Resistencia Primaria de HIV-1: estado de situación en Argentina
Transcripción
Resistencia Primaria de HIV-1: estado de situación en Argentina
Petroni A. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA REVISIÓN 117 Resistencia Primaria de HIV-1: estado de situación en Argentina Recibido: 21/07/2010 Aceptado: 01/10/2010 Alejandro Petroni*. Resumen La transmisión de virus resistentes (TVR, o resistencia primaria) a individuos no expuestos a drogas antirretrovirales (naive), puede ser muy variable entre distintas regiones, y es función de múltiples factores. En general, la TVR es máxima en regiones con acceso universal al tratamiento antirretroviral (TARV) por más de 20 años, como Estados Unidos y Europa. En Sudamérica, los índices de TVR eran <5% al comienzo de la década, observándose actualmente niveles mayores, aparentemente estables, pero aún inferiores a los de Estados Unidos y Europa, y con mayor prevalencia de resistencia a inhibidores no-nucleosídicos de la transcriptasa reversa (INNTRs). En Argentina, la prevalencia de TVR está entre 3-6%, en población naive, y entre 7-8%, en infecciones recientes, pudiendo ser mayor en poblaciones más vulnerables al HIV-1, como trabajadores sexuales (13%). La gran mayoría de los perfiles mutacionales de resistencia detectados contiene sólo 1-2 mutaciones marcadoras de TVR, y las más frecuentemente detectadas son: K103N (~50% de los casos resistentes), M41L, M184V, V82A/S, M46I/L, L90M, G190A, T215Y, I54V y revertantes de T215Y/F. El impacto de la TVR en el TARV inicial parece ser cada vez más relevante, y se traduce en una reducción significativa de la respuesta virológica. Sin embargo, este efecto no se observa si la elección del TARV está guiada por monitoreo de resistencia basal. Los esquemas basados en INNTRs son más sensibles a la presencia de TVR y las variantes resistentes a INNTRs pueden mantener el impacto sobre la respuesta virológica aún a muy bajas frecuencias, no detectables por secuenciación poblacional. Palabras clave: VIH, naïve, resistencia, primaria, TVR, Argentina. Doctor en Ciencias Químicas, Universidad de Buenos Aires. Laboratorio de Retrovirus, Fundación de Ayuda al Inmunodeficiente (FUNDAI). Dirección para correspondencia Hospital de Enfermedades Infecciosas "Dr. FJ Muñiz" Pabellón de FUNDAI. Uspallata 2272, C1282AEN, CABA, Argentina. [email protected]. * ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 118 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA Introducción. Factores que determinan la resistencia primaria Se denomina resistencia primaria a aquella observada en pacientes no expuestos a drogas antirretrovirales (naive). Existen 3 mecanismos que pueden generar resistencia primaria: (i) la existencia de polimorfismos naturales en codones que afectan la sensibilidad a drogas, como la resistencia natural de HIV-2 a inhibidores no-nucleosídicos de la transcriptasa reversa (INNTRs); (ii) la generación de variantes resistentes por mutación aleatoria (Darwiniana), las cuales son de muy baja prevalencia en ausencia de presión selectiva (individuo naive), y (iii) el mecanismo más relevante, la infección con, o transmisión de un virus resistente (TVR) (1). A los fines prácticos, la resistencia primaria y la TVR se considerarán sinónimos en este artículo. Desde la primer publicación en 1993 (2), la TVR ha sido ampliamente documentada en todo el mundo (3-5). Su ocurrencia se demostró en infecciones por contacto sexual [tanto heterosexual como en casos de hombres que tienen sexo con hombres (HSH)], por el uso de drogas endovenosas y por transmisión vertical (1, 3). La TVR es una consecuencia de la emergencia de virus resistentes en pacientes bajo tratamiento antirretroviral (TARV) con falla terapéutica (resistencia secundaria), lo cual genera reservorios de resistencia en las poblaciones virales circulantes, con capacidad de transmitirse en las nuevas infecciones. De hecho, se demostró que una elevada proporción de individuos HIV positivos bajo atención médica y TARV que continuaban teniendo conductas con alto riesgo de transmisión de la infección, tenían virus resistentes al momento de la posible transmisión (5). Se considera que los primeros reservorios de resistencia se formaron inicialmente en los países desarrollados, debido al uso de mono y biterapia durante la era previa a la terapia antirretroviral de alta eficacia (HAART), seguido por la monoterapia funcional y la utilización de regímenes subóptimos de HAART, todo esto potenciado por las dificultades en adherencia y tolerancia y el acceso universal a los antirretrovirales (3). En este sentido, entonces, y en forma general, el nivel de resistencia primaria en una determinada región está relacionado con la prevalencia de resistencia secundaria en individuos de esa comunidad que tienen conductas de alto riesgo (5, 6). Más específicamente, se puede afirmar que la TVR es función de varios factores (1, 5): - La clase y frecuencia de las conductas de riesgo. ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 - El grado de exposición al TARV, que involucra, por ejemplo, el número de pacientes bajo tratamiento y el tiempo, la clase y esquemas de TARV recibidos previamente. - La prevalencia de resistencia secundaria en aquellos individuos involucrados en conductas de alto riesgo. El nivel de resistencia secundaria, a su vez, es función de las recomendaciones y estrategias de TARV utilizadas localmente, que impactan directamente en el índice de éxito virológico obtenido. Por ejemplo, en un estudio español (7) se analizaron longitudinalmente desde 1997 hasta 2003, el nivel de resistencia primaria en seroconversores y la proporción de pacientes bajo TARV con carga viral indetectable. Se encontró una correlación inversa altamente significativa que, además, reflejaba las recomendaciones terapéuticas locales de cada momento. Sin embargo, también es importante recalcar el rol que puede desempeñar la población de individuos recientemente infectados. En un estudio realizado en Ginebra se estimó que esta población podía ser responsable del 30% de las infecciones recientes (8). En estos casos, el nivel de resistencia primaria será también determinante de que infecciones recientes con virus resistentes puedan ser fuente de subsiguientes eventos de TVR. - El grado de transmisión de las variantes resistentes. Varios estudios similares realizados en distintas regiones (Estados Unidos (9), Suiza (8), España (10), Canadá (11), Italia (12)), demostraron que las mutaciones asociadas a resistencia (MARs) se transmiten con diferente eficiencia, de modo que tanto la prevalencia como los perfiles de resistencia secundaria de los potenciales transmisores (pacientes con falla terapéutica) no necesariamente se reflejan en los niveles y perfiles de resistencia primaria de individuos recientemente infectados que residen en la misma área. Esta transmisión diferencial podría estar mediada por diferencias en el fitness viral que produce cada MAR, probablemente a través de la carga viral antes que por un efecto per se (13). Por ejemplo, en varios estudios, la mutación M184V que produce una reducción importante en el fitness en ausencia de presión selectiva, tuvo el menor grado de transmisión y se asoció con los menores niveles de carga viral (8, 10-12). - La persistencia y estabilidad de las variantes resistentes transmitidas. Se ha observado que las MARs transmitidas, a diferencia de las que emergen bajo TARV (resistencia secundaria), pueden permanecer detectables en plasma por meses, o incluso años, en ausencia de la presión actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA selectiva de las drogas. Este aparente efecto paradojal se ha explicado también desde el fitness viral, asumiendo que la infección es causada por una población resistente altamente homogénea, que puebla tanto las células mononucleares de sangre periférica y otros blancos celulares, como el plasma. En este escenario, la emergencia de una población sensible (virus “salvaje”) se produce por reversión (mutación restauradora) de la MAR, en un proceso en etapas que puede ser muy lento. El paradigma de este fenómeno lo constituyen las reversiones parciales de las mutaciones T215Y/F, que reducen fuertemente el fitness y confieren resistencia a análogos timidínicos. En ausencia de estos últimos, se originan las revertantes T215C/D/E/S/I/V (T215rev), de mayor fitness y sin efecto directo sobre la sensibilidad a análogos timidínicos. Estas variantes se denominan “mutaciones centinela”, no sólo por ser marcadoras de TVR, sino por alertar sobre la posible coexistencia de T215Y/F archivadas, que pueden llevar a falla terapéutica con análogos timidínicos. Además, se ha demostrado que a partir de las T215rev se precisan menos etapas mutacionales para generar T215Y/F, con lo cual se acorta el tiempo necesario para la emergencia de resistencia clásica (ver revisiones recientes en ref. (1) y (3)). - A los factores anteriores puede sumarse la posibilidad de adquirir la infección fuera de una población dada, es decir, el grado de contacto que pueda tener una cohorte con otras poblaciones, en las cuales tanto el nivel de exposición a drogas antirretrovirales como la prevalencia de resistencia primaria y secundaria sean mayores (13). La interrelación de estos factores y su rápida variabilidad en tiempo y espacio, producen una dinámica propia de la TVR en cada población, e incluso en diferentes