garcia-Pagan7, R. Makuch2, D. Patch5, D.S. Matloff4, J. Bosch7 and the Portal Hypertension Collaborative Group 1 Veterans Affairs CT Healthcare System, West Haven, 2Yale University School of Medicine, New Haven, 3Brigham and Women´s Hospital, Boston, 4Faulkner Hospital, Jamaica Plain Mass, 5Royal Free Hospital and School of Medicine, London, 6Hospital Germans Trias i Pujol, Badalona, 7Hospital Clínic i Provincial de Barcelona. Introducción. La identificación de factores predictores de DC en pacientes con cirrosis compensada puede ser de utilidad ya que la aparición de descompensaciones va a determinar su supervivencia. El objetivo del estudio fue identificar factores predictores de DC en pacientes con cirrosis compensada incluyendo la presión portal determinada por el GPVH. Métodos. Se analizó una cohorte de 213 pacientes con cirrosis compensada sin varices incluida en un ensayo clínico diseñado para evaluar el uso de betabloqueantes en la prevención del desarrollo de varices (NEJM 2005;353:2254). A todos los pacientes se les realizo un estudio hemodinámico hepático basal con medición del GPVH. Los pacientes fueron seguidos cada 3 meses hasta a) el desarrollo de varices o hemorragia digestiva por varices, b) el fin del estudio (09/2002). Para nuestro estudio, completamos la información de la cohorte original de los pacientes para completar su seguimiento hasta 09-2002 mediante revisión de historias clínicas. La variable principal fue el desarrollo de DC que fue definida por la presencia de ascitis, encefalopatía hepática (EH) y/o hemorragia por varices (HV). Los pacientes que fueron trasplantados se censuraron en el momento del trasplante. Se elaboraron modelos de regresión de Cox para identificar los factores predictores de descompensación clínica. Se construyeron curvas ROC y curvas de supervivencia. Resultados. 62/213 pacientes (29%) desarrollaron DC: 44 (20,7%) ascitis, 7 (3,3%) HV; 18 (8,5%) EH. Diez pacientes fueron trasplantados y 12 murieron sin DC. La mediana de seguimiento fue 51,1 meses (rango 0-109). El GPVH basal fue de 11 mmHg (rango 625). En el análisis multivariante, se identificaron 3 factores predictores de DC: GPVH [HR: 1,11 (95% IC 1,05-1,17)]; MELD [HR: 1,15 (1,03-1,29)]; y albúmina [HR 0,37 (0,22-0,62)]. La capacidad diagnóstica del GPVH [estadístico C 0,71 (95% CI 0,64-0,78) fue mayor que la del MELD [0,64 (0,55-0,72)] y la puntuación de Child-Pugh [0,61 (0,52-0,7)]. Un valor de GPVH de 10 mmHg diferenció dos poblaciones con distinta incidencia de DC y con un valor predictivo negativo del 90%. Conclusiones. El GPVH, la puntuación MELD y la albúmina son factores predictores independientes de DC en pacientes con cirrosis compensada. Los pacientes con un GPVH< 10mmHg tienen un 90% de probabilidad de no desarrollar DC en un tiempo mediano de seguimiento de 4 años. DETECCIÓN DE EDEMA CEREBRAL DE BAJO GRADO EN PACIENTES CON ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA AGUDA M.J. Poveda1, A. Bernabeu2, E. Roa2, L. Concepción2, E. de Madaria1, P. Zapater3 y R. Jover1 1 Departamento de Gastroenterología. Hospital General Universitario de Alicante, 2Inscanner Resonancia Magnética. Hospital General Universitario de Alicante, 3Departamento de Farmacología Clínica. Hospital General Universitario de Alicante. Introducción. La encefalopatía hepática es una complicación frecuente de la cirrosis hepática. Recientemente se ha propuesto la implicación del edema cerebral de bajo grado como elemento clave en su fisiopatología Objetivos. El objetivo del estudio es valorar la existencia de edema cerebral en pacientes con encefalopatía hepática, utilizando para ello aplicaciones de la Resonancia Magnética Nuclear (RMN) y espectroscopia. Métodos. Se incluyeron 20 pacientes cirróticos hospitalizados con encefalopatía hepática aguda (EHA), a los que se realizó RMN con espectroscopia en el momento de la EHA. En un subgrupo de ellos (n = 5) se realizó el mismo estudio 5 días después de la resolución del episodio agudo (EH5). Además se incluyeron 18 controles (9 sanos y 9 cirróticos sin encefalopatía (CH)). En la RMN se determinaron, en la sustancia gris parietal, la tasa de transferencia de magnetización (MTR), cuyo descenso traduce un aumento del contenido en agua cerebral; y el coeficiente de difusión aparente (ADC), cuya variación apoya la existencia de edema cerebral. En la espectroscopia se determinaron niveles de glutamina y mio-inositol. Resultados. Se observa un descenso significativo de la MTR durante el episodio de EHA (EHA: 52,8 ± 3,3; CH: 57,8 ± 4,9; sano 59,1 ± 2,7; p < 0,05). No hay cambios significativos en MTR a los 5 días Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 153 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 154 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO del episodio de EHA. En cuanto al ADC, no se han encontrado diferencias entre los grupos de EHA, controles cirróticos y controles sanos. En cambio, se ha observado un descenso significativo en el ADC en sustancia gris a los 5 días respecto al inicio de la EHA (EHA: 1136 ± 138; EH5: 990 ± 147; p = 0,04), lo que sugiere la resolución de un edema vasogénico. Se observa una correlación significativa entre MTR y ADC en sustancia gris en pacientes con EHA. En el estudio espectroscópico, encontramos un aumento de glutamina en EHA (EHA 4.0; CH 2.8; sano 1,8; p = 0,0001) y un descenso de mio-inositol (EHA: 0,4; CH 0,3; sano 0,7; p = 0,02). Se observa una correlación significativa en pacientes con EHA entre MTR y glutamina (r –0,531) y entre ADC y glutamina (r –0,424). Conclusión. En el episodio de encefalopatía hepática aguda se observan signos de edema cerebral de bajo grado. Este edema ocurre en presencia de un aumento en la glutamina y un descenso en el mio-inositol intracerebral. El edema cerebral vasogénico inicia su resolución en los primeros días tras la desaparición de los síntomas de encefalopatía. Tabla: Probabilidad actuarial de hemorragia a los 4 a. RESPUESTA AGUDA A PROPRANOLOL Y RIESGO DE HEMORRAGIA POR HIPERTENSIÓN PORTAL Propósito. Conocer la evolución espontánea de la EHM, detectada mediante tests psicométricos (escala PHES) y de la medición de la frecuencia crítica de parpadeo (FCP). Pacientes y métodos. Incluimos 114 pacientes con cirrosis hepática y 103 controles estudiados en cuatro hospitales españoles. Se practicó estudio basal de función hepática (Child-Pugh y MELD), se midió la FCP (Hepatonorm ®, Freiburg, Alemania) y se realizaron los tests psicométricos (TCN-A, TCN-B, TSN, TPS, TLQ). Se realizó seguimiento clínico para valorar el desarrollo de EH, complicaciones (ascitis, hemorragia por varices o hepatocarcinoma) necesidad de trasplante y supervivencia, y a los 12 meses se repitió el estudio en una endocohorte de 60 pacientes que no desarrollaron complicaciones de la cirrosis. Consideramos MHE cuando el resultado de la batería PHES fue inferior a -4 puntos corregidos por las tablas de normalidad para la población española (http://www.redeh.org/). Consideramos FCP alterado si era inferior a 38 Hz. Resultados. La FCP fue significativamente más baja en pacientes con EHM que en cirróticos sin EHM o controles sanos. La FCP correlacionó con el PHES (r = 0,54; p < 0,001). Tanto la EHM (log-rank: 11,7; p < 0,001) como una FCP alterada (log-rank: 14,2; p < 0,001) se acompañaron de un riesgo aumentado de desarrollar EH en el seguimiento. En el análisis multivariado utilizando regresión de Cox la FCP alterada y el Child-Pugh B/C fueron las variables independientes asociadas con el riesgo de desarrollar EHM. El Child-Pugh fue la única variable que se asoció independientemente con la supervivencia. En la cohorte de 60 pacientes en los que se repitió el estudio, 33 pacientes estaban en Child A y 27 en Child B. Presentaban PHES alterados 18/60 (30%), FCP alterado: 21/60 (36%). En el segundo estudio presentaban PHES alterados (12/60 (20%) y FCP alterado 23/60 (38,3%). Desarrollaron EHM 7 pacientes y la EHM basal desapareció en 10 casos. No encontramos factores relacionados con la aparición de EHM (EH previas, Child, MELD, tamaño varices esófago-gástricas, etiología alcohólica, sexo). Conclusiones. Tanto la alteración de los PHES (EHM) como de la FCP predicen riesgo de EH clínica pero no supervivencia. En pacientes cirróticos compensados la EHM puede desaparecer espontáneamente en un tercio de los pacientes y aparecer en la cuarta parte de los pacientes sin EHM en un año de seguimiento. Estos datos sobre la evolución espontánea de la EHM, se han de tener en cuanta cuando se diseñen ensayos clínicos para el tratamiento de la EHM. Agradecimiento: Red EH G03/155, PI040384 V. la Mura, J.G. Abraldes, O. Retto, P. Bellot, S. Raffa, J.C. García-Pagán y J. Bosch Servicio de Hepatología. Hospital Clínic. Universidad de Barcelona. En pacientes con cirrosis tratados con beta-bloqueantes ± nitratos para prevenir la hemorragia por varices un descenso en el gradiente de presión venosa hepático (GPVH) de más del 20% o a < 12 mmHg se asocia con un menor incidencia de primera hemorragia o recidiva hemorrágica. Sin embargo, la evaluación de la respuesta al tratamiento farmacológico requiere la realización de dos cateterismos. El objetivo del presente estudio fue evaluar si la respuesta aguda del GPVH 20 min tras la inyección i.v. de propranolol en el estudio pre-tratamiento puede predecir el riesgo de hemorragia. Métodos. Se estudiaron retrospectivamente 97 pacientes consecutivos con cirrosis y varices esofágicas en los que se evaluó la respuesta aguda a propranolol (0,15 mg/kg) y que recibieron posteriormente tratamiento farmacológico para prevenir la hemorragia. El seguimiento fue de 4 años. Resultados. 26 pacientes desarrollaron hemorragia por hipertensión portal. Los criterios clásicos de respuesta al tratamiento farmacológico (descenso en el GPVH del 20% y/o a < 12 mmHg) aplicados a la respuesta aguda no tuvieron valor predictivo de hemorragia. El valor de respuesta aguda que mejor discriminaba el riesgo de hemorragia en el seguimiento fue 12,5%, por lo que este valor se utilizó para clasificar a los pacientes como respondedores (R; n = 58) o no respondedores (NR; n = 39). La probabilidad de presentar hemorragia por hipertensión portal a los 4 años fue 50% en los NR vs 22% en los R. En el análisis univariado el grupo de Child-Pugh, MELD, la presencia de signos rojos en las varices, antecedente de hemorragia por varices, tamaño de las varices y respuesta aguda a propranolol se asociaron significativamente con el riesgo de hemorragia. En el análisis multivariado el Child-Pugh, la presencia de signos rojos en las varices y la respuesta aguda a propranolol se asociaron de forma independiente con el riesgo de hemorragia. La curva ROC del modelo predictivo incluyendo estas variables mostró un AUC de 0,793, significativamente mejor que la de un modelo predictivo formado exclusivamente con Child-Pugh y signos de riesgo (AUC: 0,727; p = 0,038). Con estas tres variables se pudo clasificar a los pacientes en 8 categorías de riesgo (tabla). El valor discriminativo de la respuesta aguda a propranolol se limitó a los pacientes sin signos rojos (el 75% de los pacientes de nuestra muestra), cualquiera que fuese el grado de Child-Pugh. Conclusión. En pacientes sin signos rojos endoscópicos sobre las varices la respuesta aguda a propranolol permite identificar un subgrupo de pacientes con un riesgo especialmente alto de hemorragia a pesar de tratamiento farmacológico para prevenirla. El hecho que la evaluación de la respuesta aguda requiera un solo cateterismo podría mejorar la relación coste/efectividad de los estudios hemodinámicos. 154 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Child A No signos rojos Signos rojos Resp 0% 51% No Resp 39% 33% Child BC Resp No Resp 17% 58% 75% 100% EVOLUCIÓN ESPONTÁNEA DE LA ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA MÍNIMA D. Núñez, J. Córdoba, R. Jover, J. del Olmo, R. Rey, E. Madaria, C. Montoliu, M. Ramírez, M. Flavià, L. Company, J.M. Rodrigo, V. Felipo y M. Romero Gómez UGC Enfermedades Digestivas. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Servicio de Medicina Interna-Hepatología. Hospital Vall d’Hebrón. Barcelona. Servicio de Gastroenterología. Hospital General de Alicante. Alicante. Servicio de Hepatología. Hospital Clínico Universitario de Valencia. Laboratorio de neurociencias. Centro de Investigación Príncipe Felipe. Valencia. SOBRECARGA DE HIERRO E INCIDENCIA DE PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA EN PACIENTES CIRRÓTICOS CON ASCITIS A. Pardo, J. Ortega y E. Quintero Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario de Canarias. La Laguna. Tenerife. La sobrecarga de hierro produce diversas alteraciones inmunológicas (disfunción de macrófagos y neutrófilos, inhibición de la proli- Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 155 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO feración linfocitaria) que predisponen a la aparición de infecciones bacterianas. En otras situaciones, la ferritina sérica se ha mostrado como un factor predictivo de infecciones bacterianas. Este aspecto no ha sido estudiado en la cirrosis. Objetivo. Evaluar el valor de la ferritina sérica como variable predictiva de la aparición de peritonitis bacteriana espontánea (PBE) en pacientes cirróticos con ascitis. Pacientes y métodos. Se incluyeron de forma consecutiva (19982005), tras su ingreso hospitalario por primera descompensación ascítica a 177 pacientes cirróticos (edad media 59 ± 12 años) que fueron seguidos prospectivamente hasta la aparición de PBE o muerte (tiempo medio de seguimiento 24 ± 19 meses). En el momento de la primera valoración 29 pacientes (16%) eran Child-Pugh A, 108 (61%) Child-Pugh B y 40 (23%) Child-Pugh C. La etiología de la cirrosis fue alcohólica en 126 casos (71%). Se determinó la ferritina sérica en la primera valoración y semestralmente durante el seguimiento. Se definió hiperferritinemia como ferritina sérica superior a 500 ng/ml. Se evaluó la supervivencia libre de PBE mediante el método de Kaplan-Meier y se compararon las curvas de supervivencia entre pacientes con y sin hiperferritinemia (log-rank test). Se evaluaron las variables predictivas de aparición de PBE mediante el modelo de regresión de Cox. Resultados. 79 pacientes (45%) presentaban hiperferritinemia en el momento de la inclusión. Las puntuaciones medias de Child-Pugh (8,9 ± 1,8 frente a 7,8 ± 1,7; p < 0,001) y de MELD (7,56 ± 16 vs 6,51 ± 11; p < 0,01) fueron significativamente superiores a las obtenidas en pacientes sin hiperferritinemia. 43 pacientes (24%) presentaron PBE durante el seguimiento, con una incidencia significativamente superior en aquellos con hiperferritinemia (32% frente a 18%; p = 0,04). La supervivencia libre de PBE en el grupo con hiperferritinemia fue significativamente inferior a la observada en los pacientes sin hiperferritinemia (47 frente a 75 meses; log rank = 0,003). Estas diferencias en supervivencia se mantuvieron tras estratificar por índice de Child y por persistencia o no del consumo de alcohol durante el seguimiento. En el análisis de regresión de Cox, la concentración baja (< 1 g/dl) de proteínas en líquido ascítico, la puntuación del índice de MELD y la presencia de hiperferritinemia (RR 2,3 [IC 95% 1,2-4,2]; p = 0,008) se mantuvieron como factores predictivos independientes de la aparición de PBE durante el seguimiento. Conclusiones. La hiperferritinemia se asocia a una mayor probabilidad de aparición de PBE, que es independiente del grado de insuficiencia hepática y de la persistencia del consumo de alcohol. Estos resultados sugieren que la depleción de la sobrecarga de hierro podría incidir en el riesgo de aparición de PBE. CAPACIDAD PREDICTIVA DE LA RESPUESTA AGUDA A 3bBLOQUEANTES EN LA PROFILAXIS PRIMARIA DE LA HEMORRAGIA VARICOSA. RESULTADOS FINALES DE UN ESTUDIO PROSPECTIVO C. Aracil, A. Colomo, I. Ordás, C. Guarner, A. Gallego, X. Torras, C. Villanueva y J. Balanzo Unidad de Sangrantes. Servei Patologia Digestiva. Hospital Sant Pau. Barcelona. La respuesta al tratamiento farmacológico de la hipertensión portal, se considera adecuada cuando en el estudio control, efectuado 1-3 meses después del basal, el gradiente de presión portal (GPP) disminuye a < 12 mmHg o > 20%. En distintos estudios, se ha establecido solidamente que los respondedores tienen un bajo riego de hemorragia y mejor supervivencia. La identificación de los no-respondedores puede permitir un tratamiento de rescate. Sin embargo, el requerir una hemodinámica de control expone a un período de riesgo que podría obviarse y expone a un segundo estudio invasivo. El objetivo del presente estudio consistió en evaluar si la respuesta a la administración aguda de propranolol, en un único estudio hemodinámico, puede proporcionar información pronostica. Métodos. Se incluyeron 88 pacientes con cirrosis y varices esofágicas grandes, sin antecedentes de hemorragia previa. En todos ellos se efectuó un estudio hemodinámico con determinación del GPP. Tras las determinaciones basales se administraron 0,15 mg/kg i.v. de propranolol y se repitieron las determinaciones 20 minutos después. Posteriormente se inició tratamiento crónico con nadolol para la profilaxis de hemorragia varicosa y se efectuó un segundo estudio hemodinámico 1 a 3 meses después. Se definió como respuesta hemodinámica el descenso del GPP a < 12 mmHg o > 20% del basal. Se incluyeron 88 pacientes con cirrosis y varices esofágicas grandes, sin antecedentes de hemorragia previa. En todos ellos se efectuó un estudio hemodinámico con determinación del GPP. Tras las determinaciones basales se administraron 0,15 mg/kg i.v. de propranolol y se repitieron las determinaciones 20 minutos después. Posteriormente se inició tratamiento crónico con nadolol para la profilaxis de hemorragia varicosa y se efectuó un segundo estudio hemodinámico 1 a 3 meses después. Se definió como respuesta hemodinámica el descenso del GPP a < 12 mmHg o > 20% del basal. Resultados. Durante un tiempo de seguimiento medio de 36+/-27 meses, 14 pacientes (16%) presentaron hemorragia y 14 fallecieron. Treinta pacientes (34%) fueron respondedores a la administración aguda de b-bloqueantes. La probabilidad actuarial de hemorragia fue significativamente menor en los respondedores agudos que en los que no lo fueron (7% vs 23% a 30 meses, P = 0,01). La probabilidad de fallecimiento también fue significativamente menor en los respondedores agudos (7% vs 31% a 30 meses, P < 0,01). Se efectuó un segundo estudio hemodinámico para determinar la respuesta crónica al tratamiento en 60 pacientes, 18 de los cuales (30%) fueron respondedores crónicos. Se observó una correlación significativa entre las variaciones aguda y crónica del GPP con b-bloqueantes (r = 0,7, P < 0,001). Siete pacientes fueron respondedores agudos pero no crónicos. En 6 de ellos (86%) se observó un descenso del GPP del 10% al 20% en el estudio crónico. Empleando curvas ROC el descenso del GPP del 10% fue el mejor valor de corte para la predicción de hemorragia, tanto en el estudio agudo como en el crónico. Durante un tiempo de seguimiento medio de 36+/-27 meses, 14 pacientes (16%) presentaron hemorragia y 14 fallecieron. Treinta pacientes (34%) fueron respondedores a la administración aguda de b-bloqueantes. La probabilidad actuarial de hemorragia fue significativamente menor en los respondedores agudos que en los que no lo fueron (7% vs 23% a 30 meses, P = 0,01). La probabilidad de fallecimiento también fue significativamente menor en los respondedores agudos (7% vs 31% a 30 meses, P < 0,01). Se efectuó un segundo estudio hemodinámico para determinar la respuesta crónica al tratamiento en 60 pacientes, 18 de los cuales (30%) fueron respondedores crónicos. Se observó una correlación significativa entre las variaciones aguda y crónica del GPP con b-bloqueantes (r = 0,7, P < 0,001). Siete pacientes fueron respondedores agudos pero no crónicos. En 6 de ellos (86%) se observó un descenso del GPP del 10% al 20% en el estudio crónico. Empleando curvas ROC el descenso del GPP del 10% fue el mejor valor de corte para la predicción de hemorragia, tanto en el estudio agudo como en el crónico. Conclusiones. La evaluación de la respuesta a la administración aguda de b-bloqueantes, en un único estudio hemodinámico, puede proporcionar una información pronostica suficientemente válida en la profilaxis primaria de la hemorragia varicosa. La evaluación de la respuesta a la administración aguda de b-bloqueantes, en un único estudio hemodinámico, puede proporcionar una información pronostica suficientemente válida en la profilaxis primaria de la hemorragia varicosa. EL TRATAMIENTO CON LIGADURA DE VARICES ESOFÁFICAS COMPARADO CON LA ESCLEROSIS DISMINUYE LA MORTALIDAD A LAS 6 SEMANAS TRAS UN EPISODIO DE HEMORRAGIA POR VARICES S. Augustin1, L. Muntaner1, A. González1, E. Saperas2 y J. Gesnescà1 1 Medicina Interna-Hepatología Vall d´Hebron. 