Torres de Enfriamiento
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Torres de Enfriamiento
SISTEMA DE OPTIMIZACIÓN DE TORRES DE ENFRIAMIENTO DE AGUA Como parte la misión de nuestra empresa, el Grupo de Control Avanzado de Real Time Service S.A. pone a disposición de la industria su Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento de Agua, un sistema que permite alcanzar ahorros en el consumo energético y reducir el impacto ambiental de su equipo de disipación de calor. Torres de Enfriamiento: las fuentes de frío de su proceso Las máquinas y los procesos industriales generan enormes cantidades de calor que deben ser continuamente disipadas si se Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento quiere que esas máquinas y procesos operen de forma eficiente. Las torres de enfriamiento permiten el control del proceso de enfriamiento mediante la evaporación controlada, reduciendo así la cantidad de agua consumida. Esto se logra cuando a la gota que se pone en contacto con el aire, se le evapora la película exterior, requiriendo para este proceso de absorber calor, el cual se toma de la propia gota, enfriándola consecuentemente. Es decir, el enfriamiento se realiza tanto por calor sensible (diferencia de temperatura entre el aire y el agua) como por calor latente (cambio de estado físico del agua a vapor). El objeto que se persigue en la torre es que la gota este el mayor tiempo posible en contacto con el aire, lo cuál se logra con la altura de la misma y además interponiendo obstáculos (el relleno), que la van deteniendo y al mismo tiempo la van fragmentando facilitando más el proceso evaporativo. Al igual que en los intercambiadores naturales, las variaciones meteorológicas afectan la performance de la torre. Las variables meteorológicas cuyo impacto es más importante en el funcionamiento de la torre son la temperatura y la humedad relativa del aire; en menor medida, la presión atmosférica y la velocidad y dirección de los vientos pueden ocasionar efectos notables. La temperatura ambiente y la humedad relativa presentan cambios cíclicos con frecuencia diaria (por el ciclo Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento día–noche) y de frecuencia estacional (variaciones verano-invierno, o estación seca – estación húmeda). El efecto de estas dos variables se condensa en la temperatura de bulbo húmedo, que es la temperatura de equilibrio dinámico que se alcanza en la superficie del agua cuando el flujo del calor transferido a la superficie por convección se iguala con el flujo de masa transferida fuera de la superficie. Pero no sólo la performance de la torre puede verse comprometida por las variaciones climáticas. La torre forma parte de un circuito de intercambio energético con la planta. Por efecto de cambios en niveles o tipos de producción, de habilitaciones de servicios que requieran agua de enfriamiento, y eventualmente por las variaciones climáticas, la temperatura del agua caliente que proviene del proceso puede variar. En el proceso pueden haber pérdidas o filtraciones, con lo que la composición química del agua puede variar, e incluso fomentar el crecimiento de algas u otros organismos. Estas variaciones en la calidad del agua pueden disminuir notablemente la transferencia de calor en la torre e incluso facilitar la degradación de sus componentes por oxidación, corrosión o incrustación de elementos extraños en el ducto de enfriamiento. En general, la mayor parte de la información disponible para las torres de enfriamiento es de selección, no de diseño y el cliente no puede nunca determinar previamente si una torre está bien o mal diseñada. La estandarización comercial hace que las torres sean diseñadas en condiciones de máxima exigencia, esto es, para un día húmedo de verano. Estas condiciones son raramente alcanzadas, por lo que la torre funcionará en general fuera de especificación. La mayoría de las torres de enfriamiento son diseñadas para operar con una temperatura de bulbo húmedo la cual es excedida solamente entre 2 a 5% de las horas en los meses de verano. O sea que durante el 95 a 98% del tiempo restante del año la torre trabaja en condiciones mas favorables. Si a esto se le agrega que en mayor o menor grado todas las torres siempre enfrían, entendemos el porque la dificultad para evaluar éstos equipos. Esto tiene además como consecuencia que la demanda de enfriamiento de los sectores de producción no pueda ser contrastada con el costo que insume producir el agua fría, ni que se pueda determinar un método heurístico para minimizar el consumo de energía en el proceso de enfriamiento. Por lo tanto, el profesional a cargo de este sistema deberá saber manipular la operación de la torre para un óptimo resultado, respondiendo a los cambios de la temperatura de bulbo húmedo. Las variables que se usan para empezar a especificar una torre de enfriamiento correctamente son el