cohortes dentro de una dada población. El objetivo de este artículo es dar una visión integral del fenómeno de resistencia primaria y su impacto en la pandemia desde la experiencia en Argentina y su área de influencia. Sin embargo, la variabilidad local propia de la TVR, sumada a la falta de estandarización en la implementación de los estudios realizados en diferentes regiones, o aún en una misma región, hacen que los resultados sean difícilmente comparables y menos aún extrapolables. Por lo tanto, en primer lugar, se discutirán los factores que determinan la variabilidad en los estimadores de TVR. Seguidamente, se analizará la prevalencia de resistencia primaria en distintos países de Sudamérica, con especial énfasis en estudios realizados en nuestro país, y a continuación se presentarán ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 Petroni A. 119 los perfiles de resistencia observados. Finalmente, se incluye una breve reseña sobre el impacto de la TVR sobre el TARV inicial. Estimación de TVR: variabilidad entre distintos estudios Desde el punto de vista técnico, la epidemiología de la resistencia primaria es compleja debido a las limitaciones propias de los estudios y a las diferencias en la metodología, en la jerarquización de la resistencia y en las poblaciones en estudio. Los factores de mayor impacto sobre la variabilidad entre los estudios, comprenden (3, 13): - Diseño del estudio: concierne a todas las variables que puedan afectar la representatividad epidemiológica del estimador obtenido, como por ejemplo, número y clase de centros de reclutamiento, selección de pacientes (consecutiva, o no), número de casos y longitud del período de inclusión. - Localización geográfica y elección de la población objetivo: ya se discutieron los factores que determinan variaciones en la TVR a nivel de poblaciones localizadas en diferentes áreas geográficas. Los estimadores de resistencia primaria también varían considerablemente si los estudios se basan en infecciones recientes (≤ 6 meses, o ≤ 1 año, según distintas definiciones), crónicas o de duración desconocida. En la infección crónica, en ausencia de la presión selectiva del TARV, puede ocurrir la reversión de variantes resistentes a sensibles, o bien, la repoblación por estas últimas en el caso de una infección con un inóculo mixto, con lo cual la probabilidad de detectar dichas variantes resistentes disminuye con el tiempo postinfección. Por lo tanto, la prevalencia de resistencia primaria es normalmente mayor en individuos con infección aguda/reciente que en aquellos con infección crónica. La elección de cohortes con infección aguda/reciente como población objetivo provee un estimador de TVR de mayor sensibilidad y con perfiles de resistencia más representativos, si bien produce un sesgo hacia individuos con presentación clínica de la infección. Esto a su vez puede introducir una tendencia a incluir sujetos más propensos a procurar atención médica. Por su parte, la elección de cohortes con infección de duración desconocida conlleva una pérdida en los valores predictivos del estimador de TVR, tanto para infecciones agudas/recientes (subestimación), como crónicas (sobreestimación), así actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 120 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA como una distorsión de los perfiles de resistencia primaria observados. Este efecto de “infección mixta” se puede observar, por ejemplo, en el análisis de TVR en individuos con diagnóstico reciente de infección por HIV, si no se incluye algún método serológico para diferenciar infecciones recientes de las de larga data (14, 15). Además, es importante recalcar la necesidad de incluir en los estudios de resistencia primaria alguna forma específica de determinar el carácter naive de los pacientes incluidos. Generalmente, en los estudios realizados no se verifica la posibilidad de exposición no declarada a drogas antirretrovirales (16). En este sentido, es útil incorporar a los criterios de inclusión la revisión médica obligatoria de historias clínicas, para lo cual puede resultar más provechoso realizar el reclutamiento en centros de salud públicos o privados que dispongan de las mismas. Asimismo, cabe recordar la baja prevalencia de resistencia primaria esperada para mutaciones o perfiles de resistencia que afecten fuertemente el fitness, como M184V, con lo que debería ser sospechosa una frecuencia elevada en individuos naive. - Metodología de ensayo: si bien para pacientes con fracaso virológico se pueden utilizar ensayos fenotípicos o genotípicos, las guías internacionales (17-19) y nacionales (20) de TARV y resistencia recomiendan la utilización del ensayo genotípico en individuos naive. Esta metodología permite jerarquizar correctamente como “TVR” poblaciones virales fenotípicamente sensibles que contengan mutaciones centinela, posiciones ambiguas en codones asociados a resistencia (mezclas de variantes resistentes y sensibles), o MARs de muy bajo impacto en la sensibilidad (p.e., M41L en la transcriptasa reversa) (4, 19). Y a la inversa, el ensayo genotípico permite excluir de un estudio de TVR aquellos casos con mutaciones consideradas polimorfismos (21), que producen resistencia fenotípica sobre algunas drogas, como la mutación L33F en la proteasa (22). Otro factor de variabilidad en cuanto a la metodología de ensayo es la utilización reciente de métodos de alta sensibilidad. La metodología convencional (secuenciación poblacional) subestima la prevalencia de resistencia primaria, ya que no detecta variantes resistentes que constituyan menos del 20%, aproximadamente, de la población viral total en la muestra. La existencia de estas “poblaciones minoritarias” fue demostrada mediante métodos de alta sensibilidad, como el análisis de múltiples clones a partir de ADN de células mononucleares de sangre periférica, la PCR ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 alelo-específica en tiempo real, la secuenciación de genoma único y la pirosecuenciación (o Ultradeep pyrosequencing). La utilización de estas metodologías puede duplicar los índices de TVR estimados por secuenciación poblacional (23, 24). Si bien estas nuevas metodologías están aún en etapa de investigación, ya han demostrado excelente utilidad tanto en la vigilancia de TVR como en el impacto de las variantes minoritarias en la respuesta al TARV inicial (ver más adelante), disminuyendo el límite de detección de variantes minoritarias hasta un rango del 0,01% al 2% de la población viral total en la muestra (1, 23, 24). - Definición de resistencia transmitida: no existe consenso internacional sobre cuales mutaciones deben ser consideradas marcadoras de TVR. Este hecho se suma al uso reciente de drogas más potentes, con barrera genética más alta (mayor número de MARs accesorias) y a la gran cantidad de polimorfismos de las variantes circulantes de HIV-1, algunos de los cuales también constituyen MARs accesorias. Estas variables hacen que la jerarquización de resistencia sea uno de los principales factores de confusión en la estimación de TVR (4, 25). Hasta hace algunos años, la gran mayoría de los estudios utilizaban el listado de MARs definido, y actualizado periódicamente, por un panel de expertos de la International AIDS Society (IAS)-USA (26) (Tabla 1). Sin embargo, este listado no fue diseñado específicamente para el análisis de TVR, y simplemente describe las MARs observadas bajo la presión de selección de distintas drogas antirretrovirales. Otros sistemas de interpretación de perfiles de resistencia basados en algoritmos, como el de la Universidad de Stanford, Estados Unidos (27), presentan la misma limitación. Para estandarizar la definición de resistencia transmitida, en 2007 se propuso un sistema que define las mutaciones marcadoras de TVR, o SDRMs (por Surveillance Drug Resistance Mutations) (28), en base a un criterio tanto clínico-virológico como epidemiológico (1). Esta definición parece tener cada vez mayor consenso internacional y fue adoptada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), elaborando el Listado de Mutaciones para la Vigilancia de la Transmisión de Cepas Resistentes de HIV, con actualización periódica (21). En la Tabla 1, se presenta una comparación de las últimas actualizaciones de este listado y el de IAS-USA. Se puede apreciar, por ejemplo, la incorporación de T215rev y la exclusión de numerosas MARs accesorias para los inhibidores de proteasa (IPs), algunas de las cuales son polimorfismos naturales de varios subtipos y formas recombinantes circulantes (CRFs). Este actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. Petroni A. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA 121 Tabla 1. MARs y SDRMs, definidas por IAS-USA (IAS) (26) y OMS (21), respectivamente. Mutación IAS OMS Proteasa (IPs) Mutación IAS X M41L X V11I* X A62V X I13V X K65R X G16E* X D67E,G K20I,M,R,T,V * X L23I N X T69D Mutación IAS OMS T. Reversa, INNTRs L10C,I,F,R,V* * OMS T. Reversa, INTRs X X V90I X A98G X X L100I X X X K101E,P X X X H X X K103N X X L24I X X inserción X X S D30N X X K70E,R X X V106A,M X X L74I X V108I X X E138A X X V179D,T X F X X V32I X L33F,I,V X V * E34Q X V75A,M,S,T E35G* X I X X X X M36I,L,V X F77L X X Y181C,I,V X X K43T* X Y115F X X Y188C,H,L X X M46I,L X X F116Y X X G190A,S X X I47A,V X X Q151M X X E X M184I,V X X P225H X X X X M230L X X * G48M V X X L210W I50L,V X X T215C,D,E,I,S,V X F53L,Y X X F,Y X X I54A,L,M,S,T,V X X K219E,Q X X * Q58E X D60E* X I62V* X L63P* N,R X X X I64L,M,V X * H69K* X A71I,L,T,V X G73A,C,S,T* X * T74P X L76V X V77I* X V82A,F,L,S,T X * C,M X X X X I X N83D* X X I84V X X A,C X I85V X X N88D,S X X I89V X * * L90M X I93L,M * X X Abreviaturas: INTRs o INNTRs: inhibidores nucleosídicos, o No-nucleosídicos, de la transcriptasa reversa; IPs, inhibidores de la proteasa. * MARs accesorias para los IPs. ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 122 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA último concepto es fundamental en Argentina, donde un 40-60% de los virus circulantes en pacientes naive son recombinantes B/F (29-31). Así, cualquier estudio que incluya la MAR accesoria M36I en la proteasa como marcadora de TVR jerarquizará como casos de resistencia primaria a todos los individuos portadores de recombinantes B/F (sobreestimando enormemente el índice de TVR), ya que M36I es un polimorfismo natural de los mismos (29). Epidemiología de la resistencia primaria De acuerdo a los factores descriptos en el punto anterior, los índices de TVR varían ampliamente en diversas regiones del mundo. Sin embargo, una estimación general indica que la resistencia primaria es mayor en aquellas regiones donde las drogas antirretrovirales han estado disponibles con acceso universal por más de 20 años (5). Por ejemplo, en Estados Unidos, para la población naive se observó un 9-13% de TVR en el período 2003-2006 (32, 33), y 13-14% en 2007-2009, con una mayor prevalencia en la zona oeste del país (33). Para infecciones recientes (<1 año) los índices son más elevados, alcanzándose máximos de 23% y 28% en Nueva York (34) y San Francisco (35), respectivamente, durante 2007-2008. En Europa, durante 1996-2002, se observó un 9% de prevalencia general en individuos con infección crónica de 19 países, con 14% en infecciones recientes (<1 año) (36). En otro estudio, que analizó el período 2002-2003 (17 países), se observó la misma prevalencia para infección crónica, pero un 11% en infecciones recientes, mostrando cierta tendencia a la disminución de la TVR (37). En cuanto a la resistencia primaria múltiple (2 o más clases de drogas), en ambas regiones los índices en individuos naive están entre 1,4-1,7% y 0,4-0,5%, para resistencia a 2 y 3 clases de drogas, respectivamente (32, 33, 36, 37), mientras que en infecciones recientes de Nueva York se observó 3,5% y 1,1%, respectivamente (34). En Sudamérica, donde la cobertura universal de TARV se estableció más tardíamente, la prevalencia de resistencia primaria parece ser menor. En la Tabla 2, se han recopilado los estudios realizados en Argentina (incluyendo presentaciones relevantes a reuniones científicas) y los más representativos de otros países de la región, como por ejemplo, estudios de vigilancia a nivel nacional. En general, los primeros estudios realizados indican que hace aproximadamente 10 años atrás, los niveles de TVR ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 eran inferiores al 5%, como se puede apreciar en la Tabla 2 para Argentina (2,4%), Brasil (4,2%), Chile (1,7%) y Venezuela (3,2%), reflejando la baja exposición a las drogas antirretrovirales de ese momento. Posteriormente, se observan incrementos en la prevalencia de resistencia primaria, alcanzándose en la actualidad niveles similares para los distintos países, pero aún inferiores a los observados en Estados Unidos y Europa: 3-9% en Argentina, 5-8% en Brasil, 5% en Chile, 6% en Colombia, 7-11% en Venezuela (Caracas). En el caso de Perú es más difícil tener una estimación general, ya que sólo disponemos de un estudio no tan reciente, y realizado sobre una población con elevadas incidencia y prevalencia de infección por HIV-1 (HSH), que aún así, indicó un bajo índice de TVR (54). En Argentina, diferentes estudios indican un 3-6% de TVR en individuos con diagnóstico reciente, y un 7-8% para infección reciente. Este último índice podría ser un poco mayor, llegando al 10%, si sólo se considera el área metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires y alrededores (39), con elevada densidad poblacional. Algo similar se observó también en las ciudades brasileñas más populosas, como San Pablo (ver Barreto et al., Tabla 2) y Río de Janeiro (11% de TVR en 2007-2008) (58). La prevalencia de resistencia primaria también puede ser mayor en poblaciones con mayor vulnerabilidad, y con alta incidencia y prevalencia de infección por HIV-1, como se observó, por ejemplo, en trabajadores sexuales travestis o transexuales (13% de TVR) (31). Esto resalta lo dicho anteriormente sobre la comparación de prevalencia de resistencia primaria entre poblaciones con muy distinto grado de conductas de riesgo, y la necesidad de realizar un análisis muy cuidadoso para evitar obtener conclusiones erróneas (44). Más aún, los altos índices de TVR obtenidos por Rotryng et al. (11% y 16% en individuos con infección crónica y reciente, respectivamente, Tabla 2) para una cohorte de un centro de salud privado de Buenos Aires, subrayan este concepto de que algunas características propias de una cohorte pueden tener un impacto muy relevante en la TVR, apartándola del estimador general. Algo similar se observó en el estudio de Acevedo et al., realizado en Santiago de Chile, en el cual se obtuvo un 12% de TVR en individuos con infección reciente (≤ 1 año), un valor muy superior al 1,7% observado previamente por Afani et al., aún cuando estos últimos incluyeron pacientes con infección crónica (Tabla 2). Otras características, como región y período de relevamiento, metodología de ensayo, edad, sexo, conductas de riesgo y carga viral de los pacientes incluidos, fueron muy similares entre ambos estudios. Sin embargo, Acevedo et al., actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA observaron que los pacientes con variantes resistentes incluidos en su estudio tenían un nivel educativo superior, pertenecían a un estrato socioeconómico más alto, y referían haber mantenido, durante el año previo al enrolamiento, conductas de alto riesgo (sexo desprotegido y/o uso de drogas endovenosas) mientras visitaban Estados Unidos o países de Europa Occidental. Los autores sugieren que el contacto con poblaciones extranjeras, con mayor prevalencia de resistencia primaria, fue responsable del elevado índice de TVR observado (51). Si bien es muy probable la existencia de estas “islas” con mayor prevalencia de resistencia primaria en varios países, su impacto en los índices nacionales a lo largo del tiempo no parece ser muy importante. Por ejemplo, en la vigilancia de resistencia primaria que se lleva a cabo en el Laboratorio de FUNDAI (infección reciente < 9 meses), no se observaron diferencias significativas en el índice de TVR a lo largo de los 67 meses del estudio (junio 2004 a diciembre de 2009) (39). Análogamente, en otro trabajo de nuestro país tampoco se observaron diferencias significativas cuando se analizó la prevalencia de TVR en HSH con diagnóstico reciente, en dos períodos diferentes (8,7% vs 7,4%, 2003-2005 vs 2006-2008) (44). Y por último, un estudio donde se analizó la resistencia primaria en individuos con infección crónica de Río de Janeiro desde 1996 a 2009, indicó que, luego de un incremento a principios del año 2000 (como se comentó más arriba), el índice de TVR se mantuvo estable a lo largo de la década (58). Otro aspecto de la evolución de la epidemiología de la resistencia primaria que es interesante destacar, sobretodo por su importancia a nivel terapéutico, es el cambio en los niveles de resistencia a distintas clases de drogas observado en varios países sudamericanos, en los últimos 10 años (Figura 1). Los relevamientos más antiguos (1997-2001) realizados en Argentina, Brasil y Venezuela (los únicos países en los que disponemos de estudios realizados a lo largo de la década), indicaron una prevalencia de resistencia a IPs similar a la de inhibidores nucleosídicos de la transcriptasa reversa (INTRs), y muy baja, o nula, para INNTRs. En cambio, los últimos estudios de vigilancia muestran una situación inversa, con altos niveles de resistencia para INNTRs en comparación con INTRs e IPs. Este cambio en la epidemiología de la TVR, también se había observado en Europa (36) y Estados Unidos (1, 33, 59, 60) a partir de 1997, luego de que los INNTRs comenzaran a utilizarse masivamente. Sin embargo, el protagonismo de estas drogas en la TVR también podría deberse a otras causas, como la mayor facilidad de emergencia de MARs a INNTRs, dada su menor barrera genética con respecto a los ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 Petroni A. 123 IPs y a varios INTRs, o bien, al hecho de que las variantes resistentes a INNTRs puedan tener mayor fitness, y por lo tanto mayor grado de transmisión que los virus con resistencia a IPs o INTRs. Por último, en aquellos países de Sudamérica con alto grado de diversidad viral, como Argentina y Brasil (Tabla 2), varios grupos de investigación observaron que la resistencia primaria era más común en pacientes infectados con virus del subtipo B. En Argentina, en el relevamiento de FUNDAI, se encontró un 13% de TVR en individuos con virus de subtipo B, comparado con sólo un 4% entre aquellos con virus de subtipos no-B (p=0,053) (39). Rotryng et al., encontraron un 21% de resistencia para el subtipo B vs 3% para virus B/F recombinantes (p=0,021) (40); Patterson et al., 