2Digestivo Vall d’Hebron. Objetivo. Identificar factores pronósticos de recidiva hemorrágica y muerte a las 6 semanas en pacientes cirróticos con hemorragia por Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 155 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 156 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO varices esofágicas, utilizando variables poco analizadas (edad, comorbilidades –HIV, EPOC-, grado de varices, MELD, etiología, tipo de tratamiento endoscópico). Pacientes y métodos. Se incluyeron de manera prospectiva 198 episodios consecutivos de hemorragia por varices esofágicas ingresados en la Unidad de Sangrantes de nuestro centro entre enero de 2001 y octubre de 2006. Realizamos una regresión logística uni y multivariante para identificar factores pronósticos de recidiva y muerte a las 6 semanas. Resultados. Se registraron 52 muertes (26%) y 46 recidivas hemorrágicas (24,5%). Excluyendo los 26 pacientes con hepatocarcinoma, la mortalidad bajaba al 21,5%. Fueron factores independientes de riesgo de recidiva a las 6 semanas la presencia de trombosis portal y la etilogía alcohol+VHC. Los factores asociados a mortalidad fueron: fallo de control de la hemorragia, hepatocarcinoma, infección durante el ingreso, recidiva a las 6 semanas y grado de varices. Excluyendo los pacientes con hepatocarcinoma, la puntuación de Child se asociaba de forma independiente a la mortalidad, mientras que el tratamiento mediante ligadura de varices en la fase aguda era un factor protector de muerte a las 6 semanas (OR 0,198, p = 0,03). De hecho, los pacientes tratados con ligadura presentaron una mortalidad a las 6 semanas del 10%, muy inferior al 28% de los pacientes tratados con esclerosis de varices (p = 0,02). Conclusión. Tras un episodio de hemorragia por varices esofágicas, además de los factores clásicos asociados a recidiva y muerte a las 6 semanas encontrados, nuestros datos sugieren que la ligadura de varices en la fase aguda disminuye la mortalidad a las 6 semanas comparado con la esclerosis. 1,21 (1,08-1,35), p = 0,0001]; sodio [HR 0,89 (0,8-0,97), p = 0,035]; albúmina [HR 0,47 (0,28-0,77), p = 0,003]; MELD [HR 1,094 (1,021,16), p = 0,004]; y GPVH [HR 1,071 (1,01-1,13), p = 0,018] se incluyeron en el análisis multivariante, excepto INR y bilirrubina por pertenencia al MELD. Se asociaron independientemente a primera descompensación: sodio [HR 0,88 (0,78-0,99), p = 0,04]; MELD [HR 1,073 (1,01-1,14), p = 0,026]; y GPVH [HR 1,069 (1,01-1,13), p = 0,03]. La probabilidad actuarial de primera descompensación en pacientes con GPVH < 10 fue de 3%-6%-12% a 1-2-3 años, frente al 14%-30%-50% en paciente con GPVH ≥ 10 [HR 4,47 (1,35-14,84), p = 0,0055]. El valor predictivo negativo para primera descompensación de un GPVH < 10 es 93,5%. Conclusión. 1) El GPVH, además de la puntuación MELD y el sodio sérico, es una variable predictiva independiente de primera descompensación en pacientes con cirrosis compensada por el virus C. 2) El riesgo de descompensación a 3 años en pacientes con GPVH < 10 mmHg es muy bajo. EL GRADIENTE DE PRESIÓN VENOSA HEPÁTICA ES UNA VARIABLE PREDICTIVA INDEPENDIENTE DE PRIMERA DESCOMPENSACIÓN EN PACIENTES CON CIRROSIS POR EL VIRUS C DE LA HEPATITIS Objetivos. La elastografía de transición permite cuantificar el grado de fibrosis hepática (FH) de manera no traumática. El objetivo de este estudio es evaluar la validez del FibroScan® (FS) para cuantificar el grado de FH independientemente de la etiología utilizando dos puntos de corte diferentes ya publicados. Pacientes y métodos. Se incluyeron 110 pacientes consecutivos sometidos a un biopsia hepática - BH (percutánea n = 109 o transyugular n = 1) por distintos motivos. Para estadificar el grado de fibrosis en las muestras histológicas se utilizó la clasificación de Scheuer. El estudio con FS se realizó el mismo día de la BH. Se evaluaron los parámetros de sensibilidad (S), especificidad (E), valores predictivos positivos y negativos (VPP y VPN, respectivamente) así como la razón de verosimilitud positiva (RVP). Resultados. La distribución por sexos fue: 60,4% H y 39,6% M. La mediana de edad fue de 47 años (rango: 21 - 74). Los motivos de petición de la BH fueron: VHC (n = 68; de los cuales VIH positivos n = 22), hepatopatía grasa (n = 13), en injerto (n = 26; de los cuales VHC n = 12), VHB (n = 7) y otras (n = 16). En 38 pacientes se encontraron 2 causas de hepatopatía y 3 etiologías en 2 de los casos. La medición de la elasticidad (EL) con el FS se logró obtener en 103 pacientes (93,6%) con una mediana de 5,85 kPa (rango: 2,9 – 54,3). El porcentaje de éxito en las 10 mediciones realizadas fue > 60% en 87 pacientes (83,6% de los casos en los que se pudo realizar el FS). Cuando se emplearon los puntos de corte publicados por Castera et al. para F≥ 2 y EL ≥ 7,1, los resultados de S, E, VPP, VPN y RVP fueron: 70,8%; 79,7%; 51,5%; 90% y 3,5 respectivamente. Para F≥ 3 y EL ≥ 9,5 KPa, los valores fueron: 83,3%; 86,8%; 45,4%; 97,5% y 6,3 respectivamente. Para F4 y EL ≥ 12,5 KPa, los resultados fueron: 75%; 87,8%; 20%; 98,9% y 6,2 respectivamente. Cuando se emplearon los puntos de corte publicados por Ziol et al. para F ≥ 2 y EL ≥ 8,8, los datos obtenidos fueron: 66,7%; 87,3%; 61,5%; 89,6% y 3,5 respectivamente. Para F≥ 3 y EL ≥ 9,6 KPa, los valores no se modificaron respecto a los obtenidos con el otro punto de corte para ese grado de fibrosis. Para F4 y EL ≥ 14,6 KPa, los resultados fueron: 75%; 92,9%; 30%; 99% y 10,6 respectivamente. Conclusión. El FS en un método simple para cuantificar el grado de FH independientemente de la causa de hepatopatía. Los parámetros de validez de la prueba son similares a los publicados previamente aunque la graduación de la FH se lleve a cabo con una clasificación diferente a la METAVIR. Los elevados resultados de E y VPN indican que se trata de una prueba muy útil para valorar el grado de FH. D. Rincón, O. Lo Iacono, A. Hernando, J. Gómez, M. Salcedo, M.V. Catalina, C. Sanz, G. Clemente, A. Matilla, O. Núñez y R. Bañares Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. Antecedentes. En pacientes con cirrosis por virus C, el desarrollo de la primera descompensación implica un cambio en la evolución de su enfermedad y un pronóstico significativamente peor. El gradiente de presión venosa hepática (GPVH) y el MELD son variables predictivas independientes de mortalidad en pacientes descompensados. Sin embargo, no se conocen con precisión las variables que predicen la primera descompensación. Objetivo. Determinar la capacidad del GPVH como variable predictiva de primera descompensación en pacientes con cirrosis por virus C. Métodos. Se incluyeron todos los pacientes con hepatitis crónica por virus C (HCC) que recibieron un estudio hemodinámico hepático (EHH) entre 1/2001-12/2005. Se definió primera descompensación como aparición de ascitis, hemorragia varicosa o encefalopatía en pacientes previamente compensados. Se realizaron análisis uni/multivariante para determinar las variables predictivas de primera descompensación. Resultados. 364 pacientes con HCC recibieron un EHH; se excluyeron 20 por carencia de seguimiento adecuado y 37 por ausencia de cirrosis. De los 307 pacientes finalmente incluidos, 145 (47%) estaban compensados en el momento del EHH, y 162 (53%) habían tenido descompensaciones previas. Los pacientes descompensados presentaron varices con mayor frecuencia (84% vs 34%, p = 0,0001), una puntuación MELD superior [14,4 (6,4) vs 9,8 (4,7), p = 0,0001] y un mayor trastorno hemodinámico [GPVH, 19,1 (5,3) vs 13 (6,3) mmHg, p = 0,0001; PAM, 81(17) vs 91(19) mmHg, p = 0,0001; GC 7,3 (2,1) vs 6,6 (1,9) L/min, p = 0,054]. Tras una mediana de seguimiento de 18,3 (1-96,2) meses, 28/145 (19,5%) pacientes compensados presentaron su primera descompensación: ascitis, 24 (86%); encefalopatía, 3 (11%); y hemorragia varicosa, 1 (3%). La probabilidad actuarial de descompensación fue de 12%-22%-37% a 1-2-3 años. Las variables asociadas a primera descompensación en el análisis univariante: INR [HR 4,49 (1,45-13,93), p = 0,005]; bilirrubina [HR 156 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 VALIDACIÓN EXTERNA DE LA ELASTOGRAFÍA DE TRANSICIÓN (FIBROSCAN®) PARA LA VALORACIÓN DE LA FIBROSIS HEPÁTICA DE DISTINTAS ETIOLOGÍAS J.C. Marín Gabriel1, J. de la Cruz Bértolo2, I. Fernández Vázquez1, A. Martín Algíbez1, R. Muñoz Gómez1, J.D. F. Colina Ruizdelgado3 y J.A. Solís Herruzo1 1 Servicio de Medicina de Aparato Digestivo. 2Unidad de Epidemiología Clínica. 3Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 157 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO ACTIVACIÓN DEL SISTEMA DEL COMPLEMENTO EN PACIENTES CON CIRROSIS Y ASCITIS EN RESPUESTA A LA PRESENCIA DE ADN BACTERIANO NUEVAS TÉCNICAS DE RESONANCIA MAGNÉTICA REVELAN HALLAZGOS COMPATIBLES CON ATROFIA CEREBRAL EN PACIENTES CON CIRROSIS R. Francés, J.M. González-Navajas, P. Zapater, C. Muñoz, R. Caño, S. Pascual, M. Pérez-Mateo y J. Such M.E. Baccaro1, M. Guevara1, B. Gómez-Ansón2, C. Testa3, A. Torre1, G. C Monté-Rubio2, M.N. Pépin1, M. Martín-Llahí1, C. Terra1, V. Arroyo1 y P. Ginès1 Unidad Hepática, Hospital General Universitario Alicante, España. La activación del Sistema del Complemento (SC) inicia una respuesta inmune inespecífica que incluye la opsonización y fagocitosis de bacterias. La proteína C3 es un factor predictivo del desarrollo de peritonitis bacteriana espontánea (PBE) en los pacientes con cirrosis. El SC puede ser activado por lipopolisacárido, pero se desconoce el comportamiento del SC en respuesta a otros antígenos como el ADN bacteriano (ADNbact) y a su posible variabilidad con respecto al tipo de bacteria origen (Gram+/-). Objetivo. Evaluar la activación de las proteínas del SC en respuesta a la presencia de ADNbact en suero y LA de pacientes con cirrosis y ascitis con cultivo negativo. Pacientes y métodos. Pacientes con cirrosis y ascitis con cultivo negativo fueron incluidos en el estudio. Los grupos I y II estuvieron formados por pacientes sin/con ADNbact, respectivamente, identificado por mediante broad-range PCR del gen 16SrRNA de procariotas y análisis por secuenciación. El grupo III incluyó pacientes con PBE y el grupo IV pacientes en DIS con norfloxacina. La activación del SC se puede evaluar mediante la degradación de sus componentes y el acúmulo de sus residuos truncados (C3b, C5a y complejo de ataque a membrana –CAM-). Su valoración en suero y LA se realizó mediante ELISA y se determinaron correlaciones entre grupos y muestras. Resultados. Las tablas 1A y 1B resumen los valores en suero y LA de pacientes distribuidos en los grupos de estudio. El análisis de los grupos II y III de acuerdo con la clasificación de Gram no reveló diferencias significativas para ninguno de los factores del SC (Tabla 2). Conclusiones. El ADNbact es capaz de inducir la degradación de proteínas del SC en pacientes con ascitis no infectada de forma independiente de endotoxina. La presencia de ADNbact en un subgrupo de estos pacientes causa una respuesta de este sistema similar a la observada en pacientes con PBE. Tabla 1A. Grupo I (n = 19) Grupo II (n = 16) Suero FA Suero FA C3b (µg/mL) 81,61 ± 24,11 89,47 ± 5,19 115,64 ± 21,06* 127,98 ± 22,81* CAM (ng/mL) 99,57 ± 25,83 98,71 ± 15,44 152,42 ± 37,76* 141,82 ± 34,54* C5a (ng/mL) 80,83 ± 24,34 87,97 ± 36,15 99,81 ± 24,02 110,18 ± 25,76 Valores expresados como media ± desviación estándar; *p < 0,05 comparado con el grupo I Unidad de Hepatología1 y Servicio de Radiología2. Hospital Clínic Barcelona. Centro S. Giovanni di Dio-Fatebenefratelli. Brescia3. La encefalopatía hepática se considera una alteración funcional y reversible de la función cerebral. Sin embargo, estudios anatomopatológicos y morfológicos mediante TAC cerebral sugieren que los pacientes con cirrosis presentan alteraciones orgánicas cerebrales consistentes en atrofia y alteraciones estructurales de las células cerebrales. No obstante, la localización e intensidad de estos posibles cambios estructurales cerebrales así como su posible relación con la severidad de la cirrosis no se ha investigado. En este estudio aplicamos técnicas de resonancia magnética (RM), que se han utilizado para evaluar enfermedades degenerativas (enfermedad de Alzheimer), a pacientes con cirrosis hepática. Se realizó una RM cerebral a 60 pacientes con cirrosis hepática en diferentes estadios de la enfermedad (19 Child A, 17 Child B y 24 Child C) y a 51 sujetos sanos pareados por edad y sexo. La imágenes se analizaron usando el método de Sienax, que es un método que cuantifica volúmenes cerebrales, y el método de morfometría basada en voxel (voxel-based morphometry -VBM-), que permite evaluar la pérdida de densidad de la sustancia blanca y gris en distintas áreas del cerebro. Los pacientes con cirrosis presentaron un volumen cerebral total significativamente inferior al de los sujetos sanos (1206 ± 72 vs 1273 ± 65, respectivamente; p < 0,001); además, los volúmenes de sustancia gris y blanca también fueron inferiores en los pacientes con cirrosis. El uso del VBM identificó áreas de disminución de densidad compatibles con pérdida de sustancia gris y blanca, en diversas zonas cerebrales, en particular el lóbulo frontal y occipital y el girus cingulado (Figura: RM de pacientes con cirrosis: las áreas de colores representan áreas de disminución de densidad). Estos cambios fueron más intensos en los pacientes con cirrosis alcohólica, aunque también estaban presentes en la cirrosis por virus de la hepatitis C, y se correlacionaron con la severidad de la cirrosis, estimada por la clasificación de Child-Pugh, y la encefalopatía hepática. En conclusión, la aplicación de técnicas avanzadas de RM revela la existencia de áreas cerebrales con disminución de densidad que se correlacionan con la etiología de la cirrosis, su severidad y la presencia de encefalopatía hepática. Estos hallazgos podrían ser relevantes en el conocimiento de los efectos de la cirrosis sobre la función cerebral. Tabla 1B. Grupo III (n = 9) Grupo IV (n = 9) Suero FA Suero FA C3b (µg/mL) 132,28 ± 41,24* 143,55 ± 37,73* 83,18 ± 15,39 94,97 ± 17,78 CAM (ng/mL) 150,70 ± 51,56* 141,70 ± 53,34* 96,88 ± 13,55 93,18 ± 20,32 C5a (ng/mL) 118,15 ± 28,77 118,58 ± 31,25 78,67 ± 21,58 85,54 ± 22,11 Valores expresados como media ± desviación estándar; *p < 0,05 comparado con el grupo I Tabla 2. Grupo II (ADNbact +) Grupo III (SBP) Gram – (15) Gram + (6) Gram – (7) Gram+ (2) Suero C3b (µg/mL) 115,26 ± 22,98 116,68 ± 17,53 123,57 ± 37,50 162,80 ± 52,75 Suero CAM (ng/mL) 148,51 ± 36,26 164,18 ± 45,42 144,98 ± 53,20 170,75 ± 57,06 Suero C5a (ng/mL) 96,43 ± 23,87 109,98 ± 24,74 114,93 ± 29,30 129,45 ± 33,87 FA C3b (µg/mL) 126,91 ± 22,82 130,95 ± 26,04 143,41 ± 36,27 142,30 ± 59,11 FA CAM (ng/mL) 147,32 ± 34,03 128,35 ± 37,41 156,35 ± 51,43 90,44 ± 11,79 FA C5a (ng/mL) 106,15 ± 19,12 122,28 ± 41,46 126,09 ± 31,18 92,32 ± 14,45 Valores expresados como media ± desviación estándar; FA: fluido ascítico. Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 157 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 158 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO EFECTOS AGUDOS DE ILOPROST SOBRE LA HEMODINÁMICA PULMONAR, ESPLÁCNICA Y SISTÉMICA EN PACIENTES CON HIPERTENSIÓN PORTOPULMONAR J.G. Abraldes1, J.C. García-Pagan1, M.T. Melgosa2, J.L. Valera2, P. Bellot1, J. Bosch1, R. Rodríguez-Roisin2 y J.A. Barberà2 Servicios de Hepatología1 y Pneumología2. Hospital Clínic. Barcelona. El uso de vasodilatadores para el tratamiento de la hipertensión porto-pulmonar se ve limitado por los efectos deletéreos de los vasodilatadores sobre la circulación sistémica de los pacientes con hipertensión portal. El tratamiento con iloprost (ILO, análogo estable de la prostaciclina) es eficaz en la hipertensión pulmonar primaria, mejorando los síntomas y la hemodinámica pulmonar. Su administración por vía endovenosa se asocia con descenso de la presión arterial sistémica, mientras que esto no es así cuando se administra por vía inhalatoria. Por ello, el ILO inhalado podría constituir un tratamiento eficaz y seguro en la hipertensión portopulmonar. En este estudio piloto se investigaron los efectos hemodinámicos agudos de ILO sobre la hemodinámica pulmonar, esplácnica y sistémica de pacientes con hipertensión porto-pulmonar. Métodos. En 10 pacientes con cirrosis e hipertensión porto-pulmonar (3 con shunt portosistémico) se realizaron mediciones basales de presión arterial pulmonar (PAP), gasto cardíaco y presión arterial sistémica basalmente y a los 15, 30, 45 y 60 minutos tras la administración por vía inhalatoria de 2,8 µg de ILO. En 5 pacientes se obtuvieron mediciones del gradiente de presión venosa hepático simultáneas. Resultados. La administración de ILO redujo significativamente la PAP y la resistencia vascular pulmonar. Estos efectos fueron máximos a los 15 min (PAP basal 47 ± 9 mmHg vs 40 ± 10 mmHg a los 15 min, p < 0,05), volviendo a los valores iniciales a los 60 minutos (45 ± 9 mmHg). No se observaron cambios significativos en el GPVH (basal: 17,8+4,3 mmHg vs 16,8+5,0 y 16,5+5,5 mmHg a los 30 y 60 min respectivamente; ns) ni en la presión arterial media (basal: 88 ± 27 mmHg vs 82 ± 12 y 84 ± 13 a los 30 y 60 min; ns). Conclusión. La administración por vía inhalatoria de Iloprost induce un efecto vasodilatador transitorio sobre la circulación pulmonar, sin efectos deletéreos sobre la circulación esplácnica y sistémica. RESULTADOS A LARGO PLAZO CON LOS TRATAMIENTOS ACTUALMENTE EMPLEADOS PARA LA PREVENCIÓN DE RECIDIVA HEMORRÁGICA POR VARICES C. Aracil, A. Colomo, I. Ordás, C. Guarner, J.M. López-Balaguer, J. Miñana, A. Gallego, X. Torras, C. Villanueva y J. Balanzo Unidad de Sangrantes. Servicio de Patología Digestiva. Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona. Después de un episodio de hemorragia aguda por varices esofágicas el riesgo de fallecer durante el primer año es del 33% al 57%, en pacientes no tratados. En los últimos años diferentes tratamientos como los B-bloqueantes asociados a nitratos, la ligadura sola o asociada a fármacos, y la DPPI, han demostrado ser eficaces en la prevención de recidiva hemorrágica durante un período de seguimiento de 2-3 años. Sin embargo, su eficacia a más largo plazo no ha sido suficientemente evaluada. El objetivo del presente estudio fue evaluar la influencia de estos tratamientos en el pronóstico a largo plazo tras un episodio agudo de hemorragia varicosa. Métodos. En todos los pacientes con hemorragia por varices esofágicas admitidos en nuestra Unidad durante los últimos 15 años, se inició tratamiento para la prevención de recidiva hemorrágica al 5º día de ingreso con B-bloqueantes+nitratos (43%), ligadura (22%), escleroterapia (9%) o la asociación de fármacos+ligadura (25%). Se realizaron visitas de seguimiento cada 4 meses. El seguimiento fue censurado 6 meses después de la última inclusión. Resultados. Se incluyeron un total de 400 pacientes con un seguimiento medio de 48 ± 40 meses, con edad media de 59 ± 12 años, 158 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 65% varones, 48% de etiología alcohólica y un 81% Child-Pugh B/C. A los 3 meses de seguimiento, un 49% fueron Child-Pugh B/C, un 52% desarrollaron ascitis y un 16%, hepatocarcinoma. Entre los alcohólicos, un 77% eran abstinentes. En 114/302 (38%) se objetivo un descenso del GPSH a < 12 mmHg o > 20% respecto el basal (respondedores hemodinámicos). La probabilidad de recidiva a 1,3,5,7 y 10 años fue del 30%, 39%, 47%, 49% y 54%, y la de fallecimiento del 21%, 40%, 52%, 61% y 68%, respectivamente. Tanto la probabilidad de permanecer sin recidiva como la de supervivencia fueron significativamente superiores en los respondedores que en los no-respondedores (73% vs 44% y 46% vs 23% a 10 años, respectivamente, P < 0,001 en ambos casos). El Child-Pugh a los 3 meses, la abstinencia del alcohol y la respuesta hemodinámica fueron predictores independientes de recidiva. Siendo la recidiva, Child-Pugh a los 3 meses, el GPSH a los 1-3 meses, la edad y el gasto cardíaco basal, predictores independientes de fallecimiento. Conclusiones. Con los tratamientos actualmente empleados en profilaxis secundaria, la probabilidad de recidiva es del 30% al año de seguimiento y aumenta </=5% anual hasta los 15 años de seguimiento. La probabilidad de supervivencia esperada mejora, siendo de 79%, 60% y 48% a 1, 3 y 5 años, respectivamente. La recidiva hemorrágica es un predictor independiente de supervivencia a largo plazo, siendo el Child-Pugh a los 3 meses, la respuesta hemodinámica y la abstinencia del alcohol predictores independientes de recidiva a largo plazo. LA EXPANSIÓN CON ALBÚMINA NO ES NECESARIA EN PACIENTES CIRRÓTICOS CON PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA SIN CRITERIOS DE RIESGO DE MORTALIDAD M. Casas1, G. Soriano1, E. Ayala1, C. Guarner Argente1, I. Ordás1, J. Mercé2, J. Balanzó1 y C. Guarner1 1 Unidad de Hepatología. Servicio de Patología Digestiva. 2Servicio de Bioquímica, Hospital de la Santa Creu i Sant Pau. Barcelona. La expansión con albúmina disminuye la incidencia de disfunción renal y la mortalidad en pacientes cirróticos con peritonitis bacteriana espontánea (PBE) seleccionados (edad < 80 años sin shock, hemorragia digestiva, tratamiento antibiótico previo, íleo, encefalopatía grado 3-4, nefropatía orgánica, creatinina > 265 mmol/l, insuficiencia cardíaca ni HIV) (Sort, NEJM 1999). Sin embargo, se ha sugerido que la albúmina no mejoraría el pronóstico en los pacientes con PBE y bajo riesgo de mortalidad (bilirrubina < 70 mmol/l y urea < 12 mmol/l). Objetivo. Determinar la incidencia de PBE con bajo riesgo de mortalidad en una serie no seleccionada de pacientes con PBE, así como la mortalidad en dichos pacientes y su relación con la expansión con albúmina. Pacientes y métodos. Se han analizado todos los episodios de PBE en pacientes cirróticos diagnosticados en el hospital durante el período 2000-2004 y se ha determinado la mortalidad de los pacientes con bajo riesgo de mortalidad. Resultados. Se identificaron un total de 125 episodios de PBE. Entre los 72 pacientes (57,6%) que presentaban criterios de alto riesgo de mortalidad (bilirrubina ≥ 70 mmol/l o urea ≥ 12 mmol/l) fallecieron durante el ingreso 32 (44,4%), mientras que entre los 53 pacientes (42,4%) con criterios de bajo riesgo fallecieron 5 (9,4%) (p < 0,001). No hubo diferencias en la mortalidad entre los pacientes de bajo riesgo que recibieron albúmina y los que no la recibieron (2/8, 25% vs 3/45, 6,6% (pNS)). Si en el grupo con bajo riesgo de mortalidad se excluyen los pacientes con criterios de exclusión del estudio de Sort, NEJM 1999, quedan 27 pacientes, de los cuales falleció sólo 1 (3,7%) de los 5 tratados con albúmina y ninguno de los 22 que no recibieron albúmina (p NS). Conclusiones. Los pacientes cirróticos con PBE y bajo riesgo de mortalidad (bilirrubina < 70 mmol/l y urea < 12 mmol/l) representan casi la mitad de los pacientes con PBE en una serie no seleccionada. Estos pacientes presentarían un buen pronóstico que no mejoraría con la expansión con albúmina. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 159 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO LA TRASLOCACIÓN BACTERIANA INDUCE LA SÍNTESIS DE CITOCINAS PROINFLAMATORIAS Y EMPEORA LA CIRCULACIÓN HIPERDINÁMICA EN PACIENTES CON CIRROSIS Y ASCITIS P. Bellot1, J.C. García-Pagán1, R. Francés2, J.G. Abraldes1, J.M. González-Navajas2, M. Navasa1, M. Pérez-Mateo2, J. Such2 y J. Bosch1 1 Laboratorio de Hemodinámica Hepática, Servicio de Hepatología, IMDIM, IDIBAPS Hospital Clínic de Barcelona. 2Unidad de Hepatología, Hospital General Universitario de Alicante. En pacientes con cirrosis hepática las infecciones bacterianas, debido al estímulo de citoquinas inflamatorias, ocasionan un deterioro de la hemodinámica sistémica y esplácnica. La traslocación de bacterias desde el intestino es un paso previo importante en el desarrollo de infección en pacientes cirróticos, si bien en la mayoría de las ocasiones son eliminadas por el sistema inmune sin que se desarrolle ésta. La presencia de fragmentos de ADN bacteriano (ADNbact) en ausencia de infección ha mostrado ser un marcador directo de traslocación bacteriana, además de ser capaz de provocar “per se” una respuesta inflamatoria. Objetivos. Investigar la relación entre traslocación bacteriana (estimada por la presencia de ADNbact en plasma), respuesta inflamatoria y alteraciones hemodinámicas sistémicas y hepáticas en pacientes cirróticos. Pacientes y métodos. Se incluyeron 59 pacientes con cirrosis sin evidencia de infección bacteriana activa (40 de ellos con ascitis), a los que se les realizó una determinación de ADNbact (broad-range PCR del gen 16S y posterior secuenciación de nucleótidos), determinación de nitratos y nitritos (NOx), factor de necrosis tumoral alfa (TNFα), lipopolisacharide binding protein (LBP), hemocultivos y estudio hemodinámico, con determinación del gradiente de presión venosa hepática (GPVH) y cateterismo cardiopulmonar. Resultados. 15 pacientes presentaron ADNbact en plasma (11 perteneciente a bacilos Gram– y 4 a bacterias Gram+) y en 44 la determinación de ADNbact fue negativa. Solo se detectó ADNbact en pacientes con ascitis. Por ello, el estudio se centró en los pacientes con ascitis ADNbact (+) (n = 15) y ADNbact (-) (n = 25). No existieron diferencias significativas entre ambos grupos en cuanto a la edad, sexo ni etiología de la cirrosis. El grado de insuficiencia hepática fue ligeramente mayor en los pacientes ADNbact (+) (MELD de 17 ± 4 vs 14,5 ± 4 puntos-; p = 0,072). Sin embargo, los pacientes ascitis ADNbact (+) tenían unos niveles de LBP y TNFα significativamente superiores que los pacientes ADNbact(-) (LBP = 92 ± 27 vs 57 ± 26 µg/mL; p = 0,007 y TNFα = 415 ± 116 vs 173 ± 70 µg/mL, p = 0,001). Ello se asoció con unos niveles más elevados de NOx (36,8 ± 11,3 vs 29,4 ± 12,7 µg/mL; p = 0,07). La presión arterial media y la resistencia vascular sistémica fue significativamente inferior en los pacientes ADNbact (+) con respecto a los ADNbact (-) (PAM = 74 ± 9 vs 86 ± 11 mmHg; p = 0,007 e IRVS = 1241 ± 442 vs 1537 ± 410 dyn*seg*m2*cm-5 respectivamente; p = 0,04); sin diferencias significativas en el gasto cardiaco, frecuencia cardiaca ni en GPVH. Los resultados fueron similares independientemente que el ADN fuera proveniente de gérmenes Gram– o Gram+. Conclusiones. Este estudio apoya la hipótesis de que en los pacientes cirróticos con ascitis, el paso de productos bacterianos desde el intestino a la circulación contribuye a agravar la vasodilatación sistémica probablemente a través de una activación de citoquinas inflamatorias y aumento del óxido nítrico. COMPARACIÓN PROSPECTIVA ENTRE LA ELASTOGRAFÍA, EL APRI Y LA PRUEBA DE FORNS PARA LA VALORACIÓN DE LA FIBROSIS EN PACIENTES CON SIGNOS HISTOLÓGICOS DE ENFERMEDAD GRASA DEL HÍGADO NO ALCOHÓLICA (EGHNA) J.C. Marín Gabriel1, J. de la Cruz Bértolo2, M. Pérez Carreras1, A. Martín Algíbez1, I. Fernández Vázquez1, R. Muñoz Gómez1, F. Colina Ruizdelgado3, G. López Alonso3 y J.A. Solís Herruzo1 1 Servicio de Medicina de Aparato Digestivo. 2Unidad de Epidemiología Clínica. 3Servicio de Anatomía Patológica. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid. Objetivos. La elastografía de transición permite cuantificar el grado de fibrosis hepática (FH) de manera no traumática. No se ha evalua- do si la presencia de EGHNA altera los datos que aporta la realización del FibroScan® (FS). El objetivo de este estudio es evaluar la utilidad del FS y de los marcadores bioquímicos más sencillos de aplicar en la práctica clínica para cuantificar el grado de FH en pacientes con EGHNA. Pacientes y métodos. Se incluyeron 111 pacientes consecutivos sometidos a una biopsia hepática percutánea (BHP) entre diciembre de 2005 y junio de 2006. De ellos, 47 (42,3%) presentaban cambios histológicos de EGHNA con o sin esteatohepatitis asociada. Para estadificar el grado de fibrosis en las muestras histológicas se utilizó la clasificación de Scheuer. El estudio con FS y la extracción de muestras séricas para los análisis bioquímicos se realizaron el mismo día de la BHP. La utilidad para detectar el grado de fibrosis mediante las pruebas no invasivas se estimó mediante el cálculo del área bajo la curva (ABC-ROC). Resultados. La distribución por sexos fue: 66% H y 34% M. La mediana de edad fue de 47 años (rango: 21 - 74). La mediana del índice de masa corporal (IMC) fue de 26,4 kg/m2 (rango: 14,6 – 41,5). El porcentaje de pacientes diabéticos fue del 8,5%. En el 42,6% de los casos la afectación era < 5% del parénquima, en el 36,2% de los pacientes alcanzaba entre el 5 y el 33%, en el 10,6% entre el 33 y el 66% y era masiva en el 8,5% de los casos. Se observaron signos histológicos de esteatohepatitis en el 55,3% de los casos. La distribución por grados de fibrosis evaluada por el estudio histológico fue: F0 en 17 pacientes (36%), F1 en 19 (40,4%), F2 en 5 (10,6%) y F3 en 3 (6,4%) y F4 en 3 (6,4%). La medición de la elasticidad (E) con el FS se logró obtener en 44 pacientes (93,6%) con una mediana de 5,85 kPa (rango: 2,9 – 26,6). Por grados de FH, la media de E y su DE fueron: 5,4 ± 2,6 kPa para F0; 6,5 ± 2 kPa para F1; 7,8 ± 2,9 kPa para F2; 10,2 ± 4,9 kPa para F3 y 18,1 ± 8,1 kPa para F4. El valor de la mediana del APRI fue de 0,49 (rango: 0,15 – 3,36). Con el test de Forns la mediana fue 5,15 (rango: -0,3 – 9,1). Las ABC-ROC para el FS, APRI y test de Forns fueron: 0,83, 0,74, y 0,69 respectivamente para F ≥ 2 (p = 0,01); 0,88, 0,84, y 0,73 respectivamente para F ≥ 3 (p = 0,02) y 0,97, 0,83, y 0,76 respectivamente para F4 (p = 0,003). Conclusión. El FS es un método simple para cuantificar el grado de FH en pacientes con esteatosis hepática. Su precisión diagnóstica fue superior a la obtenida cuando se utilizan como marcadores bioquímicos de FH el APRI o la prueba de Forns para cualquier grado de FH. CIRROSIS HEPÁTICA EN PACIENTES INFECTADOS POR VIH: ETIOLOGÍA, EPIDEMIOLOGÍA, EVOLUCIÓN CLÍNICA Y UTILIDAD DE LA ELASTOGRAFÍA DE TRANSICIÓN C. Castellares, P. Barreiro, A. Moreno1, A. Ruiz-Sancho, M. Romero1, S. Albertos1, J. García-Samaniego1 y V. Soriano Servicios de Enfermedades Infecciosas y 1Hepatología. Hospital Carlos III, Madrid. Introducción. La disminución de las entidades definitorias de SIDA por el uso de la terapia antiretroviral de gran actividad, y la elevada prevalencia de enfermedad hepática crónica en pacientes con infección por VIH, han tenido como consecuencia que la cirrosis hepática (CH) sea una de las causas principales de morbi-mortalidad en esta población. La elastografía de transición (FibroScan®; FS) es una técnica de imagen que permite evaluar la fibrosis hepática de manera no invasiva y cuya utilidad ha sido demostrada recientemente en la hepatitis crónica por VHC. Pacientes y métodos. Estudio trasversal que incluyó a todos los pacientes infectados por VIH atendidos en nuestro hospital a los que se realizó un FS desde septiembre de 2004 a junio de 2006. Se recogieron las variables demográficas, clínicas y los parámetros de laboratorio de la población analizada. El diagnóstico elastográfico de CH se definió por valores de FS > 12 Kpa (F4). Resultados. Se evaluó un total de 2.168 pacientes VIH+. De ellos 182 (9%) cumplieron criterios elastográficos de CH. La prevalencia de CH fue del 1% (12/1284) en pacientes monoinfectados por VIH, 7% (6/84) en HBsAg+; 19% (149/777) en antiVHC+ y 50% (9/18) Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 159 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 160 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO en pacientes con coinfección VHB/VHC. La principal causa de CH fue la infección por VHC (83%) Los pacientes con cifras de CD4 < 200 células/ml presentaron CH en mayor proporción que los que tenían recuentos superiores a 200 (18 vs 12% [p < 0,05]). Todos los pacientes cirróticos VHB+ recibían tratamiento con LAM+TDF y el 75% de los pacientes cirróticos VHC+ habían sido tratados previamente. La prevalencia de eventos clínicos relacionados con la cirrosis fue: varices esofágicas: 60%, ascitis 22%, hemorragia por varices 12%, y encefalopatía 12%. El estadio de la enfermedad hepática según la clasificación de Child-Pugh se distribuyó de la siguiente manera: A 67%, B 27% y C 4%. Los siguientes valores de FS se asociaron con el riesgo de varices esofágicas: 20 Kpa (79% sensibilidad, 68% especificidad); encefalopatía: 33 Kpa (80% sensibilidad y especificidad); Child B: 20 Kpa (75% sensibilidad, 50% especificidad); Child C: 60 Kpa (67% sensibilidad, 96% especificidad). La incidencia anual de muerte entre los pacientes cirróticos fue del 7,5% al año. Conclusiones. La CH tiene una prevalencia del 9% en los pacientes VIH+ y es especialmente frecuente en los pacientes coinfectados por VHC y/o múltiples virus hepatotropos. La hepatitis crónica por VHB no parece incrementar el riesgo de CH probablemente por el empleo de tratamiento antiviral con actividad antiVHB. El hallazgo de valores de FS> 20 Kpa puede ser útil para identificar a los pacientes cirróticos VIH+ subsidiarios de profilaxis primaria de hemorragia por varices esofágicas. ANÁLISIS EX-VIVO DE LA CAPACIDAD DE RESPUESTA A ENDOTOXINA DE LOS LEUCOCITOS POLIMORFONUCLEARES EN PACIENTES CIRRÓTICOS. CORRELACIÓN CON LA EVOLUCIÓN CLÍNICA A.R. Guerra, F. Casafont, M. Cobo, A. Estébanez y F. Pons Romero Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. Santander. En los pacientes con cirrosis hepática es frecuente la translocación de endotoxinas bacterianas desde el lumen intestinal. En respuesta los PMNs generan la proteína BPI, que presenta una elevada afinidad por la endotoxina (LPS) y es capaz de neutralizar sus efectos pro-inflamatorios. Si bien en estudios previos hemos observado que un número significativo de pacientes cirróticos son capaces de generar BPI, existe un subgrupo en los que no se detectan niveles elevados de esta proteína. Para intentar dilucidar si la falta de respuesta puede deberse a una disfunción leucocitaria nos hemos propuesto. Objetivo. Valorar ex-vivo la capacidad de generar BPI, por parte de los PMNs de pacientes cirróticos, en respuesta al estímulo con endotoxina. Analizar su correlación con la evolución clínica. Pacientes. Se seleccionó un grupo de 14 enfermos cirróticos cuyo nivel in vivo de BPI fue similar al de los individuos sanos (pacientes 6,93 ng/ml; controles 10,50 ng/ml). 10 sujetos sanos fueron tomados como control. Métodos. Se extrajeron muestras de sangre de cada paciente en tubos libres de pirógeno. En un sistema ex-vivo de sangre total se valoró la capacidad de los PMNs de liberar BPI en presencia de distintas concentraciones de LPS tras una incubación de 5 horas. La cantidad de BPI liberada al medio se determinó mediante ELISA. Durante el seguimiento del paciente se analizó una variable compuesta que incluía fallecimiento o reingreso por causas relacionadas con la hepatopatía. Resultados. La liberación de BPI por parte de los leucocitos de los sujetos controles aumentó de forma proporcional al tiempo de incubación y a la concentración de endotoxina utilizada. Al cabo de las 5 horas de incubación destacaron dos grupos de pacientes: en 7 de ellos se apreciaron niveles de BPI similares a los de los controles sanos (pacientes 136,2 ng/ml vs controles 115,5 ng/m; p = 0,28). Por el contrario en otros 7 pacientes se observó una menor respuesta a este estímulo, con una producción de BPI significativamente inferior (38,8 ng/ml) a la de los controles (115,5 ng/ml); p < 0,01. Durante el período de seguimiento (4,9 ± 1,9 meses) todos los 160 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 pacientes que presentaron una menor respuesta al test ex-vivo requirieron nuevos ingresos o fallecieron. Por el contrario solo dos de aquellos con una respuesta adecuada ex-vivo tuvieron esta evolución (p = 0,01). Estos datos sugieren la existencia de enfermos cirróticos con una disfunción leucocitaria que se traduce en una inadecuada liberación de BPI en presencia de endotoxina en los estudios ex-vivo. Además se ha observado que esta disfunción leucocitaria guarda relación con la evolución clínica, por lo que pudiera ser de utilidad para identificar un subgrupo de pacientes con peor pronóstico. EFECTO DE LAS FLEBOTOMÍAS EN LA RESISTENCIA INSULÍNICA EN LOS PACIENTES CON SOBRECARGA DE HIERRO M. Vázquez Romero1, A.P. Giménez2, M. Matíes Prats2, J.R. Foruny Olcina1, M. Rodríguez Gandía1 y D. Boixeda de Miquel1 1 Gastroenterología. 