los laberintos de la diversidad
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los laberintos de la diversidad
LOS LABERINTOS DE LA DIVERSIDAD Lic. Bruno Ferreira y Lic. Ruben Campero Al hablar de la palabra minoría, no es posible evitar cuestionarse sobre el origen de la misma, es decir, ¿qué queremos expresar (o no expresar) cuando decimos minoría?. Y no nos referimos al sentido etimológico sino a su origen, y lo que es más importante aún, qué ideología viene a sustentar. Y esto nos lleva casi inevitablemente a preguntarnos sobre los contenidos de ese paradigma o -dicho de otra manera- ¿qué buscaba sustentar este al clasificar, no ya los objetos sino también las personas en términos cuantitativos, al igual que sus acciones y preferencias?. Hay que tener en cuenta que esto no siempre fue así, es decir que la cuantificación, la medición de las cosas a través de parámetros arbitrarios, comienza a hacer eclosión con la llegada del Renacimiento y el progresivo desplazamiento de las antiguas ideas, que colocaban a La Divinidad como centro y origen de todo para dar paso a ese nuevo objeto de culto, la Ciencia, exacta, desprovista de toda subjetividad, cuyo objeto era en última instancia el bienestar y progreso humanos, ciencia de certezas, de verdades absolutas... Y es desde este lugar que se comienzan a recortar fragmentos de ese mundo, de ese ser humano y de esa sexualidad, en aras de la especialización, del conocimiento más exacto, de la mayor aprehensión del objeto, y si aquella se constituyó en dominio por conocer, esto tuvo su origen en relaciones de poder, que la instituyeron en un objeto posible. Un poder que según Foucault se encarniza en someterla y a menudo fracasa en su intento de dominarla por completo. Ya que "en la relaciones de poder, la sexualidad es uno de los elementos dotados de mayor instrumentalidad: utilizable para el mayor número de maniobras y capaz de servir de apoyo a las más variadas estrategias". (1) ¿Estrategias de qué?. De mantener la homeostasis de un sistema de producción legitimado por un cuerpo social. Un sistema de producción que demandaba -y aún hoy lo hace- el suministro de mano de obra en gran cantidad y sobre todo barata. Esto llevó a la creación de un nuevo "discurso social", sobre el uso que debía hacerse de la sexualidad, legitimando así algo que hasta ese entonces formaba parte de la esfera privada de los sujetos, y a la función reproductiva como única válida para mantener los propósitos anteriores, tal es así que el énfasis discursivo se centra en la reproducción. Rapidamente esta nueva ideología dominante impregnó las teorías y las diferentes disciplinas de la Ciencia y con ella su "método científico" que desde ese entonces se nos ha intentado imponer como el único modo de conocer la realidad, como el "objetivo", como el desprovisto de ideología."Y es así que aprendimos brutalmente una verdad que deberíamos haber previsto, dada la escencia amoral del conocimiento científico, que la ciencia no es por sí misma garantía de nada, porque a ella le son ajenas las preocupaciones éticas" (2) Es entonces que a este nuevo método-ideología, se le presentó un dilema, ¿qué hacer con todas aquellas otras formas de sexualidad que conforman su objeto de estudio y que no eran productivas, como las prácticas homosexuales, las autoeróticas, las heterosexuales que no conducían a la procreación, la sexualidad de las mujeres postmenopáusicas, de los discapacitados, de los adultos mayores. Se hizo imperioso patologízarlos. Y es así que en el siglo XIX -y recién a partir de entonces- se crearon figuras médico-psiquiátricas y se inventaron nombres para muchas de ellas, artificio que en mayor o menor grado ha sobrevivido hasta nuestros días. 1 MINORÍAS SEXUALES ¿MINORÍAS DE QUÉ? Es entonces que estos nombres vinieron a sustentar el surgimiento de lo que hoy conocemos como "minorías", pero ¿minorías de qué?. Evidentemente que el concepto -basado en lo cuantitativo- intenta generar la ilusión en un fundamento estadístico, con lo cual no hace más que destilar un criterio de normalidad. Pero ¿sabemos realmente lo que hace la mayoría? ¿es posible tener un criterio homogéneo de ella? ¿quién realmente es esa mayoría que genera legitimación de existencias?... La idea de minorías sexuales ha creado en el imaginario social y científico la convicción según la cual, un pequeño sector de la realidad humana (y ningún otro) vive su sexualidad de una manera "diferente" al de esa otra supuesta mayoría. Sabemos que la diferencia y la diversidad son aspectos que caracterizan en esencia la sexualidad. Sin embargo lo significado como diferente ha portado con el valor de lo negativo, convirtiéndose en categoría que genera exclusión y rechazo desde la óptica hegemónica. El rótulo viene a cumplirla función de crear el nuevo universo, ese "otro espacio" donde se ubica lo diferente, lo desconocido, lo "demoníaco" (3). Mecanismo utilizado para alejar, inmobilizar y controlar lo distinto, y así evitar que cuestione y lesione el estatuto de legitimación que se autoadscribe la perspectiva sexista-heterocentrada. Aún así dicha expresión representaría ese "paso previo" en el