PALABRA PREVIA A LA PRÉDICA: “No ofrezcamos incienso extraño”

Transcripción

Iglesia La Roca - Prédica Administración de la Economía de Dios XX - (Domingo 17-03-13)
PALABRA PREVIA A LA PRÉDICA:
“No
ofrezcamos
incienso
extraño”
(Domingo, 17 de marzo de 2013)
Dennise Lozano
Hoy en la mañana cuando orábamos por la
reunión, Dios me hizo recuerdo sobre una
parte de la Palabra en que Dios da instrucción
sobre la construcción del templo y la
fabricación de los utensilios, y hay una parte
que habla sobre el incienso:
Éxodo 30:34-38 “Dijo además Jehová a
Moisés: Toma especies aromáticas, estacte y
uña aromática y gálbano aromático e
incienso puro; de todo en igual peso, y harás
de ello el incienso, un perfume según el arte
del perfumador, bien mezclado, puro y santo.
Y molerás parte de él en polvo fino, y lo
pondrás delante del testimonio en el
tabernáculo de reunión, donde Yo me
mostraré a ti. Os será cosa santísima. Como
este incienso que harás, no os haréis otro
según su composición; te será cosa sagrada
para Jehová. Cualquiera que hiciere otro
como este para olerlo, será cortado de entre
su pueblo.”
Levítico 10:1-2 “Nadab y Abiú, hijos de
Aarón, tomaron cada uno su incensario, y
pusieron en ellos fuego, sobre el cual
pusieron incienso, y ofrecieron delante de
Jehová fuego extraño, que Él nunca les
mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y
los quemó, y murieron delante de Jehová."
El Señor me dijo que no podemos copiar los
ingredientes que Él ha mandado que sean
parte del incienso que a Él le agrada. Nosotros
sabemos los ingredientes que le agradan,
como una vida entregada, un corazón
humillado ante el Señor, así como una vida
rendida. ¿Cuándo son los ingredientes
extraños? Cuando hacemos para el Señor en
la carne, a nuestra manera. ¡Esto es algo tan
abominable para Él! En lo natural, ¿qué
sucede cuando estamos junto a un olor
extraño? No podemos quedarnos oliéndolo y
nos movemos a otro lugar. De la misma
manera, cuando le ofrecemos al Señor un olor
extraño, Él no puede quedarse en ese lugar y
lo que hace es apartarse, aún si anhela estar en
su Casa, aún así anhela pasar tiempo contigo,
aún así anhela oler el aroma que le vas a
ofrecer.
Cuando copiamos los ingredientes, cuando
nos rendimos solamente para que nos vean, o
cuando tenemos un cántico nuevo pero que no
es del Señor, para Él es olor extraño. ¿Qué es
ofrecer al Señor algo que a Él le agrada? Es
solamente cuando es por el Espíritu. Dios nos
libre de ofrecer incienso extraño porque Él
anhela nuestra presencia así como nosotros
anhelamos Su presencia. Pero, cuando te
ofreces en la carne para ser visto, lo único que
puede hacer Dios es alejarse, aún cuando
anhele estar contigo.
Nadab y Abiú eran hijos de Aarón, podían
ofrecer incienso al Señor porque nacieron en
la tribu de Leví. Pero, ellos tuvieron su
“buena idea” de agarrar sus incensarios y
ofrecieron fuego extraño, y Dios no tuvo otra
opción que consumirlos y matarlos. Ahora
puedo entender la insistencia del Señor para
que hagamos todo en el Espíritu y por el
Espíritu.
Señor, líbranos de ofrecerte algo extraño,
líbranos de copiar los ingredientes. Sabemos
muy bien qué te agrada y te pedimos que nos
enseñes a que nos ofrezcamos a ti de corazón
y no para ser vistos. Espíritu Santo, danos los
ingredientes que le agradan al Señor,
enséñanos cómo ofrecer incienso a nuestro
Dios. Padre, perdónanos si hasta ya hemos
aprendido la manera de venir y presentarnos
ante ti. Espíritu Santo, enséñanos, tómanos
este día para que el Padre pueda acercarse y
oler incienso dulce y así pueda quedarse y
permanecer. Espíritu Santo, guíanos a cada
uno desde el menor hasta el mayor para que
podamos acercarnos a ofrecer el incienso
correcto que agrada al Padre. Gracias Señor
Jesús.
