Cynthia Salas - IES Fray Luis de León

IES Fray Luis de León
C/ General Borrero,39 – 16660 Las Pedroñeras (Cuenca)
967160100 - [email protected]
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SEGUNDO PREMIO - MODALIDAD 1 (CURSOS: 1º Y 2º DE E.S.O.)
CYNTHIA SALAS HERGUETA (1ºC)
RELATO: “El don de Bridgit”
EL DON DE BRIDGIT
Es viernes a última hora, todos estamos escribiendo lo más rápido
posible para poder acabar a tiempo, solo quedan dos minutos para que el
profesor nos recoja los exámenes.
De repente, suena la campana y el sonido de los bolígrafos dejándose
caer sobre los pupitres invade la clase; mientras los demás recogen no puedo
evitar pensar en la teoría de mis amigos sobre mis sueños.
Ellos dicen que es un “don”. Cuando tenía 9 años empezó, todo lo que
soñaba a lo largo del tiempo, sucedía. Mis sueños no suelen ser gran cosa…
de momento todo lo que he soñado han sido cosas buenas.
Cuando mis amigos han terminado de recoger, salimos (como siempre
los últimos de clase) y antes de preguntarnos mutuamente cómo nos ha ido en
el examen como solemos hacer normalmente, Murphy, mi mejor amigo,
empieza a saltar y a bailar de felicidad por haber acabado por fin todos los
exámenes. Así es Murphy, un loco entrañable. El profesor, se gira y le mira de
arriba abajo y unos segundos más tarde vuelve a proseguir su camino.
Nos dirigimos hacia las taquillas para coger los libros. Cuando
terminamos, vamos a nuestro punto de encuentro, que es la taquilla de
Mariam, otra de mis mejores amigas. Como Mariam suele ser la más lenta en
el tema de organizarse, cuando ella ha terminado ya estamos todos
esperándola.
De camino a casa, Murphy y yo empezamos a hablar sobre el trabajo en
grupo que nos mandaron para este fin de semana. Cuando terminamos de
acordarlo todo sobre ese asunto, Murphy empieza a quejarse de algún
profesor, lo que ya es una costumbre. Yo como siempre, me pongo a soltar
sonoras carcajadas debidas a sus absurdas quejas. La verdad, no sé qué
haría sin Murphy, él es uno de mis mayores apoyos y sin duda mi mejor arma
contra el aburrimiento.
Cuando llego a casa, saludo a mis padres y voy a ver qué está haciendo
mi hermano pequeño. Después de jugar un rato con él, me dirijo a mi
habitación para poder comenzar a leer el libro que tanto he tenido que
posponer a causa de los exámenes. Me tumbo sobre mi cama y comienzo a
leer.
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“Está todo oscuro, puedo oír los ruidos de los coches pasando a
distancia, se distingue el olor a humedad como si hubiese llovido hace poco. La
oscuridad ha desaparecido. Miro hacia bajo, veo que el suelo está mojado, al
cabo de unos segundos reconozco el lugar en el que estoy. Es el patio de mi
anterior colegio, estoy justo enfrente de las escaleras que dan al gimnasio.
Cuando miro a la puerta roja y un poco oxidada del gimnasio, veo aparecer a
mis amigos. Vamos vestidos como el sombrerero loco de Alicia en el país de
las maravillas como si estuviéramos en carnaval. Uno de mis amigos empieza
a deslizarse por la barandilla de las escaleras para saludarme, alguien ha
puesto la música a todo volumen y otros están tirando papelitos y soplando
con todas sus fuerzas unos matasuegras que de repente han aparecido en uno
de los enormes sombreros. Más tarde me percato de que Murphy no está aquí,
lo cual es muy raro ya que él nunca se pierde ninguna quedada. Cuando
pregunto que dónde está, la música, los matasuegras y cualquier otra cosa que
provocaba un mínimo ruido desaparece, se hace un completo silencio, todos
me miran con cara rara, incluso en algunos rostros puedo observar pena.
Después de unos segundos sin saber el porqué de esa reacción, Mariam da
unos pasos frente a mí, me toca el hombro y llego a pensar que es una
muestra de consuelo, me mira fijamente a los ojos, y comienza a decirme que
aunque es duro, tengo que superarlo que no puedo estar siempre así, que
debo aceptar que Murphy falleció hace 3 años”
De repente, me despierto, con las mejillas húmedas por las lágrimas que
brotan de mis ojos, sobresaltada, con la respiración a mil por hora y el libro
sobre la mano derecha.
Bridgit, Bridgit, me digo a mí misma intentando calmarme. Respiro una y
otra vez pero el pánico sigue en mí, intento tranquilizarme diciéndome a mí
misma que esto, solo ha sido un sueño, pero por esa misma razón estoy así,
porque ha sido un sueño…