flujo de agua, flujo de aire, temperatura del agua caliente, temperatura de agua fría, temperatura de bulbo húmedo, rango, y aproximación, aunque también es importante conocer las características climáticas del lugar y la composición del agua de enfriamiento. La solución óptima para su planta Cada planta tiene sus propias particularidades en cuanto a nivel de instrumentación y automatización y control. Dependiendo de estas particularidades, del grado de automatización e inteligencia que se desee dotar al sistema, y de los beneficios económicos que se aspire se pueden optar entre los diferentes sistemas propuestos. El objetivo principal de control se basa en cumplir con la demanda de frío de la planta. Esta demanda en general se expresa por el producto de la temperatura y el caudal del agua fría, aunque en muchos casos se da sólo en función de la temperatura del agua fría. Para satisfacer ese objetivo, existen varias soluciones de implementación en los diferentes niveles relativos al sistema de control, instrumentación y elementos finales de control. Sistema de control En primera instancia, las plantas que no posean automatización alguna se ven altamente beneficiadas por la inclusión de Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento un control automático, sea o no optimizado. La capacidad del sistema de control automático de monitorear las variables a controlar tiene como resultado una operación más eficiente que la simple operación manual. En este esquema, la sola medición de temperatura del agua fría y su comparación por un valor de setpoint predeterminado, determina si se necesita más o menos caudal de aire. El modo de control puede ser más o menos eficiente, dependiendo de los elementos finales que se posea para regular el caudal del aire, y consecuentemente será el ahorro energético. La estrategia de control podría implementarse en varios niveles, desde un software asesor para el operador, pasando por un control por PC con capacidad de comunicación OPC o similar con el DCS, hasta un PLC que comande el funcionamiento de la torre, con comunicación al DCS. En general, se tendrán que controlar varios motores, por lo que la elección de cuáles y cuántos motores deben estar encedidos o apagados, o a una determinada velocidad, no es trivial, si se desea producir un ahorro de energía real. Es por eso que la implementación de un algoritmo de control inteligente que evalúe cuál es la selección y velocidad de ventiladores óptima puede brindar al sistema de control de torres de enfriamiento una capacidad mejorada. La medición de los disturbios más importantes otorga al sistema de control una capacidad más avanzada para responder a desviaciones en la temperatura de agua fría. Con una identificación de los efectos que tiene la temperatura del agua caliente, el caudal de agua, la temperatura de bulbo húmedo y el caudal de aire en la temperatura del agua fría que produce la torre, es posible obtener un control más rápido y confiable. Aquí es lícito aplicar tanto tecnologías de control más clásicas (como controles cascada, feedforwad, atraso/adelanto) como técnicas de control multivariable más avanzadas (RGA, IMC, Control Robusto Predictivo). Finalmente, dada la diversidad de salidas finales de control (motores de ventiladores, bombas, etc.) y de mediciones, las soluciones posibles para satisfacer la demanda de frío pueden ser múltiples. Puede ser viable entonces el planteo de la optimización en línea de todo el sistema, para que el sistema de control sea capaz de responder de la mejor manera para lograr un ahorro de energía neto. Como se puede observar, la arquitectura utilizada es muy flexible, pudiéndose adaptarse a las características requeridas a cada planta en particular. Instrumentación La cantidad de información que esté disponible acerca de las variables que están involucradas en el proceso está íntimamente relacionada con el grado de efectividad del control. Aquí, el grado de efectividad incluye los factores de eficacia, eficiencia, seguridad, disponibilidad y calidad. De acuerdo al compromiso de mejora, la instrumentación necesaria para encarar una optimización en torres de enfriamiento puede consistir desde solamente una medición de la temperatura del agua fría y un mecanismo de actuación en los ventiladores, hasta la medición completa de todas las variables de interés Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento (temperaturas de agua caliente, fría, temperaturas de bulbo seco del aire dentro de la torre, temperaturas de bulbo húmedo o humedades relativas, presión atmosférica, medición de caudales de agua de entrada y salida, reportes de marcha de los ventiladores y bombas, consumos eléctricos de los mismos, entre otras.). Obviamente, el costo de inversión debe quedar justificado por la mejora que se espera obtener. En general puede aprovecharse la instrumentación existente en las torres, lo cual