1
Pastora Silvia Nanetti
Qué bueno que una joven haya traído esta
palabra. Recordemos que fue Isaac, el hijo,
que abrió los pozos de su padre Abraham.
Así, los jóvenes hoy destapan los pozos,
ahora las fuentes en nosotros. Los jóvenes
sacan la muerte de la casa de Dios, como
sucedió en Hechos 5.
La Palabra nos dice, en profecía, que Él nos
va a dar un camino y un corazón (Jeremías
32:39) Y por el nuevo pacto, el Señor ¡ya nos
ha dado! Ha cambiado nuestro corazón, y
Jesús es el camino. La profecía de Jeremías
también dice que no faltará un rey en el trono
de David. Jesucristo, descendiente de David,
es el Rey eterno, nuestro Rey.
Nadab y Abiú ofrecieron incienso extraño y
fueron consumidos. Para nosotros el camino
está abierto para tener todo lo del nuevo
pacto. Dios ha escrito su Palabra en nuestra
mente y corazón por su Espíritu. Pero,
podemos ofrecer fuego extraño cuando no
entramos bajo el yugo de Jesucristo, y no
somos guiados por el Espíritu Santo, que es
nuestro ayudador; por eso necesitamos orar en
todo tiempo: “Espíritu Santo, tómanos, haz a
través de nosotros, danos el carnero de la
adoración, adora en nosotros, interrúmpenos
para que sea todo a tu manera”.
La palabra que se ha dado sobre el incienso
extraño es temible, pero sabemos que tenemos
acceso a Dios por el sacrificio de Jesucristo.
El velo se rasgó. Guiados por el Espíritu
adoramos al Señor y creemos que Dios nos da
la canción y la adoración. Confiando en el
Señor es que le cantamos. Este día le decimos
al Señor que queremos ser incienso dulce
ardiendo ante Él. Señor, limpia tu Casa, no
queremos muerte espiritual, sino que
queremos la vida que trae la adoración, mas
nos acercamos a ti a través de la sangre de
Jesús. Si le decimos al Señor con sinceridad
que perdone nuestros pecados que resultan de
nuestra independencia, y que nos libre de los
errores que nos son ocultos, Dios nos oye. Él
quiere un corazón honesto y humilde que
haga Su voluntad para que Su reino venga a
nuestras vidas.
Estamos con un nuevo corazón que Dios nos
dio: "Les daré un nuevo corazón, y pondré
espíritu nuevo dentro de ustedes quitaré de
su carne el corazón de piedra, y les daré un
corazón de carne. Y pondré dentro de
ustedes mi Espíritu, y haré que anden en mis
estatutos, y guarden mis preceptos, y los
pongan por obra." (Ezequiel 36:26, 27). Hoy
abrimos nuestro corazón y venimos con toda
sinceridad y honestidad a su trono para adorar
al Señor en espíritu y verdad, y le pedimos
que renueve la intención de nuestro corazón.
Iglesia, liberamos el sonido de los cielos
sabiendo que el sonido está en tu boca, en tus
labios. Los cielos y la tierra uno son. No
seamos Jacob que dice: “El Señor estaba aquí
y no lo sabía”. La Palabra dice: “Nos
acercamos a Dios y Él se acercará a nosotros”
(Santiago 4:8), “Buscadme y vivirá su
corazón” (Amós 5:4). “Estoy cercano a los
que me invocan de verdad” (Salmo 145:18).
El Señor nos dice en este día: “Con amor
eterno te he amado; por tanto te prolongué mi
misericordia. Aún te edificaré y serás
edificada…" (Jeremías 31:3, 4).
Dios no quiere un corazón dividido sino que
quiere un corazón todo para Él. Hacemos uno
nuestro corazón hoy día para Él. El salmista
dice: Él es Dios, pero es mi Dios (Salmo
63:1), como Jacob que, después, poseyó al
Señor (Génesis 32:22-31). A Dios le
impresiona que lo persigamos y lo poseamos.