2Bioquímica Clínica. Hospital Ramón y Cajal (Madrid). Introducción. Una de las medidas terapéuticas más eficaces para el manejo de las situaciones de sobrecarga de hierro consiste en la realización de flebotomías periódicas habiéndose propuesto que además podrían mejorar la resistencia insulínica que frecuentemente ocurre en estos pacientes. Objetivo. Valorar la eficacia de las flebotomías terapéuticas en la evolución de la resistencia insulínica en un grupo de pacientes con sobrecarga de hierro. Material y métodos: Se estudiaron prospectivamente 223 pacientes con sobrecarga de hierro (48 con hemocromatosis hereditaria y 175 con hemosiderosis secundarias). Inicialmente en cada paciente se determinaron los parámetros bioquímicos relacionados con el hierro, así como las pruebas de función hepática. Asimismo, en 103 de ellos se determinaron la glucemia y la insulinemia para el cálculo posterior de los tests de resistencia insulínica: HOMA: [insulina (mUI/l) x glucosa (mmol/l)] / 22,5 QUICKI: 1 / [log10 (insulinemia) – log10 (glucemia)] Tras realizar 10-20 flebotomías bisemanales, se determinaron los mismos parámetros. Los datos se procesaron con el programa SPSS 11.0. Se compararon los resultados pre y post-flebotomías de cada paciente con el t-test para datos pareados y se consideró significativa una p < 0,05. Resultados. 155 pacientes eran varones (69,5%) y 68 mujeres (30,5%), siendo la edad media de 45,5 (± 13,8) años. Se valoraron las diferencias pre y post-tratamiento observándose descensos estadísticamente significativos en las cifras de hierro sérico (p < 0,001), índice de saturación de transferrina (p < 0,001), ferritina sérica (p < 0,001), GPT (p = 0,004) y fosfatasa alcalina (p < 0,001), sin objetivarse descensos significativos en otros parámetros analíticos como glucemia, colesterol, triglicéridos, GGT, GOT y bilirrubina. Sin embargo, no se detectaron descensos estadísticamente significativos de los índices de resistencia insulínica HOMA y QUICKI (tabla1). Tabla 1: Índices HOMA y QUICKI pre y post-flebotomías Parámetro analítico Diferencia pre/post Índice QUICKI -0,01 (dt: 0,03) Índice HOMA -0,13 (dt: 1,9) NS: No significativa / dt: Desviación típica. Significación estadística NS NS Conclusión: Como ya es sabido, en las situaciones clínicas de sobrecarga de hierro la realización de un número moderado de flebotomías mejora de forma precoz y evidente los parámetros del hierro e induce asimismo una mejoría en las pruebas de función hepática, pero sin embargo no se ha podido observar dicho efecto con respecto a la resistencia insulínica. Posiblemente sea necesario realizar estudios con tratamientos más prolongados y con distintos subgrupos de pacientes en función de su situación metabólica basal. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 161 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO RESULTADOS DE LA DERIVACIÓN PORTOSISTÉMICA INTRAHEPÁTICA NO RECUBIERTA EN LA CIRROSIS Y SÍNDROME DE BUDD-CHIARI. NECESIDAD DE UN SEGUIMIENTO HEMODINÁMICO ESTRECHO M. Cabanillas1, J.M. Pascasio1, J. Peiró2, J.M. Sousa, A. Iglesias2, M. Sayago1, A. Garrido1, T. Ferrer1, S. Aoufi1, A. Talegón2 y J.L. Márquez1 1 Aparato Digestivo. 2Radiodiagnóstico. H.U. Virgen del Rocío. Sevilla. Objetivos. Analizar los resultados de la derivación portosistémica intrahepática (DPSI) no recubierta en pacientes con cirrosis (CI) y síndrome de Budd-Chiari (SBC). Métodos. 32 pacientes (29 CI, 3 SBC) a los que realizó DPSI. Se realizó ecografía-doppler (ECO) cada 3 meses y estudio hemodinámico (HEM) cada 6 meses o ante recurrencia clínica o sospecha ecográfica de disfunción (DF) de la DPSI. Se analizaron: indicaciones, morbimortalidad temprana (6 semanas) y en el seguimiento hasta la muerte, trasplante hepático o última revisión. Se valoró la presencia de DF ecográfica y hemodinámica de la DPSI y la necesidad y tipo de tratamiento. Resultados. Edad: 53 ± 14 años. Sexo: Hombres (72%). Seguimiento (mediana): 396 días (14-1117). Indicaciones-DPSI: Hemorragia digestiva (HD), 20 casos (19 CI, 1 SBC); Ascitis/Hidrotórax (A/H), 10 casos (8 CI, 2 SBC); Otras, 2 casos. Se controló la HD en el 100% de los casos y recurrió en 5 (4 CI, 1 SBC) (25%). La DPSI eliminó la necesidad de para/toracocentesis en el 80% de los casos con A/H (75% en CI; 100% en SBC). Fallecieron 6 pacientes (19%), todos CI y 3 en fase temprana. El 59% tuvo complicaciones tempranas, más frecuentes en el grupo de A/H que en HD (70 vs 20%; p = 0,012): encefalopatía (40 vs 10%; p = 0,076), disfunción hepática (50 vs 10%; p = 0,026), insuficiencia cardíaca (30 vs 0%; p = 0,030). En el seguimiento, la encefalopatía (57 vs 30%) y la ascitis (87 vs 55%) tendieron a ser más frecuentes en el grupo de A/H (p = ns). No hubo diferencias en la supervivencia entre ambas indicaciones de DPSI, si bien la mortalidad temprana sólo ocurrió en la A/H (20 vs 0%). Se realizaron 59 HEM, detectando DF en 40 (68%), de los que el 27% (11/40) presentaban recurrencia clínica. La DF fue tratada eficazmente mediante angioplastia en 36 (90%) y con nueva DPSI en 4 (10%). La ECO detectó el 27% de los casos de DF. Tasas similares de DF se observaron en los primeros 6 meses: ECO (30%), HEM (74%). Conclusiones. 1) La HD constituyó la principal indicación de la DPSI, consiguiendo un excelente control de la misma, con una aceptable tasa de recurrencias que siempre pudieron ser tratadas. 2) Se controló la A/H en el 80% y, aunque la mayoría desarrolló ascitis en algún momento del seguimiento, no requirieron paracentesis. 3) Los pacientes con A/H presentaron mayor morbimortalidad temprana y tendieron a desarrollar más complicaciones en el seguimiento posterior, por lo que la indicación de DPSI ha de hacerse con cautela. 4) La precoz y frecuente detección de DF obliga a un seguimiento temprano y estrecho. 5) La ECO mostró pobre sensibilidad para la detección de DF, lo que hace necesario un seguimiento hemodinámico precoz y frecuente para detectar DF parcial, tributaria de tratamiento angioplástico, que reduzca el riesgo de obstrucción completa de la DPSI y de recurrencia clínica. LA MODULACIÓN DE LA TRASLOCACIÓN BACTERIANA MEDIANTE ANTI-TNF-ALFA EN RATAS CON CIRROSIS Y ASCITIS NO SE OBSERVA EN ANIMALES TRATADOS CON INMUNOGLOBULINA G INESPECÍFICA R. Francés, M. Chiva, E. Sánchez, J.M. González-Navajas, T. Llobet, P. Zapater, G. Soriano, C. Muñoz, J. Balanzó, M. Pérez-Mateo, X. Song, C. Guarner y J. Such Unidad Hepática. Hospital General Universitario. Alicante, España. Unidad Hepática. Hospital de la Sta. Creu i St. Pau. Barcelona, España. Centocor R & D, Inc., Malvern, USA. La traslocación bacteriana (TB) induce un incremento de los niveles de factor de necrosis tumoral alfa (TNFa) que a su vez puede facilitar nuevos episodios de TB. Nuestro grupo ha demostrado previa- mente que la administración de anti-TNFa reduce significativamente la incidencia de TB en el modelo experimental de cirrosis inducida por tetracloruro de carbono (CCl4). Desconocemos si este efecto es secundario a la capacidad inmunogénica intrínseca de la Inmunoglobulina o a su efecto anti-TNFa. Objetivo. Evaluar la especificidad del tratamiento con anticuerpo anti-TNFa monoclonal comparando sus efectos con los del tratamiento con IgG inespecífica. Animales y métodos. 28 ratas Sprague-Dawley con cirrosis inducida por administración de CCl4 y presencia de ascitis fueron tratadas con anti-TNFa (15 mg/kg ip los días 0 y 4) (Grupo I), e inmunoglobulina G (IgG2a) (Grupo II) como control en las mismas dosis. 10 días después del inicio del estudio se practicó una laparotomía en condiciones estériles obteniendo muestras de ganglios linfáticos mesentéricos, hígado, bazo, líquido ascítico y pleural, y sangre de cava para su cultivo. Se determinaron los niveles en sangre de TNFa y sus receptores solubles del TNFα, p55 y p75 mediante ELISA. Resultados. La incidencia de TB en el grupo I (n = 11) fue del 9% mientras que en el grupo II (n = 9) fue del 55,5% (p < 0,05). Los valores basales de TNFa y sus receptores en los dos grupos resultaron similares y fueron significativamente superiores en el curso de la laparotomia en la mayoría de los casos (Tabla1). Los cultivos realizados mostraron dentro del grupo I: 1 rata con E coli en GLMs; y dentro del grupo II: 3 animales con E coli en GLMs, 1 rata con e coli en líquido pleural y 1 rata con enterococcus en líquido pleural. Conclusiones. EL tratamiento con anti-TNFa reduce específicamente la TB a través de su porción Fab’, ya que la IgG control no lo consigue. El aumento en los niveles de TNFa se deben a una cinética de aclaramiento más lenta de los inmunocomplejos TNFa-antiTNFa y a la incapacidad del ELISA de distinguir entre TNFa libre (activo) y unido al anticuerpo (inactivo). La presencia continuada de TNFa en el medio aumenta la expresión de sus receptores p55 y p75, independientemente del tratamiento utilizado. Tabla 1. Grupo I (n = 11) Grupo II (n = 9) Paracentesis Laparotomía TNF alpha (pg/mL) 9,93 ± 12,02 47,66 ± 71,14 p55 (pg/mL) 134,23 ± 35,73 791,52 ± 508,80 p75 (pg/mL) 1457,35 ± 423,05 1863,40 ± 485,43 TNF alpha (pg/mL) 17,76 ± 11,46 22,66 ± 11,76 p55 (pg/mL) 133,50 ± 36,42 621,27 ± 63,45 p75 (pg/mL) 1310,38 ± 500,16 1870,63 ± 480,22 p < 0,05 < 0,01 < 0,05 ns < 0,01 ns IMPORTANCIA DE LA PRESENCIA DE ANTICUERPOS ANTINUCLEARES ESPECÍFICOS EN LA GRAVEDAD Y CURSO DE LA CIRROSIS BILIAR PRIMARIA A. Parés1, C. Liaskos2, D.P. Bogdanos2*, Ll. Caballería1, G. Norman3, D. Vergani2 y J. Rodés1 1 Unidad de Hepatología, Institut de Malalties Digestives Hospital, Clínic, IDIBAPS, Barcelona, España. 2Institute of Liver Studies, King’s College London School of Medicine at King’s College Hospital, London, Gran Bretaña. 3Inova Diagnostics, San Diego, EUA. Introducción y objetivos. La cirrosis biliar primaria (CBP) se caracteriza por la presencia de anticuerpos antimitocondriales (AMA) frente al complejo de la 2-oxoácido deshidrogenasa (M2), anticuerpos antinucleares (ANA) con un patrón en anillo (PA) dirigidos frente al antígeno del poro nuclear (gp210) y anticuerpos con patrón tipo moteado nuclear múltiple (PMN) frente al antígeno sp100. Debido a que se ha sugerido que la presencia de estos anticuerpos antinucleares pueden estar relacionadas con la gravedad y un peor pronóstico de la CBP, se ha evaluado la prevalencia y significado clínico de estos anticuerpos antinucleares específicos en una serie de 170 pacientes con CBP (160 mujeres, edad 59,2 ± 12,2 años). Métodos. Se determinó la presencia de AMA y ANA por inmunofluorescencia indirecta (IIF). Los AMA también se evaluaron mediante ELISA utilizando un antígeno M2 (Inova Diagnostics). Los subtipos de ANA se analizaron en células Hep-2 y mediante ELISA para detectar ANA anti-gp210 y sp100. Todos los pacientes seguían Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 161 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 162 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO tratamiento con ácido ursodesoxicólico (15 mg/kg/d), y se monitorizaron los cambios clínicos, bioquímicos y inmunológicos en el momento del diagnóstico y durante el curso de la CBP. Resultados. 155 pacientes tenían AMA por IIF y/o ELISA. 13 pacientes (8%), y 41 pacientes (41%) mostraban el PA o PMN, respectivamente, incluyendo dos casos con doble positividad. 19 pacientes (11%) tenían anti-gp210, y 34 pacientes (20%) anti-sp100. No se observaron diferentes especificidades antinucleares según la presencia de AMA. Los niveles basales de fosfatasa alcalina (865 ± 500 vs 591 ± 462 u/l, p = 0,016), bilirrubina (1,3 ± 0,8 vs 0,82 ± 0,5 mg/dl, p < 0,001), e índice de riesgo de Mayo (4,55 ± 0,99 vs 4,12 ± 0,78, p = 0,038) fueron más elevados en los pacientes con anti-gp210. La presencia de estos anticuerpos no se relacionó con el curso de la CBP (supervivencia, trasplante hepático o mortalidad), ni con la gravedad histológica. En comparación a los pacientes ANA negativos, los pacientes con un PA y/o anti-gp210 (n = 27) tuvieron unos niveles más altos de fosfatasa alcalina al inicio (p = 0,04) y al año (p = 0,026), y de bilirrubina basal al inicio (p < 0,001). La existencia de ANA con PMN y/o anti sp100 no se relacionaron con la gravedad ni con el curso de la enfermedad. Conclusión. La presencia de anticuerpos antinucleares específicos de la CBP con patrón en anillo y/o anti-gp210 están asociados con la gravedad en el momento del diagnóstico, pero no permiten predecir el curso de la enfermedad. INFECCIONES BACTERIANAS POR ESCHERICHIA COLI CON BETALACTAMASAS DE ESPECTRO AMPLIADO (BLEA) EN PACIENTES CIRRÓTICOS. INCIDENCIA Y FACTORES PRONÓSTICOS O. García, C. Rodríguez, J. Fernández, M. Navasa, P. Ginès y V. Arroyo IMDiM, Hospital Clínic Barcelona. Las infecciones bacterianas causadas por enterobacterias resistentes a antibióticos β-lactámicos constituyen un problema emergente en la población general. Su incidencia y factores pronósticos son desconocidos en pacientes cirróticos. Métodos. Estudio prospectivo que evaluó todas las infecciones bacterianas producidas durante 1 año en una serie consecutiva de pacientes cirróticos ingresados en una Unidad de Hepatología. Resultados. Se produjeron 161 infecciones bacterianas en 140 pacientes cirróticos (73% de origen comunitario). Las infecciones más frecuentes fueron la peritonitis bacteriana espontánea (45%), las infecciones urinarias (15%) y las neumonías (11%). Un 49% de las infecciones con cultivo positivo fueron causadas por bacilos gramnegativos y un 44% por cocos gram-positivos. De los 28 Escherichia coli aislados en el estudio, 10 (36%) poseían betalactamasas de espectro ampliado, siendo responsables del 6% del total de las infecciones (5 peritonitis bacterianas espontáneas, 2 bacteriemias espontáneas, 2 infecciones urinarias y 1 neumonía). El origen intrahospitalario de la infección (14% versus 3%; p = 0,03), un ingreso hospitalario reciente (16% versus 2%; p = 0,001) y la administración previa de antibióticos beta-lactámicos (24% versus 2%, p = 0,0001) constituyeron factores predictores del desarrollo de infecciones por E. coli BLEA en el análisis univariado. Conclusiones. La incidencia de infecciones bacterianas causadas por E. coli BLEA sigue siendo baja en pacientes cirróticos. Sin embargo, su incidencia en infecciones nosocomiales en pacientes con ingresos previos recientes o tratados recientemente con antibióticos beta-lactámicos es elevada, por lo que en este subgrupo de riesgo el tratamiento antibiótico empírico debería incluir un antibiótico carbapenémico. INFLUENCIA DE LA DESNUTRICIÓN EN LA APARICIÓN DE COMPLICACIONES Y MORTALIDAD EN PACIENTES CIRRÓTICOS M. Castellanos Fernández, S. Santana Porben, E. García Jordà y A. Rodríguez de Miranda Introducción. La desnutrición puede constituir un predictor negativo para la supervivencia de los pacientes cirróticos; con el objetivo de conocer como se comporta esta problemática en nuestro medio, 162 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 nos decidimos a realizar un estudio descriptivo, prospectivo, para determinar la frecuencia de desnutrición en cirróticos y su vínculo a la mortalidad y aparición de complicaciones. Objetivos. Identificar la influencia del estado nutricional de los pacientes con cirrosis hepática en la aparición de complicaciones y mortalidad. Metodología. Se realizó un estudio descriptivo prospectivo desde febrero del 2005 a enero del 2006, se reclutaron un total de 121 pacientes con cirrosis hepática, con edades comprendidas entre los 16 y 80 años de edad, a todos los pacientes incluidos en la investigación se les realizó una encuesta subjetiva global del estado nutricional y evaluación antropométrica (peso, talla, circunferencia braquial, pliegue cutáneo tricipital y subescapular), con estos datos se realizaron análisis de reconstrucción de la composición corporal, grasa corporal (Durnin-Womersley) y masa muscular (Heymsfield). Todos estos datos nos permitieron clasificarlos en desnutridos y no desnutridos, la severidad de la enfermedad hepática se clasificó según estadio de Child Pugh. Se utilizaron tests estadísticos basados en la distribución Chi cuadrado (X2) para evaluar la fuerza de las asociaciones propuestas. Resultados. La distribución por sexo no mostró grandes diferencias (64 mujeres y 57 hombres), el 59% de ellos tenían menos de 60 años, la raza blanca fue la que predominó. Las causas mas frecuentes de CH fueron el virus de la hepatitis C (VHC), el alcoholismo y el virus de la hepatitis B (VHB), el 92% de los casos tenían un período de evolución de la enfermedad menor de 5 años. La evaluación subjetiva del estado nutricional arrojó un 45% de desnutrición. La evaluación del estado nutricional según estadio de Child arrojó como resultado que es directamente proporcional el estadio de progresión de la enfermedad y la incidencia de desnutrición encontrándose un 56% de desnutrición en los pacientes con Child B y un 90% en el C. La deprivación de los compartimentos grasos y musculares se registró en el 36 y 37% de los casos respectivamente. El 60% de los pacientes que se complicaron estaban desnutridos (p = 0,00022, RR: 4,05). La mortalidad fue de 11%, de ellos, el 92% se catalogó como desnutrido (p = 0,00042, RR: 17,45). Conclusiones. Los pacientes con cirrosis hepática desnutridos tienen mayor riesgo de complicaciones y muerte que los no desnutridos. EFECTO DE LA REALIZACIÓN DEL ESTUDIO HEMODINÁMICO SOBRE LA RECIDIVA DE LA HEMORRAGIA DIGESTIVA VARICOSA M.A. Amorós1, J.M. Palazón1, L. Sempere1, E. de Madaria1, S. Pascual1, F. Carnicer1, J. Sola-Vera2, R. Laveda2 y M. Pérez-Mateo1 1 2 Unidad Hepática. Hospital General Universitario de Alicante. Aparato Digestivo. Hospital general Universitario de Elche. Introducción. El riesgo de hemorragia digestiva varicosa en cirróticos oscila en torno al 35%; y la frecuencia de recidiva alcanza el 70%; por esto, la profilaxis de la hemorragia está justificada. La prevención se realiza mediante fármacos (betabloqueantes y nitratos) combinados o no con ligadura endoscópica con bandas. La hipótesis con sobre la que hemos desarrollado el presente estudio es que el tratamiento, ajustado al estudio hemodinámico, reduce el número de recidivas de la hemorragia digestiva varicosa. Objetivo. Valorar la utilidad de la realización del estudio hemodinámico previo a la elección de la profilaxis, comparando el riesgo de recidiva hemorrágica en dos grupos de pacientes: los que se someten al estudio y los que no. Material y métodos. Se incluyeron un total de 40 pacientes cirróticos que habían ingresado por hemorragia digestiva varicosa en los hospitales de Alicante y Elche (en cada grupo se incluyeron 20 pacientes). A los pacientes de Alicante se las realizó un primer estudio hemodinámico en el que se valoró la respuesta a propranolol. Los pacientes “respondedores” (aquellos cuyo gradiente de presión venosa hepática disminuyó por encima de un 20% respecto al inicial, o se hizo menor o igual a 12 mmHg) fueron tratados con propranolol combinado o no con bandas (si el tamaño de las varices permitía la ligadura). Los pacientes “no respondedores”, recibieron, inicialmente propranolol combinado o no con bandas y fueron sometidos Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 163 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO a un segundo estudio hemodinámico (crónico) en el que, de nuevo, se valoró la respuesta al betabloqueante. Los “respondedores” fueron tratados con propranolol con o sin bandas, y en los “no respondedores” se suspendió el propranolol y se mantuvo la ligadura endoscópica. Por otra parte, los pacientes del Hospital de Elche no fueron sometidos al estudio hemodinámico; y la profilaxis se realizó con betabloqueantes combinados con ligadura con bandas. Resultados. De los pacientes a los que se les realizó el estudio hemodinámico, 1 (12,5%) resangró por varices (los otros dos lo hicieron por úlceras postbandas) y de entre los pacientes a los que no se les realizó el estudio, 7 (87,5%) presentaron un nuevo episodio de hemorragia varicosa; con una p estadísticamente significativa (p = 0,04). Conclusión. Nuestros resultados avalan la recomendación de monitorizar el tratamiento profiláctico secundario mediante la utilización de la respuesta hemodinámica del gradiente de presión venosa hepática a la administración de propranolol. AUMENTO DEL GASTO ENERGÉTICO BASAL EN LA CIRROSIS. RELACIÓN CON LA COMPOSICIÓN CORPORAL Y RESISTENCIA A INSULINA C. Prieto de Frías1, M. Payeras1, M. Conchillo1, G. Frühbeck2, M.J. Gil3, C. Mugueta3, M. Iñarrairaegui1, F. Alegre1, J.I. Herrero1, B. Sangro1, S. Salvador2, J. Prieto1 y J. Quiroga1 1 Unidad de Hepatología (Dpto. de Medicina Interna), 2S. de Endocrinología, 3Dpto. de Bioquímica. Clínica Universitaria de Navarra. Universidad de Navarra. Pamplona. Introducción y objetivos. No hay datos concluyentes acerca del gasto energético basal (GEB) en la cirrosis. El objetivo de este estudio fue evaluar el GEB en pacientes cirróticos varones y relacionarlo con la composición corporal, el metabolismo intermediario y sus hormonas reguladoras y la ingesta. Métodos. Se estudiaron 46 pacientes cirróticos varones (Child: A: 17, B: 20, C: 9). El GEB se evaluó mediante calorimetría indirecta y se expresa como % sobre el valor teórico correspondiente a cada individuo. La composición corporal se evaluó mediante Bod-Pod y DEXA. Insulina, glucagón, adiponectina y leptina se determinaron mediante radioinmunoensayo. La ingesta se cuantificó mediante encuesta dietética y se comparó con la teórica para individuo sano. Resultados. 