disminuye en gran medida el costo inicial. De cualquier manera, un sistema que intente optimizar el manejo de torres de enfriamiento debería contar al menos con los siguientes elementos: · · · · · · Medición de temperatura ambiente Medición de la temperatura del agua caliente Medición de la temperatura del agua fría Medición de temperatura de bulbo húmedo del aire que ingresa a la torre Medición de caudal de agua fría Actuación sobre los ventiladores Elementos finales de control En la optimización de torres de enfriamiento, los objetivos que se presentan son los siguientes: · Minimización del consumo de energía en los ventiladores · Minimización del consumo de agua de refrigeración · Minimización del consumo de energía en las bombas del circuito de agua Para acometer cada problema de optimización, es necesario evaluar las diferentes acciones que pueden ejercer los distintos elementos finales de control. Las acciones de control posibles pueden clasificarse en dos tipos: a) Acciones que regulan el flujo de Agua El caudal de agua que circula por la torre en general viene fijado por especificaciones de diseño. El caudal real necesario para satisfacer la demanda de frío puede ser menor que el de diseño, por lo que aquí surge una oportunidad de ahorro energético. A mayor caudal de agua a enfriar, es necesario proveer un mayor flujo de aire, con el consecuente gasto extra de energía. Por ello, siempre que se lo permita, es posible disminuir el caudal de agua que circula por la torre, ocasionando un ahorro energético. Por otra parte, si el caudal total debe mantenerse, parte del agua caliente puede saltear a la torre de enfriamiento, en una configuración by-pass, para reunirse en el depósito de agua fría. El agua que no pasa por la torre no está sujeta a evaporación, y en general al estar en menor contacto con el aire tiende poseer un menor grado de contaminación; existe entonces un ahorro energético adicional, puesto que necesita menos agua de reposición y el caudal de agua que necesita tratamiento es menor. Cabe aclarar que es necesario un algoritmo de optimización para determinar el punto óptimo en que existe ahorro real en este tipo de control, ya que existen diversas mezclas de agua fría y caliente que satisfacen la demanda de frío, pero no todas ellas producirán el ahorro máximo. b) Acciones que regulan el flujo de Aire El caudal de aire de la torre es el que se presta a una manipulación directa, y para las torres de enfriamiento pueden utilizarse diferentes alternativas de control del mismo. En general, la torre consta de una o varias celdas con una determinada cantidad de ventiladores accionados por motores eléctricos. Es el consumo de energía en estos motores lo que ocasiona el gasto de energía, y esto no debe perderse de vista. Las diferentes alternativas de control de estos motores se muestran a continuación: Motores de una velocidad: El control del caudal de aire en estos casos es manual, siendo el operador quien enciende o apaga los ventiladores según los requerimientos de planta; muchas automatizaciones de torres de enfriamiento aplican el mismo método. Si bien este método es simple y el más popular, existe un derroche de energía intrínseco, puesto que el consumo de energía no es proporcional a la compensación de la Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento demanda, sino que es fijo (cuando un ventilador está encendido, consume su máxima potencia), y puede enfriarse por demás. Dampers: El control del caudal de aire puede implementarse utilizando dampers automáticos. En este caso, existe un ahorro de energía puesto que el flujo de aire es menor, aunque existe un gasto de energía por el aumento en la perdida de carga del sistema. Cerca del cierre total del damper, el ventilador se atasca, y el consumo en el motor crece aún más, por lo que debe tenerse cuidado. No obstante, el ahorro instantáneo puede llegar hasta un 40%, comparado con el caso de mantener el ventilador encendido sin ningun control sobre el caudal de aire. IGV: Los IGV (Inlet Guide Vanes) son accesorios que se montan a la entrada de aire de los ventiladores. Son en esencia un conjunto de paletas radiales regulables. La pérdida de carga del sistema es mucho menor que en el caso de los dampers, puesto que las paletas ayudan a guiar el aire en el sentido de giro que luego impulsará el ventilador. La relación potencia consumida / caudal de aire es mucho mejor que en el caso de los dampers, y su costo es similar. Motores multi-velocidad: En general, los ventiladores se comportan como cargas de torque variable, por lo que la potencia consumida depende del cubo de la velocidad del ventilador. Siendo esta velocidad proporcional al caudal del aire, es evidente que la mejor manera de controlar el consumo es controlar dicha velocidad. Por ello, varias torres de enfriamiento contienen ventiladores de dos o más velocidades, como una manera