Te amamos Señor, Tú eres nuestra porción en
la tierra. Nuestra herencia eres Tú, nada
deseamos fuera de ti en la tierra. Tú eres la
roca de nuestra salvación y nuestra porción
para siempre. A Él damos la gloria, sólo Él ha
vencido y sale venciendo para vencer. Sólo
Tú eres digno Señor Jesús. ¡Aleluya!
2
PREDICA
SOBRE
LA
ADMINISTRACIÓN DE LA ECONOMÍA
DE DIOS (Domingo, 17 de marzo de 2013)
Pastor Carlos Nanetti
Salgamos de la economía antigua y
entremos a la vida en el Espíritu
Mateo 11:27 “Todas las cosas me fueron
entregadas por mi Padre; y nadie conoce al
Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce
alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo
lo quiera revelar”. El Nuevo Testamento se
trata de revelación del Padre y del Hijo.
Vengamos a la Casa del Señor y pidámosle
una revelación y no salgamos sin ésta.
Necesitamos pedirle al Señor que abra
nuestros ojos y entendimiento, que nos de
nuestra porción de revelación. Debemos venir
a la Casa esperando que Dios nos revele algo.
Si en el Nuevo Testamento no hay revelación,
no es Nuevo Testamento porque éste se basa
en revelación, ella viene de lo alto y edifica
nuestro espíritu. La buena palabra puede
conmover nuestras entrañas y hacernos llorar
pero no trae transformación. El Nuevo
testamento requiere de la revelación de Dios
como padre, para los judíos fue un shock que
Jesús les hable, muestre y revele al Padre de
la manera como lo hizo. El Nuevo
Testamento requiere de la revelación del Hijo.
Cuando Jesús dijo que era el Hijo del Dios
viviente, casi lo apedrean y matan.
Proverbios 4:18 “Mas la senda de los justos
es como la luz de la aurora, que va en
aumento hasta que el día es perfecto”.
Salgamos de la economía antigua, de la
religión antigua, de las formas antiguas y
entremos en la vida del Espíritu. Nos gusta
tanto lo antiguo y movernos en lo antiguo
porque hay cosas que nos apelan y atraen,
pero la luz de Dios es como la aurora que va
en aumento. Salgamos de la economía antigua
y entremos totalmente en la economía de
Dios, que es a donde la Iglesia va a llegar. A
la Iglesia primitiva le costó mucho hacerlo ya
que en un inicio querían seguir reuniéndose
en el templo, seguían guardando el sábado,
seguían mirando mal a los incircuncisos; es
decir, seguían siendo judíos aunque habían
nacido de nuevo. Debido a que seguía con la
mentalidad judía, Pedro tuvo un gran
problema con Pablo porque Pedro no podía
creer que Dios lo estaba enviando a los
gentiles.
Los de la Iglesia primitiva poco a poco fueron
saliendo del mover antiguo y finalmente
dejaron el templo y empezaron a reunirse por
las casas. Se puede ver que el espíritu de lo
antiguo agarraba a la Iglesia y la frenaba en
una continua lucha. Decían que estaba bien
creer en Jesús pero que tenían que
circuncidarse y guardar el sábado. Hasta el
día de hoy es una lucha para Dios que el
pueblo salga del Israel natural y que entre al
Israel espiritual. Es una carga para la Iglesia
todo el mover de lo antiguo, porque nos apela
y atrae.
Dios levantó la Iglesia en Antioquía para
demostrar a los judíos que tenían que salir del
mover antiguo. Gracias a Dios que Bernabé,
un judío que creció fuera de Israel y que era
muy conocedor del pensamiento helenista, fue
llamado para ir a Antioquía. El pudo ir allá y
tuvo la apertura para bendecir a aquella
Iglesia de los gentiles ya que seguramente si
iba un judío que le gustaba el mover antiguo
habría causado muchos problemas. Como
Iglesia necesitamos revisar nuestras vidas y
meditar qué cosas estamos trayendo de la
antigua economía a las cuales Dios dice “no”,
y cuáles cosas son del Espíritu. En el
cristianismo, cada día va a ser más crucial
distinguir entre el caminar en el espíritu y en
la economía antigua.
