Gastrobotánica - Oscar Caballero
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Gastrobotánica - Oscar Caballero
...DURA Gastrobotánica © Nathalie Jouan Vivir para ver os hurdanos se alimentaban de berzas, nabos, frijoles secos y patatas, pan cuando lo amasaban y no tomaban nunca carne, salvo tocino hervido en el cocido”. Así describió Gregorio Marañón (Memorias) el menú de Las Hurdes, la Tierra sin pan filmada por Buñuel, en 1933, “y cuya enfermedad crónica –diagnóstico de Marañón– era el hambre aguda”. Esto para quienes pegan la paliza con el sabor de los tomates de antaño. Y también porque al tal menú no le harían ascos las nuevas bandas urbanas de París o Nueva York. Es decir, locavores –sólo alimentos locales, sin gasto de CO2– vegetarianos y anticarnes. ¡Ay! Los devotos de verduras orgánicas olvidan que los pesticidas ignoran cercos. Y justamente: Francia tiene récord europeo en consumo de pesticidas. Así, quienes obedecen la invitación a 5 frutas y verduras diarias, sazonan con química. En ésta como en otras costumbres, la clave es 1968: entre París y Berkeley, el año insinuó lo que los 1970 convalidarían. O sea, rechazo de la sociedad de consumo, cultivos intensivos y productos standard. De hecho, el semanario francés Le Nouvel Observateur publicó hace 40 años un mensual verde. Y nacieron las cadenas de tiendas ecológicas. El fenómeno incluyó urbanitas convertidos en agricultores: modificaron en profundidad el campo, porque el saber no ocupa lugar. Así coincidirán nueva enología, neo campesinos con estudios, agricultura razonada, orgánica luego e incluso biodinámica, para un cambio en profundidad. L Verde que te quiero verde: verduras olvidadas, frutas y flores, invaden cocinas y mercados. Y encima, las plantas son más cultivadas –nunca mejor escrito– que nosotros... Texto: Óscar Caballero 66 CLUB DE GOURMETS Las huertas del cocinero Alain Passard -en la imagen-, muy cerca de París. © Virginie Klecka © Virginie Klecka © Nathalie Jouan El botanista Francis Hallé pide más: “comprender el mundo vegetal requiere una revolución del pensamiento”. Director de Aux origines des plantes –tres años de trabajo de un grupo de científicos–, lamenta que la gran galería de la evolución del Museum de París, haya olvidado el vegetal. Hay una Sociedad protectora de animales; falta la de plantas”. A quien ama la paella, propone meditación: “el ADN del comensal contiene 26.000 genes; el del arroz, 50.000”. Los biólogos pregonaban: a mayor evolución, más genes”. Lo mismo es verdad. Axel Kahn, genetista célebre, corrobora: “intente, como el arroz, pasar el invierno con los pies en agua fría, nutrido sólo de sol y gas carbónico”. Mazazo final a la autoestima: “las plantas no están genéticamente programadas para morir. Las mata una catástrofe climática, el hacha del leñador, un incendio. El hombre y el animal envejecen y mueren”. [Rabia, rabiña, sabe bien –y más– la piña]. El paraíso Passard En el 2000, el más creativo y menos mediático de los grandes chefs, Alain Passard, volcó su cocina a las verduras y luego montó tres huertas, a una hora de AVE de París. La primera, el Domaine du Gros Chesnay (cerca de Le Mans), cuatro hectáreas tratadas con abono animal, sin pesticidas, un percherón para trabajar la tierra, Sylvain Picard y seis campesinos más cultivan más de 400 variedades de verduras (15 a 18 variedades de tomates por ejemplo). Como la producción anual es de 5 toneladas y Passard en L’Arpège (3*) co- CLUB DE GOURMETS cina 18.000 kilos, el resto le ha procurado nuevo negocio. En efecto, la mayor parte se la lleva el grupo Metro, proveedor de restaurantes en productos convencionales, que mueve más de 4.000 millones/año y ahora desarrolla nuevo sector: verduras de medida. Y a Passard, le sobra para vender a particulares una cesta semanal, a 79€ los 4/6 k. Ventajas: seleccionadas por Passard, recogidas la mañana misma de la entrega y a domicilio, a través de , permiten según la estación trabajar tomates como el cornue amarillo y rojo, el raf, el rojo libanés, zanahorias negras, remolachas violetas o