Delincuencia y drogadiccion en el nino y
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Delincuencia y drogadiccion en el nino y
Delincuencia y drogadicción en el niño y adolescente I. Gómez de Terreros Sánchez*, C. Belinchón Sánchez** *Hospital Infantil Universitario “Virgen del Rocío”. Sevilla. **Juzgado Nº 2 de Menores. Audiencia Provincial de Sevilla. Resumen Palabras clave Abstract Key words La Ley Orgánica 5/2000 de Responsabilidad Penal del Menor, cuya entrada en vigor el pasado enero 2001, ha sido acompañada de polémica y alarma social, centra el apartado sobre Delincuencia en respuesta a la demanda de clarificación profesional. En cuanto a la problemática de la droga, el alcohol se identifica como su primera puerta de entrada (84,2% lo consume alguna vez ; 43,9% al menos una vez a la semana). El 25% de los fallecidos en la UE entre 15 a 29 años se relacionan con el alcohol. El tabaco sigue al alcohol como sustancia de consumo más extendida por los escolares (34,7%, de los que 21,6% lo consumen diariamente). Predominio femenino. Patrones de actitud, comportamiento o entorno, junto facilidad de acceso, precio y publicidad constituyen factores causales y favorecedores. Alta morbilidad pediátrica pre y postnatal, con un 45-75% de niños fumadores pasivos en el hogar. El Cannabis se muestra como la droga ilegal más consumida, con importante crecimiento de la cocaína, que precisa neutralizar su imagen de inocuidad. Descenso en los alucinógenos e incremento de las sustancias volátiles. Mayor uso de tranquilizantes por las chicas. Las “drogas de síntesis”, surgen como fenómeno sociocultural con señas de identidad peculiares. El ámbito educativo se muestra como lugar idóneo para articular programas y actividades preventivas, implicando al alumno. Delincuencia; Alcohol; Tabaco; Droga; Adolescencia. DELINQUENCY AND DRUG ADDICTION IN THE CHILD AND ADOLESCENT The organic law of Penal Responsability of Minors which came into force in January 2001 has caused great social alarm and highlights the clause on Delinquency as a response to the demand for professional clarification. Alcohol is identified as the gateway to the drug problem (84.2% sometimes; 43,9% at least once a week). Twenty-five per cent of deaths in the EU between 15 and 29 years of age are related to alcohol. Tobacco follows alcohol as the substance most used by school-children (34,7%, of whom 21,6% consume it daily). Predominantly girls. Setting, behavior and actitud patterns, together with easy availability, price and publicity are causal factors and facilitators. High paediatric, pre and post natal morbility, with 45-75% of children who are passive smokers at home. Cannabis is the illegal drug most consumed, with increasing use of cocain, which must lose its image of being harmless. Decrease in the use of halucinating drugs and increase in volatile substances. Greater use of tranquilizers by girls. “Designer drugs” arise as a socio-cultural phenomenon with peculiar identity signs. The educational setting is shown to be the appropriate place to give preventive programs and activities, involving the pupil. Delinquency; Alcohol; Tobacco; Drugs; Adolescence. Pediatr Integral 2001;6(2):107-132. DELINCUENCIA La Ley de Responsabilidad Penal del Menor, aún cuando mejorable en la práctica, define al menor como sujeto de derecho, y responsabilidad, al que deberá correspondérsele con una respuesta social. Aun cuando en el último trimestre del año 1999, a las puertas del Siglo XXI, la atención se concentraba en las posibles consecuencias nefastas del “Efecto 2000”, en nuestra Jurisprudencia Española se estaba experimentando una verdadera revolución en todo lo rela- tivo a las personas, que sin haber alcanzado su mayoría de edad, “menores”, entrarían en conflicto con la Ley. El 12 de Enero de 2000 es aprobada la Ley Orgánica 5/2000, de Responsabilidad Penal del Menor, cuya entrada en vigor se posponía, con un periodo de “va- 107 108 catio Legis” de un año, al 13 de Enero de 2001. Tal vez la expectación producida por otros quehaceres y la ausencia de una campaña de concienciación social han determinado que su presentación en sociedad haya estado, lo mismo que su actual período de vigencia, acompañada de polémica y alarma social. Nos encontramos, sin embargo, ante una Ley que, aunque mejorable en la practica, define al menor como sujeto de derechos y responsabilidades, como ciudadano presente y no para el futuro, al que deberá correspondérsele con una respuesta social ante una conducta agresiva, y con una oferta que apueste por la moderación de la agresividad. Si nos detenemos en la Convención de los Derechos del Niño, en la que se les considera como sujetos de derechos y deberes, con responsabilidad jurídica de acuerdo con su desarrollo y edad, hemos podido observar que el posterior desarrollo legislativo de la citada Convención ha puesto en evidencia no solo los modelos tutelares en un principio diseñados sino la precariedad con que se ha venido definiendo la justicia nacional e internacional para niños, adolescentes y jóvenes, y la necesidad de una mayor coordinación desde las distintas áreas afectadas por una intervención en interés del menor: educación, psicología, salud, justicia. Es significativo en este sentido la reiterada referencia de la Ley de Responsabilidad Penal del Menor en su preámbulo y a lo largo de su contenido a la expresión en “Interés del Menor “. Así, es voluntad clara y manifiesta del legislador que, en el seno de los conflictos de intereses, se imponga la atención especial a las circunstancias personales del menor en una valoración conjunta con la naturaleza de los hechos. En este sentido la citada Ley otorga a los equipos técnicos, formados por trabajadores sociales, educadores y psicólogos una amplia intervención a lo largo del procedimiento. Sus informes, aun cuando no vinculantes, sí serán determinantes tanto para el Ministerio Fiscal como para el Juez de Menores en la imposición de medidas. La L.O. 5/2000 es una Ley penal, en el doble sentido de que entra en juego cuando es infringida la ley penal y que la respuesta a quien la transgrede tiene un sentido coercitivo y oneroso. Es novedosa, con su entrada en vigor, la delimitación de su ámbito de aplicación. Así, son menores infractores, los menores de 14 años a 18 cuyas conductas sean constitutivas de delito o falta; esto es, de acciones u omisiones dolosas o culposas penadas por la ley, estableciéndose en la franja de edad de 14 a 16 años ciertas distinciones por lo que a la temporalidad de la medida judicial se refiere. Aun cuando también prevé su aplicación en una banda de edad de 18 a 21 años, de conformidad con su Art. 4 y bajo ciertas condiciones, previamente a su entrada en vigor se acordó una moratoria por un período de dos años. En el supuesto de menores de 14 años las respuestas ante conductas dignas de reproche social son encomendadas al ámbito familiar y administrativo (en situaciones protección). Es novedad, asimismo, la consagración de la instrucción del procedimiento en el Ministe- rio Fiscal. Como director de la investigación, la ley contempla la posibilidad del ejercicio del principio de oportunidad en la incoación del expediente, estos es, en supuestos de hechos constitutivos de delitos menos graves sin violencia o intimidación en las personas o faltas. Careciendo el menor de antecedentes, el Ministerio Fiscal podrá desistir de la incoación del expediente o derivar la resolución del conflicto a la mediación y conciliación con la víctima, interviniendo para su materialización el equipo técnico, en cuanto profesionales de ciencias no jurídicas dependientes del mismo. Por lo que a las medidas se refiere, la L.O. en su Art.7, las enumera atendiendo a su gravedad, refiriéndose ante todo al Internamiento en Régimen cerrado, semiabierto, abierto o terapéutico. En todos ellos los menores residirán en el centro, si bien sólo el semiabierto y el abierto permitirán al menor desarrollar de menos a más actividades exteriores o en su entorno, centrándose el terapéutico en una intervención especializada en función de la anomalía que defina el perfil del menor. En todo caso, en aras de la reeducación, de la reinserción y, en definitiva, del Interés superior del Menor, la L.O. contempla que la medida de internamiento conste de dos periodos, ejecutándose el segundo en medida de Libertad Vigilada. Esta medida, que preside las medidas llamadas de medio abierto, conlleva el seguimiento, asesoramiento y ayuda al menor a la superación del conjunto de factores que han determinado la infracción. Un profesional de la Entidad Publica competente en ejecución será el encargado de su seguimiento, y del control en su caso de reglas o condiciones que el Juez acuerde en su contenido. Esta medida, junto con el tratamiento ambulatorio y en ultima instancia el internamiento terapéutico, son las más acordes ante el perfil de un menor con alteración psíquica, adicción al consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas. Otras medidas son la realización de tareas educativas, la permanencia de fin de semana, la convivencia con una persona, familia o grupo educativo, la privación del permiso de conducir ciclomotor o vehículo de motor o del derecho a obtenerlo, o la licencia de caza u otro tipo de arma y la medida de amonestación. Dos últimos aspectos a resaltar son la introducción de una Pieza de Responsabilidad Civil para determinar en el procedimiento de menores las indemnizaciones que puedan corresponder por sus conductas, y la especial relevancia que cobra la Entidad Publica (Comunidad Autónoma), dado que aumenta con la Ley su participación en el procedimiento, al ser oída en numerosos trámites y no limitarse su intervención a la ejecución de medida. En relación con la responsabilidad civil, afrontamos una de las cuestiones más polémicas y dignas de reflexión desde la entrada en vigor de la Ley. La ausencia de participación de la víctima como parte acusadora en el hecho criminal ha suscitado un debate social poniendo en evidencia el sentir de la ciudadanía huérfana de una precampaña de concienciación social difícil y complicada pero, sin lugar a dudas, obviamente necesaria. Delimitado el marco legal de la L.O. 5/2000 de Responsabilidad penal de los Menores, pasamos analizar la Delincuencia y Drogadicción en Menores y Adolescentes. Afrontar ambos conceptos, íntimamente relacionados, plantea cuestionarse dos espacios : - El menor adolescente en conflicto. - El menor adolescente en conflicto Legal. Menor adolescente en conflicto/menor adolescente en conflicto legal, reflejo del fracaso de una intervención por prevención social. Hablar del primer aspecto es tratar al menor adolescente en situación de riesgo y fiel reflejo del fracaso por la ausencia de una intervención por prevención social. El perfil de estos menores y adolescentes responde a consumidores en edades muy tempranas de sustancias tóxicas, en la mayoría de los casos heroína y hachís, coincidiendo en un 75% una situación socio familiar definida por carencias sociales, culturales educativas y económicas, variables éstas que conllevan una dificultosa intervención en el entorno. Frente a este sector de población, la sociedad de consumo en la que nos hallamos inmersos, con todas sus consecuencias, viene poniéndonos de manifiesto, en una crisis de la familia, en una crisis de valores, la cada vez más frecuente realidad de menores y adolescentes que, cubiertas las carencias que definían al anterior sector, se caracteriza sin embargo por la ausencia de una atención afectiva y emocional más exigentes, dado su mencionado perfil. Esta carencia les conduce a una si- tuación de conflicto, siendo bastante elevado el índice de adicción a sustancias más sofisticadas y al alcohol ante la facilidad de poder adquisitivo. Su tratamiento también se demuestra dificultoso por la asunción de responsabilidad familiar y el rechazo a una situación no querida y casi siempre incomprendida. Ambos sectores en conflicto con la Ley y el marco legal definido, conllevarán una intervención individualizada con medidas acordes al perfil psicosocial educativo del menor, que debe ser informado por el equipo técnico. Así, es evidente que será determinante la situación sociofamiliar del menor o adolescente y el compromiso de la misma para una intervención favorable desde el tratamiento ambulatorio. Esta medida fundamental en menores y adolescentes que presenten una dependencia al alcohol o a las drogas, en la práctica “se intenta” que sea dispensada desde los recursos públicos o, en su caso, privados concertados con la entidad publica, que la administración ofrece. En muchos casos la necesaria voluntariedad del menor o adolescente al sometimiento a tratamiento, la ausencia de referente familiar comprometido o su presencia involuntaria conllevan el fracaso de la medida. Por lo que, ante un rechazo a un tratamiento de deshabituación, el Juez de Menores habrá de aplicar otra medida adecuada a sus circunstancias. Puede darse el caso de que el tratamiento ambulatorio se aplique como complemento a otra medida. En casos extremos en los que la adicción altere gravemente la conciencia de la realidad se aplicará la medida de 109 TABLA I. Prevalencia de consumo de drogas entre los estudiantes de 14-18 años. España, 1998. Sustancias Alcohol Tabaco Cannabis Tranquilizantes Cocaína Speed/anfetaminas Extasis Alucinógenos Sustancias volátiles Alguna vez Últimos 12 meses Últimos 30 días 84,2 34,7 28,5 6,4 4,8 4,6 3,5 5,4 4,1 81,9 25,1 4,7 4,1 3,8 2,5 4,1 2,7 65,8 28,3 17,2 2,4 2,4 2,3 1,6 2,2 1,8 Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. internamiento en centro terapéutico. Ciertamente, confluyendo en un 70% de los menores y adolescentes infractores estos parámetros de riesgos, cabría cuestionarse no ya el fracaso de la prevención social, sino el sentido del diseño actual de los modelos de reeducación, sin haber educado, y reinserción. En todo caso, la consecución en el marco legal definido de una actuación en Interés del Menor, esto es, responsable ante un comportamiento antisocial y negativo, el carácter sancionador del reproche, más que un elemento externo a la educación, consistirá en educar para hacerle consciente de la inadecuación de su comportamiento en una sociedad democrática y para llevarle a la asunción de responsabilidad. Ello, como es lógico, supone un esfuerzo material y humano altamente costoso, cuya realidad, como en la mayoría de los casos, queda a la voluntad política. 