Revista FDS - Número 001
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Revista FDS - Número 001
El contenido de este archivo corresponde al número 1 de la Revista Fuera de Series, que fue publicado el 03/02/2014. Debido a las limitaciones del formato, algunos elementos no podían ser visualizados correctamente y han sido eliminados. Para ver el contenido completo, entra en la siguiente dirección: www.fueradeseries.com/revista/numero-1febrero-2014/ Como suscriptor/a de la Revista, tienes libertad absoluta para enviar este archivo a cualquier persona que pueda interesarle. Si no eres suscriptor, te ha gustado el contenido y quieres ayudarnos a que la Revista siga editándose, puedes suscribirte en la siguiente dirección: www.fueradeseries.com/suscribete Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com EDITORIAL POR CJ NAVAS Gracias Sé que es predecible y que está muy visto dar las gracias por la acogida de una revista, y hasta se plantea uno el ser un desagradecido por pecar de original, pero en mi casa me enseñaron de pequeñito que “es de bien nacidos ser agradecido” y si mi madre lee que no doy las gracias no me lo perdonaría. Así que: muchísimas gracias por la acogida que tuvo nuestro número 0 el pasado mes de Enero. Pese a que uno se marca en su mente unas expectativas, cuando ves que se superan con creces no puedes más que pensar que algo debemos estar haciendo bien. El equipazo de autores con el que contamos para salir a la primera batalla fue de quitarse el sombrero, y gracias a ellos algo que tenía pinta de ser bueno, una vez publicado y recibido los primeros comentarios, ha resultado ser mucho más que bueno y parece que ha gustado mucho. Las novedades Como dijimos desde el principio, nuestra idea es hacer la mejor revista que nuestros ingresos nos permitan. Empezamos la revista con la idea de que cada número tuviese tres artículos originales, y al sobrepasar el umbral de los 6.000€ en el Crowdfunding, lo aumentamos en uno. Pues bien, como podéis comprobar, el número 1 sale con un total de cinco artículos y una entrevista. Y es así por dos razones: • La primera, por el ritmo de suscripciones posteriores al Crowdfunding. • La segunda, que desde este número 1, el artículo gratuito de cada número tendrá un patrocinador. Este patrocinio nos va a permitir ampliar el contenido de cada número y pagar mejor a nuestros autores; de hecho, hemos aumentado en un 20% (con efecto retroactivo) lo que pagamos por cada artículo o entrevista en la revista. Por otro lado, tal y como nos habéis pedido muchos, vamos a editar versiones offline de la revista en los principales formatos (.pdf, .epub, .azw3 y .mobi) en las próximas semanas. 3 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com El número 1 Y ahora, entremos en materia. En este nuevo número de la revista vamos a hacer un repaso televisivo que nos va a llevar por un camino para muchos desconocido: En La televisión del telón de acero, Lorenzo Mejino nos narra cómo era la televisión en la Europa del Este tanto antes como después de la caída del Muro, compartiendo con nosotros un montón de experiencias vividas por él de primera mano y haciéndonos un repaso de algunas series imprescindibles que han pasado completamente desapercibidas en Occidente. De la mano de Fausto Fernández con Cuando la televisión fue cine, viajaremos a los años '60, '70 y '80 viendo como no es un fenómeno estrictamente reciente que productos concebidos originalmente para la pequeña pantalla fueran, por una u otra razón, finalmente proyectados en la gran pantalla. Fue también a finales de los '60 cuando Juan Tébar empezó a realizar sus primeros trabajos como guionista, y en Historia para SÍ dormir tenemos el privilegio de leer acerca de sus primeros primeros pasos como profesional y de su relación con Chicho Ibáñez Serrador en un artículo que por sí mismo ya ha hecho que todo el esfuerzo de sacar adelante la Revista haya merecido la pena. Ya en plena actualidad, disfrutaremos de experiencias de la infancia con Ángel Agudo y los videojuegos en De la pantalla al joystick, donde descubriremos que la relación entre las series de televisión y los videojuegos (con mejores o peores resultados) viene de muy lejos. Y para rematar, Marina Such nos describe en A la caza de los pilotos cómo el sistema norteamericano tradicional de desarrollo de series se está tambaleando debido a la entrada de nuevos modelos y nuevos jugadores. Para rematar, Borja Glez. Santaolalla ha entrevistado a Josep Gatell y Teresa de Rosendo, que nos cuentan cómo fue la experiencia de colarse en una sala de guionistas de Hollywood y las diferencias que encontraron allí respecto a cómo es el trabajo de un guionista. Así es el nuevo número de Fuera de Series, una andanza continua por el mundo de la televisión sin prisa pero sin pausa y que espero que os guste tanto como ese número cero. Recordad que ya estamos preparando una nueva entrega y, como siempre, tened mucho cuidado ahí fuera. Actualización: Aprovechando la publicación de los dos primeros números de la Revista en varios formatos para poder leerse offline, nos ha sido imposible resistir la tentación de publicar la entrevista que Patricia Puentes, nuestra corresponsal en California (toma ya), le ha realizado a Timothy Olyphant. 4 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com A LA CAZA DE LOS PILOTOS POR MARINA S. DÍAZ Damos las gracias a Juan Gómez-Jurado por patrocinar el artículo gratuito de este mes. Con casi 5.000.000 de lectores, Juan Gómez-Jurado es uno de los autores españoles contemporáneos más conocidos fuera de nuestras fronteras. Acaba de editar su nueva novela, El Paciente, de la que Katherine Neville (autora del bestseller El ocho) asegura que "Es una montaña rusa de emoción e intriga. No has leído nada igual". Aquí te dejamos los enlaces para comprar la edición en papel, la edición para Kindle y la edición para iBooks. Entre enero y abril, se abre en la televisión estadounidense lo que se conoce como pilot season, la temporada de pilotos. Es el momento en el que los guionistas cuentan a las cadenas sus ideas y éstas deciden de cuáles se rodará un episodio de presentación que, después, servirá como base para juzgar si de ese capítulo puede salir una serie. Es el sistema tradicional de desarrollo de series, pero hay quien cree que es ineficaz y que hay que acabar con él. 5 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com En julio de 2013, cuando Netflix colgaba su tercera serie de producción propia (si no contamos la resurrección de Arrested Development) a disposición de sus suscriptores, no sólo confirmaba la entrada de un nuevo actor en el juego de la ficción televisiva (y uno con el potencial para cambiar definitivamente el negocio), sino que estaba también apostando por saltarse la manera más habitual de desarrollar proyectos en la televisión estadounidense. Aquella serie era Orange is the new black, y Lionsgate se la había vendido a Netflix como algo ya formado: la plataforma estaba comprando directamente una temporada de trece episodios, no la producción de un piloto a partir del que decidirían si se la quedaban o no. No es la manera tradicional de hacer negocios en Hollywood, pero para cuando la plataforma online accedió a poner en marcha esa serie (que ha sido la más exitosa de las cuatro originales que han emitido) el clima ya estaba empezando a virar hacia otras propuestas y otros modos de hacer las cosas. Pero... ¿cuál es el modo tradicional de desarrollar series? Cada año, las cuatro grandes cadenas en abierto estadounidenses y The CW (las llamadas networks) producen alrededor de 80 capítulos piloto en total. Dichos episodios empiezan a forjarse en el verano anterior, cuando los jefes de entretenimiento de esas cadenas escuchan centenares de ideas por parte de sus creadores. Se piden guiones de unas cuantas de ellas y, entre enero y abril, se producen unos cuantos de esos guiones. Esos meses son los que se conocen con el nombre de temporada de pilotos, y en Hollywood significan una actividad frenética de audiciones de actores (algunos de los cuales viajan específicamente a Los Ángeles para probar suerte en esa ‘cacería’), de firmas de contratos por siete años sin saber si realmente saldrá una serie de ese piloto, de contrataciones de equipo técnico, de búsqueda de platós y localizaciones y, finalmente, de rodaje del episodio. La temporada de pilotos Esos entre 80 y cien episodios se producen todos al mismo tiempo, con lo que todos compiten por los mismos actores y los mismos directores. No es extraño que a bastantes actores británicos y australianos (y canadienses) les animen sus agentes a probarse en al menos una temporada de pilotos porque, aunque Los Ángeles sea una ciudad inmersa en la industria audiovisual, al final no hay tantas caras disponibles para trabajar en esa marea de episodios. El proceso es, según cuentan los que han pasado por él, estresante y poco agradable. El director Jake Kasdan, responsable de los pilotos de New Girl o Freaks and Geeks, lo describía a la revista del DGA (el sindicato de directores) como “un erial a lo 'Los juegos del hambre' implacable, sin leyes, a veces desesperado y a menudo triste del negocio de la televisión”. Todos los implicados reniegan de la pilot season, afirmando que es un sumidero de dinero y una experiencia poco gratificante... Pero todos los años se repite la misma historia. 6 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Como decíamos, con los episodios de presentación ya listos y en manos de las cadenas, los ejecutivos los ven todos del tirón en un par de semanas y deciden cuáles de ellos tienen potencial para convertirse en series que puedan aguantar en antena varios años y si esas series encajan en la línea del canal. justo para los upfronts en los que se presenta la programación de la siguiente temporada, en mayo, se termina ‘comprando’ una pequeña parte de los pilotos producidos. El año pasado, las networks se quedaron con unos 20 y 25 de ellos en primavera, pero muy pocas de esas series nuevas vivirán para ver una segunda temporada (si la temporada no se ha dado especialmente bien, muy posiblemente apenas una o dos por cadena, )... Y todo esto cuesta dinero. Mucho dinero. No todos los pilotos cuestan los diez millones de dólares que costaron los de Perdidos o Fringe, pero sí se gasta algo más de dinero en ellos que en el resto de la serie. Un capítulo normal puede tener un presupuesto medio en Estados Unidos de tres millones de dólares (tirando por lo alto), mientras que un piloto puede tener un presupuesto medio de cinco millones. Si una cadena encarga una temporada de veinte de estos episodios, se habrá gastado ahí cien millones de dólares para, al final, quedarse a lo mejor sólo con cinco. Es un importante desembolso de dinero, pero la idea detrás de todo el proceso es que, al producir sólo un episodio en lugar de trece, si la serie no sigue adelante, no se ha tirado a la basura tanto dinero. Algunas productoras intentan protegerse las espaldas incluyendo en los contratos una cláusula por la que, si el proyecto no pasa del piloto, la cadena debe indemnizarlas, pero eso no impide que series como Legally mad, de David E. Kelley, acaben descartadas de todos modos. Sin embargo, desde hace ya algún tiempo, hay ejecutivos dentro de la industria que creen que ese modelo está obsoleto y su ineficacia hoy en día está probada más que de sobra. Directas a serie Esos ejecutivos, además, no son los de Netflix u otras nuevas plataformas de contenidos, sino los de networks tan tradicionales como NBC, CBS o FOX. La primera ya intentó saltarse no sólo la temporada de pilotos, sino hasta las presentaciones de los upfronts al final de la época de Jeff Zucker como responsable de la cadena, entre 2007 y 2010, pero sin demasiado éxito (de aquel ‘experimento’ de entregar el horario de las 22 a Jay Leno, mejor no hablamos). Sin embargo, la aparición de más canales por cable que quieren tener contenido original ha elevado la competencia por conseguir algunos de los proyectos más codiciados, y las productoras acaban vendiéndolos a quienes dan más garantías de que dichos proyectos van a tener alguna opción de ver la luz y ser emitidos. Ahí está parte del éxito que está teniendo Netflix en atraer a grandes nombres a su campo; les promete al menos trece episodios, que todos se verán y deja solos a sus creadores, casi sin interferencias creativas. Por eso, por ejemplo, NBC se quedó el año pasado con The Michael J. Fox Show al comprar una temporada completa de 22 capítulos, y CBS desarrolló del mismo modo Under the dome, su éxito veraniego que adaptaba un libro de Stephen King. Pidió directamente trece 7 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com episodios (lo que se llama una direct to series order) y, antes de que nadie viera ni dos minutos del primer capítulo, ya había buscado el modo de amortizar la inversión con las ventas en el mercado internacional, cada vez más importantes, y llegando a un acuerdo de pre-sindicación, como quien dice, con Amazon para que sus clientes Premium fueran los primeros en poder ver las repeticiones de cada capítulo, unos días después de que se emitieran. La lógica detrás de estos movimientos la expresaba Kevin Reilly, jefe de FOX, en la sesión con los periodistas que tuvo lugar en la última gira invernal de la Asociación de Críticos de Televisión (TCA). Reilly afirmó allí que “el sistema de desarrollo en televisión se construyó en una era diferente y es muy ineficaz. Es poco menos que un milagro que los creativos puedan aún producir algo de calidad en este entorno. Más cuando están compitiendo, francamente, con una amplia franja del cable que que tiene mucha flexibilidad en el patrón de orden y flexibilidad acerca de cuándo pueden verse las series, y las cadenas de cable son capaces de corregir el rumbo creativamente, rodar de nuevo y cambiar actores”. FOX está haciéndolo, por ejemplo, con Gotham, la serie inmersa en el universo de Batman y, en concreto, de uno de sus secundarios, el comisionado Gordon y sus inicios en la policía de Gotham City. Reilly confía en que, alternando compras de temporadas enteras con el modelo tradicional de las peticiones de pilotos y con el desarrollo de miniseries (o series limitadas, como han decidido llamarlas ahora), el proceso de desarrollo de nuevas series puede llegar a ser más eficaz y a producir títulos que tengan más opciones de conectar con la audiencia. En 2013 parece haberse producido una explosión en el número de series nuevas desarrolladas saltándose la producción de un piloto, y pidiendo de primeras una temporada completa. Además de Gotham o Gracepoint, NBC se ha quedado en estas condiciones con una de las nuevas comedias que está desarrollando Tina Fey como productora, y CBS compró así Extant, un título de ciencia ficción, producido por Steven Spielberg, que desató una guerra de ofertas entre las cadenas, y que la network del ojo se quedó precisamente porque ofreció una petición de trece episodios. Extant está siendo desarrollada del mismo modo que Under the dome, para ser emitida también en verano El lado creativo Por supuesto, para los creadores de las series, una petición directamente de trece episodios es un voto de confianza que les permite trabajar sin el estrés ni la presión de tener que esperar casi hasta mayo para saber el destino de ese guión que escribieron en agosto, que produjeron en febrero y que entregaron a la cadena en marzo. Además, es notoria la rapidez con la que tienen que trabajar una vez que la serie se estrena y empieza a emitirse, contando con sólo ocho días para rodar un episodio en un drama (algunos títulos apenas tienen dos o tres capítulos ya producidos de adelanto con respecto al que se emite esa semana), y casi sin tiempo para hacer ajustes o cambios si algo no funciona o si sucede algo inesperado. Un reportaje de Vulture, la web de New York Magazine, señalaba que, con esas series 8 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com order, Bates Motel (que A&E compró sin ver ni el piloto) empezó a rodar su primera temporada con un colchón de seis guiones ya escritos, y que Gracepoint, el remake de Broadchurch que FOX tiene previsto para la próxima temporada, no empezaba a rodar hasta enero y, sin embargo, en noviembre ya tenía a buena parte del reparto y sus guionistas estaban trabajando en varios episodios al mismo tiempo. Para cuando la serie se presente en los upfronts, la cadena tendrá bastante más que el piloto para vendérsela a los anunciantes. Eso sí, este método sigue sin asegurar nada, y la propia FOX lo sabe muy bien tras la experiencia de Terra Nova. Se la quedó sin necesidad de pedir un piloto, comprando directamente trece capítulos, pero la producción fue más que movida, el estreno de la serie tuvo que aplazarse un año y, al final, no tuvo la suficiente audiencia para que se considerara su renovación (además de que no convenció a los críticos). Como todo intento de cambiar el modo habitual de hacer las cosas, este saltarse la temporada de pilotos, incluso produciendo algunos fuera de esos meses, puede quedar en nada si los proyectos desarrollados de esta manera fracasan. Pero la competencia de Netflix, por ejemplo, que ofrece a los creadores la garantía de que van a producir y emitir una cantidad mínima de episodios, está obligando a las networks a adaptarse y a probar otros métodos. Y si todo esto de la compra de una serie sin ver un piloto, y pidiendo directamente trece capítulos, os suena familiar es porque es el modelo habitual de negocio en España y en Europa, en general. Todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Es evidente que, televisivamente hablando, 2013 ha sido en Estados Unidos el año de Netflix, confirmado gracias a las nominaciones a los Emmy, los premios del sindicato de actores (SAG) y los Globos de Oro que han conseguido algunas de sus series. Pero esa apuesta por la producción propia no ha sido un capricho, sino que vino dictada por la necesidad. En los últimos tiempos, conforme el visionado en streaming ha ido ganando cada vez mayor aceptación entre el público, las distribuidoras han ido mostrándose