18 (39%) pacientes presentaron GEB normal (85 a 115%) y 28 (61%) elevado (116 - 160%). Los pacientes con GEB elevado presentaron en comparación con el grupo normometabólico: menor índice de Child (p < 0,05), menor grasa corporal total (p < 0,001), menor porcentaje corporal de grasa (p < 0,003), (p < 0,05), mayor porcentaje de tejido magro corporal (p < 0,003), niveles más elevados de insulina (p < 0,07), mayor resistencia a insulina valorada por el índice HOMA (p < 0,01) y menor concentración de leptina sérica (p < 0,015). Aunque ambos grupos mostraron déficit de ingesta calórica con respecto a la esperable en sujetos normales, en el grupo con mayor GEB este déficit fue menor (p < 0,02). Conclusiones: Aproximadamente un 60% de los cirróticos varones muestran aumento del GEB. Estos pacientes se caracterizan por enfermedad hepática menos avanzada, una relación tejido graso/tejido magro mayor y mayor resistencia insulínica. Es posible que el avance de la cirrosis con progresiva pérdida de masa muscular lleve a una reducción del GEB en estadios más avanzados de la enfermedad. PAPEL DE LA INMUNOSUPRESIÓN Y LOS FACTORES DE VIRULENCIA BACTERIANOS EN LA PERITONITIS BACTERIANA ESPONTÁNEA POR DE E COLI F. Cereto1, J. Herranz1, E. Moreno2, A. Andreu2, M. Vergara3, D. Fontanals4, M. Roget5, A. González1, G. Prats2 y J. Genescà1 1 Servicio de Medicina Interna-Hepatología y 2Servicio de Microbiología, Hospital Universitari de la Vall d’Hebron, Barcelona, 3Servicio de Digestivo y 4Servicio de Microbiología, Hospital Parc Taulí de Sabadell y 5Servicio de Medicina Interna, Hospital de Terrassa. Introducción. La peritonitis bacteriana espontánea (PBE) por E. coli resistente a quinolonas (RQ) es una enfermedad emergente. Se ha sugerido un efecto de la inmunosupresión (IS) tanto en la aparición de PBE por E. coli RQ, como en la mortalidad global de la PBE por E. coli. Además, desconocemos el papel de los factores de virulencia (FV) y grupo filogenético (GF) de las cepas de E. coli causantes de PBE. Objetivo. Comprobar prospectivamente el papel de la IS (tratamiento inmunosupresor/quimioterápico, HIV positivo o diabetes) y los FV-GF en la RQ y mortalidad en las PBE por E coli. Material y métodos. Se identificaron de forma prospectiva todos los casos de PBE por E. Coli detectados en el H. Vall d’Hebrón, H. de Terrasa y H. Parc Taulí desde enero-2004 a diciembre-2005. Se recogieron datos epidemiológicos, clínicos y analíticos y caracterizaron los GF: A, B1, B2 y D y 15 genes codificadores de FV: papA, papGI, papGII, papGIII, fimH, afa/draBC, sfa/focDE, hlyA, cnf1, iutA, fyuA, kpsMII, ibeA, traT y malX, mediante PCR. La sensibilidad a las fluoroquinolonas se estudió mediante disco difusión. Comparamos los FV y GF detectados con un grupo de 50 E coli causantes de pilonefritis aguda (PNA). Resultados. De las 47 PBE por E. coli, 18 (38%) fueron por cepas RQ, siendo 39 sensibles (62%). Los pacientes con PBE por E. Coli RQ presentaron significativamente menor edad, más profilaxis con norfloxacino y mayor resistencia a trimetoprim-sulfametoxazol y cefotaxima. No se encontraron diferencias en la IS, ni el curso clínico. La mortalidad relacionada con el episodio agudo de PBE estuvo asociada de forma independiente en el análisis multivariado con la IS (OR 12,4, IC 1,13-136, p = 0,03), la insuficiencia renal (OR 15,2, IC 1,15-201, p = 0,03) y la falta de resolución de la PBE (OR 18,7, IC 1,62-215, p = 0,01). En el cálculo de la mortalidad a 3 meses se observó una asociación independiente con la IS (OR 43,2, IC 2,1-871, p = 0,01), la insuficiencia renal (OR 34,1, IC 1,5-746, p = 0,02), y la encefalopatía hepática (OR 193, IC 2-1838, p = 0,02). Las cepas de E. coli aisladas en PBE presentaron significativamente menos FV que las aisladas en PNA, con un mayor porcentaje de los GF considerados “no patógenos” A y B1 (37% en PBE vs 14% en PNA, p = 0,02). Las cepas de E coli RQ mostraron significativamente menos FV que las cepas sensibles y un menor porcentaje de los GF patógenos B2 y D (36% vs 76%, p = 0,05). No hubo correlación entre FV o GF con la IS o la mortalidad. Conclusiones. La presencia de IS aumenta la mortalidad en la PBE por E. Coli, aunque no favorece la aparición de infecciones por cepas RQ. Las cepas de E coli RQ son menos virulentas que las cepas de E coli sensible, pero la virulencia no afecta a la mortalidad. Posters hepatitis virales RESULTADOS A 2 AÑOS DEL ENSAYO GLOBE EN PACIENTES CON HEPATITIS B: MAYOR EFICACIA CLÍNICA Y ANTIVIRAL DE TELBIVUDINA (LDT) VS LAMIVUDINA C.L. Lai1, M. Buti2, M. Diago3, M. Rodríguez-García4 y J. Crespo6 en nombre del Grupo de Estudio GLOBE 1 University of Hong Kong, Hong Kong. 2Hospital Universitario Vall d’Hebrón, Barcelona. 3Hospital General de Valencia, Valencia. 4 Hospital General de Asturias, Oviedo. 5Hospital Marqués de Valdecilla, Santander. Antecedentes. Los resultados del primer año del ensayo GLOBE, publicados en 2005, mostraron mayor eficacia de telbivudina vs lamivudina en todos los parámetros directos de eficacia antiviral y en diversas variables claves de eficacia clínica. Se presentan ahora los resultados de este ensayo a 2 años. Métodos. El estudio GLOBE es un ensayo de fase III, aleatorizado, doble ciego, que compara telbivudina (LdT) (600 mg/día PO) vs tratamiento estándar con lamivudina (Lam) (100 mg/día PO) durante 2 años, en una población por intención de tratar (ITT) de 1367 pacientes (pts) con hepatitis B crónica reclutados en 20 países. Los criterios de inclusión fueron HBsAg+, ADN-VHB > 6 log10 copias/ml mediante PCR por test COBAS Amplicor, ALT 1,3-10 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 163 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 164 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO xULN y enfermedad hepática compensada. Los pacientes fueron pre-estratificados de acuerdo al HBeAg (+/-) y al nivel de ALT > ó < 2,5xULN. Se realizaron biopsias hepáticas de seguimiento al año, que no fueron repetidas a los 2 años. Resultados. Los dos grupos fueron comparables en las características basales de los pacientes. En la tabla se muestran los resultados de eficacia (ITT) en la semana 104. A los 2 años, LdT fue superior a Lam en la variable principal de eficacia (Respuesta Terapéutica: ADN-VHB < 5 log10 con negativización de HBeAg o normalización de ALT) y en el resto de indicadores directos de eficacia antiviral tanto en pacientes HBeAg+ como HBeAg-. De acuerdo a las recomendaciones de tratamiento según las guías AASLD y Asia-Pacífico (ALT basal ≥ 2xULN), la negativización del HBeAg fue significativamente superior en el grupo tratado con LdT en este subgrupo de pacientes. La normalización de ALT fue más frecuente en el grupo LdT, tanto en pacientes HBeAg+ como HBeAg- (p = 0,08). Los fallos de tratamiento fueron significativamente mas frecuentes en el grupo Lam en ambos subgrupos. Se están llevando a cabo análisis de resistencia genotípica que podrán presentarse en el congreso. Los dos fármacos en estudio fueron en general bien tolerados, con una incidencia similar de acontecimientos adversos clínicos. Conclusiones. Durante 2 años de tratamiento, telbivudina presentó una eficacia antiviral significativamente superior que lamivudina, y se asoció con mayor eficacia clínica sostenida en pacientes con hepatitis B crónica HBeAg+ y HBeAg-. HBeAg Positivo HBeAg Negativo Respuesta LdT Lam n** 458 463 Disminución media del ADN-VHB log10 -5,7* -4,4 % PCR negativo 54* 38 % normalización ALT 67 61 % Respuesta Terapéutica 61* 47 % Negativización HBeAg 34 29 % Negativización HBeAg (ALT basal ≥ 2 xULN) 40* 32 % seroconversión HBeAg 29 24 % Fallo primario del tratamiento*** 4* 12 *p ≤ 0,05, LdT vs Lam. **El análisis incluye toda la población ITT que inició el ensayo. ***ADN-VHB nunca < 5 log10 copias/mL (guías AASLD). LdT 222 -5,0* 79* 75 74* 0* Lam 224 -4,2 53 67 62 3 raron de forma inversamente proporcional al nivel de ADN-VHB en la S 24 (tabla). El porcentaje de pacientes con PCR negativa en la S 24 fue superior con LdT (57%) respecto a Lam (45%), y menos pacientes con LdT presentaron una carga viral residual > 4 logs en la S 24 (17% vs 27%, respectivamente). Resultados preliminares muestran que el 77% y 74% de los pacientes HBeAg + y HBeAg con PCR negativa a las 24 semanas tenían ADN indetectable a los 2 años. Contrariamente, el DNA era detectable a los 2 años en el 88% y 90% de los pacientes con ADN > 4 log10 en la semana 24. La relación entre la respuesta precoz y la eficacia a los 2 años fue similar para los pacientes con LdT y Lam, aunque en conjunto los resultados de eficacia fueron proporcionalmente superiores con LdT. Se están llevando a cabo los análisis de resistencia. Conclusiones. La magnitud de la supresión viral precoz con nucleósidos antivirales determina la eficacia posterior del tratamiento durante al menos 2 años. La eficacia a los 2 años es elevada cuando la supresión del ADN-VHB en la semana 24 es máxima, coincidiendo con la mayor eficacia antiviral de telbivudina. La escasa eficacia observada en los pacientes con ADN-VHB > 4 log en la semana 24 sugiere que debería considerarse la intensificación del tratamiento en dichos casos. Las relaciones descritas pueden contribuir a optimizar el manejo del paciente. Respuesta a los 2 años ADN-VHB en suero semana 24 (copias/mL) PCR -ve < 3 log Pts HBeAg + Número de pts 349 120 Seroconversión HBeAg (%) 45 38 Normalización ALT (%) 79 76 PCR-negativa (%) 77 58 Pts HBeAg - n 335 38 Normalización ALT (%) 77 74 PCR-negativa (%) 74 66 PLATAFORMA INTELIGENTE PARA HEPATITIS CRÓNICA C: MODELIZACIÓN DE LA ENFERMEDAD Y PREDICCIÓN DE LA RESPUESTA AL TRATAMIENTO M. Trapero-Marugán1, M. Marín2, X. Salcedo-Mora1, J.M. del Río2, J.P. Pivel1 y R. Moreno-Otero1 1 2 SUPRESIÓN PRECOZ MÁXIMA DE LA CARGA VIRAL COMO FACTOR PREDICTIVO DE EFICACIA A LOS 2 AÑOS EN PACIENTES CON HEPATITIS B TRATADOS CON NUCLEÓSIDOS. RESULTADOS DEL ENSAYO GLOBE M. Diago1, M. Buti2, M. Rodríguez-García3, J. Crespo4 y A. DiBisceglie5 en nombre del Grupo de Estudio GLOBE 1 Hospital General de Valencia, Valencia, 2Hospital Universitario Vall d´Hebrón, Barcelona, 3Hospital General de Asturias, Oviedo, 4Hospital Marqués de Valdecilla, Santander, 5St. Louis University, MO, USA. Antecedentes. Estudios previos han relacionado el grado de supresión precoz del VHB con la posterior eficacia clínica y viral en pacientes (pts) con hepatitis B en tratamiento antiviral. Se presenta un análisis de la relación entre la carga viral a las 24 semanas y la eficacia a los 2 años de tratamiento obtenida en un ensayo de fase III a gran escala. Métodos. El ensayo GLOBE reclutó 1367 pacientes con hepatitis B de 20 países con un ADN-VHB pretratamiento > 6 log10 copias/ml, ALT 1,3-10 xULN, y enfermedad hepática compensada, que fueron aleatorizados a recibir telbivudina (LdT) (600 mg/día PO) vs tratamiento estándar con lamivudina (Lam) (100 mg/día PO) durante 2 años. En el presente análisis se comparan los resultados de eficacia a los 2 años en 4 subgrupos de pacientes según el nivel de ADNVHB en la semana 24 (S24): PCR-negativo (< 300 copias/mL mediante Amplicor COBAS™); PCR-detectable pero < 3 log; 3-4 log; y > 4 log10 copias/mL. Se combina la respuesta en ambos grupos de tratamiento. Resultados. Se presentan datos a 2 años de 1346 pacientes. Todos los parámetros clínicos y virológicos de eficacia a los 2 años mejo- 164 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 3-4 log > 4 log 162 272 19 6 63 43 32 12 40 30 58 21 40 10 Unidad de Hepatología. Hospital Universitario de La Princesa, U.A.M, APARA solutions company, Madrid. Introducción. No se tiene constancia práctica de una plataforma bioinformática dedicada a estudiar y predecir la evolución clínica y la respuesta al tratamiento antiviral en la hepatitis crónica C (HCC). Se estima que la tasa de acierto en cuanto a la predicción del pronóstico evolutivo de la HCCes inferior al 50%. Objetivos. Desarrollar una plataforma bioinformática sencilla basada en algoritmos de decisión (redes bayesianas) para predecir mejor y más eficientemente la respuesta al tratamiento antiviral. Tratar de identificar puntos clave en la progresión de la enfermedad hepática y establecer nuevos factores predictivos de evolución y respuesta terapéutica. Pacientes y métodos. Se incluyeron 240 pacientes consecutivos con HCC (edad media 45 ± 9 años; 45% mujeres) tratados con interferón pegilado (PEG-IFN) más ribavirina. Se han incluido en una base de datos más de 40 variables (epidemiológicas, bioquímicas, virológicas, histológicas, tipo de tratamientos previos, respuesta al tratamiento, efectos adversos, abandonos, etc). Se ha utilizado la plataforma DLife en el 80% de los pacientes (192) para construir el modelo de la enfermedad, basándonos en redes bayesianas y nuevos algoritmos que permiten modelar y similar diferentes situaciones en las que algunos datos pueden no ser conocidos, permitiendo así la automatización del conocimiento. Posteriormente, se ha procedido a validar el modelo en el 20% de la muestra restante (48 pacientes) y comparando los datos con un estudio retrospectivo de los mismos. Resultados. La precisión de esta plataforma bioinformática para predecir la respuesta al tratamiento antiviral, dividida en respuesta virológica sostenida (RVS), recidiva y no respuesta (NR) fue de 76%, 25% y 100% respectivamente. Globalmente, el porcentaje de pacientes correctamente diagnosticados fue del 81,3%, lo que supo- Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 165 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO ne una cifra claramente superior al obtenido por los médicos al analizar los datos de pacientes tratados en la práctica clínica habitual o en ensayos clínicos que oscila entre el 50 y el 65%. Se detectaron variables clave en el modelo para evaluar la respuesta al tratamiento: edad al comienzo del mismo, sexo, peso, comorbilidad, tipo de tratamiento, carga viral basal, cifras de transaminasas, variables hematológicas y carga viral durante el tratamiento y el seguimiento. El área bajo la curva ROC para los diferentes tipos de respuesta terapéutica (RVS, recidiva y NR) fue de 0,918, 0,847 y 1 respectivamente. Conclusiones. La plataforma bioinformática desarrollada es una herramienta fácil, accesible, cómoda y muy intuitiva que los médicos pueden utilizar en la atención a pacientes con HCC. Es eficiente en la predicción y la simulación de la respuesta al tratamiento antiviral, aumentando la exactitud y efectividad de la práctica clínica diaria. SOBREEXPRESIÓN DE LA INDOLEAMINA 2,3 DIOXYGENASA EN LA INFECCIÓN POR EL VIRUS DE LA HEPATITIS C E. Larrea, J. Riezu-Boj, L. Gil-Guerrero, N. Casares, R. Aldabe, P. Sarobe, M.P. Civeira, F. Borrás-Cuesta, J.J. Lasarte y J. Prieto Área de Hepatología y Terapia Génica, Centro de Investigación Médica Aplicada CIMA, Pamplona. La enzima indoleamina 2,3 dioxigenasa (IDO) constituye un mediador importante en la inducción de tolerancia periférica. IDO es inducida por citoquinas proinflamatorias y por células T que expresan la molécula inmunosupresora CTLA4. Las acciones inmunosupresoras de IDO, derivadas de la degradación del triptófano, podrían jugar un papel importante en la infección por el virus de la hepatitis C (VHC). Con el fin de estudiar el posible papel que podrían jugar IDO y CTLA4 en el establecimiento de la infección crónica por el VHC, analizamos por PCR a tiempo real los niveles de RNA mensajero intrahepático para estas dos moléculas en muestras de hígado procedentes de pacientes con infección crónica C, pacientes que habían resuelto o no la infección tras el tratamiento con IFN-alfa, pacientes con otras enfermedades hepáticas y de muestras de hígado sanos. También analizamos por HPLC el cociente kinurenina/tripotófano (K/T) en el suero de los pacientes, como un indicador de la actividad de la enzima IDO. Encontramos que los pacientes con hepatitis crónica C (HCC) presentaban una sobre expresión intrahepática de IDO y de CTLA4 con respecto al resto de pacientes (p < 0,05 en todos los casos) así como un cociente K/T sérico elevado. Durante la fase de infección aguda por VHC, el cociente K/T permaneció elevado durante los meses 2-3 de la infección en aquellos pacientes que no resolvieron la enfermedad mientras que experimentó un descenso en aquellos que eliminaron el virus espontáneamente (p = 0,02). La replicación del virus de la hepatitis C en células Huh7 indujo la sobre expresión de IDO en respuesta al IFN-gamma cuando estas células se co-cultivaron en presencia linfocitos T activados. Nuestros resultados sugieren que la infección por el VHC crea un ambiente local de inmunosupresión mediante la inducción de IDO y de CTLA4 que puede favorecer la persistencia viral. Estos hallazgos abren nuevas vías para el desarrollo de estrategias terapéuticas en pacientes con hepatitis crónica C. LOS MARCADORES SÉRICOS DIRECTOS DE FIBROGÉNESIS HEPÁTICA AUMENTAN LA PRECISIÓN DIAGNÓSTICA DE LOS MARCADORES INDIRECTOS PARA FIBROSIS HEPÁTICA EN PACIENTES CON HEPATITIS C CRÓNICA O. Núñez1, M.A. Martín1, R. Lorente1, M. Senosiain1, A. Matilla1, E. Salinero2, M.V. Catalina1, D. Rincón1, M.A. Muñoz3 y G. Clemente1 1 Sección de Hepatología, Servicio de Digestivo. 