110 DROGADICCIÓN No abordamos en el presente trabajo aspectos conceptuales y clasificatorios en relación a los diferentes tipos de drogas, que recientemente desarrollamos en el capítulo 68 del Tratado de Pediatría Social “Carlos García Caballero”. Basamos nuestra exposición en la Encuesta sobre drogas a la población escolar (Observatorio español de evolución de consumo), con el objetivo de extraer y analizar la situación más próxima a nuestra realidad, que permita clarificar prioridades preventivas a los profesionales de la Salud en Atención Primaria. La Encuesta se enmarca dentro del Programa de Encuestas Nacionales que viene desarrollando la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Permite conocer la situación de consumo de las diferentes drogas entre los estudiantes españoles (características sociodemográficas, patrones de uso y abuso de drogas...) y, al realizarse bianualmente (próxima a salir la de 2000), facilita un seguimiento evolutivo del consumo y evaluativo de los programas preventivos establecidos. El periodo 14-18 años de edad, constituye la etapa de inicio del consumo. La importancia de los datos facilitados por la Encuesta escolar radica en el hecho de que se dirige a un grupo de edad (14 a18 años) en el que suelen iniciarse los consumos de la mayor parte de las drogas, circunstancia que permite identificar de forma precoz la presencia de ciertos hábitos y patrones de consumo. Asimismo, la encuesta facilita una valiosa información acerca de las percepciones, actitudes y opiniones de los estudiantes sobre aspectos relevantes relacionados con el uso de drogas, tales como el riesgo asociado a las diferentes sustancias, su disponibilidad, el grado de desinformación con que cuentan, su valoración y receptividad respecto a determinadas intervenciones para la prevención del uso de drogas, etc. ALCOHOL El alcohol se comporta como la primera puerta de entrada al consumo de la droga. En la Tabla I de Prevalencia del Consumo de droga, se puede comprobar cómo el alcohol destaca extraordinariamente, en cuanto consumo, en las edades de 14-18 años. Es esta circunstancia, por tanto, el acceso al problema, lo que nos obliga a un más pormenorizado análisis de la situación. En términos globales, Europa es el continente con más alto consumo de alcohol, considerándose como la substancias psicoactiva más peligrosa. Su consumo entre los adolescente constituye un especial motivo de alarma, pues preocupa que la gente joven, incluyendo niñas, es cada vez más bebedora, especialmente de cerveza, con- sumiendo también nuevas bebidas alcohólicas como la denominada “alcopops”, compuesta de una mezcla de bebidas “blandas” y alcohol y específicamente producida para este grupo diana. Prevalencia de consumo El 25% de los fallecidos en la UE entre 15 y 29 años de edad, se relacionan con el alcohol. El 84,2% de los escolares declaran haber consumido alcohol alguna vez y un 43,9% lo hace con una frecuencia de al menos una vez a la semana. Las prevalencias para los indicadores de consumo alguna vez, últimos doce meses y último mes se mantienen estables respecto a 1996. Se mantiene el patrón de consumo de alcohol característico de los adolescentes, consistente en el consumo de cervezas y combinados, preferentemente en lugares públicos, con amigos y durante los fines de semana (viernes, sábado y domingo). De hecho, el 56,4% de los escolares que ha bebido en el último mes restringió el consumo de alcohol al fin de semana. Los lugares habituales de consumo entre quienes han bebido en el último mes son los bares con amigos (71%), las discotecas (52%) y la calle con amigos (40%). Por lo que se refiere a las preferencias en cuanto al tipo de bebida, apuntar que los combinados y la cerveza son las bebidas alcohólicas más consumidas, observándose un desplazamiento de las preferencias hacia los combinados y los licores fuertes. La cerveza es la bebida preponderante en los días laborales, si bien en los fines de Día laborable: 0 1 a 29 30 a 60 61 a 99 100 o más Sin respuesta Media Fin de semana: 0 1 a 29 30 a 60 61 a 99 100 o más Sin respuesta Media Total Hombres Mujeres 78,9 9,9 4,9 2,3 3,1 0,9 12,2 72,5 11,7 6,7 3,3 4,6 1,3 17,8 84,6 8,4 3,4 1,4 1,7 0,5 7,1 6,5 10,3 13,6 14,1 54,7 0,9 186,8 6,8 8,2 11,0 11,3 61,3 1,3 227,6 6,1 12,1 15,8 16,7 48,8 0,5 150,6 TABLA II. Cantidad de alcohol consumida (cc de alcohol puro) según momento de consumo (proporción de consumidores últimos 30 días). España 1998. Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. semana los combinados/cubatas, los licores fuertes y los licores de fruta se sitúan por delante de la cerveza. Los episodios de consumo abusivo de alcohol son relativamente frecuentes entre los escolares. Así, el 41% se ha emborrachado alguna vez y el 23,6% en el último mes. Por su parte un 30,3% de los estudiantes de 14 a 18 años ha tomado cinco o más vasos/copas de bebidas alcohólicas en un intervalo de tres horas al menos una vez en el último mes. Pese a ello, sólo el 12,8% de los escolares percibe que consume mucho o bastante alcohol, confirmándose la tendencia generalizada a infravalorar su consumo. La edad media de inicio al consumo de alcohol se sitúa en los 13.6 años, en tanto que la de inicio al consumo semanal se sitúa en 14.9 años, no obstante, el 71,7% de los escolares de 14 años ha consumido alcohol en alguna ocasión. Entre los 14 y los 15 años se registra el mayor incremento en el consumo de alcohol. Los chicos beben mayor cantidad de alcohol que las chicas, aunque éstas lo hacen con mayor frecuencia. La cantidad media de alcohol consumida por los escolares queda especificada en la Tabla II. Respecto a la presencia de determinados problemas asociados al consumo de alcohol, conviene destacar que uno de cada cuatro escolares reconoce haber tenido algún problema en su vida, principalmente conflictos sociales, debido al consumo de bebidas alcohólicas. Los problemas señalados con mayor frecuencia son las riñas (17,3%), las peleas o agresiones físicas (8,8%) y los accidentes que requirieron atención médica (7,1%). Debe destacarse también que un 7,6% de los estu- 111 diantes que habían consumido alcohol en los doce meses anteriores a la realización de la Encuesta habían sido conductores en ese período de vehículos a motor bajo los efectos de esa sustancia y un 23,2% pasajeros de vehículos conducidos por alguien bajo dichos efectos. La Conferencia Ministerial Europea de la OMS sobre Jóvenes y Alcohol de Estocolmo (21-Febrero-2001) puso de manifiesto la importancia de esta asociación, responsable según recientes estudios del 25% de los jóvenes (15-29 años) fallecidos en la Región Europea de la OMS. Las principales razones esgrimidas por los escolares para no consumir alcohol (entre quienes no lo hacen habitualmente) son su potencialidad para producir accidentes, los efectos negativos sobre la salud y su capacidad de provocar delitos y violencia. Causas de consumo de alcohol y factores asociados Factores sociales, genéticos, ambientales, mentales y estilo de vida se encuentran correlacionados con el inicio de consumo. Identificar la causas y razones por las que el adolescente se introduce en el uso y abuso del alcohol es prioritario en la estrategia de prevención. La correlación de factores sociales, genéticos, ambientales, mentales y de estilo de vida han sido motivo de atención de los investigadores. 112 Sociales Aunque pueden existir diferencias entre países, el consumo de alcohol entre adolescentes no debe ser considerado co- mo consecuencia de la desigualdad social, sino como un problema social global. La proporción de adolescentes que consumen alcohol aparentemente refleja el desarrollo industrial de un país. Familiares En la mayoría de los casos, la introducción al consumo del alcohol tiene lugar en la familia, principalmente en acontecimientos familiares (aniversarios, bodas...). Estudios realizados sobre la influencia familiar ya muestran su efecto en la niñez, determinando posteriormente su afinidad en la adolescencia. Los niños aprenden en su temprana edad el contexto relacionado con el alcohol, lo que se hace patente incluso en sus juegos preescolares (simulación de brindis, etc.). En este sentido, los padres proporcionan el primer modelo de consumo de alcohol. Las investigaciones llevadas a cabo se han centrado en la búsqueda de factores genéticos, modelos de comportamiento de los padres, estilo de crianza y patrones de comunicación existentes en la familia. Dichas investigaciones, evidencian que, si bien el consumo moderado es influenciado en gran medida por los factores ambientales, el abuso y adición al alcohol se co-determinan en un grado significativo con factores genéticos. Su consumo por los propios padres en intensidad y frecuencia lo describen como un co-determinante decisivo en cuanto al consumo de alcohol por los jóvenes. La mayor disponibilidad por su frecuente uso familiar le ofrece al niño mayor la oportunidad de probar el alcohol y desactiva los consejos y advertencias en cuanto a sus efectos dañinos. Podemos afirmar que en nuestra sociedad existe una alta tolerancia e incluso un soporte ideológico en cuanto al consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas. Ya hemos indicado que la iniciación del consumo de alcohol tiene lugar en la muy temprana niñez. A los 16 años más de los 2/3 de todos los adolescentes han experimentado su sabor y sus efectos físicos y mentales, así como sus efectos sociales y su aceptación por la sociedad, lo que caracterizará su posterior comportamiento de consumo. En consecuencia, queda claro que los diseños de estrategias de prevención deben tener lugar antes de estas edades. No olvidemos que aún más temprano, durante el periodo de gestación y lactancia, los niños de madres dependientes del alcohol están sometidos a un alto riesgo de desórdenes mentales y físicos, y posteriores trastornos en su desarrollo y comportamiento, al tratarse de familias disfuncionales, con problemas de disputa, violencia, desempleo etc., e incluso al añadirse co-morbilidad entre los padres, como la depresión, lo que incrementa la situación de riesgo. La composición familiar también se ha relacionado con el incremento del riesgo de consumo de alcohol en la niñez. Se ha encontrado que los niños en familia uniparental (especialmente tras un divorcio) beben más y más a menudo que los de la familia completa. El número de hermanos y su comportamiento de consumo también interviene. Especial relevancia adquiere la intercomunicación padreshijos. Familias excesivamente permisivas, como en las de comunicación intrafamiliar, están marcadas por continuas críticas y reproches, y se muestran como familias de riesgo. La interrelación basada en la confianza y el mutuo respeto (la denominada familia democrática) tiene una influencia positiva sobre el consumo del alcohol por el adolescente e incluso capacita a los padres a tener cierta influencia en la composición del círculos de amigos de sus hijos. Escuela Si bien el consumo de alcohol, al contrario que el fumar, no se efectúa durante el tiempo escolar, se reconoce que variables relacionadas con la escuela tienen una clara influencia. La frecuencia e intensidad de consumo se muestran independientes de la capacidad académica e inteligencia del adolescente. Sin embargo, varios estudios muestran una clara relación entre el consumo de alcohol y el pobre rendimiento escolar. En este contexto, el alcohol sirve principalmente para compensar la tensión emocional relacionada con estas experiencias de fracaso escolar. Las expectativas de los padres no satisfechas, resultantes en conflictos familiares, también desempeñan un importante papel aquí. Esta relación rendimiento escolar y alcohol puede ser tanto causa como consecuencia. Absentismo escolar, comportamientos y actitudes negativas hacia la escuela, son a menudo desencadenantes y consecuencias del mal uso del alcohol, subrayando la función compensatoria atribuida al mismo. Como institución, la escuela tiene una gran influencia en el comportamiento de los alumnos. Aparte de su familia y grupos de amigos, es el lugar donde más tiempo pasan. A su vez, la escuela se muestra como el más importante ámbito de socialización. De ahí que la “atmósfera escolar” puede utilizarse como predictor del consumo de alcohol por los escolares, surgiendo estudios que analizan variables escolares al efecto. Sorprendentemente, factores como las relaciones sociales entre estudiantes no han mostrado ningún efecto en cuanto al mal uso del alcohol. Igualmente, el