Dios se ha movido de la Jerusalén natural a la
Jerusalén celestial, de la Jerusalén natural a la
vida en el Espíritu, del dador de la ley a la
gracia y verdad, de la ley a la gracia sobre
gracia, se ha movido de la maldición de la ley
a la bendición del Mesías, del cuidado de
hijos mayores a la revelación del Padre.
Alguien que tiene varios hijos y deja los hijos
menores al cuidado del mayor, puede ver que
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éste no tiene misericordia, pero cuando viene
el padre es diferente el cuidado hacia los
hijos. Así es la economía del Padre y la
antigua.
Dios se ha movido de los grandes nombres,
como Abraham, Moisés, Josué, Caleb, Elías,
Eliseo y otros, al nombre sobre todo nombre.
Nos apela ser hermano mayor y tener un gran
nombre. Dios se ha movido de lo visible a lo
invisible, de lo natural a lo espiritual, de la ley
en piedras a la ley del Espíritu en Cristo
Jesús, del sacerdocio de Aarón al sacerdocio
de Melquisedec, del hacer, a ser justificado
para que otro viva en nosotros, del poder de la
condenación al poder de la resurrección.
Dios se ha movido de la sangre de machos
cabríos a la sangre del Hijo, de la actividad
religiosa a Su voluntad, de Jacob al Israel
espiritual, del Israel natural a Jesurún (nombre
profético del Israel espiritual), de lo terrenal a
lo celestial, del tabernáculo o templo de
piedras a la Iglesia, de la frase “Él viene” a
´Él está”, de la figura al cumplimento, del
huir de la tan temible demostración que era a
estar de pie delante de Él, de no tener acceso
al trono de la gracia a estar delante de Él, de
no ser su pueblo a ser sus hijos, de la letra que
mata al espíritu que vivifica, de la muerte a la
vida en el Espíritu, de la condenación a la
justificación, de lo que perece a lo que
permanece.
No nos quedemos atrás, es difícil soltar las
cosas de la religión y del mover antiguo, este
sistema que vino por lo que Dios hizo nos
apela y llama. Nosotros queremos lo externo
y Dios quiere lo interno. Dios quiere el
crecimiento en el espíritu, la vida en el
Espíritu, mientras que nosotros queremos el
crecimiento natural. La Iglesia necesita
moverse de lo antiguo a la vida en el Espíritu
porque solamente en el Espíritu está la vida
de Dios. Dios no quiere nada con lo antiguo.
Pablo nos dice que si queremos guardar una
cosa de la ley, entonces tenemos que cumplir
toda la ley. ¡Qué terrible!
Dios dice “no” a lo antiguo y “sino” a la
economía de Dios que es la vida en el
Espíritu.
Vivíamos una vida del otro lado de la cruz, la
cual ha sido dada para separar la historia de la
economía de Dios, la historia de cómo Dios
actúa. Dios ha separado la historia por medio
de la cruz y ha dicho “no” al asunto antiguo y
“sino” a la economía de Dios. Si leemos las
cartas del Nuevo Testamento prestando
atención a donde se dice “no” y “sino”,
veremos cómo la economía de Dios se divide
por estas palabras.
¿Qué significa “no” y “sino”? Una
transformación muy profunda, un antes y un
después de la cruz, un vivir de este lado de la
cruz y dejar lo que está al otro lado de la cruz.
El día en que Moisés vio la visión, el monte
temblaba, salían rayos y truenos, y del cielo
descendía el sonido del shofar. Fue un
espectáculo aterrador cuando Dios bajó al
monte porque todo se quemaba y ardía en
fuego. ¿Era aquello real? Era tan real que
incluso Moisés que conocía a Dios tuvo
temor. Cuando en el Espíritu Santo estamos
delante del trono, ¿es real? Es mucho más real
que aquello que experimentó Moisés cuando
estuvo delante de Dios en el monte. No es real
para nuestra alma mas es real para nuestro
espíritu. Al hombre natural le gusta tocar y no
entiende lo hermoso que es andar en el
Espíritu, entrando y saliendo del trono en paz,
en medio de un mundo cada vez más loco y
lleno de demonios. Si viéramos el mover
espiritual que hay nos asustaríamos. Dios no
nos permite verlo porque tiene misericordia
de nosotros.