camino del auténtico reconocimiento social de las manifestaciones sexuales. Un paso que utiliza el "afán clasificatorio" de los paradigmas imperantes como punto de partida para construir un discurso propio. Un paso, en definitiva, que otorga identidad, sentido de cohesión y pertenencia a todas aquellas personas que han sentido que su sexualidad no entronca con aquello que el "mercado de normalidades" pretende aún vender. El pertenecer a una minoría habilita a la existencia, al ser, a tener un lugar en el orden de los enunciados que la acotada lógica de nuestra cultura permite manejar. Desde la óptica de los Derechos Humanos, el concepto ha permitido también reconocer la situación de desigualdad de determinados sectores más allá de lo cuantitativo (portándolo de un sentido político). Un ejemplo lo encontramos con la mujer, que si bien representa la mitad más uno de la población, su nominación como colectivo minoritario en cuanto a derechos ha servido para denunciar discriminaciones y reivindicar equidades. DESCONSTRUYENDO REALIDADES Uno de los primeros indicios en este sentido vino de la mano de los trabajos sobre sexualidad humana iniciados por Hirschfeld, posteriormente desarrollados por Kinsey, y más adelante por Masters y Johnson, entre otros, hasta llegar a la Revolución Sexual y los nuevos postulados que pasó a defender con el surgimiento de los primeros movimientos de mujeres y varones gay que vinieron a defender su condición de tales, negándose a ser identificadas/os solo por su orientación del deseo eróticoafectivo, con el discriminatorio término construido desde lo médico-psiquiátrico en la segunda mitad del siglo XIX de “homosexual”, como si esta palabra viniera a englobar su condición de seres humanos y miembros activos de una sociedad. La denominación gay -la más aceptada en la actualidad- rompe con ese modelo impuesto desde afuera y va mucho más allá, al denominar no solo una manera de sentir y de relacionarse sino a un estilo de vida propio. Mucho se ha avanzado en cuanto al reconocimiento de los derechos de las "minorías" sexuales. Existen legislaciones al respecto que contemplan los nuevos tipos de familia conformadas por personas del mismo sexo, tanto así que por decisión del parlamento de la Unión Europea, todos los parlamentos de sus estados miembros están adecuando sus textos legales en ese sentido. A su vez, desde que se empezó a concebir a la sexualidad como algo que trasciende a la genitalidad, se han comenzado a ver todos aquellos grupos que antes se 2 consideraban poco menos que asexuados, como personas provistas de una rica y diversa vida sexual. Es así que todas aquellas personas que presentan minusvalías, hoy pueden hablar de sus expectativas y problemas en lo que hace a lo sexual, recibir una educación que se adapte a sus necesidades, dirigida tanto para sí como para sus familiares, lo que ha permitido a estos últimos poco a poco entender y sobre todo respetar y aceptar las diferencias y la intimidad de estas personas. No menos importante es el redescubrimiento de la sexualidad en el adulto mayor, al que durante tiempo se ha ridiculizado, cuando ante cualquier inquietud de tipo sexual que manifestara se lo tildaba de “perverso”. Hoy, gradualmente, va cambiando todo esto al ponerse en evidencia la riqueza de sus prácticas, los juegos, las caricias, la ternura, que, terminen en coito o no, nos hablan de una forma de comunicación tan vasta y plena. Es por todo esto y por mucho más que el desafío se nos presenta. Desafío de abandonar mitos, ortodoxias, prejuicios... Desafío que nos permita entender y comprender que la sexualidad es algo tan amplio y complejo que "hay que verla desde adentro, desde sus afectos, significados y no tan solo como una cosa medible, fuera de nosotros" (4). Sexualidad que no está conformada por minorías y mayorías, sino por una red de minorías entrelazadas que permiten su abordaje desde diferentes lugares y a través de diferentes caminos, todos válidos en tanto desde la libertad y el respeto al otro, a su diversidad, nos conducirán al conocimiento personal y mutuo, a la comunicación y al placer, y por lo tanto a nuestro crecimiento y evolución como seres humanos. * Artículo publicado en la Revista Uruguaya de Sexología, Año XV, Nº 2, Julio de 2000. CITAS BIBLIOGRÁFICAS: 1 Foucault, M.: "Historia de la sexualidad. La voluntad del saber", Vol. 1, Siglo Veintiuno editores, Madrid, 1986. 2 Sábato, E.: "Hombres y engranajes" 3 Bregonzio, E.;Soria, S.: "Imagen del homosexual", revista Relaciones, Montevideo, 6/2000. 4 Rubio Aurioles, E.: "Antología de la sexualidad humana" BIBLIOGRAFÍA GENERAL Acevedo, Z.: "Homosexualidad: hacia la destrucción de los mitos", Ed. Del Ser, Bs.As., 1985. - Bernal, J.: "Historia social de la ciencia", Ed. Península. - Foucault, M.: "Las palabras y las cosas. Una Arqueología de las Ciencias Humanas", Ed. Planeta Agostini. - Najmanovich, D.: "Redes: El lenguaje de los vínculos", Ed. Paidos, Bs. As., 1995. ____________________________________________________________________ 2005 - Todos los Derechos Reservados. Prohibida su reproducción total o parcial sin autorización previa de los autores. 3