11% en subtipo B y ninguna variante resistente entre los B/F recombinantes (p=0,056) (41), y Pando et al., un 10% de resistencia en subtipo B, contra un 6% en B/F recombinantes, si bien esta última no fue significativa (31). Por último, en Brasil, Sprinz et al., observaron un 7% de TVR en subtipo B, contra un 2% para subtipos no-B (p=0,045). Este efecto se había detectado previamente en dos estudios paneuropeos (36, 37) pero en uno de ellos se observó que si sólo se consideraban los individuos incluidos en el estudio que se habían infectado en Europa, las variantes resistentes se distribuían por igual entre aquellos con subtipo B o no-B. Esto demostró que la diferencia observada no se debía a alguna característica virológica particular, sino a la mayor exposición a drogas antirretrovirales de los virus del subtipo B (37). Sin embargo, en el caso de los países sudamericanos, una hipótesis alternativa, o paralela, podría basarse en la importación de virus resistentes de subtipo B, desde los mayores reservorios de Europa y Estados Unidos, y mediante cohortes con conductas de alto riesgo de infección, como parece haber sucedido en Chile (51). Un estudio filogenético más profundo, comparando virus resistentes del subtipo B locales y extranjeros, sería de gran utilidad para aclarar esta cuestión. Perfiles mutacionales de resistencia primaria en Argentina Con el fin de tener una visión general de las mutaciones que caracterizan la resistencia primaria en Argentina, se agruparon todos los casos incluidos en los estudios más recientes detallados en la Tabla 2. Como se observa en la Figura 2, la gran mayoría de los perfiles mutacionales detectados contiene sólo 1 ó 2 actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 § 2008 – 2009 2006 – 2008 CABA CABA Prov. Bs. As. CABA CABA y 8 ciudades Rotryng et al. [40] Patterson et al. [41] Arreseigor et al. [42] Zapiola et al. [43]§ Pando et al. [31, 44] Nacional (8 Estados) San Pablo Barreto et al. (46)§ 1998 – 2002 2001 2008 – 2009 ND BS (1) CAMV (MC) HPu (1); CAMV (2) HPu (1) HPu (MC) ND HPr (1) HPu; HPr; CAMV (MC) HPu (1); CAMV (1) ND Clase de Centros (n)* 55 280 DxCRO DxREC 406 Naive 6 EMB, DX¶ 57 TSX, Dx¶ 16 135 HSH, Dx¶ UD, Dx¶ 10 47 EMB, Naive || Dx 7 83 CRO REC (ND) 31 53 CRO REC (< 12 m) 166 REC (< 9 m) 28 250 DxCRO DxREC 13 94 N° AGU Naive Grupo en estudio† ND 59% 0% 77% 70% 100% 0% 43% 73% 82% 81% 75% 62% 70% Sexo masc. ND 62% HET 20% HSH 7% BIS, 2% UDE 6% otras ND ND ND ND ND ND 56% HET 41% HSH 3% UDE 58% HSH 39% HET 3% BIS 50% HSH 41% HET 7% BIS; 2% otras 51% HET 47% HSH 2% UDE 100% sexual 63% sexual 9% UDE; 28% (??) Probable vía de transmisión‡ 11 4,2 4,2 0 3/16 8,8 7,4 2/10 6,4 2/7 3,6 16 11 8,4 7,1 2,8 2/13 2,4 Total 65-63% B 23-30% C 12-8% F1 81% B 7% F, 4% C 8% recomb. 2,9% INTRs; 1,2% IPs; 0,6% INNTRs; 0,6% a 2 clases 58% B 39% BF 3% otros 2,3% INTRs; 2,2% IPs 0,3% INNTRs 2,3% INNTRs; 1,9% a 2 clases; 1,4% IPs; 1,4% INTRs; 1,4% a 3 clases 90% BF 10% B 53% BF 34% B 13% otros 4,3% INNTRs; 2,1% IPs 1/10 INNTRs; 1/10 a 2 clases|| 51% B 41% BF 8% otros 57% B 42% BF 1% F1 8,3% INNTRs; 2,4% INTRs; 1,2% a 2 clases; 1,2% a 3 clases 3,3% IPs; 1,1% INTRs; 1,1% INNTRs 51% BF 46% B 3% otros 52% BF 45% B 3% otros ND Subtipo viral 4,8% INNTRs; 1,2% INTRs; 1,2% a 3 clases; 0,6% IPs; 0,6% a 2 clases 1,1% INNTRs; 0,7% IPs; 0,7% INTRs; 0,7% a 2 clases 1/13 IPs; 1/13 INTRs 1,2% IPs; 1,2% INTRs Por clases de drogas % de TVR Petroni A. Brindeiro et al. (45)§ BRASIL 2004 – 2009 CABA y 6 ciudades Petroni et al. [29, 39] 1999 – 2009 2003 – 2005 1999 1997, 1999, 2000 Período de inclusión CABA CABA Región Dilernia et al. [30]§ Kijak et al. [38] ARGENTINA Estudio (referencia) Tabla 2. Estudios de prevalencia de resistencia primaria en individuos adultos de Argentina y otros países de Sudamérica. 124 ÁREA BIOMÉDICA actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 2007 – 2008 Nacional (4 regiones, 6 ciudades) Inocencio et al. (49) Nacional Ríos et al. (52)§ Caracas Caracas Castillo et al. (56) Rangel et al. (57) 2004 – 2007 2008 1998 – 1999 2002 – 2003 (6 meses) ND 2000 – 2005 2004 – 2005 ND ND ND Lugares de reunión de HSH Clínicas de HIV (MC) ND HPu (1) HPu (ND) ND ND (MC) Hpu (1) Naive Naive Naive HSH, DxREC HSH, DxCRO Naive Naive REC (< 12 m) Naive Dx Dx Dx 63 62 31 33 326 103 79 25 60 210 387 97 91% 78% 86% 100% 83% 74% 100% 90% 45% 66% 68% 5,1 51% HET 49% HSH ND ND 50%HSH 30%HET 13% BIS;7% otras ND 11 6,5% 3,2% 3,0 3,4 5,8 12 60% HSH 24% HET 12% BIS; 4% UDE 55% HSH 45% HET 1,7 8,1 5,2 10 68% HSH/BIS 27% HET; 5% otras 56% HET 24% HSH 11% BIS; 9% otras 54% HET 43% HSH 3% UDE 49% HET 26% HSH; 20% (??) 5% otras 100% B 92% B 3% BF 5% recomb. 3,2% INNTRs; 1,6% INTRs;1,6% IPs ND 97% B 3% BF 100% B ND 87% B 13% BF ND ND ND 69% B 13% C 18% otros 83% B 6% F, 3% C 8% recomb. INTRs 1,1% a 2 clases; 0,8% INTRs; 0,6% IPs; 0,6 % INNTRs; 0,3% a 3 clases** 2,9% a 2 clases; 1,9% INNTRs; 1,9% IPs INTRs 4% INTRs; 4% INNTRs; 4% a 2 clases INTRs 4,3% INNTRs; 2,4% IPs; 1,9% INTRs 2,8% INNTRs; 0,8% INTRs; 0,8% a 2 clases; 0,5 % IPs; 0,3% a 3 clases 3,1% INTRs; 3,1% a 2 clases; 2,1% IPs; 2,1% INNTRs Abreviaturas: CABA: Ciudad Autónoma de Buenos Aires (área metropolitana, incluyendo suburbios); INTRs o INNTRs: inhibidores nucleosídicos, o no-nucleosídicos, de la transcriptasa reversa; IPs, inhibidores de la proteasa; ND: no detallado en el estudio. * Centros de reclutamiento: HPu o HPr: hospital público o privado; CAMV: centro de asesoramiento y monitoreo voluntario; BS: banco de sangre; MC: multicéntrico (≥ 4 centros). † Adultos (> 18 años) HIV-1+. Se indican los estudios realizados sobre poblaciones específicas: EMB: embarazadas; HSH: hombres que tienen sexo con hombres; TSX: trabajadores/as sexuales; UD: usuarios de drogas. También se indica el tiempo de infección al momento del estudio: AGU: infección aguda; REC: infección aguda/reciente (tiempo, meses); CRO: infección crónica; Dx: diagnóstico reciente de infección por HIV-1; DxREC o DxCRO: casos con diagnóstico reciente, en los cuales se aplicó algún método serológico para diferenciar infecciones recientes (< 4-6 meses), o de larga data, respectivamente; Naive: información sobre momento del diagnóstico y tiempo de infección no disponible en el estudio. La prevalencia de TVR en infecciones agudas/recientes está resaltada en fondo gris. ‡ BIS: bisexual; HET: heterosexual; UDE: uso de drogas endovenosas; (??): desconocida. § Los índices de TVR de los estudios indicados fueron recalculados en este artículo utilizando el listado de SDRMs, definido por la OMS (21), a fin de facilitar la comparación con los restantes estudios, que utilizaron dicha definición. || Una de las pacientes con infección reciente (seroconversión durante el embarazo). ¶ La utilización de un método serológico para diferenciar infecciones recientes (< 4-6 meses), indicó un 21,8% general para el estudio (no se detalla el porcentaje para cada población vulnerable estudiada), obteniéndose índices de TVR de 8,3% y 7,5%, para individuos con infección establecida y reciente, respectivamente. ** Información de perfiles de resistencia observados (MARs: IAS-USA) no disponibles en la publicación, por lo cual no se pudo recalcular el índice de TVR. ND Nacional (6 regiones) Delgado et al. (55) § VENEZUELA Lama et al. (54)** PERÚ DiazGranados et al. (53) Nacional (6 regiones) Santiago Acevedo et al. (51)§ COLOMBIA Santiago Afani et al. (50)§ 2001 – 2002 2007 Nacional (8 estados, 13 ciudades) Sprinz et al. (48)§ CHILE 1997 – 2008 Goiania Cardoso et al. (47) RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA Petroni A. 125 actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 126 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA Figura 1. Evolución en la prevalencia de resistencia primaria a distintas clases de drogas antirretrovirales en Sudamérica. Los estudios incluidos están resumidos en la Tabla 2. Para Argentina, sólo se consideraron los relevamientos con más de 50 individuos; para Brasil, los tres relevamientos nacionales. Para cada clase, se indica el porcentaje de individuos en el estudio que tuvieron por lo menos 1 SDRMs asociada a resistencia a esa clase, independientemente de la resistencia observada a las otras clases. Los porcentajes de resistencia de los estudios indicados (§) fueron recalculados como se indica en la Tabla 2. SDRMs (80%, 100% y 84% de casos con infección aguda/reciente, crónica o totales, respectivamente), en concordancia con lo descripto en otras regiones (4). Es importante destacar que todos los casos con resistencia múltiple, que claramente contienen 5 o más SDRMs (Figura 2), se detectaron en individuos con infección reciente, o bien en aquellos con diagnóstico reciente en los cuales no se dispone de información sobre el tiempo de infección, con lo cual podría tratarse de cohortes con infecciones mixtas. En relación a la prevalencia de SDRMs detectadas en los estudios de la Tabla 2, cabe señalar la gran disminución en número y frecuencia de mutaciones que se observa normalmente en los casos con infección crónica, respecto de aquellos con infección aguda/reciente (Figura 3A). En este último grupo, las SDRMs prevalentes en la tanscriptasa reversa fueron: K103N; todas las asociadas a resistencia a análogos timidínicos (6 TAMs), encabezadas por M41L, y M184V, y las prevalentes en la proteasa: I54V, V82A/S, L90M y M46I/L. Si se considera el grupo de todos los individuos incluidos en