Jane Goodall viajó a los 23 años a Kenia, África, para trabajar con
Transcripción
Jane Goodall viajó a los 23 años a Kenia, África, para trabajar con
[ Entrevista con Jane Goodall ] Jane Goodall viajó a los 23 años a Kenia, África, para trabajar con el antropólogo Louis Leakey. Tres años después viajó a Gombe, Tanzania, para estudiar los chimpancés en su hábitat natural. Los resultados de su investigación han sido el mayor aporte para la conservación y protección de esta especie. Jane Goodall es doctora en Etología por la Universidad de Cambridge y doctora honoris causa por más de 45 universidades de todo el mundo. Le han otorgado más de cien premios internacionales y fue nombrada “mensajera de la paz” por las Naciones Unidas. A sus 82 años viaja por el mundo, ofrece charlas y conferencias, recauda fondos para su fundación y promueve programas educativos para la protección de los animales y el medio ambiente. Usted fue la precursora del estudio de los chimpancés. Gracias a sus muchos años de investigación, hoy se sabe que el comportamiento de los chimpancés no es muy distinto del de los seres humanos, y que ellos, al igual que nosotros, tienen personalidad, tienen pensamientos racionales y comparten emociones de alegría y tristeza, entre otras cosas. Además, gracias a su labor se inició una nueva historia para la conservación y protección de esta especie. ¿Siente que a pesar de tantos años de estudio aún quedan por dilucidar muchas incógnitas sobre la vida y el comportamiento de los chimpancés? Ciertamente, hay menos interrogantes que los que había cuando comencé, pero todavía quedan muchas incógnitas. Incluso, aún existe un grupo de investigación muy activo en el Gombe Stream National Park, de Tanzania. Dado que cada chimpancé es diferente, cada cual tiene su propia personalidad y reacciona de modo distinto ante las mismas situaciones. Hay muchas pequeñas cosas por descubrir y nuevas preguntas van surgiendo con el tiempo. 92 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 19, 2015 Hipotesis19.indd 92 28/01/16 15:59 Usted inició su carrera como científica en una época en que el mundo de la ciencia era un campo reservado solo a los hombres. ¿Qué retos le ocasionó esta situación y qué podía sentir en ese tiempo una mujer dedicada a la ciencia? Para ser honesta, nunca pensé en el hecho de que por ser mujer fuera una especie de intrusa en ese campo. Tuve una madre maravillosa, y mientras crecí jamás escuché en mi casa que por ser mujer no fuera capaz de hacer algo. Quizá la gente lo decía, pero mi familia, que era muy unida, pensaba distinto. Sin embargo, cuando anuncié que quería ir a África para vivir con los animales y escribir libros sobre ellos, una mujer que recién llegaba a mi colegio dijo que esa era una idea absolutamente ridícula, que no había forma de que yo pudiera hacer eso. Pero su opinión no me desencantó, porque eso era lo que yo realmente quería, y no hubo nada que me hiciera pensar que sería más difícil realizar ese propósito por el hecho de ser mujer. Y en efecto, ¡resultó ser mejor!, porque las mujeres tenemos un tono de voz diferente, y esto lo noté en los primeros días, cuando los chimpancés todavía estaban nerviosos. De hecho, la voz de un hombre los hubiera hecho sentir más molestos. En cambio, la voz de mujer es más suave, les incomoda menos. Y hasta se ha dicho que una mujer puede ser mejor observadora. Usted invirtió cincuenta o más años de su vida en estudiar los chimpancés. ¿Qué les puede decir a los científicos jóvenes que están gestando una idea, o que están en la etapa inicial de sus investigaciones? A cualquier joven que está iniciando su vida como científico y que está tomando decisiones le diría que debe elegir aquello que realmente lo apasione, algo que verdaderamente quiera hacer. Si uno no siente mucho interés por una materia, es mejor que no se dedique a ella, porque nunca hará algo de valor en ese campo. Yo animo a los jóvenes a estudiar los animales porque ese campo de estudio es una puerta abierta a muchos nuevos conocimientos. Es un campo inagotable. Ahora, por ejemplo, se están investigando temas que, cuando yo empecé, ni siquiera se intuían. Pero no tienen por qué ser de animales: si a alguien le interesa la física o la química o cualquier otra disciplina, y si va a dedicar una gran parte de su vida a ese estudio, lo importante es que