más recelosas de los beneficios que Netflix, en este caso, obtiene de su catálogo, y han empezado a pensar en poner en marcha sus propios servicios de streaming. HBO Go, con todas las restricciones que tiene por el momento, es un claro ejemplo de ello, y otras plataformas como Amazon y Hulu estaban comiéndole a Netflix el terreno que había ganado. Así que, para evitar perder contenido que ofrecer a sus suscriptores si los estudios retiraban parte de su catálogo del servicio, y para ofrecer un incentivo, algo especial y exclusivo a sus clientes, la plataforma decidió lanzarse a la arena de la producción propia, siguiendo el camino que ya antes habían recorrido HBO, Showtime o AMC. Su estrategia se resume en una frase que Ted Sarandos expresó en la revista GQ: El objetivo es convertirnos en HBO antes de que HBO pueda convertirse en nosotros. MARINA S. DÍAZ 9 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Periodista dedicada alternativamente a la divulgación científica y al baloncesto. Escribe sobre series en ¡Vaya Tele! y sobre ficción televisiva y cine en su blog, El Diario de Mr. MacGuffin. También es locutora y co-creadora del podcast Yo disparé a JR. Twitter: @MissMacGuffin 10 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com HISTORIA PARA SÍ DORMIR POR JUAN TÉBAR Hay historias para no dormir, historias de miedo, cuentos para asustar a los niños o para que disfruten los aficionados más o menos morbosos. Hay historias para dormir mejor, para que los niños concilien felizmente el sueño, para que los adultos olvidemos, o aparquemos, los miedos. Y algunos malos sueños. Esta historia trata de las primeras pero pretende ser de las segundas. No es tan raro que, mezclándolas, se consigan bálsamos de la memoria. Algunos niños, incluso nosotros mismos, hemos necesitado el miedo para conciliar el sueño. Vender memoria Supongamos que usted, yo, cualquiera, quisiera librarse de su memoria. Hay recuerdos que, sin ser necesariamente malos, pesan mucho. O son demasiados. Es como la cantidad de libros que, con los años y las mudanzas, ya no caben en las estanterías. Es como el contenido del ordenador, se llena demasiado el disco duro. Mejor soltar cosas, venderlas, si alguien las quiere comprar, donarlas, utilizar un programa “cleaner”, mandarlas a la red, dispararlas a la nube. 11 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com A veces he pensado seriamente borrar los recuerdos, empeño bastante difícil. ¿Vender la memoria? Eso es más fácil. Y es lo que he hecho, en cierto modo, con libros, artículos, evocaciones como esta que someto a la paciencia de mis improbables lectores. Los recuerdos no se marchan del todo, pero se disgregan, viajan, nos hacemos la ilusión de que pasan a otra vida, lejos –aparentemente- de la nuestra. No crea nadie que nuestro personaje reniega de sus recuerdos. Sería un gran error. La memoria es casi lo único que tenemos. Pero se le ha ocurrido que librarse de algunos puede ser una buena terapia. Y apareció un comprador, modesto pero entusiasta, al que le apetecía compartir, o adquirir parte de la memoria de este cronista. Quizá lo que sigue sea un relato fantástico, quizá un cuento real. Puede que una crónica o un disparate. Se refiere a historias a veces terroríficas, pero pretende la serenidad de una evocación sin rencores. Aunque también sin nostalgias. No eran aquellos tiempos para echarlos de menos. Soñar en la posguerra España, puro franquismo. Que aún era posguerra, a pesar de las décadas transcurridas. Un experto, José Luis Borau, decía que la posguerra duró lo que todo el franquismo. Años 1960 más o menos. Ni el cronista ni el personaje fueron nunca buenos ni con las matemáticas, ni con la geografía, ni con las fechas. Nuestro protagonista se llamaba Juan –igual que el cronista, ya se habrán dado cuenta- y no había cumplido los veinticinco. Mucho más delgado, mucho más barbilampiño, mucho más esperanzado, con proyectos de vida. Y de terror. Que se empezaron a hacer realidad a través de estos sucesos, estos encuentros, estos ensayos. Que paso a contar lo mejor que pueda. Lo merecen aunque solo sea en calidad de milagro. Ya casi lo es que en aquella España donde el sol no salía, en vez de no ponerse, pudieran realizarse ilusiones. A Juan le gustaban Edgar Allan Pöe, Maupassant, Bram Stoker, Mary Shelley, Dickens, Robert Bloch, todavía no le habían presentado a Stephen King. Y H.G. Wells, autor de una colección de relatos más o menos escalofriantes, pero todos de fantasía, llamada (en la traducción que editaba por entonces la diminuta colección “Crisol”) “Doce cuentos y una pesadilla”. Como las series que realizaba por entonces nuestra única Televisión (dos canales, pero una sola empresa) tenían todas trece capítulos, Juan ideó una colección de historias llamada Doce cuentos y una pesadilla. También más o menos terroríficas, y todas de género fantástico. La escribió, asistió a su puesta en escena, algunos espectadores de aquellos tiempos grises la vieron. El propio autor casi ni recuerda sus argumentos, pero sí su existencia, con la que estrenó su posterior dedicación a este mundo de ficciones. Juan había estudiado Filología Románica, pero había conseguido cursar luego felizmente –esa era su verdadera vocación, o al menos así lo creía- Dirección de Cine en la mítica E.O.C., la vieja escuela de cinematografía situada en un aristocrático chalet de la madrileña calle Génova. Esquina a Montesquinza, no 12 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com olvidemos esa precisión, la hacíamos siempre para situar aquel templo de nuestros deseos más o menos utópicos. Muy cerca de donde hoy está la Academia de Cine. Y de la sede de un partido político de cuyo nombre no quiero acordarme. Una de las cosas mejores que tenía aquel centro era (en palabras de Berlanga, creo recordar, diplomado por la escuela y entonces profesor en la misma) que allí un muchacho tímido, con gafas y sin ninguna relación con el supuestamente “glamouroso” mundo del cine, podría convertirse en filmador de sueños. Eso sí, los tiempos no estaban para soñar mucho. Braseros de cisco, vigilancia estatal hasta en la intimidad, una vida precaria… En la escuela abundaban los rebeldes, más conocidos como “rojos”. Aquel era un nido de subversión, según pensaban los vigilantes del Estado –razón tenían- y lo malo quizá para quien soñaba otras cosas, y no los documentos y justas protestas de un país sojuzgado, consistía en que no estaba muy bien visto contar historias de fantasmas, vampiros y extraterrestres. Se consideraba frívolo en tiempos duros. Aun así, ilustres alumnos –compañeros de Juan- como Pedro Olea, Iván Zulueta y algunos más, consiguieron colar sus locuras nada testimoniales de la opresión reinante. Pero todo eso es otra historia –que diría Rudyard Kipling- y pretendo contarla en otra ocasión. Si la E.O.C. no era el mejor sitio para construir esos mundos alternativos, ¿quizá la Televisión podría abrir alguna puerta a esas bienintencionadas mímesis de algunos autores favoritos? Los cuentos y la pesadilla Tenía Juan en la escuela de cine un compañero que también trabajaba en la T.V.E. Doy su nombre, hay que agradecer con todas las palabras: Antonio Abellán. Se encargaba de tareas programadoras en la recién nacida Segunda Cadena, conocida en sus comienzos por las siglas U.H.F. (Frecuencia Ultra Alta, en el espectro, el electromagnético, no el de nuestras aficiones). Y Juan propuso a Antonio unas historias, propias, personales, aunque debieran mucho a sus autores entonces favoritos. Y Juan tuvo la enorme suerte de que se las aceptaran, de que se grabaran, de que le permitiesen asistir a las grabaciones, de poder opinar incluso, y de que se emitieran. En 1967, los sábados a las doce de la noche, hora “poéticamente” apropiada, pero no tanto para su repercusión, aunque por aquellos años no había ninguna guerra de audiencias. ¿Contra quién iba a haberla, como no fuese entre las dos cadenas de la única televisión reinante? Aquella cadena ya desde sus comienzos tendía a la experimentación y a diferenciarse de su hermana mayor, La Primera, que no se emitía en U.H.F. , y estaba más atenta a la comercialidad, aunque ni por asomo como lo está ahora, como viene estándolo desde que la posguerra pasó a ser una pesadilla, por seguir con el título. Aquellos Doce cuentos y una pesadilla fueron dirigidos alternativamente por dos realizadores de “la casa”: Charlie Jiménez Bescós y Luis Calvo Teixeira. El segundo había sido ayudante de una estrella de la televisión del momento: Narciso 13 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Ibáñez Serrador. “Chicho”, como siempre se ha conocido a la citada estrella, debió de interesarse por aquellos episodios de un autor absolutamente novel, por atención a su ex ayudante, y por ver si otros programas del mismo género podían hacer sombra a sus Historias para no dormir, iniciadas un año antes. ¿Sombra a los terrores de Chicho? Para nada. El autor emergente estaba mucho más verde que el profesional que venía con mucha experiencia desde el otro lado del charco, y nunca aquellos doce cuentos y su onírica coletilla compitieron realmente con las famosas Historias para no dormir que asustaban gozosamente a los aficionados desde febrero de 1966 en otra ventana con más espectadores: la Primera cadena de T.V.E. Un verdadero éxito televisivo, como casi todas las incursiones de N.I.S. en aquel medio. A la modesta serie del U.H.F, como máximo ejemplo de popularidad, se la llamó por algunos fans, en cariñosa parodia Doce cuentos y una “pescadilla”. El cronista repasa ahora los títulos de aquella serie, pero el cronista no recuerda todas las cosas del personaje, y solo conserva vagos retazos. Eso sí, los nombres de algunos actores -Agustín González, Mayrata O´Wisiedo, José María Prada, Emilio Gutiérrez Caba, Charo López…- reviven imágenes. Y ciertos nombres de los episodios -Magia, amor y cibernética, ¡Vamos a cazar marcianos!, Soñar acaso, Encuesta alrededor de los cerebros, Por favor, comprobemos el futuro, Viajeros en la noche- confirman por dónde andaban los tiros: Por el tenebroso y surreal mundo de la imaginación a donde Bradbury, Asimov, tantos autores, habían empujado los pasos de Juan. Gentes que se amaban pero cuyos deseos no confluían en el tiempo, personajilllos que pretendían vislumbrar su porvenir, fantasmas en caserones, criaturas del espacio exterior, robots con apariencia humana… Un borrador antológico de las constantes del aficionado. Y aquí se cruzan ambas series y ambos personajes. Nuestro cronista y la brillante star de la tele de entonces. Estas para NO Dormir Las historias de Chicho habían sido precedidas por una serie anterior del mismo responsable llamada Mañana puede ser verdad, donde también aparecía quien sería un fiel compañero de sus fantasías televisivas: Narciso Ibáñez Menta, a quien muchos llamaríamos “El Sire”, y que era el padre del otro Narciso. Un actor histriónico, agudo, extravagante y original, rey de la caracterización barroca, escuela Lon Chaney Sr. La serie citada fue uno de los primeros sucesos televisivos que ofrecía historias de ciencia ficción en España, y que al joven cronista le interesó por su tendencia al género y por la aparición -no siempre confesada- de temas de gente admirada y admirable como Ray Bradbury, por ejemplo. 14 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Chicho también se interesó por la serie del alevín que había debutado en la Segunda cadena, al calor, sin duda, de los éxitos anteriores del uruguayo. Y le invitó a su casa para charlar de aficiones comunes. De Chicho solo prefiero contar buenos recuerdos, los hubo menos buenos, pero también corresponderían a “otra historia”. El personaje se convirtió en frecuente visita de aquella casa en la calle Jericó del barrio del Niño Jesús madrileño. Allí asistió a tés y Nocheviejas, sesiones de espiritismo, ponche caliente para los catarros (¿Recuerdas, Susana?, yo eso no lo olvido) e intercambio de ideas. Se atrevió el novato a señalar que en una historia del famoso se omitía el nombre de un autor en que se había inspirado. El responsable corrigió el “olvido” en posteriores emisiones. Y Juan osó también ofrecer al anfitrión argumentos propios . Entre los que llegaron a buen puerto: El vidente, basado en un relato anterior de Juan; La casa, de la que no recuerdo absolutamente nada, qué le vamos a hacer… Salvo el nombre de su protagonista, Julio Núñez. Luis Prendes interpretaba la primera, y en el cuento de Juan a un personaje le asaltaban como seres vivos los libros que intentaba ordenar en su estantería (muchas situaciones reales de antes y después me habian sugerido y luego evocado aquel momento…que me parece fue eliminado del episodio televisivo). La historia trataba, sobre todo, de marcianos intrusos en nuestro mundo. Muy original, como podréis advertir… Juan Tébar haciendo un cameo en "El trasplante" 15 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Juan pasó a ser ayudante de realización de Chicho, en esas Historias… y en un prograna posterior ajeno ya al mundo sobrenatural: El Premio, minibiografías de personajes galardonados con el Nobel. Recuerdo a Kipling (interpretado por Emilio Gutiérrez Caba), a Madame Curie (María José Alfonso), y a George Bernard Shaw el “Sire” Ibáñez Menta-, con guión del mismo ayudante que aquí ofrece sus recuerdos. Entre otras criaturas -reales estas- no debo, no puedo, olvidarme de Lola Salvador, entonces encargada de vestuario, ni de Marisol Carnicero, secretaria del jefe... y luego unida a él y al cine en general durante muchos años, en responsabilidades mayores. Marisol estaba en La residencia, claro. La película La residencia (que no se llamaba entonces así, sino Mamá, título del relato de Juan) era, en principio, un cuento de terror que iba a convertirse en episodio para Chicho de sus Historias para no dormir. Un buen relato, puedo decirlo sin rubor porque soy el cronista y solo cuento las cosas de aquel “otro” personaje llamado Juan. Era un buen cuento, y sigue siéndolo, claro. Más que nada porque se ha publicado poco y en lugares de escasa difusión. Podría decirse que casi permanece inédito. Hasta que Juan encuentre adecuado cobijo a una colección de sus relatos donde se encuentra aquel. El que dio lugar a la primera película de Ibáñez Serrador para la pantalla grande. Chicho decidió aparcar aquella historia y reservarla para empeños más ambiciosos. Llegó, como se sabe, a ser una película (la primera de las dos únicas que dirigió para la pantalla grande). Hoy es casi título de culto para los aficionados. Quentin Tarantino buscaba en Madrid un poster de La residencia. Algunos lo hemos buscado para enviárselo. Sin éxito, aunque posiblemente él ya lo tenga o lo haya olvidado. Aquel personaje llamado Juan, confundido ya definitivamente con el cronista de esta reseña, querría convertir el relato en una función teatral cuyo texto ya ha escrito. Si los aficionados hacen coincidir sus buenos desos en un impulso más que humano, quizá el libro y el estreno teatral lleguen a ser una realidad. Gracias a todos los adictos a zombies, vampiros, marcianos, viajes en el tiempo, recuerdos vendidos, memorias borradas, excursiones astrales, espectros más o menos benéficos… Gracias por compartir estas anécdotas. Y por el conjuro, si me hacéis el favor. Luego, aquel personaje llegó a ser la mitad de un guionista de terror llamado “Lazarus Kaplan”. Escasa filmografía, aunque graciosa de recordar. Esa es, también, “otra historia”. Hasta una quizá posible y en tal caso bienvenida, próxima cita. 16 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Anexo Aquí os dejamos el video de La casa, uno de los capítulos de Historias para no dormir que guionizó Juan Tébar y que pueden verse en la web de RTVE.: http:// www.rtve.es/alacarta/videos/historias-para-no-dormir/historias-paradormir-casa/675246/ JUAN TÉBAR Escritor, cineasta y profesor de guión, suyos son los guiones de El amor del capitán Brando, Ceremonia sangrienta e In memoriam. Es el autor del cuento que inspiró La residencia y, entre muchas otras, de las novelas El libro de las miradas (Grupo Libro 88, 1992) y Querido Monstruo (San Pablo, 2005). Actualmente imparte clases de cine y literatura en España, Cuba y México. Su último libro es La huella en los ojos (Alianza, 2012). 