más eficiente de controlar el consumo. Los motores más comunes utilizados son de doble velocidad con 4/8 polos o 4/6 polos. Tales motores son capaces de una operación a máxima o media velocidad (4/8), o a máxima velocidad y dos tercios de la misma (4/6). Es un control muy efectivo para torres con más de tres celdas, llegando a un ahorro instantáneo máximo posible de un 70%, con respecto al caso de mantener el ventilador encendido sin ningún tipo de control de caudal de aire. No obstante, se necesita una mayor inteligencia en el sistema de control a fin de evaluar cuales son las mejores oportunidades de ahorro manteniendo a la vez satisfecha la demanda de frío de planta. Motores de velocidad variable: El modo más eficiente de ahorrar energía es variar directamente la velocidad del ventilador. La velocidad del motor puede ser ajustada automáticamente utilizando una fuente de alimentación de frecuencia variable, la cual convierte potencia de 50 hz (o 60 hz) a potencia en una frecuencia de 0 a 100 Hz que determina la velocidad de sincronismo de un motor de inducción. Otras ventajas del uso de estas fuentes radican en que permiten un arranque suave, eliminando los picos de potencia consumida en el arranque del motor. Obtenga beneficios directos... Hoy más que nunca, el éxito económico de cualquier empresa requiere el uso eficiente de la energía consumida en los procesos de que se trate. La conservación de energía, consecuentemente, enfrenta un fuerte y oportuno incentivo para escudriñar el criterio de diseño y características de construcción y operación comúnmente usados en estos procesos. El ahorro de energía no debe circunscribirse a su faz económica: si bien es cierto que un ahorro de energía siempre trae un beneficio monetario, la concepción de la energía como recurso escaso, que debe conservarse para disminuir el impacto en el medio ambiente, comienza a ser cada vez más popular. Así lo reflejan diversas normas y legislaciones en todo el mundo. Desde el pico de la crisis energética de 1970, todas las industrias que utilizaban energía eléctrica debieron encarar un estudio de ahorro de energía. El campo de las torres de enfriamiento no fue la excepción. El esfuerzo se enfocó en el diseño de los equipos, y el planteo del problema fue que la torre pudiera enfriar el agua a una temperatura requerida de agua fría, considerando una carga de calor constante y condiciones máximas de la temperatura de bulbo húmedo local. Estos diseños dieron como resultado torres de gran tamaño, gran consumo de potencia, y costo aún mayor. Para la reducción de los costos del equipo, generalmente la torre es especificada con una temperatura de bulbo húmedo menor que la máxima local. Con esto se asume el riesgo de que en un Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento determinado porcentaje (en general menor al 2%) de días del año, la torre no pueda cumplir con la temperatura de agua fría requerida, pero los costos de inversión y de operación son mucho menores. Se genera además una oportunidad de ahorro de energía: como la mayor parte del tiempo las condiciones atmosféricas son más favorables que en las condiciones de diseño, es posible que se alcance a satisfacer la demanda de frío de la planta con un menor consumo energético en ventiladores y bombas de agua. Sin embargo, no cualquier automatización que se encare puede redundar en un beneficio real. En el caso particular de las torres de enfriamiento, la temperatura de bulbo húmedo del aire es quizá la variable más importante del proceso, puesto que es la temperatura teórica y real mínima que puede alcanzar el agua enfriada. Aún así, son pocos los sistemas automáticos que monitorean esta variable, o la hacen participar en la decisión de control. El caso más extremo, si la temperatura de bulbo húmedo es mayor que la temperatura de agua fría deseada, no importa cuantos ventiladores se enciendan: no será posible cumplir con la demanda de frío del sistema, y la adición de ventiladores encendidos solo ocasionará un derroche de energía, puesto que la temperatura del agua no descenderá una sola décima. En estos sistemas se cuenta con más de un ventilador, con lo que la decisión de control que redunde en un mejor aprovechamiento de la energía no es trivial. Puede Ahorro de Energía Aumento en Calidad Solución a su medida Reducción del impacto ambiental del desecho de agua industrial en las cuencas naturales. Eliminación de los problemas típicos de la modulación de torres de enfriamiento. Reducción del impacto ambiental del exceso de agua consumida por evaporación. Reducción de carga de mantenimiento en equipos. compararse esto a la sintonía de un lazo de control clásico: en general, pueden haber varios conjuntos de constantes de sintonía que permitan un control estable, pero no por eso todas poseen el mismo grado de velocidad de respuesta, tolerancia a cambios de carga, o incluso el mismo