comportamiento de los padres relacionado con la actividad escolar (ayuda, expectativas, etc.) está solo débilmente asociado con la frecuencia de embriaguez. Pares y subculturas Todos los predictores de consumo de alcohol anteriormente comentados quedan superados por la influencia ante el comportamiento y actitudes ejercida por el grupo de “pares”. Como droga con efectos sociales, el alcohol es una parte integrante en la convivencia entre adultos e incluso en la unión entre países y culturas. Este modelo cultural es imitado por los adolescentes en sus grupos. Conforme el adolescente se hace mayor, la familia pierde importancia en el proceso de socialización, mientras la influencia de los componentes del grupo de amigos se incrementa. Esto es parte del proceso normal de alejamiento de los padres, produciéndose dentro del grupo una identidad subcultural, que lo diferencia de la cultura y normas de la generación de sus padres. El pertenecer a un grupo especial se expresa a través de símbolos. Especiales patrones de comportamientos y actitudes son tomados como símbolos de una identidad subcultural a la que se sienten comprometidos (ej. “Un verdadero Punk tiene que beber). Este patrón de comportamiento constituye factor de riesgo para el mal uso del alcohol. Parece obvio que el consumo de alcohol en la adolescencia es parte del regular proceso de comunicación dentro de los grupos de pares y subculturas de los adolescentes. El comprometerse en la subculturas de pares y la resultante experimentación con el alcohol puede considerarse como una tarea del desarrollo en esta etapa de la vida. Su uso dentro de las normas puede ser considerado como un signo de comportamiento social. En cambio, el mal empleo del alcohol que supera las normas es expresión de un desviado comportamiento social y una evidencia de su tendencia hacia la delincuencia. (Maggs, Hurrelmann,1998). La publicidad de bebidas alcohólicas, como ocurre con el tabaco, tiene influencia de comportamiento entre la gente joven. La orientación de mensajes publicitarios hacia un estilo de vida juvenil, incluyendo a la mujer, parece en parte responsable del incremento de consumo y de las diferencias según el sexo. Muchos mensajes publicitarios transmiten precisamente aspectos sociales como reducir la tensión, promover contactos, mejora del humor y llevar hasta “el máximo estado”. Estos mensajes son tomados diferentemente por niños y niñas. En ciertos contextos culturales los varones se encuentran en mayor riesgo al aso- 113 ciar su consumo con fuerza y virilidad. La prevención genero-especifica, que ponga atención en las diferentes causas y funciones de bebidas según el sexo, se encuentra muy poco desarrollada. Disponibilidad, publicidad y restricciones legales Disponibilidad, publicidad, costes, se enmarcan dentro de las medidas de política social. 114 La Conferencia Ministerial Europea sobre la Gente Joven y el Alcohol de la WHO, celebrada en Estocolmo el 21 de Febrero del 2001, concluyó con una importante Declaración que tiene como objetivo proteger a los niños y a los jóvenes de las presiones para beber y reducir los daños que les produce directa o indirectamente el alcohol. La declaración reafirma los cinco principios de la Carta europea sobre el Alcohol que fue adoptada por los Estados miembros en 1995 estableciendo los principios, directrices y metas para promocionar y proteger la salud y el bienestar de todas las personas de la Región. La Declaración de Estocolmo reafirma los siguientes 5 principios de la Carta: 1. Todas las personas tienen el derecho a una vida de familia, de comunidad y de trabajo, protegida de accidentes, violencias y otras consecuencias negativas del consumo del alcohol. 2. Todas las personas tienen el derecho a una información válida e imparcial y a una educación, comenzándola en una edad temprana, sobre las consecuencias del alcohol en la salud, en la familia y en la sociedad. 3. Todos los niños y adolescentes tienen el derecho a cre- cer en un ambiente protegido de las negativas consecuencias del consumo del alcohol y, en el grado que sea posible, de la promoción de bebidas alcohólicas. 4. Todas las personas con consumo de alcohol dañino o peligroso y los miembros de sus familias tienen el derecho a tratamiento y cuidados accesibles. 5. Todas las personas que no desean consumir alcohol o que no pueden hacerlo por salud u otras razones, tienen el derecho a ser protegidas de las presiones de beber y a ser apoyados en su comportamiento no-alcohólico. Tanto los Gobiernos Locales como Nacionales pueden ejercer influencia sobre el consumo de alcohol tanto en adultos como en jóvenes a través de tres niveles: disponibilidad, venta (dónde y cómo), costes (impuestos). Numerosos estudios han mostrado que altos impuestos y, consecuentemente, elevados precios, tienen decisiva influencia sobre la cantidad de consumo. Donde el alcohol solo puede ser obtenido en pocos lugares, su disponibilidad es limitada y, por ello, se bebe menos. Elevando la edad mínima para la compra y el consumo de alcohol, se reduce la frecuencia de accidentes relacionados con el alcohol y otras categorías de comportamientos inadecuados de los adolescentes. Un estricto control en relación a la venta de alcohol reduce su consumo. El grado alcanzado por cada Estado en cuanto a las restricciones legales viene marcado por condiciones históricas y culturales tales como la orientación religiosa predominante de la población, y por derechos relacionados, la tradición y el mar- co dentro del cual la política social es seguida, teniendo en cuenta, por supuesto, a los correspondientes grupos de intereses. Nadie duda de que los medios de comunicación y la exposición relacionada con la publicidad, directa e indirectamente, juega un importante protagonismo. En la mayoría de los Estados, las restricciones en cuanto a publicidad del alcohol se basan en una voluntaria auto-limitación de la industria. Existen diferencias en cuanto a regulaciones legales, según países en nuestro entorno de la U.E. Cuando planteemos medidas de control de esta variable, relacionadas con los medios, no podemos olvidar que sólo podrán tener el efecto esperado si se conjugan con las otras medidas legales de protección del adolescente anteriormente comentadas, como la restricción en ventas, la limitación de edad e incremento de precio, así como con otras medidas preventivas relacionadas con otras variables arriba comentadas. Estrategias prometedoras de prevención El mejor lugar para implementar los programas de prevención son los colegios. La investigación actual sobre la prevención se basa en la suposición de que sólo una combinación de medidas individuales y enfocadas en su correspondiente contexto llevan a cambios de comportamientos con éxito. En términos de reducir el consumo de alcohol esto significa combinar los efectos de las condiciones legales descritas con esfuerzos intensivos hacia la prevención de ciertos tipos de com- portamiento. Cuanto más se incorporan a las medidas preventivas el estudio y conocimiento sobre sus causas y correlaciones, tanto más éxito tendrán. El mejor lugar para implementar los programas de prevención está precisamente en los colegios, donde la inmensa mayoría de niños y adolescentes pueden ser captados. La prevención es particularmente efectiva cuando se proporciona a los escolares una formación sobre cómo resistir las influencias sociales, cómo desarrollar las habilidades para resolver problemas generales de la gente y cómo promocionar las capacidades interactivas pro-sociales tales como la competencia en el control del estrés. En este contexto lo que importa es la forma en que la prevención se imparte: según diversos autores, los abordajes de programas participatorios e interactivos tienen más éxito que los orientados hacia los métodos tradicionales. Esto es particularmente cierto para los adolescentes. La política sobre el alcohol La Conferencia de Estocolmo ( WHO 2001) marca los objetivos preventivos referente a gente joven y alcohol a conseguir en la Europa del 2006. Los participante de la conferencia ministerial europea de la WHO de Estocolomo sobre la gente joven y el alcohol instan a todos los Estados miembros y organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales y a otros organismos interesados a promocionar e invertir en la salud y el bienestar de la gente joven con el fin de asegurar que disfruten de una buena ca- lidad de vida y un vibrante futuro en términos de trabajo, ocio, vida de familia y comunitaria. La política sobre el alcohol dirigida a la gente joven debe ser parte de una más amplia respuesta social, puesto que el beber entre ellos en gran medida refleja las actitudes y prácticas de una más amplia sociedad adulta. La gente joven puede igualmente contribuir positivamente a resolver los problemas relacionados con el alcohol. Para cumplimentar la más amplia respuesta social que perfila el plan de acción europea sobre el alcohol 2000-2005 es necesario desarrollar objetivos especificos, medidas políticas y actividades de apoyo para la gente joven. En la Conferencia de Estocolmo, se establecieron los siguientes objetivos preventivos, a alcanzar por los países de la Región para el año 2.006 según sus diferentes culturas/ y ambientes económicos, legales y sociales: • Reducir el número de jóvenes que se inician en el consumo de alcohol. • Retrasar la edad de inicio del consumo. • Reducir las oportunidades y frecuencia en el consumo. • Promover alternativas al consumo de alcohol. • Implicar a los jóvenes en el desarrollo de políticas de salud. • Mejorar la educación de los jóvenes sobre los efectos del alcohol. • Limitar las presiones comerciales que incitan a la bebida, especialmente en grandes concentraciones de población. • Apoyar medidas contra la venta ilegal. • Facilitar el acceso a centros de deshabituación. • Reducir los daños del alcohol, en particular accidentes de tráfico, agresiones y violencia. Las estrategias para alcanzar estos objetivos se agrupan en cuatro áreas. 1. Proporcionar protección Reforzando medidas para proteger a los niños y adolescentes de la exposición del sponsor y promoción del alcohol. Asegurar que los fabricantes no pongan a los niños y adolescentes como diana para sus productos de alcohol. Frenar la disponibilidad de bebidas estudiando el acceso, edad mínima y medidas económicas, incluyendo los precios, que influyen en el beber de menores. Proporcionar protección y apoyo para los niños y adolescentes cuyos padres u otros miembros de la familia sean alcohólicos o tengan problemas relacionados con el alcohol. 2. Proporcionar la educación Aumentar la conciencia de los efectos del alcohol, particularmente entre la gente joven. Desarrollar los programas de promoción de la salud, que incluyan asuntos del alcohol en ámbitos tales como instituciones educacionales, lugar de trabajo, organizaciones juveniles y las comunidades locales. Programas de formación para padres, profesores, pares y lideres de la juventud para ayudar a la gente joven a aprender y practicar habilidades vitales y estudiar aspectos como el de la presión social y el manejo de los riesgos. Facilitar a la gente joven la asunción de responsabilidades como miembros importantes de la sociedad. 115 3. Ofrecer apoyo Crear oportunidades que animen las alternativas a la cultura de beber y favorecerlas. Desarrollar y animar el papel de la familia en promocionar la salud y el bienestar de la gente joven. Asegurar que colegios y otras instituciones educacionales sean ambientes libres del alcohol. 