17 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com LA TELEVISIÓN DEL TELÓN DE ACERO POR LORENZO MEJINO Los países que suscribieron el Pacto de Varsovia bajo la órbita soviética, formaron lo que se llamó comúnmente como el Telón de Acero, con importantes barreras de todo tipo que separaban el Este del Oeste de Europa. El objetivo era impedir la libre circulación de personas y mercancías que pudieran "contaminar" la pureza de los ideales comunistas surgidos a partir de la revolución bolchevique de 1917 y que fueron reafirmados al final de la II Guerra Mundial con el reparto de Europa entre los vencedores. Al iniciar mi vida laboral a principios de los años 80, tuve la oportunidad de trabajar en varios de estos países del telón de acero así como en Alemania, cerca de la frontera del Este (la antigua RDA) y vivir en primera persona los diferentes modelos televisivos y, en especial, los productos de ficción en forma de series de muchos de estos países. Por esta razón, y a partir de la propuesta de los responsables de la revista, voy a rememorar mis experiencias televisivas de muchos años viajando por periodos prolongados en todos estos países antes de la caída del Muro de Berlín y la posterior 18 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com disolución del Pacto de Varsovia en una etapa oscura y desconocida de la evolución de la televisión mundial. La prehistoria televisiva (1945-1980) La televisión en los países del telón de acero (República Democrática Alemana, Polonia, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Yugoslavia, Albania) bajo el férreo control de la URSS, nació mas a partir de una inercia derivada de su presencia en los países occidentales, que por ser considerada una necesidad por los planificadores soviéticos. La radio era el medio de comunicación preferido en esos países y de hecho la televisión ni era considerada en los fastuosos planes quinquenales que regían hasta el más nimio detalle de los aspectos económicos de esos países. La razón era sencilla, los ideólogos soviéticos consideraban que la televisión era un medio creado por el decadente Occidente para aborregar y adormecer a las masas con programas de entretenimiento siendo una especie de caballo de Troya, para difundir sus ideas capitalistas por todo el mundo. La programación duraba unas escasas cuatro o cinco horas diarias, constaba de informativos dirigidos a divulgar la ideología del partido comunista local de obediencia soviética que estaba en el poder y en mostrarnos todos los actos del jefe del partido y de los ministros en actos interminables. Una parrilla televisiva de la época, empezaba a las 5 de la tarde, con dibujos animados para los niños, para enlazar con el informativo oficial que duraba entre una y dos horas, para seguir con programas de variedades folklóricas o de cantantes locales y acabar con algún partido de fútbol o alguna película autorizada del ámbito comunista. Las películas extranjeras utilizaban el sistema del relator, que consiste en dejar el sonido original de fondo, y una sola persona va leyendo de forma monótona, el guión en la lengua del país, haciendo todos los personajes masculinos y femeninos, un doblaje del paleolítico, mas adelante inventaron el doblaje superpuesto con diferentes voces, como pueden comprobar en este primer video en ruso de una serie hiperconocida en nuestro país. http://www.youtube.com/watch?v=IPBn7Kh2J0U A principios de los años setenta, se hizo la primera concesión al ocio con la retransmisión sistemática de eventos deportivos. El objetivo era ensalzar los triunfos de los deportistas locales como resultado de las políticas realizadas, con los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, como el punto culminante de esa época televisiva y que marcó un punto de inflexión en la televisión de la región. 19 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com El mayor acontecimiento del año televisivo era el festival musical de Sopot que en 1977 se convirtió en Intervisión (La Eurovisión del Este), que permitía a los países una competición incruenta, que arrasaba en las audiencias de todos esos países y hacía de la canción ganadora un verdadero éxito en su área de influencia. Tuve la "suerte" de ver algún Intervisión y les puedo asegurar que, comparado con semejante engendro, el festival de la OTI era como la entrega de los Grammys. La contaminación hertziana occidental Un fenómeno importante en esa época mas oscurantista era la sintonización de las cadenas occidentales por los ciudadanos que vivían cerca de las fronteras del telón de acero y que se convirtieron en la principal fuente de información para las personas criticas con los regimenes pro soviéticos de la zona. La policía hacia todo lo posible por impedirlo, bloquear las señales hertzianas, lo que provocaba problemas en recibir las propias, o registros en casas para ver si se veían o simplemente estaban sintonizadas esas cadenas. Especialmente en la RDA el fenómeno era global ya que las cadenas alemanas occidentales se sintonizaban en casi todo el país, con excepción del profundo valle donde se encuentra Dresde, y al ser en el mismo idioma, eran las únicas cadenas que miraban la mayoría de los alemanes del Este. No obstante los gobiernos pro soviéticos se empeñaban en poner puertas al campo, y cuando llegó la televisión en color, tomaron la decisión política de elegir en toda la región el sistema francés SECAM, porque era incompatible con el PAL alemán y de esta manera impedir que el color alemán occidental llegara a las casas orientales. El resultado fue que la gente lo siguió viendo en blanco y negro y pasando del color local, fenómeno que se reprodujo en menor medida en Checoslovaquia y Hungría, por su cercanía a las emisoras austriacas y alemanas. En Albania y Yugoslavia se produjo un fenómeno similar pero con las televisiones italianas, haciendo que los locales desarrollaran una gran inventiva para realizar todo tipo de antenas caseras para captar las emisiones italianas, con el valor añadido, que mucha gente aprendió el italiano, al ver cada noche las emisiones de la RAI. En Bulgaria dirigieron sus antenas hacia las emisoras griegas y turcas, pero básicamente para ver eventos deportivos, ya que las lenguas eran demasiado ininteligibles para poder entenderlas. Por último, y como hermanos tontos de la comunidad, quedaron Rumania y la URSS, que al ser los más alejados de las fronteras del Telón de Acero no tenían otra alternativa que seguir con los programas oficiales sin ninguna opción de enterarse de la realidad del exterior. 20 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com La apertura televisiva (1980-1990) La celebración de los Juegos Olímpicos de Moscú, junto con el aumento exponencial de la diferencia de calidad de las televisiones occidentales y orientales, hizo reaccionar a las autoridades soviéticas y empezaron a tomarse la televisión más en serio y a considerarla como una herramienta de entretenimiento y no únicamente de adoctrinamiento. Los programas deportivos empezaron a tomar mas preponderancia, con la retransmisión de numerosos partidos de fútbol, baloncesto y hockey sobre hielo, los deportes principales de la URSS, y las televisiones empezaron a plantearse la producción de series y películas para la televisión de una manera regular aunque con unos costes muy reducidos y destinados exclusivamente al mercado local y en el caso de las superproducciones a los países vecinos. El detonante de la modernización fue un culebrón brasileño La Esclava Isaura, un drama de época que fue la primera telenovela extranjera emitida en todos los países del ámbito soviético, empezando en 1984 por Hungría y Polonia, con shares del 81% de la población siguiendo las andanzas de la pobre Isaura, hasta llegar en olor de multitudes a Rusia en 1988, donde arrasó con todas las expectativas. La locura por esta serie fue tal que en Albania algunos ministros con sus familias fueron a la sede de la televisión albanesa para ver el ultimo capitulo en un pase privado, antes que el resto de la población. La serie me persiguió por todos esos países, teniendo como colofón su estreno en Rusia en el 1988, por lo que mis experiencias han estado influidas por esta serie que convirtió a su actriz Lucelia Santos en un autentico mito en esos países. La influencia de esta serie en esos países es inimaginable, empezando por la cantidad de niñas que hay en Albania que se llaman Izaura y siguiendo por la adopción de palabras portuguesas como ‘fazenda’ en el lenguaje ruso, para definir una pequeña porción de tierra para cultivar que daban las autoridades rusas. La segunda serie mas influyente fue la alemana Heimat del 1984, la historia de una saga de una familia alemana desde 1920 hasta el 1984, una descomunal epopeya televisiva de Edgar Reisz, de una calidad altísima y que ha sido alabada por gente como Stanley Kubrick o David Simon. La emisión de Heimat me cogió en Alemania, trabajando en Fulda, cerca de la frontera de la RDA y con constantes viajes a Berlín Este y pude comprobar el fervor con el que seguían la serie a ambos lados del muro, unos legalmente y los otros como podían. En la Alemania Occidental, su emisión era un acontecimiento familiar, que reunía a todo el mundo en torno al televisor para ver la evolución histórica de la familia Simon, todos con el corazón en un puño y emocionados de recordar esa Alemania rural que retrata la serie. 21 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com En cambio en Alemania Oriental, su emisión era un acontecimiento social, con toda la escalera de vecinos reunida alrededor del televisor donde se recibía mejor la señal y haciéndose relevos en la ventana para controlar si llegaba la policía o la Stasi y disolver la reunión. Recuerdo haber visto los once episodios que constaba la serie, siempre en casas particulares, nueve en la parte occidental y dos en Berlín Este, aquí rodeado de cuarenta personas desconocidas, que se pasaban medio capitulo llorando.Una experiencia que no olvidaré en mi vida y que me hizo pensar en el poder que tiene la televisión en cambiar la vida de la gente e incluso un régimen político, como fue el caso de Alemania, al mostrar una vida diferente al otro lado del muro. Las dos mejores series de la historia de la región fueron realizadas precisamente a finales de la década de los ochenta cuando los aires de libertad y de rebeliones sociales empezaban a ser imparables. La polaca Dekalog de Krzystof Kieslowski y la miniserie El Tiempo de los Gitanos del yugoslavo Emir Kusturica (estrenada en cine en una versión abreviada), de 1989, son dos autenticas joyas televisivas que merecen ser visionadas, por cualquier seriéfilo que se precie. El desplome del sistema y la liberación televisiva (1990 - ...) La caída del muro tuvo un efecto catártico en la población pero desde el punto de vista de calidad televisiva, supuso un paso atrás de los logros conseguidos, con la entrada descontrolada de series americanas de medio pelo que hasta entonces estaban proscritas de la programación empezando por el infumable culebrón Santa Bárbara. De esta forma rellenaron todos los huecos de la programación, relegando completamente a las producciones locales. La aparición de cadenas privadas y el aumento de la competencia ha convertido a la televisión de esos países en fenómenos comerciales, donde proliferan los formatos de concursos y realities que dominan en todo el mundo, alternando con retransmisiones deportivas y culebrones sudamericanos, herencia de mi amiga Isaura. Curiosamente se produjeron muchos fenómenos locales por causas totalmente inexplicables, como ejemplo vamos a destacar la influencia de una serie canadiense tan casposa como olvidable llamada Tropical Heat (Calor Tropical) que en Serbia se convirtió en un autentico fenómeno de masas en la década de los 90. En esa época el embargo de las Naciones Unidas era más agudo contra Serbia y la juventud serbia eligió al protagonista de ficción de la serie Nick Slaughter como abanderado de la resistencia para derrotar al tirano Slobodan Milosevic. La locura fue tal, que es raro que un pueblo serbio no tenga un bar o una taberna llamada Tropical Heat, pero lo mas divertido fue cuando el actor principal, Rob Stewart, descubrió por casualidad su fama en Serbia a través de las redes sociales en 22 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com 2007. Como su carrera no es que estuviera en un momento álgido, decidió organizar un viaje a Serbia para conocer el fenómeno e incluso grabar un documental. Su visita atrajo a muchísima gente e hizo innumerables apariciones públicas, ante la perplejidad del propio actor que alucinaba ante su popularidad en un lugar tan remoto. Otro ejemplo contrario fue en Rusia, cuando en 1996 el entonces presidente, Boris Yeltsin, se presentaba a unas elecciones de pronóstico incierto y se puso muy nervioso cuando las previsiones del tiempo para el día de las votaciones eran magníficas, lo que presagiaba una huida masiva de la gente a las dachas (sus casas de campo) pasando de cumplir su deber cívico en la joven democracia. Yeltsin tuvo la brillante idea de utilizar la televisión para evitar el éxodo masivo: se aprovechó de que el programa mas famoso era un culebrón brasileño Tropikanka, que reunía a más de 25 millones de espectadores en la televisión estatal rusa, y programó un triple episodio de la serie para el día de las elecciones... consiguiendo así clavar al electorado en sus casas, ya que la mayoría no tenía televisión en sus dachas. De esta forma, aseguraba el voto de las clases urbanas en su lucha contra las rurales del Partido Comunista de Guennady Zyuganov. La estrategia surgió efecto, la participación fue elevada y Yeltsin ganó las elecciones en parte por el denominado efecto Tropikanka. En cuanto a las series, en los últimos años, e influenciados por las series de calidad americanas y británicas, la tendencia está cambiando y ayudados por las nuevas tecnologías digitales, casi todos estos países están produciendo series que atienden más a sus peculiaridades sociales e históricas y que empiezan a conseguir grandes audiencias en sus países. Por ello, a continuación vamos a explicar las características de cada país antes y después del telón, aderezado con algunas anécdotas personales (a excepción de la RDA, engullida por Alemania, con la que hemos definido la situación con Heimat): ALBANIA: ¿Conoce usted a Natalia Estrada? Albania ha sido hasta hace poco uno de los países mas herméticos del mundo por eso nunca olvidaré mi primera llegada en coche a una frontera ignota entre Macedonia y Albania, y en el momento de hacer los tramites aduaneros, el funcionario de turno ve mi pasaporte español, se le ilumina la cara y me pregunta si conocía a Natalia Estrada. Recuperado de la sorpresa entablamos una amable conversación en italiano, que en apenas veinte minutos me dio más información sobre la vida albanesa que todo lo que había leído antes. La razón es clara, durante los oscuros tiempos de la dictadura de Enver Hoxha, la sintonización de las emisoras italianas era el único atisbo de libertad que tenían los albaneses y sobre todo les mostraba que existía un mundo diferente al que se empeñaban en venderles como único. 23 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Eso si lleno de personajes como maggioratas, cabareteras y comicastros italianos, entre las que destacaba la asturiana Natalia Estrada, un verdadero ídolo en Albania. La televisión albanesa tenía escasos medios, pero aún así consiguió una mas que aceptable miniserie en la adaptación de la gran novela del premio Nóbel albanés Ismail Kadaré, Gjenerali i ushtrise së vdekur (El General del Ejercito Muerto) un maravilloso relato sobre un general italiano que va a Albania a repatriar cuerpos de italianos muertos en la II Guerra Mundial. La miniserie es espartana a más no poder pero la fuerza del relato es muy poderosa y podrán saciar su curiosidad albanesa con la misma. http://www.youtube.com/watch?v=YVZUbIHZZVI La televisión albanesa actual es pura basura con muy poca producción original, donde solo podemos destacar la miniserie de 2012 de 10 capítulos de 30 min. Në Kërkim të Kjut (En busca de un extraño). La serie versa sobre la historia del descubrimiento de un cadáver enterrado en secreto en la cárcel de Tirana que al exhumarlo, se descubre que fue asesinado, y narra su posterior investigación. En el siguiente video, el making-off de una serie bastante digna, ideal para deslumbrar al albano-kosovar del barrio. http://www.youtube.com/watch?v=m1qkI8BPmVY BULGARIA: Corrupción en Sofía. Mis recuerdos televisivos búlgaros, vienen asociados por la corrupción rampante de la época comunista, que veían a cualquier extranjero como una bolsa con dinero andante, por ello cuando iba a Sofía, iba preparado para cualquier cosa. En una visita del año 1985 me alojé en uno de los hoteles considerados de ‘lujo’ donde debían hospedarse los extranjeros y al subir a la habitación, llaman a la puerta y me aparece un personaje, que me ofrece alquilarme cintas de contrabando con los primeros capítulos de Corrupción en Miami. La serie aún no se había estrenado en España, y por 2 dólares, me prestaban diez cintas para 48 horas. Después de comprobar que funcionaban en el reproductor de la habitación, las alquilé y las pude ver algún año antes que su estreno por nuestros lares por lo que además de conocer a los colegas Sonny Crockett y Ricardo Tubbs, me ahorré los maratones de danzas búlgaras que atiborraban la televisión local de la época. En el año 1990, produjeron su mejor serie de la época comunista Pod Igoto (Bajo el Yugo), una miniserie de 9 cap de 60 minutos, basada en la famosa novela de Ivan Vazov, que narra la vida de una comunidad rural búlgara en 1876 que vive bajo el imperio otomano y sus esfuerzos para rebelarse contra ellos con resultados trágicos; para hacerse una idea de la misma aquí tienen el primero episodio, en búlgaro por supuesto 24 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com http://www.youtube.com/watch?v=59L5usmKyQk En la actualidad Bulgaria, es de los países mas activos tanto en albergar producciones extranjeras como en producción propia, y su mejor exponente es la serie Pod Prikritie, que se puede traducir por Encubierto, la historia de un policía infiltrado en la mafia búlgara con todos los elementos de este tipo de series como pueden ver en el trailer de una serie que se está emitiendo en Latinoamérica y bastante digna por los pocos episodios que he podido ver. http://www.youtube.com/watch?v=5ZYiB1P6jHc RUMANÍA: Ver la televisión a la luz de las velas Rumania era uno de los países del Este donde la vida era mas dura, gracias a un personaje como el Conducator Nicolae Ceaucescu, que dirigía el país como su cortijo. Allí he vivido muchas situaciones kafkianas, con continuos apagones y cortes de corriente que duraban horas sobre todo fuera de Bucarest, en este sentido recuerdo un hotel de Sibiu, que cuando tenían apagones, conectaban el generador, que daba uso únicamente a los ascensores y a los televisores de las habitaciones. Al bajar a preguntar sobre la situación, me dijeron que eran órdenes de la superioridad y que los televisores debían ser los primeros en conectarse para que los huéspedes estuvieran informados, y que la luz era secundaria, y me dio un arsenal de velas para poder circular por el resto de la habitación. La televisión era infumable, ya que básicamente era un Gran Hermano sobre Ceaucescu y su familia, de la que nos enseñaban todo excepto ir al baño. En un extraño momento de apertura en 1981, la televisión nacional produjo su mejor serie de siempre Lumini si Umbre (Luces y sombras), que narra las historias de una saga de una familia de Transilvania al final y después de la Segunda Guerra Mundial. Diseñada para 52 episodios, se filmaron 36 y se emitieron 32 por recortes obligados por la brutal censura local que pegó tijeretazos en la historia original en todos aquellos puntos que no consideraron lo suficientemente patrióticos y aún así se les colaron mucho goles, la serie ha sido remasterizada y se ha vuelto a emitir recientemente en Rumania en olor de multitudes como pude comprobar en un reciente viaje, aquí pueden ver los títulos de crédito. http://www.youtube.com/watch?v=QnP6yGr1Fcw En los últimos tiempos la serie que ha arrasado en las audiencias rumanas ha sido un culebrón de época, bastante dignamente realizado llamada Aniela, sobre las andanzas de una chica que en el siglo XIX queda arruinada por la muerte de su padre y es expulsada de las esferas de la alta sociedad donde se movía, para tener que buscarse la vida desde abajo en las calles. 