blancas... Claro que no cualquiera preparará, como en L’Arpè ge, remolacha cacao con vinagre de banyuls; rabanitos green meat velo de mantequilla salada con tomates verdes confitados; taglliatelle de nabo boules d’or emulsión de mostaza; composición Arlequín de calabaza blanca de Virginia, rábano rudis, nabito atlántico, zanahoria purple haze... Si no hay tomates para el confitado 11 especias con su helado de vainilla –20 años en carta–, nuevo soufflé de topinambour vainilla y chocolate... Cuando “rompió con el cadáver”, como él dice, Passard transfirió su saber del fuego a las verduras. Pronto necesitó “dominar el origen; poder contar la mínima hierba servida”. Y contrató a Picard con esta consigna: “quiero transformar verduras en un grand cru; que se hable de nuestras zanahorias como de un gran chardonnay”. ¿Y los cocineros sin huerta? “Uno de cada dos franceses, contra uno de cada tres en 2008, quiere un huerto, por sabor y 67 Gastrobotánica por economía”, según estudio de 2009 del gabinete Lightspeed Research. Y el director de Jardiland reconocía un aumento en las ventas de bulbos y semillas de más del 10% en el mismo período. Explicación: “por 120 g de judías sembrados (4,90€ de coste), 12 kilos anuales de cosecha; 72€ a precio de verdura orgánica”. Pasión por el huerto Ampa, asociación para conservar una cultura campesina, cumple 9 años. Su objetivo: conectar grupos de consumidores que suscriben una oferta fija –cesta semanal de frutas y verduras– con campesinos dispuestos a entrar en ese circuito que da financiación y seguridad, valores caros en el campo. “Además –reconoce un agricultor– nos gratifica más que producir intensivo. Y, por supuesto, que cobrar por no trabajar el campo”. Hay que cosechar lo que resta: estas páginas no dan más de sí. Van nombres y datos. Cucurbita maxima según Duchesne (1764), una calabaza, potimarron en Francia, célebre en la isla Hokkaido (Japón) fue plantada en 1957 en Flandes, por una familia japonesa. Hoy, los japoneses la importan. El príncipe Louis de Broglie, marca Le Prince Jardinier, montó un tomate en su castillo de la Bourdaisière: el Conservatoire de la Tomate cuenta 650 variedades: diez dedos de Nápoles, rojo de Irak, Erika de Australia, cuerno andino… Además de leer el libro del Príncipe (Tomates d’hier et d’aujourd’hui, tomates de ayer y de hoy), de abril a octubre puede visitar el castillo (www.labourdaisiere.com) en Montlouis-sur-Loire, también D.O. de excelentes vinos de chenin, que la uva también es fruta. Los cocineros –chefs o particulares– que no gastan verduras de Passard tienen proveedor: Joël Thiébault, hortelano a 8 km de la Tour Eiffel y verdulero a un paso, en el mercado de la avenue du Président Wilson, frente al Palais de Tokyo. En fin, Michel Bachès, con sus hectáreas de cítricos cerca de Perpignan: cédrat, limón caviar, lima, limón bergamota, yuzu, mano de Buda, pomelos a medida... Su embajador en París Chamarré Montmar tre). Y muy es el chef Antoine Heerah (C Minerva), pronto habrá Biblia, Les agrumes selon Antoine (M con 20 cítricos de Bénédicte y Michel Bachès, explicados y guisados por Heerah, contados por Michèle Carles, una de las célebres Sœurs (hermanas) Scotto. En 1982, Bachès coge el testigo de su padre. Especialidad, árboles ornamentales. Pero en los 1990, con su mujer, Bénédicte, transforma el predio en jardín de las Hespérides. Hoy tienen una colección de 800 variedades de cítricos en 6 hectáreas, dos de invernaderos. Lo interesante de los Bachès es el criterio: sabor como dato básico. Cada mañana cosechan personalmente los frutos, que llegan al día siguiente a las cocinas de la decena de chefs –Adrià, Barbot, Ducasse…– que hasta les piden pomelos de medida. O esas mandarinas mikan; los híbridos inspirados en periplos asiáticos… De lo que se come se cría: este corresponsal es ahora cítrico gastronómico. Puestos de Bénédicte y Michel Bachès (dcha.) y de Joël Thiébault (izq.); receta “Arlequín” de Alain Passard. Cocineros y consumidores franceses han revelado una auténtica pasión por frutas y verduras orgánicas 68 CLUB DE GOURMETS