116 4. Reducir los daños Promocionar una mayor compresión de las consecuencias negativas de beber para el individuo, la familia y la sociedad. Dentro del ambiente de la bebida, asegurar la formación de los que son responsables de servir alcohol y poner en vigor normas que prohiban la venta de alcohol a menores y a personas ebrias. Reforzar las normas de conducir bajo los efectos del alcohol y las sanciones. Proporcionar apropiados servicios sociales y sanitarios para la gente joven que tenga problemas como resultado de beber sólos o con otras personas. La Conferencia de Estocolmo considera preciso para la consecusión de los objetivos preventivos: • Construir la involucración política, desarrollando planes y estrategias nacionales comprensivas con la gente joven, con el objetivo de reducir el beber y los daños relacionados, particularmente entre los diferentes segmentos de la población juvenil y evaluar con la gente joven los progresos logrados en dicha dirección. • Desarrollar sociedades o grupos con la gente joven, especialmente a través de apropiadas redes locales. Considerar a la gente joven como un recurso y promocionar oportunidades para que par- ticipe en la toma de las decisiones que afecten a sus vidas. Se debe poner especial énfasis en reducir las desigualdades, particularmente en la salud. • Desarrollar un punto de vista omnicomprensivo para estudiar los problemas sociales y de salud experimentados por la gente joven en relación con el alcohol, el tabaco, las drogas y otros asuntos relacionados. Proporcionar un acercamiento intersectorial a nivel nacional y local para asegurar una política sostenible y más efectiva. Asegurar que cuando se promociona la salud y el bienestar de la gente joven se tenga en consideración sus diversos antecedentes culturales y sociales y particularmente, los de los grupos con necesidades especiales. • Reforzar la cooperación internacional entre los Estados miembros. Muchas de las medidas políticas necesitan reforzarse a nivel internacional, si han de ser totalmente efectivas. La WHO proporcionará el liderazgo estableciendo apropiadas asociaciones y utilizando sus redes de colaboración a través de la región europea. En este aspecto la cooperación con la Comisión europea es de particular relevancia. Son una realidad que los asuntos de salud tales como el mal uso del alcohol por la gente joven ocupan cada vez más un lugar central en la agenda de la política publica de la Europa de hoy, cuya recomendaciones se encuentran planteadas todavía sólo a nivel de borrador. Cada vez más los expertos de la salud pública y los repre- sentantes públicos de toda Europa trabajan juntos para establecer acercamientos comunes para afrontar las prioridades de salud en el contexto público que se desarrolla. La UE marca su enfoque sobre el alcohol a la luz de la evidencia de su consumo por la gente joven, los importantes daños relacionados y el crecimiento del problema en algunos países. Se sabe que tanto el consumo regular como el consumo de juerga tienen graves efectos sobre la salud física y mental de la gente joven. A corto plazo, el consumo de alcohol por los jóvenes se asocia con una amplia gama de problemas sociales, ya comentados, tales como el comportamiento antisocial, la violencia y la conducción bajo la influencia del alcohol. La amplia discusión con expertos de los estados y empresarios ha mostrado que la cultura juvenil que subyace al comportamiento de consumo de alcohol es cada vez más de naturaleza internacional y, por lo tanto, la acción a nivel de la Comunidad es cada vez más justificada y apropiada. Tal acción a nivel comunitario solo resultará efectiva si tiene como objeto acompañar las acciones esenciales a los niveles nacionales, regionales y locales, puesto que tratan mejor la diversidad de cultura y las correspondientes divergencias en los patrones y comportamientos de consumo. Las familias y los padres necesitan consejos y apoyos. La gente joven necesita acceso a la información clara y apropiada que les ayude en las tomas de decisiones informadas. Suministradores y camareros requieren formación. Y los gobiernos necesitan el apoyo activo de los ciudadanos para aplicar las leyes que ya están vigentes. Con los cambios que enfoca el comportamiento humano y la libertad individual de elección, necesitamos pensar cómo cambiar mejor la cultura de los muchos Estados miembros que toleran el abuso del alcohol. La presión de los pares en animar el consumo del alcohol entre la gente joven no se debe subestimar. Las culturas y los comportamientos no pueden ser cambiados fácilmente pues hay razones complejas y no hay soluciones simples. Pero debemos trabajar con y a través de los Estados miembros para enfrentar este problema que costado 55,000 vidas en 1999. ¿Qué decir de la industria?, ¿qué podemos decir de nuestros fabricantes, publicitarios, promotores y distribuidores?. Hasta la fecha, nuestro tratamiento ha sido el de intensificar la promoción de la salud y los esfuerzos educativos y presionar a los fabricantes y distribuidores para que actúen con responsabilidad, a parte de tomar medidas reguladoras, diferentes según los países. Pero como el borrador de la recomendación señala, los códigos de conductas voluntarios son sólo tan válidos como los esfuerzos que se hace para aplicarlos. Hasta la fecha se ha señalado a la industria que tiene una oportunidad para demostrar sus credenciales actuando en la aplicación de dichos códigos, en su marketing y en su promoción. Finalmente, en su recomendación, la UE nos recuerda que no hay soluciones sencillas para los problemas relacionados con el alcohol que afligen a nuestra juventud. Todos debemos aceptar nuestras responsabilidades al enfrentarnos con esta plaga moderna. Una mayor oportunidad para poner los asuntos del alcohol y la juventud en las agendas políticas se acerca a medida que los gobiernos de todo el mundo se preparan para la Sesión Especial de los Niños de la Asamblea General de las Naciones Unidas que se celebrará, en Septiembre de 2001, con el secretariado de UNICEF. TABACO Al tabaco se le reconoce como droga de inicio. La nicotina es sustancia adictiva. El consumo de tabaco es un importante problema de salud pública, no ajeno al ámbito pediátrico, con graves repercusiones sanitarias y elevados costes tanto sociales como económicos. Constituye la primera causa de muerte evitable en el mundo. En España, al igual que ocurre en los países desarrollados, el consumo de tabaco resulta ser la principal causa de mortalidad prematura y evitable. Más de 70.000 estudios evidencian los efectos nocivos que el tabaco tiene para la salud y establecen la asociación entre su consumo y la elevada morbi-mortalidad de la población. La Comunidad Europea, en su nueva directiva comunitaria sobre el tabaco (a aplicar a partir del 1 de Enero del 2004), dará opción a las tabacaleras a elegir entre uno de los siguiente mensajes que obligatoriamente deberán resaltar en las cajetillas: “Fumar mata a medio millón de personas al año en la Unión Europea”; “El tabaquismo pasivo daña a las personas de su alrededor especialmente a los ni- ños”; o, “Fumar provoca cáncer y enfermedades cardiovasculares”. El tabaquismo, a parte de ser un hábito, es una forma de drogodependencia. La nicotina, principio activo del tabaco, es una droga adictiva y, como tal, reúne las características de otras drogas: tolerancia, dependencia física y psicológica. El tabaco se reconoce como droga de inicio para el consumo de otras sustancias ilegales, siendo a su vez factor predisponente en la adopción de otras conductas de riesgo. Se demuestra, además, que el consumo de alcohol es 2,7 veces superior en adolescentes varones fumadores y de 4 en las fumadoras. En cuanto a la marihuana, fue 6 veces superior en las adolescentes fumadoras y casi 8 en los varones fumadores. Nos encontramos ante un producto fácilmente accesible al ciudadano a través de las expendedurías de tabaco, máquinas automáticas, bares, restaurantes etc., lo que posibilita su gran disponibilidad a cualquier hora del día. Accesibilidad que se relaciona con el precio de venta, estimándose que por cada incremento del 10% en el precio, se reduce la demanda en un 4%, reducción que es mayor en los adolescentes y jóvenes. Otro elemento que contribuye al consumo de tabaco es la gran inversión publicitaria de las industrias tabaqueras, destinada al mantenimiento y a la captación de nuevos fumadores en grupos de población vulnerables, como son los niños, adolescentes y mujeres, a través de la publicidad directa, mediante la promoción de sus productos bajo el patrocinio de diversas actividades (deportivas, musicales, 117 TABLA III. Evolución del consumo de tabaco entre los estudiantes de 14-18 años según sexo y edad. España, 1994-1998. Alguna vez 1994 1996 1998 Últimos 30 días 1994 1996 1998 Total 34,1 34,6 34,7 28,1 29,2 28,3 Sexo Hombres Mujeres 29,6 38,7 28,9 40,0 28,8 39,8 23,4 32,9 23,7 34,5 22,7 33,3 Edad 14 años 15 años 16 años 17 años 18 años 20,4 31,8 37,7 40,5 48,6 21,2 30,5 38,3 39,3 52,8 22,5 31,9 39,4 41,3 54,0 14,5 24,9 31,9 35,1 43,1 15,0 24,9 33,1 34,6 47,2 15,8 26,0 32,5 35,5 46,5 Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. viajes, sorteos, premios, etc.), utilizando marcas de tabaco en otros objetos (ropa, disco, calzados, relojes, etc.), o a través de ingeniosas estrategias de mensajes subliminales con diana situada en el joven y el adolescente, cuya adicción garantiza clientela futura. Es necesario pues, que se garantice el derecho a la protección de la salud, con la adopción y cumplimiento de normativas que regulen y limiten la publicidad del tabaco, el consumo en lugares públicos, la venta a menores, el establecimiento de “espacios sin humo”, una política de precios y fiscalidad del tabaco. ¿En qué situación se encuentra nuestros jóvenes y adolescentes? (Encuesta Observatorio Español 1998. 14-18 años) La proporción de escolares que fuman diariamente se sitúa en el 21,6%. 118 En nuestros escolares el tabaco sigue al alcohol como sustancias de consumo más exten- dido. El 62% de los alumnos encuestados han consumido tabaco en alguna ocasión, si bien si se excluye a aquéllos que tan sólo han consumido algunos cigarrillos a lo largo de su vida, su porcentaje se situaría en el 34,7%, de los cuales un 6,4% son ex-fumadores y el 28,3% restante fuma actualmente (Tabla I). La proporción de escolares que fuman diariamente se sitúa en el 21,6%. Aunque el consumo del tabaco haya disminuido en términos absolutos para alcanzar los niveles que tenía en 1994, son cifras altamente preocupantes. (Tabla III). La destacada prevalencia del tabaquismo entre los escolares se compagina con la moderación en el número de cigarrillos consumidos; de hecho, el consumo medio de los fumadores actuales es de 7,7 cigarrillos/día (un 42,7% fuma de 1 a 5 cigarrillos). La cantidad media consumida aumenta cuando el consumo es diario hasta alcanzar los 8,7 cigarrillos/día. En cuanto al sexo, las cifras de las chicas son sensiblemen- te superiores al de los chicos, habiéndose reducido, en ambos sexos, la prevalencia del consumo actual de tabaco. Su prevalencia de consumo aumenta con la edad, pasando en la encuesta de 1998 de un 15,8% en los 14 años a un 46,5% a los 18 años (Tabla III). A pesar de la positiva evolución seguida por el tabaquismo, debe tenerse en cuenta que la prevalencia de su uso entre los escolares más jóvenes ha crecido ligeramente. La edad media de inicio al consumo se sitúa en los 13.1 años, elevándose a los 14.4 años para el consumo diario, no existiendo diferencias por sexos en las edades de inicio para este patrón de consumo (Tabla IV). Diversos estudios coinciden en establecer la edad de inicio de consumo entre los 12 y 15 años, confirmando que su primer contacto viene realizándose cada vez en edades más tempranas. Causas. Factores favorecedores Facilidad de acceso, el precio y la publicidad son factores con papel decisivo en la adopción y mantenimiento del hábito. El perfil del niño o adolescente fumador de tabaco responde en mayor o menor medida a unos patrones de actitud, comportamiento o entorno predeterminados entre los que se encuentran: pocas habilidades sociales, carencia de estrategias para afrontar problemas, falta de capacidad para la toma de decisiones, aburrimiento, inclinación hacia conductas-problema, baja autoestima, rendimiento académico por debajo de la media o entorno de fumadores, bien sea en su grupo de pares o por sus familiares más directos, (padres, hermanos) en los que la permisividad, tolerancia y aceptación son altas, predictivas y determinantes tanto para la experimentación como para el consumo habitual. A ello se añaden ciertos factores que desempeñan un papel decisivo en la adopción y mantenimiento del hábito, tales como la facilidad de acceso, el precio y la publicidad. Durante la adolescencia el individuo busca la “ formación de la propia identidad”: afirmar su imagen y su propio espacio individual y de grupo, haciéndose especialmente vulnerable a la publicidad que busca estrategias de imágenes con las que pueda identificarse el adolescente, provocando la experimentación. Morbilidad pediátrica relacionada con el tabaco Un 45-75% de los niños son fumadores pasivos en el hogar. Se estima que entre el 47 y el 75% de los niños son fumadores pasivos en el hogar. Los niños menores de 5 años, expuesto al humo del tabaco consumido por sus padres (sobre todo si la madre fuma) tienen nicotina en su orina en cantidades equivalentes a un adulto que fuma 2-5 cigarrillos al día. El hábito tabáquico durante el embarazo conlleva riesgos de bajo peso al nacer, de aborto, de ingreso neonatal en UCI, de muerte perinatal y de síndrome de muerte súbita. En este sentido se ha encontrado que el riesgo de retraso en el crecimiento intrauterino y de prematuridad están directamente relacionados con la Sexo Total Hombres Mujeres 14 Edad media consumo por 1ª vez Edad media comienzo de consumo diario 15 Edad 16 17 18 13,1 12,9 13,3 12,0 12,6 13,3 13,8 14,1 14,4 14,4 14,4 13,1 13,8 14,5 15,2 15,6 TABLA IV. Edad media de comienzo de consumo de tabaco según sexo y edad. España, 1998. Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. cantidad de cigarrillos que la embarazada fuma al día. Pero no es necesario que la embarazada fume, la simple exposición al humo del tabaco (fumadora pasiva) reduce el peso del neonato al hacer y la edad gestacional. El consumo de tabaco, es por tanto una causa perfectamente prevenible de riesgos y complicaciones perinatales, sin olvidar la estimación existente de que un 70% de las mujeres embarazadas respiran ambientes cargados de humo durante la gestación. La nicotina permanece en la leche de la madre hasta cinco horas después de que ella haya fumado un cigarrillo. En el niño pequeño se aprecia una superior incidencia de enfermedades respiratorias agudas del tracto superior como amigdalitis, adenoiditis y otitis, así como un mayor número de hospitalizaciones, observándose en los de más edad un incremento de la patología infecciosa broncopulmonar aguda. En ambos grupos se evidencia una mayor hiperreactividad bronquial y en los pacientes asmáticos un aumento de la gravedad, intensidad e incidencia de las crisis. En la adolescencia el tabaquismo tanto activo como pasivo, se asocia de forma significativa con repercusiones clíni- cas respiratorias. La afectación de la función pulmonar en los adolescentes fumadores se muestra con una disminución de los flujos medios, por un efecto dosis-repuesta, que afecta de forma significativa a las mujeres. También se ha detectado en adolescentes y adultos jóvenes fumadores un mayor riesgo de desarrollar tuberculosis tras la infección primaria. A largo plazo parece demostrada la persistencia de la obstrucción de las pequeñas vías aéreas. Disminución del FEF, asma y EPOC así como riesgo de cáncer en el pulmón de mujeres no fumadoras sometida al fumar pasivo durante su infancia, son otros efectos comprobables. La familia Las familias deben estar informadas y comprometidas en los contenidos de los mensajes antitabáquicos. La familia debe estar informada y comprometida con el contenido de los siguiente mensajes: • Los hijos de padres fumadores suelen ser fumadores. • No fume en presencia de los niños. • Por tu bien y el de los tuyos: deja de fumar. 