los estudios ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 (n=867), las 10 SDRMs que fueron detectadas más frecuentemente, son: K103N (3,1%), M41L (1,4%), M184V (1%), V82A/S y M46I/L (0,9%, cada una), L90M (0,8%), G190A y T215Y (0,7%, cada una), I54V y T215rev (0,6%, cada una) (Figura 3B). Estas figuras se correlacionan muy bien con las observadas en población naive de otras regiones (4). También es interesante analizar la prevalencia de SDRMs dentro del grupo de todos los individuos con resistencia primaria (n=58). Aquí, casi la mitad (47%) de los pacientes tuvieron K103N (60% de prevalencia en infección aguda/reciente, y 38% en infección crónica), mientras que la prevalencia para otras SDRMs relevantes, como M184V, V82A/S, L90M y T215Y está entre el 16% y el 10%. Esto explica en gran parte los mayores niveles de resistencia primaria a INNTRs observados en nuestro país en los últimos años. Además, representa un alerta sobre la necesidad de mantener la vigilancia estricta y el monitoreo de TVR, a fin de preservar la eficacia del TARV inicial, que habitualmente se basa en esta clase de drogas. La comparación de la prevalencia de SDRMs, estimada actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA Petroni A. 127 Figura 2. Distribución de SDRMs en variantes resistentes de Argentina. Se agruparon los casos con resistencia primaria detectados en los estudios detallados en la Tabla 2 (excepto Kijak et al.): (A) individuos con infección aguda/reciente (n=20) o crónica (n=16); (B) todos los casos resistentes detectados (n=58). Para cada grupo, se indica el porcentaje de secuencias (con respecto al total en el grupo) con un número dado de SDRMs. RM: resistencia múltiple (alta resistencia cruzada en 2 clases de drogas, o resistencia a por lo menos una droga en 3 clases distintas). mediante este análisis, con la de MARs observada en otros estudios de pacientes bajo TARV con falla terapéutica, es decir, la fuente más probable de TVR, permite ilustrar con un ejemplo local el concepto de grado de transmisión de las variantes resistentes. Por ejemplo, en dos estudios independientes de pacientes tratados de Buenos Aires, con resistencia a drogas, se observó un 33% (61) y un 45% (62) de prevalencia para K103N, es decir, valores muy similares al observado en los casos con TVR. Paralelamente, la prevalencia del grupo T215rev en pacientes tratados fue del 4% [(62) A. Petroni, datos no publicados], frente a un 9% en el grupo con resistencia primaria. Estos datos sugieren una transmisión eficiente de K103N y T215rev. Contrariamente, para M184V/I y T215Y/F se observó un 68% y un 41% de prevalencia en individuos tratados, mientras que estas mutacioISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 nes sólo se detectaron en el 16% y 10% de los casos con resistencia primaria, respectivamente. Impacto de la resistencia primaria en el TARV inicial Las variantes resistentes transmitidas pueden persistir por años como cuasiespecies dominantes, y aún más tiempo como variantes minoritarias en plasma, o archivadas como ADN proviral en células mononucleares de sangre periférica. Esto implicaría un impacto potencial perdurable sobre la respuesta al TARV de inicio que, de confirmarse en falla virológica, puede traducirse en evolución hacia mayor resistencia, o incluso resistencia múltiple. Esta hipótesis se confir- actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 128 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA Figura 3. Prevalencia de SDRMs detectadas en Argentina. Se agruparon los individuos incluidos en los estudios detallados en la Tabla 2 (excepto Kijak et al): (A) individuos con infección aguda/reciente (n=211), o crónica (n=386), y (B) todos los individuos incluidos (n=867). Para cada grupo, se indica el porcentaje de casos (con respecto al total en el grupo) con la SDRM indicada. Se muestran sólo los valores ≥ 0,9%. ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA mó en varios estudios comparativos entre individuos con y sin resistencia primaria, donde se demostró que pacientes con diversos tipos de variantes resistentes transmitidas tenían una respuesta reducida al HAART inicial, ya sea por un mayor tiempo necesario para supresión de la viremia; una menor proporción de pacientes con carga viral indetectable al cabo del seguimiento (mayor porcentaje de falla virológica), o un menor tiempo hasta un incremento en la viremia, luego de la supresión inicial. Estos trabajos incluyeron tanto estudios clínicos (63, 64), como de cohortes (nacionales) de Estados Unidos (65), Italia (66), Alemania (67), Francia (68) y Reino Unido (69). En un estudio con cohortes de seroconversores de Australia, Canadá y 10 países europeos, no se observó diferencia significativa en el tiempo bajo HAART hasta supresión de la viremia, al comparar dos grupos de pacientes con resistencia primaria, uno con menos de 3 drogas activas en el TARV y otro con 3 o más drogas activas (70). Sin embargo, en este trabajo el monitoreo de TVR se realizó retrospectivamente, por lo cual sus resultados no se utilizaron para guiar la elección del esquema HAART. Precisamente en este sentido, en Nueva York (60) y un estado de Alemania (71) se realizaron dos estudios prospectivos, con diseños basados en la atención clínica de rutina. En ambos, se demostró que no había diferencias significativas en la respuesta virológica al TARV inicial, y aún en la recuperación de la función CD4+, entre individuos sin, y con resistencia primaria, siempre que en estos últimos, el esquema HAART estuviera diseñado en base a los resultados del monitoreo de resistencia basal. Este concepto se completa más aún, con un estudio muy reciente del Proyecto EuroCoord-CHAIN (800 centros de atención, en más de 30 países europeos) (72), en el cual se analizó la respuesta virológica en 10.458 pacientes bajo HAART inicial, estratificándolos en 3 grupos de acuerdo a la resistencia primaria detectada. (i) Pacientes sin SDRMs (WT, n=9.505); (ii) individuos con 1, o más SDRMs, pero que recibieron un TARV totalmente activo, de acuerdo a la predicción del algoritmo de la Universidad de Stanford (27) (R1, n=476), y (iii) pacientes con 1, o más SDRMs, y al menos bajo nivel de resistencia para 1 o más drogas prescriptas del TARV (R2, n=477). Los niveles de falla virológica observados a los 12 meses de TARV fueron: 6,0%, 6,3% y 16,2%, para los grupos WT, R1 y R2, respectivamente. Un análisis de regresión logística multivariada indicó que el riesgo de falla virológica para el grupo R2 era 2,6 veces mayor que para el WT (P<0,0001), mientras que no hubo diferencia significativa entre R1 y WT. Sin embargo, cuando se estratificó según las clases de drogas utilizadas en el HAART, 2 INTRs + 1 INNTRs, ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 Petroni A. 129 ó 2 INTRs + 1 IP/ritonavir (r), se observó que el uso de INNTRs estuvo asociado a mayor proporción y riesgo de falla virológica, tanto en R2, como en R1 (6,4% vs 3,7% en el WT, y factor de riesgo de 2,3; p=0,02), con respecto al uso de IPs/r (3,7% vs 4,3% en el WT, y factor de riesgo de 0,7; NS). El detrimento en la respuesta virológica con INNTRs en lugar de IPs/r en el esquema HAART de pacientes con algún grado de resistencia primaria podría explicarse por la alta barrera genética de los últimos (el efecto de una sola mutación para IPs es mínimo, y más aún por el uso combinado con ritonavir) (73), o bien, por la presencia de cuasiespecies minoritarias resistentes a INNTRs (72). En este aspecto, las metodologías de alta sensibilidad para el monitoreo de resistencia primaria, como la PCR alelo-específica en tiempo real y la pirosecuenciación, están haciendo un aporte substancial. Por ejemplo, Metzner et al., analizaron la evolución viral en pacientes con primoinfección (sin resistencia primaria por secuenciación poblacional), bajo un TARV inicial que consistía en 2 INTRs (lamivudina, en la mayoría) + 1 IP/r. Empleando PCR alelo-específica en tiempo real dirigida contra las mutaciones K103N y M184V, se observó que las variantes minoritarias (0,08-8,3%) detectadas con alguna de estas mutaciones, fueron eficientemente suprimidas en las primeras semanas del TARV, bajo la alta barrera genética determinada por el IP/r (74). Concordantemente, Lataillade et al., utilizando pirosecuenciación, realizaron un análisis tipo caso-control a partir del estudio CASTLE (tenofovir/emtricitabina, más atazanavir/r, o lopinavir/r, como HAART inicial), y no observaron diferencias significativas entre individuos con, y sin variantes minoritarias resistentes. Sin embargo, sí se observó un alto grado de falla virológica en un pequeño grupo de pacientes con perfiles específicos de resistencia que afectaban conjuntamente la actividad de tenofovir y emtricitabina. Además, en la mayoría de los casos donde se detectaron SDRMs para IPs, se observó una sola de estas mutaciones, lo cual refuerza la idea de que los esquemas HAART con IPs/r pueden brindar éxito terapéutico en individuos con variantes minoritarias resistentes a INNTRs (75). Finalmente, y en relación a la combinación 2 INTRs + 1 INNTRs, también muy utilizada como TARV inicial, 4 estudios basados en PCR alelo-específica en tiempo real (76-79) y uno en pirosecuenciación (80), demostraron falla de tratamiento significativamente asociada a la presencia basal de variantes minoritarias resistentes a INNTRs, por ejemplo, con K103N en el rango 