25 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com http://www.youtube.com/watch?v=1EzE462IBUc YUGOSLAVIA: ¿Prefiere la RAI o la ZDF? Yugoslavia era con diferencia el país mas liberal de toda la zona y a partir de los años 70 se abrió claramente al turismo, en especial debido a la excepcional belleza de la costa dálmata. Fue el primer país que visité de la región de vacaciones en coche en 1975 y aunque luego he vuelto varias veces y he visitado todos los países resultantes de la escisión, mis recuerdos siempre me retrotraen a ese primer viaje de baratillo que realice por la zona. La forma de alojamiento mas barata eran las habitaciones en casas particulares, por eso al llegar a la isla de Rab, los lugareños nos asaltaban a la salida del ferry para que fuéramos a dormir a su casa. Después de ponernos más o menos de acuerdo con uno de ellos en el idioma que podíamos, al llegar comprobamos que el salón de la casa tenía una tele pedestre y el propietario nos preguntaba si queríamos ver la RAI italiana o la alemana ZDF; como no hablaba todavía alemán, siempre elegíamos la RAI. En ese momento el señor se subía al tejado y empezaba a enfocar la antena en la dirección elegida parar tener a sus huéspedes contentos, excepto cuando había deporte que entonces nos pedía verlo, y lógicamente el pobre volvía a subir al tejado para volver a cambiar la orientación, en un precedente del mando a distancia un tanto rupestre Yugoslavia siempre tendrá un lugar preferente en la historia de la televisión, por la miniserie que produjo y realizó el insigne Emir Kusturica para la televisión de Sarajevo que en nuestro país se llamó Dom za vesanje (El Tiempo de los Gitanos), la mejor ficción jamás realizado sobre la etnia gitana. La fama le llegó por su versión cinematográfica abreviada de 14o minutos, que ganó la Palma al mejor director en el Festival de Cannes, pero en DVD y en la red se puede encontrar la versión integra televisiva de 300 minutos en 5 episodios de 60 min. La serie es mágica en todos los sentidos y describe el viaje de un joven gitano con ciertos poderes de la juventud a la madurez y nos transporta a un mundo desconocido y subyugante. La serie, de visión obligatoria, está filmada principalmente en romaní, pero con partes en serbio y en italiano, y les dejo una muestra con este trailer en ingles http://www.youtube.com/watch?v=1cyBXPMurJY La fragmentación yugoslava, ha creado siete países con siete estructuras diferentes, pero como muestra de la era post comunista, hemos elegido una comedia que es la que mejor refleja esta realidad, la serbia Složna braća. La comedia trata en clave de humor la vida en un bar de un enclave de las Naciones Unidas después de la guerra de Bosnia y que no ha sido reclamado por ninguna de las tres facciones, serbia, croata y bosnia, por lo que el lugar se convierte en un cruce de 26 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com contrabandistas y espías, una especie de Allo, Allo a la balcánica, donde por lo que he visto todos se ríen de todos. http://www.youtube.com/watch?v=HryLQLleWKc La serie es bastante cutre de producción, pero la valentía de tratar un tema tan delicado con las heridas de una guerra civil todavía abiertas en clave de humor, le hace ganar su puesto representativo por la extinta Yugoslavia HUNGRÍA: El inicio de mi maldición televisiva Una de las sorpresas que me llevé en mi primera incursión por Hungría en 1985 fue ver como el país se paralizaba cuando emitían la telenovela brasileña La Esclava Isaura, que además había sido la primera telenovela emitida por la naciente TV3 catalana a inicios de 1984 y que no era nada del otro mundo. Recuerdo la cara de mis interlocutores laborales, al conocer que yo había visto La Esclava Isaura y me aseteaban a todo tipo de preguntas, invitándome a sus casas a compartir sus veladas y compartir sus sueños de un mundo mejor, aunque fuera en un hacienda brasileña del siglo XIX. En este caso la serie estaba bien doblada al húngaro, por lo que mi distracción provenía de ver las caras de mis anfitriones, al ir revisando las desdichas de la pobre esclava. Los húngaros están encantados con los culebrones, por lo que no es de extrañar que la serie mas famosa de esa época fuera Szomszédok (Vecinos), que empezó en 1987 y durante doce años desveló las historias de un pequeño barrio socialista, compuesto por bloques de grandes apartamientos a las afueras de Budapest. La serie es una especie de Cuéntame a la húngara, y nos muestra los últimos años de comunismo, la transición y los primeros años del libre mercado, como nos muestra el video. http://www.youtube.com/watch?v=3xfPWy-d0Xg En la actualidad la serie más conocida es Tüzvonalban (En la línea de fuego), la arquetípica historia de policías y mafiosos, enclavada en uno de los barrios más peligrosos de Budapest, pero que es una buena introducción para conocer la sociedad húngara. Aquí tienen los títulos de crédito, bastante decentes por cierto. http://www.youtube.com/watch?v=3qbKkG9kGOQ URSS: El dominio de la farmacéutica Cano La URSS era el país mas problemático, junto con Albania, para permitir la entrada de occidentales en sus fronteras, por eso en la primera ocasión que estuve a finales de la década de los ochenta, pude comprobar que mi maldición de la esclava Isaura me seguía persiguiendo. 27 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Pero en este caso la anécdota con referencia al país es mas reciente y se produjo a finales del siglo XX, con la URSS ya desmembrada y fue el descubrimiento de la inmensa fama que tenía Farmacia de Guardia en Rusia, Ucrania y Bielorrusia, que visité en un mismo viaje. La programaban en horario estelar y era seguida de forma fervorosa por los jóvenes que veían en ese barrio de Madrid, una realidad mas cercana que la de las series americanas, ni que decir tiene que en los hoteles, los recepcionistas asociaban mi pasaporte con la serie, además de con los habituales clubs futbolísticos. Las series en la URSS estuvieron proscritas hasta casi 1990, a excepción de algunas miniseries basadas en clásicos soviéticos y encaminadas a ensalzar los valores de la Godina (patria en ruso), pero de una calidad altísima, realizadas por alguno de sus prestigiosos directores de cine, por encargo directo del Partido Comunista. El ejemplo mas claro es la miniserie Voyna i mir (Guerra y Paz), una miniserie en cuatro episodios de siete horas totales de duración, dirigida por Sergei Bondarchuk, y que surgió como una respuesta soviética a la afrenta que consideraron la versión americana de su clásico dirigida por King Vidor en 1959. Los soviéticos no repararon en gastos y produjeron la miniserie/película mas cara de la historia, que arrasó en todos los certámenes, siendo la primera película soviética en conseguir el Oscar a la mejor película extranjera en 1969. Un ejemplo de los medios utilizados, lo tienen en esta escena del vals: http://www.youtube.com/watch?v=k30OO5_nEWY La serie más remarcable de la televisión rusa moderna ha sido Brigada, una historia muy violenta, sobre el recorrido de un grupo de cuatro amigos que se convierten en una banda criminal y su ascenso hasta convertirse en la banda más poderosa de Moscú, en una especie de Sopranos a la moscovita. El inicio de la serie lo pueden ver en el siguiente video: http://www.youtube.com/watch?v=iJty_auA28s POLONIA: Koniec, la palabra polaca de mi infancia En la televisión única de los años 60, los niños españoles, teníamos dos tipos de dibujos animados, los americanos que eran indudablemente nuestros preferidos, con todas las creaciones de Disney, Hanna-Barbera o Warner Brothers, pero a veces nos intercalaban producciones polacas y checas, que tengo que reconocer que me gustaban muy poco, sobre todo por su diseño espartano y low cost en todos los sentidos, con una excepción Lolek y Bolek. Lolek y Bolek eran dos hermanos a los que les pasaban todo tipo de aventuras divertidas y algo tontorronas y al ser sin diálogos, les permitieron ser exportados a todo el mundo, incluida España, donde se hicieron bastante famosos, 28 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com popularizando la serie a extremos insospechados en aquella época, sobre todo con la palabra Koniec que era el equivalente del The End en polaco Polonia siempre fue uno de los países mas rebeldes con el yugo soviético y culturalmente fueron muy inquietos en todos los sentidos, y la culminación la tuvimos en 1989 con Dekalog, la obra maestra de Krzysztof Kieslowski, uno de los mejores directores polacos de todos los tiempos con joyas como La doble vida de Verónica o su trilogía de colores con las películas Azul, Blanco y Rojo. Dekalog son diez episodios independientes de una hora de duración, inspirados en los Diez Mandamientos, la obra es sorprendente y apabullante para cualquier apasionado a la televisión, aunque no es una serie convencional desde el punto de vista narrativo, pero la belleza de sus imágenes y de las ideas plasmadas, es increíble. Estoy seguro que en ediciones posteriores de esta revista, veremos algún análisis en profundidad de la serie, por gente mas brillante que un servidor en ese sentido, pero aquí les dejo con un trailer de un episodio para abrir boca http://www.youtube.com/watch?v=X-vI4aSuJ3w En la época reciente, el mejor exponente en una magnifica serie sobre un grupo de saboteadores de la resistencia durante la II Guerra Mundial llamada Czas Honoru (Days of honor), que empezó a emitirse en 2008 y que lleva seis temporadas con historias y periodos diferentes cada temporada, habiendo finalizado la emisión de la última hace apenas dos meses en Polonia. Una serie esplendida y de una factura excelente como pueden comprobar en este video http://www.youtube.com/watch?v=dBfLlBt1roo CHECOSLOVAQUIA: Un deporte que no es el fútbol paraliza un país Mis recuerdos televisivos checoslovacos vienen de mi primera estancia en Febrero de 1984, que coincidió con la celebración de los JJOO de Sarajevo. El hockey sobre hielo es un deporte apenas practicado en nuestro país pero en países como Checoslovaquia, desbanca incluso al fútbol en popularidad, por eso cuando en Sarajevo, se enfrentaron contra la URSS, en un partido decisivo de la liguilla final con el ganador siendo la mas que probable medalla de oro, todo el país entró en trance. Estaba en Telc, un precioso pueblo al Sur de la actual Chequia, y la locura era tal, que las autoridades montaron una especie de pantalla gigante de tela en el centro de la preciosa plaza mayor del pueblo, y con un artefacto casero difundían la imagen televisiva sobre la tela. Absolutamente todo el pueblo y yo como único extranjero, se congregó en la plaza para ver el partido, con un frio de lo lindo, en una especie de catarsis colectiva donde la excelente cerveza checa corría a raudales, y todo el mundo disfrutó de lo 29 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com lindo a pesar de perder 2-0 con la odiada URSS, pero les garantizó la medalla de plata. La serie mas importante de la televisión checoslovaca, fue indudablemente Arabela, una serie de realismo mágico clara precursora de series como Once upon a time, y realizada con mucha mas inteligencia y brillantez que medios. La serie aunque iba dirigida en principio a los niños, obtuvo mucho mas éxito entre el publico adulto que quedaba subyugado ante la historia fantástica que nos contaba ambientada a medio camino, entre el mundo real y el de los cuentos de hadas, que muchos han copiado, pero casi nadie ha reconocido http://www.youtube.com/watch?v=6MRu93KFN8k De la época reciente, sin ninguna duda, tenemos que destacar a Hořící keř (Burning Bush en su traducción inglesa), un relato impactante que narra la historia real de Jiri Palach, un estudiante checo que se inmola frente a las tropas soviéticas en la ocupación de Praga en el año 1969 y de la lucha posterior de su abogada Dagmar Buresova, en un juicio contra los ocupantes soviéticos. Serie producida por la rama europea de la cadena HBO, y realizada por la prestigiosa realizadora polaca Agnieszka Holland que saltó a la fama por su gran película Europa, Europa del año 1991. y que en el campo televisivo ha dirigido el episodio piloto y el final de Tréme. El trailer nos muestra la calidad de esta miniserie de tres capítulos de 2013. http://www.youtube.com/watch?v=ZlvshoNsY7g Con esta miniserie muy recomendable, finalizamos nuestro viaje televisivo por los países del antiguo telón de acero y donde hemos intentado explicar desde mi perspectiva totalmente personal y subjetiva la evolución televisiva que tuve la oportunidad de comprobar desde mis propias experiencias y anécdotas., de una región que está fuera de la inmensa mayoría de los radares televisivos Espero que les haya resultado interesante esta primera colaboración en este proyecto apasionante que es la Revista Fuera de Series. Si consigo que curioseen y les guste una sola de las series que he mencionado en el artículo, me daré por ampliamente satisfecho. LORENZO MEJINO Ingeniero de Caminos, locutor olímpico, políglota y viajero empedernido. Especializado en descubrir series de los lugares mas reconditos del planeta, así como en relaciones entre el deporte y el cine y la televisión. Autor de Series para gourmets, el blog de series del Diario Vasco, y colaborador del Magazine Perarnau Twitter: @lmejino 30 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com DE LA PANTALLA AL JOYSTICK POR ÁNGEL AGUDO Los videojuegos siempre fueron una experiencia colectiva. Cualquiera que pisara un salón recreativo durante las décadas pasadas puede dar fe de ello. Los chicos arremolinados en torno al que jugaba en el arcade 1, el espectador que esperaba su turno en el clásico “a vida o pantalla” o aquellos que hoy día se reúnen en bares para seguir una partida de StarCraft, nos sirven para recordar que existe un doble tipo de consumo de los videojuegos. Por este carácter colectivo no es extraño que cuando el ocio electrónico empezara a deslizarse en los hogares, lo hiciera a costa del electrodoméstico que concentraba el entretenimiento de la familia: El televisor. Con solamente un aparato en la mayoría de hogares, el disfrute de la mayoría de los primeros prodigios de la microinformática implicaba no ya solamente ocupar el salón, si no llevar a cabo una acción tan radical como desenchufar el cable de antena del televisor; el cordón umbilical por el que los programas, películas y series de televisión llegaban a las casas de los espectadores. El cine fue reacio al nuevo sistema de ocio, pero la generación del nuevo Hollywood acabó lanzándose a su conquista con casos tan radicales como el de Raiders of the Lost Ark de Atari 2600, una aventura que llevaba a casa la experiencia de la película de Spielberg años antes de que fuera lanzada en vídeo doméstico. El mercado del juego electrónico se había revelado como una nueva vía de ingresos y 31 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com majors como la 20th Century Fox crearon su propia división informática, pero ¿y las productoras de televisión? ¿iban a adoptar un negocio que obligaba, en la mayoría de casos, a dejar de ver la programación de los canales para ocupar la pantalla con un juego? La respuesta a esta pregunta es que fueron los fans los que abrieron el camino, y como no podía ser de otra forma, los hicieron con diversas encarnaciones de Star Trek, la serie que posiblemente tenga la mayor legión de aficionados de toda la historia. Sin que los orígenes de estos juegos estén claros y mientras que la serie creada por Gene Roddenberry agonizaba en la televisión de finales de los 60, comenzaron a surgir algunas rudimentarias piezas de software que funcionaban sobre los ordenadores de los departamentos universitarios. Hubo varias experiencias, de la que la más famosa fue Star Trek, un juego de 1971 que también fue lanzado comercialmente para las calculadoras de la empresa Hewlett Packard, en las que hubo que cambiarle el nombre, de igual forma que la hoy todopoderosa Apple tuvo que modificar su propia versión de 1979, llamándolo Apple Trek y renombrado a los Klingons como Klarnors. La razón es que eran juegos que no tenían la licencia de la incipiente franquicia protagonizada por Kirk y Spock, y por tanto, no venían encargados desde las altas esferas de Paramount. De modo que desechadas estas experiencias por su carácter amateur, ¿Cuál sería la primera versión oficial y autorizada de una serie de televisión? Antes de responder a esa pregunta, ha llegado el momento de hacer una pausa. Vamos a hacerla porque creo que es hora de que nos liberemos de este lenguaje académico y del tono casi universitario. Hay tres razones para esto: • Porque no viene a cuento de nada. Estás leyendo Fuera de Series y aquí hay toda la diversión que no encontrarás en una tesis doctoral. • Porque lo que nos apetece a ti y a mí es empezar a ver títulos de videojuegos y decirnos cosas como “¡Este lo tenía yo!”, “Este tengo que comprármelo”. • Porque tengo que pedirte perdón. Los dos primeras razones apenas necesitan explicación. Sobre la tercera, verás… tengo que pedirte perdón porque he mentido en la primera frase del artículo. O al menos no he dicho toda la verdad. Dame un par de párrafos para que lo explique. La gente dedicada a estudiar la invención del cine siempre ha estado dividida en varias corrientes, de las cuales, las más claras son dos: La que sigue la teoría afrancesada -(in)explicablemente habitual en nuestro país- que dice que fue un invento realizado por Louis y Auguste Lumière, porque ellos a fin de cuentas inventaron en 1895 las salas de proyección a oscuras a las que hoy seguimos acudiendo; y por otro lado, la que defiende que el cine es un invento de Thomas Alva Edison (y William Kennedy Dickson) quien desarrollaría en 1881 un sistema de imagen en movimiento, pero que se diferencia del posterior invento francés en que en él los espectadores accedían de uno en uno (estás “máquinas de cine”, curiosamente, aflorarían en los salones recreativos el mismo lugar desde el que se popularizarían los videojuegos). 