2Servicio de Anatomía Patológica. 3Servicio de Inmunología. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. Objetivo. El objetivo del estudio fue construir un modelo capaz de detectar fibrosis hepática en pacientes con hepatitis C crónica, utili- zando parámetros clínicos y analíticos de uso general en práctica clínica (marcadores indirectos). El segundo objetivo fue evaluar si la determinación de marcadores séricos directos de fibrogénesis hepática (MFH) aumentaba la precisión diagnóstica. Material y métodos. Un modelo predictivo de fibrosis hepática fue realizado mediante análisis de regresión de logística a partir de una cohorte de 143 pacientes con hepatitis C crónica y posteriormente validado en una segunda cohorte de 169 pacientes, ambas del mismo centro. Las puntuaciones individuales fueron calculadas a partir de variables asociadas de manera independiente con fibrosis hepática significativa, estadio 3 a 6 según la clasificación de Ishak. En los pacientes de la cohorte de validación, una muestra de suero había sido obtenida en el momento de la biopsia hepática percutánea y congelada a – 70ºC. Se realizó determinación mediante ELISA de MFH (TIMP-1, MMP-2, MMP-9, Ácido hialurónico, VCAM-1 y ICAM-1). Mediante curvas ROC se calculó el área bajo la curva para estimar la precisión diagnóstica del modelo en ambas cohortes. Finalmente, en la cohorte de validación, aquellos MFH asociados de manera significativa mediante análisis univariante fueron introducidos en un modelo de regresión logística, junto al modelo previo, para evaluar si el nuevo modelo obtenido mejoraba la capacidad diagnóstica del previamente validado. Resultados. Un nivel de glucosa en ayunas > 108 mg/dl, la ingesta de alcohol > 40 gr/día y la edad fueron incluidos en el modelo inicial. El área bajo la curva en la cohorte de estimación y validación fueron de 0,726 (IC 95%, 0,623-0,828) y 0,773 (IC 95%, 0,6970,848), respectivamente. El ácido hialurónico, ICAM-1 and VCAM-1 séricos fueron incluidos, junto al modelo previamente validado, en un modelo de predicción de fibrosis hepática con un área bajo la curva de 0,922 (IC 95%, 0,880-0,965). Las puntuaciones más elevadas se asociaron con fibrosis hepática significativa, de tal forma que un punto de corte de “0” obtenía una elevada precisión para fibrosis hepática significativa con un valor predictivo positivo del 81,4%, y una especificidad del 93,1%. Un punto de corte de “1,5” presentaba un valor predictivo negativo del 96,6%. Usando ambos puntos de corte un 72,5% de los pacientes podían ser correctamente clasificados. Conclusiones. El uso conjunto de parámetros clínicos y determinaciones de marcadores séricos de fibrogénesis hepática pueden predecir con elevada precisión diagnóstica la presencia de fibrosis hepática y por tanto, podrían ser de ayuda en las decisiones diagnósticas y terapéuticas en pacientes con hepatitis C crónica. EVALUACIÓN DE UN PROGRAMA MULTIDISCIPLINARIO DE SOPORTE DURANTE EL TRATAMIENTO DE LA HEPATITIS C J.A. Galeras1, M.D. Giménez1, C. Márquez1, P. Castellví1, R. Navinés2, E. Clot3, I. Cirera1, E. Salas3, R. Martín-Santos2 y R. Solà1 1 Sección de Hepatología, Hospital del Mar. Universitat Autònoma de Barcelona. (Barcelona) 2Servicio de Psiquiatría, Hospital del Mar / Unidad de Investigación en Farmacología, Institut Municipal d’Investigació Mèdica (IMIM) (Barcelona). 3Servicio de Farmacia, Hospital del Mar (Barcelona). Diferentes evidencias han confirmado el impacto de la adherencia y del cumplimiento en el resultado del tratamiento de la hepatitis C. Objetivo. Evaluar la eficacia y el impacto en la calidad de vida de un programa de atención multidisciplinario (PAM) en el tratamiento de la hepatitis C. Método. 188 pacientes consecutivos con hepatitis C, no tratados previamente que iniciaron tratamiento en la Sección de Hepatología del Hospital del Mar de 2003 a 2005. Todos los pacientes fueron tratados con Peg-IFN alfa-2a 180 µg/semana y ribavirina (RBV) (G1/4: 1000-1200, 12 meses G2/3: 800, 6 meses). Los pacientes se dividen en dos grupos: Grupo 1: 91 pacientes incluidos en el PAM (2005) y Grupo 2: 97 pacientes controlados de forma convencional (2003-2004). El equipo del PAM incluye hepatólogos, enfermería, farmacéutico, psicólogo y psiquiatra y comprende información estandarizada al paciente, programación abierta y flexible, control ac- Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 165 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 166 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO tivo de la medicación, evaluación continuada del riesgo psiquiátrico y manejo protocolizado de los efectos secundarios. Se consideró como cumplimiento cuando el paciente recibía el 80% de la dosis total prescrita de ambos fármacos durante el 80% del tiempo de tratamiento. La calidad de vida se evaluó mediante el SF-36 antes y a 1, 3 y 6 meses de tratamiento. Resultados. Los pacientes de ambos grupos no presentaron diferencias en relación a edad, sexo, genotipo, carga viral ni grado de fibrosis. Cumplimiento (%) Retirada (%) Dosis < 80% (%) Descenso medio Hb 0-6 meses Dosis Peg-IFN 100% (%) Dosis RBV 100% (%) EPO (%) Respuesta virol. fin tto. (%) Grupo 1 95,6 4,4 0 3,1 100 98,8 3,3 86,8 Grupo 2 80,4 6,2 13,4 2,9 89 80,2 1 78,3 P 0,0002 NS 0,0003 NS 0,02 0,0001 NS 0,1 Realizaron tratamiento psiquiátrico 34 (37,4%) y 21 (21,6%) pacientes de cada grupo (P 0,02). La alteración del perfil del estado de salud durante el tratamiento fue inferior en todos los parámetros en el grupo 1, alcanzando significación estadística en la percepción de dolor corporal y de salud general y mental. Conclusiones. El programa de atención multidisciplinaria mejora el cumplimiento del tratamiento de la hepatitis C y la percepción de la calidad de vida de los pacientes. EVALUACIÓN DE LA TASA DE PROGRESIÓN DE LA FIBROSIS) EN PACIENTES CON HEPATOPATÍA HEPÁTICA POR ELASTOGRAFÍA HEPÁTICA (FIBROSCAN CRÓNICA C) J. Mendoza-Jiménez, E. Gómez-Domínguez, M. Trapero-Marugán, L. González-Moreno, J.A. Moreno-Monteagudo, L. García-Buey y R. Moreno-Otero Hospital Universitario La Princesa. Servicio de Aparato Digestivo. Unidad de Hepatología. Universidad Autónoma de Madrid. Introducción. La valoración de la fibrosis hepática es un objetivo primordial en el seguimiento de los pacientes con hepatopatía crónica. El tratamiento antiviral modifica la tasa de progresión de fibrosis e incluso puede revertirla. El desarrollo de técnicas no invasivas, como la Elastografía Hepática (EH), ha abierto nuevas vías en la evaluación de estos enfermos, especialmente en su seguimiento a largo plazo. Objetivo. Valorar la tasa de progresión de fibrosis mediante EH en pacientes con infección crónica por VHC. Material y métodos. Estudio prospectivo, realizado en: 1. pacientes con infección crónica por VHC tratados con terapia antiviral y con biopsia hepática (valorada mediante el sistema METAVIR), previa al tratamiento, y 2. pacientes no tratados en los que se pudo estimar el tiempo de evolución (contagio transfusional o ADVP). Se realizó EH por un mismo especialista, excluyéndose aquellos pacientes en los que no se obtuvieron al menos 10 mediciones válidas. Se calculó el estadio de fibrosis según los puntos de corte aparecidos en la literatura (F ≥ 2: 7,1 KPa; F ≥ 3: 9,5 Kpa y F = 4: 12,5 KPa). Se recogieron igualmente datos analíticos y de la historia clínica de todos los pacientes. Resultados. Se incluyeron en el estudio 91 pacientes (fallo de la técnica en 4 pacientes) (EM: 48,09 ± 9,7 años; 56 hombres (61,5%); IMC medio: 25,9 ± 3,5 Kg./cm2; Elasticidad media: 8,9 ± 6 KPa; IQR: 1,7 ± 1,6 KPa; Tasa éxito: 78 ± 27,3%). 67 pacientes recibieron tratamiento antiviral (IFN: 11,9%; IFN+Ribavirina: 32.8,2% y PEG-IFN+Ribavirina: 55,2%) con un intervalo de evolución medio (entre biopsia y EH) de 60,18 ± 33 meses. Se estudiaron 24 pacientes no tratados con un tiempo de evolución medio de 18,25 ± 11 años. Las tasas medias de progresión de fibrosis obtenidas fueron de: -0,1 ± 0,4 estadio METAVIR/año para pacientes tratados frente a 0,3 ± 0,48 estadio METAVIR/año en pacientes no tratados, con diferencias estadísticamente significativas (p < 0,005). En los pa- 166 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 cientes tratados, se obtuvieron unas tasas de progresión entre respondedores y no respondedores de -0,7 ± 0,2 y -0,2 ± 0,3 respectivamente, sin encontrar diferencias entre ambos grupos, ni tampoco entre los distintos regimenes de tratamiento utilizados. Conclusiones. 1. La EH es un método seguro y eficaz para evaluar la tasa de progresión de fibrosis en pacientes con hepatopatía crónica C. 2. Los pacientes tratados con tratamiento antiviral presentan una menor tasa de progresión de fibrosis que los no tratados. 3. El tratamiento antiviral produce una disminución de la tasa de progresión de fibrosis, tanto en respondedores como en no respondedores, independientemente del régimen terapéutico utilizado. RELACIÓN DEL GENOTIPO A2 CON LA RESISTENCIA PRIMARIA AL TRATAMIENTO CON ADEFOVIR DIPIVOXIL (ADV) N. Chueca1, C. Nogales2, A. Gila1, E. Suárez2, B. Puche2, B. Figueruela2, A. Peña1, M. Romero2, J. Martín3, R. Daza4, R. Andrade5, S. López5, P. Muñoz de Rueda1, M.A. Hernandez6, M. Rueda6, F. Garcia1 y J. Salmeron1 1 H. San Cecilio, Granada, 2H. Valme, Sevilla, 3H. de Osuna, Sevilla, 4H. Torrecárdenas, Almeria, 5H. Virgen de la Victoria, Málaga, 6Gilead Sciences Inc, Madrid, Spain. Introducción. ADV es un fármaco antiviral que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de los pacientes con hepatitis crónica por virus B (HCB). Las mutaciones asociadas a resistencia a ADV se producen de forma infrecuente y tardía. Por otro lado, hay pacientes que no presentan mutaciones asociadas a resistencia a ADV y son no respondedores al tratamiento. Hasta el momento no se conocen con exactitud los factores virológicos que pueden estar relacionados con la falta de respuesta primaria a ADV. Objetivo. Estudiar los factores virológicos relacionados con la falta de respuesta a ADV en pacientes con HCB tratados durante 1 año en Andalucía. Pacientes y métodos. Se incluyeron 53 pacientes tratados con ADV durante un 1 en 5 centros hospitalarios de Andalucía (mediana de edad 43 años, 67% varones; 85% HBeAg –). 25 pacientes fueron tratados previamente con lamivudina y el resto eran näive. El ADNVHB se determinó mediante TaqMan HBV (Roche Diagnostics; límite de detección 12UI/ml) y la secuenciación de la polimerasa del virus se realizó con kit de genotipado Trugene de VHB (Bayer). Se ha realizado análisis filogenético de la secuencia del gen S para clasificar el subtipo responsable de la infección. La respuesta virológica al tratamiento se definió como el descenso de los niveles de ADN-VHB a valores ≤105 cop/mL en la población HBeAg+ e inferiores a 104 cop/mL en la población HBeAg – tras un año de tratamiento con ADV. Resultados. De los 53 pacientes, 40 (75%) presentaban genotipo D y 13 (25%) genotipo A. De los 13 pacientes con genotipo A, 3 (23%) tenían subtipo A1 y 10 (77%) A2; 15 pacientes (28%) fueron no respondedores a ADV. De los 40 pacientes con genotipo D, 9 (23%) eran no respondedores; mientras que de los 10 pacientes con genotipo A2, 6 (60%) fueron no respondedores (P = 0,021). En los no respondedores, se identificaron las mutaciones asociadas a resistencia a ADV (A181V, N236T o ambas), en 4 de los 9 pacientes con genotipo D y en 1 de los 6 pacientes con genotipo A2. En relación con las mutaciones asociadas recientemente a resistencia primaria a ADV, la mutación I233V, no fue identificada en la basal en ninguno de los pacientes no respondedores. Por otro lado, la presencia de una Arginina en la posición 217, también asociada a resistencia primaria a ADV, se ha observado en todas las secuencias de los pacientes que tienen subtipo A2 (n = 10). Sin embargo, 4 de ellos fueron respondedores a ADV. En 3 de estos 4 pacientes se localizó una Histidina (H) en las posiciones 122 o 126 igual que ocurría en todos los pacientes respondedores infectados por el subtipo A1. Conclusiones. El genotipo A2 se asocia con la no respuesta al tratamiento con ADV La presencia de una Arginina en la posición 217 no es una mutación, sino un cambio natural que se presenta en el genotipo A2. Deben realizarse más estudios para investigar si este cambio natural se relaciona o no con resistencia primaria a ADV. Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 167 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO ENFERMEDAD DEL HIGADO GRASO NO ALCOHÓLICO (EHGNA) EN EL NIÑO OBESO. IMPORTANCIA DEL ESTRÉS OXIDATIVO (EO) Y LA RESISTENCIA A LA INSULINA (RI) A. Goicoechea1, A. Salmerón2, J. León3, J.M. Fernández García1, M. Garofano2, E. Ocete1, A. Palacios3, A. Martinez3, P. Muñoz de Rueda3, J. Salmerón3 y A. Ruiz Extremera1 1 Servicio de Pediatría, 2Radiología y 3Unidad de Ap. Digestivo. Hospital Universitario San Cecilio Granada. Justificación. El 14% de los niños y adolescentes españoles son obesos, y otro 12% presenta sobrepeso. La EHGNA es un problema emergente en esa población. Aunque este síndrome tiene una etiología multifactorial, la obesidad es el factor que se asocia de forma más consistente. La RI y el EO son fundamentales en el desarrollo de este cuadro. Objetivos. Primero, conocer en niños y adolescentes la prevalencia de esteatosis, mediante ecografía, y de aumento de ALT, como expresión EHGNA. Segundo, estudiar el papel de la RI y el EO en el EHGNA. Métodos. Se han estudiado de forma prospectiva 134 pacientes con una edad entre 4 y 15 años, remitidos a la consulta de endocrinología infantil por obesidad (IMC > p95). Tras un ayuno de 10 horas se tomaron muestras de sangre venosa para la determinación de la bioquímica, la RI por el método HOMA y los marcadores de EO (sistema glutation intraeritrocitario -GP, GRD, GSSG- y nitritos en plasma). La esteatosis hepática fue valorada mediante ecografía (leve, moderada y grave) por el mismo observador en 98 niños. Resultados. El 43% de los niños obesos presentaban esteatosis, en el 13,6% fue moderada-grave. En el 8% la ALT estaba aumentada (> 40U/L). El 89% de los niños con aumento de ALT presentaban esteatosis frente al 40% con ALT normal (P = 0,01). En los niños con esteatosis el índice HOMA estaba aumentado (4 ± 3 vs 2,6 ± 1, P = 0,002). El grado de esteatosis se relacionó (ANOVA) con mayor IMC (P = 0,04), mayor índice HOMA (P = 0,001) y aumento de ALT (P = 0,01). Los niños con aumento de ALT también presentaron mayor RI (HOMA: 4,9 ± 2,7 vs 3,1 ± 9,3, P = 0,02) que los niños con ALT normal. Las enzimas encargadas del mantenimiento del sistema glutation estaban aumentadas en los niños con esteatosis (GP: 39 ± 10 vs 32 ± 12, P = 0,032; GRD: 2,7 ± 0,8 vs 2,2 ± 0,9 nmol-gHG). Sin embargo, no había diferencias significativas en la GSSG y glutation total, lo que indica que el sistema glutation se mantiene. En cambio, en los niños con aumento de ALT, el GSSG (1 ± 0,2 vs 0,7 ± 0,4 nmol-gHG, P = 0,025) y glutation total (6,6 ± 0,8 vs 5,7 ± 1,3 nmol-gHG, P = 0,013) estaban aumentados, lo cual indica un mayor estrés oxidativo. Conclusión. La esteatosis hepática es un hallazgo frecuente en los niños con obesidad y se relaciona con la RI y el EO, aunque sin desequilibrar la homeostasis celular del glutation. El aumento de ALT es menos frecuente, y también se relaciona con la RI y más intensamente con el EO, ya que aparecen cambios en los niveles de glutation total y GSSG. MUTACIONES EN EL GEN DE LA POLIMERASA DEL VHB ASOCIADAS CON RESISTENCIA AL TRATAMIENTO CON ENTECAVIR EN PACIENTES QUE NO HAN RECIBIDO TRATAMIENTO ANTIVIRAL R. Jardi1, F. Rodríguez-Frías1, M. Schaper1, G. Ruiz1, R. Esteban2, J. Guardia2 y M. Buti2 Departamentos de 1Bioquímica y 2Hepatología. Hospital Universitario Vall d’Hebron. Barcelona. La detección y significado de variantes del virus de la hepatitis B (VHB) relacionadas con resistencia a tratamiento con entecavir ha sido poco estudiado. El objetivo de este estudio ha sido determinar la prevalencia de las variantes rtI169T, rtT184G, rtS202I, rtM250V asociadas a resistencia al entecavir en pacientes con hepatitis crónica B (HCB) que no han recibido tratamiento antiviral. Pacientes y métodos. Se han incluido 111 pacientes con HCB previamente no tratados que posteriormente iniciaron tratamiento con lamivudina. Las muestras de suero se obtuvieron al inicio y durante el tratamiento. Las variantes del VHB asociadas a resistencia a entecavir se analizaron mediante secuenciación de la retrotranscriptasa viral. Resultados. Antes de la terapia con lamivudina: En 5 (4,5%) de los 111 pacientes se observaron substituciones en el gen de la polimerasa del VHB relacionadas con resistencias a análogos de nucleósidos, en 3 casos los cambios estaban asociados con resistencia a entecavir, (S202S/I) y en 2 casos con resistencia al tratamiento con lamivudina (rtL180L/M y rtM204M/I). Los pacientes con resistencias asociadas a entecavir no presentaban mutaciones virales de resistencia a lamivudina. Durante la terapia con lamivudina: Las sustituciones asociadas con resistencia a entecavir se detectaron en 10 pacientes no respondedores a lamivudina que no presentaban estos cambios al inicio del tratamiento; en 2 casos la detección se observó antes de la emergencia de las mutaciones de resistencia a lamivudina. En 2 pacientes las sustituciones en el gen de la polimerasa asociadas a entecavir dejaron de detectarse durante la terapia con lamivudina. Conclusiones. La detección de variantes relacionas con resistencia a entecavir en pacientes que nunca han recibido tratamiento antiviral sugiere que pueden estar presentes en una proporción significativa de la quasispecie viral. Las variantes asociadas con entecavir emergen durante la terapia con lamivudina. Estos resultados indican la necesidad de determinar estas variantes antes del inicio de tratamiento antiviral. IDENTIFICACIÓN DE MARCADORES VIROLÓGICOS DEL VIRUS DE LA HEPATITIS B PREDICTIVOS DE NO RESPUESTA A LA TERAPIA CON ADEFOVIR DIPIVOXIL F. Rodríguez-Frías1, M. Schaper1, R. Jardi1, M. Rueda3, T. Gimferrer1, R. Esteban2, J. Guardia2 y M. Buti2 Departamentos de 1Bioquímica y 2Hepatología. Hospital Universitario Vall d’Hebron. Barcelona. 