consumo de energía. En mayor o menor grado, todas las torres siempre enfrían, estén automatizadas o no, por lo que se entiende la dificultad para evaluar éstos equipos. Esto tiene además como consecuencia que la demanda de enfriamiento de los sectores de producción no pueda ser contrastada en forma directa con el costo que insume producir el agua Reducción del trabajo de supervisión por aumento en la confiabilidad fría, ni que se pueda determinar un método heurístico para minimizar el consumo de energía en el proceso de enfriamiento. Con un sistema de torres de enfriamiento optimizado, el ahorro energético se basa no solamente en la automatización básica (encender o apagar los ventiladores dependiendo de la temperatura del agua), sino en un control efectivo que tome en cuenta todas las variables involucradas en el proceso, todas las incertidumbres del sistema, y un algoritmo de optimización con la inteligencia para determinar la mejor acción de control que redunde en el mayor ahorro de energía posible y que cumpla siempre con la demanda de frío de la planta. ... junto con ventajas adicionales! Nuestro Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento, además de alcanzar un mejor aprovechamiento energético y el consecuente ahorro económico, le proporcionará a su planta una serie de ventajas adicionales. Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento Reducción del impacto ambiental del desecho de agua industrial en las cuencas naturales. Las máquinas y los procesos industriales generan enormes cantidades de calor que deben ser continuamente disipadas si se quiere que esas máquinas y procesos operen de forma eficiente. Los intercambiadores finales son generalmente las corrientes de agua naturales, como por ejemplo los ríos, arroyos, lagos o mares, puesto que el proceso natural de evaporación los hace muy efectivos y de bajo costo. Estos intercambiadores naturales actúan sin ningún tipo de control humano con respecto a los disturbios más importantes que pueden sufrir: las variaciones atmosféricas. Por otro lado, el impacto ecológico que ejerce el desecho de agua de proceso a altas temperaturas en una cuenca natural puede llegar a ser devastador para la fauna y flora local, ya que puede aumentar en varios grados centígrados la temperatura del agua de la corriente natural. Además, utilizar directamente el agua natural como refrigerante puede producir un daño en el ecosistema hídrico por la utilización desmesurada de un recurso natural que se perfila como el más importante a futuro: el agua dulce. La inclusión de un sistema de torres de enfriamiento permite la reutilización del agua en los intercambiadores de calor, y por ello la cantidad de agua de desecho disminuye. Además, el agua de refrigeración que se desecha en las cuencas naturales puede ser de una temperatura mucho menor, y por ende menos dañina al ecosistema de la cuenca. Un sistema de torres de enfriamiento optimizado permite un control que tenga en cuenta el impacto ambiental del sistema de enfriamiento, regulando de manera inteligente y segura para el ambiente la cantidad de agua utilizada en el proceso, e intercambiada con el ecosistema. Reducción del impacto ambiental del exceso de agua consumida por evaporación. Las torres de enfriamiento permiten el control del proceso de enfriamiento mediante la evaporación. Esto se logra cuando a la gota que se pone en contacto con el aire, se le evapora la película exterior, requiriendo para este proceso de absorber calor, el cual se toma de la propia gota, enfriándola consecuentemente. Es decir, el enfriamiento se realiza tanto por Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento calor sensible (diferencia de temperatura entre el aire y el agua) como por calor latente (cambio de estado físico del agua a vapor). El objeto que se persigue en la torre es que la gota este el mayor tiempo posible en contacto con el aire, lo cuál se logra con la altura de la misma y además interponiendo obstáculos (el relleno), que la van deteniendo y al mismo tiempo la van fragmentando facilitando más el proceso evaporativo. En los nuevos sistemas los obstáculos en lugar de romper la gota, hacen que se forme una película muy delgada en donde se lleva a cabo el mismo proceso. Es importante notar que como el proceso es evaporativo, siempre existe una pérdida de agua de enfriamiento. En otras palabras, del agua caliente que ingresa a la torre, un porcentaje se convierte en agua enfriada y el restante en vapor de agua que se mezcla con el aire que sale de la torre. Este porcentaje que se transforma en vapor es el que representa una pérdida en el agua de enfriamiento, la cual debe reponerse a fin de mantener el caudal de refrigeración. Este agua generalmente se considera como “agua consumida” por el proceso de enfriamiento cuya cantidad debe ser reducida, puesto que proviene de un recurso natural básico para la vida, como