Hebreos 12:18-24 “Porque NO os habéis
acercado al monte que se podía palpar, y que
ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas
y a la tempestad, al sonido de la trompeta, y a
la voz que hablaba, la cual los que la oyeron
rogaron que no se les hablase más, porque no
podían soportar lo que se ordenaba: Si aun
una bestia tocare el monte, será apedreada, o
pasada con dardo; y tan terrible era lo que se
veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y
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temblando; SINO que os habéis acercado al
monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles, a la
congregación de los primogénitos que están
inscritos en los cielos, a Dios el Juez de
todos, a los espíritus de los justos hechos
perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo
pacto, y a la sangre rociada que habla mejor
que la de Abel”.
Hebreos es la carta que justamente nos habla
de la transición del Israel antiguo al Israel
espiritual. Podemos estudiar a qué NO nos
hemos acercado, y a veces queremos estas
cosas porque son tan humanas y tienen tanta
participación del hombre. Pero, la vida del
Espíritu gobierna y hace como quiere porque
Él es Señor y dueño. Nos cuesta tanto dejar
que otro sea el Rey y dueño.
Lo antiguo no quiere decir que solamente los
israelitas estaban en aquello ya que asimismo
en la Iglesia moderna hay mucho de lo
antiguo que evita el mover del Espíritu. El
hombre natural se identifica mucho con lo
antiguo, entonces es normal que haya en
nuestras vidas cosas de lo antiguo porque el
hombre es religioso por naturaleza (Lucas
5:39). Independientemente de que seamos
nuevos o viejos en la fe, tenemos que ser muy
sinceros con nosotros mismos y preguntarnos
en qué pensamientos y maneras de actuar en
nuestra vida vivimos en la economía antigua.
Muchas veces hemos heredado sin saber
prácticas que son del mover antiguo y que
forman parte de nuestra costumbre sin que
nos demos cuenta de esto.
2 Corintios 3:6-11 “…el cual asimismo nos
hizo ministros competentes de un nuevo
pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque
la letra mata, mas el espíritu vivifica. Y si el
ministerio de muerte grabado con letras en
piedras fue con gloria, tanto que los hijos de
Israel no pudieron fijar la vista en el rostro
de Moisés a causa de la gloria de su rostro,
la cual había de perecer, ¿cómo no será más
bien con gloria el ministerio del espíritu?
Porque si el ministerio de condenación fue
con gloria, mucho más abundará en gloria el
ministerio de justificación. Porque aun lo que
fue glorioso, no es glorioso en este respecto,
en comparación con la gloria más eminente.
Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho
más glorioso será lo que permanece”.
El antiguo mover de Dios era de la letra. Dios
nos dio el ministerio de condenación, el
ministerio de la letra, el ministerio que perece.
Watchman Nee dice que Dios nos dio la ley
para mostrar que ninguno puede cumplirla.
No caigamos en la letra sino que vivamos en
el Espíritu. Dios mismo dio la gloria del
ministerio de muerte grabado con letras en
piedras y esto fue necesario porque si no lo
hubiera sido, Dios no lo hubiera dado.
Cuidado que la economía antigua nos mate.
Cuánto legalismo y condenación hay en la
Casa del Señor en lugar de que haya
edificación. Vivamos en el espíritu y no en la
letra, en justificación y no en condenación, en
lo que permanece y no en lo que perece.
Meditemos: ¿Qué cosas tenemos que son de
la letra y no del espíritu, qué cosas tenemos
que perecen y que no permanecen?
¿Cómo definimos justicia delante de Dios?
Romanos 3:20-26 “…ya que por las obras de
la ley ningún ser humano será justificado
delante de Él; porque por medio de la ley es
el conocimiento del pecado. Pero ahora,
aparte de la ley, se ha manifestado la justicia
de Dios, testificada por la ley y por los
profetas; la justicia de Dios por medio de la
fe en Jesucristo para todos los que creen en
Él. Porque no hay diferencia, por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria
de Dios, siendo justificados gratuitamente por
su gracia, mediante la redención que es en
Cristo Jesús, a quien Dios puso como
propiciación por medio de la fe en su sangre,
para manifestar su justicia, a causa de haber
pasado por alto, en su paciencia, los pecados
pasados, con la mira de manifestar en este
tiempo su justicia, a fin de que Él sea el justo,
y el que justifica al que es el de la fe de Jesús.
