Testigos de hielo, reconstruyendo las condiciones
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Testigos de hielo, reconstruyendo las condiciones
Testigos de hielo, reconstruyendo las condiciones atmosféricas y climáticas del pasado con miras al futuro: el caso de Svalbard C. P. Vega, Department of Earth Sciences, Uppsala University, Sweden De la misma forma en que un detective puede implicar a un sospechoso por medio de sus huellas dactilares dejadas en la escena del crimen, los glacio-químicos pueden investigar las condiciones pasadas de la atmósfera y el clima por medio del análisis de diferentes especies químicas preservadas en testigos de hielo. Un testigo de hielo es un tipo de archivo estratigráfico basado en la acumulación vertical anual de sucesivas capas de nieve, las que tras diversos procesos físicos se transforman en neviza y posteriormente en hielo. Las huellas químicas presentes en estos testigos se pueden asociar a diferentes fuentes y procesos responsables de su generación, transformación y trasporte. Relaciones entre las concentraciones de las distintas especies, permiten identificar fenómenos naturales o antropogénicos, tales como actividad biogénica marina, extensión del hielo marino, erupciones volcánicas o quema de biomasa, entre otras. Las primeras extracciones de testigos de hielo, alrededor de 50 años atrás, han abierto una ventana al pasado. Testigos extraídos en la Antártica y el Ártico nos permiten cubrir cerca de 800 000 años (Domo C, Antártica) y 130 000 años (NEEM, Groenlandia), en tanto que testigos obtenidos en otras zonas, por ejemplo, en los Andes, los Alpes, el Himalaya, Canadá o el Ártico Europeo, proveen un registro con una escala temporal más corta aunque generalmente, con una mayor resolución que la de los testigos polares [Jouzel, 2013]. Fertilización del Ártico: el caso de Svalbard El incremento global en la demanda de comida y energía ha incrementado el nivel de nitrógeno reactivo (Nr) que ingresa a la atmósfera durante los últimos 100 años [Mosier et al., 2002]. Este Nr es transportado hacia latitudes árticas y se acumula en glaciares a través de depositación húmeda o seca, principalmente en forma de NO3y se libera al ecosistema con cada deshielo estacional [Björkman et al. 2013]. Puesto que el Ártico posee ecosistemas nitrógeno-limitados, el NO3- acumulado en los glaciares puede actuar como fertilizante una vez liberado a los cauces de agua. El archipiélago de Svalbard (74°–80° N y 10°–35° E) está ubicado en un área geográfica que presenta variaciones estacionales y climáticas pronunciadas [Hisdal, 1998]. Masas de aire provenientes de Europa, Escandinavia, noroeste de Rusia y Norteamérica, transportan diversos contaminantes, entre ellos, NO3(Vega et al., 2015a y b). En este estudio, muestras de tres testigos de hielo obtenidos en Lomonosovfonna y Austfonna, Svalbard (Figura 1), se usaron para obtener las concentraciones de NO3- así como las razones isotópicas entre 15N y 14N (15N) y 18O y 16O Figura 2 15N cuantificado en el testigo LF-97 (18O) en la molécula de NO3-. Los valores de 15N fueron utilizados para identificar las fuentes de NOx (Lomonosovfonna) er(). La línea negra muestra un ajuste polinómico de 3 orden de los datos. La línea gris debido a su conservación luego de la oxidación de NO x muestra el 15N cuantificado en el testigo LF-09. 18 a NO3 [Moore, 1977]. Los valores de O fueron usados para inferir la vía de oxidación para formar NO3- en la atmósfera [Michalski et al., 2003]. Los resultados de 15N sugieren que el NO3- depositado en Lomonosovfonna es principalmente producido por la combustión de combustibles fósiles, emisiones de suelos fertilizados y la quema de bosques boreales [Vega et al., 2015a] (Figura 2). Además, un gradiente de concentración e isotópico evidenciado en Svalbard muestra que las masas de aire que arriban a la zona oriental de Svalbard tienen diferente origen que las que arriban a la costa occidental [Vega et al., 2015b]. Los resultados de este estudio muestran que en vista de un futuro escenario de aumento de las precipitaciones en Svalbard y el consecuente incremento en la depositación de Nr en la región, es relevante y urgente estimar el efecto del Nr en diferentes ecosistemas árticos y la respuesta de ellos al aumento del flujos de nutrientes pronósticados para las próximas década s en la región. Figura 1 Mapa del Ártico en donde se muestran Svalbard y el sitio de extracción el testigo de hielo NEEM en Groenlandia. Referencias Björkman et al., 2013. Tellus B, 65, 19071. Brimblecombe et al., 1985. Ann. Glaciol., 7, 141–147. Jouzel, 2013. Clim. Past., 9, 2525–2547. Michlaski et al., 2013. Geophys. Res. Lett., 30 (16), 1870. Moore, 1977. Atmos. Eviron., 11, 1239–1243. Mosier et al., 2002. Biogeosciences, 57/58, 477–516. Vega et al., 2015a. , J. Geophys. Res. Atmos., 120, 313– 330. Vega et al., 2015b. Polar. Res., 34, 23246.