32 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Negar la paternidad de Edison en la orgía de inventos fotoquímicos de la que nació el séptimo arte, es negar parte de la historia del cine de finales del siglo XX y de principios del actual, donde muchas películas se crearon como directos a videoclub sin estar nunca pensadas para ser proyectadas en la sala de los Lumière. De igual forma, sostener que el videojuego siempre fue una experiencia colectiva nacida en recreativos o en el salón de casa, obliga, además de a desechar inventos como la Virtual Boy o incluso la Atari Lynx -en la que su pantalla hacía imposible ver nada a nadie que no fuera el jugador-, a pasar por alto un hecho fundamental: El primer transvase real de una serie de televisión al mundo del videojuego NO se produjo en el salón de casa (y además, ocurrió años antes de que lo hiciera el cine). En 1979, la empresa Milton Bradley (sí, justo, esa que conocemos como MB Juegos) lanzó la Microvision, una consola portátil que fue la primera en usar cartuchos y que contaba con una pantalla rudimentaria. En uno de esos juegos comercializados en cartucho aparecía un texto: “Star Trek is a trademark of Paramount Pictures Corporation” y dentro estaba Star Trek Phaser Strike, gracias al que los trekkies pueden levantarse y gritar, ya con toda la oficialidad, que ellos fueron los primeros en llegar. Incluso, viendo la fecha del lanzamiento (noviembre de 1979), puede decirse que la serie se adaptó antes al videojuego que al cine, puesto que Star Trek - La película no se estrenaría hasta un mes después. Esta relación tan temprana no tuvo éxito y el contrato entre Paramount y MB no se renovaría, abocando al juego a cambiar su título a Phaser Strike, pero su rudimentario mecanismo de derribar naves Klingon fue la primera de las muchísimas apariciones de la Flota Estelar en los videojuegos, desde Star Trek The Arcade Game a los diferentes juegos que bajo el nombre Star Trek: 25th Anniversary aparecieron en 1992. La toma del salón de casa aún tendría que esperar unos años, un tiempo en el que el cine tomó la delantera para no abandonarla jamás. En 1983 comenzó el trasvase de la pantalla al joystick con tres títulos muy significativos: M*A*S*H, Scooby Doo's Maze Chase y Doctor Who: The First Adventure. Los dos primeros nos sirven para hablar de dos características que se mantendrán hasta nuestros días, y el tercero, para apuntar una de las historias más importantes de la historia del videojuego. Empecemos por los dos primeros. Basta ver la fecha de lanzamiento de M*A*S*H para advertir que su desembarco se produjo cuando la serie llegaba al final de su vida en las pantallas. Fue un programa sencillo, como todos los de la época, y apareció tanto en la omnipresente Atari 2600 como en el Texas Instruments TI99/4A, un ordenador olvidado pero con fuertes conexiones con el mundo televisivo, ya que su gran baza de marketing residía en estar anunciado por Bill Cosby. Como es fácil imaginar, la limitada capacidad de estos sistemas hacía imposible trasladar al juego ninguna trama de la serie -una constante que se prorrogaría durante casi toda la existencia del formato- y para ello solamente se cogían los escenarios y premisas del universo televisivo. Así, M*A*S*H se dividía en dos niveles de juego: la contienda bélica en Corea y el quirófano, en el que había que practicar una intervención al más puro estilo del juego de mesa Operación (cantemos todos a la vez aquello de "demuestra que eres el mejor doctor"). 33 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Ese parecido con el juego de mesa no es casual y otra constante de la época era encontrarse con que muchos juegos basados en productos audiovisuales no eran más que copias de clásicos vendidos ahora bajo el paraguas comercial de un producto de éxito (es más, para redondear la estrategia de merchandising, la versión de M*A*S*H para Atari 2600 se comercializaba con una camiseta de la serie adherida al plástico). En Scooby Doo’s Maze Chase, el bueno de Scooby Doo no escaparía a esta práctica y vería como la primera de su larguísima lista apariciones en la informática sería un juego inspirado en el comecocos de toda la vida. El juego apareció para la consola Intellivision y a su vez sirve para poner de relieve otra característica común: Hasta que la edad de los jugadores no empezó a crecer, la inmensa mayoría de videojuegos que adaptaban series lo hacían de series de dibujos animados. Quizá, uno de los escasos ejemplos de series adultas del momento convertidas a juego fuera Dallas Quest, versión para Commodore 64 del culebrón deluxe Dallas, un juego conversacional (los bisabuelos de las aventuras gráficas) en el que sí se desarrollaba un intento de trama puesto que el jugador asumía la personalidad de un detective contratado por Sue Ellen, el personaje interpretado por Linda Gray en la ficción. El rizo de las copias de juegos camufladas bajo cabeceras televisivas, lo llevó a cabo la primera versión licenciada de Doctor Who en Doctor Who: The First Adventure, donde bajo la quinta encarnación del personaje, el jugador debía superar niveles basados en productos anteriores como Frogger o Space Invaders. Entonces, ¿por qué detenernos en él? ¿Qué tiene de interesante? ¿Acaso esto lo está escribiendo un whovian con incontinencia verbal? Bien, pues porque es el ejemplo perfecto de lo que pudo haber sido y no fue una parte importante de la relación entre videojuegos y televisión. "Rule Britannia" sonaría ahora en tus altavoces si esto fuera un documental. Y lo haría porque la historia de los videojuegos de los 80 y 90 no puede comprenderse sin pasar por Reino Unido. Con diferentes modelos de ordenador doméstico desperdigándose por los hogares de medio mundo, tales como los citados TI99/4A, Apple II o Commodore 64 en Estados Unidos, el país de Sherlock Holmes comenzó su propia carrera tecnológica, primero con los ordenadores de Sir Clive Sinclair y más tarde, de Alan Sugar. Entre medias -y esta es una historia que puede disfrutarse mucho más en una estupenda TVMovie de 2009 llamada Micro Menla BBC sacó a concurso la fabricación del ordenador "oficial" del servicio público, que tras una lucha encarnizada, acabó ganando la empresa Aacorn Computers. El nuevo modelo se llamó BBC Micro y con él se llenaron las escuelas para que de su mano, los niños se zambulleran en la informática. El matrimonio era perfecto; la televisión emitía programas que enseñaban a utilizarlo y vendía software ligado a su parrilla, a veces incluso podían descargarse a través del teletexto. Pero tanto Doctor Who: The First Adventure como los otros dos juegos basados en el personaje fueron rara avis en el mercado. BBC Micro nunca consiguió ser un éxito de ventas a pesar de su privilegiada posición y eso fue debido a dos factores: Su precio y que sus rivales apostaron más fuerte por los juegos. Así, 34 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com para cuando quisieron reaccionar se encontraron con un mercado que empezaba a ser dominado por el nuevo producto de Sinclair (el ZX Spectrum), la apuesta de Alan Sugar (Amstrad) y el norteamericano Commodore. Las estanterías dedicadas a estos sistemas empezaron a ver juegos basados en series de televisión e incluso la división de software de BBC desarrolló adaptaciones de Doctor Who o Yes, Prime Minister para ellos. Helicóptero, El shérif chiflado, Thundercats, El coche fantástico, El halcón callejero, Corrupción en Miami o V tuvieron sus juegos, muchos curiosamente en 1986, el año clave del formato. Incluso shows como Spitting Image, el programa de sátira política de las islas británicas, o El Show de Benny Hill se convirtieron en sujetos del ocio electrónico (sí, sí, ¡Un juego de Benny Hill!). Las franquicias se hicieron populares, con versiones de películas y cómics o con juegos oficiales de deportistas, y ya no servía solo con tener una cabecera reconocible para entrar en las listas de ventas. Ahora las adaptaciones tenían que echar el resto en creatividad y aunque algunos ejemplos como Street Hawk aún eran herederos de juegos clásicos (Spy Hunter, en este caso), la mayoría de títulos se vieron obligados a dar un salto. Sirva de ejemplo el propio Scooby Doo, que de aquella fotocopia que era Scooby Doo Maze’s Chase pasó a un juego mucho más elaborado como Scooby Doo in the Castle Mystery que sería publicitado, no sin cierto optimismo, por sus creadores como “dibujos animados interactivos”. España, uno de los mercados más importantes del momento y que producía juegos que de vez en cuando se aupaban a las listas de ventas de Reino Unido, dio un tímido paso en el mercado con tres apuestas propias. La primera llegaría en 1985 2 y lo haría de forma extraña, ya que era una versión de David el Gnomo incluida en la Banda Sonora de la serie. Habrían de pasar algunos años para encontrar una adaptación que perdiera los antiguos tics de marketing de David el Gnomo (juego simple, mero añadido a otro producto…). En 1989 y con más de una década de diferencia con respecto a la serie versionada, el sello Zigurat lanzó Curro Jimenez, un arcade en toda regla en el que el jugador controlaba al bandolero y debía hacerle luchar contra las tropas francesas. Es verdad que en el juego no quedaba nada de los fabulosos guiones de la serie y que no incluía ninguna referencia a TVE ni en el copyright, ni en la publicidad impresa, ni siquiera mostrando el rostro de Sancho Gracia 3 en portada, pero sirva el ejemplo para demostrar la gran calidad que podía alcanzar la industria española del videojuego a finales de los 80. En las antípodas y sin la excusa de ser un pionero como David el Gnomo, está el tercer ejemplo de adaptación de una serie patria. Se trata de La Corona Mágica, una serie animada que ocupó las sobremesas de los domingos de finales de 1989 y en la que Ibáñez Menta ejercía de narrador. En su traslación al universo informático, La Corona Mágica fracasó del todo, deformando a los personajes creados por Juan Ramón Pina y mostrando la única intención de “hacer caja” con una cabecera infantil. La crítica lo destrozó. Pero tampoco es justo hacer sangre con este juego porque cuando apareció, en 1991, el mercado de estos ordenadores estaba agonizando. Parte de la culpa la tenían los 35 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com ordenadores de 16 bits que se afianzaban en lugares alejados del salón y que mostraban un rendimiento superior en ofimática. Pero en el terreno de los videojuegos, la responsable de la muerte de los antiguos juegos de cassettes y discos de tres pulgadas fue la generación de videoconsolas que venía luchando por imponerse desde mediados de los 80. Bastante guerra consiguieron plantar los Spectrum y similares. La nueva era que vino se definió por el enfrentamiento de dos colosos japoneses llamados Sega y Nintendo, dos empresas cuyas primeras apuestas en Europa fueron la Master System y la NES. Y aunque en Japón contaban con no pocas adaptaciones de series de televisión propias, en Occidente su parqué de versiones fue bastante limitado. Las series debutaron en ambas consolas durante el año 1989, con El coche fantástico apareciendo para la máquina de Nintendo y Alf para la de Sega (si bien, el juego basado en las aventuras de Michael Knight y KITT había aparecido en Japón durante el 88). Ambas eran series que habían gozado de juegos en ordenadores, pero que se relanzaron como productos nuevos. En el caso de El coche fantástico se mantenía la propuesta (obvia) de hacer un juego de carreras, introduciendo conversaciones con los personajes secundarios de la serie y llevando a cabo una persecución por los Estados Unidos en una trama algo más elaborada. Pese a todo, el juego estaba a años luz de exprimir el potencial de la consola doméstica de Nintendo. Peor sería el caso de Alf, quien aterrizaba en la única versión existente para videoconsolas con un juego que recordaba en argumento (y acabado) al peor-más famoso juego de la historia: el ET de Atari 2600. El pobre extraterrestre de Melmac no encontraría demasiados compañeros televisivos en la Master System, una consola para que solamente se lanzarían dos juegos basados en franquicias televisivas: Bart vs. The Space Mutants (la celebrada primera adaptación de Los Simpsons que llegó a casi todos los formatos) y The Flinstones, el segundo de los juegos creados a partir de los personajes de Los Picapiedra. Que la NES ganara la partida en cuanto a series de televisión se debe en gran medida a la suma de dos factores: Una apuesta por los derechos de productos audiovisuales y al gusto de Nintendo por atraer a un público más infantil. Con esta combinación, era inevitable que la empresa no acabara acaparando para sí el mercado de las series de animación, lanzando cartuchos basados en series como Capitán Planeta, James Bond Jr., Rocky and Bullwinkle o Tiny Toons, algunas teniendo versiones para otras máquinas posteriores de la factoría, como la Super Nintendo o la Game Boy. Lo curioso es que la voracidad del sistema no acabó ahí y cuando en 1990 aparecieron dos adaptaciones vintage como Thunderbirds y The Adventures of Gilligan’s Island, lo hicieron para la consola del gigante de Super Mario. Sega consiguió modificar la situación con el lanzamiento de su MegaDrive, si bien la mayoría de licencias conseguidas provenían de películas. Del mundo televisivo, el Capitán Planeta, Tiny Toons, Rocky and Bullwinkle y Bart vs. The Space 36 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Mutants llegaron a la nueva consola de Sega, acompañándoles juegos de series de superhéroes como Spider-Man: The Animated Series o The Adventures of Batman & Robin y visitantes inesperados como Ren y Stimpy o Beavis and Butt-Head (este también apareció en Super Nintendo) que evidenciaban un cambio de miras hacia un jugador de mayor edad4. A pesar de la llegada de nuevos sistemas de entretenimiento, el escenario tardaría tiempo en cambiar. No sería hasta 1998 con una aventura gráfica para PC (lanzada un año después para PlayStation) que las adaptaciones iban a dar un giro intentando recrear la experiencia televisiva y añadiendo interactividad. El juego en cuestión no era otro que The X Files Game, adaptación de la serie creada por Chris Carter. En él, el jugador tomaba el papel de un personaje nuevo, un agente novato del FBI que debía investigar la desaparición de los agentes Mulder y Scully en una suerte de cruce entre película interactiva y aventura gráfica. La fórmula de esta superproducción de 7 CD-ROMs (4 en versión PlayStation) y 24 horas de vídeo no era fácil de repetir y por eso, cuando regresó la franquicia, lo hizo con The X Files Resist or Serve para PlayStation 2, un juego que bajo la cabecera de la serie enmascaraba una copia de los Survival Horror creados a partir del molde de Resident Evil. La contraposición de ambas encarnaciones de Expediente X servía para devolver, en lo que parecía el inicio de la madurez del formato, una pregunta que estaba en su propia raíz ¿Son las versiones de series un producto derivado con la misma (poca) identidad que la camiseta de M*A*S*H que se vendía con el juego de Atari? ¿Se trata de un transvase de lenguajes como los habituales entre literatura y cine? ¿Ambas cosas a la vez? La incógnita permanecería en el aire. Durante los años siguientes y con un renovado universo televisivo, nuevas adaptaciones empezaron a surgir, ahora ya, conscientes de que la edad de los jugadores había aumentado de forma definitiva. CSI debutó con el primero de sus videojuegos en el año 2003, utilizando un sistema de juego que recordaba al primero de Expediente X, si bien el planteamiento de la serie le permitía subdividir su trama en diferentes casos; una característica que se prorrogaría en la franquicia. En 2006 llegaron adaptaciones como The Shield, 24, Los Soprano o Mujeres desesperadas. Los tres primeros lo harían como shooters en tercera persona nacidos según la moda imperante en PlayStation2 y la saga GTA, mientras que Desperate Housewives: The Game se trataba de un clon que pretendía apropiarse del éxito de The Sims, una saga que triunfaba en ordenadores de medio mundo gracias a su segunda entrega. Los juegos de The Shield y 24 optaron por hacer que el jugador tomara el control de los personajes centrales de la serie, y por contra, Los Soprano: Cuestión de Respeto y Desperate Housewives: The Game adoptaron la fórmula clásica de crear un personaje nuevo que fuera cruzándose en la trama de la serie. La vía de crear un personaje secundario (que también servía de excusa para ahorrarse unas cuantas jornadas de grabación con los actores principales) volvería a 37 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com utilizarse en 2008 con Lost: Vía Domus, el único juego de la época que parecía intentar ofrecer alguna respuesta a las preguntas que nos hacíamos a raíz de los juegos de Expediente X. Con el hype disparado a causa del final de la tercera temporada de Perdidos (Es decir, tras el “tenemos que volver, Kate”), la franquicia lanzó a bombo y platillo su videojuego oficial, al que no pocos fans se aferraron en busca de pistas que Lindelof y Cuse (que habían perfilado el guion del juego) hubieran diseminado en el argumento. La decepción llegó a su término mayúsculo cuando descubrieron que Lost: Via Domus, al igual que casi todos los productos derivados de la franquicia, no ejercía ninguna pieza en el complicado engranaje de la serie y no era más que un producto en cuya trama como mucho se repetían situaciones de las temporadas ya emitidas. Eso sí, el futuro traería una pequeña venganza a los jugadores que se habían gastado el dinero en este juego de PC, PlayStation3 y Xbox360, y es que su final y el final de la serie tenían algunos puntos en común. La sensación -presente desde el primer momento- de que los videojuegos eran para las series una rama fecunda a nivel económico pero con la que no se sabía muy bien lo que hacer a nivel creativo, se multiplicó con la frustración de los fans de Perdidos. La fórmula de la adaptación intentó recuperarse con algunas series anteriores, como Prison Break, pero los mismos problemas volvían a estar ahí, ensartados en lo más profundo de la mecánica de la adaptación y de repente, esa oleada de videojuegos surgida en 2006 desapareció tal y como había llegado a nuestras consolas y ordenadores. Porque… ¿Dónde están los videojuegos que corresponden a las series de mayor éxito de los últimos años? ¿Dónde está el equivalente de lo que se hubiera hecho con The Big Bang Theory en los años de NES o con Arrow en los de MegaDrive? ¿Ni siquiera podría existir hoy un shooter o un juego de estrategia radicado en el universo de Homeland? Hace unos años, la compañía Telltale Games revitalizó un formato que creíamos desaparecido, “los videojuegos por entregas” en los que el jugador disfruta de diferentes fases concebidas como episodios que van llegándole según se lanzan al mercado. Parte de su experiencia en ese campo venía de desarrollar las historias que se incluían en los videojuegos de CSI, y consiguió un gran éxito reformulando con ese molde los juegos de The Secret of Monkey Island y adaptando películas como Regreso al Futuro o cómics como Los muertos vivientes. La evidente conexión de este último caso, Los muertos vivientes, con la serie adaptada por la AMC probablemente sea la responsable de que Telltale se haya lanzado a la caza de la franquicia televisiva de Juego de Tronos, anunciando una adaptación de esta (no de las novelas de George R. R. Martin) en su formato seriado. Es verdad que para cuando el juego llegue al mercado, su padre televisivo irá por la cuarta entrega y poco nuevo podrá aportarle, pero también lo es el que quizá este formato de episodios en los juegos sea lo que siempre han necesitado las series para trasladarse correctamente a una narrativa tan especial como esta. Quizá los chicos de Telltale lo consigan y pronto podamos entrar en una era que comprenda mejor el transvase de la pantalla al joystick. Ojalá. 