119 • La madre y el padre son referentes del niño. Dad ejemplo. • Edúcate y edúcales en los efectos nocivos del tabaco. • Fumar en el hogar, especialmente en presencia del niño, puede poner en riesgo la salud de la familia. • No dejes que otros fumen en tu hogar. • Apoya las prohibiciones de fumar en lugares públicos. Papel del pediatra Al pediatra le corresponde un significativo papel preventivo. 120 El pediatra tiene que desempeñar un papel significativo en la prevención y solución de este problema, no sólo aconsejando a sus pacientes preadolescentes y adolescentes, sino a los padres y al entorno cercano de aquellos niños que acuden a su consulta. En efecto, el pediatra debería incluir sistemáticamente en su historia clínica preguntas al niño en privado acerca de si fuma, sobre todo en las edades críticas de 12-16 años, y si es así, hacer lo que se conoce como intervención mínima, que consiste en dar un consejo antitabáquico, haciendo especial énfasis en las causas por las que se fuma y en las consecuencias más directas que le afectan por su relación con el entorno, como el mal aliento, los dientes y manos manchadas, el dinero “quemado”, etc. Igualmente, sería bueno que se facilitara algún material escrito que pudiese reforzar estos mensajes. Esto debe hacerse sistemáticamente en cada una de las consultas a las que acuda, y buscando siempre un momento para hablar a solas con el o ella y jugando con la complicidad de la información no compartida con sus padres. Los mensajes educativos que trasmitamos deben ser efectuados teniendo en cuenta su estilo de vida y con lenguaje comprensible. Así mismo deberá recoger en la Historia Clínica el hábito tabáquico de sus padres y de los otros adultos conviventes. Nunca olvidar la figura del pediatra como modelo. No fumar delante de los pacientes, así como demostrar nuestra exigencia de ambiente sanitario libre de humo, son mensajes claros de su perjudicialidad para la salud. Escuela La transmisión de los contenidos educativos antitabaco, debe asumirse por el conjunto docente e impregnar todas las actividades del centro. El pediatra debe conocer que es el centro escolar un foco importantísimo en la adquisición del hábito y por tanto es allí donde se han de concentrar especialmente los esfuerzos coordinados con los diferentes agentes implicados. La escuela tiene gran importancia en el desarrollo de los niños, pues es donde pasan gran parte de su tiempo, donde centran gran parte de su entorno de relación y donde es posible educarles de forma homogénea por profesionales de la educación. Los programas destinados a la prevención del tabaquismo en los jóvenes han sido desarrollados casi siempre en las escuelas, lugar más idóneo donde llevarlos a cabo, y generalmente se ha buscado apoyarlos con otros realizados en la comunidad o en los medios de comu- nicación social. Para que estos programas resulten eficaces, deben prolongarse durante todo el período educativo, estar integrados en el currículo escolar y ser llevados a cabo por los profesores de los propios centros. Hay consenso en que las autoridades responsables (educativas y sanitarias fundamentalmente) deben coordinar y dirigir sus esfuerzos fundamentalmente a apoyar y estimular a los profesores, dotándolos de los medios necesarios (legislación, cualificación y materiales didácticos) para el desarrollo de las enseñanzas antitabaco en la escuela. En España se incluye la Educación para la Salud en el currículo escolar dentro de los denominados temas transversales, pero no parece que sea posible considerar aún la educación antitabaco como realidad en todos los centros educativos. La transmisión de los contenidos educativos antitabaco debe ser asumida por el conjunto de los docentes e impregnar todas las actividades del centro. No sirve de nada transmitir en las aulas ciertos valores y, en cambio, ofrecer modelos de comportamiento contradictorios por parte del profesorado. Cuando esto sucede, “el currículo oculto” anula el discurso teórico, pues no es posible separar conocimientos y actitudes en aspectos relativos a la conducta. De ahí la importancia y el papel ejemplarizante que tiene la actitud del profesor. Se confirma en los informes de los Directores de Centros que cuanto mayor es el porcentaje de asignaturas en las que se imparten enseñanzas antitabaco, mayor es la edad en la que los jóvenes fuman su primer cigarrillo. Es decir, en su opinión, las enseñanzas antitabaco pueden retrasar la edad a la que los jóvenes se inician en el tabaquismo. Además, cuando más tarde se inician más tarde se convierten en fumadores habituales. Esto es de vital importancia, pues si no podemos evitar que muchos jóvenes fumen, sí podemos hacer que lo hagan más tarde, limitando así su dependencia nicotínica futura y las consecuencias patológicas de su hábito. Sustancias 1994 Tabaco Tabaco (diario) Alcohol Alcohol (semanal) Tranquilizantes Cannabis Extasis Alucinógenos Speed/anfetaminas Cocaína Edad media de inicio 1996 1998 13,8 13,3 13,4 13,7 14,1 15,1 15,6 15,4 15,5 15,6 13,8 15,0 14,9 15,4 15,5 15,7 13,1 14,4 13,6 14,9 13,8 14,8 14,8 15,1 15,2 15,4 TABLA V. Edades medias de inicio al consumo de las distintas drogas escolares de 14-18 años. España. 19941998 DROGAS NO LEGALES El patrón dominante de consumo es el experimental o esporádico asociado a contextos lúdicos, escolares más jóvenes y con elevada disponibilidad. En la Encuesta a la población escolar de 1998 se evidencia un porcentaje alto de escolares que ha tenido contacto con drogas, principalmente el alcohol y el tabaco (denominadas drogas legales) y el cannabis, con patrón dominante de consumo experimental o esporádico, asociado a contextos lúdicos (Tabla I). Experimentación que se compatibiliza con la reducción en la continuidad de consumo, exceptuando la cocaína, derivados del cánnbabis y las sustancias volátiles, que aumentan en porcentaje fundamentalmente como resultado de su expansión entre los escolares más jóvenes (Tabla V). La disponibilidad percibida de las sustancias es elevada, incluso de drogas ilícitas que tienen circuitos de distribución aparentemente poco accesibles. Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. El Cannabis (marihuana, hachís) es, tras el alcohol y el tabaco, la droga más consumida por los escolares, registrando prevalencias muy elevadas, tanto para su uso experimental (un 28,5% lo ha probado), como frecuente (un 17,2% lo ha consumido en el último mes). Es, además, la que experimenta un mayor incremento en sus niveles de prevalencia, al crecer en un 8,2% en relación a 1996. Pese a ello, el aumento detectado en el consumo de Cannabis en el período 1996-98 es muy inferior al del período 199496, lo que podría indicar que se está desacelerando el crecimiento del uso de esta sustancia. Los varones presentan niveles de consumo superiores a las mujeres en torno a cinco puntos porcentuales para todos los indicadores de consumo (el 27,7% de los chicos ha consumido en el último año frente al 22,8% de las chicas). Psicoestimulantes Cannabis El Cannabis es, tras el alcohol y el tabaco, la droga más consumida por los escolares. Se aprecia un importante crecimiento de la cocaína. Urge neutralizar su imagen de inocuidad entre sectores juveniles. Se aprecia un importante crecimiento de la cocaína (Tabla VI), junto al descenso del consumo de éxtasis y anfetaminas, más acusado en la primera. Crecimiento éste que nos obliga a su análisis más detenido. Los lugares más frecuentes de consumo son las discotecas (citadas por el 64,4% de los encuestados), los bares o pubs (29,7%) y las fiestas (15,9%). En cuanto a las motivaciones expresadas para su consumo, las más recurrentes son la diversión (46,1%), la experimentación de nuevas sensaciones (39,5%) o bailar (22,9%). Efectos adversos relacionados son los conflictos sociales como discusiones sin agresión física (35%) o absentismo escolar (19%) y los derivados de viajes en vehículos de motor. El consumo de cocaína es superior entre los varones y aumenta a medida que lo hace la edad. Sorprende la precocidad del contacto de los escolares con esta sustancia ilícita (el 1,6% de los escolares de 14 años y el 2,9% de los de 15 la consumió en el último año). De tal modo que, mientras entre los escola- 121 TABLA VI. Evolución del consumo de cocaína entre los estudiantes de 14-18 años según sexo y edad. España, 1994-1998. Alguna vez 1994 1996 1998 Últimos 12 meses 1994 1996 1998 Total 2,4 3,2 4,8 1,7 2,6 4,1 Sexo Hombres Mujeres 2,9 1,8 3,9 2,5 6,0 3,8 2,2 1,2 3,3 2,0 5,1 3,1 Edad 14 años 15 años 16 años 17 años 18 años 0,5 1,2 2,2 3,8 7,5 0,5 1,8 3,3 4,4 9,2 1,8 3,3 5,6 7,4 11,4 0,4 0,9 1,7 2,9 5,0 0,4 1,3 3,0 3,4 7,6 1,6 2,9 4,7 6,2 8,8 Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. 122 res de 18 años el consumo en el último año ha pasado del 5 al 8,8%, entre los de 16 años subió casi el triple (del 1,7 al 4,7) y entre los de 14 años aumentó hasta cuatro veces (del 0,4% en 1994 hasta el 1,6% en 1998) -Tabla VI-. El elevado nivel de policonsumo entre los consumidores de cocaína también se evidencia en la población escolar. Tomando como referencia el consumo “alguna vez”, los jóvenes escolares consumidores de cocaína toman simultáneamente alcohol en un 98,5%, Cannabis en un 94,7% y tabaco en un 76,5%. También con porcentajes importantes les siguen las anfetaminas, el éxtasis, los inhalables y la heroína. Mientras que en la población general ha crecido significativamente el nivel de riesgo percibido ante el consumo habitual de cocaína, en la población juvenil este nivel de riesgo percibido ha disminuido ligeramente, situándose por debajo de la población general. Por lo tanto, una de las claves de las políticas de prevención en el futuro inmediato consistirá en neutralizar esa imagen de inocuidad que tiene la cocaína entre determinadas poblaciones y específicamente en sectores juveniles. Consumo de cocaína y rendimiento académico La probabilidad de haber consumido cocaína alguna vez tiene una relación directa con el número de cursos repetidos. De hecho, la prevalencia de consumo para los escolares que han repetido algún curso se eleva hasta el 8,7% (tres veces por encima de quienes no han repetido nunca un curso), llegando hasta el 11,1% entre quienes han repetido dos o más cursos. Por su parte, los consumidores de cocaína presentan un número de ausencias o faltas a clase muy superior a los no consumidores (2,7 faltas como media en el último mes y 1,2 respectivamente). Consumo de cocaína y disponibilidad económica La disponibilidad económica (dinero de bolsillo) de los esco- lares se relaciona con el nivel de experimentación con la cocaína, de forma que cuanto mayor es la cantidad de dinero de bolsillo disponible más altas son las prevalencias de uso. Quienes afirman haber consumido cocaína alguna vez disponían como media de 3.337 pesetas semanales, frente a las 1.721 pesetas de quienes no la han consumido. Consumo de cocaína y utilización del tiempo libre La frecuencia con que los escolares realizan salidas nocturnas tiene una asociación directa con el grado de experimentación con la cocaína. Si entre quienes no salen nunca de noche la prevalencia de uso es del 0,5%, para quienes salen tres o más veces a la semana alcanza el 10,2%. También la hora de regreso a casa cuando se sale de fin de semana se asocia con la prevalencia de uso de la sustancia analizada. Así, la probabilidad de consumir cocaína para quienes vuelven a casa antes de las 24 horas es pequeña (un 0,6%), aumentando progresivamente a medida que lo hace la hora de regreso, alcanzando prevalencias del 2,8% entre quienes vuelven entre las 24 y las 03:00 horas, y del 17,5% entre quienes regresan después de esa hora. Por lo que se refiere al tipo de actividades desarrolladas, las prevalencias de uso más altas se registran entre quienes acuden todos los días a discotecas o a bares/pubs, con prevalencias del 18,9% y 17,4%, respectivamente. Por el contrario, la práctica de actividades deportivas, la asistencia a espectáculos deportivos y la lectura se asocian con prevalencias de uso más reducidas. Alucinógenos Descenso del consumo de alucinógenose incremento de las sustancias volátiles. Uso de tranquilizantes significativamente mayor entre las chicas. Por lo que se refiere al consumo de alucinógenos (LSD, Mescalina, DMT, DOM, PCP, MDA), destacar que sus prevalencias disminuyen con respecto a 1996, situándose en unos valores similares a los existentes en 1994. El descenso se produce en ambos sexos y en todos los grupos de edad, excepto en el grupo de 14 años en el que el consumo crece hasta alcanzar una prevalencia del 2% para el indicador de consumo en el último año. Consumo de otras