Cuando queremos el mover antiguo tratamos
de justificarnos por nosotros mismos
5
considerando nuestras
ministerio, poder.
obras,
nombre,
El asunto más serio es el de la justificación.
De manera práctica, ¿qué significa haber sido
justificado? En términos prácticos, ¿qué es
justicia? Justicia es estar parado delante de
Dios y es solamente por medio de Jesucristo
que podemos estar de pie delante de Él ya que
en la economía antigua habríamos tenido que
huir. ¿Entendemos la magnitud de lo que
significa estar de pie delante del trono? Hoy
día podemos estarlo porque es la Casa de
nuestro Padre. El Señor nos ha justificado y
podemos pararnos delante de Dios por la
sangre bendita que nos permite verlo cara a
cara.
Necesitamos revelación de que ya estamos
en Sion
Éxodo 15:17 “Tú los introducirás y los
plantarás en el monte de tu heredad, en el
lugar de tu morada, que Tú has preparado,
oh Jehová, en el santuario que tus manos, oh
Jehová, han afirmado”. Sion es el monte de
su heredad, el lugar de su morada, el santuario
de las manos del Señor. En la antigua
economía Dios decía a su pueblo: “Van a
entrar, van a llegar, vayan”. En Éxodo 33 se
repite varias veces “salieron y acamparon”.
Cuidado que estemos camina y camina,
llegando a donde Dios ya nos ha hecho llegar
porque ¿qué dice la Palabra de nosotros? “Se
han acercado al monte Sion”. ¡Ya estamos
allí, ya estamos en Sion! No necesitamos
peregrinar toda nuestra vida diciendo “cuando
nos vayamos al cielo”, porque ya estamos
allá. Necesitamos cambiar de mente. Hebreos
12:22 dice: “se han acercado”, en otras
palabras, ya están allá. Otra cosa es que
tenemos que crecer en el entendimiento de
aquella vida, de lo que es Sion, de lo que es la
vida del Espíritu. Ya no digamos “un día lo
vamos a ver” porque ya estamos allá.
¡Aleluya! Oremos para que Dios arranque de
la Iglesia esa mentalidad de “voy” y la cambie
por “estoy, ya soy”. Oremos para que Dios
nos de la revelación de que ya estamos en
Sion.
Qué es Sion? La consumación de la obra de
Dios, es todo lo inclusivo de Dios, es el todo
del pensamiento de Dios. ¿Estamos en todo lo
inclusivo de Dios? No creamos al predicador
que dice que “un día vamos a ir a los cielos”
porque ¡ya estamos, ya hemos llegado, es aquí
y ahora! Hebreos nos dice que ya hemos
llegado. Paremos la mentalidad de “mañana”
y vivamos la realidad de “hoy”. Si cambiamos
nuestra manera de pensar vamos a empezar
una transformación y vamos a empezar a ver
como se ve desde el monte Sion. La Palabra
nos dice: “He puesto mi Rey sobre el monte”.
Cuando cambiamos nuestra manera de pensar,
¡veremos al Rey!
Ver al Rey es toda la compresión de la
revelación del Altísimo, eso es Sion. Pero si
seguimos creyendo que estamos “yendo y
yendo”, no vamos a tener nada y mas bien
vamos a terminar cansados y agotados porque
nunca llegamos, y recién cuando muramos
nos iremos al cielo. Necesitamos entender que
¡somos Sion!, tenemos que crecer en nuestra
compresión que ya hemos llegado, que
estamos en Su plenitud. ¿Dónde hemos
entrado? A la plenitud de Dios. Nos va a
tomar toda la eternidad conocerlo pero ya
estamos ahí y nadie nos mueve. No importa
que necesitemos toda la eternidad para
conocerlo, mas ya estamos en Dios. ¡Aleluya!