38 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com ÁNGEL AGUDO Guionista y escritor, ha colaborado en ACADEMIA y Scifiworld Magazine y dirigió el documental El hombre que vio llorar a Frankenstein. Actualmente participa en el proyecto interactivo Hezomagari y es coguionista de la película Sweet Home (en preparación por Filmax). Twitter: @guionistarayban El vocablo inglés para definir “Salón recreativo” es arcade, debido a que el primer lugar para colocar estos instrumentos de ocio era bajo los arcos de las tiendas. Las máquinas recreativas (y el género también conocido como Beat’em up) también heredarían dicho nombre. 1 Aunque la televisión ya había llegado al joystick del ordenador previamente con Un Dos Tres… Responda otra vez, lanzado en 1984 para ZX Spectrum y “presentado” por un computerizado Bigote Arrocet: 2 Existen algunas dudas en torno a si Curro Jiménez fue una adaptación en toda regla, además de por los datos mencionados, porque Zigurat ya había estado a punto de pillarse los dedos un par de años antes con El Misterio del Nilo, una versión no licenciada de La Joya del Nilo para la que tuvo que cambiar el aspecto del protagonista (demasiado parecido a Michael Douglas). Un caso similar es el de un juego español de 1988 llamado El Equipo A, no incluido aquí porque sobre ese sí existe un mayor consenso en torno a que se trata de una adaptación comercializada de espaldas a los propietarios de los derechos. 3 Prueba de ello es que ambas compañías vieron aparecer en sus sistemas versiones de películas de acción como Arma Letal o El último gran héroe. 4 39 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com CUANDO LA TELEVISIÓN FUE CINE POR FAUSTO FERNÁNDEZ Debe haberse ya dicho todo, o casi todo, sobre los vasos comunicantes que interrelacionan dos medios audiovisuales, dos armas de comunicación, cultura y entretenimiento como son el cine y la televisión. Desde su carácter de enemigos en enfrentamiento casi perpetuo a sus fuertes ligazones en cooperación, complementación y crecimiento como lenguajes de expresión y creación artística, estos dos grandísimos contenedores de ficción (y de talento para crear, elaborar y mostrar esas ficciones) se han alimentado el uno del otro sin ningún tipo de complejo o vergüenza, incluso a veces sin ni siquiera darse las gracias mutuamente. Es verdad que la televisión, por su nacimiento posterior en el tiempo al cinematógrafo, adoptaría a este en su seno de dos maneras bien diferentes: • Como material de relleno de sus horas de programación. • Como referente a la hora de abordar los códigos de ficcionalización. Este segundo punto es el más discutible, y el que más ha interesado siempre a los estudiosos de las conexiones entre cine y TV. La televisión, por planteamientos de formato, técnicos y de duración (y de compromisos de patrocinio publicitario), acabaría (seguramente por necesidad o 40 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com simple evolución de un formato/medio recién nacido) creando un nuevo lenguaje, una nueva forma de lenguaje que estaría a medio camino entre el teatro (esas emisiones de dramáticos en vivo y en directo) y el cine (el uso de convenciones narrativas y visuales propias del cine, por supuesto). Ese lenguaje, en un principio de simple balbuceo (y muy criticado en la época), terminaría influyendo en las películas, en su estilo. No es este el momento, ni pretende este artículo eso, desmenuzar todos los pormenores de las diversas generaciones de la TV que habrían de dejar su huella en el hermano mayor de la gran pantalla: de la mítica de los años 60, a la menos estudiada de los 70 o a casi la actual, muchísimo menos analizada debido a su inmediatez. La mal llamada (aunque a veces se lo merezca) caja tonta acogió en sus inicios a un gran número de profesionales y autores provenientes del séptimo arte. Se trató de una pura obviedad: quiénes mejor que aquellos que sabían explicar historias en imágenes lo hicieran ahora en otro lugar y en otro formato. Bueno, lo del formato tampoco fue exacto del todo: la gran mayoría de los telefilmes se rodaron, y seguirían haciéndolo durante décadas, en formato y soporte cinematográfico. Así, el nuevo invento diabólico casero se convertiría en una suerte de refugio o cementerio de elefantes de veteranos directores y técnicos que vivirían aquí una segunda juventud. Y también fueron la escuela donde se foguearían los rabiosos nuevos talentos que prontamente darían el salto a la gran pantalla… Lo que simplemente voy a tratar de recordar, espero que con ciertas dosis de humor y muchísimas toneladas de nostalgia, es esa parte de esta extraordinaria historia intercultural catódico-celuloide en la cual el producto originalmente televisivo fue considerado merecedor de ser producto cinematográfico. Cuando algo concebido y elaborado para un consumo masivo a través de un medio público y gratuito se convirtió (por diversas circunstancias que intentaremos explicar) en un estreno en salas que se veía, incluso por segunda vez, tras previo paso y pago por taquilla. No es esto algo que suene a la prehistoria: fenómenos que hemos vivido recientemente como el de la tvmovie del canal de pago SyFy, Sharknado o la exquisita Behind the candelabra de Steven Soderbergh para la HBO confirman que el cambio de lugares parece haberse puesto de moda de nuevo. En el caso del telefilm de Soderbergh (realizado en un canal televisivo de pago debido a las trabas de las productoras cinematográficas convencionales a sacarlo adelante), su paso por el prestigiosos Festival de Cannes y su estreno comercial en capitales como Londres, certifican la importancia del producto y ese plus extra de respetabilidad o consideración, algo que podría sonar todavía a cierto complejo de inferioridad de la TV respecto al cine. Respecto a la frikada de Sharknado, su posterior (limitado y nada rentable) exhibición en algunas salas de Estados Unidos solamente debe interpretarse como una propina freak al ditirámbico éxito catódico de su demencial (y divertidísima) propuesta. De hecho, España también acogió alguna que otra experiencia sharknadodiana similar, caso de su proyección en la madrileña sala Artistic Metropol. Esto último estaría más en sintonía con, la cada vez más extendida, práctica de organizar un acto público y multitudinario, en un cine y con espectadores, alrededor del estreno o final de alguna teleserie mediática. Convertir al episodio inaugural o capitular de 41 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com una serie televisiva en ese estreno nocturno con alfombra roja que hasta hoy sólo parecía reservado al blockbuster de turno… Como citaba unas líneas más arriba, todo esto no es algo nuevo. Lo de la première en Cannes de Behind the candelabra cuenta con otros ilustres precedentes festivaleros como los Misterios de Lisboa del finado Raoul Ruíz (una miniserie de cinco horas presentada y estrenada como un film de más de tres horas), la miniserie italiana La mejor juventud que recibiría honores de film comercial dividido en dos partes/largometrajes o las nórdicas Las mejores intenciones de Bille August o el Fanny y Alexander de Ingmar Bergman, productos televisivos que disfrutaron de una próspera (elogiada y premiada) vida en salas de exhibición y con (re)montajes de cara a lograr una duración más o menos estándar y viable para el dueño de la sala… El caso de Bergman resulta especialmente paradigmático ya que la gran parte final de su filmografía (De la vida de las marionetas, Saraband…) es directamente televisiva, viéndose así en su Suecia natal, pero estrenándose en el resto del mundo dentro del circuito de exhibición convencional cinematográfica… Es exactamente lo mismo que sucedió con Los unos y los otros (1981), film de Claude Lelouch que en realidad era una mucho mayor extensa miniserie catódica… Hay una explicación en esta corriente, y nosotros, en España, también la hemos conocido, vivido y practicado. En países europeos, los canales televisivos, primordialmente los de financiación pública, se fueron constituyendo como los principales garantores de la producción fílmica. La contrapartida (lo que está en efecto en la actualidad… salvo por la crisis económica y los recortes) suele ser la de la adquisición de los derechos de antena para su emisión tras el estreno comercial del film, y el control de sus ventas en el extranjero. Este es el modelo más o menos consensuado y que llevamos viendo desde hace unos años: un canal aporta el (o parte de) dinero de una película y se reserva la emisión en exclusiva de este tras su vida en salas y/o formatos domésticos como el dvd o el bluray. Sin embargo, a principios de los años 80 el pasado siglo (siempre me siento raro escribiendo esto del pasado siglo), y emulando a la RAI o a otros entes públicos europeos, RTVE entra en la producción de cine desde unas premisas muy diferentes. RTVE convoca un concurso público de guiones y proyectos (no exento de polémicas y acusaciones de amiguismo y enchufe, como denunciarían entre otros el malogrado José Antonio de la Loma, cuyo Viriato sería defenestrado… hasta que décadas después asomaría su hocico la serie Hispania, pero esa es otra historia que igual me animo a contar otro día), y da luz verde a miniseries que conocerán antes de su emisión por capítulos en la pequeña pantalla un estreno comercial en versión reducida. Hoy vemos esto como algo demencial y extraño: ¿para qué pasar por taquilla y ver algo incompleto si dentro de 6 meses o un año voy a ver ese producto en su integridad? Pues, por extraño y demencial que resulte, eso sucedió… Los ejemplos son de todos (bueno, de todos los que tengan cierta edad, claro) conocidos: La plaza del Diamante, Crónica del alba (esta serie al menos se estrenaría en dos partes/largometrajes), Bearn… Más allá de sus valores intrínsecos, la verdad es 42 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com que resultaba muy difícil criticar esos estrenos: los remontajes convertían a narraciones-río en atropelladas sucesiones de elipsis y de personajes que aparecían o desaparecían (principalmente desaparecían) sin ningún sentido. Por fortuna, este modus operandi pasaría a mayor gloria (o a mayor olvido) en unos pocos años. Aun así, esa fue la metodología empleada durante muchísimo tiempo en Italia o España.Por mencionar un par de ejemplos, que hay infinitos más en la lista, quedémonos en esa década de los 80 y en el estreno comercial en las pantallas españolas de un péplum bíblico de lujo, pro sionista y con reparto de campanillas: Los Antagonistas (Boris Sagal, 1981). Suerte de epopeya numantina, algo raro pasaba con el desarrollo dramático del film a lo largo de su poco más de hora y cuarenta minutos de metraje: aquí faltaba algo. Naturalmente que faltaba algo, concretamente faltaba el doble de metraje ya que Los Antagonistas era originalmente una miniserie conformada por cuatro episodios de 50 minutos de duración cada uno titulada Masada. Al poco, TVE emitiría Masada en su concepción original de miniserie y ya todo cobraría sentido. Lo bueno del caso es que estas operaciones contaban con el beneplácito de los productores del objeto televisivo presto a su mutilación allende las fronteras USA… El otro ejemplo es el de Las aventuras de Pinocho (Luigi Comencini, 1972), condensado para salas de otra (magnífica) serie. En este caso, la emisión en la TV española y el estreno en cines no estuvieron separados por excesivo margen de tiempo, algo que no afectó a su carrera comercial. No, no es incomprensible esta respuesta en cines a algo que se ha visto en casa. Los más veteranos recordarán que no nos importó pasar por el cine de barrio a ver y disfrutar con un remontaje de las peripecias de Kabir Bedi como el Tigre de Malasia que acabábamos de ver en la pequeña pantalla, durante seis sobremesas de domingo, en el Sandokan (1976) de Sergio Sollima. Esta versión comprimida para cines venía ya de Italia, quienes aprovecharían más el filón con otro remontaje más que aquí ya no llegaría: La tigre è ancora viva: Sandokan alla riscossa! (S. Sollima, 1977). Estas cosas nos encantaban, como los largometrajes de animación que resumían episodios de Mazinger Z, o lo más tronado de todo: lograr que toda la larga y animada D´Artacán y los tres mosqueperros cupiera y tuviera sentido en un único largo de duración inferior a 90 minutos estrenado en 1982. Mejor planteado estuvo el fenómeno de la ácrata y mítica serie escandinava Pippi Calzaslargas. No se recurrió a un remontaje, sino a la fusión de varios episodios con una misma línea argumental para configurar un producto ya conocido, pero con posibilidades de tener vida propia e independiente más allá de la TV. Tampoco fue una idea de nuestros distribuidores nacionales: esta operación nace en Suecia y con clara vocación internacional. El resultado fue que en 1975, en pleno boom de la emisión en TVE de la serie, se estrenaba Pippi en la isla de Taka Tuka (Olle Hellbom, 1970) y arrasaba en taquilla. Es en este punto de este artículo (que espero no les esté aburriendo) cuando vamos a retroceder a los años 50 en Estados Unidos, en el periodo de mayor y encarnizada batalla entre la televisión (ya en su primigenia edad de oro) y el cine (luchando por recuperar a los espectadores con invenciones gigantescas como el CinemaScope, las Tres Dimensiones o el Cinerama). Y lo 43 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com hacemos porque fue aquí cuando se inicia una corriente muy curiosa en la cual el cine fue muchas veces televisión pese a esa enconada guerra. Los americanos se encerraban en casa para gozar de su bandeja de cena fría sentados frente a esos aparatos domésticos llamados televisores: comedias, westerns, series de misterio, de terror, dramáticos, teatro, gran creatividad, música… Todo gratis (interrumpido y patrocinado con publicitarias intervenciones) y en batín y pantuflas. El cine tuvo que competir, contrarrestar esto haciendo crecer las pantallas, a lo ancho y a lo alto, inventar sistemas que no tuvieran las pequeñas teles, encima en blanco y negro. Más tarde, cuando las pequeñas pantallas ya emitían en color y hasta podían jugar puntualmente al experimento tridimensional con gafitas de rojo y azul recuerdo, el cine se abrió a lo que la TV no podía dar: el sexo y la violencia. Pero antes, antes de esto, se vivió algo tan divertido (y poco estudiado, en Europa, me refiero) como que se estrenaran en cines largometrajes que eran resúmenes o remontajes de episodios de series televisivas muy exitosas en aquellos momentos. El culpable de ello tiene un nombre: Walt Disney. Sí, no fue el precursor de algo que el serial por entregas cinematográfico (ahora reciclado en la TV) ya había inventado, pero sí que hizo algo que, por ejemplo, no hizo otra teleserie de los años 50, El llanero solitario, que aprovechó el éxito televisivo para dar el salto a la gran pantalla con dos films específicamente realizados (por Stuart Heisler) para cine. No, lo que Disney pensó y realizó fue algo que nace a tenor de su entrada en el medio televisivo con el programa semanal Disneylandia. Además de producción propia, el espacio era un contenedor de material previo proveniente del cine: cortometrajes animados y largometrajes que se emitían por partes. Los largometrajes en imagen real de la Disney no eran en aquellos momentos tantos como para poder alimentar una programación continuada, así que se optó por generar material nuevo en forma de teleseries. Una de las más famosas sería la de El Zorro, pero nada comparado con el eco mediático y el éxito de la que se consagró al rey y pionero de la frontera Davy Crockett. Davy Crockett fue un bombazo a mediados de los 50, su popularidad era comparable a la del Superman de George Reeves (que tuvo su largometraje previo a la serie en pantallas comerciales), tanto que Disney se planteó aprovechar el fenómeno fuera del ámbito doméstico. Lo más lógico hubiera sido crear una aventura nueva del personaje y darles cancha en el cine, pero no, el ¿listo?