drogas Entre 1994 y 1998 se ha producido un incremento del consumo de sustancias volátiles que, para el indicador de consumo en el último año, pasó del 1,8% registrado en 1994 al 2,7% de 1998. El 4,1% de los escolares ha experimentado en alguna ocasión con estas sustancias. A diferencia de otras drogas, las prevalencias más elevadas de consumo de volátiles se concentran en el grupo de edad más bajo (14 a 16 años). De hecho, el aumento experimentado por el consumo de volátiles es atribuible fundamentalmente al comportamiento seguido por los escolares más jóvenes. Así, mientras que la prevalencia de consumo en el último año aumentó 1,8 veces entre los estudiantes de 14 años, ha permanecido estable entre los de 18 años. Por lo que se refiere a la evolución seguida por el consumo de tranquilizantes/pastillas para dormir (droga de comercio le- gal), se constata que las prevalencias de consumo han crecido ligeramente con respecto a la situación existente en 1996. El 7,7% de los escolares ha tomado tranquilizantes o pastillas para dormir alguna vez por prescripción médica, en tanto que un 6,4% lo ha hecho sin prescripción médica. El consumo de tranquilizantes es significativamente mayor entre las chicas. El 5,6 % de las chicas los consumió en el último año frente al 3,6% de los chicos. Aunque la prevalencia de su consumo aumenta a medida que lo hace la edad, resulta relevante que a los 14 años un 4,2% de los escolares ha usado alguna vez estas sustancias. El fenómeno de las drogas de síntesis Las drogas de síntesis se están afianzando en las nuevas generaciones de jóvenes, como un fenómeno sociocultural que se inviste de señas de identidad peculiares. Son psicofármacos sintéticos producidos de forma clandestina y que, estructural y farmacológicamente, se parecen a algunas sustancias controladas y perseguidas mediante convenios internacionales (psicoestimulantes, alucinógenos, etc.). Concepto éste más social que farmacológico. Al parecer, el término “designer drugs” (“drogas de diseño”, por el que empezaron a conocerse estas sustancias) fue creado en los años sesenta por Gary Henderson, un farmacéutico de la Universidad de California. Incluyen productos en su mayor parte en forma de “pastillas” que, en general, son variantes de la anfetamina, un fár- maco estimulante del sistema nervioso central. La más “popular” de estas variantes de la anfetamina es el éxtasis o MDMA, acrónimo de 3,4-metilendioximetanfetamina. La MDMA fue sintetizada en laboratorio, formalizándose su patente en 1914, aunque nunca pasó de la etapa preclínica. En los Estados Unidos el primer uso extenso y clandestino de la MDMA apareció en los años sesenta en el entorno de la cultura psicodélica, junto con otras anfetaminas y sustancias alucinógenas como el LSD, la MDA y la DOM. Fue en esa época cuando la prensa “underground” traspasó de la MDA o “píldora del amor” a la MDMA el nombre de “éxtasis”, una de las muchas palabras con la que la MDMA sería luego bautizada (XTC, Adán, X). A comienzos de los años 80 su uso aumenta, extendiéndose por diversos países de Europa, asociado a la expansión de ciertas formas musicales y subculturales juveniles (“acid house” y “rave”) así como a espacios de gran importancia en cierta cultura del ocio juvenil como las macrodiscotecas. El fenómeno de las drogas de síntesis no representa un hecho nuevo, ni porque las sustancias sean de reciente descubrimiento ni por tratarse de drogas “diseñadas a la carta” con un objetivo específico. El panorama actual es producto de una suma de circunstancias que han favorecido que drogas ya existentes encuentren aceptación y potenciales consumidores en el seno de los actuales movimientos juveniles. Respecto a la evolución histórica en nuestro país, si bien se detectan algunos consumos a fi- 123 124 nales de la década de los ochenta, la extensión de su uso comienza hacia 1992. Este uso se ha producido parcialmente asociado a la popularización de una serie de macrofiestas y a la audición de música “máquina” o “bakalao”. La “ruta del bakalao” constituiría la consolidación en un ámbito más general de una moda más elitista nacida en Ibiza hacia 1985, y caracterizada por el traslado de los jóvenes entre macrodiscotecas” distantes varios kilómetros entre sí a lo largo de todo un fin de semana. Algunos de los parámetros que confirman el proceso de extensividad y masificación que se ha ido produciendo en el consumo de drogas de síntesis en nuestro país son: a) La pérdida de cualquier carga ideológica precedente. Actualmente no poseen sus usuarios ningún contenido espiritual, contracultural o elitista. b) El incremento de la disponibilidad de estas drogas. Existe una amplia oferta, asentada en puntos cercanos de distribución y se ha producido una notable caída de los precios de estas sustancias. c) La extensión del consumo afecta prácticamente a la totalidad de áreas geográficas de nuestro país, en progresiva inundación hacia zonas del ámbito provincial y rural. d) Se observa un incremento exponencial en el registro de casos atendidos por intoxicación clínica y tratamiento de secuelas derivadas del uso continuado de drogas de síntesis. Aunque los estudios amplios y sistemáticos sobre el consumo de drogas de síntesis están aún en fase incipiente, los datos con que se cuenta en la actualidad aportan la siguiente información: • Un elevado porcentaje de usuarios de estas drogas consumen simultáneamente otras -lícitas e ilícitas-, principalmente alcohol, cannabis, cocaína y LSD. • La mayoría de los usuarios de éxtasis tiene entre 18 y 24 años, aunque la distribución total de consumidores se extiende en rangos de edad muy amplios (de 14 a 50 años). • Aunque predomina el porcentaje de usuarios varones frente al de mujeres en proporción de 2/1, la equiparación entre sexos es superior a la existente respecto a drogas como la heroína y más afín a la observada entre usuarios de cocaína. • En orden a su situación en el proceso de escalada del consumo de drogas, las sustancias de síntesis aparecen después del uso de tabaco, alcohol y Cannabis y como precedente al consumo de cocaína. En el Reino Unido algunos autores señalan que el éxtasis puede estar sustituyendo a la marihuana y LSD como drogas de introducción al uso de drogas ilegales. Principales drogas de síntesis y sustancias análogas El consumo de éxtasis es significativamente mayor entre los varones y aumenta a medida que se incrementa la edad (a los 14 años un 1,5% de los escolares afirma haber probado éxtasis frente al 9,1% que lo ha hecho a los 18). La edad media de inicio al consumo se sitúa en los 14.8 años. El éxtasis tiene actualmente unos niveles de prevalencia sensiblemente inferiores al de sustancias como el speed, anfeta- minas y alucinógenos, con las cuales frecuentemente aparece asociado su consumo, drogas que igualmente registran un descenso en sus prevalencias de consumo, aunque no tan importante como el observado en el éxtasis. Casi todo el éxtasis que se consume en España y en Europa se ofrece en forma de comprimidos con colores llamativos y diferentes dibujos y anagramas grabados en su superficie. De su apariencia exterior derivan los nombres con los que son conocidos: fidodidos, tapones, delfines, pájaros, adanes, ovaladas, etc. La misma sustancia puede presentarse como comprimidos de formas, tamaños, pesos y concentraciones distintos. Además, una presentación aparentemente idéntica a otra puede contener sustancias diferentes. El peso por comprimido suele oscilar entre 250 y 350 mg. Las disponibles en España contienen como principales activos uno de los cuatro derivados anfetamínicos emparentados química y farmacológicamente: MDMA, MDEA, MDA y MBDB. La presencia de MDA es especialmente preocupante por su constatada toxicidad. Las oscilaciones en el contenido de principio activo son considerables. Esa variedad implica que los usuarios no saben si los efectos de una pastilla tomada hoy equivaldrán a los de otra tomada anteriormente. Un usuario acostumbrado a una cierta cantidad de pastillas puede un día consumir el triple de lo habitual sin saberlo, algo que puede ser especialmente grave en el caso de las ingestas elevadas. El contenido específico de las pastillas, las oscilaciones de las dosis, la posibilidad de par- tidas conteniendo un derivado o productos intermedios más tóxicos y, en suma, la ignorancia de los usuarios de lo que realmente toman, así como las amplias lagunas en nuestro conocimiento de los efectos reales de estas sustancias tornan la expansión del consumo de “éxtasis” en un potencial problema de salud pública. Se ha comprobado que la MDMA puede producir daños físicos y psíquicos importantes en algunas personas. En la literatura médica se han descrito diversas reacciones adversas graves - que requieren el ingreso del usuario en un servicio de urgencias o su hospitalización causadas por la ingesta, a veces de dosis únicas de MDMA o análogas. Las más frecuentes han sido las siguientes: • Hipertermias severas acompañadas de coagulopatía, rabdomiólisis y, a veces, insuficiencia renal aguda. • Ictus, a causa de hemorragias o trombosis cerebrales. • Hiponatremias producidas por una secreción inadecuada de ADH. • Insuficiencias hepáticas de diverso grado. En España se han registrado al menos cuatro muertes atribuidas a este consumo, sin olvidar la relación entre el consumo de éxtasis y los accidentes de tráfico, sobre todo aquéllos que se producen durante los fines de semana. Parece que uno de los potenciales peligros del consumo de MDMA y análogos es el riesgo de alteraciones psiquiátricas en algunos individuos. Se ha relacionado este consumo con tres tipos de dolencias: crisis de ansiedad, trastornos depresivos y alteraciones psicóticas. a) Drogas naturales En los últimos años, han comenzado a aparecer, primero en Estados Unidos y luego en Europa, unas sustancias denominadas “drogas naturales”, así conocidas por no ser productos químicos sino elaborarse a partir de materias vegetales. Pertenece al grupo de los estimulantes, al llevar en su composición cafeína y efedrina y sus efectos consiguen una elevación del tono vital, pudiendo compararse con la ingesta de varias tazas de café. En España, la sustancia más conocida (dentro de un nivel todavía muy minoritario) es el llamado “Herbal Ecstacy” (éxtasis vegetal, en su acepción española). Se trata de un compuesto orgánico formado en su totalidad por extractos o alcaloides de origen vegetal, con forma de pastilla circular de color azulón, con una “e” grabada en una cara y una mariposa en el reverso. Se comercializa en cajas de 10 ó 12 pastillas al precio de unas 3.000 pesetas el envase aproximadamente. A largo plazo y debido a su contenido de efedrina, se teme que pueda ocasionar pérdida de memoria, psicosis y daños irreversibles en el Sistema Nervioso Central. Taquicardia y aumento de la presión sanguínea son algunos de sus efectos más comunes. Se pueden producir además serias contraindicaciones si existen complicaciones del tipo de tensión alta, enfermedades cardiacas, renales y diabetes. El simple hecho de estar bajo tratamiento farmacológico es un factor de riesgo, en relación con la efedrina que contiene, que puede desembocar en muerte por embolia. b) Special K Aunque no se poseen datos de introducción en nuestro país, el Special K está considerada como una de las drogas de síntesis más dañinas para la salud. Esta sustancia proviene de la ketamina, un anestésico que se adquiere en las farmacias. Se puede esnifar o inyectar y mezclada con cocaína puede resultar altamente peligrosa. Entre sus efectos más inmediatos figuran la alteración de la respiración y el ritmo cardíaco y la disminución del riego sanguíneo en el cerebro. De ahí que pueda causar trastornos psíquicos irreversibles, e incluso ataques cardíacos, y hasta la muerte. La nueva droga es mucho más peligrosa que la cocaína o que estimulantes de diseño como el speed y el éxtasis (MDMA). Su gran riesgo se produce mientras duran los efectos de su ingestión. Durante una o dos horas, depende de la dosis, el consumidor puede llegar a sufrir un vacío de memoria y no ser consciente de sus actos. Drogas de síntesis. Reflexiones de interés preventivo Las drogas de síntesis se están afianzando en las nuevas generaciones de jóvenes como un fenómeno sociocultural que se inviste de señas de identidad peculiares. La expansión del consumo de pastillas de éxtasis y otras sustancias afines se produce en un marco social de rechazo al consumo de heroína. Todo lo relacionado con esta modalidad de consumo sobreviene, por tanto, en un momento de crisis de otras drogas por lo que, por extrapolación, tiende a señalizar- 125 TABLA VII. Grado de rechazo de ciertas conductas de consumo (proporción de estudiantes que rechaza cada conducta). España, 1994-1998. Consumir alguna vez 1994 1996 1998 Tabacoa Alcoholb Tranquilizantes Cánnabis Éxtasis Cocaína Heroína 40,0 62,3 69,5 77,6 80,1 38,3 55,6 68,4 72,8 76,0 38,4 51,9 67,2 69,6 73,5 Consumir habitualmente 1994 1996 1998 31,5 33,5 73,4 79,7 84,8 87,5 88,2 30,5 35,7 68,8 74,1 82,8 84,4 85,4 43.8 35,3 67,3 70,5 80,6 81,6 82,9 aFumar un paquete diario. bTomar 1 ó 2 cañas/copas cada día. Fuente: Observatorio Español sobre Drogas. Encuesta población escolar 1998. 