se explicitara anteriormente. Por otro lado, el aire excesivamente húmedo que sale de la torre puede transformarse en un medio ideal para la proliferación y transporte de microorganismos patógenos que pueden afectar la calidad de vida vegetal, animal y humana. Si bien en el diseño y selección de la torre se tiene en cuenta limitar el porcentaje de agua que se evapora, en condiciones de operación puede ocurrir que este límite no se respete totalmente, ocasionando un exceso de evaporación con las consecuencias mencionadas. La optimización del sistema de torres de enfriamiento tiene en cuenta el monitoreo del agua que se evapora en el proceso, y puede regular su cantidad a niveles seguros. La cantidad de agua evaporada también puede tomar parte en la decisión final de control, haciendo que el sistema de refrigeración de la planta evolucione hacia una filosofía “amiga del ambiente”. Eliminación de los problemas típicos de la modulación de torres de enfriamiento. El proceso de enfriamiento evaporativo que se produce en la torres de enfriamiento depende principalmente del área de contacto entre el agua y el aire que circulan en el interior de la torre. Uno de los problemas más comunes son los causados por el relleno o empaque, de la torre de enfriamiento, que si bien es el medio físico por medio del cual se logra un mejor y mayor tiempo de contacto entre las corrientes de aire y agua, puede causar excesiva perdida de carga lo cual dificultara el pasaje del agua con la consiguiente inundación de la torre. Este aumento en la caída de presión causara principalmente que el caudal de aire sea pobre o nulo, por lo tanto no se lograra el enfriamiento adecuado de la corriente de agua. En este caso, además de no lograr el enfriamiento, la potencia consumida en los ventiladores puede aumentar o incluso pueden producirse daños en el ventilador. Otro inconveniente es el bloqueo por exceso de agua, que se produce cuando por aumento excesivo de su caudal el aire disminuye marcadamente su flujo debido a un aumento de la resistencia de pasaje por el relleno como consecuencia de la disminución de la sección del pasaje. Tambien puede producirse un bloqueo por exceso de aire, se produce cuando el aumento del caudal de aire es tal que el agua no fluye en forma adecuada por el relleno, siguiendo caminos preferenciales, disminuyendo el intercambio de calor en forma apreciable. Estos problemas rara vez son diagnosticados a tiempo en un sistema convencional. En un sistema de torres de enfriamiento optimizado, estas situaciones son rápidamente identificadas, corregidas con acciones sobre los elementos finales de control, y debidamente reportadas, antes de que tengan consecuencias en la producción de la planta, con lo que se obtienen ventajas obvias desde el punto de vista de operación y mantenimiento. Reducción de carga de mantenimiento en equipos. Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento Un sistema de control no puede definirse como inteligente si no tiene en cuenta las características de los elementos físicos que lo componen. La mayor parte de las tareas de mantenimiento correctivo se producen por fallas en equipos a raíz de su utilización en puntos de operación que exceden los rangos de seguridad especificados por los fabricantes. La disculpa que brindan en generalmente los ingenieros de mantenimiento es clara y cierta: no es posible mantener en buen estado lo que no se puede ver. Para un sistema de torres de enfriamiento, los elementos que necesitan mantenimiento son ventiladores, bombas de agua, el sistema de distribución de agua, entre otros, cuya inspección puede ser compleja en condiciones de operación. No obstante, un sistema de control inteligente puede darse cuenta tanto de la degradación de sus elementos como de si se están utilizando fuera de su especificación. Por ejemplo, una reducción en el coeficiente de transferencia de calor, estimado indirectamente de las variables medidas con la torre en operación, es un claro signo de degradación del sistema, pudiendo ser provocado por corrosión o incrustaciones en las toberas y tuberías del sistema de distribución de agua, una degradación en el relleno, o bien por presencia de obstrucciones en las tomas o salidas de aire. Si bien el sistema de control no puede solucionar por si mismo estos problemas, puede indicarle al área de mantenimiento los puntos clave donde debe centrar su esfuerzo, antes de que los efectos de esta degradación comprometan la producción de la planta. Reducción del trabajo de supervisión por aumento en la confiabilidad Al igual que en los intercambiadores naturales, las variaciones meteorológicas afectan la performance de la torre. Las variables meteorológicas cuyo impacto es más importante en el funcionamiento de la torre son la temperatura y la humedad relativa del aire; en menor medida, la presión atmosférica y la velocidad y dirección de los