¿cicatero? tío Walt no quiso invertir dinero y estrenó un largometraje en salas a partir de tres episodios de la serie televisiva ya emitidos. El resultado fue Davy Crockett, rey de la frontera (Norman Foster, 1955), no solamente estrenado en USA, sino en todo el mundo, un mundo donde, en 1955, la serie no era conocida… porque no teníamos tele (el film se reestrenaría en los 60 cuando la serie sí era un éxito en TVE). El éxito fue arrollador. Las razones, aparte del obvio tirón popular del personaje y del producto, estribó en que en las salas se podía ver en color. La serie de rodaba en color, en formato cinematográfico, pero pocos hogares norteamericanos podrían verla en color. Ese fue el mayor aliciente, aunque no explica del todo el taquillazo, cuya razón anida más en el deseo de los fans de repetir sus experiencias vividas en casa en un local con público… O igual no, mejor 44 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com llamamos a un psicólogo o a u sociólogo. Disney repetiría la jugada al año siguiente con Los piratas del Mississipi (Norman Foster, 1956), también con una estupenda respuesta comercial. Este largo solamente utilizaba dos episodios de la teleserie y continuaba manteniendo ese espíritu aventurero y de factura que no diferenciaba demasiado al cine que se hacía en aquellos días. Hollywood aprende de los errores y de los éxitos de los demás, y que Disney recaudara un buen montón de dólares (y de divisas) creando un largometraje a partir de un par o tres episodios de una serie televisiva que ya estaba amortizada… encendió la bombilla del resto de las majors. Una de ellas fue la Metro-GoldwynMayer. Hacía tiempo que ya contaba con una división televisiva y proporcionaba (ella sola o bajo coproducción) material de ficción destinado a abastecer la voraz maquinaria catódica. Había una serie, también de mediados de los 50, y coetánea de Davy Crockett, que compartía asimismo con esta el tono de aventuras de pioneros, grandes paisajes, ríos, etc... Me refiero a Northwest Passage, nacida a partir de un film de 1940 dirigido por King Vidor: Paso al Noroeste. Fueron 26 episodios de 25 minutos de duración aproximadamente (salvo algún especial) y entre su nómina de realizadores contó con artesanos del calibre de George Waggner (firmante de El hombre lobo, por ejemplo) o de genios como el inconmensurable Jacques Tourneur, autor de 8 episodios de la serie. Mezclando tres o cuatro de esos episodios se estrenarían dos largometrajes que, pese a funcionar bastante bien, no propiciaron la continuidad del reciclaje. El primero, que llegaría a las pantallas españolas, fue Fronteras de fuego (Jacques Tourneur, 1959) y el segundo, este ya inédito por estos pagos, sería Mission of Danger (J. Tourneur y G. Waggner, 1960). Otras teleseries del momento lo intentaron, caso de la longeva El Virginiano, pero el producto que ofrecieron para la gran pantalla, El toro del oeste, resultó un híbrido mal montado de dos episodios, uno de Jerry Hopper y el otro de ¡Sam Fuller! Hasta bien entrados los años 60 no encontraríamos una réplica a esta práctica, y una réplica bastante compulsiva. Sucedió con el catódico Tarzán que encarnó el cachas Ron Ely en un producto catódico que la gente de mi generación seguramente no han podido olvidar. Un Tarzán muy pulp, moderno, muy divertido y muy trash (Nota: su éxito internacional fue la causa de la submoda en el cine casposo italiano y español de tarzanes cutres y encantadores). Aquí ya se dejaron de complicaciones y unieron tres andanzas del héroe en un solo film… y esto lo repitieron en cuatro ocasiones. Pues sí, un cuarteto de largometrajes formados en plan Frankenstein por aventuras que ya se habían visto en TV, pero que al público (infantil) le daba igual y pasaba por taquilla para repetir la jugada y la juerga. En el caso español al menos tuvimos el plus de ver en color lo que en casa sólo veíamos en blanco y negro. Les dejo aquí los títulos de estos incunables por si se tropiezan con ellos en dvd o en un pase televisivo a alguna hora intempestiva: Tarzán y la rebelión de la jungla (William Witney,1967), Tarzán y la tribu Bomala (Harmon Jones, 1968), Tarzán en la Tierra Prometida (Harmon Jones, 1968) y la más disparatada y encantadora de todas, Tarzán en Nairobi (Alex Nichols, 1968). Mientras, algunas mentes privilegiadas y capitales del medio televisivo (y cinematográfico) como Irwin Allen ponían en práctica una cosa muy novedosa: 45 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com crear una serie (en sus primeras temporadas en blanco y negro) cuyo piloto fuera un espectacular largometraje a todo color y en formato panorámico. Eso fue lo que pasó con Viaje al fondo del mar (I. Allen, 1962), film/piloto del que se alimentaría no sólo dramática y argumentalmente la subsiguiente ficción seriada, sino de sus efectos especiales y escenas que se iteraban una y otra vez, semana tras semana en la pequeña pantalla. Otras veces, ese piloto era tan bueno que los americanos decidían estrenarlo como un largometraje independiente. Muy bueno, sí, muy bueno fue Cara Cortada (Phil Karlson, 1959), en realidad el episodio piloto de Los Intocables, emitido como doble capítulo en su estreno USA. Tuvo una importante carrera comercial en Estados Unidos y mucho más en Europa, en especial en España, donde incluso algunos libros de cine se refieren a ella como un largometraje cinematográfico y no como lo que en realidad es. Que un piloto aterrice (preferentemente más allá de las fronteras norteamericanas) como film de cine no es una rareza, o si no echemos la vista atrás para regresar a ese año 1979 en el que teníamos mono de La guerra de las Galaxias (George Lucas, 1976) y nos conformábamos con Galáctica (Richard A. Colla, 1979), en realidad el piloto de una serie que todavía tardaríamos en ver por TVE. Galáctica, la finisetentera parida por Glen A. Larson, conocería el estreno en muchos cines de un episodio especial de duración convencional: La conquista de la Tierra (Sidney Hayers, 1981), amén de alguna otra desvergüenza similar con cylones cabreados. El rollo galáctico fue la coartada y la excusa para que el piloto de otra teleserie (esta ya vista solamente, creo, por los canales autonómicos nacionales), Buck Rogers: Buck Rogers, el aventurero del espacio (Daniel Haller, 1978). El Peter Parker de la Marvel no cuajó como serie de imagen real, pero los dos telefilmes que se rodaron, en 1977 y 1980, llegaron a nuestras salas: Spiderman-El hombre araña (E. W. Swackhammer, 1977) y Spiderman, el desafío del dragón (Don McDougall, 1980). Mejor suerte tuvo Hulk, cuyo primer episodio de presentación se estrenaba en muchos países y cine, en España con el título de La Masa, un hombre increíble (Kenneth Johnson, 1977)… Con toda seguridad olvido más casos y ejemplos, pero me parece que algo de esa televisión que se convirtió en cine siendo televisión (o sea: no los films que se han hecho sobre series de TV, vamos) ha quedado explicada en estas líneas. Quedan, claro, los telefilmes que se estrenan fuera de EE.UU. como largometrajes. Hay muchos, y muy buenos, y casi merecerían otro artículo, pero como al inicio de todo este farragoso texto mencionaba a Steven Soderbergh y Behind the candelabra, me gustaría despedirlo con otra tvmovie que tuvo tanto éxito en su pase yanqui que la Universal decidió añadirle más metraje, presentarlo a festivales y darlo a conocer como película de cine: El diablo sobre ruedas (Steven Spielberg, 1971). Cine, televisión, serie, telefilme, largometraje… Al final, lo que cuenta es el mensaje. FAUSTO FERNÁNDEZ Crítico de cine. Colabora en las revistas Fotogramas y Clio así como en los programas radiofónicos de cine La Claqueta y La finestra indiscreta. Autor de 46 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Telebasura Española, A Pecho Descubierto y firma invitada en diversos libros sobre Larry Cohen, Dario Argento o Takeshi Miike. Twitter: @faustianovich 47 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com ENTREVISTA A JOSEP GATELL Y TERESA DE ROSENDO POR BORJA GLEZ. SANTAOLALLA Nos conocimos en una sala de guionistas de una de las peores series que se hayan producido en este país. Lo único bueno que salió de aquel sitio fue conocernos. Bueno, yo conocerles a ellos y ellos conocerse el uno al otro, ya que ahora, casi 9 años después, son un matrimonio feliz. Así son Josep Gatell y Teresa de Rosendo, dos guionistas con una trayectoria impresionante en la ficción de nuestro país que un buen día decidieron hacer un viaje para descubrir las diferencias entre las salas de guionistas de nuestro país y las del otro lado del charco. Pronto editarán un libro con todos los detalles pero de momento les podéis leer en http://objetivowritersroom.wordpress.com. Borja Glez. Santaolalla: La primera pregunta es obligada. ¿Cómo nace Objetivo: Writer's Room? Teresa de Rosendo: Yo llevaba muchísimo tiempo queriendo conocer cómo funcionaban las salas de guionistas en Hollywood. Sobretodo para descubrir las diferencias que pudiera haber con respecto a lo que yo vivía en mi profesión como guionista aquí en España. Así que cuando Carlton Cuse vino a Madrid, me acerqué a él y le comenté la idea de hacer un estudio comparativo, publicarlo, etc. Le comuniqué mi intención de pasar un mes en una sala de guionistas y le pregunté si 48 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com eso lo veía como una posibilidad realista. Él me contestó que, como Showrunner, me dejaría unos días pero no tanto tiempo porque un mes es demasiado. Sin embargo me dijo que probara a preguntar a otros Showrunners y lo mismo había suerte como con él. Me instó a que hablara con el WGA, el sindicato de escritores de Hollywood, y ahí me pondrían en contacto con otros Showrunners a los que podría plantearles lo mismo. Y así lo hicimos. Ponernos a escribir mails durante mes y medio. BGS: ¿Y os contestaron? Josep Gatell: Nos contestaron muchos. La mayoría nos dijo que no y algunos pocos nos dejaron una puerta abierta. Nos fuimos a Los Ángeles con pocas entrevistas cerradas pero sabíamos que una vez ahí, estableceríamos contacto con gente que nos podría presentar a otra gente, etc. De hecho, cuando las personas con las que hablamos descubrieron que no éramos dos guionistas de fuera que venían a pedir trabajo se relajaron y nos ayudaron mucho. BGS: Y por fin conseguisteis entrar en una sala de guión… TdR: Estuvimos en dos. En la sala de Bates Motel y en la de Baby Daddy. Dos series muy diferentes. Una sitcom familiar y un drama. Pero te aseguro que el nivel de risas y el ambiente de trabajo era el mismo. JG: Es más: se respiraba más tensión en Baby Daddy que en Bates Motel. En las dos salas se hacían chistes, lo que pasa es que en la primera esos chistes se metían en el guión. Pero en general las diferencias son muy pocas, más allá de la propia idiosincrasia de ambas series. BGS: ¿Y cómo es su manera de trabajar? TdR: Normalmente empiezan enfrentándose a los capítulos que tienen abiertos. Y siempre desde los personajes. A dónde va este personaje, de dónde viene, en qué momento de la trama está, etc. A partir de ahí se piensa una historia que se adecúe a eso. Construyen desde el conflicto del ser humano. No desde los fuegos artificiales. Aunque luego metan muchos fuegos artificiales… BGS: Entonces, ¿cuáles diríais que son las principales diferencias entre una sala de guionistas en España y una ahí en Hollywood? JG: La principal es que el Showrunner está presente en la sala siempre mientras se escribe. Es decir, el máximo responsable de la serie está con los guionistas en la sala trabajando. Y eso facilita mucho las cosas porque hay una guía clara, una cabeza pensante que dice a dónde va todo… TdR: Y se casa con sus decisiones. Él es la máxima autoridad en la serie, y cuando una decisión se toma en esa sala, es prácticamente definitiva. Evidentemente la cadena puede tener sus notas, pero me da la sensación de que no tienen que hacer tantos cambios porque todos los guionistas reman en el mismo barco y saben lo que tienen que hacer. Yo diría que esa es la principal diferencia. JG: Bueno, luego está el tema de la comida. Antes de entrar en la sala nos preguntaron qué queríamos comer y tienen un menú bastante bueno. Y dentro de la sala hay todo tipo de bebidas y Snacks. TdR: Los guionistas insistían mucho en el tema de los Snacks… Hablaban bien y mal de las series en las que habían trabajado en función de la calidad de los Snacks. 49 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com JG: Básicamente existe una persona encargada de que los guionistas tengan lo que necesiten. De que el ambiente de trabajo sea el que tiene que ser y nadie se preocupe de otras cosas que no sea escribir. TdR: Bueno, esa es otra. Escribir no escriben… Existe una figura en la sala que nos impresionó. Es el Script Coordinator o Writer's Asistant. Los guionistas en la sala no escriben, se dedican a pensar lo mejor para la serie y lo discuten. Por eso hay una persona encargada de tomar nota de todo lo que se dice en la sala. En la Writer`s Room de Baby Daddy el ordenador del Writer`s Assistant estaba conectado a dos plasmas y veías a tiempo real lo que se estaba debatiendo en ese momento, ordenado por temas. La persona encargada de esto es una especie de taquígrafo que recoge todo lo que se habla y al final del día lo manda a todos los guionistas. Con lo cual, si tu vas a escribir tu guión en casa, sabes perfectamente de lo que se ha hablado en la sala, porqué se han desechado ideas, qué tramas han funcionado, etc. JG: Es un puesto con mucha presión y mucha responsabilidad. Pero también las personas que trabajan en estos puestos son los que luego suelen tener la oportunidad de entrar en el equipo de guión. Pero son personas que no pueden fallar porque como te pregunte el equipo de guión qué se ha dicho en ese momento y no te acuerdes, te despiden inmediatamente.. TdR: De hecho el tema de los despidos es algo muy habitual. BGS: ¿En serio? JG: Sí. Es mucho más habitual de lo que se piensa y de creo que, aunque suene muy mal decirlo, por eso funciona tan bien la industria ahí. Porque es muy exigente. No se pueden cometer errores. TdR: Un guionista nos hablaba de que en el momento de dialogar un capítulo te enfrentas a 5 días para escribir lo mejor de lo que eres capaz y no puedes escribir menos de eso. Porque con un mal borrador te vas a la calle. No puedes entregar un guión flojo. Es Hollywood hay mucha competitividad y Estados Unidos es un país con el despido libre. BGS: ¿Y hay mucho miedo? TdR: Muchísimo. De hecho, lo primero que nos preguntaron a nosotros es si en España se despedía tanto a la gente como allí. El despido está a la orden del día. Pero muchas veces no se despide por haber hecho un mal trabajo. Ahí lo que pasa es que si tu trabajas de guionista en una serie y esta se renueva para una siguiente temporada, inmediatamente por convenio, te suben el sueldo y aumentas tu caché. Por eso hay muchas “no renovaciones”. Para mantener tu trabajo tienes que dar el 100% y ser el mejor. JG: Es como ser el entrenador del Barça. Tienes que demostrar semana a semana que vales lo que te están pagando. Ser guionista en Los Ángeles es un trabajo que tiene grandes ventajas y muchas compensaciones pero la presión es enorme. También es cierto que ahí, aunque el despido sea libre, los guionistas tienen mucho poder al pertenecer al sindicato, por lo cual las productoras tienen que demostrar que ese despido es procedente. Si no se pueden meter en un lío. 50 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com BGS: Ahora que mencionáis el tema del sindicato. Vosotros pertenecéis a la junta directiva de ALMA (el sindicato de guionistas españoles) y habéis estado dentro del WGA (Writer’s Guild, el sindicato de escritores americanos). ¿Cuáles son las principales diferencias entre ambos? JG: Hay muchas diferencias por ambos lados. Tanto entre los dos sindicatos como en los guionistas de ambos países, evidentemente. Aquí se tiene la sensación de que el sindicato de guionistas es un organismo que te debería buscar trabajo y estar a tu servicio y esa actitud es muy diferente a la de los americanos que es más bien al revés. TdR: Básicamente la sensación es que ALMA nos debe dar lo que el WGA da a los guionistas en Estados Unidos. Lo que pasa es que ellos llevan unidos muchísimos años. Aquí necesitamos ese paso previo para empezar. Cuando nos unamos todos, podremos enfrentarnos a productoras y cadenas y velar por nuestros derechos. Pero si no conseguimos esto no hay tendremos poder para hacer nada. JG: El WGA tiene tanto poder por la principal razón de que todos los guionistas que trabajan en la industria pertenecen al sindicato. Quieran o no. Tú no eliges afiliarte al sindicato. Si quieres trabajar tienes que ser del sindicato aunque para ser del sindicato hayas tenido que trabajar. BGS: Me he perdido en esto último si os digo la verdad. TdR: Sí. Es complicado. Para pertenecer al sindicato, los guionistas tienen un sistema de puntos que se dan a partir de cosas que hayas escrito en producciones pequeñas con presupuestos muy marginales. Cuando llegas a un número de puntos, ya te permiten afiliarte al gremio. Es algo que todo el mundo hace porque si no, ningún estudio te puede contratar. No porque no quiera sino porque legalmente no puede. JG: Básicamente lo que hace el sindicato es velar porque se cumpla el convenio. Y ese convenio estipula unos salarios mínimos y la gestión de los derechos de autor 51 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com para empezar. Quieras o no, el convenio es como la constitución del guionista. Si no entras en el sindicato no dispones de derechos. BGS: Entonces si un guionista afiliado quiere participar en una producción de muy bajo presupuesto por las motivaciones que sean, no puede hacerlo… TdR: Exacto. Aunque según nos contaron, ahora están redactando una cláusula para el Low Cost porque efectivamente este tipo de producciones empieza a no poder entrar en los presupuestos que exige el convenio. JG: El problema está si perteneces al WGA, estás en paro y te ofrecen algo que no cubre la cuota del convenio. Una vez dentro no puedes aceptar un sueldo o unas condiciones que no estén amparadas por el sindicato. Si las aceptas, te expulsan y te multan con una cantidad exacta a la que hayas pactado por esa producción porque se entiende que estás dañando a la profesión. Y por supuesto tu carrera está acabada. Esta medida es algo en lo que todos están de acuerdo. Es un gremio muy unido. BGS: Y aquí está la pregunta del millón. ¿Es eso lo que nos falta aquí? ¿Unirnos? JG: Claro. Mira, en ALMA somos alrededor de 250 personas afiliadas de los supuestos 6.000 guionistas que hay en España. Faltan guionistas de programas y de otras comunidades autónomas que tienen su propio sindicato. Con lo cual no es representativo. TdR: El WGA nació porque todos los guionistas se unieron para exigir que sus nombres aparecieran en créditos porque no salían en las películas. Su primera reivindicación fue esa más allá de los sueldos. Con lo cual, estuvieron unidos desde el primer momento. Esto es lo que nos falta en España: la convicción de que tenemos que estar unidos. BGS: ¿Pero creéis que los guionistas no estamos convencidos de que tenemos que unirnos? TdR: Yo estoy segura de que NO estamos convencidos, porque estar convencido no es sólo pensarlo. “No voy a aceptar un trabajo por menos de este sueldo o bajo una serie de condiciones que no debería”. Eso es estar convencido y es la mejor manera de presión hacia las cadenas y productoras para que se sienten a negociar con ALMA. JG: Lo primero que preguntamos a la gente del Guild es cómo habían conseguido que todas las mayors firmaran el convenio. Y su respuesta fue que los mejores guionistas estaban adscritos precisamente a ese convenio. Y como las mayor querían contar con los mejores guionistas para sus proyectos no tuvieron otra. En Hollywood son conscientes de que el guión es lo más importante y por eso quieren a los mejores. En España pasa todo lo contrario. Las productoras no quieren contratar a los mejores guionistas, quieren contratar a los baratos. TdR: Otra cosa que tiene el WGA que no tiene ALMA es que ellos también negocian los derechos de autor y se financian con parte de lo que generan los guionistas. Básicamente es como si fueran un sindicato más la SGAE. Gran parte de la financiación del sindicato se hace a través de un porcentaje de esos derechos y eso le permite tener una estructura sólida y con mucho más poder. 