126 se en función de rasgos contrapuestos. Su consumo se propaga más como una cultura que como un vicio. Rehuye lo individual constituyéndose en un acto fundamental y esencialmente colectivo y grupal, una práctica pública y rutinaria. Su uso posee significado de elemento facilitador de la sociabilidad, la relación enmarcada en el propósito de la diversión y el ocio. El ambiente subcultural y de ocio donde se instalan se caracteriza por aportar innovación tanto a la conducta de las personas que las frecuentan como al modo de divertirse. Locales multitudinarios, con apariencia industrial, donde sólo se baila un determinado tipo de música, envuelto en recursos visuales específicos, etc... El consumo se produce entre el grupo de amigos, resaltando el componente de confianza y afinidad que ello conlleva. Enraiza así el sentimiento de pertenencia al ámbito de relación más próximo. Su mayor incremento se da en los períodos temporales destinados al ocio, fines de semana, períodos festivos y estación veraniega. Las nuevas drogas de síntesis se están afian- zando en las rutas nocturnas de una nueva generación de jóvenes que busca evadirse, transportar su mente lejos e investigar nuevas sensaciones de escape. Estos patrones de comportamiento se difunden y ponen de moda rápidamente entre un sector de población que busca su propia identidad y en perfecta consonancia con su necesidad de autoafirmación frente al resto de la sociedad. Su impulso de rechazo a las órdenes colectivas y adultas es su forma de afirmarse y rebelarse, no ven posibilidades de transformar nada, ni en el orden político, ni el económico. Los marginados de hace unos años eran marginados por obra de la sociedad; ahora, en la imaginación, la sociedad es la marginada. DROGADICCIÓN. OPINIÓN DE LOS ESCOLARES (Encuesta escolar 1998) Apartado que es preciso conocer dentro de nuestra función preventiva. Riesgo percibido asociado al consumo de drogas En general los estudiantes piensan que consumir drogas de comercio legal (alcohol, tabaco y tranquilizantes) causa menos problemas que consumir drogas ilícitas. El consumo de heroína, cocaína y éxtasis (por este orden), tanto de forma ocasional como habitual, son las conductas consideradas como de mayor riesgo por los escolares, asociándolo más a la frecuencia de consumo que al tipo de droga. Se constata particularmente la existencia de un bajo riesgo percibido asociado al consumo de algunas sustancias como el Cannabis o el alcohol, existiendo a su vez una asociación inversa entre riesgo percibido y los consumos de las diferentes drogas, de modo que las sustancias a cuyo consumo se les atribuye un mayor riesgo son las menos consumidas. La evolución temporal del riesgo percibido apunta a que desde 1994 se ha reducido éste para todas las sustancias, excepto para el consumo ocasional de éxtasis y el consumo de tabaco. Esta evolución es congruente con la que han seguido los consumos de las diferentes sustancias, de forma que a medida que disminuye la percepción del riesgo crece su uso. Aprobación/rechazo del consumo de drogas Al igual que ocurría con el riesgo asociado, son el consumo habitual de heroína y cocaína (seguidos del de éxtasis y Cannabis) los comportamientos que provocan mayores niveles de rechazo (Tabla VII). Del mismo modo, los niveles de rechazo difieren significativamente según que el consumo sea habitual o esporádico, primando en el rechazo más la frecuencia del consumo que el tipo de drogas. El tabaco ha visto crecer significativamente el rechazo, manteniendo el alcohol un nivel estable. Dato importante a destacar es el porcentaje mayor de escolares que rechaza absolutamente el comportamiento de consumo habitual que parece estar condicionado por las acciones informativas y sensibilizadoras desplegadas para controlar el uso de drogas. De igual modo, aquellas conductas que están más generalizadas entre los escolares (consumos experimentales y esporádicos) son las menos rechazadas. Disponibilidad percibida de las sustancias La disponibilidad percibida durante el período 1996-1998 varía en función de las distintas sustancias. Si bien ha aumentado el porcentaje de escolares que piensan que les resultaría muy fácil o relativamente fácil conseguir la mayoría de las drogas ilícitas (Cannabis, éxtasis, cocaína y heroína), se observan descensos en la disponibilidad percibida de las anfetaminas, los alucinógenos y tranquilizantes. Por su parte, la disponibilidad del alcohol se mantiene estable. Información recibida sobre el consumo de drogas y sus efectos y problemas asociados Una amplia mayoría de escolares se considera correctamente informado acerca de los consumos de las distintas drogas, sus efectos y los problemas asociados a los mismos. Las principales vías de información acerca de las drogas señaladas por los escolares son los medios de comunicación (55,6% de los casos), padres y hermanos (52%), amigos (40,8%) y profesores (37,9%). Las vías principales por las cuales reciben información los escolares no siempre son consideradas por éstos como las más adecuadas. Las mejores vías informativas y las más objetivas serían, según sus declaraciones, las charlas y cursos sobre el tema (47,2%) y la información procedente de personas que han tenido contacto con las drogas (46,3%). El ámbito educativo es el idóneo para articular programas y actividades preventivas con implicación de los alumnos. los nuevos consumidores. d) Puesta en marcha, con carácter experimental, de programas preventivos amplios en zonas marginales, propiciando la detección precoz de menores experimentadores y generando alternativas positivas para la ocupación del tiempo libre. e) Formación de padres, profesores y “mediadores sociales” (entidades ciudadanas, servicios sanitarios y sociales ...) sobre la importancia de su rol en la prevención. f) Generación de debates entre responsables institucionales y técnicos para ampliar conocimientos y diseñar alternativas. Comunidades Autónomas y ONGs llevan a cabo campañas informativas y redes asistenciales, adaptándose dispositivos y programas a las exigencias de los nuevos tiempos. Desde el Plan Nacional sobre Drogas se están impulsando las siguientes líneas de prevención: a) Asignación de la máxima prioridad hacia estas nuevas sustancias en los sistemas de información y en los estudios promovidos por la Delegación del Gobierno. b) Potenciación de campañas informativas que aporten información veraz sobre el tema y publiciten los recursos disponibles para su prevención y tratamiento. c) Generalización de los programas escolares. Aunque, si bien los programas preventivos en el medio escolar no hacen aconsejable el abordaje de sustancias específicas, sí puede contemplarse la temática de los nuevos patrones de consumo y Ámbito educativo El ámbito educativo se considera como uno de los más idóneos para articular programas y actividades preventivas, tanto por ser el espacio donde confluyen diversos agentes educativos y los propios alumnos, como por sus funciones naturales en la facilitación del aprendizaje y la maduración personal. Desde la aprobación de la Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LO 1/1990) la prevención de drogas en el ámbito escolar se encuadra dentro de un enfoque más amplio de Educación para la Salud, asignatura que está considerada como materia transversal, es decir, desarrollada a lo largo de todo el curriculum escolar. Como ya se ha indicado, la implantación de programas de prevención en los centros educativos implica la formación de los profesores y tutores del centro que se encargan de la aplicación de los mismos en el au- ESTRATEGIAS PREVENTIVAS Y TERAPEUTICAS 127 la, al igual que incluye entre sus objetivos la formación de padres y madres, contando con el importante papel al efecto de las Asociaciones de Padres. Desde la aprobación de la LOGSE la sensibilización de los centros educativos hacia el desarrollo de este tipo de programas ha sido creciente. Actualmente, según datos del MEC, un 75% de los centros de enseñanza primaria y un 50% de los de secundaria realizan algún tipo de actividad de prevención. Entre los programas más difundidos de los aplicados en nuestro país hay que destacar los siguientes: • Programa de Entrenamiento en Habilidades de Vida. • Programa de la Red Europea de Escuelas Promotoras de Salud (REEPS). • Programa Discover: Aprendiendo a vivir. • Programa Integral de Prevención Escolar (PIPES). El Programa de la Red Europea de Escuelas Promotoras de Salud (REEPS) es un proyecto común de la OMS, la Unión Europea, el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Sanidad y Consumo. El objetivo es crear una red de centros educativos en los que se promueva la Educación para la Salud desde una perspectiva comunitaria. El programa dispone de una serie de materiales para apoyar la labor del profesorado; además, todos los centros pertenecientes a la red están conectados a traves de una intranet. 128 Las escuelas como promotoras de salud. Futuros retos El primer reto está centrado en el principio de involucración activa del alumno al constatarse, tanto en adultos como en jó- venes, actuaciones aparentemente contrarias a los conocimientos que poseen. Es preciso implicar a los alumnos para que la enseñanza les deje huella en sus acciones y comportamientos. Esto significa que los profesores deben ser capaces de enfrentar situaciones complejas en las que los estudiantes se encuentran involucrados como hacedores de decisiones independientes. Al mismo tiempo los profesores no pueden renunciar en su responsabilidad de desarrollar competencias en sus alumnos respecto al área cuestionada. El punto de partida debe implicar una reflexión sobre el objetivo global de la actividad. El desarrollo de la habilidad del estudiante de cambiar y actuar es la meta principal. Y esta meta tiene consecuencias en términos de exigencias de conocimientos. Este acercamiento desde la acción tiene considerables repercusiones sobre el “tipo de conocimientos” sobre el que se enfocarán la planificación, implementación y la evaluación de las fases. Cuatro dimensiones establece Jensen, en las que las diferentes perspectivas de conocimiento dentro de un tópico dado de salud deben ser vistas y analizadas: ¿Qué clase de problema es? Conocimiento sobre los efectos La primera dimensión trata del conocimiento sobre la existencia y magnitud del problema de salud. Estos son los efectos relacionados con la salud de las condiciones del ambiente, estilos de vida, relaciones sociales, etc. Este tipo de conocimientos puede tratar de las consecuencias de un comportamiento dado, o de la lluvia ácida, o de la pobre calidad del aire en la ciudad o en los lugares de trabajo. O podría ser acerca de cómo la violencia entre iguales en la escuela (bullying) afecta a la salud y bienestar de los estudiantes. En el área del consumo de sustancias, incluye conocimientos sobre sus efectos a nuestros cuerpos y mentes, cómo afecta el comportamiento en áreas como la conducción, el sexo u otros acontecimientos sociales. Conocimiento que nos capacitará para explicar afirmaciones como “si hacemos esto, eso podría suceder” o “si estas son las condiciones o circunstancias, entonces incrementará el riesgo de aquello”. Conocimientos importantes, al estimular el interés y despertar la atención; de hecho se puede afirmar que crea un punto de inicio de la voluntad de actuar. La segunda dimensión: ¿por qué tenemos los problemas que tenemos? Conocimientos sobre las causas Porqué y bajo que condiciones nos enfermamos, que factores amenazan o benefician nuestra calidad de vida, etc. Por causa se entiende los factores sociales asociados que subyacen en nuestro comportamiento: ¿Porqué el fumar es más común entre ciertos grupos sociales? ¿Que aspectos de nuestras condiciones de vida tienen mayor efecto sobre si el alcohol lleva al abuso? ¿Que condiciones en el colegio contribuyen a que el bullying tenga lugar? ¿Quiénes son los violentos en el colegio y cual es la causa? Esta dimensión trata de identificar y discutir los factores causales. La publicidad, presión social de los pares, las expectativas, la soledad, y la baja autoestima pueden mencionarse como ejemplos de tales factores. Muchas explicaciones referentes a las desigualdades de salud en Europa se encuentran dentro de esta dimensión, relacionadas principalmente con las áreas sociológicas, culturales y económicas. ¿Cómo podemos cambiar las cosas? Conocimiento sobre las estrategias del cambio Esta tercera dimensión trata de impulsar “una responsabilidad social compartida en el desarrollo de normas” con un comportamiento aceptado entre los alumnos de una clase. Trabajar con adultos (ej. los padres) sobre la organización de acontecimientos sociales extraescolares, etc. Esta área es central y decisiva para una Educación para la Salud orientada hacia la acción, dentro de una “escuela democrática promotora de salud”, incluyendo conocimientos sobre cómo estructurar la cooperación, cómo se organizan las estrategias, cómo las relaciones de poder se estudian y analizan, etc. Incluyen campos de conocimientos que se relacionan especialmente con las áreas psicológicas y sociológicas, siendo importantísimo considerar los que conciernen al alcance del problema (no sólo las causas), cuando se desarrollen las estrategias para el cambio. Las diferentes dimensiones del conocimiento deben verse interconectadas, o interelacionadas con los condicionantes de salud sobre los que trabajan los estudiantes. ¿A dónde queremos llegar? Los conocimientos sobre las alternativas y visiones Esta cuarta y ultima dimensión trata de la necesidad de desarrollar nuestras propias visiones. Un importante prerrequisito para que la voluntad y la capacidad actúen y cambien es evidenciar que tenemos auténticas posibilidades (incluyendo el apoyo