0,9-2%. En conjunto, todos los estudios incluidos aquí indican claramente que los esquemas HAART basados en actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 130 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA INNTRs son sensibles a la presencia de resistencia primaria, y que las variantes resistentes a estas drogas pueden mantener el impacto sobre la respuesta virológica aun a muy bajas frecuencias, no detectables por secuenciación poblacional. Sin embargo, dado el índice muy significativo de éxito terapéutico que tienen estos esquemas, se debe concluir que las variantes minoritarias con resistencia a INNTRs estarían presentes en una proporción baja, pero relevante, entre la población de pacientes bajo HAART (24). Recomendaciones para el monitoreo de la resistencia primaria Un análisis de costo-efectividad del monitoreo de la TVR realizado en Estados Unidos sugiere que se debería realizar el ensayo de resistencia en individuos naive si la prevalencia es mayor al 5% (81). Este estudio fue realizado con estimaciones de los parámetros involucrados de hace casi 10 años, con lo cual, no sólo los costos en salud estimados, sino las recomendaciones terapéuticas y las drogas disponibles (que determinan en gran parte el éxito del TARV y la morbi-mortalidad) han cambiado en forma relevante. Sin embargo, dadas las consideraciones sobre la prevalencia de resistencia primaria y su impacto en el TARV inicial mencionadas anteriormente, las guías de tratamiento y resistencia de Europa (17) y Estados Unidos (18, 19) recomiendan el monitoreo en población naive en infección reciente y crónica. En Argentina, aún no se realizaron estudios de costoefectividad, y las recomendaciones de la Sociedad Argentina de Infectología (20), indican que el ensayo de resistencia está recomendado (debe ofrecerse siempre) en individuos adultos con infección aguda, o reciente (<6 meses), aún cuando se decida postergar el inicio del TARV. El ensayo puede ser considerado (el ofrecimiento es optativo) en personas adultas con infección crónica, antes de iniciar la terapia. En ambos casos, si no se pudiera hacer el ensayo, es recomendable tomar una muestra de plasma lo antes posible y almacenarla convenientemente hasta que pueda ser realizado. Conclusiones Las variaciones locales en la epidemiología de la TVR son significativas y, si bien hay múltiples factores que determinan su prevalencia en diferentes regiones y poblaciones, es urgente la necesidad de estandarizar los estudios de vigilancia. Para este fin, una primera medida de relevancia es la adopción de un sistema único para jerarquizar la resistencia, como por ejemplo la definición de SDRMs de la OMS. Debido a la desaparición de las variantes resistentes del plasma a lo largo del tiempo, es ideal el monitoreo de infecciones agudas/recientes, o bien implementar en el diseño de los relevamientos, medios específicos para estimar la duración de la infección en individuos sin seroconversión documentada. Entre estas medidas están el uso de cuestionarios sobre conductas de riesgo y aparición de síntomas compatibles con síndrome retroviral agudo, o de métodos serológicos para diferenciar infección reciente de la de larga data. Si bien en Sudamérica la prevalencia de resistencia primaria es un poco menor que en Estados Unidos y Europa, probablemente por un menor grado de exposición al TARV, es necesario mantener una vigilancia continua, aun cuando los índices de algunas regiones parezcan haberse estabilizado en los últimos años. Esto redundará en el beneficio de detectar cambios en la epidemiología de la resistencia, adaptando los TARV de inicio a la misma para minimizar la falla terapéutica temprana. Particularmente en nuestro país, la resistencia primaria es de un 10% en el área metropolitana de Buenos Aires, pudiendo alcanzar valores comparables a los de Europa en algunas cohortes específicas, pero la situación merece especial atención en los grupos más vulnerables a la infección por HIV-1, como los trabajadores sexuales travestis o transexuales. Con el fin de limitar la expansión desde los reservorios de resistencia, es necesario profundizar las campañas de prevención y de toma de conciencia, sobretodo en pacientes bajo atención médica y TARV. De hecho, los dos casos con resistencia primaria a 3 clases de drogas que se detectaron en el estudio de vigilancia de FUNDAI (Petroni et al., Tabla 2) corresponden a mujeres infectadas por sus respectivas parejas, quienes estaban bajo falla virológica con poblaciones virales resistentes (98,8% y 99,8% idénticas, respectivamente) durante los períodos de probable transmisión (82). Una situación muy similar se observó en el primer caso descripto en el país de resistencia primaria múltiple detectada durante el embarazo (83). El impacto de la TVR en el TARV inicial parece ser cada vez más relevante, y se traduce en una reducción ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. Petroni A. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA significativa de respuesta virológica. En Argentina, la mayor prevalencia de resistencia primaria por clase de drogas corresponde a los INNTRs (5,6%, Pando et al., y 6,6%, Petroni et al., Figura 1), pudiendo alcanzar valores tan altos como un 11% (Rotryng et al., Figura 1). Estos niveles implican cierto impacto clínico negativo sobre un TARV inicial “a ciegas” basado en INNTRs, y si las únicas otras drogas en la combinación son INTRs. Sin embargo, la gran mayoría de los perfiles mutacionales de resistencia detectados contiene sólo 1 ó 2 SDRMs, y la resistencia múltiple es poco frecuente. Si a esto se suma la excelente respuesta al TARV inicial observada en individuos con resistencia primaria cuando el esquema HAART fue diseñado de acuerdo a las SDRMs detectadas, se deduce que se deben intensificar los esfuerzos para generalizar el uso del monitoreo de resistencia basal, realizándolo tan temprano como sea posible. Referencias 1. Taiwo B. Understanding transmitted HIV resistance through the experience in the USA. Int J Infect Dis. 2009; 13:552-559. 2. Erice A, Mayers DL, Strike DG, Sannerud KJ, McCutchan FE, Henry K, et al.: Brief report: primary infection with zidovudine-resistant human immunodeficiency virus type 1. N Engl J Med. 1993; 328:1163-1165. 3. Booth CL, Geretti AM. Prevalence and determinants of transmitted antiretroviral drug resistance in HIV-1 infection. J Antimicrob Chemother. 2007; 59:1047-1056. ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 131 Finalmente, en los últimos dos años, la detección de resistencia primaria mediante metodologías de alta sensibilidad ha aportado valiosa información en gran cantidad de publicaciones sobre el rol de las variantes resistentes minoritarias, no detectables por secuenciación poblacional, y está abriendo un panorama nuevo de la TVR, que debe ser explorado cuidadosamente para poder delinear conclusiones válidas y aplicables a la rutina clínica. La primera de estas es que la selección de variantes resistentes minoritarias, preexistentes en individuos bajo HAART de baja barrera genética, puede llevar a falla virológica. Si bien los esquemas basados en INNTRs parecen ser los más sensibles, se requieren más estudios para definir el impacto de estas variantes resistentes minoritarias sobre el TARV inicial conteniendo INNTRs de segunda generación. 4. Geretti AM. Epidemiology of antiretroviral drug resistance in drug-naïve persons. Curr Opin Infect Dis. 2007; 20:22-32. 5. Kozal MJ. Drug-resistant human immunodeficiency virus. Clin Microbiol Infect. 2009; 15(Suppl 1):69-73. 8. Yerly S, Jost S, Telenti A, Flepp M, Kaiser L, Chave J-P, et al. Infrequent transmission of HIV-1 drug-resistance variants. Antivir Ther. 2004; 9:375-384. 6. Grant PM and Zolopa AR. The use of resistance testing in the management of HIV-1-infected patients. Curr Opin HIV AIDS. 2009; 4:474-480. 9. Leigh Brown AJ, Frost SDW, Mathews WC, Dawson K, Hellmann NS, Daar ES, et al. Transmission fitness of drugresistant human immunodeficiency virus and the prevalence of resistance in the antiretroviral-treated population. J Infect Dis. 2003; 187:683-686. 7. de Mendoza C, Rodriguez C, Eiros JM, Colomina J, García F, Leiva P, et al. Antiretroviral recommendations may influence the rate of transmission of drug-resistant HIV type 1. Clin Infect Dis. 2005; 41:227-232. 10. de Mendoza C, Rodriguez C, Corral A, del Romero J, Gallego O, Soriano V. Evidence for differences in the sexual transmission efficiency of HIV strains with distinct drug resistance genotypes. Clin Infect Dis. 2004; 39:1231-1238. actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 132 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA 11. Turner D, Brenner B, Routy JP, Moisi Buenos Aires 2009 [citado: Julio 11, 2010]. Disponible en: http://www.sadi. D, Rosberger Z, Rosberger M, et al. org.ar/recomendaciones.html. Diminished representation of HIV-1 variants containing select drug resistance21. Bennett DE, Camacho RJ, Otelea D, Kuconferring mutations in primary HIV-1 ritzkes DR, Fleury H, Kiuchi M, et al. Drug infection. J Acquir Immune Defic Syndr. resistance mutations for surveillance of 2004; 37:1627-1631. transmitted HIV-1 drug-resistance: 2009 Update. PLoS ONE. 2009; 4:e4724. 