vientos pueden ocasionar efectos notables. La temperatura ambiente y la humedad relativa presentan cambios cíclicos con frecuencia diaria (por el ciclo día–noche) y de frecuencia estacional (variaciones verano-invierno, o estación seca – estación húmeda). El efecto de estas dos variables se condensa en la temperatura de bulbo húmedo, que es la temperatura de equilibrio dinámico que se alcanza en la superficie del agua cuando el flujo del calor transferido a la superficie por convección se iguala con el flujo de masa transferida fuera de la superficie. La humedad tiende a aumentar hacia la noche y a disminuir por la mañana, mientras que la temperatura ambiente tiene un comportamiento opuesto. Sin embargo, existen diversas condiciones climáticas que pueden afectar estas tendencias (por ejemplo, presencia de precipitaciones, nubes, o meteoros especiales como frentes tropicales o polares, vientos, etc.). Pero no sólo la performance de la torre puede verse comprometida por las variaciones climáticas. La torre forma parte de un circuito de intercambio energético con la planta. Por efecto de cambios en niveles o tipos de producción, de habilitaciones de servicios que requieran agua de enfriamiento, y eventualmente por las variaciones en la temperatura del medio ambiente, la temperatura del agua caliente que proviene del proceso puede variar. En el proceso pueden haber pérdidas o filtraciones, con lo que la composición química del agua puede variar, e incluso fomentar el crecimiento de algas u otros organismos. Estas variaciones en la calidad del agua pueden disminuir notablemente la transferencia de calor en la torre e incluso facilitar la degradación de sus componentes por oxidación, corrosión o incrustación de elementos extraños en el ducto de enfriamiento. Por estas razones, es evidente que las torres de enfriamiento necesitan supervisión. En un sistema de torres de enfriamiento no automatizado, la tarea del operador es, en general, encender o apagar ventiladores de acuerdo con la demanda de frío de la planta. El único conocimiento que se supone posee el operador podría resumirse en la siguiente proposición: “si se necesita más frío, enciendo otro ventilador; si se necesita menos frío, apago un ventilador”. En general se considera a la torre como una caja negra, y no se tienen Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento en cuenta las variaciones en la temperatura de bulbo húmedo, aunque la experiencia hace que los operadores de las torres de enfriamiento conozcan el hecho de que en los días más húmedos y calurosos, las torres tienden a necesitar más ventiladores encendidos. La mayoría de los sistemas automáticos liberan al operador la toma de decisión, pero el esquema de control tiene la misma lógica, “si se necesita más frío, enciendo otro ventilador; si se necesita menos frío, apago un ventilador”. Muy raramente se tiene en cuenta el conocimiento y la experiencia de los operadores, ni la medición de la temperatura de bulbo húmedo en la toma de decisión de control. Un sistema de torres de enfriamiento optimizado puede tener en cuenta las variaciones climáticas y de demanda de proceso, resultando en un control más confiable y por ende con menor carga de supervisión. Aumento en Calidad Es evidente que si el sector que tiene a cargo el gerenciamiento de las torres de enfriamiento está comprometido con la calidad de los servicios que el sector provee, se deben implementar políticas que aseguren la uniformidad del servicio. En otras palabras, las torres de enfriamiento no sólo deben enfriar, sino hacerlo bien. En un sistema de torres de enfriamiento optimizado la calidad es una propiedad inherente, puesto que en cada decisión de control se toma en cuenta la demanda de la planta, las limitaciones propias de las torres, las condiciones atmosféricas, y en todo momento se monitorean indirectamente las variables no medidas y se descubren posibles situaciones de peligro para los equipos y para el medio ambiente. La eliminación de problemas comunes y la detección temprana de fallas evitan la discontinuidad en la provisión del servicio de agua fría; la robustez del sistema de control asegura la estabilidad de los caudales, temperaturas y composición del agua de refrigeración; el uso de técnicas de optimización permite además elegir la mejor decisión de control, involucrando tanto aspectos económicos directos (costo de la energía electrica consumida en bombas y ventiladores, costos de agua consumida, demanda de producción, entre otras) como indirectos (mantenimientos reactivos, multas por demandas energéticas o impacto ecológico, entre otras), y priorizando siempre la satisfacción de la demanda frío de planta. Contáctenos... Si está interesado en los beneficios que ofrece nuestro Sistema de Optimización de Torres de Enfriamiento, no dude en contactarse con nosotros. 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