se asegure de que realmente le gusta. ¿Cuál es su posición frente al uso de animales en la investigación biomédica y científica? Estoy convencida de que no se deben usar animales para realizar experimentos que solo redundarán en el bienestar y beneficio de Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias 93 Hipotesis19.indd 93 28/01/16 15:59 los seres humanos. Recientemente, muchos han comenzado a entender que los animales, como nosotros, tienen sentimientos, personalidad, y tienen derecho a decidir sobre su vida. Sin embargo, sé que no se puede acabar de repente la experimentación con animales, porque aún hay muchas personas involucradas y hay muchas líneas de investigación que dependen de ello; pero cada vez se demuestra más que existen alternativas diferentes al uso de animales, y que los resultados de esas investigaciones son incluso más reales, porque los animales que se usan, como por ejemplo las ratas, no son muy parecidos a los seres humanos, lo cual significa que los resultados no son muy apropiados. ¿Está de acuerdo con mantener los zoológicos con propósitos educativos? Depende del tipo de zoológico: hay buenos zoológicos, zoológicos mediocres y zoológicos extremadamente malos. Los malos se deben cerrar; los zoológicos mediocres se deben mejorar; pero un buen zoológico se debe conservar. Un buen zoológico es aquel que provee a los animales de un amplio espacio, que organiza un buen grupo social, y donde hay variedad para ellos y se desafía a los animales a superarse. Creo que en esas circunstancias sus “huéspedes” incluso pueden servir como “embajadores” de los animales, más si se acondiciona el espacio para que se parezca lo más posible a su hábitat natural. Mucha gente dice que se puede aprender de los animales en videos, pero si se toma a un niño y se lo sienta a ver dos documentales —un día uno sobre elefantes y al siguiente día, uno de esos sorprendentes videos, fantásticos y realistas sobre dinosaurios—, para ese niño no habrá mucha diferencia. Cuando los animales están en un buen zoológico, si tienen la suerte de vivir allí relajados y en un buen grupo social, si se los ve “felices”, cualquier observador podrá apreciarlos como seres, percibirá su olor, podrá cruzar su mirada con la de esos animales y sentirá algo muy diferente de lo que percibirá si solo los ve en un video. Las películas son fabulosas para la educación, pero para construir una relación es mucho mejor ver el animal en su realidad. He conocido a muchas personas que dicen que cuando miraron a los ojos a un animal salvaje realmente entendieron cuán importantes son. 94 Hipótesis, Apuntes científicos uniandinos, núm. 19, 2015 Hipotesis19.indd 94 28/01/16 15:59 Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo; sin embargo, aún no comprendemos claramente el valor de esta circunstancia. Se calcula que al día en nuestro país se trafica de forma ilegal un promedio de 113 especies silvestres, y que la deforestación de los bosques puede alcanzar las 260.000 hectáreas al año. ¿Existe alguna estrategia efectiva que pueda crear conciencia entre los ciudadanos del daño que estamos causando a los animales y al medio ambiente? Ciertamente, nuestro programa Roots and Shoots está enseñando a niños y jóvenes, desde la edad preescolar hasta la universitaria, sobre el daño que hacemos al medio ambiente, y no solo en Colombia, sino en el mundo entero. Creo que el hecho de que Colombia tenga una maravillosa e invaluable biodiversidad es algo de lo que se deben enorgullecer los colombianos. Ese daño siempre está relacionado con intereses económicos, pero ahora, con el cambio climático, todos estamos aprendiendo una lección, incluso quienes más daño hacen con el único propósito de obtener beneficios económicos. Y ese cambio cada vez va a llamar más nuestra atención, porque sus consecuencias son cada vez más desastrosas. La única solución a ese problema es que nos unamos todos para salvar lo que queda. La biodiversidad de Colombia debe ser muy importante para la gente del país. Todo niño colombiano debe estar orgulloso de ella, y debería tener la oportunidad de conocerla y disfrutarla. • “Estoy convencida de que solo cuando podamos vivir con nuestra mente y corazón en armonía podremos alcanzar nuestro potencial como seres humanos” Universidad de los Andes, Facultad de Ciencias 95 Hipotesis19.indd 95 28/01/16 15:59