3Gilead Sciences LTD-Madrid. La selección de mutaciones rtN236T, rtI233V y rtA181V/T en el gen de la polimerasa del virus de la hepatitis B (VHB) durante la terapia con adefovir dipivoxil (ADV) se ha asociado a la resistencia al tratamiento. Sin embargo, no se han descrito características virológicas que puedan ser útiles como factores predictivos de la respuesta o no-respuesta a esta terapia. Objetivos. Determinar posibles marcadores virológicos en el pretratamiento que puedan predecir la respuesta o no-respuesta al tratamiento con ADV. Pacientes y métodos. Se han estudiado retrospectivamente 41 pacientes afectos de hepatitis crónica por VHB (HCB) en tratamiento con ADV, 22 (54%) HBeAg-positivos. Las muestras de suero se obtuvieron al inicio del tratamiento y a lo largo del mismo. Para investigar las mutaciones asociadas con la resistencia al ADV se analizó por secuenciación un fragmento del gen del polimerasa viral que incluía los aminoácidos 58 a 257. Para establecer el genotipo viral e identificar polimorfismos y mutaciones se compararon las secuencias obtenidas con secuencias consenso establecidas a partir de 185 secuencias del GenBank. Resultados. De los 41 HCB, 14 (34%) fueron genotipo A, 25 (61%) genotipo D y 2 (5%) genotipo F. Se observó la respuesta al tratamiento (ADN-VHB < 103 copias/mL) en 15 (37%) casos: un paciente con genotipo A (subgenotipo A1) y en 14 (56%) de genotipo D (P = 0,006). En relación al estadio HBeAg, el 21% de los HBeAg positivos y el 59% de los HBeAg-negativo fueron respondedores (P = 0,02). La detección del genotipo A en pre-tratamiento tenía un valor predictivo de no-respuesta del 93%, y la positividad del HBeAg del 79,2%. La combinación genotipo no-A y HBeAg negativo presentaba un valor predictivo positivo de respuesta del 75%. Al comparar las secuencias obtenidas en las muestras pre-tratamiento con las secuencias consenso del GenBank se observaron sustituciones en 85 de los 200 aminoácidos analizados, la mayoría de ellas debidas a polimorfismo naturales, a destacar la variante polimórfica rtL217R. En esta posición se observo R217, característica Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 167 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 168 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO del subgenotipo A2, en 11 casos, todos ellos no respondedores (P = 0,003), por lo que la detección pre-tratamiento de esta variante presentaba un valor predictivo de no-respuesta del 100%, mientras que la combinación de la detección de la variante rt L217 con el estado HBeAg negativo presentaba un valor predictivo positivo de respuesta al tratamiento del 77%. Conclusiones. Los resultados de este estudio muestran varias características virológicas identificadas en muestras pre-tratamiento (estadio HBeAg, genotipo viral y polimorfismo rtL217R) que parecen ser útiles como predictores de no-respuesta al tratamiento con ADV. LA INMUNIZACIÓN CON LA PROTEÍNA NS3 Y AGENTES INMUNOPOTENCIADORES INDUCE RESPUESTAS T CD4 Y CD8 FRENTE AL VIRUS DE LA HEPATITIS C A. Zabaleta1, L. Arribillaga1, D. Llopiz1, J. Dotor1, J.J. Lasarte1, J. Prieto1, F. Borrás-Cuesta1, J.I. Esteban2, J. Quer2, F. Vayreda3 y P. Sarobe1 1 Área de Hepatología y Terapia Génica, Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), Universidad de Navarra Pamplona. 2Unidad de Hepatología. Hospital Vall d’Hebron. Barcelona. 3R&D Biokit S.A. Barcelona. La inmunización con péptidos que corresponden a epítopos T CD8 del virus de la hepatitis C junto con agentes inmunopotenciadores (ácido poliinosínico-policitidínico (poly(I:C)) y un anticuerpo agonista anti-CD40) induce potentes respuestas T CD8 frente a los péptidos. Con objeto de activar también la respuesta T CD4, aumentar el espectro de epítopos frente a los que se inducen respuestas T CD8 así como de evitar la restricción impuesta por las moléculas MHC, se realizaron experimentos de inmunización utilizando como antígeno la proteína NS3. La inmunización con dosis bajas de NS3 (5 µg/ratón) indujo únicamente respuestas T CD4, mientras que la inmunización con dosis de NS3 superiores a 25 µg/ratón indujo respuestas CD4 y CD8, siendo en este último caso multiepitópicas. Además, se indujeron ambos tipos de respuestas en ratones con diferentes moléculas de MHC. Finalmente, la inmunización con la proteína NS3, al contrario de lo que ocurre con los péptidos que corresponden a epítopos T CD8, induce respuestas que reconocen a células que expresan endógenamente las proteínas del VHC. Estos resultados sugieren que esta estrategia de vacunación que combina la proteína NS3 junto con agentes inmunopotenciadores podría ser útil en la prevención y tratamiento de la infección por VHC. IMPACTO DEL TRATAMIENTO ANTIRRETROVIRAL DE GRAN ACTIVIDAD SOBRE LA PROGRESIÓN DE LA FIBROSIS HEPÁTICA EN COINFECTADOS VHC/VIH J. Aguilar Reina, M. Garzón y A. Cayuela Sección de Hepatología. Servicio de Ap. Digestivo. HH UU Virgen del Rocío. Sevilla. La coinfección por virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) de pacientes portadores de virus de la hepatitis C (VHC) provoca aumento de la velocidad de progresión de la fibrosis hepática. Existe un número limitado de estudios, con metodología poco uniforme, sobre la influencia que tienen los tratamientos antirretrovirales en el desarrollo de fibrosis, con resultados contradictorios. Propósito. Conocer las diferencias que pudieran existir en cuanto a la velocidad de progresión de la fibrosis hepática en una cohorte de pacientes coinfectados (VHC+VIH) en los que ha tenido éxito el tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA), comparados con una serie pacientes monoinfectados por VHC. Pacientes y métodos. Estudio prospectivo incluyendo todos los pacientes a los que se realizó biopsia hepática entre el 1 de enero de 2.004 y el 31 de diciembre de 2.005 por considerarlos candidatos para tratamiento de la infección VHC con interferón y ribavirina, en los que se habían descartado otras causas de enfermedad hepática y 168 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 que presentaban ARN-VHC positivo en suero. Todos los VHC+VIH incluídos tenían viremia VIH indetectable y >300 CD4 en sangre periférica como consecuencia de tratamiento previo con TARGA. Las biopsias hepáticas se clasificaron según los criterios de Scheuer. Resultados. Se incluyeron 343 pacientes, 111 VHC+VIH y los otros 232 con monoinfección VHC. Datos de la serie completa: edad: 39,9 ± 20,2 años; 74,9% varones; genotipo: 1:73%; 2-3: 14,6%; 4: 11,6%. Presentaron sobrepeso 23,6%, consumo > 30 gr de alcohol/día, 44%, diabetes 3,7%, esteatosis 35%, y fibrosis en estadio 3-4 el 24,8%. Se pudo estimar el tiempo de evolución de la infección en 197 pacientes (20,2 ± 8,9 años). Los pacientes VHC+VIH fueron (con significación estadística) más frecuentemente varones, consumidores de alcohol, infectados por genotipo 4, antiguos adictos a drogas por vía parenteral y tenían menor índice de masa corporal (IMC), mayor carga viral VHC y menor tiempo de evolución de la infección que los monoinfectados VHC. El estadio de fibrosis no fue diferente en el momento de la biopsia, pero sí fue mayor el índice de progresión anual de la fibrosis (IPAF). No se encontraron diferencias en el resto de los parámetros. Al comparar los consumidores de alcohol con los que no consumían, los primeros eran, con significación estadística, más frecuentemente coinfectados, varones, portadores de genotipo 2-3 y mostraron estadio más avanzado de fibrosis y mayor IPAF. Además IPAF se relacionó con la tasa de consumo de alcohol. El estudio multivariante mostró que IPAF se relacionó independientemente con el sexo masculino (p < 0,005), la esteatosis en la biopsia (p < 0,001) y el consumo de alcohol (p > 0,004), y no con la presencia o ausencia de infección VIH. Conclusiones. Los pacientes coinfectados con respuesta a TARGA no muestran mayor progresión de la fibrosis hepática y el consumo de alcohol es el único factor externo que acelera la progresión. FACTORES PREDICTIVOS DE MORTALIDAD EN LA HEPATITIS ALCOHÓLICA: VALOR DE PARÁMETROS CLÍNICOS, ANALÍTICOS, HISTOLÓGICOS Y HEMODINÁMICOS M. Domínguez-García, R. Bataller, R. Miquel, P. Bellot, J. Colmenero, P. Sancho-Bru, M. Moreno, R.A. Fernández, J.C. García-Pagán, V. Arroyo, J. Caballería y P. Ginès Servicio de Hepatología, Institut de Malalties Digestives i Metabòliques, Hospital Clínic, Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS), Barcelona. Introducción y objetivo. Los pacientes con hepatopatía alcohólica crónica pueden presentar episodios de hepatitis alcohólica (HA), que cursan con una elevada mortalidad. Diversos estudios han identificado parámetros analíticos que se asocian a una mayor gravedad de un episodio de HA (Indice de Maddrey, MELD). El tratamiento estándar en los casos graves consiste en la administración de corticoides. No existen estudios que evalúen de forma conjunta el valor de parámetros clínicos, histológicos, hemodinámicos y terapéuticos sobre la mortalidad a corto y largo plazo de estos pacientes. El presente estudio evalúa el valor predictivo de dichos parámetros en una serie de pacientes con HA en los que existe una confirmación histológica. Métodos. Se incluyó los pacientes ingresados en el Servicio de Hepatología en el período 2000-2006 con diagnóstico clínico e histológico de HA. Se determinó la influencia de parámetros analíticos, complicaciones clínicas, hallazgos histológicos, parámetros hemodinámicos hepáticos y tratamiento con corticosteroides sobre la mortalidad a corto y largo plazo. Resultados. Se incluyó 103 pacientes con diagnóstico clínico-histológico de HA. La edad media fue 49 ± 9 años, con 67% de varones. El consumo medio de alcohol fue de 118 ± 66 gramos/día. Al ingreso, el Indice de Maddrey fue de 54 ± 35 y el MELD 21 ± 7. La mortalidad a corto plazo (3 meses) fue del 21,35% y la supervivencia media fue de 64,08% (seguimiento medio de 80,93 meses). El grado de hipertensión portal (HVPG) fue de 19,6 ± 6,34 mmHg. En el análisis multivariado, los parámetros que se asociaron a una Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 169 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO mayor mortalidad a los 3 meses fueron: colesterol sérico y creatinina sérica al ingreso, natremia, recuento plaquetario y de neutrófilos y tiempo de protrombina a los 7 días. Asimismo, se evaluó los parámetros que influyen en la supervivencia a largo plazo. La creatinina sérica, el tiempo de protrombina al ingreso y la creatinina sérica, colesterol sérico, natremia, recuento de plaquetas y tiempo de protrombina a los 7 días se asociaron a una mayor mortalidad a largo plazo. El desarrollo de descompensaciones clínicas durante el ingreso (ascitis, hemorragia digestiva, encefalopatía, infecciones bacterianas) no se asociaron a una mayor mortalidad en el análisis multivariado. El Indice de Maddrey y MELD al ingreso se correlacionó con la mortalidad, tanto a corto como a largo plazo. El valor de HVPG y los hallazgos histológicos no se relacionaron con la supervivencia. Por último, el tratamiento con corticosteroides se asoció a una menor mortalidad a largo plazo. Conclusiones. La HA se asocia a una elevada mortalidad. Los parámetros analíticos son los mejores predictores de mortalidad en estos pacientes. Los hallazgos histológicos y el grado de hipertensión portal no parecen influir en el pronóstico de estos pacientes. X. Salcedo-Mora, P. Sanz-Cameno, J. Medina, S. MartínVilches, M. Trapero-Marugán, L. García-Buey, J.A. MorenoMonteagudo, M.J. Borque1 y R. Moreno-Otero Unidad de Hepatología, Unidad de biología molecular1. Hospital Universitario de La Princesa. Introducción. Angiogénesis y fibrosis parecen coparticipar patogénicamente en la progresión de la HCC. La evaluación de factores solubles de angiogénesis (FSA) y marcadores de fibrosis (MF) proporciona evidencias acerca de la progresión de enfermedad y respuesta terapéutica. Objetivos.1-Comparar los niveles basales en suero de FSA y MF en pacientes con HCC y controles sanos. 2- Monitorizando las variaciones posteriores a la terapia combinada en pacientes respondedores y no respondedores. Método. Se analizaron71 pacientes con HCC antes y después del tratamiento. Todos recibieron terapia combinada con peg- IFNα mas ribavirina. 30 controles sanos fueron incluidos. Se analizaron por ELISA los niveles de factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF), su receptor, Flk.1; Angiopoietina-2 y su receptor Tie-2; Péptido Aminoterminal del Pro colágeno III (PIIINP) y Acido Hialuronico. Para el análisis estadístico. Chi cuadrado y test de Student´s. Resultados. En comparación con los controles sanos, los pacientes con HCC presentaban niveles séricos de FSA y MF significativamente mas elevados: VEGF (335 ± 118 vs 430 ± 207 pg/ml; p < 0,05), Ang-2 (782 ± 400 vs 1107 ± 408 pg/ml; p < 0,005); en contraste con los niveles séricos de sus receptores: (Flk-1 2090 ± 643 vs 2039 ± 500 pg/ml; p = 0,6), Tie-2 (2,24 ± 0,6 vs 2,70 ± 0,7 ng/ml; p = 0,9), que fueron similares. Igualmente en los MF: PIIINP (3,93 ± 1,2 vs 5,99 ± 2,2 µg/ml; P < 0,005), AH (146 ± 104 vs 236 ± 116 ng/ml; p < 0,001). Posterior a la terapia se observo una disminución significativa del VEGF (p = 0,001), Ang-2 (P = 0,0001), PIIINP (p < 0,0001), AH (p < 0,0001), y elevación de los receptores Flk-1 (P < 0,01), Tie-2 (p < 0,001). Igualmente se observo una dis- N VEGF Ang-2 Ang-1 Tie-2 P NP AH *p< 0,05 30 334,7 ± 118,1 782,2 ± 400,1 1364 ± 469,8 2,2 ± 0,6 3,9 ± 1,2 146,2 ± 104,5 CHC antes de la terapia Todos Resp. Promedio 71 35 430,8 ± 207,4* 405,7 ± 172,3 1107 ± 408,2* 1064,3 ± 349,3 1386,3 ± 485,9 1351,2 ± 456,2 2,3 ± 0,7 2,2 ± 0,6 5,09 ± 2,2* 6,0 ± 1,7 236,0 ± 116,7* 224,8 ± 114,0 SEGURIDAD Y EFICACIA DEL TRATAMIENTO CON PEG-IFN Y RIBAVIRINA EN PACIENTES CON CIRROSIS VIRUS C TRAS EMBOLIZACIÓN ESPLÉNICA PARCIAL (EEP) R. Bárcena1, A. Moreno2, J.R. Foruny1, J. Blázquez3, C. Quereda2, L. Gil-Grande1, J. Moreno1, M.A. RodrÍguez-Gandía1, M. García-González1, F. García-Hoz1, A. López-San Román1, M.J. Pérez-Elías2, J. Sánchez3 y S. Moreno2 Servicios de Gastroenterología1, Enfermedades Infecciosas2 y Radiología Vascular Intervencionista3. Hospital Ramón y Cajal. Madrid. LA TERAPIA ANTIVIRAL COMBINADA MODULA LOS NIVELES SÉRICOS DE MARCADORES SOLUBLES DE ANGIOGENÉSIS Y DE FIBROSIS EN PACIENTES CON HEPATITIS CRÓNICA C (HCC) Sanos minución de Ang-2, PIIINP y AH en los pacientes que respondieron con respecto a los que no respondieron (p < 0,05, p < 0,02 y p = 0,06, respectivamente). Conclusión. El tratamiento antiviral combinado de la HCC reduce los niveles en suero de MF y factores proengiogénicos, y disminuye lo niveles de sus receptores solubles. La reducción significativamente mayor de Ang-2, PIIINP y AH en pacientes respondedores con respecto a los no respondedores sugiere que estos marcadores séricos pueden ser candidatos para la monitorización de la respuesta al tratamiento y por su potencial valor pronostico, en el seguimiento a largo plazo. Introducción. La EEP mejora la pancitopenia por hiperesplenismo, que en pacientes con cirrosis virus C contraindica el uso de pegIFN/RBV. Este trabajo evaluó la utilidad de la EEP para permitir el uso de peg-IFN/RBV en estos pacientes. Métodos. En nuestro centro se realizó EEP con este fin en 24 pacientes; 20 (83%) han iniciado peg-IFN/RBV, con datos completos en 15 (75%). Resultados. La media pre-EEP de MELD y edad, 13 ± 2,7 (9-18) y 43 ± 8; varones 20 (83%), 13 VIH (54%), 83% genotipo 1. Seis (25%) pacientes eran transplantados hepáticos. Las medias basales de hemoglobina, plaquetas y neutrófilos fueron 12,6 ± 1,6 g/dl, 44,483 ± 15,019 céls/ml (< 50,000 15, 63%) y 1,494 ± 1,238 céls/ml (< 1,000 en 10, 42%). Previamente al tratamiento antiviral la EEP no sólo mejoró las cifras de plaquetas (p = 0,0001), neutrófilos (p = 0,002) y hemoglobina (p = 0,002); también la bilirrubina (p = 0,035), actividad de protrombina (p = 0,0001), INR (p = 0,009) y MELD (p = 0,003). 14 ± 8 semanas tras EEP 20 pacientes iniciaron RBV (14,7 ± 3 mg/kg/día) y dosis-plenas de peg-IFN-α-2a (n = 11) o peg-IFN-α-2b (n = 9). RNA-VHC basal 5,6 ± 0,9 log10 UI/ml. Sólo un sujeto redujo peg-IFN (semana 18), pero no por toxicidad hematológica. La dosis de RBV se ajustó en 5 (25%) pacientes con hemoglobina < 10 g/dl, (tras 19 ± 6 semanas), con uso de EPO en 2. Tres pacientes recibieron EPO sin ajustar RBV. Se utilizó G-CSF en 3 sujetos (15%) con neutrófilos < 500. 4 pacientes (20%) suspendieron tratamiento prematuramente, no relacionado con toxicidad en 3. En 15 pacientes con datos completos las tasas de respuesta virológica precoz, a fin de tratamiento y RVS fueron 47%, 33%, y 20%, respectivamente. 5 pacientes no respondedores mantuvieron tratamiento prolongado (52-139 semanas) a dosis plenas, por mejoría histológica y/o bioquímica. En los 15 pacientes con datos completos, tras una mediana de seguimiento de 107 semanas, e independientemente de la respuesta viral, se observaron mejorías significativas de la GPT (p = 0,028), GGT (p = 0,027); INR (p = 0,002), actividad de protrombina (p = 0,001), MELD (p = 0,009), plaquetas (p = 0,001), y neutrófilos (p = 0,03). No-resp 36 455,2 ± 236,4 1147,1 ± 459,8 1421,3 ± 519,5 2,2 ± 0,6 5,9 ± 2,7 246,8 ± 119,8 Todos 71 292,9 ± 167,7 701,2 ± 259,0* 1001,8 ± 383,3* 2,7 ± 0,7* 4,7 ± 2,1* 132,2 ± 103,2* CHC después de la terapia Resp Promedio 35 280,6 ± 125,7 645,4 ± 262,2* 1003,5 ± 323,9 2,5 ± 0,4 4,1 ± 1,7* 109,5 ± 97,7* No-resp 36 304,9 ± 201,5 755,3 ± 243,3 1000,0 ± 443,8 2,8 ± 0,9 5,2 ± 2,3 154,3 ± 105,0 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 169 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 170 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO Conclusiones. La EEP permitió el uso seguro de peg-IFN/RBV en cirróticos virus C a priori no candidatos a tratamiento, con una tasa de RVS del 20%. El seguimiento a largo plazo mostró mejoría significativa de los parámetros de función hepática, independientemente de la respuesta al tratamiento antiviral. CUANTIFICACIÓN Y ANÁLISIS FUNCIONAL DE CÉLULAS T CD8+ VHC ESPECÍFICAS EN LA INFECCIÓN PERSISTENTE POR VHC S. Benito1, M. Calvino1, J.R. Larrubia1,2, A. Arias1, J. Pérez de Hornedo1, E. Sanz de Villalobos2, F. González Mateos2, S. García Garzón2, A. Bienvenido2 y T. Parra1 1 Unidad de Investigación. 2S. Aparato Digestivo. Hospital Universitario de Guadalajara. EL TRATAMIENTO CON ADEFOVIR DIPIVOXIL (ADV) EN PACIENTES CON HEPATITIS CRÓNICA B (HCB) INDUCE NORMALIZACIÓN DE LOS NIVELES DE ALT Y DESCENSO DE CARGA VIRAL ASOCIADO A MODULACIÓN DE NIVELES SÉRICOS DE IL-2,-4,-12P70 Y-18 A. Caro-Patón1, A. López-Morante2, F. Sáez-Royuela2, F. Jorquera3, G. Sánchez-Antolín1, F. González San Martín4, M.T. Arranz5, G. Karpman6, J.L. Olcoz3, M.A. Hernández7, L. Herrera7, M. Villarroel8, E. Reyes8 y M. Álvarez-Mon8,9 1 Hospital Universitario Río Hortega. Valladolid. 