El
Señor
nos
dice:
“Acérquense
confiadamente a mi trono” y por eso es que
no necesitamos decir ni cantar “un día o algún
día”. No vivamos con la expectativa de “un
día” porque ya estamos en Sion. Cuando
alguien de nosotros ora para que caiga lluvia
y cae, es porque Dios ha permitido que se
pare delante del trono y repita lo que está
delante del trono para que se haga realidad.
La vida del Nuevo Testamento es vida delante
del trono, delante de Dios. ¡Qué justificación
más grande!
Nosotros y nuestras familias estamos siendo
guardados y podemos ver al Señor cara a cara.
Los del otro lado de la cruz están siempre “en
camino a, yendo a” y nunca están llegando,
pero la escritura dice que ya estamos con Él.
Como sabemos que Él está viniendo, y si
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ellos dicen que están “yendo a”, entonces ¡se
van a cruzar sin poder encontrarse!
Cambiemos nuestra mente para entender que
somos Sion, la morada del Altísimo. Por eso
la Palabra nos dice que todo lo tenemos en
Cristo. Dios hizo la antigua creación y ha
comenzado a preparar en Cristo la nueva
creación porque la antigua cayó. Dios opera
así: Creó los ángeles, creó el ambiente del
mundo espiritual que comenzó en oración y
adoración, y creó la antigua creación pero ésta
cayó, por lo que ha comenzado el trabajo de
la nueva creación en Cristo. Hebreos 4:3 nos
dice: “Pero los que hemos creído entramos
en el reposo...”. El reposo es la nueva
creación. ¡Ya hemos entrado en el reposo y no
es que vamos a ir al cielo a reposar!”.
Despertemos a esta revelación.
“Consumado es” significa que el Señor ya
ha clavado lo antiguo para que vivamos en
el Espíritu
Juan 19:30 “Cuando Jesús hubo tomado el
vinagre, dijo: Consumado es…” “Consumado
es” no se refiere sólo a nuestra salvación sino
que se refiere a toda la nueva creación. Al
decir “consumado es”, el Señor nos dice que
ya ha terminado, que ya ha clavado lo
antiguo, que vivamos en la creación nueva,
que vivamos en el Espíritu. Necesitamos
cambiar nuestra mente. ¿Para quién es Sion?
¿Para los perfectos?
¿Qué se hace en el día de reposo? Se reposa y
cuando hay reposo hay cambio de obra
totalmente. Cuando Dios reposó, dejó de
hacer lo que estaba haciendo para reposar y,
¿qué hizo con Adán? El lunes de Adán fue día
de descanso. ¡El primer día de trabajo de
Adán fue día de reposo! Adán nació para
entrar al día de reposo. Ese primer día, Dios
contempló sus obras con Adán, disfrutando el
uno del otro. En la nueva creación Cristo ya
ha pagado el precio y hemos entrado al
reposo. No sigamos en nuestro afán religioso
por complacer a Dios sino que creamos en lo
que Él nos dice. ¡Tengamos paz!
Padre, abre nuestros ojos a la verdad del
nuevo pacto y permite que por fe entremos a
esa gracia. Señor, haznos entender y abre
nuestros ojos para vivir “hoy y aquí, desde
ahora y para siempre” y para entender que
“no es un día y allá”. Padre, danos
revelación y entendimiento porque el Nuevo
Testamento es revelación. Obra en cada uno
de nosotros del menor al mayor, queremos
beber de ti y no permitas que nadie se quede
fuera del campamento, en el nombre de Jesús.
Amén.
Hebreos 10:14 “…porque con una sola
ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados”. La palabra griega utilizada en
este versículo para “perfectos” quiere decir
aquel que acaba. Pablo nos dice que con la ley
no se podía alcanzar perfección y por eso vino
Cristo y con una sola ofrenda nos ha hecho
perfectos a todos. No nos miremos como
nosotros nos miramos sino que mirémonos
como Él nos ve. Creamos en lo que Él nos
dice y no en lo que nosotros creemos. No
creamos en lo que dice la religión sino que
creamos en lo que Él nos dice. El Señor nos
dice que ya estamos listos, que ya no
necesitamos cansarnos más.
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PALABRA PREVIA A LA PRÉDICA: “No ofrezcamos incienso extraño”

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