INTERCESIÓN QUE ABRE LOS CIELOS
Transcripción
INTERCESIÓN QUE ABRE LOS CIELOS
TERCER TEMA LA AUTORIDAD DEL GUERRERO DE ORACIÓN (Segunda parte) Recapitulemos para poder entrar a la tercera sesión: 1. Cuando el hombre se entregó (se sometió) a la mentira de Satán, vino a estar sujeto a la autoridad de Satán. 2. El hombre perdió el derecho a gobernar lo que Dios le había dado. 3. Satán se apoderó de la autoridad y la retuvo hasta que su poder fue roto finalmente por la victoria de Cristo a través de la muerte en la cruz. 4. El diablo tuvo su oportunidad cuando tentó a Jesús al decirle que podía regir y gobernar sobre toda la tierra aparte de la cruz. Satán tenía el dominio y la autoridad para dar todos los reinos terrenales y su gloria a Jesús. La única condición que le requirió fue que se inclinara y le adorara. 5. Como hijo obediente, Jesús, en su humanidad, se sujetó totalmente a la autoridad más alta y más grande; a la Palabra de Dios y a su Espíritu. LA ORACIÓN: TRABAJANDO EN UNIÓN CON DIOS Dios honra el dominio que nos ha dado (como personas redimidas). Espera que nosotros vayamos a Él en oración para así entrar en el escenario terrenalDios respeta el dominio que nos delegó. POR ESO NO OBRA NI INTERVIENE HASTA QUE SE LO PEDIMOS. ¡Dios no obrará en nuestra tierra sin que deseemos ser compañeros de labor con Él, de manera que su voluntad pueda ser hecha a través de nosotros! PRINCIPIO: Dios nunca quebrantará su propia Palabra; nunca violará este principio de Autoridad Delegada. COMPRENDIENDO LA INTERCESIÓN La Intercesión es la oración que fluye de la relación y la comunión con nuestro Padre celestial. a. De nuestras conversaciones con Él es que descubrimos su voluntad. b. Cuando tenemos comunión con Dios, llegamos a conocer lo que desea (Su Voluntad). ¡Intercesión es pedir o invitar a Dios a hacer lo que descubrimos que Él desea hacer en la tierra! Cuando invitamos a Dios a nuestro ámbito de vida terrenal a través de oraciones basadas en el conocimiento de lo que Él desea, esto se llama “orar de acuerdo a su voluntad”. “Si pedimos algo conforme a su voluntad Él nos escucha”. (1 Juan 5:14) LA SOBERANÍA DE DIOS/ LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE Juan capítulo cinco nos enseña un maravilloso equilibrio entre “pedir lo que nosotros deseamos” y “pedir según la voluntad de Dios”. v. 27; “y también le dio autoridad de hacer juicio, por cuanto es el Hijo del Hombre”. v. 30; “No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”. En el versículo 27 Jesús dice que se la ha dado autoridad, porque Él es el hijo del hombre; sin embargo, por sí mismo no hará nada. ¿Por qué? Según el versículo 30 Él siempre se refiere y se somete a la voluntad del Padre. SIN EMBARGO, el Padre depende de Jesús como el medio a través del cual Su Voluntad sea hecha aquí en la tierra. El Padre en ningún momento pasaría por alto la obra voluntario de su Hijo. ESCOGIERON SER DEPENDIENTES EL UNO DEL OTRO. “Es la Relación Especial y Única entre el Padre y el Hijo la que se convierte en un modelo para nosotros en la oración”. Tres cosas para concluir este punto: 1. Jesús vio lo que el Padre estaba haciendo y quería que hiciera. 2. Como el Hijo del Hombre, tenía el derecho y la responsabilidad de pedir - en un sentido – invitar al Padre a hacer su Voluntad. 3. El Padre entonces tenía un derecho moral para entrar en la escena en la tierra y contestar la oración de su hijo. LA CLAVE PARA ORAR CORRECTAMENTE LA ORACIÓN, POR LO TANTO, ENVUELVE CONOCER A DIOS Y SU VOLUNTAD. Requiere que nosotros humilde pero fielmente, le pidamos que cumpla su propósito aquí en la tierra. EL MUNDO ES NUESTRO ÁMBITO O DOMINIO DE RESPONSABILIDAD Y AUTORIDAD DADO POR DIOS. Por lo tanto espera nuestras oraciones antes de actuar a favor nuestro en los asuntos terrenales. CUANDO EJERCEMOS NUESTRO DERECHO A ORAR E INTERCEDER, DIOS TIENE EL DERECHO DE ENTRAR EN ESCENA PARA DESPLEGAR SU DOMINIO. SU BENDICIONES, SU PODER Y SU PROPÓSITO. “La Oración es Traer a Dios a Escena de Una Manera Responsable. Pero Él no Vendrá sin que le Invitemos”