2Hospital Gral. Yagüe. Burgos. 3Hospital de León. León. 4Hospital Clínico. Universitario. Salamanca. 5Hospital Clínico. Universitario. Valladolid. 6Hospital de El Bierzo. León. 7Gilead Sciences. Madrid. 8Laboratorio de Enf del Sistema Inmune y Oncología, Dpto de Medicina, Unidad I+D Asociada al CNB-CSIC. UAH. Alcalá de Henares, Madrid. 9Servicio de Enf del Sistema Inmune y Oncología. Hospital Príncipe de Asturias. Madrid. Introducción. ADV es un antiviral con mostrada eficacia en el tratamiento de pacientes con HCB. La HCB es un proceso de patogenia compleja con evidencia de inadecuada respuesta del sistema inmune del paciente al virus. En este trabajo investigamos los efectos de ADV en pacientes con HCB sobre parámetros funcionales del sistema inmune y su relación con la respuesta clínica. Material y métodos. Se han incluido 23 pacientes (18 varones/5 Mujeres), de entre 29-69 años, con HCB y enfermedad hepática compensada, evidencia de replicación viral activa, niveles de ALT elevados persistentemente y evidencia histológica de inflamación hepática activa y fibrosis, tratados con ADV según la práctica clínica habitual (10 mg/día v.o.).5 eran AgHBe+. Se han incluido 19 controles sanos pareados en edad y sexo con los pacientes. Mediante ELISA se midieron niveles séricos basales de IL-1β?, -1Ra, -2, -4, -6, -12p70, -18 e IFNγ y a las 24 y 48 semanas de tratamiento. (Límites de sensibilidad de 5, 100, 10, 0,5, 0,8, 0,75, 3 y 5?pg/ml respectivamente). Resultados. Los resultados clínicos demostraron normalización de ALT en 21 pacientes (91.30%) y descenso de carga viral en 20 (86,95%). En el estudio inmunológico se observaron niveles basales significativamente elevados de IL-2, -4, -6, -12p70 y -18 de los pacientes vs.controles sanos (Tabla 1). En relación a los niveles de IL2, -4, -12p70 y -18 se observó un paulatino descenso durante el seguimiento con normalización tras 48 sem de tratamiento. Los niveles séricos de IL-1β fueron significativamente menores vs controles sanos (p< 0,003). Estas diferencias significativas en niveles de IL-1β, 6 y la -18 se mantuvieron tras 24 y 48 semanas de seguimiento. Conclusión. Los enfermos con HCB padecen una marcada alteración del sistema inmune con una elevación significativa de citoquinas proinflamatorias del compartimento monocitario y linfocitario T. ADV consigue en la mayoría de los enfermos la normalización de la hepatolisis y un descenso de carga viral con notoria recuperación de la función inmunitaria. Tabla 1. Valores séricos de citoquinas en pacientes tratados con ADV: Pacientes Controles sanos Basal (n = 23) 24 sem (n = 21) 48 sem (n = 20) (n = 19) 4,34 ± 3,72* 4,13 ± 25,65* 8,53 ± 3,82* 10,49 ± 7,16 IL-1β (pg/ml) IL-1Ra (ng/ml) 0,20 ± 7,51 0,15 ± 6,36* 0,21 ± 2,25 0,22 ± 6,01 IL-2 (pg/ml) 24,36 ± 10,05* 23,51 ± 12,51* 10,27 ± 7,71**,*** 9,13 ± 4,95 IL-4 (pg/ml) 0,81 ± 4,45* 0,71 ± 0,47 0,63 ± 5,08** 0,49 ± 0,32 IL-6 (pg/ml) 1,94 ± 4,19* 1,87 ± 2,35* 1,94 ± 1,25* 1,47 ± 0,23 IL-12p70 (pg/ml) 0,27 ± 5,84* 0,30 ± 0,98*† 0,18 ± 0,37** 0,12 ± 0,12 IL-18 (pg/ml) 512,55 ± 115,27* 409,30 ± 80,50* 402,98 ± 80,49*,** 312,90 ± 69,66 IFNγ (pg/ml) 3,54 ± 7,43 3,42 ± 5,29 3,66 ± 1,57 3,95 ± 1,95 Los valores se expresan como media ± DS. *Indica diferencias significativas vs controles sanos (p < 0,05 Mann-Whitney Test). **Diferencia significativa vs basal (p < 0,05 Wilcoxon Signed Ranks Test). ***Diferencia significativa vs determinación realizada tras 24 sem de tto (p < 0,05 Wilcoxon Signed Ranks Test). 170 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 Introducción. La respuesta celular citotóxica específica contra el VHC juega un papel central en el control viral. Los pacientes que resuelven la infección desarrollan una respuesta celular citotóxica vigorosa con capacidad de expansión clonal, mientras que esta respuesta está insuficientemente estudiada en los sujetos que evolucionan hacia una infección crónica. Objetivos. Cuantificar la frecuencia de células T CD8+ específicas contra dos epítopos inmunodominantes del VHC (NS3 1406-1415 y NS3 1073-1081) en sangre periférica e hígado de pacientes con hepatitis crónica C (HCC) CMH-A2+ y analizar su funcionalidad a través de su capacidad de expansión clonal in-vitro tras estimulación con péptidos específicos. Materiales y métodos. Mediante gradiente de Ficoll-Hypaque se obtuvieron células mononucleares de sangre periférica (CMSP) de 20 sujetos con HCC y CMH-A2+ y 11 sujetos con HCC y CMHA2-, que se emplearon como controles negativos (CN); y por digestión de un fragmento del cilindro de biopsia hepática con DNAasa y colagenasa-I, células mononucleares intrahepáticas (CMIH) de 5 y 7 sujetos de estos dos grupos respectivamente. Las CMSP y las CMIH se marcaron con complejos pentaméricos-PE (Pent+) y anticuerpos anti-CD8-Cy5 y se analizaron mediante Citometría de Flujo. Se consideró positivo un valor igual o superior a la media + 2DE de los CN (10 células Pent+ por 50.000 CD8+). Para analizar la capacidad de expansión clonal, 5x105 CMSP se estimularon con los péptidos (1mM), IL-2 (25IU/ml) y toxoide tetánico (0,5mM), durante 10 días. Los resultados se presentan como la mediana de frecuencia de células T CD8+/Pent+ sobre el total de células T CD8+ más la variación intercuartil (IQR). Resultados. En 9 de los 20 pacientes con HCC (45%) se observó una respuesta celular citotóxica específica con una frecuencia de células CD8+/Pent+ de 0,06% IQR: 0,13 para el epítopo NS3 1073-1081 y de 0,02% IQR: 0,04 para NS3 1406-1415. De los 9 pacientes con respuesta específica sólo se logró expansión clonal en uno de ellos. Se observó un secuestro de las células T CD8+ NS3 1406-1415 específicas en hígado (sangre: 0,02%, hígado: 0,4%). Conclusiones. La respuesta citotóxica VHC específica en la infección persistente por VHC se caracteriza por ser: 1) Débil: se encuentran en una frecuencia inferior a 0,06% o están ausentes. 2) Estas células funcionalmente defectivas respecto a su capacidad de expansión clonal. Todas estas características pueden influir en la incapacidad del sistema inmune para el control viral en la HCC. TRATAMIENTO CON INTERFERÓN PEGILADO Y RIBAVIRINA DE LA HEPATITIS C RECURRENTE COLESTÁSICA TRAS EL TRASPLANTE HEPÁTICO E. Ulloa1, I. Fernández1, F. Colina2, R. Gómez3, J.C. Meneu3, R. Muñoz1, G. Castellano1, A. Fuertes4, E. Moreno3 y J.A. Solís-Herruzo1 Servicios de 1Medicina Aparato Digestivo, 2Anatomía Patológica, 3 Cirugía General y Unidad de Trasplantes Abdominales y 4 Microbiología. Hospital Universitario 12 de Octubre, Madrid. La recurrencia de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) es universal tras el trasplante hepático. En un pequeño subgrupo de pacientes, esta recurrencia se puede manifestar en forma de hepatitis colestásica, entidad que ocasiona con frecuencia un daño acelerado e irreversible del injerto. Describimos una serie de 15 pacientes transplantados por cirrosis por VHC con hepatitis C colestásica (14 genotipo 1, 1 genotipo 2), diagnosticada como media a los 176 días del trasplante (rango 60- 670). El diagnóstico se hizo de acuerdo con la Conferencia de Consenso de Trasplante Hepático y Hepa- Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 171 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO titis C (Liver Transp 2003; 9:S1-S9). Cuatro eran mujeres y 11 hombres; la edad media de 51 años (rango 34-70). El valor medio de la bilirrubina era de 19,7 mg/dl (6-45 mg/dl), de la GGT de 692 mg/dl (184-2339 mg/dl) y de la fosfatasa alcalina de 575,8 mg/dl (297-1452 mg/dl). En 10 de los 15 pacientes se detectaron cifras de carga viral en sangre superiores a 5x106 UI/mL (2,4x106-200x106 UI/mL). En todos los pacientes se inició tratamiento con IFN-Peg (1,5 µg/kg/sem) y ribavirina (800-1000 mg/d). Cuatro pacientes (27%) fallecieron entre los 2-4 meses por fallo de injerto, sin respuesta a la medicación antiviral. Diez (67%) de los 15 pacientes normalizaron las transaminasas durante el tratamiento. Cuatro de estos 10 pacientes (27%) consiguieron una respuesta viral sostenida (RVS) al retirar la medicación antiviral, dos de ellos tras 12 meses de tratamiento y dos tras sólo 8 meses, cuando fue suspendido por efectos secundarios. En los 6 pacientes restantes, la viremia permanecía detectable al final del tratamiento: uno falleció por insuficiencia hepática en relación con una recidiva grave de la infección tras suspender la medicación antiviral y en el resto el tratamiento antiviral se reinstauró a las pocas semanas de suspendido ante el empeoramiento del perfil hepático; en todos ellos se consiguió de nuevo normalizar la analítica hepática. Entre los efectos secundarios de la medicación antiviral destacó la anemia hemolítica (11/14 pacientes requirieron darbopoetina y/o transfusión), y la neutropenia (2 pacientes necesitaron Filgastrim). En un caso el tratamiento se suspendió al 4º mes por rechazo agudo y en dos casos, con RVS, el tratamiento se suspendió al 8º mes por colestasis y ductopenia leve en la biopsia hepática. Conclusiones: 1) El tratamiento combinado con IFN-Peg y ribavirina consiguió normalizar la analítica hepática en el 67% de los pacientes trasplantados con hepatitis C recurrente colestásica, erradicando la infección viral en el 26%. 2) El tratamiento antiviral de mantenimiento parecer ser necesario en aquellos pacientes en los que mejora la función del injerto pero permanecen con viremia. 3) Se debe vigilar de forma estrecha la aparición de efectos adversos de la medicación antiviral, especialmente las citopenias y el rechazo. EN LA HEPATITIS CRÓNICA C LA ESTEATOSIS HEPÁTICA INFLUYE EN LA EXPRESIÓN DE CITOQUINAS L.I. Fernández, J.M. González, A. León1, R. Aller, B. Velayos y J.A. Garrote1,2 Servicio de Aparato Digestivo. Unidad de Investigación2. Hospital Clínico de Valladolid. IBGM. Universidad de Valladolid1. España. Introducción. En la hepatitis crónica c la actividad inflamatoria y fibrosis se asocian a la síntesis de diferentes citoquinas. Las citoquinas también intervienen en la patogenia de la enfermedad hepática por depósito de grasa. Hay esteatosis aproximadamente en el 50% de las biopsias hepáticas de pacientes con hepatitis crónica c y se asocia a formas más graves. Por tanto la esteatosis podría influir en la síntesis de citoquinas en la hepatitis crónica c. Objetivos. Determinar si la presencia de esteatosis en el tejido hepático de pacientes con hepatitis crónica c modifica el patrón de producción de citoquinas. Material y métodos. Hemos medido los niveles de ARNm de IFN gamma, IL6, TGFbeta, TNFalfa, IL1beta, IL10, IL12 (p40 and p35) en tejido hepático de 30 pacientes con hepatitis crónica c biopsiados antes de recibir tratamiento antiviral. Tras la obtención de las muestras, éstas se sumergieron inmediatamente en 1mL de solución RNLater® (Ambion inc, TX, USA) y fueron almacenadas a -20ºC para preservar la integridad del ARN hasta su procesamiento. El ARN total fue extraído del resto de la biopsia usando el reactivo TRIZOL® (Invitrogen, Live Technologies, USA). Los valores de ARNm fueron determinados con PCR en tiempo real con LightCycler® (Roche Applied Science, Mannheim Germany). Las reacciones se realizaron en un volumen de 20 ul usando el FastStart SYBR Green I MasterMix (Roche) y 1 ul de Uracil DNA Glicosilase (UDG) (Roche) termolábil para evitar contaminaciones. Los resultados obtenidos como un cociente entre el ARNm de cada citoquina y de beta-actina se han expresado con unidades arbitrarias. Hemos comparado los niveles de ARNm de las diferentes citoquinas en pacientes con y sin esteatosis teniendo en cuenta el genotipo y los diferentes grados inflamatorios y estadios de fibrosis, y también en los pacientes con esteatosis según el genotipo sea 3 ó 1 y/o 4. Hemos empleado las pruebas de U Mann Whitman y de Chi cuadrado. Resultados. La esteatosis hepática se asocia a menor expresión de ARNm de TNfalfa (p 0,01), IL12p35 (p 0,01) y TGFbeta (p 0,07) en el global de pacientes y entre pacientes infectados por genotipo 1 y/o 4 (TNFalfa p 0,04, IL12p35 p 0,002, TGFbeta p 0,005). Estas diferencias persisten en pacientes con diferentes grados de actividad y estadios de fibrosis. Entre los pacientes con esteatosis el genotipo 3 se asocia a menor expresión de IL6 (p 0,03) e IFNgamma (p 0,04). Conclusiones. En la hepatitis crónica c la esteatosis hepática se asocia a menor expresión de citoquinas de tipo Th1. La IL 6 podría inhibir la respuesta de tipo Th1. En la hepatitis crónica c la esteatosis podría inducir la fibrosis por un mecanismo independiente de TGFbeta. MUTANTES DE ESCAPE A LA VACUNA ANTI-HEPATITIS B EN PACIENTES CON HEPATITIS CRÓNICA B SIN RESPUESTA AL TRATAMIENTO ANTIVIRAL J. Sheldon1, B. Ramos1, J. García-Samaniego2, M. Romero2, A. Moreno2, P. Rios1 y V. Soriano1 Servicios de Enfermedades Infecciosas1 y Hepatología2. Hospital Carlos III, Madrid, España. Introducción. El genoma del virus de la hepatitis B (VHB) contiene 4 genes que codifican diversas proteínas complejas y multifuncionales. El tratamiento a largo plazo con análogos de núcleos (t)idos puede dar lugar al desarrollo de mutantes de resistencia que pueden convertirse con el tiempo en las especies dominantes. La DNA polimerasa del VHB se solapa con el gen de la envoltura que codifica el HBsAg, de tal manera que la selección de mutaciones de resistencia pueden afectar la antigenicidad y/o la producción de HBsAg. La primera situación favorece el escape a la vacuna específica y la segunda puede dar lugar a infección oculta por VHB. Métodos. Se estudiaron 62 pacientes con hepatitis crónica por VHB (19 monoinfectados y 43 con coinfección VHB/VIH) y carga viral detectable a pesar del tratamiento con núcleos (t)idos a los que se realizó secuenciación del DNA-VHB en busca de mutaciones en los genes de la polimerasa y el HBsAg. Resultados. Las principales características de la población del estudio se resumen en la tabla. El tiempo medio de tratamiento con lamivudina (LAM), tenofovir (TDF), adefovir (ADV), y emtricitabina (FTC) fue de 39, 13, 22 y 9 meses, respectivamente. VHB VHB/VIH 19 43 ADV (10) TDF + LAM (38) TDF + FTC (2) LAM (2) TDF (1) Nº de pacientes Fármacos antivirales ADV + LAM (9) Genotipos A D E F G Mutaciones de resistencia LAM (rtL180M, rtM204V/I, rtV173L, rtV207I, rtV191I) TDF (rtA194T) LAM + TDF ADV (rtN236T, rtQ215S, rtI233V, rtS213T, rtV214P) LAM + ADV Mutaciones determinante “a” (sP120T, sM133I, sD144E) Mutaciones “c” terminal (sE164D, sI195M, sW196L/S, sM198I, sL216stop, sW199stop, sW182stop) 6 10 2 1 1 p 36 6 1 19 1 2 5 2 4 1 5 19 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 0,013 171 Comunicaciones 119-189 12/2/07 14:50 Página 172 XXXII CONGRESO NACIONAL DE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA PARA EL ESTUDIO DEL HÍGADO En los pacientes VIH (-) con hepatitis crónica B se detectaron mutaciones tanto en el determinante “a” como en “c” terminal principalmente en aquéllos con genotipo D. En los pacientes coinfectados por VIH todas las mutaciones en “c” terminal se detectaron en el genotipo A. En el análisis multivariante las mutaciones en el determinante “a” eran dependientes del genotipo mientras que las mutaciones en el “c” terminal no guardaron relación con el genotipo y se seleccionaron con el tratamiento con lamivudina. Conclusiones. Las mutantes de escape a la vacuna parecen ser más frecuentes en los pacientes con genotipo D y en este estudio se observaron más frecuentemente en pacientes monoinfectados por VHB. La circulación de las variantes que afectan al gen de la envoltura del VHB seleccionadas por fármacos antivirales necesita mayor investigación para determinar sus eventuales repercusiones de salud pública. VALORACIÓN DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA FIBROSIS EN PACIENTES CON HEPATITIS C MEDIANTE ANÁLISIS ÓPTICO DE IMÁGENES DE TAC DE HIGADO (FIBROCT®) A. Madrazo, E. Gómez-González, M. Vera, V.M. Castellano, M. Nevado, J.C. Alcón, L. Rodrigo, R. Pérez, R. Solà, J.M. Pérez-Moreno, J.M. Navarro, R. Andrade, J. Salmeróan, M. Diago y M. Romero Gómez UGC Enfermedades Digestivas. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Grupo de Física multidisciplinar. Depto Física aplicada III. Universidad de Sevilla. Servicio de Patología. Hospital Fundación Fuenlabrada. Madrid. Servicio de Patología. Fundación Hospital Alcorcón. Madrid. Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital Universitario de Valme. Sevilla. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Central de Asturias. Oviedo. Sección de Hepatología. Hospital del Mar. Barcelona. Sección de Aparato Digestivo. Hospital de Puerto real. Cádiz. Servicio de Aparato Digestivo. Hospital Costa del Sol. Marbella. Málaga. Sección de Hepatología. Hospital Virgen de la Victoria. Málaga. Unidad Clínica de Digestivo. Hospital San Cecilio. Granada. Sección de Hepatología. Hospital General de Valencia. Valencia. Introducción. La distribución de la fibrosis en el hígado en pacientes con hepatitis C parece no ser homogénea, observándose diferencia de un estadio en un tercio de los pacientes cuando se analizan biopsias de ambos lóbulos. El fibroscan® detecta diferentes velocidades de ondas en al modificar el punto de medición en un mismo paciente. El análisis óptico de imágenes de TC de hígado permite analizar el hígado en su totalidad y conocer la distribución de la fibrosis. Propósito. Analizar la homogeneidad de la distribución de la fibrosis en el hígado y su influencia en la correlación con la biopsia hepática histológica. Material y métodos. Incluimos 70 pacientes con hepatitis C que no habían sido tratados con antivirales. Analizamos la fibrosis histológica según Scheuer por dos patólogos expertos e independientes. Las biopsias debían medir al menos 15 mm y mostrar más de 10 espacios porta. Se practicó TC de hígado helicoidal, sin contraste oral ni intravenoso (Toshiba Asteion, 120kV, 190-205mAs) con cortes axiales de 5 mm. Los niveles de ventana se mantuvieron constantes y las imágenes fueron digitalizadas (Microtek 9800XL+TMA 1600, 300 dpi, 8 bpp). El análisis digital permitió conocer la distribución de la fibrosis y el cálculo de la fibrosis media ponderada (FMP). Los pacientes se clasificaron en tres grados de homogeneidad en la distribución de la fibrosis: homogénea, heterogénea e intermedia según el número de áreas de cada estadio de fibrosis detectada. Resultados. Presentaban una distribución homogénea 23 pacientes (32,8%), heterogénea 22 casos (31,4%) e intermedia 25 pacientes (35,7%). La FMP correlacionó con la fibrosis histológica (FH) (r = 0,51; p < 0,001). La capacidad diagnóstica según curva ROC para predecir fibrosis no significativa (F0-F1) fue de 0,73 (IC95%: 0,610,85). En el grupo de pacientes con distribución homogénea de la fibrosis el AUC para F0-F1 fue de 0,80 y para F3-F4 de 1,00. En los casos con distribución heterogenea el AUC fue de 0,65 y 0,62 respectivamente. La correlación entre FH y FMP fue superior en los 172 Gastroenterol Hepatol. 2007;30(Supl 1):119-89 pacientes con distribución homogé