52 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com JG: Pertenecer al WGA significa, además de asegurarte un sueldo digno, tener un seguro médico y un plan de pensiones, cosa que en ALMA es imposible de conseguir a día de hoy. BGS: Después de vuestro viaje diseñasteis un gráfico imposible a modo de guía para todos los guionistas que quisieran trabajar en Hollywood. ¿Es realmente tan complicado trabajar en Hollywood? JG: No es tan difícil en realidad. La dificultad casi siempre es burocrática. Obtener los visados necesarios para poder trabajar en los Estados Unidos es complicadísimo pero para cualquier profesión. Luego existen otras dos barreras fundamentales: El idioma y la industria. TdR: Lo del idioma es fundamental. Tienes que ser bilingüe. Si no, es imposible. Una vez que tienes el permiso de trabajo y sabes el idioma a la perfección, tienes que tener lo mismo que el resto de guionistas ahí: Un portfolio con guiones que poder enseñar. Lo clásico hasta ahora era que los guionistas tenían siempre para enseñar un guión de largometraje uno de sitcom y otro de drama de 40 minutos. JG: Las productoras no piden pruebas de guión como pasa en España. Allí te piden guiones completos, creados por ti desde la nada, de series que ya existen o series nuevas que puedas haber creado. Una vez tengas ese portfolio terminado -que según nos contaron, los guionistas renuevan constantemente- tienes que conseguir que alguien te lea. Si es un Showrunner, mejor que mejor. TdR: Al final se trata de moverte socialmente y conseguir que alguien te preste atención. Si lo consigues y a alguien le gusta lo que escribes y cómo lo haces, puedes conseguir un trabajo. 53 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com El diagrama - ¿Quieres ir a trabajar de guionista a EE.UU? (ver entrada) BGS: Os seguiría preguntando por todas las anécdotas de vuestro viaje pero entiendo que tenéis que dejar lo mejor para el libro. JG: Eso esperamos. De todas formas podéis saber más en http:// objetivowritersroom.wordpress.com. BGS: Gracias por todo chicos, ha sido un placer como siempre. JG y TdR: Igualmente. BORJA GLEZ. SANTAOLALLA Guionista y director, ha trabajado en Caiga Quien Caiga, Qué vida más triste, Hazte Amigo de las Gordas y Suárez y Mariscal, caso cerrado, así como en varios de los programas de José Mota. Uno de sus trabajos más recientes es la webserie Bloguera en construcción y ahora mismo forma parte del equipo de Amar es para siempre. Twitter: @glezsantaolalla 54 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com ENTREVISTA A TIMOTHY OLYPHANT POR PATRICIA PUENTES Fue su equipo el encargado de decidir la fecha y hora para nuestra entrevista telefónica. A pesar de ello, cuando recibo la puntual llamada de Timothy Olyphant no puedo evitar tener la sensación de que el actor está más dormido que yo. Podría tener algo que ver con ello el hecho de que en California sean apenas las nueve de la mañana del lunes posterior a los excesos de la Super Bowl. A pesar de los bostezos, el protagonista de Justified: La ley de Raylan nos habla de su pasado y presente televisivos con buena disposición. Hay algo que queda muy claro al conversar con él y es que el intérprete comparte al menos un par de características con ese marshal que se toma la justicia por su mano en 'Justified': ambos tienen tendencia a ser parcos en palabras y a reír poco, pero cargan de cierta ironía lo que dicen... Patricia Puentes: Ahora mismo estáis con la quinta de Justified y ya es oficial que la serie acabará con la sexta. ¿Cuál fue tu reacción al saber que había fecha de cancelación? Timothy Olyphant: Ante todo me siento muy afortunado por poder haber interpretado a este personaje y formar parte de esta serie. Y aprecio el hecho de que 55 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com podamos darle un cierre. Nos están diciendo cuál será el punto final, el momento de acabar. Eso es mucho mejor que que te cancelen de repente y ya está. Me parece una buena situación. El hecho de poder tener una previsión me parece una buena oportunidad. PP: ¿Tienes alguna teoría de lo que le depara a tu personaje cuando llegue el final? TP: No. Pero no puedo imaginármelo siendo algo diferente a un marshal. PP: Justified está basada en un personaje creado por el novelista americano Elmore Leonard, que hasta su reciente fallecimiento también era productor en ella. ¿Cuál fue el trabajo de Leonard en la serie? TO: En realidad no llegó a trabajar en ella. Lo mejor que hizo para nosotros fue continuar escribiendo historias sobre Raylan y los personajes de la serie. Pudimos usar y adaptar como quisimos la historia de su último libro, que se titula Raylan. Fue algo muy generoso por su parte. PP: ¿Hablabais a menudo sobre tu personaje? TO: Sí, hablaba con él a menudo, pero nunca sobre la serie. PP: Háblanos un poco de la evolución de Justified. Empezó siendo más procedimental, con el caso de la semana, y ha evolucionado para plantearnos un arco argumental por temporada. ¿Es éste uno de los lujos de la televisión, el hecho de que permite encontrar el tono y fórmula adecuados? TO: Tuvimos la oportunidad de poder cambiar sí y es algo de lo que somos muy conscientes. En la primera temporada de alguna manera teníamos que encontrar la forma de hacer esta serie, con la suerte de poder tener ese tiempo adicional para descubrir exactamente lo que queríamos hacer. PP: Además de ser el protagonista de Justified, eres uno de sus productores. ¿Qué implica ese cargo? TO: Diría que tengo demasiada influencia. Me involucro en todo y me encanta poder hacerlo y formar parte del proceso narrativo. Estoy muy agradecido de que los guionistas y sobre todo (el creador y show runner de Justified) Graham (Yost) me permitan formar parte del proceso. PP: ¿Les propones tramas? ¿Líneas de diálogo? TO: Todo ello y lo que sea que me parezca adecuado en cada ocasión. PP: Hablemos del sombrero. Tengo la sensación de que en la cuarta y quinta temporadas de la serie tu personaje se ha dejado ver más sin su inseparable Stetson... TO: La verdad es que suelo decidir qué hacer con el sombrero en el momento de rodar. A veces la gente de vestuario me pregunta si quiero llevarlo puesto y les digo que no. Y entonces me doy cuenta de que todo el episodio transcurre de hecho en un solo día, con lo cual no hay sombrero en absoluto ese día. La verdad es que no 56 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com pienso mucho en ello. A veces me levanto por la mañana y digo: “¿Con o sin sombrero?”. En cuanto tomas la decisión, hay que ir a por todas. Otras veces decido que no, simplemente porque es uno de esos días en los que llevo bien el pelo. En realidad eso es todo. PP: ¿Es esa la misma actitud que empleas a la hora de plantearte tu personaje e interpretarlo? TO: No soy nada impreciso para ese tipo de cosas. Hay mucho trabajo y esmero en las historias que contamos en esta serie y pienso en ello de forma extensa y hasta límites casi ridículos. He trabajado muy duro hasta llegar al punto de que, si siento que debo hacer algo, voy a por todas. Pero también he de confesar que se me da muy mal lo de hablar sobre el personaje. Lo que hago es invertir mucho tiempo en la historia que queremos contar y, en cuanto creo que está tomando una buena forma, interpreto la escena e intento ser lo menos consciente de ello posible. PP: Háblanos del humor en Justified... TO: Ha estado ahí desde el principio. Si coges cualquier libro de Elmore Leonard lo más probable es que te encuentres con una mezcla de historia oscura y divertida a la vez. Y ese es el espíritu de la serie, algo que hemos intentado mantener vivo desde el principio. PP: La serie está ambientada en una zona rural de Kentucky pero en realidad rodáis a las afueras de Los Ángeles. ¿Todo un reto o en Los Ángeles se puede imitar cualquier paisaje? TO: La verdad es que es difícil. Hay mucho trabajo en el guión y eso se traduce también en mucho trabajo para los decoradores. Creamos un mundo que parece Kentucky, pero lo hacemos aquí y desde luego no es algo sencillo en absoluto. De hecho si te pones a fijarte en algunos detalles concretos de la serie, creo que puedes llegar a ver LA. Intentamos que el mundo de Justified sea lo más vivo y rico posible. La gente se lo acaba creyendo y no piensa en el hecho de que en realidad la serie está creada en el sur de California. PP: Y precisamente porque se supone que es Kentucky está el tema de vuestros acentos sureños... TO: Walton (Goggins) habla de una forma muy divertida. Normalmente suelo escucharlo a él e intentar exagerar el acento un poco menos. También he hecho trampas, ya que antes del piloto trabajé con un profesional para que me marcara todas las palabras y letras del diálogo y me dijera cómo se suponía que debían sonar. Siempre es divertido tener una voz un poco diferente. Junto a un buen vestuario, hace el trabajo por ti. A veces haces una escena y piensas: “Ha quedado genial”. Entonces te das cuenta de que te has olvidado el acento y hay que volver a hacerla. PP: Con el final de series como Breaking Bad o Dexter estamos viendo el adiós a una hornada de antihéroes televisivos. ¿Es Raylan Givens uno de ellos? TO: Yo no lo veo de esa forma. Raylan es alguien que se siente muy seguro y cómodo consigo mismo y disfruta haciendo su trabajo. 57 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com PP: Si no lo ves como un antihéroe, ¿lo clasificarías como héroe? TO: Para mí es un tío que nació 100 años demasiado tarde. Lo que lo hace interesante es el hecho de que opere con un código diferente al del hombre de la ley moderno. Eso es divertido. Se cree que está a finales del siglo XIX pero lo pones en el mundo contemporáneo y ves lo que le pasa. Tengo muchas conversaciones con Graham y con los guionistas para recordarnos que, cuando Raylan entra en un sitio, no ve las cosas de la forma que lo haría la mayoría: él ve las cosas como lo haría alguien salido de una película de John Wayne. PP: Danos algún ejemplo... TO: Raylan vive en un mundo en el que las reglas del juego no acaban de poder aplicarse. Cuando leí el piloto por primera vez, y la historia breve en la que estaba basado, me fijé en algunas de las situaciones que planteaban y pensé: “Me encanta pero no sé si va a funcionar”. Recuerdo el primer día que rodamos la escena con Ava (Joelle Carter) y yo pensaba: “No la he visto en 15 ó 20 años y va a venir y me va a plantar un beso en los labios”. En mi fantasía mental es algo que funciona y puede pasar cada puta vez (risas) pero no sabes quién más va a tener que verlo y creérselo. PP: ¿Cómo consigues humanizar al personaje y hacer que algo así funcione? TO: A veces hago cosas como sugerir que mencionemos que cada martes y jueves Raylan solía jugar a baloncesto por ejemplo. Al final lo cambiamos porque nos dimos cuenta de que ése no era Raylan, eso es algo que he cogido de mi vida. Lo acabamos cambiando por una partida de póquer. Raylan tenía partida de póquer cada martes y es algo que dejas caer como quien no quiere la cosa. Es una idea divertida y te hace pensar en el hecho de que Raylan pueda llegar a sentarse a una mesa con un grupo de tíos la mar de normales. PP: ¿Podría ser Raylan Givens una especie de continuación del personaje que interpretaste en Deadwood? TO: Yo no veo esa semblanza, aunque está claro que físicamente se parecen bastante. Creo que son versiones muy diferentes de hombres de la ley. En Deadwood los movía la venganza. Mi personaje en la serie sentía el peso de la responsabilidad. Era un tío para el que la ley y el orden eran una forma de evitar que se convirtiera en algo que lo asustaba. Raylan está feliz con su trabajo y, además, con Elmore tienes un tono más ligero. Tienes a un personaje que te acaba cayendo bien y cuya capacidad para la violencia se convierte en una contradicción. Es algo que no te esperas. Para mí fue toda una oportunidad el empezar a interpretar a alguien que podía ser divertido. No recuerdo que en Deadwood fuéramos divertidos, aunque sí recuerdo que les dije que yo sí que podía serlo. PP: ¿Cómo ves la repercusión que tuvo esa serie ahora que han pasado unos años? TO: Fue una gran oportunidad. Siento una gran admiración y respeto por David Milch (su creador) y estoy muy agradecido por poder haber trabajado con él. 58 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com PP: Otra de las series de culto en las que te hemos visto fue Daños y perjuicios (Damages)... TO: Me encantó. No trabajé con Glenn Close todo lo que me hubiera gustado pero fue un honor y un placer estar tan cerca de ella. Es alguien increíble. Fue algo que disfruté mucho. PP: Y se te ha dado muy bien lo de combinar papeles en series dramáticas con apariciones puntuales en comedias como The Office o Archer... TO: No es algo que pase por accidente. Es genial tener la oportunidad de poder ir a trabajar a estas series con esta gente tan divertida. Me gusta ser divertido. He tenido muy buenas experiencias así. La última que hice creo que fue la de The Mindy Project y soy muy fan de ella y del resto de gente con mucho talento de esa serie. Volvería a hacer algo así sin pensármelo. PP: Con tanta experiencia televisiva, ¿qué te gusta ver como espectador? TO: La verdad es que no veo ninguna serie. Creo que han pasado algunos años desde que vi la última. PP: A ver si lo he entendido bien... ¿Dices que no ves series? TO: No, no veo series. En la tele soy más de deportes. A veces algún late night como Conan, pero en realidad no la veo demasiado. PP: Y eso con el buen momento televisivo que estamos viviendo actualmente... TO: Es un gran medio para los guionistas y les da la oportunidad de invertir en sus personajes al máximo. Y eso acaba implicando que los actores también tengamos la oportunidad de hacer aquello que nos gusta y hacerlo bien. Ese tipo de oportunidades cada vez se dan más de vez en cuando en las películas ahora mismo. PP: ¿Te atreverías a decir que el guión es mejor en la tele ahora mismo? TO: Todavía tengo la sensación de que, al menos las mejores películas del año, siguen teniendo la ventaja de ser ideas completamente desarrolladas en una sola dosis. No lo sé, hay muy buena televisión y muy buen guión televisivo en estos momentos, pero no acabo de estar seguro de poder afirmar algo así. PP: Pregunta friki para acabar. Jorge es fan de una película tuya de hace bastante: Rockstar. ¿Qué recuerdos guardas de ese rodaje? TO: Me lo pasé muy bien haciéndola (risas). Había un montón de músicos reales en ese set y era genial pasar tiempo con ellos. Sobre todo a partir de la segunda mitad de la jornada cuando ya empezaban a estar un poco perjudicados. La cosa se ponía mejor todavía hacia el final del día cuando te dabas cuenta de que eran incapaces de seguir actuando. Y además de pasarlo bien, el vestuario era genial. PP: Muchas gracias por todo. TO: Gracias Patricia, ha sido un placer. 59 Revista Fuera de Series - Número 1 (Febrero 2014). www.fueradeseries.com Calle 13 emite 'Justified: La ley de Raylan': http://www.youtube.com/ watch?v=tfsb7unxZIc PATRICIA PUENTES Periodista y escritora expatriada en California. Se enamoró del cine con El padrino II y de la televisión con Doctor en Alaska. Entrevista a profesionales del medio además de escribir sobre pelis, series y lo que le dejen en las revistas Acción y Cinemanía. Autora del blog Versión Extendida. Twitter: @PatriciaPuentes 60
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