12. Corvasce S, Violin M, Romano L, Razzolini F, Vicenti I, Galli A, et al. Evidence 22. Kozal MJ, Hullsiek KH, Leduc R, Novak of differential selection of HIV-1 variRM, MacArthur RD, Lawrence J, et al. ants carrying drug-resistant mutations Prevalence and impact of HIV-1 protease in seroconverters. Antivir Ther. 2006; codon 33 mutations and polymorphisms 11:329-334. in treatment-naive and treatmentexperienced patients. Antivir Ther. 2006; 13. Pillay D. Current patterns in the epide11:457-463. miology of primary HIV drug resistance in North America and Europe. Antivir 23. Shafer RW. Low-abundance drug-resisTher. 2004; 9:695-702. tant HIV-1 variants: finding significance in an era of abundant diagnostic and 14. Weinstock HS, Zaidi I, Heneine W, Bentherapeutic options. J Infect Dis. 2009; nett D, Garcia-Lerma G, Douglas JM Jr, 199:610-612. et al. The epidemiology of antiretroviral drug resistance among drug-naive HIV24. Johnson JA, Geretti AM. Low-frequency 1-infected persons in 10 US cities. J HIV-1 drug resistance mutations can Infect Dis. 2004; 189:2174-2180. be clinically significant but must be interpreted with caution. J Antimicrob 15. Truong H-HM, Grant RM, McFarland W, Chemother. 2010; 65:1322-1326. Kellogg T, Kent C, Louie B, et al. Routine surveillance for the detection of acute 25. Green H, Tilston P, Fearnhill E, Pillay and recent HIV infections and transmisD, Path FRC, Dunn DT. The impact of sion of antiretroviral resistance. AIDS. different definitions on the estimated 2006; 20:2193-2197. rate of transmitted HIV drug resistance in the United Kingdom. J Acquir Immune 16. Smith D, Moini M, Pesano R, Cachay Defic Syndr. 2008; 49:196-204. E, Aiem H, Lie Y, et al. Clinical utility of HIV standard genotyping among 26. Johnson VA, Brun-Vézinet F, Clotet B, antiretroviral-naive individuals with Günthard HF, Kuritzkes DR, Pillay D, et unknown duration of infection. Clin al. Update of the drug resistance mutaInfect Dis. 2007; 44:456-8. tions in HIV-1: December 2009. Top HIV Med. 2009; 17:138-145. 17. European HIV Drug Resistance Guidelines Panel. European HIV drug re27. Liu TF, Shafer RW. Web resources for sistance guidelines 2009 update HIV type 1 genotypic-resistance test [citado: Julio 11, 2010]. Disponible interpretation. Clin Infect Dis. 2006; en: http://regaweb.med.kuleuven. 42:1608-1618. be/sites/default/files/publications/ guidelines/2009GuidelinesPocket.pdf . 28. Shafer RW, Rhee S, Pillay D, Miller V, Sandstrom P, Schapiro JM, et al. HIV-1 18. Hirsch MS, Günthard HF, Schapiro JM, protease and reverse transcriptase muBrun-Vézinet F, Clotet B, Hammer SM, tations for drug resistance surveillance. et al. Antiretroviral drug resistance AIDS. 2007; 21:215-223. testing in adult HIV-1 infection: 2008 Recommendations of an International 29. Petroni A, Deluchi G, Pryluka D, Rotryng AIDS Society–USA panel. Clin Infect Dis. F, Bortolozzi R, Lopardo G, et al. Update 2008; 47:266-285. on primary HIV-1 resistance in Argentina: Emergence of mutations conferring 19. Panel on Antiretroviral Guidelines for high-level resistance to nonnucleoside Adults and Adolescents. Guidelines reverse transcriptase inhibitors in drugfor the use of antiretroviral agents in naive patients. J Acquir Immune Defic HIV-1-infected adults and adolescents. Syndr. 2006; 42:506-510. December 1, 2009. Department of Health and Human Services (USA) [citado: 30. Dilernia DA, Lourtau L, Gomez AM, EbJulio 11, 2010]. Disponible en: http:// enrstejin J, Toibaro JJ, Bautista CT, et www.aidsinfo.nih.gov/ContentFiles/ al. Drug-resistance surveillance among AdultandAdolescentGL.pdf. newly HIV-1 diagnosed individuals in Buenos Aires, Argentina. AIDS. 2007; 20. Benetucci J, Petroni A, Salomón H, De21:1355-1360. luchi G. Utilidad e interpretación de los tests de resistencia. En: 2do. Consenso 31. Pando MA, Gómez-Carrillo M, Vignoles Argentino de Terapia Antirretroviral (p. M, Rubio A, dos Ramos Farías M, Vila M, 75-82). Sociedad Argentina de SIDA, et al. Incidence of HIV-1 infection, antiISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 retroviral drug resistance and molecular characterization in newly diagnosed individuals in Argentina. A Global Fund Project. AIDS Res Hum Retroviruses. 2010; en prensa. 32. Wheeler W, Mahle K, Bodnar U, Pienaizek D, Kline R, Hall I, et al. Antiretroviral drug-resistance mutations and subtypes in drug-naive persons newly diagnosed with HIV-1 infection, United States, March 2003 - October 2006. 14th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Los Angeles. Febrero 25-28, 2007 [abstract 648]. 33. Ross LL, Wine B, Horton JH, Vavro C, St Clair M, Ha BF, et al. Prevalence of HIV1 drug resistance associated mutations in a large cohort of antiretroviral-naïve HIV-infected individuals in the United States from 2000-2009. Antivir Ther. 2010; 15(Suppl 2):A50. 34. Castor D, Low A, Evering T, Lee J, Davis B, Figueroa A, et al. Prevalence of transmitted drug resistance and phylogenetic clustering in a cohort of patients identified during early and acute HIV-1 infection. 16th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Montreal. Febrero 8-11, 2009 [abstract 500]. 35. Jain V, Pilcher CD, Deeks SG, Liegler T, Hartogensis W, Spotts G, et al. Increasing prevalence of NNRTI-associated drug-resistance mutations in patients with acute, early HIV in San Francisco. 16th Conference on Retroviruses and Opportunistic Infections. Montreal. Febrero 8-11, 2009 [abstract 673]. 36. Wensing AMJ, van de Vijver DA, Angarano G, Asjö B, Barlotta C, Boeri E, et al. Prevalence of drug-resistant HIV-1 variants in untreated individuals in Europe: implications for clinical management. J Infect Dis. 2005; 192:958-966. 37. The SPREAD programme. Transmission of drug-resistant HIV-1 in Europe remains limited to single classes. AIDS. 2008; 22:625-35. 38. Kijak GH, Pampuro SE, Avila MM, Zala C, Cahn P, Wainberg MA, et al. Resistance profiles to antiretroviral drugs in HIV-1 drug-naive patients in Argentina. Antiviral Ther. 2001; 6:71-77. 39. Petroni A, Deluchi G, Lopardo G, Pryluka D, Biscayart C, Rotryng F, et al. Update on transmission of HIV resistance to drug-naive patients in Argentina. Antivir Ther. 2010; 15(Suppl 2):A179. 40. Rotryng F, Petroni A, Alvarez S, Stern L, Lapadula P, Braverman A, et al. Estudio de resistencia primaria en pacientes con HIV. X° Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología. Mar del Plata. Mayo 13-14, 2010 [abstract 26827]. actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. Petroni A. RESISTENCIA PRIMARIA EN ARGENTINA 41. Patterson P, Krolewiecki A, Vázquez L, Zapiola I, Gun A, Cesar C, et al. Frequency distribution of mutations in HIV-1 subtypes B and BF in treatmentnaive patients from Argentina. XVIIth International AIDS Conference. Mexico. Agosto 3-8, 2008 [abstract TUPE0021]. 42. Arreseigor TS, Valle MM, Rimoldi IV. Primary drug resistance in newly diagnosed HIV-1 infected individuals in Buenos Aires province, Argentina. XVIIIth International AIDS Conference. Viena. Julio 18-23, 2010 [abstract CDC0464]. 43. Zapiola I, Cecchini D, Fernández Giuliano S, Rodríguez C, Bouzas MB. Resistencia genotípica en pacientes embarazadas infectadas por HIV: resultados de un estudio piloto en un hospital del GCBA. IIº Congreso Nacional de SIDA. Salta. Agosto 26-29, 2009 [abstract 25296]. tencia primaria en pacientes chilenos infectados por VIH. Rev Méd Chil. 2007; 135:1406-1413. 52. Ríos M, Delgado E, Pérez-Álvarez L, Fernández J, Gálvez P, Vázquez de Parga E, et al. Antiretroviral drug resistance and phylogenetic diversity of HIV-1 in Chile. J Med Virol. 2007; 79:647-56. 53. DíazGranados CA, Mantilla M, Lenis W. Antiretroviral drug resistance in HIV-infected patients in Colombia. Int J Infect Dis. 2010; 14:e298-303. 54. Lama JR, Sanchez J, Suarez L, Caballero P, Laguna A, Sanchez JL, et al. Linking HIV and antiretroviral drug resistance surveillance in Peru: a model for a thirdgeneration HIV sentinel surveillance. J Acquir Immune Defic Syndr. 2006; 42:501-5. 44. Primary resistance in newly diagnosed HIV-1-infected drug-naive individuals from Buenos Aires, Argentina: a twoperiod comparison. Rubio AE, Pando MA, Dilernia DA, Trinchero J, Rovner NI, Salomón H. Antivir Ther. 2009; 14(Suppl 1):A175. 55. Delgado E, León-Ponte M, Villahermosa ML, Cuevas MT, Deibis L, Echeverría G, et al. Analysis of HIV type 1 protease and reverse transcriptase sequences from Venezuela for drug resistance- associated mutations and subtype classification: A UNAIDS study. AIDS Res Hum Retroviruses. 2001; 17:753-758. 45. Brindeiro RM, Diaz RS, Sabino EC, Morgado MG, Pires IL, Brigido L, et al. Brazilian Network for HIV Drug Resistance Surveillance (HIV-BResNet): a survey of chronically infected individuals. AIDS. 2003; 17:1063-1069. 56. Castillo J, Comegna M, Quijada W, Jauvin V, Pinson P, Masquelier B, et al. Surveillance of HIV type 1 drug resistance among naive patients from Venezuela. AIDS Res Hum Retroviruses. 2009; 25:1329-1333. 46. Barreto CC, Nishyia A, Araújo LV, Ferreira JE, Busch MP, Sabino EC. Trends in antiretroviral drug resistance and clade distributions among HIV-1-infected blood donors in Sao Paulo, Brazil. J Acquir Immune Defic Syndr. 2006; 41:338-341. 57. Rangel HR, Garzaro DJ, Torres JR, Castro J, Suarez JA, Naranjo L, et al. Prevalence of antiretroviral drug resistance among treatment-naive and treated HIV-infected patients in Venezuela. Mem Inst Oswaldo Cruz. 2009; 104:522-525. 47. Cardoso LPV, de Queiroz BB, de Araújo Stefani MM. HIV-1 pol phylogenetic diversity and antiretroviral resistance mutations in treatment naïve patients from Central West Brazil. J Clin Virol. 