necesario) en desarrollar y formar nuestros propios sueños e ideas para el futuro, en relación con nuestra propia vida, trabajo, familia y sociedad. Como ejemplo, se nos expone cómo esta dimensión podría incluir conocimientos sobre las condiciones en un colegio vecino o cómo se enfrentan los asuntos entre otras culturas, tanto cercanas como lejanas, puesto que el conocimiento sobre estas condiciones puede ser una buena fuente de inspiración para desarrollar nuestras propias visiones. Quizás un colegio de la vecindad ha tenido éxito en la organización de fiestas para los alumnos mayores sin o con muy restringido consumo de alcohol. Los alumnos de este colegio podrían ser invitados a presentar sus ideas y experiencias. O algunos padres de alumnos de otras clases pueden tener ideas desarrolladas sobre como discutir y ver los asuntos relacionados con el consumo de sustancias (alcohol, tabaco, droga) en estrecha relación con sus hijos. Estos padres podrían ser invitados a presentar sus ideas en una reunión implicando a todos los alumnos y padres en una clase. Si nos enmarcamos en este nuevo contexto, la información tradicional de la salud se colocaría en el eje de la primera di- mensión, relacionada con el conocimiento sobre los efectos. Conocimientos que por sí no necesariamente promueven acciones. De hecho tales conocimientos pueden crear un sentido de preocupación, que si no es seguido de las correspondientes estrategias para cambiar, incluso pueden contribuir a una parálisis de acción, deshaciendo una posible involucración preexistente. Todos los aspectos del conocimiento de salud deben ser, por tanto, minuciosamente pensados a través de las perspectiva de acción y cambio, poniendo énfasis en el principio de incluir a los estudiantes como socios activos durante el proceso pedagógico. Métodos y técnicas que tienen que ser desarrollados para su uso en la enseñanza en los colegios. Una escuela democrática promotora de salud requiere un “nuevo panorama” de conocimientos y experiencias, más extensivo y más coherente, que contribuya al desarrollo de un comportamiento saludable constituyendo un desafío para profesores, investigadores, pedagogos que debe construirse sobre unos cimientos profesionales cualificados, comprensión interdisciplinaria e implicación familiar/social, dentro de nuestro contexto cultural. Sin duda, ante el mundo de la drogadicción se precisa de una actitud más decidida y activa por legisladores, gobernantes, autoridades sanitarias, instituciones, profesionales y la propia sociedad, aunque se trate de una lucha desigual por la enorme presión económica de grupos interesados y la, por desgracia, aún escasa colaboración de muchos profesionales. 129 BIBLIOGRAFÍA Los asteriscos reflejan el interés del artículo a juicio del autor. 1.*** Calvo Fernández R, Calvo Rosales J, López Cabañas A. ¿ Es el tabaquismo una epidemia pediátrica?. An Esp Pediatr 2000; 52: 103-105. Editorial que centra la problemática actual del tabaquismo infantil en nuestro país. Su incremento discreto pero constante. Perfil del niño/adolescente fumador. Papel como droga inicio. Publicidad. Medidas preventivas y papel del pediatra son motivo de reflexión, de la mano del Prof. Calvo, profesional gran conocedor y profundamente comprometido con este preocupante tema. 2.*** Castells P, Salgado G. Salir de noche y dormir de día. Claves para convivir con nuestros hijos adolescentes. Guía para padres y educadores. Planeta; 2001. A todos los profesionales que traten con adolescentes, sus familias y educadores aconsejamos la lectura de este libro, sin duda importante guía practica y de reflexión. Nuevo trabajo del Prof. Castells en su importante línea de publicaciones de divulgación médica. 3.*** Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Encuesta sobre Drogas a la población Escolar; 1998. http://www.mir.es/pnd/ Encuesta que se enmarca dentro del Programa de Encuestas Nacionales que viene desarrollando la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas y que, entre otras acciones, contempla la realización de una encuesta bianual entre los estudiantes de Enseñanza Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional con edades comprendidas entre los 14 y los 18 años. Su continuidad bianual desde 1994 le confiere especial valor. Cuenta en su desarrollo con la colaboración de los responsables de los Planes Autonómicos sobre Drogas, del Ministerio de Educación y Cultura y de los Departamentos de Educación de las Comunidades Autónomas con competencias en materia de educación. Encuestas que nos permite conocer evolución y situación actual, constituyendo por tanto la base principal de nuestra trabajo. 130 4.*** Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Informe sobre la Droga de Síntesis, 1998. http://www.mir.es/pnd/ Define, analiza su evolución histórica, datos de consumo respecto a las prin- cipales drogas de síntesis y sustancias análogas existentes. Característica del fenómeno, significado social y cultural, control de la oferta y estrategia preventiva/terapéutica son abordadas. 5. Dolz Lago M.J. Noticia de la Nueva Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor. Revista Surgam 2000;4: 42-47. 6.*** Gómez de Terreros I, Coy Ferrer E. Niños marginados. Delincuencia y drogadicción. En: García Caballero C. Pediatría Social. Díaz de Santos; 1999; p. 377-395. Capitulo dentro del primer tratado español de Pediatría Social en el que se expone bases conceptuales en relación a la delincuencia, reflexiones causales y líneas programáticas de actuación. En cuanto a la drogadicción bases conceptuales, tipología y clasificaciones de interés practico, etapas del proceso, factores de riesgo, signos de alarmas que conduzcan al diagnostico precoz. Terapia y su problemática. 7.*** Gómez de Terreros I, Arenas F, Castillo A, Nuñez de la Torre N, Rodríguez JM. Droga y adolescencia. En: Callabed J, Moraga F, Sasot J, editores. El niño y el adolescente. Laertes;1996. p.183-196. Capitulo desarrollado conjuntamente con el equipo del Comisionado de la Droga de la Junta de Andalucía. Destacamos del trabajo lo relacionado con las etapas del proceso de drogadicción, factores favorecedores de consumo y muy especialmente sus reflexiones en cuanto a prevención. 8.*** Gómez de Terreros I. Pobreza, delincuencia, drogadicción y criminalidad en la infancia y adolescencia. En: García Caballero C, González Meneses A, editores. Tratado de Pediatría Social. Díaz de Santos; 2000. p. 661- 677. Pobreza y marginación e impacto sobre la salud en el contexto bio-psico-social son analizados. Familia y delincuencia. Significado de la delincuencia y programas de intervención, son abordados. En esta 2ª edición se actualiza el apartado de drogadicción, resaltando los conocimientos que debe contar el pediatra tanto en lo que respecta a su detección precoz, como de las opciones terapéuticas existentes. 9.*** Hernandez –Mezquita MA, Barrueco M, Jiménez CA, Vega MT, Garrido E. Opinión de los directores escolares sobre la influencia de factores del medio escolar en la actitud de niños y jóvenes ante el tabaco. An Esp Pediatr 2000; 52:132-137. La influencia de los factores escolares sobre la conducta frente al tabaco de niños y adolescentes, está fuera de toda duda. Ante problemas que exigen abordaje interdisciplinario e intersectorial, es imprescindible conocer la opinión de otros sectores, en el presente caso de los directores escolares. Reflexiones a considerar en nuestra responsabilidad y ámbito de trabajo. 10.***Lorenzo P, Ladero JM, Leza JC, Lizasoain I. Drogodependencias. Farmacología, Patología, Psicología, Legislación. Panamericana; 1998. Libro de obligada consulta a los profesionales que deseen profundizar en el tema. Su enfoque es muy novedoso incluyendo sustancias que normalmente no se tratan en otros libros o aspectos tan actuales como el de las drogas de diseño. Su abordaje es multidisciplinar enfocandose tanto desde la Medicina en sus aspectos farmacológico, clínico, psiquiátrico y medico legal, como desde la perspectiva de la Psicología, Historial y Legislación. 11.***Maggs JL, Hurrelmann K. Do Substance Use Deliquency have Differential Associations With Adolescents´ Peer Relations?. International Journal of Behavioral Development 1998;22(2): 367-388. Confirma la relación entre los “pares” y el consumo de sustancias (alcohol y tabaco). En cuanto a la delincuencia, solo en pocos casos se veía relacionado. Patrón que no difería según genero o tipo de colegio. 12.***Palacio Sánchez Izquierdo JR. El principio del superior interés del menor. Revista Surgam 2000; 4: 24-26. En este artículo se consagra los Derechos del Niño, especialmente en lo que afecta a la reeducación e inserción del menor . 13.***Settertobulte W, Jensen BB, Hurrelmann K. Driking among young Europeans. World Health Organization: Regional Office for Europe; 2001. Amplia y muy reciente publicación de la Oficina Regional para Europa en el que se trata profundamente el tema del alcohol y jóvenes en el contexto europeo. En sus 43 paginas se analiza su prevalencia de consumo en el adolescente, causas de consumo y factores asociados, así como ejemplos de programas relacionados con el alcohol y promoción de la salud en la Escuela y finalmente los retos de futuro. 14. World Health Organization (WHO). Ministerial conference on Young People and Alcohol. 2001. Etockholm. http://www.youngalcohol.who.dk/ Como consecuencia de la Conferencia Caso clínico Se trata de un menor de 15 años de edad encartado en un expediente de reforma por Fiscalía de Menores en virtud de atestado policial como presunto autor de un delito de daños en cabina telefónica, (rotura de cristales y aparato de teléfono arrancado). Daños que ascienden a una cuantía superior a 50.000 Pts. A instancia del Ministerio Fiscal, el equipo técnico adscrito al mismo (Trabajador Social, Psicólogo y Educador) estudian al menor y se entrevista con la madre quien acude como acompañante, elaborándose el siguiente informe psicosocialeducativo: • Area Socio Familiar: Disciplina inapropiada, carencia de atención y control por parte de progenitores, disfunción en dinámica familiar, conflicto de pareja, contactos con servicios sociales infructuosos, múltiples cambios de domicilio, grupo de iguales de riesgo. • Area psicológica: Trastornos psicológicos, inestabilidad emocional, asuncion de consumo de sustancias Ministerial Europea de la OMS sobre Jóvenes y Alcohol que tuvo lugar en Estocolmo el 21 de Febrero del 2001, surge la denominada “Declaración de Estocolmo sobre Jóvenes y Alcohol “. Im- portante Declaración que abordamos en nuestro trabajo, en la que se marca las principales guías y metas preventivas en cuanto a la promoción y protección de la salud. toxicas, situando inicio de coqueteo con hachís a los 11 años de edad, intentos auliticos. • Area Educativa: Fracaso escolar temprano, absentismo, ausencia de motivación ante cualquier actividad formativa y laboral. solución (sentencia) se pone en conocimiento de la Delegación de Asuntos Sociales. Se solicita al Equipo de Medio Abierto, propuesta de proyecto de ejecución a fin de concretar medidas y acordar fecha de inicio. Cumplimentado el tramite, el menor deberá atender a un proyecto educativo formativo en un taller de la zona, todos los días y en horario determinado. Se le informa así mismo, de la cita a cumplimentar con Salud Mental de la zona y contacto con la entidad que iniciará su programa de deshabituación. Pueden darse dos posibilidades evolutivas: A) Que los informes periódicos que la entidad publica remita al juzgado sean favorable en cuanto a la respuesta del menor en ejecución de medida. B) Que el menor, que a pesar de su conformidad con la resolución, no atiende al proyecto educativo y de atención terapéutica diseñado, con ausencia así mismo de colaboración familiar. El Juez de Menores en esta segunda posibilidad, tendrá que aplicar otra medida acorde a sus circunstancias. Valoración psicosocial educativa: múltiples factores de riesgo, que demanda urgente intervención en evitación de escalada de conductas disociales. El seguimiento debe ser adecuadamente coordinado en cuanto a las diferentes medidas terapéuticas a establecer. Proposición de medida: Libertad Vigilada con asistencia terapéutica, debiéndose proseguir en atención secundaria, ante la temporalidad de la medida Judicial Cumplimentados los tramites legales pertinente, se celebrada Audiencia (juicio), el menor reconoce los hechos de que se le acusa y muestra su conformidad con la medida que solicita el Ministerio Publico consistente en Libertad Vigilada por periodo de 4 meses con asistencia terapéutica. Dictada Re- 131 ALGORITMO 1: ETAPAS DEL PROCESO DE DROGADICCIÓN PROCESO DE DROGADICCIÓN 1ª . EXPERIMENTACIÓN 2º . PERIODO INTERMEDIO 3ª . DEPENDENCIA Controla la droga Busca cambio de ánimo Aparecen primeras alteraciones: - Funcionamiento psicosocial - Rendimiento escolar Pérdida control de uso Indispensable contra “estado de tensión” Desarrolla tolerancia Uso de varias drogas 4ª. DESTRUCCIÓN O SÍNDROME CEREBRAL TÓXICO ALGORITMO 2: DROGA Y EDUCACIÓN/ PROMOCIÓN PARA LA SALUD EN LA ESCUELA 12 a 20 años Curiosidad Reuniones Sociales Efecto sobre estado de ánimo Adolescentes mayores o adultos jóvenes Busca evitar sensaciones negativas Incapaz de comportamiento social productivo Puede etapa reversible Conocimiento de los efectos Conocimiento acerca de visiones y alternativas SALUD Y CONSUMO DE SUSTANCIAS Conocimientos sobre estrategias para el cambio 132 Conocimiento de las causas