cubierta con bolsa

Preacné. Piel grasa con poros dilatados.
Higiene. Lavar la zona afectada dos veces al día con productos higienizantes de alta
tolerancia (“jabón sin jabón”). Una vez a la semana, utilizar una mascarilla desincrustante.
Tratamiento cosmético, mañana y noche con cremas seborreguladoras que proporcionen
hidratación, elasticidad y efecto mate.
Acné leve. Con comedones (espinillas y puntos negros).
Higiene. Lavar la zona afectada dos veces al día con un gel higienizante (“jabón sin jabón”)
o una espuma limpiadora de alta tolerancia. Una vez a la semana, utilizar una mascarilla
desincrustante para arrastrar el exceso de sebo.
Tratamiento tópico, con productos que contengan principios activos sebostáticos,
seborreguladores, queratolíticos, queratorreguladores y, en algunos casos, tratamiento
antibiótico tópico.
Acné moderado. Aparición, además de comedones, de lesiones inflamatorias, pápulas y
pústulas.
Higiene. Lavar la zona afectada dos veces al día con un gel higienizante (“jabón sin jabón”)
o una espuma limpiadora de alta tolerancia. Una vez a la semana, utilizar una mascarilla
desincrustante para arrastrar el exceso de sebo.
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Tratamiento tópico, con productos que contengan principios activos sebostáticos,
seborreguladores, queratolíticos, queratorreguladores y, en algunos casos, tratamiento
antibiótico tópico. una mascarilla desincrustante.
Tratamiento sistémico. Según la extensión y tipo de lesiones, si el tratamiento tópico no
proporciona los resultados esperados, el dermatólogo puede prescribir tratamiento sistémico
con antibióticos, antiandrógenos o isotretinoína.
Tratamiento tópico complementario, con cremas de alta hidratación (libres de grasas),
calmantes y restauradoras, para paliar la agresión de los tratamientos tópicos y/o
sistémicos. Deben aplicarse mañana y noche, y tantas veces como sea necesario para
mantener el confort de la piel.
Tratamiento local preventivo de cicatrices. Regenerante tisular y cicatrizante. Se aplican, dos
veces al día, directamente sobre las lesiones (“granos”) desde el momento en que aparecen
y hasta su total resolución.
En el tratamiento de acné leve y moderado son adecuados los productos que contienen
ácido salicílico, retinol o AHA con acción queratolítica y queratorreguladora, que incorporan
componentes para optimizar la tolerancia de los AHA, calmar la sensación de tirantez y
disminuir el enrojecimiento. Eliminan el tapón córneo de los comedones y son de aplicación
diaria, mañana y noche.
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Para el acné moderado, con componente inflamatorio, como tratamiento tópico convienen
los productos con acción antiinflamatoria, antibacteriana y queratorreguladora de aplicación
diaria, mañana y noche sobre la piel limpia.
Cuando se sigue tratamiento tópico con retinoides o peróxido de benzoilo, debe evitarse la
exposición al sol, ya que, como se ha comentado, se pueden agravar las lesiones.
Acné severo. Con aparición de nódulos, quistes y cicatrices.
Higiene. Lavar la zona afectada dos veces al día con un gel higienizante (“jabón sin
jabón”) o una espuma limpiadora de alta tolerancia. En este tipo de acné no debe utilizarse
mascarilla desincrustante.
Tratamiento sistémico. En este tipo de acné, el tratamiento sistémico prescrito suele ser la
isotretinoína.
Tratamiento tópico complementario, con cremas de alta hidratación (libres de grasas),
calmantes y restauradoras, para paliar la agresión del tratamiento sistémico. Deben
aplicarse mañana y noche, y tantas veces como sea necesario para mantener el confort de
la piel.
Tratamiento local preventivo de cicatrices. Regenerante tisular y cicatrizante. Se aplican, dos
veces al día, directamente sobre las lesiones (“granos”) desde el momento en que aparecen
y hasta su total resolución.
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