2009; 46:134-139. 58. Couto-Fernández JC, Brindeiro RM, Inocencio LA, Pereira AA, Pires IL, Speranza FAB, et al. Time trends in primary resistance to HIV drugs in the chronically infected ARV-naive population in Rio de Janeiro, Brazil. Antivir Ther. 2010; 15(Suppl 2):A152. 48. Sprinz E, Netto EM, Lima MPJS, Furtado JJD, da Eira M, et al. Primary antiretroviral drug resistance among HIV type 1-infected individuals in Brazil. AIDS Res Hum Retroviruses. 2009; 25:861-867. 49. Inocencio LA, Pereira AA, Sucupira MCA, Fernandez JCC, Jorge CP, Souza DFC, et al. Brazilian Network for HIV Drug Resistance Surveillance: a survey of individuals recently diagnosed with HIV. J Int AIDS Soc. 2009; 12:20. 50. Afani A, Ayala M, Meyer A, Cabrera R, Acevedo W. Resistencia primaria a terapia antirretroviral en pacientes con infección por VIH/SIDA en Chile. Rev Méd Chil. 2005; 133:295-301. 51. Acevedo W, Gallardo AM, Galaz J, Afani A, Cortés E,. Detección de resisISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 59. Grant RM, Hecht FM, Warmerdam M, Liu L, Liegler T, Petropoulos CJ, et al. Time trends in primary HIV-1 drug resistance among recently infected persons. JAMA. 2002; 288:181-188. 60. Shet A, Berry L, Mohri H, Mehandru S, Chung C, Kim A, et al. Tracking the prevalence of transmitted antiretroviral drug-resistant HIV-1: a decade of experience. J Acquir Immune Defic Syndr. 2006; 41:439-446. 61. Figueroa MI, Sued O, Laufer N, Moretti F, Pampero S, Gómez Carrillo M, et al. RT mutations patterns associated with cross-resistance to NRTI or NNRTI in samples of experienced HIV patients from Buenos Aires. XVIIth International 133 AIDS Conference. Mexico. Agosto 3-8, 2008 [abstract TUPDA204]. 62. Orazi M, Livellara B, Bruzzone C, De Cristofano M, Petroni A. Resistencia de HIV-1 a drogas antirretrovirales: visión desde la rutina del laboratorio clínico. IIº Congreso Nacional de SIDA. Salta. Agosto 26-29, 2009 [abstract 25288]. 63. Borroto-Esoda K, Waters JM, Bae AS, Harris JL, Hinkle JE, Quinn JB, et al. Baseline genotype as a predictor of virological failure to emtricitabine or stavudine in combination with didanosine and efavirenz. AIDS Res Hum Retroviruses. 2007; 23:988-95. 64. Kuritzkes DR, Lalama CM, Ribaudo HJ, Marcial M, Meyer 3rd WA, Shikuma C, et al. Preexisting resistance to nonnucleoside reverse-transcriptase inhibitors predicts virologic failure of an efavirenz-based regimen in treatmentnaive HIV-1-infected subjects. J Infect Dis. 2008; 197:867-70. 65. Little SJ, Holte S, Routy J-P, Daar ES, Markowitz M, Collier AC, et al. Antiretroviral-drug resistance among patients recently infected with HIV. N Engl J Med. 2002; 347:385-94. 66. Violin M, Cozzi-Lepri A, Velleca R, Vincenti A, D’Elia S, Chiodo F, et al. Risk of failure of patients with 215 HIV-1 revertants starting their first thymidine analog-containing highly active antiretroviral therapy. AIDS. 2004; 18:227-35. 67. Poggensee G, Kucherer C, Werning J, Somogyi S, Bieniek B, Dupke S, et al. Impact of transmission of drug-resistant HIV on the course of infection and the treatment success. Data from the German HIV-1 Seroconverter Study. HIV Med. 2007; 8:511-9. 68. Chaix M-L, Desquilbet L, Descamps D, Costagliola D, Deveau C, Galimand J, et al. Response to HAART in French patients with resistant HIV-1 treated at primary infection: ANRS Resistance Network. Antivir Ther. 2007; 12:1305-10. 69. Bansi L, Geretti AM, Dunn D, Hill T, Green H, Fearnhill E, et al. The Impact of transmitted drug-resistance on treatment selection and outcome of first-line highly active antiretroviral therapy (HAART). J Acquir Immune Defic Syndr. 2010; 53:633-9. 70. Pillay D, Bhaskaran K, Jurriaans S, Prins M, Masquelier B, Dabis F, et al. The impact of transmitted drug resistance on the natural history of HIV infection and response to first-line therapy. AIDS. 2006; 20:21-8. 71. Oette M, Kaiser R, Däumer M, Petch R, Fätkenheuer G, Carls H, et al. Primary HIV drug resistance and efficacy of actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134. 134 Petroni A. ÁREA BIOMÉDICA first-line antiretroviral therapy guided by resistance testing. J Acquir Immune Defic Syndr. 2006; 41:573-81. 72. Wittkop L and The EuroCoord-CHAIN Project Team. Impact of transmitted drug resistance on virological response to initial combination antiretroviral therapy-regimen. Antivir Ther. 2010; 15(Suppl 2):A124. 76. Johnson JA, Li J-F, Wei X et al. Minority low-frequency HIV-1 drug resistance mutations are present in antiretroviral treatment-naive populations and associate with reduced treatment efficacy. PLoS Med. 2008; 5:e158. 73. Turner D, Schapiro JM, Brenner BG, Wainberg MA. The influence of protease inhibitor resistance profiles on selection of HIV therapy in treatment-naive patients. Antivir Ther. 2004; 9:301-14. 77. Geretti AM, Fox ZV, Booth CL, Smith CJ, Phillips AN, Johnson M, et al. Low-frequency K103N strengthens the impact of transmitted drug resistance on virologic responses to first-line efavirenz or nevirapine-based highly active antiretroviral therapy. J Acquir Immune Defic Syndr. 2009; 52:569-73. 74. Metzner KJ, Rauch P, von Wyl V, Leemann C, Grube C, Kuster H, et al. Efficient suppression of minority drugresistant HIV type 1 (HIV-1) variants present at primary HIV-1 infection by ritonavir-boosted protease inhibitorcontaining antiretroviral therapy. J Infect Dis. 2010; 201:1063-71. 78. Goodman DD, Margot NA, McColl DJ, Miller MD, Borroto-Esoda K, Svarovskaia ES. Pre-existing low levels of K103N HIV-1 RT mutation above a threshold is associated with virologic failure in treatment naive patients undergoing EFV-containing antiretroviral treatment. Antivir Ther. 2009; 14(Suppl 1) A43. 75. Lataillade M, Chiarella J, Yang R, Schnittman S, Wirtz V, Uy J, et al. Prevalence and clinical significance of HIV drug resistance mutations by ultra-deep sequencing in antiretroviral-naïve subjects in the CASTLE Study. PLoS ONE. 2010; 5:e10952. 79. Paredes R, Lalama CM, Ribaudo HJ, Schackman BR, Shikuma C, Giguel F, et al. Pre-existing minority drug-resistant HIV-1 variants, adherence, and risk of antiretroviral treatment failure. J Infect Dis. 2010; 201:662-71. Primary Resistance of HIV-1 in Argentina: State of the art ISSN edición impresa 0327-9227 ISSN edición en línea 1852-4001 80. Simen BB, Simons JF, Hullsiek KH, Novak RM, MacArthur RD, Baxter JD et al. Low-abundance drug-resistant viral variants in chronically HIV-infected, antiretroviral treatment-naïve patients significantly impact treatment outcomes. J Infect Dis. 2009; 199:693-701. 81. Sax PE, Islam R, Walensky RP, Losina E, Weintein MC, Goldie SJ, et al. Should resistance testing be performed for treatment-naive HIV-infected patients? A cost-effectiveness analysis. Clin Infect Dis. 2005; 41:1316-23. 82. Petroni A, Pryluka D, Maranzana A, Gomez Carrillo M, Sica G, , Benetucci J. Transmisión de HIV-1 con resistencia múltiple a drogas antirretrovirales a pacientes vírgenes de tratamiento. IIº Congreso Nacional de SIDA. Salta. Agosto 26-29, 2009 [abstract 25160]. 83. Cecchini DM, Zapiola I, Martinez M, Fernandez Giuliano S, Rodríguez C, Bouzas MB. The Buenos Aires (BA) patient: first documented case of primary infection by multidrug-resistant HIV during pregnancy in Argentina. 5th IAS Conference on HIV Pathogenesis Treatment and Prevention. Cape Town. Julio 19-22, 2009 [abstract CDC028]. Summary The transmission of a drug-resistant virus (TDR, or primary resistance) to individuals not previously exposed to antiretroviral drugs (naive subjects) may be highly variable among different regions and is a function of a multitude of factors. As a general estimate, TVR is higher in those regions where antiretroviral therapy (ART) has been widely available for more than 20 years like USA and Europe. At the beginning of the last decade, the TDR rates were lower than 5% in South America but nowadays they have risen to an apparently steady level that is still lower than those from USA and Europe. Resistance to non-nucleoside reverse transcriptase inhibitors (NNRTIs) is higher than to other drugs in South America. In Argentina, the TDR prevalence is about 3-6% in naive population and 7-8% in recent infections but it may be higher among populations at risks like sex workers (13%). Most of the detected resistance mutational patterns harbored 1-2 TDR mutations. The TDR mutations more frequently detected were: K103N (~50% of resistant cases), M41L, M184V, V82A/S, M46I/L, L90M, G190A, T215Y, I54V and T215Y/F revertants. The TDR impact on firstline ART seems more relevant leading to a significant reduction in virologic response. However, guided antiretroviral therapy based on baseline resistance testing can abrogate this limitation. NNRTI-based regimens are more sensitive to the presence of TDR and NNRTI-resistant variants may retain their impact on virologic response even if present at very low frequencies below the detection limit by bulk sequencing. Key words: HIV, naive, resistance, primary, TDR, Argentina. actualizaciones EN SIDA . buenos aires . noviembre 2010 . volumen 18 . número 70:117-134.
Documentos relacionados
Guía de resistencias a los antirretrovirales 2013
Esta tabla recoge aquellas mutaciones que, estando presentes en pacientes naive sin exposición previa a tratamiento antirretroviral, confirman la transmisión de un virus resistente según la última ...
Más detalles